La Ría de Villaviciosa tal y como se ve desde el Camino en Tornón |
La Ría, como se la conoce popularmente en estos pueblos ribereños, La Ría de Villaviciosa, formada por los ríos Valdediós, Sotu, Viacaba, Espadañal y Sebrayu (aguas arriba Ñabla o Carrión), es un precioso estuario de unos 10 kilómetros de largo que se ve desde varios puntos del Camino de Santiago del Norte, tal que aquí, en la Carretera de Pandu, parroquia de Tornón y, en primer término, Onón, uno de los barrios de esta parroquia, la cual recorremos de norte a sur hacia la capital del concejo
Este mismo autor nos informa que, al final del porréu, donde estaba El Puente'l Ríu Sordu, el camín real subía directamente hacia las casas de El Fresnu, cuesta arriba en línea recta. El río, que vemos a la derecha sigue pasando bajo la carretera local en este cruce, aunque el puente ya no está ni tampoco el trazado original y directo
Monte arriba la casería de La Sienra, que según el citado Diccionario Geográfico de Asturias son en realidad dos, la de arriba y la de abajo, "cerca de la fuente que también lleva el nombre del lugar, de muy buenas aguas, y de las riegas de La Caparal y El Infiernu. Son casas independientes, situadas a una altitud de 292 m rodeadas de praderías y pomaradas..."
La principal actividad es la agroganadera y se encuentran en esta ladera que baja del Monte Piedrafita, cuya cima, de 304 metros de altura, no alcanzamos a ver desde aquí
En plena cuesta, árboles que hacen honor al nombre del lugar, El Fresnu
A nuestra derecha, la Autovía del Cantábrico, pasamos durante unos metros a su lado y a su altura
Al sur y en la distancia, El Monte Cubera (367 m), que nos sirve de referencia para hacernos una idea de nuestra distancia respecto a Villaviciosa capital, La Villa, a unos 4 kilómetros de aquí
A nuestra derecha, al otro lado de La Ría, la parroquia de Samartín del Mar, donde comienza la rasa Les Mariñes, que prácticamente se extiende hasta la bahía de Gijón/Xixón
Seto cultivado y árboles tipo ciprés en los últimos metros antes de las casas de El Fresnu
Curva a la izquierda, la cuesta tiende a suavizarse al llegar a dichas casas, situadas en un rellano donde la subida ofrece un tramo de tregua
A la derecha, prado y frutales: nos vamos separando de la autovía y su profunda caja
El Fresnu, una quintana restaurada y dedicada en nuestros días al turismo rural, La Casina del Fresnu, de la que leemos en su página lo siguiente:
"La Casina del Fresnu es un alojamiento de turismo rural, catalogada como casa de aldea de un trisquel (nº de registro CA.AS.1044), que se alquila íntegramente con una capacidad máxima de tres personas. Está situada en el municipio de Villaviciosa, concejo de la costa central de Asturias (al norte de España).
Se trata de una pequeña casa de dos plantas, construida en piedra y madera, recientemente rehabilitada. Consta de dos habitaciones con galería y balcones típicos, salón con chimenea, calefacción, cocina totalmente equipada y baño completo.
También se dispone de un pequeño "llagar de sidra" y una parrilla que, situada bajo techo, puede utilizarse en cualquier época del año.
En el lugar existe una pequeña exposición de los diversos aperos y utensilios de la agricultura y ganadería de la zona, así como algunas piezas que formaban parte de los mismos y con una antigüedad superior a los 200 años."
Ángel Valle Cuesta nos dice que hubo aquí, "en lo más alto, junto a las casas", un pequeño oratorio perdido pero "del que sus vecinos han querido guardar la memoria conservando el hueco que ocupaba en el muro recientemente reconstruido"
El Camino sigue de frente, pero a la izquierda, en la antoxana o delantera de las casas, hay un espacio a manera de patio donde se ubica El Peregrín Cansáu, esta es la bienvenida que escribe en su página uno de los encargados del lugar, José Obaya :
"En este lugar y sin salirte del camino podrás descansar y tomar agua, para ello tenemos mesas y una fuente, además podrás ir al baño y tomar productos energéticos, bebidas, café, té, bocadillos, platos combinados, recargar equipos electrónicos, lavar la bici, preparar tu comida en el microondas, sellar la credencial, quedar con otros compañeros... y muchas otras cosas.
También tenemos alojamiento, pero al tratarse de una casa rural suele estar ocupada en temporada alta (verano)"
Aquí, junto a la concha jacobea, un cartel con un grifo y una flecha señalan al caminante que disponen de agua potable para beber, animándoles a entrar, y es que, como dicen en otro de sus apartados, Todo empezó hace varios años con la palabra agua:
"Hace muchos años, José Luis y Marisol, padres de quien escribe, vivían ajenos al trasiego de peregrinos, nadie pasaba por este lugar al no estar los caminos transitables, pero también por ser poco o nada conocido salvo en determinados ambientes este camino, llamado del Norte.
Con los años todo mejoró, los caminos se arreglaron y la publicidad poco a poco hizo que el camino creciera en peregrinos y con ello una demanda.
En la etapa comprendida entre la localidad de Colunga y Villaviciosa no había fuentes, ni bares ni sitios donde poder comer o beber, por ello cuando el peregrino llegaba a este punto pedía agua, lógicamente se le daba y mi padre que era hombre de estar fuera de casa haciendo su trabajo, se veía continuamente interrumpido lo cual no era molestia, pero un día me dice... "hoy me preguntaron cuarenta y siete peregrinos por el agua, tienes que poner algo para que vean la fuente," y así comenzó todo....
A partir de ahí, se fueron escuchando las peticiones y comentarios... café, refrescos, microondas, un sello... de igual forma comenzaron las frases, primero un cartel pequeño luego un panel, las máquinas, el techo... al final cuando no hay más sitio, tenemos que borrar algunos mensajes.... en fin, muchas cosas, muchas historias, varias fiestas, muchas anécdotas, y algo que destacamos mucho, mucho, mucho y siempre hablamos... ni un solo problema!!!
