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sábado, 8 de marzo de 2014

TORNÓN, EL AMOR DE LOS POETAS: A LA VISTA DE RODILES, MISIEGU Y EL PUNTAL (VILLAVICIOSA, ASTURIAS)

La Ría de Villaviciosa tal y como se ve desde el Camino en Tornón

La Ría, como se la conoce popularmente en estos pueblos ribereños, La Ría de Villaviciosa, formada por los ríos Valdediós, Sotu, Viacaba, Espadañal y Sebrayu (aguas arriba Ñabla o Carrión), es un precioso estuario de unos 10 kilómetros de largo que se ve desde varios puntos del Camino de Santiago del Norte, tal que aquí, en la Carretera de Pandu, parroquia de Tornón y, en primer término, Onón, uno de los barrios de esta parroquia, la cual recorremos de norte a sur hacia la capital del concejo


En esta zona está la zona más ancha de La Ría, entre Misiegu, parroquia de Seloriu, y El Puntal, en la de Samartín del Mar, con su puerto deportivo que fue antaño también comercial, un kilómetro de distancia entre una y otra orilla en un espacio que, en bajamares, forma grandes marismas y bancos de arena, principal obstáculo para el desarrollo de este muelle que constituyó, como todo el estuario, un magno fondeadero natural desde la remota prehistoria



La dársena de El Puntal y la canalización entre esta y la desembocadura fueron básicamente las únicas actuaciones de un proyecto de dragado y relleno de La Ría que, comenzado tardíamente en 1892 y paralizado definitivamente en la década de 1920, hubiese supuesto no obstante la desaparición del estuario


En la desembocadura se forma un gran meandro, con L'Ocalital del Puntal a la izquierda y El Pinal de Rodiles a la derecha, que nos oculta la magnífica y muy turística playa de este nombre


Al fondo es El Monte Rodiles (122 m), que cierra dicha playa por el este, aquí abajo y más cerca es El Porréu de Sebrayu, un pólder o terreno ganado a la marisma en 1860 por iniciativa del indiano Rosendo Villaverde con la desamortización civil de Madoz y cuyo palacio de Vista Hermosa vemos a la izquierda de la foto sobre las casas de La Venta Villaverde


Junto a El Porréu d'Arriba, el extremo meridional de El Porréu de Sebrayu, pasa el antiguo Camín Real, que antes bordeaba la orilla de La Ría por este lugar ganado a sus aguas que se tornaba marisma en las bajamares, terreno aprovechado actualmente como pradería de pasto y siega, donde hay también algunos cultivos, principalmente pumaradas de manzana de sidra


A lo largo del tiempo, y pese a que pasó a ser una vía pecuaria más con la construcción de la carretera de Colunga, luego Ribadesella-Canero y más tarde N-632, el camín real fue ensanchado y mejorado en este tramo, saliendo de Sebrayu, parroquia de Miravalles, y entrando en la de Tornón, tal es así que, aún en la década de 1920 y debido a los retrasos en la apertura de la carretera, aún pasaba por aquí el coche de línea de la empresa Cinco Villas, sucesora de los carruajes de caballos, según señala el investigador Ángel Valle Cuesta en su artículo Apuntes para las rutas jacobeas de Villaviciosa, publicado en la revista Cubera nº 23 (agosto 1993)

Este mismo autor nos informa que, al final del porréu, donde estaba El Puente'l Ríu Sordu, el camín real subía directamente hacia las casas de El Fresnu, cuesta arriba en línea recta. El río, que vemos a la derecha sigue pasando bajo la carretera local en este cruce, aunque el puente ya no está ni tampoco el trazado original y directo


Y ese que ahora ahora, desde esta bifurcación, hemos de ir a la izquierda pasando bajo el Viaducto del Sordu, en la Autovía del Cantábrico, que trastocó aún más la red viaria original de este camino, señalizado como ruta xacobea oficial entre Colunga y Villaviciosa, si bien existieron otras sendas históricas, también empleadas por peregrinos jacobitas, más al norte y cercanas a la costa, así como más al sur


Un pequeño mojón, con flecha y concha, nos indica y confirma la dirección a seguir


Este viaducto se inauguró oficialmente el 12 de noviembre del año 2001, junto con el tramo de Villaviciosa a La Venta'l Probe de esta autovía A-8


Aquí empieza una cuesta, liviana al principio, bajando también a nuestro lado El Ríu'l Sordu, que nace de varias fuentes monte arriba


Seguidamente llegamos a una bifurcación, cerca de Ordiera, en la que habremos de seguir a la derecha


Fijémonos también aquí en las flechas amarillas pintadas en el guardarraíl


Es la dirección de Tornón, la cabeza de la parroquia, en el barrio de Pandu, hacia donde se dirige esta carretera. Sin embargo nosotros no subiremos a él, sino que iremos un poco más abajo, hacia La Cuesta y Ayones


La carretera local que sustituye al viejo camino empedrado del que habla Valle Cuesta en su artículo, sigue subiendo por este lugar de El Rondón


Hay una curva un tanto cerrada y el Camino comienza una cuesta más pronunciada, ganando altura rápidamente


No suele haber mayormente tráfico pero vayamos atentos al paso de vehículos. La carretera es frecuentada, además de por automóviles, por tractores, camiones de la leche, furgonetas de reparto y tráileres de madera


La subida, al menos este primer tramo, no es demasiado larga aunque, como el camino antiguo, sí bastante recta y directa


Pronto vemos ya las casas de El Fresnu, uno de los lugares de Tornón, en lo alto a nuestra derecha, donde acaba este primer trecho de rampa, a 148 metros de altitud


Ahí está El Peregrín Cansáu"lugar de encuentro, descanso y avituallamiento del peregrino en el Camino Norte de Santiago", como dicen en su página, habilitado por los vecinos para que los romeros tengan un lugar donde echar el freno y reposar de estas cuestas


"Rodeado de prados, pomaradas y restos de arbolado del antiguo monte que le dio nombre", según leemos en el Diccionario Geográfico de Asturiasesta casería de El Fresnu dispone de muy buenas vistas hacia La Ría y Los Porreos, "próxima al antiguo camino real que iba de Villaviciosa a Colunga, que es hoy camino de Santiago"


Más a la izquierda son los montes de L'Araméu y Los Cierros, por donde nace las riegas de La Regona, El Llavadoriu La Caparal y L'Infiernu, que dan nacimiento al Ríu'l Sordu, que baja a nuestros pies, entre el arbolado ribereño


Monte arriba la casería de La Sienra, que según el citado Diccionario Geográfico de Asturias son en realidad dos, la de arriba y la de abajo, "cerca de la fuente que también lleva el nombre del lugar, de muy buenas aguas, y de las riegas de La Caparal y El Infiernu. Son casas independientes, situadas a una altitud de 292 m rodeadas de praderías y pomaradas..."



La principal actividad es la agroganadera y se encuentran en esta ladera que baja del Monte Piedrafita, cuya cima, de 304 metros de altura, no alcanzamos a ver desde aquí


Tras de nosotros El Picu Castiellu (219 m) de Moriyón, parroquia de Miravalles, solar de uno de los numerosos castros ástures en el entorno de La Ría, castro en corona sobre este cueto cónico, protegido con muralla de la que se conservan restos, así como de cabañas. A la derecha a sus pies asoman los tejados de Ordiera, encima de Sebrayu


En plena cuesta, árboles que hacen honor al nombre del lugar, El Fresnu

A nuestra derecha, la Autovía del Cantábrico, pasamos durante unos metros a su lado y a su altura

Al sur y en la distancia, El Monte Cubera (367 m), que nos sirve de referencia para hacernos una idea de nuestra distancia respecto a Villaviciosa capital, La Villa, a unos 4 kilómetros de aquí

A nuestra derecha, al otro lado de La Ría, la parroquia de Samartín del Mar, donde comienza la rasa Les Mariñes, que prácticamente se extiende hasta la bahía de Gijón/Xixón

Seto cultivado y árboles tipo ciprés en los últimos metros antes de las casas de El Fresnu

Curva a la izquierda, la cuesta tiende a suavizarse al llegar a dichas casas, situadas en un rellano donde la subida ofrece un tramo de tregua

A la derecha, prado y frutales: nos vamos separando de la autovía y su profunda caja

El Fresnu, una quintana restaurada y dedicada en nuestros días al turismo rural, La Casina del Fresnu, de la que leemos en su página lo siguiente:

"La Casina del Fresnu es un alojamiento de turismo rural, catalogada como casa de aldea de un trisquel (nº de registro CA.AS.1044), que se alquila íntegramente con una capacidad máxima de tres personas. Está situada en el municipio de Villaviciosa, concejo de la costa central de Asturias (al norte de España).

Se trata de una pequeña casa de dos plantas, construida en piedra y madera, recientemente rehabilitada. Consta de dos habitaciones con galería y balcones típicos, salón con chimenea, calefacción, cocina totalmente equipada y baño completo.

También se dispone de un pequeño "llagar de sidra" y una parrilla que, situada bajo techo, puede utilizarse en cualquier época del año.

En el lugar existe una pequeña exposición de los diversos aperos y utensilios de la agricultura y ganadería de la zona, así como algunas piezas que formaban parte de los mismos y con una antigüedad superior a los 200 años."

Ángel Valle Cuesta nos dice que hubo aquí, "en lo más alto, junto a las casas", un pequeño oratorio perdido pero "del que sus vecinos han querido guardar la memoria conservando el hueco que ocupaba en el muro recientemente reconstruido"

El Camino sigue de frente, pero a la izquierda, en la antoxana o delantera de las casas, hay un espacio a manera de patio donde se ubica El Peregrín Cansáu, esta es la bienvenida que escribe en su página uno de los encargados del lugar, José Obaya :

"En este lugar y sin salirte del camino podrás descansar y tomar agua, para ello tenemos mesas y una fuente, además podrás ir al baño y  tomar productos energéticos, bebidas, café, té, bocadillos, platos combinados, recargar equipos electrónicos, lavar la bici, preparar tu comida en el microondas, sellar la credencial, quedar con otros compañeros... y muchas otras cosas.

También tenemos alojamiento, pero al tratarse de una casa rural suele estar ocupada en temporada alta (verano)"

Aquí, junto a la concha jacobea, un cartel con un grifo y una flecha señalan al caminante que disponen de agua potable para beber, animándoles a entrar, y es que, como dicen en otro de sus apartados, Todo empezó hace varios años con la palabra agua:

"Hace muchos años, José Luis y Marisol, padres de quien escribe, vivían ajenos al trasiego de peregrinos, nadie pasaba por este lugar al no estar los caminos transitables, pero también por ser poco o nada conocido salvo en determinados ambientes este camino, llamado del Norte. 
Con los años todo mejoró, los caminos se arreglaron y la publicidad poco a poco hizo que el camino creciera en peregrinos y con ello una demanda. 
En la etapa comprendida entre la localidad de Colunga y Villaviciosa no había fuentes, ni bares ni sitios donde poder comer o beber, por ello cuando el peregrino llegaba a este punto pedía agua, lógicamente se le daba y mi padre que era hombre de estar fuera de casa haciendo su trabajo, se veía continuamente interrumpido lo cual no era molestia, pero un día me dice... "hoy me preguntaron cuarenta y siete peregrinos por el agua, tienes que poner algo para que vean la fuente," y así comenzó todo.... 
A partir de ahí, se fueron escuchando las peticiones y comentarios...  café, refrescos,  microondas, un sello... de igual forma comenzaron las frases, primero un cartel pequeño  luego un panel, las máquinas,  el techo... al final cuando no hay más sitio, tenemos que borrar algunos mensajes.... en fin, muchas cosas, muchas historias,  varias fiestas, muchas anécdotas, y algo que destacamos mucho, mucho, mucho y siempre hablamos... ni un solo problema!!! 
Las personas que intentamos gestionar este lugar, solo podemos estar agradecidos y orgullosos. Cientos no, miles de personas pasaron  por este lugar y puedo asegurar que ver gente de cualquier punto del planeta, raza o condición en tu casa, generando buen ambiente, interactuando unos con otros, no tiene precio. 
Gracias!!!"

Hay un tendejón de cubierta a dos aguas y un hórreo en miniatura, de este lugar nos cuentan en el excelente blog El Camino de Santiago desde Asturias lo siguiente:

"Es probable que l@s Peregrin@s que transitan por el Camino del Norte pasen por éste pequeño grupo de casas, que tomaron el nombre de un cercano bosque de fresnos, sin prestar atención al patio del “Peregrín Cansau”.

Sería una pena, después de superar el repecho que separa Sebrayu de Tornón, parroquia a la que pertenece este pequeño barrio, desaprovechar la ocasión de tomarse un respiro en este acogedor rincón que poco a poco fueron habilitando José Luis y su yerno, junto a la casa familiar.

