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sábado, 18 de octubre de 2025

LA DEVESA: UNA TORRE RENACENTISTA EN EL VADO DEL NONAYA (SALAS, ASTURIAS) LAS PRADERÍAS DE LOS VILLABARCIOS Y LA PEREGRINACIÓN DE JOSÉ 'EL MOCHILAS' AL SANTUARIO DE EL VISO


La Devesa

Saliendo de Zorrina o Casazorrina, a solamente un par de kilómetros de la villa de Salas, capital del concejo del mismo nombre, la casa-torre de La Devesa, del siglo XVI, se alza sobre el antiguo Camín Real de Galicia o Camín Francés y es testimonio del paso de los antiguos peregrinos históricos en aquella centuria en la que el medievo daba paso a la Edad Moderna, siendo por lo tanto uno de los símbolos del Camino Primitivo. Aunque en algún momento se pensó en la existencia de una venta, se trata de una casa hidalga, de algún mayorazgo o propietario de la antigua devesa o dehesa (terreno cerrado y acotado) aquí existente y que le dio nombre


La torre forma parte de un conjunto de construcciones agropecuarias y, dado su estado, fue adquirida en 2017 por el historiador, investigador y divulgador del patrimonio asturiano, Javier F. Granda, con la idea de hacer excavaciones arqueológicas en el lugar, buscando señales de edificaciones más antiguas, además de para "evitar una mala restauración"

Saliendo de Zorrina hacia La Devesa, camino de la villa de Salas

Saliendo del núcleo principal de Zorrina en Ca Rosona, el Camino sigue llano por la vega del río Nonaya, que atraviesa de este a oeste el concejo de Salas, en dirección a sus arboladas orillas, que forman un hermoso bosque ribereño al borde de sus aguas


Un poco más adelante, bajo El Picaratín (385 m), en La Sierra Quintana, recibe las aguas del Paraxas y sigue prado abajo a nuestra izquierda regando la veiga de Zorrina en La Puntona


Oculto por la espesura y tomando dirección oeste, se dirige a La Veiga Villazón y, de allí, a Cornellana, donde dará sus aguas al Narcea no muy lejos del monasterio de San Salvador


La senda pierde el asfalto y se torna en camino terrero, dirigiéndose al río, que ni veremos hasta estar al lado mismo de él


El Camino es llano y en nuestros días es una vía pecuaria que comunica Zorrina con La Devesa y esta a su vez con la carretera N-634, la antigua carretera Oviedo-Villalba, carretera de Galicia o de Occidente que, en la segunda mitad del siglo XIX, sustituyó a este viejo Camín Real


El Camino ha perdido su antiguo empedrado pero no totalmente. Si nos fijamos, más allá de los árboles de la derecha veremos los tejados de La Devesa


Tramos de pequeños y viejos muretes o murias de piedras separan el Camino de las fincas, aprovechadas casi en su totalidad para pasto y siega pero que antaño fueron fértiles cultivos de cereal, trigo, maíz, escanda, centeno, etc., de los tiempos en los que el grano se molía en los cercanos molinos que trabajaban con el agua del río como fuerza motriz y hoy yacen abandonados


Prados en el tiempo de la siega; en las veredas crecen buenas matas de ortigas


Paso a paso nos adentramos en el bosquete ribereño de álamos, sauces, alisos, castaños, carbayos y otras especies autóctonas


Se ven capas de grijo o zahorra asentando el suelo y evitando barrizales; el Camino hace ahora un poco de curva a la derecha


Y, a nuestra derecha, el río Nonaya que, al llegar a la villa de Salas, se abre a un hermoso valle tras salir de las estrecheces de su desfiladero aguas arriba desde su nacimiento en Brañamiana, parroquia de Bodenaya cercana al Alto de La Espina, paso de tierras salenses a tinetenses


En estas fotos de primavera temprana, con muchos árboles aún sin hojas, veremos un poco mejor el río y la veiga que se forma en su unión con el Paraxas, en el lugar de Los Villabarcios, hermosa llanura verde bajo El Picaratín y El Pasumalu, estribaciones occidentales de La Sierra Quintana, que separa esta parroquia de Villamar, a la que pertenece Zorrina, de la de Villazón, también en Salas


Cierra el valle del Paraxas por el sur la Sierra Carrales, hábitat neolítico y también antigua zona minera para extraer el oro astur con el que Roma  mantenía su imperio. Su máxima altura es el Calabazos (719 m), razón por la que también se la conoce como La Sierra Calabazos


El Camín Real de Galicia seguiría en buena parte precisamente la llamada 'Autopista del Oro', la vía romana Lucus Asturum-Lucus Augusti, por la que los romanos controlaban sus minas en todo el gran territorio aurífero del occidente astur y oriente gallego, gran veta que se extendía al sur hacia el Duero y el actual Portugal



Lucus Asturum-Lucus Augusti se basaba, a su vez, en caminos mucho más antiguos, prehistóricos mismamente, que seguían los pasos naturales por valles y montañas, como es este el caso del Nonaya por el que se accede a la meseta de La Espina, paso del Camino


Aquí a nuestra derecha vemos El Molín de Cá Sancha, con su canaliega de piedra, por la que venía el agua del Nonaya a ser embalsada y luego, con su fuerza, impulsar su 'rodendu' o 'motor hidráulico', con el que se daba movimiento a toda la maquinaria de la molienda. Más a lo lejos, las suaves lomas de La Sierra la Minesa dan paso al totémico monte El Viso (683 m), solar de la ermita de Nuestra Señora del Viso, patrona de Salas, que veremos, pese a la lejanía, según avancemos hacia la capital del concejo