Las personas que intentamos gestionar este lugar, solo podemos estar agradecidos y orgullosos. Cientos no, miles de personas pasaron por este lugar y puedo asegurar que ver gente de cualquier punto del planeta, raza o condición en tu casa, generando buen ambiente, interactuando unos con otros, no tiene precio.
Gracias!!!"
Hay un tendejón de cubierta a dos aguas y un hórreo en miniatura, de este lugar nos cuentan en el excelente blog El Camino de Santiago desde Asturias lo siguiente:
"Es probable que l@s Peregrin@s que transitan por el Camino del Norte pasen por éste pequeño grupo de casas, que tomaron el nombre de un cercano bosque de fresnos, sin prestar atención al patio del “Peregrín Cansau”.
Sería una pena, después de superar el repecho que separa Sebrayu de Tornón, parroquia a la que pertenece este pequeño barrio, desaprovechar la ocasión de tomarse un respiro en este acogedor rincón que poco a poco fueron habilitando José Luis y su yerno, junto a la casa familiar.
Como él nos decía hace un tiempo; “aquí lleguen muy cansaos y muertos de sede” y todo comenzó por ofrecerles agua pese a no entender su idioma en muchas ocasiones, después instaló una fuente, más tarde colocó junto a la fuente unas rústicas banquetas y una mesa bajo una sombrilla
Hoy todo un lujo, pues a las banquetas le hacen compañía unas confortables hamacas bajo una sombrilla más grande y el cobertizo contiguo al garaje, fue transformado en un cómodo lugar para poder comer e incluso calentar algo en el microondas con el que está equipado.
La última incorporación al lugar es una máquina expendedora de snacks y bebidas frías junto a unas grandes pizarras donde poder dejar tus mensajes.
Gracias a José Luís y su familia por crear y mantener “El Peregrín Cansau”, para que todos los que recorremos el Camino del Norte podamos llegar a “La Villa” un poco más descansados después de haber disfrutado de ese acogedor rincón."
En otro blog, el de Los cuatro peregrinos, de Laura, Miguel, Antonio y Juanma, describen su sorpresa al hallar este lugar donde pudieron además sellar sus credenciales:
"... sellamos nuestras credenciales por primera vez en la etapa de hoy. Fue en un lugar tan bonito como curioso, llamado La Casina del Fresnu, en el barrio del mismo nombre, a cinco kilómetros de Villaviciosa. Se trata de un rincón rústico, sin nadie que lo atienda, con terraza y máquina expendedora de bebidas y productos de alimentación. El lugar está presidido por un imponente hórreo y también tiene un sello atado a una cuerda para que los peregrinos que pasen puedan estampar con él sus credenciales. ¡Se agradece el detalle!"
Algunos de los enseres de la antigua casería, de notable antigüedad, la cual constituye una hermosa colección etnográfica en la que los peregrinos, cansados como su nombre indica, pueden conocerlos:
"El Peregrín Cansau, cuando nos preguntan por el nombre o su origen, explicamos que se trata de dos palabras muy utilizadas por la gente de esta zona y que en castellano serían equivalentes a El Peregrino Cansado, que es como mis padres veían a quienes se paraban a tomar agua, siendo un guiño a la zona y a los numerosos idiomas y dialectos que se escuchan entre los peregrin@s y que curiosamente, no impiden la comunicación y el entendimiento.
Por cierto, "el Peregrín Cansau" es oficialmente un nombre registrado."
En relación con el equipo de personas que atienden el lugar, el autor del blog nos los presenta de esta manera:
"Ninguna de las personas que gestionamos el Peregrín somos profesionales de la hostelería y no cobramos por el trabajo, pero en nuestro carácter, educación y forma de ser, nos hace enormemente felices esta experiencia que llamamos entretenimiento.
Teniendo en cuenta que el verdadero protagonista es el peregrin@ en sentido amplio, el resto de personas que aquí encontrarás son:
Lorena: trabajadora incansable y con quien seguramente más trato tendrás.
Pili: con menos presencia pública, imprescindible en el mantenimiento/reposición de productos
Tito: no le veréis, imprescindible en tareas de ayuda.
Gael: (5 años) el pequeño pero gran animador
Jose Obaya: yo mismo, aquí me crié, ayudante de los anteriores, intento seguir las ideas adquiridas con la experiencia de mis pequeños viajes."
La concha antes vista nos orienta para seguir rumbo por El Fresnu tras esta hermosa visita a este hospitalario refugio de caminantes
De frente, el monte de El Cotaraxu y los altos de Pandu, donde está la iglesia parroquial, que según la tradición se erigió en el solar de una antigua torre de vigilancia, La Torre de Onón, de lo que vendría Tornón. El Camino, como hemos dicho, no sube hasta ella, sino que pasa unos metros más abajo, por la ladera oeste, a la derecha, bajo El Barbuxán, donde se ubica el cementerio
Al lado del Camino, una artística reproducción de un carro con caballos, en forja
Más allá la fuente de agua potable en El Peregrín Cansáu, sillas, mesas y un elegante cobertizo con la fachada llena de pequeñas macetas
También llamado Palaciu de Pandu, en su fachada sur (la de la derecha), ostenta el blasón familiar
Además de la historia de la Torre de Onón como razón del topónimo Tornón, el filólogo Xosé Lluis García Arias manifiesta en su obra, Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos, la posible vinculación con la palabra torna, referida a un tipo de tierra de labor, o incluso al céltico turno, colina
Caminamos entre las fincas en la cresta de una colina ante los altos de Tornón. Ahí está El Barbuxán, monte a cuyos pies hay una bifurcación a la que enseguida llegaremos
Abajo a nuestra izquierda la casería de Llicenti, encima La Riega'l Llavadoriu, una de las que forman El Ríu Sordu. A lo lejos otra estupenda vista del Picu Castiellu con El Castru (242 m) a su derecha, otro de los dos recintos fortificados astures localizados en esa loma de Moriyón que se alarga al oeste, sobre La Ría, en torno a la cual hay todo un conjunto castreño, excavado por el arqueólogo Jorge Camino Mayor, de enclaves que marcarán nuestros caminos por Villaviciosa, "que tienen unas dataciones sorprendentes, y que muchos de ellos no llegaron si quiera a la romanización, por lo que se han planteado diversas hipótesis sobre qué pasó en esta zona en la Edad del Hierro", afirma el investigador Fon S.P., quien los describe muy bien en Los castros de la ría de Villaviciosa, de su blog Ástures:
"Las primeras noticias que se tienen sobre vestigios arqueológicos en estos castros provienen del diccionario de Pascual Madoz, quien en 1855 habla de «señales de fortificación… murallas, escaleras y pedazos de fosos… alhajas de oro y plata y hasta brazaletes». Se refería a Moriyón. De ellos dieron cuenta también autores como Constantino Cabal, o Aurelio de Llano.
