Bajando a Lebeña |
Unión de Caminos bajo el Colláu Arceón y el Cuetu Torcal |
Aquí sigue la larga y pronunciada bajada a Lebeña, una de las poblaciones históricas de la comarca lebaniega, donde está su famosa iglesia mozárabe de Santa María, símbolo del pasado ancestral de estos parajes, del arte y del Camino, con todo su acervo cultural, paisajístico, etnográfico y monumental
La serpenteante senda es relativamente ancha, como para el paso de un vehículo Muy ocasionalmente podemos coincidir con algún vehículo todo-terreno pues es la comunicación rodada con la braña de Berés, por donde hemos entrado en el municipio de Cillorigo de Liébana, uno de los que componen la comarca lebaniega
El firme es terroso y pedregoso y aquí se van iniciando las rampas cuesta abajo del gran tobogán hasta Lebeña
El bosque autóctono de robles, rebollos, castañares y hayas impera en estas alturas
De frente a nuestra derecha la gran peña caliza del Agero, con Cuetu Agero en primer término y sus 1.026 metros, cerrando por el este el desfiladero de La Hermida. Más arriba a la derecha es La Jontaniella con el Cuetu Agero y sus 1.352 metros y el Picu la Pelea (1.382 m). A lo lejos están algunas de las cumbres cimeras de Ándara o macizo oriental de los Picos de Europa el Conchizo o Ciruezo Menor (1.194 m) con la Jorcada Ciruenzo y Ciruenzo Mayor (1.304 m). Más atrás el Cuetu la Llosa (1.314 m), el Picu del Acero (1.675 m), Las Becerreras (1.943 m)Picu las Agudinas (1.976 m), Las Verdianas (2.024 m), Salmear (2.227 m), Sagrado Corazón (2.214 m), La Junciana (2.267 m)
A nuestros pies está la zona de El Valle y Prau de Maredes, praderías verdes cerca del Deva, que aún no vemos bien desde aquí. No hay una bajada directa pues bajo nosotros hay una abrupta pared montañosa, por eso el camino tiende a ladear toda la falda de la montaña para bajar a Lebeña
Es el camino bajo Colláu Argeón y Cuetu Torcal
Una tapa de registro. Tal vez sea de la línea telefónica que se extiende por esta sierra, entre Cicera y Lebeña
Por aquí baja la Riega Maredes
Fuentes naturales de agua...
Tramo recto y largo en bajada
Vamos progresivamente perdiendo altura
La riega o regato cruza el camino...
Hay algunos charcos
Ahí vemos ahora a nuestra derecha el despeñadero bajo el camino que hemos dejado atrás
Las encinas creces en las paredes casi verticales de la peña
Ese precipicio es la causa que no exista camino directo cuesta abajo desde la braña de Berés y La Matiella hacia Lebeña y hagamos este sinuoso camino por la ladera
Ladera sur de Mesa sin Pan (974 m)
Más charcos y regatos
Los nevados dosmiles de Los Picos...
