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domingo, 13 de septiembre de 2015

FIGARES: BAJANDO DE LA LLOMBA AL VALLE DE SARIEGU (ASTURIAS) POR LOS CAMINOS DE LA "XANA VIAJERA" EN LA CUESTA Y LA MADALENA

Figares en la ladera de La Llomba, sobre el valle

El Camino de Santiago ha entrado en el concejo de Sariegu por el Altu la Campa, bajando el monte de La Llomba, frontera con Villaviciosa, por El Camín Rial o La Caleyona, acercándose al pueblo de Figares, en la parroquia de San Román, con sus casas concentradas a lo lago del viejo camino y sus ramales aledaños, unos metros encima de la llanura del valle del Nora, El Ríu Ñora, que ha nacido en las cercanías, en Fuente Ñora, lugar de La Xunclar, aldea de Valvidares, al pie de La Campa, formando el valle de su nombre, paso natural hacia la capital asturiana y su catedral salvadorana, ruta seguida por tantos de aquellos peregrinos que seguían aquel antiguo lema jacobita de "quien va a Santiago y no va al Salvador, visita al criado y olvida al señor".

La Caleyona o El Camín Rial, llegando a Figares

Bajando del Altu la Campa, al llegar a Figares saldremos primero a la carretera AS-380, la antigua carretera de La Secada a Tazones, que pasó por diferentes denominaciones pero que popularmente se la conoce como La Carretera la Campa, por pasar por este alto


Su apertura a mediados del siglo XIX, hacia 1852, relegó al Camín Rial a ser una vía secundaria, o menos, pecuaria mismamente, al menos en este tramo desde la carretera hasta aquí, El Camontán, únicamente para servicio de las fincas


En la actualidad, sin apenas tráfico desde la inauguración de la Autovía del Cantábrico con la A-8 y la A-64, cruzando esta La Llomba por un túnel subterráneo, es relativamente seguro caminar por ella pese a que no se han habilitado veredas para los caminantes en el corto tramo, de unos 100 metros, entre este cruce y las primeras casas de Figares, donde la dejaremos


Aquí tenemos una buena vista de parte del valle de Sariegu o del Ñora allí donde se dividen las parroquias de San Román y de Santiago, con el monte L'Enguilu cerrándolo por el sur como el de La Llomba lo hace por el norte


Y de la misma manera que El Camín Rial que viene de Villaviciosa por Arbazal y La Campa entra en el valle por el sur, por el este entra otro Camín Rial, procedente de Cabranes y Piloña que, atravesando el valle de este a oeste, fue la base para hacer la carretera local SR-1 que comunica San Román con Vega, la capital del concejo


Otra carretera, la de L'Enguilu, comunica La Campa y San Román por el monte de ese nombre (AS-357), con sus plantaciones de pinos y ocalitos pero donde también hay buenos bosquetes de arbolado autóctono, castañales 'castaños', carbayos 'robles', fresnos, ablanos 'avellanos', fayes 'hayas', nozales 'nogales' etc., y mucho matorral y arbustos, como el lloréu 'laurel', etc.


L'Enguilu separa el valle del Ñora o Nora del valle del Piloña, este situado al otro lado, que tiene su cabecera en el concejo de Nava; entre los dos forman un largo pasillo natural, bastante ancho, entre los cordales costeros y las serranías del interior, empleado como vía de comunicación desde la más remota noche de los tiempos, existiendo varios pasos, fáciles, aquí entre las cabeceras de ambos, como este de L'Enguilu, en lo que el erudito caminante Víctor Guerra denomina Camino de los Francos en su blog La vereda de los heterodoxos


Domina el paisaje la grandiosa silueta de Peñamayor, La Peñe, como la conocen muchas gentes de los pueblos de los alrededores, que se alza al sur del vecino concejo de Nava y llegan sus estribaciones a sus vecinos de Bimenes (a la derecha) y Llaviana, al sur


Si bien su cota máxima es La Triguera (extrañamente llamado Trigueiro en muchos mapas) con sus 1.293 metros de altitud (cerro de la izquierda), posiblemente su cumbre más mítica por su prominencia sea El Tarnu con sus 1.123 m (derecha de la foto) que destaca sobre los demás por su posición adelantada respecto a la serranía, la cual se extiende en dirección SE-NO a lo largo de casi ocho kilómetros



Realmente, la línea de cumbres de Peñamayor entra en contacto con las estribaciones de otras serranías entre el valle del Piloña y el valle del Nalón, así a la izquierda de La Triguera están El Picu Tablazu (1.242 m), El Picu Pandestébano (1.050 m) y El Resellón o Los Caspios (1.122 m), este ya muy cerca de La Peña la Xamoca (1.288 m) al sur de Peñamayor y entre Llaviana y Sobrescobiu, atalaya sobre el Alto Nalón


L'Enguilu por Cantu Altu (396 m) y a lo lejos estribaciones orientales de Peñamayor con La Peña la Xamoca más en la distancia. Más a la izquierda es El Picu Cerisco (926 m), "que se levanta al sureste del concejo de Nava, en términos de la parroquia de este nombre, en una zona muy quebrada de pequeños cuetos y regueros encajados, flanqueado al noroeste por el pico Bomalu y al noreste por el pico Múa", leemos en la Enciclopedia del paisaje de Asturias


A la izquierda del Cerisco ( arriba a la derecha de la foto) está efectivamente El Picu Múa (987 m), que "forma parte de las estribaciones orientales de la sierra de Peñamayor, en contacto con la sierra de Ques y la de Grandas Llanas", nos dice la Enciclopedia del paisaje de Asturias. A su izquierda está Peña Xanes (873 m) y seguidamente Les Crestes de Trapa con El Picu Trapa (795 m). Aquí mismo, en Sariegu, es El Monte'l Castillo (376 m), donde están localizados los restos de un castro astur, antecedente poblacional de la parroquia de San Román, cuya iglesia no podemos llegar a ver tapada por los árboles a la derecha de la foto, encima de la cuesta de La Guaría, por donde va El Camín Rial del Valle (la actual carretera SR-1 Vega-San Román)


En El Camín Rial está El Palaciu (en medio de la foto), solar de antigua casona de los Valvidares, que se trasladaron aquí, reconstruyendo una casa familiar, desde su solar de La Casa Riba en la cercana aldea saregana de Valvidares, también de esta parroquia de San Román, al pie del Altu la Campa y donde nace el Ñora. Fue hacia 1748, año en el que se casaron Francisco Ventura Valvidares y Joaquina Argüelles Rúa, padres del poeta Antonio Valvidares Argüelles (1750-1792), sin duda el más destacado personaje de esta estirpe


La casona pasó por sucesivas reformas, sobre todo en 1826, cuando la familia ya se había trasladado a Cecea, concejo de Nava, pero mantenía su propiedad. A finales de esa centuria llegaría la mayor, pues se construyó toda una nueva casona muy próxima a la antigua, aprovechando sus materiales


Avanzado el siglo XX hubo más reformas pero se conserva la capilla de San José, cuya construcción se atribuye a los antepasados de los Valvidares hacia el año 1626, la cual estaría vinculada, según algunos documentos, con otra más antigua, la de Sadrianu o Sadriyanu, que estaba más a la izquierda, en El Campón, sin duda medieval y que decayó en el siglo XVIII hasta desaparecer


En 1726 un documento ya dice que estaba "deteriorada e indezente", aunque aún en 1804 aparece mencionada como "hermita de San Adriano", según datos del Cronista Oficial de Sariegu Florencio Friera Suárez en su libro Patrimonio histórico y cultural del concejo de Sariego (Asturias)



Desde El Cruce'l Palaciu, donde la SR-1 se une a la Carretera L'Enguilu, esta es la que ocupa ahora un tramo del trazado del Camín Rial por El Campón y la antigua escuela hacia el barrio de La Caleya y la calle del Sol, cuyas casas se extienden en hilera al pie de El Perón (432 m), monte alomado, de bosques y pastos, sobre estos lugares de San Román, la cabeza de la parroquia


Más a la izquierda están La Bolera o El Xuegu la Bola, donde estuvo la antigua bolera, como su nombre indica, donde fundó su llagar de sidra Lupe Vigón a principios del siglo XX, ahora Sidra Foncueva. Su hijo, Ernesto Vigón, fundaría más tarde en Orizón (Nava) Sidra Orizón al casarse con Alicia Fernández, de otra reconocida familia llagarera


Más a la izquierda están Cortinielles y El Camblor, también bajo El Perón y, aquí abajo a nuestros pies de extienden los prados, fincas y bosquetes de La Vega San Román, por donde discurre el Ñora y por donde va, cerca de la ribera, La Caleya los Rebollinos, entre el cruce de El Pontón, al pie de La Guaría, y Valvidares, núcleo este también comunicado directamente con San Román por El Camín del Paxuperín


Más a la izquierda, La Figarona, antigua Casa Claudio (a la derecha de la foto), comercio mixto de chigre y tienda, donde la Carretera L'Enguilu se cruza con El Camín Rial, que vemos atrás subiendo al alto de La Portellona, paso a Cuenya (Nava) por Verdera, entre El Perón a la derecha y El Puertu con La Parea Fariu a la izquierda. A la derecha, asoman las casas de La Caleyona, El Camblor de Baxo, La Pumará de Baxo y El Fondón


A la izquierda El Cuetu (en medio de la foto) donde está el gran edificio de La Escuela Nueva (que tampoco es escuela ya, y a continuación La Pumará Riba, ya en la ladera de dicha Parea Fariu, donde están los prados de La Campona y El Buratón, con la fuente de este nombre


En La Pumará está Casa Sindo, reputado madreñeru de San Román, con su taller de fabricación de madreñes, el "calzado de madera" de los documentos de época, como el Catastro de Ensenada, que registra en 1752 la existencia de 22 madreñeros en el concejo, además de "cuatro sastres, dos herreros y cinco carpinteros."


Más atrás está L'Arquera, entre El Fondón, La Teyera y L'Argayá, donde tenía su taller otro madreñeru, Quilo. En El Camín Rial o Camín de Verdera está también La Casa la Mariñana


Según testimonio recogido por la investigadora María Antonia Pedregal Montes en su libro de Toponimia de la Parroquia de San Román, L'Altu la Portellona debe su nombre al prado de igual denominación, del que se cuenta que tenía una gran portiella o portellona. El Camín Rial se cruza a la derecha con la caleya que sube a El Perón y a la izquierda con la que lo hace a El Puertu y La Pareas Fariu

En días muy claros podemos divisar perfectamente, en la lejanía, Los Picos de Europa, sobre todo su macizo occidental o El Cornión, también llamado La Peñe, con varios imponentes dosmiles, destacando el de Peña Santa o La Peñe Santa (2.596 m), rodeada de otros altos picachos... Torre Bermeja (2.400 m), Torre de Santa María (2.486 m), La Torrezuela (2.322), La Torre la Cabra Blanca (2.320 m), El Porru'l Requexón (2.174 m), El Picu Cotalba (2.026 m), sólo por citar algunos


A su izquierda Los Urrieles o macizo central, donde se encuentra Torrecerredo o Torrecerréu (2.650 m), la cumbre más alta de Los Picos, pero pese a ello de dice "Altos son Los Picos Urrieles, altos son, qué maravilla, más alta é La Peñe Santa, que se ve toda Castilla"



Llegando a la carretera y mirando nuevamente al sur, con L'Enguilu y Peñamayor como referencia, no quisiéramos olvidarnos de otra cumbre importante y significativa fácil de identificar pese a su lejanía


Nos referimos a Peña Mea (1.558 m), frontera entre Llaviana y Aller/Ayer, atalaya pues tanto encima del Alto Nalón como del Alto Aller/Ayer, mítica cumbre montañera muy reconocible por su picuda silueta que se distingue en la lejanía


"La peña, Peñamea, se levanta como una muralla caliza entre los dos concejos" explican en la Enciclopedia del paisaje de Asturias, añadiendo que "En su piedra caliza predominante se formaron picos (el picu la Llanza, el picón del Mayaón, el picón de la Boyica, el picón de Pedromoro, el picu l'Arcón de Finistrá, el picu Dubil-picu Mea), numerosas cuevas y covayos". así como arcos naturales y otras formaciones geológicas


Más cerca nos parecer reconocer El Picu la Rebollada (968 m) y La Caborna (968 m) y, más cerca aún y más bajo Xerrugüés con La Campa la Baúga y el pico de ese nombre (808 m)



Una vez hecha esta composición general de situación seguimos hasta la carretera, donde apuramos el paso con ganas de dejarla ya incluso antes de poner el pie en ella


Como decimos, aunque no tiene mucho tráfico en la actualidad carece de arcén y de vereda peatonal y los coches suelen circular a cierta velocidad, dado que aunque tiene curvas, es ancha y está bastante bien peraltada. En esta recta suele además pisarse el acelerador bastante, por lo tanto máxima precaución


No es, por suerte, demasiado largo este tramo por la carretera, justo final de esta recta vemos el primer tejado de Figares, donde sale una calleja a mano izquierda en la que dejaremos esta AS-380


Ahí, a continuación de la señal que prohíbe adelantar en este tramo, vemos el ramal que baja hacia las casas de Figares. A lo lejos reconocemos las verdes praderas del monte La Berruga (359 m), que se extiende al suroeste de Vega, capital de Sariegu, y entre las parroquias sareganas de Santiago y de Narzana


Más a lo lejos son los montes de Valdesoto y La Carrera, al sur de La Pola, en Siero. La vista llega a la gran serranía del Aramo y sus puertos, en pleno corazón de Asturias, una referencia visual y geográfica que nos acompañará en nuestro camino a la Sancta Ovetensis



Como es lo pertinente, en estos casos caminaremos por la vereda de la izquierda para ver los coches que nos pueden llegar de frente y ser vistos por ellos, estando a salvo de los que vienen a nuestras espaldas, que han de seguir el carril derecho. Estemos no obstante siempre atentísimos y máxime a la curva de cerrada que tenemos enfrente


Tanto en la parada de autobús de la derecha como en la parte posterior de las señales de tráfico de la izquierda varias flechas amarillas nos advierten de la cercanía de la bajada a Figares, cuyo nombre tiene que ver con la antigua abundancia de figares 'higeras' en el lugar


