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miércoles, 28 de noviembre de 2018

EL CAMPO DEL TABLADO Y PARQUE DE LORIENTE EN CASTROPOL: EL MONUMENTO A VILLAAMIL, EL CASINO-TEATRO, SANTA MARÍA DEL CAMPO, LOS PALACIOS Y LOS COLEGIOS (ASTURIAS)

Parque de Loriente. Campo del Tablado (Castropol, Asturias)
Castropol: llegada a la Plaza del Cruzadero. Al fondo vemos la iglesia

Una de las varias posibilidades para pasar de Asturias a Galicia por el Camino Norte es hacer el 
Camino de Castropol, que se toma en Péligos, saliendo de Tol, en la rasa costera más occidental de Asturias. Así, por la ensenada de A Lieira y siguiendo una senda bellas costera que nos aparta de las carreteras llegamos al centro histórico de esta villa de Castropol por la Plaza del Cruzadero y, como los peregrinos de antaño se dirige a la iglesia, tomando la calle de la derecha, pues allí estaba el Hospital de Santiago, advocación del templo parroquial. Luego seguirían hacia el Ayuntamiento, solar del antiguo Castillo de Fiel, para bajar a los muelle, y allí pasar a Ribadeo en barca cruzando la ría y entrando en Galicia

Pero, como siempre decimos en estos casos, si estamos bien de tiempo y fuerzas, merece la pena desviarse unos instantes a la izquierda para conocer otros lugares y monumentos emblemáticos de esta población


Justo en este desvío de la izquierda están "las dos torres": la primera es la llamada Casa del Párroco o Palacio de Montenegro, la segunda, por donde podremos continuar la subida, es la de Villa Rosita


El Palacio de Montenegro es una construcción de entre los siglos XV a XVI, en un estilo gótico que revela cierta inspiración renacentista. Es superviviente del gran incendio que devasto la población la noche del 28 de octubre de 1587 por lo que podría tratarse del edificio más antiguo de la villa que ha llegado a nuestros días. A lo largo de los siglos tuvo serias reformas y se dice que el piso superior es un añadido


Uno de sus elementos característicos es la ventana en esquina, muy del gusto renacentista


A su derecha está la calle Acevedo, donde si nos fijamos el cuerpo de atrás es más bajo y presenta una portada de arco de medio punto. A la derecha está la torre de Villa Rosita, cuadrada y almenada, con un zócalo que equilibra la construcción sobre el nivel del terreno. A finales del siglo XIX se añadieron los balcones, así como la linterna o lucernario existente en lo alto, también de finales del XIX. En las esquinas hay cuatro gárgolas


Pasamos a sus pies y caminamos a su derecha, donde hay un espacio ajardinado con palmera, cerrado con una verja


Es la calle El Campo, pues sube al histórico Campo del Tablado, donde están el parque y diversos edificios y lugares de interés, a donde nos dirigimos nosotros


Mirando a Villa Rosita hay también algunas casas notables, destacando esta primera por su grandísima galería en el piso superior. Las galerías se extendieron a raíz de la expansión industrial de las fábricas de vidrio, a finales del XIX, tanto en viviendas de nuevo cuño como cerrando los tradicionales corredores de las construcciones antiguas, ganado espacio interior


Abajo el balcón también presenta su galería acristalada


A la izquierda el portón de Villa Rosita


Es conocida también llamada Casa Bermúdez por ser solar de la familia de Pedro Bermúdez, quien fundó el Hospital de Santiago de Castropol para peregrinos y pobres viajeros tras el incendio de la villa


Era Pedro militar veterano de Flandes y luego prisionero de los musulmanes, quien fue rescatado de una galera por el duque de Alba. Distinguido con el título de castellano perpetuo del castillo de Viana tras las guerras con Portugal, retornó al final de sus días a su lugar de origen, escribiendo la historia de su vida y fundando dicha institución hospitalaria que seguiría en activo hasta principios del siglo XIX


Aquí en la calle El Campo, vemos el cuerpo añadido a esta mansión a finales del siglo XVIII o principios del XIX, ampliando considerablemente el edificio con una nueva gran mansión que le confiere al conjunto su planta en forma de L. Mirando al jardín está la gran fachada noble, de sobria decoración, con dos pilastras acanaladas como ornamento principal


La cornisa, muy volada, presenta en medio una peineta semicircular


Y en ella se muestra el escudo, sobre una de las ventanas


Al lado, la calle El Campo sube recta en rampa


Tras el pavoroso incendio que destruyó la población en 1587 los edificios de mayor interés de esta villa son de los siglos XVIII y XIX, no pocos marcados por la impronta indiana


A la izquierda más jardines de Villa Rosita, cerrados también con verja


Esta es la parte posterior de la casa añadida que acabamos de ver por delante


Nos asomamos al solar. La casa, a la izquierda, tiene gran balcón y portal porticado. A la derecha hay otras dependencias, una parece una antigua capilla a la que se adosó un edificio de viviendas


Seguimos calle arriba


A la izquierda otro soberbio edificio de gran balcón-galería


Arriba gran terraza...


Vivienda anexa, estrecha y distribuida en tres plantas


Aquí, acabando ya la cuesta, iremos a la derecha...


Estamos ya en lo alto del Campo del Tablado, donde antiguamente la vecindad se reunía a conceyo para tratar asuntos del común. Especialmente importante fue el celebrado en 1744 cuando se acordó que un notario recuperase el testimonio las ordenanzas de 1583, cuando el concejo, que entonces abarcaba una gran extensión entre los ríos Eo y Navia, se independizó de su señor el obispo de Oviedo/Uviéu tras pasar el territorio a la Corona por iniciativa de Felipe II en concesión del papa Gregorio XIII. Junto con ella también habían de revisarse otras posteriores, formándose una comisión de tres vecinos para ello y que propusiesen las oportunas modificaciones en dichas ordenanzas, si bien se sabe no hubo unanimidad entre ellos


En el Campo del Tablado se inauguró en 1911 el Parque de Vicente Loriente Acevedo, emigrante que hizo fortuna con el comercio de géneros en La Habana y que se convirtió en el principal benefactor de esta villa de Castropol


El parque se hizo dentro de las obras de construcción del monumento al marino Fernando Villamil, uno de los héroes de Cuba, que vemos al fondo, en forma de gran columna. El rey Alfonso XIII, a propuesta de su ministro de Marina, le concedió a Loriente la Gran Cruz del Mérito Naval por estos trabajos, realizados por suscripción popular encabezada por la reina regente María Cristina, si bien se demoraron bastante, siendo alentados por diversos patrocinadores, el más determinante el de Vicente Loriente


Anteriormente había aquí una alameda, y así se la llamaba popularmente, lugar de encuentros, festejos y reuniones. De entre las juntas más importantes, están las del Antiguo Concejo de Castropol, organización consetudinaria que representaba a las gentes de este antiguo concejo y sus partidos o entidades menores, que abarcaban el territorio entre los ríos Navia y Eo limitando al sur con La Honor de Grandas


En el Campo del Tablado la vecindad se reunía anualmente, llamado por pregón y a campana tañida de la capilla de Santa María (que veremos más adelante) el día de la Ascensión sin distinción entre la puebla y el alfoz, en los dichos partidos y por representantes escogidos según las ordenanzas de los pueblos. Los partidos eran seis pero a la hora de votar, al producirse las pertinentes agrupaciones, eran solo cuatro, discutiéndose diversos temas: desagravios, reclamaciones, regulación de precios, monterías, cacerías de lobos, etc.


El profesor de Historia Medieval Juan Ignacio Ruiz de la Peña , señala entre sus funciones la validación de actos jurídicos otorgados por los vecinos, el establecimiento de normas obligadas para diversos aspectos de la vida local, la elección y renovación anual de los cargos del concejo, la admisión en la comunidad de nuevos vecinos, la adopción de acuerdos por delegación de competencias para determinadas gestiones de interés general y la adopción de acuerdos extraordinarios o que por su importancia hacían necesaria la asistencia y conocimiento de los vecinos


A lo largo del siglo XIX los cambios profundos, políticos y administrativos, que pusieron fin al llamado Antiguo Régimen, crearon los ayuntamientos tal y como hoy los conocemos, desgajándose paulatinamente en esa centuria nuevos concejos a partir de este de Castropol, por lo que desaparecieron estas juntas anuales del Campo del Tablado, que como vimos, fue transformado en parque público a principios del siglo XX. El topónimo del Tablado sin duda haría referencia a alguna tarima o similar para estas reuniones o tal vez también para los festejos


Es muy posible que, según llegamos al campo, además del propio parque y sus jardines, lo que más nos llame la atención sea sin duda el enorme edificio del Teatro-Casino de Castropol, que tenemos a nuestra derecha, que como institución nació a mediados del siglo XIX, el Círculo Recreativo, siendo de los más antiguos de Asturias


El edificio original del Círculo Recreativo fue reformado entre los años 1906 y 1911, también dentro de las grandes obras que se estaban llevando a cabo en el parque para el monumento a Villaamil. Esta reforma, bajo las pautas del arquitecto Juan Miguel de la Guardia, le añadió el piso superior


Es de planta cuadrada: su situación en este campo, en lo más alto de Castropol, así como su volumen, lo hacen visible desde la distancia, compitiendo incluso con el alto campanario de la iglesia parroquial, situado más abajo, frente al Ayuntamiento y en el camino al muelle (la veremos luego también desde este mismo parque)


El edificio está rematado en balaustrada y tiene una cubierta tipo mansarda, de origen francés, con pizarra en los laterales


Su estructura arquitectónica y artística es heterogénea, de esquinales almohadillados, vanos con frontón curvo, pilastras corintias, cornisas y enmarques moldurados y medallones, dentro de las corrientes del eclecticismo historicista e inspirado en el barroco francés


El edificio fue rehabilitado a principios de la década de 1990 para Casa de Cultura, manteniéndose el teatro en la planta baja, mejorado con un buen escenario, mientras en el piso alto está la Biblioteca Municipal Menéndez Pelayo, fundada en 1922. Leemos en la entrada dedicada a este edificio en la web del consistorio: 

"En este año, un grupo de universitarios de Castropol funda también la biblioteca Popular Circulante, en un intento de llevar la cultura a todos los rincones del concejo. La actividad desarrollada por la misma no sólo se centraba en el préstamo de libros, sino que realizaba una serie de actividades de extensión bibliotecaria que constituye un claro precedente de lo que después serían las misiones pedagógicas: teatro, audiciones musicales, títeres infantiles, veladas de poesía, etc. Son organizadas en distintas parroquias del concejo e incluso en los concejos vecinos de Vegadeo, Tapia de Casariego y El Franco"

En 1997, al serle concedida a la villa de Castropol el Premio Pueblo Ejemplar de Asturias, el jurado consideró que la biblioteca es desde su fundación una de las mejores de todo el occidente astur


Un de las dos grandes portadas que dan en ambos extremos vista al parque, con arco de medio punto y columna con basas, fustes y capiteles labrados...


