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domingo, 27 de octubre de 2024

LA CATEDRAL DE SAN SALVADOR (6) LOS PASILLOS DEL ARTE Y DE LA HISTORIA (OVIEDO/UVIÉU, ASTURIAS)

 

Tras la visita a la Cámara Santa, donde se guardan algunas de las más preciadas reliquias de la cristiandad, aquellas que dieron origen al dicho que afirma que "quien va a Santiago y no al Salvador, visita al criado y olvida al señor", proseguimos nuestro recorrido por el interior de esta catedral, San Salvador de Oviedo/Uviéu, a la que dedicamos varias entradas de blog, acercándonos ahora a su museo catedralicio, el Museo de la Iglesia de Asturias (MIA), contemplando numerosos tesoros históricos y artísticos. De él tenemos una muy buena relación de piezas y fotografías en la magnífica web Sancta Ovetensis

Ya en el pasillo y escaleras de acceso a este museo, sito en el piso alto del claustro catedralicio, veremos algunas de estas maravillas del arte y de la historia, tal que este gran medallón de piedra


Y en él la imagen de Cristo, El Salvador o San Salvador, patrón de la catedral y de la ciudad, por sus reliquias, las cuales vimos en la Cámara Santa, especialmente y sobre todo el Santo Sudario con el que, según la tradición, se tapó la cara de Jesús al bajarlo de la cruz, quedando su rostro impregnado en la tela con su sangre


Antes de acceder a la primera sala del museo, otra pieza de interés


Un reloj de sol, el cual estuvo en la fachada de la Torre de San Miguel, anexa a la Cámara Santa y su capilla de San Miguel, así como a la cripta de Santa Leocadia sita debajo; esta última la veremos cuando recorramos el claustro, al igual que la Sala Capitular



Subimos ahora tres peldaños y accedemos a la primera sala de este Museo de la Iglesia de Asturias (MIA)


Impecable suelo de madera y salas espaciosas y diáfanas, que nos permiten contemplar cada pieza con comodidad y sin ninguna sensación de horror vacui o similar, una maravilla también esta magnífica disposición. Así nos lo describen en la web de la Archidiócesis de Oviedo:
"El Museo de la Iglesia se encuentra situado en el piso superior del claustro de la Catedral de Oviedo, inaugurado en el año 1990, edificado en el siglo XVIII, obra del arquitecto Francisco de la Riva Ladrón de Guevara. 
En él se conjugan iniciativas estéticas de la mayor profundidad con sugerencias de fe, que brotan espontáneamente de los objetos religiosos que en él se contienen.
Sirvieron a la piedad y a la liturgia en el propio ámbito catedralicio o en el de casi un centenar de parroquias asturianas, que buscan, desde las creaciones de los artistas, seguridad para sus objetos artísticos, oportunidad de continuar sirviendo a la Catequesis y a la Pastoral y posibilidades de ejercer una intensa Pedagogía de la Fe Cristiana".

Esto es un facistol, "atril grande en que se ponen el libro o libros para cantar en la iglesia y que, en el caso del que sirve para el coro, suele tener cuatro caras que permiten colocar varios volúmenes", leemos en el diccionario; efectivamente procede del antiguo coro y es obra del arquitecto José Bernardo de la Meana Costales, quien trabajó en muchos retablos e imaginería catedralicia en el siglo XVIII. Es de madera de castaño y está fechado, como sus obras aquí en la catedral, entre 1746 y 1754


Pasamos ahora a un Crucificado de madera datado en 1664 y obra del maestro barroco gijonés Luis Fernández de la Vega


Esta hecho en madera de nogal policromada


Esto es un tenebrario o candelario de las tinieblas, empleado para el oficio de Tinieblas en Semana Santa y otra de las obras de José Bernardo de la Meana


En medio, la Cruz de los Ángeles, cuyo original, restaurado varias veces, sobre todo tras el robo de 1977, hemos visto en la Cámara Santa, es símbolo y emblema de la ciudad y concejo


Recordemos que cada pieza tiene su correspondiente plaquita informativa


En la esquina, un cuadro de El Salvador y una talla de Santa Teresa de Jesús


Cuadro al óleo sobre lienzo fechado en 1710 y cuyo autor es el pintor Francisco Antonio Martínez Bustamante


De nuevo el patrón de la catedra y de la ciudad, aquí con la bola del cosmos en la mano izquierda y bendiciendo con la derecha


