Estatua de Pelayo en la Plaza del Marqués. Detrás del Palacio del Marqués o de Revillagigedo |
Este es el origen de la frase "nacer baxo los coyones de Pelayo" que es una expresión muy gijonuda que resaltan especialmente todos los nacidos en Cimavilla o barrio alto, quienes tienen a gala ser oriundos del barrio que dio origen a la ciudad
"Gijón se lleva en el bolsillo, a la playa, en las camisetas, los delantales, en imanes, llaveros o encendedores. Cualquiera de estos soportes son válidos para lucir la imagen turística de la ciudad, con originales diseños que son fruto de un acuerdo entre colaboración entre la Sociedad Mixta de Turismo de Gijón y la empresa asturiana Les Camisetes.
«Es importante vincular la imagen de Gijón con una empresa familiar asturiana, innovadora y de diseño. Es bueno para Gijón, porque puede contar con la creatividad de los diseñadores de esta empresa, e importante para Les Camisetes por vincularse con el principal destino turístico de Asturias, donde cuenta, además con dos tiendas», apuntó el concejal Fernando Couto durante la firma del convenio.
La empresa goza de un destacado reconocimiento en su sector. Fundada en 2003 por Miguel Cayarga, en Cangas de de Onís, como negocio familiar, Les Camisetes es una de las marcas destacadas en la promoción de la imagen de Asturias más allá del Pajares. No en vano, sus camisetas se utilizaron el videoclip de la canción «Tarde o temprano» de «Fito y los Fitipaldis»; suyo fue también el diseño de la camiseta conmemorativa del «Gijón Sound Festival» de este año y son los autores del diseño del cartel para la 77.ª edición del Descenso Internacional del Sella.
Los nuevos productos diseñados por Les Camisetes para Gijón podrán comprarse en las oficinas de información turística, en la web de Gijón Turismo y en las dos tiendas que la empresa tiene en la ciudad. Junto con la producción y venta de merchandising el acuerdo también contempla asegurar la presencia de documentación turística del municipio en la red de tiendas de ámbito regional-con siete puntos en la actualidad- y nacional de Les Camisetes, así como la disponibilidad de este material para viajes de prensa y de familiarización, visitas profesionales, congresos y otras actividades promovidas por la Sociedad de Turismo.
Gaspar Cayarga, apoderado de la empresa, subrayó durante la presentación del acuerdo que han optado por llevar elemento identificativos de la ciudad como las rayas de colores de las casetas de la playa a buena parte de los productos desarrollados. Tampoco falta del componente marítimo «y el corazón del logo de la ciudad como símbolo de una ciudad acogedora». Su objetivo, a través de productos con una imagen «fresca y divertida» es que la marca de Gijón «llegue un poco más lejos».
Siguiendo el modelo de negocio de Kukuxumusu, la empresa creada por tres jóvenes navarros que se especializaron en el desarrollo de originales camisetas que tuvieron su origen en la fiesta de «San Fermín» y que ha triunfado en todo el mundo con sus dibujos, ironía y humor, los diseños de Les Camisetes superan el concepto «souvenir» para convertirse en moda de diseño.
Con la selección de productos con la imagen de Gijón se ampliará la oferta de los puestos de Infogijón y en la página web de Gijón Turismo, lo que propiciará nuevos ingresos para la Sociedad Mixta de Turismo. Son creaciones que van un paso por delante de diseño más típicos o turísticos, destinados no sólo a los foráneos, sino también a los ciudadanos de Gijón que se sientan orgullosos de su ciudad."
"El edificio, de estilo barroco, está compuesto por dos torres almenadas de cuatro alturas, una más antigua (derecha según se mira la fachada) y la otra construida para mantener la simetría, y un cuerpo central de tres alturas que une las torres y que realza la fachada.
Contrasta en el palacio la austeridad y solidez de las torres con la abundancia decorativa del centro. Esta parte está dividida en cinco calles, partiendo de la planta baja. En ella se encuentran los cinco arcos que conforman una galería porticada, cuyas columnas exteriores se prolongan por la fachada del edificio hacia el tejado y separan las calles. La central es ligeramente más ancha, y se articula con columnas jónicas en la planta baja, de orden compuesto en el primer piso y de tipo toscano en el segundo. Entre estas últimas se dispone el escudo, bajo una cornisa ligeramente curvada. El primer piso constituye la parte noble, con cinco ventanas con balconada. En el interior se abre un patio central de planta cuadrangular, organizado en torno a ocho columnas toscanas."
MEDUGENUS . CESARONIS . SIBI . ET . F . RUTILIO . ANNORVM . XV.EX. GENTTE . CILURNIGORVM
"Medugeno, hijo de Cesarón, (dedica esta estela funeraria) para él y su hijo Rutilio (que falleció a los) quince años de edad , de la gens de los Cilúrnigos"
"Ubicada en un espacio extramuros de la muralla romana, albergó entre el siglo III y el V d. C., una importante industria salazonera apoyada en la proximidad de un fondeadero para barcas y la abundancia de pesca en el Cantábrico. Baste recordar que, hasta fechas recientes la parte sur de la plaza se conocía como plaza de la Barquera e incluso la capilla allí construida llevaba ese nombre, lo que indica que la zona, antes de la construcción del puerto era un lugar de atraque de los barcos.Tras la construcción del puerto, propiciada por los Reyes Católicos, Carlos I y Felipe II, la villa de Gijón empieza a salir del letargo en el que había caído tras la destrucción de los Trastámara. Será en este siglo XVI cuando se construya el pozo de la Barquera, que descubierto (...) se ha dejado visto frente al Palacio de Revillagigedo."
Efectivamente, su estructura actual es de los siglos XVI a XVIII, según se refleja en una placa situada al borde, que nos dice lo ya referido respecto a la elección y juramento de cargos que aquí se efectuaba
Al lado del pozo tenemos una gran placa de bronce con el plano de este barrio histórico de Cimavilla, en relieve, con alguno de sus lugares más significativos
"... en 1705, D. Carlos Miguel Ramírez de Jove, Caballero de Calatrava, Señor del Coto del Natahoyo y Regidor Perpetuo de la Ciudad de Oviedo y de la Villa de Gijón, al que Felipe V le concedería en 1707 el título de Marqués de San Esteban del Mar, da comienzo, bajo trazas supuestas del arquitecto avilesino Francisco Menéndez Camina, las obras que lo conformarán tal como es actualmente, mediante la repetición, en el extremo opuesto, de una torre idéntica a la que existía"
Y no nos olvidemos de la Casona de los Ramírez de Jove, del siglo XVI y considerada un magnífico exponente del estilo renacentista en Asturias. Es actualmente sede del Colegio de Arquitectos
"Carlos Collada y María Sierra, dueños de la confitería Collada, en la plaza del Marqués, se conocieron muy jóvenes. Él, con 18 años, se quedó huérfano y se hizo inseparable de ella, que tenía 16. Emprendieron una vida de esfuerzo para sacar adelante su negocio, trayecto vital truncado ayer, 35 años después, cuando Carlos fallecía tras el derrame cerebral sufrido el sábado. «Fue siempre muy perseverante, tuvo que hacerse a sí mismo», decía su mujer.Carlos Collada sacaba siempre tiempo para viajar con María y sus dos hijos, Daniel y Mario. No hacía mucho que habían visitado México. «Saboreó la vida a su manera. Era capaz de ver el lado bueno de las cosas», recordaba su esposa. El 29 de marzo había cumplido 60 años. Pese a la pandemia siguieron trabajando por el negocio. Collada deja una gran impronta y ricos mazapanes de manzana, los 'pelayos'."
"Las puertas ya se abrieron por todo lo alto con una magna exposición dedicada a Eduardo Chillida, que acababa de rematar el hito de su Elogio del horizonte en el vecino Cerro de Santa Catalina. Ambas efemérides se soldaron en una puesta en escena muy significativa. Los recursos económicos acompañaban, como también la sintonía entre la parte bancaria y la parte pública de la Caja. Pero ante todo había una voluntad clara de recurrir a la cultura como instrumento político, en cualquier sentido posible de esta última expresión: desde la puesta en práctica de políticas culturales que abriesen Asturias -tanto agentes artísticos como espectadores- al mundo, hasta el empleo de la cultura como símbolo y altavoz de una determinada agenda política, muy particularmente la de aquel Gijión post-Elogio de la era Areces que luchaba por reinventarse un relato y reinventarse, en general.
