Cicera y subida al Colláu Arceón (971 m), a la izquierda de la foto. A la derecha Mesa Sin Pan (974 m) |
Así, en Cicera, poco después del albergue de peregrinos, tenemos una gran explanada rodeada de casas. Allí, en el extremo que da vista a Mesa sin Pan (974 m), salen los dos caminos a ambos lados de un cobertizo: el de la derecha es el de La Canal de Francos; el de la izquierda, el que vamos a seguir en esta ocasión, es el de Arceón
Antes de seguir, vayamos por donde vayamos, estudiemos un poco el panel de la ruta
La línea roja, continua o discontinua, viene a señalar el actual camino oficial. El gran punto rojo destaca nuestra ubicación en Cicera, respecto al tránsito del valle de Lamasón, cuenca del Nansa, a este de Peñarrubia y de allí al de Liébana
La traza de puntos marca la subida por La Canal de Francos, pero si nos fijamos, con puntos blancos, también aparece de Arceón, a su derecha
Este otro panel informativo es de otra ruta, la de la Braña los Tejos
Podemos echarle un vistazo como curiosidad, pues durante los primeros metros coincide con nuestro itinerario, pero ni iremos tan allá ni subiremos tan alto
Y aquí, justo a la derecha de este cartel, tomamos el camino de Argeón pasando detrás del cobertizo
Seguimos de frente pues a la derecha es la ruta a La Canal de Francos, que explicamos en otra entrada de blog
El Camino se dirige a la parte este de Cicera, cuyas casas forman una calle, paralela a la Riega de Cordancas, que baja de las montañas, en concreto del Colláu Pasanéu, otro paso, como su nombre indica, del Nansa a la Liébana
La Riega de Cordancas forma el río Cicera, que tras pasar el pueblo baja en cascada por la impresionante Agüera Riocicera, que vemos a nuestra derecha, una de las gargantas laterales del largo e impresionante desfiladero de La Hermida. Por las peñas de la izquierda sube La Canal de Francos, un camino que sube a menos altura que Arceón pero que es en algún tramo un tanto problemático en caso de niebla o mal tiempo
La senda al Colláu Arceón, cuya subida ya tenemos enfrente, es una pista ancha hasta casi la cima del collado, tornándose un tanto dificultosa, todo hay que decirlo, en el trecho de bajada por la otra vertiente, cuando baja a encontrarse con el que baja de La Canal de Francos, pues hace al revés, se vuelve pista bien definida a partir de llegar al otro lado de la montaña, por la Cuesta la Matilla y braña de Berés
Cicera fue una de aquellas importantes poblaciones camineras de antaño que formaba parte de la red de comunicaciones seculares de estas montañas. Cuando se hizo la carretera de La Hermida, pasado el siglo XIX, el eje económico de toda la comarca pasó a los pueblos de abajo y estos, aunque mantuvieron su idiosincrasia rural y ganadera, dejaron de ser paso obligado de gentes y mercancías, padeciendo especialmente el despoblamiento, sobre todo a partir de los años 60, con el crecimiento de las ciudades y su oferta de empleos en la industria y el sector servicios. En nuestros días, el paisaje y el patrimonio, la cercanía a Los Picos y la recuperación de las viejas sendas y caminos, como este itinerario a Santo Toribio, ofrecen una nueva alternativa ocupacional a los tradicionales trabajos ganaderos del valle
En esta bifurcación vamos a la derecha
Balcones y buhardillas se asoman a la calle
Algunas casas son muy antiguas, fijémonos en los ventanucos de algunas de ellas
Vegetación de la ribera del río
Gran fachada con numerosos vanos
La gran mayoría de las casas han sido bellamente restauradas
Fijémonos a nuestra izquierda ahora en la delantera de este palacio montañés
A nuestra izquierda el camino que enlaza con la zona del albergue. Nosotros seguiremos de frente
Las más de las paredes de casas, cuadras, cobertizos y otras construcciones son de piedra vista, señal de la proximidad de canteras
En su recorrido por Cicera, el camino presenta suelo de asfalto
A la izquierda las faldas de Sobrepeña
Seguimos la estaquera
Y llegamos al puente sobre la Riega Cordancas
En el suelo, señalización del Camino Lebaniego. Parece ser que antaño este era el camino oficial. Ahora la nueva señalización ha sido colocada en el de La Canal de Francos
De frente, la del P.R. Braña de los Tejos
Pasado el puente hay una bifurcación. En principio sería indistinto ir por la izquierda, junto al río, o por la derecha, entre las casas, pero las señales nos llevan a la derecha
Hay una pequeña cuesta
Y luego una explanada, y una curva a la izquierda
Seguimos subiendo
Cortafuegos y corredor
Cuadras y cobertizos
Aquí el suelo es de hormigón
Placa en una casa
Aquí la calle tiende a estrecharse un poco
Y seguimos subiendo
Atrás otra casa de cortafuegos y corredor...
