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martes, 6 de septiembre de 2016

PÍGARA (GUITIRIZ) Y PACIOS (BEGONTE): CAMINO DE LA ROMERÍA DE CARBALLIDO EN LA RUTA A BAAMONDE (LUGO, GALICIA)


Tras cruzar el río Labra por A Ponte de Saa nos iremos separando poco a poco de la orilla para entrar en el concello de Guitiriz por la parroquia de Pígara. Este es el itinerario del Camino Norte cuando atraviesa las tierras de la Galicia interior, la célebre y ponderada Terra Chá, dirigiéndose a Baamonde, importante enclave caminero de esta comarca, cruce de carreteras, autovías y caminos cuando ya estamos muy cerca de Santiago de Compostela, a unas escasas jornadas


Terra Chá es tierra llana, nos damos cuenta al contemplar este paisaje de inmensas llanuras, extensas praderías que se pierden en el horizonte, salpicadas de fragas o bosquetes de árboles autóctonos, carballos, castaños y fresnos principalmente


Estas fragas nos proporcionan algún tramo de buena sombra que se agradece en días de intenso sol castigador


Chantas o chantos, el característico cierre de fincas con lajas de piedra hincadas que también veremos en nuestro recorrido por el jardín chairego


Esta zona es conocida como A Carreira, el paso entre los dos concellos, un topónimo relacionado con camino de carros y que sin duda se refiere a esta histórica ruta


Y así, por la umbría de las fragas y la luz de las llanuras abiertas vamos haciendo camino


Mata de castaños, que tantos se plantaron en siglos pasados, mitigando hambrunas y proporcionando sustento


También algunos pinos alzan sus copas sobre los prados y el camino


Caminamos en dirección sur: al este la primera línea de árboles delata el curso del río Labrada, afluente del Ladra y este a su vez del Miño que recorre la Terra Chá. Más allá los bosques de Porto Baixo. Existieron antaño numerosos humedales, a maneras de charcas y lagunas, que fueron desecándose para producción agrícola o pastos. A varios kilómetros de aquí se ha recuperado uno de ellos, el de la célebre Laguna de Cospeito , si bien bastante alejada del camino para quienes vamos andando. Den ello nos cuentan en Galicia Buen Camino:
"A Terra Chá es una extensa comarca al norte de la ciudad de Lugo asentada sobre una depresión sedimentaria que se caracteriza por su relieve suave. Son muchos los ríos que la atraviesan siendo el más conocido el río Miño, con riberas muy bien conservadas. Encontramos en la comarca varias lagunas de diferente tamaño que acogen docenas de especies de aves acuáticas a lo largo del año. 
No podemos dejar de visitar la laguna de Cospeito o la laguna de Caque. Antaño, la red de humedales de la comarca era más extensa y de características diferentes. Pero el desarrollismo de mediados del siglo XX, que transformó humedales en toda España, tuvo también sus páginas negras en A Terra Chá. A día de hoy las lagunas y humedales que resistieron gozan de mayor nivel de protección y de reconocimiento público. 
El paisaje, en muchos puntos, está dominado por amplias praderías y espacios abiertos que permiten contemplar con facilidad especies típicas de estos hábitats"

Llegados a la altura de los citados pinos hay una encrucijada de varios caminos


Seguimos de frente, atentos a los mojones


A Fonte Pequena, las primeras casas de la parroquia de Pígara, en Gutiriz, que vamos a ver, cercanas al camino


Seguimos avanzando todo recto


Y llegamos a esta bifurcación, en la que seguiremos a la izquierda


El camino señalizado va de frente y recto, como nos indica el mojón


Hay un gran panel con información al peregrino de Protección Civil de Guitiriz


El concello de Guitiriz, como tantos otros, nació en el siglo XIX con las reformas liberales que fueron poniendo fin al Antiguo Régimen, en concreto en el año 1834, llamándose por entonces Trasparga. Anteriormente y durante siglos el territorio estaba bajo la posesión e influencia de las grandes extensiones monacales de Sobrado y Monfero, establecidas en esta zona donde se hace evidente la presencia de asentamientos suevos, luego desplazados por los visigodos del rey Witerico, que daría nombre a Guitiriz, aunque podría ser el nombre de cualquier otro posesor de raigambre germánica. Se habla también de asentamientos de ástures que poblarían el lugar en la Edad Media. Las tierras de los citados conventos fueron pasando luego a los Fernán Pérez de Andrade, que llegarían a ser los primeros condes de Vilalba


Anteriormente se sabe de la existencia de una vía romana que unía Lucus Augusti (Lugo) con Brigantium (A Coruña), tal vez aprovechando una senda mucho más antigua, del tiempo de los pobladores castrexos o incluso de las más antiguas aún culturas megalíticas, de constructores de túmulos y dólmenes


Llegamos a A Lamela, otro de los lugares de esta parroquia de Pígara. Otro viejo camino alcanzó gran difusión entre los peregrinos en la baja Edad Media, cuando la villa de Vilalba se asentó como enclave poblacional importante al amparo de su castillo, fundándose los primeros centros asistenciales a ellos dedicados. Esta ruta, ahora balizada como Camino Norte de Santiago, permitía a los romeiros procedentes de la costa ahorrar distancias para llegar a Compostela, eludiendo el secular paso por Lugo, capital del viejo Conventus Lucensis de la antigua Gallaecia


Vista a la derecha de las casas de A Lamela, topónimo vinculado a lamas o barrizales. Más arriba pasan la carretera nacional N-634 y la Autovía del Cantábrico (A-8). En lo alto es A Costa de Castro y el Alto da Cepeira (596 mts.)


 Trigales, fundamento del tan ponderado pan gallego, glosado así por Jorge Guintián en Diario del Gourmet de Provincias y del Perro Gastrónomo:
"... El pan, uno de los alimentos fundamentales de Europa casi me atrevería a decir que desde el neolítico, lo que explica su enorme diversidad, y sin embargo uno de los productos peor tratados en tiempos recientes. 
Hasta hace cuatro o cinco décadas el pan era uno de los principales aportes de hidratos de carbono en la dieta de millones de españoles. Cada zona, de acuerdo con su clima, sus cultivos y sus tradiciones tiene (o más bien tenía) sus diferentes tipos de pan, adecuados a cada uso. Hoy estamos condenados, incluso los que vivimos en zonas con una importante tradición panificadora, a consumir normalmente panes precocinados llenos de mejorantes y otros ingredientes que los convierten en productos completamente diferentes de aquellos panes que recordamos y que muchos añoramos. Aquél olor a masa fermentada, a levadura, a horno caliente y a harina tostada de las viejas panaderías es ya, por desgracia, solo un recuerdo que reencontramos cada vez con menos frecuencia. 
Por fortuna, parece que en entornos urbanos, probablemente porque son los que más han vivido esa degeneración de la calidad del pan, empiezan a surgir pequeños oasis en los que la tradición se recupera y se investiga (...) que parecen demostrar que hay un público, por minoritario que sea, que todavía busca la calidad del pan por encima de otros valores como precio, inmediatez, etc. Parece que, en ese sentido, no toda la esperanza está perdida. 
Vivo en un país en el que la tradición panificadora es inmensa. Galicia ha tenido siempre fama de ser una de las zonas con mejores panes de España, aunque para los que vivimos aquí hoy en día a veces nos pueda resultar difícil de creer. (...)  
En Galicia había tradiciones muy diferenciadas en relación con el pan. Por una parte estaba el pan de trigo, un artículo casi de lujo debido a la escasa producción local de ese cereal y por otra, en función de la zona geográfica, el pan de maiz o de centeno. 
Galicia nunca ha sido una gran productora de trigo. Aun hoy produce menos del 2% del total de España. Los cereales fundamentales aquí han sido tradicionalmente el centeno (un 10% de la producción estatal) y, desde su introducción a partir del S.XVII, el maiz (cerca de un 7% de la producción estatal). De todos modos, también ahí hay que establecer una diferencia importante que marca de manera decisiva la tradición gastronómica: el centeno es un cereal que resiste mejor el frío, la altitud y las tierras encharcadas, mientras que el maíz agradece algo más de sol y, sobre todo, tierras mejor drenadas (...) 
O lo que es lo mismo, las provincias atlánticas han sido tradicionalmente de pan de maiz mientras las interiores han tendido a los panes de centeno. Y junto a ellos, con una producción menor, los panes de trigo. Esos panes morenos, los que no utilizaban harina de maíz, fueron hasta no hace tanto un alimento tan omnipresente, especialmente en épocas de escasez, que aun hoy se puede encontrar a gente que ha vivido la posguerra y que no quiere ni oír hablar de ese pan negro, de consumo obligado -casi exclusivo- durante años. Es verdad, por otra parte, que determinadas características del trigo, como su contenido en gluten, hacen que el pan blanco, el que se elabora con ese cereal, tenga unas propiedades específicas que, objetivamente, le confieren una mayor calidad. Hablo de su esponjosidad, de la textura de su miga, de su capacidad para crecer durante el proceso de leudado, etc. 
Todo eso no implica, sin embargo, que en términos de sabor, de textura o de participación en la alimentación tradicional los otros panes no tengan mucho que aportar. Yo, que me he criado entre las dos provincias atlánticas, tengo muchos más recuerdos asociados al pan de broa, de maíz, que al pan de centeno. Sin embargo, vivo en Santiago, ciudad situada poco más o menos en el eje norte/sur que separa la zona de maíz de la zona de centeno, por lo que también he podido disfrutar de esa otra variedad de pan moreno (...) 
En cualquier caso, y sin tener que irnos a otras tradiciones europeas, creo que es una lástima que en Galicia, donde teníamos una tradición tan extensa con al menos tres tipos de pan diferentes (hablando únicamente de los cereales de su masa) esa tradición desaparezca ante nuestros ojos. No hace demasiado tuve que fotografiar un horno de leña tradicional para el horneado de pan. Y no resulta especialmente sencillo dar con uno todavía en funcionamiento, lo cual no deja de ser significativo. Y no es algo que pase únicamente en Galicia. Cuando hice el Camino de Santiago en 1998 compré un excelente pan candeal en Sahagún (León). Años después volví a pasar. La panadería sigue allí, pero ahora vende baguettes precocinadas y cosas por el estilo. 
Ayer hablaba de un bocadillo de tortilla con un buen pan gallego. ¿Qué aporta que no aporten otros?. Pues, hablando en este caso de un pan blanco horneado con leña, aporta una miga compacta y sabrosa, un exterior dorado y muy crujiente y un toque de humo que envuelven cada bocado de una manera que no es nada sencilla de conseguir con otros panes..."

