Eres el Peregrino Número

Buscador de Temas del Camino de Santiago

viernes, 4 de septiembre de 2015

EL ALTU LA CAMPA, LA CALEYA LA CAMPA Y LA CALEYONA (ASTURIAS) PUERTA DE SARIEGU Y DEL VALLE DEL NORA

La Campa y Altu la Campa: paso de Villaviciosa a Sariegu

En el Altu la Campa, a unos 400 metros de altura, al sur del concejo de Villaviciosa y paso al de Sariegu, confluyen las dos rutas oficiales del Camino de Santiago del Norte que se dirigen a la capital asturiana, Oviedo/Uviéu, gran centro de peregrinación desde la alta Edad Media que se reivindica además como origen de las peregrinaciones jacobitas, si bien sus reliquias de la Cámara Santa de la Catedral de San Salvador, de las más importantes de la cristiandad, motivaron el dicho, repetido en toda Europa que, con sus diversas variantes, afirma en verso que "el que va a Santiago y no al Salvador, visita al criado y olvida al señor":
-A la derecha, llega al Altu la Campa la más empleada en la actualidad, que viene de Valdediós y su valle subiendo por Vallinaoscura y Villarrica

-A la izquierda, la más empleada en la antigüedad, la del Camín Rial que viene de Arbazal, donde los cistercienses de Valdediós tenían su mesón caminero, luego de subir desde Castiellu, al sur de Camoca, donde los dos ramales se habían separado, y San Pedru Ambás

Parte de las primeras casas de La Campa o Altu la Campa pertenecen por tanto a Villaviciosa y las siguientes a Sariegu, aquí llega también la actual carretera AS-380, en origen Carretera de La Secada a Tazones, que luego pasó por diferentes denominaciones pero es popularmente conocida como Carretera la Campa. Su apertura en 1852 relegó y sustituyó a los antiguos caminos reales y otras sendas ancestrales, que pasaron a ser caminos locales y/o vías pecuarias



Los dos caminos se unen al lado de dicha carretera, que cruzan los peregrinos que llegan desde Valdediós enfrente del antiguo bar restaurante El Mariñán



Al otro lado, en la actual Carretera L'Enguilu (AS-357, de La Campa a Nava), enlazan con el Camín Rial en La Caleya la Campa, justo en la curva del fondo


Tomamos pues aquí La Caleya la Campa a la derecha y dejamos la Carretera L'Enguilu, entrando así en el concejo de Sariegu


Flechas amarillas pintadas por doquier e hitos jacobeos confirman tomar este camino de La Caleya la Campa, que sube suavemente hacia la primeras casas sareganas de este pueblo dividido entre dos concejos y dos parroquias, la villaviciosina de Pueyes y la de San Román de Sariegu, que fue hijuela de la primera hasta 1630


Pueyes y San Román estuvieron pues secularmente muy vinculadas, además de por contigüidad, por compartir aquí pastos comunales y veredas capillas de renombradas romerías y confraternización, de la Santa María de Arbazal o de Nuestra Señora de las Angustias y, aquí en La Campa, la de Santa Mariña o Santa Marina, desaparecida, donde hubo hasta el siglo XVIII una renombrada feria ganadera a la que acudían incluso ganaderos trashumantes de la Cordillera, de Casu concretamente


De la capilla de Santa Mariña únicamente nos quedan viejos documentos, la memoria popular de aquella feria y santuario y el topónimo del campo de romerías que fue su solar, situado detrás de estas casas, al lado de La Caleya la Campa, documentalmente también Santa Marina, de cuya primera mención escrita sabemos en 1526 en delimitarse las posesiones del monasterio piloñés de Santa María de Villamayor que hacían aquí frontera con las del Coto de Valdediós, que no se integró en Villaviciosa hasta 1827:
"Yten es del dicho monesterio (de Villamayor) el hero e tierra que está a so Santa Maryña de la Nespra, que está enbaxo de La Vallina, que se dice Hero de Faro, que habrá en él dos días de bueys"

"Otros y dixo el dicho Diego de la Pumarada que el hero que dizen del Faro questá abaxo de la hermyta de Santa Maryna en que ay dos días de bueyes."

Dice el cronista oficial Florencio Friera Suárez en su libro Patrimonio histórico y cultural del concejo de Sariego (Asturias) que la capilla pertenecía a la parroquia de San Román de Sariegu, siendo sus patronos los mismos vecinos, "que celebraron la fiesta y cuidaron la ermita durante el siglo XVII" y plasma como prueba el Libro de Fábrica de San Román. A la vez, figura en el Coto de Valdediós en una relación que hace el monasterio de sus iglesias en 1737, cuando este lugar que era denominado, al menos en la documentación oficial, Puerto de Santa Marina, según nos revela asimismo Florencio Friera Suárez en su libro del patrimonio saregano:
"La capilla de Santa Marina se encontraba cerca del prado que todavía se conoce hoy con el nombre de Santa Mariña, a la izquierda de la carretera de La Campa a san Román (AS-250), muy próximo a La Campa. Estaba al lado del antiguo camino real hacia Villaviciosa, que transcurría por una ruta situada más arriba del trazado de la actual carretera de "La Campa" (AS-113), que sustituyó al antiguo camino real (...). En este tramo del también llamado camino de Santiago por la costa, la ermita de Santa Marina se encontraba hacia el medio del recorrido entre los pueblos de Figares (San Román) y Arbazal (Puelles). Se trata de una zona de montaña, próxima al mar, apreciada por sus buenos pastos. En esta ermita, situada en lo que los textos suelen denominar "Puerto de Santa Marina", se celebró hasta el siglo XVIII una fiesta, el 18 de julio, en honor de Santa Marina, Virgen y mártir del siglo III muy venerada en Orense. Allí vivió esta santa, hija del gobernador romano de Galicia, quien se vio obligado a expulsarla por no querer renunciar a la religión cristiana. A partir de entonces Santa Marina se dedicó a la mendicidad y al pastoreo, y luego entró de sirvienta en casa de unos labradores. Su bondad influyó en que muchos pastores se convirtieran al cristianismo. El sucesor de su padre en la gobernación de Galicia le dio muerte. Por ello la mártir Marina llegó a los altares, y recibió la veneración de pastores y labradores. Persiste un vago recuerdo sobre la celebración en este paraje de un ferial de ganado al que acudían pastores de Campo de Caso, en el que se hacían contratos "a la ganancia", y de aperos de labranza, según tradición que he recogido en diversas fuentes."


En cuanto a la referida memoria popular y pese al tiempo transcurrido, la feria fue tan renombrada que su recuerdo pervivió en La Campa durante generaciones:
"... y el recuerdo de que allí hubo un terreno cercado (...) donde se concentraba el ganado -ovejas, cabras, ganado caballar y vacuno- para hacer contratos "a la ganancia", en los días de la festividad de una santa popular entre pastores y labradores, de la que tomaron su nombre numerosas parroquias, capillas y lugares. Pese al interés de la ermita de Santa Mariña, su influencia en la zona no era equiparable a la del santuario de Nuestra Señora de Arbazal, en la parroquia de Puelles, cuya Virgen de las Angustias fue muy venerada en la zona. Su proximidad a San Román y la historia de esta parroquia, aneja a la de Puelles y desde 1630 a la de Santiago de Sariego, implicó una relación especial entre los vecinos de San Román y los de Arbazal, según demuestran las fuentes escritas de la parroquia de Puelles, donde no hemos encontrado -como era de suponer- ninguna noticia relativa a la ermita de Santa Mariña."

Por esta zona, La Forca d'Arbazal figuraba como límite concejil como antes lo fue del Coto de Valdediós, según la copia conservada de su Libro Becerro:
"La Forca Arvazal, e a Santa Marina de Aspra, e a Santa María de Arbazal, e al canto de possadeiro, e sobrepena con era, e la penna ad noral, e al campanario de San Pedro de Ambás, e al riego del Camino de Arpoli, e al canto del Concellero, e al riego de Valleciellos, e a la hortillera del ataud, e a la penna de los perales, e a la peña del Cuervo, e a la penna de Gamonedi, e al Canto de las Vardas, e a las felgueras, e a las Arcas"

Muchos de estos topónimos perviven en la actualidad, otros son fáciles de identificar, como es Santa Marina de Aspra, que es Santa Mariña, la Santa Maryña de Nespra de las posesiones de Villamayor en 1526 y de este que fue histórico campo de feria y romería, escribe de ello Florencio Friera Suárez:
"Así me lo contaron vecinos de esta zona como Segismundo García Marcos. Así lo recoge José Manuel Fernández Llana-Riva en su estudio Toponimia de la parroquia de Puelles (Villaviciosa), Valdediós, 1993, donde incluye la voz "Santa Mariña de Aspra" dentro del barrio de Arbazal, afirmando que se conservan los cimientos de la ermita. Marta Villazón González no incluye Santa Mariña ni Santa Marina, pero sí La Parea, sin más, en Arbazal (Conceyu de Villaviciosa, parroquia de Puelles, Toponimia nº 30, Oviedo 1993. María Antonia Pedregal Montes Toponimia de la parroquia de San Román. Sariegu, 2, nº 16 Academia de la Llingua 1991) incluye Santa Mariña, mencionando esta capilla, así como los topónimos de Monte Fariu y Monte'l Puertu, perteneciendo a San Román la parea sur"


Como muchas alturas de cierta prominencia, sobre todo entre dos valles diferenciados tal que estos de Valdediós y el Nora, existen dichos premonitorios de la meteorología, tal que el que dice que "Si de La Campa baxa a beber la borrina a la Fuente Mazagüé, ye señal que va a llover", pues cuando la niebla cubre La Campa hasta el valle se afirma que augura mal tiempo


Al fondo, las laderas de El Bustiu, El Fiensón y La Foguerada, en La Llomba, "Cordal que recorre todo el norte del concejo de Sariegu, desde Picu Fariu (parroquia de Narzana) hasta L'Altu la Campa (en la parroquia de San Román)", escribe María Antonia Pedregal Montes en su estudio toponímico de esta parroquia. Arriba en la cima es es Altu Valloberu (606 m), cuyas necrópolis tumulares megalíticas, de unos 5.000 años de antigüedad, demuestran el antiguo poblamiento de estas montañas


Un poco a su derecha está El Cantu Cabañín (602 m), con el pueblo de Lluaria, en la parroquia villaviciosina de Pueyes, que se extiende linealmente a lo largo de otro de los caminos que recorren La Llomba, a unos 540 metros de altitud, por lo que es uno de los pueblos más altos de Villaviciosa, sino el que más, con estupendas vistas de estos valles y montañas


El Monte Lluaria, como el de Arbazal, presenta numerosos sumideros kársticos y grutas, pozos y hoyos, foyos, los ya mencionados de Los Maderos, La Quinta y La Quintona, estudiados por José Manuel Llana-Rivera en el artículo Puelles, tierra de Boides, publicado en Cubera, la revista de la Asociación de Amigos del Paisaje de Villaviciosa:
"El Monte de Lluaria que pertenece en la parte alta a terrenos del Jurásico con predominio de roca arenosa o areniscas tiene un suelo más impermeable, que conserva la humedad superficial y origina alumbramientos de alguno que otro manantial.

En el alto del Monte de Porciles existe una laguna, antaño más extensa, que dio origen a la formación de turba, haciendo especular a la gente sobre la existencia de carbón.

En cotas más inferiores, en el Palombar, existen pozos, no muchos, el más conocido "Pozu los Maderos" sima de gran profundidad de 1,50 a 2 mts. de diámetro, con chimeneas laterales de profundidad incalculable, pues el ruido de una piedra arrojada en ellas llega a hacerse imperceptible sin haber tocado fondo."

Caminamos en llano por este tramo junto a las casas que, al otro lado, dan a los prados de Santa Mariña. Hay numerosas escrituras, durante el siglo XVII, que se hacen "en el puerto de Santa Marina, términos del concejo de Sariego", y similares, así a fecha 3-12-1668 se recoge "La Canpa de Santa Marina, términos de la parroquia de San Román"


Se revela pues que Santa Marina o Santa Mariña era una denominación usual, al menos documentalmente, antes que La Campa a secas o Altu la Campa, posiblemente la desaparición del santuario motivó el cambio de denominación, quedando Santa Mariña únicamente para los prados a nuestra izquierda, antiguo solar de la capilla, que veremos desde un poco más adelante, pues ahora nos los ocultan


El Camino en La Campa es un pequeño vergel, entre árboles huertas y jardines, al lado de las casas


En este cobertizo a nuestra derecha un artista local ha plasmado una alegoría del Camino de Santiago a su paso por estas tierras...


Los peregrinos hacia un castillo, tal vez tenga que ver con la Torre de Niévares o alguno de los castros de las inmediaciones, o mismamente con el desaparecido palacio que Alfonso III El Magno tenía en esos lugares del antiguo Valle de Boides, y del que se conserva El Conventín de Valdediós o iglesia de San Salvador, construido más de tres siglos antes que el monasterio cisterciense de Santa María


Al lado de los peregrinos, la concha xacobea...


Peregrino con su atuendo clásico, bordón y calabaza, en un alto, tal vez este de La Campa, disponiéndose a bajar al valle del Nora


Caballos, también relativamente abundantes en estas majadas y zonas de montaña. El Camino, unas manos y, arriba, otra concha, esta de azulejo


El Camino, siempre llano y recto, pasa ahora al lado de esta cuadra grande, de paredes de ladrillo


A la derecha, las fincas, con prados y frutales


A la puerta, alguien se ha echado a ver pasar a los romeros


Un nuevo amigo para los peregrinos, el guardián del Camino en el Altu la Campa



Pumarada el flor, aquí la Carretera la Campa tiene uno de sus escasos tramos llanos y rectos, pero en ella ha disminuido mucho el tráfico desde la construcción de la costera Autovía del Cantábrico (A-8) y su ramal hacia el interior la Autovía Oviedo Villaviciosa (A-64) 


La construcción en el siglo XIX (inaugurada tras varios retrasos en 1852) de la Carretera la Campa provocó la caída en desuso de los milenarios caminos reales, primero para el tráfico de mercancías y viajeros, pues las nuevas carreteras eran aptas para los grandes carros y carruajes de pasajeros, y un siglo después para el trasiego general de gentes y vehículos, al extenderse el uso del automóvil. La carretera generó un considerable tráfico, siendo especialmente temidas, como en otros casos similares, de subidas y bajadas a puertos, sus continuas curvas, si bien aquí, como su antecesor El Camín Rial, presenta durante unos metros un trazado llano y recto.