Santa Teresa de Jesús, talla también de Luis Fernández de la Vega, de mediados del siglo XVII





Y así pasamos a otra estancia de la Sala I del MIA


Aquí tenemos dos inscripciones medievales y un capitel


El Epitafio del arcediano Stephanus


El epitafio de Tarasia, de 1057, en caliza blanca



Capitel con motivos vegetales de la antigua catedral-basílica 


Y una vitrina expositor con tallas tardorrománicas







Virgen con el Niño, de finales del siglo XIV o principios del XV, en piedra caliza


Un candelabro


Y una vitrina con tallas góticas 







Otra segunda vitrina







Seguimos recorriendo estos bellos expositores dignos para mostrar sus maravillas artísticas en todo su esplendor



Un San Juan procedente de un Calvario, de madera policromada y datado en los siglos XIII y XIV, procedente de la iglesia de Biescas, concejo de Salas. A la derecha un personaje sin identiciar


Así lo dice su correspondiente ficha, no olvidemos de mirarlas, pues hay muchas cosas curiosas


Un Cristo crucificado


Talla en piedra de la Virgen con el Niño


La Dolorosa, procedente de otro Calvario


El Salvador, en su posición de bendecir con la mano derecha y portar la bola del mundo en la izquierda



Inscripción fundacional de San Miguel de Teverga



Diversas piezas talladas procedentes de templos


Tablero de cancel labrado en ambas caras


Pieza reutilizada como parte de un cancel


Fragmento de estela anepigráfica, solo de círculos concéntricos


Fragmento de pilastrilla


Campana de bronce del año 1327 procedente de Cangas del Narcea

En medio de la sala, una cruz procesional de bronce del siglo XIV

Dos capiteles y la imagen de un rey


Capitel doble geminado del siglo XII


El rey es Alfonso XI El Justiciero, rey de Castilla y León de 1312 a 1350, por lo que su estatua se data a mediados de esa centuria




Otro capitel geminado doble del siglo XII




Y vista ya la Sala I pasamos a la Sala II del MIA


Empezamos por ejemplo por estos dos cuadros de la esquina de la derecha según entramos



Este se titula Honras fúnebres a la memoria de la Reina Doña Mercedes, iglesia de San Francisco la Grande de Madrid, 17 de junio de 1878, de Carlos Hurtado y Corral


Y este es Calvario, Cristo crucificado, la Virgen María, San Juan y María Magdalena, óleo sobre lienzo de primeros del siglo XVIII y autor anónimo


Cruz pectoral de madera de boj en su color, con relieves entallados y anterior a 1582, obra del taller de Georgios Lázkaris en Monte Athos, Grecia



A la izquierda, retrato del cardenal don Álvaro Cienfuegos Sierra, del ovetense Francisco Leopoldo Reiter Elze. A la derecha el alabastro Coronación de la Virgen e incredulidad asuncionista de Santo Tomás, del siglo XV 


El retrato es una obra de óleo sobre lienzo y se pintó entre 1760 y 1770


El alabastro, procedente de la iglesia de Santa María de Miudes, en El Franco, es de la escuela inglesa


Juego de cuatro cetros procesionales de 1527 en plata sobredorada estilo hispano-flamenco y escuela leonesa de Enrique de Arfe





Cruz procesional anterior a 1516 y autor anónimo



Crucificado de finales del siglo XVII procedente de Vidiago (Llanes) y cuadro La Ascensión del Nuetro Señor, óleo sobre lienzo, autor anónimo, escuela española, pintado entre 1785 y 1800




A la derecha, retrato del obispo Don Martín Carrillo de Alderete (1633-1636) en óleo sobre lienzo, obra del año 1879 del pintor Dionisio Fierros Álvarez. A la izquierda, Asunción de Nuestra Señora, óleo sobre lienzo de finales del siglo XVIII, escuela italiana y pintor anónimo





Obras y sus fichas...


Ciriales y cruz procesional...




Crucifijo de bronce del siglo XII


Cruz procesional de bronce del siglo XII, fotos de anverso y reverso...




Vamos a pasar ahora a la Sala III del Museo de la Iglesia de Asturias (MIA)



Es tal la variedad que a veces no sabe uno por dónde empezar, tal vez por esta pared llega de piezas...


