Abajo, entre los árboles, La Vega (Priesca) y más allá Bárzana (Seloriu) y La Ría de Villaviciosa |
En La Vega de Priesca acabará la larga bajada desde La Llastra, parroquia de La Llera, donde el peregrino ha entrado en el concejo asturiano de Villaviciosa admirando los paisajes de la bocana de su famosa ría, con un entorno de verdes campiñas, teniendo aquí abajo, a nuestra derecha, las de esta parroquia de Priesca, más las de Seloriu. A lo lejos, en lontananza, la acantilada margen izquierda del estuario, en Samartín del Mar, dando ya a Tazones por los altos de La Talaya
En esta bajada hemos tenido una tregua en el rellano en el que está la iglesia de San Salvador de Priesca, maravilla del último Arte Asturiano del prerrománico en lo que fue la última etapa de este estilo que ha llegado milagrosamente a nuestros días, coincidente con los albores de las peregrinaciones jacobitas en el siglo X. La advocación al Salvador, así como la de Santiago de una de sus capillas laterales según una antigua inscripción, al igual que la existencia de un vestíbulo en la fachada occidental, cuyo cometido se revela fue el alojamiento de aquellos primeros peregrinos lo delata
Ni qué decir tiene que es sumamente emocionante pasar y pisar por donde caminarían algunos de aquellos pioneros jacobitas, pues si bien el que se tiene por sepulcro de Santiago en Compostela había aparecido una centuria, poco más o menos, antes de la construcción de esta iglesia, pues por otro epígrafe desaparecido, con la leyenda: VIII KALENDAS OCTVBER, se sabe que esta iglesia fue consagrada al Salvador el 24 de septiembre de 921 (día VIII de las Kalendas de Octubre de la Era DCCCCLVIIII)
La iglesia conserva muy bien su estructura, si bien con ciertas transformaciones en sus muros, un detalle constructivo-decorativo original muy importante es esta celosía, la única que ha llegado a nosotros del templo primigenio, la cual vemos al doblar la curva que hace el Camino, que vuelve a bajar, al lado de esta su capilla norte, la del lado del evangelio
Esta preciosa celosía está decorada con una roseta central de ocho lóbulos calados que filtra la luz natural que entra en la capilla septentrional del templo, aportando sensaciones de sosiego y recogimiento al iluminarse su interior
Gracias a que se sabe el día exacto de consagración de la iglesia, en el año 2021 pudo celebrarse el 1.100 aniversario de la misma, con un amplio programa de actos y actividades en las que colaboraron el Ayuntamiento de Villaviciosa, la Fundación José Cardín y la Asociación de Vecinos El Tilar, con sede en la antigua escuela, que toma su nombre del hermoso árbol de tilo que se enseñorea sobre su campo y el Camino
Sita pues en el mismo campo de la iglesia, y a muy escasos metros del albergue de peregrinos La Rectoral de Priesca (antigua casa del párroco) esta escuela es toda una referencia caminera pues, al llegar a su altura, dejaremos el asfalto de esta vía local para tomar una senda que baja a la derecha, entre los árboles
Admiramos ahora la fachada norte de la iglesia, la más sobria en estas construcciones pues es la más sombriega, avisiega o en umbría, pero podemos reparar en sus contrafuertes, una de las características esenciales de su estructura (al interior y demás paredes del exterior le dedicamos la pertinente entrada de blog). Las cinco ventanas con celosías de la parte superior de la nave central (el doble de grande en ancho que las laterales y más ancha) son elementos posteriores, al igual que la espadaña del campanario, pues el edificio tuvo importantes intervenciones allá por los siglos XVII y XVIII
"Grandes baches, barrizales enormes, lomos endurecidos por la escarcha, sobre los que hay que hacer los equilibrios más arriesgados e inverosímiles para no descrismarse. El peatón, sorteando todos estos obstáculos, con su cartera al hombro, anda, anda, anda de prisa, sin descansar, que hay que llegar a la estación a tiempo de coger los correos. Y luego, con su cartera al hombro, bien repleta otra vez, anda, anda, anda de prisa, sin descansar, que no se quejen los vecinos de que el correo tarda; otros siete kilómetros, que hacen un total recorrido de catorce kilómetros diarios. Más lo que ha de andar una vez en el pueblo para repartir Prensa y correspondencia. Más la responsabilidad de admitir, recibir y expedir giros postales de hasta 250 pesetas cada uno. Más convertir su casita de adobes en pequeña dependencia del Estado, que éste disfruta gratuitamente...
Por todo esto el peatón percibe, como asignación fija, la fabulosa cantidad de 300 pesetas anuales, más los cinco céntimos por carta del absurdo derecho de reparto.
En resumen: el peatón sufre la asfixia del calor y el polvo de los caminos en verano; el frío intenso, las heladas de los amaneceres invernales; recorre a diario dieciocho o veinte kilómetros a pie, cargado con la voluminosa cartera; afronta el riesgo de que la codicia de un malvado le aceche en el camino para agredirle y despojarle; el peligro de que un error o un extravío en el servicio de giros postales, servicio que lleva aparejada responsabilidad personal y subsidiaria, le cueste el dinero o algo más. Da su esfuerzo personal e inteligente, pone su casa a merced del servicio, y por todo ello cobra de 2,75 a tres pesetas diarias, incluido su sueldo y el derecho de distribución.
Y cuando viejo, vencido por la labor agotadora, ya no sirve, el Estado, que es con estos fieles servidores el más cruel de los patronos, le despide, y se acabó la historia. Como no es funcionario no tiene derechos pasivos. Como no es obrero no tiene los beneficios del retiro. El peatón, el cartero rural, a los treinta, a los cuarenta años de servicio, no han adquirido más derecho que uno: el de morirse de hambre."
"La Reguerina, para Maite, es dedicación y pasión. Bar-tienda a la vera de la Nacional entre Rodiles y la Venta del Pobre que regentaron sus antepasados durante varias generaciones, allí nació y aprendió a cocinar, bajo los cariñosos dictados de la abuela y la madre, guisanderas de tradición y oficio. También allí terminó regresando para, abandonados otros trabajos mejor remunerados pero peor gratificados, retomar única y definitivamente el camino siempre presente e intermitente de los hornos y los fogones.
