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lunes, 18 de julio de 2022

LA PLAYA BORIZU Y LA "COTIZADA PENÍNSULA ASTURIANA": LA "PERLA DEL EDÉN" QUE VIO LAS ANDANZAS DEL "ÚLTIMO BANDOLERO" (LLANES ASTURIAS)

La Playa Borizu, la Isla Arnielles y a la izquierda La Punta Borizu

La Playa Borizu o L'Arenal de Borizu, en la parroquia llanisca de Celoriu, pese a no estar exactamente en el mismo Camino oficialmente señalizado sí se encuentra a muy escasos metros de él, por lo que bien merece la pena un corto desvío y unos instantes para conocer sus claras arenas blanquecinas y algo tostadas, al igual que la Isla de Arnielles, situada justo enfrente, y la Punta Borizu, una península situada a su izquierda y desde la que podremos acercarnos a otro arenal caminero, Troenzo o Truenzu, en la ruta a Barru y Niembru, trazado histórico del Camino Norte rumbo a Ribadesella/Ribeseya


Procedente de la Playa Palombina, también en Celorio y al lado del antiguo monasterio de San Salvador, el Camino a Borizu ha sido sustituido en nuestros días en este tramo por la carretera local LLN-9 atravesando el barrio de Las Barcas y dirigiéndose a La Ería de Alsedi, que figura como Alsedo, tal vez por error de transcripción, en un documento del cenobio celoriano fechado en 1329


De Las Barcas a Borizu, teniendo como tal el cruce con el camino que va a dicha playa, hay unos escasos centenares de metros, y aunque la vieja senda ha desaparecido, unas buenas aceras, al pie del Cuetu las Barcas, garantizan nuestra seguridad como peatones en una carretera que por el verano suele estar muy concurrida, pues recorre los accesos a varias de las playas más frecuentadas por los bañistas


Celoriu y sus barrios se han especializado, como tantos pueblos costeros, en los alojamientos turísticos y segundas residencias. A nuestra derecha por ejemplo están los apartamentos Las Barcas, al norte de Los Campos de la Prunal, la parte de La Ería Alsedi más cercana al barrio de H.erreros o Jerreros (con hache aspirada), que hace referencia a antiguas plantaciones de prunales o ciruelos, tiempo ha también desaparecidos. Si nos fijamos veremos pintadas en algunas farolas flechas amarillas en este recorrido prácticamente urbano 


Seguidamente otra colonia de viviendas vacacionales, los apartamentos Borizu Playa. Más allá, donde ahora está el Camping María Elena, es el lugar de El Llagu, en esta Ería de Alsedi, donde se formaba un verdadero lago, mencionado como Traslago en 1157 en la diplomática monacal celoriana, el cual se formaba con las lluvias y permanecía gran parte del año, hasta que fue rellenado en la década de 1980 para ampliar el camping hacia el oeste, siendo bautizado entonces como Corea, según datos de José Álvarez Castrillón (Universidad de Oviedo) publicados en Toponimia medieval del concejo de Llanes en losdocumentos del monasterio de San Salvador de Celoriu


A la derecha, colonia de viviendas unifamiliares y chalets bajo El Cuetu las Barcas, los cuales se extienden de la carretera a la derecha a lo largo del camino que comunica con el muelle deportivo de La Punta'l Picu


En el enlace con el camino al muelle, gestionado por el Club Marítimo de Celoriu y que guarda la tradición marinera del lugar, cuyos antiguos marinos estaban integrados en el histórico Gremio de Mareantes del Señor San Nicolás de Llanes, nosotros cruzamos siguiendo adelante por la acera de esta carretera LLN-9


Entrada a los Apartamentos Borizu Playa. A lo lejos y más allá del camping, los cuetos boscosos que separan las parroquias de Celoriu y Barru, al norte de Pozabal, lugar citado ya en 1328 y que Álvarez Castrillón identifica etimológicamente con un  puteum lupalem o trampa para cazar lobos, en las inmediaciones de Peña Elvira, otro lugar muy significativo:
"parece conveniente hacer una referencia a ella por ser un hito divisorio inmemorial de las tierras, y más tarde de las parroquias, de Barru y Celoriu, oscurecido a causa de un espectacular relleno de escombros que, sumado a una previa utilización como vertedero, a finales del siglo XX la hicieron desaparecer literalmente. También el nombre que recibe es curioso, un antrotopónimo de possessor que pudiera estar en relación con una cierta «doña Elvira González» que aparece en las primeras escrituras de los regesta haciendo generosas donaciones y algunas compraventas en el pueblo de Barru a fines del siglo XII.

El desarrollo urbano ha hecho crecer estas antiguas aldeas costeras no sin inconvenientes, el concejo de Llanes lleva décadas arrastrando polémicas con las nuevas construcciones y los planes generales de ordenación, que han dejado su secuela social, judicial y política a veces de forma estrepitosa. Ya en 2008 el vecino Alberto Álvarez Rodríguez, presidente de la Asociación de Vecinos La Hoguera, firmaba en La Nueva España el artículo Urbanismo en Celoriu, en el que plantea esta situación:
"Sólo hay que pasearse por Celoriu, y eso que es pequeño, para darse cuenta de lo que aquí ocurre, siempre y cuando se conozca un poco la normativa urbanística en vigor, entre otras, y se razone con lógica lo que se observa, estas son algunas de las consecuencias de convertir un pueblu en núcleo urbano, llenándolo de edificios, sin sentido lógico acorde con la realidad de los mismos y de las necesidades de las personas de a pie que vivimos aquí.

Queremos dejar claro, lo primero, que estamos a favor de que los pueblos crezcan, que se desarrollen, y que se construya, como parte positiva fundamental e indispensable de nuestro desarrollo económico, (ya que no existen ni se han buscado otros medios alternativos por parte de nuestros dirigentes políticos). Pero tal vez con unos criterios (que no existen actualmente) de protección al entorno, que enguapezca el pueblu y no que lo destruya, como está pasando ahora mismo con la construcción de grandes edificios desordenados, que no tiene sentido en un pueblu como el nuestro, tras hacerlo urbano, parece que sólo con afán recaudatorio, transmitible a todo el conceyu; que dé entrada y cabida a las muchas personas de los pueblos, y del conceyu de Llanes entero que no pueden competir con los precios que se manejan, y las economías de los más pudientes, en condiciones equitativas para unos y para otros; que cumplan la legislación vigente, de manera justa, para que no quepa la discriminación y el favoritismo a determinados intereses, promotoras, individuos y personajes, como está pasando actualmente. Con lo que hagan o permitan hacer y sus consecuencias deberemos vivir para siempre. Presuntamente se están aprobando informes técnicos, jurídicos y licencias a sabiendas de sus irregularidades.

Este problema es justo que se conozca y que abramos los ojos ante una realidad existente en nuestro pueblu, extensible a otros, en la creencia de que así no se repetirá en el futuro, ya que si no se conoce es como si no existiera y ante la impunidad que esa desinformación y desconocimiento genera en quienes abusan, personas, políticos, empresas o entidades, pueden campar a sus anchas, abusando y pasando con el rodillo por donde quieran, incumpliendo o dejando incumplir las leyes de y para todos, creando situaciones injustas para los más desfavorecidos, como puede ser al caso de las muchas personas que no pueden adquirir una vivienda digna a un precio digno (la mayoría).

Los pueblos, como pasa en el nuestro, no reciben otra cosa que su destrucción como tales y su desnaturalización, creciendo paradójica y prácticamente solo en segundas residencias de foráneos, quedando los de aquí, que vivimos todo el año, fuera de juego con la imposibilidad para muchos de quedarnos a vivir con nuestra familias donde nacimos y nos criamos. Es otra emigración forzada como en tiempos pasados, pero esta vez provocada por gobernantes insensibles a los problemas y necesidades reales y tangibles de las personas de a pie.

El foráneo de segunda residencia, que siempre es bien recibido por todos, paga impuestos pero al no vivir aquí ni da gastos ni problemas. El que es de aquí paga impuestos pero da gastos y puede dar problemas a nuestros políticos, principales responsables de lo que aquí está pasando.

Recaudar, recaudar y recaudar, solo recaudar.

Ni siquiera las pocas viviendas de protección que se hacen sirven para todos, bien por el número escaso de ellas respecto a los que las necesitan, bien porque además y paradójicamente son demasiado caras para muchos.

Nuestros políticos, siguen en su mundo privilegiado y blindado, sin responsabilidades personales, jugando con pólvora ajena, impasibles, nada les afecta, fuera de la realidad de los pueblos, de sus problemas y necesidades verdaderas y reales, pasan de nosotros, poco les importamos, pero somos personas, que sienten, aunque no sean capaces de verlo, están ciegos.

Teniendo las distintas administraciones competentes conocimiento de todo (en Celoriu 90 viviendas presuntamente ilegales por constituir infracciones administrativas urbanísticas por un valor de 21 millones de euros) hasta ahora no han hecho nada, lo cual nos deja perplejos ante su pasividad. Nos preguntamos ¿por qué? El Ayuntamiento no responde y Disciplina Urbanística del Principado no actúa. Esperando a que el Ayuntamiento les responda va pasando el tiempo. En eso se escudan y nadie hace nada.

Nos preguntamos ¿Qué nos están haciendo? ¿Por qué se permite? ¿Por qué no se actúa? ¿Qué intereses existen? ¿Qué será lo siguiente? ¿Por qué no les importan nuestros problemas? ¿Es que no se dan cuenta de que lo que hacen tiene consecuencias permanentes? ¿Por qué no escuchan? Su egoísmo y actitud injusta nos oprime. ¿Por qué tienen el mismo coste proporcional en impuestos y gastos las primeras residencias, que son una necesidad, un derecho reconocido en la Constitución y ético lógico, que las segundas residencias? La primera vivienda es una necesidad para el desarrollo de las personas y familias; la segunda vivienda, no"

El camping María Elena, abierto en 1961, fue pionero en Llanes, fundado por Félix Talavera Arias a imitación de los que había conocido en Francia, tal y como relata Andrea Inguanzo en su artículo Cinco décadas de un camping, publicado el 26-3-2012 y en el que entrevista a la nieva del fundador, Marta Morán, quien empezó a trabajar en él desde muy pequeña:
"Medio siglo ha pasado ya desde que Félix Talavera Arias importara desde Francia el concepto del camping hasta la playa llanisca de Borizo. Él y su mujer fueron los creadores de un proyecto al que su nieta, Marta Morán, se vinculó desde bien jovencita. «Aunque primero pasó por las manos de mi madre, me hice cargo de la gestión de las instalaciones en el año 1992», explica.

Sobre el cambio que ha sufrido el camping María Elena durante todos estos años la propietaria no tiene casi palabras. «El cambio ha sido absoluto. De poner una tienda en el suelo y tener que sufrir las inclemencias meteorológicas, ahora cada vez hay más Mobile Homes y caravanas. La gente busca cada vez más comodidades», explica. Además su oferta ahora se ha adaptado a la demanda de los clientes. «El camping es más selectivo, más cómodo. Tenemos varias cabañas de madera e incluso completamos la oferta con una pequeña pensión de ocho habitaciones. Todo es evolución», explica..."

