Santalla de Bóveda |
Luego de pasar O Burgo, a unos 12 kilómetros al oeste de la ciudad de Lugo y en términos de su concello, el peregrino llega un cruce en las inmediaciones del lugar de A Uceira, cerca de la iglesia parroquial de San Martiño de Poutomillos: el Camino Primitivo como tal sigue de frente hacia Bacurín, pero algunos peregrinos se desvían por el ramal de la derecha con la idea de visitar uno de los más emblemáticos, y por qué no decirlo también mistéricos y esotéricos, monumentos de Galicia, el santuario de Santalla o Santa Eulalia de Bóveda, sito a dos kilómetros de aquí, en esta verde comarca del valle del Mera
Al norte, desde el Camino, podemos reconocer esta aldea de Santalla, con su iglesia en medio, cristianización de cultos antiquísimos.
El Camino viene desde las laderas de las colinas hacia el pueblo, llegando primeramente al lavadero |
El pueblo en sí es pequeño pero guarda la esencia de la arquitectura popular lucense, muros y casas de paredes de piedra, hórreos y tejados de losas de pizarra. Digno por ello de visitar y conocer en sí mismo.
Esta carretera local es la LU-2903
No habremos de andar mucho para llegar a un monumento del máximo interés
De todas maneras, si deseamos conocer el espectacular y esotérico santuario romano casi intacto de su piso bajo hemos de dirigirnos a la cercana oficina de información, donde nos atenderán muy amablemente y nos abrirán la puerta de acceso, sita justo al lado del Camino al pie de la iglesia. ES MUY IMPORTANTE estar antentos a los horarios y días de apertura .
En el interior del centro de información y recepción se muestran numerosas piezas y elementos hallados en este mágico enclave, unos pertenecientes a la época romana y otros a la medieval, propios del santuario que evangelizaba el templo precristiano dedicado, según todos los visos, a la diosa Cibeles.
Piezas y hallazgos expuestos en el centro de información.
Un pequeño museo parroquial.
Pero de grandísima importancia
Regresamos pues al santuario
Existen en la fachada enigmáticos elementos labrados, en uno de ellos se advierte un grupo de danzarines, representación de las danzas orgiásticas en honor a Cibeles, protagonizados por los gallus o sacerdores en grupos de cinco, un archigallus o sumo sacerdorte del culto a la diosa y un león rampante guardián del templo.
Menos visibles están las avestruces, símbolo de la diosa Rhea, luego Cibeles.
También aparecen personajes lisiados pues eran estos fervorosos seguidores de la deidad.
Existen según los folkloristas, reminiscencias de las danzas de los sacerdotes de Cibeles en pueblos gallegos de las cercanías como A Cervela y A Franqueira, con sus tradicionales bailes de Santa Lucía
Por la puerta de herradura accedemos al interior.
Y esta es la cripta original, con su bóveda pintada, el estanque (que disponía de un complicado sistema de conducción de agua) y las columnas. Se conserva tal cual era pese a que también sufrió abandono y hundimiento además de algunas transformaciones durante la cristianización del lugar. El ritual del culto a Cibeles entraba en confrontación directa con el bautismo cristiano y el estanque o piscina se tapó en su momento. Se respetaron las pinturas de aves de la bóveda pues en sí mismas no daban pie a ninguna contradicción con los evangelios (quizás se pasó por alto su simbolismo como oráculos y profecías sibilinas) pero fueron eliminadas, quitando la carga sobre la que estaban, las de la parte de abajo, porque seguramente representaban una alusión más grafica y directa de la veneración a Cibeles. El topónimo bóveda y la cristianización en Santa Eulalia delatan también la sucesión de cultos similares en este mismo solar: pese a la oposición a lo pagano el cristianismo tendía a sustituir con santos de atributos comparables a los antiguos dioses. Así Santa Eulalia es patrona de las aves pues a su muerte en martirio salió de su boca una paloma, su alma, siendo además su nombre sinónimo de elocuente pues daba consejos a los demás, lo mismo que las sibilas.
Estamos realmente ante un taurobolio o taurobolium, esto es, un altar de sacrificio del toro. Literalmente en un principio consistiría en la caza de un toro salvaje como ofrenda que evolucionaría posteriormente en un sacrificio ritual a la diosa. El toro era sacrificado en la parte superior y la sangre caería abajo en la piscina sobre los fieles, en un ritual semejante a un bautismo de sangre.
Al fondo existe un pequeño ábside con arco de medio punto que parece ser tuvo una escalera que comunicaba con el piso superior. La cripta en origen era más sencilla, pero posteriormente se le añadió una estructura de dos filas de tres arcos de medio punto sostenidos por cuatro columnas con capiteles, dos de ellos sobre las paredes del pórtico y la cabecera. Tenían muros y le conferían al espacio una especie de planta basilical de tres naves, por lo que podrían ser del tiempo de la transformación en iglesia cristiana. Se sostiene que fue San Martín de Braga en el año 585 quien dio un impulso radical a la evangelización total de la antigua Gallaecia, siendo de aquel entonces las primeras reformas efectuadas en el edificio original.
