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viernes, 9 de octubre de 2015

LA CASCADA DEL NONAYA EN LA SUBIDA DE SALAS A LA ESPINA (ASTURIAS) LA CALLE ONDINAS, EL 'SUEÑO DE CASA SUEÑO' Y LA CAÑONA: DONDE EMPIEZA LA LARGA CUESTA

La cascada del Nonaya

La cascada del río Nonaya es un precioso salto de agua que forma este río muy cerca de su nacimiento, al oeste del concejo de Salas, al que atraviesa de este a oeste y de la villa del mismo nombre, su capital, de la que salimos tras ver La Colegiata y La Torre de Salas siguiendo el trazado del Camino Primitivo de Santiago. La cascada no está en el mismo Camino pero sí a muy escasos metros, en El Carcabón, donde hay un viejo puente de piedra dieciochesco

Bifurcación a la salida de Salas: por la derecha, calle Ondinas, se inicia el camino a La Espina

La salida de Salas a La Espina, que es realmente a Porciles, Bodenaya y La Espina, se hace tras dejar atrás La Campa o Plaza la Campa y, con ella, el centro de la población, tomando, en esta bifurcación al final de una pequeña cuesta, el ramal de la derecha: la calle Ondinas, paralela al río Nonaya, que pasa unos metros más abajo. Aquí el valle empieza a ensancharse, saliendo de las estrecheces de su nacimiento, entre las sierras de Bodenaya, a la izquierda, y El Viso, a la derecha


El Viso es un monte especialmente significativo pues, poco antes de su cota más alta en el pico de su mismo nombre (675 m), se halla, en un rellano de la ladera, el santuario de Nuestra Señora del Viso, patrona de Salas, que ha sido nuestra referencia geográfica y visual según nos acercábamos a la villa. 


En la Enciclopedia del Paisaje de Asturias se nos ofrece una completa descripción de esta serranía, cuya cota cimera se alza aquí, ante Salas y poco más allá del santuario patronal:
"Cordal interior ubicado en el centro del concejo de Salas, dominando la vertiente norte de la cuenca del río Nonaya. A sus pies se encuentra la capital del concejo. Mantiene una dirección O-E y tiene una extensión de más de 2 km. Forma parte de las estribaciones meridionales de la Sierra de Curiscao y de San Juan. Es una serranía plana y poco elevada, con una altura máxima de 675 m en el pico del Viso. En su extremo oeste se encuentra la localidad de Ardesaldo. Como consecuencia de su cercanía a la capital, en ella se ubican diferentes instalaciones recreativas, entre las que destacan una ruta señalizada (SL. AS-131), un campo de tiro y un campo de golf, así como la ermita dedicada a Nuestra Señora de El Viso, la patrona de Salas. Además las comunicaciones con el norte del concejo atraviesan esta sierra por su extremo occidental, el de menor altura. Ocupa las parroquias de Ardesaldo, Salas, Mallecina y Villamar."

Se llega a reconocer, en un rellano al pie de las plantaciones de pinos de la cima, dicha capilla del Viso, al menos en caso de que no crezcan más los eucaliptos plantados profusamente en sus laderas. Se tienen noticias del santuario por primera vez por una restauración del año 1614, por lo que sin duda es mucho más antiguo. En 1620 se construyó una casa de novenas para los peregrinos al santuario, que celebra romería renombrada el 15 de agosto. En 1707 se rellenó con tierra la explanada y en ella se plantaron robles y en 1708 tuvo lugar la segunda rehabilitación documentada del templo


En 1945 un voraz incendio arrasó el lugar por lo que el edificio hubo de ser reconstruido totalmente nuevo, siguiendo el proyecto de los arquitectos Somolinos, los hermanos Francisco y Federico Somolinos Cuesta, siendo inaugurado el 1 de julio de 1954. Desde aquí llegamos a reconocer su pórtico con algunos de sus cinco arcos, así como su fachada y espadaña del campanario rematada en una cruz


Hay asimismo un calvario de tres cruces justo a su izquierda, por donde se dirigen hacia ella los fieles y visitantes desde la carretera, si bien como hemos dicho también puede subirse andando por una ruta senderista que sube directa atajando monte arriba


Sin duda alguna, para un peregrino jacobita, que ya llevará muchos kilómetros a sus espaldas, y que aún le aguardan bastantes más, subir allá arriba constituye un esfuerzo extra muy considerable; no obstante si se tiene oportunidad el lugar bien merece una visita, tanto por su espiritualidad, simbolismo e historia, como por sus amplias vistas. Compartimos la descripción del santuario según la ficha del Inventario del Patrimonio Arquitectónico Asturiano (IPAA):
"El santuario del Viso situado en la zona alta de la montaña del mismo nombre, localizada al norte de la capital. Se compone de dos edificaciones, una anexa a la roca, de nueva planta, edificada siguiendo los planos realizados por los hermanos Somolinos en 1954, tras el incendio que destruyó el primitivo edificio en 1945 y de otra antigua levantada en el siglo XVI, en donde estaba ubicada la llamada Casa de Novenas. El nuevo santuario es una construcción de planta trapezoidal, adosado a la roca de la montaña y compuesta de dos volúmenes, uno exterior a modo de pórtico y otro de mayor altura que hace la función de capilla o santuario. El pórtico que envuelve a la capilla se abre al exterior por medio de arcos de medio punto, elevándose el tejado de la cubierta en el eje de la fachada a modo de frontón y precedido por una escalera de acceso de doble rampa. La capilla con cubierta a seis aguas, se eleva por encima del tejado del pórtico y se abre con tres óculos en los tramos frontales coronados en el eje por una espadaña de vano único, rematada en cruz. Los muros de la nave están abiertos al pórtico por medio de ventanales de medio punto y arco central de acceso a la capilla. En el lado este del santuario se encuentra la llamada casa de novenas, edificio cuya antigüedad se remonta a finales del s. XVI o principios del S. XVII, compuesto de dos volúmenes rectangulares unidos, uno de mayores dimensiones, con acceso a través de puerta adintelada y vano abocinado al exterior y otro de menor tamaño con dos saeteras. La cubierta en el de mayores dimensiones es a cuatro aguas mientras que el menor es a una sola agua. La fábrica de los muros es de aparejo de mampostería irregular con sillares bien trabajados en los recercos de vanos, sin revoco al exterior. La cubierta se apoya sobre armazón de madera, protegiéndose al exterior con tejas de barro dispuestas a canal y cobija. Reedificado en 1614, en 1708 se repara el santuario y la casa de novenas. En 1945 se destruye el viejo santuario por causa de un incendio. En 1954 el 1 de Julio se inaugura el edificio de nueva planta siguiendo el proyecto de los arquitectos Hermanos Somolinos (Francisco y Federico). La casa de novenas se restauró a finales de la década de 1980. Celebración de la fiesta de la Virgen del Viso es el día 15 de Agosto. (...)

La imagen actual es obra del escultor nacido en la población de Santa Eufemia Manuel García Martínez. Existieron otras imágenes perdidas."

Estas señales, al comienzo de la calle Ondinas, nos sirven de referencia para ir en la dirección correcta, la placa del callejero y, sobre todo, la concha de azulejo con la leyenda CAMINO DE SANTIAGO


Al principio, la calle, con aceras a ambos lados, hace una ligera bajada en un poco de curva. Abajo a la derecha está el paseo fluvial del río Nonaya y, de frente, el monte La Frecha o la Flecha (502 m), en la falda del Viso


Un mojón caminera nos confirma que este es el trazado del Camino de Santiago, el antiguo Camín Real, en lo que fue hasta bien entrado el siglo XX una zona eminentemente rural que luego se integró en el casco urbano


Las casas se extienden en hilera a ambos lados formando esta calle. Al fondo, en la falda de la Sierra Bodenaya, reconocemos el gran viaducto de El Regueirón, bien reconocible por la curva que sigue la sinuosidad de la falda de la montaña, en la Autovía de La Espina, oficialmente A-63 y Oviedo-La Espina


El crecimiento urbano se experimenta también al otro lado del río, en los barrios de Ponteo y La Carrilona. Poco más arriba de las casas la fada de El Viso está totalmente plantada de ocalitos destinados a las fábricas de celulosa, testimonio del abandono de los antiguos pastos


Varios hórreos rememoran este pasado agroganadero del lugar, que ahora tiende a ser residencial en esta zona de expansión del casco urbano de Salas hacia el oeste


Aquí vemos toda la calle Ondinas hasta su final en La Cañona, allí es donde empieza la larga subida a La Espina que, en realidad, insistimos, acaba un Poco antes, en Porciles, desde donde ya iremos básicamente llaneando hacia Bodenaya


Parajes de leyenda y mitología, en estos viejos caminos aún resonaban hasta no hace mucho las historias de la Güestia Caliera, procesión de ánimas en pena, similar a la Santa Compaña gallega, que recorría las aldeas por la noche reclamando limosnas a los vivos en los cepillos y oratorios de ánimas u otras cosas pendientes, o anunciando el fallecimiento de alguna persona


También se cuenta de La Berrona, 'llorona', especie de bruja que se llevaba a los niños por las noches, personajes estos recogidos en el blog Aquerasturias





Hórreo de corredor sin pegollos o pilares pero con vivienda debajo, una construcción bastante más usual de lo que se piensa, aunque muchas han desaparecido



Según se urbaniza y reasfalta y repara la calle algunas casas, como estas de la derecha, van quedando a un nivel más inferior. Delante de ellas una franja de espacio conserva algo de empedrado


Por ello, para evitar caídas, se han instalado estas barandillas, entre cuyos tramos se intercalan los accesos a este tramo de viviendas a nuestra derecha


Lo mismo que la calle, las casas se rehabilitan o, más bien, se reedifican y construyen otras nuevas


