LA SENDA COSTERA EN LLANES (ASTURIAS) 2: DE EL RUBINU (PENDUELES) A ARENILLAS (VIDIAGO) POR LA PLAYA BRETONES
La Playa Bretones, Playa Vidiago o Playa Novales y desembocadura del Ríu Bocayús
Esta es La Playa Bretones, de arenas finas y tostadas guardada por altos acantilados, desembocadura del Ríu Bocayús o Ríu Novales, frontera entre las parroquias llaniscas de Vidiago, al oeste, y Pendueles, al este, bello y agreste arenal de unos 400 metros de largo que puede variar muchísimo entre bajamares y pleamares y aún más su anchura, hasta llegar cubrir toda su franja de arena fina y tostada, dejando a la vista los cantos rodados
Es un lugar feraz y bravío, un poco recóndito incluso, pero muy concurrido en verano, pues hay un gran camping a muy escasos metros. Su topónimo parece evocar las antiguas migraciones bretonas llegadas a las costas asturianas y gallegas en el siglo VI, donde llegaron, como a Armórica, la actual Bretaña Francesa o Breizh, huyendo de las invasiones anglas en el siglo VI y tuvieron su famosa Diócesis de Britonia, de la que hablaremos abundantemente cuando nos acerquemos al extremo occidental asturiano y a la Marina lucense
Pudiera asimismo tratarse de un antropónimo referido a bretones arribados a estos pueblos sin tener que ver con aquellas migraciones, pues los contactos marítimos interatlánticos fueron constantes desde la prehistoria, tanto marítimos como terrestres (Camino de Santiago y otros)
De todas maneras y como bien apunta el investigador y filólogo Xosé Lluis García Arias, existe en asturiano, portugués y gallego el verbo britar con el significado de quebrantar. El topónimo quebrantos y sus variantes es muy usual en la costa cantábrica y hace referencia a las penalidades de sus rocas o bajíos, donde zozobran las embarcaciones.
Peregrinos en La Playa Bretones, que han llegado por la Senda Costera
A La Playa Bretones no llega el Camino de Santiago pero sí lo hace la Senda Costera de Asturias (GR-204), la cual forma parte del gran Itinerario Europeo E-9, la cual emplean muchos peregrinos para evitar largos trechos por el sufrido arcén de la N-634, siguiéndola al menos hasta la villa de Llanes, la capital del concejo. Si bien ya puede tomarse nada más llegar a Bustio, entrando a Asturias desde Unquera, es en Santiuste, puerta del concejo de Llanes, donde muchos caminantes la toman hasta Buelna, de ahí o bien retoman el Camino de Santiago o ya siguen por esta senda costera, volviendo a reunirse en Pendueles, si bien durante un breve trecho
Pendueles: de frente a Vidiago (Camino Santiago) y a la derecha a La Playa Bretones por senda costera
Y es que en Pendueles, a la salida del pueblo por el barrio de El Rubinu, las dos rutas vuelven a separarse, el Camino de Santiago sigue de frente por la carretera local LLN-3 y la Senda Costera de Asturias toma un camino a la derecha, que es el que, en esta ocasión, tomaremos nosotros para dirigirnos a La Playa Bretones, tal y como hacen no pocos peregrinos
Si bien en principio nunca somos partidarios de abandonar el Camino de Santiago para tomar otras rutas, puesto que entendemos que la señalización jacobita sigue el trazado histórico de los antiguos peregrinos por el Camino Real de la Costa y sus ramales o variantes, o el más aproximado en aquellos tramos en los que hubiese desaparecido, hay casos en que, dado el penoso transitar, y peligroso, por el arcén de la carretera general en varios trechos, cada uno un tanto largo, de aquí a Llanes (nada más salir de Pendueles uno hasta Vidiago, después de Vidiago otro por La Venta'l Pumar, mas un tercero en San Roque L'Acebal), es normal que muchos romeros escojan vías alternativas, como en este caso la senda costera
Es esta además la vía de acceso a uno de los albergues del Camino, el de Casa Flor, cuyo restaurante, especializado en comida mexicana, está unos metros más allá en la LLN-3
Al albergue se va por la calle de la izquierda, la senda costera sube entre los muros de las fincas hacia La Casona. Al final de la cuesta
Según subimos, vemos cómo se va desmoronando el arruinado Palacio de Santa Engracia, en un principio de Mendoza Cortina, pues su primer dueño y creador fue el indiano Francisco Mendoza Cortina, quien emigró a México en 1835, regresando casi un cuarto de siglo después e instalándose en Madrid con sus negocios y carrera política, fruto de su éxito en diversas empresas americanas
Llegó a ser llamado El Palacio de Cristal por sus enormes cristaleras sostenidas por estructuras de hierro, totalmente vanguardistas, tras pasar por numerosas vicisitudes, entre ellas hospital de sangre durante la Guerra Civil y posteriormente sanatorio de tuberculosis, fue abandonándose y se vino abajo sin que ningún plan ni proyecto para restaurarlo llegase jamás a hacerse realidad
Llegados al muro de La Casona vamos a la izquierda y en esta bifurcación seguiremos por la derecha, subiendo, por donde van aquellos dos caminantes
Fijémonos en las conchas de las mochilas, son dos peregrinos de los muchos que prefieren hacer camino por la senda costera
En el muro de piedra existente en la bifurcación estas señales avalan la dirección a seguir
A la derecha continúa el alto muro de La Casona, aún más elevado en la esquina, suponemos que, además de su función de cierre de la finca, debe servir de protección contra los vientos que soplan fuerte en la rasa costera
Llegamos a la siguiente casa, se acaba la cuesta y llegamos a una bifurcación, en ella iremos a la izquierda, siguiendo a aquel peregrino
Es el lugar de El Barrial, en lo alto de Pendueles, un topónimo que tiene dos diferentes etimologías posibles, una vinculada a barrio y otra a barro
Fijémonos en las dos flechas amarillas pintadas en la maceta. En su momento se pintó la senda costera también con estas señales propias del Camino de Santiago, lo que parece haber sido causa de algún equívoco porque hemos visto algunas tachadas en determinados lugares
En El Barrial estamos a un kilómetro y poco más aproximadamente (por la senda) de La Playa Bretones
Por El Barrial abajo, la carretera LLN-3 pasa encima del ferrocarril por un puente, por ella sigue el Camino de Santiago para salir prontamente a la N-634, por la que va a continuar 1,5 kms aproximadamente, por el arcén, hasta el pueblo de Vidiago, luego de pasar además dos rotondas de enlace con la Autovía del Cantábrico (A-8)
Abajo ha quedado ya El Rubinu, donde vemos a la izquierda, medio tapado por el invernadero, el citado albergue de Casa Flor, cuyo restaurante mira al otro lado, hacia la carretera LLN-3. A la derecha es la parte posterior de La Casona de Paula, alojamiento rural, y enfrente, al otro lado de la carretera, los Apartamentos Lleguera
Continúa la senda por el barrio de El Barrial, fijémonos en su nombre puesto en los azulejos de cerámica de la fachada de esta casa a nuestra derecha
De frente las casas de Los Valles, por donde iremos saliendo de Pendueles, viendo al fondo la Sierra de Cuera, algunos de cuyos más altos picachos pasan de los mil metros abundantemente, empezando por su cota cimera, La Cabeza Turbina (1.315 m, -las alturas pueden varias según las fuentes consultadas-)
El camino es llano ahora, conformando un muy agradable paseo que pasa entre los muros de unas fincas
Un alto seto cierra un terreno a nuestra derecha, el de la izquierda lo hace un vallado, pasamos bajo las ramas y hojas de un hermoso castaño que se asoman sobre la senda
Otra flecha amarilla en la columna de una portilla, nuestro camino
Los Valles, gran parte de las casas de Pendueles son en la actualidad segundas residencias, viviendas vacacionales o alojamientos turísticos
Más al sur, las laderas de La Sierra Plana de la Borbolla, antes pastos y terrenos comunales, han sido hace tiempo dedicadas al monocultivo de eucaliptos, como gran parte de los montes de la rasa cantábrica
Más arriba, Cuera es una extensísima serranía que se extiende paralela al mar a lo largo de unos 30 kilómetros y a unos seis de la línea de costa. Aquí a la izquierda destaca en sus cimas Cabeza de Liñu (1.178 m), paso al sur al Valle Altu de Peñamellera, más allá es el citado Cabeza Turbina, ya en el concejo de Cabrales. Toda la sierra es en sí misma un grandioso mirador, las cumbres dan tanto vista al mar como al interior, a los Picos de Europa y la Cordillera Cantábrica
De Los Valles iremos hacia Jazacorba o H.azacorba ("H." es hache aspirada), un topónimo relacionado con las hazas o franjas en las que antaño de dividía el terreno en estos campos llanos que forman un pasillo natural hacia Bretones
Un azulejo de bienvenida a la entrada de una de las casas de Los Valles
La senda es en este tramo por zona poblada de hormigón con losetas irregulares de piedra, no suele haber más tráfico que el de los residentes
Residentes que, por supuesto, se multiplican en temporada alta con la llegada de los veraneantes, algunos tradicionalmente acudiendo a Pendueles durante los estíos de toda una vida
Más suelo bellamente enlosado a la entrada de esta casa, componiendo una gran explanada que permite maniobrar a los vehículos
Nuevas viviendas todas con su terreno, zona de césped más o menos grande y ajardinada
Seguidamente y durante unos metros, la senda se encaja entre altos setos, el de la derecha silvestre, el de la izquierda plantado
Salimos del pueblo de Pendueles, cabeza de la parroquia de este nombre y antaño uno de uno de los valles que componían la Tierra de Aguilar, territorio que en la Edad Media ocupaba lo que es el actual concejo de Llanes, gobernado desde castillos emplazados en estos valles que, aparte de unidad geográfica fueron y son una entidad social y cultural muy característica del concejo
A partir de aquí se restringe el paso de vehículos salvo los de servicio a las fincas y el suelo pasa a ser de grava o zahorra, fijémonos en la clásica bañera haciendo de bebederu, el abrevadero del ganado que pasta en este valle
Se abre ante nosotros un bellísimo paisaje de prados abiertos en la campiña al oeste de Pendueles y al sur de La Sierra Plana de la Borbolla
A la derecha de la Sierra de Cuera (y de la foto) otro gran peñón calizo es La Peñe Llabres (689 m) con Los Resquilones, al norte de Posada y que se acerca a la línea de costa, de su base apenas la separan 4 km de la La Playa San Antolín, paso del Camino de Santiago del Norte
A nuestra derecha El Cotariellu, cueto de 100 m de altitud fácil de reconocer por sus antenas que separa el valle de los acantilados de La Punta Pendueles, sitos al otro lado, a unos 400 m de la senda costera
Pastos del lugar conocido como El Común, lo que delata sus usos comunales consetudinarios, por donde un camino, paralelo a este, discurre a la vez junto a la vía del ferrocarril, que pasa oculta por el bosque a su izquierda. En lo alto los crestones calizos de la Sierra Cuera domina majestuosamente la escena. La sierra está formada por nada menos que doce franjas montañosas paralelas, si bien de longitud muy desigual, tal y como apercibiremos según nos acerquemos a sus laderas
