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domingo, 18 de agosto de 2024

ENTRE SAMARTINO Y MARCENAO (SIERO, ASTURIAS) CAMINO DE CURUXEO Y LA MALATERÍA DE SAN LÁZARO AL CAMÍN DE LOS SANTUARIOS Y LA GRANXA

Paisaje de Samartino desde el Camino con la iglesia parroquial

La ermita de la Bienvenida, sobre el valle del Río Seco, dio la bienvenida al peregrino que entra en tierras del concejo de Siero por la parroquia de Samartino, cuya iglesia verá desde el Camino a punto de entrar en La Pola, la capital del concejo, por el pueblo de El Rayu, famoso por sus antiguos artesanos alfareros, por lo que dio nombre a un estilo de cerámica, alfares del barro cuya materia prima era la excelente arcilla del lugar, así como de otros de la parroquia, Covasil, Careses, Villar, La Cavada...

La iglesia de Santa Cruz de Marcenao y el valle del Nora desde el Camino

Por Samartino entraba uno de los antiguos caminos reales que llegaban a La Pola por el este, otro lo hacía un poco más al sur, por el valle del Nora, atravesando la parroquia de Marcenao, que fue antaño otro importante centro artesano, este de campaneros, cerca de la iglesia parroquial de la Santa Cruz, en cuyas proximidades se hallaba la Malatería de Marcenao, sita en "el camino que viene de Francia", de la que tenemos noticias desde 1274 y de la que se sabe que a finales del siglo XVI ya estaba en ruina. Además de malatos o leprosos es fácil que atendiese también a peregrinos, sobre todo enfermos

El Camino, llegando a la capilla de la Bienvenida

El actual trazado oficial del Camino de Santiago en Siero pasa entre estas dos históricas rutas, la de Marcenao, parte del Camín Rial o Camín Francés que comunicaba el oriente con el centro de Asturias por el pasillo natural formado por los valles del Piloña y del Nora, nunca llegó a ser declarado camino oficial de Santiago; mientras que la de Samartino, si bien sí es oficial, fue apartada de la carretera AS-331, que sigue el trazado caminero antiguo, llevándola por los bosques de El Cuitu por esta capilla del Cristo o de Nuestra Señora de la Bienvenida, que de las dos formas podemos ver llamarla

Saliendo del campo de la Bienvenida por El Camín de la Capilla

Este camino de la Bienvenida debió ser también empleado por los peregrinos de Santiago pues se dice que contigua a ella existía una antigua venta o posada caminera, según leemos en El Camino de Santiago por Asturias. Topoguía 2. Ruta de la Costa y, además, cuenta la tradición que su advocación se refiere a la bienvenida que daba a los peregrinos un antiguo prior de un monasterio que hubo en el lugar de la iglesia de Samartino, "les daba la Bien venida, una libra de pan y el jergón de hojas de maíz para el descanso. Este es el origen del nombre", escribe la historiadora María Dolores Cabeza en su libro El concejo de Siero en sus fiestas. Datos de su historia

Acabando la cuesta del Camín de la Capilla

Subiendo por El Camín de la Capilla, atravesando los bosques de castañales y carbayos de El Cuitu, llegamos al cruce con El Camín de Curuxeo, parroquia de Marcenao, donde iremos a la derecha, pudiendo antes descansar en este banco 'estilo parque' que detenemos a la sombra de una buena castañal... 


El Camino sigue todo recto, bajando suavemente en dirección a Curuxeo, al otro lado de las arboledas que tenemos al fondo, un topónimo relativo a la antaño abundancia de curuxes 'lechuzas' o 'búhos', "Se ha propuesto que del latín tardío CORUGIAM se forme el asturiano curuxa, curuxu, expresiones que designan varias aves nocturnas como el búho y la lechuza", escribe el filólogo Xosé Lluis García Arias en Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos, si bien también advierte de otra posible etimología con CORUSCARE, 'brillar', "Quizá, entonces, el nombre de coruxa aplicado a la lecHuza vendría motivado no por su condición de ave nocturna, frente a su sinónimo NOCTUAM->niétoba, sino por su característica mirada luminosa y penetrante que siempre llamó poderosamente la atención de los hablantes".


Sea como fuere, estamos en la cresta que da a dos valles, parte de las estribaciones más occidentales del monte El Cuitu, que está a su vez al oeste del Picu Castiellu, asentamiento humano estable primigenio en el antiguo castro prerromano, tal vez empleado hasta bastante avanzada la Edad Media, en él existente


Hacia la derecha pues, al norte y oeste, tenemos el valle del Río Seco, que también pasará por aquí a llamarse Recuna, si bien bastante oculto aquí por los bosques de El Cuitu, en uno de cuyos claros, detrás de los árboles de la derecha de la foto, está el campo del santuario de la Bienvenida, desde el que hemos subido por El Camín de la Capilla


Desde aquí sí tenemos una muy buena vista de los edificios situados en la zona de expansión urbana al oeste de La Pola, cerca de La Sobatiella, el prau de las populares fiestas de El Carmín. Muy cerca del lugar donde El Río Seco o Recuna da sus aguas al Nora



Un poco al fondo y a la derecha, vemos La Carrera ( etimológicamente 'camino de carros'), por donde el Camino de Santiago sale de La Pola en dirección a El Berrón (con ramal a Noreña y Argüelles)


Ambos ramales de El Berrón y Noreña se unirán más allá de Argüelles para seguir por el valle del Nora, cerca del río, hacia Oviedo/Uviéu, la capital asturiana, cuyos edificios, en lontananza, reconocemos bien desde aquí, a unos 19 kilómetros de distancia de donde nos encontramos


El Camino entra en La Pola por El Rebollal, pasando a la derecha de las piscinas municipales y el polideportivo, cuyas naves vemos a la derecha de la foto, luego de subir desde El Puente Recuna y atravesar El Rayu. Más a la izquierda y separado del Camino reconocemos la nave del Mercado de Ganados


Alguno de estos modernos edificios en la calle La Granja, más allá de las piscinas y polideportivo citados, tienen nombres tan evocadores como el Halcón Peregrino y es muy posible que, pese a la distancia, nos llamen mucho las formas del muy arquitectónico Teatro Auditorio, a su derecha, del que encontramos esta buena reseña en el periódico La Nueva España del 10-3-2023:
"El teatro-auditorio se inauguró en el año 2011, junto con la nueva Casa de la Cultura–Biblioteca y la Escuela-Casa de Música de la localidad, este edificio forma parte del "Conjunto Cultural en Pola de Siero". Se trata de un proyecto desarrollado por los arquitectos municipales José Benito Díaz Prieto y María José Fernández y que ocupa una parcela de 6.628 metros cuadrados de superficie en total. Este conjunto nació con la intención de servir como un equipamiento cultural de referencia para el concejo de Siero y para toda el área central del Principado de Asturias. 
Se ubica en la calle Belarmino García Roza. El equipamiento en su conjunto tuvo un plazo de ejecución de unos 24 meses aproximadamente, y como curiosidad, cabe destacar que la parcela en la que está ubicado, es un sobrante de la trama ortogonal del casco de población cuyo origen es el Plan de Ensanche del año 1932 redactado por Ildefonso Sánchez del Río y que posteriormente, fue revisado en el Plan General de Ordenación Urbana del año 1988 por el arquitecto Ramón Fernández Rañada. 
Con capacidad para 680 personas en total, junto con 10 plazas más para minusválidos, el teatro auditorio es un gran edificio con un escenario muy apropiado para representaciones tanto de tipo teatral como musical. Su caja escénica, cuyas dimensiones son de 23 metros de altura, y su volumen de 625 metros cuadrados, es muy valorada por su acústica y sonoridad. Además, también cuenta con una sala polivalente y de conciertos con una capacidad para 190 butacas aproximadamente. 
Está desarrollado en dos plantas con iluminación y un hall de accesos que se convierte en el corazón del edificio. En cuanto a sus materiales de construcción, el edificio posee una personalidad propia ya que el exterior destaca por su cubierta (chapas de zinc pigmentadas y colocadas a junta alzada) y por su carpintería de aluminio. En el interior, predominan diversos materiales como el acero inoxidable, el hormigón armado, la madera o el mármol."

Justo al lado de la piscina y el polideportivo, en El Rebollal, hubo otra parada caminera, la de La Venta la Uña, que sigue dando nombre al lugar, al que llegaremos tras subir desde El Puente Recuna por El Rayu, el pueblo que dio nombre a toda una industria cerámica, "un tipo muy característico con esmaltado azul cobalto, que se empezó a fabricar en el siglo XVIII con la idea de igualar a la cerámica de Talavera", dicen en el Diccionario Geográfico de Asturias. Ciudades, Villas y pueblos, añadiendo que "la fábrica se fundó en 1720 de la mano de Juan Cónsul"



El Camino llega a la carretera AS-331 en El Rayu a la altura de las casas cuyos tejados vemos en la parte de abajo de la foto, y luego pasa junto a otra que estuvo vinculada a los antiguos alfares, que vemos a la derecha, Casa Eloy, un gran caserón de piedra hoy dedicado al turismo rural. Justo encima vemos un coche en una cuesta. Por ahí subiremos nosotros muy pronto entrando en el casco urbano polesu en El Rebollal, otra antigua aldea del extrarradio donde percibiremos el paso del agro a la urbe


No deja de ser curioso que mucho antes de existir La Pola (por carta-puebla, de ahí su nombre, de Alfonso X El Sabio en 1270, si bien no aplicada, misteriosamente, hasta 1310) se citase a este lugar como Río Seco (Riuu Sico) en un documento del año 1141, que es el nombre del río, si bien este desemboca en el Nora bastante más acá del emplazamiento en el que estaría el "hospital para pobres" al que se refiere dicho documento, fundado por una tal María Ordoni u Ordóñez, quien delimita su extensión y propiedades, para donarlo al monasterio ovetense de San Vicente, en lo que tiempo después será el germen de La Pola, la Alberguería de San Pedro o San Pedro de los Albergues, por lo que la villa nacería a partir de una fundación hospitalaria de acogida de pobres que, andado el tiempo, albergará también peregrinos y se convertirá en el Hospital de San Fabián y San Sebastián, sito donde ahora está la iglesia parroquial de San Pedro (junto a la que pasaremos), donde se conserva algún resto


En días claros, y en alguno con brumas como este, tal vez sea factible reconocer la torre gótica de la catedral ovetense de San Salvador (aquí señalada por nosotros con un círculo rojo), meta en sí misma de una gran ruta de peregrinación medieval a venerar las famosas reliquias de Cristo, la Virgen, apóstoles, santos, etc., que hicieron que durante siglos resonase por toda Europa el dicho que afirma que "Quien va a Santiago y no al Salvador visita al criado y olvida al Señor". Más atrás se distingue bien el Edificio de las Consejerías y la cúpula blanca del polémico Palacio de Congresos, llamado popularmente El Calatrava, El Calatravu (por ser proyecto del arquitecto Santiago Calatrava ) y apodado El Centollu por su forma


Al fondo y a la derecha de la ciudad, aparece la silueta del totémico Monte Naranco con El Picu'l Paisanu (637 m). Tanto los peregrinos que continúen por el Camino Norte en dirección a Avilés como los que escojan el Camino Primitivo pasarán bajo sus faldas, los primeros esta falda oriental por El Pontón de Vaqueros y Cuyences; y los segundos por su falda sur (la de la izquierda) hacia Llampaxuga y Lloriana