Sin embargo algunas pocas conservan su aspecto original, tal que esta. Fijémonos en la escalera que la comunica con la calle


Una casa rehabilitada a la izquierda. La calle Ondinas dibuja una hermosa perspectiva en su larga recta, a manera de línea de fuga



Y este es el edificio de Panadería La Moderna, que cuando paséis ya no veréis


Antes de su derribo aún se veía su antiguo cartel en la fachada


Así lo veremos cuando pasemos ahora. Arriba vemos las casas de la calle Doñalir, en lo alto de la cuesta


Poco más arriba la calle llega a la carretera N-634a; más arriba aún pasa la autovía, cerca de la casería de Donsancho


Desde aquí los vecinos contemplan el paso de peregrinos desde primerísimas horas de la mañana hasta pasado el mediodía. También, aunque normalmente menos, por la tarde


Unos avanzan con la intención de acometer la subida a La Espina, otros con la de quedarse un poco más adelante, en Casa Sueño, albergue, hotel y restaurante casi al final de la calle Ondinas, inaugurado en 2019 pero que enseguida pasó a ser un gran referente del Camino Primitivo, como muy pronto vamos a descubrir


Seguidamente y a la derecha, tres viviendas de planta baja. Más atrás asoman algunas casas de La Tahona, en la falda de La Frecha



Ante nosotros y más arriba del viaducto, el monte El Rebollín (815 m) es la cima de La Sierra Bodenaya, por cuya ladera septentrional, a la derecha, sube el camino a La Espina


Según avancemos hacia su cabecera y nacimiento del Nonaya, el valle se irá estrechando hasta formar una foz o desfiladero que, poco después de llegar a las fuentes del río, se transformará en una gran meseta, la llamada meseta de La Espina, cuyo paisaje nos acompañará también por tierras de Tineo/Tinéu



Si bien hay bosquetes autóctonos, sobre todo siguiendo el Camino, fuera de él los ocalitales son la especie arbórea predominante, como en gran parte de las montañas de la cornisa cantábrica


Llegamos al cruce con la calle La Carrilona, que dejaremos a nuestra derecha mientras nosotros continuamos todo de frente, en llano y en recto, hacia Casa Sueño y La Cañona



Hay algunos huertos familiares pero lo más de los espacios junto a las viviendas son ahora jardines. A la izquierda vemos arriba La Sierra Poles, estribaciones más orientales de La Sierra Bodenaya, justo sobre la villa de Salas



En la margen izquierda, un banco invita al descanso antes de seguir la marcha hacia Casa Sueño, La Cañona o... la subida a La Espina


Además de jardines, en las fincas y terrenos abundan los frutales y algunos árboles y arbustos ornamentales. Las casas se extienden a ambos lados también, pero ya a una cierta distancia unas de otras, según nos alejamos del centro de la villa


No es para nada una calle con tráfico, es más, a partir de La Cañona, que reconocemos ya al final a la derecha, la vía va perdiendo su asfalto y, a partir de la última casa, únicamente se hace apta para todoterrenos, que pasan muy ocasionalmente



Sí puede haber cierto trasiego de vehículos en este trecho de la calle hacia Casa Sueño, cuyo edificio de bar y hotel ya vemos un poco más adelante a la izquierda


La calle hace ahora una ligera cuesta. A la izquierda y antes de Casa Sueño, La Fontina, con su precioso jardín


Y en él va a llamarnos la atención este hórreo en miniatura, con sus panoyas o mazorcas colgando del corredor y un enanito en la subidoria...


Casa Sueño, hotel, restaurante y albergue, nace de una historia de amor digna de ser contada, entre un hospitalero y una peregrina, Patricia y Xavier. "Patricia es una entusiasta de la vida, apasionada por lo que hace, que dejó atrás en Brasil una carrera como abogada de grandes cuentas para echar sus raíces en el fértil suelo asturiano. Así nació Casa Sueño", leemos en la web de la empresa, mientras que Xavier se nos cuenta lo siguiente:
"En agosto de 2013, Xavi emprendió por primera vez el Camino Francés como peregrino. Aquella experiencia lo llevó a consagrar el resto de su vida a un ideal. Se ha ido, pero su legado se mantiene vivo en aquellos que tuvimos la suerte de conocerle."

En el apartado titulado Nuestro sueño se explica muy amenamente cómo estas cruzaron sus vidas y dieron este fruto al servicio de visitantes y peregrinos:
"En un verano de 2015 Patri y Xavi cruzaron sus vidas cuando ella llegó como peregrina al albergue donde trabajaba Xavi. Allí empezaría a trabajar después como hospitalera voluntaria. Un amor a primera vista que terminara en boda. Enamorados también de la ruta jacobea deciden alquilar un albergue en el Camino Francés.

La experiencia de trabajar juntos, recibir a los peregrinos y convivir con ellos les encanta. Y así fue como Patri decide dejar su trabajo como ejecutiva y abogada en Brasil, para elegir su nueva profesión y hobby. Todo junto a Xavi, quien ya había elegido vivir y trabajar en el Camino de Santiago. Y empiezan a soñar juntos.

En diciembre de 2016 salimos a caminar por el Camino Primitivo de Santiago y ya en las primeras etapas nos encontramos con un sitio ideal para construir nuestro sueño en la mejor ubica: un espacio de reposo y encuentro para viajeros de todo tipo..."

Y este era el sitio, "En la mejor ubicación posible, una finca a pie de bosque en el pueblo de Salas, entre los montes y verdes valles asturianos", acabando la calle Ondinas, a un paso ya de la cuesta de La Espina, justo cuando el valle del Nonaya da paso a las etapas más montañeras que caracterizan al Camino Primitivo


Prendados pues de Asturias, del Camino Primitivo y de esta villa de Salas y, más concretamente de este hermoso rincón, cercano al centro pero, a la vez, apartado de él, comienza Casa Sueño su andadura, "Con el mar y la montaña a un paso y la historia en el aire que respiramos" prosigue el relato...
"Allí nos establecimos desde abril de 2017, y así hemos podido conocer a su fabulosa gente, el concejo, el entorno, y las preciosas playas, parques naturales y montañas asturianas. Estamos totalmente enamorados de Asturias y del Camino Primitivo.

Elegimos construir nuestro sueño desde cero en un lugar para vivir en pleno contacto con la naturaleza, sostenible y agradable, sin olvidar el confort. El sitio perfecto para descansar o simplemente disfrutar de una experiencia única y relajante.

En Casa Sueño atendemos a cualquier viajero en busca de experiencias o relax en un ambiente amable, no sólo a peregrinos. Acogemos a enamorados del turismo rural y a quienes gustan simplemente de escapar de la rutina para disfrutar de su ocio o descansar en una construcción totalmente pasiva y ecológica. Una base ideal para disfrutar de la arquitectura y gastronomía locales o practicar cualquier actividad al aire libre."

Este es el hotel de Casa Sueño, ante su explanada; el bar y restaurante se encuentra en la esquina a la derecha, fácil de identificar por su gran cristalera y, a su izquierda, la puerta de recepción. Un poco más allá y ligeramente apartado prado arriba, está el albergue de peregrinos. En el anagrama de la fachada aparece una grulla, que "representa la paz, la felicidad, la buena suerte, y la protección a la familia y a los más débiles", nos dicen también en la web de Casa Sueño:
"Las grullas son aves migratorias conocidas por formar parejas de por vida y recorrer grandes distancias para la cría. Ideas que conectan también con la historia personal que late detrás de Casa Sueño. 
Un elemento vivo y natural que respalda la sensibilidad ecológica del proyecto y acentúa su conexión con el entorno. Nuestra grulla mira deliberadamente hacia un poniente ideal que señalaría su rumbo al peregrino. Y al mismo tiempo está en reposo; un objetivo, el descanso, que perseguimos cada día para con nuestros huéspedes."

Desde la entrada, varios caminos se dirigen al hotel, su restaurante y terraza, y de allí al albergue, en la ladera del prado y también con una gran cristalera que mira al valle, a El Viso y al Camino, "consta de un dormitorio común con 14 plazas, totalmente equipado para un buen descanso con lamparilla de lectura, mesilla de noche, enchufes individuales para cargar móviles, taquillas, conexión wi-fi, sala de estar, comedor, cocina y por supuesto un baño completo."


La naturaleza se refleja en los cristales del albergue, así como las casas, en lo que es una perfecta simbiosis con el medio, "tiene la forma de una cueva empotrada en la montaña con su frontal totalmente acristalada, y goza de ventilación y luz naturales. La temperatura natural así lograda es perfecta, ya que al estar empotrado en la montaña se produce el efecto bodega: ni frío en invierno ni calor en verano, contando para mayor confort con calefacción de biomasa para los días más fríos."


