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lunes, 15 de septiembre de 2014

LOUSADA Y LA SUBIDA AL ALTO DA XESTA: PASO DE A MARIÑA A LA TERRA CHÁ POR SAN MARTIÑO DE GALGAO (GALICIA)

Lousada. Licencia CC-BY-SA. Autor: Xurde Morán

Viniendo de  Maariz, el Camino Norte de Santiago llega a Lousada, al final ya del concello de Mondoñedo, en la parroquia de Sasdónigas, dando vista al Alto da Xesta, a unos 540 metros de altura, hito natural que marca el paso de A Mariña lucense a la Terra Chá. Estamos en un paisaje ganadero de brañas y pastos, con no pocas tierras de cultivos, millo (maíz) y berzas, así como huertos familiares, esto es, un entorno eminentemente rural, diferente al cada vez más residencial que nos encontramos en el agro según la cercanía a la costa

Licencia CC-BY-SA. Autor: Xurde Morán

Esta es la cabeza y nacimiento del valle de la cuenca del Valiñadares, afluente del Masma, al que el obispo Sarmiento quería hacer navegable desde la Ría de Foz a Mondoñedo. Aquí en concreto se unen el Rego da Pedra y el Rego de Muras formando el Rego de Carballo, que es a la vez uno de los que forman el Valiñadares. Lousada se extiende desde esas fértiles vegas hacia arriba, a lo largo del camino que lo comunica con la carretera N-634 por O Chao da Aldea


Luego de Lousada, por aquellas boscosas colinas, se realiza en fuerte y directa subida la ascensión al Alto da Xesta, situado en una llanada donde se unen la carretera N-634 con la Autovía del Cantábrico en las inmediaciones de O Fiouco. Entre esas arboledas pasará el camino, muy cerca de la iglesia de San Martiño de Galgao, la de la grandiosa romería de San Cosme da Montaña, hermanamiento de mariñanes y chairegos en la fiesta del 27 de septiembre

Licencia CC-BY-SA. Autor: Xurde Morán

A nuestra derecha la parte alta de Lousada, cuesta arriba. Por ahí se sube a la cabeza de la parroquia de Sasdónigas, que está monte allá, por donde pasa la N-634

Licencia CC-BY-SA. Autor: Xurde Morán

A nuestra izquierda los prados donde pacen las vacas. Más allá las plantaciones de maíz. A poco que nos fijemos en lo alto, al pie de los parques eólicos, veremos la Autovía del Cantábrico por los montes de O Coto de Galgao. Por ahí por el Cristo das Lanzas, en la Serra da Farrapa, donde hay un parque eólico, pasa la frontera de los concellos de Mondoñedo y Abadín, el primero en A Mariña, el segundo perteneciente a la Terra Chá


Camino de las primeras casas plantaciones de calabazas y berzas. Podemos imaginarnos las excelencias gastronómicas de las que serán fundamento a no tardar

Licencia CC-BY-SA. Autor: Xurde Morán

Valle abajo se unen los arroyos. Allí hay más maizal. No muy lejos de allí estaba el Muíño dos Cabaneiros, molino harinero en la divisoria de los concellos de Mondoñedo y Abadín. Hace décadas que dejó de moler y su edificio va desmoronándose, desapareciendo poco a poco. De él escribe Andrés García Doural en Miscelánea Mindoniense que ya figura en el Catastro de Ensenada en 1752, siendo por entonces su propietario Antonio de Valoria, vecino de la ciudad de Mondoñedo:
"En los años cincuenta del pasado siglo hacían uso del molino las familias conocidas con los nombres de: "Rego" y "Toribio" del barrio de Vicos de Arriba (Galgao); "O Viudo", "Rivas? y María Antoña" de Vicos de Abajo (Galgao); "Casanova" de las Invernegas (Santiago de Mondoñedo); "O Caseiro", "Rego", "A Roana", "A Tora" y "O Cuco" de la Valiña (S. Vicente); "O Zulo" y "Golilla" de (S. Vicente)"
Licencia CC-BY-SA. Autor: Xurde Morán