Como él nos decía hace un tiempo; “aquí lleguen muy cansaos y muertos de sede” y todo comenzó por ofrecerles agua pese a no entender su idioma en muchas ocasiones, después instaló una fuente, más tarde colocó junto a la fuente unas rústicas banquetas y una mesa bajo una sombrilla

Hoy todo un lujo, pues a las banquetas le hacen compañía unas confortables hamacas bajo una sombrilla más grande y el cobertizo contiguo al garaje, fue transformado en un cómodo lugar para poder comer e incluso calentar algo en el microondas con el que está equipado.

 La última incorporación al lugar es una máquina expendedora de snacks y bebidas frías junto a unas grandes pizarras donde poder dejar tus mensajes.

Gracias a José Luís y su familia por crear y mantener “El Peregrín Cansau”, para que todos los que recorremos el Camino del Norte podamos llegar a “La Villa” un poco más descansados después de haber disfrutado de ese acogedor rincón."

En otro blog, el de Los cuatro peregrinos, de Laura, Miguel, Antonio y Juanma, describen su sorpresa al hallar este lugar donde pudieron además sellar sus credenciales:

"... sellamos nuestras credenciales por primera vez en la etapa de hoy. Fue en un lugar tan bonito como curioso, llamado La Casina del Fresnu, en el barrio del mismo nombre, a cinco kilómetros de Villaviciosa. Se trata de un rincón rústico, sin nadie que lo atienda, con terraza y máquina expendedora de bebidas y productos de alimentación. El lugar está presidido por un imponente hórreo y también tiene un sello atado a una cuerda para que los peregrinos que pasen puedan estampar con él sus credenciales. ¡Se agradece el detalle!"


Algunos de los enseres de la antigua casería, de notable antigüedad, la cual constituye una hermosa colección etnográfica en la que los peregrinos, cansados como su nombre indica, pueden conocerlos:

"El Peregrín Cansau, cuando nos preguntan por el nombre o su origen, explicamos que se trata de dos palabras muy utilizadas por la gente de  esta zona y que en castellano serían equivalentes a El Peregrino Cansado, que es como mis padres veían a quienes se paraban a tomar agua, siendo un guiño a la zona y a los numerosos idiomas y dialectos que se escuchan entre los peregrin@s y que curiosamente, no impiden la comunicación y el entendimiento.

Por cierto, "el Peregrín Cansau" es oficialmente un nombre registrado."

En relación con el equipo de personas que atienden el lugar, el autor del blog nos los presenta de esta manera:

"Ninguna de las personas que gestionamos el Peregrín somos profesionales de la hostelería y no cobramos por el trabajo, pero en nuestro carácter, educación y forma de ser, nos hace enormemente felices esta experiencia que llamamos entretenimiento.

Teniendo en cuenta que el verdadero protagonista es el peregrin@ en sentido amplio, el resto de personas que aquí encontrarás son:

Lorena: trabajadora incansable y con quien seguramente más trato tendrás.

Pili: con menos presencia pública, imprescindible en el mantenimiento/reposición de productos 

Tito:  no le veréis, imprescindible en tareas de ayuda.

Gael: (5 años) el pequeño pero gran animador

Jose Obaya: yo mismo, aquí me crié, ayudante de los anteriores, intento seguir las ideas adquiridas con la experiencia de mis pequeños viajes."

La concha antes vista nos orienta para seguir rumbo por El Fresnu tras esta hermosa visita a este hospitalario refugio de caminantes

De frente, el monte de El Cotaraxu y los altos de Pandu, donde está la iglesia parroquial, que según la tradición se erigió en el solar de una antigua torre de vigilancia, La Torre de Onón, de lo que vendría Tornón. El Camino, como hemos dicho, no sube hasta ella, sino que pasa unos metros más abajo, por la ladera oeste, a la derecha, bajo El Barbuxán, donde se ubica el cementerio

Al lado del Camino, una artística reproducción de un carro con caballos, en forja

Más allá la fuente de agua potable en El Peregrín Cansáu, sillas, mesas y un elegante cobertizo con la fachada llena de pequeñas macetas

Con los eucaliptos crecidos se hace difícil ver la iglesia parroquial de Tornón en lo alto del monte, aunque sí podremos oír el repicar de sus campanas. Una lástima, reiteramos, pues era en tiempos un verdadero faro de orientación marina. Construida en el siglo XVIII y dedicada a San Cosme, antaño el Gremio de Mareantes del cercano puerto pesquero de Tazones estaba a cargo de pintar de blanco sus altas paredes y torre del campanario, pues se veía no solamente desde la ría y su entrada sino incluso desde alta mar, siendo empleada como referencia por lanchas y barcos para llegar al Puerto de Tazones o al puerto interior de El Puntal para acogerse al resguardo del estuario, 


Pero sí veremos alguna de las casas de Pandu, cercanas a la iglesia, en los montes de La Cueña y Costribozu, dando este también nombre a una riega. Se trata de una aldea rodeada de bosques y plantaciones de ocalitos, verdadero mirador sobre Villaviciosa y su ría


Ahí están Casa Piloña, Casa los de Barbes, y varias más, pero destacan sobremanera dos palmeras en el terreno de una casona con cuadras, es El Palaciu, que fue de los Posada, hay también en Pandu "una fuente de buenas aguas, frecuentada por los vecinos en sus indisposiciones", informan en el Diccionario Geográfico de Asturias



También llamado Palaciu de Pandu, en su fachada sur (la de la derecha), ostenta el blasón familiar

Además de la historia de la Torre de Onón como razón del topónimo Tornón, el filólogo Xosé Lluis García Arias manifiesta en su obra, Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos, la posible vinculación con la palabra torna, referida a un tipo de tierra de labor, o incluso al céltico turno, colina



Poco más adelante una bifurcación, al norte de Los Salgares y La Fuente la Cueña: en ella seguimos de frente todo recto hacia arriba, de nuevo en otra cuesta


Se trata de la Carretera de Pandu, con una pendiente más ligera, "que vuelve a empinarse a ratos", escribe Valle Cuesta



Atentos al mojón con concha y flecha que tenemos a nuestra derecha. Un poco más allá tenemos un chalet y, más arriba, seguimos teniendo como referencia El Palaciu de Pandu, con sus palmeras



La Cueña e un topónimo que tiene diferentes acepciones basadas en paso difícil y pedregoso, como debían ser estas cuestas antaño empedradas del camín real antes de que se hiciese la Carretera de Pandu. Otro lugar,  del Camino, La Sienra, se refiere a un antiguo terreno dividido en hazas


Caminamos entre las fincas en la cresta de una colina ante los altos de Tornón. Ahí está El Barbuxán, monte a cuyos pies hay una bifurcación a la que enseguida llegaremos


Abajo a nuestra izquierda la casería de Llicenti, encima La Riega'l Llavadoriu, una de las que forman El Ríu Sordu. A lo lejos otra estupenda vista del Picu Castiellu con El Castru (242 m) a su derecha, otro de los dos recintos fortificados astures localizados en esa loma de Moriyón que se alarga al oeste, sobre La Ría, en torno a la cual hay todo un conjunto castreño, excavado por el arqueólogo Jorge Camino Mayor, de enclaves que marcarán nuestros caminos por Villaviciosa, "que tienen unas dataciones sorprendentes, y que muchos de ellos no llegaron si quiera a la romanización, por lo que se han planteado diversas hipótesis sobre qué pasó en esta zona en la Edad del Hierro", afirma el investigador Fon S.P., quien los describe muy bien en Los castros de la ría de Villaviciosa, de su blog Ástures:
"Las primeras noticias que se tienen sobre vestigios arqueológicos en estos castros provienen del diccionario de Pascual Madoz, quien en 1855 habla de «señales de fortificación… murallas, escaleras y pedazos de fosos… alhajas de oro y plata y hasta brazaletes». Se refería a Moriyón. De ellos dieron cuenta también autores como Constantino Cabal, o Aurelio de Llano.
Pero hablar de los castros de la ría de Villaviciosa es hablar sobre todo del trabajo de Jorge Camino Mayor, quien excavó la mayor parte del conjunto de castros de los que hablaré en este post y que podemos considerar equivalente a Villa Valdés para los castros del Navia, o Maya para la Campa Torres. (...) 
Tampoco fue el único que investigó, aunque sí el que lo hizo más a fondo. José Luis Maya también publicó un trabajo sobre Camoca, y cómo no, José Manuel González incluyó varios de ellos en su inventario de castros de Asturias antes que ningún otro. 
Se trata de un terreno donde aún la rasa costera mantiene una cierta anchura jalonada por elevaciones calizas que se presentan en muchas ocasiones de forma casi aislada, en forma de conos de elevada pendiente. No pasaron inadvertidos para los pobladores de este tiempo que aprovecharían sus favorables condiciones de defensa. 
En general se trató hasta no hace tanto de un terreno de bosques y suaves colinas muy apto para el cultivo y la ganadería. Se conocen trabajos mineros en época antigua así como el inevitable aprovechamiento de la ría para obtener alimento y probablemente como fondeadero donde se produce un tráfico comercial. 
Los estudios palinológicos hablan de una presencia de bosque de alisos, robles, castaños y pinos silvestres así como de avellanos, brezos y tojos. El más abundante de la zona es el quercus robur, siendo la especie predominante en el paisaje de la edad del Hierro. 
Sus buenas cualidades para el poblamiento hacen que en época romana se establezcan varias villas en torno a los yacimientos (...) 
Los vestigios arqueológicos que se documentaron en los castros de la ría de Villaviciosa mantienen un cierto paralelismo con los de un amplio grupo de yacimientos excavados desde el Sella al centro de Asturias (Llagú, o la Campa Torres, por ejemplo). Se ubican en un territorio que tradicionalmente ha venido situándose en el espacio ocupado por los Luggones de las fuentes escritas y de la epigrafía."

Pasamos al lado de la casa de La Sienra, cerrada por un alto seto. Durante unos metros el Camino vuelve a ser prácticamente llano


En una columna, varias figuras y abajo un trisquel labrado en madera


El Trisquel, en origen un motivo solar ancestral de tres brazos, comúnmente relacionado con la cultura celta, si bien es característico también de muchas otras, con diferentes significados


Acercándonos a El Barbuxán, tiende al Camino a querer subir muy suavemente


Quedan atrás Llicenti y El Fresnu y, más allá aún, más al norte-nordeste, El Monte la Rasa, en Seloriu, con el Altu Bolán (173 m). Más atrás por Santa Mera, pasa el viejo camino de Llastres a Villaviciosa



Curva a la derecha y un poco más de ligera subida entre estas fincas


Y llegamos ya a la bifurcación al pie de El Barbuxán, donde continuaremos a la derecha por la Carretera de Pandu


La concha confirma una vez más la dirección adecuada que hay que seguir entre La Sienra y La Cueña



A partir de aquí, caminando en dirección al depósito de agua, tenemos un buen tramo todo en llano por esta boscosa ladera 


Este tramo va a ser un perfecto mirador sobre Los Salgares, Onón y la desembocadura de La Ría de Villaviciosa, que reconocemos ahora a nuestra derecha, al norte


En primer término, debajo nuestro, Los Salgares y, poco más arriba, las casas de los barrios de La Sienra, en Onón, a la izquierda, y La Venta Villaverde, a la derecha, donde está el Palacio de Vista Hermosa o de Villaverde, construido cuando en 1859 compró las marismas de Sebrayu Rosendo Villaverde de La Llera, indiano perteneciente a una familia de emigrantes que había hecho fortuna en Cuba, tanto en negocios como en la carrera militar. Desde el flamante palacio Villaverde podía contemplar sus recientes adquisiciones ribereñas, disfrutando de un hermoso jardín y de un embarcadero propio en El Sordu, río que aquí desemboca y que fue canalizado


Abajo y ante La Venta Villaverde, El Porréu de Sebrayu, junto al que caminamos viniendo del pueblo de ese nombre, terrenos ganados a La Ría a partir de 1860 tras adquirirlos Rosendo Villaverde con la desamortización de Madoz, como hemos dicho. Más allá son diferentes barrios y lugares de la vecina parroquia de Seloriu, con Espina y El Picu extendidos linealmente en medio de la foto. Domina la escena el Monte Rodiles (122 m), cuyo castro, como el de El Campón de Olivar, son el precedente poblacional de la actual parroquia, formando parte, como los de Moriyón (Miravalles) que acabamos de ver, de la red de recintos fortificados ástures del entorno del estuario


Cuando los porreos, dentro de las propiedades comunales y de los ayuntamientos, fueron desamortizados, la idea era, además de ganar tierras útiles, generar ingresos para el Estado mediante su venta a campesinos, si bien, como pasó con otras desamortizaciones decimonónicas, no consiguieron el resultado esperado


El cierre de El Porréu y su transformación en tierras fértiles contó con la oposición del Ayuntamiento de Villaviciosa, también reticente, como todos, a estas desamortizaciones de terrenos de su propiedad, pues el Ríu Sebrayu, que aquí desemboca, formaba parte de la red de navegación fluvial del estuario y podría afectar al proyecto de ampliación del puerto de El Puntal, así como a la construcción de la nueva carretera a Colunga, llegándose no obstante posteriormente a un acuerdo satisfactorio para ambas parte que permitió llevar a cabo las obras para desecar el lugar


Casado con Dolores Villaverde Uría, Rosendo Villaverde de la Llera tuvo cuatro hijas de la que la cuarta, María Teresa Villaverde Villaverde, aquí nacida en 1882, fue colaboradora de prensa, escritora de crónicas y poesías en asturiano y castellano, también en la revista del Centro Asturiano de Madrid, fundada por uno de sus tíos, así como en el de Buenos Aires, del que fue presidente otro tío suyo, Guillermo Villaverde, firmando cuando con su nombre, cuando como Maruxa, Tuxa Margarita del Campo.