Caminos y praderías son también lugar para el reposo y el paseo, constituyendo todo ello en su conjunto un grande y fantástico espacio de socialización


Y aquí están Patri, Xavi y su hija Sofía tal y como nos los encontramos cuando vinimos por primera vez en el verano de 2021, en la barra del bar, teniendo a la izquierda la recepción


Un gran mapa del Camino Primitivo de Santiago recorre toda la pared exterior de la barra, lo cual recaba también nuestra atención. Según entramos vemos las etapas finales


Y en la parte más larga su recorrido entre la Sancta Ovetensis a Lucus Augusti, es decir, desde la catedral ovetense de San Salvador a la ciudad de Lugo


El corresponsal del periódico La Nueva España Pablo Lagar realizó a Patricia esta entrañable entrevista, publicada el 11-7-2023, titulada Patricia encontró un sueño en el Camino (y a Sofi, la niña que crece con alas):
".... empresaria de turismo vinculado al Camino de Santiago. Patricia Barbi Costa, de 44 años, abrió en Salas en 2019 junto a su marido, Xavi Escolano, hoy tristemente fallecido, el negocio Casa Sueño, una suma de hotel, restaurante y albergue para peregrinos del Camino Primitivo a Santiago de Compostela. Casa Sueño fue un sueño, un cambio de vida y también el fruto del amor que apareció camino de Compostela.
"Soy brasileña de São Paulo y llegué a Salas de peregrina por el Camino Primitivo. Vine a España en 2015 a hacer el Camino Francés. Y en medio del Camino, acabé encontrando al amor de mi vida, que luego fue mi marido y que ahora ha fallecido. Después de casarnos, entre idas y venidas, y muchas cosas que pasaron, al final hicimos juntos el Camino Primitivo en 2016". 
"Al hacer el Camino Primitivo buscábamos un sitio para establecernos. Y Asturias me enamoró. Cuando pasamos por Salas me gustó muchísimo. Me pareció un pueblo muy bonito, súper especial. Y que, además, en su momento necesitaba de albergues. Ahora hay cinco o seis, pero entonces tenía su sentido montar algo. En junio hará cuatro años que lo inauguramos". 
"Antes de conocer a Xavi, yo había trabajado en un bufete de abogados muy conocido en América del Sur. Y, después, como abogada de grandes empresas. Era directiva del área jurídica de grandes empresas, tenía como 25 personas trabajando a mi cargo. Luego cambié totalmente de estilo de vida. La empresa en la que trabajaba, que era grandísima, la había comprado un fondo de inversión. Y sabíamos que los 12 principales directivos saldríamos una vez que ellos entrasen. Yo fui la primera en salir, pero tuve más o menos seis meses para pensar lo que haría. Me podía me meter en otra igual y seguir en esa locura. Pero me dije: ‘¿Sabes? Igual me quiero escuchar un poquito a mí misma’. Entonces hice una lista de deseos y una de las cosas que apunté fue que quería hacer el Camino de Santiago. Entonces estaba soltera, quería salir por ahí y hacer un viaje que no fuera muy caro y con el que pudiera enfrentar mis mayores miedos. Porque ser mujer soltera en Brasil es un poco complicado. ‘Pues, mira, me voy a escapar a hacer una aventura y hago algo por mí misma’, me dije. Podía hacer, por primera vez, una movida un poco menos estresante". 
"Total, que después de conocernos Xavi y yo, que él se dedicaba a la hostelería, hicimos el Camino Primitivo con la intención de encontrar algo para edificar o para rehabilitar. Y encontré en Salas una finca de 5.300 metros cuadrados. Vacía. Con vacas. No había nada. Estaba dentro del pueblo pero tampoco dentro del casco histórico. Suficientemente cerca para ir al supermercado y a la farmacia, pero al mismo tiempo un poquitín apartada para disfrutar del silencio del entorno natural. Y luego era una finca grande. Ahora tengo frutales, tengo huerto para el restaurante. Por eso se llama Casa Sueño, porque era como un sueño, una posibilidad". 
"Tengo una niña de cinco años que se llama Sofi. Que fue parte de todo ese proceso de cambio de vida. Me encanta ver ahora la forma en que ella está creciendo y cómo está feliz y es autónoma, independiente. Con cinco años lo hace todo. Mucha gente de la ciudad viene aquí y dice: madre mía, ¡pero cómo está niña! Se nota lo que es crecer en un pueblo pequeño. En Brasil hubiera tenido que tener una vida más vigilada, en un entorno más controlado. No le hubiera podido dar tantas alas. Y aquí tiene las alas que la vida le quiere dar. Me encanta ver crecer alguien así". 
"Cuando Xavi falleció, la niña tenía tres años y medio. Pero todo lo que hay aquí en Casa Sueño es Xavi. Esto fue un trabajo construido entre dos. Un día, los más íntimos me preguntaron si volvería a hacer todo lo que hice. Mira que no fue un camino fácil, muchas cosas, muchos palos, la muerte de mi marido, emprender, dejar muchos amigos en Brasil… Fue duro, una evolución personal grandísima. Pero lo haría todo de nuevo. Todo igual". 
"A Xavi lo echo muchísimo en falta pero me quedo con lo mejor de él, que es nuestra hija. Él está aquí, en todo alrededor, lo siento presente en todo. No lo puedo tener a él, pero con todo esto tengo suficiente". 
"La muerte es la forma en que tú la interpretas. Si quieres sufrir y creer que es un punto final, lo sufrirás. Pero si quieres entender que la gente que has conocido, que los que se fueron en el camino se quedan contigo en alma, o en energía, o lo que sea, pues lo llevarás de una forma que es posible vivir" 
"Cuando pasé por aquí en 2016 se acababa de declarar el Camino Primitivo como Patrimonio de la Humanidad. Aún notabas que la gente apenas tenía idea de lo que suponía el Camino. Cuando yo lo hice me fue muy difícil encontrar albergues. Ahora la cantidad de albergues que abrieron después de nosotros es tremenda. Poco a poco, se van dando cuenta de que el peregrino es el mantiene vivo todos estos pueblos del interior. A partir de abril ya se mueve bien el Camino y se nota muchísimo la diferencia de vida en los pueblos. Si no fuera por los peregrinos esto estaría mucho más apagado. La gente, poco a poco, se va a dar cuenta de lo que está moviendo la economía. En el Camino Francés los pueblos pequeños viven de eso. Allí lo saben y lo explotan, pero aquí todavía no". 
"Muchos peregrinos que fueron por el Camino Francés lo encuentran todo muy lleno, muy masificado, y están tomando la iniciativa de tomar otros caminos. Y el Primitivo está ya muy asentado. Y, si no es el primero este año, es el segundo de la lista. Tuvimos un mayo muy bueno. Yo no recuerdo un mayo tan bueno como éste. Este camino tiene un entorno natural muy bonito que atrae no sólo a peregrinos de España, atrae mucho a gente de los países nórdicos, de Austria, de Alemania... Gente que está un poco más acostumbrada a vivir entre naturaleza. Y no sólo a peregrinos caminando. También a quien viene en bici. Y en moto. Tengo muchos clientes que salen desde Francia, desde Inglaterra con sus motos".

Y este es nuestro homenaje a Xavi, al pie del cañón, preparando sus especialidades en el horno de leña, situado detrás del restaurante pero bien a la vista, impregnando sus suculentos aromas el ambiente


Y elaborando las preciadas pizzas artesanales de Casa Sueño, que deleitan los paladares del visitante, peregrino, vecino y excursionista


Amasando con maestría, verle es en sí ya todo un espectáculo


Rica masa casera, base para un gran éxito. Al fondo empiezan las mesas de la gran terraza


El trabajo diario de un gran profesional


Las manos de un verdadero artista de la hostelería, hotelería y gastronomía...


Cada movimiento está perfectamente sincronizado, fase por fase, pero a la vez muy rápido, certero y seguro


Pasando el rodillo para dejar la masa bien fina...


Empezando a despegar la masa, ya con la 'torta hecha'


Todo ello con el máximo mimo y sumo cuidado...


Y ya toca echar la buena salsa, también natural y artesana, por supuesto


El intenso color rojo destaca en el casi blanco de la masa de trigo...


Y ahora, el queso mozarella, bien picado


Y de esta manera, una fase más se completa, el resultado va tomando forma


Llega el lechazo, exquisitamente preparado con receta propia


Se reparte generosamente de manera bien equilibrada y ordenada


Dan ganas ya de comer la carne con el queso y la salsa, pero quedan ingredientes


Pimientos, imprescindibles


Resultado apetitoso y colorista


Xavi recoge la pizza en la pala...


Y al horno de leña, así se prepara este gran manjar


Antes de cerrar, un par de fotos ...


Ahí está, arroxando... cociendo a fuego lento...


Se cierra y se esperan unos minutos...



Y ya se saca con la pala y se muestra al público


Impresionante, puedes asistir a ver cómo se hace tu comida


Una buena vista de cerca a esta maravilla de pizza artesana al horno de leña de Casa Sueño


Ya no se puede esperar más, inmediatamente, a la mesa


Nuestros anfitriones, esperan por nosotros con su obra. Adjunto aquí la entrevista, en dos partes, a Patricia Barbi Costa del 18-5-2025 en mi canal Youtube:

Primera parte


Segunda parte


Hay comedor y terraza. También tenemos buenos menús y carta...


En la terraza, mirando a La Cañona, donde el Camino de Santiago deja definitivamente la villa de Salas y emprende la subida a La Espina


La Cañona es sin duda un aumentativo de caña, de la voz latina cannam 'junco', planta que crece en las riberas y que da origen a cañada en el sentido de 'valle pequeño', como sería el caso de este lugar en el que se estrecha el valle entre las sierras



Sierra de Bodenaya a la izquierda y de El Viso a la derecha. Esta primera suave cuesta inaugura el comienzo de lo que es propiamente la subida a La Espina, uno de los desniveles más llamativos del Camino Primitivo, si bien las cuestas no son seguidas, se va ascendiendo primero suavemente y después de manera escalonada, si bien con varios repechos, como iremos comprobando



La casería de La Cañona pues, señala nuestra salida de lo urbano, dejando la villa de Salas



Tras pasar esta hermosa panera con bodega debajo llegamos a la última casa de la población siguiendo el Camín Real recuperado actualmente como ruta xacobea del Camino Primitivo, rememorando en secular trasiego de peregrinos, los más yendo, pero otros viniendo de Santiago, pues si acaso fueron por otros caminos, no pocos gustaban de regresar a casa por aquí para venerar las reliquias de la catedral ovetense, pues "Quien va a Santiago y no al Salvador visita al criado y olvida al señor", como se solía y suele decir


"Entre Salas y La Espina hemos de superar un importante "escalón", un puerto realmente duro que se prolonga desde el inicio de la etapa hasta Bodenaya, definiendo el límite entre el centro y el occidente de Asturias", explica muy bien Antón Pombo en su exitosa Guía del Camino de Santiago. Camino Norte, aunque acaso el paso del centro al occidente históricos y geográficos ya lo hayamos dejado atrás en El Freisnu, paso de la cuenca del Nalón a la del Narcea, donde el Camín Real de Galicia se cruzó con el Camín Real de la Mesa


A la altura de esta última casa se acaba la calle, el suelo pierde en asfalto en este rellano y el Camino se adentra en el bosque ribereño, 'cercado' por las plantaciones de ocalitos


En este cobertizo, pintados en los plásticos, veremos algunas frases pintadas alusivas al Camino


Palabras de ánimo al comenzar la cuesta y deseos de Buen Camino


Los frutales en flor, en la primavera...


