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domingo, 15 de septiembre de 2024

POR EL CAMINO DE MERES: AL SUR DE TIÑANA Y DANDO VISTA A LA PARANZA (SIERO, ASTURIAS)

Paisaje del valle del Nora desde el Camino de Meres

A solamente nueve kilómetros del centro urbano de Oviedo/Uviéu con su catedral del Salvador o San Salvador, el corazón de la ciudad y sobre los cimientos de su mismo origen, el Camino de Santiago atraviesa los bucólicos paisajes del valle del Nora en Tiñana, concejo de Siero, dejando atrás Fonciello y entrando en Meres, dos de los pueblos de esta parroquia al oeste del concejo. El paisaje del valle, con sus bosques y praderías, guardado al sur por la Sierra la Paranza no nos hace pensar que estamos en plena área metropolitana asturiana, con sus decenas de áreas comerciales, polígonos industriales y crecientes núcleos urbanos

En medio del valle, la capilla de la Virgen de la Cabeza, cuyo tejado vemos desde el Camino en Meres

Al llegar a Meres dos son las opciones que tenemos, una es seguir por el Camino de Santiago oficial, que avanza por la colina al norte del valle y otra es bajar a Les Vegues, las vegas del Río Nora, conociendo los bellos parajes de praderías y bosques de la ribera que acabamos de mencionar, solar de la capilla de la Virgen de la Cabeza con su campo de romerías, recuperada a finales del siglo XX sobre una ermita sencillamente restaurada tras la destrucción de la posguerra, la cual a su vez había sido, hasta 1892, la iglesia parroquial de San Juan Bautista, de la extinguida parroquia de San Xuan del Obispo, que ese año quedó integrada en Tiñana

El verde el Camino de Santiago y en rojo el que va a la capilla y vuelve hacia Meres

Si bien no somos partidarios de apartarnos demasiado del camino oficial sin motivo, lo cierto es que aquí lo hay, pues el campo de la capilla y su inmediata orilla del Nora, con el viejo puente allí existente, es un paraje extraordinariamente bello, además de todas las consideraciones espirituales, históricas y emotivas del lugar. No obstante duplica el trayecto a seguir, aunque tampoco es una diferencia exagerada, unos 700 m aproximadamente el Camino de Santiago oficial y un kilómetro y poco el de la capilla

Imagen de la Virgen de la Cabeza en el Camino en Meres

Sabemos no obstante también que los peregrinos no pueden estar constantemente desviándose para verlo y conocerlo todo, por lo que, de la misma manera que le dedicamos una entrada de blog a la ruta por la capilla de la Virgen de la Cabeza, lo hacemos asimismo al trazado del Camino oficial, pues bien porque no van bien de tiempo y fuerzas o sencillamente porque no les apetece, muchos caminantes optarán por esta opción en la que no obstante, no faltarán referencias a la Santina del lugar, como así la llaman

En este cruce en el que confluyen los barrios de Fonciello, Meres y San Xuan del Obispo, La Cuesta, es donde nos encontramos con la bifurcación al santuario de la Virgen de la Cabeza (izquierda) y el que sube directo hacia Meres (derecha), que es el que vamos a seguir en esta entrada de blog. Ambos se reunirán al llegar al antiguo Colegio de la Inmaculada Concepción, actual Centro de Adultos La Arboleya, a unos 700 metros de aquí

Siguiendo pues la señalización oficial subimos por el camino de la derecha, denominado en este tramo de La Cuesta El Camín de Santiago

Según el camino divide el barrio de San Xuan del Obispo a la izquierda del de Meres a la derecha, si bien el nombre de Meres hoy día abarca en la práctica toda esta parte sur de la parroquia, con Fonciello al este y la vecina parroquia de Granda al oeste

El nombre de San Xuan del Obispo procede de que esta desaparecida parroquia era patronato del obispo de Oviedo/Uviéu que, en 1385 era el toledado Gutierre de Toledo, en cuyo inventario parroquial se menciona como Santianes del Obispo y que "úsala a presentar el prestamero de la Iglesia de Oviedo. Es capellán de ella Fernán Suárez. Tiene de manso (terreno propiedad de la Iglesia) 4 días de bueyes. Los diezmos llévalos todos el dicho capellán".

Acabando la cuesta, una antigua casa campesina remozada que conserva al lado su panera

Desde aquí tenemos una vista de gran parte del sur la parroquia de Tiñana y, a su izquierda, de la de Santa Marina, con la línea de cumbres de la Sierra la Paranza en lontananza, que se extiende de este a oeste, como el valle guardándolo por el sur y dividiendo la cuenca del Nora de la del Nalón, haciendo además de frontera entre Siero y Langreo/Llangréu

En Tiñana, en esa zona meridional y extendidos del Nora arriba por la falda norte de la sierra están los barrios de Fueyo, Fozana, El Conceyín, El Rebollín, L'Arquera. Más arriba, encima de otro barrio, Fozana, en lo alto de la sierra, se encuentra el monte El Castiellu (420 m), solar de un castro o recinto fortificado de la Edad del Hierro catalogado en 1957 por el profesor José Manuel González y Fernández-Valles y del que escribe la historiadora Mª Dolores Alonso Cabeza en su libro El concejo de Siero en sus fiestas. Datos de su historia:

"Situado en la parte Suroccidental de la parroquia, utiliza la disposición elevada del terreno cerca del lugar llamado El Castro, nombre que corresponde a la palabra latina Castrum o al diminutivo Castellum, con que los romanos designaban estas construcciones.

Tiene estructura de asentamiento fortificado sobre caliza, con buenas defensas naturales al Norte y Este mediante pendientes acusadas y constantes afloramientos angulosos de roca que constituyen importante protección. En el Sur presenta una muralla arruinada, sedimentada en el fondo de un foso, y hacia el Norte otros fosos encajados en la roca".

Señala Alonso Cabeza que el castro se encuentra en mal estado de conservación "por la erosión natural y excavaciones furtivas" e informa que de él se cuentan las correspondientes leyendas de los enigmáticos moros y sus tesoros escondidos. Advierte además que hay muy cerca otro castro, el de La Canterona, estudiado por el investigador V. Rodríguez Otero, "en Fozana de Arriba, en dirección Este respecto al anterior; describe su forma oval sobre caliza, pequeñas dimensiones y escasas defensas naturales con un foso al Sur y una terraza al Este, con suave pendiente que sirve de entrada al centro"

Es posible que todo forme parte de un antiguo sistema defensivo extendido a lo largo de la sierra, por la cual se cruzan antiguos caminos entre los valles del Nora y del Nalón con el que, discurriendo por su canto o cresta va a la capital astur. Sendas prehistóricas sin duda (hay campos de túmulos y dólmenes) que fueron vías romanas tras la conquista imperial y, en la Edad Media, pasaron a ser los caminos reales, es decir, 'del reino', algo parecido a lo que hoy llamaríamos la "Red de Carreteras del Estado"



Esos caminos reales fueron las rutas comunicación principales hasta que se fueron abriendo las primeras carreteras avanzado el siglo XIX. Entonces quedaron relegados a vías pecuarias, caminos locales o, directamente, desaparecieron. Por este de la sierra discurre en nuestros días la llamada Ruta de las Peregrinaciones (GR 105), que comunica, a través de las montañas sobre los valles del Nora, Nalón, Piloña y Sella, el barrio ovetense de La Covadonga (San Esteban de les Cruces) con la Covadonga canguesa, la de la Cueva la Santina 


El llamado Castiellu Fozana, fue excavado en 2023 y está vinculado a la tradición que asegura que don Pelayo era originario, o al menos tenía propiedades familiares en Tiñana, al menos eso nos explica Fon S. P. en su página Ástures dando cuenta de estos hallazgos y sus conclusiones en su actualización de 3-9-2024:
"Ya está en marcha la excavación arqueológica de este impresionante asentamiento fortificado que se encuentra próximo al barrio de Fozana, en Tiñana, Siero. Se trata de una loma alargada que tiene una longitud total de 400 metros, en la que se erige el asentamiento en su último tercio delimitando un espacio de 129 m. en su eje mayor y aproximadamente 90 en el menor. Alcanza los 400 metros de altura en un entorno de las últimas alturas que limitan la cuenca fluvial del Nora, situado al norte de este lugar, y el Nalón al sur, por lo que su control visual sobre la llanura central y todo el concejo de Llanera y Oviedo es extraordinario. La pendiente que lo rodea actúa como defensa natural, rodeada por dos arroyos que discurren por las potentes vaguadas que hay a los lados. 
La protección que proporciona la orografía está reforzada por una muralla de piedra de la que se aprecia derrumbe por todo el lugar. En su parte sur cuenta con dos profundos fosos de al menos seis metros de profundidad que protegerían la parte más expuesta a un ataque. Es en esta parte donde se alza el potente derrumbe de un bastión o torre que debió alcanzar unas proporciones considerables atendiendo a la cantidad de material acumulado. 
El castro ya fue localizado por José Manuel González, en 1969 y está incluido en el IPCA. Alfonso Fanjul Peraza, quien dirige esta campaña, lo estudió y publicó en dos ocasiones. 
En el castro se ha documentado ocupación prerromana, de los últimos siglos antes del cambio de era. También se ha documentado el asentamiento romano y el medieval, a través de hallazgos arqueológicos, las fuentes y la tradición oral. 
Esta tradición habla de un «caballito de bronce» hallado en el castro por buscadores de tesoros, que han afectado profundamente a la estructura del bastión. Las leyendas locales hablaban de una «pita de oro y pitinos» escondidos en el lugar. También que las cuevas situadas en la parte superior de la loma se extienden varios km por el subsuelo del centro de Asturias con salida a los valles del Nalón. 
Otra leyenda cuenta que el rey Pelayo escondió aquí a su hermana para escapar de la persecución de Munuza. El general musulmán que tenía su base en Gijón / Xixón. La misma leyenda se recoge en el Castillo de Tudela, a pocos kilómetros al sur. 
La excavación se está llevando a cabo por un equipo liderado por Fanjul Peraza y cuenta con la participación estudiantes distintas universidades europeas y americanas. Se prolongará hasta el 16 de Julio y se realizarán visitas guiadas al lugar de la que os informaré aquí y en redes sociales. 
El objetivo de esta campaña es documentar la gran estructura defensiva que constituye el gran derrumbe interior para averiguar si es de época romana o medieval, así como determinar el lugar de ocupación de época romana que generó los materiales que, hasta ahora, sólo han aparecido en la ladera, en una zona muy concreta y sin relación con espacios de ocupación, por lo que se especula con que fuera un basurero. 
Se trata de un asentamiento que tiene un notable interés ya que las evidencias halladas en las distintas campañas plantean diferentes momentos de ocupación (no sabemos si hay una continuidad en el poblamiento) que va desde la Edad del Hierro II, época romana y probablemente tardoantigua o medieval. 
Son lugares que por su importancia estratégica son utilizados a lo largo de la Historia. Por ejemplo se usan durante las guerras del siglo XIX por el ejército debido a su control visual. En época romana bajoimperial comienzan a ocuparse determinados lugares que van más allá de las simples posiciones militares, constituyendo el germen de núcleos de poder que acabarán cristalizado en una fortificación de las élites rurales en lugares fácilmente defendibles, que en muchas ocasiones fueron castros de la Edad del Hierro, como es este caso".


