Camino de Padraira
La antigua vía romana entre Lucus Asturum y Lucus Augusti o su senda sucesora, origen del primer Camino de Santiago en la alta Edad Media, sale del paisaje de las camperas y fincas del pueblo de Castro, dando vista al recinto fortificado allí existente, el Chao Samartín, para volver una vez más a acogerse a las frondosidades del bosque, solo unos cuantos metros más arriba de la carretera de Grandas de Salime a A Fonsagrada, aquí AS-28, iniciando otro hermoso itinerario entre carbayos y castaños, al lado de las fincas para ir a Padraira, donde pasaremos por su ermita de San Lázaro, vinculada a la antigua malatería, hospital de malatos o leprosos, que allí existió hasta el siglo XVIII. Estamos muy próximos ya a tierras gallegas pero aún nos aguardan rincones muy interesantes y bellos en el tramo asturiano
Desde esta finca tenemos un buen paisaje al este
Tenemos las pequeñas y diseminadas aldeas de las inmediaciones, como Pedre, enmarcadas al fondo por las sierras de Buspol y más allá El Valledor. Son As Pedragosas, El Vilarín, A Sobrenca, Fonteseca...
Estamos en un bellísimo sendero que sube muy poco a poco, con el espeso bosque autóctono a la derecha y la pradería a nuestra izquierda
Seguimos los postes de la alambrada
Precioso camino de tierra y piedra
Nos metemos al bosque
Pero antes volvemos la vista atrás y contemplamos el paisaje de Castro y Pedre, viendo a lo lejos los cuetos de A Farrapa, por donde hemos venido procedentes de Grandas, la capital del concejo. En la lejanía, muy al este, aún se ve, en días claros como este la Sierra del Palo, en Allande
Sigue en el Camino una pequeña pero constante subida
Suelo de tierra, piedra suelta y hojas caídas
Un precioso paseo por el bosque
Es un deleite caminar por aquí, en buena sombra
Flores silvestres que dan coloristas tonos en las verdes veredas
La caja del camino, honda y profunda, como corresponde a su antigüedad
Se abre un pequeño claro y vemos abajo las primeras casas de Padraira y, más abajo, la carretera AS-28 comunicación de Grandas con el Alto do Acevo
Un poco más allá el valle del río de Ola, con los altos de Sobrenca y A Fonteseca
Alta muria y buena caja caminera
Y de nuevo en la foresta
Al fondo parece verse una construcción
Parece una antigua casa, o una cuadra abandonada
Pasamos junto a estas ruinas
Otra muria junto a una finca
El Devellón, Padraira, una casa al lado del Camino
Más vistas hacia la carretera y el valle
El Camino sube un poco más, a la derecha de la casa
Luego, un cruce
Seguiremos subiendo
El mojón nos lo advierte, más arriba de la huerta de rica berza
Las casas abajo, al pie del Camino. A lo lejos Coto
En la magia del sendero...
Más repecho, suave pero pendiente
Abajo las casas de Padraira al lado de la carretera, valle del río de Ola, campos de Sobrenca, Fonteseca, Os Canadeiros y Coto y, a lo lejos, A Costa de Salime, caída a las profundidades del Navia
Por aquí está el Vilar de San Lázaro y se supone que había casas de malatos o leprosos, cerca de la capilla de su hospital, a la que pronto llegaremos, casas citadas en una inspección del Visitador general de la diócesis en 1586
Paisaje de Padraira
De nuevo a la arboleda de robles y castaños
Caminamos a su sombra
Más fincas a la izquierda
Esta cerrada con red metálica
De frente más boscaje
Trechos bajo el arbolado
Y trechos más abiertos. Pasamos junto a la portilla
Atrás, a lo lejos, los altos de A Farrapa, por donde se viene, subiendo desde Grandas, capital del concejo
Subimos un tramo más
Y disfrutamos tambíén de una excelente vista de Padraira
Caminamos bajo los carbayos...
Bifurcación del depósito de agua. Nosotros seguimos de frente, a la izquierda
En caso de duda siempre ha de haber un mojón o una flecha que nos lo aclare
De nuevo en el corazón de la foresta
A lo lejos vemos una construcción
Hemos llegado a la ermita de San Lázaro de Padraira, dedicaba antaño al servicio del desaparecido hospital de esta advocación, hecho al servicio de malatos o leprosos
La primera noticia que tenemos del Hospital de San Lázaro de Padraira es del año 1581. si bien es casi totalmente seguro que ya existía desde mucho antes y que en origen pudiese ser, como en otros casos, un hospital de peregrinos que se especializó en estos enfermos. Estaría además relacionado con el que existió en Montouto, parroquia de Padrón, concello de A Fonsagrada y que en 1586 estuvo administrado precisamente por un tal Pedro Álamo "de Padraira". Una leyenda, al parecer infundada, atribuye a un tal Pedro de Pedre su creación en una supuesta inscripción que existiría en el puente de Salime, hundido en 1936 y luego anegado por el embalse del Navia, en la que se decía...
