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viernes, 21 de febrero de 2025

EL CAMINO PRIMITIVO EN EL CASCO URBANO OVETENSE (ASTURIAS) y 7: LAVAPIÉS Y LA FLORIDA "UN BARRIO ALREDEDOR DE SU PASEO" CON LA ESCULTURA DE SANTIAGO PEREGRINO

 

Lavapiés y, al fondo a la derecha, La Florida

Al final de La Cuesta San Antonio, el Camino deja el barrio de L'Argañosa en Lavapiés o Llapiés, antiguo extrarradio rural y campesino, cuyo nombre proviene de un regato en el que antaño se lavaban los pies, al menos según se dice comúnmente, las gentes que entraban en la ciudad por el oeste, viniendo por el Camín de Grao o Camín Real de Galicia, por cuyo antiguo trazado salimos ahora nosotros, dejando la calle a la izquierda y dirigiéndonos a la derecha hacia el barrio de La Florida

La Florida es uno de los barrios por donde la ciudad sigue expandiéndose hacia el oeste, cuyos edificios asoman sobre el seto al otro lado de las vías del ferrocarril

Pasando pues frente a la terraza del Bar El Choque, en la calle Favila, nos dirigimos a las vías del antiguo ferrocarril que comunicaba la ciudad con Trubia y su fábrica de armas, cerrado con un alto seto a manera de pantalla vegetal

La Florida en cambio, es un espacio al oeste de Vallobín que fue urbanizado a partir de los últimos años del siglo XX en un proceso que continuó a lo largo del siglo XXI, llegando a constituirse en un populoso barrio

Junto al seto, una señal jacobita en una farola nos indica ir hacia las pasarelas para pasar encima de las vías del tren, viendo al fondo la línea de edificios de La Fuente la Plata, otro enclave rural que, de unas caserías en torno a la fuente de este nombre, pasó a constituirse en barrio urbano. Su nombre, más que por el metal o por destellos plateados de sus aguas, parece tuvo que ver con la palabra árabe balata que, extendida por toda la península, daba nombre a los caminos empedrados, como el que por aquí pasaba

Esta es la salida desde La Florida hacia Paniceres. Verdaderamente pasa más abajo del centro de los núcleos de Villamorsén y Llampaya, siendo más recto el trazado a Llampaxuga, para luego ir a Lloriana y Fabarín cruzando el Nora en La Ponte Gallegos y entrando en el concejo de Les Regueres en dirección a Grado/Grau

Aquí también hallamos el mojón caminero con su flecha amarilla. Hemos de recordar que, tanto para las Directrices de Señalización del Consejo Jacobeo como para la señalización del Camino del Ministerio de Fomento la posición de la concha es identificativa pero NO NECESARIAMENTE DIRECCIONAL, esto es, te dice que esto es el Camino pero la dirección ha de ser confirmada por las flechas amarillas

Naturalmente, nada tiene que ver el entorno que vemos ahora con el que vieron los peregrinos y viajeros de las históricas romerías camineras a Santiago desde el Salvador y, por supuesto, hasta el trazado ha variado, pues ahora para salvar la trinchera del ferrocarril hemos de pasar por aquí. Fue abierto al tráfico el 30 de abril de 1883 con la Compañía de los Ferrocarriles de Asturias, Galicia y León, que en 1885 se integró en la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España y que propició, con sus viviendas de trabajadores ferroviarios, almacenes y talleres, que los barrios de L'Argañosa y Vallobín tuviesen un crecimiento autónomo respecto a la ciudad, a cuyo ensanche se unieron avanzado ya el siglo XX

En 1941 la empresa estatal RENFE se hizo cargo de la línea y la electrificó en 1955 a 3.000 voltios CC, instalando en 1957 el sistema de tráfico centralizado. Cuarenta años más tarde y dentro de la operación urbanística Cinturón Verde de Oviedo, se decidió adaptar esta vía al ancho métrico para ser utilizada por los ferrocarriles de FEVE, de vía estrecha. El motivo, el desmantelamiento del tramo Oviedo-Fuso de la Reina del antiguo Ferrocarril Vasco Asturiano, que enlazaba a través de los Ferrocarriles Económicos de Asturias con Santander


El 1 de enero de 2013 FEVE se integra en Renfe Operadora y Adif, pasando esta línea a formar parte del Núcleo de Cercanías de Asturias, integrada a la vez en el Consorcio de Transportes de Asturias


Según subimos por las escaleras vemos abajo a la derecha el apeadero, incluido en la actualidad en la línea C-7 Oviedo-San Esteban 


Ya arriba en lo alto de la pasarela, tendremos buenas vistas al oeste, ya hacia el extrarradio de la ciudad


Vemos primeramente el Puente de La Florida-Parque del Oeste, de cuyo diseño nos informan en Hormigón y Acero que es una novedad en los proyectos de puentes urbanos, pues resuelve la conexión mediante una rotonda volada y semicircular, suspendida de su borde interior con una estructura de péndolas:
"Los cables de suspensión y de retenida cuelgan de un cable principal cerrado, con forma de lazo, que se ancla en un mástil central articulado. La estructura se completa con un viaducto de acceso de hormigón postesado, un vano de conexión mixto entre rotonda y viaducto, dos pasarelas voladas y un anillo de retenida de hormigón."

A la derecha, el supermercado Familia, uno de los existentes en la zona de La Florida más cercana al puente, junto al que pasaremos enseguida, siguiendo camino


Un poco más lejos tenemos los edificios de Les Campes, núcleo urbano que nació de un enclave rural de la parroquia de Naranco a finales del siglo XX y que, como La Florida, continúa su crecimiento en nuestros días


Al fondo divisamos los montes de Udrión, Godos y Sograndio, que cierran a este y oeste la entrada al valle de Trubia y, en lontananza, los de El Freisnu y Pedroriu, que separan las cuencas de los ríos Nalón y Narcea, paso de norte a sur, por su cresta, del Camín Real de la Mesa y, de este a oeste, del Camino de Santiago Primitivo, por el santuario de El Freisnu, al sur de La Cabruñana


Al otro lado de la trinchera ferroviaria han desaparecido ya todas las antiguas casas de las calles dedicadas a los reyes asturianos Alfonso I El Católico y Bermudo I El Diácono, según sigue construyéndose en La Florida, barrio del que escribe Adolfo Casaprima Collera en su Diccionario geográfico del concejo de Oviedo, publicado en 2002:
"Hasta hace bien poco era La Florida un lugar a las afueras de la ciudad en donde sobrevivían distintas caserías rurales diseminadas por El Pradón, El Prado Grande, El Montico, El Prado Colunga, los Prados de Cabal, los Prados de Méndez... La reciente urbanización ejecutada sobre dichos terrenos ha reconvertido los prados, caserías y bosquetes rurales en grandes avenidas y rotondas donde se levantan bloques de altura, dando vista a un nuevo y poblado barrio, que contará con su escuela e instituto, y que ha configurado una nueva parroquia sumándose a la vecina urbanización de Pórticos. El templo parroquial está erigido en la zona antiguamente conocida como El Pascón, y está dedicada al primer santo asturiano, San Melchor de Quirós. El topónimo, como significado de lugar florido, quiere distinguir la zona bien orientada que ya no era ciudad, sino campos y prados."

Según avanzamos por la pasarela, con La Florida siempre enfrente, vemos a lo lejos, asomando sobre los edificios, algunas estribaciones del Monte Naranco, al norte de la ciudad, por cuyas laderas meridionales más occidentales caminaremos para salir del casco urbano


Bajamos la rampa hacia el cruce de la calle Alfonso I El Católico con la calle Bermudo I El Diácono. Perdido el trazado antiguo caminero, este ha tenido diversos cambios en su señalización según avanzaba la urbanización de La Florida




Vemos ahora a la derecha la trinchera de las vías con la línea de edificios que se extiende de La Florida a Vallobín, otro de los barrios nacidos a expensas de los talleres del ferrocarril y casas de los ferroviarios, más allá del ensanche ovetense, al que se unió definitivamente pasando la posguerra, acaso un antiguo 'valle de Llobos' en las agrestes camperas y bosquetes existentes en siglos pasados al oeste de la vieja ciudad amurallada o, muy posiblemente, la antigua posesión de un tal Lupinos o Leovini, de época tardorromana o altomedieval



Y  L'Argañosa y Lavapiés o Llapiés, de donde venimos, antigua zona de argaña o 'brezo' donde, en la medianera del edificio del Bar El Choque, vemos el mural La Peregrina, de la artista estadounidense Emily Eldridge, pintada con motivo del festival de murales Parees Fest 2021


En la web del Parees Fest leemos así:
"La artista americana Emily Eldridge muestra su visión del camino de Santiago, el Camino Primitivo, cuyo origen es Oviedo. Para hacerlo, la artista se ha reunido con expertos en el Camino, representando a una peregrina como figura central, de gran presencia, en su viaje personal. La obra puede verse en el número 2 de la calle Favila, en La Argañosa."

