Valdediós: el monasterio (abajo derecha) y La Campa (arriba izquierda) y montes de La Llomba |
Luego de visitar, o incluso pernoctar, pues hay hospedería y albergue de peregrinos, en el histórico monasterio de Valdediós, al sur de Villaviciosa, los peregrinos que van a romería a Santiago por el Camino Norte que han escogido la opción de tomar la senda a la catedral ovetense del Salvador, se disponen a subir la pronunciada cuesta de La Campa o Altu la Campa para, al otro lado de La Llomba, la alargada loma que separa villaviciosa de Sariegu, por donde bajarán al valle del Nora, pasillo natural abierto hacia la capital asturiana
Vallinaoscura (abajo), en la cabecera del valle y subida a La Campa |
Pero antes de esta cuesta, que se acomete por las aldeas de Vallinaoscura y Villarrica, aún han de llegar al final de este antiguo valle de Boides, como se le conocía en la alta Edad Media, que con la llegada de los monjes cistercienses pasó a ser Valdediós, el valle de Dios, como les gustaba rebautizar el lugar de sus fundaciones, 'apartadas del mundanal ruido', como mandaban sus preceptos
Valdediós: el Camino pasa detrás del monasterio, de derecha a izquierda |
Ese camino se toma, saliendo del monasterio, siguiendo el camino que sale a la izquierda y bordea por el oeste las fincas monacales en dirección sur por el lugar de Les Pedreres, donde está la antigua escuela
Al salir del monasterio y enfilar el camino de la escuela o de Les Pedreres, en una encrucijada, nos encontramos con La Cruz de Valdediós, un crucero de piedra de brazos cilíndricos sobre escalones y altar. El investigador y erudito José Manuel Cabeza, en su libro Noreña en el Camino de Santiago de Pola de Siero a Oviedo, nos dice que aquí se pagaban los millones, que eran un impuesto indirecto sobre los productos de alimentación instaurado por Felipe II y aprobado por las cortes de Castilla en 1590. Y así, citando a la historiadora del Arte María Pilar García Cuetos, leemos que antes se encontraba frente al pórtico del monasterio:
"El peregrino continúa su romería hacia Oviedo, desde el crucero que ahora figura frente a la entrada del recinto del monacal: «1689.-Pago de los millones junto al crucero del pórtico del Monasterio."
El impuesto, dice la Wikipedia, "Se aplicaba sobre el consumo de las seis especias: vino, vinagre, aceite, carne, jabón y velas de sebo, se renovaba de seis en seis años" y, en cuanto a la Cruz de Valdediós, los también historiadores Pablo Abella Villar y Barbés García nos cuentan que data del año 1566, siendo abad de Valdediós don Pedro de Matallana y que el altar era el mayor del antiguo monasterio:
«Dicho crucero data del año 1566, siendo Abad de Valdediós don Pedro de Matallana. Tipológicamente se trata de una Cruz construida sobre una escalinata de tres escalones y compuesta por un pedestal cajeado en sus cuatro caras, sobre el que se eleva un fuste liso actualmente fragmentado y que en su día fue monolítico, que remata en un cubo cajeado, con una fecha en dos de sus caras y del que arrancan los brazos y el remate de la misma, todos sellos decorados con esferas en sus extremos.
Actualmente se encuentra adosado al Crucero un ara-altar para la celebración del Corpus Cristi, cuya mesa, según documentación oral de José Andrés Vidal, párroco de Puelles, correspondía al primitivo altar mayor del templo de Santa María de Valdediós».
A nuestra izquierda asoma, sobre el muro que cierra este conjunto monumental, El Conventín o iglesia de San Salvador, el más antiguo de los edificios, consagrado en el año 893, joya del Arte Asturiano prerrománico, al que le dedicamos la segunda entrada de blog
Justo más atrás, al pie de Llaneces, otro de los lugares de esta parroquia villaviciosina de Pueyes que fue del antiguo coto monástico, pasa El Ríu Asta, que es como se conoce al Valdediós aquí en su curso alto, un hidrónimo emparentado con astur y Asturias para el que se ofrecen variadas etimologías
Aquí, estos edificios de la cuesta, corresponden a las construcciones monásticas realizadas entre los siglos XVI y XVIII en el monasterio de Santa María, El Conventón, fundado en 1200, más de tres siglos después de la consagración de El Conventín, cuya iglesia, que veremos un poco más adelante y a la que le dedicamos la tercera entrada de blog, viene a ser lo único que se conserva de su fábrica románica (construida entre 1218 y 1225-26), arrasado lo demás, incluido el claustro antiguo, por la gran riada y desbordamiento del río en 1522
Un viejo muro rodea toda la gran finca del monasterio, esto eran sus tierras inmediatas trabajadas por personal al servicio del cenobio, luego los frailes tenían su coto, que vendría a coincidir con la actual parroquia de Pueyes y algo más y sus tierras que arrendaban en condiciones muy ventajosas para ellos, que en el entorno más inmediato abarcaban buena parte de Villaviciosa y Sariegu
Las relaciones con Villaviciosa desde la fundación de la pola o puebla de Maliayo en 1270, menos de medio siglo después de terminada la construcción de Santa María, siempre fueron tirantes hasta la misma desamortización que suprimió el monasterio en 1835 y, en cuanto a Sariegu, en 1413 sus vecinos llevaron a cabo incluso una rebelión armada contra la férrea administración de los cistercienses que, mismamente en 1272 habían desbaratado la concesión de la misma carta puebla para Sariegu
Las escuelas de Pueyes se construyeron aquí en Valdediós y no en el centro de la parroquia, auspiciadas sin duda por la fundación en el cenobio de un seminario en 1862 al que luego se le añadió un colegio de segunda enseñanza. Dicho seminario se fundó con el cenobio ya desamortizado hacía casi une treintena, un fallido intento de subasta en 1843 y la muerte del último de los tres frailes del Císter más irreductibles que se quedaron pese a todo, recuperando su propiedad el arzobispado. El seminario funcionó hasta 1951 y sus antiguos alumnos se agrupan en la Hermandad de Valdediós, fundada en 1958
Las escuelas, donde están también las antiguas casas de los maestros que ahora son vivienda particular, fueron restauradas en 2024 para la actividad de las asociaciones vecinales, anteriormente fueron sede de la Escuela Taller Valdediós, que restauró el monasterio y abordó otras tareas relacionadas en el entorno a partir de su fundación en 1986
Las escuelas, donde están también las antiguas casas de los maestros que ahora son vivienda particular, fueron restauradas en 2024 para la actividad de las asociaciones vecinales, anteriormente fueron sede de la Escuela Taller Valdediós, que restauró el monasterio y abordó otras tareas relacionadas en el entorno a partir de su fundación en 1986
En 1928, en el libro Villaviciosa y su progreso de Víctor Vallín Martínez y Gerardo Fernández Moreno se cuenta de esta escuela rural, en la que dejó de darse clase a partir de las concentraciones escolares de la década de 1970:
"Cuenta con una Escuela nacional mixta con una asistencia de 75 alumnos, a cuyo frente se halla la ilustrada Maestra doña María Díaz"
Enfrente de la escuela, una bifurcación, a la derecha se va a La Viña, barrio de Pueyes cuyo nombre rememora los antiguos viñedos vinculados al monasterio; nosotros tomamos a la izquierda el camino a Santi, Vallinaoscura y Villarrica
Las flechas amarillas nos confirman en cada cruce la ruta a seguir
Desde el cruce, el Camino va a ser muy llano un buen trecho, recorriendo todo el muro occidental de las tierras del cenobio
Y desde el muro, según avanzamos, veremos alguna de las dependencias monásticas. Todos son edificios construidos entre los siglos XVI, XVII y XVIII a excepción de la iglesia, que vemos al fondo
De todas maneras la iglesia también ha tenido muchos añadidos tras la gran crecida del río en 1522 que, aunque no la destruyó como a los demás edificios, sí la dejó muy afectada. El desastre sirvió también para adaptar y renovar las estancias del cenobio
La gran espadaña del campanario es románica, sin embargo se le añadió en el siglo XVIII un hueco más, arriba, más pequeño, para una tercer campana. Los cistercienses, caracterizados por su sobriedad frente a los cluniacenses, aunque los dos ramas benedictinas, no gustaban de las torres de campanas, pues las consideraban ostentosas y superfluas
A la derecha, de la iglesia, a partir de su muro sur, se construyó un claustro con parte renacentista en dos fases, mediados del siglo XVI en la primera planta y paso de los siglos XVI y a XVII en la segundo, más una tercera fase clasicista avanzando el siglo XVIII en una planta más superior, al que dedicábamos la cuarta entrega dedicada a Valdediós. Estos edificios de enfrente a la izquierda, los más próximos a la iglesia, cierran dicho claustro
Más a la derecha se construyó no un claustro sino un gran patio de servicio, cerrado por estos otros edificios en la parte más meridional del cenobio
En 1687 se construyeron, a la vez que el pórtico, los dos cuerpos meridionales de la hospedería, cuya parte externa vemos desde aquí a la izquierda. En la segunda mitad del siglo XVIII se remataron la hospedería y el archivo del monasterio, mientras que en 1776-1777 era culminada la obra del piso superior del claustro, que es posible hubiese empezado en 1760
Antes de la construcción de celdas individuales el dormitorio era compartido y comunitario. Las reformas y ampliaciones habían de contemplar todos los cambios y preceptos litúrgico-constructivos de los cenobios del Císter, sujetos a muy estrictas reglas
En el primer piso en torno al claustro había como dos partes diferenciadas, una para los monjes estrictamente, como el armarium o biblioteca, la sala capitular o de reuniones, el refectorium o comedor, etc., y otra para el personal de servicio y mantenimiento, los conversos, que tenían sus propias dependencias; había asimismo cocinas, almacenes, caballerizas, el cellero del grano, etc.
Afuera, aunque habría jardín, también existirían huertas y en los montes cercanos ganado propio del monasterio, parte del cual fue prendado por los vecinos de Sariegu sublevados en 1413
Más arriba, por El Monte Lloses y La Campa Arbazal sube el Camín Real, que parece ser fue el principal en tiempos pasados, hasta el punto en que los cistercienses fundaron su hospedaje ahí arriba, en el pueblo de Arbazal, también en la parroquia de Pueyes, el famoso Mesón Cisterciense, que se conserva bastante intacto, siendo ahora una casa particular
Un poco más abajo y por esta misma ladera va la Carretera la Campa, actualmente AS-267 y AS-380. Su construcción primeriza como carretera de Villaviciosa a La Pola Siero a mediados del siglo XIX hizo caer en desuso el Camín Real como ruta principal de comunicación entre la costa y el interior en este sector
En nuestros días y aunque es también Camino de Santiago oficial pocos son los peregrinos que van por Arbazal, camino del que nos hemos separado en Castiellu Ambás y con el que nos reencontraremos en La Campa, al entrar en Sariegu. La atracción y máximo interés e importancia del conjunto monumental, visitable, que cuenta además con albergue de peregrinos y hospedería es absoluta, eso sí, quien sube por allí no entra en Valdediós pero tiene una magnífica vista del conjunto a vista de pájaro
En principio los peregrinos de antaño también iban por Arbazal si bien esto se discute, se trata de un camino más apto para caballerías, entre ellas las grandes recuas de los arrieros (los transportistas de antaño), ganado de los trashumantes (había mucho entre los pastos de la costa en invierno y los de la montaña en verano) y numerosas gentes y viajeros en general dado que sube (o baja) más prolongada pero suavemente que la abrupta cuesta que nos aguarda a nosotros
El ascetismo de los cistercienses tal vez no sea muy dado al recibimiento de huéspedes romeros en su cenobio aunque sí en los mesones creados al paso de los cercanos caminos principales de la antigüedad. Otros autores sin embargo se decantan porque los peregrinos a pie si se decantarían más por este camino del valle, acogidos al monasterio y/como como manera de avanzar más rápido por más terreno llano
En nuestros días, los servicios de la hospedería y albergue de peregrinos habilitados en estas dependencias en torno a la iglesia forman una plaza al otro lado, donde están sus accesos. Su funcionamiento depende de factores como si el monasterio está o no habitado
Edificios auxiliares del monasterio, algunos relativamente modernos. La creación del seminario necesitó también mucha mano de obra para su servicio y mantenimiento trabajando en Valdediós mucha vecindad de Pueyes y otras parroquias cercanas
Este camino del valle, como podemos comprobar a simple vista, es muy directo y muy llano, aunque al final toque subir de golpe todo lo que no se subió de manera más ligera. Esto en principio sería más factible hacerlo por peregrinos andarines que por otro tipo de viajeros y transeúntes
Aunque está casi en lo alto de una loma, no llegamos a ver el pueblo de Arbazal desde aquí, pero sí los prados de L'Alvarina y La Casa'l Monte, por donde va el otro Camino, que lo comunica con La Campa, el Camín Real o Camín Rial
El muro de la finca del monasterio se alarga durante unos cientos de metros según avanzamos hacia la cabecera del valle, "escondido y umbroso", como dice el historiador Luis Antonio Alías en su libro El Camino de Santiago en Asturias. Itinerarios, añadiendo que "se convirtió en sagrado cuando aún la historia era prehistoria, en regio cuando Alfonso III refugió en él la amargura de su destronamiento, en místico cuando Alfonso X lo cedió al Císter"
"El paisaje de los días anteriores va a mudar considerablemente: la costa y la ría van quedando atrás, y la montaña vuelve con cierto rigor para coronar el alto de la Campa, de tan solo 400 m de altura", dice por su parte el también historiador y gran divulgador de los caminos jacobitas Antón Pombo en su Guía del Camino de Santiago. Camino Norte
El Camino avanza aquí muy llano y recto junto al muro de piedra, el cual cierra La Vega, que, como su nombre indica, es la vega del Ríu Asta o Valdediós. A la derecha se hacen evidentes los desmontes del terreno colindante para ensanchar el espacio existente y permitir el paso de vehículos
No es habitual el paso de coches salvo el de algún vecino de las últimas aldeas de este valle en el extremo meridional de la parroquia de Pueyes por lo que, aunque pisamos asfalto, esto se ve compensado por la belleza de estos parajes y el cómodo paseo que es aquí el Camino, que se adentra ahora en unas arboledas
Castaños, robles, laureles, fresnos y otras especies imperan en estas cercanías de la vega del Ríu Valdediós
Monte arriba gran parte de las laderas del Monte Lloses están plantadas de eucaliptos u ocalitos para las fábricas de celulosa
Ahora el Camino, aún al lado del muro, hace un poco de curva a la izquierda en las inmediaciones del lugar de Santi, situado unos pocos metros más allá
Rubio Camín nació en Gijón/Xixón en 1928, estudiando en el Colegio Corazón de María e iniciando su carrera artística como pintor en los años 50, ganando diversos galardones, pasando luego a su trabajo más reconocido, el de la escultura, también notablemente premiado
Establecido en Valdediós llegaría a ser nombrado académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1991. Falleció a finales del año 2007 a los 78 años. El peregrino honra aquí su memoria si bien es posible que su casa ni la veamos, oculta por la espesura. Esta es la biografía del artista en Wikipedia:
"Joaquín Rubio Camín (Gijón, 11 de septiembre de 1929-28 de diciembre de 2007) fue un escultor, pintor, diseñador y fotógrafo español.
Tras estudiar en el Corazón de María, inició su carrera artística como pintor en los años cincuenta, obteniendo el Segundo Premio del I Concurso Turner de Primavera de Madrid en 1952 y el Premio Nacional de Pintura en el Concurso Nacional de la Dirección General de Bellas Artes en 1955. Más tarde, a partir de los años sesenta, se volcó en la que sería su actividad más reconocida, la escultura, recibiendo, en 1962, el Gran Premio de Escultura del Primer Certamen Nacional de Artes Plásticas. En 2001 fue galardonado con la Medalla de Plata del Principado de Asturias. También se dedicó a la fotografía, y fue miembro del grupo La Palangana, junto a fotógrafos como Leonardo Cantero, Francisco Ontañón, Ramón Masats y Gabriel Cualladó. En Gijón, frecuentó la amistad del escritor Luciano Castañón. Desde el año 1975 estableció su residencia en Valdediós, Villaviciosa, donde trabajó hasta su muerte. Fue nombrado académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1991.
En Londres, conoció a Jorge Oteiza, de quien se declararía admirador y con quien compartió amistad. A finales de 2007 falleció en su ciudad natal, a los 78 años. Un año después, una iniciativa puesta en marcha por amigos y admiradores de Camín, a la que se sumó el diario gijonés El Comercio, consiguió que su figura fuese distinguida y honrada con una zona verde en Gijón, en concreto el área del Cervigón, parroquia de Somió, donde se encuentra una escultura del artista realizada con piezas rescatadas del barco hundido Castillo de Salas.
Joaquín Rubio Camín cuenta con una extensa obra, fundamentada en el uso del metal (hierro, bronce, acero...) y de maderas como el roble."
