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miércoles, 14 de mayo de 2025

DE EL LLANÓN A PORCILES: GANANDO LA MESETA DE LA ESPINA (SALAS, ASTURIAS)

Porciles

Al oeste del concejo de Salas, en la aldea de Porciles, se llega a la llamada geográficamente 'meseta de La Espina', que se extiende hasta la población salense de este nombre y aún más allá, atravesando primeramente esta parroquia de Bodenaya, a la que llegamos tras la larga cuesta también  conocida como la subida de La Espina, que empieza saliendo de la villa de Salas, capital del concejo, por la calle Ondinas y La Cañona

La cascada del Nonaya

Un hito en esta subida de La Espina es la hermosa cascada del Nonaya, bastante cercana al nacimiento de este río, que atraviesa de este a oeste el concejo de Salas. No está en el mismo Camino pero sí a muy pocos metros y es muy visitada por peregrinos y excursionistas

La subida a La Espina por El Carcabón 

Tras visitar el salto de agua, retomamos el Camino de Santiago en El Puente del Carcabón, fruto de los arreglos y mejoras efectuados en los siglos XVII-XVIII en este antiguo Camín Real que cayó en desuso con la construcción de la carretera general, a la que llegaremos algo más arriba, y cuyas obras arrancarían a mediados del siglo XIX


De todas maneras, el erudito Jesús Evaristo Casariego nos informa en Los viajes en diligencia por Asturias y a Madrid, hasta principios del siglo XX (periódico La Nueva España 7-4-1991) que la línea de estos carruajes "de Luarca a Oviedo por La Espina empleaban de veinticuatro a treinta horas para recorrer los noventa kilómetros de distancia, pues el camino real era más directo que la moderna carretera"


Ello implicaría que este viejo Camino se utilizó prácticamente hasta que los vehículos de tracción animal se sustituyeron por los de motor, es decir, avanzando ya el siglo XX y que quizás por ello haya llegado a nosotros en tan buenas condiciones relativamente, incluyendo sus puentes


Pasando el puente vemos a nuestra derecha, al otro lado del desfiladero que forma aquí el Nonaya, El Curión (584 m), pico que forma parte de las estribaciones meridionales de la Sierra del Viso, plantado como buena parte de ella de monocultivos de eucaliptos destinados a las fábricas de celulosa


Toda esta zona en torno al salto del Nonaya es conocida como El Llanón que, a pesar de su nombre, aumentativo de llano, es donde la subida de La Espina comienza uno de sus más duros repechos


Primeramente llega un repecho recto que gana altura considerablemente rampa arriba, siempre rodeados de arbolado autóctono y plantaciones de ocalitos


Al igual que en el trayecto de subida continua desde la calle Ondinas, en Salas, hasta El Carcabón y la cascada, la belleza de estos parajes puede abstraernos del esfuerzo realizado, aunque hemos dosificarlo, pues los peregrinos ya llevan muchos kilómetros a sus espaldas y más aún que les aguardan antes de llegar a Santiago


Como también pasaba en dicho recuesto desde Salas, a veces se tiene la sensación que se llega al final de la cuesta pero esta continúa, siguiendo la forma sinuosa de esta ladera septentrional de La Sierra Bodenaya, que cierra el desfiladero por el sur


El Camino, eso sí, está bien trillado y pisado, no hay cruces ni desvíos que tomar y no hay mayormente riesgo de pérdida ni extravío


Es un hermoso camino de tierra y piedra cómodo y agradable de caminar, quitando la dureza de la subida, que aquí tiende a hacerse más empinada


Curva cerrada la izquierda, vienen los que sin duda son los tramos más duros de la subida, junto con el repecho final que nos llevará a Porciles y que encontraremos al final de esta larga aunque hermosísima ascensión


El Camino ganará altura en dos fuertes pendientes, haciendo dos revueltas en zigzag, una seguida de otra, por suelo muy pedregoso


El Camino ganará altura en dos fuertes pendientes, haciendo dos revueltas en zigzag, una seguida de otra, por suelo muy pedregoso


Aquí tenemos el giro completo que hace el Camino, de 360 grados, subiendo unos cuantos metros en una corta distancia


La caja caminera delata su antigüedad, no obstante se perciben trabajos de ensanche. En el siglo XVIII muchos antiguos caminos reales y otras vías fueron rehabilitadas y reformadas para permitir el paso de carros y carruajes, pues hasta entonces en su mayoría eran 'caminos de herradura', esto es, hábiles únicamente para las caballerías (además de los caminantes, por supuesto), siendo las recuas de mulas de los arrieros la única manera de transporte de mercancías de manera segura y factible


Sin duda el viejo Camino tendría por entonces el firme empedrado algo más liso, aunque de los viajes en caballo y diligencia dieciochescos nos deja el ilustrado Gaspar Melchor de Jovellanos que no pocas veces era menester apearse y seguir andando en los tramos más pendientes y peligrosos


En Los tiempos de la "Siberia asturiana": cinco días de Oviedo a Madrid en diligencia, artículo del investigador Guillermo Guiter Viader publicado en La Voz de Asturias del 17-5-2020 y del que compartimos algunos párrafos, se nos da cuenta de la situación general por entonces de la mano del profesor de la Universidad de Oviedo Joaquín Ocampo Suárez-Valdés:
"... «la infraestructura caminera de la España moderna seguía siendo la heredada de la época romana y medieval», afirma el profesor Ocampo. El Camino Real de Castilla comunicaba Asturias con León por Pajares, aunque no era la única salida a la meseta. 
También menciona el profesor, para subrayar el tradicional aislamiento del Principado, un curioso texto oficial fechado en el año 1770  y firmado por Jacinto Abella, comisionado por el Gobierno para el reconocimiento de los caminos asturianos, que calificaba Asturias como la «Siberia del norte» por «las angosturas y asperezas que dificultan sus comunicaciones y comercio». 
Precisamente, detalla el artículo del docente, la apertura de caminos carreteros entre las villas industriales, mineras y portuarias de la región ocurrirá solo a partir de 1850. Es en esa fecha, por tanto, cuando comienzan a surgir las primeras compañías asturianas de diligencias, «vinculadas en muchos casos a familias que venían dedicándose a la arriería».

Y aquí tenemos la segunda gran revuelta del Camino en El Llanón, al final de la cual hay una 'tregua', si bien nos tocará andar unos cientos de metros por la carretera


Si antes no nos ha ocurrido, ahora al llegar aquí sin duda es muy posible que el esfuerzo de la prolongada cuesta desde Salas haga mella en nuestras fuerzas subiendo por estos recuestos


Entre las ramas de los árboles reconocemos unas casas, son las de la aldea de La Peña, por donde va la carretera, en la parroquia salense de Ardesaldo. No pasaremos por ella pero serán una referencia visual muy importante en nuestra subida a Porciles


Llegando al final de la subida de El Llanón esta se suaviza y ya no tiene tanto pedrusco suelto sino que el suelo ya es mayormente de tierra, ofreciéndonos su alisada y bien pisada suavidad para con nuestros sufridos pies


Aquí salimos a un gran rellano situado en la ladera de la sierra, la antes referida 'tregua' que aquí se nos da en la prolongada ascensión a Porciles, parroquia de Boddenaya, donde ganaremos la 'meseta de La Espina'


Es un lugar apacible y a la sombra, en el que muchos peregrinos suelen hacer un alto antes de emprender la siguiente fase de subida


Prueba de ello es que se suelen improvisar algunos bancos, hechos con tablas, ramas y troncos, como uno que nos encontraremos tomando este sendero a la derecha


Estos asientos 'artesanales' suelen ser relativamente efímeros, pero cuando se deterioran suelen ser sustituidos por otros cíclicamente. Este por ejemplo está hecho con palés. Tal vez cuando vengáis aún siga en pie o haya otro, similar o diferente, colocado en este mismo lugar


A partir de aquí el Camino pierde su trazado original y sale a la carretera general, que a partir de 1939 pasó a ser oficialmente la N-634, ahora N-634a


Aquí tenemos la señal que nos advierte de la intersección del Camino de Santiago con la carretera N-634. Un poco más arriba, por la ladera norte de El Rebollín (815 m), el pico más alto de La Sierra Bodenaya, pasa la A-63 o Autovía de La Espina, oficialmente Oviedo-La Espina. Cuyo trayecto en esta montaña se hizo en dos tramos, el primero inaugurado en 2012 y el segundo en 2022


La autovía descongestionó el intenso tráfico por la antigua y serpenteante N-634, pero ha tenido varios retrasos y problemas técnicos por lo que no pocas veces se ha devuelto el paso de vehículos por esta N-634a, con el riesgo que ello conlleva para los peregrinos, pues prácticamente carece de arcén y de vereda para viandantes


Fijémonos, al otro lado de la calzada, en un mojón jacobita, que nos indica seguir a la derecha, rumbo oeste por esta recta


El tramo de carretera que tenemos a partir de aquí es de unos 800 metros, lo dejaremos nada más pasar El Campu las Fornas, el monte, de verdes praderías, que divisamos en la distancia


Este es un vídeo explicativo de la peligrosidad de la N-634 para los peregrinos en la subida a La Espina


Al menos, este trazado de carretera nos da un respiro caminando en llano en esta larga subida de Salas a La Espina que, si bien se hace escalonadamente, puede llevarnos un par de horas o poco más o menos...