Abundando en ello, la historiadora Mª Dolores Alonso Cabeza asegura que "fue propiedad del rey Don Pelayo", compartimos lo que publica en El concejo de Siero en sus fiestas. Datos de su historia:
"En un documento de probada autenticidad consta que la iglesia de Santa María de Tiñana fundada en la Villa denominada Tiniana por todos sus límites y con todas sus dependencias, perteneció a D. Pelayo, pasó después a su biznieto Alfonso II, más tarde a Alfonso III, sobrino del anterior; Alfonso III en el año 869 la donó al presbítero Sisnando para que la restaurara y mejorara pues había estado destruida largo tiempo"

Y en ¿Tuvo don Pelayo tierras en Siero? Paula Tamargo desgrana para La Nueva España del 28-4-2023 algo de la documentación existente al respecto:
¿Tuvo don Pelayo tierras en Siero? Hay documentación histórica que así lo refiere, según explica César García de Castro en la publicación sobre la exposición "Covadonga 722-2022. Las huellas y los relatos", que permaneció en el Museo Arqueológico de Asturias hasta principios de este mes de abril. 
"Por un documento del año 869 sabemos que Pelayo poseía fincas en el centro de Asturias, en Tiñana (Siero), pues en tal fecha Alfonso III las donó a la basílica de Iria Flavia, haciéndonos saber que le habían sido transmitidas por herencia de su antepasado Pelayo", explica García de Castro al escribir sobre la emblemática figura del considerado primer monarca asturiano. 
Lo que no queda claro es si la existencia de estos bienes pudieran tener que ver con alguna vinculación de origen de don Pelayo con Siero o si se trata de propiedades que le vinieron dadas por su condición de mandatario. 
"No podemos conocer si estos bienes proceden del patrimonio previo de Pelayo, lo que podría dar pistas sobre su origen territorial, o si fueron adquiridos por él tras su acceso al poder, lo que anularía la deducción precedente", concluye García de Castro. 
Esta curiosidad histórica se señala también en uno de los paneles permanentes colgados en el interior del magnífico Archivo Municipal de Siero y que hacen referencia a episodios destacados del territorio sierense en varias épocas".

Incidiendo en los orígenes familiares de Pelayo en Tiñana, en mismo autor y en su misma web nos delita con ¿Quién era... Pelayo?:
"Una de las figuras de las que más se ha escrito en la historia de España. Protagonista de un relato articulado desde el poder en el que se sustenta la idea de España. ¿Qué hay de verdad en la figura de este líder?. ¿Resiste el mito a la crítica desde la historiografía contemporánea?. Os cuento.
Un mito fundacional  
El mito fundacional de Asturias es la batalla de Covadonga en el 718. Un enfrentamiento que tuvo lugar en las montañas astures entre un ejército musulmán y fuerzas indígenas astures lideradas por un caudillo, Pelayo o Pelagius. La victoria de los norteños supuso el arranque de un largo proceso de siete siglos conocido como La Reconquista que terminaría en 1492 con la toma de Granada y la expulsión de los musulmanes de la Península Ibérica. (diccionario de la RAE) 
Bueno, hasta aquí el mito fundacional, que como todos ellos tendrá parte de verdad y mucho de imaginación, pero lo cierto es que en las crónicas medievales cristianas, donde se habla de un Pelayo o de un Belai al-Rumi (Pelayo el romano) si son las musulmanas, se le muestra como líder de las revueltas en el norte de Hispania, al frente de las tropas insurrectas astures. Conozcamos un poco más sobre él. 
Pelayo, ¿un noble godo? 
La cuestión de si era un noble godo o un caudillo indígena es un debate que aún sigue abierto en la historiografía contemporánea. Por un lado están las fuentes cristianas monásticas en las que hay una evolución del personaje que va cambiando con el paso de los años y en la que se ve cómo se adapta la figura legendaria a los intereses y necesidades políticas de reyes posteriores. Esta adaptación tiene como objetivo la legitimación de una monarquía cristiana como continuadora de una goda. Es decir, el reino de Asturias es el sucesor del reino de Toledo. Con esta estrategia reyes como Alfonso III entroncan su linaje con los reyes cristianos (visigodos) previos a la conquista musulmana y defienden su estatus frente a otros pretendientes. 
En el 754 se escribe la Crónica Mozárabe, en la que no se menciona a ningún duque, o líder llamado Pelayo que lidere la revuelta contra los musulmanes. Tradicionalmente se considera que la Mozárabe es la continuación de la Historia de los Godos (Historia de regibus gothorum, escrita por Isidoro de Sevilla). En esta crónica se cuentan hechos de los reyes y nobleza goda. Ni Pelayo ni la batalla de Covadonga se mencionan, lo que resulta sospechoso si fuera noble o hijo de noble de los godos. 
En la Crónica Albeldense, escrita en el 880, es decir, bastante posterior a la anterior, simplemente se dice que Pelayo era un godo expulsado de Toledo por Witiza, y que es elegido Princeps entre los astures enfrentándose a los musulmanes, incluido Munuza. 
No será hasta el 887 cuando en la Crónica Rotense aparezca una historia novelesca según la cual Pelayo sería un espadero (jefe de la guardia) de los reyes Witiza y el propio Rodrigo. La familia de Pelayo huiría a las montañas del norte buscando refugio. Allí, como parte de la nobleza entraría en contacto con el gobernador Munuza que tenía su puesto de mando en la ciudad de Gijón. La narración sigue contando cómo el gobernador musulmán se enamora de la hermana de Pelayo y ante la negativa de éste a entregarsela lo expulsa a Córdoba donde es encarcelado. El joven consigue escapar y se refugia de nuevo entre las tribus astures de las montañas con las que había tenido contacto. 
El mito ya estaba creado y se perpetuará durante toda la época Moderna, recibiendo un nuevo impulso durante el siglo XIX en adelante, cuando se buscan los orígenes de las naciones en los sucesos medievales y se construye la identidad de las naciones contemporáneas. Pero el análisis de nuevas fuentes tanto escritas como arqueológicas están permitiendo desmontar el mito y presentar una figura de Pelayo con multitud de nuevos matices. El primero que no parece sostenerse su origen visigodo. 
Pelayo un caudillo astur-romano 
En la búsqueda de fuentes no interesadas en sostener la continuidad del Ordo Gothorum en la monarquía astur debemos acudir a las crónicas musulmanas y a las fuentes cristianas no monásticas. 
La mayoría de cronistas musulmanes hablan, bien es cierto que muy posteriormente, de un Belai Al-Rumi (Pelayo el romano) al que atribuyen origen astur sin dudarlo. Al Maqqari (S. XV) por ejemplo parece recoger parte de la tradición cristiana en el sentido de que cuenta como el caudillo natural de Asturias, en Galicia (Gallaecia) fue atrapado en el norte por las tropas musulmanas y llevado a Córdoba, de donde escapó para volver a su tierra en las montañas y allí agrupó a los rebeldes entre las tribus indígenas. 
Ibn Jaldún ya en el siglo XIV dice  «Estos reyes son de una familia de Galaecia; cierto es que Ibn Hayyan (siglo XI) dice que que son descendientes de los godos, mas tal opinión es errónea a mi parecer, pues esta nación había perdido ya el poder y rara vez ocurre que una nación que lo ha perdido llegue a recobrarlo. Era una nueva dinastía que reinaba sobre un nuevo pueblo, pero sólo Dios conoce la verdad.» 
Cuando dice que son una nueva dinastía, en mi opinión, parece hacer referencia a que son una nueva familia real, que crece en el territorio del antiguo reino o territorio de Gallaecia que habría perdido todo su poder desde la invasión musulmana. No podemos caer en el mismo error de considerar a Pelayo sucesor del reino de Galicia, como tampoco lo consideramos sucesor del de Toledo. La invasión musulmana supuso una ruptura de las instituciones y el orden social anterior, como en toda conquista, de la que surgen nuevos reinos y entidades de gobierno. 
Se trata del Asturorum Regnum del testamento de Alfonso III, y cuando habla de un nuevo pueblo debe referirse al que surge del pueblo astur y los refugiados cristianos, es decir que rompe con la continuidad con el pueblo godo que pretenden los cronistas monásticos cristianos y que dominaba Hispania a la llegada de los musulmanes. Por ejemplo en el testamento de Alfonso II se menciona que Pelayo fue rey de los cristianos y astures, lo que parece ser una separación entre estas gentes. 
Seguramente provenía de una familia de la nobleza astur. Su nombre era Pelagius (marino en latín) un nombre común en el noroeste de Hispania en su tiempo, y que tiene origen romano. Sabemos que tenía propiedades en el centro y el oriente de Asturies, como parece indicar la documentación no monástica de siglos posteriores, por ejemplo en los testamentos de Alfonso II y Alfonso III donde se mencionan territorios que pertenecieron a Pelayo en estas zonas y además los relaciona con el castillo de Fozana construido en el siglo VI por las élites astures. Es decir, que antes de la llegada de los musulmanes ya tenían posesiones en el territorio lo que contradice que fuera un godo escapado al norte justo en el momento de la invasión. 
Y así están las cosas en la actualidad. La historiografía contemporánea hace una interpretación crítica de las fuentes cristianas monásticas posteriores al momento de Covadonga y detecta una serie de contradicciones que no se ven refrendadas ni por la documentación no monástica de la época, ni por las crónicas musulmanas posteriores. Estas discrepancias pueden explicarse con las nuevas fuentes y sobre todo deshechando el mito continuista que el poder cristiano medieval impuso en la Historia. 
El primer rey 
En lo que todos parecen estar de acuerdo es que Pelayo es el primer rey después de la invasión musulmana y que las fuentes posteriores le situan como cabeza de un linaje que impulsó la expansión de un territorio que luego sería conocido como Reino de Asturias por todo el norte. 
Se le menciona como Princeps de los Astures y Cristianos (testamento de Alfonso II) elegido en el 718 en el monte Auseva en un concilio entre los astures como su lider. Es notorio que es elegido a la manera indígena. Unos astures que se habían rebelado contra el poder de los visigodos en repetidas ocasiones (lo que hace cada vez más improbable que eligieran a un enemigo como su lider para enfrentarse a otro enemigo). En ese hecho nace un «nuevo pueblo» (¿podríamos llamarle ya asturiano?), con un rey, un territorio que defender y un propósito, pasar a la ofensiva sobre el ejército invasor musulmán, luchando al modo indígena, es decir, como habían hecho los astures contra Roma, al abrigo de las montañas y en una guerra de guerrillas. 
Creo que es en este contexto como hay que interpretar el mito de Covadonga y seguramente el que luego sería conocido como el origen de la Reconquista, que como veis, de recuperación del reino de Toledo tenía más bien poco, extendiendose su influencia en este primer momento sobre territorios indígenas, poco romanizados, y quizá aún menos cristianizados, como el centro-oriente de Asturias (todavía hay persecuciones contra los magi, o sacerdotes paganos, por reyes posteriores a Pelayo). Posiblemente el cristianismo fuera cosa de una reducida élite en este momento, algo muy alejado de la figura cristiana y recuperadora del mundo godo que nos presentan las crónicas. 
Como rey, Pelayo recupera los territorios que coinciden con su área de influencia familiar, es decir, el oriente y el centro de Asturias, y establece la corte en Cangas de Onis donde reinó durante 18 años. Sin embargo no estable su corte en Gijón, la principal ciudad astur de su tiempo, seguramente por necesidades estratégicas y de defensa que hacian de Cangas un lugar más fácilmente de defender por la proximidad de las montañas. 
En ese tiempo contrajo matrimonio con Gaudiosa, un personaje oscuro del que no parece haber consenso de si existió realmente con ese nombre. El único que lo menciona es el cronista Ambrosio de Morales en el siglo XVI, y parece una invención del autor. El nombre significa Gozosa o Agradable a Dios y era muy popular en la Hispania altomedieval. 
Tuvieron dos hijos. Favila, sucesor natural de Pelayo como rey de la monarquía astur y que fue muerto por un oso. Ermesinda, la hija del rey, contrajo matrimonio con Alfonso I, hijo del Dux de Cantabria y en ese punto comienza otra etapa de la historia que se escapa ya de este post. 
La tumba de Pelayo 
Según la Rotense, la más extensa en detalles, Pelayo fue enterrado en la iglesia de Santa Eulalia de Abamia, un templo del que lo que se ve actualmente es del siglo XII pero está constatado uno anterior del siglo VIII que concordaría con la crónica. En esa iglesia hay un sepulcro vacío que se supone contuvo durante algún tiempo los restos del rey ya que según el propio Ambrosio de Morales, el rey Alfonso X el Sabio, ordenó su traslado a la cueva de Covadonga donde se encuentran actualmente. Allí podéis ver aún el sepulcro con la inscripción que lo atestigua y que dice que en él se hallan también los restos de su esposa y su hermana. También este punto es objeto de debate".