El Valiñadres, que discurre por esas profundidades, también disponía de viejos puentes para su vadeo, o más que puentes, pasarelas, uno de ellos el de A Ponte de Toxeiro, apellido familiar de la aldea de Bicos, que pertenece a Abadín. Estos frágiles pasos solían venirse abajo arrastrados por las crecidas y había que reconstruirlos casi continuamente


Pasamos ahora al lado de la corte o cortello, cuadra o establo, llegando a Lousada, aldea que tuvo, además de labrego, un pasado minero-industrial, como no pocas de este valle, siendo ya en el siglo XIX célebres sus canteras de mármol, que no obstante debieron de ser escasamente productivas, pues en 1875 se produce el embargo de bienes de su dueño, Pedro de Arciniega Alonso de Celada, Administrador Económico Eclesiástico del Obispado de Mondoñedo y hermano del obispo Ponciano Arciniega. Más adelante funcionó la empresa La Competidora Universal, explotando dichas canteras


En un rellano al lado del camino, a nuestra derecha a la entrada de Lousada, suele aparcarse la maquinaria móvil, lista para el trabajo agrícola y ganadero, tractores, remolques, carros, transportes de animales...


Es aquí donde empezamos a subir un poco, contemplando estos viejos tejados de pizarra


El cabazo, dando vista al valle y los altos, atravesados por la Autovía del Cantábrico, tantas veces cerrada a causa de la niebla, y hollados por uno de los numerosísimos parque eólicos que tanto abundan ya saliendo del centro de Asturias. El paisaje no obstante es admirable


Montes da Rocha, Alto da Corda (671 m), Pena Pequena (727 m) y Pena Grande (746 m), ante nuestros ojos, los montes de A Farrapa, por donde discurre además el antiguo Camiño a Castela, paso de arrieros y viajeros, que incluso han dejado topónimos, como es el caso del Campo dos Maragatos. Destaca especialmente A Pena dos Frades, en las viejas sendas a otra cueva de reminiscencias mitológicas, A Cova dos Santos, también llamada A Cova da Meiga. No olvidemos que ahí, en Os Samordás, estuvo antaño el santuario de gran tradición romera de San Cosme da Montaña, trasladado en 1925 al Alto da Xesta. Abajo había otro molino, Muíño do Lodeiro


Se hace patente en muchas de estas construcciones, como en la mayor parte de los pueblos, el efecto del éxodo rural y del abandono del campo


Otro viejo cabazo y viviendas campesinas de piedra y pizarra. Algunos techos ya han sido reformados con otros materiales


Un establo a la salida de Lousada, con un tendejón a su vera. Atención ahora a los siguientes cruces de caminos


En la primera bifurcación seguimos de frente, subiendo un poco más... ¡ pero poco !


Pero en la que hay justo después abandonamos la carretera asfaltada y tomamos la pista que hay a la izquierda

Licencia CC-BY-SA. Autor: Xurde Morán

En el cruce echamos un vistazo para despedirnos de Lousada, con su caserío dispuesto escalonadamente por la ladera. Su topónimo hace referencia a las losas o lousas de pizarra, material abundante en el lugar, con el que construyeron las casas, cuadras y demás edificaciones de este y tantísimos pueblos gallegos y asturianos que hemos visto y veremos haciendo este Camino de Santiago del Norte

Licencia CC-BY-SA. Autor: Xurde Morán

A lo lejos, al norte, A Pena da Roca (758 m), en lo alto del monte que separa el valle del Valiñadares del valle de Cesures, por donde sube, por A Infesta arriba, el Camino de Santiago oficial, el antiguo Camiño Mondoñedo-Ferrol, como se le conocía antaño, con el que nos reuniremos a la entrada de Gontán, antesala de la villa de Abadín, capital del concello homónimo


Seguimos pues por esta pista a la izquierda como nos indica el mojón, dejando el asfalto


Nada más tomarla, esta pista empieza a bajar suavemente, dando vista a la cabecera del valle