Arriba cornisa con ménsulas y demás detalles ornamentales, predominando los naturalistas de caractewr vegetal, y luminoso balcón con galería, orientado al sur


Línea de grandes ventanas en el piso bajo, entre las dos portadas...


Sobre ellas los enmarques moldurados que encierran medallones con caras femeninas, tan del gusto Art Nouveau


Una placa recuerda que "estos parajes fueron escenario de la trágica y romántica historia de amor de La Searila en los años de 1835 a 1837", una historia de amor y profundo drama acaecida en el concejo de Castropol, digna de los escritores románticos de la época pero absolutamente real. Rosa la Searila, quien nació en 1814 en A Casoa, el Palacio de Seares, a unos pocos kilómetros más al sur, y junto al que pasan los peregrinos del denominado Camino histórico del Norte


Con veinte años Rosa conocerá a Antonio Cuervo, magistrado de la veigueña localidad de Piantón, se dice que un día que ella estaba jugando con sus pies desnudos en un arroyo fue cuando se conocieron. Se entabló conversación y pronto se enamoraron en un romance imposible pues las familias de ambos estaban seriamente enfrentadas. Se veían a solas y a escondidas en cabañas y parajes recónditos, amoríos que culminaron en una boda secreta y bastante enigmática según la partida y documentación conservada, el día 8 de mayo de 1835


Poco después Antonio Cuervo ha de partir, pues fue nombrado gobernador civil de A Coruña, es entonces cuando además de la distancia física se suma la provocada por el estallido de la guerra carlista, dificultando notablemente el contacto entre ambos, y Rosa, embarazada, falleció en el parto aquel otoño de 1836, angustiada sin duda por todo el cúmulo de circunstancias adversas de su situación, que agravaron su ya delicada salud (padecía tisis desde tiempo atrás), pues además todo el asunto de la boda salió a la luz pública a raíz de su embarazo y enfermedad


Antonio, enterado de la gravedad del problema cuando su mujer agonizaba, emprendió el galope, reventando varios caballos y atravesando incluso los campos de batalla, teatro de operaciones de los carlistas del general Gómez, logrando llegar pero únicamente para visitar la tumba. Es entonces cuando enloquece, abre el sepulcro y se abraza al cadáver, cortando un mechón de los cabellos y llevándose una rosa de la ofrenda floral. Retiróse luego al solar familiar, donde se encierra tras abandonar todos sus cargos


Durante varias noches ronda el cementerio, luego atempera sus ánimos y escribe el famoso poema a su amada, del que hemos de decir existen varias versiones. Se dice compuesto en noviembre de 1936, si bien fue cantado, con música compuesta para ello, por toda la comarca asturgallega, impreso en hojas de las que existen más de veinte ediciones, además de infinidad de copias manuscritas, por lo que hay importantes variaciones:

Solitaria mansión del sepulcro.
Solo en ti mi esperanza se encierra.
Que, perdido mi amor, es la tierra.
Un abismo de mal para mí.
Negro abismo, que ahoga implacable
En un mar de tristezas mi alma.
¡Qué de Dios la piedad me de calma!
¡Ay, Searila, reuniéndome a ti!

Un profundo clamor en mi pecho,
Que te llama y evoca constante,
Sin que pueda acallarlo un instante
De mi vida angustiada y febril.
Espantosas tinieblas me cercan
Y entre ellas venirte a mi veo.
¡Fantasía! ¡Ilusión del deseo!
¡Que, ay, Searila, no vienes a mi!

Cuantas veces gozosa conmigo,
Embargada de amores suaves,
Escuchaste el cantar de las aves
En las dulces mañanas de abril!
Poco tiempo duró nuestra dicha,
¡Y cuán presto acabó mi fortuna!
Pues no quiero tampoco otra alguna
¡Ay, Searila, viviendo sin ti!

Pavorosa visión yo recuerdo
Cuando trémula tú me decías
Que en fatídicos sueños veías
De tu tumba la lápida abrir.
Del destino, cruel anticipo,
Que alejaba de mi la alegría,
Se cumplió la fatal profecía,
¡Ay, Searila, pues vivo sin ti!

En tus brazos morir, ¡qué consuelo!
Conmovida otra tarde dijiste,
¡Infeliz! Y siquiera me viste,
Expirando apartada de mí.
Niña aún y tan sola muriendo,
¡Cuán amargo el morir te habrá sido!
Sin oír el acento querido!
¡Ay, Searila, anhelado por ti!
De la vida en el último aliento
Tu tristísima voz me llamaba.
¡Desdichado de mí! ¿Dónde estaba
Que a tu angustia no pude acudir?
Por los campos buscando tu huella
Yo corrí con frenético empeño,
Y hoy, perdido, paréceme un sueño,
¡Ay, Searila, que viva sin ti!

Yo corrí desalado y ansioso
Por caminos que incendia la guerra,
Y al llegar, ¡ay de mi!, bajo tierra,
Yerta, inmóvil, sin vida te vi.
A la luz de la lívida luna
Tu belleza, que intacta aún estaba,
Con pupila sin fuego miraba,
¡Ay, Searila, posándose en mí!

De tu yerta cabeza, la seda
Yo corté con mi trémula mano
Y tus sienes de hielo, en vano,
Con mi llanto y mi beso encendí.
Entre flores, mi Rosa, una rosa
Con su pompa y sin par lozanía,
Roto el féretro yo te veía,
¡Ay, Searila, mirándome en mí!

Tu recuerdo mi alma devora,
Y hasta el fondo taladra mi pecho,
Sin poderme sentir satisfecho,
Que apetezco cual nadie sufrir.
Lo apetezco y la vida me enfada,
Y así más me consumo y me mato,
Pues no quiero me acuses de ingrato
¡Ay, Searila, si vivo sin ti!

Abomino de vida sin cielo,
Donde ver de tu sol los fulgores,
Que risueñas no alegran las flores
Cuando el alma se siente morir.
Y alegrarme jamás yo no puedo
Ni pagarle al amor más tributo,
Ni otras glorias la mundo que el luto,
¡Ay, Searila, que llevo por ti!

Sola ahora y por todos dejada
En el lecho sin fin de la muerte,
Pues no hay nadie que aquí venga a verte
Si no viene tu amante infeliz.
Soledad a tu lado es mi vida,
Que sin ti toda vida es desierto;
No respiro, mi ser está yerto,
¡Ay, Searila, si no es junto a ti!

Navegando, la pálida luna
Por la bóveda inmensa del cielo,
Que comprende parece mi duelo
Y no quiere como antes lucir.
De la noche durante el silencio
Tu sepulcro besando acompaña
Y en tristeza profunda me baña,
¡Ay, Searila, velándote a ti!

Mustia ahora la frente doblada
Sobre el pie de la lápida fría,
Yo te espero ¡oh mortal agonía!,
Como el ángel que mira por mí.
Yo te llamo, el momento se acerca,
Que en el cielo, felices y amantes,
Nuestras almas se junten como antes,
¡Ay, Searila, pues muero por ti!

Del parto nació una niña, Claudia María, pero como si la tragedia no cesase murió justo un día antes de su primer cumpleaños, el 29 de octubre de 1837. Antonio Cuervo no se volvió a casar y se mostró públicamente de luto  hasta que falleció el 2 de abril de 1890. Dispuso se le enterrase con su capa negra y años más tarde, al abrirse sus restos, aparecieron en ella el mechón y la rosa que había sacado de la tumba de La Searila.


No cesó del todo el halo dramático del suceso ni cien años después, pues cuando escritores asturgalaicos quisieron rendir homenaje en el centenario de la Searila, el acto hubo de suspenderse al estallar la guerra civil, habiendo de esperarse hasta 1955 para celebrar tan sentido y emotivo reconocimiento del que vemos aquí esta notable placa


Otra placa recuerda a quien está dedicado el parque, Vicente Loriente, nacido en Castropol el 3 de julio de 1859, quedó huérfano de muy niño y tras un breve paso por la escuela local con solo 12 años emigró a Cuba, posiblemente para eludir el servicio militar, cuya estricta reglamentación ya prohibía salir de España con 14 años para evitar eludirlo. Se supone salió del puerto coruñés o vigués con alguna carta de recomendación de algún familiar o vecino, pues parece ser encontró trabajo de inmediato, empezando como aprendiz en una tienda de La Habana dedicada a la importación de tejidos y posterior vente, propiedad de los polesos Florencio Rodríguez y Jerónimo Castañón. Cuando Florencio retorna a Asturias en 1885 hace partícipes del negocio a los que tiene por mejores empleados, uno de ellos Loriente, quien tras hacerse con una importante fortuna retorna a Castropol en 1889, adquiere el palacio de los marqueses de Santa Cruz del Marcenado y se casa en 1901 con la ribadense María de la Asunción Cancio Martínez, si bien realiza numerosos viajes comerciales y sociales por España y Europa


Participó además en política con el llamado Partido Novo (Partido Independiente de Castropol), contrario al caciquil Partido Veyo, reiniciando en 1906 las gestiones, ya iniciadas en 1898 con el apoyo del alcalde Valentín Cancio, para construir este teatro-casino, del que había asumido la presidencia en 1906, y  que echó a andar pese a críticas y vicisitudes vinculadas precisamente a los despachos políticos contrarios, pues el propio alcalde de por entonces, Zoilo Murias, era uno de sus contrarios, Y es que al mismo tiempo sentó las bases del citado Partido Independiente de Castropol que, pese a ceñirse en principio a defensa de los intereses locales más que al contenido ideológico, acabó en la órbita Reformista de Melquíades Álvarez, quien visitó con éxito Castropol en 1908. En 1906, con las gestiones de construcción en marcha, se le tributa un cálido homenaje, volviendo a su presidencia para un ejercicio anual en después con el objeto de agilizar las labores, culminados con todo este parque con su monumento, tres años después, siempre dentro de las fuertes convulsiones políticas de estos concejos


La inauguración se celebró con la fiesta patronal de Santiago Apóstol y fue por todo lo alto, grandes fiestas, desfiles de gigantes y cabezudos y acto protocolario amenizado por la Banda de Música de Ferrol, presencia de numerosas autoridades civiles y militares, así como de barcos de la armada fondeados en la ría. El decenario Castropol, patrocinado por el mismo Loriente, daba cuenta de todos estos aconteceres, incluyendo todos los vaivenes de la política y los intereses locales, como el logro de desbloquear la carretera de circunvalación de la villa un año antes