Y es que no muy lejos de aquí, en la carretera N-634, existe una renombrada panadería, O Forno Galego, fundada en 1994, especialista en pan del país, empanada gallega, y bola de liscos, exquisita especialidad de la que escribe Javi Polo en Laconada:
"... empanada típica de la comarca de la Terra Chá, en cuya elaboración sólo se utilizaba masa de pan (de harina de trigo) y panceta y chorizo para el relleno. En la receta de mi familia se llega a un extremo todavía más minimalista: su bola de liscos sólo está rellena de liscos (tiras de panceta desalada de un par de milímetros de espesor). ¿No lleva nada más? No, sólo los liscos. No hay cebolla, pimiento, tomate... nada. La carne, y nada más. (...) Una vez horneada, se frota la parte superior de la bolla con un lisco para darle una apariencia un poco más lustrosa y brillante y se deja reposar una media hora. El resultado es (...) una empanada gruesa en la que la grasa que ha ido desprendiendo la panceta ha impregnado completamente el interior del pan, dándole a la bolla su sabor característico. De hecho, diría que hay una diferencia fundamental entre una empanada y una bola de liscos. Lo que hace especial a una empanada es su relleno, y así un buen relleno hace una buena empanada. Lo que hace especial a una bola de liscos, sin embargo, es el pan... el relleno es simplemente algo necesario para conseguir esa capa interna de pan impregnada de la grasa de la panceta, que tiene un sabor y una textura absolutamente fabulosas"

Pensando ya en las excelencias culinarias de la tierra llegamos a este cruce, en el que seguimos recto y de frente


El mojón, en medio, siempre nos orientará. Al foto, una mata de arbolado señala el curso de un rego, un pequeño arroyo, afluente del Labrada


Otra larga fila de chantas cierra una finca de pasto, cuando estamos ya solamente a poco más de 100 kilómetros de Santiago


Atrás quedó Lamela


Adelante, las fragas del camino, rumbo a otros barrios y lugares de esta parroquia de Pígara


Se dice frecuentemente que la Terra Chá "no es tan llana cuando se hace caminando": ante nosotros una pequeña colina a la que habremos de subir


Primeramente atravesamos la vega del citado arroyo, que aquí pasa bajo la carretera local


Empezamos a subir la no muy alta colina viendo las casas de As Penas, otro de los lugares de Pígara


En esta bifurcación hay que ir a la derecha


Subimos la corta cuesta junto a estas tierras de labrantío


Llegamos arriba y vamos también a la derecha, hacia las primeras casas


Ya va acabando la cuesta entre prados, huertas y arboledas


As Penas, casa y viejo establo de piedra, bajo un gran carballo


Siempre hay alguien observándonos. Si nos fijamos lo veremos



El gato de la casa nos contempla al pasar...


El guardián del caserío en la puerta de la cuadra, manteniendo estoicamente el equilibrio


Otro vigilante yace en reposo, ajeno de inquietudes... en reconfortante siesta


Ya volvemos a caminar en llano en As Penas, topónimo relacionado con peña, piedra, roca...


Hermoso caserón de piedra que se lo traga la yedra


Fincas de As Penas en el tiempo de la siega. Nos dirigimos al siguiente grupo de casas


La ruta a Baamonde, si bien mayoritariamente por asfalto, este es de carreteras locales de escaso tráfico, conformando un bello paseo por la chaira. Pronto llegarán etapas con más cuestas cuando nos acerquemos a la Serra da Cova da Serpe, buscando la salida a Sobrado


Los peregrinos atentos a lo que les rodea hallarán buenos ejemplos de arquitectura rural


Casas labregas 


Cruce y recto de frente


Salimos a otra carretera local y vamos a la izquierda, al llegar a estas casas


Siguiendo la flecha de azulejo con su concha, esta vez pegadas a una chanta


Curva a la derecha en otra gran llanura


Otro grupo de casas, estas en fila a lo largo de esta recta


Las vacas pacen en el pasto


Gran explanada entre el camino y las casas


Línea de chantas. Fijémonos en el viejo horno de piedra en la vivienda de la derecha


Los árboles nos ofrecen su sombra


Prados y cultivos, matorrales y pinar


Aquí salimos de As Penas



En los cruces iremos siempre de frente en recto y hacia adelante


Las ocas con sus graznidos defienden la hacienda...


El hábitat es disperso, casas relativamente alejadas unas de otras aprovechando al máximo los campos circundantes, esta es la característica del hábitat rural de esta parroquia de Pígara, concello de Guitiriz


Llegamos ahora a otro barrio de Pígara, Casanovas. Oficialmente As Casas Novas


Casa de grandes tejados de pizarra y altas chimeneas


Una concha peregrina en el portón


En la llanura el camino dibuja largas rectas


Sigue la tónica predominante de prados llanos con pequeñas matas de árboles y bosquetes


Chantas delimitando muchos prados y arriba a la derecha las colinas, por donde van carretera y autovía, que apenas llegamos a ver


Y las fragas, omnipresentes en el paisaje chairego


Pasan los ciclistas. El camino vuelve a estar flanqueado por sendas filas de árboles en este trecho


Cruce e insistimos: todo de frente siempre


Y continuamos este apacible paseo en la ruta de Vilalba a Baamonde


En esas fincas está la mayor concentración de casas de este barrio de Pígara: As Casas Novas


Atentos al paisaje


Es común ver cigüeñas recorriendo los prados, una especie que va en aumento en la Terra Chá, donde están registradas unas 150 parejas que anidan en esta comarca. Así lo cuenta El Progreso el 8 de abril de 2014:
"La asociación para el estudio y la conservación de la biodiversidad Numenius cifra en alrededor de 150 el número de parejas de cigüeñas que tienen la comarca chairega como punto de referencia para anidar y criar
Esta población se concentra principalmente en el área central de Terra Chá, en la zona del valle del Miño, aunque se trata de una especie en expansión, tanto territorialmente como en número de ejemplares, y en los últimos años se ha asentado en otros municipios donde no era habitual verlas, como Xermade o Guitiriz. 
Las cigüeñas, por norma general, no son mal recibidas por los chairegos, aunque su presencia no está exenta de problemas. Los más habituales, aunque no muy frecuentes, son los cortes de luz que pueden provocar los nidos, especialmente si están en el tendido de alta tensión"

