Catedral de Santander e iglesia del Cristo desde el Cmino |
Al pie de la catedral, ante su muro norte, la Plaza de las Atarazanas, desembocaba antiguamente en en la bahía la desaparecida Ría de Becedo, formada por el arroyo de la Mies del Valle, la cual formaba un estratégico puerto natural donde estaban las famosas Atarazanas o astilleros reales para construcción, reparación y mantenimiento de buques de la armada real, estando obligada Santander a proporcionar una nao al año en estas atarazanas, las cuales aprovechaban la madera de los bosques cántabros. Algunos barcos de la Armada Invencible fueron construidos aquí
La ría desapareció con el desarrollo urbano en una fecha indeterminada a finales del siglo XVIII cuando se rellenaron estos terrenos, existiendo incluso un puente que unía La Puebla Vieja en el Cerro de Somorrostro con la Puebla Nueva, enfrente. Un puente, sucesor de aquel, aún perduraba en 1936, ya sobre la calle, cuando fue demolido en las reformas urbanísticas del Frente Popular al comienzo de la Guerra Civil
Actualmente la plaza, con terrazas, hostelería y bastante tránsito de gentes, da vista a las grandes arterias comerciales del centro de la ciudad, en concreto a la calle Calvo Sotelo, por donde discurría la ría, en lo que antaño era La Ribera. En medio hay una estatua colocada en 1949 dedicada a la patrona de la catedral, Nuestra Señora de la Asunción. Por allí vienen aquellos peregrinos que, sin emplear el paso en lancha de la bahía, decidieron bordearla por tierra siguiendo otros de los caminos señalizados, hacia El Astillero y Maliaño para entrar en Santander por Peñacastillo y llegar aquí por Cuatro Caminos y la Alameda de Oviedo, siguiendo lo que era el desaparecido estuario. Otro camino histórico, también señalizado, sigue desde Cuatro Caminos a la calle Alta y por la calle Rumayor llega de frente a la catedral
Esta es la señalización para continuar ruta hacia La Ribera y Cuatro Caminos, a la derecha, o bien para visitar la catedral, a la izquierda, que es lo que vamos a hacer nosotros
La parte más antigua de esta catedral que ha llegado a nuestros días es esta parte que vemos al llegar, la iglesia del Santísimo Cristo, construida en el primer tercio del siglo XII y llamada la Iglesia Vieja o Iglesia Baja. Se edificó sobre el mencionado asentamiento romano en el Cerro de Somorrostro, fundado tras la conquista del territorio cántabro por Augusto en el siglo I y cuyo nombre viene del latín summum rostrum (promontorio mayor), donde se han localizado restos romanos como termas y monedas que delatan actividad comercial y minera (minas de hierro de Peña Cabarga) en este puerto y lugar, en lo que fue posiblemente el puerto romano de Portus Victoriae Iuliobrigensium, independientemente de la existencia de algún poblamiento anterior en el lugar o sus inmediaciones
Se sabe que con el declive del imperio la población sufrió incursiones por mar y el historiador Hidacio narra en el siglo V que fue saqueada por los hérulos. Sobre aquel lugar, tal vez cristianizando cultos anteriores, se hace un monasterio ya en época altomedieval, cuyos restos también han aparecido, el cual albergaba las reliquias de los mártires citados, que según la tradición habían llegado aquí traídas en una lancha de piedra, rodeando la Península Ibérica, huyendo de la invasión musulmana. Según la piadosa crónica la lancha acabó chocando con una isla de la bahía, a la que perforó, siendo desde entonces llamada Isla Horadada, y las reliquias serían entonces guardadas en una cueva bajo una primitiva iglesia monacal de San Pedro en lo alto de este cerro, quien los tomaría como patronos, poniendo sus efigies en el escudo del santuario. Luego, en el siglo VIII y reinando Alfonso II El Casto, se consagró la Abadía de los Cuerpos Santos para albergar estas reliquias, las cabezas decapitadas de los santos citados, traídas aquí huyendo de la invasión musulmana, así como los restos de otros mártires y de fieles anónimos. En el año 1131 le es otorgado el rango de Colegiata o Iglesia Colegial por el monarca Alfonso VII y en el 1187 Alfonso VIII nombra a su abad señor del pueblo, al que concede Carta Puebla con fueros con el deseo que acudiesen gentes a poblar este antiguo puerto, haciéndolo fundamental tanto para el comercio de mercancías como para la armada de su creciente reino, naciendo una importante población marinera
Es entonces cuando, acudiendo gentes e incrementándose la vecindad, hay un notable aumento de actividad comercial y portuaria, por lo que empieza a construirse la iglesia de la parte superior o Iglesia Alta, reformándose para ello también el santuario anterior, pues su estructura serían sus cimientos, obras que ocuparían todo el siglo XIII y principios del XIV, tras de las cuales se haría el claustro gótico. En los siglos XVI y XVII se le añadieron diversas capillas: en la nave sur, la primera capilla es obra de Fernando Herrera Calderón de 1624, la segunda de Juan Alvarado hecha a principios del siglo XVII, la tercera es obra de Sebastián de la Puebla, de 1622. Por otra parte en la nave norte se añade en 1671 una capilla barroca, una segunda es la capilla penitencial y tiene pila bautismal y otra más guarda el sepulcro del filólogo Menénde Pelayo y es obra del escultor Victorio Macho
En 1754 la colegiata es declarada catedral por el Papa Benedicto XIV al crearse la diócesis de Santander y dejar de depender de Burgos. En 1893 resultó dañada por la explosión de la carga de dinamita del barco Cabo Machicaco y en 1941 quedó seriamente afectada por el incendio que asoló el casco antiguo de la ciudad, siendo reconstruida y ampliada entre los años 1942 y 1953 por los arquitectos José Manuel Bringas y Juan José Resines del Castillo, respetándose las características arquitectónicas del templo original
Pasamos así al pie de la parte inferior, la más antigua, la Iglesia del Santísimo Cristo o Iglesia Baja, también llamada La Cripta, destinada a albergar las reliquias de los santos Emeterio y Celedonio
Unas escaleras nos llevan a su acceso. Uno de los elementos que desapareció tras el incendio de Santander fue la llamada Puerta de los Mártires, sita a este lado, obra barroca del siglo XVII de Gregorio de la Roza, a la que se subía por monumental escalera y estaba al lado de la torre
Admiramos los robustos contrafuertes y los arcos ojivales tan del arte gótico, si bien el interior es románico de principios del siglo XII, y los ábsides góticos de finales del XIII, ya dentro del sobrio carácter monástico cisterciense
Este pórtico norte es del siglo XVII y bóveda de crucería
Aquí está la portada principal
Esta portada es tardorrománica, románico de transición a gótico pues el arco no es plenamente semicircular sino apunta ya a ojival, tiene columnas con capiteles tallados con temas vegetales. La sobriedad extendida por los cistercienses, renovadores de la Orden Benedictina, hace que los adornos y filigranas se reduzcan a lo más minimalista
Estos son los capiteles de la derecha
Y estos a la izquierda
Antes de acceder al interior vamos a recorrer un poco este hermoso pórtico que soportó bastante bien, al ser de enteramente de piedra, el tremendo incendio de 1941. Lo que es propiamente el santuario de la catedral arriba, quedó casi totalmente destruido por tener techo de madera y hubo de ser reconstruido prácticamente entero. También el claustro, con sus pétreas bóvedas, resistió bastante bien los efectos de las llamas
A la izquierda de la portada hay una ventana, también de transición al gótico. Sería en aquel entonces la que iluminaría las Reliquias de los Mártires
Igualmente vemos algún detalle de inspiración vegetal esculpido en sus capiteles
Aquí hay otra portada, descubierta hace años pues estaba tapada, es la llamada Puerta del Perdón, vinculada a las peregrinaciones y jubileos. Muestra trazas más plenamente románicas si bien la decoración se reduce también a los capiteles
Fijémonos primeramente en los de la derecha
Son de bien esculpida temática vegetal, excepto el segundo por la izquierda
A la izquierda una arpía, cuerpo de ave de rapiña y cara de mujer. A su derecha una lamia con cara también de mujer y cuerpo de dragón, símbolos del mal y la tentación
Los capiteles vegetales a la derecha
Enfrente, en la pared, una placa
En ella se nos informa el hallazgo, durante las excavaciones de los años 1982 y 1983, de esta Puerta del Perdón, además del santuario medieval y de los cimientos romanos
Verja que mira a la parte posterior del edificio del Banco de España, junto al que se pasa para venir a la catedral y donde estuvo hasta finales del siglo XIX el Castillo de San Felipe
Vamos ahora a ir al interior
Será una sensación absolutamente sorprendente la que tengamos al entrar. Se sabe que desde el primer proyecto se planeó hacer dos iglesias, superpuestas una encima de otra, por lo que esta fue diseñada desde el principio para tener otro templo encima. Por ello la estructura es llamativamente achatada, de techos muy bajos y columnas voluminosas
De todas maneras aquel planteamiento inicial era aún más ambicioso, además de sus tres naves las iglesias iban a tener más tramos que finalmente nunca fueron construidos
Según entramos y miramos a esta nave norte o del evangelio veremos una gran cristalera en el suelo. En los años 1982 y 1983 las excavaciones arqueológicas a cargo de Joaquín González Echegaray y José Luis Casado Soto sacaron a la luz cimientos del antiguo asentamiento romano y de las primeras estructuras altomedievales que sobre él se construyeron, los cuales pueden verse en el subsuelo a través del cristal. La cronología romana es a partir del siglo I, no mucho después de las guerras cántabras y anexión del territorio al Imperio de Augusto. Este asentamiento primitivo supuso allanar la cima del Cerro de Somorrostro o de San Pedro en el que se halla el santuario y construir unas termas y una alta muralla a la que sucedería una gran fortificación en el siglo IV, en plena época de las invasiones bárbaras