Realmente no llegamos a ver prácticamente las vías tampoco cuando no las tapan los árboles, como aquí cerca a nuestra izquierda, ocultas por su caja ferroviaria, únicamente cuando pasa el tren se delata este ferrocarril de vía estrecha, inaugurado en julio de 1905 con gran algarabía cuando las antiguas líneas del Ferrocarril del Cantábrico y Ferrocarriles Económicos de Asturias (ambas integradas en Feve en 1972) se unieron en Llanes comunicando Asturias y Galicia por aquellos primeros caminos de hierro que, a la vez que las aún incipientes carreteras, iban sustituyendo a los viejos caminos, muchos vías romanas basada a su vez en rutas prehistóricas, que durante siglos, por no decir milenios, fueron las principales rutas de tránsito terrestre de gentes y mercancías
Un par de robustos castaños muy frondosos se alzan aquí sobre el sendero, que hace una larga recta
La Sierra Cuera orienta nuestros pasos hacia el oeste, la senda costera avanza muy directa en esa dirección
Tengamos en cuenta que los GR y PR (senderos de pequeño y gran recorrido) no buscan siempre necesariamente la distancia más corta entre dos puntos sino que tienen diversos criterios, paisajísticos, ambientales, etc., por lo que pueden hacer grandes rodeos, vueltas y revueltas, como por ejemplo estas sendas costaneras, que suelen buscar seguir la forma de la sinuosa orografía del litoral
Pero este no es el caso, al menos en este tramo al oeste de Pendueles la Senda Costera de Asturias (GR 204) sigue un trayecto bastante directo, en buenos trechos hasta recto, y muy llano salvo livianas cuestas casi inapreciables, por lo que llegaremos a La Playa Bretones muy prontamente
El bosque que vemos al fondo señala la bajada a la playa, situada a un nivel más bajo que esta rasa costera, es el profundo surco arbolado que desciende a las riberas del Ríu Bocayús o Ríu Novales, en cuya orilla este, la perteneciente a Pendueles, funcionaron dos molinos, los de El Colláu los Asprones
Las sendas costeras y los GR y PR no emplean tampoco caminos principales necesariamente, sino que son caminos nuevos que reacondicionan vías secundarias o de servicio a las fincas o son pasos de pescadores, montañeros, pastores, etc., en unos casos bien trillados como este y en otros no tan marcados como lo es esta pista, de ahí viene que no suelan coincidir, salvo en algunos trechos, con otras rutas históricas, como lo son los caminos reales, de Santiago, cañadas reales, etc., sin embargo cierto es que en otras ocasiones sí lo hacen
A pesar de nuestra proximidad al bosque seguimos teniendo buena vista hasta muy al occidente. En la lejanía hay varias referencia visuales que no queremos que pasen desapercibidas, pues podremos reconocerlas en días claros
En primer término y en medio de las foto vemos el tejado de una casa, es el lugar de Las Bárzanas, en la parroquia de Vidiago. A la izquierda el gran paredón calizo de La Peñe Llabres ya mencionada
A la derecha, unas antenas señalan la cima de La Cuesta, La Cuesta Cue o La Sierra Plana de Cue (188 m), justo al otro lado está la villa de Llanes. La senda costera va a su derecha y el Camino de Santiago a su izquierda, ambas se unen en La Jorcada, solar de la capilla del Cristo del Camino, a sus pies pero un poco más al oeste
Y este es El Picu Benzúa o La Cabeza Benzúa (724 m -en Llanes suele predominar o alternar con picu llamar cabeza a las cumbres cimeras-), al sur de Nueva, en la zona más occidental del concejo de Llanes y muy próximo al de Ribadesella/Ribeseya. Más a la izquierda y bastante más lejos, a unos 50 kilómetros de distancia en línea recta, es El Picu Pienzu (1.161 m) cumbre máxima del Sueve o Puertu Sueve, gran serranía caliza que simboliza el paso al centro de Asturias y una destacada cima muy próxima al mar de las playas de Caravia y Colunga
Los pastores eléctricos revelan los usos ganaderos de estas fincas, prados de diente y guadaña, o lo que es lo mismo, de pasto y siega
Y también, por supuesto, las alambradas de cierre. La senda hace ahora una curva a la derecha, esquivando estos cuetos que tenemos enfrente
Y busca un buen paso directo hacia el río y la playa
Nos dirigimos a los campos de Piedrallada, justo al otro lado está el mar
Llegamos a una bifurcación, un camino sube y otro baja
La flecha amarilla nos indica tomar el de la izquierda, el que baja
Y empezamos a bajar, es el descenso a las profundidades del Ríu Bocayús a la que antes nos referíamos
Vemos ya ahí abajo las vegas del río, muy fértiles, como toda esta rasa, poco más allá es La Cuesta Jabunte o H.abunte, al sur de Vidiago, rematada en La Pica Jabunte (223 m), en La Sierra Plana de la Borbolla
Más al sur y en la lejanía las omnipresentes cumbres del Cuera, de tan clarísima caliza blanca que en ocasiones, cuando le da bien el sol, puede confundirse con nieve
Más abajo, impera el ocalito, pero los árboles autóctonos sobreviven como pueden en algunos rincones, bien como ejemplares aislados o formando pequeñas matas y bosquetes. Leemos en el libro dedicado a Llanes y Ribadedeva de la serie Asturias concejo a concejo del Real Instituto de Estudios Asturianos (varios autores) lo siguiente:
"El arbolado de repoblación está formado por pinos y eucaliptos. La repoblación de pinos se ha llevado a cabo fundamentalmente con el pinus insignis y en menor medida con pinus silvestris. El pino aparece a partir de los 200 metros de altitud ocupando las vertientes de las sierras planas y adentrándose por los valles del Bedón, Nueva o San Cecilio hacia la Sierra de la Cubeta. El eucaliptal no aparece más arriba de los 400 metros de altitud. Se encuentra extendido por la práctica totalidad del territorio"
Una preciosa higuera sobre el camino proyecta su sombra. Según leemos en el libro reseñado, se pueden distinguir en Llanes tres grandes áreas vegetales, las áreas de montaña, como Cuera, Llabres o Benzúa, las sierras planas y esta de la rasa:
"En las primeras predomina el matorral y la presencia de bosquetes relictuales de hayas, fundamentalmente. Las sierras planas han sufrido una intensa repoblación de pinos y eucaliptos. Y por último, la rasa presenta una organización caótica de todas las especies, excepto el haya. Aquí el carst ha impuesto una inversión altitudinal de las especies apareciendo las mediterráneas en los sectores más elevados."
Alguien ha aparcado su bicicleta en la vereda bajo la higuera, a la buena sombra
Posiblemente alguien que ha venido a atender las huertas que vemos un poco más abajo, en la vega
Más abajo una buena pumarada, al final del prado una mata de arbolado en el que alternan especies autóctonas con ocalitos
La bajada parece suavizarse ahora un poco en este tramo del trayecto hacia la playa
Y ahora empezamos a llanear, la vegetación silvestre llega a crecer, exuberante, los tojos a nuestra izquierda pueden hacerse más altos que una persona
Periódicamente se desbrozan un poco las veredas, cambiando el aspecto de nuestro entorno más inmediato
Crecen también profusamente las hierbas, como aquí, al pie de esta pared rocosa, cuando empezamos a bajar de nuevo
Es la roca madre, que aflora a la superficie, de frente la vega, arriba La Cuesta Jabunte en La Sierra Plana de la Borbolla
El valle muy al principio del otoño, cuando aún no ha caído la hoja, al menos aquí, ni se ha vuelto mustia aún y relumbra el sol en todo su esplendor. Una baranda de madera separa la senda del borde de un desnivel repleto de matorrales
También en otoño temprano, pero un día nublado, comprobamos cómo puede cambiar la gama de colores
Encantador y bucólico sendero que continúa ahora en recto y vuelve a llanear durante otros metros de trayecto
Idílico paraje cuando ya ha pasado la temporada alta pero aún no han comenzado los rigores del invierno, bastante suave, no obstante, en la costa respecto a la cercana montaña
Gran paredón vertical, como un acantilado sobre el sendero, que tiende a estrecharse ahora pero se pasa bien, aunque en fila india si vamos varios
Pasamos tan cerca que prácticamente nuestro brazo roza con ella
Luego la gran roca se cubre de helechos, tojos y arbustos
La torre de la línea eléctrica nos sirve de referencia, es la del suministro del camping
Y aquí empezamos a bajar otra vez, es el descenso más acusado, el del final, por eso se han dispuesto estos escalones
La baranda de madera puede ser especialmente útil, pero nunca nos apoyemos demasiado en ellas, suelen vencer fácilmente con el transcurso del tiempo
Nos adentramos en el bosque, podemos bajar por la escalera o bien por la senda paralela, menos recomendable con lluvia, barro, hojarasca...
Aquí se hace más evidente la llegada del otoño con las hojas caídas que se amontonan, formando una franja ocre, en la vereda del camino
Llegando abajo, a la llana vega, vemos entre los árboles las instalaciones del Camping La Paz, vacías, los campistas hace unas semanas que se han ido y se ha cerrado hasta la siguiente temporada
Esta es la pasarela sobre el Ríu Bocayús Novales, pasamos ahora de la parroquia de Pendueles a la de Vidiago.
El río nace en La Fuente Bocayús, en las estribaciones de La Sierra Plana de la Borbolla, formando un valle de unos dos kilómetros de largo y algo más de medio kilómetro de anchi. Las más de las veces es un arroyuelo o regato pero estos cursos fluviales, aunque cortos, salvan en pocos kilómetros un gran desnivel desde su nacimiento hasta el mar, por lo que en temporada de lluvias pueden formar un fuerte torrente y desbordarse, arrastrando todo a su paso
Por eso a partir de la pasarela y al atravesar el camping el río pasa canalizado y vallado antes de desembocar en el mar
Piedra de muy llamativa forma en el camino, que nos encontramos una vez cruzado el puente
La senda se cubre bellamente de hojarasca, un murete con pequeños postes de cemento y alambre cierra la finca del camping
Construcciones de servicio del camping al pie de la rocosa y poblada pared de La Boriza, un topónimo que se repite abundantemente en el concejo y que tiene diversas acepciones relacionadas con la vegetación y el terreno. Arriba reconocemos más edificios de dependencias campistas, pues el camping se extiende por toda esa parte del monte, mirando al mar. Leemos a propósito de Boriza en Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos, del filólogo Xosé Lluis García Arias:
"El término asturiano berezu lo definen algunos como ‘Vaccinium myrtillus’ y se refiere a la planta que produce arándanos; en otros casos se contentan nuestros vocabularios con buscarle una traducción gracias al cast. brezo, acaso de origen céltico para Corominas-Pascual.
