En los confines del concejo de Villaviciosa, los peregrinos del Camino de Santiago del Norte que han seguido la vía gijonesa en el cruce de Casquita llegan a El Curviellu, al oeste de la parroquia villaviciosina de Pion, cuyas casas se extienden por la carretera AS-331 que ha solapado aquí el viejo Camín Rial que empleaba Jovellanos para, procedente de Gijón/Xixón, veranear en la mansión de su estirpe, El Palaciu'l Conde o Palaciu de Cienfuegos, sita en el barrio pionesu de Buznéu, en el valle del Ríu España, que acabamos de dejar atrás
El 20-10-2023 y con motivo de la entrega del Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias de ese año a cargo de los Premios Princesa de Asturias, la periodista Jessica F. Vega publica para
El Comercio el apunte gastronómico
Dónde comer en Arroes, Peón y Candanal, artículo en el que nos ofrece esta su impresión del lugar:
"Otro establecimiento emblemático que mantiene tienda. No sirven comida como tal, pero sí bebidas y piscolabis en un local con encanto que permite embriagarse de la Asturias profunda. Y, caminando un poco, disfrutar de unas vistas magníficas de Gijón. Siempre que la lluvia lo permita. No hace falta reservar para ir a tomar algo y cierra a partir de las 14.30 horas"
En
"El chigre", el bar donde te conocen por el nombre, encantador artículo de Andrés H. de Sá para El Periódico de España publicado el 18-1-2022, hallamos una precisa descripción de estos establecimientos que, aunque en cada vez más menguado número, resisten el paso del tiempo con más o menos éxito:
"El chigre es el bar donde te conocen por el nombre. En Asturias todo el mundo sabe lo que son y más todavía lo que significan: pequeños establecimientos en los pueblos donde lo más importante no es elegir entre pinta de vino o “vasu” de sidra, sino el encuentro con tus vecinos; cantar las cuarenta de un puñetazo en la mesa, discutir de fútbol o saber, de primera mano, que algún vecino se ha quedado viuda o viuda y necesita ayuda en la huerta o con el ganado.
Y no hay mejor forma de explicar a un visitante qué es un chigre que llevarlo a uno de los que aún siguen abiertos por los pueblos, y “sentir” lo que significa ser “chigreru” o “chigrera” y “hacer chigre”, algo cada vez más difícil porque, además de ir falleciendo por edad la clientela, la apertura de nuevas vías de comunicación los ha dejado apartados de esa carretera por la que “pasaba todo el mundo”, además de vivir el éxodo laboral de jóvenes que buscan su futuro fuera del campo.
Y así y todo los hay que aún luchan y pelean por sacar sus chigres adelante, dándoles una vuelta de tuerca, sin perder el espíritu que les da nombre, pero adaptándose a los nuevos tiempos para que estos “centros sociales del pueblo”, donde además se come y se bebe “la más pura tradición”, sigan no solo abiertos para los vecinos, sino para una clientela diversa que, sobremanera los fines de semana, acude a estos chigres a comer, a pasar el día e incluso a descubrir pueblos y paisajes."
El Curviellu constituye además una especie de "regreso al mar" en el Camino de Santiago costanero. Tras bastantes kilómetros ya apartados de la línea litoral al adentrarnos por el interior del conceyu de Villaviciosa, volveremos a tener los paisajes marítimos de la cornisa cantábrica en una franja además verdaderamente emblemática, la costa asturiana desde Les Mariñes de Villaviciosa hasta El Cabu Peñes, la punta más septentrional de España y de toda la península
Según vayamos bajando por la AS-331 iremos dándonos cuenta del esplendor de este bello litoral que abarca una parte muy significativa del frente marítimo central asturiano, especialmente vinculada a las minas de azabache o
acebache, la perla negra de Les Mariñes, con yacimientos muy importantes en el pasado, desde la bahía gijonesa hasta La Ría de Villaviciosa, buena parte del mismo exportado a Santiago de Compostela, donde sus artesanos se agruparon, y se sigue agrupando, en la famosa
rúa da Acibechercía, nada menos que el principal acceso a la catedral, directo desde la Porta do Camiño. No en vano dice al respecto la
Xacopedia:
"El mejor azabache compostelano sigue procediendo de Asturias, pero debido a su escasez también se importa (...) de otras zonas del mundo -hay minas en Estados Unidos, Turquía, Alemania, etc.- donde se localiza casi siempre en pequeñas cantidades."
Ya en 1622, el clérigo y escritor avilesino
Luis de Valdés manifestaba en sus
Memorias de Asturias que era el azabache asturiano el mejor de toda la península y, probablemente de Europa, siendo por entonces exportado en grandes cantidades a Galicia y a Inglaterra, nos dice
José Antonio Rodríguez Menéndez en
Artesanía del azabache, conferencia para los centros asturianos de AArau y Basilea (Suiza) en mayo de 1990:
"Según los artesanos ingleses, el azabache asturiano resultaba mucho más barato que el que se arrancaba en la explotaciones del Reino Unido, por cuyo motivo se mantuvo un intenso comercio de exportación, desde Asturias a Inglaterra, a finales del siglo XIX y principios del XX."
A la vez, el acebache de aquí extraído era altamente apreciado por los artesanos azabacheros de Santiago de Compostela, "que eran los mejores artífices del material" y que "hicieron del azabache un refinado arte durante varios siglos, concretamente el XV y el XVI con el importante mercado que suponía la constante afluencia de peregrinos de Europa a la tumba del Apostol Santiago". El origen de la relación de este carbono, considerado parte del grupo de los lignitos, con lo sagrado, se sume en la más remota prehistoria de numerosas culturas y tradiciones, aquí al menos desde la cultura castreña y Edad del Hierro, sino antes
No deja de maravillarnos pues, el tener presente que este territorio que tenemos ante nosotros estuvo durante tanto tiempo tan estrechamente relacionado con Santiago de Compostela por su minería azabachera, siendo además transportado en recuas de mulas de aquí a la ciudad del Apóstol por los arrieros, los grandes transportistas de la antigüedad, en aquellos tiempos en los que solamente sus sufridos animales eran capaces de acarrear grandes cantidades de material por los caminos de entonces, muchos de ellos no aptos ni para los carros, por eso eran llamados caminos de herradura
Dichas rutas de exportación azabachera, parece que eminentemente terrestres en el caso de las enviadas a Galicia (no se ha confirmado al parecer el posible transporte vía marítima, como sí a Inglaterra, obviamente) coincidirían con las principales vías de comunicación, los caminos reales (del reino, públicos), que fueron también las más empleadas, con diferencia, por los peregrinos, así como por todos los demás viajeros, hasta la construcción de las actuales carreteras
Aquí abajo, en La Olla, había precisamente una venta caminera para arrieros, trashumantes y demás ambulantes y deambulantes en general, la cual como tal figuraba en el
Interrogatorio del geógrafo
Tomás López de 1796, si bien los peregrinos sin duda es posible prefirieran continuar hasta el citado Hospital de Corraxos o de los Remedios, en Cimavilla, que sin duda ya ansiarían reconocer desde aquí
En nuestros días, La Torre, la altísima Torre la Laboral, como se la suele llamar, con sus 130 metros de altura (el edificio más alto de Asturias, se afirma), domina el paisaje desde la construcción de ese gran centro educativo en el valle de Cabueñes (a escasos metros del Camino) entre 1948 y 1957. Allí se sabe de otra venta caminera mencionada también por Tomás López y, poco más allá, en Somió, justo antes de entrar en el casco urbano gijonés (por entonces muchísimo más pequeño), se constata el fallecimiento en 1739 de peregrino gallego Simón de Leme (por entonces no solían llevarse registros de los albergados salvo causas mayores, entre ellas la de fallecimiento, pues sus funerales solían celebrarse a cargo de cofradías piadosas y/o del patronazgo de cada hospital)
Además de peregrinos de ida a Santiago y a otros santuarios de tradición romera, había peregrinos de vuelta, y como tales aparecen en las Actas Municipales gijonesas del año 1649 los napolitanos Fray Antonio (de la Orden de San Pablo), don Juan (sacerdote) y don Francisco (posadero), que "viniendo de romería del Señor Santiago, cayó enfermo don Juan, en el Hospital de esta villa, y no pudiendo seguir adelante, por habérseles acabado el caudal que traían, y para que consigan su jornada, se les socorre por vía de limosna
El Camino costanero de Santiago, siguiendo el Camín Rial de la Costa, abandonaba la villa de Jovellanos por El Natahoyo, de aquella un enclave marítimo de la parroquia gijonesa de Tremañes, ya en el extrarradio, pero hoy un barrio populoso dentro de la gran urbe, donde había otra de aquellas ventas, pero los romeros es posible que apurasen el trecho hasta Avilés, donde el protonotario y clérigo Pedro Solís había fundado para ellos el Hospital de Nuestra Señora de la Asunción en 1513, existiendo otro más anterior, el de San Juan, dependiente, como el gijonés, de la Justicia y Regimiento de la Villa (algo equivalente a Ayuntamiento)
"En el siglo XVI, los vecinos de Candás fundarían el hospital de Santiago para alojamiento de pobres y transeúntes. Disponía de una buena casa y capilla en las inmediaciones de la iglesia de San Félix, y estaba dotado con bienes y rentas suficientes, actuando conjuntamente como patronos los vecinos y el párroco. Su mayordomo era nombrado cada dos años, por el administrador saliente; al hospitalero competía, por su parte, "asistir por los días de su vida a los pobres y limpiarles la ropa", le recuerda en 1693 el Libro del Hospital conservado hasta nuestros días.
El elenco de los pobres que fenecieron en este albergue durante los siglos XVII y XVIII es considerable. De igual modo, entre los usuarios del centro no faltaban tan poco los peregrinos; a ellos se alude, expresamente, en las cuentas correspondientes a los años 1731-1732, años en los que se había llegado a gastar catorce reales "fuera de costumbre a causa de más concurrencia de peregrinos i enfermos"
Aún más allá la también costera villa de Lluanco, capital del concejo de Gozón, no tuvo uno sino parece que hasta dos hospitales de pobres y peregrinos pese a su relativa lejanía de las rutas terrestres más concurridas de peregrinación, si bien es muy posible llegasen algunos por las rutas marítimas. Como estamos comprobando, el término hospital tenía por entonces la connotación más de hospital de caridad que de centro sanitario, uniéndose en un todo pobres, peregrinos, vagabundos y enfermos en no pocas ocasiones
Uno de los hospitales de peregrinos lluanquinos estaba en La Ribera, su fundación se hizo reaprovechando un almacén de transformación de productos procedentes del despiece de las ballenas, que en el siglo XVII ya casi estaban extinguidas en el Mar Cantábrico. Por otra parte, en 1744, Juan Suárez Pola, del poderoso linaje local de los Pola, funda el "Hospital y Capilla de San Juan Bautista para recogimiento y albergue de pobres y peregrinos"
Más allá de Lluanco llegan a reconocerse en días claros las partes más altas de las peñas calizas de dan nombre al Cabu Peñes, e incluso, si le da el sol, puede reconocerse el edificio de su famoso faro,
El Faru Peñes, construido en 1852
Electrificado en 1946, si nos pillase por aquí el anochecer se harían visibles sus destellos, así como los del
Faru Torres, este de 1924, en el cabo del mismo nombre, con su característica silueta recortada y situado aquí más cerca en primer término, aunque los que más destacarán serán los mastodónticos edificios de la Regasificadora de El Musel, sita en el gran puerto gijonés
El Musel y El Muselón, en aumentativo, que es como se conoce popularmente con la construcción del gran Dique Norte de la Dársena Exterior que ha dejado pequeño al del Príncipe de Asturias, que durante tantos años resguardaba esos muelles del que se configuró, entre finales del siglo XIX y a lo largo del XX, como el gran puerto de Asturias y uno de los mayores del Cantábrico. He aquí la historia de esa última gran ampliación extraída de
Wikipedia:
"A finales del siglo xx, la carencia de espacio en el puerto de El Musel era manifiesta y suponía una barrera para el crecimiento de toda una comarca. Las superficies ocupadas por el terminal de minerales de la empresa EBHISA (European Bulk Handling Installation) se encontraban al límite de su capacidad, a pesar del alivio aportado por las instalaciones de Aboño, conectadas con los muelles de El Musel mediante túneles y cintas transportadoras. A finales de los años noventa, el tráfico de mercancías en el puerto alcanzaba y mantenía los 20 millones de toneladas anuales, de los cuales 16 eran de graneles sólidos. En consecuencia, Gijón se convertía en el mayor puerto granelero de España. Pero se estaba a punto de alcanzar la capacidad máxima anual de movimiento en la terminal operada por EHIBSA, cifrada en 17 millones de toneladas de mineral.
La ampliación llegaba a tiempo, porque 2005 fue un año récord en el tráfico portuario de El Musel, al registrar el movimiento de 21,81 millones de toneladas de mercancías. En febrero de ese año se iniciaba el acopio de materiales para dar comienzo a las obras de la ampliación, cuyo elemento vertebrador era el dique de Abrigo, y en mayo daban comienzo los primeros vertidos de materiales al mar para empezar a ganar terreno. En la construcción de los 3834 metros del dique de abrigo se emplearon diferentes técnicas: los 1488 metros del primer tramo (dique de Torres) se conformaron con mantos de “todouno” y bloques cuyo peso oscilaba entre las cinco toneladas, para las zonas más abrigadas y próximas al cabo, hasta las 145 toneladas en las zonas más expuestas al oleaje.
Prolongando el dique de Torres, los 1530 metros de longitud del dique Norte se construyeron utilizando cajones prefabricados y asentados sobre un lecho de grava enrasada. Un buque especializado depositó con precisión (mediante GPS) cada uno de los cajones en su lugar y sus celdas fueron rellenadas con el apoyo de dragas. La profundidad del mar en este tramo del dique variaba entre los 25 y los 30 metros. El tercer tramo, denominado Contradique y con 816 metros de longitud, consiste en un talud conformado por bloques de 90 toneladas sobre profundidades de entre los 26 y los 28 metros, siguiendo un proceso constructivo similar al del dique Norte"
"Es posible que en algún caso, escríbase con “b” o con “v”, se trate simplemente de topónimos formados sobre CURVUS, A, UM ‘curvo, encorva do, doblado’ (EM), palabra que pudo pervivir en su diminutivo El Curviellu.
Este adjetivo se prolonga también en el apelativo corva ‘parte de atrás de la pierna, opuesta a la rodilla’ y se detecta toponímicamente en ejemplos que hacen referencia a algo curvo "
En ese caso, la relación del topónimo con
curvo tendría que ver con la forma del terreno, un pequeño collado, paso natural entre las montañas que cierran el valle de Pion a occidente y la franja costera mariñana y gijonesa. Otro toponimista e investigador,
Julio Concepción Suárez, Xulio, en su
Diccionario toponímico de la montaña asturiana, esgrime la raíz prerromana
Kor-,
kob con el significado de piedra, punta, saliente, refiriéndose a numerosos topónimos de esta raíz:
"Encaramados en aquel paraje vistoso, se contempla una naturaleza rocosa, saliente y encorvada entre dos valles."
Realmente buena parte de Asturias es rica en afloramientos rocosos, aquí en concreto de calizas principalmente, pero también de arenisca y otros componentes, siendo famosas la numerosas canteras existentes, así como los caleros o
calieros, hornos para cocer caliza y hacer cal, ya en desuso, muchos desaparecidos, pero que perviven en la toponimia
Con la abundante piedra existente se acometieron todo tipo de obras, desde casas y pavimentos a muros y monumentos, como es el caso de la Universidad Laboral, considerado el edificio civil más grande de España del que aún no vemos prácticamente más que la torre y, a sus pies y a su derecha, el picudo cimborrio de la cúpula de su iglesia asomando sobre un árbol. El resto de sus enormes pabellones y dependencias los veremos más abajo, pues desde aquí están tapados por los prados de la meseta de La Olla. Si bien hablaremos abundantemente de ella en las correspondientes entradas de blog, compartimos un par de párrafos más a leer en Wikipedia:
"El equipo principal lo formaron Luis Moya Blanco, Ramiro Moya Blanco, Pedro Rodríguez A. de la Puente y José Marcelino Díez Canteli. También colaboraron Luis García Amorena, Manuel Thomas y el ingeniero Juan Moya Blanco para el cálculo y diseño de la estructura, así como el matrimonio de Manuel López Mateos y María Juana Ontañón, que diseñaron el Parainfo."
Esta es la ladera occidental del Monte'l Curviellu, llamado también El Monte'l Conde por haber sido propiedad nobiliaria y El Monte Peñesblanques, en alusión a sus afloramientos rocosos, que han dado nombre a otro barrio
pionesu. Desde aquí y mirando siempre al oeste reconocemos un par de suaves lomas frente al mar a la derecha de la ciudad...