Es una peregrina actual que, sin embargo, porta el bordón de los peregrinos históricos, rodeada de flores y plantas que parecen evocar los topónimos de estos lugares. Un cielo estrellado al fondo hace resaltar este mural llamativamente colorista


A la izquierda, la caja ferroviaria a partir del apeadero con la fachada de los edificios de la calle Favila que miran a la vía


De frente, La Florida fue construida en base a grandes bloques de pisos pero a bastante distancia unos de otros y con buenas calles, avenidas y plazas, también bastante amplias en general, así como bastantes zonas verdes como es el Parque José María Fernández Buelta, decano de los periodistas asturianos, fallecido en 2017. Del mismo nombre es el periodista y arqueólogo del que queremos compartir su biografía en la Enciclopedia de Oviedo, dado su papel en la reconstrucción de un elemento tan fundamental en las peregrinaciones como es la Cámara Santa de la Sancta Ovetensis o catedral de San Salvador:
"José María Fernández Buelta, 1894-1992. 
Nació en Ribadesella. Estudió Latín y Humanidades en Valdediós y Derecho en la Universidad de Oviedo. Ya desde su juventud se aficionó al periodismo y la arqueología. Fue redactor del diario Región de Oviedo y colaboró en ABC y Blanco y Negro; formó parte del consejo de redacción de El Carbayón y La Voz de Asturias, para trabajar después en La Nueva España. Fue además un experto en el arte de la fotografía, lo que le sirvió como ayuda para sus investigaciones arqueológicas. Gran colaborador de Víctor Hevia, fue uno de los personajes clave en la reconstrucción de la Cámara Santa y el impulsor de la creación del Jardín de los Reyes Caudillos junto a la Catedral para conmemorar los actos del milenario de Alfonso II. Entre sus campañas, destaca la que llevó a cabo para recuperar el Monasterio de San Vicente e instalar en él el Museo Arqueológico. También proyectó convertir el antiguo Hospicio en museo etnográfico, pero la Diputación Provincial desistió al convertirse en el Hotel Reconquista. 
También realizó importantes excavaciones arqueológicas en Oviedo, descubriendo importantes vestigios del núcleo fundacional de Oviedo y en 1932 el trozo que faltaba del ara fundacional de Santa María del Naranco. También destacó por su recopilación de testimonios cinematográficos de personajes de la época, como Alejandro Casona o Sabino Álvarez Gendín. 
Falleció en Oviedo el 9 de diciembre de 1992, siendo su funeral el 11 de diciembre. Anteriormente, el Ayuntamiento de Oviedo le otorgó el nombre de José María Fernández Buelta a la calle que nace en Rafael Gallego Sanz, el 15 de marzo de 1988".

Al llegar a la pasarela, caminamos unos metros en paralelo a la calle Alfonso I El Católico para, al cruzarnos con la calle Bermudo I El Diácono, seguir a la izquierda. No obstante puede ser interesante para el peregrino saber que en el bloque de la derecha está la Panadería La Florida, con su preciado pan artesano y repostería, fundada en 1990


Siguiendo la calle Bermudo I El Diácono a la izquierda, caminamos hacia el oeste, en dirección a algunos de los bloques de viviendas más recientemente construidos en el barrio, como el Habitat Mirador de La Florida, que vemos a la izquierda


El panorama de grúas y de edificios, calles, avenidas, paseos y parques en construcción forma parte del paisaje habitual que se encontrarán los peregrinos atravesando este barrio de cuyo origen nos informa Nacho G. Ruano en La Voz de Asturias del 84-2019:
"Lo que comenzó como un pequeño asentamiento cerca de Vallobín ha crecido hasta convertirse en una de las zonas más pujantes de Oviedo. La expansión de La Florida, un lugar que se halla en plena adolescencia, no tiene un límite claro. Numerosos jóvenes llegan atraídos por la tranquilidad, la amplitud de sus calles y el efecto llamada que presenta el dinamismo de un barrio que no llega a veinte años de existencia. En esta fase expansiva que vive la zona, las mujeres han tenido un papel clave a través de la apertura de nuevos negocios, establecimientos que enriquecen una oferta comercial que no para de crecer. Ellas mandan en un barrio que goza de una buena juventud.
Poco más de quince años le han bastado a La Florida para pasar de ser una zona poco habitada a convertirse en una de los ámbitos de mayor crecimiento de Oviedo. El enorme desarrollo urbanístico del barrio, auspiciado por una población joven que llega en busca de tranquilidad y de una amplitud que no le ofrecen otras zonas de la capital del Principado, no parece tener un límite a corto plazo. La demanda de viviendas y la apertura de nuevos negocios gracias a estos jóvenes que echan raíces en el barrio son un reclamo perfecto para personas procedentes de toda Asturias que buscan un nuevo hogar. 
Debido a su localización y al terreno disponible para edificar, ofrece muchas posibilidades de construir nuevas viviendas, colegios y locales alternativos con las que completar una oferta ya variada de establecimientos y espacios comerciales, de ocio y lectivos. A pesar de esta amplia oferta, existen algunas necesidades todavía no cubiertas en el barrio. La construcción de un instituto que acoja a los niños de la zona es una de las principales reclamaciones, ya que el más cercano es el de La Ería."

En la farola, la señal del Camino Primitivo nos confirma avanzar calle adelante. Las señalización jacobita aquí suele ser más fácil de seguir que en otras partes de la ciudad, pero hemos de ir bastante atentos, como en toda zona urbana, pues la señalética en ciudades puede pasar más desapercibida dada la profusión de cartelería, edificios, tránsito de gentes y personas, calles más congestionadas...


Como hemos dicho ya, las aceras son amplias y anchas, hay incluso soportales a la derecha, factibles de proporcionarnos buen cobijo en caso que nos sorprenda una tormenta saliendo de la ciudad



Nos acercamos de esta manera al supermercado que antes veíamos desde la pasarela. También hemos advertido que es común encontrarnos grúas y actividad constructora en este barrio en crecimiento y expansión que algún día llegará a unirse completamente con el de Les Campes


A la izquierda, en un prado, se ha conservado un búnker de la Guerra Civil o, realmente, un nido de ametralladoras. Siempre que estamos en el extrarradio ovetense, ahora en parte absorbido por la ciudad, como aquí, aparecen algunas señales de aquella terrible contienda, pues la ciudad fue escenario de combates durante más de un año. Escribe de él Cimero Antonio Cuestas en su blog Bitácora de Cultura de Defensa y Reservismo de Antonio Cuestas:
"Este nido de ametralladoras de La Florida ovetense (lo que queda de él) es de los pocos nacionales que quedan en Asturias. Obsérvese el raíl que tenían todos los nacionales, se ve perfectamente dónde estaba ubicado en la huella que deja en el hormigón.
Había bastantes en Oviedo, pero la expansión de la ciudad se los llevó por delante. Quedaba uno completo en La Ería, encima del nuevo Tartiere, en zona ajardinada, perfectamente integrado; pero las fuerzas del mal actúan y en un día festivo, en torno a La Inmaculada, las malévolas máquinas consistoriales actuaron y se lo cargaron con festividad, diurnidad y alevosía".

Serranías en la lejanía, al oeste-suroeste, los montes de los valles del Trubia, afluente del Nalón y, aún más lejos, las sierras del Pedroiru y Porcabezas, en la Cordillera



Picos nevados en los puertos somedanos y teberganos de la Cordillera Cantábrica, por la zona del Puertu la Mesa, uno de los más empleados en el pasado para cruzarla entre la meseta y el centro de Asturias y costa central, por ser su camino, el Camín Real de la Mesa, el que antes se despejaba de nieves y era bastante factible de ser transitado incluso en pleno invierno. Pero su relativa lejanía de la capital hizo prevalecer el paso por Payares


Llegamos al Supermercado Familia, que tiene al lado el Mercadona. Esta es la antigua zona de El Pascón "Un prado de mala calidad y muy accidentado por el terreno recibe en asturiano, entre otros, el nombre de pascón, y está presente en nuestra toponimia menor", dice el filólogo Xosé Lluis García Arias en Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos:
"se trata de un término en relación con el latín P¯ASCERE (EM) > pacer, probablemente un aumentativo del continuador de PASCUUM ‘lugar de pasto’ (EM) > ast. pascu ‘pasto’. Se trata del singular de pascua ‘pastos’, término que ya goza de vitalidad en nuestros documentos medievales."

