Llegando a Campiello |
Campiello son unas pocas casas pero sus dos bares-tienda, con sus respectivos albergues y alojamientos rurales le dan, buena parte del año, gran animación de peregrinos y visitantes. Justo después vemos El Freisno y L'Espín, por donde seguiremos hacia Borres o Bourres, a la derecha de la foto, subida a La Solana, justo pasados los bosques, en un claro más a la izquierda, lugar en el que el Camino se bifurcará: uno sigue hacia la parte alta de La Mortera y sube por la ladera de El Picón (782 m), el primero de los montes altos que vemos arriba a la izquiera, es la Ruta de los Hospitales por La Sierra de Fonfaraón, que pasa al otro lado del Picu Caborno (1.099 m) y desde La Paradiel.la, antiguo hospital de peregrinos, sube al Alto del Hospital (1.236 m)y pasa bajo El Picu Cimeiro (1.291 m) (el más picudo y alto, bajo es que están las ruinas de los hospitales de Fonfaraón y Valparaíso, ya en el concejo de Allande. Otra ruta discurre más abajo, es la que desde La Solana se dirige a la capital allandesa, La Puela/Pola de Allande por San Blismo, la parte baja de La Mortera, Colinas, Porciles y La Campa Chavadoira para bajar a Ferróy, los dos famosos caminos que volverán a unirse en el Alto del Palo
El Camino coincide aquí con la carretera TI-3, que va bajando hacia el pueblo
Suele haber poco tráfico pero no hay arcén, por lo que es preciso estar atentos y caminar por la izquierda
A la derecha La Sierra Pedruces, sobre el pequeño valle del río Bárcena. Mucho más allá son las sierras de Ablaniego, Burgazal, Bullacente, Busecu... frontera con los concejos de Villayón y Valdés, sobre el Cuarto de los Valles (El Cuartu los Val.les), la zona noroccidental del Concechón, cuya cabeza es Navelgas
Campiello es cruce de caminos en una hermosa aldea que cuenta con dos establecimientos emblemáticos, bares-tienda que han habilitado hospedajes para peregrinos y visitantes, estupendos para proveernos de provisiones o encargar el menú: Casa Ricardo y Casa Herminia
Casa Ricardo fue fundada en 1954 por Maximina Pérez y Maximino Francos, trabajando luego Ricardo Francos y María Díaz, continuando una larga tradición que venía desde tiempo atrás, cuando en 1929 María Pérez siguió con un negocio de cantina que había creado su marido, tomando el relevo su hijo Manuel, pasando a ser Casa Herminia, mientras otro hermano, Maximino, tuvo como herencia una casería, pues se dedicaba al campo, si bien, al dedicarse también al comercio de jamones y avellanas, decidió en 1954 abrir este negocio
Entre 1955 y 1965 hubo una época muy buena, se salía de la posguerra y aún no había comenzado el éxodo rural a villas y ciudades, por lo que había mucha juventud, organizándose bailes con los acordeonistas Germán de La Bandera y Rosendo de San Fructuoso, acudiendo mozas y mozos de toda la contorna, jolgorio que terminó al ir abriéndose en la villa las primeras salas de fiestas
Maximino de jubiló en 1975 pero siguió presente hasta su fallecimiento. Sus hijos Ricardo, Luisa y Eloína se criaron aquí. Ricardo y María Díaz, su mujer, con la que se casó en 1971 continuaron la saga, y así sus hijos Rubén, Alejandra y María
Ahora los peregrinos toman el relevo a su vez, en el trasiego y animación existentes en estos lugares
Enfrente, al otro lado de la carretera y junto a lo que fue el antiguo local de Casa Herminia, está el actual albergue de Casa Ricardo, en una casa campesina restaurada
Esta es la entrada al albergue, con buena terraza
La nueva Casa Herminia se encuentra justo enfrente, en el cruce, seguida a Casa Ricardo. Cuenta con bar y casa de comidas, tienda, albergue y habitaciones de turismo rural
Entrando en Casa Herminia
Hay bar, tienda y albergue. Herminia Álvarez nos saluda. El nombre de la casa viene de la abuela de su marido Javier, Herminia Pérez, quien regentó como ya vimos con gran éxito el histórico negocio, famosa por su cocina y destacando en el pote de berzas y las truchas. Ahora Herminia y Javier están al frente, desde hace más de un cuarto de siglo
Las exquisiteces gastronómicas de la comarca, como los embutidos del cerdo, chosco, butiel.lu, chorizu, morciel.la, l.longaniza... satisfarán sin duda los paladares del peregrino que quiere también probar las especialidades de los sitios por los que pasa, entre otras muchísimas variedades de panes, carnes, quesos y pescados, potes, fabadas, etc. o desde el socorrido bocadillo al plato del día, pasando a las raciones con mesas bien guarnecidas y los postres
Saliendo de Casa Herminia continuamos camino, por la carretera, a la derecha
Detrás de Casa Herminia está la bolera de Bolo Celta, donde es fácil que podamos asistir a alguna partida de los grandes campeones locales
Hay una gran nave...