En su caso, además, hornos y fogones de leña, que modernidades sólo las justas. Pues, como decíamos, Maite nació en La Reguerina y con comadrona, lo que se estilaba entonces y ahora parece reivindicarse de nuevo. Y creció compartiendo dos ambientes bien diferenciados, el de bucólico caserío asturiano, y el de la cosmopolita Bruselas, ciudad a la que sus padres emigraron y en la que abrieron un hostal-comedor, punto de reunión para los españoles expatriados y para los belgas asombrados de las mil preparaciones que los mejillones admiten. O las patatas.
Bilingües en idiomas (o políglotas, que el flamenco y el asturiano poseen su espacio) y retornados, el bar de Bárzana siguió axuntando ocios vecinales y comidas diarias, con Maite trabajando de esteticista por Oviedo cuando no de ayudanta amasadora y sofritera, hasta que, fallecidos su abuela y su padre, y retirada su madre, decidió volver y vivir a delantal puesto.
Y a madreña, que cultiva su huerta y sus proveedores locales para que el abastecimiento de ingredientes kilómetro cero no pasen, rula incluida, del kilómetro veinte.
La proximidad manda. Y de paso colorea y saborea los tomates, las cebollas, los ajos, los puerros, las patatas, las manzanas, la verdura y todo lo que cada sucu proporcione sin aditamentos químicos. De ahí el sabor de su parrillada de verduras con cebolla. O de sus pimientos al horno aliñados en aceite y ajo. O de las patatas que acompañan a los pescados del día -rodaballo, tiñosu, lubina, dorada- en sidra, espalda, horno y sal; o al pulpín de pedreru; o a la caza, que aparece aderezada, desbravada y tierna. ¿El cénit cinegético? La arcea al salmís. ¿El del vecino Sueve? Cabritu guisau. ¿La influencia carbayona con xata seloriana? La carne gobernada. ¡Y los huevos exclusivamente expósitos!
Maite lo sabe todo, además, de arroces y fabes, tan diferentes y mellizos, llegados unos del oriente y otras del occidente, entorno esencial para almejas, embutidos, setas, jabalí, corzo, marisco y el sursum corda. Sueltos y al dente unos, con cada grano sensibilizando el paladar, y enteras y mantecosas otras, libres de pellejos y tangibilidades, adaptan su versatilidad en compangos al tiempo y al humor igual que un guante de seda. Unos fritos de merluza o pixín crujientes y vaporosos aligerarán esperas.
Con las ventanas llenas de tiestos floridos, y la antojana y el práu de árboles y setos, la sala de barra y el luminoso corredor ceden protagonismo en verano al merendero, que Maite quiere ortodoxo, incluso con licencia para traer cestas ajenas.
Pero visto y probado lo que prepara y sirve Maite nos parecería un despropósito comparable al de pedir vino de Rioja en Aranda, Pesquera o Peñafiel."
"Sería interesante que se promoviese una actuación en el ‘coroñu’ del Monte Rodiles, que por la plantación de eucaliptos y sus malvadas raíces está siendo machacado literalmente y es urgente acometer cuanto antes (ver el interesante artículo de Sergio Llana-Funez, de la Universidad asturiana); también el puerto que está a sus pies o los resto del cementerio romano-visigótico que hay en San Llorenti. No serían iniciativas demasiado caras."
"Allí está: Levanto y extiendo la vista y sus hermosos caseríos quieren perderse en una frondosidad que emociona, y sumergirse en un mar que nos extasía. ¡Qué cuadro! Al Norte El Cantábrico ondulante y bravío; al Sur, los pintorescos pueblos de Tornón, Priesca y La Llera, al Este, el juguete marinero Lastres, y al oeste, una franja cristalina, larga, infinita..... La Ría"
"También Maliaio o Maliagio. Nombre que recibía el territorio de los actuales municipios de Villaviciosa y Cabranes antes de que éste adquiriera el carácter de concejo realengo (1270), al serle otorgado el fuero de Benavente por Alfonso X el Sabio, que estableció el límite con Villaviciosa en Peña Cabrera. "La tierra de Maliao o Maliagio, citada desde muy pronto en la documentación asturiana, abarcaba los concejos actuales de Villaviciosa y Cabranes. Un privilegio de Ordoño II (921) dice que el monasterio de San Salvador de Priesca separaba Colunga de Maliaio. Se trata de una falsificación pelagiana, inicativa únicamente para el siglo XII. Sabemos con certeza que los hombres de Maliaio estuvieron en Oviedo el año 1115 (F. J. Fernández Conde, Historia de Asturias, vol. 4, pág. 246, Ayalga Ediciones)."
"Las raíces históricas de esta comarca se retrotraen a los asentamientos de las tribus celtas o preceltas.Para doblegar la resistencia de los satures, el emperador romano Augusto envió a las costas de este país al general Velayo. Parece que por eso fue conocida esta comarca, desde entonces como Velayo Augusta y durante toda la Monarquía Astur, con el nombre de 'territorio- derivado- de Maliayo'.En 1.270 Alfonso X el Sabio, dentro de una política que hoy llamaríamos de ordenación del territorio, funda la Puebla de Maliayo, que años más tarde se denominaría Villaviciosa, esto es Villa-Fértil. El Rey Sabio concede territorios de la corona y le otorga el fuero de Benavente por el cual se habrían de dirimir las 'Causas Justas'.Le concede el mercado los miércoles y erigir una muralla de la que aún se puede contemplar un fragmento."
"quienes decidieron llamar Villaviciosa a este concejo, pensando en que era un nombre más apropiado para identificar un territorio caracterizado por la abundancia de su vegetación, desconocían el por qué otros antepasados suyos y nuestros decidieron conocerlo como Maliayo. A diferencia de este caso, es de notar que han persistido los nombres de los otros concejos que forman la comarca de la sidra"
Más a la izquierda, algunas de las casas de la carretera VV-6, que va a Rodiles por Olivar, cerca de Tatía y Les Calzaes. Del topónimo Olivar da razón el filólogo Xosé Lluis García Arias en Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos:
"Probablemente éstos son lugares de antiguas plantaciones de olivos, que sabemos se daban en el monte Naranco, o de ejemplares aislados que crecen en algunos parajes, especialmente costeros, resguardados en microclimas benignos. La Virxen de la Oliva, advocación de Villaviciosa, sin duda guarda alguna relación con esa vieja realidad asturiana."
