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lunes, 10 de junio de 2019

DE POTES A SANTO TORIBIO DE LIÉBANA POR MIESES: LA CASA DE SAN LÁZARO, LA CASERÍA DE LOS FRAILES Y LOS GUSANOS DE SEDA (CAMINO LEBANIEGO)

Camino del monasterio de Santo Toribio de Liébana
Saliendo de Potes hacia Santo Toribio
El Camino Lebaniego sale del casco urbano de Potes por La Serna y El Ferial y, durante unos metros, sigue la carretera CA-185 por la acera de la derecha, junto a la ribera del río Deva, que nace a lo lejos, en las estribaciones de los Picos de Europa. Pronto cruzamos por el paso de peatones con semáforo a la vereda de la izquierda para tomar la senda peatonal que, evitando el asfalto, nos llevará, monte arriba, al monasterio de Santo Toribio de Liébana, a apenas tres kilómetros escasos desde aquí, culminación del Camino Lebaniego pero principio de su prolongación, el famoso Camino Vadiniense


Son momentos de gran emoción. Tanto si se tiene como meta el monasterio, destino de los peregrinos en la veneración del Lignum Crucis y su Jubileo, como si se piensa proseguir por el Vadiniense, la proximidad al histórico santuario donde, además de su vertiente religiosa, ejerció su oficio una figura tan determinante para la historia europea y universal como Beato de Liébana, en este lugar que es puerta además de los Picos de Europa, despierta los ánimos de cualquier peregrino, aquí crucenos o cruceros, viajero y visitante


Justo al empezar  la subida a Santo Toribio encontramos un panel explicativo del mencionado Camino Vadiniense


Tras salir del monasterio de Santo Toribio el Camino Lebaniego se dirige a Espinama, ganando luego la Horcada de Valcabo y el Puerto de Pandetrave para entrar en tierras leonesas hacia Portilla de la Reina camino de Riaño. Luego se dirige a Crémenes, Cistierna, Gradefes, y en Mansilla de las Mulas enlaza con el llamado Camino Francés. Es preciso decir que otros peregrinos, desde varios puntos del Camino Francés, se dirigen al norte hacia Santo Toribio, siguiendo después a la costa Cantábrica para enlazar con el Camino Norte o de la Costa


También se nos informa que en esta ruta es común encontrarse con las conchas y flechas amarillas de los Caminos de Santiago con las cruces y flechas rojas del Camino Vadiniense, pues fue costumbre que muchos peregrinos que iban a Santiago de Galicia se dirigiesen previamente a Santo Toribio, uno de los grandes centros de peregrinación de la cristiandad desde que el 23 de septiembre de 1512 el Papa Julio II concediese celebrar el Año Santo en Santo Toribio de Liébana cuando la festividad de Santo Toribio, 16 de abril, caiga en domingo


Aunque el Lignum Crucis quiere la piadosa tradición vincularlo al origen del monasterio, el que se considera trozo del brazo de la Cruz de Cristo debió de venir con las reliquias de Santo Toribio de Astorga cuando, en el siglo VIII, muchos mozárabes huidos del sur se acogieron a la protección de las montañas que cierran los valles lebaniegos, baluarte natural del naciente Reino de Asturias, trayendo con ellos libros y reliquias, así como todo su bagaje cultura, político y religioso


Santo Toribio de Astorga habría a su vez traído el Lignum Crucis a su diócesis astorgana, la antigua capital astur de Astúrica-Augusta, donde nació se supone hacia el año 402 (otro dicen que en Betanzos), tras una peregrinación a Jerusalén que, para hacerla, vendió primeramente todos sus bienes. En la Ciudad Santa llegó a ser muy apreciado por el patriarca Juvenal, que le nombraría sacristán mayor de la iglesia del Santo Sepulcro. No están claras las circunstancias por las que el astorgano se hizo con ese pedazo de la cruz donde se aseguraba había sido crucificado Jesús, una tradición que se la dio el propio Juvenal al partir de regreso y en agradecimiento a sus servicios, otra para librarla de las iras de una invasión


Al regresar a su tierra pasó primeramente por Roma, siendo recibido por el Papa León I Magno y nombrado archidiácono de Tui, donde sería ordenado sacerdote. Luego, en el año 444 pasó a ser obispo de su ciudad natal, Astorga, donde batalló contra el priscilianismo, considerado herejía, y que con la decadencia y caída de Roma Resurgía en el noroeste peninsular. Santo Toribio confiscó los libros de la doctrina de Prisciliano y escribió al Papa su carta Comminiotorum enumerando los errores de los libros apócrifos y el Libellus contra el priscilianismo. León I le aconsejó celebrar un concilio en Toledo o un sínodo de obispos galaicos. No hay constancia que se celebrase pero algunos investigadores le ponen la fecha del año 447 y su idea era excomulgar a los prelados que no condenasen esa herejía, la cual debía de tener muchos adeptos pues las iras del pueblo y del clero astorgano le obligaron a refugiarse volviendo a Tui. Se dice en este contexto que sus prédicas antipriscilianistas le llevaron a Palencia, donde fue apedreado y hubo de escapar, suceso recordado con una romería en la actualidad


Algo más tarde sufriría también las persecuciones del rey visigodo Teodorico II, quien saqueó Astorga en el año 459, habiendo de refugiarse en Asturias, en el Monsacro, donde pervive su memoria, pues la tradición quiere que guardase allí muchas más de las reliquias traídas por él de Jerusalén, la cuales, al ser llevadas tiempo después al templo de San Salvador en los tiempos de la fundación de Oviedo reinando Fruela, harían de la nombrada capital de sus reinos por Alfonso II el Casto también un gran centro de peregrinación medieval del  que partirían, además, las primeras peregrinaciones a Santiago conocidas como tales. Vuelta a atacar Astorga en 569 por Leovigildo, y al no aparecer como muerto ni exiliado a consecuencia de ello, da a pensar que entonces ya habría fallecido, si bien otros retrasan esa fecha hasta 476. Más adelante, tras la conversión de Recaredo, y siendo el catolicismo ya oficial, se venera en Astorga al santo obispo, habiendo de ser trasladado a lugar más seguro por sus fieles, junto con el Lignum Crucis, huyendo de los conflictos del siglo VIII con el fin del reino visigodo, la expansión omeya y el nacimiento del emirato de Córdoba,si bien otras crónicas retrasan este suceso hasta el siglo XII