En cuanto al conjunto de cumbres que se da en denominar Sierra la Paranza y que cierra el valle del Nora de este a oeste por el sur, nos dicen así en la Enciclopedia del paisaje de Asturias:
"Divisoria de las vertientes hidrográficas de los ríos Nora y Nalón, que se sitúa en el extremo meridional del concejo de Siero, ocupando terrenos del enclave noreñense de La Pasera y de la parroquia langreana de Riaño, además de llegar las estribaciones más occidentales al concejo de Oviedo. Tiene una longitud aproximada de 3,5 km y sus vertientes más abruptas son las que caen sobre la cuenca del Nalón, cayendo a pico en la zona de Entrepeñes. De sustrato calizo, existen explotaciones cementeras y areneros en el extremo ovetense de la sierra. Las mayores alturas pertenecen al Pico Cadaval (Siero) con 513 m, La Peñata, entre Siero y Langreo, con 519 m. En La Pasera existe una pequeña necrópolis tumular, afectada por el trazado de la línea de alta tensión que une Siero y Langreo".

Paisaje al este y a lo lejos de los barrios altos de la parroquia de Hevia, al sur de El Berrón y sobre este mismo valle del Nora, del que hallamos esta descripción en la web del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico:

"...un área periurbana, donde se mezclan los usos tradicionales, en franco retroceso, con los periurbano y los industriales, que siguen el corredor que forma la depresión central de Asturias. Se trata de un área de lomas muy moderadas y zonas llanas por las que el curso fluvial no tiene demasiada energía, por lo que el río avanza lentamente con frecuentes meandros que tratan de evitar cualquier desnivel".

Al otro lado del valle están las casas de La Torre o Palacio de los Camposagrado, de los Bernaldo de Quirós, en la vecina parroquia de Santa Marina, que confluye con las de Tiñana y Hevia abajo, en el río. Su presencia aquí es consecuencia de su fidelidad a Enrique II durante las guerras trastamaristas por lo que este, llegado al trono castellano, les premió con los correspondientes privilegios y señoríos y así, "Establecieron en Santa Marina Torre y vínculo", nos dice la historiadora Mª Antonia Alonso Cabeza en su libro El concejo de Siero en sus fiestas. Datos de su historia, añadiendo que en 1661 Felipe IV concedió a uno de los miembros del linaje, Gutierre Bernaldo de Quirós y las Alas, "descendiente de una de las ramas de la Casa de Quirós, el título de Marqués de Camposagrado. Entre sus numerosas propiedades figuraron en Siero las de Santa Marina, La Paranza, Hevia y Tiñana".

Unos metros más arriba la cuesta va acabando y empezamos a llanear al llegar a unas huertas


Aquí abajo, teniendo como referencia la misma panera de antes, que vemos ahora por su parte delantera, divisamos un nuevo panorama de la parroquia de Santa Marina, llamada Santa Marina de Cuquiellos desde la primera mención escrita que se conoce, en el siglo XII, cuando aparece en un documento escrita como Santa Marina de Ququellos, luego en 1215 Cukellos y ya en 1385 Cuquiellos, intentado castellanizarse como Santa Marina de Cuquillos en siglos posteriores, y es que como escribe Alonso Cabeza:

"El nombre de "Ququellos" y "Cukellos" que figura en los documentos citados ¿tendrá relación con el hecho natural de la aparición del cuquiello en el lugar?. El cucú del cuclillo de la parroquia de Santa Marina, al comenzar la primavera se oye varios días antes que en las aldeas vecinas, Tiñana, La Paranza, Hevia, y generalmente se comenta "ya está el cuquiellu en Santa Marina".

Julio Caro Baroja explica que el canto del cuco o cuclillo se consideraba anuncio de las fiestas de primavera, época en la que va en aumento el calor del sol y revive la naturaleza; la mejor etapa va de mediados de abril a mediados de junio. "El pueblo ha simbolizado este periodo y lo considera precisamente el periodo en el que canta el cuco". Y señala que en algunas provincias de España se decía que este pájaro cantaba en la época de mayor vitalidad, y como si de un oráculo se tratara las gentes le hacían preguntas sobre los años de vida que les quedaban. En Álava se consideraba muy grave si no cantaba antes del 20 abril".

En lo alto de la sierra está La Paranza, antiguo coto señorial de la Casa de Meres que no se integró en el concejo de Siero hasta 1827, cuando las reformas administrativas suprimieron este ente de origen feudal. Lo mismo le pasó al lado, al de La Pasera, que formaba parte de las posesiones de los obispos de Oviedo como condes de Noreña. Sin embargo, Noreña se constituyó como concejo independiente en 1833 con diversas 'islas' de territorio distribuidas acá y allá por términos de Siero, una de ellas, esa de La Pasera, que hace además frontera con Langreo/Llangréu

La Paranza significa etimológicamente 'lugar de parada', paso importante antaño de uno al otro lado del valle donde hubo malatería u hospital de leprosos. Su iglesia, dedicada a Santa María, antaño llamada de la Faya y del Camino, no fue reconstruida tras la Guerra Civil. Escribe de La Paranza (etimológicamente 'lugar de parada en camino de mucho tránsito') Mª Dolores Alonso Cabeza:
"Fue lugar de paso frecuente en la comunicación de Oviedo y Siero con Langreo. Un importante camino real que desde Oviedo por las cercanías de San Esteban de las cruces, el monte de la Grandota, bordeando después el extremo suroccidental de Siero por la parroquia de Tiñana, pasaba delante de la ermita de San Pedro situada en la zona llamada Los Campos, en la divisorio con Tudela Veguín, llegaba a La Paranza. Desde aquí (en la actualidad camino vecinal) descendía hacia el valle del Nalón por Riaño y Frieres en el concejo de Langreo. Otro, en la dirección Norte conduce al centro del Concejo por Santa Marina y Hevia o por Tiñana.

El Camino de Oviedo a Langreo por la Paranza continuaba a Castilla. Documentos del Archivo de la Casa de Meres informan del viaje que en el verano de 1591 realizó Pedro Argüelles Meres, regidor de Oviedo, a la capital del Reino para resolver cuestiones del Principado, y fue acompañado desde su casa hasta el lugar de la Paranza por el Escribano que certifica su salida, dice que iba con su maleta y dos caballerías. Otro documento con fecha 1746 expone: "por la Paranza pasan los pesqueros que van y vienen a Castilla con pescado"..., "la Paranza es camino por donde van las recuas a Castilla".

A la importancia del lugar como núcleo de comunicación entre Oviedo, Siero y Langreo y paso hacia Castilla, se añade la existencia en la Paranza de una Malatería, hospital para enfermos de lepra, muy solicitado por la salubridad del lugar.