Encantador encuentro con la naturaleza, en 2020 se renovó el censo de los ejemplares existentes en Galicia, así lo cuenta Francisco Albo para La Voz de Galicia el 10 de enero de ese año:
"La provincia de Lugo cuenta con la mayor población de cigüeñas blancas de Galicia -repartida principalmente entre las comarcas de Lemos y Chantada, el valle de Sarria y la Terra Chá-, pero se desconoce cuál es su tamaño actual. Para saberlo, la Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN) realizará durante este año un censo en cuya elaboración podrán participar voluntarios no pertenecientes a esta entidad. El año pasado, la SGHN realizó un recuento de nidos en las provincias de Ourense y Pontevedra, y ahora pretende extender la iniciativa a toda la comunidad para actualizar los datos, ya que en Galicia no se había realizado ningún censo riguroso de cigüeñas desde el 2004
Las poblaciones de estas aves migratorias, concentradas sobre todo en las provincias de Lugo y Ourense, han experimentado un fuerte crecimiento durante este tiempo. «No territorio ourensán detectouse un incremento do 50% no número de niños», apunta el delegado local de la SGHN. En la provincia de Lugo, aunque todavía no se realizó un censo, durante el año pasado se llevó a cabo una serie de observaciones que permite a los investigadores calcular un posible número de nidos en este territorio. «Pensamos que en total pode haber arredor de catrocentos», señalan desde la referida entidad. La cifra es muy superior a las de las demás provincias. En la de Ourense se han contabilizado 258 nidos; en la de Pontevedra se detectó en torno a una veintena y en la de A Coruña están en estudio unos cinco o seis, aunque se supone que seguramente habrá más. 
En el censo realizado hace dieciséis años se contabilizaron en toda Galicia 256 parejas de cigüeñas. De ellas, el 99,2% se concentraba en las provincias lucense y ourensana. Las áreas más pobladas se localizaron en la Terra Chá, el valle de Sarria y la comarca de Lemos -en la primera de ellas- y las de A Limia y Valdeorras en la segunda. Los responsables de la SGHN señalan que esta proporción es similar a la actual, aunque las poblaciones han crecido en conjunto en toda Galicia. Incluyendo la provincia de A Coruña, donde en el 2004 solo se registró la presencia de dos parejas nidificantes. «Hai algunhas zonas, como o val de Maceda, en Ourense -añaden-, onde o aumento da poboación foi espectacular, pasando de non haber nin un só niño a haber cerca de oitenta» (...)
La recuperación de la cigüeña en Galicia, según indican desde la SGHN, se debe sobre todo a un cambio de mentalidad entre la población y a la desaparición de los ataques vandálicos a los nidos. Si en unas zonas abundan más que en otras, agregan, eso se debe a una mayor disponibilidad de alimento. Las cigüeñas se mantienen principalmente de insectos y anfibios"

El camino avanza junto a prados de siega y pasto y tierras de labor, sin duda un buen momento para recordar estos versos del poeta chairego Xosé Luis García Mato dedicados a esta tierra:
Eu son terra de ti, chairiña anterga, 
Terra Chá, terra miña, meu amor.
Eu son terra de ti, de ti estou feito. 
Feito estou da túa lama e da túa pedra, 
da túa luz, da túa sombra, da túa herba, 
da auga dos teus ríos, do teu ferro, 
e da fariña con que fan na chaira 
o mouro, arrecendente, pan centeo. 

Eu son de frol de toxo e frol de xesta, 
de carqueixa, de buxo, de salgueiro, 
madeira, son madeira, 
dos arbres que en ti nacen i en ti medran. 
Eu son terra de ti, terriña amada, terra Nai,
Chaira longa, miña terra!

Otro poeta, Darío Xohán Cabana, glosaba a los poetas, de esta comarca...
A Terra Chá ben amada 
foi lar de poetas claros.
 Xosé Crecente o bon crego 
fixo versos ben trobados. 
a chaira longuísima, 
o rechouchío dos páxaros, 
a fermosura das mozas 
e a fermosura dos agros.
 Erma e triste codeseira 
onde eu alindei meu gado... 
Versos tecidos de terra 
e de arrecender de prados, 
versos de noites de xistra 
e mañanciñas de orballo. 

Aquilino o de Abadín 
fixo poemas calados 
cun silencio hendecasílabo 
de longos ermos chagados. 
Lanzás versos monótomos 
feitos de berros lonxanos 
que soan na longa chaira 
con ecos de campanario.
 Que ledicia ler os Cómaros 
deitado baixo un carballo 
namentres as vacas pacen 
con pacencia de deus canso.
Aquilino o de Abadín 
fixo poemas calados. 

Manuel María de Outeiro 
que poeta en desamparo. 
Que dor de longos solpores, 
que dor de lume alfeirado.

Manuel María, centella, 
de luz, espada, dardo, 
profeta de lumbrigares 
en versos a machadazos. 

Que potencia nos teus versos, 
poeta de verso irado, 
que lume nos minifundios, 
que berro longo chantado 
nos furiosos versos libres. 

E que dozura de orballo
 nalgúns poemas perdidos 
nun lonxanísimo brado. 

Margarita Ledo Andión 
escuro verbo pechado, 
palabra que trae o vento 
como follas sen amparo. 
Silencio angosto das horas 
do pobo desventurado, 
prego e aldraxe do corvo 
e mais do leite callado.
Angosto silencio vello
de camiño innominado, 
de sombra, tristeza, noite, 
sombrizo couto zarrado 
solpores que non son roxos, 
menceres asasinados, 
corpóreos medos que soben
 polas canellas do espanto. 

Angosto silencio vello 
da patria do pranto. 
Terra Chá ben amada 
foi lar de poetas claros

Deleitándonos con las poesías que cantan a estos lugares continuamos ruta por As Casas Novas


Más líneas de chantas entre camino y fincas


La gran veta pizarrosa que desde el occidente de Asturias llega hasta aquí y aún más allá se hace patente en las construcciones de la arquitectura popular chairega


Hermoso caserón de piedra bellamente restaurado. Es de piedra de mampostería pizarrosa, excepto los vanos, hechos de cantería de granito. Dispone de balcón corredor sobre la entrada principal. Unas muelas de algún antiguo molino del cercano Labrada han sido reaprovechadas para hacer asientos


Cortiñas o terrenos de cultivo aledaños a las casas. Antaño fueron además de estos, abundantes los espacios de agras, estudiadas por Ana Cabana en Lo que queda de las agras.La evolución del paisaje agrarioen Galicia: A Terra Chá (1954-1968):
"El régimen de las agras es un sistema de organización del agroecosistema que se caracteriza por permitir la realización de un aprovechamiento integrado agrosilvopastoril y por tener como elemento definidor la existencia de agras, tierras de labradío provistas de un gran cierre colectivo y divididas internamente en campos abiertos. Éstos, generalmente de forma rectangular, estaban compuestos a su vez por multitud de parcelas alineadas en el mismo sentido y delimitadas por marcos (pequeños mojones de piedra) (...)

En la comarca de A Terra Chá, según los datos del Catastro de Rústica de 1960, el labradío ocupaba en aquel momento menos del 19% de la superficie y se organizaba en torno a dos espacios bien diferenciados, las ya señaladas agras y las “cortiñas”. Estas últimas son las parcelas más próximas a las casas y están sometidas a un cultivo muy intensivo –destinadas a cereal y cultivos hortícolas– de manera individual por cada familia, sin imperar ningún régimen de cultivo colectivo– como sí ocurre con las agras. A las cortiñas, que generalmente se cercaban con el fin de aumentar su protección, se llevaban los mayores cuidados (especialmente en la fertilización y el riego) y se les reservaban las tierras más fértiles..."

Todo forma parte del Camino, paisaje rural que nos ofrece el trabajo de los campesinos, as xentes labregas, los mejores jardineros de la naturaleza


En este aspecto, traemos aquí parte de un interesante artículo publicado sobre los productos de la huerta gallega en Galicia en el Mundo:
"Verduras y hortalizas son la base de la agricultura ecológica gallega, un sistema de producción de alimentos basado en el respeto al medio ambiente, en el bienestar animal y en el mantenimiento y mejora de la fertilidad del suelo (...) Galicia ofrece un amplio abanico de productos alimentarios de extraordinaria calidad 
No todos los productos de la huerta gallega son ecológicos, pero muchos de ellos merecen especial reconocimiento por su calidad contrastada. Es el caso de los pimientos que se producen en Galicia, los de Herbón, O Couto, Oímbra, Arnoia y Mougán. Se trata de cinco tipos diferentes de pimientos, amparados bajo un sello de una denominación de origen, en el caso del primero, y de indicaciones geográficas protegidas, los restantes 
Los grelos de Galicia son otro de los productos de la huerta gallega con calidad amparada por un indicativo específico, con la vista puesta en una mayor proyección fuera de la comunidad autónoma. Se pueden encontrar en el mercado en varios formatos (fresco, congelado o en conserva), lo que supone un importante número de consumidores potenciales. 
Las castañas, las patatas o la miel producidas en Galicia también cuentan con reconocimiento especial por su calidad. En cuanto a la castaña, la zona de origen de este producto –inseparable del otoño gallego– abarca la mayor parte del territorio de montaña, mientras que en el caso de la miel de Galicia, su área de producción se extiende por toda la autonomía. La apicultura constituye además un elemento importante de la etnografía en Galicia, donde perviven construcciones tradicionales vinculadas a esta producción artesanal 
La IGP pataca de Galicia ampara otra referencia de la despensa gallega y tiene su zona de producción repartida en las subzonas de Bergantiños (en A Coruña), Terra Chá, A Mariña y Lemos (en la provincia de Lugo) y A Limia (en Ourense)"