Nos han dicho que el antiguo Camín Real, perdido en este trecho, pasaba un poco más abajo y que sería factible recuperarlo o, al menos, hacer al lado de la carretera una franja peatonal, separada de la calzada por un quitamiedos o similar, como se ha hecho en otros lugares


Pero desde la primera vez que pasamos por aquí, año 1993 (¡ya llovió), nada absolutamente se realizó en este sentido salvo colocar alguna señal de advertencia a los conductores


Al menos, mientras la Autovía de la Espina, Oviedo-La Espina o A-63 cumpla su función y no sea sometida a más cortes, el tráfico irá mayormente por ella y no por aquí


Ahí tenemos uno de sus altos viaductos, el Viaducto de Porciles. Nosotros estamos en el kilómetro 458 de la actualmente denominada N-634a 


Teóricamente el peatón en estos casos debería ir por la izquierda, para ver a los coches que vienen de frente, pero en las curvas es, como podemos comprobar, jugársela literalmente, pues no hay visibilidad ni margen apenas para arrimarnos a la cuneta


Un poco más de visibilidad tenemos al llegar al pie del viaducto, al menos hasta la siguiente curva, en la riega del Regueiru Porciles, afluente del Nonaya, que pasa bajo la N-634 para darle sus aguas monte abajo


El viaducto mide unos 266 metros y se extiende desde la ladera de El Saraballón, en La Sierra Bodenaya, a nuestra izquierda, al Campo las Fornas, a la derecha, por cuya ladera contraria, la occidental, subirá el siguiente gran repecho antes de la meseta de La Espina


Los imponentes pilares que sostienen los carriles, dos a cada lado, formando en realidad dos viaductos, nos dan una cierta sensación de gigantismo. El tráfico retumba sobre nuestras cabezas. No podemos dejar de reconocer que esto es un 'anticlímax' en relación al apacible trayecto desde Salas hasta aquí por el bosque


De todas maneras, aunque el paso de vehículos suele ser escaso, algunos días puede revestir cierta intensidad por esta carretera y por lo general, bastante veloz, incluso en estas curvas. Vayamos siempre pues muy muy atentos


Hay un poco de rellano, a la izquierda, y ahora la carretera hace una curva muy cerrada pasando sobre El Regueiru Porciles. Tengamos en cuenta que, el Camino Primitivo, existe otro Porciles más al occidente, al oeste de Tineo/Tinéu, en el camino a Allande, por lo que es importante no confundirlos

En esta curva volvemos a pasar bajo el viaducto... o viaductos, pues como acabamos de decir, son dos para sus correspondientes dos carriles en cada dirección


Viaductos altísimos, de grandes y robustos pilares. El erudito y pionero divulgador e investigador de las rutas jacobitas, el peregrino Antón Pombo, dice en su Guía del Camino de Santiago. Camino Norte que este tramo "Lo haremos con la ingrata presencia, por segundo día consecutivo, de la AS-63, una infraestructura de alto coste material y medioambiental que ha causado un enorme daño, no vale la pena entrar en eufemismos, al Camino Primitivo."

Empezamos a subir al lado de un poderoso muro de contención que evita argayos o corrimientos de tierras en esta abrupta ladera. Hay aquí una cuneta de hormigón a manera de canal de aguas sobrantes de las lluvias, pero ojo poner el pie en estos surcos, suelen tener moho, humedad y ser muy resbalosos, lo decimos por experiencia


Fijémonos que toda una línea continua de guardarraíl o quitamiedos separa la carretera del despeñadero que cae hacia el río, cerrado también por un muro vegetal de árboles y arbustos


A la izquierda, la cuneta en forma de canalillo da paso a un poco de vereda llana a manera de sendero hormigonado bajo el que pasa el tubo de las aguas


Este tramo sí nos ofrece mejores garantías de paso en este tramo, separándonos ligeramente de la carretera


Pero cuando se desbordan los sumideros con el agua que arroya de la montaña hasta nuestra vereda desaparece, volvemos pues a jugarnos el tipo en la siguiente curva


Llegamos al otro extremo del tubo y la vereda vuelve a hacerse cuneta, que hasta ella misma desaparece al llegar a lo más cerrado de la curva



La sustituye un canal de cierta profundidad y paredes verticales que la hierba crecida puede incluso ocultar. Ahora sí que tenemos que cuidar de no meter el pie ahí, a la vez que estamos pendientes del paso de vehículos



Foto de invierno con el socavón del canal de aguas más a la vista, para que nos hagamos mejor idea de cómo es



Es un alivio pues cuando llegamos a ver Casa Servando, antigua casería abandonada, porque además de mejorar nuestra visibilidad hasta la próxima curva, al llegar a ella dejaremos la carretera para tomar un camino a la izquierda


Compartimos otro vídeo-denuncia de la peligrosidad de este tramo de carretera 



Y, al acercarnos a Casa Servando, y aunque contentos porque vamos a dejar ya la carretera, volvemos a preocuparnos por los coches que puedan venir de frente, apareciendo de pronto en la curva

Casa Servando se desmorona, tragada por la vegetación. Fue construida en 1906, según inscripción conservada en el dintel de la puerta a la vivienda, junto con las letras S. G.


Pero no os recomendamos que crucéis a verla, para eso os dejamos esta fotografía



Vemos, además de la casa, las antiguas cuadras, pajares, almacenes y hórreo, todo ello ya a punto de desaparecer, testimonio del éxodo rural y abandono del campo, un fenómeno que, si bien comenzado en el periodo de entresiglos, paso del siglo XIX al XIX, se incrementó notabilísimamente en España al finalizar la posguerra



Pasamos Casa Servando y, acercándonos a la curva, extremamos la atención al máximo, como podemos comprobar, la falta de visibilidad es absoluta desde su mismo ángulo


Importante tener también los oídos bien atentos al ruido de motores y rodadas, pues lo percibiremos por lo general bastante antes que veamos al correspondiente vehículo. Es además zona de umbría con riesgo de aquaplaning con lluvia y muy húmeda y acuosa, lo que puede dar lugar a accidentes


Pero por suerte nuestra vereda izquierda va ensanchándose al acercarnos al camino por el que dejaremos por fin la carretera, justo antes del llamado Puente Servando, sito en la misma curva


No nos despistemos, tomemos el camino de tierra a nuestra izquierda aquí, no sería la primera vez que algún peregrino se despista y sigue por el asfalto, lo que, además de sumamente peligroso, es mucho más largo. Recordemos que hasta las antiguas diligencias llegaban a preferir el Camín Real, mucho más corto


Estaban aquí delante las correspondientes señales indicadoras del desvío pero en el momento de sacar esta foto habían desaparecido. Solamente una flecha amarilla en la parte posterior de una señal de tráfico lo indica...


