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martes, 12 de agosto de 2025

LAS VEIGAS DE GRADO/GRAU (ASTURIAS) EL 'RISUEÑO VALLE' ENTRE EL NALÓN Y EL CUBIA: DE PEÑAFLOR A LA ESTACIÓN

Las Veigas y Grado/Grau al fondo

Tras salir del desfiladero de Peñaflor, pueblo y puente sobre el río Nalón, el paisaje se une a un gran valle, La Veiga o Las Veigas, formada por las vegas de Peñaflor, Grado/Grau, La Mata y Pereda, allí donde el Nalón y su afluente el Cubia se unen, justo al norte de Grado/Grau, la villa capital del concejo homónimo, cuyos edificios asoman sobre las pumaradas de La Veiga y sus praderías, así como las casas de otros pueblos vecinos, como las aldeas de la parroquia de Castañéu, al norte de la población (y a la derecha de la foto), que también vemos desde aquí

Saliendo a La Veiga Peñaflor

Saliendo de la arboleda ribereña del Nalón y del pueblo de Peñaflor, dejando atrás La Peña'l Viso y el desfiladero, pasamos primeramente por La Veiga Peñaflor, donde el paisaje, llanísimo y abierto, contrasta enormemente con la estrecha foz por la que acabamos de pasar, entre esos altos peñascos entre los que discurre el río en dirección oeste, como nosotros


Y ya desde aquí, a un kilómetro y medio de la estación del tren, entrada en el casco urbano por el Camino de Santiago, ya reconocemos en la distancia los edificios blancos de Grado/Grau en medio del valle, con las montañas del Pedroriu o Sierra de Miranda, por donde va el famoso Camín Real de la Mesa, en la distancia


Los peregrinos pues, ya ven ante ellos la villa de Grado/Grau, al pie de la serranías que tenemos al fondo, a occidente, por las que discurre, en dirección norte-sur, el Camín Real de la Mesa, la vía de comunicación más importante antiguamente entre Asturias y la meseta, que allá arriba se cruzará con el Camín Real de Galicia, que es este por el que estamos caminando, el Camino de Santiago. Vemos así La Sierra Miranda o de Pedroriu, con las dos cumbres gemelas, a la izquierda, de El Picu Pedroriu (786 m) y Las Pruyales (671 m). Más a su derecha es Aguilera (551 m) y El Picu Curueza o Curuoza (527 m), junto al que, justo a su derecha, va subiendo el Camino Primitivo desde Grado/Grau al alto de El Freisnu, venerado santuario de honda tradición romera


El Camín Real de la Mesa fue la más importante vía de comunicación entre Asturias y la meseta en tiempos remotos, al ser La Mesa el puerto más libre de nieve en el invierno y el mejor de transitar. Seguía la línea de cumbres de sur a norte llegando de la Cordillera a la costa vía Pravia, la antigua Flavionavia romana en territorio de los astures pésicos y capital de Asturias con Silo y Adosinda, y acaso seguidamente con Mauregato y Bermudo. Posteriormente, cuando Alfonso II El Casto trasladó la capitalidad a Oviedo/Uviéu, un ramal se dirigiría a ella por esta veiga, ganando el paso de Peñaflor. Aquí se fundaría, en el siglo XIII, la villa de Grado/Grau


Al otro lado de El Freisnu (a la derecha de la foto, arriba y a lo lejos) dejaremos el concejo de Grado/Grau y entraremos al concejo de Salas, pasando del valle del Nalón al del Narcea, otro de sus afluentes y otra gran cuenca fluvial asturiana, puerta del occidente astur


El Nalón deja aquí, al norte de la villa, su rumbo oeste y se dirige a la derecha, al norte, formando un ángulo recto en cuyo vértice recibe las aguas del Cubia, que acaba de pasar la población. Ahí tenemos las casas de El Barriu Azul, Vistalegre, El Tarreiru, La Matiega, El Llanu'l Cura y otros barrios y caserías de la parroquia de Castañéu, en la ladera meridional del monte Picarosu, que cierra el valle por el oeste


Por ahí, al pie del monte y por las riberas del Cubia primero y del Nalón después va la carretera de Avilés (AS-237) y el antiguo Ferrocarril Vasco-Asturiano, que enlazó el puerto de San Esteban con la cuenca minera del Caudal, transportándose por él carbón y toda clase de mercancías, así como pasajeros. Así, la famosa huerta de Grado/Grau con sus casería, fundamento de sus multitudinarios mercados de los miércoles y, sobre todo, los domingos, fue la auténtica despensa de gran parte del centro de Asturias, especialmente de dicha cuenca minera


El ferrocarril pasa aquí justo a nuestra izquierda, el Vasco-Asturiano. En su libro Grado y su concejo, publicado en 1907, tres años después de la apertura de la línea, por el cronista Álvaro Fernández de Miranda, escribe de él en estos términos:
"Vanamente los moscones se habían agitado en ocasiones distintas para lograr que su pueblo tuviera ferrocarril: cuando se proyectó el llamado de Castilla, pretendieron que la línea pasara por Grado cruzando el Ventana, en vez del Pajares, y los representantes de los Concejos de Occidente, convocados al efecto en la expresada villa por D. Pablo Fernández de Miranda, aprontaron recursos para los estudios de un proyecto que apoyaron eminencias científicas y fué muy discutido; después se hicieron tanteos ó estudios de vía ancha y estrecha, que hubieran unido a Grado con Oviedo ó Trubia; pero nada práctico resultó de ellos; y cuando, alejada la esperanza, nadie pensaba en el ferrocarril, proyectóse y construyóse, relativamente en poco tiempo (en cuatro años), el Vasco-asturiano, que vino a colmar los deseos de estos habitantes y á sacar del letargo extensas y ricas comarcas"

En 1972, con la crisis minera y otros avatares, como la mejora de los transportes por carretera y la generalización del uso del automóvil, el tren entró en un periodo de decadencia y, como otras muchas líneas españolas, fue integrada en la estatal Feve, ofreciendo servicio de cercanías para pasajeros 


Una leyenda alude a que el gentilicio moscones, que desplazó al de gradenses, tiene su origen en la famosa batalla que se libró aquí en mayo de 1809 durante la francesada o invasión napoleónica, la batalla de Peñaflor, cuando las tropas francesas del mariscal Ney, que habían entrado sorpresivamente en Asturias por el occidente, desbarataron aquí una muy improvisada defensa asturiana, forzando el paso de Peñaflor desde esta veiga y saqueando la villa en represalia a esta resistencia antes de entrar en Oviedo/Uviéu. Sin embargo, diversos estudios apuntan en otra dirección. Escribe de ello Gustavo Adolfo Fernández, cronista oficial de Grado/Grau en La Voz del Trubia del 13-4-2016:
"Lo cierto es que hace más de un siglo, cuando en 1907 Álvaro Fernández de Miranda publicó su libro Grado y su Concejo, ya no se conocía el origen de este gentilicio y el autor escribía: «¿Por qué llaman moscones a los de Grado? Lo ignoramos; pero el mote no les importa: ¿no llaman gatos a los de Oviedo y Madrid?». 
Más allá de leyendas vayamos con los hechos históricos que aporta la documentación medieval recopilada por el filólogo Xosé Lluis García Arias. Pues bien, en esta documentación del siglo XII aparece repetidamente un personaje importante en esta zona (que por aquel entonces se llamaba Prámaro y no Grado) llamado Suero y cuyo cognomen era Mosca, apelativo que luego se generalizó a toda su familia. 
Antonio Villabella Patallo va más allá en su libro El Linaje de los Miranda y especula con que el rey Alfonso VII pudo entregar a este Suero Mosca unas tierras, la villa de Grado, como pago por los servicios prestados en el contexto de la guerra contra Gonzalo Peláez, el conde de Coalla. Los campesinos y gentes de estas tierras, vasallos por tanto de Suero, serían llamados desde entonces moscones"

Prámaro, Bayo o Grado (documentado 'Grao'), Salcedo y otros topónimos altomedievales alusivos al territorio que después sería el concejo de Grado/Grau, han sido objeto de discusión sobre a qué términos realmente englobarían. Con la fundación de la puebla esta recibiría el nombre de uno de ellos, Grado, acaso nombre de un antiguo posesor, Gratus o, como dice el filólogo Xosé Lluis García Arias en Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos, "quizá sea mejor partir del latín GRADUM ‘paso’, ‘escalón’ (EM) que origina el castellano grado, catalán grau. En esta lengua pasa a significar también ‘puerto en la desemboca dura de un río’, por el escalón que forma la barra. En el caso asturiano es posible que el continuador de GRADUM perviva en Grau, documentado “Grao”


Actualmente son topónimos oficiales Grado y Grau, aunque muy posiblemente lo que más se escuche en Asturias sea Grao. Se ocupa de ello también Gustavo Adolfo Fernández en Soy de Grado-Grao-Grau, artículo publicado en el periódico La Nueva España del 18-2-2017 "Con el objetivo de contagiar mi mosconismo"


En la actualidad gran parte de La Veiga está aprovechada como prado de pasto y siega o, lo que es lo mismo, 'de diente y guadaña', como se decía secularmente, pero también veremos buenos cultivos, como este de escanda, el preciado "trigo de montaña", llamado popularmente pan. Fue la clase de trigo más empleada en la antigüedad, si bien en la actualidad solamente se planta en algunos lugares de Asturias y de la India


En Asturias se plantaba desde antes de la llegada de los romanos y fue hasta primeros del siglo XX uno de los cereales panificables más importantes junto con el trigo, el centeno y, por supuesto, el maíz a partir de los siglos XVII y XVIII, traído de América. Este último se extendió rápidamente para alimento de personas y ganado y por permitir alternar su plantación con los otros cereales, haciendo desaparecer el mijo y el panizo


En las excavaciones arqueológicas hechas en algunos castros se han hallado muestras de escanda desde unos ocho siglos a. de C. y en la documentación medieval aparece citada como iscanla, iscandula, scandula o scanla. En este concejo aún se daba en pago de foros y rentas de las fincas en 1920, si bien ya entonces su cultivo estaba decayendo con la industrialización y con la trasformación de muchas tierras en prados para ganado de carne y leche, llegando a desaparecer en buena parte de Asturias aunque repuntó un poco tras la guerra civil a causa de la necesidad de alimentos


Con el cambio de milenio la escanda solo sobrevivía en muy concretos lugares, si bien fue recuperándose un poco gracias al fomento de su producción y a la creación de ferias específicas, creándose además una asociación de productores


No es de extrañar pues que Fernández de Miranda escriba entusiásticamente de estos parajes en Grado y su concejo, con evidente emoción y sentimiento:
"¿Quién se ocupa de la villa de Grado sin hablar de su vega, ese valle ameno de variadísimos plantíos y exuberante vegetación, llanura pródiga, afamada, cuyo esmerado cultivo patentiza la inteligencia y afán con que la atienden los hijos de aquel pueblo, de los que es vanagloria, delicia y fortuna?