Pasan los ciclistas, la Carretera la Campa es una de las favoritas por estos deportistas, tanto solos como formando grupos e incluso equipos


Sebe, árboles, matorrales, forman tupidas paredes vegetales, sobre todo a la derecha, sosteniendo además el terreno empinado de la falda de La Llomba en El Camontán, bajo los lugares, campos y bosques de El Gorgoyu, El Barganal, Cabela, El Cobellón, El Cubiellu, La Cortina, El Maire, La Vallina y La Canalina


Un poco más allá, en la siguiente curva, está La Fuente la Carretera con su lavadero, pero no llegaremos a ella, pues aquí será donde tomemos a la izquierda El Camín de Figares, dejando la AS-380


Multitud de flechas amarillas, en la señalética y en el guardarraíl, nos lo indican


Y aquí, al llegar a la primera casa, o cuadra, empezamos a bajar, atravesando Figares, descenso final hacia La Vega San Román y sus llanuras


En este rellano, una cuadra de caballos y, a lo lejos, L'Enguilu y Peñamayor

Desde aquí tenemos una hermosa vista de la zona del valle por la que discurre la frontera, de norte a sur, entre las parroquias de San Román y Santiago


Al sur de Figares, en medio de La Vega, donde El Ríu Ñora cruza el valle haca el sur, la casería de El Llendón o El Llindón, en El Camín Rial, actual carretera SR-1 o de Vega a San Román, en la frontera entre las dos parroquias. En El Llendón, al ararse la tierra, aparecieron restos prehistóricos del paleolítico, "revueltos y descontextualizados por las tareas agrícolas", describe Florencio Friera Suárez, "Son una tableta de núcleo de sílex; un fragmento de núcleo sobre cuarcita, con córtex; y dos lascas de cuarcita, ambas con córtex.", asimismo "se encontraron cinco fragmentos de galbo, cerámica atribuida a la Edad Media", lo que implica un enclave habitado desde antiguo con cierta continuidad, dada su posición estratégica, desde los tiempos de los cazadores-recolectores hasta las sociedades agroganaderas que ha pervivido hasta nuestros días en el valle


No llegamos a ver bien el río pero sí la fila de árboles que constituyen su vegetación ribereña, de este a oeste bajo L'Enguilu, a cuya izquierda vemos la casería de Valverán y sus campos extendidos entre La Cotariella y El Prau Nava: Les Terruques, Los Llanos de Valverán y La Terrona, cerca de Cantu Altu, por donde la AS-357 o Carretera L'Enguilu comunica con Nava, al lado de la laguna de Colines, formada por una cantera inundada


Bajo L'Anguilu y más allá de El Llendón y La Vega son los prados de La Felguera y Granda, ribereños del Ñora "nombre tradicional con el que es conocido el río Nora en el concejo de Sariego", leemos en la Enciclopedia del paisaje de Asturias. Arriba, en las cuestas de Peñamayor, llegamos a reconocer bien la majada de Les Praeres, por donde sube la pista que lleva a los caminos de sus cumbres


El Camino se estrecha y encaja entre la cuadra y el muro de la carretera al empezar esta bajada


Esta debió ser la entrada a la tenada o henar, donde se metía la hierba seca para dar de comer al ganado de dicha cuadra


El Camino hace aquí una curva cerrada a la izquierda mientras va perdiendo altura; al fondo, sobre el tejado, vemos otro de los accesos a Figares desde la carretera "construida a mediados del siglo XIX", nos informan en el Diccionario geográfico de Asturias. Ciudades, Villas y Pueblos, "Antiguamente pasaba por medio del pueblo de Figares del camino real que iba a Villaviciosa, tramo del camino de Santiago del que se conserva al trazado de La Platería, enlace de Figares con Pedrosa", añaden


Luego el Camino tiende a abrirse un poco mientras serpentea perdiendo altura paulatinamente


De la carretera arriba predominan los eucaliptos plantados en las faldas de La Llomba, de la carretera abajo imperan los frutales y árboles ornamentales en los terrenos de las casas de Figares, donde "había un mesón, como parada entre los que existían en Arbazal (Villaviciosa) o en Ñora o en Santianes (Santiago de Sariego)", continúa el Diccionario...



Figares y, un poco más abajo, asoman algunas casas encima de la zona de La Madalena, donde hubo una capilla, cercana al Camín de la Platería, por el que iremos a Pedrosa. Más a lo lejos, Berros, Arbenti y Ñora, en la llanura, parroquia de Santiago, al igual que Santianes, donde está el polígono industrial de este nombre, que divisamos en lontananza, a los pies del Picu Balba (342 m), límite con Siero, donde hubo un castro astur cuyos restos yacen cubiertos de tojos y matorrales, del que nos cuenta así la Enciclopedia del paisaje de Asturias:
"Al contar con laderas de acusada pendiente sus defensas debieron de ser naturales, si bien parece que hubo un foso muy erosionado y colmatado. Al pie del monte del picu Balba, al oeste de la casería de La Piñuca (Santianes), en el acceso a La Güertona, puede verse un conglomerado de roca caliza cuya parte central presenta tres hoyos debidos a la intervención del hombre"

Florencio Friera Suárez, por su parte, nos dice que en el pueblo de Ñora El Picu Balba es conocido como Les Peñuques y así lo plasman los autores de la carta arqueológica, añadiendo muchos datos más en su libro del patrimonio saregano:
"El emplazamiento permite el dominio visual sobre los pasos de La Campa a lo lejos y el camino hacia La Secada en esta zona donde se estrecha el valle ante el final de La Berruga al N. y el cerro donde está Llamasanti al O.

El recinto es elipsoide, alargado en el eje NO-SE, sin presentar ningún resto en superficie. Sus defensas son naturales, al contar con laderas de acusada pendiente en todo su perímetro, si bien parece que hubo un foso muy erosionado y colmatado. El posible castro ocupa el cogollo de Picu Balba y está cubierto por tojo y matorral.

Al pie de este pequeño monte, a unos cien metros al Ete de La Piñuca, en el acceso a "La Güertona", puede verse un conglomerado de roca caliza cuyas dimensiones aproximadas son: 4,20 x 1,30 x 0,50 m. En su parte central presenta tres hoyos que no son debidos a la erosión, cuyos diámetros en la parte superior tienen unas dimensiones entre 50 y 45 cm. y una profundidad de unos 75 cm. el hoyo de la izquierda, entre 65 y 35 cm. de diámetro y unos 70 cm. de profundidad el hoyo de la derecha. Las medidas de la profundidad de los hoyos se han tomado únicamente hasta la tierra y otros posibles materiales que colmatan su parte inferior. Hasta junio del año 2000 no sabíamos de este posible yacimiento, puesto que estaba oculto y protegido por un gran matorral que cerraba la finca, al lado de una caleya que sirve a estas fincas. 

Ninguna tradición hemos oído en Sariego sobre esta piedra, su antigüedad o fines a los que se destinó, ni tampoco ha quedado registrada su existencia en ningún documento escrito, aunque se conservan desde el siglo XVII textos relativos a la casería de La Piñuca, de la que se encuentra, insistimos, muy próxima. No obstante puede tratarse de un yacimiento interesante, por varias razones, entre las que destacamos su ubicación al pie del castro del El Picu Balba, y entre la riega de Escrita y el curso del río Ñora en una zona llana, al lado del lugar habitado desde mucho tiempo atrás de La Piñuca. Entre las posibles hipótesis a considerar estaría la de haber servido como urnas de carácter funerario, como silos, como morterto para moler cereales, o, incluso, para hacer o guardar alimentos como el queso, líquidos... En el informe que, en su momento, presentamos al jefe del Servicio del Patrimonio Histórico decíamos: "Aunque no existe peligro de destrucción del posible yacimiento, a causa de obras previsibles que se vayan a hacer o por cualquier otra circunstancia normal, es preciso realizar unas catas a fin de recoger posibles restos que acaso -si se diera esa circunstancia afortunada- se conserven en el fondo de los hoyos, así como comprobar sus características. De no poder hacerse ahora los análisis pertinentes, deben recogerse muestras para su análisis tan pronto como sea posible. Importa, insistimos, realizar esa tarea, pues que la fragilidad de la conservación de los materiales que puedan contener los hoyos, es, a todas luces, muy grande. Debe unirse a la Carta Arqueológica del concejo de Sariegu".


Más allá del Picu Balba y del polígono, a la derecha, Berracabra, barrio de Santianes, y Llamasanti o La Masanti, por donde va la carretera AS-380. Es indudable que la iglesia mencionada "in ualle Sarego ecclesiam Sancti Iohannis de Lama" en un documento de Ordoño II como donación a la mitra oventese fechado en 921 se refiere a Santianes y Llamasanti, y aunque sea en realidad dos siglos posterior demuestra un antiguo poblamiento de esa llanada (llama es 'lodazal', llamarga, llamuerga), donde han sido localizados diversos yacimientos paleolíticos, como los de La Caleya de Vixil en Solavilla (Santianes), descubierto al hacerse la zanja del gasoducto Burgos-Cantabria-Asturias, así como cerámica medieval, lo que demuestra la continuidad del poblamiento humano del valle a lo largo de los milenios


En Llamasanti destaca La Casona, que iba a ser una de las estaciones para el malogrado Ferrocarril de San Martín del Rey Aurelio a Lieres, Gijón y El Musel, que no llegó a culminarse pese a haber sido hechas numerosas dependencias y la caja ferroviaria, llamada allí La Viona 'vía grande' o Camín de la Viona, pues quedó como camino vecinal. Aquí abajo y más cerca es El Camín de los Aceos, que va de Pedrosa a Berros y a la iglesia parroquial de Santiago de Sariegu, que no vemos desde aquí, oculta entre los árboles, joya del románico saregano. Más allá de los árboles está Arbenti, en Moral, antigua capital de Sariegu, durante cuyas obras de saneamiento aparecieron materiales líticos de otro yacimiento datado en la profunda prehistoria de los cazadores-recolectores, nos lo cuenta en su libro dedicado al patrimonio de Sariegu Florencio Friera Suárez:
"Una raedera fabricada en cuarcita, dos lascas de cuarcita, una lasca de cuarcita con córtex, una tableta de núcleo de cuarcita, una lasca de sílex, cuatro fragmentos de núcleo de cuarcita, y dos posibles buriles"

A lo lejos, el monte de El Cuitu (461 m) en Castiello, parroquia de Valdesoto, en Siero, donde ha sido localizado un castro astur que dominaba este sector del valle del Nora o Ñora desde el sur, de la misma manera que el saregano Picu Balba lo hacía desde el norte. Nos cuentan de él así en Lliga Celta Llionesa:
"Desde aquí podían controlar visualmente parte de los valles del Nora, de Siero, de Carbayín y de la sierra de Urbieza. Desde este castro también se divisaba otros centros astures como el Pico Castiello de Marcenado y el castro de la Peñuca. El Cuitu estuvo habitado desde el final de la edad de bronce, siglo V a.C. y durante la edad de hierro.(...)
Actualmente se accede al castro por una pequeña pista destinada a dar acceso a las fincas que rodean la colina, parte desde el barrio de Castiello y es un recorrido de apenas 15 minutos. Pese a estar localizado e indicado no se aprecia nada del castro, la vegetación y el bosque cubren todo el yacimiento. 
El Cuitu es uno de tantos otros castros que aún están pendientes de excavación y son muy pocos los aspectos documentados hasta el momento. Entre los elementos defensivos se hace referencia a la pendiente natural que dificultaba el acceso a la urbe, a un parapeto por su cara SE, y a la existencia de dos fosos por la cara NE del castro, el primer foso era de pequeñas dimensiones y el segundo era algo mayor, medía 3 – 4 metros de ancho y 5 metros de profundidad. Tras el segundo foso se levantó un talud, éste era último elemento defensivo. 
Los astures de este complejo para acceder al castro debían rodear parte de la colina, atravesar el primer foso y superar el talud hasta llegar a la acrópolis. En la parte llana de la acrópolis se encontraba el conjunto de viviendas, aparentemente de planta redondeada y realizadas en piedra, sin embargo hasta el momento no se han podido recuperar restos de estructuras ni piezas arqueológicas, el único aspecto reseñado fue la gran cantidad de restos de escoria de hierro encontrados, aspecto que por lo menos nos lleva a pensar en la realización de una gran actividad metalúrgica, algo que no es de extrañar porque nos encontramos en una zona donde la minería ha sido una actividad importante a lo largo de la historia de este concejo asturiano. 
Durante los sondeos realizados se localizaron zonas saqueadas, algo que no es de extrañar si tenemos en cuenta la tradición oral de esta colina, hay leyendas que hablan sobre la existencia de una bolera de oro escondida bajo esta tierra que seguro llamó la atención de muchos en épocas pasadas."

Más cerca, más a la derecha y más pequeño, El Picu y, a la derecha de él a su vez, otra vista, más completa, del monte saregano de La Berruga, con Santianes de Riba en su falda izquierda. Allí, en El Paréu se encontró otro yacimiento paleolítico, así como un túmulo megalítico de los que también nos informa Florencio Friera Suárez:
"Taller lítico en un pequeño espolón alomado que es la última estribación por el sudoeste de la pequeña alineación de colinas conocida como el Monte de la Berruga, sobre el barranco de El Repodrizu, al que se llega por el camino de Llamasanti a Santianes. Los autores de la carta arqueológica de Sariego encontraron tres piezas de cuarcita, en superficie; un fragmento de núcleo y dos hojas de cuarcita. A unos 200 mts., hacia el oeste, se encuentra el túmulo de El Repodrizu."

