Las torres de la iglesia parroquial de San Pedro desde el Camino |
Las torres de la iglesia parroquial de San Pedro son bien visibles cuanto entramos en el casco urbano de La Pola, la capital de Siero, cuando bajamos hacia su centro histórico por la calle San Antonio siguiendo el Camino, el antiguo Camín Real que, hasta la construcción de las primeras carreteras bien avanzado el siglo XIX fue el principal acceso y salida de La Pola por el este. Las torres nos señalan, además, el lugar en el que estuvo la Alberguería de San Pedro o San Pedro de los hospitales, primitiva casa de acogida para pobres fundada por una tal María Ordóñez y que donó al monasterio ovetense de San Vicente en el año 1141 según refleja documento original
Calle San Antonio |
En ese mismo lugar, bien delimitado por María, se fundaría, casi 130 años después la Puebla de Siero, origen de La Pola, por disposición del monarca Alfonso X de Castilla (El Sabio), si bien, y sin que se sepa muy bien porqué, esa concesión no entró en vigor hasta 1310, es decir casi dos siglos después y previo visto bueno no de un monarca sino de un gran potentado feudal, Rodrigo Álvarez de las Asturias, señor de Noreña, en cuya órbita había caído el concejo (como otros muchos), pese a la filosofía con la que habían nacido estas nuevas polas
La iglesia antigua de La Pola estuvo antes aquí, en la Plaza de Argüelles hacia la calle Celleruelo, actualmente una explanada, con gasolinera, donde llegamos tras recorrer, en suave bajada, toda la calle San Antonio, la del antiguo Camín Real "que viene de Francia", según mencionan los documentos.
Llegados al siglo XVIII el templo, además de deteriorado, era incapaz de acoger a la creciente población polesa, por lo que se decide hacer uno nuevo un poco más, allá (véanse las torres de la iglesia nueva al fondo), justo donde había estado la Alberguería de San Pedro, que había pasado a acoger también peregrinos y a denominarse, en la Edad Moderna, Hospital de los Santos Mártires San Fabián y San Sebastián pues, según el historiador polesu Fausto Vigil Álvarez, "la Parroquia de la Pola de Siero llamóse hasta finales del siglo XV Parroquia de San Pedro de la Alberguería", advocación que permaneció, como iglesia de San Pedro 'a secas', en la parroquial
Justo aquí enfrente, donde ahora hay un bloque de pisos llamado popularmente La Casa Naranja, estaba la casona del Marqués de Santa Cruz de Marcenado (destruida en 1936 y que no debe confundirse con el cercano palacio del mismo marqués, en el Parque de Alfonso X El Sabio), desde la que sus moradores tenían el privilegio de acceso directo a la iglesia antigua mediante un pasadizo con tribuna. De todas maneras lo perdieron durante los penosos avatares que prolongaron lo indecible la construcción del nuevo templo parroquial polesu, una relación de los cuales encontramos en el apartado de Historia de la página de la Parroquia San Pedro Apóstol:
"7 de febrero de 1801
Por decreto de Carlos IV se otorgan arbitrios para subvenir a los gastos y realizar la obra. Se estableció un impuesto de 4 maravedís en libra de carne y otros 4 en cuartillo de vino, aguardiente y grasa de arder (saín) que se consumiera en la villa, más 3 reales en cántara de vino de la venta al por mayor en el Concejo. Se establecía una duración de 6 años para estos arbitrios.
31 de julio de 1801
Firma de las trazas (planos) por el arquitecto Alfonso Rodríguez (nacido en Toledo y no en Madrid como generalmente se ha creído). Previamente es sometido el proyecto a la Comisión de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en junio de ese mismo año.
29 de diciembre de 1801
Después de algunas rectificaciones, el Proyecto es aprobado el 29 de diciembre de 1801.
1805
Se coloca la primera piedra en presencia de D. Pascual Quiles Talón, Regente de la Real Audiencia de Oviedo.
28 de noviembre de 1807
Ante la escasez de dinero, se obliga mediante Real Decreto a que el párroco abone 1500 reales anuales para sufragar los gastos. También se ordena que el Marqués de Santa Cruz aporte 12000 por una sola vez, so pena de perder el derecho de patronato, lo que ocurrió por impago.
1808
Se suspenden las obras con motivo de la Guerra de la Independencia y a esta se destinaron los arbitrios previamente concedidos.
1809
La nueva iglesia en construcción fue dedicada a cementerio, por ser incapaz la vieja para los enterramientos a causa de una epidemia.
1822
Se reanudan las obras por breve tiempo. El recinto siguió cumpliendo las funciones de Camposanto hasta 1833.
1830
Se prolongó la concesión de arbitrios, que en 1836 ascendieron a 13609 reales. El intendente de la provincia, D. Manuel Tellería, se hizo cargo de la administración y dio actividad a las obras.
1839
Estaba construido el frontis y las dos torres. Por razones económicas se les dio menor altura de la proyectada en los planos.
1842
Se cubrió el edificio y se procedió al retejo por un presupuesto de 972 reales. Este mismo año se esperaba la inauguración para la fiesta de Nuestra Señora del Carmen, pero se retrasó hasta la de San Pedro de 1845.
29 de junio de 1845
Se inaugura el nuevo templo parroquial en la festividad de su santo patrón titular. En los años siguientes, la decepción siguió pronto al entusiasmo producido por el estreno. El cuarteamiento de la bóveda obligó a suspender los cultos en la nueva iglesia, teniendo que trasladarlos a la Capilla del Hospital. La idea de volver a la antigua iglesia parroquial de la Plaza de Argüelles, contigua al Palacio del Marqués fue desechada ante la ruina que en ella se advertía.
Como la capilla del Hospital era pequeña, se habilitó en la puerta de la sacristía un sencillo altar y los días de mucha asistencia de fieles, los vecinos escuchaban la Misa desde el campo y la carretera próxima. En la Capilla del Hospital, donde se colocó la pila bautismal, se realizaban los actos menos numerosos.
19 de enero de 1867
El Ministerio de Gracia y Justicia recibe una solicitud de fondos para la Restauración y, en respuesta, es otorgada la suma de 8000 reales con la que se cubren los gastos de restauración, encomendándose la tarea al arquitecto Mariano Esbrí, al que se debe el amarre de la iglesia con fortísimos bandones de hierro aún visibles hoy en día al exterior.
6 de febrero de 1870
La iglesia parroquial de San Pedro de Pola de Siero se abre definitivamente al culto, hasta los momentos previos a la Guerra Civil de 1936 en que es destruida de nuevo".
Desde la Plaza de Argüelles, antiguo campo de la desaparecida iglesia vieja, vamos a cruzar de frente, por el paso de cebra que hay al lado del surtidor de gasolina aquí existente, para tomar, a la izquierda del edificio de la antigua casona del Marqués de Santa Cruz de Marcenado, la calle Celleruelo, e ir a la iglesia nueva y solar del antiguo hospital de peregrinos, tal y como harían los caminantes de antaño, si bien con un entorno totalmente diferente al que vemos hoy día
"Marisalva Prieto Quirós, estudiosa de las tradiciones y cultura polesas, reclama que se recupere el nombre antiguo de algunas vías de la localidad. Por ejemplo, plantea que se vuelva a señalizar la calle de El Convento con tal nombre (actualmente es la de La Soledad), al igual que ocurre con la que antaño fue la Plazuela de la Iglesia, hoy la Plaza de Argüelles. Propone que se señalice dónde se ubicaba el antiguo templo. Prieto no pide que se sustituyan las denominaciones, pero sí que se recuerde su nomenclatura anterior.
(...) Agrega que el nombre primitivo de la actual plaza Argüelles fue Plazuela de la Iglesia y llegaba hasta el edificio ocupado por una entidad bancaria. "Como quiera que semánticamente ocasiona gran confusión sobre el lugar donde estaba la iglesia antigua, deberían aparecer los dos nombres", pide.
Además, solicita que se señale el lugar donde estuvo la antigua iglesia, "pues hay indicios sobrados para indicarlo con exactitud". Precisamente, sobre este asunto, ha buceado en documentación antigua para corregir el error extendido de que es en la plaza Argüelles. Marisalva demuestra que el punto concreto fue en la calle Celleruelo, en la antigua carretera a Santander. Su construcción supuso que la nueva iglesia se levantara en el lugar que hoy se conoce. Uno de estos documentos fue una escritura de 1922 en la que indica que la vivienda a la que se refiere está "sita en la Plazuela de la Iglesia, hoy calle Celleruelo". Este error cree que "es un desenfoque que está perjudicando a parte de la historia de la Pola y del Camino Primitivo de Santiago".
" La intervención del Banco de Siero se convirtió en uno de los grandes escándalos económicos y financieros del franquismo.
La entidad era propiedad de la familia Rato y, según la condena judicial de la época, servía de tapadera para realizar evasión de capitales a Suiza. El Banco de España intervino la entidad financiera con un dictamen de quiebra y sentó en el banquillo a Ramón Rato Rodríguez-San Pedro, padre del ex ministro y ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato, a su hijo mayor, Rodrigo, y a un tío paterno, Faustino Rato Rodríguez-San Pedro. Fueron condenados, respectivamente, a tres años de cárcel y 176 millones de pesetas de multa; dos años de cárcel y 44 millones de pesetas, y 5 millones.
La familia siempre se defendió de dichas acusaciones, asegurando que se les había procesado injustamente."
"El 28 de junio de 1966 se celebró en la iglesia de Nuestra Señora del Monte Carmelo de Madrid un enlace de alto copete para unir en matrimonio a María de los Ángeles de Rato y Figaredo con Emilio García-Botín y Noreña. Al día siguiente, el ABC señalaba en su crónica social que «la gentil desposada, que lucía un bellísimo vestido de algodón bordado tocándose con velo de tul y encaje del siglo XVIII, entró en la iglesia del brazo de su padre y padrino don Ramón de Rato y Rodríguez san Pedro». También narra que contaron con la interpretación de una soprano y que el párroco leyó un telegrama del «secretario de Estado de su Santidad en el que comunicaba la bendición del Papa a los nuevos esposos». La crónica no cuenta nada sobre el arresto de Ramón Rato y de su hijo mayor porque, pese a lo que cuenta la leyenda, tal detención no se prodjo en la boda sino meses después, en noviembre, precipitando la caída en desgracia de la familia del financiero asturiano y que muchos han recordado esta semana cuando el Tribunal Supremo confirmó la condena de cuatro años de cárcel para Rodrigo Rato por apropiación indebida en el caso de las tarjetas black.
Como Rodrigo hará ahora, su padre Ramón y su hermano mayor del mismo nombre, pasaron por la cárcel por un caso de estafa financiera, pero en pleno franquismo, en un tiempo en el que las tarjetas de crédito eran ciencia ficción, no había transferencias electrónicas y los desvíos de dinero a Suiza se hacían a la vieja usanza, en maletines y viajando en coche y en tren. El caso de Ramón Rato se recoge con sumo detalle en el primer bloque del libro «Los Rato», de Ramón Tijeras (Plaza y Janés) y es una rocambolesca historia en la que se mezclan evasión de capitales, créditos impagados por un hermanísimo y también la revancha personal de un empleado.
Ramón Rato se había lanzado a conquistar los cielos del capital con la adquisición a la familia Vigil-Escalera en 1952 de su pequeña entidad para crear el Banco Siero, adquirió también otro pequeño banco en Cieza (Murcia) que sumó al pequeño imperio y abrió una sede en Madrid. Fue un primer paso, acompañado de ampliaciones de capital, y la adquisición de una licencia de banca en Suiza, con varios cambios de denominación desde Werra a Banque Siero, para cuya sede adquirió en Ginebra un edificio de siete plantas por valor de 80 millones de pesetas de la época. Más de una década después, un juez determinó que Rato y varios de sus socios y empleados había organizado una trama de evasión de capitales a Suiza y fue precisa la intervención pública de la entidad. El padre de Rodrigo Rato recibió la notificación de arresto domicialiario en noviembre de 1966 y en diciembre del año siguiente entró en la cárcel de Carabanchel para cumplir condena por «contrabando monetario».