"Pedro de Pedre
de Castro natural
hizo el puente de Salime
la iglesia i el hospital
i la catedral de Lugo
donde se fue a enterrar
Abril Año de 1113"
Lo que sí es cierto es que la nobleza y el clero, además de reyes y magnates, solían patrocinar estas fundaciones, pues la lepra y otras enfermedades de la piel que se tenían por el mismo mal, eran una de las lacras más temidas de la antigüedad. Por eso el cuidado o amparo a estos enfermos, que se les mantenía relativamente aislados, era considerada uno de los ejemplos más evidentes de caridad cristiana
El aislamiento no era en realidad estricto, pues pese a las duras disposiciones que pretendían apartarlos de los sanos, solían muchos malatos hacer una vida más o menos integrada en la sociedad, iban a ferias y mercados o comían a la mesa de algunos vecinos que los acogían en momentos de penurias, cuando el hospital no se podía hacer cargo de ellos, dándose casos incluso de casamientos con personas sanas
Por ello no es de extrañar que en la inspección del 31 de diciembre de 1586 que hizo el Licenciado San Tirso en nombre del obispado ovetense se mandaba que "de aquí en adelante los malatos esten recoxidos e no salgan a parte ninguna donde no puedan bolber a dormir en la malatería". Bien es verdad, recalcamos, que muchos males de la piel que se consideraban lepra no lo eran, y por ello se reflejaba que eran los abades de la Colegiata de Grandas, encargados de su administración y que nombraban sus mayordomos veedores y capellanes, quienes controlaban quien era ingresado ..." y cuando alguno ubiese de hentrar en la dicha horden lo admita el dicho cura o escusador con que primero traiga liçencia del bicario de Castropol y cedula del bisitador, y si alguno estuviese en dicha horden que no lo fuere, el Cura o escusador lo puedan echar fuera, sacando si truxere cedula del medico como es malato"
En la mencionada inspección de 1586 se estipulan diferente arreglos en el edificio del hospital, su capilla así como en las imágenes del santuario y las casas de los leprosos...
"Primeramente que se compre un misal nuebo y unas binagreras y una sábana y un frontal pa las fiestas, y agan un guardapolbo y una rexa al altar que esta afuera en el cabo, y que lo maderen y losen por arriba y rreboquen y pinten la bista del Sr. San Laçaro y un crucifixo pintado, y el altar de afuera pintado pa escusar el frontal, y que pinten las imajines de la iglesia y retechen en el techo de las casas de los malatos de suerte que no llueba en ellas, y lo mismo a la iglesia y que agan una caba alrededor de la iglesia por que no entre agua en ella, y pongan la campana en un yugo y agan un campanario de ella, lo qual todo cumplan, so pena de excomunión, a costa de dicha horden y malatería, y lo cumpla el mayordomo dentro de seis meses so pena de excomunión, y en defecto el cura lo ebite"No dejan de llamar la atención las abundantes exhortaciones al buen funcionamiento de la malatería, incluyendo la insistencia en los rezos, lo que da a entender que los preceptos religiosos tampoco eran demasiado estrictos, apuntando la necesidad de que el mayordomo concierte con un capellán una misa cada quince días, procurando sean estos domingos o fiestas de guardar, aparte de las que está obligado a decir el cura de Grandas y que este mayordomo "...compre a cada uno de los malatos que hubiere en la dicha horden un rrosario, a los quales mando so pena de excomunión que, pudiendo o no teniendo impedimento de enfermedad, lo rrecen al día tres beces, una a la mañana y otra al medio dia, y otra a la noche antes que se acuesten, y digan asimismo la Salbe Regina cada tarde, y las abes marías, tañiendo la campana todos los días, y el mayordomo y beedor y capellán les encargo la conçiençia pa que tengan quenta de ber como cumplen lo contenido en este capítulo..."
Naturalmente el capítulo de ingresos, donaciones, etc., era sumamente importante, pidiéndose "que de aquí en adelante haya libro particular pa las quentas..." en el que se escriba lo que abonan los renteros de sus propiedades, que se marque el ganado de la orden y se recuente cada año, condiciones de venta del mismo y de compra y venta de otros bienes, y toda una estricta contabilidad y actividad comercial que garantizase la existencia de la malatería
La vieja capilla fue demolida en el siglo XVII y se construyó esta que vemos hoy en día, que conserva la cava o foso que la separa de las humedades de la ladera. Se conserva la tradición de la existencia del hospital a ella anexo pero no se sabe a ciencia cierta donde, sin duda muy cerca, pues este lugar, monte, fuente y arroyo son llamados de San Lázaro
Este hospital debió de tener siempre pocos enfermos, en 1598 sabemos que solo tres, unos veinte años después sabemos de una tal María López en 1619, María Fernández en 1620, año en el que también están María de Soto y su padre Gerónimo de Soto en un caso de contagio familiar. Miguel de Losas en 1624, Domingo Giraldo en 1630, Magdalena López en 1631, Catalina Fernández en 1652 y María Álvarez entre 1662 y 1676, que debió ser la única en ese periodo y que desde 1672 tuvo una asistenta personal "por estar tullida y no se poder vestir ni regir"