A lo lejos en la distancia vemos también los picachos de la sierra del Aramo, o como más propiamente se dice por parte de pastores y vecinos, El Puertu l'Aramo, cordillera situada en el mismo centro y corazón de Asturias, sobre los concejos de Lena/L.lena, Riosa y Morcín al este y sobre los de Santo Adriano, Proaza y Quirós al oeste. Sus cumbres llegan a pasar de los 1.700 metros de altura, destacando El Gamoniteiru con 1.786, El Barriscal de 1.734, El Gamonal 1.712, El Picu Xistras con 1.775 y Penapodre de 1.631, así como Las Bizarreras de 1.626 y Pelitrón de 1.562


Tras la época castreña, las villae o unidades agrícolas, antecedentes de las quintanas y caseríos triunfaron como unidades de explotación y organización del territorio en época romana y tal vez altomedieval, en base a ellas los monasterios ejercieron su dominio directo sobre el territorio desde los albores de la cristianización y a lo lago de todas las edades Media y Moderna hasta la desamortización. Leamos como siempre a Florencio Friera en Sariego. Asturias concejo a concejo:
"El poder de los monasterios de San Pelayo y de Valdediós sobre las tierras y gentes de Sariego, fue muy superior al de otros en nuestra región. El más antiguo de San Vicente de Oviedo mantuvo, hasta la desamortización, propiedades en Castañera (Narzana) y Pedrosa (Santiago). Los de monjas de Soto (Soto de Dueñas, en Parres) y de Santa María de Villamayor (en Piloña) tuvieron propiedades en San Román que, al ser suprimidos, pasaron al de San Bartolomé de Nava, el cual ya era dueño de fincas en Ñora con árboles por medios de contratos de mapostura. El dominio territorial de estas comunidades monásticas femeninas pasó, en el siglo XVI, al convento de San Pelayo de Oviedo, el "mayor hacendado" de Sariego en el siglo XVIII. En cambio, los monasterios ovetenses de La Vega y de Santa Clara hicieron emprésitos -censos- a algunos sareganos, aparte de una pequeña propiedad que las clarisas tuvieron en Sierra (Narzana); pero ya durante la Edad Moderna. También de esta época procede la información sobre otras instituciones medievales que tuvieron intereses en Sariego, como los hospitales ovetenses de San Juan y, en mayor cuantía, el de Santiago en la zona de Narzana, sobre todo en Aramanti; sus fincas estaban próximas al camino real (actual SR-1), uno de los tramos que venía de Villaviciosa o Infiesto hasta Pola de Siero, paso hacia San Salvador de Oviedo en el camino costero a Santiago de Compostela."

En medio del valle, ya en términos de la parroquia de Santiago, El Rebollar o El Rebollal, con la gran parcela de la Yeguada Finca Maeza en medio de la llanura ondulante de Granda, El Güertu Granda y la antigua Casería Granda, inaugurada en diciembre de 2018, tal y como aparece en la noticia El campo de Asturias:
"El pasado 6 de diciembre se inauguraban oficialmente con un día de puertas abiertas las instalaciones de la Yeguada Finca Maeza en Sariego. El acto fue un previo al Concurso Territorial de Salto que allí se desarrolló ese mismo fin de semana, un concurso navideño coincidiendo con San Nicolás haciendo un guiño a los años en los que sus propietarios vivieron en Centroeuropa. “El proyecto nació hace nueve años, nuestra hija Cristina es amazona y de ahí nuestra afición por el caballo de deporte español y la cría. Realmente pensamos en algo más pequeño, pero como hubo demoras por razones varias, ahora contamos con unas modernas instalaciones en una finca de 13 hectáreas”, explica Cruz Maestre, su propietaria.
El primer paso fue elegir ubicación y Sariego reunía las condiciones, siendo un concejo “llano y muy ganadero”, para ir adquiriendo algunas fincas y poner la semilla de su proyecto. Lo que comenzó como un hobby se convirtió en una pasión y Yeguada Finca Maeza cría caballos de deporte español con orígenes europeos destinados especialmente al salto. “Tenemos 48 animales, algunos criados por nosotros y tres jinetes que se encargan de ponerlos en competición. En el mercado se venden según las calidades y cualidades de los equinos. Para tener buenos caballos hay que criar, para tener criterios en la elección de madres y sementales, no es un tema fácil, si no criaría todo el mundo y lo haría bien, no es así. Y tiene ese lado romántico de la ilusión, el día que tengas un caballo bueno lo vas a disfrutar”, afirma Maestre. “También queremos que en nuestra región haya más competición. Vamos a coincidir con la recuperación del Club Hípico Astur, lo que es positivo porque cuanta más actividad, más riqueza se crea en la región”, puntualiza. Yeguada Finca Maeza tiene 21 trabajadores y crea también puestos de trabajo indirectos (veterinarios, herrador, fisioterapeutas, mantenimiento…). 
Tras el éxito del territorial San Nicolás, su idea es que en verano puedan estrenar la pista con un nacional “si nadie nos lo impide”, incide Maeza. 
Instalaciones 
El edificio principal es de uso social y alberga las oficinas y las aulas, donde ya se han impartido cursos de formación, el primero de ellos de jefe de pista y diseñador de recorridos bajo la dirección de Avelino Rodríguez Miravalles, jefe de pista del Concurso Internacional de Las Mestas. 
En un centro hípico lo más importante son las pistas, y Yeguada Finca Maeza tiene una exterior de 50 por 100 metros y el picadero interior muy luminoso de 31 por 86 metros. “No mide 90 porque quisimos salvar de la corta un roble. Ambas tienen un sistema de riego de flujo-reflujo que mantiene estable el grado de humedad de las pistas”, puntualiza Cruz Maestre. El sistema de aleros para evitar la lluvia al salir de cuadras para ir al picadero ha sido fruto “de todo lo que nos hemos mojado en estos años teniendo en cuenta que en Asturias llueva bastante”, relata Cruz. 
Algunas otras joyas de la corona en estas instalaciones ecuestres son el caminador para ocho caballos, amplios boxes paridera en la zona de cría de 36 metros cuadrados así como los boxes de yeguas de cría tienen 18 metros cuadrados, un box con zona de vigilancia o sala de aqua training con un caminador en seco y otro de agua salada, único en Asturias. “Decidimos implantarlo porque una de nuestras potras tuvo un accidente y rompió un hombro, no teniendo ningún lugar en la región para llevarla a rehabilitación. Lo usamos como rehabilitación y como puesta en forma de nuestros caballos y en un futuro quizá se pueda abrir a otras personas con un animal lesionado que les pueda interesar, es muy novedoso”, explica Maestre. 
La primera vez que los potros salen con sus madres a paddock, cuentan con uno vallado con madera sin pastor eléctrico. En ocasiones siguientes disponen de otro paddock con pastor de poca intensidad para que vayan aprendiendo a respetar los cierres y cuando crecen pasan a paddocks más amplios con pastor. Cercano a los paddocks discurre por la finca un pequeño riachuelo. Otra importante zona es la de las cuadras o naves de deporte, Yeguada Finca Maeza dispone de cuatro, una de ellas con salida directa al picadero donde se alojan los caballos de deporte con los que compite Fidel Dávila, su primer jinete. Todas disponen de 11 boxes, secador por infrarrojos y guarnés. Otra zona de la finca está habilitada como almacén de piensos y forrajes así como aparcamiento. 
En este proyecto además de la fuerte inversión económica del matrimonio formado por Cruz Maestre y Thomas Bares, se ha puesto mucha ilusión, la misma con la que nos hablaron de cada uno de sus caballos en la visita guiada que daba a conocer sus instalaciones, en especial de Altauer, primer animal criado por Yeguada Finca Maeza."

Un poco más arriba a la derecha está el edificio de Moncisa Formación y Control, en El Camín del Rebollal, al igual que, a la izquierda, el Llagar de Valberán, con sus pumaradas, especializado en sidra de hielo. En Qué es la sidra de hielo y dónde se produce la mejor del mundo, Ana Mellado publica en El Debate, a fecha 2-10-2023 un reportaje sobre esta producción:
"En Sariego, en el corazón de la comarca de la sidra de Asturias, sobresale la belleza de un llagar, donde los verdes del paisaje se funden con los colores de las pomaradas perfectamente alineadas. Más de 20.000 manzanos se cuidan con mimo y máximo esmero en Valverán, propiedad de la familia Masaveu. Al frente de este sueño personal, convertido en proyecto de éxito, se encuentra José Masaveu, pionero en la creación de sidras de hielo en la península ibérica. 
¿Por qué se llama al hielo? Esta bebida se consigue tras un complejo proceso de congelación a 20 grados bajo cero, una posterior fermentación durante 10 meses y una crianza sobre lías finas de 12 meses. 
Para elaborar cada botella de 37,5 cl., se requieren como mínimo, 20 manzanas. Tras la recogida de las manzanas autóctonas asturianas, escogidas de forma manual, se lavan y examinan lavadas una a una. Después, se trituran y se prensan, y el mosto obtenido se decanta en depósitos de acero inoxidable mediante aplicación de frío. 
José Masaveu invirtió casi diez años de investigación, realizando ensayos, hasta dar con la fórmula perfecta. «Esto es como la receta secreta de la Coca Cola», bromea. 
La buena acogida que ha tenido entre el consumidor les ha llevado a incrementar su producción un 36% en la añada 2022, que saldrá al mercado en marzo de 2024. El reconocimiento entre los consumidores, con el consiguiente incremento de producción, ha sido paralelo al éxito cosechado en varios concursos internacionales. World Cider Awards les ha elegido como la Mejor Sidra Especial de varios países como Canadá, Reino Unido, Francia, Inglaterra o Irlanda. Se trata de la única sidra de España que ha ganado un Oro. 
La familia Masaveu comienza a invertir en el sector vitivinícola en el año 1974, cuando adquiere Bodegas Murua en Rioja Alavesa, pero las plantaciones de viñedo de la familia datan de mediados del siglo XIX, concretamente en Castellar del Vallés de donde es originario Federico Masaveu Rivell. Él inició los pasos que un siglo más tarde continuarían sus descendientes, desde Asturias, donde acabó asentándose la familia y donde fraguaron un grupo de empresas en diferentes sectores y negocios. 
Masaveu Bodegas ha ido creciendo hasta convertirse en un referente, por la calidad en la elaboración de sus vinos en diferentes DO´s y por la filosofía medio ambiental que demuestran y el máximo respeto a la tierra, en las que posee sus propias plantaciones de viñedos, gracias a las cuales logran transmitir, en cada botella, la personalidad única de cada terroir. De esta forma, se unen en un denominador común todos y cada uno de los proyectos que embarca Masaveu Bodegas en diferentes regiones: Fillaboa (DO Rías Baixas), Leda (Vino de la Tierra de Castilla y León), Murua (DOCa Rioja), Pagos de Araiz (DO Navarra) y Valverán (Asturias)."


Siempre bajando, pasamos ahora entre estos cobertizos antes de llegar a las casas, que se disponen aledañas al Camín Rial y algunos ramales que salen de él



Aquí en esta franja, un banco estilo parque invita a sentarse, aunque parece que se lo trague la vegetación


Pasamos ahora  bajo esta gran panera de ocho pegollos y hermosa subidera de piedra de la que se dice es la más antigua del concejo de Sariegu


Las paneras empezaron a aparecer a partir del siglo XVII como evolución en mayor tamaño del hórreo y para guardar las grandes cosechas de maíz, cereal traído de América y que constituyó uno de los mayores cultivos panificables en Asturias, Galicia y otras comunidades. Se llamaba pan tanto al producto elaborado como al propio grano, de ahí panera


Llaneamos ahora un poco al llegar a este caserón en u cruce de caminos: nosotros seguiremos de frente, a su derecha


La entrada a la cuadra forma un rellano a cubierto y, a la puerta, un vigilante guarda el acceso


Este buen cancerbero nos ve pasar echado a la fresca sombra...


Arriba, encima de la cuadra,, la tenada. lugar también de encuentros amorosos antaño en las caserías, como eran los hórreos, paneras y molinos, según la memoria popular


Afuera, al sol otro vigilante tampoco nos quita ojo de encima...


Contemplamos tan grande estructura de piedra, es posible que en tiempos también hubiese llagar



Otros añadidos y reformas se hicieron de ladrillo, justo encima de nosotros pasa la carretera


Flechas y conchas nos confirman el Camino a seguir que, aunque es el principal el que hay que seguir, encontraremos sucesivos cruces al pasar a la altura de cada casa


Pasamos ahora al pie de un hórreo, viendo de frente La Casa Grande, detrás de la que vemos otros dos ramales de acceso a la carretera


Aquí hay una curva muy cerrada a la izquierda y, a la derecha, una fuente con bebederu o abrevadero, es posible que aprovechando la misma riega o manantial que la de la Fuente la Carretera


El Güertu, La Güertina y El Güertu Casa, pradosen medio de Figares que, como sus nombres indican, estuvieron antaño dedicados a huertas, al igual que, poco más allá, El Güertu'l Texu, por donde se sale de Figares hacia La Madalena y La Platería, camino de Pedrosa


Cuesta abajo están también El Camín d'Entremañes, que va del Camín Rial del valle al Camín de la Platería y El Camín de L'Abule, L'Abuli o La Bule, que de Figares se dirige a La Vega San Román


Y por ahí por El Llendón discurre el otro Camín Rial, que pasa encima del Ñora en El Pontón, a donde llega, atravesando La Vega San Román siguiendo el curso del río, El Camín de los Rebollinos, que viene de Valvidares


De El Pontón arriba está la cuesta de La Guaría, sobre la que vemos la iglesia parroquial de San Román de Sariegu y, más arriba y encima de las riberas del Ríu Sorribote, el pueblo de Acéu, en la falda del Monte'l Castillo, en cuya cima cuenta la tradición que hubo una fortificación "a 376 m de altura en una colina al S. del lugar de Acéu", informa Florencio Friera Suárez, quien lo incluye entre las Huellas de la cultura castreña y la romanización dentro de su libro sobre el patrimonio de Sariegu:
"Tal emplazamiento supone el dominio visual sobre el concejo de Sariego y una parte del de Nava.

El Castillo presenta una forma redondeada en cuyo extremo NE. hay un promontorio de forma troncocónica; el amplio recinto tiene una caída suave de SE a NO. Las condiciones de este espacio implican unas defensas naturales completadas con otras debidas a la acción del hombre. 

El arco sur es una tajo vertical  de unos 25 metros. Por el este el talud natural se completa con un posible foso, ocupado actualmente por una caleya. El arco norte, que es la zona más accesible, tiene un talud de unos 5 metros y restos de un posible foso colmatado y precedido de un antefoso muy erosionado.

