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El Puente de Olloniego visto desde el Camino |
Este es el Puente de Olloniego, supuestamente construido en el siglo XIV sobre otro anterior, mencionado ya en el siglo XII, y reformado en el XVI, por el que los peregrinos de antaño, tras bajar de El Padrún por el viejo Camín Real, procedentes de Mieres, cruzaban el río Nalón en su aproximación a la Sancta Ovetensis, a pocas horas de camino ya de la capital asturiana, meta del Camino del Salvador o de San Salvador
Como vemos ahora está 'en seco' y el río no pasa por debajo, desde que el día 29 de septiembre del año 1676, el río tuvo una gran 'llena' o crecida, desviándose de su curso un poco más a la izquierda, dejándolo inservible, pues nunca más recuperó su cauce anterior, en lo que fue un extraordinario suceso geomorfológico
El Picu Castiellu, solar del Castillo de Tudela |
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Antigua Carretera de Castilla |
Olloniego, en el valle y ante La Corona del monte Arnea |
"En el "Censo de la Sal" del año 1631, Olloniego figuraba como concejo, con 78 vecinos.En el "Censo de Aranda" de 1768, se le incluía como parroquia en el concejo de Lena.En el "Censo de Floridablanca" de 1787, vuelve a figurar como concejo independiente.Unos años más adelante se integra como parroquia y coto en el entonces concejo de Tudela, junto con las parroquias de Agüeria, Box, Manzaneda, Naves y Santianes de Olloniego; con capital en Santiago de Agueria.Ya en 1857 el concejo de Tudela pasa a formar parte del concejo de Oviedo, y con él la parroquia de Olloniego."
El Camino en Olloniego |
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Entrando en Olloniego por la antigua Carretera de Castilla: a la izquierda vamos a La Estación |
Este cruce en el que dejamos la AS-375 o Carretera de Castilla es el lugar de Solafragua 'debajo de la fragua', lo que delata antiguo trabajo de ferreros, en Sopeña 'bajo la peña', refiriéndose las estribaciones del Alto'l Padrún
Coincidimos en este trayecto con los senderos de gran recorrido GR 100.1, "denominado Ruta Gijón - Puerto de Pajares, es un Sendero de Gran Recorrido alternativo al GR-100 (Ruta de la Vía de la Plata) en su tramo asturiano", dice Wikipedia, y el GR-208 Anillo Ciclista de la Montaña Central, que recorre varios concejos de la zona...
A la derecha están las vías, al fondo una de las casas de La Estación y, a la derecha y al lado de la acera, una artística fuente de época que vamos a ver al pasar
"Entró de aprendiz en el taller que en Pola de Siero tenía Domingo de Nava, maestro escultor, hijo de Toribio de Nava. En esta misma ciudad se casó y nacieron sus hijos en la década de 1760, hasta que se trasladó a Oviedo, donde hizo el escudo para el Colegio de San Matías (1768) y se estableció por su cuenta como “maestro arquitecto en las artes de cantería y escultura”.
En 1770 trabajó en los retablos de la iglesia del Pino (Aller). El 6 de marzo de 1774 obtuvo, junto a Benito Álvarez Perera, el título oficial de arquitecto tras superar las pruebas en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Ambos regresaron a Asturias, donde hasta entonces sólo había dos maestros titulados para todo el Principado, Manuel Reguera y José Bernardo de la Meana. A partir de ese momento inició una carrera de ascensos profesionales, siendo nombrado maestro fontanero y de obras del Ayuntamiento de Oviedo en 1777, cargo refrendado en 1783 por el Consejo de Castilla por ser “uno de los Maestros más inteligentes y afamados de aquel Principado”. Desde entonces se encargó de renovar o construir calzadas, cañerías y fuentes. También, como arquitecto municipal, realizó proyectos o edificaciones como la ampliación del Ayuntamiento o las trazas del matadero. Su obra más importante fue la plaza del Fontán, cuyo plano —“bellísimo”, a juicio de Jovellanos (Diarios, 4 de junio de 1794)— presentó en 1792 y terminó en 1794.
Trabajó con Reguera en el camino de Las Caldas y tramos de la carretera a Castilla. Nombrado maestro de obras del Principado, desde mediados de la década de 1780 intervino en diversos lugares de la región: primeros planos topográficos de las villas de Avilés y Luanco, plano del Ayuntamiento y cárcel de Lena, obras en Luarca, Navia, Grado, Pravia, puentes sobre el Nalón (los de Peñaullán, Cornellana y Olloniego), e informes sobre reformas de iglesias. Como escultor tiene obra en piedra (escudos en el Ayuntamiento de Oviedo, en la casa de Bartolomé García en Salas, 1780), y en madera (retablos de las iglesias de Villatexil en Cangas de Narcea, junto a su hermano Ignacio, del Pino en Aller, y de Santa Eulalia de Abamia, en Cangas de Onís).
Francisco Pruneda falleció en Oviedo a comienzos de 1813."
"La fuente se encuentra delimitada por pilastras barrocas, y está rematada con un frontón ondulado. El caño pasa a través de una cabeza humana aleonada", leemos en la Enciclopedia de Oviedo. El escritor Pablo Antón Marín Estrada le dedica esta semblanza en su artículo De la Fuente de los Llocos al puente que el Nalón dejo en tierra, dedicado a Olloniego en la serie A un paso del Camín y publicado en el periódico El Comercio del 25-9-2022:
"A un paso del Camín del Salvador el peregrino que desciende del alto del Padrún, tras dejar atrás Casares, tiene una cita obligada y gustosa con la memoria en piedra de esa ruta histórica en la Fuente de los Llocos. Aún mana agua de su caño, preservada del mal uso por una llave fontanera de nuestro tiempo y el que pasa, en uno de esos mediodías del verano prolongado como los que se pueden disfrutar aún en estas fechas, puede detenerse a refrescar la cara o el pescuezo con el mismo gozo que sentían los romeros del siglo de las Luces. El que vio levantarse esta notable obra pública diseñada por Francisco de Pruneda, un hito más de los que nos dejó esa época luminosa de la Ilustración. Beber de su caudal es algo que los vecinos de la cercana Olloniego desaconsejan, que se sepa, casi desde aquellos remotos días, tal vez con fundamento o simplemente por bromear con los 'foriatos', a los que tan habituados están los naturales del que fue siempre lugar de paso y encuentro de viajeros de toda clase. El motivo y la causa del nombre con el que es conocida: que podía enloquecer la cabeza del que la consumiera. Fuera o no así, la fuente sigue en su puesto, marcando al que camina el itinerario hacia Oviedo y más allá, a Compostela."
"Si durante todo el descenso del Padrún, l@s Peregrin@s son vigilados por las ruinas del castillo de Tudela, la encargada de recibirlos en el barrio de la Estación a las puertas de Olloniego, es la popular fuente de los "Llocos" o de la Arqueta. Al agua que, debería de manar de su aleonada cabeza humana, se le atribuyen curiosos efectos, pues en Olloniego era frecuente escuchar: “Déxalu, diz fataes porque tuvo bebiendo na fonte los Llocos” (Déjalo, que dice tonterías porqué estuvo bebiendo en la fuente de los locos)."
Durante un tiempo el ferrocarril sustituyó a la carretera como principal medio de transporte terrestre de viajeros y mercancías, máxime en lugares como Olloniego donde la actividad minera requirió de transportes capaces de llevar grandes cantidades de mineral de un solo viaje. Y así continuó siendo hasta que, bien pasada ya la dura posguerra, el uso generalizado del automóvil se fue imponiendo y se mejoraron las carreteras o se trazaron otras nuevas, como fue aquí el caso
La estación de Olloniego propiamente dicha se encuentra al final de la explanada, siendo en la actualidad únicamente un apeadero. Esta es su historia, extraída de Wikipedia:
"La estación fue abierta al tráfico el 23 de julio de 1874 con la puesta en marcha del tramo Pola de Lena-Gijón de la línea que pretendía unir León con Gijón. La construcción fue obra de la Compañía de los Ferrocarriles de Asturias, Galicia y León creada para continuar con las obras iniciadas por Noroeste anterior titular de la concesión. Sin embargo su situación financiera no fue mucho mejor que la de su antecesora y en 1885 acabó siendo absorbida por Norte. En 1941, la nacionalización del ferrocarril en España supuso la desaparición de esta última y su integración en la recién creada RENFE."
La retomaremos al otro lado de las vías, al pie de la ladera de El Cantu, en la falda meridional del Picu Castiellu, en cuya cumbre, que no vemos desde aquí, se asienta el antiguo Castillo de Tudela
Bajamos pues la rampa, tal y como nos señalan el mojón y el poste indicador de esta confluencia del Camino del Salvador y Santiago con las rutas GR
En verano y en días de sol y calor intenso puede haber una importante variación térmica entre el exterior y el interior, lo que puede suponer un alivio para el caminante que ya lleva muchos kilómetros a sus espaldas, el cual compensará el pasar por un lugar que no podemos calificar de especialmente atractivo
A nuestra derecha y al lado de la bifurcación A la Mortera y a San Frechoso, veremos el puente sobre la A-66 y las vías del tren con el nuevo trazado de la AS-375 en este lugar. A su derecha nos desviábamos sin cruzarlo para venir a La Estación
A lo lejos es El Picaxu o Picu l'Escobín (715 m), "techo del concejo de Oviedo", dice la Enciclopedia del paisaje de Asturias, sito en la Sierra Fayéu, limítrofe con los concejos de Mieres y Langreo/Llangréu. El mismo pico con su cumbre está compartido con la parroquia llangreana de La Venta. A sus pies, en San Frechoso, parroquia ovetense de Olloniego, está el Pozu San José, que cerró definitivamente en 1993, poniendo punto final a siglo y medio de minería en este valle adyacente del Nalón y que forma parte de su cuenca fluvial y minera
Y es que las tierras del antiguo concejo de Tudela siguieron teniendo una dinámica propia luego de ser añadidas al de la capital, acentuada aún más con la minería, por lo que social y económicamente "tenían más e común con las formas urbanas de la cercanas ciudades mineras que con la propia capital, tan de espaldas a la industrial básica y a sus inconvenientes"; así escribían Fermín Rodríguez y Rafael Menéndez, del Centro de Cooperación y Desarrollo Territorial , comenzando la segunda década del siglo XXI, en Las raíces mineras e industriales de Oviedo, artículo para la serie Asturias. Viejas y nuevas polas del periódico La Nueva España, añadiendo que "Su evolución, en las últimas décadas, se relaciona por ello más con el mundo minero e industrial que con los núcleos de difusión metropolitana de crecimiento reciente".
Su evolución post-minera se parece también más a la de las cuencas mineras que a la de otras áreas del extrarradio ovetense. Los usos residenciales, si bien potencialmente favorecidos por la autovía, han quedado en segundo plano, al menos hasta el momento, en favor de la reindustrialización en base a los polígonos industriales, como tendremos ocasión de ver cuando salgamos de Olloniego y veamos el parque el parque empresarial de la vega del Nalón, que se extiende por la vecina parroquia de Santianes, vinculada históricamente con la de Olloniego
Vemos bajo la pasarela el canalizado río Fayéu o río San Frechoso, que nace en la sierra de este nombre y es afluente del Nalón, formando este valle en el que "se abrían los pozos de carbón Olloniego 1 y Olloniego 2, además del socavón Servanda y el lavadero Vicentina, explotaciones mineras hoy abandonadas", explican igualmente en la Enciclopedia de paisaje de Asturias
El nombre de la localidad, Olloniego, con su variante, también oficial, Lluniego es, para el filólogo Xosé Lluis García Arias, una evolución del nombre de un antiguo posesor Ollenius en época romana o altomedieval, no siendo nada extraño especular que este paso del Nalón sería un enclave estratégico desde tiempos inmemoriales, incluso prehistóricos. El escritor y periodista Adolfo Casaprima Collera, en su Diccionario geográfico del concejo de Oviedo afirma por su parte que "Hay quien vincula el topónimo Olloniego con el asturiano "lluniego", adjetivo de luna; y hay quien, como García Arias, aventura un posible fundado de nombre Ollonaecus."
El paso del Nalón, una antiquísima vía prehistórica (o varias), origen de la vía romana y luego camín real, 'del reino' medieval, configuró el nacimiento de una población, al pie del castillo de Tudela, anteriormente castro astur, que se extendería por esta vega entre el Puente de Olloniego o de San Pelayo (patrón de la parroquia) y el antaño existente en el río Fayéu. La Carretera de Castilla y la minería harían de ella un enclave urbano que sin duda podría haber sido hasta nuestros días la capital del concejo extinguido en 1857. Volvemos a la lectura de Las raíces mineras e industriales de Oviedo:
"El anillo calizo que cierra la Cuenca apenas si es abierto por la estrecha puerta que, situada entre Frieres y Tudela Veguín, impide el continuo urbano entre el Nalón langreano y el ovetense. Sin embargo, Oviedo no es fluvial. El Nalón la bordea por el Sur, en las parroquias de Box, Manzaneda, Agüeria y Olloniego, las que formaron el antiguo concejo de Tudela, incorporado a Oviedo a mediados del siglo XIX, de cuya importancia histórica dan fe las ruinas del castillo que entre columnas metálicas vigila el valle.