No hubo arresto en la boda del 66, una que unía apellidos bancaríos que todavía se pueden escuchar hoy en la España de 2018, pero sí fue una historia con paralelismos con la escena inicial, y también algo del resto del metraje, de «El Padrino». El año de la desgracia para los Rato, Ramón había concedido un préstamo de más de cuatro millones de pesetas a Nicolás Franco, hermano del dictador, que no abonó en el plazo requerido. En un error de cálculo colosal para quien conociera las reglas de una familia que manejaba el país como un clan mafioso, el banquero asturiano pidió el embargo de sus bienes. El banco Siero acumulaba problemas en un contexto en el que un joven tiburón del que mucho después también tendrá parte en peculiar historia de la infamia bancaria española, José María Ruiz Mateos, andaba a la caza de entidades en la cuerda floja. La versión de los Rato a lo largo del tiempo ha sido que el encarcelamiento del padre respondió en buena parte a la vendetta emprendida por Nicolás con la ayuda de su amigo Mariano Navarro Rubio, Gobernador del Banco de España y también miembro del Opus Dei. Rato trata en un determinado momento de templar ánimos y envía una carta al hermanísimo diciendo que ya pagará cuando pueda pero Nicolás le responde que no sólo no piensa abonar la deuda sino que se va a enterar. Y se enteró.
Otra versión señala que hay un chivato en la historia, un traidor como Salvatore Tessio en la película, que es Ignacio Gutiérrez Ovejero, disgustado con Ramón Rato y que lleva al juez los documentos para que se caiga con todo el equipo. En una de las cartas de la correspondencia interna del Banco Siero que se entregan en el juzgado se detalla cómo «varios asturianos quieren mandar dinero de París a La Pola. Les hemos dicho que lo ingresen en la cuenta de Banque Siero en el Banco de Bilbao, de París. Cuando recibáis esos abonos los abonáis a la cuenta de Madrid». El magistrado pudo leer con todo detalle un movimiento constante de dinero de España a Suiza que terminó con la quiebra del banco.
Los ramones Rato, padre e hijo, entraron en Carabanchel, sumando a la pena de cárcel una muy relevante multa económica, en 1967 y no saldrían de allí hasta 1971. En el medio sufrieron la presión de Ruiz Mateos por hacerse con parte de su patrimonio a precio de saldo aunque también con la mano amiga del ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga que tratará de arreglar una componenda con emisoras de radio como moneda de cambio. Pero será un indulto el que saque a los Rato, padre e hijo, de la cárcel, con motivo del 35 aniversario del nombramiento de Franco como jefe del Estado. En todo ello juega también en todo caso el estallido de otro de los grandes escándalos de corrupción económica del franquismo final, el Caso Matesa, en el que termina procesado uno de los enemigo iniciales de Ramón Rato, en gobernador del Banco de España Mariano Navarro Rubio.
En la familia Corleone de la ficción cinematográfica, Santino estaba destinado a heredar el clan, Fredo a dirigir casinos en Las Vegas y Michael debería haber entrado en política pero, la historia es conocida, todo se acaba torciendo. Libre de la losa carcelaria de su padre y de su hermano mayor, Rodrigo cursó estudios internacionales y entró en política de la mano de Fraga hasta convertirse en uno de los pilares del equipo dirigente de Aznar en el Partido Popular. Con él fue vicepresidente y ministro de Economía --encabezando un «milagro» económico que era una burbuja inmobiliaria--, después llegaría a ser director gerente del FMI --del que salió de forma inédita, para descrédito de la diplomacia española y en vísperas de una de las mayores crisis de la historia del capitalismo moderno-- y terminó recalando en Bankia hasta que la entidad petó y precipitó el rescate bancario de todo el país. Tras la confirmación de la condena del Supremo se cuenta por días la cuenta del tiempo antes de que entre en prisión, de momento una de su elección, y Carabanchel ya no existe. Pero la historia, si no «El Padrino», es la de una astilla de tal palo".
Tras dar oportuna cuenta de la historia del banco cuya estrepitosa caída aún resuena, nos fijamos en la estructura del edificio, en cuyos bajos han abierto sus puertas sucesivos negocios hosteleros. De la familia Vigil-Escalera, y con ella de esta casa, escribe uno de sus miembros, Antonio R. Escalera Busto el 29-8-2011 en La Nueva España:
"...las diversas familias Escalera y Vigil-Escalera que dimanan del tronco común de un Escalera que, proveniente de los pagos originarios de Barcenillas de Cerezos, merindad de Sotoscueva en Burgos, en el siglo XVII, fundó casa y vínculo en Mudarri, La Carrera, Siero.
En el año 1600 el caballero de Santiago y aposentador real don Pedro Escalera se casa con doña Catalina Fernández y Cascarón y para su hijo Rafael Escalera, montero mayor y alcalde de la Santa Hermandad, funda el mayorazgo de la Casa de Escalera en Mudarri, San Martín de La Carrera, en Siero. De ahí arranca un tronco que se verá espectacularmente recrecido al llegar a través de diversas descendencias, y posterior unión con el apellido Vigil, un descendiente de los Vigil de Quiñones, a los descendientes de Joaquín Francisco Vigil-Escalera y Vigil (1769-1843) y de su esposa María Martínez y Gómez de Nava (1769-1835), que tuvieron ocho hijos. El mayor de ellos, Ramón Phelipe Vigil-Escalera y Martínez (1795-1857), se casó tres veces, primero con Vicenta García-Barredo (1800-1834), con quien tuvo diecisiete hijos. Al enviudar de Vicenta se casa con Teresa Sánchez y Roces (1790-1836), en 1836, y con ella no tuvo descendientes. Al enviudar por segunda vez se casa, en 1839, con Concepción Crespo y Álvarez (1804-1882) y con ella tiene quince hijos, seis de ellos provenientes de tres partos de gemelos. Del último parto de gemelos nacieron dos niñas, María (que murió muy joven) y Delfina Vigil-Escalera y Crespo (1855-1912), que era mi bisabuela.
A partir de tantos hijos, aunque no tuvieron descendencia diecinueve de ellos, en múltiples uniones de los trece restantes, muchas veces endogámicas, hasta formarse familias que tenían tres veces consecutivas el apellido Vigil-Escalera, unido a los otros muchos descendientes de los siete hermanos de Ramón Phelipe Vigil-Escalera y Martínez entre los que se encuentran los descendientes de su hermano Francisco Vigil-Escalera y Martínez, de quien de uno de sus hijos, Regino Vigil-Escalera y Suero-Carreño (más conocido por Regino Escalera), desciendo yo por vía directa paterna. Mis bisabuelos eran primos hermanos y consuegros, lo cual da una idea de la endogamia vigente en la época y que se entiende por ser la Pola de Siero y alrededores, de los siglos XVIII a comienzos del XX, una población pequeña y socialmente cerrada".
"Los Escalera provenían de las tierras norteñas de Burgos, de cerca de Espinosa de los Monteros, Barcenillas de Cerezos, merindad de Sotoscueva, que son tierras colindantes con las tierras sureñas pasiegas. Allí residía y tenían solar y mayorazgo la Casa de Escalera. La rama que se estableció en Asturias en el siglo XVII pertenecía a la baja nobleza de la época, los hidalgos.
Están bien documentadas las propiedades que la Casa de Escalera tenía en el concejo de Siero, a través de apeos (registros de propiedades del siglo XVIII) y libros de heredades de la época, y éstas estaban compuestas por praderías y tierras de cultivo, ganado y hórreos.
A comienzos del siglo XIX se salía de la Guerra de la Independencia, que dejó al país en una ruina. La sociedad era fundamentalmente agraria y la propiedad de la tierra estaba en manos de unos pocos. La exportación no estimulaba la producción interior y todavía existía un claro desprecio a los trabajos manuales.
Dominique Besseron escribirá en 1869: «Desde finales del siglo XVIII, Asturias fue objeto de un interés muy particular por impulso de Jovellanos, quien en 1782 fomentó la reforma industrial de Asturias en un discurso que pronunció en la Sociedad Económica de Oviedo. Jovellanos fue también el instigador de la Carretera Carbonera, que debía desarrollar el transporte del carbón. En 1794 fundó el Real Instituto de Náutica y Mineralogía, donde se enseñaban las Ciencias Exactas, los idiomas modernos, pero también el diseño industrial y técnico».
A mediados del siglo XIX comienza a cambiar la sociedad productiva y se comienza a desarrollar en mayor medida la actividad comercial y la que se deriva de ella como lo fueron las casas de dinero o bancos y la industrial que daría forma y carácter a esas tierras sierenses desde mediados del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, alcanzando su momento más importante en los años precedentes a la I Guerra Mundial y al período de entreguerras con la II Guerra Mundial, donde la minería del carbón formó unas nuevas clases sociales vinculadas a la fortuna hecha con explotaciones mineras y actividades comerciales navieras o bancarias. La sociedad española de la época, la nueva burguesía española, no apostó por la industrialización y por el cambio de los medios de producción, con lo que se quedó atrasada con respecto a las economías europeas más pujantes. La burguesía española prefirió invertir su dinero en la compra de tierras".
Precisamente, la familia Vigil-Escalera no siguió este camino de las inversiones en tierras, sino que apostó por la industrialización, la minería (no en vano fue en el municipio sierense donde se realizaron las primeras labores minero-carboníferas de Asturias), el comercio y la banca, comenzando a formar un importante capitalismo local basado en la producción y los servicios y no en la tenencia de tierras. Los Vigil-Escalera supieron hacer, como pocos, la transición y la adaptación de hijosdalgo a nueva burguesía. El proceso de reforma agraria y el inicio de la industrialización dieron lugar a la configuración de unas nuevas relaciones sociales que culminaron con la desaparición de los estamentos y el nacimiento de una nueva sociedad de clases. La estructura social se basaba en la existencia de individuos jurídicamente libres e iguales ante la ley.
La desaparición de los privilegios de los señores y de las categorías jurídicas dio lugar a que las diferencias de clase se manifestasen en el terreno económico. Es decir, las diferencias se establecían según la riqueza. La gran nobleza no sólo redujo su poder económico, sino que lo incrementó. Perdió los ingresos de sus derechos jurisdiccionales, pero conservó la mayoría de sus tierras, ahora en propiedad privada, y se hizo con nuevas propiedades de la desamortización.
La base de los ingresos nobiliarios continuó siendo la propiedad de la tierra y los bienes inmuebles urbanos. Hacia 1850, España continuaba siendo un país agrario y la nobleza la mayor poseedora de tierras, por lo que un alto porcentaje de la renta agraria y de la riqueza del país acababa en manos de nobles terratenientes.
Avanzaba el siglo, los patrimonios nobiliarios fueron decreciendo. El carácter rentista de la nobleza, el desinterés por los negocios y sus enormes gastos hicieron que se fueran endeudando y para hacer frente a los pagos consumieran parte de sus propiedades. Sus rentas se mantenían estables, los precios aumentaban, y eso dio lugar a una pérdida de su capacidad adquisitiva. A finales de siglo las fortunas de industriales y comerciantes eran superiores a las nobiliarias".
En esta nueva sociedad empezaba a formarse otra derivada del alto funcionariado de la Administración pública en el que los Vigil-Escalera estuvieron también presentes, tanto en la metrópoli como en las colonias, pero también hubo escritores y pintores:
"Escalera y los Vigil-Escalera descollaron como funcionarios públicos como escribanos (notarios después de la reforma de 1862), (Francisco Vigil-Escalera y Martínez), oficiales mayores de los ministerios de Ultramar o de Hacienda, en la Administración peninsular como en la de colonias en nuestras antiguas posesiones de las Filipinas. Fueron gobernadores de provincia (en Alicante y Pontevedra), diputados provinciales, delegados de Hacienda en Madrid (Regino Vigil-Escalera y Suero-Carreño) y en Oviedo (Mario Vigil-Escalera y Avello).
Jurisconsultos que aportaron su ciencia jurídica a la elaboración de códigos de justicia (Justiniano Fernández-Campa y Vigil-Escalera) e, incluso, alcaldes en Gijón (Justino Vigil-Escalera) y en Pola de Siero (Leandro Domínguez Vigil- Escalera). Otros fueron escritores reconocidos en la prensa provincial y en la de Madrid, escribiendo algunos de ellos para diarios de Manila en Filipinas o de La Habana en Cuba y abundantes libros sobre Asturias (Evaristo Vigil-Escalera y Suero-Carreño).
Uno de esos escritores fue también militar en las guerras de Cuba (Juan Vigil- Escalera y Suero-Carreño) y dejó plasmadas sus impresiones de tales guerras en sendos libros de interés histórico. Otros fueron escritores costumbristas (Luis Vigil- Escalera y Blanco-Hortiguera). Y escribieron obras teatrales y zarzuelas de ambiente costumbrista filipino (Regino Vigil-Escalera y Suero-Carreño) que fueron estrenadas en Manila y en Madrid.
