Cue y Llanes al fondo vistos desde la Senda Costera de Asturias en La Cuesta Cue |
Por eso, si bien esta ruta por La Cuesta Cue es, insistimos, de una preciosidad extraordinaria, no lo es menos cierto que no pocos caminantes, tal vez exhaustos y con muchos kilómetros a sus espaldas, prefieren bajar a Llanes directamente por Cue siguiendo la carretera LLN-2. Van a encontrar un pueblo con muy buena arquitectura popular y honda historia y tradición, lugares para dar buena cuenta de los manjares de la tierra y, de Cue a Llanes, por un bello paseo marítimo, recorrer las playas de El Sable Toró y Puertu Chicu
"Sector de costa de elevados acantilados, localizado al norte del pueblo de Cue, entre Canales al oeste y La Mojosa al este y también entre La Cuevona y El Barru. En La Punta Santa Clara se hallaba una capilla a la que probablemente debe su nombre; es fama que allí nació "el antiguo pericote de Cue"; decía una canción: "El Picu Santa Clara, nos ponemos a cantar, esperando a los ausentes cuando vienen a la Mar". Pertenece a la parroquia de Cue y al Paisaje Protegido de la Costa Oriental"
"El 13 de junio se celebra en Cue la fiesta de San Antonio, y era de rigor en lo antiguo en dicho pueblo que ese día saliesen acompañando a la joguera tres lindas jóvenes, cuyo característico traje consistía en zapato corto, media blanca, saya encarnada y corta, y debiendo ir en mangas de camisa con la trenza colgando y sombrero de copa en la cabeza. Así dispuestas se llamaban pericos, y el baile a que se entregaban, el susodicho pericote"
"La gente va ataviada con el traje típico de porruanu y de aldeana (nombre tradicional de estos trajes característicos del oriente de Asturias). La utilización del nombre de porruanu tiene dos teorías, una es que se comenzó a utilizar porque el traje masculino más antiguo que se conserva pertenecía a un hombre de Porrúa, y la otra es que donde mejor lana había para hacer los trajes era en Porrúa entonces la gente pedía traje porruano.
Existen dos versiones del pericote llanisco: el pericote antiguo y el pericote.
El denominado pericote antiguo, surgido o recuperado según interpretaciones hace menos de 50 años, se interpreta casi exclusivamente en las fiesta de San Antoniu en Cué. El pericote tradicional, del que se viene teniendo constancia hace cientos de años es interpretado, con variaciones, en las demás fiestas del Concejo. Cabe destacar la interpretación del baile que se da en Pancar, lugar del que era oriundo "el Nino de Pancar", persona a la que se atribuye la adaptación de este baile a grupo."
"solitario, de paredes casi totalmente trucadas (pero con una especie de zócalo que se divisa desde la orilla) y muy visible desde la costa. A él llevaban ganado los vecinos de los pueblos próximos y en una ocasión un cabrero sufrió un accidente mortal. Se puede subir a su cima, una vez se accede al castro en lancha. Situado entre las parroquias de Cue y Andrín, en el concejo de Llanes, se integra en el Paisaje Protegido de la Costa Oriental; la costa más cercana son los acantilados que cierran por el norte El Sable Ballota"
"Los franceses, en número de 2500, al mando del general Bonet, pasaron el rio el 21 de dicho mes; el paisanaje de estas inmediaciones, el Gobernador militar Posada y otros Jefes de la alarma se reunieron en esta villa, y con sus chuzos salieron en la tarde del 22 a la cuesta del Santo Cristo del Camino: el enemigo, con la vista de la gente se contuvo y se acampó en las inmediaciones de San Roque; a la mañana siguiente avanzó muy temprano: los paisanos quemaron la pólvora y se retiraron, y el enemigo entró sin oposición. Como hallaron al pueblo sin prevenciones, y no hubo quien los recibiese, saquearon las casas y robaron cuanto pudieron, lo que no sucedió en otras villas de la costa que les salieron a encontrar. También estropearon el archivo del Ayuntamiento, raseraron los padrones de calle hita, órdenes y demás papeles que se hallaban en él. Los primeros soldados que entraron dispararon y mataron al marinero Hilario del Castillo, por que tenía un fusil en la mano y no le quiso largar. Tambien mataron a Santiago de la Fuente, vecino de Póo, por que le hallaron en casa unos cartuchos de pólvora. Pero uno de los oficiales primero de a caballo, al llegar a la portilla del convento (que estaba al extremo Occidente de la Huerta de don Ramón M. de Labra, frente al colegio de primera y segunda enseñanza), fue muerto de un balazo que le disparó un soldado asturiano desde el camino.
Dejaron una guarnición corta en esta villa al mando del Coronel Cretén, y los demás siguieron a Oviedo con otras tropas que después fueron entrando, y al cabo de un mes volvieron a pasar por esta villa y Cabrales, por que los asturianos, al mando de Ballesteros, les llamaron la atención por Santander, a donde fueron a caerse tomando el camino por los montes de Covadonga. Al pasar el enemigo por el valle de Mijares, disparó a José Mijares, por que se les hizo sospechoso
En 19 de Agosto del mismo año de 1809, volvieron a entrar los franceses en esta villa en número de trescientos hombres; la mitad se adelantó a Ribadesella y trajo arrestado a don Antonio Ardines"
"En el mes de Octubre del expresado año llegó el Coronel don Carlos Rato con un Ingeniero a reconocer varios puntos de defensa, y acordaron fortificar la línea de Purón. Se construyó una buena trinchera de tierra y fagina; se arrimaron algunos cañones con la tropa y artilleros correspondientes al mando del general don Nicolás Ponte, que vino luego a promover las obras, fijando su cuartel general en los lugares de el Acebal y Covielles"
Después de dos meses de trabajo y cuando todos habían concebido alguna esperanza de defensa, volvió el General Bonet, a intentar el paso por esta parte de la provincia. Pasó el rio de Unquera con cuatro mil hombres, y se acercó al de Purón el día 25 de Enero de 1810. Después de una hora de resistencia por nuestra parte, aparentó el General enemigo un parlamento, y mientras se evacuaba, hizo conducir a cierta altura sus cañones, batió nuestras líneas y pasó la tropa el rio, y nuestros soldados desampararon sus posiciones.
Los franceses acamparon en aquella noche en la villa y sus inmediaciones, pero principalmente el mayor número cargó sobre la Pereda y Parres en donde hicieron un rico saqueo, por que los pudientes habían retirado hacia aquellos lugares sus principales haberes. La tropa enemiga se entregó al desorden: cometió mil excesos con las gentes dispersas que encontraron escondidas por las cuevas y pajares, y es imposible explicar la pena y aflicción en que todos se vieron: muchos se salvaron subiéndose a los montes de noche por medio de las nieves, prefiriendo la compañía de las fieras a la de los franceses; a la verdad, que semejantes escenas solamente las puede conocer el que las experimenta por sí mismo, o el que las coteja con la aflicción general en que se hallará el género humano cuando amague el fin último de todas las cosas.
El enemigo encendió en aquella noche una multitud de hogueras; cenó sus robos; a la mañana siguiente registró lo que no había podido hacer por la noche, y a las diez del día se le dio la orden de marchar hacia Oviedo cuya ruta siguió también la tropa que fue entrando"
"Cue, una localidad que es considerada la "patria" del pericote. Elviro aseguró que en Cue se lleva a gala desde hace muchísimos años que el pericote nació en el paraje que denominan Santa Clara, donde hubo una capilla de la que ya sólo se conserva la imagen principal, y que el nombre del baile deriva del hecho de que en sus inicios solía ser interpretado sólo por mujeres, dado que los hombres andaban bien por la tejera, bien metidos en guerras. A las mujeres que hacían el papel de hombres en el baile se les llamaba "pericotes", y de ahí el nombre, según los coritos."