La subida por la carretera La Campa, con sus curvas, era cansina, y camioneros, automovilistas y moteros hacían muchos una parada aquí en El Mariñán, fundado en 1945, célebre bar de carretera, cerrado hace unos años (a la derecha de la foto, junto a la antigua gasolinera)



Echamos en falta este bar y casa de comidas donde la mano de Elvira, hija de los fundadores del negocio, hacía gala de su buen hacer con los pescados, el cordero, las fabadas, potes, arroces, hígado encebollao, callos, arroz con leche y tartas caseras, excelencias culinarias que satisfacían los paladares más exigentes y ayudaban a recuperar fuerzas para proseguir ruta, pues como decía Rocío Monestina, sucesora de Elvira luego de casarse con su nieto Tino, "No puede ser que la gente marche con fame y todavía menos los que trabajan"... a lo que añadiríamos nosotros "y los que caminan"


No pocos peregrinos de todo el mundo recuerdan y añoran El Mariñán, pero ya no están ni Elvira, ni Rocío, ni Tino, ni las célebres cocineras Marisol y Carmen, e incluso "La Gasolinera la Campa" ha cerrado sus instalaciones hace tiempo


En su momento, los vecinos de Lluaria acondicionaron un viejo camino pastoril y ganadero para conseguir acceso rodado para vehículos entre la carretera y el pueblo, trabajando a sextaferia o sestaferia, el trabajo comunitario del sábado o sexto día 'sexta feria'. Con él enlazan los peregrinos que vienen por Valdediós tras los duros repechos de Vallinaoscura y Villarrica



Luego de la cuadra de ladrillos asamos junto a una casa y llegamos a una explanada donde el Camino se ensancha, dirigiéndose hacia otro cobertizo de ladrillo, que vemos al fondo



Avanzamos con paso firme y resuelto por La Caleya la Campa, que en este tramo hace un poco las veces de calle mayor, donde el Camino sigue siendo llano y arbolado como un bulevar aún faltan unos metros para empezar la bajada al valle


La supresión en 1827 de los cotos señoriales y monásticos como el de Valdediós, así como la desamortización del monasterio en 1835 (quedaron tres irreductibles cistercienses hasta la muerte del último en 1862), favorecieron la construcción de la nueva carretera que, sin embargo, tuvo sus perjudicados, tal que nos informa Friera Suárez en su Patrimonio histórico y cultural del concejo de Sariego (Asturias), que recoge este documentos:
"Don Francisco Alonso y muchos vecinos de San Román (parroquia saregana a la que pertenece La Campa), ante los perjuicios que les ha causado la carretera desde La Peña de Nieva hasta La Campa de Arbazal dan poder a Manuel Llana Ribera y a don José de la Fuente, procurador de número del juzgado de Villaviciosa, para ser indemnizados"
Los terrenos afectados son...
"La llosa del Palón de seis días de bueyes, pegada a la llosa de La Campa y al camino que va para Luaria, y un prado de 3 días de bueyes bajo la nueva carretera"
Esta eran las denominaciones pues de los terrenos afectados por esta entonces novísima vía de comunicación. Esta zona también es conocida como El Prau la Campa


El Camín Rial no desapareció pero se vio relegado, como ya hemos dicho, a vía pecuaria y de comunicación local, sí desaparecieron algunos tramos pero otros se conservaron, más o menos transformados, ensanchados, asfaltados, hormigonados, etc., para el paso de vehículos a las casas y maquinaria y camiones a las fincas


Más cuadras, cobertizos y tendejones, estas aldeas de La Llomba, así como otras del valle, siguen siendo más rurales que residenciales, a diferencia de las de la costa, y aún no se ven las urbanizaciones de segundas residencias o similares


A veces, cualquier rincón a cubierto puede servirnos tanto para cobijarnos de un sol abrasador como de una inesperada tormenta


La Caleya la Campa es la parte del Camín Rial que atraviesa el Altu la Campa y forma parte de La Caleyona que, como dice Pedregal Montes, es la caleya o calleja, en aumentativo, "que va de Figares (a donde nos dirigimos ahora) a La Campa por la parte de arriba de la carretera que sube al Altu la Campa. Es un tramo del antiguo camino que iba de La Pola (Siero) a Villaviciosa."


Cobertizo con columnas de ladrillo a la izquierda, tal vez una antigua cuchera o estercolero, ahora con otros usos, y otro a la derecha con cubierta a dos aguas


A nuestra derecha, por La Llomba arriba sube El Camín del Monte, que sube a Valloberu; nosotros lo tomaremos un poco más adelante nada más cruzar la carretera pero no para subir, sino para tomar un desvío que nos llevará al valle de Sariegu, cabecera del valle del Nora, por Figares, aldea también de esta parroquia de San Román


A la izquierda, los prados de Santa Mariña, los que conservan en su nombre los de la desaparecida  capilla de La Campa, que durante un tiempo le dio el nombre del Puerto de Santa Marina


Postes y torres de luz, de teléfonos, etc., son óptimos para pintar flechas amarillas, tal que estos. Aún no vemos el valle pero sí, al sur en la lejanía, algunos montes de los cordales y cordilleras que lo dominan por el sur, como Peñamayor, al fondo a la izquierda de la foto, que será una de nuestras referencias visuales y geográficas en nuestro recorrido por el valle del Nora


Aquí a la izquierda, a la sombra, un banco para sentarse, de los de tipo parque, un lugar ideal para hacer un alto y descansar de las largas caminatas


Se ha asegurado bien al suelo encajándose sus patas en pesados bloques de hormigón, estupendo pues para estirarse a la larga y dormir una plácida siesta...


Es casi seguro que, en sus tiempos, el Camín Rial estuviera plantado de árboles a ambas veredas, proporcionando buena sombra, continuamos caminando todo llano y recto


Esta es la zona de L'Horrín, "casa con un pequeño huerto en el Altu la Campa, entre la carretera y el camino que entra a las casas de La Campa. Y dos pequeños prados largos y un poco pendientes a sus pies", describe María Antonia Pedregal Montes


Los peregrinos que pasan por La Campa tienen dos opciones principales a pie de Camino para pernoctar, una es el albergue de peregrinos de Vega, la capital de Sariegu, y otra el de La Pola, capital de Siero; al primero restan desde aquí unos 5-6 kilómetros, por lo que suelen escogerlo quienes han dormido en Villaviciosa capital y sus inmediaciones, como Sebrayu o Priesca, mientras que la segunda, a unos 10 kilómetros más allá de Vega, puede ser más factible para quienes hayan dormido en Valdediós


Avanzar más, hacia Oviedo/Uviéu, por ejemplo, ya puede ser quizás alargar demasiado la etapa o jornada; no obstante, la existencia de no pocos alojamientos alternativos, como pensiones y hoteles principalmente, sobre todo entre La Pola-Noreña y El Berrón, por ejemplo, abre mucho el abanico de posibilidades en este aspecto


De frente, ya vemos más allá de los arboles del fondo la próxima casa, ya en la carretera y saliendo de La Campa, donde la cruzaremos y tomaremos El Camín del Monte


Una muy vieja muria de piedras cubiertas de musgo nos separa del prau o los praos de Santa Mariña, a nuestra izquierda, que desde aquí podemos llegar a ver muy bien en su casi totalidad


Y es que Pedregal Montes, en su entrada dedicada a Santa Mariña en su estudio Parroquia de San Román de la serie Toponimia de la Academia de la Llingua Asturiana, nos informa de dos prados con el mismo nombre, uno al lado del otro en este lugar, bordeado monte arriba, al oeste-noroeste por la Carretera L'Enguilu (AS-357) de La Campa a Nava por San Román de Sariegu:
"1. Prado grande, casi redondo, con una parte llana en el centro con tierra y algunos manzanos; al sur se va haciendo casi una riega, mientras que su alrededor está más alto y aflora algo de piedra. Está cerrado de muria y a un lado tiene una casa con un hórreo. Pasa al pie de la carretera de San Román a La Campa. 2. Prado con un rellano muy grande en la que se forma un lago cuando llueve y que al oeste tiene una parte cuesta con piedra y algunos avellanos. Se le añadió un huerto que llamaban El Güertu la Portiella. Queda a la parte de abajo del prado anterior, al lado de la carretera de San Román a La Campa. Dicen que allí cerca había antiguamente una capilla dedicada a Santa Mariña"

Más arriba es El Monte'l Puertu, El Monte Fariu o La Parea Fariu con El Picu Torres o El Picaretu (568 m) en cuya cima se unen los concejos de Sariegu, Villaviciosa, Cabranes y Nava. "Peñones que se encuentran en la cima del monte Fariu" dice de esta cima la Enciclopedia del paisaje de Asturias. El topónimo Fariu hace referencia a faros, no de la costa, sino marcando como referencias visuales y geográficas las rutas terrestres. De ello informa el filólogo Xosé Lluis García Arias en Toponimia Asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos:
"Los sitios de vigilancia o los puntos de referencia importantes, sin duda deberían estar provistos de algún medio para anunciar la inminencia de un peligro. Quizá uno de los recursos más socorrido sería emitir señales por medio del encendido de una hoguera o lumbre. Tal vez por ese motivo la toponimia menor nos mantiene expresiones como El Picu Fariu, término de origen griego transmitido por el latín PHAROS (EM), pervive el apelativo faru y en lo que fueron ver daderos focos luminosos para guía de barcos como sería el caso de El Faru Peñes y acaso el derivado Los Faroles. Desde el primitivo faru, sin duda ‘lugar donde se quema para emitir una señal’, pudo haberse formado el verbo asturiano afarar ‘arrasar’, ‘asolar’, alusivo al actuar indiscriminado del fuego.

No sería imposible que, en ocasiones, se transmitieran determinados mensajes a través de (en)señas o señales de diverso tipo situadas en lugares característicos y fácilmente visibles..."

Y es que, efectivamente, en su cima había un torreón que le debió de dar uno de sus nombres, reconocido en 1940 por los autores del deslinde de concejos, que escribieron "Se reconoció como tal (primer mojón) un montón de piedras sueltas de forma cónica de un metro de altura y sesenta centímetros de diámetro en su base". Unos pocos años antes, en 1934, se sabe por otro documento, del ingeniero del Instituto Geográfico Nacional, que dicho torreón era aún más grande y en él se explica además su condición de 'faro':
"...un montículo pedregoso de forma cónica, completamente aislado y de unos cuatro metros de altura (...) Lo que sucede es que el Alto de Faro y el Pico de Torres son una misma cosa. Esto geográficamente, gramatical y etimológicamente también tienen idéntica acepción. Lo primero porque tanto importa decir Alto de Faro como Pico de Faro y Alto de Torre como Pico de Torre, teniendo todas estas denominaciones misma significación gramatical, por ser sinónimos alto y pico, torrero y farero. Etimológicamente, no hay duda de que en el monte en cuestión existió un faro o torre, cuyos cimientos subsisten, de cuya edificación de deriva el nombre de aquel: Alto del Faro, Pico de la Torre. La existencia de tales cimientos fue comprobada personalmente por V.S"


Esta zona es conocida también con El Llanu donde, además de cruzarnos con la Carretera la Campa, lo hacemos con el camino que baja a la aldea o lugar de Valvidares 


El Camín de Valvidares baja a la izquierda, en algún momento se señalizó como ruta alternativa para bicicletas pero nosotros vamos a seguir las señales xacobeas y seguiremos de frente a cruzar la carretera


Fijémonos en la flecha amarilla en el poste metálico de la señal de Stop; monte arriba hay una casería con nave de ganado y, por la ladera están los prados de El Fiensón 'mojón grande', relativo a antiguas piedras, tal vez dolménicas, que desde tiempos ancestrales dividían zonas de pastos y, con ellos, de comunidades humanas, no es por ello extraño que por ahí pase la frontera Sariegu-Villaviciosa


Dejamos aquí La Caleya la Campa, que atraviesa la aldea y podemos detenernos un instante a leer este panel informativo que nos explica la historia de este enclave


Se nos informa de su ubicación entre estos montes, de la antigua feria de Santa Mariña y de la construcción de la carretera, con su antigua denominación, AS-113, vigente hace unos años


Dejamos pues a la izquierda El Camín de Valvidares y cruzamos la AS-380 o Carretera la Campa en las inmediaciones de La Campera


Aquí vemos las señales que recomiendan bajar a Valvidares para las bicis; nosotros cruzamos con la máxima atención, si bien el tráfico ha disminuido mucho al desplazarse a las autovías a veces es bastante intenso y, sobre todo, muy veloz


Aquellas casetas o cabañas un poco más allá y cuesta arriba nos servirán también de referencia, pues nada más pasarlas dejaremos la cuesta e iniciaremos la bajada a Figares


Además de la recta a nuestra derecha cuidado especial con la curva que hay un poco más allá de la casa


Cruzamos pues y el firme de asfalto pasa a ser de hormigón en El Camín del Monte, el que sube a Valloberu por La Llosa'l Medio, La Llosa, El Bustiu, La Llosa Riba, El Fiensón y Los Foyos


Además del Camino de Santiago pasa por aquí una senda montañera, la Ruta de las Cercanías del Cielo P.R. AS/197


Esta ruta también se dirige a vega, capital de Sariegu, pero recorriendo la cresta de La Llomba, tal y como vemos en el mapa informativo


Con ella coincidimos nada más que estos primeros metros del Camín del Monte, donde empezamos a subir


En ocasiones, el viento puede azotar con fuerza en este collado abierto a los cuatro vientos. El Camino hormigonado gana altura y hace un poco de curva a la derecha


Mientras subimos, nos despedimos de La Campa y sus casas esparcidas entre El Camín Rial, La Caleyona o La Caleya la Campa y La Carretera, que quedan ya atrás, a nuestra derecha, de L'Horrín al Prau la Campa y El Mariñán


El Mariñán y su antigua estación de servicio; a la izquierda llegan, por el camino de Lluaria, los peregrinos de Valdediós


En la lejanía El Picu la Curiella (535 m) en El Monte Cañéu y Cordal de Pión; a su izquierda es el Altu la Cruz, al que suben los peregrinos que han escogido la ruta hacia la costa gijonesa


detrás, la gran explanada de aparcamientos ahora es aprovechada por los madereros para apilar grandes montañas de troncos de ocalitos. Al fondo, por la ladera del Monte Arbazal y falda del Picu Lloses suben desde Castiellu y San Pedru Ambás los vecinos que escogen El Camín Rial (actualmente muy pocos)


Hemos dejado atrás las casetas, tomemos ahora esta casería, con sus vaquerías, como siguiente referencia caminera


Es la de Casa Meana Palacio y, justo antes de llegar a ella, hemos de dejar ya El Camín del Monte para tomar el camino a la izquierda


Este es el desvío, La Caleyona o El Camín Rial, el camino al valle


El Camino pierde el hormigón en La Caleyona y se torna en hermosa y suave senda de hierba y tierra por esta falda meridional de La Llomba


Reparemos en el mojón, con su pertinente flecha amarilla direccional


Al fondo, un tejado, El Llagarón o El Malatu, una casa situada entre La Caleyona y una de las curvas de la carretera


En esa zona están también los prados de Los Malatos, que son El Malatón, El Malatu, El Malatu Riba y El Malatu Baxo, todos al pie de La Caleyona que, poco más allá, empezará a bajar a Figares


Aún no llegamos a ver realmente el valle del Nora o de Sariegu propiamente dicho, pero sí algunas referencias muy importantes, como la ya referida de Peñamayor, en lontananza, alargada serranía donde confluyen los concejos de Nava, Bimenes y Llaviana, comunicando los valles y las cuencas fluviales del Nora y el Piloña con la cuenca del Nalón, una de las más importantes cuencas mineras asturianas, aunque sus emblemáticos pozos son ya historia



Aquí abajo más cerca tenemos L'Enguilu, monte que separa Sariegu de Nava y el valle del Nora del valle del Piloña, ninguna de cuyas alturas llega a los 400 metros, cubierto de bosques de repoblación, principalmente pinos, además hay boscaje autóctono y algunos pastizales. Es el "monten planum" de los documentos medievales


Un poco más atrás están el Cordal de Nava y, más el largo espolón occidental de la Sierra de Peñamayor por El Picu Oroxu (935 m) y El Picu Castiellu (759 m). Más al sur La Camperona (535 m) y los montes de Bimenes hacia la Faya los Llobos y otros puertos que comunican con el valle del Nalón. En la lejanía los puertos de la Cordillera Cantábrica, paso a la meseta por León, por la zona del Cordal de Casomera y Sierra del Cuadru con El Picu Tres Conceyos (2.024 m), Bolero (2.043 m), Estorbín de Valverde (2.123 m), Pisones (1.170 m), etc. y el secular paso del Puertu Piedrafita (1.683 m)


Más lejos, Peña Mea (1.557 m) entre los concejos de Llaviana y Aller/Ayer, mítica cumbre montañera de picachos calizos como El Picu la Llanza, El Picón del Mayaón, El Picón del Pedromoro, El Picón de la Boyica, El Picu l'Arcón de Finistra, o El Picu Dubil, la cumbre de la peña


Hay también cuevas naturales y covachos, La Iglesiona, La Cueva les Cabres, El Covayu los Palomos, El Covayón, secular refugio de ganados, como se desprende también en alguno de sus nombres, al igual que arcos naturales. Ahí en La Campa Mea hay un manantial del que se dice "hai una fuente en Mea y sal en Xixón", la cual, como la de La Boyica, da agua a los mayeos o majadas del monte


En la misma línea que Peñamea, Trespicos (880 m) en Llaviana, entre La Collá y El Picu Úa (922 m), como su propio nombre indica está formado por tres picos, de roca caliza, en la parroquia de Tiraña y en el cordal que separa Llaviana de Bimenes


Las serranías paralelas se confunden unas con otras fácilmente en la distancia, más abajo son algunas de las estribaciones de Peñamayor entre Nava y Bimenes y en el tramo entre El Picu Castiellu (759 m) y El Picu Oroxu (935 m)