En esta su ladera sur-occidental vemos Villamar de Riba y Villamar de Baxu, donde se encuentra la cabeza de la parroquia. Aquí abajo, una panera y una casa son de Casazorrina o Zorrina: por ahí pasa la N-634, que nosotros cruzaremos más allá de La Devesa


Podríamos ya desde aquí 'intuir' más que ver dicho santuario: un puntito blanco que se adivina entre los árboles más cercanos a la cima y que tiene detrás una plantación de ocalitos, 'eucaliptos'. Desde Salas suben una carretera local y un camino por el que ascienden los romeros que suben andando a la fiesta del 15 de agosto, Virgen de la Asunción, la renombrada romería del Viso


Una foto de la veiga del Molín de Ca Sancha con la hierba alta a punto para la siega


Los árboles en la plenitud de hojas avanzado el verano no nos dejan ver las casas de la carretera, pero sí Villamar, sin duda una antigua Villa Marus o Villa Marius, una villae agrícola de un antiguo posesor de época romana o altomedieval...


Por su parte, El Viso o El Visu es un topónimo bastante común en Asturias que hace referencia tanto a lugares de gran vista y paisaje como a precipicios, pudiendo coincidir ambos en su etimología, como nos indica el erudito filólogo Xosé Lluis García Arias en Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos:
"Es difícil, sin conocer previamente el terreno, emitir un juicio acerca del origen etimológico de los topónimos del tipo El Visu , El Viso, dado que, fonéticamente, pueden prove nir tanto del término formado sobre el participio de videre ‘ver’, esto es, V¯ISUM ‘acción de ver’ como de ABYSSUM ‘abis mo’. La dificultad se agranda más dado que en muchas ocasiones un abismo puede coincidir con una gran elevación que sirve de ata laya o punto de observación."

Aunque tampoco los veamos, un área recreativa y un campo de golf, pues su cima es bastante llana y amesetada y tiene un gran claro libre de árboles


Caminamos por la mismísima orilla del Nonaya, hidrónimo que se relaciona con la diosa prerromana Navia, vinculada a la abundancia, cosechas, fertilidad, suerte y alegorías positivas similares. Leemos así en Wikipedia:
"Navia es un diosa precéltica de origen indoeuropeo. Se discute su origen y pertenencia a algún grupo étnico (cultura campaniformecultura de los campos de urnas o cultura de La Tène). De género femenino, se la suele considerar una diosa de la fecundidad. Se han encontrado ofrendas de espadas en su honor en los cauces de los ríos europeos. Se desconocen más datos de su figura, procedencia, a qué grupo de dioses pertenecía, tipo de rituales o ciclo de mitos asociado a ella. 
Su nombre se encuentra por todo el noroeste de la península ibérica con el nombre de Nauia (al norte del Miño) o su variante Nabia (en el sur) con una veintena de epígrafes documentando su culto en un área que incluye a GalaicosLusitanos y Astures. Los dedicantes son sobre todo indígenas, como refleja su antroponimia y como sucede en el resto de las divinidades de la zona".

El significado de navia tiene también que ver con 'valle y río', y es que su raíz lingüística indoeuropea se hace patente en idiomas y topónimos que se extienden desde el Atlántico hasta la india, y son verdaderamente numerosos:
La interpretación mayoritaria defiende un carácter acuático para Navia (así Blázquez, Coelho, Ferreira da Silva y otros). Leite de Vasconcelos ya relacionó a esta diosa con los santuarios acuáticos y con el sánscrito navya, “curso de agua”. Apoyaría esta interpretación la existencia de hidrónimos modernos como Navia, Naviegu, Navelgas, Navidiellu, y Nalón (antiguo *Nauilo) repartidos entre Galicia y Asturias, Navea (afluente del Sil en Orense), o los antiguos Nabalia (Eck afluente del Rhin), Nauaeus (Río Naver, Escocia) Nauesbia (actual Naseby, Northants) o Nabarcos (Neber, Gran Bretaña). 
Blanca García ha explicado la vinculación de Nabia con los ríos a partir de la concepción céltica del agua como elemento característico del acceso al más allá: desde esta perspectiva, Nabia sería una divinidad soberana facilitadora del acceso al allende a través del agua. 
Otros (así Prosper) defienden una relación con el moderno nava 'valle', teniendo en cuenta la ausencia de corrientes acuáticas en algunos lugares de culto, consideran a Nauia diosa indígena de los valles (*<Nau-ya 'con forma de nave o barco') semejante a la Diana de los latinos. Su vínculo con las divinidades acuáticas, se explicaría por el hecho de que los valles pudieran acoger la existencia de un río. 
En realidad ambas percepciones son compatibles, pudiendo traducirse Navia como "la barquera", que al habitar necesariamente en cursos fluviales les habría dado nombre. El mito aparece en los arcaicos pasajes del segundo ciclo de la epopeya heroica irlandesa en los que se describe a una bella mujer que en el mito céltico desempeña el papel de mensajera de la Muerte y psicopompa conductora de las almas de los jóvenes a la morada de los difuntos, cual moura o lavandeira de ciertas leyendas. Cúchulainn, sin saberlo, hiere mortalmente a su propio hijo Connla o Conlaoch. Aparece entonces un hada que se dirige a Connla para decirle: ”Los inmortales te invitan. Serás uno de los héroes del pueblo de Tethra. Día tras día se te verá en las asambleas de tus abuelos, en medio de aquellos que te conocen y te aman". Cúchulainn ve cómo su hijo se lanza a la barca de vidrio que usa la hechicera, y le ve alejarse hasta desaparecer. El mito se repite en el viaje de Arturo hacia su destino final en Avalon, y aún sobrevive en el norte, en advocaciones a la Virgen de la Barca (Muxía) o Virgen de Covadonga (Cangas de Onís) ambas festividades del 8 de septiembre. También, en la Villa Asturiana de Navia, celebran sus fiestas por La Virgen de la Barca el 15 de agosto".