"Parroquia del concejo de Llanes. Es la más antigua del valle de Mijares, y está situada entre los ríos Purón y Carrocedo, Sierra del Cuera y el mar. Compartía la jurisdicción de estos términos con Llanes, La Portilla, Andrín y Cue, a excepción de 11 casas situadas entre Riego y Puertas, que pertenecían a la capital municipal; las demás eran anual y alternativamente de Llanes y de San Román (Cue), cuya iglesia estaba en La Carúa, perteneciéndole, además Parres"
"En Asturias se formaron algunos núcleos antiquísimos que tenían su propia defensa en el aislamiento. ¿Qué llevó a aquellos pastores cabraliegos a establecerse en Sotres o en Bulnes, que a pesar de que ya hace miles de años que se inventó la rueda, allí continúa siendo un artefacto totalmente inútil? Acaso la misma razón que llevó a los «pixuetos» de Cudillero a habitar un hondo fiordo encarado al mar, pero que no se ve ni desde tierra ni desde el mar. Algunos grupos, a quienes se les supone con una etnia diferente, como los vaqueiros de alzada, igualmente se aíslan en sus brañas y son aislados a su vez por los aldeanos, que señalaron sobre el suelo de la iglesia de San Martín de Luiña, tallado en la piedra, el límite hasta el que podían llegar a oír misa aquellos vaqueros montaraces.
Entre las comunidades que se aislaban, una de las más extrañas es Cué. Probablemente fue judería. El pueblo se asienta al N. de la sierra plana de su nombre y se extiende a lo largo de su ladera, por encima de un mar del que le separan altos acantilados. Con el mar tan próximo, los coritos no son sin embargo marineros, sino ganaderos, y muchos de ellos emigraron a Méjico: a pesar de esto y de hallarse tan cercanos a la villa de Llanes (tan sólo a dos kilómetros), los vecinos de Cué conservan rasgos distintivos inamovibles e irrenunciables. Como escribe Saro y Rojas: «Aunque la población no reúne las mejores condiciones higiénicas, por hallarse expuesta al Norte, en terreno bajo y húmedo y excesivamente poblado de árboles, lo cual le hace sombra, siempre está vivo entre sus naturales el amor patrio, recordándoles el hogar donde nacieron, y así se explica que son muchos los que retornan al suelo nativo, después de largos años de ausencia, generalmente en las Américas españolas, y toman en él asiento, no obstante haber reunido en fuerza de perseverancia y economía capital suficiente para vivir con comodidad en pueblos de más atractivos». De estas gentes dice el autor mencionado, hace cien años: «Los vecinos de Cué se distinguen por su sobriedad y amor al trabajo. El turista no encontrará en Cué ni pobres postulantes ni tabernas, pero en cambio llegará a saber, si en Cué penetra, que todos sus hijos, tan pronto como llegan a edad competente, aprenden oficio que les proporciona un jornal fijo, con el cual, y el cultivo de pequeñas labranzas, viven holgadamente y hacen ahorros, teniendo siempre por objetivo el aumento de su fortuna realizado por legítimos y decorosos medios». Señala asimismo Saro y Rojas el carácter eminentemente tradicionalista de los coritos, celosos guardianes de sus viejas tradiciones; y como anota el autor de «Pequeñas jornadas», Cué «guarda con todo rigor las fiestas que S.S. Pío IX suprimió».
En Cué se enraman las fuentes por San Juan y San Fernando, ceremonias que tienen reminiscencias célticas; y su caserío, pese a muchas modificaciones arquitectónicas, tributo que ha pagado también este pueblo a los tiempos modernos, es antiguo y peculiar: aunque de labradores, el pueblo está apiñado, lo que demuestra la existencia de praderías comunales, y con una estructura urbana, que se manifiesta en muchas casas con sus buenos cortafuegos de piedra de sillería. Algunas casas, tal vez las más viejas, presentan una puerta con arco de medio punto para entrada a la cuadra, debajo de la escalinata que conduce a la vivienda: en estas construcciones encontraba don Fernando Carrera huellas de judería; y Celso Amieva llama a Cué «la medieval aljama», en uno de sus poemas.
La personalísima administración de Cué, basada en leyes viejas no contenidas en los códigos de los leguleyos, mereció el comentario admirativo de Foronda, que escribe: «Allí se goza de una vida patriarcal, y aunque habitando diferentes casas, todos toman parte directa e inmediata en las alegrías y pesares de sus convecinos, hasta el punto de parecer una sola familia»; y añade, refiriéndose al sistema establecido para las relaciones entre los vecinos: «Ninguno trabaja a menor jornal ni contrata destajo a menor precio que aquel que se le tiene asignado por la comunidad de vecinos. Allí se cumplen todas las formalidades externas de las leyes económicas y administrativas. Tienen sus elecciones municipales; exponen al público los repartos de las contribuciones que satisfacen por medio de un solo encargado, con envidiable puntualidad, y su administración es tal que jamás ha sido objeto de la menor censura por parte de las autoridades».
La vida en Cué se regía por unas antiquísimas ordenanzas, cuya última edición es de 1923, y en cuyo preámbulo se dice: «Para que ningún vecino alegue ignorancia a lo que en ellas se ordena, estas Ordenanzas serán impresas y repartido un ejemplar a cada vecino para su mejor cumplimiento; de esta manera todo vecino sabrá a qué atenerse». Con lo que se da por supuesto que todo vecino había de saber leer. El cuidado de los ganados y de los pastos correspondía a todo el vecindario, y recaía la responsabilidad en los miembros de cada familia, que lo hacían de forma rotatoria. Si alguien moría en una casa, todas las familias del pueblo habían de enviar una representación al entierro, y la que no lo hacía era sancionada con una multa. El pueblo elegía un celador y un consejo de cuatro ancianos, que impartían la justicia, y cuyo fallo era inapelable. No se sancionaba la embriaguez directamente, pero se determinaba que nadie, en ese estado, pudiera asistir a las deliberaciones de la Casa de Concejo, y la ausencia, también en ese caso, se penaba con multa. El pueblo estaba cerrado y protegido por dos portillas, una en el camino que lleva a Andrín, atravesando la sierra, y otra en el de la Villa. Según Foronda, «modelo de administración es la suya, como lo es, entre los de su clase, el camino vecinal que desde el pueblo conduce a la carretera, construido por medio de la prestación personal, sin subvención alguna, ni más intervención que la de los habitantes de Cué, quienes en este punto demostraron ser tan buenos constructores de obras públicas como excelentes canteros».
Constantino Cabal escribe a propósito de las Ordenanzas coritas: «Cué tuvo Ordenanzas viejas de esencial y total patriarcalismo, que fueron modificadas –cabe decir que fueron profanadas, el año setenta y cuatro, siglo XVIII, veintiséis de Abril. Se saben de las viejas, sin embargo, las cláusulas principales. Se sabe que decretaban que las Juntas del Concejo siempre las presidieron cuatro ancianos, hombres buenos, del lugar. Ellos actuaban de jueces y eran inapelables sus sentencias. El pueblo, a propuesta suya, nombraba dos celadores, y éstos cuidaban, guardaban y les imponían a todos el cumplimiento de las Ordenanzas que acordaba la justicia. Ante los cuatro ancianos no había nadie que se atreviese a jurar, ni nadie que pudiera desmentir. Las penas que se imponían a quienes se olvidasen de ambas cosas se aplicaban con rigor. Las cuestiones de vecinos, ya por deudas, ya por golpes, ya por motivo de injurias, ya por razón de derechos, no se podían llevar en ningún caso a la justicia ordinaria, siempre eran los cuatro vecinos los que las resolvían en concejo, después de oídas las partes, examinadas las pruebas e incluso consultado algún letrado, si hubiere necesidad. Cuando un vecino demandaba a alguien, o era demandado por alguien de otro pueblo cualquiera, tenía la obligación ineludible de decírselo al concejo, y allí consultado el punto, con el consejo de los cuatro ancianos, de no avenirse las partes a una solución honrosa, si estaba la razón por el vecino, tomaba todo el pueblo como propia la defensa de su causa, y el pueblo pagaba gastos...»