En toponimia aparece formando abundativos como en La Berizosa, La Brizosa, El Picu Berezosu, El Berezosu. Idéntico a éste es El Bericiusu aunque con metafonía.
Equivalente a berezu, con una variante berizu o bericiu o beriza, lo tenemos en el abundativo berezal que, al perder la e átona, pudo ser responsable de algunos topónimos abundativos del tipo El Bricial. Sobre berezu se forma también el colectivo, doblemente incrementado, Berzadales que nada tienen que ver con las berzas.
Desde bereza, en las mismas condiciones fónicas, pudo seguirse una metátesis responsable del ast. breza —> berza presente en algunos topónimos menores como El Picu la Berza en los límites de Grau y Teberga.
De un diminutivo combinado con sufijo colectivo provienen los topónimos del tipo Bercinéu, a veces escritos con “v” por su aparente relación con verde. También en relación con beriza parece Bricia. En cambio Brece (Pi), lo mismo que Brecín, pensamos que han de considerarse continuadores de un antropónimo.
Desde la variante beriza pudieron haberse formado los topónimos del tipo Borizu o Boriza, frecuentes en el oriente asturiano pues borizu es, evidentemente, un fitonímico dado que se define como ‘especie de mijo o panizo pequeño que se cría espontáneamente entre el maíz o las hortalizas’. Con una atracción velar sobre la átona (460 p. 18) se generaliza boriza ‘terreno fragoso’, ‘pastos comunes en terreno breñoso’. Un colectivo puede recordarlo el apelativo borizal ‘terreno donde abunda el borizu’, responsable de El Bruzal"
Las calles del camping, vacías, muy diferente es el aspecto que presentan en pleno verano
Salimos a otro camino en este cruce y seguimos a la derecha, siempre al lado de la tapia
Aquí volvemos a pasar sobre el río, que fluye, oculto y silencioso, a nuestros pies, por lo que se supone estaríamos entrando de nuevo en términos de la parroquia de Pendueles
Flecha amarilla en la corteza de un árbol, a nuestra izquierda
Otra en el muro del camping, a nuestra derecha
Los colores del otoño, unos árboles se mudan antes que otros
A nuestra izquierda el río, al otro lado Vidiago, a este Pendueles
Una pasarela lo cruza hacia el aparcamiento del camping. Nosotros seguimos de frente por la senda hacia lo más espeso de la boscosa umbría, justo antes de salir a la playa
La orilla se cubre de hierbas, helechos y toda clase de plantas, cuando hay este silencio puede oírse el murmullo del agua
Pasamos ahora al pie de un gran peñasco, un poco más adelante encontramos la carretera local que comunica el camping con la N-634 y la Autovía del Cantábrico en la rotonda de enlace existente arriba, en Las Bárcenas
Una fila de árboles forma una pantalla vegetal antes de que la senda, que hace un poco de curva a la derecha, salga a dicha carretera local
Y ya llegamos al asfalto: a la derecha está la recepción del camping, a la derecha sigue la senda costera, cruzando un tercer puente y entrando definitivamente en la parroquia de Vidiago
Cruzamos, efectivamente, el puente, pero antes de continuar ruta vamos a hacer la preceptiva visita a La Playa Bretones, tomando el camino que, una vez cruzado el puente, se dirige a la ensenada
Esta es la mitad occidental de la playa, que queda separada de la oriental según sube la marea, por el gran promontorio de La Boriza, a veces se da en llamar a esta La Playa Vidiago y a la otra la de Bretones propiamente dicha, mientras en ciertos mapas se da en llamar Ensenada de Novales a toda su concha, sin embargo parece, según los estudios pertinentes, que se trata de topónimos superpuestos del mismo arenal. Sobre Novales consultamos otra vez Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos:
"... designaba el terreno roturado por primera vez, el barbecho y también la tierra yerma o nueva en una clase de cultivo. Aunque pueden darse confusiones con los nabales ‘plantaciones de nabos’ (p. 127) o con un derivado de nava (p. 125), es posible que alguno de nuestros topónimos se explique por la actual palabra noval, que además de aplicarse a la tierra que acaba de desmontarse aludía a las viñas recién plantadas"
Mismamente esta de la izquierda pertenece a Vidiago la parte a la izquierda del Ríu Bocayús, García Arias relaciona yús con yuso, 'abajo', (del latín deorsum) por contraposición a suso, 'arriba', (del latín sursum), unas palabras muy usuales en topónimos antiguos (Babia de Yuso y Suso, por ejemplo). Sería por lo tanto la 'boca de abajo', referida posiblemente a su fuente en la sierra
Esta parte occidental de la playa mide 200 de los 400 metros que se señalan como los de su longitud total en la mayor parte de las guías y publicaciones. Sobre el topónimo Bretones ya hemos hablado ampliamente al empezar esta entrada de blog y es posible que tenga más que ver con escollos en el mar que con gentes de Bretaña, pero la toponimia no es siempre una ciencia exacta a la hora de buscar el origen indiscutible del nombre de cada lugar, aunque sí explicar posibles etimologías
Al llegar a la playa lo primero que vemos es un gran montón de cantos rodados arrastrados y moldeados por las fuerzas erosivas del oleaje haciéndolos chocar unos con otros. Suele ser la parte que queda en la superficie cuando sube la marea
Como ocurre en muchos casos similares, los cantos llegan a taponar la desembocadura del río y este sigue, por debajo, subterráneo, su camino hacia el mar
Cuando baja la marea la arena, tostada y clara, queda al descubierto, pudiendo verse al regato ir al Cantábrico saliendo de entre las piedras
A nuestra derecha, sobre el acantilado de La Boriza, el edificio del bar del camping, que cierra también fuera de temporada. He aquí la descripción de la playa en Wikipedia:
"La Playa de Vidiago, es una playa lineal, conocida también como Novales o Bretones (debido a que realmente son dos playas que se comunican a través de un sendero y unas escaleras de acceso)es una playa de la parroquia de Vidiago en el concejo de Llanes, Asturias. Se enmarca en las playas de la Costa Oriental de Asturias, también llamada Costa Verde Asturiana y está considerada paisaje protegido, desde el punto de vista medioambiental (por su vegetación). Por este motivo está integrada, según información del Ministerios de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, en el Paisaje Protegido de la Costa Oriental de Asturias.
La playa de Vidiago, como hemos comentado antes, está formada por dos playas continuas separadas entre sí por un promontorio. La que se conoce como playa de Bretones oeste, a la que se accede desde la localidad de Vidiago por un acceso adecuadamente señalizado que acaba en un aparcamiento situado al borde de la playa, abarca unos 60 metros de longitud y su lecho está formado por arena y cantos rodados. Por su parte, la conocida como Bretones este, con una longitud aproximada a los 200 metros, presenta un lecho que arenas de arena y cantos rodados presenta algún que otro bloque de roca. En esta playa es donde desemboca el río Novales, de ahí el otro nombre con el que se designa la playa (playa de Novales)Muy cerca de la playa se encuentra el conocido Ídolo de Peña Tú, y de los conocidos como Bufones de Arenillas.
Posee pocos equipamientos, aunque entre ellos está el del servicio de limpieza y equipo de salvamento en época estival."
En buenas bajamares podemos dar un buen paseo hasta la orilla del mar, viendo también los acantilados de La Ordaliega y La Punta Vidiago a nuestra izquierda. Ahí está El Castiellu la Jorma o H.orma (hache aspirada), donde se ha localizado un recinto fortificado de más que probable origen castreño y con posible reocupación medieval, pendiente como tantos otros lugares similares de más estudios y excavaciones arqueológicas. En la página ArqueoAstur del arqueólogo Eduardo Pérez-Fernández encontraremos, además de excelentes fotografías, la siguiente información, a manera de completa ficha de lo poco que hasta el momento se conoce del enclave:
"Referencias y Catalogación
Identificado como recinto fortificado por Eduardo Pérez-Fernández, siendo entregada el 18 de febrero de 2016 su correspondiente ficha en la Consejería de Educación, Ciencias y Deportes del Principáu d’Asturies para su inclusión en el inventario arqueológico del concejo de Llanes.
Régimen de Protección Legal
Pendiente de inclusión en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias (IPCA).
Descripción
El yacimiento fortificado se encuentra a unos escasos 600 metros al N del pueblo de Vidiago, sobre los mismos farallones de la línea de costa, en una pequeña loma de 79 metros de altitud que se levanta entre otras dos de mayor altura.
2016, Pérez-Fernández, E.
Recinto de planta casi circular de unos 47 metros su eje mayor E-W y en torno a los 40 el menor N-S, bastante llano con una superficie habitable de 0,159 ha. Está delimitado de acantilados marítimos que hacen imposible el acceso por el frente septentrional, por lo que los esfuerzos defensivos se concentraron en los restantes.
En el frente occidental y quizás el meridional, por delante de la plataforma o ancha terraza, se antepone un talud de 4,5 metros de altura en el que abundan los bloques de pizarra. Igualmente, “la pared interna del segundo foso se convierte en otro talud que contornea la totalidad del asentamiento.” Sobre este anillo defensivo se distribuye una amplia terraza de entre 12 y 18 metros de anchura seguida de un talud de 2 a 3 metros de altura que bordea enteramente el recinto
En el frente meridional y occidental las defensas son más difíciles de apreciar, pues el foso desaparece completamente debido a la colmatación y el talud interno pierde altura, quedando en apenas un metro en el extremo W; de todas formas, la ausencia de lapiaz indica la existencia anterior de antiguas obras defensivas en la actualidad completamente colmatadas. Es precisamente en este flanco donde el pequeño talud culmina en un muro, posible muralla, en el que se aprecian restos de mortero, lo que quizás nos esté indicando una ocupación o reutilización medieval del emplazamiento.
Periodización
Los restos de mortero que se aprecian en los muros del sector occidental, podrían indicar una ocupación o reutilización medieval del emplazamiento. De todas formas, hay un gran componente de indertidumbre sobre su marco cronológico que tan sólo mediante una intervención arqueológica se podía aclarar.
Estado de Conservación
Parte de las defensas del sectores occidental, y sobre todo meridional, han sido colmatadas.
