El Camino (calle Cerro de la Muralla) y el Palacio de Miranda-Valdecarzana |
El Palacio de Miranda-Valdecarzana, actual Casa de Cultura, señala a los peregrinos la entrada a la antigua Grado/Grau intramuros; construido en el siglo XVII sobre una torre más antigua, de los siglos XIV o XV, hecha a su vez sobre la antigua muralla del XIII, justo donde estaba la Puerta del Campo, una de las dos antiguas portonas que se conocen de la vieja puebla. Así es cómo ven el palacio, de frente a su fachada norte, los peregrinos que llegan por la calle Cerro de la Muralla junto al Parque de San Antonio (el antiguo campo que dio nombre al lugar y a la puerta), procedentes de la Avenida Valentín Andrés tras haber entrado en el casco urbano por La Estación y cruzado el puente sobre el río Cubia en San Playu, en dirección a Las Dos Vías, hasta llegar aquí
Sito entre las actuales calles Cerro de la Muralla (que sigue de frente) y Manuel Pedregal (a la derecha, dedicada a este vecino de la villa que llegó a ministro de Hacienda en la I República), el Palacio de Valdecarzana-Heredia se construyó en el siglo XVII, sobre un edificio anterior, recalcamos, en un momento en el que la muralla perdía su razón de ser, aunque aún estaría otros dos siglos en pie hasta su práctica desaparición, demolida durante la francesada pues tras ella se parapetaban las tropas francesas que ocuparon la villa en varias ocasiones. Aún a principios del siglo XX eran visibles pequeñas porciones. Cien años después, empezando el siglo XXI, se localizó y recuperó parte de su lienzo en este lugar
Por la calle Cerro de la Muralla nos dirigimos a la fachada y entrada principal, orientada al este, admirando este grandioso palacio, espacioso y alto, de tres plantas que suben a cuatro en cada una de las torres de las esquinas, declarado Monumento Histórico-Artístico y símbolo del patrimonio monumental de la villa, además de memoria de las antiguas estirpes nobiliarias mosconas, los Miranda-Valdecarzana, cuyo origen nos explica así Wikipedia:
"El marquesado de Valdecarzana es un título nobiliario español creado por el rey Felipe IV por real decreto del 1 de junio de 1639, con el vizcondado previo de Villanueva del Infantazgo, en favor de Sancho Fernández de Miranda Ponce de León Pardo y Osorio, señor de Valdecarzana en Asturias, caballero de la Orden de Santiago, que había servido al rey en el Sitio de Fuenterrabía (1638) al mando de una de las compañías que envió el Principado.
El real despacho fue expedido el 23 de febrero de 1672 por la reina Mariana de Austria, en nombre de su hijo el rey Carlos II, a favor de Lope de Miranda Ponce de León y Pardo, que fue el II marqués, hijo del primero.
Su procedencia se fija en el Principado de Asturias, concretamente en el concejo de Teverga; a través de la Casa de Miranda, que había logrado evolucionar gracias al triunfo de una serie de estrategias sociales y económicas a lo largo de varios siglos. Así, entre finales del siglo XV y principios del XVI, promovieron alianzas matrimoniales con importantes familias asturianas, comenzando por el propio concejo de Teverga y otros cercanos, y alcanzando finalmente Grado, Salas, Pravia e incluso Avilés.
A partir del siglo XVII, la tendencia fue a establecer matrimonios preferentes con la nobleza astur-gallega, procurando enlazar con familias de prestigio que estuviesen al servicio de la corona, especialmente en lo militar; lo que les permitió acercarse a la corte madrileña y codearse con la nobleza castellana. De esta forma, Diego de Miranda Ponce de León, señor de la Casa de Miranda y caballero de Santiago casó con Juana de Pardo y Osorio, perteneciente a la casa de Lanzós. Su primogénito, Sancho de Miranda Ponce de León se convirtió en el primer marqués de Valdecarzana"
De esta manera, el palacio se habría construido muy posiblemente cuando Sancho de Miranda y Ponce de León recibió el título de Marqués de Valdecarzana. Su aspecto responde a la reforma del siglo XVII del edificio medieval anterior y a otra transformación más acaecida al siglo siguiente, cuando se construye la capilla de los Dolores, situada detrás y que veremos continuando camino. Una buena explicación arquitectónica del palacio nos la ofrece el Gran Atlas del Principado de Asturias:
"El edificio es un paralelepípedo de tres plantas, que aumentan hasta cuatro en las torres situadas en cada esquina. Espacialmente se desarrolla en torno a un patio rodeado por columnas octogonales. La entrada principal, en el centro de la fachada este, da acceso a una escalera monumental, si bien el interior se encuentra remodelado. De gran simplicidad ornamental, destaca la disposición simétrica de vanos, enmarcados siembre con buen sillar de caliza rojiza"
Sobre el primer marqués de Valdecarzana en Vivir Asturias se nos dice que en 1638 y "en unión con el marqués de la Mortera, avitualló a sus expensas cien hidalgos asturianos, casi todos del concejo de Grado, para ir a defender Fuenterrabía, que estaba sitiada por el ejército francés a las órdenes de Condé". Posteriormente "Escribió y publicó un memorial exponiendo la genealogía de sus ancestros y los servicios prestados al rey, pidiéndole un título nobiliario. Se le concedió el de Marqués de Valdecarzana".
Sería entonces, una vez concedido el título, cuando Sancho López de Miranda acomete la construcción de un palacio sobre una torre hecha en la muralla, al lado de la Puerta del Campo aquí existente, de la que nos cuenta la arqueóloga que era una de las dos únicas entradas conocidas al pequeño recinto amurallado de la Puebla de Grado, según nos lo explica la arqueóloga e historiadora Alicia García Fernández en Grado (Asturias). Arqueología urbana de una villa medieval en el Camino de Santiago:
"Solo se conocen dos accesos a la villa, desde el Campo de San Antonio y en la zona del Ayuntamiento, situados en los extremos norte y sur de la vía principal. Las puertas eran arcos sencillos que franqueaban los dos metros de espesor de la muralla. En la entrada norte o Puerta del Campo existió una torre de flanqueo, cuya datación se estima en los siglos XIV-XV. Sabemos también que este sector contaba con un puente levadizo sobre un foso de seis metros de ancho y dos de profundidad que rodeaba la villa. En la zona septentrional la muralla podría haber contado con un paseo de ronda."
Dicha 'torre de flanqueo' habría estado, donde ahora se levanta la torre nororiental del palacio, siendo esta zona norte la construida sobre la muralla y antigua puerta, como se ha podido comprobar durante los trabajos de restauración del palacio para ser casa de cultura, cuando salieron a la luz restos de la muralla y torre antigua:
"Gracias a la restauración del palacio Miranda-Valdecarzana realizada en 1992-1993 conocemos varias modificaciones realizadas en el sector meridional del recinto amurallado. El palacio es obra de los siglos XVII y XVIII (su construcción sería anterior a 1642, fecha en que se concede el marquesado y momento en que el escudo cambia), pero la documentación a él referida se perdió durante la guerra de Independencia. Se sitúa en el extremo norte del cerro ocupado por la puebla. Presenta un esquema constructivo de edifico exento, de cuatro fachadas y torres en las esquinas, con las crujías articuladas en torno a un patio central. Destaca por su austeridad de recursos ornamentales. Los muros son de sillarejo unido con argamasa y los sillares de piedra caliza se usan en esquinas, vanos y soportes
La excavación arqueológica realizada con motivo de su restauración abarcó diversas dependencias internas y zonas del exterior. No se documentaron indicios de ocupación anteriores a la construcción del Palacio. Los resultados más destacados desde el punto de vista arqueológico se centran en las salas del sector norte, donde se pudo comprobar que la cerca medieval conserva tres metros y medio de altura por dos metros de ancho en los dos primeros pisos del alzado septentrional del edificio. Visto desde el exterior se aprecia claramente la curvatura de este frente, calado por diversos vanos para servicio del palacio.