Cruzamos ahora la calle Carreño frente al centro comercial. Salvo que pasemos muy temprano aún saliendo de la ciudad vamos a encontrar buena posibilidad de avituallarnos. Poco más allá pasaremos también junto a algunas cafeterías, de las que informaremos al llegar a ellas


Las señales jacobitas, siempre bien visibles en las farolas, nos indican cada cruce. Recomendamos no empezar a caminar hasta que haya amanecido, al menos en caminos como el Primitivo, dada la cantidad de cruces existentes, no solo en las ciudades, también y más en la campiña



Al cruzar veremos al norte, a nuestra derecha, en el Monte Naranco o, más popularmente, La Cuesta Naranco, El Cantu Borbotón (605 m). Más abajo es el Centro Asturiano y, sobre las amplias calles que llegan al Paseo de la Florida, gran eje vertebrador de estas urbanizaciones, está el Hospital Monte Naranco. El barrio puede decirse nació a partir de esa avenida que nos ocultan las arboledas de la calle El Urogallo. De ahí que Covadonga del Nero titule su reportaje Un barrio alrededor de su paseo en El Comercio del 18-4-2022:
"Al oeste de la capital asturiana se levanta uno de los barrios más jóvenes de Oviedo, junto con La Corredoria y Montecerrao. Tras abandonar la calle Vázquez de Mella, perteneciente a Vallobín, llega la plaza de Gabino Díaz Merchán, y con ella da comienzo La Florida. Un barrio que crece alrededor del llamado paseo de La Florida, la que se convirtió con su creación en la calle más larga de la ciudad, con más de 1.600 metros de distancia. 
Sus característicos edificios, con soportales unidos en el amplio paseo -que cuenta con un bulevar entre las calzadas, con dos carriles en cada dirección-, dan una sensación de amplitud que no se percibe en el resto del municipio ovetense. 
Este barrio es uno de los que más crecimiento residencial ha tenido; llegando, en la actualidad, a los 7.712 habitantes, según el último censo del Ayuntamiento de Oviedo, del pasado 31 de diciembre de 2021. El perfil de sus vecinos es variado, pero sobre todo se trata de familias, con padres que se encuentran entre los 35 y los 55 años, y con niños pequeños, «una población infantil que no deja de crecer». 
Los vecinos llevan tiempo pidiendo la creación de un instituto, pues en la actualidad en una zona que une Las Campas con Vallobín, no cuentan con ningún referente académico para los alumnos de la ESO. El instituto es una promesa que parece no terminar de materializarse. Hace apenas un par de semanas, este diario publicaba que el nuevo centro educativo, ya está adjudicado de nuevo y contará con dieciséis aulas en la planta baja. En la planta superior estarán los laboratorios y talleres específicos. Contará, asimismo, con biblioteca y gimnasio, con funcionamiento que puede ser independiente de la actividad educativa, junto a pista deportiva, cafetería y salón de actos. 
Además, el barrio cuenta con el polideportivo Florida Arena y el centro de estudios, uno de los que más usuarios acoge de toda la capital asturiana. Ofrece hasta tres supermercados, farmacias y locales hosteleros, así como variados comercios. En la actualidad está en plena creación el recinto ferial que el Ayuntamiento quiere ubicar entre las calles Muros del Nalón y Navia. 
Gonzalo y Belén Álvarez son argentinos pero llevan «toda la vida en Asturias». No son vecinos de La Florida, pero sí de los barrios colindantes, y «me gustaría acabar viviendo aquí». Ambos decidieron abrir en el Paseo de La Florida su clínica psicológica, Loquium. El paso lo dieron el 25 de octubre de 2021, convirtiéndose en el local más joven de la zona. Ahora, se dedican en cuerpo y alma a tratar a sus pacientes, la mayoría vecinos del barrio, y perciben «un mayor encanto» que cuando decidieron abrir allí. 
La decisión la tomaron después de «mucho meditar» y de mirar varias zonas de la ciudad. «Un día nos sentamos en un banco frente a este local para ver cuánta gente pasaba por aquí», explica Gonzalo. Y la respuesta impresionó a ambos: «No dejaba de pasar gente, de todas las edades». 
«Es un barrio que cuenta con mucha vida, un movimiento constante de ir y venir de gente y vehículos», aseguran ambos. «Vemos gente mayor paseando, llevando ropa de gimnasio y haciendo ejercicio, como marcha nórdica», mencionan, entre algunos ejemplos. «La actividad constante de los vecinos, el ver que es gente que busca mantenerse activa, nos cautivó». Además, la cantidad de comercios, clínicas, academias y supermercados demuestran que «La Florida seguirá creciendo». 
Asimismo, ambos socios consideran que «está genial comunicado con toda la ciudad; es un barrio de calles amplias y naturaleza, pero que comunica con La Argañosa o Vallobín. Es decir, con zonas cercanas al centro de Oviedo». Y sus clientes son también el claro reflejo de la vida en el barrio: gente mayor, adultos y algunos niños. Niños que han ido creciendo desde que hace cerca de dos décadas La Florida comenzase a crecer sin parar hasta convertirse en una apuesta clara para los comerciantes que, incluso como Gonzalo y Belén Álvarez, ni siquiera viven en la zona. 
Diego Lanchas es un toledano que se dedicaba al negocio de las copisterías en su ciudad natal, pero que hace ya dieciocho años se mudó a Asturias, donde se casó. Entonces, decidió seguir con el oficio, buscando un nuevo lugar para ello. Junto a su socia tomaron la decisión de hacerlo en el bajo de la calle Pravia, número 2. Fue el 21 de junio de 2004. Entonces, sus clientes habituales eran «los obreros que estaban construyendo el barrio». Escogieron, concretamente, La Florida porque «era una zona que estaba empezando a existir y tenía mucho futuro». 
Esos edificios conforman ahora un barrio completo, uno de los más jóvenes de la capital. «Cuando llegamos no había nada hacia abajo», recuerda. Se refiere a la dirección que dirige hasta Las Campas. Nada de lo levantado ahora «estaba entonces». Solo eran esqueletos de los futuros inmuebles. 
Lanchas recuerda cómo, hace dieciocho años, «la zona estaba llena de niños»; menores que ahora han ido creciendo y «son ya adolescentes». Y siguen llegando nuevas familias, por lo que considera una necesidad el instituto. La demanda de plazas educativas ha ido aumentando. Recuerda cómo con esa generación mencionada «se iban abriendo aulas en el colegio para poder dar clase a todos». 
Asegura sin dudarlo que «si tuviera que volver a escoger dónde vivir sería en La Florida». Para él, «es sin duda el mejor barrio de Oviedo». «Tiene calles amplias, todos los servicios necesarios y, además, está relativamente cerca del centro de Oviedo», destaca. 
Además de comerciante, es también vecino de la zona. También cree que «los espacios verdes que ofrece La Florida son un 'plus' para escoger vivir aquí». Un barrio que tiene todavía la juventud de ser de los últimos levantados en Oviedo, pero una completa actividad y oferta de servicios, por lo que, en su caso, no lo cambia por nada."


El Centro Asturiano de Oviedo, tiene su origen y antecedente es el Centro Asturiano de La Habana, en Cuba (cuyo edificio es ahora Museo Nacional de Bellas Artes), siendo estos sus comienzos, según leemos en la web del primero:
"El 8 de septiembre de 1877, festividad de la Virgen de Covadonga, se constituye solemnemente la SOCIEDAD ASTURIANA DE BENEFICENCIA, a ejemplo de otras asociaciones regionales de emigrantes. 
Durante los años 1884 y, especialmente 1885, los municipios de Tineo, Cangas, Allande y otros del occidente, sufren espantosa miseria y pobreza, merced a las paupérrimas cosechas, sumándose alarmantes brotes epidémicos de tifus y viruela. La situación es desesperada y, aunque la ayuda del resto de la región llega, es muy insuficiente. 
Las noticias pronto llegan a La Habana, formándose presto Juntas de Socorro quienes, además de recabar ayudas individuales, dirigen sus ruegos a la SOCIEDAD ASTURIANA DE BENEFICENCIA. Con una demora de tres meses, el 7 de marzo de 1886, la Junta General de la Sociedad deniega el socorro solicitado, tras una tumultuosa, acalorada y discrepante reunión. 
“El Heraldo de Asturias”, diario editado en Cuba y de gran influencia entre los asturianos, en un artículo titulado “La Solución” publicado el 21 de marzo de 1886, critica con dureza a la SOCIEDAD ASTURIANA DE BENEFICENCIA y propone claramente la fundación del CENTRO ASTURIANO; “a grandes males, grandes remedios” concluye el artículo. 
El 2 de mayo, cincuenta asturianos se reúnen y asientan las bases del futuro CENTRO ASTURIANO, y los días 5, 6 y 13 de junio, se debate y aprueba el reglamento de la Asociación. El 24 de junio se celebran las primeras elecciones para Junta Directiva, resultando elegido presidente el Excmo. Señor D. Diego González del Valle. “¡El Centro Asturiano era ya una realidad!”.