Sea como fuere, la potencia de aquellas sinergias era muy elevada. Y lo fue también su aprovechamiento, en particular en la etapa de la Obra Social y Cultural que transcurrió bajo la dirección de Blas Fernández, hasta mediados de los 90, y un poco más allá. El desfile de nombres de primerísima fila de la internacional del arte contemporáneo internacional fue deslumbrante, como el formato de sus exposiciones o la documentación que dejaron en forma de catálogos. Hitos de la vanguardia histórica como el surrealista francés Francis Picabia; creadores en la cumbre del arte contemporáneo, como Sol Lewitt -que además realizó una soberbia instalación en el palacio- o artistas que en aquel momento estaban en todo su esplendor, como Julian Schnabel o Mimmo Paladino. Y junto a ellos, en una homologación de trato que aspiraba a poner a la altura debida a los referentes asturianos del siglo XX, grandes muestras dedicadas a su obra, empezando por la dedicada a Rubio Camín el mismo año de la inauguración.
Hay que recordar además la singularidad que añadía un valor geoestratégico a la iniciativa. En el momento de la inauguración del Centro Internacional de Arte Palacio de Revillagigedo la cornisa cantábrica y en el cuadante noroeste no existían aún ni el Guggenheim, ni el MUSAC de León, ni el Centro Gallego de Arte Contemporáneo ni -más cerca- LABoral, del mismo modo que el Bellas Artes asturiano era en aquel momento un centro mucho más recogido y quizá ensimismado. La oportunidad de asistir a exposiciones como las programadas en Gijón eran prácticamente nulas.
Unos botones de muestra. El elenco internacional, aparte de los citados, incluyó a Joseph Kosuth, Marcus Oelhen y Georg Herold (en cuarteto con Lewitt, en una colectiva del 93); a Cabrita Reis (1995) o a Diego Rivera (2004). Además de Chillida, la representación de pesos pesados de la plástica española trajo a Gijón a Pablo Serrano (1993), Viola (1994), Joan Brossa (1997), Hernández Pijuán (1999), Darío Villalba (1999), Ráfols-Casamada (2003) o, ya más recientemente, a Luis Gordillo (2011). Tuteándose con ellos, y a menudo con magníficas revisiones de su obra o potentes muestras de su trabajo en curso, expusieron muchos de los nombres esenciales del arte asturiano nacidos en la primera mitad del XX: el citado Camín, Orlando Pelayo y ambos Vaqueros, Palacios y Turcios (1992), Alejandro Mieres (1993), Antonio Suárez (1994), Legazpi (95), Sanjurjo (1996) y Lombardía (1997).
Las siguientes promociones del arte hecho en Asturias tuvieron igualmente una fuerte presencia en las salas del Revillagigedo con individuales de Paco Fernández, Elías G. Benavides, María Jesús Rodríguez, Melquíades Álvarez, Francisco Fresno, Hugo O'Donnell, Núñez Arias, Vicente Pastor, Javier Riera, Rey Fueyo, Rubén Darío Velázquez,,, Otros artistas asturianos aparecerían algunas de las muchas colectivas expuestas. En este apartado destacaron muestras como Los paisajes del texto, comisariada por Paco Cao; las dos dedicadas a la colecciones del XIX y el XX en los fondos de Pedro Masaveu; la revisión histórica en La huella del 98 -en torno al arte generado en la España noventayochista-; la que recogió la obra contemporánea del coleccionista Miguel Marcos, la dedicada a las Vanguardias en colaboración con el Reina Sofía...
Colaboraciones como esta última fueron otra de las constantes que dieron vida al Revillagigedo; el IVAM, la Fundación Miró, diversos museos locales y regionales, las universidades de Cuenca o de Salamanca, la feria Arco, galerías como Juana de Aizpuru y otras entidades bancarias contribuyeron a mantener la actividad del centro. Su programación se abrió además a otras disciplinas, más allá de la plástica. A partir de su 39º edición, cogió el testigo del Salón de Fotografía de Cajastur y le dio rango internacional en una cita anual en la que los maestros fundadores como Niepce convivieron con históricos como Tina Modotti, Nicolas Müller con talentos más recientes: Fontcuberta, Catany, Isabel Muñoz, un flamante Pulitzer asturiano, Javier Bauluz y otros asturianos necesitados de una justa revisión como Gonzalo Juanes. También el diseño o el grabado se hicieron sitio de forma permanente con citas como la Trienal de Artes Gráficas y exposiciones individuales o colectivas, algunas de ellas de altísimo nivel como la dedicada a Diseño y Empresa en 2000.
Hay quien compara la eficiencia formativa y didáctica de aquel Revillagigedo de los noventa con la que tuvo en los mismos años el Festival Internacional de Cine de Gijón dirigido por José Luis Cienfuegos. Él fue, precisamente, uno de los colaboradores punteros de la Obra Social en actividades cinematográficas. Las escénicas tuvieron un enclave permanentemente activo, con una oferta que compatibilizaba una cierta modestia de medios con mucha calidad y rigor, en la vecina Colegiata de San Juan Bautista, donde también se celebraron muchos seminarios, conferencias y cursos con invitados de primera fila.
No es fácil conocer los números concretos del presupuesto del Revillagigedo por su integración en la actividad general de la Obra Social y Cultural; pero no es en ningún caso inexacto fijar una cuantía millonaria -es decir, al menos por encima del millón de euros- para los mejores años de su historia, en los que hasta una docena de personas llegaron a trabajar en todos los rincones de la maquinaria de un Revillagigedo que, poco a poco, iría perdiendo fuelle, salpicándose de exposiciones de menor nivel, distanciando acontecimientos y dando una impresión de centro de compromiso hasta que finalmente el apartado cultural quedó explícitamente ladeado de la Obra Social con el argumento de la crisis y bajo la obsesión por el número de visitantes antes que por la verdadera eficiencia cultural de un centro de ese porte. Ahora el centro conoce solo una actividad discontinua, sus enlaces en internet conducen más bien a una oferta de alquiler con sus correspondientes tarifas que a otro tipo de información y, si es noticia, lo es casi exclusivamente por lo que se podría hacer para sacarlo de su condición casi fantasmal. Ni siquiera por lo que fue en unos años que se antojan tristemente irrepetibles."
"La prueba más antigua la aporta una foto del año 1860, en la que esta labra ya se conservaba en penoso estado de conservación, pero perfilándose al menos la composición general de las armas, lo que nos lleva a deducir varios aspectos:-La determinada forma del escudo, con un planteamiento muy propio de principios del siglo XVIII.-La importante corona marque sal que lo remata, en cuanto a estilo y proporciones, también característica de este periodo.-La serie de motivos exteriores, de inspiración militar, que tienen su razón de ser y que coinciden, como luego se verá, con los datos históricos que contamos.-La Cruz de la Orden Militar de Calatrava, acolada al escudo, y que también se corresponde con los datos históricos y los docun1entos de la época que hemos consultado."
"En este Archivo se custodia el expediente de ingreso en la Orden Militar de Alcántara de don Alonso Antonio Ramírez de Jove y Valdés, aprobado el día 3 de febrero de 1663, y en el que se recogen las pruebas genealógicas, nobiliarias y heráldicas para poder ser admitido en dicha Orden.Don Alonso había nacido en Gijón, siendo bautizado en la iglesia de San Pedro, el día 3 de febrero de 1636, y fue hijo de don Alonso Ramírez de Jove y de doña Margarita Valdés. Llegó a ser Corregidor de la ciudad de México, y Juez Noble de Gijón. De su matrimonio con doña Catalina Vigil de Quiñones y de la Concha, tuvieron a don Carlos Miguel Ramírez de J ove y Vi gil de Quiñones, que fue el primer Marqués de San Esteban del Mar de Natahoyo, y el que reconstruyó el Palacio, tal y como hoy lo conocemos.En el expediente que tratamos de don Alonso Antonio Ramírez de Jove, y en su página 41, se habla del escudo que ostentaban, y que adornaba el antiguo torreón original, previo al actual Palacio, y donde ya moraba esta ilustre familia. También lucía en un sepulcro que se conservaba en la capilla que poseían en la iglesia parroquial, al lado del evangelio.Por su interés lo citamos literalmente:Auto de armas, En esta dicha villa de Jijon a primero de febrero de seiscientos y sesenta y tres años por cuanto los testigos de esta información para mayor claridad y distincion de las armas que tocan a el pretendiente por sus quatro abuelos serremiten a los escudos que de ellas tienen en sus casas capillas y entierros, fúimos a las casas principales de la morada de dicho pretendiente y en la torre de ella, encima de la puerta principal alZamos un escudo grande de piedra, y en el aquarteladas diferentes armas, y por las del apellido de Jo be tiene tres faxas pequeñas en medio de el quartel, y otras tres abaxo, y a los lados un letrero que dice de una parte Abe y de la otra Maria = y por el apellido de Ramirez tiene en otro quartel dos calderas, una abajo y otra en lo alto, y armiños a los lados de cada parte = y fuimos a las casas principales de los abuelos maternos de el pretendiente que tienen en esta villa y en ellas alZamos un escudo de Armas de piedra con su morrion y parece que las armas de Baldés que tiene dicho escudo son tres faxas azules en campo blanco y por los lados diez rroeles que cojen todo el escudo, y para que conste de esta diligencia y que alZamos las mesmas armas de Ramirez y Jobe en una capilla que tiene el pretendiente en la parroquial de esta villa del lado de el evangelio, inmediata del altar mayor, con un sepulcro alto de piedra en medio de dicha capilla en que están dichas armas a que nos referimos y lo firmamosDon Diego Gabriel de Quiñones Quirós BeaumontDon Joseph de Messones VelascoCaballeros de AlcántaraEn este documento quedan fehacientemente probadas las armas que traían los Ramírez de Jove, aún con pequeñas variantes, y que figuraban en la primitiva torre. Estas mismas armas, veremos a continuación, son las que usaba don Carlos Miguel Ramírez de Jove y Vigil, artífice de la ampliación del Palacio, y en cuya nueva fachada principal situó sus armas familiares, añadiendo los atributos que le eran propios, como la Corona de Marqués, por su título recién estrenado, la Cruz de Calatrava, de la que vestía el hábito, y los cañones y banderas por el singular privilegio, también recaído en él, de ser Comisario Provincial Perpetuo de Artillería del Principado, y que años más tarde el Rey Don Carlos IV convertiría en el de Coronel Honorario del Cuerpo de Artillería."