Leyendas y Tradiciones
Se desconocen"
La playa en invierno, más solitaria y con la mar bravía
Al otro lado del río, mirando a la playa, otro de los edificios del camping, la tienda, cerrada en temporada baja, al lado de la cuesta que sube a lo a lo alto de aquellos miradores sobre la playa
Las peñas de La Boriza (no confundir con el mirador del mismo nombre sito más al occidente ni tampoco con la península homónima, entre Celoriu y Barru) y el camino de los miradores. Esas laderas se llenan de tiendas de campaña según avanza el verano, así como de gente y vehículos
Una antena corona la cima. Si pernoctamos en el camping lo cierto es que las vistas nos encantarán, no nos perdamos los atardeceres y amaneceres desde este lugar
Al comienzo de la subida hacia la tienda y el mirador, en el acantilado, una cueva natural
Está cerrada por una reja pues en la actualidad se emplea como almacén
Desde la entrada vemos bien el interior, al que entra luz por otra entrada a la gruta, al fondo
Desde la playa regresamos a la senda, al lado del puente, a la izquierda vemos el camino por donde hemos venido y a la derecha una pequeña cuesta por la carretera local de acceso al camping desde la N-634 y la A-8
Solo unos pocos metros más arriba, pasada esta curva, vemos una baranda de madera que sube a la derecha
Y una flecha amarilla en la baranda de madera allí colocada al empezar la cuesta: por ahí suben los peregrinos
Más señales en la roca donde arranca este sendero, indicándonos tomarlo en este lugar
Y así, prontamente dejamos el asfalto para subir por este sendero de hormigón y losas
Y es que, lo que hemos bajado para llegar a la playa toca ahora subirlo para regresar a los campos de la rasa próximos al mar
Ganamos altura rápidamente, abajo quedan ya el puente, la entrada al camping y el peñón de La Boriza
La subida, de todas formas, es bastante llevadera, corta y cómoda, no nos parece tan larga como la bajada al arenal por Piedrallada
Y es que enseguida se acaba la cuesta y volvemos a caminar por los prados, muy llanos, de la rasa costera llanisca
La senda costera pasa ligeramente apartada de los pueblos y aldeas que jalonan el recorrido, sitos un poco más al sur y, aunque próxima al mar, no siempre se puede ver el Cantábrico desde ella. El paisaje es de praderías con matorrales y bosquetes
A la izquierda un prado abierto al sendero, a la derecha un muro vegetal de tojos y helechos, de frente una mata de arbolado
Ahora prados a la derecha, cerrados al mar por una muralla natural de arbustos y helechos
La senda costera sigue siendo esa pista ancha que ya nos encontrábamos al salir de Pendueles. Estamos muy cerca de Vidiago, por donde va el Camino de Santiago, a poco más de 500 metros de donde estamos, pero no lo podemos ver, pues está al otro lado de la colina a la izquierda de la foto
Por ahí va, también oculta, la Autovía del Cantábrico (A-8). Sí vemos bien, otra vez, La Pica Jabunte, que se encuentra sobre Vidiago y, por supuesto, la línea de cumbres del Cuera
Lo cierto es que si bien la caja de la A-8 queda oculta por esa pantalla vegetal, tal vez sí reconozcamos, entre los árboles, algunos de los grandes paneles que anuncian el enlace con la N-634 que ahí se encuentra, acceso a Vidiago y la playa. En la distancia la majestuosa pica de La Cabeza Turbina, con La Cabeza Ledesna (1.234 m, a veces transcrito Ledesma) a su izquierda y seguidamente El Picu H.aba o Jaba (1.162 m), zona de majadas de altura llena de escares o torcas, hondonadas formadas al vencer el techo de cuevas subterráneas en la erosionada caliza
En lo alto de La Cuesta Jabunte o H.abunte, la pica de su mismo nombre hace de frontera entre las parroquias de Pendueles y Vidiago, más lejos y más alto, vemos la ya mencionada Cabeza de Liñu con sus 1.178 m de altitud (insistimos en que las alturas varían según la fuente consultada), donde hay un vértice geodésico. A su izquierda está El Picu Mesna (1.064 m), también en términos de Peñamellera Alta o Valle Altu de Peñamellera, y a su izquierda El Picu Ubricariu (1.137 m) y El Picu la Muesca (1.085 m) sobre Los Llanos de Morea
Lo cierto es que caminar por la senda costera es un placer, pues además sigue un camino bastante directo hacia Llanes, al menos hasta el paso del Ríu Purón y la inmediaciones de La Venta'l Pumar. Allí podremos decidir entre enlazar con el Camino de Santiago, que llega a Llanes prontamente, o continuar la senda costera camino de Andrín y La Cuesta, haciendo ya más cuestas y rodeo pero disfrutando de unos paisajes marítimos de verdadero ensueño
Además de pastizales ganados tiempo ha a la vegetación de la rasa en aquellos lugares, menos pedregosos, aprovechables para ello, hay algunos cultivos, pasamos ahora al lado de una buena pumarada de manzana de sidra
"Tanto la documentación como la toponimia nos llevan a considerar que en asturiano medieval se empleó “huerdo”, así en 1258, como palabra con el significado de cebada; pero de hecho ya en documento del siglo X se aludía a un “quarterio de ordio”.
Su origen estaría en el latín HORDEUM ‘cebada’, con una pronunciación trisílaba que explicaría la tardía aparición de la yod y la no palatalización del grupo -RDJ- como podrían manifestar Güerdies, acaso un plural formado sobre el neutro HORDEA; el mismo comportamiento fónico lo vemos en los resultados actuales abundativos Ordial, Ordiales, que habrán sido, sin duda, otros tantos posibles ‘cebadales’.
Ha de partirse de ordial para justificar también el doblemente abundativo L’Ordaliegu, L’Ordialiigu, Las Ordaliegas, con que debió de aludirse a terrenos abundantes en cebada.
El parecido con la cebada se nos recuerda hoy con una palabra, ordaliega, con que en Mieres todavía designan un tipo de castaña, quizá debido a su forma"
Es muy posible entonces que antaño estos terrenos cultivables estuviesen plantados de cebada, la cual habría sido sustituida, como otros cereales, por el maíz, traído de América, a partir del siglo XVII, después, y avanzando el siglo XX, se produciría la especialización ganadera, compatible por ejemplo con la plantación de manzanos o pumares
En este tramo de costa, los prados no llegan exactamente al mismo borde del acantilado sino que entre ambos se alzan estas suaves colinas pedregosas donde crecen tojos, helechos y alguna encina, formando atalayas naturales que se van sucediendo sobre el margen del cantil y alguno unos metros más al interior. Su altura sobre las aguas es de entre 80 a 90 metros. Ahí tenemos, aprovechando el propio acantilado como defensa ante el mar y muy posiblemente vigilando la ensenada de Bretones, posible puerto natural de cabotaje en la antigüedad, el citado Castiellu la Jorma
Detrás de estos cuetos, a su izquierda, la llanura forma un valle en los terrenos más llanos de la rasa, donde pastan los rebaños
Por las inmediaciones de La Pedrosa, al sur del pueblo de Vidiago, vemos la senda costera subir a la derecha del Puente Navina, que pasa sobre el ferrocarril. A lo lejos vemos el Altu la Tornería, entre La Sierra Cuera y Los Resquilones, donde se libró, en septiembre de 1937, la batalla de El Mazucu, la última defensa consistente del Frente Norte en la Guerra Civil. Si bien llamada de esta forma por el nombre del pueblo de El Mazucu, sito al otro lado de ese collado, el teatro de operaciones abarcó a toda la sierra y este pasillo costero
Caminamos por un paraje de extraordinaria placidez, próximo, pero relativamente apartado a la vez, de zonas pobladas. La senda costera hace las veces además de vía de servicio a estas fincas, el vehículo de algún vecino que viene a atenderlas, o maquinaria agrícola de tractores, transportes de ganado y similares, ha de ser en principio todo el posible tráfico, muy escaso, que podamos encontrarnos
Iremos viendo algunas hondonadas, resultado del desmoronamiento del techo de las grutas que la erosión marina perfora en la pared caliza de los acantilados
Las fincas aquí están cerradas con vallados para evitar que el ganado salga a la senda, la cual se acerca al mar pero no llegamos a verlo, tapado por estos oteros
Luego se aparta unos metros de la línea costera para proseguir en dirección sur-suroeste durante un trecho
Abajo los pastos, de frente el cueto en el que se cavó la trinchera de la autovía, luego La Sierra Plana de la Borbolla, que se extiende a la derecha hacia Los Llanos, encima del pueblo de Puertas, y en la lejanía La Sierra Cuera: este es el paisaje que divisamos desde la senda costera hacia el sur
En primer término, el guardarraíl de la A-8 y los tejados de La Pedrosa, en Vidiago, donde las palmeras delatan el solar de alguno de sus palacios indianos, esas en concreto el de la Casona de Ignacio Villar, comprada en 1882 a su regreso con acaudalada fortuna por el vecino Manuel Lamadrid, emigrante a México, donde se dice fue amigo del emperador Maximiliano. Lamadrid, que figura bautizado en Vidiago el 7 de septiembre de 1817, figura como emigrado con 14 años (se marcharía pues en 1831), una edad a la que se iban muchos
Amigo Lamadrid también del poeta y dramaturgo romántico José Zorrilla, este pasaría aquí invitado una buena temporada, inspirándose para escribir su obra El cantar del romero, la cual contiene sus célebres versos de El Bufón de Vidiago, dedicados a ese bramadoriu junto al que pasará prontamente la senda costera, un gran pozo, o pozos, pues son varios bufones, por el que salen sonoros bufidos y grandes chorros de agua empujadas por el oleaje en esas cuevas horadas por el mar a las que antes citábamos y que forman también pozos y oquedades
Zorrilla, cuya obra cumbre, Don Juan Tenorio, publicó en 1884, era ya pues un autor más que consagrado hacía mucho tiempo cuando pasó aquí bastantes días de los meses de octubre y noviembre de 1882, es decir, poco tiempo después de la adquisición de este palacio por Manuel de Lamadrid, la razón es el elogio que hace el escritor de este indiano en su obra Recuerdos del tiempo viejo
Además de El cantar del romero José Zorrilla preparó en Vidiago parte de su discurso de ingreso en la Real Academia Española, el cual también fue en verso y empieza así:
La poesía fué mi único vicio,
mas son mis versos mi única defensa,
é imponerme la prosa y el discurso,
rigor fuera en vosotros, y en mí mengua.
¿Qué discurso ha de hacer quien no le tiene?
¿Sobre qué discurrir podrá aunque quiera,
ni sobre qué podrá formar un juicio
quien por vivir sin él hasta aquí llega?