Y otros más fueron artistas pintores reconocidos y catalogados hoy día (Eugenio Escalera y Avello, Pío Vigil-Escalera y Blanco-Hortiguera, Elías Díaz y Vigil-Escalera), aunque la mayor parte de sus obras permanezca medio olvidada en colecciones particulares de distintos miembros de la familia. El arte alcanzó a técnicas tan bellas como sofisticadas en la azulejería sevillana (Manuel Vigil-Escalera y Díaz)"
La sociedad comercial, minera y naviera y de banca se desarrolla a través de Gregorio Vigil-Escalera y Crespo, uno de los treinta y dos hijos de Ramón Phelipe, que amplía las actividades comenzadas por su padre y las diversifica. Él construyó como residencia familiar la casona de Pola de Siero, interesante obra del famoso Luis Bellido, instalando en sus bajos el comercio y la banca fundados por su padre, don Ramón Phelipe Vigil-Escalera y Martínez. La Casona Vigil-Escalera era tan grande e intrincada que durante varios meses de los años 1936 y 1937 sirvió de refugio para no menos de treinta personas perseguidas por sus ideas políticas, entre ellas varios sacerdotes y miembros de la familia Escalera y Vigil-Escalera. Gregorio también hizo fuertes inversiones en la minería del carbón con la compra de un importante paquete accionario de las minas de Riosa y el manejo de las minas La Encarnada, en el valle de La Hueria de Carrocera, que poseía línea propia de tren para su conexión con la de Langreo.
El conjunto de minas denominado La Encarnada se estableció como una «sociedad en comandita Minas de la Encarnada» bajo la razón social de Vigil-Escalera y Compañía y estaba formada por las minas Sultana, Pepes, Dorotea y Ventura. Las Minas de la Encarnada llegaron a producir 35.000 toneladas anuales de carbón. Posteriormente compró la mina La Generosa, situada en La Cabaña. La banca comercial que giraba como Viuda de Escalera e Hijos fue liquidada a base de comprar a sus numerosos (31) hermanos su participación testamentaria".
Otro soberbio ejemplo del modernismo polesu que cuyos bajos nos dicen hubo también una entidad bancaria, con sus vanos cerrados por un excelente trabajo de forja. En el primer piso, balcones también de hierro forjado, el que mira a la calle entre dos miradores de galería acristalada. Arriba, cinco ventanas bíforas de arcos de medio punto, tres de ellas mirando a la calle. La composición posterior del edificio se simplifica en seis grandes ventanas, las de abajo más sencillas que las de arriba, con destacados elementos y filigranas
Detalle de lo que sería la entrada...
El taller de artistas que hizo este magnífico mural, o eso suponemos, aparece aquí plasmado, en los carteles que cuelgan de una farola pintada en la fachada
Imposible por lo tanto sustraerse a acercarse también a ver la continuidad del mural en la parte posterior del edificio y, de paso, esta maravillosa galería restaurada, la cual ocupa los pisos primero y segundo, además de una extensión central hasta el ático
Al fondo, las casas de la Plaza les Campes, otro de los lugares más típicos y animados de La Pola, donde estaba el antiguo mercado y es el corazón de fiestas, veladas y otras memorables jornadas, al que le dedicamos la pertinente entrada de blog. A finales del siglo XIX y hasta mediados del XX el celebérrimo mercado del martes se extendía desde Les Campes (mercado de ganado vacuno y lanar) a la Plaza la Pedrera y calle La Soledad (mercado de cerdos cebones), así como a la Plaza de Argüelles (puestos de verduras, productos del campo y, al lado, mercado de burros). Mientras que la loza y les madreñes estaban en la Plaza Cabo Noval o Plaza de la Loza, al igual que les tiendes del aire, puestos de tocino, carne, sidra, quincallería, aguardiente, etc., estaban en la calle San Antonio
"FIESTA DE SAN JUAN, el 24 de junio. A la celebración religiosa en honor de San Juan Bautista se unen actividades derivadas de ceremonias paganas frecuentes en primavera, dedicadas a las fuente, los ríos, los árboles, el bosque, por los beneficios que estos elementos producen.La noche de San Juan el fuego y el agua despiertan sentimientos mágicos. Los mozos preparan la foguera, hay cantos y danzas en derredor. Los solteros salen a cortar un álamo y lo plantan en la plaza de Les Campes y colocan escritos alusivos a los casados.También participan los niños que a la puerta de sus casas, en la calle, forman "Capillines de San Juan" con una estampa y macizos de flores.Hoy queda como más destacable el rito de la foguera que lleva el nombre de la fiesta. Y adquiere interés la renovación de capillas enramadas en la plaza de Les Campes mediante el Certamen y variedad de premios organizado por la asociación polesa "Amigos del Roble".FIESTA DE SAN PEDRO, se celebra el 29 de junio. Solemnidad religiosa en honro del Santo titular de la parroquia.El ritual profano tiene cierta semejanza con el de San Juan. Ambas celebraciones, inmediatas en el tiempo, corresponden al ciclo vital de exaltación de la naturaleza; coinciden con el culto al sol, al fuego y al agua. La vegetación, el árbol, está presente en las dos fiestas anuales que los celtas celebraban y asimilaron los romanos. Continúan en las costumbres cristianas.El 29 de junio la producción agraria era puesta bajo la protección y el amparo de San Pedro. La noche anterior se encendía la hoguera en la plaza de Les Campes. En la danza se cantaban Les Sampedraes, coplas dedicadas al santo. Los casados y los viudos cortan un roble, lo plantan en la misma plaza y colocan letreros en respuesta a las alusiones que los solteros les habían hecho la noche de San Juan:"
"Una antigua fundación hospitalaria ofrecía refugio y albergue a los peregrinos jacobitas a su arribada a la villa de Pola de Siero. En efecto, los orígenes de la alberguería sierense, conocida, en época medieval como San Pedro de los Albergues y dedicada, en la Edad Moderna, a los Santos Mártires San Fabián y San Sebastián, se remonta al hospital para pobres que en el año1141 había fundado doña María Ordóñez en el lugar de Rioseco en el territorio de Siero. Años más tarde sería donado, junto con algunas heredades, al monasterio de San Vicente de Oviedo, estableciéndose la condición de que todo ello fuera destinado a los pobres.Ahora bien, dado el escaso número de peregrinos que en fachas tan tempranas se aventurarían a peregrinar a Santiago por el inhóspito norte peninsular, el hospital de Rioseco, de acuerdo con el propio instrumento fundacional, nacía con el propósito de dar una solución al problema que plateaba la asistencia a los pobres y enfermos que vagaban por los caminos. Sólo posteriormente, y habida cuenta de su localización sobre el eje viario que seguirán los romeros compostelanos, así como del carácter básicamente polifuncional que presentan este tipo de instituciones medievales benéfico-asistenciales, cuando la corriente peregrinatoria aumente empezará a cumplir, también, las funciones de hospedería de peregrinos, en esta recta final del camino que conducía a San Salvador de Oviedo.Ocupaba un solar donde hoy se levanta un edificio de nueva planta al lado de la parroquial de San Pedro, de comienzos del siglo XIX. En la capilla de los Mártires de este templo se conserva un tosco relieva en el que tradicionalmente se ha querido ver una representación de los Santos Mártires patronos del hospital; relieve que habría estado en el pórtico de su capilla.
Los datos que nos permiten trazar las líneas generales de la historia moderna de este albergue, tras el mutismo generalizado de las fuentes medievales, son más bien escasos. Administrado por el cura-párroco, por razones de patronato, su situación económica parece haber sido precaria, de modo que, a la altura de 1753, sólo servía "para dar albergue de simple cubierta a pobres y peregrinantes", según las Respuestas al catastro de Ensenada. A éstos no les faltaría, sin embargo, los cuidados del hospitalero, personaje que, a veces, asoma a los libros de difuntos, como en 1738 "Domingo Layn ospitalero y pobre de solemnidad.
También es reducido el número de romeros que hallarían su muerte en el "hospital de los Santos Mártires de esta dicha villa". De esta manera, a lo largo de los siglos XVII y XVIII, el dilatado arco temporal cubierto por los Libros Parroquiales, sólo constatamos de defunción de cuatro peregrinos extranjeros en la segunda mitad de este Siglo de las Luces; un italiano, un portugués, un flamenco y una mujer suiza, quien "no hizo testamento por ser pobre mendigante y viandante".No obstante, entre los numerosos pobres, muchos de ellos forasteros, que fallecieron en este hospicio durante estas mismas centurias, se puede sospechar la presencia de los pobres peregrinos mendicantes como la referida romera helvética. Fueran pobres o peregrinos, todos, sin distinción, eran enterrados de caridad, ocupándose de su solemne sepelio, al menos durante el siglo XVII, los cofrades de la Cofradía de la Santa Misericordia.Igualmente, en esta capilla hospitalaria celebrarían los vecinos de Pola de Siero sus asambleas y juntas desde el año 1761.Y será precisamente sobre el lugar denominado "Alberguería de San Pedro" donde iba a fundar Alfonso X en 1270 la puebla de Siero. Circundada por una feraz comarca agrícola, su privilegiada localización sobre esta importante arteria peregrinatoria y comercial del interior asturiano, llevará al rápido desarrollo del nuevo villazgo, al tiempo que le hará adoptar el trazado típico de una villa caminera, articulándose así a partir de una calle o eje vertebrador central, que se extendía entre la plaza de la iglesia y la del mercado (hoy plaza Les Campes). Sin embargo, y tras las continuas transformaciones sufridas por la villa polesa (...), son muy pocas las muestras que nos permiten, hoy, reconstruir el paisaje urbano y monumental que veían los viajeros; paisaje en el que se insertaban, por un lado, las casas barrocas y populares del siglo XVIII conservadas en la plaza Les Campes, y, de otro, el originariamente torreado palacio barroco del marqués de Santa Cruz de Marcenado, del siglo XVII, cuyos jardines forman parte hoy del parque Alfonso X."
"En la capilla de los Mártires, anexa a la iglesia parroquial de San Pedro, en la Pola, un relieve en piedra representa a San Sebastián, un mártir cristiano de la época tardoromana. Se sabe que, en realidad, no murió por las flechas que ordenaron descargar sobre él quienes le condenaron por su fe, pues fue curado de las heridas y fallecería más tarde, también por sus creencias religiosas, pero apaleado y apedreado por mandato del emperador Diocleciano. Esta historia parece clara, pero lo que sigue siendo un misterio es el origen de la placa pétrea que recuerda la escena del santo aseteado y del verdugo portando un arco (casi imperceptible por el paso del tiempo) y que hoy luce en el pequeño templo poleso. De talla muy tosca, sobre su procedencia y datación no hay unanimidad. Algunos han apuntado durante muchos años que podría ser del siglo X, si bien otros estudios bien fundamentados plantean una fecha muy posterior, el siglo XVI.
Al indagar sobre este relieve, se encuentra una historia dentro de la que hay otras muchas. Porque incluso hay una poco conocida sobre el modo en que fue encontrado y que rememora alguien con amplio conocimiento del devenir histórico de la Pola y cuya identidad se prefiere mantener a resguardo. “A mediados de la segunda mitad del siglo pasado, el Ayuntamiento sacó a subasta ese terreno anexo a la iglesia parroquial de San Pedro y fue adquirido por particulares. Antes de que se construyera el edificio de viviendas que también alberga un café en el bajo, hubo a quien le dio por tirar de fesoria en la tierra de la finca. Aparecieron huesos y también el famoso relieve. Hubiera acabado en la basura si no fuera porque lo rescató un vecino y en una de aquellas ‘rebotiques’, que eran reuniones de gente con inquietudes de la localidad, este vecino se lo dio al cura. De aquella era párroco Carlos Sánchez Martino, un hombre muy culto, que sobre mediados de los años 70 del pasado siglo hace toda la obra de detrás de la iglesia actual, con la capilla, y lo coloca en el altar”, cuenta alguien sabedor de cómo sucedió el hallazgo.
Que apareciesen huesos era lógico teniendo en cuenta que la finca en cuestión formó parte del ámbito que durante siglos constituyó el complejo de edificaciones de carácter religioso o de hospicio, vinculadas a peregrinajes, en el entorno el área actual de la iglesia de San Pedro, donde también hubo enterramientos. El párroco actual de San Pedro, Fermín Riaño, da unas pinceladas acerca de lo que conoce sobre el posible origen del relieve, aunque con prudencia, “pues eso corresponde a expertos”.
“El primer dato que tenemos sobre un hospital en esta zona data del 28 de febrero de 1141, donde una señora, María Ordóñez, dona al monasterio de San Vicente de Oviedo unos terrenos que serían los que hoy utiliza esta zona de la parroquia de Pola y sus alrededores. Los dona para un hospital de pobres. Estamos en 1141 y hay un gran flujo de gente a la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo, donde se guardan las reliquias gracias a personas piadosas que las llevan en un caminar hacia esa catedral. Esta mujer hace un hospital por ello en una época además con enfermedades como la lepra extendidas. Hay luego otra fecha, 14 de agosto de 1270, en que se menciona un albergue, la llamada Alberguería de San Pedro. Y posteriormente, otra, el año 1330, en que ahí se hace el primer hospital de peregrinos de toda la costa cantábrica. Y esta placa de piedra se relaciona con esas edificaciones, con el pórtico de la capilla de este antiguo hospital”, señala el párroco.