Si navia da naya, Nonaya partiría de un amnem naviam, 'río Nonaya, para García Arias, quien apunta que en la documentación medieval aparece transcrito como Annonagia y Nonagiam. El arqueólogo Alfonso Sánchez nos ofrece esta interesantísima reflexión sobre el ancestral culto a las aguas y su relación con Navia en su web Ástures:
"El río, como fuerza tangible del mundo animista en el paisaje, despierta en el subconsciente humano sentimientos que tienen que ver con el fluir de la existencia, o el tránsito al más allá. No es casualidad que en ellos se depositen ofrendas, destinadas a los seres que garantizan la vida, porque el agua no es más que eso (y no es poco), es la vida, y como tal se honra en todas las culturas antiguas. El cauce se lleva las ofrendas, y el mundo subacuático es visto como una transición o como una frontera con el otro mundo, donde no debes permanecer mucho tiempo, un mundo frío, quizá una antesala de la muerte. Los lagos, incluso la costa, son también lugares donde se escenifica el sacrificio propiciatorio a los dioses.
El río como frontera entre este mundo y el otro 
Siete serpientes formaban el huevo, o piedra de la culebra, según la leyenda recogida por Plinio en su Historia Naturalis, en la cabeza de una de ellas. Una piedra con poderes mágicos y curativos que se llamaba el cristal de los druidas. El ritual seguido para hacerse con ella indicaba que hasta que no se cruzara el cauce de un río, las serpientes no dejarían de perseguir a quien se hiciera con ella. Una tradición que tenemos la suerte de tener recogida en el noroeste de la Península Ibérica hasta hace algunos años. (...) 
El teónimo femenino Navia aparece tanto en la epigrafía como en la toponimia tanto en la Galicia actual como en Asturias. El hidrónimo hace referencia a una deidad psicopompa, Navia lleva a los muertos en su barca hasta la otra orilla. 
Cuando Cuchulain ve morir a su hermano, no puede hacer nada para evitar que se suba a la barca de la hechicera que le lleva al más allá.  Eoghan Mor, el rey de Munster que se casó con una princesa española, abandona la isla tras la batalla de Cloch Baraige ayudado por el hada Eadaoin, quien se lo lleva a su isla a su cuidado nueve días. De allí cruza a Brigantium. El mismo Arturo cruza a Tir Na n’Og (Avalon) en una barca acompañado de Nimue (Yo estuve en las orillas del lago donde dicen que está sumergido su palacio de cristal), Igraine y Elaine (¿una triple diosa?), en otras leyendas es sólo Morgana la que le acompaña. Parece evidente que nos encontramos con el mismo mito en la frontera entre astures y galaicos. 
Navia ha sido considerada una diosa pre-celta que mantuvo su culto durante la celtización del noroeste. Le etimología de su nombre sugiere que era una diosa de los valles, quizá asociada al cauce fluvial que discurre por la práctica totalidad de los mismos. Una diosa de la fertilidad del valle, pero también del mundo de ultratumba. No es extraño. 
Tenemos que abandonar el modelo judeo-cristiano de pensamiento religioso, y pensar en un culto a deidades polifuncionales de las que sabemos muy poco. 
Las fuentes epigráficas sobre Navia son abundantes desde el suroeste de la península ibérica hasta las orillas de las costas gallegas. En Navia (Asturias) se celebra en agosto la festividad de la Virgen de la Barca. No parece descabellado ver una cristianización de un culto pagano en esta festividad. La misma fiesta se celebra en otros lugares como Muxía, o Baiona en Septiembre (en torno al 8). Ese mismo  día se celebra Covadonga, en Asturias. 
En el santuario de esta virgen, que es la de mayor veneración en toda Asturias, cae un torrente de agua. El pequeño arroyo que lo alimenta es el Deva. Se especula, por lo recogido en las fuentes escritas, y la toponimia, con que el lugar fuera ya en tiempos protohistóricos, un santuario dedicado a la diosa. Y es que Deva significa simplemente eso, Diosa. Probablemente el viejo culto protocéltico de la Gran Madre. En este caso un claro ejemplo de prolongación en el tiempo de un culto religioso, «vestido» con distintos ropajes según la época..."


