Esta magnífica vista de L'Anciena o Enciena de Tornón la tenemos desde aquí, la Carretera Pandu, vía local superpuesta al trazado del antiguo Camín Rial costanero que comunicaba Colunga con Villaviciosa en tiempos de las peregrinaciones históricas y que es hoy día ruta xacobea oficial, si bien cierto es que había otras sendas que vieron el paso de viajeros, arrieros y peregrinos entre ambas poblaciones de fundación medieval
Esta senda hoy asfaltada y en este trecho bastante llana, normalmente sin tráfico, divide en dos la parroquia: a la izquierda, monte arriba, están los barrios altos y la iglesia parroquial, que no llegamos a ver pese a estar justo encima de nosotros
A la derecha, monte abajo, son los barrios bajos, con Onón en primer término, la antigua iglesia parroquial estaba aún más allá, casi en la orilla del estuario, la cual fue trasladada a Pandu en el siglo XVIII, lo que ocasionó una muy grave disputa vecinal, llegando a apedrearse la residencia del párroco, que vivía en la Casa Marica'l Caseru o Marica'l Fraile, en este mismo Camín Rial, pues era de su familia
Se contempla desde aquí además una soberbia vista de la bocana de La Ría, de la que hemos hablado ampliamente en las entradas correspondientes a los tramos anteriores del Camino Norte en Villaviciosa, con El Puntal y su puerto, actualmente deportivo pero antaño carbonero y comercial, en la margen izquierda, y Misiegu, con su gran banco arenoso de El Bornizal, a la derecha. Más allá Rodiles, gran arenal que no llegamos apenas a ver oculto por pinos y eucaliptos plantados en sus dunas
Comprobamos en esta foto la diferencia del estuario entre las pleamares y las bajamares, cuando se forman grandes extensiones de marisma. En lo concerniente a la biografía familiar del fundador del molino, Bernardo, leemos así en el citado blog:
Unos enormes eucaliptos, que fueron plantados, como aquellos primeros, con motivo ornamental más que de explotación maderera, flanquean el camino que comunica La Enciena con la carretera, donde asoman los tejados de la Casa'l Paxotu, Casa Pín de la Macarena, Casa Paco'l de Peto y Casa Jano
Aparte de esta aceña hubo en esta ría al menos otra documentada, La Encienona, en Seloriu no muy lejos de aquí y en esta misma ribera, unos pocos kilómetros más al norte y al lado de la que también pasa la carretera
En primer término, casas del barrio de Moreda, al sur de Onón, que dan vista a La Enciena y La Rozada. Más abajo y también al lado de la N-632 está el renombrado llagar de Sidra Vigón, que veremos desde más adelante
Enfrente, buena perspectiva de Samartín, cabeza de la parroquia de Samartín del Mar, bajo las laderas, profusamente plantadas de
ocalitos, de La Parea Zaldívar, por donde baja La Riega'l Carbayín desde los altos de L'Ablanu y Cabañes, entre Llames y Lliñeru, barrios también de esa parroquia
Ahí está El Porréu de Claro, junto a la Isla Monasteriu, uno de los últimos pólderes ganados a La Ría, en cuyo entorno se realizaron excavaciones arqueológicas para determinar si hubo algún paso o pasarela entre dicha isla y la ribera de Samartín, parajes de leyenda habitados por los
"hombrinos de gorru coloráu", trasgos
"que celebraban ruidosas y alegres fiestas en las ruinas del desaparecido monasterio", leemos en el
Diccionario Geográfico de Asturias. Ciudades, villas y pueblos
Haciendo caso al mojón jacobeo, con su concha y correspondiente flecha amarilla, dejamos aquí la Carretera Pandu pues el llamado Camín Rial, sigue a partir de aquí cuesta abajo separándose de ella para ir hacia los lugares de La Cuesta y El Sellu en nuestro trayecto a Villaviciosa,
La Villa, la antigua Pola de Maliayo, capital del
conceyu, a sólo unos tres kilómetros de aquí
Este bello Camino, recuperado y con suelo de tierra y piedra, parece estaba perdido y tomado por la maleza cuando, allá por agosto de 1993, al comienzo de despertarse el interés por la recuperación de los caminos jacobitas a raíz del famoso
Xacobeo'93, el filólogo
Ángel Valle Cuesta llamaba de esta manera la atención sobre su estado en el artículo
Apuntes para las rutas jacobeas de Villaviciosa, publicado en la revista de la
Asociación de Amigos del Paisaje de Villaviciosa Cubera nº 23, de agosto de ese año:
"Este tramo, en el que cuentan que existe un puente de piedra, se encuentra cerrado por la vegetación, si bien los vecinos de la zona recuerdan la solidez de su firme de cantos. Este trazado antiguo cruza la actual carretera en la cota más baja, mismamente en el inicio del repecho que da nombre a la zona y por debajo del Prau la Cruz, que bien pudiera recordar el testigo que solía presidir los cruces de caminos"
No obstante, es preciso decir que la Autovía del Cantábrico (A-8), que discurre a nuestros pies trastocó un tanto buena parte del trayecto desde unos metros más adelante. Al otro lado tenemos una buena vista de Onón, así como de la desembocadura del estuario, con el Monte Rodiles (122 m) a la derecha, parroquia de Seloriu, y a la izquierda El Puntal y altos de El Fariu en Lliñeru, (161 m) a la izquierda, en Samartín del Mar
El barrio de Onón dispone sus casas en lo alto de un cueto sobre la riega de su nombre, hoy en día atravesada por la autovía, así como entre las mangas de El Fontán y Les Llames, transformadas en porreos, terrenos ganados a La Ría. Sus casas se extienden mayormente a lo largo del camino que enlaza con la N-632 en La Enciena por un lado y en el otro por el lugar de L'Alegría, también en Tornón. Allí están, entre otras, la Casa'l Praticante, Casa Arsenio, La Casina o Casa Rosa, Casa Máximo, Casa Anita, Casa Benjamín, Casa Paco, Casa María Josefa
Destaca en medio de Onón la capilla de
San Nicolás o de La Guía, templo de origen medieval, en medio de un campo con excelentes panorámicas sobre todo este entorno y que comparte con la antigua escuela, más alta, a la derecha
La capilla, si bien muy reformada, es de estilo románico, conservando su cabecera cuadrada y, ya en el interior, el arco toral, el del altar, de medio punto y sostenido por capiteles labrados en forma de hojas. A su derecha, la escuela fue el último edificio dedicado en Onón a este fin antes de la implantación de la concentración escolares. Más anteriormente hubo otras en Valdaces y Los Faroles, en la carretera
El Puntal destaca por sus lanchas blancas del actual puerto deportivo. Sus espigones, la barra de la bocana y la escollera de Misiegu, a la derecha, cerrando su playa y en banco de arena de El Bornizal, fueron producto de las obras que, a caballo entre los siglos XIX y XX, pretendieron una canalización completa del estuario hasta La Villa
En 1928, en la obra
Villaviciosa y su progreso, de Víctor Vallín Martínez y Gerardo Fernández Moreno, se hablaba de los
"admirables caminos vecinales" de Tornón,
"que entrelazan a sus barrios poniéndoles en comunicación con la carretera general de Gijón-Ribadesella, y en breve dispondrá de una carretera aprobada por la Diputación que partiendo de Villaverde a Agüelle, servirá de enlace con las de Gijón-Canero y la de Villaviciosa-Agüera"; se trata de la que en este lugar se llama Carretera de Pandu, que acabamos de dejar atrás
"Los molinos de marea, aceñas o encienas emplearon antiguamente la energía generada por los flujos y reflujos de las aguas marinas para moler grano. La ría de Villaviciosa tuvo dos de estos ingenios: uno en Seloriu (La Encienona o molín de Balbín) y otro en Tornón, que puede verse en esta imagen tomada por Arturo del Fresno a principios del siglo XX. La Enciena de Tornón permaneció activa hasta la década de 1950, si bien ya desde 1902, a partir de su adquisición por Ramón Riva, su orientación principal fue la de villa de recreo, una condición que se consolidó en 1917 con la reforma del edificio y que se mantuvo al perderse su uso productivo."