En primer término vemos las casas de la cuesta de El Campón, en la parroquia sierense de La Carrera, por donde sigue el Camino tras salir de La Pola por el oeste y subir por El Fonganón y La Quinta, llegando arriba entre una casa amarilla y una casa azul a su izquierda que hay en lo alto de la colina, a la izquierda, en otra zona de expansión residencial, esta más de viviendas unifamiliares y chalets, de los arrabales polesos


Más al sur-suroeste de La Pola la campiña de salpica de casas de los numerosos barrios, aldeas y lugares de las parroquias del sur de la parroquia de La Carrera, y luego de las de Hevia, Santa Marina, Tiñana, Llimanes, Granda... que se extienden por la ladera norte de La Sierra la Paranza, la cual cierra del valle del Nora por el sur, cuyas riberas nos llevarán a Colloto/Cualloto, paso de Siero a Oviedo/Uviéu, apartados del tráfico y bullicio de los polígonos industriales y carreteras principales


Según seguimos camino hacia Curuxeo continuamos admirando tan extraordinario paisaje; aquí abajo, por ejemplo todos estos bosques han dado nombre al lugar de Rebollinos (diminutivo de rebollal, bosque de rebollos, especie de robles), hacia donde nos encaminaremos posteriormente, bajando al Puente Recuna



También hay numerosos castañeos o castañares cuyo fruto, caído a los caminos, era antaño base alimenticia de potes y cocidos antes de la llegada de las patatas de América


Se reconoce, más allá de los árboles, El Picu Cadaval (513 m), sobre Molleo y al sur de Bendición, en la frontera con Langreo/Llangréu, pero tiene que hacer un día muy muy despejado para reconocer, al fondo, los formidables murallones del macizo de Peñaubiña o "Penubina para vaqueros y pastores de la zona", informan en la Enciclopedia del paisaje de Asturias  


Es en concreto el gran crestón calizo al sur de dicha serranía de alta montaña, cuyas cotas son míticos dosmiles... Colines (2.215 m), La Cigacha (2.071 m), El Picu Panchón (2.097 m), El Ranchón (2.167 m) y El Güertu'l Diablu (2.183 m), cuyo infernal nombre alude "a terrenos lúgubres, escarpados, con precipicios de malos recuerdos y peores agüeros" para hombres y ganados, apunta el profesor Julio Concepción Suárez en su Diccionario toponímico de la montaña asturiana, mientras que güertu es, en la alta montaña "una pequeña pradera en la peña, siempre verde y golosa para el ganado; aislada entre las rocas"

Sí tal vez resulta más fácil reconocer el Gamoniteiru (1.794 m), el picu más alto de la no menos totémica sierra del Aramo o L'Aramo, fácil de reconocer por el edificio del antiguo repetidor de televisión allí instalado y sus antenas, más cerca y más al sur de Ubiña o Penubina

Más al sur están El Rosal (1.741 m) y Peña Podre (1.618 m) -nombre y alturas pueden cambiar según cada fuente consultada-. El Aramo está declarado paisaje protegido en su zona alta, llenos de majadas que revelan usos ganaderos desde el Neolítico y la Edad del Bronce a tenor de los campos de túmulos y otros monumentos megalíticos existentes en sus altas brañas

Un poco más bajo que El Gamoniteiru y al lado de él es El Picu Xistras (1.764 m). Más al norte y formando el gran murallón del Aramo está  El Picu Llanón (1.687 m)

Seguidamente El Barriscal (1.719 m), Moncuevu (1.718 m) y El Gamonal (1.710 m -que no 'La Gamonal'-)


Monrasiellu (1.674 m), La Calzá (1.675 m) y El Mosquil (1.295 m) siguen a la derecha


Separado de los demás, por el collado de Pan de la Forca (1.038 m), paso del concejo de Morcín al de Quirós, es fácil de reconocer La Mostayal o El Picu la Mostayal (1.303 m), en el extremo norte de la sierra

Seguimos avanzando en dirección oeste por este camino local, asfaltado pero sin apenas trasiego de vehículos, separado de las fincas colindantes cuyas alambradas revelan sus usos ganaderos


Uno de tantísimos caminos en lo que, a pesar de pisarse asfalto, se avanza muy cómodamente pues el entorno y el paisaje lo compensan


Tras los árboles asoman al fondo las primeras casas de Curuxeo, cuyo nombre, recalcamos "hace referencia a la abundante presencia de aves nocturnas, posiblemente como indica Madoz en su diccionario, por la existencia de especies de vegetación autóctona como castaños, robles o diversidad de frutales", nos dicen en el Diccionario geográfico de Asturias


Al fondo, los edificios de La Venta la Uña a la entrada de La Pola, a solamente unos 3 kilómetros, son una buena referencia visual para hacernos una idea de nuestra proximidad a la villa. Mientras que, abajo nuestra derecha sigue extendiéndose, prados abajo, la fronda autóctona del valle, viendo al otro lado, en las laderas de las colinas de Les Matones y La Paredona, varios barrios de la parroquia de Samartino



El más próximo al casco urbano de La Pola es el barrio de La Cuesta con El Campal y, más abajo, La Vallina con La Mata de Useña y La Quintana. Más abajo aún, en la carretera AS-331 (El Camín Rial), en la bifurcación con el camino que sube a la iglesia, empieza el barrio de Llugarín


Y en Llugarín tenemos, en un rellano, la casa rectoral, el local parroquial, la iglesia y el cementerio de Samartino, dando vista al frondoso arbolado de La Vallina, por donde baja un regato a dar sus aguas al Río Seco


La iglesia actual, dedicada a San Martín, que da nombre a Samartino, es de estilo popular asturiano del siglo XVIII, de nave única, bóveda de cañón y añadidos laterales de sacristía y pórtico



Conserva una espléndida portada románica del siglo XIII, la cual mira al oeste al pie de la voluminosa espadaña y no podemos verla desde aquí. De la misma época es, en interior, el arco de triunfo, partes de un templo medieval más antiguo que el dieciochesco



Pero antes que el románico habría un santuario más antiguo, prerrománico, al que pertenecerían los restos que decoran en dintel de la puerta de acceso a la sacristía, en el que se representa una cruz dentro de un círculo con borde sogueado característico del Arte Asturiano. Podría tratada de la iglesia mencionada en el Liber Testamentorum como donada por Ordoño II en el año 921 a la mitra ovetense, aunque el documento es realmente dos siglos posterior


A mediados del siglo XIV se construyó en este lado, el de la epístola, un sepulcro relacionado con alguna de los linajes locales del bajo medievo que pasó después a los Argüelles, desaparecido durante una restauración general realizada en la iglesia en el año 1879. El antiguo altar del Santo Cristo fue quemado al comienzo de la guerra civil y su inscripción desapareció con la reconstrucción del templo


Su pórtico fue la primera escuela, pagando los padre productos en especie al maestro, que en 1828 se sabe era de nombramiento público para los niños. Luego, en 1881, el Ayuntamiento sufragó con 275 pesetas una maestra de niñas, impartiéndose las clases en locales de alquiler hasta la construcción de una casa-escuela en 1924, que veremos luego


Se celebran las fiestas del Corpus Cristi y la patronal de San Martín. La primera empezó siendo, cuenta Mª Dolores Alonso Cabeza, "una reunión vecinal por la tarde, en el campo de la iglesia, y divertida animación con canciones y música del país", pasándose luego a una romería "de prau" de mayor extensión, más gente, con orquestas, variadas actividades y dos o tres días de duración"


La romería de San Martín, el patrón, al ser en noviembre la climatología no hace de ella una fiesta tan multitudinaria como la anterior y buena parte de la misma se celebra en este campo y al cobijo del local parroquial entre la iglesia y la rectoral :
"Los voladores de la víspera dan el aviso, y el día grande de la FIESTA, un domingo, los vecinos acuden a la misa en honor del PATRÓN. Participa el Coro San Martino y la banda de gaitas "Ñalgañu" de La Carrera.

Después de la procesión, reuniones de familias y amistades intercambian noticias, opiniones y planes, y pasan a una espicha organizada en el centro parroquial recientemente mejorado; no falta ni sidra dulce ni castañas magostadas".

Más a la derecha y siguiendo el Camín de Llugarín, algo oculta por los árboles en una explanada, se encuentra la Parrilla Argentina los Robles, de gastronomía asturiana "con acento argentino", tal y como leemos en su web:
"Entre ollas y fogones, en plena ebullición, se entrelazan aromas y sabores para los paladares más exigentes con la autenticidad y el carácter único de la gastronomía de la tierra. 
Entra y descubre nuestra carta de variados y ricos platos asturianos con acento argentino.
El arte de la parrilla argentina ha llegado a Siero para conquistar paladares a base de un trabajo artesanal que selecciona leña, ordena brasas, cuida el hogar y mima el producto. 
El sabor de las carnes seleccionadas, en su punto de jugosidad y textura son el resultado de años de experiencia de parrillero argentino."


A la derecha, asoman sobre los árboles las casas de El Campu Cilleru; más a la izquierda es La Llosa y más arriba La Quintana, El Campu Riba La Caleyona con La Fuente d'Abaxo, por donde se sale a la carretera AS-377, la célebre Carretera la Pola, en La Cabaña, lugar antaño de alfareros como otros lugares de esta parroquia, que sacaban el barro de la cercana barrera de El Covasil (justo encima de las casas) y el cobre para darle su pigmentación azul procedía de Cabranes



Por esta razón a La Cabaña se le conocía también como Talavera, al ser una cerámica de este estilo al que se buscaba imitar para ocupar su demanda el mercado asturiano. Hasta los años 1950 la industria se mantuvo, si bien ya fabricando objetos de uso común, en barro rojo



Allí en lo alto, El Cerru (353 m), a la derecha de El Covasil



Más a la derecha La Teya (arriba) y más a la derecha todavía y en la Carretera La Pola, Casa Efrén, la última de La Cabaña por esa parte, junto a La Chiripa. Prados abajo está El Tochal, por donde sube el camino de este nombre desde la iglesia a Casa Efrén


Entre Casa Efrén y El Tochal, oculto por los árboles, tiene su sede El Museo el Taller de Títeres, de la compañía El Tragaluz, del que podemos informarnos también en su web:
"... el arte de los títeres a través de la exposición de títeres y objetos de todo el mundo y también el proceso creativo del titiritero desde la cotidianidad del trabajo de un taller artesano.
Un taller artesano donde podrás ver cómo se hacen los títeres, qué materiales se utilizan y cómo se manipulan. 
Una exposición en la que puedes contemplar gran variedad de títeres de los cinco continentes  (de hilo, de sombras, de guante, de varillas, etc.) y otros muchos objetos relacionados con títeres. 
Encontrarás títeres gigantes y diminutos, antiguos y modernos, profesionales y de juguete, también teatrillos y recortables de papel, carteles, postales, sellos, libros, cerillas, posavasos, barajas, vitolas, cromos, pins... 

En la visita al Museo podrás tener en tus manos títeres de diferentes partes del mundo: india, indonesia, Benín, México, Chequia, Italia… y manejarlos. Te explicamos cómo hacerlo. 

También te contaremos cómo están hechos y detalles sobre su origen e historia".