Uno de los más abundantes y preciados productos es la berza. Leemos en Galicia Gourmet:
"Las berzas recolectadas en huertas da Terra Chá son envasadas al natural, garantizando las más alta calidad y su alto contenido de nutrientes, destacando la fibra, vitamina C, entre otros. 
Este producto es ideal para elaborar numerosos platos típicos de Galicia como caldo de berzas, cremas, etc., convirtiéndolo en un alimento rico y saludable. 
La berza es una de las muchas variedades de Brassica oleracea, una hierba miembro de la familia de las crucíferas. Se encuentra frecuentemente en la zona norte de España, concretamente en Galicia, donde se utiliza sobre todo para platos tan típicos como el caldo de berzas, cremas. Antiguamente era empleada también como alimentación del ganado. La berza es una hortaliza que posee un alto contenido de agua, minerales, fibra, vitamina C. Son ricas en calcio (226 mg por kilo). Destacan también por su alto contenido en azufre, lo que les da un alto aroma a la hora de ser cocinadas"

El mundo rural gallego tuvo una importante transformación con las concentraciones parcelarias, la colonización y las plantaciones de especies maderables, dándole el aspecto que vemos hoy en día. En el citado trabajo sobre las agras Ana Cabanas escribe estas interesantes conclusiones:
"En el momento actual, cuando el espacio urbano se extiende y el rural pierde gran parte de sus señales de identidad, este último aparece, desde el punto de vista perceptivo, como idílico y, lo que es muy destacable, perfectamente caracterizado en la mente de muchas personas. De todos modos, por lo general, el paisaje rural y/o agrario de Galicia se relaciona con una imagen simplificada e irreal, casi siempre asociada a lugares con paisajes inmutables en el tiempo. Bien es verdad que aún hoy se reflejan características de las diferentes formas de organización agraria que podrían definirse como históricas, caso del minifundismo o una gran fragmentación del terrazgo, pero no se puede seguir pensando en el paisaje rural gallego como algo inmóvil y caracterizado por la permanencia de los complejos agrarios tradicionales30. En la llanura lucense de A Terra Chá, como hemos tratado de plasmar, las variaciones en el paisaje agrario y en las lógicas de manejo asociadas a él están en relación con el desarrollo de sistemas agrarios intensivos. La aplicación de la política de colonización en el periodo franquista en Galicia constituye un magnífico ejemplo de cómo determinadas decisiones vinculadas al medio ambiente suponen la imposición de un cambio en el manejo de los recursos naturales y el surgimiento de un nuevo paisaje. La colonización, como partera de la revolución verde en la zona, supone un antes y un después en cuanto a la racionalidad del complejo sistema de policultivo tradicional de la agricultura, articulado en agras en este caso concreto. El análisis histórico realizado ha pretendido mostrar ese cambio impuesto desde el poder en las relaciones sociedad-naturaleza, ese paso de “campesino a agricultor” por el que clamaba la política y la publicística agraria franquista y que suponía el abandono de unas lógicas plenamente sustentables desde el punto de vista ambiental por otras que no lo eran y que condenan las agras, al paisaje cultural, a la desaparición o, cuando menos, a su fosilización"

Nidos de cigüeñas sobre tierras, bosques y pastos. Xosé María Palacios publica el artículo Excepcional densidad de nidos de cigüeña en Terra Chá en La Voz de Galicia el 11-6-2017, del que sacamos esta parte:
"Óscar Rivas, ornitólogo del grupo Numenius, explica que cuanto mayor sea la superficie y más despejada esté la copa, más atractivo se hace un árbol para que las cigüeñas construyan su nido. 
La abundancia que hay en Terra Chá, aunque lejos de la que se registra en otras zonas de España, no es reciente del todo, sino más bien, apunta Rivas, la continuidad de un proceso cuyo origen se sitúa en el final de la década de los ochenta. En toda la comarca chairega, explica este ornitólogo, pueden concentrarse unos 200 nidos. La cifra puede ir aumentando, porque también es mayor la presencia de estas aves. Así, Óscar Rivas recuerda que ya se han visto últimamente nidos en municipios como A Pastoriza, al norte de Terra Chá, o en Curtis, ya en A Coruña. 
Mientras la posibilidad de encontrar nidos en bastantes lugares de la zona asombra e interesa a los curiosos, estudiosos de las aves como los del grupo Numenius llevan años realizando trabajos de anillamiento en las cigüeñas para obtener datos de su comportamiento 
La operación de anillado se realiza precisamente a finales de la primavera, y cada anilla colocada en una cigüeña, dotada de su correspondiente código, permite saber, por ejemplo, cuántas vuelven al nido familiar tras haberlo dejado"

Primavera en la Terra Chá, estación que tan magníficamente define la escritora Mercedes Queixas en Nós
"A primavera é ese treito irregular, de liñas continuas e discontinuas, en que a terra se abre en sucos de intimidade para se espir e entregar xenerosa á ventura da sementeira co fin de renovar o ciclo da terra, que é o mesmo que o ciclo da vida"

El camino sigue recto pasando junto a otra vivienda labrega digna de atención por nuestra parte


La cuadra, con la pila de estiércol delante


Otro ejemplo de arquitectura popular campesina de la Terra Chá. Apréciense algunos añadidos de ladrillo a la estructura original de pizarra y algo de granito en determinados vanos


Luego otra casa, esta de fábrica más reciente, con huertas aledañas y jardín enfrente


Ahora llegamos a una bifurcación que es preciso comentar: aquí el Camino va ahora señalizado a la derecha. Las autoridades correspondientes han decidido, con criterios que deben ser fieles a la historia, que se trata del trazado original de la vieja senda xacobea y del camiño real y que por tanto es el itinerario oficial. Por ahí vamos nosotros, solo decir que, en muchas guías aún se plasma que la ruta va hacia la escuela y las cercanías de la iglesia parroquial de San Pedro, pero esos mojones, que orientaban a la izquierda, se han quitado. Con el objeto que a nadie coja de improviso esta situación lo explicamos someramente, pues el único Camino señalizado ahora es el que, insistimos, va a la derecha


Seguimos pues el monolito indicador con su concha y flecha


Esta es pues la ruta, saliendo ya de As Casas Novas


Vemos un mapa del Camino Norte a su paso por Guitiriz, concello al que "entra y sale"


Esta es nuestra situación actual, en la parroquia de Pígara, que forma una cuña entre los concellos de Vilalba y Begonte


Luego entraremos en el concello de Begonte para ir a Baamonde, entrando nuevamente en el de Guitiriz en Parga, a la izquierda


En Parga el camino se bifurca. De ello hablaremos en su momento


Son dos rutas que pueden reunirse de nuevo bien en Sobrado dos Monxes o bien en Boimorto


Y ahora, apenas andados unos muy pocos metros, hemos de dejar esta carretera asfaltada para tomar la pista de zahorra a la izquierda


Esta es la ruta: atendamos al mojón, que nos dirige a las plantaciones de pinares, otro elemento que transformó el entorno agrario gallego, según dice la recitada Ana Cabanas:
"Repoblación forestal y concentración parcelaria apuntalaron en años sucesivos la labor de desarticulación de las agras iniciada por la política de colonización en la comarca. Todas ellas conllevaron una simplificación y uniformización del paisaje agrario27, la pérdida del mosaico de cultivos, la excesiva rectilineidad, la desaparición de los diferentes modos de cercado, de masas de árboles autóctonos y bosques de ribera28. Según la Convención del Patrimonio Mundial de UNESCO, un “paisaje cultural” es aquel paisaje evolucionado orgánicamente, debido a un imperativo inicial de carácter social, económico, administrativo y/o religioso, y que ha avanzado hasta su forma presente como respuesta a la adecuación a su entorno natural. Este proceso se refleja de formas diferentes, por lo que se pueden establecer dos tipos: paisaje vestigio o fósil, en el que el proceso evolutivo concluyó en un momento del pasado, pero sus rasgos característicos son aún visibles materialmente, y el paisaje activo, que conserva un papel social dinámico en la sociedad contemporánea asociado con el modo de vida tradicional29. Las agras en la comarca de A Terra Chá se encuentran dentro de la primera tipología debido a la acción de la política de colonización primero y a la de repoblación forestal y concentración parcelaria después. El mejor indicador a nivel simbólico de la desestructuración del sistema agrario definido por las agras lo tenemos en la pérdida de significado real de la nomenclatura, antaño tan descriptiva. “Agra” o “cortiña” son referencias que carecen ahora de capacidad definidora de realidades paisajísticas o de maneras específicas de manejo de los recursos naturales"

Las casas de As Casas Novas ya van a quedar atrás en este lugar


Y caminamos a la sombra de los pinos, siempre en llano


A nuestra izquierda praderías y más pinares


El camino serpentea y con él esta llamativa estructura de chantas separándolo de la finca


Y luego viene otro trecho recto entre filas de árboles


Os Regueiros. Estamos un poco al norte de Fontefría y A Igrexa, por donde antaño iba el camino, más allá de aquella casa a nuestra izquierda


Caminamos a "sol y sombra". Escribe Maica Rivera en La Razón el 20-2-219:
"La importancia de esta zona es tal, que dicen que en Terra Chá nace Galicia. Otros afirman que más que “nacer”, es donde muestra su esencia a través de sus pequeñas explotaciones agrarias y parroquias diseminadas. Sea como sea, esta llanura es fiel reflejo de la sencillez del mundo rural gallego. Unos versos de Manuel María plasman el sentimiento que despierta: “Eu amo a Terra Chá, sempre tan miña. Eu amo a Terra Chá tal como é"