En la peculiar organización urbana surgida de la industrialización, la capital regional cumplió la función de centro administrativo, comercial y terciario del sistema, con muy pocas funciones, como la universitaria, que irradiasen fuera de los límites provinciales. Entre las dificultades que la montaña ponía a las comunicaciones y la orientación productiva del sistema, que acumulaba mano de obra para actividades que la requerían en grandes volúmenes, el distrito industrial fue creciendo, supeditado a las necesidades nacionales básicas, dirigido desde fuera a través de Oviedo. Esta función rectora desplazó al exterior del escueto casco urbano a la industria, que se emplazó en núcleos segregados de la ciudad. Sólo algunos establecimientos de entidad, como la Fábrica de Armas, instalada en el antiguo solar del convento de la Vega se acercaban a él. Así, núcleos como San Claudio, Trubia, Olloniego, Tudela Veguín y otros de Llanera, Siero y Noreña crearon un cinturón industrial que se fortalecía a la vera de los ejes radiales de carreteras y ferrocarriles y de establecimientos señeros, como aquí son la fábrica de cementos de Tudela o las minas de carbón de Olloniego."
La panera de la quintana rememora también los ya lejanos tiempos de las grandes cosechas de maíz que se ponía a curar en su corredor para luego, endurecido, moler en los antiguos molinos del río y hacer la boroña, el pan de maíz, en casa. Muchos eran los vecinos que compaginaban el trabajo minero con el de la casería, pero era tal la mano de obra necesaria que se establecieron en Olloniego familias enteras, lo cual favoreció también la aparición de chigres-tienda (negocios mixtos de bar y ultramarinos) y otros comercios, llegando a haber baile y cine
"... vayamos a los años de sus orígenes, para situarnos en la mitad del siglo XIX, cuando la Compañía Anglo-Asturiana comenzó a explotar las minas de Olloniego, hasta que en 1917 fueron adquiridas por la Sociedad Hulleras de Veguín.
Al respecto, sabemos que hacia 1840 estaban en funcionamiento incipientes explotaciones de Olloniego que producían serios problemas con los lugareños, y que entre los años 1855 y 1867 fueron denunciadas en este valle las concesiones Sola, Dos Amigos, Corza y Coto Tudela, y ya en 1884 tenemos conocimiento a través de los informes realizados por Fuertes Acevedo que el «Criadero de Olloniego» fue explotado por la Compañía de la Espada con «hullas buenas y de gran brillantez, que analizadas por el Sr. Paillette dieron 64,70 % de coke gris, metálico”.
El 18 de mayo de 1918 quedaba constituida la Sociedad Hullera de Veguín y Olloniego, quienes llevarían a cabo una modernización de sus explotaciones localizadas en la Sierra de Fayedo, próximos a la margen izquierda del río Nalón, construyendo planos inclinados y edificando un moderno lavadero en La Servanda. Así llegamos al año 1953 cuando la empresa iniciaba en el valle de San Frechoso la profundización del pozo San José, que sería inaugurado en 1958, llegando a alcanzar una profundidad de 650 metros, con sus diez plantas, donde quedaría concentrada toda la extracción a partir de 1968, fecha de su integración en Hunosa, hasta que la empresa estatal procedía a su incomprensible cierre el 1 de agosto de 1972.
Años atrás, los antiguos propietarios de las minas habían comenzado la profundización de otro pozo más profundo en el valle de Fayedo – pozo San José nº 2 – cuyas obras quedarían paralizadas con el cierre de la explotación, cuando ya se llevaban invertidos 138.017.000 pesetas – 97.486.000 pesetas antes de su integración en Hunosa, y 40.531.000 pesetas por la empresa estatal -, quedando para siempre como un monumental agujero sin guionaje, sin castillete, sin máquina de extracción y con una posible utilización tan solo como retorno de ventilación, que no venía a representar sino un nuevo ejemplo de las imprevisiones de que puede hacer gala la historia de nuestra minería.Desde esa misma fecha de 1918, la Sociedad Hulleras de Veguín y Olloniego había adquirido el tendido férreo destinado al abastecimiento de la fábrica de cementos de Tudela Veguín, junto al rio Nalón, una línea con ancho 600 milímetros que conectaba las bocaminas con las instalaciones principales enlazando asimismo con la terminal de Olloniego del Ferrocarril del Norte, aunque la línea ferroviaria sería sustituida en junio de 1962 por un cable aéreo.
Las presiones ejercidas desde la Federación Estatal de Mineros de U.G.T. en el marco del Programa de Actuación del Carbón para el periodo 1981-1985, que preveía unas inversiones de 83.000 millones de pesetas con el objetivo de incrementar la producción de nuestros carbones, siempre con la oposición frontal del SOMA en una descarada connivencia con la dirección de Hunosa, hicieron que tuviéramos que actuar en apoyo de la iniciativa parlamentaria presentada por el diputado del Partido Comunista, Horacio Fernández Inguanzo “El Paisano”, en el Congreso de los Diputados para defender la reapertura del Pozo San José de Olloniego, basada en unos razonamientos que nos parecían y nos siguen pareciendo perfectamente viables – hoy más que nunca -, entre otras razones, porque no aprovechar los recursos energéticos propios incrementa salvajemente nuestra factura y dependencia energética del exterior; porque significa seguir dilapidando los recursos estatales, aportados por los contribuyentes, de forma contínua y creciente; porque continúa hipotecando la balanza de pagos por las importaciones que se realizan de otros productos energéticos, como el petróleo, el gas, la nuclear, incluyendo el carbón procedente de otros países; y porque anula la posibilidad de creación de nuevos puestos de trabajo…
Estas y otras razones hicieron que Hunosa reconsiderase aquella incomprensible decisión de clausurar el pozo San José nº 1, volviendo a ser reactivado en el año 1982, aunque dándole un carácter de pozo piloto y experimental de las nuevas técnicas mineras, hasta su cierre definitivo en 1993..."
En la actualidad Olloniego, con Santianes y Tudela-Agüeria, las parroquias ovetenses del valle del Nalón, van perdiendo población, si bien el polígono industrial, las jubilaciones, un pequeño sector de servicios y alguna casería mantienen cierto importante número de habitantes, así como la cercanía a las principales ciudades asturianas, con inmediatez a su capital. En otro capítulo de Asturias. Viejas y nuevas polas, titulado Frontera minera, es Marcos Palicio quien nos explica la situación vivida:
"Combinados, el ocaso de la mina y la accesibilidad pusieron los cimientos para ir rebajando los cerca de 3.000 habitantes que tenía la parroquia en los años sesenta del siglo pasado y cambiarlos por los 1.300 de 2000 o los apenas mil que resistían en la última actualización del censo, 776 de ellos en el núcleo urbano, todavía cabecera de la parroquia más habitada del valle. A ese ritmo, el Colegio de Primaria pasó «de 40 alumnos por aula a 62 en todo el centro», recuerda Carmen Barbosa, y la vida fue perdiendo los dos cines, las salas de baile, los comercios y las tres orquestas que escuchó aquí el alcalde pedáneo, Luis Michelón. A pie de castillete, la explicación del proceso se ramifica en viajes de ida y vuelta hacia el pasado. Miguel Llaneza retrocede hasta el pozo, a «la primera vez que se cerró, en 1972. Mucha gente que vivía aquí se trasladó a Oviedo, a Mieres, a La Felguera, y cuando volvió a abrir, ya no retornaron. En 1994, con el cierre definitivo, ya se acabó». Arturo Rodríguez indica en dirección a la autovía, muy audible desde cualquier punto del pueblo, y conjetura que «la caída tuvo que ser drástica desde que se inauguró, en octubre hará diecinueve años. Olloniego era, como el resto de la cuenca, un valle aislado con la vida más cerrada sobre sí misma... Ahora Oviedo está a tiro de piedra» y «sólo hay que mirar las calles», le acompaña Pablo Rodríguez, responsable de la asociación cultural y de festejos. Ahora los diez minutos de trayecto a Oviedo podrían amenazar con el fantasma de la ciudad dormitorio, malo porque todos suscribirían el deseo de Barbosa sobre la necesidad de que «esto siga siendo un pueblo», pero todavía no ha llegado. Los carriles de salida tienen más ocupación por factores múltiples y para Ramiro Marcos, presidente de la asociación vecinal de La Mortera, también triunfa aquél que dice que de aquí «los niños tienen que ir a estudiar a Oviedo desde los once años y los padres se sienten más seguros si el crío va a clase desde allí. Todo eso también influye».
"Olloniego y Tudela pierden población, porque mantienen su apego estructural a un tiempo pasado, el caracterizado por la cercanía de la residencia de los trabajadores a la fábrica o al pozo minero y por un parque inmobiliario envejecido enmarcado en un paisaje urbano poco atractivo y embolsado. Una relación rota en el actual sistema metropolitano, en el que la función residencial huye de la cercanía de las áreas empresariales envejecidas o de impacto negativo sobre el paisaje, y busca lugares abiertos y nuevos, de funciones terciarias y equipamientos públicos de mayor calidad.
Las cosas no van bien para las localidades de antigua especialización en las actividades mineras e industriales. Olloniego ha ido perdiendo residentes al compás del declive del carbón. De 1.293 habitantes en la parroquia y 882 en la localidad, en el año 2001 ha pasado a 1.122 y 832. Como es característico de las comarcas mineras centrales, a las que pertenece Olloniego, en su parroquia la población se reparte en 23 pequeños núcleos, dispersos en un paisaje que a pesar de su cercanía a la ciudad sorprende por lo agreste. (...)
Las parroquias ovetenses del valle del Nalón, en el sureste del concejo, han quedado engarzadas por las nuevas áreas empresariales, financiadas por los fondos de reestructuración minera, que han venido a ocupar casi todo el suelo de vega entre Tudela Veguín y Olloniego. Nexo de unión empresarial que aún ha de asentarse en la realidad de la economía productiva y dejar atrás un modelo de especulación con el suelo urbano y empresarial. Estas nuevas infraestructuras deberían permitir un impulso del empleo que permita el cambio urbano y de especialización funcional. Una necesaria transformación de localidades de antigua función minera industrial en pequeños centros ligados a pautas metropolitanas de nuevas actividades y atracción residencial.
El Nalón ovetense
El río Nalón se acerca a la ciudad de Oviedo pero no la toca. Sí el Sur de su extenso concejo. El punto de fusión del Nalón y el Caudal, en Soto de Ribera a escasos kilómetros del centro de Oviedo, sigue marcando la separación entre mundos distintos en el plano metropolitano. Las ciudades fabriles y mineras pierden mientras las de función terciaria y residencial ganan. Hay posibilidades de cambiar esta situación en el eje fluvial entre Tudela Veguín y Olloniego a partir de la renovación urbana y de una mayor y más diversa actividad económica, la que se puede impulsar desde las nuevas superficies empresariales."
No es la canalización con grandes muros de hormigón la opción más paisajística para un río, pero sí más segura para evitar que ninguna riada afecte a la autovía y a las casas, pues tampoco había demasiado espacio para otras alternativas. Al menos se ha hecho una franja ribereña verde con un paseo fluvial
Y aquí iremos a la izquierda, pasando a la izquierda del parking. Fijémonos en el mojón caminero y en el poste de las señales, aunque este último suele quedar tapado cuando crece la hoja
El poste a principios de primavera, más visible...
Olloniego área urbana plena, la gran avenida que atraviesa la población de este a oeste y por donde prosiguen el Camino del Salvador y los GR, cuyas señales nos encontramos también en esta farola, cerca de la cancha deportiva, que vemos un poco más adelante a la izquierda
Estamos a solamente diez kilómetros de la Sancta Ovetensis, una distancia aparentemente corta y 'fácil de asumir', pero antes nos aguardan dos importantes cuestas, con sus correspondientes subidas y bajadas, la de Picullanza y la de La Manxoya, lo que hace que sea una buena noticia saber de la posibilidad de hacer en Olloniego parada y fonda
De esta manera, podríamos dejar para el día siguiente una jornada corta que nos permita disfrutar de las excelencias ovetenses, con tiempo para descansar y para conocerlo, empezando por la catedral, meta del Camino del Salvador, comienzo del Camino Primitivo y continuidad del Camino del Norte
Y este es el antiguo Cuartel de la Guardia Civil de Olloniego, el primero que cayó en poder de los mineros durante la Revolución de Asturias de 1934, y entre cuyos asaltantes estaba Robustiano Hevia, Tano, quien hubo de exiliarse en Francia hasta 1936 y que, al regresar con el triunfo del Frente Popular, al que siguió la Guerra Civil, pasó a ejercer mando militar como comandante del Batallón de Infantería Asturias nº17 más conocido como Batallón Tano
"Olloniego es un pueblecito, pedanía del concejo de Oviedo. Durante muchos años fue un pueblo eminentemente minero. En 1934 tenía una casa cuartel de la Guardia Civil, donde vivían los números con sus familias, en un entorno social que no les era muy amigable. Este cuartel estuvo en uso hasta que una remodelación de los servicios lo dejó sin uso en los años noventa. El edificio se conserva hoy en día prácticamente igual a como era en el momento de la revolución sin que se aprecien grandes cambios.
