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sábado, 24 de enero de 2015

DE POUTOMILLOS A BACURÍN: EN EL VALLE DEL MERA (GALICIA)

Iglesia y Pazo de Poutomillos desde el Camino
Cruce de A Uceira

A una docena de kilómetros al oeste de la ciudad de Lugo, inmediatamente después de salir de O Burgo, donde hubo hospital de peregrinos en Casa Matías, llegaríamos por el Camino Primitivo de Santiago, al lugar de A Uceira, parroquia de Poutomillos, donde sale un desvío para Santalla de Bóveda. Visitemos o no este último lugar con su esotérico santuario, un poco apartado de la ruta, subiríamos de frente por la carretera LU-P-2901 hacia el Monte das Penas de Fornos (758 M), cerca de la aldea de Vilar



El Camino sube recto yendo hacia la ladera derecha del monte



Por aquí suben los peregrinos


 Desde la carretera verían, atrás la ciudad de Lugo


Estamos en tierra de castros, milenarios recintos fortificados galaicos, como los de Poutomillos, Prógalo y Canedo, entre otros, ocultos entre penedos, árboles, tierra, campos y vegetación pero que guardan el testimomio de los antiguos pobladores de estos lugares


En los campos situados a nuestra izquierda hallamos la iglesia parroquial de San Martiño de Poutomillos, citada en la diplomática medieval como Sancti Martini de Puctimillos (año 1129). Es de estilo barroco rural aunque fue seriamente reformada en el siglo XX en fachada y planta. En su interior muestra un retablo mayor estilo neoclásico con las tallas de San Martín (s.XVIII), el Niño Jesús (s.XIX) y San Sebastián (s.XVI). Otros retablos son el lateral izquierdo, de la segunda mitad del siglo XVII y el lateral derecho, de finales de esa centuria


Según subimos veremos atrás el famoso  Pazo de Recimil, que parece haber sido construido sobre una torre medieval, nota usual cuando la nobleza terrateniente perdía poder militar una vez dejado atrás el medievo, pero seguía ejerciendo su dominio sobre el territorio ostentando casonas, palacios y blasones como centro de sus cotos señoriales



Llegado el siglo XVIII fue residencia veraniega del obispo de Santiago (luego azobispo) Cayetano Gil Taboada, en cuyo mandato se construyó la fachada del Obradoiro de la catedral compostelana, así como el Palacio Episcopal de Lugo. Según el investigador Ricardo Polín el camino original no seguía la actual carretera sino que pasaba por allí, el cual era vía romana y era conocido como Camiño Francés


Subimos al alto, justo al sur del lugar de Pirinete


Y mirando atrás veremos iglesia y pazo desde lo alto. Más atrás Montes do Pazo, do Tagarro y das Canteiras


Detrás del pazo asoman las casas de San Martiño


Llegamos al alto, entre Pirinete y O Carballo


En esta encrucijada seguiremos de frente


Y pasamos al lado de esta casa de piedra


Al norte se extiende el hermoso valle del Mera, afluente del Miño, tierra campesina muy fértil, de molinos y asentamientos romanos y castrexos, prados y fragas rodeados de un circo de montañas y colinas


Montes de Bóveda, y más allá de Acevedo y A Pena do Lobo (603 m), con sus canteras


Al oeste, en la lejanía, Montes do Salgueiro, con el Monte dos Croios Brancos (736 m), O Salgueiro (710 m), A Pena das Bestas (685 m), As Penas Grandes (601 m) y toda la línea de cumbres que hacen frontera con el concello de Friol


Terminamos la subida y empezamos a bajar poco a poco


Llegamos a San Antonio


Nos metemos en el bosque autóctono o fraga


Pronto dejaremos la carretera


Pasamos un cobertizo a nuestra izquierda


Y una casa a la derecha


Aquí dejaremos el asfalto para tomar un sendero a la derecha


Por aquí llegaremos a otra parroquia del valle del Mera, Bacurín, admirando estos soberbios paisajes del valle y sus chairas o llanuras...


Paso de la carretera al sendero de tierra


El sendero, de gran belleza, baja un poco a la sombra de las fragas de árboles autóctonos



Valle del Mera, valle de molinos de este afluente del Miño que a su vez recibe la de numerosos regatos que nacen en estas campiñas y bosques. Río Mera que conforma la geografía de gran parte del concello lucense. Son tierras relativamente llanas en el fondo del valle rodeadas de suaves colinas en las que alternan, a la vez, paisajes sumamente humanizados de prados de hierba y huertas con bosques autóctonos donde predominan carballos y castaños, entre otras especies. A la derecha se distinguen las casas de Carpaceiro y Santalla de Bóveda



Fauna doméstica y fauna silvestre pueblan a un tiempo esta comarca tan bella. A lo lejos los ya citados Montes do Salgueiro y sus cimas. A la derecha se distinguen las casas de Carpaceiro


Al lado del prado va el Camino



Bajando poco a poco hacia el bosque


Prados de siega y pasto



Excelentes vaquerías


Tradición ganadera en Bacurín.


El vecino cuida su ganado


Más allá maizales


Vacas y gallinas


Entrañable estampa rural


Curva hacia la izquierda


Y nos metemos en esta gran carballeira


Del sol de los prados luminosos a la penumbra de la selva en un instante...


Senda ancha y bien trillada por el paso de cientos de peregrinos a lo largo del año...