El Centro Asturiano de La Habana supera varias crisis, la de la Guerra de Cuba e independencia de la isla, de la que se recupera con nuevos socios e instalaciones, abriendo delegaciones en otros lugares d ele isla y en Tampa (Estados Unidos), la Primera Guerra Mundial y el propio incendio de su inmueble el 24 de octubre de 1918. Pero de ello también se recuperan y surge la idea de hacer sede también en la propia Asturias:
"La Primera Guerra Mundial sumerge en profunda crisis a todo el orbe. Cuba arroja al mar cantidades ingentes de azúcar incapaz de venderla; el paro, la hambruna y la enfermedad abundan por doquier y, mientras las sociedades de emigrantes descienden en el número de sus socios, el CENTRO ASTURIANO crece hasta sobrepasar en 1919 los 51.000 socios, si bien vuelven a descender a poco más de 45.000 en los años siguientes. 
Podemos decir que es en 1922 cuando se da el impulso clave para la creación de un sanatorio en Asturias con la visita de D. Francisco García Méndez, administrador de la Quinta Covadonga, quien giraba visita a su tierra en pos del descanso físico e intelectual, y que aprovechó para contactar e interesar a los medios de comunicación, Diputación Provincial, políticos, caciques y a todo persona influyente que pudiera aportar y apoyar el loable proyecto de recoger y amparar a los enfermos tuberculosos que regresaban sin recursos a su tierra, evitando así la transmisión de su dolencia al entorno familiar y vecinal al carecer del necesario aislamiento y de los cuidados profilácticos indispensables. 
Es 1926, los asturianos de Cuba discuten sobre la actuación de la Delegación de Gijón sin llegar a un acuerdo de uso y destino. Es entonces cuando se plasma y se acuerda la construcción de un sanatorio en Asturias y la creación de la Delegación de Asturias en Oviedo. El entusiasmo, la colaboración y las aportaciones dinerarias son espléndidos. 
Los cerca de 60.000 socios con que cuenta el Centro apoyan las gestiones de la Junta Directiva y viven intensamente los avatares que durante 1927 se producen hasta culminar en la compra de los terrenos en el Monte Naranco (escritura del 7 de julio) donde “serán edificados los pabellones de la naciente Casa de la Salud”. Todos contribuyen a tan altruista fin: emigrantes en Cuba, Tampa, Argentina, Uruguay, la Diputación Provincial de Oviedo, ayuntamientos asturianos, entidades privadas, particulares, en fin, el proyecto no está solo, concita fervorosos aplausos y unánimes simpatías, ya que lo que el “Centro Asturiano de la Habana pretende es ofrecer a los emigrantes retirados y a los que se les adhieran un acogedor lugar de cultura y recreo, un amoroso muelle refugio si lo apetecen y necesitan en las horas tristes de enfermedad y abatimiento. Y por sobre todo eso, que es tan humano y fraterno, el proyecto básico, la intención máxima, el santo empeño del Sanatorio que evite el éxodo luctuoso de los tísicos regados por aldeas y quintanas, por ciudades y villas, de cuantos tornan de Cuba a aquellos pueblos de égloga y salud minando su organismo por crueles enfermedades”.
Entre todas las aportaciones, destaca especialmente la de Dª Concepción “Concha” Heres, viuda de D. Manuel Valle, presidente y gran impulsor del Centro en sus inicios, que se ofrece a abonar de su peculio particular la construcción de un pabellón que deberá llevar el nombre de su inolvidable marido, con una aportación de 500.000 pesetas de la época. Este pabellón, que aparece en algunas fotografías, fue derruido, tal era el estado de deterioro causado por la guerra. Un busto en mármol de Concha Heres preside la principal avenida del Club de Campo del Naranco que lleva el nombre de tan insigne benefactora. 
En 1928 se adquieren nuevos terrenos, se inician obras de acondicionamiento y se aprueba el proyecto de construcción, obra del arquitecto ovetense D. Vidal Sáinz Heres, colocándose la primera piedra el 28 de octubre de 1929 bajo el madrinazgo de Dª. Concha Heres, a la sazón nombrada Presidenta de Honor del Centro, piedra procedente de las canteras cubanas y que hoy se puede ver en el actual edificio social del Naranco, originariamente bautizado como pabellón “Cuba”.

También en Asturias, como en Cuba, se suceden serias crisis, especialmente trágicas y virulentas, el crack de 1929, la Revolución de 1934 y la Guerra Civil, a la que seguirían, en Cuba, la incautación de su domicilio central tras la revolución castrista, pero de todo ello el Centro Asturiano saldrá adelante, pero no sin tremendos avatares, al constituirse el de Oviedo como entidad independiente de las demás delegaciones:
"El crack de 1929, afecta también a la emigración y aunque las obras siguen a ritmos dispares, la inauguración prevista para 1932 y luego en 1933, se pospone para el 12 de octubre de 1934. Vano intento, la revolución de 1934 lo impide, si bien los militares lo habilitan para atender a los heridos de la contienda. 
Durante un breve periodo de tiempo atiende a cincuenta enfermos de tuberculosis, además de realizar algunas intervenciones quirúrgicas y atenciones varias en el pabellón Manuel Valle, cuyos servicios clínico-quirúrgicos se habían inaugurado el 30 de agosto de 1935. Finalmente, la guerra civil terminó con el proyecto al sufrir gravísimos deterioros los pabellones a consecuencia de los bombardeos recibidos, rematando toda posibilidad de recuperación el triunfo de la revolución castrista, tanto con la incautación de los bienes del Centro, como de tantos emigrantes que, con sus generosas aportaciones, hicieron posible el desarrollo y realidad del Centro Asturiano de la Habana y su ingente labor social desarrollada. 
Hasta ahora hemos hablado siempre del gran proyecto del sanatorio en las laderas del totémico monte ovetense, más la sede primigenia de la Delegación de Oviedo sigue estando, prácticamente, en el mismo lugar que hoy ocupa, ya que al local de alquiler de la calle Milicias se le unió en propiedad del Centro el local primero de la calle Uría nº 18, dando así respuesta a las necesidades de espacio que el aumento de socios, servicios y actividades requería. 
La guerra y la dura posguerra tampoco son ajenos a la delegación ovetense del Centro, pero el tesón, el coraje, el espíritu de los casi doscientos socios al finalizar la contienda, les lleva a retomar las actividades y a captar nuevos asociados hasta sobrepasar los 3.000 en 1943. 
Si bien la prestación de los servicios de medicina son los más demandados, éstos se complementan con biblioteca, actividades culturales, prensa diaria, revistas, juegos y deportes de salón, fiestas y bailes, bar, etc. 
Aunque dependiente de su matriz en la Habana, la relación entre la Delegación de Oviedo y la central no pasan por el mejor momento, hasta el punto que a la subdelegación de Gijón, dependiente de Oviedo y que mantenía con ésta discrepancias varias y situaciones de rebeldía, le es otorgada el 1 de septiembre de 1949 la condición de Delegación y la consiguiente independencia de la ovetense, a la que seguiría la de Avilés el 20 de agosto de 1959. 
De suma trascendencia será la promulgación en La Habana el 16 de octubre de 1949, de los estatutos o Reglamento General y la constitución oficial de la Delegación del Centro Asturiano de la Habana en Oviedo, documento presentado en el Gobierno Civil de Oviedo para su inscripción en el Registro de Asociaciones el 10 de octubre de 1951. 
La década de los cincuenta son años muy difíciles, la constante disminución de socios y el consiguiente desequilibrio presupuestario colocan al Centro en una muy precaria situación que culmina en 1959 con la independencia de la subdelegación de Avilés. Aunque hubo alguna propuesta de venta, cercenada desde la central en la Habana, las directivas miran a la finca del Naranco sabedoras de que en ella puede estar el futuro de la asociación mediante la creación de un parque de recreo. 
Y en esto llegó Fidel. El 1 de enero de 1959 Fidel Castro entra con sus tropas en La Habana, lo que, en el futuro, supondrá la práctica desaparición del Centro Asturiano de la Habana. Mientras, la delegación del Centro en Oviedo comienza a adecuar la finca del Naranco, primero recuperando aquellas parcelas arrendadas a terceros para su explotación agropecuaria y siguiendo con el cierre del linde con San Miguel de Lillo, aguaducho y otros arreglos que facilitasen el uso de los asociados. Por primera vez se habla de dotar a la finca con instalaciones deportivas (piscina, tenis, fútbol, etc.), área infantil, rehabilitar uno de los pabellones, incluso la adecuación de terrenos para instalar un camping, así como realizar gestiones para que los autobuses urbanos llegaran hasta la finca; providencial visión la de la junta presidida por D. Ramón Ruiz Álvarez. Paralelamente, el Centro se abre a la sociedad ovetense en particular y asturiana en general, colaborando con instituciones benéficas, Universidad de Oviedo, Ayuntamiento y celebrando actos culturales y recreativos en los que no sólo participan sus socios, sino todo tipo de público interesado. 
Pero para los terrenos del Naranco no sólo miran los directivos y socios de la delegación de Oviedo, también lo hacen desde las delegaciones de Gijón y Avilés, convirtiéndose en fratricida disputa que es saldada por la intervención directa de la central habanera que, con resolución del día 20 de octubre de 1960, acuerda que “sea la propia Delegación de Oviedo quien administre los bienes del Naranco”. 
La revolución castrista se consolida, las instalaciones del Centro Asturiano de La Habana son muy apetecibles, lo que unido a discrepancias internas entre dos facciones de socios, lleva al Gobierno Revolucionario, por medio de la resolución nº 484 del Comisionado Provincial, a destituir a la junta directiva del Centro, las secciones y demás organismos direccionales o gobernativos del Centro, así como suspender transitoriamente las atribuciones de la Junta General de socios. La citada resolución designa también al Comité de Integración Revolucionaria que asumirá el gobierno del Centro, constituyendo el principio del fin del Centro Asturiano de La Habana. La comunicación, fechada en La Habana el 19 de abril de 1961, plantea una situación inesperada e inédita para la delegación ovetense y aunque el asesor jurídico de ésta, el abogado Eusebio González Abascal entiende la medida como ilegal y contraria a derecho, aconseja una posición de prudencia, tal y como recomienda el gobernador civil al que también se pide consulta al respecto. 
La andadura de los sesenta comienza, aparte de las estrecheces económicas, con una situación que devendrá en la independencia de la delegación ovetense e inscripción a su nombre de los terrenos del Naranco. Junto a las actividades corrientes en materia de sanidad y recreo, la delegación se esfuerza y afana en atender a los asturianos que regresan de Cuba, bien directamente, bien colaborando intensamente con la Asociación Asturiana de Beneficencia. Mientras, en Cuba, los bienes del Centro Asturiano de la Habana eran incautados y destinados a diversos fines y organismos del estado cubano. En la práctica, el Centro Asturiano de La Habana, emblema de la emigración, había desparecido. 
Los emigrantes asturianos, curtidos en mil batallas por salir adelante con sus trabajos y negocios, con una visión extraordinaria cuando adquirieren a diversos propietarios los terrenos del Naranco, tanto en la escritura del 5 de julio de 1927, como en la de 3 de abril de 1928, introducen una redacción clave y de gran trascendencia en el futuro y en la que se fija que “… el Sanatorio en Asturias con la Delegación que lo gobierne y dirija se considerará como entidad independiente en el momento en que el Centro Asturiano de La Habana sea liquidado, modificado su nombre o que por medio de otra forma cualquiera sufra alteración la idea fundamental que inspiró a los fundadores de la Institución y que se encuentra debidamente expresada en los artículos quinto y octavo de nuestro Reglamento General. Cuando por cualquier circunstancia de las anteriormente señaladas, sea disuelto, liquidado o modificado el Centro Asturiano de La Habana, el terreno que se adquiere, el Sanatorio que en él se funda con el nombre de Sanatorio Asturias, aparatos y material científico, pasarán a ser propiedad exclusiva de la Delegación Central residente en Oviedo, Asturias.” 
Esta condición, junto al certificado expedido en La Habana por el cónsul general de España en Cuba el 29 de abril de 1965, en el que se acredita la destitución de la directiva del Centro Asturiano de La Habana y la incautación de las propiedades del mismo, así como la total predisposición de las autoridades asturianas, va a posibilitar a la Junta Directiva presidida por D. Leonardo Rodríguez González, sastre de profesión, con el asesoramiento jurídico del abogado D. Eusebio González Abascal, registrar a su nombre los terrenos del Naranco, otorgándose escritura al efecto en la notaría de D. Enrique Linares el 28 de julio de 1965, e inscrita en el Registro de la Propiedad el día 24 de agosto. Más adelante la finca se inscribe a nombre del Centro Asturiano de Oviedo, al constituirse la delegación como asociación independiente, inscrita el 22 de junio de 1967 en el Registro del Gobierno Civil de Asturias el cambio de denominación de Centro Asturiano de La Habana, Delegación de Oviedo, por el definitivo y actual de CENTRO ASTURIANO DE OVIEDO. A partir de ahora, el Centro regirá su propio destino, roto el vínculo con su desaparecida matriz. 
Las juntas directivas del Centro, además de organizar las actividades propias para los socios en materia de sanidad, culturales y recreativas, cierran definitivamente las lindes de la finca con San Miguel de Lillo, compran el primer piso del edificio número 18 de la calle Uría, al que se comunica por su interior con el local primigenio de la calle Milicias, relanzan la explanación y adecuación de la finca del Naranco para prácticas recreativas y deportivas (pistas de tenis y campo de fútbol aunque sin rematar) a la vez que acondicionan una parte del pabellón Cuba para servicios de hostelería y se obtiene la concesión a perpetuidad del agua de los manantiales “Fuente La Mina” ” y “Fuente de los Pastores”. Para que esto fuera posible, los directivos y socios pusieron en el empeño toda la voluntad de sus almas, a la vez que conseguían créditos para tales fines, uno procedente de la Caja de Ahorros de Asturias y una subvención de la Delegación Nacional de Deportes."