El lugar para construirlo no fue escogido ni mucho menos al azar, fue producto de un viaje por la cornisa cantábrica en busca del sitio más conveniente: 
"Este negocio familiar no está situado frente a uno de los arenales más concurridos del concejo llanisco por casualidad. «Mis abuelos recorrieron el Norte en busca de un buen lugar en el que colocar el camping. Valoraron lugares en Cantabria, como Castro Urdiales, pero finalmente se decidieron por Asturias. Una vez que conocieron la playa de Borizo no quisieron despegarse de aquí», relata Marta Morán.

La clientela es también una parte muy importante de este negocio. Hay dos familias, una holandesa y otra española, que no han faltado ni uno de los veranos que tiene de vida el camping. «Yo he crecido con sus hijos aquí dentro, hemos vivido nuestra infancia juntos, y ahora son clientes míos sus nietos. Es una relación muy especial la que llegas a tener con la gente», explicó la llanisca. «En realidad todos formamos una gran familia», considera.

Y muestra de ello fue la fiesta que se organizó durante el pasado verano en las instalaciones del camping. Hasta un total de 1.300 personas se llegaron a reunir para conmemorar el medio siglo de vida del espacio, y no faltaron atracciones infantiles, una multitudinaria espicha, orquestas musicales y hasta fuegos artificiales en la playa.

Ahora Marta Morán pone la vista en el futuro, en intentar aguantar otros cincuenta años a pie de costa y, para ello, no escatima en esfuerzos para hacer de su alojamiento un espacio de calidad. Sin ir más lejos, hace unas semanas se reunía con representantes de la Dirección General de Turismo, para tratar de encauzar el rumbo de su negocio.

Asimismo, han llegado también los reconocimientos, la ilusión a toda una vida trabajando en Celoriu y para los visitantes, turistas, veraneantes y también no pocos peregrinos que se han alojado en sus instalaciones, máxime cuando en tiempos no muy lejanos aún en el tiempo, todavía apenas había albergues especializados en los romeros jacobitas:
"El pasado mes de enero la Asociación de Empresarios de Campings y Parques de Vacaciones de Asturias decidía reconocer la trayectoria de este camping, pionero en el sector en la comarca oriental. «Este reconocimiento me hizo especial ilusión. Que compañeros del oficio valoren tu trabajo siempre es de agradecer», confesó la propietaria. La entrega tuvo lugar durante la comida anual de los asociados, que se celebró el pasado día 27 de enero en Cangas de Onís. «Durante estos encuentros charlamos y cambiamos impresiones, son muy positivos», explica Marta Morán"

En la bifurcación con otro de los accesos a la colonia de chalets continuamos de frente todo por la acera, pasando junto a la terraza del Chiringuito la Consentida, donde además de comer y beber se celebran fiestas y conciertos, al igual que en el Chiringuito la Patrona, situado un poco más atrás.


La apertura de estos chiringuitos de playa es uno de los síntomas del comienzo de la temporada de baños y veraneantes, siendo noticia en la prensa local, tal y como leemos en Celoriu.com del 25-5-2011:
"Si el tiempo lo permite el chiringuito gestionado por Toño y Miguel iniciará la temporada este mismo sábado. 
Uno de los síntomas inequívocos de la llegada del verano es la apertura de los chiringuitos de las playas de Palombina y Borizu. En este caso es éste segundo el que se adelanta, y tras unos días de pequeños arreglos y puesta a punto, si el tiempo lo permite abrirá sus puertas este próximo fin de semana. 
El espíritu que seguirá en el chiringuito es el mismo de años anteriores, mantendrá la parrilla, bocadillos, pizzas y un buen surtido de cervezas para hacer las delicias de la playa celoriana. Miguel será fundamentalmente la cara visible en el chiringuito este año, ya que Toño se centrará más en la gestión del Restaurante Villamar. Nuestra enhorabuena a ambos por el trabajo realizado años anteriores, y nuestros deseos de verlo lleno de nuevo. 
De momento la apertura se limitará a los fines de semana, hasta que una vez empezada la temporada mantenga los horarios de las temporadas pasadas"

De la misma manera, el cierre de estos negocios de temporada viene a ser también todo un acontecimiento que marca el final del verano. Noticia en el mismo medio el 24-9-2012...
"Los establecimientos de temporada van cerrando poco a poco sus puertas, y el resto retoma el horario otoñal tras un agosto que salvó los muebles gracias al buen tiempo. 
La llegada del otoño marca definitivamente el cierre de la temporada 2012 en Celorio, y los establecimientos de temporada van sucediendo sus respectivos cierres. El primero en cerrar fue el Club Marítimo, seguido del Restaurante Villamar, el Kiosko de «La Rotonda» y  el Restaurante «El Tábanu», que  cerraba la pasada semana aunque abrirá aún el próximo fin de semana. 
El chiringuito de Borizu y el restaurante Alsedi continúan abiertos, mientras que el Restaurante Morán ha confirmado a Celoriu.com que piensa seguir abierto al menos hasta el próximo puente del Pilar. Por su parte el Restaurante Chiqui abre ya únicamente los fines de semana. 
Por su parte el chiringuito de Palombina ponía fin a la temporada este mismo fin de semana, y nos dejaba este mensaje dirigido a todos sus clientes:
«Un año mas toca despedirse, con tristeza como siempre. Queremos dar las gracias a todos nuestros clientes y amigos por habernos acompañado un año mas. Esperamos que el próximo verano estéis todos de nuevo aquí, el chiringuito Palombina no seria nada sin vuestra presencia. Gracias infinitas!!!Nos vemos en diez meses que pasan volando. Un beso y un abrazo muy fuerte de toda la familia Gavito-Piney.»

Un poco más adelante y a la derecha, en el ramal que va a la Playa Borizu, está el Restaurante Nuevo Alsedi, fundado en mayo de 2022 sobre el que fue el Alsedi inaugurado justamente una década atrás y en el lugar de otro anterior, el Playa de Oro, anunciándolo así en Celoriu.com el 27-4-2012:
"El Bar Restaurante Alsedi abre sus puertas en el local del mítico «Playa de Oro», junto a la playa de Borizu en Celorio. Será especialista en buena cocina, tapas, bocadillos y paellas. 
Un nuevo negocio abre hoy sus puertas en nuestro pueblo. En el local del mítico restaurante celoriano «Playa de Oro«, que durante muchos años ofreció un exquisito servicio puntero para la época en Celorio, abre hoy sus puertas un nuevo establecimiento, el Bar Restaurante «Alsedi». 
El Alsedi estará especializado en buena cocina, destacando las tapas, bocadillos, paellas y también tendrá menú del día. El local también dispone de una confortable terraza. Deseamos a José y a sus hijos mucha suerte en esta nueva aventura empresarial que inician en nuestro pueblo y que aumenta la oferta gastronómica y hostelera de Celorio. 
Además, el equipo de Alsedi está ultimando su página web www.alsedi.es en la que pronto ofrecerán información detallada sobre su equipo, instalaciones, carta, etc. Entramos hasta la cocina para que conozcas al detalle cómo es el nuevo «Alsedi» en Celoriu"

Y estos son los edificios de la entrada al camping, en el primero está el Supermercado María Elena, que suministra a la colonia de veraneantes y bañistas de Borizu, así como también a los muchos peregrinos que por aquí pasan


Y seguidamente también la Sidrería María Elena, con su terraza, de opíparas y reparadoras comidas y cenas, pues campo y mar abren siempre un buen apetito


Enfrente está el cruce de Borizu, el Camino sigue de frente carretera adelante por La Ería de Alsedi, pero nosotros vamos a recomendar, si estamos bien de tiempo y fuerzas un corto desvío para conocer la playa y de paso continuar hasta la siguiente, L'Arenal de Troenzo, situado al fondo del campo roturado que vemos a la derecha


Pasando junto a la entrada al restaurante divisamos un hermoso  paisaje de esta llanísima ería entre las playas de Borizu y Troenzo en la que siguen presentes las labores agrarias tradicionales. Entre ambos arenales, que aún no llegamos a ver, una alargada loma pedregosa, con vegetación y peñas, es el istmo por el que la península de Borizu, que separa las dos playas, se une a tierra firme


La península es propiedad particular, la Finca El Borizu, por lo que fueron constantes las polémicas en base a la Ley de Costas, dado que por ahí se accede a una tercera playa, la de La Tayada, así como a El Púlpitu, un promontorio desde el que se divisa la famosa Cabeza del Cristo de Celoriu, un fenómeno visual costero en el que, buscando la posición correcta, las rocas componen una forma muy semejante al rostro de Jesús con su corona de espinas


Son pues muy pocos los metros que nos separan de la playa y merece la pena conocerla. Desde aquí vemos ya también la prolongación de la península hasta La Punta Borizu. La privatización de este magnífico promontorio la explica muy bien para La Nueva España el corresponsal Ramón Díaz en Borizu, la perla del edén, artículo publicado el 27-8-2010:
"El farmacéutico gijonés Tomás Vázquez-Azpiri, casado con la celoriana Manuela Alonso-Fueyo, supo ver en Borizu algo más que un puzzle de diminutas fincas de labor. Así que empezó a comprar, sin discutir demasiado el precio, las pequeñas parcelas de la península a los vecinos, hasta convertirlas en una sola, enorme. La llamó «Montemar». Un sueño, un paraíso, su capricho. Allí construyó una casa. Sin cableado eléctrico, el edificio, aún en pie, aunque en ruinas, se alumbraba gracias a una hélice que, movida por el viento, generaba corriente. Vázquez-Azpiri se pasaba las horas paseando por sus dominios. Era feliz en Borizu"

Aquella felicidad se vería truncada por el secuestro, en este mismo lugar, de su hijo, Héctor Vázquez-Azpiri (quien llegaría a ser un gran escritor y años después novelaría el caso), por El Bernabé o Nabé (Bernabé Fernández Santoveña), llamado El Último Bandolero, en la dura posguerra:
"Un grupo de jóvenes que jugaba al fútbol en la playa de Troenzo vio a una pareja que avanzaba del brazo hacia la península de Borizu. Nadie se extrañó, ya que la finca era lugar habitual de paseo de parejas y pandillas de amigos. Al cabo de unas horas se supo que el hijo del dueño de Borizu, un joven llamado Héctor, había sido secuestrado por dos hombres, uno de ellos vestido de mujer. Era uno de los disfraces habituales del célebre maquis Bernabé.

Nadie sabe a ciencia cierta si fueron veinte mil o treinta mil los duros que exigió Nabé por el rescate. Una auténtica fortuna en aquellos tiempos de penuria, que el boticario pagó sin rechistar por ver de nuevo vivo a su vástago. Un celoriano llevó el dinero, en bicicleta, hasta la zona de El Mazucu, en las estribaciones de la sierra del Cuera. Como Nabé había exigido, llevaba el hombre un pañuelo amarrado en la cabeza y una pernera arremangada. Cumplió el farmacéutico y cumplió Nabé: el chaval fue liberado y, con el tiempo, se convirtió en novelista.

