Vega desde el Camino |
Una pequeña vega, junto al río, es asimismo este bucólico lugar con mesas-banco de madera ideales para tomar el bocadillo
También hay un panel dedicado al recorrido del Camino de Santiago por el concejo de Sariegu en su trayecto oficialmente reconocido y señalizado como tal
La entrada en Vega y posterior paso a Barbechu al norte de La Berruga
Barbechu extiende sus barrios desde la salida de Vega a La Torre. Ahú vemos en rojo el trazado de la A-64 dividiendo en dos al concejo. Más a la izquierda, por Aramanti y El Romeru se pasará a Siero por El Castru y luego Aveno, parroquia de Samartino...
Al sur, vemos el Río Coru o Fontrea dirigirse valle abajo a dar sus aguas al Ñora en La Vega pasando primeramente a la derecha de Moral, que como hemos dicho fue la antigua capital del concejo. Más al sur es L'Enguilu, monte de cierra el valle por el sur, separando Sariegu de Nava y el valle del Ñora del valle del Piloña si bien no es tan alto como La Llomba, pues ninguna de sus cotas llega a los 400 metros de altitud
En días claros llega a reconocerse bien más al sur Peñamayor, serranía al sur de Nava, al oeste de Bimenes y al norte de Llaviana, transición de las cuencas del Piloña y del Ñora a la del Nalón, cuya cota más alta es La Triguera (1.293 m) si bien lo que más destaca viéndola desde el sur es el espolón de El Tarnu (1.123 m) o Picu les Antenes
Moral debió ser la capital saregana al menos desde que en 1270 Alfonso X El Sabio otorga la carta puebla al concejo, pero este, pese a ser de realengo, orbitaba en torno a las enormes extensiones de terreno propiedad de los monasterios de Valdediós (desde 1200), de San Pelayo (desde 996) y otros como Villamayor y Soto, que pasaron a San Bartolomé de Nava y seguidamente a San Pelayo en el siglo XVI, por lo que tal decisión fue revocada en 1272 para gran quebranto de los sareganos, que no se desprenderían del yugo monacal y sus abusivos arriendos de tierras hasta la desamortización de 1835
Compartiría poder, posesiones y poder desde el siglo XV con los monasterios la poderosa familia de los Vigil procedente de la cercana parroquia de Santolaya en Siero, que erigieron aquí sus casas y palacio, el cual actualmente languidece, desplazando a otras familias locales como los Fernández de Riba y acaparando los cargos del concejo, juez, escribano, regidor, etc., se conserva incluso el edificio del que fue el antiguo Ayuntamiento, así como, un poco más allá de Moral, en Los Llanos de Carabiéu, la antigua iglesia parroquial de Santiago, joya del románico con elementos prerrománicos (Arte Asturiano), renacentistas y posteriores
Y a Vega llegamos entrando por La Piñera, donde la primera casa es la llamada Casa Floro o Casa Florín, donde nació el gran historiador, cronista oficial de Sariegu, Florencio Friera Suárez, nombrado Hijo Predilecto en 2008, noticia reflejada por José Cezón en el diario El Comercio a fecha 4 de abril de dicho año:
"Era casi una deuda de los sareganos, y en especial, de la corporación municipal que presido». Así valoraba ayer el alcalde de Sariego, Javier Parajón, el reciente nombramiento del profesor Florencio Friera como cronista oficial del concejo. La propuesta del equipo de gobierno -que databa del 6 de marzo- fue aprobada en el último pleno por unanimidad de todos los grupos políticos del Ayuntamiento. Friera, natural de La Piñera (Vega), es profesor de la Universidad de Oviedo y autor de los principales estudios monográficos sobre el concejo saregano.
Parajón se deshizo en elogios hacia la figura de Florencio Friera tanto por su valía intelectual como por la disponibilidad que siempre ha mostrado con el concejo de Sariego, «al menos en los años que llevo yo en el Ayuntamiento», señaló el alcalde. Y agradecido su dedicación «al estudio de sus raíces, la historia, las costumbres o la toponimia». «Hemos elegido al más capaz», concluyó el regidor.
Parajón comentó ayer que el cargo de cronista oficial -que ya ha sido aceptado por el interesado-, se puede considerar en firme, tras la aprobación plenaria. Y no se contempla, en principio, ningún acto institucional de concesión de este nombramiento honorífico, lo que no quita que se pueda aprovechar cualquier acto para rendirle un pequeño reconocimiento público.
Por su parte, el portavoz de Sariego Democracia, José María Berros, calificó a Friera como «el máximo referente cultural de Sariego» y también opina que el concejo «ha contraído una deuda de lealtad y gratitud». Berros considera además que la obra de Friera -que rondará las cuarenta publicaciones- «debe ser preservada y divulgada convenientemente».
Para ello, propone la adquisición de todas sus publicaciones tanto para la Casa de la Cultura como para la biblioteca del colegio público Salvador Vega Berros. El alcalde Parajón señaló al respecto que las obras más importantes de Friera ya están disponibles en esos espacios."
Más a la izquierda, aquella es también Casa Floro, por donde va El Camín de La Piñera a unirse con La Caleya l'Umañu de Vega a Moral. Se trata de la casa de La Piñera cuya primera referencia aparece en el siglo XVI, siendo el lugar mencionado en el "apeo de la tierra de La Senriella, junto de La Piñera" en Libro de Apeos del monasterio de Valdediós y luego al delimitarse la finca de La Veguina o La Vega en 1622 "sita en la Peñera, que se determina de çima Camino Real y debajo tavbién camino que viene de Bega para la yglesia", "y devajo camino por donde van para La Piñera por ante casa de Toribio Jubón". En 1599 la casería aparece en el testamento de Vigil el viejo como "el asiento de La Piñera", dándosela a su hijo primogénito Bernabé de Vigil el mozo
Oí a mi madre decir que una xana habíase casao con unu de Canal. Mi madre tovía dicía qu'era con uno de los antepasaos d'Eulogio Canala. Y, depués de casase, dijo-y la xana que nun se acordase jamás de xanes ni na, porque entós ella quedaba encantada. Teníen un fíu y dio-y a él por pregunta-y a ella por la vida de les xanes. Y dijo-y ella:-Arruinásteme pa tola vida. Quedé encantá pa siempre.A esi fíu partiéronlu al medio. Y la xana desapaeció pa tola vida. Volvió a quedar encantada"
"La casería quedará en poder de los Vigil-Quiñones de Moral. Así en 1747 hay un arriendo por la casa de Moral a Andrés de Berros, donde se menciona casa, establo, quintana y orrio de cuatro pies junto a ella. En 1778, Manuel Berros, hijo del citado Andrés, reconoce a los Vigil-Quiñones la propiedad de un huerto en La Piñera, indicando que ahora vive en dicha casería Alonso Diego. Del año 1804 es un arriendo para Alonso Diego de "la casa en que habita con su bodega, corral, corrada y arrodeos con la huerta heredad labradía que se halla delante y al lado de dicha casa con sus árboles manzanales que son unos treinta, y otros no frutales que serán 10 días de bueyes. En 1825 hay un contrato de arriendo a Domingo de Diego de "una casa baja con establo sita en términos de La Piñera, lugar de Vega, con todas sus entradas y salidas, usos y costumbres", así como una panera de seis pies... . En 1851 Juan y Alonso Diego reciben en arriendo "casa baja con su establo sita en los términos de La Piñera, del lugar de Vega, con todas sus entradas, salidas, usos y costumbres" y de "una panera de 6 pies delante de la casa".