Pero hablar de los castros de la ría de Villaviciosa es hablar sobre todo del trabajo de Jorge Camino Mayor, quien excavó la mayor parte del conjunto de castros de los que hablaré en este post y que podemos considerar equivalente a Villa Valdés para los castros del Navia, o Maya para la Campa Torres. (...)
Tampoco fue el único que investigó, aunque sí el que lo hizo más a fondo. José Luis Maya también publicó un trabajo sobre Camoca, y cómo no, José Manuel González incluyó varios de ellos en su inventario de castros de Asturias antes que ningún otro.
Se trata de un terreno donde aún la rasa costera mantiene una cierta anchura jalonada por elevaciones calizas que se presentan en muchas ocasiones de forma casi aislada, en forma de conos de elevada pendiente. No pasaron inadvertidos para los pobladores de este tiempo que aprovecharían sus favorables condiciones de defensa.
En general se trató hasta no hace tanto de un terreno de bosques y suaves colinas muy apto para el cultivo y la ganadería. Se conocen trabajos mineros en época antigua así como el inevitable aprovechamiento de la ría para obtener alimento y probablemente como fondeadero donde se produce un tráfico comercial.
Los estudios palinológicos hablan de una presencia de bosque de alisos, robles, castaños y pinos silvestres así como de avellanos, brezos y tojos. El más abundante de la zona es el quercus robur, siendo la especie predominante en el paisaje de la edad del Hierro.
Sus buenas cualidades para el poblamiento hacen que en época romana se establezcan varias villas en torno a los yacimientos (...)
Los vestigios arqueológicos que se documentaron en los castros de la ría de Villaviciosa mantienen un cierto paralelismo con los de un amplio grupo de yacimientos excavados desde el Sella al centro de Asturias (Llagú, o la Campa Torres, por ejemplo). Se ubican en un territorio que tradicionalmente ha venido situándose en el espacio ocupado por los Luggones de las fuentes escritas y de la epigrafía."
En una columna, varias figuras y abajo un trisquel labrado en madera
Acercándonos a El Barbuxán, tiende al Camino a querer subir muy suavemente
Quedan atrás Llicenti y El Fresnu y, más allá aún, más al norte-nordeste, El Monte la Rasa, en Seloriu, con el Altu Bolán (173 m). Más atrás por Santa Mera, pasa el viejo camino de Llastres a Villaviciosa
Este tramo va a ser un perfecto mirador sobre Los Salgares, Onón y la desembocadura de La Ría de Villaviciosa, que reconocemos ahora a nuestra derecha, al norte
Foto de Naguando por Tuxa |
"La alegría de Tornón", me anuncia mi compañero. Cruzo silenciosos por plazoletas y calles; he puesto en tensión mi sistema observador; subo, bajo,: contemplo extensiones que en proporción ascendente se agrandan y se confunden en un horizonte sin fin; por mi retina desfilan panoramas que subyugan; panoramas que cambian de matiz, que se coloran fantásticamente, que inspiran... "
"... por el Norte, larga y ancha franja, mansa y brillante como superficie azagada en la que se retrata un cielo infinito orlado por una vegetación que se engranda, que se contrae, confundiéndose en amalgama que emociona, continuación a esta realidad como un espejo inmenso ligeramente ondulado"
"Se extiende Tornón, con sus barrios y caseríos, Muslera, Onón, Pando, Sienra, La Venta y Villar unos 9 kilómetros cuadrados; la mayoría de los cuales dedicados al cultivo y el resto a pastos, a montes ricos en arbolado""Este pueblo está formado por 124 casas, 33 hórreos, 11 paneras, 5 cuadras, un corral, una bodega, un cementerio, tres capillas y una iglesia"
"Sus 461 habitantes, poseedores de admirable cultural general laboran sus tierras científicamente y en sus trabajos emplean aperos y medios puramente modernos. Tales hechos hacen que sus recolecciones agrícolas sean abundantes y de todas clases de granos, tubérculos, hortalizas y semillas, con un rendimiento super que permite seleccionar y exportar; sus árboles producen toda clase de frutas del país, y sus 95 pomaradas producen normalmente 311 pipas de manzana, con una elaboración de más de 140.013 litros de sidra natural"
"habremos recorrido parte de la senda que por la costa cantábrica llevó a muchos peregrinos a un lugar de acogida y amparo, a la última despedida de sus compañeros y del mundo los que aquí murieron, y a proseguir su ruta a Compostela o de vuelta a casa los que seguían su marcha…"
"Los actos religiosos con motivo de la Pasión de Cristo no se circunscriben únicamente a la Semana Santa de Villaviciosa. En otros lugares del concejo, como Selorio, también conmemoran con devoción la muerte del hijo de Dios, según la tradición católica, con un vía crucis por varios lugares de la parroquia el día de Viernes Santo.El párroco, Antonio Vázquez, explica que son catorce estaciones, a través de las que se realiza un «seguimiento de la vida de Cristo hasta morir en la cruz». Es decir, repasan los momentos clave que vivió y padeció desde el huerto de los Olivos hasta su crucifixión, siguiendo las lecturas del texto bíblico, acompañadas de meditación y cantos. El sacerdote destaca el imponente clima de oración durante todo el vía crucis, a pesar de las numerosas personas que participan.Este peregrinaje comienza a las siete de la mañana en la capilla de Santa Mera, donde se recuerda el paso de Jesús por el huerto de Getsemaní. La escasa luz de la mañana obliga a iluminarse con catorce velas, portadas por otros tantos voluntarios. Grandes cruces de piedra indican cuál es el lugar de la próxima estación. En este caso, la Poza Alegre, seguida de las escuelas de Santa Mera, Verdugos, la cruz grande, la capilla de Carril, los Cantos, El Pingón, la escuela de Selorio, el Estanco, la cruz grande del prau de la iglesia y las cruces pequeñas del templo, donde se celebran dos estaciones. Así, hasta terminar en la iglesia parroquial de Selorio rememorando el momento en el que Jesús es introducido en el sepulcro.La comitiva de feligreses que participan en las catorce estaciones de penitencia porta una cruz de madera, como símbolo de la muerte de Jesucristo. Este vía crucis tiene gran devoción en la zona, pues es habitual que participen personas que hayan realizado un ofrecimiento o enfermos que piden a Dios que interceda por ellos o le agradecen su curación. Antonio Vázquez destaca que uno de los párrocos anteriores, José Álvarez, logró relanzar esta tradición."
