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miércoles, 14 de agosto de 2024

AVENO Y EL PICU CASTIELLO DE MARCENAO (SIERO ASTURIAS) POR LOS BOSQUES DE CARNUETA, EL CASCAYU, SORRIBES Y "PUERTO RICO": BAJANDO A EL REBOLLAL POR EL CAMÍN DE LOS SACRAMENTOS

Llegando a Aveno, con El Picu Castiellu al fondo

El Camino de Santiago del Norte, en su trayecto a la Sancta Ovetensis, la catedral ovetense del Salvador o San Salvador, pues "quien va a Santiago y no al Salvador, visita al criado y olvida al señor", ha entrado en el concejo de Siero por El Castru, al norte de Collao, y se acerca a Aveno, en la parroquia de Samartino, a unos 5 kilómetros de La Pola, la capital del concejo, por El Camín de la Peña, dando vista al sur a las casas de Miranda, a la entrada del pueblo y, asomando más allá y sobre ellas, El Picu Castiellu (435 m), antiguo castro astur que debió ser habitado hasta la Edad Media


Y es que, para algunos historiadores, en El Picu Castiellu estuvo el "Castro de Siero" o castillo desde el que se gobernaba este territorio antes de que se fundase La Pola en 1270, en base precisamente a la Alberguería de San Pedro, posada en la que ya se alojaban arrieros, viajeros y peregrinos desde mucho antes mismamente de que existiese la población. Así por ejemplo, en el Gran Atlas del Principado de Asturias podemos leer lo siguiente en el capítulo dedicado al concejo de Siero:
"... cabe destacar la donación efectuada por María Ordoni en el 1141, relativa a un hospital para pobres construido "in valle Sierii castri positam, in loco qui Riuuo Sicco (Rioseco) a populis uocitatur..." que la fundadora dota con las propiedades adyacentes, delimitando detalladamente sus términos y otras heredades. (...)
Por entonces, el espacio aglutinado por el topónimo Siero revestía un claro componente administrativo que, al parecer, era gestionado, como en otros territorios asturianos, desde una fortaleza, un oppidum. Así parece confirmarlo la intitulación de Didacus Abregon que, en las décadas de los cincuenta y sesenta (del siglo XII) aparece confirmando documentos como "tenente opido Sieiro/Siero". No obstante, es posible que aquel emplazamiento fortificado ejerciese una labor centralizadora desde hacía ya tiempo. En una donación realizada en 1133 en favor del monasterio de San Vicente, el objeto de cesión se especifica con la expresión "uillam que iacet in ualle Planere, inter castrum Sierii quam uocitant castannera", y recordemos igualmente que en 1141 se situaba la casa hospital de Rioseco "in valle Sierii castri positam" 

El Picu Castiellu suele ser llamado de Marcenao (fija realmente el límite entre las parroquias vecinas de Marcenao y Aramil, sitas al sur), para diferenciarlo de otros picos llamado igual y por la misma razón, la existencia de castros, en origen prerromanos pero que, al igual que muchos fueron abandonados tras la conquista romana, otros siguieron ejerciendo su función de control y vigilancia del territorio, además de entidad poblacional, hasta muy avanzada la Edad Media, bien con continuidad, bien al ser reutilizados tras la caída del Imperio Romano y durante las inseguridades de la Alta Edad Media. El tema se discute


A la izquierda del Picu Castiellu de Marcenao las estribaciones montañosas que se extienden al este son las de La Golpina, cresta alomada que, extendida de este a oeste, cierra el valle del Río Secu al sur, dividiendo en dos partes, meridional y septentrional, la vecina parroquia de Collao


La cota más alta de La Golpina llega a una altura de 393 m y el valle constituyó un paso natural desde la prehistoria que conformó el trazado de uno de los varios caminos reales, El Camín Rial (del 'reino' o, como hoy diríamos, 'del estado') que de este a oeste también atravesaban el valle de Siero, que no es otro que el del Río Ñora o Nora y sus afluentes, como este del Río Seco


El Camín Real discurre realmente unos metros más al sur, al otro lado de las casas de Aveno y poco antes y más arriba del río. No obstante, dado que en el tramo por Samartino discurre la actual carretera AS-331, que comunica La Pola con el gijonés Altu L'Infanzón, de relativo tráfico y, además, sin arcenes ni veredas peatonales, se decidió en su momento señalizar esta ruta alternativa que, pasando muy cerca, evita asfalto y peligros, la cual sale de El Castru (nada más entrar en Siero viniendo de Aramanti en Sariegu)  por El Camín de la Sienra y toma luego este, El Camín de la Peña, para continuar a Aveno


En uno de los altos o cuetos de La Golpina, El Mosqueru (387 m), estuvo hasta la Guerra Civil la antigua iglesia parroquial de San Cristóbal de Collao, del siglo XII y situada en un lugar, elevado y algo apartado de núcleos poblados, pero a al vez equidistante de todas las aldeas de la parroquia. Reconstruida en 1896 y destruida cuarenta años después, al empezar la contienda, en la posguerra se reconstruyó pero no en el mismo lugar pues, siguiendo otros criterios, se decidió hacerlo al sur, al lado de la carretera La Campa (AS-380) e inmediaciones del gran nudo de comunicaciones de La Secá, la parte más poblada y comunicada de la parroquia