El cuartel, como tanto otros, estaba en una aldea minera, pues ya se sabe, donde hay mineros puede haber problemas: discusiones por los precios del carbón, por los turnos, borracheras y un largo etc. La presencia de los guardias con sus capotes y tricornios solía ser suficiente para poner calma en la mayoría de las ocasiones. Pero eran muchos los asuntos pendientes entre los trabajadores y las fuerzas del orden; difícil olvidar largos años de represión, palizas, etc. que mostraban a los trabajadores que las fuerzas del orden eran los lacayos de los patronos y como la “justicia” era siempre una amenaza que pendía sobre los trabajadores y sus familias.
La revolución de octubre tuvo una fecha de inicio, pera ya llevaba mucho tiempo gestándose en la voluntad de los trabajadores. Estos habían ido haciendo acopio de armas, cada uno en la medida de sus posibilidades. Se preparaban para el día en que conseguirían, por medio de la unidad y de la violencia revolucionaria, emanciparse por fin de la violencia de los explotadores y llegar a esa sociedad de justos y de iguales con la que soñaban. Así, quien podía compraba una pistola en el mercado negro, otros disponían de escopetas de caza o buscaban otros recursos). Ansiosos de que llegase el aviso de que la insurrección revolucionaria había comenzado en toda España, sabrían dar el do de pecho.
El día cuatro de octubre, sobre las doce de la noche llegó un delegado con la noticia del “levantamiento general”. Los obreros se dispusieron a atacar el cuartel, símbolo de la autoridad central. Fueron en busca de las armas que tenían escondidas para el momento, armas procedentes del Turquesa, un depósito en Santianes, otro en la Manzaneda, también fusiles procedentes de la chatarra del taller de Acero de Fábrica de Mieres, reacondicionados por los trabajadores.
Cuando los revolucionarios se estaban desplegando y preparando el ataque, se produjo el encuentro accidental con tres guardias civiles, los cuales en lugar de hacerles frente, huyeron hasta refugiarse en el cuartel. Así se inició el primer asalto a un cuartel de la Guardia Civil en la Cuenca del Nalón. El asalto se produjo sobre las dos de la madrugada, sin resultados prácticos. Se establecieron puestos de vigilancia para impedir la huida de los guardias civiles sitiados, a los que se les habían cortado las comunicaciones telefónicas.
Sobre las seis de la mañana llegaron algunos revolucionarios con grandes cantidades de dinamita procedentes de los polvorines de las empresas mineras (El Fayeu y El Caudal). Tras varias explosiones apareció en el cuartel una bandera blanca, decían que la revolución no había estallado en ninguna parte de España, que estaban engañados. A lo que contestaron que se rindieran si no querían morir porque el único cuartel que quedaba por tomar era el de Olloniego.
Eran unos cuarenta atacantes, no muy bien armados y no era fácil. Pero tras varia explosiones los guardias pidieron parlamentar nuevamente, dándoseles veinte minutos para que salieran las mujeres y los niños. Reemprendido el ataque se roció la puerta con gasolina y se le prendió fuego, pero una explosión lo apagó. Los sitiados querían parlamentar nuevamente, pero visto que lo único que pretendían era ganar tiempo para que llegasen auxilios, se rehizo el fuego. En ese momento en la puerta del cuartel apareció una mujer con un niño en cada mano, se cesó de hacer fuego y la mujer y los dos niños se refugiaron en la fuente de agua que aún hoy podemos ver a la derecha de la casa cuartel.
En ese momento, el brigada (Manzanares) el subteniente y dos guardias más salieron por la parte de atrás del edificio a ocupar posiciones. Descubiertos por los revolucionarios les dispararon desde un castañedo que hay detrás, hiriendo gravemente al brigada. No hubo más resistencia, se rindieron. El número de los revolucionarios había aumentado hasta unos 130, armados ahora también con los fusiles tomados a los Guardias Civiles del puesto.
En esto, llegó la noticia de que se acercaban cuatro camiones de guardias de Asalto que venían desde Oviedo por el lugar llamado La Vuelta del Moro, a unos 150 metros de El Portazgo y con dirección a Olloniego. Los revolucionarios corrieron hacia esta zona, tras atravesar la larga línea recta de la Via de la Plata que trascurre por el medio del pueblo dividiéndose en distintos puntos estratégicos: Cruz de Pando, Arnea, El Portazgo, Armatilla, Picu Castiellu y alguna zona de la carretera a Santianes desde donde podían cubrirse.
Con la ayuda de una ametralladora robada por los confederales en la fábrica de La Vega hacía un mes, les atacaron obligándoles a retroceder hasta la entrada del pueblo de La Manzaneda. En esta operación perdieron un camión y tuvieron unas veinte bajas. Unos jóvenes consiguieron apropiarse del camión y conducirlo hasta el Portalgo. Por su parte los guardias emplazaron una ametralladora en una casa de La Manzaneda disparando contra distintas posiciones como Armadilla o Arnea (donde fue herido un revolucionario).
Ante las noticias de los combates llegaron más obreros armados desde Soto de Ribera y dos escuadras de Morcín que se situaron en la cresta de la sierra. Desde Oviedo habían salido una sección de guardias de Asalto y dos tenientes con una sección de ametralladoras y algunos números de la Guardia Civil. Estuvieron cerca de dos horas ametrallando las posiciones de los obreros sin resultado. Se les hizo frente con fusiles desde la carretera de Santianes a una distancia de ochocientos metros. Los cinco revolucionarios que estaban en esta posición cambiaron de zona hacia el Picu Castiellu.
Los guardias de Asalto se intentaban desplazar por la parte trasera de La Manzaneda, hacia el Picu Llanza (Picu Corona), capturando a cuatro prisioneros a los que usaron como parapeto humano, al igual que a unos corresponsales del diario Avance que regresaban de Oviedo. Se vieron otros dos camiones acercándose por la carretera de Santianes a los que se disparó desde unos trescientos metros. Cayó un teniente y un guardia, huyendo el resto por la carretera, unos en camión (días más tarde los revolucionarios capturaron a alguno de los guardias que estaba escondido en el monte).
A media tarde, desde Mieres, llegaron camionetas con más refuerzos para los revolucionarios. Tras un ataque las fuerzas del gobierno huyeron en desbandada hacia Oviedo."
"Nació en La Manzaneda (Oviedo), el 6 de mayo de 1906. Su madre se llamaba Rosario y su padre Robustiano, vigilante de minas en la cercana localidad de La Pereda (Mieres). Robustiano era el mayor de ocho hermanos. Barbero de profesión, Tano ejercía de tal mientras se empapaba de doctrina marxista. Además, era un excelente fútbolista, formando parte de la plantilla del equipo local.
En 1930, era corresponsal de El Socialista en Olloniego (Oviedo). Y el 7 de marzo de ese año, hacía un llamamiento a través de La Aurora Social para poner en marcha la constitución de la AS local. Sus desvelos se vieron pronto gratificados, pues el semanario portavoz de la FSA, en su edición del 24 de octubre del mismo año 1930, incluía la siguiente noticia: «La AS de Olloniego hace saber a los camaradas, en octubre de 1930, que los documentos entregados para incluirlos en el censo, cumplidos ya todos los requisitos pertinentes, pueden pasar a recogerlos a la barbería de Robustiano Hevia en esta localidad.—El CE».
En marzo de 1931, contrae matrimonio civil con Balbina Naves, en cuyo acto intervino Lorenzo López Mulero. Y, unos meses después, como secretario de la AS de Olloniego, hacía llegar a El Socialista la protesta por los sucesos de Bilbao, en los que varios socialistas fueron asesinados por elementos comunistas (ELS; 4/3 y 23/8/1931). Eran los años iniciales de la II República, durante los cuales también fundó y dirigió una sociedad obrera llamada Emancipación Clasista y firmaba artículos en el diario socialista asturiano Avance.
Elegido presidente de la JS y de la AS de Olloniego en 1932 y enero de 1933, respectivamente (AV; 7/10/1932 y 18/1/1933), Robustiano Hevia tuvo una destacada participación en la Revolución de Octubre del 34. En la noche del día 4 de junio, junto a Belarmino García (presidente de la sección del Sindicato Minero local) y Lucio Deago (exlegionario y presidente de la JS), se puso al frente de 400 mineros de Hulleras de Veguín Olloniego para asaltar el cuartel de la Guardia Civil de dicha localidad, el primero de toda Asturias en ser tomado por los revolucionarios. Fracasada la intentona, entre finales de 1934 y principios de 1936, formó parte del grupo de exiliados asturianos en Dieppe (norte de Francia), desde donde envió un artículo al Liberal de Bilbao para aclarar los hechos ocurridos en Olloniego en octubre (LT; 31/1/1936). Iniciada la Guerra Civil en julio de 1936, pronto pasó a desempeñar importantes cargos en el ejército republicano. El 15 de noviembre de 1936, ascendió al empleo de comandante, mandando desde entonces el batallón de infantería Asturias n.º 217 (n.º 2 de la Columna Dutor), también conocido como Batallón Tano, destinado en Buenavista-Olivares, en el frente de Oviedo, y agrupado más tarde en la 197.ª brigada al mando del jefe mayor de milicias Dositeo Rodríguez.
Con la toma de Asturias por el ejército franquista en octubre de 1937, Robustiano Hevia se convirtió en jefe destacado de los fugaos. Pero en la noche del 1.º de enero de 1939, a consecuencia de la delación de un infiltrado, fue asesinado junto a su esposa por la brigadilla que los sorprendió durante un encuentro secreto en la llamada cueva del Diablo, en lo alto del monte Ablaña, próximo a Mieres (biografía proporcionada por el investigador Marco Antonio Iglesias Rodríguez)."
En la fachada, una placa de bronce del callejero ovetense, con el escudo de la ciudad y el concejo: la Cruz de los Ángeles, que veremos en la Cámara Santa de la Catedral
Seguidamente y a la izquierda, la Piscina Municipal de Olloniego, que vemos al pasar desde el vallado
Anchas aceras y algo de arbolado, con algún banco para sentarse, hacen de este tramo un hermoso bulevar. Nos percatamos de los trabajos de ensanche efectuados en su momento observando el muro de contención en la ladera de la derecha
"Por la AS-242, que se transforma en avenida Príncipe de Asturias al hacerse urbana para atravesar Olloniego, pasan dos peregrinas del Camino del Salvador, las mochilas al hombro, y se quedan mirando a las banderas verdes que cuelgan de las ventanas. Captado su interés, ése era el objetivo, sabrán pronto que son otro emblema de la falta de atención sobre la que siempre vuelve el vecindario de esta periferia doliente. Protestan contra el ruido constante de los coches que casi atraviesan el pueblo al esquivarlo por la autovía de la Plata. Reinciden en «la gran reivindicación» de unas pantallas acústicas cuya instalación «estaba aprobada desde que se inauguró la autopista en 1993» y que siguen sin llegar, denuncia Carmen Barbosa. «Hemos empezado con las banderas verdes, pero iremos a más», prometen.
Las enseñas solas, sin más mensaje, sin decir más, invitan a preguntar los motivos que dan estímulo al espíritu combativo."
"Olloniego es Oviedo y es del Oviedo. En la sidrería El Testeru se ve y se sigue el fútbol, se debate y se vive en azul. Ahí está la sede de la peña del pueblo, que en septiembre cumple 30 años y empieza 2019 con planes para celebrar ese aniversario de alguna manera memorable. Sus cumpleaños siempre son días de gran actividad social en la localidad y de bocados compartidos, pero la directiva quiere algo más para subrayar una fecha tan redonda.
Además de la visita habitual de jugadores de la primera plantilla, el secretario, David López, tiene en mente dar visibilidad al equipo femenino, cuyo despegue agrada mucho a los socios, y, para los aficionados de mayo edad, encuentros con veteranos de las grandes plantillas oviedistas.
Ya sea en los servicios regulares de TUA o en la línea azul de autobús que comparten con la peña Minuto 51 de Langreo, no pasa un día de partido en el Tartiere sin que salga de Olloniego una expedición dispuesta a disfrutar de una victoria. Cuando el equipo juega fuera, El Testeru se convierte sin necesidad de explicaciones ni citas previas en el punto de encuentro para desplegarse en corro delante de un televisor y seguir en vilo el partido."
