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martes, 29 de octubre de 2019

EL MONUMENTO A LOS ZAPATEROS DE NOREÑA EN LA PLAZA LA NOZALERA (ASTURIAS)


En Noreña, al lado mismo de la Plaza de la Cruz está la Plaza de la Nozalera donde se encuentra el Monumento a los Zapateros de Noreña, antiguo e histórico gremio de la Villa Condal, inaugurado en 2016 el día de San Crispín, patrón de estos artesanos del calzado, y que recuerda el legado de aquel antiguo oficio del que se ha recuperado la memoria gracias al trabajo de Les Families Zapateres, sus descendientes, existiendo una Exposición Permanente en la cercana Torre del Reloj. En esta placa, obra del artista José Luis Iglesias Luelmo, leemos arriba Noreña a su gremio de zapateros, bajo una imagen que representa el trabajo manual en el taller de zapatería y debajo una famosa frase del novelista Armando Palacio Valdés que dicen "No hay carretera ni camino en Asturias que no haya sido hollado por los zapateros de Noreña"


Una bota y unas flores evocan la "huella permanente de los zapateros", como escribe Lydia Is en el periódico El Comercio del 26-10-2016, dando noticia de la inauguración de este monumento-homenaje:
"La industria del calzado fue la principal actividad económica de la villa condal desde el siglo XVI hasta los años cuarenta del XX y la huella que dejó el gremio en el concejo permanecerá ahora imborrable gracias a la placa de bronce que el Ayuntamiento inauguró ayer en la plaza de La Nozalera, una de las zonas donde antiguamente se concentraban los talleres. «Este rincón solventa la deuda con los zapateros y sus descendientes», aseguró la alcaldesa, Amparo Antuña, tras el descubrimiento de la obra del escultor José Luis Iglesias Luelmo.
La concejala de Cultura, Pilar Cuesta, fue la encargada de dirigir el acto, que se celebró coincidiendo con la onomástica de San Crispín, patrono de los zapateros y que estuvo amenizado por La Rondalla de Noreña. No faltaron a la cita decenas de vecinos y descendientes de los antiguos zapateros, que recibieron como recuerdo un pergamino con la representación de la placa acompañado de un escrito de Miguel Ángel Fuente, cronista oficial. 
También estuvo presente Fernanda Valdés, promotora del homenaje: «Hace unos meses pedí al Ayuntamiento que concediera al gremio de zapateros el título de hijos predilectos, se decidió hacer este acto y lo bueno sería que todos los años se conmemorase San Crispín», apuntó. Para ello, lanzó un órdago a la hostelería local y recordó que «para celebrar la onomástica, los zapateros se reunían en una comida de hermandad de la que sabemos el menú: picadillo, huevos fritos y patatas cuadradas». 
Por su parte, los descendientes se mostraron agradecidos por el reconocimiento. «Hacía falta», señaló Pilar Junquera, nieta del artesano José Álvarez Arbesú."

Si bien repartidos por toda Noreña en esta Plaza de la Nozalera se concentraban en sus tiempos buena parte de sus talleres, de los que hay noticias desde el siglo XVI y desaparecen definitivamente en la posguerra española tras una prolongada decadencia frente a la producción industrial. Su ocaso coincide con el gran despegue de la industria cárnica y chacinera que tomaría relevo como emblema de esta llamada Villa Condal


En Los zapateros de Pimiango y los zapateros de Noreña el erudito investigador José Manuel Fanjul Cabeza nos da algunas de las primeras noticias relativas a estos segundos, acompañadas de su evolución desde sus momentos de mayor esplendor a su desaparición:
"En el año 1587 (Tomo 1º. Inventario Ayuntamiento de Noreña), en una consulta formulada por su Obispo/ Conde de Noreña, cuando su población alcanzaba 50 a 60 vecinos, dice:
 “…no había entre ellos ningún trato ni comercio sino algunos zapateros de obra grosera que azen zapatos para venderlos en los lugares realengos circunvecinos, donde pagan el alcabala que adeudan.” J Uría Ríu. Porfolio Ecce-Homo Noreña. 1956 

 En el Acta 5-VII-1628 de la Junta General del Principado, Oviedo. 