Y adelante más
Aquí se unen este y el camino que viene por la ribera fluvial
Son las últimas casas de Cicera
Pasamos junto a este tendejón
Estamos justo en la orilla del río
Atrás queda Cicera
Al fondo un poco a la derecha, en medio de las casas que miran al prado central, está el albergue de peregrinos
La pista hormigonada sube junto a otro cobertizo
Y sale a las fincas de pastos
A nuestra izquierda el Monte Osado y Sobrepeña (875 m)
La pista hace una curva a la derecha, que es la que seguimos, pues a la izquierda se separa de este el camino a la Braña los Tejos
Nos quedan 2,6 kilómetros a Arceón, que el cartel estipula en una hora de camino, pues es todo cuesta arriba y, como repetimos hasta la sociedad, en la montaña las distancias cunden mucho más. Lo mismo podemos decir de los 7 kilómetros a Lebeña o los 23 a Santo Toribio de Liébana
El camino ganará altura prontamente realizando un continuo zigzag
A partir de aquí empiezan pues las largas cuestas
Castañares en el bosque
Todo rampa arriba
Al fondo curva a la derecha
Junto al tronco viejo y venerable...
Continuas revueltas...
Ahora a la izquierda
Otra muy pronunciada curva...
En este lugar el hormigón deja paso a la zahorra
Senda de piedra y tierra en el camino a la braña
Al oeste asoma sobre la Agüera Riocicera el cónico Jozarcu, La Pica de las Puertas o Monte de Santa Catalina (757 m), un cueto que fue el solar del llamado Castillo de Piñeres, fortaleza de la que quedan vestigios, edificada como atalaya de vigilancia de estos estratégicos caminos en los tiempos del naciente Reino de Asturias, del que fue este uno de sus primeros enclaves
En su cima. que destaca sobre los bosques y ante el desfiladero de la Hermida, está la llamada Bolera de los Moros, explanada interior de la fortificación que tiene forma de bolera y está llena de leyendas sobre tesoros guardados por los moros, bolos de oro y similares, teniendo en cuenta que la acepción tradicional de moros se refiere en general a los antiguos pobladores, más que a posibles asentamientos norteafricanos. A veces incluso el término se refiere a no cristiano, incluyendo todo lo anterior al cristianismo. En ese sentido es preciso decir que el lugar, si bien no se ha demostrado estuviese construido sobre una fortaleza romana o castro prerromano, sí tiene señales de asentamiento anterior, pues en un tombo o abrigo natural ha aparecido un ídolo grabado atribuido a la Edad del Broce, unos 4.000 años atrás. En su rocosa cima hay un repetidor y, al otro lado, que no vemos desde aquí, el famoso Mirador de Santa Catalina, con impresionantes vistas sobre el desfiladero de La Hermida
Ante nosotros parte del ascenso que nos espera...