Pero en El Mosqueru permaneció el cementerio, que es donde sigue ahora, con las ruinas de la iglesia vieja y de la antigua parroquial, mientras diversos elementos románicos rescatados de los escombros de su destrucción, tallas románicas, ara y porciones del arco de la portada, fueron reaprovechados (aunque no todos se pudieron recuperar, en la iglesia nueva, cuyas obras comenzaron en 1967 y terminaron en 1979. "Estas piedras, del siglo XII, sirven hoy de soporte para macetas tanto en el exterior como en el interior de la iglesia", dicen en el Diccionario geográfico de Asturias. Ciudades, Villas y Pueblos


Más atrás y más al este, a la izquierda de El Mosqueru, El Pandu (342 m), en la frontera con Sariegu, con las casas de Pandurriba y Pandobaxu, al este de Villanueva, en Collao


Paisaje de la Sienra por donde viene de El Castru, pasando al lado de la nave de ganado que vemos a la izquierda de la foto, El Camín de la Sierna, el que hemos empleado, siguiendo la señalización, para evitar desde El Castru la carretera AS-331


El Camín de La Senra dio paso al Camín de la Peña, este por el que andamos que, delimitado por alambradas que lo separan de las fincas colindantes, lo que revela sus usos ganaderos, sube muy suavemente ganando altura paulatinamente hacia las casas. A nuestra derecha está la colina en la que se asienta la parte más alta de Aveno, a una cota de unos 322 metros de altitud que apenas representa unas pocas decenas de desnivel respecto a la llanura del valle


En su origen parce haber sido la villa, en el sentido de casa o casería, de un tal Avenus de época tardorromana o altomedieval, villae agrícolas que parece configuraron y administraron el territorio en aquellas épocas mientras los antiguos castros seguían siendo, se supone, atalayas de vigilancia fortificadas


Al norte, ahora a nuestras espaldas ya, queda la llanura de La Sienra y La Iría, que se extiende hasta la base de La Peña Careses (552 m), gran mole caliza referencia visual del valle, al cual cierra por el norte. A su izquierda otro castiellu, El Picu Castiellu (488 m) de la Collá, donde fueron halladas señales de un asentamiento castreño por Felipe Valdés Menéndez, ingeniero del malogrado Ferrocarril de San Martín del Rey-Aurelio-Lieres-Gijón, del que tanto hablamos en la correspondiente entrada de blog, uno de cuyos túneles pasa bajo el picu, el cual, datado, al menos sus hallazgos, a partir del siglo VIII a. C., parece haber sido también poblado o utilizado hasta bien entrada la Edad Media


Continuamos subiendo entre estas fincas aquí separadas del Camino por tupidas sebes, setos naturales de zarzas, arbustos, helechos, etc., que constituían tradicionalmente estas lindes que antaño estuvieron plantadas de cereal para hacer el pan en casa, como se hacía antaño. Luego, la especialización ganadera hizo que fuesen en su práctica totalidad dedicadas a prado


Junto con los prados se mantuvo e incluso se incrementó un cultivo agrícola muy determinado y de gran demanda, el de la manzana de sidra, cuyas pumaradas son compatibles con las praderías de pasto y siega o, como suele decirse también, 'de diente y siega'


Según subimos y nos acercamos a la pumarada llegamos a este cruce, en el que continuaremos todo de frente y en dirección sur


Crecen los helechos en las veredas de este camino-pista donde el único tráfico que acaso podríamos encontrarnos al paso sería el de algún ocasional vehículo de servicio a las fincas


En lo alto de la colina, en aquel grupo de casas, se encuentra la capilla de la Concepción, también destruida en la guerra, permaneciendo en ruinas con riesgo de derrumbe hasta que fue reconstruida por el vecindario siendo reinaugurada en 2003


Ante nosotros, la silueta del Picu Castiellu de Marcenao sigue asomándose sobre las casas de Aveno, separando el valle del Río Secu del valle del Nora, con el que unirá a la entrada de La Pola, "El Valle del Castro de Siero", como se decía en los documentos anteriores a la concesión de la carta puebla que dieron nacimiento a La Pola


A nuestra izquierda, al este, La Senra, por donde viene desde El Castru (al fondo -otro topónimo castreño más-), El Camín de la Senra, que es el que hemos empleado siguiendo la señalización para evitar la carretera AS-331. A la izquierda a su vez, La Llomba, loma montañosa de pastos y majadas que cierra el valle de Sariegu por el norte, separándola de Villaviciosa


El Castru y Mería. En primer término y junto a la AS-331, la cochera de Autocares Hortal, en términos de Aveno pero al lado de El Castru, empresa fundada en 1983 que vino aquí desde su antigua sede en Aramanti (Sariegu), donde pasamos a escasos metros de ella, bajando de por Les Llenderes


Prados, pumaradas y sebes, junto con bastante arbolado autóctono, principalmente castañales y carbayos, cuando árboles solitarios, cuando matas y bosquetes, constituye la esencia del paisaje del valle del Río Seco


El Castru debe su nombre a otro promontorio castreño más, llamado igual que el pueblo y también Los Castrucos, La Pica'l Castru o El Picu'l Castru, justo al lado del pueblo, no tan prominente como los picos castiellu de Marcenao y La Collá pero sí al mismo paso del Camino, en la frontera Siero/Sariego, del que se pregunta Florencio Friera Suárez, cronista oficial del concejo vecino, "¿Hubo un foco de la cultura castreña en esta zona, cuyo recuerdo se ha perdido, salvo por el topónimo del lugar habitado de El Castru?", y así se lo plantea en el apartado que le dedica a este lugar en su libro Patrimonio histórico y cultural de Sariego (Asturias), en el que continúa así:
Lo que queda hoy del castro que tratamos  de dar cuenta es muy poco. El terreno estuvo dedicado a labor y los trabajos agrícolas desvirtualizaron su fisonomía original,. Aparecieron algunos materiales de l los que dio cuenta José María Berros en el periódico La Nueva España. Hoy está dedicado a pasto y 

El recinto tenía forma ovalada y era alargado en el sentido del eje NE-SO. En el arco S. hay un escarpe natural bastante acusado, que se suaviza con la caída hacia el río, lo que contribuiría a su defensa. En esta ladera es por donde va la carretera SR-1, antiguo "Camín Rial". Por el lado del N. hay tres amplios niveles de aterrazamientos con taludes que no supera 1,5 metros, coincidiendo en parte con afloramientos calizos".