Llamada también La Enciena Llanos por su primer propietario y fundador del molino, Bernardo Llanos. A pesar de su transformación en quinta de recreo se dice que es el molino de mareas mejor conservado de Asturias, incluyendo la estructura de su dique, de 145 metros de largo por unos seis de ancho, de ahí que esta desembocadura de La Riega Onón sea también conocida como La Presa
En esta foto sí apreciamos bien su ya citada compuerta, situada a la derecha de la casa: es de madera y dos hojas, la cual como hemos dicho se abría automáticamente cuando comienza a subir la marea, a la vez que se cierra cuando empieza a bajar
Al otro lado, en Samartín, se encuentra la iglesia de esta advocación, cabeza de la parroquia vecina, la antigua estuvo más allá de El Puntal, era la de la desaparecida parroquia de San Miguel del Mar, suprimida en 1892 cuando se creó la de Tazones, que abarcó parte de su territorio
Junto con la agricultura y la ganadería, mucha gente de estos pueblos ribereños pescaba y mariscaba en La Ría, un trabajo especialmente duro, entre agua, barro y humedades. En el año 2011 y al detectarse bacterias contaminantes se decidió prohibir esta actividad en el estuario. El Gobierno del Principado de Asturias activó a partir de entonces una línea de subvenciones a los mariscadores, tradicionalmente mujeres, para compensarles
En nuestros días y, como en casi toda la costa, los usos turísticos en base a hostelería y alojamientos, segundas residencias, gastronomía, casas rurales, etc., van predominando, sin embargo aún hay grandes caserías, de vacuno de carne y leche, y producción agrícola, destacando invernaderos y pumaradas, como la que vemos en Samartín, dedicada al manzano de sidra
El éxodo rural y el abandono del campo hizo que muchos terrenos se fuesen abandonando, quedando para monte o, más ampliamente, dedicados a especies madereras de crecimiento rápido, los eucaliptos u ocalitos, que imperan en el paisaje
Se trata de una especie que se introdujo primeramente como árbol ornamental en quintas como esta de La Enciena, pero que dada su rapidez de corta enseguida se vio altamente rentable para usos industriales, construcción y, especialmente, minería, como apoyo de la entiba en la apertura de galerías. En a actualidad se venden casi exclusivamente a las potentes fábricas de celulosa
Más antiguamente eran otros árboles, los castaños o castañales, la especie imperante, pues además su fruto fue fundamento de la alimentación de las clases campesinas y populares hasta la implantación de las patatas traídas de América. Aquí vemos los oricios o erizos de un ejemplar, cápsula protectora de pinchos que guardan su antaño preciado fruto, el cual todavía mató muchas hambres en la posguerra
En la actualidad, las castañas, salvo en casos y lugares muy concretos, caen y se pierden por los caminos, pese a que antaño era tal su importancia que el derecho consetudinario de poznera estipulaba, y en realidad sigue estipulando, normas en cuanto a la posesión de los árboles y su fruto, destacando que lo caído a la vía pública estaba a disposición de quien pasase, por lo que podemos imaginarnos eran ampliamente consumidas por arrieros, viajeros, pastores y tratantes y todo aquel que discurriera por estos caminos, incluyendo por supuestísimo, a los peregrinos
De ahí viene que, en el
Diccionario de Madoz de mediados del siglo XIX, se dijese que Tornón "
se riega con aguas de fuente y abunda en castaños y manzanos". Más adelante, ya en 1928 con Villaviciosa y su progreso, se informa que
"En estos últimos años se han plantado más de 600.000 eucaliptos y árboles varios, especialmente frutales", destacando entre estos que
"Es de nota excepcional la pomarada de doña Dolores Villaverde, cuya extensión total es de 248.000 kilómetros cuadrados o sean 200 días de bueyes"
Por aquel entonces, acabando la década de 1920, ya la quinta de La Enciena tendría este aspecto o, quitando algunas reformas, muy muy similar, constituyendo enseguida una de las características paisajísticas de La Ría, tanto vista desde aquí como desde la margen izquierda
Más allá de Onón, Los Salgares y La Cueña, dando vista al Monte Rodiles, destaca el palacio de
Vista Hermosa, en La Venta Villaverde, construido por encargo de Rosendo Villaverde de la Llera tras su adquisición, en 1859, de las marismas de la desembocadura del Ríu Sebrayu con la desamortización de Madoz, para hacer un gran porréu
Del palacio y de sus gentes hemos hablado muy ampliamente pues aquí se crio la escritora
María Teresa Villaverde Villaverde,
Tuxa, cuarta hija de Rosendo y su mujer Dolores Villaverde Uría, quien glosó en sus poesías, cartas y demás obras los paisajes y tradiciones de Tornón, de Villaviciosa y de Asturias, inspirando también a otros amigos y familiares, sobre todo a su primo
Francisco Manuel Balbín de Villaverde,
Xiquín de Villaviciosa, otro consagrado autor
Aquí iremos despidiéndonos de los paisajes de la boca de La Ría que nos han acompañado prácticamente desde nuestra entrada en el concejo de Villaviciosa por los altos de La Llera y Muñones, bajando luego a Priesca y Sebrayu, para conocer los de La Ría arriba, hacia el mítico Valle de Boides, el del Ríu Valdediós, en cuya desembocadura y uniéndose a otros ríos se forma el estuario, en Güetes o Puente Güetes al lado del que se fundó en 1270 la Puebla de Maliayo, actual Villaviciosa capital, La Villa
El descenso se suaviza al ir entrando en este bosquete y el Camino tiende a llanear, aparte de suelo de piedra y tierra abunda en él el
follerón (hojarasca)
Esta es una foto de comienzos de primavera, cuando aún hay poca hoja en los árboles y el sol entra en muchos rincones
Este es el Camino avanzado el verano, con las especies de hoja caduca en toda su plenitud. Es, por contraste mucho más umbrío y verdaderamente se agradece en jornadas calurosas y de mucho sol
Bajamos paso a paso. Aparte de
ocalitos, entre las especies autóctonas destacan
castañales y carbayos, también ablanos, acebos, fresnos
nozales (nogales) y muchas clases de arbustos, además de helechos y zarzas e incluso alguna cañaveral (
junquera) dada nuestra proximidad a zonas acuosas
El sendero realiza una curva a la derecha, siguiendo la sinuosidad de la ladera, en esta hermosa e intrincada selva entre La Cueña y La Cuesta
Aquí el Camino ya es eminentemente llano, la construcción de la carretera a Colunga, comenzada paulatinamente por tramos por parte del propio Ayuntamiento coincidiendo con la época de la desamortización de los porreos, fue sustituyéndolo como vía principal de comunicación, pero esto tardó en llegar
Avanzamos por este verdadero túnel vegetal del Camín Rial, como aquí se denominaba de siempre al antiguo camín real costanero, muy cerca del lugar de Ayones, con su famosa torre, "que está del Camino Real Francés abaxo", recoge Valle Cuesta en la documentación de la época, bajo la que pasaremos un poco más adelante, en Carda
La carretera que hizo de él una vía pecuaria más o una ruta local y secundaria (según el tramo, pues en algunos fue
caleya, en otros carretera local y en otros simplemente desapareció) fue incautada por el Estado en 1871, pero en 1882 aún estaban en marcha los procesos de expropiación
En la paz del sendero todo yace en reposo ajeno de inquietudes. La nueva carretera pasó a ser la Ribadesella-Canero, (más tarde N-632) y debió tardar bastante en concluirse, pues Ángel Cuesta Valle dice por ejemplo que en La Venta de Marica Marta, tramo del Camín Rial por Sebrayu, aún tenía parada el coche de la empresa Cinco Villas, que cubría la línea Villaviciosa-Colunga en los años 1920, sustituyendo a los coches de caballos
En este lugar, a la derecha, se reconocen algunos trabajos de ensanche de la vía. Desde su inclusión como ruta xacobea oficial y máxime desde su declaración como elemento del Patrimonio de la Humanidad por la Unesco parecen llevarse a cabo los oportunos y muy convenientes trabajos de mantenimiento
La Riega de Onón y Onón, las casas de Moreda en la bajada de La Guía a La Enciena. Abajo la Autovía del Cantábrico (A-8), tramo abierto al tráfico oficialmente el 12-11-2001
Vemos ahora la hermosa quintana formada por Casa Consuelo, Casa Rosa, Casa Marcelino y más allá Casa Teresa la Castellana, el antiguo llagar de El Verderín (luego casa de turismo rural) y la Casa les Luises, que tuvieron también llagar de rica sidra (realmente había prácticamente uno en cada casa, otra cosa era los que elaboraban para vender fuera)
Poco más abajo, y más allá de La Enciena y Onón, las casas de La Rionda, también en Tornón, por donde pasa la N-632, muy cerca de la orilla pues, pues poco más allá está El Porréu de La Basona, otro de los que ganaron tierras a costa de La Ría y sus marismas
Pese a nuestra inmediatez a la autovía y la carretera nuestro trayecto es sumamente apacible y placentero, cuando al sol y cuando a la sombra, y además sigue siendo muy llano
Árboles, arbustos y exuberante vegetación: efectivamente y como hemos visto, todos los caminos por los que se registra el paso de peregrinos francos, denominación que abarcaba a los de allende los Pirineos y hasta Centroeuropa en general, no solamente a los actuales franceses, aparece este reflejado en la documentación de su tiempo como
Camino Francés
Árboles, arbustos, zarzas, helechos, hierbas y demás vegetación forman espesos matorrales silvestres,
matos o
sebes, flanqueando el Camino a ambos lados
Pero aquí y allí se forman ventanas naturales que nos permiten seguir divisando el paisaje que se extiende más allá, como esta nueva panorámica de Onón sobre su riega y la autovía, así como, más allá, los montes y rasas en primera línea de costa
Xosé Lluis García Arias, filólogo, romanista y toponomista, ve en el topónimo
Onón la raíz
onno, que como
onna, río, es prerromana, tal vez precéltica y preibérica y bastante común en buena parte de Europa occidental, sin embargo no se excluye que provenga del celta
onna, fresno, árbol bastante común también en estos bosques, que incluso dio nombre a un barrio de Tornón, El Fresnu, por donde hemos pasado viniendo de Sebrayu
El Monte Rodiles, al norte, junto con El Campón de Olivar, en Seloriu, a sus pies, parecen ser los precedentes poblacionales inmediatos a un lugar que parece haber estado densamente habitado desde época prerromana a romana y medieval, a tenor de los numerosos hallazgos arqueológicos localizados, entre ellos, en San Llorenti, lo que parece ser un exponente de la primera cristianización de Asturias
Hacia Rodiles y hacia la iglesia de Seloriu, donde apareció una estela funeraria, baja vía Villar, otro de los pueblos de esa parroquia, un antiguo camino procedente de Llastres por Lluces y que entra en Villaviciosa por La Busta y Santa Mera, desde cuya capilla un viacrucis jalona ese recorrido hasta dicha iglesia parroquial. Esa ruta secular fue también al parecer camino de peregrinaciones, tanto locales (Santa Mera,
abogosa de los males de la cabeza) como a la ovetense catedral de San Salvador y a Santiago, máxime por los peregrinos de las rutas marítimas que arribaban al puerto llastrín
Al otro lado de la autovía y al pie de Moreda, en la vega de La Riega d'Onón, está el llagar de
Sidra Vigón, fundado en 1943, en plena posguerra, por José Ramón Vigón, cuando era un pequeño llagar de cuatro pipas y un carro de bueyes, aprovechando la gran tradición manzanera y sidrera de estos pueblos, con abundantes
pumaraes
En la actualidad su producción llega a los 600.000 litros, según se desprende de los datos que consultamos en su página web, en la que leemos también que "Con la llegada del cubalibre, muchos de los llagares que había en esa época perecieron, siendo Sidra M. Vigón uno de los que se mantuvo a pesar de las dificultades"
Acabando la década de 1970 el negocio pasa al hijo de José, Miguel Ángel Vigón, que en la actualidad lo sigue trabajando con su hija María Vigón, logrando varios premios en fiestas, ferias, exposiciones y concursos
" Miguel Ángel Vigón (Villaviciosa, 1949) escancia orgulloso un vaso del tonel con la sidra que este domingo se llevó el 'Elogio de Oro' en Gijón al mejor palo, según el criterio de un jurado de expertos. Con modestia habla de «suerte» para explicar la razón de que su caldo fuese el elegido entre los ventiséis que concurrían al certamen: «Me tocó a mí, como pudo ser a otro, porque afortunadamente hoy ya no hay sidra mala y la calidad es alta en todos los llagares. El único matiz está en el gusto: hay consumidores que prefieren un volátil más alto y otros menos», apunta el llagarero. En su caso la apuesta es «por el tipo de sidra que me gusta a mí: es decir, que sea como tiene que ser, con un volátil de 1,2 como mínimo. Así es cómo la quieren mis clientes de toda la vida y aunque ahora la gente joven prefiere sidras más suaves, nosotros seguimos fieles a la que hicimos siempre».