La pervivencia del culto a las aguas continuó más allá de la llegada del Cristianismo; por un lado los primeros padres de la iglesia lo atacaron como reminiscencias del paganismo, asociándolo con el culto al diablo, pero lo arraigado de la creencia hizo que se aplicase lo que suele hacerse en estos casos, la cristianización de esta devoción a la naturaleza en santos cristianos:
"Martín de Braga escribe en el siglo VI d.C. «Unos adoraban al sol, a la luna o a las estrellas; unos al fuego, otros al agua del profundo, o a las fuentes de las aguas, creyendo que todas estas cosas no habían sido hechas por Dios para uso de los hombres, sino que habían nacido de si mismas». Se refería a los dioses paganos que habían sido adorados antes de la llegada del cristianismo, pero estaba hablando también de las costumbres del mundo rural de su tiempo. Así por ejemplo, condena a los que invocan sobre las hierbas, a los que adoran a ciertas piedras y a los que tiran pan al agua como símbolo de la fertilidad. También a los que ponen velas en ciertos árboles que se consideran sagrados porque estaban habitados por espíritus buenos.
Es evidente que el cristianismo estaba lejos de ser la religión dominante en el noroeste de la Península Ibérica en su tiempo, y no es descabellado suponer que entre los astures, más aislados que los galaicos de ese tiempo, el nuevo culto no hubiera estado impuesto todavía. 
A principios de la Edad Media lo vemos en los momentos previos a la declaración de Pelayo como Princeps, y me atrevo a pensar que su enterramiento en una capilla sobre un dolmen (Santa Cruz), no hace más que reforzar el papel de rey de unas tribus, aún mayoritariamente paganas, en un acto de reivindicación de una herencia ancestral respecto a las élites que dominaron el territorio. 
Es en este contexto donde probablemente las leyendas de xanas, mouras,  reciban la forma actual que conocemos, perpetuadas en un mundo rural que es reacio a desprenderse de sus costumbres ancestrales, acomodándolas a la religión impuesta desde las clases superiores. Y es que, en mi opinión, el cristianismo comienza a expandirse desde las ciudades y empezando por las clases altas, pero hasta que no es declarada religión oficial del Imperio no alcanza la importancia definitiva que la proyecta por la vieja Europa de raíces celtas. En el Noroeste sucede lo mismo, y son los reyes, los nobles y los monjes los que la divulgan entre el pueblo, que sigue creyendo en sus viejos cultos, que no han dejado de servirles fielmente dentro del contexto de una sociedad agrícola que no había cambiado, en lo esencial, desde el mundo prerromano".

Árboles y bosques, ríos y montañas eran moradas de la divinidad y sus santuarios naturales, lucus o nemeton fueron sustituidos por oratorios cristianizados. En El culto a Nabia en Hispania y las diosas polifuncionales, el historiador Juan Carlos Olivares Pedreño, de la Universidad de Alicante, dice así:
"Las inscripciones relativas a Nabia en Hispania muestran algunas particularidades que la diferencian del resto de divinidades femeninas. Es la única diosa constatada en toda la amplia región situada al norte del río Duero y se alude a ella con epítetos que indican una tutela sobre núcleos poblados. Además, sus altares votivos han sido descubiertos en diversos contextos: elevaciones montañosas, fuentes o en el interior de castras. Finalmente, la diosa es citada dos veces, una de ellas sin epítetos y la otra con un apelativo, en una misma dedicación. Todos estos datos apuntan que Nabia tenía un carácter polifuncional, como algunas de las principales diosas del ámbito indo-iranio, romano o céltico insular".

El paso de un río, incluso pequeño, como es este el caso, tenía pues una profunda carga de simbolismo, pues constituía un paso en la vida, dejar un lugar y pasar a otro, siempre siguiendo camino. Este paso lo vamos a realizar unos metros más adelante, al pie de aquellos árboles...


Es la pasarela de La Devesa, habilitada en el Camino para evitar tener que vadearlo a pie, con el consiguiente riesgo de resbalones, caídas y mojaduras, evitando además el tener que descalzarse volver a calzarse al otro lado, para cruzar al otro lado


Cierto es que cuando baja con poca agua podremos cruzar el Nonaya casi sin descalzarnos, incluso dando un pequeño salto, pero ya que tenemos pasarela lo mejor será usarla


Observemos eso sí un detalle importante, al borde del agua se conservan restos del empedrado histórico del Camín Real


Luego de cruzar hay una pequeña cuesta hasta la torre de La Devesa, cuyo tejado a cuatro aguas asoma parcialmente en lontananza, sobre las copas de los árboles


Según nos dice este cartel, la pasarela se restauró en 2004 en base a otra anterior que ya conocimos en 1993, la primera vez que hicimos el Camino Primitivo. Es fácil que carros y carruajes de antaño cruzasen el río metiéndose en el agua pero los viandantes empleasen una pasarela que ya existiría tal vez de antiguo


Eso sí, y muy importante, nunca nos apoyemos en estas estructuras de pasamanos y barandillas ni aquí ni en ningún camino ni ruta; suelen flaquear bastante y volverse enseguida endebles, prueba de ello es que suelen reponerse o repararse cada cierto tiempo


Vista del Nonaya desde el puente y con El Picaratín mostrando su muy boscosa ladera; esta zona del río tenía fama de truchera


Al pie del monte es donde recibe las aguas del río Paraxas, cuyas fuentes se encuentran entre las Sierras de Carrales y los Molinos, donde nacen varios regueiros que se van uniendo, como explica la Enciclopedia del paisaje de Asturias:
"Afluente del río Nonaya por la vertiente derecha; se encuentra situado en la zona central del concejo de Salas. Nace de la unión del río Benuco o SanVicente y de los regueros de la Braña y reguera Oscura. A la altura del pueblo de Otero da servicio a la fuente de Furinxín y en Casazorrina se une al río Nonaya"

La pasarela es estrecha, solamente podemos pasar de uno en uno y en fila india; aunque apenas pasan más que peregrinos, si nos encontramos con alguien viniendo no podemos cruzarnos, por lo que habrá que dejar que pase uno para que lo haga el otro


Más allá de la veiga de Los Villabarcios están El Pasumalu, en la parte de la sierra en la que se encuentra El Picu'l Cerru (476 m)


Después de cruzar la pasarela empieza la pequeña cuesta de La Devesa, un topónimo que, al igual que el castellano dehesa, hace referencia a terrenos cerrados o acotados, explica también el profesor García Arias:
"Terrenos acotados son los llamados devesa o ivesa, términos originados en el participio del verbo latino defendere ‘rechazar’, ‘proteger’, ‘prohibir’ (EM), DEFENSAM, aplicado a zonas en que no estaban permitidos determinados aprovechamientos, especialmente la tala de arbolado, a no ser en circunstancias especiales que así lo requiriesen. Como muchas veces la prohibición afectaba a la tala de robles se siguió que, en algunos sitios, devesa llegó a ser sinónimo de robledal".

