martes, 9 de julio de 2013

DORIGA (SALAS, ASTURIAS): LA IGLESIA, EL PALACIO Y CÁ PACITA. RUTA A LA PONTE DEL NARCEA, DONDE SE DECIDIÓ EL DESTINO DE TODO UN REINO

Doriga
Entrando en Doriga
El Camino Primitivo, bajando de El Freisnu, ha entrado en el concejo de Salas por San Marcelo/Samarciellu y La Reaz para entrar en Doriga, cabeza de esta parroquia, aldea de casas concentradas asentada en un terreno llano de la ladera que cae al valle del Narcea, en la ruta a Cornellana. A nuestra derecha es El Regueiru Doriga o El Freisnu, afluente del Narcea, que forma esta pequeña vega donde se extiende la población


El Camino es aquí una pista llana entre la orilla y la tapia de una finca


Bifurcación y a la derecha


Nos apartamos un poco del arroyo


Y vemos ya a la derecha la torre-campanario de la iglesia, hacia donde nos dirigimos


Junto al río, una pumarada


Y seguimos junto a casas y cuadras


Y bajo el hórreo


Salimos pues a un cruce


Del cruce se toma la dirección de la derecha


Hacia la iglesia


Siguiendo esta señal


Y caminando entre la huerta y las casas


A la derecha un hórreo, con bodega. Este es el camino a la iglesia


Hermosa corrada o espacio delantero de la casa


Y en la fachada parra, portalón y galería acristalada


Un tendeyón


Y otro hórreo con bodega


Pasamos el puente


Y bajo él pasa el ya mencionado Regueiru Doriga o de El Freisnu, que baja de su nacimiento en las inmediaciones del santuario


Enfrente un caserón y unas paneras forman parte de la quinta del famoso Palacio de Doriga, cerrada por un alto muro


En la esquina de este muro una concha nos indica ir a la izquierda, hacia la iglesia


En la bifurcación hay una vieja fuente y abrevadero. Por allí subimos a la iglesia parroquial, dedicada a Santa Eulalia


Son llamativos los contrafuertes, parecen de inspiración gótica, producto de los numerosos avatares y reformas del santuario a lo largo de su historia


Tras el ábside de la iglesia parroquial, vemos las grandes paneras de corredor que se yerguen sobre los muros de la citada quinta del Palacio de Doriga, construido entre los siglos XV y XVI como casona-fuerte, alrededor de una torre medieval más antigua. Por ella no pasa justamente el Camino pero si en un momento nos acercamos después a la entrada podremos verla


Llegamos pues a la iglesia, cuya gran sacristía se asoma al camino. la traza actual del edificio es fruto de las reformas del siglo XVIII pero se conservan porciones de un santuario más antiguo, del XII


Muchos peregrinos se cobijan en su gran y acogedor pórtico en días de intenso sol y al amparo de su tejado, también cuando hay fuerte lluvia


Es de suelo empedrado, columnas de piedra y tejado de madera y teja


 Aquí hay un elemento importantísimo, la portada sur


Es la portada sur, arco de medio punto con una sencilla decoración estilo zigzag o dientes de sierra. Es por lo tanto de un estilo románico muy austero pero pertenece al templo original


Ahí al lado se puede ver un documento excepcional, la estela fundacional, del año 1121, consagrada por el obispo Pelayo y en la que se mencionan los santos cuyas reliquias se guardan en el altar. En el interior el Retablo Mayor es barroco, pero arriba se muestra un excelente Calvario románico, con Cristo en la Cruz, San Juan, y Jerusalén al fondo. Más abajo está la patrona, Santa Eulalia o Santa Olaya, y en la nave central se ven sepulturas de la familia Doriga, algunas de ellas del siglo XVI. También la pila bautismal es antigua y los demás retablos son igualmente de sumo interés.


Es llamativo el pasadizo que comunica ambas partes del pórtico, pues por aquí salimos al cruce del Camino con la carretera local.


Enfrente de la iglesia, al otro lado de la carretera local, tenemos Cá Pacita, el chigre, el bar del pueblo de toda la vida, que tuvo baile. A la derecha, cruzando la carretera, sigue el camino a Cornellana



Saliendo a la carretera, desde la iglesia y antes de proseguir camino, podemos acercarnos unos metros más atrás para ver el Palacio de Doriga