Y en esta parte está el albergue. La casa está dedicada a alojamientos rurales
Y así es como iremos saliendo de Campiello
Saliendo de extiende ante nosotros un gran paisaje abierto de grandes campos de hierba donde pastan enormes rebaños de vacas. Es el occidente del concejo de Tineo/Tinéu, panorama de naves ganaderas, caserías y quintanas componen un paisaje bucólico según nos aproximamos a esas aldeas: El Freisno y L'Espín, en el camino a Borres o Bourres. Más a lo lejos es La Sierra de Fonfaraón
El territorio del Concechón aparece tempranamente ligado al cercano monasterio de Bárcena, un poco más al norte, si bien tanto ese convento como sus tierras pasarán pronto a los dominios del más poderoso de Courias, en Cangas del Narcea, fundado por el conde Piniolo y su mujer la condesa Aldonza, si bien con una cierta autonomía, allá por el siglo XI, abarcando básicamente los actuales concejos de Tineo/Tinéu y Cangas del Narcea y buena parte del occidente asturiano, las Asturias de Tineo, antiguo territorio de los ástures pésicos
En el siglo XII la nobleza guerrera, terrateniente y feudal cobra protagonismo al participar en guerras y revueltas. Así el rey Alfonso VII promueve el ascenso de Suero Vermudi a conde de Tineo frente a la guerra de secesión en el centro de Asturias del también conde Gonzalo Peláez. El sucesor de Suero será su sobrino Petrus Adefonsi, que llega a ser tenente de Asturias, ampliando su poder a todo el territorio asturiano, no solo al occidental
El rey Alfonso IX hizo en el año 1214 una visita oficial a Tineo/Tinéu, el motivo era discernir qué habitantes lo eran de tierras de realengo, dependientes de la corona, y qué otros siervos de los monasterios de Courias, Bárcena (donde estuvo), Oubona, Cornellana, San Pelayo de Oviedo/Uviéu o de la propia mitra ovetense, visita que repetirá en 1222 alojándose en el monasterio de Oubona donde dispuso que nadie apartase a los peregrinos del paso por este convento, además de por la puebla de Tineo, fundada anteriormente por el monarca y dependiente directamente de él, no de otros señoríos. Esto se debía a que realmente existían y existen otros caminos más directos y que por Oubona se hacía en realidad un pequeño rodeo que podía perjudicar el que los romeros pasasen por aquí en vez de tomar otra ruta un poco más al sur
Todo ello favoreció en la Edad Media el asentamiento de colonos francos en todo el territorio, nombre que abarcaba no solo a los franceses de ahora sino a buena parte de los centroeuropeos, lo que sería el ya extinguido Imperio Carolingio. Los monjes de Oubona ejercían su dominio sobre buena parte del territorio, con intereses ganaderos, entrando en disputa con la aforada Pola de Tineo, enclave realengo. Más tarde las luchas al trono hicieron que los dominios de la corona, más libres ante las apetencias feudales, cayesen en esa órbita señorial en pago a fidelidades
El concejo, cuando aún era más o menos libre, había participado en 1277 en la primera comunidad municipal asturiana y en 1295 en la Hermandad General de los Reinos de León y Galicia, pero en 1299 la reina María de Molina lo entrega a Pedro Ponce a cambio de apoyo para la causa de su hijo, quien reinaría como Fernando IV. Ponce lo mantendría pese a que el monarca, descontento, le arrebataría Cangas de Allende en 1306, siendo otorgado por Enrique II de Trastámara a Pedro Suárez de Quiñones en 1369 junto con Cangas y Allande. Entre los años 1382 y 1383 la zona toma partido por el conde de Gijón y Noreña Alfonso Enríquez frente a Enrique III por lo que volverá a ser patrimonio real al triunfo de este
Los Quiñones seguirán luchando por estas posesiones, como durante los ataques de Diego Fernández de Quiñones, primer conde de Luna, en 1428, pero en 1434 el rey se las dará al conde d'Armagnac, noble francés. Aún en 1473 vuelven a los Quiñones con Enrique IV y en 1494 los Reyes Católicos les exigen su entrega. Forzados a ello esta estirpe pleiteará hasta 1533 por ello, si bien infrucutosamente, pues se reincorporan definitivamente a la Corona, apareciendo el concejo con voz y voto en la Junta General del Principado a partir de 1601, si bien aún con algunos enclaves señoriales y monacales que pervivirán hasta las reformas liberales y desamortizaciones del siglo XIX
Rebaños de vacas frisonas, lecheras en Las Camponas, ante L'Espín
Al norte, el valle del Regueiru Vil.laverde. Si escogemos ir hacia La Puela/Pola de Allande pasaremos justo al lado
Ya vemos, justo enfrente, la carbayera de El Freisno, aldea a la que entramos ahora
Una panera centenaria al lado del Camino
La vieja quintana...