Esta panera le fue regalada en el invierno de 1973 al artista Joaquín Rubio Camín por su amigo el arquitecto villaviciosino José Ramón Miyar. Joaquín buscó de inmediato un lugar para ubicarla y, hallando un lugar para crear y concentrarse plenamente en su trabajo, llegó aquí a Valdediós, donde residiría el resto de su vida. El 25-5-2008, cinco meses después de su muerte, su viuda Carmen Díaz Cotera recordaba para el corresponsal de El Comercio muchas anécdotas aquí sucedidas, incluyendo la historia de esta panera:
"El viernes 30 de noviembre de 2007 fue un día normal. Él se levantó temprano para trabajar en el tablero y a las once de la mañana nos fuimos a Villaviciosa a comprar y a tomar un café con Miguel González y su esposa Pilarín, como hacíamos cada semana. Volvimos a Valdediós sobre las dos de la tarde, a la hora de comer y, tras la siesta, Joaquín trabajó durante bastante tiempo en varios dibujos. Fue su última creación. Al día siguiente se levantó con dolores en ambas piernas. Llamamos a su hija Mónica y salimos hacia el hospital sobre las diez de la mañana. No regresó».
Carmen Díaz Cotera, que compartió 34 intensos años de su vida con Joaquín Rubio Camín, recuerda así los últimos momentos pasados junto a su marido en la casa-estudio de Valdediós. Desde el fallecimiento del artista, ocurrido hace ahora cinco meses, su viuda nunca más volvió a habitar la vivienda que compartieron durante tantos años y sólo regresó en contadas ocasiones.
El 'santuario' permanece inalterado, como congelado en el tiempo. Cada cosa en su sitio. Parece que todo está preparado para que el autor aparezca en cualquier momento y reanude el trabajo pendiente. Carmen narra, durante una visita a la casa, la historia de Valdediós y sus vivencias junto al artista irrepetible."
En el apartado del Inicio, Carmen relata a Enrique Arenas que "todo empezó por una panera", es decir, esta panera:
«Todo empezó por una panera», recuerda Díaz Cotera, que conoció a Joaquín en el invierno de 1973, en Madrid.
El arquitecto villaviciosino José Ramón Miyar se la regaló al escultor y éste inició de inmediato la búsqueda de un lugar para su ubicación. Sabía que no podía ser frente el mar «porque entonces no se concentraría en su trabajo», ni junto a una carretera o en un lugar urbanizado. Una coincidencia lo llevó a Valdediós y allí se quedó para el resto de su vida.
Carmen, cántabra de nacimiento, conoció a Camín en Madrid, por una casualidad. «Yo trabajaba en 'Mr. Pibody', una tienda de música ubicada en la calle de Rodríguez Sampedro. Un día entró una persona que me pareció curiosa. Llevaba una chaqueta estilo Mao, que luego me dijo había diseñado él mismo, un bolso en la mano y una llamativa pajarita. Además, para rematarlo, cuando me habló con esa voz tan fantástica, me pidió un disco de Krzysztof Pendereki. Pensé que era un bicho raro y allí se inició todo. Empezamos a charlar de música y luego, otro día, volvió a la tienda y me invitó a ir un sábado a ver 'Sócrates', la obra teatral de Marsillach. Después de salir varias veces nos comprometimos porque estábamos muy seguros de lo que hacíamos. Nos casamos a nuestro aire y siempre celebramos el aniversario coincidiendo con el día en que fuimos por vez primera al teatro, el 13 de enero de 1973. Yo tenía 40 años y Joaquín, 44.
Para entrar en la finca de los Camín hay que atrevesar una portilla de madera de color azul y a la vivienda se llega por un camino que se interna en la frondosa vegetación. Castaños, abedules, pinos, eucaliptos, bambúes, limoneros y otras especies comparten espacio con esculturas de hierro, angulares y piezas de madera que se integran perfectamente en el paisaje.
«Él siempre tenía a Asturias en la cabeza y por eso dejó Madrid en cuanto pudo y regresó a su tierra», señala Carmen para explicar por qué se instalaron en el Principado.
Sobre la elección del valle de Villaviciosa para ubicar su casa-estudio, Carmen recuerda que «el sitio era para los dos, pero él lo buscó a su gusto porque, sobre todo, iba a ser un lugar de trabajo. Yo seguí viviendo en Madrid durante un tiempo y él iba y venía. Me contaba cómo había diseñado la casa y cómo estaba empezando la construcción. Aquello fue un milagro porque apenas teníamos dinero para afrontar los gastos. Los materiales y la mano de obra los pagó Miyar a cambio del diseño que Joaquín hizo para su estudio de La Coruña. Un buen día vine para quedarme. Me trajo en su 'Cuatro latas' y vi cómo era la finca, cómo era la panera y cómo estaban las obras de avanzadas. Lo primero que pensé fue que aquello no era para mí. Yo siempre había sido de asfalto y nunca me había llamado el campo. Empezamos a vivir allí cuando la casa estaba aún en obras y yo a los dos días ya era la persona más feliz del mundo. Nadie puede ni imaginarse las dificultades tan grandes que pasamos pero, sin embargo, éramos felices. La primera noche que nos quedamos fue un completo desastre porque llovió y nos mojamos sin remedio».
Pasando frente a la entrada, conocemos que para Rubio Camín era tan importante el bosque como la casa, fuente de inspiración y sosiego para tan gran genio:
"La casa está ubicada al final del largo camino. Toda la luz que entra en la vivienda es cenital y llega al interior a través de lucernarios ubicados en el techo. Tiene una sola puerta y nada más pasarla, a la derecha, está ubicada la cocina y una gran chimenea, así como el acceso a la habitación principal y al baño. Frente a la entrada hay un mueble antiguo sobre el que reposan una escultura de Jorge Oteiza con la inscripción «a Rubio Camín, mi querido y viejo amigo» y un torso de bronce que el escultor gijonés dedicó a su mujer. «Para Joaquín su trabajo y su profesión eran lo primero y lo más importante en la vida. Un día le pregunté si yo era su musa y me dijo que no. Era así de franco. Me enfadé un poco pero luego se me pasó», relata Carmen.
«Casi tan importante como su casa-estudio era su bosque, que él creo, así como el contacto diario con la naturaleza», dice también. «El exterior de la casa fue algo que cuidó mucho. No quería un jardín al uso. Era una finca pelada y allí fuimos plantando de todo y siempre plantas muy pequeñas. A él le gustaba ver crecer los árboles y distinguía perfectamente todas las especies. Tenía una gran afición por la botánica y por los pájaros. Una escena habitual era verlo observar las aves con unos prismáticos desde la puerta de la casa. Por la noche, hablaba con la curuxa. La primera vez que lo vi me quedé pasmada porque, además, el búho le contestaba. Valdediós era un sitio de trabajo y de naturaleza. Donde quería vivir y donde quería morir, como así fue».
El trabajo
En el interior de la vivienda, al lado de un pequeño salón con una mesa de madera en el centro se encuentra el tablero de arquitecto que Camín trajo de su estudio madrileño. De allí salió la mayor parte de su producción artística. En la pared, cuelgan obras de Aurelio Suárez, Barjola, Pelayo Ortega, Muela, Verónica Rubio, Orlando Pelayo, Alfonso Fraile, Elías Benavides y Reyes Díaz.
«Él no era metódico en su trabajo, pero tampoco anárquico», recuerda Carmen. «Se levantaba a las seis de la mañana y se ponía 'a funcionar'. En realidad él trabajaba a cualquier hora porque en ocasiones se acostaba pensando en algo y a las tres de la madrugada se levantaba para ponerlo en marcha. Hacía un apunte o varios y se volvía a acostar. Decía que trabajaba durmiendo. Por la noche se acostaba como un reloj, a las once. Después de comer dormía una siesta. La primera hora del día era la mejor para él. A las doce dormía un rato en lo que él llamaba la siesta del canónico. Tras la siesta de la tarde volvía al trabajo y sobre las ocho tocaba el piano. Si no, leía. Hacía muchas cosas y siempre decía que necesitaba cien vidas para hacer cien cosas distintas. Era un entusiasta de la vida»."
"Ahora, Carmen no es capaz de recordar momentos malos en Valdediós y sólo se acuerda de todo lo positivo que hubo en su convivencia con Camín, que fue mucho . «No tengo malos recuerdos de aquella época y está claro que tuvo que haberlos porque, como decía Joaquín, no sabíamos si podríamos comer al día siguiente. El mejor momento fue cuando llegamos a Valdediós y no soy capaz de acordarme de nada malo». Sí tiene en la memoria Carmen a los amigos que los visitaban. «Una vez que nos instalamos en Valdediós y que se supo que Camín vivía allí, nos visitaron todos sus amigos, desde Oteiza hasta Basterretxea, Paco Farreras, el poeta Ángel González o el arquitecto Lahorga», recuerda ahora. «Lo echo mucho de menos», reconoce Carmen. «Ten en cuenta que desde que nos encontramos en el año 1973 únicamente me dejó sola dos veces. En una ocasión cuando se fue a Muros con Carantoña para hacer el busto de Jovellanos y, en otra, cuando fue a Madrid, a la fundición, para hacer la aguadora de Mieres. El resto del tiempo estuvimos siempre juntos. Como dicen en mi pueblo, éramos como Bernabé y la ciega. Ahora la ausencia es tremenda»."
Pasada la casa de Joaquín Rubio Camín, el Camino sigue por otro trecho bien largo y recto
Llegando a Santi, nos encontramos primeramente con lo que parece una caseta de aperos a la entrada de estos prados bajo la aldea de La Viña
Luego, al acabarse el muro de las antiguas huertas del cenobio de Valdediós, empezamos a ver asomar una casa
Aquí pasamos sobre el Ríu Asta, apenas un arroyuelo la mayor parte del tiempo pero cuyas riadas llegaron a destruir el monasterio en 1522 y a inundarlo y afectarlo gravemente en 1691. De él dicen en la Enciclopedia del paisaje de Asturias:
"Es la parte alta del denominado río Valdediós. Nace de las fuentes de Vallinaoscura y Santi, en la parroquia de Puelles (Villaviciosa). Corre hacia el este hasta llegar al convento de Valdediós, donde toma el nombre del monasterio. Tiene una longitud de 1 km, aproximadamente, y en este trayecto riega la vega de Santi y se le une por su orilla izquierda la riega de Vallina, que baja de Lluaria. Su importancia deriva de la determinación de asentar en su orilla los conventos de San Salvador, El Conventín, y Santa María, fundaciones de Alfonso III y Alfonso IX, respectivamente, de los siglos IX y XIII. A pesar de su corto trayecto y escaso caudal, en ocasiones llega a inundar el convento de Santa María, hasta que en la reciente restauración del mismo se realizó un nuevo encauzamiento. Según José Manuel González, su nombre es un hidrónimo perteneciente a una lengua prerromana"
Una lengua prerromana que se debate tanto cuál podía ser como cual sería la etimología de esta su palabra que, como hemos dicho, es también la raíz de astur y Asturias. Además de José Manuel González, el gran investigador de la prehistoria y protohistoria asturianas, abunda en el tema el filólogo Xosé Lluis García Arias en Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos:
"Acerca del nombre de nuestro país, Asturias o Asturies, se han emitido diversas hipótesis interpretativas. Es lógico el interés que despierta un nombre cuyos remotos orígenes aparecen oscurecidos por la exigüidad de datos estrictamente fiables y objetivos. Muchos piensan en un origen preindoeuropeo, etrusco en opinión de Schulze y otros, basados en la expansión mediterránea de topónimos y antropónimos que parece que presentan algún tipo de parecido lingüístico con Asturias y en la posibilidad de fijar un cierto parentesco con algunas palabras pirenaicas o euskéricas. Desde Humboldt se piensa así y autores como Hubschmid admiten una formación explicable por esa lengua en un compuesto del tipo AITZ-URA ‘agua que brota entre rocas’, esto es, de asta ‘risco’ y ura ‘agua’, explicación que llevaría a entender Asturias como ‘tierra rica en torrentes de montaña’.
Sin embargo es cierto que se pueden encontrar explicaciones muy diferentes pues si nos fiamos del parentesco con el vascuence veríamos que hay otros términos que guardan un cierto parecido fónico en palabras como asto ‘asno’ o astorki ‘pipirigallo, esparceta’ o en determinados apellidos. Y si vamos a ver no falta nunca algún tipo de razón para la propuesta porque país de agua es Asturias, país de rocas es Asturias y no digamos nada de la patria que se enorgullece del famoso asturcón ‘el caballo del ás tur’, para poder sospechar que el nuestro podía ser el país de los asnos.
Pero no parece que vayan las cosas exactamente por ese camino ni tampoco por el de la simplificación. Hay quien piensa en dirección contraria, acaso con menos fundamento, que Asturias podría explicarse desde elementos indoeuropeos como AST(H) ‘duro’ o incluso con los emparentados con el latín ASTRUM o ASTUR ‘azor’ .
Se ha querido, igualmente, incidir modernamente en el origen céltico del topónimo dada la expansión de hidrónimos, posiblemente emparentados, diseminados por el sur de Gran Bretaña y por zonas de actual lengua alemana. Llama la atención la frecuencia de los hidrónimos de tipo Stura en el Piamonte italiano donde además pervive el nombre de la ciudad Asta.
Documentación antigua
Para hacer sugerencias etimológicas conviene apoyar los datos de que se disponga en la documentación antigua y medieval, pues así cobrará más verosimilitud la propuesta efectuada. En nuestro caso tomamos como punto de referencia ASTURES, ASTURIA, ASTURA, tres elementos que aparecen escritos en la época de la conquista romana y que hacen referencia, respectivamente, a un pueblo, al país que habita y a un río importante que riega sus tierras. No sabemos si Astures precede a Astura o viceversa pero en todo caso no cabe plantear duda acerca de su interrelación lingüística.
Empecemos nuestras observaciones por el nombre del río. Hasta ahora los más convincentes relacionan el ASTURA con el Esla (León) pues no hay objeciones serias ni desde el punto de vista histórico ni geográfico ni lingüístico3. Ello implica que la realización de la que debemos partir sería esdrújula, esto es ástura, al igual que pronunciarían, muy probablemente, ástures, aplicado a los primitivos habitantes de sus riberas. El nombre de ástures se extendía no sólo a los pobladores de la tierra llana o augustanos sino también a la gente del lado norte de la cordillera, esto es, los ástures transmontanos (cf. 197)4, similares a los sureños y que ocupaban un territorio casi igual al de la Asturias actual. Los ástures, al margen de las precisiones que puedan hacerse, habitaban desde el mar hasta el Duero en un amplio país de unos 20.000 kilómetros cuadrados, según Schulten, que se extendería por la mayor parte de las tierras del actual Principáu d’Asturies y por las provincias de León (desde el Cea a todo el occidente), zona norte-occidental de Zamora, franja norte-oriental de Portugal, tercio oriental de Ourense6 y borde oriental de Lugo en torno a la Serra do Caurel.
El nombre de los ástures, plural de ástur, es el responsable de que los romanos llamaran al principal núcleo sureño de su asentamiento y eje administrativo de su dominio, ASTURICA (augusta), “urbs magnifica” según Plinio (Nat. Hist. III, 28), de donde se originó por evolución popular el actual nombre de Astorga. Esto pone de manifiesto otro dato lingüístico más, que la u tónica tenía una cantidad breve pues sólo así se justica la /o/ moderna del citado topónimo.
También se documenta en la antigüedad lo que parece una formación efectuada sobre Ástura, esto es ASTURIA, el país de los ástures. En la Edad Media se escribe la expresión plural, “Asturias”, como una referencia no siempre étnica sino geográfico-política dada la importancia expansiva que cobra la primitiva Asturia y el reino que nace en su solar. Así se explican las denominaciones de las “Asturias de Oviedo”, “Asturias de Santiyana”9 en el occidente de la actual Cantabria, también las “Asturias de Transmiera” más al oriente. En nuestros días el nombre de Asturias o Asturies designa la tierra que conforma el Principáu d’Asturies (Principado de Asturias) que coincide en sus límites occidental y oriental con la circunscripción medieval que, explícitamente, sitúan los documentos “inter Oue et Deua”, esto es, entre los ríos Eo y Deva. Los confines sureños de Asturias fueron recortados por la geografía difícil pero, sobre todo, por los intereses de administraciones civiles y eclesiásticas cuya última conducta cesarista pudo observarse en la reducción de la diócesis de Uviéu a los límites actuales debido al concordato de 1954 entre el Estado español y el Vaticano.
Otra cuestión es saber si el macrotopónimo Asturias deriva por vía popular del documentado y antiguo ASTURIA o por vía culta. Nuestros razonamientos tienen este carácter: si la u tónica es breve, como acabamos de decir, ASTURIA(s) debería haber evolucionado a Astoria(s) y no a Asturia(s), en cuyo caso la expresión Asturias sería un cultismo y, por consiguiente, al margen de la antigua evolución popular.
Frente a esto podría oponerse, en sentido contrario, que Asturia(s) es un resultado esperable popularmente debido al comportamiento del sufijo -URIUM que se observa en la evolución histórica de nuestra lengua. En efecto, tal sufijo presenta evolutivamente una notable inseguridad como muestra el triple resultado que ofrece un ejemplo similar debido al lat. *STATORIUM > estandoriu /estadoiru —> estadueñu ‘estaca’/estadoiru —> *estadui(r)u —> esta(n)duyu.
