Santo Alberto de Parga |
A Ponte de Santo Alberto |
Por su parte, quienes vienen por la carretera la dejan en este lugar, para ir al paso a nivel del ferrocarril, línea abierta en 1875 para el tren que comunicaría A Coruña con Lugo, Monforte, Ponferrada, León y Palencia, cuyos avatares explícábamos en la entrada correspondiente al trayecto desde la iglesia de Baamonde hasta aquí, dado que estuvieron a su cargo sucesivas empresas ferroviarias con las correspondientes concesiones del Estado
El mojón indica que estamos a unos 97 kilómetros de Santiago. Se trata de un paso a nivel sin barreras en el que hemos de estar muy atentos a sus señales lumínicas, pues el paso de trenes, de pasajeros y mercancías, es bastante frecuente
Al otro lado, vemos como empieza la calzada empedrada del puente
Es A Ponte de Santo Alberto o San Alberte, parroquia de San Breixo de Parga. El propio concello de Guitiriz, importante encrucijada, era hasta 1945 conocido como Trasparga, pero la importancia de la capital municipal, con su topónimo derivado del germánico Witericus, obró el cambio de nombre
Como suele ser lo normal en esta zona, justo antes de lo que es propiamente el puente hay un tramo de calzada hacia él, que es el empedrado al que hacíamos alusión
A Ponte de Santo Alberto es puente de sillería de piedra granítica con dos metros y medio de anchura de paso. Construido en la baja Edad Media (siglo XIV), aún pasan incluso vehículos por él, si bien con cuidado dada su estrechez
Su estructura gótica nos hace subir a su vértice. El pavimento está formado por un empedrado de piedras menudas
Y vemos el río Parga, que nace de varias fuentes y arroyos en la Serra da Cova da Serpe y Cordal de Montouto. Por allí viene, recorriendo las riberas del río, el mencionado camino complementario. Forma parte de la cuenca del Miño, que atreviesa la Terra Chá, y así describe el río la Wikipedia:
"Su cabecera surge de la confluencia de los arroyos Carral, A Fábrica y Fraga, cerca de la parroquia de Nodar, municipio de Friol, que descienden del cordal de Vilarelle, formando un curso estable que comienza su recorrido por tierras del municipio de Guitiriz, atravesando la localidad de Parga en el mismo municipio que le da nombre. Se une uno de afluentes principales, el río Boedo, cuyos nacientes recogen las aguas del cordal de Montouto.
Entra en el municipio de Begonte, en la localidad de Baamonde, recibe por su izquierda el río Roca o río Requeixo.
Otros afluentes por la izquierda son los ríos Porta da Veiga, Portocando, Ponte Saltillo, Portoscarros, Ladroil, Blanqueño y Vilaflores; por la derecha son Lavandeira, Portaxesta, Portafontao, Sambreixo, Medo y Ameneiro.
En su recorrido de 32 km de longitud, baña los pueblos de Rocha, Roimil, Carlín, Bra y Seixón, en el municipio de Friol; Miraz, Santa Locaia, San Estevo y San Breixo de Parga, Trasparga y Roca en el municipio de Guitiriz; y Bóveda, Baamonde, y Pacios en el municipio de Begonte.