Cuando el viajero que sale de Oviedo, camino de Grado, llega á Peñaflor, dos enormes peñas, formando estrecha garganta, parece que van á obstruirle el paso; pero no bien cruza este paraje, serio y agreste, de repente abarca una extensa planicie y queda embelesado ante el cuadro que surge á sus ojos. ¡Es la vega de Grado!

Tierra fecunda, cuyos donde superan á su encomio con ser tan ensalzada"

Las arboledas en flor delatan la presencia de frutales en primavera, muchos de ellos manzanos de sidra. Más allá las alamedas ribereñas delatan el curso del Nalón aunque, a la vez, nos lo ocultan en su hermosa espesura


Como hemos dicho, gran parte de Las Veigas son ahora praderías, pero a principios del siglo XX Fernández de Miranda ensalzaba una variadísima producción hortofrutícola:
"Ella ofrece temprana y pródigamente cuando produce Asturias, en dos y tres cosechas al año, y las frutasa y hortalizas, especialmente, son sabrosísimas, dándole también plantas exóticas de excelente calidad, como azafrán, té, caña de azúcar, tabaco y otras."

Va a ser, acercándonos a la población, cuando encontremos más huertos y plantaciones agrícolas. Miranda reconoce especialmente la labor de los labradores y su sabiduría a la hora de aprovechar la fertilidad de esta tierra, tan llana y amplia que no deja de sorprender a muchos peregrinos, conocedores de la orografía asturiana y de la fama montañera del Camino Primitivo:
"Debe, en verdad, la huerta parte de su fama á la indicada pericia del hortelano, que raya á una altura poco común en la Península: tiene aquél conocimientos prácticos y algunos teóricos, y comprueba, estudia, experimenta y no deja nunca a la tierra ociosa, como lo demuestran sus envidiados celleros.

Cuenta el risueño valle en su parte máxima siete kilómetros de largo por dos y medio de anchura, y lo componen las vegas de Peñaflor, La Mata y Pereda; pero se llama al valle todo, aun dentro del mismo concejo, La Vega de Grado. 

Todo es hermoso en ella, todo sorprende: un verde sin interrupción con diversos matices, la variedad de árboles y plantíos, los accidentes varios que físicamente presenta la planicie, circundada por montes y cerros que rompen la monotonía del esplendor de aquellos Campos Elíseos de las antiguas edades."

Y en medio, la villa, nacida como puebla caminera entrando la baja Edad Media, pero a la que Álvaro Fernández de Miranda, siguiendo al genealogista José Manuel Trelles Villamil, buscaba un origen antiguo y épico en la mítica Maliaca prerromana, la ciudad de los maliacos de la que escribió el geógrafo Ptolomeo y donde "martirizaron a San Pantaleón, si hemos de dar crédito á San Gregorio y otros santorales". 


También cita al historiador Luis Alfonso de Carvallo, cuando escribe que este "asevera gravemente que debe Grado su fundación a los vándalos, en el siglo V, como lo muestra, dice, su mismo nombre, Grado, que en lengua por ellos usada quiere decir ciudad", citando para ello también al geógrafo Sebastián Miñano, pero él mismo explica, citando a más autores, que estas teorías son muy poco consistentes ya en aquella época en la que aún se buscaban orígenes legendarios para pueblos, villas y ciudades:
"...conforme á esta opinión, afírmase generalmente que es la única población de Asturias de origen vándalo, debiendo su nombre a Gunderico, primer rey de aquella raza. Pero faltan los fundamentos en asertos semejantes. Itacio y los Rvdos. Flórez y Risco, con otros autores serios, dicen que ni siquiera estuvieron en Asturias los vándalos, si bien el Obispo D. Pelayo expresa lo contrario, é igualmente un instrumento atribuido a Wamba, las Crónicas de Sampiro y una Bula Pontificia de Calixto II"

No llegamos a ver el centro histórico pero sí la expansión urbana moscona hacia el norte por San Playu, con las urbanizaciones de este lado del río Cubia que llegan a Las Veigas por La Estación, la cual apenas vemos asomar (un poco hacia el medio-izquierda de la foto) sobre las pumaradas. Sí vemos magníficamente bien el altísimo arbolado del Parque Manuel Pedregal o Parque de Riba (en medio de la foto) y algo de la zona de Las Dos Vías (abajo a la derecha), por donde pasaremos hacia las inmediaciones de dicho parque, continuando hacia la izquierda para entrar en la vieja población intramuros por el Parque San Antonio o Parque de Baxo


Cuesta arriba del Parque Manuel Pederegal, en la calle Maestra Benicia, hemos de decir que se encuentra el Albergue Municipal Villa de Grado, gestionado por la Fraternidad Internacional del Camino de Santiago, uno en los que aún está vivo el espíritu de acogida tradicional y donde se celebran las Jornadas Jacobeas Grau en el Camino. Más arriba y en la ladera de una colina se encuentra La Moratina, zona residencial de viviendas unifamiliares


Ahí están los campos de La Cuba, La Pumarada y la Saladina y El Regueiru'l Carcabón da sus aguas al Cubia en Las Dos Vías, topónimo relativo al cruce de la antigua carretera Oviedo-Villalba (desde 1939 N-634) con la de Avilés (AS-237), que es allí la Avenida Vistalegre, donde los edificios de pisos, netamente urbanos, se prolongan por términos de la parroquia de Castañéu


Constituye en la práctica Vistalegre un arrabal urbano periférico de la villa, así como, seguidamente, El Barriu Azul, también en la ribera izquierda del río Cubia. Al lado de la carretera (abajo a la izquierda), una casa alta con buhardillas y palmera es Villa Ramonita (o Villa Ramoncita), histórica mansión de indianos


También está ahí la aldea de Cadenáu, donde aparecieron señales de una de las antiguas ferrerías del valle, que trabajaba el hierro a finales del siglo XVIII. Más arriba son El Tarreiru y La Matiega


A nuestra izquierda, y poco más allá del ferrocarril, del que nos hemos apartado un poco, el pueblo de Peñaflor se extendió por la recta de su nombre a partir de 1859, cuando se abrió la carretera Oviedo-Villalba, la cual relegó a este Camín Real a vía pecuaria de servicio a estas fincas. En 1939 pasó a ser la N-634


En La Recta Peñaflor hay además naves de empresas de muebles, maderas, construcción, centros comerciales, estaciones de servicio, alimentación, mayoristas, concesionarios, jardinería,  etc.


El ferrocarril atraviesa la zona de Las Viñas, cuyo topónimo revela antiguas plantaciones de viñedos, desaparecidas definitivamente, como las de los vecinos concejos de Candamo y Les Regueres, en el siglo XIX con la plaga de la filoxera


En cuanto al tren, Fernández de Miranda escribe que la línea fue inaugurada el 2 de agosto de 1904, pero que "con desearlo tanto, no se festejó ese verdadero acontecimiento, acudiendo sólo á la estación un tropel de gente no muy numeroso, atraído por la natural curiosidad y afán de novedades". Sin embargo el ferrocarril se transformó en todo un fenómeno social y económico que, a la vez que traía carbón, llevaba productos de las caserías de Grado/Grau y otros concejos a la cuenca minera


Detrás nuestro ha quedado ya también el Alto de Anzu o Picu la Peña (261 m), que cierra por el sur el desfiladero de Peñaflor. Más antiguamente, cuando el puente estaba en Carril, unos cientos de metros más al este, el Camino pasaría por el otro lado de este monte, ganando el valle por Sestiellu subiendo desde Anzu. Es posible que fuese la ruta seguida por Abd al-Málik, general del emir cordobés Hisam I, en el año 794 para arrasar la naciente capital de Ouetao tras entrar en Asturias por el Camín Real de la Mesa


La base caminera sería la vía romana Lucus Asturum-Lucus Augusti, que enlazaba la civitas astur de Llugo de Llanera con la galaica de Lugo de Galicia, ambas fundadas con la reducción de los antiguos pobladores castreños en tiempos de Augusto, cuyos triunfantes generales y legados se enorgullecían de proclamar su gloria con fundaciones urbanas y diversos monumentos


La calzada se dispondría enlazando sendas y pasos naturales mucho más antiguos, mismamente prehistóricos, y sería luego uno de los caminos reales (del 'reino') que conformarían la red viaria medieval, la cual perviviría como principal hasta la apertura de las primeras carreteras entre los siglos XVIII y XIX, como la de Oviedo-Villalba, la ahora N-634 que, en tiempos de Fernández de Miranda, era "vulgarmente llamada de Galicia ó de Occidente", la cual transformó este Camín de Grao, Camín Francés o Camín Real de Galicia en senda de servicio a Las Veigas


El reverendo Jospeh Townsed, célebre geólogo, médico, vicario y viajero ingles dieciochesco, diría de esta vega en su Viaje por España en la época de Carlos III (1786-1787) que es un "valle espléndido, feracísimo, que compite con los más fértiles de la Gran Bretaña". A su vez, el geólogo alemán Guillermo Schulz afirmaría que es "distinguidamente fértil" y que "esa fertilidad es debida en parte á estar formada por depósitos aluviales", como recalca Álvaro Fernández de Miranda en su obra, donde sigue ensalzando villa y concejo:
"En el más fértil valle de Asturias, bañado por el Cubia y el Nalón, que allí confluyen; asentada sobre elevado plano, plácida, alegre, risueña, hállase la villa de Grado rodeada de feracísimas huertas que le dan riqueza y fama; su blanco caserío, vecino del Cubia, se desarrolla á un lado de la hermosa vega, destacándose sobre el fondo, siempre verde, de las cercanas colinas y montañas, humilladas por las altas cumbres de Proaza y de Quirós, que allá lejos, dominándolo todo, se dibujan distintamente en el horizonte"

No son aquí las cumbres de Proaza y Quirós las que vemos, lo haremos cuando subamos a El Freisnu, sino las del Pedroriu antes reseñadas, en la frontera con el vecino concejo de Miranda (Belmonte) las que ve el peregrino que se acerca a la villa moscona por este viejo camino, contemplando lo que "La imaginación del pintor y del poeta apenas acertaría á idear perspectivas tan hermosas como las que ofrece la vega de Grado", como se afirma en el Diccionario de Madoz a mediados del siglo XIX


En la cima del Picu Pedroriu, que con sus 787 metros de altitud es "la segunda altura más importante de la sierra Miranda o sierra'l Pedroriu", como nos señala la Enciclopedia del paisaje de Asturias, instalan los montañeros su belén de cumbres cuando se acerca la Navidad, cerca del vértice geodésico allí existente:
"Las vistas que desde él se contemplan, abarcan las tierras de muchos concejos. Por su vertiente este discurre el camín rial (hoy carretera), en donde se localiza la fonte Las Fileras, cuyas aguas tienen fama en todo el contorno. En la llanada de la cima del Pedroriu se encuentran dos túmulos megalíticos; la tradición ve en ellos restos de tesoros: "De frente al güeyu la Fonte las fileras, hay un tesouru, cun duce bolas d'ouru ya una pelleya de buei pintu". El picu Pedroriu pertenece al concejo de Miranda y se localiza entre los pueblos de Cutiellos  de El Llobio, éste ya en el vecino municipio de Grau. "Ente Cutiellos ya'l Llobio son las alforxasa de Pedroriu."