Los paisajes costeros o de la cercanía del mar cambian pues a partir del Altu la Campa, siendo ahora nuestras referencias los grandes picachos de la Cordillera Cantábrica al sur de estos valles, así como de sus sierras adyacentes como Peñamayor, cuyo gran espolón calizo, cubierto en gran parte de bosques y majadas, es una de las referencias geográficas que nos acompañarán en nuestro camino por el valle del Nora hacia la capital asturiana


Y, en el valle del Nora, L'Enguilu, por donde pasa la carretera AS-357, más conocida como Carretera L'Enguilu, la que hemos tomado en La Campa para seguir por La Caleyona, que comunica con Nava por San Román, cabeza de esta parroquia, la más oriental del concejo de Sariegu, cruzando el monte por Cantu Altu


En las cuestas septentrionales de Peñamayor está la magnífica majada de Les Praeres, emblemática braña rodeada de bosques y paraíso gastronómico de la montaña en su afamada cabaña-casa de comidas. Posiblemente el peñón más emblemático de La Peña, como la conocen muchas gentes de los pueblos de los alrededores sea El Tarnu o Picu les Antenes (1.123 m) con sus escarpados paredones calizos y boscosos, tanto es así que es muchas veces llamado como La Peña, Peñamayor. De Les Praeres leemos así en la web gastronómica Les Fartures:
"Hubo un tiempo en que para acceder a Les Praeres había que subir a través de una pista ganadera en mal estao con un 4x4 o, por lo menos, con un coche al que no tuvieras mucho aprecio. Pero merecía la pena subir, el entorno, con unas vistas espectaculares, Peñamayor en todo su esplendor, y un chigre allí en medio de la nada con una venada llamada Bambi que salía a recibir a cada visitante.  
Con los años, el local comenzó a ser muy famoso, además de por todo lo anterior, por lo bien que se comía. Y el remate final, fue que una etapa de la Vuelta Ciclista acabara en Les Praeres con el consiguiente arreglo de la pista hasta casi convertirla en una autopista (si viene la Vuelta Ciclista, la arreglamos; si lo piden los vecinos … ).
Les Praeres es uno de los sitios más singulares de Asturies, y solo por ir a tomar algo merece la pena la visita. Pero si quieres comer, reserva, que de fin de semana suele estar hasta arriba. Zona de barra muy amplia y un salón-comedor con una chimenea y vista a Les Praeres, preciosa. Tiene además otro comedor más privao que fue donde comimos nosotros.  
Comenzamos con una Fabada de las buenas. Me sorprendió para muy bien. Compangu con un toque picantín, como me gusta. Y la faba se deshace. Muy buena. Pedimos una Ensalada para acompañarla.  
De segundos, pedimos para compartir. A cada cual mejor. Picadillo con Huevos. El picadillo suave, mezcla de ternera y gochu; y el huevo de casa, brutal. Felicidad absoluta.  Cabritu. Maravilloso. Intensidad y sabor. Media de Carne Guisada. Pedimos una entera, pero Aladino ya nos dijo que relajáramos un poco. Y acertó. Muy buena y tierna. Ambos platos vienen acompañaos de unas Patatas Fritas. De postre, Cabrales con dulce. Maravilloso. Y Tarta de Queso Casera. Muy rica. Para beber, Sidra Viuda de Angelón. El "pero" es que no la echan. Pero tampoco es una sidrería. Salimos a (...) por cabeza. Comimos de lujo en un entorno maravilloso. Muy recomendable."

Sin embargo, y encima de Les Praeres, cuya ahora ancha pista hormigonada distinguimos desde muy lejos,  realmente el picu más alto de Peñamayor es La Triguera (1.293 m), en términos del concejo de Llaviana, a veces llamado Trigueiro por un error cartográfico. Leemos en la Enciclopedia del paisaje de Asturias:
"Picu, peña, mata, covayu, canalones y campa de la parroquia El Condao (Llaviana). Con el nombre de La Triguera se denomina una amplia zona de la ladera noreste de La Peña(mayor) que va desde El Cotón a Llagos, a la altura de El Callacente y Breza; está coronada por el picu la Triguera, conocido también como Torrexón de la Triguera o Torrexón de Breza y consignado en la cartografía como "Cerro Trigueiro" (sic), la cima de la sierra de Peñamayor: 1.293 metros de altitud. En medio de la peña caliza, gris-blanquecina, destaca una amplia mancha verde: La Mata la Triguera, un frondoso foyeru; hasta La Triguera iban antaño, a pesar de su difícil acceso, los mozos a buscar lleña pa la foguera de San Xuan. El covayu la Triguera, de pequeñas dimensiones, está situado en la parte baja de la mata y sirvió de refugio durante la Guerra Civil, hoy sirve de cobijo a la reciella. Tres canales estrechos y pendientes, Los Canalones de la Triguera, descienden de La Mata a La Cueva. La Campa la Triguera es de pequeñas dimensiones. Aunque ninguna de las partes descritas es adecuada para la siembra de trigo ni de ningún otro cereal, sí constituye una buena atalaya para divisar amplias zonas sembradas, sobre todo de escanda, por el método de fogueraes o borronaes, quemando la maleza: las marcas del terreno y los topónimos próximos con La Fogueraona, Los Diales, o L'Ordaliegu así lo confirman. La Triguera tiene acceso desde Funeres (-La Faya los Llobos-) (PR. AS-140), El Callacente o Breza, cuenta con buzón montañero y proporciona magníficas panorámicas del centro y oriente de Asturias."


Más a la izquierda están El Picu Tablazu (1.242 m) El Picu Pandestébano (1.182 m), separados ambos por El Colláu Paré de Muries (1.131 m); a la izquierda El Colláu Arniz (1.059 m) en la frontera de Llaviana y Aller/Ayer, como Peña Mea. Más abajo es El Picu Dondiego (999 m), El Picu Fayacones (916 m) y El Picu Redondu (924 m), encima Les Praeres, en cuya cabaña-restaurante ya citada oiremos la bella historia de Bambi, que aquí nos resumen en la web Mochila de Cromo:
"Algunos tienen perros. Otros gatos. Aladino, dueño del restaurante, tiene una cierva. Y con una bonita historia detrás ya que fue ella la que hizo que dejase de cazar. Un día encontró, moribunda, una cervatilla y, viendo que su madre no volvía para darle de comer, decidió hacerse cargo de ella. Según sus propias palabras, encontrar a Bambi le enseñó la bondad de los animales y, desde entonces, no caza.
Lo bueno es que Bambi está totalmente en libertad. Es ella la que nos da la bienvenida y la que deleita a los más pequeños, pero en ningún momento se expone como un trofeo o como un reclamo en sí misma. Pasta tranquilamente por Les Praeres, se acerca a ver si tienes algún snack y vuelve tranquilamente a la pradera. Bambi es, además, estrella de cine ya que participó en la película Atrapados de Luis Trapiello."

Más a la izquierda El Resellón o Los Caspios (1.122 m), unión de los concejos de Nava, Piloña y Llaviana. Debajo se alza El Picu Varallonga (864 m), por cuya falda norte seguimos viendo la pista que sube a ese paraíso de las montañas en el conceyu de Nava que es la campa de Les Praeres. Dicha pista se cruza en esa ladera con la Ruta de las Peregrinaciones (G.R. 105)  de Oviedo/Uviéu a Covadonga


A la izquierda El Picu los Negros (1.049 m), El Picu Unquera (1.141 m), El Picu Arrudu (1.158 m) y la dominante y bien prominente Peña la Xamoca (1.288 m), frontera entre Piloña Llaviana y Sobrescobiu, en el Alto Nalón. Esta es su descripción en la Enciclopedia del paisaje de Asturias:
"Peña y picu de las parroquias de El Condáu (Llaviana) y Oviñana (Sobrescobiu), en el límite con Piloña. Se extiende, en dirección sureste-noroeste, desde Llagos a La Mata los Pallinos, ganando progresivamente altura en el picu la Xamoca (1.288 m) entre La Campa Saús (S) y La Campa l'Arrú (N). En su ladera sur, la piedra caliza, gris blanquecina, destaca sobre las zonas de pasto, ablanos, espineres, llameres y fayes aisladas, mientras que, en la norte, un poco más tendida y visiega (sombría), hay predominio de fayes. Su figura emblemática cambia según el lugar desde el que se contemple, destacando su forma piramidal en la cara oeste. En la frondosidad de los fayeros que la rodean (Saús, Los Pallinos...) habita una variada fauna. Se puede acceder desde Campiellos, por Llagos, o desde El Condáu, L'Aldea, Boroñes o La Xerra, por la pista que sube por Veguecueves y El Faidiellu a La Ortigosa o El Carrascal. Desde su cima, con buzón para montañeros, se puede contemplar el valle del Nalón, Peñamayor, Peñamea, El Retriñón, El Tiatordos, los Picos de Europa, El Sueve, etc. Julio Concepción pone el topónimo, al igual que el cercano Saús, en relación con el latín sabucum; xabugu, xabú, saúco (Sabucus nigra L). En la cartografía aparece como "Peña Chamoco" y está mal ubicada."

Más a su izquierda y más cerca es El Picu Ceriscu (926 m) en Nava, "en una zona muy quebrada de pequeños cuetos y regueros encajados", dice la Enciclopedia del paisaje de Asturias. A su izquierda es El Picu Múa (987 m), en las estribaciones orientales de Peñamayor, también en Nava, y ya en contacto con la Sierra Ques, en Piloña


De la misma manera que El Ríu Ñora nace aquí abajo en Fuente Ñora (Valvidares, Sariegu), El Ríu Piloña nace al otro lado de L'Enguilu, en Nava, de la unión del Viáu, Viyáu o Viao y del Ríu Pra, que discurren ambos al pie de Peñamayor y se unen al oeste de la villa naveta. Ambos valle conforman un eje este-oeste que comunican en forma de gran pasillo natural la cuenca del Sella en el oriente asturiano, del que el Piloña es afluente, con el centro de Asturias y su capital por el interior, existiendo por lo tanto a través de ese corredor geográfico también antiquísimos caminos


A la izquierda de El Picu Múa, el collado de Incosa, por donde pasa la frontera Nava-Piloña, lo separa de Peña Xanes (876 m), donde nace El Ríu Fontoria, Más abajo están en naveto Picu Casielles (863 m) y, a la izquierda, Les Crestes de Trapa


Les Crestes de Trapa son, como su nombre indica, una serie de crestas en las estribaciones occidentales de la sierra de Ques, a caballo entre los concejos de Nava, por las parroquias de Tresali y Cecea, y Piloña por la parroquia de La Maza. Su cota máxima es El Picu Trapa con 795 metros de altitud y por sus quebradas discurre El Camín de los Pilones, vieja vía de comunicación que salvaba antaño la estrechez del valle en ese sector atravesando esos montes


Muy en la lejanía, en plena cordillera, las montañas del Alto Nalón, Alto Sella y los Beyos, concejos de Casu, Ponga y Amieva, donde están algunas de las cumbres más altas de ese sector de la Cordillera Cantábrica, justo al oeste de los Picos de Europa, que veremos según bajemos del Altu la Campa al valle de Sariegu por Figares. En esa zona destaca La Peña Fresnéu (962 m), que domina La Collada Moandi, paso de Parres a Ponga y, en la distancia, el Tiatordos (1.950 m) entre Ponga y Casu, entre otros como El Picu Vízcares (1.421 m), El Picu Maoñu (1.425 m), este entre Ponga, Piloña y Casu, o Xerra Trallán (1.257  m), en tierras casinas


Aquí abajo mismo, en la frontera de Sariegu con Nava esta campera verde a la izquierda de los bosques de L'Enguilu es El Perón (432 m), El Monte'l Perón o L'Altu'l Perón, cerca de la naveta Verdera, en la parroquia de Cuenya


Más allá de El Perón vemos El Picu Bierces o Picu Mayor (770 m), gran espolón en la Sierra de Ques, al sur de Cecea. Justo sobre él y a lo lejos, a la izquierda de la foto, los picachos de la Xerra Trallán, que llegan a los 1.257 metros de altitud


Más a la derecha reconocemos en la lejanía El Picu Facéu (1.228 m), en la raya entre Piloña y Casu por la prolongación más occidental de la Sierra del Sellón, con acceso desde la mítica Collá Arniciu, donde se celebra el multitudinario certamen del Quesu Casín


Más a la izquierda La Collada Moandi (551 m), entre El Picu Fresnéu (964 m) a la derecha y El Cabezón de Fontecha (812 m) a la derecha, es el paso de Piloña a Ponga en la bajada a Cazu y ruta a San Xuan de Beleño, Sobrefoz y Ventaniella


Más a lo lejos las nieblas nos ocultan la emblemática mole del Picu Pierzu (1.552 m, -NO confundir con el Pienzu-), en el cordal del Colláu Zorru, entre Ponga y Amieva, símbolo del Alto Sella en la puerta de Los Beyos, otra zona ganadera, montañera y quesera por excelencia


A la derecha sigue El Colláu Zorru por La Sierra Carangas con La Cruz de Valdore (1.349 m) y El Picu Póndies (1.319 m). A la izquierda el no menos mítico Picu Vízcares (1.423 m), el más alto de la Sierra de Aves


Sí tenemos más cerca las amesetadas cimas de La Sierra Ques, en Piloña, fácil de reconocer por sus plantaciones de pinos y ocalitos, con las cumbres a la izquierda del Picu Mayor o Bierces, como El Colláu la Flecha (682 m), El Cabezu (745 m), El Picu la Cabra (696 m) y El Picu la Cruz (654 m). Mucho más cerca y en términos saregano-navetos, a la izquierda de El Perón es La Portellona, en el paso de San Román a Verdera


Más cerca volvemos a la inmediatez con El Picaretu o Picu Torres y La Parea Fariu, por cuya ladera va la Carretera L'Enguilu junto al antaño renombrado campo ferial de Santa Mariña


Sin duda, aquellos pastores trashumantes casinos, coyanes y de otras brañas de los pastos comunales de la cordillera, sus brañas y puertos, mirarían con nostalgia hacia las cumbres de sus majadas altas, reconociéndolas y añorando volver, con la llegada de la primavera...