La primera y dando vista a El Muselón, la de L'Infanzón y barrios altos de Cabueñes como Cimavilla (la Cimavilla de Cabueñes, no la de la ciudad), El Tasqueru, etc. y de Somió como La Corolla, La Providencia-San Llorienzo, etc. Más cerca y justo debajo de nosotros Llorea, en Deva
Prados, plantaciones de eucaliptos, algunos bosquetes y enclaves rurales que van transformándose en espacios residenciales de baja densidad, con numerosas casas unifamiliares y chalets salpicando la campiña, serán la esencia del paisaje que nos encontraremos en nuestro trayecto hacia el casco urbano. Por aquí, camino de L'Infanzón (a la derecha de la foto), pasa la carretera AS-331, que cruzaremos en La Olla, para bajar al camping municipal, llamado
de Deva y
Camping Deva pero que realmente está en La Pontica (Cabueñes). Un dato importante pues este equipamiento hace las veces de albergue público de peregrinos, en espera de que las autoridades gijonesas se pongan al día en este asunto que ya lleva pendiente varias décadas
El hábitat de uso residencial irá aumentando a ser de alta densidad según nos acercamos a la ciudad y a la costa: ahí tenemos las colonias de chalets de El Rinconín, franja marítima de Somió, parroquia en la práctica incorporada al casco urbano. Un edificio notable que sobresale es anterior a todos ellos, el
Sanatorio Marítimo, fundado en 1946 en lo que era por entonces un páramo del extrarradio y ahora es un formidable paseo marítimo. Repasamos su historia también en Wikipedia:
"Fue inaugurado el 8 de septiembre de 1945 con el nombre de Sanatorio Marítimo de San Bernardo y San Hermenegildo por iniciativa de la familia Alfageme de Candás, familia conservera originaria de Zamora, que compraron los terrenos donde habían sido fusilados Bernardo Alfageme Pérez de ochenta y siete años y su nieto Hermenegildo Alfageme del Busto, de veintisiete años y los cedieron a la institución. Su gestión fue encomendada a la Orden de los Hermanos de San Juan de Dios para la atención de niños con secuelas de poliomielitis, y su primer director médico fue el doctor gijonés Aquilino Hurlé Velasco. A partir de los años 1960 se amplía su actividad como colegio de educación especial y se añaden modalidades ambulatorias como la oftalmología, logopedia y fisioterapia. En 1989 lleva a cabo una reforma de las dependencias del área residencial para atender la demanda residencial existente en el Principado de Asturias para usuarios con problemática socio-familiar grave y personas con necesidad de apoyos generalizados."
Recorre estos campos de sur a norte El Regatu Llorea,
"que nace en los contrafuertes septentrionales del Monte Deva", leemos en la
Enciclopedia del paisaje de Asturias,
"muy cerca del límite con Villaviciosa. Tras cruzar la AS-331 y pasar por La Olla, lugar donde discurre el camino de Santiago por la costa y el camín a Cuadonga, pasa por la N-632 bajo el puente Hilario. Atraviesa longitudinalmente el Campo Municipal de Golf La Lloreda desembocando en el arroyo de La Ñora, ya en el límite de Villaviciosa". Antes aún recibe las aguas del Ríu la Bonagua, que nace en Castañera, también en Deva. De este río
"antiguamente se extraían muchas sanguijuelas, que se vendían con aceptación en el vecino concejo de Gijón", nos explican en el
Diccionario Geográfico de Asturias. Ciudades, Villas y Pueblos
El Ríu la Ñora nace asimismo muy cerca de aquí, también a nuestros pies, en las cercanías del pueblo de Samiguel de Llonxes, barrio perteneciente a la parroquia Villaviciosina de Arroes, siendo conocido en su curso alto como El Ríu del Forcón, llamándose de la Ñora (presa del molino) a partir de su unión con el anterior
Aguas abajo es conocido igualmente como El Ríu del Pilo y El Ríu del Romero y con su fuerza motriz trabajaron algunos molinos, de los que varios (el Molín de Pilo y el de Máximo'l Corollu), que tuvieron vivienda, se conservan más o menos reformados integrados en la misma, si bien no su maquinaria o escasos elementos
La desembocadura del río es en el arenal de su nombre, La Ñora, formando un pequeño valle en su desembocadura, frontera de concejos. Ahí era llamado Ríu del Romero (hay una peña con ese nombre frente a la playa y hubo una carbayera también así llamada). No llegamos a ver la playa pero sí la casería de La Cuesta en Cimavilla (Cabueñes), a la izquierda; y a la derecha, El Peñucal, en Quintueles (Villaviciosa), cerca del Prau la Mina, llamado así por la existencia de antiguas explotaciones mineras de azabache
Una senda costera peatonal sube desde la Playa la Ñora entre los ocalitos de la izquierda y recorre la costa gijonesa, pasando primeramente por los acantilados sobre las playas de Estaño, La Cagonera, Serín y Peñarrubia para bajar por La Providencia a El Rinconín y llegar a los arenales urbanos gijoneses. Fijémonos también, aquí abajo, en La Bonagua, en el paso de la Autovía del Cantábrico, que atraviesa las parroquias de Quintueles y Arroes y tiene en este lugar de Quintueles, sito en la misma frontera de concejos, uno de sus enlaces-rotonda a la N-632 y a diversas vías locales
A su vez, otra senda, la del Ríu la Ñora, baja a la playa desde el hotel y campo de golf de Llorea, cuyos edificios vemos a la derecha de la foto, en primer término, en lo que fue la antigua Granja Lloreda, al norte de la parroquia de Deva, antaño propiedad de
Claudio Vereterra Polo, que sería alcalde de Gijón/Xixón antes de la proclamación de la II República, quien se la compró a sus antiguos propietarios, que ya la habían hecho famosa desde sus comienzos, pues introdujo, a mediados del siglo XIX, vacas lecharas suizas con la idea de cruzarlas con las asturianas. Más tarde todo pasaría por adquisición a la Universidad Laboral, pasando a ser la Granja Covadonga
La abrupta inmediatez con la que se produjo la parada de las obras, e idea primigenia, de la Universidad Laboral con el cese y caída en desgracia de su inspirador,
José Antonio Girón, ministro de trabajo, en 1957, dejó sin desarrollar todo el proyecto original de la Laboral al acabarse el ideal de las economías autárquicas que la habían inspirado, por lo que la Granja Lloreda quedó totalmente fuera de aquel contexto
Pasando por diferentes organismos públicos, la Granja languideció durante varias décadas hasta que se transformó por fin en 1994 en el
Campo Municipal de Golf La Llorea, siendo un pionero en su ámbito, pues fue el primer campo de golf reglamentario de 18 hoyos, diseño de Roland Fabrait, de propiedad y gestión municipal en España
En los tiempos de esplendor de la Granja Lloreda, además de buena ganadería, se plantaba trigo, maíz y muchas cosas más, todo se labraba a mano y con fuerza animal, dos o tres parejas de bueyes para el trabajo del campo. Había pues muchos caseros, gente que hacía labor en la casería y tenía en ella su propia casa con un terreno de aproximadamente un día de bueyes para plantar para autoconsumo. Pepe'l del Prau, Alfonso Vallina, Germanón, Alfredo, Alfonso'l Lecheru, Julio Andrés de la Burrina, o Andrés el Chovu fueron algunos de ellos. También había lecheros que llevaban ellos mismos la producción de la Granja para vender en la ciudad. Fue en los años 1950 cuando esta gran explotación agropecuaria se vendió a la Universidad Laboral. En el libro
Rutas para conocer el concejo de Gijón, de
Xurde Morán, podremos conocer un resumen de su historia:
"En nuestras visitas a la zona entrevistamos a vecinos de aquí de siempre que conocieron muy bien la antigua granja en sus tiempos de esplendor con los Vereterra. Una vecina, Enedina Costales, recordaba que la finca tenía 1.250 días de bueyes "aunque don Claudio siempre decía 1.060". Según nos contaban, disponían de un amplio servicio doméstico que causaba admiración en todo el vecindario, con personal para limpiar y mantener la casa, cocinera y doncellas atendiendo a las hijas de la familia, así como un chófer. Por el verano venía una sobrina de don Claudio, Teresina, hija de don Luis Vereterra, y recibían clases de equitación. (...)
En los años 50 toda esta gran explotación agropecuaria se vendió a la fundación encargada de la construcción de la Universidad Laboral. Aquí se puso en marcha la granja experimental Covadonga, con doscientas vacas lecheras y cincuenta toros sementales, todos raza holandesa. La producción era de 1.000 litros de leche diarios que consumían profesores y alumnos de la Laboral, dentro de la idea inicial de hacer una universidad autosuficiente, ideal nunca conseguido pero muy presente en aquella España de los años de la autarquía y el aislamiento, que no tardó mucho en desecharse. Esta granja, junto con la Granja-Escuela de Somió, también de la Universidad Laboral, contribuyeron notablemente a la presencia asturiana en la Feria Internacional del Campo del año 1956 en Madrid. En aquel entonces, cuando la granja pasó a la Universidad Laboral, la instalación fue totalmente reformada, desde la capilla a las casas de los caseros, pasando como no por construirse unas cuadras nuevas. Son los edificios que ahora han sido conservados y reaprovechados: en la cafetería estaba la cuadra de los xatos o terneros y en el salón de bodas la de las vacas de leche. La capilla, al otro lado de la carretera, fue como hemos dicho parte del hotel. Anteriormente, aún en tiempos de don Claudio, venía los domingos a decir misa un capuchino, oficios religiosos a los que acudían también algunos vecinos de confianza, amigos por él invitados, así como a la Misa de Gallo en Nochebuena. Al pasar a la Universidad Laboral se hizo una capilla nueva, daban misa los curas párrocos de Deva, primeramente Don Nicasio, después don Jaime. Asimismo, en las dependencias de la granja había oficinas, despachos y otras dependencias, llegando en su momento a acondicionarse una vivienda especial para las estancias de José Antonio Girón de Velasco, hombre fuerte de gran protagonismo en aquella época del régimen franquista, ministro de trabajo entre 1941 y 1957, impulsor de las universidades laborales a traves de la fundación de su nombre. Se trajo a una señora a cuidar y atender la casa, María, que era de Uviéu, la cual un día se sorprendió cuando llegaron Girón y otros encargados o responsables de la granja y la Laboral, con muchas ganas de comer frixuelos... "María, tiene usted que hacernos frixuelos", ella argumentó que no sabía hacerlos, pero ellos insistieron y pudo contar con la ayuda de nuestra informante, que se había hecho amiga de su hija, para hacer aquellos fayuelos para Girón y sus colaboradores.
Las ideas con las que nació la Universidad Laboral cambiaron con los nuevos avatares socioeconómicos y políticos del régimen, el propio ministro fue cesado en 1957. Pronto la Granja Lloreda pasó a depender de otro organismo, la Tesoreria General de la Seguridad Social, pero el uso agropecuario siguió manteniéndose, con vaques moches de leche, los caseros continuaron con su actividad, causando asombro la atención de sus cuadras azulejadas que se limpiaban continuamente para tenerlas brillantes, dentro de las más estrictas normas de higiene que se estaban imponiendo en la que fue la mayor empresa industrial de la parroquia de Deva, con unos 19 empleos. Luego, muy al principio de los años 90, esta finca con su granja y terrenos pasaría al Ayuntamiento, que en ellos construiría el campo de golf municipal."
Más allá, al otro lado del profundo y boscoso valle que forma El Ríu Llorea, en La Rasa, parroquia de Cabueñes, es fácil reconocer, antes de las casas de La Cabaña, la chimenea de la que fue La Teyera o La Teyera Oscar García, antigua fábrica de ladrillos y tejas:
"La calidad del barro de L'Infanzón era muy reconocida secularmente, en verano se hacían charcas para tener agua y con ella amasarlo, las cuales se llenaban de ranas que no paraban de croar durante toda la noche, para mortificación del vecindario que intentaba pegar ojo. Antes que esta fueron célebres les teyeres de mano (esto es, sin mecanizar), de Eduardo y de Doro'l Teyeru, los dueños, quienes iban a buscar para trabajar a los tan ponderados teyeros de Llanes, seis o siete teyeros para el verano. El trabajo era continuo pero extremadamente delicado..."ún facía la teya y otru tendíalo pa que curare". En invierno, con la lluvia y el frío, el proceso se ralentizaba y solía necesitarse menos personal, más que con un sueldo con un contrato por cada teja o lote de ladrillos que hiciesen y curasen, trabajando desde el amanecer hasta el oscurecer. Los hornos eran también fornos de mano, que se prendían con leña y después se atizaban con carbón, largas parrillas donde el dueño o propietario cocía y los teyeros contrataos ayudaban colocándolas y haciendo el resto. Dueños como Cueto o Doro podían pasarse dos noches y tres días en pleno trabajo de cocción, el agua para amasar salía del mismo sitio del que se sacaba el barro, manantiales subterráneos. Uno de nuestros informantes, Álvaro García, nos decía que para tratar el barro se hacía un pozo rectangular en el suelo, llamado llagar, se llenaba de barro y se echaba agua hasta que lo cubriese. Así se dejaba un día o dos y seguidamente se pisaba con los pies, se sacaba con pala y se amasaba con las manos. Las manos siempre peligraban en toda la operación, desde los cortes en la piel hasta los desprendimientos de uñas, amasando, colocando y enfornando o metiéndolo en el horno. Una forma de curarse los cortes era quemar goma y dejar que pingase sobre la herida o abertura para cerrarla, y es que "los teyeros eren duros como piedres." No pocas veces al estar la teja o el ladrillo curando a la intemperie durante la noche se ponía a llover y entonces los dueños como Orza llamaban a los teyeros, que dormían en una vivienda cercana, para recogerla, en lotes especialmente preparados o vallartes. Estos teyeros de Llanes eran trabajadores emigrantes y al menos desde el siglo XVIII comenzaron a emplear una xíriga o jerga gremial basada en palabras asturianas y castellanas cambiadas, dichas al revés unas veces, léxico propio, y vasco, para que ni los amos o contratadores y demás personas ajenas al oficio entendiesen sus conversaciones. Bien es verdad que tanto empresarios como sus ayudantes o colaboradores enseguida la aprendieron por la cuenta que les traía. Así es que aún en Cabueñes existe gente que recuerda frases y conversaciones en xíriga (aquí lo llamaban, literalmente, vascuence, no sabemos si porque tenía palabras vascas o como equivalente a "lengua indescifrable"). Álvaro García nos enseñó alguna, aunque no sabemos si la estamos transcribiendo gráficamente bien... la cariella de tescu para sira (o similar, para decir que "tu hermana es muy guapa", por ejemplo). Luego, las nuevas tejeras, como esta de la chimemea que divisamos desde la senda, estaban más mecanizadas, con palas, carrocetas y otros elementos que ahorraban tiempo, esfuerzo y mano de obra, aunque siempre se recordará también a los terreros o trabajadores de la arcilla, como Manuel Cuesta, cerca de la Teyera de Oscar García, cuya chimenea, esta que vemos, fue causa de arriesgada apuesta, en una partida de bolos, a ver quien se atrevía a subir sus 80 metros de altura, apuesta ganada por nuestro informante, a quien nada más le quedaron que unos ocho metros al final, pues aunque cuadrada y buena para trepar, tenía un remate en forma de tubo, impracticable. Más que subir, el problema y el cansancio vinieron luego al bajar toda esa altitud, según nos aseguraba."
L'Altu L'Infanzón, donde la carretera AS-331 enlaza con la N-632, si bien nosotros no llegaremos a pasar por allí sino que bajaremos a Cabueñes alto más al sur, por La Olla hacia La Pontica. Toda esta rasa fue y sigue siendo de célebres chigres, llagares y merenderos, casas de comidas de renombre dentro de la configuración de la zona este del concejo de Gijón/Xixón como la de expansión y ocio de la ciudad desde los albores de la industrialización gijonesa:
" La Carretera de la Costa fue inaugurada en 1860 y supuso un gran revulsivo para las comunicaciones de la comarca, pues hasta entonces solo primitivos caminos enlazaban las poblaciones del litoral, sobre todo dos caminos reales, puede que antiguas calzadas romanas reaprovechadas en la Edad Media y que seguían pasos naturales, uno de ellos viniendo de Villaviciosa por Les Mariñes y otro por el valle de Pión. Antes que los automóviles, circulaban por ella, hasta fechas no muy lejanas, muchísimos carreteros transportando mercancías a la ciudad y puerto de Xixón, maderas y Sidra El Gaitero, siendo bien recordados los lecheros que comercializaban en la urbe la leche de las caserías, como Lola la Lechera. con su carruaje o xarré tirada por aquellos llamativos caballos, uno blanco y otro color canela, que maravillaban a todos los que los veían por su porte, tiro y belleza. Los carreteros llevaban sus carros tirados por parejas de vacas o bueyes, el tan célebre carru gües, y después de numerosas curvas, subidas y bajadas, a veces los sufridos animales merecían una ayuda y descanso nada más pasar la granja en dirección a Xixón, en el Chigre de Hilario, allí donde Cabueñes y Deva se unen en El Puente Llorea"
A la derecha de La Ñora, ya hemos hablado de El Peñucal, en Quintueles, extremo noroccidental de esa parroquia villaviciosina, por donde va el acceso rodado a La Playa la Ñora (el gijonés por la senda costera es solo peatonal).