Además de la fortificación se ha localizado el sistema de calefacción hipocastum de unas termas, calles, saneamientos y cimientos. En el horno de las termas o praefurnium se esconderìan las cabezas de los mártires San Emeterio y San Celedonio, construyéndose luego en la alta Edad Media un martyrium o templo destinado a venerar reliquias de santos mártires, que ahora están al fondo en la cabecera. Este sería el origen de los templos que se fueron superponiendo hasta llegar al actual
Seguimos de frente para luego mirar a la izquierda, a la nave central. El ancho de la iglesia es de 18 metros y sus tres naves presentan cuatro tramos
Esta es la gran nave central. Al fondo están el altar mayor y los laterales, con el triple ábside gótico de finales del siglo XIII. La decoración de los capiteles es mayoritariamente de temática vegetal
Pasamos ahora a la nave de la izquierda, la nave sur
Aquí vemos un oratorio y altar con un cuadro de la Virgen María. Si bien el santuario se conservó las imágenes antiguas no, por lo que, o fueron hechas posteriormente o bien traídas de otros lugares
Oración a la Virgen
A la derecha los confesionarios y la ventana que mira al oeste, a la escalera que sube a la catedral o Iglesia Alta
Hay un pasillo entre las columnas y los bancos de los fieles
Admiramos las otras dos naves y esta magnífica estructura
Vemos unos cuadros a la derecha
Seguimos avanzando hacia la cabecera
Hay aquí un hermoso retablo con la escena del Desenclavo
Y abajo Cristo en el sepulcro
Foto de José María Corbín Ferrer, prisionero en el barco-prisión Alfonso Pérez, uno de los 156 presos asesinados tras el bombardeo de Santander en diciembre de 1937 dentro de las más trágicas revanchas guerracivilistas, beatificado por Juan Pablo II en el año 2001
En este altar lateral vemos una imagen de La Piedad y abajo los nombres de los muertos en aquel fatídico episodio
La Piedad es una réplica de la del maestro del barroco español Gregorio Fernández
Una puerta gótica y una artística ventana del mismo estilo dan paso al altar mayor, con una imagen de Cristo Crucificado, patrón de esta Iglesia Baja. Es de madera policromada y procedencia castellana
Vista del altar mayor y del ábside del altar
La cabecera, el triple ábside semicircular, visto también de frente, desde la nave central, con sus característicos arcos achatados y gruesas columnas de capiteles cincelados con formas de plantas
Otra puerta gótica comunica con el ábside de la nave del evangelio
Enfrente de la zona descubierta de las excavaciones es allí donde se veneran en la actualidad las reliquias de los Santos Mártires
También con una llamativa estructura plenamente gótica
Según la tradición estas reliquias santas fueron traídas aquí por gentes que escapaban de la invasión musulmana en el siglo VIII. La piadosa leyenda dice que para ello recorrieron las costas de la península en una lancha de piedra que entró en esta bahía y chocó con la cercana isla de La Horadada, atravesándola y formando el arco que le daba nombre, destruido por un temporal en enero de 2009. Entonces se trajeron a tierra y se guardaron en una cueva existente en este cerro, lo que habría sido el antiguo horno de las termas, siendo custodiadas por una pequeña comunidad que haría un primer altar y fundaría un monasterio para custodiarlas y venerarlas, germen de la Abadía de los Cuerpos Santos, llamada así por haber sido enterrados en torno a los mártires, otros muchos fieles de nombre desconocido, que así lo habían solicitado
Las reliquias aportarían a la ciudad numerosos fieles en peregrinación, muchos de ellos en ruta a otros venerados santuarios de la cristiandad, como Santiago. Así la abadía pasó a colegiata y andado el tiempo se fundaría un hospital de peregrinos. Cuando Alfonso VIII otorgó los fueros la población será llamada Puerto de San Emeterio y San Celedonio
Filológicamente se ha querido explicar el topónimo Santander como evolucionado de Sancti Emetherii - Sancti Emderii - Sant Endere - San Andero - Santendere - Santanderio - Santander, pero es un salto fonético muy extraño. En documentos antiguos aparece como Sant Ander y Sander, existiendo popularmente Sanander. Se sabe de una capilla de San Andrés que existió en Peñacastillo, enclave donde hubo un castro cántabro anterior a la llegada de los romanos, habiendo quien lo relaciona con el ander vasco, señora, ama. La discusión sigue y seguirá entre los estudiosos
En el año 1533 ante la expansión del protestantismo se decide excavar en la iglesia para recuperar las reliquias y exponerlas para afianzar la fe católica de las gentes. Las cabezas de plata que cubren sus cráneos fueron regalo del consulado de Burgos del año 1536 y aunque son de artista anónimo se percibe la influencia del célebre platero y escultor borgoñon Felipe Bigarny, maestro del Renacimiento. Hay también un brazo de San Germán y un fragmento del Lignum Crucis
Relicarios...
A la izquierda de la cripta veremos los textos explicativos de estas reliquias y hallazgos
Las excavaciones arqueológicas y la llegada de las cabezas de los Mártires
Dibujo de Casado Soto reproduciendo la imagen de la llegada de las cabezas a Santander de San Emeterio y San Celedonio en la barca de piedra, existente en la portada de la catedral o Iglesia Alta
Plano del área de excavaciones
En primer término señales de la fortificación romana erigida en el siglo IV. Un poco a la izquierda muro románico de entre los siglos XI-XII y a su lado signos del allanamiento romano del cerro que creó la plataforma de asentamiento, se supone entre los años 29 y 13 a. C. por lo que sería aún en plena guerra contra los cántabros o inmediatamente después. Junto a ella cimientos de un muro
Desde el altar vamos a ir volviendo por el pasillo central mientras vemos a la derecha las excavaciones
Este es el interior de la Puerta del Perdón. En esta parte se han encontrado cimientos de un edificio prerrománico de entre los siglo VIII y X que correspondería a la Abadía de los Cuerpos Santos. Un poco a la izquierda se ve un muro gótico de los siglos XIII-XIV que estaría relacionado con la iglesia actual. Más a la izquierda aún, bajo la ventana, habrían estado originariamente las cabezas de los santos, pues es el hipocausto romano del siglo IV sobre el que se irían supèrponiendo los sucesivos templos cristianos. Aquí se hallarían también los huesos de las gentes que en este lugar sagrado se enterraron
Deambulando por el pasillo central nos fijamos ahora, que vamos regresando a la portada de acceso, el órgano de la iglesia, al fondo
Este órgano es llamado del Hijo pues el de la catedral es el Padre y uno más pequeño el del Espíritu Santo
Este fue hecho en 1796 por el alemán Johannes Adolph Ibach, constructor también de otros como los de Bilbao, Valencia, o Santiago de Compostela
Luego de ver el órgano y antes de salir, a la izquierda de la portada, hay otro importante oratorio
Colocadas ambas sobre un altar
Es la imagen de Nuestra Señora del Rocío, que tiene sede en esta parroquia desde septiembre de 2011. Junto a ella el estandarte Sin pecado de Pilar Martínez (Pimaro), del 2010
Volvemos pues al exterior
Admiramos otra perspectiva de la Plaza de las Atarazanas y de lo que fue La Ribera, por donde continuará el Camino
A la derecha la Delegación de Correos, el único edificio de la zona que sobrevivió al incendio de 1941 de los que dan a esta plaza. De él hablábamos en la entrada de blog correspondiente al tránsito desde el Paseo de Pereda hasta aquí
Saliendo de la portada de la Iglesia Baja seguiremos por este pórtico para salir por su acceso norte e ir a la izquierda para subir a la catedral o Iglesia Alta
Según salimos nos detendremos ante las filigranas decorativas a los extremos de este arco, a los lados del portónPero antes de ir a las escaleras reparemos un instante en las filigranas decorativas a los extremos del arco de salida
A un lado se representa a un hombre peleando con fieras, tal vez Daniel en el Foso de los Leones, triunfo del bien sobre el mal
Flores de lis y el escudo de Castilla y León como reinos reunificados con Fernando III y bajo cuyo reinado la flota santanderina dentro de la armada castellana participará en la conquista de Sevilla en 1248 rompiendo con su proa las cadenas del Guadalquivir, hecho que pasó al escudo de armas de la población y de otras que participaron en la campaña. La flor de lis es símbolo de Francia por su esposa Juana de Ponthieu
Subiendo por las escaleras nos impresiona el gran volumen de la torre del campanario, pues parece más de castillo que de iglesia. No en vano dentro de los seculares problemas estructurales de la construcción desde su comienzo esta amenazaba con venirse abajo, por lo que como gran elemento de apoyo se hizo este formidable torreón que en nuestros días alberga el Centro de interpretación de la historia de Santander, que podremos visitar
Al empezar a subir fijémonos en otro elemento de sumo interés
La ventana gótica que encontramos en el primer rellano, la que ilumina el interior de la Iglesia Vieja
Presenta capiteles vegetales y a los lados dos figuras antropomorfas
A la derecha es una persona portando un papel con las manos
A la izquierda otra figura en actitud pecaminosa
Luego de ver la ventana seguiremos subiendo escaleras arriba...
