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martes, 26 de julio de 2016

EL FRANCO: CARIDAD CON LOS POBRES Y LOS PEREGRINOS (ASTURIAS)


Una de las cruces del artesano Jesús Trabadelo que marcan el Camino Norte
El Camino entra en El Franco por la parroquia de Castello

Los peregrinos entran en el concejo de El Franco viniendo de Coaña por la aldea de Castello, parroquia de Miudes. El Camino Norte de Santiago es aquí recto y llano, pasando junto a prados y tierras de labor, muy cerca del mar y de las playas, paisaje característico de la rasa costera, franja llana y paso natural aprovechada por todos los caminos, desde la más remota antigüedad a nuestros días, el viejo camín real, llamado en algunos tramos Camín del Pellegrín, la carretera, el ferrocarril, la autovía... un amplia llanura litoral entre los arenales y acantilados hasta las cercanas sierras costeras


Es en lugar de A Terra, zona de casas unifamiliares y algunos chalets. El topónimo Castello está evidentemente relacionado con castillos, castros o más seguramente el antiguo castillo de Aguilar, en la cercana costa, desde el que allá por el siglo X conde Vélaz mantendría a raya a los normandos y ejercería su feudalizante poder entre el Navia y el Eo, como centro de sus dominios en "la expansión de Britonia", la antigua diócesis bretona ansiada por las mitras asturiana y gallega. El castillo tal vez formase parte de la red defensiva costera creada por Alfonso III El Magno o fuese de fundación particular, pero estaba vinculada al por entonces importante monasterio de Santa María de Cartavio, origen de litigios y hasta de falsificación de documentos, por el que la Iglesia catedralicia ovetense de San Salvador, bajo el mandato del obispo Froilán, se hizo con un extenso territorio previo litigio con los herederos del conde y sus sucesores, posesores del convento y sus tierras


Así, en Castello, el historiador franquino Marcelino Fernández y Fernández, ya en 1898 en su libro El Franco y su concejo, vinculaba este solar de Castello con el castillo de Aguilar, que habría estado en la órbita real, pues habría sido parte de una gran donación en 1174 de Fernando II y su esposa doña Urraca al obispo ovetense de por entonces, don Gonzalo, que le había ayudado en las guerras de Extremadura. Un par de décadas antes, el padre de Fernando II, Alfonso VII, había dirimido las disputas diocesanas 1154 por la vieja britonia en el río Eo, renunciando las mitras lucense y ovetense a a lo que tuviesen o aspirasen a tener ambas más allá del citado río respectivamente


Marcelino Fernández, que publicará el artículo El Franco en la obra Asturias de Octavio Bellmunt y Fermín Canella, informará no de uno sino hasta de tres castillos en este término: Castello, Castellón y Revellón. El gobierno del territorio eonaviego se ejercerá desde otro, el de Suarón, de enigmático emplazamiento y donado por Alfonso VII al prelado ovetense en ese año 1154. hasta que hacia 1275 se crea la Pola de Rovoredo, cuando Alfonso X El Sabio busca sustraer influencia a los señoríos locales, como todo este territorio de obispalía, fundando poblaciones aforadas libres de vasallaje y que le rindiesen solo cuentas directamente a él, a la corona


Pero muerto el rey el prelado contraataca, crea su propia puebla al lado mismo, la de Castropol, lo que supone el abandono de Rovoredo (hoy es la aldea de Reboledo), y será la nueva pola castropolense el centro de este gran dominio, por entonces llamado Tierra de Ribadeo (aunque no incluye a la actual Ribadeo gallega), el cual pasará a ser el gran Concejo de Castropol cuando en el siglo XVI se produzca la desamortización de Felipe II, por concesión del papa Gregorio XIII para ayudarle económicamente en las guerras de religión, y deje de ser tierra de obispalía


Y seguidamente en 1583, el comisionado del concejo y villa de Sueiro, Diego García de Valdepares, consigue la redención del que pasará a llamarse concejo de El Franco, al conseguir la franquía o libertad administrativa, no solo de la Iglesia sino también de Castropol, pasando a ser pues territorio franco, y llegando a ostentar en su escudo el lema "Franco por el rey libre por su ley". Asó lo explica la Gran Enciclopedia Asturiana:
"En efecto, el 13 de marzo de 1583, el contador de S. M. don Tristán de la Torre firmaba ante don Diego García de Valdepares, comisionado por el pueblo o villa de Suero, Sueiro, un documento, llamado Asiento Real, por el que dicho concejo quedaba redimido de la jurisdicción episcopal, así como de cualquier lazo que pudiera mantenerlo aún de jure a Castropol (...). La posesión del concejo se efectuó en 1584, ante el escribano de S.M. don Pedro Galván. La leyenda que hoy campea en el escudo del municipio: "Franco por el rey, libre por su ley", es probablemente fruto del entusiasmo con el que los responsables del concejo de Suero, Sueiro, acogerían la franquía que el Asiento Real les otorgaba para ser libres. Y creemos que la emancipación del municipio pudo ser también el determinante principal, sino el único, de la adopción oficial por el mismo, del nombre con el que hoy se le conoce..."

Al sur el Monte de Santa María (271 m) y los cordales costeros de Monte Grande, con El Farineiro (363 m). el Aldo da Vara o d'Abara (451 m), frontera con Coaña, Fonteveya (424 m), El Cuadramón (466 m), todo con sus eólicos


Y por allí va la trinchera del Estratégico, la antigua denominación del Ferrocarril Ferrol-Gijón, cuyo proyecto se aprobó en 1886 con la idea de ser eso, un tren estratégico de interés militar entre las fábricas de armas asturianas y los astilleros y puerto de la armada ferrolanos, que no fuese visto desde la costa para no ser bombardeado por barcos enemigos (se pensaba fundamentalmente en estadounidenses a causa del agravamiento de las cosas en Cuba), en un momento en que aún no existía la aviación. El proyecto se demoró grandemente durante casi un siglo, pasando a ser de pasajeros y mercancías y avanzando paso a paso. Cuando se inauguró el último tramo, en 1972, precisamente este de Luarca-Vegadeo), hasta el tren estaba quedando relegado en favor de los transportes por carretera


Más allá asoman un poco algunos paneles de señalización de la Autovía del Cantábrico (A-8), que si bien no tardó tanto como el ferrocarril, so construcción fue también una epopeya, siendo además asimismo este uno de los últimos tramos abiertos, el Navia-Tapia, el 4 de febrero de 2012


Más cerca, y también al sur a nuestra derecha, Miudeira, otro de los lugares o barrios de esta parroquia de Miudes, que llegó a ser concejo independiente unos años, durante el Trienio Liberal (1820-23), con capital en Revellón, solar de uno de los antiguos castillos, y que comprendía también las parroquias de Cartavio, Arancedo y A Braña. Hasta el siglo XVIII una parte de Miudes, el coto de Boymouro sí era un enclave señorial, perteneciente al marqués de Santa María de Villar, famoso por su herrería

Y en lontananza más montañas litorales: El Pico del Anguileiro (224 mts.) y Montarrondo (276 mts.)


Y a nuestra derecha, al otro lado del prado, la otra gran vía de comunicación mencionada, la N-634, a veces llamada antaño A carretera da Coruña, o A carretera nova a Oviedo. De frente tenemos el Hotel-Restaurante Lombó


Llegaremos al cruce con la carretera local FR-5, en la que iremos a la derecha, hacia el citado hotel


Pero antes vamos a ver un elemento muy representativo de la señalización del Camino Norte por la zona más occidental de Asturias y que también veremos en alguno de los concellos gallegos del camino, como Trabada (Camino Norte Histórico) y Vilanova de Lourenzá: una de las grandes cruces de Santiago instaladas jalonando el recorrido, e instaladas con la recuperación y señalización del Camino en 1993, obra del artista Jesús Trabadelo, de A Caridá o La Caridad, la capital franquina, hacia donde nos dirigimos. Así nos lo explican en el sitio web de información general; El Franco:
"Existe en este municipio una Asociación Jacobea, en la que D. Jesús Álvarez Valdés, ya fallecido, fue un pilar muy importante al dedicar gran parte de su tiempo y trabajo a la recuperación del Camino de Santiago a su paso por el concejo de El Franco. Otro vecino, D. Jesús Trabadelo González, artesano, dedica un gran esfuerzo a la señalización de este Camino, con unas señales típicas y artesanales que no se encuentran en ningún otro municipio, al mismo tiempo que fabrica en madera bastones de peregrinos, con la peculiaridad de ser instrumentos musicales de características similares a la flauta, poseyéndolos personalidades muy importantes del mundo de la cultura, el arte, la política..."