En el año 2012 fue sacada, con ayuda de un helicóptero militar, una gran roca de piedra arenisca de los pedreros de Aranzón allí situados, con parte del esqueleto de un dinosaurio, operación realizada por el equipo científico del
Museo del Jurásico de Asturias (MUJA) , del que tanto hemos hablado en nuestro periplo jacobita por los caminos de Colunga. De ahí que desde La Ñora a la la riosellana playa de Santa Marina todos esos afloramientos jurásicos constituyan la famosa
Costa de los Dinosaurios, que aquí empieza
Otro barrio de Quintueles, en los accesos a la playa, es el de San Clemente,llamado así por haber sido el solar de la antigua iglesia parroquial, de esta advocación, destruida en la Guerra Civil y que tras la contienda se decidió hacerla en otro lugar, en Cazamular, en uno delos barrios ya por entonces más poblados y cercanos a la carretera general, la N-632, además de estar situado en el medio de la parroquia, a una distancia más equidistante, o relativamente, de todas las aldeas y lugares que la conforman. Un poco más abajo reconocemos algunas casas de La Corolla, sobre la riega de este nombre, también en Quintueles, afluente del Ríu La Ñora
Por esa llanura litoral pasaba El Camín Real de Les Mariñes, la otra gran vía de comunicación costera desde la ría villaviciosina a la concha gijonesa en la antigüedad, que como tal fue cayendo en desuso hacia el siglo XVIII frente a esta por El Curviellu, como hemos dicho, pero aún en 1739 se constata el paso de peregrinos por ella, pues en Quintueles se registra el fallecimiento de un romero francés que seguía esa ruta
Y es que aquella antigua parroquial de San Clemente era una iglesia-hospital de la que se tienen noticias desde el año 1144, la cual sería sede además de la antaño poderosa cofradía de Nuestra Señora del Rosario, del gremio de azabacheros o
acebacheros, constituida el 24 de mayo de 1604 como forma de salvaguardar sus intereses tras las mengua considerable de peregrinos con las epidemias de 1570 y 1598. Se dotó de ordenanzas el 11 de enero de 1635 y celebraba su fiesta el 15 de agosto.
En la página de la Asociación de Vecinos San Clemente de Quintueles encontramos este interesante artículo, sin firma, que nos resulta sumamente interesante compartir:"A pesar de haberse iniciado la decadencia en la industria de Santiago durante los años finales del siglo precedente, se mantuvo en la ciudad del Apóstol un comercio intenso que, aunque progresivamente disminuido, fue floreciente, al menos durante el primer tercio del siglo XVII.
En Asturias (...) los labradores del mineral debieron buscar nuevos mercados para sus producciones, pues los tallistas gallegos, menos apremiados en satisfacer a una clientela cada vez más reducida -aunque cuantitativamente notable- iban limitando los encargos de obra acabada.
Las tareas mineras fueron paralelas a estas circunstancias, manteniendo animación hasta acabado el siglo. Debieron ser numerosos los los lugares de Asturias donde se explotó el azabache. A los ya citados de Cadavedo y de las minas de las marinas de Gijón y Villaviciosa deberemos añadir el testimonio documental más interesante de la época que nos da a conocer la importancia económica que para Quintueles tuvo la saca del azabache: nos referimos a los libros de cuentas de la Cofradía de azabacheros de aquel lugar.
Dicha cofradía fue fundada en 1604, por lo que hay que suponer que la minería de dicha parroquia debió ser intensa en el siglo anterior. La rentabilidad de los trabajos hizo que los azabacheros excavadores, movidos por cierto espíritu corporativo, se comprometiesen a acudir con el quiñón de cuanto azabache se arrancase en la parroquia en cada año, destinándolo al sostenimiento del culto estatuido. Debieron ser mayoría los vecinos que encontraron en esta actividad su medio de vida y se desconoce el número de pozos y galerías en que se llevaron a cabo las explotaciones, pero debió ser numeroso: unos u otros se iban abandonando cuando se hacía difícil la extracción del azabache, pasándose a trabajar en un lugar distinto.
El primero de dichos libros abarca desde 1622 hasta 1739 y el segundo desde entonces hasta finales del siglo XIX. El primero es verdaderamente interesante, pues la cofradía se sostuvo con el quiñón de azabache hasta finales del siglo XVII y, aunque aquélla permaneció, perdió toda relación con el azabache y sus beneficiarios.
En la iglesia parroquial de San Clemente de Quintueles, el seis de noviembre de 1633, estando juntos la mayor parte de los vecinos con Domingo Pérez, cura de ella y mayordomo de la cofradía "dixeron que por cuanto esta fundada en la dicha iglesia la Cofradia de Nuestra Señora del Rosario desde veinte y quatro de mayor de mil y sesiscientos y quuatro... y por quanto en la dha cofradia y libro no tienen escritas las capitulaciones y ordenanzas que an de guardar y por averse perdido la memoria de cofrades y no saber quienes lo sean ni quienes los fueron" procedieron a la redacción y aprobación de las ordenanzas.
La primera de ellas establecía la fiesta principal de la Cofradía (15 de agosto, Asunción de Nuestra Señora) y losa distintos actos religiosos que debían celebrarse en dicha festividad.
La segunda, tercera, cuarta y quinta regulaban las funciones, también religiosas, en caso de fallecimiento de los cofrades.
La sexta detallaba los alquileres de los bienes propios de la Cofradía y decretaba las cantidades de que podía disponer el mayordomo para la adquisición de otros nuevos, todo ello, previa comunicación con el cura y el resto de los cofrades.La séptima establecía las obligaciones del mayordomo.
Trasladamos la octava, por parecernos muy interesante:
Item por qu de estar el azabache que se de de los quiñones a Nra. Sª en cassas particulares puede ser fraude p' la Cofradía por que las personas lo guardan podrian con nezesidad de alguna encomienda echar mano de alg pieza de las de nra Sª so color de pagarla por lo que vale y no se vender tanbien lo que queda por falta de aquella pieza y otros inconvenientes"
Y aquí tenemos los barrios de Quintueles en torno a la nueva iglesia de San Clemente y entre ella y la carretera. Aquí abajo es el de Los Pisones, allí en la frontera con Arroes está El Barriusu y, poco más allá, La Llanada, otra antigua mina de
acebache de la que apenas queda ni el recuerdo. Cerca de allí, Friuz y Cazamular, solar de la nueva iglesia. Aquellas antiguas minas azabacheras, explotadas desde época prerromana, han caído en desuso desde la muerte del último minero del azabache,
Tomás Noval, en la parroquia, también mariñana, de Oles. En nuestros días se trabaja con el azabache que se encuentra en las escombreras de las bocaminas. En el excelente blog
Quintes-mirador del Cantábrico encontramos también un muy buen artículo, del que compartimos lo siguiente:
"La industria azabachera tuvo una gran importancia en La Marina de Villaviciosa. Algunas fuentes relatan, que a mediados del siglo XVIII ejercían el oficio en el concejo 127 azabacheros. Había centenares de explotaciones en un entramado de galerías excavadas en las proximidades de la costa, entre Quintueles y Tazones, generalmente a espaldas al mar para facilitar la evacuación de las aguas. Las galerías eran sumamente estrechas y los mineros debían arrastrarse por ellas provistos de un candil una piqueta y un saco en busca de finas capas de azabache incrustadas entre la piedra arenisca.
Según el Catastro del Marqués de la Ensenada, los yacimientos de Quintueles, Quintes, Villaverde, Careñes, Castiello, Arguero y Oles, fueron los mas importantes de Asturias y de ellos se extraía material de una gran calidad.
El mineral se exportaba, en bruto o convertido en objetos, a diversas partes de España y del mundo, principalmente a Santiago de Compostela, a Cuba, a Inglaterra o a los Estados Unidos. Las piezas más frecuentemente elaboradas eran: rosarios, collares, dijes, prendedores, veneras, lunas, verdugos, gargantillas y varios amuletos, como ciguas o manines
Aun quedan hoy en la zona de La Marina, algunos aficionados a la artesanía del azabache, que trabajan material procedente de las antiguas bocaminas. Como profesional uno de los últimos mineros del azabache fue Tomas Noval de Oles, oficio que heredó de su padre Bartolomé y que desempeñó desde 1938 hasta su fallecimiento en el año 2008. En la actualidad hay un proyecto para reabrir una galería en la zona donde él trabajaba.
Uno de esos artesanos que, por afición, aprendió a trabajar el azabache es José Antonio Rodríguez Menéndez, vecino de Quintes, que en sus horas libres ha conseguido reunir una hermosa colección de piezas de azabache, talladas con tres sencillas herramientas; navaja, ballesta y barrena.
Con esa colección participó en varias exposiciones por diversas localidades; Suiza, Madrid, en la feria de muestras de Gijón, Valdediós, etc. al tiempo que exponía sus conocimientos sobre el azabache, historia y técnica para el tallado del material.
José Antonio, fue invitado en 1990 a Suiza por la Federación Internacional de Comunidades Asturianas (FICA), por el Consejo de Comunidades Asturianas y por José de la Vega Morís."
Allá, ante el mar, entre San Clemente y Cazamular, el barrio de Capellanía revela antiguas posesiones eclesiásticas. Se sabe por ejemplo que el monasterio ovetense de San Vicente tuvo posesiones en Quintueles, que en 1797, en tiempos de Jovellanos, y a causa del importante aumento de su población, dejó de ser hijuela de Quintes, por lo que su antigua capilla de San Clemente pasó a ser parroquial,
"meritoria iglesia del siglo XIV, de arco ojival de puro estilo gótico", según testimonio de 1928 de Víctor Vallín Martínez y Gerardo Fernández en la obra
Villaviciosa y su progreso. Aquí abajo, en primer término, algunas casas de Samiguel de Llonxes (
llonxes, lejos), en la parroquia de Arroes, también de Villaviciosa
Samiguel de Llonxes, en Arroes, con sus invernaderos, y seguidamente La Corolla, ya en Quintueles, y luego Capellanía y Cerreo. Por allí estaba la Casa Joselín el Gaiteru, el célebre y ponderado
Gaiteru Quintueles, que amenizaba los bailes
"antes que llegaren les gramoles". Era su nombre José Rendueles Rodríguez (1887-1976), Gaitero Mayor de Asturias, del que compartimos estas fotos y artículos también de la página de la
Asociación de Vecinos San Clemente de Quintueles:
Y, por supuesto, si recordamos al gaiteru, habrá que hacer lo mismo con su inseparable pareja, el tamboriteru, Serafín Álvarez Pidal El Tambor de Quintes y Tambor Mayor de Asturias:
"Serafín Álvarez Pidal más conocido como Serafín el tambor de Quintes, fue proclamado tamborilero mayor de Asturias en La Abadía de Cenero en Mayo de 1971, durante la celebración del II Memorial de Tambor de la Abadía, el 18 de Noviembre del mismo año fallecía a los 71 años de edad. Empezó a tocar en desfiles militares durante el servicio militar a los 19 años. Cogió tal afición que al licenciarse apareció con un tambor redoblante en casa, ese tambor le acompañaría por toda Asturias más de 50 años. Siempre utilizó el mismo tambor, se negó a utilizar cualquier otro modelo, esto le impidió participar en varios concursos de la época. Los que le conocieron y acompañaron en sus actuaciones en fiestas y romerías aún recuerdan sus redobles y en especial su famosa “marcha del tren”, grabada en su día por Javier el de Arroes Se lo disputaban como tamborilero los mejores gaiteros de Asturias, al principio tocó mucho con Rogelio Rea gaitero de Arroes, al final tocaba siempre con José Réndueles, además de en fiestas y romerías (en las que habitualmente actuaban de forma altruista) participaron juntos con el grupo de baile Los Xustos y formaron una gran pareja para la música tradicional de Asturias. Casado con Rosario Morís Álvarez tuvieron siete hijos de los cuales solo uno, Modesto siguió la afición de su padre.
José Rendueles Rodríguez, conocido como Joselín “el gaiteru de Quintueles fue proclamado Gaitero Mayor de Asturias en la romería de Granda en 1960, sucediendo en el titulo a otro gran gaiteru de la época José Remis Ovallle. Autodidacta, de siempre cultivo la afición por la gaita, ya con ocho años gustaba de ir a las romerías a escuchar los gaiteros, llegando a imitar los sonidos con “una cañavera”. La primera vez que tocó una gaita se la presto un gaiteru en la fiesta de Granderroble y estuvo tocando hasta el amanecer. Admiraba al gaiteru de Libardon que una vez que lo oyó tocar le dio algunos consejos y le animo a no abandonar la afición. Su primera gaita la compró en Arroes por ocho duros tenía por entonces 22 años y ya estaba casado, en 1956 compro la de Joselín” el Busdongo” con ella gano el titulo de gaiteru mayor de Asturias. Dominó las tres modalidades de música de gaita la marcha y alborada, la de baile y la de cante pero podía tocar desde la Marcha Real hasta pasodobles , habaneras y hasta alguna piezuca de les que cantaben por la radio “la Violetera”. Sentia predilección por “la alborada” de Veiga y las jotas asturianas A lo largo de sus más de 55 años tocando la gaita animo romerías, toco en misas, acompaño al grupo de baile los Xustos llevando la música regional por toda España y hasta llegó a acercarse al cine en la película “Jandro”. En Marzo de 1966 recibio un homenaje de la peña Bar el Recreo en Quintueles al que asistieron más de 100 ,cantantes de la época y por su puesto Mariano Castro y su grupo de baile. Su figura recia fue inmortalizada por el pintor Pascual Tejerina cuyo cuadro se halla en la actualidad en el museo del Pueblo de Asturias en Gijón. De Serafín Alvarez el” tambor de Quintes” dijo:” es el mejor, otros que tocan el tambor es como si dieran golpes al calderu cuando Serafín replica los palillos a la gente se le levantan los pies del suelo y empiezan a bailar” Casado con Oliva Varas, conocida como Oliva “la lechera” , tuvo 18 hijos de los cuales sobrevivieron 14 y ninguno siguió la afición de su padre. Falleció el 25 de Diciembre de 1976 a los 89 años.
El 17 de setiembre del año 2011, Joselin y Serafin recibieron un homenaje póstumo organizado por la Sociedad Clarín, al que asistieron familiares de ambos, numerosos vecinos de Quintes y Quintueles y Javier el de Arroes, que aún posee varias grabaciones originales de los dos. También participaron en el homenaje los grupos de baile Los Xustos y Les Xanines, el tamboritero Ricardo Moreno y el gaitero Ivan Rionda que tocaron “Alborada”, y “Marcha Tren”, dos de las piezas más representativas y recordadas de los homenajeados"
(De Quintes-Mirador del Cantábrico)
En Capellanía, La Fuente'l Cura era el lugar donde se aparecía "la pantasma de la muyer ensin cabeza", parte de "los mieos que nos metíen enantes", nos decía una vecina, Natividad García, hace ya unos años. Hasta aquí llegaban, persiguiéndose unos a otros, los mozos de Cabueñes, en "les escorribandes" o peleas de juventud en las romerías de antaño. Más allá son los prados de Miramar, cerca de Cerreo, y el lugar de La Rasuca, de más minas de azabache, sobre los acantilados encima de los pedreros de Agudes y El Xigal, donde desemboca La Riega la Sienra o El Fondigatu, al lado de los también impresionantes cantiles de La Tuerba
Cazamular, el barrio de la actual iglesia parroquial de San Clemente de Quintueles, donde está El Tropezón, tienda de ultramarinos que antaño fue el celebérrimo Llagar de Casa Adriano'l Tropezón, de añorados bailes,
esfoyaces y
espiches. Leemos en el
Diccionario Geográfico de Asturias lo siguiente referente a la parroquia:
"La playa de La Ñora, la belleza del lugar y su proximidad a Gijón, hacen de esta parroquia un lugar de esparcimiento, donde proliferan los restaurantes y merenderos, algunos de acreditada cocina. Pero no siempre fue una parroquia rica y próspera, como lo es en la actualidad, hasta mediados del siglo XVI, la población fue disminuyendo como consecuencia de la emigración, ya que ni la minería ni la agricultura daba para pagar las rentas. Como consecuencia del despoblamiento, los terrenos se hacen incultos, por lo que se alquilan a ganados trashumantes de León, Liébana, Sajambre, Caso o Valdeón, durante el invierno. El que hacía de intermediario era el cura de la parroquia. Las exiguas rentas de los campesinos, los hacen buscar otros modos de vida, hallándolo en la canteras, muy abundantes en la parroquia. Y con la construcción, hacia el año 1860, de la carretera, hoy N-632, llamada entonces de las Cinco Villas, aparecen los carreteros, que llevan piedra a Gijón y a Oviedo. Aparecen igualmente los bares de carretera. Estos ingresos consiguen que muchos colonos puedan adquirir tierras y emanciparse a principios de siglo (XX), y al convertirse en propietarios abrir nuevas técnicas agrícolas para su beneficio"
Posteriormente, la transformación de las áreas rurales en residenciales, con su correspondiente demanda de suelo para edificar
"está transformando el paisaje agrario, aunque todavía quedan cuidadas pomaradas y una muestra importante de la industria sidrera". Junto con la vecina parroquia de Quintes se celebra anualmente el
Festival de la Llámpara (lapa), homenaje y remembranza al trabajo de las mariscadoras y mariscadores, como Nicasia, que tuvo su chigre,
Casa Nicasia, al lado de la actual parroquial de San Clemente, abierto en 1942, esta es su historia, extraída de su página web:
"Nicasia comenzó su negocio allá por la Posguerra, como bar-tienda. Pero no fue hasta 1942 cuando Nicasia empieza a cocinar los productos que los lugareños pescaban y cazaban y que posteriormente degustaban en el bar con el fin de provocar tertulias, que a su vez servia de lugar de encuentro entre los vecinos. Esto atrae a gentes de la ciudad, que desean llevar a la boca buenos pucheros de la aldea. Nicasia, bautiza su nuevo negocio como El Descanso. Sus guisos se hacen irresistibles para sus clientes. “Les llampares” (lapas) le hizo a Nicasia conocida por ser la pionera en servir y popularizar este molusco. Hoy en día, regenta el bar-restaurante sus descendientes, y en honor a Nicasia mantienen el nombre del negocio, el cual se queda en el anonimato porque todo el mundo consideraba el bar como su propia casa. A si que, ¡Vamos a Casa Nicasia!"