Fidelidad a la tradición que heredó de su padre José Ramón, fundador del llagar en 1943, y apertura a la innovación, introducida en la empresa familiar por su hija María, enóloga, son los dos ejes sobre los que el caldo elaborado en estas bodegas de Tornón lleva conquistando el favor de clientes de toda Asturias. En 2015 el Festival de Nava le adjudicó el segundo puesto en su concurso y haberse llevado ahora el 'Elogio' gijonés en el mismo día en que recibía el 'Tonel de Oro' a toda su trayectoria profesional a Miguel Ángel aún le emociona al recordarlo y tras saborear él mismo un culete del palo ganador, a la calificación genérica de 'suerte', le añade unos cuantos ingredientes con los que afirma haber elaborado su sidra: «Trabajo, limpieza, dedicación y mucho amor!. El último de ellos, confiesa, es el que le ha movido en el oficio desde que siendo un 'guaje' empezó a ayudar a su padre y a aprender de él. «Teníamos casería y ganado, pero a mí eso nunca me llamó. Era un poco 'señoritu' y aunque me dé reparo confesarlo, no sé ni catar una vaca, pero el llagar veía que me gustaba. La pasión es fundamental en este negocio y yo creo que voy a seguir haciendo sidra hasta que me muera», asegura.
Historia:
En 1943, José Ramón Vigón funda el llagar. A finales de los años 70 su hijo Miguel Ángel se pone al frente de la empresa y dos décadas más tarde forma con su hija María la actual sociedad.
Algunos datos:
Más de 500.000 litros de capacidad. Su producción varía anualmente. Tiene tres llagares hidráulicos con capacidad para 35.000 kg. de manzanas, toneles de madera de castaño de entre 5.000 y 20.000 litros y depósitos de fibra de entre 10.000 y 75.000.
Durante bastante tiempo compatibilizó su trabajo en el llagar con un empleo en la factoría de Nestlé en Villaviciosa. A finales de los setenta se puso al frente de la empresa y dos décadas más tarde formó con su hija María la sociedad limitada de la que ella es gerente en la actualidad. La vieja bodega de su padre sigue siendo el núcleo central de las instalaciones, situadas a escasos metros de la ría y rodeada por una pumarada de dos hectáreas. En la nave que ocupaba el antiguo lugar de faenas del fundador mantiene las pipas de madera de castaño aún en uso, con capacidades entre los 5.000 y los 20.000 litros. El resto de los toneles y depósitos se distribuyen en un espacio aledaño y los exteriores de la finca hasta completar los más de 500.000 litros de capacidad total. «La producción varía y va en función de lo que va saliendo cada año», detalla Vigón, mientras nos guía por las otras áreas: en una, sus tres prensas de apertón hidráulico en las que se pueden mayar hasta 35.000 kilos de manzanas; en otra, la planta embotelladora y la máquina para lavar los frutos con duchas de alta presión. En una de las bodegas, ahora que nadie nos observa, nos brinda un vaso de una sidra aún superior a la que consiguió este domingo el 'Elogio de Oro' y que parece reservar a sus clientes más apreciados y a sus íntimas amistades.
A pesar de su pasión por el oficio y de su convicción acerca de la calidad predominante en la sidra asturiana actual, Miguel Ángel mantiene sus reservas sobre las expectativas de crecimiento del sector. «En Asturias somos un millón escaso y el techo ya lo tocamos. Debería hacerse una promoción fuerte a nivel nacional para abrir más mercado. La declaración de la sidra como Patrimonio de la Humanidad sería importantísima en ese sentido. Y la Denominación de Origen, también me parece un buen paso», opina. El premio a su sidra declara que le servirá «para demostrar que lo vale y machacar más calle. La publicidad bien entendida ayuda y la de Gijón es muy importante». Dentro de poco más de un mes comenzará a llegar a Tornón la cosecha de manzana que el experimentado llagarero vaticina «buena, va a ser bastante curiosa» y con ella de nuevo el ciclo de elaboración, otro más desde el otoño de 1943 en estas bodegas fieles a su origen."
Unos días antes y en entrevista para el mismo periódico
El Comercio, Miguel Vigón insistía, con motivo de otro galardón en el festival sidrero gijonés, en la necesidad de promocionar la sidra fuera de Asturias:
"Miguel Ángel Vigón (Villaviciosa, 1949) es el premio Tonel de Oro de este año, en la XXVIII edición de la Fiesta de la Sidra Natural. Así lo han decidido los lagareros asturianos de forma unánime. Desde los 22 años, Vigón ha trabajado la sidra: primero ayudando a sus padres y después al frente de M. Vigón junto a su hija, que desde que él se retiró es la gerente.
-¿Cómo empezó todo?
-En 1943 mis padres fundaron la bodega. En aquellos años había mucha manzana, sobre todo en Villaviciosa, y no había forma de comercializarla, así que montaron un pequeño llagar con un tonel. Luego la cosa empezó a ir a más. Yo les ayudé desde que era adolescente y a los 22 años entré a trabajar en la empresa compaginando ese trabajo con otro para una multinacional. Después se incorporó mi hija y ahora ella es la gerente.
-¿Qué aspectos mejoraron de la empresa su hija y usted?
-Sobre todo a nivel logístico cambiamos varias cosas. Pasamos de corchar en máquinas rotativas a hacerlo en otras mucho más evolucionadas, de lagares de madera a otros bien preparados. Empezamos a tener medios de reparto propios, equipos de frío...
-¿Un llagar da para vivir de ello?
-Depende del tipo de llagar y de los litros que fabriques. Hace años se ganaba más que ahora, pero podría decir que si es una bodega como la mía, sí da para vivir de ello.
-Con tantos competidores, ¿cómo se diferencian?
-Te diferencias porque intentas hacer un buen producto y sobre todo hay que estar mucho en la calle ofreciéndolo. Tenemos nuestros clientes fijos, pero hay que intentar hacer más.
-¿Vigón trabaja fuera de Asturias?
-Trabajó. Hace años salía a Madrid o al País Vasco, pero ahora nos centramos en el Principado.
-¿Cuáles son sus mayores logros?
-El segundo puesto en Nava allá por el año 2015 como mejor sidra a nivel regional.
-¿Cree que el hecho de haber sido nombrado Tonel de Oro influirá positivamente en su bodega?
Toda publicidad bien entendida es importante. Creo y espero que sirva de mucho.
-Hablando de promoción, ¿cómo ve la candidatura de la cultura sidrera a ser Patrimonio Inmaterial de la Humanidad?
-Es algo muy interesante, hay que luchar por conseguirlo. Todo lo que sea difusión a ese nivel es un salto importante. Hace falta una mayor publicidad, de hecho, porque veo que el consumo de la sidra a nivel nacional baja cada vez más y pienso que es necesario darla más a conocer fuera de Asturias. Además, se necesita gente que sepa escanciar bien, en cuanto sales del Principado no ves a gente que lo haga.
-¿Qué le debe a la sidra?
-La verdad es que mucho. La sidra la vivo desde siempre. Me encanta ver cómo evoluciona, el proceso de producirla: trasiego, aclarado, primera y segunda fermentación...
-¿Cree que su familia continuará con el negocio?
-Bueno, a día de hoy es difícil saberlo, no podría dar una respuesta certera. Pero espero que sí, que se continúe al menos una cuarta generación."
Un poco más allá, en La Rionda, también al otro lado de la Autovía y por donde pasa la N-632, hay que hablar de la
Bodega la Rionda, productores de sidra, cerveza, vino y licores, con visitas a sus instalaciones y pumarada, pudiendo conocer el proceso de elaboración de la sidra y sus productos
Productos entre los que viene destacando
Valnera, un
"vino de manzana", no exactamente sidra
"único en el mundo", según leemos en la entrevista realizada en el diario digital
VillaviciosaHermosa a su director, Antonio Torres y publicada el 21-8-2016, firmada por Vicente A. Naredo, parte de la cual traemos aquí:
"Con las manzanas de la Finca la Rionda, una plantación de 13 hectáreas en Tornón - Villaviciosa, inscrita en la D.O.P. "SIDRA DE ASTURIAS", Antonio elabora sidra natural o vinagres. Ahora acaba de presentar un novedoso producto, del que hasta ahora no había ninguno similar en el mercado nacional o extranjero.
Valnera es una bebida fermentada de zumo de manzana seleccionada, de las variedades de manzanas de sidra de La Rionda. De color oro brillante, limpio, aromática de su base a manzana y otras frutas, floral con penetración suave de alcoholes, y generosa y amplia lágrima que le da cuerpo. En boca encontramos un semi tirando a seco con una ligera acidez de la manzana de sidra compensada, con un dulce suave que hace un paso fino y agradable dejándose tomar muy bien.
Su presentación, cuidada en botella oscura de 70cl añorando la botella antigua y recordando en cierto grado a la de sidra.
ENTREVISTA A ANTONIO TORRES - FINCA LA RIONDA, TORNON, VILLAVICIOSA
En primer lugar, ¿qué es Valnera?, Antonio.
Valnera es el reto de combinar dos elementos que yo aprecio muchísimo: el zumo de manzana de sidra que tanto bebemos cuando hacemos las malladas en la bodega de casa y la miel de las colmenas diseminadas por la finca, para mejorar la polinización de nuestros manzanos. Una bebida como la que no hay nada similar en el mercado, técnicamente una sidra elaborada de tal manera que minimiza el ácido volátil de la sidra tradicional y el fijo en boca, dándonos una bebida fresca, redondeada y muy bien compensada en su ácido y dulce. Nada empalagosa y de fácil toma. Mucha gente la denomina vino de manzana.