Llegando al Puente Navina damos vista a la nave ganadera de Pancho, aquí nos encontramos con dos furgonetas de vecinos que es, o debería ser, como hemos dicho, el poco tráfico que habríamos de encontrarnos en este tramo de senda (en otros, como en el acceso a La Playa Bretones, puede coincidir con alguna vía local pública)
Aquí la senda costera recupera su rumbo a occidente en esta recta en la que discurre en paralelo al ferrocarril
Navina parece ser un diminutivo de nava, "una vieja palabra prerromana, muy difundida y de difícil filiación lingüística aunque no céltica, quizá con el significado de 'valle'", dice García Arias, que en otro apartado se extiende más en el tema:
"Pocos topónimos, en verdad, fueron tan discutidos como aquéllos que pueden relacionarse con nava. Por un lado se constata su gran diseminación geográfica y, por otro, su densidad en la Península Ibérica. Ello llevó a emitir teorías diversas acerca de su filiación etimológica resumidas de este modo: preindoeuropea (Tovar), protoiliria (Pokorny, Carnoy, Llorente), indoeuropea, precéltica (Coro mi nas), céltica (Hubschmid), griega (Bertoldi). García de Diego, siguiendo opiniones emitidas al menos desde el siglo XIX, la relaciona con el vasco actual naba ‘valle’, cosa que desde un punto de vista del significado podría aplicarse a gran número de nuestros topónimos"
No solo la senda y la vía siguen paralelas, también lo hace, al otro lado de la trinchera, la Autovía del Cantábrico, cuyo paso por Llanes fue de los más conflictivos a causa de las numerosas alegaciones vecinales, las obras llegaron a pararse en 2005 creándose un gran embudo en la N-634
La judicalización del problema llevó a dividir este sector en dos tramos, Llanes-Pendueles y Pendueles-Unquera, si bien en la práctica llegaron a ser tres (los célebres "subtramos"), pues el primer trecho inaugurado tras poder ir retomándose los trabajos fue el de San Roque L'Acebal a Llanes el 28 de septiembre de 2012, al que siguió el de Pendueles a San Roque L'Acebal más de un año después, el 2 de octubre de 2013. El de Unquera a Pendueles no llegaría hasta el 7 de agosto de 2014
Fue precisamente este de La Pedrosa uno de los puntos más conflictivos, allá por 2007, a fecha 7 de septiembre, la corresponsal de El Comercio Irene García se hacía eco en su artículo "solo queremos que se haga" de esta controversia:
"La primera parte del subtramo Pendueles-Llanes de la autovía del Cantábrico comienza al llegar a la parroquia de Vidiago. En este punto, la vía vuelve a discurrir en paralelo a la N-634 por el Norte, por la rasa costera, dejando al Sur a los núcleos de Vidiago, Puertas de Vidiago y Riego, un territorio en el que residen de forma permanente unas 310 personas y se contabilizan algo más de 200 casas. Una vez superados estos núcleos está previsto que la vía de alta capacidad cruce el río Purón a través de un viaducto para proseguir su recorrido.
En este paso por la parroquia llanisca de Vidiago, al menos en lo que afección a viviendas se refiere, la peor parte se la lleva Vidiago y en concreto el barrio de La Pedrosa, por la cercanía con la que se prevé que pase. Sin embargo, esto no preocupa a todos, sino que algunos como los hermanos Alberta y Benjamín Villar lo aceptan. Tras sopesarlo, consideran que los beneficios pesan más y tampoco creen que «vaya a quedar demasiado cerca». Ambos insisten en que lo importante es «que se haga cuanto primero mejor. La gente ya tiene ganas, al menos yo sí, porque tienes a la familia que trabaja lejos y te preocupas. Ves que en la carretera hay muchos accidentes, que los puede haber también en la autovía, pero menos», dice Alberta.
En Riego es donde menos críticas se oyen a la opción Norte y también allí están impacientes esperando su ejecución. En este pueblo está ubicado el aula del CRA II de Llanes en el que estudian los niños de la parroquia. El maestro, Ramón González Noriega, considera la autovía necesaria para la seguridad. «A pesar de lo que hicieron en la nacional poniendo un tercer carril en Puertas, aún es un peligro sobre todo en verano, y salir del pueblo es complicado».
En opinión del docente el trazado escogido es «el menos malo». Aunque reconoce que antes «opinaba que podría pasar al otro lado de la carretera (al Sur) por un bosque que hay, luego si vas a verlo te da pena porque no son sólo eucaliptos y de allí bajan las vías de agua».
Un paso a los bufones
Las posibles afecciones a la costa, temor de gran parte de los vecinos, no le preocupan demasiado porque cree «que no irá tan cerca como se piensa» y lo compara con el caso de San Antolín, donde la autovía sobrevuela la playa. Lo que sí espera es que se mantenga el paso hasta los bufones de Arenillas, uno de los principales atractivos turísticos de esta parroquia, junto al ídolo prehistórico de Peña Tú. Una opinión que comparte otro residente del pueblo, Juan Manuel Álvarez, quien también incluye la senda verde como «algo a mantener».
Pero los vecinos de Puertas de Vidiago ya se manifestaron en su día en contra de este trazado, argumentando que dejaba al pueblo «encajonado» entre la nacional y la autovía y que no se respetaba la protección que tiene la costa. Además, explica la lugareña Mariví Cortina, «en esa zona hay gran riqueza arqueológica como la cueva del cura», donde recuerda que se produjeron importantes hallazgos del Paleolítico, hoy en el Museo Arqueológico de Oviedo.
Para todos ellos la opción «más adecuada» para la autovía era la del Valle Oscuro, pero, recuerda Mariví, «ésa no interesaba». Sin embargo, explica, «ahora a la gente ya le de igual que se haga por donde sea, pero que sea ya. Nadie quería esta opción, pero se está tardando tanto ya que la gente sólo quiere que se haga», insiste. Pero, al mismo, expresa otro de los temores del pueblo: «Que en un futuro se vaya a urbanizar la zona desde la autovía hasta el núcleo rural, que es donde la montaña está más cerca del mar»."
Un par de zancadas más y llegamos a la nave de ganado de Pancho, ya casi acabando este repecho
Llegamos a su entrada y seguimos todo de frente, dejando El Puente Navina a nuestra izquierda y acometiendo los últimos metros de esta corta y bastante suave cuesta
Según subimos y a nuestra izquierda vemos, al otro lado de la autovía, las casas en torno a El Palaciu Vidiago, del que solo asoma, tras ellas, el tejado y un poco de pared, bajo las palmeras, a la izquierda es La Rectoral de Vidiago, ahora destinada al turismo rural
El Camino de Santiago pasa por los barrios de Vidiago sitiados más al sur, a unos 400 metros más allá de La Pedrosa, donde ha dejado la N-634 para continuar al pie de la serranía, apartado ahora del tráfico y por unos parajes preciosos entre casas y fincas, una de ellas la quesería del afamado Quesu Vidiago de la familia Collera
Esa zona es hermosa, con mucho bosque y aldeas, donde la senda jacobita pasa próxima a la N-634, pero sin pisarla en ese tramo. Arriba, la ocalital impera en la ladera de la sierra, si bien la planicie de su cima puede verse bastante bien. En lo referente a esta casa escribe Juanjo Navina en la página Gente de Vidiago:
"La Rectoral nueva es un chalé de estilo montañés, fue construida para ser la residencia de los indianos D Angel Bustamante Villar y su esposa D. Dominica Petra del Castillo.
Al morir sin descendencia, esta señora le dejo la casa en herencia a una orden monástica de Burgos y el usufructo al arzobispado de Oviedo con la condición de que la utilizara como vivienda del párroco de Vidiago.
Al quedar la parroquia huérfana de párroco aproximadamente en 1975 la casa quedó abandonada durante años.
En el año 1994 después de venirse abajo el tejado, los monjes como propietarios y el arzobispado como usufructuario llegaron al acuerdo de vender la propiedad y repartirse el importe.
El treinta de agosto de ese año se celebro la subasta publica con las ofertas presentadas en sobre cerrado en el arzobispado.
El comprador fue D. Jose María Chalband Sangines, por unos veinte millones de pesetas, de esta cantidad la parroquia percibió unos dos millones de pesetas para la restauración de todos los retablos de la parroquial y para dotar la capilla de Riego de luz eléctrica.
El comprador restauró la casa en su totalidad, procurando conservar su estilo original.
La piedra necesaria para la edificación se saco de una cantera en Pescainu en el lugar que hoy conocemos como la grúa.
Fallecido el su familia la sigue conservando.
El arquitecto fue, D. Luis González Gutiérrez.
El contratista fue,D. Fernando Llera Merodio.
El cantero que labro la piedra fue D. Francisco Fernández Pérez.
Los tres eran de la parroquia.
Los sacerdotes que vivieron en la casa fueron solo cuatro.
D. Jose Manuel López Fernández
D. Jose Ramón Vázquez ?
D.Florentino Pérez Rebollar.
D. Francisco Macias Vega"
Vidiago es la cabeza de esta parroquia llanisca, a la que también pertenecen los núcleos de Riegu y Puertas. Más atrás, en el Cuera, están La Cerezal (913 m) a la derecha, y en medio de la foto El Coteru l'Espinu (911 m), que hace de frontera entre Llanes y El Valle Altu Peñamellera
Coronado el alto, un nuevo paisaje se ofrece ante nosotros, La Cuesta Cue, "La más famosa de las muchas cuestas del concejo de Llanes" dice la Enciclopedia del paisaje de Asturias, especificando que avanza paralela a la costa y cuya planicie alcanza una alturas máxima de 188 m y que "La Cuesta Cue es el nombre que se le da en la mayor parte de los pueblos que la bordean", sin embargo en el mismo Cue, al otro lado, al norte y a sus pies, la llaman simplemente La Cuesta y en la villa de Llanes La Cuesta'l Cristu, que es donde se encuentran como apuntábamos, el la capilla del Cristo del Camino, el Camino de Santiago y esta Senda Costera GR-204
Ahí estuvo el Aeródromo de Cue en la Guerra Civil, empleado por la aviación republicana hasta su captura por los nacionales en septiembre de 1937 en el transcurso de la batalla de El Mazucu, albergando después una base de operaciones de la Legión Cóndor de aviadores alemanes, entre los que se encontraba quien en la Segunda Guerra Mundial sería el asAdolf Galland
Vemos toda la llanura de La Cuesta Cue con El Cantu Jariu o H.ariu, La Garita y El Mirador de La Boriza (otra boriza más). Por allí por el mirador, en el extremo derecho de la sierra, habríamos de pasar en el caso de seguir toda la senda costera hasta la villa de Llanes, capital del concejo
Y es que es ahí, en La Boriza y por La Cuesta, donde la senda costera hace un muy bello pero largo recorrido a lo largo de su ladera norte, pasando además al lado del campo de golf que se construyó en lo que fue la explanada del aeródromo
Si se desea es posible ir más directamente a Llanes pasando al Camino de Santiago en La Venta'l Pumar, donde ambas rutas siguen muy próximas, la primera por la N-634 (a la izquierda de la A-8) antes de entrar en San Roque l'Acebal
Otra posibilidad es bajar directamente a Llanes desde La Boriza por la carretera local LLN-2, atravesando Cue y entrando en el casco urbano de Llanes por Puertu Chicu. Todas estas posibilidades las explicamos en las correspondientes entradas de este mismo blog
Nada más acabar de subir empezamos a bajar, teniendo ante nosotros el cementerio de Vidiago, al que se dirige la senda costera, en medio de los prados donde pace la vacada, rodeado por un alto muro y, en la parte delantera, por verja de hierro forjado y una artística portada de acceso de arco de medio punto y rematada por frontón triangular con cruz en la cúspide. A la izquierda vemos la capilla del camposanto, también con gran arco semicircular y al lado el alto crucero de piedra de unos de sus panteones
El cementerio fue construido en 1921 dentro de los preceptos de salubridad de no realizar inhumaciones dentro de las iglesias ni en su campo inmediato por cuestiones de salubridad, una disposición que, aunque ya vigente desde el siglo XVIII, costó mucho llevar a efecto en la práctica
La pista hace una curva a la izquierda y pierde altura rápidamente para retomar la recta de frente al cementerio, donde descansan, en el panteón familiar, los restos de la última Condesa del Valle de Pendueles, Teresa Suárez-Guanez e Ibáñez, un título creado en 1920 por Alfonso XIII en favor de María Jesús de la Borbolla y Azpide. La corresponsal Gloria Pomarada escribe para El Comercio, la crónica de su funeral publicada el 15-5-2021:
"El valle de Pendueles, en Llanes, despidió este sábado a su condesa, María Teresa Suárez-Guanes Ybáñez, fallecida el pasado enero a los 76 años en Madrid. Debido a la pandemia y las consiguientes restricciones de movilidad, la familia había decidido posponer el entierro, pues tenían claro que debía ser en Asturias. Así, en el primer fin de semana sin estado de alarma, la iglesia parroquial de Pendueles acogió este mediodía un acto religioso oficiado por el párroco Ignacio Pérez Perela y seguido de la inhumación en el panteón familiar de Vidiago. «Aquí quería descansar ella», explicó su hija, Blanca Zurita Suárez-Guanes, quien indicó que tanto los descendientes como los hermanos de María Teresa –Álvaro, Cristina, Mercedes y Lorenzo– comprendieron y abrazaron desde el primer momento su voluntad.