Héctor Vázquez-Azpiri relataría unos años más tarde aquella terrible experiencia en su primera novela, «Víbora», con la que llegó a ser finalista del premio Nadal en 1955. José Ramón Gómez Fouz también relató aquella correría en su libro «Bernabé, historia de un mito»

Aún en la posguerra o recién pasada esta comienzan a sucederse unos cambios de propiedad que han dado lugar a numerosas historias en las que se hace a veces difícil separar la realidad de la fantasía. Continúa informando de esta fase Ramón Díaz:
"Ya en la segunda mitad del siglo pasado, el farmacéutico vendió Borizu al empresario catalán Luis Prat, quien anexionó el resto de las fincas de la península celoriana, hasta sumar exactamente nueve hectáreas menos veinte centiáreas de terreno.

Prat, dueño de una empresa de importación de coches de lujo, con sedes en México y Gijón, quedó prendado de Borizu. Fue un flechazo, amor a primera vista. Pero quería la península sólo para él, así que cerró la finca, lo que provocó encendidas protestas en Celorio, ya que los vecinos solían pasear y pescar libremente en esa zona. Su soberbio y envidiado Mercedes-Benz fue apedreado por varios lugareños. El asunto se resolvió con cuatro juicios en Oviedo. Prat los ganó todos.

El catalán, casado en Ribadesella, utilizó toda su influencia social y política, pero la casa de Borizu, construida en precario, nunca obtuvo la bendición definitiva por parte de la Administración. Prat intentó evitar el paso de extraños y compró varios perros de ataque. Las mordeduras y los correspondientes juicios fueron habituales durante años.

Al final, en los años ochenta, Prat vendió Borizu al banquero asturiano Pedro Masaveu Patterson, quien allí se olvidaba del agotador mundo financiero. Viajó a Celorio muchas veces de incógnito. Era su refugio, su válvula de escape, el lugar en el que hallaba la paz y el sosiego.

La familia de Pedro Masaveu, fallecido en 1993, vendió Borizu hace seis años a un empresario ovetense, que prefiere permanecer en el anonimato"

Justo antes de llegar a la playa El Chiringuito de Borizu, donde podremos parar a oír estas y otras historias, tomar algo en la barra o sentarnos en las mesas dispuestas en el prado ante el mar degustando las excelencias de la gastronomía asturiana

De frente a la playa y a este su acceso principal, vemos la Isla de Arnielles, casi siempre rodeada de agua pero a veces comunicada por un istmo arenoso con el arenal, cuando antaño se aprovechaba para pasar cabras a sus pastos. Recordemos que en Llanes se llaman islas cuando tienen vegetación y sobre todo pradería y castros cuando son peñones sin flora o muy escasa, es decir, sin prado

Atendiendo a la servidumbre de costas, un sendero que sale a nuestra izquierda recorre el trayecto sobre los acantilados de la playa, pero nosotros vamos a sugerir que, si la meteorología lo permite, casi siempre en verano y gran parte del año pues el arenal es largo y ancho, sobre todo en bajamar, continuemos por la misma playa

La playa es, insistimos, frecuentadísima en verano, a veces podríamos decir que incluso masificada, pero ya en septiembre la afluencia puede ir menguando, como los vacacionistas, a excepción de días de óptimas condiciones climáticas y sobre todo en fines de semana de buen tiempo, cuando aún apetece un chapuzón. Al llegar del otoño los numerosos bañistas son sustituidos por los paseantes, no apetecen ya los baños, por la temperatura, marejadas y ausencia de los salvamentos y otros servicios estivales, incluyendo los chiringuitos, pero a cambio el lugar permanece mucho más tranquilo

La Isla de Arnielles es también conocida en Celoriu como La Isla Borizu o del Borizu y su cota más alta es de 34 metros como máximo. Una de sus características principales no la vemos desde aquí pues está situada al norte, se trata de un gran entrante u oquedad que le da una peculiar forma de U o de cruasán, vista desde el aire

A la derecha hay una porción de playa conocida como Cabrera en recuerdo a las cabras que pastaban secularmente en estos campos y eran pasadas a los de la isla en ocasiones. En la Isla Arnielles o de Borizu existe un topónimo similar, Las Cabreras, por esta misma razón

Y otro topónimo isleño, El Güertu, descubre que en tiempos hubo también allí cultivos. Especialmente llamativo es que en el Apeo de Cepeda de 1713 los vecinos manifestaban que a la isla pasaban también "ganado mayor", es decir, vacas, bueyes caballos... nos imaginamos que siempre habrían de estar a la vista de algún pastor, dado lo apreciados que eran en las humildes casa campesinas, y el riesgo, no tan evidente para las montesinas cabras bien adaptadas a terrenos abruptos, de que pudiesen pisar mal y despeñarse

En bajamares la playa es profunda, llegando hasta los 430 metros en la parte más alejada entre el acantilado y el mar, por ello, salvo en las galernas del invierno o con condiciones muy adversas de grandes marejadas y vientos, es bastante factible andar por la arena sin riesgos la mayor parte de los días del año. Tal vez incluso más complicado en verano, cuando hay que mirar mucho para no pisar alguna toalla o tropezar con el petate de algún bañista, al llenarse la playa hasta la bandera

La Playa Borizu fue además escenario de cine para las películas Remando al Viento (1987) y You're The One (2000), la primera de Gonzalo Suárez y la segunda de José Luis Garci. Con motivo de la filmación, también en Borizu, de la serie televisiva La Señora, Ramón Pulido publica el 11-8-2009 para La Nueva España el reportaje Borizu, arenal de cine:

"Los parajes de Llanes han quedado inmortalizados en metros y metros de película a lo largo de las últimas décadas. Su fotogénica costa ha sido y es escenario de rodaje para numerosos largometrajes o seriales como es el caso de «La señora», historia ambientada en el primer tercio del siglo XX y cuyo equipo visitó hace apenas unos meses el arenal de Borizu, una playa galardonada con bandera azul y que se sitúa en la localidad de Celoriu, al oeste de Palombina y Las Cámaras.

La superficie de la playa de Borizu está cubierta en su totalidad por arena. Ocupa una superficie de cuatrocientos metros de longitud por unos setenta de anchura media. Uno de sus principales atractivos reside en la isla homónima, situada al Norte, y que es accesible a través de una lengua de arena durante la bajamar. El islote o tómbolo, también conocido popularmente como de Arnielles, posee una extensión que ronda las tres hectáreas. Sus bordes están salpicados de grutas y oquedales originadas por la acción erosiva del Cantábrico y guarda similitudes con otras ínsulas llaniscas como son la de San Martín, la de los Picones en Pendueles o la de Barru"


Los acantilados de la isla presentan numerosas grutas y cavidades, de ahí podría proceder el topónimo Arnielles, diminutivos de arna, raíz etimológica tal vez en el latín urnam, que suele hacer referencia a objetos huecos y que con arna da nombre en Asturias a la corteza de roble, el tronco de árbol ahuecado, vaso de colmena, etc. Borizu por su parte, como berezosu, berzosu y similares, podría hacer referencia a las berzas silvestres que constituirían su vegetación autóctona


La zona conocida como La Cabrera, la situada más a la derecha, en ocasiones llega a quedar separada en bajamares y es entonces prácticamente otro arenal. Ignacio Pulido relata en su artículo el sentir cotidiano de los veraneantes en esta cinematográfica playa de ensueño:
"Envueltos por la magia inherente al mundo del cine, decenas de bañistas apuran en Borizu su tiempo de relax. Jugando a las palas, echando una partida de cartas sobre la toalla, nadando o simplemente tomando el sol, convierten la playa cada día en un hervidero de actividad. 
Manuel Gingeira es un jubilado de la mina. Enamorado confeso del arenal, no escatima palabras a la hora de elogiar abiertamente las bondades de un enclave que ha adoptado como su segunda vivienda. «Poseía un piso en Torrevieja, adonde iba todos los veranos de vacaciones, pero lo vendí para venirme aquí», señala este portugués que vive en Mieres desde hace cuarenta y cuatro años. «Ahora tengo una casa móvil en Celoriu y todos los días paseo hora y media por la playa», subraya, a la vez que añade que durante la semana la tranquilidad es la principal baza con la que Borizu juega a su favor. «Ésta y la de Torimbia son las mejores playas de la zona», afirma, mientras sus nietas juegan en el agua. 
Borizu cuenta con la bandera azul de la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (ADEAC) desde hace varios años. La playa cuenta con accesos rodados desde la carretera que une Celoriu con Barru. Quizás el «talón de Aquiles» de este enclave llanisco sea la ausencia de un área de aparcamiento entendida como tal, aunque los vehículos pueden estacionarse sin problemas en una zona de la carretera habilitada para tal fin, en una explanada situada al borde de la playa junto a un chiringuito o en un prado privado. Las escasas infraestructuras en la costa confieren a la playa un aspecto seminatural, característica de la que carecen otros arenales de Celoriu eminentemente urbanizados como puede ser el caso de Palombina. 
El resto de prestaciones con las que se encuentran los usuarios de Borizu son la existencia de duchas, baños, fuente de agua potable, teléfono público, servicio de vigilancia, punto accesible y aseos para minusválidos, aparcamiento de bicicletas, punto de reciclado y zona autorizada de baño"