Esa misma inseguridad evolutiva es la que deberíamos ver en los resultados actuales del antiguo ASTURIA(S):
a) Astoria(s) o Estoria(s) no documentado entre nosotros, pero sí lo que sin duda es su equivalente, el hidrónimo de llena La Fuente las Istodias ‘la fuente las aguas’.
b) Astoira(s) o Estoira(s) —> Astoera —> Astuera nombre de un arroyo y casería en Llastres.
c) Asturias, junto a su equivalente Las Estudias ‘las aguas’, un manantial en términos de Llanes; y acaso junto a lo que podría resultar similar, el abundativo Laguna Asturiega, al occidente de Santa María del Páramo en tierras que fueron de los ástures augustanos.
Este triple comportamiento (Las Istodias / Astuera / Las Estudias) es plenamente concordante con la diacronía de la lengua asturiana y nos permite admitir que Asturias o Asturies pueden considerarse resultados populares aunque coincidentes con los que ofrecería la tendencia cultizante. Esas diversas tendencias explican los nombres que se dan a los naturales de la tierra, asturianos, y a su propagación toponímica por algunos territorios repoblados como es el caso de Asturianos, en Palencia, Asturianos, en Senabria en documento de 977. A su lado Estorâos, dos parroquias y un lugar en Portugal, exigen partir de una realización esto(i)ranos. Finalmente Astureses, en Ourense, está formado sobre un adjetivo en -ENSE.
El problema de Estora y Estorâos
Pero al lado del citado esdrújulo AST(U)RA > Esla, podríamos sentirnos inclinados a admitir una expresión similar llana o paroxítona, pues así parece aconsejarlo el topónimo asturiano Estora, nombre actual de unas fincas situadas a la orilla misma del río Seya junto a la iglesia de Santianes del Agua, es decir, la conocida históricamente como de “Sancti Iohannis de Stola” de un documento de 1147 y que vuelve a aparecer como “Stora” en 1153. La vocal tónica evidencia, una vez más, el carácter breve de la u etimológica. Sin embargo es mejor admitir que Estora ha de interpretarse como un derivado más de ASTURIA > Esto(i)ra, con acentuación sobre la velar tal y como exige la presencia de la yod (la i) después perdida. Ése sería el origen de Estora, testimoniado hoy en el oriente de Asturias, y del etnónimo Estorâos testificado en Portugal.
Asta y ura
La documentación nos testimonia, por otro lado, la existencia de dos variantes fónicas equivalentes, ast- y est-, que no plantean ninguna objeción seria a nuestro trabajo. Parece, como venimos diciendo, que semánticamente ASTURA se refiere originariamente a una realidad hidronímica; pero lo que no queda claro es si la alusión al agua se debe sólo a lo que parece un segundo elemento de la composición, -URA, o a lo que podría ser el primero, ASTA-, o a la unión de ambos. Nuestra observación nos permite afirmar:
a) Hay toda una serie de topónimos, asturianos y no asturianos, que parece que portan un elemento prerromano UR ‘agua’. Son topónimos como Valledor (An), Río Órbigo (León) Puente Orugu (Babia), Uría (Ib) y, quizá, alguno de los del tipo Ouru, etc.
b) Hay topónimos que portan el elemento ASTA y que parece que también hacen referencia al agua; son casos como Rebaste ‘el río asta’, riachuelo que baja de Valdediós, en Villaviciosa; “la fuente de Vardasta” en los límites del monasterio de Fano; acaso Valdabasta (León), junto al Esla
c) Hay topónimos en que parece que el conjunto ASTURA se utilizó para referirse al agua; en este caso -URA sería simplemente un viejo sufijo que, como a veces ocurre con los también átonos -ara, -ana, no haría sino dar un mayor cuerpo fónico al primitivo AST-.
A favor de la interpretación hidronímica para el conjunto ASTUR(I)A actúa la traducción que se nos ha transmitido al generalizar Santianes del Agua por lo que el documento medieval conoce como “Sancti Johannis de Stola". En la misma dirección trabajan los citados La Fuente las Istodias y Las Estudias que resultan inequívocamente hidrónimos que pueden traducirse también por ‘aguas’.
El país del agua, el país de los ástures
Como en su momento expusimos, creemos que se encuentra el mismo elemento hidronímico ASTUR(I)A tanto al norte como al sur del viejo país de los ástures, donde casi se dan la mano en su nacimiento el antiguo Estora y el Esla. No deja de tener interés que en los confines orientales de los ástures, tanto al norte como al sur de la cordillera, dos corrientes de agua lleven el nombre del mismo pueblo, acaso porque este pueblo recibe su denominación de tales aguas. El Esla al sur y el Estora (esto es, el actual Seya), al norte, eran ríos plenamente ástures y, acaso, explicables por la misma lengua de los ástures. Sus aguas eran, para los que venían desde el este, las primeras corrientes de gran entidad que encontra ban en tierra ástur. Lo que por otro lado se testifica al norte es que el nombre más antiguo hoy conocido de esa corriente era el posiblemente preindoeuropeo ASTURIA (> Estora) al que se superpuso el indoeuropeo SALIA (> Seya) y, aunque sin éxito, el latino FLUVIUM ‘río’ (> Lloviu). Sus continuadores actuales Estora, Seya y Lloviu son, en consecuencia, tres puntos de referencia de profundo interés que dan cuenta de la gran entidad lingüística que encierra nuestro país."
En La Vega de Santi, el camino hace una curva a la izquierda y sigue en llano, dejando un depósito de agua a la izquierda
A la derecha, por donde ahora baja el río, llegamos al restaurado lavadero de Santi, situado al lado de lo que parece una antigua casilla de peones camineros, dedicados al arreglo y mantenimiento de los caminos
Como casi todos, cayó en desuso cuando llegó felizmente el agua a todas las casas, pero como elemento patrimonial fue rehabilitado en noviembre de 2018 por los propios vecinos a sextaferia (trabajo comunal del sexto día 'sexta feria', el sábado) y la colaboración del Ayuntamiento de Villaviciosa
Una placa colocada a tal efecto lo recuerda, así daba la noticia el periódico El Fielato y el Nora:
"... sobre una construcción anterior, los vecinos levantaron hace más de un siglo el lavaderu de Santi, que da servicio a los barrios de Vallinaoscura, El Polléu y La Viña, y también a los muchos caminantes que por allí pasan. Un lavaderu que, con el andar del tiempo, se había arruinado por completo, tapado por tierra y maleza, justo al lado de la captación del manantial que, durante muchos años, ha sido el principal abastecedor de agua de Villaviciosa.
Los vecinos de Vallinaoscura llevaban ya muchos años pidiendo ayuda al Ayuntamiento para la recuperación de este lugar, el único que queda en la zona, donde toda la vida vieron lavar a sus madres y abuelas, y donde, según cuentan, podían lavar catorce personas a la vez.
Ahora, gracias la iniciativa de estos vecinos, que ofrecieron su trabajo mediante sextaferia, y a la aportación de materiales cedidos por el Ayuntamiento de Villaviciosa, se ha recuperado el lavaderu de Santi según su arquitectura original.
«Es muy antiguo, tiene dos lavaderos y es el único de estos pueblos. Era necesario recuperarlo y las obras las hemos hecho por los propios vecinos» explican dos de ellos, Agustín Roces y Jesús Sanz, «para lo que solicitamos de nuevo al Ayuntamiento de Villaviciosa ayuda. Esta vez, por fin, nos hicieron caso, aportando los materiales necesarios para las obras además de madera y teja para techarlo. Así que estamos muy agradecidos por su colaboración», añaden estos vecinos. «Además de ser disfrutado de nuevo por los vecinos de estos pueblos, también dará servicio a muchas de las personas que pasan por esta zona haciendo el Camino de Santiago».
Vallinaoscura quiso celebrar este esperado arreglo con el tradicional ramu de la obra, haciendo un asado junto al lavaderu de Santi. A la celebración acudió el alcalde de Villaviciosa, Alejandro Vega, y también varios concejales del equipo de gobierno.
Desde el Ayuntamiento de Villaviciosa se ha llevado a cabo un plan de restauración de antiguos lavaderos del concejo entre 2017 y 2018. Muchos de ellos se arreglaron por petición de los vecinos y asociaciones, incluso con ayuda directa de los mismos, como en el caso de Vallinaoscura, mediante sextaferia. "
Entre el lavadero y la casilla, en una pequeña explanada hormigonada, se ha habilitado una área de descanso a la que se accede por esta pasarela
Accediendo a dicho rellano podemos acercarnos a ver el interior del lavadero, seco y en el que crecen las plantas, pero conservado y desbrozado y limpiado periódicamente
Hermosa vista de La Vega a nuestra izquierda, con parte del Camino que acabamos de dejar atrás, saliendo del bosque de la casa de Rubio Camín y el muro del monasterio
El río forma una acuosa cuneta entre la casilla y el Camino según retomamos el trayecto en dirección a Vallinaoscura y Villarrica, los grandes repechos que nos aguardan para llegar a La Campa
Pasamos así La Casilla mientras vemos ya cerca los citados repechos, muy boscosos hasta llegar arriba
Es, en el siguiente cruce, cuando el Camino es evidente que empieza a subir, al principio a lo que parece muy suavemente
Es el cruce de Santi, por donde sube el ramal a El Polléu, otro de los barrios de Pueyes, antes de La Viña. Nosotros tomamos el ramal de la izquierda, tal y como nos indican las flechas amarillas
Al cartel de El Polléu se le une uno artesanal que nos confirma, como dichas flechas, el camino a Vallinaoscura, la siguiente referencia poblacional de nuestra subida a La Campa
A nuestra derecha, la casa de Santi que está pasado el cruce al inicio del camino que sube a El Polléu, del que nos hemos separado atrás; es una preciosa quintana con casa y panera
Más arriba, no llegamos a ver El Polléu, pero ahí está, en la ladera de La Parea'l Peñéu y El Gorgoyu, "entre los lugares de Santi, La Viña y Los Carretones" como dice el Diccionario Geográfico de Asturias. Ciudades, Villas y Pueblos, "cerca de la riega El Fondalín, que vierte al río Asta"
El Ríu Asta es aquí una riega, seca, que forma un profundo surco, Los Sucos, a manera de pequeño barranco, a la derecha del camino, que sigue en suave acenso dando vista a La Llomba
A nuestra derecha, ahora vemos mejor La Parea'l Peñéu y Montes de Valdediós, sobre el valle de su nombre, que separa esta parroquia de Pueyes de la de Rozaes, sita esta al otro lado. Consultamos de nuevo el Diccionario Geográfico de Asturias:
"Sobre el valle de Valdediós, entre las parroquias de Puelles y Rozaes, concejo de Villaviciosa, se levanta este pequeño cordal que va de sur a norte por encima de la aldea de Lluaria, en los límites del concejo de Villaviciosa con Sariegu, desde el Foyu Valloveru a Porciles, siendo sus alturas más importantes el alto Valloveru 607 m y El Cabañín 601 m. Sus cimas están cubiertas de praderías de excelentes pastos y es un mirador inigualable sobre el valle."
Excelentes pastos los hay también aquí, en el valle, el mismo prado que en la foto anterior pero recién segado, La Retura
Al sur la boscosa ladera norte de La Llomba, monte que se extiende de este a oeste y que separa el valle del río Valdediós del Valle del Nora, paso franco a la capital asturiana seguido históricamente por los romeros que se dirigen a la ovetense catedral de San Salvador para venerar sus reliquias, continuando luego a Santiago de Compostela, haciendo caso de aquella máxima medieval que dice...
Quien va a Santiago
y no al Salvador
visita al criado
y olvida al Señor
Además de prados hay pomaradas para manzana de sidra, no en vano Villaviciosa tiene a gala ser la "capital manzanera" de España
Estos son pumares o manzanos en flor, en plena primavera, todo un espectáculo de la naturaleza. Se hacen visitas guiadas a les pumaraes, durante la semana de floración del manzano, en el mes de mayo
Valle poblado desde la remota prehistoria, en una cueva cercana y mezclados con huesos de animales, fueron hallados en mayo de 1878 los célebres cráneos de Valdediós, pertenecientes al individuos cromañones y estudiados por el historiador Juan Uría Ríu, leemos al respecto en Pueyes y sus orígenes, artículo del diario digital VillaviciosaHermosa del 10-11-2008:
"Historia y arte, arte e Historia forman un todo, un conjunto indivisible por el que nos sentimos unidos como cordón umbilical de nuestra propia madre, a nuestro valle de Valdediós. Historia como la que formó parte de nuestros antepasados muy lejanos ya incluso en la prehistoria, puesto que recordemos el descubrimiento de los cráneos prehistóricos de Valdedios, las gentes mayores lo recordarán perfectamente porque habrán oído los hechos de aquellos descubrimientos ocurridos en Mayo de 1878, tras quedar abierta por casualidad una oquedad en la parte superior de una bóveda o cueva muy cerca del Conventín, en una aldea que todos conocemos como “el Polleu”, la cueva tenía 14 m. de largo, 6 de ancho y 10 de alto aproximadamente, toda ella llena de estalactitas, se encontraron huesos de animales mezclados con los citados restos humanos."
Por las cercanías de La Fontina el camino sigue subiendo bastante suavemente aún; será cuando lleguemos al pie de Vallinaoscura cuando empiecen los recuestos más duros
Ahora a nuestra derecha, en estos prados de El Tempranu y La Fontina, otra buena pumarada, a la que se accede a través de una pasarela sobre el surco del río seco
La pasarela está formada por una gran losa de piedra, la cual nos da la impresión de haber sido colocada aquí hace mucho tiempo. La existencia de buenas canteras en las inmediaciones fue una de las causas que favorecieron también la construcción del gran conjunto monumental de Valdediós
Pasamos la cancela que guarda el acceso a las fincas por dicha pasarela y continuamos sin pérdida cuesta arriba
Todas estas tierras eran parte del coto monástico de directa propiedad del monasterio de Valdediós, si bien su dominio abarcaba un territorio mucho más extenso, con colonos y vasallos que les tributaban, dentro y fuera de Asturias
En noviembre de 1413 los vecinos de Sariegu, escarmentados por los abusos señoriales de los cistercienses entraron en este coto por La Llomba en lo que fue una de las grandes rebeliones antiseñoriales del medievo descrita así en un documento:
"con amonestación del Diablo, et con malos pensamientos que les vinieron a sus corazones, non temiendo a Dios, nin a las penas que los derechos ponen, nin a la justicia de nuestro señor el Rey, e con grande osadía, con lanzas, e con escudos, e espadas, e con otras armas a la hora de las Vísperas tomaron e levaron muchos ganados..."
No obstante Valdediós seguiría ejerciendo un control directo y muy férreo del territorio durante siglos; su decadencia no cesaría hasta sucesivos desalojos acontecidos durante la francesada, el Trienio Liberal, la supresión de los cotos señoriales en 1827 y la Desamortización de Mendizábal que extinguió el cenobio en 1835
El paisaje, atravesando la campiña, es sumamente idílico, entre prados y arboledas
Por momentos, la cuesta parece ir haciéndose más pronunciada al ir acercándonos a Vallinaoscura, aldea de Pueyes que no llegaremos a ver prácticamente hasta llegar a sus pies
La Balonga, "Tierres llanes que se trabayen. Son de Vallinaoscura", nos dice la investigadora Marta Villazón González en su trabajo sobre la Toponimia de la parroquia de Puelles, hay prados, pumarada y algunas huertas, Les Faces de Solagüerta y El Regón
Por aquí está también El Fabal "Tierra llana de Vallinaoscura, al pie del camín que va pal pueblu", hacia donde nos dirigimos
Muy arriba a nuestra izquierda va la Carretera la Campa (AS-267). Su construcción estuvo llena de avatares, pero cuando se abrió definitivamente en el verano de 1852 ocasionó el abandono de los milenarios caminos reales salvo para comunicación interior entre aldeas y fincas. Por la carretera, como su nombre indica, podían circular ya todo tipo de carros, con mercancías y viajeros, incluso diligencias. En los caminos antiguos sólo en algunos contados tramos, todo era a pie, a caballo, o con recuas de mulas
Estribaciones occidentales de La Rasa de Arbazal coronadas por especies de crecimiento rápido, La Parea les Felgueres. Los eucaliptos, traídos primeramente como árbol ornamental, fueron pronto aprovechados para la construcción y la minería. La industria maderera se incrementó con la papelera y ello ocasionó estos grandes monocultivos en buena parte del norte de España, favorecido además por el éxodo rural y el abandono del campo y los antiguos pastos comunales
El Fabal, como su nombre indica, plantaciones de fabes, otra cosa es a qué faba se refería en origen el topónimo entre las numerosísimas que existen, pues la Phaseolus vulgaris de la actual fabada asturiana fue importada de América y su consumo se data en Asturias a partir del siglo XVI
Desde aquí, efectivamente, ya empezamos a ver algunas casas de Vallinaoscura, un poco más arriba de El Fabal, "Como su nombre indica es un sitio umbrío donde se dice que no da el sol más de seis meses al año, pero de una gran belleza paisajística, con las casas independientes y agripadas formando una bella quintana". Leemos en el Diccionario geográfico de Asturias que, en el momento de su publicación (año 2000), informaba que "Tiene una población campesina en su mayoría, de 11 habitantes"
Ahora en El Fabal y llegando a Vallinaoscura sí que la cuesta se va haciendo verdaderamente abrupta y empinada
Ahora en El Fabal y llegando a Vallinaoscura sí que la cuesta se va haciendo verdaderamente abrupta y empinada
Bordeamos la finca de El Fabal mientras el Camino serpentea para ir ganando altura más rápidamente que antes
En cualquier lugar puede haber una flecha amarilla y, aunque en principio no hay nada que nos induzca a extraviarnos, su presencia confirma que vamos en la dirección correcta y que no nos hemos dejado ningún cruce atrás
A nuestra izquierda, el valle de Valdediós va quedando atrás para ir dejando paso a estas estribaciones de La Llomba y montes de Valdediós, Lluaria y Arbazal. A lo lejos es El Monte Cañéu, al norte, con El Picu la Curiella (535 m) y el Altu la Cruz, por donde van los peregrinos que han escogido la ruta hacia la bahía gijonesa desde el cruce de Casquita
Aquí, por ejemplo, justo antes de esta curva cerrada a la derecha, puede ser un buen lugar para detenerse y volver a mirar al norte
El Fabal, La Belonga, Les Faces de Solagüerta, El Regón... en plena cabecera del valle de Valdediós, ahora a nuestros pies
Un poco más acá y a la izquierda, El Monte Valdediós y La Parea'l Peñéu con la aldea de La Viña, que ahora sí vemos parcialmente, en la ladera del también llamado Monte Lluaria, laderas de El Gorgoyu, por donde baja el regato o riega de este nombre, y Los Caleros, topónimo que revela la extracción de piedra caliza para hacer cal en hornos o caleros-calieros
La abundancia de prados revelan que se mantienen en buena parte los usos agropecuarios tradicionales. Más arriba hay arbolado autóctono, bien ejemplares aislados o bien formando pequeños bosquetes
Ciertamente, en estas aldeas del extremo sur del concejo se mantiene aún cierta esencia rural, diferente a las más actualmente más residenciales de la franja costera, sobre todo en Les Mariñes
Y ya llegamos a las primeras casas de Vallinaoscura, topónimo relacionado con la zona de más umbría de lo más angosto del valle, pues popularmente se dice que durante seis meses al año no le da el sol, como refleja el ya mencionado Diccionario geográfico de Asturias
Un cantar caminero referido al paso del Camino por Valdediós dice así...