En estos pueblos y en los accesos a la playa, abundan las casas vacacionales y segundas residencias, así como alojamientos rurales y de veraneantes. Más abajo algunas casas de Seloriu, la cabeza de la parroquia, cuyo nombre por lo general se supone tiene que ver con antiguas salinas de La Ría, si bien García Arias apunta a sel, braña o majada, palabra que aún pervive en zonas de Cantabria y es prerromana, relacionada con el vasco zelai, prado
En el Libro de los Testamentos se cita la existencia del monasterio de San Martín y Santa Eulalia, advocación de la actual iglesia de Santa Olaya o Santolaya. Si bien se trata en realidad de un documento dos siglos posterior, da noticias del poblamiento del lugar en la alta Edad Media
Otra vista de Bárzana con la autovía abajo en primer término. La Riega o Ríu Pompalaín pasa detrás, entre este pueblo y el de Vega, su desembocadura en La Ría se efectúa por L'Ancienona, una aceña antiguo molino de mareas en un lugar cuyas salinas se supone darían nombre a Seloriu, si esta resultase ser la etimología correcta para el topónimo
La Autovía del Cantábrico (A-8) abriría este tramo, La Venta'l Probe-Villaviciosa en el año 2001. su apertura conllevó la desaparición de la casería de La Soma, parroquia de Priesca
Seguimos bajando, unos mulos pastan en la cuestuda pradería que se extienden entre El Caminón y La Riega'l Barcón, otro aumentativo, tal vez no relacionado con barco en el sentido de navío sino de depósito de agua de una fuente. Volvemos a consultar a García Arias:
"La palabra latina BARCAM ‘barca’ justifica la asturiana barca así como la formación analógica masculina barcu. Esta última expresión se asocia también con el significado de ‘depósito del agua de la fuente’, y es sinónima de barcal, a veces relacionado con la terminología del agua.
En lo que se refiere a los topónimos del tipo La Barca es cierto que podría partirse, en algunos al menos, de una aplicación metafórica sobre todo si se trata de terrenos envallados. No sería imposible que en algún caso se tratara de hidrotopónimos posiblemente en relación con una base prerromana explicable desde VAR ‘agua’ .
Un encantador paseo que nos recuerda aquella observación del ilustre peregrino Carlos Mencos en su libro 100 cosas que hay que saber del Camino de Santiago:
"Muchos peregrinos regresan a casa hablando de no sé qué "espíritu del Camino". No se trata de las ánimas de la Santa Compaña ni fantasma alguno. Pero cuesta definirlo. Podría explicarlo como un "subidón" de adrenalina con el que el peregrinos vuelve renovado, positivo y un tanto hechizado tras la experiencia del Camino de Santiago. Pero atención, esto que es una de las virtudes más destacadas de la ruta jacobea, no lo obtienen todos los peregrinos, ni mucho menos. Son miles los caminantes que llegan a Compostela sin haber experimentado nada parecido. Y es que hay que ir con una preparación que ahora explico para beber del Santo Grial del espíritu del Camino"
Para saber qué explicación da Mencos para esta preparación, lo mejor, naturalmente, es leer su magnífico libro
Hablando de ánimas, El Caminón llega aquí a una pequeña capilla u oratorio de sufragios para las almas del Purgatorio, tan relativamente frecuentes en los viejos caminos pese a las muchas que han ido desapareciendo: En el diario digital VillaviciosaHermosa dicen de ellas:
"La finalidad de estas pequeñas capillitas u oratorios, levantados a la vera de los caminos, era invitar a los caminantes a rezar por las Benditas Ánimas del Purgatorio, a la vez que contribuir a ofrecer sufragios por las mismas. En la comarca de Villaviciosa, existe un número crecido de estos pequeños edículos de devoción (casi uno por parroquia), cuyo censo y traza han sido objeto de artículos, por parte del arquitecto villaviciosino Don Juan Pedrayes, en la Revista Cubera."
Es esta una pequeña estructura de planta cuadrada, construida de piedra y cubierta a cuatro aguas sobre estructura de madera, bastante diferente a la que habíamos encontrado poco más atrás, en Beldréu (Colunga)
Fijémonos en la concha del Camino de Santiago, adentro hay un pequeño pórtico y unos barrotes de madera que guardarían alguna imagen piadosa, cruz, cuadro, pinturas, etc., a manera de pequeño altar. Además de detenerse a rezar por los difuntos solía haber un cepillo destinado a limosnas o sufragios
En la actualidad, toda imagen u objeto que pudiese haber en su interior ha desaparecido. En Destino Villaviciosas hallamos esta descripción general de estos oratorios:
"Las capillas de ánimas son un tipo de construcción popular típica de estas latitudes, consistente en un pequeño altar rodeado de unos modestos muros, con una cubierta y un enrejado frontal. En ocasiones se vinculan al Camino de Santiago, pero no siempre.
Se sitúan por lo general al borde de los caminos, con la finalidad de pedir limosnas y ofrecer oraciones por las almas del purgatorio. Son administradas por particulares, que se ocupan también de su mantenimiento y decoro.
Pese a que este uso ha ido decayendo, algunas de estas construcciones se mantienen en pie actualmente (...)
Además de su valor místico y religioso, representan un enorme patrimonio representativo de la arquitectura popular y la cultura tradicional."
En cambio tiene letrero piadoso de madera pintada de negro en la que se ha escrito, en letras blancas:
"Caminante que caminas
derecho a la eternidad
déjame aquí una limosna..."