Después de cruzar, del centro comercial seguiremos a la izquierda y tomaremos la calle Castrillón, que va paralela a la caja del ferrocarril


También aquí, como en los demás barrios urbanos, unas conchas doradas, hechas de bronce y colocadas en las aceras, nos confirman la ruta que hemos de tomar


Nos acercamos pues de nuevo a las vías del ferrocarril tomando dicha calle Castrillón, otro hermoso y amplio bulevar ajardinado


La acera es una gran explanada con árboles y bancos, un seto la separa la calzada



Avanzamos rápida y cómodamente ansiando caminar pronto por la bella campiña asturiana que ya vislumbramos desde aquí, muy próxima



De frente, la estructura del Puente de La Florida-Parque del Oeste, que veíamos antes, al cruzar la pasarela sobre las vías, nos sirve también de referencia visual y orientativa


A la derecha un vallado nos separa del parking y zona de lavado detrás de otro de los centros comerciales de La Florida, frente a cuya entrada, en la calle Cudillero, pasaremos enseguida


Ahora, en el Monte Naranco vemos La Peña Llampaya (561 m), bajo cuyas laderas caminaremos prontamente en el trayecto entre las aldeas de Llampaxuga y Lloriana. Llampaya y Llampaxuga tienen la misma raíz llampa relativa a terrenos inclinados, si bien se sugieren otras explicaciones etimológicas, como nos cuenta también García Arias en Toponimia Asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos:
"...topónimos que son portadores del elemento llampa ‘cuesta inclinada’ y ‘(terreno) liso, raso, despejado’ palabra de difícil etimología pero probablemente relacionada con port. lampo, cast. lampiño. 
Ahora sugerimos que esos topónimos, entre los que debe citarse Les Llampes, acaso puedan entenderse como un participio fuerte del verbo LAMPARE ‘brillar, lucir, resplandecer’, un grecismo en relación con lampas, -adis ‘lámpara’, en el origen también del ast. allampar ‘desear vivamente’. Aplicar la idea de ‘resplandeciente’ a un lugar caracterizado por ser ‘liso’ es algo que no parece inapropiado. 
Con una posible combinación de sufijos diminu tivo-despectivos, llampa (+ -ACULA + -UCA) podríamos explicar, quizá, Llampaxuga, documentada “Lanpaiva". La misma raíz es la que encontramos en Llampaya, aunque en este caso no sería imposible que se tratara del continuador del antropónimo LAMPADIUS o, si se quiere, de una *(VILLA) LAMPADIA  
No sabemos qué grado de parentesco exacto con lo que antecede tiene el ast. llampazu o llampazu ‘Heracleum pyrenaicum’ que, con toda probabilidad, se remonta a una palabra latina LAPPACEUS, A, UM formada sobre LAPPAM ‘lampazo’ o céltico *LAPPA ‘lodo’ , de la que derivan no sólo el castellano lampazo, sino el cat. llapassa, gall. labaza, y los nombres de lugar asturianos del tipo Llampaces."

Las serranías anuncian las abruptas etapas montañeras que tanto caracterizan al Camino Primitivo, famosas por su dureza pero en las que reside su belleza


Un largo paso de cebra se extiende frente a la entrada al parking y al acceso a una estación de servicio. Estemos atentos a la entrada-salida de coches



A la izquierda y al otro lado de las vías sigue la larga línea de edificios de La Fuente la Plata, antiguo valle en el que El Regatu Boo se une al Ules formando El Ríu Maxuca o de San Claudio


El Camino sigue a la derecha, por la citada calle Cudillero, pero fijémonos a la izquierda en los edificios de la calle Periodista Cepeda, al otro lado del puente


Sobre sus tejados divisamos el Aramo, la gran montaña central asturiana, una muy importante referencia visual y geográfica que nos acompañará durante un buen trecho de Camino en cuyo nombre se ha querido ver el del dios celta homónimo, Aramo, que resulta es además una deidad caminera, como nos explica el arqueólogo Fon S. P. en su web Ástures: citando a otro gran erudito, el profesor Martín Sevilla:
"El conocido coloquialmente como El Aramo tiene el nombre de un dios celta. Es una sierra de la montaña asturiana que se levanta imponente en el centro de la región. Sus estribaciones comienzan a apenas 20 km de la capital del Principado de Asturias, y se elevan hasta casi los 1800 metros de altura en el alto del Gamoniteiro. 
Un enorme accidente geográfico como este no pudo pasar desapercibido a los astures luggones, que vivían en los valles centrales de la Asturia trasmontana. Sus cumbres cubiertas de bruma ofrecen muchas tardes un paisaje espectacular. Las nieves lo cubren con bastante frecuencia durante los meses fríos del año, y de hecho es una fuente de agua potable, entre otras, para la ciudad actual de Oviedo. 
El nombre Aramo ha sido identificado como un teónimo. En la línea de explicar la toponimia sacra de muchas de las montañas astures a un lado y otro de la Cordillera. Aramo tiene un paralelismo en un nombre de un dios celta que nos llega a través de la epigrafía. 
Dice Martín Sevilla que Aramo, -onis sería una divinidad de culto local, que en la Galia acabó dando un nombre a una localidad (igual que Lugdunum p.ej.) 
La imponente muralla divide el centro de Asturias, y la vía de comunicación hacia la meseta corre a los pies de este espacio, sagrado en tiempos antiguos. Quizá es lo que significa Aramo, (bifurcación), ya que en la Galia adquiere ese significado, y Sevilla lo pone en el contexto del culto a los lares viales, tan típico del noroeste prerromano. No se olvidó su carácter en siglos posteriores. En él se ubica el Monsacro (el monte sagrado), que emparenta el espacio sagrado prerromano con el mundo sagrado de la monarquía asturiana. Una pervivencia presente en el paisaje actual".