Tenía fuerte vinculación con sus primos y residentes en Madrid Francisco Manuel Balbín de VillaverdeXicu Balbín, gran autor en asturiano, y con Rafael Balbín de Villaverde, magistrado y escritor, entusiastas de esta ría y sus tradiciones, con quienes se reunía en esta quinta durante las vacaciones estivales pero con los que mantenía correspondencia todo el año 



Falleció María Teresa en 1934 en un trágico accidente de coche alquilado viniendo de Oviedo/Uviéu, junto con su madre Dolores y su hermana Mercedes, en un luctuoso suceso que conmocionó a toda Villaviciosa. Lamentablemente gran parte de su obra, en la que se incluye alguna obra de teatro basada en cuentos propios, desapareció al ser asaltada la casa en la guerra civil, conservándose únicamente aquello que publicó en la prensa . Algunos de sus poemas conservados, La Portalina (dedicado a la villaviciosina Virgen del Portal), Recuerdos, Tornón y Atapecer, fueron publicados en la revista Lletres Asturianes 54 dentro del artículo Xurde Blanco Puente titulado Naguando por Tuxa

Foto de Naguando por Tuxa

En el año 2020 se le dedicó la Selmana de les Lletres Asturianes, publicándose el libro Postrer Adiós. Prosa, poesía, teatru, centrado en su obra, tiempo y figura, publicándose buena parte de la poesía y prosa de la llamada Escritora del Porréu, he aquí una de sus poesías, extraída de este volumen, oda a esta parroquia y titulada Tornón:



Efectivamente, "los sos pies besa la ría", la parte baja de la parroquia, es ribereña del estuario del que admiramos este bello paisaje hasta El Puntal, un lugar que ya debió ser fondeadero natural, bien protegido y a resguardo, desde la prehistoria, cuya profundidad media varía enormemente entre pleamares y bajamares, de uno a cinco metros, cuya composición geológica está constituida principalmente por "materiales mesozoicos, permotriásicos y jurásicos, que bordean los sedimentos cuaternarios propios del estuario", describe la Enciclopedia del Paisaje de Asturias


En 1928 se publicaba la obra Villaviciosa y su progreso, en la que sus autores, Víctor Vallín Martínez y Gerardo Fernández Moreno, glosaban las excelencias de todas sus parroquias, dedicándole a Tornón estas palabras:
"La alegría de Tornón", me anuncia mi compañero. Cruzo silenciosos por plazoletas y calles; he puesto en tensión mi sistema observador; subo, bajo,: contemplo extensiones que en proporción ascendente se agrandan y se confunden en un horizonte sin fin; por mi retina desfilan panoramas que subyugan; panoramas que cambian de matiz, que se coloran fantásticamente, que inspiran... "

Dentro del lenguaje y expresiones en boga por entonces, estos autores describen así la vista de La Ría desde Tornón:
"... por el Norte, larga y ancha franja, mansa y brillante como superficie azagada en la que se retrata un cielo infinito orlado por una vegetación que se engranda, que se contrae, confundiéndose en amalgama que emociona, continuación a esta realidad como un espejo inmenso ligeramente ondulado"

Y sobre la parroquia en general, extensión, barrios, lugares, casas, hórreos, paneras, capillas, etc., dice lo siguiente:
"Se extiende Tornón, con sus barrios y caseríos, Muslera, Onón, Pando, Sienra, La Venta y Villar unos 9 kilómetros cuadrados; la mayoría de los cuales dedicados al cultivo y el resto a pastos, a montes ricos en arbolado"

"Este pueblo está formado por 124 casas, 33 hórreos, 11 paneras, 5 cuadras, un corral, una bodega, un cementerio, tres capillas y una iglesia"

 "Sus 461 habitantes, poseedores de admirable cultural general laboran sus tierras científicamente y en sus trabajos emplean aperos y medios puramente modernos. Tales hechos hacen que sus recolecciones agrícolas sean abundantes y de todas clases de granos, tubérculos, hortalizas y semillas, con un rendimiento super que permite seleccionar y exportar; sus árboles producen toda clase de frutas del país, y sus 95 pomaradas producen normalmente 311 pipas de manzana, con una elaboración de más de 140.013 litros de sidra natural"


En La Cueña o La Cuenya, finca de La Pieza, de pasto y pumarada, tenía casa el citado escritor, madrileño de nacimiento pero asturiano de familia y sentimiento, Francisco Balbín de Villaverde, uno de los primos de Tuxa, con quien pasaban animadas veladas durante sus vacaciones veraniegas


La Cueña y paisaje al norte hacia El Fresnu, que acabamos de dejar atrás, y más atrás La Rasa y diferentes barrios y lugares de la parroquia de Seloriu, al norte-nordeste


Allí en Seloriu está Bárzana, sobre el valle de Sebrayu y sus , por donde va la carretera N-632 y, más arriba a la derecha, la Autovía del Cantábrico


En la carretera hay dos renombrados establecimientos. La Vitoria, casa blanca que vemos en medio de la foto y, más a la derecha, La Reguerina, en La Venta Bárzana. De ambos hablamos ampliamente viniendo de Priesca y Sebrayu


Más arriba de Bárzana las casas de L'Erón, conformando una quintana comunicada por un ramal que sale de la N-632, que pertenece al vecino pueblo de Vega, también de Seloriu. Porn Bárzana vendría otro de los antiguos caminos entre Colunga y Villaviciosa, empleado asimismo por los peregrinos de antaño, a través de Llue hacia Castiellu (otro solar castreño, como su nombre indica), y La Venta'l Probe


Si nos fijamos veremos la carretera N-632 en cuesta hacia Bárzana. Sus primeros tramos fueron acondicionados por el Ayuntamiento de Villaviciosa ya a mediados del siglo XIX como caminos municipales y con la idea que sustituyese al ancestral camín real (ahora ruta xacobea) como ruta principal a Colunga. El proyecto tuvo diferentes retrasos y coincidió con el aterramiento del Porréu de Sebrayu, lo que como vimos planteó ciertas dificultades


En 1854 se proyectó por ello un nuevo puente sobre el nuevo curso del Ríu Sebrayu, se realizaron algunas obras y aún en 1859 se realizaron expropiaciones en L'Erón. Pero las obras avanzaban con suficiente rapidez y en 1873 el Estado se hizo cargo del tramo hecho y de las mismas, en 1875 se agilizaron las tramitaciones de expropiación con el diputado Alejandro Pidal y Mon, aunque aún en 1882 se estaban aplicando, por lo que la carretera tardó todavía en acabarse bastante tiempo


Esta sería la razón por la que los carruajes primero, y el coche de línea de la compañía Cinco Villas después, aun pasaban por abajo, por Sebrayu, en fechas tan extraordinariamente tardías como la década de 1920, realizando parada en La Venta Marica Marta


Por las laderas del Monte la Rasa, plagadas de ocalitos, se ven campos y casas de más aldeas de Seloriu. Más allá, por La Busta y Santa Mera, viene de Llastres, vía Lluces, otro histórico camino costanero, el cual saldría del puerto Llastrín (lugar de arribada de peregrinos por las habituales rutas comerciales de antaño, y se dirigiría a la "Iglesia antigua, la Capilla del Rosario y de San Blas, o a la Iglesia nueva, y desde cualquiera de estos sitios a Luces, Fana, Puente La Llomba, Santa Mera", dice el investigador Omar Pardo en el artículo Lastres Camino de Santiago en el portal de noticias ElBúscolu el 26-2-2028, añadiendo es estos caminos lo siguiente:
"habremos recorrido parte de la senda que por la costa cantábrica llevó a muchos peregrinos a un lugar de acogida y amparo, a la última despedida de sus compañeros y del mundo los que aquí murieron, y a proseguir su ruta a Compostela o de vuelta a casa los que seguían su marcha…"

En lo alto del monte está Villar, por donde llega de Santa Mera dicho antiguo camino, marcado por un viacrucis que llega a la capilla de San Andrés, a la entrada de Villar y cuya procesión en la Semana Santa Villaviciosina remarca la antigua tradición romera de estas viejas sendas. Así lo publica la corresponsal de La Nueva España Mariola Menéndez el 20-3-2013 en Vía crucis al amanecer en Selorio:
"Los actos religiosos con motivo de la Pasión de Cristo no se circunscriben únicamente a la Semana Santa de Villaviciosa. En otros lugares del concejo, como Selorio, también conmemoran con devoción la muerte del hijo de Dios, según la tradición católica, con un vía crucis por varios lugares de la parroquia el día de Viernes Santo.

El párroco, Antonio Vázquez, explica que son catorce estaciones, a través de las que se realiza un «seguimiento de la vida de Cristo hasta morir en la cruz». Es decir, repasan los momentos clave que vivió y padeció desde el huerto de los Olivos hasta su crucifixión, siguiendo las lecturas del texto bíblico, acompañadas de meditación y cantos. El sacerdote destaca el imponente clima de oración durante todo el vía crucis, a pesar de las numerosas personas que participan.

Este peregrinaje comienza a las siete de la mañana en la capilla de Santa Mera, donde se recuerda el paso de Jesús por el huerto de Getsemaní. La escasa luz de la mañana obliga a iluminarse con catorce velas, portadas por otros tantos voluntarios. Grandes cruces de piedra indican cuál es el lugar de la próxima estación. En este caso, la Poza Alegre, seguida de las escuelas de Santa Mera, Verdugos, la cruz grande, la capilla de Carril, los Cantos, El Pingón, la escuela de Selorio, el Estanco, la cruz grande del prau de la iglesia y las cruces pequeñas del templo, donde se celebran dos estaciones. Así, hasta terminar en la iglesia parroquial de Selorio rememorando el momento en el que Jesús es introducido en el sepulcro.

La comitiva de feligreses que participan en las catorce estaciones de penitencia porta una cruz de madera, como símbolo de la muerte de Jesucristo. Este vía crucis tiene gran devoción en la zona, pues es habitual que participen personas que hayan realizado un ofrecimiento o enfermos que piden a Dios que interceda por ellos o le agradecen su curación. Antonio Vázquez destaca que uno de los párrocos anteriores, José Álvarez, logró relanzar esta tradición."

El viejo Camino y viacrucis desciende de Villar a las tierras bajas de Seloriu llegando a la iglesia parroquial de Santa Eulalia, de origen medieval pero cuya construcción románica, como es muy habitual, parece haber sido hecha sobre edificios anteriores, altomedievales, hallándose una necrópolis, en incluso más antiguos, pues en 1962, con motivo de unas obras, fue encontrada una estela antropomorfa


Y es que el castro del Monte Rodiles, al que nos hemos referido, sería el asentamiento primigenio de la población, eminentemente portuaria, que habría posteriormente a sus pies y que pudo ser muy importante en época prerromana, romana y altomedieval, tal y como reflejan los topónimos de su entorno, El Puertu, les Pulperes, Les Parés, Los Tarreros y La Griega, no relacionado este con asentamientos griegos sino con el céltico briga, monte o fortaleza, referida al Monte Rodiles o a otras elevaciones


Y es que además del del Monte Rodiles se ha localizado otro castro más en el barrio de Olivar, El Campón, datado en la primera Edad del Hierro (siglos VIII-VI a.C.) y del que dicen así en la página ArqueoAstur del arqueólogo Eduardo Pérez Fernández:
"Reconocido en 1969 por José Manuel González y Fernández Valles y añadido a su catálogo de castros de 1976. Incluido en la Carta Arqueológica del concejo de Villaviciosa de 1989 elaborada por Alberto Martínez Villa, Carmen Cabo Pérez, Ángel Villa Valdés y Otilia Requejo Pagés. El lugar fue excavado en 1996 ofreciendo una secuencia ocupacional enmarcable en la Primera Edad del Hierro (Camino 1997, 26).