Bifurcación: vamos de frente por el camino principal
Durante un momento vemos arriba, a la izquierda, asomar un poco la cima de Arceón
Finca y cabaña, los Invernales de Juntalón
Acebo, sus brillantes hojas siempre llaman la atención
El camino pasa por entre las fincas de la braña, todo recto y suavizando momentáneamente la cuesta
A la izquierda una fila de árboles delata el curso de un reguero que nace en las alturas del collado
Y vuelven los repechos
Este tramo sube directo junto al regato
Los árboles, en buena parte aún desnudos a finales de abril
Curva a la derecha
Y una bifurcación en la que subiremos por la pista de la derecha
Una flecha roja pintada en la corteza de un árbol así nos lo indica
También un poste en el mismo cruce
Subimos junto a un par de cabañas, Maella
A lo lejos al norte el Colláu Joz o Collada de Hoz, que aún no vemos bien, tapada por la arboleda
Pero sí destacan las peñas de la Sierra de Arria, por cuyas laderas hemos subido al collado desde Lafuente
Más cerca Monte Osado y Sobrepeña
Y a seguir subiendo a la sombra...
Y al sol...
Otra bifurcación: siempre por la pista, no lo olvidemos, por lo que iremos a la izquierda
Encajados por la naturaleza de los setos silvestres
Al subir ganamos amplitud del campo de visión, a nuestra derecha el Picu Obán (888 m). Más lejos la Collada del Aire (1.158 m), el Colláu las Llaves (1.085 m), zona de túmulos megalíticos en otro de los pasos naturales de estas serranías. A su izquierda Virdiu Ningreros (1.141 m) y Virdiu Treslajorá (1.24 m), Virdiu Corrales (1.219 m) y Peña Llaneces (1.214 m)
Abajo Piñeres, otro de los pueblos del valle de Peñarrubia. Por allí baja la carretera a Linares y La Hermida
Tras algún respiro para recuperar aliento y admirar el entorno apuramos la subida, que no da tregua
El tejado de una cabaña asoma a la derecha
El camino pasa entre las dos...
El tejado se cubre de yedra...
La cuesta, si bien se hace larga es, podemos decirlo, bastante amena, a lo largo del bosque, un hermoso ascenso por la enrramada
Al este empieza a asomar otro circo de montañas cerrando el valle por esa parte, todo ello formando parte de la Sierra de las Cuerres, un topónimo que parece vinculado a corros, construcciones circulares de piedra, normalmente para almacenar las castañas, alimento fundamental hasta la extensión del cultivo de la patata, traída de América, y que aún después fueron aporte nutricional importantísimo durante siglos, aún mitigando las hambres de la dura posguerra española. También puede hacer referencia a antiguas cabañas circulares de piedra, si bien las que vemos en nuestros días son de planta cuadrada o rectangular
Curva a la derecha
Todo pista arriba
Curva a la izquierda
Una fuente, que sin duda calmó la sed de pastores, arrieros y peregrinos del pasado. No obstante se recomienda mejor ir provistos de agua potable para nuestro consumo, evitando "sorpresas"
Y allá subimos y subimos ladera arriba
El bosque se extiende por estas faldas de Mesa Sin Pan y Arceón
Abajo a nuestra derecha asoma el tejado de otra cabaña
A sol y sombra...
Vuelta a la izquierda
Pedregoso suelo
Otra flecha roja en un tronco
El sol filtra sus rayos entre ramas y hojas...
El Sendero de las Dos Hayas, tal y como se denomina en los mapas
Intenso verdor primaveral...
Piedra suelta...
Línea de torres eléctricas, otra referencia caminera pues suben, al igual que nosotros, a lo alto del collado, si bien en línea recta, para luego bajar por la otra vertiente
Buen repecho
A nuestra derecha otra cabaña cerrada por una muria o murete de piedras
Y tras la cabaña un hermosísimo ejemplar de tejo
El tejo silvestre, una de las grandes maravillas de la naturaleza de estos lugares
Fijémonos por donde hemos venido subiendo...
Una preciosa y verdísima pradería
La cuesta que no cesa...
Todo este largo tramo hasta el collado tiene la ventaja de ser así, bien marcado y definido, ancho, incluso para la circulación de los todo-terreno de los ganaderos, si bien se sube más que por La Canal de Francos
Paso a paso vamos ascendiendo en continuo esfuerzo
Ya se ven un poco mejor las cumbres del este
En medio el Cotero de Mingo Álvarez (1.217 m). Por allí va otro de los caminos históricos entre el Nansa y La Liébana
Surco formado por las aguas al llover o en los deshielos
Curva a la derecha
Curva a la izquierda...