Estamos en la zona de El Bravucu, un topónimo un tanto chocante porque en principio se trata de un diminutivo de bravu, agreste, "terrenos indómitos, sin cultivar", tal vez de la voz latina barbarum como 'salvaje' e 'inculto', explica el profesor Xulio Concepción en su Diccionario toponímico de la montaña asturiana, pero que, atención, también "en ocasiones se convertían en 'cavadas para sembrar temporalmente', por lo que "hubo de existir una evolución desde el sentido de zonas 'bravías, bravas' a espacios en el monte que tenían que roturar los más pobres"


Aparte de peregrinos, estamos ante una de tantas 'rutas del colesterol' como socarronamente se las llama, existentes en torno a villas y ciudades, por lo que coincidiremos, además de con otros peregrinos, con no pocos paseantes, senderistas, excursionistas, runners, etc., no pocos acompañados de su fiel can


Desde El Bravucu vemos otro de los barrios o aldeas de Castañéu, Bustiellu, en la ladera del monte La Cantera y sobre la confluencia de los ríos Cubia y Nalón. Más allá es el Altu'l Picarosu o Picu Llavayos (322 m)


A su izquierda baja al Cubia el arroyo de La Reguerina y, entre las casas de abajo reconocemos, de espaldas y con su cabecera orientada al este, la iglesia parroquial de San Vicente, que desde aquí tenemos de espaldas, citada en el Testamentum Ordonii Regis, falsamente fechado en 921, pues es realmente una interpolación del Liber Testamentorum catedralicio elaborada por su autor el obispo Pelayo dos siglos más tarde


La iglesia es de origen románico y dicho documento nos sirve para saber que ya existiría, eso sí, en el siglo XII, pues corrobora otro, de más evidente autenticidad, del año 1104, por el que una tal doña Iohannes y su hijo Martinno Annayaz donan a la mitra ovetense el monasterio aquí existente, San Vicente de Pramaro, junto con otros bienes


En medio de La Veiga Peñaflor, en El Bravucu, un cobertizo a dos aguas es una buena referencia visual pues es una de las escasas construcciones existentes en esta llanura, en la que "hay trozo de terreno de sólo 12 áreas, cuyos frutos sostienen lejos de la miseria una familia medianamente numerosa", proclamaba Álvaro Fernández de Miranda en Grado y su concejo


La bellísima alameda sigue revelando a nuestros ojos el terreno ribereño del Nalón que sigue, no muy lejos de nosotros, a su encuentro con el Cubia en Castañéu para posteriormente continuar al norte, hacia el mar, recibiendo antes, en las inmediaciones del sur de Pravia, las aguas del Narcea (en Forcinas)


A nuestra derecha, manzanos en flor de La Veiga Peñaflor y, al norte y al otro lado del río, La Peña'l Caleyu (368 m), encima del pueblo de Cueru, en el vecino concejo de Candamu, que perteneció al antiguo territorio de Pravia, luego al de Gozón y, finalmente, al alfoz de Grado/Grau tras fundarse su puebla en el siglo XIII, si bien con cierta autonomía hasta su total independencia como concejo en 1836


En Cueru estuvo una de las fortalezas que dominaban el valle, de la que únicamente quedan noticias relativas a su derribo, estudiadas por José Luis Avello Álvarez en su libro Las torres señoriales de la baja Edad Media Asturiana:
"De este edificio solamente poseemos referencias documentales. En concreto un documento de 1480 procedente del Archivo de Simancas. En él, los Reyes Católicos se dirigen a una serie de vecinos del concejo de Grado -el cual comprendía por aquellos tiempos el actual municipio de Candamo- a fin de comunicarles las resoluciones tomadas con motivo de la relación expuesta hacía unos quince años por el bachiller López Rodríguez de Laguna "alcalde e justicia mayor del nuestro Principado de Asturias (...). Mando al concejo e omes buenos de la dicha puebla e concejo de Grado para que todos se juntasen con el e fuesen a la feliglysia de Cuero e derribasen la casa e torre de Cuero e ellos conpulsos e apremiados por el dicho alcalde e justicia mayor e por fuerça e contra su voluntad diz que lo ouyeron de yr acompañar a derribar la dicha casa e torre que a la sazón hera de esteban de Argüelles e que podía aver vn año e medio poco más o menos que sobre ello estaua pleito pendiente ante los nuestros oydores entre los vecinos y moradores de la dicha puebla et concejo de Grado..."

Cueru era famoso antaño por sus cesteros, tanto que se dice que en cada casa había uno; se trata de uno de tantos oficios artesanos estrechamente vinculados con la magnífica producción agropecuaria del valle. Allí, en la carretera, está Ca Libertá, renombrado establecimiento que fue de Libertad Fernández, fundado en 1926, antiguo bar-comercio o tienda mixta, 'tienda-chigre' y baile de organillo


Y esta es una hermosa vista otoñal de los manzanos de La Veiga Peñaflor con sus manzanas intensamente rojas y listas para pañar, mayar y hacer con ellas rica sidra asturiana. Más atrás, los álamos ribereños han perdido ya la hoja y se ven algunas casas más de Cueru, uno de los enclaves defensivos republicanos del Frente del Nalón durante la Guerra Civil, desde donde dominaban el valle, ocupado por los nacionales, por donde socorrían a las cercadas tropas de Aranda en el casco urbano ovetense a través del Pasillo de Grado, siguiendo la línea de Peñaflor a L'Escampleru y La Ponte Gallegos


El pumar de sidra fue uno de los cultivos agrícolas que más prosperaron frente a otros que, o disminuyeron o, mismamente, desaparecieron, como las viñas. En el vecino Candamu productos como la famosa fresa sustituyeron su producción y en Cueru, en concreto, la asociación de vecinos plantó un fresal comunal recuperando esta tradición fresera, cuyo festival se celebra en el mes de junio en Grullos, la capital del concejo


Seguimos avanzando por El Bravucu y el Camino, asfaltado aunque raro es que pase un coche, serpentea en la llana campiña


El viento azota la alameda en este valle amplio y abierto y los árboles comban sus ramas en la dirección que él manda. Pese a pisar suelo duro caminar por este trayecto es todo un placer, un grato paseo campestre. "La Naturaleza, que en el reparto de dones ha estado pródiga en Asturias, ha querido echar el resto en Grado, concediéndole un grado superlativo", leemos asimismo en Grado y su concejo


Según caminamos hacia el oeste tenemos a Castañéu siempre ante nosotros, topónimo de evidentes resonancias arbóreas, que se refiere a algún antiguo castañar o bosque de castaños que crecería en esa cuesta sobre la mesta o unión de ríos Nalón y Trubia


Vemos ahora un poco mejor entre los árboles (abajo a la izquierda de la foto), Villa Ramoncita, al menos su planta alta y ático o bajocubierta con varias bufardas o buhardillas, así como la palmera de su jardín


Construida en la década de 1890 se llamó primeramente Villa Trinita hasta que el indiano fundador la fundó a otro indiano, cambiando de nombre al seguirse la costumbre, muy extendida, de nombrar estas mansiones con el nombre de la esposa. En la web Asturias por descubrir, del fotógrafo Alejandro Braña, podemos encontrar un amplio reportaje gráfico de la misma, mientras que en la de Nuria March Comunicación veremos su reconversión en oficinas, respetando su esencia


Más al sur, las pumaradas de Las Veigas nos ocultan ahora el centro urbano gradense; el campo de visión, ahora hacia el sur, llega a las montañas del sur del concejo, en concreto la Sierra de Arellanes, que forma una larga loma a la izquierda de la del Pedroriu o de Miranda, parroquias de Rodiles, Rañeces y Cuaya


Sí se reconocen bien La Moratina y el eje Vistalegere-El Barriu Azul Cadenáu y, siempre a lo lejos, las estribaciones de la Sierra'l Pedroriu hacia El Freisnu, límite con Salas


Los cables pendientes de pequeñas barritas metálicas son pastores eléctricos. Nunca nos acerquemos a ellos sino queremos sufrir una dolorosa descarga. Están puestos para que el ganado no pase al Camino y delatan, por tanto, los usos ganaderos predominantes actualmente en Las Veigas


Bustiellu, en Castañéu, es otra de las referencias geográficas y visuales que tenemos en nuestras proximidades según recorremos Las Veigas


Llega ahora un trecho caminero bastante recto en medio de estos campos abiertos, openfields dicen los geógrafos, según dejamos atrás El Bravucu y nos acercamos a la villa moscona


Estaríamos en lo que, para los peregrinos de antaño, que valoraban la 'belleza' del entorno natural en función de sus dificultades más que en otras connotaciones orográficas y naturales, sería un tramo 'hermoso' del Camino, por lo llano y cómodo de caminar y por la inmediatez a una villa de la suficiente importancia como para disponer de un hospital de acogida a los romeros, el de Nuestra Señora de las Candelas, alivio de los caminantes de antaño del que apenas quedan contadas piedras de la que fue su capilla de dicha advocación


La deliciosa pradera se prolonga hacia el ferrocarril y, después, la N-634 o antigua Oviedo-Villalba, "que se terminó hacia 1859, al menos el trayecto de la ciudad á la villa", nos cuenta Fernández de Miranda, y así "Terminada al fin la carretera con general complacencia, los primeros coches y carromatos que transitaban por ella excitaban la curiosidad y hasta la admiración de los vecinos, que salían gozosos a contemplarlos"


Tras los árboles la Recta Peñaflor llega al barrio urbano de San Playu, que no pertenece no obstante administrativamente a la población sino a la vecina parroquia de La Mata, que se extiende valle arriba hacia el sur. En San Playu, no lejos de su capilla de San Pelayo que le da nombre, el Camín Real, cortado posteriormente por el ferrocarril y el núcleo de La Estación, llega a dicha carretera, que aprovechó el mismo puente para cruzar el Cubia, el cual fue reforzado, y que había sido construido en 1769 sobre otro más antiguo y ruinoso