Aunque hay publicaciones que datan el origen del relieve en el siglo X –así figura en la información que ofrece la propia página web del Ayuntamiento de Siero–, el arqueólogo Fructuoso Díaz, en un artículo de 2017 en la revista Nailos, de la Asociación de Profesionales independientes de la Arqueología de Asturias, realiza una exposición argumentada que sitúa la placa pétrea muchísimo más adelante, en el siglo XVI.
Titulado “Las estelas funerarias inéditas de la iglesia de San Pedro en el contexto de la historia de las necrópolis de esta villa”, el texto señala, entre otras cosas, lo siguiente: “Las estelas fueron seleccionadas entre los restantes materiales de construcción que se encontraban alrededor de la iglesia por el párroco de la Pola, Carlos Sánchez Martino (…) No cabe duda de que conocía el valor de las piezas y su importancia y por ese motivo las incorporó a la obra de la capilla de los Mártires, al igual que hizo con la placa de piedra que representa el martirio de San Sebastián, descrita por Ciriaco Miguel Vigil, que preside en la actualidad el altar mayor de esta, y que se encontraba en el pórtico de la capilla del antiguo hospital (…) La placa puede fecharse en el siglo XVI o XVII, pues la cofradía de los mártires debió de fundarse a finales del siglo XVI (…) No se trata por lo tanto de una pieza altomedieval, como la consideró Ciriaco Miguel Vigil”.
Son más autores los que no la consideran una pieza medieval, aunque la tosquedad de la talla lleve a equívocos. Algunos estudiosos ponen como ejemplo que César García de Castro, arqueólogo del Museo Arqueológico de Asturias y uno de los mayores expertos en esta materia en la región, no la considera de esa época y no la incluye en su estudio sobre la Arqueología cristiana en Asturias."
"La casa de la Alberguería limitaba con la hoy calle de Celleruelo, esquina a la Marquesa de Canillejas, por otra parte con la plaza de la actual iglesia parroquial, al oriente tenía adosada una capilla con la advocación de los mártires San Fabián y San Sebastián. Se llamó capilla de los Mártires, o del Hospital.Cuando a mediados del siglo XIX la nueva parroquial, inaugurada pocos años antes, tuvo que ser cerrada al culto por problemas en la construcción de la bóveda, la pila bautismal fue trasladada a la capilla del Hospital, y en ella se celebraron los actos litúrgicos.Por la Ley de Desamortización de 1855 el Boletín Oficial de la Provincia de Oviedo, del 5 de diciembre del mismo año n.º 147, anunciaba la subasta de una casa situada en la villa de la Pola de Siero, en la calle de Zalamaque (hoy de Celleruelo) con los siguientes linderos: "Por el frente carretera, por un costado capilla del hospital de peregrinos, y por los otros dos plazuela de la iglesia parroquial". "Se encuentra en estado de deterioro".Era la casa de la Alberguería. Fue adquirida por le vecino de la Pola Vicente Sánchez, conocido por el apodo de el Tirriu, y la casa pasó a llamarse casa del Tirriu.A finales del siglo XIX la capilla también en ruinas, fue destruida para hacer la carretera llamada de Valdesoto (hoy calle Marquesa de Canillejas), y fue construida poco después, en el mismo sitio, pero más pequeña debido al ensanche de la carretera, y sin pórtico.En su fachada se colocaron restos de la antigua: el escudo de los Alvares de Asturias o el de los Vigil, y sobre la puerta una piedra de labor tosca que presenta en medio relieve dos figuras, una amarrada a un árbol o peste y clavada con flechas, y otra que porta un flechero. Según la tradición representan a los Santos Mártires.Ciriaco Manuel Vigil la considera escultura latino-bizantina, y dice: "Tal vez se remonte a principios del siglo X".Para Faustoi Vigil y Uría Ríu es posterior a esta centuria. Y explica el profesor Uría Ríu: la capilla que aún hoy se conoce con el nombre del Hospital, nómbrase en toda la documentación de época barroca con el título de San Fabián y San Sebastián, o simplemente de los Mártires, lo mismo que el hospital.Fausto Vigil pasa muy cerca del lugar, pues dic: "La espadaña de lña antigua ermita aún se ve desmochada, adosada a la pared oriental de la casa de la calle de Celleruelo:Y describe la nueva: "La nueva capilla tiene puerta románica de entrada en su fachada frontera a la carretera dicha, la misma puerta de la antigua, que estaba en la fachada norte de la misma, fachada que tenía un pórtico..." "En su clave luce un pequeño escudo de Vigil".Había en la capilla obras del escultor poleso Juan de Villanueva Barbales, "Nuestra Señora del Buen Suceso, un busto del Ecce-Homo y los Mártires San Fabián y San Sebastián, dos desnudos magníficos que fueron destruidos en 1936" lo mismo que el altar, de gran valor artístico, de estilo churrigueresco.A mediados del siglo XX la Capilla presentaba importantes deterioros. Fue subastada por la Iglesia en 1959. En la actualidad "todo el solar" es edificación privada.La Alberguería de San Pedro, núcleo de poblamiento, fue también centro de referencia, de cauce y orientación de los intereses comunes afines a todo el pueblo. La capilla del Hospital fue elegida como sitio común para celebrar juntas de vecinos en las que se platearon y decidieron cuestiones de carácter general para el desarrollo y progresivo desenvolvimiento de la población.Las actas de las juntas de vecinos llevan el siguiente encabezamiento: "En la sala de la Capilla del Hospital de los Santos Mártires de esta Villa de Pola de Siero". Las últimas juntas datan de finales del siglo XIX.Las reuniones se celebraban "desde tiempo inmemorial", y "como se tiene por costumbre".La desaparición material del edificio no podría borrar la secular devoción de los polesos a los Santos Mártires.El 16 de julio de 1981, el párroco D. Carlos Sánchez Martino inauguraba, adosada a la fachada posterior de la iglesia parroquial, una nueva capilla".
"... E estos derechos e estos rengalengos lles damos de tal manera que ellos poblen en el logar que dizen la alberguería de sant Pedro, e que fagan y villa e todos los que y poblaren que fagan y las mayores casas pobladas e encierren y so pan e so vino.Otrossí, lles otorgamos que fagan y mercado cada selmana el día de martes..."
Y allá por el año 1992, el anterior al gran boom del Xacobeo'93 que supuso el gran impulso institucional para la recuperación de estas rutas, el historiador Luis Antonio Alías realizaba en su libro El Camino de Santiago en Asturias. Itinerarios, esta bella semblanza de La Pola:
"La relación entre Pola de Siero y el Camino es consecuente por haber crecido alrededor de un hospital, fundado el 28 de febrero de 1141 por María Ordóñez, para pobres. Un hospital que nació gracias al impulso jacobeo y que fue el primero de todos los surgidos en el itinerario costero. María Ordóñez lo donó, con sus extensas heredades -que incluían Vega de Poja- al monasterio de San Vicente de Oviedo y siglo y pico después (1270) Alfonso X concedió Carta Puebla a sus moradores aunque hasta 1310, tras recibir autorización de Rodrigo Álvarez de las Asturias, no nace plena de derecho la Puebla de Siero, cuyo nombre primero sería el de Alberguería de San Pedro. Luego, el centro asistencia cuyo redor crecía en poblamiento estuvo bajo encomienda de la Orden de los Hospitalarios y, finalizando el siglo XIV, pasó a depender del Obispo de Oviedo.Es fácil familiarizarse con una villa que siempre ha presumido de ser capital de asturianía (Soy del conceyu de Siero, / de pura raza asturiana, / nací en el pueblín de La Pola / xunto al Cristo de Santa Ana) y que sigue creciendo, ya no alrededor del establecimiento genésico que tuvo por último recuerdo la capilla del Hospital, en el arranque de la calle que conduce a la estación del ferrocarril, sin alrededor de importantes mercados de ganado, polígonos industriales, vías de comunicación y animación perenne. Y es aún más fácil integrarse en la animada y moderna vida cotidiana que de vez en cuando pasa por delante de unos vetustos ultramarinos, de un edificio "de estilo", de chigres y casas populares que han resistido el crecimiento y los desaguisados arquitectónicos de los últimos años."
Y ahora a nuestra izquierda se yergue, sobre su plaza, la iglesia parroquial de San Pedro, maravilla del arte neoclásico, "depurado y elegante", dice el Gran Atlas del Principado de Asturias, gran edificio de tres naves separadas por grandes pilares en su interior, que se cubren con bóveda de cañón, fachada con frontis y dos torres, la cuales fueron elevadas más de 17 metros por iniciativa del párroco D. José García Galán, quien tomó posesión del cargo en 1901, así como hermoseó el templo en el interior
Para las torres siguió planos del prestigioso arquitecto Manuel del Busto, contando con un presupuesto de 125.000 pesetas para sufragar asimismo un gran pórtico que construyó a la entrada, el cual desaparecería con la destrucción de la Guerra Civil. En 1908 se acometieron igualmente las obras de pintura interior, según publica El Carbayón, periódico ovetense, "de cuya ejecución están encargados los renombrados artistas catalanes señores Canalda y Alsina. Esta es una de las importantes reformas que realizó en nuestro templo el Señor García Galán", leemos en la antes citada web de la Parroquia San Pedro Apóstol, que prosigue con la historia del santuario a partir de la Guerra Civil:
"Con el incendio en la madrugada del 3 al 4 de septiembre de 1936, se pierden piezas importantes de escultura que habían sido trasladadas desde la antigua iglesia, entre ellas dos tallas del artista local Juan de Villanueva y Bardales, Santa Bárbara y San Antonio. Desaparece también la imagen de la Virgen del Carmen traída desde su ermita en la Plaza de les Campes, así como las pinturas realizadas a principios de siglo.
Tras la Guerra Civil
El párroco D. José Fernández-Pedrera González-Granda encarga la realización de un nuevo retablo hoy desaparecido pero del que se conservan algunas imágenes como la de San Pedro que da entrada a la sacristía o la de Santa Bárbara que se encuentra en el retablo del crucero.
Según testimonio de Casimiro Baragaña, el pórtico realizado por el párroco García Galán a principios de siglo aún existía a finales de la década de 1950. Este aditamento arquitectónico fue derruido a instancias del propio artista.
1959
Siendo párroco D. Manuel Álvarez Menéndez, se pide a Casimiro Baragaña, pintor poleso, que realice un proyecto para renovar el altar mayor en el que, naturalmente tenía que tomar parte importante la pintura.
Agosto de 1959
Se comienza a desmontar el retablo y el altar mayor anterior.
22 de septiembre de 1959
Se realiza la primera tarea – así se llama en la pintura al fresco al fragmento de mortero que se prepara para pintar en un solo día– en el fresco del Nacimiento, situado en el lado del Evangelio del altar mayor. Este fresco se terminó en 12 tareas, un verdadero esfuerzo que suponía un trabajo de 10 o 12 horas ininterrumpidas.
Casi sin pausa, comenzó la otra pintura lateral, la de «La Muerte de Cristo» en el lado de la Epístola, terminado solo en 11 tareas.
7 de noviembre de 1959
Se empieza a pintar, al fin, «La exaltación de San Pedro.» Previamente, Casimiro Baragaña dedicó 15 días a prepararlo todo bien, realizando un antemuro de ladrillo con cámara de aire para aislar el fresco de la humedad.
5 de diciembre de 1959
Se dan las últimas pinceladas del fresco de San Pedro, que se concluyó en un total de 23 tareas, lo que en promedio hacían un total de más de 3 metros cuadrados diarios.
19 de marzo de 1960
El día de San José, y con la asistencia de las principales autoridades provinciales y locales, se celebró la solemne inauguración de las obras en el altar mayor. Fue una jornada verdaderamente emotiva y que compensaba con creces todas las fatigas e inquietudes pasadas durante el siglo precedente".
Y, sobre él, la estatua del patrón, San Pedro, en acción de bendecir. Se trata además de una de las pocas iglesias de Siero que conserva la tradición de tocar las campanas de manera manual
Visto el exterior, al menos la gran fachada principal que mira a la calle Celleruelo, pasamos ahora a visitar el interior
Foto: página Parroquia de San Pedro Pola de Siero |
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TU ES PETRUS ET SUPER HANC PERAM AEDIFICABO ECCLESIAM MEAM
"Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?» Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas». Él les dijo: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?» Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos». Entonces mandó a sus discípulos que no dijesen a nadie que Él era el Cristo. Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que Él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y ser matado y resucitar al tercer día. Tomándole aparte Pedro, se puso a reprenderle diciendo: «¡Lejos de ti, Señor! ¡De ningún modo te sucederá eso!» Pero Él, volviéndose, dijo a Pedro: «¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Escándalo eres para mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres!"