Seguidamente la antigua zapatería de venta y reparación del calzado; uno de los antiguos negocios de la localidad que todavía conservan su cartel en la fachada
Las casas, de diferentes épocas y estilos, son en sí mismas un compendio de la historia de la población, su valle y parroquia, casi todas construidas en los años de esplendor de la minería
“El 90%” de los vecinos de Olloniego eran clientes de la extinta Caja de Ahorros de Asturias, posteriormente Liberbank y actualmente Unicaja. El pueblo del municipio ovetense cuenta con su sucursal desde hace más de seis décadas, pero el pasado diez de octubre sus puertas no se abrieron. “Pensamos que sería por el puente festivo, pero con el paso de los días vimos que no y comenzamos a movilizarnos”, explica Carmen Barbosa, portavoz del colectivo que impulsó en la tarde de este miércoles una concentración frente a la oficina cerrada.
Precisamente, en la jornada de hoy, representantes de Unicaja acudieron a Olloniego, transmitiendo que la sucursal reabrirá, que “nunca hubo intención de cerrarla” y que el motivo por el que lleva unos días sin actividad tiene que ver “con el agente financiero que lo llevaba”. De hecho, durante el día de hoy el cajero automático ha vuelto a funcionar.
“Hace años que Liberbank, en vez de gestionar ella misma la oficina, recurría a la figura de un profesional autónomo llamado agente financiero que es el que lleva la oficina como si fuera una especie de franquicia”, detalla Barbosa, que asegura que ha habido “muchas quejas” por la labor de la responsable de la sucursal.
Aún así, con únicamente un cajero del Sabadell y un furgón que acude una vez a la semana para dar algo de efectivo y cambios —”algo de otra época”— la mayoría de vecinos continúan teniendo su dinero con Unicaja: “La preocupación por el cierre de la oficina es grande entre los mayores, que no entienden el concepto del dinero virtual y piensan que sus ahorros están físicamente dentro de la oficina”, añade la representante de la asociación vecinal.
Además del temor por recuperar el dinero, el cierre de la oficina obliga a los usuarios a moverse “hasta Oviedo, Mieres o Ciaño” para realizar sus trámites. “A Ciaño, salvo que tengas coche es difícil llegar y a Mieres el bus pasa cada bastante tiempo. La gente lo que hace es venir caminando desde los pueblos de alrededor y coger aquí el autobús a Oviedo”, concluye Barbosa, que espera que la presión vecinal sirva para forzar una rápida reapertura aunque sea con un nuevo agente financiero."
"Popular expresión de ánimo, júbilo y saludo entre los peregrinos. Significa ‘¡adelante!’ y fue propia de los caminantes medievales, principalmente germánicos de origen flamenco. También la utilizaron los cruzados. Ha llegado hasta el presente a través del Codex Calixtinus (s. XII) donde se cita formando parte del texto de la celebérrima canción Dum pater familias -Cuando aquel buen padre-, también conocida como Canto de Ultreya, Canción de los peregrinos y Canción de los peregrinos flamencos. Con el renacer contemporáneo del Camino de Santiago el término se ha recuperado para todo tipo de peregrinos jacobeos como saludo y expresión de ánimo y esperanza. La utilizan y pusieron de moda sobre todo los caminantes más experimentados y fieles al espíritu de la peregrinación.
Para entender mejor su significado, de origen latino, se puede desglosar como sigue: et [y] ultra [adelante] ea [¡ea!]. Como la forma esuseya [¡arriba!], forma también parte de la estrofa más famosa del Dum pater familias:
Got Sanctiagu,
E ultreia, e suseia,
Deus aia nos.
Su traducción es la siguiente: Señor Santiago / Buen Santiago / ¡Adelante! ¡Arriba / Dios, ayúdanos. El término Herru [señor] es de un origen germánico impreciso, al igual que Got [bueno]. Ambos se acompañan de la forma antigua [Sanctiagu] de la que procede Santiago. Estamos sin duda ante una muestra de construcción intercultural y superadora de límites territoriales y lingüísticas -en la estrofa hay al menos tres distintas referencias idiomáticas-, como corresponde al carácter transfronterizo de la peregrinación medieval compostelana.
Las palabras ultreya y esuseya aparecen también en una prosa del capítulo XXVI del libro I y en el último verso del texto completo del canto de Aymeric Picaud Ad honorem Regis summi. En ambos casos se utilizan con el sentido aquí descrito: como expresiones de ánimo y júbilo. Así se observa en el texto del libro I: “Todos los pueblos, lenguas, tribus acuden a él clamando: esuseya, ultreya”.
"Son dos casas contiguas. En la principal, encontraréis una típica sidrería, donde sí, echan sidra, y bien echada. En la de al lao, un espacio con mesas y futbolín, perfecto para algún evento o tomar algo fuera del bullicio del chigre. Y en la parte de atrás, una terraza en un prau, con barra propia y zona para corderu a la estaca. Y zona con una carpa cubierta. Muy guapo.
La recomendación que nos hizo los grandes actores asturianos Ana Blanco y Eduardo Antuña, con los que tuve el placer de compartir mesa, fue que probáramos los callos. Y a eso fuimos. Y sí, son excepcionales.
Comimos 3 personas. De primero, Croquetas. Muy buenas, con buen relleno, no escatiman. Y ya veis que buena ración.
Mermelada de Kiwi y Cebolla Caramelizada con Queso de Cabra. Toque de mango, nueces ... Muy bueno. Contundente. La mermelada de kiwi nos encantó. Unas Lentejas para Ana, que no quería callos. Muy ricas. Y por fin, los Callos. Excepcionales. Toque picantín, bien de tamañu, pegajosos. Muy buenos. Vienen acompañados de Patatas Fritas. De verdad.
De postre, Arroz con Leche. Requemao. Muy bueno.
Para beber, Sidra Muñiz. Muy buena. Buen ritmo y bien echada. Tienen también Castañón y Val de Boides, la DOP de Castañón. (...)
Precio excepcional para todo lo que comimos. Muy bien de calidad y muy generosos de cantidad. Gran descubrimiento en Lluniego. Presta encontrar gente joven con esta ilusión, tirando por la cocina tradicional, pero también haciendo cosas distintas. En verano, tenemos que ir a probar esa terraza. "
"Las manos de gochu, los callos y los chipiriones encebollados triunfan en el bar Ultreya, en Olloniego, asomado al paso de los peregrinos.
A poco que se conozca a Juan David Pérez Villegas es fácil comprender que es tan animoso como el nombre del establecimiento donde, como cocinero, trabaja a diario ante los fogones: el bar restaurante Ultreya, en Olloniego (Oviedo). Esta palabra –que usan desde hace siglos los peregrinos, camino de Compostela, para darse ánimos y que viene a significar "adelante, vamos allá"– se puede leer bien en el rotulo externo que figura en este bar de pueblo, auténtico y afayadizo, que abre sus puertas a una vía por la que suelen pasan los peregrinos que van a Santiago, realizando el Camino de El Salvador, desde León, como explica este joven profesional de la hostelería. Dentro, en una pared del comedor, queda por escrito bien explicado el origen del nombre del local y sus razones..."
"Olloniego es uno de esos lugares del concejo de Oviedo que, cuando no existía otra carretera, había que atravesar de forma obligatoria para alcanzar tierras leonesas. Se trataba de subir a San Esteban de las Cruces y descender la Manzaneda hasta llegar al nivel del río en El Portazgo, tras haber rebajado 100 metros de altitud sobre el nivel del mar con referencia a la capital. A renglón seguido, se atravesaba de un extremo a otro El Padrún y su complicado rosario de curvas, desafío que -la mayoría de las veces en caravana- suponía llegar a Mieres hasta el gorro de coche. No digo nada si te dirigías a León o Madrid o, si nos trasladamos a épocas anteriores, hacer el viaje a pie, a caballo o en diligencia, pensando en el suplicio de cruzar Pajares, sobremanera en invierno. ¡Qué agobio!"
"El trazado de la carretera actual, con alguna variación con los años, se diseñó en el siglo XVIII por Jovellanos y Campomanes, cuando el valle de Pajares fue elegido como la salida natural más adecuada para comunicar Asturias (la región más atrasada de España en aquellos años, incluso más que Las Hurdes) con León. Las obras de la carretera comenzaron en 1771 y terminaron en 1834."
En tal sentido aparece en la toponimia asturiana El Monte Tudela junto al pueblo denominado Veguín, desde el cual se divisa una fortaleza a medio derruir conocida por el nombre del Castillo de Tudela. De Tudela tomó su nombre el antiguo “Conceyu de Tudela”, hoy incluso en el de Uviéu. Ese hecho administrativo antiguo explica que la Administración española rebautizara, de modo totalmente arbitrario, los núcleos tradicionales de Veguín y de Agüeria como “Tudela-Veguín” y “Tudela-Agüeria”
"Tal como recoge el Inventario arqueológico del concejo: «Se asienta sobre un cerro situado al sur del núcleo de Picu Llanza (cota 445 del plano 1:25.000). Su privilegiada ubicación sobre este altozano calizo le confiere un amplio dominio visual sobre buena parte del área central asturiana. Su morfología es ligeramente oval, un tanto achatada en dos de sus extremos. Posee un grueso anillo pétreo próximo a la cumbre, producto de la acumulación de derrubios de la primitiva muralla. El recinto amesetado alcanza unas dimensiones máximas aprox. de: eje NE-SO (50º-230º)=78 m; Eje SE-NO (140º-320º)=71 m. Sobre citado amesetamiento se aprecian hoyos, producto de antiguas exploraciones, particularmente relevantes en sus sectores norociental y occidental, lo que confirma el conocimiento popular de este poblado (Maya, 1988:61). Producto de estas rebuscas son dos hachas pulimentadas adquiridas para la colección Soto Cortés, en 1890 (Blas y Maya, 1974). El prof. J. M. González recuperó en el sitio una pieza durmiente de molino de vaivén oblongo y un molde de fundición en arenisca»"
"La triste realidad de aquel pueblo de trabajo y lucha que fue Olloniego, queda perfectamente reflejado por las tres hileras de bloque de ladrillo que configuran la barriada minera de la Armatilla, conocida por el “barrio de Corea”, donde muchas de sus viviendas permanecen vacías, informándonos en nuestra visita a la zona del declive sufrido como consecuencia del cierre del pozo San José nº1 y la no apertura del nº2 en la zona de San Frechoso en Olloniego. Una realidad que nos va mostrando la pérdida constante de población en un pueblo que, habiendo alcanzado una población de 3.000 habitantes en 1960, ha pasado a tener apenas 1.000 en la actualidad, o un colegio que pasó de tener 40 alumnos por aula a 60 en todo el centro, a la vez que iban desapareciendo todos los lugares de ocio, como los cines y salas de baile que había en el pueblo."
Y es que la historia, además de puentes, castros, carreteras, caminos y castillos, son también las casas, desde las casonas y las torres a las caserías y las viviendas de obreros y mineros: todo ello está presente en Olloniego. También aquí entendemos la evolución urbana de Olloniego, desde su extensión a lo largo de la carretera y de puente a puente, comprendiendo la vega del río, las casas fueron ganando también las laderas de la montaña al ir creciendo la población
La existencia de solares en los que hubo casas y donde no ha vuelto a edificarse es otra característica del paisaje urbano de la población muy a tener en cuenta
Unos aparecen cerrados por muros y otros han quedado abiertos, siendo empleados como calles de paso y explanadas de aparcamientos
"Responde al gusto propio de la estética de la autarquía con resabios historicistas o castizos, adecuados para un local de espectáculos en el que se pretende dar una imagen de confort y prestigio.Se plantea en dos volúmenes: el que contiene el acceso y los diversos servicios, con planta trapezoidal y fachada a la calle principal, con cubierta plana, y la sala de proyección, dispuesta en paralelo al vial, y su propia fachada a la trasera."
"El edificio se abre sobre la arteria principal de Olloniego, la que fuera carretera general, y se dispone entre medianeras, de forma que sólo apreciamos su fachada principalÉsta se compone respecto a un eje de simetría, el amplio portón de ingreso, abierto en el lienzo central y flanqueado por dos calles de menos anchura.El zócalo y las cadenas angulares, así como otras intermedias separando las referidas calles, se ejecutan con un revestimiento que finge despiece de sillería, con perfil dentado en las verticales; este tipo de bandas también guarnecen los vanos: además de la portada de ingreso, en arco carpanel flanqueado en origen por dos faroles, se calan las taquillas en el extremo derecho y se abren huecos cuadrados, con alfeizar corrido en el triple que se dispone sobre la puerta. Remata en línea de cornisa.Al interior, un vestíbulo organizaba los accesos: una puerta volcaba sobre el patio de butacas, originalmente en número de 342, y partía una escalera en su extremo izquierdo (junto al cuarto de taquilla) para dar servicio al anfiteatro con 128 localidades adicionales.Segregada, encontrábamos la cabina, con su propio retrete. Los aseos se disponían en los dos vestíbulos.La cubierta se adapta a la mayor altura de la zona de anfiteatro y cabina, optando por una solución abovedada.Carece de escenario: es un ejemplo de cinematógrafo puro; y uno de los contados ejemplos de sala dispuesta casi en paralelo a la fachada de los que hayamos censado, aunque no opte por la solución embocada que este mismo arquitecto dispuso en su más conocida y mejor obra, el Teatro Cine Capitol de Mieres ya desaparecido."