Aunque ya hemos entrado en Vega su núcleo urbano propiamente dicho empieza un poco más adelante, en dicho barrio de La Quintana, al que llega El Camín de Canal, justo pasado El Río la Teyera, unos metros más allá
Estos son los guardarraíles o quitamiedos que separan la carretera de la pequeña caída hacia el regato, oculto casi por completo por la vegetación, su hidrónimo, común en la toponimia, revela la antigua existencia de teyeres o tejeras, industrias artesanales de tejas y ladrillos, lo que hoy llamaríamos cerámicas, que aprovechaban para ello el abundante barro de vegas y riberas, máxime en un concejo tan llano como lo es en gran parte Sariegu
El Camín Rial recibe aquí el nombre del Doctor Rimada, trayecto que realiza el cronista de Sariegu, el citado Florencio Friera Suárez, viniendo hacia su casa cuando, allá por el 2010, "recorre los paisajes de su infancia" con el corresponsal Carlos Palicio para la serie de La Nueva España titulada Asturias Viejas y nuevas polas en el capítulo dedicado a Vega y titulado La nostalgia de un pueblo con bolera:
"A Florinín, el niño, nada le gustaba más que ir a Vega a jugar a los bolos, pero ya no hay bolera en Vega. En su lugar, Florencio Friera señala hoy con cierta nostalgia esta plaza que ha puesto unos plátanos donde tenía robles y dos bares con sus terrazas de verano en el sitio desde donde en tiempos se lanzaba en la bolera. La deformación profesional del historiador empuja marcha atrás al cronista oficial de Sariego, pero aquí, sobre todo, está hablando la memoria en viaje hacia los paisajes distintos de la infancia. Calle arriba y bajo la vigilancia de la sierra de La Llomba, Friera deja atrás en la plaza el antiguo cuartel de la Guardia Civil, «la fragua donde trabajaba mi padre» y «la llosa de Les Mariques», antes huerta que urbanización uniforme de chalés adosados. También quedan a sus espaldas la antigua fábrica de quesos a la que «mi madre venía a traer leche» y frente a la plaza la capilla del Carmen -finales del XVII-, que sí sigue en pie, todavía en su sitio.
Cuando había robles y bolera en la plaza de Vega y Florencio era «Florinín», en esta finca de la izquierda faltaba el Colegio Público Salvador Vega Berros, el indiano saregano que «inició las compañías de seguros en México» y después de sufragar parte de la obra del centro escolar le dejó su nombre. A la escuela entonces se iba ahí, apunta Friera hacia el edificio de lo que hoy es vivienda particular unos pasos más arriba, en el barrio de La Baúga. En el blanco y negro del «flashback», esta zona alta de la capital saregana no tiene un metro de asfalto, «era todo senderos» y había una fuente, que se llevó la obra de la Autovía del Cantábrico, y «una casona mariñana evolucionada» y un «paisaje muy frondoso, con su bosque de castaños» que también se va perdiendo, y muchos hórreos. «Quedan cuatro». El historiador sabe que «la historia es cambio», pero no se acostumbra a «la transformación del paisaje que se hace a veces sin criterios históricos ni buen gusto».
A todo asiente sin vacilar José Moro Parajón, «Pepe La Baúga», a las puertas de su casa, esta sí, tal como era, en el corazón del barrio que tanto ha modificado el tiempo al decir del cronista oficial del concejo. Él y Andrés Álvarez, que vive unos metros más abajo y presume de sus éxitos en el concurso de sidra casera de Sariego, resisten en lo más rural de este paisaje que el progreso ha derivado últimamente a marchas forzadas hacia lo urbano y residencial. El recorrido del cronista oficial ha venido a dar de nuevo a las antiguas huertas que son urbanizaciones, aquí donde a duras penas resiste, en mal estado, la casa de Gustavo González Soler, que tiene fecha del siglo XVII y tuvo un antiguo «molín de rabil para la escanda». Por la calle del doctor Rimada -«era del partido republicano radical y fue asesinado en la guerra»- Florencio Friera, natural del barrio de La Piñera, va camino de su casa, conservada, ésta también, más o menos como debió de haber sido siempre. La puerta informa del año de construcción, 1590, y el primor de la restauración confirma cierto afán por conservar como era una parte de lo que ha sido su pueblo.
A lo largo del poblamiento disperso de la pequeña capital saregana, caminando hacia el Este entre praderías y terrenos de labranza, se traspasa el arroyo Fontrea, que marca el límite de Vega a este lado -por el otro confín divide el regato Rauxuán-, pero más allá de esta frontera natural sigue habiendo que visitar Moral, que fue la capital de Sariego hasta que la cabecera administrativa del municipio pasó a Vega en torno a 1833, «con la división provincial de Francisco Javier de Burgos». Moral tenía la cárcel, informa Friera, y sigue teniendo palacio. El de los marqueses de Santa Cruz, principios del siglo XVII, conserva de su esplendor poco más que la reciedumbre de sus muros y las dimensiones más que considerables del edificio y de su finca. Con su capilla de San Roque, «es el edificio más importante de Sariego junto a las iglesias», pero está en ruina casi desde la muerte de su última usufructuaria, Carmen Valdés Cabanillas, en 1962. Moral era señorial, en Vega vivía el pueblo, «debió de haber alguna rivalidad» y aquí ha terminado residiendo la capital de Sariego, no sin antes someterse a «una transformación muy fuerte» e ir olvidando poco a poco aquel «otro mundo» en el que no era raro escuchar entonando tonadas a los que volvían de la hierba y los niños «teníamos un juego al aire libre para cada época del año». «Íbamos a ñeros» y «nos llevábamos a matar con los de Pedrosa, pero jugábamos con ellos contra los de San Román». «Cuando estaba guapo era antes, con los robles y la bolera», acaba sentenciando la nostalgia".
A la izquierda, una de las casas del Camín de la Quintana, que desde la SR-1 lleva al Camín de l'Umañu, donde dice Friera antaño se sembraba trigo, "y delles vegaes, mandábenme a espantar los gurriones... Na nuesa panera de La Piñera había unes macones mu grandes que servíen pa guardar los cereales (...). Fai muchos años que per les llanaes de Sariegu dexaron de cultivase la escanda, el panizu, el trigo, el centenu o la cebada. Aquelles plantes formaron parte del paisaxe del nuestru valle dende un tiempu muy anterior a la llegada del maíz, que fue, puquiñín a puquiñín, ocupando más terrén de cultivu hasta sustituir a esos antiguos cerales, Entovía güey tópense sareganos que saben onde se semaba trigo, el llugar onde se facía la era, qué yeren los mayales, les mesories y... ónde taben los molinos".