En el momento de su desaparición el Hospital de San Lázaro de Padraira parece quedar sin malatos hasta 1699 cuando ingresa una mujer de la que desconocemos el nombre, si bien ya fallece solo un año después. Es en esos años, concretamente en 1689, cuando se reconstruye la vieja capilla, configurándole el aspecto que presenta en la actualidad
Según el investigador J. Tolivar Faes, de cuya obra Hospitales de leprosos en Asturias durante las edades Media y Moderna extraemos todos es todos datos, da la impresión que la malatería sí hubiese tenido más pacientes en los siglo XIV y XV porque si no no se hubiese siquiera fundado. Así ya sin malatos en 1719 sus bienes eran arrendados por cuatrienios, siendo este hospital intervenido por la Real Audiencia en 1745 y desapareciendo definitivamente en ese siglo
Los ingresos se producían sin necesidad de reconocimiento médico si bien hay momentos en los que se sí se hacía, como es el caso de los realizados por el médico del Cabildo de Mondoñedo..."Certifico yo el Doctor Correa de Azevedo Médico del Cabildo y Ciudad de Mondoñedo, que aviendo visto a un muchacho de hedad de hasta doce años, que se llama Domingo Giraldo, hijo de Gabriel Giraldo de las govias de Castro de grandas, vezino de San Salvador de grandas, el qual esta enfermo de la lepra de los Arabes, aque en nuestro vulgar castellano llaman del Sr. s. Laçaro. Por lo qual certifico que le pueden recibir entre los mas enfermos de dicha enfermedad, por tener bastante necesidad y ser muy conveniente apartarle de la compania y comerçio de los sanos y sus hermanos, a quien puede pegar el dicho mal. Y lo firmo con mi çertificación, en Mondoñedo 4 de Henero de 630 años""Certifico yo el Doctor Correa de Azevedo, Medico del Cabildo y Ciudad de Mondoñedo, que vi la Relación que se me a dado del mal de Madalena López, vezina del concejo de Grandas y muger de Luis Lopez de Graá, la cual conforme la dicha Relación que vi y ba firmada de mi nombre, digo y declaro ser su mal una lepra de los Arabes, a la qual llama el Bulgo mal de s. Lázaro, por lo qual dego que debe ser admitida a la orden del Sancto, conforme a esta mi declaración y certificaçion firmada de mi nombre, en Mondoñedo ii de diciembre de 631"
Nos dice J. Tolivar Faes de no haberse hallado información de ningún tratamiento, si bien sabemos que en otras malaterías los cuidados se basaban en una mayor higiene y alimentación y en los baños en fuentes salutíferas. Sí se han recogido consejas populares en Grandas que hacen referencia a los malatos y su mal:
"Laçaro verdeSe trata según dice el mismo Tolivar de una versión muy abreviada de la recogida por Aurelio del Llano en otros lugares
nel monte choraba
que le comía el percebón
e la sarna"
"Lázaro en el monte está
dando voces de agonía,
y la Virgen bien le oía.
-¿Qué haces ahí Lázaro?
-Aquí estoy decípola y decípela
percebún y culebrún,
que aquí me quemo
que aquí me abraso.
-Lázaro: vete a tu casa
y en una escudilla de fresnal,
echarás agua de la fuente prial,
tres silvas de un silvadar,
tres ortigas de un ortigal
y tres arenitas de sal;
mojarás con esto tus llagas
y quedarán sanas y salvas"
En el interior una reja de madera guarda retablo y altar. A la izquierda hay un tablón de anuncios
Se trata de un tablero de corcho en el que se clavan cartas, estampas y fotos, tanto de peregrinos en ruta a Santiago como de ofrecidos que van a rogar o agradecer algún don recibido.
Hay en la ermita de Padraira un antiguo retablo barroco
Destaca en él la imagen de San Lázaro que se supone fue la adquirida por esta malatería a finales del siglo XVI. Hay también un San Francisco de Asís, advocación caminera que rememora la supuesta peregrinación del santo a Santiago en algún momento entre los años 1212 y 1215. Veremos asimismo un San Salvador y un pequeño crucifijo
Volvemos al Camino
Si subimos a inspeccionar un momento sus muros exteriores veremos unos gruesos contrafuertes que recuerdan a los góticos
Atrás, el ábside semicircular recuerda al románico. No obstante ningún estudio arquitectónico se ha hecho, que sepamos publicado al menos, acerca de las posibles estructuras anteriores sobre las que se hubiese erigido esta capilla de San Lázaro
Una especie de pasillo, a modo de foso, separa este ábside de la ladera, sin duda evitando humedades y desperfectos
No hay ningún resto de canecillo o similar
Lamentablemente y tal y como pasa en otros monumentos en lugares parecidos del Camino, su entorno ha sido convertido en un cagadero
Habiendo dado la vuelta a tan histórica capilla y conocido la historia de los malatos de Padraira volvemos al Camino
El Camino se torna ancho y llano a partir de la capilla
Y continúa nuestro largo caminar por los bosques del Monte de Padraira
En la bifurcación subimos a la derecha (a la izquierda se va a la carretera)
Carbayeiras...
Mágico paraje...
Salimos a unos prados en las laderas de Pena Longa
A la izquierda, en aquellos campos sombre el río de Ola, están los túmulos de Os Canadeiros y, poco más allá, los petroglifos de A Xorenga, símbolos megalíticos allí localizados
No hemos de pasar por esa zona pero es un testimonio más del poblamiento de estos milenarios pasos naturales entre valles y collados y un pasado que tantas vecinas y vecinos de Grandas se ocuparon de mantener y transmitir, tal y como estamos comprobando en nuestro caminar por estos lugares
Altos helechos, pinos y arbustos en el trayecto
Antiguos pastizales se han hecho bosque y folgueira
El sendero sigue siendo una preciosidad
Sol y sombra...