Es un bosque gallego de cuento de meigas


Carballeiras, antiguos montes de caza para los señores y de leña para todos los vecinos, esencia del paisaje gallego


Hojarasca y viejos muretes de piedra


Zarzas y ortigas


Pasamos el Rego de Mendo


Prados a la izquierda, en ladera


Una fila de árboles en medio de la pradería a la que salimos


Un tramo enlosado por el medio del camino, sin duda para el barro


Casas de Bacurín


Subimos un poco


Al fondo un cruce


Llegamos a Ferreiral, cruzamos y seguimos a la izquierda de esta casa


Justo por allí


Caminamos de nuevo por asfalto


Pasamos otra casa con su parra


Y empezamos a bajar


Ya en el centro de la aldea de Bacurín


En Bacurín llegamos a un cruce


Vamos a la derecha


Fijémonos en las placas indicadoras


Pasamos este grupo de casas de piedra y techos de pizarra


Bien conservada arquitectura rural


La abundancia de canteras de buena piedra es la causa de la abundancia de la misma en todas las construcciones


Llegamos a un hórreo


Al llegar a aquel hórreo el camino irá a la izquierda


Hórreo y casa


 Empezamos una bajada


Altos carballos


También castiñeiros


Caminamos entre fincas y prados


Y admirando el valle del Mera


Vecina ganadera, cuidando el rebaño.


Prados y bosques


Grandes fragas de árboles autóctonos


Más abajo una casa


Ciprés ornamental


Salimos a un cruce


Y seguimos a la izquierda


Pasamos detrás de la casa


Y en esta bifurcación atención, el camino sigue de frente, dejando el asfalto para volver al bosque y cruzar el Rego do Bacurín, afluente del Mera, y seguir por la Corredoira da Pegueira. Pero a la derecha podemos caminar un par de pasos para conocer un monumento del arte románico, la iglesia de San Miguel de Bacurín, que es lo que vamos a hacer ahora


La iglesia, que se distingue desde aquí, está unos pocos metros más allá


Iglesia de San Miguel, en el mismo campo donde también se emplaza el cementerio, tal y como es usual en muchos lugares de Galicia



Templo románico del siglo XII con ábside semicircular. La sacristía del lateral, así como la espadaña del campanario, son elementos superpuestos siglos después a la parte medieval, pero no distorsionan demasidado el conjunto, en concreto fueron construidos en el siglo XVII. El ábside es plenamente románico, de los que, arrancando el tramo recto, realiza el chaflán semicircular en el lugar que alberga el altar y dispone de una ventana que da luz al interior, presentando los clásicos arcos, columnas y capiteles de este arte medieval, bien cincelados con diversos motivos y filigranas, así como los canecillos que sostienen los salientes del tejado


Presentan figuras antropomorfas, algunas en posturas eróticas, y cabezas de animales


En medio se distingue la cabeza de un carnero


Ventana románica. En los capiteles presenta temas vegetales y en los arcos ajedrezados y puntos.


Símbolos de un arte que triunfó en toda Europa en la baja Edad Media


Vamos ahora a entrar en el campo de la iglesia para ver sus portadas


Empezamos por la portada oeste, plenamente románica


Es de arcos de medio punto  y tres columnas a cada lado. El arco exterior es ajedrezado y en lo alto un pequeño óculo sirve en nuestros días para instalar el altavoz


Capiteles todos ellos de motivos vegetales. Estos los del lado derecho


Estos los del izquierdo


Y esta es la portada sur, más pequeña y sencilla pero no tanto... reparemos que el arco exterior está, como en la portada oeste, recorrido por una bien esculpida banda ajedrezada. Las columnas, una a cada lado, están cinceladas con rayas, rectas verticales en el fuste derecho y en diagonal en el izquierdo, que le confieren sensación de movimiento. El acesso presenta un interesante aspecto biovulado y los capiteles están también bien trabajados con bajorrelieves


El capitel derecho con motivos vegetales


Y el izquierdo con figuras muy gastadas por la erosión y el paso de los siglos


Ciertos documentos nos informan que hubo aquí en principio un monasterio, entendiendo esto no necesariamente como un gran cenobio sino tal vez una pequeña comunidad de monjes. En ocasiones una familia acogida a algún tipo de orden o regla monástica ya era considerado comunidad monacal


En el interior podremos ver el retablo barroco


Dando la vuelta a la iglesia veremos ahora la otra parte del ábside y sus canecillos


También con sus figuras humanas en llamativas posturas


También hay canecillos lisos y otros con formas geométricas o lineales


Salimos así del campo de la iglesia


 Al lado se encuentra la Casa de San Miguel, soberbio pazo rural gallego, con finca amurallada y arboleda, complejo señorial y dependencias dedicadas a la labor agropecuaria.


El portón es de arco de medio punto y tiene buena verja de hierro


Allí aparecen el basón familiar y unas filigranas decorativas, todo ello rematado en una cruz


Desde el pazo y la iglesia regresamos al Camino...


Y continuamos ruta


Fila de grandes losas


Nos metemos en el bosque


Hay una suave bajada para pasar por una pontella o pequeño puente de bloques de piedra, sobre un arroyo, el Rego de Bacurín, uno de los que forman el Mera, pues aquí confluyen muchos de sus afluentes, que fluyen a través de un paraje lleno de naturaleza, la bella Corredoira da Pegueira, por donde iremos a la parroquia del mismo nombre el valle: Mera






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