Del mismo acto de inauguración nacieron desavenencias graves a causa de estas rivalidades, pues otro de los promotores del acto, el también acaudalado emigrante Enrique Vijande, mantuvieron una agria disputa aireada en el periódico republicano naviego El Porvenir Asturiano, y que fracasadas mediaciones, culminaron con una agresión, según acta del propio Vijande, de Loriente a este a la puerta de su domicilio en Barcelona, donde le estaba esperando, con posterior reto a duelo de Vijande rechazada, pero cobrándose venganza al abofetear públicamente en la calle a Vicente Loriente unos meses después. Loriente pensó entonces en regresar a Cuba, donde mantuvo una intensa actividad empresarial y social con la asociaciones de naturales de Boal y El Franco, pero los negocios cubanos empezaban a ir tan mal que su propio hermano Francisco Loriente, Pancho, se suicidó de un disparo en Florida. Tras liquidar la sociedad Vicente regresa a Asturias y decide ir apartándose de la política, pero no de la promoción del occidente asturiano, si bien la ruina definitiva de sus negocios fue terriblemente amarga, dulcificada quizás por iniciativas como la de la Biblioteca Popular Circulante de Castropol, de la que fue su promotor el primogénito de sus tres hijos, Vicente Loriente Cancio


Si bien apartado de lo político, hubo de ser satisfactorio para él el acta de diputado de Melquíades Álvarea en 1923, si bien el partido decayó casi acto seguido al año siguiente con la dictadura de Miguel Primo de Rivera. En 1931, al proclamarse la II República, se celebró manifestación y Antonio Cancio leyó alguno de sus escritos. En 1932, tras otra de sus estancias en Cuba, volvía definitivamente a su tierra agasajado en homenaje. Ese mismo año este parque, llamado de Alfonso XIII, pasa a ser de Vicente Loriente y en 1933 recibe por última vez y pese a su distanciamiento, a su mentor político Melquíades Álvarez. Sin embargo el infortunio continuaba, el 16 de julio de 1936, dos días antes del estallido de la guerra civil, cansado y casi ciego, escribe una especie de despedida "desde el borde del abismo social" a Celestino Álvarez, director de El Progreso de Asturias. Fallecería en Castropol tres años más tarde, ya pasada la contienda, el 8 de julio de 1939


Y aquí, esta otra placa, colocada más recientemente, nos aporta más información de este histórico edificio


En el mismo parque y enfrente del casino un monolito recuerda a los hermanos Fernández de Luanco, José Ramón de Luanco y Claudio Luanco. El primero nacido en Castropol en 1926, Catedrático de Química en la Universidad de Oviedo, así como en las de Madrid, Zaragoza y Barcelona, de la que llegó a ser rector en 1895. Fue presidente del Ateneo Barcelonés y está considerado introductor en el España de los modernos postulados de la Química, publicó numerosos trabajos y fue tutor de Marcelino Menéndez Pelayo, Miembro de la Legión de Honor Francesa y de la Real Orden de Isabel Católica


Por su parte Claudio Luanco, nacido también en Castropol, año de 1828, afamado médico de reconocido prestigio en Avilés, donde participó activamente no solo ejerciendo su oficio, sino en la vida social y cultural de la ciudad, siendo nada menos que fundador de las renombradas fiestas de El Bollo y promotor del Teatro Palacio Valdés (algo hemos hablado de él en el oportuno artículo del tramo avilesino del Camino Norte). Al jubilarse regresa aquí y dirige el mencionado periódico decenal Castropol tan patrocinado por Vicente Loriente


Recorriendo el parque vemos a la izquierda otro de sus edificios singulares, el Quiosco de la Música, proyecto también de Juan Miguel de la Guardia, como el Teatro-Casino y el parque


Su estructura es propia de los quioscos musicales de la época, con su plataforma, columnas y tejadillo, preparado principalmente para las actuaciones de las bandas de música. Al fondo vemos la capilla de Santa María del Campo, fundada por Diego García de Moldes según inscripción de 1461, a cuya campana tañida se reunía el concejo en este Campo del Tablado


No es de extrañar que, el mismo año del Desastre del 98, se plantease este gran monumento a Fernando Villaamil, uno de los héroes de Cuba, y que ahora vemos de espaldas. Es obra del ovetense Cipriano Folgueras Doiztúa, considerado uno de los mejores escultores del llamado naturalismo español, autor de numerosas obras y muy galardonado internacionalmente pese a su fallecimiento con solo 48 años, cuando acometía imponentes obras, en concreto una que recuerda a esta, la de la Columna de los Próceres de la Independencia de Guayaquil (Ecuador), sustituyendo a su amigo el catalán Agustín Querol, y siendo sustituido a su vez por el también catalán Josep Montserrat


La estatua propiamente dicha de Fernando Villaamil mira al otro lado, al oeste, en dirección a la ría, pero aquí leemos algunas frases...


En la columna, arriba, FERNANDO VILLAAMIL 1911


En la base un escudo de un castillo y a los lados dos proas de barcos antiguos, con espolones, y sobre ellas dos ángeles o alegorías aladas señalando de frente


Y una placa que dice:
POR ACUERDO MUNICIPAL,
CON EL APOYO DE LOS MINISTERIOS
DE MARINA Y DE LA GUERRA,
Á EXPENSAS DE LA SUSCRIPCIÓN NACIONAL
INICIADA POR S.M. LA REINA REGENTE.
Y EL ENTUSIASTA CONCURSO
DE LA AMÉRICA ESPAÑOLA
ESPECIALMENTE D ELA ISLA DE CUBA,
SE ERIGIÓ ESTE MONUMENTO
A LA HEROICA MEMORIA DEL MARTIR DE LA PATRIA,
HOJO PRECLARO
DEL ANTIGUO CONCEJO DE CASTROPOL
* 23 NOVIEMBRE 1845. + 3 JULIO 1898

Alrededor, un parterre con una pequeña verja decorada con motivos marineros. aro salvavidas, ancla y estacha


Vemos ahora el monumento desde enfrente, donde se ve al marino y a su lado una figura femenina que simboliza a la patria. En lo alto, un genio alado sentado sobre la bola del mundo es una alegoría de la circunnavegación del globo que Fernando Villaamil realizó en 1892 en la corbeta Nautilus, conmemorado el 400 aniversario del descubrimiento de América. El personaje levanta su brazo izquierdo mostrando en su mano una reproducción del barco, mientras que con la mano derecha lleva el timón


Nació Fernando Villaamil en la casa solariega de su familia en Serantes, entonces concejo de Castropol y hoy de Tapia, el 23 de noviembre de 1845, tercer hijo del abogado Fermín Villaamil, que metido en política, sostuvo pleitos que arruinaron una fortuna familiar con 1.000 años de historia, vendiendo el solar de su estirpe y abandonando a su familia yéndose a Barcelona, un suceso que marcó la vida del marino, que de joven estudió náutica y matemáticas en Ribadeo, Oviedo/Uviéu y Madrid, entrando con 15 años en el Colegio Naval de San Fernando de la Armada, siendo destinado a Filipinas, donde capitaneó su primer barco y luego a Puerto Rico, donde libró su primera batalla. Regresó a España como teniente de navío, siendo profesor en la escuela naval flotante en la fragata Asturias con base en Ferrol


Fernando Villaamil empezó a diseñar de buques contratorpederos, la gran preocupación del momento. Así, estando al tanto de la nueva tecnología naval, diseña un proyecto por encargo del ministro de Marina, y solicita proyectos a diferentes astilleros británicos, resultando elegido el de los escoceses James & George Thomson con su nuevo buque Destructor, entregado a la Armada Española el 19 de enero de 1897, el cual sería imitado por las marinas de guerra de numerosos países, logrando Villaamil fama internacional al navegar con él por varios puertos


En 1892 el ministerio de Marina aprueba su proyecto de vuelta al mundo a vela para conmemorar el IV centenario del descubrimiento de América, dentro del aprendizaje de los guardiamarinas de la Armada, zarpando así con la corbeta Nautilus de Ferrol el 30 de noviembre, con una tripulación mayoritariamente de gallegos y asturianos, por lo que sonaron las gaitas como banda sonora de la larga travesía, arribando a Las Palmas, Bahía, Ciudad del Cabo, Puerto Adelaida, Sidney, Port Lyttelton, Valparaíso, Montevideo, San Juan de Puerto Rico, Nueva York, Plymouth y Brest, finalizando el domingo del Carmen en La Concha de San Sebastián


Fruto de aquella singladura publica Viaje de circunnavegación de la corbeta Nautilus, en el que premonitoriamente llega a plasmar en una frases sus temores a un enfrentamiento futuro con Estados Unidos, tras visitar los arsenales de su Armada en Filadelfia:
"Sin que yo pueda penetrar en los fines que se propone esta nación, [...] observo que en estos últimos años, de modo inesperado, dedica su atención y créditos a adquirir buques de guerra que representen la última expresión del adelanto de la arquitectura naval" 

 Y así, luego de un terrible cúmulo de decisiones desastrosas, políticas y militares, estalla la guerra en 1898, falleciendo Villaamil en la encerrona de Santiago de Cuba el 3 de julio de aquel año, tras echarse abajo algunas de sus propuestas para intentar evitar, o al menos paliar, lo que se avecinaba

A causa de una prensa irresponsable y de una clase política aún más, se creó un ambiente en la opinión pública de absoluta confianza en la victoria española ante un país, Estados Unidos, que aún acababa de salir de su posguerra civil y al que no se consideraba aún gran potencia, y menos naval, excepto quizás por el reducido grupo de oficiales de la Armada que sabía la que se les veía encima cuando dos escuadras estadounidenses fueron enviadas a la Guerra de Cuba. Por ello, el Almirante Pascual Cervera Topete, viendo que no tenían oportunidades, decidió no sacar sus barcos de puerto hasta que, ante la inminente caída del frente terrestre, se lo ordenó el capitán general Ramón Blanco y Erenas. Previamente una propuesta de Villaamil, que mandaba los destructores Furor y Plutón, de realizar una salida y atacar algunos puertos norteamericanos que sabía mal defendidos (Nueva York), fue rechazada pese a que podría haber sido una oportunidad para dividir la flota de Estados Unidos


Cervera decidió salir de día, si bien su jefe de estado mayor, Joaquín Bustamante, era partidario de salir de noche y no a la vez, sino escalonadamente. La escuadra salió del puerto, bloqueado por la vigilante escuadra enemiga, en las primeras horas del 3 de julio de 1898, poniendo rumbo oeste y yendo pegados a la costa, todo ello pensado para intentar tener el menor número de bajas. Así leemos en la biografía del marino en la Wikipedia:

"Esta decisión era, militarmente hablando, la peor de todas las posibles, pues probablemente una salida nocturna o en un día de mal tiempo hubiese sido más adecuada. Además, la estrechez del canal de salida del puerto obligó a los barcos a salir de uno en uno. 
Siguiendo las órdenes especificadas por Cervera, los buques españoles zarparon en orden decreciente de tamaño y potencia de fuego. Así, la escuadra española salió de puerto encabezada por el buque insignia Infanta María Teresa (en el cual se encontraba embarcado el Almirante Cervera). A continuación salieron el Vizcaya, el Cristóbal Colón y el Almirante Oquendo, que se alejaron intercambiando disparos a larga distancia. Todos dejaron el puerto a intervalos demasiado largos y siguiendo la misma ruta. 
Cervera dirigió a su buque insignia, Infanta María Teresa hacia el buque norteamericano más cercano, el USS Brooklyn. Al observarlo el Comodoro Schley, que se encontraba a bordo del Brooklyn, ordenó al Brooklyn que diera media vuelta y se alejara para evitar un hipotético intento de espoloneamiento. Al comprobar que el Infanta María Teresa no intentaba dicha maniobra, sino huir, ordenó al Brooklyn regresar a la posición original, momento en el cual estuvo a punto de colisionar con el USS Texas. 
Los buques americanos pudieron rodear y cañonear todos a la vez al Infanta María Teresa, que fue atacado en desigual batalla de un único buque contra una escuadra entera. 
A continuación, los estadounidenses hicieron fuego sobre el Almirante Oquendo. 
Los últimos barcos en abandonar el puerto fueron los pequeños y rápidos destructores de Villaamil, Furor y Plutón, que se hundieron rápidamente tras ser alcanzados por el potente fuego de la flota estadounidense. Se cree que Villaamil habría muerto intentando subir a la torreta del cañón de proa del destructor Furor para disparar contra los estadounidenses. 
Una vez hundidos los destructores, la escuadra americana persiguió al Vizcaya hasta acribillarlo. 
El Cristóbal Colón, la unidad más rápida y moderna de la flota española, se alejaba a toda máquina. Y hubiera quizá escapado, hasta que se le agotó el carbón inglés de alta calidad y debió proseguir viaje con carbón cubano, de inferior calidad. Esto le hizo perder sustancialmente velocidad y la ventaja obtenida hasta el momento. Pese a que no recibió grandes daños gracias a su blindaje, su comandante, al ver que no podía escapar, decidió embarrancarlo. (Hay que decir que los americanos pensaron que la actitud del Cristóbal Colón de huir sin siquiera combatir era debida a la cobardía; sólo después de la batalla supieron que el barco estaba desarmado, no había recibido su artillería principal y por lo tanto poco podía hacer). 
Los grandes cruceros, tras ser alcanzados por el fuego enemigo aguantaban bastante tiempo a flote antes de hundirse. Todos ellos se dirigieron hacia la costa para embarrancar, por lo que todos sus mandos y muchos de sus oficiales y marineros sobrevivieron a la batalla. 
Por el contrario, los pequeños destructores se hundieron poco después de ser alcanzados. Fallecieron la práctica totalidad de sus tripulantes, incluido Villaamil, que de este modo fue el militar de mayor graduación caído en la batalla. Los cadáveres de Fernando Villaamil y de la mayoría de los tripulantes de su barco nunca fueron recuperados"

Desde el monumento a Villaamil vamos a ir ahora hacia el mirador sito a la izquierda del Casino-Teatro, o Casa de Cultura


Se nos ofrece, mirando la norte, un muy buen paisaje de parte de esta zona alta de Castropol y de A Ponte dos Santos


A nuestra izquierda, la parte posterior de las casas de la calle Marqués de Santa Cruz: aquí están As Huertas, donde se han hallado restos dela Edad del Hierro, una zanja, tal vez minera, vinculada al hipotético castro origen de Castropol, datada en el siglo II a. C


Y más a la derecha dos edificios notables; el Ayuntamiento de Castropol y la Iglesia de Santiago, en concreto su torre-campanario, añadida en el siglo XIX y que constituye uno de los emblemas del paisaje de la ría, En los años 30 del siglo XX se restaura y se le añade un cuerpo más con un chapitel pizarroso como picudo y llamativo remate, dándole esta gran altura


La iglesia, de la que hablamos oportunamente en la entrada de blog dedicada al camino hacia el puerto (Variante de Castropol). es de estilo barroco popular, edificado tras el tan mencionado incendio de 1587, en una fecha indeterminada entre los siglos XVI y XVII. Es de tres naves, siendo la central más ancha. En el interior hay varios retablos también barrocos y pilas bautismales

Al otro lado está la llamada Puerta Francisca, Francesa o de los Franceses, relacionada directamente, como la correspondiente de la antigua muralla, con las peregrinaciones de los peregrinos francos, procedentes de Europa, que sin duda entrarían por aquí al interior directamente desde el Camino para venerar al patrón del templo, Santiago Apóstol: Se dice que como la Porta Santa de la catedral de Santiago se abría en Año Santo, esto es cuando el día de Santiago, 25 de julio, cae en domingo, que en las modernas denominaciones de da a veces en llamar más Año Xacobeo


En esta pared sur de la torre está el reloj, que con las obras de restauración de la torre en 1932 se le  subió un piso más arriba. Fue comprado el 26 de octubre de 1886 al relojero Canseco de Madrid y pese a estar en la iglesia es de titularidad municipal. Hubo varios relojeros, como el policía local Jesús Pereira. Desde 1999 está a su cargo Juan Manuel López Acevo


A su izquierda vemos la fachada norte del  Ayuntamiento de Castropol, casa consistorial construida en 1840 (otras fuentes dicen entre 1839 y 1843) junto con la primitiva escuela, sobre las ruinas del castillo de Fiel, del siglo XIII, levantado como baluarte en los tiempos de la Carta Puebla por orden del obispo Fernando Alfonso. En él tenían su sede los encomenderos que gobernaban la puebla y su extenso alfoz, en los que delegaba su autoridad el obispo. Aquí estaría otra de las tres puertas que se supone tenía la antigua muralla


No sería tampoco nada extraño que, entre la época castreña y la fundación de la puebla hubiese aquí no ya una fortaleza sino alguna población preexistente. En Castillos, fortalezas, palacios y casas de la familia Villaamil, de Palacio de las Nogueiras, se informa de un documento fechado en 1210, si bien llegado por copia de 1728, en el que se menciona, hablando de la fundación de la iglesia de Serantes, de una "heredad del camino por do se va a Castropol" (90 años antes de su fundación como puebla), y el citado Villaamil y Logares afirmaba que antes de la cesión del territorio entre el Eo y el Navia a la Iglesia ovetense por Alfonso VII este castillo pertenecería a los Villaamil, en concreto al conde Rodericus Velaz y a su hijo, o a su nieto, Alvarus Rodríguez "potestas" o autoridad legal "in Gallacia et in Suarone". El territorio de Suarón era el existente antes de la fundación de la pola castropolense, entre el Navia y el Eo, gobernado desde el castillo de ese nombre, para unos sito en Presno (Castropol) para otros en Meredo (Vegadeo/A Veiga) u otros lugares


Ahí está A Ponte dos Santos, cuya construcción en 1987 libró a los vehículos del gran rodeo para pasar de Asturias a Galicia por la carretera de la costa. Se extiende 612 metros en un maravilloso pero un tanto vertiginoso paso sobre la ría que, al habilitarse un estrecho paso peatonal a ambos lados de la calzada en 2008, al reformarse para viaducto de la Autovía del Cantábrico, hizo que la mayor parte de los peregrinos lo empleasen para cruzar a Galicia


Desde Castropol podremos concertar barca de pasajes para cruzar el estuario reviviendo las singladuras fluviales de los peregrinos y viajeros de antaño, pero con más seguridad, pues las atestadas lanchas de siglos pasados eran una pesadilla, a veces cara y no solo por el precio de su servicio, pues para aprovechar el viaje los barqueros solían meter lo más que podían de gente y ganado, no siendo raro que a veces parte acabase cayendo en las procelosas corrientes


Desde la vecina población de Figueras/As Figueiras, que llegó a ser un tiempo concejo independiente, también puede concertarse el precioso paso en barca hasta el puerto de Porcillán en Ribadeo, o bien pasar por A Ponte dos Santos, donde enlazamos con otro camino, el de la Variante de Tapia, sin duda actualmente el más empleado por los peregrinos


Precisamente en ese paso, en lo alto de la población, vemos A Atalaya, con la llamativa silueta de la  ermita de San Román, en la que se venera también a la Virgen del Carmen, de honda tradición marinera, y al Cristo del Buen Viaje, devoción viajera y peregrina


Los pescadores de Figueras/As Figueiras, os pixotos, se acogen a la protección de esta santuario al volver de faenar recitando...
"Santo Cristo da Atalaya
danos o ventiño en popa
que somos os das Figueiras,
traemos la vela rota"
Hay buena romería el día de San Román, se disfruta de unas excelentes vistas sobre la ría, y la capilla presenta una llamativa torre-mirador almenada, la Torre de O'Connor, siendo obra todo ello de 1842 a expensas del Gremio de Mareantes y reconstruida en 1901 por doña Socorro S. de García. Aún existían señales en la pared de los disparos de la guerra civil


Desde el parque vamos ahora a mirar al oeste, pues aunque no vemos desde aquí la vecina Ribadeo, sí sus inmediaciones, parte de la parroquia de Ove



Y el Monte da Santa Cruz (192 m), por cuya ladera sube el Camino Norte rumbo a Ponte de Arante para, por el valle de Cabarcos, en Barreiros, alcanzar Vilanova de Lourenzá y llegar a Mondoñedo, donde se unirá al antiguo camino que entra en Galicia algo más al sur, por Ría de Abres y Trabada, el llamado Camino Histórico


Eran de siempre renombradas las romerías de la Santa Cruz, en las que se subía en procesión al monte de este nombre, justo la cuesta que estamos siguiendo nosotros. Ahora se hace una xira o comida campestre en el Día de la Gaita, que se celebra desde 1965 y fue declarada de Interés Turístico en 1985


En lo alto del Monte de Santa Cruz hay un campo con área recreativa donde están el Monumento al Gaiteiro, inaugurado en 1965, y la Capela da Santa Cruz, documentada desde 1805, así como dos cruces. Se trata de un gran mirador sobre costa y ría... 


Recorremos ahora todo el pasillo oeste de este Parque Loriente yendo hacia la izquierda


Ahora sí veremos, si bien muy parcialmente, la villa de Ribadeo, a la izquierda de estos edificios


Es en concreto la zona sur de la villa, sobre los muelles del actual puerto comercial de Mirasol


Más a la derecha está la Praza do Campo da Vila o Praza de España, por donde sube el camino desde el puerto deportivo, el puerto de Porcillán, el antiguo puerto de Ribadeo


 Al fondo está el palacio del linaje que da nombre a la calle, el Palacio del Marqués de Santa Cruz

Dos grandes cuerpos asoman a esta rúa, es un palacio que tiene planta en forma de U y sigue un esquema propio de muchos pazos gallegos

Sobre el balcón de este cuerpo lateral derecha un escudo

Y en él la M de los Montenegro, que también tuvieron aquí solar

Por eso es también conocido como Palacio de Sanjurjo Montenegro o Casa del Campo. La estirpe de los Montenegro está muy presente en Galicia, pero su blasón en Asturias solo está presente en lugares como Castropol, tanto aquí como en la iglesia, en concreto en la capilla en ella encargada por la Marquesa de Santa Cruz, y también en Navia y en San Tirso de Abres

Entre los cuerpos laterales un muro cierra su patio delantero y de acceso, abierto al exterior por esta gran portada que mira a la calle Amor

La portada es de arco de medio punto, flanqueado por columnas adosadas rematadas con capiteles jónicos y fustes con temas heráldicos

Blasón flanqueado por dos leones y con diversos motivos, entre ellos la M de Montenegro

Este sujeto por lo que parecen dos ángeles o querubines

Otro escudo con leones...