Dejamos atrás la zona poblada y las casas dan paso a los setos naturales y los castañares


El Camino pasa entre las fincas, recto durante un buen trecho y subiendo muy suavemente



Otro cobertizo a la derecha, más atrás empiezan las plantaciones de ocalitos, que llegan hasta la misma orilla del Nonaya


Ocalitales que pueblan todas las laderas de las sierras, el Camino es aquí pista de zahorra o grijo, únicamente frecuentado por algún vehículo de servicio a las fincas


De nuevo en la campiña asturiana, percibimos el contraste entre el casco urbano que acabamos de dejar atrás y el estar inmersos en esta 'naturaleza humanizada' de intenso verdor y placidez


Notemos la oscura umbría de los eucaliptos en la ladera de la izquierda y sobre el Camino, que avanza entre sebes o setos silvestres


Son verdaderas barreras naturales que pueden ser bastante más altos que una persona, formados por arbustos, zarzales, hierbas, helechos, espineras y otras plantas, formando un auténtico muro vegetal


Ya percibimos cómo nos adentramos, paso a paso, en la garganta del Nonaya, una hermosa estrechura natural que hizo las veces de pasillo de comunicaciones desde la más remota noche de los tiempos. Como tantas veces ocurre, tanto el viejo Camín Real como la carretera y la autopista aprovechan esta hendidura entre las montañas por las que, desde el valle, ganaremos la llanura de la llamada 'meseta de La Espina' al llegar a Porciles


Por ello, pese a ser una de las largas cuestas que tanto caracterizan al Camino Primitivo, constituye a la vez uno de sus tramos más significativos en su avance por tierras del occidente astur


Pasamos así bajo un hermoso castaño que extiende sus ramas sobre el Camino, empezando aquí un largo tramo de sombra por el bosque


Paso a paso la subida tiende a ir haciéndose más empinada, llegamos así a esta bifurcación



Nosotros seguimos de frente por el camino principal, pues el de la derecha es un ramal que va hacia un antiguo molino en el río. Fijémonos al fondo en la pasarela sobre su cauce


Al pasar vemos sus abandonadas instalaciones, que se alzan sobre la misma orilla del Nonaya y en una pequeña vega en la ribera opuesta. Parece existió además una fábrica de curtidos que trabajaba con las aguas del río


Debió ser en tiempos una industria importante que ahora languidece en el olvido, sus viejos edificios son testigos mudos de un pasado esplendor



El río baja aquí canalizado, para evitar que sus crecidas dañen estas instalaciones, tras la que crece la selva


Un arroyuelo baja por la vereda o cuneta del Camino; por aquí van las aguas de los manantiales de la montaña y las sobrantes de las lluvias


A nuestra izquierda La Fuente Paín, una de las que daban agua a caminantes y caballerías del antiguo Camín Real. Al estar un poco separada del Camino debió librarse de la desaparición cuando este se ensanchó como pista minera por la que bajaban y subían los camiones de las cercanas minas de caolín, cuyos restos veremos unos metros más adelante



Fue restaurada no obstante en el año 2004 dentro de los proyectos de recuperación de elementos vinculados al patrimonio del Camino de Santiago. Un pequeño empedrado forma una explanada entre ella y la pista



El agua mana de un caño de hierro desde su nacimiento unos metros más arriba y cae a un sumidero para, debajo de estas piedras, llegar al Nonaya. Este rincón rezuma humedad incluso en pleno verano, siempre a la sombra


Un cartel nos informa de su nombre y situación, así como del año de restauración. Este primer trecho del Camino desde Ondinas es pues bastante ancho. Bastante antes de las minas el Camín Real fue reacondicionado totalmente en el siglo XVIII, momento en el que se construyeron algunos puentes que veremos monte arriba. Más adelante, a partir de 1850, se acometió la construcción de las primeras carreteras


Pasamos ahora junto a esta finca, en una hermosa vega. El río permanece oculto entre la vegetación ribereña durante la mayor parte de su curso, por eso no lo vemos bien pese a su proximidad y a que oímos el ruido del agua, que baja sonora por un importante desnivel, llegando a ser mismamente estruendosa en temporadas de lluvias


Frutales en flor, en la primavera. Estos parajes boscosos ofrecen sombras y humedades que se agradecen en días de sol castigador; el Camino no ofrece mayor riesgo de pérdida


Hay que seguir siempre y en todo momento este Camino, el principal, ancha senda, muy empleada, además de por los peregrinos, por los que suben a ver el salto del Nonaya


Aquí abajo sí vemos, perfectamente, al río Nonaya, que va formando pequeños saltos según baja al valle desde su nacimiento, recibiendo las aguas de varios afluentes


Hojas y ramas conforman una bellísima celosía natural con largos trechos de umbría; en invierno, con la mayor parte de los árboles sin hojas, la luz penetra más hasta los últimos rincones de estas veredas

Bifurcación y de frente, siempre por el camino principal, el más ancho y más trillado, como acabamos de decir


Ahí tenemos no obstante el mojón jacobita que nos confirma la buena dirección. Estemos atentos a ellos, pues su presencia evita además que tengamos el temor que nos hayamos dejado atrás algún cruce o desvío


En ocasiones cubiertos de musgo, ocultos por la maleza o la penumbra, pueden pasarnos desapercibidos, pero en teoría siempre habría de existir un en los cruces y bifurcaciones, como es este el caso


Por aquí bajan las aguas de El Regueirón, uno de los afluentes del Nonaya en esta su cabecera, el cual nace en las estribaciones septentrionales de La Sierra Bodenaya, al pie de El Rebollín


Este repecho que ahora viene sube bastante recto y llega hasta las minas de caolín, cuyos edificios e instalaciones empezaremos a ver al fondo, tragados por el boscaje


El color marrón rojizo de la herrumbre delata su antigua tolva entre el verde primaveral de las hojas de los árboles


De todas maneras, al estar también en zona de permanente sombra, es fácil que no veamos la mina hasta estar al lado mismo de ella


La tolva emerge como un gigante de metal oxidado, con su embudo cuadrado sostenido por cuatro altos y estrechos pilares, bajo los que se cargaban los camiones del mineral. A la izquierda tenemos un viejo muro de la explotación y, poco más allá, hay una caseta


No deja de ser un lugar sugerente, que surge en medio de la selva verde, símbolo del auge y la decadencia industriales en este rincón del valle que se hace ya desfiladero



Y aquí un regueiru, El Regueirón, cruza el Camino, dando sus aguas al Nonaya en este lugar. Se ha habilitado un modesto paso, con piedras, para no mojarnos las botas


Parte del agua baja entre las piedras de su cauce pero la mayor parte sale de un tubo, acaso resto también de las antiguas minas


Ahora sí que estamos en la orilla del Nonaya y vemos bien el río, cuyo nombre está relacionado con la diosa celta (o precelta) Navia, vinculada a la abundancia, cosechas, fertilidad, suerte... y que da nombre a no pocos lugares de Europa occidental asociados con hidrónimos, como es este el caso


La raíz indoeuropea se hace ya patente en el sánscrito navya (curso de agua), y algunos topónimos de este origen son en Asturias Naviegu, Navelgas, Nava, Navidiellu o Nalón (antiguo Nauilo), así como Fontenavia, Bodenaya, y otros, en Galicia podemos encontrar el Navea, río afluente del Sil (Ourense) y el Nabalia, actual Eck, afluente del Rhin, en Alemania, o el Nauaeus, ahora Naver, en Escocia, el Naseby o antiguo Naubesia en el condado inglés de Northants o el Neber, el viejo Nabarcos, en Gran Bretaña


Restos de una vieja pasarela hecha con dos troncos cuyas tablas hace tiempo han desaparecido excepto dos o tres, señal que lleva tiempo sin utilizarse. Comunicaba con la finca existente al otro lado del río, ahora cubierta de vegetación


Encantadoras pero frágiles pasarelas de madera que daban paso a las fincas ribereñas, pero nosotros no hemos de ir allí para nada, sino continuar de frente sin pérdida, con el sonoro ruido del Nonaya a nuestro lado, que golpea los regodones de su cauce y lecho al bajar con fuerza de las alturas


A partir de aquí iremos separándonos poco a poco del río, aunque tampoco demasiado, pues él y el Camino discurrirán paralelos, si bien cada vez más distanciados, eso sí, en altura


Entre la vegetación hay un muro de piedras llenas de musgo que tal vez señalen la existencia de otro antiguo molino u otra construcción. En él se habían pintado hace años señales de rutas senderistas a la cascada y a la sierra que casi se han borrado ya del todo. Un poco más adelante y a la izquierda hay una flecha amarilla en un tronco



Aunque no haya, recalcamos, mayor problema para seguir el Camino, el verlas cada ciertos metros confirma que vamos en la buena dirección y no nos hemos despistado y pasado de largo ningún desvío



Dejadas atrás las minas, el Camino tiende a estrecharse pero no demasiado, por aquí ya no pasarían camiones pero sí hay espacio más que suficiente para personas y caballerías, como las recuas de los arrieros de antaño


A la derecha y rodeado de foresta reconocemos un antiguo molino que conserva sus paredes, pintadas de blanco, y su cubierta de losas de pizarra


La cuesta se va volviendo un poco más pronunciada pero se avanza sin demasiado problema, respirando magníficamente bien el aire puro de esta viesca donde predomina el arbolado autóctono. Poco más arriba imperan los ocalitos

Hierbas, helechos y plantas montesinas crecen en las veredas, sobre todo en el muro terreno de la izquierda, que sostiene la cuesta de la ladera


Podemos decir que todo este primer tramo de subida aunque directa es muy llevadera, la parte más pronunciada llegará una vez pasada la cascada del Nonaya, de El Carcabón a El Llanón


No deja de ser un muy agradable paseo por el bosque en uno de los muchos trayectos naturales de los que tanto suelen agradar a los caminantes y bicigrinos del Camino Primitivo


Estamos en un castañéu o castañar, donde además de castaños crecen carbayos y otros árboles, con más helechos en las veredas y musgo en las piedras de las murias...