La carretera permitió el establecimiento de líneas regulares de viajeros en carruajes, incluso a Madrid, en un traqueteante viaje de quince días, existiendo la modalidad del 'medio asiento', muy solicitada, por la que los viajeros hacían la mitad del camino montados en la diligencia y la mitad andando, caminando al lado. Además "solían confesar y comulgar para ponerse en ruta", destaca Fernández de Miranda


Una vieja chimenea industrial delata la antigua existencia de una teyera o fábrica de cerámica, tejas y ladrillos fundamentalmente, para la construcción, ubicada al lado de la carretera, en esa zona de San Pelayo. Esta gran vega llega como hemos dicho a la Sierra de Arellanes, al sur, cuya cota máxima es El Picu Cogolla (592 m), aunque su línea de cumbres presenta altitudes similares, como El Picu Cordel (591 m), a su derecha, encima de la parroquia de Rodiles (donde está la aldea de Arellanes, que da nombre a la sierra) y El Picu Cabornu, a la izquierda, sobre Rodiles. Más lejos hay otras altitudes, entre las que destaca El Picu Buói Muortu (1.022 m) ya en el vecino concejo de Yernes y Tameza


Más a la derecha estarían El Miradoriu (977 m) y La Corona (994 m). Más cerca, bajo El Picu Cabornu, reconocemos algunas casas de Rañeces y, justo enfrente de nosotros, sobre la pumarada en flor asoma sus tejados una de las últimas casas de Peñaflor en dirección a Grado/Grau por San Playu, con la chimenea de la tejera dominando la escena


A la izquierda, más naves y casas de La Recta Peñaflor, topónimo no relacionado con flores sino al parecer y leyendas aparte con un tal Froila, Fruela o similar, nombre germánico de algún posesor altomedieval, acaso germen del que sería coto episcopal de Peñaflor, que pasó a los vecinos en el siglo XVI con la desamortización de Felipe II y no se incorporó al concejo moscón hasta 1827


El siglo XIX fue pues especialmente convulso en lo administrativo, se incorporaron a los términos gradenses este coto y, a la vez los de La Mata, Villanueva, Villapañada, Cuaya y Cabruñana, pero luego pierde sucesivamente Candamo, que se hace independiente; Udrión, Trubia (con su fábrica de armas) y Pintoria, que pasan a ser ovetenses; Motoubu, Llamosu y Samartín d'Ondes, que pasaron a Miranda


Al sur de La Recta Peñaflor tenemos El Picu la Robla (329 m) y, más abajo, la colina donde se encuentra Sestiellu, otro de los pueblos de la parroquia moscona de Peñaflor


Sestiellu a lo lejos, cuyo topónimo quiere buscarlo la filóloga María del Carmen Bobes Naves en el latín ad sextum, que como ad quintum y otras, son expresiones relativas a las estaciones o paradas de las vías romanas. Por ello, el gran historiador y arqueólogo José Manuel González y Fernandez Vallés señalaba que por ahí iría el camino antiguo que, tras pasar el Nalón por el puente de Carril, preexistente al de Peñaflor, subiría de Anzu la collada hacia Sestiellu y de ahí, bajaría a Grado/Grau, atravesando el valle hacia los altos de El Freisnu


Si tenemos en cuenta que el puente de Peñaflor, La Ponte Peñaflor, es construido por disposición fechada en 1144 del rey Alfonso VII y su esposa Berenguela, este estaría ya en uso cuando se fundó la Puebla de Grado en algún momento no mucho antes de 1256, por lo que sería por aquí por donde se encaminarían los peregrinos con la idea, muchos, de albergarse en el Hospital de Nuestra Señora de las Candelas


Este Camín Real no tendría tampoco este aspecto, pues sabemos que, en muchos tramos, no estaba habilitado ni para carros, por lo que el periplo, si no se hacía andando, solamente era factible en caballería, incluyendo pasajeros y mercancías, existiendo hasta una 'línea regular', como señala Álvaro Fernández de Miranda: "Antes de la carretera viajaban en mulo: había también el medio asiento, y últimamente salía la recua del mesón de Xoaco el Riesgo", un antiguo mesón caminero que, a la entrada de la población, aportaba sus animales de tiro y carga para echar un gavitu, o la gavita, esto es, 'ayudar' al transporte de gentes y objetos


De Grado/Grau y de su hospital de peregrinos dice así el historiador Luis Antonio Alías en su libro El Camino de Santiago en Asturias. Itinerarios:
"Impulsada y protegida por Alfonso X, Grado nació en el año 1256 como una amurallada puebla itineraria en plena vía de comercio y peregrinación entre Asturias y Galicia.

Lugar de descanso y aprovisionamiento, contó con un buen hospital, el de Nuestra Señora de las Candelas de Grado, ignorándose la fecha de una sin duda temprana fundación. La planificación de este centro urbano con murallas, fortaleza, iglesia y mercado, en pleno Camino Francés -la vía peregrina, entre las dos puertas principales del este y el oeste, constituyó y constituye la calle principal- no podía olvidar el imprescindible centro de acogida. La decadencia era total el 14 de febrero de 1770 cuando, según documento procedente del archivo del Hospicio Provincial de Oviedo, recibió la visita de don Emeterio Cacho refiriendo, tal como escribe Uría Ríu, "que había un matrimonio de hospitaleros cuyos nombres expresa, que el edificio ocupado entonces por una tienda que pagaba renta, tenía un poco de establo y tres cuartos pequeños. En la planta alta había cocina y dos aposentos deteriorados, un "pedazo de sala" con otros dos aposentos en ella, otro más que servía de dormitorio a los hospitaleros, y pegado a él y al lado del Nordeste había una capilla con su tribuna con título de Nuestra Señora de las Candelas. Solo encontró en el hospital una mujer tullida. Para albergar pobres no había más que ocho mantas del país, viejas y rotas, y algunas otras que se hallaban a medio uso. Este hospital poseía bienes en Castañedo, Peñaflor, Prahúa, Haces, los Panes, Grullos, Llamero, La Caborna, Vío, Panizal y Villandás, según constaba en un cuaderno examinado por el visitador. Del libro de cuentas se deduce que acogía peregrinos, pues en las del año 1868 se gastaron cuatro fanegas de pan "por la asistencia y limpieza de dicho hospital y la ropa de él: dar luz y leña a los peregrinos."

A la izquierda de la foto tenemos, en San Playu, el barrio de La Estación, con ella en primer plano, pues la vemos, solo parcialmente, detrás de unos altos árboles estilo cipreses, de intenso verde oscuro: por allí iba el Camín Real, el cual quedó cortado en ese punto


Por eso el Camín Real, ya por entonces (1904) vía pecuaria de Las Veigas, modificó su trazado en ese punto para cruzar el paso a nivel unos metros más a la derecha, por donde vamos a ir nosotros, pudiendo retomar luego el itinerario histórico yendo a la entrada de la estación y dirigiéndonos luego hacia la N-634 por la calle Cal Jove y Valdés, o bien dirigiéndonos de frente hacia las urbanizaciones en la ribera del Trubia (más allá de la grúa de la foto), para ganar dicha carretera a la altura del puente


Hermosa vista del Picu las Pruyales antes mencionado, sobre las aldeas de La Caridá, por donde pasa El Camín Real de la Mesa, allí llamado La Carril Vieya (carril, 'camino de carros') y El Bondéu, situado más abajo, que pertenecen a la parroquia de El Freisnu, mientras que la cumbre está en la frontera con Miranda. Más atrás, El Picu Pedroriu sí está plenamente en tierras mirandesas, cuenca de los ríos Narcea y Pigüeña


Esas montañas son un antiquísimo espacio sagrado, con numerosas necrópolis megalíticas de milenios de antigüedad, El Cantu Maricalva, El Cantu Pedroriu, El Llombu l'Ayalga (ayalgas, míticos tesoros escondidos): El Llanu Grandi, Siaza, La Vallina l'Arca (arca, cámara funeraria del túmulo) y El Llanu la Veiga muestran que esos caminos, paso de norte a sur de los puertos del mar a los de la montaña y de este a oeste del valle del Nalón al del Narcea, estaban transitados desde tiempo inmemorial


Posteriormente, la línea de cumbres y, jalonando el mismo Camín Real de la Mesa, se fue fortificando, como toda Asturias y buena parte de Europa occidental, con castros a lo largo de la Edad del Hierro, que pervivieron buena parte durante la romanización y que serían el precedente de las actuales poblaciones. Unos eran poblados, otros pequeñas atalayas o reductos, no pocos han desaparecido o se encuentran en fase de desaparecer, pendientes aún de desentrañar sus misterios pese a ser el antecedente urbano inmediato de la Asturias actual



Como ya hemos dicho, en la baja Edad Media, la fundación de esta villa de Grado/Grau, documentada desde 1256, si buen no sabemos la fecha exacta de la concesión de su Carta Puebla, con sus fueros, ferias, mercados, e instituciones hospitalarias, hizo que el gran cruce de caminos de la Mesa y de Galicia de desplazase desde El Freisnu hasta aquí, a mitad del valle de La Veiga y a orillas del Cubia, acudiendo viajeros, arrieros y peregrinos e incrementándose la población, lo que llegaría a provocar, pasado un tiempo, las apetencias de vasallaje feudal de la nobleza guerrera y terrateniente, como fue el caso de Gonzalo Peláez de Coalla que, aliado con el obispo ovetense, quiso añadir la puebla a sus dominios, llegando a asaltarla, incendiarla y saquearla, hasta que Alfonso XI y Rodrigo Álvarez de las Asturias le metieron en vereda


Justo a la izquierda de La Estación se encuentra La Cardosa, mirando al sur a las colinas de El Xorru (377 m), por cuyo pueblo de igual nombre baja a la población el ramal del Camín Real que comunicaría con el valle, Peñaflor y, de allí, con la capital asturiana, señalizado actualmente como GR-101. En La Cardosa, antigua 'tierra de cardos', se estableció un polígono industrial aprovechando su ubicación a un paso de la carretera y del ferrocarril. Su precedente fue la antigua" nave de ENECSA (Empresa de Curtidos del Norte de España) adquirida en 1994 por el Ayuntamiento y rehabilitada en dos fases: la planta baja durante los años 2002 a 2004 y las plantas 1º y 2º en 2015 (inauguradas en 2016), leemos en Línea, Localizador de Espacios Industriales de Asturias