Y pasa junto a esta cabaña con tejas apiladas en el muro, listas para reparar techos


Y ahí enfrente tenemos el Alto da Xesta con sus aproximadamente 540 metros de altitud, como hemos dicho. Un topónimo relacionado con la vegetación del puerto, genista, también llamada retama o hiniesta, plantas silvestres muy abundantes en esas alturas


Caminamos todo recto y pista abajo hacia las fragas o bosques autóctonos de castaños y carballos


También buenos arbustos de laurel, loureiros, formando grandes y altas matas


Seguimos en bajada... es común encontrar a algún vecino paseando por estos andurriales cercanos al pueblo


Y así nos adentramos en las boscosas profundidades del cada vez más angosto valle, que por aquí tiende a estrecharse hasta su final


El mojón nos señala el buen camino, tanto si hay cruces como si no, para confirmar que vamos en buena dirección


Fin de la bajada: aquí, pasando sobre el Rego da Pedra, uno de los que forman el Valiñadares, salimos del concello de Mondoñedo para entrar en el de Abadín


Administrativamente el paso del río significa que hemos entrado en Terra Chá, pues Abadín ya pertenece a esta comarca, pero geográficamente, y también tradicionalmente, esa "transición" viene a ser arriba, en el alto, donde el venerado santuario de San Martiño de Galgao, también con su sonada fiesta y romería, significa la unión de gentes y lugares de las dos comarcas, la mariñana y la chairega


El arroyo, con sus selváticas riberas, símbolo del Camino

Licencia CC-BY-SA. Autor: Xurde Morán

Ahora nos asombraremos de un altísimo torreón de planta ovoide que de primera mano parece una torre de vigilancia, pero no tiene nada que ver con eso, son los restos de los antiguos hornos de cal de Lousada, que aquí se construyeron empezando los años 50 del pasado siglo XX, tal y como nos informa Andrés García Doural en su Miscelánea Mindoniense


Su objeto era aprovechar la piedra caliza de las cercanas canteras que no se podían serrar en la cercana marmolería La Competidora Universal y, antes de comenzar las obras para hacer estos hornos, los vecinos de Mondoñedo Bernardino González O Chapurro y Ramiro González García O Penasco visitaron los que ya estaban trabajando en O Barco de Valdeorras (Ourense) para conocer su funcionamiento


Estos fueron construidos por la cuadrilla de canteros de Abeledo, Os Braulos, en el cercano concello de Abadón, unos diez trabajadores que hubieron de acometer una obra dificultosa en este terreno montañoso, lo que demoró su puesta en marcha



Vemos lo que parece una boca de los hornos, tragada por la maleza. Por aquí salía la cal, sacada a mano por una manivela que hacía girar unas ruedas dentadas. Quien lo hacía lo pasaba muy mal por el fuerte calor y el polvillo de la piedra cocida, casi no había seguridad laboral y los trabajadores duraban poco en este puesto

Licencia CC-BY-SA. Autor: Xurde Morán

La piedra se echaba adentro por arriba y era cocida con carbón mineral como combustible, consiguiéndose una gran cantidad de producción dado el tamaño de estos hornos. A la piedra cocida se le echaba agua para que abriese antes de sacar el producto resultante por abajo, como hemos dicho


La producción se vendía a los vecinos de la zona para blanquear fachadas, construir muros, desinfectante de las cuadras y tierras de labor, así como en otras obras de más envergadura, como los pabellones del Seminario de Santa Catalina en Mondoñedo


La empresa no resultó como esperaba, dado que se mezclaba piedra blanca, que era muy dura, con la rosa, dura, y la azulada, blanda, la cal resultante no resultaba blanca, más bien oscura, de no muy óptima calidad para encalar, tanto es así que uno de los hornos ni siquiera llegó a inaugurarse. El proyecto fracasó a los pocos años


En esta bifurcación, con este gran canal para el agua, iremos a la derecha


Por aquí rodearemos las instalaciones que, abandonadas, han quedado ocultas por el bosque