"Reconocido en 1969 por José Manuel González y Fernández Valles y añadido a su catálogo de castros de 1976. Incluido en la Carta Arqueológica del concejo de Villaviciosa de 1989 elaborada por Alberto Martínez Villa, Carmen Cabo Pérez, Ángel Villa Valdés y Otilia Requejo Pagés. El lugar fue excavado en 1996 ofreciendo una secuencia ocupacional enmarcable en la Primera Edad del Hierro (Camino 1997, 26).Régimen de Protección LegalIncluido en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias (IPCA) el 23 de diciembre de 2013 y el catálogo urbanístico del concejo.DescripciónYacimiento se encuentra en la parte alta de una pequeña loma de unos 92 metros de altitud desde la que se tiene un amplio dominio visual de la zona inmediata de Rodiles, Selorio y gran parte de la ría.(...)PeriodizaciónEl enclave fue excavado en 1996, proporcionando una ocupación en la Primera Edad del Hierro, con un posible origen fundacional en el Bronce Final.Primera Edad del Hierro, VIII-VI a.CSe recuperaron “tres centenares de fragmentos cerámicos corresponden a pastas de variada tonalidad-desde anaranjada hasta negruzca, generalmente con abundantes desgrasantes blanquecinos-calciticos, aunque otras veces su ausencia coincide con una textura porosa. Las bocas algo abiertas, las panzas de tendencia globular y las bases planas revelan la sencillez de los tipos manufacturados.”Tampoco se documentaron muchos restos metálicos, apenas, “algunas piezas de bronce, entre las que destaca un par de anillitas ensambladas”, así como varias láminas férricas en el relleno de la muralla y escorias que confirmaron algún tipo de trabajo de fundición. Por último, también se documentaron semillas de un tipo de trigo, restos faunísticos de animales domésticos y desechos de marisqueo."
"Fue identificado y reconocido como recinto fortificado por Braulio Vigón Casquero en 1894. El lugar fue reconocido por José Manuel González y Fernández Valles en 1957 no encontrando indicios suficientes para incluirlo en su catálogo de castros. Añadido a la Carta Arqueológica del concejo de Villaviciosa de 1990 elaborada por Alberto Martínez Villa, Carmen Cabo Pérez, Ángel Villa Valdés y Otilia Requejo Pagés como Restos Romanos de Rodiles. Incluido en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias (IPCA) del 23 de diciembre 2013."
"Sería interesante que se promoviese una actuación en el ‘coroñu’ del Monte Rodiles, que por la plantación de eucaliptos y sus malvadas raíces está siendo machacado literalmente y es urgente acometer cuanto antes (ver el interesante artículo de Sergio Llana-Funez, de la Universidad asturiana); también el puerto que está a sus pies o los resto del cementerio romano-visigótico que hay en San Llorenti. No serían iniciativas demasiado caras."
"Cuando los compromisos parlamentarios lo permitieron, en la época de Sergio Rutilio Marqués como Presidente del Principado, se metió una partida sugerida por Mundo Collada en los presupuestos, para comenzar las excavaciones en el entorno del Prau Redondu de Rodiles. Aunque fue escasa la partida, al final terminó recayendo en una cuestión que nada tenía que ver con el proyecto inicial; en definitiva, no se excavó nada. Estaba entonces de Alcalde Julio César Álvarez Miranda quien, siendo solicitada su ayuda, dijo a quién le preguntó: “Cuanto tiempo llevan ahí esas piedras, ¿dos mil años?, entonces pueden esperar otro tanto”
"La tradición, eje de todo sistema de cultura, nos habló de la existencia, en tiempos primitivos, en aquellos de luchas incesantes, sin principios de civilización, en nuestro Principado, de un dialecto que hoy denominamos ‘bable’. Y a pesar de los siglos transcurridos desde el nacimiento de esa lengua antigua, de ese dialecto harto discutido en todas sus formas, aún perdura en nuestra amada provincia como algo tradicional y de reconocido mérito, o sea habla que si en su forma no es rica, en cambio lo es brillante en su fondo. Filólogos é historiadores hubo que se quejaban de que en el mundo no imperara un solo idioma. Sería imposible. Cada nación, con la sucesión de los siglos, fue formando su lengua que vivirá siempre. Y el bable asturiano, nuestro dialecto amado, nunca morirá mientras los amantes de las tradiciones primitivas y legendarias reconozcan en él la lengua que si bien representa papel secundario también sabe infundirnos ternuras, encantos y alegrías. Hemos comprendido el valor histórico del habla asturiana. Muchos siglos han pasado desde su nacimiento. Las generaciones pasadas solo gustaban hablar el verdadero bable, porque de esa manera representaban mejor sus sentimientos, sus virtudes, sus simpatías, sus amores… No quisimos que nuestra humilde pluma trazara unos cuantos párrafos elogiando la hermosura del bable. No nos consideramos autorizados. María Teresa Villaverde, poetisa sentimental, de estro brillante, fino, correcto, elegante, ha escrito el estudio que va a continuación. Nada más elogioso se puede pedir para el dialecto asturiano. Este meritísimo trabajo rebosa de interés y amenidad. Por la claridad con que está escrito, suponemos será del agrado del lector, toda vez que la señorita Villaverde es persona autorizada en estas cosas que atañen a la ‘tierrina’. Y hagamos votos aquí, porque alguien se digne publicar, aunque más no fuera, un Diccionario con las palabras, voces, giros y demás de nuestro dialecto, para que se cultive con beneficio, sacándole de la obscuridad a que personas desconocedoras de su importancia lo quieren condenar.