La torre del ángulo noroeste del palacio fue construida sobre una obra anterior, una torre fechada como obra del siglo XIV o XV, que flanqueaba y protegía el acceso a la villa por la Puerta del Campo. Respecto al aspecto de la entrada de la villa recogemos textualmente la siguiente información aportada por Vidal de la Madrid:
En un pequeño cuadro de José Uría (144x241 mm) datado por el profesor Javier Barón en una fecha anterior a 1900 y titulado «Mercado de Grado» (colección particular) aparece una torre medieval asociada a una estructura palaciega. No obstante resulta imposible certificar si se trata de una imagen real o de una recreación arbitraria y personal del autor.De esta antigua torre se conserva el lienzo sur con su puerta de entrada de arco ojival, de 0,75 m de luz y casi 1,9 m de alto desde el cimiento. Este vano fue cegado y quedó oculto por la carga hasta ser nuevamente abierto en las labores de restauración.
Dos cicatrices a ambos lados de la puerta evidencian el replanteo del espacio cuando en el siglo XVII se construye el palacio. Como relleno para cegar el vano que originariamente daba acceso a la torre se utilizaron elementos decorativos presentes en la cercana capilla de los Dolores, obra fechada en 1713 1717.
El cimiento de la torre antigua presenta una pestaña de unos cinco centímetros; el muro se construye con cantos de mediano y gran tamaño y se traba con argamasa. Posiblemente presentara originariamente unas dimensiones más amplias que la sala actual; la pared sur donde se localiza el arco se halla ligeramente desviada respecto al eje este-oeste de la pared del patio. El lienzo este de la torre habría sido también modificado al construir el Palacio.
No es posible determinar si esta torre tuvo carácter privado, pues no hay ninguna mención expresa a ella. Una noticia de 1480 menciona una casa y torre propiedad de Esteban de Argüelles en Grado. Aunque el documento no precisa si está en la villa o en su alfoz, ninguna de las torres documentadas en el concejo aparece relacionada con ese apellido"
Justo por aquí, donde se realizó esta instalación pétrea que nos la recuerda, estuvo la muralla, que se supone se construyó a la vez que se fundó la Puebla, dentro de la política repobladora de Alfonso X El Sabio, que buscaba reorganizar el reino con una serie de poblaciones aforadas por la corona, con su propio mercado que la hiciese autosuficiente y dinámica, fueros para sus habitantes, favoreciendo su asentamiento, sobre todo de comerciantes, artesanos, etc., y su propio gobierno. Estaría libre todo ello, o al menos tal se pretendía, de los señoríos feudales de la nobleza guerrera terrateniente y de los dominios de la Iglesia, de muy cambiantes fidelidades ambos, consiguiendo establecer una red de villas con su territorio o alfoz (fundamento de los actuales concejos), de fidelidad directa al monarca que las fundaba y amparaba:
"La monarquía y más tarde el poder eclesiástico promueven centralizar las tareas administrativas y de gobierno en núcleos de tipo urbano, las polas o pueblas, en detrimento del sistema de delegación personal de las funciones de gobierno usado hasta entonces.La dotación jurídica y la organización político-económica otorgada a estas polas han sido ampliamente estudiadas en Asturias (Ruiz de la Peña 1981). Los efectos de estas fundaciones y el hecho de sobrepasar el núcleo rural plantean profundos cambios que alcanzan incluso al aspecto físico de las nuevas poblaciones. En este contexto, a mediados del siglo XIII, se funda la puebla de Grado, marcada por su vocación comercial y por hallarse en una encrucijada de caminos".
"La documentación arqueológica conocida apunta que la puebla se funda amurallada, sirviendo sus defensas para proteger a la población del asalto del conde Coalla en el año 1308. La primera referencia escrita a la cerca o muralla de la villa data del año 1310, puesto que en esa fecha se menciona en un documento de compraventa de una casa. El recinto fortificado era reducido y de planta aproximadamente cuadrangular, posiblemente más pensado como alcázar que como centro urbano propiamente dicho. Ocupaba unos 4225 m², con un perímetro murado de doscientos sesenta metros (Estrada y Muñiz 2007:9-10), lo que supone un núcleo habitacional intramuros muy exiguo."
"... elemento determinante del aspecto urbano de Grado es su carácter de villa itineraria, es decir, el hecho de vincular su callejero y las zonas de expansión urbana a un eje viario destacado representado en este caso por el Camino de Santiago. De esta forma, el recinto amurallado encierra un tramo del Camino que convierte en la calle principal de la villa con entrada y salida por sendas puertas abiertas al norte y al sur. En la zona extramuros la vía que rodea la muralla por el norte y noroeste adquiere la categoría de calle y será el foco que aglutina la expansión urbana junto con las plazas extramuros del área sur, muy posiblemente desde momentos muy próximos a la fundación".
Cuando en 1859 se abrió la antigua carretera Oviedo-Villalba (actual N-634), se protestó pues esquivaba el centro de la población, que era donde estaban los comerciantes, no obstante hacia ella se expandió prontamente el casco urbano que ya había salido de las murallas casi desde la misma fundación de la puebla. Dicha carretera, transformada en avenidas, hizo de esta rúa calle secundaria pero muy importante en el entramado viario interior de la villa. De la misma manera la carretera relegó al viejo Camín Real, en la zona rural, a vía pecuaria y de comunicación local
"En la zona exterior, un sondeo abierto en el ángulo noreste del edificio localiza un potente nivel de relleno y a unos 2,5 metros aparecen los conglomerados de base. Los rellenos excavados corresponden a un tramo del foso de la villa. El trazado de esta estructura, coetánea de la muralla, se ha documentado también en otros puntos del trazado oriental del recinto.En el año 2010, con motivo de la instalación de un ascensor en el edificio del Ayuntamiento se abrió un sondeo arqueológico que mostró la presencia, a unos ochenta centímetros bajo la rasante del suelo actual, de varias coladas de material de relleno con material constructivo intercalado (algo más de 1,8 m de potencia, sin alcanzar suelo geológico) que formarían el relleno con el que fue colmatado el foso de la villa en el siglo XIX. En la zona del Campo de San Antonio consta una referencia expresa a que el foso fue cegado en el año 1860.El perfil de la calle en la trasera del Ayuntamiento muestra un marcado desnivel, de algo más de dos metros hasta la muralla, con un cambio de pendiente a unos seis metros, siendo estas medidas coincidentes con la descripción aportada por Fernández Miranda para el foso de la villa.En la calle Tras el Ayuntamiento también podemos reconocer estos rellenos observados en las excavaciones de Valdecarzana y el Ayuntamiento. Si bien los sondeos abiertos en esta calle no alcanzaron una cota superior a un metro bajo rasante, los depósitos bajo el escombro contemporáneo presentan unas características que podrían asimilarse a las documentadas en los rellenos documentados en el foso de la villa en las excavaciones anteriormente comentadas.La topografía original de la calle debió de alterarse considerablemente, tal como indica la zanja de cimentación de la muralla que presenta buzamiento norte-sur, al contrario que la actual pendiente de esta vía."