Al fondo y más allá de Mería, La Peña (358 m), a cuyos pies hemos pasado a Aramandi viniendo de Vega, la capital saregana, por Barbechu, a escasos metros de La Cochera, la antigua cochera de Hortal, como hemos dicho, en La Vía o La Viona, la antigua caja ferroviaria del ya mencionado Ferrocarril San Martín del Rey Aurelio-Gijón- Lieres, que no llegó a inaugurarse en lo que constituyó posiblemente el mayor fracaso ferroviario de la época (primeras dos décadas del siglo XX) en Asturias


Nos acercamos a las casas de Aveno por la parte de La Miranda, donde vemos las naves de la ganadería Molleda: pronto pasaremos a su derecha, muy cerca de la capilla de la Concepción, si bien el Camino sigue de frente sin subir a ella


Por estos caminos iban también los romeros a la fiesta de la Santa Cruz de Marcenao, advocación de la iglesia parroquial, romería de la que hay noticias desde 1719 documentalmente, si bien ha de ser probablemente muy anterior. Además, en 1904 se llevó a cabo la colocación de una cruz en la cima del Picu Castiellu, repuesta en 1978, como explica el vecino de esa parroquia Benigo Martínez-Fuego en La Nueva España del 29-1-2008:
"La cruz del Pico Castiello fue plantada en las primeras semanas de septiembre de 1904, hubo unas misiones en la parroquia de los PP Capuchinos de León, que eran para las parroquias de Vega de Poja, Pola de Siero, Collado, Santa Eulalia de Vigil y Aramil, pero se celebraron en Marcenado por ser la más céntrica. Los frailes ejercieron una atracción tan fuerte entre la muchedumbre que en su estancia de nueve días organizaron una peregrinación a Covadonga, a la que concurrieron en pleno todas las parroquias; en el octavo día se celebró una comunión general en el campo de la iglesia, se ofició la eucaristía y, al final, se celebró procesión por la noche, con antorchas y faroles, y el padre Santibáñez, amo de la casa, cargó sobre sus hombros una pesada cruz de madera de cuatro metros de altura cubierta toda de cinc y realizó el largo trayecto desde la iglesia hasta la cima del monte Pico Castiello, de 437 metros, donde la dejó plantada. Nadie pensó entonces que se convertiría en uno de los eventos más significativos de la religiosidad popular, pronto se difundió la noticia atrayendo al lugar los domingos y días festivos a fieles que recorrían a pie varios kilómetros para la oración del rosario en la cima del monte. 
Destruida durante la guerra civil, su reposición, idea que hacía tiempo que se perseguía, se llevó a cabo en 1978, y fue, sin duda alguna, uno de los acontecimientos de mayor proyección humana en la vida de este pueblo en los últimos años."


El Camín de La Peña recibe su nombre por ser uno de los accesos a La Peña Careses, la cual ha quedado ya definitivamente detrás de nosotros, junto con su parte saregana, La Peña Castañera, a su derecha, al igual también que El Picu Fariu, situado más atrás aún, solamente reconocible una pequeña parte por sus repoblaciones de pinos, más alla de Camparnandi, campera situada entre las dos peñas. En la distancia todo puede parecer parte de la misma montaña


Llega ahora un corto y breve repecho, a la sombra, donde el Camino parece que tiende a estrecharse, 'encajado' entre les sebes


Es, recalcamos, una subida fácil, corta y sin problemas, si bien es verdad que para los peregrinos que vienen con muchos kilómetros a sus espaldas, todo esfuerzo se nota, aunque la proximidad al casco urbano de La Pola, y los gratificantes tramos que nos aguardan han de ser todo un aliciente para caminar con paso alegre y resuelto