Las primeras noticias de la Malatería proceden de disposiciones testamentarias: D. Bartolomé, canónigo de Oviedo, en 1275 lega a la malatería de la Paranza 10 sueldos. El Chantre de Oviedo D. Aries Pérez en 1280 le asigna 4 maravedís. Por testamento de Pedro Díaz de Nava en 1289 le corresponden 100 maravedís. En 1331 Rodrigo Álvarez de las Asturias dispone el legado de 400 maravedís.

Hay noticias de su situación, en los comienzos en un lugar más al Sur, en el monte Peñoba, por el aislamiento se temía que los enfermos fueran atacados por los lobos, hecho probablemente ocurrido en una ocasión, y se trasladó a la Paranza.

Colaboraban a su sostenimiento las feligresías de Tudela, Langreo, Limanes, Tiñana, Santa Marina, Hevia, La Carrera, Celles, Argüelles, Bobes, Viella y San Esteban de las Cruces y los vecinos tenían preferencia para ingresar en ella. Podía albergar de 6 a 12 malatos, número bastante elevado en la época para este mal incurable.

Los enfermos habitaban cerca de la iglesia, en la fachada posterior de esta tenían capilla con advocación de San Lázaro. Podían pedir limosna a los pasajeros pro el camino real, sólo en aquel pequeño recinto. Los mayordomos de las parroquias vecinas recogían en ellas los donativos.

Para que los malatos tuvieran cierta protección a su favor y en su caso para defensa de alguna propiedad que les perteneciera, estaban encomendados a personas nobles de localidades próximas como Hevia y Riaño. El último encomendero fue D. Antonio Argüelles, Señor de la Casa de Meres y del Coto de la Paranza.

Esta malatería prestó su funcionamiento con regularidad hasta finales del siglo XVII, a mediados del XVIII estaba en ruinas. Antes de finalizar esa centuria sus propiedades, lo mismo que las pertenecientes a las restantes malaterías de la provincia fueron enagenadas a favor del Real Hospicio de Oviedo, a cuyo cuidado pasaron todos los malatos del Principado.

Las rutas y hospitales situados en las rutas de peregrinación prestaban funciones asistenciales a enfermos, pobres y caminantes, y llevaban frecuentemente el calificativo del Camino.

La parroquial de la Paranza se denominó Iglesia de Santa María del Camino en el "Becerro antiguo", Libro Becerro del obispo D. Gutierre en 1385. Así lo hace constar D. Jerónimo de Chriboga en su informe del año 1613 después de visitar las iglesias de Asturias por orden de Felipe III para averigüar cuáles eran de patrimonio real.

Esta denominación de Santa María del Camino  sugiere que en época del obispo D. Gutierre  por el camino real de Castilla, por Langreo y la Paranza llegarían peregrinos a San Salvador de Oviedo, como una de las rutas secundarias de peregrinación.

Apoyaría esa idea el hecho de que un prado situado entre Siero y Tudela de Veguín "en la feligresía de San Julián de Box en el territorio que llaman de San Pedro de la Paranza, junto a la ermita", y que en 1668 pertenecía al monasterio de San Pelayo de Oviedo, por uno de sus lados limitaba "por el Camino Real Francés hasta un cierro y hórreo antiguo"

Uno de los señores del coto, todos miembros de la Casa de Meres, Antonio de Argüelles y Valdés, fue nombrado Marqués de la Paranza por el rey Carlos II en 1698. Si bien estaba en términos de Siero a todos los efectos era totalmente independiente, nombrando los cargos regidores sus dueños los señores:
"Pertenecía a la Casa de Meres, uno de sus miembros, Francisco Argüelles, que fue abad de Arbas, en el año 1700 escribió sobre las relaciones entre señores y colonos del lugar, también sobre la malatería.

El señor de Meres, Prior de los malatos, recibía 6 fanegas de escanda como encomendero de los enfermos. Los vecinos como vasallos del dueño y señor "de estas casas y tierras del Solar de Meres" debían de servir dos días al año, tanto los hombres como las mujeres cuando fueran llamados para las labores que se les ofrecieran en las casas de Meres.

Era antigua costumbre  que los matrimonios y las viudas acudieran el día de Navidad a comer con los señores de la casa de Meres. Cada mujer, menos las viudas, tenía que llevar una cesta con 4 panes cocidos, de escanda, de medio copín cada uno y en su lugar buenas gallinas. Acostumbraban a darles uno de los 4 panes para volver a casa, días antes tenían que llevar un carro de leña para preparar la comida y pagaban un pellejo de vino.

Era también antiquísima costumbre que cada año, la víspera de la Ascensión de Jesucristo, "que es día de rogaciones por los frutos y buenos temporales" concurriera a la iglesia parroquial de Santa María de la Faya que es la de dicho coto y villa de la Paranza, con sus procesiones generales, toda la gente de las parroquias y curas de Santa María de Tiñana, Santa Marina, de Hevia, de Riaño, San Julián de Box, San Esteban de las Cruces, como más cercanas a dicha iglesia y villa de la Paranza. En los últimos años faltaban las de las cruces y Riaño.

En el Catastro del Marqués de la Ensenada.

El 22 de enero de 1752 tuvo lugar la reunión para obtener las respuestas generales correspondientes a un territorio que en la primera de ellas denomina Coto de la Paranza, alias Santa María de la Faya, jurisdicción inclusa en el concejo de Siero, pero independiente de él en todos sus términos concejiles. Se hace constar que es señorío perteneciente "a las Casas de Meres y sus dueños", cuyo titular, entonces D. Diego Ramón Argüelles Quiñones, vecino de Oviedo, por razón de su señorío, recibía habitualmente de cada vecino copín y medio de pan y dos gallinas en su casa de Meres el día de Navidad. Tenía la obligación de dar ese día una comida a todos los vecinos y sus mujeres, de modo que acudiesen dos personas por cada casa.

Los derechos recibidos solían ascender a 3 fanegas y media de pan y 18 pares de gallinas, cada par valía aproximadamente 3 reales. El valor de la comida del día de Navidad se calculaba en 2 reales por persona.

El alcalde mayor del Coto tenía facultad de nombrar teniente, regidores y demás oficios públicos, excepto el de escribano, cuya función era realizada por uno de los del concejo de Siero.

Medía el coto, aproximadamente, un cuarto de legua de Este a Oeste, y otro de Norte a Sur, tendría dos leguas de contorno, "que por horas se tardarían en andar naturalmente 6 sobre poco más o menos".

Se califica el terreno de escaso y frío, con una extensión de 322 días de bueyes, de los que 79 se dedican a tierra de labor, 43 a prados y los 200 restantes son de "tierra inculta y brava por naturaleza en abertal y común".

En las tierras de labor se siembra un año pan y otro maíz y habas. Un día de bueyes de buena calidad sembrado de pan, en una cosecha ordinaria, produce un carro de hierba.

El rendimiento de los árboles frutales, manzanos, perales, nísperos y cerezos es pequeño; hay algunos robles y abedules.

El valor de los productos se señalaba por el mercado de la Pola, Para la fiesta del Corpus cada vecino pagaba un real. 

Se pagaban diezmos de pan maíz, habas, y también por las crías de ganados y por la leche. Por las crías de ganados mayores se pagaban 4 maravedís y por las menores (corderos, cabritos y cerdos) "de cada diez" se pagaba "uno".

El diezmo de la leche consistía en entregar toda la que se ordeñase en 10 domingos señalados por el párroco, al cual correspondían todos los diezmos del coto. 

Habitaban el lugar 21 vecinos y 3 viudas, aunque la mayoría eran pobres no necesitaban pedir limosna, lograban vivir de su trabajo. Había 22 casas habitables y dos en ruinas. Disponían de una taberna que el dueño de la jurisdicción alquilaba en 50 reales al año.

Se criaba ganado vacuno, lanar, cabrío y de cerda; muchas ovejas y cabras morían por el frío y las lluvias.

Había un sastre que vivía del campo más que de su profesión, trabajaba dos meses al año por un real y medio y la comida, al día.

En respuesta a la pregunta número 30 se dice: En este Coto hay un hospital o Malatería para curar o asistir enfermos de lepra, con el título de San Lázaro que goza de renta de 44 fanegas de pan anuales. Unas de bienes que arrienda y otras de foro sobre bienes particulares de este Coto y en los concejos de Siero, Langreo, San Julián de Box y otras partes. Cuya renta se distribuye de esta manera anualmente: 6 fanegas al dueño de la jurisdicción como Prior que se intitula de dicha malatería, 18 fanegas al Abad, cura, párroco de este Coto por el servicio y asistencia a los malatos, 6 al que hace oficio de mayordomo para recaudar las rentas y repartirlas, y 6 a cada malato para su alimento (aunque es cierto que habrá de unos 26 a 30 años que no hay malato alguno)..."

En lo alto de una colina sobre el barrio de Fontemelga, destacan en Santa Marina dos edificios, el de la iglesia parroquial, con su picuda torre-campanario y, a su derecha y a unos metros, el de la escuela, grande y de colores claros

No deja de ser llamativo que uno de los barrios de Santa Marina lleve el nombre de San Pelayo, monte arriba cerca de La Paranza; no menos sorprendente es que aparezca la iglesia mencionada como Santa Marina de Mercado en donación de Ordoño II en 921 a la mitra ovetense de San Salvador que, si bien es cierto que en realidad será dos siglos posterior, dentro de las falsificaciones-interpolaciones del Liber Testamentorum, nos hace pensar en que pudo haber un mercado en fecha muy anterior a la misma fundación de La Pola, luego ya aparece el famoso Santa Marina de Cuquiellos



La iglesia actual se hizo a finales del siglo XIX sustituyendo a la anterior y consagrada también a Santa Marina, "combina algunos elementos de marcado neohistoricismo (arcos apuntados, decoración de pequeños pináculos..) con otros de marcado acento rural", nos informa el Diccionario geográfico de Asturias, mientras Alonso Cabeza dice que el Libro de Fábrica entre los años 1587 a 1612 "lo inicia el mayordomo Mateo de la Villa con el "cargo" y "descargo", el debe y el haber, gastos e ingresos, por pequeñas reparaciones en el edificio de la iglesia parroquial", que sería la anterior a esta, "con relevante estilo popular, en línea historicista", a lo que añade:
"De tipo rural con elementos propios de la tradición asturiana, una nave, planta de cruz latina, pórtico adosado al lado de la nave, y otros elementos de la segunda mitad del mismo siglo como la aproximación a la línea goticista con la utilización de arcos apuntados en ventanas y puertas, bóveda de la nave, cierre poligonal del ábside y sentido de ascensionalidad de la fachada. El presbiterio, con retablo bajo de madera, tiene 3 imágenes, la de la Patrona ocupa el lugar central.