Fueron célebres en ese sentido antaño las 'dehesas reales', las cuales constituían reservas forestales estratégicas, como la que vimos en Grado/Grau, para proporcionar madera para hacer buques para la armada. Con la generalización del uso del acero dichas reservas se hicieron innecesarias


Llegados a este punto nos agrada compartir este vídeo del paso del Nonaya en La Devesa, grabado en invierno


Como tantas veces decimos, las cuestas, aunque cortas y suaves como esta, hacen siempre mella en el esfuerzo de cualquier peregrino, si bien la proximidad, casi inmediatez, a la villa de Salas, donde muchos se alojan y otros hacen un alto, da fuerzas y aliento al sufrido caminante...


En lontananza, La Sierra de Carrales anuncia que nos aproximamos, paso a paso, a los tan célebres puertos de montaña del Camino Primitivo, como el ya muy cercano de La Espina, a continuación de Salas


Ahí están las minas de Ablaneda-Godán, donde los romanos extraían oro, señal también que nos acercamos a la que fue gran veta aurífera de la antigüedad en territorio de los ástures pésicos, de la costa occidental asturiana hasta El Bierzo. Ahí apareció la estela de Flaus Cabarcus del castro Beriso, datada en el siglo I d.C. durante los albores de la romanización de estos lugares


Bifurcación y a la derecha, como nos señala el mojón. Aquí el Camino vuelve a ser de suelo duro, cubierto de hormigón


Vemos parcialmente el valle del río Paraxas, hidrónimo que guardaría relación con el terreno, según nos informa asimismo García Arias:
"En ocasiones a una franja de terreno liso (cultivado o no, según las zonas) puede conocérsele con el nombre de para o de lo que parece su diminutivo paraxa, palabras que podrían estar en relación etimológica con los apelativos usuales paráu o varáu ‘(terreno) liso aunque sea pendiente’. 
Sospecho que la explicación etimológica de para y de su representante toponímico Para, está en relación con el participio fuerte del latín parare ‘prepararse’, ‘disponerse’, palabra de gran diversidad semántica." 

En estos campos está el muy llamativo topónimo La Barbacana, que nos recuerda a ese elemento defensivo de los castillos y que pudiera tratarse de alguna antigua construcción ligada a la torre de La Devesa


El primer edificio de La Devesa no es la torre sino lo que parece haber sido una antigua cuadra o caballerizas, recientemente restauradas como vivienda


La torre aparece uno poco más atrás, unos metros más allá. Aunque no hemos encontrado testimonios documentales, da la impresión que hubiese existido algún control de paso en este vado a la entrada prácticamente ya de la villa de Salas, fundada sobre un asentamiento preexistente en torno a un castillo por el rey Alfonso X El Sabio hacia 1270, otorgándole fueros y privilegios con carta puebla, rigiéndose a sí misma, sin injerencias de señores feudales ni monasterios y teniendo potestades como la celebración de un mercado semanal y ser el centro de un territorio o alfoz que sería el germen del actual concejo de Salas


La antigua cuadra presenta un cuerpo añadido de madera con gran cristalera orientada al sur, sostenido por tres columnas también de madera que hacen un espacio porticado de gran belleza, a manera de mirador sobre el Camino


Así estaba el edifico hace unos años, antes de su restauración, que será como muchos peregrinos lo recordarán


Una foto más 'de antes' de la restauración


Y una foto de ahora, tras la restauración. Un cartel a la puerta indica su uso como vivienda vacacional


La cuesta va acabando al llegar a la torre, orientada al sur y al Camino según viene del vado, lo que nos da a entender que sus moradores estarían especialmente atentos al tránsito de gentes y mercancías en dirección a la villa de Salas


Frente a ella hay un rellano y a la derecha una antigua panerona. Esta es la descripción que de ella nos ofrece su ficha en el Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Asturias (IPAA):
"Conjunto conocido como La Debesa, situado en las inmediaciones de la carretera general, compuesto por un edificio principal de dos plantas y otras construcciones auxiliares, destinadas a la explotación agropecuaria. El edificio principal de planta rectangular consta de bajo y un piso. Su estructura vertical y su aspecto cerrado, así como los vanos nos acercan a las construcciones defensivas (torres) tardorenacentistas. Su frontis se abre al este con un amplio vano en forma de arco de amplias dovelas bien despiezadas que se sitúa en el extremo sur del muro. A su lado hay una pequeña ventana en forma de saetera abocinada y con venera de derrame externo. En el piso superior la única apertura se sitúa en el eje del muro, en forma de ventana de igual flecha y vano, con alfeizar moldurado y antepecho de sillar. El resto del muro está revocado con mortero de cal y arena dejando a la vista los mechinales situados rítmicamente en el paramento. Bajo el alero en la parte superior derecha hay dos aviaderos que dan entrada a un palomar en el espacio bajo cubierta. 