Aunque ya hemos tenido algunas cuestas importantes desde las primeras etapas, puede decirse que aquí es donde verdaderamente empiezan a notarse las jornadas más "montañeras" que tanto caracterizan a buena parte del Camino Primitivo


La espesura forma hermosos túneles vegetales en varios lugares y su sombra mitiga con su frescor el sofocante esfuerzo de ascender por estos repechos


Algunos peregrinos dicen que la belleza de este paraje hace que incluso se olviden en buena parte del esfuerzo que supone la ascensión de Salas a La Espina, pero aunque nos veamos bien de fuerzas, mejor dosificarlas, aún quedan muchas jornadas de Camino para llegar a Compostela, y las etapas montañeras del Camino Primitivo no han hecho más que empezar


Caminos que hasta la llegada de las carreteras fueron las principales vías de comunicación, rutas de la arriería. Los arrieros eran los antiguos transportistas de la antigüedad, sus recuas de mulas transportaban mercancías por caminos que no eran aptos ni para los carros


Otros transeúntes usuales eran pastores trashumantes, emigrantes estacionales, muchos artesanos y otros segadores, que iban a Castilla, así como funcionarios hacia sus pesquisas, indagaciones y destinos, monjes inspectores de parroquiales y monasterios y un gran elenco de viajeros que iban, de pobres limosneros, vagabundos, músicos ambulantes y pícaros, a nobles con su séquito inspeccionando sus tierras o en viajes de asuntos propios y negocios



Todos ellos coincidían en estos caminos con los peregrinos, sobre todo en los que, como este, se fueron configurando en los principales. A veces sus rumbos también se separaban, los peregrinos solían dirigirse a sus centros de acogida, los hospitales, en el sentido de hospedaje del término. Los arrieros a ventas, posadas y mercados. Junto con ellos acechaba también el peligro, los salteadores, especialmente en parajes boscosos como este, por eso a veces se organizaban grandes grupos de gentes de toda índole, como defensa numérica. Solamente los nobles más poderosos, clérigos de alto rango y reyes podían permitirse séquito y escolta


Estas grandes piedras lisas son en sí mismas un hito de referencia en la subida por esta foz o desfiladero del Nonaya, una ascensión dura y larga pero de las más bonitas del Camino


La subida no ofrece tregua pero es relativamente bastante llevadera y así será mayormente hasta llegar a El Llanón, en las inmediaciones de la cascada o salto del Nonaya


Bella senda de tierra y piedra que serpentea suavemente siguiendo la sinuosidad de la orografía de esta ladera de La Sierra Bodenaya


Precipicio hacia el río, que cada vez vemos más abajo. Nunca nos asomemos demasiado al borde pues, aunque no lo veamos, hay un importante despeñadero, casi vertical a veces, como un acantilado



Vemos, mirando atrás, la pared de piedra construidas sobre el río, hecha para este viejo camino que cayó en desuso con la construcción de las actuales carreteras, recuperado ahora en su faceta de ruta xacobea, pues por aquí pasaban arrieros y peregrinos en dirección a las ventas y fundaciones hospitalarias de La Espina


A la izquierda, también, reconocemos el viejo muro de piedras para contención de la falda del monte, evitando corrimientos de tierra que afectasen al camino, principalmente con las lluvias



El musgo, como siempre, cubre las piedras en las zonas más húmedas y umbrías, creciendo el helecho en las cunetas, más regadas por el agua que baja por ellas con las lluvias, o de los manantiales de la montaña. A ambos lados el arbolado forma espesas frondas, infranqueables


Aquí el helecho cubre toda una franja de la ladera; de esta manera discurre el Camino por estos maravillosos parajes del desfiladero del Nonaya


Y, a nuestra derecha y al otro lado del desfiladero, La Penallonga que, como su nombre indica, es una peña larga, afloramientos rocosos en la ladera meridional de El Viso, que se alzan sobre el río formando precipicios, a nuestra derecha


Arriba y sobre ellas, los eucaliptos han sido plantados hasta el borde mismo del precipicio. Fijémonos también, sobre nosotros, en las peculiares y reconocibles hojas de los castaños


El musgo forma a veces verdaderas 'melenas' en la corteza de los árboles, cuyas fuertes raíces se asientan en los márgenes del Camino


Árboles y vegetación que crecen incluso en la pared que cae hacia el río, lo que hace que prácticamente ni siquiera lleguemos a verla en su verticalidad



Subiendo sin parar, si bien a un ritmo no demasiado acusado, una gran luminosidad entre los arbustos delata que salimos a un gran claro, siempre cuesta arriba



Frente a nosotros El Campón (597 m), otro monte plagado de ocalitos hasta las mismas peñas, en las estribaciones de El Viso


Ladera abajo al pie del Camino se extiende otro frondoso castañéu, fijémonos en las flores de la vereda en esta estampa primaveral


Aquí sí que se ve bien la orilla del precipicio, nunca nos arrimemos demasiado a él, insistimos


Llamativo tronco de pino que ha crecido con esta tan peculiar forma, acaso abriéndose paso entre la roca


El tronco se retuerce y luego sigue recto, pero siguiendo la forma de la falda del monte, caprichos de la naturaleza


Desde aquí y mirando atrás, tenemos una buena vista de los grandes peñascos de La Penallonga, también en la falda de El Viso que cae hacia el río


La Peñallonga, la 'peña larga', hace aquí honor a su nombre y, aunque cubierta en buena parte de arbolado y demás vegetación, cuyas raíces se aferran al roquedo, su color claro destaca sobre el verde, o verdes, pues este presenta diversos tonos


La peña forma además diversos picachos y también tiene cierta diversidad cromática, del gris claro al anaranjado, dependiendo mucho de la luz y de la hora del día



La misma peña a la luz del final del verano, vista desde este mismo lugar del Camino


Y un vídeo explicativo de este tramo de la subida...


Tras el claro caminero volvemos a internarnos en el bosque, la pista es bastante ancha y no ofrece mayor problema de paso en ninguna parte de su recorrido, pues no además tampoco hay de momento otra vía ni cruce más que seguir adelante


Son evidentes los trabajos de ensanche del viejo Camino hechos en su momento, acaso cuando se acondicionó para las minas o tal vez más anteriormente, en el siglo XVIII, cuando como hemos dicho se hicieron los puentes hacia los que nos acercamos


El musgo cubre a veces murias enteras, formando gruesas capas, muy mullidas y muy acuosas, reteniendo agua y humedades



Seguimos subiendo y subiendo, aunque por lo general bastante livianamente y respirando magníficamente las fragancias de la sierra


¡Sorpresa!, alguien ha construido con palés un banco de madera. Estas 'obras artesanales' suelen tener una vida más o menos efímera pero hacen un buen servicio. Cuando una desaparece o se deteriora siempre suele aparece otra, aquí o en las cercanías



El arbolado forma toda una tupida barrera vegetal en el barranco sobre el río. Empieza ahora un trecho bastante recto que sube directo ganando altura más rápidamente 


Si bien sigue sin ser demasiado abrupta, el llevar ya unos dos kilómetros de subida continua desde nuestra salida de la villa de Salas empieza a causar mella en nuestras fuerzas al llegar a estos recuestos



Tras un tramo de subida parece aparentemente que llegamos a su final...


Pero así sigue otro, y otro, en sucesiva continuidad, pensemos de todas maneras que este itinerario es el que suben muchas personas que, incluso sin estar demasiado preparadas físicamente, llegan sin inconveniente a la cascada del Nonaya, muy cerca ya de aquí



Zona de castaños y carbayos jóvenes, con el suelo mullido de hierba y helechales



Además de ser pista ancha, bien marcada y visible, el paso continuo de peregrinos hacia La Espina y de senderistas al salto del Nonaya, el trayecto está bien pisado y trillado


Otra vista del gran tajo de la montaña con el río Nonaya abajo del todo, en el fondo del abismo


A veces, más que verlo o adivinamos oculto por la espesura, entre la intrincada vegetación



Llegamos ahora al final de otro de estos largos repechos en los que el Camino se empina más considerablemente


Aquí hay un rellano que, sin ser del todo llano, nos ofrece un poco de tregua en estos recuestos en los que el Camino ha subido un buen tramo


A la derecha, una muria de piedras señala nuestra proximidad al Puente de Borra, que vemos unos metros más adelante


El Puente de Borra fue construido entre los siglos XVII y XVIII en tiempos del Camín Real y cuando este sería acondicionado, como otros, para permitir el paso de carros y de carruajes de las primeras líneas regulares de viajeros. El erudito asturiano Jesús Evaristo Casariego nos dice que, aún avanzando el siglo XIX y con la carretera en marca, los viajes en diligencia "que iban de Luarca a Oviedo por La Espina empleaban de veinticuatro a treinta horas para recorrer los noventa kilómetros de distancia, pues el antiguo camino real era más directo que la moderna carretera".