Caminamos hacia el oeste, hacia el otro extremo de la playa, cuya longitud en bajamares alcanza unos 360 metros (es más ancha que larga pues), mientras vamos viendo mejor los prados y acantilados de la península El Borizu y su finca, que se puso nuevamente en el mercado en 2012, lo cual dio pábulo a renovadas especulaciones. De este siguiente episodio informaría asimismo Ramón Díaz en La Nueva España el 14 de junio de ese año, La Península de Borizu está en venta:
"La península de Borizu está en venta. La finca, propiedad del empresario ovetense Alberto Delgado, está ubicada en Celoriu (Llanes) y guarda en su interior playas, acantilados, praderías, extraordinarias vistas y algunos de los rincones más espectaculares de la costa cantábrica. Tiene 90.000 metros cuadrados de superficie y cuenta con tres edificaciones: la vivienda principal, de 245 metros cuadrados; la casa de invitados, de 65 metros cuadrados, y una cabaña, de 105 metros cuadrados. Son edificaciones antiguas, construidas hace unos cincuenta años, pero se pueden rehabilitar de manera inmediata, ya que el dueño tiene al día y en regla todos los permisos y escrituras, incluidas las de primera edificación. La comercialización de la venta corre a cargo de la inmobiliaria Paraíso Asturias, de Nueva de Llanes. El propietario ha preferido no desvelar el precio de venta.
Alberto Delgado, que adquirió la península de Borizu en marzo de 2003 al banquero asturiano Pedro Masavéu Patterson, pretendía entonces habilitar en esa finca su residencia celoriana, pero pronto halló otra propiedad cercana que le permitía levantar un edificio de mayores dimensiones. Así que construyó una casa de más de 1.000 metros cuadrados y decidió poner en venta la finca de Borizu. Delgado destacó ayer su firme convicción de que, pese a la crisis, es «buen momento para vender» la península celoriana, ya que este tipo de propiedades no están habitualmente al alcance de particulares.  
El empresario ovetense intentó durante un tiempo vender la finca al Ministerio de Fomento, que había anunciado su intención de hacerse con esta propiedad y otras del litoral español de alto interés ambiental, cultural o paisajístico mediante acuerdos de compraventa con los propietarios. Hace sólo unos meses, Fomento confirmaba a este periódico que, por motivos económicos, había descartado la adquisición de las fincas por las que se había interesado, entre las que se encontraba, además de la de Borizu, la del monasterio de San Antolín de Bedón, en Naves de Llanes. 
Delgado aspiraba a que el Estado abriera la finca al público. Esa era su prioridad y por ello estaba dispuesto a vender «más barato que a un particular». Aquellas negociaciones estuvieron a punto de fructificar, pero la crisis económica acabó dando al traste con el acuerdo. A la vista de que a medio plazo el Estado no adquirirá la finca debido a los problemas económicos que afectan al erario, Delgado optó por ofrecer Borizu a posibles compradores privado 
El empresario subrayó que al estar la finca sujeta a la Ley de Costas, está permitida la construcción de todo tipo de instalaciones deportivas descubiertas, como canchas de tenis o de pádel y piscinas. 
La finca de Borizu, ubicada en un lugar privilegiado y utilizada en múltiples ocasiones como escenario de grabación de películas, había sido adquirida por Delgado, entre otras razones, porque fue propiedad a mediados del siglo pasado de un familiar suyo, el farmacéutico Tomás Vázquez Azpiri. En Borizu se registró una de las correrías del célebre maquis Bernabé, pues allí secuestró al hijo del boticario. Éste vendió la península al empresario catalán Luis Prat. A mediados de los años ochenta del siglo pasado, Prat la vendió a Masavéu"

Un día después, el diario El Comercio daba también la noticia con el artículo "Queremos tratarla como algo exclusivo", referido a la filosofía con la que la propiedad se ponía en venta:
"La franja costera de Llanes es una de las más apreciadas del Cantábrico. Se trata de un tramo que en poco más de 30 kilómetros reúne abruptos acantilados, salpicados por decenas de arenales de pequeño tamaño, algo que no tiene igual en todo el litoral del norte de España y que ha hecho del concejo llanisco uno de los principales destinos turísticos de Asturias, en particular, y de la costa cantábrica, en general. 
Recientemente se ha puesto a la venta una porción de terreno de este singular paraje. Se trata de una finca de unos 90.000 metros cuadrados que ocupa la península de Borizu. La propiedad, además del terreno en sí, consta de una vivienda principal de 245 metros cuadrados repartidos en dos alturas, de otra secundaria de 65 metros cuadrados y de una tercera edificación de 105 metros cuadrados y que en el pasado realizó las funciones de cobertizo. Estos tres inmuebles tienen más de medio siglo de antigüedad, por lo que los futuros propietarios deberán rehabilitarlos. 
Uno de los principales atractivos de esta porción de tierra es que junto a ella se encuentran tres de los arenales más llamativos del concejo llanisco: Borizu, Troenzo y La Tayada, a esta última sólo se puede acceder por mar o desde la propia finca, por lo que se asemeja bastante a lo que podría ser una playa privada. Otro de los aspectos llamativos de este lugar es que uno de sus puntos, cuando la marea está baja, adopta una silueta conocida popularmente como la cara de Cristo, y que es objeto de numerosas fotografías de vecinos y turistas. 
Según se asegura desde la inmobiliaria Paraíso Asturias, entidad que se encarga de la venta de esta propiedad, dentro de la finca es posible construir instalaciones deportivas al aire libre como canchas de tenis, pádel o piscinas. «Queremos tratar esta finca como algo exclusivo, no por su coste económico, sino por las características naturales del lugar», se apunta desde esta inmobiliaria de Nueva, que no tiene anunciada la venta de la propiedad, sino que lo que hace es buscar posibles compradores de manera directa o a través del boca a boca a particulares que puedan estar interesados. «Tenemos personas que han preguntado por la propiedad. Normalmente son gente de alto poder adquisitivo, muchos de ellos de fuera de Asturias y también del extranjero», señalan en la inmobiliaria. 
El propietario del terreno, el empresario ovetense Alberto Delgado, recuerda que el primer dueño de esta gran finca fue su tío abuelo, el farmacéutico Tomás Vázquez Azpiri, que éste después la vendió al empresario catalán Luis Prat, quien a su vez se la cedió a los Masavéu, a quien la compró Delgado. «Cuando tenía ya el proyecto para rehabilitar las viviendas me surgió la posibilidad de comprar otra finca cercana con una edificabilidad mayor de unos 1.000 metros cuadrados», explica el empresario, que por este motivo decidió poner la finca de la península en venta. Delgado recalca que la «propiedad está consolidada y tiene toda la documentación en regla para que la persona que la compre pueda hacer las reformas que estime oportunas de manera inmediata»"

Dos años más tarde, el 25 de mayo de 2014, el redactor Ramón Díaz vuelve a informar de la situación de venta también en La Nueva España con Borizu, la joya deseada del Cantábrico:
"La joya del Cantábrico está en Celoriu. La península de Borizu, objeto de deseo de millonarios, refugio secreto de sus sucesivos dueños, escenario de novelas y plató cinematográfico, es un paraje de leyenda, situado en el corazón del concejo de Llanes. En su interior guarda playas con las arenas más blancas y finas, praderías extraordinarias, grandiosos acantilados, vistas imponentes hacia los cuatro puntos cardinales, e incluso el perfil de la "cara" de Cristo. Borizu es, sin duda, uno de los rincones más hermosos del norte de España. Y de los más desconocidos. Suma 90.000 metros cuadrados, delimitados por las playas de Borizu y Troenzo, y con otro arenal más en su interior, el de La Tayada. 

El Ministerio de Medio Ambiente quiso adquirir la península hace ocho años. La operación estuvo a punto de fructificar, pero el estallido de la crisis económica desbarató el acuerdo. Un grupo de empresarios mexicanos de origen asturiano, encabezados por el billonario Manuel Arango, pretende ahora adquirir en Asturias una "península bellísima", presumiblemente la celoriana, pues no hay otra en venta en la región, con la idea de ceder después la propiedad al Estado para que la convierta en un parque natural. La península, en venta desde hace unos años, es propiedad del empresario ovetense Alberto Delgado y cuenta con tres edificaciones: la vivienda principal, de 245 metros cuadrados; la casa de invitados, de 65 metros cuadrados, y una cabaña, de 105 metros cuadrados. Todo ello está en ruinas, pero se puede rehabilitar de manera inmediata, ya que el dueño tiene al día y en regla todos los permisos y escrituras, incluidas las de primera edificación. Al estar la finca sujeta a la Ley de Costas, está permitida la construcción de todo tipo de instalaciones deportivas, como canchas de tenis o de pádel y piscinas.

Alberto Delgado adquirió la península de Borizu en marzo de 2003 al banquero asturiano Pedro Masaveu Patterson. Pretendía entonces habilitar en esa finca su residencia celoriana, pero pronto halló otra propiedad cercana que le permitió levantar un edificio de mayores dimensiones. Así que, tras fracasar las negociaciones con Medio Ambiente, puso en venta Borizu. Delgado evitó ayer confirmar o desmentir si Borizu es la península que pretende adquirir Manuel Arango, pero si subrayó, como ya hizo al poner en venta la finca, que su prioridad es que quede abierta al público. Por eso, aunque tiene varias ofertas, tanto de particulares como fundacionales, está dispuesto a vender "más barato" a quien proponga para la península el proyecto que más favorezca a Celoriu y a los ciudadanos. La finca de Borizu, utilizada en múltiples ocasiones como escenario de grabación de películas, fue adquirida por Delgado, entre otras razones, porque fue propiedad a mediados del siglo pasado de un familiar suyo, el farmacéutico Tomás Vázquez Azpiri.

En Borizu se registró una de las más sonadas correrías del célebre maquis y bandolero Bernabé Ruenes Santoveña, "Nabé" pues allí secuestro al hijo del boticario. Treinta mil duros, una fortuna entonces, pagó el farmacéutico por ver de nuevo vivo a su vástago. Un celoriano llevó el dinero, en bicicleta, hasta la zona de El Mazucu, en la sierra del Cuera. El chaval fue liberado y, con el tiempo, se convirtió en novelista. Gómez Fouz relató aquella correría en su libro "Bernabé, historia de un mito". Tomás Vázquez Azpiri había ido comprando diferentes fincas en Borizu. Allí construyó una casa, que, sin luz eléctrica, se alumbraba gracias a una hélice que generaba corriente. El boticario vendió la península al empresario catalán Luis Prat, quien anexionó el resto de las fincas de la península. A mediados de los años ochenta del siglo pasado, Prat la vendió a Masaveu"

Pasan dos meses más y es otro periodista y otro periódico, José Ahumada en El Diario Vasco, cuando  a fecha 20 de julio de 2014, glosa la figura de Manuel Arango, empresario y filántropo astur-mexicano que se decía estaba interesado en comprarla para cederla al Estado a cambio de su preservación, con el artículo El coleccionista de paisajesreferido 
"Islotes, cuevas submarinas, prados, playas y unas vistas incomparables son algunos de los tesoros reunidos en un terreno de 90.000 metros cuadrados, propiedad del empresario ovetense Alberto Delgado y que desde 2012 se encuentra a la venta por algo menos de dos millones de euros.

Borizu podría convertirse en un espacio natural protegido en caso de que un grupo de hombres de negocios de origen mexicano y ascendencia asturiana se decida finalmente a adquirirlo con el único objetivo de preservar su belleza. El proyecto sonaría demasiado fantasioso de no hallarse tras él el 'coleccionista' de paisajes Manuel Arango, una de las personas más ricas de su país y fundador, en los 50, de la cadena de hipermercados Aurrerá junto a sus hermanos Jerónimo y Plácido (Forbes estima que entre los tres suman más de 3.000 millones de euros).

Hace décadas que Manuel Arango (Tampico, 1936), es tan rico como para no tener que pensar en el dinero; de hecho, sus actuaciones filantrópicas llevan ya tiempo ganando terreno a su actividad empresarial. La defensa del medio ambiente fue una de sus más tempranas preocupaciones: comenzó promocionando los productos 'verdes' -papel reciclado, detergentes biodegradables, etc- desde los comercios familiares, e incluso exigió buenos hábitos ecológicos a sus proveedores. En los 90 decidió transformar una finca que poseía cerca de la capital en parque; hoy es una fundación en la que trabajan 150 personas y que funciona como una empresa: miles de visitantes pagan entrada y contribuyen a su mantenimiento económico. Pero el paso definitivo lo dio cuando compró Espíritu Santo, una isla del tamaño de Manhattan enclavada en el Mar de Cortés, en Baja California, para cedérsela al Estado con la condición de que garantizase su conservación. En esta zona, que Jacques Cousteau llamó «el acuario del mundo», declarada posteriormente Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, todavía es posible nadar sobre fondos de arena blanquísima entre focas y lobos marinos.