Hace nueve años y con un espíritu curioso, decido empezar a mezclar ingredientes tomando como base el zumo de manzana de la finca, teniendo siempre presente el famoso Hidromiel, primera bebida alcohólica reconocida de la humanidad. Esto hizo que le diese vueltas e hiciese prueba tras prueba hasta dar con este producto que después di a probar en diferentes ambientes y lugares, teniendo una respuesta inesperadamente satisfactoria.
Es un proceso enteramente natural, no teniendo ningún aditivo extra sobre el producto final. No tiene ningún añadido de aromas, hierbas, alcoholes o similares.
Tiene una fermentación larga y un tiempo de reposo para que acabe obteniendo los aromas y sabores que lo caracterizan y un control exhaustivo para conseguir una correcta estabilización."
(...) es una bebida con varias posibilidades:
Como aperitivo servido frio, a 12 grados, es ideal. De muy fácil toma y nada pesado ni empalagoso, ya que su dulzor es muy suave y teniendo de base el zumo de manzana, tiene la misma particularidad que la sidra... abre el apetito.
Como acompañamiento en las comidas, marida muy bien con pescados y carnes blancas. Aquí la temperatura ya es a gusto del consumidor, pero yo siempre recomiendo que esté un poco mas atemperado, sobre 14 grados para carnes y usar cubitera de hielo para acompañar pescados.
Como acompañamiento de postres, encaja muy bien con cualquiera. Lo hemos probado incluso con helado de menta y está buenísimo. Con quesos y foigrás encaja a la perfección.
Después es una bebida que da mucho juego para copa de media tarde/noche... una bebida de entre horas que acepta muy bien el hielo..."
En La Rionda estuvo además la capilla de San Pedro, cercana a las fuentes de Panizales y de Casales. Más allá, en Samartín del Mar, vemos los lugares de El Llancín y El Llendón, al sur de La Rozada y bajo Les Cases del Coronel, estas arriba en la rasa costera de Les Mariñes pero también pertenecientes a esa parroquia
El Camino prosigue, sobre la autovía; resulta llamativo como las vías principales de comunicación coinciden buscando los pasos naturales y directos existentes desde la más remota prehistoria, desde la misma composición orográfica del terreno, tal que este en torno a La Ría de Villaviciosa, de los llamados geológicamente
"estuario de valle sumergido", formado como consecuencia de los plegamientos alpinos y los efectos de las glaciaciones. Su aspecto actual es resultado de una canalización parcial a mediados del siglo XIX y de los espacios ganados al agua o
porreos, de los que tanto hablamos en nuestro recorrido por estas parroquias ribereñas
Si hacemos caso a las
Constituciones para el régimen y gobierno del Hospital de Sancti Spiritus o del Santo Espíritu de Villaviciosa, transitarían por este, y otros caminos secundarios, peregrinos tanto a Santiago como a Roma, es decir, en las dos direcciones:
"Se dará la hospitalidad acostumbrada a los peregrinos que transiten a Roma o a Santiago de Galicia, que siempre por sus pasaportes resulten ir en peregrinación", según cita Ángel Valle Cuesta del testimonio recogido del cronista oficial de Villaviciosa
Ramón Rivero, documento que prosigue diciendo que se ofrecerá dicha hospitalidad en el reseñado hospital (al lado de la iglesia de Santa María del Conceyu o de la Oliva, donde luego se construyeron
Les Escuelones -Escuelas Graduadas-),
"por una noche, con cama y un haz de leña, y para el efecto se les destinará una habitación separada"
Es interesante comprobar cómo, en una fecha bastante tardía como 1818, ya dejada atrás la francesada y cuando están a punto de, no sin terribles avatares, sucederse las reformas liberales que caracterizaron esa centuria, la cuales pusieron fin al llamado
Antiguo Régimen, los patronos de aquella obra pía, que carecía de documento fundacional, estimaron imprescindible regular su funcionamiento con estas constituciones, pues como dice Ángel Valle
"tan sólo la tradición mantenía viva su finalidad: acoger a los peregrinos que transitasen por la Villa"
Y así, pese a que en el documento reconocen que
"en el día ha disminuido esta devoción" de las peregrinaciones (la mayor parte de los hospitales de peregrinos ya habían desaparecido por aquel entonces o, en algunos casos, se iban transformado en hospitales de caridad o en sanatorios en el sentido que le damos actualmente a la palabra), se estimaba necesario seguir pidiendo pasaporte, algo similar a lo que ahora llamamos credencial, para evitar picarescas, dejando además claro, en su punto cinco que
"No se recibirá a ningún pobre no estando enfermo, y se le hará salir en el momento que sane"
Pobres y peregrinos que, como hemos dicho, llegado el otoño se alimentarían con ganas de productos que caían a estos históricos caminos, como estas nutritivas castañas que ahora se pudren en el suelo
Y es que, alimentarse de lo que daban estas sendas, bien caído del árbol o bien en forma de limosnas era el destino de muchos transeúntes, romeros, vagabundos y enfermos. No obstante si se descubría que el hospedado tenía posibles se le haría pagar, punto 20:
"Si enfermase en esta Villa algún pobre que por su enfermedad haiga que recogerle en el Hospital, y se averiguase tener en el lugar de su domicilio bienes o facultades, se le obligará a pagar el gasto de toda su asistencia"
Así pues, pobres y peregrinos sabían a qué atenerse, no en vano el final de muchos hospitales de acogida, más que a consecuencia de la mengua de las peregrinaciones o de los servicios asistenciales caritativos, auspiciados bien por la autoridad civil (Concejo), la Iglesia o particulares, vino dado por una pésima gestión de sus rentas, cuentas e ingresos, como pudimos comprobar cuando hablamos de la existencia de muchos de ellos a lo largo de esta Camino de Santiago del Norte
De ahí que estas constituciones del hospital villaviciosino, que podemos leer en la reseñada revista Cubera (Año III - Nº 7 - Abril 1986) dedicaban varios puntos a su saneamiento económico, en base a un tesorero nombrado por una Junta de Caridad, con acceso a "un arca de tres llaves, en la que se depositarán a fin de año las cantidades sobrantes de las rentas del Santo Hospital así como las de la caridad de los fieles"
Atentos ahora a esta bifurcación en una pequeña cuesta: hemos de seguir de frente, por el sendero más ancho y pisado, el cual inicia una suave bajada en este lugar
Fijémonos en el mojón que puede quedar oculto al crecer hierbas y malezas, o pasar desapercibido a su sombra o casi, como puede ser este el caso
Y aquí a la derecha, una hermosa vista hacia el pueblo de Samartín, dividido en dos zonas, al alta, la rasa costera mariñana que de ahí se extiende al oeste prácticamente hasta la bahía gijonesa, parroquias de Oles, Tazones Argüeru, Careñes, Villaverde, Castiellu, Arroes, Quintes y Quintueles
A Samartín del Mar le corresponden, de esa rasa, las aldeas, de hábitat bastante diseminado, aunque en parte concentradas a lo largo de los caminos, de Llames y Lliñeru, junto con algunos caseríos aislados, el resto es
"todo una caída desigual sobre la ría" se lee en el
Diccionario Geográfico de Asturias,
"plantada en su mayor parte de eucaliptales, algunas pomaradas y praderías, y con unas perspectivas y vistas de gran belleza"
Ente los ocalitos se reconoce bien surco de La Riega'l Carbayín, que da sus aguas a La Ría luego de atravesar Samartín en pronunciado descenso, la cual nace arriba, en Cabañes, al sur de L'Ablanéu y al oeste de Llames
En la ladera está el lugar de La Forcada. Podemos percatarnos incluso desde la distancia que buena parte de las casas son en la actualidad de usos netamente residenciales, unas de nuevo cuño y otras antiguas caserías y viviendas campesinas reformadas
Abajo, junto a la carretera VV-5, el
Club Náutico Albatros, construido como ella ganando terreno al agua sobre la misma marisma, fundando en el año 1965 y cuya historia extraemos de su propia página web:
"Era 1965 cuando un puñado de visionarios, buscando reunirse con sus familias y amigos, con el norte puesto en el deporte náutico, crearon el club náutico albatros.
Pidiendo de antemano disculpas por lo imposible de recordar a todos, reciban desde estas líneas nuestro agradecimiento, a modo de muestra, familias como la
de Constante, Pepe Villanueva, Ismael Rey, “Pin”, Antonio Alvarez, Cuno Cabeza, Pepe Riera, Saez, Tito, Maria Eyaralar, Dioni, Jose Sela, Chus, y tantos otros que nos han enseñado que un club necesita una mezcla de amistad, camaradería, esfuerzo, deporte, compañerismo y comprensión para mantener sus puertas abiertas.
No se entiende el club sin recordar las clases de vela con monitores como Juan y Guillermo Zugazabeitia, Fran Arce, Pepe Teleña “pepin”, con sus clases teórica y práctica de mañanas o tardes según la marea, yendo a regatas por todo Asturias, y organizando las propias en nuestra majestuosa ría de Villaviciosa, las partidas de domino y chinchón que tantas tardes entretuvieron a tantos, y las largas tardes de verano disfrutando el “tomasol”.
Las “Diez”, Coque, Alfredo, los Schuman, Faustino y Pelayo, los Ferrer, los Peñarrolla, Carlos, Gerardo, los Simal, los Alvarez, Dani Suarez, los Cardin, los Cabeza, Tesier , ya fuera en vela, piragua o paddle son solo algunos de los que navegaron las aguas de la ría, cuando aún teníamos la “playina”, y la piscina infantil estaba en el campo de futbol.
Quien no recuerda a Ramón y Berta, Corsino y Mariela, Antonio Rilla y tantos otros al frente de los fogones, que tantos años nos dieron de comer siempre con una sonrisa en el menú.
Avelino y Angelines, que aparte del mantenimiento del club, también nos enseñaron “maniobras evasivas” a los que éramos niños en aquel entonces. Lo que les hicimos correr….
Imposible nombrar a todos los padres, madres, abuelos y abuelas que acompañaron y ayudaron a armar barcos, a transportarlos, subirlos, endulzarlos y en definitiva, cuidar de todos nosotros."