A su paso por la localidad de Baamonde, se encuentra una playa fluvial al lado de un molino y una presa que hace de piscina natural para los bañistas. En este lugar se encuentra el CERCUDCentro Recreativo Cultural y Deportivo de Baamonde"
A nuestra derecha la presa, Antaño funcionaban con sus aguas varios molinos harineros. Ahora hay diversos cotos de pesca y sendas fluviales
Y al otro lado del puente está la unión de estos dos caminos, oficial y complementario
Nosotros iremos a la derecha, si bien antes veremos un panel de información justo en el mismo cruce
Es un mapa del concello de Guitiriz con sus diferentes sendas, entre ellas el Camino Norte de Santiago, que viniendo de Vilalba, entró primeramente en Guitiriz por la parroquia de Pígara , el saliente de arriba a la derecha, luego volvió a salir para entrar en el de Begonte por Pacios y Baamonde, y volvió a entrar aquí, en Parga, cuya parroquia de San Breixo estamos recorriendo
La referencia más antigua del topónimo Parga aparece en una lauda sepulcral romana como Aparraq, que en la Edad Media pasaría a Párreca, Párriga o Párrega. A mediados del siglo X pertenecía al obispo Sisnando de Iria Flavia y, en el siglo XII, era dueño de la Casa de Parga Bermudo Pérez, hijo de Pedro de Traba y segundo fundador del monasterio de Sobrado dos Monxes, al que perteneció
durante buena parte de la Edad Media del monasterio de Sobrado dos Monxes, si bien en el siglo XIV pasa al conde Fernán Pérez de Andrade O Bó, y en el XV son cedidas por sus descendientes al señorío de Ares Vázquez de Parga. Hubo un castillo, construido a finales del siglo XIV o principios del XV por mandato de Juan Pérez Parragués y, tras los cambios sociopolíticos de los Reyes Católicos, fue transformado cárcel del lugar hasta 1603
Desde esta otra orilla, podemos admirar la estructura del puente. Uno de los arcos revela ser original del tiempo de la
construcción original del siglo XIV y el otro, con sensibles
diferencias respecto a este, se sospecha fruto de las reformas del siglo
XVIII. Dispone además de aliviaderos y se piensa puede estar en el lugar de un desaparecido puente anterior, romano. Es este un buen lugar para sacar las fotografías
Desde el cruce y reunión de caminos subimos unos metros para acercarnos a otro de los tesoros monumentales del lugar, siguiendo siempre las señales y trazado del Camino Norte de Santiago
Subimos un poco más. Paso a paso la Terra Chá dejará de ser tan llana como quiere reflejar su nombre, anuncio de las estribaciones que nos aguardan hacia la Serra da Cova da Serpe, en el trayecto a Sobrado
Y atención ahora a este mojón, pues nos indica dejar esta calzada asfaltada para ir a la derecha, dejando de subir
Y aquí comenzamos a bajar por el espeso y hermoso bosque
Fonte de Santo Alberto y, sobre ella, en un altozano, la capilla de esta advocación, todo ello en medio de la frondosidad de un bosque autóctono (predominantemente de robles o carballos, -carballeira-) que confiere a este enclave una fuerza realmente especial, inolvidable, como los antiguos nemeton o bosques sagrados
A la Fonte de Santo Alberto se acudía a beber agua que se tenía por milagrosa, pues se decía poseía propiedades curativas de males relacionados con el habla, por eso era también conocida como A Fonte da Fala. Parece ser que en su momento se trajo aquí incluso a personas tenidas por endemoniadas, buscándoles divino remedio. Es de estilo renacentista y fue siempre enormemente apreciada por vecinos y peregrinos
Está en una especie de hondonada y a ella se baja por unas escaleras. es de estilo renacentista y conserva una inscripción ilegible
Desde aquí contemplamos parte de la capilla de Santo Alberto, es gótica, del siglo XIV, al menos originariamente, pues las reformas del siglo XVIII le han dado un aire neoclásico, imperante en aquella época, especialmente en la fachada, incluyendo la espadaña del campanario. No deja de llamar la atención que santuario y puente son contemporáneos, tanto en su fábrica original, como en las reformas dieciochescas
La parte gótica se aprecia especialmente aquí en la cabecera, con su ventana y los gruesos contrafuertes que tanto caracterizan a este estilo
En la nave, donde está una de las portadas, vemos cómo cambia la estructura, más dieciochesca y neoclásica
El camino sigue subiendo a la izquierda de la bifurcación con la entrada a la capilla, que podremos visitar, pasando al lado del cruceiro
En el cruceiro, un Cristo crucificado mira al Camino...
Además de la antiquísima ruta jacobea del norte, confluían aquí otros caminos reales antiguos, como es la calzada de A Coruña a Madrid, milenaria red de senderos ancestrales cuyo nacimiento tuvo que ver con las calzadas romanas que, a su vez, aprovechaban el trazado de vías de mucho más remoto origen, muchas de ellas olvidadas al construirse las actuales carreteras, otras recuperadas para su uso caminero tradicional, por parte de peregrinos, como es este el caso...
Nos dirigimos entonces a visitar la capilla antes de seguir ruta, viendo ahora el otro lado del cruceiro
Aquí hay una imagen de la Virgen Coronada, fijémonos abajo en las conchas peregrinas y en lo que parece la representación de una corona de espinas en forma de entrelazo
Esta parte sería la más reformada, si bien la pared sur, con su portada de arco de medio punto y sus canecillos, revelan mayor impronta gótica. Es, como hemos dicho, en la fachada oeste con su portada, y arriba con el campanario, donde se aprecia más el estilo neoclásico
Algunos de los canecillos que sostienen los alerones del tejado están labrados, si bien algunas de sus representaciones parecen muy gastadas. Hay cabezas de gentes esculpidas, de fieras y alguna figuración erótica
De la estructura primitiva del edificio quedan no obstante varios componentes, como los contrafuertes góticos que ya hemos mencionado, ocho en total, de sus muros laterales y ábside
Como ya habíamos también dicho, la ventana del ábside, que ilumina el altar, es de arco ojival y típicamente gótica
Tiene una gruesa columna central y varias laterales más finas. La hexapétala con forma de sello de Salomón o estrella de David, y un capitel labrado con un jabalí existente en su interior podría vincular su fundación y patronazgo a los Andrade
Visitada la capilla regresamos al camino...