Curva a la derecha
Hermosísima haya
Más allá discurre el camino a la Braña los Tejos, por la braña de Cordanca, que no vemos, tapada por los frondosos bosques
Y de nuevo una buena rampa...
El sol de la mañana a nuestras espaldas
A la derecha el Alto de las Cuerres (1.413 m), paso a Cascuerres (1.562 m)
Otra de las torres
Aquí merece la pena detenerse a contemplar el panorama. Abajo ha quedado Cicera, bajo el Monte Obán y el Colláu Joz
Las casas destacan en medio del valle...
El camino que llega a Cicera lo hace por las laderas boscosas de la derecha, mientras la carretera lo hace por la izquierda. La línea de casas de la derecha es la calle que se forma en torno al camino de Arceón o Arcedón
Volvemos a ver también parte del inicio de la subida a Juntalón
Un poco más allá de Cicera y también bajo el Monte Obán, Piñeres
Piñeres es una encrucijada histórica entre los viejos caminos hacia Liébana de norte a sur y de este a oeste. En la actualidad también lo es, de las carreteras a Lamasón, Linares y La Hermida, y a Cicera
Su iglesia parroquial de San Juan es de origen medieval, románico, aunque fue reformada entre los siglos XVII y XVIII
Ahora, en un trecho especialmente cuesto, el suelo pasa a ser de nuevo de hormigón
La línea de torres sigue siendo nuestra referencia para calcular el fin de la ascensión
Curva a la izquierda. A esta altitud el arbolado tiende a ir desapareciendo
Flecha en un registro de conexiones telefónicas
Subimos a la siguiente torre
Desaparece el hormigón
A nuestra izquierda de nuevo Sobrepeña, Colláu Joz y Arria... a la derecha es el Picu Trespeñas (944 m), donde está el Collado Carracedo, otro de los pasos naturales desde Lafuente (valle de Lamasón) a Liébana
Allí en el collado vemos cabañas, son los Invernales de Carracedo. Ya en el Diccionario de Madoz, de 1850 se dice que los pasos entre Liébana y la costa se hacían por estas sendas, el Camino Real de la Montaña, bien la de Arceón o bien por aquella, llamada la del Puerto de Taruey, si bien ya estaba construyéndose la carretera de La Espina, que los relegaría en poco tiempo. El itinerario por Taruey dice ser paso de carro unas veces y otras de herradura, mientras que el de Arceón, este por que que vamos, era solo de herradura "muy pendiente y con malos pasos" pero más utilizado pues estaba más libre de nieves que el de Taruey
En la distancia la Sierra del Escudo de Cabuérniga, que separa el valle del Nansa de la franja costera cántabra. A la izquieda es el Gándara (926 m) y más allá El Castillo (912 m), o Canto Redondo (675 m)
Más a la derecha del collado, cerrando el valle de Peñarrubia por el este, la Sierra de las Coronas, que llega a los 1.069 metros. Por allí estaba La Venta de los Lobos, desaparecida venta caminera dieciochesca para quienes optaban por ese camino, del que se conservan tramos empedrados. En las ventas solía haber al menos un ventero o alberguero que asistía a los viajeros, tañendo campanas para indicar el camino en días de niebla o nieve, incluso dando voces. Podían ser en estos casos simples puestos de socorro más que ventas en el sentido de hospedaje y comida.
Estos caminos solían ser vías romanas que a la vez seguían itinerarios mucho más antiguos que aprovechaban los pasos naturales entre valles y montañas. Su importancia era tal que a veces se requería a los vecinos de los pueblos cercanos, tal y como a finales del siglo XVII se reclamó por parte del valle de Lamasón a los habitantes de Bedoya...