El Club Albatros celebró en 2015 sus cincuenta años con una serie de actos reflejados por el corresponsal de
El Comercio E. Rodríguez y publicados a fecha 9 de noviembre en el artículo titulado
Medio siglo a toda vela:
"El Club Náutico Albatros, situado en San Martín del Mar, está de fiesta. Celebra 50 años de vida, pues fue fundado el 19 de noviembre de 1965 de la mano de un grupo de socios del Club de Tenis de Oviedo conocedoras de la Ría de Villaviciosa y aficionadas a los deportes náuticos. Dedicada a las actividades de vela y con «una clara vocación familiar», la sociedad de carácter privado cumple medio siglo de trayectoria en «un momento dulce», en palabras de su presidente, José Sela, quien no olvida que los comienzos «fueron complicados y también ha habido momentos difíciles» debido al descenso de socios que hubo en su día. No es caso actual. Ahora tiene 280 miembros y 700 familiares, y el club ha diversificado sus actividades para que el contacto con la población de Villaviciosa sea mayor. De este modo, aparte de contar con su escuela de vela, ha organizado exposiciones de pintura, con obras de Humberto y Cuadra; presentaciones de libros, como el de '¡Adiós, rey magno!, de la escritora Matilde García Mauriño, y actividades gastronómicas y musicales, sin olvidar las futbolísticas, con una competición con el Lealtad.
Para festejar sus 50 años de historia, el club organizó ayer un encuentro, al que asistieron un centenar de socios. La jornada comenzó al mediodía en la misma sociedad, donde se descubrió una placa conmemorativa, acto en el que estuvieron presentes el alcalde de Villaviciosa, Alejandro Vega; el comandante de la Marina asturiana, el capital Fernando Brinquis Crespo; el director del Centro de Seguridad Marítima Integral Jovellanos, Rafael García Méndez, así como el socio de honor del club y varias veces campeón del mundo de piragüismo Manuel Busto.
La actividad en los colegios
Con posterioridad, tuvo lugar una eucaristía presidida por el párroco de San Martín del Mar, Manuel Robles, y, una vez concluida, los asistentes compartieron un almuerzo en el restaurante del club en el que se reconoció, con las insignias de plata y oro, a los socios más veteranos, los que suman 25, 40 y 50 antigüedad. Dentro del primer grupo (las que cumplen las bodas de plata), figuran Purificación Pérez Villamandos y María Teresa Rubiera; y dentro de los que llevan 40 años están Fernando López Bermejo; Teresa Busto Busto; Ramón Paredes Ojanguren; José Rodríguez Somonte y Santiago Valdés. Y, por acompañar la sociedad desde sus inicios, fueron distinguidos Facundo Cabeza Villa; Constantino García García; Juan Barlart Puerto; Luis Masaveu Menéndez Pidal; Manuel García Pedrayes del Cueto; Luis García Mouriño Martínez; Francisco Tessier, Eliseo Siso García y Manuel Vázquez Prada.
Ahora, el objetivo más inmediato del club es extender la actividad de vela a los escolares de Villaviciosa, a los niños que tienen entre 3 y 10 años. Según explicó José Sela, «ya se hizo una experiencia piloto hace un par de años y funcionó muy bien. Nos gustaría que los escolares aprendieran el valor de vivir en un entorno natural, sin darle la espalda, y que conozcan la vela, una actividad ecológica, que no daña la naturaleza».
Al lado mismo del Albatros está
La Isla Monasteriu, rodeada de agua en las pleamares y completamente plantada de
ocalitos. Ahí estuvo el "
monasteriu Sancte Martini in ore maris", citado en un
testamento (en el sentido de disposición), del rey
Alfonso III El Magno (852-910, si bien realmente una interpolación del siglo XII del
Liber Testamentorum) del que, muy malamente, parecen conservarse algunos restos dada la cantidad de piedra existente y que podría estar a la vez fundado sobre un hábitat anterior, tardoantiguo, el no muy conocido periodo comprendido entre el final del Imperio Romano y el surgimiento, en el siglo VIII, del
Asturorum Regnum
En el año 2018 se realizaron diversas prospecciones arqueológicas en la zona, aunque no en la misma isla pues es de titularidad privada, con un equipo dirigido por el arqueólogo
Rogelio Estrada García, con el objeto de discernir, en sus accesos, si hubo un asentamiento de época romana, en concreto buscando señales de una posible pasarela, que pudo ser de madera, que comunicaría la isla con tierra firme
En el camino de acceso natural en bajamares han aparecido tejas romanas y restos de piedra de cantería, además de, al lado, una fuente, si bien sin vestigios arquitectónicos que puedan asociarse al monasterio o a un enclave anterior. En la isla sí que hay una gran cantidad de piedra, sobre todo en esta vertiente, la oriental, de entre dos y tres metros de espesor, que según Rogelio Estrada serían parte del histórico cenobio, "solapándose sobre ocupaciones anteriores", no descartándose la existencia de una necrópolis al otro lado del islote
Una leyenda dice que la Isla Monasteriu está habitada por
"los hombrinos del gorru coloráu", en clara alusión a los trasgos de la mitología asturiana y su peculiar vestimenta, los cuales celebraban
"ruidosas y alegres fiestas en las ruinas del desaparecido monasterio habido en ella y que da nombre al lugar", tal y como leemos en el
Diccionario Geográfico de Asturias. Ciudades Villas y Pueblos
Más abajo reconocemos los diques para el aterramiento de tierra de los porreos, el de Claro en La Isla Monasteriu y el de La Basona aquí en Tornón, detrás de La Rionda. El abandono de las labores agropecuarias tradicionales ha ocasionado su deterioro y existe debate sobre su recuperación. En el año 2020 la asociación Cubera ponía de manifiesto que en solo cuatro años se había perdido más de la mitad de su superficie, de esta forma lo reflejaba
El Comercio:
"Cuatro años han sido suficientes para perder más de la mitad de la superficie de los porreos de Villaviciosa. El deterioro de estos terrenos provocado por la entrada de agua continúa aumentado debido a la falta de actuaciones por parte de la Demarcación de Costas, titular de este ecosistema protegido, integrado en la Red Natura 2000 y declarado reserva natural. «El aspecto de deterioro es cada vez mayor y lo poco que puede haber de tierra ya está salinizado. Recuperar estos terrenos llevaría muchos años», lamenta Ángel Valle, presidente de la Asociación Amigos del Paisaje Cubera.
La entidad lleva luchando desde 2016 para evitar la desaparición de este patrimonio paisajístico, llegando incluso a llevar su denuncia ante el Defensor del Pueblo. «Para nosotros fue una derrota porque no fuimos capaces de hacer cumplir a las administraciones con su obligación. El expediente fue cerrado sin una solución», explica Valle. Ahora, la asociación ha decidido unirse a la organización no gubernamental SEO Birdlife para intentar desarrollar una línea de trabajo que permita, por lo menos, mantener los terrenos que todavía no se han visto afectados.
Rotura de 15 metros
El porreo de Muslera fue el primer afectado por la entrada del mar, debido a una ruptura en parte del dique hace cuatro años. El daño tenía entonces tan solo un metro de diámetro, pero en estos ha ido aumentado hasta superar los quince. «Era una obra asumible, que de haberla hecho habría permitido frenar todo el deterioro que vino después. Ahora recuperar todo ese terreno, si es que se puede, llevará muchos años», asegura Valle, quien insiste que «hay empeño por parte de Cubera. Los porreos son parte del patrimonio de Villaviciosa y un reflejo de la humanización del concejo».
Valle espera contar en esta nueva lucha con el apoyo del Ayuntamiento. El equipo de gobierno siempre se ha mostrado en contra de la postura de la Demarcación de Costas. El alcalde, Alejandro Vega, exigió en numerosas ocasiones un actuación urgente, llegando incluso a tomar la decisión de ejecutar labores de mantenimiento básicas para evitar que la entrada masiva de agua fuese un peligro para los propios vecinos. En es caso de la zona de El Cierrón, donde las inundaciones del terreno podrían afectar al campo de fútbol o las viviendas cercanas."
Más allá de La Isla Monasteriu o Monesteriu vemos la parte sur El Requexu, otro de los barrios de Samartín del Mar, donde desemboca en La Ría el arroyo de La Riega la Fuentica y cuya capilla de Nuestra Señora de los Ángeles, que celebra fiesta el 15 de agosto (la Asunción), la gran romería de la parroquia, conserva una cruz en celosía que se revela puede ser de los tiempos de aquel mítico monasterio de San Martín...