El Gremio de Mareantes de la Villa de Llanes, tan poderoso a lo largo de toda la Edad Media, también se regía por leyes propias, y en todas las cuestiones que pudieran originarse de la subasta, tasación y beneficio de las ballenas, no podía intervenir tampoco la justicia ordinaria, ni el Juez ni el Alcalde Mayor, e igualmente era el Gremio quien custodiaba la llave de una de las puertas de la Villa, la llamada «puerta del Llegar», que era por la que entraban los marineros a Llanes cuando llegaban del mar, aunque luego el nombre se deformó, e incluso hubo algún erudito que aseguró que en esa casa se había establecido un «llagar» de sidra. Pero las Ordenanzas de Cué tenían un sentido más profundo: no se trataba de defender los derechos e intereses de un gremio, sino de preservar la singularidad, la independencia y el arraigado individualismo de una comunidad, que vivía apegada a su pasado y a sus fueros, rústicos e consuetudinarios, pero de observancia mucho más profunda que los de la propia Villa. Las Ordenanzas contenían todo el espíritu individualista y solidario de un pueblo; por eso escribe Cabal, a propósito de tan curiosos textos: «Y las Ordenanzas todas hablaban de honradez y de nobleza, de caridad y de ayuda, y tenían providencias para todo, para el dolor y el esfuerzo, y para la orfandad y la injusticia, y para el abandono y la maldad... Enseñaban a amar y a reprimir. Y parecían tener en cada artículo que inspiraban los ancianos, el sentimiento generoso y puro de plena esencia cristiana de cien generaciones de hombres buenos...».
"El socialismo no es en Cué una esperanza, sino una realidad, porque allí se subordina la propiedad individual a la colectiva; allí pudieron convencerse algunos de que nada es nuevo y de que no hay utopías"
Entramos en Cue por El Juacu, donde están los apartamentos La Quinta, a nuestra izquierda
La Quinta, históricamente, es esta casona a nuestra derecha, muy alta. Si bien Cue fue pueblo de agricultores y ganaderos, que compatibilizaban su trabajo con oficios artesanos, también hubo algunas casonas, como las del conde de la Vega del Sella y la de los Beltrán
Hay viviendas más o menos restauradas y algún notable ejemplo de casa con patín, esto es, escalera de piedra. Abajo había talleres de artesanos, muchos de ellos de la piedra precisamente, y es que abundancia hizo que muchos coritos fuesen magníficos canteros
"En el lugar de Cué, Concejo de Llanes. "En dichas casas de Ayuntamiento dicho dia mes y año de arriba [1713] comparecieron Santiago Sobrino de sesenta años, Pedro García de el Joaco de sesenta y seis y Juan García de Estrada de cuarenta, vecinos de los más ancianos de el lugar de Cué, y digeron que dicho lugar de Cué parte y divide sus términos por la parte de el Vendabal con el lugar de la Portilla por el camino que vá al Santo Cristo del Camino: Y por la parte de el Nordeste con Ballota y derechamente a la Boriza de Andrín: Y por la parte de el Norte con el mar bravo; y por la parte de el Su con el término del lugar de Andrín, en San Lázaro y la ería de la Pandera: y que dentro de dichos términos, no hay otro término comun, realengo ni valdío, a no ser la cuesta que llaman de Cué, y que esta es brava y pasto para ganados de los vecinos de esta jurisdición en órden a dicha donación y privilegio; y que lo demás que hay dentro de los términos de dicho lugar, es propio de los vecinos de él, y más de este Concejo: y que no saben que persona alguna poderosa o no poderosa se haya intrometido en poseer término comun alguno y ni haya en los de dicho lugar. Esto digeron saber y ser lá verdad y no otra cosa"
"En el barrio de Arriba y en el de Abaju, las calles de Cué se tiñeron de colores este sábado con las espectaculares alfombras florales que, como es tradición, cada año elaboran los vecinos de la localidad llanisca para celebrar las fiestas de la Sacramental, declarada de Interés Turístico Regional.
Mientras en otros puntos de la comarca se enraman las fuentes en honor a San Juan, los de Cué dedican sus esfuerzos a engalanar el firme con todo tipo de elementos naturales. Una iniciativa original que también lleva consigo cierta rivalidad entre sus propios vecinos, aunque de una manera sana y con un único objetivo: comprobar qué bando viste sus calles con las ofrendas más bonitas. “Hay dos altares, uno el de Arriba y otro el de Abaju, y cada cual decora el suyo", explican los lugareños.
Fueron dos auténticas pasarelas artísticas pertenecientes al bando del altar de Arriba, también conocido como San Fernando, y al bando de Abaju, el de la Fuente. Entre los diferentes tapices y mosaicos se observaron dibujos, figuras circulares, cruces y símbolos religiosos. Todos ellos elaborados con ingredientes que proporciona la propia naturaleza como pétalos de hortensias, frutos de eucaliptos, serrín, piedras o hierba.
Las alfombras florales no dejaron indiferente a nadie y por la localidad se pasearon numerosos visitantes para contemplar las hermosas ofrendas. "Venimos con los niños, porque sabíamos que les iba a encantar", apuntó Martín Rodríguez, de Madrid. "No me esperaba que fuera a ser tan bonito", añadió Sara Bobes, de Avilés. Un trabajo muy laborioso de varios días que mereció la pena. "Es una fiesta muy bonita. Nosotros vinimos San Juan y nos vamos este domingo, pero disfrutamos del día”, señaló Judith Swan, de Manchester.
A la una de la tarde tuvo lugar la misa de la Sacramental en la iglesia de San Román, oficiada por el párroco de Llanes, Florentino Hoyos, a la que siguió una solemne procesión acompañada por una descarga de cohetes. Al frente de la comitiva, iban arrojando pétalos de flores Keira Mijares Arenas y Alicia Ujidos Prada, de nueve años, quienes vestían sus trajes de comunión.
La procesión recorrió las calles de Cué y caminó sobre las alfombras florales de los dos barrios para presentarse ante ambos altares . Primero en el de Arriba, engalanado con claveles y, posteriormente, en el de Abajo, cuyo símbolo floral es la siempreviva."
“Cañero” y “la Curina” forman parte de un pasado que nos llena de orgullo. Llanes, con sus alegrías y sus penas, vivió una época verdaderamente feliz, y ahí estaba entonces, regentando su bar tienda en Cue, esta bendita y ejemplar pareja.
Aniceto Ruiz García, “Cañero” (1925-2005), nació en La Habana, hijo de Aniceto Ruiz Borbolla, de Boquerizu (Ribadedeva), y de Santa García Portilla, de Cue. Era el menor de cuatro hermanos: Ricardo, que murió en Sudáfrica, Santa, que pasó toda la vida en Cue, Francisco (al que llamaban “Bienes”), que moriría en la Guerra Civil, y Cañero.
Aniceto y Santa vinieron de Cuba con sus hijos en 1929. En plena Gran Depresión. Cañero tenía sólo cuatro años, y el padre, que venía algo enfermo, moriría a los pocos meses de llegar.
Cañero y sus hermanos, que perderían también a su madre en 1935, se criaron en Cue con unas tías que tenían la casa en la Barrera, frente al Castañu.