Nada menos que más de 400 pumaradas registra el libro Villaviciosa y su progreso que había en Quintueles en 1928, "con un rendimiento normal de 847 pipas de manzana, de la que se elaboran 381.517 litros de sidra natural, selecta y acreditadísima", con aproximadamente una treintena de llagareros "los que elaboran en este alegre pueblo, el "néctar sabroso". Destacan además los citados autores de esta obra dedicada a ensalzar los potenciales de Villaviciosa, parroquia por parroquia, que, además de las tareas agropecuarias, "Como complemento a sus labores propias, la mayoría de sus hombres construyen madreñas, en tal cantidad que a más de cubrir las necesidades invaden los mercados próximos, recaudando por tal concepto saneados beneficios", y abunda en su riqueza piscícola diciendo que "Disfruta de toda clase de pesca de mar y son riquísimas las truchas de su río"
Más a la derecha de la iglesia La Riega la Tuerba desemboca en esos pedreros, límite con el barrio de Rovigo, ya al lado de la vecina parroquia de Quintes, con la que limita por el río llamado El Pielgu. Cuenta el Diccionario Geográfico de Asturias:
"Este lugar es una de las colonizaciones más antiguas de la parroquia, perteneció a la familia Peón, a quien fueron adquiriendo propiedades después de la Desamortización. Unos sepulcros labrados aparecidos en la parroquia al cavar una finca (...) fueron destruidos, dejándonos sin información acerca de la historia y antigüedad del lugar, aunque bien pudieran estar relacionados con la antigua capilla de San Antonio, o una mansión noble"
Seguimos bajando por la carretera AS-331, que como hemos dicho ya, se superpuso al Camín Rial de Pion en este tramo, en bajada directa hacia La Olla, entrada al concejo de Gijón/Xixón, cuya frontera cruzaremos a un kilómetro escaso de aquí
Esta bajada es toda ella un balcón natural hacia la rasa costera entre Les Mariñes y Peñes que, en días despejados, nos ofrece estos preciosos panoramas hacia el horizonte marino mariñán, con la vaguada de los arroyos que dan nacimiento al Ríu La Bonagua justo delante nuestro
A nuestra izquierda, la Casa Ugenio'l Lecheru nos sirve como buena referencia en estos primeros metros de bajada desde el Altu'l Curviellu, según contemplamos todos estos magníficos paisajes. Estos altos y montes cercanos a la costa, pese a no ser precisamente elevados, disfrutan de magníficas panorámicas al no tener "nada enfrente" salvo la ribera del mar y su mencionado horizonte, por lo que a cualquier hora que pasemos y si el día está despejado, gozaremos de estas vistas
"A partir de aquí todo será coser y cantar hasta Gijón, ciudad ya visible a lo lejos con los diques del puerto del Musel", explica acertadamente el gran
Antón Pombo, periodista especializado en el Camino e historiador, en su
Guía del Camino de Santiago. Camino Norte. Efectivamente, tras esta corta bajada nos espera la mayormente llana meseta de La Olla, que tenemos enfrente, muy próxima, tras lo cual llegará otra bajada hasta el Camping Deva, donde como hemos dicho hacen parada muchos peregrinos, mientras otros continuarán hasta la ciudad, con numerosos alojamientos de todo tipo, pero cuya asignatura pendiente sigue siendo la de disponer de un albergue público de peregrinos que ya se demora demasiadas décadas
Dicha bajada de La Olla al camping se efectúa pocos metros a la derecha de la casa que vemos a la derecha a su vez de la torre de la Universidad Laboral, que fue en tiempos el célebre
chigre y merenderu El Mirador de la Olla, actualmente
La Curuxa
Más allá seguimos viendo estupendamente bien el
Estadio El Molinón-Enrique Castro Quini del
Real Sporting de Gijón, los árboles del Parque Isabel la Católica, el alto edificio blanco que se levanta sobre El Muro o paseo marítimo de la Playa San Lorenzo o San Llorienzo, el Cerro Santa Catalina con sus pedreros y cantiles, el barrio de Cimavilla y buena parte del centro urbano, al menos los áticos y tejados de los edificios más altos, que no son pocos, dado el frenesí constructivo del
desarrollismo que azotó a la ciudad durante las décadas de 1960 y 1970 principalmente pero que marcó una forma de entender la ciudad de la que nunca se desprendió del todo
Edificios altos, también, los el barrio de El Bibio, a la izquierda de la torre, paso de la Avenida de la Costa, antiguamente Carretera y más tarde camín real, por donde se señalizó el Camino con conchas doradas al ser realmente la ruta histórica del mismo. Sin embargo, y dado que ahora la avenida pasa encajada en esos citados edificios desarrollistas, se optó por un recorrido más costero hacia El Molinón y El Muro para entrar en la ciudad desde La Guía. En la distancia, a lo lejos, El Musel y La Campa Torres, el castro de
Noega, hábitat de los
cilúrnigos y área arqueológica de máxima relevancia a la derecha de Les Bombones, las grandes bombonas esférica de gas que son también una referencia visual que se divisa desde muy lejos
"Desde el Camino divisamos la gran mole de la Universidad Laboral", describe asimismo Antón Pombo,
"edificada entre 1949 y 1955 en estilo neo-herreriano, constituía una completa ciudad en la que los jesuitas educaban a los hijos de los mineros para apartarlos de las tentaciones revolucionarias. Entre sus instalaciones, que merecen ser visitadas (...), se cuenta la gran plaza central, que recuerda a la veneciana de San Marcos; la iglesia, con sorprendente cúpula elíptica de ladrillo y torre de 120 m de altura a la que se sube en ascensor; o el teatro, de concepción monumental, todos los cuales forman parte de la ciudad de la Cultura de Asturias". De todo ello iremos hablando según nos aproximemos a ella por el gijonés valle de Cabueñes en dirección a Somió
Son estas las laderas que caen de La Llomba, que desde El Curviellu se extienden hacia el Monte Deva, que veremos desde más adelante, precisamente desde La Olla, barrio que atravesaremos de este a oeste cuando, unos metros más abajo, dejemos la carretera para tomar un camino vecinal al pie de El Pinal, justo a la entrada del
conceyu de Gijón/Xixón
La Olla, del latín ollam (olla, vasija), es un barrio así denominado por la forma de su terreno, que además de llano forma una hondonada en la que, como una olla, se contiene el agua, esta procedente de lluvias y arroyos. Si bien en gran parte desecada sede hace siglos para aprovechamiento agropecuario, aun conserva un enclave de charca y vegetación lacustre que también veremos, pues está asimismo al lado del Camino
Donde antes había huertas ahora hay jardines, muchas fincas se ha parcelado y se han construido nuevas viviendas, buena parte de las mismas segundas residencias, chalets y fines de semana, abundan en ellas plantas y árboles ornamentales
La de Ugenio'l Lecheru era una de las caserías de aquí de siempre, ahora ya sin ganado pero que conserva en su nombre la memoria de los antiguos lecheros, que recogían la producción de varias caserías y la comercializaban en las tiendas y mercados de la ciudad. Con el tiempo se integraron en empresas más grandes y cooperativas. Al llegar a ella un cartel nos informa que estamos en el km 24 de la AS-331, contado este desde su comienzo en La Pola, capital de Siero
Pasada la casa hay una bifurcación en El Peñéu, nosotros seguimos carretera abajo todo de frente y recto
Ahora a nuestra derecha tenemos, al este de Quintueles, un estupendo paisaje de Samiguel de Llonxes y de la rasa costera mariñana de la parroquia de Quintes, también históricamente famosa por la actividad de "la pedrería", como denominaban en 1928 los autores de Villaviciosa y su progreso a la cantería:
"Una parte de sus vecinos se dedican a la explotación de sus numerosas y valiosísimas canteras de donde extraen y laboran excelentes piedras de grano superior para muelas de molino, piedras de taller, de afilar y labradas para construcciones"...
En cuanto a Samiguel de Llonxes decir que
Llonxes es en castellano lejos, referencia sin duda a su relativa lejanía del centro de la parroquia de Arroes, más al este, en El Fonduxu, una distancia corta en automóvil pero antaño bastante complicada en pocos y malos caminos. Por ello, si bien dentro de la parroquia, es un barrio que desde siempre ha tenido su propia dinámica por este singular alejamiento que le ha dado nombre, contando, por ejemplo, con su propia asociación vecinal, llamada precisamente
Les Llonxes y creada a raíz de la construcción de la Autovía del Cantábrico que tanto afecto al lugar, así como los problemas del suministro de agua corriente
Si bien en Asturias, como en Galicia y otros lugares del mundo, la parroquia es una entidad territorial civil, si bien basándose en gran parte en estructuras administrativas religiosas que aparecen con el Parroquial Suevo pero que pueden ser muy anteriores (gens prerromanas por ejemplo), algunos barrios de las mismas, en no pocas ocasiones, y sobre todo debido a lejanía respecto a su centro (la parroquial, donde se celebraba tradicionalmente el conceyu abiertu), tenían una dinámica muy autónoma, también en lo religioso, con sus propios santuarios y fiestas, como es el caso de Samiguel de Llonxes
La iglesia, bajo el patronazgo de San Miguel, que ha dado nombre, junto con Llonxes, al barrio, es este edificio, de estructura bastante moderna, que vemos en primer plano en medio de la foto y al lado del camino principal que recorre esta aldea. Justo a su izquierda y tapada por los árboles está la escuela, cerca de Casa Manolo Runza, de camino al
prau la fiesta. A continuación, a la derecha de la iglesia, están la Casa Vicente Piñera y Casa Casa Nastasio Rea. Justo encima, por Casa Abelardo, en el camino a La Venta la Esperanza, en Quintueles, estuvo El Chigre del Trapu y un poco más allá el chigre de Casa Inés, del que escribe, remarcando su buen yantar, el periodista, historiador y gastrónomo
Luis Antonio Alías en el periódico
El Comercio del 26-10-2017, encabezando el titular con el texto
Casa Inés. Cocina de pota y guiso lento con cariño que usa hortalizas, carnes y pescados mariñanes: y dando cuenta del paso de otro de los ramales costaneros del Camino de Santiago, si bien y a diferencia de este por El Curviellu, actualmente no señalizado ni considerado oficialmente como tal:
"La casa se construyó en el margen del camino real entre Gijón y Villaviciosa, por donde pasaban caballerías, xarrés, diligencias y –además– peregrinos a los que Santa María de la Lloraza y San Andrés de Bedriñana, románica una y prerrománica otra, acogían, alimentaban y curaban: la comarca mariñana también va hacia Compostela.
Choca el pomposo nombre de camino real, precedente de la carretera general. Hay bandas de asfalto rodeadas praos, con casas esparcidas presidiendo grandes fincas, árboles frondosos y ganado paciendo sobre rasas y colinas que colocan lejos el fondo de montañas. La paz rural no impide que la invisible e inaudible autovía pueda alcanzarse en pocos minutos.
Al entrar nos encontramos un chigre de pueblo tal cual, con su terraza anterior, su zona de barra y culinos, su comedor lateral y su merendero trasero presidido por una enorme figar. Un chigre que a principios del pasado siglo (calculemos sobre 120 años) abrieron los abuelos de la actual propietaria, Dionisio y Entiqueta, al lado de su vivienda, aprovechando el mucho tránsito que por allí pasaba, del caminero humilde a los señorones en viaje, sin –por supuesto– olvidarse de los vecinos, que contaron con tienda de madreñas y conservas, bolera, baile, rana y llagar de sidra propio. Aquí nació la madre de Mari. Y la continuadora del negocio, su tía Inés, que cambió y mantiene el nombre: la fabada y el pitu de caleya que guisaba recibieron elogios de comensales próximos y lejanos.
Mari, por su parte, abrió negocios propios con la cocina que diariamente aprendió y ejerció al lado de sus consanguíneas, pero «al retirarse mi tía, y ante la tristeza del posible cierre, decidí hacerme cargo del ya viejo negocio familiar», recuerda. Decisión tomada hace unos veinte años para bien de Arroes, que su cachopo de setas, sus llámpares de mil y un maneras, su carne guisada, su pote de nabos, su chopa a la sidra o su pixín a la plancha llevan sabiduría de generaciones.
Y con el menú diario, un comienzo delicioso de cuchara que el sábado y el domingo unen presencias: arroz con pitu el lunes, pote asturiano el miércoles, patatines con pulpo el jueves y fabada el viernes. En pota grande y para repetir, que la glotonería de vez en cuando mejora la salud.
Y de aquí se sale con la salud mejorada y ánimos para pasear hasta el pedrero de El Pielgu y la punta La Escalera, donde me aseguran hay huellas de dinosaurios que no logro distinguir. Confío que, tras una nueva visita a Casa Inés, el pote de nabos me ensanche las puertas de la percepción."
Luego, cerca de la carretera N-632, enfrente de Casa Marino Santa Eugenia y Casa Basilio Vallina hubo
"un bailín pa echar unes bailaraes y echar una partida a los bolos", nos decía una informante del lugar, Aurelia Rubín. También conocimos a Amor, pariente de Serafín
El Tambor de Quintes, pero en gran baile era, ya en dicha carretera general y en la parroquia de Quintueles,
La Venta la Esperanza, Casa Niceto la Casa Nueva, donde se bailaba hasta en la calzada, pues no había tráfico, apenas el autobús de línea, del que se dice iba tan lento que desde que se le veía venir hasta que pasaba aún daba tiempo
"a un vals o un pasodoble". Sigue en activo como bar y restaurante y de él nos cuentan así en
Gastroviajeros:
"Noelia García lleva con mano firme este bar “de toda la vida” ubicado en Quintueles, justo en el cruce con Quintes, que une la antigua carretera general entre Gijón y Villaviciosa.
A Noelia le gusta el flamenco y, por tanto, a todas horas suena bajito, como un susurro, la guitarra española y el cante jondo. Todo un personaje. Tras su aparente seriedad, se esconde una mujer que sabe lo quiere, pone en la mesa varios platos muy interesantes y es muy importante que le caigas bien…
La carta es reducida pero basada en productos frescos y de temporada. Todo está muy bueno. Tres o cuatro pescados, alguna carne y platos de cuchara perfectamente logrados. Y atención a la berenjena rellena de gambas.
La terraza es una maravilla para tomar el aperitivo, comer y/o tomar un gintonic perfectamente preparado viendo pasar los numerosos cicloturistas. En la parte trasera hay un tranquilo merendero."
Seguidamente también a la derecha de la foto, por la carretera de Quintes estaba el chigre-tienda del Pumarón, luego trasladado enfrente, a Casa Josechu. Ahí fue también famosa L'Achicoriera los Diz, fábrica de achicoria donde trabajaron muchos vecinos. Pero lo que más destaca es la nave de
Industrias Granderroble, empresa de productos lácteos afamada por sus tartas y postres
San Martín. Esta empresa, fundada en 1968 por
Ángel Viejo Feliú (que cinco años más tarde sería presidente del Sporting de Gijón), comenzó como fábrica de quesos marca El Roble, luego se dedicó a productos frescos, yogures y similares, introduciéndose en 1980 en el sector de tartas congeladas, que llegó a ser su producto estrella, pero sin dejar de producir yogures, mantequilla, quesos, sueros, requesón y demás derivados lácteos. En 2013 se fusionó con la riojana
Delidor del grupo
Palacios
Granderroble es el nombre de uno de los barrios de Quintueles, el más oriental de la parroquia que dada su proximidad a Quintes, por el que pasa el que es su acceso principal, también tiene su peculiaridad con su ermita y renombradas fiestas de Granderroble en el campo de la capilla de Santa María del Carbayu, ahora de
Nuestra Señora de las Nieves, construida por los monjes del convento ovetense de
San Vicente que como hemos dicho tenían propiedades y colonos en estos lugares. Leemos en
Wikipedia:
"Este barrio cuenta con una Comisión de Festejos propia, independiente, que organiza las fiestas en honor a la Virgen de las Nieves, el 5 de agosto. Estas fiestas tienen gran tradición en la zona, hasta Gijón, acercándose romeros a la ermita de Granderroble a la celebración de una misa de campaña, al aire libre, para continuar con bailes folklóricos y comida campestre, algo que se sigue celebrando hoy en día. Tras un breve parón, en 1983 se formó la actual comisión. En 1995 se celebró la primera Bonitada, una cena a base de bonito a la plancha con verbena a continuación que tiene lugar el primer fin de semana del mes de agosto."