Aquí sí que tenemos un profundo canal a la izquierda, cuidado con donde ponemos los pies o... la rueda de la bici


En este lugar y en plena cuesta estaba el puente, hecho con grandes piedras, por donde circulaban la vagonetas que, sobre raíles, llevaban las piedras a lo alto del horno, empujadas por los obreros


El puente hace tiempo se ha desmoronado pero sus grandes piedras lo delatan, se percibe bien el comienzo del arco que hace tiempo se desplomó


Ascendemos en fuerte pendiente. Se dice que el viejo camino, Camiño de Mondoñedo a Vilalba se decía, fue ensanchado para el paso de los camiones y la maquinaria de la mina


A nuestra derecha el profundo pozo de la abandonada cantera, cubierto por la vegetación


A la izquierda, un muro de piedra y otras antiguas dependencias de aquella cantera


Los talleres, las oficinas, la machacadora, etc., abandonados. Así cuenta la historia de esta mina Andrés García Doural en Miscelánea Mindoniense:
"Estos impresionantes hornos de calcificación de piedra caliza se hallan situados en territorio de la parroquia de San Martín de Galgao (Abadín) y a la orilla del cauce del río que conocemos como Valiñadares. Fueron construidos a comienzos de los años cincuenta. El motivo de su construcción fue para el aprovechamiento de los numerosos bloques de piedra extraídos de la cantera que no eran útiles para serrar en la fábrica de mármol conocida con el nombre de "La Competidora Universal". Antes de dar comienzo las obras de construcción de los citados hornos, los vecinos de Mondoñedo Bernardino González García "O Chapurro" y Ramiro González García "O Penasco" visitaron unos hornos que ya estaban en pleno funcionamiento en la zona del Barco de Valdeorras (Orense). Su construcción corrió a cargo de la afamada cuadrilla de canteros de Aveledo (Abadín), conocidos como "Os Braulos". Se demoró bastante su erección, al ser un lugar muy accidentado, al ser una obra de gran envergadura y al ser diez el número de operarios. 
La piedra para las cocciones era trasportada en vagonetas metálicas que circulaban sobre raíles, teniendo que desplazarlas cargadas los obreros por encima de un mediano puente, construido con grandes cachotes de piedra, para poder salvar un apreciable desnivel. Los hornos se cargaban por su parte superior y las cocciones se realizaban con carbón mineral. Al disponer de una gran capacidad de carga, las cocciones alcanzaban un gran volumen. La cocción resultante aparecía en forma de piedras, a las cuales se le echaba agua para abrirlas. La extracción se hacía por la parte inferior del horno, por medio de una manivela, que hacía girar unas piezas metálicas dentadas. Al ser una tarea manual, los operarios sufrían graves problemas con las elevadas temperaturas y con el polvillo que desprendían las piedras cocidas. Por estas fechas las medidas de seguridad y de prevención de riesgos laborales casi no existían y los operarios resistían poco tiempo en este duro puesto de trabajo. La producción de estos espectaculares hornos era consumida por los vecinos de las parroquias más cercanas y la utilizaban generalmente para blanqueo de fachadas, en la construcción de muros, como desinfectante de las cuadras del ganado o en las tierras de labor. Por estas fechas se utilizó gran cantidad de cal de estos hornos en la construcción de los nuevos pabellones del Seminario Santa Catalina de Mondoñedo y en la Colonia del Arneiro. 
Estos hornos no gozaron de mucho éxito, ni tuvieron larga vida; al ser mezclada la piedra blanca (muy dura) con la de color rosa (dura) y con la de color azulado (blanda) el producto resultante adquiría una tonalidad oscura, era poco manejable y no reunía unas condiciones óptimas para encalar las paredes de las edificaciones. Uno de los hornos (el de la izquierda de la imagen) no llegó a funcionar. Las canteras, la machacadora, la excelente edificación donde se hallaban las oficinas, la nave dedicada a taller y los hornos están completamente abandonados, algunos ya caídos en el suelo y otros pasto de la abundante vegetación"