Al final de la cuesta, la ya para nosotros muy familiar silueta del Picu Castiellu de Marcenao parece guiarnos como un faro. Ahondando en el tema de la fiesta de la Santa Cruz y la fiesta allí celebrada, publicamos esta descripción que hace La Nueva España del 30-4-2004 en base al libro de la historiadora Mª Dolores Alonso Cabeza titulado El concejo de Siero en sus fiestas. Datos de su historia:
"La fiesta de la Santa Cruz ya se cita en 1719, pero la cruz del Picu Castiellu fue plantada en las primeras semanas de septiembre de 1904, hubo unas misiones en la parroquia de los Padres Capuchinos de León, que eran para las parroquias de Vega de Poja, Collado, Pola de Siero, Santa Eulalia de Vigil y Aramil, pero se celebraron en Marcenado, por ser la más céntrica. Los frailes ejercieron una atracción tan fuerte entre la muchedumbre que en su estancia de nueve días organizaron varios actos a los que concurren en pleno todas las parroquias, el octavo día se celebró una comunión general en el campo de la iglesia, se ofició la eucaristía y al final se celebró procesión por la noche, con antorchas y faroles, y el padre Santibáñez, amo de la casa, cargó sobre sus hombros una pesada cruz de madera de cuatro metros de altura cubierta toda de cinc, y realizó el largo trayecto desde la iglesia hasta la cima del monte Picu Castiellu, donde la dejó plantada. Desde entonces se convertiría en uno de los eventos más significativos de la religiosidad popular, atrayendo al lugar los domingos y días festivos a fieles que recorrían a pie varios kilómetros para la oración del rosario en la cima del monte. 
Todos los años la segunda semana de septiembre se celebró misa en el monte al pie de la cruz, con gaita y tambor, a la que asistían los párrocos de Vega de Poja, Pola de Siero, Collado, Santa Eulalia, Aramil y, por supuesto, el de Marcenado. Se invitaba para este día de la Patrona a los curas que eran nacidos en la parroquia y que se encontraban fuera, como el padre Robustiano, don Sabino, el padre Ángel, don Salvador Corujo, don José y don Lázaro San Martín Camino, que fue uno de los 140 sacerdotes de la diócesis de Oviedo que perdieron la vida en los turbulentos años de las contiendas fratricidas que sufrió España."

Terminando la subida a Miranda, hay una explanada y, en este cruce, iremos a la derecha


En este gran rellano es muy común encontrar vehículos y maquinaria de la casería de Ganados Molleda, cuyas fincas y naves tenemos ya enfrente


En la siguiente bifurcación seguiremos todo de frente por El Camín de Miranda


A la derecha es El Camín de la Capilla, la ya mencionada capilla de la Concepción de Aveno, que no llegaremos tal vez a ver pero sí las señales jacobitas que nos instan a continuar de frente


Este de la izquierda pues, que es el que vamos a seguir, empieza una pequeña bajada..


Es El Camín de la Boleruca, que se dirige al barrio o lugar de este nombre, situado unos pocos metros más allá


Desde el Camino y la entrada a esta finca tenemos una estupenda vista de La Boleruca con El Picu Castiellu de Marcenao. El castro allí existente fue identificado en 1958 por el insigne profesor José Manuel González y Fernández Valles, quien lo añadió en 1966 a su catálogo de castros. Fue incluido en 1988 en la Carta Arqueológica del concejo de Siero hecha por el arqueólogo Vicente Rodríguez Otero y en 2011 en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias (IPCA)


La Boleruca, como su nombre indica, sería donde antaño estuvo la bolera del pueblo, el deporte o juego más practicado entonces en los pueblos asturianos, en múltiples modalidades, algunas locales y otras más generales, triunfando aquí la de la cuatriada o cuatreada. Para armar la bolera tampoco se necesitaba gran cosa, una zona llana que podía ser una zona ancha del camino, una caleya o algún cruce o explanada. Más tarde se habilitaron boleras estables en los chigres, algunas incluso cubiertas, con gradas y asientos. Hoy la mayor parte han desaparecido


Abajo en la cuneta a la derecha, a la sombra, un antiguo bebederu de piedra, para el ganado, ya en desuso desde que felizmente se dispone de agua corriente en las casas


A nuestra derecha, El Monte Sorribes donde está la fuente de ese nombre, o de Carnueta. Aquí empezarán una serie de bellos parajes boscosos por los que transitaremos hasta El Rayu, antiguo enclave alfarero que es la entrada de La Pola, a unos cuatro kilómetros de aquí o, lo que viene a ser más o menos, una hora de camino, pero una hora bellamente intensa


Es aquí, justo antes de las siguientes casas, donde dejaremos El Camín de la Boleruca para ir a la derecha, estemos pues muy atentos


Si bien alguien ha pintado a mano una flecha amarilla y la palabra 'BICI', recomendando a los bicigrinos que bajen y continúen por la carretera, para los caminantes es poco conveniente, reiteramos, por su relativo tráfico y prácticamente nulo espacio para el peatón


Es muy posible que en la explanada delante de las casas fuese donde se armaban los bolos para jugar, una corrada o corralada que dio nombre a este lugar de La Boleruca al que, nada más llegar, vamos a dejar, a la derecha, insistimos


Es El Camín de Carnueta, como tenemos aquí señalado


Veamos a un lado las flechas amarillas indicándonos la dirección a seguir...


Venga, ¡adelante!, que nadie se quede atrás, nos espera un agradable paseo por el bosque...


Hay una pequeña cuesta y restos de lo que parece ser un viejo empedrado


Una profunda caja caminera delataría también la antigüedad de esta vía. Ahora en el Camino predomina el firme suave, de tierra, algo que siempre agradecerán nuestros pies


En el otoño el suelo queda a veces casi cubierto de oricios de castañes



A nuestra izquierda El Picu Castiellu ha de ser para nosotros una importante referencia, pues al llegar a sus pies cruzaremos la carretera, primero, y luego El Río Seco o Recuna para continuar por los bosques de El Cuitu en dirección a La Pola por la capilla del Cristo la Bienvenida


Cierto es que vamos a dar una importante vuelta o rodeo bordeando estos prados antes de bajar a El Rebollal para cruzar la AS-331, pero ello se verá compensado por esta belleza de trayecto. El Camino continuará por las arboledas que tenemos enfrente, al otro lado de este gran prado, justo antes de empezar dicha bajada


Unos metros más abajo salimos al Camín del Cascayu y continuamos a la derecha


Placa con el nombre del camín


Señal del Camino de Santiago, no olvidemos que lo óptimo es que la concha vaya acompañada de la flecha amarilla, único elemento inequívocamente direccional, y es que, en contra de lo que suele pensarse, la posición de la concha NO implica necesariamente direccionalidad, es decir, informa que esto es Camino de Santiago oficial pero el rumbo ha de marcarlo la flecha, tal y como señalan las directrices señaléticas del Consejo Jacobeo



Si no estamos atentos es posible que no veamos la bajada a La Fuente Sorribes, un bello rincón en lo profundo del bosque...