Si yo voy a Valdediósnun ye por ver dalgún cura,ye por ver los mios amoresque tan en Vallinaoscura
El hábitat es concentrado, aprovechando un pequeño rellano en esta falda del monte, disponiéndose las casas, formando calle, a lo largo del Camino
Si bien seguimos subiendo, la cuesta parece suavizarse también al atravesar Vallinaoscura, que tiene a gala ser productora de las delicias de la huerta de Valdediós, siempre apreciadas en el mercado de Villaviciosa
El Camino se estrecha un poco, encajonado entre una casa y la muria de una finca; es de sobra para un peatón, pero si nos cruzamos con algún ocasional vehículo, un coche o no digamos un tractor, dejémoslo pasar sin problemas
Las viviendas son antiguas, si bien han pasado por numerosas reformas y ampliaciones, se conserva un buen número de hórreos, algunos bien antiguos, de los tiempos de la pertenencia del lugar al coto de Valdediós
Un poco más abajo a la derecha, al lado de la antoxana de la casa, otro viejo hórreo, el cual antaño estaría repleto de panoyes o mazorcas de maíz enrriestraes, esto es, en ristras, colgando de los corredores y de les colondres o tablas que componen la pared, sujetas a los gavitos o ganchos de madera en ellas encajados
Ahora, tiempo ha desaparecida la cultura cerealística, se engalana con flores y se decora con diversos elementos
Y también donde maduran los mencionados y apreciados frutos del campo de Vallinaoscura, esencia rural de Villaviciosa
El Camino se estrecha un poco, encajonado entre una casa y la muria de una finca; es de sobra para un peatón, pero si nos cruzamos con algún ocasional vehículo, un coche o no digamos un tractor, dejémoslo pasar sin problemas
Las viviendas son antiguas, si bien han pasado por numerosas reformas y ampliaciones, se conserva un buen número de hórreos, algunos bien antiguos, de los tiempos de la pertenencia del lugar al coto de Valdediós
He aquí uno de ellos, con robustos pegoyos de madera
Como antes se guardaban los carros, ahora se guardan los coches, aquí se concentran la mayor parte de las casas en un cruce de caminos
Un poco más abajo a la derecha, al lado de la antoxana de la casa, otro viejo hórreo, el cual antaño estaría repleto de panoyes o mazorcas de maíz enrriestraes, esto es, en ristras, colgando de los corredores y de les colondres o tablas que componen la pared, sujetas a los gavitos o ganchos de madera en ellas encajados
Ahora, tiempo ha desaparecida la cultura cerealística, se engalana con flores y se decora con diversos elementos
Y también donde maduran los mencionados y apreciados frutos del campo de Vallinaoscura, esencia rural de Villaviciosa
Algunas iniciativas vecinales han recuperado tradiciones y costumbres que durante tiempo estuvieron perdidas, como el Antroxu o carnaval asturiano, haciendo máscaras y gorros cónicos con cintas de colores, picando a la puerta de cada casa y siendo obsequiados con fayuelos (también frixuelos, a manera de los crepes). En el artículo Un Antroxu como antes en Vallinaoscura, el corresponsal de La Nueva España Gonzalo Bengoa publica, a fecha 10-3-2014, la crónica de dicha celebración:
"Alberto y Mercedes Berros nacieron en Vallinaoscura (Valdediós, Villaviciosa) y recuerdan cómo se celebraba el Carnaval cuando eran niños. "La gente colocaba unos gorros en forma de cono con la pica llena de cintas de colores, se vestía con lo que tenía en casa y picaba en cada casa", comentan los hermanos recordando varias anécdotas. "La gente hacía fayuelos, y los disfrazados y todos los comíamos encantados", añade Alberto Berros, que aun vive en el pueblo donde quedan sólo cuatro casas habitadas.
El encuentro de Antroxu de ayer pretendió recuperar el espíritu tradicional asturiano de este tipo de celebraciones, comentó Myren González, integrante del proyecto Paraíso Rural y una de las organizadoras de este acto. "Queremos poner en valor la raíz cultural del Antroxu y su función lúdica, participativa y reivindicativa en el medio rural", añadió la joven.
El proyecto Paraíso Rural está integrado por una serie de colectivos ovetenses que amplían su saber personal y artístico con la experiencia y la cultura de los pueblos de toda Asturias. "Se trata de un camino largo de fondo pero que merece la pena", explicó Myren González. El encuentro comenzó con un taller de máscaras tradicionales de la mano del artista plástico Ánxel Nava.
"Es un intercambio: yo me encargo de mostrar cómo se hacen las máscaras y los vecinos me cuentan los recuerdos del Antroxu de antes", comentó Nava, quien añadió que este campo "está por investigar y es necesario un estudio sobre la memoria de la gente de más edad en estos pueblos. A partir de la investigación se puede recrear el Antroxu de antes, pero siempre después de un trabajo de campo".
Marta Quintana es de Pola de Siero y se enteró del taller a través de una amiga. "Creo que es algo curioso y me apetecía pasar un domingo diferente y aprendiendo", comentó la joven. Adrián Álvarez acompañó a su amigo Pablo Álvarez a esta actividad como parte del trabajo de investigación que están realizando sobre la mujer en el mundo rural.
Irene Onís también acudió a este encuentro y disfrutó aprendiendo a elaborar máscaras "con este buen ambiente". De Salas llegó Marcos Menéndez a Vallinaoscura: "Ya conocía y sabía de estas actividades que organizan de vez en cuando".
La jornada incluyó, además de la elaboración de las máscaras, una comida compartida y finalizó con la plantación de tejo para recuperar la antigua tradición del pueblo de reunirse bajo un árbol. Los participantes aprovecharon la soleada jornada para compartir experiencias, conocimientos, vivencias y comida en un ambiente que revivió otra época."
Esta es una de las casas rehabilitadas, al pasar frente a ella observemos algunos detalles de su decoración
A la entrada, la placa con el número '2' de la casa muestra un trisquel y una hexapétala, flor o estrella de seis puntas
Hay una hermosa corrada o corralada en la delantera de la vivienda, cerrada
Otro detalle lo encontramos en esta pared que mira al Camino, justo antes del portalón
Al lado de esta ventana descubrimos uno de aquellos antiguos azulejos decimonónicos con el nombre del lugar que se ponía en alguna de las casas de cada pueblo
Presenta la grafía antigua, se lee:
BÀRRIOD BALLINAOSCURA
Seguidamente hay una encrucijada que, aprovechando el único espacio comunal verdaderamente llano, viene a ser el centro de Vallinaoscura
Y en la bifurcación nosotros seguiremos a la derecha, hacia otro grupo de hórreos
Dos hermosos hórreos de corredor en una corrada abierta en torno a la que se disponen las casas
Y en la bifurcación nosotros seguiremos a la derecha, hacia otro grupo de hórreos
A nuestra derecha baja seco, el curso de un arroyo, La Riega Vallinaoscura, una de las que dan agua a la formación del Ríu Asta-Valdediós, por eso, la célebre frase "Reventó la Riega de Vallinaoscura" es una expresión popular referida a las aguas que bajan en tropel en temporada de lluvias, formando riadas que, favorecidas por la existencia de grandes grutas, El Pozu Poceru, que forman verdaderos lagos subterráneos, pueden bajar con inusitada fuerza y tropel ladera abajo, provocando por ejemplo la destrucción del monasterio de Valdediós en 1522, lo que obligó a su reconstrucción. Dice el investigador José Manuel Fernández Llana-Rivera en Puelles, Tierra de Boides, publicado en la revista Cubera:
"Muy popular y venida por tradición, es la creencia que bajo los montes de Arbazal y La Campa existe un inmenso lago de gran profundidad. (...) Cuando la lluvia es copiosa y persistente, por dos oquedades que existen en la peña, se produce una gran surgencia de agua de gran consideración, saliendo con fuerte violencia y ruido. La riega o cauce bastante profundo, en varios tramos, cruza caudalosa y embravecida el barrio de Ballinaoscura, rompiendo el silencio del lugar. Es de fe suponer la existencia de un gran lago subterráneo que al aumentar la afluencia producida por la lluvia sea insuficiente el curso natural y subterráneo haciendo uso de este aliviadero natural y espectacular. El curso ordinario tomará la dirección hacia el fondo del Valle, siempre subterráneo, originando la primera surgencia en Santi, la segunda surgencia en la finca "La Xunclar" después de un salto escalonado una vez pasado el Conventín de Valdediós. La última salida visible se produce en el barrio de La Rivera "Fuente del Matu" gorgolito que procede de profundidad, ya que aquí, el recubrimiento del terreno de arrastre es importante, formado por toscas o turbas."
Sobre los hórreos de Vallinaoscura podemos encontrar un buen reportaje en la web Asturgeographic, donde se nos explica que, según el historiador Iván Muñiz, alguna de sus decoraciones, basadas en el arte románico (estilo Villaviciosa), podrían reflejar el vínculo patrimonial con el antiguo coto monástico de Valdediós y que "De la decoración de la iglasia cisterciense se tomaba, al menos, la decoración floral de tetrapétalas y los dientes de sierra".
A la derecha de los hórreos una casa de corredor, del estilo entre dos cuerpos, bien descrito en el estudio El corredor en las casas asturianas de Florencio Cobo Arias, Miguel Torres Ramsaud y Matilde Zarracina Valcarce:
"Se estructura en el centro de la fachada entre dos cuerpos laterales, abriéndose bajo él un portal. La composición de fachada es de una total simetría, quedando dos espacios semidiáfanos e intermedios (corredor y portal) flanqueados por dos cuerpos herméticos, que alojan en el pi so bajo cuadras o almacenes y en el alto dormitorios; la separación entre estos espacios internos y los intermedios puede efectuarse tanto con muro maestro de mampostería como con tabiques de tablazón o de entramados ligeros ligados con barro . El portal y el corredor son espacios distribuidores res, en los que también están muy potenciadas las funciones de estancia y servicio, debido al gran fondo que poseen (portada). Las variantes sobre este tipo son múltiples, resultado del juego volumétrico «hueco-macizo» que en ellas se establece."
Esto en cuanto al exterior, pues en lo relativo a la parte de adentro, estos eruditos etnógrafos manifiestan lo siguiente:
"La organización del espacio interno de las casas con corredor presenta gran número de alternativas, en las que lo más significativo es la diversificación y especialización de los espacios y la importancia que adquieren los representativos de «status" como la sala, estancia de uso poco frecuente, relacionada socialmente con el exterior, en la que se celebran acontecimientos de los que participan personas ajenas a la familia; en ella se recibe a las visitas de importancia, se come los días de fiesta y se da el pésame en los entierros. Además de servir como escenario social es en esta pieza donde se colocan los muebles y objetos más valiosos sentimental y materialmente; tampoco es raro que en una esquina se coloque una cama, funcionando entonces la sala como dormitorio ocasional. En la actualidad con frecuencia se ha compartimentado, empequeñeciéndola o anulándola para crear pequeñas alcobas.La especialización de las distintas piezas de la casa se manifiestan en el grado de independencia que alcanzan los espacios destinados a dormitorio, objetivo que se logra con su localización «arriba", remarcándose de esta manera las connotaciones de privatización o importancia que se concede a la segunda planta de la vivienda, en tanto que «abajo" se localizan los espacios de uso cotidiano, los de servicio y los de trabajo.La planimetría que ejemplifica este resumen sobre organización del espacio corresponde a viviendas enclavadas en asentamientos donde la economía fundamental es la agropecuaria, en la que los espacios de estabulación y almacenamiento (cuadras y pajar o tenada) se integran muchas veces dentro del volumen-base de vivienda; pero el deseo de independizar el espacio destinado a los animales del humano lleva a otras dos alternativas, una en la que las cuadras ocupan toda la planta baja , disponiéndose en la superior la cocina, la sala y los dormitorios y otra en la que los espacios de estabulación y almacenamiento se construyen adosados o exentos."
Los corredores, tanto de los hórreos como de las casas, estarían antiguamente repletos de maíz, como hemos dicho
Ante la llegada del maíz de América, que proporcionó inmediatamente enormes cosechas, de la misma manera que aparece la panera como evolución en tamaño del hórreo, surge la tenovia o talamera, tablón que forma un pasillo y se sostiene entre los pegollos del hórreo, lo que favorece el acceso al maíz que se cuelga en les colondres así como la entrada por su puerta
Luego, los corredores a su vez fueron una evolución de les talameres, al añadirles una barandilla de madera y formar un pasillo exterior
No en todos los hórreos y paneras los hay, es más, hay algunos que tienen parte de corredor y parte no, lo que es común cuando es de varios propietarios, cada uno con su parte
Al lado de los hórreos volvemos a empezar a subir, al principio poco a poco, entre estos y las casas de la izquierda
Fijémonos en su estructura de pegollos de madera sobre piedras o pilpayos y con pegolleres o tornarratos encima, dispuestos ahí para, como el segundo nombre indica, evitar que los roedores pudiesen acceder al interior subiendo por el pegollu
Y ahí tenemos los gabitos, ganchos o escarpias de los que se colgaban les riestres de panoyes o ristras de mazorcas, o cualquier otro producto o enseres
En la actualidad, cualquier tipo de elemento decorativo. Si se necesitaban más se clavaban clavos, aunque en los hórreos más antiguos estos no se empleaban, pues se trata en realidad de bienes muebles que pueden armarse y desarmarse, o como tales estaban pensados, para repararlos o para trasladarlos
La subidoria, un elemento fundamental para acceder al hórreo pero, a la vez había de ser también inaccesible el paso a su interior de los roedores
Las más antiguas eran muy sencillas, losas de piedra, pero luego ya se hicieron peldaños como los de las escaleras de las casas
Dos puertas también puede delatar varios propietarios; en contra de la creencia popular el número de pegollos no diferencia a su planta, que tiende a ser cuadrada en el hórreo y rectangular en la panera
Sobre las puertas hay unas arquerías, una buena solución para entrar y salir sin necesidad de agacharse mucho
Aquí, diminutos, es donde se ven los dientes de sierra o motivos en zigzag similares a los de los arcos del arte románico
Así debieron ser los primeros corredores antes de evolucionar también a otras formas más elaboradas; es significativo cómo existen soluciones de diferentes épocas y estilos a veces en un único ejemplar
He aquí otro ejemplo de lo que se puede colgar de los gabitos, el xugu o yugo y les mullíes o frontales para las vacas o bueyes que tiraban de los carros. En Vallinaoscura hubo un ponderado constructor de carros para bueyes, el célebre gaitero José Antonio Lozano, nacido en 1926, que acompañaba a la gaita misas y romerías en todo el concejo, a veces con su hermano Eladio, que sería presidente de la Coral Capilla de la Torre de Villaviciosa
También realizaba la puya'l ramu, subasta para sufragar las fiestas, y era un ponderado constructor de carros para bueyes. Fallecido en 2010, se le han tributado merecidos homenajes
El nieto de José Antonio Lozano, Simón San José, sigue trabajando en el mismo taller de su abuelo fabricando y reparando tambores y panderetas; en el artículo Tambores de antaño en Vallinaoscura la también corresponsal de La Nueva España publica, a fecha 24-9-2012, este reportaje a él dedicado:
"El maliayés Simón San José es uno de los pocos artesanos que construye y repara tambores asturianos y panderetas. Trabaja en el mismo taller de Vallinaoscura (Villaviciosa) en el que ya lo hacía su abuelo Antonio Lozano, conocido gaitero de la zona. San José no sólo produce para el público de la región, pues acaba de hacer cuatro tambores para una banda de gaitas de Gales. No obstante, reconoce que sus principales clientes son particulares, en su mayoría músicos profesionales.