Ciertamente, decir que alguien está "entre Quintes y Quintueles" es como decir que está en medio o no se decanta por ninguna de las partes. Antaño existían picas vecinales, como en todos los pueblos y parroquias en vecindad, con coplas, dichos y cantares rezumantes de provocación y rivalidad, por lo que no era extraño que las romerías acabasen a palos
En Samiguel de Llonxes la Autovía del Cantábrico deja, si vamos en dirección este, la proximidad a la costa en este sector para dirigirse al viaducto sobre el valle de Pion y entrar en los túneles de Brañavieya. Al revés, en dirección oeste, se acerca a la ciudad de Gijón/Xixón, con varias entradas y ramales a la misma, como el que hemos visto en La Bonagua. Aquí, un puente comunica sobre ella las dos partes de Samiguel de Llonxes y Castañera, barrio de Deva que veremos desde un poco más abajo
A la izquierda de Samiguel está El Praón, una llanura que se extiende hacia Los Pisones, en Quintueles, así como La Llanada, con su antigua mina de azabache. Seguidamente es la zona de Friuz, en Quintueles y en la distancia nos parece identificar Cimavilla y Barrumediu, en Quintes, una parroquia muy dinámica gracias a la actividad de su
Sociedad Cultural y Recreativa Clarín, fundada en 1934 y pionera del asociacionismo cultural en las zonas rurales. Compartimos parte de la entrada
Quienes somos extraída de su blog:
"La Sociedad Cultural Recreativa Clarín es una asociación sin ánimo de lucro que trabaja desde hace décadas por acercar la cultura en toda su diversidad a las parroquias de la mariña maliaya, principalmente Quintes y Quintueles, y extender los valores de esta comarca allende.
Se refundó en el año 1984, cuando un grupo de vecinos de Quintes, entre los que se encuentraban más de 21 socios de la antigua Sociedad Cultural y Recreativa , decidió retomar el espíritu que hizo que se creara esa primera asociación en 1934: promover, fomentar y gestionar la cultura y el ocio activo en múltiples vertientes (literatura, gastronomía, teatro, dibujo…).
Presidentes
El primer presidente fue Francisco Suárez Álvarez, y el objetivo, recuperar el centro social de Quintes, lugar fundamental no sólo para el desarrollo de las diferentes actividades, sino también como lugar de reunión y punto de referencia en el espacio cultural de Villaviciosa.
A pesar del gran esfuerzo que se inviertió en la causa, en la que destaca el papel desempeñado por Clara Tuero, no se consiguió el éxito hasta el año 1992, en que el Ayuntamiento de Villaviciosa compró el edificio. Lo cedió a la Sociedad, que, mientras esté en funcionamiento podrá disponer de él. La reconstrucción del inmueble corrió a cargo del Gobiero del Principado de Asturias.
Una vez acondicionado el edificio, fue mucho más sencillo continuar desarrollando su misión cultural y social.
Actividad: la Llámpara
Una de las primeras actividades que se llevaron a cabo fueron las Jornadas Gastronómicas de la Llámpara, santo y seña de la entidad, en el marco de las cuales se realizan áún hoy diversas actividades y se entrega el galardón más significativo de la Sociedad, la Llámpara de Oro. Supone un reconociendo público a personalidades u organismos destacados dentro de la cultura asturiana.
El principal objetivo del Festival Gastronómico de la Llámpara es el de reivindicar este producto típico de la región, un molusco humilde y poco reconocido. Su característico sabor, y la versatilidad que presenta a la hora de prepararlo, le hace merecedor de un homenaje. Por eso, a lo largo de una semana al año, los bares y restaurantes de Quintes lo preparan en todas las formas posibles, a fin de convertirlo en el protagonista.
Han sido galardonados con la Llámpara de Oro: Roberto Díaz de Orosia (2016), Caja Rural de Gijón (2014), Paz Fernández Felgueroso y Asensio Martínez Covián (2012), Luis Gardey (2010), David Rivas Infante (2008), Asociación de Amigos del Paisaje de Villaviciosa Cubera (2006), Joaquín Rubio Camín (2004), Manuel Busto (2002), José Ángel Hevia (2000), Ángeles Caso (1998), Víctor García de la Concha (1996), Dolores Pardo (1994), Francisco Grande Covián (1992), Aquiles García Tuero (1990), Pedro de Silva (1988)"
La Llámpara, emblema de Les Mariñes, como lo es el azabache, a veces casi compartiendo espacio y lugar, pues algunas minas estaban al lado mismo del acantilado, como la del Prau de Juaco Felipe, próximas al pedreru La Escalera, donde desemboca la riega de este nombre, entre Barrumediu y Santana
Desde el cruce del Peñéu seguimos teniendo una gran panorámica hacia el oeste-noroeste que iremos explicando en esta suave bajada que parece dar alas a muchos peregrinos tras la montaña rusa que fue el formidable ascenso del Altu la Cruz con la no menos abrupta y seguida bajada al valle de Pion y casi seguida de nuevo por la subida al Altu'l Curviellu, que ahora empezamos a bajar, pero bastante livianamente
La carretera hace aquí un buen tramo recto en la falda del monte según vamos acercándonos a la frontera de concejos por El Curviellu abajo
Frontera que está justo detrás de la casa cuyo gran tejado asoma sobre el prado cuesto que tenemos a la izquierda, el del restaurante
El Pinal, otro hito histórico-gastronómico de El Curviellu del que prontamente vamos a hablar
Allí también, justo a la vez que cruzamos la raya con Gijón/Xixón y entramos en Deva por el barrio de La Olla, dejaremos la carretera para bajar, por aquellas arboledas, nacimiento del Ríu la Bonagua ("buen agua") hacia las primeras casas del barrio
Destaca en la lejanía el abrupto acantilado de La Campa Torres, bajo Les Bombones o depósitos de gas butano y el
oppidum Noega, no es realmente una formación natural sino resultado de la voladura de la ladera de la sierra para hacer el nuevo Dique Norte del puerto de El Musel durante su construcción. Durante una de aquellas voladuras ocurrió la triste tragedia del 25 de enero de 1913, cuando murieron 22 personas al caerles encima a gran roca. Recoge la crónica de ese día el redactor de
La Nueva España M. Castro con motivo de la exposición realizada con motivo del centenario de la catástrofe por la gijonesa
Fundación Alvargonzález:
"El martes 25 de enero de 1913 fue un día negro en la historia de Gijón. En esa fecha, a las seis de la tarde, murieron 22 personas al caerles encima toneladas de roca durante una voladura en la ladera de Torres, que se estaba usando como cantera para la obra de ampliación de El Musel de la época, con la construcción del viejo dique Norte entre 1893 y 1930. Otras tantas resultaron heridas de gravedad. La Fundación Alvargonzález muestra a partir del lunes 25 en su sala de exposiciones de Cimadevilla la historia de aquella catástrofe, con ocasión de su centenario.
Entre los fallecidos no sólo hubo trabajadores de la obra, incluyendo su ingeniero-director, Victoriano Alvargonzález Suárez-Zarracina (padre de Romualdo Alvargonzález Lanquine, creador de las ferias de muestras en Gijón). Entre las víctimas también se encontraron algunos de los más de 300 gijoneses que se habían desplazado hasta El Musel para contemplar la voladura, algo que resultaba atractivo a la gente de la época. La curiosidad les salió cara.
De la ladera de Torres se extraía piedra para la obra del dique Norte. En ocasiones anteriores se habían hecho voladuras usando hasta 17 toneladas de pólvora. Aquel día sólo se usaron 6 toneladas, pero según recogen las crónicas de la época, una zona de arcilla entre la roca hizo que la explosión tuviera un resultado imprevisto.
El 20 de julio de 2002, la Fundación Alvargonzález colocó una lápida conmemorativa de la tragedia en la rotonda del Muelle de Ribera, con 21 nombres. A raíz de aquel acto, tuvieron conocimiento de que había habido una víctima mortal más que sumar a la tragedia, Miguel López, al comunicárselo sus familiares, recuerda Ramón Alvargonzález, coordinador de la exposición."
El precedente de El Musel como ensenada portuaria estaría en la misma población castreña de La Campa Torres dentro de las ancestrales rutas marítimas atlánticas ya descritas por
Rufo Festo Avieno en su
Ora Marítima, escrita en el siglo IV d. C. pero basándose en un texto anterior del s. IV a.C. Pero, más inmediatamente, habría que buscarlo en en lugar de Arnao, donde se construyó el poblado de El Muselín, sobre una fortificación dieciochesca, el
castillo de Arnao, sita en el promontorio de Piedra Lladra, emplazamiento una batería de cañones que guardaba la bahía, a cuyos pies existían un embarcadero empleado por las naves que esperaban la entrada al entonces pequeño y antiguo puerto gijonés en el barrio de pesquerías de Cimavilla, tal y como explicaba el
Diccionario de Madoz en 1847:
"... es muy abrigado de los vientos, y sirve a las embarcaciones que por algún temporal o falta de marea, suspenden la entrada en el puerto de Gijón, o que por falta de agua en el puerto o por otras causas tienen que permanecer en él. En la guerra de Independencia y temporada de verano estuvo ocupado por 1 y hasta 2 y 3 fragatas inglesas"
Destacan también en el paisaje portuario los depósitos de Campsa, también enormes, en la parroquia gijonesa de Xove, alguno de cuyos barrios vemos en la ladera de Les Cabañes, parte de la sierra de La Campa Torres. En la lejanía se reconocen los altos del Monte Morís, La Cuesta Carrió y Albandi, en Carreño, en el camino a Perlora y Candás, por donde antaño se iba tras cruzar La Ría Aboño en La Barquera
La construcción del puerto de El Musel (El Puertu'l Musel) como gran puerto de Asturias, salida comercial principal del carbón de las cuencas mineras para su exportación, fue el espaldarazo definitivo para la ciudad que salía de su encorsetada, insalubre (por su foso de agua estancada) e inservible "muralla carlista" (que más bien era anti-carlista) de la que se la dotó durante aquellas guerras civiles que asolaron el siglo XIX español, desparramándose por toda la campiña al sur y, sobre todo, al oeste de la villa, donde ya había un núcleo industrial y ferroviario en expansión desde al menos la primera mitad de aquella centuria, ya con la apertura de la
Carretera Carbonera en 1842 a la que seguiría el
Ferrocarril de Langreo una década después. Más allá de La Olla tenemos una imagen de parte de los populosos barrios del Sur, de El Coto a El Llano y Pumarín, por los que la ciudad creció y sigue creciendo
A continuación y en la costa oeste, la población también creció a partir de los lugares camineros de El Natahoyo, la altomedieval
villa de Ataulio, y La Calzada, que como su nombre indica era el antiguo camino que salía de la villa hacia el oeste, el Camín Real de la Costa o
" Camino Francés de Bayona a Galicia", o
"de Guipúzcoa a Galicia", como se documentó en el pasado, actualmente señalizado con las conchas jacobeas al ser Camino de Santiago oficial. Al otro lado del Monte'l Condesu y Les Cabañes la altísima
Chimenea de Aboño, de 225 metros de altura, es la obra civil (no edificio exactamente, como lo es la Laboral y su torre) más alta de Asturias, perteneciente a la térmica allí ubicada y que ocupa prácticamente toda la ribera derecha del estuario. Al estar pintada de rojo y blanco se divisa desde muy lejos (los Picos de Europa por ejemplo), a su izquierda hay otra chimenea, no tan alta y sin pintar. Fijémonos también en la foto, en otro elemento portuario tan significativo como las grúas de los astilleros, actualmente de la empresa
Armon, los últimos que quedan trabajando de lo que fue una línea de factorías de construcción de buques que, desde el puerto antiguo y por El Fomento, El Fomentín y El Monte Coroña, en El Natahoyo, llegaban a El Musel
Seguimos teniendo aquí en primer plano algunas casas de La Olla, luego y más allá de los ocalitos una primera franja de edificios se levantan en terrenos de la antigua parroquia de Ciares, que quedó tempranamente integrada en la ciudad, desapareciendo como tal entidad diferenciada. En nuestros días tanto sus colinas a partir del vecino barrio de El Coto, como parte de su vega fluvial del Ríu Caldones, llamado después Piles, son lugares de máxima expansión urbana a partir de las urbanizaciones de Viesques, antaño uno de sus lugares, célebre por su molino y La Ponte Viñao. Dado el carácter de barrio "rico" que se le atribuye popularmente a Viesques, las nuevas urbanizaciones suelen denominarse o ubicarse con el topónimo de ese enclave, aunque nunca estuvieron en Viesques, sino en barrios que fueron de la antigua parroquia como Xilleo, La Coría, La Iglesia, Les Quintanes y Otros.
Seguidamente, una franja verde y arbolada intermedia que se extiende también de izquierda a derecha es el
Parque los Pericones, ganado como espacio público en 1985 al lado del cementerio de El Sucu, en lo que fue un monte propiedad del Conde de Revillagigedo, uno de los títulos nobiliarios que poseían buena parte de las tierras del concejo. El casero, guardés o empleado de esa extensa finca que fue una una gran casería o explotación agropecuaria era llamado Perico y vivía allí en una casa con hórreos y cuadras, con su familia, los Pericones, quedando así "bautizado" el lugar, también llamado, al menos una parte, La Llosa los Valientes por dos
Valentines que allí vivieron también
Al pie de Los Pericones se extiende El Llano, uno de los primeros barrios nacidos fuera de las murallas carlistas con la apertura de la citada Carretera Carbonera, pero lo que más veremos serán los altos edificios de Pumarín, que ocuparon toda la llanura hacia el oeste, buena parte de ellos en urbanizaciones como La Urgisa, Les Milquinientes, El Polígono Pumarín, Les Torres de Sedes, y así hasta el Alto Pumarín, Nuevo Gijón y La Braña, todo ello terrenos que fueron de las parroquias rurales de Roces y Tremañes, no oficialmente desaparecidas pero sí menguadas en extensión con la expansión urbana gijonesa del siglo XX
Aquí abajo CuatroVientos, lugar de La Olla, acceso al Monte Deva (donde está el nuevo cementerio gijonés) desde la AS-331 o, popularmente, La Carretera'l Curviellu, donde estuvo el chigre de Casa Manolo L'Arquera, sobrenombre del lugar de L'Arquera, topónimo abundante en Asturias y referente a "arcas", las milenarias cámaras dolménicas de los túmulos de las necrópolis megalíticas que antaño se encontraban por todas estas montañas y de los que algunas, como las del Monte Deva, han llegado a nuestros días. En la actualidad, poco más abajo esta el bar El Pilar, con magníficas vistas sobre el concejo, bajo parte de Deva y Castiello, en plena zona este, eminentemente rural-residencial, del concejo, luego El Llano de Riba y Alto Pumarín, Nuevo Gijón y los edificios de la Avenida de Oviedo, algo de La Calzada y Tremañes...