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"La composición gira en alrededor de esa figura representada en toda su majestad. Otro elemento protagonista es la luz que desciende de las alturas y lo envuelve todo".
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"En los murales laterales están representados, en la izquierda, una Navidad de colores amables y en la derecha, La Pasión y la muerte humana de Cristo en brazos de su Madre. Ambos resumen el principio y el final de la vida del Hijo de Dios en la tierra".
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"Baragaña Vallina, Casimiro. Pola de Siero (Asturias), 25.XI.1923 – Oviedo (Asturias), 15.XI.2016. Pintor.
Inicialmente trabajó como aprendiz de peluquero y también fue pintor de los tradicionales “güevos pintos”. En 1942 visitó la exposición de Maestros Españoles Contemporáneos promovida por la Universidad de Oviedo, que le causó gran impresión y le animó a dedicarse a la pintura, actividad que comenzó a desarrollar de forma autodidacta. Participó en las exposiciones de Educación y Descanso, consiguiendo una beca para estudiar en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid (1950-1955), donde aprendió la técnica de la pintura al fresco con Ramón Stolz, y obtuvo el premio extraordinario en paisaje. Durante esta época pintó paisajes en el jardín botánico, y en 1954 el Ministerio de Educación Nacional le concedió una pensión en el Paular. En 1956 obtuvo una beca de la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Siero para ampliar estudios en Roma; y nuevamente, en 1958, fue becado para viajar a París, donde estudió el cubismo. Realizó varias exposiciones individuales durante las décadas de 1950 y 1960, la primera en los salones de la Caja de Ahorros de Asturias, en Oviedo (1956), al año siguiente en el Centro Asturiano de Madrid; en el Círculo Liceo de Luarca (1978) y, por último, en el Centro de Arte Moderno Ciudad de Oviedo (1996). También participó en numerosas colectivas, así como en las Nacionales de Bellas Artes durante las ediciones de 1962, 1966, 1966 y 1972.
A finales de los años cincuenta se dedicó a la pintura mural de temática religiosa, con la decoración del templo parroquial de Pola de Siero (1959), el colegio de la Inmaculada de Pola de Laviana (1962), Santa María de Cangas de Onís (1963) y San Pedro de Mestas de Con (1964). Aunque realizó figuración humana y bodegones, Baragaña cultivó el paisaje con especial predilección, que en principio dota de encantador lirismo, pero a partir de 1966 comenzó la etapa llamada de las teselas, donde adoptó una peculiar manera de fragmentar el color, como si se tratase de una reticulación cromática, aunque posteriormente evolucionó hacia un tipo de pintura con predominio de la mancha-pincelada. Sus paisajes asturianos, en especial los boscosos, están realizados con colores expresivos y vigorosos que dominan la composición.
Obras de ~: Tema clásico, 1956; Las dos maniquíes, c. 1956; Paisaje con casas, c. 1971; La silla del Rey, 1974; Caserío en Campo Verde, 1977; Figura en azul, 1983; Espacio y figuras, 1986; Ladera plateada, 1990; Bosque en malvas, 1990; Mujer en blanco, 1992; Bodegón rojo y negro, 1991; Planteamiento frontal, 1995; Composición con troncos, 1997; Bodegón, 2000; Ladera otoñal, 2002."
"Más de 130 metros cuadrados de pared ocupan los impresionantes murales al fresco de Casimiro Baragaña en la iglesia de la Pola. Esta obra del artista sierense, fallecido en 2016, se inauguró en 1960. Se hizo en apenas un par de meses, después de que en 1959, el por entonces párroco poleso, Manuel Menéndez, decidiera hacer frente a la renovación del presbiterio de la iglesia. Le hizo el encargo a Baragaña, que pintó tres murales de grandes dimensiones que hacen del altar mayor del templo una de las maravillas del patrimonio artístico de Siero: el central ocupa unos 80 metros cuadrados y representa la exaltación de San Pedro; los dos laterales cubran una superficie de 25 metros cuadrados cada uno y muestran ,a un lado, el Nacimiento de Cristo, y a otro, su muerte.
La monumentalidad de algunos de sus trabajos y el particular uso del color de Baragaña están presentes en esta obra que fue el primer gran encargo que recibió el pintor tras finalizar su formación artística. Se dice que en estos murales se aprecia la influencia del cubismo, una de las etapas de su pintura que luego cambiaría de estilo. Paisajes o bodegones son trabajos más conocidos de los años de su madurez.
Nacido en Pola de Siero 1925, estudió en la Escuela Superior de San Fernando de Madrid, donde estuvo cinco años. Allí hizo amistad con pintores como Antonio López. Con la entonces Caja de Ahorros de Asturias hizo su primera exposición individual, en Oviedo, en 1956, una muestra que compusieron Caja de Ahorros donde muestra 42 obras.
Hijo Predilecto de Pola de Siero y asesor y miembro del jurado del Certamen Nacional de Pintura Contemporánea que lleva su nombre desde 2004, falleció el 14 de noviembre de 2016."
Foto: página Parroquia de San Pedro Pola de Siero |
"El nuevo órgano de la iglesia parroquial de San Pedro de Pola de Siero ya está en la localidad. Un camión trajo ayer el instrumento del taller barcelonés del maestro organero alemán Gerhard Grenzing, donde ha sido fabricado. El órgano, que ya se probó en el taller barcelonés una vez construido, fue desmontado y embalado en varias cajas, que llegaron ayer a la localidad y fueron depositadas, no sin dificultades, por operarios del taller y colaboradores de la parroquia, entre los cuales se encontraba el propio párroco, Sergio Martínez.
La descarga duró varias horas, y las dimensiones del camión impidieron que entrase en el campo de la iglesia, con lo que tuvo que permanecer aparcado en la calzada de la calle Celleruelo, que se cerró al tráfico mientras duraron los trabajos. Lo más complicado estaba reservado para el final. La base del órgano, la consola con los fuelles, los pedales y el asiento donde estará el organista, llegó en una pieza única, de más de tonelada y media de peso, que se descargó del camión con una grúa para ser depositada a la entrada del templo, donde entró sobre una base con ruedas. Para aumentar la dificultad, en el momento en el que descendía la consola, hacia las dos menos cuarto de la tarde, la lluvia arreció, lo que no sólo entorpeció el trabajo sino también obligó a cubrir mejor la pieza ante el temor de que el agua pudiera estropearla.
Finalmente, poco después de las dos de la tarde, el órgano, aunque todavía despiezado y embalado, estaba ya en su totalidad en el templo de Pola de Siero. Previamente, ya había sido despejada la parte izquierda del crucero del edificio, donde hasta hace unos días había un altar, para colocar el nuevo instrumento.
A partir de ahora comenzarán los trabajos de montaje e instalación del instrumento, que es posible que esté ultimada antes de lo previsto. En un principio, se había calculado que la instalación duraría unas dos semanas, pero ahora creen que no tardarán más de una. Eso sí, posteriormente llegará la parte más delicada, que es la de ajustar la afinación y el sonido.
En cualquier caso, la fecha del acto oficial de inauguración y bendición del órgano es la prevista hasta ahora: el día 8 de febrero. El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, asistirá a la ceremonia, que, además, contará con la presencia del organista titular de la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona, Juan de la Rubia, que ya probó en su día el órgano en el taller del maestro Grenzing. Además, está previsto que asistan autoridades locales y representantes de algunas empresas o entidades que han contribuido a financiar el instrumento.
Posteriormente, el domingo 10 de febrero la misa del mediodía girará también en torno al órgano. Por una parte, participarán en la ceremonia el coro «Ángel Émbil», de la Sociedad Siero Musical, y el coro parroquial, interpretando una misa de Ángel Émbil. Posteriormente, una vez finalizada la ceremonia, habrá un concierto de dos organistas de la Pola, Emilio Huerta y Fernando Álvarez.
Un instrumento que le costará a la parroquia de San Pedro un desembolso de 240.000 euros
El nuevo órgano de la iglesia de San Pedro de Pola de Siero le costará a la parroquia un total de 240.000 euros. La mayor parte de esa cantidad ya ha sido abonada, gracias a la participación de empresas, particulares, entidades financieras y el propio Ayuntamiento. La decisión de cambiar el órgano se tomó tras analizar el estado del antiguo instrumento, cuya reparación hubiera resultado muy cara en relación a su calidad. La nueva adquisición, según atestiguó un grupo de polesos que viajó al taller barcelonés donde se construyó, se caracteriza por una gran calidad, proporcional a su precio. En la imagen, la descarga y colocación del órgano".
Foto: página Parroquia de San Pedro Pola de Siero |
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"En la cabecera, el antiguo relieve de los Mártires, hallado en las inmediaciones entre otros materiales, fue colocado a la derecha de un Altar de castaño, con frente cubierto de maderas de castaño y roble, árboles típicos del entorno rural de la vieja Alberguería.Para la base del Sagrario recogió D. Carlos una piedra en el Monsacro, y al lado colocó otra, a manera de gran atril, traída de Covadonga.Un hecho de renovada historia de la localidad se unía con antiguas tradiciones del marco regional.Esta nueva capilla de los Mártires recuerda el origen de la Pola, con el único resto conservado del antiguo Hospital, y por su significado pieza clave del Patrimonio Histórico del Concejo".
"Francisco Monge Calleja, respecto a la pieza monolítica del relieve de San Fabián y San Sebastián flechados, de la Capilla de los Mártires de Pola de Siero, "por el peinado de Los Mártires y la tosca expresión de sus rostros", se inclina a pensar en "una posible filiación ramirense"Doña Salvadora Prieto Quirós, natural y vecina de Pola de Siero, atenta al progresivo desarrollo general que sigue el Concejo, y estudiosa de si historia, ha hecho recientemente interesantes observaciones sobre las dos figuras de los Mártires del relieve, al que considera "obra de un gran artista", y por las medidas y proporciones que en el cuadro aprecia, lo sitúa en la línea de la "geometría mágica del románico asturiano". Señala, así mismo, detallada localización de la Capilla y de la Alberguería.Son numerosos sus escritos sobre Les Campes, celebraciones que aquí se realizaban, y sobre el recorrido del Camino de Santiago en la villa de la Pola".
"Amigo de Emilio Castelar, su carrera política se inició durante la I República militando en el Partido Republicano Posibilista, desde donde alcanzaría a ocupar los cargos de gobernador civil de Segovia, Almería y Alicante y el de subsecretario de la Gobernación.
Diputado en el Congreso al resultar elegido por la circunscripción de Lérida en las elecciones de 1881, en los sucesivos procesos electorales celebrados entre 1884 y 1907 volverá a obtener escaño, pero ya por Oviedo en una primera fase, representando a los posibilistas de Castelar y desde 1896 como militante del Partido Liberal. Posteriormente, en 1910, pasa al Senado en calidad de senador vitalicio.
Celleruelo, que fue ministro de Gracia y Justicia entre el 10 de junio y el 6 de julio de 1906 en un gabinete presidido por Segismundo Moret, falleció el 4 de diciembre de 1911".
Los Celleruelo fueron, como los Vigil-Escalera, una de las familias más influyentes de Siero y, como ellos, estaban radicados en origen en La Carrera y, siguiendo una misma trayectoria, se adaptaron a los trepidantes cambios acaecidos en el siglo XIX que pusieron fin al Antiguo Régimen; ostentaron escribanías y oficios de regidores perpetuos del concejo de Siero, destacando también entre ellos el militar Pedro Álvarez Celleruelo y el magistrado de la Audiencia Pedro Álvarez Celleruelo García
El de la izquierda, de azulejos claros y balcones de hierro forjado
Otros solares están en peor estado, esta fila de casas parece haber sido construida entera hacia la misma época y siempre hubo en sus bajos chigres y tabernas, y así hasta aquellos años en los que La Pola era "la capital de Asturias los domingos". El ambiente juvenil de la tarde-noche de esa jornada era seña de identidad de la localidad. Había decenas de discobares y locales para copas y venían autobuses hasta de Santander", escribía Andrés Illescas en Los domingos de la Pola, cuando la capital sierense vivió su propia "movida" para La Nueva España del 21-11-2021, cuando ya pasaban dos décadas de aquello pero cuando a la vez "aún se escuchan los ecos a través de las voces de los hosteleros cuyos negocios protagonizaron aquellos tiempos dorados".