Simón San José se define como un autodidacta que poco a poco ha ido perfeccionando su técnica. Llegó al oficio casi por casualidad y de la mano de su profesor de percusión Orestes Barbachán. «Empezamos a investigar sin saber cómo iba a ser el resultado», reconoce. Logró que su gran vinculación con la música tradicional desembocara en el que hoy es su trabajo, además de la docencia musical. Su interés es que sus tambores, que cuestan unos 400 euros, «lleguen a la élite» de la música tradicional.
San José mantiene el método de trabajo de antaño valiéndose de herramientas de ebanista -algunas de ellas antiguas- para dar forma a los elementos naturales con los que trabaja. Consiste en «mantener la esencia del instrumento, pero tratando de mejorarlo», defiende. Una de las ventajas de este artesano es que sus conocimientos musicales le permiten dominar el manejo de los tambores buscando su óptima sonoridad. «Es una satisfacción personal porque lo fabricas y lo tocas», señala. Imparte clases de percusión en las bandas de gaitas de Villaviciosa, «Llariegu» de Sariego y «Los Yerbatos» de Bimenes. También toca la batería en la «Tarrancha», un grupo cuyo estilo musical es el denominado «ska reggae», y en la banda «Asturiana Mining Company», de percusión tradicional.
«El mecanismo del tambor es el mismo en todo el mundo», pero suelen variar en tamaño, pues, según San José, el asturiano ronda los 33 centímetros de ancho y otros tantos de alto. Mientras, el gallego, por ejemplo, es menor, o el zamorano, mayor. «Con el fallecimiento de Andrés de Insiestu (Mieres), Asturias quedó un poco huérfana de constructores», lamenta.
El maliayés explica que el proceso de fabricación es artesanal y utiliza maderas que se dan en la zona como nogal, fresno y haya. «Requiere que sea dura, pero a la vez flexible», por eso la veta del roble o el castaño no permiten que sean aptas para este cometido. San José consigue darles forma introduciendo la pieza en agua hirviendo -aunque aspira a emplear vapor- y después colocarla en un molde. Con esta técnica consigue los dos aros y el casco, para el que ahora opta por madera de abedul al considerarla una «madera más compacta» que la chapa de okume que venía utilizando.
Sobre las dos aberturas del casco se colocan los parches de piel curtida de cabra u oveja, que se encajan con la ayuda de unos anillos. Uno de los parches se denomina batidor y es en el que se percute con la baqueta. El otro es «el bordonero porque por ahí cruzan unos hilos de tripa de vaca que le dan la sonoridad». No obstante, muchos tambores -principalmente los de las bandas de gaitas, que exigen una mayor resistencia- llevan parches de plástico, para «un sonido más preciso». San José recurre a los típicos azul y rojo para los colores: «Eran colores muy comunes y recurridos en maquinaria y carros»."
Debajo ya hemos visto se puede guardar el coche como antes el carro o multitud de enseres, maquinaria y aperos
Encima de la casa, seguimos viendo las arboledas de la subida a La Campa; al menos, buena parte del tremendo recuesto que nos aguarda lo haremos a la sombra del bosque, según vemos
Arte pictórico en la puerta de lo que debió ser una cuadra o un llagar...
Como hemos dicho, a la altura de los hórreos volvemos a empezar a subir tras una breve "tregua" de cuestas, primeramente entre estas casas, por donde el Camino sigue formando calle
Fijémonos en la flecha amarilla en la ventana de la derecha
La misma cuadra con la puerta abierta y la guiyada o guiá, la guiada para llindiar o pastorear el ganado, otra estampa rural ya más difícil de ver en las parroquias costeras, más residenciales y turísticas
Aquí tenemos ya otra buena subida, saliendo de Vallinaoscura hacia Villarrica
Comienzan los remontes más duros hasta La Campa junto a los prados de La Cuesta
Como premio y a nuestra derecha el valle de Valdediós y el gran valle de Rozaes, Boides en la Edad Media, la Tierra de Maliayo. Boides cambió su nombre por el de Valdediós al asentarse en él los cistercienses en el siglo XIII, pues gustaban de evocar en los topónimos a la divinidad
Por otra parte, con la fundación de la Pola de Maliayo también esa centuria, se buscó un nombre para la nueva población que atrajese a nuevos vecinos, escogiéndose el de Villaviciosa con el significado de villa fértil, cuyas relaciones con los poderes monásticos del Císter siempre fueron tirantes
Ahí tenemos nuevamente al norte el Cordal de Cañéu, paso al valle de Pión por el Altu la Cruz subiendo de Niévares arriba para los peregrinos de la variante gijonesa del Camino. Es también la ruta de peregrinaciones del Camín Xixón-Cuadonga/Gijón-Covadonga, si bien en sentido inverso
Un poco más al norte a la derecha hay otro histórico paso, El Pedrosu, este de Villaviciosa hacia su franja costera occidental de Les Mariñes, histórica tierra azabachera por excelencia que vendía su producción a Santiago, entre otros lugares
El Pedrosu era el tan temido trayecto, por sus múltiples curvas, de la antigua Carretera de las Cinco Villas o de la Costa, desde 1939 N-632, otra de las que, abiertas avanzando el siglo XIX, hicieron caer en desuso los varias veces milenarios caminos reales que, fundamentados en vías mucho más antiguas, prehistóricas, constituyeron las principales vías de comunicación hasta dicha centuria
Destaca la gran casona blanca de La Torre de Niévares, a cuyo lado discurre el Camino de Santiago hacia Gijón/Xixón y el de Villaviciosa, que además se separan a sus pies (momentáneamente), una casona solariega con capilla y panera construida en 1501 sobre una torre-castillo medieval de la que no conocemos razón de origen y fábrica pero que es a todas luces medieval, independientemente que pudiese estar erigida sobre otra fortificación más antigua
Con un zoom o prismáticos podemos incluso reconocer los torreones circulares del castillo así como la casona con dos cuerpos, uno alto y con forma de torre y otro con tejado a dos aguas y, a su izquierda, la panera
La capilla, a la izquierda de la panera, apenas es visible pues está semioculta por el muro del castillo, más alto en ese lado. A la izquierda y fuera del recinto es la antigua casa de los caseros, posiblemente tan antigua como la casona
Mirando atrás, detrás de nosotros, también tenemos una buena vista de Vallinaoscura y su hábitat bien concentrado en esta falda del monte
Arriba, La Campa Arbazal, Rasa Arbazal y L'Alvarina, por donde va el otro camino, El Camín Real. Vemos La Rozona y los ocalitos de La Parea les Felgueres a los que antes nos referíamos. En Puelles, tierra de Boides, José Manuel Fernández Llana-Rivera dice lo siguiente relacionado con los pozos y acuíferos del valle y la montaña:
"El monte de Arbazal es una importante formación calcárea, que aparte de su romanticismo bucólico, deja ver, en sus verdes praderas o apuntando entre los argomales, rocas blancas de marcadas aristas que originan un relieve muy característico (lenar o lapiaz) del proceso cárstico, que hace de esta montaña, con amplia zona receptora de lluvias, en paraje carente de aguas superficiales o alumbradas, circulando estas en profundidad por pozos o galerías dando origen a una red subterránea con formación de Torcas o dolinas por hundimiento de los estratos calizos de las bóvedas. Existen muchas grietas o pozos en todo el monte de relativa importancia ya que se desconoce su interior porque no han sido explorados."
Como fenómeno geológico cabe destacar por su trascendencia, nos dice este erudito, "la depresión o serie se hoyos en forma arrosariada que sigue una línea más o menos sinuosa que parte de la "Parea de Faro" y sigue en dirección a Vallinaoscura", donde hay numerosas oquedades o pozos kársticos, entre ellos El Pozu Poceru antes mencionado:
"El "Pozu Poceru" dolina formada por el hundimiento de la bóveda de una gran caverna. Tiene en medidas aproximadas de 8 a 10 m. de diámetro y 25 m. de profundidad hasta el primer descanso o piso que sirve de antesala a una tenebrosa caverna (espelunca) de grandes proporciones que se sumerge en abismo SW que lanza hacia afuera un chorro de aire caliente y húmedo como salido de las fauces de un monstruo prehistórico, que da vida y movimiento a la vegetación de las paredes de la penumbrosa y solitaria dolina refugio de grajos y cuervos y temido lugar para los viandantes que miran con recelo al pasar cerca del gran y legendario pozo"
Un camino, no oficial ni señalizado, ofrece al peregrino la posibilidad de ir de Vallinaoscura a Arbazal enlazando allí con el Camín Real, pero ni está señalizado ni es conveniente salvo para andarines avezados y con ganas de explorar nuevos itinerarios, es el de la procesión de la Virgen de las Angustias durante la celebración de la Cincuesma, que sale desde la iglesia parroquial de San Bartolomé de Pueyes. Esta es su crónica, publicada el 16-5-2018, en VillaviciosaHermosa:
"Los vecinos más mayores de Pueyes y Arbazal recuerdan esta tradición de siglos y ‘enigma’ de Cincuesma.
“La fiesta es oriunda de la parroquia de Pueyes, concretamente de la iglesia de Arbazal, donde se encuentra la Virgen de las Angustias. Ésta imagen quiso ser quemada, como tantas otras, cuando la guerra, pero los mozos del pueblo fueron tan ocurrentes que enroscándola en un saco la introdujeron dentro de una facina en un prau al lado de arriba de la iglesia, conocido como el “Subirón”. De allí la fueron a rescatar una vez pasados los tiros, incendios y demás desastres”
Programa festivo de este año
El 12 de mayo como es tradición la Virgen de las Angustias se baja desde la iglesia de Arbazal 9 días antes de la fiesta, hasta la iglesia parroquial de Pueyes, donde se reza diariamente la novena, el rosario y se canta la canción de los “Dolores a la Virgen de las Angustias”.
Otro día de festejo será el sábado 19 con merienda campestre, campeonato de tute y verbena.
Ya el domingo 20 de mayo, a las 10,30 horas sale la procesión con la Virgen de las Angustias desde Pueyes hasta Arbazal, encabezada por una pareja de gaita y tambor y acompañada de voladores.
A la llegada a les escueles, se realizará un homenaje a Antonio Lozano que fue vecino de Puelles, (ya fallecido) y conocido como “El gaiteru de Ballinaoscura’. El último tramo de la procesión estará acompañado por la Banda de Gaites Los Figueros de Rozaes.
En esta procesión antiguamente, debido a la gran devoción que había hacia la Virgen de las Angustias, la gente subía ofrecida a ella descalza o con mortaja.
Una vez en la iglesia de Arbazal se cantarán los (siete) dolores a la Virgen de las Angustias, cantos que los vecinos datan del Siglo XVII, y a continuación a las 13,00 horas tendrá lugar la misa cantada por el Coro Valdediós. Seguidamente se celebrará la sesión vermú, y subasta del ramu acompañau por los Figueros.
La Fiesta de Cincuesma finalizará con la tradicional costillada con sidra, en el’ prau’ de la fiesta."
Vemos el autobús de línea subiendo la carretera La Campa, el Camín Real pasa bastante más arriba, casi por la cima de La Rasa Arbazal, "testigo pétreo del ir y venir de una época marcada por la pobreza, la necesidad y el sacrificio", nos explica también Llana-Rivera:
"... aquí donde cualquier lugareño, campesino o pastor, contemplaba al paso de un estridente carruaje, el trote de una cabalgadura, monjes que pasan o un viandante que se aleja en el horizonte, tal vez un peregrino camino de Santiago, acá junto a la ermita de Santa Mariña una persona piadosa se detiene a orar. La niebla del tiempo, igual que a veces pasa por esta campiña borró el paso de generaciones, ahora luce el sol y se ve la nueva carretera llamada en un principio Tazones la Secada. Con una circulación bastante copiosa y hasta recargada en el verano, por la multitud que acude en busca del mar. La Campa de un solitario pasto comunal, pasa a ser lugar de concurrencia de gentes de paso que hacen un alto en el camino para tomar un descanso..."
No obstante, cierto es que cuando Llana-Rivera escribe su artículo aún no estaba construida la Autovía del Cantábrico con sus ramales, como el Camino, a Gijón/Xixón y a Oviedo/Uviéu
Un poco más arriba, junto a esta torre eléctrica, disfrutaremos de otro excelente panorama al ganar más altura del Monte Valdediós y demás cimas y estribaciones englobadas con su nombre y otros, como el Monte Lluaria, La Llomba y demás
Nuevos y bucólicos paisaje rurales y naturales de esta parte de la parroquia de Pueyes, posiblemente la tierra de algún Pollius, dice la toponimia, posesor de época astur-romana o altomedieval donde, como leemos en el Diccionario Geográfico de Asturias...
"Varios arroyos cruzan sus tierras, para aumentar el río Asta o Valdediós, cuyo origen está en los abundantes y excelentes manantiales del lugar de Santi, que también se aprovechan para el consumo de la capital del municipio."
Arriba, Peñacalva (502 m), más abajo algunas casas en La Cueva y El Camín del Castañéu, que va a La Viña y que vemos al fondo, topónimo que delata donde estuvieron las viñas del monasterio de Valdediós, si bien hace siglos que han desaparecido las cepas:
"Los terrenos, cubiertos de plantaciones de frutales, principalmente pumaradas, tierras de cultivo y praderías, fueron en su día parte del Coto de Valdediós, perteneciente al monasterio del mismo nombre, sito en esta parroquia. En todos los lugares de la misma tenía el monasterio propiedades, por lo que los vecinos contribuían con el 50% de sus diezmos, aunque eran atendidos por el párroco de Puelles"
El topónimo Asta es muy importante, como ya dijimos, de discutido origen, se le relaciona comúnmente con el celta "stour" (río) y se vincula a ciertos cursos fluviales, como el río Astuera en Colunga o el Esla, antiguo Ástura, el Stur citado por el historiador Plinio el Viejo en Bretaña, el Stör, antiguo Sturia en la desembocadura del Elba, o el Stura en el Piamonte, donde estaba la gentilidad celta de los esturi. Los topónimos Asturias, Astorga (Astúrica Augusta) y Estiria tendrían este origen y tal vez incluso el nombre del pez esturión. En gaélico ster y el bretón stour siguen conservando la palabra en su significado de río
Este valle fue el escogido por Alfonso III El Magno para construir su palacio, alejado de la corte pero a la vez bien comunicado. Se sabe que cazaba y meditaba en estos parajes, retirándose cuando era mester de las inmensas tensiones de su convulso y violento tiempo, como cuando fue depuesto por sus propios hijos al fina de su reinado. Ya en el lugar había villas romanas y en las cercanías castros ástures:
"En el lugar denominado La Villa, estaba situada una villa romana, que fue excavada a principios de siglo por José Fernández Menéndez, y fueron hallados baños y termas, cerámicas y canales de agua y otros elementos de construcción. Se cree que cercano a este lugar, en el denominado La Torre, estuvo situado el palacio de Alfonso III El Magno, aunque otras opiniones lo sitúan junto al Conventín. Lápidas y otros elementos de la época fueron encontrándose en distintas fechas en la parroquia, lo que indica que está situada sobre un importante asentamiento, que tuvo su momento álgido durante la monarquía asturiana, decayendo posteriormente."
De frente tenemos ante nosotros, al oeste, más cerca y desde más alto, La Parea'l Peñéu, estribaciones de La Llomba y Monte Valdediós que antes veíamos subiendo desde Santi
Parajes frondosos de tupidos bosques autóctonos en nuestro más inmediato entorno, como el de Fondalín, donde nace el arroyo del mismo nombre. Llana-Rivera nos informa además que en el lugar de Solafaya existió una fuente intermitente o vauclusiana "que dio origen a leyendas y tesoros escondidos"
Bajo nosotros se aprecia, señalado por la línea de arbolado entre dos colinas, el curso de La Riega Fondalín, otro afluente del Asta o Valdediós, de la que leemos en la Enciclopedia del paisaje de Asturias lo siguiente:
"Nace en el bosque de caducifolios y las praderías que le dan nombre en los montes de Valdediós, parroquia de Puelles, concejo de Villaviciosa, al este de la aldea de Lluaria. Baja regando los inclinados pastos que caen hacia Villarrica, los montes de La Cueva y los prados y tierras de cultivo de Los Carretones y Santi, por donde se une al río Asta tras recorrer aproximadamente 1,5 km por el paisaje siempre hermoso del valle de Valdediós"
"Ninguno de nuestros monasterios debe levantarse en ciudades, castillos o aldeas, sino en lugares apartados, lejos del tráfico de la gente."
Se distinguen bien parte de los edificios del claustro y la hospedería, además de la espadaña de la iglesia de Santa María y, a la izquierda, otras dependencias en torno a la plaza central situada delante de dicho santuario, donde ha empezado nuestra caminata en esta entrada de blog. A lo lejos, seguimos viendo Niévares y El Pedrosu
Al menos, en días de sol la umbría de algunos tramos no da un delicioso frescor y una agradable sensación de alivio, a la sombra de castañales y nozales...