Cruzamos esta carretera local cerca de A Estrada, topónimo de gran relación caminera, y continuamos de frente por la inmensa chaira


Y seguimos hacia Casa Muíño (oficialmente Casa Muniño), Castiñeira y Pacios


A Estrada, a nuestra derecha. Más allá pasa la N-634, no muy lejos de aquí


Prados y bosques siguen siendo la tónica dominante en el paisaje


Bosques en los que nos adentramos por estas largas rectas


Árboles camineros que forman a veces un grande y hermoso túnel vegetal


Ahora hay un poco de curva a la izquierda



Y seguidamente otra curva a la derecha


Salimos a esta gran pradería y al fondo del camino vemos una casa


Casa Muniño cruce de caminos en esta hermosa ruta a Baamonde


Al llegar al cruce seguiremos a la izquierda


Veamos el mojón que nos lo indica


De frente otro buen ejemplo de casa chairega. En Arquitectura Popula.es, al hablar de las construcciones de la Terra Chá nos dicen:
"Este conjunto de llanuras con características geográficas y económicas afines genera un hábitat y una arquitectura de rasgos propios y bien definidos, conformando con un paisaje de aldeas disgregadas esparcidas en pequeños barrios y compuestas por un reducido número de granjas familiares aisladas donde la dispersión es la nota dominante y en las que la iglesia ejerce una función organizadora a través de las parroquias. 
La suavidad del relieve, el clima favorable y las buenas comunicaciones favorecieron un mayor económico que dio lugar a las viviendas más amplias de toda Galicia. La casa tradicional de Terra Chá se caracteriza por la sencillez de su volumen prismático, exento y de grandes dimensiones, sin elementos auxiliares adosados salvo algún horno integrado en la cocina, que contrasta con la irregularidad habitual del resto de las construcciones gallegas..."

Viendo el terreno y jardines de esta primera casa. El citado artículo continúa:
"En torno a la casa se sitúan las distintas construcciones auxiliares: establo, pajar, cuadra, gallinero y pocilga, leñera, almacenes y hórreo, llegando en algunos casos a formar un patio frontal totalmente cerrado, con acceso a través de una puerta para carros sobre la que a veces se dispone el hórreo. En la zona posterior a la casa suele situarse el huerto familiar. 
Los materiales que se emplean son la pizarra y el granito, con predominio de la primera. Los muros suelen realzarse con mampuesto de pizarra muy bien encajado, utilizándose el granito en el refuerzo de esquinas y en la construcción de huecos. En algunas ocasiones, los muros se realizan completamente con granito. La estructura de cubierta y forjados se resuelve con madera"

Elegante portón que da acceso a al entrada y fachada principal, que nos da pie a continuar con esta lectura:
"Los huecos de fachada se forman habitualmente con piezas de granito o con un simple cerco de roble. Las ventanas aparecen alrededor de las cuatro caras de la casa, habitualmente con sus carpinterías a haces exteriores del muro y protegidas con un pequeño vierteaguas superior de losas de pizarra voladas tan sólo unos centímetros del paramento exterior de la edificación. Aunque hay excepciones a esta regla general, se conserva una anchura de entre 60 y 80 centímetros y una altura de más de un metro, medidas que se reducen sensiblemente los huecos de aireación de bodegas y establos"

Siguen siendo muy llamativas las perfectísimas alineaciones de chantas o chantos, las clásicas grandes lajas pétreas hincadas delimitando fincas, campos y terrenos


De este y otros cierres tradicionales gallegos escribe Juan Capeán para La Voz de Galicia el 28-5-2017:
"Galicia identifica 15 cierres de fincas como modelos de arquitectura popular
Un país con catorce millones de propiedades, dos de cada tres ubicadas en el medio rural, no puede permitirse cerrar sus fincas con los metálicos de las camas sobrantes y unos palos de escoba. Son desastrosos y anecdóticos casos que a fuerza de divulgarse como malos ejemplos han llegado a eclipsar un vasto patrimonio que se mueve entre la arquitectura popular y la construcción tradicional y del cual había algunas referencias escritas, pero no un verdadero trabajo de catalogación 
Durante los dos últimos años un equipo formado por dos arquitectos y un ingeniero, a los que se fueron sumando otros colaboradores, han analizado cinco mil cierres por todas las comarcas gallegas, de los que se han quedado con una selección de 1.700 para estudiarlos e identificarlos por zonas geográficas. El exhaustivo estudio, liderado por la Escola Galega da Paisaxe, ya está en manos de la Consellería de Medio Ambiente, que lo va a editar en una guía que se presentará en el mes de junio y que ha logrado sintetizar quince tipologías y sus lugares de influencia: cuatro son cierres vegetales -árboles alineados, viñas, vegetación espontánea...- diez de piedra (ver gráfico) y una de ellas es una solución mixta, además de los llamados «campos abiertos» que marcan sus límites con chantos y columnas pétreas. 
Los cierres rústicos en Galicia, concluye el informe, no son caprichosos, y los distintos modelos detectados penetran en diferentes comarcas, con ricos ejemplos como el de la provincia de Pontevedra, donde conviven varios modelos. Sus formas responden, en primer lugar, al desproporcionado fraccionamiento del territorio gallego, donde se han desarrollado como en ningún otro lugar las técnicas para vallar propiedades, pero también tiene que ver con los materiales propios de cada lugar y el uso y el tipo de explotación del terreno que circunscribe..."


Aquí atención pues delante de la siguiente casa el camino se hace dos...


Vamos por el de la derecha, que sigue de frente, entre la cuadra y el hórreo


Hórreo, cabazo, cabaceira... existen en Galicia, incluyendo Terra Chá, numerosos estilos y talleres. Repasamos de nuevo lo que nos dicen en Arquitectura Popular. es:
"Hay dos tipos de hórreo dentro de los más característicos, según el material empleado para su construcción. Si orden de importancia, el primero es el hórreo mixto, que utiliza piedra y madera. El segundo tipo de hórreo, más pequeño, utiliza únicamente madera
los hórreos mixtos emplean para su construcción los dos materiales más frecuentes: la piedra, principalmente la pizarra, y la madera.  Suelen estar apoyados sobre cepas realizadas con mampuesto -cachotería, en gallego- de pizarra, empleándose una losa del mismo material como tornarratos. Los frentes a ambos lados (penales) de este tipo de hórreo se resuelven con el mismo material que las cepas, cachotería de pizarra, mientras que el resto de la estructura y cierre de la zona de almacenamiento (dinteles superior e inferior, fajas y doelas) se realizan con madera. Las doelas se disponen verticalmente. La cubierta, con una estructura también de madera y a dos aguas, se cubre con losas de pizarra. 
En algunos casos este primer tipo de hórreo, como se ha mencionado anteriormente, se situa sobre la puerta de acceso al patio de conforman la vivienda a la que pertenece y el resto de construcciones auxiliares. Para ello se emplean unas cepas de mayor altura.   
En la zona más cercana a Villalba, los hórreos son más pequeños al ser las propiedades de menor tamaño y se construyen con madera, dando lugar al segundo tipo de hórreo más habitual de la comarca, completamente realizado con madera, de doelas también verticales, y que comparte con el primero el uso de losas de pizarra en los faldones de su cubierta a dos aguas y las cepas de cachotería de pizarra, con losa rectangular de pizarra como tornarratos. Su cubierta suele prolongarse sobre la puerta, que tiene un pequeño "balcón" delante."

En la pared de la cuadra se ha aprvechado para poner las placas señalizadoras de la concha y la flecha


Las vacas nos miran al pasar...


Otro caserón de tejado a cuatro aguas, digno de mención y de que le prestemos nuestra atención


Es de planta rectangular y dos alturas, por lo común abajo están la cocina y dos establos, separados por un pasillo de doble entrada que viene a ser el eje del edificio


Arriba están los dormitorios y la sala, mas alguna que otra dependencia como almacén. Con el tiempo se fueron habilitando los cuartos de baño al llegar el agua corriente a las casas. Fijémonos una vez más el granito en los vanos


A la derecha, al otro lado de aquellos árboles, está la Autovía del Cantábrico (A-8) y la carretera N-634


Y ya salimos también de Casa Muniño, otro de los barrios de esta parroquia de Pígara


Magnífica sensación de perspectiva lineal en la gran llanada del jardín chairego.