Abajo vemos la bifurcación de la carretera, de frente sigue la CA-185 hacia Espinama y Fuente Dé y a la izquierda sale la CA-885 que va al monasterio de Santo Toribio. Aquí estuvo hasta 1836, fecha de desamortizaciones eclesiásticas, la Cruz de Piedra señalando las tierras propiedad entonces del monasterio de Santo Toribio


Justo en el cruce hay dos monolitos


Se ven los kilómetros a Santiago, Roma, Jerusalén y... el mismo Santo Toribio (2,6 kilómetros). Los mayores santuarios de peregrinación del orbe cristiano


Hay unos pasamanos de madera pues estamos a una cierta altura de la carretera. Pero aquí bajamos un poco


Cruzamos por este paso de peatones un ramal de servicio a unas casas


Y seguimos de frente por la pista peatonal,viendo a lo lejos el monte La Viorna, donde se dice habitaba otro eremita, de nombre Toribio, que lleva a confusión con Santo Toribio de Astorga; sería este Santo Toribio de Palencia, quien viviría en la siguiente centuria (siglo VI) y al que el Cronicón de Hauberto Hispalense hace nacer en Turenao, que sería el actual Turieno, pueblo situado justo al pie del monasterio y se habría hecho monje benedictino que, buscando la soledad de la montaña, se retiró como ermitaño a la llamada Cueva Santa, tal y como dicen las crónicas

"queriendo pelear con el enemigo a solas, subiose a lo alto del monte y en parte muy escondida del, labró una pequeña ermita, donde con mucha abstinencia, disciplina, continua oración y lágrimas llegó a tanta perfección, que alcanzó de Dios singulares favores (...)"

La versión de Sandoval, cronista de la orden benedictina, hace de este otro Santo Toribio monje palentino, de ahí su nombre, quien vendría a esta serranía a hacer vida monástica con sus compañeros Tolobedo, Synobio, Eusebio, Ensóstomo y Yotazo, quienes fundarían un pequeño primer cenobio, retirándose luego el santo a hacer vida apartada en la Santa Cueva, donde al decir de la tradición Santo Toribio lanzó su bastón diciendo "allí donde caiga mi cayada allí será mi morada", legendaria fundación del monasterio de San Martín de Turieno, luego Santo Toribio de Liébana. Si bien siempre existe confusión entre ambos santos del mismo nombre


En este lugar dejamos el municipio de Potes y entramos en el de Camaleño. Un cartel nos informa de nuestra posición en el mapa...


Es el trazado del Camino Lebaniego y de la Ruta Vadiniense en el municipio de Camaleño


Texto explicativo del recorrido


Mapa del itinerario por Camaleño


Nuestro ya corto trayecto hacia Santo Toribio de Liébana...


En cuanto al priscilianismo, tan combatido por Santo Toribio de Astorga, es la doctrina de Prisciliano, personaje histórico del  siglo IV que llegó a obispo de Ávila, pero que se enfrentaría con los dogmas de la iglesia oficial y que sería acusado de hereje y magia, por lo que moriría decapitado, como Santiago, pero en Tréveris, en el año 385, siendo traídos sus restos por sus discípulos a Galicia, como Santiago, pero en este caso porque se le supone oriundo de allí, traslado narrado en la Crónica de Sulpicio Severo a principios del siglo V. Esto hizo que se pensase en que podía ser reminiscencia del culto a sus creencias la veneración a su lugar de enterramiento que, en un momento en que se necesitaba llamar la atención de Europa, se transformase por el del Apóstol Santiago. Numerosos historiadores de todo el mundo suscriben esa posibilidad, otros que si bien puede estar enterrado en Galicia no es en Compostela


Luego de infructuosos intentos de mediación y de cartas de acusación mutua se consigue que el emperador Graciano El Joven, ya enfrentado con los arrianos, excomulgue y destierre de sus sedes obispales a Prisciliano y sus seguidores. Por causa del mandato imperial Prisciliano no logra ser recibido por Dámaso, el obispo de Roma, a donde había ido a defenderse, si bien en Milán, dentro de las convulsiones de la última época del Imperio, logra anular la orden del emperador. Regresa a Hispania, se reafirma ante sus fieles y consigue que el procónsul Volvencio ordene la detención de su enemigo el obispo Itaciom que huye a Tréveris acogido por el prelado antipriscilianista Britto. Es entonces cuando Magno Clemente Máximo, gobernador de Britania, se subleva con su ejército y mata a Graciano en Lugdunum (Lyon), un suceso que no gustará a  Teodosio, por lo que Magno Clemente se buscará aliados en la iglesia católica, afectada entonces por multitud de disidentes. Dentro de un plan premeditado se convoca Concilio en Burdeos al que van Prisciliano y alguno de los suyos pero, aunque se condena sus ideas como heréticas, lo único que se consigue es que Instancio sea depuesto de su sede