"En un paseo por el casco antiguo de La Pola Siero llama mucho la atención los carteles de inmobiliarias situados en los locales que reinaron en la movida juvenil asturiana de finales del siglo pasado y principios de este.
César Loredo, expropietario del pub 'Abre César' en La Pola Siero, explica que fue después de los Juegos Olímpicos de Barcelona cuando se pondría poner fecha al inicio de la movida polesa.
Más de 50 discobares en la época de máximo esplendor convirtieron a la Pola Siero en el centro de la diversión dominical, recuerda también Juan Carlos Hevia, periodista y vecino de La Pola Siero.
El euro, los controles de alcoholémia y las crisis acabaron con aquel fenómeno y con aquellos bares.
Ahora esos viejos locales, en venta, esperan un futuro. Hace unos días el ayuntamiento de Siero concedió el permiso para que seis de esos edificios sean rehabilitados y convertidos en apartamentos turísticos. Otro tipo de ocio. Otros tiempos".
"Eclecticismos y modernismos que testimonian el empuje económico de principios de siglo con alamohadillados, miradores, cariátides y adornos florales" es como define Luis Antonio Alías el conjunto de "Edificios modernistas de las calles Marquesa de Canillejas, Celleruelo y Florencio Rodríguez" en su libro sobre el Camino de Santiago
Pero también vemos otro tipo de construcciones, viviendas más funcionales, de mediados del siglo XX acá y, según avancemos calle arriba, las urbanizaciones de pisos de finales del siglo XX y primeras décadas del XXI
Luego los franceses entrarán y saldrán varias veces... casi siempre por este camino, en 1809, 1810 y 1811. Luego llegarán la revuelta en La Pola de Alejandro Roces Lamuño en 1822 contra el gobierno de Riego y las carlistadas, el Camín Real dará pasó a la Carretera de Santander y esta a la vez se integrará en el creciente casco urbano, por eso se cantaba lo de "El concejo de Siero ha progresado, desde que Celleruelo es diputado", referido a quien está dedicada esta calle
"La ruta de la costa entraba en la península por Irún y seguía la cornisa cantábrica por Asturias de Santillana, Unquera, Llanes, Ribadesella, Villaviciosa y Pola de Siero (En Marcenado y Aramil se recuerdan nombres de ventas y posadas que recogían peregrinos y viajeros en los caminos antiguos).Enlazaría probablemente en Careses con el ramal que algunos autores señalan hacia el interior, desde Liébana, Cabrales, Cangas de Onís, Piloña y Siero.Continuaba a Oviedo pasando por los cerros que quedan al norte de la actual carretera Oviedo-Santander, a San Martín de la Carrera, Noreña, luego a San Martín de Argüelles, San Miguel de la Barreda, Balbona, Bobes; atravesaba el río Nora por el antiguo puente de Colloto, seguía por la parroquia de Santa Eulalia, pasaba por Cerdeño y hacía su entrada en la ciudad cerca del monasterio de Santa María de la Vega.El camino de los peregrinos o camino de Santiago se llamó también "camino francés", por el destacado número de los que procedían de Francia, y esta denominación "camino francés", se conservó durante muchos siglos en la zona central de Siero, como revela los documentos.Generalmente los lugares de acogida de viajeros y peregrinos se iban poblando con el establecimiento de vecinos. El núcleo originario en torno a la Alberguería de San Pedro fue el elegido por Alfonso X para que los habitantes del "territorio de Siero" fundaran la villa o Pola".
En la calle Celleruelo tuvo su casa familiar el renombrado escultor barroco, académico y uno de los fundadores de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Juan de Villanueva y Barbales, a pesar de ello fue derruida en una penosa decisión, llegando a perderse incluso unos restos que habían podido rescatarse de la misma. El corresponsal de La Nueva España F. Torre daba la noticia de esta desaparición el 25-1-2014:
"La estudiosa de la historia local de Pola de Siero Mari Salva Prieto ha solicitado al Ayuntamiento de Siero que localice los restos de la antigua casa de la calle Celleruelo de la Pola, que tradicionalmente se ha venido considerando como lugar de residencia en la localidad del escultor Juan de Villanueva y Barbales (1681-1765). Una petición con la que la estudiosa espera que se recuperen esos restos, últimos vestigios de la construcción, y documentar al tiempo el vínculo del escultor con ese desaparecido edificio.
Según explica Prieto, cuando se derruyó el edificio, en julio de 1999, y a petición de ella misma y de Pilar Domínguez, el entonces concejal Octavio Serrano salvó de la destrucción un dintel y dos vigas talladas, que fueron depositadas en unas dependencias municipales.
Según explica Prieto, quien entiende que se ha perdido la pista de las piezas, en las vigas están talladas unas figuras que confía en poder vincular a la obra de Villanueva por la inclusión de unas miniaturas.
El objetivo de la estudiosa polesa es remitir un informe a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando con toda la documentación sobre el inmueble para ayudar a los investigadores interesados en la figura de Villanueva. Prieto también pretende reivindicar el valor del inmueble, que fue derribado al carecer de protección y en base a unos informes que no lo fechaban correctamente".
"Juan de Villanueva aprendió escultura en el marco de la tradición gremial y del sistema de talleres, de su propio padre. Es posible que estudiara durante su juventud en los talleres de Antonio Borja. Emigrado a Madrid a principios del siglo XVIII, permaneció en Madrid de forma ininterrumpida hasta su muerte. Su estudio madrileño se encontraba en el número 15 de la calle de San Pedro y San Pablo, hoy, calle de Hernán Cortés. En su taller de Madrid se formaron escultores como: José Bernardo de la Meana en la década de 1730 (siempre antes de 1743). En este periodo conoce a escultores y arquitectos como Pedro Alonso de los Ríos o José Benito de Churriguera. La amistad fue tan directa que el mismo Pedro Alonso de los Ríos al morir le cedió su estudio y biblioteca.
En los primeros instantes realiza una talla de san Antonio para los devotos (denominados "guinderos") de la ermita de San Antonio en la Florida. En 1726 escribió junto a Francisco Antonio Meléndez un memorial dirigido a Carlos III en el que solicitaba la creación de una escuela de Bellas Artes en Madrid. Finalmente, debido a sus labores es nombrado director honorario en 1752 de la nueva Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Siendo uno de los primeros directores en ostentar el cargo.
Entre sus obras más destacadas se encuentra el trabajo encargado por la diócesis de Oviedo para la realización de los dos retablos colaterales del transepto de la catedral ovetense (1739-1742). En la actualidad pueden admirarse en la Plaza de Oriente de Madrid algunas de sus tallas de reyes de España labradas para la decoración del Palacio Real Nuevo de Madrid bajo la dirección de los escultores Juan Domingo Olivieri (1708-1762) y Felipe de Castro (1711-1775).
Homenajes póstumos
Existe en su pueblo natal de Pola de Siero (Asturias) un Instituto de Enseñanza Secundaria dedicado a su nombre."
La cuesta se acaba en la esquina, cruce con la calle Ramón y Cajal: el Camino seguirá de frente, siempre por la calle Celleruelo
"Bastián Prendes (Oviedo, 1990) es un artista autodidacta especializado en pintura mural. Estudió Bachillerato artístico en la Escuela de Arte de Oviedo y en 2018 comenzó los estudios de Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid. Sus obras pueden verse en distintos rincones urbanos y locales comerciales de toda Asturias. Uno de sus últimos y más impresionantes trabajos está en el edificio de Mejora Residencial de Parque Astur (Corvera) y, en Avilés, en la calle Santa Apolonia, 12. Entre otros muchas obras, también es autor en Oviedo del gran camaleón que decora el IES Doctor Fleming. Según se define en su web, sus murales "tratan sobre la naturaleza, la sociedad, los sentimientos, la dualidad y la contradicción, con personajes imaginarios representados con fuertes colores que narran situaciones y sensaciones creando mundos imaginarios en los que sumergirse para disfrutar y reflexionar"
El arte urbano, explica Bastián Prendes, consigue que despierten sentimientos unos bloques de hormigón que, de otra manera, no transmitirían nada. Los murales como los que él pinta -añade- son explosiones de color que sorprenden a los paseantes en mitad de una calle gris, regalándoles emociones para caldear una sociedad urbana que muchas veces peca de frialdad. Sus grafitis chillones y a veces surrealistas, confiesa este grafitero ovetense, buscan recrear esa conexión que el hombre tiene con la naturaleza, esa "vibración" que le lleva a apaciguarse. Porque lo natural, explica este pintor de paredes urbanas, siempre genera tranquilidad. Pintar para inspirar sentimientos positivos.
Eso es lo que le sale del espray a Bastián Prendes, artista urbano que firma como Bastian Riak desde que en la adolescencia se quedó hipnotizado por las paredes y los botes de pintura. El primer impulso fue dejar su firma, un "aquí estoy yo" que reafirmaba su identidad. La rúbrica la dejó en una pared abandonada por Montecerrao, cuando el barrio aún no había nacido. Poco a poco, aquello fue dejando paso a una vocación artística que ha ido creciendo y perfeccionándose con los años. Lo suyo le cuesta: dedicarse a pintar murales es una profesión físicamente muy exigente: "Te destroza. En un día de pintura igual haces 2.000 sentadillas y 5.000 trazos. Eso te genera muchas tensiones y contracturas. Acabas en el fisio".
" José Manuel Arregui de la Calle fue uno de los maestros que acompañaron a los “niños de la guerra” (más de 1.100), evacuados a la URSS desde El Musel, en Gijón, el 23 de septiembre de 1937. Su último destino como maestro en España, antes de la Guerra Civil, fue el de la Escuela de Feleches, en el concejo de Siero, donde ejercía como maestro desde 1931. Estuvo afiliado a la ATEA y se incorporó a filas durante la Guerra Civil, en marzo de 1937, perdiendo un brazo en el Frente de Oviedo. Repuesto de las heridas, se reincorpora a la enseñanza a primeros de septiembre como director del orfanato Quinta Arango, en La Calzada (Gijón), donde permanece hasta el momento de la evacuación, la madrugada del 23 al 24 de septiembre de 1937.
En la URSS, acompañó a la Casa “Pravda” durante la segunda evacuación a Kukkús, en la región de los Alemanes del Volga. Tras el final de la guerra se mantuvo a cargo de los niños españoles en la Casa de Bólshevo, en la periferia de Moscú.
Formó parte del Partido Comunista de España desde 1947 a 1970. A comienzos de los años setenta, fue responsable de un informativo en español en Radio Pekín; y en la URSS, fue profesor de español en el Instituto de Comercio Exterior y en el Instituto Pedagógico. Después, y hasta su repatriación en 1978, fue profesor en la Escuela Diplomática Superior.
Falleció el domingo 11 de junio de 2000, a los 91 años, en Pola de Siero (Asturias), la misma villa en la que había nacido, en 1908".
Esta sección de la derecha era la Escuela de Niñas, tal y como sigue poniendo el cartel. La escuela formaba parte de los centros dependientes del Colegio Nacional Mixto en tres edificios distintos, pues aparte de este estaban El Centro y el Colegio San José, contando con 32 unidades. Es entonces cuando se decide toda una nueva reordenación escolar con dos nuevos edificios, uno de carácter local y otro comarcal, que se construirán al sur de La Pola, en La Llosona, entre los barrios de El Carmen y La Ferlera; el segundo llevaría el nombre de Hermanos Arregui. Acabados en 1979, es cuando este antiguo colegio pasar a ser el de Educación Infantil Peña Careses
"El escudo del concejo asturiano de Siero nos muestra en campo de sinople un jarrón con cinco azucenas, estando montado por una flor de lis y flanqueado por todo el borde por una ordenación de Veros. El canónigo Tirso de Avilés y Hevia se refiere a él en su obra 'Armas y Linajes de Asturias y Antigüedades del Principado' (1580) de la siguiente manera:
'La jarra con cinco azucenas, Y encima de lis la flor, Con veros alrededor, Y están de nobleza llenas, Y tienen mucho valor; Son de Siero antigua villa, Estas armas y es dotada, De noble gente poblada, Y de caballeros silla, Que tienen ilustrada'.
Aunque no se conoce el significado real del escudo, la jarra de azucenas es idéntica al sello de la Orden de Caballería de la Jarra o de la Terraza, la más antigua instituida por los reyes de España, cuya insignia era una jarra de azucenas sobre manto blanco. La orden y el sello fueron creados por el rey García Sánchez III de Navarra en 1044 tras encontrarse, mientras estaba cazando con cetrería, con una pequeña capilla hecha en una cueva de Nájera, en cuyo interior había una imagen de la Virgen junto a un jarrón con azucenas. García Sánchez III daría en herencia la divisa a sus hijos y años después fue concedida a varios caballeros castellanos y aragoneses, extendiéndose posteriormente el sello por Europa. Una jarra similar puede verse en el escudo de Sariego, como símbolo de la antigua pertenencia de sus tierras al concejo de Siero.