Y un elemento caminero que podríamos calificar de histórico ya en la señalización del Camino Norte en la franja costera asturiana: nosotros, insistimos, vamos a continuar en este caso por el itinerario señalizado oficialmente, a la derecha, pero existe otro trazado histórico, si bien no marcado actualmente como tal trazado oficial, que discurre un poco más al sur


 En la tapia blanca del fondo, ya casi borrados, aparecen los topónimos que jalonan ambas rutas, con una cruz de Santiago  en medio:


A la derecha son los de las localidades del camino oficial actual, junto con la llamada en la actualidad Variante de Tapia (pinchar aquí), y la posibilidad de ir a Vegadeo/A Veiga o a Ribadeo para pasar a Galicia

Y a la izquierda los pueblos de esa ruta interior: Miudes, San Juan y Sueiro en este concejo de El Franco, y luego A Roda en el del de Tapia. Esta parte, si no han cambiado las cosas desde la última vez que pasamos, no está señalizada hasta llegar a Tol, donde se enlaza con el actual camino oficial (pinchar aquí), que nos ofrecerá a su vez otras tres variantes: 

1) la posibilidad de ir a Ribadeo por Figueras/As Figueiras y pasar A Ponte dos Santos sobre la ría (o concertar pasaje en barca como los peregrinos de antaño)

2) Ir a Castropol, donde habría que pasar la ría en lancha de pasajes (concertar antes), o ir a Figueras/As Figueiras por senda ribereña desde El Esquilo

y 3) Seguir el Camino Histórico del Norte hacia Vegadeo/A Veiga, cruzando por Abres el Eo (Ría de Abres) y por Trabada y Val de Lourenzá llegar a Mondoñedo


En este momento, resumiendo, hemos de decir en honor de la verdad, que pasado Porcía la inmensa mayoría de los peregrinos va por la Variante de Tapia. Otros van por Tol hacia Figueras/As Figueiras, muy escasos toman el rumbo de Castropol, y un número creciente toma el camino histórico. El tramo que nos ocupa, el que a partir de aquí va a la izquierda, hay que confesar que prácticamente ha caído en desuso, pero puede ser interesante, sobre todo para peregrinos o senderistas avezados y que ya conozcan las rutas señalizadas oficiales y variantes, explorarlo. Para ello adjuntamos la explicación que da de él el citado sitio El Franco, pues ya podría tomarse incluso desde más atrás, desde Cartavio, en Coaña, si bien tampoco señalizado:
"Para orientarnos mejor, debemos situarnos en la zona de Cartavio llamado Campa da Feria; a este lugar llega el Camino de Santiago por el concejo de Coaña, pero en todo este concejo no está señalizado dicho Camino. Aquí, en este Campo da Feria y mirando al norte, se ve un camino a la derecha y otro a la izquierda, este último va al lugar denominado Xonte, Pedregal, entra en el municipio de El Franco y se dirige, casi en línea recta a la iglesia parroquial de Miudes. El camino que va por la derecha conduce casi en recto al lavadero de Cartavio y al puente de la vía de ferrocarril Ferrol-Gijón; aquí es donde empieza a estar señalizado por todo el territorio de El Franco, entrando en este concejo al cruzar el río de Xonte, en la zona denominada Vidureira, continuando hasta la carretera de Miudeira en Castello, lugar en que, según la información que allí se puede ver, por la derecha se dirige a La Caridad, por la carretera general 634, al albergue situado en esta villa. Por la izquierda, nos conduce, por la carretera de Miudeira, hasta el cruce de este pueblo, donde también se toma por la izquierda al río Da Veiga; se continúa camino adelante unos 500 metros, y al llegar a otro cruce, nos encontramos con el camino de la izquierda que viene de Cartavio por el Pedregal, que nos lleva por la derecha, en este cruce, casi en línea recta hasta la iglesia parroquial de Miudes. 
A partir de la iglesia de Miudes, el camino continúa por el palacio de los de Castropol, coge a la izquierda por la carretera de Miudes, capilla de Santa Eulalia en Revellón, las Quintas, Paraxúa, Godella, Piantes y sube hasta la capilla de Santiago en Villar. Desde Villar continúa al Campo da Mula, capilla de Santa Ana de Cerredo, Nenín y hasta la iglesia de San Juan de Prendonés"

Comentadas todas estas alternativas, que van multiplicándose al llegar a la Ría del Eo o de Ribadeo (hay polémica con el nombre como veremos al llegar allá), vamos a seguir la flecha amarilla de esta Cruz de Santiago, que nos indica la dirección que vamos a seguir, a la derecha en este caso, insistimos, siguiendo las señales oficiales


Por si acaso, al otro lado otro cartel indicador nos lo indica


Salimos a la carretera N-634, muy cerca de las playas, y proseguimos a la izquierda


Otra cruz en la encrucijada nos lo indica también


No es necesario cruzar, pues además es peligroso, podemos seguir el arcén izquierdo, pasando enfrente del hotel y casa de comidas


Seguimos la flecha amarilla y salimos d Castello por la recta de Arboces. Ya en 1994, en el libro El Camino de Santiago por Asturias. Topoguía 2. Ruta de la Costa, se dice así:
"El tramo comprendido entre Esteler y La Caridad presentaba en el momento de su reconocimiento un desigual estado de conservación, siendo frecuentes los segmentos desdibujados e incluso perdidos, aunque su recuperación fue propuesta, de no haberse llevado a cabo, es aconsejable salvar esta distancia por el arcén de la N-634"

Pasamos sobre un arroyo, que no veremos oculto por la vegetación y la propia carretera, el río de Castello, que desemboca en la playa homónima, y entramos en Arboces, que pertenece ya a la parroquia de A Caridá, la población capital de El Franco. El hábitat es relativamente disperso, si bien las casas se concentran mayoritariamente a lo largo de la carretera y en torno a los caminos que salen de ella


El 11 de noviembre de 1726 durmió en un antiguo mesón caminero de Arboces el peregrino francés, picardo para ser exactos, Guillaume Manier, que como otros muchos había hecho el camino actualmente llamado francés para ir a Santiago, y regresaba por este, para ir a ver las reliquias de San Salvador de la catedral ovetense. Una peregrinación que plasmó diez años después en su obra El Voyage d'Espagne. A pesar de todo parece que más como treta que como verdadera piedad religiosa. Así escribe de ello Ignacio Iñarrea Las Heras de la Universidad de la Rioja en La peregrinación xacobea como excusa
"En agosto de 1726, Guillaume Manier, sastre francés de 22 años, natural de Carlepont (Picardía), decide emprender, en compañía de otros tres jóvenes de su mismo pueblo, una peregrinación con destino a Compostela. Los motivos que le llevan a ello no son precisamente muy piadosos, ya que trataba con este viaje de eludir la responsabilidad de pagar una deuda. Así lo reconoce desde un principio: 
Dans ce temps, de fréquentes demandes que mon capitaine me faisait pour aller payer des billets qu’il m’avait fait faire, ne me voyant pas en état d’y pouvoir satisfaire si tôt, me firent prendre la résolution de sortir du pays. Et comme l’arrivé de ces petits pèlerins de Saint-Claude, avait donné envie à quelqu’un d’en faire un plus long voyage, nous nous sommes trouvés à trois du même sentiment pour aller à Saint-Jacques, en Galices, et, pour cet effet, avons pris les mesures pour cela 

(... ) La continuación del viaje de Manier, una vez terminada su estancia en Compostela, le llevó hasta Asturias. Allí pudo conocer Oviedo, importante etapa de la peregrinación jacobea, aunque también tiene su propio interés como lugar de culto la catedral de San Salvador, por el valor de las reliquias que se conservan en su Cámara Santa


Atentos al cartel señalizador: poco andamos por el arcén, pues ahora nos desviamos de la carretera a la izquierda, pasando junto a la empresa de maquinaria agroganadera y jardín de Hermanos Fernández


Seguimos toda la nave del almacén y al fondo torcemos a la derecha


Da la sensación que desde el cruce de la primera cruz de Santiago hasta aquí se hubiese perdido el trazado del camino que cruza el río Castello, pues este tramo a partir de ahora viene a ser su continuidad


Al lado de la casa, empieza un poco de cuesta


Pronto volvemos a llanear. Ahora hay una capa de asfalto, pero tal vez este sea el mismo camino pisado por Manier, de quien también dice así la Xacopedia:
"Peregrina a Compostela en 1726, a los veintidós años de edad, con otros tres compañeros: Antoine Delaplace -apodado Delorme-, Antoine Baudry -apodado La Couture- y Jean Harmand. Su relato, realizado diez años después de su peregrinación, es un enorme fresco donde se manifiestan todas las dificultades, costumbres y acontecimientos que vivía un peregrino en el siglo XVIII. Al igual que otros jóvenes peregrinos de su siglo, como Jean Bonnecaze y, sobre todo, Nicola Albani, a Manier le empuja la voluntad de ver mundo, en un viaje donde se aúnan devoción, picaresca y ansias de aventura. Manier, huérfano, pone también tierra por medio ante ciertas deudas contraídas en la milicia con su capitán. Prepara bien su partida, con el apoyo de su párroco, vende un terreno a un pastor por 75 libras y encarga un bordón a un carpintero diez días antes de ponerse en Camino. Este bordón terminará sus días en Burgos, partido sobre las espaldas de uno de sus compañeros, como consecuencia de una de las frecuentes riñas que les hacen marchar unidos y más tarde separados"