 Por aquel entonces la herejía no se contemplaba como una pena tan importante como lo sería después por lo que la trampa era otra. La trampa vino cuando Prisciliano y algunos de sus discípulos fueron a Tréveris, capital de Máximo, a solicitarle ayuda tras la muerte de una de sus seguidoras, Urbica, linchada por una turba. Allí es acusado por sus enemigos de brujería, confesando bajo tortura, y decapitado junto con sus fieles Felicísimo, Armenio, Eucrocia la viuda de Delphidius, Latroniano, Aurelio y Asarino, en unas circunstancias que realmente recuerdan a las de Santiago y los suyos. Se trata de los primeros herejes ajusticiado por una jurisdicción civil lo que causa estupor y condena por la mayor parte de los obispos católicos de occidente, incluyendo a Martín de Tours y el Papa Siricio. Su muerte no sería el final de sus ideas sino todo lo contrario, el priscilianismo incluso cobró fuerza y fueron 200 años más necesarios para erradicarlo o... transformarlo. Incluso la ruta por la que su cuerpo sería devuelto a su tierra sería el precedente del Camino. El debate siempre está abierto


En este recodo del camino, al pie de La Viorna, hay un lugar especialmente cuidado y cubierto de losas: el Monumento al Peregrino


Hay un banco para sentarse y la estatua de un peregrino a tamaño natural...


Es de bronce y obra de la escultora, nacida en Torrelavega en 1950, Mercedes Rodríguez Elvira, quien lo realizó en el año 2000. Estaba antes en el cruce de carreteras que acabamos de dejar atrás


Pasamos a su lado...


Tiene colgadas al pecho la Cruz de Santo Toribio, de los crucenos y la concha de Santiago, de los concheros, los peregrinos de estos dos lugares santos, que aquí coinciden y aquí se cruzan


Al fondo los míticos Picos de Europa...


Seguidamente, otro panel...


Nos da la ubicación de las cimas de Los Picos que vemos desde aquí, en concreto Ándara, el macizo oriental


Las principales cimas y su ubicación ante nuestra mirada...


También las alturas... si bien hay que recordar que pueden variar según la fuente consultada


Los Picos de Europa, a donde "antes subirán las aguas del mar que no las armas de Roma", como afirmaron ante las huestes del amo del mundo sus antiguos pobladores cántabros vadinienses y orgenomescos hace 2.000 años. Los Picos de Europa, un topónimo que llama poderosamente la atención, etimológicamente para unos por ser las primeras peñas de Europa que los marineros veían desde la distancia al volver de América, para otros por los peregrinos europeos que las veían y comparaban con los Alpes, algunos por los romanos, que vieron en ellas el escenario mitológico del Rapto de Europa, secuestrada por Zeus, nada de ello parece sostenerse demostradamente. Sus habitantes las conocen simplemente por Los Picos


Los textos más antiguos conocidos referidos a estas montañas, si bien no llamándolas de Europa, es en el Periplo Masaliota de la famosa Ora Marítima de Rufo Festo Avieno, escrita en el siglo IV pero basándose en un texto muy anterior del VI a. C. Las alusiones al Mons Vindius, (Monte Vindio), de los textos clásicos alusivos a las guerras contra cántabros y ástures, pueden o referirse a este o a otros parajes de la Cordillera Cantábrica, que llegó a conocerse como Pirineos o Pirineos Cantábricos en épocas pasadas. En las crónicas asturianas aparecen topónimos de lugares concretos, Liébana, Auseva, Amosa (Amuesa) pero no uno concreto para todo el macizo


Empezando el siglo XII el Obispo Pelayo se refiere a Permensa Pelaggi para el entorno de Covadonga, los Picos de Cornión o macizo occidental, lo que coincide con las crónicas musulmanas de la Peña de Pelayo,  y Alfonso X El Sabio en su Libro de la Montería escribiría del "... pie de la Peña, desde Fuente de Eva..." (Fuente Dé). No sería hasta 1530 cuando el historiador y humanista siciliano Lucio Marineo Sículo las llame Rupes Europae en su obra De rebus Hispaniae memorabilibus escrita en Alcalá de Henaresal que seguirían en 1572 el cronista de Felipe II Ambrosio de Morales con su Viaje Santo, donde las nombra como Montañas de Europa, seguido luego por Las Fundaciones del historiador Fray Prudencio de Sandoval en 1601, con las Peñas o Sierras de Europa y así hasta nuestros días, si bien la primera vez que se escribe exactamente tal y como lo conocemos hoy día, Picos de Europa, no sería hasta  el Diccionario Geográfico e Histórico de Asturias de Martínez Marina. por el año 1800


A la izquierda cumbres Avenas, donde están el Picu del Buey (1894 m), el Joracón de la Miel (1.925 m), Picu Canal Arenosa (1.889 m). El Corvu (1.885), La Canal de los Tornos y Colláu de Cámara (1.650 m -paso a Áliva-). A lo lejos asoma la lejana pica de Peña Vieja (2.613 m) y la derecha (centro de la foto), los Picos de Cámara (2.112 m) con  y El Jisu (2.188 m). A la derecha el Prau Cortés...


El Prau o Picu Cortés (2.371 m), a la izquierda de la foto, y bajo él el picu Prau la Llampa, La Canal de Lechugales y el Pilón de las Corredorias (1.702 m). Arriba su derecha la Tabla o Jorcada del Pino (2.102 m), Peña Bermeja (2.155 m), la Morra de Lechugales (2.444 m), la Silla del Caballo Cimero (2.436 m) y la Silla del Caballo Bajero (2.329 m). Abajo La Canal de las Grajas y Malluengu, el Mermejo la Tabla (2.043 m), el Picón de la Corredoria (1.699 m) y el Alto los Cabezos (1.273 m). Arriba a su derecha (derecha de la foto) el Picu del Evangelista (2.426 m), el Jou del Evangelista, el Picu Arce (2.286 m), el Cuetu l'Infiernu y La Canal de las Arredondas. Abajo más cerca las boscosas cimas de Peña Canal Mayor (1.270 m)