Creen algunos que así como cuando, hundida la dinastía goda, en el Guadalete, al penetrar y extenderse los berberiscos por Iberia, sus habitantes, los hispano-romanos, y los godos, se replegaron a nuestras montañas, desde las cuales lucharon contra las agarenas huestes y las vencieron, así el habla antigua de la península cuando la natural evolución del idioma trató de ejercer sobre ella su predominio, como sustrayéndose a la invasión y para hacerse en él fuerte, corrió a refugiarse en el suelo astur, constituyendo nuestro dialecto. Pero, indudablemente, que no es aquesto lo cierto, sino que reviste mayor verosimilitud la opinión en que abundamos de personas autorizadas según las cuales el bable es simplemente una de las tantas formas que fue adoptando el romance, la primera de fijo, como lo atestigua el Fuero de Avilés, el primer monumento en romance escrito, documento que si es verdad fue bastante discutido, tachándolo algunos de apócrifo, parece, no obstante, prevalecer el juicio de su autenticidad. Decimos que las pruebas y señales llevan a afirmar que el bable fue sencillamente la forma primera del romance y uno de los varios dialectos que, del propio derivados, se fueron propagando por nuestra patria. No faltan quienes, entre ellos algunos asturianos, citaremos al prestigioso literato D. Ramón Menéndez Pidal, al bable le llamen el leonés, designándolo como el dialecto de León y Asturias; disentimos de tal apreciación, en nuestra modestísima y merced a algunas observaciones el bable no es el lenguaje de la vecina provincia, dándose el caso de que al menos lo que hay de aqueste se toma en nuestros pueblos cercanos al antiguo reino más semeja castellano; y en nuestros cortos conocimientos entra el de algunas palabras que se emplean en León –y también precisamente en los puntos de nuestra región próximos a la de los maragatos que acabamos de indicar– y cuyos equivalentes en asturiano son harto distintos. Un ejemplo: a lo que en asturiano es denominado les ‘calamieres’ en León lo llaman ‘las pregancias’. El bable difiere bastante notablemente de unos lugares a otros del principado; uno es el que se habla en la parte oriental; otro el que se emplea en la parte de occidente, donde es indiscutible que ejerce una influencia grande el gallego; otro es el central, en nuestro sentir el más puro. Consérvase en éste, en toda su pujanza, la inicial del latín –generador del romance– sustituida en castellano por la ‘h’ y en cuyo lugar en partes de nuestra provincia, como en Pravia, se usa la ‘j’, cosa que le comunica una singular afinidad con lenguas neolatinas cual el francés y el italiano cuyo evolucionar continuado aún no fue bastante para destruir en ellas tal nota de identidad con la lengua madre.
Dicen los franceses ‘faim’, ‘fair’, ‘figue’, los italianos ‘fame’, ‘fare’, ‘fico’; nosotros decimos ‘fame’, ‘facer’, ‘figu’, y en latín es ‘fames’, ‘facere’, ‘ficus’, como en castellano resultan estos vocablos ‘hambre’, ‘hacer’, ‘higo’. Verdad es que la ‘j’ algo se va entrometiendo entre nosotros para suplantar a la ‘f’; sin embargo, afortunadamente las palabras en que esto ocurre señalan una verdadera excepción, siendo curioso que estas palabras conservan precisamente la ‘f’ en el español. ‘Fuego’, ‘fuente’, ‘fue’, ‘fuerza’, de aquestas expresiones corren por nuestros lugares en forma ‘jueu’, ‘juente’, ‘jue’, ‘juerza’. Hablo de nosotros porque insensiblemente, aunque muy lógico, ello hétenos ya discurriendo por el terreno de este bable central, quizá también por ser él el que con mayor fidelidad viene conservando los rasgos de origen, pero no hay duda que principalmente por ser el nuestro, el propio de nuestro concejo. Y volviendo sobre el empleo de la ‘j’ observaremos que es muy raro entre nosotros, seguramente por encontrar su sonido demasiado duro en un habla todo sentimiento, dulzura toda, toda mimo; cambiámosla unas veces por la ‘y’, como en ‘viejo’, ‘bermejo’, ‘concejo’ mismo –‘vieyu’, ‘bermeyu’, ‘conceyu’–; otras, igual que la ‘g’, cual en ‘juez’, ‘Gijón’, por la ‘x’, cuyo sonido, ¡tan nuestro!, nos pone de nuevo en contacto con el idioma de los francos, en el cual lo mismo que nuestra ‘x’ se pronuncia la ‘ch’. ¿Y no nos recuerda también el de la ‘g’ italiana, no a él idéntico ciertamente, pero sí un tanto parecido, como la voz de la propia lengua ‘sera’, usada en la misma para designar la tarde y primeras horas de la noche las que nosotros empleamos ‘seroñu’ o ‘serondu’, ‘serueñu’, significativos de ‘tardío’. Muy peculiar es de nuestro concejo la terminación singular masculina, que se extiende a algunos adverbios, en ‘u’, la que nos hermana con el rumano, siendo este idioma y nuestro bable de las diversas lenguas y dialectos neorromanos los únicos en que existe. Y ¿qué diremos del diminutivo en ‘in’, ‘ina’, que de tal modo prodigamos y tan suave que semeja una caricia? De otra especie de diminutivo en ‘ucu’, ‘uca’, ‘Xicucu’, ‘casuca’, nos valemos también frecuentemente, pero con respecto a éste en sentido harto distinto de ordinario, empleándolo por lo común, aunque no siempre, en uno o más o menos despectivo. Evidente es que si el celta dejó su huella en Asturias, como en los distintos países por que fue pasando aquella primitiva raza, no es de las partes del nuestro en que más levemente la imprimió aquesta de Villaviciosa, ya que la historia nos cuenta que un núcleo importantísimo de tales gentes, el principal, ocupó el territorio comprendido entre Tornón y Entrambasaguas.