Guillaume Maunier, cuando por aquí pasaba, aún estaba traumatizado por el reciente paso de la Ría del Eo en las endebles caras y atestadas barcazas de entonces, una experiencia de la que hemos hablado en otras ocasiones, que hoy no nos causa sensación gracias a la existencia de puentes y/o embarcaciones seguras, pero que por entonces era causa de desazón entre los peregrinos de la costa:
Ves las espantosas olas del mar lanzándose en el aire, que parece que te están amenazando con el desastre, unidas al terrible ruido que hacen; que dan un movimiento a la barca donde tú estás y hunde el bote entre dos olas, como si descendiera a un precipicio. Luego, cuando piensas que estas olas te engullen, otra te hace remontar tan rápido como subiendo a una montaña. Este es el carrusel que hace durante el pasaje, que te causa temores terribles, pues crees que perecerás en cualquier momento

Según su narración, en su recorrido por Asturias, se deleitará culinariamente dando cuenta de sardinas y generosa mesa, tal y como escribe Tomás Álvarez en Guillaume Manier: un pícaro en Compostela, publicado en El Camino de Künig:
"Avanzan hacia Oviedo, disfrutando de abundante comida, en la que menudeaban las sardinas, y finalmente llegarán a Oviedo el día 16, con la primera nevada otoñal"

Ahora, los peregrinos sucesores de Manier descansan como él en Arboces, tres siglos después de su estancia, donde se mantiene viva la llama de la hospitalidad xacobea en el albergue situado en la que fue la escuela y que ya vemos justo de frente


Estas son las antiguas escuelas de Arboces, las cuales, con hermosa Cruz de Santiago en la entrada, son albergue de peregrinos, si bien parece que únicamente se abre si está lleno el cercano de A Caridá, a poco más de un kilómetro


Otra de esas cruces artesanas marca el camino y la entrada al albergue de peregrinos. Sin duda Manier dormiría más o menos plácidamente tras un viaje lleno de epopeyas, donde llegó a dormir rodeado de cerdos (en Salceda, cerca de Santiago) y en otro momento estuvo a punto de ser castrado, tal y como dice también la Xacopedia:
"Los incidentes también se prodigaron en tabernas y posadas; en Cacabelos uno de ellos estuvo a punto de morir por unos oficiales de infantería españoles, ante su interés por las criadas. El propio Manier, solo y al descubierto, escapó por milagro de ser rasibus cujus, es decir, castrado, por cuatro individuos montados en mulas. Sólo la piedad de uno de ellos lo salvó"

No, las peregrinaciones de entonces no eran el relax vacacional que, por suerte, suelen ser ahora. Así por ejemplo durmieron en Salceda, cerca de Santiago:

"El método del país es que hombres y mujeres duermen completamente vestidos y se cambian de ropa dos veces al año. Los bueyes duermen en la misma casa, separados por un palo y pesebre para comer. Los cerdos y otras reses son libres de hacer la patrulla de la noche, por cada rincón de la casa"


Además de los albergues, como alojamientos alternativos no faltan hoteles rurales en las inmediaciones, al igual que un camping, pues no olvidemos que también la costa occidental asturiana es muy turística en general, estando nosotros además muy próximos a las playas de Riboira, Castello y Cambaredo.


Existe una antigua noticia, fechada en el año 1042, según la cual en Miudes, cabeza de esta parroquia, había un monasterio benedictino que dedicaba una tercera parte de sus bienes en atender a huéspedes, si bien no es seguro que se tratase de peregrinos, aunque si se palpa un antiguo espíritu de hospitalidad en estos parajes camineros...
"ordinamos autem de istius monasteriis (...) quod tertia pars remaneant habitantibus in esi, in hospitibus, suscipiendis et sumptibus suis"

En Arboces saldremos nuevamente a la N-634, donde caminaremos unos metros por el arcén


Al fondo, las praderías se extienden hasta el mar. Estamos a solo unos 500 metros al sur de la Playa de Castello, donde la tradición afirma se halló una imagen mariana de la Virgen de la Caridad, al lado de una fuente allí existente, y que empezó a ser venerada en el pueblo de Arboces, siendo luego llevada a la cercana población de Mohíces, cabeza de la parroquia, que por devoción y costumbre empezó a ser llamada La Caridad o A Caridá, sobre todo cuando esta población pasó a ser capital del concejo en 1852, llegando a sustituir al topónimo antiguo, también Moíces y Moízes en papeles antiguos, que aún se mantenía en documentos oficiales a finales de la década de 1960


Sin embargo otros investigadores se decantan más por la existencia de alguna fundación caritativa, posiblemente vinculada a la hospitalidad a los peregrinos, existente en las inmediaciones. Menos verosímil parece la teoría del Padre Gregorio Martínez Cabello, que dice que el concejo debe su nombre al paso de San Franco de Siena, santo peregrino que redimió sus pecados peregrinando a Compostela, donde además recuperó la vista, perdida en una pelea callejera de su anterior vida delictiva. Si bien no hay posibilidades de ello no deja de ser una interesante manera de vincular El Franco aún más a este camino de peregrinaciones


Lo cierto es que a mediados del siglo XVIII, en el Catastro de Ensenada, se informa de la existencia de un hospital de peregrinos, si bien no está clara su ubicación, si en Mohíces o en Porcía, vinculando diversos historiadores el topónimo a la caridad que se ofrecía a los romeiros. Así, según Luis Vázquez de Parga, José María Lacarra y Juan Uría Ríu en Las peregrinaciones a Santiago de Compostela, citan el paso del camino y Bouza Brey en Noticias históricas de la villa de La Caridad, citando a los anteriores autores, mantiene que el topónimo se refiere a esa función caritativa, mencionando además la interesante noticia aportada por Floriano Cumbreño sobre los bienes monacales destinados a ello de monasterios como el belmontino de Santa María de Lapedo:
"Algunas de las fincas donadas a Santa María de Lapedo se asignan especialmente a esto caritativos fines (el socorro de los pobres y la caridad para con los peregrinos), y eran llamadas por eso de "la Caridad", nombre que algunas de ellas han conservado, como las de Grado y El Franco"

Andados unos pocos metros, pronto dejamos el arcén, para tomar la senda que discurre paralela a ella, a la izquierda, que tiene visos de ser también el trazo del camino antiguo por el que iban aquellos peregrinos acogidos a la caridad que dio nombre a esta parroquia y a la capital concejil, quedando por discernir si era basada en una imagen mariana o en unas fincas con rentas destinadas a un hospital a ellos dedicado. Así el filólogo y toponomista Xosé Lluis García Arias parece decantarse en Toponimia asturiana: el porqué de los nombres de nuestros pueblos, por la introducción de un culto mariano en sus entradas dedicadas a El Franco y Nombres de santos
"El Franco debe su nombre a la consecución de una franquicia concedida por Felipe II por la que se liberaba, a finales del siglo XVI, de la dependencia obispal. Su capital A Caridá probablemente se entiende desde el culto local introducido a la Virgen de la Caridad en el siglo XVIII

"Muy reciente es la denominación de A Caridá, nombre local de un culto a la Virgen de la Caridad introducido probablemente en el concejo de El Franco en el siglo XVIII" 

Pasando ante otra de estas magníficas cruces de Santiago de Jesús Trabadelo que señalan el camino en estas tierras franquinas, volvemos a pensar en la tradición, recogida también por el citado Bouza Brey y recopilada en la Gran Enciclopedia Asturiana sobre el hallazgo en una playa próxima de una imagen de la Virgen a la que los vecinos de la antigua parroquia de Mohíces rindieron culto bajo la advocación de La Caridad, lo que tampoco sería excluyente con la existencia de unas fincas dedicadas a fines piadosos y caritativos, sino todo lo contrario. La imagen es descrita como renacentista, no siendo extraño que apareciese en una playa, como otras en las costas, como resultado de las que eran arrojadas al mar durante las convulsas reformas anglicanas, siendo este el origen de algunos cultos