Régimen de Protección Legal

Incluido en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias (IPCA) el 23 de diciembre de 2013 y el catálogo urbanístico del concejo. 

Descripción

Yacimiento se encuentra en la parte alta de una pequeña loma de unos 92 metros de altitud desde la que se tiene un amplio dominio visual de la zona inmediata de Rodiles, Selorio y gran parte de la ría.(...)

Periodización

El enclave fue excavado en 1996, proporcionando una ocupación en la Primera Edad del Hierro, con un posible origen fundacional en el Bronce Final.

Primera Edad del Hierro, VIII-VI a.C

Se recuperaron “tres centenares de fragmentos cerámicos corresponden a pastas de variada tonalidad-desde anaranjada hasta negruzca, generalmente con abundantes desgrasantes blanquecinos-calciticos, aunque otras veces su ausencia coincide con una textura porosa. Las bocas algo abiertas, las panzas de tendencia globular y las bases planas revelan la sencillez de los tipos manufacturados.”

Tampoco se documentaron muchos restos metálicos, apenas, “algunas piezas de bronce, entre las que destaca un par de anillitas ensambladas”, así como varias láminas férricas en el relleno de la muralla y escorias que confirmaron algún tipo de trabajo de fundición. Por último, también se documentaron semillas de un tipo de trigo, restos faunísticos de animales domésticos y desechos de marisqueo."

En lo relativo al del Monte Rodiles, muy trastocado de resultas de las plantaciones de eucaliptos, la misma página informa de esta manera:
"Fue identificado y reconocido como recinto fortificado por Braulio Vigón Casquero en 1894. El lugar fue reconocido por José Manuel González y Fernández Valles en 1957 no encontrando indicios suficientes para incluirlo en su catálogo de castros. Añadido a la Carta Arqueológica del concejo de Villaviciosa de 1990 elaborada por Alberto Martínez Villa, Carmen Cabo Pérez, Ángel Villa Valdés y Otilia Requejo Pagés como Restos Romanos de Rodiles. Incluido en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias (IPCA) del 23 de diciembre 2013."

Hay además localizada una necrópolis en San Llorenti, topónimo que revela la existencia de un santuario que se ha querido ver como fundado en los albores de la primera cristianización de la actual 
Asturias. Esta inmensa importancia histórica del lugar hizo que el escritor y periodista Lluis Portal, decepcionado por la poca atención prestada por las autoridades al respecto, escribiese lo siguiente en su artículo La Villaviciosa excavada, publicado en El Fielato el 23-1-2021:
"Sería interesante que se promoviese una actuación en el ‘coroñu’ del Monte Rodiles, que por la plantación de eucaliptos y sus malvadas raíces está siendo machacado literalmente y es urgente acometer cuanto antes (ver el interesante artículo de Sergio Llana-Funez, de la Universidad asturiana); también el puerto que está a sus pies o los resto del cementerio romano-visigótico que hay en San Llorenti. No serían iniciativas demasiado caras."
"Cuando los compromisos parlamentarios lo permitieron, en la época de Sergio Rutilio Marqués como Presidente del  Principado, se metió una partida sugerida por Mundo Collada en los presupuestos, para comenzar las excavaciones en el entorno del Prau Redondu de Rodiles. Aunque fue escasa la partida, al final terminó recayendo en una cuestión que nada tenía que ver con el proyecto inicial; en definitiva, no se excavó nada. Estaba entonces de Alcalde Julio César Álvarez Miranda quien, siendo solicitada su ayuda, dijo a quién le preguntó: “Cuanto tiempo llevan ahí esas piedras, ¿dos mil años?, entonces pueden esperar otro tanto”

No llegamos a ver la Playa Rodiles pero sí su gran ocalital, así como la loma que la separa de la de Misiegu, esta que vemos más allá de Vista Hermosa y las casas de El Picu, el cual se confunde con la marisma de las bajamares, zona eminentemente turística, con campings, chalets, segundas residencias y alojamientos rurales y de veraneo


Desde su palacio, hermosamente balconado y con vistas a los cuatro puntos cardinales, Rosendo Villaverde, familia y descendientes gozaban de este bellísimo paisaje en todas direcciones


No deja de llamar la atención cómo un lugar tan poblado desde la época castreña a la alta Edad Media como lo fue Rodiles no fuese el elegido para fundar, en el siglo XIII y dentro de la política repobladora y de reordenamiento político administrativo de los reyes asturianos y leoneses, la nueva Puebla de Maliayo como centro urbano del alfoz de este nombre, luego conocido como concejo de Villaviciosa, que muy posiblemente habría dado lugar a una población portuaria como tantas otras de la cornisa cantábrica fundadas en esa fecha, tanto sobre enclaves anteriores como totalmente nuevas


Mismamente incluso Sebrayu, entonces en la orilla de La Ría y unión de caminos principales, con un estratégico puente, parecía haber reunido buenas características para ello. Es posible que la zona de Puente Güetes o Buetes, algo más al sur y donde se hizo finalmente dicha puebla, dispusiese de más espacio y otras buenas condiciones, no debiendo pasar por alto el saber que el corazón del territorio debía estar, siguiendo las arterias viarias, algo más al sur, en el camino a la aún naciente ciudad ovetense cuando Alfonso III El Magno hizo su palacio en medio del valle de Boides allá por el año 893, del que se conserva El Conventín de San Salvador de Valdediós, al lado del que, tres siglos y pico después, los monjes cistercienses construirían el monasterio de Santa María, no demasiado tiempo antes de que se fundase la Pola de Maliayo, con la que tuvieron tiranteces desde el principio a causa de su competencia en el dominio y organización del territorio


La Ría, que aquí vemos en bajamar, así como la franja costera, guardan el testimonio de las primeras culturas que poblaron estos parajes desde la más profunda prehistoria, de ellas la más abundante la asturiense, con sus famosos concheros, último exponente de las comunidades de cazadores-recolectores antes de la neolitización, la llegada de nuevos pobladores que dominaban la agricultura, la ganadería (pastoreo), la cerámica y enseguida la fundición de los metales, con los que se ve convivieron un largo periodo en el que, según determinados hallazgos, cerámica en enclaves asturienses y picos asturienses en necrópolis tumulares neolíticas, ambas culturas intercambiaron ritos, objetos y conocimientos en lo que tal vez hubiese sido una fusión bastante pacífica


Y desde el mismo origen de la navegación, tal vez más antiguo de lo que se pensaba hasta hace poco, La Ría constituiría buen abrigo para los barcos, refugio y, por lo tanto, excelente arribada, con un puerto exterior, el de Tazones, pesquero y antes comercial y ballenero, y este de El Puntal, fondeadero muy seguro y paso hacia el interior del país por este pasillo fluvial que es el estuario 


Este puerto de El Puntal estuvo comercialmente activo hasta bien entrado el siglo XX gracias sobre todo a las minas de Viñón, cuyo carbón era traído en camiones (el ferrocarril, que iba a comunicar el puerto incluso con las de Lieres -Siero- no prosperó) para ser transportado vía marítima, y el flujo de gabarras de una empresa asturiana y villaviciosina por antonomasia, la de Sidra El Gaitero, de la que hablaremos profusamente al pasar, en Carda, a la vista de sus instalaciones, en otro porréu, el de La Espuncia, en la margen derecha del estuario


Tomando como referencia el depósito de agua, allí donde como hemos dicho acaba la cuesta que sube desde El Fresnu y que ha empezado la pie del Viaducto del Sordu, pasado Sebrayu, continuamos andando por esta Carretera de Pandu


Carretera que llega, unos metros más allá, a unas ruinas, las de Casa Marica'l Caseru, Marica Hevia, solitaria al lado de esta curva. Aquí fue donde, dice Lluis Portal, Francisco Balbín de Villaverde, Xiquín de Villaviciosa, conoció a "una guapa moza"Malia Hevia, en cuyo homenaje y en el de la tierra asturiana escribió su soneto El suañu de Pelayo


Se afirmaba, escribe Lluis Portal en el artículo biográfico dedicado a Xiquín de Villaviciosa en La Nueva España del 20-12-2012, que Malia era la más hermosa de las cinco hijas de Marica'l Carreteru y uno de los poemas de Francisco Balbín, La mazana, plasma un amor, no sabemos si real o platónico, entre ambos


Sabemos que Malia era de una edad similar a Francisco o Xiquín, pero su amor no cuajó. Él se enamoró de su prima carnal, Ana María, Anita, a quien conoció en Vista Hermosa en 1920 cuando eran los dos veinteañeros, y a quien seguiría a la Argentina, a la emigración, para casarse con ella, residiendo en Buenos Aires, donde Anita daría a luz a los cinco hijos del matrimonio, Baltasar, Antonio, Ana María, Jacinta y Elvira. Salvo una temporada que vivió en Madrid tras la Guerra Civil, se quedó en tierras argentinas hasta su muerte en julio de 1981, con 89 años


Por su parte, Malia Hevia se casó con un mozo de Llavares, en la cercana parroquia villaviciosina de Amandi, también en esos locos años 20, llamado José Fernández Pando y más conocido por su sobrenombre de Gorín. En nuestros días estas ruinas decadentes, cuyas últimas paredes derechas, cubiertas de hiedra y demás vegetación, no parece vayan a estar en pie mucho tiempo más, son testigo mudo de estas historias de amor que pasaron, como Tornón, a la poesía de sus preclaros poetas


Revela Lluis Portal que hubo de ser sin duda su prima María Teresa Villaverde Villaverde, Tuxa, quien dio a conocer a Francisco Villaverde, Xiquín, una realidad asturiana que le llegó a apasionar, dándose la circunstancia que, aunque no vivió aquí nunca, a excepción de algunos veranos de su juventud, escribía un muy buen asturiano, fruto de estas ocasionales pero a la vez largas estancias, y de su estirpe familiar, "cuando andaba namoriscáu de Malia Hevia, fía de Marica, una «belleza griega», según Maruja Balbín", escribe Lluis Portal en referencia a otra miembro de la estirpe