En lo alto, el alto de La Teya (391 m) y, a la derecha, El Cantu Peñéu (373 m)


Más a la derecha, El Valle, cerca de Muncó y, aquí abajo del todo, Les Escueles, barrio de Samartino del que solamente podemos ver desde aquí parcialmente el tejado del edificio escolar que le dio nombre


Les Escueles, y otros barrios de esa parte de Samartino, al este de la iglesia los veremos mejor desde un poco más adelante, entrando en Curuxeo


Tomemos como referencia el poste de teléfonos que veremos un poco más adelante a la derecha, pasados estos primeros árboles


Ciertamente, el edificio es grande y, pintado de blanco, se distingue muy bien en la lejanía, en la ladera que baja desde los altos de Muncó, al noroeste de Siero


Arriba volvemos a tomar las referencias de los altos de El Cerru, La Teya, El Cantu Peñéu y El Valle


En el año 1924 se adjudicaron al contratista Bernardo Rodríguez Vigil las obras para construir estas escuelas en 34.653 pesetas en el lugar de El Llusu, nombre que sigue conservando una finca parcelada, pues el sitio empezó a ser más conocido como Les Escueles


Tenía en la planta baja aula para niños y aula para niñas, al igual que, en la planta alta, vivienda para el maestro y vivienda para la maestra, siendo el prototipo de escuela predominante en la zona rural de Siero hasta la Guerra Civil. La Ley de Educación de 1970, que estipuló la concentración escolar, las dejó vacías, pasando a ser centro vecinal y siendo restaurado varias veces


La zona de Les Escueles hacia arriba es llamada La Viña, topónimo que hace referencia al cultivo de vid, sin duda vinculado a la Iglesia para su liturgia, tanto la parroquial como la mitra o monasterios ovetenses con intereses en la zona. Nos sigue contando la historiadora Mª Dolores Alonso Cabeza:
"En el libro de los Testamentos de la catedral consta que Ordoño II donó a la Iglesia de Oviedo, en el año 921, la iglesia de San Martino de Siero y otra iglesia (cuyo nombre no figura, hay un espacio en blanco) con una gran extensión agraria hasta Villa Careses, donó también la Villa de Aveno.

El  documento del año 1141 de la donación que hace al monasterio de San Vicente de Oviedo María Ordóñez, para los pobres, de la casa hospital que ella había fundado, sitúa a esta casa en el valle del castro de Siero, en el lugar que llamaban Río Seco. El año siguiente María Ordóñez compra por 14 maravedís de oro y para la Alberguería una heredad en el valle de Siero, en la villa que llaman Vega, "sobre el monasterio de San Martino".

No hallamos ninguna referencia sobre este monasterio, probablemente fue una de las "iglesias propias" que en la época podía fundar el dueño de una extensión agraria o villa para los miembros de su familia o casa, y que hacía pasar falsamente por monasterio con objeto de disfrutar de independencia patrimonial.

Según Fausto Vigil en la que se llamó Tierra de Siero, "una especie de cabeza de jurisdicción no lo fue Pola de Siero hasta el 14 de agosto de 1270... era San Martino de Siero, que con este nombre fue conocida Vega de Poja hasta bastante entrado el siglo XVIII, donde estaba el castrum Sierii"

Podríamos deducir entonces que Samartino pudo ser la cabeza del territorio de Siero antes de la fundación de La Pola en 1270. El castrum Sierii podría acaso ser El Picu Castiellu que, como hemos dicho, veremos mejor desde un poco más abajo, pero no mirando al norte, sino al sur, a Marcenao y el valle del Nora


Lo que sí vemos al norte es Muncó, pueblo también de la parroquia de Samartino, sobre la ladera de La Pareona, bajo la que va La Riega Villanueva, que nace a la izquierda, en El Valle. Por la línea de casas de la izquierda va la Carretera la Pola entre La Boroña, El Llagar, y El Caserón. Más abajo, La Cerrada


Villanueva y, más arriba, las casas del Alto Muncó; el pueblo se ha hecho famoso por la célebre prueba automovilística de la Subida a Muncó, que se celebra anualmente en la Carretera la Pola. Más a lo lejos El Monte Muñó con La Soma (561 m)


Más a la derecha es El Toral con La Teyera, en el camino entre Muncó y Ordiales y, a lo lejos al norte, a la derecha de La Soma, Los Ablanos (566 m), en la vecina parroquia de Muñó, también en Siero


Y a la derecha de Los Ablanos El Picu Carbonera (569 m), cubierto de pastizales y también en Muñó



"in alfoz de Siero" se localiza al "valle de Muñó" en un documento de 1148, es decir pocos años después de la donación de la casa-hospital de Rioseco por María Ordóñez, cuando otro particular, Martín Fernández, donaba en dicho valle una villa llamada Palacio, también para el monasterio de San Vicente. Este y otros documentos avalan que ya entonces Siero tenía entidad propia, si bien abarcaba más territorio que el actual concejo. Unos años antes, en 1113, aparece por primera vez el "territorio Siero" en un documento de fecha correcta, a diferencia de los del Liber Testamentorum, aunque sien embargo añadiendo "in alfauce Ovethao", el Alfoz de Oviedo, lo que denota que podría haber estado dentro de sus términos



Tras un tramo llano o casi, empezamos a bajar a la sombra de esta arboleda caminera...


Y caminamos junto al terreno, vallado, de la primera casa de Curuxeo, cuya finca se extiende hasta las siguientes, unos metros más adelante


Las plantas crecen en el jardín formando espesa mata florida en el vallado, hay asimismo algunos frutales


De frente, el boscoso alto de Curuxeo (291 m), en el extremo occidental del monte El Cuitu, que es a la vez la prolongación al oeste del recitado Picu Castiellu, cuya cumbre no veremos bien hasta más abajo del pueblo y mirando atrás


Ahora sí vemos, a la derecha de la iglesia y Llugarín y al pie de Les Escueles, la vega del Río Seco en el barrio de Samartino llamado precisamente Vega


No vemos el río, tapado por los árboles, pero sí, a la entrada de Vega (izquierda de la foto) y sobre la carretera, la zona de  La Casa Bañu, otro de los lugares de la parroquia de Samartino


Detrás de ella, en los campos de L'Amandi aparecieron restos de lo que podría ser la villae que dio origen a Vega, la cual se emplazaría sobra la antigua vía romana que, aprovechando un camino prehistórico a través del pasillo natural que es el valle del Río Seco, sería luego El Camín Rial


Algunas casas del lugar se dice que se construyeron con las piedras de aquella villa. De los hallazgos arqueológicos hallados en este sector del valle dice Mª Dolores Alonso Cabeza:
"De varias calzadas o vías romanas que comunicaban Astúrica Augusta -Astorga- y Lucus Asturum -Lugo de Llanera-, la llamada de los Picos de Europa ascendía por Riaño, llegaba hasta Sotres (Cabrales), seguía por Cangas de Onís, Infiesto, Nava, Siero por Vega de Poja, continuaba hasta cruzar el río Nora por el puente de Colloto. Otra denominada "La ruta de la costa", por Llanes, Ribadesella, Colunga, Villaviciosa, de aquí un ramal seguía hacia el interior por Valdediós, Narzana y Vega de Poja, enlazando con la vía transversal antes citada.

Carmen Fernández Ochoa cree que los vestigios de época romana, tégulas, trozos de pavimento hallados en la ería de L'Amandi, situada tras la casa Bañu, lugar de Vega, puedne ser de una villa próxima en el enlace de las vías mencionadas. Se cuenta que casas del lugar fueron construidas con materiales de ella."

A la derecha están las casas del Camín del Caleru, otro lugar de Vega que no podemos ver desde aquí, paso del Río Seco, donde se encuentra la Casona de los Argüelles (s. XVII y XVIII) con capilla de la época fundada por Diego Argüelles bajo la advocación del Ángel de la Guarda que después pasó a Santa Lucía. En ella se albergan las imágenes de la Virgen y del Cristo de la Bienvenida que se llevan en procesión al son de los gaiteros el día de la fiesta, el último domingo de mayo, desde esta a su capilla



Un poco más allá volvemos a ver Les Escueles y, arriba, El Valle. En Vega tuvieron solar los Vigil procedentes de la vecina parroquia de Santolaya, los cuales empezarían con sus miembros destacados en la figura de Fernando Álvarez Vigil, quien prestando servicio a Fernando II de León en su reinado (1157-1188), fue favorecido por el monarca con la dignidad de ricohombre (máximo título nobiliario por entonces) y gobernó Asturias en representación de la Corona


Luego su hijo Rodrigo Fernández Vigil confirmó como ricohombre privilegios en este mismo reinado. Vivió en Siero "donde tenía su Casa y Solar" y donde se conservan aún vestigios de esta antigüedad junto al río Nora en en San Martín de Vega de Poja", escribía el cronista José Manuel Trelles Villamil y Villademoros en su Historia chronológica y genealógica, publicada en 1760. De sus descendientes, emparentados con el linaje leonés de los Quiñones, con presencia efectiva en Asturias a partir de las guerras trastamaristas, nos explica lo siguiente Mª Dolores Alonso Cabeza:
"El primogénito añade al apellido el nombre de la Tierra y se llama Juan Rodríguez Vigil de Siero. Su hijo Fernán Díaz Vigil, señor de esta Casa, se casón con Dª Constanza Hevia,, nieta del rico-hombre D. Lope de Hevia.

El hijo y sucesor, Diego Fernández Vigil contrajo matrimonio con Dª Leonor Suárez de Quiñones. Al morir sin descendencia el Adelantado Mayor de Asturias y León, Pedro Suárez de Quiñones, deja heredero de su Casa y hacienda al primogénito de su hermana Leonor, llamado como su padre Diego Fernández Vigil, de Quiñones, y fue Merino Mayor de Asturias. Se casó con Dª María de Toledo, uno de los hijos, Fernán Díaz de Quiñones, estableció su vecindad en Asturias y conservó "muchas parte de los bienes y antiguo Solar de esta familia en el concejo de Siero".

Siguen otras sucesiones con cargos importantes en los reinados de Enrique III y Juan II (1406-1454).

Dª María Valdés Vigil, (Señora de la Torre y antiguo Solar de los Vigiles de San Martín de Vega de Poja, junto al río Nora) se casó con Lope de Argüelles.

Lope de Argüelles fundó en 1573 mayorazgo de la Torre y otros bienes en favor de su hijo Juan Argüelles Vigil. Por este vínculo queda unida la Casa de Vigil de Vega de Poja a los Argüelles, que vivían en Oviedo.

A Juan Argüelles le sucede su hijo Diego Argüelles Junco que enlaza con los Quiñones por su matrimonio con Dª Antonia Quiñones. Del primogénito Lope Argüelles Quiñones, Señor de la Casa de Vega de Poja decían que sus ascendientes se titulaban "Señores de la Torre y Casa fuerte de Careses", por torre y antiguo castillo que había en el lugar.

Lope Argüelles Quiñones se casa con Dª María Estrada y el primogénito Diego Argüelles Estrada con Ana María Argüelles Valdés de la casa de Meres y se unieron las casas de Vega de Poja y de Meres que heredó el hijo mayor Lope José Argüelles Quiñones"


Muchos vecinos bajaban a moler al Molín del Palacio, que era propiedad de Diego de Argüelles, señor de la Casa, "arrendado en 6 fanegas de pan" y que era uno de los cuatro que molían en 1752 en El Río Seco, según el Catastro de Ensenada; otro, propiedad del mismo Argüelles, era el de La Venta, pero trabajaba solamente en invierno, para evitar sin duda quitar fuerza del escaso caudal al anterior, pues estaba aguas arriba, arrendado al particular Domingo Cabo por diez fanegas al año. Había uno más en Aveno, "propio de D. Estaban Valvidares de Aramil, estaba arrendado a Juan Rodríguez por cinco fanegas al año" y el cuarto aparece mencionado como de Cotariello, cuya dueña era "Dª Clara Menéndez, viuda, arrendado por ocho fanegas a Juan Riestra".