Otro gran investigador, Vicente Pérez Suárez, Saramino, plasma en su muy ponderado blog un extenso artículo, Sobre la Toponimia del nombre de La Caridad (A Caridá-Mohíces en el concejo de El Franco), del que plasmamos algunos importantes fragmentos:
"Aunque en mi libro “Antes y ahora del concejo de El Franco” se hace una breve alusión al topónimo de La Caridad, esta referencia resulta ser, por razones de espacio, muy poco explícita para una materia tan interesante como es la investigación del posible origen y significado del nombre de La Caridad conque se conoce en la actualidad, desde no hace mucho tiempo, la villa del municipio de El Franco, ya que el referido nombre, por las razones que fueran, fue adoptado paulatinamente a medida que iba desapareciendo el antiguo nombre de Moices, Moizes o Mohices, (transcripciones ortográficas altomedievales latinas). Basta decir que todavía hasta el año 1966, las partidas de bautismo de la parroquia se inscribían con el nombre parroquial de San Miguel de Mohices, y en ese año se pidió permiso al obispado para hacerlo con el de San Miguel de La Caridad (...)
 Esta toponimia de Mohices pudiera estar relacionada con Miudeira, Miudes e, incluso, Mohías, de cuyos topónimos se sabe muy poco o nada, cuando a casi todos los pueblos del concejo se les puede asignar un significado más o menos concreto. Me atrevería a decir que todos estos topónimos pudieran derivar de Miudes, la parroquia más antigua y grande –llegó a abarcar Arancedo, La Braña e incluso parte de Cartavio- y la más importante e influyente de El Franco, desde tiempos inmemorables"

 Pérez Suárez a su vez cita a Perfecto Rodríguez Fernández. profesor de la Universidad de Oviedo, que también ha estudiado el caso y publica sus indagaciones en el Boletín del Real Instituto de Estudios Asturianos

La Caridad como nombre de lugar no empieza a usarse hasta época muy tardía y en todo caso posterior al siglo XVI. En cambio, La Caridad existía ya con cierta entidad como núcleo rural o villa en el siglo X, aunque con el nombre de Moizes. Enseguida veremos cómo el topónimo La Caridad es mucho más reciente, habiendo suplantado al primero después de un no muy largo periodo de convivencia (...)  
Es bien sabido que el nombre histórico de La Caridad es Mohices y que así a constado siempre en documentos oficiales, civiles y religiosos a lo largo de los tiempos, desde el siglo X en que aparece por primera vez hasta nuestros días, aunque algunos vecinos quizás ya no sepan que la parroquia se llama San Miguel de Mohices. (...) 
(...) se observa que tanto en el Asiento Real de 1583 como en las ordenanzas que los naturales del concejo se dieron a sí mismos en 1699, aún no aparece la nueva denominación de La Caridad, y sí varias veces Mohices, siendo el nombre de la feligresía o parroquia San Miguel de Mohices. En la documentación oficial de los siglos XVIII, XIX y primera parte del XX sigue apareciendo Mohices (según Marcelino Fernández). Después de la Guerra de la Independencia y de los vaivenes del reinado de Fernando VII, las sesiones del ayuntamiento empiezan a celebrarse ya con relativa frecuencia no en la capital del concejo, El Franco, sino en Mohices (también según Marcelino Fernández) hasta que definitivamente en 1852 pasó la capitalidad a la villa de Mohices (La Caridad). Así siguió denominándose en la documentación oficial hasta bien entrado el siglo XX e incluso hasta nuestros días (Según Nomenclatores de la Provincia y B. O. del Obispado de Oviedo). De todo ello se desprende que la denominación actual de La Caridad es muy reciente si se la compara con la oficial Mohices, y que se introdujo y se fue imponiendo naturalmente por vía popular. Fue la “vox populi” que al hacer de uso corriente el término nuevo acabó marginando la denominación oficial mucho más antigua"

Rodríguez Fernández cita a la vez a los anteriores investigadores citados, como Marcelino Álvarez, cuando escribe:

"...la imagen de la Virgen de La Caridad, colocada en esta capilla fue hallada en una fuente de Castello. Es pequeña y tosca en su hechura. Se celebra su fiesta el 31 de agosto, y a ella acudían hasta hace poco tiempo muchos romeros con sus ofrendas, los cuales no pasaban sin ir a Castello a beber agua de la fuente en la que se encontró la imagen. La fiesta fue decayendo, pues ya no acuden a la fiesta más que los de la feligresía y limítrofes” 

Y también asimismo a Bouza Brey, que tras hablar y recopilar datos entre los vecinos y consultar los libros parroquiales, plasma así sus impresiones:

“Dice la tradición que hemos recogido entre el vecindario que tal nombre es debido al hecho singular de haber aparecido en la playa próxima (pues el pueblo se halla a inmediaciones de la costa cantábrica) hace muchos años una imagen de la Madre de Dios con la advocación de este nombre, y que, recogida por los vecinos de Mohices, le fue rendido culto bajo aquel nombre de La Caridad. En prueba de ello nos han llevado al lugar donde se guarda la imagen y hemos podido contemplar una interesante escultura de la Virgen María en pie con el divino Niño en el brazo izquierdo, mientras que con la mano del derecho extendido a lo largo del cuerpo recoge su manto para cobijar bajo él a un infante desnudo, en tanto del lado opuesto otro infante se pega a la Señora como amparándose en ella y bajo su protección. La imagen adelanta su rodilla izquierda ligeramente, determinando suave y gracioso movimiento del cuerpo. La talla, de época renaciente, es muy discreta y la impresión muy agradable. Puede datarse como de mediados del siglo XVI. Su pintura de época está muy deteriorada actualmente; pero el buen rostrillo y la corona, ¿de plata?, que la adornan bien claro indican que fue objeto de honda devoción popular. No puede dudarse de que se trata de representar a la Madre celestial bajo el aspecto de protectora del desvalido, ejerciendo, en efecto, la caridad entre los hombres”

La capilla que habría albergado aquella imagen mariana sería la actualmente a ella dedicada en la iglesia vieja, hecha en 1738 y de la que hablaremos cuando lleguemos allí, pues se da la circunstancia que, por algún motivo, se hizo de urgencia por parte de los vecinos y del párroco sin contar con las oportunas licencias, siendo más tarde aprobada como hecho consumado.

 Pérez Suárez, Saramino, por su parte, recogiendo estas investigaciones, informa de la celebración, hasta hace unos años de la Virgen de la Caridad aquí en Arboces el 31 de agosto, llevando los vecinos la imagen aparecida de casa en casa para recaudar fondos para la romería, pero pasó luego a la villa cabeza de esta parroquia y capital del concejo:
" Al principio se celebraba, parece ser, como una gran romería, en Arboces, luego pasó a La Caridad y la verbena continuaba siendo en Arboces, una hermosa verbena digna de poetizar y encantar por algún poeta que la viviera, como lo hizo, en ocasiones, desde Radio Luarca, el nativo de Viavélez y vecino de Ribadeo, D. José Pérez Malén. En ella actuaron muy buenas orquestas y conjuntos musicales que alegraban la comarca hasta la alborada. Los últimos años, por resultar más práctico, se celebraba todo en Arboces. Actualmente no se hace ésta, tan tradicional, festividad patronal de los vecinos de este pueblo, cuyo origen se remonta a los siglos XVI o XVII" 
La historia, como todas las tradiciones, es sumamente simpática. Tenemos que remontarnos, digo, a los referidos siglos, cuando, parece ser, que la imagen de la Virgen en cuestión, apareció junto a una fuente en la playa de ARBOCES. El motivo parece que fue, según algunas opiniones, que por esa época tuvieron lugar las persecuciones protestantes contra los católicos en Inglaterra, por lo que muchas imágenes de la Virgen fueron arrojadas al mar y aparecieron en las costas norteñas españolas. Otros dicen, y esta parece la opinión más lógica, que debió pertenecer a algún barco que se le cayó al mar. Sea como fuere, la pequeña estatuilla, de unos 50 ctm., apareció en la playa de ARBOCES y es una tosca talla de madera, aunque interesante y artística escultura, según los entendidos, que parece representar caridad para con los desvalidos (aunque esto no es muy explícito) al tener amparados bajo su manto a unos niños que la miran suplicantes. De ahí, seguramente, pudo surgir la advocación de Nuestra Señora de la Caridad"

Dice además Saramino que, según la misma tradición, cuando la imagen mariana fue encontrada hubo quien dijo que esa parte de la playa pertenecía a Castello y por lo tanto a la parroquia de Miudes, por lo que en principio se llevó a su iglesia parroquial, pero la Virgen volvía a los pocos días a aparecer en Arboces, por lo que era devuelta a la iglesia, pero al repetirse el suceso varias veces se tuvo aquello por milagroso y deseo de la Virgen, por lo que fue a la iglesia de Mohíces, la parroquia a la que pertenece Arboces y que ahora es A Caridá, siendo expuesta en una hornacina, si bien la romería era en Arboces, aunque a veces la talla era sacada en procesión hasta la fuente en la que apareció, en rogativas para pedir lluvia:

 "algunos años, cuando había mucha seca en el mes de agosto, los vecinos llevaban la imagen en procesión hasta la fuente donde apareció, para que lloviera y espigara el maíz, pues se decía que lloviendo por la fiesta de la Caridad –31 de agosto- se salvaba la cosecha"

La tradición continúa diciendo que posteriormente se construyó una nueva capilla y se sustituyó la figura de la Virgen por otra considerada más "elegante" y con la misma advocación

Es así muy posible que este mismo camino haya visto aquellas procesiones y peregrinaciones entre la iglesia parroquial, San Miguel de Mohíces (A Caridá) y este pueblo de Arboces, romerías y deambulares que aún no han acabado, pues hablaremos más al llegar al citado templo de la capital concejil, a un kilómetro, o poco más de aquí, A Pasadía, llanísimos campos donde, en este primer cruce seguimos recto y de frente en dirección a aquellos pinares del fondo


Y en la siguiente bifurcación, a la derecha


Las señales siempre la referencia, como estas, concha de azulejo y flecha amarilla, ambas en un poste telefónico


Casa campesina, con uno de esos característicos tejados de esta zona


La puerta del establo...