Fue pues este palacio de Vista Hermosa un parnaso de la poesía y la cultura que inspiró a estos grandes autores, pues Rafael Balbín, su hermano, fue autor de Peñas cantábricas y también escribía poesía en asturiano, mientras que el padre, Antonio Balbín de Unquera, impulsó la revista, en la que publicó ampliamente, La Ilustración Gallega y Asturiana, dedicándole además a Tuxa, en la recitada obra Villaviciosa y su progreso, el prólogo titulado Algo sobre el bable:
"La tradición, eje de todo sistema de cultura, nos habló de la existencia, en tiempos primitivos, en aquellos de luchas incesantes, sin principios de civilización, en nuestro Principado, de un dialecto que hoy denominamos ‘bable’. Y a pesar de los siglos transcurridos desde el nacimiento de esa lengua antigua, de ese dialecto harto discutido en todas sus formas, aún perdura en nuestra amada provincia como algo tradicional y de reconocido mérito, o sea habla que si en su forma no es rica, en cambio lo es brillante en su fondo. Filólogos é historiadores hubo que se quejaban de que en el mundo no imperara un solo idioma. Sería imposible. Cada nación, con la sucesión de los siglos, fue formando su lengua que vivirá siempre. Y el bable asturiano, nuestro dialecto amado, nunca morirá mientras los amantes de las tradiciones primitivas y legendarias reconozcan en él la lengua que si bien representa papel secundario también sabe infundirnos ternuras, encantos y alegrías. Hemos comprendido el valor histórico del habla asturiana. Muchos siglos han pasado desde su nacimiento. Las generaciones pasadas solo gustaban hablar el verdadero bable, porque de esa manera representaban mejor sus sentimientos, sus virtudes, sus simpatías, sus amores… No quisimos que nuestra humilde pluma trazara unos cuantos párrafos elogiando la hermosura del bable. No nos consideramos autorizados. María Teresa Villaverde, poetisa sentimental, de estro brillante, fino, correcto, elegante, ha escrito el estudio que va a continuación. Nada más elogioso se puede pedir para el dialecto asturiano. Este meritísimo trabajo rebosa de interés y amenidad. Por la claridad con que está escrito, suponemos será del agrado del lector, toda vez que la señorita Villaverde es persona autorizada en estas cosas que atañen a la ‘tierrina’. Y hagamos votos aquí, porque alguien se digne publicar, aunque más no fuera, un Diccionario con las palabras, voces, giros y demás de nuestro dialecto, para que se cultive con beneficio, sacándole de la obscuridad a que personas desconocedoras de su importancia lo quieren condenar.
Creen algunos que así como cuando, hundida la dinastía goda, en el Guadalete, al penetrar y extenderse los berberiscos por Iberia, sus habitantes, los hispano-romanos, y los godos, se replegaron a nuestras montañas, desde las cuales lucharon contra las agarenas huestes y las vencieron, así el habla antigua de la península cuando la natural evolución del idioma trató de ejercer sobre ella su predominio, como sustrayéndose a la invasión y para hacerse en él fuerte, corrió a refugiarse en el suelo astur, constituyendo nuestro dialecto. Pero, indudablemente, que no es aquesto lo cierto, sino que reviste mayor verosimilitud la opinión en que abundamos de personas autorizadas según las cuales el bable es simplemente una de las tantas formas que fue adoptando el romance, la primera de fijo, como lo atestigua el Fuero de Avilés, el primer monumento en romance escrito, documento que si es verdad fue bastante discutido, tachándolo algunos de apócrifo, parece, no obstante, prevalecer el juicio de su autenticidad. Decimos que las pruebas y señales llevan a afirmar que el bable fue sencillamente la forma primera del romance y uno de los varios dialectos que, del propio derivados, se fueron propagando por nuestra patria. No faltan quienes, entre ellos algunos asturianos, citaremos al prestigioso literato D. Ramón Menéndez Pidal, al bable le llamen el leonés, designándolo como el dialecto de León y Asturias; disentimos de tal apreciación, en nuestra modestísima y merced a algunas observaciones el bable no es el lenguaje de la vecina provincia, dándose el caso de que al menos lo que hay de aqueste se toma en nuestros pueblos cercanos al antiguo reino más semeja castellano; y en nuestros cortos conocimientos entra el de algunas palabras que se emplean en León –y también precisamente en los puntos de nuestra región próximos a la de los maragatos que acabamos de indicar– y cuyos equivalentes en asturiano son harto distintos. Un ejemplo: a lo que en asturiano es denominado les ‘calamieres’ en León lo llaman ‘las pregancias’. El bable difiere bastante notablemente de unos lugares a otros del principado; uno es el que se habla en la parte oriental; otro el que se emplea en la parte de occidente, donde es indiscutible que ejerce una influencia grande el gallego; otro es el central, en nuestro sentir el más puro. Consérvase en éste, en toda su pujanza, la inicial del latín –generador del romance– sustituida en castellano por la ‘h’ y en cuyo lugar en partes de nuestra provincia, como en Pravia, se usa la ‘j’, cosa que le comunica una singular afinidad con lenguas neolatinas cual el francés y el italiano cuyo evolucionar continuado aún no fue bastante para destruir en ellas tal nota de identidad con la lengua madre. 
Dicen los franceses ‘faim’, ‘fair’, ‘figue’, los italianos ‘fame’, ‘fare’, ‘fico’; nosotros decimos ‘fame’, ‘facer’, ‘figu’, y en latín es ‘fames’, ‘facere’, ‘ficus’, como en castellano resultan estos vocablos ‘hambre’, ‘hacer’, ‘higo’. Verdad es que la ‘j’ algo se va entrometiendo entre nosotros para suplantar a la ‘f’; sin embargo, afortunadamente las palabras en que esto ocurre señalan una verdadera excepción, siendo curioso que estas palabras conservan precisamente la ‘f’ en el español. ‘Fuego’, ‘fuente’, ‘fue’, ‘fuerza’, de aquestas expresiones corren por nuestros lugares en forma ‘jueu’, ‘juente’, ‘jue’, ‘juerza’. Hablo de nosotros porque insensiblemente, aunque muy lógico, ello hétenos ya discurriendo por el terreno de este bable central, quizá también por ser él el que con mayor fidelidad viene conservando los rasgos de origen, pero no hay duda que principalmente por ser el nuestro, el propio de nuestro concejo. Y volviendo sobre el empleo de la ‘j’ observaremos que es muy raro entre nosotros, seguramente por encontrar su sonido demasiado duro en un habla todo sentimiento, dulzura toda, toda mimo; cambiámosla unas veces por la ‘y’, como en ‘viejo’, ‘bermejo’, ‘concejo’ mismo –‘vieyu’, ‘bermeyu’, ‘conceyu’–; otras, igual que la ‘g’, cual en ‘juez’, ‘Gijón’, por la ‘x’, cuyo sonido, ¡tan nuestro!, nos pone de nuevo en contacto con el idioma de los francos, en el cual lo mismo que nuestra ‘x’ se pronuncia la ‘ch’. ¿Y no nos recuerda también el de la ‘g’ italiana, no a él idéntico ciertamente, pero sí un tanto parecido, como la voz de la propia lengua ‘sera’, usada en la misma para designar la tarde y primeras horas de la noche las que nosotros empleamos ‘seroñu’ o ‘serondu’, ‘serueñu’, significativos de ‘tardío’. Muy peculiar es de nuestro concejo la terminación singular masculina, que se extiende a algunos adverbios, en ‘u’, la que nos hermana con el rumano, siendo este idioma y nuestro bable de las diversas lenguas y dialectos neorromanos los únicos en que existe. Y ¿qué diremos del diminutivo en ‘in’, ‘ina’, que de tal modo prodigamos y tan suave que semeja una caricia? De otra especie de diminutivo en ‘ucu’, ‘uca’, ‘Xicucu’, ‘casuca’, nos valemos también frecuentemente, pero con respecto a éste en sentido harto distinto de ordinario, empleándolo por lo común, aunque no siempre, en uno o más o menos despectivo. Evidente es que si el celta dejó su huella en Asturias, como en los distintos países por que fue pasando aquella primitiva raza, no es de las partes del nuestro en que más levemente la imprimió aquesta de Villaviciosa, ya que la historia nos cuenta que un núcleo importantísimo de tales gentes, el principal, ocupó el territorio comprendido entre Tornón y Entrambasaguas. 
Al hablar del regreso de las romerías, de ‘los perdones’, pocos pensarán que se sirven de un vocablo que a través de siglos y generaciones llegó hasta nosotros, nada menos que de tan remotos habitantes de nuestro solar. Palabras celtas son asimismo ‘Tornón’ (otro Tournon existe también en Bretaña donde igualmente la permanencia de semejantes conquistadores quedó marcada con caracteres tan profundos que más de dos mil cuatrocientos años no lograron borrarlos sino que de la propia suerte que entre nosotros subsisten todavía como en el lenguaje en tipos y fisonomía moral), ‘cuerra’ o ‘corria’, ‘bardial’, ‘boroña –de ‘bora’, pan–, tal vez ‘camín’–de ‘camen’, de ‘cam’, ‘paso’–, etc. Y con los idiomas del Lacio y de Chateaubriand hay en nuestra fabla semejanzas en voces y conceptos que no se dan en el castellano: ‘vespertilio’ en el primero, en aqueste último ‘murciélago’, es ‘esperteyu’ para nosotros, como ‘apurrir’–pasar de mano en mano, entregar, lo que en latín ‘ad-porrigo’–. Los franceses designan el beber mucho con los verbos ‘toupiner’ y ‘toupinier’ al que tal hace, y nosotros denominámosle ‘topineru’, si no llegamos en nuestras ponderaciones a asegurar: «bebe más que un topineru», frase de uso también en el lenguaje de la vecina república. ‘Dimonge le gras’ es llamado en éste el domingo de Carnaval y ‘domingo’l gordu’ en nuestro bable, en el cual son ‘xeladures’ –sabañones– lo que ‘engelures’ en el vocabulario de los habitantes de allende el Pirineo, quienes, aún cuando escriben de diferente manera, mas precisamente para que sea igual la pronunciación, dicen exactamente lo mismo que nosotros donde: ‘ou’ es en francés y ‘u’ en nuestro dialecto. Nuestra partícula ‘i’, sustitutiva del pronombre personal ‘se’, o el ‘le’ «ya i lo dixi», «dioi un tirón de oreyes», si bien procedente del ‘illi’ italiano –‘elli’– es privativa del asturiano, no hallándose en ninguna de las demás hablas de aquella hijas, lo mismo que el prefijo ‘per’, de idéntica naturaleza y que encierra valor de superlativo, de él completamente característico, pues, aunque en otros lenguajes no falte tampoco, pero en ellos tiene un empleo restringido, no usándose con la libertad que en el nuestro en el cual no solo puede unirse a todo adjetivo inclusive, siempre que quiera imprimirse a vocablos semejantes un sentido máximo, como equivalente al ‘muy’ o al ‘ísimo’ castellanos, sino que es el propio del mismo, como lo lógico e indispensable: ‘perguapu’, ‘perensuchu’, ‘perlloñi’. Y repararemos que en nuestro dialecto posee una fuerza de la cual carece no ya solamente en los idiomas o dialectos del latín derivados en que existe, sino aún en este último, en el cual, como en aquéllos, únicamente tiene la de comparativo de superioridad, mientras que en el bable equivale no solo a éste, sino también al superlativo absoluto.
Aún dentro del concejo ocurre, que a las veces cambian las palabras de unos sitios a otros, no siendo las mismas para designar la propia cosa; así, v. g., a lo que en éstos se le da el nombre de ‘ñerador’ (el huevo que se deja en los ponedores de las gallinas para que aquestas sobre él efectúen la puesta) en aquéllos recibe el de ‘ñal’; aquí es una ‘maniega’ (cesta de dos asas, entretejida de tiras planas y anchas de madera de avellano) lo que allí es una ‘goxa’; aquello que por la parte de Tornón y Selorio se llama ‘la pía’ (rebusco de castañas ajenas que caen de los árboles por personas ajenas a la propiedad del fruto llevado a cabo en todo en lugares en abertal y sobre todo siendo el terreno común los castaños de distintos dueños), hacia San Justo dícese ‘la gueta’. Sin embargo, tales voces, como empleadas en él unas y otras estimámoslas indistintamente de nuestro bable, de su acervo común, cual sinónimos que, según acaece con otras hablas, sirven para enriquecer la nuestra. Quizá uno de los grandes encantos de la misma está en la fuerza con que viene conservado los trazos y formas de nacimiento; aunque es indubitable que dentro de tal ambiente muy bien pudo haber sido cultivada con mayor empeño que hasta aquí, lo que le hubiera proporcionado méritos y ventajas positivos. Lenguaje blando, cadencioso, de fonética exquisita, parece creado para la expresión de las delicadas e íntimas afecciones que, por otra parte, tan admirablemente encajan en la idiosincrasia astur; y para la poesía préstase de modo maravilloso, avalorándola con matices de intensa idealidad. Harto pudiera aún escribirse sobre el bable, mas vamos llenando ya el espacio que nos ha sido designado, por lo cual hora es también de ir secando la pluma. No lo verificaremos, empero, sin antes lamentar la decadencia del bable de nuestros amores y sobre todo que haya asturianos que de ella experimenten algo así como vergüenza, al par que hacemos fervientes votos para que en el corazón de los hijos de Pelayo prenda una chispa siquiera de cariño, que les inspire por él el interés anhelado, a un lenguaje, en frase de un insigne publicista, dechado de inefable poesía y de cada una de cuyas sílabas fluye a raudales la inocente ternura." 