Bajamos hacia la carbayera
Y las casas del lugar
Primeramente Casa Carlos, donde hubo bar antaño
Casa Carlos y su rosaleda
Las ruedas de los carros sirven para engalanar el jardín
Caminamos al lado de la carbayera, solar de grandes fiestas en este campo de la capilla de Santa María Magdalena del Freisno, el domingo más cercano al 8 de septiembre
Mesas y bancos de madera en el campo de la capilla, a la sombra de los árboles
A nuestra izquierda, delante de esta casa, esta la capilla
Vamos a parar un instante a visitarla
Y esta es la capilla de Santa María Magdalena, de finales del siglo XVI
Nos aproximamos ahora a la parte delantera del venerado santuario, con sendos poyos a cada lado, para sentarse los peregres que, a la Magdalena o a Santiago, andan por aquí en romería...
Nos acercamos al interior
Precisamente un romero ha dejado a la puerta una rosa peregrina ante el altar de María Magdalena
Arrancada del rosal ante la imagen románica de la santa...
Vemos adentro el altar
Y en medio en una hornacina, la imagen de La Magdalena
Santa relacionada con amparo a leprosos y templarios, y por tanto también a peregrinos, todos vagabundos del mundo y de los caminos, la cara y el gesto del arte románico que triunfó en Europa en un momento crucial de su historia, hecho imagen en una pequeña capilla de una hermosa aldea tinetense...
Desde el cruce de la capilla seguimos de frente por la TI-3
A nuestra izquierda las casas de El Freisno
Empezamos a ver la casa-bloque tan usual en el occidente astur
Subimos ahora a L'Espín
Todo de frente por la TI-3
Pasando entre una casa y un tendejón de madera
En un tramo muy llano
Al norte, abajo, vemos muy a lo lejos Bárcena o Barzana del Monasterio, donde hubo un monasterio que llegó a disputar al de Courias, en Cangas del Narcea, el dominio y preponderancia en las tierras del occidente astur. Aquí vino por primera vez a Asturias el rey Alfonso IX, en 1214, ocho años antes de su segunda y más famosa visita, en 1222, para fundar la puebla tinetense. En ambos casos el monarca venía a asentar sus posesiones frente a las apetencias señoriales en uno de esos momentos en que los monarcas medievales intentaban afianzar su poder frente la nobleza terrateniente y, no pocas veces, guerrera y feudal, incluyendo los territorios bajo administración monacal
Por allí pasa otra ruta, que en su momento salía en algunos planos y guías, que, saliendo de Oubona se dirigía hacia allí, sin duda para acogerse los peregrinos también al amparo de ese otro monasterio. Desde allí lo que bajaron y más habrían de volver a subirlo para enlazar con este camino por el que vamos en La Mortera, tras pasar por Santiago Zarréu o Cerredo. Otros se desviaban del interior a la costa. El Coto de Bárcena, propiedad del monasterio de Courias, se incorporó al concejo de Tineo/Tinéu en 1579 con la desamortización de Felipe II
Peregrinos y arrieros, viajeros en general, se desviaban no pocas veces hacia el Camino de la Costa
si las condiciones climáticas no aconsejaban subir a las montañas de Fonfaraón, cosa que sin duda se decidía aquí se veía nevada en las alturas por ejemplo. Otras veces pasaba lo contrario: cansados de vadear rías (no había puentes), o de buscar paso seguro a los muchos estuarios remontando los ríos hasta muy adentro, los peregrinos llegaban muy al interior del país y se decidían por cruzar las montañas si el clima lo permitía. El paso en embarcaciones de las numerosas rías era además muy peligroso (las condiciones eran tan deplorables que no pocas veces se acababa en el agua) además de caro (son frecuentes las quejas de cronistas por el precio abusivo de los barqueros), existiendo abundantes testimonios al respecto, no solo de romeros, sino hasta de reyes y emperadores que prefirieron remontar, con séquito y todo, ríos arriba, antes que aventurarse a cruzar en aquellas chalanas casi improvisadas que había
Aquí dejamos la carretera TI-3 para tomar este ramal a la izquierda
A lo lejos El Picón (795 m), por cuyas laderas sube el camino a La Solana
En el cruce seguimos todo recto y de frente
Abajo a la izquierda Preda Sanguñéu, Más allá los montes de L'Altu la Cierva (689 m), El Rel.layu y El Barreiru
La Sierra de Fonfaraón nos aguarda al occidente. Pronto estaremos allí, bien para subir por sus crestas por la Ruta de los Hospitales, o bien para continuar a sus pies, hacia Colinas, Porciles, Chavadoira, Ferróy y La Puela/Pola de Allande
Una cabaña en ruinas
Acaba la bajada en esta curva a la izquierda en El Regueiru la Fócara
Aquí nos desviamos a la derecha cerca de Las Tieras
Tomamos esta pista de tierra, normalmente embarrada en este primer trecho
El mojón nos lo señala...