Si grande es la torre profundo es el túnel que pasa bajo ella. Para construirla hubo que sacrificar la malograda portada oeste, que debía ser la principal según el gusto del románico y del gótico. Aquí fue imposible porque a causa de problemas con el terreno se venía abajo y hubo que cambiar de planes
Parece de los elementos supervivientes del Incendio de Santander
En un extremo tiene una imagen esculpida muy gastada por la erosión
La otra representa un ser muy similar al que veíamos en la ventana de las escaleras
Es la Plaza del Obispo José Eguino Trecu, donde en medio hay un crucero. Por aquí viene (o va) otro de los caminos históricos de la ciudad de Santander, el que enlaza la catedral y Somorrostro con Cuatro Caminos por la calles Alta y Ruamayor. Está también señalizado y por allí se va al albergue público de peregrinos, el de los Santos Mártires, sito tras los edificios del fondo, en la calle Ruamayor
Desde esta explanada tenemos una buena perspectiva de la Iglesia Alta, la cual empezó a construirse al acabar los trabajos de la Iglesia Baja, allá por 1217 y las obras duraron hasta principios del siglo XIV. Se hizo con la misma sobriedad que el templo bajo y entre los siglos XV y XVIII fue ampliado con capillas laterales. Pasó a catedral en el XVIII y a mediados del siglo XX se le añadieron presbiterio y girola. En un principio tenía tres naves pero se le sumó una cuarta donde antes estaban el palacio del abad (luego obispal) y otras capillas
El Palacio Episcopal hubo también de ser reconstruido tras el incendio y en el lugar estaba antiguamente el Hospital del Santo Espíritu para los peregrinos que aquí acudían. En el antiguo, en su interior, estaba además la que fue la histórica capilla de Santiago, cuyos restos pese a su importancia no fueron recuperados. Había sido construido en el siglo XIV por la familia Escalante entre el hospital, al que daba servicio, y el claustro. Era la más grande de las existentes en la antigua colegiata y luego catedral hasta que fue desmontada en 1890, si bien se conservaba dentro del antiguo episcopado
Al igual que la portada oeste iba a haber en esta fachada de la iglesia un gran rosetón, del que también hubo que desistir ante el inminente peligro de desmoronamiento que obligó a construir la gran torre cuadrada
Bajo la torre está el monumento a José Eguimo Trecu, el obispò bueno, que da nombre a esta plaza
También, antes de subir, entre la puerta del claustro y la torre, reparemos en aquella ventana gótica sobre el postigo que veíamos al subir
Bajo la ventana propiamente dicha hay una hornacina con columnas y una figura a manera de pequeña escultura
Vemos la imagen de San Pedro, que da nombre a este cerro, con las Llaves del Cielo en la mano derecha y el Gallo de la negación a sus pies. Debajo una inscripción
Y sendos escudos a los lados...
Entremos ya en el claustro
El claustro es de estilo gótico, que fue lo último que se hizo en el santuario construido a partir de 1318 y a lo largo de la primera mitad del siglo XIV en lo que fue el barrio medieval de El Ciminterio, derribado entonces para levantar esta obra que empezó a hacerse por su parte norte (a la izquierda de la foto), que es la entrada al interior del templo, obra impulsada por el abad Nuño Pérez de Monroy, canciller, consejero y confesor de la reina María de Molina e importante personaje de la corte en aquellos tiempos y ya hombre de confianza del padre de María Sancho IV. Era muy inclinado a acometer grandes obras de envergadura en sus diócesis, principalmente templos y hospitales para peregrinos y pobres. Daremos pues una vuelta completa al claustro, comenzando por el pasillo oeste, a la derecha, que daba acceso al hospital de peregrinos del Espíritu Santo
"que se faga et se acabe el ospital que tentgo començado en Sant Ander et la clusura de la Eglesia de Sant Ander segun que yo lo mande..."
Padeció incendio en 1431 por lo que el Cabildo de la Colegiata de San Emeterio y San Celedonio pide al Papa Inocencio IV indulgencias plenarias para los que den limosna para reparar iglesia y hospital. El 3 de marzo, día de los Santos Mártires, San Emeterio y San Celedonio, se celebraba romería en la que se ponía una mesa para comer en fraternidad Prior, Cabildo, Ayuntamiento, pobres de la villa y pobres del hospital
Del hospital sabemos también que después de acoger a pobres fue dedicado a religiosos de escasos recursos y enfermos, según el canónigo P. Zuyer, que escribe en 1660:
"En dicho claustro, hay otra puerta hacia poniente, por donde se entra a un aposento grande donde hay cuatro lechos, y que llaman Hospital del Santo Espíritu, que sirve solamente para algún sacerdote pobre y enfermo; y tiene de entrada doscientos reales al año; y todo canónigo que muere está obligado a dejar a este hospital un lecho o, en su lugar, cien reales de vellón. Tiene la custodia de esta estancia una mujer vieja que llaman beata, la cual no tiene salario alguno sino simplemente la comodidad de dicha estancia, donde vive desde hace treinta y seis años; lamentándose mucho de la poca caridad que recibe de los canónigos y de la iglesia, a la cual asiste de continuo, tomándose el cuidado de encender la lámpara, de barrer la iglesia y el claustro y de pedir la limosna para el aceite de la lámpara de dicha iglesia"
Poco menos de un siglo después, en el Catastro de Ensenada, se dice que ya no alberga pobres. Parte de su estructura se conservó en el Palacio Episcopal y sus restos salieron a la luz en los años 50 del siglo XX al ser desmontado para reconstruir la catedral luego del Incendio de Santander de 1941. Se sabe tenía capilla que llegó a ser un tiempo parroquial, según información del libro Los antiguos hospitales de Cantabria de A. Rubio Celemín y J. Ruiz Cobo
Cruz en una de las columnas de los arcos del claustro
Miramos al exterior
El Ciminterio era así llamado por estar aquí, en el que fue campo de la iglesia, el cementerio de Santander, el de las clases populares. Solo las estirpes más ricas e influyentes, que apadrinaban obras, donativos y limosnas, tenían el privilegio de enterrarse en el interior, en el suelo, paredes o capillas laterales, cuanto más cerca del altar simbolizaría más poder. Antaño este claustro rodeaba un jardín de naranjos y fue en principio un espacio de esparcimiento, trabajo y meditación para los frailes, buscándosele luego otras ultilidades, como las capillas privadas de los linajes de la villa, los sepulcros de abades, nobles y otras gentes, el oratorio del abad y el mencionado hospital
Admiramos la impresionante nervadura gótica que salvó al claustro de desaparecer a causa de las llamas en 1941
Las claves están esculpidas con diferentes representaciones de reyes y abades relacionados directamente con la historia del lugar
Esta sería la reina Berenguela, hija de Alfonso VIII, rey que concedió fueros a la ciudad
Rey coronado, podría ser dicho Alfonso VIII u otro
Y este es el abad don Sancho, hijo de Fernando III
Recorriendo este pasillo oeste del claustro llegamos a un sepulcro
Es el sepulcro de Diego de Corbán, del año 1249
Admiramos su detallado trabajo de talla en piedra
Con filigranas e inscripciones
Aquí estuvo antaño la capilla de San Antón, otra de las que desaparecieron en este claustro que. al ser espacio de sepulturas a veces se grababan en la tierra símbolos vinculados a los aquí enterrados, como un árbol de la vida o un barco, este sin duda relacionado con los marineros y navegantes
Arriba en la clave está el escudo del Reino de Castilla y León unificado por Fernando III
Y llegamos a la nave sur, donde, en unos arcos empotrados, veremos varias piezas arqueológicas recuperadas durante los trabajos procedentes de la restauración tras el trágico incendio de 1941. Otras proceden de otros santuarios santanderinos
Aquí vemos unas ménsulas con personajes, de los siglos XIV y XV, procedentes de la capilla de Santiago, desmontada tras el incendio de 1941
Cabeza de un personaje
Pasamos al siguiente arco y pieza...
Aquí hay otra ménsula de la capilla de Santiago
Muestra un personaje sosteniendo el emblema de la familia Escalante que muestra un león. Es de la misma época que los anteriores
Al fondo de la nave vemos, mientras recorremos el pasillo sur que al otro lado miraba hacia la muralla y el mar. Al fondo vemos la Sala Capitular y su nave contigua, donde se reunía en momentos excepcionales el Concejo General de la Villa de Santander
En nuestro recorrido seguimos admirando pieza por pieza...
Este capitel con águila procede del que fue Convento de Santa Clara, fundado en el siglo XIII y desamortizado en 1835, pasando a ser el Instituto Cántabro de Enseñanza Media en 1839
Unas manos parecen sostener el blasón...
