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domingo, 26 de enero de 2014

EL FREISNU: EL PASO DEL VALLE DEL NALÓN AL VALLE DEL NARCEA (ASTURIAS)

Nuestra Señora de El Freisnu
Subida a El Freisnu desde La Venta

Siguiendo el Camino Primitivo en sus primeras etapas, subimos de la villa de Grado/Grau hacia el venerado santuario de Nuestra Señora del Freisnu, hito caminero de gran importancia en lo que fue el paso de las antiguas Asturias de Oviedo a las Asturias de Tineo, el occidente astur, el de los antiguos pobladores pésicos, paso natural también del valle del Nalón al del Narcea. Allí a medio camino, en La Venta, histórica posada caminera de antaño, podemos seguir de frente hacia El Freisnu o, si deseamos pernoctar, dirigirnos a la derecha hacia la iglesia de  San Xuan de Villapañada, pues tras ella, en la antigua escuela, está el albergue de peregrinos


Y esta es la doble señalización, al albergue o a seguir camino. En nuestro caso y una vez tratada la subida a San Xuan de Villapañada, proseguimos camino cuesta arriba


Ante el edificio de la antigua venta, con su hórreo, parcialmente oculto por el seto, subimos por este camino a la derecha


La Venta, antigua venta posadera y caminera de pastores y arrieros, entre ellos los artesanos caldereros del bronce, fabricantes trashumantes de objetos metálicos que venían desde Avilés y aquí se asentaron, casándose con mujeres del lugar y formando familias que, con el tiempo, abandonaron el oficio y se dedicaron a ser excelentes tratantes de ganado, conservando no obstante la antigua jerga gremial calderera para estos nuevos menesteres: el bron


En La Venta se acomete la subida final hasta las alturas de El Freisnu


La subida se realiza, la mayor parte del tiempo, bajo los castañeos o bosques de castaños


La subida se realiza por la ladera del Picu Tablas, en la antiguamente llamada Sierra de Santa Mariña


El camino serpentea siguiendo la sinuosa ladera de la montaña...


Y gana altura rápidamente en continuos repechos


Se trata de una pista local, estrecha y asfaltada, que no suele tener tráfico, pero estemos pendientes pues ocasionalmente es fácil que pase algún coche


En la vereda izquierda crecen los helechos...


Bajo nosotros la Autovía de La Espina (A-63). Allí está La Llinar, aldea de San Xuan de Villapañada concentrada entre praderas verdes y bosquetes, donde, citando una vez más a Álvaro Valdés Díaz y a su obra sobre los caldereros de Villapañada, se registran en 1690 dos hermanos aquí casados, caldereros y naturales de Miranda, en Avilés, quienes podrían tener que ver con la llegada de este oficio de los caldereros y su jerga al pueblo, de lo cual nos ocupábamos en al tramo anterior del Camino, subiendo desde la villa moscona por La Podada, Quintana, La Barrera y Acebéu


Aunque desde bastante atrás, otro investigador de la tierra moscona, Álvaro Fernández de Miranda, hace referencia a otros dos caldereros que vivían aquí, ya en 1558. Sea como fuese, lo cierto es que la famosa venta por la que acabamos de pasar tuvo que ser un lugar en el que parasen estos artesanos trashumantes, favoreciendo sus relaciones, contactos y casamientos con la vecindad del entorno



A lo lejos unas montañas emblemáticas, la Sierra del Aramo o, como dicen los pobladores de su entorno, El Pueru'l Aramo, miticos picachos calizos a los que nos hemos referido en numerosas ocasiones haciendo Camino


A la izquierda el no menos mítico Monsacro o La Madalena. La historia y la tradición afirman que en él se guardaron las Reliquias de Jerusalén (en el Pozo de Santo Toribio), escapando desde Toledo (y antes desde la propia Palestina y del norte de África), como consecuencia de la expansión persa y árabe. Se sabe de la antigua existencia de una comunidad de monjes que se ha querido ver, más o menos legendariamente, vinculada a los templarios