A la derecha, en un bloque de viviendas de mediados del siglo XIX, otro cajero de entidad bancaria
Y, a continuación y haciendo esquina, Tu Tienda-Carlos, de ultramarinos y tipo bazar, además de estanco. Antiguamente era la tienda de María Luisa, a la que le dedica este obituario Chus Neira para La Nueva España del 19-7-2012 titulado Una vida sin echar el cierre:
"Hasta última hora, hasta que pudo estar de pie, María Luisa Álvarez Fernández se mantuvo detrás del mostrador de su tienda en Olloniego, la misma que atendió junto a su hermana Emilia, la que habían abierto sus padres. Así la recordaban sus vecinos ayer, día en que familiares y amigos la despidieron para siempre en el cementerio parroquial. Con María Luisa Álvarez Fernández muere, según todos, una mujer «muy trabajadora». Hasta el punto de que a sus 89 años, edad con la que falleció tras una serie de complicaciones a causa de una infección de orina, todavía no se había jubilado.
En eso siguió el ejemplo de su hermana Emilia, que superada con creces la edad para jubilarse siguió al frente del negocio también hasta su muerte.
El establecimiento que regentaba en Olloniego hacía un servicio completo a los vecinos, pues era la tienda donde podías comprar desde chucherías a todo tipo de material de ferretería y el tabaco, porque también era estanco. Luis Manuel Barranco, de la Asociación Cultural y de Festejos San Pelayo, detallaba ayer como en la tienda de Luisa podías encontrar cualquier cosa y ella y su hermana la regentaban imperturbables como habían hecho toda su vida: «No sabían lo que era una calculadora, echaban las cuentas siempre a mano. Y siempre abierto. Si se iba la luz, seguían atendiendo con candiles. Cerraba a las nueve de la noche, pero picabas afuera en un cristal que daba a la calle y ahí te atendía en lo que hiciera falta, fuese la hora que fuese», detallaba ayer Barranco.
Rubia, de mediana estatura y poco amiga de las fiestas ni de andar por la calle, Luisa Álvarez dedicó toda su vida al negocio familiar, al trabajo. Nada le despistó nunca de sus ocupaciones laborales.
Su sobrina, Marina Álvarez, explicaba ayer, poco después de dar la última despedida a su «tía Luisa», como hace pocos meses había barajado la posibilidad de jubilarse pero finalmente había renunciado a la idea. Aunque los últimos problemas de salud le habían obligado a tener el estanco-ferretería cerrado, Luisa soñaba con recuperarse para volver a atender a los vecinos. Era su empeño.
María Luisa Álvarez no pudo cumplir ese su sueño y con ella muere, en cierta forma, el negocio que pusieron en marcha sus padres, José y Amparo, que sirvió durante más de un siglo a Olloniego y que para ella, su hermana Emilia y otros hermanos que les ayudaron en distintas etapas, fue su vida entera."
Insistimos que el cambio de carretera principal hacia la meseta hizo que Olloniego estuviese en el eje principal de las comunicaciones asturianas. Casi a continuación el declive y desaparición de la minería hizo el resto. No existen la población en número de habitantes de antaño ni los comercios y bares que, junto con otros negocios, abundaban en la población, pero esta, llamativamente, no se ha transformado ni en un pueblo fantasma ni en un barrio-dormitorio
Además de mineros, hosteleros, comerciantes, campesinos (a veces una persona o familia tenía estas ocupaciones), había varios médicos y otras profesiones, cosa que también se hace patente en los diferentes estilos constructivos
Es prácticamente indistinto caminar por la acera derecha o la de la izquierda, nosotros nos movemos de una a otra para que podáis apreciar cada edificio y cada detalle, pues son libros abiertos de la historia y el presente de Olloniego que nos dan asimismo señales de cómo puede ser el futuro
"A ocho kilómetros de Oviedo ciudad, y a nueve de Mieres, la parroquia de Olloniego se levanta como uno de los pueblos con más habitantes. Roza el millar de vecinos entre sus viviendas -a pesar de contar con muchas de ellas vacías- y tiene historia para largo. El pueblo es esencia del Camino Real de la Mesa, una ruta de origen prerromano; del Camino de Santiago, y era el acceso y entrada a Oviedo cuando no existía la autovía. Situado entre dos puertos, se encuentra en una especie de vaguada y fue «campo de batallas» durante siglos, como explican orgullosos sus vecinos.
Unos habitantes que consideran que todo ese pasado, al que hay que sumarle el conjunto histórico y el castillo más antiguo, Picu Castiello, puede ser la clave de un futuro que actualmente, sin inversión y mejoras en todos estos vestigios de la historia, se ve oscuro para la localidad. El conjunto histórico, reconocido Bien de Interés Cultural (BIC) parece que comienza a ver luz con el proyecto municipal que lo rehabilitará; pero los vecinos quieren que el castillo -8.500 metros cuadrados sepultados- sea uno de los siguientes objetivos de las instituciones, para fomentar la llegada de visitas y colegios.
Olloniego vivió durante siglos de la agricultura -lino, vino y sidra-, ganadería y pesca -salmón, trucha...-, pero también de la lavandería. Las mujeres de la parroquia lavaban las ropas de la burguesía ovetense y la tendían 'al verde'. Aún hoy pueden verse aquellas imágenes de entonces, que acabaron siendo un recuerdo con la llegada del carbón, ya que trajo consigo la contaminación de los ríos y la imposibilidad de poder lavar en sus aguas.Olloniego fue tierra de multitud de minas, en un principio pequeñas y muchas, para después el dominio de Hunosa. También hornos de cok y multitud de negocios que florecieron a partir del carbón. Llegó a haber más de una veintena de bares y restaurantes, multitud de tiendas de ultramarinos, en unos años de prosperidad que, con el fin de las minas, acabó en decadencia. En la actualidad, son cinco locales hosteleros, tres tiendas de ultramarinos, dos peluquerías y un salón de belleza. También el centro de salud, pero buscan conseguir su biblioteca."
Ahora y también a nuestra izquierda, otra buena referencia de la hostelería de Olloniego, el Bar Trasgu, también con su bonita historia, nacido precisamente ante una crisis, pero no de la minería ni de la industria local o asturiana, sino pandemia mundial, la del Covid, como reseñaba así C. del Nero en su artículo:
"Antes de la pandemia, Dalia Morán trabajaba por cuenta ajena en un local hostelero de Olloniego, aunque no vivía allí. En ese empleo conoció a Yaiza Velasco, natural de la localidad, y tras la crisis sanitaria -y con ella la imposibilidad de su jefe de mantener el puesto de trabajo de Morán-, ambas decidieron emprender aprovechando «que el local en el que estamos ahora se estaba reformando y nos recomendó ese mismo jefe». A Velasco «la conocen de siempre. Los vecinos y amigos la vieron crecer»; algo que consideraron «un plus para poder emprender en una zona que llegó a tener veintitrés bares».
Así, el 1 de septiembre de 2021 decidieron abrir Trasgu, en la avenida Príncipe de Asturias, número 64. «Cuando abrimos no queríamos ser demasiado ambiciosas, preferíamos ir poco a poco porque es una zona donde la gente tiene sus bares ya, pero se han superado las expectativas». El motivo no es otro que «aquí se vive una vida muy de pueblo, la gente hace sus rondas por todos los bares y cada uno de los locales es diferente». Más que una competencia, una actividad hostelera complementaria.
«A la gente le gusta mucho salir por aquí a disfrutar y socializar en el bar», aseguran. De hecho, tanto es así que «los domingos, desde que terminó la pandemia, aquí se ve bastante ambiente, aunque no sea lo que fue en el pasado». Precisamente fue a partir del coronavirus, ya que «mucha gente de Oviedo descubrió Olloniego cuando no se podía salir del concejo, con su naturaleza y su río». Eso sí, «por semana es mucho más tranquilo».
«Esto pertenece a Oviedo y se nota en que en apenas diez minutos puedes estar en el centro de la capital, aprovechando el enlace por la autopista», destaca, pero si no tienes coche, «el autobús y el tren también tienen buenos servicios». En resumen, Morán y Velasco aseguran que fue «una gran» decisión abrir en Olloniego."
"Escudo cortado: 1º. Un árbol de su color, con dos cabras empinadas a su tronco, una a cada costado; medio partido, con una cruz acompañada de una flor de lis en cada uno de los ángulos. 2º. Un hombre a caballo, llevando a la grupa una doncella. (Se desconocen los esmaltes)"
Según pasamos admiramos su monumental planta de cruz latina, de tres naves abovedadas y cabecera rectangular, así como su torre-campanario
Al pie de la iglesia, en un espacio de césped cerrado por pivotes metálicos de los que penden cadenas, hallamos una gran placa de cemento que tiene incrustada otra más de bronce
"Olloniego tuvo minas hasta bien entrado el siglo XX y, durante los años que permanecieron abiertas, fallecieron un total de 19 trabajadores. Ahora, el pueblo les dedica el Monumento a los Mineros de Olloniego a aquéllos que perdieron la vida en accidente laboral «en la historia moderna de la minería asturiana».
Así lo recuerda en una nota la comisión integrada por veteranos mineros de la localidad, que consiguió reunir mediante suscripción popular el presupuesto necesario para rendir homenaje a estos trabajadores que perdieron su vida de manera trágica.
La obra, una placa de 800 kilos de peso fundida en bronce, estará situada en el paseo principal de Olloniego. La inauguración será este sábado, a la 13.00, y está previsto que el alcalde, Gabino de Lorenzo, acuda al acto."
«Nuestra idea fue desde un principio homenajear a los mineros fallecidos, a los héroes de la minería. Para los vivos ya existen muchos reconocimientos». Así resume Miguel Llaneza una loable iniciativa abordada por nueve vecinos de Olloniego, que hoy inauguran en esta localidad un monumento en honor de todos los caídos en las explotaciones asturianas.
Bajo el nombre de Comisión Organizadora del Monumento a los Mineros Fallecidos en Accidente de Trabajo, un grupo de ocho ex mineros y el hijo de otro llevan dos años trabajando en este proyecto que mañana verá la luz y que, según explican, «no queríamos que tuviera nada que ver con homenajes de instituciones ni nada por el estilo». Llaneza explica que la idea de hacer un monolito en honor de los que se dejaron la vida en las hulleras asturianas «surgió de un comentario de un vecino, Luis Michelín». «Cuando propuso hacer un homenaje a los mineros muertos, todos nos pusimos a trabajar en ello, a pensar cómo lo podíamos llevar a cabo, y por consenso, que es como se tienen que decidir las cosas, creímos que ésta era la mejor opción», asegura el portavoz del colectivo.
El monumento, que se presenta hoy, a la 1 de la tarde, en el paseo Príncipe de Asturias de Olloniego, tuvo un coste que rondó los 30.000 euros. «Cuando fuimos pidiendo ayuda por el pueblo, la verdad es que todo el mundo respondió bastante bien, y entre lo que nos aportaron y lo que pusimos nosotros conseguimos sacar adelante el homenaje», afirma Llaneza. El portavoz de esta improvisada asociación desvela que el monolito, de unos cuatro metros cuadrados de base por unos dos metros de alto, «llevará en el centro una placa bañada en bronce, representando una puerta de mina». En la placa también estarán grabados detalles representativos de la profesión minera, como es la lámpara, un casco, un hacha o una pica, todo ello acompañado de un vagón de tren lleno de carbón, y de una alegoría a los desprendimientos que tantas muertes causaron en las galerías.
Este homenaje, que hacen extensivo a todos los mineros caídos, va especialmente dirigido «a los hijos de este pueblo que murieron en cualquier explotación minera de Asturias, y a todos aquellos mineros que se dejaron la vida en el pozo de Olloniego», cerrado hace catorce años."
EN MEMORIA DETODOS LOS MINEROSFALLECIDOS EN LASMINAS DE OLLONIEGOY A LOS HIJOS DEESTE PUEBLO QUEDEJARON SU VIDA ENLA MINERÍAEL PUEBLO DE OLLONIEGO4 DE JULIO DE 2009
La Vida de los Mineros Muertos
Perdura en la Memoria
De los Mineros Vivos
"La historia minera de Olloniego tiene en su página negra la muerte de cuarenta trabajadores en las explotaciones hulleras de la zona. Fue a lo largo de más de un siglo de labores mineras hasta que el último pozo de la localidad cesó en su actividad en 1994.