Bifurcación y de frente, todo recto


A nuestra derecha, al otro lado de la carretera, Llóngara, arrabal al este de A Caridá, al sur de la Playa de Cambaredo


Al oeste divisamos ya muy cerca los edificios del casco urbano. Justo antes pasaremos por el albergue



La N-634 a nuestra derecha, al otro lado de esta finca


Un poco más adelante, a la altura de aquellos pinares, la cruzaremos


Desde el chalet vemos el puente del enlace entre dicha carretera y la cercana autovía, bajo el que pasaremos


Leemos en la Gran Enciclopedia Asturiana que aún a finales del siglo XIX se mantenían en El Franco muy vivas la creencias en la Santa Compañía (así escrito, Compañía). Se trata procesión de almas en pena vestidas con mortajas blancas y que portaban cirios encendidos, que al acercarse resultaban ser huesos. Eran difuntos que no descansaban en paz y rogaban sufragios por las ánimas del Purgatorio, o reclamaban cosas pendientes que quedaron en vida, o anunciaban a veces muertes, por lo que era mala señal tropezarse con ella, existiendo diversos conjuros para ello, como trazar un círculo en el suelo con una cruz u otros símbolos


Para que los niños no se acercasen solos a las playas se les metía miedo con el home marín, ser mitad hombre mitad pez que se compara con el mito de Tritón y que vive en las cuevas costeras, adentrándose en el interior, donde causaba pavor por su aspecto desgreñado, asaltando a las mozas y prendiendo fuego a los pajares de los pueblos


Realmente, hasta los avances médicos del siglo XIX, las playas no eran considerados lugares salubres, ni siquiera el agua del mar, existiendo toda clases de supersticiones al respecto. Eran lugares solitarios de desembarcos de bandoleros, contrabandistas y piratas, y si estaban cerca de las poblaciones se las tenía por vertederos a donde iban a parar las inmundicias. Esto, y que hacia el interior casi siempre era un paso más directo, hace que los caminos antiguos rara vez pasen por primera línea costera, sino algo más tierra adentro, como es este el caso


El camino es en este trecho una muy bella senda, cerca de la carretera general pero  la vez apacible y apartado del tráfico y sus ruidos


Apenas pasa algún vehículo y es prácticamente una vía interna de comunicación entre algunas casas construidas en este sector al sureste del casco urbano, por lo que caminar por aquí es realmente un tranquilo paseo


Lo llano predomina en el trayecto, y así será mayormente hasta la bajada al albergue, al otro lado del pinar, una vez cruzada la carretera


Pasamos la entrada de alguna finca y avanzamos hacia las siguientes casdas


Es esta una zona de expansión residencial, de baja densidad, viviendas unifamiliares despàrramoadas por las fincas colindantes al camino


Aunque El Franco, como en la inmensa mayoría de los concejos rurales, ha perdido población, sobre todo a partir de 1985, si bien en el tramo A Caridá-Llóngara-Arboces, por ejemplo se da, como dice de nuevo la Gran Enciclopedia Asturiana, "un proceso de urbanización difusa de implantación de segundas residencias", aumentando relativamente el hábitat rural en la zona costera, la más comunicada y turística


Los caminos forman calles, entre las viviendas y sus terrenos, cerrados con setos, y abundando los jardines con frutales y arbustos ornamentales


Aquí salimos a otro camino y vamos a la derecha


Seguidamente mucha atención: dejamos esta vía local antes de la siguiente casa, para ir en dirección a los pinos por la explanada de la izquierda


En el prado bajo los árboles descubrimos el siguiente mojón


Caminamos así por el mismo prado, al borde mismo del bosque


Es un gran prado que se extiende hasta la carretera, hacia la que nos dirigimos


Avanzamos por la pradera mientras vemos allá, en Llóngara, la Casa del Castello


Es la entrada a A Caridá desde la rotonda de enlace con la Autovía del Cantábrico, nudo de comunicaciones hecho en 2011 por le Ministerio de Fomento para comunicar población y autovía y eliminar un punto negro del tráfico



Un alambrada señala que de un prado pasamos ahora a otro, pero para nosotros es un paso franco, y nada mejor dicho en este concejo


Al pie de los pinos, llegamos a las huertas al lado de la carretera, que desde la rotonda bordea A Caridá por el sur


Aquí hay que cruzar al otro lado, siendo menester tenerlo presente, pues a veces las señales caen, o no se ven, y no es difícil despistarse en este lugar


Si no nos fijamos, no veremos al otro lado el mojón caminero, un tanto oculto por el desnivel entre la carretera y el camino. Asoma un poco más otra de las artesanales cruces de Santiago que balizan en trayecto


Y así, pasando con los cinco sentidos, pues puede haber tráfico rápido e intenso, seguimos por este sendero, ahora cuesta abajo, ante la cruz y el mojón xacobeo que nos indican la bajada al río  Pormenande, que desemboca un poco más al norte, en la playa de este nombre


Asomando sobre el bosque ribereño vemos los edificios en torno a la Avenida del Padre Montaña, al sureste del casco urbano. El Padre Montaña, don José Fernández Pérez, es una de las personalidades de la historia de El Franco, pues fue confesor de la reina María Cristina, pero además de su carrera eclesiástica fue un intelectual y políglota historiador. Esta es u biografía en la propia web del Ayuntamiento de El Franco:
"Sacerdote diocesano nacido en Miudes, (El Franco) en 1842. Jurista, lingüista e historiador. Inició sus estudios en el seminario ovetense y los terminó en El Escorial, donde fue nombrado bibliotecario, puesto del que tuvo que cesar por motivos políticos.

Estudió Derecho en Madrid, Historia y varias filologías. Su impresionante acervo cultural le llevó  a dominar el sirio, árabe, hebreo, griego, latín, caldeo, arameo, inglés, alemán, italiano, francés y ruso.

Tras la Restauración borbónica fue canónigo de la Catedral de Toledo y llegó a ser confesor de la Reina María Cristina, regente de España. Su cercanía, de este modo, con la casa real, le haría profesor particular de Alfonso XIII. Fue en 1891 Ministro de Justicia por un breve lapso de tiempo. Nunca aceptó el cargo de obispo. Fue presidente del Tribunal de la Rota.