Y desde el cruceiro empezamos a subir monte arriba. Mucha tención ahora a las flechas y mojones
La senda es ancha, de tierra, y atravesará un buen trecho de bosque antes de llegar al siguiente núcleo de población
Al empezar la cuesta pasaremos junto al antiguo Hospital de Santo Alberto, cuyas ruinas, testigo mudo del paso del tiempo, miran al camino por que que tantos peregrinos acudían buscando refugio y alivio en sus muros
El camino realiza una curva delante de sus viejas paredes cubiertas de vegetación. El suelo va marcado por grandes piedras
Al subir contemplamos también sus partes y estructura. No obstante apenas hemos encontrado información relativa a su construcción, avatares, historia...
Pasamos así junto a las últimas ruinas y seguimos cuesta arriba
Enorme bloque de piedra, a manera de gran peldaño
Aquí hay una bifurcación y hay que ir a la derecha. En estos parajes sombríos conviene estar más especialmente atentos, reiteramos, a la señalización del camino, hitos, conchas y flechas amarillas
Grandes losas y afloramientos rocosos siguen conformando el firme de este tramo que se adentra en la espesura
Son restos de la vieja calzada, a su paso junto al hospital
Luego, inmersos en la foresta, empezaremos a caminar en llano
Muro de piedras a la derecha, tal vez fuesen antaño los terrenos del hospital, pues aparte de rentas y algunas posesiones, en su entrono solían tener huertas y otras dependencias. Estas instituciones fueron desapareciendo como tales a partir de la Ilustración, a finales del siglo XVIII, siendo sustituidas por hospitales de caridad u otros similares. En otros casos evolucionaron a los hospitales en el sentido actual como centros sanitarios, pero en la mayor parte de los casos, como este se declararon extintos y sus dependencias, bienes, terrenos, rentas, se cedieron, vendieron, subastaron, etc. a particulares. Solo en casos muy concretos pervivieron, incluso hasta principios del siglo XX, manteniendo su tradición hospitalaria a pobres y peregrinos. En otros y pese a abandonarse, volvieron a abrirse al restaurarse como alojamientos, estilo mismamente paradores, si eran edificios de cierta importancia. Hay también algún caso de viejos hospitales de peregrinos reconstruidos que ahora son albergues
Caminamos así por la preciosa sombra de carballos, castaños y fresnos
También algún pino, con su rugosa corteza
Viene ahora un poco más de cuesta...
Y avanzamos por este bosque de cuento de meigas
Nos apetece recordar aquí los versos de la gran Rosalía de Castro...
Pero tú, sacra encina del celta,y tú, roble de ramas añosas,sois más bellos con vuestro follajeque si mayor las cumbres festonasalpicadas de fresco rocíodonde quiebra sus rayos la aurora,y convierte los sotos profundosen mansión de gloria
La senda, subiendo poco a poco, es ancha, y en sus veredas se acumula la hoja caída, sobre todo al borde derecho, junto al muro de piedras
Bifurcación y subida a la izquierda
El mojón con su flecha y concha lo señala y advierte
Una vez más Rosalía nos inspira en esta cuesta...
El viajero, rendido y cansado,que ve del camino la línea escabrosaque aún le resta de andar, anhelara,deteniéndose al pie de la loma,de repente quedar convertidoen pájaro o fuenteen árbol o en roca
Un trayecto en el que admiramos toda la esencia natural y paisajística de estos espesos bosques de Parga, testigos de tantos y tantos aconteceres de la historia
En la inmensidad del bosque, tragados literalmente por la naturaleza, pensamos en el paso de tantos y tantos peregrinos. Se dice que esta ruta empezó a florecer en el siglo XIV, precisamente la época en la que se construyó el puente. Al afianzarse por entonces, Vilalba como población de cierta importancia, los peregrinos procedentes de la costa que se dirigían a Santiago empezaron a preferirla pues acortaba considerablemente la distancia al ir más directa a Compostela que pasando por la ciudad de Lugo, la histórica capital del Conventus Lucensis de la antigua Gallaecia
No muy dura y sin demasiado desnivel, pero sí prolongada, la boscosa subida dibuja ahora esta larga recta
Algunas raíces afloran en la superficie del suelo. Ojo al pisar porque a veces sin querer se tropieza con ellas en algún despiste
Las altas copas de los árboles se alargan como grandes brazos de ramas y hojas sobre nosotros
Curva a la izquierda, ganando un poco más de altura...