Esta puede ser la razón por la que este antiguo camino se haya conservado tan bien, dado que ofrecía un atajo incluso respecto a la nueva carretera, la actual N-634a, la cual pasa unas decenas de metros monte arriba. Evaristo Casariego nos ofrece este dato en su artículo Los viajes en diligencia por Asturias y a Madrid, hasta principios del siglo XX, publicado en La Nueva España del 7-4-1991 y que nosotros entramos en el muy recomendable Blog de Acebedo


Un cartel nos informa del paso del puente y que este fue construido en los siglos XVII-XVIII, momentos en los que se hizo patente la necesidad de poner en marcha diversas obras públicas

  
El puente salva un regato que solo parece llevar algo de agua en invierno o durante las lluvias; una vez cruzado sigue la subida, ahora con el suelo repleto de cascajares con bastante piedra suelta


En estos casos hay que andar con cierto cuidado y mirar bien donde ponemos el pie, para evitar pisar mal y tropezar o caer entre estos morrillos


Sigue de esta manera la continua subida hacia la zona conocida como La Pavera, tal vez relacionada con la antigua abundancia de 'pavos', nombre que podría abarcar o referirse a gallos silvestres 'urogallos' o similares



Y de esta manera sigue nuestra travesía por el desfiladero del Nonaya por las estribaciones septentrionales de La Sierra Bodenaya. El recorrido de Salas al salto del Nonaya nos lo describe y resume así Alba Llano Olay para El Comercio del 18-3-2021:
"Esta pequeña ruta que transcurre por la Senda de la cascada del río Nonaya cuenta con casi 8 km de recorrido entre ida y vuelta y no tiene gran dificultad, además de que durante todo el recorrido nos encontraremos con un camino cómodo, ancho y prácticamente sin desnivel, por lo que es ideal para hacer una ruta en familia y con niños mientras conocemos esta tranquila villa asturiana y algunos de sus bellos rincones en plena naturaleza."

En todo podemos estar de acuerdo aunque no podemos decir que sea prácticamente 'sin desnivel', otra cosa es que, a pesar del mismo, sí sea bastante cómoda y factible. Estos son otros datos que nos ofrece Llano Olay de esta Ruta a la cascada del Nonaya:
"Horario: 1 h 13 min (solo ida) 
Altitud máxima: 418 metros 
Altitud mínima: 177 metros 
Distancia: 4,11 km (solo ida) 
Tipo de recorrido: Lineal 
Dificultad: Fácil 
Niños: Sí


Aquí salimos a otro gran claro, donde la pista se estrecha ligeramente y se hace sendero entre la pared de la montaña y el precipicio


En esta zona del desfiladero hay bosques autóctonos, más allá algunos ocalitos y en lo alto pinos, es el monte El Curión (584 m), en las estribaciones meridionales de El Viso


Magnífico es pues el paisaje de bosques que se ofrece ante nosotros con el que se deleita la vista del caminante y peregrino 


La cascada o salto del Nonaya ya no está demasiado lejos, si bien, recordamos, no al lado del Camino sino en las profundidades del río, en medio del frondoso boscaje


No se trata de un gran desvío, pero lo mismo que es una ruta bastante factible, pese a esta cuesta, para quien solamente va de Salas hacia la cascada, para los peregrinos que, además de los días caminados y quedan por caminar, constituye un esfuerzo extra, además de un precioso tiempo


Pero si tenemos la suerte de estar bien descansados y en forma, o más o menos, y no vamos demasiado prisioneros del reloj, no deja de ser un delicioso paraje que bien merece la pena conocer


También tenemos en cuenta que, por bien que vaya, el peregrino tampoco puede detenerse a verlo todo y menos aún desviarse mucho para conocerlo todo, pero hay lugares, como la cascada del Nonaya, que podrían ser un verdadero enclave a conocer y que posiblemente nunca olvidaremos


Pero aún nos quedan unos repechos rectos para llegar a la bifurcación del Camino y el desvío a la cascada, dosifiquemos pues las fuerzas y disfrutemos del entorno sin prisas ni carreras


Y aquí tenemos otra pedregosa rampa, llena de morrillos, sueltos, esparcidos por todo el suelo del camino. Algunas raíces, muy largas y fuertes de los árboles de esta ladera, afloran también a la superficie


Y así, parece que acaba la cuesta pero, al llegar a un recodo, advertimos que esta continúa y continúa


De todas maneras, insistimos, el Camín Real estuvo muy bien proyectado pues, acaso también por estar absortos por el encanto natural de este trayecto, se sube con relativa rapidez y comodidad, siendo este también un buen 'entrenamiento' para las jornadas más montañeras del Camino por los puertos tinetenses, allandeses, grandaleses y fonsagradinos


Si bien el Camino Primitivo ya tiene cuestas importantes desde su comienzo, como la de L'Escampleru, pocas horas después de salir de la Sancta Ovetensis, o la de Villapañada y El Freisnu, en la que viene a ser su segunda etapa, esta de La Espina puede ser la primera de una serie que continuará por La Sierra de Tineo/Tinéu, Fonfaraón (quienes vayan por la Ruta de los Hospitales), La Marta, La Freita y El Palo, en Allande, Berducedo: A Mesa y Buspol, de Allande hacia Grandas; el Alto do Acevo en el paso a Galicia, la Serra do Hospital, A Costa do Sapo, el Alto da Vacariza... realmente las grandes cuestas, si bien acompañada de tramos más o menso llanos continuarán hasta Castroverde, a unos 20 kilómetros de Lugo


Disfrutemos pues del Camino Primitivo, este es así, con mucha montaña y naturaleza, ahí radica su belleza...


"El paseo se hace agradable a la sombra de un frondoso bosque de ribera, en el que predominan los alisios", leemos en Turismo Asturias, siguiendo este "camino labrado en la ladera de la montaña, de la que brotan varios arroyos"


El 18-1-2025 el periódico La Nueva España anunciaba que se otorga a esta ruta el galardón Sendero Azul, que premia la recuperación de esta clase de rutas y caminos:
"La ruta de la cascada del Nonaya (Salas) ha logrado ser reconocida con el galardón “Sendero Azul”, que otorga la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (ADEAC) con el objetivo de premiar el compromiso de municipios y administraciones públicas en la recuperación y puesta en valor de senderos y caminos que “promueven la educación ambiental y el disfrute sostenible de nuestro entorno”. El recorrido se convirtió así en uno de los 30 nuevos senderos azules incorporados en 2025, sumándose a una red que ya supera los 1.000 kilómetros repartidos en 127 municipios de 11 comunidades autónomas. 
En el Ayuntamiento de Salas, que presentó hace unos meses su candidatura para “obtener este prestigioso reconocimiento”, se muestran “muy contentos” por haberlo logrado y consideran que “nos ayudará a seguir promocionando nuestro territorio y reforzará nuestra imagen tanto en Asturias como a nivel nacional”. 
La administración destaca que la asociación valoró de la ruta que es “el primer “Sendero Azul” a nivel nacional que se encuentra dentro de una ruta declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la del Camino Primitivo a Santiago”.

Sobre la propia senda, el Ayuntamiento salense recalca que “es una experiencia única que permite sumergirse en la naturaleza asturiana”. El recorrido parte de la capital del concejo y se adentra en un frondoso bosque de robles y castaños, “donde el murmullo del agua y el canto de las aves acompañan al caminante”, describe. A medida que se avanza, el terreno cada vez es más montañoso, por lo que está catalogada de dificultad moderada, “pero el esfuerzo se ve recompensado por la impresionante vista de la cascada y la tranquilidad del entorno”, enfatizan.

La Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (ADEAC) detalla que para obtener el galardón “Sendero Azul” se deben cumplir un conjunto de criterios e indicadores, que se agrupan en cuatro categorías: características de las sendas y trazados; información, señalética e infraestructuras en los senderos; conservación y gestión del patrimonio natural y cultural; y uso público de las rutas."