Continuamos ruta y la cuesta abajo empieza a suavizarse para llanear y entrar en el cogollo de Curuxeo, que ya tenemos delante nuestro, uno de los pueblos, barrios o aldeas de la parroquia de Marcenao, cuyo topónimo tanto puede tener que ver con el latín marginem, 'margen', 'orilla', referida sin duda a la del Nora, como del también latino marginatum, rodeado de setos y participio de marginare (origen de la palabra 'marginar' con otra distinta acepción pero relacionada con el aislamiento), según explica García Arias en Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos



Marcenao fue también de los Vigil, uno de cuyos miembros, Juan Vigil el Viejo, fue regidor de Siero en el siglo XVI, dado que la nobleza, al pasar de feudal a cortesana, gustó de, además de linajudos títulos y heráldica, algo tan práctico como ocupar los cargos de gobernación local, llegando a Bernabé Vigil Estrada, el Mozo, "Regidor de Oviedo y Siero, Capitán de las milicias del Concejo y Procurador General del Principado; en su tiempo, una de las figuras más importantes de Asturias". Su descendiente, Bernabé Vigil Bernardo de la Rúa, nacido en La Torre de Santolaya, será también regidor de Oviedo y Siero:
"El primogénito Sebastián de Quiñones y La Rúa, nació el 20 de enero de 1638 en Santa María de Moldano, Lieres. Ingresó en la Orden de Calatrava. Fue la figura más destacada del mayorazgo de Vigil y el último en la línea de varón del apellido. Era señor de las jurisdicciones de Puerto y Marcenado. En 1679 el rey Carlos II premió sus muchos esfuerzos a la Corona, concediéndole el título de Castilla de vizconde del Puerto seguid al de Marqués de Santa Cruz de Marcenado. Se casó con Isabel de Bernardo de la Ría Valdés, se unieron los mayorazgos de la Rúa y de Vigil y pasó a propiedad del marqués de Sata Cruz de Marcenado la Casa de la Rúa situada en la plaza de la catedral de Oviedo"


Por los antiguos privilegios reales Marcenao pasó a ser coto señorial de los Vigil, quienes nombraban a sus alcaldes de manera independiente al concejo de Siero, del que solamente dependían para reclutar soldados, si bien los Vigil no eran exactamente propietarios de la tierra, aunque la fueron adquiriendo durante los siglos XVII y XVIII, centurias en las que vivió el que sin duda es el más destacado miembro de esta familia, Álvaro José de Navia-Osorio Vigil de la Rúa, el tercer Marqués de Santa Cruz de Marcenado y conocido por su famoso libro Reflexiones militares, traducido a varios idiomas; era además "Señor de la casa de Celles, de la llamada Torre del mayorazgo de Vigil Vizconde de Puerto":
"En la Universidad de Oviedo cursó sus estudios de Gramática y Retórica e inició los de Filosofía que luego abandonó para seguir la carrera de las armas. Participó en la guerra de Sucesión, después de varios destinos militares y misiones diplomáticas murió en defensa de la plaza de Orán en 1732."

El auge de los Vigil se produjo a raíz de un ventajoso contrato de arriendo de terrenos de Santolaya propiedad del monasterio de Valdediós, por parte de Juan Vigil, el fundador del mayorazgo, extendiéndose su área de influencia por estos concejos del valle del Nora. Según Alonso cabeza, aún en 1848 figura la parroquia de Marcenao en el Diccionario de Madoz como propiedad del marqués y que, "por medio de sus apoderados residentes en La Pola nombraba al ayuntamiento, compuesto de un alcalde, dos regidores y un síndico"


No obstante, en el Gran Atlas del Principado de Asturias se nos dice que "en 1827, de forma definitiva, los antiguos cotos señoriales de Marcenado, La Paranza, San Juan de Arenas y Noreña son abolidos e ingresan como parroquias en el concejo de Siero". Sea como fuere Marcenao y esos citados cotos dejan de ser independientes, si bien Noreña se desgajará como concejo independiente en 1833 y hasta nuestros días


Si nos fijamos veremos en esta foto, a la derecha de la parte superior del poste metálico del vallado La Torre de los Vigil de su Palacio de Aramil, residencia de los Vigil Quiñones, del siglo XVII, en medio del valle del Nora. A lo lejos en la lejanía, L'Acebal, pueblo entre las parroquias de Feleches y Lieres, con los montes de La Camperona (549 m) más allá, unión de los concejo de Siero, Nava y Bimenes


Y en la lejanía, al sureste, Peñamayor, La Peña, entre Nava y Bimenes al norte y Llaviana al sur, soberbio macizo calizo de pastos y vegetación que se alza sobre la confluencia de los valles del Nora y el Piloña, por un lado, y por otro se asoma al del Nalón. Su cota máxima es La Triguera (1.293 m), que por uno de tantos errores toponímicos suele aparecer en los mapas como Trigueiro. Sin embargo



Sin embargo, lo que más suele llamar la atención es El Tarnu (1.123 m), también conocido como El Picu les Antenes, por su gran espolón pétreo y picudo al norte de Nava, aquí parcialmente oculto por las nubes que gustan de pegarse a sus peñas


Una hermosa castañal nos da la bienvenida mientras un rebaño de vacas rumia apaciblemente a nuestra derecha


Algunas antiguas quintanas fueron reformadas según las transformaciones acaecidas a lo largo del tiempo, pero una nave a la derecha, ante el prado de pasto y siega revela que siguen en boga los tradicionales usos ganaderos


Entramos así en el núcleo principal de Curuxeo, el cual forma una calle aprovechando lo llano del canto o cresta de la loma, donde se hicieron las casas, a los lados del Camino


Dejamos a la derecha la entrada a la nave y continuamos todo recto y de frente calle adelante


Y aquí el Camino se ensancha en un rellano entre la puerta de la nave y el hórreo que tenemos delante


Es una explanada que da acceso a unas huertas y donde disponemos de un verdadero mirador sobre el valle, con la iglesia parroquial de la Santa Cruz, en primer término


La iglesia parroquial y el cementerio se encuentran en el barrio de Quintana, viendo al sur la vecina parroquia de Santolaya y, aún más allá, en los montes, la de Valdesoto por la parte de Castiello, donde se encuentra otro Picu Castiello (463 m)


El Picu Castiellu de Valdesoto es esta prominente altura que tenemos ante nosotros, por cuya base discurre hacia el oeste el curso del Nora y vemos las casas de Santolaya, por donde discurre la carretera SE-1, la cual marca la estructura lineal de buena parte de sus núcleos más poblados


A la izquierda es la zona de La Casona y La Iglesia, solar de la parroquial de Santa Eulalia (Santolaya o Santa Olaya), que dio nombre a la parroquia, junto con Vigil o Vixil, posiblemente la tierra de un tal Vigildius, un antiguo posesor de época tardorromana o altomedieval. Más a la derecha se encuentran El Cantu y la Cuesta, con Les Escueles, bajo el picudo monte de El Cuitu, que es donde está realmente localizado el castro astur de Valdesoto que dio nombre a Castiello


El castro de El Cuitu (402 m) fue identificado en 1958 por el profesor José Manuel González y Fernández Valles, quien lo catalogó en 1966 en su inventario. Fue incluido en la Carta Arqueológica de Siero en 1988 por Vicente Rodríguez Otero y en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias (IPCA) el 31 de mayo de 2011


Al pie de El Cuitu y también en Santolaya, están Los lugares de El Cantu, La Cuesta y Les Escueles, donde se encuentra el antiguo edificio escolar de la parroquia, bien visible en la distancia, cuya construcción fue adjudicada en 1908 a Bernardo Díaz por 17.571 pesetas, que más tarde haría las de Samartino, en un estilo muy parecido, que aquí vemos por su parte posterior


Se construyó en una finca perteneciente a herederos del Marqués de Marcenado, vendida en 750 pesetas al Ayuntamiento por el apoderado de la familia, José Gómez González, vecino de La Pola, nos cuenta en su libro Alonso Cabeza:
"Una galería se extiende a lo largo de dos aulas rectangulares separadas por doble tabique, cada una con 6 ventanas, 3 en la fachada anterior, y 3 en la posterior, entrada en los extremos. Unida a ambos lados de la casa-habitación con mayor altura por constar de bajo y primer piso. Por la dimensión, luminosidad y mobiliario parece responder a la orientación del Museo Pedagógico que dirigía en Madrid B. Cosío, vinculado a la Institución Libre de Enseñanza.

Fue una de las mejores escuelas del Concejo. Desde las Concentraciones escolares se destina a Centro para reuniones de vecinos y actividades culturales y recreativas, Estuvo mucho tiempo desatendida y llegó a un deterioro grande; recientemente ha sido rehabilitada. y en el entorno se construye un parque".

"La primera escuela de Santa Eulalia de Vigil, como las demás del Concejo fue el pórtico de la iglesia. Desde época más antigua en relación con otros pueblos, los niños de esta parroquia pudieron recibir enseñanza en la "escuela de leer y escribir" que en 1677 fundó en Aramil Antonio Rodríguez. Estableció en ese lugar dos capellanías dedicadas a San Bernabé y San Antonio, con rentas para ermita y donó una casa para escuela.

Los capellanes tenían obligación de enseñar gratuitamente a los niños de Aramil, de Santa Eulalia de Vigil y de Fleches. A finales del siglo XVIII esta casa-escuela estaba muy deteriorada y la enseñanza volvió al pórtico de la iglesia.

En 1929 había en Santa Eulalia de Vigil maestro con nombramiento público para niños y en 1901 era escuela mixta en un local de alquiler".

Al pie de Les Escueles, aunque apenas sen ven, son los lugares de, La Quintana Coleta, La Quintana'l Cura, La Quintana'l Maestro, El Castañéu, Vixil...