Sin duda su torre almenada en picos es el elemento más característico que le confiere su impronta especial al palacio

La torre y el ala izquierda serían la parte más antigua, del siglo XVII, mientras que el resto se añadiría en el siglo XVIII. Cuenta también con una capilla dedicada a la Inmaculada, de planta cuadrada, así como patio central con columnas que sustentan un corredor decorado con balaustrada de madera torneada. También tiene un parque particular dando vista a la ría

Miembro de esta estirpe, José María Navia Osorio, Marqués de Santa Cruz, fue el primer coronel al mando del Regimiento Castropol de Infantería de línea, creado en este entonces aún extensísimo concejo en 1808 y que luchó en diferentes teatros de operaciones durante la francesada


Y en el parque esta es la ya citada capilla de Santa María del Campo, la de las históricas reuniones "a son de campana tañida", que no por dejarla casi para el final, quiere decir que sea lo menos importante, sino tal vez lo que más, simplemente es el orden que nos podemos ir encontrando en este itinerario por el Campo del Tablado


Por su ubicación extramuros, se trataría del único edificio que sobrevivió al incendio de 1587, y por lo tanto el más antiguo de la vieja pola de Castropol que llegó a nuestros días, si bien habría de ser reconstruido tras la quema


Una inscripción dice que fue construida por Diego García de Moldes en 1461


Debajo tres caras sin duda representar e algunos personajes de la época


Otra lápida dice que el santuario se reedificó en 1615, tras el terrible incendio, por otro miembro de esa familia, Pedro García de Moldes y Castrillón, solicitando en su nombre y en el de su mujer doña María Bezera "una misa todos los lunes para siempre jamás" y limosnas, en base a sus bienes y dejando encargados al cura y al juez de la villa se cumpliese esta disposición


La portada es de arco de medio punto hecho con piedra de sillería. Sobre ella hay un óculo abocinado de iluminación. Arriba presenta pequeña espadaña para la recitada campana tañida llamando antaño al conceyo


Un cartel nos informa que un gran tesoro de esta capilla es un conjunto de alabastro realizado entre 1440 y 1460 por talleres ingleses, lo que muestra las intensas relaciones marítimas con Inglaterra. Si realizando el Camino Norte tenemos oportunidad de ver el Museo da Catedral de Mondoñedo veremos algunos ejemplos similares, dado que este se encuentra, textualmente, en lugar seguro


Los contrafuertes rememoran las soluciones constructivas góticas


Es santuario de planta rectangular de una sola nave, cubierto por estructura de pizarra a dos aguas y con dos cuerpos laterales añadidos, este de la fachada norte con una puerta adintelada que mira al sur: la sacristía


En la cabecera, piedra arenisca con una cruz cincelada



Y esta es la fachada sur...


Fijémonos en la ventana, casi tipo saetera, del cuerpo añadido en este lateral


Vista del monumento a Villaamil, el Quiosco de la Música y el Casino Teatro 


Saliendo del Parque Loriente, vemos en la calle Amor el Palacio de las Cuatro Torres, solar de los Cancio emparentados con los Donlebún, es de estilo clasicista y construido entre los siglos XVIII y XIX, con dos plantas mas una tercera en las torres que le dan nombre, la cuales le dan un aire de castillo-fortaleza


La cubierta es de pizarra y en las torres a cuatro aguas y rematada en pináculos en el vértice de la pirámide


Decorativamente es muy sobrio pero su espectacularidad está en su estructura arquitectónica de piedra finamente labrada, articulada su fachada en base a impostas que separan los pisos, con numerosos vanos, ventanas con dinteles y jambas de sillería de granito y de caliza


Los huecos de la primera planta son saeteras horizontales enrejadas con hierro forjado, mientras en la puerta de entrada el dintel es de varias piezas o dovelas


Seguimos ruta por la calle Amor, pues fuera ya del Campo del Tablado, pero muy próximo, tenemos un importante palacio


A la derecha la Casa de los Penzol. Las ventanas del piso bajo recuerdan a las del Palacio de las Cuatro Torres


Cuatro Torres del Palacio que, si miramos atrás, veremos ahora en su fachada este


Vista adelante, desde la Casa Penzol iremos a la derecha


Tomamos aquí pues la calle Acevedo


Y pasamos frente a la fachada principal de esta Casa de los Penzol, viendo al fondo ya otro de los palacios de Castropol, el Palacio de Valledor


Una placa recuerda que el 4 de agosto de 1895 nació aquí D, Román Penzol Vijande, "jurista eminente, notario ejemplar, buen hombre", dedicada por sus alumnos


Y seguimos así avanzando calle adelante


El Palacio de Valledor se sabe por documentos que existía ya en el siglo XVI, si bien el edificio actual es del XVIII con capilla y muro de mampostería a manera de cerca almenada en picos, construido por los Valledor procedentes de Allande


Es un soberbio pazo barroco que guarda también semejanza con muchos gallegos: tiene como el del Marqués de Santa Cruz forma de U y su patio central está cerrado por un alto muro con portada semicircular. A la izquierda uno de estos grandes cuerpos de dos alturas


Sobre la pequeña ventana adintelada y enrejada del piso superior hay un pequeño blasón


Sobre el portón de arco de medio punto, similar al de la Audiencia de Oviedo y Ayuntamiento de Lugo, hay un enorme escudo armero, blasón heráldico enmarcado dentro de un muro testero


En su timbre o parte superior presenta un yelmo y a su alrededor hay motivos vegetales y venera en punta


. Una inscripción dice: "El solar de Valledor es antiguo y de gran valor"


Y otra: "Ybias, Ybias, Dios me ayude"

Luis Legaspi Cortina en el bloguía Castropol publica la historia de esta familia:
"El Valledor está en Allande, frontera con Negueira de Muñiz. Muñiz, según Tirso de Avilés, era el señor de la feligresía de San Martín en el valle del oro. El precioso metal hoy no aparece, pero el valle es fértil y hermoso. Allí radica “el solar de Valledor, es antiguo y de gran valor”. 
Pero “los ricos también lloran”, al nacer y al morir y en los entreactos. También se casan, generalmente entre sí. Los Valledor casaron en Presno. “Es casa de gran nobleza / la de Presno muy nombrada / que un peñón y fortaleza / sobre un río tiene pintada.” La fortaleza fue derribada, pero queda la capilla de San José en la parroquial. Allí se conserva la piedra heráldica de cuatro hermosos cuarteles. 
Los Valledor-Presno en el siglo XVII edificaron pazo en la calle de la Cruz Vieja en Castropol. Fue su primer poseedor Arias Núñez Valledor y Presno casado con Isabel de Andrade Montenegro, hija de Fernando Sanjurjo y María Basanta. Algún genealogista llega a los tiempos de Alfonso el Magno. 
Puso fin a la saga, José María Benito Ramón Valledor y Vivero, nacido en Mondoñedo. En la primera mitad del XIX llegó a ser caballero Maestrante de Sevilla quien, desde el Mayorazgo, se fue apoderando de la hacienda para dilapidarla en pleitos, juegos y saraos.
Casó José María, en primeras, con Sofía Alvarez de Toledo, hija natural del Duque del Infantado, Al enviudar sin sucesión contrajo nuevo matrimonio con la madrileña María del Carmen Vicenta Diega Ezequiela Valledor y Tolosa, sobrina suya, de la cual tampoco hubo descendencia, pero adoptaron una niña expósita, adulterina, María Valledor y Valledor. nacida o, al menos, criada en esta Plaza de Porlier de Oviedo, donde yo vivo y escribo estas notas, y fallecida en Castropol en 1913 
Hay que decir que Carmen Valledor Tolosa, “La Valledora”, a la muerte de su esposo, matrimonió de nuevo con un abogado viudo, Hipólito Borbolla y García de Gama y continuó el mismo ritmo de vida ostentosa hasta su fallecimiento en 1902 en Castropol. Por este motivo la casa también pasó a ser conocida por la de Borbolla, familia de Victoriano García Paredes y de los del palacio de Guimarán en Ribadeo. 
María Valledor y Valledor, la niña expósita, fue la última dueña de este palacio. La historia de esta mujer de “misterioso origen” está novelada por Palacio Valdés en su obra “El Maestrante”. 
El Pazo, situado en la calle de la Cruz Vieja que bien pudiera ornar un crucero clásico, pasó a sede de la Fundación Valledor ahora escenario de estas notas que pretenden reconocer una labor realizada, un esfuerzo, baldío y un abandono culpable"

Nos asomamos a esta ventana...