Rosa María Amieva Herrero, “la Curina” (1931-2019), nació en Cue. Sus padres, José Amieva Noceda (1899-1957), de Meré, y María Josefa Herrero Hano (1904-1974), de Cue, tuvieron cinco hijos, y ella era la tercera: Pedro, María Josefa, Rosa, Concepción (que se casaría con José Ortega suboficial mecánico de la Escuela de Vuela Sin Motor) y Carlos. Esta familia tuvo ramificaciones en México. El hijo mayor y el pequeño, Pedro y Carlos, emigraron allí de bien críos, y allí siguen viviendo.
Cañero y la Curina se casaron en la Iglesia de San Román de Cue en 1958 (tenían 33 y 27 años, respectivamente), y ese mismo año cogieron el traspaso del bar-tienda, que hasta entonces habían regentado los padres de ella. Estuvieron al frente del negocio hasta diciembre de 2001, en una honesta laboriosidad sin tregua que él hacía compatible con su afición a cazar, a pescar y a mariscar. En 1960 nació su primer hijo, Francisco (lo bautizaron así en recuerdo del hermano de Cañero que mataron en la guerra), que murió a los cinco meses. En 1964 les nació el segundo, y le bautizaron con el mismo nombre que al primero, salvando el criterio contrario del párroco, que al principio se negaba a ello en redondo.
El bar era un apacible y pintoresco punto de encuentro. Un Edén poblado por gente con buena sombra, tanto del mismo Cue, como de la villa: Cholo (Francisco Gutiérrez Vallejo), Chuly Misioner (“el Ministro”), Víctor Galán, José Manuel Rugarcía, Paulino Romano, el del Banco Herrero, Pepín Torre (presidente del bando de la Virgen de Guía durante muchos años), Cosmín Menéndez, Mario Izquierdo, el de la Renault, Vicente el Segovianu, Quique, el de la Michelín, Carlos Saras… Un ambiente tranquilo y alegre. Sin parangón. Buen vino blanco de solera. Caldo en invierno. No daban comidas, pero siempre podía salir de la cocina para los clientes, en platinos, una garcillada de la rica comida de casa que estaba trajinando la Curina en el puchero".
«Lo que eres, fui. Lo que soy serás. R.I.P». Esto es lo que reza en la placa de mármol, situada en lo alto de la entrada al cementerio de Cue, uno de los más peculiares del Oriente de Asturias. Este cementerio parroquial tiene la singularidad de que no es la Iglesia, sino los vecinos del pueblo, quienes llevan a cabo la administración del mismo.
El cementerio de Cue fue construido a la vez que la iglesia de San Román, constituida en parroquia tras múltiples reclamaciones del pueblo en el año 1789. En documentos del siglo XIV ya hay noticias de la existencia de esta iglesia. En el libro -editado con motivo de la presentación de Cue al premio al «Pueblo Ejemplar» de 2012- se explica que el motivo por el que el camposanto de Cue no es administrado por la Iglesia se refleja en el reglamento del cementerio editado en el año 1947. Dicho reglamento sentencia que «habiéndose construido este cementerio con fondos del pueblo de Cue y aportaciones del vecindario, al pueblo le corresponde la administración, cuidado y dirección del mismo, sin menoscabar el respeto a la jurisdicción y derechos de la Iglesia Católica».
La norma sigue vigente en pleno siglo XXI. Los vecinos eligen en concejo público y por votación popular a los integrantes de la denominada Junta del Cementerio, compuesta por un presidente y cuatro vecinos del pueblo.
Gerardo Noriega Noceda es a día de hoy uno de los vecinos que componen la Junta del Cementerio, organismo este presidido por Fidel Gutiérrez. Noriega hace en la parroquia de Cue las labores de sacristán y hasta hace unos años ejercía también como enterrador. En la actualidad es el encargado de llevar las labores de mantenimiento en el camposanto. Segar y limpiar nichos y panteones son sus principales ocupaciones. Estos días se ocupa también de cerrar el cementerio por las tardes. Fidel Gutiérrez lo abre a primera hora de la mañana. Pese a que todos los vecinos que tienen nichos o panteones tienen llave del cementerio, Noriega está pendiente de la llegada de gente de afuera para depositar las flores del día de Todos los Santos. «Me conozco todos los rincones del cementerio. Estos días hago también de guía, pues aquí llega gente a dejar las flores que no se acuerda donde están enterrados sus muertos», dice.
El cementerio de Cue, según explica Noriega, se financia cobrando a la funeraria treinta euros cada vez que se produce una inhumación en concepto de derechos de enterramiento. Otra fuente de ingresos es la de la venta de nichos y panteones. «Aquí, los nichos y los panteones son a perpetuidad. Nada es alquilado. El que lo compra lo hace para toda la vida. La junta se reúne cuando es preciso y decide si es necesario hacer nuevos nichos o panteones», dice."
"Asturies no deja de sorprendernos. Hace poco me chivaron que Joaquín Felipe Peira, cocinero madrileño de grandes restaurantes, actualmente en Atocha 107, restaurante del hotel de la cadena Hilton, se mudó a Cue a cocinar a una pequeña pensión con restaurante. Y eso teníamos que probarlo.
Cocinero con una trayectoria enorme, incluso con Estrella Michelín hace unos años en El Chaflán (Madrid), abre en Llanes un proyecto más intimista y completamente adaptado a la cocina asturiana, que piensa compaginar con su restaurante en Madrid.
En El Castañu te encontrarás una pensión, regentada por la mujer de Joaquín, y un restaurante en la planta baja, con un buen merendero en un anexo. Y a un cocinero con unas patillas de bandolero, y una cocina excepcional. El restaurante tiene también una terraza cubierta donde podrás comer perfectamente, de hecho, fue donde nosotros comimos. (...)
Un sitio precioso, en un pueblo precioso. Merendero, pensión, restaurante, terraza cubierta, y con un cocinero con una trayectoria increíble detrás que se está empapando de Asturies para ofrecernos su visión de nuestra cocina. Proyectos sorprendentes que me encantan, y donde, además, vais a comer muy bien a muy buen precio. "
"Lo llaman el chef antimodas porque su cocina es clásica, equilibrada, sosegada, clara y reconocible pero con marcos y añadidos propios. Y sobre todo elegante, amable y sabrosa gracias al acertado uso de las técnicas más vanguardistas. No pinta Pollocks; cada plato recuerda un Antonio López, sol del membrillo hecho de fabes con pitu, gazpacho acompañado de pipirrana verde, cebollas rellenas con pisto y bonito, lomo de bacalao en pepitoria, calamar de potera a la plancha, pitu caleyeru acompañado de papas y mojo, morcillo de ternera asturiana cocinado a la antigua con setas y sidra y, además, pescados del día y vacuno mayor a la sencillez.
Porque Joaquín, hijo de cocinero y cocinera, sobrino del director de alimentos y bebidas de Paradores, titulado muy joven en la Escuela de Hostelería de Madrid, tuvo en Luis Irízar, maestro de maestros y puente entre el ayer y, no ya el hoy, el mismísimo mañana, a su jefe, a su guía y a su ejemplo. Hasta conoció a quien le completa en la vida y la profesión, Gloria, cuando conseguía las mejores notas por el Basque y el Irizar Jatetxea de Madrid.
Con Irizar por mentor, y con Roca o Ferrán Adriá por colegas y amigos, asume varias jefaturas de cocina, consigue una estrella Michelín en El Chaflán, viaja de Japón a California investigando métodos y maneras, y deja a sus muchos oyentes asombrados con una ponencia sobre la potencialidad de las vísceras del atún en el Madrid Fusión de 1994: hay que estar muy atentos a lo que ofrecerá cuando la recién iniciada temporada del bonito alcance sus esplendores veraniegos.