Allí, en una nave pintada actualmente de vivos colores y por tanto fácil de reconocer, se encuentra hoy día una de las sedes del Museo Etnográfico y de Historia de Grado/Grau, en concreto la dedicada a la Colección de la Cultura Tradicional y a la Colección de la Guerra Civil, esta en colaboración con las asociaciones Arama y Frente del Nalón. Las otras sedes se hallan en el centro urbano, en el Palacio de Miranda-Valdecarzana (Llagar de Sidra)  y en el Palacio de Fontela (Colección Grau, Villa ya Mercáu; Historia de la Fotografía (de Corsino Fernández) y la Colección de Acordeones de Pepe Rubial


Bajo los altos de El Xorru va a dar sus aguas al Cubia El Ríu Moutas, en cuyo valle aparecieron señales de poblamiento Paleolítico, lo que demuestra la presencia de grupos humanos de cazadores-recolectores en tiempos muy anteriores a la agricultura y la ganadería que surgirían en el Neolítico. También hay en La Mata un yacimiento castreño, El Castiellu, reconocido por el citado erudito José Manuel González en 1950



Cuando en 1256 se menciona por primera vez, en un documento de venta, a la Pobla de Grado, se cita también al "teniente Pentenno", que sería un representante del rey, en este caso Alfonso X El Sabio, en un territorio que acaso se gobernase desde algún castillo-fortaleza pero, en otro documento solamente tres años posterior ya figuran los jueces y alcaldes de la puebla como su autoridad competente, como era lo habitual en estas villas aforadas


Bifurcación y a la izquierda; el Camino se va separando de la orilla del Nalón para dirigirse a la villa, de la que se sabe por otro escrito, este de 1279, en el que se plasma un acuerdo con la Mitra ovetense para el reparto de rentas y de presentación de las iglesias de la nueva villa, que esta se había fundado en terrenos comprados "a santuarios e a otros herederos de quien era", como nos informa el Gran Atlas del Principado de Asturias:
"A pesar de no contar, al parecer, con un núcleo poblado preexistente, la pola se instaló en una vega particularmente rica y habitada, engarzándose, además, en el más frecuentado trayecto asturiano de la ruta asturiana de peregrinación a Santiago: la calle principal de la villa correspondía a un tramo del camino francés que se prolongaba, tanto al este como al oeste de la población, bajo sendas puertas abiertas en la cerca del recinto urbano Se trataba, por tanto, de un plano típico de "villa de camino", condicionado por el cauce del arroyo de la Cruz, afluente del Cubia, que inclina a Ruiz de la Peña a otorgarle, también, características de las "villas de meandro"

En 1310 ya sabemos que la puebla había sido rodeada de cerca o muralla, contando además con foso. Este aparato defensivo tenía como doble objetivo disuadir a la siempre belicosa nobleza feudal, guerrera y terrateniente, de someterla a su vasallaje de grado o por la fuerza y, por otro, señalar la parte más plenamente aforada de la misma, básicamente su mercado, en torno al que crecía la población


Atrás, Peñaflor mantuvo sin embargo su dependencia de la Mitra capitalina y, con su carácter también de pueblo caminero parece llegó a tener aspiraciones de villa en algún momento a partir del siglo XVI, cuando pasa a ser regido por sus vecinos, aunque quien más ejercería control serían los Jove Dasmarinas desde su palacio de Las Campona, en la ladera del Alto de Anzu, que cierra el desfiladero por el sur y por donde discurriría, al otro lado, el viejo camino de Carril a Anzu y Sestiellu


Las diferentes demarcaciones territoriales de Prámaro, Salcedo, Grado y Candamo que surgen en la Edad Media se integran en el alfoz de la nueva pola, aunque manteniendo cierta autonomía, motivada acaso por la gran extensión que abarcaban en conjunto, aunque la centralización económica se centra en la puebla, donde se detecta pronto la existencia de un importante núcleo de mercaderes y artesanos que estarían trabajando, no solamente en los días señalados para ello, sino permanentemente


Como solía ocurrir, la fundación de un nuevo ente administrativo con tan importantes fueros y prerrogativas auspiciadas por la Corona como manera de reorganizar el territorio creando nuevas poblaciones de su dependencia directa y autosuficientes económica, social y políticamente, encajaban mal en las no menos poderosas estructuras preexistentes, las posesiones eclesiásticas y nobiliarias. La primera, con la Iglesia, se solventó en aquel año de 1279 cuando la Mitra ovetense consideró suyas las rentas de las iglesias de la nueva puebla al considerar estaban en la antigua parroquia de Santa Olaya, de su propiedad y obediencia directa


Pero la del otro ente, el feudalismo aristocrático, tuvo peor remedio, pues desde su castillo de Cuaya, al sur del concejo, el conde Gonzalo Peláez de Coalla reclamó su dominio sobre el territorio cuando, muerto Alfonso X, la Corona castellana cayó en otro periodo de guerras y decadencia, disminuyendo su poder, lo que permitió la impunidad de sus algaradas hasta quemar Grado/Grau, "robando y matando a muchos de sus vecinos", leemos en el Gran Atlas del Principado de Asturias, contando además con el apoyo del obispo ovetense Fernando Álvarez, que no veía sin duda con malos ojos volver al status quo anterior a la fundación de la puebla


Poco después, en 1309, Grado/Grau se asocia al gobierno civil de la ciudad de Oviedo/Uviéu y a las polas de Avilés y Lena/L.lena frente al nefando conde, cuyas correrías no cesarían hasta que, en 1315 el rey Alfonso XI, restituido el poder de la Corona, Obligó al obispo a dejar su alianza con Gonzalo Peláez y, un año después, otro poderoso conde, el de Noreña, el también citado ya Rodrigo Álvarez de las Asturias, asedió a Peláez en otro castillo, el de Tudela (al sur de la capital y sobre el Camino del Salvador), propiedad del obispo y donde este había cobijado a Peláez, consiguiendo tras cuatro meses de asedio su huida a Navarra, incautándose de sus propiedades 


Ya en la lejanía y también al sur, con la chimenea de la teyera como referencia, empezamos a ver en la lejanía "las altas cumbres de Proaza y Quirós" que menciona Álvaro Fernández de Miranda al comienzo de su libro Grado y su concejo por donde, además de discurrir, directo a la capital asturiana, otro ramal del Puertu la Mesa, entra en Asturias otro camino muy importante, el de Ventana


La Sierra de Buanga se alza en la lejanía sobre el valle del río Sama, otro de los que configuraron aquellos territorios que formaron el actual concejo que ya, desde sus albores, en 1277, participaba en uniones con otros para afrontar las hostilidades con los poderes eclesial y nobiliario. En concreto ese año en La Espina (Salas), en la que sería la primera hermandad de concejos asturianos y, en 1295, se halla entre los once municipios asturianos que participan en la hermandad de concejos de los reinos de León y de Galicia


De todas maneras y pese a todos los esfuerzos, las polas asturianas medievales terminan sucumbiendo al poder de los nuevos señoríos bajomedievales, formando parte de los dominios señoriales del conde don Alfonso Enríquez, bastardo de Enrique II y, posteriormente de los Quiñones, estirpe leonesa asentada en Asturias al tomar partido por los Trastámara frente a dicho conde. Recuperada su libertad concejil formará parte en el siglo XV de la Hermandad de los Cinco Concejos, con Pravia, Salas, Valdés y Miranda, "cuya finalidad última fue la constitución de una entidad jurídica unitaria, con una clara vocación integradora de sus respectivas vecindades", explican en el Gran Atlas del Principado de Asturias


Hermoso paisaje de las vegas de los ríos Nalón y Cubia en su unión al pie de Bustiellu, aunque seguimos sin ver los ríos, bien guardados por sus bellas viescas ribereñas...


Sí se intuyen, abajo, las instalaciones de la depuradora, cerca de El Molín d'Agostu, también de la parroquia de Castañéu


Apreciamos desde aquí mejor la estructura de la iglesia parroquial de San Vicente, que conserva partes de su obra románica del siglo XII o principios del XIII, como parte de la nave con algunas ventanas-saetera y las portadas, que no podemos ver desde aquí. El templo tuvo grandes reformas en el siglo XVIII y en 1960. Hasta el siglo XIX fue un pequeño monasterio dependiente de Peñaflor, el cual en algún momento tuvo advocación a San Bartolomé, celebrándose en su honor la fiesta mayor


Escribe Fernández de Miranda además que "á la misma vera de la iglesia parroquial, está emplazado el nuevo cementerio, donde reposan los restos mortales de la Marquesa de Anzo, en el elegante y sencillo panteón de la familia", informando de la existencia a la entrada de este camposanto de dos grandes lápidas de mármol blanco con inscripciones en latín


De izquierda a derecha: La Cardosa, La Estación y La Moratina son los barrios que vemos mejor según nos acercamos a la villa capital del concejo, con El Xorru enmarcando la estampa de la llanura y poniéndole límite por el sur y, más lejos aún, El Pedroriu y sus picachos


Aunque libre de la jurisdicción aristocrática con el declive del feudalismo, la nobleza antaño guerrera se hizo más cortesana, hallando nuevas formas de control político al acaparar el gobierno municipal por medio de los llamados nobles gremios, un sistema que se mantendrá hasta el siglo XVIII pese a la oposición de los vecinos del llamado estado llano


Los árboles del Parque Manuel Pedregal siguen siendo nuestra referencia para hacernos una idea de por donde atravesaremos el casco urbano, un poco más a la izquierda, pasando al pie del alto Edificio Solcampo, en dirección al Parque San Antonio y al Palacio de Miranda-Valdecarzana, actual Casa de Cultura, donde empezaba la muralla y se hallaba una de sus puertas



Las nuevas carreteras fueron lugares elegidos, entonces en las afueras, para que los indianos y burgueses construyesen sus quintas y mansiones como, a nuestra derecha, Villa Santa Julita, en Cadenáu, Castañéu, en la carretera de Avilés


Mandada construir a finales del siglo XIX por Emilio Martín González del Valle con el deseo de fundar un asilo con un nombre con el que homenajeaba a su primera mujer, Julita, que murió en el parto de su octavo hijo. Luego, al volver a casarse, decidió que fuese residencia de verano. No es exactamente una quinta de indianos pero casi, pues el padre de Emilio, Anselmo González del Valle y Fernández Roces, hizo las américas. Lo veremos mejor desde unos metros más adelante


Tras el incendio de Gonzalo Peláez, asoló en aquella misma centuria a la aún naciente puebla gradense otro en 1368, si bien parece que fortuito, lo que no obstante provocaría gran quebranto en una población que prontamente habría llegado a los 1.500 habitantes, cifra muy importante para la época. Gran dolor causaría, además del fuego, el agua, en la gran inundación de 1522, de la que el historiador Tirso de Avilés escribió esta crónica:
"hubo grande diluvio en buena parte de Asturias (...) é se hicieron muchos estragos en todo Salcedo, é camino de Grado, é llevó todas las vegas e viñas desde el puente de Infiesta hasta San Pelayo é molinos de Salcedo, é hizo mucho daño en las casas; que llevó orrios, árboles, é molinos, entró en la torre de Villanueva, é las cubas del palacio nadando..."