En las pinturas de la bóveda de cañón abundan las aves, son faisanes y gallinas, pavos reales, un ganso y un pato. Los elementos vegetales simbolizan al pino y los piñones, símbolo de Atis. La encarnación de las sibilas en aves guarda relación con el oráculo. Es muy posible que en las inmediaciones, además de pastizales y establos para los bueyes del sacrificio, hubiese criaderos de aves, lo cual también guardaría relación con la leyenda de la Pena Piador y la gallina encantada, pues sus cantos formaban parte del culto. Las aves vivas no estarían a la vista de los devotos situados en el interior pero sí sus imágenes, oyendo eso sí sus piares, cánticos y graznidos como metáfora de los mensajes subliminales del oráculo de las sibilas, pues no olvidemos que tanto el vuelo como los sonidos de las aves fueron de siempre fundamento de augurios y profecías. La inspiración de estos dibujos pudo llegar hasta siglos posteriores, pues se asemejan a los de los templos del Arte Asturiano como San Julián de los Prados o Santullano, bien directamente desde este mismo santuario o desde otros posibles monumentos similares con pinturas semejantes que existiesen en todo el noroeste y que se perdieron en su mayoría. Cuando llegó la nueva religión la parte superior del templo, como hemos dicho, pasó a ser iglesia cristiana y el interior sirvió como su cripta, tapándose la piscina, la cual no sería descubierta hasta 1947.
NOTA IMPORTANTE: EN LOS ENLACES DEL TEXTO (PALABRAS COLOR MORADO) APARECEN NUESTRAS FUENTES, SI BIEN EL TRABAJO PRINCIPAL ES ESTE, presentado en el blog del arquitecto Carlos Sánchez-Montaña: http://santaeulaliaboveda.blogspot.com.es/2007/01/presentacion.html el cual se realizó en el Curso de Doctorado "Arquitectura en Galicia" de la Universidade da Coruña, con la tutoría del director del departamento de Tecnología de la Construcción Dr. Juan Pérez Valcárcel y los estudios aquí realizados por el Departamento de Representación y Teoría Arquitectónica de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura da Coruña.
Esta estructura en dos plantas puede ser el fundamento de otras construcciones posteriores, ya en época cristiana. Sin duda estos templos, que estarían extendidos por buena parte del Imperio, inspiraron la Cámara Santa con la Cripta de Santa Leocadia de la catedral de Oviedo/Uviéu así como las estructuras inferiores de Santa María del Naranco ,la Cripta de San Antolín en Palencia o el Mausoleo de la Alberca en Murcia. La cripta está casi intacta estructuralmente en relación a como lo era en los tiempos del culto a la diosa, si bien la parte central de la bóveda resultó afectada al tirarse la iglesia medieval asentada sobre el edificio precristiano de la parte superior cuando se construyó la iglesia barroca.
Por desgracia y debido a las más que cuestionables intervenciones realizadas en los años 80 del siglo XX, no es posible estudiar en condiciones como serían la planta y estructura de este piso superior situado al exterior, al lado de la actual iglesia, si bien se sabe que en los años 70 había un hueco que daba paso a la cripta. Ciertamente se trata de un santuario en constante proceso evolutivo desde época romana hasta la construcción barroca y desde entonces a nuestros días.
Sin duda el triunfo del cristianismo como religión oficial del Imperio Romano hizo que los cultos a Cibeles fuesen decayendo hasta llegar a ser prohibidos, por lo que el primitivo edificio de la planta superior se transformó en capilla mientras el de la inferior pasó a ser una cripta. De ello existen noticias documentales del siglo VIII, cuando se informa de una iglesia superior de Santa Eulalia, lo que delata que era de dos plantas, reaprovechando el edificio pagano primigenio. En el siglo XVIII al construirse una nueva iglesia en estilo barroco queda totalmente afectada y hundida la parte inferior, la cual sería redescubierta por el párroco José María Penado, estando entonces totalmente llena de escombros. El sacerdote tuvo noticias según las cuales habría un antiquísimo edificio soterrado bajo el atrio de la actual iglesia, dato que confirmaría consultando los libros de fábrica del santuario barroco, y entonces excavaría un hoyo para acceder a aquel misterioso mundo subterráneo
El hallazgo habrá de estudiarse y confirmarse y por ello no será dado a conocer su descubrimiento oficial hasta 1926, siendo declarado Monumento Histórico Artísitco Nacional en 1931. Dada su enigmática estructura y con tan únicas características como planteaba se le atribuyeron numerosas funciones, santuario tardoromano, templo dedicado a Prisciliano (donde se llegó a asegurar que estaba enterrado), paraje de adoración a las ninfas, etc. Los más recientes trabajos de investigación lo presentan como un templo dedicado a la diosa Cibeles construido a comienzos del siglo III.
Hórreo y camino
Chantas o cierres de grandes lajas de piedra
Rúa entre las casas
Damos la vuelta al entorno de la iglesia
Salimos a la rúa principal
La carretera que atraviesa el pueblo
Desde Santalla de Bóveda emprendemos el regreso.
Volviendo pues a la ruta donde la habíamos dejado, al cruce de A Uceira, veremos a la izquierda del Camino la iglesia de San Martiño de Poutomillos y el Pazo de Recimil, otros elementos fundamentales del patrimonio y la historia de estos lugares.
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