En cuanto a la iglesia de Santa Cruz de Marcenao, que tenemos justo a nuestros pies, hemos de decir que, independientemente de que pueda estar en el solar de otra más antigua, la actual se menciona por primera vez en un documento conservado en el Archivo del Marqués de Santa Cruz con fecha del año 1575 vinculada a la malatería o leprosería aquí existente al menos documentadamente desde 1274, es decir, tres siglos atrás, y que para el historiador José Ramón Tolivar Faes fue de las primeras fundadas en Asturias "y asimismo fue una de las que primero dejaron de funcionar" y así lo plasma en su libro Hospitales de leprosos en Asturias durante las edades Media y Moderna 


La iglesia la veremos mejor desde un poco más adelante, fijémonos en el hórreo, con bodega debajo, en el solorru, empleada como almacén de enseres y aperos y, también a la derecha, en el portalón de una casa de las que forma una hilera de viviendas en ese lado


Orientadas al sur, son un buen lugar para curar al sol los productos de la cercana huerta


En la siguiente casa, hay una acera de baldosas con una fila de tiestos y a la izquierda, otro rellano parecido al anterior, al pasar el hórreo


El Camino sigue recto pero podemos asomarnos a la explanada, que se usa como aparcamiento



Y de paso contemplamos el hórreo, con su corredor alrededor del que antiguamente colgaba la cosecha de maíz


Es un buen lugar también para sentarse a descansar un instante a la sombra de unos frutales, viendo de nuevo el valle, con la iglesia parroquial y el cementerio prados abajo



Según Mª Dolores Alonso Cabeza "En Quintana se encuentran la iglesia y el cementerio. A poca distancia, en La Plazuela la mayor agrupación de viviendas, con la escuela y edificaciones nuevas". Por su parte, el Diccionario geográfico de Asturias. Ciudades, Villas y pueblos, dice que parroquial y camposanto están en La Quintana, "formada por siete edificios que incluyen la iglesia de Santa Cruz y el cementerio" 


La antigua malatería habría estado en el campo situado al otro lado de la iglesia, mirando al sur, a La Quintana, mientras que de La Plazuela, a su izquierda y mirando al este, dicho diccionario, publicado en 2000, cuenta así:
"Casería de la parroquia de Marcenado (Siero). Situada a 2,2 km de Pola de Siero, tiene una población de 49 habitantes. Está formada por viviendas agrupadas, de carácter rural. Muy cerca, en La Quintana, se levanta la iglesia parroquial de Santa Cruz de Marcenado".

El edificio que asoma sobre la pumarada, en La Plazuela, es el de la antigua escuela unitaria, que vemos por su parte posterior, construida en 1966, aunque con la ley de educación de 1970 los escolinos y escolines fueron la los colegios nacionales de La Pola, cayendo en desuso y aprovechándose para reuniones vecinales. La casa de los antiguos maestros, anexa a su izquierda dentro del mismo edificio, pasó a viviendas y en su patio de recreo, delantero, hay un pequeño parque. A su izquierda, una de las casas, de las que solamente vemos el tejado, presenta portalón y, adentro, el escudo de armas de los Vigil de Quiñones, diciéndose que era la antigua consistorial del viejo coto señorial. Una finca recibe por su parte el nombre de La Cárcel, suponiéndose fue el solar de la misma. La corresponsal del periódico La Nueva España Paula Tamargo le dedica el artículo El misterio del blasón de La Plazuela, publicado el 15-4-2023:
"En el núcleo de La Plazuela, en la parroquia de Marcenado (Siero), un gran escudo nobiliario sobre la fachada de una modesta casa llama la atención de quien llega a la zona, no solo por la buena conservación de la pieza, sino porque sorprende el lugar en el que está colocado, donde parece haber sido empotrado sin que esa fuese su ubicación original. En la localidad sierense no se sabe con seguridad la historia del blasón, si fue traído de otro lugar o si originariamente pertenece a esta localización aunque el inmueble tuviera antaño otro aspecto, pues la construcción parece haber sufrido muchas modificaciones y añadidos. 
Sí se cree en la zona que el lugar que ahora ocupa la casa "debió de ser sede de una cárcel" y de la institución a cargo del territorio en la época en la que Marcenado fue coto jurisdiccional. El escudo de armas correspondería al de los Vigil Quiñones, uno de los linajes más poderosos que tuvo el concejo sierense. 
Según los datos que aparecen en la ficha de Patrimonio del Principado acerca de esta casa de La Plazuela, se trata de una construcción que data del siglo XVII. "Casa terrena de planta rectangular alargada. Se desarrolla en un solo piso aunque presenta aprovechamiento total o parcial del espacio bajocubierta (...) La casa terrena es propia de las caserías más modestas. Su limitada economía condiciona el uso exclusivo de materiales del entorno así como la adopción de las soluciones técnicas más sencillas: muros de mampostería ordinaria revocando la fachada principal (...) Destaca el magnífico escudo cuartelado situado en un lateral de la puerta principal", explica dicha ficha sin más información acerca del blasón o sus orígenes. 
El escudo de esta casa, aunque más modesto, coincide con parte de los motivos que se aprecian en el de la fachada sur del Palacio de los Marqueses de Santa Cruz de Marcenado en Pola de Siero, también conocido como la Casa Jardín o la Casa de los Povillones. 
Este palacio poleso data del siglo XVII (1670), aunque, según la web del Ayuntamiento de Siero, el escudo es del XVIII. En la fecha que se atribuye al blasón del palacio "la casa pertenecía al III Marqués, don Álvaro Nava Osorio y Vigil, con lo que ya lleva incorporados algunos elementos de esta familia". "El escudo se compone de un escudo central acuarteronado, con dos castillos en campo colorado y en los otros dos cuarterones, 10 ó 15 veros en tres órdenes, la mitad verdes y la mitad verdes y dorados. También dos leones rampantes, símbolos del poder de la Casa, sujetan la corona del marqués", dice la información municipal. 
En el caso del escudo de la casa de La Plazuela en Marcenado no hay leones rampantes ni otros elementos adicionales de la parte exterior del blasón del palacio poleso. Pero sí coincide con este último en el cuerpo principal, la parte central, con los dos castillos y la corona y otros elementos idénticos. 
No hay excesiva información sobre el blasón de La Plazuela. No así del palacio poleso que, según la información municipal, "se mandó construir por Don Sebastián Vigil de Quiñones y de la Concha, hijo de Don Bernabé Vigil de la Rúa y Doña Antonia de la Concha" 
"Según reza en el documento expedido por el párroco a la familia, Don Sebastián nació en Pola de Siero y fue bautizado en la parroquia de San Pedro, el día 1 de julio del año 1628. Estuvo al servicio de la Corona, por lo que es nombrado por el Rey Carlos II Caballero de la Orden de Calatrava, más tarde le concedería el marquesado. Fue además primer Vizconde de Puerto, Regidor de Oviedo, Morcín, Gijón y Siero y Procurador General de la Junta del Principado", añade el texto de la web del Ayuntamiento".

La primera escuela estuvo en el pórtico de la iglesia, mirando al sur, hacia donde estuvo la malatería, la cual empezó a ser mixta en 1901. Tres años después los vecinos pidieron se construyese un edificio aparte para ella pues el pórtico, abierto, cuando llovía o hacía frío era inutilizable. En 1918 se pasó dar clases en un local alquilado y en 1936 se hizo una primera escuela, mixta, que fue dedicado a niñas en 1942, cuando se construyó un aula para niños. Después se hizo la unitaria a la que acabamos de referirnos


La iglesia de la Santa Cruz de Marcenao es de planta de cruz latina y, en escritura del año 1574, ante el escribano Juan Vigil, se señala que el prior de la  malatería, "según lo que se acostumbraba antiguamente", tenía por su trabajo "un prado y una tierra" y además le correspondía libremente la cuarta parte de los diezmos de esta iglesia que es posible que estuviese vinculada desde mucho antes con el hospital de malatos o leprosos


La primera noticia de la malatería de Marcenao está fechada el 7-4-1274 cuando el Arcediano D. Fernando Alonso le da en testamento, entre otras donaciones, un maravedí. Luego, en 1289, es Don Pedro Díaz de Nava quien lega 100 maravedís y en 1331, el poderoso magnate Rodrigo Álvarez de las Asturias, señala en testamento que "Mando a los lazrados de Marcenado que es en Siero, por mi alma, mil maravedís", de su memoria en el pueblo dice Faes:
"En la feligresía no se conserva el menor recuerdo del hospital. Sólo en el inmediato solar de Guaricio, al sur de la iglesia, de Santa Cruza, hay una fuente y un arroyo que el vecindario, sin saber porqué, sigue llamando "la fuente y el regueru de Los Milatos"


La relación de los bienes de la malatería del año 1594 arroja algo de luz sobre ella y se indica que esta, bajo la advocación de San Lázaro, como es lo común en todos los hospitales de leprosos, tenía su casa-hospital, con capilla donde se enterraba a los malatos, al lado de la iglesia, ignorándose ya entonces su fecha de fundación "por ser muchos años". Leemos a Tolivar Faes de la situación de la malatería por entonces y de su relación con la parroquia y con los señores del coto:
"El párroco de Santa Cruz de Marcenado era prior de la malatería, y la administración tocaba al sewñor de la Casa de Vigil. Los malatos habitaban una casa cerca de la iglesia y tenían capilla para su especial sepultura. A su ingreso en la malatería tenían que pagar diez ducados como cuota de entrada"


Por entonces ya estaría en completa decadencia y arruinada, bastante más tempranamente que la mayor parte de las malaterías asturianas, que fueron desapareciendo a finales del siglo XVIII, cuando disminuyó la endemia de lepra y los últimos enfermos se enviaron al Real Hospicio ovetense. Las pesquisas del año 1594 fueron resultado de una Real Cédula emitida dos años antes por la que se solicitó cumplida información de esta fundación hospitalaria, apareciendo serias deficiencias:
"Para dar cumplimiento a la Real Cédula de 19-5-1592, mandó el Alcalde mayor de Noreña tomar juramento y declaración a Bartolomé de Vigil, clérigo de Santa Cruz de Marcenado, el cual, en 3-I-1594, manifestó, entre otras cosas, llevar unos veinticuatro años de cura de los malatos, durante cuyo tiempo había gobernado y administrado la malatería el Prior de ella, Francisco Vigil, vecino de Marcenado. Por fallecimiento de este, haría cosa de ocho meses, el Prior era ahora su hijo Juan de Valdés. El Priorato parece le había venido a Francisco Vigil por su casamiento con una hija de Diego Menéndez de Valdés, que había sido Prior hasta su muerte. Si el Prior "no era contento no se recibía ningún malato". Aunque en otras ocasiones había habido cuatro o seis enfermos, en aquel momento sólo había uno. Esos malatos "no son bien tratados e non se cuida de ellos como era de razón", sino que, simplemente son "recibidos en una casa que esta junto a la dicha iglesia de Santa Cruz y van a misa a dicha iglesia en la cual tienen una capilla donde se entierran".

El Visitador del Obispado era quien se ocupaba de las visitas o inspecciones pertinentes y, para su mantenimiento, este hospital tenía propiedades en los lugares de La Peral y La Felguera, pertenecientes a Noreña, al igual que en la parroquia sierense de Muñó, que rentarían unas "treinta fanegas de pan" (grano panificable) al año:
"Contaba además con las limosnas que a su muerte dejaban muchas personas, así como "otras limosnas que se sacan en el distrito de esta malatería por las puertas, que por otro nombre llaman pollos". De las rentas y limosnas, el cura llevaba como dos malatos, y el prior, como otros dos, y este derecho constaba en una escritura de 1575, que mostró, en la que el repetido Francisco de Vigil se declara "Prior e heredero de los fundadores de la dicha orden".

La Malatería de San Lázaro de Marcenao estaba sin duda relacionada con el paso del Camín Real o Camín Frances que discurría por el valle del Nora viniendo del Piloña, "Camín que vien de L'Infiestu, atraviesa Aramil y Santolaya y sigue pa Samartino. Ye'l camín que pasa por La Rebollá, El Campu la Caleya, El Prau'l Río",  describen Nieves Otero Paraja y Eva Fernández Blanco en su estudio de la serie Toponimia (nº 103) de la Academia de la Llingua Asturiana titulado Parroquia de Satolaya


Se supone que, por alguna razón, algunos hospitales camineros, en el sentido de hospitales de acogida de pobres y transeúntes, como el de La Pola (luego también de peregrinos), se especializaron, como este de Marcenao, en hospitales de malatos, término que, según los conocimientos de la época, abarcaba a los leprosos y a afectados por otros males que se tenían por la misma enfermedad. Cuando uno de estos establecimientos decaía, como fue el caso del de San Lázaro de Marcenao, otros buscaban destinar a ellos sus rentas de mantenimiento, como fue el caso del de La Paranza, al sur de Siero, a principios del siglo XVII:
"... La Paranza siempre había sido hospital muy solicitado y el número de sus enfermos oscilaba entre seis y doce, por lo que siendo sus rentas insuficientes, el patrón de esta malatería, Juan de Tirso Albear, en 30-III-1607, pretende que el Real Consejo ordene destinar a La Paranza las rentas de la inactiva malatería de Marcenado..."