El propio Arango confirmó en una reciente visita a España que estaba «en negociaciones» para hacerse con «una península bellísima para donarla al Estado español y que la convierta en parque». Hubo quien pensó que podría estar refiriéndose a los Jardines de Fonte Baixa, en Luarca -más conocidos como 'Jardines de Panrico' porque su dueño, José Rivera, fue uno de los fundadores de aquella empresa-, una parcela de once hectáreas con medio millar de especies vegetales de todo el mundo y ejemplares tan singulares como un castaño de seis siglos o un algarrobo milenario. Es cierto que aguarda comprador -que pague casi nueve millones-, y que se adentra en el mar, pero no puede considerarse una península"

Borizu, en cambio, cumple las condiciones. De hecho, Fomento mostró interés por el enclave por su riqueza natural, aunque la crisis se llevó por delante un acuerdo que parecía cercano. Su propietario estaba dispuesto a venderlo más barato que a un particular: Alberto Delgado solo pedía que se abriera al público. Desde el entorno del vendedor se admiten ahora nuevos contactos. «No hay nada firmado. Se ha visto, pero no se ha hablado de dinero»

La prensa siguió dando cabida a todas aquellas operaciones inmobiliarias que se decía se estaban planeando, proyectando o llevando a cabo. De esta manera llegamos al 29-11-2015, cuando Terry Basterra publica en El Comercio Patrimonio arquitectónico en venta:
"La comarca del Oriente de Asturias alberga un número importante de joyas arquitectónicas y propiedades que se encuentran en venta al alcance sólo de los clientes más exclusivos. Se trata de palacios, villas, hoteles y chalets con mayor o menor cantidad de terreno situados tanto en los concejos costeros como también en los del interior de la comarca.

Muchos de ellos se ofertan en inmobiliarias de la zona y del conjunto de España, pero estas propiedades también interesan a clientes extranjeros con alto poder adquisitivo a los que cada vez atrae más Asturias. Con el fin de atender esta demanda se creó Asturian Property, una agencia inmobiliaria impulsada por la colunguesa Miriam Malga, que tiene en cartera más de una decena de espectaculares inmuebles en el ala oriental de la región. Ella ha sido la persona que ha intermediado en la reciente venta de la península de Borizu a una pareja británica de inversores que viven a caballo entre Europa y Nueva Zelanda. Y puede que ellos no sean los únicos extranjeros que decidan comprar una propiedad en el Oriente en los próximos meses (...)

Entre sus clientes hay holandeses, alemanes, rusos o británicos. «Tengo varios clientes con alto poder adquisitivo que están buscando propiedades por la zona. Llevan años mirando pero estaban esperando a que los precios acabasen de bajar. Desde enero han visto que el sector inmobiliario se está reactivando y hay más movimiento. Es posible que antes de final de año o a comienzos del próximo cerremos alguna nueva venta», avanza.

Entre estos clientes exclusivos está la pareja británica de inversores que se ha hecho con la península de Borizo, otra de las propiedades que Malga ofrecía a través de Asturian Property y que también estaba en cartera de otras dos inmobiliarias del concejo de Llanes. «Ellos pasan nuestros inviernos en Nueva Zelanda y los veranos en Europa. Estuvieron ya mirando otra propiedad en Asturias, pero se decidieron por esta. Empezamos las negociaciones en junio pero no la vendimos hasta la semana pasada y firmamos la escritura este martes», recuerda Miriam. El precio de venta no ha trascendido aunque en la página web de esta inmobiliaria figuraba hasta hace unos días que estaba valorada en 1,7 millones de euros. Otra cosa es el acuerdo al que hayan llegado los compradores con el anterior dueño, que no tiene por qué coincidir necesariamente con el precio de salida que se le dio hace unos años.

Se trata de una finca de unos 90.000 metros cuadrados y que ocupa la península de Borizu. La propiedad, además del terreno en sí, consta de una vivienda principal de 245 metros cuadrados repartidos en dos alturas, de otra secundaria de 65 y de una tercera edificación de 105 metros cuadrados y que en el pasado realizó las funciones de cobertizo. Estos tres inmuebles tienen más de medio siglo de antigüedad, por lo que los nuevos propietarios deberán rehabilitarlos.

Uno de los principales atractivos de esta porción de tierra rodeada por el Cantábrico y adquirida por la pareja de inversores británica es que, junto a ella, se encuentran tres de los arenales más llamativos del concejo llanisco: Borizu, Troenzo y La Tayada y, a esta última, sólo se puede acceder por mar o desde la propia finca. Los nuevos propietarios tienen previsto dejar una servidumbre de paso amplia para facilitar el acceso al arenal. Otro de los aspectos significativos de este lugar es que uno de sus puntos, cuando la marea está baja, adopta una silueta conocida popularmente como la cara de Cristo, y que es objeto de fotografías de vecinos y turistas.

Pero vender una propiedad de estas características lleva tiempo. Su anterior dueño, el empresario ovetense Alberto Delgado, la adquirió en 2003 y tras un tiempo, decidió venderla al ver que no podía construir allí la vivienda que él tenía en mente. Pero antes de venderla propuso al entonces delegado del Gobierno, Antonio Trevín, llegar a un acuerdo para que se hiciese con ella el Estado. «Nos ofrecimos a bajar su precio si se iba a abrir al público pero con la llegada de la crisis se paró todo y decidí ponerla en venta», recuerda Delgado.

Esta propiedad también estuvo a punto de ser sede de una fundación vinculada al medio ambiente. Este empresario mantuvo contactos con el magnate mexicano Manuel Arango Arias. La iniciativa preveía rehabilitar los inmuebles existentes para que se pudiesen realizar allí convenciones además de estudios relacionados con el mar y la montaña, pero la iniciativa no cristalizó por la falta de colaboración de algunas de las empresas. Finalmente la península ha sido adquirida por estos dos británicos. «Les encantó la propiedad. Les expliqué todas las peculiaridades de la zona por la ley de Costas y les aconsejé ser permisivos con el tema de los cierres, siempre claro que la gente sea respetuosa, porque eso es una propiedad privada», indica. Los nuevos propietarios cerrarán la propiedad, pero no en su totalidad, al menos inicialmente, y tienen previsto en determinadas zonas ceder más metros de los 6 previstos por la servidumbre de paso de la ley de Costas, para hacerla más transitable"

Como hemos visto, no solamente la prensa asturiana se hacía eco de estas noticias, otros periódicos iban anunciando todo este arduo proceso. Así, el periódico El Mundo y a fecha 3-12 del 2015 publica La cotizada península asturiana de la "cara de Cristo" ya tiene nuevos dueños:

"La península de Borizu, también conocida como 'la cara de Cristo', en Celorio (Llanes, Asturias), ya tiene dueños. Esta joya, que constituye uno de los perfiles rocosos más conocidos de la costa cantábrica, era propiedad, desde 2003, del empresario ovetense Alberto Delgado, que relevó a una saga de banqueros asturianos: la familia Masavéu, dueños de la península desde los años 80.

En el año 2012, Delgado ponía a la venta la finca en una inmobiliaria local, que fijó su precio en "menos de dos millones de euros", según informó entonces Fernando Santos Torres, responsable de Paraíso Asturias. Durante tres años la península ha tenido colgado el cartel de Se vende en esa inmobiliaria. Sin embargo, la venta final ha corrido a cargo de Miriam Malga, de la agencia inmobiliaria Asturian Property, que trabaja desde Reino Unido y España. Los compradores han sido una pareja británica que alterna su vida entre Nueva Zelanda durante el invierno europeo y España durante la temporada de verano.

La propiedad, de un total de 90.000 metros cuadrados de superficie, alberga tres edificaciones. Se trata de una vivienda principal de 245 metros cuadrados (que data de 1952); la casa de invitados, de 65 y un cobertizo de 105 metros cuadrados. Los nuevos propietarios tienen intención de rehabilitar estos edificios antiguos, que además están afectados por la Ley de Costas, para pasar allí las temporadas de verano en el país. Aunque no es posible la ampliación de los metros cuadrados de vivienda construibles, sí es posible la construcción de instalaciones deportivas abiertas.

La península constituye un paraíso natural. Muestra de ello es el interés en utilizarla como escenario de las películas Aoom (1970) y El genio tranquilo (2005), ambas del director ovetense Gonzalo Suárez.

La sensación de intimidad que otorga a los inquilinos es inigualable. La propiedad está flanqueada por las playas de Borizu y Troenzo y, en su interior, alberga la playa de La Tayada. La finca se encuentra cerrada por un muro, aunque se acceso a pie es libre por la zona oeste, puesto que pertenece a la zona de servidumbre de Costas"


Y por fin, el 22-12-2015, Ramón Díaz entrevista para La Nueva España a los nuevos propietarios de la finca, quienes se muestran muy interesados en su conservación
"Construiremos algo respetuoso con el entorno", anuncian los dueños de Borizu. Los británicos Bob y Philippa Medlock ya trabajan con su arquitecto para rehabilitar los edificios para que la finca sea su residencia habitual en Europa
Los nuevos propietarios de la espectacular península de Borizu, en Celoriu (Llanes) ya trabajan con su arquitecto para rehabilitar las construcciones existentes, con la idea de convertir la finca, a partir de 2017, en su residencia habitual durante sus estancias en Europa, pero, a la vez, dejando paso libre hacia la "Cara de Cristo" y otras zonas desde las que se pueden contemplar magníficas vistas. Los británicos Bob y Philippa Medlock, que se encuentran desde hace unos meses en Nueva Zelanda, donde disfrutan cada año del verano austral, han contestado a un cuestionario enviado por LA NUEVA ESPAÑA a través de Miriam Malga, responsable de Asturian Property, la agencia que intervino en la compraventa.
Los dueños de Borizu adquirieron la península en noviembre al empresario ovetense Alberto Delgado. El matrimonio británico conocía Asturias desde hacía años. "Hace tiempo que estábamos buscando una casa de vacaciones y decidimos volver a Asturias el año pasado después de varios años sin venir.", señalaron. La pareja asegura que eligió Asturias, en vez de Galicia o Cantabria, "por el clima, el buen acceso y las comunicaciones".
Supieron que la península, una de las "joyas" del Cantábrico, estaba en venta en 2014, a través de internet. Decidieron adquirirla porque tiene "una situación maravillosa y es una propiedad única", indicaron.
En cuanto a sus planes para el futuro de Borizu son muy claros: "queremos rehabilitar las construcciones que hay en la península para disfrutar de nuestra casa de vacaciones con familia y amigos. Estamos trabajando con nuestro arquitecto y las distintas autoridades para crear algo respetuoso con el entorno", añadieron los Medlock.
También tienen clara otra cosa: no construirán canchas deportivas u otro tipo de instalaciones en la finca, pese a que la legislación urbanística vigente en Asturias sí se lo permite. Dijeron "definitivamente no" a nuevas instalaciones en Borizu. "¿De dónde ha salido ese rumor?", preguntaron.
Los Medlock esperan poder instalarse en Borizu en el verano de 2017. Su idea es cambiar su residencia habitual en Europa, en la actualidad situada en Gran Bretaña, por la península llanisca. "Hemos adquirido un gran compromiso con la zona y tenemos muchas ganas de disfrutar de la península durante años", resaltó el matrimonio, que suele pasar seis meses en Europa y otros tantos en Nueva Zelanda, aprovechando los veranos de ambos hemisferios. Ambos están prejubilados. Los propietarios de la finca celoriana planean "separar parte de la zona privada de la península", pero dejando paso libre, incluso más allá de la zona de servidumbre de Costas en algunos puntos. Esperan acometer esta idea "de una forma respetuosa con los alrededores para dar acceso a la 'Cara de Cristo' y a las maravillosas vistas" existentes.
En cuanto a si ven posible compatibilizar sin problemas los usos privados y públicos en la finca, los Medlock son optimistas: "los cambios nunca son fáciles pero esperamos llegar a un acuerdo satisfactorio". El matrimonio británico, que antes de comprar Borizu estuvo en negociaciones para adquirir una finca en Villaviciosa, no tiene pensado adquirir ninguna otra propiedad en Asturias. "La península ya es suficiente para nosotros", concluyó la pareja británica.
La península de Borizu ofrece uno de los parajes más espectaculares del norte de España, pues guarda en su interior playas, acantilados y praderías. La finca está cerrada por un muro y una gran portilla, pero hay una entrada peatonal en el extremo oeste. Aunque la finca es privada, la entrada, a pie, es libre por el borde litoral, pues forma parte de la zona de servidumbre de Costas"