Una escalera de piedra, con un pasamanos de madera, baja hacia ella, aunque cuando vinimos estaba anegada


Apenas sobresalía la parte de arriba, a ver si cuando vengáis está restaurada y recuperada y la podéis ver en su plenitud


A estas fuentes se venía antaño a por agua cuando no se disponía de ella en las casas, lugares pues cotidianos y del duro trabajo diario, pero también de encuentro, de amoríos y de apariciones de seres como les xanes, las ninfas asturianas que se dice moraban, encantadas en estos y otros parajes


Después de La Fuente Sorribes una pequeña cuesta nos lleva a una casa, donde empieza El Camín de Puerto Rico


Por aquí a nuestra izquierda baja, a dar sus aguas al Río Secu al pie del Picu Castiellu, La Riega Sorribes, que nace en la fuente homónima, cuyo nombre significa 'la parte de arriba del agua o de la corriente de agua', es decir, sobre las riberas... 


Esta es pues la gran finca que bordea el Camino, llamada Puerto Rico (no sabemos si por relación con algún indiano) haciendo una gran vuelta, la razón parece evidente, es muy acuosa y encharcada. Luego bajaremos, como hemos dicho, por los árboles del fondo, exactamente al lado de aquella nave de ganado que vemos en lo alto de esta bella campera


Y, a la entrada de la casa, situada en un rellano de esta ladera, sobre el Camino, está el hórreo


Al pasar vemos que es de los que se levantan sobre bodega, un espacio que normalmente se empleaba como almacén de aperos pero que tenía múltiples funciones según quisiesen o deseasen sus dueños, corripa o pocilga, gallinero, cuadra o casa (en bodegas más grandes que esta, claro). También servía para guardar el carro y ahora como garaje


Y aquí enlazamos con el Camín de Puerto Rico, el que se llama como la finca, el cual sigue una suave subida


Un precioso sendero rural entre sebes y arbolado


Y hay tramos en que esta sombra bien se agradece en días de sol intenso y castigador


Llegamos ahora a una bifurcación con el Camín de la Quintana, en la que seguimos de frente, a la izquierda


La señalización nos lo indica bien, el Camino llanea ahora un poco junto a este prado


El prado en el tiempo de la siega, cerrado con alambre, a la izquierda sigue la sebe...



Y desde la sebe, una hermosa vista al este de la finca Puerto Rico, la que para bordearla hemos hecho este gran rodeo en forma de 'U'



La Casa del Camín del Cascayu y el bosquete de Carnueta donde nace La Fuente Sorribes



El Camín del Cascayu hacia Aveno, que ya ha quedado también atrás



La Golpina, sobre el valle del Río Seco. A su derecha son los prados de La Barreona, que pertenecen a la parroquia de Aramil, la cual se asoma también a este valle, llegando sus límites al mismo río, en esa franja


Y de esta manera, paso a paso, vamos adentrándonos de nuevo en un maravilloso paraje boscoso


Entre sebes o matos, empezamos ahora a bajar suavemente...


Antes de bajar más vamos a echar un vistazo atrás, a nuestra izquierda, pues veremos ahora, al norte, un hermoso paisaje de la serranía entre La Peña Careses, a la izquierda, El Picu Castiellu (de La Collá) en medio y, a la izquierda El Picu Mería (465 m), al norte de esta parroquia de Samartino, que la Enciclopedia del paisaje de Asturias señala como "la estribación occidental de la Peña Careses"



En esta su falda sur reconoceremos algunas casas del pueblo de Ordiales, de hábitat muy disperso, desparramado en las cercanías de sus antiguas fuentes que proveyeron de agua a sus habitantes, El Caleyón d'Acá, El Caleyón d'Allá, El Fonticu, Canales, La Viesca...



Ordiales está muy cerca de Muncó y el Alto Muncó, al norte del concejo de Siero y cerca del de Gijón/Xixón, paso de la famosa Carretera la Pola, actualmente AS-377, tan empleada antaño, y también ahora, para ir al célebre Mercáu la Pola, los martes, toda una tradición en estas parroquias rurales y gijonesas


Podemos percatarnos de los nuevos usos residenciales imperantes en el campo astur, sobre todo en el más cercano a las grandes urbes de la zona centro, más próximas aún con las autovías abiertas, tramo a tramo, entre finales del siglo XIX y primeros del XX


En lo que podemos decir que es el centro de Ordiales o el núcleo de casas más concentrado está asimismo la de El Fonticu, con la capilla de la Purísima y San Roque, del año 1767, de renombrada romería, con procesión por el pueblo y fiesta de prau en el vecino Muncó, "Desde Ordiales se contemplan Peña Careses, cuyas estribaciones sirven de límite con el vecino concejo de Sariego, y los castros del Picu Castiellu de La Collada, así como Peña Mayor y la cordillera del Aramo", explican en el Diccionario Geográfico de Asturias


No deja de ser interesante que en el Diccionario Geográfico de Asturias. Ciudades,Villas y Pueblos, se diga que "Por Ordiales pasa el camino de Santiago", lo que posiblemente se referirá a alguno de tantos ramales que, a partir de los varios "caminos reales" (reales, 'del reino', actualmente diríamos 'del estado') existentes en la zona, se unirían aquí y allá