Se van sucediendo una serie de curvas en zigzag para ganar altura rápidamente


Dejando atrás la cantera y los hornos se inicia una serie de duros repechos. Estas sufridas bicigrinas han de echar pie a tierra para subir empujando su bicicleta


En ciertos tramos sí es factible subirse a la bici y dar unas pedaladas. El entorno es, eso sí, un verdadero vergel en la empinada ladera


Efectivamente, en algún tramo la cuesta se suaviza un poco en este hermoso bosque autóctono


Pero en las curvas la pista siempre se empina un poco más, por lo que hemos de redoblar energías


Vueltas y revueltas en un continuo zigzagueo hasta la cima


Luego pasamos a una cierta "tregua" con menos repecho


Trecho todo recto hacia arriba alternando tramos de luz con otros de umbría 


Es la fresca penumbra, donde a veces se rezuma humedad, incluso en verano, lo que se agradece especialmente en jornadas de calor


Salimos nuevamente al sol, dando vista al Coto de Galgao, la parte meridional de la Serra da Farrapa


Las plantas silvestres de la montaña aflora en la vereda, de colores vivos e intensos, que contrastan con el verde del resto de la vegetación, hierbas, matorral y helechos


Como premio al esfuerzo, empezamos a ver un hermoso paisaje al norte: el gran valle del Valiñadares, el reducto del fantástico país del Rei Cintolo


Abajo a la derecha Lousada y el Camino, arriba Suagrexa y arriba a la izquierda O Chao da Aldea y O Pé do Monte, donde está la iglesia parroquial de San Lourenzo de Sasdónigas, barrios de la cabeza de la parroquia, ya en la carretera N-634. Justo encima vemos el Coto de Leboreiro (664 m) y el Coto Herboseiro (643 m), O Pico (718 m) con O Pilar da Pedra y el Monte de San Vicente con A Pena da Roca (758 m)


Sigue el zigzag y sigue la ascensión al Alto da Xesta. Aquí comienza la última gran rampa, un último gran esfuerzo antes de llegar por fin arriba


Y es que el recuesto se hace especialmente pronunciado y largo en este tramo


Es el último remonte pero sin duda el más duro y prolongado. Las bicigrinas han vuelto a posarse de la bicicleta en este lugar


Y han de continuar a pie empujando la bici. La cuesta se cobra su último gran tributo exigiéndonos especial brío


La subida desde la antigua cantera no sube una gran altura pero sí un empinadísimo desnivel en la abrupta ladera y en poco tiempo y con inmediatez


Al llegar a aquella curva se acabará la cuesta. Las bicigrinas se subirán de nuevo a la bicicleta y ya rodarán sin dificultad por todo el país chairego, "hasta Vilalba y más allá"


Pero a nosotros aún nos espera un pequeño trecho y preferimos parar un momento aquí ante esta señal artesanal con el famoso lema peregrino Ultreia et Suseia


Y por el paisaje del valle del Valiñadares, que vemos ahora, esplendoroso, desde lo alto, extendido de sur a norte


Toda la ladera de la montaña por donde hemos venido, subiendo desde Mondoñedo a Maariz y luego a San Vicente de Trigás y a Lousada, con los referidos montes de O Pico y A Pena da Roca en lo alto del monte


O Chao da Aldea. Más allá de aquellas alturas, por la parte de Cabana Vella sube desde A Infesta, procedente de Mondoñedo el llamado camino principal, que algunos vecinos conocen como Camiño Vello de Ferrol, señalizado con hitos xacobeos que marcan el kilometraje. En comparación con este, que durante mucho tiempo fue el único señalizado, pasa menos gente. Han sido halladas monedas romanas, lo que señala bien un asentamiento, una zona de paso y tránsito continuos o ambas cosas. No olvidemos tampoco que al otro lado de las montañas se halla el castro de Zoñán, recinto castrexo galaico


Y así, con esta magnífica vista del valle del Valiñadares, nos despedimos de A Mariña y sus montañas, por donde discurre la muy recomendable Ruta da Augua, especialmente recomendable para los amantes de la naturaleza y el senderismo