"Pidan compeler a los vecinos y naturales del valle de Bedoya de la Provincia de Liébana a que reedifiquen y compongan el camino Real que sale de dicho valle de Bedoya para éste, de forma que puedan andar carros cargados y vacíos, porque dicho valle de Bedoya no ha compuesto lo que le tocaba hasta el Puerto de Taruey y paraje al que llaman la Venta de los Lobos"
En estos parajes, ya en 1532 hubo, según Madoz, una mina de oro y plata y, a mediados del XIX, una cantera de piedra. Los actuales restos de explotaciones obedecen a la existencia, en la década de 1960, de unas minas de plomo y blenda. Por allí sube también la ruta a la Braña los Tejos
Paisaje abierto, propio de los puertos de montaña, brañas de Arceón, frente al Cuetu Torcal (1.104 m) y más allá La Mesa y el Cuetu San Pedro (1.29 m). Aquí se van terminando las grandes subidas. Más allá el Alto de las Cuerres (1.413 m), guardián del paso por el mítico Collado Pasanéu, tránsito de gentes y mercancías desde la remota antigüedad. Así, aunque ahora nos parezcan estos senderos alejados y olvidados fueron realmente las "autopistas de antaño", donde los arrieros solían ir a Castilla con pescado de San Vicente de la Barquera, Comillas, Pesués, Llanes u otros puertos, y regresar con vino. También se llevaba madera y se volvía con trigo
Entre el Cuetu Torcal y el Cuetu San Pedro está Pandocento, otro de los collados que son paso a Liébana. Allí asoman los picos de Peña Ventosa o la Vetosa, que llegan a los 1.434 metros de altitud
Aquí hemos de fijarnos mucho y atender a las señales, pues vamos a dejar el camino antes de la primera cabaña, que vemos a lo lejos, para salir la pradería a la derecha, viendo allí la cumbre del Cuetu Torcal
Hay flechas rojas y postes indicando el desvío, pero si nos descuidamos, o hay niebla o algo de nieve, tal vez no los podamos ver o pasen desapercibidos
Poco más allá, junto a una riega, hay un poste con señal, pero si no ha desaparecido tal vez lo encontremos así tirado. Podemos seguir la ruega hacia los matorreales o pasar sobre ella atendiendo a un tramo pisado un poco más a la derecha, por ambos sitios puede pasarse para coronar el collado y empezar a bajar hacia Lebeña
Según se advierte, estamos a 24 kilómetros de Santo Toribio de Liébana
Como siempre, las torres del cableado nos valen de referencia. Por aquí va el sendero
Este es el paso abierto en el matorral por donde atravesaremos el collado
Si vemos la piedra de la derecha tiene una señal del Camino Lebaniego. Nos indica ir aproximándonos al cercado situado a la izquierda, por donde sigue el paso de la riega, más embarrado
Vemos todo el pando o mesa del Cuetu Torcal, su larga loma alargada
Hay un poco de subida prado arriba
Según avanzamos va abriéndose, poco a poco, otro impresionante paisaje
Los impresionantes dosmiles de Ándara, el macizo oriental de los Picos de Europa, las famosas y majestuosas cumbres de este sector de la Cordillera Cantábrica, santuario de los dioses de piedra
Naturalmente lo que primero vemos asomar por encima de Arceón son los picos más altos, Las Agudinas (1.976 m), Las Verdianas (2.024 m), La Jonfría (2.067 m), La Junciana (2.267 m).el Sagrado Corazón (2.214 m) o Samelar (227 m), impresionantes murallones y picachos que muchas veces ocultan sus cimas entre las nubes o se presentan, gran parte del año, cubiertos de nieve, sobre todo en los neveros, alguno de ellos incluso de nieves perpetuas, restos de los antiguos glaciares cuaternarios
Vamos acercándonos al muro de piedras del cercado
Hay algo de barro
Y atendemos a las señales, que nos indican ir a la derecha
Tanto la flecha roja...