El torreón original es del siglo XIV y se reformó a partir del XVI como casona solariega, añadiéndose esta a la estructura defensiva anterior. Tal y como nos explica el historiador Luis Antonio Alías en El Camino de Santiago en AsturiasItinerarios, fue esta de las pocas torres que los Reyes Católicos no ordenaron tirar abajo para prevenir rebeliones nobiliarias. La torre del palacio es de cuatro pisos y los muros tienen 120 centímetros de grosor. De aquí era Garcí Fernández de la Doriga, quien en 1378 representó a Salas en la Junta General de conceyos asturianos, celebrada en Avilés. Luego, ya hecho el palacio, este fue residencia momentánea y cuartel general del mariscal Ney, cuando avanzaba camino de El Freisnu tras pasar con sus tropas el Narcea por Cornellana



Tiene una apasionante historia basada en la biografía de sus antiguos moradores... y en la de algunos de sus "inquilinos", pues fue momentáneo cuartel general del mariscal Ney, el favorito de Napoleón, durante su campaña de ocupación de Asturias, partiendo desde Lugo y atravesando el occidente astur para subir a La Cabruñana y llegar a la capital ovetense, prácticamente por sorpresa y sin disparar un tiro, hasta encontrar seria resistencia en el pueblo y viejo puente medieval de Peñaflor, sobre las aguas del Nalón... donde se libró una enconada pero desigual batalla en la que los franceses arrollaron a los defensores. De todas maneras, su inquilino más famoso debió ser Valentín Andrés Álvarez, quien licenciado en Físicas por la Universidad de Madrid, pasó a ser estudiante de Mecánica Celeste en La Sorbona, donde vivió intensamente la "Belle Epoque" de París. Catedrático de Economía, escritor, miembro de la Generación del 27, amigo de Valle Inclán y de García Lorca (al que hospedó aquí cuando actuó en Asturias con la compañía La Barraca), pero que de lo que más orgulloso se sentía era de haber sido, en los felices años veinte, campeón nacional de tangos



Y volviendo a la iglesia y al Camino vamos a cruzar a Cá Pacita, el chigre, el bar del pueblo de toda la vida, que tuvo baile y ahora dispone de albergue. Según entrevista al nieto de Pacita, Antonio Arias, publicada por Ignacio Pulido en el periódico La Nueva España  del 13 de enero del año 2011, este renombrado establecimiento fue fundado a primeros de los años treinta del siglo XX por Sandalio García, que era de La Tabla, en Pravia, junto con su esposa María de Paz Abello, Pacita, ella de Moratín, pueblo cercano a Doriga, inaugurando los dos esta tienda-bar al regreso de Sandalio, emigrante en Cuba, y cuando ambos se casaron. Poco duró la alegría inicial, pues en la guerra civil, Sandalio fue fusilado, junto con otros vecinos, posiblemente en La Espina, no volviendo a saberse de él.

Pacita quedó viuda, hubo de criar a su hija pequeña, un bebé, y seguir al frente del negocio ayudada por su hermana Esther. La vida hubo de seguir, para animar el establecimiento se organizaban bailes y festejos, así como bodas, aprovechando la cercanía de la iglesia. Venía a danzar la juventud de todos los alrededores, bailarines amenizados incluso por orquestas, como Jazz Bahía, de las más renombradas en aquel entonces

En la posguerra además Doriga fue lugar de paso para los contrabandistas, pues por este viejo camino eludían la carretera general y sus controles en La Cabruñana, lo que daba lugar a un intenso trueque de mercancías. No en vano el padre de Antonio, Evencio Arias, natural de Villablino, tenía una empresa de refrescos, Anaical, y compraban cerveza del Águila Negra en la fábrica de esta empresa en Colloto


Pacita y Esther se jubilaron en 1995 pero al frente del negocio siguió su nieto Antonio Arias, recientemente jubilado, respetando el antiguo mobiliario y haciendo del establecimiento un verdadero museo digno de visitar, con el viejo medidor de aceite, la caja registradora, la máquina de hacer embutidos, la báscula... y los retratos de los fundadores, Pacita y Sandalio, así como de sus hijos, Xuan y Carmen, siendo un buen lugar para pernoctar, pero también para comer, pues es famosa su cocina casera, aunque si vamos con más prisa, no dejarán de ofrecernos los suculentos bocadillos



Pacita y Esther se jubilaron en 1995 pero al frente del negocio sigue su nieto Antonio Arias, respetando el antiguo mobiliario y haciendo del establecimiento un verdadero museo digno de visitar, con el viejo medidor de aceite, la caja registradora, la máquina de hacer embutidos, la báscula... y los retratos de los fundadores, Pacita y Sandalio, así como de sus hijos, Xuan y Carmen, siendo un buen lugar para pernoctar, pero también para comer, pues es famosa su cocina casera, aunque si vamos con más prisa, no dejarán de ofrecernos los suculentos bocadillos


A su derecha, como decimos, cruzando la carretera sigue el Camino, de frente a Casa Rico