En el lugar donde estaba la Fuente la Barquera se erigió en 1891 el Monumento a Don Pelayo, llevándose aquella a la Plaza del Carmen, obra como hemos dicho al principio del escultor José María López Rodríguez. La figura, de bronce, fue fundida como las conchas y leones de su pedestal, de los que mana agua, así como las placas con textos, en los talleres de la Sociedad Fábrica de Moreda y Gijón por el maestro fundidor Carlos García Nosti, afirmándose que el metal, donado por el Gobierno, se aprovechó de cañones capturados en la guerra de Marruecos de 1860, marcando con ello aún más simbolismo
"Antes de regresar a casa, le expuse mi idea de erigir, en una nueva plaza proyectada, una estatua de Don Pelayo, perpetuando así la memoria del héroe. He propuesto, incluso, la inscripción, cuyo texto copio aquí por si Ud. tuviese alguna puntualización o corrección que hacerme: INFANS PELAGIUS / É GOTHORUM SANGUINE REGNUM / HISPANICAE LIBERTATIS /RELIGIONISQUE RESTAURATOS / S. P. Q. G. / REGALI CIVI DONUNM DEDIT ¿Qué le parece? Se uniría a las redactadas también por mí para la obra del muelle, para la puerta nueva y para la fuente principal y así Gijón tendría las inscripciones precisas para testificar a la posteridad el tiempo en que se ejecutaron los edificios, cumpliendo además de ese modo la Real Orden de 1778 que Ud. conoce bien. En fin, nuestro común amigo ha recibido todos estos planes con entusiasmo y ya por la noche, en la tertulia en casa, me aseguró que tiene muchas esperanzas puestas en la buena ejecución de ellos. La misma esperanza que espero que sienta Ud., a quien pido a Dios que lo guarde muchos años."
La estatua propiamente dicha, de 2,80 metros de altura y un peso de cuatro toneladas, inspirada en una pintura de Madrazo, resalta el magnífico porte de la figura de Don Pelayo mirando al mar, primer monarca del Reino de Asturias. La cruz que alza y enseña es la Cruz de la Victoria, emblema que al decir de la tradición llevó en la batalla de Covadonga y que podría tratarse de un símbolo de la cristianización efectiva del territorio. La Cruz de la Victoria era, según siempre la tradición, de madera, y fue recubierta de oro y pedrerías en tiempos posteriores, reinando Alfonso III El Magno, y es emblema de Asturias, que figura en su bandera y escudo
Según rodeamos la estatua y vemos al fondo las dársenas de El Fomento y El Fomentín por donde continúa el Camino nos fijamos en las placas de los lados posterior y lateral izquierdo (si lo miramos desde enfrente) de este pedestal. La primera pone, traducido del latín:
AL REY PELAYO
GIJÓN Y TODA LA PROVINCIA DE LOS ASTURES
CUMPLIENDO UN GRATO DEBER DE JUSTICIA
SALVE, PADRE DE LA PATRIA, PROCLAMA LA PROVINCIA ENTERA.
REY VENCEDOR DE LOS ÁRABES, CORRE DE BOCA EN BOCA.
QUISISTE UNIRTE A NOSOTROS PARA PODER ASÍ FUNDAR
UN PUEBLO DIFERENTE Y UNA ESTIRPE NUEVA.
GRACIAS A TI NOS SONRIÓ A TODOS LA FORTUNA FAVORABLE
QUE CULMINA CON LA PAZ DE LA OBRA EMPRENDIDA.
SIEMPRE PERMANECERÁN TU HONOR, TU NOMBRE Y TU GLORIA
SALVASTE A TU PATRIA SIN REY.
QUÉ HARÁN DIGNO DE TAN GRAN NOMBRE LOS CONTEMPORÁNEOS?
BAJO TU MANDO COMO SI AHORA DICTARAS LEYES
Y la segunda:
EL INFANTE PELAYO
DE SANGRE DE REYES GODOS,
RESTAURADOR DE LA LIBERTAD
Y LA RELIGIÓN DE ESPAÑA.
EL CONSISTORIO Y EL PUEBLO DE GIJÓN
DEDICARON ESTE PRESENTE A SU REGIO COMPATRIOTA.
INSCRIPCIÓN DE GASPAR DE JOVELLANOS
Ambos edificios proyectan su sombra a la calle Veintisiete de Diciembre, fecha del citado año de 1889 en la que se pone en marcha la traída de aguas a la villa desde Llantones. Antes era llamada Salsipuedes y fue donde nació el general liberal Evaristo Fernández de San Miguel, según unas versiones (otras que en la calle Caridad). Por esa zona estaría la antigua Puerta la Villa, junto al desaparecido Arenal de la Trinidad (prolongación de la también desaparecida Playa de Pando), demolida en 1781 y que volvió a erigirse (el Arco del Infante) al otro extremo de la calle Ancha de la Cruz ahora calle Corrido, en la actual Plaza Seis de Agosto, pues la población crecía y era mejor desplazarla en esa dirección. No obstante esta segunda fue también derribada en 1886, aduciendo su mal estado pero con evidentes intereses urbanísticos (la especulación del suelo no es de ahora)
"Refuerzo estructural y Rehabilitación energética con fachada ventilada.
Obra expuesta en varios congresos como ejemplo de buenas prácticas en rehabilitación energética de edificios.
Promotor: C. Propietarios Plaza del Marqués 10. Gijón
Constructor: ESFER Construcciones y Proyectos, S.L.
Fecha: Junio 2010- Octubre 2011
El Edificio presentaba un deterioro de la estructura metálica de las terrazas con pérdidas de sección, debido al fenómeno de la corrosión, que en este caso se ve favorecido por el ambiente marino, muy agresivo, al que está expuesto el inmueble.
Con lo expuesto la rehabilitación de la fachada tenía que resolver la patología –daños en la estructura y en el revestimiento- para mantener el edificio en las debidas condiciones de seguridad y ornato. También se quería poner en valor otro repertorio formal que diera respuesta al lugar y restaurara la dignidad de sus trazos, convirtiendo las terrazas en modernas galerías acristaladas creando una cámara de aire entre el exterior agresivo y los espacios interiores.
Por otra parte, dado el gran impacto visual del edificio desde la playa o desde la Plaza Mayor, se diseñaron las fachadas traseras con una textura que intentaba fundirlo con la atmósfera, mediante un efecto de cielo pixelizado."
Y ya estamos viendo de frente la estatua de Pelayo, en una pose no idéntica pero sí bastante similar a la que tiene en el escudo y bandera de Gijón/Xixón, con ropajes y corona similares, si bien en el escudo gijonés la Cruz de la Victoria tiene báculo y la lleva en alto en la mano izquierda, que es con la que aquí sujeta su escudo apoyado en el suelo, mientras que con la derecha, con la que en esta escultura porta la cruz pero sin báculo, en el escudo gijonés toma su espada, desenvainada, hacia abajo
EL REY PELAYO
A LOS VISITANTES DE GIJÓN
NO PREGUNTES, VIAJERO, QUÉ O CUÁNTO HACE GIJÓN;
DI MÁS BIEN QUE ES AGRADECIDA, CUENTA QUE ES GENEROSA.