Y así, paso a paso, entramos en A Castiñeira, otro de los núcleos de Pígara en nuestro trayecto a Baamonde


Tierra de castañares, según reafirma el topónimo


Grandioso valle del río Ladra. Al este algunas de las colinas que demuestran que no todo es llano en la Terra Chá, como Carballosa (540 m) o el Monte do Pedroso. Noelia Román escribe en El País el 21-10-2006 su artículo Terra Chá, aguas y mitos gallegos, en el que, entre otras cosas, dice:
"Fuente de vida y de historias de tradición oral, el agua, los humedales, los ríos apenas encajados horadan la geografía de la Terra Chá, una vasta llanura -es la comarca más extensa de Galicia- delimitada por montañas. El Miño y sus afluentes recorren esta zona de impresionante planitud situada al norte de la ciudad de Lugo, y las autoridades miran hoy hacia las lagunas naturales, despreciadas en los años sesenta -muchas, entre ellas la de Cospeito, fueron desecadas con fines agrícolas- y ahora en fase de recuperación como parte de la Reserva de la Biosfera Terras do Miño y como gancho para un incipiente mercado turístico"

Nos acercamos a las casas chairega de Castiñeira, estas tienen una cierta evolución constructiva en lo concerniente a algunos materiales, pero la traza es la de la casa chairega. Seguimos leyendo de su estructura en Arquitectura Popular.es:
"La casa suele disponer de dos accesos: una puerta en la fachada frontal y otra en la posterior, unidas por un amplio pasillo. Consta siempre de dos alturas con usos perfectamente diferenciados y con una distribución absolutamente funcional. La planta baja alberga el establo (dedicado a los terneros y crías de cerdo, cuando la explotación es grande) y una amplia cocina, separados ambos por el pasillo antes citado y que se ensancha en el zaguán del que arranca la escalera. La planta alta tiene un amplio comedor, varios dormitorios -casi siempre exteriores- y, en muchos casos, una última dependencia en la que se guardan los alimentos de uso doméstico. La cubierta, a cuatro aguas, se resuelve mediante un entramado de madera apoyado en los muros de la edificación. Un sencillo entablado sirve de base a la cubrición de losas de pizarra. Bajo el tejado, un amplio desván sirve de cámara de aire al piso superior, al tiempo que se aprovecha también como granero o palomar."

En algunos casos las construcciones auxiliares, almacenes, cuadras, etc. se presentan añadidos al cuerpo principal, el de la vivienda, en otros, como este, se disponen separados


Los grandes tejados de pizarra, a cuatro aguas, son otra de sus principales características


Saliendo a trabajar al agro. La Terra Chá vivió desde antiguo los procesos de la emigración, el éxodo rural y el abandono del campo, otra epopeya narrada por los escritores de la comarca, como María González Rouco en Volver a Galicia, del que no nos resistimos a extraer uno du sus capítulos, Peregrinación,  donde plasma muy bien aquella situación y vivencias en cualquier aldea chairega:
"La noche caía sobre el pueblo. Hombres y mujeres, ancianos y niños, se retiraban a sus casas de pizarra. Una vez más, la cena forzosamente frugal los reuniría alrededor de la mesa; comerían papas, pescado, algunas castañas. La realidad se presentaba dura; el ganado no engordaba, la tierra no se mostraba generosa con quienes la trabajaban. La desesperación cundía en los ánimos de esa gente que apenas sabía leer y escribir. Los más jóvenes se preguntaban si iba a ser así toda la vida; no estaban dispuestos a aguardar, día tras día, un bienestar que no llegaba, una salud que se esfumaba en los campos, asediada por el frío y la mala alimentación
La noticia de lo que sucedía en América los conmocionaba. Se hablaba de paisanos que habían podido comprarse una casa, o varias, que comían lo que querían y cuanto querían. Se hablaba también de hombres que se empleaban como mozos en bares, de mujeres que lavaban ropa ajena en inmensas piletas, en invierno y en verano, sin desmayo, por unas monedas. Muchos pensaron en la posibilidad de partir, pero la sangre ata, los mayores se resisten a dejar ir a sus descendientes; piensan, con razón, que ya no volverán a verlos. 
Estas cavilaciones agobiaban a cada uno y lo alentaban, alternadamente. Se veía crecer a los hijos, venían más hijos, y la situación no mejoraba. Era imposible viajar con toda la familia; no se sabía qué suerte aguardaba y, si se iba a pasar penurias, mejor era sin los niños. Ellos, en su tierra, estarían un poco mejor que en un país extraño. La idea era marchar solos y luego, según la fortuna, volver o llamar a quienes se habían quedado. Las historias corrían de boca en boca; Pedro se había instalado en Cuba, María era mucama en una casa distinguida, Jesús había vuelto más pobre que como había salido del pueblo... 
Una voz se oyó en la noche. Uno de los muchachos, que aún no contaba veinte años, llamaba a los demás. Lo asombraba el fulgor de una estrella, radiante en la noche cerrada. Casa por casa, iba llamando a todos; les decía que miraran hacia lo alto, que seguramente Dios se había apiadado de sus almas. Todos se santiguaron; rezaban en voz baja esas plegarias que casi no recordaban. Esa estrella era distinta; tenía una luz prístina, única. 
La muchedumbre se agolpaba en las calles; todos miraban hacia arriba. Esa estrella quería significar algo, pero ¿quién podría descifrar el mensaje que venía de lo alto? Pensaron en el cura del pueblo, en los pocos que sabían algo más que el resto. ¿Cuál de ellos podría desentrañar el misterio? Mientras, la estrella avanzaba hacia el oeste, hacia el sur; parecía mostrar un camino. 
Los hombres se abrazaban, las mujeres lloraban, los niños miraban sin comprender. Fueron los ancianos quienes reconocieron la señal: era la estrella que había guiado a sus mayores. Sí, seguramente ésa era la misma estrella de la que hablaban los más viejos, la misma que había mostrado una senda siglos atrás..."
" ...Uno a uno, los jóvenes entraron a sus casas. Tomaron unas pocas pertenencias, se despidieron de los suyos y se marcharon. El futuro era incierto y los atemorizaba, pero creían que valía la pena intentar esa travesía. Los padres oscilaban entre dos sentimientos: veían el porvenir que aguardaba a sus hijos en el pueblo, y sentían que esa separación, aunque necesaria, desgarraba sus corazones. Ya no los tendrían allí, como todas las mañanas; no irían juntos a misa los domingos. La sola idea se volvía dolorosa, pero nada podían hacer. Quedarían solos los viejos, para consolarse entre ellos, para pedir que alguien escribiera una carta para ese hijo que se fue, para la hija que promete que va a regresar, que los va a venir a buscar. 
Una peregrinación de campesinos se dirige hacia el mar, hacia ese destino nuevo que aguarda tan lejos. La estrella los guía, brillante en el cielo, hacia un mundo de prosperidad"

Por eso estimamos tan sumamente importante, que al igual que nosotros pasamos por el Camino, el Camino ha de pasar por nosotros, conociendo en la medida de lo posible, aunque solo sea un poco o unas nociones básicas, de la idisincrasia y patrimonio de los lugares que recorren nuestros pasos


Trigales a nuestra derecha, de nuevo buena alegoría del preciado pan gallego. De él escribe Silvia Pato en El pan gallego ¿el mejor de España?:
"El pan forma parte de las delicias gastronómicas de la cocina de Galicia. De numerosas formas y tipos, con peculiaridades por cada región de la comunidad y diversas fiestas gastronómicas en torno a él, es uno de los alimentos que no falta jamás en la mesa de los gallegos. No es de extrañar que muchos se cuestionen si el pan gallego es el mejor de España (...)
El pan gallego consta de Indicación de Origen Protegida (IGP). Así las cosas se cataloga como pan gallego IGP aquel producido en la comunidad autónoma de Galicia de corteza crujiente y dureza variable en función del formato, miga esponjosa y alveolado abundante e irregular, que se elabora de forma artesanal con harina de trigo blando (Triticum aestivum, L.) y al que no se añaden aditivos. Además, toda la preparación ha de ser manual. 
Y es que en cualquier sitio puedes encontrar en Galicia un pan excelente. Las panaderías son numerosas en aldeas, pueblos y ciudades, y las tiendas, supermercados y grandes superficies también lo ofrecen en numerosas variedades, aunque es cierto que también hallarás ese tipo de barras congeladas que languidecen al lado de los panes de elaboración artesanal tradicional. Por supuesto, en casi todos los locales de hostelería gallego la cesta de pan que te pondrán en la mesa para acompañar cualquier tapa o menú será de calidad. Y es que el pan aquí es sagrado 
Muchos somos los gallegos que en algún momento te diremos que estamos comiendo «pan con pan», porque cierto es que está tan bueno que no necesita ningún tipo de acompañamiento para ser degustado, aunque si a su lado hay mariscos, caldo gallegoraxo con patatas o un buen plato de pulpo á feira, mejor que mejor 
El pan gallego se elabora en toda la comunidad y lo encontrarás a la venta en diversos formatos, los cuales también se encuentran especificados en la IGP: la barra, el bolo, la bola y la rosca. La barra es alargada y mide entre 40 y 60 centímetros de longitud, además de pesar alrededor de 300 gramos. El bolo hogaza, al que también oirás denominar «pan de bollo» es redondeado, con forma irregular, con o sin moño y las piezas son de 250 gramos, 500 gramos, un kilo o kilo y medio. La bolla, bola torta también tiene forma redondeada, aunque es plana, y la rosca es un pan con forma de anillo irregular. Estos dos últimos tipos pesan 250 gramos, 500 gramos o un kilo. 
Todos ellos se caracterizan por su corteza crujiente y su miga esponjosa e irregular, y aunque puede durar sin problema tres días en perfecto estado, está tan bueno que suele desaparecer mucho antes de cualquier despensa. 
En Galicia es frecuente que se elija el formato de estos panes en función de la comida a acompañar, o bien se selecciona un tipo de pan concreto entre las variedades locales de los que se elaboran de forma tradicional (...)"