He aquí el mojón que nos lo señala, junto al buzón de Correos y el tablón de anuncios


Y llegamos a La Veiguina, bajo Las Casas de Pando, donde el Camino hace una gran curva a la izquierda


Zona de pastos


Por allí, por donde sube el Camino más allá de los pastizales, vemos pasar a algún peregrino


Seguimos sus pasos


Subiendo poco a poco


En un momento, nos despedimos de Doriga y este entrañable e idílico valle que tan bien nos recibe, dándonos la bienvenida como hemos dicho al concejo de Salas y a la cuenca del Narcea


Doriga desde el Camino, viendo atrás la bajada que hemos hecho desde El Freisnu, con El Picu Curueza o Curuoza (525 m) en lo alto y, más cerca y a la derecha, La Cutaniella (344 m)


Seguimos el muro de una quinta


Bifurcación y a la derecha


De frente Quintoños y El Picu la Siniella (368 m). A su izquierda más atrás El Menudeiro (620 m)


A su derecha El Picu Tien, también de 368 metros, que se alza sobre el valle del Narcea, río que aún no vemos desde aquí, pues está aún muy abajo


Pasamos al lado de esta llamativa panera con gran alerón sobre su escalera o subidoria


Preciosa quintana sobre el valle, ante El Monte Payón (316 m)


En la siguiente bifurcación también a la derecha


El perro nos ve pasar. Atrás el Pascualín con la hierba recién segada


Subimos un poco


Ya desde aquí y bajo Quintoños nos parece atisbar, en lo más profundo, algunas aldeas del valle: La Reguera


Quedando el cementerio a la izquierda nosotros seguimos a la derecha


Y seguimos esta recta al lado de El Pandón


En el siguiente cruce iremos a la izquierda, bajando


Aquí la Autovía de La Espina (A-63) ha trastocado unos metros el Camino original


Caminamos cerca del cementerio, que dejamos un poco a la izquierda, continuando hasta una gran cantera, ante la cual empezamos el descenso por una pista, viendo enfrente el pueblo de Suburriba, bajo los altos de Santufimia o Santa Eufemia y El Picu los Tayos, también al otro lado del Narcea, por donde habremos de subir después de llegar al antiguo monasterio de San Salvador de Cornellana, donde hay alberguería de peregrinos. Abajo las ansiadas vegas del valle del Narcea


En la bifurcación siguiente vamos a la derecha, para pasar bajo el viaducto de la autovía, pero antes nos asomaremos al balcón natural que se forma delante del quitamiedos


Más allá de Suburriba es Fulgueirinas, sobre el valle del río Nonaya, afluente del Narcea y al que va a unirse allí abajo, en Cornellana.


Y aquí está el valle del Narcea, con el río oculto entre los árboles de la ribera...


Al pasar bajo el viaducto subimos una cuesta


Y vemos, más allá del río y su boscosa ribera, los edificios de Cornellana


La cuesta acaba pronto


Ahora tomamos la senda que hay a la izquierda. Aquellos peregrinos que, desde El Freisnu hayan optado por dirigirse al Albergue de La Cabruñana, tienen desde allí un camino que baja hasta aquí, enlazando con este


Adentrándonos en el castañéu, el gran bosque de castaños


Castaños, carbayos y otras especies autóctonas


Empezamos a bajar


Hitos de piedras hechos por los peregrinos cuando la senda comienza una importante bajada al valle


Abajo a nuestra izquierda el Corredor del Narcea, carretera AS-15


Y al viaducto de la autovía


Y sigue el bosque


Un antiguo caleru, horno de cal, en el Camino


En esta nueva bifurcación seguimos bajando a la izquierda, junto a un prado


Aquí hay un mojón caminero


Baja por ahí el sendero de tierra


Luego unos metros más llanos


Se estrecha el paso entre rocas, troncos y helechos


Y el descenso continúa


Bajando ahora suavmente


Altas hierbas, zarzales, arbustos, naturaleza plena


Ya vemos mejor Cornellana en la vega formada por la unión de los ríos Narcea y Nonaya y bajo La Llomba (282 m)


También hay pintadas flechas amarillas


Las vegas del Narcea más cerca


En el tramo final de bajada hay suelo empedrado de la primitiva calzada


Tengamos cuidado, eso sí, ojo con no resbalar, pues el agua rezuma por todos los lados en días de lluvia o en sus inmediatos posteriores


Hay que ver bien donde ponemos el pie: curva a la izquierda


Poco más allá hay curva a la derecha


El Camino hace un zig-zag para perder altura rápidamente


Va desapareciendo el empedrado


Y vuelve el suelo de tierra y hojas sueltas


Las viejas murias se cubren de musgo


Entre la muria y la pared de la ladera


Y otra curva a la izquierda


Vuelve un poco de empedrado


Un tramo de bajada recta


Y más zig-zag


Al final, los árboles nos dejan ver el valle y el río Narcea, orillado a ambos lados por fértilísimas vegas, llanas y verdes, con matos o setos silvestres y praderías.