Es muy posible que no todos los inquilinos de la finca El Borizu tuviesen unos recuerdos tan románticos, el escritor Héctor Vázquez Azpiri relataría de esta forma para J. Morán en La Nueva España (30-5-2012) las duras impresiones y recuerdos de su secuestro por El Bernabé:
 «En 1951 fue el secuestro. Veraneábamos en Celorio, cerca de Barro, y el que cuidaba la casa era Jesús Somoano. También teníamos una cocinera, Esther, y otra chica que era una preciosidad de mujer. Llegaron por la noche el Bernabé y Eduardo. Éste iba disfrazado de veraneante y Bernabé, que era pequeño y cabezón, de mujer, con falda y pañuelo en la cabeza. Yo estaba acostado ya y mi madre, para no asustarnos, nos avisó diciendo que habían llegado unos amigos. Mi padre estaba limpiándose los dientes, bajó y se encontró con que uno de ellos tenía una bomba de mano con la anilla ya quitada. Yo estaba en la cama; Bernabé entró y puso encima un pistolón, un nueve largo. "Tú eres Bernabé", le dije. "Sí, por suerte o por desgracia", respondió. No me hice el valiente, porque hubiera sido una estupidez; lo llevé con frialdad. Piden el dinero, pero no lo había en casa, así que querían llevarse a mi padre, pero yo, qué coño iba a entenderme con los bancos, con lo que me llevaron a mí como garantía. Salí amarrado y aquella chica empleada se lanzó a darme besos. Me besó las manos, y Eduardo me miró contrariado, como si a él le gustase la chica y creyera que yo me había estado aprovechado de ella. No era así; yo le tenía un gran respeto. La cocinera le decía de mí a Bernabé: "Es muy buen rapaz, muy buen rapaz". Lo conocía desde niño». 
«Me llevaron al monte. El Bernabé se quito la ropa de mujer. Llevaba pendientes y le pedí uno de recuerdo. Me lo dio, pero luego me lo quitó la Guardia Civil, tras el rescate. Entonces se disfrazaron de guardias civiles, y aunque el disfraz era malísimo (el rombo del uniforme era de tela, por ejemplo), daba la sensación de que eran guardias. Cogieron también unas metralletas y todos los trastos de matar. Pasamos cerca de la carretera y vi pasar algún camión. Sentí envidia de aquellos camioneros. Tuve que escribir el itinerario que tenía que seguir Jesús Somoano para llevar el rescate al monte. Tenía que pasar por varios pueblos antes de llegar a nosotros, ir en bicicleta con el dinero, y con una pernera arremangada y un pañuelo en la cabeza con nudos. Al escribir esa nota es donde noté cómo era Eduardo, porque dijo que el pañuelo iría atado "a guisa de boina". Cogí lo de "a guisa". Él también había dicho en otro momento "es que nos ponen ustedes en esta tesitura". El Bernabé, en cambio, era una bestia y se ponía muy violento. Al principio, echaba mano a la pistola y decía: "¡Cago en D?! Aquí morimos todos". Bernabé era un tío al que si le pisas un callo se creía con derecho a matarte. El Bernabé dictaba la nota de instrucciones y yo le corregía alguna falta de sindéresis. Le decía "aclárate", porque yo era un purista y no toleraba un gerundio mal empleado. Antes de que me sacaran de casa ya le había corregido otra vez. Le hice bajar unos miles de pesetas del rescate, porque le dije: "Coño, llévate en su lugar unos prismáticos, que te vendrán bien". Suerte que los encontré en casa y se los di. Pero así como el Bernabé era un animal, cuando Eduardo dijo lo de "a guisa" lo vi como una persona mucho más serena. A Bernabé le pregunté si había leído la novela "Sachka Yegulev", de Leonid Andreyev, que va de un secuestro. "Yo no leo", me respondió, así que era el otro con el que podía hablar y, en fin, defenderme. A Eduardo le apunté escritores que podía leer, porque estaba muy atrasado. Contaba chistes antiguos, como el de un tartamudo de los años veinte. Le puse un poco al día y le conté chistes más recientes. Me dejó un bloc y le escribí los nombres de escritores». 
«Pasé un momento malo cerca del Cuera, no lejos de Porrúa. Me dice el Bernabé que me tire al suelo y veo que sacaba un puñal. Pensé: "No voy a dejarme morir estúpidamente", pero lo que sucedía es que pasaba por allí el agua de Porrúa y él pinchó en el plomo de la tubería para que bebiéramos. Pasé miedo en ese momento y cuando hubo un tormentón. Me habían puesto un saco en la cabeza y cayó un rayo. Caí por el suelo como llevado por algo. Fue una sensación muy desagradable que mucho tiempo después padecí también una vez en México, durante un terremoto. Te entran las náuseas de repente y tienes ganas de vomitar. El secuestro no llegó a dos días. Llegó Somoano en la bicicleta. Bernabé había bajado antes a esperarle, a la carretera del Pozal, y me dejó con Eduardo. Después subió con el fajo de billetes. Sacaban limpias 100.000 pesetas, pero creo que mi padre, por equivocación, les dio 10.000 pesetas de más. Pasan cosas curiosas que no se esperan. En Celorio estaba un indiano de México, aunque apenas teníamos trató con él. A pesar de que mi familia no podía decir nada del secuestro, por orden de la Guardia Civil, lo supo la gente y este indiano se prestó a mi padre para darle el dinero, pero él no lo aceptó, sino que fue al banco y lo sacó». 
«Me llevaron al monte de nuevo, antes de separarnos. Ahí es donde metí la pata otra vez, porque sin querer le di un manotazo al Bernabé, que tenía la pistola en la mano. No pasó nada y me despedí de ellos. Le di la mano al Bernabé y le dije: "Espero que no nos veamos más en estas circunstancias, sino más amistosamente". Me dijo que no diera parte hasta el día siguiente por lo menos. Lo prometí y lo cumplí. También me dijo que fuera caminando hasta casa, que estaba en el quinto coño, bajo la lluvia. Eso no lo cumplí. Somoano y yo cogimos un taxi de Posada. El taxista, que también era electricista, me contó que había pasado miedo porque pensó que lo íbamos a atracar. Llegué a casa y estaba allí aquel indiano. Mi padre por poco me rompe los huesos del abrazo que me dio. A Eduardo lo pillaron al cabo de años, después de que matara al Bernabé. Cuando pidieron la pena de muerte para él, mi padre fue a verle a la cárcel. Se la conmutaron. Eduardo había estado en el maquis y antes de la guerra había matado a alguien en la mina. Tenía el pretexto de la guerra para sus andanzas y sobre él pesaba la acusación de varias muertes. El Bernabé había estado haciendo la mili en Oviedo y le dio un golpe un sargento. Cogió una pistola y no sé si le mató a él o a otro, y se tiró al monte. El Bernabé era un ser deforme, hinchado de cabeza. Además tenía una encefalitis y por lo visto daba voces en el caserío donde estaban escondidos. Eduardo, por miedo a ser descubiertos, cogió un piquete y se lo quitó de en medio».

Nabé no era un maquis o un fugáu, como se conocía a los últimos combatientes republicanos que aún resistían en los montes tras la Guerra Civil, se trataba de un prófugo o huido de la justicia que escapó del cuartel militar tras abrirle la cabeza a un superior con la culata de un fusil durante una discusión, o al menos esa es la versión más extendida de un personaje del que tampoco puede separarse bien la verdad de la ficción. Tras ello Bernabé se ganó la vida asaltando y secuestrando según la técnica de los bandidos del siglo XIX, sólo que en plena posguerra. Numerosas plumas se han ocupado de él, quien fuera Cronista de Llanes, José Ignacio Gracia Noriega, lo hace con En busca de Bernabé, a raíz del libro biográfico del investigador José Ramón Gómez Fouz titulado Bernabé "El mito de un bandolero":
"El libro de José Ramón Gómez Fouz, el gran boxeador asturiano, vuelve a poner de actualidad al famoso Bernabé, a Bernabé Ruenes Santoveña, bandolero llanisco. Sobre Bernabé se han escrito varios libros y algunos con testimonios de primera mano, como son la novela «Víbora» y el libro «Los bandoleros asturianos», de Héctor Vázquez Azpiri, que estuvo secuestrado durante unos días por el bandolero y que obtuvo, de aquella poco deseable experiencia, material literario: en parte así habrá compensado las cien mil pesetas que Bernabé le exigió a su familia, lo que era una cantidad importantísima a comienzos de la década del cincuenta. Posiblemente la novela «Testamento en la montaña», de Manuel Arce, relate también aquella historia y Enzo sea Bernabé. Quien sí se propuso hacer una película sobre Bernabé fue Manuel Gutiérrez Aragón en «El corazón del bosque», pero lo único que consiguió fue un filme pedantesco e inútil, innecesariamente basado en «El corazón de las tinieblas», de Joseph Conrad, y donde desaprovecha las grandes posibilidades argumentales que le ofrecía el variado historial del bandido.

Puede decirse, pues, que, con el libro de Gómez Fouz, Bernabé volverá a ponerse de moda, aunque yo creo que nunca dejó de estarlo.