Y descubrimos la disposición del patio y forma del palacio en U y parcialmente porticado. El conjunto tiene también aires de fortaleza y fue durante un tiempo colegio de monjas francesas, la citada Fundación Valledor, Colegio del Santo Ángelde la que también escribe Legaspi:
"LA CONGREGACIÓN DEL SANTO ANGEL 
La congregación de Hermanas del Santo Angel de la Guarda, dedicada a la enseñaza y educación, había sido fundada en 1839 en la villa francesa de Quillán, ribera del Aude en Languedoc-Rosellón, por el sacerdote Luis Antonio Ormières y Josefa María Lavrilioux, en religión, Sor Juliana San Pascal,. Estas religiosas se establecen en Gijón en 1878, en Avilés en 81, en Oviedo en 83 y en Pravia en 84 y en Castropol en 1904. 
Los institutos religiosos nunca se establecen en una diócesis o parroquia sin ser llamados o admitidos por el obispo y la anuencia del párroco o viceversa. 
Por las calendas era párroco en Castropol don Aquilino Fernández Díaz (1896-1909) Fue uno de los grandes curas que dejó huella en Castropol, tanto por su obra material en el templo, como por su labor pastoral. Su figura es determinante en la llamada a las religiosas del Santo Angel y en la promoción de la Fundación Valledor. 
Era obispo de Oviedo Fray Ramón Martínez Vigil, gran promotor y proveedor de casas religiosas en Asturias como “dique al expolio y supresión que propiciaba el vendaval laicista de mediados de XIX 
EL COLEGIO DE SANTO ANGEL. 
Se considera que el Colegio del Santo Angel nació ligado a al actual la Fundación Valledor y en la actual sede. Seguro que ha sido así en las intenciones y planes que propiciaron la llegada de las religiosas a la villa, pero la ubicación y la labor docente y pastoral de las religiosas en la parroquia comenzó mucho antes de la constitución formal de la Fundación. 
En el periódico “Castropol” del 20 de octubre de 1905 se publica el siguiente anuncio:“Santo Angel de Castropol. En este establecimiento se da instrucción general a las alumnas que comprenden las asignaturas siguientes: Doctrina Cristiana, Elementos de Historia Sagrada, Lectura, Escritura. Gramática Castellana y Francesa, Literatura, Aritmética, Geografía, Nociones de Historia, Higiene y Economía Domestica. Se enseña también Dibujo, Música, Labores de mano, corte y primores. Se admiten pensionistas y medio pensionistas a precios módicos”. 
Durante 20 años el Colegio estuvo instalado, creo, en la casa en donde hoy está la Caja Rural. Su ubicación en el Pazo de Valledor, calle de La Cruz Vieja, no se realizó hasta que en 1924, cuando, “según lo estatuido, Sofía Lóriga y Borbolla entregó la finca a la fundación”, Sofía era hija de José Hipólito Alvarez Borbolla y García de Gama, hermanastra de la fundadora, María Valledor y Valledor. 
Desde este momento el “solar antiguo” de Valledor, pasó a denominarse llana y popularmente “El Colegio” La comunidad religiosa estaba formada por cuatro hermanas, una de ellas era hermana lega 
FUNDACIÓN BENÉFICO DOCENTE 
Don Aquilino, era albacea junto con Elvira y Carmen Borbolla, ésta viuda de Paredes, y ambas herederas de María Valledor y Valledor en cuyo testamento ológrafo de 1907 se determina una fundación “post mortem”. 
El testamento fue aprobado por auto del juzgado de 19 de Octubre de 1915 y protocolizado al día siguiente en la notaría de D. Eugenio Pérez Cancio con el número 112. En 27 de junio de 1915 se pagaron los derechos a la Hacienda, quedando aplazada la liquidación de la nuda propiedad consistente en tres mil seiscientas sesenta y seis pesetas veinticinco céntimos, hasta el fallecimiento de la última de las usufructuarias en cuyo momento pasarán los bienes y derechos a la Fundación Valledor, constituida según derecho canónico en “Obra Pía”, que sería clasificada como de “Beneficencia Particular Docente”, dentro del código civil, veinticinco años más tarde, el 13 de septiembre de 1932, con documento firmado por el director general de primera enseñanza Rodolfo Llopis, destacado socialista. 
La fundación con un reglamento sometido al Protectorado, podrá “dar enseñanza católica, mientras sea permitida, a niñas pobres. Podrá admitir, a niñas pudientes cobrando una ayuda para el entretenimiento del colegio, siempre que el número de niños ricos no sea superior al de los pobres y no se admitirá ninguno de pago, mientras no hayan sido admitidos cuantos pobres lo soliciten”. 
“Su patrimonio inmobiliario ha de estar inscripto en el Registro de la Propiedad y los bienes económicos, colocados en una Inscripción Intransferible de la Deuda. De su administración se rendirán cuentas anualmente al Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, salvo que el fundador les hubiese expresamente eximido de esta obligación, caso que no se da aquí”  
Las líneas fundamentales del espíritu y fines de la fundación están claras en el testamento de la fundadora y se realizaron en muy buena medida. Pero la política trató de acotar, lo más posible, su obra social e, incluso, religiosa. 
Eran patronos en este momento el párroco de Castropol Jesús Pérez Fernández y el obispo de Oviedo Juan Bautista Luis Pérez, respectivamente..."

"...VIDA AUSTERA Y PRECARIA  
¿De qué vivió y cómo, la comunidad de religiosas y el colegio desde el año 1904 hasta que se fue consolidando medianamente? Las rentas de Valledor no eran excesivas. Ya hemos insinuado que “La Valledora” y sus consortes no eran demasiado austeros en su administración. En el mismo testamento se reconoce que “Juzgando escasos los bienes de la testadora para el sostenimiento y holgada marcha del indicado colegio reconoce, de buen grado, el derecho de aumentar sus rendimientos e ingresos, cobrando de las niñas pudientes las cuotas que la Directora estime prudente”  
La comunidad estaba formada por cuatro religiosas, una de ellas, hermana lega, encargada principalmente de labores doméstica, ligeramente diferenciada en el hábito..  
Aparte de la Casa Valledor y de la finca anexa había otros predios mal registrados y peor gestionados que se fueron enajenando para chapuzas y obras menores de conservación. No me extrañaría que hubiere aún algún retazo sin identificar.  
Parece indudable el apoyo de todo el pueblo de Castropol y de las parroquias inmediatas, bajo el estímulo, la orientación y coordinación de los párrocos, Aquilino Fernández. Juan Cordero Díaz (1911-24), José Rodríguez Fernández (1924-26) Jesús Pérez Fernández (1927-34). Y Manuel Díaz (1934-38)  
Las Hermanas del Santo Angel de la Guarda, viviendo en condiciones sensiblemente mejorables, con su ejemplar entrega y austeridad tuvieron, sin duda, el papel decisivo  
HUELLAS Y FRUTOS. 
Esta comunidad religiosa, como es obvio, tuvo también una influencia religiosa no sólo en la parroquia sino en toda la zona. Un exponente significativo son las vocaciones religiosas que, a su sombra o por su proyección, se suscitaron para la misma congregación, Muy a vuela tecla señalo: Ana y Eulalia Murias Jonte, de Castropol, cinco hermanas Santos Escudero, de San Juan de Moldes, y no menos de ocho religiosas del concejo de Tapia de Casariego. 
Sin duda dejaron huella en la catequesis y formación de la juventud femenina y en toda la vida pastoral de la parroquia y, también, en la vida social de Castropol. 
El Colegio de “niñas pobres”, debido a su escasa dotación, acabó siendo, en buena parte, para educación de clases acomodadas, que no era otra cosa que clase media. No es Castropol tierra de grandes fortunas ni de sonoras noblezas. Una sociedad de probos funcionarios y, si acaso de algún rentista de grano, trufada de “americanos” con burguesas costumbres y aliñados modos. A modo de ejemplo puedo citar a la hermana Chantal, profesora de piano. Había no menos de veinte pianos en Castropol, banda música y algunos grupos de teatro. En todo este ambiente estaban las monjas y sus alumnas. 

Soslayo otras influencias de tono menor, que, en tono de humor, a título de distensión y al límite de lo ridículo, llamaría “afrancesamiento” de la población infantil. Los niños de la escuela nacional aprendíamos de las “niñas bien” del colegio a decir “mersí”, “silvuplé”, “masér”, “permisión”, y hasta a rezar “Sant Marí prié por nús mentenán” además de otras cuchufletas o picardías. Claro, ellas estudiaban el “Fleury” y nosotros la “Dalmau Carles”. En resumen, nos iniciábamos en idiomas y cierta “politesse versallesca... "

 

... “ESCUELITA” PRIVADA.  
En el año 1940 se retiraron las religiosas del Santo Angel y el Patronato, de acuerdo con el testamento, y con la experiencia. puso en funcionamiento una escuela privada. Fue su primera maestra, durante dos o tres cursos Beatriz Galán, castropolense. La sustituyó Filomena, cuyo apellido desconozco, que permaneció hasta 1946.  
En ese año, siendo patronos el párroco. José Fernández y el obispo Benjamín de Arriba y Castro, nombran a la castropolense Maruja Esteban Fernández, “Maruja de Santos”, recién adquirido el título de maestra y casada con el Guardia Civil Clemente Garnika. Macua fijó su residencia familiar en el mismo colegio en donde nacieron sus cuatro hijos. La clase era mixta, con una media de quince a veinte, alumnas y un grupito de niños párvulos.  
Funcionó así, como escuela privada, hasta el año 1959 en que la familia Garnica-Esteban se trasladó a Oviedo y quedó nuevamente paralizada la actividad docente.  
CÁNDIDO BARCIA, UN CURA EFICAZ  
En 1957 había llegado a Castropol el sacerdote Cándido Barcia Rubio que, como coadjutor, y luego como ecónomo, 60-61, en tan corto espacio ministerial ha realizado una labor muy escasamente recordada y agradecida por la feligresía.. Ni siquiera, una escondida inscripción en el basamento de una columna o una sencilla placa a pie del órgano, pequeñas muestras de obras por él promocionadas, sirven de recuerdo en la historia del pueblo. Una faceta importante fue el reavivar y ampliar la actividad docente, y, sobre todo, social y pastoral, apoyándose en la Fundación Valledor a la que dio nuevo impulso.  
LAS HIJAS DE LA CARIDAD  
Barcia Rubio tomó contacto con el Instituto de Hijas de la Caridad de San Vicente Paul, ya establecidas en La Vega y en Ribadeo, que ofrecieron una comunidad de hermanas. Fueron las primeras Ana María Niza, Sor Julia Marcos Sor Teresa Saco e Hilaria Alonso  
Esperadas con ilusión iniciaron su ministerio el 27 de mayo de 1961. Se recibieron “las monjas” con sones musicales de la Banda de Luarca y festejos populares, incluyendo la representación de una obra de teatro por acreditada farándula castropoleira.  
Posteriormente han pertenecido la comunidad Rosa Bartolomé, Luisa Avelleira, Carmen Lorenzo, Marta Caño, Carmen Luengos, Guillermina Vázquez y como sucesivas “hermanas sirvientas” o superioras, Margarita García, Teresa Lage, Asunción Urra y Beatriz Rodríguez Marín
PRIMERAS REFORMAS EN EL EDIFICIO. 
La situación material de edificio, aunque de sólida estructura, estaba muy deteriorada y poco adecuada a las actividades que debía albergar. Para adaptar las instalaciones, el arquitecto José María Velasco, que había pasado una parte de su niñez en San Juan de Moldes de donde su madre era maestra, redactó un modesto proyecto para ubicar cocina y comedores, dormitorios de alumnos y religiosas, aseos, acometida de agua y su distribución, picado de cargas, reparación del solado y pintura en todas las dependencias. Todo, por un montante de 124.378, 30 pesetas. 
Fuera de los planos del arquitecto, se cometió el disparate de pavimentar, con cemento y a distinta cota, el patio central empedrado, en la forma característica de estas casonas. Algún día llegará su rescate. 
Se sufragaron estas obras con escasos fondos de la fundación y con aportaciones de vecinos, entre los que es justo reseñar la de David Méndez de Andés, pero, sobre todo. el entusiasmo multiplicador de don Cándido que tan pronto resolvía situaciones como abría problemas, dando oxígeno a la vida de la Fundación y de la Parroquia (...)" 