Sea como fuese, las Reliquias de Jesús y María, así como de varios santos, fueron trasladadas posteriormente al primer santuario del Salvador, antecesor de la actual catedral de Oviedo/Uviéu, convirtiendo a la ciudad en un gran centro de peregrinación. Fue allá por los años 812-842, justo cuando se descubría el que se tiene por sepulcro de Santiago en Compostela, reinando Alfonso II El Casto, el primer peregrino de nombre conocido. Por ello se dice:

"Quien va a Santiago y no al Salvador, visita al criado y olvida al Señor"

Más cerca, las colinas que ocultan el valle del río Sama (Sama de Grao) primero y, justo después y más altas, las que caen al valle del Trubia, otro importante afluente del Nalón


Bajo nosotros, pastos y vaquerías


Monte arriba La Sierra


En la subida a El Freisnu otra casa solitaria


Es la  Casa'l Tico, también vinculada a los antiguos caldereros de Villapañada. Por allí sube el Camino


Un recuesto más y llegamos a ella


Muchos peregrinos hace aquí un alto en el camino


Contemplan la antigua panera


Panera que es un verdadero balcón sobre el valle del Cubia


Abajo otra vista de la autovía y La Llinar


Más allá lo que es propiamente el valle del Cubia en su unión con el Nalón


Acebéu y Quintana, por donde hemos subiendo desde Grado/Grau


La cuesta de El Valle, sobre la autopista, con la villa moscona a lo lejos


Nos aguarda ahora una buena rampa arriba detrás de la casa


Tramo de subida recta y directa


Según ascendemos aumenta nuestro campo de visión al este


La autovía, El Valle y la población


En la lejanía el Monte Naranco, por cuyas laderas salíamos de Oviedo/Uviéu, la capital astur


Viene ahora un trecho a la sombra de los castaños


Proliferan las torres de alta tensión. Abajo, en la autovía, está el túnel del Freisnu, que atraviesa la Sierra Miranda


Sobre el túnel La Tronca, parroquia de El Freisnu


A lo lejos, al sur, A lo lejos El Picu Guilera o Esqueiriz (532 m) y El Picu las Pruyales, Las Puriales o Las Peruyales (669 m), donde se conserva parte del aparato defensivo de la Guerra Civil en la Sierra la Miranda


Allí vemos La Caridá. Por allí pasa el Camín Real de la Mesa, llamado allí La Carril Vieya. Han sido localizados hallazgos paleolíticos que demuestran el antiquísimo poblamiento de estos parajes, pasos naturales de norte a sur y de este a oeste desde la alborada de la civilización. Arriba en El Freisnu este antiguo Camino de Santiago, basado en senda muchísimo más antiguas, se cruzará con esa Carril Vieya


Otro ramal baja hacia el valle por El Xorru, empleado principalmente a partir de la fundación de la Puebla de Grado en la Edad Media


Sigue directa la empinada cuesta


Pasamos junto a una finca con platanales ornamentales sobre el camino


Hemos llegado a La Pelona: en este cruce seguimos todo de frente hacia arriba


Pasamos junto al mojón indicador


Flecha amarilla en el cartel


Y esta es la casa de este lugar de La Pelona


Con su panera



Otro buen mirador sobre los valles


Guardián del Camino...


Pasamos la entrada a la quintana y seguimos subiendo


Ya se percibe la cercanía de la cima...


Altos de La Tabierna (407 m)


La autovía bajo nosotros: al sur El Xorru y el Altu las Paraxinas (567 m)


Abajo prados salpicados de caserías y aldeas diseminadas por doquier, La Grana, La Fragua, El Corru Camín, Los Macetes, Pobladura...


Aún nos aguardan unos cuantos pasos antes de llegar arriba...


Un buen y duro remonte...


Con sol añoramos la buena sombra


Más castañales



Sigue la subida entre la hojarasca


Intenso verdor de la luz filtrada por las hojas de los castaños


Y sigue la cuesta...