(y se interrumpe el texto)
"Caminante que caminasderecho a la eternidaddéjame aquí una limosnaque Dios te la pagará"
Seguimos ruta, no mucho más allá y en el mismo Camino encontraremos otra en el lugar de La Bragal, antes de cruzar El Ríu Carrión y pasar a Priesca. Allí está la Cruz de Priesca, hecha de madera policromada y donada por unos particulares, que veremos al pasar
La roca madre aflora a la superficie, donde, entre la tierra, parece haber restos de viejo empedrado
Seguimos bajando en continuo pero sueva descenso bajo los árboles y entre les sebes que forman parte del paisaje del bocage tan característico de gran parte de Asturias
De frente las casas de La Cotaraxa, parroquia de Priesca, y El Monte Fariu (356 m) en la de Miravalles. Su nombre delata que pudo haber sido un faro de orientación para la navegación en La Ría, tanto por su misma posición como por prenderse fogatas en su cima, hoy plantada intensamente de ocalitos
Por La Cotaraxa, encima de La Riega'l Cantarillón, pasa otra carretera local entre La Quintana y La Vega, comunicando también L'Oteru, Fongabín, La Pría, La Cuesta y Les Tarandielles
L'Oteru: por ese Camino iban muchos mozos y mozas antaño al afamado baile del Tecalé, de significativo nombre. También era la ruta a la desaparecida capilla de Santa Lucía, en La Pría
Proseguimos la bajada hacia La Vega camino adelante. Un buen momento para recordar lo escrito por otro peregrino, Manuel Alejandro González Flores, más conocido como Alex Camino, gran hospitalero, en su libro Bodenaya. Un sueño en el Camino de Santiago:
"Cuando se está en el camino es difícil a veces olvidarse de nuestro trabajo o nuestros entretenimientos, pero si se quiere una experiencia plena es absolutamente necesario dejar eso aun lado y centrarse en nuestra peregrinación.
Cierto es que no somos monjes y de vez en cuando "pecamos" de diferentes formas a lo largo del camino, pero el respeto hacia éste o hacia nuestros compañeros de peregrinación, sin olvidarnos de hospitaleros y de las reglas de funcionamiento de los albergues, debe primar ante todo"
Más roca madre en la superficie y señales de empedrado en este viejo camino, El Caminón. Pasemos ahora a esta lectura del erudito historiador, peregrino y especialista en las sendas y patrimonio jacobitas, Antón Pombo, quien en su tantas veces editada Guía del Camino de Santiago. Camino Norte, dice de esta manera:
"No cabe duda que tras el Camino Francés, que muchos de los defensores del Camino Norte denominan "de la meseta", pues los caminos "franceses" también se prolongaban por esta y otras latitudes, la vía mejor documentada , y que cuenta con un mayor número de testimonios en literatura de viajes o en cuanto a hospitales de peregrinos, es el Camino Norte.
Cuando nos referimos a esta ruta no hablamos de un recorrido único entre el Bidasoa y Compostela (nos sumamos sólo por un instante al coro que predica el absurdo de un itinerario completo español, con inicio en la frontera), sino a un grupo de vías que se extienden, con variantes de largo recorrido y diversos enlaces entre ellas o con el Camino Francés, por toda la Cornisa Cantábrica, a través de las comunidades autónomas de Euskadi, Cantabria, Asturias y Galicia"
La profunda caja caminera delata sin duda su antigüedad. Dada su orografía, Antón Pombo dice también de este gran camino costanero a lo largo de la franja cantábrica
"Muchos de los peregrinos de entre los que han completado el Camino Francés, se proponen realizar el Camino Norte, y aquí descubren que el primero, en cierto modo y salvo el inconveniente de las altas temperaturas estivales, era un juego para niños"
No hay mayor pérdida pero en cruces con senderos que se internan en la espesura los hitos del Camino confirmarán que vamos por el trayecto correcto y no nos hemos dejado nada atrás
Las lanceoladas hojas de los ocalitos, con su forma de guadaña, cubre en suelo como especie imperante que es, plantada intensamente desde hace más de un siglo, al principio para minería y construcción, ahora para las fábricas de celulosa
Las especies autóctonas, en cambio, sobreviven en ejemplares aislados o en pequeños bosquetes, castaños, carbayos, nozales, fresnos y avellanos suelen ser de losa más comunes, así como una buena gama de arbustos, como el laurel
A la derecha otro prado, este de foto sacada en verano, recién segado y agostado, con colores pardos-claros, tostados por el sol, "como en Castilla"
Tenemos ahora una magnífica vista de Cualmayor, del que leemos en la Enciclopedia del paisaje de Asturias:
"Es un brazo alargado de pequeñas alturas que se alzan al sur de la ría de Villaviciosa, con dirección sureste, entre la carretera N-632 los límites del concejo con el de Colunga, separa las parroquias de Seloriu y Priesca. Su máxima altura es el Picu Cualmayor de 324,90 metros de altitud, donde hay situado un vértice geodésico, Su situación es una atalaya única sobre el valle y la ría. Las llosas que lo rodean, antiguos pastos y labrantíos, están hoy plantadas de eucaliptos"
Otra bifurcación y otro mojón, continuamos a la izquierda, por el camino principal, el más ancho y más pisado, El Caminón. "El adjetivo bucólico le viene bien a esta etapa", dice en su guía Antón Pombo, "que discurre por el corazón de la comarca de la Sidra, de la que forman parte los concejos de Colunga y Villaviciosa. Valles fértiles y húmedos, ocupados por pumaradas y bosques de castaños..."