De arriba abajo, retratos tallados en madera procedentes de la sillería del antiguo coro gótico de la catedral (s. XV). De abajo arriba, los profetas Amás, Ezequiel y Miqueas. Abajo, su ficha informativa, donde se nos informa de su autor, Alejo de Vahía y su taller, su fecha (entre 1491 y 1497) y que pertenecen estilísticamente a la escuela castellana:


Amás


Ezequiel


Miqueas


Niño con cornucopia (vaso en forma de cuerno que representa a la abundancia) de Ángel Candelero, madera dorada y policromada, escuela castellana y taller de José Bernardo de la Meana en sus obras catedralicias de los años 1747 a 1741



Peana de madera con la imagen tallada Misericordia: Muerte contra monstruos, del siglo XV, también del taller de Alejo de Vahía


Y encima, esta composición de ángel y niño


Ángel con la piedra derecha adelantada, del llavianés Domingo Suárez de la Puente Hevia Argüelles, escuela castellana, hecho en madera de nogal policromada


Y niño con particella instrumental y vocal, otra obra de José Bernardo de la Meana:
"La particella o partichela (en plural, particelle; en alemánParticell) es una partitura en la que solamente aparece escrita de manera independiente la parte que debe interpretar un único intérprete o un grupo de intérpretes que tocan o cantan exactamente lo mismo dentro de una obra con más partes. Por el contrario, en la partitura general figuran simultáneamente todas las partes de los instrumentos o voces que se han de interpretar para ejecutar una determinada composición musical.
(Wikipedia)


Cuadro Asunción y coronación de la Virgen en presencia de donante, de óleo y temple sobre tabla, procedente del primer retablo mayor de la catedral. Fue pintado en 1487 por Pedro de Mayorga, escuela española


Niño con instrumento de viento-metal, también de José Bernardo de la Meana, en madera dorada y policromada



Arcón de manufactura china, del siglo XVIII, en madera de sándalo, de tiempos de la dinastía Qing


Peana, ángel y niño similares a los anteriores y de los mismos autores


Misericordia partida de dados


Atendamos a sus fichas o plaquitas descriptivas


La particella del niño es aquí solamente instrumental


Otros tres profetas del antiguo coro catedralicio


Sofonías


Joel


Y Oseas


Sus textos explicativos


Y otro niño con cornucopia del taller de José Bernardo de la Meana


A su izquierda, cuadro de la Inmaculada Concepción





Y ahora, dos apóstoles


Santo Tomás




Otro respaldo de sillería y dos apóstoles


Santiago el Menor y San Bartolomé







Pasaremos ahora pues a la Sala IV del museo



Una magna exposición de objetos litúrgicos y cuadros de obispos y motivos eucarísticos


A la derecha, según entramos candeleros y custodia











Cálices de plata sobredorados en su color, de finales del siglo XV



En la siguiente vitrina, más cálices y bandejas




Cuadro de la Anunciación en marfil, procedente de Filipinas



Vinajeras, campanilla y bandeja obra de Luis García Crespo (1720-1765), en plata sobredorada. Legado del obispo Agustín Conzález Pisador (1760-1791)



Jarra litúrgica


Otro cuadro en marfil de la Anunciación de la escuela hispanofilipina



A la izquierda, cáliz de plaza sobre dorada de 1859, fuente también en plata sobredorada, esta de 1759 como el cáliz a su derecha


Deambulamos por la sala maravillados por esta fantástica colección artística que abarca desde el medievo hasta nuestros días


Nos acercamos ahora a este expositor de más objetos sagrados


Fuente de plata en su color, de principios del siglo XVII


Jarro de plata en su color, primera mitad del siglo XVII


Arqueta de plata en su color, primera mitad del siglo XVII


Fuente de plata en su color, del mismo material y época




Fuente de plata en su color, siglo XVIII


Un retrato del obispo Benito Sanz y Forés, quien tomó posesión de su cargo el 4 de diciembre de 1868, siendo promovido en 1881 al arzobispado de Valladolid, como nos informa el texto


Proseguimos hasta las siguientes vitrinas al lado de la puerta


De izquierda a derecha, copón de plata en su color que vino de Rozaes (Villaviciosa), con el texto "ESTE COPÓN LE MANDÓ HAZER D. LORENZO FERZ. CAVO CURA DE ESTA PARROQUIA A DEVOZION DEL PRINZIPE Nº SER. Y SEÑO. YNFANTES EN 1768". Luego copón de plata en su color que proviene de Bustiello en Tineo, como el portaviático a su derecha, de la primera mitad del siglo XIX. Seguidamente una gran custodia de la que adjuntamos su ficha:



A la derecha de la custodio un hostiario o píxide de plata sobredorada y al final un copón de plata en su color fechada a mediados del siglo XVII



Arriba, retrato del obispo Gregorio Ceruelo de la Fuente, que antes de ser prelado hizo carrera política, como leemos en Wikipedia
"Diputado por Palencia en las Cortes de Cádiz (1810-1813), se significó entre los absolutistas; a la vuelta de Fernando VII estuvo entre los firmantes del Manifiesto de los Persas

El 10 de julio de 1815 es preconizado para el puesto de obispo de Oviedo, cargo al que accedería el 17 de septiembre de 1815.

Se mantiene en el cargo hasta su fallecimiento". 

A la izquierda de la puerta tres custodias y un cuadro


El cuadro es un retrato del obispo reformador Agustín González Pisador, famoso por sus Constituciones Sinodiales, en las que intentaba regular la vida de la sociedad asturiana, incluyendo al mismo clero, dentro de los preceptos religiosos imperantes. Llegó al cargo en 1760 y falleció en 1791 en Benavente (Zamora), donde residía por su mala salud y por entonces perteneciente a la diócesis ovetense



Las custodias son de plata sobredorada y piedras y, de izquierda a derecha también adjuntamos la descripción existente en su correspondiente cartel





Seguidamente, unos dípticos notables y muy importantes, medievales y altomedievales, incluyendo uno bizantino





Cajita de rubíes, hecha en oro, rubíes y cristal, de fecha incierta



Arriba en la pared, retrato del obispo Agustín González Vigil, quien ejerció su cargo entre 1884 y 1904, cuando falleció en su palacio episcopal de la Quinta del Obispo, en la gijonesa parroquia de Somió, frente a la Plaza de Villamanín


Seguimos contemplando piezas y objetos de la liturgia y sagrados, llegando a esta repleta estantería


Arriba, cáliz de plata en su color datado hacia 1600, abajo a la izquierda naveta del mismo material datada entre 1770 y 1778 y a su derecha incensario del mismo material y época


Luego gran custodia de plata sobredorada de entre 1779 a 1788, vinajeras de planta en su color datadas entre 1770 y 1778 y custodia de plata en su color procedente de la iglesia gijonesa de Caldones


En la repisa de cristal una hostiera de plata de hacia 1700 procedente de Somiedo y a su derecha un copón de plata sobredorada de la primera mitad del siglo XVIII. legado de don Valeriano Muñiz


A la derecha de la custodia de Caldones, nuevas piezas 


Abajo, incensario de plata en su color de mediados del siglo XVII y, a su derecha, naveta de plata en su color del siglo XVII



Cáliz de plata en su color del año 1557


Retrato del obispo


Retrato de un prelado




Conjunto de cruz de altar y candeleras datado en 1760 y obra del artista platero leonés Juan Pérez Cascallana




En medio de esta sala, cruz procesional de principios del siglo XVI


Está hecha en plata sobredorada en su color, azabache y esmaltes


Y a su lado, pie cruz procesional de plata en su color datada en el último tercio del siglo XVI




Copón-expositor de plata en su color, del último tercio del siglo XVIII, legado de don Valeriano Muñoz