Poco más arriba, al final de la cuesta, Casa Horacia y, al fondo y seguidamente Casa Gustavo, que tuvo comercio mixto 'chigre-tienda' y fue pista de baile de antaño
A la derecha entra en Vega el antes mencionado Camín de Canal, que dejaremos a la derecha, donde está La Llosa les Mariques, antigua finca que fue de Casa Oscar, la antigua Casona de los García Bernardo, del siglo XVIII, donde hubo escuela, la cual, restaurada, ha quedado totalmente oculta por las nuevas casas. Dice de ella Florencio Friera que su origen ha de estar en la vivienda que el cura Toribio García Bernardo, El Alférez, trajo aquí su "casa de capellanía" desde Coréu, barrio de Moral, aún capital por entonces, a finales del siglo XVII. Su función como escuela se debe a una Obra Pía fundada por Juan García Arboleya que nos explica Florencio Friera Suárez en su Contribución a la historia de la escuela rural desde un concejo asturiano:
"Los bienes de la Obra Pía fundada por Juan García Arboleya estaban en su mayoría en el lugar de Vega: casa -o mejor casona-, panera y un molino de rabil; 1 tierras y prados contiguos a esas edificaciones o muy próximos -finca de La Fragua- sumaban unos 33 días de bueyes. Al NO. de Vega, en La Baúga, tenía un cas- ) taÍíedo de 6 días de bueyes. También tenía posesiones en términos de La Cuesta: La Senriella, El Forcón y El Nocéu. En El Prudi (7 días de bueyes) y en la llosa de 1 Moral (4 días de bueyes) y en Pezón de Nora (1,5 día de bueyes). Además, Juan García Arboleya llevaba el dominio útil -el directo pertenecía al monasterio de Valdediós- de fincas en la Llosa de La Carcabada (un prado de dar 3 carros de yerba) y en Berros (lloso de 1 día de bueyes), por los que pagaba de renta a dicho convento 7 copines y 8 maquilas de trigo. Estos bienes de ambas obras pías fueron los comprados por Pedro González Villamil, bienes que incrementaría su hijo y sucesor Manuel González Villamil, así como Pedro González Villamil, personaje relacionado con el proceso desamortizador de los bienes del monasterio de Valdediós.Pero no concluyó con esas ventas el interés de muchos sareganos para que se cumpliera la voluntad de Juan García Arboleya sobre la fundación de una escuela de primeras letras en la parroquia de Santiago. En agosto de 1807, un año después de haberse celebrado la subasta dicha, el patrono de la obra pía, Francisco Suárez, vuelve a intentar que se ponga en funcionamiento la escuela, gestionando el cobro de los réditos y dando su poder a un procurador de Oviedo, Bernardo González Alberti, "para que acudiendo ante el señor Provisor y Vicario General de esta diócesis y más Tribunales Eclesiásticos y Reales de la nación, practique y haga quantas gestiones judiciales y estrajudiciales puedan ocurrir hasta conseguir que dicha fundación tenga efecto en todo y por todo. Y por quanto hace algunos años que la erencia de dicho fundador, destinada para este objeto, se halla depositada y de sus producciones no se ha hecho ningún huso que coadyubare a las intenciones del fundador, para conseguir se rindan cuentas por el sugeto que la administró, con entrega de alcances con las costas y practicar en el asumpto quantas diligencias judiciales y estrajudiciales combengan"; y también "da todo su poder cumplido el que por derecho se requiere a don José Fernández Cueba, procurador de número de la real Audiencia para que en ella y más Tribunales practiquen a su nombre tanto sobre esto como sobre la indegnización a prorrata del alcance que resultó contra el administrador de tavacos de la Pola, don Francisco Banial, de que con otros fue fiador el Arboleya, quien ha pagado por todos y quantos recursos, solicitudes y pretensiones y demandas ocurran en fabor de esta obra píav3'. Poco tiempo después de esa gestión, el 25 de diciembre de ese año, propone como maestro y para que diga las misas de alba los domingos en la iglesia de Santiago o en las capillas de Nuestra Señora del Carmen de Vega o de San Roque en Moral, al presbítero Francisco García Mijares, teniente del cura párroco de Santiago y San Román, Lorenzo Miguel Alvarez.No obstante, a tenor de la documentación conservada, pese al interés del patro- , no de la fundación, ésta no se puso en marcha. El 7 de mayo de 1813 murió de muerte repentina el citado cura párroco de Santiago de Sariego, que, recordemos, era testamentario de Juan García Arboleya. Unos meses después de su muerte actúa la Diputación del Principado de Asturias, interesada en este tiempo por el desarrollo de la enseñanza primaria en la geografía asturiana. El caso de la obra pía en el concejo de Sariego, cuyo ayuntamiento estaba interesado en poner en marcha esa escuela, coincidía con los proyectos de la Diputación provincial y era un buen punto de partida para llevarlos a la realidad. De manera que, después de haber sido tratado brevemente el asunto en la Junta General del Principado, la Diputación se ocupa de ello desde diciembre de 1813 hasta mayo de 1 814. Esa actuación va orientada a que los réditos de la venta reviertan en el pago a un maestro, a que los ! herederos del difunto cura párroco de Sariego presentaran las cuentas relativas a la I fundación de la escuela -so pena de 50 ducados de multa-, a cómo han de revertir los impuestos del concejo y la renta de los bienes de la "obra pía" en el pago de la escuela de primeras letras4". No hemos encontrado más documentos sobre esa l escuela, pero todavía en una venta del año 1823, se delimita una finca, La Llosa en Vega, señalando que linda con "bienes de la fundación de Escuela de Don Juan 1 García Arboleya".El interés de estas "obras pías" reside en que fueron el antecedente más inmediato a las escuelas con las que el nuevo Estado liberal inició su lenta andadura por I el concejo asturiano de Sariego. Pero ésa es otra etapa de nuestra historia. (...)En la parroquia de Santiago, tras el intento fallido de la obra pía de Arboleya, se consiguió establecer una escuela en Vega (casa de García Bernardo). A esta escuela es a la que debe referirse Madoz cuando dice que en Santiago hay "escuela de primeras letras frecuentada por 60 niños y dotada con 600 rs. anuales". Entre los años 1858-1860, inmediatamente después de la Ley Moyano, el ayuntamiento de Sariego contaba con una escuela de niños dotada con 2.500 rs. en Santiago, y una escuela "incompleta" de niñas dotada con 1.000 rs. en Santiago.Hacia el año 1912 la escuela que estaba en una casa particular de Vega pasó a otra de Moral. En este lugar se construyó un edificio para las escuelas de la parroquia de Santiago, bajo la influencia del teniente de alcalde e industrial pionero en la modernización del concejo, Gaspar Gutiérrez, y con el apoyo del "americano" Constantino Suárez. Se inauguraron las escuelas de Arbenti, para niños en un principio, el 5 de octubre de 1921..."
Al fondo de La Llosa les Mariques vemos la parte posterior de la capilla del Carmen, de finales del siglo XVII y al lado de la que estuvo el Ayuntamiento cuando vino trasladado aquí desde Moral en 1833, siendo su sede una casa contigua al santuario que, construida en 1790 sobre otra anterior, fue reformada con este fin, derribada en 1982 al construirse el nuevo consistorio en otro lugar unos cientos de metros más a la izquierda, en la carretera de Vega a Santianes, saliendo de la población. De ella cuenta así Florencio Friera:
"Es, de las numerosas capillas que hubo en nuestro valle, la única que se encuentra en buen estado de conservación, permaneciendo abierta al culto y continuando la celebración de la tradicional fiesta de Nuestra Señora del Carmen cada segundo domingo de agosto. Sus devotos seguimos haciendo, como nuestros mayores, la procesión por Vega al final de la misa, con gaita y tambor, llevando en andas a la Virgen del Carmen. Después, corre la sidra y la hermandad entre los sareganos amantes de nuestras tradiciones".
"Pablo Hevia Noval y Rocío Martínez González no tienen vacaciones, trabajan los 365 días del año, pero ello no les impide sentirse satisfechos y contentos con lo que han logrado. Hace tres años hicieron una apuesta fuerte de futuro y de trabajo para poner en marcha en Vega, en Sariego, una tienda de ultramarinos a la antigua usanza. Estos emprendedores no se arriesgaron. "Sabíamos las posibilidades que teníamos, estudiamos antes el terreno y tiramos sobre seguro", afirma Pablo Hevia, que, a lo largo de la conversación, se deshace en elogios hacia su mujer, Rocío Martínez. "Dejó un trabajo fijo para empezar esto conmigo, es una mujer con mucha experiencia en atención al público. Además, a ella le hacía ilusión abrir una tienda en un pueblo, y, bueno, aquí estamos", añade sonriente.
Al principio, la idea de que ambos dejaran su trabajo para iniciar esta andadura en plena crisis, y además en un pueblo, no fue muy comprendida por la familia. "Si no arriesgas, nunca sabrás si lo puedes conseguir, pero, eso sí, sabiendo dónde te vas a meter y habiendo estudiado previamente los pros y los contras", reitera el marido.
Rocío Martínez recuerda que "desde el principio fuimos muy bien acogidos en Vega. Los primeros meses fueron de mucho trabajo. Fuimos muy bien recibidos por los vecinos y sin duda que el trato es mucho más cercano y cordial que en un gran supermercado. Además, también les compramos productos para vender como lechugas, huevos, productos ecológicos, aperos de labranza, etcétera".
Su cambio de vida ha sido enorme, pues también se trasladaron a vivir al campo, concretamente a tres kilómetros de Vega. "No cambiamos nuestra casa por nada, estamos muy a gusto con los vecinos y mucho más tranquilos que en Siero. Mi marido sube y baja de casa al trabajo andando y está encantado", matiza Rocío.