"... aduciendo que ésta no tenía patrón propio, er muy rica, carecía de enfermos desde hacía más de quince años, la casa-hospital estaba asolada y derribada, y al no haber gastos, la renta la gozaban personas particulares. Y como se alegaba asimismo, que las malaterías de Marcenado y Ruedes, juntas, nunca habían albergado tantos malatos como la de La Paranza (que tenía de seis a doce), se deduce que el número de enfermos de Marcenado oscilaría entre tres y seis.

La citadas manifestaciones del patrono de La Paranza, fueron ratificadas por los testigos, afirmando que, en Marcenado, "de veinte años a esta parte o a abido malato alguno" y "que la dicha casa está asolada y derribada y le quitaron la teja de forma que está caída en el suelo inabitable".

Es, pues, evidente que a fines del siglo XVI la malatería de Marcenado estaba en ruinas y sin enfermos. Y es casi seguro que ni fue reconstruida ni volvió a tener actividad alguna, de tal manera que, cuando en 1771 se realiza la incautación de todas las malaterías del Principado, la ruina debía ser total, pues no vemos que el Real Hospicio hay logrado hacerse con rentas ni documentos de Marcenado. Es más, poseemos una nota copiada de una hoja de servicios del Licenciado Cacho, que obraba en la incendiada Universidad de Oviedo, y en ella no aparece la visita a Marcenado, pese a que relaciona todas las demás malaterías que habían sido objeto de su visita"
No obstante, apunta Faes que un enfermo registrado en 1594 "demuestra la inexactitud de los testigos de La Paranza que en 1607 afirmaban hacer quince o veinte años que en Marcenado no había malatos". Poco después, eso sí, no quedaría ya ninguno



Al este de La Plazuela vemos la casa de La Fuente, donde hay un cruce con dos caminos que enlazan con la N-634. En esta zona cercana a la iglesia hubo artesanos campaneros, nos señala el sacerdote e investigador José Manuel Feito en su libro La artesanía popular asturiana: "Hubo fundición de campanas en Marcenado (Siero), cuyos hornos y talleres han sido destruidos hacia 1968 para construir una vivienda". Además, aquí fue donde se mantuvieron los últimos alfareros de la industria que prosperó en el concejo desde el siglo XVIII, en concreto Senén Puente García y su hijo:
"Senén Puente García es el último alfarero superviviente y quien nos ha facilitado estos apuntes. Tenía el horno en Marcenado. En la actual carretera a Santander, por la que fue cortado, aún se pueden ver indicios del mismo. A su padre lo conocían por el mote de El Inventor y se llamaba Benjamín Puente Moro. Hacía botijos, cazuelas, escudillas... pero sobre todo se hizo famoso en el lugar, y a eso se sebe su mote, por un porrón o botijo fabricado de modo que cuando daba de beber por él todo el mundo bebía agua, pero él, tapando un agujero secreto, hacía que saliera vino. Es la misma tradición que recogimos de otro alfarero en Villayo. Cuando ya no podía trabajar y con el fin de que nadie copiara su técnica lo rompió. También llegó a hacer cerámica esmaltada con rayas azules".

"Senén, que era el más hábil en la decoración de piezas. Compraba el azul cobalto en Oviedo, pero como resultaba caro lo obtenía no sin un gran esfuerzo cerca de las minas de cobre de Cabranes. Los mercados más importantes fueron en Avilés y Villaviciosa. A primeros de siglo usaban ya la técnica del molde para la fabricación de platos. En aquella época tomaban parte casi solamente las mujeres. Senén viajó a Llamas del Mouro en donde aprendió la técnica del barrio negro". 

Su hijo Senén sólo hizo potes de color rojo y con baño de "miel". Dejó de trabajar entre los años 1955 a 1960. Conoció los difíciles momentos de la decadencia por los que pasaron todos los alfareros. Fue entonces la época en la que supervivían gracias a la fabricación de bebederos para gallinas y, sobre todo, tiestos".
Foto: Alcordances de Asturies

En 1997 el Taller Laborna de Bobes, aquí en Siero, volvió a fabricar esta apreciada cerámica...


Más allá, L'Escampleo, (etimológicamente, zona escamplada, es decir, 'despejada', 'sin maleza') donde se encuentra, en dicha carretera, la estación de servicio de Marcenao. Antaño, la cercanía de las minas de Feleches y Lieres hizo muchos vecinos compatibilizasen el trabajo de la casería con el de mineros pero, con el cierre de los pozos, se produjo un éxodo de habitantes. La vista llega al oriente, más allá de Peñamayor, a La Sierra de Ques, en Piloña


A la izquierda, encima L'Escampleo, El Picu la Floría (332 m), es uno de los espolones montañosos que surgen ante la falda sur del Picu Castiellu que, para distinguirlo de otros del mismo nombre, suele llamársele El Picu Castiellu de Marcenao, si bien está en la frontera con Aramil


Otro de esos promontorios es, detrás de él, El Cuitu (366 m) un topónimo que se repite constantemente ('cueto'). Su forma cónica y pelada, con llamativas vetas calizas en la ladera de su corona, llaman poderosamente la atención y no dejamos de pensar en si formaría parte del aparato defensivo del Picu Castiellu 


Más allá de L'Escampleo está San Roque, en la vecina parroquia de Aramil, cuyo nombre de debe a la desaparecida capilla de esta advocación, una de cuyas antiguas fiestas, la del Cristo de San Roque, el primer domingo de mayo, era tan famosa por las peleas de mozos que acabó llamándose El Cristo de los Palos, dejando de celebrarse por eso. Destruida en la Guerra Civil se construyó sobre ella la actual iglesia parroquial de San Esteban, quedando la antigua, joya del románico, preservada en su venerable antigüedad algo más al sur


Sí se celebran San Estaban, patrón de la parroquia, y el Corpus. "Por ahí pasa el camín real o camín romano, que desde La Secada continúa hacia Marcenado y estaba empedrado" es un dato sumamente importante que nos ofrece el Diccionario Geográfico de Asturias. Detrás de la estación de servicio se halla la pensión La Curva y, poco más allá, en Aramil, el Restaurante-Pensión Cangas de Onís


Además de la cercanía a las explotaciones de carbón antes reseñadas de Lieres y Feleches, Aramil es considerada parroquia minera pues existió una mina en el monte El Retuertu, al sur, la cual era también llamada La Vega, pozo que fue de la empresa Duro-Felguera, cerrado en 1944. Más a lo lejos reconocemos el monte de La Roza (421 m), entre Feleches y Lieres



Prados allá, Pedraces, también en Aramil solar de la arruinada capilla del Espíritu Santo, que era particular. Más al oeste los montes de La Fontana por la parte de Coriguiru, en Feleches y, allá lejos, en Ques, los montes de Cullacenti (508 m), El Picu la Cruz (654 m), El Picu la Cabra (696 m), El Cabezu (745 m) y El Picu Bierces o Picu Mayor (769 m)


Más acá las nubes siguen queriendo pegarse al Picu Tarnu o Picu les Antenes (1.123 m); bajo él la gran loma de La Bobia (580 m), que cierra por el este el profundo valle del Ríu Pra; mientras que por esta parte lo hacen Les Collaes


Cada vez que miremos atrás y al este, la silueta de Peñamayor seguirá siendo una referencia visual y geográfica durante nuestro trayecto a la Sancta Ovetensis, e incluso más allá y, con ella, la de sus altas cotas, entre las que, aparte del Picu Tarnu y La Triguera ya mencionadas, podemos señalar El Peñón del H.ueyu o Jueyu (con hache aspirada), Los Acebalinos (1.092 m), Campavieya (1.054 m) o Los Llanos de Peñamayor, Los Ortigales (L'Ortigal Cimeru, L'Ortigal del Medio, L'Ortigal Fonderu), La Mata'l Texíu (1.259 m) o El Picu'l Texíu, Los Texones (1.258 m), La Camperina d'Entexil (1.274 m), La Goleta Llagos (1.226 m), El Picu la Mina (1.228 m), Güeyucaliente (1.179 m) con El Montascu y Les Cangues de Callacente, El Cotón (1.199 m), El Cantu Cuevagalana (1.135 m), L'Aguamesa (1.105 m), El Cantu los Negreros (1.060 m), El Picu la Señorita, La Peña Mediudía (1.000 m), eso por citar las cumbres que pasan de los mil metros, al menos la mayor parte de ellas


Y a poco más de 2 kilómetros de La Pola, y a menos de 20 ya de la ovetense catedral de San Salvador nos encontramos ahora según atravesamos Curuxeo calle adelante hacia las últimas casas, que tenemos al fondo


En sus tiempos, con más gente en las casas, la calle, que sería una caleya sin asfaltar, podemos imaginarla con gentes en sus labores cotidianas, yendo a las huertas, a las cuadras, yendo y viniendo de La Pola, ganado, actividad en las cuadras y corrales...


Destacan algunas muestras de arquitectura popular, como los hórreos y, especialmente, los largos corredores asomados al Camino, en la planta alta de las casas



Este hórreo, también de los de corredor, se ve ha sido reparado pues sigue haciéndose uso de él, como gran almacén de aperos y enseres


Abajo, les antoxanes o espacios delanteros a la entrada de las viviendas eran lugares de parada y socialización, también de trabajo. Aún se ven bancos y productos curando al sol


Esta quintana forma una larga fila con viviendas, cuadras (ya sin ganado) y tenadas o heniles


Aquí, otro largo y hermosísimo corredor asomado a la calle, atalaya sobre el valle


Aunque a veces parezca que en algunos pueblos no hay nadie si nos volvemos no será extraño ver a algún vecino o vecina asomándose a nuestro paso...


Abajo la cuadra y, arriba, la tenada, como solía hacerse comúnmente. También podía estar la vivienda, en concreto los cuartos de dormir, pues en el establo los animales siempre dan algo de calor y, además, los dueños pueden despertarse prontamente si algo les alterase repentinamente


Seguramente casi todas las casas eran en origen de corredor, que en algunos casos pasó a integrarse dentro de las paredes de la vivienda


Esta por ejemplo tiene visos de haber sido reformada en algún momento hacia mediados del siglo XX. Sin duda, son especialmente características sus columnas de la entrada, pues son pegollos, similares a los de un hórreo


Y aquí en algún momento la bodega del hórreo, también de corredor, fue también reformada, así como un cobertizo añadido, de tejado de una sola agua


Y por aquí, donde el Camino hace un poco de Curva, salimos de Curuxeo hacia El Rebollalín


Más al sur los montes de Corripos (458 m) separan Siero de Langreo/Llangréu y, todavía más, lejos, se reconocen algunos de los picos que hacen de divisoria con León en el Altu Ayer o Aller, como El Picu Tresconceyos (2.014 m), Los Pisones o Camparón (2.043 m), El Cuetu los Barriales (2.109 m) o L'Estorbín de Valverde (2.124 m), todas ellas míticas cumbres montañeras...