La construcción de los altos hornos de UNINSA (Unión de Siderúrgicas Asturianas Sociedad Anónima), a partir de 1961 en el valle del río Aboño, por términos de las parroquias de Fresno y Puao, luego integrada en ENSIDESA (Empresa Nacional Siderúrgica S.A.) y actualmente ArcelorMittal, cuyas chimeneas vemos en la distancia, supuso un nuevo aumento drástico de la población gijonesa, que pasó abundantemente del cuarto de millón de habitantes en poco tiempo y provocó a la vez un enorme crecimiento urbano. En nuestros días la ciudad sigue creciendo también hacia allí, hacia Veriña, por donde sube el Camino para luego acometer por el barrio de Zarracina (Puao) la cuesta a la planicie del Monte Areo, saliendo del concejo de Gijón/Xixón para entrar en el de Carreño, muy cerca del campo de túmulos de Les Güelgues de San Pablo
Bajamos a El Pinal caminando al pie de los prados que caen de La Llomba por El Peñéu. Arriba nos dicen que es la Casa Urbano'l Canteru, otro nombre con apelativo referido a los antiguos oficios tradicionales de Les Mariñes. Peña y cantería, todo unido en el nombre de los sitios
La misma casa no ofrece un buen trabajo en piedra, rodeada de jardín, huertas y frutales, fijémonos en la pila cuchu, el montón de estiércol, el abono natural (delante del tendejón de los aperos)
Nos aproximamos a la sucesión de curvas de El Pinal, donde hay varias casas. Son estos ya los últimos metros del Camino en el concejo de Villaviciosa
El Pinal, afamadísimo restaurante fundado en 1968 por Alejandro Suárez Meana, trabajador que fue de la empresa Trefilería Moreda S.A. (en antiguos terrenos de El Natahoyo -Tremañes, actual barrio de Moreda) pero que decidió embarcarse en este proyecto, invirtiendo 50.000 pesetas para comprar un terreno cerca de su casa natal y poner en marcha lo que
al principio fue un modesto chigrín o pequeño bar de pueblo, que en su origen tuvo tienda y merendero
Su mujer, Margó Blanco, estaba al cargo de la cocina, siendo entonces los primeros años sus más asiduos clientes los compañeros de su marido en la fábrica de Moreda, cuando subían largas filas de coches Seat-600 por esta carretera procedentes de la ciudad, vía L'Infanzón
Monte abajo, algunas de las casas de Castañera, barrio de la parroquia de Deva que se adentra como una pequeña cuña gijonesa en en concejo de Villaviciosa. En 1998 decían de él en el Diccionario Geográfico de Asturias. Ciudades Villas y Pueblos:
"Casería de la parroquia de Deva (Gijón), situada a 8,5 km de la capital municipal, en la esquina centrooriental del concejo, limitada por el arroyo de La Nora, que desagua en la playa homónima y por la carretera AS-331. Cuenta con una población de 16 habitantes. Por sus inmediaciones cruza el camino de Santiago, que llega desde Villaviciosa y desciende por el monte de La Olla"
El Rebollu, la Finca Llaneza y El Forcón, , Casa Argentina Rodríguez, Casa Lino o Casa Celestino Rodríguez y Casa Manolo Runza. Hay un hórreo y una panera con la inscripción de haber sido hecha en el año 1868
La Autovía del Cantábrico (A-8) divide en dos esta parte más occidental de la rasa costera de Les Mariñes. Disfrutamos aquí de otra sublime vista de la parroquia de Quintueles, con sus barrios extendidos por el camino hacia San Clemente, solar de la iglesia vieja, a lo que debió ser unos de los accesos costaneros a Gijón/Xixón, buscando salir a L'Infanzón
Pero un ramal importante debió pasar por aquí, abajo buscando enlazar con el camino de El Curviellu a La Olla, que como hemos dicho, triunfó sobre la ruta mariñana en el siglo XVIII, pues aquí, a este lado de la autovía, tenemos las casas de La Venta, en el extremo más occidental de Arroes, al oeste de Samiguel de Llonxes y un tanto alejado del núcleo del pueblo
La Venta habrá sido una de esas ventas o posadas camineras de los antiguos caminos transformados en vías pecuarias o locales. No existe su recuerdo como tal venta caminera pero sí que tuvo en tiempos chigre y llagar de buena y apreciada sidra
Al otro lado de la autovía, Casa Fermín Palacio, El Barriosu y La Bonagua, con su red de caminos vecinales, además de conexiones y ramales entre la A-8 y la N-632 con sus ramificaciones a Los Pisones y otros barrios de Quintueles, como Friuz o La Corolla, donde en el lugar de Campuamáu se cuenta que hubo otra venta, en Casa Frasia. Al fondo y ya al lado de las praderías que acaban en los acantilados, los de San Clemente, Capellanía, Cerreo y La Rasuca
En el barrio de Cerreo estaba la casa de Joselín El Gaiteru Quintueles, del que tanto hablábamos hace un momento, y en La Rasuca están el monte El Fondón y la desembocadura de la Riega la Sienra o El Fondigatu, sobre los pedreros de Agudes y El Xigal
Y aquí tenemos Cazamular, si nos fijamos veremos, tapando casi por entero la fachada sur de la iglesia, la también blanca pared de Casa Nicasia, con las sombrillas rojas de su terraza. En su parte inferior izquierda se ven un poco las escuelas. A la izquierda, por El Bayu, un ramal va al antiguo campo de fútbol del
Quintueles F.C., equipo fundado en 1929. Más allá, pasando La Solana, otro camino comunica con el citado barrio de La Corolla por Casa Pepe Pifania
Además de pumaradas y acreditados llagares hay bastantes invernaderos que revelan la continuidad de los oficios agropecuarios adaptados a los nuevos tiempos dada la fertilidad de este suelo para verduras, hortalizas y frutales, tanto es así que, como en gran parte de la parte más ribereña del mar en la cornisa cantábrica, llegaron a exportarse millones de toneladas de cítricos a Inglaterra entre los siglos XVII y XVIII sobre todo, prueba de ello es la gran cantidad de naranxales y llimonales que aún pueden verse
En la carretera que comunica Cazamular con la N-632, otro camino lleva, a la derecha al actual estadio del Quintueles
El Campu les Mariñes. cerca ya del barrio de Friuz. Como en todas la parroquias de Les Mariñes los usos residenciales se imponen a los tradicionales de las antiguas caserías. No obstante, entre el creciente número de nuevas construcciones abundan las quintanas de antes, casi todas bien rehabilitadas, o al menos en buen número
La A-8 y, poco más allá, oculta entre árboles y casas, va la N-632, que pasa junto a La Fuente la Marica, de propiedades curativas tanto de cuerpo como de espíritu, pues se afirmaba que combatía maleficios. El propio nombre, que existe en otras fuentes cercanas como Somió, era en tiempos un sobrenombre habitual en las mujeres pero también es un personaje de los cuentos tradicionales asturianos, estilo fábulas, de
Xuan (el llobu) y
Marica (la raposa). Célebre para la historia fue la ovetense
Marica Andallón en la rebelión antinapoleónica acontecida en Asturias en 1808. También en uno de los nombres de la urraca o
pega y existe el verbo
maricar que consiste en revolverlo todo
Por aquí abajo estará la casería de Casa Modesto Alonso, bajo El Monte'l Conde, que como las de Ramona la Venta, Fernando Palacio y Casimiro Riera estarían a esta parte del barrio de San Miguel, al pie de El Curviellu y a este lado de la autovía. A lo lejos Granderroble, Rovigo y Quintes, la parroquia vecina, donde se registra la existencia de 28 azabacheros en 1753, de los que cinco eran mineros y cuatro comerciantes, según figuran en el
Catastro de Ensenada
"Entre Quintes y Quintueles tengo yo los miós amores, y aunque non los comunico, d'ellos recibo favores", decía uno de aquellos cantares de estas dos parroquias mariñanas donde empiezan, o acaban según se vean, Les Mariñes de Villaviciosa y, entre aquellos dichos se rivalidad mutua, se contaba que
"los de Quintueles comen tortielles como toneles", a los que estos respondían a sus vecinos:
"los de Quintes comen cagaretes pintes"
Nos acercamos a la primera curva antes de El Pinal, que vamos viendo mejor según avanzamos cuesta abajo, por las casas del fondo sigue la carretera AS-331 tras pasar por Cuatro Vientos, pero nosotros ya hemos dicho que la dejaremos pasado el restaurante para atravesar el barrio de La Olla y luego, pero ya solo para cruzarla, nos la volveremos a encontrar en El Mirador
Son, allí en La Olla, los lugares de El Caleru, La Trapa, El Traveseru o Barrea, en el borde mismo de la colina que, al otro lado, cae sobre La Reguera y El Pedroco, también en Deva
Y por supuesto, el ya recitado lugar de Cuatro Vientos, con sus admirables panorámicas, así llamado por estar, literalmente, expuesto a los Cuatro Vientos
Barrios del sur, que crecen como hemos dicho por terrenos que fueron de Roces, como Los Caleros, Montevil y Valles, o de Tremañes, como La Braña y L'Alto Pumarín. Destacan allí, en la Avenida de Oviedo, la altísima torre del Edificio Pléyades y, más a la izquierda, bajo pero alargado, el del Centro Comercial Costa Verde del Corte Inglés, con su inconfundible silueta, inaugurado en 1989, cuando ese espacio estaba aún sin urbanizar y eran todo praderías salvo algunos edificios de atrás, de Nuevo Gijón, en el lugar de Perchera o La Perchera, antiguamente la parcelación de Munilla del año 1900, y antes aún la Nueva Venta de Pumarín, o así la llamaba en 1794 Gaspar Melchor de Jovellanos en una de sus
Cartas a Ponz, fechada a 19 de abril, Sábado de Gloria, así como, en otra ocasión, el 30 de mayo de 1796, con motivo de la feria ganadera de San Fernando que allí se celebraba
En la lejanía y en la falda del Monte Areo un gran edificio blanco es también una buena referencia geográfica y visual. Son las antiguas escuelas de Puao, por cuyas inmediaciones subirá el Camino, desde algo más a la izquierda y algo más arriba, de Zarracina a otro barrio llamado también Cimavilla para ganar seguidamente la planicia de la montaña
Los vecinos que antaño querían dirigirse primeramente a Candás pasarían al otro lado del monte para cruzar la Ría de Aboño hacia Albandi con las lanchas de La Barquera. En Albandi existe además una leyenda jacobita que dice que su iglesia parroquial, dedicada a Santiago, fue fundada por el mismo Apóstol tras desembarcar, montado a caballo, en una playa cercana (Xivares o Piedra María) y, allí donde su caballo se detuvo por primera vez, se construyó su santuario. Naturalmente no existen los más mínimos visos de realidad, pero sin embargo sí puede ser una reminiscencia, transmitida de generación en generación con sus correspondientes reinterpretaciones y transformaciones, sobre la llegada de peregrinos, o mismamente de evangelizadores, por rutas marítimas, tal y como existen en otros lugares
Una buen imagen de la llanura que se extiende de La Olla a Castañera y Llorea, con los ocalitos del Monte Quico al otro lado, L'Infanzón, El Tasqueru y La Providencia mirando a El Muselón, "la tierra de los mariñanes de Xixón", nos han dicho también con motivo de un pregón en La Providencia el 17 de julio de 2019
Antes aún de El Pinal llegamos a una casa de la que en un principio solamente vemos los tejados, al estar a un nivel más bajo que la carretera
Es la Casa Tino, Justo antes de la curva, donde no hay arcén ni nada de visibilidad, por lo que decidimos pasar un momento a la derecha, aunque lo preceptivo sea para un peatón caminar por la izquierda en zona rural
Admiramos así sus preciosos jardines y el hórreo de corredor hecho a base de listones horizontales de madera, pasamanos en la
subidoria o escalera y, a la derecha, prolongación de su tejado al añadírsele un tendejón adosado
Un vallado de cierra sustituye a la vieja muria de piedras que separa la carretera de la corrada de la casa
Y ahora veremos un detalle bastante llamativo en el portón
La silueta, recortada en chapa, de una vaca y un burro, mula o asno, alegoría de la antigua casería rural
Y continuamos carretera abajo con El Pinal a la vista, puerta del concejo de Gijón/Xixón y puerta de La Olla y parroquia de Deva
Hermosa mata de hortensias y poco más abajo unos limoneros. Seguimos dando vista a Castañera, Samiguel de Llonxes y Quintueles
Fincas parceladas donde se han construido chalets y viviendas unifamiliares entre esta carretera y el Camín de Juan que Quelo
Por suerte es raro que hay demasiado tráfico pero por seguridad de todos no estaría de mal pedir una solución a esta falta de vereda peatonal en este tramo, tan frecuentado, del Camino de Santiago en El Curviellu, dado el trasiego continuo de peregrinos a Santiago y a Covadonga
Atentos muy especialmente en las curvas de El Pinal, aquí estamos ya en la primera, con su giro a la izquierda
Luego, otro tramo recto en El Cantu, también bajo El Peñéu y El Caleru, laderas de La Llomba, loma que se al Monte la Olla, del que nos dicen en la Enciclopedia del paisaje de Asturias lo siguiente:
"Collado situado en el extremo oriental del concejo de Gijón, parroquia de Deva y lugar de La Olla. Este paso de 329 m de altura une el camino del monte Deva con La Llomba (Villaviciosa). En sus cercanías discurre la AS-331, por donde se solapa el antiguo camino costero a Santiago y el camín a Cuadonga, que aprovecha ciertos tramos del primero y se interna en Gijón por el collado del Curbiellu. El monte La Olla forma la estribación más oriental del cordal de Deva. En La Olla existió una venta en el siglo XVIII, según testimonia el Interrogatorio de Tomás López"
De frente, una pumarada nos oculta en este trecho El Pinal. Según perdemos altura se van ocultando en el horizonte la villa de Jovellanos con La Campa Torres y la rasa del Cabu Peñes
Pero seguimos contemplando este precioso paisaje de Les Mariñes cuesta abajo a nuestra derecha y hasta el mar
Nuevas construcciones en las fincas de El Curviellu que caen de La Llomba a Castañera, donde pasta la
reciella, el ganado menor, las ovejas
Por ahí abajo pasa la frontera concejil, aquella quintana ya está en Castañera, en la parroquia gijonesa de Deva, nacimiento del Ríu La Bonagua, que "hace de límite entre los concejo de Villaviciosa y Gijón, por las parroquias de Peón y Quintueles con la de Deva", nos informa asimismo la Enciclopedia del paisaje de Asturias
"No obstante en los límites antiguos del concejo de Villaviciosa, figura dentro de este ayuntamiento, al igual que los lugares de La Olla y Castañera", continúa diciéndonos esa muy completa enciclopedia del paisaje asturiano:
"Corre unos 3 km en dirección noroeste entre praderías y pequeños bosques de eucaliptos, hasta unirse al norte del monte Llorea con el río del mismo nombre, y juntos formar el río La Ñora, del que son afluentes. La proximidad a un gran núcleo urbano hace de un paisaje amable, una gran intervención humana, con proliferación de viviendas unifamiliares en su proximidades y un campo de golf"
Es el campo de Golf La Llorea, cuyas instalaciones volvemos a ver desde aquí con sus hoyos, green y arboledas, así como la Carretera Arroes e incorporación a la A- 8 al oeste de La Venta y La Bonagua
Apenas realmente vemos los tejados y poco más de la antigua granja; a la derecha es la parte alta, la vivienda, donde ahora está el
Hotel la Llorea, que aprovecha también la que fue la antigua capilla del lugar. A la izquierda, el edificio alargado ubica el restaurante
La Hacienda de la Llorea, en lo que fueron cuadras, henares y otras dependencias, al otro lado de la N-632, que no llegamos a ver desde aquí, tapada por el boscaje
La antes llamada Carretera de la Costa, o de las Cinco Villas, luego Ribadesella-Canero y acabada la Guerra Civil N-632, fue haciéndose paulatinamente, pero estos tramos entre Quintueles y Cabueñes puede decirse estaban abiertos hacia 1860 y supuso un gran revulsivo para las comunicaciones de la comarca, pues hasta entonces solo viejos caminos enlazaban las poblaciones del litoral, sobre todo estos dos caminos reales, por Pión y Les Mariñes, puede que antiguas vías romanas reaprovechadas en la Edad Media y que seguían pasos naturales a lo largo de la rasa marina, pasillo natural entre los cordales costeros y el mar utilizado desde la prehistoria, tanto como vía de comunicación como franja habitable y de asentamiento
La N-632 atraviesa L'Infanzón, aunque seguimos sin verla, pero sí podemos reconocer algunas de las casas que se disponen a lo largo de la carretera AS-356 (Carretera L'Infanzón), que se cruza con ella a la vez que la AS-331. Compartimos nuevamente de nuestro libro Rutas para conocer el concejo de Gijón:
" Antes que los automóviles, circulaban por ella, hasta fechas no muy lejanas, muchísimos carreteros transportando mercancías a la ciudad y puerto de Xixón, maderas y Sidra El Gaitero, siendo bien recordados los lecheros que comercializaban en la urbe la leche de las caserías, como Lola la Lechera. con su carruaje o xarré tirada por aquellos llamativos caballos, uno blanco y otro color canela, que maravillaban a todos los que los veían por su porte, tiro y belleza. Los carreteros llevaban sus carros tirados por parejas de vacas o bueyes, el tan célebre carru gües, y después de numerosas curvas, subidas y bajadas, a veces los sufridos animales merecían una ayuda y descanso nada más pasar la granja en dirección a Xixón, en el Chigre de Hilario, allí donde Cabueñes y Deva se unen en El Puente Llorea"
Aquí por ejemplo, en dicho cruce, está el llagar de
Sidra J.R., fundado hacia 1910 por la familia Rodríguez, uno de cuyos miembros, Fermín Amador Rodríguez, fue su útimo gerente, ya que a su fallecimiento fue vendido a Juan José Tomás Pidal unos de sus empleados, quien había empezado a trabajar en él muy joven. A la izquierda de la foto asoma muy parcialmente el tejado de la antigua Casa Cardi (Ricardo), también llamada Casa Máquina, que tuvo tienda. Ahí estuvo también el chigre de Casa Raquel. Se ubica en el cruce de la N-632 con la AS-331, donde abría asimismo sus puertas el chigre-tienda de Casa Avelina. Cerca estaba el baile de Casa Mena. Encrucijada como vemos que tuvo antaño muchísima animación
Por la carretera de L'Infanzón adelante se encuentran La Rimadera y La Pindiella. Seguidamente El Barranco. En la N-632 fue célebre la Casa'l Camineru, así llamada por vivir en ella el encargado de su mantenimiento, también conocida por la Casa'l Muleru porque trabajaba con mulas. Ahora es el muy ponderado
Mesón les Ruedes, también glosado para
El Comercio por Luis Antonio Alías,
"Conocida y reconocida al paso de la carretera de toda la vida, esta casina de piedra ofrece comida casera en lo alto del Infanzón", artículo publicado el 5-8-2023:
"Con su tejado a dos aguas, que se prolonga en otro cuerpo añadido de menor altura, coloca de adorno a la entrada dos viejas ruedas de un carro del país: Les Ruedes que le dan nombre al mesón. Mesón de los caminos machadiano, largo, hondo, precedido de terraza alta ante el aparcamiento, enmarcan sus ventanucos y puertas, grandes sillares de un tamaño y antigüedad que no hemos sido capaces de resolver. Sabemos que el edificio ejerció diversos oficios, por ejemplo taller de costura, o tablao flamenco, y que tuvo épocas de moral estricta y otras de moral relajada. Pero desde hace no menos de medio siglo pasó a mesón caminero, un destino necesario, que antes de la autovía, entre Gijón y Villaviciosa abundaban los camiones y adelantar era deporte de alto riesgo.
Lo que ahora y aquí importa comienza en 2009, cuando lo cogieron María Jesús y Javier para dar la nota con su fabada, sus callos, sus chipirones, sus pescados de roca, y sus parrilladas, chuletas y chuletones provenientes de la ganadería que ellos mismos cuidan.
En la temporada que estamos, el bonito juega un papel imprescindible a la plancha y otras variadas formas, y también el pitu de caleya, los cachopos con variados interiores, el bacalao a la moda de la casa, los chipirones afogáos y el pote racial, especialidades no sólo de carta, también integran un menú del día digno de atención.