Mojones indicadores
Salimos del bosque junto al cierre de una finca, donde hay colmenas
Subimos junto al prado
La casa a la izquierda
Al llegar a este aljibe empezamos a bajar
Recorremos la valla de la finca
Y bajamos a la carretera
Unos frutales...
Y llegamos a la AS-28
Miramos a ambos lados bien antes de cruzar. Y con cuidado pasamos al otro lado, para seguir a la derecha
No hay arcén, pero como suele ocurrir en estos casos, cuando hay un poco de espacio para ellos los peregrinos hacen camino al andar. Un sendero bien trillado y protegido a la izquierda del quitamiedos
El sendero pasa junto al mojón y sigue de frente
Pero apenas andados unos pocos metros dejamos la orilla de la carretera para separarnos de ella e ir a la izquierda
Y vamos por aquí a Xestoselo
El sendero vemos que en realidad es un tramo de carretera antigua, ahora sin tráfico naturalmente, al estar aquí cortada
Subimos hasta aquella primera casa, cerca de L'Arrotón, A la izquierda a lo lejos la Pena das Cochas (841 m) y la Pena dos Carriles (774 m)
Hay un cruce en el que seguiremos de frente hacia arriba: es A Casa'l Torneiro, un lugar con mucha historia
Y es que aquí vivió el gran maestro José María Muiña Díaz El Torneiro de Xestoselo, un torneiro de torno de pedal, maestro artesano hacedor de cuencos y recipientes de madera toda una vida, a quien se homenajeó hace años en reconocimiento a su labor por el mantenimiento de esta tradición y por su colaboración tanto con el Museo Etnográfico de Grandas de Salime, haciendo demostraciones en vivo y cediendo piezas, como con el Museo del Castro del Chao Samartín que también conocíamos en nuestra saga caminera por este concejo grandalés, pues conservaba elementos arqueológicos que luego fueron expuestos en este, como un hacha pulimentada que halló en sus pesquisas por el lugar, dado que fueron los propios vecinos quienes primero llamaron la atención sobre su existencia e importancia. José María Muiña, nacido en 1920, fue homenajeado en reconocimiento a su labor y a su gran humanidad. Falleció en el año 2012
La tornería, como otras labores artesanas, fue durante siglos una actividad especialmente importante que José María ayudó a recuperar y rescatar del olvido. Él empezó a aprender con 13 años cuando vio al torneiro gallego Pedro de Vivero trabajando en el cercano pueblo de Penafonte, por donde pronto pasaremos.Os adjuntamos unas imágenes recientes de un torneiro haciendo su trabajo en el torno, dentro del festival Valdesoto d'Antañu
Piezas del torneiro
De aquel tiempo son estas fotos que os presentamos, cuando su propia familia salió a recibirnos y saludarnos a la puerta de casa en una de nuestras peregrinaciones, presentándonos a esta gran persona a la que desde aquí también queremos recordar y, muy modestamente, también homenajear.
Y recordando al añorado Torneiro de Xestoselo seguiremos ruta rumbo a tierras gallegas
Estamos en una bifurcación: subimos arriba a la derecha
Subimos junto al jardín de la vereda...
Pasamos junto a este tendejón
Y regresamos de nuevo a la carretera AS-28, yendo a la izquierda
Esta es la señalización actual
Subimos hacia aquella casa
Es una larga recta en algo de subida
Paisaje de Xestoselo y valle de Valabeyeiro, donde hubo minas de oro en tiempos de Roma. Al fondo las profundidades que caen hacia el río Navia
Xestoselo y el valle
A lo lejos Pelóu, donde está el castro del monte Castrelo, existente antes de la conquista romana y luego empleado para la vigilancia de la minas de oro aquí existentes. Más allá el Chao da Puída da Fonte (774 m), la Pena dos Carriles (736 m) y el Coto de Souto (642 m), marcan la frontera al sur con el concello gallego de Negueira de Muñiz. Más lejos aún son la Serra do Vilar y Serra do Gallardo. con el Busbeirón (1.286 m), a su derecha el Pico Velousín (1.192 m) y a su izquierda el Penedo dos Valíos (1.216 m), que también hacen frontera entre Asturias y Galicia pues la divisoria forma en este sector profundas cuñas, entrantes y salientes geográficos y administrativos entre ambas comunidades
La carretera va subiendo. A la derecha gran trinchera de tierra formada en las obras de ensanche de la calzada en la ladera de Pena Lamas
El paso de peregrinos sigue a la izquierda del quitamiedos
De frente ya tenemos la Serra do Acevo, nuestro paso a Galicia en dirección a A Fonsagrada
Desde esta curva vemos ya Penafonte
El Camino dejará en Penafonte la carretera y subirá entre las casas desde las de la derecha a la izquierda
Justo más arriba de la carretera, la ruta sale falda arriba desde la última casa a la izquierda, en ruta a Bustelo del Camín y la Serra do Acevo
A la izquierda asoma el pico de Pedras Apañadas (1.203), el más alto de esa serranía. Más abajo es el Monte Aguión (1.028 m), también con eólicos
Seguimos el continuo aunque llevadero ascenso. Un poco a la derecha del Monte do Zarro asoma a lo lejos también el Pico Cuía (1.108 m)
Por allí abajo nace el Valabeyeiro. Más a lo lejos Pena Mouxada (1.006 m)
A la izquierda campos de A Lieira, A Valía, El Pastizal... y más praderías de las inmediaciones de Xestoso
Llegamos al cruce de Pelóu y Monteseirín
Nosotros seguimos de frente por la AS-28 por la zona de As Rozadas
Paso a paso vamos haciendo kilómetros
A partir del cruce iremos perdiendo sendero y no tendremos arcén: cuidado
Nos arrimamos bien al quitamiedos
Las barras para medir la altura de la nieve en invierno advierten que nos acercamos a un importante puerto de montaña
Pasamos una cabaña de ladrillos en el lugar de Tombo
Y ya estamos ante Penafonte y el Monte do Zarro
El territorio de los parques eólicos
La larga subida sobre el asfalto continúa
Pasamos un pequeño parque de maquinaria
Tomamos ester ramal
Y subimos a Penafonte
Pasamos junto a la explanada de los aparcamientos
Y llegando a estas primeras casas tomamos el camino de la derecha
Y subimos enfrente de ellas
Veamos la flecha amarilla
Y la cuesta sigue, solo que ahora por suelo de hormigón
Viejos herrajes
Gran casa de piedra
Ventanas sobre el Camino
Bordeamos la casa a la izquierda
Llegamos así al pie de la iglesia parroquial de Santa María Magdalena y su camposanto, iglesia documentada desde el año 1605 pero sin duda de origen muy anterior a esta fecha
Comité de recepción...