Vamos saliendo del bosque...


En el descenso final ya vemos debajo de nosotros un gran taller y alguna casería, dando vista al viaducto de la Autovía de La Espina.


Cabras y ovejas en el Camino. El "ganado menudo", la reciella


La oveja en el sendero


La cuesta va acabando junto al cierre de esta finca


Allí se ve el final de la bajada


Ya caminamos en llano por esta vía pecuaria


Señales de la ruta


Y llegamos a La Ponte, Las Casas del Puente


En ese cruce de calles iremos a la derecha


Y salimos a la carretera, el Corredor del Narcea (AS-15), que sigue el curso de este río hacia el suroccidente asturiano


Pasamos al pie de esta fila de viviendas


Hay una buena explanada entre las casas y el Corredor del Narcea


A la derecha una carpintería



Con un buen detalle xacobeo

Ahora, frente a estas casas vamos a cruzar la carretera


Esta es la Casona de Escandina, del siglo XIX, con una panera al fondo, casa dedicada actualmente al turismo rural. Cruzaremos, con sumo cuidado, por dos razones: una es práctica, pues a la izquierda vamos a tener mejor paso hacia Cornellana


La otra es histórica, pues al otro lado hallaremos la razón del nombre del pueblo, pues fue este antaño el paso pontonero hacia Cornellana


Y otro porque tal vez podamos hallar debajo vamos lo que queda del viejo puente de piedra sobre el río Narcea, el cual desapareció hace muchísimo pero dio nombre a este enclave, La Ponte


La Ponte, donde se libró en el año 840 la batalla por la que Ramiro, con un ejército apoyado por los nobles gallegos, armado en Lugo y que vino por este mismo Camino Primitivo, derrotó a las fuerzas de Nepociano, quien ocupó el trono del Reino de Asturias unos tres meses, en los dramáticos momentos que siguieron al fallecimiento de Alfonso II El Casto. En líneas generales, la versión que nos han transmitido las crónicas es que Alfonso, al ser casto y sin descendencia, escogió a Ramiro, hijo de su antecesor Bermudo I El Diácono, como sucesor en el trono. Esto no pareció bien a parte de la nobleza palatina, pues según costumbre eran ellos en último término quienes escogían al rey


Por ello, eligieron como monarca a un cognatus de Alfonso (cosanguíneo, no necesariamente cuñado), Nepociano, aprovechando además que Ramiro estaba en La Vardulia (Castilla), para contraer matrimonio con una dama llamada Paterna


Ramiro, quien había sido gobernador en Galicia, evitó entrar directamente en Asturias y se desplazó hacia tierras gallegas buscando ayuda entre leales conocidos, cosa que logró. En este paraje le esperaba Nepociano, pero la batalla se resolvió cuando parte de su ejército se pasó a las filas de Ramiro. Nepociano huyó pero fue atrapado y como castigo le sacaron los ojos, siendo recluido en un monasterio.


La Ponte del Narcea o La Ponte Vieya, para algunos de posible origen romano, y que cruzaba el ancho cauce para salir luego directamente el Camino hacia el monasterio de San Salvador, fue tirada por una gran riada en el siglo XVI, siendo sustituida por La Barquería de Santiago a partir del año 1580, evitando que el tráfico de gentes y peregrinos se desplazase más al sur, hacia Soutu los Infantes y Soutu la Barca, en lo que se llamó la "senda ribereña del Narcea"


Más tarde se hizo el actual puente, un poco más alejado de aquí, unos cientos de metros al norte


Hacia ese nuevo puente, construido en Cornellana, nos dirigimos ahora nosotros, aprovechando un buen arcén a esta lado de la carretera


Caminamos así junto a estas grandes plantaciones de kiwis


Kiwis en el Camino, fruta con nombre de pájaro de Nueva Zelanda que con tanto éxito se ha plantado en Asturias


La gran producción de kiwis del valle del Narcea


Pasada la plantación dejamos el arcén pues hay una buena senda peatonal


Cruce y seguimos de frente todo recto paralelos al Corredor del Narcea


El Camino está ahora un poco más bajo que la carretera


Praderías de pasto y siega


Antes del puente y de llegar a Cornellana aún pasaremos al lado de las casas de La Rodriga, importante nudo de comunicaciones viarias en el paso del Narcea, zona de pesca y enclave legendario con historias de xanas o hadas astures.




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