"Para la construcción de Grado se elige una terraza aluvial del río Cubia, en una posición prominente que reforzaba su carácter defensivo. El río definía con su cauce el límite oriental de la villa, marcado por un fuerte desnivel, mientras que otro curso de agua de menor entidad, el arroyo de La Cruz, delimitaba la zona meridional y fue la causa de la fuerte curvatura de la calle principal, característica esta de la morfología de una villa de meandro. Este arroyo, hoy día soterrado, desagua a pocos metros al sureste del núcleo".
Apenas vemos el Cubia, oculto por su bella arboleda ribereña y por un magnífico paseo fluvial. Tras ella asoman algunos edificios sitos al otro lado de su puente, por donde acabamos de cruzarlo, viniendo de San Playu y, en concreto, de la zona de La Estación, por donde hemos entrado en el casco urbano
"La carta puebla de Grado es otorgada por Alfonso X en una fecha indeterminada entre los años 1255-1256. El documento original se ha perdido pero existe una escritura de venta con fecha 3 de marzo de 1256 en el que ya es mencionada la pobla de Grado
La puebla estaba constituida por el conjunto de núcleo urbano y los territorios rurales del valle de Prámaro, el alfoz de Salcedo, Bayo y Candamo, que en total aproximan la extensión del alfoz de Grado a unos trescientos kilómetros cuadrados".
"Al convertirse Grado en centro administrativo y controlador de los citados términos eclipsó el desarrollo de la villa de Peñaflor, que en los siglos XIII-XIV presentaba características preurbanas, pues en ella conocemos el desarrollo de variadas actividades como zapateros, ferreros, carniceros, mercaderes, albergueros, etc."
"Lo cierto es que hace más de un siglo, cuando en 1907 Álvaro Fernández de Miranda publicó su libro Grado y su Concejo, ya no se conocía el origen de este gentilicio y el autor escribía: «¿Por qué llaman moscones a los de Grado? Lo ignoramos; pero el mote no les importa: ¿no llaman gatos a los de Oviedo y Madrid?».
Más allá de leyendas vayamos con los hechos históricos que aporta la documentación medieval recopilada por el filólogo Xosé Lluis García Arias. Pues bien, en esta documentación del siglo XII aparece repetidamente un personaje importante en esta zona (que por aquel entonces se llamaba Prámaro y no Grado) llamado Suero y cuyo cognomen era Mosca, apelativo que luego se generalizó a toda su familia.
Antonio Villabella Patallo va más allá en su libro El Linaje de los Miranda y especula con que el rey Alfonso VII pudo entregar a este Suero Mosca unas tierras, la villa de Grado, como pago por los servicios prestados en el contexto de la guerra contra Gonzalo Peláez, el conde de Coalla. Los campesinos y gentes de estas tierras, vasallos por tanto de Suero, serían llamados desde entonces moscones"
"Como el caso de otras pueblas nuevas, Grado se convirtió en un centro de reunión para artesanos y comerciantes. El cálculo de población realizado para la villa medieval sería de entre mil y mil quinientos habitantes. Esta población difícilmente sería asumida por un recinto tan reducido como el albergado por la muralla, por lo que la expansión urbana se dirigió al espacio meridional extramuros".
"Los artistas ya han comenzado a decorar con un trampantojo la plaza de Eliseo Nicolás, Lise. El colectivo de artistas Agrupación Visual Jazz Proyect, integrado por los pintores Favila, Carmen Peláez, Juan De la Fuente y Chus Gión, vinculados a la asociación Art Grado, decoran el suelo del espacio urbano frente a la Casa de Cultura con una ilusión óptica, un moscón sobrevolando una flor. la actividad está generando mucha expectación entre los viandantes.
Esta acción de arte urbano se une a otras actividades ya organizadas por este colectivo de pintores ArtGrao como las clases magistrales de pintura al aire libre que ofrecieron para público en general en la misma plaza todos los domingos de agosto de este verano y también del verano pasado. También tienen previstas otras actividades artísticas como una obra en homenaje al doctor Crego o un concurso de pintura al aire libre".
"Mercado de artesanas de Grado este domingo en la plaza Eliseo Nicolás, frente a la Casa de Cultura, en una iniciativa que tiene vocación de continuidad y que se suma a las propuestas de la villa ofreciendo óleos, pinturas, encuadernación, arte, diseño y complementos, alfarería, muebles y accesorios de madera o piezas de costura entre otros.
La presencia conjunta de una feria de artesanía de creación de este tipo se celebró por primera vez las pasadas navidades, con las mismas participantes, pero en la plaza del Ayuntamiento. Se repitió este domingo en la plaza Eliseo Nicolás y la idea es hacerla con carácter trimestal para dar a conocer a las creadoras locales y su trabajo. No tienen formado un grupo estable como asociación por el momento, pero sí el planteamiento de agruparse de manera más estable para desarrollar estas y otras actividades, explica Marta Fernández García, del Taller Albar de muebles y accesorios de madera, y una de las promotoras de este evento que cuenta con apoyo del Ayuntamiento de Grado.
Entre los puestos participantes de este evento, bautizado como "Primer mercado estival de artesanas de Grado", también se encuentra el de Bibiana Fernández Fernández, con su firma "Mami maravillas", de costura y bordado. Valora de manera muy positiva esta iniciativa que "nos da visibilidad, hace que la gente pueda conocerte y además también nos hace ilusión enseñar lo que hacemos", indica.
Además de ellas acuden al mercado de artesanas Sandra Sarasola, de Arteria Espacio de Creación (arte, diseño y complementos), Laurita laso (decoración en macramé), Myriam Miranda Martínez (Mymarte, telas recicladas), Esperanza Medina (Taller Alfar cerámica, de torno alfarero tradicional), Vanesa Lorences Lomas ( 'La vaqueira', de cosmética natural), María Teresa Fernández-Barbón Fernández (Encuadernación y pintura) y Patrícia Martínez Menéndez ('El caxón de flores', floristería rural).
El evento ha coincidido con el mercado dominical de Grado, con gran afluencia de público y que ha tenido en este de artesanas un atractivo más para la gran cita comercial de los domingos en la villa, con productos de agroalimentación, de la huerta, textiles, flores o libros entre otros y en esta ocasión con las creaciones únicas de estas mujeres , todas ellas del concejo o el entorno".
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Lise, maestro azabachero: foto de Amasuela-Luis Lafuente Agudín en Wikipedia. CC BY-SA 4.0 |
"De formación académica Profesor de E.G.B., tuvo tendencia desde temprana edad a todo lo relacionado con las artes plásticas. El barro y la madera fueron sus primeros materiales de iniciación al conocimiento de las formas, su formación fue totalmente autodidacta.
Presentó su primera exposición de tallas en madera en el año 1973.
La necesidad e incapacidad de obtener piezas grandes por la escasez de azabache le llevan a investigar en las mezclas, taraceas e incrustaciones en las que el azabache se rodea de otros materiales, maderas nobles, guayacán, palo santo, oro, plata, madreperla, malaquita, lapislázuli, rodocrosita, caliza rosa, marfil de mamut, etc., todos ellos elegidos teniendo en cuenta colores, tonos y durezas afines al material protagonista, el azabache.
De sus primeras obras como tallista de la madera cabe destacar la potencia y dominio de la técnica que presenta en el bastón de mando del Ayuntamiento de Candamo o la talla de la Capilla de los Dolores con campanas de azabache.
Posteriormente, gracias a sus técnicas pioneras como las incrustaciones superpuestas, la técnica del vaciado o la combinación con otros materiales nobles como la madera o el marfil de mamut, se convertirá en el referente de la azabachería. No hay que olvidar que hasta su llegada, las técnicas que se aplicaban al azabache se limitaban a la talla y su engarce en metales preciosos.
De sus obras en azabache destacan sobre todas su recopilación del prerrománico asturiano y, entre ellas, su pieza de San Miguel de Lillo.