Antievolucionista y partidario del creacionismo, carlista y férreo defensor del reinado de Felipe II, el padre Montaña hallaría la muerte poco antes de dar comienzo la Guerra Civil Española"

Matorrales y bosques en las selváticas orillas del río Pormenande, que nace en El Barreiro, parroquia de Miudes, al pie del lugar de Grandella y bajo el monte As Bouzas


Bajamos recto entre el boscaje y una finca vallada


Enlazamos con una pista de zahorra y seguimos bajando a la izquierda


A la sombra de los castaños asoma, abajo, ya junto al río, el tejado del albergue, el oscuro a la derecha del camino


Hay también un pequeño grupo de casas en esta ladera que baja al río


Abajo, al final de la cuesta, está el albergue de peregrinos. Arriba los edificios de pisos en la calle Manuel Méndez de Andés, dedicada a este indiano y benefactor franquín nacido en 1842. Hemos hallado una buena biografía (pinchar aquí), sin firma, de la que extraemos una buena reseña:
 "Con apenas doce anos de edad se embarcó con su familia para Buenos Aires y enseguida fue uno mas que se sumó a la fuerza laboral infantil de la época desempeñándose con verdadero ahínco en diversas labores. Desde muy niño se lo vio con vocación de ganarse la vida por sí mismo y con el correr de los años logro reunir un pequeño capital para intentar su propia aventura. Así, en 1874 abrió una fábrica de tabacos que hizo honor a la incipiente industria nacional argentina. La instaló a pocos pasos de la plaza de Mayo y la llamó La Abundancia nombre que preanunciaba el éxito y la fortuna que alcanzarla en esta actividad. Sus afamados cigarrillos de la marca Excelsior tuvieron rápida acogida entre los fumadores porteños y las ventas crecieron sostenidamente, cada vez más favorecidos por el gusto del público. El nombre de esta marca se lucía en el frente de su palacete, construido en Buenos Aires (Rivadavia 5657) con las ganancias de su fábrica. 
Pero no todo lo que ingresaba a sus arcas lo guardaba para sí, pues fue muy generoso y caritativo en cuanta ocasión le fuera posible demostrarlo. Contribuyó, por ejemplo, con donaciones en oportunidad de la suscripción popular organizada en beneficio de las familias de las victimas del naufragio de la cazatorpedera Rosales que se incendió el 9 de julio de 1892 cuando se dirigía España para participar en los festejos del tercer centenario del Descubrimiento de América. O cuando el calamitoso terremoto acaecido el 27 de octubre de 1894 en San Juan y La Rioja, que dejó numerosos muertos y heridos y afectó viviendas de varias localidades en ambas provincias. 
Don Manuel fue un vecino caracterizado, apreciado y muy respetado del barrio de San José de Flores. Como edil representante de esa parroquia trabajó por su progreso y desarrollo urbano en el seno del Concejo Deliberante de Buenos Aires. Además intervino activamente en la creación de la Asociación Española de Socorros Mutuos de San José de Flores, fundada el 29 de marzo de 1896 en Pedernera 143 de la que fue el primer presidente. Asimismo desempeñó la presidencia de la Asociación Patriótica Española y de la Unión General de Tabaqueros, fue miembro de la Cruz Roja y del Circulo de la Prensa, y protector desinteresado de escritores, escultores, músicos, actores y periodistas. Falleció en Buenos Aires el 17 de julio de 1897 y fue inhumado en el cementerio de Lo Recoleta, donde cinco años más tarde quedó inaugurado un monumento para recordarlo. La ciudad de Buenos Aires le rindió homenaje imponiendo su nombre a una de las calles de la ciudad"

Llegamos abajo y al acogedor albergue está justo en el surco de la pequeña vega que aquí forma el río Pormenande, también llamado del Matadero y de Posta


En lo alto del tejado fijémonos otra de las emblemáticas cruces de Santiago del artesano Jesús Trabadelo


Si bien un poco apartado del centro, más por la cuesta que por la distancia, el albergue está en un rincón tranquilo, natural y acogedor, apartado del bullicio, tal y como desean no pocos peregrinos


Este Albergue de peregrinos de A Caridá es municipal, existen también otros alojamiento, entre ellos un albergue privado, que veremos un poco más arriba


Y esta es la entrada, donde el calzado de caminar se deja a la puerta. Parece ya han llegado los primeros peregrinos


Cruzamos el puente y empezamos a subir todo directo hasta el casco urbano, justo encima ya de nosotros


La subida es recta y empinada, pero este fuerte repecho acaba pronto


Pasando estas casas el recuesto se suaviza, caminando ya casi llano


Y ya salimos a la Avenida de Asturias. la entrada en la población


Aquí empezamos otra cuesta hasta el centro, si bien no tan pronunciada como la que acabamos de dejar atrás


A la izquierda está el Albergue la Xana, albergue privado en una soberbia casa restaurada de dos plantas. Hay bar y terraza


Al norte sigue hacia el mar, por El Trigal y A Senra, el río Pormenande, formando este pequeño valle que se extiende hondo por entre los campos de la rasa


Buenas balconadas en esta casa con cierto aire indiano


Setos, casas unifamiliares y viviendas de vecindad


Comercios, hostelería y hotelería y edificios de traza ya netamente urbana, así como aceras en ambos márgenes de la avenida


Ya vamos acabando la cuesta cuando y vemos de frente el centro de la población


Cruzamos la ya citada calle Padre Montaña frente a este llamativo edificio en chaflán, La actividad comercial se concentra principalmente entre estas avenidas


Señales camineras en el suelo, con el dibujo de la vieira o concha peregrina



A la derecha un edificio notable, la Casa de Doña María de Pachón, que anuncia nuestra llegada al corazón de esta villa



Gran caserón con balcones de hierro forjado y numerosas puertas y ventanas. así como jardín cerrado por verja


Un poco más adelante el Mesón Sayane, que tiene pensión


La Avenida de Asturias es hoy en día ele gran eje comercial de A Caridá


Según caminamos seguimos admirando el esplendor de Casa de Doña María Pachón. En la planta baja es local comercial


Detalle del saliente de piedra de apoyo de la balconada del primer piso


Detalle de los balcones del segundo piso


Otro de los accesos a la casa



Monumental fachada y soberbia casona urbana que bien habrá de llamar la atención ante cualquiera que camine ante ella


Avanzamos por la acera y llegamos a El Parque, en torno al que puede decirse se vertebró la villa, que al conseguir la capitalidad del concejo en 1852, trajo acá el importante mercado que hasta entonces se celebraba en San Pelayo, en Valdepares, un poco más al oeste. El Parque está dedicado a María Cristina, y es un hermoso espacio verde y ajardinado alrededor del que se articulaba antaño la vida administrativa y comercial de la población, ahora desplazada a las avenidas citadas. Pasamos a él al cruzar la calle Jovellanos


En torno al parque estaban el consistorio viejo, tascas, comercios, el Cine Europa. En la actualidad el consistorio se encuentra un poco más allá, lo vemos al fondo, en la Plaza de España, solar del antiguo cementerio


Al fondo, la torre del campanario de la iglesia de San Miguel de Mohíces o de A Caridá, del siglo XVIII


En ella se habría habilitado, de urgencia y sin los preceptivos permisos eclesiales, la capilla que albergó a la imagen de la Virgen de la Caridad, hallada milagrosamente en una fuente de la Playa de Castello y venerada en Arboces, a la que antes nos hemos referido, y que posteriormente dio de paso, con evidente mala gana el provisor (especie de juez eclesiástico) de Oviedo, "para que puedan bendecir la capilla nuevamente fabricada en su iglesia y que se colocó en ella la devota imagen de Nuestra Señora de la Caridad", según frase del historiador Marcelino Fernández, apercibiendo al párroco y a sus feligreses para que en el futuro no se les ocurriese hacer capillas sin permiso del obispo, bajo pena de multa de 150 maravedís


Tras la declaración de A Caridá como capital de El Franco en 1852, construyeron aquí sus casas diversas familias importantes, que le dieron a lo que fue una aldea un primer aspecto-urbano residencial, principalmente en torno a su origen, en torno al parque, y a lo largo de la carretera


Destacan la Casa de Don Zoilo, la Casa de Xinzo, la Casa de Inverno, Casa Sánchez, Casa Doña Elisa,  Casa de Alvarín, o la de Vidala Bedia


Otra gran cruz de Santiago da entrada al campo de la iglesia desde la Avenida de Asturias. Realmente, lo que hoy en día es propiamente la iglesia de San Miguel es este edificio moderno construido en el costado sur de la iglesia antigua, que ahora es salón parroquial


 A la izquierda vemos bien la la fábrica dieciochesca original del templo, en estilo de las llamadas "iglesias de costa" tan propias de la comarca, presentando alta torre-campanario, gran pórtico y capillas laterales


Según los estudios del investigador Rodríguez Fernández antes citado, basándose también en los de Bouza Brey, la construcción espontánea de la capilla dedicada la Nuestra Señora de la Caridad trajo como consecuencia una transformación muy importante de la iglesia anterior a la que había aquí, en Mohíces, que era muy pequeña, a la que hubo que ampliar la nave central con dichos pórtico y torre, culminados en 1760 por el maestro Roque Méndez. En 1770 se colocó el retablo de la capilla mayor, obra del retablista o santeiro Juan López de Acevedo, de Matafoyada (Tapia)