AL HONRARME HOY HONRA COMO ES DEBIDO A LOS ANTEPASADOS
QUE, GUIADOS POR MÍ, DIERON SEÑALES DE FE A LOS PRIMEROS.
UNIDOS EN OTRO TIEMPO SALVAMOS EL ARCA PARA LOS SANTOS
Y LA PATRIA PARA NOSOTROS, CAYENDO PRONTO EL ENEMIGO.
ASÍ FUIMOS GRANDES, SUPERAMOS A TODOS LOS PUEBLOS
GRACIAS AL SANTO SIGNO DE LA CRUZ QUE TE MUESTRO.
ESTA ENSEÑA DE CRISTO VENCIÓ Y VENCERÁ POR LOS SIGLOS;
CEÑIDO CON ESTAS ARMAS EMPRENDE, VIAJERO, EL CAMINO
Mirando hacia arriba comprendemos en todo su sentido la expresión que da título a esta entrada de blog, "nacer baxo los coyones de Pelayo"
Al oeste, como hemos dicho, sigue el Camino hacia el puerto deportivo, viendo las dársenas de El Fomentín y El Fomento, que a partir de 1870 hicieron desaparecer la Playa de Pando, donde empezaron los baños de ola y el veraneo playero gijonés A lo lejos la Sierra de Torres, límite occidental del concejo, a cuyo extremo norte se sitúa La Campa Torres de la Noega de los cilúrnigos y al sur se extiende el Monte Areo, por donde continúa el Camino de Santiago, en dirección a Avilés
AL REY PELAYO
EL CONSISTORIO Y LA CIUDADANÍA DE GIJÓN
EN RECUERDO PERENNE DE SU MANDO
GLORIA DE ASTURIAS, PELAYO, ESTAMPA DEL VALOR,
GRANDE JUNTO AL AUSEVA, PERDURA VICTORIOSO EN EL BRONCE.
EL PUEBLO Y LOS REYES QUE TE SUCEDIERON TE RELEGARON AL SILENCIO HASTA AHORA
EN SUS FESTIVIDADES, PERO AQUÍ ESTÁN LOS ASTURIANOS QUE NO OLVIDAN,
Y A SUS EXPENSAS, PARA VEAS PASAR EL TIEMPO, FUNDEN
UNA ESTATUA EN LA QUE TÚ VIVAS Y QUE LA POSTERIDAD LEA.
GIJÓN TE HONRA, ANTES TE DIERON CULTO SUS ANTEPASADOS;
QUE LOS IBEROS QUE VENGAN TE HONREN MÁS CUMPLIDAMENTE.
GIJÓN, CINCO DE AGOSTO DEL AÑO DEL SEÑOR DE 1891
"Ambos edificios se construyeron de forma simultánea, parecen responder a un mismo proyecto y se complementaban funcionalmente, pues la colegiata actuaba como la capilla privada del palacio.
El autor del diseño en Italia parece ser Francisco Menéndez Camina, quien por estos años estaba en plenitud creativa. No existe certeza documental sobre esta atribución, pero el maestro avilesino se encontraba reparando los muelles Gijoneses de 1702, cuando el municipio le encargó la elaboración de un plano de la nueva vivienda, con el objeto de comprobar las alteraciones que sufriría la calle de la pescadería con la obra, y en 1705 efectuó un trabajo semejante para Carlos Ramírez, poco antes de iniciarse los trabajos."
"Además, todo el conjunto responde al tono arbitrario y decorativista que define su estilo. La aparición de Pedro Muñiz Somonte es algo posterior. Sabemos que entre 1709 y 1711 realizó la cubrición del crucero de la capilla mediante bóvedas de crucería y en el año 1722 firmó el contrato para la conclusión del templo, realizando los tramos de la entrada de la nave, la tribuna y la torre. Probablemente, las obras del templo ya estuviesen concluidas en torno a 1723 ,aunque su auto de constitución lleva fecha de 1734"
"Esta referencia a la Colegiata -denominada popularmente así por los gijoneses- se relaciona con la capilla de San Juan Bautista, construcción de estilo barroco fundada por el canónigo Luis Ramírez. Existe, por otra parte, una confusión —que quizás no podamos aclarar— en cuanto a rotulación de calles gijonesas. En realidad, esta plazuela de La Colegiata se refiere a una plaza inexistente como tal y que está de esa manera rotulada al terminar la cuesta de la Colegiata y tras la capilla donde conectan el final de Remedios con Vicaría. Junto a ella está la llamada travesía de la Colegiata, justo al lado del Archivo Municipal. En el Plano-Guía de 1968 (resultado del Nomenclátor aprobado el 23 de mayo de 1967) vemos la plaza del Marqués, la plazuela de la Colegiata y otra llamada plaza de San Juan Bautista. Nombres anteriores: Plazuela de La Colegiata."
Observemos la ventana ojival en esquina, como su balconcillo de forja y frontón triangular esquinado sostenido sobre columnas y arriba dos escudos en la torre de planta cuadrada con alerones muy salientes, una verdadera mixtura de los estilos regionalista y renacentista
"Durante el siglo XX, la familia Paquet se convirtió en una de las más significativas de la burguesía local. Su presencia en Asturias se debe a la figura de José Paquet Guiguet, quien llegó a Gijón desde Francia en la segunda mitad del siglo xix y se casó con la gijonesa Eustaquia García-Rendueles Bada. Él acabó incorporándose a la Unión Hullera y Metalúrgica de Asturias, empresa en la que prestó sus servicios hasta su fallecimiento en 1891.
Sin embargo, fueron sus hijos Alberto y Julio, quienes consolidaron definitivamente el apellido Paquet en la región de Asturias. Alberto Paquet (1876-1960) crearía en 1901 la Compañía Asturiana de Artes Gráficas aunque sería en 1914 donde crearía una empresa muy activa en el comercio marítimo, siendo enviado de la Compagnie Générale Trasatlantique, muy importante para el comercio europeo-americano y de la Sociedad Española de Comercio Exterior. Alberto Paquet usaría el edificio tanto como para su empresa naviera como para vivir con su familia, formada tras casarse en el año 1900 con Dolores del Campo.
"Se trata de una obra impulsada por Emulsa, la empresa pública encargada del mantenimiento y limpieza de la ciudad, mediante un concurso celebrado en 2013 y ganado por el estudio de arquitectura Labaula Arquitectos.
Está compuesta por 3200 botellas de sidra asturiana recicladas y fue concebida con un doble objetivo: concienciar de la necesidad del reciclaje entre la población y potenciar un producto con denominación de origen como es la sidra de Asturias.
En un primer momento se planteó como una escultura efímera, con la posibilidad de ser retirada y vuelta a montar según la ocasión, pero en la actualidad es de carácter permanente, estando su espacio arrendado por el ayuntamiento a la autoridad portuaria y siendo un reclamo turístico más de la ciudad.
Debido a su ubicación, en un espacio al lado del mar Cantábrico y muy cerca de algunas de las principales zonas de ocio nocturno de la ciudad, ha sufrido actos vandálicos en más de una ocasión, siendo necesario llevar a cabo su reparación en varios momentos."
"Las primeras sirenas indicaban alarma. Se ponían en marcha cuando los vigías situados en el Picu San Martín alertaban de la llegada de los aviones. Las segundas, indicaban que había que ir a uno de los 200 refugios antiaéreos que se repartían por el Gijón de la Guerra Civil. Y las terceras, que se procedía a cerrar las puertas de esos refugios. «La mayoría eran sótanos y portales, refugios como tales eran una treintena y solo dos eran túneles: el de Begoña y el de Cimavilla», explica el geógrafo Toño Huerta, que ayer presentaba en la Casa del Chino el resultado de la primera fase de un proyecto que, con voluntad política, permitiría abrir al público el refugio de Cimavilla antes de que finalice 2020, recuperándose así una parte fundamental de la historia de la ciudad.
El refugio de Begoña, que tenía capacidad para 500 personas y recorría todo el paseo, se perdió en 2002, con la construcción del aparcamiento subterráneo, aunque Huerta calcula que aún se mantiene bajo tierra la galería que se iniciaba justo donde el antiguo cine Hernán Cortés, donde estaba la rampa de entrada en 1936. Sea como fuere, el valor histórico del refugio de Cimavilla, con capacidad entonces para 1.200 personas, reside precisamente en que es el único de sus características que se mantiene y, además, en muy buenas condiciones. Tanto el de Begoña como el de Cimavilla, los dos únicos subterráneos que existieron, se habían construido pensando en bombas de entre 14 y 25 kilogramos a raíz del terrible bombardeo del 14 de agosto de 1936, que causó 54 muertos entre la población civil y 78 heridos graves en la plaza del Parchís."