Hace dos o tres inviernos, por Navidad, se rumoreaba insistentemente en los bares, en las plazas y en los mercados de Llanes y de Posada que Bernabé había vuelto: que se había ido a Venezuela al final de los años cincuenta y que allí se había hecho la cirugía estética y había hecho fortuna. La familia de Bernabé nunca habló de él como si estuviera muerto.

Yo le pregunté al director de un Banco amigo mío (porque los directores de los bancos se enteran de muchísimas cosas) si eran ciertos aquellos rumores y me contestó: «Eso dicen».

Bernabé puede que haya sido el hombre más popular de la Asturias oriental durante algunos años.

Si no se le podía encuadrar entre los bandoleros que Eric J. Hobsbawn clasifica bajo el epígrafe de «Robin Hood» (es decir, aquellos que robaban a los ricos para dárselo a los pobres), sí se tejió en torno a él una leyenda próxima al «sebastianismo»: es decir, que lo mismo que los portugueses esperaron que regresara su rey don Sebastián, muerto o desaparecido en la batalla de Alcazarquivir, en Llanes, de vez en cuando, se dice que Bernabé regresa; pero no regresa como bandolero, sino como indiano que vuelve para curar nostalgias y para ver a la familia.

A Bernabé se le torció la vida mientras hacía la «mili»: un día tuvo una discusión con un sargento y le rompió un mosquetón en la cabeza.

El mosquetón rompió porque la culata estaba apolillada; pero Bernabé desertó y se echó al monte, no se sabe si por haber roto el mosquetón o haberle roto la cabeza al sargento.

Ambas cuestiones eran graves. Pero lo cierto es que nunca fue político, ni tuvo contactos con el maquis, ni jamás se unió a Juanín, un «huido» santanderino, a medias partisano, a medias bandolero. Yo le pregunté al guerrillero Pepe Mata por Bernabé y me contestó que no lo había conocido; tampoco le conoció el comandante Flores.

Los escenarios de Bernabé eran los de la Asturias oriental, que conocía perfectamente, porque había sido cazador, y alguna vez llegó a León en sus incursiones.

También había sido tejero. Yo recuerdo la noche que asaltó a un pariente mío, que acababa de llegar de México, disfrazado de guardia civil. Mi pariente, Nacho, tenía a sus hermanas en Serronda, en Posada, pero se fue a dormir a Llanes.

Fue a mi casa y estaba muy nervioso. Yo era un niño y cenaba huevos fritos con arroz blanco. Siempre que como huevos fritos con arroz blanco me acuerdo de Bernabé"

Y por estos senderos y vericuetos por los que vamos a andar nosotros, subiendo de la playa al istmo, rumbo al Arenal de Troenzo, fue por donde anduvo también Bernabé o El Bernabé a perpetrar su delito en Borizu. De su biografía escribe también Picafuelles en otro medio digital asturiano, Buscolu, con  Bernabé el último bandolero (15-10-2014), pues como bien dice "su historia no acabó con su muerte":
"Bernabé fue un mítico bandolero que trajo en jaque a la Guardia Civil de la época en los concejos de Llanes, Ribadesella, Colunga, Villaviciosa, Piloña, Cabranes y Parres, durante un periodo de diez ó doce años en las décadas de los 40 y los 50 del pasado siglo XX, en diversos lugares de estos concejos, cometió múltiples atracos a mano armada. 
Bernabé Ruenes Santoveña, había nacido en el concejo de Llanes, era un joven totalmente normal, pero debido a un problema que tuvo con uno de sus superiores mientras realizaba el servicio militar en Gijón, fue sometido a un consejo de guerra y condenado a 30 años de cárcel, cuando le iban a trasladar del cuartel a la cárcel se fugo, y se hecho al monte comenzando así su vida de bandolero. 
Durante sus andanzas por estos concejos se forjaron sobre el muchas leyendas, se decía que nunca atentaba contra la gente normal, entre la que a menudo se mezclaba para pasar desapercibido, también se decía que el dinero que conseguía en sus atracos lo compartía con algunas personas que le daban protección y cobijo enlos diversos lugares donde pasaba grandes temporadas y cerca de los cuales nunca cometía ninguna fechoría. 
En el concejo de Colunga tuvo una de sus bases en la zona de Pivierda, también eran conocidas sus estancias en el pueblo de San Feliz, parroquia de Rales y también en El Llugaron, cerca de Miravalles (Villaviciosa), era muy comentada y a veces admirada, la gran habilidad que tenía para burlar la presencia de la Guardia Civil cuando se veía acorralado, utilizando alguna estratagema que siempre le permitía escabullirse, lo que llevo a mucha gente a pensar si no seria que la Guardia Civil le tenía cierto miedo y prefería no enfrentarse a él cara a cara, hay que tener en cuenta que Bernabé nunca fue detenido. 
Como consecuencia de uno de sus múltiples enfrentamientos con la Guardia Civil fue herido, alojándosele un trozo de metralla en la pleura, esto le imposibilitaba bastante y no pudiendo ser atendido en un hospital, pues si se daba a conocer seria inmediatamente detenido, se refugió en la zona de Pivierda donde finalmente uno de sus compañeros le dio muerte pues debido a las secuelas de sus heridas, sufría fuertes dolores por lo que con frecuencia gritaba y temían que sus gritos les delataran 
Su historia no se acabó con su muerte, su cuerpo fue enterrado y desenterrado varias veces en diversos lugares de la zona, ante el temor de que la Guardia Civil que seguía buscándole localizara su tumba, cosa que finalmente sucedió alrededor del año 1957, una vez localizada su tumba, la Guardia Civil siguió con sus pesquisas e investigaciones logrando identificar a muchos de sus colaboradores y encubridores los cuales fueron detenidos, juzgados y condenados a duras penas de cárcel, en el año 1975, los que aun seguían en la cárcel fueron amnistiados. 
En el año 1990 el ex boxeador asturiano y ex campeón de Europa de los pesos super ligeros, José Ramón Gómez Fouz, escribió un libro titulado "Bernabé el mito de un bandolero" del que desde entonces se realizaron varias ediciones, en este libro narra de manera muy detallada incluyendo lugares fechas y nombres la historia de Bernabé y sus andanzas por la zona del oriente de Asturias, personalmente recomiendo este libro, a todas las personas que puedan estar interesadas en saber más sobre la historia de este mítico bandolero. 
En el año 2013, el cineasta riosellano Pablo Casanueva, contribuyó a dar a conocer la historia de Bernabé realizando una película sobre su azarosa vida"

En cuanto a la finca, el fotógrafo Alejandro Braña le dedica un muy interesante trabajo en su blog, titulado El paraíso perdido y preocupándose también por ofrecer nuevos datos, pues nunca ha dejado de estar rodeada de un halo de misterio. Estos datos son de la situación del lugar en el otoño del año 2012:
"En lo alto de este saliente de tierra de varias hectáreas, se construyó hacia los años 60 una casa de veraneo por encargo de una notable familia asturiana. La Ley de Costas acabó con este privilegio, y el espacio quedó abierto y abandonado.

Hoy en día pace un rebaño de vacas, pasan los pescadores de camino al acantilado, y los más avezados se acercan a una pequeña y bellísima cala conocida como “Tayada”, escondida en un extremo de la propiedad.

Hace unos diez años, un alemán apareció por el lugar y se quedó a vivir en condiciones muy precarias en el exterior de la casa. Murió a principios de este verano. Quedan aún sus cosas tiradas por doquier.

La casa tiene aspecto de refugio de montaña, y aspiraciones de fundirse con el paisaje. La envuelven los árboles que cuidadosamente la protegen de los vientos. Dos miradores cuelgan sobre el abismo y la abren al infinito de la costa.

Desde lejos tan sólo sobresale una pequeña torre en esquina y los muros de piedra que cerraban la finca por el mar"

Una granja de afloramientos rocosos se extiende, atravesando la plaza de norte a sur, hasta la Isla de Arnielles. La erosión hace mella en las partes más blandas de la peña y provocan en retroceso del acantilado. La isla sería un testimonio por lo tanto de la antigua línea de costa, que se sabe estaría aún algo más al norte en la prehistoria


Entre esos afloramientos hay algún castru, Los Castrones, a los que rodea el agua en las pleamares. La arena mojada revela hasta donde llega el Cantábrico con la mar llena, si bien el flujo mareal también varía mucho según la época del año


Esta muralla pétrea viene a constituir una divisoria entre dos partes de la playa. Mirando hacia el istmo vemos también en larguísimo muro que cierra la finca El Borizu, de la que leemos en Llanes Life:
"La finca posee dos edificaciones que están en ruinas y la mayor parte del tiempo la península de Borizu, ideal para el paseo, está vacía, o, como mucho, ocupada por vacas que pastan junto a los acantilados, por los pescadores y por algunos bañistas. Muy pocos turistas conocen este paraje, situado en el corazón del concejo de Llanes, y que incluso para muchos lugareños es Borizu un rincón desconocido. 
Es una Península de pastos muy verdes, que nos permite disfrutar de la costa en todo su esplendor… castros, cuevas, rompientes de olas"

Y del murallón que divide la playa, al igual que de otras curiosidades de la misma, hemos de continuar descubriendo cosas y curiosidades en Celoriu.com:
"Cuenta con tres zonas principales y dos accesos. La zona central de la playa y la que cuenta con el acceso principal, la zona derecha que  incluso recibe en ocasiones un nombre independiente y es conocida como «Cabrera«, llega a quedar aislada totalmente y a desaparecer en pleamar; y la zona de la izquierda, a la que se accede por el propio arenal o desde un acceso peatonal que proviene de la vecina playa de Troenzo y que suele aglutinar a un público más «hippie«. Dichas zonas están casi permanentemente unidas, pero quedan más o menos diferenciadas por dos castros situados en la zona central de la playa. 
Cuenta con algunos servicios, como chiringuito, duchas, aparcamientos de pago y aseos (los del chiringuito). También cuenta con servicio diario de salvamento en temporada de verano, entre las 11:30h y las 19h aproximadamente. En sus proximidades se encuentran las instalaciones de los Cámping, la mayoría abiertas al público en general (restaurante, cafetería, supermercado…). 
Su proximidad al Camping Mª Elena y al Camping Troenzo hacen que tenga un público muy cambiante, normalmente familiar y joven, si bien existe una importante colonia de campistas fijos que son asiduos de esta playa. Es una playa que permite la práctica del submarinismo y la pesca submarina, con fondos de gran belleza, pero que al estar muy protegida del noroeste no es idónea para la práctica del surf o la vela. Es una playa tranquila, con gran afluencia de público pero cuyo único peligro se forma a media marea en la zona central-derecha de la playa, cuando se unen las corrientes que cubren el tómbolo de unión con la Isla de Arnielles. Se recomienda evitar esa zona a media marea, mientras que el resto de la playa es tranquila y no presenta peligros de relevancia"

Las arenas finas y blanquecinas, muy claras y con ciertos destellos dorados aportan gran belleza estética a estos arenales cerca de los que pasaba el milenario Camín Real de la Costa, ahora sustituido por la carretera local de la que nos acabamos de desviar pare recorrer estos parajes


La playa, menos urbanizada que las demás de la parroquia de Celoriu, forma también una ensenada natural que es muy posible hubiese servido de refugio a pequeñas embarcaciones de cabotaje en tiempos ancestrales, constituyendo uno de aquellos puertos naturales en los que habría desembarcado la flota romana de Aquitania durante las guerras contra cántabros y astures (años 29-19 a.C.)