Y subimos detrás de la iglesia, a la izquierda en esta bifurcación
Nos llama la atención su monumental ábside
Es de planta hexagonal y muy alto
Recuerda una torre defensiva medieval
Aquí vamos a encontrar un buen lugar para hacer una estupenda parada antes de afrontar las cuestas, más duras, que nos aguardan hasta coronar la ascensión
El Camino en sí continúa de frente
Pero deseamos hacer un alto y reponer fuerzas, podemos antes de seguir subir estas escaleras a la derecha para visitar la iglesia y su entorno
Subimos así junto a la sacristía y una capilla
Y recorremos la fachada sur
En el cabildo un gran banco hecho de un tronco de madera maciza, con su respaldo, un gran tablón
En ocasiones los peregrinos descansan aquí, sobre todo resguardándose de la lluvia o algún temporal
Vamos hacia la entrada. Aquí hay en esta fachada un elemento importante
Una inscripción delata la fecha de construcción del edificio actual, 1605. Si visitamos el interior, un retablo barroco con la imagen de Santa María Magdalena y otras tallas de mucho interés (año 1769) despertarán nuestra atención, tanto en el altar como en la capilla denominada del meirazo
Volvemos al exterior. El campo de la iglesia conforma una gran explanada enlosada donde aparcan los vehículos
Este campo o explanada es un gran mirador desde el que se ven a lo lejos el Pico Buspol (1.121 m), con el arranque de la bajada desde Buspol al Salto de Salime. A su izquierda Valongo (1.082 m) y las serranías de El Palo siempre en la distancia, más a la izquierda aún
Algunos peregrinos madrugadores tienen la suerte de disfrutar del gran mar de nubes que muchas mañanas cubre totalmente el profundo valle del Navia
Es un fenómeno que según dicen los naturales de la zona se incrementó al máximo desde la construcción del Salto de Salime en los años 50 del siglo XX
El sol del amanecer tiñe de naranja intenso el cielo y recorta la silueta de las lejanas montañas
Un verdadero mar de nubes
Sol en las cumbres nublado en el valle, fantástica sensación la de estar más alto que las nubes
Por allí viene subiendo la carretera, por la que hemos venido
Volvemos hacia la iglesia: 1895 se acometieron importantes obras de restauración en esta iglesia tras haber sido afectada por un fuerte temporal, trasladándose un tiempo los cultos a una aldea de esta misma parroquia, Seoane, un poco más al este
La advocación a la Magdalena se vincula, como la de San Lázaro, con el patronazgo religioso de malaterías y leprosos, lo que nos hacer recordar la leprosería de San Lázaro de Padraira por donde hemos venido justo antes de Xestoselo. En Penafonte o sus inmediaciones también hubo alberguería, la de Cuiña, de la que fue patrono el Conde de Altamira, última existente antes de llegar al Alto do Acevo.
Enfrente del santuario vamos a la fuente con lavadero cubierto, otro de los elementos que sin duda dieron origen al topónimo Penafonte. Los peregrinos suelen pararse aquí a descansar y llenar las cantimploras...
Un lugar apacible que invita al descanso, o al menos a hacer un pequeño alto en el Camino, al pie de la ladera boscosa del Monte do Zarro
El agua es fresca pero siempre recomendamos precaución con el agua de las fuentes
Junto al lavadero, unas ocas, símbolo y emblema del Camino de Santiago, pues se dice que el Juego de la Oca se basó en él aunque sin duda sobre orígenes mucho más remotos
Paso de la oca...
Las ocas van hacia la Casa da Pena, llamada así por la pena (peña) que está detrás, A Pena o Pedrón Pena, origen del topónimo Penafonte, la peña de la fuente
Guardianas de la casa y el Camino...