Por su parte, María Teresa Villaverde Villaverde, Tuxa, dedicará a su primo Xiquín esta poesía:



Y la misma Tuxa, en  Una moza de Tornón en Madrid, describe amenamente el viaje a la capital española de esta forma que también queremos compartir:




Más allá de Vista Hermosa, El Picu, donde hacia 1860 el Ayuntamiento de Villaviciosa se reservó el derecho de instalar un embarcadero en el compromiso alcanzado con Rosendo Villaverde, auspiciado por el apoderado de este, Manuel Escobedo, dentro de las obras para ganar al mar el terreno desamortizado del Porréu de Sebrayu, encauzándose el río para desecar la marisma, navegable en el Ríu Sebrayu para "el libre paso que hasta ahora tuvo todo individuo para embarcar y desembarcar maderas, pipas de sidra y otros efectos de cualquier clase que se conducían en barcas por el río de Sebrayu, por ser este navegable durante las mareas", según indicaba en junio de 1859 el Procurador Síndico Vicente Fernández Castro, quien convocó al consistorio en sesión extraordinaria para este único asunto


Al otro lado de La Ría, la Playa de Bonhome, al sur de El Puntal, donde hubo astilleros y carpinteros de ribera. Un momento de gran esplendor portuario fue allá por mediados del siglo XVII, cuando, al menos desde 1658, entraban a esta dársena barcos de cierta envergadura, ingleses y holandeses mayormente, que en gran parte ya habían desembarcado mercancía en Bilbao y arribaban aquí a cargar cítricos, naranjas y limones, por entonces muy abundantes en la costa cantábrica


Al mismo tiempo, buques de cabotaje españoles y portugueses con líneas comerciales desde el Mediterráneo traían productos exóticos para aquel entonces. Aún cien años después en el Diccionario de Madoz se informa de la entrada desde hasta veinte barcos de tamaño importante, con unos 90 tripulantes, según datos de la aduana de El Puntal, exportándose carbón, sobre todo de la mina de Vegapallía en Cabranes, cal, de los muchos caleros de cocción de la piedra caliza existentes en torno a La Ría, sidra, recipientes de madera, piedras de molino, madera, pescado en salazón, productos de la huerta, etc., y se importaba cacao, aceite, azúcar, tejidos, vidrios, aguardiente, café y demás mercaderías


Bajo nosotros, la caja de la Autovía del Cantábrico (A-8), con el puente que comunica El Fresnu con Onón sobre ella. Vemos también aquí cómo los usos residenciales predominan sobre los agroganaderos, al igual que en la mayor parte de la costa cantábrica


Más allá, al otro lado de La Ría, algunas de las casas de Samartín del Mar en la ladera que, desde los altos de Llames, ya en la rasa de Les Mariñes, caen al estuario


La Casa Marica'l Carreteru debió de tener buena casería, eran parientes de los Villaverde y aquí se hospedaba además el párroco de Tornón don José María, también emparentado con esta familia, además de su ama de llaves, Carolina 


Dice Lluis Portal en Naguando por Tuxa que, al ser residencia del sacerdote, la casa llegó a ser apedreada durante el conflicto desatado al trasladarse la iglesia parroquial desde la orilla de La Ría, en L'Apicaleru, lugar de El Collobal, junto a Les Llames, al barrio de Pandu, en lo más alto de la parroquia, en el siglo XVIII


En ese episodio, bastante común en muchas parroquias asturianas, subyacía un enfrentamiento entre los vecinos de los barrios bajos de la parroquia, Onón, Moreda, La Venta Villaverde y Musllera, con los de los altos, Villar, Pandu, La Sienra y La Regona por la ubicación del templo parroquial, lo que venía a ser el corazón de la parroquia


De la misma manera que la parroquia asturiana, como la gallega y la de otros muchos lugares del mundo, trasciende de lo religioso a lo civil como unidad poblacional y de entidad administrativa, con la iglesia pasa otro tanto, pues en ella, y aprovechando la misa dominical, se celebraba el conceyu abiertu o asamblea vecinal para tratar asuntos del común entre todos los habitantes del término, de ahí que cualquier cambio de sede parroquial, no digamos ya de límites y otras cuestiones, fuese casi siempre traumática


Cuenta la tradición que los vecinos de abajo llegaron a subir a la iglesia nueva en construcción de noche para tirar lo hecho, e incluso que robaron la venerada imagen de San Antón lo que provocó la respuesta, en forma de copla, de los de arriba:
San Antón el de Tornón
salió per una ventana
llevárenla los gochos
hasta'l barriu de Triana 

De la antigua parroquial no queda prácticamente nada, sin embargo en Onón existe un elemento muy importante de la parroquia de Tornón, la capilla de San Nicolás (a la izquierda de la foto), de origen románico tardío (finales del siglo XIII o principios del XIV) y también llamada de La Guía


Si bien con sucesivas reformas, conserva su nave rectangular y su cabecera cuadrada, así como, en el interior, el arco de medio punto del altar, con capiteles de motivos vegetales que han querido vérseles similitud con los de la capilla de Santa Mera


Onón se emplaza en un cueto a unos 18 metros sobre las aguas de La Ría, según leemos en el Diccionario Geográfico de Asturias, entre las antiguas mangas o marismas de El Fontán y Les Llames, ganadas al mar y que ahora son porreos o pólderes:
"Rodeada de prados, pomaradas y con buenas vistas sobre la ría. Tuvo hasta hace poco una cantgera de piedra en explotación, y cuenta con una afamada y prestigiosa industria de sidra natural. Nace en sus proximidades la riega que llaman del Payero y la de Cueña"

Como dato de interés hemos de decir que Francisco Manuel de Villaverde, Xiquín de Villaviciosa, es llamado además Xico d'Onón por su prima Tuxa en esta poesía que le dedica en forma de carta y en la que firma con otro de sus seudónimos, Maruxa L'Arrebelgada:




Y Francisco, por su parte, le contesta de esta forma en Carta a Maruxa:
Maruxa, goliendo a fresques 
florezuques aldianes, 
vieno al mio poder to carta, 
escrita en perduce bable, 
nista llingua falaguera 
que, como denguna sabe 
del corazón los afleutos 
dicir con tienres pallabres

Los Villaverde (cuyo palacio familiar de Vista Hermosa seguimos viendo a la derecha de la foto) marcaron pues la impronta cultural de esta parroquia de Tornón, del concejo de Villaviciosa y de otros lugares. Varios optaron por la literatura, otros por lo castrense y algunos se lucieron en ambos estamentos. En 1928 El progreso de Villaviciosa lo plasmaba de esta forma:
"Hijo de este pintoresco pueblo es el bizarro militar, herido heróicamente en Africa y a la vez sentimental y eximio poeta, el joven don Juan Villaverde; e igualmente lo son José María Villaverde García, que durante 34 años fue administrador de "El Diario de la Masrina" de la Habana, Presidente del Casino Español y Centro Asturiano, y fundador del periódico Cuba"; don Manuel Villaverde, que fué Coronel en Cuba, don Francisco Villaverde, que fué Capìtán del Ejército español en Cuba; don Rosendo Villaverde Villar, Comandante de Caballería y últimamente profesor de la Escuela Central de Tiro, en cuyo cargo falleció en Madrid, don Rosendo Villaverde Llera, Coronel de voluntarios en Cuba y la Srta. María Teresa Villaverde, intelectual "bablista" que popularizó su nombre bajo el pseudónimo de "Tuxa"

En sus obras, Tuxa cita a muchos personajes reales de Tornón, algunos especialmente cercanos, y otros de otros lugares de Villaviciosa, algunos ya los hemos citado, siendo esta la relación que nos ofrece Lluis Portal Hevia: "Xico Balbín, Malia Hevia, Refaela Villaverde, José Castiellu, Xica la Ortiza, Falo Hevia, Portalina –nome mui maliayés–, Xuan de Miravalles, Tomás el Ministru… y Verdiales", este especialmente importante, apodo de Mel Hevia Costales, labrador de La Sienra de Baxu y familia de Marica'l Caseru o del Flaire, cuya casa desapareció


Mel Hevia Costales, Verdiales, fue al parecer el gran amor de Tuxa, aunque nunca llegarían a casarse pues ella era bastante mayor que él, un joven alto, fornido y guapo "que era sacristán en La Villa" o así se lo contó a su primo Francisco Villaverde. Tuxa, discreta y tímida, cuenta Lluis Portal, hacía que este amor fuese algo muy difícil de asentar. Habla de él en sus obras de teatro en boca del personaje de una sirvienta, Maruxa, que dice así:
 (…) 

pos dixo’l Verdial 
(suspirando) 
que… non lu dexaba 
el padre casase conmigo, 
por mor, de que yo 
llabranza nun teo, 
que so probe, 
y vengo por esu 
toa atristayada (…) 

En los años 1920 Hevia Costales fue apuñalado en una trifulca en la vecina parroquia de Miravalles, donde fue a corchar sidra al llagar de un vecino. Tuxa siguió muy apenada su convalecencia e incluso escribió al respecto en el periódico villaviciosino Pan y Paz sobre su recuperación. Verdiales terminó casándose con una vecina de Villar, aquí en Tornón, Remedios Rendueles, falleciendo años más tarde en plena posguerra, con cuarenta años y dejando una hija de cuatro, Emilse Hevia, que en 2020 vivía, ya mayor, en una residencia de Villaviciosa


La Ría de Villaviciosa, en lontananza, es el escenario de todas historias de Tornón plasmadas por Tuxa y otros grandes escritores y cronistas de la parroquia, unos tiempos en los que se vio el final definitivo del fracasado proyecto de canalización que, alentado en 1874 por vecinos y comerciantes de Villaviciosa y del que únicamente se hicieron la dársena de El Puntal y la canalización entre esta y la barra hacia la desembocadura, que vemos desde aquí


La razón del proyecto de canalización eran las dificultades para la navegación comercial, con buques de cada vez mayor calado, que ocasionaba el estuario; junto con ello se pensaba hacer aquí un gran enclave portuario aprovechando además dos también malogrados proyectos ferroviarios para traer carbón de las minas de Lieres (Siero) y de Viñón (Cabranes)


Tras la petición vecinal, el Ayuntamiento se puso en contacto con el Gobernador pero por diferentes causas no fue redactado el proyecto de mejoras. En 1878 se solicitaron obras de dragado, llegando varios vecinos a proponer adelantar el dinero necesario para estas obras, dada la inquietud de los comerciantes villaviciosinos ante los aterramientos del Porréu de Sebrayu y otros, que hacían menguar drásticamente el espacio navegable


Las singladuras por la ría venían efectuándose "generalmente mediante pequeños barcos de palos", tal y como dice el arquitecto Juan José Pedrayes Obaya, quien esboza en su libro Villaviciosa de Asturias. Análisis urbano, los avatares de este proyecto que hubiese ocasionado no obstante, en la práctica, la desaparición de la ría como tal, transformada en canal


En 1884, cuando el entonces Ministro de Fomento Alejandro Pidal y Mon, de ascendencia villaviciosina (hijo de Pedro José Pidal y Carniado, primer Marqués de Pidal), se impulsó esta iniciativa portuaria, encargándose los planos y estudios pertinentes al ingeniero José Lequerica al tiempo que se declaraban a El Puntal y Tazones puertos de segundo orden


El proyecto de Lequerica contemplaba dos dársenas, una esta de El Puntal muy cerca de la desembocadura y otra en El Salín, al fondo del estuario y al lado de La Villa, unidas mediante un canal, cuya anchura sería de 140 metros aquí en la bocana de la barra (luego cambiada ligeramente), 114 metros en El Puntal y 59 metros en El Salín. Su longitud total era de 8 kilómetros con una distancia de 7 entre las dársenas. Fuera de él los terrenos serían desecados, subiendo el presupuesto a los 3 millones de pesetas, de las de entonces


Los trabajos no empezaron hasta la primavera de 1892, deteniéndose varias veces y quedando paralizados en 1905, si bien en 1911 hubo una tímida reanudación de los mismos, que quedaron suspendidos para siempre en la citada década de 1920. Su objetivo principal, como hemos dicho, era hacer un puerto comercial de envergadura, principalmente carbonero, si bien la idea de hacer un ferrocarril a Sama, para traer aquí la hulla de la Cuenca del Nalón fue rápidamente desechado la existir ya el Ferrocarril de Langreo, con su concesión ferroviaria "a las líneas de Sama a Gijón y de Noreña a Oviedo", dice Pedrayes Obaya, por lo que "no continuaron los esfuerzos para recobrar la línea de Sama a Villaviciosa"


En 1888 se planteó construir un ferrocarril económico entre Lieres y no El Puntal sino Tazones, el cual "no tenía razón de ser, pues encarecía notablemente el precio del carbón debido a los enormes costos de construcción tanto de la vía férrea como de los muelles en Tazones, por lo que tampoco fue construida", continúa Obaya. El proyecto además fue muy criticado desde el primer momento por el periódico local La Tía Cacica, como maniobra electoral de Antonio Cavanilles, valido de Alejandro Pidal en Villaviciosa y con intereses directos en La Ría


Dos años después, en 1890, se esboza el ferrocarril de Lieres a El Puntal, promovido por industriales, comerciantes e indianos villaviciosinos, tanto liberales como conservadores, un proyecto que se encargaría al ingeniero Francisco Rivero Balbín con el pertinente estudio del trazado y al que se le pagaría mediante la compra de acciones de 50 pesetas cada una


Ninguno de los dos ferrocarriles se hizo realidad, como tampoco el Ferrocarril del Noroeste, ya anterior a estos, o el de las Cinco Villas, de los que nos cuenta esto Pedrayes Obaya:
"A partir de 1877 se comenzó a hablar del ferrocarril del Noroeste, y en 1884 el Ayuntamiento de Colunga propuso la activación de las gestiones para la construcción de un ferrocarril costero que fuese desde Gijón a Ribesella, Torrelavega y Santander; línea que llegó a construirse, pero en Ribesella giró hacia el interior de la región, dejando a Villaviciosa fuera de su trayecto

(...) También fueron realizadas gestiones para llevar adelante por esos años el llamado ferrocarril de las Cinco Villas, que uniría Gijón con Ribesella por la costa; el proyecto fue  redactado y fijado el trazado y las estaciones, lo que motivó una cierta tensión entre las parroquias villaviciosinas de La Marina, por donde discurría la vía, y las interiores de Candanal y Pión"