En 1918 se había creado la compañía Hulleras de Veguín y Olloniego para consolidar una actividad que se venía desarrollando en estas localidades del concejo de Oviedo desde hacía décadas. Es otro dato para la historia de un municipio que también tiene esa tradición, la de la dureza de la mina.
Los vecinos de Olloniego no olvidan su pasado y por eso ayer rindieron homenaje a sus mineros fallecidos. Lo hicieron después de misa y con el simbólico acto de colocar un ramo de flores ante el Monumento al Minero erigido junto a la iglesia de San Pelayo.
Jorge Noval, presidente de la Asociación de Jubilados y Pensionistas, y Luis Michelón, alcalde pedáneo, fueron los encargados de depositar las flores. Lo hicieron arropados por un nutrido grupo de vecinos y acompañados con música de gaita y tambor.
La historia minera de Olloniego tiene en su página negra la muerte de cuarenta trabajadores en las explotaciones hulleras de la zona. Fue a lo largo de más de un siglo de labores mineras hasta que el último pozo de la localidad cesó en su actividad en 1994.
En 1918 se había creado la compañía Hulleras de Veguín y Olloniego para consolidar una actividad que se venía desarrollando en estas localidades del concejo de Oviedo desde hacía décadas. Es otro dato para la historia de un municipio que también tiene esa tradición, la de la dureza de la mina.
Los vecinos de Olloniego no olvidan su pasado y por eso ayer rindieron homenaje a sus mineros fallecidos. Lo hicieron después de misa y con el simbólico acto de colocar un ramo de flores ante el Monumento al Minero erigido junto a la iglesia de San Pelayo.
Jorge Noval, presidente de la Asociación de Jubilados y Pensionistas, y Luis Michelón, alcalde pedáneo, fueron los encargados de depositar las flores. Lo hicieron arropados por un nutrido grupo de vecinos y acompañados con música de gaita y tambor."
Vista del tramo del paseo que hemos dejado atrás entre la farmacia y el consultorio médico, con las quintas 'indianas' con jardín delantero y palmeras
Un poco más arriba vemos de nuevo los bloques de Corea, en la falda del Picu Castiellu
"Comenzaba la década de los años cuarenta del pasado siglo cuando Luisa y Alfredo decidían emprender en un local ubicado en la carretera de Oviedo A, número 87. Allí abrieron su casa de comidas, un restaurante que perduraría más de ochenta años, yendo de generación en generación. Tras los emprendedores recayó en manos de su sobrina, Rosa María Carrocera, quien recuerda todos los cambios que la tenido la localidad a lo largo de los años. En la actualidad es Luisa María Areces, tercera generación, quien lleva el negocio familiar. «Olloniego cambió muchísimo, recuerdo que antes era como un día de San Mateo y los domingos, como el Día de América en Asturias», compara, en cuanto a cantidad de gente.
«Había varios pozos de minas, hornos de cok, tejeras... y ahora ya no queda nada», lamenta Carrocera, entristecida por el paso del tiempo. Recuerda las zonas de baile y los cines. «La gente vivía y disfrutaba de sus momento s de ocio aquí, sin irse», comparando con que ahora «es una ciudad dormitorio, la gente trabaja fuera y la mayoría de esos locales han cerrado».
Además, resalta que «tenemos el Picu Castiello y el Picu Escobín, el más alto de Oviedo». Para esta vecina «de toda la vida», Olloniego «tiene muchísimo potencial, vivimos bastantes vecinos para ser un pueblo, pero necesitamos que no nos olviden». Además, asegura que «la comunicación con Oviedo es increíble: tenemos TUA cada media hora, tren, también autobuses a Mieres...». Por si fuera poco, «somos muchos los que llevamos viviendo aquí toda la vida, pero también ha llegado mucha gente nueva, mucha de ella joven».
Una gente joven que no ha hecho más que adaptarse a la vida en Olloniego, un lugar «cerca de la naturaleza, en el que no tenemos problemas, es pacífico y tranquilo», en palabras de una de esas vecinas que lleva toda la vida viendo cambiar a su pueblo.
Al otro lado, el campo de la iglesia tiene un hermoso jardín, orientado al sur y separado de la autovía por una barrera vegetal de frondosos árboles
Observemos la flecha amarilla en el mojón, una de las que van confirmando nuestro trayecto por Olloniego
Al final de esta fila hay un elemento etnográfico muy importante que no ha de pasarnos desapercibido
"Aunque en menor medida que otros motivos cristianos, entre los que destaca sobremanera la cruz, las referencias eucarísticas están presentes en el arte popular asturiano (...) las paredes de tablazón de hórreos y paneras recogen también la custodia entre el repertorio de motivos que las recorren con sentido decorativo, a la vez que apotropaico, sin atrevernos a afirmar con rotundidad si pesa más lo primero o lo segundo, al menos para todos los casos"."Soporte material de una hierofanía, la custodia enlaza en lo for mal con diseños que conserva y tiene asimilados la memoria popular, remite a un culto que eleva el pan –en último término materia que explica la panera y garantía de subsistencia– a categoría divina y trae resonancias de fiesta y de abundancia. Alzada en las inmediaciones del templo en un día de verano, destelleante, para trazar el signo de la cruz que protege al pío y vence al enemigo, según el em blema de la Monarquía Asturiana, fue vista como objeto conjurador y protector; como garantía de éxito para una vida entonces, como ahora, rodeada de peligros."
«Aquí está un mujer de vida innoble, pero de astucia tan grande, que iba frecuentemente a comulgar. En la apariencia, una santa; en la realidad, un diablo... Pesaban en su conciencia una gran cantidad de sacrilegios, y en uno cogió la Hostia que le puso en la lengua el Se ñor Cura, y corrió a un colmenar y echóla en él... Cuando la echó dijo así:– Ahí va, para les abeyes...!Y se marchó a su casa tan tranquila.Pero, amigos de Dios, ya esto era mucho. Ya estaba el cielo cansado! Y aquí tenéis que los mozos que iban a cortejar aquella noche, sin que ellos supieran cómo, se apartaron un poco del camino y fueron al colmenar. Ay, qué cosas las que vieron...! El colmenar con la luna, parecía un pueblecito refulgente de cabañitas de plata, y en una de las colmenas había una luz milagrosa que se desparramaba al exterior... Y luego un son, son dulcísimo, que tenía de oración y de gorgeo y de música, y de arrullo...Los mozos, claro es, temblaron, todo se les volvía emociones...– Que será, qué no será, ...Y recurrieron al dueño.El dueño era hombre piadoso, y se percató enseguida de que lo que pasaba en la colmena era un milagro de Dios. Fueron allá con los mozos, pues. Y en la colmena, en efecto, halló que toda la cera fuera hilada en velitas de repente y que todas las velitas alumbraban a la Hostia que echara la mujer al colmenar.Tomamos esta historia como punto de partida, en versión de Constantino Cabal recogida en Olloniego, para una revisión concéntrica que, repasando la realidad material, el sentido sacro del que se reviste el pan cotidiano y ciertos aspectos del culto sacramental, tratará de despejar las claves que explican la presencia de la custodia como motivo destacado en la decoración de algunos graneros de un concejo asturiano. Historia de abejas de laboriosidad virginal esta primera, de abejas guardianas del dulce misterio del miel –masculino en el hablar de Asturias– y generadoras de la cera que faculta el paso del alma de una vida a otra y honra a Dios. Historia, en definitiva, de culto eucarístico eminentemente popular."
Se especula que la panera podría ser del siglo XVIII, con lo que podrían haber sido hecha cuando se trazó la Carretera de Castilla o incluso antes, en tiempos del Camín Real. También es posible que hubiese sido trasladada de otro lugar, cercano o lejano, pues se trataba en esencia de un bien mueble, hecho con el fin de poder desmontarlo y volverlo a montar, cambiando su ubicación según necesidades o, incluso, si a pesar de todo se metían algún ratón el cual era imposible sacar, se desarmaba entera para volverla a armar, todo para custodiar el preciado pan...
"... el cereal panificable se convierte en un elemento esencial y a su consecución se consagran buena parte de los esfuerzos cotidianos de cada familia campesina. El pan, sin entrar en diferenciación de granos, es el alimento básico de la dieta diaria, y como garante de la supervivencia en torno a él se desarrolla todo un universo de sacralidad.Conforme a lo que es frecuente en otros ámbitos territoriales y otros cultivos, no es raro que se bendiga la tierra que va a ser dedica da a la siembra, e incluso que se reciten oraciones con carácter pro tector o de exorcización –exconxuro-. (...)Centrados propiamente en el hecho de amasar y cocer el pan, re aparecen las invocaciones piadosas y los signos religiosos, siempre con el mismo sentido protector y la búsqueda de la garantía de subsistencia. Operación cuasi-mágica de cambio de las materias de esta do, con sutiles similitudes con el proceso/misterio de gestación de la vida, el amasado y cocción del pan recae en manos de la mujer de la casa, y al decir la mujer subrayamos lo que tiene de elemento de jerarquización. Se exige además a esta mujer un estado particular de pureza, quedando privada de su realización durante el período menstrual; exigencia, por otra parte, no exclusiva de esta tarea, sino común entre sociedades agrícolas para labores de compromiso y relacionadas de algún modo con el hecho físico o simbólico de traer a la vida.Amasada la harina con el agua –en ocasiones en esta zona gozo niega agua marina para sustituir la sal– y añadida la porción de masa preparada unos días antes para que actuase como levadura –co nocida como formiento–, se hunde un puño como marca para la fer mentación. Cuando la huella dejada está colmatada, comienza a dar se forma a las hogazas. En ocasiones, y continuando con las prácticas de carácter protector descritas, se marcaba una cruz sobre la parte superior de la masa con el canto de la mano; cruz que puede dotar además al pan, una vez cocido, de virtudes especiales, confor me refleja la costumbre practicada en Sisterna, Ibias, de colocar a los niños que van a bautizarse un pedazo de pan de centeno, creyendo que éste les sirve como protector, en tanto que está libre de toda mal dad al llevar dos cruces marcadas.Caldeado el horno hasta ponerlo al rojo –arroxao, en voz de la zona que se emplea en su infinitivo arroxar, como alusivo a todo el pro ceso de elaboración del pan o sinónimo de amasar o cocer–, las hogazas se colocan con la pala en su interior, previamente barrido y libre de ascuas. Tras cerrar la cámara abovedada, frecuentemente se repite la búsqueda de éxito encomendándose a la divinidad a través de los santos, de la Virgen María o dirigiéndose directamente al Santísimo Sacramento, presencia real del Dios Hijo precisamente en el pan que resulta particularmente oportuna. Se ha recogido también la costumbre de marcar con la pala una cruz en la boca del horno..."
Detalle de los ventanucos-respiradero; este es el de la izquierda, con sus esquinas en forma de ángulo recto
Y este es el de la derecha, con dos esquinas rematadas en semicircunferencia. Como el anterior, la ventana está enmarcado en un rectángulo en forma de cuarto de circunferencia del que salen rayos de un pequeño círculo esquinado que alberga una estrella en su interior. Evidentemente es un símbolo solar
"En la Asturias del siglo XVI, los años de hambre eran frecuentes. Para paliarla, el Ayuntamiento de Oviedo fundó la panera, que compraba escanda en la región, importaba grano de Castilla y de Andalucía, y negociaba con los comerciantes extranjeros que atracaban en los puertos del Principado. De este modo, el pósito podía intervenir de manera cotidiana en el mercado de grano y en el abastecimiento de pan cocido, aunque la institución mostró su verdadera valía luchando contra las crisis de subsistencias de 1572-1576 y 1597-1599, dos grandes hambrunas que pusieron en serio peligro la supervivencia de la población asturiana. Como contrapartida, los vecinos de la ciudad de Oviedo y de su concejo tenían que aceptar repartimientos obligatorios de grano cuando los almacenes de la panera estaban repletos de cereales que, por su alto precio o su mal estado, no se podían despachar. Por otro lado, los fondos del pósito también se emplearon en otras muchas parcelas de la vida municipal, dando respuesta a las crecientes necesidades de la sociedad ovetense, una sociedad en claro desarrollo en los inicios de la Edad Moderna."
Este paso de cebra será el que usaremos para ir al Albergue Luz, del que se anuncia su apertura en la primavera de 2025, sito en la casa que fue anteriormente del Hospital de los Remedios, histórico refugio de los peregrinos de antaño que vuelve a asumir su secular cometido
"El artista francés Matth Velvet pintará un gran muro de 18 metros de alto por 10 de ancho en un edificio de viviendas de Olloniego, sito en la esquina entre la carretera a Oviedo AS-242 y la Cuesta Fumea. La pared, una de las que este año lucirá en el festival de arte urbano Parees, servirá de lienzo para una obra que pretende homenajear el pasado minero de la localidad ovetense, en colaboración con los vecinos de la localidad, que ronda los mil habitantes.