En el mundo de la joyería es donde desarrollará la mayor parte de su actividad. Sus colecciones de paisajes nocturnos con tierras con sembrados de diferentes maderas, estrellas y árboles de oro y plata, lunas de marfil de mamut o lapislázuli. Las representaciones de constelaciones y los motivos florales serán el grueso de su obra, a excepción de cuando conseguía alguna pieza de azabache de tamaño adecuado, que acababa inevitablemente convertida en una pequeña escultura. El dominio de la composición, del color y precisión las convierten en auténticas obras de arte, joyas únicas. Pero es en los encargos públicos y privados donde podemos ver a un Eliseo más libre, ya fuera para un premio institucional o la conmemoración de un fin de carrera, siendo condicionado únicamente por quién o qué institución lo iba a recibir. La escultura para Gas Asturias es un ejemplo. Pero es en ciertos encargos y, sobre todo, en aquellas piezas que realiza únicamente para él, donde podemos ver al verdadero “Lise”. En piezas como “Desarrollo en cadena” o en el “Conjunto escultórico del retablo de Ponga” es donde las combinaciones de texturas y colores, los encuentros y los encastres, presentes en todas sus obras, alcanzan otra magnitud".
"La construcción del palacio Miranda Valdecarzana sobre el lienzo de muralla o la edificación del Ayuntamiento anexo a la zona extramuros son signos evidentes de que a partir del siglo XVII el recinto amurallado ya ha minorado su carácter defensivo. No obstante la muralla volverá a cumplir un papel destacado durante la guerra de Independencia. En 1810 y tras ser recuperada la villa a los franceses, la muralla será derruida para evitar que les sirviera de refugio. Poco después, en 1811, se reconstruyó cuando las tropas del general Bonet vuelven a ocupar Grado. En 1812, se recuperó nuevamente la plaza y una vez terminada la guerra, se levantó de nuevo parte de la cerca, en concreto el tramo que en vez de la muralla rodea la huerta de los Valdecarzanas".
"Gracias a estas intervenciones arqueológicas en la muralla es posible establecer que la fundación de la puebla y su amurallamiento fueron acciones simultáneas. La villa nace como un pequeño recinto fortificado con una población que se desarrolla en su sector extramuros y que en caso necesario acude al refugio de las murallas. Así habría funcionado en uno de los episodios bélicos más destacados de la historia de la villa, el asalto realizado en la noche del 1 de marzo del año 1308 por Gonzalo Peláez de Coalla, tras doce años de pillaje y ataques al territorio del concejo y dos intentos previos de hacerse con la villa.La fisonomía urbana también se verá comprometida a causa del incendio de la villa, en este caso parece que de forma accidental, producido en el año 1368 y que conocemos por la referencia registrada en un documento de venta de una casa. Ignoramos el alcance de los efectos de este incendio, aunque debió de revestir cierta gravedad puesto que otra escritura de compraventa del mismo año menciona que el fuego afectó también a la zona extramuros."
"La Casa de Valdecarzana procede de una rama de la casa de Quirós, la más antigua de Asturias. El primer señor de Valdecarzana que se conoce fue Gonzalo Bernaldo de Quirós por merced concedida por Enrique II en 1372. El nombre se incorpora al linaje de los Miranda y sus sucesores a partir de Diego Fernández Miranda. El décimo sucesor, en línea directa, es Sancho de Miranda Ponce de León, que será el primer marqués de Valdecarzana, en 1639.
Los mayorazgos del linaje residían en Asturias hasta el tercer marqués, Sancho de Miranda Trelles, que al casarse en Madrid con la condesa de Escalante decide traslada su casa en 1717 a la capital del reino. En la Corte solo pervivieron dos generaciones más y en 1780, esta línea troncal se extingue sin descendientes.
La Casa de Valdecarzana Miranda era una de las más importantes de Asturias. Su patrimonio se extendía por cinco concejos más las jurisdicciones de Muros, Ranón y La Arena y tenían también intereses en León. Además de sus enormes rentas en pan y metálico poseían derechos de pastos, quiñones de vino, derechos en patronazgos en iglesias y abadías, escribanías y oficios de Regimiento en los municipios de Oviedo, Avilés, Pravia, Miranda, Somiedo, Grado y Teverga. Controlaban prácticamente todo lo que se movía en estos extensos territorios y los miembros de esta familia ocupaban puestos en la Junta y Diputación General del Principado hasta 1717, en que traspasan su representación a los Ramírez de Jove. Toda la actividad que generaba esta poderosa familia quedó registrada en numerosos papeles que hoy se conservan.
Los Miranda alcanzan sus mayores cotas de poder durante los siglos XVI y XVII. A mediados del siglo XVIII, según estudios de la Universidad de Oviedo y del catastro de Ensenada, eran considerados los mayores poseedores de vasallos y cotos jurisdiccionales de Asturias reuniendo entonces muchos títulos nobiliarios como marquesados y condados. Durante los siglos posteriores fueron enajenando poco a poco sus posesiones en Asturias".
Valdecarzana procede etimológicamente del nombre de uno de los tres valles teberganos (los otros son Valdesantianes y Valdesampedro) que conforman otros tantos territorios de ese concejo vecino del de Quirós, del que es oriunda la casa de Quirós, en los cercanos valles del Trubia (Grado/Grau y Teberga comparten frontera). Aquellos señores pasarían muy prontamente a ejercer su poder en territorios aledaños y en toda Asturias y parte de León
La antigua nobleza feudal se dio cuenta pronto que, para dominar las prósperas pueblas fundadas por reyes leoneses y castellanos a partir del siglo XIII no hacía falta arrasarlas a sangre y fuego sino ocupando sus puestos de gobierno y relevancia, empezando naturalmente por establecerse en ellas, abandonando sus lúgubres y fríos castillos rurales y construyendo aquí sus palacios como muestra de su poder y clase, a veces sobre nobles edificios más antiguos, como es este el caso
"Como es lógico, la arquitectura residencial tiene una faceta funcional, servir de lugar de habitación a sus propietarios. La jerarquización de los espacios y la multiplicación de las estancias fue una tónica en este tipo de construcciones. El espacio interno muestra, al igual que se puede apreciar en el exterior —sobre todo en la fachada principal— una división entre la planta baja o terrera y el entresuelo —este último en caso de que existiera— y el piano nobile. El primero albergaba el servicio de la casa, encontrando las cocinas, bodegas, almacenes, cocheras, habitaciones de los criados, etcétera; el segundo estaba reservado al espacio habitacional de la familia propietaria. La evolución de los interiores aristocráticos asturianos, al igual que los de la nobleza del reino en general, es algo incuestionable a lo largo de la Edad Moderna."
Desde el punto de vista organicista, destacan dos espacios: el patio porticado interior, que solía haber en la mayoría de los edificios mencionados, con una función de ordenación del interior doméstico, además de servir como fuente de iluminación y de ventilación; de otra parte, la escalera, que unía entre sí las diferentes plantas y en la que se podía acusar una mayor o menor escenografía, adoptando secciones cuadrangulares o en forma de U o de E."
"La casa de Cultura de Grado / Grau está de aniversario. Se cumplen 20 años de la reinauguración, tras una importante rehabilitación, del Palacio Miranda-Valdecarzana.
Un espacio que se ha consolidado como un espacio de referencia entre moscones y visitantes con sus casi 500 actividades anuales.
Dos décadas de frenética actividad que da una idea de la vida que tiene y da a Grado esta casa de cultura.
La biblioteca Valentín Andrés es uno de los rincones más visitados de este edificio. Cuenta con más de 3.000 socios, es decir, un tercio de la población del concejo y en sus estanterías es posible encontrar más de 30.000 libros".