Su cota máxima es el Gamoniteiru (1,791 m), famoso por el repetidor de televisión; a sus lados hay otros picos de alturas similares de los que iremos hablando según avancemos hacia occidente. Un lugar especialmente relevante en esas cimas es la majada de L'Angliru, mítica meta ciclista de la Vuelta a España


Y aquí, ante la gran 'rotonda colgante' del puente que comunica La Florida con La Fuente la Plata y el Parque del Oeste, una señal jacobea en la farola nos indica ir a la derecha, a la calle Cudillero, como hemos dicho


La concha identifica al Camino, la flecha amarilla es el elemento direccional. La posición de la primera, en contra de lo que suele pensarse, no implica necesariamente dirección, eso lo hace la flecha



Bordeamos así la glorieta por la misma acera y nos dirigimos a la derecha para tomar la calle Cudillero, cuyo nombre fue aprobado, como otras de La Florida, en pleno del Ayuntamiento del 6 de noviembre de 2001, cuando la urbanización de la zona estaba en marcha. De frente, destaca por su policromía el colorista edificio del Centro Deportivo Florida Arena
 


Al fondo los edificios de la calle Valdés, otra de las dedicadas a concejos asturianos en La Florida, donde se encuentra la cafetería El Buen Rincón, muy cercana al trazado del Camino


Sigue la característica estructura urbanística de La Florida de calles amplísimas con aceras muy anchas. A la derecha, la entrada al centro comercial Lidl, el tercero de los de esta manzana del barrio



Al fondo, la Plaza de Carlos Osoro, arzobispo de Oviedo entre 2002 y 2009, en el Paseo de la Florida y, justo detrás el Parque Camino de Santiago, en las laderas inferiores del Naranco, hacia donde nos encaminamos para salir del casco urbano


Dejamos la antes también citada calle Valdés a nuestra izquierda, otra de las que fueron nombradas en acuerdo municipal del 6-9-2001


La calle Cudillero sube suavemente por este amplísimo bulevar jalonado de farolas fernandinas y arbustos ornamentales. De frente en La Cuesta Naranco es el Alto la Rasa (622 m), otra de las cotas cimeras de su línea de cumbres, que se extiende de este a oeste


De frente, la Parrilla Brasería Lokal, restaurante, parrilla y asador, uno de los lugares donde podemos tomar algo antes de salir a la zona rural del concejo


Su terraza nos sirve de referencia, pues justo antes, en una farola, veremos la siguiente señal jacobea


Señal que nos indica cruzar a la izquierda, pero no aún: lo haremos en el siguiente paso de cebra, pasando la terraza


Si bien no tan atestadas de tráfico como otras situadas más al interior de la ciudad, las calles de La Florida registran un importante tránsito de vehículos, por lo que seamos muy prudentes y vayamos muy atentos al cruzar estas calles tan anchas, siempre por los lugares pertienentes


Llegamos aquí al cruce con la calle Pravia, dedicada a otro concejo asturiano el 6-11-2001. Allí en la esquina de la derecha tenemos la Cafetería Moon con sus terrazas, que va a ser otra referencia para seguir camino


La concha de bronce en el suelo confirma de nuevo la dirección a seguir


Atentos pues luego de cruzar iremos a la derecha, hacia la calle Pravia; de nuevo una calle dedicada a un concejo asturiano


Calle abajo, varios comercios, entre ellos la Papelería Copiarte, con venta de prensa. Como tantas veces decimos, no deseamos hacer una guía comercial pero sí de vez en cuando reseñamos algún negocio que pueda ser de interés para el peregrino, hostelería, alimentación, quiosco, farmacias, y otros servicios


Los numerosos bancos de madera nos ofrecen la posibilidad de hacer un cómodo alto en el Camino. Es posible que si se ha pernoctado en la ciudad aún no apetezca descansar, pero sí a lo mejor reordenar el contenido de las mochilas, ajustarse una bota, beber agua de la cantimplora, echarse crema solar o, entre otras cosas, esperar por alguien rezagado


Fijémonos también aquí en el cartel caminero jacobita colocado en la farola isabelina sita a nuestra izquierda


Cruzamos yendo hacia las terrazas y soportales de Domino's Pizza, pizzería a la que sigue la tienda de productos ecológicos El Bosque de Villarina


Un poco más allá, la Plaza Carlos Osoro, arzobispo de Oviedo entre 2002 y 2009, como hemos dicho, cuando fue nombrado arzobispo de Madrid. De la plaza cuenta así la Enciclopedia de Oviedo:
"En el año 2009 fue propuesto como Hijo adoptivo de la ciudad, además el Ayuntamiento decidió otorgarle su nombre a una plaza de la ciudad tras la recepción de una recogida de firmas por parte de los ovetenses. La primera propuesta fue aprobada con el apoyo del PP y PSOE y abstención de ASCIZ."

Al llegar a la Plaza Carlos Osoro acaba la sueva cuesta de la calle Cudillero, con el Parque Camino de Santiago ante nosotros, situado en la falda del Monte Naranco



Hemos llegado al Paseo de La Florida, al que ya nos hemos referido como eje y germen de La Florida y que es La calle más ancha de Oviedo, como la llama Marta Pérez en La Nueva España del 18-5-2008:
"Hay calles tan anchas que uno necesita calentar antes de cruzar el semáforo. La calle más ancha del mundo es el Eje Monumental de Brasilia, de 250 metros. La segunda calle más ancha del mundo es la avenida Nueve de Julio de Buenos Aires, de 140 metros. En Oviedo hay una calle que destaca por ser más ancha que las demás: el Paseo de la Florida.
Juan Álvarez tenía un sueño. Al que fuera concejal de Urbanismo en el Ayuntamiento de Oviedo entre los años 1987 y 1991, durante la segunda Corporación de Antonio Masip, le rondaba una idea en la cabeza. Madrid tenía su paseo de la Castellana, Barcelona su Diagonal y Gijón su paseo de Begoña. Pero Oviedo no tenía una gran calle. «Pensé que Oviedo debería tener un gran bulevar», cuenta el ex edil, retirado de la política activa desde aquella época. Juan Álvarez es el ideólogo del barrio de La Florida, con su bulevar central, de cincuenta metros. 
El desarrollo del plan de La Florida se remonta a 1987. El Plan General de Ordenación de Oviedo se había aprobado a finales de la Corporación anterior. El nuevo mandato comenzó con el siguiente escenario: la suspensión cautelar de licencias y dos años para desarrollar el plan. «El plan de expansión urbanística para el primer cuatrienio se fijaba en cinco sectores: La Florida, Monte Cerrao, Otero Norte, La Corredoria residencial y Las Campas», recuerda Juan Álvarez. El plan de La Florida se aprobó, finalmente, con el consenso de todos los grupos municipales en 1991. En la comisión de seguimiento del plan estaban el actual presidente del PP en Asturias, Ovidio Sánchez, Consuelo Marcos Vallaure, del desaparecido CDS, y Juan Fernández Ania (IU). 
Sin embargo, aunque la aprobación del plan se remonta a principios de los noventa del siglo pasado, en La Florida no empezaron a verse las primeras grúas hasta diez años después, en 1999, durante el segundo mandato de Gabino de Lorenzo. «El plan de La Florida no fue boicoteado, se dejó un poco aparcado. Nosotros dejamos proyectos y dinero para desarrollarlos, pero pasamos a la oposición, y había que ejercerla. Fue un cúmulo de cosas. Se optó por desarrollar otras zonas, como La Corredoria», cuenta Juan Álvarez. 
Tantos años transcurrieron entre la aprobación y el desarrollo del plan de La Florida que el candidato del PSOE a la Alcaldía de Oviedo en 1999, Leopoldo Tolivar Alas, confundió la autoría del plan en un mitin en el polideportivo de Vallobín. Juan Álvarez estaba presente. En un arrebato de inspiración Tolivar atacó «el urbanismo atroz de Gabino de Lorenzo» y no se le ocurrió un mejor ejemplo que La Florida: «Un caso claro lo tenéis aquí, en La Florida, una encrucijada de calles estrechas?». Juan Álvarez se revolvía en su asiento, en plan: «¿Pero qué estás soltando por esa boca, insensato? El plan es mío y tiene las calles más anchas de Oviedo». Más de uno pensó que el ex concejal iba a reventar el mitin. Nada más lejos de su intención. 
Cuando las primeras grúas emergieron en La Florida, Juan Álvarez se sintió realizado. «Lo que diseñamos fue lo que salió», dice. El bulevar que soñó se llama Paseo de la Florida y tiene cincuenta metros de ancho. Se complementa con calles perpendiculares con una sección de 20 metros. La siguiente calle en anchura de Oviedo es Valentín Masip, de veinte metros, que no llega ni a la mitad de la anchura de La Florida. «Estoy orgulloso de haberlo hecho. Orgulloso del consenso de toda la Corporación», cuenta hoy Juan Álvarez. 
Desde que se levantaron los primeros edificios del barrio, en 1999, han ido a vivir a La Florida 4.860 vecinos, que ya representan el 2,18 por ciento de la población ovetense. En 1999 sólo residían en la zona de La Florida unos 700 habitantes. El período de gestación del barrio, hasta ser considerado barrio, ha sido de diez años. De hecho, el Ayuntamiento no designó un alcalde de barrio, Eduardo Campa, para La Florida y su apéndice -aunque sin conexión física- Las Campas hasta hace quince meses. Antes el barrio dependía de Vallobín. 
El concejal de Urbanismo en el Ayuntamiento de Oviedo, Alberto Mortera, sitúa el barrio de La Florida como «un modelo de barrio». «Para casi cualquier espectador imparcial el modelo de urbanización de La Florida resulta espléndido. Es una zona residencial de gran calidad, amplia y con muchas zonas verdes. No tiene nada que ver con las calles apretadas de una época anterior, como la Argañosa o algunas de Ciudad Naranco. Es el modelo opuesto», explica el edil, quien augura «un gran futuro» a La Florida que viene, pero ésa ya es otra historia."