Al sur del concejo, más allá de los montes de El Xorru y al pie de La Sierra Arellanes, en la misma parroquia de Cuaya del conde avasallador e incendiario se dice nada menos que tienen al diablo preso, atrapado en una especie de exorcismo, tal y como relata siempre el cronista Fernández de Miranda en un suceso acaecido en 1820:
"Los diablos todos del infierno andaban por estos lugares metidos en el cuerpo de Josefa Tamargo, del barrio de Villar (hoy de Rañeces), muy conocida en Grado; y la infeliz, siempre agitada, rugía, chillaba, gesticulaba por los montes, encaramándose á los árboles, tejados y sitios en que fuera imposible llegar á ellos, no siendo por artes mágicas. Cundió el pavor entre los habitantes de la comarca que pudieron cerciorarse de la horrible verdad, aunque hubo incrédulos que lo tomaron á broma. 

Habían sido inútiles los medios empleados para desendiablar a la Tamargo; pero al fin súpose, por boca de ella misma, que el día de San Pedro saldría de su cuerpo el espíritu del mal: ¡el 29 de junio de 1820! Cientos de almas dirigiéronse á presenciar la expulsión diabólica, y llegado el momento, ¡critico instante!, comienzan los exorcismos, y la joven á gritar, á rugir y á blasfemar, prese de convulsiones terribles, arrojando al cabo, tras violentísimo acceso de tos, el mismísimo demonio por la boca, en forma de... ochavo segoviano (caprichos del Averno), yendo á caer en una jofaina de agua bendita, dejando á los circunstantes confusos, atónitos, medrosos, sin saber qué pensar ni qué decir.

Y desde ese día, clavado está en la puerta de la humilde iglesia el ochavo vil ó el diablo en tal guisa... ¡para ignominia y tortura del condenado Satán!

¡Justo y condigno castigo por su proceder nefando!"

Muy pocos años antes, otros diablos habían traído desgracia, muerte y destrucción a esta villa y concejo. En mayo de 1809 las tropas francesas del mariscal Michel Ney, que consiguieron entrar en Asturias desde Galicia vía Lugo y por Tormaleo, llegaron aquí sin disparar un solo tiro hasta que, casi entrando ya entrando en Oviedo/Uviéu, fueron localizados in extremis y, tras un tiroteo en El Freisnu, se decidió repelerlos con una improvisada fuerza asturiana en el acceso desde esta vega al paso de Peñaflor


En desigual batalla, de la que hablamos ampliamente en la entrada de blog correspondiente a Peñaflor, los franceses desbaratan la resistencia gracias, entre otras cosas, a un desgraciado disparo de cañón desde los montes del desfiladero, que los puso sobre aviso, por lo que los defensores perdieron la baza de la sorpresa


En represalia por la resistencia los franceses saquearon Grado/Grau y pueblos vecinos, cometiendo toda clase de tropelías, emulando, diría Fernández de Miranda, a las de Gonzalo Peláez:
"Otro día inolvidable para Grado; entraron como fieras, hiriendo y matando. Queman muebles, ropas, papeles, profanan imágenes, hacen daño por placer; arde el Ayuntamiento con su preciado archivo... y llega el pillaje hasta las mismas viviendas, coadyuvando a él, para lucrarse, unos cuantos indignos gradenses"

Los franceses entraron y salieron de Grado/Grau hasta cuatro veces en dicha contienda, por ello al año siguiente hubo una segunda batalla en Peñaflor, que volvió a ser victoriosa para ellos, esta vez ganada por François Bonet


Volviendo a mirar, encima de La Recta de Peñaflor, el pueblo de Sestiellu, reconoceremos a sus pies el enlace con la Autovía Oviedo La Espina o A-63 que, lo mismo que la nacional relegó al Camín Real, ella lo hizo con la N-634 si bien tras más de dos décadas de trabajos y paralizaciones, sigue pendiente de ser acabada. Estos tramos hasta Grado/Grau se inauguraron en varias fases entre 1999 y 2007-2008


Como resultado de las incursiones napoleónicas la muralla medieval moscona fue derribada en 1810 dado que tras ella gustaba parapetarse la guarnición francesa ocupante, lo que dificultaba su hostigamiento y desalojo. Únicamente veremos alguna de sus piedras, cantos rodados extraídos del río, incrustadas en el muro del Palacio de Miranda-Valdecarzana


El Camino hace otra de sus curvas y ahora, andando en dirección oeste, volveremos a tener de frente las casas y caserías de Castañéu, con el Altu la Folichosa o Picu Llavayos en lo alto, donde existió una Dehesa Real, bosque de árboles destinados para hacer barcos de la armada, en el siglo XVIII


Volvemos a ver Villa Santa Julita, con su fachada de color gris claro y su torre central almenada, que la hacen inconfundible, la cual formaba parte de la antigua capilla


Compartimos la amena y pormenorizada descripción que de ella nos ofrece la web del Ayuntamiento, donde también nos recomiendan visitar la de Alejandro Braña:
"Este monumental edificio historicista con toques medievales es la Villa Santa Julita, situada en la parroquia de Castañéu, a solamente 5 minutos a pie del parque de Grau. 
La mandó construir a finales del siglo XIX D. Martín González del Valle, primer Marqués de la Vega de Anzo. Pretendía utilizarse como asilo, motivo por el cual tiene esa peculiar planta en forma de H con una capilla justo en medio, que separaría la zona de hombres de la de mujeres. Sin embargo, finalmente se utilizó como residencia particular. 
El marqués dedicó esta casa a su mujer, Julita Fernández de Miranda, que falleció a los 29 años después de haber dado a luz a 8 hijos. Además de bautizarla en su honor, la capilla y estancias están repletas de referencias a ella. Según cuentan sus descendientes, decoran la casa múltiples pinturas y bustos que recuerdan su figura. 
El hijo de ambos, segundo Marqués de la Vega de Anzo, fue un gran benefactor de la zona y creó junto a otras personalidades una fundación para construir el antiguo Colegio Sagrado Corazón, hoy escuela de música. Hoy en día, puede observarse un monumento en su honor en el Parque de Abajo. 
El arquitecto encargado fue Nicolás García Rivero, ovetense de renombre cuya obra más reconocida es el Palacio de la Diputación Provincial. 
Aunque el interior de la casa no está abierto al público, es interesante destacar que posee una notable biblioteca y una interesante capilla, con un altar neogótico construido en mármol y dos cuadros de 1891: “La Caridad” de José Robles y una “Crucifixión” de José Uría y Uría. Si queréis ver el interior, podéis consultar el blog de Alejandro Braña."

Muy cerca, unos metros a su izquierda, volvemos a ver la palmera y las buhardillas de Villa Ramoncita. Más arriba las nuevas viviendas unifamiliares resaltan los usos residenciales de las aldeas próximas a la villa


Seguimos caminando por tan excelsa llanura moscona; las cuestas y serranías nos anticipan las ya cercanas etapas montañeras que caracterizan gran parte de la esencia del Camino Primitivo, con toda su dureza pero también con toda su belleza


Si bien y exceptuando Las Veigas, el relieve del concejo es montañoso, las montañas más relevantes están por el sur, llegando en su extremo más meridional, en la parroquia de Tolinas, a las inmediaciones del Campu Cueiru, un lugar entre Miranda y Teberga pero cercano a los límites de Grado/Grau y Somiedo, ya en los puertos de la Cordillera, célebre por las seculares romerías en sus antiguas ventas del Camín Real de la Mesa, donde se celebraba una de las ferias ganaderas más antiguas de Asturias


El Camín Real de la Mesa quedó también relegado a vía pecuaria según se configuraba que el principal paso entre Asturias y la meseta sería más al este, por Payares, pues ofrece un paso más directo, valle del Bernesga arriba y luego, valle del Caudal abajo, entre la Pulchra Leonina y la Santa Ovetensis. Sin embargo, en algún momento, pudo no haber sido así, pues dicho eje viario podría haber triunfado, sobre todo, si Pravia hubiera permanecido como capital asturiana sin el traslado efectuado por Alfonso II El Casto, pero son ya meras hipótesis de una historia que no fue


Sí fue, desde tiempos prehistóricos sin duda, una gran vía de la trashumancia vaqueira, desde las brañas de alzada, las de los puertos somedanos, teberganos y babianos, las de los grandes pastos comunales, a las de los valles interiores y de la costa, más suaves, donde pasaban el invierno gentes y ganados esperando el buen tiempo para regresar a la alzada. Allí, El Picu las Pruyales hace referencia a las peruyas o pequeñas peras silvestres, mientras que El Picu Pedroriu lo hace a la piedra de sus peñeos


Crecen por La Cardosa los polígonos, esta es la nave de Carpintería Sarasola, junto a la que pasaremos dentro de muy poco justo antes de llegar a La Estación, barrio de San Playu cuyas casas tenemos justo detrás. Aún más allá seguimos viendo en todo momento los árboles del Parque Manuel Pedregal o Parque de Arriba y, a la izquierda y muy alto, el Edificio Solcampo 


Huertas a nuestra izquierda, como hemos dicho, al ir acercándonos a la población veremos más tierras de labor


Pequeñas matas de arbolado forman pequeños bosquetes entre las fincas, en los que crecen las zarzas


A la derecha, en cambio, los postes y alambres de pastores eléctricos identifican los prados 'de diente y guadaña'


Vemos bien la división de las fincas con estas filas de estacas y cables. Poco más allá una vieja tapia acaso protegiese de los vientos algunos cultivos. Más al fondo hay algunos invernaderos


En el mismo muro trepa la hiedra y las piedras se cubren de espesa vegetación


La parroquia de Castañéu, de nuevo ante nosotros a nuestra derecha, con Bustiellu en primer término. Esta sería la parte conocida como La Veiguina


Como en el caso del Nalón, los árboles de ribera nos ocultan el Cubia pero, arriba surge la iglesia de San Vicente, de la que nos cuentan en Románico digital:
"ASENTADO EN EL ANTIGUO territorio de Pramaro, nombre dado a una de las tres demarcaciones en las que durante el medievo se dividía el actual concejo de Grado, el templo de San Vicente, conocido durante un breve periodo de tiempo como de San Bartolomé, aparece citado por primera vez en el año 921 en el falso testamento de de Ordoño II por el que otorga varios bienes a la Iglesia de San Salvador de Oviedo, entre los que incluye In territorio Pramaro (...) secus flumen Cuuia ecclesiam Sancti Vicenti cum adyacentis et aprestatjonibus suis; templo que tradicionalmente se viene identificando con el de la parroquia de Castañedo, ya que en las tierras de la ribera del Cubia, en territorio de Pramaro, no se conoce otra advocación al santo mártir valenciano. El oscurantismo de las fuentes documentales, propio del alto medievo asturiano, se pone una vez más de manifiesto en este caso, ya que debemos esperar casi doscientos años para encontrar una nueva referencia a la iglesia de San Vicente. En 1104 Doña Iohannes y su hijo hacen entrega a la catedral de Oviedo de su parte en la ecclesia Sancti Vicenti territorio Pramarensi iusta aluem Cubie quod monasterium Santi Vicenti, de lo que se desprende que la institución pudo haberse constituido como “monasterio familiar” habitado por los propios donantes ya que en el citado documento, al donar una serie de villas, aclaran nos morantes in illo monasterio hebemus illas villas pergratum de episcopo Ovetense."