El muro sur (que da al camino) se abre a la altura de la cornisa por medio de un pequeño vano cuadrado y en la fachada posterior se encuentra adosado un edificio de menor alzado y planta muy alargada, con un cuerpo saliente añadido. Actualmente está dividido en dos viviendas. 

 A la derecha de la fachada se encuentra formado parte del conjunto una panera con espacio inferior aprovechado como almacén (garaje) y otra construcción auxiliar de dos plantas en el extremo noreste realizado posteriormente. La fábrica es de aparejo de mampostería revocada, con sillares vistos en los recercos de los vanos y cadenas de esquinas. La cubierta es a dos y cuatro aguas con armazón de madera y empleo de teja curva al exterior".

La panera, de seis pegollos está la mitad dentro de la finca de la torre, cerrada por un muro de piedra, y la otra mitad afuera. Se sube a ella desde el interior por una subidoria al otro lado del portón


Se considera una casa estilo tardo-renacentista, con su portada de arco de medio punto y, al lado, un ventanuco abocinado también de arco de medio punto y vano estrecho estilo aspillera. En la planta alta muestra una sola ventana. Los muros son de mampostería y esquinas y vanos de sillería, siguiendo un esquema muy extendido


En l página de Facebook La Devesa podemos encontrar numerosas fotografías y artículos, tal que este de Francisco J. Granda en La Voz del Cubia


La Torre forma parte de "la casona de La Devesa, de planta basilical cuyo extremo este lo ocupa una gran torre cuadrada con un portalón dovelado. Se aprecia que fue construida en base a una técnica muy primitiva, tanto que recuerda harto a la iglesia prerrománica de San Martín de Salas. Podría datar la casona del siglo XVI, hipótesis que se basa en los restos de pinturas de color bermeyón que quedan muy deterioradas bajo el alero del muro norte", leemos en asturnatura.com


Es en los vanos donde más se revela el estilo renacentista, como en este ventanuco abocinado con su arco en forma de concha...


El Camino, ya en llano, sigue a su izquierda, viendo las demás dependencias de la casona


El muro sur de la torre, por el que crece la vegetación


Árboles y arbustos, entre ellos algún naranjo, flanquean el Camino, que vuelve a ser pista de zahorra



Y esta es la vivienda de La Devesa propiamente dicha, de un estilo bien diferente al de la torre, más allá está la entrada a su arbolada finca y jardines


Lo vegetal predomina engalanando y poniendo color a las fachadas blancas, tal que aquí, a la entrada


Fijémonos en la esquina, de piedra, así como en los azulejos que vemos en estos muros


Aquí hay una representación de Santiago Apóstol Peregino, alegoría del Camino


Seguimos recorriendo la fachada de la casa y observamos esta otra pared


Realmente son dos, uno es el que tiene escrito el nombre de La Devesa y, al lado, unas hojas de roble. Encima el del número 30, que suponemos se refiere a la numeración de las casas de Zorrina; sobre la cifra se reconoce una pequeña concha


Y una concha de cerámica, esta de la señalización oficial, es la que nos confirma, colocada en esta misma pared, que seguimos por buen camino


Una verja, en la que crecen también plantas, cierran la parte más cercana a la casa 


Aquí hay una puerta, adintelada como la de una casa, que da acceso al jardín. Sobre el dintel hay una campanilla, lo que da a entender que es la entrada de las visitas



En el dintel hay una inscripción en la que podemos leer HIZOSE A ESPENSAS DE EDP AÑO DE 1830
... o 'algo parecido'


Ponemos una foto más de cerca a ver si alguien lo puede transcribir mejor. Sin duda esta inscripción procede de otro lugar de la casona o de otro sitio





La casa tiene aquí forma de 'L' en esta la que es su puerta principal


Desde el Camino, admiramos la finca y su arbolado ornamental, con especies autóctonas y especies exóticas. de frente, una de las entradas a la finca


A partir de aquí, una muria de piedra cierra el terreno de La Devesa; sobre ella crece otra franja vegetal


Caminar por aquí es como andar por un bulevar admirando árboles y plantas


Y, a nuestra izquierda, las verdes praderías de esta hermosa llanura


Salvo por el corto trayecto del paso bajo la A-63 y luego cruzar la N-634, el corto trayecto que nos aguarda de aquí a Salas es muy agradable y cómodo de caminar, con escaso asfalto con muy bellos paisajes del valle del Nonaya


Es por lo tanto un final de etapa para aquellos peregrinos que pernocten en Salas y una muy buena 'tregua' de cuestas para aquellos que, aunque paren a descansar y conocer la población, prefieran continuar para acometer la subida a La Espina


Campos de Los Villabarcios, uno de tantos topónimos en villa que podrían delatara la existencia de aquellas antiguas villae antecesoras de las actuales aldeas del valle, mientras que barcios acaso tenga que ver con los topónimos tipo Barcia que, como Bárcena o Bárzana, procederían del latín marginem, 'margen, orilla', en este caso la del río Nonaya


A nuestra izquierda, un mojón jacobita con su concha y flecha; a la derecha, un banco de piedra


Un lugar delicioso para hacer una parada 'a sol y sombra', acogidos a la hospitalidad de la paz del sendero, 'donde todo yace en reposo, ajeno de inquietudes', como solemos decir