El bosque, en la umbría de la mañana
A principios de la primavera aún no han salido las hojas de la mayor parte de este arbolado de hayedos y castañares
Abajo una cabaña: la braña de La Torca
Torre eléctrica
Importante descenso hacia Lebeña
Abajo más cabañas en la praderías de Maredes o Maderes
El Pando y los Invernales de Lebeña, Las Llamas y El Cercao. Ya vemos la carretera de La Hermida (N-621), que se abrió en 1863 para dar salida a los minerales de las minas del desfiladero y de Ándara, explotadas ya a finales del siglo XVIII, cuando se empezaron a abrir vías siguiendo el curso del Deva hacia el mar
La carretera, que constituye el principal acceso a Liébana desde el litoral asturcántabro, ocasionó que el eje de las comunicaciones, y por lo tanto el económico, se estableciese a lo largo de ella, desplazándose de los pueblos de la montaña hacia allí, a las profundidades del desfiladero, uno de los más largos e impresionantes de España para recorrer en coche, de suprema belleza, donde fueron abriendo numerosos negocios relacionados con el turismo rural y de montaña, siendo pionero el famoso Balneario de La Hermida, con sus aguas medicinales ya conocidas siglos atrás
A lo lejos, al sur, la maravillosa línea de cumbres nevadas de los Puertos de Salvorón y Sierra de la Mediana con el Puerto de San Glorio (1.609 m), antiguo San Clovis o San Clovio, pasos naturales entre Liébana y León por donde van en la actualidad la N-621 y el viejo trazado caminero principal ha sido recuperado con el Camino Vadiniense, desde el que pueden seguir hacia el Camino Francés los peregrinos que deseen continuar hasta Santiago los peregrinos que llegan a Santo Toribio. Destacan alturas como el Alto de la Triguera (1.896 m), El Motajal (1.979 m), Tabla Maltrota (2.027 m), Puerto de la Vega de Arriba o Collada Bragatesa (2.065 m), el Coriscáu (2.234 m), Valdeloso (2.013 m) Peña Cascajal (2.027 m), Peña Gustal (1.947 m)
Seguimos bajando y admirando el valle en Las Llamas, topónimo relacionado con barro o lodazales, viendo cuesta abajo las praderías de Maderes
Fijémonos ahora en la subida a Allende y Cabañes desde Lebeña
Si nos fijamos veremos el sendero subir a la izquierda y la carretera que sube desde la de La Hermida a la derecha. Donde ambos trayectos confluyen, en medio de las casas, podremos optar entre dos caminos, el que sube por el bosque ladera arriba a la derecha y el que va a la izquierda, hacia la capilla de Santa Eulalia o Santa Olalla
Este camino sube también, pero por una de las gargantas que confluyen en el desfiladero de La Hermida, la del Río Rubejo (río viejo). Desde aqui vemos el trazado de las dos vías, la de las profunidades del Rubejo y la de La Corona del Pando, que asciende en un pronunciado zig-zag. Ambas confluyen justo antes de entrar en Cabañes, que no vemos apenas desde aquí, tapado por la montaña, donde hay albergue público y privado
Sí vemos Trascoba, a la izquierda de Cabañes, sobre la carretera que va a Pendes y Tama, valle de Potes
A nuestra derecha la braña de La Torca, majada pastoril que da vista a La Hermida y los pastos de Maredes
Las fincas tienen cierres de alambre, lo que significa que avanzada la primavera suben los rebaños a los pastos de altura
El topónimo torca es sinónimo de dolina, hace referencia a grandes depresiones circulares provocadas por el hundimiento de una caverna, algo muy usual en estos terrenos kársticos de roca caliza
Desde La Torca se disfrutan unas excelentes vistas del desfiladero, entre los paredones bajo Mesa sin Pan y, al otro lado, los de Agero
Mientras admiramos el paisaje continuamos caminando
Siempre ahora en descenso
Flechas rojas pintadas, del Camino Lebaniego
Bordeamos el contorno de estas laderas
Curva a la izquierda
Y más bajada
Nuevas vistas del sector más oriental de Ándara, en los Picos de Europa
Y de las dos subidas desde Allende a Cabañes, por la ladera boscosa bajo la cima del monte La Prada o por la garganta de Rubejo
La gran bajada a Lebeña va acompañada de una subida similar a Cabañes. Existe además otra vía, la del Camino de La Cova, de Lebeña a Cillorigo Castro, pero además de otra fuerte ascensión tiene algún tramo complicado
Pasamos junto a algunos pinos...
Otra braña o majada, El Pando
Dejamos atrás los bosques de la falda del Cuetu Torcal
Y salimos nuevamente a las verdes praderías de Maderes, también atalaya natural sobre La Hermida...