Al lado el escudo del abad Pedro Manso de Zúñiga, del siglo XVII
Estamos en un verdadero museo arqueológico catedralicio
Esta es una ménsula con caras de religiosos, sacada de la desaparecida Iglesia Colegial, destruida en el incendio de 1941
En la cabeza la mitra. Es de los siglos XIII-XIV
De la misma época y procedencia una cornisa con toros
A la derecha una escultura probablemente representa a San Pedro y a la derecha una ménsula con rostros son obras también de los siglos XIII-XIV de la antigua colegiata
No se descarta pudiese ser una representación antigua de los Santos Mártires San Celedonio y San Emeterio
Arriba fijémonos en las claves de la bóveda de esta parte del pasillo sur
Son representaciones geométricas
En forma de estrella
Y cruz...
Asomándonos al patio del claustro veremos la fachada norte, la primera que se construyó, con la gran portada de acceso al interior de la catedral
Más restos de la capilla de Santiago, estos de los siglos XIV-XV
Frontal con el escudo de los Escalante
Y ménsula con varios personajes que parecen danzar cogidos de las manos
Ahora dos elementos de los siglos XIII-XIV de la Colegiata: a la derecha clípeo, especie de escudo labrado en piedra y a la derecha otra ménsula con dos cabezas
El clípeo presenta una efigie muy borrosa
Las cabezas representan a dos eclesiásticos con su tocado
Paso a paso avanzamos hacia la Sala Capitular
Muestras del siglo XV
Inscripción gótica de la capilla de la Trinidad
Ménsula con dos personajes de la realeza
Clave de la antigua Colegiata, siglos XIII-XIV
Se ve una figura coronada
Tal vez San Fernando, Fernando III
Desde aquí, vista de la catedral con su torre. Naves norte y oeste del claustro
Ya ante la Sala Capitular, observemos estas otras claves
Esta en forma de pétalos
Y esta en forma de cruz. Además del simbolismo cristiano de la crucifixión de Cristo es uno de los símbolos humanos más antiguos presentes en la historia de las civilizaciones, bien como representación solar o variados conceptos como los cuatro puntos cardinales, los elementos tierra, aire, fuego y agua, la unión de lo humano y lo divino, lo físico y espiritual, el lugar de paso al más allá, etc
Sala capitular. A la derecha otros dos arcos góticos
En el de la derecha se expone una inscripción del siglo XV
Muestra el escudo de la capilla de la familia Alvear
En la esquina con la Sala Capitular y nave este del claustro vemos la zona de excavaciones
Si bien está bastante oscuro habría restos de fortificación y el muro de protección del tiempo de los romanos
Esta Sala Capitular fue también capilla de San Pedro y San Pablo
Aquí está ahora el Centro de Interpretación de la historia de Santander, con audiovisuales y una gran maqueta de Santander en 1755, cuando logró el rango de ciudad
Es una vista de la recién nombrada ciudad desde el este
En primer lugar tenemos La Puebla Nueva, al norte de la antigua Ría de Becedo, tanto la zona amurallada al fondo como las líneas de casas extramuros que vemos en primer término siguiendo los antiguos caminos. Luego está la desaparecida Ría de Becedo, que la separa de La Puebla Vieja, sobre el Cerro de Somorrostro, donde está la catedral
Estos son los muelles del antiguo puerto, terrenos ganados a la bahía en el siglo XIX, donde ahora están los Jardines de Pereda con su Paseo
Vemos la desembocadura de la ría, que sería rellenada al final de esa centuria. A la izquierda el Cerro de Somorrostro, donde nacería la primer población en asentamiento portuario romano, tal vez el célebre Portus Victoriae Iulobrigense, posiblemente sucesor de un asentamiento cántabro anterior situado unos pocos kilómetros más al sur, en Peñacastillo. A la derecha, en la muralla, la Puerta del Mar, donde ahora está la Plaza Porticada o de Velarde
Aquí tenemos el que fue Castillo de Santander o Castillo del Rey, luego de San Felipe, con su forma trapezoidal, construido sobre una anterior fortaleza romana, ya entonces muy reformado y cubierto con tejados, haría las funciones de cuartel y almacén. Desaparecería acabando el siglo XIX y con sus piedras se rellenaría la Dársena Grande, en el puerto, donde ahora están los citados Jardines de Pereda. A su izquierda vemos la Colegiata de Santander o de los Cuerpos Santos, que acababa ser proclamada catedral del nuevo Obispado de Santander por el Papa Benedicto XIV
Y en primer término el claustro que estamos recorriendo, con la fachada sur, que como hemos dicho miraba a la Muralla de Santander y al mar, construida a partir de los siglos XII y XIII y derribada entre los siglos XVIII y XIX. Ya en 1766 se derribó un pequeño lienzo en las reformas del puerto antiguo. En la zona de Somorrostro comenzó a demolerse en 1785 para favorecer el acceso al Muelle de Naos. Por entonces las nuevas piezas artilleras favorecían un cambio de estrategia, emplazándolas a la entrada de la bahía, más que aprovechando viejas murallas medievales
Vemos al otro lado de la catedral la Ría de Becedo con su puente, comunicación con La Puebla Nueva por La Ribera, donde en la Edad Media hubo enfrentamientos violentos entre los habitantes de ambas pueblas, reinando Enrique IV con sus pretensiones de ceder Santander al Marqués de Santillana. En 1831 el puente, ya sobre la calle pues habría entonces 40 años que la ría se cubrió, era de mampostería y se planteó restituirlo, diciendo el arquitecto Cristóbal de Bernaola que...
"Su disposición artística es tan tosca y antigua, que más parece construcción de los bárbaros y silingos que de los tiempos posteriores"
Se construyó otro, hecho en madera, a partir de 1832 y que fue llamado Puente de Vargas en honor a la Batalla de Vargas en la Primera Guerra Carlista, cuando la ciudad estuvo a punto de ser tomada por los partidarios del Infante don Carlos. Fue obra adjudicada a José López Bustamante no sin polémica al estar, al parecer, mal diseñada para salvar la altura entre calles, entre otros inconvenientes, así fue que no mucho después se encargaría un nuevo puente, este de piedra, según proyecto de Antonio Zabaleta, bajo el que pasarían ya los tranvías, primero de mulas y luego eléctricos, si bien muy justos en la siempre problemática altura, por ello en 1912 ha de hacerse otro más, diseño de Alberto Corral, el cual duró hasta que en 1936 la corporación de Ernesto del Castillo Bordenabe, dentro de las medidas urbanísticas del Frente Popular en 1936 para descongestionar ciudades, ordena su demolición con la idea de hacer una avenida llamada de Rusia que no se llegó a realizar. Es esta la histórica zona de La Ribera, donde a la izquierda del puente vemos las antiguas naves de Las Atarazanas, astilleros y almacenes de pertrechos para las armadas reales
Estas atarazanas se hicieron aprovechando la tradición ancestral de construcción de embarcaciones que empleaban la madera de los montes cántabros. Santander llegó a tener la obligación de contribuir con la construcción de una nao al año
En el entorno de la catedral vemos las calles de La Puebla Vieja, estando enfrente la Ruamenor y la Ruamayor, comunicación histórica con el casco antiguo por el camino que entra en Santander (o sale) por Cuatro Caminos. La ría, el río y las atarazanas son ahora las calles de Calvo Sotelo, Jesus de Monasterio, Burgos y Alameda de Oviedo
Luego de Ruamayor es la calle Alta, en la unión de ambas estaba en la muralla la Puerta de San Pedro. Es el barrio del Cabildo de Arriba, uno de los que primero se extendieron más allá de las murallas
En este tramo se fundaron varios conventos, palacios y hospitales de peregrinos. Vemos aquí cómo eran este y el otro acceso a la ciudad por la actual Alameda de Oviedo, unos metros más al norte. Este sector de la muralla fue echado abajo entre 1802 y 1838, favoreciendo la expansión de la ciudad hacia el oeste
La antigua entrada, o salida, junto al que fue Hospital de San Pedro con su capilla, luego iglesia de Nuestra Señora de la Consolación
Al norte vemos el antiguo Convento de San Francisco, fundado en el siglo XIII y desamortizado en 1837, donde luego estuvo el Mercado de la Esperanza, de 1904, y cuyos terrenos sirvieron también para hacer el actual Ayuntamiento de Santander inaugurado en 1907. Un poco más allá a la derecha y al otro lado de la muralla reconocemos el que fue Convento de Santa Clara, fundado poco después del de San Francisco, de la misma orden, donde, al ser otra entrada y salida estratégica de la muralla, hubo otro hospital de asistencia, el de Nuestra Señora de Guadalupe. Ahí estaba la Puerta de Santa Clara, en uno de los primeros tramos de muralla que fueron derribándose, allá por 1782
El Convento de Santa Clara se transformó en el Instituto Cántabro de Enseñanza en 1839 tras pasar también por la Desamortización. Más acá, en medio de la foto, en el corazón de La Puebla Nueva, está la la iglesia de la Anunciación o de La Compañía, en medio de la foto, que empezó a construirse en 1607
Al norte de La Puebla Nueva, el último lienzo de la muralla en tirarse fue el de ese sector, en 1843. Sus últimos vestigios desaparecieron en 1929 al hacerse el Cine Coliseum, en el lugar que actualmente ocupa el hotel de igual nombre
Luego de tan interesante recorrido por la historia urbana de Santander seguiremos recorriendo el claustro
Vamos ahora a la derecha por la nave este
Hay una estancia anexa a la Sala Capitular
Accedemos al interior
Aquí hay una clave con un león, de nuevo el emblema de los Escalante
Volvemos al exterior
La vista del luminoso verde es un complemento a la semipenumbra de los pasillos...