El 30 de mayo de 2009 se publica en el Boletín Oficial del Principado de Asturias el Reglamento de Protocolo y de Honores y Distinciones del Ayuntamiento de Siero, que en su capítulo II, artículo 5.1 indica:
El Escudo de Siero se describe de la siguiente manera: En el Campo de Sinople, una jarra amarilla con cinco flores de azucenas, igualmente amarillas, cimadas de una flor de lis blanca, ambas sobre esmalte de oro y, por orla, unas órdenes de veros en punta en gris y azul, jalonado de una corona principesca."
Este es el portón de acceso al patio y, a continuación, pasamos a la antigua casa de los maestros, con su terreno, ajardinado
"En 1970 sufrió una remodelación y se proyectó como cubierta una estructura octogonal invertida con forma de paraguas diseñado por Ildefonso Sánchez del Río. Este mercado tenía una superficie de 12.332 metros cuadrados y capacidad para albergar 1.100 animales y estuvo operativo hasta 1992".
«En el Mercado de Pola de Siero, Sánchez del Río proyectó, en el año 1971, un conjunto de varios paraguas de hormigón armado, de tamaños y geometrías diferentes, que construyó en 1972.La construcción de este proyecto se convirtió, de alguna manera, en el centro experimental de las primeras estructuras laminares construidas por Ildefonso Sánchez del Río utilizando tan solo hormigón armado. El paraguas de mayor tamaño cuenta con un diámetro de 40 metros. Se trata de un paraguas invertido apoyado en un pilar central de diámetro 0,55 metros. Según los planos originales del proyecto inicial, consultados en el archivo familiar de Sánchez del Río, cada uno de los 8 nervaduras de hormigón armado parten del capitel central del pilar, que cuenta además con una cabeza de 4 metros de diámetro. Estas nervaduras son sección cuadrada variable. En su extremo en voladizo cuentan con una sección de 25 × 25 cm, y adquieren una sección de 55 × 55 cm al penetrar en la cabeza de 4 metros de diámetro del capitel del pilar, que esta embutida en la superficie laminar. En la sección media de estas nervaduras se cuelga una lámina de hormigón armado de tan solo 3,5 cm de espesor, que une cada dos nervaduras consecutivas, generándose así la superficie total de la cubierta laminar. Otra de las diferencias fundamentales que existen entre los paraguas de Sánchez del Río y los de Félix Candela, es que cuentan con nervaduras de canto, mientras que Félix Candela las nervaduras están embutidas en el espesor de la lámina generando superficies espaciales continuas.»Pepa Casinello ¦ Actas del Séptimo Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Santiago 26-29 Octubre 2011."
"El paraguas de Pola de Siero es uno de los pocos elementos que subsisten del antiguo Mercado de Ganados de la ciudad, construido entre 1971 y 1973, siguiendo los sucesivos diseños del ingeniero Ildefonso Sánchez del Río en colaboración con el arquitecto Fernando Cavanilles. Este elemento fue construido después de haber realizado previamente otros tres paraguas de planta cuadrada (de 20×20 m), que fueron derribados a principios de la década de 1990.
Se trata de un elemento estructural singular con forma de paraguas invertido y planta octogonal, con un único apoyo en el centro de la estructura. Su diámetro llega a los 40 m y cubre una superficie aproximada de 1.250 m2 —un día de buey—. Estas grandes dimensiones, unidas al sistema constructivo empleado, hacen de este elemento una estructura única en el mundo. Está resuelta enteramente con hormigón armado, con un fuste central de 55 cm. de diámetro al que acometen los ocho nervios de hormigón armado que generan la cubierta en vuelo. Entre ellos, se disponen láminas de hormigón armado de un espesor proyectado de 35 mm — medido recientemente de 45 mm—.
A principios de la década de 1990, el recinto se convirtió en estación de autobuses, sirviendo el paraguas octogonal como marquesina para cubrir las nuevas dársenas. En la actualidad acaba de ser restaurado y formará parte de un espacio urbano al servicio de la población, derribándose el edificio anexo de la estación que desfiguraba la visión de este singular elemento, que se ha convertido en un icono de Pola de Siero".
«Allí no había control de ningún tipo. Los tratantes hacían las transacciones fuera del recinto, en unas cuadras que había en el entorno, y las reses no pasaban ni controles sanitarios», señala el director del mercado, José Luis Díaz. «En las cuadras de los alrededores se vendía el triple que en el mercado», corrobora Villa, quien, además, incide en que aquellas instalaciones, ya completamente integradas dentro del casco urbano, eran insalubres.
En un primer momento, el Ayuntamiento de Siero se encontró con la resistencia al traslado de tratantes y ganaderos: «Pensaban que les queríamos quitar parte de la ganancia y no se daban cuenta de que esos perjuicios que ellos veían, como los mayores controles y las medidas sanitarias, en realidad eran ventajas», sostiene Villa.
Pero Villa estaba decidido a llevar a cabo la obra. «Elegimos para la ubicación unos terrenos municipales que había ocupado la Granja Escuela. En primer lugar, un ingeniero de la Diputación nos hizo un diseño, pero a mí no me satisfacía», relata Villa, que decidió dejar el proyecto en manos de los técnicos municipales, el arquitecto José Benito Díaz y el aparejador Patricio Tous."
No es un escaparate, pero lo parece, estanterías de botes de pintura y taburete de pintor todo tan coloreado como las manos del crío de mirada traviesa...
Las escenas y motivos se suceden por toda la fachada del bajo de esta empresa de pinturas
Es un elefante que arroja chorros de color por su trompa
Cuando vinimos, la obra estaba aún inacabada, sin duda cuando vengáis encontraréis esta parte coloreada...
A la derecha, la calle El Pumarín, donde vemos, también en un bajo, la sede del Grupo Folclórico y de Investigación El Ventolín, fundado en 1978 y gran divulgador y recuperador del patrimonio cultural, musical y etnográfico de Siero. Leemos en su página:
"El Grupo Folclórico y de Investigación El Ventolín fue creado en 1978 como respuesta a la necesidad existente en nuestra villa de fundar una asociación que se dedicase a la conservación, fomento y divulgación del folclore tradicional, especialmente entre los jóvenes.
El Grupo se compone de unas 48 personas que dedican su tiempo libre al aprendizaje, estudio y difusión de los bailes, cantares y juegos tradicionales, logrando crear en Pola de Siero un ambiente de respeto y valoración de lo que el folclore supone, dejando atrás conceptos superficiales y festivos de algo tan serio como es nuestra Cultura Popular.
El Ventolín toma su nombre de un dios o ser de ágil movimiento que aparece en nuestra mitología tradicional. Fue adoptado por el grupo al ser éste un personaje aéreo y correo de sentimientos e intuiciones. Con ello pretendemos, al igual que El Ventolín (que significa en lengua asturiana «remolino»), ser correo de nuestra tradición y llevarla allí donde actuemos o nos encontremos".
"Juan Manuel Rodríguez, cuidador del belén del asilo de Pola de Siero y ex presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Siero, Sariego y Noreña, falleció en la mañana de ayer en su domicilio de Pola de Siero a los 64 años de edad. Días antes de su muerte, Juan Rodríguez, hombre de profundas convicciones religiosas, confesaba que no tenía ningún miedo a morir, y que lo único que sentía era lo que dejaba atrás: en primer lugar, obviamente, a su familia y, después, el belén del asilo, la joya construida por Belarmino García Roza a cuyos cuidados dedicó mucho tiempo y empeño.
Juan Rodríguez no sólo cuidó el belén y trabajó por mejorar la obra de Don Belarmino, sino también puso en marcha otras iniciativas en torno al belenismo. La más importante, la exposición «Belenes y belenistas» que, en una sala de la residencia geriátrica, recoge cada Navidad desde hace cinco años una muestra de los trabajos de los belenistas locales y también piezas llegadas de todo el mundo.
Otra de sus pasiones fue el Camino de Santiago. De hecho, en su esquela figura como «peregrino de la vida». Fue el impulsor y primer presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Siero, Sariego y Noreña, cuya principal función fue revalorizar el paso de la ruta jacobea por Siero y sus concejos vecinos. Entre sus logros está haber convencido al Ayuntamiento de Siero para que habilitase la Casona de San Miguel como albergue de peregrinos. Después de muchos años pidiendo un albergue para la localidad, dada la cantidad de peregrinos que se acercaban a la villa a lo largo del año, finalmente se hizo realidad.
La asociación consiguió también que se abriera y adecentara el camino desde Sariego hasta Vega de Poja, que estaba en muy malas condiciones".
Y efectivamente, ahí asoma, entre el arbolado del parque, el albergue de peregrinos, que lleva el apellido de quien fuera su propietaria María García-Sanmiguel
Amplias aceras y hermosos jardines en torno a la Casona de San Miguel, al oeste del casco urbano polesu y prácticamente saliendo ya de él. Es Noval Moro, y también para La Nueva España, quien da noticia de nombrar este parque en homenaje a Juan Manuel el 21-6-2015
"El parque anexo al albergue de peregrinos de la casona de María García San Miguel ya tiene el nombre de Juan Manuel Rodríguez. En un acto solemne celebrado ayer, su viuda, María José Asla, sus hijas, María y Carmen Rodríguez, y sus nietos, Juan y Álvaro Cernuda, descubrieron una placa que lleva el nombre del que fuera presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Siero, Sariego y Noreña, y uno de los principales promotores del paso de la ruta jacobea por la localidad.
El acto puso el broche de oro de la marcha del peregrino "Juan Manuel Rodríguez" en la que unas 130 personas recorrieron 117 kilómetros, entre Bustio (Ribadedeva) y la Pola a través de parte de la ruta costera del Camino de Santiago, organizada por el Patronato Deportivo Municipal en colaboración con los Amigos del Camino y "Corresiero".
El director del patronato, Virginio Ramírez, dijo que Juan Rodríguez fue "una persona a la que todos apreciamos a nivel personal y por su labor de promoción del Camino de Santiago". María Rodríguez agradeció el trabajo de todos. "Yo sé que el peregrino de la vida está muy orgulloso de todo esto", dijo..."
En la placa, arriba, el escudo de Siero y una concha xacoba. Abajo la leyenda...
PARQUE DEL PEREGRINOJUAN MANUEL RODRÍGUEZ DÍAZ
A la derecha, la Glorieta del Camino de Santiago, así bautizada en 2021, con el albergue ya en su apogeo y un paso continuo de romeros jacobitas. En algunos lugares aparece citada como Glorieta de los Peregrinos
"Ernesto Knorr posee un lenguaje escultórico muy personal que contiene cuatro características que lo pueden definir: equilibrio, tensión, movimiento y contraste.
El equilibrio, al que llega de forma intuitiva, consigue que la escultura transmita armonía. La suma de todas sus energías nos conduce al reposo equilibrado.
La tensión alcanza el grado máximo cuanto más cerca están los volúmenes del contacto entre sí, sin llegar a producirse. La magia, la chispa que surge en el roce de dos masas.
El movimiento, con una disposición inverosímil de las masas, como si éstas se hubieran cristalizado en un momento, parece cuestionar la fuerza de la gravedad.
El contraste entre lo pesado y lo ligero, el vacío y la materia, otorgan a la escultura una mayor carga emotiva y posibilita la variedad de puntos de vista".
Obra inspirada en la naturaleza, que juega con el equilibrio entre el ser humano y el entorno. Estas esculturas de Knorr tienen un efecto constructivista y geométrico y en ellas siempre está presente el equilibrio, según explican en EuroWeb Media S. L.
Un equilibrio a veces inverosímil, junto con la tensión de los elementos que la componen, "parece que se va a caer", dice más de uno al verla pasar. Al fondo, la Avenida de Noreña
Y ya atrás, la calle Soledad, antigua del Convento, que viene de Les Campes. En esa calle las monjas del Sagrado Corazón fundaron en 1938 un colegio en un edificio donado por del sacerdote D. José Ania Vigil
"El Camino de Santiago, además de cruzar la Pola, ya tiene su propia calle. Está ubicada en la glorieta junto al albergue de peregrinos, entre las calles Soledad, Celleruelo y la avenida de Noreña de Pola de Siero. Su inauguración (...) fue ayer bajo el orbayu. La concejala de cultura, Aurora Cienfuegos, desplegó la cubierta de la nueva placa, en la que se indica los kilómetros del Camino Primitivo y del Norte, y una flecha donde marca la dirección a seguir, oficializando así el nombre de la glorieta. Esta iniciativa responde a la petición de Amigos del Camino de Santiago Siero Jacobeo, a la que se sumó la agrupación del Camino de Santiago de Siero, Noreña y Sariego".