"El Aula de las Metáforas es una biblioteca poética ubicada en Grado (Asturias), destinada a la promoción e incentivación de la poesía a través de la lectura y realización de otras actividades como exposiciones, talleres, recitales... Es, según palabras de su fundador, el poeta Fernando Beltrán, “un espacio para la lectura e imaginación”.
Beltrán realizó una donación inicial de 1600 libros de poesía. Actualmente su director es Leopoldo Sanchez Torre, profesor de la universidad de Oviedo y el fondo bibliográfico supera los ocho mil volúmenes y sigue en crecimiento gracias a la colaboración de diversas instituciones oficiales y asociaciones culturales, así como donaciones particulares. Su sede permanente se encuentra en la Casa de la Cultura de Grado, ubicada en el Palacio Miranda-Valdecarzana.
Desde el día de la inauguración, el 29 de febrero de 2004, han pasado por el Aula poetas, músicos, diseñadores y artistas como Antonio Gamoneda, Adonis, Ángel González, Joan Margarit, Francesc Parcerisas, Roger Wolfe, Xuan Bello, Berta Piñán, Olvido García Valdés, Marifé Santiago, José Luis Piquero, Jordi Doce, Miguel Mingotes, José María Parreño, Santiago Sylvester, Manuel Estrada, Pastora Vega (homenaje a Wislawa Szymborska) o Pablo Moro; además, yhan leído sus obras músicos como Amancio Prada, Luis Eduardo Aute y Víctor Manuel.
Una de las actividades más destacas del Aula es la convocatorias del premio Aula de las Metáforas, que se concede cada dos años a una persona, organismo, empresa, medio, entidad o institución que haya destacado por su labor de apoyo, difusión y celebración de la poesía. El premio consiste en la donación de una escultura original del artista Pep Carrió. En la primera convocatoria (2009) resultó galardonado el programa La estación azul, de Radio Nacional de España, en la segunda edición (2011) el premiado fue Joan Manuel Serrat, en reconocimiento a la publicación de su disco Hijo de la luz y de la sombra a labor de difusión de la obra del poeta Miguel Hernández. En la última edición celebrada (2013) se galardonó al Festival de Poesía Internacional de Medellín, Colombia.
"promover y organizar acciones que contribuyeran al desarrollo, expansión y proyección social del Aula de las Metáforas, ubicada en un ala del Palacio de Valdecarzana de la misma villa, así como a la protección tanto de los fondos editoriales como del patrimonio artístico en ella depositados".
Junto con estos dos llagares hay diversos elementos relacionados con el mundo de la sidra y su elaboración
Ya sangra el tonelde la rica sidraQue viva Asturiesque viva bientostando'l gochunel mió sartén
"El llagar del palacio de Miranda-Valdecarzana, en Grado, abre desde hoy al público, como parte de la colección del Museo Etnográfico y de Historia del concejo. El llagar, que cuenta con dos llagares antiguos, uno de pesa y otro de apretón, además de materiales y paneles explicativos sobre la fabricación de la sidra, está en los bajos de la Casa de Cultura moscona, y puede visitarse desde hoy en el mismo horario de apertura que ésta (de lunes a viernes de 10 a 20:45 horas, y sábados y domingos de 10 a 14 y de 15 a 20:45 horas). El Museo Etnográfico y de Historia del concejo cuenta con una importante colección cercana a las 2.000 piezas originales que actualmente se divide en varias sedes y colecciones: la de la Casa de Cultura con el llagar; la recién inaugurada del Palacio Fontela, con las colecciones ‘Grau, Villa ya Mercáu’, Historia de la Fotografía (con piezas de Corsino Fernández) y la Colección Acordeones (con piezas de Felipe Rubial), y la sede original, en La Cardosa, que cuenta con la colección de cultura tradicional y la colección de la Guerra Civil, en colaboración con las asociaciones ARAMA y Frente del Nalón. Los horarios de visita son: la sede Palacio Fontela, los lunes, jueves y viernes de 16.00 a 20:00 horas (se ampliará en abril de 2023) y con visitas guiadas a la Colección Historia de la Fotografía los domingos primeros de cada mes a las 12 h. La sede de La Cardosa se abre con cita previa, y la de la Casa de Cultura, como ya se indicó, con el mismo horario que la biblioteca. Las visitas guiadas pueden concertarse en los teléfonos 985754813 y 628 36 19 17 (Gustavo en el correo museoetnografico@ayto-grado.es). Las visitas son gratuitas".
"Por su singularidad, hay que hacer notar la chimenea, entendida como instrumento de calefacción, pero también como estancia específica que albergaba este elemento. La chimenea a la francesa no fue un elemento decorativo y funcional muy utilizado en las residencias nobiliarias asturianas; no obstante, he documentado algunos casos desde mediados del siglo XVII como la que los Ramírez de Jove (marqueses de San Esteban del Mar) tenían en su casa rural gijonesa, en la parroquia de Deva, o la que había en los palacios que los marqueses de Valdecarzana tenían en Oviedo (calle de San Juan) y en la villa de Grado. Esta sala es mencionada por Jovellanos en numerosas ocasiones tanto cuando residía en Madrid como en Asturias, sobre todo en su residencia gijonesa, pero también en otras que habitó como la de su anfitrión en Oviedo, el conde de Marcel de Peñalba. Es lógico pensar que se trataba de un salón más del hogar en el que se reunían los habitantes de la casa y las visitas en los meses de otoño avanzado e invierno hasta mediar la primavera. El mobiliario incluiría sillas, bancos y mesas, aunque en el caso de Jovino suponemos que se esforzara de forma concienzuda en este aspecto como demuestra en dos cartas a don Carlos González de Posada en 1800: «¡Si viera usted qué lindo está mi cuarto de chimenea y cuán graciosamente adornado!» y «La chimenea, lo mejor de cuadros pequeños, estampas y dibujos».En esta sala se desarrollaban diversas actividades, desde la lectura privada a la compartida, o a la conversación y la tertulia, incluso era lugar de encuentro para los amigos con los que disfrutar de juegos de cartas. A este respecto, según se desprende del Diario en las noches invernales y desapacibles, se llevaban a cabo partidas de «secansa» y «mediator», aunque también se practicaba la «treinta y una» y el «juego de la poule» en otras ocasiones. El juego de cartas debió de ser habitual entre la nobleza regional, pues, además de los innumerables ejemplos que nos deja Jovellanos, también contamos con el testimonio de Townsend en referencia a la casa ovetense del conde de Marcel de Peñalba: «había allí dos estancias destinadas, la una al juego de cartas, la otra a la conversación; ambas eran elegantes». Aunque no fuera mencionado por Jovellanos, es posible pensar que en las residencias aristocráticas asturianas hubiera otros juegos de distracción como la «mesa de trucos», una especie de mesa de billar, que puede observarse los primeros años de la centuria en los palacios que el marqués de Valdecarzana tenía en la calle de San Juan, de Oviedo, y en la villa de Grado, pues en el inventario de bienes de estos lugares aparece de forma explícita un «quarto de trucos»
Aquí tenemos unos bancos de madera que invitan a sentarse y descansar en este histórico rincón y varias composiciones artísticas a continuación
"La huella poética de Fernando Beltrán (Oviedo, 1956) es un ejemplo de coherencia y belleza que no desfallece con el tiempo, que no zigzaguea, que no se deja vencer por movimientos pendulares, más bien todo lo contrario. En 1982, con 26 años, obtiene el accésit del Premio Adonais con Aquelarre en Madrid, un verdadero himno existencial, considerado uno de los poemarios emblemáticos de la generación de los 80. Hasta el que hoy nos ocupa, Beltrán nos ha ofrecido algunos de los libros más bellos: La amada invencible. 80 poemas incurables (KRK, 2006), El corazón no muere (Hiperión, 2006), Mujeres encontradas (Sins Entido, 2008), o el que recoge toda su obra, desde 1980 al 2010, Donde nadie me llama (Hiperión, 2011), con prólogo de Leopoldo Sánchez Torre. En Hotel vivir, Beltrán eleva el vuelo poético como una cometa indómita que quisiera, con sus versos, romper cualquier barrera establecida por el mercado, las modas o la crítica.