A la derecha dos sepulcros góticos del siglo XV
Proceden del antiguo convento de San Francisco y de la iglesia de San Pedro de Monte, esta en la costa norte de Santander, mirando al Cantábrico
El primero representa un caballero, con un perro a sus pies
El siguiente viste hábito eclesiástico
A la izquierda hay más graffitis relacionados con los aquí enterrados
Un hacha, símbolo de los carpinteros de ribera
Barco de pescadores y navegantes
Unas tijeras, podrían ser de algún artesano, sastre, o zapatero, pero su aspecto de podadora podría referirse a un campesino
Hay también otro hacha y una suela de zapato, este segundo relacionado con los zapateros
Exterior de las galerías norte y este a nuestra izquierda
Según avancemos miremos también a la bóveda
Escudo de castillo y flor de lis
Escudo muy borroso
Cruz
Crismón emblema de la diócesis
Ave alegórica
Aquí estaba el solar de la capilla de Nuestra Señora del Puerto (s. XV)
En la pared una gran placa en latín recuerda la desastrosa explosión en los muelles de Maliaño del mercante Cabo Machichaco el 3 de noviembre de 1893, considerada la mayor tragedia de carácter civil del siglo XIX en España, cargado entre otros materiales con 51 toneladas de dinamita que explosionó a causa de un incendio que afectó también a una bombona de ácido sulfúrico.
Antes de la explosión, muchos curiosos, ignorando la carga que transportaba, se acercaron a ver el incendio, originado hacia la una y media de la tarde, así como las labores de extinción, en las que participaban bomberos, personal de la Junta del Puerto y tripulaciones de otros barcos. Enteradas las autoridades a las cuatro de la tarde del contenido de sus bodegas no retiraron al público que se apiñaba en la dársena con las terribles consecuencias que ocasionó cuando a las cinco el buque estalló, provocando una tromba de agua de miles de toneladas que derribó varios edificios y asoló la bahía, llegando trozos de hierro como metralla hasta a Peñacastillo, a ocho kilómetros de distancia
Hubo 590 muertos y 525 heridos, entre ellos la totalidad de las personas que se hallaban a bordo, entre ellos los 32 tripulantes del buque Alfonso XIII con su capitán Francisco Jaureguizar que habían acudido a ayudar, multitud de bomberos, trabajadores y curiosos, así como la mayor parte de las autoridades civiles y militares de Santander pues se hallaban en las inmediaciones, lo que era una catástrofe total y más para una ciudad por entonces de unos 50.000 habitantes censados. El bastón del gobernador civil Somoza apareció a kilómetros del lugar y hasta cayó una ermita medieval en Mies de Maliaño. Esta catedral también se vio afectada, como otros muchos edificios de la ciudad, pues cayeron calles enteras de edificios, como las de Méndez Núñez, otras se quemaron en un incendio que duró toda la noche, apareciendo restos humanos en lugares bastante lejanos. Pero la tragedia no había cesado, pues el 21 de marzo de 1894 la dinamita que quedaba en el barco, hundido, explotó durante las labores de rescate matando a quince trabajadores. Estos tremendos acontecimientos agudizaron la crisis portuaria que afectaba a la ciudad tras la prohibición de exportar trigo y harina al extranjero y la quiebra del comercio con América. Para ayudar a la recuperación en 1898 se crearía el Monte de Piedad, germen de otras entidades mercantiles y financieras
El infortunio marcaría a varias generaciones hasta mismamente nuestros días se crearon varias entidades y asociaciones de recuerdo del accidente, se sufragaron homenajes y se inauguraron monumentos, pasando incluso a la literatura con Pachín González (1896) de José María de Pereda y la música con Cabo Machicacho de Borja Ordóñez García, estrenada el 3 de noviembre de 2018 por la Banda Municipal de Santander en el 125 aniversario del accidente, fecha en la que el Ayuntamiento organiza un homenaje todos los años
La traducción de la placa, reflejada en un cuadro de esta pared, dice así
"El día 3 de noviembre del año de 1863 amaneció para Santander el día más luctuoso en el que un barco movido por vapor, cuyo nombre era el de 'Cabo Machichaco' atracado junto al primer muelle de madera del puerto para descargar su mercancía, a la caída del sol retumbo con un enorme y súbito estruendo lanzando a los aires por doquier vigas de hierro, cadenas y materiales del barco incandescentes a causa de la increíble violencia de gran parte de la dinamita explosionada y causó en un instante la más horrenda ruina de hombres y edificios jamás oída desde el principio del mundo hasta entonces, a cuya tremenda acometida apenas pudo resistir la Sacrosanta Casa del Señor, edificada sobre una roca firme, y que sufrió no poco en sus fortificaciones
Para perpetuar el recuerdo del insigne beneficio divino y de su misericordia, en primer lugar por no haber sido consumidos en medio de tan grande ruina y desolación, y para que se celebre hasta la más tardía posteridad con espíritu agradecido, la incolumidad de los supervivientes, el Obispo Vicente Santiago Sánchez de Castro y el colegio de canónigos de esta Sede Principal acordaron por unanimidad y a sus expensas se grabaran todas estas cosas en esta lápida. Eduardo María García Frutos, de la Compañía de Jesus"
Ya llegamos a la esquina con el muro norte de la catedral, que fue solar de la capilla de Nuestra Señora de Gracia, del siglo XV
Del siglo XV es también el frontal del sepulcro de Mari González de Escalante, procedente de la capilla de Santiago
A la derecha el interior reformado tras la destrucción de 1941
A la derecha la nave norte, el muro sur de la catedral, por donde ahora transitamos
Fijémonos en los efectos de la erosión en alguna de las columnas de la izquierda
Al otro lado el exterior de la galería sur, la que al otro lado miraba a la bahía...
A la derecha escudos de la pared
Este el de los Puebla
Arriba las famosas claves de esta bóveda
Filigrana vegetal...
Y geométrica
Fijémonos ahora a la derecha, al lado de los bancos
Ménsulas de la antigua Colegial
Esta parece representar un ángel...
Estamos dando ya la vuelta completa al claustro. Al fondo vemos la puerta por la que hemos entrado subiendo desde la Iglesia Baja
A la derecha tenemos las escaleras al interior de la catedral, donde está la majestuosa portada de acceso. A la izquierda es el paso al patio del claustro
Miremos también arriba
En la clave se ve un elemento muy borroso
Es el escudo del abad Don Sancho
Antes de ir al interior del templo de la catedral vayamos al exterior, al patrio central de tan bello claustro...