Al hablar del regreso de las romerías, de ‘los perdones’, pocos pensarán que se sirven de un vocablo que a través de siglos y generaciones llegó hasta nosotros, nada menos que de tan remotos habitantes de nuestro solar. Palabras celtas son asimismo ‘Tornón’ (otro Tournon existe también en Bretaña donde igualmente la permanencia de semejantes conquistadores quedó marcada con caracteres tan profundos que más de dos mil cuatrocientos años no lograron borrarlos sino que de la propia suerte que entre nosotros subsisten todavía como en el lenguaje en tipos y fisonomía moral), ‘cuerra’ o ‘corria’, ‘bardial’, ‘boroña –de ‘bora’, pan–, tal vez ‘camín’–de ‘camen’, de ‘cam’, ‘paso’–, etc. Y con los idiomas del Lacio y de Chateaubriand hay en nuestra fabla semejanzas en voces y conceptos que no se dan en el castellano: ‘vespertilio’ en el primero, en aqueste último ‘murciélago’, es ‘esperteyu’ para nosotros, como ‘apurrir’–pasar de mano en mano, entregar, lo que en latín ‘ad-porrigo’–. Los franceses designan el beber mucho con los verbos ‘toupiner’ y ‘toupinier’ al que tal hace, y nosotros denominámosle ‘topineru’, si no llegamos en nuestras ponderaciones a asegurar: «bebe más que un topineru», frase de uso también en el lenguaje de la vecina república. ‘Dimonge le gras’ es llamado en éste el domingo de Carnaval y ‘domingo’l gordu’ en nuestro bable, en el cual son ‘xeladures’ –sabañones– lo que ‘engelures’ en el vocabulario de los habitantes de allende el Pirineo, quienes, aún cuando escriben de diferente manera, mas precisamente para que sea igual la pronunciación, dicen exactamente lo mismo que nosotros donde: ‘ou’ es en francés y ‘u’ en nuestro dialecto. Nuestra partícula ‘i’, sustitutiva del pronombre personal ‘se’, o el ‘le’ «ya i lo dixi», «dioi un tirón de oreyes», si bien procedente del ‘illi’ italiano –‘elli’– es privativa del asturiano, no hallándose en ninguna de las demás hablas de aquella hijas, lo mismo que el prefijo ‘per’, de idéntica naturaleza y que encierra valor de superlativo, de él completamente característico, pues, aunque en otros lenguajes no falte tampoco, pero en ellos tiene un empleo restringido, no usándose con la libertad que en el nuestro en el cual no solo puede unirse a todo adjetivo inclusive, siempre que quiera imprimirse a vocablos semejantes un sentido máximo, como equivalente al ‘muy’ o al ‘ísimo’ castellanos, sino que es el propio del mismo, como lo lógico e indispensable: ‘perguapu’, ‘perensuchu’, ‘perlloñi’. Y repararemos que en nuestro dialecto posee una fuerza de la cual carece no ya solamente en los idiomas o dialectos del latín derivados en que existe, sino aún en este último, en el cual, como en aquéllos, únicamente tiene la de comparativo de superioridad, mientras que en el bable equivale no solo a éste, sino también al superlativo absoluto.
Aún dentro del concejo ocurre, que a las veces cambian las palabras de unos sitios a otros, no siendo las mismas para designar la propia cosa; así, v. g., a lo que en éstos se le da el nombre de ‘ñerador’ (el huevo que se deja en los ponedores de las gallinas para que aquestas sobre él efectúen la puesta) en aquéllos recibe el de ‘ñal’; aquí es una ‘maniega’ (cesta de dos asas, entretejida de tiras planas y anchas de madera de avellano) lo que allí es una ‘goxa’; aquello que por la parte de Tornón y Selorio se llama ‘la pía’ (rebusco de castañas ajenas que caen de los árboles por personas ajenas a la propiedad del fruto llevado a cabo en todo en lugares en abertal y sobre todo siendo el terreno común los castaños de distintos dueños), hacia San Justo dícese ‘la gueta’. Sin embargo, tales voces, como empleadas en él unas y otras estimámoslas indistintamente de nuestro bable, de su acervo común, cual sinónimos que, según acaece con otras hablas, sirven para enriquecer la nuestra. Quizá uno de los grandes encantos de la misma está en la fuerza con que viene conservado los trazos y formas de nacimiento; aunque es indubitable que dentro de tal ambiente muy bien pudo haber sido cultivada con mayor empeño que hasta aquí, lo que le hubiera proporcionado méritos y ventajas positivos. Lenguaje blando, cadencioso, de fonética exquisita, parece creado para la expresión de las delicadas e íntimas afecciones que, por otra parte, tan admirablemente encajan en la idiosincrasia astur; y para la poesía préstase de modo maravilloso, avalorándola con matices de intensa idealidad. Harto pudiera aún escribirse sobre el bable, mas vamos llenando ya el espacio que nos ha sido designado, por lo cual hora es también de ir secando la pluma. No lo verificaremos, empero, sin antes lamentar la decadencia del bable de nuestros amores y sobre todo que haya asturianos que de ella experimenten algo así como vergüenza, al par que hacemos fervientes votos para que en el corazón de los hijos de Pelayo prenda una chispa siquiera de cariño, que les inspire por él el interés anhelado, a un lenguaje, en frase de un insigne publicista, dechado de inefable poesía y de cada una de cuyas sílabas fluye a raudales la inocente ternura."