Crecen los arbustos y los helechos...



Pese a la dureza de la ascensión es sin duda un hermoso paseo por el castañar


Fincas a la izquierda


Otra gran vista del valle


De Acebéu a Grado/Grau, los montes de Gurullés y el Naranco



Aquí dejamos de subir e incluso bajamos un poco


En otoño el suelo se cubre de oricios de castañas


Mitigaron muchas hambrunas y fueron uno de los alimentos básicos de los campesinos de antaño, hasta el pote se hacía de castañas


Por eso se plantaba tanto en los caminos, según el Derecho Consetudinario las que caen en ellos son de los viandantes. Ahora casi nadie las recoge


Hay unos metros bastante llanos


Abajo el estrecho valle boscoso del Regueru Entralgo


Al oeste de nuevo La Tronca



Asoman, más allá de Las Paraxinas, los altos picachos de la cordillera, cordales de Porcabezas, La Mesa y Sobia, paso a los puertos de Somiedo y Ventana, comunicación con la meseta leonesa


Allí está el Picu Caldoveiru (1.354 m)


Tornamos a la umbría


El frescor del bosque autóctono


Seguimos casi en llano un poco más


Montes de La Tabierna


Y emprendemos el repecho final hacia El Freisnu


Arriba unas casas


La Casa'l Carteru, con su tendal de ropa


 Se dice también aquí hubo una vieja posada caminera pues el topónimo La Venta lo delata


Gran caserón en plena cuesta


Luego el lavadero


Está en buen estado y parece que aún tiene algo de uso. Hay tendedero y pinzas. Se pegan avisos


Al lado la fuente y el abrevadero. A lo lejos El Pando (453 m)


 Remontada final hasta El Freisnu


Pasamos al pie de otra quintana


Otra dura rampa viendo a lo lejos el santuario de El Freisnu. A su izquierda enlazaremos con el Camín Real de la Mesa


Desde el cobertizo tenemos una muy buena vista del templo y su entorno


Levantado en una estratégica encrucijada, el santuario de la Virgen de El Freisnu está situado en la misma frontera entre los conceyos de Grado/Grau y Salas, la secular "raya" geográfica de las "Asturias de Oviedo" y las "Asturias de Tineo", como se citaban en los documentos de época. Este collado separa además las cuencas fluviales de los ríos Nalón y Narcea, y en él el templo se erige su vez en un altozano que da vista a estos montes y valles


El santuario que ahora vemos es producto de las reformas y ampliaciones de los siglos XVII y XVIII de otro mucho más antiguo, así como de profundas restauraciones posteriores, pues fue quemado durante la invasión napoleónica. En su libro Grado y su concejo, publicado en Madrid en 1907. el escritor e investigador Álvaro Fernández de Miranda dice que...

"En estas alturas hubo tiempo atrás un célebre santuario, hoy iglesia renombrada, en su conjunto bella, sin que descuelle como obra arquitectónica; su torre, de tres pisos, quemada cuando la invasión napoleónica, se reedificó hacia 1870. Dista de Grado la iglesia cuatro kilómetros escasos"


El mismo autor afirma en esa obra que...

"Este montuoso territorio llamóse con motivo Partido de los Montes, y hasta hace unos setenta años era hijuela de las Dorigas, a cuya separación se oposieron tenazmente el párroco y feligreses de la antigua matriz, que no pararon hasta resolverse el asunto en Madrid, en contra suya, pues los del Fresno alegaron, justamente, que su Vicaría, por sus rendimientos, mayores que los de Dorigas, y por el número de almas, podía y debía ser curato, como los hechos han venido a confirmar"


Aquí enlazamos con el camino que comunica con La Tronca


Y seguimos de frente


Y ya estamos en el deseado alto de El Freisnu, un hito del Camino...