El éxito de su negocio, a día de hoy, radica tanto en la calidad de lo que se vende como en la cantidad y variedad de los productos, tal como afirma Pablo Hevia. Así, en el supermercado tradicional Camín de Santiago, hay alimentación, ferretería, droguería, charcutería, frutería, perfumería, material escolar, libros y periódicos, vinos y licores e inclusive algunos productos que no son fáciles de encontrar en otras tiendas en la ciudad.
"Nos va bien, pero no hay que bajar la guardia y menos ahora, donde el esfuerzo es máximo. Abrimos a primeras horas de la mañana y cerramos a las nueve y media de la noche", señala esta pareja de emprendedores que, hace tres años y en plena crisis, eligieron un pueblo, el de Vega, para iniciar su negocio."
Cruzamos El Camín del Café y seguimos de frente hacia la capilla del Carmen y el albergue de peregrinos. En esta zona de Vega pervive el topónimo La Fragua, memoria de los antiguos ferreros sareganos. Seguimos tomando datos del libro dedicado al patrimonio del concejo de Florencio Friera Suárez:
"En 1752, completaba sus ingresos como campesinos el trabajo que hacían como herreros, tres meses al año cada uno de ellos, Francisco Martínez y Mateo Ceñal, vecinos de Santiago (...) lo más probable es que el primero de los citados tuviera su fragua en la actual capital del concejo, donde sigue denominándose La Fragua una finca al SE de la plaza. El 19 de agosto de 1802, Josefa Diego, viuda desde unos quince días antes de Pedro Martínez, vende "la su casa de fragua con sus rodeos" sita en Vega. En varios contratos de compraventa de la primera mitad del siglo XIX aparece este topónimo de La Fragua. Nadie recuerda que en ese lugar de Vega (...) hubiera habido una fragua."
A la derecha de la capilla se encuentra actualmente el edificio de la Casa de Cultura, justo donde acaba la Urbanización La Llosa
"Hasta que fue derribado el edificio que albergaba al ayuntamiento y cárcel del concejo -que había sustituido en 1833 al que existió en Moral, antigua capital de Sariego-, la capilla del Carmen se encontraba adosada a dicho ayuntamiento. Actualmente, tras el "urbanismo" sufrido por la plaza de Vega, aparece como un edificio aislado frente a lo que fue casa del médico, quedando reducida la superficie de la calzada, pero dando cuenta de lo que antes era un camino suficientemente ancho. La casa, derribada con motivo de la construcción en 1982 del actual ayuntamiento de Sariego, había sido, cuando el antiguo ayuntamiento estaba en Moral, vivienda contigua a la capilla. Dicha casa fue reedificada en 1790, y todavía no era el Ayuntamiento del concejo en 1822".
"El primer documento en que aparece mencionada pertenece al año 1703, un testamento de María Fernández de Riba que encomienda un oficio a la Virgen del Carmen tras su muerte; cinco años después figura entre las capillas del concejo en el Libro de Fábrica de la iglesia de Santiago. No hemos visto ninguna referencia a esta capilla de Vega en documentos anteriores al mencionado; por ejemplo, no aparece en el testamento de Don Toribio Vigil Quiñones, de 1628, en el que se recogen casi todas las capillas donde había algún culto en el concejo; tampoco existe noticia alguna sobre una capilla medieval que fuera precedente de ella".
"El fundador, patrono y primer capellán, fue el presbítero saregano José Berros, excusador sucesivamente entre 1703 y 1744, de los párrocos de Santiago y San Román, Toribio García Bernardo, Juan Flórez de Llanos, y Diego Jacinto Rodríguez Camino. José de Berros era hijo de los vecinos de Barbecho, Francisco de Berros y Eugenia de Vega, hermana de Rodrigo de Vega que fue cura de la parroquia de San Martín de Cuadroveña en Parres. Hay numerosos documentos que prueban su ascendencia en Sariego, donde incrementó su patrimonio, desde su residencia en La Peña (Ñora). Se conserva su testamento, del 12 de febrero de 1742, que debió modificar el 10 de junio de 1743, según el cual fundó una misa cantada el día de San José en la capilla del Carmen, con la renta de un prado de 1,5 días de bueyes en Los Pedregales, y dotando a la capilla de importantes bienes en San Román (El Fondón, Valvidares, La Vega), en Santiago (La Cuesta de Pedrosa-Figares, una casa y un hórreo en Pedrosa, El Rebollar, Berros, Carabiego, Moral y posesiones en La Piñuca de Santianes) y en Narzana (Villar y Barbechu); estas fincas, según el citado testamento de 1742, proporcionan unas rentas de 6,5 fanegas, 13 copines y 29 celemines de pan al capellán encargado de dicha capilla, José de Berros murió el 23 de febrero de 1743 (...).Nombró como patrono a su sobrino Toribio de Berros y un hijo de éste, Domingo de Berros, clérigo de menores, les sucedió como capellán, según acreditan diversas escrituras entre 1767 y 1776. Después, a principios del siglo XIX, fue capellán otro miembro de la familia, Felipe Ceñal, también clérigo de menores.Estos capellanes se beneficiaron con las rentas que proporcionaban las fincas donadas a la capilla por José de Berros. Así, en 1780, su capellán y patrono, el citado Domingo de Berros percibía 25 fanegas de pan. Entre esas fincas se encontraban las denominadas La Fontalina, La Cortina, La Llonguera, y otras al lado del camino real a su paso por Narzana. Se conservan varios contratos de arrendamiento de ellas, por los que sabemos lo que percibía el capellán beneficiado de los llevadores de esas fincas; también esos bienes generaron algunos conflictos, como el provocado por unas obras que realiza Francisco Antonio Valdés y que fueron denunciadas por Domingo de Berros en 1768; o el cierre de una llosa en Canal invadiendo terrenos propios de la capellanía. Parte de esos bienes fueron adquiridos por Manuel González Villamil durante el primer proceso desamortizador..."
Aquí se dejaban además niños expósitos, abandonados por sus madres para que fueran cuidados por otros, a uno de los cuales, que apareció aquí dejado en la primavera de 1794, que fue bautizado con el nombre de José del Carmen en honor a esta capilla. También se dio sepultura a algunas personas, como un soldado del Regimiento de Tineo, muerto en la francesada:
"Dos sareganas, doña Gaspara y doña Joaquina Valvidares, hermanas del famoso poeta Antonio Valvidares, dispusieron en su testamento, en 1802, ser amortajadas con el hábito de Nuestra Señora del Carmen, frente a la práctica habitual en la época que era la mortaja con el hábito de San Francisco".
"La capilla fue convertida en un polvorín, al comienzo de la guerra civil y las imágenes de los santos que en ella había fueron alineadas junto a otras de las iglesias de Sariego en Vega, mirando a Canal, por milicianos que procedieron a su "fusilamiento". Una miliciana se opuso a que la capilla fuera destruida".
"Cabe destacar la actitud de vecinos de Vega -Obdulio Álvarez, Sola Berros y Pilar Montes- y el apoyo de un saregano en Madrid-el doctor José Luis Peña (q.e.p.d.)- en defensa de la capilla, consiguiendo de sus convecinos el dinero suficiente para su reparación y para que se volviera a celebrar la fiesta del Carmen desde los años 1980".
El interior está recorrido por una línea de impostas de piedra de sillería que va por las cuatro paredes, las cuatro enlucidas y pintadas, "habiéndose tapados dos arcos con hornacina para imágenes en el muro N.; el interior está cubierto con falso techo plano".