San Antón el de Tornónsalió per una ventanallevárenla los gochoshasta'l barriu de Triana
"Rodeada de prados, pomaradas y con buenas vistas sobre la ría. Tuvo hasta hace poco una cantgera de piedra en explotación, y cuenta con una afamada y prestigiosa industria de sidra natural. Nace en sus proximidades la riega que llaman del Payero y la de Cueña"
Maruxa, goliendo a fresquesflorezuques aldianes,vieno al mio poder to carta,escrita en perduce bable,nista llingua falagueraque, como denguna sabedel corazón los afleutosdicir con tienres pallabres
"Hijo de este pintoresco pueblo es el bizarro militar, herido heróicamente en Africa y a la vez sentimental y eximio poeta, el joven don Juan Villaverde; e igualmente lo son José María Villaverde García, que durante 34 años fue administrador de "El Diario de la Masrina" de la Habana, Presidente del Casino Español y Centro Asturiano, y fundador del periódico Cuba"; don Manuel Villaverde, que fué Coronel en Cuba, don Francisco Villaverde, que fué Capìtán del Ejército español en Cuba; don Rosendo Villaverde Villar, Comandante de Caballería y últimamente profesor de la Escuela Central de Tiro, en cuyo cargo falleció en Madrid, don Rosendo Villaverde Llera, Coronel de voluntarios en Cuba y la Srta. María Teresa Villaverde, intelectual "bablista" que popularizó su nombre bajo el pseudónimo de "Tuxa"
(…)pos dixo’l Verdial(suspirando)que… non lu dexabael padre casase conmigo,por mor, de que yollabranza nun teo,que so probe,y vengo por esutoa atristayada (…)
"A partir de 1877 se comenzó a hablar del ferrocarril del Noroeste, y en 1884 el Ayuntamiento de Colunga propuso la activación de las gestiones para la construcción de un ferrocarril costero que fuese desde Gijón a Ribesella, Torrelavega y Santander; línea que llegó a construirse, pero en Ribesella giró hacia el interior de la región, dejando a Villaviciosa fuera de su trayecto(...) También fueron realizadas gestiones para llevar adelante por esos años el llamado ferrocarril de las Cinco Villas, que uniría Gijón con Ribesella por la costa; el proyecto fue redactado y fijado el trazado y las estaciones, lo que motivó una cierta tensión entre las parroquias villaviciosinas de La Marina, por donde discurría la vía, y las interiores de Candanal y Pión"
"A pesar de todos esos esfuerzos el ferrocarril no llegó a Villaviciosa y las obras de canalización de la Ría no pasaron de ser las obras de construcción del puerto del Puntal, cuya barra continuó siendo peligrosa. Los puertos de Avilés, Gijón y San Esteban de Pravia fueron quienes sirvieron de exportación de carbón y canalizaron el tráfico marítimo más importante de Asturias, por lo que Villaviciosa hubo de ocupar un lugar marginal. Paradójicamente El Puntal consiguió ser un puerto carbonero hasta los años sesenta, ya que sirvió de salida al carbón de las minas de Viñón, situadas en el concejo vecino de Cabranes"
"Poco después, en 1873, el Ayuntamiento realizó los primeros estudios para abrir la carretera entre El Puntal y Tazones. Años más tarde, en 1879, los mayores contribuyentes y navieros del concejo recurrieron al Gobierno para que la carretera de La Secada al Puntal fuera ampliada hasta Tazones, propuesta que fue denegada. El proyecto fue aprobado en 1885 y en el verano de 1887 concluyeron las obras"
"La creación de esta gran playa se debe fundamentalmente a la construcción del espigón de canalización de la ría, que amplió considerablemente el depósito de arenas. La acción del viento crea un campo dunar que cierra la playa por el sur y donde se pueden reconocer dunas móviles y fijas, estas últimas muy alteradas por la plantación de eucaliptos y pinos y un área recreativa que da servicio y aparcamiento a la playa"
"En la margen derecha de la ría de Villaviciosa, próxima a su desembocadura al mar, se abre esta ensenada, que se sitúan en la parroquia de Seloriu, concejo de Villaviciosa. Desde el picu La Forca, al norte, hasta el de Misiegu y El Bornizal, al sur, tiene una longitud aproximada de 1 km y una anchura de unos 500 m hasta la ría, cerrada en parte por los restos del muro, proyecto de canalización de finales del siglo XIX. Es un gran bancal de arena, que en las mareas bajas queda al descubierto casi en su totalidad"
"... sobre la necrópolis y restos de construcciones del antiguo asentamiento castreño de Rodiles, se han levantado nuevas viviendas y explotaciones turísticas al lado del sable de arenas finas que forman la playa de Misiegu. Su parte este la cierran porreos ganados a la ría y marismas, y su parte final y más al sur el pequeño núcleo de Misiegu que da nombre a todo el lugar. La belleza y atractivo de su entorno hace de sus orillas un lugar de presión humana, difícil de equilibrar con la fragilidad ecológica y paisajística del lugar."
"Algunos de sus vecinos se dedican a la pesca de ría y mar, donde son abundantes. Se recogen sabrosos y hermosos ejemplares de mariscos, especialmente ostras, almejas, berberichos, cangrejo mojicón (morcillón), y en peces, entre variadas y sabrosas clases, la exquisita y rica barbadaEn esta especialidad se distingue el popular "Antón de las Cáscaras", que la generalidad de las gentes del concejo y pueblos limítrofes le créen tonto y no lo es, ni en su labor ni en sus tratos"
"... su aspiración justa y de transcendencia con suma repercusión de beneficio provincial es la construcción de una carretera que empalmando con la general comunique a la belle y hermosa playa de Rodiles; arenal duro y elegante, cuya situación natural y sana rodeada de un valle ameno y sublime sería una playa digna de figurar en la categoría de las mejores, por su riqueza de extensión, seguridad, belleza y hermosura"
"En Olivar, Bárzana y Balbín había castillejos, para defensa en la entrada de la ría. Hoy solo se ven ruinas o lienzos del castillo de Olivar, cubiertos de yedra"
Fragata que tanto adorocuándo te veré llegaral puerto de los Estaconesy dar fondeo a El Puntal
Unas buenas estampas y cuadros de La Ría y aquellas antiguas fragatas y otras embarcaciones podemos hallarla en Barcos en la Ría de Juan Pedrayes, artículo de la página del Ateneo Obrero de Villaviciosa, que queremos recomendar encarecidamente y que en su texto de presentación, fecha octubre de 2012, dice así:
"Hace unos 40 años que las gabarras no hacen el trayecto de Puente Güetes a La Barra empujadas por las mareas. Unos cuantos más desde que los vapores y barcazas de El Gaitero no salen de La Espuncia camino del mundo entero. Nos hemos acostumbrado a ver la ría vacía, Sin barcos que Ia surquen. Sin embargo su estuario fue hasta tiempos muy recientes un camino frecuentado cuyo denso tráfico producía en sus orillas actividades ahora desaparecidas (muelles, astilleros, cargaderos, hornos de cal, molinos de marea).