Fernando Beltrán ha entrado con Hotel vivir en el Parnaso, y lo digo con la convicción de quien ha buscado desesperadamente en los últimos años una voz que pudiera devolverme la fe en la poesía. El primer poema da título al libro y su melancolía es solo comparable a la pérdida con la que Ángel González afronta el tema del paso del tiempo en su primer libro, Áspero mundo, que publica en 1956, año en que nace Fernando Beltrán. A partir de aquí, al lector se le abre una puerta por la que se le invita a entrar en un colosal edificio poético: Cuánto mide el amor. Cuánto el silencio/Cuánto mide una vida/aproximadamente, escribe al final del poema “Los lápices de Ikea”.
Los poemas de Hotel vivir son historias completas y redondas en sí mismas y, sin embargo, lo que queda al final de su lectura es una historia compacta, entera, una especie de fe de vida que Beltrán ha trazado sutilmente con “Cuarenta minutos con Theo Angelopoulos”, al conocer la muerte del director del filme, La mirada de Ulises, arrollado “por un motorista distraído”. En su poema épico, Homero usa la niebla para que Ulises, al llegar a Ítaca, no pueda reconocer la ciudad en la que nació. Fernando Beltrán utiliza el mismo recurso con el cerco de Sarajevo: a aquellos francotiradores que solo descansaban/los días de niebla, porque nadie en esos días/podía disparar al otro lado de la avenida…/. “Por eso”, dice el autor, “amo la niebla desde entonces”. En el poema “La orilla izquierda”, el poeta se duele por haber llegado tarde a París y no poder despedirse de su amigo Gérard Augustin, …yo que siempre llego antes/de la cita, del trueno, de la hora, mucho antes/de que arranquen los trenes, los cafés, los transbordos…
En Hotel vivir todos los poemas son imprescindibles, luminosos, ninguno sobra, algo poco usual en un libro de 52 poemas. Por aquí pasan los recuerdos más intensos, el amor de amante, de hijo, de padre y de amigo, el dolor, la soledad, los homenajes y hasta un poema/testamento, “Instrucciones para el día después”, un hermoso legado por el que deja lo mejor de sí mismo a todo lo que ama: Mis alas para ellas/Mi música también. Y mis errores. Y la palabra padre. Hay también un cálido reparto para las dos ciudades de su vida: Para Oviedo la tinta de mis charcos./Mi voz. Mis ojos verdes. Mi página incurable./Para Madrid mis pies./Y la palabra edad.
Fernando Beltrán ha hecho de Hotel vivir un recuento de vida y un argumento contra la muerte, y nos lo ofrece como un ADN por el que mirar sin miedo hacia el interior de uno mismo.
Seguidamente y en lo que parecería un 'minillagar', se guardan libros en estantes cerrados cual vitrina de cristal
"La Biblioteca Pública de Grado/Grau “Valentín Andrés” y la Asociación Cultural Amigos de Lise (ACALISE) han desarrollando conjuntamente el proyecto Biblio-árbol, que ha consistido en el diseño e instalación de una obra escultórica o artística, pero que al mismo tiempo funciona como una biblioteca o punto de BookCrossing (intercambio de libros).
Una biblioteca exterior, al aire libre (o mejor dicho al aire “libro”), abierta 365 días al año y las 24 horas del día.
Este biblio-árbol se ha ubicado en la plaza Maestro azabachero Eliseo Nicolás LISE, que se encuentra justamente en la villa de Grado frente a la Casa de la Cultura y la Biblioteca. La idea partió del bibliotecario, Gustavo Adolfo Fernández, y el diseño es de Abel Alonso, arquitecto y Presidente de ACALISE. Esta asociación se ha encargado de la ejecución e instalación de la obra, para lo que han recuperado y reutilizado unas antiguas vigas de madera del Casino de Trubia. Los libros para intercambiar se depositan en unas estracturas o cajas metálicas perfectamente integradas y que aseguran su impermeabilidad. El biblio-árbol incluye dos piezas de alfarería, obra de Esperanza Medina, que imitan y homenajean los diseños del maestro azabachero Eliseo Nicolás. El conjunto se complementa con unos bancos de troncos reciclados y diseñados por alumnos de Secundaria de los Institutos de Grado.
Serán los ciudadanos quienes, libremente, intercambien libros a través de este biblio-árbol, incluso se invita a que se dejen escritos, ilustraciones u otras creaciones propias que se quieran compartir. No obstante, la biblioteca de Grado dotará periodicamente de libros al biblio-árbol fruto de donaciones y duplicados. En definitiva, se trata de una iniciativa que pretende acercar aún más la lectura y la cultura a la sociedad, sin barreras y en total libertad."
A continuación del Palacio de Miranda-Valdecarzana una calleja comunica directamente con su capilla de los Dolores, si bien el viejo Camín Real y Camino de Santiago, o ahora calle Cerro de la Muralla, sigue de frente para luego hacer un giro a la derecha, en ángulo recto, pasando un edificio de viviendas que se levanta en el solar de la antigua iglesia parroquial de San Pedro, demolida en 1884 para hacer otra mayor unos metros más al oeste, en terrenos que habían sido extramuros pero, a la vez, originarios de la primitiva puebla
"El aspecto de la villa medieval acotada por la cerca quedaría completado con varios espacios abiertos, como la plaza frente al Palacio y en torno a la iglesia, además de algunas construcciones domésticas y algunos espacios libres de edificaciones tal como sugieren las menciones escritas, como el caso de la venta de una casa en el año 1310, de la que se dice está dientro de la Cerca y colindante con un solo, es decir suelo o solar"
"El edificio más destacado sería la iglesia románica de San Pedro. En el año 1279 el obispado de Oviedo y el concejo de la Puebla de Grado llegan a un acuerdo en el reparto para percibir las rentas en razón de las eglesias del cuerpo de la villa de la Pobla de Grado, sin hacer mención expresa a cuales existían en ese momento. Una referencia directa al templo de San Pedro consta en el inventario parroquial del obispo Don Gutierre del año 1385-1386."
Ya en 1677 se planteaba el traslado de la sede parroquial a otro emplazamiento, dado que el templo se quedaba pequeño para la creciente población, "pero el proyecto fue rechazado por los nobles de la villa a excepción del marqués de Valdecarzana, interesado en librar la fachada lateral de su Palacio del obstáculo que suponía el edificio románico. El proyecto se pospone hasta 1884 cuando se efectúa el derribo de la antigua iglesia y la erección, en otra ubicación, del templo actual. Dicha ubicación se encontraría unos metros más al oeste, a continuación del que fuera el hospital de peregrinos de Nuestra Señora de las Candelas, edificado extramuros y que ya languidecía en 1770 según documentos de la época
"Sus muros se adornan con elementos decorativos a base de cartelas, con espejos y follaje , y botones circulares que, junto con el variado enmarque de los vanos y repisas de las ventanas, dotan al edificio de cierta plasticidad. Se cubre a cuatro aguas, con teja curva sobre amplio alero de madera, destacando como recurso decorativo de la torre, los pináculos con bolas".