Un pequeño camino de losas nos lleva a la fuente central
Fuente con el símbolo de la Diócesis de Santander
Desde la fuente veremos también el cimborrio sobre el crucero de la iglesia, el que recordamos muestra las imágenes de los Cuatro Evangelistas y es obra de la reconstrucción del templo
Allí están las imágenes de los Cuatro Evangelistas, obra de José Villalobos Miñor
Este muestra un león, por lo que se trata de la estatua de Marcos, ya que se identifica con este animal porque su Evangelio empieza refiriéndose a Juan el Bautista, al que denomina "Voz que clama en el desierto", como el león
La torre, el cimborrio, el claustro y las naves de la iglesia en perfecta armonía pese a las grandes destrucciones y calamidades padecidas por edificio y ciudad
Vamos ir ya hacia adentro
Viendo primeramente el exterior de la portada del claustro, con escasos adornos labrados
Y ya estamos ante la gran portada sur, la entrada al interior de la nave, construida en 1230, presenta una profusa decoración que contrasta especialmente con la sobriedad de la mayor parte del santuario
En el tímpano vemos la imagen de Nuestra Señora de la Asunción, en una hornacina, rodeada de ángeles, sobre una línea d emotivo floral
Y a su derecha un detalle de especial interés, por primera vez se muestra el escudo de castillos y leones tras la unificación definitiva de los reinos de Castilla y de León bajo el reinado de Fernando III, recordando siempre que su hijo Sancho fue aquí abad
A la izquierda es el escudo de las cabezas de los Mártires San Emeterio y San Celedonio en la legendaria barca de piedra que los trajo a Santander y cuya reproducción en dibujo veíamos en uno de los paneles explicativos de la Iglesia Baja
Vamos a fijarnos ahora en los detalles de la derecha con altas columnas de estrecha arquería ciega lleno todo ello de múltiples filigranas
Figuras geométricas y humanas en las gárgolas
A la izquierda, más pegado a la puerta, personaje con la mano en el pecho, con gesto de oración o encomienda, mirando hacia la otra parte de la portada
En torno a él numerosos motivos geométricos y vegetales
A la derecha, mirando hacia quienes entran por el claustro, cabeza con la boca abierta y en ella la mano derecha, en pose de grito o sorpresa. Tiene un pequeño cuerpo un cierto aspecto deforme si la vemos en relación al brazo izquierdo, como un jorobado
Arriba más cabezas, la de la izquierda, con una con la mano en el mentón, en actitud observadora o pensativa. La de la derecha parece tener algo saliéndole a ambos lados de la boca
Entre las columnas predominan las flores de cuatro pétalos, tetrapétalas pero destaca de nuevo repetido a izquierda y a derecha emblema de Castilla y León
En medio un poco más arriba la flor de lis
Vamos ahora a ver el lado izquierdo, también muy historiado
Entre las columnas tetrapétalas y castillos
La tetrapétala es uno de los símbolos de la divinidad y lo espiritual desde la Antigüedad
Emblema de Castilla
Y abajo los de Castilla y León
Arriba, capitel de hojas a la izquierda, capiteles con más motivos geométricos y a la derecha una cebeza
Cabeza humana de largos cabellos y tocado en la cabeza. No parece mirar a un homóloga en el lado derecho, la más pegada a la puerta, sino al claustro, en concreto a quienes entran viniendo del este
La Iglesia Alta, actual catedral, fue construida en el siglo XIII siguiendo un estilo gótico que destaca por su sobriedad, si bien hubo de ser en su mayor parte reconstruida como hemos dicho, tras el trágico incendio de 1941, cuando se perdieron buena parte de sus elementos originales y otros que se añadieron con el transcurso de los siglos. Otros se recuperaron y se restauraron. El edificio ha pasado por dos ampliaciones. La primera tuvo lugar en los siglos XVI y XVII mediante la construcción de capillas en las naves laterales, la segunda y más importante, se hizo después de la ruina ocasionada por el incendio que destruyó la ciudad en febrero de 1941, cuando fue reconstruida y rehabilitada bajo la dirección de José Manuel Bringas y Juan José Resines del Castillo a partir de 1942
Según caminamos, nos fijamos en los capiteles de estas columnas. Estos tienen un arte como "muy actual". Todo parece indicar que forma parte de los elementos hechos con la gran reconstrucción de la catedral
Tanto que se diría se representasen a los responsables de las obras, pero no hemos encontrado nada que nos informase a ciencia cierta con total seguridad
Justo al entrar, mirando de frente al altar, estaría la parte interior de la desaparecida Puerta de los Mártires que, junto con su monumental escalera, aguantó el incendio de 1941 y fueron sus piedras desmontadas y numeradas con la idea de volver a colocarlas. De ellas nunca más se supo. Aquí ahora está la entrada a la torre, donde se ubica la pìla bautismal y arriba, el Órgano de San Emeterio y San Celedonio, o del Padre, del que hablaremos al dar la vuelta por las capillas del lado norte o del evangelio
En lo alto de la pared norte estupendas vidrieras, también colocadas con la reconstrucción, obra de 1953 del artista Santos Cuadrado
Esta representa a San Roque, con su hábito peregrino y el perro que le lame las heridas
Desde aquí admiramos las tres naves en todo su esplendor. Cuando la catedral volvió a abrirse al público en 1953 su capacidad casi se dobló al añadirse un crucero, cimborrio, ábside y girola. Se respetó el estilo gótico en las naves originales pero en lo añadidos se pensó en un estilo historicista que diferenciase las nuevas estructuras de las antiguas restauradas
El interior de la Iglesia Alta resultó totalmente calcinado en 1941, por lo que los retablos e imágenes actuales o proceden de otros lugares o han sido, menos uno, hechos posteriormente a la quema. La estructura, restaurada, mantiene su estructura de tres naves y estilo gótico
La antigua bóveda de madera provocó que estas naves padeciesen la mayor quema y desastre, a diferencia de la Iglesia Baja y del claustro que las tenían de piedra desde su construcción
Caminando hacia el altar mayor, la parte más cambiada de la iglesia primitiva, vamos a recorrer primeramente las capillas laterales de la nave derecha, el lado de la epístola, donde se leían las epístolas o cartas canónicas en la liturgia
La primer capilla según entramos por la portada a la derecha, es obra de 1624 de Fernando Herrera Calderón
Su antiguo retablo se ha perdido y la capilla fue restaurada tras el incendio de 1941. Actualmente está dedicada a San Román Martínez y San Manuel Seco, Mártires de Turón de la Revolución de Asturias y canonizados por el Papa Juan Pablo II en 1999
Hay un escudo de las antiguas estirpes que aquí tenían su sepulcro-panteón
Hay unas pinturas de la pintora contemporánea Teresa Peña que forman el actual retablo, dedicado a La Pasión de Cristo
Según caminamos, nos fijamos en más capiteles de estas columnas
Arriba más rostros humanos...
Figuras de medio cuerpo, asomando los brazos y la cintura, que miran hacia los fieles en actitud como de hablar o cantar. A la derecha cuadrúpedos
De frente, arriba, más vidrieras
Pasamos así de la primera a la segunda capilla del lado de la epístola
Es de Juan de Alvarado de 1604 y era uno de los cinco que estaban en el santuario de la Bien Aparecida, patrona de Cantabria desde el año 1905 pero con una veneración que arranca tres siglos atrás, cuando en 1605 afirma la tradición que unos pastores hallaron una pequeña imagen de la Virgen en una ventana de la arruinada ermita de San Marcos, en el Alto de Marrón, cerca de Hoz de Marrón, municipio de Ampuero, a donde habían acudido al ver unas misteriosas luminarias
Al principio se pensó en llevar la imagen a la cercana parroquia de Marrón, pero a causa de una tormenta se queda en el collado de Somahoz y se construye para ella una capilla en 1614 llegará a ser destruido por los rayos dos veces hasta su reconstrucción definitiva en 1722. Sus cinco retablos estilo barroco churrigueresco se acaban en 1755, viniendo este a Santander en 1955, al segundo año de la reinauguración de esta catedral
Quiere la leyenda que el nombre venga de un litigio que habría enfrentado al vecindario de Hoz de Marrón y de Ampuero por la posesión de esta imagen. En Ampuero había desaparecido una talla y se achacaba a un robo de los de Hoz de Marrón la aparición de esta imagen, a lo que los inculpados manifestaban que la suya era la "aparecida y bien aparecida". Al final aparece la talla de los de Ampuero pues un vecino que la había llevado para repararla la devuelve a su sitio, finalizando el pleito
En 1752 se fundó en Madrid una congregación de montañeses bajo su patronazago a la que Benedicto XIV concedió indulgencias. Fernando VI en 1758 y luego Carlos III se hicieron cofrades, llegando a haber más de 400 en el Madrid de la época. Es Virgen milagrosa de navegantes y enfermos
Y así, por esta nave sur continuamos nuestro deambular por las naves de la catedral
Más capiteles con figura
Otros dos personajes que parecen hacernos gestos y hablarnos. A la derecha unas hojas
De frente otro de los órganos de la catedral. Arriba más vidrieras
A la izquierda del de la Bien Aparecida, avanzamos hacia la siguiente capilla del lado sur
Esta es obra de Sebastián de la Puebla de 1622 y está dedicada a la Virgen del Carmen
Lignum Crucis...
Enfrente la capilla homóloga del lado del evangelio y arriba la correspondiente vidriera
Al lado de la capilla un cuadro
El Ecce-Homo
Y ya estamos ante el altar mayor, la parte totalmente nueva de la catedral
A causa de la reconstrucción desaparecieron destacados elementos barrocos del viejo templo en lo que fue la ampliación de la primitiva cabecera de la iglesia por José de Cereceda en el siglo XVIII. Un coro de piedra que había sobrevivido a las llamas, de Francisco del Pontón Setién y Juan de la Sierra Bocerraiz, fue desmontado y sus piezas numeradas pero, tal y como le pasó a la puerta y escalera de los Mártires, desapareció sin dejar rastro. En cambio se hizo alrededor de este altar mayor una girola con capillas, imágenes y vidrieras
Abajo el coro del cabildo de canónigos vino del monasterio de San Jerónimo el Real de Madrid y el retablo barroco de Tamariz de Campos (Valladolid)
Al retablo se le fueron añadiendo las imágenes de la Virgen del Camino y de los Santos Emeterio y Celedonio hechas por Juan Alangua
En el altar mayor el relicario muestra la frase medieval que dio origen a la veneración cristiana del lugar con las reliquias de los mártires San Celedonio y San Emeterio: "Multa Corpora Sanctorum hic sepulta sunt" (Aquí están sepultados muchos cuerpos santos)
Sobre el altar mayor, la gran cúpula del cimborrio, otro elemento de los años de rehabulitación completa del santuario
Maravilla del arte, mirando hacia arriba
Desde el crucero y altar mayor vamos a la derecha para recorrer la girola, viendo primeramente una gran pintura a ese lado
Situado en una tribuna es el fresco de José Cataluña en el que se ve la escena de la construcción de la iglesia vieja por el rey Fernando III, el padre del que fue aquí abad, el infante don Sancho
Entramos en la girola, construida esta en estilo historicista neogótico para no distorsionar demasiado con el resto del templo pero al mismo tiempo diferenciarlo de lo que fue la estructura primigenia
Una serie de vidrieras dan luz al interior
Llegamos a la primera capilla
Es la dedicada a San Fernando o Fernando III, cuya estatua vemos sobre el altar
Es obra del escultor Javier Soto
Vamos dando la vuelta por la girola
Antes de la siguiente capilla veremos a la izquierda una imagen
Nuestra Señora de la Esacucha, talla de mediados del siglo XVII
Admiramos ahora otra serie de espléndidas vidrieras con imágenes de la vida de la Virgen, obra de 1953 del vitralista Santos Cuadrado
La Sagrada Familia
La Visitación
Adoración de los Magos...