A finales de los años 70, la acción de una pala para allanar este espacio arrasó el yacimiento, suavizando la zona de acceso y rellenando tanto el foso como un gran hoyo que había en la zona del promontorio, donde puede apreciarse una cata debida, probablemente, a una excavación clandestina. El terreno es de pasto con bosque de árboles autóctonos y matorral en el cierre.

Existen leyendas sobre este espacio, como que las casas de Acéu se hicieron aprovechan las casas que había en El Castillo, así como la presencia de monjes...."

El Castillo es un legendario paraje confirmado como fortificación castreña en 1993 por Fructuoso Díaz García y Leonardo Martínez Faedo al realizar la Carta Arqueológica del concejo de Sariegu. Este probable origen castreño sea la razón de la tradición que asegura que Acéu es el pueblo más antiguo y donde nació la parroquia de San Román (es realmente su precedente poblacional estable). De él escribe Florencio Friera lo siguiente:
"Se encuentra a 376 m. de altura en una colina al S. del lugar de Acéu, al SO del cruce entre la carretera AS-250 (La Campa a Nava) y el camino que lleva a Acéu. Tal emplazamiento supone el dominio visual sobre el concejo de Sariego y una parte del de Nava.

El Castillo presenta una forma redondeada en cuyo extremo NE. hay un promontorio de forma troncocónica; el amplio recinto tiene una caída suave de SE a NO. Las condiciones de este espacio implican unas defensas naturales completadas con otras debidas a la acción del hombre.

El arco sur es un tajo vertical de unos 25 metros. Por el este el talud natural se completa con un doble foso, ocupado actualmente por una caleya. El arco norte, que es la zona más accesible, tiene un talud de unos 5 metros y restos de un posible foso acolmatado y precedido de un antefoso muy erosionado.

A finales de los años 70, la acción de una pala para allanar este espacio arrasó el yacimiento, suavizando la zona de acceso y rellenando tanto el foso como un gran hoyo que había en la zona del promontorio, donde puede apreciarse una cata debida, probablemente, a una excavación clandestina. El terreno es de pasto con bosque de árboles autóctonos y matorral en el cierre.

Existen leyendas sobre este espacio, como que las casas de Acéu se hicieron aprovechando las piedras que había en El Castillo, así como la presencia de "monjes" en este lugar..."

Florencio Friera nos explica que la leyenda de los monjes puede deberse a las propiedades y privilegios del monasterio de Valdediós sobre Sariegu y en concreto sobre una "capilla de Villar" que podría haber estar en el lugar de este nombre, hoy deshabitado, sito en las inmediaciones, pero que, consultados documentos, sería en realidad una de las antiguas capillas ubicadas en la misma iglesia de San Román


Los árboles de La Guaría nos ocultan parcialmente la iglesia pero observamos bien su estructura de nave única y cabecera cuadrada propia del románico tardío, la cual tiene una ventana románica que da luz natural al altar, siguiendo la habitual disposición este-oeste de los templos medievales, con el ábside del altar orientado al amanecer y la portada occidental al ocaso; la espadaña es un elemento posterior, como el pórtico. Si bien apartada relativamente del Camino estimamos de interés adjuntar su descripción en Románico Digital:
"La iglesia de San Román tiene un esquema sencillo, de nave rectangular única y capilla cuadrada. El imafronte se remata con una espadaña construida en época moderna bajo la que se encuentra una portada de arco de medio punto que reposa directamente sobre dos impostas lisas y, a su vez, sobre dos jambas sin columnas adosadas. El templo cuenta con un cabildo añadido en época posterior que rodea la fachada y el costado meridional del edificio, al que se une la capilla del Santísimo, también levantada con posterioridad. En época moderna se adosó una sacristía al muro meridional de la cabecera. En esta última existe una ventana de una arquivolta semicircular lisa que reposa en dos columnas rematadas por capiteles. Uno de éstos se decora mediante dos felinos dispuestos en actitud rampante, que se unen en el ángulo de la cesta en una sola cabeza, encontrándose composiciones similares en Santo Tomás de Coro (Villaviciosa) y Santa María de la Oliva. El otro capitel de la ventana presenta un ramillete de hojas parecidas a las de castaño, según un esquema compositivo que se repite en Santa María de Tineo. El templo conserva únicamente tres canecillos de factura románica que se sitúan en los aleros de la nave y de la cabecera y se decoran mediante una figura femenina, una cabeza humana y una bola. En el interior, la nave se cubre con techumbre de madera y cuenta con una tribuna a los pies. Varias ventanas reformadas en época moderna se abren en su muro derecho, y en el izquierdo una puerta comunica con la capilla del Santísimo. El arco triunfal que antecede a la capilla se compone de dos arquivoltas apuntadas, carentes de ornamentación, que descansan sobre pilastras. La cabecera, que cuenta con una ventana en el lado este y una puerta que comunica con la sacristía, se cubre con una bóveda de cañón ligeramente apuntado, que arranca de dos impostas carentes de ornamentación.

San Román de Sariego se relaciona con el románico rural y arcaizante típico de la segunda mitad de la decimotercera centuria, según se desprende de su simplicidad estructural, marcada por la presencia de la capilla cuadrada que remata la nave, y de la escasez de elementos ornamentales. Estilísticamente se vincula a otras iglesias de la zona de Villaviciosa, como San Bartolomé de Puelles, de la que fue aneja hasta 1631, San Félix de Oles, Santo Tomás de Coro y Santa María de Sebrayo, con las que comparte las características mencionadas y el uso de arcos apuntados. El monasterio de Santa María de Valdediós pudo construir la iglesia románica de San Román, al igual que otras en las que poseía derechos, como la de Puelles, Lugás y Amandi (Villaviciosa), aunque estas dos últimas responden a un modelo más temprano que la de San Román.

A diferencia de las otras dos iglesias de Sariego (Santiago y Santa María de Narzana), San Román no ha sido declarada monumento. En general presenta un buen estado de conservación, aunque los canecillos románicos están bastante deteriorados."

Florencio Friera Suárez nos dice que la parroquia era pobre, de escasos recursos para acometer el mantenimiento de la iglesia, lo que podría deberse a que en su origen era una filial o hijuela de su vecina la villaviciosina Pueyes, pasando después a serlo de su también vecina de Santiago de Sariegu, aparte que hasta la desamortización la mitad de sus diezmos y primicias iban al monasterio de Santa María de Valdediós, no disponiendo siquiera de mansos o tierras para arrendar. Para compensarlo se aplicaron diversas alternativas, como por ejemplo que las parejas que aquí se casasen plantasen un pumar o manzano después de la boda, cuyas manzanas serían vendidas y sus ingresos valdrían para:
"pago de misas y ceremonias litúrgicas al sacerdote o sacerdotes oficiantes, ajuar preciso para ese ritual litúrgico iluminación (cera y aceite), imágenes y altares, pago al sacristán o encargado de tocar la campana, obras de sepulturas y encalado del interior de la iglesia, y obras para el mantenimiento del edificio -retejado, reposición de maderas, arreglo de las campanas..."

Se desconoce cuántos pumares se plantaron a lo largo de los muchos años en los que se aplicó este tributo manzanero; se tiene por seguro que estaban plantados en fincas particulares y que eran compradas por los llagareros elaboradores de sidra. En el Libro de Fábrica de la iglesia sí se recogen los ingresos o cargos obtenidos entre los años 1666 y 1726. Durante el siglo XVIII la costumbre de que cada matrimonio plantase un pumar fue decayendo, pese a los intentos del párroco y del visitador del obispado, así con fecha 23-10-1708 se anota esta visita a Valvidares:
"el Ilmo Sr. Don Miguel Juan de Cifuentes, secretario de cámara y visitador del Ilmo sr. Don Joseph Pérez de Toro nuestro señor obispo de Oviedo, conde de Noreña... Y por quanto se ha reconocido que las quentas de este libro que el haver venido a menos la renta de la manzana es porque algunos de los que se casan son omisos a plantar el árbol que deben poner según costumbre, mandó que los que no le hayan puesto y los que en adelante tomasen estado de Matrimonio pongan cada uno el que le toca, pena de evitación y apercibimiento, que serán multados no haviendo cumplido el año siguiente..."

El poder monacal fue tan decisivo que Sariegu no pudo facer puebla como sí pudo Villaviciosa, es decir, fundar una capital de territorio o alfoz con mercado y fueros para sus habitantes librándolos de dominios señoriales, pese a haber sido esta carta puebla otorgada por el rey Alfonso X El Sabio. Los monjes de Valdediós argumentaron que La Pola de Maliayo o Villaviciosa ya había afectado gravemente a sus intereses por la creación de un poblamiento urbano que escapaba de su influencia directa y el propio monarca hubo de echarse atrás a los dos años de la concesión, en 1272


La primera vez que se menciona a Figares en un documento que haya llegado a nuestros días es en 1442, en una permuta del monasterio de Valdediós por el que los monjes dan una tierra en este lugar a un vecino a cambio de otras fincas. Las siguientes menciones están casi siempre ligadas al convento y sus intereses, años de 1526, 1564, 1615, 1638, 1622 ó 1654. La mención de 1442 se produce veinte años después de la revuelta de los pobladores de Sariegu en 1413 contra los cistercienses de Valdediós, entrando armados en el coto monacal y...
"con amonestación del Diablo, et con malos pensamientos que les vinieron a sus corazones, non temiendo a Dios, nin a las penas que los derechos ponen, nin a la justicia de nuestro señor el Rey, e con grande osadía, con lanzas, e con escudos, e espadas, e con otras armas a la hora de las Vísperas tomaron e levaron muchos ganados..."

Se trataba de una de las revueltas antiseñoriales que en la baja Edad Media acontecieron en Asturias por cuestiones de pagos y tributos a los señores, en ese caso abades. Castigados los culpables posteriormente a una fuerte multa, el poder del Císter siguió aplicándose implacable durante mucho tiempo con disposiciones tan abusivas como la mañería, por la que los hijos no podían heredar la tierra en la que trabajaban y vivían con sus padres pues a la muerte de estos revertía directamente al monasterio. Hasta las desamortizaciones eclesiásticas del siglo XIX no pudo verse Sariegu libre de aquel señorío monacal


Tomamos pues la curva cerrada a la altura de la fuente y pasamos junto a la Casa Grande, cerca también de la Casa Ramón El Pintor


Hay una pequeña bajada frente a la casa, hasta el siguiente cruce


Una concha en la fachada luce toda su alegoría caminera y xacobea


Atención ahora al pasar frente a la entrada...


En la fachada principal, orientada al sur, hay un hermoso corredor, del estilo "entre dos cuerpos", como lo describen en su estudio El corredor en las casas asturianas los etnógrafos Florencio Cobo Arias, Miguel Cores Rambaud y Matilde Zarracina Valcarce:
"Se estructura en el centro de la fachada entre dos cuerpos laterales, abriéndose bajo él un portal. La composición de fachada es de una total simetría, quedando dos espacios semidiáfanos e intermedios (corredor y portal) flanqueados por dos cuerpos herméticos, que alojan en el pi so bajo cuadras o almacenes y en el alto dormitorios; la separación entre estos espacios internos y los intermedios puede efectuarse tanto con muro maestro de mampostería como con tabiques de tablazón o de entramados ligeros ligados con barro. El portal y el corredor son espacios distribuidores, en los que también están muy potenciadas las funciones de estancia y servicio, debido al gran fondo que poseen.

Las variantes sobre este tipo son múltiples, resultado del juego volumétrico «hueco-macizo» que en ellas se establece. Una de las más comunes y que predomina en la zona del valle del oriente de Asturias, es aquella en la que el corredor está flanqueado en un lateral por un cuerpo macizo y en el opuesto por un muro cortafuegos.

En otras zonas el muro cortafuegos desaparece y el corredor apoya sobre un pie derecho de madera o en una ménsula del mismo material , en ocasiones reforzada por un jabalcón empotrado en el muro; en este último caso el portal se convierte en un amplio zaguán.

La organización del espacio interno de las casas con corredor presenta gran número de alternativas, en las que lo más significativo es la diversificación y especialización de los espacios y la importancia que adquieren los representativos de «status" como la sala, estancia de uso poco frecuente, relacionada socialmente con el exterior, en la que se celebran acontecimientos de los que participan personas ajenas a la familia; en ella se recibe a las visitas de importancia, se come los días de fiesta y se da el pésame en los ent ierros. Además de servir como escenario social es en esta pieza donde se colocan los muebles y obj etos más valiosos sentlment al y materialmente; tampoco es raro que en una esquina se coloque una cama, funcionando entonces la sala como dorm itorio ocasional. En la actualidad con frecuencia se ha compartimentado, empequeñeciéndola o anulándola para crear pequeñas alcobas. 

La especialización de las distintas piezas de la casa se manifiestan en el grado de independencia que alcanzan los espacios destinados a dormitorio, objetivo que se logra con su localización «arriba", remarcándose de esta manera las connotaciones de privatización o importancia que se concede a la segunda planta de la vivienda, en tanto que «abajo" se localizan los espacios de uso cotidiano, los de servicio y los de trabajo. La planimetría que ejemplifica este resumen sobre organización del espacio corresponde a viviendas enclavadas en asentamientos donde la economía fundamental es la agropecuaria, en la que los espacios de estabulación y almacenamiento (cuadras y pajar o tenada) se integran muchas veces dentro del volumen-base de vivienda; pero el deseo de independizar el espacio destinado a los animales del humano lleva a otras dos alternativas, una en la que las cuadras ocupan toda la planta baja , disponiéndose en la superior la cocina, la sala y los dormitorios y otra en la que los espacios de estabulación y almacenamiento se construyen adosados o exentos."