Con esta maravilla de paisaje y Peñamayor en lontananza caminamos en dirección sur cuando La Caleyona hace un poco de bajada camino de El Llagarón


Las alambradas denotan los usos eminentemente ganaderos de estas majadas habitadas desde el neolítico por las más antiguas civilizaciones pastoriles que poblaban estos parajes y que nos transmitieron su memoria en túmulos y dólmenes, verdaderas cámaras del tiempo que nos permitieron conocerles 


El Llagarón es también llamado El Llagarón del Fielato, pues aquí hubo en tiempos un gran llagar de sidra y un fielato o puesto de recaudación de tributos que gravaban la circulación de bienes de consumo en la posguerra, figura que tantísimo abundó en los años 40 del siglo XX a manera de verdaderas aduanas interiores


Esta zona es conocida entre La Caleyona y la Carretera la Campa es conocida como El Malatu, y Los Malatos, pues son varios prados y fincas: El  Malatu, El Malatu Riba, El Malatu Baxo y El Malatón. El término malatu alude a los antiguos enfermos de lepra. Es muy posible se tratase de un apodo, pues además de los enfermos propiamente dichos también se daba en llamar así a los vecinos de los pueblos donde existían malaterías o leproserías. No había que se sepa ninguna en La Campa ni en Sariegu, pero sí en otros concejos de los alrededores, desaparecieron a finales del siglo XVIII al disminuir la enfermedad y trasladarse los últimos enfermos (se consideraba lepra además a varias enfermedades de la piel) al Real Hospicio ovetense



Desde El Llagarín y Los Malatos ya vemos lo que es propiamente el valle, con San Román, cabeza de la parroquia, en medio, extendiendo sus casas a lo largo de diferentes barrios por otro viejo camín rial, el de La Pola (Siero) a Cabranes "por Vega, La Carcabá, Pedrosa y San Román, saliendo a Cabranes por Verdera", nos dice Pedregal Montes


A la derecha está El Campón, con Casa Adriano, testimonio de otra desaparecida capilla, con esta advocación de San Adriano, situada en lo que ahora es el cruce de la carretera SR-1 Vega San Román con la AS-357 o Carretera L'Enguilu donde ahora se ven los prados de El Sadriyanu o El Sadrianu, la cual debió desaparecer como la de Santa Mariña a finales del siglo XVIII, aunque Florencio Friera recoge el testimonio que sus restos aún eran visibles antes de la Guerra Civil


Ahí estuvo además la antigua escuela y se ve el gran edificio del que fue el antiguo Llagar de Lupe Vigón, fundada a principios del siglo XX por Guadalupe Vigón, cuyo hijo, Ernesto Vigón, casado con Alicia Fernández, hija y nieta de llagareros navetos, fundaría con su esposa el famoso llagar de Sidra Orizón, en el pueblo de este nombre en Nava. Justo detrás, oculto, está El Palaciu, antigua casona de los Valvidares


A la izquierda se extiende el barrio de La Caleya, alineado a lo largo del camín rial de La Pola a Cabranes, donde reconocemos la nave de Carpintería Diego y a su izquierda las casas del cruce con la calle del Sol


Más a la izquierda es el barrio o lugar de La Quintana, junto con el de Cortinielles, que hace calle entre El Camblor y La Bolera o El Xuegu la Bola donde, como nos revela su nombre, hubo una bolera muy antigua. Más tarde se hizo otra detrás del llagar de Foncueva, fundado en 1890 también por Guadalupe Vigón, donde también había baile (a la derecha de la panera, en el cruce de la calle Sol con la Carretera L'Enguilu



Casas entre la Carretera L'Enguilu y El Camín de les Cortinielles y El Camblor, donde nació en 1837 Saturnino Martínez, emigrante a Cuba muy joven, donde empezó a trabajar de tabaquero a la vez que comenzaba a escribir, comenzando una gran carrera literaria. Así, en 1866, además de publicar su poesía escogida fundaba el periódico La Aurora, esta su biografía en la Real Academia de la Historia:
"Martínez, Saturnino. San Román de Sariego (Asturias), 20.III.1837 – La Habana (Cuba), 28.XII.1905. Obrero, poeta, sindicalista y político. 
Sin más estudios que los realizados en el pórtico de la iglesia de su pueblo, hacia 1850 emigró a La Habana, donde empezó a trabajar en una fábrica de tabacos. 
Cuando tenía veinticuatro años sorprendió al círculo de intelectuales del Liceo de Guanabacoa por sus dotes poéticas y, tras publicar unos versos en El Diario de La Habana, obtuvo el puesto de bibliotecario en la Sociedad Económica del País. Mostraba vivo interés por los problemas sociales y tenía ascendencia en el mundo obrero: “Autodidacta y poeta como la mayoría de los revolucionarios cubanos”, escribe Hugh Thomas (1973: 314), recordando que fundó la Asociación de Tabaqueros de La Habana y el semanario La Aurora (1865), primer periódico obrero de la historia de Cuba. Dicho semanario defendió la lectura en las fábricas de tabaco, lecturas iniciadas en 1866, año en el que Saturnino Martínez dirigió la primera huelga de la historia del movimiento obrero cubano. El Gobierno reaccionó prohibiendo las lecturas y censurando al semanario, que desapareció dos años después. En 1870 Saturnino Martínez fundó el periódico La Unión, desde cuyas páginas se opuso a La Voz de Cuba, enfrentado a los independentistas; fue deportado de la isla y regresó por breve tiempo a Asturias, en 1874. 
Tras la Paz de Zanjón, recuperó su puesto de bibliotecario y fundó un nuevo semanario obrero e imprenta —La Razón—, dejando paulatinamente sus actividades sindicalistas para centrarse en organizaciones como el Centro Asturiano de La Habana (1866), la Asociación de Beneficencia Asturiana (1877), o en el desempeño de la secretaría de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de La Habana, desde donde participó en el Movimiento Económico, campaña desarrollada en Cuba contra el arancel Mac Kinley (1890). Tres años después fue uno de los doce firmantes del Partido Reformista, creado por disidentes de la Unión Constitucional que apoyaron las reformas administrativas que Maura intentó llevar a Cuba. 
Cuando ya era demasiado tarde, España aceptó la formación —el 1 de enero de 1898— de un Gobierno autónomo presidido por José María Gálvez, jefe del Partido Autonomista, que confió dos carteras a los reformistas, con la participación de Saturnino Martínez en una de ellas como subsecretario. 
Dedicó los últimos años de su vida al Centro Asturiano de La Habana, del que había sido vocal de la junta directiva y vicepresidente. El 6 de septiembre de 1903, la candidatura por él encabezada triunfó en las elecciones a la presidencia. Al año siguiente, caía gravemente enfermo y era nombrado presidente de honor, título que ostentaba a su muerte."


Bajo las casas se extienden las vegas del Ríu Nora o, como más se conocía en Sariegu, Ñora; llanuras de El Ñora, El Prau Fresnu, El Paxuperín, El Felgosu, La Corba y La Bociella. Arriba en lo alto, El Perón y la majestuosa serenidad de las cumbres de Peñamayor



Allí, en la Carretera L'Enguilu, La Figarona, Casa Claudio, chigre y tienda, del que dice Pedregal Montes que su nombre toma el de un prado entre la carretera y el camín rial a Cabranes y La Pola, donde hicieron una casa con tienda y bar, figarona 'higuera grande'


A la derecha de La Figarona sale de la Carretera L'Enguilu El Camín de Verdera por El Fondón y La Pumará. Ahí trabajaba Sindo'l Madreñeru y, más arriba, en L'Arquera, Quilo hacía también madreñes, los zuecos o calzado de madera habitual en las zonas rurales, tal es así que en 1752, en el Catastro de Ensenada se nos informa de la existencia en Sariegu de nada menos que 22 madreñeros


La Parea Fariu y El Picu Torres, que siguen siendo una de nuestras referencias; de San Roman a La Campa están por ejemplo los prados de La Faza Llarga, junto a la Carretera L'Enguilu, La Frecha con La Parea Ñora y La H.uente ('Fuente' con hache aspirada) la Teya, llamada así porque el agua caía de una teja que se le había puesto para que manase de forma que pudiese ser recogida óptimamente, "Diben a ella les muyeres de La Pumará", barrio de San Román, nos cuenta María Antonia Pedregal Montes. Otra fuente era La H.uente la Rotella, en los prados de La Llosona, en La Parea la Rotella; el topónimo y vocablo parea, muy frecuente en la zona, hace referencia a laderas muy verticales


Aquí más cerca es El Güertín, entre El Malatón y La Campera, encima de la Carretera la Campa o AS-380. El topónimo delata que algunos prados de pasto y siega fueron antaño huertas y cultivos agrícolas


El Malatu y El Llagarón del Fielato, aquí La Caleyona o El Camín Rial baja suavemente sobre estos prados de Los Malatos


A la derecha una altísima sebe o seto natural separa el Camino de las fincas de la ladera de La Llomba por las inmediaciones de El Prunal


Nos llama la atención la estructura de la casa, por una parte un gran caserón con tejado a dos aguas y, a su lado, una especie de 'claustro' a manera de patio, cubiertas sus paredes por tejadillo de tejas también a dos aguas


Fijémonos desde aquí en las tremendas curvas cerradas de la Carretera la Campa y el calvario que podía ser conducir por ella cuando no había autovía y todo el tráfico, incluyendo el pesado de camiones y autocares, subía y bajaba estos puertos



En la distancia, otra hermosa vista de San Román bajo El Perón, "también llamado El Altu Perón", informa la Enciclopedia del paisaje de Asturias, en cuya ladera vemos algo de la casería de L'Arquera o La Erquera, junto a las cuestas de L'Argayá o L'Argayada y sus bosques de fresnos, hayas y abedules. Más arriba reconocemos uno de los antiguos caminos que pasan a Verdera, parroquia de Cuenya, en Nava, por La Portellona



Por ahí abajo, entre las casas y el monte, va La Riega Llebós o Llobós, que nace en la fuente de ese nombre y da nombre a unas fincas, pasa junto al lavadero de La Pinga y da sus aguas al Ñora o Nora. También riega San Román El Ríu Sorribote o Ríu la Pinga, donde Florencio Friera revela que hay noticias de la muy antigua existencia de un molino, Bayumolín o El Molín de Friera, que era otro de los nombres del río:
"Entre la iglesia de San Román y el lugar de Acebo hay un arroyo que en 1622 aparece registrado con el nombre de Friera al precisar los lindes de una finca "que se determina de parte avajo el río de Friera. Este apellido era muy frecuente en San Román -y también en Pedrosa-, de manera que aparecen bastantes veces mencionados en los Libros de Apeos de los monasterios de Valdediós y de San Pelayo como la casa de Diego de Friera o propiedades de los herederos de Juan de Friera. Se conserva el testamento (marzo de 1563) de Gonzalo Fernández de Friera y su mujer Juana González, vecinos de San Román, que instituyen un mayorazgo en su hijo Álvaro. Tres siglos después, encontramos una referencia al "molino de Friera" en una venta que se hace en San Román en 1845, donde se nos indica que ese molino -fuera de un propietario conocido como Friera, lo el río aludido- estuvo ubicado debajo de Acebo:
Pedro Palacio, vecino de San Román, vende a Samuel Sienra, también vecino de San Román, un pedazo de monte con sus castaños y robles, de 1 d. b. (día de bueyes, 1.250 m2 aprox.), que linda por arriba con bienes de herederos de Joaquín Pruneda, por abajo con bienes de don José Balbidares reguero en medio, y por las dos laderas con riega situada hacia el lugar de Acebo, arriba del molino de Friera, en parroquia de San Román."

Más a la izquierda de La Figarona está el barrio de El Cuetu, con la antigua escuela, cerca de los viejos caleros, hornos de cal, que trabajaron antaño en el lugar, de los que quedan topónimos y algunos restos:
"Llevan el nombre de El Caleru en San Román tres prados que están en un cueto cerca de La Bociella y La Corba (en uno de ellos, que mira al norte, todavía hay un calero bien conservado), así como otro prado en el monte Perón y La Riega'l Caleru."

Más arriba a la izquierda está el Altu la Portellona, en el paso a Verdera en Nava por El Camín Rial a Cabranes, llamado en esa cuesta El Camín de Verdera. A la izquierda, en La Parea Fariu, es El Puertu


En esa cuesta están también los campos de La Vallina, La Estirpia, La Mayora y, ladera arriba, los prados de El Buratón o Buretón, donde nace la fuente de este nombre, cerca de La Paradiella, ya en Nava


En la lejanía, las montañas del Alto Sella, La Peñe Siña (986 m), en Amieva, "Emergiendo al suroeste de Villaverde y Seña, lugares de Sebarga y concejo de Amieva, esta sierra suele confundirse con las estribaciones del Pierzu, especialmente cuando se contempla desde el Sella medio y Cangas de Onís, completamente absorbida por la mancha oscura del pico", advierten en la Enciclopedia del paisaje de Asturias, pero se encuentra unos kilómetros más al norte, "configurando un perfil menor de cuestas y xerros sobre los pueblos citados, cuyas cotas máximas rondan en varios puntos los 1.000 m de altitud"



Más cercana está la Sierra de Faces, cerrando el valle del Sella por el este, con los 856 metros del pico de su nombre, formidable murallón que hace de frontera entre Parres y Amieva


En primer término, la zona de L'Arquera, La Casa'l Puertu, la Casa la Mariñana y Les Cases del Monte, las últimas de la parroquia de San Román y del concejo de Sariegu por el este antes de Verdera, en Nava, sitas a la izquierda y más arriba de La Portellona, encima de L'Arquera y al este de El Perón


Les Cases del Monte y las serranías de Piloña, Parres, Amieva y Cangues... el Alto Sella, antesala de los Picos de Europa...


El Caleru en primer término y luego La Sierra de Ques, en la lejanía las más altas cumbres ocultan sus  crestas entre las nubes en el gran santuario de los dioses de piedra...


El Caleru, El Cenguilu y las praderías de El Perón y sus viejas sendas entre San Román y Verdera


Este es el espléndido paisaje que se contempla desde El Llagarón mirando al este 


Justo detrás de El Llagarón está El Pareón, prados y un afloramiento rocoso en forma de arco entre La Caleyona y la Carretera la Campa


Proseguimos camino por La Caleyona, encajada en este trecho entre les sebes. Se perfilan bien marcadas las rodadas de los vehículos de servicio a las fincas


Aquí abajo junto a la carretera está El Llavaderu del Malatu, recogido en el Censu del Conceyu Sariegu del etnógrafo Daniel Cueli Canto, construido en 1952 y rehabilitado hace un tiempo por el Ayuntamiento de Sariegu. Es un conjunto de fuente, bebederu o abrevadero y lavadero


Nunca dispuso al parecer de tejado ni cubierta y dispone de un pilón central, con una sola balsa, cerrado con un murete. Presenta un muy buen estado de conservación pese a haber caído en desuso, como todos, al llegar felizmente el agua corriente a todas las casas


El camino sigue la sinuosidad de esta ladera mientras en matu de la derecha forma una frondosa pared vegetal


Carretera abajo es la cuesta de Valvidares, El Campu Riba, más abajo seguimos viendo El Llavaderu del Malatu y su acceso desde la carretera. En El agua en la vida cotidiana, Fuentes, lavaderos y abrevaderos de Asturias, de Cristina Cantero Fernández podemos leer:
"Las fuentes, lavaderos y abrevaderos han formado parte de la cotidianeidad de los asturianos y asturianas hasta hace bien poco, participando de todos aquellos fenómenos culturales que configuran y han configurado nuestra sociedad. 
Pero, antes de la llegada del agua corriente a los domicilios  los hábitos de higiene eran muy laxos y ocupaban un lugar secundario en el día a día, mientras que conseguir agua para beber y cocinar era una actividad prioritaria, a la que las familias dedicaban mucho tiempo y energía, yendo diariamente a la fuente y abrevadero a por agua para las personas y animales. 
Y tantas veces se iba, que uno de los refranes más conocidos es éste: «tantu va’l calderu a la fuente que pierdi ellí l’asa o la frente» 
Las fuentes podían adoptar multitud de formas y diseños según la época a la que perteneciesen, el lugar en que se localizasen y el dinero que se hubiese invertido en ellas. Desde los recargados y cuidados modelos barrocos, prosiguiendo con los esquemas de templete o frontón más o menos sencillos, que fueron los mayoritarios en Asturias en todas las épocas, siguiendo por las fuentes de planta circular  hasta llegar a los básicos puntos de abastecimiento de agua de los años 1950."

Esta estratégicamente situado en esta hondonada entre La Caleyona, la Carretera la Campa y El Llagarón y su ubicación nos hace recordar este episodio de la novela La aldea perdida de Armando Palacio Valdés:
"Estaba la fuente un poco apartada del pueblo. Se iba a ella por estrechos caminos sembrados de avellanos. Al aproximarse hay que subir un senderito labrado en el césped por los pasos de los vecinos. Al pie de una gran peña que la cobija, rodeada por todas partes de zarzas y espinos y madreselvas, menos por la estrecha abertura que sirve de entrada, brota de la piedra un chorro de agua límpida, se desparrama sobre ella en hilos de plata, cae formando burbujas en un recipiente de granito, se trasvierte luego y fluye en menudos cristales y resbala por el césped. Cúbrela a modo de bóveda el ramaje que sale de la peña, al cual se enreda la madreselva del suelo formando toldo espeso. Los rayos del sol se filtran por él con trabajo, bañándola de una claridad suave y misteriosa." 

Vista de cerca y en detalle de su bien conservada estructura, de su antigua importancia nos sigue informando Cantero Fernández:
"Hoy en día, la higiene ocupa un lugar central en nuestras vidas: empleamos mucho tiempo y esfuerzo en fregar la casa, lavar la ropa, enjuagar los alimentos que consumimos y, por supuesto, asearnos nosotros mismos. Sin embargo, el agua, que es el elemento que lo hace posible, no disfruta de la misma consideración y la mayoría de las veces nos pasa inadvertida, sin apenas dedicar un segundo a pensar en ella. Entre otros motivos, esto se debe a que obtenemos toda la necesaria de forma rápida y sin esfuerzo, con el simple gesto de abrir el grifo. Pero, antes de la llegada del agua corriente a los domicilios y hasta hace bien poco, la situación era justo la contraria. Los hábitos de higiene eran muy laxos y ocupaban un lugar secundario en el día a día, mientras que conseguir agua para beber y cocinar era una actividad prioritaria, a la que las familias dedicaban mucho tiempo y energía, yendo diariamente a la fuente y abrevadero a por agua para las personas y animales. (...)