Y ya estamos en la segunda capilla de la girola
Es la capilla de San Matías, a cuyo amparo se acogió la villa los años de la peste que acabaron en 1503. Los puertos de mar eran especialmente propensos a la hora de propagarse la enfermedad y en no pocas ocasiones los barcos habían de pasar una preceptiva cuarentena antes de que la tripulación y las mercancías pudiesen desembarcar. En algunas ocasiones se sabe que en algunos puertos la medida se pasaba por alto, a veces por despiste pero más bien por sobornos, lo que podía acarrear grandes males
La escultura es también de Javier Soto
Y ya vamos llegando a la nave del evangelio, la lateral norte
Tmabién de Javier Soto
Varios bancos para tomar asiento y orar o meditar...
A la derecha un cuadro
Asunción de Nuestra Señora, de Teresa Peña
Lado derecho del crucero y de frente la nave norte
En ella se representa al intelectual en figura yacente de piedra y vestido tal y como fue amortajado, con saya de fraile
Su cabeza reposa sobre dos grandes libros. Brazo derecho caído pero en cuya mano sostiene una pluma. Con el otro su mano reposa sobre el libro y la cruz
Arriba La Piedad de bronce es también de Victorio Macho
En 1880 es miembro de la Real Academia Española y entre ese año y 1882 publica su magna obra, impulsada por su amigo Gurmesindo Laverde, los ocho tomos de la Historia de los heterodoxos españoles en la que reivindica desde sus ideas y, haciendo un gran repaso a la historia de los escritores y pensadores perseguidos por la Iglesia en España, reafirma, tomando partido por el catolicismo, la relación entre cristianismo e hispanidad, convirtiéndose en una obra ideológica básica desde entonces para los conservadores, contestada por los progresistas hasta nuestros días. Su primera edición fue publicada por el periodista y político carlista Cándido Nocedal. Luego entre 1883 y 1891 publicará sus cinco tomos de Historia de las ideas estéticas en España, recogiendo, estudiando y reinterpretando las diferentes estéticas artísticas y literarias españolas a lo largo del tiempo
En 1883 pasa a ser miembro de número de la Real Academia de la Historia con la lectura del discurso La historia considerada como obra poética. Siguiendo una trayectoria política partidaria de la Unión Católica de Alejandro Pidal es diputado a Cortes entre 1884-1886 y 1891-1893, siendo tentado infructuosamente por los carlistas. En 1891 pronuncia su discurso de ingreso en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas De los orígenes del criticismo y del escepticismo y especialmente de los precursores españoles de Kant. En 1892 es bibliotecario de la Real Academia de la Historia (de la que llegará a ser director en 1910) y en 1898 ocupa, hasta su fallecimiento en 1912, el cargo de director de la Biblioteca Nacional de España. en 1901 ingresa en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Entre 1890 y 1902 salen a la luz los 13 tomos de las Obras de Lope de Vega y en 1905 es propuesto para el Premio Nobel
En 1908 culmina la edición de los también 13 tomos dedicados a la poesía medieval de la Antología de poetas líricos castellanos, iniciada en 1890, reimpresa en 1911 como Historia de la poesía castellana en la Edad Media. Entre 1893 y 1895 escribe Antología de poetas hispano-americanos en cuatro tomos reimpresos también en 1911 como Historia de la poesía hispanoamericana. En ese año reimprime sus Estudios de crítica literaria (1892-1908) y los Ensayos de crítica filosófica de 1892, a la vez que es nombrado director de la Biblioteca Nacional de Madrid. Por su parte Orígenes de la novela saldrá de imprenta en tres tomos en 1905, 1907 y 1910 mas un cuarto centrado en las imitaciones de La Celestina en el siglo XVI
Por aquel entonces volvía ideológicamente al liberalismo de su juventud, pero con fuerte raíz cristiana y corrige sus críticas desfavorables a autores como Gaspar Núñez de Arce o Benigo Pérez Galdós, quien llegaría a ser su amigo y al que apoyaría para su ingreso en la Real Academia Española. Fallecería en su ciudad natal en 1912 legando los 40.000 volúmenes de su biblioteca al Ayuntamiento. En 1932 y durante la II República se crea la universidad internacional que lleva su nombre
Continuamos por la nave norte acercándonos ya a las capillas de este lado
Aquí está la antiguamente llamada capilla del Rosario, acabada en 1628 por Fernando de la Riva Herrera, proveedor de las armadas reales
Bajo una hermosa bóveda destaca en el altar (a la derecha)el expositor de plata sobredorada, trabajo de Maese Calvo de Burgos
En esta capilla es donde está actualmente reservado el sacramento. Al fondo vemos la tumba del obispo Sánchez de Castro, que aparece representado en postura orante
Arriba hay varios blasones de la estirpe
Hay otras dos capillas ocupando el espacio de los antiguos palacios abaciales y desaparecida Puerta de los Mártires
La capilla es larga y se extiende por buena parte de este lienzo
Aquí está el cuadro Los discípulos de Emaús de José Ramón Sánchez
Se narra como dos discípulos de Jesús, uno llamado Cleofás y el otro de nombre desconocido, descorazonados por la muerte del Maestro, que han visto crucificar, huyen temerosos de Jerusalén hacia una población llamada Emaús
En su andadura entablan conversación con un extraño con el que coinciden en el camino, comentando los recientes y trágicos acontecimientos y reprochándoles este su falta de fe en su intercambio de impresiones durante su andadura
Cayendo la noche le invitan a cenar y a pernoctar con ellos y es entonces, cuando el viajero, al partir el pan, delata con su gesto que es Jesús, desapareciendo entonces para sorpresa de sus asustados discípulos
Admirando el cuadro también tenemos una buena vista hasta el altar del Santo Sacramento
Y el expositor, bajo la bóveda...
Hay otras dos capillas ocupando el espacio de los antiguos palacios abaciales y desaparecida Puerta de los Mártires
Retablo de una de la capillas
La Virgen con el Niño
La otra es capilla penitencial, donde están los confesionarios
Volvemos así ante el muro oeste, ante la torre, donde está el órgano del Padre o de los Santos Mártires San Emeterio y San Celedonio, el principal
Al lado el sol del atardecer entrando por las vidrieras...
Esta representa al Apóstol Santiago
Casi hemos dado la vuelta entera a las naves de la Iglesia Alta, al fondo vemos ya de frente la parte interior de la portada que da al claustro, por donde hemos entrado, pero antes hablaremos del órgano principal, el del Padre
El viejo órgano catedralicio de 1953, fue restaurado en el año 2010 por el músico polaco Norbert Itricht, organista titular de la catedral, ayudado por el también polaco Mateo Michalsev y el alemán Michel Reininghause. Se aprovecharon más de 2.000 tubos del órgano viejo para el nuevo, siendo inaugurado el 12 de diciembre del año siguiente 2012 con unos 4.500 tubos
Abajo, ante la entrada a la torre, sede del Centro de interpretación de la historia de la ciudad de Santander, hay una pila bautismal
Procede de Colsa en el cántabro valle de Cabuérniga
En frente, mirando la nave sur, aún nos queda por ver una capilla, la de San Antonio
Fue fundada por Antonio de Azoños Escobedo en 1671
En su altar barroco admiramos una buena y bella copia de la Visitación de Rafael
Otra vidriera ilumina el interior
Tal vez otra representación del rey santo Fernando III
Aquí, podemos salir ya de nuevo al claustro y dar por culminado el recorrido por la catedral
Pero sería una pena no aprovechar ya que estamos aquí a realizar una visita lo más completa posible a este monumento subiendo a la torre de la catedral, el Centro de interpretación de la historia de la ciudad de Santander, cuya entrada tenemos justo debajo del órgano. Para ello eso sí, es necesario apuntarse previamente
Enfrente de la pila bautismal, subiendo estas escaleras
Vemos primeramente un interesantísimo panel con la historia y características del órgano catedralicio principal
Aquí hay un pequeño recibidor donde se proyecta el vídeo de nuestra visita. Generalmente se pone al final, al regreso. La visita comienza por la última planta, la de las campanas, por lo que podemos emplear el ascensor...