Caminamos a la sombra les castañales en otro hermoso trayecto; pasan escasos vehículos, es fácil que no os encontréis con ninguno, pero atentos si pasan en este cambio de rasante, pues la calzada es algo estrecha en esta boscosa ladera


El Camino empieza a bajar, viendo en el valle la preciosa vega de Salota y La Granxa, antesala de La Pola


Al otro lado de la colina, al sur de La Granxa, El Río Seco o Recuna da sus aguas al Nora, de frente Santolaya y Castiello



En Castiello se encuentra la capilla de San Agustín, del siglo XVII, antigua capellanía de renombrada romería. En Santolaya estuvo la desaparecida capilla de San Fernando


En Castiello reconocemos entre otras la Casa los Sieros, Casa Danín (que fue chigre), La Escuela Castiello, donde dio clase Don Quevedo, entre otros muchos maestros y maestras; antaño La Fuente la Píngara era la provisión de agua de la vecindad...


Pero volvamos a fijarnos de nuevo en nuestro más inmediato entorno, en el gran valle del Nora, aquí especialmente ancho y con grandes vegas de prados y bosquetes


Y al este los tejados de La Plazuela con La Fuente y L'Escampleo a lo lejos


Allí, lo mismo que la carretera Oviedo-Santander, luego N-634, relegó a los antiguos caminos reales, fue relegada a su vez por la A-64 Oviedo-Villaviciosa, que enlaza en Grases (Villaviciosa) con la Autovía del Cantábrico (A-8), como la principal vía de comunicación. No nos olvidemos tampoco del ferrocarril, la antigua línea de los Económicos de Asturias, fundada en 1887 y cuya llegada a Llanes en 1905 su con la de los Ferrorcarriles del Cantábrico, enlace con Santander, fue todo un acontecimiento


Y otra vista del Picu la Floría, un topónimo del que nos cuenta esto Julio Concepción en su diccionario montañero:
"El topónimo habla por sí solo en plena floresta del estío. Voz asturiana floría aplicada a cualquier planta, y adjetivo en la expresión Pascua Floría. Como nombre de lugar, la palabra describe zonas muy soleadas en las que pronto aparecen las flores más tempranas en primavera, y se mantienen lozanas hasta bien entrado el otoño (...) 

Participio latino floritam, con el resultado fónico propio del asturiano, aplicada la voz a los parajes en las condiciones citadas"

A sus pies, la casa de El Rebollalín, otro topónimo vinculado a los rebollos, árboles del género Quercus, 'robles medianos y pequeños', los describe igualmente Julio Concepción: "Muy apreciados fueron los frutos de robles y rebotsos (las bellotas) tiempo atrás, como alimento; y no sólo para los animales: hasta se comían crúas o asás, cuando la guerra -nos cuentan los que sobrevivieron a los años cuarenta". Es fácil pensar que, como las castañas, fueron fundamentales para la alimentación en siglos pasados, quizás desde los castreños del Picu Castiellu


Y otro paisaje de nuevo de L'Escampleo con la carretera general y la estación de servicio hacia San Roque, en Aramil, un topónimo que puede ser antropónimo, derivado del nombre de un antiguo posesor, o tener que ver con aram, 'ara', altar, lo que no es extraño en paraje de paso desde la prehistoria, donde habría oratorios a las deidades protectoras del Camino, cristininizadas en antiguas iglesias y capillas. Ahora sí vemos a la izquierda la citada pensión La Curva


Y a lo lejos, el campanario de la iglesia parroquial de Aramil que se construyó en la posguerra sobre la capilla de San Roque y, en la lejanía, apreciamos las pistas de las laderas occidentales del Picu Mayor



Si caminamos unos metros más podremos tener otro buena vista de Marcenao, mirando abajo a nuestra izquierda


La iglesia parroquial con su fachada oeste y, detrás de ella las casas de La Quintana, llamada La Quintana la Iglesia para diferenciarla de la parte que está más al sur, al otro lado de la carretera. En ese espacio entre las casas y el templo estuvo la malatería con su casa y su capilla de San Lázaro, de la que nos sigue contando Tolivar Faes:
"La actual iglesia de Santa Cruz de Marcenado conserva su orientación al Este. Ni el templo ni sus libros nos ofrecen otro recuerdo de la malatería que una preciosa imagen de San Lázaro en madera. Sus manos encierran sendos huecos verticales, en los que hace muchos años se encajaban, al parecer, unas tablillas de leproso y acaso un báculo"

Las tablillas de leproso eran, como su nombre indica, unas pequeñas tablas, las tablillas de San Lázaro, porque al santo se le representaba con ellas, que se hacían sonar para que el leproso avisara de su presencia ante el temor popular al contagio. Con ellas se pasó también a pedir limosna para sus malaterías y se convirtieron en instrumento popular. La imagen de San Lázaro de Marcenao se halla actualmente en el Museo de la Iglesia, en Oviedo/Uviéu


Vemos ahora el pórtico de frente, actualmente cerrado pero que antaño, como dijimos al hablar de la primera escuela, estaba abierto. Antes no tenía, pues se trata de un añadido dispuesto al templo antiguo en 1713, así como la espadaña, esta colocada un siglo después. De su historia constructiva sigue contando Mª Dolores Alonso Cabeza:
"El Cura y Abad D. Bartolomé Argüelles Meres, en 1719, hizo donación testamentaria de una finca que había comprado a un vecino por 50 ducados, y mandaba que con los productos anuales de la citada finca se celebraran las Fiestas de la Santa Cruz y del Rosario. Sabía por experiencia que cada vecino entregaba un copín de pan al año para las Fiestas, pero entonces sólo había 14 vecinos, y su aportación no era suficiente para las dos celebraciones. 

En el año 1816 fue enterrado en la capilla mayor D. José Navia Osorio, octavo Marqués de Santa Cruz. Dos años después su viuda dio orden de finalizar la construcción de la casa rectoral, que habían comenzado mucho tiempo antes. El párroco solía vivir en La Pola.

Una reparación general de la Iglesia fue realizada en 1826: pintura dl anterior, elevación del altar mayor, construcción de otros cuatro altares, y de la espadaña; fueron restauradas las imágenes de la Virgen del Rosario y de la Inmaculada"

El jesuita D. Juan Antonio Martínez Camino, nacido en Marcenao, publicó el díptico Santa Cruz de Marcenado. Gran Jubileo del año 2000- 11 de junio, Corpus Christi, en el que relata las reformas y reparaciones de la iglesia desde el último tercio del siglo XIX hasta principios del siglo XXI, por el que conocemos que, en colaboración con los feligreses siempre, se acometió, por ejemplo, en enlosado en 1889, se hicieron bóvedas de yeso en 1882, se construye la sacristía en 1883, en 1885 el retablo, el cementerio en 1890, su ampliación en 1910. 


Se reconstruye en 1943 tras la destrucción de 1936, y en 1947 se recolocan las campanas. Se inaugura la biblioteca parroquial en la sacristía en 1952, que "con sección circulante; tuvo extraordinario éxito popular", dice Alonso Cabeza. La antigua rectoral fue derribada en 1961 y acabando el siglo XX hay reformas en el presbiterio, se ilumina la iglesia y se restaura la Santa Cruz por parte de D. Domingo Martínez Camino. En 2000 se renueva el pavimento del campo de la iglesia...

Ahora, mirando atrás, sí que veremos El Picu Castiellu (435 m) 'de Marcenao', en el que en 1958, como en El Cuitu de Marcenao, José Manuel González localizó un castro astur que luego incluyó en sus catálogos y publicaciones sobre la prehistoria asturiana

De origen prerromano, es posible hubiese sido reutilizado como atalaya en la romanización y como puesto de control de un territorio, la "Llanera de Siero" tanto para defenderlo como para dominarlo, una función que acaso perviviría hasta muy avanzada la Edad Media, donde tantos quieren ver el "Castro de Siero" tan mencionado en la documentación de la época, desde donde un representante del rey, tenente  o potestas, ejercía el gobierno antes de que la fundación de La Pola en 1270 (no efectiva no obstante hasta 1310) crease un nuevo centro, urbano, administrativo, aforado, dependiente directamente de la Corona, que trasladase allí estas funciones. Consultaremos el Gran Atlas del Principado de Asturias:

"Por entonces, el espacio aglutinado por el topónimo Siero revestía un claro componente administrativo que, al parecer, era gestionado, como otros territorios asturianos, desde una fortaleza, un oppidum. Así parece confirmarlo la intitulación de Didacus Abregon que en las décadas de los cincuenta y sesenta aparece confirmando documentos como "teniente opido Sieiro/Siero"

Es decir, justo antes de la carta puebla, décadas de 1260 y 1260, ese tal Didacus Abregon sería dicho gobernador de Siero desde la fortaleza o castillo de este nombre que no pocos creen podría ser este, que llevaría tiempo centralizando el gobierno del territorio y que, más de cien años antes, en 1133, en una donación en favor del ovetense convento de San Vicente, es mencionado como el Castro de Siero"uillam que iacet in ualle Planere, inter Castrum Sierii et ualle Sariegui quuam uocitant Castañera", esto es, una villa en la llanera, entre el Castro de Siero y el valle de Sariegu que llaman Castañera. También en la donación de la casa-hospital de María Ordóñez de 1144 en Rioseco esta se situaba "in valle Sierii castri positam".


Hubiera sido, o no, El Picu Castiello de Marcenao (y de Aramil, realmente), el Castro de Siero centro del territorio antes de La Pola, lo cierto es que su oppidum se abandonó, aunque, como es notorio, siempre ejerció notable atracción en el vecindario, celebrándose la romería de la Santa Cruz, con buen acceso desde la aldea de La Braña, fiesta de la que hay noticias desde 1719 documentalmente, si bien ha de ser probablemente muy anterior. Además, en 1904 se llevó a cabo la colocación de una cruz en la cima del Picu Castiellu, repuesta en 1978, como explica el vecino de esa parroquia Benigo Martínez-Fuego en La Nueva España del 29-1-2008:
"La cruz del Pico Castiello fue plantada en las primeras semanas de septiembre de 1904, hubo unas misiones en la parroquia de los PP Capuchinos de León, que eran para las parroquias de Vega de Poja, Pola de Siero, Collado, Santa Eulalia de Vigil y Aramil, pero se celebraron en Marcenado por ser la más céntrica. Los frailes ejercieron una atracción tan fuerte entre la muchedumbre que en su estancia de nueve días organizaron una peregrinación a Covadonga, a la que concurrieron en pleno todas las parroquias; en el octavo día se celebró una comunión general en el campo de la iglesia, se ofició la eucaristía y, al final, se celebró procesión por la noche, con antorchas y faroles, y el padre Santibáñez, amo de la casa, cargó sobre sus hombros una pesada cruz de madera de cuatro metros de altura cubierta toda de cinc y realizó el largo trayecto desde la iglesia hasta la cima del monte Pico Castiello, de 437 metros, donde la dejó plantada. Nadie pensó entonces que se convertiría en uno de los eventos más significativos de la religiosidad popular, pronto se difundió la noticia atrayendo al lugar los domingos y días festivos a fieles que recorrían a pie varios kilómetros para la oración del rosario en la cima del monte. 
Destruida durante la guerra civil, su reposición, idea que hacía tiempo que se perseguía, se llevó a cabo en 1978, y fue, sin duda alguna, uno de los acontecimientos de mayor proyección humana en la vida de este pueblo en los últimos años.