Seguimos camino hacia la Sala V. En El Museo de la Iglesia, un museo "vivo", artículo de fecha 14-4-2023 en la web de la Archidiócesis de Oviedo, podemos enterarnos de su trabajo y actividad:
"De todas las representaciones artísticas y objetos de culto y devoción que pueden contemplarse en la Catedral de Oviedo, conocida en todo el mundo principalmente por la Cámara Santa y las reliquias que en ella se conservan, el Museo de la Iglesia no siempre recoge la atención que se merece. Situado en el Claustro Alto del templo, conserva en sus salas elementos e imágenes que han tenido como destino la devoción y el culto a lo largo de los siglos, y representa, por tanto, la memoria, no sólo de la Catedral, sino de las parroquias que conforman la diócesis de Oviedo. 
Así lo reconoce su directora, Otilia Requejo, quien destaca que el Museo de la Iglesia no es solo un museo catedralicio, sino también diocesano, “puesto que alberga los objetos de muchas parroquias asturianas”. En realidad, esa era la intención cuando a finales del siglo XIX y principios del XX comenzaron a crearse los museos diocesanos en España. “Tenían como principal encomienda salvaguardar aquellos bienes que, con motivo de la desamortización, habían quedado sin seguridad y sin la adecuada conservación”, explica Otilia Requejo. “En el caso de la diócesis de Oviedo –continúa– un importante porcentaje de las piezas del museo procede de parroquias de todo el territorio, entre las que destacan custodias, coronas de la Virgen o cálices, por ejemplo, que están depositados por las parroquias en el museo para su disfrute público y conservación; algunas de estas piezas vuelven cada año a las parroquias con motivo de la celebración de sus fiestas patronales. Por eso yo suelo decir que este es un museo “vivo”, que es una de las características que definen a los museos de la Iglesia y que los diferencia de otros museos, donde las piezas salen con motivo de préstamos para exposiciones u otro tipo de actos culturales, pero en el caso de los objetos de la Iglesia, estos siguen cumpliendo la función para la que fueron concebidos. Los museos de la Iglesia son espacios de algo que ahora está muy en boga, como es el patrimonio inmaterial, representado por las celebraciones  litúrgicas y por  los actos religiosos  que desde  hace siglos se celebran y se  siguen  celebrando  en  la  diócesis”. 
En sus salas convive una gran variedad de arte perteneciente a las distintas corrientes artísticas que se han desarrollado a lo largo de la historia de pintura, escultura o la orfebrería litúrgica. Cuenta con piezas de gran relieve, donde destacan, además de la colección de orfebrería litúrgica, curiosidades como el díptico romano-bizantino del siglo VI –la pieza más antigua–, “una obra magnífica, espectacular y hasta el año 2004, en que adquirió una similar el Museo de Arte Romano de Mérida, la única de estas características en España”, según confirma su directora, que destaca que los fondos del museo cuentan con “piezas de primer nivel que merece la pena mostrar y dar a conocer”. Sus salas se han ido acrecentando con el tiempo también gracias a legados y donaciones de particulares. Destacan la colección de cálices y copones litúrgicos de D. Valeriano Muñoz; la colección de iconos de D. Manuel Bayón y el retablo de San Pedro donado por Dª María Graña. Recientemente se han incorporado obras como el retrato del Deán D. José Cuesta, donado por los hermanos Somolinos Rodríguez Bustelo y el retrato de San Felipe Neri, donación de las hermanas Sánchez Piñán.

Un trabajo gris 

Así, como el “trabajo gris, que no se ve”, describe la directora del Museo de la Iglesia en Asturias la labor que desde hace unos años a esta parte se está llevando a cabo. “Desde 2020, cuando yo me hice cargo de la dirección, hemos estado revisando todos los libros registro, los inventarios de las distintas colecciones y los hemos actualizado, fotografiado y catalogado: una labor un poco tediosa, que requiere un método y para ello hemos contado con la colaboración de estudiantes en prácticas de la Universidad de Oviedo, con quien hemos firmado un contrato de colaboración”, explica Otilia Requejo. “También contamos con la asesoría de dos profesores, Vidal de La Madrid y Yayoi Kawamura, expertos en arquitectura y en orfebrería, respectivamente, que desde hace años colaboran de manera altruista con el Museo. En estos últimos meses, además, hemos revisado toda la cartelería, que es la información que se ofrece sobre las piezas, para renovarla, subsanar algunos errores y unificar la presentación de la información”. Junto a esta labor, se ha trabajado en el acondicionamiento de la nueva biblioteca del Museo, en el Tránsito de Santa Bárbara, con la ayuda de otra voluntaria que ayuda en el orden y la catalogación de la colección. “Quisiera además –sugiere la directora del Museo– destacar el apoyo del Seminario, concretamente de la responsable de su biblioteca, Judit Hidalgo, que nos ha ayudado con estas tareas. Es, en definitiva, un trabajo en equipo y afortunadamente contamos con personas muy valiosas que se suman a él”. 
Con motivo de la Semana Santa, desde el Museo de la Iglesia se difundió un breve vídeo con imágenes de las representaciones de Cristo Crucificado que se conservan en las salas, con la idea de trabajar en un proyecto de divulgación que dé a conocer a la gente lo que este museo alberga. Así, a lo largo del mes de mayo se publicará otro vídeo similar, con representaciones de la Virgen, “para despertar el interés de las personas y que se animen a visitarlo”, reconoce Otilia Requejo, que subraya también que con el ánimo de difundir otra parte del patrimonio religioso fundamental, como es la música, han contado con la colaboración de las religiosas benedictinas del Monasterio de San Pelayo en el acompañamiento musical de estas piezas audiovisuales, que se difunden a través de las redes sociales y las páginas web de la diócesis y de la Catedral".