Subimos un poco junto a esta hilera de árboles
Pasamos junto a una fila de árboles y más campos
Y aquí va terminando la subida...
Tenemos ahora a nuestras espaldas una buena vista de L'Espín
L'Espín, sobre la carretera que va a Preda
Al fondo aún se ven Campiello y La Sierra, por donde veníamos desde la capital del concejo
Vacas frisonas
Nuevos escenarios de nuestras andanzas peregrinas nos aguardan muy cerca
El Chano, llegamos a un llano, como su nombre indica...
Terminamos la cuesta
Y en esta encrucijada seguimos de frente
Pasamos junto a una torre eléctrica
Y seguimos el mojón
Al fondo ya se divisa Bourres o Borres, donde hay bar y albergue de peregrinos
Antes del pueblo atravesamos El Chano, El Valle del Reñeiro y Los Carbaínos, un poco al sur de Las Tieras, paraje así llamado por haber sido el solar de una antigua tejera o como ahora diríamos, una fábrica de cerámica (tejas y ladrillos), elaborados de manera artesanal y que abundaban en muchos lugares de la geografía asturiana. De ellas solo quedan los topónimos, apenas la memoria, hace mucho que se extinguieron
Primeramente vemos Los Carbaínos. A la izquierda, en aquellos prados a lo lejos, estuvo el Hospital de La Espina, antiguo hospital de peregrinos que algún investigador confundió con el de La Espina de Salas, pues esa loma se llama también La Espina. El hospital perteneció a la misma Iglesia de Santiago por donación de Alfonso III El Magno en el 885
Contemplamos el paisaje de Los Carbaínos
Tramo muy llano y hermoso
Al fondo a la izquierda, sobre la pradería en la que estuvo el hospital, a la izquierda de los pinares de La Espina, está La Solana, el lugar donde nos decidiremos si ir por la Ruta de los Hospitales (Sierra de Fonfaraón) o por Samblismo a La Mortera, Colinas, Porciles, Chavadoira y Ferróy a La Puela/Pola de Allande, los dos caminos existentes para ir a El Palo
Nos acercamos a la casa de Los Carbaínos
Huertas de berzas. Por allí abajo pasa El Regueiru La Focara.
En Camino
Nos acercamos a un cruce
Iremos a la izquierda
Todo de frente hacia la casa
Quintana abandonada, que vio tiempos mejores...
Montes de El Chano y El Toral
Otro cruce
Vamos a la derecha
Y ahí está Borres: parada y fonda de peregrinos...
En el año 1268 era administrador del Hospital de Borres Gonzalo Peláez, hijo de Pelayo de Tineo, que parece ser, según el investigador Rafa Lorenzo, que fue antes también administrador. En el siglo XVIII el archivero de Courias Ysidoro Colloto aseguraba que había sido una fundación de este monasterio cuando Alfonso VII así lo dispuso
Previamente Alfonso VII lo había cedido a su "fidelissimo vasallo mio" Gonzalo de Tineo, a condición que a su muerte lo traspasase a Courias. Como vemos la actividad señorial, tanto laica como monacal, por la posesión de estas tierras, era muy intensa
Ysidoro Colloto dice que en su siglo era administrado por "D. Carlos del Riego, señor de Sangoñedo" y su hospitalero Joseph Fernández recibiendo cada uno en pago varias medidas de trigo y centeno
En 1918 el viejo edificio del hospital fue derribado por su nuevo dueño D. Jenaro Rodríguez, pero este a cambio hizo una casa nueva en el centro del pueblo, a la que se le llamó la Casa del Hospital a nuestros días pues al comprarlo contrajo el compromiso de los señores de Sangoñedo de seguir hospedando a los peregrinos que fuesen a Santiago
La casa tenía una habitación dedicada a albergar a estos peregrinos, si bien al caer en desuso se transformó en baño. Hoy su sucesor es el Albergue de Santa María de Borres, sito antes del centro del pueblo, en las antiguas escuelas, a mano derecha, que pronto veremos
En el centro del pueblo pero antes de la carretera está El Barín de Borres, verdadera institución también de la ruta, donde podremos comer, cenar o tomar algo...
Borres, con bar y albergue, espera por nuestra llegada
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