Una vez acabado, el mural será perfectamente visible desde la autopista y dentro del pueblo, casi desde cualquier rincón, dada su ubicación y sus dimensiones. La Asociación de Vecinos de Olloniego, que ha participado con el festival Parees en la preparación de los trabajos, considera que el emplazamiento es perfecto. La realización de la obra arrancará el mismo día que el festival: el 5 de septiembre, informa Europa Press.
Al igual que con el resto de intervenciones, la organización de Parees ha querido dedicar el mural a un asunto relacionado con la historia y la cultura de Asturias, en este caso la minería, de la que Olloniego fue centro neurálgico en el municipio desde el siglo XIX. Sin embargo, a pesar de ese pasado arraigado durante generaciones, la localidad no dispone actualmente de ningún museo o instalación que recoja esa memoria histórica, detenida en 1992 con el cierre definitivo de la actividad minera.
Los vecinos llevan precisamente desde hace dos años organizando una Fiesta del Carbón, que coincide con la festividad de Santa Bárbara, y que pretenden consolidar como un evento que ayude a las nuevas generaciones a preservar el patrimonio y la cultura de lo que fue una forma de vida durante siglos. En ese contexto, el mural de Matth Velvet se alzará como un buque insignia, como la imagen de referencia de esa recuperación, según han informado este miérco.les desde el festival de Parees a través de una nota de prensa.
Velvet trabaja con fotografías que ha seleccionado la asociación sobre el pasado minero, tanto de pozos, trabajadores, y labores alrededor de la extracción del carbón. La organización del festival ha dirigido este proceso participativo, que como todos pretende que artistas y vecinos cooperen, a fin de obtener obras que sean reflejo de la comunidad donde van a estar ubicadas. Matth Velvet comenzó a pintar paredes a principios de los años 2000. Autor de muchos grandes murales y exposiciones en Francia y en el extranjero, ahora sigue un camino más personal en Burdeos, donde reside. Su trabajo es la unión de pinturas de estudio, intervenciones rápidas al aire libre y grandes murales figurativos.
Esta tercera edición de Parees se desarrollará del 5 al 15 de septiembre y reunirá en Asturias a seis artistas de diversas nacionalidades. Añade además en su programa actividades para familias como la participación en un gran taller de murales, paseos en bicicleta por los murales que el festival ha coordinado hasta la fecha, ludoteca y concurso de fotografía."
En contra de cierta falsa creencia ampliamente extendida a nivel popular, incluso al nivel de medidos de comunicación, es tan correcto decir el Salvador como San Salvador, es más, esta segunda sería la más históricamente avalada y es la advocación oficial de los templos salvadoranos, no pocos en los caminos de Santiago: San Salvador de Oviedo, San Salvador de Valdediós, San Salvador de Deva, San Salvador de Lourenzá, San Salvador de Merlán, etc. etc. etc.
"Matth Velvet comenzó a pintar paredes a principios de la década de 2000 en el oeste de Francia. Los paisajes marítimos e industriales fueron su primera fuente de inspiración y impregna sus primeras investigaciones artísticas. Apasionado dibujante, naturalmente recurre a las artes aplicadas, mientras redobla su asistencia a la práctica del graffiti.
Dejará gradualmente el aerosol para la pintura acrílica y el oleo, lo que le permitirá un mayor control de los colores y una representación más cercana a sus expectativas tanto en la pared como en la galería.
Hoy, al mismo tiempo diseñador y artista, describe en su pintura comportamientos humanos a través del prisma de los objetos y la arquitectura.
Autor de muchos grandes murales y exposiciones en Francia y en el extranjero, especialmente en dueto con Zoer, ahora sigue un camino más personal en Burdeos, donde vive ahora.
Su trabajo es la unión de pinturas de estudio, intervenciones rápidas al aire libre y grandes murales figurativos.
Matth Velvet combina en sus temas su recuerdo más íntimo con una observación rigurosa de lo que lo rodea, para crear un mundo en el crepúsculo de la realidad y la fantasía, la narración y la abstracción, el pragmatismo y el onirismo.
Web: https://www.matthvelvet.com
Instagram: https://www.instagram.com/matth.velvet/"
"El mural de Matth ha tenido un proceso participativo contextualizado.
Su mural, situado en Olloniego, que en su tiempo fue la capital minera del centro de Asturias, gira en torno a la minería, como homenaje al pasado industrial de la zona y para honrar la memoria histórica de todas aquellas personas que trabajaron en las minas.
En colaboración con la Asociación de Vecinos de Olloniego se enviaron fotos e información al artista para que pudiese desarrollar el boceto que plasmará en una pared del pueblo."
Grandes vetas de carbón, los mineros en las galerías y los caballos de las montañas y el valle, antaño empleados como animal de tiro
Es una divisoria natural entre las cuencas del Nalón y del Caudal y minas de hierro que, si bien no tuvieron la trascendencia social y económica que las de carbón, también contribuyeron al desarrollo de estos valles
"El corredor de madera es un elemento que se encuentra reiterativamente en casas repartidas por toda la región asturiana: por su ubicación. disposición y diseño son posibles múltiples alternativas en la composición de fachada de las viviendas y servicios que adoptan esta solución constructiva.Determinados tipos de corredor predominan en área s concretas. unas veces de forma tan clara que caracterizan por completo su arquitectura. como es el caso del corredor volado diáfano en concejos centrales. mientras que en otras áreas coexisten dos. tres o más tipos de corredor -por ejemplo volados. sobre machones y entre muros cortafuegos en concejos costeros- o o incluso es la importancia que adquieren sus cerramientos el denominador común más evidente. como sucede en los concejos del tercio occidental y en asentamientos de montaña. (...)Situados generalmente en el piso alto de la fachada principal y orientados al S. o al E., manifiestan de distintas maneras la diafanidad o el hermetismo de las viviendas en que se ubican. Será un espacio diáfano cuando mantiene toda su pureza constructiva, sin ningún tipo de cerramiento; será un espacio hermética cuando se cierran con diversos materiales ligeros partes de su estructura, potenciándose entonces sus cualidades como elemento «protector» o «captante» ante los factores climáticos. Su plurifuncionalidad es grande en todos los casos, al prolongar o complementar tanto el espacio interno de la vivienda como el externo a ella; así la sala ve ampliado su espacio a través del corredor, que mantienen, aunque sólo sea estacionalmente. la misma cualidad social que aquella. siendo punto de reunión familiar o vecinal en las tarde s de verano u otoño. Esta continuación del espacio interno resulta aún más evidente cuando en uno o en los dos extremos del corredor se habilitan espacios de vivienda.La prolongación y complemento del espacio externo se evidencia en el corredor por su carácter de servicio. como lugar donde se pon en a secar o madurar diversos productos de consumo y en el que se tiende la ropa al resguardo de las frecuentes lluvias. Atendiendo a su disposición en la fachada y a sus sistemas de apoyo, hemos establecido, para los tipos de corredor más frecuentes en Asturias , la siguiente clasificación.El corredor voladoPuede disponerse a lo largo de toda la fachada o sólo en su parte central. avanzando respecto a ella cubierto por una prolongación del alero o por un tejaroz. que descansan en varios pies derechos de madera. El piso del corredor. siempre de tala, puede apoyar bien sobre carreras que a su vez descansan en las cabezas de las vigas maestras que sobresalen del muro de la casa. o sobre ménsulas de madera empotradas en dicho muro. reforzándose en múltiples ocasiones con jabalcones o con pies derechos de madera. El antepecho del corredor está formado por una balaustrada de madera; la gran variedad de diseño de los balaustres, torneados o recortados, patentiza la voluntad estética de su constructor. la mayoría de las ve· ces el propio usuario. La disposición proyectada al exterior hace que sea el modelo de corredor que proporciona una mayor diafanidad a la fachada.(... ) Por su sencillez estructural. que ha determinado su empleo en construcciones elementa les -existió hasta hace pocos años uno en una vivienda con cubierta vegetal de Degaña- y sobre todo por su mención en documentos de mediados del S. XIV y del S. XVI. podemos considerarlo como el tipo de corredor más arcaico de los utilizados en Asturias."
Aquí es donde la carretera hace una curva cerrada a la derecha, casi a la salida ya de Olloniego, donde hay más casas de corredor
"El corredor se desarrolla a lo largo de toda la fachada principal de la casa, cerrándose sus laterales por la prolongación de los muros piñones, en los que encajan o apoyan las carreras sustentantes de aquél. Estos muros, denominados cortafuegos, protegen lateralmente del viento y de la lluvia tanto el zaguán como el corredor. Se consigue con esta composición una lectura similar a la que proporciona el corredor sobre machones; en ambos casos toda la fachada es un espacio de transición entre el exterior y el interior."
"Tal vez, zona arenosa, de arenas diversas; voz latina harenam (arena), como tantos Arneo, Arnao, Arnizo... Muchos usos rurales y domésticos de la arena y los areneros localizados cerca de los pueblos: fregar los cacharros, algunos utensilios, construcciones diversas..."
"Olloniego jugó un papel importante en la época medieval. El río Nalón, a su paso por la localidad, era una importante ruta de intercambio comercial entre León y Oviedo. Para cruzarlo había que atravesar el puente, que ahora sólo conserva tres arcos, y pagar el correspondiente peaje. La primera referencia documental del puente data de 1145, fecha en la que Alfonso VII donó al monasterio de San Pelayo «la tercera parte del portazgo de Olloniego», según escribe García Cuetos. Las otras dos eran para la Catedral y el monasterio de Santa María de La Vega.
Sin embargo, el cobro por el paso del puente no siempre fue tarea fácil. De hecho, la torre, cuyo origen se data en el siglo XIV (García Cuetos cree que es probable que sea del XIII) se construyó para vigilar el puente. Alfonso X también intervino: «Ordenó al adelantado mayor de León y a los merinos de Asturias que hicieran respetar los derechos». La torre de Muñiz, «de estructura circular, con muros de mampostería y vanos reducidos al mínimo», facilitó la labor recaudatoria sobre el puente. Recientemente, ha sido restaurada, aunque no con pleno acierto porque, según la historiada que leyó su tesis doctoral sobre el conjunto, «presenta pandeos notables»."
Y al paso del Nalón, los señores del lugar cobraban su peaje o portazgo al pie de la torre, cuyo aparato defensivo de saeteras impondría a cualquiera que pasase por aquí, yendo o viniendo de la capital, siendo una buena manera de imponer e impresionar a los recalcitrantes
Sin duda junto con la torre habría otras construcciones auxiliares de las que no parece haber quedado nada a la vista, no así de la casona que se construyó en el siglo XVI, si bien únicamente quedan en pie sus paredes, aquí ocultas casi totalmente por el arbolado:
"Primero se construyó el puente, después la torre defensiva, en tercer lugar llegó el palacio. En el siglo XV, los dos elementos patrimoniales pasaron a manos de «Ibán Bernardo Miranda, cuyo hijo, el capitán Lope Estrada, edificó junto a la torre el primer palacio de los Quiros». Corría el siglo XVI, y se construyó con «una torre cuadrada y una fachada con portada de grandes dovelas despiezadas radialmente y tres ventanas»
Efectivamente, a finales de la Edad Media eran señores de la torre los Bernaldo de Quirós, encomenderos del obispado ovetense muy beneficiados por la mitra, poseyendo castillos y casas-fuerte que en algún momento hasta rivalizaron el poder de la misma Iglesia que les había encomendado el gobierno del valle. En el siglo XVI los Bernaldo de Quirós construyen aquí su palacio e integran en él a la torre, siendo de aquella época los muros que la separan del antiguo camino
En esta foto vemos algo más de las paredes del palacio de la Casa de Quirós, cuyo famoso lema heráldico era "Después de Dios la Casa de Quirós". Fue mandado construir por Felipe Bernaldo de Quirós en base al primer palacio de Lope Estrada anexo a la Torre de Muñiz. A la izquierda y un poco separada de la casona vemos la capilla palacial
Es de tejado a dos aguas, de pequeñas dimensiones, diminuta espadaña y ventanucos laterales en forma de saetera rematados en arco de medio punto. Se dice que pudo haber sido construida ante el mal estado de la antigua iglesia parroquial
Y esta es otra muy buena vista de la vega del río Nalón, con el barrio de Fumea al fondo. El topónimo está relacionado con fumu 'humo', no necesariamente relacionado con hogueras sino más posiblemente con 'niebla', como ocurre en otros lugares
Las aceras desaparecen y únicamente tenemos para seguir una estrecha cuneta, vayamos por la derecha, rozándonos con la sebe o seto natural, o por la derecha, donde vemos el muro del cementerio, donde está lo que queda de aquella antigua iglesia de San Pelayo...