Conchas, hitos y flechas, en este "Camino, que hasta La Vega desciende por un hermoso soto de castaños, y desde aquí se prolonga por un bosque de ribera", dentro de un trayecto del que dice asimismo Antón Pombo que "las opciones para diseñar esta etapa son variadas y dependen de cada peregrino", es decir, hay varias alternativas en ambos concejos para hacerla más corta o más larga según donde hayamos empezado y donde deseemos acabar
De frente ya divisamos el siguiente monolito jacobeo, en otro cruce. Carlos Mencos en su Camino del Norte. Guía práctica del Camino de Santiago por la Costa y del Camino Primitivo, habla de su historia:
"Fue una de las rutas más activas en los primeros años de peregrinación. Hospitales de peregrinos y monasterios quedan como huella, así como documentación que atestigua el paso de peregrinos allá por el siglo X. La dureza de la ruta costera, unido al apoyo de los reyes cristianos a la peregrinación por caminos interiores, dejó al Camino del Norte como ruta secundaria en los siglos siguientes, cuando las peregrinaciones a Santiago alcanzaron su punto álgido, aunque también recogerá un aumento del número de peregrinos, hasta final de la edad media, cuando decae la peregrinación a Santiago"
Dice Carlos Mencos además que los motivos para realizar la peregrinación eran sumamente variados, siendo los más habituales la devoción, el perdón de los pecados, cumplir algún voto o la cura de enfermedades:
"Casos más particulares fueron la peregrinación por mandato testamentario o como pena impuesta por la justicia. No obstante, la masificación y el afianzamiento de la seguridad en la ruta sirvieron para que se unieran al Camino miles de comerciantes o caballeros que utilizaban la peregrinación simplemente para satisfacer su curiosidad por conocer gentes y tierras extrañas.
El peregrino medio no dejó constancia escrita de su peregrinación, por lo que sólo quedan noticias de personajes importantes cuyo testimonio ha pervivido. Destaca la información del cronista y geógrafo árabe Al Idrisi (s. XIII), quien, al describir las rutas principales a Santiago, menciona la ruta Santiago-Bayona. Por su parte, el obispo de Oporto, que en 1120 utilizó al camino de la costa en su viaje de regreso a Santiago procedente de Reims, da cuenta del accidentado terreno e incomodidad. Será en el siglo XV cuando se tenga el primer texto ampliamente documentado de un peregrino insigne que utilizó esta vía: el Obispo de Arzendjan, Mártir. No obstante, la mayor huella documental del paso de peregrinos nos las han dejado los partes de defunciones de los múltiples hospitales de peregrinos a lol largo de la costa uy del interior, que recogen los numerosos caídos en su camino a Santiago o en su regreso. Aún perduran incluso las ruinas de numerosos hospitales..."
La sombra del peregrino se proyecta sobre el Camino. En la editorial de Carlos Mencos, Buen Camino, cuentan esto del Camino del Norte tal y como es en nuestros días:
"El Camino del Norte (o Camino de la Costa) es una de las rutas que más auge ha tomado en los últimos años como alternativa al Camino Francés. Sorprende al extranjero adentrarse por el Camino del Norte y ver que los tópicos españoles de sol, playa, paella y siesta son sólo tópicos alejadísimos de la realidad. El Camino de Santiago del Norte ofrece al peregrino unos parajes boscosos y verdes, por caminos que atraviesan desde pueblos bucólicos hasta grandes urbes.
En los primeros años del siglo XXI, el Camino del Norte ha vivido un auge extraordinario que ha hecho superar con creces las cifras de peregrinos que algún día pudieron alcanzarse en la Edad Media por estas tierras. La labor de divulgación de historiadores y asociaciones, el apoyo de las administraciones han lanzado este Camino. Además, los peregrinos lo han convertido en una alternativa al Camino Francés, tanto por la masificación de éste como segundo Camino tras haber realizado una primera peregrinación por la ruta jacobea más famosa."
Estos caminos, vinculados también a Los Salvadores, es decir, a las peregrinaciones a San Salvador de Oviedo/Uviéu, con sus reliquias del Arca Santa que dice la tradición vinieron de Jerusalén (de ahí las numerosas iglesias de esta advocación, como la de San Salvador de Priesca), fueron a la vez empleadas como "camino de vuelta" por muchos peregrinos que, ya con el camino de la meseta (mal llamado Camino Francés, pues antiguamente todos los caminos por los que venían peregrinos francos -centroeuropeos en general-, eran llamados francés) en pleno apogeo, se enteraban de la importancia de la catedral ovetense y, haciendo caso a aquella máxima de origen medieval que dice "quien va a Santiago y no al Salvador, visita al criado y olvida al señor", aprovechaban el regreso para visitar San Salvador en la capital astur y continuar por la franja costera hacia el este
El Camino tiende a llanear un poco, la belleza paisajística y la naturaleza fueron conceptos cambiantes a lo largo de los siglos, los peregrinos de la antigüedad, así como demás arrieros, viajeros y trashumantes, no solían reparar demasiado en la hermosura del entorno en el sentido actual, sino más bien en la dureza o bonanza de los caminos, incluyendo no solamente su orografía, sino también sus servicios, lugares poblados o no, seguridad contra salteadores e inclemencias del tiempo, ventas, posadas, tabernas y, en el caso de los jacobitas, hospitales de acogida en el significado de hospedajes de pobres, enfermos y romeros que tenía por entonces
Una de las características del Camino Norte es que muchos peregrinos llegaban por mar, azarosa travesía pero que podía compensar más que la por entonces no menos dificultosa y larga caminata por tierra. Eran multitud los puertos de arribada, pues no sólo en las villas marineras, sino en aldeas costeras e incluso ensenadas había puertos naturales, tanto pesqueros como balleneros (la ballena no se pesca, se caza) y comerciales. Dependía mucho de los vientos favorables y de la capacidad de cada persona, pero no pocos tomaron una embarcación y allí donde les dejaba, continuaban por tierra
Curva cerrada a la derecha, el Camino sigue la intrincada orografía de esta ladera. Paradójicamente, otros peregrinos, hartos de caminar por estos duros caminos costaneros, se dirigían a los puertos y buscaban algún buque que se dirigiese a Galicia, lo más cerca de Santiago posible (A Coruña era lo más común). Pocos, recalcamos, dejaron escrito sus peripecias, y ni siquiera se llevaba un registro de viajeros, hospedados, etc., como se hace hoy en día en cualquier albergue, hotel o pensión, pero sí, si alguno fallecía (el Camino no era la excursión más o menos prolongada que es en la actualidad), entonces su nombre, procedencia, y a veces algunos datos más, pasaban a los Libros de Difuntos, pues las cofradías pertinentes, incluso, podía celebrar algún funeral piadoso y especial
"Hay un Camino de ida. Y, para algunos, otro de vuelta pero: ¿cómo afrontarlo?, ¿alguna vez os habéis puesto a deshacer lo andado? Cambia el paisaje, las nubes vuelan al revés, la jodida codorniz que cantaba a la vera de la sirga ya no es la misma, tampoco la anciana que te saludaba sentada al atardecer de todos los soles, las retamas, las jaras, las luces, y también las sombras, no son las mismas, tú tampoco eres el mismo, nada, nada es igual: ¿dónde está el camino? o, lo que puede ser más inquietante: ¿hay camino? (camino, así, ya con minúsculas, el otro es único), ¿cómo afrontarlo?, ¿cómo enfrentarlo?, ¿dónde está el camino? Hace años, muchos ya, un chaval se ajustaba la mochila en Roncesvalles, lleno de miedos, tanteando con el bordón en la niebla mientras daba los primeros pasos de la gran aventura, una maravillosa aventura que dura ya treinta años viviendo en primera persona el renacimiento del Camino y en la que le fue permitido caminar a hombros de gigantes. Ahora hay que marchar solo y también hay niebla, una brétema húmeda y profunda, pero ya no hay campanas gozosas en O Cebreiro indicando el buen Camino, solo niebla, niebla y silencio, las voces de los amigos, de los compañeros del alma, se van perdiendo en la niebla. Pero el viejo bordón sigue en la mano y aquel chaval que un día salió de Roncesvalles sabe, porque en el Camino se ha hecho “viejo”, que si cuelgas tu alma de él no te equivocas… ¡el pobre bordón de peregrino!… sólo hay que dejar que él te guíe de vuelta por las antiguas huellas del Camino de ida, una a una, un paso, y otro paso, y otro más, todos los pasos.