Cuando se publicó dicho diccionario geográfico asturiano (2000), quedaba en Ordiales "el recuerdo de oficios hoy casi perdidos, en el pueblo aún queda un ferrador", herrador del ganado. Su hábitat, como podemos percatarnos, es bastante diseminado y en las nuevas construcciones de viviendas, así como en la restauración de las antiguas, predominan, como acabamos de decir, los usos residenciales sobre los campesinos



A diferencia del Picu Mería, El Picu Castiellu no presenta población en sus faldas y desde la distancia se divisan afloramientos rocosos calizos, si bien no tanto como La Peña Careses



Esta su falda sur y, sobre todo, la occidental, a la derecha, son las más accesibles y, por lo tanto, donde se ha apreciado restos de dispositivos defensivos, estilo fosos y escarpes artificiales


En la cima es donde Felipe Valdés Menéndez halló en su excavación los signos más evidentes del poblamiento castreño, así como numerosos objetos metálicos expuestos en el Museo Arqueológico, restos de hebillas, pasadores, fíbulas, calderos tipo irlandés, puntas de lanza, cuchillos... lamentablemente y pese a lo prometedor de los materiales descubiertos no han vuelto a realizarse más excavaciones, a no ser de curiosos, desaprensivos y buscadores de tesoros


A principios de la década de 1990 la Tertulia Cultural El Garrapiellu llamó la atención a las autoridades sobre esta situación y, aunque el asunto trascendió en prensa, nada se hizo salvo la correspondiente inclusión en las cartas arqueológicas pertinentes, por lo que El Picu Castiellu sigue guardando sus secretos al igual que la inmensa mayoría de los castros asturianos


A la derecha del Picu Castiellu y en el collado que da paso, a la derecha, a La Peña Careses, están La Casa'l Castiellu y, poco más arriba, La Casa de la Luz, antigua Torre eléctrica, en los accesos al castro y donde se puede ver La Calle los Moros, que es como se denomina a una porción de foso, la cual suele estar cubierta de vegetación


Más atrás se reconoce la planicie de la colina de El Cantu, donde se explotaron durante décadas las famosas minas de espato flúor de La Collá, cuyas cicatrices aún son perceptibles. Desde allí, como desde El Picu Castiellu, llega a verse un amplio panorama desde el Mar Cantábrico al norte a los puertos de la Cordillera Cantábrica al sur


Desde La Peña Careses, más alta, por supuesto, se ve aún más amplio panorama, con el valle del Nora a sus pies. Más atrás, El Picu Fariu (707 m) perdió mucho campo de visión con las plantaciones de pinos efectuadas en sus cumbres desde los años 1970 al menos


El Fariu es toda una serranía, límite occidental de La Llomba que, desde La Campa o Altu la Campa, al este, separa el valle del Nora del de Villaviciosa (Valdediós, antiguo Boides). El monte que está justo sobre Careses es El Picu Fariu propiamente dicho, pero en los mapas puede aparecer como tal El Turruxón o Picu los Soldados (737 m), un poco más al norte, reconocible por su 'bosque de antenas' pero que desde aquí no podemos ver a causa de dichos pinares


El Picu Fariu y, en La Peña Careses la cumbre conocida como El Picu los Maderos, señalan la divisoria de Siero y Sariegu, siendo La Peña Castañera, a la derecha, la parte saregana de Careses, muy afectada por las canteras que hicieron desaparecer alguno de sus parajes más emblemáticos


Desde aquí mismo y antes también de empezar a bajar tenemos un buen panorama a la izquierda, hacia el sur


Desde esta cancela en uno de los accesos a la finca de Puerto Rico, otro gran paisaje del valle del Riosecu, hacia el que iniciamos ahora nuestro descenso



Al fondo al suroeste La Golpina y El Mosqueru, parroquia de Collao


A la derecha de La Golpina, los prados de La Barreona, parroquia de Aramil y, en primer término, la nave ganadera que veíamos antes desde El Cascayu y a la que vamos a llegar ahora, en bajada por el bosque


Aveno, sobre un cueto, abajo, las casas de la carretera, por donde iba El Camín Rial


Barrio de La Boleruca y, en la distancia, El Pandu, con las casas de Paandurriba, en la frontera con Sariegu y encima de Vallinaoscura y al sur de El Romeru


El Cascayu, Sorribes, Carnueta... sobre la finca Puerto Rico


Un fantástico paisaje de Aveno y de la zona más occidental del concejo de Siero y de su parroquia de Samartino en el Camino de Santiago del Norte...


Como acabamos de comentar, a partir de aquí ya va a ser todo hasta llegar a la carretera en El Rebollal y, seguidamente, llegar al río


El descenso se realiza con la buena sombra de la arboleda autóctona, en lo viene a ser un bosquete lineal que sigue el trazado del Camino y a ambos lados, separándolo de las fincas colindantes


Primera bifurcación, con El Camín de la Quinta: nosotros seguimos a la izquierda, siempre cuesta abajo
 

En cada cruce hemos de encontrar la oportuna flecha amarilla; si por alguna razón no la viésemos la consigna es aquí ir siempre por el camino más trillado y continuamente bajando



Hay algún trecho que se tiende a llanear, tal que este, al lado de la finca de La Quinta


En lo alto, en un rellano a nuestra derecha, una casa y algunas construcciones


Castañales y carbayos son las especies imperantes, pero también fresnos, ablanos 'avellanos', nozales 'nogales', lloreos 'laureles' o benitos...