Hay a la izquierda un viejo mojón jacobeo de los de la concha amarilla en azulejo azul tan característicos del Camino en Asturias, pero puede pasarnos desapercibidos en esta posición y en esta umbría, a veces incluso oculto por la vegetación que crece en la vereda


Tras la 'tregua' de la carretera, donde se ha subido un poco al final comienzan ya aquí inmediatamente las cuestas finales que nos aguardan hasta Porciles, a solamente un kilómetro de aquí, poco más o menos, aunque este último repecho, o sucesión de repechos acaso mejor dicho, hará que apliquemos en subirlos un muy considerable esfuerzo


En un principio, el Camino sube muy suavemente al pasar junto a las ruinas de lo que parece una casa o cabaña, la cual casi no se ve, tragada también por la vegetación, como Casa Servando


Estos árboles forman una buena barrera vegetal, visual y sonora respecto a la muy cercana autovía, que discurre unos pocos metros monte arriba


Espesos setos naturales crecen, altos a cada lado de la senda, más arriba hay plantaciones de eucaliptos


Llegamos a una bifurcación en un rellano, el Camino sigue de frente todo recto, tal y como nos indica el mojón


Realmente y en contra del pensamiento más generalizado, la posición de la concha NO indica necesariamente la dirección sino que identifica al Camino. El único símbolo direccional pleno es la flecha amarilla, según indicaciones del Consejo Jacobeo que abarcan también a las señales de tráfico


Y, como suele pasar en no pocas ocasiones, el mojón carecía de flecha, se intuye perfectamente que hemos de continuar de frente y todo recto por el camino principal, más ancho y trillado, bien pisado


Las primeras cuestas son relativamente livianas, los repechos más duros y fuertes llegarán al final, ya dando vista a Porciles


Como el trayecto de Salas a El Llanón, esta subida final es de una gran belleza, primeramente rodeados de este intrincando bosque ribereño de las fuentes del Nonaya


El Camino sigue la forma de la ladera de la montaña de El Campo las Fornas, que antes veíamos desde la carretera, pero la vista de momento no llega más allá del arbolado que flanquea el Camino


También aquí son evidentes los trabajos efectuados para ensanche de la calzada caminera, gran paredón de tierra y piedra donde crecen los helechos


Viejos muretes de contención hechos de piedras, cubiertas de musgo y líquenes, donde también crecen hierbas, zarzas y helechales, evitan que la pared arcillosa ceda con las lluvias y se produzcan corrimientos de tierra que cierren el Camino


A partir de aquí empiezan a sucederse las pendientes más acusadas, al principio en medio aún del boscaje, bien a la fresca...


Aquí abajo sí vemos el río, el Nonaya, recién nacido prácticamente en las colinas cercanas de Brañamiana y La Sierra la Cuerva, que ha recibido ya sus primeros afluentes


La suave senda de tierra es un alivio para unos pies sacrificados de tanto pisar asfalto y hormigón en otros muchos tramos y es que, realmente y también en contra de gran parte de lo que piensan muchas personas, los caminos de Santiago no buscan siempre necesariamente los caminos 'más bonitos' en el sentido actual del término, sino los trazados históricos de cada ruta, en la medida que esto sea posible, o los más aproximados


Otra cosa es que, como muchas veces ocurre, ambos conceptos, belleza de un camino e historicidad, coincidan, como podría ser este el caso. Otra cosa es que tanto uno como otro hayan variado a lo largo del tiempo. Antaño, por ejemplo, en el tiempo de las peregrinaciones históricas, los caminos considerados 'bellos' eran los tenidos por más fáciles, seguros y poblados, con sus centros de acogida y fundaciones hospitalarias, no los más montaraces, boscosos y apartados, donde existían riesgos de extravío, pérdida e incluso asalto de bandoleros


La red caminera era también amplia, en base a un camino principal había opciones y ramales. El Camino Primitivo está bien perfilado pero se discute cuales podían ser los tramos principales y los secundarios, otro concepto que variaba según cada época. La misma vía romana Lucus Asturum-Lucus Augusti, en base a la cual se dice se asentaría el camino interior entre Asturias y Galicia, sería la romanización de caminos mucho más antiguos, pasos naturales empleados ya desde la Prehistoria


A ciencia cierta NO se sabe realmente cuál habría sido el Camino que, según la tradición histórica documentada, habría sido el empleado por el rey Alfonso II El Casto para ir de la antigua Ovetus o Ouetao, su naciente corte ovetense, a Compostela para verificar el que se tiene por sepulcro del apóstol Santiago


Es más, de la misma manera que no se puede asegurar con absoluta certeza, dogmas aparte, que sea Santiago quien está en Compostela, tampoco se puede comprobar fehacientemente que Alfonso II haya ido siquiera allí, los documentos que supuestamente lo acreditan fueron escritos dos siglos y medio más tarde que aquella su posible primera peregrinación. Ello no obstante no es óbice para negar con completa convicción que todo ello haya ocurrido realmente ni quita antigüedad ni historicidad a este viejo Camín Real (esto es, 'del reino', algo similar a la actual 'red de carreteras del estado')


El Camino hace un giro de 90 grados en este rellano, donde hay unas praderías, y luego sigue subiendo. Los trazados camineros pudieron tener importantes transformaciones y cambios a lo largo del tiempo. Avanzada la baja Edad Media por ejemplo, la fundación de nuevas pueblas o villas aforadas con cartas pueblas otorgadas por reyes y algunos nobles y obispos, auspició la creación de nuevos centros urbanos con sus gobiernos propios e instituciones como hospitales de peregrinos y similares; ello hizo que las corrientes migratorias, de peregrinación y arriería se dirigiesen a ellas, pues además tenían la potestad de celebrar mercados y ferias, convirtiéndose en grandes polos de atracción y centros territoriales de nuevos alfoces, antecedentes de los actuales concejos, conceyosconcellos, municipios...


En este sentido, la visita regia, esta sí plenamente demostrada, del monarca Alfonso IX a Tineo/Tinéu en 1222, en la que llega a estipular documentalmente que no se aparte a los peregrinos de la ruta por esta población a la que otorgaba carta puebla, ni por el monasterio de Santa María la Real de Obona, hizo que este camino prevaleciese sobre otros, los cuales estudió el historiador Rafael Lorenzo en su libro Tineo en la senda compostelana, algunos siguiendo el valle del Narcea, unos kilómetros más al sur


El Camino zigzaguea para ir ganando altura progresivamente, dado que es el que históricamente se tiene por más antiguo, asunto siempre a debate como podemos comprobar, fue denominado Camino Primitivo por primera vez en 1992, sin embargo empezó llamándose 'Camino de Santiago Astur-Galaico del interior' y similares. Realmente tenía denominaciones locales en cada tramo, más o menos agrupadas en la del Camín Real o Camín Real de Galicia (como lo eran otros) y Camino Francés, Camino Franco, Camino Francisco, etc., que era como se llamaba a todos los caminos por los que discurrían peregrinos 'francos', término este que agrupaba a todos los centroeuropeos en general allende los Pirineos


Cuando se empezó a fraguar y poner en marcha la idea de recuperar las viejas sendas xacobeas se decidió dejar únicamente de manera oficial en nombre de 'Camino Francés' al de la meseta norte (el clásico recorrido bajomedieval de Roncesvalles a Pamplona, Logroño, Burgos, León, etc.) y se decidió buscar nuevas denominaciones a los demás. Se asegura que el nombre de Camino Primitivo se puso tras aprobarse la proposición del gran filólogo gallego Ricardo Polín, gran investigador de esta ruta. Así nos lo explica Laura López en La Voz de Galicia del 12-7-2015:

"El filólogo medieval Ricardo Polín, que lleva un cuarto de siglo dedicado al estudio del Camiño Primitivo, está «indignado» con la actuación de los políticos que ahora se «apuntan un tanto» con el reconocimiento de la Unesco cuando «non só non axudaron nada, senón que ata puxeron atrancos para a súa recuperación (...) Ata poñerlle nome foi unha loita sen cuartel contra a clase política». Y ese nombre llegó en noviembre de 1992, en una asamblea en Castroverde: «Eu propuxen chamarlle Camiño Primitivo e Xosé María Gómez Vilabella, Camiño Vello», recuerda Polín. Al final, ganó el Primitivo, un nombre «que se asumiu por todos os colectivos de Galicia, salvo pola clase política»; algo muy diferente a lo que ocurrió en Asturias: «A clase política de Oviedo asumiuno perfectamente porque os asturianos sempre tiveron moi claro que o Camiño de Santiago non se explica sen o labor xeoestratéxico que fixeron os reis asturianos en plena Idade Media para contrapoñer o poder musulmán. Iso está moi asumido no saber popular, e refráns como ?Quien va a Santiago y no al Salvador, sirve al criado y no al señor?, dan mostra diso». En Galicia, la cosa cambia: «Pasaron vinte anos e as poucas delimitacións que se fixeron desfixéronse porque non hai valentía política para facer prevalecer os valores de historicidade fronte aos da especulación turística, que está ben, pero que xa virá por engadidura».