La base pétrea de las columnas isabelinas o fernandinas sirve bien para pintar las flechas amarillas que complementan la señalización jacobea de la ciudad. Vamos ahora hacia la izquierda para cruzar el Pase de la Florida al final de esta barandilla que evita que la gente cruce hacia la rotonda de la plaza


Antaño, el Camino pasaba la pasarela de Lavapiés y llegaba al Parque Camino de Santiago por las calles situadas más a la derecha de esta Plaza Carlos Osoro. Es posible que aún se conserve parte de la señalización y que su trazado aparezca en las guías, lo que puede dar lugar a algunos equívocos. Nosotros presentamos aquí la señalización actual


En la plaza se encuentra la escultura Maternidad en La Florida, inaugurada en el año 2010



Es una copia en tamaño grande de la escultura La Encarna con chiquilín de Sebastián Miranda, hecha tras adquirir el Ayuntamiento los derechos de autor sobre la misma. Existe otra más en la calle Uría


Nos dirigimos al paso de peatones, frente al que vemos, al otro lado del paseo, El Centro de Estudios de La Florida y, a su izquierda y más abajo, la Pista Polideportiva y de Pádel de La Florida. Al norte línea de cumbres del Monte Naranco hacia la Peña Llampaya, con La Rasa (628 m) en medio de esas cimas



En la ladera del monte se extiende la parroquia ovetense de su nombre, Naranco, donde destaca entre sus barrios el de Ules, con sus casas escalonadas y concentradas, bien visibles en lontananza, cuyo manantial dio agua a la ciudad, junto con los de Boo y Fitoria, a través del famoso Acueducto de los Pilares, construido entre 1577 y 1599 y que no fue sustituido por un sistema de tuberías y depósitos hasta 1875


Al caer en desuso fue dejado a su suerte y abandonado hasta que en 1915 se decidió demolerlo para favorecer la expansión urbana de la ciudad, de haberse conservado, pues aún no existía la sensibilidad actual respecto al patrimonio, hubiese sido sin duda, con sus 390 m de largo, 10 m de alto y 42 arcos (popularmente los pilares, de ahí su nombre) uno de los elementos más significativos de la ciudad, tal y como ocurre en otras poblaciones. Únicamente han llegado a nuestros días cinco de sus arcos encajados entre las casas del ahora populoso barrio urbano de Vallobín, cercano al Camino


Una larga fila de picudos árboles ornamentales crece en la franja de parterre que divide por la mitad los carriles de este Paseo de la Florida, que con sus 1.260 metros de longitud es el vial más largo de la ciudad, el cual desbancó como tal a la histórica calle Uría


También llamado Bulevar de La Florida, es asimismo la calle más ancha de la ciudad, con sus anchas aceras de más de cinco metros, sus dos carriles de circulación en cada sentido y su bulevar arbolado separador de ambos


En el bulevar de separación, vemos, ahora también de espaldas, la popular escultura de Pilar Fernández Carballedo que representa a Santiago Peregrino, hecha en bronce e inaugurada el 3 de octubre del año 2009, reproduciendo en pequeño tamaño la talla original, trabajada en piedra


"La obra escultórica puede considerarse parte de los actos celebrados por parte de la Agrupación de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago del Norte durante el mes de octubre del año 2009 en la capital ovetense", leemos en Wikipedia. Poco más allá un mojón caminero nos indica el trayecto


Al cruzar, pasaremos delante de la estatua y la veremos de frente, un lugar donde se paran muchos peregrinos para hacerse una foto o selfie, pues determina el lugar en el que el Camino Primitivo sale de la ciudad


Estamos además en un lugar bastante cómodo para detenernos sin ningún problema, pues esta franja verde entre los carriles del paseo invita a hacer una parada e inmortalizar el momento con una semeya...


Nos paramos pues, un instante para ver la estatua, fotografiarla y comentar su significado



En el pedestal se lee, justo debajo de la placa que, esquinada a la izquierda, nos dice la autoría:
COMO TESTIMONIO
DE LA PRIMERA PEREGRINACION
A SANTIAGO DE COMPOSTELA
DEL MONARCA ASTUR
ALFONSO II EL CASTO

Más abajo hay una concha de bronce, similar a las que encontramos por las aceras de la ciudad, y sigue el texto
BUEN CAMINO
PEREGRINO 
EXCMO. AYUNTAMIENTO DE OVIEDO
ASOCIACIÓN ASTUR-LEONESA DE
AMIGOS DEL CAMINO DE SANTIAGO 
SEPTIEMBRE 2009

Y aquí tenemos la estatua de Santiago Peregrino con su hábito y bordón, Un hito en bronce titula Marta Frechilla su reportaje sobre la misma y su autora en el diario El Comercio del 21-6-2009, poco antes pues de su colocación:
"Han dicho de sus esculturas que son «familiares del prerrománico». Paulino Vicente encontraba incluso otras influencias más lejanas: «En su taller, yo he visto esculturas que me recordaban a muchos expresionismos de civilizaciones africanas, precolombinas...». Tantas evocaciones, que el pintor ovetense añadió que Pilar Fernández Carballedo «no se puede encasillar».
Ahora, una de sus obras dará la despedida a los peregrinos que partan de Oviedo hacia Santiago, en el paseo de La Florida. La Asociación Asturleonesa de Amigos del Camino de Santiago ya había promovido la colocación de una escultura a la entrada, en San Lázaro. El entonces presidente, Rodrigo Grossi, volvió a recabar el apoyo municipal para una nueva. Hace algo más de un año, el día en que la artista acudió a la reunión para hablar del asunto con el concejal de Cultura, José Suárez Arias-Cachero, el promotor acababa de fallecer.

 La idea siguió adelante. Pilar Fernández Carballedo tenía un Santiago Peregrino en piedra, pero para la salida de Oviedo esculpió otro «más ancho, más de otra forma», que sirvió de modelo al que finalmente verán los caminantes. Realizado en bronce, mide algo más de un metro de altura, y la peana donde se situará metro y pico. Y en esa tesitura están, en la consecución de los trámites administrativos municipales para la aprobación de los trabajos de instalación y su inauguración. 
La escultora está encantada con el lugar elegido para su ubicación, en una de las plazoletas del paseo de La Florida. «Es un cruce muy bonito y una zona de paso obligado en el Camino. Además, la escultura se ve muy bien». Será una buena guía, servirá de hito, para que los peregrinos no se pierdan en su ruta, que con la nueva urbanización se ha entrecortado en algunas zonas del barrio. La artista confiesa que está «muy contenta» con el trabajo y con el encargo. «Me hizo mucha ilusión porque a mi hijo Moisés le gusta hacer el Camino, es un enamorado. Y yo lo voy a hacer, no me moriré sin hacerlo. Quizá no todo, porque tengo ya unos añitos», añade. 
Le queda el de Santiago, pero Pilar Fernández Carballedo lleva ya mucho camino andado. Su salón está plagado de esculturas y cuadros suyos, y la pared llena de fotos de exposiciones y eventos. Entre sus acompañantes, muchas caras conocidas. Todo un premio nobel, valdesano como ella, Severo Ochoa está con ella en una imagen. «Fue cuando hice el escudo de Tineo». En varias aparece con quienes, como ella, fueron nombrados Vaqueiros de Honor en 1997 o les acompañaron aquel día: Diego Carcedo, Victoria Prego, Sergio Marqués, Juan José Tielve, Tico Medina, Sabino Fernández Campo... «Aquí me impusieron la medalla de la Diosa Tanit. Sólo nos la dieron a tres asturianas: Mercedes Cabal, Corín Tellado y a mí». Aquel mismo año, recibió la Cruz de la Victoria. 
También en 1978, el presidente del Gobierno Adolfo Suárez inauguró la exposición que realizó en el Reconquista. En una de las imágenes aparece Menchu Álvarez del Valle, entonces famosa locutora radiofónica y ahora, además, abuela de la Princesa de Asturias. 
Y fue en aquellos años, cuando acompañada del entonces gobernador civil, José Aparicio, visitó a Pilar Fernández Carballedo para encargarle un escudo para la investidura en Covadonga de Don Felipe como Príncipe de Asturias. Curiosa la conexión y que fuera la abuela de Doña Letizia quien se lo pidiera. Pero tiene su porqué: entonces el trabajo de la escultora estaba «en los periódicos» y trabó con la locutora una buena amistad, que perdura hasta hoy. El gobernador le facilitó mucho las cosas. «El me puso un coche con chófer para que fuera a buscar la piedra. La cogí en Casa Bonifacio, en Calleras (Tineo)», recuerda. 
No era el primer trabajo que llegó a la Casa Real. Ya había enviado un Cristo y un San Juan al entonces príncipe Don Juan Carlos. Más recientemente, realizó una exposición en la ONCE, en Madrid, a la que acudió la Infanta Margarita, también en una de sus imágenes de su álbum particular. 
Está satisfecha con el camino recorrido y con las relaciones mantenidas en sus más de setenta años vida. Pero estas circunstancias no han nublado su trabajo. De niña empezó haciendo «muñequitas de tela» con los retales que le sobraban a su padre, que era sastre. Luego pasó a la madera y también coquetea con la pintura. Pero tiene algo especial con la piedra. «Yo veo la piedra y veo la obra terminada. Pienso que mis mejores obras están por hacer. Me gustaría morir trabajando en el arte; me muero por el arte».