- " … la falta y daño que se siguía a esta ciudad en no venir a los mercados los çapateros de Noreña con la obra como acostumbran, retirándose a benderla en sus cassas a exçessivos prescios y tocándola a mentenimientos, con que cessaba el comercio y el valor de las alcabalas en esta ciudad.” 
Da idea de la importancia y calidad de estos artesanos- "Les quitaban de las manos su trabajo", ¡en sus casas!

En el Catastro del Marqués de la Ensenada, del año 1751, se refleja la situación de Noreña: Más de 200 zapateros, 56 carpinteros, 34 curtidores, 14 sastres. Conocida es por la dedicación que buena parte de su población al curtido de pieles y fabricación de zapatos. 

Fermín Canella y Secades relata la anécdota clásica de los zapateros de Noreña: 

“El Rey Carlos III dijo un día al Arzobispo Marcos de Llanes: 
Me contó el Conde (Floridablanca) que tu pueblo es una insignificante aldea de Asturias. Cierto, contestó el Prelado; pero no lo será tanto, cuando tiene 200 zapateros.   ‐ Poca geografía Asturiana sabe mi Secretario, replicó el Monarca.   
Éste manifestó el dato de los 200 zapateros al Conde Florida Blanca, el cual expuso al Rey que tantos eran los vecinos de Noreña como discípulos contaba en ella San Crispín.   

Carlos III, cuando despidió al Arzobispo, le dijo con sorna:   
‐ Procura que con tantos zapateros en tu pueblo no anden descalzos tus diocesanos. 
Así sucedió en efecto, porque aquel santo varón, dechado de caridad, dio todo cuanto tuvo a los pobres de su archidiócesis.”

Y así, en el BOPO o antiguo Boletín Oficial de la entonces Provincia de Oviedo, a fecha 16-1-1836 se da cuenta del suministro de estos zapatos de Noreña con destino el ejército isabelino en plena carlistada:
"El día 8 de este mes salio de esta ciudad una remesa de de 4758 pares de zapatos ... Acopio que pertenecía a la contrata que tienen celebrado los maestros del arte de Noreña para construir tres mil pares de zapatos mensuales trabajados con perfección, de buen material y claveteados."

Y de esta manera proseguimos con noticias que busca y nos proporciona Fanjul Cabeza:
"Entre los años 1845-1850, según Pascual de Madoz, Noreña tenía más de 300 casas. “Industria y Comercio: la agricultura, fábricas de curtidos y zapatería; consisten las principales operaciones comerciales en la estracción (sic) de curtidos y zapatos para surtido de la capital y otros puntos de la provincia, y aún de la inmediata León.” 

El calzado que se fabricaba antiguamente era muy económico. El chicharo, de niño, se vendía a 3 pts. y el de hombre o mujer a 10 pts. Un zapatero habilidoso llegaba a terminar tres pares en un día …trabajando de sol a sol. 

Eran aficionados a la música (documentado 1815), ensayaban en las casas de zapateros de la C/Iglesia y se integraron en la Banda Municipal (1891). Pertenecían al Centro Cultural y Recreativo (1919), dotado de biblioteca y con grupo artístico mixto, en la sede del Centro Reformista fundado por el Indiano Pedro Alonso. Existía la curiosa costumbre entre aquellos famosos zapateros, de que hubiera un lector de prensa o alguna historia, pues no distraía el trabajo. Costumbre que los emigrantes llevaron a Cuba y otros lugares.   