Al acto de despedida acudieron familiares como la propia Blanca y su hermano Álvaro, hermanos de María Teresa, primos, nietos y amigos llegados de distintos puntos, como Bilbao, donde residió durante años. A la ciudad vasca se trasladó tras contraer matrimonio en 1965 con Álvaro Zurita y Sáenz de Navarrete y allí nacieron tres de sus cuatro hijos. También en Bilbao colaboró durante la Transición con la UCD de Adolfo Suárez, por quien sentía gran admiración, y vivió en primera persona el drama del terrorismo, ya que su esposo, teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Getxo, llegó a estar amenazado por ETA.
María Teresa Suárez-Guanes Ybáñez había nacido en Madrid y allí fijó finalmente su residencia, pero a lo largo de su vida Asturias fue siempre un lugar de referencia tanto para ella como para su familia. Su madre, María Teresa Ybáñez Pico, era natural de Colombres y su padre, José María Suárez-Guanes y Peláez, de Vidiago y Pendueles, por lo que ya desde niña pasó los veranos en la comarca. «Tenía un profundo sentimiento asturiano y un amor que hemos heredado todos», destacó su hija. En cuanto ponía un pie en Asturias, era costumbre dirigirse a La Franca para darse un primer baño en esa playa, de la cual la familia tenía incluso su propio himno. Habitual también del arenal de Buelna, en el oriente se sentía «plena, tranquila y relajada». «Cocinaba, paseaba, cogía flores, recibía a gente...», enumeró su hija.
Sus familiares continuarán ahora con esa tradición de reunirse en el palacio de La Quintana, donde se congregan cada verano hasta tres generaciones. «La casa seguirá abierta. Faltará ella, pero nos reuniremos toda la familia», destacó Blanca Zurita. El título de condesa del valle de Pendueles, que María Teresa heredó en 2018 tras la muerte de su hermano José Luis –quien colaboró con EL COMERCIO como crítico taurino– pasará ahora a su nieta Carmen Pradas Zurita."
"Debido al fallecimiento de su hija primogénita en 2021, se dictó orden para expedir real carta de sucesión a favor de su nieta, Carmen Pradas Zurita, pero al no haber liquidado el impuesto correspondiente, dicha orden se dejó sin efecto. El hermano de la última condesa, Álvaro Suárez-Guanes e Ybáñez, ha solicitado la sucesión en el título"
Justo detrás, al otro lado de los cuetos boscosos situados a sus espaldas, llegaremos al bufón de Arenillas, al que glosó José Zorrilla en El Cantar del Romero, de él y de otro ilustre visitante, el Mariscal Bazaine, casualmente servidor del emperador Maximiliano de México, nos escribe quien fuera Cronista Oficial de Llanes, José Ignacio Gracia Noriega en El bufón de Vidiago:
"En Pendueles y en Vidiago vivieron dos personajes algunas temporadas, en las casonas de dos indianos, con cuyos propietarios trabaron contacto y amistad en Méjico. Uno de ellos fue el Mariscal Bazaine y el otro el poeta José Zorrilla; los dos llegaron a Llanes no precisamente en épocas de esplendor. Achille Bazaine era el jefe de la tropa militar francesa que mantuvo en su efímero trono al romántico Emperador Maximiliano y a la desdichada emperatriz Carlota: durante este reinado, el poeta José Zorrilla dirigió el teatro Nacional de Méjico, y en el palacio imperial ofreció un montaje de su celebérrimo «Don Juan Tenorio». Bazaine hizo buena amistad con un indiano, el conde de Mendoza Cortina, y Zorrilla con otro indiano, también llanisco, Manuel Lamadrid. Barridos los fastos del Imperio por las tropas del presidente constitucionalista Benito Juárez (y fusilado Maximiliano junto con los generales Miramón y Mejía en Querétaro), tanto Bazaine como Zorrilla regresaron a Europa, donde prosiguieron sus respectivas carreras: mas durante la guerra franco-prusiana, en 1870, Bazaine, al frente de su ejército de más de cien mil hombres, hubo de rendirse vergonzosamente en Metz. Degradado, tuvo que abandonar Francia gracias a los buenos oficios de una ardiente criolla, y Mendoza Cortina le dio acogida en su palacio de Pendueles, uno de los primeros de la comarca en cuya construcción se empleó hierro y cristal, como el del Marqués de Argüelles en Garaña, aunque más suntuoso. Cuenta don Fernando Carrera que en cierta ocasión Mendoza Cortina le llevó en carruaje hasta la Cuesta del Cristo para que viera Llanes. Bazaine le observó con sus prismáticos de campana y exclamó:
—¡La grand ville!
Para impedirle que sufriera alguna decepción después de esta primera impresión entusiástica, Mendoza Cortina no le permitió que entrara en ella, instándole a regresar a Pendueles, con el pretexto de que amenazaba lluvia.
Zorrilla, por su parte, volvió a entrar en contacto con su amigo Lamadrid con motivo de la publicación de sus «Recuerdos del tiempo viejo», donde elogia al indiano. Fruto de este trato renovado fue su estancia en Vidiago en los meses de octubre y noviembre de 1882, que el poeta aprovechó para componer la leyenda en verso «El cantar del romero» y parte de su discurso de ingreso en la Real Academia Española, que fue en verso, como se sabe. Abre el libro el famoso poema «El bufón de Vidiago»: los bufones (que según Zorrilla se llaman así porque «bufan») son sifones en las rocas por los que en días de galerna surge con estruendo la mar desmenuzada, y que también llamaron la atención al cronista Laurent Vital, que acompañó a Carlos V en su primer viaje, y que los describe con mucho detalle: «Llanes está situado a un tiro de ballesta cerca de la mar, la cual llega (...) y bate incesantemente contra las rocas y montañas, que son altas en sumo grado, pareciendo que es una sima del infierno por el ruido del agua, la cual salta continuamente más alto que una lanza a causa de las grandes ondas que allí se encuentran y redoblan contra aquellas rocas cavadas y partidas en grandes hoyos por los que se mete el agua; y cuando estos hoyos están llenos, entonces vuelve a salir fuera, saltando, espumando y mugiendo tan impetuosamente que apenas si se oye uno a otro gritar ni hablar, lo que es cosa horrorosa y espantosa de ver y oír».
A Zorrilla le encantó Vidiago, «entre las montañas y el mar, cuyo móvil y azulado lomo, cuya espuma y cuyo rumor se percibían desde los balcones de mi aposento», y «aquellos montes cuajados de sectilares encinas y robustísimos castaños, aquellos maizales sonorosos, tendidos como tapices en las hondonadas de los valles, aquellas rocas escarpadas y cortadas a pico sobre aquel mar rara vez en calma, y aquellos horizontes rematados por un lado en el círculo del agua y por el otro en apilados montes, cuyas espaldas parece que guardan los embrenados Picos de Europa».
Otro escritor, Augustino Vélez Albo (pseudónimo de Luis Vigil-Escalera), también pasó por Vidiago y se detuvo ante el bufón, con no menos fervor que Zorrilla, y lo describió con todo detalle y buen pulso narrativo, después de haber hecho el cumplido elogio del poeta que «cantó este prodigio en armoniosos e inspirados versos, donde parece haber agotado los recursos todos de su fantasía, siempre fresca, original y fogosísima».
Con lo que puede que sea Vidiago una de las localidades que más literatura ha merecido en esta comarca, tan literaria."
Cita también Gracia Noriega al Padre Miguélez, Manuel Fraile Miguélez, "un viajero agustino y decimonónico", quien "anduvo por las tierras de la llanura costera al Oriente de Llanes en busca de las huellas del poeta José Zorrilla y sólo encontró el bufón", nos cuenta. Fruto de aquellas pesquisas nació la obra Viaje del P. Miguélez por el Oriente de Asturias, de la que es autor el propio Miguélez
Enlazamos ahora con el camino que comunica Vidiago y la N-634 con el cementerio y seguimos de frente todo recto y en llano
Cierto lío de flechas pintadas en el monolito de la Senda Costera de Asturias, a nuestros efectos, si queremos continuar por ella hay que seguir todo adelante
Al sur, otra preciosa vista de La Sierra Playa de la Borbolla, una de las características sierras planas llaniscas "de culminación aplanada y de actitud variable", de las que nos cuentan en Asturias concejo a concejo:
"Se trata de plataformas alargadas cuyas vertientes están seccionadas por una abundante red hidrográfica cuyas aguas se pierden en el entramado de cuetos, sumideros, dolinas y campos de lapiaz que existen en las áreas deprimidas circundantes.
El conjunto de la Sierra Plana de la Borbolla está formado por el llano de La Peruyar, el llamno d elas Mestas, el llano de Veriñes y la Sierra Plana de la Borbolla propiamente dicha. Localizada en el extremo oriental del concejo, está seccionada perpendicularmente por el río Cabra y sus afluentes, el Ahijo y el Ubrade, que la separan de Pimiango, perteneciente al vecino concejo de Ribadedeva; por el río Novales, que nace en la Sierra Plana de la Borbolla y desemboca en la playa de Vidiago; y, finalmente, por el río Purón, que nace en la Sierra del Cuera y limita el llano de las Mestas en su sector más occidental.