Los peregrinos fotografían todos estos rincones
Y luego siguen ruta
Atravesamos así el enlosado campo de la iglesia
Retomando el camino
Camino aquí de hormigón que sigue la cuesta entre las casas de Penafonte
Huertas y frutales a la derecha
Pasamanos de madera
Entre las casas hay una doble encrucijada
Primero, delante de esta casa iremos a la derecha
Y acto seguido vamos de frente, a la izquierda, todo recto hacia arriba
La cuesta se empina
Pasamos a la derecha de esta casa
Tejado de pizarra que llega casi a ras de suelo
Y afrontamos el repecho
Caminamos entre las fincas...
Y ya nos dirigimos a las últimas casas
Otro gran seto ajardinado
Establos y almacenes
Bifurcación y a la derecha
Zona de arboleda y cantera
Aquí se amontonan troncos
Pueden ser para diversas funciones, la huerta, arreglos... o para leña para el largo invierno de estas latitudes
En este rellano dejamos el suelo de hormigón
Tal parece labrado en la roca viva
La vegetación se torna la propia de los puertos de montaña
Cuesta sin tregua...
Cruce y de frente
Pista pedregosa al sol...
Otra encrucijada, por eso al lugar le llaman Os Cruces: seguimos de frente el recuesto
Pinos y arbustos
Pinares
Las etapas montañosas del Camino Primitivo aún no han acabado y todavía se prolongarán hasta bien pasado A Fonsagrada, hasta Castroverde, a 20 kilómetros de Lugo
Una ascensión espectacular
Pena Mouxada a nuestra izquierda. Abajo el profundo surco del río de Trasmonte o da Boliqueira
Ahí enfrente tenemos A Airela a la derecha y Armilda a la izquierda. Al otro lado del monte es Galicia, concello de Negueira de Muñiz
Abajo es Penafurada, aldea perteneciente a esta parroquia grandalesa de Penafonte, su nombre delata la vinculación de la zona con la minería romana del oro, pues un túnel llevaba agua a las minas de Valabeyeiro. Buenas historias en la que ocupar nuestra mente mientras continúa la subida
Y más arriba el Monte Aguión y a su izquierda los altos de Bustarvelle (1.021 m), también frontera con Negueira de Muñiz
Ya asoman en la cumbre los eólicos del Monte do Zarro
En este trecho ahora, aunque se sigue subiendo, es más moderadamente
Plantaciones de pinos...
Estamos en este momento a unos 970 metros de altitud
Pared de la caja caminera y veredas de helechales
Pasamos bajo los pinos y curva a la derecha
Ahí va otro repecho más
Subir y más subir, buen ejercicio
Un grupo de peregrinos en la subida
Zona de arbustos
Siempre hay alguna flecha amarilla pintada aprovechando alguna roca
El topónimo de Pedras Apañadas hay quien le busca un origen con las piedras recogidas por peregrinos y depositadas en montones en lugares emblemáticos. Salvo que hubiese habido en la antigüedad algún otro ramal o lugar sagrado está un tanto desviado del paso de los romeros a Santiago. Otra posibilidad plausible es que se refiera a grandes túmulos u otros monumentos megalíticos de los que tanto abundan en estas montañas. Ahora, a la izquierda de Pedras Apañadas distinguimos, más atrás, el Pico da Lagoa (1.194 m)
Y a la izquierda del Pico da Lagoa, más cerca, vemos otra vez ante nosotros, coronado con sus areogeneradores, el Monte Aguión, que ya divisábamos en el recorrido por carretera desde Xestoselo a Penafonte. A la izquierda detrás de él, el Monte de Bustarvelle (1.021 m)
Curva a la derecha
Ya casi estamos tan altos como los eólicos del Monte do Zarro
La pista atraviesa otro pinar
"Yo iba de peregrina y me cogiste de la mano,
Me preguntaste el nombre, me subiste a caballo,
Fuimos contando las flores que salen nuevas en mayo,
Y me di cuenta enseguida que estabas enamorado.
Cántame me dijiste cántame, cántame por el camino y
agarrado a tu cintura te canté a la sombra de los pinos.
Mirando estabas para el cielo en la mitad de la raya,
Me acariciaste el pelo me besaste en la cara,
Sonroja mire para el cielo para no mediar palabra
Y soltaste un te quiero que se me clavó en el alma.
Cuando la noche caía y el frío más se calaba,
Tu sonrisa busca en la sombra para recrearme en tu cara
Tu cogiste la guitarra y yo canté por sevillanas,
Y bailaron las estrellas que desde el cielo nos miraban"
Apenas cantar una canción y ya salimos del pequeño pinar
Ya vemos la parte norte del Monte da Curiscada, con los 1.108 metros del Pico Cuía ante nosotros
Vamos casi en llano
Ahora atención a nuestra izquierda
Son unas pocas casas, con sus huertas, en la ladera que baja del Pico Cuía
Pero el Camino no pasa por el pueblo, sino que va un poco más arriba, que quizá podemos distinguir en ascenso, desde la parte superior derecha de la foto, bajo los tres aerogeneradores de la derecha
Ya casi en llano nos dirigimos pues a la "gran montaña" que separa Asturias de Galicia, un momento no exento de emoción
Volvemos a acercarnos a la carretera AS-28, allí al fondo a nuestra izquierda, que vamos a cruzar enseguida, justo en el cruce que va a Bustelo del Camín, ese que vemos a lo lejos
Y en este cruce vamos a la izquierda
Las largas cuestas nos han dado un cierto respiro. Aquí muchos peregrinos se reagrupan antes de emprender la subida
Seguimos el mojón
Y ya vamos llegando a la carretera
Aquí está el siguiente mojòn, que nos indica cruzar
Cruzamos pues la AS-28 y al otro lado seguimos de frente
Tomamos la dirección de Bustelo del Camín pero solo unos pocos metros
Justo empezamos a bajar...