Los castaños o castañales son de hojas inconfundibles, más arriba los ocalitos levantan sus picudas siluetas de crecimiento rápido y continua y periódica tala
En cada recoveco, entre el ramaje, divisamos más paisajes de Valdediós y su valle, formado por él y sus numerosos afluentes, ríos cortos pero rápidos, nacidos en las alturas de estas serranías, como la del Monte Cañéu, una de cuyas cotas, la de La Cobertoria o Sierra de Caés, situada más a la derecha de El Pedrosu, divisamos ahora desde aquí, la cual fue ya para nosotros una referencia visual y geográfica de la que muchísimo hemos hablado procedentes de Colunga cuando nos acercábamos a La Ría o Ría de Villaviciosa. "Forma, con el Picu Llan y El Pelapotros los Montes de La Cobertoria", leemos en la Enciclopedia del paisaje de Asturias, separando la zona del estuario de la de Les Mariñes:
"Su situación y altitud le dota de unas buenas vistas sobre el mar y gran parte de la costa asturiana, sobre el valle de Valdediós, la Sierra de El Sueve, Picos y Cordillera. Antiguo campo tumular, desaparecido por las plantaciones intensivas de eucaliptos en la zona, al igual que el viejo camino que unía Tazones con los valles del interior por La Fumarea."
En La Cobertoria, encima de Caés, reconocemos una de sus alturas, El Picu Llan, Illán o Iyán (362 m), cuya cima se diferencia bien de otras porque, al menos de momento, su cima está cubierta de prados y no de ocalitos, también otro "magnífico balcón sobre Les Mariñes y el mar hacia el norte y Ría de Villaviciosa por el sur". Sus laderas sí "están casi totalmente cubiertas de plantaciones de eucaliptos, tanto por la Parea de Llan, que cae sobre Caés, como por el Monte Llan hacia San Justo."
Más a la izquierda, otra vez El Picu la Curiella, "En los límites de las parroquias de Niévares, San Justo y Arroes, del concejo de Villaviciosa", dice la Enciclopedia del paisaje de Asturias, otra de las cumbres que revelan el paso entre el gran valle del Ríu Valdediós y su cuenca fluvial con Les Mariñes y el valle del Ríu España, dos de los pasos directos, con diferentes caminos históricos, de Villaviciosa hacia Gijón/Xixón:
"... vértice de 535 m, en la parte más oriental del cordal de Peón, muy cerca de los montes de La Cruz, El Cañéu y el área recreativa del Cordal de Peón. Está rodeado de plantaciones de eucaliptos y pinos, y domina desde su altura el valle de Valdediós, la ría y toda la rasa marina del concejo, siendo uno de los balcones más espléndidos de esta pequeña sierra. Está dentro del área de túmulos de estos montes"
El Camino de Santiago llega a Valdediós por La Ribera viniendo de Castiellu Ambás, donde se conservan los edificios de antiguos molinos harineros que funcionaban con la fuerza de las aguas del río. Más a la derecha, en el camino Llaneces, se encuentra la fosa de Valdediós, donde un monolito honra la memoria de las enfermeras y personal asesinados, en una orgía de horror, a finales de octubre de 1937, cuando el monasterio fue improvisado hospital psiquiátrico al trasladarse aquí el ovetense de La Cadellada, situado en pleno frente en la Guerra Civil
Más arriba de Valdediós, Llaneces, debajo de la Carretera la Campa y cerca de los lugares de Cobianes, Arlongo y Congares, también de esta parroquia de Pueyes y, más arriba aún, las laderas por donde sube, desde Ambás y su barrio de Villabona, el Camín Real hacia Arbazal y La Campa
El paisaje podemos admirarlo prácticamente sin detenernos o apenas, mientras recuperamos aliento en el duro pero bellísimo repecho hacia Villarrica
Además de contemplar el paisaje de la lejanía hemos también de admirar el de nuestro entorno más inmediato, sumamente hermoso en este boscaje intrincando, verdadera maraña vegetal
Crece la hierba en las veredas, en esta "penosa ascensión hasta el alto de La Campa, donde vuelve a confluir con el Camino Real", como la define el erudito José Ramón Menéndez de Luarca Navia Osorio en Los caminos de Santiago en Asturias: análisis, diagnóstico y propuestas:
"Tal desviación tiene por objetivo el muy importante enclave de Valdediós, con la famosa iglesia prerrománica y el monasterio cisterciense (...) Aunque la desviación descrita está perfectamente justificada por la importante presencia de Valdediós, debería señalarse como tal desviación y mantener la indicación en el camino principal, mucho más corto y cómodo."
Estas arboledas son las que ocultan, salvo desde lo alto estas aldeas de Vallinaoscura y Villarrica, "dos pueblinos escondidos bajo la falda más oscura del Alto de la Campa", dice Jfcamina en Camino del Norte a El Salvador, "La subida será dura, así que nos la tomamos con calma y para arriba que vamos".
Subida recta y directa, el Camino apenas zigzaguea, son todo rectas continuas que nos llevan a ganar altura con gran rapidez
A la izquierda ye yergue la tupida selva del bocage, a la derecha también pero menos, pues esta da paso a las praderías que caen al valle
La sebe o seto silvestre nos separa aquí de las fincas, dando vista de nuevo al Monte Lloses y La Rasa Arbazal, por donde van la Carretera la Campa y más arriba, recalcamos, el Camín Real, al que tanto nos estamos refiriendo y al que también le dedicamos las oportunas entradas de blog
Tramo a pleno sol en este gran mirador sobre la parroquia de Pueyes y parte del concejo de Villaviciosa
Otra torre eléctrica con La Parea'l Peñéu enfrente, anuncia que hemos llegado a Villarrica, otro hito poblacional y caminero en esta fuerte y dura ascensión a La Campa desde Valdediós
Tramo a pleno sol en este gran mirador sobre la parroquia de Pueyes y parte del concejo de Villaviciosa
Otra torre eléctrica con La Parea'l Peñéu enfrente, anuncia que hemos llegado a Villarrica, otro hito poblacional y caminero en esta fuerte y dura ascensión a La Campa desde Valdediós
Otra magnífica hacia El Polléu y Valdediós, cuyos grandes tejados de teja roja destacan en medio de las arboledas
Asoman en primer término a nuestra izquierda algunas casas de El Polléu, donde está la fuente de su nombre y el depósito de agua del castañéu o castañar de El Xardinal y los prados de Solafaya y La Güertina. Ahí está la casa de José Meré, que también era gaiteru, además de tamboriteru, tenía llagar de sidra y trabajaba como carpintero
Si nos fijamos ahora, a la derecha del monasterio y al lado de una palmera, llegamos a distinguir un pequeño edificio, es el palomar del monasterio, del siglo XVIII, donde se dice estaban las palomas mensajeras que permitían comunicarse prontamente con los dominios monacales, incluso con la sede de la Congregación Cisterciense de Castilla, a la que el monasterio pertenecía desde 1515 tras haberse fundado como filial del de Sobrado dos Monxes
Detrás, las arboledas de El Bosque, donde está El Prau de Don Jaime, el de la fosa de Valdediós, en el camino que subía directo desde el monasterio a Arbazal, el que sería el empleado por los cistercienses o su personal auxiliar para atender el famoso Mesón del Císter existente en dicho pueblo
Más arriba de El Bosque y La Curuxa, Llaneces, quintana con dos casas con sus cuadras y hórreos en un rellano de la muy arrimada ladera del monte que cae hacia el monasterio
Por ahí están los campos de El Pinganón, prados que se extienden monte arriba hacia la carretera y por donde baja La Riega del Pinganón
Y al pie de la carretera, La Provincia , un topónimo que es posible tenga que ver con la relación del lugar con el coto y posesiones monásticas de Santa María de Valdediós
En un pequeño rellano o escalón natural del monte está también Villarrica, cuyas casas se extienden linealmente a la derecha de esta bifurcación en la que nosotros vamos a ir a la izquierda, para seguir subiendo, por lo que casi puede decirse que no entramos en la aldea pero sí pasamos a sus puertas
Y a las puertas del llagar de Sidra Meana, "elaborada por la familia Meana de manera artesanal en el valle de Valdediós desde 1970", leemos en Instagram
Cartel en la puerta
Continuamos subiendo sin tregua monte arriba a la vista del Altu Lluaria (602 m), sobre el pueblo de este nombre, del que se dice es el más alto del concejo de Villaviciosa, al que veremos desde algo más arriba
Desde "algo más arriba" vemos ahora las casas de Villarrica, las cuales forman una calle en la falda de La Llomba, a medio camino entre la cumbre y el valle (aún nos queda pues subir bastante)
De Villarica se dice que "ye'l pueblu de les dos mentires", porque "nin ye villa nin ye rica", según dicen algunos vecinos. El nombre tiene más bien que ver con la riqueza de su emplazamiento para huertas y frutales y el término villa se aplicaba en origen a pequeños núcleos agroganaderos, como las villae del tiempo de Roma
Estos términos alrededor de Valdediós fueron antaño una verdadera despensa del monasterio, tierra agrícola y ganadera por excelencia, además de poblada de bosques, antes mucho más extensos, de abundante caza, al igual que en el río había trucha, reo y anguila
Por allí baja La Riega Vallina, que nace en Lluaria, a 450 metros de altitud, otra de las fuentes que aportan agua al Ríu Asta que luego será el Valdediós
La Riega la Vallina riega estas vegas de El Gorgoyu y se sume, subterránea, hasta aflorar al pie de La Viña, tras un recorrido de unos 600 metros
La Riega la Vallina riega estas vegas de El Gorgoyu y se sume, subterránea, hasta aflorar al pie de La Viña, tras un recorrido de unos 600 metros
Un poco apartada de las demás casas, esta da vista a esta preciosa vega donde pace la reciella, el ganado menudo o menor, ovejas en este caso. Presenta un corredor orientado al este, con cuerpo lateral y, al lado un texu, el totémico tejo, en este caso un ejemplar muy joven, "el árbol que crece desde arriba", leemos en EscapadaRural:
"En un tejo han vivido cientos de tejos. Es un árbol que renace de sí mismo y por eso ha sido símbolo de la fertilidad eterna ya para el hombre prehistórico.
¿Por qué? Hageneder lo explica así: «El interior del tronco del tejo está hueco. Desde los nódulos de las ramas, una raíz interna desciende por la oquedad hasta llegar al suelo, enraizarse y generar un tronco nuevo, mientras se seca y cae el que lo rodea».
Por eso es tan longevo: el tejo es eterno. Un dicho popular inglés reza así:
Las vidas de tres zarzos, la vida de un perro./ Las vidas de tres perros, la vida de un caballo./ Las vidas de tres caballos, la vida de un hombre./ Las vidas de tres hombres, la vida de un águila./ Las vidas de tres águilas, la vida de un tejo./ La vida de un tejo, la longitud de una era./ Siete eras desde la creación hasta el día del juicio."
Dejando Villarrica llegamos a una bifurcación, en la que continuaremos a la izquierda
El Camino, hormigonado, hace así un giro completo, aquí sí zigzaguea
Volvemos a tener de frente El Monte Arbazal, que "Toma su nombre de la aldea de Arbazal", leemos en la Enciclopedia del paisaje de Asturias, un topónimo que a todas luces tiene que ver con herbazal, lugar abundante en hierba, nos dice el filólogo Xosé Lluis García Arias en Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos:
"Es probable que Arbazal, documentado ya tempranamente como “Ervazare” se haya formado sobre el lat. herbam ‘hierba’ (EM) a través del adjetivo HERB¯ACEUS, A, UM, incrementado con el sufijo abundativo. Hoy erbazal o yerbazal pervive como apelativo para aludir a un conjunto de hierbas en promiscuidad o a un lugar donde están muy crecidas y abundantes.
Evidentemente, el topónimo también podría explicarse desde el lat. ERV¯ACEUM, adjetivo formado sobre ERVUM ‘yero, lenteja’. En el intento de relacionarlo con un adjetivo del tipo abacial, cosa que no me parece la adecuada, no ha de olvidarse que en este lugar hubo una abadía de cistercienses"
Siguiendo la lectura de la Enciclopedia del paisaje de Asturias, el monte, situado en la ladera que cierra por el este el valle de Valdediós, "tiene una altura de 564,58 m y es límite de los concejos de Villaviciosa, Cabranes, Nava y Sariego", formando una cordillera, que junto con la de Lluaria cierra el de Villaviciosa por el sur y el suroeste
"Sus laderas son de prados y pastizales y alguna plantación de eucaliptos", continuamos leyendo, "Tiene una vista espectacular de los valles que lo rodean, de manera especial sobre la ría de Villaviciosa y sobre los Picos de Europa y la Cordillera"
De este "hoy terreno recubierto por praderas" dice Llana-Rivera que "parece ser el cauce de un antiguo glacial del cuaternario con gran arrastre", formando la masa de La Parea Vallinaoscura:
"constituida por brechas de agudas aristas, muchas formadas por las mismas deposiciones de carbonato cálcico. Al llegar a Ballinaoscura se ve que el pueblo está asentado sobre una potente masa formada por tobas o toscas que confirma el paso de aguas caudalosas, las mismas que hoy siguen curso subterráneo originado por el paso del tiempo milenario."
Al estar más altos va ampliándose la perspectiva. Ahora al norte, luego de El Pedrosu y La Cobertoria, el Pelapotros o Monte Cabañes (408 m). Ese cordal da paso a Les Mariñes, la rasa costera al noroeste del concejo de Villaviciosa, por donde hubo un ramal más costanero de camín real, por donde se tiene registrado en paso de peregrinos en siglos pasados. No ha sido en cambio catalogado, ni recuperado ni señalizado, pues a partir del siglo XVIII cayó en desuso al ser más corto el del Altu la Cruz. Era popularmente llamado, para diferenciarlo de otros, el Camín Real de les Mariñes...
Villarrica y Valdediós: los topónimos villa, recalcamos, hacen referencia a antiguos poblamientos, fundaciones medievales o anteriores, incluso romanas. Estos parajes estuvieron habitados, como hemos visto, desde la más remota noche de los tiempos
Las riegas y arroyos, así como las aguas subterráneas de este anfiteatro natural de las fuentes del Ríu Asta confluyen, en la vega de Santi y sus inmediaciones, pudiendo surgir con ímpetu, el cual se incrementa aún más al unirse y bajar en torrente, con gran perjuicio para el monasterio y los pueblos de sus orillas, como el de La Ribera, por donde llegamos a Valdediós desde Castiellu Ambás, donde se bifurcaron este camino y el de Arbazal
El investigador Llana-Rivera nos informa al respecto de la leyenda, común a otros lugares, que "En "Pozu Poceru" cayó una moza de Arbazal, desapareciendo en sus profundidades y apareciendo, tiempo después, los corales de su collar en los manantiales de Santi". Independientemente de la veracidad de la tradición en sí esto demuestra el antiguo conocimiento de la comunicación subterránea de pozos, galerías, grutas y acuíferos y su recorrido valle abajo
Valdediós y el edificio de hospedería en torno a su patio de servicio. A su izquierda se ve el tejado de la panda oriental del claustro y el del crucero de la iglesia, el de su nave central o nave mayor y algo de la monumental espadaña del campanario
Valdediós y el edificio de hospedería en torno a su patio de servicio. A su izquierda se ve el tejado de la panda oriental del claustro y el del crucero de la iglesia, el de su nave central o nave mayor y algo de la monumental espadaña del campanario
Sobre el pueblo de Villarrica existe otro sumidero, el llamado Pozu Roma, "que más que un pozo es un zanjón largo y profundo que hace dudar si es natural o una explotación minera del tiempo de los romanos", estando pendiente su estudio para afirmarlo con rotundidad:
"Hay hechos o dichos curiosos cuando se escucha a las gentes del lugar: por la cueva de tal lugar sale aire caliente en invierno y frío en verano; yo creo que la lógica no llega más allá, la temperatura de los chorros del aire al venir de las profundidades es siempre la misma, lo que varía es la temperatura exterior"
Musgo en les muries, la subida, de gran dureza, ya no ofrecerá tregua alguna hasta llegar a La Campa
Fuerte recuesto, a la derecha, la roca madre caliza aflora en abundancia, con ella se hizo el monasterio de Valdediós
Fuerte recuesto, a la derecha, la roca madre caliza aflora en abundancia, con ella se hizo el monasterio de Valdediós
Este tramo es como un gran tobogán por el que avanzamos de abajo arriba en rápido ascenso
El Camino, no obstante, no ofrece pérdida, apenas hay ningún cruce o desvío en el que dudar, todo es subir y subir por esta senda hormigonada
Llegados aquí, nos parece intuir, más que divisar, la cima, casi más un deseo que una realidad de momento
La subida, a pleno sol, un desafío al esfuerzo y una buena quema de calorías
Aquí hay un trecho algo menos cuesto, pero siempre en subida
Valdediós a vista de pájaro. Ahora vemos, entre los árboles un poco más arriba del monasterio una de las casas de El Peredal, por donde llega al monasterio el Camino procedente de Castiellu Ambás y La Ribera. Más a lo lejos, en El Pedrosu, vemos ahora un poco del Mar Cantábrico
En el monasterio reconocemos bien la hospedería y el patrio de servicio además de un poco del piso alto septentrional del claustro, su tercera planta, diechochesca. Luego, más allá de la iglesia, la nave mayor y la cabecera de El Conventín
En medio del valle, las parroquias de Camoca, Grases y Niévares. Más allá Cazanes y Bedriñana. Se reconoce también muy bien la Carretera'l Pedrosu (N-632) así como, también en el valle, el famoso nudo de Grases de la Autovía del Cantábrico encrucijada de la A-8 y la A-64 con sus enlaces, puentes, viaductos...