La artística portilla de la finca; prado abajo la frondosa vegetación ribereña crece a orillas del Nonaya, destacando por su altura una bellísima alameda


La fronda crea una reserva de humedad y frescor en este hermoso compendio de naturaleza fluvial humanizada de La Devesa


Una fila de carbayos da en este tramo buena sombra al Camino. La finca de La Devesa sigue un trecho más a nuestra derecha


Y es que, los caminos antiguos gustaban de ser plantados de árboles en sus veredas, pues aparte de dar buena sombra, siempre protegían algo más del viento y de las lluvias. Además, de sus frutos, castañas, bellotas, etc., podrían comer tanto personas como ganado, incluyendo caballerías, mitigando hambres


Si bien todos los caminos son para disfrutarlos, este es especialmente agradable y grato para caminar; el hormigón desapareció al llegar al final de la cuesta en la torre y seguimos en llano por esta pista de zahorra


En este tramo sí veremos señales del paso de vehículos pues es el acceso principal de La Devesa desde la ya cercana carreteras. Las franjas verdes indican el lugar que no pisan las ruedas de los coches


Campos de cultivo de Los Villabarcios y La Barbacana, dando vista al valle del Paraxas y al Picu'l Cerru y su boscosa ladera de La Cuesta. Entre este y El Picaratín está El Pasumalu, un collado entre ambos picos


Vídeo de La Devesa en invierno


A nuestra derecha y prado adelante reconocemos entre los árboles los llamativos petriles azules del puente de la autovía, bajo el que vamos a pasar prontamente. La A-63 ha ocasionado un tremendo impacto en el Camino Primitivo al no haberse aplicado las medidas correctoras pertinentes para una ruta declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Grandes desmontes y viaductos han transformado su paisaje y entorno y, pese a ello, continuas paralizaciones y demoras hacen de esta una de las obras más largas en la historia de las comunicaciones en Asturias


La abundancia de arboledas en este tramo, al menos, compensa en parte visualmente el desaguisado y no supone una alternación tan drástica como la que vimos, por ejemplo, en los tramos del Camino entre Grado/Grau y Zorrina, que acabamos de dejar atrás


Según salimos de la arboleda sí vemos el terraplén sobre el que se eleva su calzada, formando un muro de tierra que ha dividido en dos esta llanura. A la derecha vemos el puente por el que entra en Salas la antigua N-634, que hace muchos años se ha desdoblado para subir directamente a La Espina, muy cerca de cuyo trazado se hizo el de la A-63, si bien esta en su mayor parte sobre altos viaductos que evitan la sinuosidad de las laderas de la subida


Nuestro puente está unos metros más adelante, empezamos a verlo desde aquí, al final de las fincas y en el otro extremo del terraplén (al fondo a la izquierda de la foto)


Siguen los cultivos a nuestra izquierda y, en medio de Los Villabarcios, crece un hermoso bosquete


Y, a la derecha, la alameda del Nonaya, que delimita por ese lado las fincas de La Devesa


Dejamos a la izquierda la entrada a las tierras de labor mientras el Camino empieza a subir suavemente hacia el paso bajo la autovía


Según nos acercamos, nos percatamos aún más de la gran barrera en forma de abrupta rampa sobre la que la autovía salva esta parte del valle del Nonaya



La cuesta es muy suave y en principio no requiere un esfuerzo especial, pero en esta campera cuando el sol castiga lo hace con fuerza


Paisaje agrícola en el valle donde se unen el Paraxas y el Nonaya en Los Villabarcios y La Barcabana, al sur de La Devesa


El Camino, a pesar de cuestas y autovía, sigue siendo realmente hermoso y apacible, salvo en ocasiones por el ruido del tráfico, y es que las infraestructuras sabido es que siempre se cobran su tributo en el paisaje, otra cosa es que se adopten las medidas de impacto ambiental, barreras vegetales visuales y acústicas por ejemplo, o no o 'medio medio'


Último recuesto antes del puente, hemos llegado al final de estas fincas y salimos de los campos de La Devesa y su inmediato entorno


Ahí tenemos el paso bajo el puente; antes de meternos en él, vamos a fijarnos en varias referencia geográficas y camineras importantes



Al fondo La Sierra Carrales vuelve a asomar sobre la campiña, encima de la vecina parroquia de Godán


Hasta hace unos años, cuando en la villa de Salas solamente había un albergue, el público, en la antigua cárcel y en muy malas condiciones, se habilitó uno en Godán, también público, aunque para ir a él había que hacer un importante rodeo, pues estaba alejado del trazado oficial del Camino. Para ir allí se tomaba el camino de la izquierda...


Pero nosotros iremos a la derecha, como señala aquel mojón. Y es que en la actualidad la villa cuenta con varios albergues, además de hoteles. Aquel viejo albergue de la cárcel "infesto, bochornoso y mísero albergue municipal de Salas (“húmedo y poco amable” según el propio ayuntamiento)", como explicaba la guía Gronze, hace tiempo que ha pasado felizmente a la historia


Antes de meternos en el túnel echamos un vistazo al paisaje que se nos ofrece al sur de la cuenca del Paraxas, con El Monte Ceniceiru (281 m) enfrente nuestro y abajo, la aldea de Otero o Outeiru, por done viene el río El Fornu



Más al sur la Sierra del Courío muestra sus imponentes murallones, que caen al río Narcea. En esa parte de la serranía se encuentra Penameisnada (866 m)


Pasamos ya pues bajo el puente de la autovía; observemos, aparte del mojón de la izquierda, la concha en la pared de hormigón a la derecha


Al salir al otro lado, la pista de zahorra que es el Camino hace una curva cerrada a la derecha, flanqueada por sebes o setos silvestres, bastante altos...