Desde el exterior, entre Casa Paquet y la escalera que sube a La Colegiata, solo se ve una pequeña puerta de arco de medio punto que puede pasar desapercibida a no ser por una placa a su derecha. Tras la contienda civil se estimó oportuno que las ciudades contasen con estos refugios y se mantuvo unos años, al menos durante la II Guerra Mundial:
«La historia del refugio, además, no terminó cuando acabó la Guerra Civil. En los años 40 había una orden presidencial que decía que toda las poblaciones de más de 20.000 habitantes tenían que tener refugios y, por ello, en Gijón se estudiaron cuáles podían utilizarse», señala Huerta, que enumera que, además del de Begoña, se habilitaron los sótanos del antiguo Banco de España (hoy la Biblioteca Jovellanos) y se reformó el interior del de Cimavilla.
«En los años 40 se refuerza con hormigón porque tenia problemas de cimentación. La última reforma es justo de 1948 y, de hecho, existe un azulejo con la fecha exacta en el interior», explica Huerta, que lo ha visitado en varias ocasiones para elaborar una primera fase del proyecto de recuperación de este refugio que, a día de hoy, permite un recorrido por unos 140 metros de túneles.
«Está muy bien conservado salvo algún pequeño derribo que no afecta a la estructura», indica Huerta, que también menciona una pequeña inundación que, junto con lo anterior, podría perfectamente asumirse en una segunda fase de este proyecto que se remonta ya a 2010, cuando la entonces concejalía de Memoria Social impulsó un inventario de los refugios antiaéreos de la Guerra Civil en Gijón, como complemento a la exposición y al itinerario Gijón bajo las bombas 1936-1937.
«En esa segunda fase habría que continuar con el estudio del refugio ya que nos encontramos un par de tabiques: uno sería el acceso hacia la plaza del Marqués y otro hacia la parte trasera del palacio de Revillagigedo. Habría que ver si se puede continuar el recorrido sobre todo por temas de seguridad y, de esta manera, aparte de tener el acceso desde el muelle, se podría tener otra entrada más», indica Huerta, que explica que el túnel que llegaba hasta la antigua Fábrica de Tabacos está totalmente perdido. Desde la casa Paquet hasta Tabacalera, según relataron en su día quienes se protegieron de las bombas en su interior, se tardaba al menos una hora caminando.
Así, el actual recorrido sale de la casa Paquet hasta un primer cruce, que está tapiado, con unas escaleras que irían hasta la Colegiata y el Palacio de Revillagigedo y un segundo ramal con una pequeña curva que llega hasta la Torre del Reloj. Los túneles tienen una altura media que oscila entre 1,60 y 1,80 metros, con metro y medio de ancho. No hay ratas en ellos, pese a que siempre circulara ese rumor, y el aire es «limpísimo», sin malos olores en absoluto.
Esta segunda fase se completaría con la recopilación de testimonios orales de quienes estuvieron dentro del refugio. «De hecho, eso ya lo estoy haciendo por mi cuenta», dice Huerta, que así puso comprobar que la historia de la mujer que dio a luz, durante uno de los bombardeos franquistas, en el refugio de Cimavilla es cierta. «Logré encontrar al hijo que nació allí y todavía vive en Cimavilla». La parte más costosa de esa segunda fase del proyecto, que supondría unos 25.000 euros, serían obras menores de acondicionamiento para arreglar pequeños derribos, tapar un pozo o restaurar un tramo de solera que tiene el suelo algo levantado, además de abordar un plan museológico «porque, al final, el objetivo es que el refugio se pueda visitar»
En una tercera fase, la definitiva y cuyo coste dependería de ese plan museológico, el grueso de la inversión, «nada descabellada porque no existen problemas estructurales», se destinaría a obras mayores de acondicionamiento del refugio con elementos de seguridad, iluminación y agua. Incluso Huerta piensa en un recoveco perfecto para, como ya se hiciera en la exposición Gijón bajo las bombas, recrear cómo se sentían entonces quienes escuchaban los bombardeos desde el interior del refugio. Con su apertura al público Gijón podría ser una de las varias localidades, como Barcelona, Cartagena o Valencia, en las que ya se visitan refugios antiaéreos de la Guerra Civil. «Como recurso turístico es muy importante, pero lo es aún más que sea un recurso didáctico y divulgativo que permita conocer una parte de la historia de Gijón», considera Huerta. Con ello, además, se complementarían las actividades para escolares que, desde hace años, organiza la Fundación Municipal de Cultura en este sentido.
Tal como está, ya podría ser visitado por grupos pequeños de entre cinco o seis personas, pero con la reforma que mejoraría sus condiciones las visitas podrían ser de entre 20 y 25 personas. ¿Qué posibilidades hay de que el refugio de Cimavilla pueda realmente abrirse al público? «En principio, los grupos políticos del Ayuntamiento de Gijón consideran que el proyecto es interesante», dice Manuel Villar, presidente de la asociación Lázaro Cárdenas, que fue la que lo retomó encargando el estudio del estado del refugio a Huerta como geógrafo, así como a una arqueóloga y a un ingeniero de minas."
Arriba, en La Cuesta del Escocia, Fermín García Bernardo, Subida a la Colegiata o Plaza de San Juan Bautista, Luis Miguel Piñera sigue ofreciéndonos su buen saber con tal elenco de nombres, a veces superpuestos, dentro de este rincón del callejero gijonés en Cimavilla:
"Nombres anteriores: Plaza de San Juan Bautista (7 de agosto de 1941). Se refiere más bien a la capilla dedicada a San Juan Bautista, de estilo barroco, y que en Gijón se conoce como Colegiata. Subida a la Colegiata. Costanilla de la Colegiata. En la distribución de distritos de Gijón del 4 de marzo de 1870, figura este nombre para la subida a la Colegiata."
"Fermín García-Bernardo y de la Sala, gijonés nacido en 1908, fue el creador de la popular Universidad de Cimadevilla, donde impartió clases de Derecho a partir de 1942. El 29 de diciembre de 1973 se descubre en la fachada de la «Universidad» una placa conmemorativa y en 1992, el 29 de julio, recibe el título de Hijo Predilecto de Gijón. Don Fermín dijo: «Mi orgullo es sentirme gijonés sin olvidarme nunca de mi asturianía y además —por si lo anterior no fuera bastante— pertenecer al barrio que me vio nacer y que me otorgó el muy querido título de Playu 1989». En septiembre de 1998, don Fermín fue de nuevo homenajeado por sus compañeros abogados al cumplir 50 años como colegiado, aunque posiblemente su primera distinción fue la medalla de oro del Centro Asturiano de Buenos Aires, que recibió en 1929. Don Fermín falleció el día 23 de febrero de 2002 y su funeral, en la iglesia mayor de San Pedro, fue multitudinario."
"En Gijón/Xixón hay una expresión representativa de la destacada presencia que la Casa Paquet tuvo y tiene en la vida de la ciudad: cuando alguien pide algo y, en vez de dárselo, le preguntan indiscretamente “¿pa qué?”, es probable que la respuesta sea “¿pa qué?, ¡Paqué vive nel muelle!” Un siglo después de su construcción, la Casa Paquet sigue siendo hoy uno de nuestros edificios más icónicos. Ubicada entre las calles de Claudio Alvargonzález y de Oscar Olavarría y con frente a la plaza de Fermín García Bernardo, su perfil llama la atención tanto desde la Plaza del Marqués como si nos situamos en los Jardines de la Reina o en el Puerto Deportivo. Destaca junto con el Palacio de Revillagigedo y su capilla, la Colegiata de San Juan Bautista, en la fachada meridional de Cimavilla; barrio histórico que fue origen de la ciudad actual y que ha sido declarado Bien de Interés Cultural. Desde el año 2020, la Casa Paquet acoge la oficina de turismo de Gijón/Xixón, Infogijón, albergando por primera vez un servicio público municipal. En las siguientes páginas presentamos y descubrimos algunos de los secretos que esconde esta casa, que ahora es la nuestra."