Fueron muchos los años de trabajo y aportación económica de los vecinos para la construcción de su templo parroquial. "Obra realizada a fuerza de sudores y sacrificios", "con entusiasmo y constancia".

Antes de su terminación definitiva la iglesia fue bendecida el domingo 6 del mes de junio de 1925.

El periódico diario, "El Carbayón", el 12-6-1925, informaba: "SANTA MARINA (Siero)... a las 10 de la mañana, el párroco don Ángel Vallín Moreda, con el pueblo en masa presente, procedió a la bendición del templo, acto que resultó solemnísimo y conmovedor, del cual se guardará aquí perenne recuerdo..."

En cuanto a la escuela, decir que fue construida en 1932 por 40.000 pesetas, por lo que es llamada del 'estilo Segunda República'. Dentro de poco veremos una similar aquí en Meres

Sustituía a paupérrimas instalaciones anteriores reseñadas en 1918 en el Nomenclátor de Escuelas Nacionales de Asturias de Acisclo Muñiz, las cuales sustituían a su vez a anteriores locales de alquiler (desde 1901) y a un maestro de niños en 1829 que había pasado a ser luego escuela mixta sostenida por los padres. Las primeras escuelas eran los pórticos de las iglesias, pues era costumbre se empleasen para reuniones de vecindad, sobre todo tras la misa dominical

Tiene dos aulas rectangulares y patio cubierto en el bajo y viviendas para los maestros arriba, siendo restaurada por el Ayuntamiento para local social tras caer en desuso con la concentración escolar en 1983, dice Alonso Cabeza:
"Es el Centro Social, de actividades culturales y recreativas, lugar de reunión de las Asociaciones de Vecinos y de Festejos, sala de exposiciones, escenario para representaciones teatrales y folclóricas, aulas, donde "Peñasal", Asociación de amas de casa de Santa Marina, realiza las manualidades organizadas por la Fundación Municipal de Cultura"

Más a la derecha de la escuela es el barrio de El Campu, también en Santa Marina, a unos 240 metros de altitud y sobre Río Basares, afluente del Nora, también llamado Río l'Otero y aguas arriba, La Riega les Berces y La Riega los Fontanes. Hace de frontera con Tiñana y abajo surge La Fuente Santa, una de tantas fuentes con nombre santo que parecen revelar antiguos cultos ancestrales de carácter acuático. 

Ahí en lo alto está el Llagar Arbesú (en medio de la foto), fundado en el año 1949 por Aurelio Arbesú como un llagar familiar, transformado en pocos años por su hijo Manuel Arbesú en la marca Sidra Arbesú, que continúa con sus cinco hijos de su matrimonio con Leonor Cimadevilla y de la que leemos en su web que ahora son dos empresas, la del llagar propiamente dicho de Sidra Arbesú y la del restaurante. Cuando Manuel falleció, el periódico El Comercio daba la noticia, firmada por Marcos Gutiérrez, el 4-11-2018, acompañada de su biografía:

"Manuel Arbesú Fernández, uno de los elaboradores de sidra más señeros y queridos del concejo de Siero, falleció este sábado en Oviedo a los 91 años de edad. Viudo de Leonor Cimadevilla Álvarez, deja cinco hijos, tres nietos y tres bisnietos. El funeral de cuerpo presente se celebrará este lunes a las cuatro de la tarde, en la iglesia parroquial de Santa Marina de Siero y, acto seguido, recibirá sepultura en el cementerio parroquial. 
Manuel Arbesú era el patriarca de una familia con gran tradición en el sector de la hostelería, la restauración y la elaboración de sidra en el concejo. Un legado que se remonta a los primeros años de la década de los cuarenta. Sus allegados y familiares siempre dijeron del fallecido que era un hombre que amaba un negocio que prácticamente estaba impreso en su ADN. De su padre, Aurelio, heredó un llagar que ya despachaba la sidra en una pequeña taberna de Santa Marina. En 1950, con la inestimable ayuda de su esposa Leonor, logró redimensionar el negocio. Fueron años de mucho trabajo que, finalmente, cristalizaron en el que siempre había sido su objetivo: situar su apellido como el emblema de una de las sidras de referencia de la región. 
Durante esta etapa amplió las bodegas y las dotó de toneles, prensas, maquinaria, naves de almacenamiento de manzanas y toneles, zona de embotellado y almacenamiento del producto final. Su objetivo fue el de generar una producción limitada, pero de gran calidad. Manuel Arbesú Fernández recibió el Tonel de oro en el festival de sidra de Gijón del año 2011 por su dedicación y buen hacer en el sector. Los que le conocían le definían, sobre todo, trabajador incansable. Son sus hijos y nietos los encargados de continuar a día de hoy un legado de referencia en el sector del Principado de Asturias".


Dos días más tarde y también en El Comercio se da noticia de su funeral y despedida con unas buenas pinceladas biográficas más de Manuel aportadas por amigos y allegados:

«Ahora mismo era el decano de los lagareros de Siero y era de los clásicos de la sidra de siempre, conocido en toda Asturias, tanto la marca como él, así que se nos marcha un histórico de la sidra», comentaba ayer Manuel Riestra Rodríguez, gerente del llagar Sidra Muñiz, de Tiñana, y expresidente de la Asociación de Lagareros de Asturias. 
Desde el punto de vista profesional, Riestra destacaba del fallecido que «siempre fue un hombre muy cuidadoso con la elaboración» y mencionaba también su popular espicha, «que creo que es la más antigua de Asturias, que es la de San José en Santa Marina, que debe ser de los pocos que espicha toneles para esa fecha cumpliendo con la tradición; era una referencia para los lagares y las generaciones siguientes». 
El exconcejal del Ayuntamiento de Siero Rubén Arbesú jugaba habitualmente la partida de tute con el finado, de quien destacaba su sentido del humor y sus frases recurrentes, que soltaba en broma a propios y extraños, entre ellas, «¿Ónde estuviste ayer por la mañana que de tarde no te vi?» o «¿Ya sallaste el ballicu?». 
El cronista oficial de Noreña y natural de Hevia, Miguel Ángel Fuente, subrayaba que era «muy perfeccionista para la sidra y chigreru a la antigua usanza. Supo repartir el trabajo con sus hijos, y en los últimos tiempos, compartir tertulias en su restaurante». Manuel Arbesú era viudo de Leonor Cimadevilla Álvarez y tenía cinco hijos, tres nietos y tres biznietos".

Y en la revista La Sidra del 31-8-2023 nos dejan esta semblanza del lugar, su sidra y  su excelente gastronomía:
"...merece la pena acercarse a Santa Marina y parar en los Jardines de Arbesú, el restaurante que completa al llagar Arbesú. 
La hermosura del paisaje, el entorno ajardinado y bien cuidado y la calidez con la que nos reciben son el mejor aperitivo para que la comida siente bien. 
Eso, sin querer quitarle el mérito al Pixín a la plancha, acompañado con patatas panadera y con todo el sabor puro, apenas adornado por un toque de especias. 
El postre, flan casero de huevo con nata y helado de turrón, cremoso y en su punto de dulzor, sin empalagar. 
Todo ello, como no puede ser de otra manera, acompañado con buena cantidad de Sidra Arbesú escanciada en condiciones".


La Espicha San José se celebra desde los año 1970, cuando muchísima gente acudía al llagar a probar la primera sidra de la temporada, llegando a fletarse autocares procedentes de gran parte del centro de Asturias, Siero, Oviedo/Uviéu y la Cuenca del Nalón (al otro lado de la Sierra la Paranza) principalmente, llegando a juntarse hasta 5.000 personas. Hoy en día se sigue celebrando, se hace el fin de semana anterior al 19 de marzo, si bien es una espicha más familiar

Las casas de El Campu se extienden a lo largo del camino que desde la iglesia parroquial sube al llagar y sigue monte arriba hasta  El Picu (361 m) y la casería de La Peña

La cercanía a las grandes ciudades y vías de comunicación ha favorecido la construcción de nuevas casas, sin embargo no todos los residentes figuran aquí empadronados, por lo que existen diferencia entre el número de habitantes oficiales y el de vecinos reales. Hay también abundancia de segundas residencias

Más a la derecha, en La Pasera, La Peña l'Agua (531 m), una de las cumbres más altas de la Sierra la Paranza

Además de arboledas autóctonas nos percatamos de la existencia de plantaciones de ocalitos destinadas a las fábricas de celulosa

Y más a la derecha y más alta aún La Peña Villa (591 m), que como la anterior marca la frontera de concejos

Desde estos huertos seguimos contemplando la parte más alta de estas parroquias, pasando ahora a los pueblos de Tiñana más cercanos a la cumbre de la sierra

Encima de este tejado reconocemos algunas casas del barrio de Fueyo, arriba El Picu Suano (497 m)

Llegamos a reconocer la torre de Casa Julio'l Gallegu, más antiguamente de Rodrigo Uría y luego de Manuel Alonso Cuartas, rodeada de una finca de 50.000 metros cuadrados, donde ahora está la Yeguada Hispania, cuya gerente es Melisa Herrero

A lo lejos en la falda del Picu Suano están Les Cases del Monte



Secular zona de pastos y majadas, posiblemente desde los mismos orígenes de la ganadería en el Neolítico, como demuestran las necrópolis prehistóricas existentes, algunas fincas se vuelven monte y otras se plantan de ocalitos

Seguimos camino ya en llano, en todos estos pueblos comprobamos como los usos residenciales van predominando sobre las seculares labores agroganaderas en estas aldeas cada vez más urbanizadas pero en las que, de momento, se mantiene buena parte del paisaje del agro astur

Aquí tenemos un texu, 'tejo' joven, que crece en un gallinero

Esto nos hace preguntarnos si son realmente tan venenosos los frutos del tejo pues a les pites no parece afectarles mucho. Los botánicos tienen la palabra...