Nos dirigimos a "El nuevo brillo azul de la cascada del Nonaya: la senda ahora reconocida que todo asturiano debería recorrer", que es como titula Ana Paz Paredes su artículo sobre esta ruta publicado también en La Nueva España del 20-1-2025, es decir, celebrando el galardón Sendero Azul:
"La meteorología invitaba ayer a disfrutar de la naturaleza. Eso pensaron Iván Fernández Ribeiro, de Tineo, y Óscar García Cabezas, de Cangas del Narcea, antes de recorrer la ruta que lleva a la cascada de Nonaya, en Salas. Quieren hacer una ruta cada tres semanas. "Esta queda cerca de donde somos. Así que pensamos que, para empezar, está muy bien", decía Iván Fernández. Para estos dos jóvenes asturianos, que esta ruta acabe de ser reconocida, junto a la senda Ornitológica del río Güeña, en Onís, como "sendero azul", debería ser un motivo más que suficiente para que las administraciones la impulsen. "Son iniciativas que hay que aplaudir porque, al final, tenemos que captar la atención desde esta zona del Suroccidente asturiano", señalaban. 
Ahora bien, también daban un tirón de orejas a quien proceda, como matizaba Fernández: "Todo esto está muy bien, pero hay que mantener las sendas porque muchas están descuidadas y sin desbrozar en primavera; y algunas son impracticables". "Las instituciones debería de empezar a mirar iniciativas como la de Salas con esta senda, es de aplaudir", añadía. 
La ruta a la cascada de Nonaya son apenas tres kilómetros. Comparte buena parte del trayecto con el propio Camino Primitivo a Santiago. Justo hasta que se llega a una desviación, a la derecha, para recorrer 500 metros y llegar hasta a la cascada. Transcurre por un frondoso bosque de robles y castaños teniendo siempre a un lado el río Nonaya. 
El concejal de Turismo de Salas, Alejandro Bermúdez, no puede sentirse más contento por la concesión del reconocimiento por parte de la organización Senderos Azules. "Presentamos la candidatura de la ruta hace meses. Es la senda más recorrida del concejo, con diferencia. Cada día viene más gente a hacerla. Estamos muy satisfechos. Queremos dar a conocer Salas fuera de Asturias y esto va a darnos una mayor visibilidad, va a contribuir a ello", contaba. "En 2022, nos incluyeron también en la Red de Pueblos Mágicos de España, que son unos 140, y desde entonces lo estamos notando", añadía. Y, a renglón seguido, destaca que "el reconocimiento destaca que este es el primer sendero azul a nivel nacional que se encuentra dentro de una ruta declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la del Camino Primitivo a Santiago de Compostela". Respecto a las posibles actuaciones en esta senda, afirmaba que "además de actualizar toda la señalización, pues ahora debe llevar el distintivo, también realizaremos alguna que otra mejora más". 
Patricia Barbi Costa es propietaria del hotel, restaurante y albergue de peregrinos Casa Sueño, que abre sus puertas a pie del Camino Primitivo. Además, ha sido peregrina. "La senda, que era una desconocida, ahora está atrayendo cada vez más gente que pasa por el pueblo", relata. "Con este reconocimiento se nos pone en el mapa nacional y más gente va avenir a Salas", apunta. "Otra cosa peculiar, y que sólo tenemos aquí, es que, al estar en el Camino de Santiago, hace que senderistas y peregrinos se encuentren y compartan experiencias". 
Contento se mostraba también Francisco Martín Martínez, propietario de un local hostelero señero en Salas, Casa Pachón. "Me parece genial que ahora vaya a ser sendero azul . La ruta es preciosa. Yo creo que no sólo es bueno para nosotros como chigre sino para Salas y para Asturias. Cada vez viene más gente y no es de extrañar; es una joya de la naturaleza", afirmaba ayer."

"Una bonita senda que coincide con el Camino Primitivo de Santiago, un recorrido por frondosos bosques de ribera repletos de avellanos, fresnos, nogales robles y alisos, y que acaba en una de las cascadas de Asturias más visitadas", dicen por su parte en Viajes y Rutas. Asimismo, J.F. Camina en su blog de senderismo nos ofrece estas impresiones de esta ruta, recordando cuando visitó el salto del Nonaya con unos peregrinos:
"...el paseo ye tranquilu y sin problemas, nun tien perdida ninguna. Así que vamos relajados recordando la primera vez que vinimos a la cascada y también cuando pasamos faciendo El Primitivo, en compañía de más peregrinos, en aquella ocasión, aunque orbayaba, nos paramos todos a visitar la cascada, todos eran de fuera y les encantó.

Vamos, como también dice J.F. Camina, "¡En busca de otro guapo chorrón de agua!", mientras que el blog Caleyando con Cienfuegos lo califican de "paseo corto y facilón", añadiendo que "La pista tiene buen ancho y firme. No nos debe de extrañar pues es el antiguo camino real que desde Salas subía a La Espina y que tras su abandono al construirse la carretera nacional, mantiene aún su uso y razón de ser al formar parte del Camino Antiguo a Santiago de Compostela".



El gastrónomo David Castañón, resalta que es una ruta perfecta para hacerla unida a una buena comida en algún restaurante de la zona, y en su web Les Fartures destaca que es este "un camino precioso, ganando altura poco a poco, con fresnos, ablanos, carbayos y umeros".


Abajo el bosque hace un claro en la vega del río, oculto por una buena mata de arbolado ribereño bajo El Curión. Entre los montes bajan algunos regatos, afluentes del Nonaya. Esta vega acaso sea la que de nombre a esta zona, El Llanón, 'llano grande'


Y a su derecha, El Campón, fijémonos en la ladera pedregosa, libre de árboles, que del Camino baja al prado. Observemos como a partir de la ribera todo ello una plantación de monocultivo de ocalitos


Fijémonos ahora en el suelo, delante de estos carbayos y castaños jóvenes 


Ahí, están sus raíces, agarrándose bien al suelo...


En algún momento, sobre todo con los brotes verdes primaverales, puede dar la impresión que el Camino tienda a cerrarse pero dado el número de personas que pasan, junto con algunos desbroces periódicos, hacen que siempre esté expedito 


En la web Hacemos las maletas nos dicen que esta "Es una senda muy sencilla que te llevará aproximadamente dos horas ida y vuelta. Saliendo de Salas te adentrarás en el bosque por una pista en la que por momentos podrás encontrar algo de barro. En cuanto te des cuenta estarás ante esta coqueta cascada cuya peculiaridad es la cruz de la victoria que se encuentra colocada en su base". Por supuesto, incidimos en que no es lo mismo tratar la ruta al salto como algo independiente que dentro de las etapas de caminata de los sufridos peregrinos que, no obstante suelen, no pocos al menos, acercarse a la cascada


En la página Dos Aventureros nos advierten que "Un detalle a tener en cuenta, es que el río Nonaya que da nombre a la cascada, no es especialmente caudaloso, por lo que os recomendamos ir entre el otoño y la primavera, ya que fuera de la época de lluvias y nieve, la cascada pierde parte de su fuerza". No es incierto, pero dado que en Asturias el clima puede ser más inestable que en otras latitudes y no tan predecible, un par de días de lluvia en agosto pueden dar pie a una cascada espectacular


Compartimos asimismo parte de la descripción de la ruta según nos la ofrece en su web la Federación de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo del Principado de Asturias (FEMPA)
"Es un camino de origen medieval y único, que por el interior de la región tenía salida a la cuenca del Navia y a Galicia. Por el mismo viajaron y caminan actualmente los peregrinos a Santiago y hasta personajes importantes en la antigüedad e incluso algún rey de la monarquía española. Por ahí nos internamos en el angosto valle, siguiendo la traza del amplio camino, etiquetado por la FEMPA con la denominación sendero SL-22
De buen firme, toma el rumbo al oeste siguiendo contra corriente, el curso del río, acicalado tanto él como la ruta, por un denso bosque de ribera, con un variado catálogo de flora arbórea. Enseguida llegamos a la fuente de Paín, restaurada en 2004 y a continuación alcanzamos las viejas instalaciones de una mina de caolín que vierte por un tubo un buen caudal de agua hacia el río. Más adelante dejamos a la derecha un viejo pontón que atraviesa el tumultuoso río, mientras que asoma sobre nuestras cabezas la estructura aérea de la autopista A-63 discurriendo parejas ambas hacia su destino, tanto el viejo camino real como la autopista, pero con la diferencia de que los separan varios siglos de vida. 
Seguimos avanzando con un suave remonte, mientras que el cauce del río se hunde un poco más, lo que nos hace observar la gran obra de fábrica de los muros de piedra que sostienen la trayectoria. Así llegamos al puente de Borra de los siglos XVI y XVII según consta en el panel informativo. (333 m)-1,8 km en 30 min de marcha. Construido de piedra, es de amplia arquitectura con un ancho superior a los cuatro metros. Una vez superado este trance, proseguimos con la marcha alcanzando de seguido el puente de Carcabón de similares características que el anterior. Desde aquí, la ruta jacobea insiste en su destino hacia Tineo elevándose hacia las aldeas de Porciles y de Bodenaya, pero nosotros hemos de abandonarla y sin cruzar el puente, nos iremos por una senda señalizada que surge a la derecha y por ella descendemos hacia el cauce del río hasta toparnos con un puente de hormigón. (340 m.) 3,2 km en 1 h y 20 min de marcha. Al lado del mismo ya se contempla la cascada que surge en la confluencia de los ríos Porciles y Bouza que unidos aquí configuran el río Nonaya. El entorno se dibuja en medio de una profunda maraña vegetal, donde el arroyo se desploma ruidosamente con un gran caudal, unos 15 metros de caída vertical."

Efectivamente, aunque 'la cascada siempre estuvo ahí', se hizo conocida sobre todo a partir de la segunda década del siglo XXI. La Enciclopedia del paisaje de Asturias, por ejemplo, del año 2002, apenas le dedica una frase en la entrada correspondiente al río. Pero estas pequeñas menciones aquí y allá fueron las que empezaron a hacerla conocida. De dicha entrada compartimos este extracto:
"Nace en las cercanías de Brañameana (parroquia de Bodenaya), y tras un primer tramo encajado donde recibe diferentes afluentes provenientes de la sierra de los Gallos y Bodenaya, en el lugar de El Llanón forma una pequeña cascada. El camino de Santiago corre en paralelo al cruce del río Nonaya hasta llegar a la capital, Salas, y se puede seguir gracias a la ruta senderista señalizada como P.R. AS-22".

La popularidad de la cascada y de la ruta hacia la misma coincide con el gran despegue del Camino Primitivo que, si bien ciertamente veía un muy importante trasiego de peregrinos desde su primera señalización y promoción coincidiendo con aquel famoso Xacobeo'93, fue sobre todo a partir de 2010  cuando alcanzó grandes cotas de popularidad internacional y llegaron afluencias considerables de romeros, incluso en pleno invierno


Una década después incluso empezaron a percibirse señales de, sino masificación al nivel del famoso Sarria-Santiago, sí de cierta saturación en algunas épocas, e incluso de turistificación, "neologismo válido", dice la RAE, que abre un debate este siempre polémico. Es posible que el 'campeonato de cifras' en base a peregrinos registrados, credenciales expedidas y compostelas otorgadas pueda derivar en ver el Camino como un producto netamente turístico más que espiritual, cultural, histórico... todo ello con sus correspondientes consecuencias


Como hemos dicho, es por las mañanas, desde que sale el alba, cuando los peregrinos suben por esta histórica senda jacobea asturiana. Por la tarde ya suelen ser muchos menos, sobre todo algunos que, por ejemplo, han comido en Salas y se dirigen a pernoctar a los albergues de Porciles, Bodenaya o La Espina, una buena manera de gastar las calorías y hacer la digestión...