"Durante el siglo XX, la familia Paquet se convirtió en una de las más significativas de la burguesía local. Su presencia en Asturias se debe a José Paquet Guiguet, quien llegó a Gijón/Xixón proveniente de Francia en la segunda mitad del siglo XIX y acabó incorporándose a la Unión Hullera y Metalúrgica de Asturias, empresa en la que prestó sus servicios hasta su fallecimiento en 1891.Casado con la gijonesa Eustaquia García-Rendueles Bada, fueron sus hijos Alberto y Julio, quienes consolidaron definitivamente el apellido Paquet en la región. Desde su juventud, tuvieron una actividad empresarial diversificada, bien en solitario o bien asociados con otras familias relevantes como los Urquijo o los Alvargonzález.Alberto Paquet García-Rendueles (1876-1960) obtuvo su primer gran éxito empresarial con la creación de la Compañía Asturiana de Artes Gráficas, de la que fue gerente desde su puesta en marcha en 1901. Inicialmente asociado con Julio García Mencía y con el respaldo accionarial de otros notorios apellidos de la burguesía gijonesa, la firma se mantuvo durante décadas como una de las casas más reputadas de Asturias dentro de su sector.En 1914, coincidiendo con el auge del transporte marítimo y el crecimiento de las exportaciones durante la I Guerra Mundial, Alberto fundó la firma consignataria “A. Paquet”. De este modo, se convirtió por un lado, en representante de la Compagnie Général Trasatlantique en Gijón/Xixón, eslabón esencial en las conexiones entre Europa y América. Por otro, fue nombrado agente para Asturias y León de la Sociedad Española de Comercio Exterior. Esta empresa, ubicada desde 1920 en la planta baja de la Casa Paquet, sigue hoy en activo.Alberto contrajo matrimonio hacia 1900 con Dolores del Campo Valdés-Hevia (1882-1960). El matrimonio Paquet del Campo, que no tuvo descendencia, fue muy conocido en Gijón/Xixón debido a su colaboración con actividades benéficas y a su apoyo a numerosas entidades religiosas católicas del concejo.Asimismo, su respaldo financiero fue fundamental para la construcción de la nueva iglesia parroquial de San Pedro, en cuya cripta están enterrados.
Desde hace más de un siglo, sucesivos miembros de la familia Paquet comenzando por el propio Alberto, han desempeñado el cargo de cónsul honorario de Francia en Gijón/Xixón. Así sigue siendo en la actualidad y, de hecho, el Consulado de Francia sigue prestando sus servicios en la planta baja de la Casa Paquet. Por esta razón, en la fachada del edifcio orientada al muelle se puede observar un llamativo escudo de madera policromada que incluye el rótulo “Agence Consulaire de France” y el emblema de la III República Francesa (1870-1940)."
"El "monumento", de casi 8 toneladas de peso, fue instalado en el Puerto Deportivo de Gijón en agosto del año 2013 y en su construcción se emplearon 3.200 botellas de vidrio verde. La obra fue realizada por la empresa Pidemunt junto con "Labaula Arquitectos" que resultaron ganadores de un concurso público convocado por la Empresa Municipal de Medio Ambiente (Emulsa) en mayo del mismo año para impulsar el reciclaje.
La cantidad de envases utilizados es equivalente al consumo de vidrio anual de cien familias, según informó un portavoz del estudio de arquitectura que ha elaborado lo que se conoce como "el árbol de la sidra". La obra queda iluminada por las noches mediante una gran farola alojada en su interior que produce destellos verdes al traspasar el cristal de las botellas.
Transcribo a continuación el texto íntegro que acompaña la obra:
ARBOL DE LA SIDRA
"Este árbol que ves estaba hecho con botellas de sidra, 3200 botellas de sidra. No es un capricho de artista ni una forma agradable de perder el tiempo. este árbol de la sidra es una metáfora del árbol de la vida, es la representación visual de cómo es posible conservar los recursos de la Naturaleza reutilizando los objetos cotidianos.
Este árbol de la sidra ha hecho el ciclo completo de la vida. Los árboles, los pomares, producen manzana. De la manzana sale la sidra y esa sidra se embotella en estos envases tan familiares de color verde que, como es habitual, una vez lavados y esterilizados sirven otra vez para envasar más sidra. En nuestro árbol de la sidra, las botellas de sidra vacías vuelven a iniciar el ciclo de otra forma: convirtiéndose en las hojas de un gran árbol de vidrio reutilizado.
Cada vez que reutilizamos algo estamos salvando a una parte de la Naturaleza, posiblemente a un árbol. Si reutilizamos, ahorramos recursos naturales, evitamos consumir energía de manera innecesaria y reducimos la contaminación. Cada vez que prolongamos la vida de un objeto con un nuevo ciclo en su vida útil estamos alargando la vida de nuestros recursos naturales, nuestra vida y la del Planeta.
Cada botella reutilizada es una hoja verde en el árbol de la vida, en el pulmón de nuestros paisajes y en nuestro futuro como sociedad y como seres vivos".
"Al lado de la planta baja de la Casa Paquet, en la calle de Claudio Alvargonzález, se encuentra la entrada al refugio antiaéreo de Cimavilla. Es uno de los casi dos centenares de refugios que llegó a tener Gijón/Xixón entre 1936 y 1937. En ellos, la ciudadanía podía protegerse tanto de los bombardeos de la aviación franquista como del crucero Almirante Cervera y de la Legión Cóndor de la Alemania nazi. El túnel de 500 m2 se diseñó con capacidad para 1.200 personas y disponía de cuatro accesos, de los que sólo se conserva este."
"Este edificio fue proyectado por Miguel García de la Cruz en noviembre de 1918, con un doble objetivo: albergar la sede de la compañía naviera de Alberto Paquet y el domicilio del matrimonio Paquet del Campo.La combinación bajo el mismo techo de este doble uso empresarial y residencial, que además debía de ser independiente entre sí, fue facilitada por la ubicación de la construcción entre dos calles, la de Claudio Alvargonzález y la de Óscar Olavarría, que cuentan con una diferencia de rasante entre ellas de unos cinco metros. Esto determinó que las oficinas se emplazasen en el nivel inferior, con acceso desde el muelle. Sobre este se superponen las dos plantas destinadas a la vivienda con su acceso principal frente a la Colegiata de San Juan Bautista.Para su proyecto, Alberto adquirió seis casas que fueron demolidas con el fin de obtener el solar rectangular de algo más de 400 m² sobre el que se levantó su edificio.En lo que respecta al exterior, el arquitecto diseñó en la planta destinada a oficinas, una fachada funcional y austera, mientras que en las plantas superiores recreó un palacio urbano de estilo neorrenacentista con toques barrocos y regionalistas. En ellas, rematadas por amplios aleros, destacan la arquería inspirada en la fachada posterior del avilesino palacio de Camposagrado y la torre de casona hidalga con su monumental balcón esquinero.En estas fachadas frente al muelle se combinan sillería caliza y arenisca, buscando contrastes de color con los que lograr un aspecto de edificio antiguo remodelado a lo largo de los siglos. En la trasera se combina cantería con paramentos enfoscados para lograr un aspecto más rústico.En el interior, en sus más de 1.200 m² de superficie, la vivienda contaba con numerosas dependencias y con ricos acabados de su planta noble, en la que se emplazaron el comedor, la sala de estar y el dormitorio del matrimonio con un espléndido cuarto de baño. Desde la calle se accede a estos espacios a través de un profundo zaguán que da paso a la escalera principal, aislada mediante amplios cortavientos.El resto de la superficie de la planta inferior, se destinaba a estancias complementarias y de servicio. A estas se accedía desde la calle de Óscar Olavarría y estaban comunicadas internamente mediante escaleras independientes.La Casa Paquet constituye un singular muestrario de las artes aplicadas y de los ofcios artísticos tradicionales vinculados a la arquitectura. Externamente, pueden apreciarse excelentes trabajos de cantería, carpintería y forja. Por otro lado, en los principales espacios internos se conservan las vidrieras, puertas, molduraciones, entelados y pavimentos que la convirtieron en una de las residencias privadas más lujosas y hermosas de la ciudad."
"Sorprendentemente, a finales del verano de 1918, durante la demolición de los edificios que debían dejar paso a la Casa Paquet, surgió del terreno un líquido negruzco que se identificó como petróleo.Alberto Paquet optó por confiar el asunto a la ciencia y encomendó un análisis de muestras al químico Juan del Castillo -quien pocos años después fundaría la célebre farmacia de la calle Corrida-. El resultado despejó las dudas: el líquido era esquisto, un tipo de aceite mineral, probablemente proveniente de algún barril roto hacía tiempo en uno de los almacenes demolidos, que acabó filtrándose al terreno hasta resurgir durante estas obras."
"Miguel García de la Cruz y Laviada (1874-1935) fue el arquitecto que diseñó la Casa Paquet. Nacido en Cimavilla, se trasladó en 1892 a Barcelona para comenzar su formación superior, concluyendo la carrera de Arquitectura en Madrid en 1902.
En 1903, de vuelta en Gijón/Xixón, entró a formar parte de la plantilla del ayuntamiento como arquitecto auxiliar, pasando un año después a convertirse en arquitecto municipal, cargo que desempeñó hasta su jubilación en 1932.
