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miércoles, 7 de julio de 2021

LA CASAS DE LA CALLE ÁLVARO DE ALBORNOZ Y EL LICEO (LUARCA / L.LUARCA, ASTURIAS)

El Círculo Liceo y algunas de las casas de la luarquesa calle Álvaro de Albornoz

Cruzando a la Plaza de los Pachorros: el camino va a la derecha. La calle Álvaro de Albornoz de frente

Pasado el río Negro por el Puente de los Peregrinos, el Camino Norte atraviesa la villa asturiana de Luarca/L.luarca (capital del concejo de Valdés) y pasa de la calle del Crucero a la Plaza de los Pachorros y La Farola dando vista a la calle Álvaro de Albornoz, que queda a nuestra izquierda. El Camino como tal no va hacia allí pero existe un importante conjunto de casas de época y en alguna incluso alojamientos de peregrinos. En ella y a escasos metros hay toda una institución luarquesa como es el círculo Liceo. Por ello y por su inmediatez al Camino estimamos oportuno dedicarle una merecida entrada de blog


La calle está dedicada a Ávaro de Albornoz, Presidente del Consejo de Ministros de la República en el exilio, de quien hablamos ampliamente visitando el centro urbano luarqués, en concreto la calle Párroco Camino (antigua de la Iglesia), donde nació


Este es el número 1 de la citada calle, la cual se convirtió en un eje comercial y viario con la construcción de la carretera a Galicia, actual N-634, de la que es su tramo urbano por esta villa. La carretera sustituyó al antiguo camín real (Camino de Santiago) como principal vía de comunicación entre Asturias y Galicia. Por eso, tras su construcción y apertura se edificaron estas casas, unas de vecindad y otras de morada para una sola familia, pero todas con esas improntas modernistas que caracterizan los ensanches urbanos de entresiglos

En el número tres está el Edificio Amelia, muy vistoso pintado de rojo, con llamativa torre-cúpula. Es defina les del siglo XIX y se atribuye al arquitecto Juan Miguel de la Guardia, presente en varios edificios importantes de Luarca/L.luarca. Muy importante para los peregrinos es saber que aquí tiene sus locales el Albergue Villa de Luarca. Una buena opción para dormir en pleno centro, ya que el público de Almuña se encuentra verdaderamente un tanto alejado

El edificio está adosado a otros dos de viviendas y presenta al exterior estas dos fachadas haciendo ángulo. Es de planta cuadrangular y en la pared que mira a la calle Álvaro de Albornoz tiene dos altas puertas en el piso bajo, y entre ellas dos ventanas geminadas, todas de arco rebajado. En la fachada de la bocacalle Travesía Teatro Amelia, es una sola puerta la que está en medio, con sendas ventanas a cada lado

 En el primer piso vemos cuatro balcones en la fachada principal, los dos del medio geminados y de frontón curvo uniéndolos por arriba. Los de los lados de arco de medio punto y frontón triangular

En la parte de la bocacalle lo que más destaca es su balcón galería que ocupa toda la parte central, con otros dos balcones del mismo esquema de los anteriores

El gran ático es también muy destacable, hecho de pizarra, llamando la atención su torre-cúpula troncopiramidal. El estilo sigue modelos historicistas de influencia francesa

Su nombre, como el de la bocacalle en la que hace esquina, procede del Teatro Amelia, que se inauguró en 1901. Una reseña periodística del 1 de octubre de 1905, dice:

"Acaba de instarse en el Teatro Amelia el magnífico cinematógrafo Cilago, que durante varios meses estuvo funcionando en el Teatro del Pasaje, de Oviedo, obteniendo excelente acogida de todo el público de la capital. Continúa diciendo que el Gran Cinematógrafo Cilago no tenía oscilación y alcanzó un gran éxito"

Cerró como sala comercial el 28 de junio de 1958

Abundan las ménsulas en toda la estructura. En la cúpula resaltan estos picudos pináculos. Fijémonos en la ventana en óculo

Ventanas ovaladas rematadas en triángulo, y en medio de ellas una copa, elemento ornamental muy empleado por entonces en todo tipo de construcciones. Arriba gran balcón-mirador

A su derecha hay un gran edificio de viviendas, que en tiempos señalaba la entrada en el casco urbano por este ensanche nacido con la carretera. Es de planta rectangular con bajo (actual oficina bancaria) y dos alturas. Fue construido también por Juan Miguel de la Guardia, en este caso para José Vidal de la Uz, antiguo indiano que hizo fortuna en Cuba. La planta baja y el primer piso iban a ser casino, pero la rivalidad política con el grupo de indianos del banquero y alcalde Vicente Trelles malograron la idea