Un encantador paisaje por el medio del 'bocage', como bien dirían los franceses, antesala de nuestra inmediata andadura por los bosques de El Cuitu, antesala de La Pola, la capital de siero



Unos tablones cierran un recodo de la finca al lado de una de sus entradas, que dejaremos a nuestra derecha para seguir bajando


Las filas de árboles flanquean el Camino en todo momento, la hojarasca tiende a amontonarse en la vereda de la derecha


De aquí viene la expresión asturiana "dar voces en castañéu", esto es, clamar sin que nadie te oiga, equivalente a "predicar en el desierto"


Y ya estamos justo encima de la nave de ganado de la finca Puerto Rico, que nos servía de referencia desde Carnueta y El Cascayu, al salir de La Boleruca



Apacible estampa rural de las vacas rumiando, echadas a sol y sombra bajo la mata de carbayos, inconfundibles con sus hojas lobuladas



Más abajo una hermosa castañal en medio del prado, sobre La Riega Sorribes, que baja de la fuente del mismo nombre. A lo lejos La Llomba por La Fumarea, El Pozu los Llobos y El Cantu Ñaval, entre Sariegu y Villaviciosa


Continuamos carbayera adelante viendo ya de frente los muros de acceso a la nave y finca



Pasamos al lado y miramos por encima de ellos...


Otra vista de Aveno con los montes de El Pandu, Mería y La Peña a lo lejos y, en la distancia, en La Llomba, Valloberu (606 m)



Dejamos el portón de la entrada a la izquierda y seguimos bajando sin pérdida por este hábitat del busgosu, el sátiro asturiano, espíritu libre del bosque, o también del diañu burlón, una especie de endiablado ser bromista transformista, en el sentido literal de la palabra naturalmente, pues suele aparecerse en forma de caballo o de otros animales a los caminantes solitarios

El Busgosu, obra de J.A. Moro

Es más un pícaro mitológico que un demonio del averno, denominación que sin duda obedece a la cristianización de alguna deidad celta prerromana a la manera de Cernunnos, dios naturalista de los bosques, los animales salvajes, domésticos y acuáticos que pasó a ser símbolo del mal por un lado y por otro este selvático ser de la mitología astur


Este puede ser un buen lugar para descansar antes de continuar la bajada, a la buena sombra del gran paisaje


Ahí abajo el valle se estrecha entre estos montes de Aveno y El Picu Castiellu, cuya cara norte parece inaccesible hacia la cima plantada profusamente de eucaliptos para las fábricas de celulosa. Es por la cara sur, por La Braña, parroquia de Marcenao, donde tiene buen acceso hacia la campa en la que la Santa Cruz quizás cristianice romerías prerromanas cuyo origen se sume en la noche de los tiempos


En cambio, en esta ladera por la que bajamos nosotros predominan los rebollales, especie del género quercus, una clase de robles, que dieron nombre al lugar de El Rebollal, abajo en la carretera, donde la cruzaremos para bajar al Río Seco o Río Recuna


A la derecha y al oeste del Picu Castiellu está el monte El Cuitu (312 m), por cuyos bosques seguirá el Camino tras cruzar el río, llegando al claro que es el campo de la capilla del Cristo de la Bienvenida, magnífica advocación para el peregrino a las puertas casi ya de La Pola, la villa que nació a partir de un albergue. A lo lejos asoma el Aramo, la gran montaña central asturiana, cuya máxima cota son los 1.786 metros del Gamoniteiru, que destacan ligeramente, a la izquierda, al sur; mientras que, a su izquierda se encuentra El Barriscal (1.734 m) y, a la derecha, al norte, El Gamonal (1.712 m)


El Camino hace una curva a la derecha para seguir el contorno de esta ladera y perder rápidamente altura


A nuestra izquierda, prado abajo, una quintana con panera en El Camín del Sacramento, con el que ahora nos vamos a cruzar. Más abajo, El Río Secu pasa oculto entre los bosques ribereños bajo las alturas de La Golpina, a cuya izquierda, en unos prados, asoma la casería de El Peñón y, más allá, El Mosqueru, solar de la antigua iglesia de Collao


Continúan las ordenadas hileras de árboles, cual guardianes del camino en esta rampa


Hasta aquí, hasta el cruce con El Camín del Sacramento, llega la gran finca de La Quinta


Mirando arriba, a la derecha, comprobamos su gran extensión, hasta las arboledas del Camín de la Quintana, que dejábamos atrás al empezar esta bajada


Y aquí, una de las construcciones que antes veíamos desde atrás, en lo alto


Bajando, El Picu Castiellu se oculta tras las arboledas del Camín del Sacramento y El Rebollal


Aquí nos cruzamos con este camino cuyo nombre es común a otros muchos, dado que se refiere del camino más directo a la iglesia y casa rectoral y, a la inversa, del camino que haría el párroco para suministrar el sacramentos a los enfermos, en este caso, los del pueblo de Aveno, que sería por esta zona el más oriental de la parroquia de Samartino



Del cruce vamos a la derecha, volviendo a ver El Picu Castiellu enfrente, entre los árboles


Placa con el nombre del Camino uno de aquellos antiguamente llamados "caminos de viático", de los que explica esto el investigador Elviro Martínez en su libro Costumbres asturianas:
"... cuando en la calle se veía el viático, en todas las parroquias de Asturias el uso y la piedad exigían seguirlo hasta la habitación del enfermo, aunque fuera un desconocido. La proximidad de la muerte transformaba la habitación en una especie de lugar público, correspondiendo el papel principal al moribundo mismo. Él era el que presidía y al hacerlo no vacilaba, pues sabía cómo comportarse después de haber sido tantas veces testigo de escenas semejantes, anticipo imaginativo de la propia muerte. Investido de la autoridad de la muerte, llamaba a los parientes, pedía perdón, les decía adiós y les daba su bendición".