Las casas del camino de San Xuan del Obispo a Meres forman una calle, pero entre ellas hay fincas y parcelas, que nos permiten tener una buena perspectiva del valle en este sector de la parroquia de Tiñana

Esta es una foto más verde y primaveral en este mismo sitio, abajo en las vegas del Nora, semiocultas por las arboledas ribereñas, están los lugares de Los Meriellos y Los Meredales donde, en una terraza fluvial al sur de Meres, a unos diez metros de altura sobre el Nora, fueron encontrados un conjunto de herramientas líticas para cortar, golpear y raspar, constituyendo un lote de instrumentos de cuarcita, datados en el Paleolítico Medio, descubiertos por el profesor José Manuel González y Fernández Valles

Es un periodo histórico en el que aún no se dominan las artes de la agricultura y la ganadería y las comunidades humanas constituían grupos de cazadores-recolectores, que gustaban de buscar su sustento en las orillas de los ríos y en los valles que, como este, forman un gran corredor natural, lugares propicios para cazar, pescar y coger frutos y plantas


Más cerca, una casona de piedra en la zona de La Quintana revela el lugar en el que existe otro de los centros ecuestres de Tiñana, el de Equitación Meres

Más a la izquierda cae desde Fueyo hacia el Nora la boscosa ladera de Les Cuestes; el río, formando continuos meandros, discurre justo al final del prado del hípico, tapado por los árboles en todo momento


Precisamente por ahí sube, siguiendo El Camín Real, la otra ruta que, tras bajar al santuario de la Virgen de la Cabeza, empieza a subir para encontrarse en Meres con este nuestro camino

Reconocemos desde aquí el tejado y parte del campo de la ermita, , que fue antes la iglesia de San Juan Bautista de la desaparecida parroquia de San Xuan del Obispo, templo muy antiguo del que se sabe estaba en ruina en 1364, es decir, aún en plena Edad Media. Dos décadas y pico después, en 1385, en el Inventario Parroquial del obispo Gutierre de Toledo se la menciona como "Santianes del Obispo" y se dice que "úsala a presentar el prestamero de la Iglesia de Oviedo. Es capellán de ella Fernán Suárez". Se nos informa igualmente que tiene de manso o terrenos propios "4 días de bueyes" y que los diezmos "llévalos todos el dicho capellán".

Sabemos por el Diccionario Geográfico de Asturias. Ciudades, Villas y Pueblos, que en el siglo XVI las frecuentes crecidas del río Nora hicieron que las autoridades eclesiásticas dispensasen a los vecinos de Fonciello, aldea de Tiñana situada más al este, de cruzarlo para subir a la parroquial de Tiñana y pudiesen acudir y celebrar actos de culto "en la iglesia de Santa Ana, ermita del palacio de Meres (sito más al oeste y hacia donde nos dirigimos) transformada en iglesia como hijuela de la parroquia de Nuestra Señora de la Visitación de Tiñana". El que no se mencione, a medio camino, entre Fonciello y Meres, a esta iglesia de San Juan Bautista, podría significar que estuviese aún en ruinas, además de situada en plena zona de inundación

Lo que sí sabemos es que, en algún momento, se recuperó, pues en 1646 fue fundada en ella la capellanía de Nuestra Señora de la Virgen de la Cabeza por el sacerdote D. Pedro Fernández, dotándola con diversos bienes para su mantenimiento, "una casa con su cuadra, y un prado con robles hasta el puente de Santianes". De la renta de la capellanía se destinaba fanega y media de pan (grano) cada año para su ornato y cuidado, añadiéndosele luego otras propiedades. Parece ser que antes de la fundación de esta capellanía la Virgen de la Cabeza tenía un altar fijo en esta iglesia, siendo llamada la Santina, como en numerosos casos de advocaciones marianas en Asturias, empezando por la de Nuestra Señora de Covadonga

En 1740 la capilla mayor de la vieja parroquia fue renovada y en 1752 se demolió su torre, que amenazaba ruina, haciéndose un nuevo campanario y cerrándose el viejo cabildo. Fue declarada de indulto o asilo, al que podían acogerse los delincuentes de determinados delitos, según edicto del edicto del obispo Agustín González Pisador en 1774


Cuando a finales del siglo XIX la parroquia fue integrada en Tiñana la iglesia pasó a ser capilla o ermita y a ser conocida como la de la Virgen de la Cabeza, pues en 1896 se promulgó la concesión de indulgencias a los fieles que asistieran a la misa mayor de la fiesta o rezaran ante la imagen de la santa, a cuyo culto quedó destinado el santuario, destruido en 1936, al comienzo de la Guerra Civil, salvándose de la destrucción la imagen de la Virgen de la Cabeza al ser recogida por la vecina que vivía más cerca, Carmen Fernández, quien la ocultó hasta el final de la contienda

En 1940 se hizo en el lugar de la desaparecida capilla otra muy simple y, como a la romería, el lunes de Pentecostés, acudía cada vez más gente, se decidió hacer una nueva ermita a instancias del párroco Don Manuel López Álvarez y de la comisión de fiestas, presidida por Avelino Fernández. Las obras comenzaron en 1990 con proyecto de los arquitectos polesos Juan Roces y Javier Arbesú, consolidando los muros que quedaban en pie (la cabecera, de piedra) y cubriéndolos con una estructura que los respeta, así como el campo de la capilla

Don Manuel falleció en 1993 antes de ver la restauración acabada y su sucesor Don José Manuel Rodríguez Fueyo continuó al frente de los trabajos entre 1995 y 1999, siguiendo luego con Don Jesús Fernández nuevas intervenciones. La Sociedad de Festejos Virgen de la Cabeza organiza las fiestas y otras actividades en torno al santuario, tal y como nos informa María Dolores Alonso Cabeza en El concejo de Siero en sus fiestas. Datos de su historia

La Virgen de la Cabeza de grandísima tradición romera, documentada como vemos al menos desde el siglo XVII, celebra su fiesta el lunes de Pentecostés, pudiendo oscilar la fecha por ello entre los meses de mayo y junio, por lo que se dice que su romería es la primer fiesta de prau, con festejo muy sonado. En ella los devotos frotan en el manto de la santa, abogada de los males de la cabeza, flores, ramas, pañuelos... quedando así bendecidos

Antaño la tradición era acudir andando al campo de la ermita, como aún hoy en día lo siguen haciendo muchos vecinos de estas parroquias del valle

Allí en un un alto, están las casas de La Torre o Palacio de los Camposagrado, de los Bernaldo de Quirós, en la vecina parroquia de Santa Marina, que confluye con las de Tiñana y Hevia abajo, en el río. Su presencia aquí es consecuencia de su fidelidad a Enrique II durante las guerras trastamaristas por lo que este, llegado al trono castellano, les premió con los correspondientes privilegios y señoríos y así, "Establecieron en Santa Marina Torre y vínculo", nos dice la historiadora Mª Antonia Alonso Cabeza en su libro El concejo de Siero en sus fiestas. Datos de su historia, añadiendo que en 1661 Felipe IV concedió a uno de los miembros del linaje, Gutierre Bernaldo de Quirós y las Alas, "descendiente de una de las ramas de la Casa de Quirós, el título de Marqués de Camposagrado. Entre sus numerosas propiedades figuraron en Siero las de Santa Marina, La Paranza, Hevia y Tiñana".

Realmente el palacio, camuflado por otras construcciones, lo vemos desde atrás, aunque distinguimos bien La Torre, con su torreón de planta cuadrada y tejado a cuatro aguas, aunque todo el conjunto pasó por sucesivas transformaciones, si bien su impronta gótica con detalles renacentistas llama la atención al todo el que pasa delante de ella. Es del siglo XVI pero se supone se hizo en base a una torre medieval más antigua:

"Emparentado con los Bernaldo de Quirós figura en el siglo XVI Alonso de Huergo casado con Dª Marquesa Argüelles, hija de Pedro Argüelles y Teresa Gutiérrez de Cienfuegos de la Casa de Meres. Los Huergo tuvieron propiedades en La Pasera y fundaron torre y Casa en Santa Marina, colocaron en ella "armas de solares antiguos", así consta en escritos del Archivo de la Casa de Meres, donde se conservan numerosas disposiciones testamentarias realizadas por el escribano Urbano de Huergo, como también duras rivalidades con los Argüelles, propietarios en la Paranza, por motivos jurisdiccionales"


Según el mapa, del Camino a la izquierda es San Xuan del Obispo y a la derecha Meres, los dos barrios de la parroquia de Tiñana, sin embargo en la práctica Meres parece aglutinar a los dos pueblos

Cruce y de frente, avanzando todo recto y en llano

A la derecha son los prados de La Ortea, uno de los lugares de Meres, cuyo topónimo está relacionado con el latín hortum, 'lugar cerrado', 'huerto', pues no en vano huertas hubo aquí en el pasado

Llevábamos tiempo sin ver El Monte Naranco, al norte de Oviedo/Uviéu, con los 637 metros del Picu'l Paisanu, su cota cimera

A nuestra izquierda la urbanización La Huerta de Meres, de chalets, una de las que encontraremos en nuestro camino por Meres, "Urbanización de alto standing a las afueras de Oviedo, en los alrededores del prestigioso colegio internacional Meres", así la describen en Habitissimo

Uno de los chalets de la urbanización, separada del Camino por un vallado, "Las viviendas tratan de respetar la arquitectura tradicional asturiana con los amplios voladizos de teja de la cubierta, pero a su vez adopta todos los elementos de la arquitectura moderna, con espacios diáfanos y amplios, materiales nobles y enormes ventanales que aprovechan toda la luz y sumergen el exterior en el interior de la vivienda. Especialmente diseñadas para la vida en las terrazas, donde se incorporan diversas jardineras y chimenea exterior para poder usarla incluso con temperaturas mas bajas"


A la derecha, una casa de estilo tradicional, de las antiguas viviendas campesinas de Meres, topónimo que para el filólogo Xosé Lluis García Arias en su Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos, es un antropónimo, Maioris, nombre de un antiguo posesor de época romana o altomedieval


Una vista de la fachada desde la entrada a la corrada. Fijémonos en las filigranas de madera de los balconcillos