La imagen de la Virgen del Carmen fue escondida durante la guerra civil por una mujer llamada precisamente Carmen, lo que la salvó de la destrucción que sí padecieron las otras figuras:
"Nuestra Señora del Carmen, en su capilla de Vega, recibió la veneración de muchos sareganos que encomendaron por sus almas oficios o misas a su muerte, al lado de otras devociones a la Virgen, entre las que cabe destacar -fuera del concejo- a la Virgen de las Angustias en su ermita de Arbazal (Villaviciosa) y a Nuestra Señora de los Remedios (Nava). Es frecuente que en los testamentos de los siglos XVIII y XIX los sareganos, de cualquiera de las parroquias, encarguen un oficio a celebrar en dicha capilla de Vega por tres o más sacerdotes para el primer sábado después de su fallecimiento. Así, Tomás Diego y Francisca del Sastre, su mujer, vecinos de Santianes, en 1768; o doña María Teresa González Victorero, señora que había sido de la casa de Moral y viuda de don Manuel Vigil Quiñones, que residió en Vega, dispuso en su testamento (1774) "que el día de mi fallecimiento se diga a cuerpo presente una misa cantada en la capilla de Nuestra Señora del Carmen desta dicha parroquia con los sacerdotes que quisieran mis testamentarios; Benito Parajón y su mujer Josefa García, vecinos de Pedrosa, ordenaron en su testamento "ser amortajados con el hábito de Nuestro Seráfico Padre San Francisco y enterrados en la yglesia de Santiago en el primer tramo con asistencia de doce señores sacerdotes, yncluso el párroco, y para los oficios de tercero día y cabo de año para cada uno de estos seis también con ynclusión del párroco, asimismo un oficio en la hermita del Carmen sita en Vega con asistencia de cuatro señores sacerdotes, yncluso el propio párroco, advirtiendo que el funeral ha de ser mayor".
"La capital del concejo, Vega, recibió ayer la distinción Pueblo Ejemplar de Sariego, que se entrega desde la concesión en 2006 del Pueblo Ejemplar de los Premios Príncipe de Asturias. Eva González, alcaldesa de barrio y promotora de la candidatura, fue la encargada de recoger el galardón que aprobó la Junta Municipal de Gobierno.
Los méritos para lograr la victoria fueron la colaboración vecinal con el Ayuntamiento, además de la conservación del patrimonio, en especial de la capilla de la Virgen del Carmen. El premio asciende a 3.000 euros. Según comentó la alcaldesa de barrio, «el dinero será muy necesario para renovar el mobiliario urbano, cambiar las farolas y mejorar el estado de los bancos». La conservación de la capilla se realiza mediante donaciones y ayudas vecinales, que estuvieron vendiendo papeletas durante todo el día para el sorteo de un cordero. Con el dinero recaudado se pretende mejorar y limpiar la fachada principal del templo. La obra comenzará esta primavera para que el edificio esté en condiciones óptimas para las fiestas de agosto."
"El alcalde de Sariego, Javier Parajón, recordó las diferentes etapas por las que pasó el pueblo desde que él era niño y destacó el crecimiento de población (ahora son 46 vecinos) y de los servicios. Parajón dio las gracias a los nuevos vecinos por instalarse en Vega y comentó que lo más importante es «vivir en armonía entre todos y tener en cuenta que existen muchas diferencias con respecto a las grandes urbes en cuanto a servicios». El alcalde aprovechó la oportunidad para hablar de las trece viviendas de protección oficial que, según le informaron desde la Consejería de Vivienda, se entregarán en el primer trimestre del año, pese a que la previsión inicial era para el 20 de diciembre.
Pero quienes realmente saben lo que ha cambiado Vega son los vecinos de mayor edad, como José María Parajón, de 71 años. «Se han perdido muchas cosas como el mercado de ganadería, que se celebraba todos los viernes, o la bolera, que se encontraba en la Plaza de Vega, pero hemos ganado muchas otras como son industrias y servicios que nos benefician». Otro vecino, Benigno Menéndez, apuntó que Vega es «un pueblo precioso, de los que se conservan pocos en Asturias», y destacó «las buenas comunicaciones, la tranquilidad y ambiente bucólico».
Son muchos los nuevos vecinos que han decidido cambiar las grandes ciudades por una localidad rural como Vega. Una de estas personas es Luz María Rodríguez, que junto con su marido y sus dos hijos abandonaron Madrid hace dos años y se trasladaron a la capital del concejo. «Soy asturiana y decidí que era el momento de regresar a mi tierra; conocimos Vega, vimos lo bien comunicado que estaba y lo tranquilo que era, además de tener el colegio a un paso de casa, y nos mudamos aquí», explicó. Pero Rodríguez encuentra un único defecto: la falta de un pediatra, ya que los niños tienen que trasladarse a Pola de Siero para ser atendidos por un médico, aunque para una urgencia, el doctor de familia de Vega también atiende a los menores.
Manuela Morejón se trasladó hace dos año a la localidad desde Gijón al jubilarse su marido, y como abuela, le gustaría que en el colegio existiera un servicio de guardería, ya que dentro de pocos años, el polígono contará con más empresas y vendrán más familias con niños a vivir al pueblo."
Desde el pegollu, Casa de Cultura y campo de la capilla del Carmen vamos a cruzar hacia La Plaza Vega por el paso de peatones existente enfrente, la calle Hermanas González Valdés, que es la que va al barrio de La Vaúga, al norte, otro de los que componen el pueblo de Vega. Allí se construyó hacia 1968 una escuela mixta y luego el Colegio Público Salvador Vega Berros, que vemos al fondo:
"Los edificios de las escuelas de las tres parroquias de Sariego estuvieron funcionando como tales hasta poco después de la Ley General de Educación de 1970 (...), puesto que se construyó en Vega el Colegio Nacional "Salvador Vega Berros", con la ayuda de este emigrante saregano a Méjico donde hizo dinero creando empresas de seguros- y la familia Peña, propietaria de la mayor parte del terreno donde está el actual edificio escolar de Sariego, el "instituto" -según le denominaron los vecinos para resaltar su importancia-. Como ya se ha dicho, este colegio concentró a la población escolar de todo el concejo y algunas localidades próximas de los concejos de Villaviciosa (Lluaria) y Siero (Collao y Aveno), a partir del martes 13 de enero de 1975, día en que comenzó a cumplir su destino63. Por otra parte, los sareganos podían continuar los estudios de enseñanza media con relativa facilidad, al existir un Instituto en la villa próxima de Pola de Siero."
El Colegio lleva el nombre de Salvador Vega Berros pues fue este el filántropo y emigrante saregano que auspición su fundación. Esta es su biografía en Wikipedia:
"Salvador Vega Berros ( Sariego, Asturias, España, 24 de diciembre de 1897- México D.F., 12 de agosto de 1969).
Filántropo saregano, fue uno de los numerosísimos emigrantes que se embarcaron para América en el primer tercio del s XX y uno de los que, tras una fructífera vida de trabajo en el mundo de los negocios, quiso dejar a su muerte una huella en el campo de la educación tanto en su lugar de origen como en su país de acogida.
Su vida
Nación en Santianes (Sariego) el 24 de diciembre de 1897, donde cursó sus estudios primario. Era el quinto de 9 hermanos. En 1922, y siguiendo los pasos de la mayoría de sus tíos, primos y hermanos, Salvador emigra a América. Inicialmente trabajará y se apoyará en el comercio de su tío Guillermo Berros Teja, en México D.F., pero pronto se independiza, comenzando a trabajar en el sector de Seguros y de Automoción. A lo largo de su carrera funda varias compañías y ocupa altos cargos ejecutivos como, entre otros, director general de Seguros Chapultepec, Gerente General de Seguros Tepeyac, S.A., Consejero de Ultramar Seguros Internacionales y Consejero de Autos Francia, dedicado a la importación de vehículos. Siempre que tenía ocasión, Salvador regresaba a España para pasar algunos días en su pueblo natal. Salvador falleció el 12 de agosto de 1969 en México D.F. y fue enterrado en el Panteón Español de esa ciudad.