"Relinchos, pesadas ruedas de carro y el paso solemne de la corte asturiana aún resuenan en el imaginario del peregrino que inicia el Camino Primitivo. A los pies de la Sancta Ovetensis, tras las huellas de Alfonso II el Casto, un recorrido urbano señalado por vieiras de bronce lleva a los confines de la ciudad e ingresa sin más dilación en un entorno plenamente rural", leemos en la serie Caminos del Norte del periódico La Nueva España, que prosigue así:
"La jornada inicial parte de la catedral de San Salvador y echa a andar por la calle Schultz. En ocasiones con la cabeza gacha, muy atentos a las conchas de bronce del pavimento, avanzamos por las calles San Juan, Jovellanos, la Luna, Covadonga, Melquiades Álvarez e Independencia. Atravesando el peatonal paseo de La Losa, el itinerario se interna en el barrio de La Argañosa, donde termina cruzando las vías de FEVE por un paso elevado. Más adelante, en la rotonda de la avenida de la Florida, una escultura de Santiago peregrino de la asturiana Pilar Fernández nos desea "¡Buen Camino!" antes de internarnos en la campiña."

La escultura a contraluz, con el primer sol de la mañana asomando detrás del Paseo de La Florida, tal y como la ven los peregrinos, que suelen salir de la ciudad temprano. En la página de Empresarios Camino Primitivo describen así este instante:
"A medida que nos alejamos del centro, en el barrio de La Florida, nos encontramos con la escultura de Santiago Peregrino, que nos despide de la ciudad con el mensaje “Buen Camino, peregrino”, un recordatorio de que estamos siguiendo los pasos de miles de caminantes que nos precedieron."

Por su texto antes mencionado y para diferenciarla de otras esculturas similares, una de ellas en la misma ciudad y a la entrada del Camino del Salvador, hay quien la denomina estatua Buen Camino Peregrino. En su descripción abunda Luis Javier del Valle Vega en su blog Dendecagüelu:
"Obra de la artista y escultora asturiana Pilar Fernández Carballedo, nacida en 1939 en Trevias (Valdés), luce desde el 3 de octubre de 2009 –aunque en el monolito aparezca septiembre- como colofón de los actos celebrados en Oviedo por la Agrupación de Asociaciones del Camino de Santiago del Norte. A iniciativa de la Asociación Cultural Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, entidad que también promovió la otra escultura dedicada al apóstol ubicada en el barrio de San Lázaro. (...)
Su ubicación responde a la voluntad de la Asociación y Ayuntamiento de que la misma sirva para despedir a los peregrinos y servirles de guía e hito que atraviesan la última zona urbana, la de la Florida, para continuar su rumbo hacía Grao para completar la primera etapa y continuar hasta Santiago de Compostela."

Y tras esta despedida, que más parece una bienvenida, salimos del casco urbano ovetense cruzando los carriles restantes del paseo frente al Centro de Estudios La Florida y seguimos, al otro lado de la acera, a la derecha, en dirección a la entrada al Parque Camino de Santiago


Volvemos a ver, arriba en La Cuesta Naranco, el edificio del Centro Asturiano de Oviedo, del que aún teníamos pendiente de comentar de su historia desde las últimas décadas del siglo XX hasta las primeras del XXI, leyendo ahora el capítulo de su web titulado Lanzamiento y consolidación del club:
"En 1974 llega a la presidencia el abogado y más tarde alcalde de Oviedo, D. Luis Riera Posada, quien lo hace rodeado de una nueva generación de socios entre los que hay jóvenes profesionales como economistas, ingenieros, técnicos, etc. 
La propuesta programática es un atractivo proyecto que pretende convertir la finca del Naranco en unas instalaciones referentes. El proyecto ilusiona no sólo a los socios, sino también a los ovetenses que, merced a una ingeniosa campaña publicitaria en la que “cada socio cumpla con la misión de captar un nuevo asociado” se asocian masivamente, ayudando también a ello una pujante situación económica del país y la carencia de instalaciones en Oviedo como las que se proponen desde la directiva del señor Riera. El tradicional déficit de socios que tanto limitaron los proyectos, empieza a desaparecer, se recupera definitivamente el pabellón “Cuba” para uso social, se amplían las pistas de tenis a seis canchas, se construyen dos piscinas, vestuarios, una pista de hockey sobre patines, así como otras para otros deportes, se termina el campo de fútbol, se mejora el acceso rodado, se construye un nuevo depósito de agua, etc. etc. 
Además de instalaciones, tan necesarias para acoger a los socios, se programan todo tipo de actividades culturales, deportivas, lúdicas y recreativas. 
Desde entonces, con los sucesivos presidentes (D. Angel Villanueva Diego, D. Pedro Pascual Díez Suárez, D. Manuel Peliz Iglesias y D. Alfredo Canteli Fernández) y sus correspondientes juntas directivas, el Centro se abre a la sociedad, llegando alcanzar los 22.000 socios; su crecimiento y desarrollo, tanto en instalaciones como actividades no parará hasta nuestros días, aspectos estos que trataremos en otros capítulos, situando al Centro Asturiano de Oviedo a la cabeza de los clubes de España de sus características".


Cruzamos y frente al centro de estudios, subimos a la derecha. Estamos de nuevo en la calle Cudillero, ya en sus últimos metros y al final de la cuesta


Ante nosotros, las arboledas situadas al lado del Hospital Monte Naranco que veíamos antes, en el lugar de Riello, donde antaño había caserías y El Regueru Boo hacía funcionar dos molinos harineros, Los Molinos de Riello, donde un pontón, El Pontón de Riello, pasaba sobre el arroyo comunicando con la aldea de Paniceres



Toda esta zona pertenecía a la antigua parroquia rural de San Pedro de los Arcos, llamada así por los arcos del Acueducto de los Pilares, pues anteriormente era denominada San Pedro de Otero, al estar su cabeza parroquial en un otero sobre la ciudad que se extiende a partir de la falda del Naranco



El propio topónimo Riello parece ser un diminutivo de río o, atendiendo a la raíz latina, de rivum, lo que daría rivellum. Por su parte Paniceres, en la vecina parroquia, ya eminentemente rural, de Naranco, tiene que ver con la plantación de pan, palabra que designaba tanto a la masa elaborada como al cereal panificable y su cultivo: escanda, trigo, centeno, panizu, etc., a partir del siglo XVII iría extendiéndose el maíz, procedente de América



El propio nombre de Naranco estaría vinculado a la raíz prerromana nar, hidrónimo relativo a las muchas fuentes y regueros que nacen en sus faldas y que, como hemos visto, suministraron agua a la ciudad desde tiempos remotos



Cuesta arriba más allá de Riello hubo un castro astur, el de Monte Alto, una de las referencias poblacionales más antiguas que precederían con mucho a la discutida fecha de fundación de la ciudad en el año 761 con la llegada de los monjes Máximo y Fromestano. Lamentablemente el castro desapareció con el crecimiento de la ciudad pero han llegado estudios de eruditos como José Manuel González y Fernández Valles que lo estudiaron antes de su desaparición



Paniceres está relacionado toponímicamente con San Lázaro o San Llázaro de Paniceres, santo patrón de los leprosos, por cuenta de una antigua malatería emplazada en el lugar, de la que nada parece haber llegado tampoco a nuestros días, situada al lado del Camín Real o Camín de Grao, comunicación de la ciudad con el occidente interior asturiano y con Galicia y paso de los peregrinos del Camino Primitivo



Allí al fondo, a la izquierda de la foto, a la entrada de Paniceres, estaba la Quinta Méndez, construida por los Méndez-Vigo en el lugar de la desamortizada malatería. Adolfo Casaprima Collera la conoció en ruinas, al igual que su capilla, donde se guardaba la imagen de San Lázaro, desaparecida en la Guerra Civil, procedente del santuario de la leprosería



Llegados al Parque Camino de Santiago, inaugurado en 2007, iremos a la izquierda, bajando ahora por detrás del Centro de Estudios La Florida, camino de los últimos edificios del barrio y de la subida a Paniceres. Allí un panel con el plano de la que viene a ser la primera etapa del Camino Primitivo, un mojón jacobita y una placa de bronce incrustada en una roca del parque, señalan la transición entre lo urbano y lo rural en esta salida de la ciudad






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