Valdediós a vista de pájaro. Ahora vemos, entre los árboles un poco más arriba del monasterio una de las casas de El Peredal, por donde llega al monasterio el Camino procedente de Castiellu Ambás y La Ribera. Más a lo lejos, en El Pedrosu, vemos ahora un poco del Mar Cantábrico
En medio del valle, las parroquias de Camoca, Grases y Niévares. Más allá Cazanes y Bedriñana. Se reconoce también muy bien la Carretera'l Pedrosu (N-632) así como, también en el valle, el famoso nudo de Grases de la Autovía del Cantábrico encrucijada de la A-8 y la A-64 con sus enlaces, puentes, viaductos...
Como hemos dicho, por aquí el Camino zigzaguea, aquí llegamos subiendo a una curva cerrada a la derecha
Es otro giro completo, como el que tuvimos más abajo al salir de Villarrica
Ahora sí que nos parece estar bien seguros que nos acercamos al final de tantos y tan continuados remontes
Ahora, arriba, al oeste, empezamos a ver algunas casas de Lluaria, en lo alto del monte, o montes, que llevan su nombre, así descritos en la Enciclopedia del paisaje de Asturias:
Es otro giro completo, como el que tuvimos más abajo al salir de Villarrica
Ahora sí que nos parece estar bien seguros que nos acercamos al final de tantos y tan continuados remontes
Ahora, arriba, al oeste, empezamos a ver algunas casas de Lluaria, en lo alto del monte, o montes, que llevan su nombre, así descritos en la Enciclopedia del paisaje de Asturias:
"Se levantan al sur del concejo de Villaviciosa, cerca de los límites con el de Sariego, en la parroquia de Puelles. Es una elevación alargada, cubierta de excelentes pastos por La Montería y Porciles (topónimos con resonancias cinegéticas) y algunas manchas de bosque mixto. En ellos están algunas de las alturas más considerables del concejo, alto Valloveru con 607 m y El Cabañín con 601 m. Es el mirador más espectacular sobre los valles de Villaviciosa y Sariegu, alcanzando hasta Picos de Europa y la Cordillera"
En cuanto al pueblo de Lluaria, también de la parroquia de Pueyes, este se dispone extendido a lo largo del camino que atraviesa La Llomba de oeste a este y que pronto se cruzará con este. A unos 540 metros de altitud, es uno de los pueblos más altos de Villaviciosa y con mejores vistas. Allí nace la riega de La Forquera, en La Fuente Castañón, afluente del río Rozaes. En la zona están los pozos de Los Maderos, La Quinta y La Quintona, frecuentados por espeleólogos y origen de leyendas, una de ellas dice que antes estaba más abajo, en El Caminón, el viejo paso hacia el valle, donde ahora están los prados de El Prau la Campa y El Palombar
Cuenta con capilla propia, construida por un vecino en el año 1914, la de La Pilarica: allí están El Campu y Casa Pepe, donde tenía fragua Luis el Ferreru, La Fuente Lluaria, Casa Albino y Casa Alfonso (junto a la capilla), Casa Juan, el solar de la antigua Casa la Perlora, Casa Joselín, Casa Vicente, Casa Sandalio... y unas cuantas más
Pese a tener las cimas de La Llomba y sus estribaciones muy cerca y a la vista las cuestas aún no se han acabado y se cobrarán su tributo de fuerzas y energía antes de llegar a la planicie del collado de La Campa
Sin dejar de subir, seguimos zigzagueando al salir de los bosques de Villarrica a la vista de los prados de Lluaria
Consolémonos no obstante pensando que son estos ya los metros finales de toda esta serie ininterrumpida de rampas que hemos empezado en el cruce de Santi
Y dado que son los últimos repechos van a ser estos un buen lugar para ir despidiéndonos del valle de Valdediós, antiguo Boides, que para unos es valle de bois 'bueyes', referido al ganado vacuno en general y para otros de fuentes
Sobre Valdediós, El Picu Lloses (455 m) y La Rasa Arbazal (469 m), con sus prados y majadas
De la misma manera que vemos la línea de la carretera podemos reconocer, más arriba, la del Camín Real, al pie de los prados de la cima, que discurre ya casi en llano en las proximidades del pueblo de Arbazal
Realmente, reiteramos, era este el camino antiguamente más empleado para subir a La Campa, el Camín Real, Valdediós estaba en un lugar un poco más aislado, como así gustó a Alfonso III El Magno y luego a la Orden del Císter para establecerse en el valle, sin duda continuidad de asentamientos muy anteriores. Escribe Llana-Rivera:
"Cuenta la leyenda, que en cierta ocasión, cuando el rey Alfonso III se dirigía desde su corte de Oviedo a la tierra de Boides (Puelles), hizo un alto en el camino para tomar un merecido descanso en tan larga y pesada cabalgadura, al tiempo que contemplaba la belleza del valle elegido para quietud y retiro místico de su desasosegado espíritu.El lugar elegido fue una fértil campiña donde se conjugaba el perfume de la hierba salvaje y el frescor de la brisa del mar. Cuál sería la admiración del Monarca que exclamó "¿Oh fermosa Campa de yerbazal!"
Valdediós y los bosques de La Ribera, en cuyos llanos campos de su vega jugó el equipo de fútbol local, el Imperial de La Ribera
Nos despedimos pues del monasterio de Santa María de Valdediós y de la iglesia de San Salvador, El Conventín, de la que reconocemos ahora parte de su fachada principal, con su ventana bífora, a la izquierda de la espadaña de la iglesia monacal
Con ilusión ya vemos al final de tan ardua ascensión las casas de La Campa, dispuestas en la frontera de Villaviciosa con Sariegu, donde se celebraba antaño la grandiosa romería de Santa Mariña, en la desaparecida capilla de esta advocación
A la izquierda están las casas de la carretera donde, al cruzarla, nos uniremos al otro Camino, que viene de Arbazal, entrando en Sariegu por la parroquia de San Román, la más oriental de ese concejo
Allí se divisa la casa El Mariñán, de antaño afamada gastronomía y que durante tantísimos años fue parada obligada en la antigua carretera, ahora con muchísimo menos tráfico y trasiego de gentes. De cuando estaba abierto hace esta semblanza Llana-Rivera:
"La Campa de un solitario pasto comunal, pasa a ser lugar de concurrencia de gentes que de paso hacen un alto en el camino para tomar un descanso, contemplar el paisaje o tomar un refrigerio en el bar-restaurante"
"Es punto de partida de la carretera a Nava y la de Luaria de reciente factura", continúa diciendo este investigador, "arranque hacia el E. del monte de Arbazal de suave relieve y cuya cumbre más elevada es la Parea Faro (565 m)"
Por allí discurre El Camín Rial, muy llano desde la aldea de Arbazal, con los pastos de L'Alvarina y El Prau la Campa, así como los altos y praderías de El Cuetu y Los Campones
Más allá están Les Cabañones, otro topónimo eminentemente pastoril, como el de La Comuña y otro de sus hoyos cársticos, El Foyu les Abeyes, en la parte que cae ya hacia el otro lado del Monte Arbazal, a la parroquia de Valdebárcena
Bajo la carretera El Prau la Campa y El Prau Castru, donde a pesar del nombre Marta Villazón no encontró referencias a construcciones castreñas o leyendas entre sus informantes
Aquí sí vemos en la lejanía algo del pueblo de Arbazal, donde está en sus inmediaciones el prau de Les Canteres, de donde se sacaba piedra, como su nombre indica, así como los de Les Caves (de 'cavar') y La Pareína, que tiene encima los de El Barrial (de 'barro')
En las cercanías de Arbazal están los parajes de La Cabarrada, El Pozu y La Güertina de Xunta'l Pozu, uno de esos pozos mitológicos formados por la erosión cárstica, dice Llana-Rivera que no se descarta incluso que alguno pudiera incluso ser de algún volcán apagado hace cientos y cientos de millones de años, asunto que confirmaría o desmentiría el pertinente estudio geológico
Vemos la carretera que desde la general comunica con Arbazal por El Prau; al pie del pueblo está La Cruz, campos con algo de rellano donde se celebra la romería de la Cincuesma. Más abajo, la ocalital de La Parea les Felgueres, con La Rozona, La Pumaraína y Cerramartín. De la Cincuesma hallamos este bonito reportaje en VillaviciosaHermosa del 5-6-2017:
"Alicia y Antonio (éste ya fallecido), vecinos de Pueyes, nos contaron así hace unos años el enigma de Cincuesma
“Esta fiesta es oriunda de la parroquia de Pueyes, concretamente de la iglesia de Arbazal, donde se encuentra la Virgen de las Angustias. Ésta imagen quiso ser quemada, como tantas otras, cuando la guerra. Pero los mozos del pueblo fueron tan ocurrentes, que enroscándola en un saco la introdujeron dentro de una facina en un prau al lado de arriba de la iglesia, conocido como el “subiron”, de donde la fueron a rescatar una vez pasados los tiros, incendios y demás desastres.
La Virgen de las Angustias se baja desde la iglesia de Arbazal 9 días antes de la fiesta, hasta la iglesia parroquial de Pueyes, donde se reza diariamente la novena, el rosario y se canta la canción de los “Dolores a la Virgen de las Angustias”
A las 11,00 horas, con los gaiteros los Figueros de Rozaes, salía este domingo la procesión con la Virgen de las Angustias desde Pueyes, acompañada de voladores. Seguidamente iban los hombres cantando y a continuación la Virgen y el párroco. A continuación las mujeres, hombres y mujeres cantando y contestándose el rosario, al antiguo son, como manda tradición. Desde Pueyes se llega en procesión al Monasterio de Santa María de Valdediós. Se continúa por el ‘camín’ de Santi hasta Vallinaoscura y seguidamente por un ‘prau’ por debajo de Arbazal, pasando por la carretera general de Oviedo, para llegar al desvío que lleva a Arbazal.
En esta procesión antiguamente, debido a la gran devoción que había hacia la Virgen de las Angustias, la gente subía ofrecida a ella descalza o con mortaja, incluso de esta última manera se podían ver todavía a algunas personas en los últimos años.
Una vez en la iglesia se cantan los (siete) dolores a la Virgen de las Angustias y a continuación a las 13,00 horas tiene lugar la misa. Seguidamente se realiza la ‘puya’ del ramu.
La Fiesta de Cincuesma organizada por la Asociación Cultural Boides, finaliza con la tradicional costillada a las 15,00 horas en el prau de la fiesta, acompañada de banda gaites."
Arbazal es pueblo pequeño pero en tiempos fue todo un 'oasis' en aquellos páramos solitarios en el que los cistercienses de Valdediós fundaron en 1640 su hospital (hospedaje) y mesón, justo al lado de la iglesia de Santa María, cuyo tejado y espadañan asoman un poco a la izquierda de este aldea de casas concentradas en torno al Camín Rial. El 23-2-2022 la corresponsal de La Nueva España Olaya Pena publicaba el artículo Arbazal, la olvidada aldea del Císter, una joya para disfrutar en Villaviciosa, repasando su historia y presente:
"En la parroquia maliayesa de Puelles existe un enclave donde el tiempo parece haberse detenido hace siglos. Se trata de Arbazal, una pequeña aldea con apenas una decena de habitantes que está ubicada a unos 400 metros sobre el nivel del mar en el ascenso a La Campa. Se dice que el topónimo proviene de hierba (Ervazare), por lo que es muy posible que el origen de la población haya sido una majada de pastores que se acabaría convirtiendo en lugar de paso fronterizo entre los concejos de Villaviciosa y Sariego, y, por ello, de notable importancia en épocas remotas. De aquel pasado, Arbazal conserva un oratorio bajomedieval, sobre el que luego se construyó una iglesia románica, una antigua venta ligada a la orden del Císter y una construcción aún más vetusta en cuya fachada luce un singular reloj de sol.
La estrecha caleya que cruza la pequeña aldea fue durante la época medieval un paso obligado del Camino de Santiago para los peregrinos que venían por la ruta de la Costa y que, en el cruce de Casquita, decidían continuar su recorrido hacia Oviedo para enlazar con el Camino Primitivo. En consecuencias, Arbazal gozó de gran relevancia, tal y como señala Rebeca Meana, de la Fundación Cardín. “La importancia del paso del Camino de Santiago y de la aldea en sí viene dada por ser un lugar de paso y despedida de Villaviciosa, y también de recepción de los que volvían, porque siempre se habla del Camino de ida, pero en algún momento tenían que volver. Entonces, esos caminantes que regresaban, quizá para llegar hasta el puerto de Tazones para coger un barco, o para seguir por el itinerario de la Costa llegaban a Arbazal, convirtiéndolo en un lugar de paso importante. Desde el siglo XIII se tiene constancia de bastante movimiento en la aldea. Desde peregrinos, hasta los carruajes de las líneas de transporte de viajeros. Todos ello aportaría cierta riqueza”, subraya.
En este paso natural entre dos concejos se concentran, en menos de veinte metros, varios vestigios de aquel ir y venir de gentes y de historias, aunque, a día de hoy, cueste imaginarse tal trasiego, ya que muchas de las viviendas se encuentran en un estado de avanzado deterioro. Una de las construcciones que mejor se conserva es la conocida como “el mesón de los cistercienses”, una casona que data de 1640 y que nació como venta o albergue de peregrinos, donde no sólo se refrescaban y reposaban los caminantes, sino también los animales de tiro que subían el puerto. Además de para reponer fuerzas, también servía para cambiar los tiros de los carruajes de pastores y arrieros tras la abrupta subida. En el siglo XVII, Arbazal se encontraba dentro del ratio de influencia de uno de los monasterios más importantes de la época, el de Santa María de Valdediós, en el cercano calle de Boides, perteneciente a la Orden del Císter, el cual, desde Arbazal, tutelaba el paso entre Villaviciosa y Sariego. Por ello, los monjes construyeron en la aldea este mesón “como lugar de descanso y recogimiento”, subraya Meana. Desde la Asociación Cultural Boides, de Puelles, coinciden en que “el mesón podía haber tenido una función de refugio o haber sido una especie de venta en el Camino, incluso se dice que fue una casa de convalecencias para los monjes enfermos o aquejados de las humedades de la parte baja del valle”. Añaden desde el colectivo que no existe mucha documentación al respecto, ya que se quemó durante un incendio en el monasterio de Valdediós, pero se presupone que el edificio constaba de dos plantas ya en su origen y que estaba habitada la superior, a la que se accede por una escalera frente a la iglesia. La parte trasera, más baja, aún conserva lo que parece ser un arco de medio punto en el muro, que sería, probablemente, la entrada a una caballeriza o a un almacén”. También se mantiene sobre el dintel de la puerta el escudo de los cistercienses, concretamente de la congregación de Castilla.
Junto al mesón se erige la iglesia de Santa María de Arbazal, que nació como un oratorio en el siglo VIII y constituye uno de los pocos testimonios que se mantienen de este tipo de construcciones en la región. Aquella capilla aún se distingue en el lado norte y estaba dedicada en su momento a San Saturnino (Sanzadornín). Según explican desde la Fundación Cardín, la ermita fue creciendo hasta conocerse, ya en época románica, como uno de los santuarios más famosos del concejo. Además, en dicho templo se sigue celebrando cada Pentecostés la “Cincuesma”, fiesta que todos los años atrae a numerosos fieles y donde se venera a la Virgen de las Angustias.
Junto con el templo y el mesón se halla otra construcción muy singular, la llamada “casa del reloj”, en cuya fachada se conserva un reloj de Sol cuyo pasado y finalidad es un misterio, ya que no se encuentran datos ni archivos sobre ello”, admite la guía de la Fundación Cardín. “El problema de Arbazal es que apenas vive gente ya y es muy difícil encontrar testimonios sobre el pasado del pueblo”, añade Meana.
Todas estas huellas del pasado constituyen un conjunto ambiental y arquitectónico de gran interés, que está incluido en el Inventario de Patrimonio Arquitectónico de Asturias, pero que apenas es conocido, ni siquiera por los vecinos del concejo.
Tras un pasado agitado, lleno de peripecias de viajeros, religiosos y gentes hospitalarias, Arbazal es hoy un pequeño reducto de historia que pocos conocen, un lugar con un encanto misterioso donde reina el silencio."
La iglesia actual es barroca, pero se conserva un santuario mucho más antiguo, prerrománico, que con el nuevo templo pasó a ser sacristía. Un tejado a su izquierda es el del Mesón del Císter o Mesón Cisterciense, monumentos todos junto a los que pasan los peregrinos que escogen esa ruta
Sobre la carretera, La Parea y La Pareína, Más a la izquierda está el lugar de La Vallina, por donde viene El Camín Rial subiendo de San Pedru Ambás, así como los terrenos casi verticales de La Parea la Vallina, cuya parte alta se conoce como Los Benitos
Más arriba, El Cuetu (469 m), donde está el depósito de agua, rodeado de prados, a mayor altura aún que El Picu Lloses
El Camín Rial o Real sube de San Pedru Ambás por Les Cabañes y La Vuelta les Cabañes con El Llosu, bajando por ahí una riega en La Brimolea. Existe ahí el topónimo El Mesón, en La Terrona, que podría revelar la existencia de un mesón más antiguo, anterior al cisterciense
Volvemos a mirar al valle, el monasterio ya no se ve, estos eran los límites de su coto, según la copia conservada de su Libro Becerro:
"La Forca Arvazal, e a Santa Marina de Aspra, e a Santa María de Arbazal, e al canto de possadeiro, e sobrepena con era, e la penna ad noral, e al campanario de San Pedro de Ambás, e al riego del Camino de Arpoli, e al canto del Concellero, e al riego de Valleciellos, e a la hortillera del ataud, e a la penna de los perales, e a la peña del Cuervo, e a la penna de Gamonedi, e al Canto de las Vardas, e a las felgueras, e a las Arcas"
Como podemos comprobar, muchos de estos topónimos perviven en la actualidad...