Este arquitecto gijonés fue autor de un importante volumen de obra pública y privada con numerosos proyectos de gran calidad. Su producción muestra dos etapas bien definidas. La primera, hasta 1915, está caracterizada por diseños de traza modernista y cuenta con ejemplos como los edificios ubicados en los actuales números 1 y 8 de la calle Corrida. La segunda etapa podría datarse entre 1916 y 1930, con diseños de corte más historicista y referencias a la arquitectura española renacentista y barroca. Su primer gran proyecto dentro de este segundo período creativo es, precisamente, la Casa Paquet, a la que seguirán después obras notables como la sede del Instituto de Puericultura y Gota de Leche en la plaza del Humedal, así como el mercado de la Pescadería Municipal frente a la playa de San Lorenzo.
A partir de 1930, en su etapa final, asumió las nuevas corrientes estéticas europeas, como el art déco, y en colaboración con Manuel García Rodríguez desarrolló uno de sus últimos trabajos, la desaparecida Escuela Superior de Trabajo -popularmente conocida como la Escuela de Peritos-, proyecto que su temprano fallecimiento le impedirá ver realizado.
Sin duda, Miguel García de la Cruz es uno de los nombres esenciales dentro de la arquitectura gijonesa del primer tercio del siglo XX"
"Entre 1920 y 1960, la Casa Paquet mantuvo su carácter de residencia privada, a excepción del paréntesis que marcó la Guerra Civil. Fue entonces, en el año 1937, cuando el edificio fue requisado para servir de sede del Partido Comunista y de otras dependencias administrativas.El matrimonio Paquet del Campo legó su vivienda a la Obra Social y Cultural Sopeña (OSCUS) -actualmente Fundación Dolores Sopeña-, que la utilizó durante casi medio siglo como centro de capacitación y formación profesional para trabajadores/as y personas en riesgo de exclusión social.Tras el cese de su actividad en Gijón/Xixón, en 2016 el Ayuntamiento acordó con la fundación el alquiler de la casa durante 25 años con el fin de acoger dependencias municipales.Desde su construcción en 1920, la Casa Paquet apenas ha variado externamente. Solo ha sido modificada la fachada de las oficinas, en lo que atañe al diseño y material de las carpinterías, la variación leve de algunos huecos y la apertura de cinco grupos de vanos cuadrangulares de pequeño formato en su parte superior. Estos cambios provienen de las obras de reestructuración de esta planta, incluyendo la creación de un entresuelo, realizadas en 1967 bajo proyecto del arquitecto José Bernabé González Ortega.En cuanto al interior de la vivienda, la Fundación OSCUS inició una primera remodelación a mediados de la década de 1960, incluyendo la conversión en oratorio del antiguo comedor.Entre 2018 y 2019, tuvo lugar una segunda reforma, bajo la dirección del arquitecto Álvaro Ron, en la que se rehabilitaron los espacios para albergar oficinas municipales y la oficina de información turística, respetando en todo momento la estructura original y los elementos históricos del inmueble.Desde su construcción, la Casa Paquet se ha convertido en uno de los edifcios más emblemáticos de la ciudad. Así puede verse en el anuncio del estreno de la película Asturias, publicado el 25 de agosto de 1925 en el diario El Noroeste. En él se detalla cómo entre las imágenes representativas de Gijón/Xixón destacan “su hermosa playa, calle Corrida, Moros, Jovellanos, Palacio del Conde, Casa Paquet, Muelles, Campo Valdés, Casa Jovellanos, Iglesia de los Jesuitas, Teatro Robledo, etc”.
"el método del maestro jurídico don Fermín García Bernardo era bien sencillo. Se componía de tres partes: química, esclarecimiento y oratoria... Un cuarto rasgo venía impuesto por el tamaño del despacho-aula: media docena y una docena de alumnos. El resto era una carga de humanidad, buen humor y hombría de bien..., que gota a gota y día a día acababan por horadar el mármol juvenil más resistente"
"La última imagen colgada en 'La Ventana de Alfredo' muestra una espectacular luna sobre La Providencia. Es una imagen sosegada, enigmática, gijonesa... elegida por el autor, Alfredo González Vega, para su rincón en Facebook cuando apenas le quedaban unos días de vida. Hace un mes todo eran buenas noticias para el alma máter del Escocia. Su pasión por la fotografía estaba apunto de convertirse en profesión, pues una cadena hotelera nacional le iba a contratar un trabajo a fondo de todos sus establecimientos, y tenía además perfilada una venta inmobiliaria. Pero todo se torció en un abrir y cerrar de ojos. De repente, no pudo teclear ante el ordenador, subió a Cabueñes y las placas reflejaron algo feo en los pulmones y la cabeza: un cáncer fulminante. Y así, sin tiempo para nada, igual que cuando debió cerrar el pub de sus amores de la noche a la mañana, su vida se apagó. En cuestión de cuatro semanas.
La repentina muerte de Alfredo González Vega (Gijón, 1960), Alfredo para todos, dejó ayer helados a cientos de gijoneses que tienen impresa en la retina la imagen del dueño del Escocia esquinado tras la barra, poniendo música con excelente criterio y mirando de soslayo todo lo que se cocía a su alrededor. El pub de la calle Óscar Olavarría, icono de varias generaciones playas, fue el gran éxito de su vida. Por los discos que sonaban en su interior, por su inmejorable ubicación, alzado sobre el Muelle, por un personal siempre enrollao (Geles, Nieves, Jose, Chanca, María, Vero, las Lorenas, Montse, Andrés...), por su futbolín, sus reservados... Y por Alfredo, que fue en definitiva quien armonizó, desde su eterna discreción, una fórmula mágica que cautivó a miles de gijoneses desde su apertura, en diciembre de 1981, hasta su traumático cierre, tras un litigio con la propiedad del edificio, en junio de 2010. Veintiocho años plenos de bullicio nocturno y casi diario, pues el Escocia triunfaba incluso un martes en pleno invierno, que vivieron su epílogo el martes, unos minutos después de la medianoche, al fallecer el artífice de todo aquello.
Alfredo, el mayor de tres hermanos, fue al Codema y luego cursó estudios de diseño industrial. Cuando el Escocia iba viento en popa desdobló su actividad y abrió una oficina, Digraf, en la calle Linares Rivas, que mantuvo unos años abierta al público. Luego se volcó de nuevo en el pub y en sus aficiones: la música, el esquí y la fotografía.
Alfredo era hijo de toda una institución de la hostelería local, Alfredo González, quien abriría el primer Escocia en 1965, como bôite, y también El Mesón del Gallo (impulsor de la leche de pantera), el Montmartre, la discoteca Play Boy, la Cafetería La Gloria, El Jazz 76 (reconvertido en Jazz 81 y La Torre del Oro) y las tiendas Sherman, una en Gijón y otra en Barcelona, estas últimas gestionadas hoy por sus otros dos hijos. Y tras el cierre del Escocia, intentó mantener la vena familiar con el mismo nombre, pero distinta ubicación. Le puso todo el mimo al nuevo proyecto. Sin embargo, el intento de la Ruta fracasó en apenas un año. Entonces cuando se volcó en la fotografía, a través de la cual encontró un medio de expresión para esa «vena artística» que fluía en su interior.
En el tanatorio, ayer, quienes traspasaron en vida su muro de protección y conocieron al auténtico Alfredo coincidían en las mismas palabras: «Espléndido», «supergeneroso», «sarcástico», «con mucho sentido del humor», «divertido», «buena persona», «muy observador» y, ciertamente, «reservado». Quien trabajaba con él, codo con codo, en el proyecto hotelero lo veía «muy ilusionado» en lo que venía a ser la consagración profesional de su afición por la fotografía. Sin embargo, de repente, llegó el fundido en negro. Hoy, a la una, en el tanatorio, Alfredo Senior, de 85 años, sus dos hijos y el resto de la familia estarán más que arropados para despedir al gran responsable de tres décadas de ensueño de la noche gijonesa: Alfredo, el alma máter del Escocia."
Propaganda del Escocia en la ochentera revista gijonesa Coses |
"El conocido hostelero Alfredo González Vega, que se hizo popular en la noche gijonesa detrás de la barra del bar Escocia, falleció en la mañana de ayer a los 56 años.
González Vega, heredó de su padre, Alfredo González Fernández, el mítico establecimiento situado en el inicio del barrio de Cimavilla, en la cuesta de la calle Óscar Olavarría. La decoración le daba al Escocia una idiosincrasia única: los mesas de madera de castaño, los grandes bancos forrados con telas kilt (con lo que se hacen las tradicionales faldas varoniles escocesas), el futbolín que tantas partidas permitió disputar, la barra de madera con escudos tallados de los clanes escoceses, las lámparas de barco... o incluso los billetes que colgaban del techo provenientes de varios países gracias al público variopinto que se dejaba ver por allí. Eran sus clientes pescadores, regatistas franceses y habituales de todo Gijón que buscaban estar como en casa, como rezaba el escudo que saludaba a los forasteros: "This is your house".