La superficie de estas sierras se inclina suavemente hacia el mar pudiéndose diferenciar en ellas dos niveles. el nivel superior, comprendido entre los 220 y 240 m., al cual pertenecen el llano de las Mestas, la Sierra Plana de la Borbolla y la Peruyar; y el inferior, comprendido entre los 140 y 160 m., al que pertenece el llano de Veriñes."
El Llanu las Mestas vendría a estar por esta parte, con una cota máxima de 221 m de altura, más al oeste y en el extremo occidental de la sierra está el famoso ídolo megalítico de Peña Tú, vinculado a los campos tumulares de la montaña y al que puede subirse fácilmente, esfuerzo añadido aparte, desde el Camino de Santiago a su paso al sur de Puertas, pueblo al oeste de Vidiago y perteneciente a su parroquia
Arriba, otra soberbia panorámica del Cuera con las cimas en torno a La Cabeza y Liñu y La Cabeza Turbina, majestuosa línea de cumbrales, "Cordal de caliza carbonífera situado entre los pueblos de Llanes, Ribadedeva, Cabrales y Peñamellera Alta y Baja", nos explican en la Enciclopedia del paisaje de Asturias", añadiendo que "En ella abundan las vegas habitadas antaño por muchísimos pastores; también es característico de la sierra del Cuera el atormentado relieve de la caliza, por lo que en las zonas elevadas escasea el agua"
El camino de Vidiago al cementerio fue acondicionado para un mejor paso de vehículos en 2022, por lo que, recalcamos, estamos en uno de esos lugares en los que la senda costera coincide con una vía de comunicación de cierto tráfico, al menos en días determinados, aunque la mayor parte del tiempo es fácil que no veamos ningún vehículo o muy contados
Juanjo Navina cuenta la anécdota, dentro de las tragedias de la contienda civil, que cuando falleció un vecino, "D. José Amor Rubín (1937) el comité republicano prohibió al párroco acompañar al cadáver al cementerio, por lo que el entierro lo presidió un miliciano con una escopeta al hombro y un perro. Eran tiempos revueltos"
Explanada de aparcamientos, enfrente de la entrada hay una bifurcación, nosotros iremos a la derecha para seguir la senda costera, guiados por su señalética
Desde aquí por lo tanto toma la senda el rumbo norte hacia el mar
A partir de aquí la circulación está prohibida salvo para vehículos autorizados
Esta parte es también llamada La Boriza, separada de La Ordaliega por estos cuetos costeros entre los que destaca El Picu la Granja (89 m)
El camino toma después de nuevo dirección oeste en esta curva a la izquierda que forma un ángulo recto
Y sube una pequeña cuesta en estos campos donde alternan pastos, roquedos y matorrales
De no saber que estamos al lado del mar en ciertos momentos el paisaje más inmediato es similar al de un puerto de montaña, maravilla de maravillas
Un viejo lema turístico decía "Asturias, cada curva un paisaje", al que nosotros añadiríamos que tras cada cuesta, por pequeña que esta sea, también, como es este el caso
Una gran depresión cárstica donde se ven las evidentes señales de un antiguo hundimiento del terreno, formando una explanada en la que creció la hierba formando un precioso prado verde
A lo lejos, en el extremo occidental de La Sierra Plana de la Borbolla, es donde se encuentra La Cabeza del Xentil (gentil, pagano), el tan recitado ídolo de Peña Tú o Peñatú (no El Peñatu, como a veces se ha escrito), en un enclave maravilloso sobre el valle del Ríu Purón
Arriba, el Cuera, es un paraíso de los montañeros, que son los que más la recorren, aparte por supuesto de los pastores, con numerosas hondonadas cársticas que forman espléndidas vegas como las de Brañes, Manzaneda, Julespina, Tornallás, Aba, El Cantu, Riaña, Turbima, La Piedra l'Osu, Torgoriu, Mancornú, Jorá, Llendón y Juyetón. Seguimos leyendo la Enciclopedia del paisaje de Asturias:
"Los cabraliegos más bien llaman El Puertu a Cuera, que éste es el nombre de rancio abolengo llanisco, pero sólo entre los pastores y algunos montañeros, pues los demás vecinos del concejo utilizan los nombres de los mapas oficiales"
El Picu Jaba o H.aba con sus 1.162 m en términos de la parroquia de Ruenes, en el Valle Altu de Peñamellera, la frontera con Llanes va un poco más ladera abajo, por La Cuesta'l Tornu
Acercando la imagen comprobamos lo difícil que resulta caminar por esos cumales, con su multitud de pozos y oquedades producidas en la caliza:
"Cuera es muy complicado de recorrer, pues aunque no deban superarse en ningún momento grandes desniveles, multitud de de pequeños jogos, hondonadas y cuetos ocasionan que para completar la travesía sin contratiempos deba estarse muy ducho en caminar por veredas de montaña. Y si reina la niebla, lo que es corriente durante el verano, el panorama se complica mucho más"
Las vacas, avezadas al paso continuo de gentes, apenas se inmutan al vernos pasar, fijémonos en el pastor eléctrico y no nos arrimemos a él, pues si hay ganado seguro que estará conectado
La senda bordea ahora El Picu la Granja, recorrido por diversas sendas de pastores y pescadores que siguen también alguno senderistas para admirar los acantilados. Si quisiéramos ir tengamos en cuenta que el paso no siempre es fácil en algunos lugares por tojos y peñascos, lo que requiere un muy importante esfuerzo añadido
Por contra, la senda costera se camina sin problema y es muy aconsejable para el peregrino, que normalmente cuando llega a estos pagos ya lleva muchos kilómetros de caminata a sus espaldas desde días anteriores, o incluso semanas si hace el Camino Norte entero de una sola vez, y bastante que le quedan aún antes de Santiago
Seguimos eso sí sin ver el mar, pero no queda mucho para ello, cuando lleguemos a Arenillasy admiremos también el bufón, si bien para verlo en todo su esplendor no suelen ser los mejores días tana apacibles como este sino los de los temporales de otoño e invierno
Subimos suavemente por esta ladera, cuesta arriba a la derecha el cueto está cubierto de helechales y tojales, pero cuesta abajo a la izquierda es todo pradería
Hasta aquí también, casi al borde del mar, han llegado las plantaciones de eucaliptos, si bien no con tanta profusión como en la sierra
Y más abajo aún otro gran hundimiento del terreno, este con una curiosa forma cuadrada, más allá un bosque de encinares, ardines, especie arbórea abundante en la rasa
La senda serpentea siguiendo la forma de la falda occidental del Picu la Granja, la verdad que no nos cansamos de insistir que esta senda es un verdadero paseo un tanto "apartado del mundanal ruido" en trayectos como este
Y aunque no se ve, se oye el mar y, cuando hay galerna en el Cantábrico también la bravura de los bufones del bramadoriu de Arenillas, a algo menos de dos kilómetros de aquí
La H.oya Ería, h.oya (con hache aspirada), equivalente a 'hoyo grande', y ería, terreno de labor o acotado, otra gran depresión que se ha cubierto de encinares, espineras y otros arbustos y plantas silvestres
Y ahí vemos bien la cuesta del extremo occidental de La Sierra Plana de la Borbolla, cayendo al Ríu Purón, esa parte sí plantada intensivamente de ocalitos
Por ahí, ocalital arriba, puede subirse a Peña Tú desde el Camino de Santiago. A su derecha, otro monte pelado con algunas peñas, es el comienzo por su vertiente oriental, también sobre el valle del Purón, de otra de las sierras planas de Llanes, la llamada precisamente La Cuesta Purón, que sin una cumbre tampoco muy definida llega a los 267 m, al lado de El Llanu la Casuca (220 m)
Un poco más atrás es El Picu Jorcáu (445 m), al noroeste del pueblo de Purón, en medio del valle de su nombre que, aunque no vemos desde aquí, compartimos esta glosa del mismo obra del citado escritor Gracia Noriega:
"... Purón, a cuya entrada hay dos buenas casas de indianos. El pueblo es limpio, con buenas casas bien cuidadas y el monte está encima. Al otro lado, el Cuera por el medio, está Alles, con quien Purón mantiene una enconada rivalidad por cuestión de fiestas. Cuando los de Purón celebran San Miguel, los de Alles, al otro lado de la sierra, procuran lanzar más cohetes que ellos; y lo propio hacen los de Purón el día de la fiesta de sus rivales.
La iglesia de Purón está en un alto y el campanario tiene una protección de madera: hay muchos puentes, como corresponde a un pueblo donde confluyen varios ríos: el Barbalín y el Juanpurones; en la cuenca del río Purón se encontraron yacimientos concheros. Todo el lugar da un aspecto pastoril: cantan los pájaros y se escuchan las esquilas de las ovejas y el rumor de los ríos. En lo alto de la cuesta de Purón, una vaca se recorta contra el cielo. Sentada en un muro de madera, una niña pastoril y bucólica cuida sus rebaños, aunque con pantalones tejanos."