Inolvidable paisaje pues del concejo de Villaviciosa, que pronto vamos a dejar atrás...
Nos acercamos a Casa Aurelio, a la entrada de La Campa y donde se cruzan este Camino y el de Lluaria
Lluaria a nuestra izquierda, bajo El Cantu Cabañín y Porciles y sobre el pequeño y boscoso valle de La Parea'l Pandu, que cae hacia una de las riegas que conforman el nacimiento del Ríu Asta, sin embargo su altura da serios problemas con el suministro de agua en verano. Aquí tenemos esta noticia de Mariola Menéndez para La Nueva España del 11-8-2013:
"Para los vecinos de Lluaria, en Villaviciosa, el agua es más que un bien preciado, tanto que aseguran que lo pagan a precio de oro. Se quejan de que cada vez que les falta, algo habitual en verano, el Ayuntamiento les cobra 90 euros por cada cuba y, eso que, según el alcalde, José Felgueres, sólo les facturan el coste del transporte, no del agua.
Los vecinos apuntan que tienen pendiente con el Consistorio una factura de casi 800 euros de las cubas que les sirvieron en agosto del año pasado, pues el presupuesto ya no llegó para septiembre. Confiaban en poder tirar hasta la semana que viene, pero ya han solicitado el primer viaje de agua de este verano, que lo esperan para el lunes.
Mónica Piquero nació en Lluaria y conserva una vivienda en el pueblo. Pide que se solucione el problema de una vez por todas porque asegura que tiene 40 años y recuerda que éste ha sido un asunto que siempre ha traído de cabeza a los habitantes de este pueblo, ubicado en el alto de la Campa, lo que le hace ser uno de los de mayor altitud habitados del concejo de Villaviciosa.
Su cota y el encontrarse lejos de la traída que lleva el agua de Cadasa a Cabranes complican la acometida de una red que solvente el problema, pues su presupuesto se dispara. Así lo asegura el Alcalde, que reconoce no ser ajeno a la situación de estos vecinos, pero las estrecheces económicas de las arcas municipales no permiten afrontar la obra a corto plazo.
Mónica Piquero asegura ser consciente de la situación, pero considera que los responsables municipales, al menos, sí deberían comprometerse para darles una solución inminente. Una salida es que no les cobraran las cubas porque es «un elemento de primera necesidad» y, si lo hacen, que sea a un precio más razonable, ya que la escasez de agua es sólo durante uno o dos meses en el verano. Aunque ha habido años que se han tirado tres sin ella. Piquero explica que el pueblo se suministra de un manantial natural que surte al depósito. El problema es que cuando no llueve, éste se vacía y llega la sequía.
«Hay poca agua», advierte Sandalio Marcos, temiendo que la escasez del manantial de La Foquera les corte de nuevo el grifo en breve. «El problema es en verano», incide Inés Riera, mientras que otra vecina, Elvira Piquero, argumenta que «en cuanto para de llover, el manantial queda con menos agua». Benedicta Piquero aventura que en quince días se quedarán sin nada, porque ya se está vaciando el depósito. De ahí que ya hayan tenido que pedir una cuba.
La sabiduría popular sostiene que uno no suele valorar lo que tiene hasta que lo pierde. En Lluria, donde padecen escasez de agua, conocen lo que los cortes de suministro dificultan realizar las tareas más cotidianas como lavar, fregar o asearse. Pero, ¿cómo se puede vivir sin agua en el siglo XXI? «¡Ah! Pues viviendo. Hay que ir a buscarla donde la haya», responden las vecinas.
La colada, en este pueblo, en verano, se hace cuando vuelve el suministro, o se arreglan llevando la ropa a lavar a otro sitio, según Begoña García. «No puedes lavar ni ducharte y para fregar los cacharros tienes que arreglarte en un barcal y aclararlos como puedas», apostilla Elvira Piquero.
«Pedimos una solución más razonable», solicita Inés Riera, ya que la carestía del agua hace que no sea asequible, pues estiman que necesitan entre dos o tres cubas por semana en el verano.
«Llevamos así unos 40 años», destaca Carmen Poladura, pues la traída que entonces acometieron los vecinos se ha quedado obsoleta para cubrir las necesidades de los más de treinta habitantes que tiene el pueblo. «Queremos que el Ayuntamiento de Villaviciosa solucione ya el problema y si tiene que traer agua, que no nos la cobren», exigen. Al menos, este año están siendo afortunados porque al llover más han aguantado mejor. Si no, por estas fechas ya estarían con cortes en el suministro, advierte Begoña García."
La Foquera es otra de las alturas de Lluaria, muy cerca de Valloveru o Valloberu (valle lloberu, de 'llobos', lobos) y sus campos de túmulos necrópolis megalíticas de 4.000 a 5.000 años de antigüedad, testimonio de las antiguas civilizaciones pastoriles megalíticas que poblaron La Llomba
Las casas se disponen escalonadas en la ladera, entre ellas pasa un antiguo camino pastoril que, siguiendo el cantu o cresta de La Llomba, la recorre por entero
A ese camino, ahora comunicación de Lluaria con La Campa y la carretera, llegamos ahora, tomando en esta bifurcación el camino de la izquierda, que sigue todo recto al pie de Casa Aurelio en estos ultimísimos metros de subida
Casa, panera y palmera, justo sobre nosotros, tal y como las vemos al pasar alzando la mirada
Y terminamos en la carretera de Lluaria, hecha por los propios vecinos a sestaferia, el trabajo comunal del sexto día (sábado), la sexta feria
Casa, panera y palmera, justo sobre nosotros, tal y como las vemos al pasar alzando la mirada
Y terminamos en la carretera de Lluaria, hecha por los propios vecinos a sestaferia, el trabajo comunal del sexto día (sábado), la sexta feria
Y caminando en llano ya tenemos de frente La Campa, en la carretera. Allí, más atrás a la izquierda, llega El Camín Rial procedente de Arbazal, bajo los prados de Santa Mariña (479 m), donde se celebraba antaño la feria de su nombre, en el campo de una desaparecida capilla de esta advocación, en lo que en documentos antiguos aparece mencionado como "Puerto de Santa Marina" y donde pervive la memoria de los pastores trashumantes de Casu, en el alto Nalón, que bajaban de los pastos altos de la Cordillera a estos más suaves de clima de la marina en invierno
Capilla citada por primera vez en 1526, al delimitar las posesiones del monasterio de Santa María de Villamayor (Piloña), que allí, en La Forca Arbazal (forca 'bifurcación'), limitaría con las del monasterio de Santa María de Valdediós, de la misma manera que ahora limitan los concejos de Villaviciosa y Sariegu. Escribe de ella el erudito saregano y cronista oficial del concejo vecino Florencio Friera Suárez en su magnífico libro Patrimonio histórico y cultural del concejo de Sariego (Asturias):
"La capilla de Santa Marina se encontraba cerca del prado que todavía se conoce hoy con el nombre de Santa Mariña, a la izquierda de la carretera de La Campa a san Román, muy próximo a La Campa. Estaba al lado del antiguo camino real hacia Villaviciosa, que transcurría por una ruta situada más arriba del trazado de la actual carretera de "La Campa" (AS-113), que sustituyó al antiguo camino real (...). En este tramo del también llamado camino de Santiago por la costa, la ermita de Santa Marina se encontraba hacia el medio del recorrido entre los pueblos de Figares (San Román) y Arbazal (Puelles). Se trata de una zona de montaña, próxima al mar, apreciada por sus buenos pastos. En esta ermita, situada en lo que los textos suelen denominar "Puerto de Santa Marina", se celebró hasta el siglo XVIII una fiesta, el 18 de julio, en honor de Santa Marina, Virgen y mártir del siglo III muy venerada en Orense. Allí vivió esta santa, hija del gobernador romano de Galicia, quien se vio obligado a expulsarla por no querer renunciar a la religión cristiana. A partir de entonces Santa Marina se dedicó a la mendicidad y al pastoreo, y luego entró de sirvienta en casa de unos labradores. Su bondad influyó en que muchos pastores se convirtieran al cristianismo. El sucesor de su padre en la gobernación de Galicia le dio muerte. Por ello la mártir Marina llegó a los altares, y recibió la veneración de pastores y labradores. Persiste un vago recuerdo sobre la celebración en este paraje de un ferial de ganado al que acudían pastores de Campo de Caso, en el que se hacían contratos "a la ganancia", y de aperos de labranza, según tradición que he recogido en diversas fuentes."
"Si de La Campa baxa a beber la borrina a la Fuente Mazagüé, ye señal que va a llover"... dice la frase popular. Pues cuando la niebla cubre La Campa hasta el valle se dice augura mal tiempo. La existencia de una capilla o ermita dedicada a una santa tan relacionada con los campesinos y en concreto con los ganaderos y los pastores en una ruta de trashumancia y de campos de túmulos megalíticos de culturas pastoriles es muy significativo
La capilla pertenecía a la parroquia saregana de San Román, y eran sus patronos los vecinos que celebraron la fiesta y cuidaron de la ermita en el siglo XVII, según datos del Libro de Fábrica de San Román, pero por otra parte figura a la vez en el coto de Valdediós en una relación que hace de sus iglesias el monasterio en 1737:
"A partir del siglo XVIII, decayó la festividad de Santa Mariña y su ermita acabaría desapareciendo. Quizás en tal hecho incidiera la ampliación de la iglesia o santuario de Santa María de Arbazal en el siglo XVI, y la devoción a la Virgen de las Angustias, que venía de tiempo atrás. No obstante, todavía en 1850, un contrato de arriendo de una casería en La Campa menciona "llosa y pasto de 6 días de bueyes debajo de la hermita de Santa Marina" y otras fincas próximas a la nueva carretera."
La "nueva carretera" era esta, la de La Campa, o antaño de La Secada a Tazones, luego AS-113, AS-267, AS-380, etc., este lugar del cruce era llamado La Llosa la Campa y Llosa del Palón en un documento también de 1850. En 1945 se fundó El Mariñán, y es que antes que se hiciese la Autovía del Cantábrico con sus ramales, todo el tráfico pasaba por aquí. La subida por la carretera La Campa, con sus curvas, era cansina, y camioneros, automovilistas y moteros hacían muchos una parada en este lugar
A la izquierda, la explanada de los aparcamientos, ahora casi siempre solitaria. Echamos en falta este bar y casa de comidas donde la mano de Elvira, hija de los fundadores del negocio, hacía gala de su buen hacer con los pescados, el cordero, las fabadas, potes, arroces, hígado encebollao, callos, arroz con leche y tartas caseras, excelencias culinarias que satisfacían los paladares más exigentes y ayudaban a recuperar fuerzas para proseguir ruta, pues como decía Rocío Monestina, sucesora de Elvira luego de casarse con su nieto Tino, "No puede ser que la gente marche con fame y todavía menos los que trabajan"... a lo que añadiríamos nosotros "y los que caminan". No pocos peregrinos de todo el mundo recuerdan y añoran El Mariñán
El 27-3-2012 la corresponsal Ana Paz Paredes publica en La Nueva España el reportaje Una de callos en el Camino, en la que explica el añorado ambiente de este bar, en el que paraban ya por entonces numerosos peregrinos:
"Durante muchos años la forma de llegar a Villaviciosa, desde Oviedo, era hacerlo por la entonces AS-113 y hoy AS-267, hacia el alto de la Campa, carretera sinuosa y estrecha cuyas curvas y de niños nos marearon más de una vez en el coche familiar. Hoy, años después de la apertura de la Autovía del Cantábrico, por el alto de la Campa, además de los vecinos que viven en los pueblos que lo rodean, los que más transitan son los ciclistas, los peregrinos que realizan el Camino Primitivo hacia Santiago, los enamorados de conducir por carretas en medio de paisajes impresionantes y los que gustan de comer rico, bien, abundante y a buen precio, es decir, los que van al bar El Mariñán.
Rocío Monestina Martínez lleva ya 15 años tras los fogones primero y en los últimos tiempos tras la barra y en atención al cliente, haciendo realidad lo que aprendió al poco de llegar a este establecimiento tras casarse con Tino, el nieto de quien sería su principal maestra, la abuela Elvira, quien a su vez también se inició en la hostelería de mano de sus padres, los fundadores de este local en 1945. Hoy su fachada alicatada como muchos barinos de los pueblos asturianos se asoma pegada a una casa de azul intenso y a la izquierda o derecha, según se venga o vaya, de una gasolinera fuera de servicio hace años. «Siempre tuvimos miedo cuando abrieron la autovía de que nos afectase mucho, que cayésemos en el olvido de la gente, pero afortunadamente el que nos conoce y sabe cómo se cocina en El Mariñán sigue viniendo», dice con una sonrisa Rocío Monestina, quien al hilo de este comentario recuerda el paso de algunos peregrinos que, haciendo el Camino de Santiago, se detuvieron en su bar a comer y luego escribieron en internet recomendándolo.
El local, sencillo y limpio, luce ordenado a media mañana con todas sus mesas vestidas con mantel de papel de cuadros azules y blancos, pan y copas a la espera de que lleguen los primeros comensales a degustar un menú semanal con cuatro primeros, cuatro segundos y postres caseros a elegir. Entre su clientela buena parte son trabajadores que suben hasta el bar a comer, por lo que Marisol y Carmen, las cocineras, ultiman con rapidez los platos del día para que puedan sentarse pronto a la mesa.
Entre sus platos más destacados están los callos, las manos de cerdo, la fabada, el pote, el lenguado mariñán, el bombón de merluza, el cordero, las fabes con almejas, el hígado encebollado y los postres caseros como la tarta de turrón, la de naranja o el arroz con leche, sorprendiendo, además, la abundancia de todo ello. Y es que Rocío ha hecho suya una de las principales lecciones de la abuela Elvira: «No puede ser que la gente marche con fame y todavía menos los que están trabayando», dice con firmeza. Todo servido, además, con dos ingredientes muy importantes que el cliente agradecido nunca olvida: la cordialidad y la simpatía de quien les atiende tras la barra."
Cuando pasamos por aquí, aún se conservaba el cartel de El Mariñán a la entrada. El negocio empezó realmente enfrente, al otro lado de la carretera que, cuando se construyó, afectó a varios vecinos, recogiendo Friera Suárez este documento al respecto del año 1847:
"Don Francisco Alonso y muchos vecinos de San Román, ante los perjuicios que les ha causado la carretera desde La Peña de Nieva hasta La Campa de Arbazal dan poder a don Manuel Llana Ribera y a don José de la Fuente, procurador de número del juzgado de Villaviciosa, para ser indemnizados"
Como El Mariñán, la estación de servicio de La Campa "dejó de dar servicio" cuando se puso en marcha la autovía
Sin embargo, aunque hay mucho menos tráfico, es frecuente el paso de vehículos y además a velocidad, por lo tanto, máxima precaución y procuremos estar muy atentos a cruzar esta ancha calzada. Hagámoslo en el lugar con más visibilidad
El antiguo Mariñán, con su casa y llagar, está aún en Villaviciosa. Hacia él cruzamos nosotros ahora
Y allí al otro lado seguimos a la derecha por la carretera AS-357, la Carretera L'Enguilu o Carretera de La Campa a San Román (y de allí a Nava)
Unos pocos metros más allá, nada más pasar el antiguo Mariñán, empieza el conceyu de Sariegu, por lo que podemos decir que parte de las casas de Villaviciosa están en un concejo y parte en otro, cosa bastante habitual en estos lugares de frontera, parada y paso
En la carretera, el cartel correspondiente
Ya en la AS-357 vemos los carteles indicadores de Nava y su famoso Museo de la Sidra
Pero por la AS-357, vamos a caminar muy pocos metros en realidad, en el siguiente cruce, donde nos unimos al Camín Real, el otro camino jacobita, que viene de Arbazal, tomamos, siendo los dos caminos ya uno, el ramal que sale a la derecha en esta curva: La Caleya la Campa, que seguiremos unos metros hasta empezar la bajada al valle de Sariegu, el gran Valle del Nora, camino de Figares, Pedrosa, La Carcavá y Vega, la capital saregana
Ya en la AS-357 vemos los carteles indicadores de Nava y su famoso Museo de la Sidra
Pero por la AS-357, vamos a caminar muy pocos metros en realidad, en el siguiente cruce, donde nos unimos al Camín Real, el otro camino jacobita, que viene de Arbazal, tomamos, siendo los dos caminos ya uno, el ramal que sale a la derecha en esta curva: La Caleya la Campa, que seguiremos unos metros hasta empezar la bajada al valle de Sariegu, el gran Valle del Nora, camino de Figares, Pedrosa, La Carcavá y Vega, la capital saregana
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