Según leemos en El Camino de Santiago por Asturias.Topoguía 2. Ruta de la Costa, en las respuestas al Interrogatorio de datos del geógrafo Tomás López, a finales de ese mismo siglo XVIII, a esta iglesia de San Miguel de Mohíces (A Caridá), al lado del camín real, acudían muchos peregrinos atraídos por la fama milagrosa de esta imagen a cuya caridad se acogían, existiendo mismamente un pequeño priorato con uno o dos monjes benedictinos para administrar las rentas. Por su parte, el profesor Rodríguez Fernández afirma que este es el hecho por el que se afianza el caritativo topónimo:
 Así, pues, esta entronización solemne de la Virgen de La Caridad supuso un renacimiento del culto a la Virgen bajo esa advocación, colocándose la imagen en lugar destacado, a la entrada del templo totalmente remodelado. La devoción popular y los romeros con su continuo peregrinar y sus ofrendas a la Virgen de La Caridad fueron dando cuerpo a la nueva denominación del lugar. No importa si la causa desencadenante fue realmente la que señala la tradición, cosa nada inverosímil, u otra parecida; el hecho cierto es que la iglesia de San Miguel de Mohices, a medida que se va incrementando el fervor mariano, se irá transformando para el pueblo en la iglesia de La Caridad. La sustitución del topónimo Mohices, de origen desconocido, y sin ninguna connotación popular, por La Caridad (si la fe mueve montañas, con más facilidad podrá cambiar un topónimo) fue produciéndose espontáneamente en boca de los vecinos y visitantes, aunque no en la documentación oficial, durante todo el siglo XIX, para culminar definitivamente en el XX

Como ya habíamos antes apuntado, transcurrido el tiempo, se decidió sustituir a aquella vieja talla aparecida por otra dentro de unos valores puramente estéticos. Vicente Pérez Suárez, en su trabajo sobre su historia, cuenta que se atribuye que la nueva talla fue donada por Doña Pacita Fernández López, mientras otros lo hacen con el capitán de la marina mercante Don Leopoldo Santamarina

"...imagen que nada tenía que ver con la aparecida, a la que se le dedicó la solemne romería, como Patrona de ARBOCES, en la misma fecha que se venía haciendo; marginando, por así decirlo, la efigie aparecida, apartada en el templo en su pequeña hornacina"

Esto provocaría que la antigua y pequeña santa fuese olvidada, hasta que un día fue sacada de su hornacina y llevada a la capilla del antiguo cementerio, que estaba al otro lado del camino, hoy carretera, donde ahora se alza el nuevo consistorio, y así lo narra Pérez Suárez:

"El retablo con la nueva imagen se conserva muy bien en el nuevo templo de La Caridad. No obstante, no acabaron aquí las peripecias de la interesante talla: al quedar instalada la capilla y el retablo con la nueva imagen, la pequeña santa aparecida fue sacada de la hornacina, donde estuvo olvidada varios años, y llevada para la capilla del pequeño, abandonado y antiguo cementerio parroquial que había donde hoy está el nuevo edificio del Ayuntamiento. Posteriormente, cuando el techo de la capilla de este cementerio se vino abajo, la imagen fue recogida de entre los escombros, seguramente también por “caridad” y compasión, por la misma Dña. Pacita, quien la depositó en el desván de su casa, donde permaneció oculta y olvidada otro montón de tiempo, hasta que al ser reparado el techo, de la referida vivienda, por un albañil vecino de Arboces, éste la vio por casualidad, y, al reconocerla, la recogió, la limpió y la pintó más o menos como lo había hecho el artista que la talló, teniéndola actualmente guardada en su casa como patrimonio y patrona del pueblo de ARBOCES" 

Samarino cuenta así de amena y aleccionadoramente el transcurrir de una imagen que dio nombre a todo un pueblo...

"Ante esta historia popular y vecinal muy sostenida en ARBOCES, y tan peregrina y de poca atención a la aparecida imagen, ya que fue suplantada por otra y abandonada a su suerte, tanto, que ni se le dedicó una capilla, ni un retablo; ni tan siquiera se la acomodó en la capilla que había en Arboces dedicada a San Ramón Nonato, cuya fiesta, casualmente, se celebra en el calendario el mismo día 31 de agosto, por todo ello, no se entiende muy bien que la advocación y devoción a esta imagen llegase a cambiar el nombre de la parroquia y villa de San Miguel de Mohices, por el de La Caridad, máxime, como se ha dicho ya, cuando todavía, hasta el año 1966, la iglesia continuaba usando el nombre parroquial de San Miguel de Mohices. Por otra parte, San Miguel sigue siendo, como siempre, el Patrono de la villa, y la Virgen de la Caridad nunca fue Patrona más que de ARBOCES, aunque ahora se la quiera hacer Copatrona de La Caridad a la nueva imagen, idea muy acertada ante el abandono de la verdadera (al fin y al cabo las dos representan a la misma Virgen), so pena de que esta bella historia tradicional se perdiese en el olvido de los tiempos"

Y en la Plaza de España, el actual Ayuntamiento o Casa Conceyo fue construido en 1991 para sustituir al antiguo. Cuando en 1583 el concejo además de independizarse de la Mitra lo hace de Castropol, capital de la entonces extensa Tierra de Ribadeo, no fue gratis, en el documento de emancipación del 22 de septiembre de 1583, los 117 vecinos (familias) del concejo pagaron "dos millones doscientos veinticinco mil ochocientos siete maravedíes"

En un principio era este el concejo de Sueiro, pues en Sueiro, parroquia de Prendonés, estaría su primer capital, la cual pasaría inmediatamente al pueblo de El Franco, que daría nombre al municipio, sito en la parroquia de Valdepares y junto al río Porcía, hasta que en 1852, y tras una primera mitad de siglo con una capitalidad itinerante, se decide finalmente establecer en A Caridá la capital concejil. Por entonces ya se iban integrando los últimos cotos señoriales y algunas parroquias que se constituyeron en determinado momento como concejo aparte o que fueron parte de otros ayuntamientos

Todo ello también redundaría en afianzar el topónimo, y así lo refleja Rodríguez Fernández:

 "En 1.852 el Ayuntamiento se trasladó oficialmente de El Franco a la villa de Mohices, según rezan los documentos, pero el pueblo ya le llamaba La Caridad. A partir de ese momento, con los aires de modernidad y el prestigio que suponía ser la capital del concejo, La Caridad se fue decantando y fijando como nombre definitivo. Ya en 1868, con motivo del destronamiento de Isabel II, siendo alcalde y presidente de la Junta Soberana del municipio D. Bernardo Carvajal y Trelles publicó un bando “a los ciudadanos de la villa y concejo de La Caridad para que secunden el glorioso y patriótico alzamiento nacional” (según Marcelino Fernández). Se puede observar cómo los fervores revolucionarios hacen al munícipe emplear el nombre ya de uso corriente, aunque no oficial, cometiendo incluso el error de llamarle al concejo “de La Caridad”. A finales del siglo pasado, cuando D. Marcelino Fernández escribía “El Franco y su concejo” (1898) ya estaba totalmente normalizado el uso de La Caridad, siendo Mohices un arcaísmo de la documentación oficial"



Según avanza el siglo XIX, si bien se incorporan los cotos señoriales, el conceyo pierda la parroquia de El Monte, actualmente A Roda, cuando se crea el de Tapia, desgajado de Castropol en 1863


Mirando a esta plaza llama la atención esta casa de larguísimo corredor


Desde la Plaza de España continuamos camino por la Avenida de Galicia, dejando a nuestra derecha el cruce con la carretera que va al pueblo pesquero de Viavélez/El Porto, donde nació la escritora Corín Tellado, y a la Playa de Pormenande. Como solemos decir, si se tiene la ocasión, sobre todo si nos alojamos en la zona y tenemos tiempo y fuerzas, no dejemos de hacer una visita, merecerá la pena


Continuamos pues todo recto por la Avenida de Galicia adelante, siguiendo esta recta que nos lleva a la zona oeste de A Caridá, 


Aquí está el famoso Belén Popular Asturiano, que puede visitarse todo el año, de la Asociación Belenista de El Franco, que se exhibe desde 1995, primero en Valdepares y seguidamente aquí, belén en movimiento obra del entusiasta José Ramón Díaz, que va aumentando de año en año, ocupando unos treinta metros cuadrados con más de cien figuras
"Se representan las estampas típicas de los belenes populares, así como otras de nuestro entorno asturiano. Algunas ya olvidadas tras haber caído en desuso por el paso del tiempo, lo que además convierte este belén en singular al tratarse de un pequeño museo etnográfico"

Si bien no en el mismo camino, sí muy cerca, está el Museo de la Forja, en la calle Pelayo 2, en pleno centro urbano, colección particular en la casa familiar de Ángel Fernández López, con obras realizadas por este artista nacido en 1920, hechas de manera artesanal en su forja, calentando el hierro y con yunque y martillo. Así podremos ver un conjunto de sillas y mesa de hierro y cristal, árbol con serpiente, en hierro; consola de hierro, mármol y cristal, hórreo asturiano en hierro, lámparas, etc.