En aquellos inicios de los noventa, con jornadas, la Asociación de Amigos do Camiño, las exposiciones, visitas guiadas... todas esas acciones que se organizaron desde A Fonsagrada, Castroverde y Asturias, «asentáronse as bases para que o Camiño tivese identidade propia incluso na denominación», continúa Polín.

Juanjo Molina recuerda que fueron «recoñecendo» el Camiño Primitivo poco a poco y desde la asociación se levantó una cartografía. Además, se rescató el Hospital de Montouto, un dolmen, un menhir que estaba derrumbado y se localizaron numerosos milladoiros donde los peregrinos colocaban pequeñas piedras a modo de ofrenda: «Na Pobra do Burón mesmo hai un barrio que se chama O Milladoiro en referencia a iso».

«Non vexo nin sequera agora ningún intento de coordinación. Cada alcalde fai no seu reino de taifas o que lle peta, e onde hai problemas co Camiño, desvíano pola estrada e non lles importa nada»

Ricardo Polín

"Se non é por nós, hoxe o Camiño non existiría"

No fue fácil llegar al reconocimiento de la Unesco. Lo saben bien en A Fonsagrada, pero sobre todo lo sabe bien Ricardo Polín, uno de los mayores expertos de esta ruta, a la que ha dedicado «millóns de horas de estudo e de traballo de campo». Este filólogo medieval opina que «este caso é para analizar», puesto que, según explica, el mayor obstáculo que han encontrado en este trabajo ha sido la clase política, cuando precisamente la Administración debería liderar ese proceso. Pero aún a día de hoy «non hai control, non hai labores de policía, aínda o ano pasado se cortou unha árbore emblemática na Ponte da Chanca, pechouse o campo da festa en Carballido por onde pasa o Camiño e a pesar de comunicalo ao Concello de Lugo nin nos responderon», dice. Juanjo Molina aguarda que la declaración de la Unesco «sirva para unha protección máis eficaz do Camiño».

Sin protección no hay futuro

Polín afirma que los políticos «nunca botaron unha man en protexer o Camiño, e iso é esencial para que teña futuro». Así que «se non é por nós, hoxe o Camiño non existiría». Sobre la declaración de la Unesco, Polín afirma que siempre lo tuvo claro: «Eu intuía desde o principio que ía acabar nisto (...) Só na Fonsagrada hai cinco hospitais, e en Castroverde localizamos o de San Gabriel de Vilabade, aínda que xa sabiamos da súa existencia».

En la ciudad de Lugo «non se fixo nada polo Camiño nos últimos vinte anos e agora enriba, sen traballalo nada, cáelle unha lotería coa declaración de Patrimonio Mundial da Catedral».

También critica Polín la delimitación oficial «falseada» diseñada por la Xunta, recurrida ante el TSXG. 

Fiesta en A Fonsagrada con generales del Ejército Alemán

Los vecinos de A Fonsagrada llevan toda la vida acumulando anécdotas sobre el Camiño Primitivo aunque no haya sido hasta este año cuando la ruta ha sido nombrada Patrimonio Mundial por la Unesco. José Manuel Saavedra, Selelo, es uno de los testigos: «Hai trinta anos non se notaba tanto o fenómeno dos peregrinos porque eran poucos, viñan moitos en parellas e sempre estranxeiros, sobre todo de Europa central», recuerda.

Y una de aquellas visitas que recuerda es la llegada de una expedición de generales del Ejército alemán que hacían el Camiño Primitivo en 1992 y que fueron recibidos hasta con pancartas de bienvenida por parte de los fonsagradinos al llegar al Alto do Acevo, cuando aún era la vieja carretera.

Fue una auténtica fiesta: hubo misa, música de gaitas y tambores y hasta comida campestre. «Eran uns cincuenta e quedaron unha noite na vila. Pola noite lembro que estivemos con eles de festa nun bar celebrando a súa chegada e contáronnos que eran crentes e por iso quixeran facer o Camiño Primitivo», recuerda Selelo."


Y así, caminando y reviviendo la historia del Camino Primitivo, salimos a este claro donde, prados abajo, una línea de árboles delata el curso del río Nonaya cerca de su nacimiento en La Sierra la Cuerva, cerca de Brañamiana, parroquia de Bodenaya o Boudenaya


Es un deleite contemplar estos bosques autóctonos, en buena parte ribereños, después de tantas plantaciones industriales de eucaliptos


Se sube escalonadamente, llegamos ahora a un trecho llano de unos pocos metros que es un verdadero mirador sobre esta cabecera del valle


Podemos comprobar el importante desnivel por el que baja el río, no largo ni caudaloso pero que siempre baja con fuerza por estas cuestas hasta ganar las vegas llanas en la villa de Salas y dirigirse posteriormente a Cornellana para desembocar en el Narcea


Atravesando el concejo de Salas de E a O, el río conforma su principal eje de comunicaciones desde su mismo nacimiento, prueba de ello es que tanto el Camín Real como la carretera y la autovía discurren por este pasillo natural que forma, a muy escasos metros uno de otro


Entre los árboles, se asoman algunas casas de la carretera, ahí están las de Brañamiana o Brañameana, cuyo nombre delata su origen ganadero. Reconocemos la nave de la casería de la Ganadería Recría Xuanón


Más a lo lejos La Sierra la Cuerva o Sierra los Gayos, que se extiende al oeste de la del Viso. Un poco más abajo de aquella quintana sigue la N-634 en su continua sucesión de curvas cerradas


Es la aldea de La Peña, parroquia de Ardesaldo, etimológicamente acaso la antigua tierra y posesión de un tal Sisualdus, dueño del lugar en época tardorromana o altomedieval


Podemos darnos cuenta del gran rodeo que hace la carretera (que vemos a la derecha), con sus correspondientes y continuas curvas, respecto al Camín Real, lo que hizo que las diligencias prefiriesen el segundo en su línea de comunicación del occidente astur con la capital asturiana


El Camino se hace pista, así quedó este tramo tas las obras de la AS-63, que pasa un poco más a la izquierda y trastocó un tanto este entorno, incluyendo el trazado del Camín Real


La vegetación hará de pantalla natural en la pista hasta llegar a Porciles. Empieza ahora una nueva cuesta que no terminará ya hasta llegar a dicho pueblo


En el recuesto que nos aguarda acaso la espesa arboleda nos proporcione cierto frescor. Si bien en Asturias los veranos suelen ser bastante más suaves que en otras latitudes en época estival pueden vivirse intensas olas de calor algunos días concretos. Estemos siempre atentos a las previsiones meteorológicas y no dejemos de preguntar por ello en los albergues o donde nos alberguemos


Si bien ya no nieva como antes, en La Espina caen ocasionalmente algunas nevadas en invierno, más frecuentes son, en cualquier época, las nieblas, sobre todo según llegamos arriba, a la meseta


Ahí tenemos una buena rampa en subida recta y continua, los árboles forman un bello túnel vegetal


Un buen trecho de sombra que sin duda agradeceremos en jornadas de sol castigador


La cuesta no cesa y tras llegar a lo que nos parece el final de la subida esta continúa otro buen tramo


Al fondo, vemos el cielo, lo que habría de ser señal que no tendríamos que subir mucho más pero la subida sigue y sigue en prolongado ascenso, muy recto siempre


El suelo es de zahorra, también llamado en Asturias grijo, a sus lados crecen aquí tojos y monte bajo


El vallado a nuestra izquierda cierra la franja de seguridad de la autovía, que pasa al otro lado de este montículo


Flores silvestres de intenso color amarillo en las plantas que crecen junto a la red


Como hemos dicho, el arbolado y demás vegetación conforma una pantalla natural, visual y acústica, respecto a la A-63