Es de estilo neorrenacentista y está hecho en piedra bien trabajada para los elementos en resalte, estando sus demás muros cubiertos con revoco. Esta es su fachada principal. Los cinco vanos del bajo, donde antes hubo una ferretería, (una puerta y cuatro ventanas) son de arcos rebajados. Los cinco balcones del primer piso muestras varios frontones: curvos los tres del medio curvos, los de los lados rectos. Un estrecho voladizo cerrado por antepechos de hierro forjado recorre toda esta planta en esta fachada. En el segundo piso los balcones muestran una estructura más simplificada. Una larga cornisa soportada por modillones remata la parte superior

Pasamos al otro lado de la calle, donde, enfrente del edificio de viviendas que acabamos de ver está El Liceo o Círculo-Liceo, pero antes vamos a ver dos casas gemelas que están a la altura del Edificio Amelia. Ambas fueron construidas en 1906 siguiendo proyectos de Juan Miguel de la Guardia

La primera fue un encargo para Antonio Suárez Coronas, que había tenido exitosos negocios relojeros en Cuba y República Dominicana. También llegaría a ser alcalde de Valdés. Más tarde fue colegio de monjas, fonda y luego juzgado. Las dos fueron utilizadas como refugio en la guerra

La otra fue para Ramón Asenjo, uno de los primeros emigrantes luarqueses a Argentina, haciendo riqueza con empresas tabaqueras en Rosario, donde se fabricaban los Cigarrillos Colón. En la década de 1890 se retiró de los negocios y regresó a su tierra, haciendo carrera política con el Partido Liberal y llegó a ser alcalde concejal, alcalde y diputado provincial. Promovió la construcción del Hospital Asilo y numerosas escuelas rurales

La casa la mandó hacer como regalo de bodas para su hija María Consolación, que se casaba con el doctor Manuel Anciola. Luego pasó a sus hijos, y de estos a sus nietos. Fue vendida en 2001 y tras su remodelación pasó a ser el Hotel Villa de Luarca (casa madre del albergue situado enfrente)

La verdad es que ambas casas son casi idénticas, con sus galerías y balcones de frontón triangular similares en el primer piso. Las buhardillas muy parecidas y la mayor diferencia es en la disposición del bajo. Aún así si no fuese por el color se haría difícil diferenciarlas de un primer vistazo

A la izquierda había un solar, también propiedad de Ramón Fernández Asenjo, a quien se lo compra Vicente Trelles para construir el Casino, lugar de reunión de los indianos y burguesía local. Para construirlo Trelles,  y otros indianos, Los Pachorros y Menéndez de Andés crean una sociedad a partir de la emisión de acciones a adquirir por los asociados, encargando el proyecto al arquitecto municipal Manuel del Busto, que siguió las trazas modernistas imperantes en aquel momento, comenzando las obras en 1910 y acabando en 1911, naciendo así el Casino o Círculo-Liceo

Coincidiendo con el centenario de su inauguración A.M. Serrano publica en La Nueva España (30-6-2011) el artículo Luarca el siglo del Liceo:

"Cada vez que da media vuelta a la llave y abre el Círculo Liceo de Luarca, a Jaime Oliver se le vienen a la cabeza «tantos recuerdos» que casi se emociona. Él fue uno de los presidentes de la sociedad que gestiona este emblemático edificio luarqués, diseñado por el arquitecto Manuel del Busto y cuya construcción data de 1911. Este año se cumplen cien de aquel día de su puesta en funcionamiento, cuando la sociedad que le vio nacer creía que el edificio era el mejor del Luarca. A Jaime Oliver, cuya madre fue fundadora de la sociedad y creció entre las paredes de esta construcción, no le cuesta nada decir que el conocido como Casino es «uno de los mejores edificios», no ya de Luarca, sino «del occidente» 
Hace cien años, la villa de Luarca era muy diferente a la actual. Tenía gran actividad cultural y de ocio y era de unas poblaciones marineras e industriales más pujantes. Contra lo que hoy se pueda pensar, cuando la oferta lúdica escasea en una localidad que no ha hecho sino perder habitantes con el paso de los años, entonces «no faltaban los bailes ni las fiestas ni las exposiciones». Y, si en algún sitio se organizaban, ése era el Círculo Liceo, más conocido en Luarca como Casino. 
Jaime Oliver se ha encargado de recoger esta historia en un libro que presenta el antes y el después de la construcción, ahora que se cumple el centenario del Círculo, y que, dice, «pretende ser un homenaje a los distintos presidentes y hacer revivir la actividad» de la sociedad. 
El edificio, cuya construcción costó 80.000 pesetas, tiene más de 1.000 metros cuadrados de superficie, seis salas y una biblioteca y es uno de los que hacen historia en la capital valdesana. En la década de los setenta fue redecorado y desde ese momento mantiene su estética, el gusto refinado que le dieron los muebles traídos de Madrid y el gusto de la diseñadora María Jesús Pérez de Castro. 
Muchos de sus rincones siguen intactos. Parece que no ha pasado el tiempo por ellos y en algunos se acumulan los restos de recuerdos y vivencias de antaño. La biblioteca es uno de los lugares que ha podido con el paso del tiempo. Aunque dispersos en dos salas, el Casino guarda casi 1.700 libros de distintas épocas, todos ellos patrimonio de la sociedad lo que lo gestiona. No falta el piano, «aunque no funciona», revela Jaime Oliver, y el que fue el mejor bar de Luarca de la época, aunque con entrada reservada a los socios, todavía funciona. 
En 1911, sólo los hombres podían entrar a este edificio. Las mujeres empezaron a hacerlo en la década de los sesenta. El Círculo Liceo se fue haciendo con el tiempo una sociedad importante en Luarca. Fundado por el banquero Vicente Trelles, se fue adaptando a los tiempos y todavía hoy los socios se reúnen cada tarde. El Casino ya no está abierto a todas horas, como antes; excepto durante la Guerra Civil española, estaba abierto «mañana, tarde y noche» y era el refugio de los 300 socios fundadores, que llegaron a ser 500 a mediados del siglo pasado. 
Los herederos de los socios fundadores se conforman con conservar el número de socios (300, que pagan ocho euros mensuales por familia) y con dar vida, día a día, a un edificio que preside la entrada a Luarca desde Oviedo desde hace ya cien años"

Junto a los de Llanes y Castropol está considerado de los más monumentales de Asturias, se le vincula al modernismo estilo Sezession vienesa. Este es el edificio principal, de planta baja, piso y ático abuhardillado. El acceso principal es una portada entre grandes ventanas de arco de medio punto decoradas con motivos frutales. Grandes ménsulas soportan el voluminoso voladizo del primer piso, con mirador central y galerías abiertas a los a los lados con columnillas que muestran capiteles con decoración vegetal, muy del gusto modernista

Arriba está el ático, abuhardillado, también con mirador

Esta estructura se repite casi idéntica en la fachada que mira al río

Posteriormente se añadió este gran cuerpo lateral izquierdo, que parece querer prolongarse hasta la orilla del río Negro, situada a escasos metros

Son por lo tanto dos cuerpos, ambos de planta cuadrangular pero de diferente altura y bien diferenciados. Hemos de decir que la atribución a Manuel del Busto es discutida, y que algunos investigadores se decantan por Juan Miguel de la Guardia

Y este es el puente de la carretera, sobre el río Negro, era la antigua entrada y salida por el este del casco urbano luarqués. Más allá había prados y alguna quinta, luego fueron construyéndose edificios de pisos

Tras ellos va el enorme viaducto de piedra del ferrocarril, que tardó exageradamente en llegar, inaugurándose este tramo el 30 de julio de 1962, pero no completándose la línea Ferrol-Gijón hasta diez años después, Más atrás, los roquedos acantilados de El Fornial cierran el valle

Pasando el puente, a la izquierda, vemos la fachada este de la casa de vecindad hecha para el indiano José Vidal, con sus balcones-galería de los pisos primero y segundo mirando también al río

Desde el puente y antes de regresar al Camino podemos ver otros edificios de sumo interés, ambos en la otra orilla: uno está justo aquí en frente, flanqueado por dos grandes bloques construidos posteriormente

Uno es Villa Morocha, proyectada en 1929 en estilo plateresco y motivos árabes por Manuel del Busto para Etelvino Paredes. Esta sería la parte posterior, que mira al río y al Liceo

Por aquí se extiende la Plaza de la Feria. Al fondo, en el Barrio Nuevo, hay otro gran edificio muy significativo: el Colegio Público Padre GaloFernán Coronas, el gran poeta valdesano, de quien tanto hablamos en Cadavéu, visitando además su casa natal

Es un gran edificio con más de un siglo de historia, tiene asociación de antiguos alumnos y es una gran institución en el concejo. Su primer nombre fue Escuelas Graduadas, fundadas en 1910, posteriormente José Antonio y al final adoptó el de Padre Galo

En la distancia los edificios hacia la calle Curión y Arroxinas, cerca de La Estación. Aquí abajo la calle García Prieto

Desde el puente, regresamos hacia El Liceo, y la calle Álvaro de Albornoz, con la idea de volver ya al Camino en la Plaza de los Pachorros, por donde subiremos por La Peña a El Chano


































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