Y dirigiendo actualmente Atocha 107, tras el Villareal y el Urban, decide, sin abandonar direcciones y guías, venirse a Llanes, que Gloria, asturiana por abuela y familia paterna, le enseñó los placeres de la vida aldeana antes de ejercerlos cogiendo un pequeño y coqueto restaurante que se prolonga en terraza techada y merendero típico de continente y diferente de contenido, un gastromerendero. Aquí, a la sombra de los castañéos, llevan apenas dos meses afianzando su más particular y personal 'cuisine du bien être' o, en vernáculo, llar gayoleru. «Lo que más ha revolucionado la cocina en estas últimas décadas ha sido el control de temperaturas, el vacío, las maceraciones controladas y otras técnicas que podemos aplicar a recetas de siempre para resaltar sus aromas, sabor, texturas, visualidad y digestibilidad; la renovación de la tradición se va generalizando y unos cuantos chefs españoles, buenos amigos además, han tenido mucho que ver».
Y él, que forma parte plena de tan brillante equipo, el de los nacidos en la década de los sesentas, se excluye. La modestia es, tras su capacidad, la segunda virtud."
En la capital de Oviedocelebran a San Fernandoy en este pueblo de Cuelo celebra nuestro bando
"La localidad llanisca de Cue recuperó ayer la celebración de San Antonio, suspendida los dos últimos años por la pandemia del covid. No faltó la misa, la procesión, la ofrenda del ramu y la reverencia con sus cantares, y las verbenas. Pero el festival folclórico en el que participaron los niños y jóvenes del pueblo, una cuarentena en su conjunto, levantó una gran expectación. Los más pequeños, desde los tres años, bailaron, por ejemplo, la giraldilla, para ir formando cantera. Decenas de espectadores pudieron disfrutar de bailes como el xiringüelu, el xiringüelu de Naves, la jota del Cuera o el quirosanu. Y, por supuesto, el pericote, la danza por antonomasia de los coritos, que en esta ocasión bailaron los jóvenes de Cue."
Y continuamos caminando por El Pedregal siguiendo la carretera pero que, insistimos, quien lo desee puede continuar explorando todas las bellas rúas de Cue, llenas de tipismo y bella arquitectura tradicional de la zona. Dado que estamos al pie de San Fernando, no está de más traer ahora a colación el artículo relativo a la fiesta de este santo que firma para La Nueva España M. Villoria el 31-5-2023:
"Cué, en Llanes, celebró los festejos en honor a San Fernando. Los actos, organizados por los vecinos del barrio de arriba de la localidad, arrancaron a las seis y media de la tarde del martes con solemne misa de campaña con la imagen del santo en el entorno de la fuente y el lavadero. En el oficio religioso estuvo presente el recuerdo del promotor de ambas construcciones hace más de un siglo, el indiano Alonso Noriega. Tras la misa y el desfile folclórico donde las mujeres lucieron mantones de manila, los vecinos iniciaron el tradicional enrame de la fuente. Después, en la zona de La Bolera tuvo lugar la danza prima, en la que mayores y pequeños bailaron unidos. Posteriormente, todos disfrutaron de una parrillada popular y verbena."
Y más pumaradas, frutales y un hórreo, que se dice que es el único de Cue, el de José Antonio Fernández, Toño, vecino de La Serna
Y de nuevo en lo alto, la iglesia, asomando más allá de los frutales de Toño. Su campo fue uno de los escenarios de la película El Portero (2000) de Gonzalo Suárez, por eso se titula Cue, una película de naturaleza, una bella semblanza del pueblo en el blog La Magia de Asturias, la cual empieza de esta manera:
"Cue, fue y será escenario de películas, y es un escenario privilegiado desde donde admirar la belleza de un paisaje donde no falta de nada. Se puede decir de este pueblín llanisco que lo tiene todo, playas, acantilados, paisaje y casitas muy antiguas que junto con las nuevas hacen un conjunto con armonía y encanto, es el escenario perfecto para una buena película donde la protagonista es la naturaleza."
"Una vez más, como todos los años, se celebra en Cué, el pueblo de mis mayores, el rito del enrame de las fuentes. En este caso se trata de la fuente de San Fernando; porque en Cué hay varias fuentes, la de Arriba y la de Abajo, la de San Antonio y la de San Fernando, entre las que existe esa necesaria rivalidad local que permite que las tradiciones pervivan. Pero, mientras la estación se encamina hacia la plenitud del solsticio de verano, el antiguo pueblo de Cué, «la medieval aljama», como lo denominó Celso Amieva, cumple sus deberes de fidelidad hacia unos recuerdos que se pierden en la noche de los tiempos.
«El tercer elemento, el agua, parece de una considerable importancia en las prácticas druídicas –escribió Jean Markale en su libro Druidas, recientemente publicado–. Simbólicamente, el agua de la fuente es una especie de don de las potencias invisibles que reinan en el corazón de la tierra. El agua es fecundante. Los arroyos, los afluentes, los ríos tienen el mismo carácter sagrado, porque sin ellos toda vida sería imposible. Numerosos santuarios se hallaban en la fuente de los ríos».
Cué es lugar de aguas abundantes: situado al Norte de la sierra plana de su nombre, donde estuvo el campo de aviación, ahora abandonado, se asoma al mar desde altos acantilados y hermosas playas. Los de Cué son labradores y ganaderos, y tan excelentes canteros que se dice que hubo «coritos» en la construcción del Monasterio del Escorial; y emigraron a México, donde les sonrió la fortuna: durante más de cuarenta años, nadie de Cué entró en quintas, porque todos los jóvenes en edad militar se hallaban en América, dedicados a las más pacíficas artes del comercio; tanto es así que en la danza ancestral del «pericote», que lo «coritos» tiene por suya, una mujer había de bailar en el papel de hombre, de lo que acaso provenga el nombre de «perico» o «pericón», y de ahí, «pericote». En Cué había nacido, y siempre lo tuvo como motivo de orgullo, el hacendista Lorenzo Nicolás Quintana, director general de Hacienda durante el reinado de Isabel II y senador, hasta su muerte, en representación de la Universidad de Oviedo. La capital del Principado le ha dado su nombre a una calle; Llanes, en cambio, que tantos beneficios recibió de él, no tuvo el detalle de dedicarle un recuerdo.
Pero los «coritos» son diferentes, y recuerdan al indiano Alonso Noriega Mijares, que construyó a sus expensas la fuente de San Fernando, cuyo centenario se cumplió el año pasado. Las canciones del «enrame» le tienen en cuenta:
Las limpias aguas corriendo
giraban abandonadas
y un donante compasivo
hizo fuesen agrupadas
De Alonso Noriega Mijares escribió Fermín Canella: «Emigró joven a México, donde se distinguió por su honradez, laboriosidad y protección dispensada a sus paisanos». El historiador local Francisco Mijares le denomina «el prototipo de la honradez en Méjico». También le debe Cué un lavadero cubierto y una casa para albergue de menesterosos. En el concejo de Llanes hubo enrames en Pancar, Porrúa, Parres y San Roque del Acebal. Pero cómo escribió Antonio Cea Gutiérrez: «Cué ha sido el último reducto del enrame». Y añade que «la fuente de San Antonio quedaba enramada la víspera de San Juan con un arco; la de Abajo, con siemprevivas y la del Bolugu con una corona. En la de San Fernando las 'crías' iban con una corona, un mantón y un clavel».
"Trajes Regionales Josefina Fernández es una pequeña empresa familiar, situada en el pueblo de CUE, Llanes, que nace como tal en 1990, aunque Josefina lleva cosiendo y haciendo los trajes de todos “los de casa” desde hace más de 40 años.
Así empezó, haciendo un traje para ella y luego para sus hijos, que según iban creciendo, necesitaban tallas mayores. Un día decidió que eso era lo que le gustaba realmente y resolvió que dedicaría su vida a los trajes regionales.
Con la ayuda de su hija María Jesús hacen crecer su tienda de alquiler y venta de trajes, tratando a los clientes como si fueran de casa, ganándose su confianza mimando cada detalle del traje y del trato.