Como la amarilla del poste caminero
Más postes, el primero con flecha roja, en medio de la pradería. Aquí en caso de niebla hemos de obrar con prudencia, pues el sendero "se pierde" en el prado, eso es, no se ve apenas nada pisado ni marcado
Otra buena referencia es la línea de postes situada al llegar a lo alto, la cual marca la frontera entre los municipios de Peñarrubia y Cillorigo de Liébana
En ella hay un paso abierto y suelo de barro
Entramos así en territorio lebaniego, la tierra de Santo Toribio, Beato de Liébana y el Lignum Crucis al que veneraban y veneran los peregrinos que siguen estas rutas desde la Edad Media, un momento de gran emoción pues marca un hito de nuestro viaje. Aquí al cruzar el paso abierto en la alambrada, vamos a ir a la derecha, prado abajo
Rocas y postes marcan aquí también el trayecto por la pradería
De frente a nosotros otro poste hincado y de frente al poste el cueto rocoso de Mesa Sin Pan (974 m). Al otro lado La Canal de Francos ha coronado también su cota más alta, en torno a los 840 metros y ha empezado a bajar. Nosotros estamos a unos 970 metros de altitud más o menos, en este momento, un punto más alto
Bajamos un poco más. Si nos fijamos un poco ante Mesa sin pan veremos un poste telefónico, bastante más a la izquierda de la torre eléctrica
Hemos de ir hacia él
Los pequeños postes de madera nos lo confirman
Al fondo la gran mole caliza del Agero, cuya cota máxima, el Picu la Pelea o Parijorcáu, llega a los 1.381 metros. A su izquierda están el Picu Agero en el Cuetu la Jontaniella (1.351 m) y más abajo Cuetu Agero (1.022 m). Estas alturas cierran pòr el oeste el famoso desfiladero de La Hermida y son la puerta de los Picos de Europa por ese sector
A la derecha del poste telefónico, uno de los pocos que se ven aún de madera, sigue bajando el sendero
Fijémonos en las flechas rojas del poste y de la roca, así como los pequeños hitos de madera
Este descenso de Arceón es sin duda el tramo dificultoso de esta ruta, pues bajamos por una riega por la que discurre un regato, no del todo bien definida tampoco, y mala de pisar entre humedades, algo de barro, y peñas
De frente otra referencia importante: vemos el Conchizo o Ciruenzo Menor (1.191 m), el Ciruenzo Mayor (1.304 m), el Puerto de Quión, y el Cuetu la Llosa (1.314 m), bajo los que se divisan las verdes laderas de Cabañes, a donde sube desde Lebeña y Allende el Camino Lebaniego, y donde hay dos albergues, público y privado. A la derecha es la Corona del Pando (595 m), por donde sube a Cabañes uno de los dos caminos que salen de Allende
Puede haber algún punto resbaloso, extrememos el cuidado, y si podemos bajar apoyándonos en un palo, mejor. Que nuestras botas estén bien apretadas evitando torceduras si pisamos en mal sitio
Así vamos con prudencia pasando estos vericuetos
Poco más abajo hay otro poste telefónico. Enfrente, por aquella ladera, vemos bajar, por la Cuesta la Matiella, el otro camino, procedente de Cicera por La Canal de Francos
Ahí presenta una buena caja caminera pues es la comunicación con la braña de Berés
Bajamos hacia el poste
El tramo peor parece que ya se ha pasado, el sendero se define un poco más
Vamos a volver a mirar hacia Cabañes
Vemos varias casas, que son diferentes barrios y lugares
En primer lugar a la derecha las casas de Cabañes, medio tapadas por un collado bajo las alturas de la Corona del Pando (595 m), por donde sube, zigzagueando, uno de los dos caminos que suben allí desde Allende
El otro camino sube un poco más a la izquierda, aún no lo vemos, pues lo hace por las profundidades de la garganta del río Rubejo, cerrada por la pared caliza que vemos abajo. El camino, una vez que llega a Cabañes, tiene dos opciones, o sigue la carretera local hacia las casas de Penduso, y bajo la aldea de Trascoba, a la izquierda, o desciende prados abajo a cruzar el arroyo de La Mata para luego subir de nuevo y enlazar con esa carretera antes de llegar a Pendes y bajar a Tama, Ojedo y Potes