Cruce de caminos y seguimos de frente, caminando ahora un trecho en llano


Hay además una buena explanada donde se aparcan remolques y maquinaria, hay un banco y un tablón de anuncios


Y un auténtico mirador sobre la parroquia de San Román, la más oriental de Sariegu, con El Perón a lo lejos y La Portellona a la izquierda


Abajo San Román, la cabeza de La Parroquia, de El Palaciu a la derecha a Cortinielles y El Camblor a la izquierda


La cuesta de La Guaría y El Camín Rial o carretera SR-1 de Vega a San Román, abajo La Vega San Román y El Ríu Ñora 'recién nacido'


El Palaciu y El Cruce'l Palaciu, donde se encontraba otro de los antiguos llagares de San Román


El Sadriyanu o El Sadrianu, solar de la antigua capilla de San Adriano, donde estuvo también la escuela antigua


La Caleya, la calle del Sol y La Bolera, a la izquierda el llagar de Foncueva, del que leemos en su página web:
"Sidra Foncueva puede presumir de su larga trayectoria, contando con una tradición centenaria, ya que sus comienzos se remontan a finales del siglo XIX  de la mano de Guadalupe Vigón, origen de un  grupo familiar dedicado a la elaboración de sidra, que continúan las generaciones siguientes. Con el paso de los años, los sucesivos responsables del llagar irán ampliando y modernizando sus instalaciones, pero manteniendo el sistema tradicional de elaboración, que incluye el uso de toneles de castaño junto a depósitos de acero inoxidable con control de la temperatura de fermentación. Algo que caracteriza a esta bodega son sus pequeñas dimensiones, lo que en Sidra Foncueva es sinónimo de calidad y cuidado en la elaboración. En 1997, incorporó a la elaboración de la sidra manzanas autóctonas de sus propios pumares. Con estas peculiaridades siguen haciendo gala de su producto, siempre tratando y mimando la sidra de la mejor forma que ellos saben, y siempre con el objetivo de que el producto llegue a los consumidores con la máxima calidad. 
Con una ajustada producción de unos 500.000 litros, Sidra Foncueva puede permitirse tratar con mimo exquisito la sidra que elaboran, prestando una atención minuciosa a todo el proceso: selección manual de la manzana 100% asturiana, fermentación controlada en depósitos de acero inoxidable, para más tarde reposar en toneles de madera de castaño hasta alcanzar el punto óptimo de maduración para el embotellado."


A la derecha del llagar, en el medio de la foto, arranca, junto a la Carretera L'Enguilu, El Camín de Cortinielles


Alzándose sobre los tejados de la parte baja de Figares, uno de los texos o tejos del pueblo, que dan nombre a algunos de sus lugares


En el pequeño y boscoso desfiladero entre El Perón y El Monte'l Castillo, llegaremos a ver, al sur, algunas estribaciones de La Sierra de Ques, en Piloña


Se distingue muy bien El Picu Bierces (770 m), "una especie de espolón en la sierra de Ques", lo describen en la Enciclopedia del paisaje de Asturias, en su extremo suroccidental y perteneciente a Nava si bien al otro lado de la cumbre ya es Piloña. A su derecha el collado de La Flecha lo separa de El Cabezu (745 m)


Mucho más al sur se yergue El Picu Facéu (1.228 m), en la raya entre Piloña y Casu por la prolongación más occidental de la Sierra del Sellón, con acceso desde la mítica Collá Arniciu, donde se celebra el multitudinario certamen del Quesu Casín


Admirables picachos en lontananza, El Picu Recuencu (1.666 m), El Picu Zorru (1.844 m), El Picu Lluengu (1.785 m) en los montes de Ponga, puerta de Ventaniella y el Alto Sella


Desde aquí vemos también mirando atrás, en Figares, las fachadas principales, orientadas al sur, a la máxima claridad, de las casas que hemos pasado por su parte posterior, las cuadras y las tenadas, bajando de la carretera



Tras esta breve parada para contemplar de nuevo el entorno proseguimos camino enfrente de esta bella quintana con una antigua panera. Desde 1742 al menos recoge Florencio Friera documentación relativa a los hórreos de Figares:
"En 1742, Francisco Parajón, hijo de Diego Parajón y Manuela Suárez, vecino de Figares, vende a Catalina González Retuerta, su suegra, viuda de Bernardo Bastián, vecina de las casas de Coro, feligresía de Santiago (lugar entre Caicía y El Forcón), "la cuarta parte del orrio de quatro digo seis pegollos y pies que tiene y goza en el que está delante de la casa en que bibe el susodicho y dicha su madre con su suelo correspondiente y más pertenezido, según las están gozando y según las otras tres partes son de la dicha su madre y de Santiago García, vecinos de dicho lugar, y se le bende, libre..., en siete ducados de vellón recibidos antes de aora de manos de dicha su suegra compradora."

Otra venta la localiza Friera Suárez cinco años después, en 1747, cuando Miguel Suárez vende a José Valvidares, vecino de Figares "un octavo de orrio de seis pies" sito aquí en Figares por 7 ducados vellón "non alineando la mitad del orrio de cuatro pies que el otorgante tiene junto a la casa de Domingo Martínez en el término de La Calleja en esta dicha feligresía (de San Román)"


Y en 1843, Bernada Acebo, viuda de Lorenzo Friera y vecina del inmediato pueblo de Pedrosa, vende a María Cosío, "viuda de José Parajón y vecina de Figares, "la su casa alta y baja con todos sus cuartos, aposentos y antojanas, delantera, entradas y salidas (...) y delante de ese edificio la mitad de un orrio de cuatro pies de madera con su mitad de suelo, que la otra mitad es de Manuel Corujo", reseñándose pues la habitual propiedad compartida de hórreos y paneras


De la misma manera que muchos hórreos y paneras languidecen al desaparecer la sociedad cerealística que hacía de ellos sus graneros y despensas, muchas antiguas cuadras, gallineros, corales, etc., desaparecen con el abandono de las labores agroganaderas tradicionales y son reformados para nuevos usos


Con L'Enguilu y Cantu Altu siempre al sur, así como el enorme espolón de Peñamayor, El Camín Rial de La Campa y Arbazal empieza a bajar según va saliendo de Figares



Curva cerrada a la izquierda y empezamos a perder altura mientras volvemos a ver La Vega y gran planicie del valle y ribera del Ríu Ñora



Un texu en el cruce con El Camín de L'Abule; a lo lejos divisamos, al este, La Parea Fariu con su cima de El Picu Torres (568 m) o El Picaretu, donde confluyen los concejos de Sariegu, Villaviciosa, Nava y Cabranes. En su cima había un torreón que le debió de dar uno de sus nombres, reconocido en 1940 por los autores del deslinde de concejos, que escribieron "Se reconoció como tal (primer mojón) un montón de piedras sueltas de forma cónica de un metro de altura y sesenta centímetros de diámetro en su base". Unos pocos años antes, en 1934, se sabe por otro documento, del ingeniero del Instituto Geográfico Nacional, que dicho torreón era aún más grande y en él se explica además su condición de 'faro':
"...un montículo pedregoso de forma cónica, completamente aislado y de unos cuatro metros de altura (...) Lo que sucede es que el Alto de Faro y el Pico de Torres son una misma cosa. Esto geográficamente, gramatical y etimológicamente también tienen idéntica acepción. Lo primero porque tanto importa decir Alto de Faro como Pico de Faro y Alto de Torre como Pico de Torre, teniendo todas estas denominaciones misma significación gramatical, por ser sinónimos alto y pico, torrero y farero. Etimológicamente, no hay duda de que en el monte en cuestión existió un faro o torre, cuyos cimientos subsisten, de cuya edificación de deriva el nombre de aquel: Alto del Faro, Pico de la Torre. La existencia de tales cimientos fue comprobada personalmente por V.S" 


Nosotros seguimos bajando del cruce adelante, pero a la vez miraremos a la izquierda...



Y es que aquí abajo, en este rellano, se dice estuvo El Mesón de Figares, del que se conservaba una antigua puerta de arco de medio punto ya no existe una ventana enmarcada por sillares en uno de los cuales había grabado un jarrón con una flor de lirio, motivo que se tomó para hacer el escudo de Sariegu:

Fuente: Wikipedia

Realmente el jarrón es un emblema propio del vecino concejo de Siero y fue incorporado en el escudo del concejo elaborado por los eruditos Octavio Bellmunt y Fermín Canella hacia 1900, no obstante con unos criterios muy discutidos por varios autores

Fuente: Crítica Heráldica

De ahí que Florencio Friera Suárez plantease en 2017 este nuevo escudo por las razones aludidas en este artículo que da noticia de su presentación, publicado por la corresponsal de El Comercio Lydia Is el 17-11-2017 con el título Manzanas y una fuente, nuevos símbolos del escudo de Sariego:
"«Un escudo original y único». Así define Florencio Friera, cronista oficial de Sariego, la propuesta que ha elaborado en los últimos años para modificar el emblema del municipio y que ayer presentó ante una abarrotada Casa de Cultura. 
Según explicó, «el distintivo actual fue un invento de 1900 y está sin legalizar» y detalló que a finales del siglo XIX había muy pocos concejos con escudo propio. «Tras la creación de las autonomías, el Gobierno del Principado decidió que todos tenían que tener y se guiaron por los que reflejaba el libro 'Asturias', elaborado por Fermín Canella, rector de la Universidad de Oviedo y el médico Octavio Bellmunt», añadió.


Y aquí otra casa de corredor, este entre muros cortafuegos, para el que recabamos la oportuna información en el aludido estudio El corredor en las casas asturianas:
"El corredor se desarrolla a lo largo de toda la fachada principal de la casa, cerrándose sus laterales por la prolongación de los muros piñones, en los que encajan o apoyan las carreras sustentantes de aquél.

Estos muros, denominados cortafuegos, protegen lateralmente del viento y de la lluvia tanto el zaguán como el corredor. Se consigue con esta composición una lectura similar a la que proporciona el corredor sobre machones; en ambos casos toda la fachada es un espacio de transición entre el exterior y el interior..."


Seguimos ruta cuesta abajo junto a esta cabaña y acercándonos ya al siguiente cruce del Camín de L'Abule, topónimo que recuerda al no muy lejano Pumarabule sierense, cuya etimología se da en explicar en base a un antropónimo, el nombre de un tal Abulius, un antiguo posesor de época romana o tal vez en el alto medievo



María Antonia Pedregal Montes, en sus estudios dedicados a la parroquia de San Román, nos cita en este sentido que L'Abule o L'Abuli son unos terrenos situados justo debajo, justo donde empieza la falda del monte, junto a El Pandín, una pequeña loma en La Vega San Román, campos de La Llamera, La Viesca y Les Cañaes, aquí bajo Figares


Y en el cruce hemos de continuar a la derecha, donde hay otra curva cerrada en este sentido, dando vista a El Llendón, en mitad del valle (derecha de la foto)



Es la bajada final hacia el valle, El Camín de Figares, aquí, un hito caminero nos revela y confirma la dirección a seguir


Y enfrente de la encrucijada, una placa informativa con algo de historia de Figares, que pasamos a leer



Nos relata ciertos aspecto de interés, como altitud y etimología, su posición respecto al viejo Camino y a la carretera (la llama AS-113, denominación antigua), la relación de su mesón con el escudo, los hórreos y paneras, los túmulos de Valloberu, en lo alto de La Llomba, y el lugar de La Madalena y su importancia, hacia el que nos dirigimos ahora



La Madalena, topónimo que evoca la antigua capilla de la Magdalena, "probablemente del siglo XIII" dice Florencio Friera, allí existente antaño, se encuentra más abajo, "en un rellano al pie de la ladera de La Llomba, a la parte meridional del "camino de la Platería" -tramo del camino jacobeo de la costa, de Villaviciosa a Oviedo-, que va de Figares a Pedrosa", por lo que aún tendremos que bajar toda la cuesta para llegar allá


No obstante, es ya la última gran rampa antes del valle, recorrido así explicado en El Camino de Santiago por Asturias. Topoguía 2. Ruta de la Costa, de varios autores coordinados por María Josefa Sanz:
"...nuestro Camino aborda una pronunciada pendiente que le acerca al fondo del valle y a la localidad de Pedrosa, enlazando en este punto con la SR-1 (de San Román a Vega), con la que se solapa."

Dicha carretera SR-1 de San Román a Vega es, insistimos, el otro Camín Rial, que atraviesa Sariegu de Este a oeste, con el que enlazaremos al final del Camín de la Platería, una vez pasado el solar de La Madalena, ya entrando en dicha aldea de Pedrosa



Y aquí tenemos a nuestra derecha una hermosa vista del Camín Rial del valle desde San Román a La Guaría, El Pontón y El Llendón, frontera de San Román y Narzana


El Camín Rial o SR-1 en primer plano; más allá el Ñora cruza el valle hacia el sur y discurre la pie de L'Enguilu, detrás de El Rebollar o El Rebollal, ya en la parroquia de Santiago


No tan alto como La Llomba, L'Enguilu es el monte que, cerrando el valle por el sur, es llamado monte llano, planum, en los límites entre Sariegu y Nava en el Liber Testamentorum del ovetense obispo Pelayo en el siglo XII, "inter saregum et Nauam per monten planum". Más a lo lejos las estribaciones al este de Peñamayor, hacia El Picu Múa y El Picu Xanes, cercanos ya a la Sierra de Ques



A la izquierda de El Llendón, El Pontón, paso del Ríu Ñora a la iglesia por La Guaría, con Acéu y El Monte'l Castillo en lo alto