"Entre el caserío destaca el torreón circular conocido con el nombre de torre Muñiz, levantado en el siglo XIV como torreón defensivo para garantizar el cobro del peaje por el paso del Nalón. Justo al lado de construyó el palacio de los Quirós en el siglo XVI, integrando la antigua torres semicircular pero sin desvirtuarla"
"Palacio, capilla y torres forman, lo que en otros tiempos fue un hermoso conjunto arquitectónico, construido a la vera del Camino Real a Castilla y Camino del Salvador, en Olloniego.
La torre circular de cuatro altos, fue edificada por la familia Muñiz en el S.XIII o XIV, pasando en el S. XV a manos de Iban Bernardo de Miranda, siendo su hijo Lope de Estrada durante el siglo XVI, quien manda construir la torre cuadrada de tres pisos y el edificio anexo.
El resto de las construcciones que agrupan el palacio con la torre, incluyendo la capilla, se levantan en el S. XVII por mandato de Felipe Bernardo de Quirós."
El antiguo arco triunfal del altar es gótico, de arco de medio punto, lo que delata las reformas que se hicieron en la iglesia en el siglo XIV, junto con posteriores reformas de los siglos XVI y XVII. Aunque realmente su origen podría ser muy anterior, prerrománico
El interior es abovedado y se conservan restos de policromía, muy deteriorada. observemos el ventanuco central, que permitía el paso de luz natural que iluminase el altar o presbiterio. Una imposta recorre la pared semicircular. "En el interior, una nueva línea de imposta, apenas moldurada, recorre todo el paramento hasta llegar a la ventana de saetera abierta en el centro del ábside", resaltan asimismo en Románico digital
En el altar aún se ven dibujos de elementos geométricos y vegetales, es "de formas prismáticas, aunque muy deteriorado, policromado en su cara frontal de forma muy austera. Se trata de un gran rectángulo central, de color negro ceniza, enmarcado por una cenefa que alterna los dibujos de rosetas y cruces inscritas en círculos, en tonos blancos, ocres y rojos."
En su momento se abrieron ventanucos laterales, adintelados también con ladrillos
Recorremos así toda la estructura de este ábside de la antigua iglesia de San Pelayo, actual capilla funeraria
Es abocinado, es decir, en forma de 'bocina', pues va ensanchándose de dentro hacia afuera. Se remata en arco de medio punto
Sin duda sus piedras fueron empleadas en hacer el muro del cementerio o incluso transportadas para la obra de la iglesia nueva
En ella descubrimos una inscripción muy desgastada por la herrumbre y que no somos capaces de leer
Y ya estamos otra vez ante la Torre de los Muñiz y, bajo ella, el camino hacia el puente, que atraviesa la hermosa vega del Nalón
"La Torre y Palacio de Olloniego, junto al puente antiguo que se encuentra en las proximidades, fueron declarados Bien de Interés Cultural, con categoría de conjunto histórico, el 30 de mayo de 1991.
Los siglos XIV-XV son tiempos de inestabilidad, pero también es el momento en el que se desarrollan y ascienden muchos grupos nobiliarios que van acumulando grandes patrimonios. La familia de los Muñiz, primera propietaria, pronto se unió con la de los Quirós Benavides por lo que esta construcción es conocida por ambos nombres. A esta familia perteneció Rodrigo Bernaldo de Miranda quien compró el coto de Olloniego en 1583 tras la desamortización de Felipe II.
Esta familia levantó una torre circular de cuatro pisos que constituye el núcleo original de todo el conjunto. En los muros de mampostería se abren estrechas saeteras y una puerta de acceso enmarcada con dovelas que da al camino que se dirigía la puente. Su construcción se remontaría al siglo XIV. En las siguientes centurias se le van añadiendo distintos cuerpos por lo que encontramos tanto elementos góticos, como renacentistas o barrocos.
A fines del siglo XV-principios del XVI se construyó otra torre, de sección cuadrada, también realizada en mampostería con sillares en esquinas y en la que la puerta principal de arco de medio punto se enmarca con dovelas y las ventanas con alfices. En su interior aún se aprecian restos de una antigua escalera monumental de piedra.
Con la pacificación del territorio, hacia el siglo XVI, los edificios señoriales comienzan a perder su función defensiva a la vez que va ganando en importancia el carácter residencial. Habrá un cambio en la arquitectura de estas construcciones, en las que predominaba hasta entonces el desarrollo en vertical, a medida que se van introduciendo elementos renacentistas. De este modo se realizan sucesivas ampliaciones en el conjunto hasta la definitiva en el siglo XVIII cuando se levanta un cuerpo que une las dos antiguas torres.
Contaba con capilla exenta que según algunos autores es la construcción de mayor antigüedad de todo el conjunto. Quizás tuviese un origen prerrománico si bien, tal como se aprecia hoy día, lo que se conserva es de la misma fecha que la torre circular y con posteriores reformas."
Según avanzamos continuamos admirando la arruinada estructura de torres y palacio. Únicamente dichas torres conservan su cubierta, si bien en penoso estado. Existen diversos proyectos de rehabilitación, consolidando estas ruinas para evitar sigan deteriorándose, pero de momento no han fructificado. Baste como ejemplo de la situación la noticia El conjunto histórico de Olloniego se queda sin fondos para su plan de rehabilitación, publicada por R. Agudín en El Comercio del 25-7-2024:
"La rehabilitación del conjunto histórico de Olloniego con fines turísticos se queda sin la ayuda europea del plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, según consta en la resolución publicada por el Ministerio de Industria y Turismo. El Ayuntamiento había presentado dos proyectos a la convocatoria: uno para restaurar el puente medieval y otro para la consolidación estructural y la adecuación para la visita mediante itinerarios accesibles y la musealización de la torre, el palacio y la capilla. Ambos no han logrado la puntuación mínima de cincuenta puntos exigida en la convocatoria al quedarse con 39,5 puntos.
Esta convocatoria está organizada por la Secretaría de Estado de Turismo bajo el programa de mejora de la competitividad y de dinamización del patrimonio histórico con uso turístico y esta es la convocatoria de 2022.
Entre los planes del equipo de gobierno municipal para este protegido y relevante conjunto está asegurar la estabilidad y la refuncionalización del bien, de modo que permita el paso de viandantes por la parte superior a modo de mirador, para lo cual se reconstruirá gran parte de los pretiles del puente. En su base se recreará un cauce fluvial a base de cantos de río, pero sin agua.A lo largo de las labores también se quiere hacer un estudio geotécnico para conocer al detalle la calidad del suelo donde descansan las pilas del puente y adecuar las soluciones de restauración. Para llevar estos objetivos a cabo, el pasado verano se encargó al arquitecto Valentín Arrieta Berdasco la redacción del anteproyecto que, previsiblemente, dará paso a un proyecto para la contratación de los trabajos."
Se supone construido en el siglo XIV sobre otro documentado en el siglo XII, si bien no se descarta, como ocurre en casos similares, que hubiese uno aún anterior, aquí o en las cercanías, altomedieval, o romano, acaso no de piedra sino de madera, incluso un paso regular en lancha. La existencia de una iglesia prerrománica (San Pelayo) un castillo medieval (el de Tudela) y castros astures mucho más antiguos avalarían que este fue un paso fluvial empleado desde la más remota noche de los tiempos
"Se levantó, para salvar el Nalón, sobre los cimientos de uno anterior romano. Aunque ya figura en las fuentes diplomáticas del siglo XII, su construcción es atribuible al XIV y, además, se hicieron algunas reformas dos centurias después. Realizado con mampostería, se reservan los sillares regulares para sus cinco arcos y bóvedas. Solamente cuenta con tres en la actualidad, siendo el central de clave gótica. Además, después de una gran riada en 1676, el puente está seco puesto que se desvió el cauce del río hacia la izquierda."
Vislumbramos ya las casas de El Cruce en el cambio de rasante de esta recta, con El Picón (408 m) a lo lejos, en la cercana parroquia de Manzanea o Santolaya, en las cuestas hacia Picullanza
"El puente de San Pelayo de Olloniego ya es mencionado en documentos del año 1145, cuando Alfonso VII de León donó al monasterio de San Pelayo de Oviedo “la tercera parte del portazgo de Olloniego”.
Sufrió varias reformas (una de ellas en 1575 a cargo de Juan de Cerecedo el Mozo), presentando en la actualidad tres arcos, más apuntado el del centro con clave gótica. Durante siglos constituyó una infraestructura fundamental dentro del Camino Real con Castilla. Para poder pasar mercancías por él, y evitar vadear el río, era necesario pagar unos derechos de peaje ―la décima parte del valor de los productos (el diezmo)― a los nobles y a la Iglesia. El cabildo catedralicio y los monasterios de La Vega y San Pelayo percibían la sexta parte de lo recaudado por el portazguero, que repartían entre sí; de hecho, la cercana torre de los Muñiz (siglo XIV ) tenía un objetivo preferente: vigilar el viaducto y facilitar la labor recaudatoria del impuesto. Transcurrieron los siglos hasta que, el día 29 de septiembre de 1676, aconteció algo singular: una gran riada del Nalón desvió el cauce hacia la izquierda, dejando en terreno seco la construcción arqueada de piedra. Tras quedar en desuso, los viajeros debían de utilizar barcazas para atravesar el Nalón.
Este original hecho geomorfológico representa un excelente testigo de los cambios de la dinámica fluvial y fue considerado en 1985 como un PIG (“punto de interés geológico”), lo que corrobora la importancia científica del evento. En 1991 fue declarado Bien de Interés Cultural. No obstante, el conocimiento sobre este histórico puente medieval aumenta sin cesar. Los arqueólogos acaban de descubrir que esta construcción tiene ocultos más de tres metros bajo tierra, lo que una vez desenterrados supondría aumentar sobremanera la esbeltez de la imagen original."
A la izquierda la carretera de Tudela Veguín y de Riañu, con su alta trinchera sobre la orilla del Nalón que discurre al otro lado, entre los árboles. Es la zona de Entrerríos, con su boscosa loma de Cuetos (187 m), bajo La Peña Arnea o La Corona y sus formidables peñascos...
Y así, mirando hacia atrás, nos despedimos de Olloniego dando vista una vez más al puente viejo, germen de la población, como bien dice la Guía Gronze:
"A la salida de la localidad pasaremos ante el conjunto formado por la torre Muñiz (edificación defensiva del siglo XIII), el palacio de Quirós (s. XVI) y los restos de un puente medieval de tres ojos, bajo el cual —por extraño que parezca— no hay río: el cauce del Nalón discurría antiguamente por aquí, hasta que en el año 1676 una enorme riada provocó el cambio de su curso."
Más tarde llegarían los fielatos en la N-630 y, último exponente de las recaudaciones viarias, en el polémico peaje del Huerna en la A-66, en el paso de la autovía entre León a Asturias, plenamente vigente pese a las fallidas promesas de supresión...
Y aquí estamos ya en El Cruce, unión de caminos y carreteras, donde un grupo de casas se dispone en torno a esta encrucijada
Aquí se termina la recta en rampa ascendente, pero muy suave, recalcamos, que había empezado a la salida de Olloniego
Hemos de continuar por la carretera. Estos carteles son para los automovilistas e inducen a error a muchos peregrinos, que piensan que indican el camino a seguir, cuando solo advierten a los conductores del lugar por donde pueden cruzar los romeros. La flecha amarilla incide en ello
También aquí más flechas confirman el trayecto a seguir: todo de frente. A la derecha es un ramal local que comunica con Santianes y Agüeria
Más señales de confirmación, tanto las flechas amarillas salvadorano-jacobitas como las barras roja y blanca del GR 101.1, del que también hablábamos al principio de esta entrada
La carretera hace ahora una recta en cuesta abajo con La Peña Arnea ante nosotros, anunciando que la 'tregua' de la llanura de Olloniego va llegando a su fin
Este es el lugar de La Pita, "Casería de El Cruce a 7,8 km de Oviedo", nos dice Casaprima Collera, añadiendo que "El topónimo, aunque a primera vista pueda inducir a pensar en la gallina, debe vincularse quizás mejor a la planta gamón, cuyo tallo central es llamado en Asturias "pitaciega" y simplemente "pita".
La última vez que pasábamos este era el aspecto de la casa de la fotografía anterior, lo que es una muestra de cómo pueden cambiar nuestras referencias en el Camino y el paisaje incluso en poco tiempo. Algo que hemos de tener en cuenta cuando consultamos guías, webs y blogs, incluido este
Aquí pasamos bajo el puente de la AS-116, que como hemos dicho enlaza la A-66 con Olloniego, Agüeria, Tudela Veguín y Riañu (Langreo/Llangréu)
A continuación, una hermosísima vista de la vega del Nalón atravesada por El Puente Nuevo, construido por para la Carretera de Castilla entre 1778 y 1785, por él pasaremos el río hacia las casas de El Portalgo, cuyas casas vemos al otro lado, bajo La Peña Arnea o La Corona, por cuyas laderas inferiores, plantadas de eucaliptos, subiremos a Picu Llanza dando vista a Manzanea, sus abrigos prehistóricos, y el valle del Nalón en la vecina parroquia de Santianes
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