Llegamos así al siguiente poste de teléfonos, pero el camino sigue siendo un arroyuelo que puede ser un verdadero río con lluvias y deshielos
En el poste otra flecha
Al bajar nos encontramos de nuevo con el bosque
Aquí empieza un nuevo zigzag, solo que ahora cuesta abajo
Hacia el próximo poste el camino ya no es arroyo y baja seco
Es ancho y ya está mejor marcado y dibujado
Pero volvemos a encontrarnos con algún tramo encharcado
Al bajar mejora la perspectiva hacia Cabañes
Abajo Allende, a donde se sube desde Lebeña. En medio de las casas se dividen las dos rutas a Cabañes: a la izquierda la de la garganta del Rubajo, uno de los desfiladeros laterales del de La Hermida, y a la derecha la que asciende por la boscosa falda de La Prada hasta La Corona del Pando (595 m)
Otro paso entre las rocas
El sendero baja por la arboleda
Afloramientos de roca y piedra
Llegados aquí empezaremos a ver mejor el valle
El valle ante Lebeña, un lugar en el que el desfiladero de La Hermida se abre en una preciosa vega
Primeramente veremos los prados de Maredes, con las brañas de La Torca, El Pando y los Invernales de Lebeña. A la derecha está el Picu del Valle (705 m). Un poco más arriba a su izquierda la cota más alta de La Prada (825 m), bajo El Cochizo, Ciruenzo y La Llosa; a la izquierda la graganta de Rubajo y a su izquierda el Picu Aliago (627 m) y la Peña del Encinal (615 m). Allí está localizado el Corral de los Moros, antiguo castro cántabro que dominaba las entradas a Liébana y los pasos de Los Picos. También estuvo allí el poblado de Castropeña, con su ermita y el famoso Mirador de los Moros, sobre el desfiladero y el valle
Lo que es propiamente Lebeña no podemos verlo, oculto ladera abajo, pero sí el río Deva y la carretera
Ahí se cruza el camino, que viene de la iglesia de Santa María de Lebeña, con la carretera que comunica el pueblo, un tanto apartado del santuario. A la izquierda del Deva, que asoma entre el arbolado de ribera, es el antiguo Camino de La Puente, que llega al puente de la carretera de La Hermida (N-621), lo cruza a la derecha y, haciendo un poco de "rodeo", se llega a las casas que vemos desde aquí, barrio de El Puente. Junto a la de la derecha, hacia donde cruzaremos, sube la carretera local a Allende, que nosotros no seguiremos, pues a la vez que ella y a su izquierda sube el camino antiguo, entre los árboles, por donde está señalada la ruta
Esa ruta a Allende llega a las casas del centro del pueblo, al igual que la carretera que lo enlaza con la N-621, que vemos hace más rodeo, junto al río y las vegas de El Puente, La Muela, Sobargano, Arenal, San Julián...
En medio de Allende el camino se bifurca en los ya mencionados por la garganta del Rubejo, a la izquierda, o el de La Corona del Pando, a la derecha
Ya tenemos completa la subida a Cabañes, vista como en un mapa, otro importante repecho que nos aguarda. Existe además otra posibilidad, tomar desde Lebeña el Camino Real de la Ventosa o Camino de la Concha la Cova, del que hablaremos después. Eso sí, que a nadie se le ocurra ir por la carretera de La Hermida, es sumamente peligroso para peatones y está prohibido, pues durante varios kilómetros carece de arcén y apenas hay espacio siquiera para dos vehículos
Estudiado así el panorama, proseguimos la bajada
Suelo de tierra y roca...
Flecha roja...
Curva a la izquierda
Buena bajada
Viejo empedrado
Curva a la derecha. Empezamos a ver la pronunciada falda oeste del Cuetu Torcal
Inmersos en la naturaleza de los bosques de la montaña cantábrica...
Hermoso tapiz verde...
Ahora la ladera oeste del Mesa Sin Pan
A la izquierda a lo lejos el Agero, guardián del desfiladero
Las rocas se cubren de musgo...