A lo lejos Peña Llaneces y Cuetu Matorral (1.214 m). Por allí baja hacia el Deva la Agüera Riocicera, otra de las gargantas laterales de La Hermida
Ante nosotros, y mirando hacia Agero, hay una cónica pica, El Picu del Valle (705 m)
Tras dejar atrás el bosque el paisaje cambia, predominan prados y matorrales. De frente tenemos las rocosas laderas occidentales de Peña Ventosa, la Concha la Cova, por donde sigue desde Lebeña, en dura subida al principio, el otro de los caminos a Potes, el Camino Real de la Ventosa o Camino Viejo, en dirección a Castro Cillorigo, con un tramo un tanto peligroso, como dijimos, pues es un peñascal al borde del precipicio sobre la N-621 o carretera de La Hermida. De él hablaremos también oportunamente
Ante Peña Ventosa pues y su formidable peñón calizo prosigue esta bajada, viendo abajo los encinares del Camino Real de la Ventosa
La senda se va ensanchando, siendo ya como una gran pista forestal en los accesos a estas brañas
Abajo otra braña: Perdueles, con sus tejados, que se ven pequeños en la lejanía, casi ocultos por la arboleda
Allí, en medio de los prados, separados por setos silvestres, la Laguna la Cortina, cerca del arroyo de Los Casares. Por allí baja otro de los históricos accesos a Liébana desde el valle de Lamasón en la comarca del Nansa, el del Colláu Pasanéu
A nuestra derecha vemos monte abajo nuestro camino bajo las cabañas de los Invernales de Lebeña en Maredes
Paso a paso nos aproximamos al valle y... a la siguiente subida
Es el territorio del encinar, relativamente abundante en los terrenos calizos de toda la zona, hasta la costa incluso
A la derecha un indicador caminero
Parece que ha caído varias veces y lo han vuelto a levantar, haciéndole una base de piedras
Nos informa que estamos a solo 2 kilómetros de Lebeña, a 15 d Potes y a 18 del monasterio de Santo Toribio de Liébana pero, como tantas veces decimos, en terrenos montañosos las distancias parecen duplicarse, al menos...
Y así continúa nuestro largo descenso a Lebeña, ahora por el encinar
Gran tajo o desmonte a la derecha para ensanchar la pista que, con suelo aquí de zahorra, es prácticamente una carretera de montaña
Los Picos de Europa, recinto amurallado por la mano de la naturaleza, donde antes habría de subir las aguas del mar que no las armas de Roma, como decían los antiguos cántabros vadinienses y orgenomescos, pobladores de estos parajes durante la larga campaña de conquista emprendida por Augusto entre los años 29 y 19 a. C
Allende, justo enfrente, otro de los pueblos de este municipio, Cillorigo de Liébana
Perdemos altura rápidamente
A la izquierda otra vista de la Laguna la Cortina, con los peñascos de Tundes y El Encinal
La Cortina y Perdueles, braña y pastos
Peñascos y altas cumbres. En torno a La Hermida y a ambos lados del Deva estos eran los difíciles pasos entre la meseta, la Cordillera Cantábrica y el mar. Los milenarios caminos suben cuetos y collados y bajan a profundos valles y desfiladeros angostos en lo que fueron los accesos a Liébana que la comunicaban y comunican con los puertos del mar, con San Vicente de la Barquera, con León y Castilla por los puertos de la montaña, por los que fueron discurriendo las sendas de peregrinos hacia San Martín de Turieno, luego Santo Toribio de Liébana, santuario fundamental del orbe cristiano junto con Roma, Jerusalén y Santiago
Pastos en los Invernales de Lebeña
Todo cuesta abajo ante el omnipresente Agero
Cuesta a la izquierda. De frente el Encinal de Ventosa
Un grupo de cabañas
Al sur los pasos del Colláu Pasanéu, al este de Peña Ventosa
La pila de estiércol, a la puerta de la cuadra
Bajando por los invernales
El sol de la mañana, saliendo por el este y subiendo por las montañas
Un descanso en los invernales
Y luego continuar el descenso
Alambrada
Un cruce, muy similar al anterior, que hemos dejado más arriba
También aquí realizamos un giro de 360 grados para seguir bajando a la derecha
En el mojón han pintado una flecha roja para evitar errores, pues la original se ha borrado
Hay una portilla
Está abierta, pero si la encontrásemos cerrada abrámosla y volvamos a cerrar al pasar, es para que el ganado no se meta de unas fincas a otras
Y como antes, tras la encrucijada, otra buena bajada directa
A la izquierda más vistas del Encinar de Ventosa, la Concha la Cova y Perdueles
La Laguna la Cortina...