Su legado
Al no tener descendencia directa (ni hijos ni sobrinos, en su testamento “instituyó un fidecomiso de cuyas rentas habrán de destinarse "ciento cincuenta mil pesos mejicanos a la sociedad de beneficencia española , el 50% restante a la Secretaría de Educación Pública de la República Mejicana y el otro 50% restante al Ayuntamiento de Sariego (Asturias) para que lo destinen al sostenimiento y mejora de la Escuela Primaria del lugar incluyendo becas para los alumnos sobresalientes”. Gracias a esta donación, en el curso escolar 1997/98 se inauguraron en México, en el estado de Zacatecas las escuelas de primaria “Francisco Villa” y “Lorenzo Ramírez Arellano” ubicadas en los municipios de Zacatecas y Jerez respectivamente.
A su vez, en Asturias, el Ayuntamiento de Sariego aprobó un reglamento del “Legado Salvador Vega Berros”. En dicho reglamento se constituye un “Consejo Asesor del fidecomiso” (que estaba integrado por el Alcalde, dos Concejales y el Director o un maestro) el cual someterá a la aprobación del Apoderado del fidecomiso la distribución de las rentas percibidas. Las rentas recibidas durante 20 años en el “C.P. Salvador Vega Berros” de Sariego, que lleva el nombre de su benefactor, permitieron a profesores y alumnos disponer y beneficiarse de numerosos materiales educativos impensables en un colegio rural. Entre otros podemos enumerar un piano e instrumentos musicales, multicopista, fotocopiadora, cámaras de fotos, numerosas dotaciones de libros y de diapositivas para la biblioteca, creación de un escenario y de un aula de madera, gratuidad en las excursiones trimestrales, becas para libros, dotación de ordenadores para crear un aula de informática…. Todo ello bajo la vigilancia de los albaceas o apoderados que al efecto se designen en el Banco Atlántico de México.
Entre las consecuencias que tuvo la emigración asturiana a América destaca por su gran importancia e interés la preocupación por mejorar la situación educativa de la región. Imbuidos de la idea utópica de la educación como liberadora del individuo y constructora de la sociedad feliz, los indianos realizaron una ingente obra de promoción de la instrucción pública por todos los rincones de Asturias. La actitud demostrada por D. Salvador con su legado ejemplifica uno de los modos de contribuir con este objetivo".
"Generaciones enteras de sareganos han estudiado en el colegio Salvador Vega Berros de la capital del concejo, pero pocos sabían a fondo quién fue el ilustre vecino que dio nombre al centro. Ese desconocimiento pasa ahora a la historia gracias al trabajo desinteresado de una de las maestras del colegio, Inés Reguero, que se ha embarcado en un proyecto de investigación cuyos resultados se presentaron este jueves en la Semana cultural de Sariego y que, además, cuentan ya con una entrada en Wikipedia.
“No se sabía mucho sobre Salvador Vega Berros, la labor de investigación ha sido muy fructífera”, reconoce la docente, acompañada ayer por Javier y Cristina Berros, hijos de un primo del filántropo saregano, uno de los numerosísimos emigrantes que se embarcaron para América en el primer tercio del s XX. Así consta en el trabajo de Inés Reguero, quien ha indagado en la vida de Vega Berros, nacido en Santianes en 1897, donde cursó sus estudios primarios. En 1922, hace ahora cien años, y siguiendo los pasos de la mayoría de sus tíos, primos y hermanos, emigró a América. Inicialmente trabajó en el comercio de su tío Guillermo Berros Teja, en México, pero pronto se independizó, comenzando a trabajar en el sector de Seguros y de Automoción. “A lo largo de su carrera fundó varias compañías y ocupó altos cargos ejecutivos”, explica Reguero.
Vega Berros falleció en 1969 en México y, al no tener descendencia directa, en su testamento instituyó un fidecomiso con dinero para la Secretaría de Educación Pública de la República Mejicana y el Ayuntamiento de Sariego, dedicado al sostenimiento y mejora de la Escuela Primaria de Vega. Gracias a esta donación se levantaron dos escuelas en el estado de Zacatecas y las rentas recibidas durante veinte años en el centro saregano, bautizado como su benefactor, permitieron a profesores y alumnos beneficiarse de numerosos materiales educativos impensables en un colegio rural, desde un piano a cámaras fotográficas, numerosas dotaciones de libros, becas y ordenadores. Sariego fue pionero así en contar con bancos de libros, gracias a una mente avanzada y, hasta ahora, poco conocida."
"El bar tienda Casa Rufo, que hace 51 años fundaron Pilar Montes Menéndez y su marido, es el ejemplo del establecimiento tradicional que continúa funcionando en lugares como Vega de Sariego. Esta mujer ya está jubilada y ha sido la familia de su hija quien ha continuado con el negocio familiar. Ella sigue teniendo nostalgia de ponerse detrás del mostrador para despachar, desde revistas y periódicos hasta bebidas, chocolates, galletas, pasta y latas en conserva. Reconoce que ellos también han notado la crisis, pero pueden seguir adelante porque no pagan renta y es un negocio consolidado."
"Hubo un tiempo en el que los bares-tienda constituían el centro de vida de los pueblos. En ellos se charlaba, se negociaba, se confraternizaba e incluso, a veces, también se llegaba a las manos. Guardaban todo tipo de anécdotas y secretos y en sus repisas podía encontrarse cualquier cosa que hiciera falta para cubrir una necesidad, desde galletas para el desayuno a detergente para la ropa o a una buena botella de vino que ofrecer a una visita inesperada.
Con el paso del tiempo, muchos fueron condenados al cierre y son muy pocos los que aún mantienen llenos de vida los mostradores y las estanterías. Sin embargo, en los cmunicipios de Nava, Bimenes y Sariego quedan cuatro mujeres que han logrado sobrevivir a la despoblación de la zona rural y a la irrupción de las medianas superficies y que, además, han sabido adaptarse a los nuevos tiempos sin perder un ápice de la tradición.
En Casa Rufo, el centenario bar tienda ubicado en el centro de Vega, en Sariego, Pilar Montes se resiste a desligarse del negocio. Cogió sus riendas hace casi cincuenta y cinco años y aunque ya está jubilada, pasa varias horas al día acompañando a su hija, actual propietaria. «Ya no trabajo, pero me gusta estar por aquí; fue y seguirá siendo mi vida», asegura. En su caso, la llegada de los supermercados marcó el declive de la tienda. «Dejamos de vender mucho, así que nos centramos en tener cosas más básicas, que la gente puede necesitar un fin de semana o un festivo. Y no nos podemos quejar, vamos tirando», explica. Porque a diferencia de los comercios, en Casa Rufo no hay descanso. «Es sacrificado, pero merece la pena», asegura orgullosa Pilar."
" El acta que recoge el acuerdo municipal en tal decisión no escatima piropos para Pilar Montes Menéndez: «Mujer de trayectoria impecable, toda una institución en Sariego, siendo muy conocida por su vocación de servicio en los casi cincuenta años de presencia y trabajo en el chigre-tienda de la capital de este concejo, todo un centro de reunión y también de información que realiza una importante labor tanto social como de referencia, lleva de forma totalmente altruista y generosa el albergue de peregrinos. Pilar Montes representa a ese grupo de mujeres valientes, fuertes, entregadas, honestas y de marcado carácter que hacen que esta distinción sea, más que merecida, obligada». Este cronista oficial quiere destacar los valores presentes en una personalidad de las de antes y, como otras antepasadas suyas, su trabajo en el chigre-tienda, adonde sólo iban los hombres y donde admiró el saber de las confidencias que escuchó a muchos paisanos de los de antes. El mantenimiento de este tipo de establecimientos tiene una novedad que muestra la llegada de los nuevos tiempos: al chigre ya no sólo van los hombres; también se han incorporado a él, como clientes, las mujeres. El chigre en nuestros pueblos ha sido y sigue siendo lugar de socialización, la universidad de Sariego -decía un párroco-, al que se han incorporado con toda naturalidad las mujeres".