Grandes rocas o penedos, alguno de caprichosas formas o llamativa posición
El sendero, bien pisado y trillado, se ensancha aquí un poco en otro magnífico escenario: una larga fila de piedras forma un muro a la izquierda
Siempre llama aquí mucho la atención esta gran roca, o conjunto de grandes peñascos
Su peculiar forma nos hace recordar a algún monumento megalítico, pero nada hemos visto referido a ello, por lo que debe ser una formación natural, hermoso capricho de la geología
Junto al gran penedo sigue el Camino en este agradable paseo por la espesura de los bosques de Parga
Caminamos ahora por un tramo bastante llano
Y seguidamente nos tocará un poco más de cuesta...
Chantas o lajas hincadas a nuestra derecha
Flecha amarilla en una de ellas
Paso entre más penedos
Volvemos a llanear cuando el camino hace un poco de curva a la derecha
Ancha y profunda caja caminera, que denota su antigüedad
En lo más intrincado del bosque, pero nosotros no tenemos pérdida, el camino está bien marcado
Precioso carreiro entre muros de piedra muy antiguos. Por su anchura parece efectivamente un camino de carros. No todos eran así en la antigüedad ni mucho menos, abundaban los de herradura, esto es, solo para las caballerías, las mulas de los arrieros, y para caminar a pie
En este momento llegamos a una plantación de eucaliptos, véase también el suelo cubierto por sus hojas lanceoladas
Otro trecho junto a un murete cubierto de musgo y helechos
Llegamos a un cruce en medio de la umbría, en las inmediaciones de O Rego da Viña
Vamos a la derecha, bajando un poco
El camino bajará y luego volverá a subir
Zona lacustre, de aguas pantanosas, a la izquierda, e Río Roca o Requeixo, afluente del Parga, que se sume bajo el camino
Y ya, la cuesta arriba
Ciertamente, aunque seguimos en la Terra Chá, comprobamos una vez más que esta no es tan llana cuando se recorre caminando. Aún así las subidas y bajadas no tienen ya nada que ver con las zonas montañosas y cordales costeros del litoral cantábrico, etapas que han quedado atrás
Y siempre, en los bosques gallegos, Rosalía de Castro:
¡Qué reposo! ¡Qué luz...! ¡Qué garruleiro
brando cantar dos váreos paxariños
cando ó salir do sol polo quinteiro
douraba fontes, lagos e campiños!
¡Qué libre respirar...! ¡Qué placenteiro
ir e vir dos cabirtos xuntadiños!
¡Qué frescas, qué polidas, qué galanas
iban co gando as feitas aldeanas!
Nunca o rumor do mundo corrompido,
nunca da louca sociedá as vaidades,
nin brillo dos honores fementido
foran trubar tan doses soledades.
Ceo azul sol de amor, campo frorido
santa cruz sin remorso nin saudades,
horas que van mainiñas camiñando,
tal alí tempo e vida iban pasando
Caminos sin duda de noche frecuentados aún por la Santa Compaña, glosada en la poesía de Oscar Rafael Gómez Sabio
"Por veces recuerdo caminos perdidos que sólo transmitan personas heridas, como almas en pena sin destino cierto, largas procesiones que buscan la vida.Marchan por la senda del silencio grave,con la vista fija, sin decir palabra.La gente del pueblo sabe de quien hablo,sólo que la miran sin querer nombrarla.Ambulan veredas de bosques cerradossiempre acompañados de luna en menguantey cruzan los surcos de trigales bajos,viéndose a lo lejos como agonizantes.Dicen que en las noches de niebla tempranaalumbran su paso con candiles tenues.No se ven estrellas, los perros no ladran,como por respeto a la santa compaña..."
Pero son los árboles los protagonistas del Camino, los guardianes del espíritu libre del bosque en estos montes de Parga, hora también de recordar los versos que a ellos dedica Federico García Lorca:
¡Árboles!¿Habéis sido flechascaídas del azul?¿Qué terribles guerreros os lanzaron?¿Han sido las estrellas?Vuestras músicas vienen del alma de los pájaros,de los ojos de Dios,de la pasión perfecta¡Árboles!¿Conocerán vuestras raíces toscasmi corazón en tierra?