Preside esta sala un magnífico retablo de San Pedro del siglo XVII, obra de Juan López Baamonde y cuya ficha adjuntamos abajo, flanqueado por cuadros e imágenes



San Pedro pontífice, vestido de papa con su mitra y báculo pero siempre con las llaves del cielo en la mano


Arriba en el ático Cristo crucificado flanqueado por dos escudos


Detrás de él, un colorista cuadro de motivos florales-vegetales


Escudo de la izquierda de las flores de lis


Escudo de la derecha


A la izquierda de San Pedro, San Antonio de Padua


A la derecha, la Virgen niña con su madre Santa Ana


A la derecha del retablo cuadro de la Mater Dolorosa e imagen de San Gonzalo de Amarante




Pasamos ahora a las imágenes a la izquierda del retablo de San Pedro



La Virgen rezando


La Virgen del Carmen con el Niño y retrato de San Pablo




Imagen de la Inmaculada y cuadro de San Pedro




Sala VI del Museo de la Iglesia, en medio una impactante escultura de La Quinta Angustia, Virgen de las Angustias, de autor anónimo y datada en el siglo XVIII, en madera policromada, escuela castellana


Se trata de una copia de la talla de Nuestra Señora de las Angustias de Juan de Juni, donación de las familias Rivaya Fernández y Cuesta Alonso de Nora, herederas de Don Felipe Fernández Alonso


Más hermosas tallas y cuadros







A la derecha, en la pared, Santa Catalina de Alejandría en piedra caliza, datada a finales del siglo XIV o principios del XV y, a su izquierda, la misma santa en talla de nogal, al igual que Santa Lucía de Siracusa, ambas de Luis Fernández de la Vega






Más preciosa imaginería religiosa en esta estantería, tablas de madera dorada y policromada de mediados del siglo XVI que eran del antiguo mueble-relicario de la Cámara Santa, Escuela castellana


Santa Eulalia y Santa Lucrecia Mártires




El rey Alfonso VI, tres prelados y varios eclesiásticos y acólitos asisten a la apertura del Arca de las reliquias en la Cámara Santa




Eulogio y San Vicente, mártires




Pieza cedida temporalmente





Cristo crucificado



Santa Eulalia de Mérida (originalmente Santa Filomena), terracota policromada, tercer cuarto del siglo XIX, escuela francesa


En medio de la sala, dos cruces procesionales




Reverso:








Réplica de la cruz románica de San Salvador de Fuentes (Villaviciosa), cuyo original se exhibe en el Museo Metropolitano de Nueva York. Esta réplica es obra de Carlos Álvarez de Benito, hecha tras la cesión de la primera para la exposición Orígenes de 1993. De la historia de la Cruz de Fuentes extraemos lo siguiente de Wikipedia:
"La cruz de San Salvador de Fuentes es una cruz votiva que se encontraba en el templo de la Iglesia de San Salvador (Fuentes) en la localidad asturiana de Fuentes en el concejo de Villaviciosa. 
Después de largas negociaciones con la iglesia de San Salvador de Fuentes, Ernesto Guilhou, hijo del banquero francés Numa Guilhou e importante industrial dueño del Banco Guilhou y de la Fábrica de Mieres, además de un gran coleccionista de arte antiguo, compró la cruz en 1898 y la llevó a su finca Laclau, en el sur de Francia. Posteriormente, Guilhou encargó al marchante Arthur Sambon, destacado especialista en la Italia antigua y los etruscos y presidente de la Cámara de expertos de Arte de París que le buscase un comprador. Sambon ya había trabajado anteriormente para Guilhou y en marzo de 1905 se encargó de subastar su colección de arte clásico en la sala n.º 7 del Hotel Drouot de París, negociando la operación de venta de esta joya con el magnate y banquero americano John Pierpont Morgan, que en 1917 la acabó donando al Metropolitan Museum de Nueva York. 
En 1993 la cruz se exhibió por primera vez en Asturias desde 1898 dentro de la exposición Orígenes. La cruz se conserva en el Museo Metropolitano de Nueva York. Esta joya es, para muchos historiadores, la pieza más importante de Asturias después de la cruz de la Victoria y su valor en el mercado es incalculable. 
Descripción: 
La cruz es un trabajo de orfebrería en madera revestida con plata parcialmente dorada, piedras, camafeo romano y joyas. Tiene unas medidas de 59,1 × 48,3 × 8,7 cm. Está datada circa de 1150-1175. 
En el reverso se puede contemplar la inscripción en latín de la donante Sancha González: 
[EN HO] NORE: S [AN] C [T] I: SA / LVATORIS: SA / NCCIA: GVIDIS / ALVI: ME: FECIT «Sancha González, me hizo en honor de San Salvador». 
Además de la inscripción existen varios bajo relieves; en el centro se puede ver el Cordero místico y en las terminaciones de los brazos de la cruz por esta parte del reverso se pueden apreciar los símbolos alegóricos a los Evangelistas: Un águila, el león y un toro. El cuarto símbolo correspondiente al brazo central en la parte inferior y que se encuentra desaparecido era un ángel. 
En el anverso hay la imagen principal de Jesucristo crucificado y coronado, teniendo en cada uno de los brazos laterales las figuras en relieve de la Virgen María y de San Juan,-uno a cada lado-. Coronando la parte superior de la cruz se puede ver un ángel incensaario y en la parte inferior la representación de Adán saliendo de su tumba. Sobre la cabeza de Cristo hay una cavidad tapada con una piedra preciosa que todavía contiene una reliquia, sin que se sepa a quien corresponde."

Detalles del reverso de la Cruz de Fuentes








Piezas de la pared...


San Sancho de Córdoba en madera policromada y estofada, con ojos de vidrio, 1769, escuela castellana, de José Bernardo de la Meana Costales


San Sebastián, siglos XIII-XIV, en piedra caliza



Arqueta


Sala VII del Museo de la Iglesia, con más elementos litúrgicos, incluyendo libros y hábitos episcopales


Empezaremos por esta vitrina donde destacan estas casullas episcopales


Naveta del incienso y corona de la Virgen del Rosario


Custodia y urna-expositor


Custodia, corona e incensario


Más casullas y objetos


Incensario y su naveta


Corona de Nuestra Señora de la Barca


Vinajeras


Otra naveta del incienso e incensario


Dos capas pluviales en seda y oro de 1730, salieron del taller toledano de Alfonso Medrano


Acetre o pequeño caldero para el agua bendita de las aspersiones litúrgicas, de plata en su color


Juego de cuatro crismeras para guardar los Santos Óleos y el Crisma, en plata en su color, del siglo XVII. A su derecha otra crismera también de plata en su color


Dos juegos de crismeras en plata guatemalteca y a su derecha una campanilla flamenca


Dos candelabros



Virgen con el Niño





Más capas pluviales, estas en seda, oro y plata (1860-1862) con imágenes del Espíritu Santo. De los talleres ovetenses de Toribio Martínez. Crisanto Fernández Antuña


Cepillo limosnero para las ánimas del Purgatorio de madera policromada, siglo XVIII. Fijémonos en las ánimas representadas entre las llamas



A su derecha otro cepillo, este para San Antonio de Padua, del que también vemos su imagen en una concha y a la derecha un tercero con una custodia en su hornacina



Mitra preciosa, tipo de mitra con bordados y pedrería usada para actos solemnes


Observemos en ella la Cruz de los Ángeles


Mitra preciosa en seda, oro, perlas y piedras, de hacia 1750 y portapaz de madera de esa misma centuria, elemento destinado a dar a los fieles el ósculo o saludo de la paz


Llegamos ya a la zona de los libros, viendo antes un elemento procedente el antiguo altar mayor de la catedral




Pasamos a ver estas obras...