Justo a su derecha y un poco más atrás está su cumbre gemela, El Cuetu Sobornín, de altura similar. Más a la izquierda y más cerca los ocalitos no nos dejan ver el totémico peñón de Peña Tú, que antiguamente se divisaría desde buena parte de la costa, las sierras y los valles del interior
A la izquierda, otra vista de La Cuesta'l Tornu. Más abajo y aquí cerca, entre los ocalitos de abajo del todo de la foto, pasa la Autovía del Cantábrico
Continuamos camino por la senda costera llegando a la ocalital al oeste del Picu la Granja y dando vista al norte a los cuetos y lomas del acantilado, pero sin ver aún el mar
Según avanzamos vemos mejor La Cuesta Purón a la derecha de La Sierra Plana de la Borbolla y al pie del Cuera, donde confluyen las parroquias llaniscas de Purón, San Roque l'Acebal y Andrín
La Cabeza Turbina o La Pica Turbina parece que debe su curioso nombre al turbón o viento fuerte que arrecia en esos altos, nada que ver con una turbina o motor rotatorio salvo en la etimología de la palabra, en ocasiones se ve escrito Torbina pero se ha dicho puede tratarse de una ultracorrección o una variante simplemente
A nuestro paso surgen numerosos afloramientos rocosos calizos, según leemos en Asturias concejo a concejo, el mar ocupaba buena parte de lo que hoy es tierra emergida y las formas planas de la costa se deben a la abrasión del mar que desde la Era Terciaria el mar ejerció sobre la estructura anterior:
"Su progresiva retirada, hasta alcanzar el nivel actual, formó superficies aplanadas en altitud decreciente. Este fenómeno, común a toda la costa cantábrica, presenta en Llanes una gran riqueza, debido a la composición litológicamente y su disposición paralela a la costa. Los niveles de abrasión marina han sido desmantelados sobre los materiales calcáreos, pero aún hoy se conservan sobre las cuarcitas, dando lugar a una de las peculiaridades del relieve llanisco, las sierras planas y los llanos"
Retomamos una vez más la dirección oeste al subir otro suave recuesto en ladera
Al llegar arriba descubrimos otra hermosa campiña de prados y encinares que es una delicia de caminar en este delicioso paseo por la rasa litoral llanisca
La senda avanza ahora muy recta, y recta sube y baja estas pequeñas lomas rampa arriba y rampa abajo
Una pequeña montaña rusa de subeybaja, pero que no requiere especial esfuerzo remontar
Esta es el final de la cuesta, a la que seguirá un tramo muy llano, se camina con gran comodidad y tranquilidad en estos encantadores parajes costeros llaniscos
La pradería da paso en este llano al monte bajo. En datos de 1993 de Asturias concejo a concejo el matorral ocupaba más del 24% de la superficie de Llanes, ocupando buena parte de las vertientes del Cuera y las Sierras Planas mas sectores de sus planicies cimeras y estas "zonas de afloramiento rocoso en la rasa. La especie dominante en esta formación son los brezos"
Un castaño en la senda, junto con los robles los castaños "se han visto sometidos a talas sucesivas al ocupar aquellos suelos más aptos para las actividades agropecuarias. En detrimento de estos bosques se ha desarrollado la pradera"
Los frutos aparecen ya a finales del verano, las castañas fueron base alimenticia hasta la llegada de la patata de América
La senda serpentea siguiendo la orografía del terreno, muchas hondonadas apenas se ven cubiertas de vegetación pero abundan por doquier. Un pequeño promontorio es La Punta Porlas, allí está el mar
En este tramo predominan las helechales en las veredas. Un ocalito crece junto a la senda, más a la izquierda se extiende un frondoso encinar, bosque de encinas o ardinas, el Quercusilex
A lo lejos al oeste, asoman sobre las encinas de esta rasa los picos de La Peñe Llabres y Los Resquilones con La Corona Cantiellu
A su derecha y más cerca La Cuesta Cue y a la derecha las serranías paralelas que conforman La Sierra de Cuera en su zona más occidental, hasta La Cabeza Turbina, es la zona de Mañanga, Las Cuestas, El Texéu, El Risque y El Cantu
En Los Resquilones tenemos La Corona Cantiellu o El Bijorcu, La Peñe Llabres y La Peñe Villa, que es como se suele llamar a toda esa sierra separada de Cuera por el Altu la Tornería. Existe una cierta confusión en las guías con los nombres y ubicación concreta de sus cimas
Más cerca, las antenas identifican La Cuesta Cue y que al otro lado, en La Cuesta'l Cristu esta senda costera se une al Camino de Santiago, si bien, recalcamos, haciendo un gran rodeo, muy bello eso sí, del que hablamos en las oportunas entradas de blog
Luego de una pequeña bajada sigue su correspondiente subida, tanto una como otra cortas y livianas. A la izquierda crece el brezo
Estamos en las inmediaciones de La Punta Porlas, con el mar justo al otro lado de estos cuetos de la derecha, lo podemos oír pero no ver
Nos separamos ligeramente de la línea de costa por la zona de Tombiella, al norte de Puertas, parroquia de Vidiago
De nuevo hacia el encinar, arriba de nuevo La Cabeza Turbina con su "doble cima" que mira por un lado al mar y por el otro a los Picos de Europa
Pastores eléctricos y alambradas delatan los usos ganaderos de estos campos, si bien cuando caen en desuso vuelven a llenarse de brezos y helechales, por lo que hay que rozarlos, desbrozarlos, para reaprovecharlos
La senda costera hace ahora un poco de curva a la derecha al pasar entre estas arboledas del encinar, donde también veremos otras especies de árboles, "la rasa presenta una organización caótica de todas las especies, excepto el haya", leemos en Asturias concejo a concejo, pues esta especie aparece "por encima de los 300 metros formando manchas a menudo muy aclaradas sobre las vertientes con afloramientos calcáreos."
Junto con las encinas aparecen madroños y zarzaparrillas en estas formaciones arbóreas naturales "hoy limitadas a pequeños bosquetes de extensión reducida" que "Se localizan en los puntos más altos de la rasa calcárea, ocupando cuetos y sectores próximos a los acantilados donde la caliza aflora al desnudo, aunque su presencia está relacionada con la acción antrópica, apareciendo en los lugares en los que la implantación de actividades humanas es más difícil".
Aquí sí se ve la acción humana al pasar a esta pradería, en los bosquetes o matas de arbolado son frecuentes también los laureles, algún castaño como hemos visto y excepcionalmente algún roble, por supuesto impera el matorral de tojos y helechos, zarzas y espineras
En ocasiones, los helechos cubren todo un campo o porción del mismo ellos solos, siendo de las primeras plantas silvestres que aparecen cuando se descuida un poco una pradería
El camino serpentea ahora cruzando de este a oeste esta llanísima campera entre La Punta Porlas y Tombiella
Más al sur Los Cuetos y Las Cambas separan esta franja de los núcleos poblados de Puertas y Riegu, parroquia de Vidiago
Otra hermosa vista en lontananza del Altu la Tornería (469 m), collado que comunica Los Resquilones y La Peñe Villa con el Cuera y que hace de frontera entre las parroquias llaniscas de Celoriu y Porrúa
La Enciclopedia del paisaje de Asturias señala El Cuetu Texellu (648 m) como la máxima cota de La Peñe Villa. Ahí está La Vega Llabres, guardada en medio de esos peñascos calizos, majada de vacas, caballos, ovejas y cabras
Paisaje de Tombiella cuando el camino vuelve a enfilar la dirección sur, dando vista a La Sierra Plana de la Borbolla y al Cuera, "macizo montañoso compacto y cerrado", explican en Asturias concejo a concejo, "que culmina en una plataforma muy irregular horadada por numerosas depresiones de origen cárstico y coronada por cuetos"
Multitud de puntitos oscuros en la caliza que vemos en las paredes calizas son esos múltiples pozos y hondonadas que suelen hacer difícil el tránsito por esas cimas, muy concurridas sin embargo por los amantes de la montaña pues no pocas además disponen de su particular buzón de cumbres. Antaño muchos pastores pasaban parte del año en las majadas de la sierra
Mucha atención ahora a este importante cruce: para seguir la Senda Costera de Asturias tendremos que tomar el ramal de la derecha, al final del prado
Si por alguna razón deseásemos abandonar la senda hemos de decir que de frente podemos llegar a Puertas y a la N-634, esta a menos de kilómetro y medio de aquí, tras pasar sobre la autovía por un puente
Pero si no hay otro contratiempo o necesidad tomaremos el camino de la derecha al llegar al cruce
Aquí aparece indicado, en los postes y carteles indicadores del GR-204 y E-9
Esta pista vuelve a tomar rumbo norte y se acercará al mar
La señal nos confirma que estamos a medio kilómetro de los bufones de Arenillas y que esta es la dirección a Llanes
Primeramente subimos otra de esas pequeñas cuestas que salvan los suaves desniveles del terreno relativamente llano de la rasa costera
Luego, justo al sur de La Punta Porlas la senda hace una curva cerrada a la izquierda
Y atravesamos estos encinares donde crecen también helechos y matojos
A continuación llega un tramo bastante recto en dirección oeste
El camino pasa encajado entre la intrincada vegetación que llega a formar un muro natural, impenetrable, a ambos lados
Luego el paisaje se abre un poco más y la senda zigzaguea en dirección derecha-izquierda ganando un poco de altura
A la izquierda, uno de los monolitos de la Senda Costera de Asturias
Y dos pasos más y ya tenemos el mar de nuevo ante nosotros, es la ensenada de Purón, desembocadura del río de igual nombre
Aquí abajo está El Palu, la pradería donde se ubican, al lado del cercano acantilado, los bufones conocidos como de Arenillas, que inspiraron a José Zorrilla, pero que sin embargo hay una confusión, los bufones de Arenillas están realmente más al oeste, sin embargo este, o estos de El Palu, pues son varios, son los más espectaculares y han tomado el nombre de los otros tal y como nos señala la Enciclopedia del paisaje de Asturias:
"El bufón del Palu, más potente y que se encuentra más al este del auténtico bufón de Arenillas, está catalogado erróneamente como de Arenillas y como tal goza de gran fama"
Los varios bufones en este sector de costa son llamados en conjunto Bufones de Puertas al estar al norte de este pueblo. En ello incide el llanisco R. González Noriega en su blog de temas de Llanes Renglones perdidos:
"Muy abundantes en toda la cornisa llanisca, destacan los "Bufones de Puertas", particularmente el existente en la ería de "El Palu", por su majestuosidad. (...)
Aunque en el cartel anunciador venga el nombre de Bufones de "Arenillas", según me comentaron varias personas del lugar, Arenillas es otro lugar no muy lejos del Palu, a unos trescientos metros al oeste, donde hay más bufones, quizás no tan sorprendentes como estos dos de El Palu, salvo en mar gruesa con tormenta que dan miedo tan solo del ruido que meten."
En días apacibles no veremos nada, ha de ser más bien al llegar las marejadas y temporales del otoño y del invierno, en días de tormenta y tempestades de galerna en el mar, cuando veremos, y oiremos, los chorros de agua saliendo con gran estruendo de bufidos o bramidos (de ahí que sean llamados bufones o bramadorios), eyectados por la fortísima presión del choque de grandes olas contra la pared del acantilado, introduciéndose a potente presión a través de las galerías perforadas por el mar en las partes más blandas de la roca madre hasta salir como una humareda, de mar salada y aire expelido, por esas fumarolas que son las bocas de los bufones
Incluso las fotografías, aunque capta un instante preciso de su espectacularidad, no dice tampoco siempre mucho (aunque aumentará según nos vayamos acercando) por lo que mejor acompañarlas de algún video...
Más allá vemos La Punta la Teyera, con sus acantilados, que cierra por el oeste la desembocadura del Ríu Purón y, a continuación, la parte superior del Castru Ballota, islote acantilado cuya cima aplanada se alza a 43 metros de altura sobre el mar
Más a la izquierda de El Palu sigue la senda, vemos también al fondo y más arriba la vertiente oriental de La Cuesta Cue con el monte La Tuerba (137 m), por donde sube la senda costera desde el pueblo de Andrín hacia el Mirador de la Boriza, con sus extraordinarias panorámicas de la costa oriental asturiana. Desde allí tendremos dos opciones, o bien continuar por la senda costera hacia La Cuesta'l Cristu para enlazar con el Camino de Santiago, o bien continuar hasta Llanes por Cue
De momento vamos a bajar a esta pradería de El Palu, donde los vecinos de Puertas, Riegu y Vidiago se unen para celebrar la Fiesta del Segador, un paraje rebautizado como Arenillas por una de esas tantas confusiones geográficas que van transmitiéndose de autor en autor, de informante a informante y de guía en guía, y así sucesivamente hasta que se hace difícil la enmienda. Al fin y al cabo, de El Palu o Arenillas son los bufones que entusiasmaron a José Zorrilla
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