“conserva escasos recuerdos de su primitiva construcción de arquitectura románica, (...). Sufrieron restauraciones su única nave, el presbiterio con su bóveda de cañón seguido y el arco de triunfo; pero las columnitas empotradas en que éste apoya, tienen sus antiguas basas y capiteles. De la puerta de ingreso de costado queda el arco semicircular con adorno ajedrezado, y en los capiteles cabezas de clavos prismáticos. La principal es moderna, y por el exterior del ábside luce ventanilla circular con una estrella central de cuatro brazos”.
"La antigua iglesia, derribada poco ha, remontaba su fundación á fines del siglo XII, y conservaba algunos restos de su construcción primera, con arquitectura románica del segundo período; había sufrido restauraciones su única nave, con bóveda de cañón y arco triunfal; pero aún restaban de sus columnas sus capiteles y bases antiguas y el arco semicircular de una puerta lateral, con adorno ajedrezado y prismático en los capiteles; el ábside tenía una ventanilla circular, con una estrella central de cuatro brazos. Frente al altar mayor había distinguidos sepulcros: uno de ellos, con inscripción latina, de los Fernández de Miranda. Adosada al templo, estaba la capilla llamada del Pardo, construída por los de este apellido, ostentando su escudo; pero últimamente pertenecía á los Díaz Miranda".
"De la descripción parece desprenderse que, compuesta por una única nave y cabecera simple cubierta con bóveda de cañón corrido, seguía esquemas similares a los que podemos ver en otras construcciones contemporáneas de la zona, como las cercanas iglesias de San Juan de Peñaflor y San Vicente de Castañedo, las cuales, al igual que la de la villa, debieron de edificarse hacia mediados del siglo XIII dentro de los postulados del románico tardío. Puede plantearse, dada la construcción de esta iglesia en la nueva villa, cabeza municipal de toda la zona, que actuara como modelo para otros templos de la zona que, aprovechando la intensa actividad constructiva que debió de derivarse de la fundación de la puebla, decidieron por ese tiempo reconstruir sus antiguas fábricas".
De las tres porciones que están al exterior y por lo tanto a la vista aquí tenemos dos, en la fachada principal y entre la puerta y la ventana de la derecha
"En el tránsito entre la Asturias central y la occidental, a 25 km de Oviedo, se encuentra la localidad de Grado, conocida popularmente como la villa moscona. Su situación privilegiada, en plena ruta del primitivo Camino de Santiago, y su ubicación en la fértil vega formada por la confluencia del río Cubia, en cuyo margen izquierdo se asienta, con el Nalón, propiciaron un gran desarrollo de la comarca.La fundación de la villa de Grado se inscribe dentro de las políticas de repoblación llevadas a cabo en el siglo XIII por iniciativa regia. Unas políticas, que en Asturias, como puede verse también en los casos de villas como Villaviciosa o Llanes, entre otras cuantas, no deben ser entendidas desde el punto de vista demográfico, ya que las zonas donde se levantaron las nuevas poblaciones no estaban deshabitadas. Expone Ruiz de la Peña que con estas fundaciones se trató de llevar a cabo una reorganización administrativa, judicial y económica de una serie de espacios dominados por una población rural y dispersa, ya que por ese tiempo sólo Oviedo y Avilés existían como núcleos de naturaleza urbana. Por lo tanto, las pueblas asturianas nacen con un afán de centralización y reactivación de la vida urbana, para facilitar el desarrollo económico y controlar más fácilmente a la población, principalmente al poder “feudal” de algunos nobles rurales poco complacientes con el poder real.El documento fundacional de la Puebla de Grado, no ha llegado hasta nuestros días, si bien por textos posteriores sabemos que fue concedido por Alfonso X, tal y como se cita en un documento de 1279: las diera en donación el rey don Alfonso, nuestro señor, per bonos previlegios quando nos dio la pobla (...); y sabemos que dicha concesión tuvo que producirse entre 1252, cuando el monarca accede al trono, y 1256, pues en esta fecha se cita por primera vez la Pobla de Grado como entidad ya plenamente establecida. El lugar elegido para la fundación, según se desprende de los datos arqueológicos, en ese momento estaba despoblado, ya que los únicos restos encontrados pertenecen al Neolítico Medio; la elección debió de estar determinada por su privilegiada situación en el cruce de varios caminos imprescindibles para la comunicación de Asturias con las regiones limítrofes y por la fertilidad de la tierra y su localización en el centro de un territorio, conocido entonces como Pramaro, que pasaría a integrar parte de su alfoz. Fue la nueva villa, como menciona una carta de advenimiento entre el obispado y el concejo fechada en 1279, en pugna por los derechos sobre la parroquial, asentada (tanto la iglesia como la villa) en nuestro obispado e porque diziemos que eran territorio de la nuestra iglesia de Santa Olalla que ye el nuestro cellero de Santo Adolfo e que ye iglesia parrochial; por lo que la mitra ovetense considera suyos los derechos sobre la iglesia. Se identifican los lugares mencionados en el texto con la actual parroquia de Santa Eulalia de la Mata, a menos de un kilómetro de Grado, y cuyas primeras referencias, tal y como pueden verse en la entrada referida a este templo en esta misma colección, se remontan al siglo X. Podemos por tanto considerar esta villa qua apellatur Sancte Eulalie, como se menciona en un documento de 1086, como el precedente más inmediato de la Puebla de Grado, situada en el denominado territorio Pramaro.Fundado el nuevo núcleo urbano y llamado a centralizar la vida jurídico-administrativa y económica de la zona, rápidamente comenzó a desarrollarse como un importante centro comercial y artesanal, constatándose en los textos bajomedievales la presencia entre sus vecinos de comerciantes, ferreros, carniceros, telleros, entre otros, lo que sin duda se vio favorecido por su situación en el centro de distintas rutas comerciales y por el camino jacobeo entre San Salvador de Oviedo y Santiago de Compostela. Cualidad de la que también se deriva la distribución morfológica de la nueva urbe, que adopta un esquema típico de las denominadas villas itinerarias. De esta forma el plano original de la localidad, delimitado en su día por una cerca, de la que todavía quedaban en pie algunos restos en el siglo XIX, está articulado por dos vías paralelas en dirección este-oeste, siendo la principal de ellas el tramo que se corresponde con el camino jacobeo. Las dos calles se enlazan y cortan por una serie de callejas perpendiculares a ellas con las que se van dibujando las distintas manzanas del entramado, algunas de ellas libres de edificación para formar plazuelas secundarias complementarias de la plaza principal, donde en origen se levantó la iglesia parroquial y tenían lugar las reuniones municipales, que se localizaba en el arranque de las dos vías principales".
"... tendrían su acomodo las formas de devoción familiar y, además, se facilitaría la asistencia a los cultos a los individuos enfermos o impedidos de la casa. Este espacio, asociado con frecuencia a uno de los dormitorios principales de la vivienda, reunía las imágenes objeto de especial devoción del linaje y cumplía las funciones de una pequeña capilla doméstica en aquellos palacios que aún no contaban con un recinto construido para este fin.En la casa de Miranda de Grado, el inventario de los objetos de la vivienda realizado en 1719 nos proporciona una visión muy compleja de la situación del oratorio en esos momentos, cuando ya había sido construida la capilla, pero aún no estaba lo suficientemente alhajada. Este espacio concentraba un número muy elevado de imágenes y su apariencia se aproximaba a la de un pequeño santuario popular, saturado de pequeñas tallas de la Virgen y de San José, un crucifijo de marfil y ébano, láminas y tablas de asuntos religiosos, vasos y ornamentos litúrgicos y todo ello presidido por una imagen de Nuestra Señora de los Dolores en el interior de una urna"
"Magnífica capilla; grande, bella arquitectura; toda de jaspe rojo y negro sin bruñir; dedicada a Nuestra Señora de los Dolores; retablo nuevo de madera sin estofar; mala escultura; un buen crucifijo de marfil; bellísima sacristía; la capilla mal situada, junto a la iglesia parroquial, que la asombra y es de ella más asombrada; quisieron quitar la iglesia los marqueses y hacer otra nueva fuera de su cercado".