El Freisnu era una gran referencia para los peregrinos, tanto los que iban a Santiago como los que venían de regreso de Compostela, ambos en la  ruta a las Reliquias de San Salvador en la catedral ovetense, como fue muy común en la historia de las peregrinaciones


La cuesta se acaba aquí, frente a esta casa que hace años tuvo bar. En este lugar  nos cruzamos con el ramal antiguo del Camín Real de La Mesa, que desde Babia y León viene por toda esta dorsal montañosa en dirección a la costa asturiana, encontrándose aquí con el Camino Primitivo. Luego de la fundación de la villa de Grado/Grau otro ramal bajaba hacia ella. Nosotros nos dirigimos a la derecha


Si nos asomamos a la ventana podremos ver el interior de la antigua tabierna


La barra, las sillas, alguna mesa, los barriles de vino. El que esto escribe aún la conoció abierta cuando hizo por primera vez el Camino en 1993


Antes de las torres de alta tensión el Camino bajará a la izquierda en Los Morriondos, donde comienza la bajada al valle del Narcea vía Doriga y Cornellana


Pero antes de bajar, si estamos bien de tiempo podemos subir en un momento desde aquí al santuario de Nuestra Señora de El Freisnu, tomando la senda a la derecha del camino


El cartel nos indica la ruta

VISITA AL SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORA DEL FREISNU:



Posponiendo unos momentos nuestra entrada en el concejo de Salas y nuestra larga bajada al valle del Narcea nos disponemos pues a visitar este santuario subiendo por un sendero apenas marcado, campo a través, que sube al templo, por donde muchos peregrinos subían de rodillas, según informa en su libro Álvaro Fernández de Miranda:

"La novena de San Miguel es famosísima, acude gente de todos los concejos cercanos y de Oviedo, Avilés, Carreño y de otros más distantes. Los peregrinos cuéntanse por millares, y llegan poseídos de gran fervor religioso; muchos suben de rodillas la empinada cuesta, siendo frecuentes las caídas y desmayos, particularmente en las mujeres, que suelen llevar niños en brazos. Ofrecen á la Santa dinero, misas, cera, los hábitos que visten (muy extraños algunos) y hasta ganados; por las misas que llaman sobresalientes, llegan a entregar 16, 20 y 25 duros, y aún 50 a veces. Así, esos días las sumas que ingresan en la caja parroquial son muy crecidas"


Sigue relatando este autor...

"La mayoría de los peregrinos pasan en El Fresno el novenario, y como las casas son insuficientes para alojarlos, duermen los más en los hórreos, paneras ó pajares; algunos en improvisadas tiendas de campaña, y no pocos á campo raso.

La notable feria de ganado, llamada de nuestra Señora, que se celebraba el 8 de Septiembre, perdió su carácter, trocándose en concurridísima romería ya citada"


A la derecha es el cementerio, a la izquierda una antigua vivienda es ahora local social, que abre bar durante las fiestas


Un par de zancadas y ya estamos arriba


Y así llegamos a la gran explanada asfaltada en torno a este histórico y venerado templo de Santa María de El Freisnu. No habría de descartarse que la veneración mariana del lugar hundiese sus raíces en cultos precristianos en esta tierra de castros, túmulos dólmenes y yacimientos paleolíticos, marcada por la mitología de seres femeninos como las xanas o ninfas asturianas. Así, Álvaro Fernández de Miranda nos dice en su indispensable libro...

"En los anales del Fresno se registra la historia de una nereida, ondina, xana ó cosa así, encanto del lugar, que dió en el estrambótico capricho de probar la valentía de su amante, soltándole inopinadamente un culebrón y además un toro de fuego, ante cuyas bestias huyó, naturalmente, despavorido el galán, por lo que la dama, indignada, le despreció, marchándose para no volver, y causando la desesperación del amante, que murió de pena, maldiciendo su cobardía"


En medio un fresno o freisnu revela el lugar donde, al decir de la tradición, se apareció la Virgen. El edificio actual tiene forma de cruz latina, con entrada a la nave central por un pórtico con tres arcos de medio punto, uno a cada lado de la base de una gran torre del campanario, verdadero torreón cuadrado que se ve a gran distancia. A este lado, y al otro, hay sendas capillas laterales, con su pequeña espadaña y pórtico