Un repaso a las variadas utilidades del agua permite comprender que la supervivencia de cualquier familia o comunidad dependía de ella. El agua se utilizaba para elaborar pan y guisar sopas o potajes, que eran los alimentos básicos de las clases populares asturianas; para hacer el samartín; para limpiar los alimentos antes de cocinarlos; para fregar las casas y los negocios; para regar el huerto; para dar de beber a los animales; para mantener la higiene en las calles y plazas de la ciudad; para apagar los incendios; para preparar la argamasa de las construcciones, y así hasta un largo etcétera, sin olvidar que el agua también se empleaba como fuerza motriz de muchas industrias tradicionales. Casi toda ella se obtenía en las fuentes construidas o en las que brotaban de forma natural, sin olvidar los ríos y arroyos. La cantidad de agua que se necesitaba obligaba a visitarlas inevitablemente todos los días, convirtiéndolas en los lugares más frecuentados de la vecindad, como bien indica el refranero popular: «tantu va’l calderu a la fuente que pierdi ellí l’asa o la frente». La frecuencia con que se iba a la fuente varió con el tiempo, según la población fue mejorando sus hábitos higiénicos, cosa que no empezó a producirse hasta finales del siglo xix y principios del xx. A mediados de este último, las casas acudían a la fuente una media de tres veces al día, aunque había ocasiones en que necesitaban más agua de la habitual. Así sucedía cuando se tenían animales que debían abrevar en la cuadra por estar enfermos, acabar de parir o ser aún muy pequeños. Cuando se tenía pensado vender algún ternero en las ferias, se le solía engordar con una papilla de harina y salvado que igualmente requería disponer de abundante agua. Los domingos, por ser el día en que se bañaban todos los miembros de la familia para acudir a misa, también había que hacer más viajes a la fuente, lo mismo que durante el verano, cuando el calor y la sed obligaban a consumir más agua de lo normal. Hasta la década de 1930, antes de la expansión de la lejía química y otros blanqueadores, la ropa blanca se colaba en casa con agua y ceniza antes de aclararla en el río o lavadero, momento en que, de nuevo, aumentaba la afluencia a la fuente. En realidad, era raro el día en que no hubiese que acudir varias veces a ella, sobre todo si tenemos en cuenta el tamaño de las familias hasta mediados del siglo xx, que incluían a tres generaciones y podían alcanzar las diez personas."

En lontananza, La Parea Ñora, praderías en La Parea Fariu y falda meridional del Picu Torres por donde va la Carretera L'Enguilu  en la cuesta entre La Campa y San Román, cerca del nacimiento del Ríu Ñora en Fuente Ñora o H.uente Ñora (hache aspirada) en el prado de La Xunclar


Prados abajo y encima La Fuente Ñora empezamos a ver los tejados de las casas de Valvidares por la zona de El Campu Riba y Casa Gaspara, El Cotaraxu, donde nacía la fuente La Fontina, en La Faza'l Fontín o La Tierra la Bolá


La Caleyona hace una larga curva bordeando las cuestas de La Llomba encima de Los Malatos


Fijémonos ahora en las tremendas curvas, formando continuas eses, de la Carretera la Campa. Ahora circular por ella, con más bien muy escaso tráfico, es un placer, pero podemos hacernos una idea de lo que representaba antaño subir estos puertos, por eso se hacía tan necesaria una parada en El Mariñán


Poco más arriba, El Camín del Monte, por donde salimos del Altu la Campa, y el cruce de La Caleyona, por donde hemos venido hasta aquí


La fachada de El Llagarón, mirando a esta curva cerrada, en El Malatu



En Valvidares, donde los cistercienses de Valdediós tuvieron una granja, están también el prado de La Llosa, el de El Tabayón ('cascada' 'salto de agua') El Güertu la Llorea (llorea, 'matorrales de laurel'), al pie de El Cotaraxu, la finca de La Faza la Pescal o la Pescar, en La Llosa la Casa Riba, así como El Güertu les Cebolles en el camino que sube directamente a Santa Mariña



Más allá está El Matón, donde nacen La H.uente'l Trébanu y La Fontina. Más a lo lejos divisamos los prados de La Rotella o La Parea la Rotella, en la cuesta del Monte Fariu y pegados a La Parea Ñora, nacimiento también de otra fuente, La H.uente la Rotella



Llega un poco de suave cuesta, la verdad es que caminar por aquí es un verdadero placer y, a cada paso que damos, nuevos detalles se nos ofrecen a la vista


Este rellano, por ejemplo, en una de las entradas a Los Malatos, es un verdadero mirador sobre la parroquia de San Román, y especialmente sobre Valvidares


Valvidares es además solar de la familia de este nombre, de la que era miembro Antonio o Antón de Valvidares Argüelles, aquí nacido en 1751, poeta en asturiano que estudió en Oviedo/Uviéu Latinidad y Filosofía pero que luego retornaría "al so llugar de nacencia", dedicándose a administrar sus grandes propiedades, con tiempo para escribir sus renombradas poesías


La casona, La Casa Riba, no llegamos a verla desde aquí, pues a pesar de su nombre lo cierto es que esta abajo del todo, casi ya en el valle y sobre los prados de La Fuente o H.uente Ñora, sin embargo, sus padres, Francisco Ventura Valvidares y Joaquina Argüelles de la Rúa (ambos de la nobleza rural local), dejaron por entonces esta casona para trasladarse a las cercanías de la iglesia de San Román, a otra mansión que dio nombre al lugar de El Palaciu y de la que hablaremos en su momento


El poeta se casaría en 1773 con Teresa de Caso y Nava, y se dedicaría a administrar sus grandes propiedades y a cultivar sus poesías, que circularon por toda Asturias de forma oral y manuscrita, recogidas algunas por José Caveda y Nava, otras aparecieron en la Ilustración Cantábrica, publicada en Madrid en 1882. Fallecería en Cecea, Nava, donde se había trasladado al final de sus días, no demasiado lejos de aquí, según unos en 1790 y según otros en 1792


Algunas de sus obras son El entierro del canónigo Reguero, El Misterio de la Trinidá y Vida de Xesucristu, Las Exequias de Carlos III  (existe debate sobre su autoría) y Diálogo entre Juan y Toribio, este sobre varias ocurrencias políticas en la Europa de la época. En el año 2012 se le dedicó la Selmana de les Lletres Asturianes. En Antonio de Valvidares, poeta de Sariego y de Ceceda del blog Escabecheru encontramos estas dos biografías que citan sus fuentes:
"... nació en su casa solariega de Valvidares (aldea del concejo o municipio asturiano de Sariego) en octubre de 1751. Era hijo de Francisco Ventura Valvidares y Nava y de Joaquina Argüelles de Rúa, ambos de orígenes nobles. 
Tras finalizar la instrucción primaria, se trasladó a Oviedo (capital de Asturias), donde comenzó la carrera de Latinidad y Filosofía, estudios que abandonó poco tiempo después para regresar a su aldea natal, donde a partir de entonces se dedicó a la administración de sus grandes propiedades y al cultivo de la poesía en bable, llegando a ser uno de sus más destacados representantes. 
Siendo aún muy joven, el 24 de noviembre de 1773, contrajo matrimonio con Teresa de Caso y Nava. 
Sus composiciones circularon por toda Asturias, oralmente y en copias manuscritas. Algunas de estas poesías fueron recogidas por José Cava y Nava en sus famosas antologías y otras muchas aparecieron en publicaciones como la Ilustración Cantábrica, de Madrid, en 1882. 
Sus últimos años los vivió en Ceceda (pueblo del concejo asturiano de Nava), donde falleció, según Fuertes Acevedo, en 1790, y de acuerdo con Fermín Canella, el 10 de junio de 1892. Sus restos fueron trasladados al convento de San Francisco, de Oviedo. 
FUENTE: Consejería de Cultura del Principado de Asturias — http://www.VivirAsturias.com. 
Pin Ureta –en su pequeña historia escrita en 1988– cita al poeta de Sariego que pasó la mayor parte de su vida en Ceceda  añade algunos comentarios sobre su obra. Poeta en bable ligado aún a la tradición oral y manuscrita, algunas de cuyas obras fueron recogidas por José Caveda y Nava y publicadas en La Ilustración Cantábrica en 1882. Su poesía reúne humor campechano, sencillez, humildad, fe, crítica ilustrada y hospitalidad asturiana  Nos ha quedado su “Diálogu políticu de Xuan y Toribio” y El Misterio de la Trinidá y Vida de Xesucristu”. En este último poema el poeta se dirige al Santísimo Sacramentu al que pregunta y habla…  
“…Que soy a la paterta llana

y un home tan pregunteru

como denyuere se vio

Desde Ceceda a Infiestu" 

Y aparece Jesucristo, sobreviviendo al implacable paso del tiempo, “tiesu com´un garrote, más rollizu que un torrendu…ye un rapaz fechu y derechu”. El misterio de la Santisima Trinidad se expresa en que “padre y fiu son lo mesmo/ (y esto en concencia lo digo/ non soi pa comprendelo.  Y concluye que  pese a su “probe entendimiento” no duda (non pueo ñegar) de que el “Santu Vieyu, el fiu y la palomba –que diz que baxó del cielo- non son, axustaes cuentes sinón un mismu suxetu” 

Luego se permite hasta una visión crítica de la presión “sobre los probes” con una descripción del complejo sistema de cargas y derechos de origen feudal y tradicional 

“¿pa qué vieno aquisti mundu 

sabiendo que hai tantos pechos: 

les sises, les alcabales 

les leves, los acarretos, 

les sestaferies, les pagues, 

los alguaciles, los pleitos, 

que así  esfarrapen un probe 

como se esfarrapa un cestu”

Y tras recorrer la vida del fíu le invita a que...

“si otra vez aquí tornás/ 

cosa que no-i aconseyo… 

Yo allugarélu en mio casa, 

Y non-i faltará el queso, 

la cecina y el tocín, 

les fabes, boroña y suero. 

Tou será de vusté, 

La vida, el pan, el dinero; 

Que e llarga la voluntá 

Si e cortu el gasayamientu”



Paisaje de Valvidares, El Llagarón y La Campa, con El Campu Riba, El Llanu, El Llendón, La Tierra Salvador, El Güertín, Los Malatos, La Campera y La Parea Fariu al fondo


Al fondo a la derecha, Santa Mariña y El Monte Arbazal, cuya cota cimera es de unos 564 metros de altitud, por donde viene El Camín Rial


Siguiendo camino, a nuestra derecha están los prados de El Prunal, encima de Los Malatos y en la ladera de La Llomba


Aquí El Camín Rial o La Caleyona acaba la pequeña cuesta de Los Malatos y empieza a llanear según pasa a la falda meridional de La Llomba


Según pasamos vamos a pasar a ver el paisaje desde aquí


Aparentemente es muy parecido al de antes, con La Parea Fariu y La Portellona sobre San Román y sus barrios y en la distante lejanía las montañas del Alto Sella


En La Parea Fariu, a la izquierda de la foto, se ve La Tierra Baxo, al pie de la Carretera L'Enguilu y a la izquierda de La Pumará de Riba con L'Arquera justo encima. Abajo, antes de empezar la cuesta de La Portellona, están los prados de La Estirpia, El Buratón, La Pedraya y La Mayora


Falda de El Buretón, La Paradiella y casas de El Corralón, estas ya en Nava; abajo a la derecha El Camín de Verdera, El Camín Rial de La Pola a Cabranes


Pero sin duda lo más destacado es que podamos ver, en días despejados y mejor al sol de la tarde, los Picos de Europa, en concreto su macizo occidental, La Peñe o El Cornión, con sus imponentes dosmiles


Al dicho sol de la tarde resplandecen sus grandes moles de piedra caliza gris muy clara, casi blanca aunque no tanto como sus neveros, que en ocasiones aguantaban hasta entrado el verano. Ahí tenemos la mítica Peña Santa, Peñasana o La Peñe Santa (2.598 m), de la que se dice, comparándola con Los Urrieles o macizo central: 
Alto son los Picos Urrieles
altos son, qué maravilla
más alta é La Peñesanta
que se ve toda Castilla

Más a la derecha están los picachos, también calizos, de El Diente y Garita Cimera 


Más abajo, parte del gran murallón pétreo de Ordiales que cae a pico al valle  de Angón en Amieva, el del Ríu Dobra: ahí empiezan geográficamente, debates aparte, los Picos de Europa, otra cosa es la extensión de su parque nacional, el primero de los creados en España, en 1918


Más acá hay una cumbre, fuera ya de Los Picos, cuya forma aplanada la hace muy fácil de identificar, La Mota Cetín (1.135 m), donde se unen los concejos de Piloña, Parres y Ponga. A su derecha está la collada de Moandi, paso entre Parres y Ponga, con El Picu Fresnéu o Musagre (962 m) a la derecha. Más cerca y tapándolos parcialmente tenemos Los Montes de Pesquerín, en Piloña


Ahora sí vemos bastante bien El Picu Pierzu (1.555 m), con sus paredones de las caras norte y oeste, con los abrigos de Sulapeñe y La Camperona, zonas de pastos y ganados de montaña


Más a la derecha El Picu Sobrepiedra (934 m), encima del valle de Espinaréu (Piloña)


Siguiendo camino y mirando al oeste-suroeste tenemos otro paisaje distinto, parecido pero distinto, de montes, valles y bosques en una continuidad que llega a los picos más altos de la Cordillera Cantábrica y sus puertos


En primer término siguen los pinares repoblados y otros bosques del monte L'Enguilu, seguidamente es el monte Escrita, con El Picu la Tabla (376 m), entre las aldeas de Ñora y Santianes, parroquia de Santiago, y frontera de Sariegu con Siero. Es mencionado en el documento, fechado en 996, por el que el rey Bermudo II dona propiedades en Sariegu al monasterio ovetense de San Pelayo, en el que Sariegu aparece perfectamente definido territorialmente en un documento que designa sus límites. A continuación van los monte de Valdesoto, ya en Siero, con Castiellu (461 m) y Solapeña (464 m)


Más a lo lejos divisamos La Cuesta San Justo, con su línea de cumbres entre los 300 y lo 400 metros de altitud, frontera de Siero con Langreo/Llangréu, en la cuenca minera del Nalón


Y, en lo más lejanos, las montañas del Alto Aller/Ayer y puertos como Piedrafita, a los que ya antes nos referimos. Infinidad de antiguos caminos entraban y salían por ellos comunicando la costa con la meseta aprovechando ancestrales puertos y pasos naturales



El Corvín o Estorbín de Valverde (2.123 m), sobre los valles asturianos de Mestas y Llananzanes y el leonés de El Cuadru, "Su cima, jalonada por un buzón montañero, domina los grandes horizontes de León y Asturias", describen en la Enciclopedia el paisaje de Asturias. A su derecha es El Cuetu los Barriales (2.109 m)


Más a la derecha y solitario tenemos El Picu los Pisones o Camparón (2.046 m), en la Sierra del Cuadru, "sobre la cabecera del valle de Mestas en la parroquia de Murias de Aller y sobre el valle Bustamores de León."