Luego de La Canal de las Arredondas el Cuetu la Junciana (2.267 m), el Picu San Carlos o del Sagrado Corazón (2.214 m), sobre el Picu la Jonfría (2.067 m), El Castillín (1.977 m), el Picu la Pelá (1.815 m) y Peña Sebey (1.639 m). Más abajo los Picos de Santolaja (1.278 m)


A la derecha (derecha de la foto) el Samelar 2.227 m y bajo él La Canal de San Carlos, el Picu la Jonfría, otra Peña Bermeja (1.842 m) y Puertos de Mañimoco (1.455 m)


A la derecha del Samelar el Paso de La Hendida, el Cantu la Concha (2.052 m), el Picu la Hendida (1.948 m), Paré Corbera (2.007 m), el Colláu la Llaguna (1.838), la Concha de Valcayo (2.027) m y el Alto de las Verdianas (2.024 m) sobre el Picu de las Agudinas (1.976 m)


Senderos y caminos de pastores y rebaños a los pastos de verano en las alturas, algunos pasos fueron empleados desde tiempos remotos para comunicar las diferentes vertientes de Los Picos, como Áliva y Pandetrave. La minería, hoy extinguida, propició la construcción de las primeras carreteras propiamente dichas, como la de La Hermida (abierta en 1863), lo que implicó que, salvo para el pastoreo, las ancestrales sendas que vieron a los romanos en son de conquista y a los árabes y bereberes en retirada, fuesen quedando en desuso salvo para el pastoreo. Pero pronto llegarían los pioneros del montañismo, relacionados con los geólogos de las minas que, asombrados de tan majestuosa belleza, comenzaron e explorarlos y, algunos, incluso a escalar sus cumbres, hasta entonces indómitas...


Más acá, en lo profundo de este Valle de Valdebaró, el del río Deva, en Cosgaya, dice la crónica que las tropas de Alkama sufrieron una hecatombe final al desmoronarse sobre ellos la montaña del Monte Subiedes, tras ya haber ganado el valle luego de atravesar en retirada Los Picos de norte a sur tras la Batalla de Covadonga. Siempre dentro de la controversia y la disputa histórica sobre la enigmática figura de don Pelayo y su origen, algunos autores le hacen nacido allí, otros a su mujer Gaudiosa, para la mayoría de los actuales nada seguro se sabe y buena parte de estas y otras historias similares se basan en leyendas no bien contrastadas


Bajo nosotros a la derecha La Cabaña y La Molina. A la izquierda las casas de Mieses, todo ello en Camaleño, municipio nacido de las reformas político administrativas de 1835 en el Valle de Valdebaró, uno de los que componen Liébana, que fue merindad y provincia, si bien dependió desde la alta Edad Media a los monasterios, pasando luego al domino feudal de los marqueses de Santillana y duques del Infantado


Atrás los tejados de Potes...


Más allá de Potes el Pico Cornejas (903 m), el Pico Corrales (887 m) y el Canto Picado (1.068 m). En la lejanía la Sierra de las Cuerres, que forma parte de la gran cadena montañosa de Peña Sagra, donde se ha descubierto un foso de asedio romano en torno a sus cimas, queriéndose ver en él uno de los escenarios de las guerras contra los cántabros comenzadas en el año 29 a. C. y que duraron al menos una década. Por la Sierra de las Cuerres comunicaban Liébana con el valle del Nansa y la Costa (puertos de San Vicente de la Barquera y Comillas), los viejos caminos de la arriería aprovechando varios collados y pasos naturales, los cuales cayeron en desuso con la Carretera de la Hermida, actual N-621)


Reconocido nuestro entorno desde tan magnífico mirador, continuamos ruta


Pomaradas y, de frente, viñas, no en vano Liébana es una comarca en la que llegaron a tener posesiones hasta una veintena de monasterios en la alta Edad Media, quienes fomentaron el cultivo de la vid al ser el vino elemento esencial de la liturgia. Las tierras bajas se especializaron en la agricultura, siendo las viñas la mayor riqueza, mientras los pueblos altos lo hicieron con el ganado. Dado que Mieses fue la granja de monasterio de Santo Toribio estas serían las sucesoras de las que fueron propiedad directa de los monjes


Siendo posible que ya hubiese producción vinícola con la romanización, el primer documento que informa de esta actividad en Liébana es del año 822 cuando se vende una viña y una tierra en Piasca por un buey negro, un carnero y grano. Poco después, año 826, se registra la donación de una viña al abad de San Esteban de Mesaina en Mieses, muy cerca del actual monasterio de Santo Toribio. A partir de entonces las referencias se multiplican, llegando los vinos lebaniegos a ser, tras los cereales, el segundo producto agrícola de la comarca, siendo tan apreciados que se exportaban a Castilla, cultivándose garnacho, malvasía, mencía, tinta Madrid, neruda, jerez, moscatel... no estando de màs recordar que el vino fue tenido no solo como bebida sino como alimento dado su aporte calórico


Pero las plagas del siglo XIX como el oidio y el mildiu esquilmaron su producción, casi destruida por la terrible filoxera a principios del siglo XX. La solución fue, como en toda Europa, reintroducir las vides con injertos de pie americano resistentes al insecto, pero el nivel de producción nunca se recobró, pues de más de 1.210 hectáreas de viñedos en 1909 se pasó a menos de 32,87 en 1983. A partir de entonces sí se puso en marcha un plan de recuperación de la producción con la colaboración del Gobierno de Cantabria y varias iniciativas empresariales, creándose la IGP Vino de la Tierra de Liébana


 Las variedades de uva autorizadas en la producción acogida a la indicación geográfica son Mencía, Tempranillo, Garnacha, Graciano, Syrah y Cabernet Sauvignon para el tinto y Palomino, Godello, Gewürtztraminer y Chardonnay para uvas blancas


Una línea de postes con alambre separa el camino de las fincas y las viñas


Subimos en paralelo a la carretera viendo de nuevo a la derecha La Molina, topónimo vinculado a un antiguo molino en el río Deva, y La Cabaña, donde hay un albergue turístico con varias habitaciones, terreno y amplia capacidad, constituyendo por su cercanía al camino una buena posibilidad de alojamiento. Mejor siempre llamar antes


Y así llegamos a Mieses, un topónimo relacionado con mies o plantación de cereales en lo que fueron tierras y granjas monacales de Santo Toribio


Aquí llaneamos un poco


A partir de aquí, en este tramo, puede venir algún vehículo, pues es una vía de servicio a las fincas


Tierras de labor, las mieses...