En Camino de vuelta (sí, tal vez ya con mayúsculas) casi todo está permitido: los recuerdos, las algaradas, las risas, las lágrimas, el totus revolutum tal cómo fue parido… y sobre todo tal cómo fue vivido. Ni vale orden ni apetece concierto, así fue la música, así fue la gaita, así lo larga el gaiteiro, no voy a sacar de mí más, pero tampoco menos.
Seguir las antiguas huellas, volver atrás para ir hacia adelante. Tal vez ahí estén las claves, las del conocimiento y reconocimiento, las de las enseñanzas y el aprendizaje. Las viejas y queridas huellas, no puedo perder ninguna, es lo que tengo, sólo eso, pero son mis huellas. Ahí vamos.
“Dieu qu’elles sont loin, ma mie, ma belle,Les mille étoiles de Compostelle”
Y ahora llega la bajada final, que aún será relativamente larga, todo por el bosque hasta llegar a La Vega. Refiriéndose a Priesca, ya en 1928 se señalaba la proliferación del ocalito, como comprobamos en Villaviciosa y su progreso, si bien no tanto como ahora, pues se menciona primeramente a otras especies por entonces más abundantes:
"sus montes atesora más de dos millones de árboles variados, sobresaliendo el roble, castaño, nogal; eucalipto, cerezo, manzano, peral, avellano y álamo"
Pisando las hojas caídas. Esta es una foto de primavera, con los árboles aún bastante desnudos pero ya con verdes intensos por doquier. El sol ilumina aún todos los recovecos del Camino
En verano, la vegetación frondosa proyecta sus sombras y hay lugares umbríos que son reservas de frescor, algo que notará el peregrino y agradecerá en jornadas de sol castigador. No obstante, las temperaturas costeras suelen ser, en verano y en invierno, más suaves y benignas que las de unos kilómetros más al interior, especialmente en la montaña, pero también en los valles
Una pumarada de manzanas "que alimentan los llagares de sidra, la bebida asturiana por excelencia, que en Villaviciosa ha alcanzado una proyección internacional a partir de la fábrica El Gaitero", describe también Antón Pombo en su guía del Camino Norte
Si el peregrino pasa en primavera, asistirá al gran espectáculo de la floración del manzano, con todos los pumares repletos de florecillas blancas, existiendo incluso visitas concertadas y guiadas a alguna de estas plantaciones, la página huleymantel.com, comenta esta actividad en torno al manzano
"El valle del Jerte, la sakura en Japón... y ahora los pumares de Asturias. La floración del manzano en el Principado es un evento que cada año gana adeptos. Aunque las plantaciones jalonan en la mayoría de los valles asturianos, son las verdes praderas de la Comarca de la Sidra quienes se inundan de un mar de flores blancas y rosas.
No sabemos si en un futuro, como en el país nipón, se celebrará también el hanami, las excursiones donde los asistentes reflexionan sobre el devenir de la vida y el paso del tiempo; pero de lo que sí tenemos la certeza es que actualmente la agenda de este evento florece con actividades donde la manzana y la sidra con Denominación de Origen son las protagonistas. Desde 2009 se organizan unas jornadas que cada año superan el récord de asistencia y participación. El parón de la pandemia en 2020 hizo que se organizase una cobertura online en 2021 pero, como dice Miguel Navedo, responsable de Comarca de la Sidra, “nada como venir al propio terreno para vivirlo y sentirlo”
En primavera temprana en cambio, los manzanos o pumares, como muchos árboles, aún están sin flor ni hoja, mostrando su maraña de finas ramas que pronto darán el preciado fruto de la sabiduría, una de las frutas con más connotaciones simbólicas, mágicas, totémicas, legendarias, etc., que hallaremos en el Camino, es más, una de estas leyendas, de origen europeo, vincula a las manzanas con el Camino de Santiago, la de las Tres manzanas, que resume así la Xacopedia, enciclopedia del mundo xacobeo:
"Popular milagro atribuido a Santiago difundido por varios países europeos durante la Edad Media. Su tema es la amistad extrema generada a través del Camino de Santiago. Se conservan versiones en alemán [Die beiden Jakobsbrüder], en italiano [Rappre-sentazione sacra di un miracolo di due Pellegrini che andarono a S. Jacopo di Galizia] y otras en francés. Una de las más conocidas es Le dit des trois pommes [La historia de las tres manzanas].