Y El Picu Tresconceyos (2.020 m), entre los concejos asturianos de Aller/Ayer y Lena/L.lena y el leonés de Villamanín, este al sur, "divisoria de tres vertientes: la de Lena al norte; la de Busdongo, al sur; la de Aller, al oeste. Hay buzón de montañeros. Amplias vistas se abren en todas direcciones, desde los Picos de Europa hasta Xixón, en días sin nublinas en la costa". Recordamos como siempre que las alturas pueden varias unos metros según la fuente empleada. A su derecha discurre la Vía Carisa, por donde irrumpieron en la Asturias trasmontana las legiones de Publio Carisio en tiempos de la guerra de Augusto contra los astures


Bifurcación en las cercanías de La Llantoría: seguimos de frente y en llano, primero por un trecho recto


Luego un poco de curva a la derecha, siguiendo la sinuosidad de la ladera de La Llomba


Las cuestas de La Llantoría, entre El Prunal y El Bustiu, cerca de La Llosona, bajo los altos de Valloberu (606 m) y su necrópolis tumular megalítica. Su nombre, valle lloberu 'lobero' y la existencia de un lugar llamado El Foyu Valloberu (foyu 'hoyo') y otro El Pozu los Llobos, revelan que, según la tradición, era un pozo natural, kárstico, hacia el que espantaban alimañas. Otro topónimo significativo es el de La Montería


Efectivamente, el territorio de Sariegu aparece mencionado en la donación de Bermudo II al convento ovetense de San Pelayo a finales del siglo X. Por ello fue propiedad de importantes monasterios durante siglos, el de Valdediós, el mencionado de San Pelayo, el de San Vicente, también en la capital asturiana, y hasta el siglo XVI (1530 cuando es absorbido por San Pelayo), el de San Bartolomé de Nava, heredero a su vez de los de Santa María de Villamayor en Piloña y San Martín de Soto en Parres, suprimidos con anterioridad; leemos al respecto en Románico Digital:
"A la articulación y ordenación del territorio de Sariego en la Edad Media contribuyeron los monasterios de San Pelayo de Oviedo y de Santa María de Valdediós (Villaviciosa). En 996 San Pelayo de Oviedo recibe numerosos territorios en el valle de Sariego de manos de Bermudo II, y en 1201 Alfonso IX otorga a Santa María de Valdediós importantes propiedades en el mismo valle. Estos dos cenobios no sólo poseían la mayoría de los mejores terrenos de Sariego, sino que ejercían la jurisdicción sobre los hombres que vivían en este concejo asturiano, buena parte de ellos foreros de ambos monasterios hasta la desamortización del siglo XIX."

En 1270 Alfonso X El Sabio llegaría a otorgar una Carta Puebla pero ante la oposición drástica de los influyentes monjes cistercienses de Valdediós hubo de echarse atrás y revocarla, pues sus fueros los libraban de las dependencias señoriales y eclesiales. Así dos años más tarde, en 1272, se dispone...
"que los omnes de Sariego lavren con sus bueyes las sernas que estos monesterios sobredichos an en Val de Sariego e que sallen e cueian el pan dellas e que acudan al monesterio de Valdedios el pan de las sus siernas e al monesterio de Sant Pelayo e que collan las maçanas e las lieven a estos monesterios sobredichos"


Dadas las fuertes cargas sobre los colonos de sus tierras esta decisión tuvo que provocar una verdadera conmoción en el valle, la de volver a tributar gravemente a los abades y someterse a su férrea disciplina. No es por ello extraño que, andado el tiempo, estallasen serias revueltas. En noviembre de 1413 los vecinos de Sariegu, escarmentados por los abusos señoriales de los cistercienses entraron, subiendo por estos mismos caminos en el coto monacal de Valdediós...
"con amonestación del Diablo, et con malos pensamientos que les vinieron a sus corazones, non temiendo a Dios, nin a las penas que los derechos ponen, nin a la justicia de nuestro señor el Rey, e con grande osadía, con lanzas, e con escudos, e espadas, e con otras armas a la hora de las Vísperas tomaron e levaron muchos ganados..."


Más tarde, acabando la Edad Media, a San Pelayo y Valdediós se unirían con intereses señoriales en Sariegu familias como los Argüelles. Los representantes del concejo participan dentro del distrito de Villaviciosa en la Junta General del Principado de Asturias desde el siglo XVI, pero los monasterios seguirán ejerciendo un indudable dominio del territorio hasta la desamortización de 1835


Bajo nosotros está Casa Santos, en la Carretera la Campa, a la que enseguida vamos a volver a salir y vamos a volver a cruzar para entrar en Figares


Abajo, La Vega San Román, regada por El Ríu Ñora o Nora que acaba de nacer en Fuente Ñora en La Xunclar o La Xunglar, al pie de Valvidares. Según la Enciclopedia del paisaje de Asturias, Ñora es el "Nombre tradicional con el que es conocido el río Nora en el concejo de Sariego, en cuyo territorio nace en la fuente llamada de la Ñora (Valvidares, San Román de Sariego)".


Esta vega está dividida en muchas hazas o faces, y fincas, cada una con su propio nombre, Pedregal Montes nos dice que eran propiedades de los vecinos de Figares y de San Román, la cabeza de la parroquia, cuyos barrios, ya citados en su mayoría, se extienden en hilera a lo largo del Camín Rial de La Pola a Cabranes, cruzándose con los viejos caminos a Nava a través de L'Enguilu


Atraviesa las fincas La Caleya los Rebollinos, que vemos abajo y a la derecha, la cual comunica Valvidares y San Román, su nombre tiene que ver con el roble-rebollo (Quercus pyrenaica)


Más a la izquierda están Les Fabariegues, Solagüerta, La Terrona, Les Fazones, Los Zaborninos, La Tierra'l Pozu y La Caleya la Cruz con La Faza'l Nozal, Les Cabeceres, Les Ortigueres, Formigueru, La Mesa, El Llendón... han aparecido varios yacimientos paleolíticos y medievales, testimonio del antiguo poblamiento de estos parajes desde la profunda prehistoria y con una continuidad que llega a nuestros días


Al este, Les Cañaes, con La Cañada Riba y La Cañada Baxo, prados y fincas de El Casal, Los Casales, Les Fazones, Fontanielles, La Viesca, El Prau Secu y El Pontón, zona por donde comunica con Valvidares El Camín de los Rebollinos


El Camín de Valvidares o Caleya los Rebollinos se cruza en esos campos de La Vega San Román, en concreto en El Pontón, con la carretera SR-1 que comunica San Román con Vega, la capital del concejo


Poco más arriba es la cuesta de La Guaría vemos dos líneas de cipreses, una a la izquierda y otra a la derecha, es El Camín cola Iglesia y, en medio, el cementerio y la iglesia parroquial de San Román de Sariegu



El cementerio es de 1835, en un principio se enterraba en el interior de la iglesia y en su camposanto alrededor, dado que es muy antigua, datada en el siglo XIII pero construida sobre un templo anterior, prerrománico, del que se conservan varios elementos. Repasamos de nuevo en Románico Digital:
"Es posible que la iglesia románica de San Román sustituyese a otro edificio prerrománico, pues en la sacristía del templo se conserva una ventana perteneciente a este último estilo. El templo de San Román formaba parte de la mencionada donación de 1201 que otorgó Alfonso IX al monasterio de Valdediós. Desde esa fecha hasta 1631 la parroquia de San Román fue aneja a la de San Bartolomé de Puelles, y ambas compartían el mismo capellán que era propuesto por el abad del mencionado cenobio al obispo de Oviedo. El monasterio de Valdediós pudo derribar la antigua iglesia prerrománica, de la que solamente se conserva la mencionada ventana, y construir la iglesia actual, que se vincula estilísticamente al románico rural y arcaizante de la segunda mitad del siglo XIII. "


Los árboles de La Guaría nos ocultan parcialmente la iglesia pero observamos bien su estructura de nave única y cabecera cuadrada propia del románico tardío, la cual tiene una ventana románica que da luz natural al altar, siguiendo la habitual disposición este-oeste de los templos medievales, con el ábside del altar orientado al amanecer y la portada occidental al ocaso; la espadaña es un elemento posterior. Si bien apartada relativamente del Camino estimamos de interés adjuntar su descripción en Románico Digital:
"La iglesia de San Román tiene un esquema sencillo, de nave rectangular única y capilla cuadrada. El imafronte se remata con una espadaña construida en época moderna bajo la que se encuentra una portada de arco de medio punto que reposa directamente sobre dos impostas lisas y, a su vez, sobre dos jambas sin columnas adosadas. El templo cuenta con un cabildo añadido en época posterior que rodea la fachada y el costado meridional del edificio, al que se une la capilla del Santísimo, también levantada con posterioridad. En época moderna se adosó una sacristía al muro meridional de la cabecera. En esta última existe una ventana de una arquivolta semicircular lisa que reposa en dos columnas rematadas por capiteles. Uno de éstos se decora mediante dos felinos dispuestos en actitud rampante, que se unen en el ángulo de la cesta en una sola cabeza, encontrándose composiciones similares en Santo Tomás de Coro (Villaviciosa) y Santa María de la Oliva. El otro capitel de la ventana presenta un ramillete de hojas parecidas a las de castaño, según un esquema compositivo que se repite en Santa María de Tineo. El templo conserva únicamente tres canecillos de factura románica que se sitúan en los aleros de la nave y de la cabecera y se decoran mediante una figura femenina, una cabeza humana y una bola. En el interior, la nave se cubre con techumbre de madera y cuenta con una tribuna a los pies. Varias ventanas reformadas en época moderna se abren en su muro derecho, y en el izquierdo una puerta comunica con la capilla del Santísimo. El arco triunfal que antecede a la capilla se compone de dos arquivoltas apuntadas, carentes de ornamentación, que descansan sobre pilastras. La cabecera, que cuenta con una ventana en el lado este y una puerta que comunica con la sacristía, se cubre con una bóveda de cañón ligeramente apuntado, que arranca de dos impostas carentes de ornamentación.

San Román de Sariego se relaciona con el románico rural y arcaizante típico de la segunda mitad de la decimotercera centuria, según se desprende de su simplicidad estructural, marcada por la presencia de la capilla cuadrada que remata la nave, y de la escasez de elementos ornamentales. Estilísticamente se vincula a otras iglesias de la zona de Villaviciosa, como San Bartolomé de Puelles, de la que fue aneja hasta 1631, San Félix de Oles, Santo Tomás de Coro y Santa María de Sebrayo, con las que comparte las características mencionadas y el uso de arcos apuntados. El monasterio de Santa María de Valdediós pudo construir la iglesia románica de San Román, al igual que otras en las que poseía derechos, como la de Puelles, Lugás y Amandi (Villaviciosa), aunque estas dos últimas responden a un modelo más temprano que la de San Román.

A diferencia de las otras dos iglesias de Sariego (Santiago y Santa María de Narzana), San Román no ha sido declarada monumento. En general presenta un buen estado de conservación, aunque los canecillos románicos están bastante deteriorados."

Florencio Friera Suárez nos dice que la parroquia era pobre, de escasos recursos para acometer el mantenimiento de la iglesia, lo que podría deberse a que en su origen era una filial o hijuela de su vecina la villaviciosina Pueyes, pasando después a serlo de su también vecina de Santiago de Sariegu, aparte que hasta la desamortización la mitad de sus diezmos y primicias iban al monasterio de Santa María de Valdediós, no disponiendo siquiera de mansos o tierras para arrendar. Para compensarlo se aplicaron diversas alternativas, como por ejemplo que las parejas que aquí se casasen plantasen un pumar o manzano después de la boda, cuyas manzanas serían vendidas y sus ingresos valdrían para:
"pago de misas y ceremonias litúrgicas al sacerdote o sacerdotes oficiantes, ajuar preciso para ese ritual litúrgico iluminación (cera y aceite), imágenes y altares, pago al sacristán o encargado de tocar la campana, obras de sepulturas y encalado del interior de la iglesia, y obras para el mantenimiento del edificio -retejado, reposición de maderas, arreglo de las campanas..."

Se desconoce cuántos pumares se plantaron a lo largo de los muchos años en los que se aplicó este tributo manzanero; se tiene por seguro que estaban plantados en fincas particulares y que eran compradas por los llagareros elaboradores de sidra. En el Libro de Fábrica de la iglesia sí se recogen los ingresos o cargos obtenidos entre los años 1666 y 1726. Durante el siglo XVIII la costumbre de que cada matrimonio plantase un pumar fue decayendo, pese a los intentos del párroco y del visitador del obispado, así con fecha 23-10-1708 se anota esta visita a Valvidares:
"el Ilmo Sr. Don Miguel Juan de Cifuentes, secretario de cámara y visitador del Ilmo sr. Don Joseph Pérez de Toro nuestro señor obispo de Oviedo, conde de Noreña... Y por quanto se ha reconocido que las quentas de este libro que el haver venido a menos la renta de la manzana es porque algunos de los que se casan son omisos a plantar el árbol que deben poner según costumbre, mandó que los que no le hayan puesto y los que en adelante tomasen estado de Matrimonio pongan cada uno el que le toca, pena de evitación y apercibimiento, que serán multados no haviendo cumplido el año siguiente..."

Más arriba, en el monte L'Engilu está Cantu Altu, por donde pasa la carretera a Nava. Allí tenemos Valverán, su casería y praderías que se extienden desde La Cotariella y El Prau Nava, en lo alto, hasta La Requexada, prado cruzado por El Ríu Llebós o Sorribote, que discurre al pie de la loma sobre la que se asienta la iglesia de San Román


Poco más allá, en medio del monte y tapada por la vegetación al lado de la carretera, está La Llaguna Colines, formada en una antigua cantera inundada



Encima de L'Enguilu seguimos admirando Peñamayor, sus picachos, calizas y bosques, "A lo largo de la Peña abundan los ablanos, espineres, fresnos, fayes (El Fayíu, Fayacuñera, la mata'l Felguerón, la mata la Triguera, la mata los Llanos) y texos (La mata'l Texíu)", nos cuenta la Enciclopedia del paisaje de Asturias, añadiendo además:
"... también abundan la hedrera y el pastu, lo que la convierte en un terreno muy adecuado para la reciella (cabras y ovejas). De esta manera La Peña siempre proporcionó madera para fabricar madreñes (el picu los Madreñeros) y aperos de labranza, pasto para los ganados, ablanos pa les casadielles y plantas medicinales: el té, l'oriéganu, l'entexil y la carquexa, sin olvidarse de los recursos minerometalúrgicos: cobre (L'Acebal y El Callacente) , según J.L. Maya González, oro (¿en Xenra?). Hay buzones de montaña en La Trieguera, el picu'l Texíu y El Peñón del Jueyu. La posición privilegiada de La Peña en el centro de Asturias la convierte en un extraordinario mirador de la zona centro-oriental."

Más a la izquierda y más cerca de la iglesia, Acéu, aldea "muy próxima a El Castillo, acaso una antigua torre o castillo medieval, cuyas piedras fueron utilizadas en la construcción de casas", informan en el Diccionario geográfico de Asturias. Ciudades, Villas y Pueblos, de donde era la familia Pruneda Álvarez de Nava, "que tuvo miembros importantes en la vida del concejo, donde ejercieron como jueces por el estado noble y como regidores"


Si bien no llegamos a identificarla bien desde aquí, oculta por la arboleda, hay una quintana preciosa formada por una fila de dos casas con sus cuadras, llagar y panera que muestra antigua e interesante decoración, datada en 1823, así como "el hórreo más pequeño de los que persisten en el concejo de Sariego" El. Por su parte, en El Castillo o El Monte'l Castillo cuenta la tradición que hubo una fortificación "a 376 m de altura en una colina al S. del lugar de Acéu", informa Florencio Friera Suárez, quien lo incluye entre las Huellas de la cultura castreña y la romanización dentro de su libro sobre el patrimonio de Sariegu:
"Tal emplazamiento supone el dominio visual sobre el concejo de Sariego y una parte del de Nava.

El Castillo presenta una forma redondeada en cuyo extremo NE. hay un promontorio de forma troncocónica; el amplio recinto tiene una caída suave de SE a NO. Las condiciones de este espacio implican unas defensas naturales completadas con otras debidas a la acción del hombre. 

El arco sur es una tajo vertical  de unos 25 metros. Por el este el talud natural se completa con un posible foso, ocupado actualmente por una caleya. El arco norte, que es la zona más accesible, tiene un talud de unos 5 metros y restos de un posible foso colmatado y precedido de un antefoso muy erosionado.

A finales de los años 70, la acción de una pala para allanar este espacio arrasó el yacimiento, suavizando la zona de acceso y rellenando tanto el foso como un gran hoyo que había en la zona del promontorio, donde puede apreciarse una cata debida, probablemente, a una excavación clandestina. El terreno es de pasto con bosque de árboles autóctonos y matorral en el cierre.

Existen leyendas sobre este espacio, como que las casas de Acéu se hicieron aprovechan las casas que había en El Castillo, así como la presencia de monjes...."

El Castillo es un legendario paraje confirmado como fortificación castreña en 1993 por Fructuoso Díaz García y Leonardo Martínez Faedo al realizar la Carta Arqueológica del concejo de Sariegu. Este probable origen castreño sea la razón de la tradición que asegura que Acéu es el pueblo más antiguo y donde nació la parroquia de San Román (es realmente su precedente poblacional estable). De él escribe Florencio Friera lo siguiente:
"Se encuentra a 376 m. de altura en una colina al S. del lugar de Acéu, al SO del cruce entre la carretera AS-250 (La Campa a Nava) y el camino que lleva a Acéu. Tal emplazamiento supone el dominio visual sobre el concejo de Sariego y una parte del de Nava.