Officia Propia Sanctorum Ovetensis Ecclesiae et Dioecesis


Carta de San Melchor García San Pedro, el santo asturiano San Melchor de Quirós, de quien hablamos ampliamente en la entrada de blog dedicada a las capillas de la girola de esta catedral, pues sus restos reposan en la de Covadonga, antes de San Ildefonso



Octaviarum Romano - Ovetense


Missale Antiguum Ovetense





A la izquierda de la puerta, más libros



Estos contienen preciosas miniaturas


Especialmente importante es el Liber Testamentorum del obispo Pelayo (siglo XII) que tanto citados en este blog por las noticias que da de la Edad Media asturiana



Memoria de las fundaciones hecha por el obispo Diego Aponte de Quiñones


Benedicta Apostilica et Pontificatis


En la pared otra joya artística cuya descripción adjuntamos abajo



Y pasamos a la última estantería-vitrina-expositor de esta sala









Cáliz de plata del siglo XVIII y detrás una sacra o placa con frases litúrgicas


Cáliz de finales del siglo XVIII de plata en su color con un detalle de un león rampante y el texto "MARTÍNEZ / 87". Legado de don Valeriano Muñoz


Interior del cáliz


La sacra con sus inscripciones


A la izquierda, otras sacra de un juego de tres, son de plata en su color y hechas hacia 1800. Texto de la consagración eucarística:
"Hoc es enim/Corpus Meum./ Hic est onim Calix Sanguinis/ Mei. novi. et aeterni testamenti. mys/ tenum fidei. qui provobis/ Et pormultis effun detur in remissio/ nem pecatorum"

Cáliz de plata sobredorada y esmaltes, año 1634



Cálices de plata en su color, el de la derecha de 1816 y el de la izquierda en 1816



Detrás, otra sacra con su texto



Y ya pasamos a la Sala VI del Museo de la Iglesia de Asturias (MIA)


A la derecha tenemos la bajada al claustro


Cuadro de la Presentación de Nuestra Señora en el Templo, óleo sobre lienzo de entre los años 1730 y 1735, escuela española de Ignacio Abarca y Valdés


El cuadro antes de su restauración



Cuadro y vitrina expositora



Nos detenemos a ver cada pieza y detalle




Cáliz de plata en su color, segunda mitad del siglo XX


Copón de plata sobredorada, cobre y piedras de finales del siglo XIX


A la derecha cáliz de plata en su color del año 1600 y, a la izquierda, cáliz de plata sobredorada, bronce y esmaltes, del primer tercio del siglo XVII



Copón de plata en su color, del platero madrileño Diego Arias, año 1823, legado de don Valeriano Muñoz


A su izquierda otro copón de plata en su color, de la segunda mitad del siglo XIX








Luego de vistos estos cuadros nos acercamos a esta vitrina, con mucha imaginería d ela Europa del este



A la izquierda Pantocrátor en bronce y esmalte del siglo XX, escuela rusa y, a la derecha, la Virgen, siglo XIX y también escuela rusa, como toda esta vitrina
















Otro expositor dedicado a los iconos del este europeo


La Teofanía de Mambré a la Santísima Trinidad






Virgen de Kazán, temple sobre tabla, primer tercio del siglo XVIII


Virgen de Iversk y Pantocrátor







Santa Teresa de Jesús


Cristo crucificado


Cuadro y vitrina




Nos acercamos ahora a la vitrina


Crucifijo de marfil de la primera mitad del siglo XVIII







Abajo a la derecha, cáliz de plata en su color, de la segunda mitad del siglo XVIII y, a su izquierda, cáliz también de planta en su color, de mediados del siglo XIX


La Inmaculada Concepción


Copón de plata en su color, de mediados del siglo XIX


Cáliz de plata en su color del año 1867


Eb medio, imagen de San Sebastián del siglo XVII, procedente de la desaparecida capilla de su advocación del hospital de enfermos que existió en la Rúa del Campo, actual calle San Francisco, al lado del Edificio Histórico de la Universidad







Santo y vitrina




Y en la vitrina, en medio, una imagen de la Inmaculada Concepción



Copón de plata sobredorada, bronce y marfil, de principios del siglo XX, legado de Valeriano Muñoz


Copón de plata sobredorada, bronce, marfil y esmalte, de principios del siglo XX, también legado de Valeriano Muñoz





Cáliz de plata en su color de la primera mitad del siglo XIX


Cuadro en la pared con la Sagrada Familia



Tres imágenes en la siguiente vitrina expositora







Llegamos a la siguiente muestra de imágenes religiosas







Y volvemos a los cuadros:





Cálices y custodias



Cáliz de plata en su color de la primera mitad del siglo XIX










Ya hemos terminado nuestro recorrido por el Museo de la Iglesia de Asturias (MIA), ahora, por las escaleras abajo, continuaremos por el circuito de visitas de la catedral, saliendo al claustro y Sala Capitular

















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