A continuación pasamos esta encrucijada y seguimos de frente en otra larga recta


El monolito del camino siempre presente en estos cruces. Tras él otra de esas largas filas de chantos


Más huertas y casas a la izquierda. Más allá espesas y tupidas fragas de árboles autóctonos que se extienden, más allá del Labra, hasta As Manzanelas y A Medorra, cerca de O Pedroso


 Caminando, viene muy a cuento recordar este fragmento de los versos Cantiga pra andar pola Terra Chá, de Manuel María, poeta chairego cuyas poesías nos acompañan en nuestro itinerario por la comarca:
[...] Hei ir de Castro a Abadín e de Begonte a Cospeito
par ver como os labregos teñen que partir o peito.
Soio unha estrela por guía.

Irei de Outeiro a Vilalba e de Pol deica Xoibán
pra mirar como os labregos teñen que sudar o pan.
Soio unha estrela por guía.

Heime de chegar a Bonxe pra ver o barro cocer
dende o abrente do día ós pechos do anoitecer.
Soio unha estrela por guía.

Achegareime a Sistallo e Cospeito perguntar
polas lendas da Lagoa que acaban de desecar...
Soio unha estrela por guía.

Hei andar a Terra Chá sen esquecer un rincón,
¡ouh terra da miña alma, lume do meu corazón!
Non quero máis compañía:
¡soio unha estrela por guía!

Y... cómo no, Camiños, del mismo autor...
Camiño firme cara á luz
coa incerta decisión
de ignorar os camiños.
Sei que a luz é verdade
e que os camiños van
dende a néboa á brétema
e nunca teñen volta.
Nós case non somos.
Nin fomos nin viñemos.
E unicamente os soños
son exactos e certos.

Hábitat disperso, caseríos desparramados aquí y allá por la campiña. en medio de un intenso verdor


Y, en torno a los pueblos o núcleos poblados, las fragas y bosquetes, otra de las características primordiales del paisaje que nos rodea


A nuestra izquierda, una vieja cuadra


Una referencia muy importante es la de esta casa, puesto que vendría a ser la última de A Castiñeira, pero también de la parroquia de Pígara y del concello de Guitiriz (al que volveremos más adelante, en Parga) en este tramo del Camino Norte que nos lleva a Baamonde


Esta estructura es de tejado a dos aguas, pero los dinteles de puertas y ventanas son de granito, siguiendo las pautas generales de la arquitectura de la zona. Su ediificio auxiliar adyacente presenta una ampliación hecha con lasrillo


Al pasar la casa empezamos a bajar un poco


Es el descenso al Rego do Carmio, frontera entre los concellos de Guitiriz y de Begonte


Hacia allí van los peregrinos, adentrándose en la umbría del arbolado ribereño


Estamos llegando a un venerado santuario en la puerta de los dos concellos


Es A Capela do Carmio o capilla del Carmen, al lado del río de este nombre, también llamado Rego Pequeno, que discurre unos metros más abajo


Es un pequeño santuario de estilo rural con un pequeño campo de romerías, al borde del Camino


Fijémonos al pasar delante...


Una pequeña espadaña alberga una campana que suena cuando se tira de la cadena que sale del ventanuco al lado de la puerta


Este es el ventanuco para echar limosnas a la Virgen


Enfrente, al otro lado del camino, un banco de piedra. Las chantas ofrecen buen respaldo


Luego de ver la capilla bajaremos hacia el río


A Ponte do Carmio, sobre el río homónimo


 Aquí es exactamente donde pasamos del concello de Guitiriz al de Begonte y de la parroquia de Pígara a la de Pacios


En Pacios nos despedimos de la parroquia de Pígara, pero insistimos, sólo momentáneamente del concello de Guitiriz que, por su forma geográfica y territorio administrativo, nos volveremos a encontrar pues, luego de Baamonde, el Camino volverá a entrar en él y recorrerá sus parroquias de San Alberte, San Breixo y Santa Locaia de Parga


Y esta es la señal que anuncia nuestra entrada en la parroquia de Pacios y concello de Begonte


Hay unos metros de cuesta, pues lo que antes bajamos toca subirlo ahora


Profunda cuneta a la izquierda, bajo los pinos


Salimos del pinar y la subida va suavizándose al salir a estas fincas


A nuestra derecha A Casa do Taberneiro, al final del prado, junto a los castiñeiros. Llaman la atención su enrome tejado y su gran corredor, recorriendo su fachada principal, tal y como nos lo explican el la recitada página Arquitecturapopular.es referida a la Terra Chá
"En algunas ocasiones, las casas cuentan con un amplio corredor de madera que se construye en su fachada sur y que, con cierta frecuencia, se realiza con piedra para ennoblecer el edificio. En resumen, todo en la vivienda se supedita a la funcionalidad –rasgo común en la arquitectura popular- aunque sin excluir la belleza formal en la acertada conjunción de casa y entorno que ordena y humaniza el llano paisaje de la Terra Chá lucense."
Realmente el largo corredor mira más bien en esta casa al este-sureste. El nombre puede delatar que hubo alguna antigua taberna próxima a este viejo camino


Acabada la cuesta volveremos a llanear. Estamos un poco al este del Alto de Silvosa


Cruce y adelante, caminando junto a otra fraga


Nos adentramos así en la foresta


Tomamos esta recta bajo un preciso túnel vegetal


Y así proseguimos nuestras andanzas por el concello de Begonte, creado como tal en 1842 tras siglos de dependencias señoriales y monásticas de todo este territorio. A él se incorporó el de Baamonde, que había sido independiente, y de él se salió Rábade en 1924, que pasó a constituirse en concello propio


Sigue así la recta por las altas arboledas de Carballido


Salimos a un gran claro, donde está la Casa do Carteiro


Fijémonos en la ventana de abajo


Con un motivo artístico muy naturalista. La jaula colgada de la rama y el pájaro que parece haber salido de ella


El Camino pasa entre la casa y la cuadra. Seguidamente hay un cruce


En este cobertizo vemos la flecha y la columna indicadoras del camino


Suelo de losas. Se ve un pequeño canal que trae el agua de un arroyo


A nuestra izquierda la fachada principal


Sigue predominando el hábitat disperso en todos estos núcleos: A Lamela


Hemos llegado a otro barrio o lugar de Pacios, Carballido, donde en este cruce iremos a la izquierda


Cancha de baloncesto y nueva bifurcación


A la izquierda la antigua escuela


A la derecha la Ermida de San Adrián, frente a la que sigue el camino, tomando nosotros este ramal a la derecha, que va hacia ella, donde se venera a San Andrían, San Julián y Nuestra Señora de la Ascensión


La tradición piadosa afirma que las imágenes de San Adrián y San Julián se aparecieron una madrugada en esta llamada Campa de Carballido, procedentes de un santuario anterior ubicado en las inmediaciones, dándose por sentado a partir del suceso que los santos preferían estar en este lugar, por lo que se les construyó la actual ermita, emplazada en el ahora conocido como Campo da Feira


Realmente estas historias del traslado de santos se repiten en cientos de lugares, siendo la razón tal vez otra, pues las indagaciones del investigador José Manuel Blanco Prado, publicadas en La devoción popular en el santuario de San Adrián y San Julián, sacan a la luz que los terrenos la antigua capilla, a cosa de un kilómetro de distancia de esta,  era propiedad de una familia local, los Campos, compartida con otros posesores naturales de Viveiro, quienes venderían su parte a un vecino del cercano barrio de O Rañal, Anton de María

La capilla era de gran tradición romera, y tras la romería de San Julián, el 7 de enero, parece ser que los terrenos en torno a ella, como ocurre hoy en día, quedaban hechos un desastre, por lo que sus dueños pondrían en práctica alguna presión o argucia, incluyendo el trasladar los santos de noche a esta Campa de Carballido, para que se construyese un nuevo edificio en este lugar


Se sabe aquí hubo un mayorazgo o persona encargada de recolectar donaciones y limosnas para el mantenimiento de la ermita, sus usos litúrgicos, y la celebración la romería. Este mayorazgo se sabe debió extinguirse hacia 1915, cuando la ermita pasó al Obispado de Mondoñedo, siendo párroco D. Manuel


Además de la romería de San Julián y San Adrián el 7 de enero, cuando un miembro de la casa de Villegas añadió la advocación de la Virgen de la Ascensión, se celebró otra romería en el mes de mayo, el Jueves de la Ascensión, que con el tiempo llegó a superar a la de enero, romería que por cuestiones prácticas pasó al sábado y domingo próximos, y así ha llegado a nuestros días