La pista es muy ancha, pues fue habilitada para el paso de camiones y maquinaria pesada durante las obras de la autovía, que trastocó el trazado y el aspecto del Camino en este lugar


A la derecha, una señal del Camino de Santiago, casi tapada por la sebe; al fondo las estribaciones de La Sierra Bodenaya, otra de nuestras referencias geográficas y visuales en el camino a Salas y La Espina


Aquí sí hay una buena barrera vegetal que amortigua relativamente el impacto de la A-63. Seguimos avanzando todo recto y sin pérdida


El Camino de Santiago discurre ahora entre la autovía y la carretera N-634, que tenemos a nuestra derecha y cruzaremos unos metros más allá


Un vallado nos separa de la carretera, viendo desde aquí la cabecera del valle del Nonaya entre las sierras de Bodenaya y El Viso. Por allí al fondo sube el Camino, saliendo de Salas entre las dos para subir por la ladera de la primera hasta Porciles, donde ganaremos la llanura de la llamada 'meseta de La Espina', llegando a Bodenaya, nombre escrito con letras de oro en la historia del Camino Primitivo, como iremos averiguando haciendo ruta...


El Nonaya discurre debajo de autovía y carretera, bajando entre los bosques de la derecha, mientras que el Camino de Santiago sigue por el bosquete de la izquierda, una vez cruzada la carretera


Desde aquí divisamos, entre los árboles, la gran nave blanca que fue de la empresa Danone, implantada en 1981 y que trabajaba con la leche de las caserías del concejo. Su marcha fue un terrible mazazo pero en su lugar se ha instalado la empresa quesera Royal Aware. A su derecha vemos algunas casas del Grupo Valdés y, a la izquierda, algunas de Maecín o Mallecín y del centro urbano


El bosque ribereño del Nonaya nos oculta las suaves lomas de La Sierra la Minesa, pero no así las alturas de El Viso, que guardan el valle del Nonaya por el norte


Aunque a mucha distancia, desde aquí sí que empezamos a ver mejor el santuario de Nuestra Señora del Viso, patrona de Salas, en un rellano cercano a la cumbre y libre de plantaciones de pinos y ocalitos. Subir a él para un peregrino que pernocte en Salas tal vez sea una prueba extra de esfuerzo, pero si se tiene oportunidad de conocer el lugar no deje de hacerse, pues nos ofrece unas inolvidables vistas del valle y de buena parte del suroccidente astur


Su testimonio más antiguo aparece en el Libro de la Cofradía, que data de 1604, y en él ya se dice que el culto en el lugar existe "desde tiempos inmemoriales". La ermita fue reconstruida varias veces desde entonces, la última tras en 1954


Con prismáticos o con el zoom o teleobjetivo de una cámara podremos llegar a ver los grandes arcos de su pórtico. Aunque la capilla esté cerrada los fieles, visitantes y peregrinos pueden ver la imagen de la Virgen desde una reja. Enfrente reconocemos el rellano o explanada que constituye un gran balcón natural de admirable vista paisajística


Aquí subió el famoso José El Mochilas, apodo especialmente vinculado a los peregrinos, aunque más que tal, era un emigrante que, de vuelta a España desde La Habana, se encomendó a la Virgen del Viso durante una terrible tormenta en el Atlántico. Así, tal y como prometió, al llegar a su tierra, a las dos de la madrugada, subió antes de ir a casa al santuario a dar gracias a la patrona, tal y como había prometido


Entre otros favores y milagros, las crónicas nos dicen que en 1706 y con motivo de una gran sequía, "se bajó en procesión, haciendo rogativas, la imagen de la Virgen del Viso desde su santuario hasta la Colegiata de Salas y antes de que la procesión llegase a esta, empezó a llover asegurándose así las cosechas de la vecindad, nos dice Wikipedia, así como que, al año siguiente, en 1707, "el coronel Francisco de Malleza Prado se encomendó a la Virgen del Viso durante una batalla para la conquista de la ciudad de Tortosa en la Guerra de Sucesión Española y salió salvo mientras morían todos los soldados y jefes que le acompañaban"


De la capilla de El Viso seguiremos contando historias, tradiciones, milagros y leyendas según nos aproximemos a Salas. Un poco más adelante encontraremos un paso en este vallado para cruzar la carretera N-634 


Ni que decir tiene que, aunque cierto es que es una larga recta con buena visibilidad, es altamente temerario este paso de la carretera general sin señales luminosas ni pasos de peatones especiales para peregrinos al igual que los que existen en otros lugares de similares características. Pero de momento y hasta que esto no se enmiende, no hay otra manera


Por ello, máxima precaución y miremos bien a izquierda y derecha al cruzar por aquí. No dudemos  encomendarnos a la Virgen del Viso si lo estimamos conveniente


La visibilidad, recalcamos, es muy buena, pero los vehículos en esta recta llegan a alcanzar grandes velocidades y, de ser 'un puntito' en la lejanía, los tenemos delante en un instante


Por suerte, en un par de zancadas estaremos al otro lado, donde un mojón nos indica seguir por el sendero que se adentra en el bosquete, del que saldremos en Mallecín o Maecín, antesala de la villa de Salas, admirando los paisajes del valle del Nonaya y del Viso, con su santuario mariano de gran tradición romera



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