Su ubicación en lugar tan señalado, un poco al sur de Cabruñana, por donde iba otro ramal caminero de importancia y trayecto jacobeo, donde existió una de aquellas célebres malaterías u hospitales de leprosos, hizo que esta posición fuese disputada en tremendos combates durante la Guerra de la Independencia, padeciendo su estructura las graves consecuencias de aquellas batallas. Así en Grado y su concejo Álvaro Fernández de Miranda afirma:

"Célebre en los anales de la guerra de la independencia este territorio, vióse frecuentemente ensangrentado por los combatientes y tan castigado como Peñaflor y San Juan, superados tan solo por la villa. La fusilería sembró estos sitios de proyectiles, que aún hoy se encuentran con relativa facilidad, y aunque rara vez también se hallan balas de cañón, de las cuales poseemos tres; tópanse asimismo sepulturas que recuerdan luctuosos días.

En ocasiones franceses y españoles llegaban hambrientos y arrebataban á los aldeanos su mísero alimento, el preciado maíz, que los beligerantes comían tostado, y solía ocultar el paisanaje en Roxinas y otros sitios, donde iba furtivamente á comer sus papas.

Los imperiales convirtieron la iglesia en fuerte; pero en los azares de la lucha no siempre fué suya.

Más de un general francés durmió en estas alturas.

Aquella tropa sacrificó á D. Ramón Sala, patriota entusiasta, suspendiéndole del corredor de su misma casa; le martirizaron cruelmente hasta morir, y en su presencia fusilaron por espías á dos de sus colonos. Igual suerte sufrieron otros vecinos, siendo las mujeres brutalmente atropelladas; los desafueros no cesaron, pero tampoco halló paz ni sosiego el invasor"



Aquí, además del intento infructuoso de parar a la columna del mariscal Ney, posteriormente hubo otros combates, pues en sucesivas incursiones los franceses utilizarían el templo como baluarte contra los asaltos de las tropas de Bárcena y Díaz Porlier El Marquesito, como narra Álvaro Fernández de Miranda...

"Todavía se oye hablar con encomio de Bárcena y el Marquesito, ídolos de esta parroquia, y del día del ataque general, jornada gloriosa en que cayeron luchando muchos vecinos del Fresno, cuyo valor reconoció la patria al asignar á las viudas de los que más heroicamente perecieron una pensión vitalicia, que siguen llamando la paga del francés. Mencionaremos á Juan Suárez, que mató peleando a varios enemigos, y al caer, por fin, mal herido, le ataron á un carro, estrangulándole bárbaramente. Saciaron su odio porque en otras ocasiones les causara daños, habiéndole perseguido inútilmente.

Tanto frecuentaron el Fresno los dos referidos caudillos españoles, que los habitantes llegaron á familiarizarse con ellos, y llamaban a Bárcena Don Pedro, y á Díaz Porlier, invariablemente, el Marquesito (por el supuesto parentesco con el Marqués de la Romana), contándose de éste muy curiosas anécdotas que realzan su probada astucia y valor"


Juan Menéndez Arango, por su parte, en su artículo Por el Camino de Santiago: desde El Fresno a Cornellana, pubicando en el Nº1 de la revista Salas en el Camino, también nos informa de las batidas que por aquí realizaban las partidas carlistas de los generales Gómez y Sanz, perseguidos por las tropas liberales, así como de las trincheras próximas, estas de la guerra civil, en El Picu Curuoza.