Javier vive en La Olla. Vecino pues, lo conocía y lo quiso. Con María Jesús llenan sus comedores de planta baja y piso alto, y los exteriores si el tiempo ayuda, como despejada isla de reposo en ruta umbría por tener delante un campo de escuela automovilística y situarse al lado -más o menos- de una escasa recta. Faro de parroquianos, de transportistas, de viajeros y de comensales, la sidra se encancia de la mañana a la noche. Y con pericia, que ambos templaron oficio en Las Peñas, Trabanco o Sidra Principado, y les avalan dedicaciones y habilidades. Así que la casina sigue viva y acogedora."
La apertura del tramo Infanzón-Piles de la Autovía del Cantábrico el 30 de julio de 2002, seguido del de Grases-Infanzón el 23 de febrero de 2004, encarriló el intenso y peligroso tráfico de vehículos por esta nueva vía, pero la N-632 sigue teniendo bastante trasiego, sobre todo los fines de semana entre la ciudad y Les Mariñes, no digamos ya en verano con quienes van y vienen a las playas
Sucesro de los antiguos camineros es el Centro de Conservación y Explotación de Carreteras, sito al otro lado de la A-8 y en el enlace con la N-632, del que vemos nave, oficinas y parque móvil con explanada de materiales. Depende del Ministerio del Interior
Un poco más atrás y a la derecha, asoma en la colina Casa Ricardo, en Los Pisones, Quintueles, La carretera N-632 pasa detrás de ella y más abajo, en El Fielato, antiguo puesto de recaudación a manera de aduana interior de las que tanto proliferaron en la posguerra. Justo encima, al otro lado del profundo valle de La Ñora, El Peñucal, en el carretera a la playa (VV-1). Más abajo discurre la carretera local que comunica Cabueñes con Quintueles por El Molín de Pilo
Más cerca y a la otra parte de la A-8 el llagar de
Sidra Castañón, fundado no aquí, a donde se trasladó, sino en Quintes. En la web de la empresa Julián Castañón García cuenta su historia en primera persona:
"El Llagar Castañón fue fundado en 1938 por mi abuelo materno, Alfredo García Menéndez.
Se dedicaba al transporte de viajeros y hacía el recorrido Quintes-Gijón-Quintes en un autobús de su propiedad. Pero, durante la guerra, su vehículo fue confiscado y se quedó sin trabajo. Dos años después, el autobús apareció en Valladolid completamente inservible. Tuvo que venderlo al desguace por unas 12.000 pesetas. Con ese dinero y algún ahorro más construyó el edificio principal del llagar original.
Allí comenzó una pequeña producción y venta de sidra natural, un negocio que continuó su yerno, Julián Castañón Gil (mi padre), invirtiendo año tras año en pequeñas ampliaciones, en nuevos toneles y en nueva maquinaria."
En 1982 falleció mi padre, mientras yo me encontraba haciendo el servicio militar. Con el apoyo de mi madre, Jovita García Ordieres, y de mi hermana Aurora, decidí continuar con su labor y, con muchos sacrificios familiares y económicos, continué con el llagar situado en el Barrio de Santa Ana, en Quintes, que ya entonces era famoso por su restaurante y por las fiestas de Santa Ana.
Pero el llagar no disponía de terreno que permitiera realizar ampliaciones, así que nos planteamos construir un nuevo llagar en una finca, no muy lejos de la original, en el mismo municipio de Villaviciosa. Esas son hoy nuestras nuevas instalaciones, que os invitamos a visitar y a degustar nuestra sidra natural. Os esperamos."
A lo lejos, y también en Quintueles, El Bayu, y a la derecha la Casa Benino Simón, inconfundible en la distancia con su hórreo y Panera
La historia del Llagar Castañón es pues una de esas que unen aún más a estas parroquias hermanas que son Quintes y Quintueles, puerta de Les Mariñes desde el occidente y paso a la bahía de Gijón/Xixón por el oriente
A nuestros pies, y prados abajo vemos las arboledas y cancha deportiva de Villa San Juan, con Quintueles siempre a la vista
Carretera abajo dejamos a la izquierda el portón de la finca El Cantu: seguimos si pérdida todo recto hacia las siguientes casas de El Curviellu
A nuestra derecha, una espléndida pumarada ocupa toda una finca
Por abajo un camino enlaza la AS-331 enfrente de El Pinal con Villa San Juan y todas las fincas de la parte inferior de esta ladera, donde están las casas de reciente construcción
Realmente ese camino es un ramal que sale del Camín de los Payares, que de la carretera va a Castañera
Este Camín de los Payares va seguidamente a Samiguel de Llonxes, donde tiene dos pasos sobre la autovía, a manera de puentes, y otro paso inferior, comunicando con la N-632
Desde ahí se puede salir a Quintueles bien por Los Pisones a Friuz y Cazamular o bien por La Venta la Esperanza hacia Granderroble
Nosotros seguimos pumarada abajo hacia la siguiente curva de esta carretera AS-331, cuya ascensión, en dirección contraria a nosotros, claro, es así descrita en la muy amena página ciclista
39x28 Altimetrías, dedicada al mundo de la bici y el cicloturismo:
"El pequeño ascenso a El Curviellu se sitúa en el concejo de Villaviciosa y es utilizado por multitud de cicloturistas, por su cercanía a Gijón, por su buen asfalto, su no excesiva dificultad y sus buenas posibilidades de encadenado con otras subidas de mayor o menor empaque.
Situamos el inicio de la ascensión en el mismo cruce desde el cual parte la carretera que se dirigirá al alto de la Fumarea, tomando, en esta ocasión, dirección Xixón. Primeros metros más bien suaves, casi planos, hasta que poco a poco la pendiente va aumentando hasta situarse en torno al 7-8%, pasando una espectacular curva de "herradura", que podemos decir que es el "clímax" de la subida, con su rampa más pronunciada. Posteriormente la carretera vira hacia el norte, suavizándose levemente, puesto que se mantendrá casi uniforme hasta coronar, tras 3,7 kilómetros a una media del 5,5% (y contando el suave inicio, casi plano).
El Curviellu es una ascensión que bien puede enlazarse con Fumarea, Cruz de Peón, Monte Deva, Infanzón,.."
De frente y sobre la curva, bastante cerrada y a la derecha, tenemos la Casa Corso Colás con su hórreo
Muy reformada, a la derecha pero conservando su hórreo, Casa Herminio Juacu, en plena curva
A la izquierda, en el rellano de una vereda, la Fuente les Pelayes, que lleva muchos añosen desuso desde que felizmente hay agua corriente en las casas, pero que podría rescatarse, como tantas otras, como elemento patrimonial local, habilitando fácilmente un área descanso para peregrinos a Santiago y Covadonga, ciclistas y usuarios y vecinos en general
Tiene dos caños y de uno aún mana agua, que llena el bebederu o abrevadero al que antiguamente se traía a abrevar al ganado
Y este es el lavadero, inusualmente pequeño, pues parece hecho para que en él hiciese la colada una persona de cada vez, lavando y aclarando. El nombre de Fuente les Pelayes nos hizo pensar en las antiguas posesiones del convento ovetense de
San Pelayo, no pocas en Villaviciosa, como las de Quintueles de su vecino monasterio de San Vicente al que antes nos hermos referido. Pero no han contado que de sebe al apodo familiar de unas mujeres de una casa cercana
La finca de Casa Herminio Juacu es un hermoso prado lleno de frutales y arbustos ornamentales que se extiende cuesta abajo, donde hay más pumaradas
El lugar es también un espléndido mirador hacia esta parte de Les Mariñes de Castañera a Samiguel de Llonxes y Quintueles
En Castañera un grupo de casas se dispone en fila a lo largo del Camín de Juan de Quelo, que sale también del Camín de los Payares, componiendo una bella quintana
Ahí están la Casa Juan de Quelo, que da nombre al camino y Casa Aurelio'l Planchu
Vista hacia La Bonagua, El Piñucal y San Clemente, con el valle de La Ñora a su izquierda y el campo La Llorea
El seto cultivado crece lineal sobre el guardarraíl mientras continúa nuestra bajada hacia La Polla
Pasa pocos coches normalmente, lo hemos dicho, pero la buena carretera hace que ciertos vehículos pasen a cierta velocidad, por lo que no queda más remedio que estar muy y siempre estar preparados para arrimarnos a la sebe y meternos en la escasa cuneta existente
La
sebe se come a la cuneta. Ahora es a la izquierda cuando parece que podemos tener más visibilidad de la carretera, gracias a otro trecho bastante recto que viene ahora
Luego viene otro zigzag, en el que la carretera serpentea perdiendo altura allí donde arranca El Camín de los Payares
Esta es la entrada a Casa Corso Colás y subida a Talleres Lecio, a partir de aquí la cuneta de la izquierda se hace profundo surco pues se ha habilitado un canalillo para aguas sobrantes de lluvia, que en esta cuesta caen a torrente, pudiendo afectar a la carretera
Por eso, volvemos a caminar por la derecha, pues es donde sí hay margen para el caminante junto al vallado de otra finca. No es que sea tampoco nada conveniente andar cruzando la carretera acá y allá pero es que a veces no parece haber otro remedio
La verdad es que es un precioso pasillo verde, ojalá estuviese así toda la carretera al menos entre El Curviellu y El Pinal, paso continuo de romeros caminantes a Santiago y la Santina
Vamos a estar atentos pues, de la misma manera que al bajar algunos paisajes se nos ocultan otros se nos aparecen
Vista hacia Los Payares y Samiguel de Llonxes, a lo lejos y al este La Venta la Esperanza, acceso a Granderroble y a Quintes
Aún más lejos una larga colina es la parroquia de Villaverde, que se extiende, estrecha y alargada, sobre el valle del Ríu España en el lugar de su desembocadura, donde confluye con las parroquias de Quintes y Castiellu
Estas en primer término son las casas del Camín del Riche, al este de Samiguel de Llonxes y cerca de La Venta la Esperanza.. A la derecha, en el cruce con El Camín de Mataoveya, está, la primera, la ya nombrada
Casa Inés, de la que ahora compartimos esta reseña (fecha 26-3-2019) de
Alfonso Mateos en la página gastronómica
La Llingua Llambiona:
"Una zona que nos gusta mucho para ir a comer, es la zona entre Villaviciosa y Gijón, por su cercanía y por los muchos establecimientos que podemos encontrar en esta zona, normalmente con terrazas y zonas para que los críos corran. El otro día encontramos uno de esos sitios, casi por casualidad, y decidimos acercarnos a conocerlo. Se trata de Casa Ines, en Arroes, Villaviciosa, un local no muy grande, con una terraza exterior y una parte trasera de merendero, donde poder tomar algo tranquilamente al sol. El interior no es muy grande, por lo que es recomendable reservar.
La carta no es muy amplia, pero si estaba bien surtida, con ensaladas y variedad en platos de picoteo y alguna cosa más contundente, aunque siempre disponen de buenos menús con opciones bastante apetecible, y platos fuera de la carta."
A lo lejos, en Villaverde, vemos sus barrios de Sandín y La Carbayera, sobre La Riega'l Calderón, que se une al Ríu España justo antes de llegar al mar, haciendo de frontera con la vecina parroquia de Castiellu, así llamada por la existencia de un castro astur sobre el mismo valle y acceso al arenal. Es posible que sobre la casa de la izquierda en primer plano podamos reconocer, allí en Villaverde, la iglesia parroquial de San Pedro, Reconstruida tras la Guerra Civil. Allí fue famoso el azabachero Francisco González Costales,
Xico'l Coxín allá por el año 1880 y fue vendedor ambulante en Galicia y Portugal, según datos de
Valentín Monte Carreño en su libro
Azabachería Asturiana
Siguiendo la línea de la rasa costera en la que se asienta Villaverde, parroquia muy unida a la de Careñes, su vecina por el este, con la que comparte hasta fiesta y campo y equipo de de fútbol, vemos los barrios de Marianes y Repudia, así como la bajada a La Playa España, cerca de cuyos acantilados se extraía el azabache de tres minas en el llamado Monte la Mina, La Cueva'l Raposu, El Pozu Canijo y una tercera donde buscaba azabache el popular Senén de los Güevos, quien encontró viejas herramientas de los mineros antiguos. También se conocía al lugar como Cañéu o L'Agüera. Se cuenta que Xico'l Coxín aprendió el oficio de acebacheru de El Murcianu, un casín (del concejo de Casu) llamado Francisco Pérez Martínez, quien se asentó en Careñes hacia 1858, buscando trabajo y aprendiendo a su vez de tres hermanas azabacheras de la parroquia, Teresa, Mónica y María Concepción Costales, con las que trabó amistad:
"Trabó amistad con las azabacheras y se hizo vendedor ambulante de sus fabricados. El poco mercado existente en s le obligó a desplazarse por otras regiones, Tras rápido noviazgo, casó con Mónica, enviudando rápidamente y enterándose de suceso al regreso de uno de sus viajes. Poco tiempo después casó con otra de las hermanas, María Concepción. Los largos viajes, que podían durar tres o cuatro meses, eran muy penonsos, llevando los azabaches en un gran cajón de madera y colgado a la espalda, a modo de mochila. En numerosas ocasiones llegó hasta Murcia, provincia de la que hablaba entusiasmado en Careñes, recibiendo por ello el apodo del "Murciano". Viajó a Portugal, donde la venta de cigüas estaba asegurada e incluso hay quien afirma que sus periplos por diversos países centroeuropeos no fueron escasos en número. Con el hijo habido de su segundo matrimonio, Valentín Pérez Costales (iniciado en el oficio de la talla del azabache a los 9 años, la edad normal del aprendizaje), también apodado "El Murcianu", emprendió muchos viajes, separándose por Castilla y coincidiendo en Murcia. Por los años noventa (del siglo XIX), en uno de estos desplazamientos no compareció ante su hijo en aquella capital y nunca se volvió a saber de él."
Más a la izquierda y a lo lejos Santana, uno de los barrios de la parroquia de Quintes, por donde también se baja a la playa, allí por la VV-2, que arranca de la N-632 en La Venta la Esperanza y Granderroble, que vemos más cerca
Santana recibe este nombre porque fue el solar de la antigua iglesia de Quintes, de la que aún se guarda memoria en El Campu la Ermita. En Santana vivía Serafín El Tambor, El Tamboriteru Quintes y compañero de Joselín El Gaiteru Quintueles, y en ese barrio fue donde nació El Llagar de Castañón, que sigue teniendo ahí chigre o chígare, como más se dice en Les Mariñes
Otro gran músico de Quintes es
Luis Gardey, que tuvo allí en Santana su quinta. En
La Fonoteca y con el título
Una voz perfecta un artículo despliega toda su biografía:
"Una de las mejores voces masculinas de los 60 vino al mundo en la pequeña población asturiana de Quintes, en el concejo de Villaviciosa en 1937. Luis García Moris pronto destacó por su voz potente y muy bien modulada. En su tierra tomó algunas clases de canto y debutó con dieciséis años en Radio Gijón. Aquel trampolín le sirvió para comenzar a cantar en orquestinas verbeneras de la época, siendo prácticamente un niño. Su base de operaciones era la ciudad gijonesa, paseando su estilo por el Club de Regatas, el Somo Park, etc.
En 1958 se traslada a Madrid para estudiar Medicina, pero en 1960 queda huérfano y decide abandonar los estudios y dedicarse por completo a la música. Durante cerca de dos años actúa como vocalista en orquestinas de cabaret para ir subsistiendo. Al tiempo, se deja caer por Radio Madrid, donde aupado por su locutor estrella, José Luis Pecker, trabaja como cantante durante varios meses. Ahí lo va a conocer Maryní Callejo a principios de 1962. La luego famosa productora se ha quedado sin cantante para su primer grupo importante, Los Brujos, en vísperas de sus primeras grabaciones discográficas. Luis sustituye en el puesto nada menos que a Carlos García, que enseguida hará carrera como Tito Mora.
Con Los Brujos graba cinco EP y participa en Benidorm. Pronto la voz de Luis sobresaldrá sobre el resto de los componentes. En 1963 decide lanzarse ya sin vuelta atrás a una carrera en solitario y rebautizarse como Luis Gardey. Su primer disco, como tantos en su época, trae un poco de todo: un éxito italiano de Modugno, un tema cinematográfico y la canción triunfadora de Eurovisión. “Esta Noche Pago Yo / Balada del Amanecer / Poco Tiempo / Desierto” (Zafiro, 1963) inicia una meteórica carrera de cantante de covers, en su mayoría, franceses e italianos.
Inicia una frenética carrera discográfica que le llevará a publicar hasta once discos durante el año 1964, aunque alguno contiene temas repetidos. Canciones como “Es una cosa grande”, “Oh, mi Señor”, “Que me importa el mundo” o “Déjala, déjala” lo convierten en el ídolo melódico de la juventud española por encima de los emergentes Raphael o Mike Ríos. Sus discos aparecen invariablemente en las listas de popularidad de la época. Y va a llegar entonces la versión española de “Ma vie”de Alain Barriere. El EP “Ma Vie” (Zafiro, 1964) compite con el original y recibe el Disco de Oro de TVE, un galardón que entonces se concedía con cuentagotas y con criterios más bien dudosos. Pero lo cierto es que vendió un montón y acabó de cimentar la fama del asturiano.