Perdueles. Se dice que en el lugar, donde hay unas pocas cabañas, hubo en tiempos remotos un poblado de cierta importancia. La leyenda asegura, pero sin nada demostrable, que fue donde estuvo el palacio de los condes de Liébana, fundadores de la iglesia de Santa María de Lebeña. Ciertamente hoy nos pueden parecer parajes un tanto apartados pero no olvidemos que los caminos principales de entonces pasaban por estos andurriales. Así es que monte arriba había, en la senda que baja de Pasanéu, dos capillas, dedicadas a San Pedro y a Santa Cecilia
Encinas, peñas y matojos...
la cima de La Prada, y atrás la caliza gris casi blanca de El Cochizo, el Ciruenzo, el Cuetu la Llosa. el Puertu de Quión...
Bifurcación y abajo a la izquierda sigue nuestro periplo
Hay señales del Camino Lebaniego y otras rutas senderistas
Y así continuamos nuestro largo caminar a Lebeña
Flecha roja
Atención a esta torre de luz
Desde ella tenemos una mejor vista ya de Lebeña, al menos de sus barrios situados más al sur, Quintanilla y San Román, dando vista al valle y subida a Allende
Por ahí vemos el camino entrar en el pueblo, luego de pasar el puente sobre el río de Los Casares. En la siguiente bifurcación que reconocemos tras el puente se sigue a la derecha, haciendo una curva a la izquierda ante las casas, y allí se divide en dos
Uno va a la derecha a la iglesia de Santa María de Lebeña, y luego se dirige a la izquierda para tomar el antiguo Camino de la Puente, que vemos a la izquierda, en dirección al puente y el río. Son los campos de Monasterio y La Cuerne, donde estuvo la desaparecida capilla de San Román. Otro ramal sube más a la izquierda hacia el Camino Real de la Ventosa o de La Concha la Cova, subiendo por el encinar arriba. También vemos de nuevo las casas de la carretera, subida a Allende y Cabañes
Santa María de Lebeña y la explanada de los aparcamientos. Allí va el camino que se dirige al puente para cruzar la carretera de La Hermida y subir primero a Allende y luego a Cabañes. Ante la iglesia se extiende El Cuerne, antiguo Campo de San Román, con La Granada de la Iglesia, donde hay viñedos, detrás la Huerta Redonda, el Molino de Lera y la Serna de la Riestre, nombres y citados en documentos antiguos. A la izquierda una pradería tiene el revelador nombre de Monasterio
Sobresale en el conjunto de la iglesia su gran torre-campanario que no es contemporánea de la misma ni mucho menos, sino que fue un añadido del siglo XIX en su totalidad. En esa centuria se añadieron estos torreones, altos, de planta cuadrada y techo a cuatro aguas, en algunas iglesias prerrománicas sin que al parecer hubiese ningún testimonio arqueológico que confirmase que hubiesen existido históricamente. Detrás de ella vemos los tejados y asoma un poco el pórtico, del siglo XVIII, otro añadido posterior a la estructura original altomedieval
Domina la escena el Picu Aliago (627 m), a la izquierda de la garganta de Rubejo. A la izquierda de Lebeña, más cerca y monte arriba, tal veamos ascendiendo entre los encinares el Camino de la Cova
De nuevo a la derecha el Picu del Valle...
Y de nuevo de frente Agero
Flancos arbolados,,,
Curva a la derecha
Y ante el picachón del Picu del Valle
El Picu del valle tiene en realidad dos picas, la izquierda de 705 metros y la derecha de 687
Hacia ella baja el Camino
Un nuevo cruce
Atendiendo a las señales seguiremos recto y de frente
Postes a los lados
Otro cerramiento ganadero
Y si antes veíamos dos... ahora vemos tres picas en el Picu del Valle
La del medio 665 metros, asoma ahora
Portentos de la naturaleza que se yerguen hacia el cielo...
Curva a la izquierda
Queda menos, pero aún hay bajada hasta llegar a Lebeña. De frente una vez más el Picu Aliago con sus 627 metros, teniendo a su izquierda La Peña del Encina (615 m)
La pista caminera se torna ahora aún más ancha
Vamos a asomarnos aquí a la derecha
Vemos a la derecha del arbusto bajar nuestro camino
Y abajo El Valle, la gran vega al lado del río Deva, con la carretera de La Hemida al otro lado del río, bajo la otra ladera
Allí están las casas del barrio El Valle, junto a las que pasaremos enseguida
Y adelante todo de frente por los encinares
Bifurcación: seguimos cuesta abajo y de frente
Tupido boscaje
Curva a la derecha
La bajada parece que se va suavizando
Tramo recto entre los árboles
A la vista del Agero...