Confeccionan sus piezas con patrones y dibujos originales. Si bien, dado que los trajes del Oriente asturiano son unos trajes vivos, intentan innovar siempre respetando la esencia y ornamentación de la indumentaria tradicional. Dedican tiempo de estudio a cada traje para que sea fiel a su raíz. Hoy por hoy cuentan con una gran variedad de trajes de la mayor calidad, de todos los colores y tallas y para todos los gustos.
También disponen de una gran variedad de materiales y telas para que tú puedas elaborar tu traje."
"En Asturias no existe un traje típico tradicional estandarizado, aunque la costumbre nos lleve a hablar de “traje regional”. Definimos como “indumentaria tradicional” la manera característica en la que se vestían nuestros antepasados y por la cual eran reconocidos dentro y fuera de la región. El traje tradicional empieza a verse influenciado por los cambios de la moda del momento a finales del S.XIX. Los cambios en la economía y comunicaciones, hacen que los trajes empiecen a “evolucionar” hasta convertirse en un manifiesto de cada uno, según lo que llevaba puesto. Es importante -a la hora de hacer los trajes- mantener los patrones originales, las telas y los colores, engalanarse o ataviarse de una manera adecuada a la época que tratamos de reproducir, para poder conservar la tradición."
"En el barrio de Arriba y en el de Abaju, las calles de Cué se tiñeron de colores este sábado con las espectaculares alfombras florales que, como es tradición, cada año elaboran los vecinos de la localidad llanisca para celebrar las fiestas de la Sacramental, declarada de Interés Turístico Regional.
Mientras en otros puntos de la comarca se enraman las fuentes en honor a San Juan, los de Cué dedican sus esfuerzos a engalanar el firme con todo tipo de elementos naturales. Una iniciativa original que también lleva consigo cierta rivalidad entre sus propios vecinos, aunque de una manera sana y con un único objetivo: comprobar qué bando viste sus calles con las ofrendas más bonitas. “Hay dos altares, uno el de Arriba y otro el de Abaju, y cada cual decora el suyo", explican los lugareños.
Fueron dos auténticas pasarelas artísticas pertenecientes al bando del altar de Arriba, también conocido como San Fernando, y al bando de Abaju, el de la Fuente. Entre los diferentes tapices y mosaicos se observaron dibujos, figuras circulares, cruces y símbolos religiosos. Todos ellos elaborados con ingredientes que proporciona la propia naturaleza como pétalos de hortensias, frutos de eucaliptos, serrín, piedras o hierba.
Las alfombras florales no dejaron indiferente a nadie y por la localidad se pasearon numerosos visitantes para contemplar las hermosas ofrendas. "Venimos con los niños, porque sabíamos que les iba a encantar", apuntó Martín Rodríguez, de Madrid. "No me esperaba que fuera a ser tan bonito", añadió Sara Bobes, de Avilés. Un trabajo muy laborioso de varios días que mereció la pena. "Es una fiesta muy bonita. Nosotros vinimos San Juan y nos vamos este domingo, pero disfrutamos del día”, señaló Judith Swan, de Manchester.
A la una de la tarde tuvo lugar la misa de la Sacramental en la iglesia de San Román, oficiada por el párroco de Llanes, Florentino Hoyos, a la que siguió una solemne procesión acompañada por una descarga de cohetes. Al frente de la comitiva, iban arrojando pétalos de flores Keira Mijares Arenas y Alicia Ujidos Prada, de nueve años, quienes vestían sus trajes de comunión.
La procesión recorrió las calles de Cué y caminó sobre las alfombras florales de los dos barrios para presentarse ante ambos altares . Primero en el de Arriba, engalanado con claveles y, posteriormente, en el de Abajo, cuyo símbolo floral es la siempreviva."
"Cué.Su nombre y los de Barro, Póo y Celorio en el concejo de Llanes, están grabados en la memoria de los descendientes de quienes, hace siglos, se dedicaron a la pesca de la ballena.“Si oyes el reló de Cue, e qu’él temporal se jué”, dice un refrán.Ayer, hoy si acaso, lo que más se escucha al llegar a este pueblo, ubicado a dos kilómetros de Llanes, es el susurro del mar.Y el tiempo detenido, que también puede escucharse cuando el “reló”, se deja en casa. El mar emite un sonido casi imperceptible porque está “a la otra orilla” de la carretera. Más allá del verde y de la iglesia. Mezclado con el cielo.Cuenta la historia que Cue, junto con Barro, Niembro, Celorio y Poo son los pueblos llaniscos cuyos nombres están unidos a las grandes efemérides balleneras, una actividad que empezó a declinar a partir del siglo XVIII hasta desaparecer y ser sustituida, entre otras actividades, por la recogida de algas.Por eso no es extraño que Cue huela a solera. A solera de marino viejo de tierra firme, sabedor de una y mil leyendas; éste que imaginamos con manos callosas y piel arrugada por el viento salado del Cantábrico, con la mirada perdida en la última ola, que siempre es la primera para quien vive del océano.Cue también es cálido. De casas que se acercan las unas a las otras, ventana con ventana, en una especie de laberinto vecinal donde resulta fácil darse los buenos días.Casas pequeñas y delgadas, que se levantan retadoras entre el mar y la montaña, frente al Pico Soberrón.Sus playas no tienen que envidiar, en belleza, a las del resto de la costa llanisca. La de Antilles, tiene muy cerca “Isla Grande”, un islote que divide el horizonte en dos. Verla con marea baja y apenas sin gente, es algo que no hay que perderse. Otra playa que se puede visitar, aunque está más lejana, es la del Portiellu, enclavada entre islotes y acantilados.El pueblo, sin olvidar su paisaje, cuenta con varios rincones que disfrutar sin prisa, además de la iglesia parroquial y su cementerio, posee una capilla bajo la advocación de San Antonio, que data de 1897, sin olvidar el lavadero y la fuente construidos a expensas de don Alonso Noriega Mijares, en 1888, restaurado exactamente un siglo después , y del que se sienten muy orgullosos sus vecinos, tal y como reza en una placa allí colocada: “Se restauró este lavadero de San Fernando gracias a los esfuerzos de la gente de este pueblo. 1988”.Precisamente en honor a este santo hay fiesta el 30 de Mayo. Y en Junio, a San Juan, los días 13 y 14, fecha en que comienzan a llegar sus moradores vacacionales.Cue rinde culto al mar, porque sabe mirarle con la pasión y el respeto de quien ama lo indomable, frente a frente. Como si fuera un viejo marino, merece la pena conocerle y escuchar, de sus labios, las aventuras de su vida…"
"Fruto de la rehabilitación de una casa de labranza de mediados del siglo XIX, son los Apartamentos El Carril. Una construcción realizada con todo el rigor que supone el respeto por la arquitectura tradicional, tanto de la misma edificación como del entorno, ya que se encuentra dentro del Conjunto Arquitectónico singular conocido como las "Casinas Del Patín", encajando perfectamente en el entorno.
La rehabilitación ha sido efectuada con materiales de las mejores calidades que hacen del conjunto un bello edificio. Siguiendo con las mismas pautas, el interior se ha realizado en muchos casos reutilizando los materiales que la antigua edificación aportaba, efectuando importantes trabajos en la recuperación de madera, ladrillos, y antiguas materias, que en lugar de restarle comodidades, hacen de él un lugar con "encanto"."
Nosotros seguiremos a la derecha pero es muy importante saber que por la calle de la izquierda, subiendo un poco, está San Antoniu, solar de la capilla de esta advocación, fundada por María Soro a mediados del siglo XVII pero cuya primera referencia documental conocida es de 1776
Tienen los hijos de Cueimpreso en su corazón,desde la más tierna edad,Antonio en ti devoción.Tu protección imploramoscon entusiasmo y amor,repitiendo ¡viva Cue!¡viva la paz y la unión!