Llaneando, pasamos junto a una finca, que es un gran claro en este bosque
Canalizaciones del agua de lluvia o de los pequeños manantiales del bosque
Bajo las ramas, un túnel vegetal
Rodadas de tractores bien marcadas
Más fincas, esto puede delatar que nos acercamos a zona poblada
Gran campera a la derecha
Más canalizaciones de aguas sobrantes
Matas de arbustos a ambos lados
Y llegamos a otro pinar...
El camino serpentea entre los árboles y matorrales
Y luego sigue recto bordeando la plantación de pinos
Un poco más adelante vemos claridad del cielo de frente, lo que señalaría que estamos saliendo del bosque
Llegamos a un cruce: vamos a la derecha
Suelo adoquinado, sin duda fue hecho para salvar algún barrizal que aquí se formaba
Es solo durante unos pocos metros, en el mismo cruce, luego desaparece
Seguimos de nuevo en recto y llano
Monte de Lagares y gran prado recién segado. La alambrada revela sus usos ganaderos
Y ahora unas casas: llegamos a As Penas, también en esta parroquia de San Breixo de Parga
Dejando atrás el bosque el paisaje se abre a fincas y terrenos
Prados de siega y pasto rodeados de boscaje. Frutales en tono a la vivienda
Y continuamos avanzando en llano y recto por As Penas
Pasamos junto a la entrada de la primera casa y continuamos de frente
El camino sigue entre estos muros
Carballos y vivienda labrega
Destacan las altas chimeneas de las viviendas campesinas
Al otro lado del camino, a la izquierda, mirando a la casa, el hórreo
Otra casa campesina, esta totalmente arruinada
Ya en este trecho empezamos a pisar asfalto
Pasamos de As Penas a Toar, otro de los lugares de San Breixo de Parga
Seguimos el camino local asfaltado que pasa junto a estas parcelas
Subimos un poco y llegamos a una carretera local
De frente vemos dos mojones, y es que aquí llegaremos ahora a un muy importante cruce
Hay dos mojones. Los peregrinos han de decidirse a ir a la derecha o a la izquierda, ambos caminos son oficiales y están señalizados
Según estos mojones por el de la derecha nos resta una distancia de unos 86 kilómetros y medio hasta Santiago de Compostela, mientras que por el de la izquierda algo más de 95 kilómetros. Pero atención, no solamente la distancia kilométrica es lo importante
Al lado del mojón de la izquierda vemos el mapa de las dos opciones
El camino de la izquierda, pintado de azul, fue durante décadas el único camino oficial y está jalonado de albergues, bares y tiendas a lo largo de su itinerario. Muchos son los peregrinos que por ahí se dirigen al Albergue Vitericus en Carballedo, con su punto de apoyo al peregrino, visitando luego la casa-museo del artista López Chacón, en Seixón, ya concello de Friol, al igual que la iglesia de San Paio y el Albergue A Lagoa. así como a ver la mítica Torre de Miraz, junto al albergue casa-refugio de San Martín o el de O Abrigo, teniendo más allá, el de Casa Roxica, bien situados todos para dirigirse a uno de los símbolos del Camino Norte, Sobrado dos Monxes, capital del concello de Sobrado, con su histórico monasterio, alberguería y hospedería monacal, hotel en el pueblo y el Albergue Lecer, privado
El camino de la derecha, pintado de rojo, fue señalizado más recientemente, se dirige a A Pobra de Parga y de allí a Vilar, subiendo como el anterior a la Serra da Cova da Serpe para entrar en tierras coruñesas por el concello de Sobrado. Luego, en As Cruces podremos ir a Sobrado dos Monxes o dirigirnos directamente a Boimil, concello de Boimorto, donde reúne con el otro, a 36 kilómetros de aquí por el camino de la derecha y a 45 por el de la izquierda, si bien reiteramos que no hemos solo de fijarnos en esta diferencia de distancia. No en vano en As Cruces se ha señalizado un ramal que desde el camino de la derecha enlaza con Sobrado dos Monxes pues, recalcamos también, es una pena hacer el Camino Norte sin conocerlo. Diversos motivos no exentos de polémica, aparte de argumentos históricos sobre la antigüedad y trazado de ambas rutas, han sido el motivo de esta doble señalización
Nuestra es ahora la decisión, continuar bien por la izquierda por San Breixo y Santa Locaia de Parga rumbo a Miraz, o bien por la derecha hacia A Pobra de Parga para ir a As Cruces
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