Al este, en lontananza y ya a nuestras espaladas. El Castru'l Gaiteru, muy fácil de reconocer por su doble joroba verdosa, la cual fue referencia visual cuando recorríamos la Playa Palombina, la gran playa urbana de Celoriu, nada más salir de La Plazuela, solar del antiguo monasterio de San Salvador de Celoriu. El nombre del castru, de unos 19 metros de altura sobre el mar, asegura la tradición se debe a la salvación de un gaitero que con su gaita llegó a él nadando en un naufragio


La muralla de rocas, algunas algo picudas, presenta recovecos para acceder, a través de ellos, al otro extremo de la playa


Un pasillo arenoso al borde del acantilado ofrece una buena vía entre ambos sectores de la Playa Borizu. Se ven muchas pisadas, señal de lo transitado que es incluso en época otoñal, por los paseantes


Recordemos que por encima del cantil va el sendero de servidumbre que por el norte de La Ería de Aseldi se dirige a Troenzo. Con él enlazaremos un poco más adelante al dejar la playa y subir a esos campos de la rasa costera


Carlos Muñoz, entusiasta promotor turístico, escribe en su blog esta hermosa frase que nos invita a volver siempre a Borizu:
"Una playa de unos 400 metros de longitud, al tratarse una playa semiurbana hace que su afluencia de bañistas en verano sea alta. Sus aguas transparentes son una invitación para disfrutar de un baño agradable sin perder de vista la imponente Isla de Arnielles a la que se puede acceder a ella dando un paseo en bajamar"

Y es que es verdaderamente tal su belleza que aún no hemos marchado de ella cuando ya estamos pensando en regresar, pero pronto descubriremos otras tan bellas como estas y las que acabamos de dejar atrás, no en vano Llanes es el concejo con más kilómetros de costa de Asturias, y eso se ve en sus numerosas playas e incontables calas, abrigos y ensenadas


He aquí el camino por el que saldremos dela playa. Esta parte del istmo es la más abrupta y acantilada, con roquedos, peñascos y espesa vegetación silvestre marina


La senda sube al pie del muro de la finca, que aquí se hace más alto. Hay además una pequeña portezuela de acceso, que suele estar cerrada. El portón principal de entrada está más allá, junto a Truenzu, hacia donde nos dirigimos nosotros ahora


La arena da paso a un suelo más pedregoso, de cantos, antes de empezar a subir


Se trata de un acceso secundario a Borizu pero que al comunicar con la otra playa es relativamente transitado, prueba de ello es la molestia de haber hecho estos trabajosos escalones con tierra, piedra y tablas para facilitar el paso tanto al bajar como al subir, evitando en la medida de lo posible y dado el desnivel los nuca deseados y siempre peligrosos resbalones


Llegando arriba, vemos ya de nuevo la ería y sus llanuras con las montañas de La Peñe Llabres a la derecha  y Los Resquilones a la izquierda, separadas de la Sierra Cuera por el alto de La Tornería, paso al El Mazucu, teatro de operaciones de la última gran batalla dela la Guerra civil en el Frente Norte en septiembre de 1937, antes de la caída de Asturias


Y ante nosotros ya los muros y casetas de la finca El Borizu, la cotizada península asturiana de la que tantísimo se ha escrito años atrás con su venta y cambios de propiedad


Sin duda puede ser un buen momento para volver la vista atrás y ver que no hay Camino, sino... estelas en la mar... como muy bien diría Antonio Machado


No hay camino sino pisadas en la arena de Borizu, que ya dejamos atrás...


En primer  término un par de castros en medio de la playa, Los Castrones, entre esta y la Isla de Arnielles o de Borizu


Y a lo lejos uno y más allá del Castru'l Gaiteru la Isla de Poo o L'Almenada, de 48 metros de altura en su parte más alta, fue antaño de propiedad privada y popularmente se la conoce en Poo simplemente como La Isla


A su derecha el Castru Samartín o San Martín, con sus 44 metros de altura sobre el agua dela Cantábrico. En Llanes suelen llamarse castros cuando son predominantemente rocosos, aunque tengan algo de vegetación, e islas cuando tienen pradería. En este caso no es prado sino vegetación marina, las llamadas berzas silvestres, refugio con sus peñas de una colonia de gaviotas patiamarillas


Siguiendo camino por el istmo vemos de frente el Camping Playa de Troenzo, que se extiende entre la LLN-9 y la pequeña cala y arenal de ese nombre, que enseguida vamos a conocer, enlazando con el sendero que viene del acantilado y que aquí es conocido como El Camín de Miguel


En ese lugar está La Peña'l Celleru, un "promontorio calizo que marca la divisoria, en la confluencia con el mar, entre las parroquias de Celoriu y Barru",dice también Álvarez Castrillón en su estudio de la toponimia medieval de Llanes y señalando su origen monacal:
"La etimología de esta palabra está en relación directa con la presencia de los monjes en la comarca –el cellero es el almacén monástico–, así como probablemente en el origen del mismo nombre de Celoriu. En la actualidad está en el centro de un camping instalado en lo que fueron tierras comunales del pueblo de Barru. Su antigüedad se ha de vincular sin duda a la fundación del monasterio"

Unos metros a nuestra izquierda, al otro lado del prado, va la carretera LLN-9. Nos desviamos pues muy poco de ella pero planteamos esta posible alternativa que estimamos bastante interesante pues te permite ver y acceder a las playas. Por allí, al sur de La Ería de Alsedi y Campos, la Peña Elvira, ya citada, sería la continuación de la frontera parroquial con Barru


El camping mismo estaría en justamente en la frontera parroquial. Es el lugar de Llubeces, que nos hace pensar en lugar de llobos, lobos, máxime si el cercano topónimo Pozabal ya mencionado se refiera a un pozo para cazarlos de los que tanto abundaron en siglos pasados, a no ser que pueda referirse a lobos de mar o especies similares de mamíferos marinos. Una buena explicación y otra posibilidad etimológica la da Álvarez Castrillón en su Toponimia medieval del concejo de Llanes en los documentos del monasterio de San Salvador de Celoriu:
"Barrio con el mismo nombre en la actualidad. Etimológicamente nada se puede afirmar con seguridad, quizá sugerir una muy hipotética relación con los cultos a IOVIS, trasunto del Júpiter romano y que en otras partes de Asturias ha trascendido claramente a la toponimia20. Citado por primera vez en 1151 como «Luezes» y después como «Lubezes», «Lubezes» y «Llubezes» en un mismo documento, y «Llubezes»

Este cobertizo parece haber sido algún edificio auxiliar de la finca, que también yace a abandonado. Si nos fijamos el camping dispone de un verdadero bosque en su terreno, lo que ofrece frescor y sombra durante los meses estivales en los que está abierto


El camino se dirige al camping todo recto, entre el muro de la finca y el pastor eléctrico que guarda el prado de la ería


El rebaño de vacas, fundamento de la excelente industria láctea llanisca, cuyos frutos más célebres tal vez sean sus varias clases de quesos, refleja esa ambivalencia entre lo rural y lo residencial de estos pueblos de la costa donde se siguen manteniendo las tradicionales labores agropecuarias


Grandes extensiones del agro asturiano, como del de toda la cornisa cantábrica se especializaron en el ganado vacuno para abastecer a la creciente demanda los los crecientes núcleos urbanos e industriales en un proceso que, si bien arrancaría en el siglo XIX, triunfó totalmente en el XX y una vez pasada la posguerra


Dentro de los varios quesos llaniscos podríamos mencionar, por su proximidad a Celoriu, los de la Quesería Bedón, que son Bedón de Baca, Bedón de cabra y Bedón de Mezcla, aparte del queso fresco de cabra y el requesón también de cabra


Realmente hemos hablado mucho de la península de Borizu pero apenas hemos visto nada de ella, tendremos oportunidad de hacerlo al llegar al final del muro de la finca, donde está el acceso libre a la misma


Aquí salimos al camino que comunica finca y casa con la recitada carretera LLN-9


Y este es el gran portón de acceso, que suele estar cerrado con candado


Y es que la entrada franca a la finca El Borizu coincide con el comienzo de la bajada al Arenal de Troenzo o Truenzu


También la puerta auxiliar del muro suele estar cerrada más o menos improvisadamente con tablones y barras, así como la propia vegetación que crece a sus pies


Este es el acceso rodado. Pese a todo, las construcciones de la mansión de finca, yacen en ruinas y siguen en estado de abandono. Están justo detrás del peñón de la derecha, más arriba y más atrás, por eso no las vemos desde aquí


Es justo donde acaba el muro, por donde se entra a La Boriza


El camino a la finca, para recorrer la península, sube a la derecha pasando la tapia y el acceso a la playa son las escaleras que bajan a la izquierda


Si nos asomamos veremos también al fondo El Castru Llubeces o Castru de Troenzu, de 27 metros de altura, un islote-peñón de abruptas paredes donde se produce el famoso efecto visual de la Cara de Cristo, la Cabeza de Cristo o El Cristu de Celoriu


 El castru, junto con los acantilados de La Punta Borizu situados a su derecha, forman una imagen que desde aquí no percibimos, la cual parece la parte derecha del rostro de Cristo...


Dependiendo de la luz, el oleaje, y sobre todo nuestra posición esa cara de Cristo se hace más visible y evidente y es un verdadero espectáculo que mucha gente acude a ver


La cabeza con la corona de espinas, frente, ojos, nariz, barbilla y melena parecen verdaderamente un retrato de Jesús. La historia de cómo se sacó la primera fotografía es también digna de ser contada


Pero para verla habríamos de adentrarnos unos metros por esta península, que a nuestro entender bien merecen la pena, sobre todo si estamos bien de tiempo y fuerza y aún más si vamos a dormir en Celoriu, Barru o sus proximidades, teniendo tiempo para realizar esta escapada


También disponemos de excelentes vista de buena parte de la costa de Llanes y conoceremos la Playa la Tayada, al menos si no la cubre la marea al subir, como es este el caso


Después, si lo deseamos, podemos continuar camino no regresando a la carretera sino empleando el sendero de servidumbre que bordea el camping y nos lleva a Barru por su playa homónima, pasando antes por otra más, la de Sorraos


Es lo que vamos a hacer nosotros: acercarnos a ver la Cabeza de Cristo y luego continuar a Barru por Sorraos, pero recordemos que también desde aquí podemos regresar a la carretera LLN-9, trazado oficial del Camino, con el que, de seguir nuestra opción, volveríamos a coincidir muy cerca, pasada la Playa Barru, muy cerca de aquí, a menos de un kilómetro...


























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