En resumen, ningún proyecto ferroviario fructificó, sin embargo El Puntal sí llegó a ser un muelle minero hasta muy entrado el siglo XX:
"A pesar de todos esos esfuerzos el ferrocarril no llegó a Villaviciosa y las obras de canalización de la Ría no pasaron de ser las obras de construcción del puerto del Puntal, cuya barra continuó siendo peligrosa. Los puertos de Avilés, Gijón y San Esteban de Pravia fueron quienes sirvieron de exportación de carbón y canalizaron el tráfico marítimo más importante de Asturias, por lo que Villaviciosa hubo de ocupar un lugar marginal. Paradójicamente El Puntal consiguió ser un puerto carbonero hasta los años sesenta, ya que sirvió de salida al carbón de las minas de Viñón, situadas en el concejo vecino de Cabranes"

El puerto carbonero sí fue realidad gracias a la carretera Villaviciosa-El Puntal-Tazones (actual VV-5), que se remonta a 1870 y 1871 en sus primeras obras contratadas, acometidas por el Ayuntamiento, haciendo pasar la nueva vía por la misma orilla de La Ría, en ocasiones sobre las mismas marismas, alejado del antiguo camino, que discurría ladera arriba:
"Poco después, en 1873, el Ayuntamiento realizó los primeros estudios para abrir la carretera entre El Puntal y Tazones. Años más tarde, en 1879, los mayores contribuyentes y navieros del concejo recurrieron al Gobierno para que la carretera de La Secada al Puntal fuera ampliada hasta Tazones, propuesta que fue denegada. El proyecto fue aprobado en 1885 y en el verano de 1887 concluyeron las obras"


La carretera pasó de carbonera a turística al consolidarse El Puntal como polo de atracción de visitantes con su puerto deportivo, sucesor del industrial, así como las playas de Bonhome y La Playina, la primera antes de llegar al muelle y la segunda detrás del Ocalital del Puntal, plantación de eucaliptos de su explanada


Sin embargo, en este contexto, hubo una desgraciada decisión, el derribo en unas obras de ensanche de la carretera del Palaciu del Puntal o de los Peón-Cavanilles, del siglo XVIII, con su muralla y capilla de San Telmo (veneración marinera) que allá se asentaba, quedando en pie las caballerizas. El lugar se había hecho especialmente célebre entre los vecinos pues en sus últimos tiempos, ya con otros propietarios, fue restaurante y baile, donde tocaban músicos como el célebre Cositas, virtuoso del acordeón. Sí se conserva también la Casa los Caseros, los antiguos guardeses de la mansión


Un alto muro, separa la carretera a la altura del antiguo Palacio de los Peón-Cavanilles (a la derecha de la foto), de las arenas de la Playa de Bonhome y, a su izquierda, en la casa de este nombre, Casa Bonhome, hubo carpinteros de ribera desde siglos pasados, siendo sus últimos exponentes Eduardo y Ezequiel Bonhome, que trabajaban con su viejo torno a pedal en la reparación de lanchas y embarcaciones


También hacían muebles y carpintería en general, la Playa Bonhome y la casa, con su hermoso corredor sobre las casas varadas en este arenal, constituye uno de los enclaves más fotografiados y pintados de la Ría de Villaviciosa


Más a su izquierda, en Casa Amable, hubo astilleros, así como en El Mara, luego bar Casa Oscar, detrás de Casa Anita


Grandes bancos de arena en las bajamares. En primer término algunas casas de Onón. La sedimentación es un problema común a muchas rías y bahías, tal y como vimos en muchas villas y poblaciones portuarias de este Camino Norte, lo que, unido a la cada vez mayor envergadura de los barcos, hizo que, salvo contadas excepciones, perdiesen la competencia respecto a los puertos exteriores


Se dice que en tiempos lejanos esta ensenada de El Puntal fue puerto de seguridad, pues al estar apartada de villas y otros núcleos importantes de población, pasaban aquí la preceptiva cuarentena los barcos que llevaban algún enfermo a bordo o que procedían de lugares afectados por alguna epidemia


Existió en El Puntal la llamada Casa la Barca, donde amarraban las embarcaciones, dependiente del monasterio de Valdediós, dueño y señor de buena parte del territorio de Maliayo, luego llamado Villaviciosa, en fuerte rivalidad con la puebla desde su fundación por Alfonso X El Sabio el 17 de octubre de 1270.


Hubo también trasiego de barquerías para cruzar La Ría en este lugar, las cuales pervivieron, con fines turísticos, hasta entrado el siglo XX y enlazando con Rodiles, playa que apenas llegamos a ver desde aquí, sólo la parte de su desembocadura, también con so célebre ocalital y pinal


La escollera de Misiegu y El Bornizal, un gran banco de arena que se forma en las bajamares, si bien algunas partes no llegan a ser cubiertas en las pleamares, constituyendo una gran isla arenosa en medio de La Ría. Abajo, algunas casas de El Picu


Una imagen del lugar subiendo la marea. Más allá un paseo sobre la escollera comunica el arenal de Misiegu con el de Rodiles, playón formado de resultas de la acumulación de arenas a consecuencia de la canalización de La Ría y que es una de las playas turísticas más frecuentadas de Asturias, más grandes y con mejores comunicaciones, pese a la peligrosidad de sus corrientes. Siguiendo los datos de la Enciclopedia del Paisaje de Asturias podemos decir que tiene un kilómetro de longitud y 350.000 km² "de arenas finas y doradas" en bajamares:
"La creación de esta gran playa se debe fundamentalmente a la construcción del espigón de canalización de la ría, que amplió considerablemente el depósito de arenas. La acción del viento crea un campo dunar que cierra la playa por el sur y donde se pueden reconocer dunas móviles y fijas, estas últimas muy alteradas por la plantación de eucaliptos y pinos y un área recreativa que da servicio y aparcamiento a la playa"

La de Misiegu por su parte, que vemos parcialmente, mezclada con el banco arenoso de El Bornizal y, asomando a la derecha, parte de la cafetería, instalaciones y terrenos del camping La Ensenada, es descrita de esta manera:
"En la margen derecha de la ría de Villaviciosa, próxima a su desembocadura al mar, se abre esta ensenada, que se sitúan en la parroquia de Seloriu, concejo de Villaviciosa. Desde el picu La Forca, al norte, hasta el de Misiegu y El Bornizal, al sur, tiene una longitud aproximada de 1 km y una anchura de unos 500 m hasta la ría, cerrada en parte por los restos del muro, proyecto de canalización de finales del siglo XIX. Es un gran bancal de arena, que en las mareas bajas queda al descubierto casi en su totalidad"

Esa playa y banco de arena fue aprovechada por los areneros como materia prima para la construcción, siendo transportada en gabarras hasta Villaviciosa. Más cerca está El Porréu de Sebrayu, aquí llamado de Villaverde y, entre este y Misiegu, algunas casas en el camino entre El Picu y Espina


 Más allá, al norte, desde El Picu la Forca a La Griega, se han construido numerosas casas y chalets en estos parajes de gran interés arqueológico situados en los accesos a esta playa. Abajo, en la orilla otro camping, Las Marismas:
"... sobre la necrópolis y restos de construcciones del antiguo asentamiento castreño de Rodiles, se han levantado nuevas viviendas y explotaciones turísticas al lado del sable de arenas finas que forman la playa de Misiegu. Su parte este la cierran porreos ganados a la ría y marismas, y su parte final y más al sur el pequeño núcleo de Misiegu que da nombre a todo el lugar. La belleza y atractivo de su entorno hace de sus orillas un lugar de presión humana, difícil de equilibrar con la fragilidad ecológica y paisajística del lugar."

Asoma entre los ocalitos, a la izquierda de la foto y en primer término, el palacio de Vista Hermosa, magníficas vistas que inspiraron a Tuxa y sus parientes con este soberbio paisaje en todas direcciones, con la totémica mole del Monte Rodiles en la distancia y, entre él y Los Porreos, la campiña de la parroquia de Seloriu, de la que se dan estas noticias en Villaviciosa y su progreso referentes a la actividad pesquera y marisquera de estos pueblos ribereños:
"Algunos de sus vecinos se dedican a la pesca de ría y mar, donde son abundantes. Se recogen sabrosos y hermosos ejemplares de mariscos, especialmente ostras, almejas, berberichos, cangrejo mojicón (morcillón), y en peces, entre variadas y sabrosas clases, la exquisita y rica barbada

En esta especialidad se distingue el popular "Antón de las Cáscaras", que la generalidad de las gentes del concejo y pueblos limítrofes le créen tonto y no lo es, ni en su labor ni en sus tratos"

Aún en 1928, esta obra clamaba por aquello que nunca llegaría pese a varias intentonas, el tren, y así lo expresaban sus autores Vallín Martínez y Fernández Moreno: "Este pueblo aspira, justamente, a que se construya el Ferrocarril, como mejora general", pero al mismo tiempo planteaban algo que sí se haría realidad, una nueva carretera en enlazase con Rodiles:
"... su aspiración justa y de transcendencia con suma repercusión de beneficio provincial es la construcción de una carretera que empalmando con la general comunique a la belle y hermosa playa de Rodiles; arenal duro y elegante, cuya situación natural y sana rodeada de un valle ameno y sublime sería una playa digna de figurar en la categoría de las mejores, por su riqueza de extensión, seguridad, belleza y hermosura"

Otra muy buena referencia es la del antiguo camino, jalonado por viacrucis, a Santa Mera, "donde se ofrece mucha gente creyente y piadosa, que padece dolores de cabeza". Ya por entonces se plasmaba también en este libro la existencia de antiguos emplazamientos castreños, romanos y medievales de control del territorio, caminos fluviales y rutas marítimas, defensa y vigilancia, aunque aún no se discernía su antigüedad, salvo en la nebulosa de sus leyendas:
"En Olivar, Bárzana y Balbín había castillejos, para defensa en la entrada de la ría. Hoy solo se ven ruinas o lienzos del castillo de Olivar, cubiertos de yedra"

Según avanzamos por la Carretera de Pandu, superpuesta al Camino, continuamos admirando el paisaje de La Ría en su parte más septentrional con Onón en primer término, parroquia de Tornón, a la derecha Seloriu y a la izquierda San Martín del Mar, parroquia a la que pertenece El Puntal


Antiguamente, la margen izquierda la ocupaba la desaparecida parroquia de San Miguel del Mar, suprimida en 1892 para crear la de Tazones, pueblo que estaba dividido entre esta y la de Oles. Tazones, el antiguo Puerto de los Estaçones por las estacas de amarre de las embarcaciones, se convirtió, reunido, en la cabeza de esta nueva jurisdicción, que tomó terrenos de ambas parroquias


La de Oles, importante núcleo azabachero, perdió parte de su territorio, mientras que la de San Miguel del Mar pasó parte a Tazones y parte a la de Samartín del Mar. Su antigua parroquial en ruinas y cubierta de maleza, se halla más allá de El Puntal, en La Peña'l Xaragu, carretera de Tazones arriba, cerca de La Talaya y encima de  Los Payarones, lugares de El Pinalín y El Pinalón, sobre la misma bocana del estuario, lugar de notable antigüedad, donde aparecieron algunos picos asturienses


Bonhome llegando la pleamar, la diferencia de nivel de las mareas en el Cantábrico es muy acusada respecto a otros mares como el Mediterráneo, prácticamente todos los años hay más de un susto o sorpresa por este motivo para quienes no están familiarizados con el fenómeno, pese a carteles y advertencias


Más arriba algunas casas de La Rebollada, sobre El Puntal y al oeste de Lliñeru, aldea ya en lo alto de la rasa costera de Les Mariñes que también pertenece a Samartín del Mar, el cual fue un importante centro alfarero entre los siglos XVIII y XIX, con artesanos procedentes del ovetense pueblo ovetense de Faro, muy posiblemente atraídos por el movimiento portuario y comercial de El Puntal


Por eso se dice aquello de "El Puntal, buena gente de la mar", así como los marineros que arribaban cantaban esta copla popular:
Fragata que tanto adoro
cuándo te veré llegar
al puerto de los Estacones
y dar fondeo a El Puntal

Unas buenas estampas y cuadros de La Ría y aquellas antiguas fragatas y otras embarcaciones podemos hallarla en Barcos en la Ría de Juan Pedrayes, artículo de la página del Ateneo Obrero de Villaviciosa, que queremos recomendar encarecidamente y que en su texto de presentación, fecha octubre de 2012, dice así:

"Hace unos 40 años que las gabarras no hacen el trayecto de Puente Güetes a La Barra empujadas por las mareas. Unos cuantos más desde que los vapores y barcazas de El Gaitero no salen de La Espuncia camino del mundo entero. Nos hemos acostumbrado a ver la ría vacía, Sin barcos que Ia surquen. Sin embargo su estuario fue hasta tiempos muy recientes un camino frecuentado cuyo denso tráfico producía en sus orillas actividades ahora desaparecidas (muelles, astilleros, cargaderos, hornos de cal, molinos de marea).