"Pongamos a una familia grande, con niños incluidos, de paseo por la capital polesa el día más caluroso de la pasada semana. Y a esa hora, algo avanzada, en que el hambre común se vuelve canina. E imaginemos que, buscando pronto auxilio, se topan con la sidrería El Culetín, nombre nacido y registrado como perfecta simbiosis entre culín y culete, y ocupando una amplia esquina frente por frente del noble y remozado Albergue de Peregrinos, transeúntes jacobeos que añade cosmopolitismo de medio mundo a sus parroquianos habituales. Anotemos también sus terrazas, sus interiores de chigre amplio en barra y comedor, y el aroma seductor a carnes haciendo morosamente sobre brasas y fierros que acelera la gula. Ya no pedimos, suplicamos asiento. Y mientras los niños celebran unos deliciosos tortos suaves y crujientes con diferentes coberturas, y mientras los calamares y chipirones abren boca, los carnívoros pensamos en cortes de vacuno y gochín; una ictiófaga duda si el rubiel, el pixín o el bonito variado, rollo incluido, y los investigadores de novedades, sabedores por el Yantar navideño que aquí se preparan celebrados banquetes y menús, se interesan por las setas a la crema, el cachopo de pollo, los bacalaos, las mollejas y el lenguado relleno.
Cocina de casa. Nunca mejor dicho. La cocinera, Carmen, entró hace años a trabajar y acabó casándose con Pedro, el dueño. Previamente, y pronto hará treinta años, Pedro, de la aldea de Celles, donde un magnífico palación agoniza y cuya pronta rehabilitación anhelamos, miembro de familia numerosa y con otros seis hermanos hosteleros, todos ejercientes en sus propios negocios, trabajó desde los trece años escanciando y sirviendo. En La Cabaña aprendió la ciencia parrillera, y luego encontró el sitio ideal para su Culetín. «Siempre tratamos de elgir lo mejor y servir lo mejor», aseguran. Y las pruebas no lo desmienten".
"El albergue de peregrinos Casona de San Miguel de la Pola, gestionado por la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Siero, Noreña y Sariego, está viviendo su particular resurgimiento después de la época de pandemia. Y no sólo en número de pernoctaciones, que empiezan a asemejarse a las de años de antes del covid. En estos meses los gestores del establecimiento están percibiendo que se sitúa entre las paradas preferidas de los viajeros en su ruta hacia Santiago de Compostela, lejos de la saturación que vive el Camino en su tránsito por la costa.
Y esto es algo de lo que Manuel Jesús Samartino, presidente de la asociación, se muestra especialmente satisfecho en esta primera parte del año, en la que a falta de cerrar los últimos datos de julio, ya se han registrado 753 peregrinos. Una cifra nada desdeñable tras dos años de parón y que hace prever que las cifras a final de año serán muy positivas. No en vano, aún faltan los meses de agosto, septiembre y octubre, más favorables para cubrir la ruta jacobea lejos de las olas de calor de lo más duro del estío.
El sentir general de los peregrinos es que "la etapa que finaliza en Pola de Siero es la primera del Camino del Norte donde encuentran el verdadero Camino de Santiago. Es decir, el Camino sin prisas, sin agobios, y sin problemas de alojamiento", reflexiona Samartino. Muchos peregrinos desconocen España, especialmente el Norte, y por tanto "no saben que la Cornisa Cantábrica tiene gran potencial turístico y ese factor influye en las necesidades del peregrino", abunda el responsable de la Casona de San Miguel. Por eso, cada vez son más los peregrinos que intentan reservar plaza para no tener problemas de alojamiento, como los que viven en otras partes del Camino más saturadas por la coincidencia de peregrinos y turistas.
Explica Samartino que en una llamada recibida esta misma semana por parte de un peregrino francés "su definición de la situación era de desesperación al comprobar las dificultades que tenía para poder realizar el Camino de Santiago del Norte en condiciones de peregrino sin tener que utilizar alojamientos destinados al turismo en general con los precios tan elevados en estas fechas estivales".
De tal manera, añade Samartino, el galo "no se podía creer que en nuestra conversación telefónica sobre el itinerario hacia Oviedo iba a encontrar el verdadero Camino de Santiago que estaba buscando desde que llegó a España y que estaba a punto de abandonar. Este es un sentir generalizado en los peregrinos que llegan a nuestro albergue Casona de San Miguel de Pola de Siero, donde encuentran esa acogida que buscan en su ruta hacia Santiago", asegura Manuel Jesús Samartino.
En lo que va de año, sigue siendo muy numeroso el peregrino extranjero, a la espera de que los caminantes nacionales hagan su presencia en la fase final del verano. Los orígenes de quienes pernoctan en la Pola se van ampliando. Samartino enumera naciones como Nueva Zelanda, China, Taiwán, Rusia o Filipinas como punto de origen de algunos de los visitantes que están acogiendo en las últimas semanas.
En cuanto a los números de pernoctas en el albergue poleso hasta ahora son los esperados. "Es un crecimiento sostenido sin saturar el Camino, que es lo que quiere el peregrino que huye de la masificación de la ruta que ya empieza a notar en zonas anteriores más costeras y turísticas", insiste el responsable de la Casona, quien valora la atención cuidada y la generación de un espacio de reposo y descanso por encima de las grandes aglomeraciones"
"A un paso del Camín, en la misma ruta jacobea que se interna por las calles de Pola de Siero a la altura de la estatua dedicada a los músicos Falo Moro y Ángel Embil, las torres de la iglesia de San Pedro se antojan en la mirada del peregrino una suerte de pequeña catedral compostelana. La ilusión óptica y esperanzada del romero se corresponde en cierta medida con la realidad histórica de esta villa fundada en torno al Camino, ya que en el mismo solar donde hoy se alza el templo parroquial estuvo la antigua Alberguería de San Pedro, heredera del hospital que fundó la piadosa María Ordóñez en el año 1141 para atender a pobres y peregrinos. No muy lejos de allí, en la llamada Casona de San Miguel, abre sus puertas el actual albergue municipal, velado por la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Siero, Sariego y Noreña.
El asilo para peregrinos levantado en el siglo XII puso este enclave del territorio de Siero en el mapa del flujo humano que seguía la ruta jacobita y propició que una centuria más tarde, en 1270, el rey Alfonso X el Sabio concediera a los habitantes del lugar la carta puebla que daría nombre y continuidad a la villa hasta nuestros días. La afluencia de viajeros a El Salvador y Compostela fue constante a lo largo del tiempo por esta vía que continúa la de la costa para dirigirse a Oviedo. De esos miles de caminantes quedan pocas referencias documentales, salvo de quienes terminaban aquí su trayecto vital, pasando a ser registrados en los libros de defunciones parroquiales. La historiadora María Josefa Sanz recoge los últimos pasos de la suiza Ana María Geleze, natural del obispado de Constanza, concretamente de Sombri en el señorío de Cengala, que falleció en el hospital de La Pola en el 1780: «Sería de cinquenta (sic) años, más o menos», apuntó el autor de la anotación. Unos años antes, en 1758, la misma investigadora, localiza otra peregrina, en este caso italiana, de nombre Verónica Cruzano, quien enviuda en la villa sierense de su marido Joseph Renoldi, Se refiere de ellos que provenían de Vimala: «En el Piamonte, reino de Turín en la Savoia». La alberguería seguiría prestando auxilio a los romeros hasta entrado el siglo XIX.
La afluencia de peregrinos internacionales sigue dejándose notar en la capital de Siero. A la puerta del albergue público, los italianos Alessandro Binellio y Gioele Gamelli conversan con una compañera de ruta a la que conocieron en Villaviciosa, la alemana Viola Schröeter. Los tres iniciaron su periplo en Irún, acaban de dejar sus mochilas y salen a dar un paseo por las calles de La Pola. «El paisaje del norte de España es muy bello, pero hay muchos turistas y pocos alojamientos para los que hacemos el Camino a Santiago. Ha sido una suerte encontrar plaza aquí», expresan los transalpinos ante el asentimiento de la chica. Es una percepción que escuchan a menudo, especialmente en época veraniega, señala Manuel Jesús Samartino, presidente de la asociación jacobea encargada del alojamiento: «La realidad es que en estos meses Camino y turismo se solapan a lo largo de toda la vía de la costa, prácticamente hasta Villaviciosa. Los peregrinos tienen verdaderas dificultades para pernoctar y tener servicios básicos a precios acordes con su condición y espíritu. Cuando nos llaman y les decimos que aquí no reservamos plaza y que además les garantizamos que tienen un sitio para dormir, lleguen a la hora que lleguen, se sorprenden porque, según nos transmiten, es el primer destino donde se encuentran estas facilidades», afirma. En ese sentido, asegura: «Nosotros no perseguimos batir récords de visitantes, buscamos que el peregrino de verdad sienta el Camino y lo encuentre aquí. Ellos mismos nos confirman que al llegar a La Pola han hallado la auténtica esencia que les llevó a emprender su viaje».
Los actuales responsables de la asociación que fundó el recordado Juan Manuel Rodríguez -cuyo nombre lleva ahora el Parque del Peregrino en torno al albergue- no se limitan a gestionar las pernoctaciones de los romeros que llegan a Siero y llevan a cabo una importante labor pedagógica sobre el legado jacobeo de este tramo histórico hacia El Salvador: «Les intentamos inculcar que por aquí van por el verdadero Camino, el original, porque este no es un enlace o ramal que se deriva del que viene por el norte, es el que seguían los peregrinos hacia Oviedo para desde allí continuar por el Primitivo o volver a enlazar con el de la costa» y remarcan que la capital del Principado «no solo debe reivindicarse como Origen del Camino a Santiago, sino también como destino de peregrinaciones. Y durante siglos la única manera de llegar a Oviedo era a través del valle de Sariego, Siero y Noreña». Es el itinerario que cada vez transitan más los viajeros jacobeos informados y que muy cerca del solar donde nació la propia Pola de Siero tienen un techo donde descansar a un paso del Camín que los llevará a Santiago".
"El albergue de peregrinos de la Pola coge músculo, y el Camino de Santiago se consolida como una gran vía de entrada de visitantes al concejo de Siero. Con los datos del verano ya cerrados, el pasado día 22 se habían contabilizado en la Casona de San Miguel un total de 1.442 peregrinos, lo que supone 152 caminantes más que el año pasado por estas mismas fechas, con un 11,8 por ciento de incremento anual.
Unas cifras que, como señala Manuel Jesús Samartino, de la asociación de Amigos del Camino de Santiago de Siero, Noreña y Sariego, deja claro que "en nuestras comarcas se vuelve a sentir la esencia del peregrinaje".
El grueso de las personas que han hecho uso de las instalaciones del albergue poleso sigue siendo internacional, con gran peso de los caminantes procedentes de Francia y de Alemania, el perfil tradicional de peregrino que llega a Asturias desde fuera de España, si bien "este año ha cogido auge la peregrinación entre los estadounidenses, con 105 nacionales registrados, sin descuidar a Canadá, con otros 26", indica Samartino.
Respecto a Asia, los coreanos ya han demostrado ser fieles al camino a lo largo de los años, y "también se da un repunte de taiwaneses", explica el responsable de la Casona. En cambio, el registro de peregrinos procedentes de América del Sur es escaso .
También pasaron por la Pola estos meses naturales de Países Bajos, Italia, Bélgica, Reino Unido, Suiza, Dinamarca, Austria, Japón, Rusia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Brasil, China, Bosnia, Turquía, Israel, hasta Arabia Saudí o Líbano.
En cuanto a los peregrinos españoles, un total de 304 hasta el último recuento, proceden fundamentalmente de las provincias de Barcelona, Madrid y Valencia. Y se espera que si el tiempo sigue siendo bueno en otoño, continúe llegando un buen número de caminantes hasta final de año.
Los peregrinos "siguen agradeciendo la disponibilidad de un albergue abierto los 365 días del año, la privilegiada situación en el casco urbano de una villa como Pola de Siero con todos los servicios al pie, la atención personal del hospitalero y la información previa telefónica que reciben detalladamente, y, sobre todo, la experiencia de sentir la esencia del Camino al dejar la saturación de la costa, donde encuentran muchas dificultades para hacer la ruta a Santiago como ellos habían soñado. Algunos se desencantan y acaban abandonando la peregrinación", apunta Samartino. Un activo al alza, en todas la lenguas y para todo el mundo."
Filma e interviene aunque no se le ve, el entonces colaborador de HOY X HOY GIJÓN y administrador de este blog, del Canal de YouTube que lleva su nombre y de diversas páginas del Camino Xurde Morán
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