Menos cruentas aunque a palos, acababan las romerías con las disputas vecinales de los mozos de los pueblos que aquí tienen su límite, unos dando vivas a Grao y otros a Doriga (Salas). El mismo investigador nos dice que el templo fue quemado por los franceses y reconstruido en 1863


La iglesia más antigua, un desaparecido santuario del siglo IX, estaba precisamente donde ahora se levanta una gran cruz de piedra con inscripciones, situada frente a la gran torre del santuario y al lado del muro del camposanto


Muchos de los peregrinos que suben a visitar el lugar se asoman a contemplar el paisaje y a hacerse las correspondientes fotos, dado que es un hito caminero de interés. Al fondo vemos la quintana de Requeixada, bajo El Pando (453 m) y al fondo El Picu Tablas (476 m)


Es un gran mirador de todo el itinerario del Camino desde la capital asturiana hasta aquí


Nos acercamos pues a este gran balcón sobre el Camino


Aquí están las antiguas inscripciones; a lo lejos el gran paisaje al este



Esta es la panorámica desde el antiguo Partido de los Montes, que en 1822, durante el Trienio Liberal, no quiso incorporarse al Ayuntamiento Constitucional de Cornellana (de breve existencia), pidiendo serlo al de Leñapañada (también pronto extinguido)...

"... y así lo acordó la Diputación, complaciéndolo; pero exceptuó los barrios ó lugares de Fuejo, Robledal, Fresno y La Texera, que por haber pertenecido al Concejo de Salas pasaron á Cornellana. Sin embargo no tardó en reincorporarse á Grado la vicaría entera, muy a satisfacción de sus feligreses"


Abajo la villa de Grado/Grau en la gran vega de los ríos Cubia y Nalón


Más allá, L'Escampleru y a lo lejos el Monte Naranco, con El Picu'l Paisanu (637 m) y La Peña Llampaya (560 m), primeras referencias visuales al salir del casco urbano de la capital de Asturias


Se llegaba a ver en días claros la torre de la catedral de San Salvador, lo cual constituía un momento de gran emoción para los peregrinos que, haciendo el camino de vuelta, se dirigían a venerar las Reliquias de San Salvador


 La catedral está actualmente tapada por los edificios de Bellavista. Más distante, a la derecha de la foto, la sierra caliza de Peñamayor


Los montes de Casu y el Alto Aller se distinguen bien en días claros, sobre todo si están cubiertos por el manto blanco de las nieves. Incluso en ocasiones, muy lejos, son reconocibles los Picos de Europa


Abajo en el valle la Autovía de La Espina


A nuestra derecha, aquí cerca, El Picu Curuoza


Y al sur, lejanos, los picachos de la gran montaña central asturiana


El Monsacro o La Madalena, del que tanto hemos hablado desde que hemos salido de Oviedo/Uviéu, monte sagrado, como su nombre indica, con enigmáticas capillas, la de Santiago y la de la Magdalena, que cristianizan campos de túmulos megalíticos y reminiscencias del culto al celta Taranis. En sus eremíticos santuarios se guardaron las Reliquias del Salvador luego depositadas en la catedral ovetense


A su derecha el Aramo, primeramente La Mostayal (1.301 m)


Más al sur la nevada línea de cumbres de El Gamoniteiru con 1.786 metros de altitud, El Barriscal de 1.734, El Gamonal 1.712, El Picu Xistras con 1.775 y Penapodre de 1.631, así como Las Bizarreras de 1.626 y Pelitrón de 1.562, entre otros


Justo a sus pies los montes de Santo Adriano y Proaza, como las sierras de Buanga y La Pedrisca, cierran el valle del Trubia


Vamos a dirigir de nuevo nuestra vista más al norte



Justo a la izquierda del Naranco y en la distancia


Una larga loma que se extiende linealmente en el horizonte...


El Picu Fariu y a su derecha La Llomba, una referencia muy importante para los peregrinos que, haciendo el Camino Norte, desde Villaviciosa han tomado la ruta a Oviedo/Uviéu, bajando al valle del Nora por Sariegu


Justo a la izquierda, al norte, es el Monte Deva, a sus pies, a su izquierda, por La Olla, discurre el otro ramal del Camino Norte, el que se dirige a Gijón/Xixón




A nuestros pies, la subida que hemos hecho desde Villapañada...