Y a un repecho sigue otro o, básicamente, todo ello forma parte de lo mismo, una larga cuesta en la que se gana altura muy rápido


Ahora sí que salimos a pleno sol en una buena cuesta en rampa más


Siempre tenemos tiempo y atención para, según pasamos, fijarnos hasta en los pequeños detalles, como estas brillantes hojas del acebo, por aquí llamado acebu, carrascu xardón, con sus frutos de intenso color rojo


Bosques en las fuentes del Nonaya, al pie de Brañamiana, por aquellos prados de arriba va la carretera N-634a, con la que volveremos a coincidir para cruzarla casi al final de Bodenaya, justo antes de entrar en La Espina


Ya estamos al nivel de la autovía y seguimos subiendo, viendo el Puente del Campu las Fornas, que pasa sobre ella


Y aquí tenemos cuesta, cuesta, y más cuesta. Subirla cerca del medio día con sol y en verano es sentir todo su calor como un mazazo térmico


Pero por fin vemos las casas de Porciles, otra de las aldeas de la parroquia de Bodenaya, un poco más arriba del guardarraíl situado frente a la entrada al puente


Casi siempre en ascenso desde Salas, no mentimos si decimos que nos da una gran alegría llegar a ver las primeras casas y hórreos del pueblo de Porciles pues sabemos que, a sus pies, habrá acabado lo más duro de la subida y, un poco más a la derecha, al otro extremo del pueblo, llegaremos a la llanura de la meseta de La Espina


Se dice además que aquí estuvo antiguamente la primera iglesia parroquial de Bodenaya, bajo la advocación de la Virgen del Fresno, cuya sucesora es la ermita de San Roque, situada más allá de aquellas casas



Vamos a hacer un alto ahora para recuperar fuerzas y mirar atrás, viendo abajo el repecho que acabamos de subir por la pista junto a la autovía y, en la ladera de enfrente, la aldea de La Peña con el monte La Navariega y El Couzaltu (746 m) en la lejanía, Más a la izquierda divisamos los eólicos de La Sierra Curiscao o de la Cuerva



Y aquí Está El Couz, cuyas casas se extienden de la carretera a El Picu'l Pueblu y La Fanona, en las laderas de la sierra en las que nace en Nonaya


Y a la izquierda de El Couz, Brañamiana o Brañameana, también parroquia de Bodenaya. El río nace justo encima, en Fontenonaya y, desde su nacimiento, baja en torrente por esta empinada cuesta adentrándose en las arboledas donde recibe las aguas de sus primeros afluentes


Tras un breve reposo para recuperar aliento y observar las referencias del paisaje reemprendemos la marcha..

Pasamos junto al Puente del Campu las Fornas y seguimos de frente siempre subiendo. Aquí empieza el asfalto, en el cruce junto al puente 


La vegetación ha crecido y no llegamos apenas a ver la autovía, acometemos los últimos repechos antes de ganar la llanura de la meseta de La Espina



Árboles, arbustos y otras plantas conforman estos espesos muros verdes a ambos lados del Camino



El vallado de la A-63, a la izquierda, ha quedado casi completamente tapado por los árboles plantados, que nos separan de la caja de la autovía, que ya queda abajo. A la izquierda los altos de La Sierra Bodenaya, con su parque eólico



Esta es la parte conocida como Los Furacones. Según avanzamos hacia el occidente cada vez veremos más parques eólicos. Esta es la descripción de la sierra que nos ofrece la Enciclopedia del Paisaje de Asturias:
"Cordal interior situado en el centro del concejo de Salas, que forma parte de la sierra de Tineo y que engloba las parroquias de La Espina, Bodenaya, San Vicente y Salas. Tiene una longitud aproximada de unos cuatro kilómetros, y mantiene una dirección NE-SO. Sus límites son al norte y este la N-634 a su paso por Salas y La Espina (paralelo a la misma corre el camino de Santiago), mientras por el sur es la cuenca del río Benuco o San Vicente, un afluente del Nonaya. Sus altitudes máximas no superan los 850 m, con el Rebollín como cumbre de mayor altura (816 m). Su perfil es aplanado, y apenas destaca desde la meseta que se forma en La Espina, siendo mayores las pendientes desde el lado meridional. Zona de monte bajo y matorral, con presencia de restos constructivos asociados a a las explotaciones auríferas romanas de Ablandeda-Godán, así como la necrópolis tumular de Bodenaya."


Seguimos subiendo por la asfaltada cuesta de Porciles, un topónimo que puede hacer referencia a porcos-puercos, cerdos salvajes, esto es, el jabalí, xabalín, xabaril gochu montés. Sin embargo puede ser asimismo un antropónimo, con el nombre de un antiguo posesor, como Porcilius


A la derecha y al norte los bosques del nacimiento del río Nonaya, entre Brañamiana a la izquierda y El Couz a la derecha


Más a su izquierda el Alto Porciles (660 m), por donde sigue la carretera N-634, cerca del que pasaremos muy prontamente


Porciles queda ahora casi oculto por el bosque. A sus pies nace uno de los primeros afluentes del Nonaya, que baja a él por estas tupidas arboledas


La cuesta aún no ha terminado, todavía tenemos ante nosotros otro trecho más


Al llegar a un prado veremos ante nosotros una bifurcación, en la que habremos de ir a la derecha


Hay un mojón que nos lo indica, pero como tantas veces pasa podemos pasarlo por alto, tapado o casi por la vegetación de la vereda o por la sombra del matorral



A partir de aquí el suelo vuelve a ser de zahorra. La subida sigue pero se suaviza notablemente


Desaparecen además las barreras vegetales al separarnos de la autovía y una sebe o seto natural nos separa del prado de la izquierda mientras que una muria de piedras lo hace con el de la derecha


Evidentemente, no es caminar en llano pero el desnivel no es tan acusado y ya se vislumbra que pronto coronaremos este puerto, en el que no pocas veces imperan las nieblas, como podemos comprobar en este vídeo:



Ante nosotros, el Alto Porciles nos sirve de referencia para saber más o menos lo que nos queda para acabar la cuesta definitivamente, realmente un poco antes, cuando lleguemos a los árboles del fondo del Camino



La mayor parte de las casas de Porciles se agrupa justo encima de nosotros, en torno a la ermita de San Roque y sobre el Camín Real, lo que sería su núcleo original. Luego, más diseminadamente, se extiende hacia la carretera y el alto, en un hábitat más disperso, como pronto tendremos ocasión de comprobar




De las casas del entorno de la capilla o eremita de San Roque, apenas vemos una, que es la que divisábamos ya subiendo la cuesta desde Casa Servando. La advocación a este santo, peregrino a Roma, esto es 'romero', se atribuye a los peregrinos francos, pues era de la ciudad occitana de Montpellier, por entonces (siglos XIII o XIV) perteneciente a la Corona de Aragón


Se extendió pues por las vías de peregrinación, que discurrían por los caminos reales y similares, que eran por entonces los principales, auspiciadas por los peregrinos pero también por ser santo abogado contra las epidemias de peste, que asolaron Europa durante siglos


El mismo santo en su peregrinación romera se detuvo a ayudar a los apestados y él mismo padeció la enfermedad. Por estas razones hemos encontrado y encontraremos numerosos santuarios de esta advocación a lo largo de todo el Camino


Y bosquetes a nuestra derecha, donde el Nonaya recibe las aguas del regueiru que baja de Los Gayos de la Cuerva, que también discurre oculto en el boscaje ribereño


Son los espectaculares paisajes de la subida a La Espina, Brañameana resuena como majada pastoril, pues braña es 'pasto veraniego', que es como decir de buen clima en contraposición a los altos pastos de la Cordillera, inhabitables en invierno, cuando los vaqueiros bajaban a estas brañas menos inhóspitas en la estación fría y que en algún momento se hicieron asentamientos permanentes, sedentarios y no trashumantes. Meana, o miana, es otro topónimo recurrente, origen de apellidos, 'de el medio', esto es, la 'braña del medio'. Por otra parte Curiscao, otro nombre en esas y otras serranías, nos da esta interesante apreciación García Arias:
"Toda un serie larga de topónimos del tipo Curiscáu, La Coriscada, lógicamente con variantes del tipo Curiscada, apare cen desde el oriente al occidente asturiano. En mi opinión han de tratarse de deverbales debidos al participio del verbo CORUSCARE ‘blanquear’, ‘brillar’ por lo que, sospecho, han de referirse en muchos casos a peñas blancas o brillantes o a una superficie donde refulja el sol. Como en otra parte se hace ver, entiendo que la misma raíz lingüística, y por tanto la misma referencia al brillo (ahora de los ojos), encontramos en los términos relacionados con curuxa, uno de los nombres asturianos de la lechuza "




Más atrás van quedando El Couz y La Peña, con El Couzaltu siempre en lontananza, el topónimo parece hacer referencia a esta gran hondonada, como explica el filólogo Xosé Lluis García Arias en Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos:
"En asturiano creemos que han confluido en un mismo resultado, o próximo, palabras de dos procedencias latinas. Nos referimos a CALICEM ‘vaso para beber’, ‘tubo para conducción de agua’ y CALCEM ‘talón’ (cauce, coz) que originan las expresiones couz > coz, vivas hoy en la lengua, a veces con usos metafóricos."