"El corredor de madera es un elemento que se encuentra reiterativamente en casas repartidas por toda la región asturiana: por su ubicación. disposición y diseño son posibles múltiples alternativas en la composición de fachada de las viviendas y servicios que adoptan esta solución constructiva. Determinados tipos de corredor predominan en áreas concretas. unas veces de forma tan clara que caracterizan por completo su arquitectura"
Más casas tradicionales rehabilitadas, estas primeras de cortafuegos y de ellas una con corredor en el piso más alto, rehabilitadas por Cuenca Arquitectos, en cuya web hallaremos sus características. Del estilo de casa con corredor entre cortafuegos nos cuentan esto en el estudio antes aludido:
"El corredor se desarrolla a lo largo de toda la fachada principal de la casa, cerrándose sus laterales por la prolongación de los muros piñones, en los que encajan o apoyan las carreras sustentantes de aquél. Estos muros, denominados cortafuegos, protegen lateralmente del viento y de la lluvia tanto el zaguán como el corredor. Se consigue con esta composición una lectura similar a la que proporciona el corredor sobre machones; en ambos casos toda la fachada es un espacio de transición entre el exterior y el interior.Una variante de este tipo es aquella en la que se crea un cuarto o almacén a expensas de restar espacio al zaguán, siendo esto usual en casas cuya puerta principal da acceso directo a la cocina y en las que por lo tanto no se dispone de vestíbulo. En el tercio N.E. de Asturias, zona en la que se da un tratamiento muy cuidado a los elementos de madera y piedra, los muros cortafuegos, de sillería bien labrada, avanzan a la altura del primer piso sobre ménsulas molduradas en cuarto de bocel, caveto, gola o talón, adornadas frecuentemente con medias bolas. Este recrecido permite amparar lateralmente el gran fondo que los corredores alcanzan en el área, en la que adquieren gran importancia como espacios de servicio que complementan o suplen algunas funciones del hórreo, construcción escasa en esta zona."
En esta fila de casas, más ejemplos de corredores entre cortafuegos. En el artículo Cue, la patria del pericote, los corresponsales de La Nueva España R. Díaz y E.G. Cea explican, a fecha 11-8-2012, la pervivencia de la arquitectura popular en este rincón llanisco:
"Cue mantiene intacta su singular estructura de aldea urbana y ha resistido el «boom» urbanístico e inmobiliario que ha engullido a muchos pueblos de la zona costera de Llanes. Abundan en la localidad las construcciones de piedra, con escaleras de sillería, reminiscencia de los afamados canteros locales, que llegaron a trabajar en la obra de El Escorial.
Su estructura urbana y su arquitectura denotan que Cue fue una gran aldea costera que no llegó a desarrollarse. Y hacen pensar que la agricultura y la ganadería, principal forma de vida en la comarca durante siglos, eran entre los coritos actividades secundarias, realizadas frecuentemente por personas mayores, mujeres y niños, mientras que los hombres se dedicaban a oficios que les ocupaban largas temporadas fuera del hogar, como la albañilería, la cantería o la pesca de la ballena."
La emigración a América fue tal que durante cuarenta años Cue no aportó ningún quinto al ejército español, nos dicen asimismo Díaz y Cea en su artículo, pues no olvidemos que eludir el por entonces muy largo y duro servicio militar (en años de guerras continuas exteriores e interiores, carlistas y coloniales) fue una de las causas de la emigración masiva de mozos a muy temprana edad, llegando a tener que restringirse en las Ordenanzas, no ya de Cue sino de Llanes
"Anchoas pescadas en alta mar dentro de Mar Cantábrico y conservadas en acite de oliva. Elaboradas por manos artesanas y pacientes que hacen de Ballota una anchoa de calidad superior. Su elaboración se rige a una antigua tradición marinera con la que se tiene en cuenta hasta el último detalle, pasando cada anchoa hasta siete veces por las manos del elaborador. El resultado es un filete de anchoa sabroso, consistente y carnoso. Estamos hablando de un producto asturiano exclusivo.Ingredientes de las Anchoas Ballota: Anchoa, aceite de oliva y sal. Sin gluten. Tarro de cristal de aproximadamente 20 filetes, 96 gramos. Conservar a una temperatura que sea inferior a 8 grados.La anchoa, es conocida también con el nombre de boquerón, bocarte o seitó, distintos nombres para designar la misma especie marina. Un pequeño pez que raramente pasa de los 15 cm. de longitud y que es uno de los pescados azules más apreciados y consumidos, debido a su exquisito sabor y su textura agradable.La anchoa es un alimento que posee importantes propiedades nutritivas y saludables. Destaca, sobre todo, por su aporte en ácidos grasos insaturados oleico, linoleico y omega 3. El omega 3 actúa reduciendo el llamado ‘colesterol malo’ y aumentando el ‘colesterol bueno’.La anchoa es imprescindible en la dieta de niños, jóvenes, deportistas, personas mayores y mujeres embarazadas.Anchoas Ballota es una empresa familiar que guarda en celoso secreto el proceso de elaboración que utilizan en sus anchoas. Rescatado de la antigua tradición marinera consiguen un producto asturiano de sabor único, que tiene la cualidad de no provocar después de su consumo la típica sensación de sed."
"Muy buenas Juan Manuel usted en la actualidad a ¿ qué se dedica ?Muy buenas, pues ahora mismo yo estoy trabajando en mi propia fabrica de anchoas Anchoas Ballota (podéis visitarnos en AnchoasBallota.com ).Pero usted ¿ siempre se ha dedicado a esto?No, en absoluto. Estuve trabajando desde que tenia 15 años, que fue cuando acabe mis estudios, pero desde que era pequeño ayudaba en casa con el ganado.Cuando acabé mis estudios me puse a trabajar con el ganado, años después sobre los 20 fui a la mili que hice en Llanes durante 2 años. Después fui concejal del 87-91 con el partido socialista en el ayuntamiento de Llanes. Años después sobre los 29 hice un bar pensión, con restaurante. Más tarde sobre los 42 años me cree un bar tienda y mi propia empresa de albañilería que tuve que vender tras duros años trabajando por problemas de espaldas y operaciones que me impidieron seguir con ello. Esto sería sobre los 46 años.Cuando dejé la albañilería, seguí trabajando en el bar donde trabajábamos Susana mi esposa, yo y un empleado. Cuando iba a tener mi segundo hijo dejé el bar y lo transformamos solamente en una tienda El Pozu actualmente en Cué. en el 2007 me hice cargo de una pequeña fabrica familiar de anchoas.Antes usted ha mencionado que desde pequeño ha estado trabajando con el ganado, pero ¿qué hacía para ayudar? ¿y en que lugar teníais ubicada el ganado?Hacía pequeñas cosas, como dar de comer a terneros y limpiar su zona en la cuadra. Situada en el pueblo de Cué.En su etapa como concejal ¿qué habéis cambiado en Llanes ?Se hizo la reelectrificación en la mayoría del concejo cuyo estado era muy malo. Así como varios alumbrados públicos, mejoras de caminos, el comienzo del puerto pesquero de Llanes y la promoción de los productos de la zona con el certamen de la Huerta en Posada y el certamen del queso en Llanes.¿Qué ha cambiado en Llanes en los últimos 20-30 años?han cambiado muchas cosas, entre ellas podríamos destacar: las mejoras en el casco antiguo de Llanes, el puerto deportivo, el campo de golf y muchas mejoras en los pueblos así como el crecimiento de muchos de estos.Usted tuvo varias y muy variadas profesiones, pero ¿en qué le hubiera gustado trabajar?Pues la verdad que siempre me ha gustado mucho la ganadería, incluso había pensado estudiar veterinaria. También me llama la atención la carpintería.¿Ya que Llanes es un pueblo pesquero ¿tuvo usted algún interés por la pesca o algo relacionado con ello?En mis tiempos de concejal, ocupe la concejalía de medio rural y pesca. Ahora también tengo relación debido a mi trabajo.¿Tuvo usted la oportunidad de estudiar lo que quiso?Lo cierto es que enseguida tuve que colaborar en el trabajo familiar de modo que lo de estudiar estaba difícil"
Seguidamente, otro soberbio corredor entre cortafuegos bien florido y hermoso, al igual que la entrada de esta casa que mira a la calle
De frente, El Fontán, casa con corredor volado. Volvemos a consultar el estudio El Corredor en las casas asturianas:
"Puede disponerse a lo largo de toda la fachada o sólo en su parte central. avanzando respecto a ella cubierto por una prolongación del alero o por un tejaroz. que descansan en varios pies derechos de madera. El piso del corredor. siempre de tabla, puede apoyar bien sobre carreras que a su vez descansan en las cabezas de las vigas maestras que sobresalen del muro de la casa. o sobre ménsulas de madera empotradas en dicho muro. reforzándose en múltiples ocasiones con jabalcones o con pies derechos de madera. El antepecho del corredor está formado por una balaustrada de madera; la gran variedad de diseño de los balaustres, torneados o recortados, patentiza la voluntad estética de su constructor. la mayoría de las ve· ces el propio usuario. La disposición proyectada al exterior hace que sea el modelo de corredor que proporciona una mayor diafanidad a la fachada."