Curva a la derecha
Otra vez ante el Picu del Valle
Sus magníficos espolones calizos son rutas de escalada...
A sus pies el poblado y espeso encinar por el que venimos bajando
A la izquierda El Valle
Curva cerrada a la izquierda
Uno de esos grandes giros de 360 grados
Y así seguimos perdiendo rápidamente altura
De derecha a izquierda: Agero, Invernales de La Pelea y La Prada
El Cruce del Valle, seguimos de frente abajo
El mojón nos lo indica
Símbolo de la flecha y la cruz del Lignum Crucis
Las casas de El Valle quedan pronto a nuestra derecha
Bajo el Agero las boscosas peñas de La Gallega. De frente al camino a la izquierda de la foto La Canal de Agero, y a su izquierda La Prada (825)
Una parte algo más llana
Picu Aliago, guardián de los pasos del desfiladero. A su derecha a lo lejos La Peñuca de Colio (848 m), sobre la senda de Cabañes a Pendes. Más allá el calizo Picu la Paña (1.354 m)
Zona de Oteros y El Vallejo, dando vista a la carretera de La Hermida y riberas del Deva
La carretera y el desfiladero, que se extiende unos 21 kilómetros de norte a sur
Bifurcación, seguimos de frente a la izquierda
Picu Aliago y Peña del Encinal, con El Corral de los Moros. A sus lados vemos las rutas a Cabañes a la derecha, y a Castro Cillorigo por la Concha la Cova a la izquierda
El firme es ya de asfalto y se divisan enfrente los tejados de Lebeña
Esta explanada es un buen mirador sobre el valle
Un lugar en el que el estrecho desfiladero se abre en esta preciosa vega del Deva donde trabajaban los molinos de Lera y Barbasón
Y volvemos a ver Santa María de Lebeña en medio del pequeño valle, una fundación atribuida a los condes de Liébana Don Alfonso y Doña Justa en el año 924 según documento del Cartulario de Santo Toribio de Liébana para guardar las reliquias de Santo Toribio de Astorga, traídas de Astorga huyendo de las incursiones agarenas y depositadas en el citado monasterio, entonces de San Martín de Turieno, al que ceden esta fundación, si bien el texto podría tratarse en realidad de una transcripción posterior, del siglo XIII
Existen reseñas de un santuario anterior a este, desde el siglo VIII, centuria en la que cae el Reino Visigodo de Toledo y se acogen a este valle muchos refugiados aprovechando que el Reino de Asturias estrenaba una endeble independencia, no solo ante los musulmanes sino ante el nuevo orden religioso y político imperante en Toledo, la antigua capital goda, que buscaba la alianza con los nuevos dueños de la situación. Así en el 796 aparece en un contrato de compraventa de un tal Pruello con varios frailes y monjas la iglesia de Santa María de Lebeña, que en otro documento de venta es llamada San Salvador de Lebeña. Tal vez hubiese un pequeño monasterio o comunidad monacal en aquellos tiempos
Vamos así acercándonos a Lebeña viendo arriba el encinar que guarda el Camino de la Concha la Cova o Camino Real de la Ventosa
Lebeña, asentamiento vinculado a la fundación del santuario pero que puede estar fácilmente sobre una población anterior existente en tiempos de Roma, pues en una de sus casas se luce la estela funeraria de Aelio Albino, datada a partir del siglo II d. C.
Durante los siglos de dependencia monacal la vecindad pagaba las rentas a los monjes e incluso donaban tierras para salvación de sus almas. También arrendaban terrenos y viñedos, de gran importancia estos en la comarca lebaniega
Arriba, el sol irradia sus rayos a través de las cimas de Peña Ventosa
Majestuosos titanes de roca caliza...