Sobre La Cuerva, uno de los nombres de la sierra, que es también de un núcleo de población, otro filólogo, Xulio Concepción, en su Diccionario toponímico de la montaña asturiana, podría estar relacionado con los cuervos y otras especies como la Corvus corone, la corneja, "más pequeña y de cola redondeada", o con kor korb, palabra prerromana, 'roca, monte':
"Encaramados en aquel paisaje vistoso, se contempla una naturaleza rocosa, saliente y encorvada entre dos valles. Por la forma femenina en singular, algunos de estos topónimos tal vez exijan una raíz alusiva a la peña que destaca vistosa entre dos valles: la 'altura' rocosa sin más. También es zona de cuervos, ciertamente."

Una vez más nos percatamos del formidable rodeo de la carretera respecto al trazado más directo del Camín Real; sus continuas curvas, aunque no las vemos, las intuimos en la orografía de esta preciosa ladera en la que alternan bosquetes y praderías


Abajo del todo, como hemos comentado, los bosques de ribera ocultan al Nonaya y a sus más tempranos afluentes. No nos cansamos de admirar este paisaje. La gran cuesta desde Salas se ve compensada por estar maravillas, primero caminar inmersos en el bosque, luego la llegada al puerto con sus grandes panorámicas sobre la cabecera del valle


Según avanzamos hacia el occidente el paisaje agroganadero predomina totalmente sobre el residencial tan propio de los pueblos más cercanos a las ciudades del centro de Asturias y de la costa. De esta manera vemos grandes pastizales, naves de ganado e invernaderos en torno a las aldeas, caserías y quintanas que salpican la campiña


Antiguamente estaban abajo los molinos, a donde se bajaba a moler el maíz, trigo, escanda, mijo, centeno, etc., para hacer el pan en casa. La especialización en ganado de leche y carne del agro astur prácticamente ha hecho desaparecer los cultivos de la cultura cerealística de subsistencia, salvo el maíz pero como planta forrajera, en favor del total aprovechamiento del terreno como prado de pasto y siega o, como se decía popularmente, 'de dienta y guadaña'


Dejamos a la izquierda un camino de tierra que comunica con las casas de esta parte de Porciles y nosotros seguimos recto y de frente


El Camino vuelve ahora a estar asfaltado y se sigue subiendo. Es posible que nos crucemos con algún tractor o vehículo de servicio a las fincas, sin embargo su paso es bastante ocasional. Aquí tenemos aparcada una cuba de abono


Vislumbramos el final de la cuesta pero este parece que nunca llega, siempre hay un repecho más antes de llegar a la ya muy cercana llanura que conforma la meseta de La Espina, la cual comienza aquí, en Porciles, y se prolonga hacia el occidente por términos tinetenses


No vemos la llanura pero prácticamente la intuimos unos metros más arriba, la línea casi recta que separa la tierra verde del cielo azul, el Alto Porciles



Según subimos vemos allí alguna de las casas de la carretera, que allí llega también a lo llano en dirección a La Espina


Tres son las casas que vemos desde aquí, vamos a empezar de izquierda a derecha, de la más cercana a la más lejana


Esta primera, de planta alta y tejado de pizarra, es en la actualidad el Albergue Fontenonaya, referencia de hospitalidad, parada y fonda de peregrinos jacobitas, de la que leemos en la guía Gronze que "Es una casa de acogida tradicional y, salvo excepciones justificadas de fuerza mayor (lesiones o enfermedad durante el camino), no admiten peregrinos en Taxi, autobús, bicicleta eléctrica o que usen un transporte de mochilas."


Más a la derecha y también en la carretera, otra más pequeña, semejante a una cabaña, parece ser un antiguo fielato o puesto de recaudación de bienes de consumo de los que tanto abundaron en el pasado, a manera de aduanas interiores


Observemos en el prado cuesto que cae hacia la riega. Más arriba empieza la planicie de la denominada 'meseta de La Espina'


Más a la derecha aún y algo separada de la carretera, unos metros más al norte, destaca la blancura de la nave de ganado de el Castru, con algunas estribaciones de La Sierra la Cuerva o Los Gayos en lontananza


Y desde un poco más adelante aún veremos también la casería de Xuanón, a la que anteriormente nos hemos referido


De especial relevancia para los peregrinos es sin duda la primera casa, la del Albergue Fontenonaya, cuya fachada blanca nos sirve también de referencia y de orientación


Si bien no en el mismo Camino, podremos llegar a dicho albergue en un cortísimo desvío que encontraremos unos pocos metros más arriba, casi al final de la cuesta


Están a su cargo Nicolás "con su perrita Sedna", compañera hospitalera y peregrina. Esta es su parte de atrás, la entrada mira al otro lado a la carretera


Cuesta que se va suavizando ya considerablemente, a escasos metros de su final. Fijémonos en la franja de hierba que crece en medio del asfalto, linealmente


Un alto y esplendoroso castaño nos proporciona aquí excelente y buena sombra; fijémonos en el surco de la cuneta, por donde bajan las aguas sobrantes de las lluvias


Más castaños aquí, tal vez restos de los que antes jalonaban todo este trecho, como solía ocurrir en los caminos más antiguos


Ya casi caminamos en llano y nos acercamos a dicho cruce, muy a tener en cuenta, situado donde están los siguientes árboles


El Camino hace un poco de curva a la derecha y empieza a llanear al pie de los prados donde pasta el rebaño de vacas roxas



Aquí mismo lo tenemos, justo enfrente de nosotros, nada más pasar estos árboles



El Camino, como podemos observar, fue ensanchado en su momento para permitir el paso de maquinaria a estas fincas. Serían prácticamente los únicos vehículos que nos podríamos encontrar en este tramo



Si esto ocurriese deberíamos detenernos un instante y arrimarnos bien para dejarlos pasar, sobre todo si son voluminosos, tipo tractores, remolques, etc.


Atención pues he aquí el cruce o bifurcación al que antes nos hemos referido para ir al albergue o para continuar camino


A la derecha se va al Albergue Fontenonaya, llegando primero a la carretera N-634a y yendo luego a la derecha


 Y a la izquierda sigue el Camino, subiendo hacia la casería que vemos prado arriba


Nos espera pues aún un poquito más de cuesta, ahora sí que serán los ultimísimos metros de subida...