Los romeiros procedían de todo el concello de Begonte, así como de los de Guitiriz, Vilalba, Rábade, Outeiro de Rei, Lugo y parte de la Mariña Coruñesa, muchos traían animales, principalmente vacas, caballos, ovejas, cerdos, etc. para ser bendecidos y sanados de alguna dolencia, o su correspondiente ex-voto en forma de figuras de cera. También acudían buscando protección para su hacienda y alivio para concretos dolores físicos (dolor de cabeza, dolores en extremidades inferiores, bultos, heridas en general), y por supuesto para favores físicos y espirituales de todo tipo. Con el tiempo las romerías con este sentido decayeron, popularmente se dice que a causa del cambio de fecha, si bien Blanco Prado lo achaca más bien a los cambios sociológicos y mentalidad a lo largo del siglo XX



Tradicionalmente se celebraban misas todas las mañanas del día de la fiesta, hasta la una y media, cuando se celebraba la misa cantadas, tradición que en parte se mantiene, así como la posterior procesión. Muchos de los romeros venían andando desde su lugar de origen, tradición que prácticamente se ha perdido, al igual que al llegar dar vueltas de rodillas alrededor de la capilla, o también en el solar de la antigua capilla, beber de la fuente allí existente y remojar los pañuelos para luego aplicarlos a las partes del cuerpo enfermas o afectadas. Sí perviven las limosnas o las ofrendas en especie, principalmente de comestibles, para ser rifadas en la puxa o subasta del día de la fiesta y con ello sufragarla

Un elemento curioso es su campana, traída del lugar de Miraflores, en Baamonde, de la que se dice espanta a las tormentas, siempre y cuando se toque antes de que empiece a llover

A la izquierda de la entrada existía la costumbre de poñer o oco no chan, meter los pies los enfermos de las extremidades inferiores en un agujeros o sartego, delimitado por dos losas. De manera similar los que padecían dolor de cabeza hacían lo mismo en una ventana ciega del interior


En el interior hay un retablo en el altar, con las imágenes de los santos. Si nos fijamos abajo hay dos pequeñas, con ellas se realiza el ritual de poñer o santo, haciendo una cruz en la cabeza del romeiro, quien besa la figura mientras se recita:
San Adrián/San Julián Bendito
che dea a sanidade
e che quite a enfermedad
polo poder que Dios ten. Amén
Por las imágenes de los tres santos se pasan pañuelos, rosarios, estampas, etc. buscando protección. Lso pañuelos se pasan también después por la cara. Existía también el rito del coitelo de San Adrián, cuchillo de madera que se pasaba por el santo y después por las partes enfermas del cuerpo. Existió un vecino en Carballido, Manuel Rodríguez Ferreiro, que hacía estos cuchillos



La ermita tal vez cristianizaría también un enclave de muy notable importancia, pues justo detrás de ella, en ese mismo campo, fue localizado un túmulo megalítico. Este lugar, histórica encrucijada, debió ser un lugar sagrado desde la más remota antigüedad. Así publicaba la noticia Xosé María Palacios en La Voz de Galicia el 16-1-2013:
"El barrio de Carballido, perteneciente a la parroquia begontina (de Pacios) tiene restos funerarios de hace unos 5.000 años. Un túmulo de la etapa final del Neolítico, construido seguramente entre el 3.200 y el 2.800 antes de Cristo, apareció recientemente en la zona. El hallazgo no tuvo lugar como consecuencia de excavaciones arqueológicas sino que llegó tras el interés de la asociación vecinal de ese barrio de rehabilitar una escuela abandonada
Directivos de la asociación vecinal llevaron por la zona al arqueólogo lucense Francisco Hervés hace varios días. La visita tenía como objetivo mostrarle la capilla de San Adrián y San Xulián, situada en el barrio, a pocos metros de la escuela que se pretende arreglar para destinar a usos sociales y culturales. Como explicó ayer la presidenta de ese colectivo, María Jesús Lorenzo, su sorpresa fue grande al descubrir que en el entorno de la capilla había esa muestra de riqueza prehistórica. La sorpresa es mayor si se tiene en cuenta que el mencionado arqueólogo explicó que ese yacimiento no estaba incluido en las normas urbanísticas del municipio, aprobadas en la década de los noventa 
Tras pasar por la zona, a la que se accede desde la carretera N-VI por una pista asfaltada, el citado arqueólogo elaboró un informe en el que detalla la existencia de una «masa tumular circular de unos 11 metros de diámetro». Apenas tiene 40 centímetros de altura, como se recoge en ese informe, si bien «su forma y configuración evidencian una masa tumular clara».  
La aparición de este elemento puede abrir la puerta a más hallazgos. «Hay más, hay más», recalcó Herves, que indicó que en esa zona se observaban topónimos relacionados con esos elementos. «Se nota que por ahí hay una riqueza arqueológica importante», dijo. Por ahora, agregó, nada apunta a que en la zona se vayan a realizar excavaciones relacionadas con esa aparición...

Luego de nuestra visita a la capilla y Campo da Feira seguimos caminando hacia la ya cercana población de Baamonde, pasando al lado de algunas casas con terreno


Tomamos así otra de las largas rectas que dibuja el camino en las planicies de la Terra Chá


Nos acercamos a otra zona de arbolado, con plantación de pinares, que vemos al fondo, ya muy cerca


Y salimos de Carballido pasando junto a las últimas viviendas del barrio


Y ya de frente nos metemos en el pinar


Los mojones nos indican y confirman la ruta a seguir


Sigue la recta entre los pinos, otra carretera local con escaso tráfico normalmente


Poco a poco, caminando en dirección sur, se van perfilando a nuestra vista nuevos horizontes


A lo lejos ya se divisan las colinas del Cordal de Froi, que cierran al sur el valle del río de Parga, donde se halla Baamonde


Cruce y paso bajo el puente de  la Autovía del Noroeste ( A-6), que enlaza en las cercanías con la Autovía del Cantábrico. Hoy como ayer Baamode sigue siendo un importantísimo cruce de caminos que aprovechan desde épocas ancestrales los pasos naturales del valle del Parga y la Terra Chá


Este puente es toda una alegoría de nuestro acercamiento a Baamonde, encrucijada pues de carreteras y autovías, y por supuesto milenarios caminos desde la más remota noche de los tiempos


Pasamos al otro lado, cerca de Camiño Real


Cruce de Cobos-Pacios, donde iremos a la derecha, cerca de la Taberna do Labrego. Atentos al mojón


Campos de A Mona, el camino sigue ahora paralelo a la autovía, al principio en llano


Tierras de labor: al fondo vemos una pequeña subida


Esta es la cuesta que nos aguarda ahora


Un corto pero fuerte recuesto hacia uno de los viaductos de enlace con la A-6


Pasamos al lado de sus grandes pilares


Llegamos a su altura y aún subimos un poco más, viendo la autovía a la derecha


Apreciamos la "gran zanja" de la estructura de la autovía, que ha cortado la colina del Alto de Vilar (443 m)


Y ahora empezamos a bajar. A lo lejos el Penedo do Seixiño (559 m), A Pena Gallada (591 m) y Monte Redondo (623 m)


En esta zona se enlazan la Autovía del Noroeste, la Autovía del Cantábrico y la N-634


En el centro de Galicia... lo que nos permite hacernos una idea del importante e histórico enclave viario en el que nos encontramos


Seguimos bajando junto al vallado de la autovía


Perdemos rápidamente altura cual tobogán



Por allí vemos a los peregrinos continuar camino. Es el valle formado por dos regos que discurren paralelos, A Rega y Vilaflores, afluentes del Parga, en el que desembocan a ambos lados de Baamonde


Llegamos abajo y nos encontramos con esta bifurcación


Y aquí iremos a la izquierda, ya en llano


Vereda adoquinada para los peregrinos, al lado de la calzada asfaltada


Crece el matorral al pie de la autovía, formando una gran barrera acústica natural


Curva a la derecha, el camino serpentea levemente


Y al fondo vemos ya los arrabales de Baamonde, donde podremos parar, bien a pernoctar, bien a tomar o comprar algo, pues hay albergue de peregrinos, comercios, pensión, bares y casas de comidas


La llegada a lo urbano, marcada por las aceras


Salimos a esta gran explanada, delante de las primeras casa (chalets y viviendas unifamiliares con terreno, y subimos a la derecha


Pasamos así junto al Tanatorio de Baamonde


El mojón nos indica subir rampa arriba hacia la N-634, la gran carretera cantábrica, que tantas veces cruzan y caminan los peregrinos del Camino Norte, pues empieza en San Sebastián y termina en Santiago de Compostela


Aunque estamos al lado, apenas vemos aún la población, extendida en torno al cruce de carreteras existente un poco más al sur, más allá de aquellas arboledas, donde se unen la N-634 y la N-VI


De frente a nosotros vemos las casas de la carretera N-634 a la entrada de Baamonde, hacia las que nos dirigimos


La primera es Casa Coello



Llegados a la N-634 acaba la subida y seguimos a la izquierda


Nos dirigimos así hacia A Rotonda, el centro de Baamonde y encrucijada de caminos, cuando estamos a unos 100 kilómetros ya de Santiago de Compostela












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