La Vega San Román y San Román, con El Camín de los Rebollinos y numerosas fincas, hazas o faces, cada una con su propio nombre; Pedregal Montes nos dice que eran propiedades de los vecinos de Figares y de San Román, Les Fabariegues, Solagüerta, La Terrona, Les Fazones, Los Zaborninos, La Tierra'l Pozu y La Caleya la Cruz con La Faza'l Nozal, Les Cabeceres, Les Ortigueres, Formigueru, La Mesa, Les Cañaes, con La Cañada Riba y La Cañada Baxo, prados y fincas de El Casal, Los Casales, Les Fazones, Fontanielles, La Viesca, El Prau Secu... otro enclave de importancia arqueológica desde el paleolítico hasta el medievo, pues tal y como dice Friera Suárez enunciando los hallazgos plasmados en la carta arqueológica del concejo:
"En una finca de La Vega (Figares), en terreno de pasto y labor, en la llanada al lado del camino que va de San Román a Figares, en tierra de unas 2 Ha., dedicada a maizal, aparecieron tres piezas con retoques (dos lascas y una tableta de sílex); restos de talla (tres lascas de cuarcita con córtex); y dos núcleos de cuarcita."
"Dentro del paraje de La Vega se encuentran Los Zaborninos, donde fueron recogidos catorce materiales cerámicos, encontrados en estas tierras de labor 100 m. al N. de la carretera Sr-1, a unos 700 m. de Pedrosa en dirección a San Román. Entre esos materiales hay 7 fragmentos de galbo (con peinado horizontal o vertical), 2 fragmentos de borde exvasado, 2 fragmentos de asa de cinta, 1 fragmento de asa de sección elíptica, 1 fragmento de base plana, y 1 fragmento de pico de jarra. El topónimo alude a San Saturnino y es similar al existente en Puelles donde todavía puede verse la capilla de Sanzadornín o Sanzornín. El hagiotopónimo Los Zaborninos de San Román de Sariego puede revelar, junto a los materiales encontrados, que existió una capilla en estas pequeñas fincas de La Vega bajo la advocación de San Saturnino. Pero debió ser muy antigua. No tenemos constancia documental de ella, particularmente desde el siglo XVI, aunque sabemos que tres días de bueyes en "Çadornín", dentro de La Vega, experimentaron cambios en cuanto a los titulares de su dominio directo, siguiendo las vicisitudes de los monasterios de benedictinas próximos al curso del río Piloña. Fueron, primero, del monasterio de Soto de Dueñas, para pasar al de Santa María de Villamayor, de éste al de San Bartolomé de Nava, y de éste a San Pelayo de Oviedo, entre los bienes del llamado "foro de Soto", según el apeo hecho por el monasterio ovetense en 1569. También Santa María de Valdediós poseía medio día de bueyes en Zadornín, en La Fabariega, dentro del mismo paraje de La Vega en San Román, dentro de los bienes que llamaban de Margolles y Acebo, en el año de 1622. Sabemos que, entre las numerosas iglesias y capillas a las que alcanzaba la jurisdicción del abad de Valdediós, estaba la capilla medieval de Sanzornín, en Puelles, dentro del coto del monasterio. Pero no puede asegurarse si el Zadornín de San Román de Sariego era una finca con algún grado de vinculación -como el pago de rentas- a la capilla de Puelles, ni tampoco el origen de los fragmentos de cerámica encontrados en Los Zaborninos."

Más arriba, en una pequeña loma entre La Vega San Román y San Román, El Pedrín con Los Pedrinos y El Pedrinucu, cerca de L'Ablanu



La Figarona con la antigua Casa Claudio y El Camín de Verdera o Camín Ria. Al otro lado de El Puertu y L'Altu la Portellona, estuvo la capilla de Sn Vicente, ya en términos de Cuenya (Nava) pero muy vinculada a San Román de Sariegu, verificada su existencia, en base a topónimos y documentos, por Florencio Friera Suárez, quien recoge también tradiciones populares, incluyendo dichos y cantares, como el que dice, 
Monxiquines de Llobós (o Llebós, lugar y regato de San Román)
va a misa ente la ermita
y van lavar los paños
al río La Escolgaíza (que nace al otro lado de La Portellona)
¿Tal vez les monxiquines o 'monjitas' se refiera a las monjas pelayas o tal vez anteriores de San Bartolomé de Nava, Santa María de Villamayor o San Martín de Soto?



En lo alto, La Parea Fariu, por cuya falda la Carretera L'Enguilu comunica San Román con el Altu la Campa, parece despedirse de nosotros en estos nuestros últimos metros ya por la parroquia de San Román...


Y es que nuevos paisajes se nos van abriendo ahora hacia el oeste, donde la vista llega al otro extremo del concejo y aún más allá, como hemos comprobado, hasta los montes de Valdesoto y más lejos todavía, como seguiremos confirmando


Al fondo, allá donde acaba L'Enguilu, el monte Escrita (376 m), entre Ñora y Santianes, citado en la mencionada documentación de 996 de Bermudo II a les pelayes o monjas del convento de San Pelayo. Ahí nace La Riega la Escrita en la fuente del mismo nombre, cuya etimología pertenece "a un grupo de topónimos que pueden referirse a auténticas inscripciones en la piedra o grabados que la gente interpreta como tales, en ocasiones con un sentido religioso o mágico", explica el erudito toponomista Xosé Lluis García Arias en Toponimia asturiana el porqué de los nombres de nuestros pueblos 


Escrita, El Monte Escrita o Monte los Andaluces hace de frontera entre Sariegu y Siero, en este contexto, el también especialista Julio Concepción Suárez, Xulio en su libro Diccionario toponímico de la montaña asturiana, explica lo siguiente:
"A juzgar por la posición de estos topónimos, siempre en el límite de antiguas divisiones territoriales, hay que pensar en ciertas divisiones establecidas entre valles, propiedades vecinas, jurisdicciones monacales o eclesiásticas por ambos lados del topónimo: en definitiva, muñones para separar esas heredades. (...)

La Etimología: Participio latino scriptam ('escrita'), con el sentido de 'señal tallada' en piedra a modo de 'mojón'. Caben otras interpretaciones posibles dentro del topónimo."

En el apartado de su libro del patrimonio de Sariego titulado Espacios especiales, Lorenzo Friera hace mención a las ninfas locales, les xanes asturianes, que poblaban estos parajes, con su mitológica Cueva les Xanes y demás enigmas de La Escrita y su muy próximo Picu Balba; esta descripción es un gran alegato en favor de la mitología saregana, asturiana y universal, que deseamos compartir con Vds. aparte de recomendarles tan preciado volumen:
"Entre los lugares donde vivimos, por donde nos movemos, hay espacios sagrados. Les otorgamos una categoría especial por razones que tienen que ver con el sentimiento religioso, o con la incapacidad de nuestra razón para explicar cuanto nos envuelve. Esos lugares sagrados suelen ser los espacios reservados a los muertos: son los casos de los túmulos durante el tiempo de los hombres primitivos, o de las iglesias y camposantos del cristianismo.

Aparte de esos espacios sagrados, que ya hemos explicado, existen espacios especiales, poéticos, que pueden estar poblados por seres misteriosos, míticos. Nadie, en su sano juicio, afirma sin vacilaciones y con rotundidad que ha visto a esos seres. Pero, como dicen los gallegos de las meigas, "haberlas, hailas". Entre estos personajes míticos tienen en Asturias un rango de distinción les xanes. No son privativas de nuestra cultura, pero son consustanciales a la mitología asturiana hasta en el nombre.  Les xanes son distintas a las sirenas que encantaron a Ulises en La Odisea. Vienen a ser un tipo de ninfas de la mitología clásica, las náyades que residían en fuentes y ríos, similares a las donas d'aigua en Cataluña.

Les xanes de nuestro concejo viven en cuevas, junto a fuentes y arroyos. Existen en Sariego dos cuevas que llevan su nombre. Una de ellas se encuentra en La Llomba, unos cuantos metros al norte de "El Campu los Salgueros", más allá de la actual línea divisoria con el concejo de Villaviciosa. La otra cueva se encuentra al sur, en Escrita, al lado del reguero que viene de Fuente Escrita, cerca de Ñora, no lejos del límite con el concejo de Nava, Junto a ellas están las Fuentes de les Xanes. Esa es su residencia, aunque pueden disponer para sus danzas nocturnas de espacios donde no crece la yerba. Siempre son seres femeninos, mujeres jóvenes y bellas, con pelo largo y bien peinado, hacendosas y muy limpias, como corresponde al hábitat de agua por donde se desenvuelven sus extrañas vidas. Aunque suscitan un cierto miedo, no puede afirmarse que sean malas mujeres. Algunas de ellas hacen el bien a viudos con niños necesitados de los cuidados de una madre. Son, sencillamente, mujeres encantadas capaces de hacer prodigios regalando prendas, y esperan el desencantamiento que puede producirse en la noche más mágica del año, la noche de San Juan."

Al pie de La Escrita y en su falda norte La Nozalea, al sur de Ñora y dentro de la parroquia de Santiago de Sariegu, donde en su Ríu Molinucu trabajó un antiguo molino, a la vez que en la aldea la fragua de los Ceñal, que allá por el siglo XVIII eran "habiles artesanos además de campesinos", nos cuenta el Diccionario geográfico de Asturias. Ciudades, Villas y Pueblos. ¿Verían ellos a les xanes de Ñora?. Friera Suárez nos aporta algunas leyendas recogidas por diversos etnógrafos de la tradición oral:
"¡Ay mi xana má!
Julia la Piñera cuntaba que les xanes visitábense d'un estremu al otru del conceyu. En cierta una ocasión una xana de la cueva de La Llomba fue a ver a les xanes d'Escrita, hacia Ñora, y tardó en regresar a la su cueva unos cuantos díes. Ello alarmó a les fíes de la xana viajera. Julia aseguraba qu'ella había oío los berros de les xanines y lamentos como éste_

-¡Ay, mi xana má! 
¿Cuando venerá?
La casa de les xanes 
Había en La Cueva de les Xanes (en Ñora como si fuese una casa. Tú ibes p'allá y dabes una vuelta y... un pisu; volvíes a dar otra vuelta y... otro pisu. Si vieren ahora aquello que veíamos nosotros de rapacinos alguno de hoy quedaría asustáu. Había unos pisos muy bien preparaos, como si fueran habitaciones, todo muy bien preparao aquello. Florín... Tenía su cocina y su todo. Pa un lao, les habitaciones; pa otru lao, la cocina. Vivíen allí solo mujeres, hombres no había. Oilo yo a la madre de esa Vicenta, que lo había oido a otros. Ahora ya non hay nada de eso.
La danza de les xanes
Antes los padres encantaben a los hijos. Encantábenlos. Teníamos nosotros un prau que tenía un cercu. Les Fazuques. Íbamos a la yerba y había un cercu que nunca tenía yerba, Decíamos al nuestru padre:

-¡Ah!, Eso ye la danza de les xanes. Eso ye un cercu que teníen les xanes pa bailar.
El viudu y los sos rapacinos
Yo acuérdome que Vicenta, la madre d'esi Manolo (en Ñora), contábanos a nosotros de rapacines, que había un hombre que había quedao viudu tamién, y quedaron-y dos fíos, o tres, y venía una xana a peinalos. Y que cuando salía estaben les rapacines limpies, lavaes y peinaes. Y que venía una mujer a peinales. Dice que si nos sería la madres que estaría encantada porque antes encantábenlos, non sé con qué. Encantábase a la xente.
El guajín abandonáu
Nuna ocasión, un matrimoniu dexó al guajín al pie la Cueva les Xanes (en Ñora) mientres ellos iben a trabayar. Al pocu pasó per ellí un home y vio al guaje, que taba berrando ensin consuelu, y al pie d'él una moza perguapa. Chocó-y al paisanu que nun lu afalagase y diso:

-¡Cuida ese guaje, mala muyer!

Y respondió-y la xana:

-¡Que lu cuide so madre, si lu quier!

Y desapaició."

En lo alto de Escrita está El Cantu la Montería, que hace referencia a cacerías en un topónimo que se repite en La Llomba. Más allá y al otro lado del valle, es El Picu la Llobera o La Llosona (591 m) al sur de Feleches y al lado de La Cruz, importante encrucijada en la parroquia sierense de Areñes



En la lejanía, de la misma manera que antes veíamos los Picos de Europa, ahora vemos, al suroeste, otra de las máximas alturas de la Cordillera Cantábrica en Ubiña, Pinubina Penubina o Peña Ubiña, que es como se conoce a todo el gran espolón rocoso "sobre El Meicín, en el crestón divisorio con la vertiente leones de Torrebarrio, Villargusán...", leemos en la Enciclopedia del paisaje de Asturias, a lo que añade:
"La gran peña (Penubina, para vaqueros y pastores de la zona), de 2.417 metros de altitud, se ha convertido en lugar de escaladas para muchos aficionados que no se detienen ni ante las nevadas y prolongados neveros de la cara norte, sobre todo. Buena subida, sin problemas, por la vertiente que da al Alto'l Ronzón y Retuerto."

A la izquierda Peña Ubiña la Pequena de la que la Enciclopedia del paisaje de Asturias nos cuenta lo siguiente:
"Peña menor, de 2.197 m, junto a Ubiña, en dirección más bien sureste, divisoria con el valle de Rosapero: buenas panorámicas sobre los pueblos leoneses de Pinos, Candemuela, Barrios de Luna... Buena subida, aunque empinada, por la cara noroeste que da a Retuerto, La Fuente la Gorgochosa y refugio de los pastores."
Más a la derecha, Pena Cabello y Puerto Cerreo, nombres y cimas que se prestan a cierta confusión que esperamos nos lo aclare dicha enciclopedia:
"Puerto de verano sobre El Meicín, a 1.754 m de altitud, en la cumbre divisoria con los pastos de Retuerto y Pinos (hoy Puerto Mieres). Es un conjunto de fértiles camperas muy apreciadas por los ganados que allí reciben mejor las brisas de la marina (en el decir de los vaqueros) por el estío arriba. Culmina el Puerto Pena Cabello, mal llamado en los mapas La Peña Cerreos. Se llama Pena Cerreo por ser la peña sobre el puerto Cerreo, aunque el nombre entre los naturales es Pena Cabello, nombre que puede derivar de capitellum ("cabeza pequeña"), quizás por ser la cota más baja que la Peña Ubiña. Es un peñón de 2.111 m de altitud, situado en la divisoria con León..."

Y a su derecha esta es Peña Ubiña la Grande (2.417 m), el color claro de su caliza y el blanco de sus neveros podría ser la causa de su nombre, procedente de un adjetivo albinus 'de color blanco' explica García Arias:
"Pena Ubina ‘peña blanca’, montaña emblemática de nuestra cordillera que algunos identifican con el mons Vindius ‘monte blanco’ de la resis tencia ástur contra Roma (...) y que destaca en la larga cadena de montañas por su elevación, por el color propio de la caliza y por sus nieves casi perennes."