Señales del Camino y hacia el albergue, que aquí se bifurcan



Y aquí ya POR FIN la 'última cuesta', el Camino a partir de ella será bastante llano hasta la población de La Espina, con únicamente una ligera subida al llegar a la iglesia de Bodenaya, a medio camino prácticamente


El Camino hace una curva a la izquierda y salva el corto desnivel existente en este lugar


Subimos 'a sol y sombra'; zarzas y ortigas lo flanquean a ambos lados


Y aquí tenemos el repechín final, también bajo los árboles


Aquí salimos al camino ahora que comunica Porciles con la carretera


Camino asfaltado y llano, en el que iremos a la derecha. Atentos a las señales pues suelen ponerse enfrente, en la zona más sombría


Señalización artesanal. No pocas veces los vecinos, u otros peregrinos, hacen señales artesanales que evitan errores y extravíos en cruces como este


Flecha amarilla, ya muy desgastada, pintada en una pizarra, entre la hiedra


Ahora podemos cruzarnos, además de con vehículos agrícolas, con los coches de los pocos residentes en la zona, cuyo paso es asimismo muy ocasional por lo común


Realmente hay aún una muy ligera cuesta, inapreciable ya con todo lo que llevamos andado, hasta la casería que antes veíamos desde abajo, desde la bifurcación: hacia ella nos dirigimos


Y es que el Camino ya prácticamente llanea entre prados y algunas arboledas

Fijémonos, según nos acercamos, en el tejado de la vieja cuadra de la casería


Es de tejado de teja árabe, pero en las aristas o ángulos laterales se refuerza con una línea de llousas de pizarra



Un picudo moño de piedra remata el vértice superior. Este tipo de construcción lo veremos en más lugares a lo largo del Camino a partir de aquí


Si bien, como hemos dicho, suelen pasar pocos vehículos y es posible que no nos topemos con ninguno, estemos pendientes de ellos sobre todo en esta curva sin visibilidad


La cuadra es de piedra y aún conserva algo de su antiguo revestimiento impermeabilizante, como muchos edificios antiguos. Fijémonos en la pequeña flecha amarilla pintada en la esquina, a la derecha


Y este es el portón del garaje, a continuación está la vivienda


Luego la que parece la casa vieja, también con la estructura de teja y pizarra semejante a la de la cuadra que acabamos de ver. A su lado hay un hórreo de corredor; entre ambos y la entrada a la casa nueva hay una corrada o corralada, hormigonada, donde el perro guardián vigila la quintana


El Camino sigue de frente, ya totalmente en llano a la izquierda de la vieja casa, cuya escalera de piedra se cubre de hierbas


Hemos llegado ya a la meseta de La Espina, unos metros más adelante irá apareciendo ante nosotros toda la gran llanura hacia Bodenaya


Y desde la muria de piedras contemplamos el hábitat diseminado de El Alto o L'Alto Porciles (672 m), con las casas de la carretera


A la izquierda tenemos la Casa Cinco Robles, dedicada al turismo rural, junto a Embusastur, a su derecha, empresa de embutidos asturianos y, al norte, La Sierra la Cuerva


En la carretera el Albergue Fontenonaya; su entrada se hace, recordamos por la N-634. Justo debajo de nosotros se aprecia el camino que se dirige a la carretera, que hemos dejado atrás en la bifurcación, desde donde se va al hospedaje. Más allá, en El Castru, está la casería Casa Nueva, dedicada al turismo rural. El Castru es un topónimo con evidentes resonancias castreñas, quizás algún asentamiento de vigilancia sobre este puerto y sus caminos ancestrales, paso natural hacia la llanura de La Espina. Aunque, sin embargo, no han sido localizadas en el lugar señales de aquel posible asentamiento, al menos de momento


Una gran letra 'A' amarilla pintada en su fachada blanca identifica al albergue en la distancia


Y aquí tenemos la gran llanura, jalonada por algunas suaves lomas, que conforman la célebre meseta de La Espina


Destacan, al oeste, las estribaciones de La Sierra, ya en términos de Tineo/Tinéu, El Concechón, el 'concejo grande', por su gran extensión. En lontananza, a la derecha y al norte-noroeste es el Alto Bustel.lán (1.025 m) que llega al también vecino concejo de Valdés


Un enorme parque eólico, cuyos altos y blancos aerogeneradores blancos se distinguen bien en la distancia, domina toda la serranía, bajo ellos es la bajada a la costa por el valle del río Brañal.longa, comunicación secular con la costa valdesana por la cuenca del río Esva


 Allí La Pena'l Gayo (1.010 m) señala dicha frontera tinetense-valdesana en zona de brañas vaqueiras, antiguas poblaciones ganaderas trashumantes que pasaban aquí el invierno para en verano subir a los grandes pastos de los puertos de la Cordillera, principalmente Somiedo y Babia


Delicioso paisaje de murias hechas de piedras sueltas, algunas muy antiguas sin duda, que delimitan las fincas y las separan de los caminos de la pradera


Más cerca, la suave loma, de grandes fincas y casas diseminadas por su campiña, del monte Los Gayos (706 m), sobre las llanadas de Las Palmeras y Las Reguerinas, al otro lado de la carretera y muy cerca ya de La Espina, de se encuentra El Brañuetu, otra referencia de braña vaqueira, de ahí branu 'verano', latín veraneam


Un poco más a la izquierda y más allá de estas casas de L'Alto Porciles, se reconocen, ya al final de Bodenaya, Las Casas d'Arriba y, a continuación, las de La Espina, algunas de ellas edificios de pisos


Un poco más arriba, las de La Preda o La Pereda, al pie del pico de este nombre (943 m), el primero de La Sierra, también conocido como Las Ourales, seguido del Altu la Degol.lada (pronunciar "degotsada") y Brañugas (1.046 m)


Por sus laderas meridionales, las de la derecha, continúa el Camino Primitivo hacia la capital del Concechón. En medio de la llanura asoman algunos tejados de Bodenaya, la cabeza de la parroquia y, un poco más al oeste, algunas naves del Polígono Industrial El Zarrín, cerca de Las Muechas y La Charca la Molina, vinculada a explotaciones auríferas astur romanas y donde se dice estuvo la 'ciudad maldita de Remolero' que, según la leyenda, quedó sumergida bajo las aguas en castigo a sus habitantes, que no acogieron a unos peregrinos


En esta misma meseta fue donde el coronel Teijeiro perdió en la Guerra Civil el mando de las tropas nacionales que, procedentes de Galicia y por ello llamadas las columnas gallegas, confluyeron en La Espina, una desde la costa y otra por el interior, cuando intentaban socorrer a las asediadas tropas de Aranda en la capital asturiana a finales de agosto de 1936


Dado que primera vez las fuerzas republicanas tenían apoyo aéreo, eso se hizo notar en aquel avance, obligándole a parar e estos parajes, aunque solo fuese brevemente, ante Salas, pero lo suficiente para que el general Mola le diese el mando de las dos columnas a otro militar, el teniente coronel De Miguel



Casi exactamente cien años atrás, en octubre de 1836, fueron las partidas carlistas de Sanz las que sufrieron una derrota en Salas, al intentar invadir la capital asturiana por el occidente


 Son estos los tan disputados desde siempre, caminos de La Espina, donde en 1277 se firmó una carta de hermandad entre el concejo de Avilés y las pueblas de Salas, Pravia, Grado/Grau, Somiedo, Tineo/Tinéu y Allande en lo que constituyó la primera federación de concejos de Asturias



La Espina, dice el Diccionario Geográfico de Asturias. Ciudades, Villas y Pueblos, "pasó de ser una braña de los vaqueiros de alzada", los ganaderos trashumantes del occidente astur, "a ser un pueblo de población fija", algo que podría extenderse a estas aldeas de sus alrededores, aunque las brañas vaqueiras propiamente dichas están situadas en sus mismas cercanías y es que "figura en la ruta del camino interior de Santiago a su paso por Salas y también dentro del itinerario vaqueiro de los ganaderos trashumantes asturianos que en primavera se trasladaban con su ganado al puerto de Somiedo", en los pastos comunales de la Cordillera



En La Espina, un término que, geográficamente suele englobar, además de la población y su parroquia, todas estas de su meseta al occidente de Salas, se cruzan pues los caminos de este a oeste con los del norte al sur


Aquí cruzamos y seguimos de frente por el camino que continúa bajo estos árboles que tenemos enfrente


Hay un mojón, pero puede quedar oculto en la umbría de los árboles, o tapado detrás de un contenedor verde, fijémonos


Ahí lo tenemos, y en él se han pintado no una sino dos flechas para que nadie se lleve a engaño. A continuación veremos una llamativa estructura metálica que puede recordarnos a una marquesina de autobús pero que es una especie de refugio habilitado para los peregrinos


Dispone de una plataforma sobre el suelo y de un banco, una pared que proporciona algo de resguardo y una cubierta plana a manera de techo. Lo cierto es que invita a detenerse un instante


Desde aquí observamos de frente la verde y llana pradería de esta parte de Porciles, donde se conservan las viejas murias de cierre de los prados


Bodenaya, junto con otras parroquias de los alrededores formó parte del Ayuntamiento de La Espina, que existió efímeramente durante el Trienio Liberal (1820-1823), no volviendo a plantearse nunca más su constitución


Viendo estos pastos no puede dudarse, como también dice el Diccionario geográfico de Asturias, que esta zona "puede considerarse uno de los núcleos en los que se concentran alguna de las mejores ganaderías de leche de la región."