El Castillo presenta una forma redondeada en cuyo extremo NE. hay un promontorio de forma troncocónica; el amplio recinto tiene una caída suave de SE a NO. Las condiciones de este espacio implican unas defensas naturales completadas con otras debidas a la acción del hombre.

El arco sur es un tajo vertical de unos 25 metros. Por el este el talud natural se completa con un doble foso, ocupado actualmente por una caleya. El arco norte, que es la zona más accesible, tiene un talud de unos 5 metros y restos de un posible foso acolmatado y precedido de un antefoso muy erosionado.

A finales de los años 70, la acción de una pala para allanar este espacio arrasó el yacimiento, suavizando la zona de acceso y rellenando tanto el foso como un gran hoyo que había en la zona del promontorio, donde puede apreciarse una cata debida, probablemente, a una excavación clandestina. El terreno es de pasto con bosque de árboles autóctonos y matorral en el cierre.

Existen leyendas sobre este espacio, como que las casas de Acéu se hicieron aprovechando las piedras que había en El Castillo, así como la presencia de "monjes" en este lugar..."

Florencio Friera nos explica que la leyenda de los monjes puede deberse a las propiedades y privilegios del monasterio de Valdediós sobre Sariegu y en concreto sobre una "capilla de Villar" que podría haber estar en el lugar de este nombre, hoy deshabitado, sito en las inmediaciones, pero que, consultados documentos, sería en realidad una de las antiguas capillas ubicadas en la misma iglesia de San Román



Desde su cima (parte inferior de la foto), "desde la que puede verse hacia el oeste todo el valle de Sariego, se hacían señales a la torre de Tresali, en Nava, y de La Collada, en Siero", nos apunta asimismo Friera Suárez. Por su parte, en la página ArqueoAstur, del arqueólogo Eduardo Pérez-Fernández, nos encontramos una completa ficha descriptiva del castro aquí localizado, al que denomina El Castiellu de Acéu, así como los estudios realizados en él hasta la fecha, de la que extraemos lo siguiente:
"Localización 
Acéu, parroquia de San Román, Sariegu 
Catalogación 
Fue descubierto en 1993 por Fructuoso Díaz García y Leonardo Martínez Faedo durante la realización de la Carta Arqueológica del concejo de Sariegu. 
Régimen de Protección Legal 
Incluido en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias (IPCA) del 23 de diciembre 2013 y en el Catálogo Urbanístico de Sariegu con la etiqueta SR 8-CUL según el Visor del Registro de Planeamiento y Gestión Urbanística del Principado de Asturias. 
Descripción 
Pequeño cerro de 376 metros de altitud al S de Acéu, en las estribaciones occidentales del Monte el Perón. 
2011: Pérez Fernández, E. y González Montes, B. 
Recinto de planta ovalada, ligeramente alargada, de unos 72 metros de longitud su eje N-S frente a 33 metros el eje E-W y una superficie intramuros de 1868 m2. El espacio de hábitat es bastante llano, con un ligero buzamiento hacia el W. 
Dicho recinto está delimitado por un talud que lo rodea completamente y lo eleva sobre el entorno, mostrando diferentes alturas según las pendientes. En el frente occidental, desciende en una pronunciada caída de más de 20 metros y presenta dos rupturas escalonadas de pendiente. Entre el recinto y su base se dispone, a lo una pequeña plataforma o terraza de 3 metros de ancho. Bajo ésta discurre una zanja bastante colmatada de unos 2 metros de ancho, posibles restos de una línea defensiva muy desvirtuada. 
Aunque la vertiente septentrional se encuentra afectada por un camino de servidumbre, se aprecian los restos del talud superior y de la plataforma antes descrita abrazando parte del mismo. El talud superior continua su trazado a lo largo de todo el frente occidental y presentando una altura todavía de hasta 5 metros según los sectores. A sus pies, una leve depresión del terreno, sobre todo en los extremos septentrional y meridional, parece indicar los posibles restos de un foso muy colmatado.  
Otros previsibles elementos defensivos en este sector, el más accesible, se han perdido debido a las explanaciones y alteraciones realizadas con maquinaria pesada en los años 70 del siglo pasado. No se descarta la existencia de algún tipo de estructura pétrea o muralla coronando el talud, como sugieren las referencias al aprovechamiento de los vecinos de material constructivo del enclave para las casas del pueblo. 
1994: Díaz García, F. y Martínez Faedo, L. 
Recinto de planta redondeada coronado en el sector NE por un promontorio de forma troncocónica. El espacio de ocupación es amplio y presenta una ligera pendiente de SE a NW. 
El frente meridional del recinto está defendido naturalmente por un fuerte desnivel de unos 20 a 30 metros. Hacia el E se complementa con un posible foso aprovechado actualmente por una pista de servidumbre. En el sector septentrional los elementos defensivos se encuentran bastante alterados, pudiendo reconocerse un talud, que alcanza en los puntos mejor conservados los 5 metros de altura, y un foso muy colmatado que pudo estar precedido de un antefoso casi en su totalidad erosionado. 
Las laderas meridional y occidental estaban defendidas, además de la propia pendiente, por una muralla que, marcando un trazado curvilíneo, rodeaba todo el sector desde el foso hasta los afloramientos calizos que delimitaban el recinto por el N. Sobre dicha estructura pétrea se asentaba una terraza o plataforma que, junto con otras en la vertiente NE y en la misma acrópolis del conjunto, eran los mejores espacios para el hábitat (Díaz García y Martínez Faedo, 1994:ficha 8).    
2004, 2014: Fanjul Peraza, A. 
Castro de planta circular, unos 40 x 60 metros, con un «posible foso hoy colmatado por el camino de acceso y con una zona de hábitat llana en su cumbre, en la que se observa una mayor elevación de la zona E, la dirección principal a la que se orienta, quizás restos de un antiguo talud o bastión en esta cabecera.» 
Al lado de la acrópolis también se refiere la existencia de «un terreno a menor altura, pero también en la zona alta, que parece formar parte del castro, y que de ser zona de hábitat, las dimensiones pasarían a ser las de un gran poblado.» 
Los principales elementos defensivos son de carácter natural, hallándose la corona del cerro a «más de una decena de metros de altura sobre los terrenos que circundan(Fanjul Peraza 2004:97-98 y2014:146)». 
 Periodización
Indeterminado 
No se ha documentado ningún material que permita periodizar el enclave.  
Estado de Conservación 
A parte de las referencias orales de que con las ruinas del Castiellu se construyeron las casas de Acéu, en los años 70 del siglo pasado el yacimiento fue también parcialmente arrasado con maquinaria pesada. Se allanó la zona de acceso, posiblemente colmatando el foso, y se rellenó un hoyo grande en la cima del promontorio. También se refiere la realización de excavaciones clandestinas y un hoyo de saqueo en la cima. (Díaz García y Martínez Faedo, 1994:ficha 8).  
Leyendas y Tradiciones 
Los realizadores del inventario arqueológico del concejo recogieron dos tradiciones sobre el lugar. Una de ellas es que, desde El Castiellu, se hacían señales a los castillos de La Collada en Siero y Tresali. Igualmente se menciona la existencia de «monjes», que en el concejo suelen sustituir a los tradicionales moros. (Díaz García y Martínez Faedo, 1994: ficha 8)."


A la izquierda de la iglesia y al norte de El Castillo o El Castiellu vemos ahora algo de la pared norte de la casona, muy reformada eso sí, de El Palaciu, que antes nos tapaba el Llagar de Lupe Vigón que seguimos viendo en primer término. Aquí fue donde se trasladaron desde su solar en La Casa Riba de Valvidares Francisco Ventura Valvidares y Joaquina Argüelles de la Rúa, los padres del poeta Antonio Valvidares Argüelles, reedificando una casa de su propiedad en este lugar, en el antiguo Camín Rial que atraviesa Sariegu de este a oeste y a escasos metros de la iglesia parroquial



La casona fue muy transformada a finales del siglo XIX (tal vez en 1826), realmente se hizo una nueva próxima a la antigua, aprovechando parte de los antiguos materiales, volviendo a ser reformarse a finales del siglo XX. Se conserva al otro lado, aunque no podemos verla pues nos la tapa la actual vivienda, la capilla de San José, la cual parece ya existía antes del traslado de Francisco y Joaquina aquí desde la Casa Riba, leamos a Friera Suárez una vez más:
"Capilla privada perteneciente a los Valvidares, de San Román, cuyo origen debe remontarse a principios del siglo XVII, acaso con motivo de la fundación del vínculo de esta familia en las capitulaciones matrimoniales de José Valvidares Vigil, hijo de Juan Valvidares y Estabana Vigil, con Catalina de Nava en 1626."
No procedería, según documentos y estudios realizados, esta capilla de San José o de El Palaciu de la antigua Casa Riba sino que los padres del poeta reedificarían, invirtiendo 600 ducados, la antigua casa existente junto a ella, siendo sus patronos miembros del linaje, que conserva aquí sus blasones y, para su mantenimiento, contaba con propiedades en los terrenos de La Vega San Román y otros lugares de esta parroquia y de la contigua de Santiago:
"La capilla estaba dotada con propiedades que rentaban a su capellán unas 16 fanegas de pan en 1780, siendo cargo del mayorazgo y sucesores en el vínculo la buena conservación de ella, según anota el párroco de Santiago y San Román (d. Domingo Alonso Canella Gutiérrez 22-10-1781 "tiene unas anegas de pan de renta de renta que serán como dsiez y seis poco más o menos"). Rentaban esas 16 fanegas pequeñas fincas (prado de Solavilla en Berros, prados en erías de Centi, en Cuadriello, en La Cortina, en La Cuesta de Pedrosa, en La Baragaña...) que se encontraban en las parroquias de San Román y de Santiago. Se conservan bastantes documentos referidos a la administración de los bienes de esta capilla en honor de San José, que dio nombre a varios mienbros de la familia y cuya fiesta se celebra, como es sabio, el 19 de marzo. La devoción a San José se extendió a partir del siglo XVII."


Ahí está El Cruce'l Palaciu, donde la actual SR-1, que en parte sigue el antiguo Camín Rial del valle, se cruza con la Carretera L'Enguilu. Más a la izquierda es Casa Adriano en El Campón, el solar de aquella antigua capilla de Sadriyanu o Sadrianu desaparecida, de origen muy posiblemente medieval y por tanto anterior a la de San José de El Palaciu, mencionada en varios documentos de los siglos XVI y XVII en los Libros de Apeos de los bienes del monasterio de Valdediós. 


De ellos se deduce pudo entrar en decadencia y abandono entre 1620 y 1660, acaso como consecuencia de la construcción de la de San José a escasos metros, "probable respuesta al conflicto que tuvo José de Valvidares, escribano del concejo, con los vecinos de San Román que defendieron en 1669 la titularidad pública de esa capilla". En 1671 la vecindad decidió repararla y se mantuvo el culto unas décadas más:
"... pagaron 25 rs. por la licencia para que recibiera la bendición y pudiera volver a celebrarse en ella la misa el día de la fiesta de San Adriano. Debió servir también a los devotos de San José. Así el 7-X-1676, José Balvidares Vigil, antecedente del poeta Antonio. ejerce su derecho como "patrono y presentero de la capilla del glorioso patriarca San José que sirve en la hermita del glorioso San Adriano. La devoción a San Adriano en su capilla pervivió, con altibajos, hasta mediados del siglo XVIII, pagando de limosna 4 rs. al sacerdotes que decía la misa en ella. La Fábrica de la iglesia disponía de unos ingresos por los prados y castañedo de San Adriano, que pertenecían a los vecinos con la condición de que rentaran a la iglesia de San Román 18 reales, no siempre pagados todos los años. La fábrica se encargaba de costear los gastos de conservación de la ermita, fomo es el aso del retjado de su pórtico en 1708. Pero debió ser abandonada unos veinte años después. En 1718 de indica que su patrón son los vecinos, y en 1726 que se encontraba "deteriorada e indezente". Esta situación perdura en los años 1740, como refleja en las visitas de 1746 y 1748, último añs en qe la hemos visto citada en duichos libros.  No obstantes, se menciona e"el campo de San Adriano" en 1744, y la "hermita de San Adriano" en 1804 en otros textos."

Las capillas del valle siguen el discurrir del Camín Rial, habría existido una tercera más más al este de San Román, pasado La Portellona o La Portillona, ya en términos de Cuenya, Nava, y en El Camín de Verdera, la de San Vicente o San Vicenti, también desaparecida, como ahora veremos, pero que pervive en la memoria colectiva y en topónimos como La Faza San Vicenti, La Pumará San Vicenti o Los Praos de San Vicenti, "paraje que se encuentra al sur del antiguo camino real a Infiesto, a través de los concejo de Nava y Cabranes",sigue diciendo Friera:
"Pero el nombre no indica, necesariamente, que aquí se hubiera levantado una capilla en honor de San Vicente. Podría tratarse de una forma de aludir a que en ese paraje había fincas que pertenecían o habían pertenecido al monasterio benedictino de San Vicente, en Oviedo, de la misma manera que también por estos lugares había fincas llamadas de San Salvador porque pertenecían al obispado o a la catedral de Oviedo "iglesia mayor" -dicen los textos-." 

En el año 1849 se menciona al "monte de San Vicente", del que se sacó madera para costear la espadaña y el pórtico de la iglesia de Narzana y, casi tres décadas antes, en 1821, se hizo un inventario de bienes, se hizo un inventario de bienes del monasterio de San Vicente en Sariegu, pero estos no figuraban aquí sin en otros lugares de Sariegu, como Pedrosa (parroquia de Santiago) y Narzana



Sin embargo, continúa Florencio Friera, "he escuchado a gentes de San Román y de Verdera que, al Sur de "El Corralón" (parroquia de Cuenya, en Nava) se encontraba la capilla de San Vicente", informándonos además que los autores de la carta arqueológica de Sariego la incluyen en ella porque, aunque no hallaron restos visibles "algunos vecinos hablan de "restos de piedra labrada" y de que en este lugar hubo monjes."


Dicha capilla tiene además un cantar popular en el que se menciona a unas monjas, "Monxiquines de Llobós, van a misa ente la ermita, y van llavar los paños al Ríu la Escolgaíza", las monjas habrían de ser un núcleo dependiente del convento ovetense de San Pelayo, que obtuvo en Sariegu propiedades que antes fueron del de Santa María de Villamayor y luego del de San Bartolomé de Nava. Llobós el arroyo que pasa por San Román y El Ríu la Escolgaíza es el que nace al otro lado de La Portellona, ya en términos navetos, luego llamado La Riega la Canal, que das sus aguas al Ríu Bustiellu, afluente del Piloña, tras recorrer Verdera y buena parte de la vecina parroquia naveta de Cuenya



Es más, una tradición local asegura que la construcción de la cercana iglesia de Nuestra Señora del Remediu, en Nava, "donde había devoción a una virgen "milagrera", cuya fiesta se celebra el 15 de agosto", está relacionada con la compra de una "iglesia conventual" en Sariegu a principios del siglo XVII, la cual podría ser esta de San Vicente, o la de San Miguel, en el también saregano pueblo de Ñora


Otro documento muy importante que avala la existencia de la capilla es el que en 1622 plasma las propiedades de Valdediós en Sariegu, donde se encuentran referencias como la de una "tierra de un quarto de día de bueyes sobre la Losa de San Vicente de Verdera", que no avala la existencia del santuario, si bien luego, al referirse a los bienes del convento de San Vicente en Vava se hace mención a una "iglesia de San Bicente" en este lugar, por lo que concluye Friera:
"Las fuentes toponímicas, la tradición oral transmitida de generación en generación, y el texto anteriormente transcrito permiten asegurar que hubo una capilla de San Vicente, ubicada en la parte alta de los prados de San Vicenti, a corta distancia del camino real de San Román a Verdera, al sur de El Corralón. Es posible que esa capilla fuera fundada en la alta Edad Media por la acción del monasterio benedictino de San Vicente, en Oviedo, con intereses en esta zona según hemos señalado. En ella se celebraría, el 22 de enero, la fiesta de San Vicente, diácono de Zaragoza que sufrió el martirio en Valencia y alcanzó renombre desde el año 304. San Agustín dice de él: "no hay provincia que no celebre su fiesta". Esta ermita contribuiría a la cristianización del espacio que formaron las parroquias de San Andrés de Cuenya en Nava y de San Román de Sariego."