A la derecha de Penubina El Cuetu les Cabres (2.118 m), El Prau Capón (2.171 m)m La Puerta del Arcu (2.208 m), La Collada del Arcu (2.157 m), Los Castillines (2.304 m), El Siete (2.356 m), El Crestón del Pasu Malu (2.378 m) El Fontán (2.415 m), El Prau, (2.537 m) o El Picu Colines (2.205 m) 



En El Crestón del Pasu Malu confluyen Lena/L.lena, Babia y, a la derecha, Quirós, "Es zona de acceso difícil por aquellos crestones encrespados, con precipicios lo mismo a la vertiente la vertiente lenense que hacia la vecina leonesa"



El ilustrado Gaspar Melchor de Jovellanos llegó a escribir, a fecha 27 de junio de 1792, en sus impresiones por el paso del puerto de Payares que veía, pasando de Asturias a León "a la derecha la famosa Peña Ubiña, que se cree ser la más alta de España", escribiendo también luego "vese desde la tierra de Segovia y desde muy dentro del mar", explicando Wikipedia que "Sin duda Jovellanos quedó tan impresionado por estas montañas que le hicieron exagerar un poco"


Ahí está El Fariñentu (2.174 m -otras fuentes dicen 2.169 m-), en medio del macizo y un verdadero balcón sobre los puertos de Agüeria, que lo separan de su vecina Pena Rueda, además de sobre toda esta emblemática montaña:
"La vista se extiende por un apretado acordeón de cumbres que alcanzan desde Campu Faya hasta Ubiña la Pequeña, y desde los picos del Fontán hasta La Almagrera, La Mesa y La Tesa. Todas las brañas y mayaos de Quirós y Lena sin moverse del mismo palmo en cantizal tan vistoso. Acceso desde Tuíza de Arriba subiendo por los duros recuestos de La Plana hasta el Bocarón de Cheturbio; desde aquí inclinarse a la izquierda para alcanzar la cumbre sin mayor esfuerzo" 

Más a la derecha Pena Rueda (2.151 m), en Quirós (izquierda de la foto), también considerada parte del macizo de Penubina pero separada de este por los puertos de Agüeria, fácil de identificar por su forma piramidal. A su izquierda se extiende El Monte'l Roneiru con El Cuetu la Siete (1.653 m) y, más a lo lejos siguiendo la cresta de Penubina, se alinean El Güertu'l Diablu, que en realidad son dos, el sur (2.183 m) y el norte (2.105 m), por eso los montañeros lo llaman el plural, Los Güertos del Diablu, luego van otros formidables picachos como Las Rebol.losas (1.955 m) o El Tambarón (2.005 m)


Más a la derecha y más al norte volvemos a ver el Aramo, de alguna de cuyas principales alturas ya hemos hablado antes entrando en Figares. Si bien sus techos no llegan a los dosmiles de Peña Ubiña su posición prominente sobre los grandes valles centrales asturianos configurados por los ríos Nalón (del que el Nora o Ñora es afluente) y Caudal (también afluente del Nalón) le hacen especialmente visible y va a ser una referencia casi constante en nuestro camino valle adelante hacia el oeste


Aquí abajo, en Ñora, al pie de Escrita, además de leyendas de xanes, aparecen restos arqueológicos que confirman lo habitado del valle desde el Paleolítico, "junto al mismo río y en su zona de inundación, aparecieron tres piezas de cuarcita, poco rodadas: una raedera fabricada sobre lascas y dos lascas", comenta Friera Suárez, añadiendo que tal vez procedan de un yacimiento al aire libre no localizado y situado aguas arriba, aunque no lejos del lugar donde aparecieron, atribuido al Paleolítico Medio


En esa parte del valle se hallan referencias a las desaparecidas capillas de San Miguel y San Lorenzo en Ñora y a la de San Juan de los Prados que dio nombre a Santianes, las tres de origen medieval y en las que hubo culto hasta el siglo XVIII. Florencio Friera afirma que estuvieron en un ramal del Camino de Santiago que de Pedrosa se dirigía, en vez de a Vega como el actualmente señalizado, a dicha iglesia de Santiago, Coréu, Ñora, La Tabierna...
 "y debía enlazar, por El Remediu, y -siguendo por La Blimera, Santianes y Lamasanti (La Máquina)- por Lieres con el "camino fráncés" que dese Nava conducía a Oviedo. También se denomina "camino real", pero claramente diferenciado del que iba desde San Román a El Romeru (camino real de Villaviciosa a Infiesto, que por Aveno iría a Pola de Siero, y por Puertecampo iba a Gijón), en un trazado vial diferente, sobre todo en su parte oriental, a la actual carretera de Oviedo a Villaviciosa."

Efectivamente, antaño, todos los caminos por donde venían peregrinos francos, término que aglutinaba a los actuales franceses pero mucho más también, prácticamente a todos los centro europeos, eran llamados camino francés y similares, camino franco, camino de Francia, camino francisco, etc., únicamente la moderna nomenclatura oficial ha dado en declarar nombre oficial solo a uno de tantos, el de la meseta norte con sus ramales, de forma completamente antihistórica y anticientífica



Esta bajada por La Llomba es llamada, como tantas otras cuestas, La Cuesta y aquí en estos campos, acercándonos al solar de la antigua capilla de La Magdalena de Figares, el campo La Madalena, que ya empezamos a ver enfrente, resuena también el nombre de Villar, que alude a una antigua villa agrícola o espacio poblado en torno a dicho santuario, y a la vez vinculado con la capilla de Villar de la iglesia de San Román, y el lugar homónimo cerca del Monte'l Castillo, lo que podía dar lugar a ciertos equívocos de localización en base a los documentos antiguos:
"La capilla de Villar se encontraba "sita" -recordemos- en la iglesia de San Román. Lo cual indica que se trataba de una capellanía con beneficio simple, no curato -especificado para el caso que nos ocupa en un texto de 1564-, y que no implicaba necesariamente la existencia de una capilla, aunque pudiera encontrarse un altar dentro de la iglesia afectada, lo que no hemos visto en el caso de la iglesia de San Román. Pero, ¿porqué se titula de Villar o de Villarque? Como se ha señalado, el topónimo que permanece hoy vivo en San Román es el de Villar, en las inmediaciones de El Castillo, con su carga de leyendas que envuelven cierto misterio. Repitamos que ninguna constancia tenemos de que hubo una capilla en ese lugar. Es más, adelantándonos a lo que diremos sobre las fincas que proporcionaban las rentas del beneficio de Villar, se puede ver que esas fincas no se encontraban en el sitio al que venimos aludiendo sino en terrenos de La Vega o La Cuesta, en San Román. Entre ellas aparece La Magdalena, como rentas de esta capellanía de Villar, de la que nunca se dice que tenía ermita, frente a la información que se da sobre La Magdalena y su capilla, pero ese hecho induciría a confundir la capellanía de La Magdalena con la de Villar"

Y es aquí, en La Cuesta, donde aparece el topónimo de Villar, escrito Billarque , Vilarque o Villarque en los textos que demuestran estaba vivo y en uso entre los siglos XVI y XVII, dando nombre a unas tierras y a una fuente al sur de La Madalena. Friera se decanta porque, independientemente de su escritura, se dijese realmente Villar:
"Este Villar, nombre vivo hace más de trescientos años, estaba al S. de Figares y de La Magdalena, en un espacio donde se han encontrado restos de materiales pertenecientes a la romanización  y a la Edad Media. El topónimo se ajusta a la arqueología en este como en otros casos. Y la capellanía de Villar recibía este nombre porque tenía tierras que proporcionaban rentas al capellán beneficiado en este lugar debajo de La Magdalena"

Esta parte de La Cuesta, entre Figares y Pedrosa, cuyas casas ya vemos desde aquí, es llamada La Cuesta Pedrosa, pero Friera y otro investigador, José Antonio Noval Suárez, en su estudio sobre la toponimia de la parroquia de Santiago de Sariegu revelan que hace tiempo era conocida como La Cuesta Figares, y así figuraba en el apeo de la renta de Villarque hecho por el monasterio de Valdediós en 1622, donde diferenciaban entre esta y otras de esta falda de La Llomba entre ambos lugares:
"En La Cuesta diferenciaban La Cuesta de Figares (donde se incluían las nombradas La Cobiellón, Almayre, El Benito, El Fondón, La Fontina, Los Nozalinos); La Llosa de La Cuesta (que incluía las llamadas El Peral, so -bajo- El Parajón en Varredo, la llosa del Parajón, Gallegos, la Vara de La Cuesta, La Cuesta, El Benito del Fondón); La Cuesta so El Parajón, La Madalena, y La Caldera. También se extendía por la zona de Figares (Aboli so Figares, Gorgollo, una tierra de 1/8 d.b. en la aldea o pueblo de Figares, La Fontanina o una tierra de 0,5 d.b. arriba del camino de Figares a Valvidares".
(*d.b. día de bueyes 1.250 m²)



En relación a los hallazgos medievales, capilla aparte, del solar de La Madalena, aparecieron varios fragmentos de cerámica con decoración propia de la época, entre ellos ocho fragmentos con motivo llamado de peinado unos 150 metros al sudoeste de los restos del santuario


Por su parte, la mención en 1208 de una villa en Pedrosa puede hacer referencia a un enclave más antiguo aún, fruto de la romanización


El monte La Berruga (356 m) es otra de nuestras referencias visuales y geográficas, bien visible y, a diferencia de otros de la zona, cubierto de praderías y algunos pequeños bosquetes de matas de arbolado, y no plantaciones de pinos o eucaliptos, nos indica el paso, a su derecha, de la parroquia de Santiago a la de Narzana, la más occidental del concejo, tras dejar atrás Vega, la capital, donde hay albergue de peregrinos


Al oeste de La Berruga, ya en términos del concejo de Siero, reconocemos La Golpina (385 m) y El Picu Castiellu (431 m), a cuyos pies caminaremos tras dejar Sariegu en Aramanti y entrar en Siero por El Castru y Aveno para dirigirnos a La Pola, su capital



El Picu Castiellu, que no hay que confundir con otros de igual denominación y muy próximos, como el de La Collá, del que también hablaremos al llegar a Siero, pues está al norte de este, se encuentra entre las parroquias sierenses de Marcenao y Aramil y, como su nombre indica, es solar de un castro o castiellu, reconocido por el gran arqueólogo e impulsor de la investigación castreña José Manuel González y Fernández Valles. En su cima se instaló una cruz cuya historia es narrada por Benigno-Martínez-Fuego, vecino de Marcenao, en La Nueva España del 29-1-2008:
"La cruz del Pico Castiello fue plantada en las primeras semanas de septiembre de 1904, hubo unas misiones en la parroquia de los PP Capuchinos de León, que eran para las parroquias de Vega de Poja, Pola de Siero, Collado, Santa Eulalia de Vigil y Aramil, pero se celebraron en Marcenado por ser la más céntrica. Los frailes ejercieron una atracción tan fuerte entre la muchedumbre que en su estancia de nueve días organizaron una peregrinación a Covadonga, a la que concurrieron en pleno todas las parroquias; en el octavo día se celebró una comunión general en el campo de la iglesia, se ofició la eucaristía y, al final, se celebró procesión por la noche, con antorchas y faroles, y el padre Santibáñez, amo de la casa, cargó sobre sus hombros una pesada cruz de madera de cuatro metros de altura cubierta toda de cinc y realizó el largo trayecto desde la iglesia hasta la cima del monte Pico Castiello, de 437 metros, donde la dejó plantada. Nadie pensó entonces que se convertiría en uno de los eventos más significativos de la religiosidad popular, pronto se difundió la noticia atrayendo al lugar los domingos y días festivos a fieles que recorrían a pie varios kilómetros para la oración del rosario en la cima del monte. 
Destruida durante la guerra civil, su reposición, idea que hacía tiempo que se perseguía, se llevó a cabo en 1978, y fue, sin duda alguna, uno de los acontecimientos de mayor proyección humana en la vida de este pueblo en los últimos años."

La Cuesta se va suavizando al ir acercándonos al lugar de La Madalena, prados llanos de Los Caperales que tenemos justo enfrente al fondo, al otro lado de la sebe de la finca a la derecha del Camino. Allí un texu o tejo (a la izquierda de la foto), árbol sagrado por excelencia y ancestral, señala el campo de la antigua capilla, ubicada y datada de esta manera por Florencio Friera Suárez:
"Esta capilla, probablemente del siglo XIII, se encuentra al SO. de Figares, en un rellano al pie de la ladera de La Llomba, a la parte meridional del "camino de la Platería" -tramo del camino jacobeo de la costa, de Villaviciosa a Oviedo-, que va de Figares a Pedrosa, muy próxima a un tejo, y a los lugares denominados la fuente y el prado de La Platería, a unos100 m. de los prados y huertas de El Celleru. Debajo de ella hay una cueva y una explotación minera muy antigua, que puede guardar relación con el topónimo citado de La Platería".

El Celleru es un topónimo relacionado con las posesiones de Valdediós en Sariegu, pues un cellero es un conjunto de tierras que forman una unidad de explotación señorial. En cuanto a La Platería. El nombre tal vez no tenga que ver con plata aunque lo parezca, y está bastante extendido, es un arabismo derivado de la palabra balata, loseta, que se empleó profusamente para vías enlosadas y empedradas, sobre todo a la famosa Vía de la Plata, pero que se extendió a numerosas vías principales de la antigüedad, tal que esta. Veamos qué nos tiene que decir al respecto Julio Concepción Suárez:
"A pesar de la homonimia con mineral tan preciado (argentum, antes), esta palabra homónima, plata (tal vez de origen árabe), se aplicó a la ruta o vía ganadera y comercial entre Sevilla, la meseta y el Cantábrico.

Se trata, en sus comienzos, de una simple vía pecuaria, un camino empedrado (árabe balata) al modo de las carreteras: por cierto, trazadas para las carretas y los carros, antes que para los 'coches', claro. (...)

Como se dijo, en árabe, balata significa 'loseta'. De ahí pasaría a blata > plata, con refuerzo de la oclusiva inicial sonora sorda (b > p). La voz común del mineral completó la interpretación popular. Posteriormente, del sentido de 'loseta, piedra', pasaría a 'camino empedrado, calzada...'.(...)"