Mientras en alguna de las versiones italianas los protagonistas son un mercader sienés y un genovés, que se prestan ayuda hasta las últimas consecuencias, como recoge Vázquez de Parga, en Le dit des trois pommes, estos papeles corresponden al hijo joven de un rico orfebre, que se dirige a Santiago para cumplir un voto de su padre, y a un peregrino que se encuentra por el camino. Al partir el joven, su padre le da tres manzanas y le dice que solo se fíe de aquel que reparta una de ellas con él. Y así lo hace; entabla amistad con el único peregrino que parte la manzana para compartirla.
Durante el viaje el joven es asesinado en una posada y su compañero lo busca sin descanso hasta localizar sus restos, con los que parte hasta Santiago para que pueda cumplir con su voto. Al llegar, el joven resucita por mediación del Apóstol. De regreso a Francia, el fiel peregrino enferma de lepra y, expulsado de su casa, vaga por los caminos hasta que un día su antiguo compañero lo reconoce. El leproso escucha una voz ultraterrena que le asegura que sólo se curará si su amigo lo lava con la sangre de sus hijos. Al final, el amigo conoce el sueño de su compañero y mata a los niños para curar a su amigo. Al volver a casa descubren vivos a los niños."
Por el Caminón puede acceder maquinaria a estas fincas: ahí tenemos la nave que veíamos antes desde arriba. Más allá, en La Parea de Xuana, en Cualmayor, está la casería aislada de Maniel, junto a La Vallina Santagra, La Riega Sagra, prados de La Llanera y camperas de Les Barredes
Crece el musgo por el muro de tierra y piedra que cierra el Camino a la derecha, seguimos bajando por suelo terroso con piedrecillasBucólicos lugares... reconocemos ahora el guardarraíl de la carretera local que dejamos detrás de la antigua escuela de Priesca para tomar El Caminón: a ella vamos a volver ahora para entrar en La Vega
El descenso acaba en el lavadero de Santagra, Santa Gadía, Santa Águeda, Santa Gadea o Santágueda, a donde antaño acudía el vecindario a hacer la colada, el cual vemos de espaldas, a nuestra derecha, de piedra y tejado a un agua. En Apuntes para las rutas jacobeas de Villaviciosa, artículo publicado en la revista Cubera nº 23 (agosto 1993), el investigador Ángel Valle Cuesta dice de que es un "lugar en el que diversos topónimos quieren recordar la existencia de una antigua capilla con dicha advocación, de la que hoy no hay resto alguno"
El pueblo de La Vega está unos metros más adelante, pero nosotros vamos a visitarlo antes, pues se conserva bastante bien y es una construcción interesante, de gran valor etnográfico. Comprobemos eso sí antes cómo está de barro su entorno, pues aunque siempre hay algo, si ha llovido mucho puede ser un verdadero lodazal
Una deficiente metodología de estudios y valores apartó durante mucho tiempo de los libros de historia y guías de patrimonio estas aparentemente modestas construcciones, que fueron las que marcaron la vida de la mayor parte de nuestros antepasados. Se daba gran valor, y por supuesto merecido, a las grandes construcciones y palacios, incluso rurales, pero fuentes y lavaderos, por ejemplo, apenas se las despachaba en una frase, o ni siquiera se los mencionaba, en parte sigue pasando
Aquí está lo que parece el lavadero más antiguo, sin cubrir, su forma de paredes inclinadas hacia el agua lo delatan, pues los bebederos o abrevaderos no son así, dado que es dificultoso para el ganado beber con esa anchura de muros, otra cosa es que, existiendo el otro, el cubierto, se hubiese aprovechado como tal en algún momento. Aquí viene a parar el agua de alguna riega nacida monte arriba
Pasamos al lavadero cubierto, sensiblemente más grande y espacioso, con columnas de troncos, apoyadas en un murete de piedra, que sostienen la cubierta, de teja árabe y a teyavana, es decir, sin revestimiento exterior
El llavaderu tiene forma rectangular y se alarga por todo este espacio interior, dejando un pasillo a la izquierda para pasar y hacer la colada, función por lo general de las mujeres en la sociedad tradicional, que a veces acudían con su prole. No pocas veces se entablaban animadas charlas, corrían las noticias e incluso se cantaba en la labor, era "el periódicu del pueblu" y constituía un espacio de socialización
Un avance era el esclaraderu, donde se aclaraba la ropa, por aquí entra desde el otro lavadero, a través de un hueco en la pared, el agua de la riega
Detalle de la estructura del techo, hecho de tablas sobre las que van directamente las tejas. De todas maneras, el trabajo de lavar era arduo y muy duro, todo a mano y con la ropa "d'atrás p'alantre tol tiempu". Más antiguamente era peor todavía, pues había que ir a las piedras del río, arrodillándose y doblando todo el cuerpo en un esfuerzo sobrehumano
Por ello, cuando llegó el agua corriente a las casas aquello fue una bendición, lo que unido a otros adelantos hizo la vida mucho más fácil, tanto es así que para muchas mujeres del mundo rural que vivieron aquella época, el mayor adelanto de la humanidad "nun fue llegar al espacio en cohetes, fue inventar la lavadora", sin duda con toda la razón
La canal o canalina, el canalillo de aguas sobrantes que va a La Riega'l Barcón o como se llame en La Vega el arroyuelo que baja hacia el pueblo y forma el valle entre El Picu la Cerra y Cualmayor, el cual conforma este paso natural entre Colunga y Villaviciosa
Estos lavaderos eran muy importantes, a veces eran obras que costeaban, como la escuela, la iglesia o su arreglo, el cementerio, los caminos y primeras carreteras, la acometida eléctrica, etc., los emigrantes indianos
De la misma manera que se organizaban amenas tertulias podían surgir disputas con turnos de lavado, especialmente los meses de la seca, la sequía, cuando había poca agua, hoy todo aquello ha pasado pero aún se mantiene en pie el antiguo lavadero, otro elementos del patrimonio del Camino de Santiago en Priesca
Dejamos el lavadero de Santagra o Santágeda. Se sabe que los antiguos monjes cistercienses de Valdediós tuvieron en Priesca la llamada Granja de Santa Gadea, que sería el origen del nombre del lugar