Los gatos vigilan la hacienda, dispuestos a la puerta y asomados a la ventana

Una higuera crece en un pequeño prado frente a las casas de la izquierda, también cerradas con vallado

Cruce de caminos, seguimos recto pasando al lado del hórreo

Aquí lo vemos con les panoyes de maíz enrriestráu, las ristras de mazorcas, colgando de los gabitos o ganchos de palo puestos en les colondres o tablas que conforman la pared, tal y como se hacía antiguamente, para que curasen bien y, luego de esgranar, quitar el grano, ya duro, a moler al molino y hacer la fariña para hacer la boroña o pan de maíz en casa

Esta es la otra cara del hórreo, la que mira al Camino, donde está la subidoria, subidera o escalera de acceso, que luce con espléndidas flores

A la izquierda es el acceso al centro hípico de Equitación Meres: nosotros seguimos de frente

Un poco más adelante nos cruzamos con El Camín de les Escueles, que como su nombre indica va hacia las antiguas escuelas de Meres

Las escuelas están abajo a la izquierda, pero nosotros vamos a la derecha. Como hemos dicho son similares a las de Santa Marina, estilo 'Segunda República', inauguradas en 1936, poco antes de que estallase la Guerra Civil. De ellas nos cuenta esto Mª Dolores Alonso Cabeza lo siguiente:

 "Dos aulas rectangulares, una para niños y otra para niñas, con 6 ventanas en cada una, 3 en la fachada anterior, 3 en la posterior; entrada lateral por un patio cubierto y zaguán con servicios. Entre las dos aulas escalera de acceso a las viviendas del maestro y de la maestra con la misma distribución de los vanos que en las aulas.

Después de la Ley General de Educación, 1970 y el sistema de las concentraciones escolares, los alumnos pasaron al Colegio Público Los Campones de El Berrón. Aquellas escuelas se cerraron (...) ha sido reparada por el Ayuntamiento, se utiliza como centro de reuniones vecinales y de actividades culturales y recreativas".

Enfrente, delante de nosotros, una preciosa quintana asturiana es otra de las buenas muestras de la arquitectura rural tradicional que se conservan en estas parroquias de Siero


Según pasamos enfrente, nos fijaremos en sus detalles, para empezar vemos la cuadra anexa en su muro este y el hórreo enfrente, bien a la vista de la casa

A lo lejos seguimos divisando El Monte Naranco en la distancia y, más cerca, los edificios de otras urbanizaciones, por donde sube a Meres el Camino que viene del santuario de la Virgen de la Cabeza

En la vereda, al lado de la muria de cierre, el mojón jacobeo, con la concha y la flecha direccional amarilla, esta pintada

Este estilo de casa parece ser una evolución en altura de la llamada casa mariñana que fue habitual en gran parte de las aldeas de Asturias hasta muy avanzado el siglo XX. Se llama, técnicamente, mariñana, porque fue en Les Mariñes de Villaviciosa donde empezaron a estudiarla los etnógrafos del siglo XIX y principios del XX pero, recalcamos, existe en gran parte de Asturias, conviviendo con otras tipologías, naturalmente

La mariñana es a la vez una evolución de la llamada casa terrena, rectangular, con vivienda y al lado cuadra, llagar y otras dependencias, un modelo de las long-houses que, con muchos modelos, tipos y estilos, eran habituales en la arquitectura popular europea

 A esa casa terrena se le añadieron a los lados dos grandes cuartos, empleados habitualmente como habitaciones, quedando en medio un portalón, hábil para hacer ciertas labores afuera pero a la vez a cubierto, distribuyendo el espacio y, a la vez, siendo lugar de socialización, ante el que se detenían a saludar y conversar, y a veces guardarse de la lluvia, la vecindad que iba y venía


Si bien el esquema puede variar, de la misma manera que a los lados había cuartos, al fondo se accedía, a un lado a la cocina, primero el llar u hogar, 'lumbre' y luego de carbón, y al otro a la cuadra, pudiendo estar arriba la tenada. En este caso es una evolución más, en altura, con un piso alto integrado en la vivienda, donde solían estar la sala y otras habitaciones. Recalcamos que, aunque esta es la estructura base, el esquema tiene variantes según gustos y posibilidades de los propietarios

El corredor también cumple su función, se gana otro espacio más que ofrece múltiples servicios además de disfrutar de su mirador, desde 'colgador' de les riestres de panoyes, las ristras de mazorcas del maíz, curando y endureciendo su grano para luego molerlo en los molinos del Nora y hacer fariña para el pan de boroña, hasta de 'guardería' para los más pequeños, a la vista de sus padres mientras estos trabajaban afuera. Este es de los del tipo corredor entre dos cuerpos, del que nos cuentan los etnógrafos Inocencio Cobo Arias, Miguel Cores Rambaud y Matilde Zarracina Valcarce en su estudio El corredor en las casas asturianas:
"El corredor de madera es un elemento que se encuentra reiterativamente en casas repartidas por toda la región asturiana: por su ubicación. disposición y diseño son posibles múltiples alternativas en la composición de fachada de las viviendas y servicios que adoptan esta solución constructiva.

Determinados tipos de corredor predominan en área s concretas. unas veces de forma tan clara que caracterizan por completo su arquitectura. como es el caso del corredor volado diáfano en concejos centrales. mientras que en otras áreas coexisten dos. tres o más tipos de corredor, por ejemplo volados, sobre machones y entre muros cortafuegos en concejos costeros, o incluso es la importancia que adquieren sus cerramientos el denominador común más evidente. como sucede en los concejos del tercio occidental y en asentamientos de montaña. (...)

Situados generalmente en el piso alto de la fachada principal y orientados al S. o al E., manifiestan de distintas maneras la diafanidad o el hermetismo de las viviendas en que se ubican. Será un espacio diáfano cuando mantiene toda su pureza constructiva, sin ningún tipo de cerramiento; será un espacio hermético cuando se cierran con diversos materiales ligeros partes de su estructura, potenciándose entonces sus cualidades como elemento «protector» o «captante» ante los factores climáticos. Su plurifuncionalidad es grande en todos los casos, al prolongar o complementar tanto el espacio interno de la vivienda como el externo a ella; así la sala ve ampliado su espacio a través del corredor, que mantiene, aunque sólo sea estacionalmente. la misma cualidad social que aquella. siendo punto de reunión familiar o vecinal en las tarde s de verano u otoño. Esta continuación del espacio interno resulta aún más evidente cuando en uno o en los dos extremos del corredor se habilitan espacios de vivienda.

La prolongación y complemento del espacio externo se evidencia en el corredor por su carácter de servicio. como lugar donde se pon en a secar o madurar diversos productos de consumo y en el que se tiende la ropa al resguardo de las frecuentes lluvias.

Corredor entre dos cuerpos 

Se estructura en el centro de la fachada entre dos cuerpos laterales, abriéndose bajo él un portal. La composición de fachada es de una total simetría, quedando dos espacios semidiáfanos e intermedios (corredor y portal) flanqueados por dos cuerpos herméticos, que alojan en el pi so bajo cuadras o almacenes y en el alto dormitorios; la separación entre estos espacios internos y los intermedios puede efectuarse tanto con muro maestro de mampostería como con tabiques de tablazón o de entramados ligeros ligados con barro. El portal y el corredor son espacios distribuidores, en los que también están muy potenciadas las funciones de estancia y servicio, debido al gran fondo que poseen (portada).

Las variantes sobre este tipo son múltiples, resultado del juego volumétrico «hueco-macizo» que en ellas se establece. Una de las más comunes y que predomina en la zona del valle del oriente de Asturias, es aquella en la que el corredor está flanqueado en un lateral por un cuerpo macizo y en el opuesto por un muro cortafuegos.

En otras zonas el muro cortafuegos desaparece y el corredor apoya sobre un pie derecho de madera o en una ménsula del mismo material , en ocasiones reforzada por un jabalcón empotrado en el muro; en este último caso el portal se convierte en un amplio zaguán.

La organización del espacio interno de las casas con corredor presenta gran número de alternativas, en las que lo más significativo es la diversificación y especialización de los espacios y la importancia que adquieren los representativos de «status" como la sala, estancia de uso poco frecuente, relacionada socialmente con el exterior, en la que se celebran acontecimientos de los que participan personas ajenas a la familia; en ella se recibe a las visitas de importancia, se come los días de fiesta y se da el pésame en los entierros. Además de servir como escenario social es en esta pieza donde se colocan los muebles y objetos más valiosos sentimental y materialmente; tampoco es raro que en una esquina se coloque una cama, funcionando entonces la sala como dormitorio ocasional. En la actualidad con frecuencia se ha compartimentado, empequeñeciéndola o anulándola para crear pequeñas alcobas.

 La especialización de las distintas piezas de la casa se manifiestan en el grado de independencia que alcanzan los espacios destinados a dormitorio, objetivo que se logra con su localización «arriba", remarcándose de esta manera las connotaciones de privatización o importancia que se concede a la segunda planta de la vivienda, en tanto que «abajo" se localizan los espacios de uso cotidiano, los de servicio y los de trabajo.

La planimetría que ejemplifica este resumen sobre organización del espacio corresponde a viviendas enclavadas en asentamientos donde la economía fundamental es la agropecuaria, en la que los espacios de estabulación y almacenamiento (cuadras y pajar o tenada) se integran muchas veces dentro del volumen-base de vivienda; pero el deseo de independizar el espacio destinado a los animales del humano lleva a otras dos alternativas, una en la que las cuadras ocupan toda la planta baja , disponiéndose en la superior la cocina, la sala y los dormitorios y otra en la que los espacios de estabulación y almacenamiento se construyen adosados o exentos".