Hay otras interpretaciones, prosigue Concepción Suárez, dadas sobre todo por la tradición popular, que aludirían al brillo del agua de alguna fuente cercana, como es este el caso, como un equivalente al de la plata. No obstante la existencia de explotaciones de mineral tampoco invalidaría totalmente el de, sino la plata propiamente dicha, sí el del brillo que algunos minerales extraídos, pero existe el casi pleno convencimiento que estamos ante un topónimo eminentemente caminero



Al fondo, seguimos reconociendo el cuello de botella que forma el Ñora en su valle, entre La Berruga, El Picu Balba y los montes de Valdesoto, vigilado por castros y paso de un trazado caminero en el que el nombre del lugar de La Tabierna, al lado de La Nozalea, y en la falda del monte Escrita hace referencia a un mesón de parada y fonda, además de, en el caso del lugar de Ñora, parroquia de Santiago, la tradición de que la desaparecida de San Miguel era un monasterio o, empleando la palabra popular que lo aludía, un 'convento'


Pensemos no obstante que, en la alta Edad Media, un monasterio no era necesariamente un gran edificio, a veces una muy pequeña comunidad de monjes, o hasta una familia acogida a un voto religioso podía ser así considerada, con un pequeño conjunto de dependencias y un pequeño santuario que, en el caso de San Miguel, aparece documentado como 'ermita', e incluso alguna vez como 'iglesia'


El campo de la capilla sigue conociéndose con el de su advocación, San Miguel, dedicada a pasto y arbolado de ribera, pues está en la orilla derecha del Ñora, lugar de La Llela, a la derecha del camino de Ñora a La Nozalea y al monte Escrita o Los Andaluces. Otra tradición afirma que con sus piedras se hizo la iglesia románica de Santiago de Sariegu y que a mediados del siglo XX aún eran reconocibles sus muros, hoy desaparecidos, encontrándose al arar la tierra restos de argamasa, tierra y tejas, pero sin haberse hecho jamás una prospección o cata arqueológica, es más, José Antonio Noval Suárez, en su Introducción a la toponimia de Sariegu, afirma que "por los años cincuenta fue excavado este lugar durante la noche, aunque se hizo como fruto de la ignorancia y la ambición desmedida, pues, parece ser, lo que se buscaba era oro."


Gran parte de la documentación de San Miguel se debe, cómo no, a deslindes de propiedades monacales de Valdediós y San Pelayo, citándose sus lugares como Horbán, hoy Urbán, La Brimera, La Barrosa La Lamarga, La Llera, Roces, así como sus castañales y puente sobre el río. En el siglo XVI se fundan capellanías y se sabe se mantuvo culto hasta principios del siglo XVIII:
"Si la tradición habla de monjes en el convento de San Miguel y persiste el topónimo al lado de los de San Lorenzo, Coréu o El Santán, es verosímil pensar que hubiera existido un pequeño monasterio en este lugar, quizá habitado por gentes como el clérigo que asistió a una venta de una tierra en Marcenao, el 11 de marzo del año 946, o quizá del clérigo "Anfus" (Alfonso), que dejó su nombre en una celosía de la iglesia de Santiago. En este paraje, asimismo, se conserva el topónimo "El Prau Sal Salvador" lo cual permitiría aventurar más conjeturas sobre este monasterio altomedieval. (...) la capilla de San Miguel había tenido la obligación de que en ella se celebrasen tres misas anuales. Y que hasta el siglo XVII su patrono debía ser el abad de Valdediós, de quien dependía el nombramiento del capellán llamado de La Barrosa, dado los bienes que el cercano monasterio de los bernardos tenía en dicho lugar".

Pero nosotros vamos a lo inmediato, allí al fondo, a la derecha misma del Camino, el texu revela el solar de La Madalena y campo de la capilla de La Magdalena de Figares, en un enclave al pie mismo del Camín Rial desde el que se domina un gran panorama de este a oeste, "Envuelta por vegetación de matorral, entre rocas calizas, desde ella se domina visualmente la parroquia de San Román y buena parte de la de Santiago"


La vista al oeste, ya hemos visto que llega a Peña Ubiña como por el sur lo hace a Peñamayor y Ques con los Picos de Europa al oeste. Más cerca tenemos L'Enguilu en su zona más occidental, llegando a Escrita por la zona de Cencerreru y La Peña, en Ñora


Y aquí tenemos los campos aledaños a La Madalena y Los Caperales por La Cuesta Pedrosa o antiguamente La Cuesta Figares. De la carretera arriba impera en esta cuesta de La Llomba el omnipresente ocalito, que llega casi hasta las majadas y necrópolis tumulares de la cima


Arriba del todo está Valloberu, topónimo que, como El Foyu Valloberu o El Pozu los Llobos y, también aquí, el de La Montería y El Camín de la Motería, guardan ancestrales referencias a cacerías y trampas para animales salvajes de la montaña en base a los pozos naturales kársticos existentes en La Llomba



Ancestral es también el simbolismo del texu respecto a los lugares sagrados, muy posiblemente precristiano a tenor de los antiguos autores clásicos y de la representación de sus ramas en estelas funerarias y similares, símbolo de la vida por su aspecto siempre verde pues es de hoja perenne, de la muerte por la alta toxicidad de alguno de sus elementos, y de la eternidad por su gran longevidad, a nosotros nos sirve para reconocer el campo de La Madalena, a cuya capilla estaba indudablemente vinculado. Aquí estaríamos ante la cristianización de un lugar sagrado desde tiempo inmemorial, pues de han localizado dos túmulos, de la que esta es parte de su ficha en el libro de Florencia Friera sobre el patrimonio saregano:
"La Madelena 1: Junto al camino de El Rebollar a Figares, pasado el Camín Rial. Masa tumular de tierra y piedras de caliza. Muy alterado, lo corta el camino que arrasó su mitad S, cubierto de maleza y malas hierbas de limpiar sus huertas. Dimensiones túmulo: eje N-S 8 m. Eje E-W: 10 m. Altura 0,5 m.

La Madalena 2: A 19 m, al SW del anterior. Masa tumular de tierra y alguna piedra. No se percibe hoyo de saqueo. Muy alterado por labores agrícolas, cortado por linde finca en la que está, recubierto de hierbajos y maleza. Dimensiones túmulo: Eje N-S: 5 m. Eje E-W: 4 m. Altura 0,8 m."

El Rebollal con las instalaciones de la Yeguada Finca Maeza, más al fondo sería la zona de La Barrosa, donde se dice estaba otra de las capillas de Ñora, la de San Lorenzo, en el llamado Cierru de San Lorenzo, dentro del prado y campu de igual nombre, de la que aún se conservan algunos restos, parece por la documentación que tuvo culto hasta la década de 1720 aunque hay referencias a ella y sus terrenos posteriormente. Sus primeras noticias son del siglo XVI, lo que no quiere decir que no fuera anterior, posiblemente altomedieval. Dice Friera Suárez que en Ñora se conservaba el recuerdo de una imagen de Santa Lucía muy posiblemente medieval, procedente de la capilla y de la que en la actualidad se ignora su paradero


En cuanto a La Madalena y su santuario de La Magdalena, el mismo erudito insiste en que el lugar es "uno de los  de los espacios más interesantes del concejo de Sariego, digno de una acción protectora que ponga de relieve  sus valores de mostrar la superposición de culturas". Sin embargo, y pese a su flamante posición en el Camino de Santiago, nada parece haberse hecho hasta ahora, ni una placa nos informa de la importancia del enclave:
"El conjunto es tanto más importante si se tiene en cuenta que se trata de un espacio habitado desde la prehistoria, con restos arqueológicos del paleolítico, túmulos y cerámica medieval, a lo que añadimos el topónimo Villar, que aún estaba vivo en el siglo XVII según hemos visto en el beneficio de "Villarque" -en el lenguaje escrito-".

Únicamente el texu, insistimos, monumento natural vivo al pie del Camino delata inequívocamente este casi olvidado lugar sagrado en el que el abad y monjes de Valdediós oficiaban misas y celebraban actos litúrgicos de importancia, lo que debió ser motivo de pleitos con el párroco de Santiago y San Román de Sariegu, pues en 1685 el obispado ordenaba...
"... que los curas de Santiago de Sariego no impidan al padre Abad y Monges deste monasterio decir misa, ni recivir vesamano y oblaciones el día de la Magdalena en la hermita de la Santa"

Pasado el texu, el matorral que crece sobre sus restos no deja ver sus ruinas, pero en base a ellas se sabe que tiene la clásica orientación este-oeste de los templos antiguos, siendo su planta rectangular, de 11,5 metros de largo por 6,5 metros de anchura y de la que parecen reconocerse señales de un pórtico:
"Es de nave única, y tiene cabecera individualizada de 5 por 5 metros. Conserva parte de sus muros, que en algunos sitios alcanzan los dos metros de altura, con mampostería de piedras calizas, unidas por argamasa con arena granulosa, apenas trabajadas pero con refuerzo en las esquinas y puerta, que no son de sillares."

Los capellanes, con el beneficio, más bien pequeño, de las rentas de esta capilla en La Cuesta, eran presentados por derecho por el monasterio de Valdediós, existiendo datos de algunos de ellos:
"Durante el siglo XVI en el clérigo residente en Sariego Fernando de la Viña, el cual renunció a ella, con licencia del monasterio, en el año 1582. El abad propuso entonces a Santiago Fernández de Celada. El 7 de julio de 1622 fue propuesto el licenciado Alonso Fernández Hevia, a quien sucedió desde el 24 de agosto de ese año Juan del Valle. Desde 1672 fue capellán de La Magdalena don José Gutiérrez. En el siglo XVIII fueron sus capellanes: desde 1713, al quedar vacante por renuncia que hizo d. Francisco Fernández Poladura, el licenciado Gabriel González Solares, clérigo de menores; en 1724, se presentó as don Basilio Antonio Bonifacio Ferrer Cepeda, natural de Villaviciosa: y el 12 de abril de 1768 el monasterio hizo la presentación a favor de José Ribero, vecino de Amandi (Villaviciosa), que recibió el aval de varios vecinos de Sariego (...) 
El monasterio, siguiendo práctica común en Asturias, otorgaba el título para ayudar a un estudiante a costear la carrera del sacerdocio, hasta que el nuevo presbítero llegara a ser escusador o cura párroco, pero el monasterio se reservaba "la carga" de las misas y la renta. Este fue el caso del mencionado Bonifacio Ferrer, que consiguió los documentos de la fundación de la capellanía y amenazó con un pleito al monasterio."

Se sabe que en La Cuesta tuvo también propiedades la capilla de San José en El Palaciu de San Román, en cuanto a los pertenecientes a esta de La Magdalena, se sabe fueron arrendados en 1685, por nueve años, a Santiago y Clemente Vigil, dos particulares que pagaban una renta anual  de 5,5 celemines de trigo cada 8 de septiembre


La capilla de la Magdalena debió quedar abandonada, por alguna razón, una centuria después, durante el último cuarto del siglo XVIII, sin que el monasterio de Valdediós procediese a su rehabilitación, así el 22-9-1781 el párroco Dr. D. Domingo Alonso Canella escribe en el Libro de Fábrica de Santiago y San Román que el santuario "tiene muchas rentas, según la voz común, perteneciendo a ellas muchas haciendas  que administra el Monasterio de Valdediós, a cuyo cargo debe estar el repararla de la suma indecencia en que se halla".


Pocos días mas tarde, es el visitador del obispado quien manda al párroco cursar un oficio al abad y monjes de Valdediós para que en un plazo de seis meses "decenten en lo material y ornamental la capilla de la Magdalena de modo que pueda celebrarse en ella", ya que ni la misa podía darse dado su estado y que, sino, "extraherá de dicha capillas las imágenes y ara que hai en ella y las llevará procesionalmente a la iglesia parroquial demoliendo las paredes y colocando en su lugar una cruz".


Y este fue el final de la capilla de La Magdalena de Figares, quedando de ella algunos restos y cimientos, como hemos visto, así como viejos legajos, alguna leyenda y el topónimo de La Madalena, de haberse conservado alguna imagen en la parroquial de Santiago estas habrían desaparecido en el incendio de la misma durante la Guerra Civil


Luego del fin de la capilla, empezando el siglo XIX, sucesivas convulsiones, quebrantos y aconteceres obligaron al desalojo del monasterio de Valdediós varias veces, desde la invasión napoleónica hasta la desamortización de 1835 que lo declaró extinguido, pasando sus bienes a particulares; previamente su coto monástico quedó suprimido en 1827 y ya durante el Trienio Liberal los campesinos le habían dejado de pagar rentas, repuestas, eso sí, con la reacción absolutista


No mucho después de la desamortización se empezaría a hacer, a la vez que otras, la Carretera la Campa, que como hemos destacado supuso el abandono de este y otros caminos reales, que en partes de su trazado desaparecieron y en otros, tras que este de La Caleyona, El Camín Rial, Camín de la Platería o el actual Camín de Figares, fueron transformados en vías pecuarias y de comunicación local. Pasamos ahora El Llosu, antiguo acceso a la capilla


Son estos los caminos de la "xana viajera" en sus excursiones a Escrita desde su casa en La Cueva les Xanes de La Llomba, testimonio mitológico sin duda de la antigüedad de estas ancestrales sendas tantas veces milenarias...


El valle de Sariegu, cabecera del Ñora, el gran pasillo que nos llevará, muy directa y cómodamente, a la capital asturiana, cuyo concejo, el viejo Ovetus de la colina de Ovetao, aparece reseñado en la diplomática medieval, como el territorio "de Nora a Nora", pues configura buena parte de sus límites antes de dar sus aguas a Nalón



Aquí El Camín de Figares sería el antiguo Camín d'Entremañes, que comunicaría el Camín Rial del Valle con este que baja de La Campa, a lado de La Llosa l'Abá, es decir, 'del abad', otro topónimo que guarda el testimonio del monasterio de Santa María de Valdediós y sus posesiones en estos lugares


Aquí dejamos el asfalto para tomar a la derecha El Camín de la Platería, que nos llevará a Pedrosa pasando de la parroquia de San Román a la de Santiago de Sariegu, en rumbo ya a Vega, la capital saregana, por La Carcavá y la mítica fuente de El Pozu Saláu




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