Arriba, rebaño de ovejas... más lejos los montes del Carrascal de Volán, Palumbierzo y Peña del Cobajo


Volvemos a subir poco a poco...


Cabaña en la carretera


Más frutales


Árboles en flor, primavera en Liébana...


Bajamos un poco...


Y al lado de la carretera, en subida recta, sigue la vía peatonal...


Pasamos junto a La Parrilla de Santo Toribio, restaurante parrillero y pensión, otra opción de alojamiento


Los Picos de Europa siempre a la vista


Sigue la subida recta y directa...


Y volvemos a lo que es propiamente la vía peatonal de suelo de zahorra


Liébana y los Picos de Europa fueron, son y serán protagonistas de numerosos programas y documentales, y también muchas veces escenario de películas de cine. Podríamos empezar por Orgullo (1955) de Manuel Mur Oti, con Marisa Prado, Alberto Ruschel, Enrique A. Diosdado, Cándida Losada, Fernando Nogueras, Félix Fernándes, Beny Deus y María Francés. Pero quizás la película más famosa fue Marianela (1972), dirigida por Angelino Fons y basada en la novela de Benito Pérez Galdós, participando actores famosos como Rocío Durcal, Pierre, Orcel, José Suárez, Jaqueline Parent, Alfredo Mayor, Julieta Serrano, Amparo Soler Leal, Germán Cobos y Lola Gaos


Otra fue Habla Mudita (1975) de Manuel Gutiérrez Aragón, protagonizada por José Luis López Vázques y Kiti Mánver. Dadas las condiciones orográficas y climáticas en que se rodó su director manifestó que el rodaje...

"fue duro, muy duro, pero saqué la conclusión de que las películas más duras se podían rodar al lado de tu casa con cuatro tiestos"


Brevemente aparecen los Picos de Europa en la famosa película Conan el bárbaro (1982), rodada toda ella en España, dirigida por John Milius y protagonizada por Arnold Scwarzenaguer y James Earl Jones


La Rabia (1978) de Eugeni Anglada Arboix, es un caso curioso, dado que los escenarios lebaniegos parecen haberse filmado unos años antes, dado que se trata de una recreación de tres cortos anteriores del mismo director, siendo amateur. En el reparto había muchos niños, estando encabezado por Darius Anglada y Mari Ángeles Cadina. Otra curiosidad es la de  Bolero (1984) de John Derek y protagonizada por su mujer Bo Derek, participando George Kennedy y Ana Obregón,pues la base de datos de la película no incluye sus escenarios en Áliva, figurando como rodada en Andalucía y Marruecos


Otra más es Una preciosa puesta de sol (2003) de Álvaro del Amo, con Marisa Paredes, Ana Torrent y Mata Larralde. Otro film sería Heidi la reina de las montañas, filmada en 2016 en varios escenarios cántabros, entre ellos los lebaniegos Pendes y Mogrovejo, pero aún no ha visto la luz


Ante este fantástico espectáculo de la naturaleza iniciamos una bajada


A nuestra derecha de nuevo La Molina y La Cabaña, donde está el albergue, bajo la Sierra de la Molina, estribaciones del Monte Arabedes, cuyo pico (774 m) vemos en lo más alto


Un poco más atrás, Potes, visto ya desde más altura


Potes, en un estratégico lugar del valle, el Deva recibe las aguas del Quiviesa, que forma el valle de Valle de Cereceda y, poco más allá, en Ojedo, las del Bullón, Valle de Valdeprado. Al norte, antes de adentrarse en el desfiladero de La Hermida, forma el Valle de Cillorigo. Son estos los valles de Liébana


Arriba, las alturas de Peña Sagra: Cascuerres (1.662 m), El Tumbo (1.841 m), Pico Paraes o Peña Sagra(1.934 m), y el Pico Puertas (1.918 m)


Abajo, en el valle, a la derecha, asoma la gran nave de la Panadería Seles, pan artesano de Turieno, donde la Riega Barribero o Valsemiñán desemboca en el Deva


Llegamos de nuevo a la carretera


Cruzamos otro de los enlaces de Mieses


Y seguimos subiendo


Pasamos al lado de estas casas...


Y recorremos el largo muro de esta finca. Es la finca de San Lázaro, donde estuvo el hospital de esta advocación, centro asistencial de malatos o leprosos del que se sabe por primera vez gracias a un documento fechado entre 1333 y 1345, en el que se habla de "los ommes buenos de la casa de la San Laçaro, que son moradores en la carrera de Santo Toribio". Tal y como nos dicen A. Rubio Celemín y J. Ruiz Cobo en Los antiguos hospitales de Cantabria, se trata de una permuta de tierras entre una tal María Pérez, con consentimiento del Prior Miguel Martínes y la Casa de San Lázaro