Desde la Cruz del Freisnu volvemos hacia el edificio del santuario


Accedemos al interior por la torre


Atención en el suelo de la portada que mira al este


Una inscripción menciona la reconstrucción del edificio: "Se reedificó en 1863. Nº1"


Y aquí está la portada principal, de arco de medio punto


Subiendo las escaleras podremos pasar adentro


En el interior, si tenemos ocasión de entrar, nos encontramos a la patrona de estos tan emblemáticos parajes, la Virxen del Freisnu, Nuestra Señora del Freisnu, de multitudinaria romería el 8 de septiembre, el mismo día que La Santina de Covadonga


Se trata de una copia de la anterior, original, que desapareció


Allí, si miramos para el Retablo Mayor, entre otras imágenes, veremos la de San Miguel, también con fiesta a él dedicada, a finales de ese mismo mes de septiembre. Retablo de importancia es el de San Antonio, conmemoración con oficios religiosos celebrada en junio. De especial devoción es también el Cristo, a la derecha del altar. Estos retablos, barrocos, guardan el testimonio del pasado de estos lugares, son elementos de un patrimonio que, dejando aparte las creencias, libres, y las maneras de pensar, libres también, de cada persona, forman parte de la herencia histórica de todo un pueblo, sitios especiales, de muchas vivencias y recuerdos, también añoranzas, de generaciones enteras, pues en El Freisnu historia y presente se funden en un abrazo, historia hecha piedra, tierra, teja y madera, símbolo del Camino de Compostela


Volvemos al exterior


Vamos a dirigirnos ahora a recorrer la fachada sur por donde hemos llegado


Fachada con su correspondientes cabildo y capilla laterales


Detrás de lo que es propiamente el templo, en la Casa Rectoral, se sabe de la existencia de un edificio antiguo donde se hospedaban los peregrinos de antaño


Volvemos de nuevo hacia la gran torre


A la derecha de la torre, veremos la fachada norte


También con su capilla lateral y su pórtico, gemelos ambos de los de la fachada sur


Más allá Cá Sidro, otra de las quintanas del lugar...


Si lo deseamos desde aquí podemos ir a Cabruñana, a un kilómetro y medio, en la N-634, donde hay albergue de peregrinos, el cual se habilitó cuando la bajada a Cornellana por el camino oficial estuvo cortada un tiempo a causa de las obras de la Autovía de La Espina. En nuestros días el albergue, muy reconocido y ponderado, sigue operativo. Al día siguiente podemos regresar aquí, retomando el camino, o bajar desde Cabruñana a enlazar con él a la salida de Doriga, bajando a La Rodriga y Cornellana


En este contexto podríamos hablar, aunque no tenga una vinculación directa con este santuario, de la cercana malatería de San Lázaro de Cabruñana que, como en otros casos, no sabemos cuando ni quien la fundó, pero que sí estuvo relacionada, al menos durante un tiempo, con los que fueron los dueños y señores de este coto, los caballeros de la Orden de Malta, pues no en vano tuvieron también hospital de peregrinos. Así en el siglo XVI se sabe de "un título de Don Frai Diego de Toledo, de la Casa y Hospital de Jerusalén, por el que concede facultad a Frai Diego Belez, para arrendar, vender (y) cambiar los bienes de esta malatería de Cabruñana. Su fecha 18 de Septiembre 1549", según documentación del Real Hospicio aportada por J. Tolivar Faes en su libro Hospitales de leprosos en Asturias durante las edades Media y Moderna. Luego por lo común su patronazgo aparece adscrito a los marqueses de Valdecarzana, de la antaño poderosa Casa de Miranda, con numerosos intereses en estos lugares, tal y como se recoge en el siglo XVII cuando se escribe que...