"... COLEGIO DE SAN JOSÉ 
Se reanudó la labor docente bajo el patrocinio de San José, pero, además del nombre del colegio se remozó el estilo del centro y se hizo más cercano y participativo en la vida parroquial. El Vaticano II abría exigencias a nuevas expresiones de religiosidad para sintonizar la presencia activa de la Iglesia con el ritmo acelerado de la vida social (...)
NUEVA ETAPA 
En agosto de 1961, Manuel Galán López tomó posesión de la parroquia. Brisas de “agiornamento” y secularización comenzaban a refrescar el ambiente religioso. La población de la comarca menguaba, los medios de instrucción y cultura popular crecían y exigían un cambio de ritmo. El Colegio, como tal, languidecía poco a poco y las religiosas se veían constreñidas a acciones, con acento más cercano a la vida cultual, piadosa y a una catequesis infantil rutinaria. Quedaba todo un poco en “stand-by” acomodando sus obras al nuevo ritmo de la vida parroquial. Aparecieron las asociaciones de la Medalla Milagrosa y “Damas de Caridad”, “Luisas y Luisitas” sustituyendo a las tradicionales “Hijas de María”, y promoviendo la visita domiciliaria de la capilla de la La Milagrosa, y arrinconando la anterior de la Sagrada Familia. Las “Conferencias de San Vicente”, con la asistencia puntual a pobres, relegaron a Cáritas de un estilo más profético y promocional. Repartían alimentos de la Ayuda Social Americana a medio centenar de familias pobres de la villa y su entorno y, como relatan en un informe, “siempre que hay algún acto importante tomamos parte como auxiliares del Párroco” 
Ante esta situación, Rosario Tascón, Hermana Sirvienta, (así se denomina a la superiora en esta congregación), y su consejo curial de la Provincia de Gijón, (así se denomina su organización territorial) se plantean la permanencia de la comunidad en Castropol. Desde muchos lugares les reclaman para objetivos más apremiantes y más necesitados. Como primer síntoma, en 1963 Sor Ana María Niza, con muy buen cartel en el pueblo, tiene un nuevo destino y se renueva la comunidad con perfil distinto.,,"

 " ... ACOGER A NIÑOS HIJOS DE EMIGRANTES. 
En aquellos momentos, 1963-64, se presenta en España, y con especial incidencia en zonas rurales, el problema de atención a niños hijos de emigrantes a Centro Europa que quedaban sin el debido cuidado directo de sus padres, especialmente en el campo de escolarización. 

El Instituto Español de Emigración y Dirección General del Empleo, Ministerio de Trabajo, buscan instituciones que pudieren facilitar acogida en régimen de hogar, próximos a un centro escolar. Ofrecen becas para los niños que se admitan. 
Cáritas Española se presenta como entidad colaboradora en la solución de este problema. A la sazón yo era director de Cáritas en Asturias y miembro de su Consejo Nacional. Pertenecía también, como administrador de la Fundación Cano Mata Vigil, a la Junta Provincial de Beneficencia y, por feliz coincidencia era asesor religioso de la Hermandad de Inspectores de Enseñanza Primaría, y además sin buscarlo, tenia cercano acceso, relativamente fácil, a Joaquín Tena Artigas, director General de Enseñanza Primaria, , y al subsecretario del Ministerio, el gran humanista Luis Legaz Lacambra. 
Era una oportunidad de colaborar, sin cohecho ni prevaricación ni trapisonda alguna, a la reanimación de Valledor y a la atención de niños con dificultades en su escolarización y así, en expresión muy popular, aunque poco adecuada para el caso, “mataba dos pájaros de un tiro”. Procuré hacerlo. 
A mayor abundamiento, Ramón Platero, castropolense, era también en este momento pro vicario diocesano para la Beneficencia y Acción Caritativa. La conjunción de deseos era obvia y la de estrategia, estaba a la mano. Comunicamos el plan al párroco de Castropol y a las Hijas de la Caridad y se ofrecieron veinticinco plazas de acogida de niños y solicitando las ayudas señaladas para el curso escolar 66-67. El Ministerio de Trabajo aceptó la oferta y accedió de modo inmediato a la solicitud... " 
 "... APOYOS DESDE LA DIÓCESIS Y DE LA PROVINCIA. 
Desde Cáritas Diocesana se facilitaron abundantes subsidios: alimentos, 20 literas, colchones, diverso menaje de cocina, algunos tarecos en perfecto uso como mesas y sillas, desplazados de otros centros. La Diputación Provincial, presidida por José López Muñiz, prestó, a nuestra demanda, importante ayuda, como una lavadora y secadora industrial y, para el trasporte, puso a disposición vehículos del parque móvil de la la Diputación. La Inspección Provincial de Primera Enseñanza tomó con sumo interés la acción. Empresas comerciales como “Creax” y “Rodríguez Hermanos” y otras facilitaban las adquisiciones a crédito. De todas estas gestiones existe documentación escrita que me sirve para redactar estas notas. 
Así, recuperando personal religioso docente y titulado, podríamos dar respuesta a la creciente demanda de niños. Pero era necesario hacer nuevas obras en la vieja casona de Valledor. Solicitamos por escrito al Ministerio subvenciones para reformas del edificio y la ampliación de plazas para internos hasta el centenar El Arzobispo, Vicente de Enrique y Tarancón, como patrono de la fundación. firma esta solicitud en febrero de 1968 . 
El arquitecto Joaquín Suárez y el aparejador Ramón Cortina Prieto que, a mi petición, habían intervenido gratuitamente en la reforma de los locales de Biblioteca Popular Circulante en la Casa de García Paredes, redactaron un proyecto por un montante de 566.199 pesetas de las cuales 222.745 ponía la fundación y 339.245 se solicitaban al Ministerio. La Constructora Benéfica Santa María de Covadonga del Arzobispado se encargaba de gestionar la obra con la intervención directa de Cortina Prieto. Fue encargado de estas obras el constructor Ramón Sela Reigada, “Mercadel”, de Seares 
RESULTADOS SATISFACTORIOS 
Toda esta prosaica adaptación material, por otra parte bien austera, iba adobada por el celo de las religiosas, que levantaron el ánimo con las nuevas tareas, y por el interés profesional de toda la Inspección Provincial de Enseñanza. Cito, por personalizar en alguno, a Julián Gómez Elisburu, inspector jefe, a José Mendoza, ponente para este tipo de instituciones, Samuel Fernández y las sucesivas inspectoras encargadas de zona, Francisca Villamor, Carmen Millán y Conchita Lobera, ésta hoy afincada en Castropol. 
Los resultados (docentes, sociales y alimenticios) para los niños son reconocidos como “altamente satisfactorios” por el testimonio de los padres, por autoridades municipales de las localidades de origen y por la misma Inspección Provincial, circunstancia que iba excitando la demanda de nuevas plazas de acogida, especialmente en las zonas rurales y de montaña en occidente astur. 
NUEVAS ADAPTACIONES Y REFORMAS 
En abril del 68 el subsecretario Luis Legaz acedía a nuestra petición de más plazas y, previo concurso, empezaron las obras fundamentales consistentes en forjado de viguetas cerámicas sobre hormigón, muros y tabiques, cielo raso, pavimentación de baldosa, servicios higiénicos para dormitorios y patios, dos habitaciones individuales para maestras tutoras, ensanchar huecos, instalación de agua y electricidad, una escalera interior entre plantas, carpintería de castaño, pintura al óleo y al temple sobre picado e instalar una cocina industrial. 
Las repuestas de la Administración pública fueron siempre afirmativas, espontáneas y generosas hasta el punto de que algún mobiliario y equipamiento se duplicaba y había que llevarlo al desván. 
La Inspectoría Provincial de EGB comunica que para el curso 1969-70 enviarían hasta un centenar de niños y pide al colegio un esfuerzo especial, pues aún no están rematadas las obras. Los niños se incorporan con un mes de retraso..."

"... ESCUELA HOGAR EN UN CENTRO PRIVADO. 
La acogida en Valledor de hijos de emigrantes fue propiciando la apertura a otros niños de zonas rurales de costosa escolarización, al estilo de las Escuelas Hogar que por la época comenzaban a crearse. Era emblemática, para la zona, la de Navelgas. 
Como consecuencia de esta actividad, un tanto eufórica, “sensim sine sensu” se iba desdibujando el carácter privado de la institución hasta el punto de que, por una orden ministerial del 30 de agosto de 1967, publicada en BOE nº 287 de 1 de diciembre, se crea, sin previa solicitud del Patronato, una Escuela Hogar en el Colegio Privado de Valledor. Esta anomalía se hizo constar en escrito de junio de 1972 enviado al Ministerio de Educación. 
Quedaba, pues, solapada la función de centro privado. El Patronato, en un deseo de salvar su finalidad educativa y el bien del pueblo, hizo, en mayo de 1974, una nueva oferta de cesión del edificio de Valledor. En septiembre del mismo año se reiteró el ofrecimiento, a lo que La Delegación Provincial del Ministerio respondió a la Vicaría Episcopal de Curia del Arzobispado que “se había informado favorablemente la oferta y que no obstante se enviaba nuevamente escrito a la Subsecretaría de Educación insistiendo sobre este tema”. Es el último documento que yo conozco sobre el asunto. 
NUEVAS DIFICULTADES 
Esta clasificación, no solicitada, de Escuela Hogar motivó un nuevo quiebro en la marcha. En la Escuela Hogar había que cubrir en oposición reglamentaria, plazas de maestras tituladas para el tiempo extra escolar. Así el equipo de tutoría se formó, en esta ocasión, por las religiosas Teresa Lage, directora, Carmen Lorenzo, Julia Marcos y una seglar, Sara Suárez, “Sarita de la Marca”, vecina de Huerta, en San Juan.. Las tres últimas cumplieron su función, como interinas, durante dos cursos. En el curso 70-71 esta función paso a ser encomendada, mediante oposición, a dos maestras seglares hospedadas en el mismo colegio. 
Las religiosas quedaron relegadas a labores puramente domésticas y en una situación fácil al conflicto por el distinto estilo y ritmo de vida e, incluso, por divergencias en el modo de controlar la administración económica de la Fundación. Los cuartos, incluso en los matrimonios mejor avenidos, son conflictivos. 
A pesar de todo se conservó buen ambiente y buen trabajo. Los niños albergados han sido una media de ochenta en cada curso que, además de la asistencia a la escuela pública asistían a la catequesis parroquial y participaban en recreos y amistad con todos los niños del pueblo. Fueron 12 años de funcionamiento estable y sin dificultades especiales. Yo he podido recoger. tanto de educadores como de niños y sus familiares, testimonios de muy agradables recuerdos de su paso por Castropol.." 