Sale el sol de la mañana
Mirando al sur otra mejor vista del Cuetu Torcal
Más allá asoma la Peña Ventosa con su vertiente oeste. Por abajo sube desde Lebeña el llamado Camino Viejo a Castro Cillorigo, el Camino Real de la Ventosa o de la Concha la Cova, lo que nos da una idea de la difícil orografía de las comunicaciones lebaniegas hasta la construcción de la carretera de La Hermida, abierta en 1863
Ese camino tiene un tramo complicado, al borde de un despeñadero sobre la carretera de La Hermida, justo donde mira a los mencionados picos de la Peña del Encinal y Aliago (a la derecha de la foto), por lo que no es recomendable en caso de lluvia, niebla, hielo, nieve, o si se padece de vértigo o no se tiene experiencia en rutas de montaña. Un poco más allá a la derecha en la ladera encima del Aliago, baja por Pendes el camino que viene de Cabañes y que se une al de la Cocha la Cova o Camino Real de la Ventosa pasado Cillorigo Castro, junto a las ruinas de la capilla de San Francisco, ya en el valle del Deva cerca de Tama, Ojedo y Potes
De todas maneras, lo que más nos llamará la atención más allá de los valles y serranías lebaniegas es aquella elevada línea de cumbres nevadas. Son los Puertos de Salvorón y Sierra Mediana con el Puerto de San Glorio (1.609 m), antiguo San Clovis o San Clovio, paso natural de Liébana con León y Palencia, por donde va en la actualidad la N-621 y por donde el viejo trazado caminero principal ha sido recuperado con el Camino Vadiniense, desde el que pueden seguir hacia el Camino Francés los peregrinos que deseen continuar hasta Santiago tras llegar a Santo Toribio. Destacan alturas como el Alto de la Triguera (1.896 m), El Motajal (1.979 m), Tabla Maltrota (2.027 m), Puerto de la Vega de Arriba o Collada Bragatesa (2.065 m), el Coriscáu (2.234 m), Valdeloso (2.013 m) Peña Cascajal (2.027 m), Peña Gustal (1.947 m), entre otros. Y más allá de San Glorio la muralla de cimas se extiende hacia la Peña de la Nave (1.868 m), El Boquerón (1.799 m), o el Portillo de las Yeguas (2.103 m), el Alto del Naranco (2.219 m) o el Sestil del Robadoiro (2.215 m) y Peña Prieta (2.536 m
Por San Glorio se dice pudo entrar una de las seis legiones romanas que forzaron los pasos de la cordillera durante las guerras de conquista de los años 29 al 19 a. C, que supusieron la ocupación del territorio cántabro y astur, culminando la anexión de Hispania al Imperio de Augusto
Como ya hemos contado estas altas montañas fueron la fortaleza natural tras la que se refugiaron y defendieron naturales y acogidos en tiempos de guerras e invasiones, sin duda desde la más remota noche de los tiempos y las primeras migraciones humanas de cazadores y recolectores que seguían a los rebaños por estos pasos cuando buscaban pastos según la estación, primero para su caza y luego su domesticación, naciendo el pastoreo neolítico
La defensa natural sirvió durante milenios para parapetarse detrás de ella, desde tiempos prehistóricos hasta el siglo XX, como baluarte del Frente Norte en la Guerra Civil y terreno del maquis, los últimos combatientes republicanos
Liébana, un recinto amurallado por la naturaleza que llegó a ser determinante para la historia de toda Europa... un paraje inolvidable
Deteniéndonos de cuando en vez para conocer y admirar este mágico y legendario entorno lebaniego no hemos de dejar de prestar atención tampoco a donde pisamos, como no queremos olvidar
Perdemos altura rápidamente
Lo que primero subimos ahora vamos a bajar
Vuelta a la izquierda
Otro poste del Camino Lebaniego
Ya estamos deseando ver el otro camino
Bajamos un tramo más
Y por fin ya vemos abajo el otro camino que sale de Cicera
Ese camino es aquí ya más ancho y así será hasta Lebeña
Aún sigue nuestro descenso hacia él
Curva a la derecha
Seguimos bajando un poco más
Otro pequeño trecho pedregoso
Y ya llegamos a la unión de los dos caminos
Una pista más ancha que baja de la Cuesta la Matilla
Los dos caminos ya son uno: seguimos ahora a la izquierda
La flecha y cruz roja del Camino Lebaniego nos lo indican, La concha y flecha amarillas son para quienes han hecho el recorrido al revés. Han tomado la ruta a Santo Toribio desde el Camino Francés y se dirigen a la costa para enlazar con el Camino Norte
Nos aguarda aún un largo descenso hasta Lebeña por La Torca, El Pando y El Valle
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu visita y contribuir con tu comentario... Únete a la Página Oficial en Facebook para descubrir nuevos contenidos....Ultreia!