 Unas décadas después, hacia 1377 ó 1379, Don Juan Ruiz, Prior de Santo Toribio, concede a este hospital licencia para pedir limosna, pues lo encontró pobre y abandonado, hablando de sus alojados como "lasrados e dolientes e castigados por la aguisadumbre dela enfermedad que Dios en ellos hiciera". En 1390 el prior del monasterio solicitará estas limosnas para los "lazrados de la orden de San Lázaro". Su propia carta, que daba las mismas ventajas a quien diese estas ayudas que a los benefactores del monasterio, valdría como credencial para solicitar la limosna. Las peticiones continuarían cuando siglos después Felipe II diese licencia a los monjes de Santo Toribio para pedir limosnas para este hospital en el Reino de Aragón


Siete folios de los años 1568 a 1573 señalan las cuentas, rentas y haciendas de la "ermita del Hospital de San Lázaro del Patronato y señorío del Monasterio de Santo Toribio de Liébana, describiéndo sus fincas, viñas y edificios (emita y hospital), rodeados de manzanos, cerezos, nogales y ciruelos. Actualmente la finca sigue llamándose de San Lázaro, siendo de propiedad particular. Cuando a principios del siglo XX se ensanchó la carretera al monasterio aparecieron numerosas sepulturas


Damos vista de nuevo a las alturas de La Viorna, monte de resonancias eremíticas, con sus capillas en torno al monasterio de Santo Toribio. A la derecha es la Cruz de la Viorna, según unas fuentes de 1.087 metros y según otras de 1,095, y a la izquierda el Alto de San Martín, de 1.155 ó 1.151 metros, según lo que se consulte


La finca de San Lázaro vista desde el muro, con Palumbierzo y el Carrascal de Volán al fondo. Allí están los Apartamentos Dosal, ideal si, culminando nuestra peregrinación, o reponiendo fuerzas para continuar el Camino Vadiniense, deseamos reposar unos días conociendo bien la comarca...


Viene ahora una larga recta paralela a la carretera


A la derecha el camping La Viorna, que además de zona de acampada y aparcamientos de coches y rulotes, dispone de bar y alojamientos, otra posibilidad si buscamos hospedaje


Paso de peatones y seguimos de frente viendo la entrada al camping


Ante nosotros, bajo el monte La Viorna, la boscosa loma de La Campera de Enmedio


Las maravillas de las alturas de impresionantes moles de piedra caliza gris de Los Picos nos hipnotizan...


Estamos en el kilómetro 1 de la CA-855


Otro paso de peatones en la entrada a una finca...


Aquí sí que salimos a la carretera


Y es que en este paso de peatones la hemos de cruzar. Atentos porque en ocasiones, sobre todo en fines de semana y festivos, suele haber bastante tráfico de gentes que acuden a Santo Toribio


Pasamos así al otro lado...


Y seguimos las indicaciones del Camino Lebaniego


Pasamos así por el límite del camping


En la temprana primavera, llegan los primeros campistas


Y subimos junto a esta gran encina-carrasca...


Luego un tejo, árbol sagrado desde le prehistoria. No en vano estamos al lado de una ermita


La ermita está aquí a la derecha, en la finca de La Casería


El pequeño templo fue, como otros en torno al convento del que dependía, un lugar de retiro de los frailes, que administraban también desde aquí su territorio


La capilla está dedicada a San Juan de la Casería y es de origen románico, si bien reconstruida y reformada varias veces. La estructura actual obedece al siglo XVI, con ábside cuadrado en el que, aunque no los podemos verlos desde aquí, hay canecillos románicos o góticos


Ante ella varias casas y cuadras, sin duda sucesoras de las que aquí tenían los monjes, pues como hemos dicho, tenían en Mieses su granja o casería, de ahí el topónimo


La finca está cerrada pero desde aquí, al pasar, podemos contemplar este hermoso conjunto


La portada es de arco de medio punto y el techo es de madera. El interior del ábside, donde está el altar, está completamente abovedado. Se dice que en este lugar, llana terraza natural, se plantaban nogales y olivos desde tiempo inmemorial


El Camino pasa, subiendo, junto a la portalada


En La Casería se llegó a plantar moreras para la cría del gusano de seda, el catedrático de la Universidad Central Doctor don Ángel Gómez de Enterría, tal y como plasmaba, por haberlas visto, a mediados del siglo XIX el escritor Ildefonso Llorente Fernández en su libro, publicado en 1882, Recuerdos de Liébana, pues tenía en su memoria los "hermosos capullos" aunque también afirma que " Murió el Sr, Enterría y nadie más de ha dedicado a la sericicultura", esto es, la producción de seda. Parece ser no era el primero pues ya en 1936 Matías de Lamadrid afirma en su libro Memoria sobre los grandes montes y demás riquezas de Liébana haber visto en una panera abandonada del pueblo de Lerones capullos de seda producidos por gusanos autóctonos


Parece ser no era el primero pues ya en 1936 Matías de Lamadrid afirma en su libro Memoria sobre los grandes montes y demás riquezas de Liébana haber descubierto en una panera abandonada del pueblo de Lerones capullos de seda producidos por gusanos autóctonos


De todas maneras se sabe que aún en 1925 la Diputación ofreció semillas de morera gratis, por lo que el periódico La Voz de Liébana publica que el doctor Ángel Gómez de Enterría...

"... enseñó la manera de criar los gusanos y el edificio llamado la Casería, en el camino de Santo Toribio, le construyó para dedicarle a la cría del gusano de seda"


En el mismo periódico se añade...

"Quien esto escribe recuerda, siendo niño, hace esto cincuenta años, haber visto en el desván de su casa cuatro o seis cestos de vendimiar llenos de capullos de seda ya viejos y apolillados, y haber visto también pañuelos de seda que su abuela había hilado de los capullos recogidos en casa"

Se desconoce cuando finalizó la pequeña producción de seda lebaniega...