Dentro del estilo literario de la época, Víctor Vallín Martínez y Gerardo Fernández Moreno, autores del libro
Villaviciosa y su progreso, publicado en 1928 y destinado a poner en valor los recursos del concejo, parroquia por parroquia, dicen de la ría y de Samartín del Mar lo siguiente:
"Aquí quiso el Cantábrico abrir un cauce comunicativo con la tierra virgen y aquí se desposaron en permanente ásculo los aromas florestales y los vientos marítimos; aquí los primitivos ástures, restos de razas ignoradas, pero sí casta de audaces y temerarios, levantaron sus hogares rodeados de bellezas de paraíso; aquí la avaricia de los piratas trazaron sus cuadros de latrocinio y de rapiña; aquí los normandos, introducían sus naves invasoras para sufrir las derrotas repetidas que les inflingían los naturales a golpe de bellezas y de amores; aquí, en fin, se extasía el artista que halla el filón inagotable de matices y emociones, y el filósofo enmudece ante la grandeza sublime de una naturaleza que se agranda, se modifica y se hace infinita"
Otra muy buena vista de La Rozada, con su gran caserón, capilla y dependencias, sobre la
"hermosa y alegre carretera del Puntal- Tazones", como le dicen en
Villaviciosa y su progreso
Si nos fijamos veremos bien ahora, debajo de la casa y entre los árboles, la torre circular del viejo palomar
Otras casas de Samartín son la de María la Ferrera, Casa Ladio, , Casa Ángel, Casa Tiva, Casa Jesús el Carteru, Casa la Maestra (cercana a la antigua escuela), Casa Beatriz, Casa Angelita y Pepe, Casa Isabel, Casa Vangelista, todas enlazadas por una red de caminos que suben también más arriba a Casa Elena la Solana
Más cerca de La Rozada Casa Casiano. Hace tiempo, una vecina, Carmen Victorero, nos contaba antiguas historias de mieos y apariciones por estos caminos, antaño muy oscuros, pedregosos, sin luz y dados por tanto a historias de fantasmas
Ya que antes hablamos de Tino'l Tamboriteru, aquí criado, justo es recordar también a otro célebre músico de Samartín, el
curdionista Emilio Gancedo
Más al sur de Samartín y sin salir de esa parroquia el hábitat se hace mucho más disperso por las faldas que bajan a La Ría desde El Pinalón y Les Cases del Coronel. Esos barrios y lugares de la zona alta, que no vemos apenas desde aquí, están comunicados directamente por ramales que salen de la llamada Carretera del Gobernador (256) y continúan, por toda la rasa, hacia Tazones
Ahí encima de la carretera son las casas de El Llendón, por donde se dice iba el camino antiguo de Villaviciosa a Tazones anterior a la carretera, donde la antigua Casa de los Carreteros, dando vista al estuario, es actualmente el
Centro de Interpretación de la Ría de Villaviciosa
Paisajes pues ya del sur de La Ría, dando vista ya a las montañas que la guardan por el oeste y que marcan el límite, al sur, de Les Mariñes de Villaviciosa
En primer lugar es El Monte Vistalegre (339 m), seguidamente a su izquierda El Monte Ñora y su cima de Pelapotros, más allá La Cobertoria con El Picu Iyán (339 m) y más en lontananza el collado de El Pedrosu (paso de la N-632, la famosa Carretera'l Pedrosu) con El Monte o Cordal de Cañéu y el Curiella a lo lejos (535 m) cordal que se extiende al sur hasta Sariegu, separando el Valle de Boides o del Ríu Valdediós y sus afluentes del Valle del Ríu España, al oeste
El Vistalegre se alza sobre La Riega Llames, que desemboca en La Ría en El Llagarón, haciendo de frontera entre las parroquias de Samartín del Mar y Bedriñana, un paso natural aprovechado por la citada Carretera'l Gobernador que, durante muchos años y antes de la apertura de la autovía, fue alternativa a la del Pedrosu, penosamente famosa por sus continuas curvas, mareos y accidentes
Allí están las casas de Montealtu, pertenecientes al pueblo de Pentanes en la parroquia de Bedriñana, bajo La Parea'l Pinal. Más abajo está La Casa'l Coloráu, ahí era famosa la colección de cántaras de barro de José María García Obaya, procedentes de antiguos alfares. El topónimo Vistalegre ni que decir tiene que hace referencia a las amplias y espectaculares vistas que se dominan desde esas alturas
Por ahí iría un antiguo camino que desde Villaviciosa y Puente Güetes subiría Bedriñana arriba, pasando por la muy importante iglesia de San Andrés (Arte Asturiano) para salir por allí a Les Mariñes por El Gobernador y bajando luego a La Lloraza, en Oles
Otro camino, más directo y parece que más importante es el que desde San Andrés de Bedriñana asciende al Altu la Cruz, detrás de Vistalegre, dirigiéndose también al importante enclave de La Lloraza, donde hay una iglesia románica y aparecieron estelas funerarias del tiempo de la romanización, solar también de una malatería o albergue de leprosos. A partir de ahí sería conocido como Camín Real de les Mariñes y, pese a que extrañamente esquivaba la más que obligada visita a las reliquias de la ovetense catedral de San Salvador, haciendo caso omiso al dicho que dice que
"quien va a Santiago y no al Salvador visita al criado y olvida al señor", fue empleado por no pocos peregrinos que por alguna razón iban directo hacia la bahía gijonesa, tal y como se comprueba en los registros parroquiales y hospitalarios que reflejaban su paso en caso de óbito
En el siglo XVIII este camino terminó por ser relegado por el que va al valle del Ríu España tras subir al Cordal de Cañéu al otro lado del Curiella, donde hay otro paso y collado también llamado Altu la Cruz, ya que, pese a pasar ese y otro puerto importante, El Curviellu, era sensiblemente más corto y evitaba las continuas bajadas y subidas por los estrechos valles formados por los ríos y regueros de Les Mariñes: ese es ahora, junto con el que va a Oviedo/Uviéu (bien por
Valdediós o bien por
Arbazal), del que se separa en el cruce de
Casquita, al sur de La Villa, el Camino de Santiago oficial para quienes opten por dirigirse a la
Villa de Jovellanos
La Carretera'l Gobernador (AS-256) pues, que aquí vemos en cuesta bajo Casa Cequiel, aprovecha entonces también uno de esos pasos a Les Mariñes por las laderas de Vistalegre, caminos
olvidados de los que también escribe Valle Cuesta en sus
Apuntes para las rutas jacobeas de Villaviciosa:
"... parece obligado el paso por Oviedo, por su catedral y su San Salvador, antes de continuar hacia Galicia, pero también se identifica con facilidad una ruta costera que "se salta" la capital y cuenta con un hospital-lazareto albergue de peregrinos en La Lloraza, camino de Gijón y Luarca"
A nuestros pies, Musllera, parroquia de Tornón, con su gran porréu, llamado de Musllera o de los Cavanilles, otro de los surgidos a consecuencia de la desamortización de bienes civiles (municipales y comunales) de Madoz y cuya marisma fue vendida por el Estado en 1873 a Bernardo Llanos (el fundador del molino de La Enciena de Tornón)
La venta se hizo con cierta prevención y advertencia, pues dos décadas y pico atrás, en 1851 y con motivo de las obras de la nueva carretera a Colunga, había surgido un pleito entre el Ayuntamiento de Villaviciosa (pretendido dueño legítimo y por lo tanto enajenado con la desamortización) y Pedro Peón Vereterra sobre la propiedad del
"porréu o junquera de Muslera", escribe
Juan José Pedrayes Obaya en
Villaviciosa de Asturias. Análisis urbano:
"Pedro Peón alegaba que su familia era la propietaria de los terrenos desde 1621, mientras que el Ayuntamiento los consideraba incluidos en sus bienes de propios. Esta primera disputa se zanjó con la intervención del Consejo Provincial y la valoración de los terrenos de la nueva carretera a Colunga por peritos, pero sin que el Ayuntamiento renunciase a la pretensión de su propiedad. En 1859, al comenzar la subasta de bienes propios en toda España, el Gobernador comunica a Concha Peón y al Concejo "la suspensión de la venta del porreu de Muslera hasta que se decida la cuestión de la propiedad"; el Ayuntamiento volvió a manifestar que los terrenos se encontraban incluidos en el inventario de bienes de propios, ya que los terrenos se hallaban en abertal para el pasto de los ganados y que haría valer sus derecho llegando a sostener un pleito si fuese preciso.
(...) en 1873, el Estado vende las marismas de la Ría a Bernardo Llanos con cierta reserva respecto a la llamada de Muslera, invitándole a acudir a los tribunales para hacer valer su derecho. Antonio Cavanilles, casado con Concha Peón, tenía por aquellas fechas una sentencia favorable a sus pretensiones, El caso fue que el porréu se cerró y la Ría perdió una parte considerable de sus marismas. Las edificaciones fueron realizadas por constructores holandeses a principios del siglo XIX"
Ahí en Musllera, a la derecha de las casas, asoma parcialmente el
Palacio de los Cavanilles, totalmente arruinado, entre la N-632 (la disputada Carretera de Colunga) y el porréu. Se trata de una reforma realizada en 1917 de una casona anterior y fue vendida posteriormente al indiano Rafael Venta, residente en México. Hemos de servirnos de nuevo y felizmente del blog Casonas de indianos para conocer más de su historia y estructura:
"El edificio está situado en la N-632 a su paso por el Tornón (Villaviciosa). La casa y el porreu adjunto (terreno ganado a la ría mediante rellenado con tierra hasta que se consigue que sea lo suficientemente firme como para poderse cultivar) pertenecieron a Don Benito Cavanilles y Peón, casado con Elvira Batalla Díaz, hijo de Antonio Cavanilles y Federici y Mª de la Concepción de Peón y Bernaldo de Quirós. La familia Cavanilles fue una familia rica de la zona que la reformó sobre 1.917 dándole el estilo ecléctico que tiene en la actualidad. Está compuesta por dos pisos, con pórtico en el inferior y galería de madera en el superior. En la torre se combinan huecos de dintel y arco muy decorados con molduras y guirnaldas. Posteriormente Don Benito vendió la casa a Don Rafael Venta, indiano venido de México. Al morir éste la casa la habitó su viuda Doña Magdalena hasta que decidió regresar a México junto a su familia. En la actualidad como se ve en las fotos la casa está medio derruida y en venta."