" ... RETIRADA DE LAS HIJAS DE LA CARIDAD 

La Sirvienta Provincial de las religiosas comunicó, en noviembre de 1970, lo siguiente: “Ante las graves dificultades, debido a la confusión originada por la creación de la Escuela Hogar, el Consejo Provincial de las Religiosas estima necesario reinstituir el expediente, para que se vuelva a Residencia privada conservando así su trayectoria de centro concertado en una labor educadora eficaz. De no cambiar las circunstancias, se ha decidido retirar las Hermanas en el próximo mes de junio permaneciendo el curso actual en atención a los niños” Las circunstancias no cambiaron demasiado, pero, en “atención a los niños” y a alguna rogativas, no fue tan rígido el ultimátum. 
El curso 1972-73 fue el último de la permanencia de las religiosas en Valledor, acompañadas, para actividades de educación extraescolar de dos maestras nacionales, una de ellas castropolense, Conchita García Sanjurjo y la otra Esperanza Riestra, polesa de Siero. 
VOLVER A EMPEZAR 
Al retirase las Hijas de la Caridad, el Ministerio de Educación nombró a tres maestras para la atención de los niños albergados, Desde 1973 a 1983 estuvo al frente, como directora, Matilde Alvarez Vega, de la Institución Teresiana, acompañada siempre de dos maestras residentes en la Escuela Hogar, entre otras, Conchita Iglesias, Delfina González Suárez de Seares, Amelia Cotarelo, Rosa Arias, Oliva Pérez Barcia, Carmen Ríos, Ignacio Castelao…. Alvarez Vega causó baja por accidente Al reincorporarse estuvo un curso de tutoría, sin funciones directivas, hasta su traslado, a petición propia, a Cangas de Onís. 
En 1983 se hizo cargo de la dirección María Luisa Madera Iglesias mediante la elección de los maestros tutores, de acuerdo con la normativa general de estos centros, pero obviando la presentación para el nombramiento del personal, convenientemente titulado, acordada con el Patronato de la Fundación Valledor, institución privada que acogía la Escuela Hogar. En 1986-87 sucedió a Madera Manuel Ron que, con Fernando Fernández Peña, como secretario y administrador, al finalizar el curso apagaron la luz de la Escuela Hogar. Había en el internado sesenta alumnos... "

 "...PERSONAL NO DOCENTE. 

Ya que a lo largo de estas notas he recogido nombres de personas que en distintos servicios han estado en la historia del colegio, señalo con satisfacción, el oficio de menos lustre, pero fundamental, por aquello del “primum vivere et deinde philosophare”, de mi prima Maruja Legaspi, cocinera y sus compañeras, Pilar Cancio, Lolita Fernández, Marisol Domínguez y Maria Bedia, María “das Medias” y Marta que compartían con docentes y discentes una vida hogareña cuasifamiliar. 
LEY “VILLAR PALASÍ” 
En agosto de 1970 se produce un hecho innovador, algunos dicen revolucionario, en el sistema educativo de España con especial incidencia en la educación básica. 
Se ampliaba la edad escolar a los catorce años, se superaba la clásica escuela unitaria, la forma graduada de enseñanza y la concentración escolar. El alcanzar una educación más personalizada exigía un costoso cambio en el personal y en los medios materiales para todo el sistema escolar. 
El esfuerzo importante que en la etapa anterior se había hecho en construcciones de aulas y viviendas para maestros quedó luego infrautilizado o abandonado. El nuevo sistema requería edificios acordes con la nueva “filosofía” y profesores con formación más especializada en distintas materias o cometidos. Vino la concentración y el trasporte escolar y una importante movida de personal. 
Para la vida de la Fundación, en su marcha balbuciente, el cambio fue definitivo y la Fundación enfiló la recta final. Como es natural algunos pelos quedaron en la gatera..." 

 "ESCUELA NACIONAL EN LA PALOMA 
Para el municipio de Castropol se programó un Colegio Rural Agrupado que teniendo en cuenta la densidad demográfica parecía que debiera ubicarse entre Barres y Figueras, acaso, Lois era lugar adecuado. La existencia de la Escuela Hogar y el tener en cuenta la variable del censo con el aumento de edad escolar, prevista en la nueva ley, incluso, la apertura de una nueva carretera local que acercaba las parroquias de Presno y Balmonte, determinaron su fijación en la capital del concejo. 
En el mes de marzo 1971, intentando salvar los muebles y guardando las disposiciones legales, el Patronato ofreció terrenos en su propia finca para el edificio escolar, pero no se consideraron adecuados, porque ley preveía unas construcciones estándar que requerían 10.000 m2 en terreno llano y no colindante con carretera general. 

En La Paloma había una finca, propiedad de Antonio Murias Travieso que cumplía estas condiciones. El Ayuntamiento, presidido por Alvaro Platero Fernández, reaccionó con presteza y en sesiones maratonianas hizo las gestiones pertinentes y adquirió la finca, por un importe de 3.000.000 de pesetas. 
En el curso 74-75 ya estaba creado el Colegio de Concentración Escolar, aunque aún no estaban terminadas las instalaciones. Los maestros, cuyo nombre generalizado ya era el de profesores, se fueron repartiendo, según facultades personales, las diversas materias y las aulas se ubicaron en distintos locales municipales y particulares. 
Esta dispersión e interinidad causó una transitoria descoordinación y un cierto despiste a la hora de exámenes o evaluaciones. Nada importante. La probada profesionalidad y fidelidad vocacional del magisterio se adaptó con destreza. No hay despiste que cien cursos dure y hoy el Colegio es una gran realidad con un ejemplar palmarés en la vida de Castropol (...)
En la dinámica de todos estos cambios se desvirtuaba la vida de la Fundación Valledor con sus objetivos y métodos originarios. El centro educacional como escuela unitaria y, además, privada perdía sentido. La dotación económica era escasa y de gestión mediocre. La Escuela Hogar, convertida en híbrido entre lo privado y lo público, con frontera muy lábil entre gestión y administración, se veía dificultada en buen gobierno. Pronto el trasporte escolar la haría menos necesaria. El Maestro, el Médico y el Cura es bueno que estén cercanos al pueblo. Su figura equilibra el paisaje. 

OTRAS ACTIVIDADES PARROQUIALES DEL CENTRO VALLEDOR. 

Ya en 1934 Manuel Díaz, párroco celoso y emprendedor, aprovechó las instalaciones, comenzando por la capilla, de Valledor para actividades parroquiales, como celebración frecuente de la Misa, reuniones, catequesis etcétera. Los domingos había sesiones públicas de cinematógrafo mudo con una máquina de dieciséis o, acaso, de la mitad de milímetros. En el verano del 36 quedó interrumpido el suministro de películas y la feligresía quedó ayuna de “séptimo arte”. Los niños nos pasamos semanas viendo la última, “Viudas por el golf” que pasó a ser la más sonora de todas las producciones. Pero no hay mal que por bien no venga y se derivó hacia distintas representaciones teatrales, eso sí, de “galería salesiana”. Los castropoleiros que siempre fueron adictos a las tablas de la antigua farsa encontraron en el salón de actos del Colegio un marco adecuado para representaciones menores. Los dramas y tragedias quedaban para las butacas aterciopeladas del Casino Teatro. 
COLONIAS INFANTILES DE CÁRITAS. 
Desde 1967 hasta 1971, durante los meses de julio y agosto, Caritas Diocesana organizó en Valledor turnos de colonias infantiles. Las becas y otras ayudas para equipamiento de las instalaciones, que eran muy deficientes, suponían además un importante complemento económico para reparaciones y acomodos.. La corresponsabilidad en el trabajo de religiosas y jóvenes monitores seglares con sus diversos carismas eran una riqueza en la función pedagógica A la vez, toda esta movida animaba, aunque modestamente, la vida social y económica del pueblo. 
OTROS ENCUENTROS JUVENILES. 
Como consecuencia de la utilización para colonias infantiles, durante tres años la dirección diocesana de obras misioneras celebró en Castropol la Pascua Juvenil Misionera en la que un buen grupo de jóvenes de Asturias y otras provincias se reunían durante cuatro días de la Semana Mayor para estudio y reflexión de la Pasión y Resurrección del Señor y, aunque su celebración era interna e intensa para el grupo organizador, participaban los jóvenes y misioneros acompañantes en la liturgia y procesiones de la parroquia con mutua edificación espiritual. 
Durante algunos veranos las instalaciones del palacio de Valledor fueron requeridas por otras instituciones para actividades similares En julio de 1979 la Fundación Binjoy de Oviedo, con la diócesis de Astorga y el Colegio La Purísima de Madrid organizaron, jornadas de descanso y formación para sordomudos. Otro colegio, también madrileño, celebró al menos en dos ocasiones encuentros veraniegos dirigidos por Carmen Pardo Suárez, hermana de Juan el de “Bravo, por la música”. La Institución Teresiana organizó un encuentro de alumnas y profesoras de sus residencias universitarias. Los misioneros de Oviedo, presididos por Gabino Díaz Merchán tuvieron su primer encuentro diocesano anual en Castropol tomando como base la Casa de Valledor. El Club de Mar de Castropol, con subvención del Principado, organizó, durante algunos veranos en régimen de internado, cursillos de deporte náutico. 
Acaso queden en el tintero otros encuentros y actividades de los que yo, entretenido en otros menesteres, no guardo nota. 
SUS ALTEZAS, LAS INFANTAS DE ESPAÑA 
Por su peculiar repercusión mediática señalo al colegio madrileño de Nuestra Señora del Camino que en julio de 1983 se aposentó en Valledor para realizar, con un grupo de sus jóvenes alumnas, un estudio social y etnográfico de los Oscos. En el grupo de estudiantes estaban las Infantas de España doña Elena y doña Cristina de Borbón y Grecia. Llegaron a Castropol en Alsa y precisamente en Castropol recibieron la noticia de haber aprobado la Enseñanza Media. 
Era difícil de imaginar la audacia de María Espinosa, directora del colegio, para someter a tan alta realeza a la modesta realidad de un noble caserón desvencijado, a la estrechez de literas y taquillas que habían acogido a los niños pobres de la Asturias profunda. Hay que decir, con satisfacción, que las herederas del Reino de España, sin hacer remilgo alguno, se han puesto a la fila para recoger el rancho y se han confundido, en elegante naturalidad, con la gente rural de los olvidados Oscos o en el ambiente marinero del muelle en Castropol... "

Y así, recordando la historia de colegios y palacios volvemos por la calle Acevedo hacia El Cruzadero


La linterna o lucernario, el buen mirador en lo alto de Villa Rosita nos marca el camino...


Ya asoman los edificios de la plaza...


Las fachadas sur y este de Villa Rosita


Y a la derecha la Casa del Párroco, con su arco de medio punto, señalan nuestro regreso a esta plaza y continuidad del camino en Castropol, en dirección a la iglesia, el Ayuntamiento y el puerto, prestos ya a embarcar hacia Ribadeo





















































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