Grandes rollos de hierba empacada aguardan por su transporte, antes de ellos en las caserías eran características las facinas o varas de yerba

Muy en la lejanía y a la izquierda de La Sierra, reconocemos las planicies alomadas de La Sierra la Curiscada, que será otra de nuestras referencias visuales y geográficas en nuestro camino por tierras tinetenses

Vacas frisonas, productoras de leche. Un poco más adelante, entre los árboles, se reconoce alguna de las primeras caserías de Bodenaya, la cabeza de la parroquia

La carretera, El Castru y sus naves de ganado. En la primera edición, del año 1970, de la Gran Enciclopedia Asturiana se describe los usos ganaderos imperantes por entonces:

"En la variedad del valle, la estabulación del ganado bovino es invernal, excepto en los días buenos en que pasta en los prados de propiedad particular. Lo mismo ocurre durante la primavera, efectuándose el pastoreo directo, no sólo en los prados, sino también en los rastrojos y límites de las tierras de labor. Durante el verano y el otoño, aprovechan el retoño de los prados segados, que sólo se han cortado para henificar una vez, dejando algunos sin pastar para efectuar un segundo corte que consumirá en verde el ganado como suplemento invernal del pastoreo. La alimentación invernal del establo consiste en heno y nabos, más un complemento para las vacas de leche, a las horas de ordeño, de un kg. de harina de maíz o salvado. La variedad de montaña vive en perfecto acuerdo con el sistema tradicional. Estabulado durante los meses invernales, a principios de marzo comienza a salir al pasto el ganado de recría, así como las vacas que no estén en periodo de gestación. En cambio, hasta principios de abril no salen las vacas paridas para aprovechar el retoño de las praderías."

A nuestra izquierda dejaremos otro de los puentes sobre la autovía, en Las Canteras, viendo más a lo lejos las peñas de Las Penonas (773 m), en La Sierra Bodenaya

Nosotros avanzamos siempre de frente y en recto, en dirección al oeste, atravesando esta parroquia de Bodenaya

El paisaje contrasta de manera evidente con las cuestas y repechos de la subida desde Salas a Porciles. Luego, a continuación de La Espina, aunque hay algunas subidas y bajadas por las faldas de La Sierra, estas no serán demasiado pronunciadas hasta el último recuesto hacia San Roque, en los arrabales de la villa de Tineo/Tinéu

La Sierra, vista desde aquí, con la forma cónica de Las Ourales y El Picu la Preda, sigue dominando el paisaje sobre la meseta de La Espina y nos guía como un gran hito o mojón caminero, tal y como debió hacer con los peregrinos de antaño, que tuvieron, en la población, su hospital de acogida, como los arrieros tuvieron su venta caminera y los vaqueiros su parada en su trashumancia de las brañas

Tenemos ahora, durante un trecho, la A-63 a nuestro lado y, en la lejanía, La Curiscada, cuya cota más alta es de unos 757 m., si bien, dado que estamos ya nosotros a una considerable altura respecto al nivel del mar, unos 620 metros, en nuestra perspectiva no reparamos en su altitud. En su loma aplanada existió un aeródromo que, en la década de 1980, fue reaprovechado como pista para helicópteros y aviones de los servicios contraincendios


Más allá de las lomas a la derecha de Las Casas d'Arriba Los Gayos o Los Gayos de la Cuerva (706 m), se abre un profundo valle, el del río Brañal.longa, que ofrece un paso natural hacia la costa al dar sus aguas al Llorín, formando parte de la gran cuenca fluvial del Esva que, vía Trevías desemboca en La Playa Cueva, concejo de Valdés, siendo cruzado poco antes por el Camín Real de la Costa, actual Camino Norte de Santiago, en Caneiru


No pocos peregrinos, si las condiciones meteorológicas de las montañas no ofrecían garantías de buen paso, decidían desde La Espina bajar a la costa a probar suerte para continuar su peregrinación. A su vez, los peregrinos de los caminos costaneros, hartos del peligroso y caro pasaje de las rías, las remontaban buscando mejores pasos por el interior si el clima era benigno y lo permitía. De esta forma, se formaba toda una red de caminos, de norte a sur y de este a oeste que, en base a los principales, ofrecía toda una gama de posibilidades para continuar ruta


No es de extrañar que en La Espina "uno de los más conocidos puertos interiores asturianos por ser obligado punto de comunicación entre el centro y el occidente. Cruce de rutas", como dice el historiador Luis Antonio Alías en su libro El Camino de Santiago en Asturias. Itinerarios, haya tenido, no uno sino "dos hospitales de peregrinos. Uno dependía del propio obispado compostelano, probablemente fundado con los bienes que Alfonso III, en 883, donó a la basílica del Apóstol" y, si bien mucha documentación altomedieval está en entredicho al ser interpolaciones posteriores, lo cierto es que, bien documentadamente, "según noticia de 1268, el administrador debía entregar anualmente cuatro bueyes al arzobispo compostelano"


Sin duda entonces, los peregrinos que por aquí pasaban, además de avanzar con paso resuelto por esta llanada, apurarían dicho paso con alegría al saber de la cercanía de aquellos buenos centros asistenciales. El otro hospital, el de San Pedro Apóstol, habría sido fundado en el siglo XVI por Fernando de Valdés Salas, ilustre salense influyente en las cortes de Carlos I y Felipe II que llegó a ser arzobispo de Sevilla e inquisidor general, del que mucho hemos hablado en la Colegiata de Salas, otra de sus fundaciones, en su casa familiar del Palacio de los Valdés Salas y en el edificio histórico de la Universidad de Oviedo, también de su fundación


Caminos de peregrinación, de arriería, y también de leprosería, pues en Salas existió la malatería o albergue de leprosos de Nuestra Señora del Baçar o de los leprosos de Bacal, que dice Alías, el cual estuvo exento de tributos por privilegio de Alfonso IX, "quien cazó osos en los ricos montes del concejo y peregrinó hacia Santiago por caminos tinetenses", mantenido hasta Carlos I, "según tiene constancia la Casa de Alba, cuyo duque heredó la casa de Salas y, con ella, el patronato de la malatería". Tal es el elenco de fundaciones hospitalarias que, unido a la existencia de La Venta, cuyo edificio se conserva, muchas veces se confunden entre sí, como explicamos en la entrada de blog dedicada a La Espina


Una casa, a la derecha del Camino, tiene una pequeña finca en la que pasta el ganado menudo, la reciella, las ovejas


Una bella estampa rural ante la que se detienen no pocos peregrinos


La cría nos observa al vernos pasar


Las gallinas poco más allá, en el gallinero


Un poco más adelante, una mata de pinares y, a la izquierda, otra de arbustos, que hacen de pantalla natural, acústica y visual, ante la cercana autovía


Como los romeros jacobitas de antiguamente, el peregrino avanza sin duda entusiasmado pues, hoy como ayer, no son pocos los albergues que proporcionarán parada y fonda a los sufridos caminantes que acaban de superar la prueba de la gran subida desde Salas


Uno de ellos ya lo hemos dejado atrás, el de Fontenonaya, en Porciles, pero de aquí a La Espina hallará varios más, por eso camina a buen ritmo, deseoso de disfrutar de su ya muy cercana hospitalidad


Uno de ellos está aquí, en Bodenaya, fundado por Manuel Alejandro González Flores, Alex Camino, allá en el año 2005, pionero de los albergues de acogida tradicional y de los albergues privados en general en el Camino Primitivo cuando, todavía por entonces, no eran aún muchos los peregrinos que por aquí pasaban y, los que lo hacían, solían ceñirse a aquellas etapas 'clásicas' de las guías de entonces, por eso, a su libro, publicado en 2021 y en el que recoge buena parte de sus vivencias, lo tituló Bodenaya. Un sueño en el Camino de Santiago





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