Ya en la carretera, y en el cruce con la que va también a La Quintana por Les Tarandielles, La Pría, L'Oteru y La Cotaraxa, nosotros seguimos a la derecha, ya todo llano y por asfalto, hasta La Vega
Asoman ya algunos tejados entre la arboleda, a la derecha vemos el curso de la riega, que a partir de ahora llamaremos Ríu o Riega la Vega, cerca ya de su unión con el Carrión o Ríu Ñabla, algo más allá del pueblo cerca ya de Sebrayu, parroquia de Miravalles
El mojón nos indica la posición y la dirección, sin pérdida posible. Esta es la llamada Caleya les Llanxes (llanxa, piedra plana), "en referencia a su buena pavimentación de otro tiempo", dice también Valle Cuesta
La Vega conforma precisamente eso, esta vega fértil y verde, aún en pleno verano, un bellísimo rincón al paso del caminante que se dirige a La Villa, si bien antes puede si lo desea pernoctar el el albergue de Sebrayu, que está ya muy cerca, o en el de La Payariega en Carda, justo encima de la población, al igual que en el de La Casa de Montse en La Trocha, también Carda, pero en la N-632, al pie del Camino a las puerta de Villaviciosa capital
Nos observan, "299 vacas, 87 cerdos, 62 asnos, 17 caballos, 250 ovejas y más de 5.000 gallinas con una producción de huevos extraordinaria" comentaban en El Progreso de Villaviciosa del censo ganadero de Priesca en un tiempo en el que aún no se había producido el gran éxodo rural que afecto a prácticamente todos los pueblos a partir de la posguerra
"Es notable por su oficio, cuyo crédito ha traspasado los límites del concejo, D. Ramón del Valle, popularmente conocido como "El Ferreru de Priesca". Y como tipo popular por sus dichos humorísticos se distingue la famosa Ramona Pepe "El Santu"
"Se trata de una auténtica máquina. Es una construcción típica de estas zonas agrícolas y ganaderas realizada completamente en madera, aunque también se pueden encontrar en hierro. La gran mayoría se encuentran en desuso, algunas restauradas como este potro y otras en pleno olvido.Sirve para herrar el ganado o para realizar alguna cura.Está formado por cuatro postes enterrados en el suelo y colocados dos a dos formando un rectángulo. Unos travesaños superiores estabilizan el conjunto y además sirven para atar al animal con unas cinchas de cuero o con cuerdas. A rasgos generales, se trata de izar a la res para que ésta pierda fuerza de empuje y agresividad al perder apoyo contra el suelo. A los pies del potro hay unos mojones, trabones delantero y trasero, que sirven para apoyar las patas del animal. El cuello por su parte más alta se unce a la «xunguera», la mitad de un «xugu» (yugo, pieza de madera que se acopla a los animales de carga formando yunta).Se agradece que se conserven estos elementos en su posición natural y no recogidos en museos etnográficos, pero el excesivo empeño de los albañiles por dejarlo bien restaurado, bien hecho, con sus mejores intenciones, provoca un resultado excesivamente relamido y poco natural. En muchas ocasiones hacerlo peor, de manera más «rústica», o «enxebre» como dicen en Galicia, mejora el conjunto.Recuerdo hace ya muchos años cuando acompañé a mi tío para llevar a una vaca de labranza a un potro de un pueblo vecino para intentar averiguar el porqué de su cojera. Tenía una pequeña piedra entre las pezuñas. Yo no tenía ni idea de qué era un potro. Allí tuve la oportunidad de ver cómo funcionaba.En general, el potro era de titularidad comunal y todos los vecinos se encargaban de su mantenimiento, aunque también podía ser privado, que por amistad o lazos familiares, el resto de vecinos agrícolas y ganaderos lo usaban.Ahora podemos comprender cómo la introducción de la mecanización a motor de explosión en los campos, con el tractor a la cabeza, ha roto ese sentido de comunidad que comparte y se esfuerza por un bien individual pero también común. Multitud de construcciones tales como lavaderos, molinos, potros, hornos, paneras… favorecían ese intercambio. Cumplían una función específica pero al mismo tiempo eran los soportes relacionales de una comunidad. Me pregunto cuáles serán los soportes claves hoy en día para la dinamización de zonas rurales en claro retroceso de población y económico, ya que no todos pueden apostar por el turismo con casas de aldea o parques naturales."
Si bien la capilla de San Juan el Degollado del Palacio de la Güera figura con esta advocación en documento de 1736, en algunas reseñas aparece como de Santa Águeda, por lo que tal vez sea esta, pues la doble advocación, o los cambios de la misma, fueron siempre cosa usual en estos santuarios. De ser así este sería el solar de aquella granja de los cistercienses
“En el Archivo Diocesano de Oviedo, figura que en el año 1845, existían cuatro capillas en la parroquia de Priesca, Santa Lucía, la Virgen del Carmen en Toroyes, Santa Agueda en La Vega, y la de Muñones o del Mayorazgu, además de la del Palaciu de la Güera, dedicada a la Degollación de San Juan Bautista el 7 de Enero de 1736”
Parecen reflejadas pues, como dos capillas distintas, sea como sea pues, el Camino, como hemos dicho, pasa al pie de esta, la del palacio, que luce desde aquí la gran galería en todo su esplendor, de las más largas que veremos en zonas rurales
La expansión de la industria del vidrio en Asturias, sobre todo a partir de 1880, favoreció esta solución arquitectónica tanto en nuevos edificios como añadiéndola a otros anteriores, en este caso barrocos, integrando grandes espacios en el interior térmico de la vivienda pero a la vez dotados de gran luminosidad natural
Y en este lugar cruzamos El Ríu la Vega. Al pasar podremos fijarnos en algunos detalles de esta capilla
Mientras admiramos el palacio vamos dejando atrás esta aldea de La Vega, con sus casas agrupadas sobre el río, formando una quintana
En este hórreo sí se mantiene la tradición de colgar de él riestres de panoyes, como antiguamente. Cada vez se ven menos así
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