Por la mañana, y también por la tarde y después de comer en Salas, es común ver excursionistas que suben a ver la cascada, incluso volviendo casi al oscurecer. Por la noche no es recomendable subir estas sendas en la completa oscuridad, no porque nos vaya a salir al paso la güestia, sino porque no se ve bien dónde ponemos el pie o, incluso, las señales de la ruta


Señales que tenemos aquí, en El Carcabón, donde el hito caminero nos indica seguir de frente hacia El Llanón y Porciles o, antes, bajar unos metros a conocer la cascada o salto del Nonaya


Un poco más arriba vemos El Puente'l Carcabón, muy parecido al de Borra, por donde sigue el Camino. Nosotros decidimos visitar primero la cascada


Un 'detalle' a tener en cuenta, hay que bajar unos 250 metros, para llegar a la cascada, y luego volver a subirlos, naturalmente. Volvemos a recalcar una vez más que para los peregrinos más cansados o que por alguna razón vayan muy pendientes del tiempo esto constituye un desvío pequeño en distancia pero importante en esfuerzo y al que hay que dedicar unos minutos, acaso al menos toda una hora...


El camino a la cascada, siempre es bajada, es bastante cómodo y sin problema de pérdida posible; lo único ir con cuidado a los resbalones cuando el suelo esté mojado, cosa no infrecuente, bien por las lluvias o por la propia humedad que rezuma este bosque de ribera


Así de de paso, según empezamos a bajar hacia el río admiramos la soberbia estructura del puente, un verdadero murallón pétreo con arco de medio punto


Con las lluvias y el deshielo, que cubre de nieve las cotas más altas de La Sierra Bodenaya, baja por aquí el agua a torrentera hacia el río Nonaya


Nos admiramos ante esta sencilla pero a la vez grandiosa estructura, muy robusta y para la que no parece haberse empleado ni cemento ni argamasa. Observemos la cantidad de pedruscos que hay bajo el puente


Y seguimos la bajada por esta senda, oyendo ya la cascada, oculta por los árboles. Es menester, volvemos a repetir tener gran cuidado con los resbalones en este descenso por una zona umbría, húmeda y arcillosa, más si vamos cansados y con el peso de la mochila a cuestas


Por lo demás, y tal y como acontecía en la subida, también en la bajada, absortos con la hermosura y encanto de estos parajes de cuentos de xanas, el esfuerzo, el cansancio y hasta las ampollas de los pies pasan a un segundo plano


Como en todo el trayecto, el río apenas se le ve entre la tupida arboleda, pero se le oye perfectamente bien, incluso en verano y el tiempu la seca, la sequía


Escrutamos con los ojos la maraña de troncos y ramas, hierbas y helechos, queriendo reconocer el Nonaya, pronto estaremos junto a él


El color blanco del agua al chocar con las rocas del cauce y formar espuma lo delata visualmente tal y como su corriente cantarina lo hace sonoramente. Ahí tenemos, de nuevo, el Nonaya, el gran río de Salas por excelencia


Nos acercamos a él en un par de zancadas por los últimos metros de esta corta bajada


Bajada que acaba en un rellano donde suele haber algo de barro. Sentimos a poca distancia el ruido de la cascada, con su delicioso estruendo que parece hacer eco en esta mágica ribera


Un pequeño puente salva aquí el río Nonaya, viendo ya a la izquierda la cascada entre los troncos, donde recibe las aguas de su afluente, el río La Bouza, alimentadas también sus aguas por los regueiros de Bárzana y de Provega...


Hay dos formas de acercarse a la cascada para tener dos buenas vistas de la misma, yendo siempre con cuidado, una aquí, justo antes del puente


Seguimos por la orilla, el suelo se ve bastante pisado. El maravilloso sonido del chorro de agua es la música ambiente más sublime en este recóndito paraje


Ahora vemos mejor el 'chorrón' o 'cola de caballo' característico de la cascada, surgiendo y cayendo a chorro, con estruendo


No es una cascada de grandísima altura, ni siquiera de las mayores de Asturias pero sí de las más espectaculares. Su belleza radica también este magnífico lugar en el que se encuentra


Bajamos un poco y volvemos a subir, todo de frente hacia el chorrón


Seguimos avanzando por el sendero, con el río a nuestros pies y el salto del Nonaya ante nuestros ojos. Ahí se forma la 'cola de caballo' de este salto, no demasiado alto pero sí muy espectacular, visual y sonoramente


Es cierto, siempre lo decimos y repetimos una vez más aún, que el peregrino no tiene tiempo para verlo todo y conocerlo todo, menos aún si ha de separarse del Camino en estos esfuerzos extra que requieren tiempo y energía, aunque solamente sean unos pocos minutos, pero en este blog los incluimos para que sepa de su existencia y decida si acercarse o no, según sus gustos y posibilidades


No obstante, cierto es que no pocos peregrinos son los que se desvían a conocer este lugar lleno de encanto y naturaleza, sobre todo si van sin prisa en el reloj y han podido reservar alojamiento en alguno de los albergues de la correspondiente etapa que hayan decidido acometer


Más allá no podemos seguir, a no ser que metamos los pies en el agua, cosa acaso no conveniente, aunque nos descalcemos. Las piedras del lecho son muy resbalosas y la corriente baja con fuerza


Desde aquí reconocemos la Cruz de la Victoria metálica colocada sobre las rocas que guardan el remanso que forma el río allí donde cae el agua.


Para llegara allí lo mejor es volver sobre nuestros pasos y regresar al puente, tomando el sendero que hay en la otra orilla


Es un puente de hormigón de un solo arco, que nos permite pasar cómodamente al otro margen


Nada más pasarlo tomaremos esta segunda opción para acercarnos a la cascada, fácil de identificar


Al llegar a este peñón subimos una especie de escalón de roca y tierra y avanzamos todo junto al río



Se pasa más o menos bien pero siempre con máxima atención para ver donde pisamos; si nos ayudamos de un palo o bastón mejor que mejor, así como posando las mochilas, cuyo peso puede desequilibrarnos en alguna cabriola ente las piedras


Piedras que se cubren de musgo pues suelen estar muy húmedas, no nos cansaremos de pedir máxima precaución al andar por estos vericuetos


El 'firme', como vemos, es muy 'irregular', por emplear alguna expresión, son pedruscos de mediano tamaño que tienden a moverse al pisar sobre ellos


Un par de zancadas más y ya estamos ante el salto, que tenemos justo delante


 Y ya llegamos junto a la Cruz de la Victoria, "que luce cual espada de Excalibur frente a la cascada del Nonaya", como expresa A. Rodríguez en su noticia para La Nueva España del 11-6-2024, comunicando su reposición tras el robo de la anterior:
"En un lugar de Salas, en uno de los muchos rincones especiales del concejo, hay una cruz forjada con retales de metal de alguna fábrica suiza. Su creador dio forma al alfa y el omega y los cuatro brazos del símbolo, que luce cual espada de Excalibur frente a la cascada del Nonaya.  
Emigrante de 66 años, David López Alonso tuvo la suerte de ser hijo de su padre, David López Del Río, conocido en Salas como “El Provo”. Salas tuvo también la suerte de que Alonso nunca se olvidara de su tierra. “Soy hijo de un señor de Salas al que conocían como David El Provo. Era hojalatero, calderero, paragüero. Y por suerte, me regaló sus manos. Yo soy cuchillero desde hace treinta años, mi oficio fue siempre el metal. En la última fábrica trabajé el acero inoxidable, pero yo siempre trabajé el hierro. Un material noble”, explica David.  
Con claridad y pasión relata su nacimiento en un pueblo de la parroquia de Ardesaldo. Y sus nítidos recuerdos “cuando subía pescando por el río y encontraba un lugar mágico” en la cascada del Nonaya. “Salas para mí fue el pueblín hasta los dieciocho años, cuando me fuí. Me emociono cuando hablo de ese sitioEs un lugar santo. Suiza es un país maravilloso, me hizo cumplir muchos sueños en mi vida, encontré a mi mujer, pero como emigrante, con esa añoranza tan grande, un día decidí hacer esta cruz, un poco abstracta y llevarla al Ayuntamiento”, cuenta David.  
El alcalde, Sergio Hidalgo, le dio permiso. “Lo agradecí mucho, era mi ilusión. Yo no tuve nada de pequeño, me llena regalarla”, relata el forjador. Que casualmente hizo una “hermana” de la cruz original que ya luce, nuevamente, frente a la cascada. Y es que la anterior, “la sustrajeron, hace un tiempo, desapareció. Y recibimos mogollón de mensajes, a través de las redes sociales, de gente que nos avisó de que faltaba la cruz y que pedía que la pusieramos de nuevo. Porque llegar a un sitio tan mágico y ver la Cruz de la Victoria allí era precioso”, apunta Alejandro Bermúdez, concejal de Turismo en el Ayuntamiento de Salas. "

Aquí sí tenemos una hermosa vista, cercana, del salto del Nonaya y su poza, donde cae el agua con fuerza y a chorro


El 'pequeño gran salto' del Nonaya, donde podemos aprovechar para hacer un alto y descansar antes de reemprender la ruta, pues llega ahora el duro repecho de El Llanón por El Puente'l Carcabón arriba y luego la subida a Porciles para ganar la llanura de la meseta de La Espina, rumbo a Bodenaya, donde nace el Nonaya, en la aldea de Brañamiana






































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