Es difícil reconocer dicha cruz desde aquí, pero ahí está; ahondando en el tema de la fiesta de la Santa Cruz y la fiesta allí celebrada, publicamos esta descripción que hace La Nueva España del 30-4-2004 en base al libro de la historiadora Mª Dolores Alonso Cabeza titulado El concejo de Siero en sus fiestas. Datos de su historia:
"La fiesta de la Santa Cruz ya se cita en 1719, pero la cruz del Picu Castiellu fue plantada en las primeras semanas de septiembre de 1904, hubo unas misiones en la parroquia de los Padres Capuchinos de León, que eran para las parroquias de Vega de Poja, Collado, Pola de Siero, Santa Eulalia de Vigil y Aramil, pero se celebraron en Marcenado, por ser la más céntrica. Los frailes ejercieron una atracción tan fuerte entre la muchedumbre que en su estancia de nueve días organizaron varios actos a los que concurren en pleno todas las parroquias, el octavo día se celebró una comunión general en el campo de la iglesia, se ofició la eucaristía y al final se celebró procesión por la noche, con antorchas y faroles, y el padre Santibáñez, amo de la casa, cargó sobre sus hombros una pesada cruz de madera de cuatro metros de altura cubierta toda de cinc, y realizó el largo trayecto desde la iglesia hasta la cima del monte Picu Castiellu, donde la dejó plantada. Desde entonces se convertiría en uno de los eventos más significativos de la religiosidad popular, atrayendo al lugar los domingos y días festivos a fieles que recorrían a pie varios kilómetros para la oración del rosario en la cima del monte. 
Todos los años la segunda semana de septiembre se celebró misa en el monte al pie de la cruz, con gaita y tambor, a la que asistían los párrocos de Vega de Poja, Pola de Siero, Collado, Santa Eulalia, Aramil y, por supuesto, el de Marcenado. Se invitaba para este día de la Patrona a los curas que eran nacidos en la parroquia y que se encontraban fuera, como el padre Robustiano, don Sabino, el padre Ángel, don Salvador Corujo, don José y don Lázaro San Martín Camino, que fue uno de los 140 sacerdotes de la diócesis de Oviedo que perdieron la vida en los turbulentos años de las contiendas fratricidas que sufrió España."

Seguimos bajando suavemente a la vez que reparamos en los evidentes trabajos de ensanche del Camino, a la derecha, comunicación de Curuxeo con la N-632 por Salota y La Granxa


Al llegar al final de la bajada de Curuxeo, ante las vegas de Salota y La Granxa, hemos de estar atentos pues llegamos a un cruce muy importante en medio de estas castañales


Aquí enlazaríamos con El Camín Francés o Camín Real que viene a nuestra izquierda, procedente de Piloña vía Nava, El Remediu, Lieres, Feleches y Santolaya


Vamos a poner esta foto de la tarde que se vea mejor el cruce, se trata del antiquísimo camino que enlazaba el oriente de Asturias con el centro a través del pasillo natural de este a oeste formado por los valles de los ríos Piloña y Nava


En la encrucijada tomaremos el camino de la derecha; se trataba también de una importante ruta jacobita para los peregrinos de antaño que, no obstante, no logró reconocimiento oficial como tal, a diferencia del Camino de Santiago del Norte, del Camino Primitivo, del Camino del Salvador o, más recientemente, del Camino Allerano como variante salvadorana del anterior


No obstante, forma parte del Camín de los Santuarios, ruta histórica que enlaza la capital asturiana con Liébana (la catedral Sancta Ovetensis con Santo Toribio de Liébana a través de Covadonga y de la que encontraremos esta su señalización durante un buen tramo caminero

Como acabamos de decir, al llegar al cruce tomamos el camino de la derecha, que se adentra en otra encantadora arboleda


Los rebollos de Rebollinos, árboles tantas veces mencionados por nosotros... y por la toponimia


Además de las del Camín de los Santuarios, estas en dos direcciones, también hallaremos las señales del Camino de Santiago, estas en forma de flechas amarillas, como la de esta canciella o cancela. Los mojones siguen en la carretera AS-331, en Samartino


Y ahí a nuestra izquierda tenemos las vegas de Salota, acaso una etimología germánica del tipo sala con el significado de 'posesión agrícola señorial', aunque no debemos olvidar el indoeuropeo salia para las corrientes de agua, y más en este valle donde el Nora "recibe" al Recuna o Río Seco


Más al sur, los bosques de Guaricio, otro de los barrios de Marcenao a las puertas de La Pola


A la derecha asoman los tejados de La Granxa, también en Marcenao, acaso una de las antiguas granjas que fueron posesión de los señores de Siero o de los monasterios con propiedades en el valle


En la distancia, El Monte la Peña o La Peñuca (307 m), entre las parroquias de Santolaya y Valdesoto; a su derecha El Monte Llorianes y La Cuesta con El Picu Ullaga o Picu la Parte (358 m), al sur de La Pola, entra las parroquias de Valdesoto y La Carrera, por donde va la carretera (SI-1) a La Venta la Salve, puerta de la segunda


El gran "tajazo" de su cantera le hace especialmente identificable, "Domina el valle del río Nora por su vertiente meridional y la autovía A-8 en la zona de La Pola", nos cuentan en el Diccionario Geográfico de Asturias, recalcando que "En su vertiente sur están en funcionamiento varias explotaciones de áridos que afean  la ladera, así como dos trazados de alta tensión lo cruzan transversalmente. En su cima de 358 m existe un vértice geodésico".



La Peñuca da nombre además de al monte a un núcleo de población de Santolaya, al lado de La Venta la Salve en Valdesoto y donde la carretera SI-10 se une a la SI-8


De nuevo, un trayecto magnífico nos encanta por un paraje a la fresca llanura de la arboleda, que aunque por trecho asfaltado es verdaderamente encantador. "El paso hacia Oviedo y de Oviedo hacia Cantabria, la relación con territorios circundantes, abrió caminos que, de primitiva llegada a cercanas tierras de cultivo, al mercado, a las iglesias, a las peregrinaciones a San Salvador y a Santiago, con el transcurrir de los siglos originarían los importantes viales de comunicación que hoy cruzan el concejo de Siero", escribe Mª Dolores Alonso Cabeza en El concejo de Siero en sus fiestas. Datos de su historia


"A principios del siglo XIX la mayoría de los pueblos sólo contaba con unas caleyas no aptas para el tráfico rodado, salvo para los "carros del país" y no en todas las época del año", sin embargo los viejos caminos reales ya anunciaban su sustitución por las incipientes carreteras, "En la segunda mitad del siglo XVIII se van consolidando los tramos de la que iba a ser, después de muchas transformaciones, la Carretera Nacional Oviedo-Santander", continúa explicando esta historiadora



Con la carretera nueva los caminos reales se transformaron en vías pecuarias o de comunicación local; la mecanización del campo hizo que fuesen más o menos allanados y asfaltados, sin embargo hubo tramos que desaparecieron. Salvo en lugares muy concretos se perdió el antiguo empedrado, aprovechado para diversas obras


En esta bifurcación dejamos a la derecha El Camín del Caleru, y seguimos de frente y recto por El Camín de La Granxa...


La señalética caminera, bien a la vista en estas encrucijadas



De frente, el bosquete de Rebollinos, que separa estas fincas


A nuestra derecha, otra vista de Vega, con el edificio de Les Escueles bien reconocible por su tamaño y posición elevada y prominente sobre el valle



Les Escueles, El Llusu y cuesta arriba Muncó con La Cerrada y Villanueva, en la carretera La Pola y sus ramales



La Viña, a la derecha de Les Escueles



A lo lejos, de nuevo los altos de Muñó, referencias geográficas y visuales en nuestro camino por tierras de Siero


Nos adentramos en el bosquete y comenzamos a bajar suavemente


Otro hermoso y muy agradable tramo a la sombra del arbolado


A la derecha una finca y, prados abajo, una nave de ganado da vista al barrio de La Cuesta, en Samartino



Más a la derecha, Llugarín y La Cabaña


Y la iglesia con la casa rectoral


Y entre ambas, el centro parroquial de Samartino...


El Camino llanea bajo los rebollos de Rebollinos



Un rebaño de cabras en la finca de la derecha nos ofrece esta bucólica estampa rural


Bifurcación y de frente, todo recto


Pasamos delante de esta casa y continuamos adelante, sin pérdida


A la izquierda, un rellano, desde el que volvemos a divisar, al oeste, El Picu la Parte o Ullaga


Y La Peñuca, en Santolaya



Aquí abajo, algunas casas de Cotadiellu, en Marcenao, en el límite con La Pola y al lado de la carretera N-634



Paisaje de La Granxa hacia Satolaya y Valdesoto, al sur



En Santolaya, encima de los bosques de La Fuente l'Ablanu y La Fuente Robléu, llegamos a ver "la torre de La Torre", esto es la parte superior, por su parte posterior del Palacio de los Vigil-Quiñones



El Palacio o La Torre está formado por una gran torre de planta cuadrada y un cuerpo de dos pisos, añadido al este y que desde aquí no podemos ver. Se supone fue construida sobre otra más antigua en 1599 cuando Bernabé Vigil y Catalina Estrada fundaron una obra-pía, tiene asimismo una capilla dedicada a San Juan


Aquí abajo, Los Alpargatos, poco más allá La Teyera y Guaricio y, a lo lejos, El Cuitu, en Castiello, Valdesoto



Pese a lo boscoso de esta su ladera norte pueden percibirse formas peculiares de fosos y escarpes del antiguo castro, pendiente como tantísimos otros de estudios pormenorizados y excavaciones arqueológicas


La colina de El Cantu (277 m) y, delante de ella y a este lado de la carretera, en La Granxa, la fábrica de quesos y productos lácteos de Juan Martínez,  que empezó de forma artesanal en 1915 con Casimira Huerta, que hacía quesos para aprovechar la leche de las vacas que su esposo Juan Martínez, fundador de la empresa, compra y vende en ferias y mercados


En 1924 construyen aquí una casona en la que, además de quesos, se elabora sidra y se hacen madreñes. En 1959 se constituye como Sociedad Mercantil, industrializándose la producción y diversificándose la gama de productos


En 1968 inauguran planta quesera en Mayorga (Valladolid). En 1987 la tercera generación de la familia se pone al frente de la empresa, que se expande en los años 90, elaborándose aquí queso fundido y preparados lácteos, mientras que en Mayorga se concentra la fabricación de quesos naturales


El Camino sigue bajando seguidamente entre estas matas de arbustos que nos proporcionan fresca umbría...


Y mucha atención ahora pues en medio de esta curva y antes de llegar a las siguientes casas tomaremos un sendero que baja a la derecha, entre árboles, arbustos y matorrales


Un poste con una flecha amarilla nos advierte del desvío a tomar, pero tal vez no lo veamos o nos pase desapercibido si crece la sebe o seto silvestre


Es la bajada al Río Seco, que pasaremos sobre El Puente Recuna, puente medieval del Camín Real, subiendo luego a El Rayu, parroquia de Samartino, pueblo antaño famoso por su industria cerámica, como decíamos antes, entrando seguidamente en La Pola por El Rebollal, donde estaba antaño La Venta la Uña








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