El uso generalizado de las carreteras durante los años sesenta supuso el abandono de tradicional cabotaje, quedando relegada la ría a un estado contemplativo, un goce estético para turistas y ornitólogos, donde solo los mariscadores, si la contaminación lo permite, recogen de esa viciosa ería los fecundos frutos de las mareas.
Las modestas evocaciones aquí recogidas nos llevan al tiempo de la vela, del vapor y del cabotaje, épocas pasadas donde todavía Asturias no habla dado la espalda a la mar, y nosotros a una ría viva que durante siglos fue el único camino posible, y cuyas aguas surcaron aquellos viajeros y comerciantes fundamentales en la creación del universo Maliayo."
"Con las manzanas de la Finca la Rionda, una plantación de 13 hectáreas en Tornón - Villaviciosa, inscrita en la D.O.P. "SIDRA DE ASTURIAS", Antonio elabora sidra natural o vinagres. Ahora acaba de presentar un novedoso producto, del que hasta ahora no había ninguno similar en el mercado nacional o extranjero.Valnera es una bebida fermentada de zumo de manzana seleccionada, de las variedades de manzanas de sidra de La Rionda. De color oro brillante, limpio, aromática de su base a manzana y otras frutas, floral con penetración suave de alcoholes, y generosa y amplia lágrima que le da cuerpo. En boca encontramos un semi tirando a seco con una ligera acidez de la manzana de sidra compensada, con un dulce suave que hace un paso fino y agradable dejándose tomar muy bien.Su presentación, cuidada en botella oscura de 70cl añorando la botella antigua y recordando en cierto grado a la de sidra.ENTREVISTA A ANTONIO TORRES - FINCA LA RIONDA, TORNON, VILLAVICIOSA
En primer lugar, ¿qué es Valnera?, Antonio.
Valnera es el reto de combinar dos elementos que yo aprecio muchísimo: el zumo de manzana de sidra que tanto bebemos cuando hacemos las malladas en la bodega de casa y la miel de las colmenas diseminadas por la finca, para mejorar la polinización de nuestros manzanos. Una bebida como la que no hay nada similar en el mercado, técnicamente una sidra elaborada de tal manera que minimiza el ácido volátil de la sidra tradicional y el fijo en boca, dándonos una bebida fresca, redondeada y muy bien compensada en su ácido y dulce. Nada empalagosa y de fácil toma. Mucha gente la denomina vino de manzana.
Hace nueve años y con un espíritu curioso, decido empezar a mezclar ingredientes tomando como base el zumo de manzana de la finca, teniendo siempre presente el famoso Hidromiel, primera bebida alcohólica reconocida de la humanidad. Esto hizo que le diese vueltas e hiciese prueba tras prueba hasta dar con este producto que después di a probar en diferentes ambientes y lugares, teniendo una respuesta inesperadamente satisfactoria.
Es un proceso enteramente natural, no teniendo ningún aditivo extra sobre el producto final. No tiene ningún añadido de aromas, hierbas, alcoholes o similares.
Tiene una fermentación larga y un tiempo de reposo para que acabe obteniendo los aromas y sabores que lo caracterizan y un control exhaustivo para conseguir una correcta estabilización."
(...) es una bebida con varias posibilidades:
Como aperitivo servido frio, a 12 grados, es ideal. De muy fácil toma y nada pesado ni empalagoso, ya que su dulzor es muy suave y teniendo de base el zumo de manzana, tiene la misma particularidad que la sidra... abre el apetito.
Como acompañamiento en las comidas, marida muy bien con pescados y carnes blancas. Aquí la temperatura ya es a gusto del consumidor, pero yo siempre recomiendo que esté un poco mas atemperado, sobre 14 grados para carnes y usar cubitera de hielo para acompañar pescados.
Como acompañamiento de postres, encaja muy bien con cualquiera. Lo hemos probado incluso con helado de menta y está buenísimo. Con quesos y foigrás encaja a la perfección.
Después es una bebida que da mucho juego para copa de media tarde/noche... una bebida de entre horas que acepta muy bien el hielo..."
"Ya el gusto natural de las colonias bárbaras, se habían adueñado de esta perla marítima, en épocas que se pierden en la ignorancia de la investigación histórica; es este lugar de brecha probable de la invasión exploradora de nuestro país y seguramente aquí se desarrollaron los primeros acontecimientos histórico-civilizadores que algún día habían de hacer pasar al interior las ventajas de una vida en expansión, industria y engrandecimiento."
"Este curso de agua de aproximadamente 1.250 m, que nace con el nombre de riega Castañera, divide en todo su recorrido las parroquias villaviciosinas de Bedriñana y San Martín del Mar. Toma el nombre de río Llames después de pasar el monte Castañera y bajar en dirección sur, para caer fuerte y rápido por los eucaliptales de El Pinalón, paralelo a la carretera AS-256, entre pequeños saltos de agua por entre el escaso arbolado de ribera, y creando un paisaje de gran belleza, que se abre, por donde los eucaliptos lo permiten, a una de las mejores vistas de la ría de Villaviciosa. Así hasta llegar al molín de Abaxu, del Farrucu o de Tristán donde el terreno allana, y por las tierras de prados de La Ruxidora se echa en la Ría de Villaviciosa por El Llagarón, Sus aguas movieron varios molinos harineros, cuyas ruinas se ocultan entre la maleza de sus orillas. Estuvo habitado por xanes que lavaban sus coladas y cadexos de oro en río y tendían en los prados ribereños, algún vecino todavía defiendo que el ríu tien un encantu, pero eso son cosas de antes que plantaran los eucaliptos"
"Nada más pasar la casa, el Camín Rial se desvía a la derecha y se pierde en un eucaliptal por el que desciende para dejar atrás La Cuesta"
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