Y este cartel nos indica cruzar
Subiremos por este sendero una larga cuesta
Abrimos la portilla y la cerramos tras de nosotros. Normalmente tienen un muelle o resorte que la cierra, pero de ser así, hagámoslo, no es para que no pasemos nosotros, es para que no pase el ganado a la carretera
Es una hermosa senda pero con una buena pendiente
Se oye perfectamente el ruido de las aspas de los eólicos al girar. El inmenso poder de las eléctricas se hace patente en el paisaje
Los nuevos gigantes y los nuevos molinos de viento, y nosotros en pos de ellos como nuevos quijotes peregrinos, y para ello qué menos que recordar, de El Quijote de Miguel de Cervantes Saavedra, aquel famoso episodio del combate contra los molinos de viento...
"En esto, descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo; y, así como don Quijote los vio, dijo a su escudero:–La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear, porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta, o pocos más, desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer; que ésta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra.–¿Qué gigantes? –dijo Sancho Panza.–Aquellos que allí ves –respondió su amo– de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas.–Mire vuestra merced –respondió Sancho– que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino.–Bien parece –respondió don Quijote– que no estás cursado en esto de las aventuras: ellos son gigantes; y si tienes miedo, quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla.Y, diciendo esto, dio de espuelas a su caballo Rocinante, sin atender a las voces que su escudero Sancho le daba, advirtiéndole que, sin duda alguna, eran molinos de viento, y no gigantes, aquellos que iba a acometer. Pero él iba tan puesto en que eran gigantes, que ni oía las voces de su escudero Sancho ni echaba de ver, aunque estaba ya bien cerca, lo que eran; antes, iba diciendo en voces altas:–Non fuyades, cobardes y viles criaturas, que un solo caballero es el que os acomete."
Los gigantes y su desafío en las alturas. Hemos de llegar arriba, donde están ellos
Aquí hay un poco de arbolado...
Curva a la izquierda
La estamos a la altura del Monte do Zarro
Por ahí abajo viene la pista por la que hemos subido desde Penafonte, a cruzar aquí la carretera
En la falda del Monte da Curiscada, bajo el Pico Cuía
Los eólicos más cerca
Árbol solitario en medio de la larga ascensión
Altos, espesos y espinosos matorrales
Trepidante cuesta al sabernos cerca de Jakobsland, el País de Santiago, como lo llamaban los peregrinos germanos...
El Camín Grande... testigo del paso de miles de romeros a lo largo de los siglos
Abajo a la izquierda el Monte da Redonda (965 m). A su derecha el Monte Aguión y al fondo Pena Mouxada. Lejos la Serra de Vilar
Cumbres de Asturias y Galicia...
Muchímimo más allá los altísimos picachos de Ibias y Os Ancares, allí, no muy lejos, no sólo Asturias y Galicia se unen, también León...
El repecho final...
Tal vez el más duro...
Ya hemos llegado arriba... o casi
No nos cansamos de contemplar el paisaje
Nos vamos despidiendo de Asturias, antes de decir hola a Galicia...
Y también al concejo de Grandas de Salime, antes de entrar en el de A Fonsagrada. Abajo asoma Bustelo del Camín, atrás ha quedado el Monte do Zarro
A Farrapa, Cereixeira, montañas de Allande...
Buspol y más allá El Palo, son ya un grato recuerdo de anteriores etapas...
Monte da Redonda, A Airela, Armilda, Penafurada...
La gran Cordillera Cantábrica, dominando el paisaje
El mar de nubes sobre los lejanísimos valles del Narcea
Llegamos a un cruce
Aquí tenemos otro cerramiento ganadero
Abrimos, cerramos...
Y continuamos por El Camín Grande
Ancha pista entre los pinares de la reforestación de la cima
Flecha en el suelo, hecha de piedras y ramas. Muy necesaria cuando hay niebla, pues toda señal es poca
El Camín Grande es aquí una verdadera pista forestal entre pinos repoblados
Son unos metros por esta espaciosa senda flanqueada de arbolado
Se ven las rodadas de tractores o vehículos todoterreno
A nuestra izquierda aún asoma el Monte Aguión
El Camino baja un poco
Y enlaza con otra pista que sube de Bustelo del Camín
Luego sigue de frente
Por aquí va subiendo monte arriba a la derecha
Si pensábamos que se habían acabado las subidas nos equivocábamos, aún queda esta fuerte rampa, corta pero un tanto dura
Volvemos a la sombra de los pinos
Las aspas y su ruido nos orientan hacia ellas
Pronto se acaba este fuerte repecho
Y arriba, cuando estamos a unos 1.100 de altura, llegamos a esta encrucijada
Cruzamos y seguimos de frente
Esta es la verdadera cima del Camino, la pista que comunica la línea de aerogerenadores. De frente vemos el mojón. Es un tramo donde son muy comunes las nieblas densas, por lo que es frecuente que algunos piadosos y solidarios peregrinos hagan flechas en el suelo aprovechando ramas de pino
Luego de cruzar el camino sigue llano
Siguiendo todo llano a la sombra de la enrramada
La pista se estrecha un poco y es ya un precioso sendero...