"El pueblo de Cue (Llanes) se vistió ayer de gala para honrar a San Antonio. Más de cuarenta mozos y mozas, ataviados con el traje regional, dieron colorido a las calles del pueblo llanisco. A primeras horas de la mañana, los cohetes iniciaban su particular vuelo sobre los tejados de las casas de Cue. Los devotos de San Antonio madrugaron para acompañar a la imagen del santo hasta la iglesia parroquial de San Román, el templo donde más tarde los fieles celebraron una misa solemne en honor a San Antonio.
Después del sermón eclesiástico, los mozos y mozas del pueblo, vestidos como manda la tradición, sacaron en procesión al santo para retornarlo a la capilla que lleva su nombre, donde la imagen esperará hasta el año venidero. Acto seguido, las mozas del pueblo hicieron sonar la pandereta a base de palmadas sobre el instrumento musical, para después dar paso a una de las actuaciones más esperadas por los lugareños y forasteros que se encontraban en la plaza de la bolera, en Cue: los tradicionales bailes regionales.
Los vecinos de Cue son unos auténticos expertos en materia artística. Los coritos bailan con orgullo su particular pericote, el que aseguran que es el más antiguo de la comarca oriental. Si a ello se le añade que uno de los bailes más populares de la región estuvo amenizado por Ignacio Noriega, uno de los gaiteros de referencia de la música tradicional asturiana en la segunda mitad del siglo XX, el espectáculo fue digno de ser visto. La jota del Cuera o el fandango fueron algunos de los bailes interpretados."
Arriba, cerca de la cima de El Cantu H.ariu o Jariu, que con sus 188 metros es la mayor altura de La Cuesta Cue, discurre la senda costera, que enlazará con el Camino de Santiago en la ermita del Cristo del Camino, algo más al oeste, nosotros en esta ruta lo haremos en el centro de Llanes, cerca del puente sobre El Ríu Carrocéu
Eran los días 20 de mayo y 20 de septiembre, según las Ordenanzas de Cue, cuando los dos celadores nombrados al efecto inspeccionaban las casas, acompañados de cuatro hombres, con el objeto que no hubiese ningún elemento combustible cerca del fuego del hogar, "porque no se consiente que ningún vecino sea osado de tener gromos ni yerbas ni boñigas cerca de la lumbre ni debajo del hogar para quitar el peligro de los incendios, y aquel á quien se encontrara alguna cosa de las aquí expuestas será castigado en dos reales"
"Pa nos, esta Carmina del alma e una referencia irrenunciable. Guapina por dentro y por fuera, se i-la puede poner como ejemplu de la fuerza y de la bondá de la juventú llanisca. Jiya de Gerardo, natural de Cue y director de la oficina de Correos hasta jaz bien pocu, y de María del Carmen (nacida en Turanzas), Carmen (Cue, 1978) tien muy vivu el recuerdu de su güela paterna, la inolvidable corita Encarna Noriega Poo, que jizo, alquiló y vendió trajes d' aldeana durante más de 40 años en la tienda "Iris" (fue una de las pioneras en esti oficiu, autora de los trajes d' aldeana que se regalaron en Oviedo una vez, con motivu de no sé qué, a la Reina Sofía y las infantas, jaz d' esto unos cuantos años).
El casu e que su nieta, Carmina Noriega Santoveña, que trabaja eventualmente en Correos, se dedica a lo mismu desde 1994, jaciendo, bordando, alquilando y vendiendo trajes d' aldeana con la ayuda de su madre. Dentro de pocu va a abrir en Cue una tienda d' esto frente al bar "La Espuela".
Carmen se crió entre el nerviu, entre los matasellos y el sentidu de serviciu de Correos. Desde bien cría pensó dedicase a esto, y tiraba cartas, y colocaba sacas, y jacía l' arqueu con su padre, Gerardo (que ahora tá jubilau) y con el difuntu Toso (al que tantu echamos de menos todos los llaniscos), y ayudaba a Ramonín Batalla, a Tino "Picadina" y a Manolo Arenas, empleaos ilustres de la oficina de Correos de Llanes, a distribuir la correspondencia pa los pueblos del Conceju.
Carmen tien dos hermanos, Gerardo y Carlos, E la mayor de los tres y tien pa con ellos un cariñosu sentidu protector. De Gerardo, por ejemplu, que e un gran futbolista y jugó en buenos equipos de la Primera División del fútbol español, Carmen, que e su principal seguidora, tien guardaos con orgullu todos los recortes de prensa que jablan d' él.
Carmen tá casada con Ángel Millanes, profesor de golf del campu municipal de la Cuesta. Tienen un jiyu, Alberto, que precisamente hoy, el día que saco esta reseña, cumple 6 añucos."
"Las obras de la acera entre la localidad de Cue y el cruce de la playa de Toró han entrado ya en su recta final con la colocación de 51 farolas a lo largo de los 990 metros de longitud de la carretera en los que se ha intervenido. Los trabajos fueron licitados en 640.067,98 euros y adjudicados a la empresa Jesús Martínez S. L. por la Consejería de Administraciones Públicas. El proyecto pretende mejorar la comunicación peatonal entre Cue y la villa, con una extensión de capa de aglomerado asfáltico, bajo el que van la recogida de pluviales, gas, servicios múltiples y alumbrado"
"Existía una Parroquia, de la que hay constancia, en el año mil trescientos y pico, que se llamaba San Román Extramuros de la Villa de Llanes. Su Iglesia Parroquial estaba emplazada entre La Carúa y La Portilla, cerca del puente. Aún quedan restos de sus muros. Allí se bautizaban, se casaban y se enterraban los vecinos de Cue quienes alternaban su parroquialidad con la de Santa María de Llanes.
Transcurrían los primeros meses del año 1789, después de haber sido aprobado por el Obispado el año anterior, cuando la Parroquia pasa a llamarse San Román de Cué.
En La Mata había una Capilla de la Santa Cruz, sita en terrenos del Conde de la Vega del Sella. Se tira aquella pequeña Capilla y se construye la actual Iglesia parroquial. (...)
Donde estaban las campanas se puso el reloj y se le añadió un cuerpo más para colocar las campanas. Esto sucedía en el año 1928. También se añadió la Sacristía grande."
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