En el hórreo, de la misma manera que antaño se guardaba debajo, en el solorru, el carro del país, o el carro de rayos, 'radios', ahora se meten los coches, como es lo habitual


Conserva además la vieja muria de piedra que bordea toda la finca y la separa del Camino


Y en la muria, al lado del mojón, veremos las señales del llamado Camín de los Santuarios, que enlaza, en ambas direcciones, Santo Toribio de Liébana con Oviedo/Uviéu por Covadonga 


Este sigue siendo oficialmente, según las placas indicadoras, El Camín de Santiago, que va adentrándose en este pueblo de Meres de la parroquia de Tiñana, la antigua Villa Tiniana, de Tinius o Tennius, otro antiguo posesor del territorio


A la derecha, chalets y casas unifamiliares representan los usos residenciales de Meres; a la izquierda los prados los ganaderos


Es la Llanera de Siero como de denominaba en los documentos medievales, donde el Nora, al ir confluyendo con su afluente el Noreña con forma una gran llanura, con pequeñas depresiones, cuetos y lomas, en el corazón de la zona central asturiana

Uno de esos cuetos es El Monte'l Palacio, solar del famosísimo Palacio de Meres, cuya capilla con sus torres, una pequeña catedral realmente, asoma sobre la boscosa cima

El origen del palacio está una torre bajomedieval, obra del siglo XV o anterior, de la que poco se conserva, hecha para el noble Gonzalo Rodríguez de Argüelles, que era contador mayor del rey Juan II de Castilla, en torno a la que fue construyéndose el actual conjunto palacial, erigido entre los siglos XVII-XVIII. El Camino pasará enseguida a sus pies


Aquí, en el acceso a una de las casas del Camín de Santiago, hay un detalle que no queremos que pase desapercibido


Es un cuadro de azulejo con la Virgen de la Cabeza, la Santina de Meres y de San Xuan del Obispo. De esta manera, aunque no pasemos por su santuario, la podemos ver aquí


Los pastores eléctricos o llendadores evitan que las vacas pasen al Camino y delata el uso ganadero de este gran prado. Al fondo, unas referencia muy importantes


Por las casas que vemos al final de esta pradería es por donde sube El Camín Rial, el cual acaba de pasar cerca del Molín de la Enceña, uno de los antiguos molinos del Nora


Y estas son las naves y la casa del llagar de Sidra Choro, fundado en 1941 por Salvador Carbajal, Choro, que empezó siendo un complemento de su actividad hostelera, dedicándose plenamente luego a la fabricación de sidra. En 1957 pasa a su hijo, Salvador Carbajal Fernández, "que añade tecnología nueva a la empresa familiar", nos dice Alonso Cabeza. Estos otros datos nos los proporciona sidrerias. com Portal Sidrero Asturiano
"El 90 por ciento de los depósitos de almacenaje de la sidra son de madera de castaño. Disponen además de 32 toneles y 4 prensas con una capacidad de 14.000 kilogramos cada una.
Su volumen de almacenamiento alcanza los 500.000 litros. Por el momento no cuentan con servicio de restaurante o bar. El lagar cuenta con la peculiaridad de celebrar espichas pero siempre con una ética: que no sea con fines lucrativos. También se permiten visitas durante todo el año, para ello es necesario contactar con los responsables".

Salvador Carbajal Fernández fallecía en agosto de 2010, dando así la noticia para La Nueva España Manuel Noval Moro el día 23:
"Salvador Carbajal Fernández, gerente hasta principios de la primera década del siglo de Sidra Choro, falleció el sábado en el Centro Médico de Oviedo a los setenta y seis años de edad. 
El fallecido había llevado junto con su hijo Salvador el lagar de Sidra Choro en Meres, que llegó a ser por producción y por calidad uno de los más importantes de Siero y de Asturias. 
El presidente de la Asociación de Lagareros de Asturias, José María Osoro, dijo que «el sector pierde un lagarero de referencia». Según Osoro, eran «gente muy querida en el sector, y además en una zona con mucha tradición sidrera como es la de Meres y su entorno». El presidente de los lagareros aseguró que Salvador Carbajal «marcó pautas en su día» con el trabajo en el lagar sierense".


Por ahí abajo está el lugar de Traslaventa, topónimo que hace referencia a la antigua existencia de una venta o posada caminera en El Camín Real, que por El Puente de San Xuan del Obispo comunica con la parte alta de la parroquia y, más arriba, por La Paranza con el valle del Nalón, enlace asimismo con las rutas a los puertos de la cordillera y a Castilla


Y en la parte alta de Tiñana, al otro lado del Nora, Fozana, otro de los barrios de la parroquia, "villam Fozanam cum ecclesia San Bartolomei apostoli", se la menciona en un documento fechado en el siglo X. Sería una antigua Villa Falcius o Faucius, según el antropónimo, explicado de esta manera por Mª Dolores Alonso Cabeza:
"Los romanos finalizan la conquista de España con su triunfo sobre los astures y establecen un nuevo sistema en el trabajo de la tierra. Organizan espacios de explotación agrícola-ganadera con edificios para viviendas, dependencias para ganados y frutos, más territorios de cultivos y pasto.

Estos conjuntos recibieron el nombre de Villae-Villas, constituyeron formas de asentamiento y de apropiación del suelo. Más tarde algunas villas fueron centros de población, formaron las aldeas.

La villa rural romana solía llevar el nombre del dueño o posesor, en latín, hacia el siglo IV se hizo frecuente añadir al nombre del dueño la terminación ana. Los lingüistas explican que el nombre de Tiñana procede de Tinius o Tennius, cuya propiedad se llamará "Villa Tini-ana". 

Así mismo, la posesión de Faucius sería la "Villa Faucí-ana", de donde se originó la palabra Fozana.

Así pues Tiñana y Fozana son lugares que experimentaron la romanización y estarían habitados por indígenas que tomaron nombres de los romanos.

Los restos arqueológicos y los topónimos de origen latino indican que el territorio estuvo ocupado desde época antigua muy difícil de precisar, pues el paso del hombre nómada al sedentario, o de la ocupación de los castros, abandono de los mismos, integración en las villas, o la simultaneidad de ambas formas de asentamiento por diferentes grupos, se fueron realizando en períodos de tiempo muy largos".

Esta es la Villa Fozana que, como la Villa Tiniana, aparecen en los testamentos y donaciones de Alfonso II y Alfonso III como parte de la herencia de su antepasado Pelayo. En un documento fechado en 921 pero que es parte del Liber Testamentorum redactado en realidad dos siglos después, Ordoño II dona muchas propiedades a la mitra ovetense de San Salvador, incluyendo la villa de Fozana, con la iglesia de San Bartolomé apóstol y la "villa de Meres":
"A propiedad de tierras en Meres hace referencia un diploma auténtico con fecha 1o de octubre del año 916 del monasterio de San Vicente de Oviedo.

La antigüedad de la Villa Fozana queda reflejada en el origen de su nombre: en ella pudo haber existido un oratorio o capilla dedicado a Bartolomé.

Tiñana, Fozana y Meres fueron tres antiguos núcleos o unidades de poblamiento y lo mismo que varios grupos humanos de diferentes localidades se integraron en uno mayor, Tiñana se iría anexionando los otros dos y por los comienzos del siglo XI cuando parece que se iniciaba la reorganización eclesiástica, quedarían unificados en la institución definitiva de la parroquia con el nombre originario de Santa María, una de las primeras manifestaciones de devoción cristiana después de la Santa Cruz y San Salvador."



Y arriba, El Castiellu, en el lugar de El Castru, el antecedente poblacional de la parroquia, existiendo además otro más, el de La Canterona. Avanzando las edades Media y Moderna gran parte de Tiñana pasó a ser del convento femenino ovetense de San Pelayo, llegando a tener el privilegio de proponer el párroco al obispo. Si bien con la desamortización las propiedades pasaron a particulares, Les Pelayes siguieron proponiendo párroco hasta 1926 y renunciaron a sus últimos privilegios en 1959


Atrás va quedando ya la escuela, así como, en la lejanía, el barrio de Fueyo



A nuestra derecha Casa Lagares, caminamos muy cerca del famosos Colegio Internacional Meres, situado un poco más al norte, más allá de los árboles del fondo, fundado en 1966 por los religiosos avelinos, pero que no llegaremos a ver desde el Camino



Esta es la razón por la que el camino al que llegamos ahora se llame El Camín de los Colegios, pues es su acceso principal


Al llegar a él seguiremos a la izquierda, al sur de los prados de La Carisa, posiblemente la tierra de Carisus. Dada la existencia de algunos topónimos similares o idénticos en Asturias, y su vinculación con la Vía la Carisa, por donde irrumpieron las legiones de Publio Carisio en la actual Asturias durante la conquista romana, diversos autores han querido buscar alguna relación con este legado del emperador Augusto


El Camino, como decimos el de la izquierda, hace un poco de curva entre dos fincas, una cerrada por sebe o seto natural




Pasamos ahora junto a la Urbanización San Juan del Obispo, que quedará a nuestra izquierda

Y desde este rellano ya vemos las instalaciones del el que fue el Colegio Inmaculada Concepción de Meres, ahora Centro de Adultos La Arboleya; allí nos encontraremos con El Camín de Santiago y el trazado oficial jacobita

Era el Colegio Educación Especial Inmaculada Concepción, fundado en 1977 por las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, "en la finca que fue de D. Maximiliano Arboleya, un espléndido edificio, de los mejores de su clase, para enseñanzas especiales", nos cuenta Mª Dolores Alonso Cabeza

A la izquierda, el vallado de la urbanización, de frente, seguiremos en dirección a la parte trasera de una de las naves del llagar de Sidra Choro

A la izquierda, dejamos la entrada a la urbanización, continuamos todo recto hacia la nave

Dejamos la nave también nuestra izquierda

Observemos la flecha amarilla pintada en el contenedor

Nos cruzamos seguidamente con El Camín de la Quintana y seguimos de frente todo recto

Ahí al fono pasa el Camín Real, ahí se produce la unión de caminos, a la derecha, la tapia del Centro de Adultos Arboleya

Las monjas, que "realizaron una intensa labor profesional y parroquial", dejaron el centro en 1997, siendo este adquirido por el Principado de Asturias, pasando a ser dependiente de la Consejería de Asuntos Sociales para atención a personas discapacitadas y terapia ocupacional, pasando a ser el Centro FASAD-MERES, Fundación Asturiana de Atención a Personas con Discapacidad, el citado Centro de Adultos La Arboleya

A la derecha, parte de las instalaciones del centro, formando una gran 'U' en torno a una explanada



Y ahora, enlazando con El Camín Real cerca de la finca Los Pomares iremos a la derecha, pasando frente a la fachada principal del centro y junto a la Urbanización Fontemera para dirigirnos al antes citado Palacio de Meres, que fue de los señores de la Casa de Meres que pasaron a ser marqueses de La Paranza, antiguos dueños de esta parte del valle del Nora




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