Atentos cuando el pinar nos deje un poco de campo abierto
Abajo vemos la carretera AS-28, ya casi como nosotros entrando en Galicia. Más abajo es el valle del río Nabalón y a lo lejos montes
Un poco más allá Pántaras Folgosa, abajo a la izquierda y bario de El Rañadoiro, que aún es de Grandas de Salime (Asturias), más a lo lejos Vilarello, concello de A Fonsagrada (Galicia)
Seguimos senda adelante...
Pinos y helechos
La pista caminera se ensancha
Muy al oeste reconocemos la Serra do Hospital, paso de A Fonsagrada hacia Baleira, en la ruta a Lugo
Sigue la caminata por los pinares
En este cruce subimos a la izquierda
Aquí emoción se acentúa al ver entre los pinos la villa de A Fonsagrada, capital de concello y cabeza de comarca, parada y fonda de peregrinos, fin de etapa no solo en las guías sino en la práctica, pues desde bastantes kilómetros antes y hasta bastantes kilómetros después, no hallaremos tantos alojamientos, comercios, servicios, como aquí, con varios albergues de peregrinos y pensiones, casas de comidas, bares, farmacias, tiendas, etc
Según el dicho popular a "A Fonsagrada nunca baixan os lobos" porque tienen que subir, en lo alto de una montaña, recortando su silueta ante la Serra do Hospital
Una vieja señal de madera superviviente de la señalización del Camino en 1993 sigue cumpliendo su función
El sendero sigue yendo por terreno llano
Son los últimos metros del Camino Primitivo en tierras asturianas
El Camino se estrecha un poco
Sube un pequeño recuesto
Y enlaza con otro que baja a la izquierda
De frente un mojón indicador
Estamos en un lugar muy destacar. Puede parecer desde fuera casi irrelevante para nuestra mente libre pero incluso los peregrinos han depositado piedras en la línea de demarcación entre Asturias Galicia que, por evidentes razones va a ser una de las cosas que más se recuerden del Camino... y de las que más se fotografíen
El paso de Asturias a Galicia, más una frontera es un abrazo
Antiguamente no había línea de piedras, un monolito con una pequeña pizarra en el Camino nos informa, en una sencilla inscripción, que aquí, en este preciso lugar se unen Asturias y Galicia. Se posan palos y mochilas y se inmortaliza tan importante acontecimiento
El pequeño monolito y la pizarra aún se conservan. Leemos la inscripción: "Camino de Santiago Encuentro Asturias-Galicia"
Los peregrinos, pasando de Asturias a Galicia, en el camino de A Fonsagrada
Justo al entrar en Galicia empezamos a bajar
Una larga pista en continuo descenso
Un buen "rompedero" de piernas dicen muchos caminantes, pero si hubo que subir, habrá ahora qu bajar
Nuestros primeros metros por el Camino Primitivo en Galicia
La pista se ha hecho ahora anchísima, si no fuese porque no tiene asfalto sería una carretera convencional
Hablando de carreteras, vemos a lo lejos la LU-701, continuidad de la AS-28 en tierras gallegas, que bordea por abajo el Chao de Folais (1.026 m), por donde vemos subir el Camino en ruta a Cabreira, Fonfría, Barbeitos, Silvela, Paradanova y A Fonsagrada
Chao de Folais y más allá Monte de Chao Grande (1.016 m), en la ruta hacia A Fonsagrada
A Fonsagrada, la capital del concello, en lo alto de una montaña, que cada vez vemos mejor
A Fonsagrada y A Serra do Hospital, justo a la izquierda está Montouto
Montouto, unas casas en medio de la foto, es la subida al paso allí existente por la Serra do Hospital, hacia donde se encaminan las dos rutas históricas señalizadas desde Paradanova, justo antes de A Fonsagrada, donde el Camino se bifurca: un ramal, el más usado con diferencia, sube al centro de esta villa y el otro se dirige a la Proba de Burón, antigua capital de A Terra de Burón, donde hubo hospitales de peregrinos, castillo y malatería. Arriba están las consolidadas ruinas del Hospital de Santiago de Montouto, que acogió a tantísimos peregrinos durante siglos
Pista abajo... y con frenos
Volvemos a meternos en un pinar
Perdemos rápidamente altura
A Fonsagrada se nos oculta bajo la copa de los árboles
Paisajes del concello de A Fonsagrada, al norte, Pántaras y A Trousa
Se ven grandes canteras
Muy, muy en la distancia, las nubes señalan al norte los cambios de clima entre A Mariña y A Terra Chá
Volvemos a ver A Fonsagrada y el Chao de Foláis
Un paisaje impresionate
A Fonsagrada y el Camino
Y abajo, ya ante nosotros, el Mesón do Acevo, antigua Venta do Acevo, histórica parada caminera, donde confluyen, unos metros, Camino y carretera.
Alto do Acevo y Mesón do Acevo, una excelente parada para reponer fuerzas antes de encaminarnos a la villa de A Fonsagrada de la que aun distan unos 9 ó 10 kilómetros...
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