"Al noroeste de dicha plaza de Vega -y de la bolera que en ella había- pusieron una fábrica en 1932 los hermanos Florencio y Julio Friera Sánchez, que veían de Cuba, hijos de un carpintero y herrero originario de Muñó, donde había aprendido el arte de hacer carros y de trabajar el hierro, lo que le permitió establecer un taller en Meneses (Santa Clara); por los años cincuenta esa fragua pasó a La Piñera (Vega), pero sin la actividad que había tenido, no sólo por la fabricación de rejas y clavos para balcones y puertas, arreglar útiles de labranza, sino también por la calidad de las herraduras para caballerías y vacas, puestas "a fuego". Y persiste en Vega, adaptándose a nuestro tiempo, el arte de transformar el hierro".
"Los escolares de Sariego tuvieron el privilegio de conocer ayer el funcionamiento de una antigua fragua, que con toda seguridad es la única que actualmente funciona en la Comarca de la Sidra. Al menos, a su propietario, Florencio Friera, a la par cronista oficial, no le consta la existencia de alguna otra. Con su recuperación, Friera no sólo rescata la historia viva de un oficio en desuso, tal y como se conocía antaño, sino la de su familia, pues sus antepasados fueron herreros. De ahí su interés por restaurar la de su padre, Florencio Friera Sánchez.
El cronista oficial de Sariego relata que su abuelo, Florencio Friera Vigil, natural de Muñó (Siero), emigró a Cuba con su esposa, Dolores Sánchez. En aquel país se instaló en Meneses y ejerció como carpintero y herrero, dos oficios que debía compaginar para la elaboración de carros. El padre y su tío Julio ya le ayudaban en el negocio familiar. Cuando falleció, la abuela regresó a Asturias con sus dos hijos y se estableció en Vega (Sariego) y montaron una fragua. Julio Friera acabó por trasladarse a Solvay, en Lieres, y Florencio Friera, padre, montó el negocio en Piñera (Sariego). Era conocida como «la fragua de Florín», recuerda el cronista. Aunque posteriormente la abandonó para dedicarse a la lanbranza. Florencio Friera apunta que sus antepasados se dedicaban a herrar caballos y vacas, así como a arreglar todo tiempo de herramientas del campo o fabricar puntas y tornillos. Destaca que son tres las piezas fundamentales de este taller tradicional. Por un lado está el fuelle, conocido popularmente como «barquín», que se encarga de dar aire al llar -segundo elemento fundamental- para avivar el fuego que dejará candente el hierro y facilitar posteriormente su moldeado a base de martillazos en el junque, la tercera pieza clave. Se utiliza «aire, fuego, fuerza y agua para templar», destaca Friera.
Los alunmos del Primaria del colegio público de Sariego siguieron con atención las explicaciones tanto del cronista oficial como las de Francisco Suárez y Justo Rebollal. El primero fue herrero durante una década y el segundo ejerció como caldedero, por lo que los dos conocen bien el oficio, que «requiere mucho esfuerzo físico. Era una esclavitud cómo se trabajaba en aquellos años», apuntaron.
Friera también recuperó la antigua fragua de su padre en reconocimiento a aquellos trabajadores. Agrega que en Sariego había muchos de estos profesionales antaño y el último que recuerda el cronista es «Rogelio, el Ferrador»."
"La historia marca de forma indiscutible muchos rincones de nuestra tierra. Tal es el caso del Camino de Santiago a su paso por el Principado, donde las huellas peregrinas, ya millones, se perciben cada día en el paisaje gracias a cuantos pasan, mochila al hombro y cayao en mano, en dirección a Compostela. Sariego es uno de esos concejos que está en la ruta jacobea y, por lo tanto, es un buen lugar de alimento para gran parte de estos caminantes. Eso lo sabe bien Pedro Abel Carrera que, junto a su mujer, Roselia González, atiende a su clientela en el bar La Casuca, en la localidad de Vega, capital del concejo, desde hace algo más de cuatro años.
La Cueva de San Pedrín, la hermosa iglesia de Santa María de Narzana, la fuente de agua salada y los tranquilos caminos que allí se cruzan son algunas de las razones para acercarse hasta este concejo e intentar llegar, quienes puedan, a tocar casi el cielo en una de sus más famosas y al tiempo sencillas rutas. Todo ello bien lo sabe este joven matrimonio de hosteleros que se trasladaron a Vega tras encontrar el bar que hoy es su medio de vida a través de internet. "En cuanto lo vimos, nos dijimos que éste era nuestro lugar. Sin duda estamos encantados de haber venido a vivir y a trabajar a Asturias y, en concreto, a Sariego. Nos sentimos muy agradecidos a la gente del pueblo, que nos han recibido muy bien, con los brazos abiertos. Esto es algo que hay sentirlo, es difícil de explicar", dice Pedro Abel Carrera.
Tras darle un lavado de cara al local lo convirtieron en un barín acogedor, de pueblo pero moderno, donde mandan la madera, la piedra y las fotografías de Sariego, que están colgadas con orgullo en su comedor. Además, en la zona del chigre, la vista se va sin duda hacia el "jukebox" o rocola, que, colorista, llena de música los días en que en el local se celebra baile. "Aquí todos los viernes hay torneo de tute y, cada dos semanas, celebramos alguna fiesta", recalca Pedro Abel Carrera, quien, al tiempo, recuerda que las especialidades de su bar, sólo durante el fin de semana, son el arroz meloso acompañado de gambas, mejillones y almejas, así como los mejillones en salsa.
Con una capacidad para 16 personas en su comedor, otras 16 en el chigre, y cerca de 20 en su terraza cubierta, ofrecen menú del día y también tapas y platos combinados de muy diverso tipo. Así, además de un estupendo chorizo picante de León, croquetas caseras y sus patatas bravas o al alioli, ofertan su plato combinado, en el que el comensal puede elegir los ingredientes. "La base es la ensalada, huevos fritos y patatas, luego el cliente pide lo que quiera añadir: chorizo, cecina, filete, croquetas, picadillo, en fin, lo que más le guste".
Por encargo también preparan, entre otros platos tradicionales, pote, fabada, fabes con almejas, garbanzos con langostinos y almejas a la marinera.
En cuanto a postres caseros, Roselia González es una experta en el "coulant" de chocolate y el arroz con leche, además de tener diversos tipos de tartas, que, en este caso, no son de producción propia. Cierra los martes por descanso."
Al otro lado, en la ladera sur de La Berruga, se encuentra La Llaguna, lugar así llamado porque recoge mucha agua cuando llueve en cantidad
Y esto es Villar con sus barrios y lugares de El Cotaraxu, La Casa Retoral y El Campu la Iglesia, sitos estos a la izquierda, entre el boscaje, sobre los que asoma en lontananza El Picu Fariu (707 m), extremo de la serranía de este nombre, entre los concejos de Sariegu, Siero, Villaviciosa y Gijón/Xixón y a la vez en el extremo occidental de La Llomba
Y este es el núcleo de Villar, a unos 380 m de altitud y a kilómetro y medio de Vega, a la mitad de la ladera de esta parte de La Llomba y también bajo La Campa los Güesos, campo de juegos de los niños de antaño, al pie de Perriellos y su fuente y los prados de La Xube, donde acaba el camino de Les Posaderes a La Viesca, parajes todos dominio de aquel temible cuélebre de Villar, con el que se dice se atemorizaba a los críos para que no se metiesen demasiados por aquellas antaño intrincadas frondas que rodeaban el pueblo
Pueblo de viejos hórreos y antiguas casas, muchas han sido reformadas, otras rehabilitadas y algunas restauradas, percibiéndose en el resultado los usos residenciales actualmente imperantes en el agro astur. Guardada detrás de las casas de la derecha se encuentra la que capilla del Santo Ángel de la Guarda, la cual lleva mucho tiempo siendo cuadra y tenada pues, según Friera Suárez, "Aunque hubo en ella algún culto en el siglo XVIII, no originó en Villar celebraciones considerables". En su trabajo sobre la toponimia de la Parroquia de Narzana, el cronista la cita por el nombre con el que se recordó su solar, La Capilla San Gabriel, pequeña cuadra y tenada con sillares en las esquinas y arco a la entrada donde estuvieron las imágenes de San José y San Roque en la plaza del pueblo de Villar
"La mitad de su heredad en Les Ribes, su prado en Ferri, medio carro de yerba en Roces, los "pumares" de la ería de la Espina -junto al camino de Villar a Barbecho- que daban entre 5 y 6 pipas de sidra, su tierra de la fuente de Santa María, el hórreo junto a la ermita, su casa de Sonbrado en Villar con la mitad de su huerta y árboles. Nombraron por patrono a su hijo Juan González, y por capellán a su nieto Toribio de Sampedro o, en su lugar, a José Rodríguez de Careses, también nieto de los fundadores. Y encomendaron que tanto patronos como capellanes fueran miembros de la familia ateniéndose a la práctica de un derecho consetudinario."