Más allá de La Portellona y Los Corralones El Monte Aliñu (550 m) en Cabranes, plantado de pinos y ocalitos, parroquias cabraniegas de Pandenes y Fresnéu, del que se dice aquel otro refrán meteorológico que dice "Cuando Aliñu pon la capa" (nubes) "ponte la tuya y escapa", porque va a llover


Los Picos de Europa dominan el paisaje en la lejanía, al este


A la izquierda de la foto, El Camín Rial o Camín de Verdera en la cuesta de la Casa la Mariñana y L'Arquera que sube a La Portellona desde la Carretera L'Enguilu por La Pumará Riba y desde La Figarona y La Pumará Baxo por El Camblor


El Cuetu, La Figarona, El Camblor y las casas de la Carretera L'Enguilu. Entre El Camblor, Les Escatines y El Cotín se encuentra El Camperu, plantación de frutales junto al Camín Rial. Ahí está también El Prau les Fuentes, donde nacen los manantiales de Les Fuentines


Encima de El Camblor y El Camblor de Baxo, El Caleru y El Cenguilu, faldas al oeste de El Perón en las que al bosque autóctono alterna con algunas plantaciones de ocalitos, estas es posible que sobre antiguos pastizales


En la divisoria con Nava, El Campu L'Istante, por esa zona están asimismo El Cuetu la Rosa, La Llosa y El Perru


Y en San Román, Cortinielles, casas que forman una calle entre El Camblor y La Bolera


Arriba, en L'Altu'l Perón, se cruzan los caminos de L'Argayá y El Monte, donde está la casería del llamativo nombre de La Paradiella, sobre La Riega Trescantil, que hace de frontera con Nava


Más abajo, en una pequeña loma entre La Vega San Román y San Román, El Pedrín con Los Pedrinos y El Pedrinucu, cerca de L'Ablanu


En el Apeo de los bienes que tenía el monasterio de Valdediós en Sariego, del año 1683, se fijan los límites de esta parroquia de San Román en torno a todos estos montes:
"Y dicha feligresía se deuide en la hermita de Santa Marina en donde está un finso y de allí al finso de La Canpa y la peña de la Bardia y a Ballobero y Las Cruçes y baja a Gudín y por la Questa de Pedrosa a la fuente de la Platería que está en el camino que va a La Madalena por el lugar de Pedrosa y al cueto de Tomás García y a la coroña de Gran y a la riega de Riescamares y a cuesta del Ongilo y al castañedo de Grandameana y al molinos de Viobes y por la riega al calbario de La Cruz y a la riega de Las Sebes y al río de Berder y por el río de Berdera y por el río arriua a la regata de San Biçente más acá de la canal y al cuesto de Las Azalas que debide el concejo de Cabranes y Villaviçiosa y Sariego y de allí al finso de Santa Marina de donde comenzó en donde se devide el coto de Baldediós y por estos finso se debide dicha fellegresía."

Tras estas bellas estampas de la parroquia de San Román continuamos bajando por La Caleyona o El Camín Rial


Según avanzamos tendremos nuevas perspectivas del valle, ahora hacia el oeste, dirección en la que caminamos nosotros


Más allá de la carretera, vemos la parte de la vega del Ñora donde hacen frontera las parroquias de San Román y Santiago de Sariegu, por Bayumolín, Zorrín, La Fazona. La Tierra la Mesa, y Solamalena ('bajo La Madalena, solar de la antigua capilla de esta advocación), al sur del pueblo de Figares, sito al otro lado de la curva y al que nos dirigimos


En medio del valle vemos el cruce entre El Camín de Figares con El Camín Rial del valle (SR-1) y El Camín de El Rebollal o El Rebollar. Destaca en medio el criadero de caballos de la Yeguada Finca Maeza, inaugurada en diciembre de 2018. De esta manera daba la noticia El campo de Asturias:
"El pasado 6 de diciembre se inauguraban oficialmente con un día de puertas abiertas las instalaciones de la Yeguada Finca Maeza en Sariego. El acto fue un previo al Concurso Territorial de Salto que allí se desarrolló ese mismo fin de semana, un concurso navideño coincidiendo con San Nicolás haciendo un guiño a los años en los que sus propietarios vivieron en Centroeuropa. “El proyecto nació hace nueve años, nuestra hija Cristina es amazona y de ahí nuestra afición por el caballo de deporte español y la cría. Realmente pensamos en algo más pequeño, pero como hubo demoras por razones varias, ahora contamos con unas modernas instalaciones en una finca de 13 hectáreas”, explica Cruz Maestre, su propietaria.
El primer paso fue elegir ubicación y Sariego reunía las condiciones, siendo un concejo “llano y muy ganadero”, para ir adquiriendo algunas fincas y poner la semilla de su proyecto. Lo que comenzó como un hobby se convirtió en una pasión y Yeguada Finca Maeza cría caballos de deporte español con orígenes europeos destinados especialmente al salto. “Tenemos 48 animales, algunos criados por nosotros y tres jinetes que se encargan de ponerlos en competición. En el mercado se venden según las calidades y cualidades de los equinos. Para tener buenos caballos hay que criar, para tener criterios en la elección de madres y sementales, no es un tema fácil, si no criaría todo el mundo y lo haría bien, no es así. Y tiene ese lado romántico de la ilusión, el día que tengas un caballo bueno lo vas a disfrutar”, afirma Maestre. “También queremos que en nuestra región haya más competición. Vamos a coincidir con la recuperación del Club Hípico Astur, lo que es positivo porque cuanta más actividad, más riqueza se crea en la región”, puntualiza. Yeguada Finca Maeza tiene 21 trabajadores y crea también puestos de trabajo indirectos (veterinarios, herrador, fisioterapeutas, mantenimiento…). 
Tras el éxito del territorial San Nicolás, su idea es que en verano puedan estrenar la pista con un nacional “si nadie nos lo impide”, incide Maeza. 
Instalaciones 
El edificio principal es de uso social y alberga las oficinas y las aulas, donde ya se han impartido cursos de formación, el primero de ellos de jefe de pista y diseñador de recorridos bajo la dirección de Avelino Rodríguez Miravalles, jefe de pista del Concurso Internacional de Las Mestas. 
En un centro hípico lo más importante son las pistas, y Yeguada Finca Maeza tiene una exterior de 50 por 100 metros y el picadero interior muy luminoso de 31 por 86 metros. “No mide 90 porque quisimos salvar de la corta un roble. Ambas tienen un sistema de riego de flujo-reflujo que mantiene estable el grado de humedad de las pistas”, puntualiza Cruz Maestre. El sistema de aleros para evitar la lluvia al salir de cuadras para ir al picadero ha sido fruto “de todo lo que nos hemos mojado en estos años teniendo en cuenta que en Asturias llueva bastante”, relata Cruz. 
Algunas otras joyas de la corona en estas instalaciones ecuestres son el caminador para ocho caballos, amplios boxes paridera en la zona de cría de 36 metros cuadrados así como los boxes de yeguas de cría tienen 18 metros cuadrados, un box con zona de vigilancia o sala de aqua training con un caminador en seco y otro de agua salada, único en Asturias. “Decidimos implantarlo porque una de nuestras potras tuvo un accidente y rompió un hombro, no teniendo ningún lugar en la región para llevarla a rehabilitación. Lo usamos como rehabilitación y como puesta en forma de nuestros caballos y en un futuro quizá se pueda abrir a otras personas con un animal lesionado que les pueda interesar, es muy novedoso”, explica Maestre. 
La primera vez que los potros salen con sus madres a paddock, cuentan con uno vallado con madera sin pastor eléctrico. En ocasiones siguientes disponen de otro paddock con pastor de poca intensidad para que vayan aprendiendo a respetar los cierres y cuando crecen pasan a paddocks más amplios con pastor. Cercano a los paddocks discurre por la finca un pequeño riachuelo. Otra importante zona es la de las cuadras o naves de deporte, Yeguada Finca Maeza dispone de cuatro, una de ellas con salida directa al picadero donde se alojan los caballos de deporte con los que compite Fidel Dávila, su primer jinete. Todas disponen de 11 boxes, secador por infrarrojos y guarnés. Otra zona de la finca está habilitada como almacén de piensos y forrajes así como aparcamiento. 
En este proyecto además de la fuerte inversión económica del matrimonio formado por Cruz Maestre y Thomas Bares, se ha puesto mucha ilusión, la misma con la que nos hablaron de cada uno de sus caballos en la visita guiada que daba a conocer sus instalaciones, en especial de Altauer, primer animal criado por Yeguada Finca Maeza."

Ahí estuvo La Casería Granda y actualmente el Llagar de Valberán, con sus pumaradas, especializado en sidra de hielo y, a su derecha, el edificio de Moncisa Formación y Control, los dos en El Camín del Rebollal


En Qué es la sidra de hielo y dónde se produce la mejor del mundo, Ana Mellado publica en El Debate, a fecha 2-10-2023 un reportaje sobre esta producción:
"En Sariego, en el corazón de la comarca de la sidra de Asturias, sobresale la belleza de un llagar, donde los verdes del paisaje se funden con los colores de las pomaradas perfectamente alineadas. Más de 20.000 manzanos se cuidan con mimo y máximo esmero en Valverán, propiedad de la familia Masaveu. Al frente de este sueño personal, convertido en proyecto de éxito, se encuentra José Masaveu, pionero en la creación de sidras de hielo en la península ibérica. 
¿Por qué se llama al hielo? Esta bebida se consigue tras un complejo proceso de congelación a 20 grados bajo cero, una posterior fermentación durante 10 meses y una crianza sobre lías finas de 12 meses. 
Para elaborar cada botella de 37,5 cl., se requieren como mínimo, 20 manzanas. Tras la recogida de las manzanas autóctonas asturianas, escogidas de forma manual, se lavan y examinan lavadas una a una. Después, se trituran y se prensan, y el mosto obtenido se decanta en depósitos de acero inoxidable mediante aplicación de frío. 
José Masaveu invirtió casi diez años de investigación, realizando ensayos, hasta dar con la fórmula perfecta. «Esto es como la receta secreta de la Coca Cola», bromea. 
La buena acogida que ha tenido entre el consumidor les ha llevado a incrementar su producción un 36% en la añada 2022, que saldrá al mercado en marzo de 2024. El reconocimiento entre los consumidores, con el consiguiente incremento de producción, ha sido paralelo al éxito cosechado en varios concursos internacionales. World Cider Awards les ha elegido como la Mejor Sidra Especial de varios países como Canadá, Reino Unido, Francia, Inglaterra o Irlanda. Se trata de la única sidra de España que ha ganado un Oro. 
La familia Masaveu comienza a invertir en el sector vitivinícola en el año 1974, cuando adquiere Bodegas Murua en Rioja Alavesa, pero las plantaciones de viñedo de la familia datan de mediados del siglo XIX, concretamente en Castellar del Vallés de donde es originario Federico Masaveu Rivell. Él inició los pasos que un siglo más tarde continuarían sus descendientes, desde Asturias, donde acabó asentándose la familia y donde fraguaron un grupo de empresas en diferentes sectores y negocios. 
Masaveu Bodegas ha ido creciendo hasta convertirse en un referente, por la calidad en la elaboración de sus vinos en diferentes DO´s y por la filosofía medio ambiental que demuestran y el máximo respeto a la tierra, en las que posee sus propias plantaciones de viñedos, gracias a las cuales logran transmitir, en cada botella, la personalidad única de cada terroir. De esta forma, se unen en un denominador común todos y cada uno de los proyectos que embarca Masaveu Bodegas en diferentes regiones: Fillaboa (DO Rías Baixas), Leda (Vino de la Tierra de Castilla y León), Murua (DOCa Rioja), Pagos de Araiz (DO Navarra) y Valverán (Asturias)."

El Ríu Ñora cruza La Vega y discurre más atrás de El Rebollal, bajo la parte más occidental del monte L'Enguilu. Florencio Friera Suárez, en otro de sus libros, Sariego, de la serie Asturias concejo a concejo del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA), dice así:
"Entre los árboles frutales (peral, nozal, ablanos, en los textos antiguos) destacaba el manzano que forma plantaciones o pumaradas. Sariego cuenta, hoy (año 2007) con la mayor de Asturias en El Rebollar que tiene una extensión superior a 50 Ha., y otras más reducidas como al N. de San Román o en las otras dos parroquias."

Llanura de La Felguera y casería de El Llendón o El Llindón, al sur de Figares y en la frontera de Santiago y San Román, junto al Camín Rial los prados salpicados de arboledas son la característica paisajística predominante en el paisaje del valle:
"... lo que destaca de Sariego es el predominio de la superficie destinada preferentemente a prado en las zonas llanas y a pasto en las del monte -"a guadaña" y "a diente", como se decía antes-; hay una gran variedad de especies en las praderías naturales, predominando las gramíneas (dactylis glomerata, festucas, poas...) sobre las leguminosas /trifolium, lotus...)."

La especialización del agro astur, como el de gran parte del norte-noroeste, en la producción ganadera para el suministro de lácteos y carne a los crecientes núcleos y el final de las caserías de autoconsumo familiar, pusieron término por ejemplo al cultivo de cereales para hacer el pan en casa:
"Antiguamente, había mucha superficie destinada a labores agrícolas para la producción de cereales (trigo, escanda, centeno, etc., que lentamente fueron desplazados por el maíz a partir del siglo XVII, asociado a les fabes), hasta el punto que son frecuentes los documentos donde la tierra de labor se calcula en días de bueyes, e , incluso "linazas de sembradura", cuando estaban destinadas a recoger lino, en tanto que las praderas eran medidas por los carros de hierba que producían (tapín de dar tantos carros de yerba). Muchas de esas tierras se transformaron en praderas artificiales, o se dedicaron al maíz híbrido para forraje, o fueron abandonadas y sustituidas en las zonas más altas por el matorral.

Pueden encontrarse árboles dentro de los prados, aparte los bosques, al ser muy apreciados por su madera además de sus frutos, como los castaños".

En El Camín Rial que baja de La Campa, que se unirá en Pedrosa, pasado figares, con el del valle, el bosque forma aquí un magnífico túnel vegetal mientras el Camino tiende a ensancharse, cubierto de grijo o zahorra, piedrecillas sueltas, al acercarnos a la carretera


La hojarasca, las hojas sueltas, se amontonan sobre todo en las veredas


La Caleyona sigue bajando en las inmediaciones del paraje de Camontán, prados y bosques en esta falda de La Llomba


Los pastores eléctricos sustituyen aquí a las alambradas, separando, junto con los arbustos, el Camino de las fincas de la izquierda, que caen a la carretera, a la que enseguida vamos a salir nosotros


La carretera cada vez más cerca y, de nuevo, un hermoso panorama de La Vega San Román, con Acéu y El Monte'l Castillo al fondo y, a su izquierda, El Perón


El Monte'l Castillo y Acéu en sus laderas; más abajo la cuesta La Guaría y los cipreses cerrando una finca en El Camín Colaiglesia y, a la izquierda, El Palaciu


Gran vista de La Vega San Román, casi al completo, con La Portellona a lo lejos y La Parea Fariu a la izquierda


Llegando a Figares pronto nos familiarizaremos con otros paisajes, parecidos pero más al oeste, los de la parroquia de Santiago de Sariegu, que ocupa la zona central del concejo


De pronto en el Camino ¡un caballo blanco!, ¡como el de Santiago!


Mueve la cabeza para vernos pasar



Su abrevadero, la clásica bañera...


Y aquí, por Camontán, salimos a la carretera, por la que seguiremos unos metros hasta llegar a Figares, el último de los pueblos de la parroquia de San Román en el Camino de Santiago, por donde bajaremos a Pedrosa, ya en Santiago de Sariegu, pasando por los legendarios lugares de La Madalena y El Camín de la Platería





























































No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu visita y contribuir con tu comentario... Únete a la Página Oficial en Facebook para descubrir nuevos contenidos....Ultreia!