 "Delante de la malatería del Sr. San Lázaro de Cabruñana, jurisdicción de don Diego de Miranda, de la Orden de Santiago, a ocho días del mes de marzo de 1628 años, ante la merced de Favian Gonzalez de Cabruñana, Juez ordinario en el dicho Coto y jurisdicción, en presencia y por ante mí escribano y testigos, paresçio presente Sevastian de Canedo, clerigo cura de dicho lugar y arziprieste de las Dorigas, vicario y administrador de la orden de Sr. San Lazaro, e dijo que por cuanto la orden e malatería tiene un libro antiguo"





La primera mención a dicha malatería es del año 1266, figurando como otras en el testamento del Arcediano D. Fernando Alonso. En 1376 Enrique II otorgó un privilegio a "los omnes e mugeres malatos de Cabrunnana, que es en tierra de Asturias, rescibimoslos en nuestra guarda e en nuestra encomienda e en nuestro defendimiento a ellos e a sus labradores e sirvientes e a todas sus cosas". Dado que las donaciones a las leproserías se tenían por uno de los actos supremos de caridad cristiana, y dentro del esquema de valores de la época, aparecen registradas varias donaciones, como el testamento de Diego Álvarez en 1490, así como las rentas de particulares y de quienes se acogían por enfermedad a los cuidados de la misma. Así ya en 1568 se apremia a los que llevaban cueros de vino al coto de Villapañada al pago de dos pucheras del mismo a los malatos y, allá por 1619, se registra que el pago por ingreso eran dos ducados y otras cosas, teóricamente de "libre voluntad", que venían a ser rentas anuales de escanda según las posibilidades económicas de cada enfermo. Los propios patronos los señores de Valdecarzana otorgaban sus donaciones, como en 1650 con una inter vivos de varias heredades a la malatería


Los ingresos se realizaban tras examen médico, con mandamiento del Provisor del Obispado o con ambos documentos. La renta se pagaba incluso a veces después de muerto en enfermo, si este así lo había estipulado para sus sucesores. Así en 1588 el clerigo, cura y rector e administrador y vicario y prior de la Orden de San Lázaro, lamentando la pobreza de la fundación y las necesidades de los leprosos, denuncia que Leonor Gómez de Grado no quería pagar el medio celemín de escanda que su fallecido esposo, el escribano Albaro González, había mandado pagar anualmente a la malatería en vida de él y su mujer a su ingreso ocho años atrás. Existen durante ese siglo y el siguiente noticias de numerosos ingresos, si bien nunca coincidirán normalmente más de seis leprosos. No hay noticias de altas por curación, si bien es más que supuesto que no todos los ingresados, con documento del médico, del obispado, o de ambos, tuviesen exactamente lepra incurable pues, si bien hay constancia de ingresos poco antes de fallecer, incluso un mes, en otros casos estaban bastantes años, hasta veintiún, suponiéndose que hubo casos en los que los afectados hiciesen de esta una forma de vida, por la que se habían comprometido a pagar una renta. Avanzando el siglo XVIII, con los nuevos avances sanitarios y sociales de la Ilustración, las malaterías fueron incautándose por la Real Audiencia y sus bienes pasando a particulares. Tolivar Faes, en sus pesquisas de 1962, acertó a conocer vecinos que supieron de una cuadra alargada con cinco cuartos, los cuales coincidirían con las celdas de los leprosos, llamada La Malatería. La capilla de San Lázaro fue demolida poco antes de 1936 pero la imagen del santo, llevada a la parroquial, fue quemada como las demás durante la contienda, no quedando nada de aquel hospital salvo algunos legajos, base de estudios e investigaciones, aparte de una cada vez más perdida memoria popular


Una vez conocida la historia de la cercana Malatería de San Lázaro de Cabruñana y visitado El Freisnu volveremos al Camino


Y así, bajamos exactamente por donde hemos venido, junto al local social vecinal


Caminando bajo la arboleda


Y las torres de la luz


Regresando al Camino junto al antiguo bar


Y entonces tomamos a la derecha el ya ciutado Camín del Morriondu o de los Morriondos


Aquí se inicia una larga bajada, entrando en el conceyu de Salas por la parroquia de Doriga, bajando primeramente a San Marcelo o Samarciellu y La Reaz









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