El Río Rauxuán nace al este de Villar, en concreto en El Pozón, al sur de Canal, haciendo desde su nacimiento de frontera entre Santiago de Sariegu, parroquia saregana a la que pertenece Vega, y la también saregana de Narzana
Pumaradas de La Iría Carrocéu dando vista a El Cotaraxu. Después de sacada la foto nos dimos cuenta que, entre los árboles sobre los prados de la derecha asoma, diminuta, la espadaña del campanario de la iglesia de Santa María de Narzana, cuya estructura básica es románica del siglo XII pero no podemos reconocerla. Los peregrinos que estén interesados en visitarla, así como su precioso entorno, pueden subir a ella desde el citado lugar de Barbechu en el pueblo homónimo por El Camín de Villar. Pero si desean recorrer el interior mejor asegurarse antes o que esté abierto o se pueda concertar una vista
Lo que sí vemos muy bien es la emblemática roca caliar de Peña Careses (522 m) ya en Siero, cuya vertiente este, la ladera saregana, la llamada Peña Castañera, ha casi desaparecido con una cantera. Pese a su escasa altura y su relativa facilidad para acceder a ella, sobre todo desde el paso de Puerte Campu, a su derecha, al norte (si no se ha cubierto de cotolles 'tojos'), es una mítica cumbre montañera que divisa gran parte del centro de Asturias, sobre todo el valle del Ñora hacia la capital asturiana
Precisamente su accesibilidad, visibilidad y la belleza de su entorno la hacen apetecible para toda una serie de rutas senderistas circulares con ella como centro, organizándose además marchas anuales, como las que hace desde La Pola el grupo Picu Fariu. Esta es la crónica de una de ellas, publicada por Luján Palacios para La Nueva España del 26-3-2023:
"Decenas de vecinos se sumaron en la mañana de este domingo a una nueva edición de la marcha popular a la Peña Careses, que cumple 24 años y sigue sumando nuevos caminantes. Es el acto final con el que culminan las jornadas de montaña del grupo Picu Fariu, una de las entidades más vetustas del concejo que puso en marcha en su día esta excursión con un carácter eminentemente reivindicativo, con el fin de proteger un monte que "es todo un lujo y está aquí a dos pasos".
Javier Rodríguez y María José Canal, presidenta del grupo, hacían balance de unos años en los que la participación siempre se ha mantenido alta, a pesar de que en las últimas ediciones ya no ha sido necesaria la reivindicación "tras lograr la protección de la cara sierense de la Peña, que era lo que nos preocupaba". La marcha se ha convertido con el paso de las ediciones en una actividad festiva, en la que participan grandes y pequeños porque "se trata de una ruta sencilla, que puede hacer todo el mundo, por una senda bien señalizada y con una dificultad muy asequible para los participantes, aunque no estén acostumbrados a ir de monte".
De hecho, además de las botas y las mochilas, los caminantes iban bien pertrechados con empanadas y viandas de todo tipo que tradicionalmente degustan en una casa rural a los pies de la Peña, donde establecen su "campo base" para que quien quiera pueda descansar mientras los más intrépidos hacen cumbre por la cara norte."
Según avanzamos, vemos un poco más del Picu Fariu más allá de El Cotaraxu, las arboledas de La Viesca y El Combre, bien conocidas por el cuélebre. La Casa Retoral estaba más abajo, ahora abandonada, "junto al camino que sale de la carretera de Barbechu a Villar para ir a la iglesia", dice Florencio Friera, así como que detrás de ella está el prado de Sobre la Retoral, que según su estudio toponímico de Narzana se le llama también El Tibidabo, no sabemos si por comparación con el de Barcelona, pues en origen el catalán tenía otro nombre que en su momento fue sacralizado. Dada esta curiosa coincidencia toponímica extraemos esta explicación de la Wikipedia:
"…et dīxit illī haec tibi omnia dābō si cadens adōrāveris mē".— "Y le dijo: Todo esto te daré si te postras y me adoras" (Mateo 4:9);"…et ait eī tibi dābō potestatem hanc universam et glōriam illōrum quia mihi tradita sunt et cuī volō dō illa". — "Y le dijo el diablo: Te daré todo el poder y la gloria de estos reinos, porque a mí me ha sido entregado y se lo doy a quien quiero." (Lucas 4:6).
Más vista que El Tibidabo y La Peña Careses la tiene sin duda El Picu Fariu, o tal vez hemos de decir mejor que la tenía, dado que las intensas repoblaciones de pinos para su explotación industrial, efectuadas en sus alturas más prominentes, han quitado mucha visión a sus cotas
Toda la sierra es Fariu pero siempre hay controversia sobre los nombres de dichas cimas y, por ende, de sus alturas concretas esta sería El Picu Fariu propiamente dicho, que a su derecha tiene La Campa Cima, la cual lo separa de El Torrexón o El Picu los Soldaos, este de 737 m y un poco más atrás, el cual aún no vemos desde aquí. Consultemos qué nos dice por ejemplo la Enciclopedia del paisaje de Asturias al respecto:
"Monte situado en el extremo occidental del cordal de La Llomba de Sariego, al nordeste de Peña Careses, al norte del lugar de La Rimada. Limita los concejos de Siero, al oeste (parroquia de La Collá) y Sariego, al este (parroquia de Narzana). En su parte septentrional se encuentra la peña de los Cuatro Jueces, donde confluyen los concejos de Siero, Gijón, Villaviciosa y Sariego. Explica Guillermo Schulz que del picu Fariu se desprendió la montaña caliza de Careses, cuyos estratos se disponen de forma anormal frente a la posición horizontal que conservan los del picu Fariu (pudingas, marga gris y calizas de Lías; y, en el estrato inferior, margas del Keuper, según la denominación de Schulz). Entre El Fariu y Careses se sitúa el paso de Puertecampo. Su altura máxima es de 737 m, que es la mayor elevación entre los terrenos situados en el triángulo que formarían El Sueve, Peñamayor y el Aramo. Esa cota (en la que existe un vértice geodésico), que los lugareños denominan El Picu los Soldaos y la cartografía del Instituto Geográfico Nacional, pico Cima, ha sido aprovechada para instalaciones de la Telefónica, antenas y una caseta de vigilancia, edificaciones que, junto a una granja de ganado, han contribuido a la destrucción de parte de los túmulos allí existentes, así como la eliminación de lo que antiguamente se denominaba El Torrexón. Algunos lugareños conocen con el nombre de picu Fariu a un alto que se encuentra más abajo y al sudoeste, allí donde se encuentran dos pequeñas casetas y que los mapas denominan "Cerro Gavio" (707 m)"
El Picu Fariu, como La Parea Fariu al otro extremo del concejo, deben su nombre a su mismo cometido, el de haber sido farios, es decir, faros, no solo para la costa, sino para el interior, con señales lumínicas realizadas en promontorios de piedras a tal efecto, El Torrexón en el caso del Picu Fariu y la cima del Picu Torres en La Parea Fariu
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