Efectivamente, en el alto medievo y parte del bajo, cuando en un documento aparece la palabra 'monasterio', esta no quiere decir necesariamente que sea una gran abadía sino que podía ser un muy modesto templo con dos o tres religiosos; es más, a veces una familia acogida a algún tipo de regla o voto monacal:
"Escasos son los restos medievales que hoy conserva la construcción, después de haber pasado a lo largo de los siglos por numerosas reformas, siendo una de las más desmerecidas la llevada a cabo entre las décadas de los sesenta y setenta del siglo pasado. La estructura general, rehecha en su mayor parte en el siglo XVIII manteniendo las proporciones y algunos elemento románicos, está formada de nave rectangular, cubierta de madera con plafón plano, y capilla cuadrada, con bóveda de medio cañón, separadas por un arco de triunfo de trazas neorrománicas, fruto de una de las ultimas intervenciones. El imafronte, donde se abre la portada principal, se remata con la clásica espadaña de dos pisos, en la que encontramos una campana fechada en 1780; momento que puede coincidir con la reconstrucción del templo. Completan el conjunto la sacristía y un pequeño pórtico, donde se abre la portada meridional, que al igual que el resto de la construcción han sufrido numerosas intervenciones complicando la posible datación de las piezas. (...)

La escasez de lo conservado y la falta de fuentes documentales impiden establecer una datación correcta del románico de San Vicente de Pramaro, que a la luz de los datos mencionados nacería como uno más de los templos prerrománicos del reino asturiano, para ser sustituido en un momento impreciso por una nueva construcción de estética románica, lo que a juzgar por ejemplos cercanos de características similares no podría situarse antes del siglo XIII, siguiendo así el románico arcaizante que parece haberse asentado en las tierras mosconas a la estela de la desaparecida iglesia de San Pedro de Grado que describe Miguel Vigil en 1879. Este templo, cabeza de la nueva villa, tuvo que haber sido construido no antes de 1256, si tenemos en cuenta, como sostiene Ruiz de la Peña, en su estudio sobre Las “Polas” Asturianas en la Edad Media, que la villa de la Puebla de Grado se fundó ex novo tras la concesión de la carta puebla, de lo que podemos deducir la llegada a la zona de un gran numero de artesanos para participar en su construcción."

También aquí, las antiguas caserías se han transformado en casas más funcionales y las nuevas viviendas ya no son campesinas sino netamente residenciales. Arriba el ocalito crece en las antiguas praderías del monte, especie de crecimiento rápido para suministro industrial de las fábricas de celulosa


Estos vienen a ser los últimos kilómetros de etapa para muchos peregrinos que, sin duda saliendo de la Sancta Ovetensis, esperan hospedarse en la villa moscona, pero otros irán aún más allá, posiblemente a San Xuan de Villapañada, donde sigue abriendo sus puertas en la vieja escuela uno de los primeros albergues del Camino Primitivo y durante muchos años el único que había desde L'Escampleru a Cornellana, donde ya en 1993 funcionaba el del monasterio


En nuestros días, la apertura de nuevos albergues en la villa de Grado/Grau y jalonando este recorrido, abre más posibilidades de pernocta y, por lo tanto, de acortar o alargar la etapa según gustos y posibilidades


Atrás hemos dejado el muro al que antes nos referíamos, que en este lado presenta un tejadillo a una vertiente. Arriba a la derecha está, tan plantado de ocalitos como El Picarosu, El Picu La Uz (353 m), cuya cima señala la frontera con Candamu


Poco más allá, la zona de los invernaderos, cercana a la orilla del Cubia


La floración del manzano es todo un espectáculo que podemos admirar si pasamos en torno a la primera semana de mayo, una maravilla tan breve como intensa por lo que significa con alegoría de la primavera, cuando todo renace


Y junto a la pumarada, la rosaleda de rosas rojas. Mientras que el prado también se cubre de flores blancas, como las del pumar, alguna de cuyas hojas el aire arranca y esparce por el suelo


Maravillas de la naturaleza que vamos contemplando a la vez que caminamos por La Veiga. Al fondo, más invernaderos


Y rebaños de ovejas, la reciella, el ganado menor. El Camino avanza recto en dirección sur



Las naves de La Cardosa señalan que nos acercamos a zona poblada, ya en los arrabales de San Playu por La Estación


Pronto el paisaje rural dejará paso al urbano, el cual también es Camino, tanto en sus barrios 'nuevos' como en el casco histórico


Las farolas y el cercano ruido del tráfico y de la actividad industrial de los polígonos anuncia también el cambio que iremos experimentando enseguida en nuestro entorno inmediato


Al llegar a la altura de los invernaderos miremos desde aquí a lo lejos, a Castañéu...


Aquí tenemos la que posiblemente sea la mejor vista de Villa Santa Julita desde el Camino, "una casa de indianos poco convencional; parece un convento y tiene una notable biblioteca"como bien dice Alejandro Braña:
"La primera vez que me acerqué a verla, pasé de largo varias veces, convencido de estar en el lugar equivocado: “esto no puede ser una casa de indianos”
La explicación la tuve tiempo después. Emilio Martín González del Valle la mandó construir a finales del siglo XIX para albergar un asilo que honrase la memoria de su primera esposa, Julita, fallecida al dar a luz a su octavo hijo. Posteriormente, tras volver a casarse, decidió convertirla en su residencia de verano. 
En el interior destacan dos estancias. Por un lado, la capilla, muy grande, con un altar neogótico realizado en mármol y dos cuadros de gran formato titulados “La Caridad” y “Crucifixión”. 
Por otro lado, la biblioteca. Martín González del Valle, nombrado primer marqués de la Vega de Anzo, era un hombre culto, muy religioso y gran emprendedor. Por lo que yo he podido ver, las referencias abarcan una gran variedad de temas, de lo político a lo técnico y lo religioso. No recuerdo una biblioteca como esta en otra casa de indianos."

La periodista corresponsal de La Nueva España Laura Tamargo, que visitó la capilla le dedicó este excelente reportaje el 29-12-2024, alabando su interior, y que estimamos muy oportuno compartir aquí: 
"Emilio Martín González del Valle y Carvajal, primer Marqués de la Vega de Anzo, edificó en Grado a finales del siglo XIX el palacete Santa Julita, que toma su nombre de su primera esposa, Julita Fernández de Miranda y Vives, que falleció muy joven. Ella tiene un gran protagonismo en la impresionante capilla del inmueble, que muchos moscones tuvieron oportunidad de ver este verano, cuando la familia abrió su casa para que los jardines acogieran un concierto organizado por el Ayuntamiento. Julita aparece, de hecho, destacada en una de las grandes obras pictóricas murales del pequeño templo, vestida de negro y orando. El trabajo es obra de José Robles y frente a él se sitúa una crucifixión de José Uría con una peculiar historia sobre las personas que sirvieron de inspiración para el rostro de los personajes.
La capilla de la casa familiar de los Marqueses de la Vega de Anzo es un espectáculo que maravilla nada más cruzar su umbral. Al frente el altar y, tras de sí, una puerta flanqueada por las esculturas de dos grandes ángeles que parecen custodiarla. Iba a ser el lugar desde el que se accediera a una cripta que sirviese para panteón funerario, aunque la familia decidió luego que fuese la iglesia parroquial de Grado el lugar en el que se les diese sepultura. A ambos lados de la entrada hay dos murales datados en 1891, que hacen elevar la vista y después buscar los detalles. 
En uno, titulado "La Caridad", es figura destacada Julita Fernández de Miranda, mujer de especial belleza que queda retratada en esta obra de arte en la que aparece rezando y en la que además se ve a un niño, heredero del título de Marqués de a Vega de Anzo. El trabajo es obra de José Robles, pintor y acuarelista que desarrolló una gran parte de su obra en Asturias y perteneció a la llamada Colonia Artística de Muros. 
El otro mural es obra del afamado pintor José Uría  y lleva por título "Crucifixión". A su lado, un breve texto enmarcado explica parte de la historia de esta obra, al detallar los nombres de los que sirvieron de modelo para los rostros de las figuras. San Juan se inspiró en el de Enrique Riu Argüelles Meres, Magdalena en el de María Riu Argüelles Meres y la Virgen María en el de Concha Busto Argüelles Meres. El de Marta se basa el de Rosario Riu Argüelles Meres y "para el personaje del fondo posó un paisano de Tiñana que se llamaba Angelón", se lee en la información que facilitó en su día, en 1971, uno de los descendientes del artista, Rodrigo Uría. "Los tres Riu Argüelles Meres eran hermanos de la esposa del pintor. María Riu se metió a Salesa y Concha Busto, de la Casa de Miraflores, fue religiosa Reparadora", añade lo descrito junto a la obra. 
La casa familiar de los Marqueses de la Vega de Anzo, que mantienen un gran arraigo y relación con el concejo y han conservado esta edificación con su aspecto y características originales, como parte de legado histórico y patrimonio de Grado, iba a ser inicialmente un asilo. De de ahí su peculiar arquitectura con forma de H, con esta capilla a modo de elemento central que separaría la zona de hombres de la de mujeres. Sin embargo, terminó por ser residencia privada, función que aún mantiene hoy. La edificación es un diseño de Nicolás García Rivero, autor, entre otros, del edificio que alberga el Parlamento asturiano en la calle Fruela de Oviedo."