Bifurcación: seguimos de frente
Estas son las casas de la parte este de Lebeña, por donde entramos en la localidad
Banco de madera en esta vereda
Y aquí una magnífica vista de alguno de sus barrios y lugares históricos, como Quintanilla y San Román
Estos barrios son los originales del poblamiento medieval, un poco apartados de la iglesia pues las tierras más llanas y fértiles junto al Deva eran aprovechadas al máximo como tierras de labor para el cultivo. Quintanilla, quintana pequeña, era en origen el nombre antiguo del lugar
Continuamos ruta siempre a la vista de Peña Ventosa y su camino real
Llegamos así a una encrucijada
Primeramente nos cruzamos con el Camino de los Casares. Nosotros seguimos de frente
Pasamos así junto a las primeras casas
Y seguimos bajando un poco más
Curva al pasar el puente sobre el río de Los Casares o de Perdueles, por donde viene el camino que enlaza con esa braña
En la antigua documentación de Lebeña esto era conocido como Bazna
Prado de Bazna. A la derecha El Arenal
Atención a la siguiente casa, se supone que es una antigua torre bajomedieval de control de paso en el camino, transformada hacia el siglo XVII
De su pasado como torre conserva algunos elementos de interés
Arco gótico en la puerta
Y pequeños ventanucos
Bifurcación, seguimos hacia abajo, a la derecha
Y esta es la Fuente Cotera, del año 1915
El agua mana por un caño y dispone de abrevadero. Antiguamente se venía aquí a por el agua para las cuadras y las casas
Conserva una inscripción donde se lee "Cotera a. 1915 Lebeña"
Arriba ante nosotros otra vista diferente de Cuetu Agero, su gran pared sur, paraíso de escaladores...
La mayor parte de las casas de Lebeña han sido restauradas, constituyendo un interesante ejemplo de arquitectura rural
La calle se estrecha ligeramente al pasar entre ellas, haciendo calle
Aquí estaba el lugar de El Ojo
La vieja Quintanilla, el poblamiento histórico de Lebeña
Más allá del Ojo, Tras el Ojuelo, Sobre el Ojuelo y Trasquindio, en la documentación antigua. Prácticamente en tiempos fue una pequeña ciudadela medieval
Por aquí, donde confluían diferentes sendas bajando de los collados y puertos que comunican Lebeña y Lamasón, pasaban en siglos pasados viajeros, arrieros y peregrinos de Santo Toribio, llamados crucenos o cruceros, por su veneración a la reliquia del Lignum Crucis, madera del brazo izquierdo de la Cruz de Cristo, recogida y guardada en estos valles en los dramáticos avatares del siglo VIII que supusieron el final de todo un mundo pero guardaron la simiente para el nacimiento de una nueva época en el trasiego de la historia
La legendaria tradición de los polvorientos pergaminos dice que estas eran las tierras de los condes fundadores, donadas a la iglesia de Santa María de Lebeña, que construyeron en señal de arrepentiemiento tras querer llevar el conde Alfonso a la capilla de San Román las reliquias del monasterio de San Martín de Turieno (Santo Toribio de Liébana), empleando para ello un pequeño ejército de 50 hombres, y cegar al abrir la cripta que las guardaba, recuperando posteriormente la vista
Y así, por Lebeña y sus antiguos barrios, callejeamos entre casas, cobertizos y cuadras
Aquí en el suelo una señal
Una vieja placa puesta en el firme de la señalización oficial del Camino Lebaniego
Arco de medio punto en una casa, también datada en el siglo XVII de lo que era el barrio o lugar de La Torre
Más allá Trasquintanilla. Información toda esta recogida en el trabajo La génesis de una aldea: Lebeña (Cantabria) de Alberto Ansola Fernández, Departamento de Geografía, Urbanismo y Organización del Territorio de la Universidad de Cantabria
Y aquí ya hemos de escoger: el camino oficial sigue a la derecha hacia Santa María de Lebeña, que conviene conocer independientemente que vayamos por donde vayamos. Es la ruta a La Puente, Allende y Cabañes. La otra, de frente, el Camino de la Concha la Cova o Camino Real de la Ventosa, más directo a Castro Cillorigo pero sin duda con un tramo, recalcamos, nada aconsejable si no se tiene algo de experiencia montañera, o se padece de vértigo, o en casos de adversas condiciones metereológicas
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