Se prodigó poco en festivales y en una de sus pocas participaciones se alzó con el triunfo en el Hispano-Portugués de Aranda de Duero en 1965 con “Tú para siempre”, compuesta por Augusto Algueró. Fue preseleccionado el año anterior para Eurovisión con el tema “Torero”, que finalmente no fue el elegido.
Fichará rápidamente por otro sello, debutando con una de sus canciones más recordadas y vendidas: “Una Testa Dura / Rendez-Vous” (Vergara, 1968). Pero va a ser flor de un día, pues sus siguientes discos pasarán sin pena ni gloria. Recalará entonces en Philips, donde estará producido por Juan Pardo. Con este sello grabará el LP “Somos Tú y Yo” (Philips, 1971). Participa en el programa de TVE Canción 71, donde obtiene el segundo puesto y emprende una gira por América, donde su LP es mejor acogido que aquí."
Luis Gardey decidió retirarse en 1973 con una actuación en el programa de Televisión Española
La Gran Ocasión, pasando al negocio de la hostelería al inaugurar un exclusivo pub en Madrid, pero dado que seguía conservando muy buena voz y se estaba perfilando su faceta de compositor, volverá a los escenarios cuatro años después y con un nuevo disco:
"Así que decide regresar como un cantante maduro para un público de cierta edad con un nuevo long play que alterna temas sudamericanos de toda la vida y canciones propias: “Nosotros” (Philips, 1977). Buena parte de culpa en ese regreso la tiene su paisano y amigo Danny Daniel, que le convence para volver a meterse en estudios, carreteras y actuaciones.
En España pocos se dan por enterados, pero en Cuba y Mexico el LP es bien recibido y propicia una continuación que arrasará. Se trata de “Devaneos” (Alhambra, 1981). En ese disco se incluye ese tema, “Devaneos”, que va a ser grabado por Julio Iglesias, cambiándole el título por “O me quieres o me dejas”. Aquí va a nacer una colaboración hispanoamericana entre dos cantantes españoles. Julio grabará varias canciones de Luis, entre las que destaca “Ni te tengo, ni te olvido”. En España se editará con bastante retraso.
Luis se convierte ya en los 80 definitivamente en un hombre de negocios en el sector de la hostelería con establecimientos en Cuba y Panamá. Junto a Jaime Morey y Tito Mora, fue considerado un cantante de voz perfecta y pulida técnica interpretativa. Más tarde llegaría el fenómeno Nino Bravo y ocuparía el trono de las grandes voces españolas.
Repartirá su vida entre las dos orillas atlánticas hasta retirarse definitivamente en su tierra asturiana hacia 2004. Ha sido honrado con numerosos premios y galardones en su patria chica en estos últimos años y los buenos aficionados aún quedan pasmados por una de las voces más elegantes de la historia de la música española."
Otra grandiosa quinta de Santana fue la de Estenaga, médico gijonés, cuya alta torre esquinada
de inspiración en el estilo montañés se divisa desde la distancia (al lado del ocalito alto que vemos en la foto)
El barrio de Santana empieza justo detrás de la actual iglesia parroquial de San Fabián y San Sebastián, trasladad aquí en aquel año de 1650 donde había una capilla dedicada a estos santos, iglesia que reconoceremos arriba a la izquierda, sobre sendas líneas de palmeras que dan nombre al mítico restaurante Las Palmeras, barrio de La Carbayera., donde estuvo además el célebre baile de Casa Lozana o Casa Lalón. Hoy en día es el popular bar y restaurante de
Casa Kilo. Su dueño, Rodri, informa así de su historia en la página del negocio:
"Casa Kilo lo fundaron mis abuelos Teresa y Aquilino en 1942 como Bar-Tienda frente a la iglesia de Quintes. Mi madre Tere y mi padre Abel se pusieron al frente del establecimiento treinta años después centrando la actividad en la restauración.
A partir de 1972, Abel Buznego y Teresa Rendueles, que nos sigue mimando desde el cielo, fueron reformando poco a poco el local, apostando con el cambio de siglo por un notable avance al construir una maravillosa galería en la parte trasera de la finca que completa una terraza idílica para el buen tiempo.
Tras la jubilación de mis padres me tocó coger el timón del barco y ya se ha incorporado a la cocina mi hija Denisse que encabeza la cuarta generación familiar."
"Tomar unas botellas de Val de Boides en la barra, sentarse a echar la partida o picar algo en la sidrería, echar un futbolín en la terraza, pasar la tarde en un merendero o disfrutar de una comida de lujo en el comedor, todo es posible en Casa Kilo
Una de las grandes virtudes de Asturies son esos sorprendentes e inesperados chigres que nos levantan la moral, llenos de paisanos, partidas de cartas y sidra.
Algo así nos esperamos al entrar en Casa Kilo, en la localidad maliaya de Quintes, pero rápidamente descubrimos la terraza posterior, que envuelve con un ambiente chill-out a un acristalado y elegante comedor, donde los manjares de su acogedor dueño Rodrigo, hicieron las delicias de grandes figuras como Marc Márquez, David Villa o Quini. De hecho los más asiduos nos comentaron el gusto de Juanma Castaño, uno de los más míticos periodistas del país por esta sidrería.
Hace ya cuatro generaciones que una modesta pareja de Quintes abría su “bar tienda”. Los abuelos de Rodrigo se dedicaban a los portes, y mientras él estaba trabajando con el camión, ella se encargaba del establecimiento, que cada vez fue ampliando sus horarios hasta que los padres de Rodrigo se hicieron cargo del local."
Más abajo son las casas de Cimavilla (otro barrio más que se llama así en una parroquia), entrada a Quintes por Granderroble a través de la VV-2 desde La Venta la Esperanza. En primer término las casas de El Güertu'l Maestru y La Fuente'l Moru, entre Samiguel de Llonxes y Quintueles
El restaurante
Las Palmeras, actualmente salón de celebraciones, está también en La Carbayera, mítica casa de comida y sala de fiestas para varias generaciones fundada por Andrés Cardeli, persona de grandes inquietudes culturales al que, con motivo de su fallecimiento, dedica esta semblanza en su artículo Alicia G. Ovies para
El Comercio, publicado el 21-12-2020:
"La hostelería de Villaviciosa está de luto. Andrés Cardeli, propietario del restaurante Las Palmeras, en Quintes, ha fallecido esta noche. Su establecimiento fue durante años un referente en el municipio. Fue de los primeros en la zona en especializarse en bodas y banquetes, aunque pronto el restaurante se convirtió en un punto de encuentro para los vecinos, quienes solo tienen para él palabras de afecto y cariño. «Fue un hombre que trabajó muchísimo desde niño. Primero acompañando al padre, haciendo de todo, y luego con el restaurante. Aunque su afición era la ganadería. Siempre lo veías por los praos. Es algo que nunca perdió», recuerda Julián Caicoya. El funeral tendrá lugar este martes, a las 16.30 horas, en la iglesia parroquial de Quintes.
Por su restaurante –abierto hace más de medio siglo– pasaron en algún momento todos los vecinos de Quintes. Allí se han celebrado multitud de bodas y pocos serán los que no guarden algún recuerdo entre sus paredes. Precisamente, la Sociedad Clarín, refundada en 1984, tuvo en el establecimiento su particular sede temporal. «Cardeli colaboró muy estrechamente con la asociación en sus primeros años, cediéndonos el local para hacer allí los eventos hasta que tuvimos uno propio. Tenemos que agradecerle mucho toda su colaboración. Gracias a él se pudieron arrancar todas las actividades que a día de hoy seguimos teniendo en marcha», destacó el secretario de la entidad, Juan Rubio.
La relación entre Cardeli y la Sociedad Clarín llegó a su punto álgido en 1994 cuando la entidad decide hacerle un homenaje y nombrarlo socio de honor.
Actualmente, el restaurante está ya cerrado, aunque su hija María Jesús sigue gestionando la cafetería."
Seguido a La Carbayera, el corazón de Quintes, es Barrumedio (barrio de en medio), donde se halla la sede de dicha Sociedad Clarín, de la que ya hemos hablado abundantemente, entidad que celebra con éxito numerosas actividades pero que tal vez sea especialmente conocida fuera de Quintes por el magnífico Festival de la Llámpara
Una treintena de azabacheros registraba en Quintes el Catastro de Ensenada a mediados del siglo XVIII, entre oficiales, mineros, maestros y comerciantes, casi idéntica cantidad que en Villaverde, si bien un siglo después habrían disminuido en número grandemente por causas del mercado precisamente, que en gran parte llegó a ser acaparado por la ciudad azabachera de
Whitby en Inglaterra, que llegó a ser el mejor cliente dado el precio y calidad del asturiano. Un alza de precios motivó la llegada de nuevos mineros hacia 1883 pero en 1890 Whitby redujo su demanda, lo cual no pudo ser compensado por el mercado compostelano. Si bien siguió exportándose a Inglaterra y se abrió mercado en países como Estados Unidos, la actividad fue languideciendo hasta desaparecer la minería en nuestros días y los artesanos tener que valerse, como hemos dicho, de los escombros de las bocaminas
Va durando este hermoso pasillo verde según nos acercamos a El Pinal mientras continúa la rampa cuesta abajo por la Carretera'l Curviellu
Abajo, una bella estampa de las primeras casas de Castañera, las de Juan de Quelo, en medio del valle, rodeadas de prados y bosquetes
Un pony en el pasto, casi sobre el tejado de la nave de Pablo y Susana. Luego, frente a las casas, volvemos a ver El Camín de los Payares
Castañera con sus casas de atrás, más cercanas a la A-8, con Samiguel de Llonxes y Quintueles al fondo, donde el Catastro de Ensenada informaba a mediados del siglo XVIII de la única existencia de un oficial azabachero llamado Juan Costales; un oficial y minero, Jacinto Carvajal, y un tal Felipe de Buznego, sin más título, lo que contrasta con una parroquia que había sido sede del gremio
Buena visibilidad al ir llegando a El Pinal, si bien nuestra providencial senda de hierba va estrecharse al llegar a aquel seto, por suerte poco falta ya para dejar el sinuoso asfalto
A la izquierda es la entrada al restaurante, con la explanada de los aparcamientos de El Pinal, restaurante que se hizo especialmente famoso para los banquetes de bodas. El primero que se celebró aquí fue en 1972, improvisándose una nave con tejado de uralita. Ahora, ampliado y reformado, el restaurante dispone de varios salones para los comensales. Como nota curiosa, en la parte de atrás hay jardín y capilla, en principio pensada para bodas religiosas, pero destinada finalmente a las civiles
"El restaurante El Pinal, de Peón, cerró el pasado domingo sus puertas tras cincuenta y cinco años en activo. “Da mucha pena”, reconoció Margarita Blanco, fundadora con su marido, Alejandro Suárez, allá por 1968. En aquellos momentos ninguno de los dos tenía experiencia en la hostelería, pero con esfuerzo y tesón lograron convertir lo que al principio fue un bar-tienda en uno de los establecimientos más conocidos de Villaviciosa. Su cierre supone una gran pérdida para el concejo, cuyos vecinos se volcaron este fin de semana para darle la despedida que merece.
El matrimonio decidió abrir el local dos años después de casarse. En aquella época Suárez trabajaba como tornero para una empresa gijonesa, pero decidió dejarlo todo para apostar por la apertura de un bar-tienda en Peón. Con los años, el negocio comenzó a coger relevancia y decidieron ir ampliando espacios e instalaciones, “adaptándose a los tiempos para seguir ofreciendo servicios de calidad”.
El Pinal era uno de los pocos restaurantes con gran capacidad en Villaviciosa, lo que lo convertía en muy buena opción para eventos con muchos invitados. Por eso, pronto comenzaron a atender bodas y celebraciones de gran envergadura, llegando a acoger en un mismo día “siete u ocho enlaces nupciales”. En la época dorada, el establecimiento llegó a contar con una plantilla de casi treinta camareros.
En la actualidad contaba con cinco salones de diferentes capacidades, para acoger desde convites íntimos con una veintena de invitados hasta grandes banquetes con 500 comensales.
Entre sus clientes figuran personalidades de renombre, especialmente del mundo del deporte. Han atendido a Marcelino García Toral, entrenador e hijo predilecto de Villaviciosa, que acudió a una comunión junto con el jugador Santi Cazorla. También a Joan Laporta, actual presidente del fútbol club Barcelona, y al piloto Carlos Sainz.
“Siempre tuvimos una clientela muy buena y muy fiel, gracias a ellos es por lo que hemos aguantado tanto tiempo. Más que clientes para nosotros son amigos, algunos llevan viniendo todas las semanas desde hace más de veinte años”, aseguró Alejandro Suárez. Solo hay que ver la respuesta que los vecinos tuvieron en cuanto anunciaron el cierre. El domingo atendieron a casi 400 personas, teniendo que decir a muchas que no. “Hubiéramos podido atender al triple de gente. Hemos dicho que no a muchas personas, muchas de ellas clientes habituales que no habían reservado”, lamentó.
La razón del cierre del restaurante El Pinal es la falta de relevo generacional. Suárez lleva varios años jubilado y su mujer, aunque estuvo trabajando hasta el último momento, también estaba a punto de dejarlo. Al frente quedaron durante los últimos años sus hijas, “aunque ya no quieren seguir con ello”. “El sector cambio mucho en estos años. La gente ya no se gasta el dinero que se gastaba antes, ahora es muy difícil mantener un restaurante. Subió la vida, los impuestos… Los beneficios no son los mismos”, reconoció el fundador.
La intención ahora del matrimonio, que este domingo celebró además 57 años de casados, es poder vender el restaurante y que los nuevos propietarios escriban en él una historia tan longeva y gratificante como la suya."
"Amplio recinto que cuenta además con una preciosa y acogedora ermita, donde podrás celebrar bodas religiosas y civiles. Cuenta con cinco salones, que albergan desde 20 invitados hasta 500 comensales. Dispone también de una panera y un granero rehabilitado para un máximo de hasta 40 personas. Cocina asturiana con los mejores mariscos de la tierra que se adaptan a vuestras necesidades. Otros servicios: Capilla propia. Carpa, Zonas ajardinadas, Parking, Zona de baile, Gaiteros, Escanciador de sidra"
Antes de la próxima curva, ya la final antes de abandonar la AS-331, tendremos de aquí un buen lugar para despedirnos de estos paisajes de Les Mariñes de Villaviciosa que nos han acompañado a lo largo desde la bajada desde el chigre El Curviellu
Nos apostamos aquí, junto al seto, y observamos a nuestros pies...
Castañera, el extremo oriental del concejo de Gijón/Xixón y Samiguel de Llonxes, entrada a la parroquia villaviciosina de Arroes por el oeste
Allí, Los Payares, en las boscosas fuentes de los ríos y arroyos que formarán El Ríu la Ñora y sus afluentes
Samiguel de Llonxes, con la escuela y la iglesia (parte posterior) en medio de la foto, entre el Camín de la Fuente'l Moro y El Camín del Riche, paso a La Venta la Esperanza
Villaverde con sus barrios extendidos por la loma y haciéndose uno con la vecina parroquia de Careñes, ambas estrechas y alargadas en su extensión territorial entre los ríos España y Merón, paso a la playa de este nombre y a Argüeru, que con Oles y Tazones completan Les Mariñes de Villaviciosa con Castiellu, Quintes y Quintueles
Aquí cerca, la ladera del Monte'l Conde, plantada de ocalitos, sobre Los Payares y la vista de El Curviellu y Castañera
El Atu'l Curviellu, que ya hemos dejado atrás, bajando de la collada entre El Monte'l Conde (343 m), también llamado Piedresblanques, y La Llomba, que se extiende a su derecha hacia El Monte la Olla y El Monte Deva
La curva de El Pinal, otra muy cerrada en la cuesta del Curviellu. Por abajo vemos nuevamente El Camín de los Payares
Y en la distancia Lloreda, en Deva, con el valle de La Ñora en lontananza
En medio las llanas praderías de La Olla atravesadas por la autovía y por donde va El Camín de La Bonagua, un terreno apetecido desde hace años por las constructoras inmobiliarias. A lo lejos a la derecha, El Piñucal, en Quintueles
Las instalaciones de la antigua Granja Lloreda, ahora campo de golf La Llorea, con su alta torre en medio de ambos edificios (entre los que pasa la N-632). En la distancia La Cuesta, en Cabueñes, por donde va la carretera que une esta parroquia con Quintueles por El Molín de Pilo, en el valle
Nos cruzamos con El Camín de los Payares y tomamos esta curva con la máxima precaución. No son infrecuentes los sustos
Placa señalética en el cruce
Nosotros seguimos por la AS-331, la Carretera'l Curviellu o Carretera Pion con especial cuidado por si viene algún vehículo (atentos también atrás). En el suelo, una flecha azul del
Camín de Cuadonga
Y flecha amarilla del Camino de Santiago
Verdaderamente, un sitio muy complicado para caminar seguro, A la vista está. No arrimamos bien a donde podamos ver mejor quien viene y va
Aquí por fin tenemos más visibilidad. Arriba, El Monte la Olla (329 m), estribaciones del monte Deva que por La Llomba se prolongan hacia El Curviellu
A nuestra izquierda, sobre la carretera, que aquí hace una recta, están los aparcamientos de El Pinal. A la derecha una placa informa del paso de peregrinos a los automovilistas
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