Aunque no lo llegamos a ver desde aquí es importante decir que enfrente está El Xalé, chalet de época, ahora albergue
La Llamarga, privado y exclusivo de peregrinos, inaugurado en 2014. Más arriba es Valdaces, donde hubo escuela, anterior a la de Onón, que acabamos de ver. En concreto parece ser eran dos, la de niñas arriba y la de niños más abajo
Un poco más allá y en la misma carretera y en dirección a La Villa hubo otra escuela, en
Los Faroles, una casa que apenas asoma tras una mata de arbolado. También hubo
chigre (bar asturiano), muy célebre antiguamente. Se trata de uno de los lugares más afectados por el abandono de los porreos
En lo alto tenemos el Pelapotros, cuyo topónimo revela la antigua tradición de la prinda y marcaje de potros, tan habitual antaño en los pastos de altura y puertos de montaña
A su derecha está el ya mencionado Altu la Cruz, por donde sube, desde San Andrés de Bedriñana, el Camín Real de les Mariñes al que antes nos referimos
En su cima, desde la que se llega a ver Los Picos de Europa hay una antena y, oculto por los
ocalitos, un vértice geodésico. Un poco más abajo una de las casas de Cabañes, barrio de Bedriñana
A su izquierda La Cobertoria con El Picu Iyán a lo lejos. Ladera abajo salpican la ladera que cae hacia la ría las casas de las aldeas, quintanas y lugares de Bedriñana, la tierra de Vitrinius, si hacemos caso a la etimología. Por su parte Cobertoria es un topónimo bastante frecuente en las montañas y parece hacer referencia a la cámara dolménica de los muy numerosos campos de túmulos megalíticos de las antiguas civilizaciones pastoriles que las poblaron, cubiertos por una gran piedra o cobertoria
Bajo el Pelapotros y Cabañes, en un rellano sobre La Ría, está el lugar del muy significativo nombre de La Pola, un topónimo que solo solía darse a enclaves de cierta entidad, urbana mismamente, y que llama poderosamente la atención no sea una de aquellas numerosas pueblas de fundación real que proliferaron en el medievo sino a lo que debió ser una población de cierta relevancia, anterior incluso a la misma Puebla de Maliayo y en uno de los caminos costeros desde Puente Güetes hacia la costa mariñana
Y es que no en vano, justo en medio de La Pola está la iglesia parroquial de San Andrés de Bedriñana, joya que conserva importantes elementos del Arte Asturiano (prerrománico) que da idea de la importancia del lugar en el alto medievo. Si nos fijamos bien quizás reconozcamos si espadaña (elemento posterior a su fundación) y parte de la cabecera, semioculta por la ladera de un prado y justo en medio de la fotografía
Prados abajo, está El Calieru, un edificio grande de varias naves pegadas con tejados a dos aguas que fue antaño un horno de cal que dio nombre a este lugar del barrio de Pentanes, también en Bedriñana, a la izquierda del cruce de la carretera a El Puntal y Tazones con la del Gobernador, que si nos fijamos veremos desde aquí, al lado de la casa, más pequeña, situada a la derecha de la foto y de tejado a cuatro aguas, en la que hubo, tiempo ha, una
teyera, fábrica de tejas y ladrillos, donde trabajaban los famosos
teyeros llaniscos o
tamargos: La Teyera los Jacintos, una tejera mixta, evolución de las tradicionales, donde además de cocer barro cocían piedra caliza, en concreto cal en la parte del vientre y tejas y ladrillos arriba, todo en una misma hornada, una práctica habitual que parece tener su origen en Llanes
Los caleros o calieros fueron muy importantes antiguamente para diferentes usos y, en torno a La Ría, proliferaron grandemente pues su producción era exportada rápidamente a través de El Puntal, en el diario digital
VillaviciosaHermosa rescatamos alguna de sus noticias:
"Los calieros u hornos para cocer piedra caliza y transformarla en cal abundaban en siglos pasados en Villaviciosa y otros lugares de Asturias, formando parte importante de su historia, y vida cotidiana rural de muchos pueblos, y recuerdo de un patrimonio etnográfico ya casi olvidado
La cal se viene usando en Asturias para la construcción desde la época romana. Se utilizó poco durante la edad media y a partir del siglo XVI se volvió a usar en edificios urbanos. A partir del siglo XVIII cogió auge sobre todo para usarla como fertilizante ya que sirve para quitar acidez a los suelos y los muchos caleros que funcionaron estaban dedicados a ese fin. La zona de mayor producción fue en los municipios marítimos, ria del Eo, ria de Villaviciosa y Gijón desde donde se exportaba a Galicia, región en la que escaseaba la piedra caliza y era Asturias su principal proveedora.
Todavía hoy en Villaviciosa los vecinos más mayores recuerdan aquellos caleros en zonas con abundancia de piedra caliza como, Amable Solares Fernández de 96 años, vecino de Bedriñana. “Aquí en Pentanes todavía queda un caliero bastante bien conservado. Recuerdo oir hablar que aquí se cocía piedra caliza de la que se obtenía la cal que se utilizaba como elemento de albañilería en la fabricación de morteros para la construcción de las casas que se mezclaba con arena que se traía de la cercana ría”, explica Solares (...)
Senén Rivero Cueto estudioso de la historia del concejo maliayés explica sobre los calieros maliayeses “En Villaviciosa ya tenemos noticia de los caleros desde principios de 1800 a través del ilustrado Caveda y Solares que en su descripción de Villaviciosa dice que en el concejo se cuecen muchas fanegas de cal, para abonar la tierra y para las obras, situaos dichos caleros en Tornón, Bedriñana y sobre todo san Martin del Mar, por estar cerca de la ría y que embarcan grandes cantidades en pataches a otros puertos sobre todo para las obras de El Ferrol”.
El uso de la cal fue muy variado en los últimos siglos, como abono, para blanqueos y encalados de casas, como desinfectante para paliar las plagas de arboles y cultivos, como mortero en la construcción al mezclarlo con arena de playa y para usos industriales como la fabricación de azúcar de remolacha, ya que la cal viva se emplea en la depuración del jugo de la remolacha azucarera. En 1900 se necesitaba 35 kg de cal para fabricar una tonelada de azúcar. La Azucarera de Villaviciosa, que funcionó durante (1900-1917) se abastecía de cal del calieru de San Martin del Mar.
“Otro uso de la cal del que nos queda registro en Villaviciosa es para las ‘Tenerias’ los lugares donde se curten pieles y cueros. En vasijas con agua y cal se introducían las pieles y el efecto de la cal era ampliar la porosidad de la piel y quitar el sebo y corroer los pelos y cañones de las mismas. Estas vasijas se conocen con el término de “Pelambre” que puede ser nuevo, mediano y viejo según que la cal utilizada fuese nueva o más o menos usada. El término “Pelambre” que se conoce en La Villa es posible que tenga su origen en estas Tenerias de curtidos”, apunta Rivero Cueto"
El Calieru de Pentanes fue especialmente renombrado, pues en el mismo edificio llegó a haber llagar y baile, disponiendo además de embarcadero para sacar su producción en gabarra a El Puntal. Este embarcadero fue la base para que se estableciese aquí la sede del famoso
Club de Piragüas de Villaviciosa-El Gaitero, si bien la obligada rehabilitación de sus instalaciones lleva dando enormes sinsabores y quebraderos de cabeza desde años atrás
El Calieru sería el último o de los últimos exponentes de los hornos de cal que en, el siglo XVIII, se sabe existían en Bedriñana, Tornón y El Puntal, una centuria en la que era exportada masivamente a las obras del arsenal de Ferrol. Luego, al principio de la siguiente, el ilustrado
Francisco de Paula Caveda Solares escribía así de esta actividad:
"La fábrica de cal es un buen artículo de industria, pero no es común, y sólo algunas personas contadas sacan de él sus ganancias. Se cuecen en el concejo muchos miles de fanegas de cal, para abonar las tierras y para las obras que se ofrecen, pero sin contar éstas, solamente las parroquias de Tornón, Bedriñana y San Martín (y esta más que ninguna), como que son las más inmediatas a la ría, fabrican muchos caleros y embarcan grandes cantidades en los pataches de los turones (?), y de otros puertos, para las obras de El Ferrol. En tiempo de guerra, el temor de las pérdidas hace suspender en negocio, pero en la paz hay años que pasan de treinta mil el número de fanegas que salen por la barra del Puntal para aquel Departamento, con la circunstancia de que el asiento se hace con la precisa condición de que la cal haya de ser de esta ría, por ser de la mejor calidad, muy crasa y de mucha liga, y por que la piedra es muy dura, compacta y negra. La cal más blanca es la de Tornón, y la de más juego para las obras y la de Niévares y de las orillas de la ría"
Cal por tanto abundante que se extraía en canteras de los cordales en torno a todo este estuario. Si la materia prima era buena y cercana, la cocción se hacía al pie de sus lugares de extracción, y la salida comercial lo mismo, los costes de extracción junto con los de elaboración y transporte la harían altamente rentable. Por supuesto otra cosa serían las condiciones de trabajo de los productores de cal, un duro trabajo con repercusiones para la salud al inhalar grandes cantidades de óxido de calcio
Más allá de El Calieru y Pentanes se extienden buena parte de los barrios de Bedriñana ladera del Monte la Cobertoria arriba: El Llugar, La Peruyera, La Biesca, La Ermita y así hasta Abayu y Oriyés, ya de la vecina parroquia de Cazanes. Este soberbio paisaje hace que traigamos a colación estas bellas frases que
El Progreso de Villaviciosa le dedicaba a Bedriñana en 1928:
"Salpicado de casitas blancas, esbeltas y bellas, situadas en las laderas de sus hermosos y fructíferos montes de Gusmil, Peña del Carro, Cabarios y Vistalegre, se destacan los barrios y caseríos de Las Cabañas, Pentanes, Peruyera y La Pola, en cuyos senos viven 415 habitantes entregados a una labor agrícola y ganadera, inteligente y moderna"
Entre El Monte Iyán o Llan y el Curiella, El Pedrosu constituyen otro paso más hacia Les Mariñes y Gijón/Xixón por el que se trazó la carretera que siempre se conoció por el nombre de ese collado, cuyas obras fueron subastadas en 1871, suspendidas en 1875 y acabadas en 1882 sino antes. La carretera sustituiría tanto al paso por el Altu la Cruz de Bedriñana como el Altu la Cruz de Niévares, que atisbamos detrás del Curiella, cerrado al sur por El Monte la Cruz (541 m), buena referencia visual para quienes deseen hacer esa ruta
La Autovía del Cantábrico ha cortado parte del antiguo Camino y ha desdibujado su trazado, que poco más adelante por El Prau la Cruz, se dirigía a El Sellu, antigua venta caminera y parada de postas, camino de la Fuente los Pelegrinos, de tan significativo nombre, donde estos, como solía ser tradición, se refrescaban y acicalaban para entrar en las poblaciones, máxime si había hospital de acogida, como en el caso de La Villa, y había que presentarse en condiciones de revista y con el pasaporte en la mano
Había además una capilla dedicada a Santiago y un monte plantado de viñas, Los Viñones, cerca del desaparecido Molín de la Vega. En la actualidad, si quisiésemos ir, por ejemplo, al muy cercano albergue La Llamarga, tenemos para ello un puente sobre la autovía, sobre el que pasa la carretera local entre Musllera y Pandu, barrio alto de la parroquia, solar de la iglesia parroquial de San Cosme de Tornón
El Camino acaba su corta y suave bajada aquí, al pie de La Cuesta, casería de Tornón que no llegamos a ver desde aquí pero que está muy próximo, cuesta arriba como su nombre indica, a nuestra izquierda
La tupida sebe forma una pantalla natural, visual y acústica, que nos separa de la autovía pese a su proximidad
Al otro lado, las pronunciadamente pendientes praderías que dan nombre a La Cuesta. El Camino ha sido acondicionado y ofrece un muy buen paso tras su recuperación
Un hermoso cañaveral, xunquera o junquera, al lado mismo de la senda
Seguidamente, una pumarada nos recuerda que en La Cuesta de la cuesta era residente (si bien nacido en Poreñu) Manuel Busto Amandi, fundador en 1966 de
Sidra Mayador, una historia que realmente comenzó mucho atrás, en 1939, recién pasada la Guerra Civil, cuando empezó en el negocio de la elaboración sidra, siempre contando con la ayuda de su mujer Consuelo Alonso, y alquilando para ello diferentes llagares de la zona, entre ellos los de Los Faroles y L'Alegría, aquí en Tornón, así como en otros pueblos del concejo
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Consuelo Alonso y Manuel Busto, de Sidra Mayador |
Sidra Mayador se hizo particularmente famosa con el célebre eslogan que, jugando con el nombre de la empresa, dice "
De la sidra el inventor fue un humilde mayador". En el año 2014 y con motivo del 75 aniversario de la empresa se publica una completa historia de la misma, sus fundadores y sucesores de la que extraemos estos fragmentos de la propia página de
Mayador, comenzando por el titulado
El comienzo de una vida:
"En 1925, el joven maliayés Manuel Busto, nacido en Celada (Poreñu) en 1906 pero residente en La Cuesta (Tornón), decide comenzar una nueva vida en Argentina siguiendo los pasos de su tío Máximo.