Sube el camino y según ganamos altura ampliamos nuestro campo visual


Ahora, más allá de la casería vemos el Pico Arabedes a la derecha y a la izquierda la Cruz de Corbienza, cerrando ambos el estrecho valle de la Riega Barribero


Realizamos una curva a la izquierda y arriba, en una de las boscosas montañas sobre el monasterio de Santo Toribio, veremos otra de sus históricas capillas


La ermita de Santa Catalina, que está en ruinas pero consolidadas, conserva elementos del siglo XIII aunque está muy reformada


En 1864 se quemó la torre pero se continuó con la piadosa costumbre de exponer en ella la Santa Reliquia, tal y como nos dice García Guinea en su obra El Románico en Santander

"... en noches en que amenaza la helada, cuando por el día ha llovido y están los frutos en ciernes... en noches aciagas para los campos..."


Pasamos al lado del aparcamiento de maquinaria agrícola


Aquí hay un panel con información de la ermita de San Juan de la Casería



Y seguimos cuesta arriba,,,


 Potes de nuevo a la vista, abajo en la confluencia de tres valles...


El Tejo de La Casería, prado abajo


Aquí salimos nuevamente a la carretera CA-885, por donde hay que seguir a la derecha retomando la senda peatonal paralela al asfalto


Pero merece la pena detenerse primero antes unos instantes en esta pequeña área de descanso para caminantes y peregrinos, con una impresionante vista de Potes


La primera vez que se menciona a Potes en un documento es en el año 847, mencionado como Pautes y haciendo referencia a estos caminos tantas veces milenarios, que dice...

"estrata publica que discurrit ad Pautes"

Esto es, el "camino público que conduce a Potes"

Esto se escribía no demasiado tiempo después de que se iniciasen las repoblaciones de estos valles trayendo mozárabes del sur. Más adelante sabemos que, en el año 947, su iglesia de San Vicente dependía del monasterio de San Martín de Turieno, antecesor del de Santo Toribio. La zona se sabe estuvo habitada desde la Prehistoria y se ve claramente que en este valle confluyen varios pasos naturales por los puertos de las montañas, por donde se quiere ver el paso de algunas de las legiones romanas que participaron en la conquista del territorio cántabro a partir del año 29 a. C. estando aquí muy posiblemente los concanos citados por los autores de la antigüedad


Con el paso de las legiones y la posterior romanización, los antiguos caminos fueron transformados en vías y calzadas romanas. La tradición afirma que cerca de aquí, en Cosgaya, acontecieron las hecatombes finales de las tropas de Alkama tras escapar de Covadonga, allá por el año 722, por lo que Liébana, protegida por las montañas, fue una de las tierras primigenias del Asturorum Regnum, iniciándose las repoblaciones ya con Alfonso I. Muestra de ello son los más de 20 monasterios que llegó a haber en la alta Edad Media, de los que el de San Martín de Turieno, llamado de Santo Toribio a partir del año 1181, alcanzó preeminencia sobre los demás y así aparece su dominio sobre Potes ya en el siglo X. Más tarde iría cayendo en la órbita de los señoríos de los poderosos nobles feudales, cada vez más influyentes en la corte y a los que los monarcas concedían tierras y privilegios


Ya en el siglo X un conde regía Potes representando a reyes asturianos y leoneses y, entre finales del siglo XII y principios del XIII, aparecen los tenentes, señores que dominaban la zona con carácter temporal en nombre del rey, administrando justicia y cobrado tributos. Eran miembros de la familia Girón, siendo el más poderoso Gonzalo Rodríguez Girón, que extendía su dominios a ambos lados de la cordillera. Merinos y demás cargos otorgados por la corona, ahora ya castellana, llega en el siglo XIII y, en 1291 Sancho IV otorga por escrito celebrar mercado en Potes, buen lugar para comerciar con los excendentes agrícolas y ganaderos de La Liébana, conminando a dejar quietas las armas en las posadas hasta el regreso a casa


En el año 1351 Potes es señalado como propiedad de don Tello, hijo de Alfonso IX, y a finales de esa centuria será su señor el hijo de don Tello, don Juan Téllez de Castilla, al serle otorgada La Liébana por Juan I


Juan Téllez fallecerá prematuramente luchando en Aljubarrota, dejando una hija, Aldonza Téllez, mientras su esposa, doña Leonor de la Vega, volverá a casarse, esta vez con Diego Hurtado de Mendoza, el poderoso Marqués de Santillana, con quien tendrá un hijo, Íñigo López de Mendoza. Este será el origen de un largo enfrentamiento que durará generaciones entre los Mendoza y los Manrique, familia con la que emparenta Aldonza al casarse con Garci IV Manrique de Lara (siendo los primeros duques de Castañeda)


Entre los siglos XVII, XVIII y XIX muchos vecinos emigraron a América, con sus aportaciones se construyeron numerosos edificios. Por entonces, aún bajo el poder señorial, se creó la Provincia de Liébana, con corregidor y Juntas, las cuales formaron parte de la creación de la Provincia de Cantabria de 1778 antecedente de la actual comunidad autónoma. Durante la francesada las tropas napoleónicas llegaron a entrar en Potes hasta trece veces, siendo muy hostigadas por las partidas guerrilleras que llegaron a crear una unidad de caballería, con Academia propia en el cercano pueblo de Colio, los Húsares de Cantabria


La Revolución Industrial trajo consigo importantes transformaciones, pues las minas de los Picos fueron explotadas por compañías que favorecieron la puesta en marcha de infraestructuras como una nueva red de carreteras, principalmente la de La Hermida, abierta en 1863. En la Revolución de 1934 hubo un asalto al cuartel de la Guardia Civil de Potes, deteniéndose a los guardias y formándose un comité revolucionario, si bien la llegada de fuerzas gubernamentales por La Hermida los obligó a huir. Dos años escasos después, una partida de milicianos procedente de Santander se enfrentó a los falangistas locales, el frente se estabilizó al otro lado de San Glorio hasta que en septiembre de 1937 Potes, que había sufrido incendio, cayó en manos de los nacionales