La capilla, de torre cuadrada con sus almenas y su portada ojival neogótica, sigue el gusto medievalizante del estilo historicista, tan en boga entre finales del siglo XIX y principios del XX



Una imagen de Villa Santa Julita y de la aldea de Cadenáu con otra luz y a otra hora, en otoño, por la mañana muy temprano y un día soleado



Con la caída de la hoja pueden apreciarse detalles que en otras estaciones permanezcan ocultos, como es la totalidad de la portada, el seto del jardín y el guardarraíl de la carretera, además de la bajada hacia el río. Una muy buena obra dedicada al fundador es Una aproximación a la figura del marqués de la Vega de Anzo escrita por Covadonga de Quintana Bermúdez de la Puente, en la que, entre otras muchas cosas, resalta lo siguiente:
"Martín González del Valle fue un aristócrata muy influyente de la primera mitad del s. XX. Efectivamente, desde los puntos de vista social, económico y político, fue una personalidad importante desde muy temprana edad. Partía de una posición muy privilegiada, era miembro de una familia con intereses financieros, políticos y culturales, de hondas raigambres asturiana y catalana, y contaba con el intelecto y la modestia necesarios para continuar situado donde le correspondía..." 

Y ya estamos de frente, en La Cardosa, a la antigua fábrica curtidora, en cuya nave se fundó en 1982 por el Ayuntamiento el Museo Etnográfico de Grado/Grau, creado con el deseo de recoger y transmitir el acervo popular de la comarca, cuando la vida rural tradicional estaba ya extinguiéndose y se corría el riesgo que no quedase de ella ni la memoria.

La idea fundacional del museo se centró en la cultura del pan, sobre todo la escanda, que se plantó desde tiempos remotísimos en gran parte de Asturias, pero llegó a hacerse más presente en los conceyos del interior y de la montaña

El Camino hace un poco de curva a la derecha y ya tenemos, también delante, la nave de la Carpintería Sarasola, a la que antes nos hemos referido


Y atrás vamos dejando también Bustiellu, con el solar de la iglesia parroquial de San Vicente


Desde aquí se advierte, parcialmente, una de sus portadas, la sur, uno de los escasos elementos románicos conservados, guardada por el pórtico. Seguimos con la lectura de Románico digital:
"Son las dos portadas del templo, de sencilla factura, donde las huellas del románico de Castañedo resultan más visibles. En los dos casos, siguiendo un modelo muy difundido en la zona, se componen de un sencillo arco de medio punto, sobre impostas desornamentadas, envuelto en guardapolvo, decorado con billetes en la portada oeste y con bocel moldurado en la sur; estos guardapolvos son los únicos elementos originales, ya que el resto de las piezas son de nueva construcción. También podrían pertenecer a la fábrica románica parte de los muros perimetrales de la nave, donde se abren cuatro saeteras, una en el muro norte y tres en el muro sur, hoy cegadas."

Mucha atención ahora, pues al llegar a estas huertas hay una bifurcación en la que iremos a la derecha, hacia la nave de la carpintería, dado que de frente nos meteríamos de lleno en el polígono y saldríamos a la carretera


Si nos fijamos, veremos a la izquierda del cruce el mojón jacobita que nos lo indica


Aquí lo vemos un poco mejor, tiende a estar oculto o semioculto a poco que crezcan las hierbas o el matorral


El mojón con su concha identificadora y su flecha amarilla señalizadora nos envían ahora en dirección oeste para pasar entre la nave y las huertas


Casi ya puede decirse, llegando a La Cardosa, que estamos entrando en el casco urbano de Grado/Grau


A nuestra quedan las instalaciones de la vieja fábrica de curtidos y actual sede del museo etnográfico. Es posible que, cuando vengáis, hayan sido construidas más naves. A lo lejos quedan ya las colinas de Sestiellu, por donde pasaba el viejo camino de Anzu y Carril


El museo, recalcamos se ha pintado de tan vivos colores que es fácil de identificar entre las demás nave. Si deseásemos visitarlo hay que concertar mejor una visita previa. Antes estaba allí la antigua Fábrica de Extractos Curtientes de La Cardosa, sita donde está ahora el museo y que empezó a trabajar en 1945 haciendo pasta de papel, se estableció aquí para dar salida comercial a su producción, sobre todo a Bilbao, a través de la estación de ferrocarril. Seguidamente hay otra nave en la que tienen su sede diversas entidades, entre ellas el Consejo Regulador de la Faba Asturiana


En este cruce seguimos recto y de frente pista adelante. Observemos la flecha amarilla en el poste de la izquierda


Es de plástico y está concienzudamente grapada en la madera. A la derecha contemplamos estas fértiles huertas, aquí siendo roturadas


Y aquí, en plena producción. Más atrás hay prados, pumaradas y, a lo lejos, volvemos a ver El Picu'l Caleyu, encima de Cueru, del que ya nos hemos alejado considerablemente


Huertas de patatas y berzas, pomaradas y pequeños invernaderos; foto otoñal con Cadanáu y Bustiellu en la distancia. "Siempre se nos distinguió por los productos agrícolas", decía Pepe Areces, escritor e investigador miembro de una veterana saga de comerciantes moscones, el 23 de marzo de 2024 al presentar su libro Grao, cien años de comercio, industria, ferias y mercados, glosado así al día siguiente en La Nueva España por Ángela Rodríguez:
"Grado es sinónimo de tradición comercial. La actividad define a los moscones, al pueblo y al clan. Como el de ‘Los Pesaos’. De este último desciende José Luis Areces, ‘Pepe’, “experto por familia y estudio” en la historia del comercio y mercadeo de Grado. Autor del ilustrativo volumen ‘Grao, cien años de comercio, industria, ferias y mercados’ -con más de 600 páginas y 2.000 fotografías-, ofreció ayer una conferencia sobre el gremio en la Casa de la Cultura, en el marco del ciclo de actividades para conmemorar el primer aniversario de la sede del Museo Etnográfico en el Palacio Fontela. 
“Los comerciantes en Grado lo sentían dentro, vivían vinculados a la tienda y no tenían vacaciones. Abrían todos los días, sin horario de apertura ni cierre y en contra de lo que decían los antiguos sobre que era una profesión innoble era una profesión de mucho sacrificio”, relata Pepe, ‘el pesao’. Un apodo del que presume. “Mi abuela empezó vendiendo telas en los mercados, por ejemplo, en el de Pola de Somiedo. No sé como se apañaba, la verdad, con cuatro hijos, viuda, y otros cuatro hijos más que trajo para casa tras morir una vecina”. 
En el Grado al que se viaja escuchando a Areces, y sumergiéndose en las fotografías antiguas, “se exportaban al año 1.700 vagones con vacuno”, “casi 25.000 animales, que son mucho para salir de Grado en un año”. Había peinadoras, reloj público, cada dos pueblos al menos un comercio, tabernas y más de un centenar de molinos harineros. Pero sobre todo “unos productos agrícolas por los que siempre se nos distinguió”, destaca Areces.
En 1845, ya se escribía sobre lo fértil de las tierras de Grado. La riqueza de sus suelos que daba “hortalizas para toda la región”. Y que Areces lamenta, haya quedado relegado por otros productos no naturales. “La esencia del comercio y el mercado en Grado cambió mucho. Antiguamente lo que se vendía en los mercados eran productos de la huerta y la ganadería. Hoy ya te venden ropa y artículos de toda clase, de gente que viene de afuera. Antes vendía la gente de Grado y las plazas se quedaban pequeñas para el mercado. En la Plaza de la Blanca había una panera y seis hórreos que se tiraron para ampliarla, porque no había lugar para vender”, relata. 
Sobre la huerta moscona “hoy bajo mínimos”, Areces no pierde la esperanza. En un concejo que alcanzó los 20.000 habitantes y que no llega ya a los 10.000. “Habría que relanzarla, la huerta. Aprovechando los productos ecológicos bien podríamos tener un producto de la huerta de Grado. Que haya alguien, que puede ser el Ayuntamiento, que certifique que ese producto viene de la huerta de Grado, sea ecológico o no”, insta. Convertir en sello oficial de calidad y origen lo que ya se sabe (“que lo de Grao ye bueno”), es una posibilidad real para Areces, que actualmente recorre los 192 pueblos de Grado para documentarse y firmar su siguiente libro."


En diciembre de 2018 el Ayuntamiento estableció las bases de una recalificación de los terrenos para favorecer los cultivos agrícolas en estas vegas, revitalizando su menguante producción. Así daba la noticia La Voz del Trubia con la firma de F. Romero:
"El Ayuntamiento de Grado abordará en las próximas semanas una iniciativa urbanística que puede favorecer su tejido económico tradicional: la huerta de sus vegas, muchas de ellas hoy abandonadas a pesar del esplendor que tuvieron en tiempos pasados. El pleno aprobó ayer, con la única abstención de la concejala de Foro, la revisión parcial del Plan General de la vega del Nalón y del bajo Cubia con la finalidad de aprovechar la potencialidad agroganadera dotando a la zona de un mecanismo para poner en uso la explotación, la elaboración y la comercialización de productos ligados al concejo «con la perspectiva de futuro que puede dar lugar la creación de un área metropolitana y la creciente demanda de productos donde la calidad y la trazabilidad de los mismos dan un valor añadido, algo que podemos conseguir con nuestras vegas» afirmó la concejala de urbanismo María José Miranda, de IU. 
Se pretende además dar una solución a los suelos que están suspendidos por la Confederación Hidrográfica, entidad que además es cada vez más restrictiva por motivos medioambientales. La superficie total del ámbito afectado es de casi 4 millones de metros cuadrados, donde existen unidades de actuación en donde se mantendría el uso residencial pero con una adaptación de la tipología. (...) 
Además, las zonas con menor valor agrícola, se modificarían para servir en la transformación de las producciones agropecuarias, ya en el área industrial. Se pretende también aprovechar las masas forestales existentes para minimizar el impacto visual de las nuevas edificaciones y crear una barrera ambiental. (...) Por otro lado, en las zonas rurales se dará suelo urbanizable vinculado a la elaboración de productos agrícolas."


Aquí pasamos ahora sobre un canal que da agua a estas huertas y, acaso antiguamente, a los antiguos molinos del Cubia que aquí existieron. El Camino hace un ángulo recto y continúa al lado de la canal


Esta pasarela sobre las canalizadas aguas es otro buen lugar para admirar las huertas veigueñas, aquí en primavera


Y aquí, al sol otoñal, con el canal repleto de agua, las pumaradas llenas de manzanas y los terrenos en plena producción


Como hemos dicho, el Camino hace un ángulo de 90º y sigue llano entre el canal y los prados y las huertas en dirección a los primeros edificios de la urbe


Hemos llegado a La Estación y barrio de San Playu, donde pasaremos al lado de la estación ferroviaria que da nombre al lugar para ganar la carretera y cruzar el puente sobre el Cubia en dirección a Las Dos Vías, la calle Valentín Andrés y el Parque San Antonio para entrar en el centro histórico, la antigua población intramuros, por el Palacio de Miranda-Valdecarzana, actual Casa de Cultura...








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