Avanzando por la Avenida de Galicia, salimos ya enseguida del centro urbano. Las casas, en su mayoría unifamiliares en este trecho, se disponen linealmente a ambos lado de la avenida


Tras pasar al lado de la iglesia, se supone este, o muy aproximado, sería el trazado del viejo camín real, que ha sido suplantado por la actual carretera


Ya vemos desde aquí, al fondo, la salida de la población


Edificios de pisos en el cruce con la calle José Méndez de Andés


Seguimos siempre de frente, dejando a nuestra izquierda la Travesía de Prendonés


Y a la derecha vemos el complejo cultural As Quintas, el cual, respetando la arquitectura tradicional, es casa de cultura, aula etnográfica, biblioteca, escuela de música, museo de la forja, centro de proyecciones y exposiciones, auditorio, escenario, etc. Antes de su restauración era una vieja casona rural de labranza tradicional, de la que esta parte que vemos desde aquí sería la cuadra, la vivienda está al otro lado, así como el forno y el cabazo


En el año 2009 un grupo de personas se empiezan a reunir, por iniciativa del escultor Herminio Álvarez, con la idea de dar contenido y actividad a la Sala de Exposiciones que ya estaba aquí en marcha, naciendo así la Asociación de Amig@s de As Quintas, con 19 socios fundadores


Cruzamos la entrada al centro cultural y continuamos por toda la avenida


Volvemos a ver los mojones jacobitas. La acera de la derecha desaparece. Señales de que estamos saliendo del casco urbano


Las acera sigue por la izquierda. Un poco más allá están las instalaciones de la empresa maderera y aserradero Hijos de Vidal Bedia, empresa fundada en 1914 por Vidal Bedia Alonso con el nombre de El Progreso, y que tras su muerte en 1936 dirigió su viuda María Luisa García 


 Aquí vemos un ejemplo, bastante intacto, de lo que era la casa campesina predominante, o uno de los que más, en toda esta costa noroccidental asturiana: a casía, de planta rectangular, dos pisos y buen aprovechamiento del espacio bajo cubierta, llamada popularmente casa ás cuatro augas, pues es de tejado a cuatro aguas con tendencia a la forma apiramidada. Surge en el último tercio del siglo XIX de evolución de elementos anteriores y es la solución tradicional para caserías de cierta entidad. Puede tener dependencias anexas, normalmente las tiene, aquí por ejemplo vemos un cabazo


Trecho recto, aquí tenemos modelos más urbanos, de uso eminentemente residencial, de vivienda exclusivamente, sin cuadras, cabazos o pajares, por ejemplo


Un detalle importante es que empezaremos a ver los picos de piedra en algunos de estos tejados de pizarra, otra característica que nos encontraremos en no pocas construcciones hasta bien adentrados en Galicia, tanto en casas y en cabazos como en otras edificaciones, incluso en el claustro de la catedral de Mondoñedo, por poner un ejemplo


Estamos en la zona de A Cruz: atención cuando lleguemos al edificio del fondo, el de "los tres tejados", que parecen casas de empleados del histórico aserradero



Allí frente a las casas está otra de las cruces de Jesús Trabadelo, elemento caminero del paisaje de El Franco, y que nos acompañarán, como ya dijimos, por otros concejos, también en Galicia. Atentos pues habremos de cruzar la carretera a la derecha, y es que la dejaremos al llegar a la nave del fondo


Al cruzar, podremos fijarnos en un detalle de esta Cruz de Santiago a la salida de A Caridá


Una flecha azul con una especie de espiral es la señalización que, allá por el año 2008, realizó la Asociación Abrindo Camiño de Mondoñedo del denominado Camino de Vuelta, basándose el la ruta de peregrinos que, como Guillaume Manier, realizaban regresando de Santiago a casa por el Camino Norte, para venerar las reliquias de San Salvador en la catedral ovetense


Y aquí, como hemos dicho, dejamos la carretera para retomar el viejo camino, que baja a la derecha, junto a la antigua nave


Es la bajada al valle del río Salgueiros, que desemboca en Viavélez


Pasamos primeramente por Casa Colmena


Y ahora, nada más pasar el cobertizo, y antes de la siguiente casa, tomaremos un sendero a la izquierda


Justo aquí, fijémonos bien: hay una flecha clavada en el árbol y en el cruce un mojón


El sendero sigue bajando y se interna en el boscoso valle, ladera abajo


Es otra de esas preciosas sendas de hierba, que desciende recta ladera abajo...


Muretes de piedras separan el camino de una finca. Hay carbayos, castaños, y los altos álamos tan propios de las arboledas ribereñas


Vegas y camperas de El Llamón y Os Morcegos, donde hubo un molino que funcionaba con el agua del río


Primero, aún en bajada, nos topamos con un arroyuelo


Unas pequeñas lajas de pizarra nos ayudan a pasarlo sin mancharnos las botas... o sin meter el pie hasta la rodilla donde no debemos


Bajamos unos metros más y llegamos al río Salgueiros o río de Vio


Y este es el precioso paso sobre este arroyo, en medio de prados, fincas y vegetación


Unas grandes losas, más grandes que las que vimos antes, forman un hermoso puente sobre él


No es que el río sea precisdamente grande o profundo pero evita meternos los pies en el agua, y se agradece


Pasado el río seguimos camino adelante: hemos entrado en la parroquia franquina de Valdepares, en uno de cuyos barrios, llamado precisamente El Franco, estuvo antes la capital del concejo: por él pasaremos justo antes de llegar al río Porcía y entrar en el concejo de Tapia


Durante unos metros caminamos en llano entre los prados de esta veiga. Hay arbustos y frutales


Las señales del Camino: de nuevo mojón y al lado una flecha artesana, clavada en un pequeño poste


Salimos ahora al luminoso valle en Salgueiras, casas que vemos a nuestra derecha, en la veiga


Y ahora, acto seguido, desde el valle toca subir lo que antes bajamos...


Aloramientos rocoso en el suelo del antiguo camino, ahora recuperado


Se acaba un primer tramo de subida y aquí, al elnlazar con el Camín de Salgueiras, seguimos a la derecha seguimos a la derecha


Apenas andados un par de pasos tomamos otra senda que sale a la izquierda, en cuesta y entre los árboles


Y emprendemos el siguiente tramo de subida por otro de esos preciosos senderos de hierba


Hitos del Camino: un mojón y seguidamente una nueva Cruz de Santiago


Con su flecha indicadora: la gran labor de Jesús Trabadelo, que fue homenajeado el 26 de julio de 2018 por su labor, tanto con estas señales, como por ser uno de los pioneros en la recuperación del Camino Norte por el litoral del occidente asturiano, un tramo de absoluta importancia en el paso costero a Galicia


Seguimos el repecho, con las casas de Salgueiras ya abajo a nuestra derecha


Volvemos a llanear, ensanchándose la caja caminera. Debió ser un camino relevante, de carros, cosa que no todos ni mucho menos eran, sino de herradura, esto es, de caballerías, sobre todos mulos de las recuas de arrieros


Llegamos a unas casas, cerradas por muros: es el lugar de Pedra


Siguiendo el muro, tal y como indican las flechas, volvemos a la carretera, en este caso la N-634 A, la que sale de A Caridá y que dejamos atrás saliendo d ela población


Y en la carretera continuamos a la derecha, frente a los Apartamentos Rurales Camín Real


Las llanuras de la rasa costera son propicias a las rectas. En Pedra pasamos una zona residencial, de chalets


Atención a este cruce: El Transformador, de frente al Polígono Industrial de Novales, al lado de Pedra y Mernes, barrios o lugares de la parroquia de Valdepares


Mernes era antaño lugar céntrico y de paso, con su propia casa rectoral, pues la antigua San Miguel de Mohíces compartía párroco con Valdepares, y este se hallaba aquí, hasta que en 1661 Mohíces empezó a tener cura propio, vivía también posteriormente un renombrado médico en Casa Bruno, estirpe también de marineros y eclesiásticos


En este cruce hay otra Cruz de Santiago más. Veamos que tienen las letras C y S (Camino de Santiago), la J de Jesús (Trabadelo) como firma de autor, una concha y la fecha de 1993, cuando se instalaron. Historia viva de la recupración del Camino de Santiago en Asturias


Y de esta manera, pasada la cruz y antes del polígono, en esta encrucijada, dejamos la N-634A y cogemos el camino que sale a la izquierda, donde está la marquesina del autobús


Es un ramal que enlaza la N-634A con la N-634, que bordea A Caridá por el sur


Y ya aquí está el cruce con dicha carretera N-634


La cruzamos, siempre con la máxima atención, y el camino sigue recto todo de frente


Nos acercamos a Os Carbayotes, bello paseo por carretera local, llana y asfaltada, en las verdes praderías que se extienden hacia Os Pradoes, por las veigas del río Piñeira o de Mernes, al norte de A Ronda, en la ruta a Valdepares y al paso del Porcía, tras el que los peregrinos podrán optar por varias posibilidades para entrar en Galicia...




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