En la actualidad Potes es capital de Liébana y en buena parte de los Picos de Europa, al menos en su vertiente cántabra. Gran parte de su economía gira alrededor del turismo y actividades de montaña. esto hace que sus oferta de alojamientos, hostelería y comercios se multiplique, promocionándose notablemente todos los productos autóctonos y lográndose que no se vea tan afectada por el despoblamientos como otras áreas rurales cercanas. De todos, o al menos buena parte, de aquellos episodios, son testigos tres importantes monumentos: a la derecha la Torre del Infantado, símbolo del poder de lo antiguos señores feudales de la comarca


A la izquierda, la torre de la Iglesia Vieja de San Vicente, testimonio de las antiguas dependencias monacales de Liébana y de los conflictos con la vecindad por sacudirse ese yugo eclesial. A su derecha la Iglesia Nueva, construida tras las desamortizaciones del siglo XIX y el final definitivo del Antiguo Régimen que acabó con todo atisbo de dependencia señorial, lo cual dio paso a los actuales municipios, muestra además por su tamaño del aumento de población acaecido por aquel entonces


Un banco nos permite sentarnos y meditar sobre los avatares del tiempo y de la historia en tan apacibel lugar, balcón natural sobre la capital lebaniega y su entorno


Es hora ya de desperezarse, levantarse y seguir camino...


Salimos del área de descanso y retomamos la ruta en la subida al monasterio


Desde aquí a Santo Toribio, apenas un kilómetro, iremos por este carril andariego al lado de la carretera


Es un espacio ancho y bien marcado y señalizado


Desde aquí empezamos a ver bien parte del histórico monasterio de Santo Toribio de Liébana, llamado así desde el año 1181, siendo abad Don Opila. Antes San Martín de Turieno


A la derecha, en la montaña, asoman dos campanarios...


Dos espadañas en la cresta del cerro arbolado de carrascas. A la izquierda Santa Catalina, ermita de la que ya hemos hablado. A la derecha San Miguel


Los dos eremitorios son un verdadero mirador sobre Liébana y Los Picos que conviene subir a conocer... tras nuestra visita a Santo Toribio, bien comunicados desde el monasterio


Ahora, desde este tramo de camino y al pie de los Picos de Europa, veremos un instante el pequeño valle del río Mancorbo, afluente del Deva que nace justo al pie del Pico San Carlos o del Sagrado Corazón


En medio del valle Argüébanes, mencionado por primera vez en el Cartulario de San Martín de Turieno (Santo Toribio de Liébana) en 952, el siglo de máximo apogeo del poder monacal


Pasamos junto al gran cartel que señala la entrada al aparcamiento del monasterio


Hay una pronunciada curva a la derecha


Bajo nosotros va a desembocar al Deva la Riega de San Martín, que nace en las fuentes de La Viorna...


La ermita de Santa Catalina sobre la carretera que de Santo Toribio sube a la de San Miguel



La espadaña de San Miguel dando vista al San Carlos o Sagrado Corazón...


Luego el Samelar, la Concha, las Verdianas...


La Campera de Enmedio, enfrente


La Campera de Enmedio en su unión con La Viorna...


En esta recta volvemos a ver el monasterio...


Entre los árboles en flor de la primavera


Allí donde al decir de la tradición Santo Toribio arrojó su bastón. Concretamente se afirma que lo arrojo desde La Viorna, lo recogió, lo volvió a lanzar, y allí hizo la primera fundación, siendo ayudado por un buey y un oso para construirla. La leyenda es bonita pero sin duda el convento tuvo su origen en algún eremitorio bien resguardado, apartado pero a la vez bien comunicado con el valle y los milenarios caminos de la sierra, en un rellano natural aterrazado donde da el sol y hay agua...


El primer monasterio, bajo la advocación de San Martín de Turieno, sería un modesto santuario que luego pasaría a ser una no muy grande construcción prerrománica. En 1256 se comenzó a hacer la actual iglesia, que aún no vemos desde aquí


El edificio que divisamos es el de la gran fachada de las celdas de los monjes, de los siglos XVI y XVII, aunque muy reformada. Además de sus aposentos estaban la farmacia, la biblioteca, el archivo... llegó a ser la parte más abandonada tras la exclaustración provocada con la Desamortización en 1837. Las reformas, reconstrucciones y restauraciones del conjunto llegaron en 1952 y en 1954 se estableció una comunidad franciscana


La carretera sigue la sinuosidad de la ladera...


Seguimos subiendo poco a poco a la vista del convento. Monte arriba una senda comunica el monasterio con la ermita de Santa Catalina


Durante la Guerra Civil estas dependencias fueron cuartel de un batallón del ejército republicano. Así en 1943, en plena posguerra, se iniciaron los trámites para la recuperación de esta fundación, en progresivo deterioro tras las desamortizaciones


La Riega de San Martín y el Albergue Diocesano de Santo Toribio de Liébana


Pasamos ante el acceso al albergue (confirmar antes que esté abierto)



Y subimos un último recuesto...


El albergue y la ermita de Santa Catalina



Vista del valle...


Últimos metros de subida antes de llegar al monasterio...


Llegamos a la explanada de los aparcamientos, donde se celebraron varias de las actividades del Año Jubilar Lebaniego inaugurado el 23 de abril del año 2017. El Año Jubilar Lebaniego se celebra cada vez que el 16 de abril, festividad de Santo Toribio, cae en domingo. El Jubileo fue instaurado por el Papa Julio II en 1512, durando una semana hasta que en 1967 Pablo VI lo amplió a un año entero


Hemos llegado pues a Santo Toribio de Liébana, meta del Camino Lebaniego, un monasterio que hunde su historia en los tiempos de la cristianización del noroeste peninsular y que ha pasado por numerosos avatares a lo largo de los siglos...


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