El uso generalizado de las carreteras durante los años sesenta supuso el abandono de tradicional cabotaje, quedando relegada la ría a un estado contemplativo, un goce estético para turistas y ornitólogos, donde solo los mariscadores, si la contaminación lo permite, recogen de esa viciosa ería los fecundos frutos de las mareas.

Las modestas evocaciones aquí recogidas nos llevan al tiempo de la vela, del vapor y del cabotaje, épocas pasadas donde todavía Asturias no habla dado la espalda a la mar, y nosotros a una ría viva que durante siglos fue el único camino posible, y cuyas aguas surcaron aquellos viajeros y comerciantes fundamentales en la creación del universo Maliayo."


Desde Casa Marica'l Caseru continuamos ruta pasando junto a otro depósito de agua. El viejo camín real venía a señalar el límite entre los barrios altos y los bajos de la parroquia, de antigua rivalidad vecinal como hemos visto


Abajo, La Riega Cueña o de Onón, atravesada por la Autovía del Cantábrico y, al otro lado, más casas de Onón y otras aldeas y lugares de Tornón, como Moreda y La Rionda


 A lo lejos, el gran paredón que cae hacia La Ría desde la rasa mariñana de Les Cases del Coronel, Cabañes y L'Ablanu, hacia El Requexu y la cabeza de la parroquia de Samartín del Mar, en cuya Isla Monasteriu o Monesteriu estuvo en la Edad Media el monasterio de San Martín, con sus ruinas hoy desaparecidas entre ocalitos


Ahí está la fuerte pendiente de La Parea Zaldívar, donde llegaremos a reconocer, a la derecha, también al otro lado de La Ría y también en Samartín del Mar, La Rozada, importante casería de antaño, palacio con capilla y con cuadras, llagar de sidra, henar o tenada, palomar y otras dependencias. Ahí se crio Tino'l Tamboriteru, que amenizó con sus sones las fiestas y veladas de muchos pueblos del concejo


Aquí abajo y más cerca La Rionda, parroquia de Tornón y por lo tanto en la margen derecha del estuario, en la otra, discurre por la orilla la carretera VV-5, por los lugares de Llancín y El Llendón. Allí una pequeña casa a la izquierda es el Centro de Interpretación de la Ría de Villaviciosa, antigua Casa los Camineros, encargados antaño del mantenimiento de la vía


Detrás de La Rionda está El Porréu La Basona y se sabe hubo en el lugar en tiempos una capilla dedicada a San Pedro, cerca de las fuentes de Panizales y de Casales


Más recientemente abrió sus puertas la Bodega la Rionda, productores de sidra, cerveza, vino y licores, con visitas a sus instalaciones y pumarada, pudiendo conocer el proceso de elaboración de la sidra y sus productos, destacando Valnera, vino de manzana "único en el mundo", según leemos en la entrevista realizada en el diario digital VillaviciosaHermosa a su director, Antonio Torres y publicada el 21-8-2016, firmada por Vicente A. Naredo, parte de la cual traemos aquí:
"Con las manzanas de la Finca la Rionda, una plantación de 13 hectáreas en Tornón - Villaviciosa, inscrita en la D.O.P. "SIDRA DE ASTURIAS",  Antonio elabora sidra natural o vinagres. Ahora acaba de presentar  un novedoso producto, del que hasta ahora no había ninguno  similar en el mercado nacional o extranjero.

Valnera es una bebida fermentada de zumo de manzana seleccionada, de las variedades de manzanas de sidra de La Rionda. De color oro brillante, limpio, aromática  de su base a manzana y otras frutas, floral con penetración suave de alcoholes, y generosa y amplia lágrima que le da cuerpo. En boca encontramos un semi tirando a seco con una ligera acidez de la manzana de sidra compensada, con un dulce suave que hace un paso fino y agradable dejándose tomar muy bien.

Su presentación, cuidada en botella oscura de 70cl añorando la botella antigua y recordando en cierto grado a la de sidra.

ENTREVISTA A ANTONIO TORRES -  FINCA LA RIONDA, TORNON, VILLAVICIOSA

 En primer lugar, ¿qué es Valnera?, Antonio.

Valnera es el reto de combinar dos elementos que yo aprecio muchísimo: el zumo de manzana de sidra que tanto bebemos cuando hacemos las malladas en la bodega de casa y la miel de las colmenas diseminadas por la finca, para mejorar la polinización de nuestros manzanos.  Una bebida como la que no hay nada similar en el mercado, técnicamente una sidra elaborada de tal manera que minimiza el ácido volátil de la sidra tradicional y el fijo en boca, dándonos una bebida fresca, redondeada y muy bien compensada en su ácido y dulce. Nada empalagosa y de fácil toma. Mucha gente la denomina vino de manzana.

Hace nueve años y con un espíritu curioso, decido empezar a mezclar ingredientes tomando como base el zumo de manzana de la finca, teniendo siempre presente el famoso Hidromiel, primera bebida alcohólica reconocida de la humanidad. Esto hizo que le diese vueltas e hiciese prueba tras prueba  hasta dar con este producto que después di a probar en diferentes ambientes y lugares, teniendo una respuesta inesperadamente satisfactoria.

Es un proceso enteramente natural, no teniendo ningún aditivo extra sobre el producto final. No tiene ningún añadido de aromas, hierbas, alcoholes o similares.

Tiene una fermentación larga y un tiempo de reposo para que acabe obteniendo los aromas y sabores que lo caracterizan y un control exhaustivo para conseguir una correcta estabilización."

(...) es una bebida con varias posibilidades:

Como aperitivo servido frio, a 12 grados, es ideal. De muy fácil toma y nada pesado ni empalagoso, ya que su dulzor es muy suave y teniendo de base el zumo de manzana, tiene la misma particularidad que la sidra... abre el apetito.

Como acompañamiento en las comidas, marida muy bien con pescados y carnes blancas. Aquí la temperatura ya es a gusto del consumidor, pero yo siempre recomiendo que esté un poco mas atemperado, sobre 14 grados para carnes y usar cubitera de hielo para acompañar pescados.

Como acompañamiento de postres, encaja muy bien con cualquiera. Lo hemos probado incluso con helado de menta y está buenísimo. Con quesos y foigrás encaja a la perfección.

Después es una bebida que da mucho juego para copa de media tarde/noche... una bebida de entre horas que acepta muy bien el hielo..."


"Saltando" (visualmente), de una a otra ribera del estuario, vemos, detrás de La Rionda, las laderas de Llancín y El Llendón en Samartín del Mar, encima de la VV-5, "la hermosa y alegre carretera El Puntal-Tazones", como la definen en Villaviciosa y su progreso


Quintanas asturianas, caserías con su historia, con hórreos y paneras, que van dando paso a la nueva industria, residencial y turística, predominante en las costas y cuyos exponentes son los chalets y casas de veraneo


Antaño, dentro del épico lenguaje, léxico y expresión de la época, en Villaviciosa y su progreso se contaba en 1928 de Samartín del Mar a propósito de su condición ribereña respecto a La Ría, pasillo fluvial entre la costa y el interior de Asturias:
"Ya el gusto natural de las colonias bárbaras, se habían adueñado de esta perla marítima, en épocas que se pierden en la ignorancia de la investigación histórica; es este lugar de brecha probable de la invasión exploradora de nuestro país y seguramente aquí se desarrollaron los primeros acontecimientos histórico-civilizadores que algún día habían de hacer pasar al interior las ventajas de una vida en expansión, industria y engrandecimiento."

Arriba en un claro, La Casa'l Coronel se distingue en la lejanía, al oeste y ya en la rasa de Les Mariñes, en el pueblo de Llames, por donde entra en Samartín del Mar un ramal desde la llamada Carretera del Gobernador (AS-256) que recorre Les Mariñes de Villaviciosa


Carretera que, alternativa a la N-632 antes de la construcción de la Autovía del Cantábrico para las comunicaciones entre Villaviciosa y Gijón/Xixón sube monte arriba más allá de El Pinalón, aprovechando el paso natural entre los eucaliptos del Ríu Llames o Riega Llames, que forma un profundo surco en esa empinada pared, el cual hace de frontera natural entre las parroquias de Samartín del Mar y Bedriñana, como bien lo explican en la Enciclopedia del paisaje de Asturias. Todos los accidentes geográficos del Principado:
"Este curso de agua de aproximadamente 1.250 m, que nace con el nombre de riega Castañera, divide en todo su recorrido las parroquias villaviciosinas de Bedriñana y San Martín del Mar. Toma el nombre de río Llames después de pasar el monte Castañera y bajar en dirección sur, para caer fuerte y rápido por los eucaliptales de El Pinalón, paralelo a la carretera AS-256, entre pequeños saltos de agua por entre el escaso arbolado de ribera, y creando un paisaje de gran belleza, que se abre, por donde los eucaliptos lo permiten, a una de las mejores vistas de la ría de Villaviciosa. Así hasta llegar al molín de Abaxu, del Farrucu o de Tristán donde el terreno allana, y por las tierras de prados de La Ruxidora se echa en la Ría de Villaviciosa por El Llagarón, Sus aguas movieron varios molinos harineros, cuyas ruinas se ocultan entre la maleza de sus orillas. Estuvo habitado por xanes que lavaban sus coladas y cadexos de oro en río y tendían en los prados ribereños, algún vecino todavía defiendo que el ríu tien un encantu, pero eso son cosas de antes que plantaran los eucaliptos"

Allá arriba, ya en Bedriñana, el monte de Vistalegre (339 m), con La Parea'l Pinal en su falda norte, verdadera atalaya a la vez sobre La Ría y Les Mariñes de Villaviciosa


Arriba del todo son las casas de Montealtu, un poco más abajo La Casa'l Coloráu y, a su izquierda y más abajo La Peña'l Carru, Les Peñes y Casa Cequiel. A la derecha, en el collado, La Casa'l Madreñeru


Abajo, El Llagarón, donde La Riega Llames desemboca en La Ría, cerca de La Ruxidora, tras hacer una hermosa cascada


Este es el paisaje de La Ría que se contempla desde la Carretera de Pandu, por donde continuamos avanzando


Y, a cada paso que damos, se abren ante nosotros nuevas perspectivas, tal que aquí, L'Anciena o La Enciena, más allá de Onón, en la manga de El Fontán, donde da sus aguas a La Ría La Riega Onón o La Riega Cueña


La Enciena es una esplendorosa quinta residencial que fue antaño molino de mareas, la cual se levanta encima de la presa de El Fontán, donde se acumulaba el agua que subía en marea alta, formando una especie de lago anexo a la ría, con el que funcionaba el antiguo molino de varios molares. Allí, al otro lado del estuario, tenemos una magnífica vista de La Rozada y otras casas de Samartín del Mar


El Fontán es la manga de tierra sobre las aguas de la Ría de Villaviciosa sobre la que se construyó el primitivo molino en 1880 al cargo de Bernaldo Llanos Álvarez de las Asturias, cuyo hermano Eduardo emigró a Chile donde hizo fortuna


Pronto acabó la iniciativa del molino, pues solo cuatro años más tarde, en 1884, empieza a trabajar en La Villa, nombre popular de la capital del concejo de Villaviciosa. una fábrica de moliendas con dos molares que clasificaba las harinas y tenía gran rentabilidad, dando al traste con la empresa molinera de La Enciena


El malogrado ingenio molinero pasó del uso industrial al residencial cuando en 1902 fue comprado por gijonés Ramón Rivas, quien lo reformó para mansión en 1917 dejando abajo el molino, que sin embargo siguió funcionando hasta los años 50 del siglo XX


Aquí, dejando la Carretera Pandu, vamos a tomar este camino a la izquierda, el cual sigue, cuesta abajo, el el trazado original tras dejar atrás la Casa Marica'l Caseru, según nos confirma Ángel Valle Cuesta en su muy socorrido artículo de los Apuntes para las rutas jacobeas de Villaviciosa:
"Nada más pasar la casa, el Camín Rial se desvía a la derecha y se pierde en un eucaliptal por el que desciende para dejar atrás La Cuesta"

Será este un muy bello y placentero camino, prácticamente un paseo, de Tornón hacia Carda por La Cuesta, a un paso de La Villa, a unos 3 kilómetros de aquí, si bien la autovía trastocó un tanto el trazado primigenio, especialmente en El Sellu, separando drásticamente el Camino de La Fuente los Pelegrinos, donde al decir de la tradición, los romeros jacobitas, como era costumbre a la entrada de las poblaciones, se refrescaban antes de llegar al núcleo urbano, acicalándose y preparando sus credenciales para hospedarse en el correspondiente hospital de peregrinos, en el caso de Villaviciosa el Sancti Spiritus






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