En el año 1903, la industria de Noreña se concentraba en: la matanza de cerdos y terneros (15.000, que importaron 1.875.000 pts.), chorizos (240.000 Kg., 480.000 pts.), zapatos (150.000 pares, 750.000 pts.). De donde resulta que semanalmente: se fabricaron 5000 kg. de embutidos, 3.580 pares de zapatos y una transación de cerdos y terneras, de 288 reses.

Contemplar la actividad de estos artesanos era todo un espectáculo, digno de la mayor atención. Ramón el Carechu, medía el pie trazando su perfil sobre un papel de periódico y para valorar el puente y el calcañar, utilizaba tiras del mismo papel, a fin de seleccionar la horma correspondiente- no hacían los zapatos de punta que impuso la moda “para todos los tipos de pie”; lo que tanto perjudica con su uso a quienes tienen el primer dedo del pie más largo (pie egipcio), por ocasionarles "juanetes".

A fines del s.XIX, se produce el crecimiento industrial que lleva a la proliferación de las empresas cárnicas- (114 contribuyentes en 1930), en deterioro del nº de zapateros pese al gran prestigio que alcanzaron; al igual que las “botas de agua” de Pimiango. 

 Hubo un intento por mantener tal actividad mediante la creación de una fábrica de zapatos en 1924, aunque no prosperó. 

Los crecientes beneficios de la industria cárnica, frente a los reducidos ingresos de los zapateros, en competencia con el calzado industrial, determinaron la desaparición progresiva de estos artesanos, siendo los últimos en cerrar su taller en Noreña: Bartolín, Galán y los hermanos Aquilino y Anselmo Peinó, hace 10 años. 

La laboriosidad y encanto de nuestras mujeres constituyen, sin lugar a duda, el nexo más fuerte entre Pimiango y Noreña. Las vuestras, atendiendo la hacienda y las de Noreña, acarreando y vendiendo por ferias y mercados de la provincia, incluyendo Pola de Lena, Pravia, …: 

“Parece que estoy viendo como un grupo de 10 ó 12 mujeres, cargadas con sendas maniegas –(goxas) llenas de género, se van por la calle de la iglesia abajo con dirección a Grado á una feria, alegres y contentas como si fueran á una romería, y cuando en el largo trayecto que tienen que recorrer, hace alto esta pequeña caravana, en vez de sentarse á descansar lo que hacen es formar un pequeño baile y al son de «Dale la vuelta Pepe» regocijarse y distraerse, para luego continuar su trayecto hasta llegar á la villa …”

Proseguir, resaltando los perjuicios ortopédicos ocasionados por los diseños impuestos por la industria del calzado, se saldría del motivo de esta exposición. Pero, además, prometí ser breve y que terminaría … “cuando apreciara miradas quisquillosas o risas …” 


En La Nozalera o Plaza la Nozalera como su nombre indica, hubo antaño algún bosquete de nozales o nogales en torno al que creció este antiguo este barrio zapatero, aunque solo algunas casas de corredor, muy reformadas, pueden haber sido sus casas y talleres


Y es que hoy en día la plaza es un espacio totalmente urbanizado, cuyo aspecto actual corresponde a las obras y reformas efectuadas en el año 2009. Aquí vemos una escultura al gochu, uno de los monumentos que tiene el cerdo dedicados en esta villa, emblema de su industria chacinera. El otro es una famosa estatua de bronce sita en el Paseo de Fray Ramón, el Monumento al Gochu al que le dedicamos la oportuna entrada de blog


Esta fue colocada en abril de 2019 con motivo de las fiestas de San Marcos, dedicadas a dos productos chacineros por excelencia, el sabadiego y el picadillo, escultura donada por el empresario Gil Martínez Soto de la localidad segoviana de Burgo de Osma, que celebraba su hermanamiento con Noreña


La visita a esta plaza podría completarse con la que podríamos hacer a la Torre del Reloj para conocer la citada exposición permanente dedicada a los zapateros noreñenses, a la que podríamos acceder por la Plaza la Cruz




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