"... Estas pilastras van a morir a un friso liso, sobre el que hay un frontón recto y partido donde se encuentra una hornacina en la que había una imagen de la Virgen de los Dolores, desaparecida y que solo conserva su peana. La hornacina está enmarcada por medio de unas columnillas exentas, que sostienen un entablamento elaborado con motivos geométricos, dentro de la hornacina se encuentra una inscripción: «AVE MARIA GRACIA PLENA». El acceso de esta entrada da al tramo situado bajo la cúpula del tramo delantero de la capilla".
Esta portada correspondería al primer tramo de la capilla, de mayor altura. Fijémonos en los sillares salientes en la esquina, a la derecha, llamados arquitectónicamente dentellones
"En contra de esta atribución puede argumentarse que la capilla no es asimilable como conjunto a ninguna obra conocida de Riva y que la aparición de éste en la región es prácticamente simultánea al inicio de los trabajos, por lo que el proyecto podría estar ya elaborado. No obstante hemos documentado la presencia de su tío, Francisco Alonso de la Riva, en Grado durante 1715, cuando aún no había sido concluida la obra. Tan sólo se trata de un dato circunstancial, pero este maestro, que ya había abandonado los trabajos del convento de la Merced de Avilés por discrepancias con el Marqués de Camposagrado, se encontraba residiendo en Grado y estaba suficientemente cualificado para encargarse el proyecto, por lo que parece razonable que él o su sobrino estuviesen ocupándose de la obra más ambiciosa que se realizaba en la villa en esos momentos".
"De esta forma , la marquesa se convirtió en una verdadera inspiradora de una obra que nunca pudo concluirse según estaba previsto, a causa del traslado de la familia a la corte, pero cuyo diseño, generoso en los materiales e inteligente en la concepción arquitectónica pudo haber sido trazado por un arquitecto madrileño e interpretado por un artífice local. En contra de este supuesto pueden alegarse el extraordinario mimo y el perfecto acabado que demuestran cada uno de los detalles del edificio y que solo pueden alcanzarse cuando el arquitecto que dirige los trabajos domina el diseño, asume los riesgos y se compromete plenamente con el proyecto".
"Los vanos del piso principal parecen haber sido rasgados de una ventana anterior, del mismo modo que ha debido suceder con los de las torres, y en alguno de ellos se distingue el replanteo del proyecto original que varió su amplitud y el trazado del muro. La grieta que precede a la torre demuestra una fase constructiva anterior y los dentellones de la esquina sugieren una conexión futura con la capilla nunca realizada".
Para Vidal de la Madrid esta capilla "representa el último y ambicioso escalón en la evolución del modelo de capilla señorial asturiana y, por tanto, es un ejemplo muy significativo del arte nobiliario en la región en un momento en que estos edificios estaban abandonando su trazado habitual para convertirse en iglesias monumentales, con las cuales algunos linajes buscaban la transformación de los pequeños templos privados en grandilocuentes y complejas fundaciones piadosas".
Aquí mismo estaba anteriormente en la muralla la Puerta de la Plaza, según los planos proporcionados por Alicia García Fernández, por lo que, el solar donde se ubica actualmente el Ayuntamiento ya estaría extramuros, si bien, recordamos una vez más, la población desde un principio se asentó más allá de la muralla dado el diminuto terreno que cobijaba:
"Extramuros, la población se irá estableciendo entorno a las calles que traza el Camino y por las plazas exteriores, que fueron asiento de las zonas de mercado, del propio ayuntamiento y de, básicamente, todo el entramado urbano propiamente dicho. Las menciones escritas indican la existencia de casas y espacios libres, edificables o destinados al cultivo, tal como sugiere la venta en 1368 de un controzio en la zona denominada en çima de la villa.En este sentido la villa no parece diferir de otras polas como por ejemplo Villaviciosa, en las que al menos en las primeras fases de su crecimiento se reconoce un urbanismo aún con características rurales.Una construcción que debió ser habitual en las villas medievales es el hórreo, siendo este un elemento muy presente aún hoy en día en la trama urbana de Grado y reflejado también en su toponimia (Plaza de la Panerina, calle El Horrín)".
"En el siglo XIII ya existía. Abrazaba el pequeño recinto donde estuvo la iglesia antigua y está hoy la casa y huerta de Valdecarzana; tras ella se refugiaba y defendía el vecindario de externas agresiones y así esos muros libraron de la muerte á no pocos habitantes cuando la quema de Grado por el feroz Conde Gonzalo Peláez de Coalla, cuya lamentable vida tendremos que narrar con detenimiento.Tenía la muralla, más bien gruesa cera, dos "portonas" con puente levadizo sobre el foso que la rodeaba, llegando hasta ella las aguas del Cubia, que seguían su curso por la finca de Socampo. Una de las "portonas" daba al Campo, y la otra, derribada en 1866, á la Plaza del Ayuntamiento, y cuyo arco sostenía la "torrecilla del reloj". Presentaba el muro metro y medio de espesor, variando su altura entre seis y siete metros, y el foso contaba de ancho seis y dos de profundidad, aproximadamente.Hasta últimos de 1810 se conservó toda la muralla, siendo entonces derruída en su casi totalidad de orden superior, "porque era un fuerte donde se intentaban defender los franceses, causando daño á las tropas ó guerrillas que les atacaban". Hoy solo queda el lienzo que el río lamió y otros restos exiguos de la que sigue llamándose muralla de la villa, de históricos recuerdos".
La actual casa consistorial es resultado de varias obras y remodelaciones; la última más importante, que le dio la traza actual, fue efectuada por el reseñado arquitecto Leopoldo Corugedo entre 1931 y 1936, que es cuando se decidió intervenir, como hemos dicho, en el colindante edificio de la Casa del Rosal para que no 'desentonase'.
En esta visión de conjunto vemos la casa consistorial con la Casa del Rosal, cada una con su torre, diferentes en tamaño, ornamento, colores y filigranas pero sin desentonar excesivamente, pues también se haría necesario diferenciar bien uno de otro edificio, no vaya a ser que nadie 'entrase por la puerta equivocada'
A la derecha, en la Travesía Tras el Ayuntamiento, hay otro gran balcón...
"Grau y su mercado tradicional forman un binomio indisoluble desde tiempo inmemorial. En buena medida, la propia existencia de la villa de Grau se justifica por su función de mercado. Un mercado que ha constituido y constituye el principal activo y motor económico del concejo. Buena parte del papel que la villa de Grado desempeña como cabecera comarcal procede de la trascendencia de sus dos mercados semanales hacia los que convergen productores, productos y clientes de toda Asturias y de fuera de nuestra región. Más de 200 puestos de venta ambulante se instalan cada domingo en la villa moscona y miles de visitantes de toda Asturias acuden a este reclamo.
La propia evolución histórica y crecimiento de la villa son una proyección y una evolución de su mercado semanal a mercado permanente, cuyos locales abastecen de bienes y servicios comerciales, administrativos, financieros y técnicos a toda la comarca.
La plaza alberga una estatua en homenaje a las tradicionales vendedoras del mercado.
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