Primero su padre en el mesón El Gallo, y luego en el Escocia, pusieron de moda la leche de pantera hasta que, a punto de cumplir los 28 años abierto al público, el estado de ruina que presentaba el edificio afectó a la continuidad del negocio. Era el año 2010 y el Escocia cerraba sus puertas para volver a abrirlas, poco después, en la antigua ruta de los vinos con una decoración similar que recordase el añorado punto de encuentro de la noche gijonesa donde abundaba la buena música, rock y moderna, siempre, por supuesto, a gusto del cliente que iba solicitando las canciones.
Tras dejar a un lado la hostelería, reflotó y dio prioridad a su gran pasión, la fotografía. Este hobby lo enfocó durante mucho tiempo a decorados naturales, en especial los cielos nocturnos, estrellas, amaneceres y atardeceres. Incluso el año pasado pasó la noche en vela para poder capturar el instante en que el eclipse total tiñó de rojo la Luna
Página de La Ventana de Alfredo, de Alfredo González Vega |
28 años de historia del pub Escocia marcaron las noches gijonesas y gran parte de las tardes, por eso su memoria pervive, así en Cinco pubs míticos que Gijón que "bajaron la persiana" y ya son historia de la ciudad, escribe Javier Fernández Díaz para MiGijón, esta preciosa semblanza a fecha 28-10-2020:
"Cautivó a miles de gijoneses desde su apertura en 1981 hasta su cierre, tras un litigio con la propiedad del edificio, en junio de 2010. Veintiocho años plenos de bullicio nocturno y casi diario, pues el Escocia triunfaba incluso un martes en pleno invierno. Siempre sonaba buena música y la decoración le daba al lugar una indiosicrasia única: las mesas de madera de castaño, los grandes bancos forrados con telas kilt (con lo que se hacen las tradicionales faldas varoniles escocesas), el futbolín que tantas partidas permitió disputar, la barra de madera con escudos tallados de los clanes escoceses, las lámparas de barco… o incluso los billetes que colgaban del techo provenientes de varios países gracias al público variopinto que se dejaba ver por allí. El pub de la calle Óscar Olavarría en Cimadevilla, icono de varias generaciones playas, fue el gran éxito de Alfredo González, fallecido en el 2016."
Alfredo González Vega era hijo también de María Nieves Vega Trabanco, ya fallecida, y hermano de Pedro y Francisco González Vega."
Caricatura de Pulgarín de autor desconocido. El blog de Acebedo |
"Pulgarín, enano bautizado como Manuel Valdés, fue un peculiar limosnero muy conocido en el Gijón de finales del siglo XIX por su pequeña estatura. Pulgarín tenía como oficio pedir limosna en las puertas de las iglesias para hacer bien por las ánimas del purgatorio, es decir: no para sí, sino para la iglesia. Fue Valdés, en su época, limosnero oficial y conserje del antiguo cementerio gijonés, que se situaba al lado de la iglesia de San Pedro y que se utilizó hasta 1877, cuando se enterró el primer cadáver en el del Sucu (Ceares). La muerte de Pulgarín entristeció a Gijón aunque se viera venir: ya muy anciano, el 5 de mayo de 1897 sufrió lo que pareció ser un infarto a la entrada de su casa en Marqués de Casa Valdés, "
"Pulgarín" murió muy entrado en años. Un día llegó a oídos del viejo párroco de San Pedro, por su "ama", que el "Pulgarín" estaba muy mal y que clamaba por él para que le ayudara a disponerse a bien morir. No se hizo esperar el bueno del cura, y en compañía de Julián, el sacristán, portando aquél el Santísimo bajo la típica y alba sombrilla orlada de dorado fleco, y éste, el farol y la oliera, se dirigen a la casuca de la calle Ave María, donde moraba "Pulgarín". Allí estaba nuestro hombre, rodeado de algunas mujeres del barrio y del caritativo médico don Silverio, tumbado en modesta pero limpísima cama. Una oleada de gozo se asomó a los ojos del "Pulgarín", al ver al señor cura. Este manda retirarse a los circunstantes, a fin de quedarse a solas con el enfermo para confesarle. Después de recibida la absolución, el "Pulgarín" hace esta pregunta: "Señor cura, ¿usted cree que me perdonarán les Ánimes les "sises"?. Y el buen párroco, que conocía la bondad de aquel corazón, exclamó, con la misma impetuosidad con que en otra fecha había tomado la estaca: "Les Ánimes que salieron del Purgatorio con les limosnes que tú recogiste son les que te están allanando el camino para llegar a Aquél que llama a Sí a los pobres y humildes de corazón; fue mucho lo que pediste para ellas y no te podían abandonar en estos instantes". Al besar la mano del amigo más que del párroco y sintiendo el frío húmedo del óleo en sus pies, "Pulgarín" entregó su alma a Dios, reflejándose en su rostro la paz de los bienaventurados.Cuando párroco y sacristán salían de la casa, lloraban como chiquillos; no lo podían remediar, pero es que, además, habían sido testigos del milagro que, por gracia, quiso Dios hacer en favor del "Pulgarín", concediéndoles en aquella última hora lo que él tanto había deseado siempre: aquel pequeño cuerpo había crecido medio metro..."
"¿Qué motivó el que le pusieran esas barandillas allá por el año de 1904? Muy sencillo: Con la muerte desgraciada del padre de don Agustín "el Prácticu", ocurrida el año anterior, a su colocación, al caerse de allí al muelle, las terribles "entradas en barrena" de los rapazos del Barrio Alto o o de Pesquerías, quienes, al bajar corriendo como una verdadera exhalación por la calle de la Vicaría tomaban, para salvar el empedrado de la cuesta pina de San Juan Bautista, aquel muro, pulido por los años, la caricia suave del mar y el roce de los "cordelones" puestos en él a secar, yendo muchas veces a dar con sus huesos en la carretera del muelle de Abtao, en el que aún no se conocían las amplias aceras que sirven hoy de cómodo y agradable paseo a los que van allí a tomar la "pocera" huyendo de los fuertes vientos del Nordeste.¡Ay, si las barandillas de la Colegiata quisieran y pudieran hablar por unos momentos! Cuántos hechos y cuántas cosas nos contarían de la vida gijonesa de este medio siglo. No hubo chiquillo del barrio o de bajovilla, en aquellos domingos inestables del Catecismo de don Ángel y don Joaquín, que no hiciera en ellas pinitos circenses, bajo la severa mirada de "María Valle", aquella mujeruca que todo lo vendía a "perrina" en aquel puesto de golosinas, frutas, petardos, tira-tacos y busca-pies.Cuántas espaldas se recostaron en ellas a la espera de la Misa en la Colegiata, o al paso de las tradiciones procesiones de Semana Santa y Corpus Christi. Cuántas veces fueron acariciadas por las manos de aquellos hombres que perdían su mirada en la lejanía, estudiando en el "rolar del semblante" el tiempo propicio para lanzarse a la pesca, a la par que musitaban, cuando la brisa se convertía en fuerte "terral", aquel viejo refrán: "Al viento de Oviedo no le tengas miedo". Cuántas veces pasaría por ellas el rumor de las barcarolas cantadas en aquel chigre o figón situado en la parte baja del "Portalín" por el lado de la Barquera, al que se llegaba por unas desgastadas escaleras de piedra, de aquel mismo chigre en el que un día escribiera el insigne Palacio Valdés, la "Alegría del Capitán Ribot".Barandillas de la Colegiata: Vosotras habéis hecho más cómodo el maravilloso mirador de San Juan Bautista y la escalera adosada a él, por la que tantas veces bajaron los recios pescadores del barrio marinero. Los más viejos del lugar, hubieran querido que su muro se conservara tal y como aparece en el grabado del gran Nemesio Martínez, de ese "carbayón" afincado en Gijón y del que os hablaré en otra charla. Yo, que soy aún chaval, lo hubiera querido así también, con todo su tipismo, con su "poyu" y sus regodones patinados por el tiempo y en los que se refleja orgullosa la silueta severa de la iglesia y palacio de los marqueses de San Esteban del Mar..."
"...es un escenario presidido por la estatua de Pelayo, con la fachada del palacio de Revillagigedo como telón de fondo. A diferencia de la Plaza Mayor, cerrada y porticada, es zona abierta, y sus losetas son “el punto de encuentro” de la ciudad, donde confluían cigarreras, pescadores, pescaderas ambulantes, estibadores, oficinistas municipales, paseantes de la calle Corrida y forasteros de los hoteles sitos en los Jardines de la Reina."
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