De todas maneras démonos cuenta de aquel duro contexto en el que no existían hospitales, paliativos ni apenas médicos, cuando enfermedades o dolencias que tuvieron fácil cura y tratamiento en el momento en el que se aplicó el derecho a la salud, eran por entonces mortales, desde un enfriamiento a una caída, quemadura o corte, una infección o unas fiebres. De ahí la enorme trascendencia de todo lo relacionado con la enfermedad que casi era sinónimo de muerte hasta épocas históricamente muy recientes. En relación con esto, el ilustrado prócer gijonés Gaspar Melchor de Jovellanos contaba así refiriéndose a la cercana parroquia de Valdesoto:
"Cuando un labrador está enfermo, el cura dispensa el trabajo de un día festivo para que sus convecinos vayan a hacer por él las operaciones de la cueya (recolección y demás, tributo a la confraternidad tan propio de la caridad, como bien conciliado en el interés de cada uno"

En nuestras conversaciones con gente mayor aún oíamos las historias de Camparnandi, vecino natural de ese lugar de La Peña Careses, quien era, más que un curandero en el sentido antiguo de la palabra, un médico sin título que había aprendido remedios médicos siendo trabajador en un hospital argentino en tiempo de las emigraciones masivas a América. Dada la ausencia de médicos oficiales, o cuyo gasto era inasumible para gran parte de la población pudo ejercer durante décadas en todas estas aldeas e incluso en las ciudades sin demasiados problemas, recetando y aplicando remedios, incluso exitosos injertos de piel para graves quemaduras que de otra manera hubieran sido mortales al infectarse, algo que por entonces "solamente se hacía en algún hospital 'de alto rango' de Madrid", según nos han contado


Poco se sabe de él documentalmente pero es un ejemplo de la tremenda presencia de la muerte en la sociedad tradicional e, incluso, buena parte de la moderna e industrial, de ahí que todo lo relacionado con ella, incluso estos caminos, tuviese tanta trascendencia que incluso pasase a la toponimia


Las casas que vemos aquí abajo, mirando al Picu Castiellu, están ya en la carretera, AS-331, a la que nos estamos aproximando


Enfrente de ellas, abajo en el río, donde antaño molía El Molín d'Aveno, confluyen las parroquias de Samartino, Marcenao, Collao y Aramil, al pie de La Barreona


Las antiguas praderías y bosques autóctonos del Picu Castiellu van dando paso a las plantaciones de pinos y ocalitos


El Camino es aquí un verdadero túnel vegetal a modo de arbolada galería, un bulevar natural de robledales


Crece la hiedra en los troncos, y en las veredas matojos, ortigas y helechos...


Una vaca nos ve pasar al otro lado de la alambrada de la finca


Y aquí, una bifurcación, nosotros seguimos de frente, pues el camino de tierra de la derecha es una entrada particular


Se ve que es particular porque, además de portiella o canciella, hay un buzón del correo


Extraordinaria belleza, antesala de la que nos espera en los montes de El Cuitu para llegar a la capilla de la Bienvenida, a un paso ya de La Pola


La Pola, a una andando desde aquí, poco más o menos es además la antesala de la gran área metropolitana, urbana e industrial, del 'centro del centro' de Asturias, donde el paisaje cambiará pero, nosotros, por las riberas del Nora o sus cercanías, nos apartaremos de las zonas más bulliciosas siguiendo el trazado del Camino, apartado del mundanal ruido pero, a la vez, próximo a él, por los campos de Fonciello, Meres, Granda, al oeste de La Pola y El Berrón y hasta llegar a Colloto/Cualloto, enclave ya parte sierense y parte ovetense


Este tronco es un estupendo e improvisado asiento para descansar un momento antes de llegar a la carretera, esperando por los rezagados, si vamos en grupo


Prado arriba tenemos La Quinta, la casa-palacete tipo chalet, en el concepto de chalet de 'entresiglos', distinto al de ahora, que da nombre a esta zona al oeste de Aveno


Finca de frutales y, en el jardín, una hermosa palmera parece delatar su origen indiano...


Unos pocos metros más adelante pasamos junto a esta casa, cuya fachada principal mira al otro lado ya, a la carretera


También las huertas de extienden entre el Camino y la carretera, la cual pasa al pie de los árboles de la izquierda


Y aquí tenemos la AS-331 que de La Pola llega al gijonés Altu del Infanzón pasando antes por Pión y El Curviellu, lugares villaviciosinos por los que pasa el ramal gijonés del Camino Norte, que se ha separado de este en la bifurcación de Casquita


Esta señal nos avisa que vamos a enlazar con dicha carretera, la cual habremos de seguir durante un corto tramo


Serán aproximadamente unos doscientos metros hasta más allá de la casa de El Rebollal, que empezamos a ver en la siguiente curva, desde la que seguiremos carretera abajo unos metros más hasta encontrar el sendero a la izquierda que nos llevará a la pasarela sobre El Río Seco o Recuna y de allí a la capilla o ermita del Cristo de la Bienvenida para continuar hacia La Pola






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