O bien subir andando, escaleras arriba
Es una estrechísima escalera de caracol
Resulta evidente que la incomodidad de tan angosto paso no estaba pensada para incordiar a los campaneros, sino para dificultar el acceso de atacantes, que apenas se podrían mover armados con lanzas, espadas, escudos... dando ventaja al defensor que los acosa desde arriba. Ciertamente muchos de estos edificios públicos estaban pensados además con una visión defensiva en las endémicas guerras de antaño
Y así, sin detenernos en ninguna de las plantas anteriores, llegamos a lo más alto en la sala de las campanas
Las antiguas campanas de bronce se fundieron o quebraron con el fuego de 1941. Cuando de restauró la iglesia se pusieron unas nuevas que fueron sustituidas por estas que vemos ahora en en el Jubileo del año 2000 a cargo de la Fundación Botín. Fueron construidas por los Hermanos Portilla en Gajano, al otro lado de la Bahía de Santander, al sur
Antiguamente cada campana tenía su nombre... y sigue teniéndolo: San Juan Nepomuceno, Santa María Magdalena, San Sebastián, San Matías, San Fernando, Gloriosa Santa María y la de los Santos Mártires, patronos de Santander, El Campanón
Como referencia esta por ejemplo mira al este, al cimborrio
Allí vemos a dos de las estatuas de los Cuatro Evangelistas que lo circundan por el exterior
Hay textos explicativos sobre su historia y las de las diferentes zonas de Santander que se ven desde ella
Y ahora empezamos a bajar por el ascensor o por las escaleras deteniéndonos planta por planta
Primera parada
Texto sobre la fundación del primer asentamiento en tiempos del emperador Augusto tras la conquista del territorio en las guerras cántabras
Localización de los hallazgos desde los primeros pobladores conocidos de la bahía hace unos 100.000 años
Documentos históricos y piezas arqueológicas
A la derecha un fuste de columnilla, datado en el siglo XIII, de la antigua colegiata recuperado en las obras de restauración tras el Incendio de Santander de 1941. A la izquierda un capitel con la misma procedencia y época
Y esta es la reproducción de la clave que hemos visto en la bóveda del claustro representando a un escriba
Pasamos a los legajos documentales
A la derecha ctas capitulares de la Catedral de Santander tal y como se encontraron, envueltas en una partitura musical del templo anterior a 1536. A la izquierda Bula Papal de 1450
Contrato de 1417 por el que se enrolan en la armada del Almirante de Francia Mosén Robín de Bracamonte para luchar contra los ingleses en la Guerra de los Cien Años
Confirmación de Alfonso XI de un privilegio suyo y otro de Fernando IV que incluye al abad de Santander, de 1316
Contrato de 1274 certificando negocios entre particulares
Hasta la Guerra Civil estaba en una hornacina situada en el acceso a la catedral, siendo uno de los pocos elementos de madera que sobrevivió al gran incendio de 1941
Paneles informativos de la historia medieval
Historia del antiguo puerto romano y de la fundación y expansión de la población medieval en torno al santuario de los Mártires, luego Abadía de los Cuerpos Santos
La baja Edad Media desde la concesión del fuero en 1187
Al lado otra interesante pieza
Pila almohade de mármol traída de la conquista de Sevilla en 1248. Tiene como finalidad depositar agua para las abluciones de los fieles de la mezquita por lo que fue reaprovechada en la liturgia cristiana como pila del agua bendita. La columna es moderna
Tiene una inscripción en árabe que dice:
"Soy en mi pureza más espléndida que el cristal de roca; mi cuerpo está hecho de blanca plata. Cuando merece juntarse conmigo el agua limpida, parece que se derrame en un hueco cóncavo. El (agua) es en realidad (de rango) inferior a mí; aunque soy también un cuerpo hecho de agua sólida"
Atención a esta urna
Es un tesorillo de monedas medievales y posteriores encontrado al restaurar esta torre. Estaban ocultas por alguna razón pero podría deberse a alguna de las muchas épocas de inestabilidad padecidas en siglos pasados
Traspasamos el umbral...
Es el ámbito dedicado al Renacimiento y Barroco
En medio de la sala llama poderosamente la atención la cruz procesional obra del artesano Alejandro de Arratia, fechada en 1730 pero que algunas de sus piezas, como los medallones, son de hacia 1600
Contexto histórico de Santander en aquel tiempo
Las pestes, las guerras y la recuperación
El largo proceso creación de un obispado independiente de Burgos, paso fundamental para librarse de su dependencia político-administrativa y pasar a ser ciudad
Elementos litúrgicos, de izquierda a derecha: vinajeras y salvilla hechas en México en 1776 por Diego González de la Cueva, copón de Fray Juan de Cieza obra de 1610 del orfebre Francisco de Hena, custodia de finales del siglo XVIII realizada en Perú por Francisco de Lezana, cáliz de 1610 hecho por Francisco de Hena también para Juan de Cieza y a la derecha báculo neogótico para las solemnes celebraciones religiosas, de finales del siglo XIX
Cáliz y báculo
Custodia y vinajeras
A la derecha terno o vestimenta obispal neogótica de finales del siglo XIX que comprende casulla, dalmática, cyellos, manípulo y sobre cáliz. Es por tanto anterior a las disposiciones del Concilio Vaticano II. A la izquierda es la casulla del terno de Diego de Loredo bordada en 1625 por Fernando de Zubiaurri
Colcha sacramental de sea procedente de Filipinas. El puerto de Santander estaba especializado en el comercio ultramarino con las colonias de Ultramar
Es de entre los siglos XVIII y XIX donación de un indiano a la Catedral de Santander
Reproducción de cantorales, libros de música litúrgica de la colegiata y de la catedral
Aquí en medio tenemos la carretilla conmemorativa, hecha en caoba, al inaugurarse en 1852 las obras del Ferrocarril Alar del Rey-Santander enlazando el Canal de Castilla con la costa cantábrica, fundamental para el comercio y tránsito de mercancías y viajeros
Vemos en la placa que los trabajos fueron inaugurados en Santander por Francisco de Asís en nombre de su esposa Isabel II
Abajo el escudo real
En esta vitrina vemos dos maniquís con la indumentaria de los maceros del Ayuntamiento de Santander, compuesta de tabardo, sombrero con pluma, calzas, zapatos con hebilla, mazas de plata y pectorales también de plata
Entre los dos está el bastón de alcalde de Santander, en madera noble con borlas, contera y pomo de plata con el escudo de la ciudad.Al fondo, vitrinas con documentos y otras piezas
Enfrente algunos personajes importantes de la época en Santander. Abajo documentación
Actas de la Erección de la Santa Iglesia de Santander en 1757, ya declarada catedral
Portada de los Estatutos Capitulares de la Catedral de Santander en 1758, mecanografiados en 1924
Nombramiento de monseñor Juan Antonio del Val obispo de Santander en 1971
En la esquina veamos ahora la vitrina de la derecha
Cruces pectorales y anillos episcopales entre los que se ven los del obispo Sánchez de Castro (1884-1920) y relicario de la fundadoras de las Esclavas del Sagrado Corazón Rafaela Porras Ayllón (1850-1925)
Paneles explicativos del paso de villa a ciudad y más legajos...
Creación del Consulado de Mar y Tierra de Santander aprobado por Carlos III en 1786
Acta de creación del Obispado de Santander por Benedicto XIV en 1754
Título de Ciudad otorgado a la villa de Santander por Fernando VI en 1755
El puerto de Santander y su historia del paso del puerto colonial al puerto moderno y un cuadro del puerto de Santander en 1794 de Mariano R. Sánchez, procedente de la Visitas de Puertos Españoles encargado por Carlos III al autor, copia fotográfica del original sito en el Palacio de la Granja de Segovia
Pluma con la que el escritor José María de Pereda escribió la novela Nubes de Estío (1891)
Pluma con la que Alfonso XIII firmó la entrega del Palacio de la Magdalena (1912)
Y tras hacer este buen repaso a la historia de Santander ya vamos dejando la catedral
Salimos de nuevo afuera, dando vista al claustro, y nos dirigimos a la derecha
Saliendo ya al exterior de la catedral
Antes de salir, en el muro a la derecha, otro de los escudos de las familias nobiliarias santanderinas aquí representadas
Blasón de los Azoños
Clave arriba
Nos despedimos así de la catedral, viendo el maravilloso claustro...
Y salimos fuera
Unos salimos y otros entran...
Volviendo al exterior tenemos dos opciones: ir de frente por la calle Rumayor o seguir la otra ruta señalizada hacia el Ayuntamiento y la Alameda de Oviedo. Ambas se unen en Cuatro Caminos, por donde se sale del centro urbano hacia Cajo y Peñacastillo
1) CAMINO DEL ALBERGUE DE PEREGRINOS
En el caso de escoger esta opción seguiremos de frente atravesando toda la explanada enfrente de la torre de la catedral hacia las farolas, donde bajan unas escaleras
Luego de bajar cruzamos la explanada de la calle Lealtad y seguimos todo recto por la calle Emilio Pino
Nuestra referencia, las escaleras del fondo, que suben a Ruamayor
Antes de las escaleras cruzamos la calle Isabel II y seguimos adelante, junto a las terrazas
Subimos a continuación las dichas escaleras
Y arriba, ya en la calle Rumayor vamos a la izquierda
Aquí está la entrada al albergue Santos Mártires. Desde él, como hemos dicho, puede seguirse hacia la calle Alta y Cuatro Caminos, o bajarse a enlazar con el itinerario que sigue por la calle Calvo Sotelo hacia el Ayuntamiento
Este otro recorrido no tiene tampoco mayor misterio, es volver a pasar debajo de la torre de la catedral
Venir por donde venimos, ahora escaleras abajo
Señales en el suelo
Pasamos al pie del monumento a la Asunción
La Virgen y abajo los ángeles
Y al llegar a la calle Calvo Sotelo nos dirigimos a la izquierda, para ir por Jesús de Monasterio a la calle Burgos y a la Alameda de Oviedo y Cuatro Caminos
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