Ayudado por su primo Pepe Busto a sufragar el pasaje, ha tomado la valiente decisión de alejarse de sus padres y hermanos, de dejar atrás La Cuesta de Tornón, su Villaviciosa natal, su Asturias del alma, para viajar a Argentina en busca de experiencias y oportunidades: esas que su tierra campesina no le ofrecía.
Cargando con una pequeña maleta de cartón y una nostalgia adelantada, Manuel Busto se embarca, a sus 19 años, en un buque de vapor para cruzar el océano en un viaje de más de tres semanas.
Una vez en Buenos Aires, no tardará en emplearse como dependiente de una ferretería, donde pasará algunos años aprendiendo el oficio sin dejar de soñar, ni un solo día, con poner en marcha su propio negocio.
Pero en 1932, cuando está muy cerca de lograrlo, la prematura muerte de su padre le obliga a regresar a España para apoyar y ayudar a su madre y sus hermanos José, María y Guadalupe.
En esos años, en su escaso tiempo de ocio, comienza a visitar a lomos de su caballo el pueblo de Moriyón para cortejar a la joven Consuelo Alonso Cuesta, con quien terminará casándose poco tiempo más tarde.
Y es ahí, donde comienza esta historia."
Pasando al siguiente capítulo nos enteramos, en El sueño de emprender, de los momentos de la fundación de esta empresa sidrera y su evolución con El sueño de emprender:
"Siguiendo la iniciativa de otros empresarios de la zona que, haciendo de la necesidad una virtud, comenzaban a comercializar la sidra que venían elaborando tradicionalmente para consumo doméstico, Manuel Busto vio en el negocio de la sidra la posibilidad de poner en marcha su afán emprendedor.
Y, así, en 1939, se decide a fundar M. BUSTO, un lagar para la elaboración y venta de sidra natural, alquilando para ello diferentes llagares de la zona (Los Faroles, La Alegría, La Trocha, Riaño, El Cuetu).
Consuelo, poseedora del espíritu emprendedor de su marido, enseguida le apoyó en aquella empresa que otros, con menos vista, olfato y gusto, tal vez hubieran juzgado descabellada.
Tras los duros comienzos, el tesón con el que trabaja la familia Busto Alonso pronto comienza a dar sus frutos; pero el éxito comercial tiene un precio: es necesario crecer para no quedarse atrás.
Para ello, Manuel Busto decide fundar en 1941 su propia bodega sobre los terrenos de la antigua Azucarera, 490 m2, avalado con un préstamo de 25.000 pesetas del Banco Asturiano, utilizado, así mismo, para adquirir maquinaria que le permite embotellar hasta 15.000 litros de sidra natural al año.
Al tiempo que la empresa se afianza y va poco a poco creciendo, la familia también se verá incrementada en esos años con la llegada de las tres hijas del matrimonio, Conchita, Alicia y Consuelo, que desde niñas se acostumbran a estudiar y trabajar entre cajas de sidra y a hacer de la bodega de sus padres, donde todas acabarían trabajando, su particular sala de juegos. "
En Adelántándose al futuro conoceremos además que Manuel Busto fue el primero en grabar la marca comercial (certificada por la Agencia Oficial de Patentes y Marcas en junio de 1946) en las botellas de sidra natural, M. BUSTO (1959), producidas en la antigua fábrica de vidrio de Gijón, adelantándose más de cuarenta años al etiquetado obligatorio que terminaría imponiéndose en el sector; implantó las cajas de madera con capacidad para diez botellas, cuando el resto de lagares las usaban de doce; fue pionero en España en la comercialización de vinagre de sidra, de uso doméstico hasta entonces; elaboró, antes que nadie, zumo de manzana estéril, allá por 1971), sin olvidarnos de su renombrada máquina escanciadora
Y en 1966, con los cambios profundos de aquella época, que abarcaban todos los campos, incluyendo el del consumo y sus gustos nacería Sidra El Mayador, con la idea de adaptarse a aquellos tiempos y los que habrían por venir:
"Los años 60, ese aire fresco que sacudió aquella España desgastada, no sólo acortaron el tamaño de las faldas y acrecentaron el riesgo en los peinados de las mujeres españolas. También sus costumbres de ocio comenzaron a actualizarse, reduciéndose el consumo de sidra natural con la irrupción en el mercado de nuevas bebidas que venían para quedarse.
Asumiendo que la supervivencia de los lagares pasaba inevitablemente por la diversificación de sus productos, Manuel Busto supo ver en la sidra espumosa (champanizada, como se decía entonces) un nuevo concepto que permitiría disfrutar de la sidra en el comienzo de las cafeterías, apuntándose de esta manera a la moda del trago largo, lo que él denominaba jovialmente “Cubata libre”.
A la edad de 60 años en la que otros hubieran pensado en retirarse, decide dar un impulso definitivo al negocio con la instalación de una embotelladora para sidra refrescante, capaz de producir 2.000 botellas/hora, y la ampliación del catálogo de productos con el nacimiento de la marca comercial EL MAYADOR, nombre que hace referencia a la persona que antiguamente extraía de forma manual el zumo de la manzana que, una vez fermentado, se convertiría en sidra.
De este modo, el 6 de febrero de 1966, Raúl García Busto, sobrino del fundador, coloca la primera etiqueta de SIDRA EL MAYADOR para unir esta marca a la natural M. BUSTO, fundada 27 años atrás."
Y cómo no, por nada del mundo deberíamos olvidarnos de Don Manuel, el famoso muñeco escanciador, tamaño prácticamente natural, que tanta sensación causaba y causa en la Feria de Muestras de Asturias, con su movimiento de brazos, mayando las manzanas del duernu...
"Un nuevo ingenio ideado por la inquieta imaginación de Manuel Busto, siempre dispuesta a la innovación, y construido por la compañía gijonesa MOMEÑE S.L., se terminará convirtiendo, a partir de los años setenta y hasta nuestros días, en un icono tanto de la Feria Internacional de Muestras de Gijón, a la que acude puntualmente año tras año, como del resto de Ferias alrededor de España
Es la figura mecánica de tamaño natural del mayador que sirve como imagen de la firma al que pronto todo el mundo empezaría a llamar “Don Manuel”, en referencia a su inventor, y que durante años ha hecho las delicias de los niños y no tan niños asistentes a las Ferias, siendo referencia regional, nacional e internacional de la marca.
El muñeco Don Manuel, inquebrantable pitillo en boca en sus comienzos, aún no ha dejado de mayar y sigue dando a conocer desde entonces el método tradicional por el que antiguamente se extraía el zumo de las manzanas, noble oficio de la imagen de marca."
Y en La Cuesta, otro lugar pues de gran impronta e historia sidreras, subimos precisamente un poco de cuesta antes de llegar a la carretera local
Hemos de estar aquí muy atentos: el Camino va a cruzarla para continuar al otro lado, a la sombra de los árboles, pero si deseamos ir al albergue La Llamarga sí habríamos de tomar la carretera a la derecha, donde lo encontraremos en el cruce con la N-632
El sendero sigue a la sombra y cuesta abajo entre la línea de árboles y el guardarraíl. A lo lejos el Monte Agüelle (336 m), la estribación más septentrional del Monte Cubera, cuyo nombre adoptó la Asociación de Amigos del Paisaje de Villaviciosa, para sí y para su prestigiosa revista
Aunque al otro lado hay un mojón, dado que esta reentrada al Camino suele estar en sombra, es posible que nos pase desapercibido en esta penumbra vegetal, por ello suelen pintarse grandes flechas amarillas en el suelo para ayudar a los peregrinos
Y esta es la suave bajada que nos encontramos nada más cruzar, es un camino de tierra y piedra similar al anterior y, pese a estar en una zona que resultó muy afectada por las obras de la autovía, de gran belleza y placidez
Y es que se forma además en este tramo un bellísimo túnel vegetal. La bajada pronto se acaba y empezamos a llanear
En el caso, por ejemplo, que hubiésemos bajado al albergue La Llamarga en Muslera, nos atrevemos a recomendar que no se siga por la carretera N-632 hasta La Villa pues, aunque está muy cerca, carece prácticamente de arcenes, tiene mucho tráfico, incluso pesado, notablemente incrementado en verano al ser acceso directo a las concurridísimas playas de Rodiles y Misiegu
Por ello estimamos mucho mejor subir para retomar el Camino aquí en La Cuesta y continuar ruta hacia las inmediaciones de El Sellu y luego, por La Estrada y La Barzaniella entrar en la parroquia de Carda al pie de la histórica y emblemática
Torre de Ayones
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