El final de la cuesta es pues, todo un hito geográfico, el paso de A Mariña hacia A Terra Chá al que tanto nos referimos en este tramo caminero, un lugar excepcional geográfica, histórica y espiritualmente de paso entre comarcas lucenses


El paisaje irá cambiando y las serranías darán paso a las planicies chairegas, aunque, recalcamos, caminando, hallaremos no pocas cuestas arriba y abajo, si bien no como esta de Lousada hacia A Xesta
 

No en vano este concello de Abadín es llamado "la Puerta Grande de la Terra Chá" y como tal lo estamos comprobando


Aparecen ante nosotros, sobre el Camino, las señales de la Autopista del Cantábrico (A-8) y, a la derecha, la gasolinera y área de servicio en la N-634 a la altura del Alto do Fiouco, de donde parte además la carretera LU-P-0105, que en ese tramo hace de enlace entre ambas


Como resultado de las obras de la A-8 y su enlace con la N-634 en este lugar, toda la reordenación viaria ha transformado el trazado y entorno del Camino


Aquí mismo, por ejemplo, esta pista se divide en dos justo al pie de la autopista y ante uno de los puentes


En este lugar, dichas obras han aislado del Camino el histórico santuario de San Martiño de Galgao o San Cosme da Montaña, símbolo de la unión geográfica, social y sentimental de las gentes de A Mariña y A Terra Chá que secularmente celebran allí su romería el 27 de septiembre


El hito jacobita nos señala continuar pista adelante, a la derecha


A nuestra izquierda, al otro lado de la glorieta y del puente de la A-8, está dicha iglesia parroquial de San Martiño de Galgao (San Cosme da Montaña), a muy escasos metros (tras los árboles del fondo), pero si queremos acercarnos a ella NO se nos ocurra ir desde aquí, pues es extremadamente peligroso. Mejor hacerlo desde un poco más adelante, aunque para ello hayamos de dar un pequeño rodeo desviándonos del Camino


Ahora llegamos al gran nudo de enlace de carretera y autovía, frente a la estación de servicio del Alto do Fiouco y, atrás, los altos del Coto de Arnoso (667 m) y O Outeiro (674 m). Poco más allá, por el Monte Santa Cruz, ha subido el puerto el otro camino. En el área de servicio está el restaurante de O Rei das Tartas, uno de los establecimientos con el célebre apodo de este prestigioso repostero, Carlos Folgueira del que tanto hemos hablado en Mondoñedo, un buen lugar para comer, tomar algo o comprar en su tienda, fundado por el "hijo del rey", también llamado Carlos Folgueira, en 2018


Aquí vamos ahora a cruzar, pero ojo, prestemos muchísima atención al hacerlo, pues no son infrecuentes "los sustos"


Hay un paso de peatones pero tengamos mucho cuidado al pasar. Suele haber tráfico y con las frecuentes nieblas hay veces que apenas se ve nada, siendo además cuando se corta la autopista y se encarrila todo el paso de vehículos por la carretera N-634 a través de esta LU-P-0105. Estimamos muy conveniente poner señales lumínicas, tal y como se ha hecho en otros lugares, por el bien de todos, dado el paso continuo de peregrinos


Otro hito caminero y, al fondo, las casas y prados de A Xesta, en esta parroquia de Galgao. Será justo antes de llegar a ellas cuando, si lo deseamos, hallaremos un ramal seguro para ir andando a la iglesia parroquial de San Martiño o de San Cosme da Montaña


Aquí tenemos un mapa con el paso del camino por el concello de Abadín, que podemos pararnos a consultar, pues siempre puede hallarse información útil y hacernos una idea general de su trayecto y de los lugares por donde pasaremos


El Camino, o mejor dicho los caminos, los dos caminos, que se reunirán en Gontán, justo antes de la villa de Abadín, capital del concello. El camino principal es el de la línea verde; el complementario, el nuestro, es justo el que está debajo, pintado también con línea verde también pero de puntos


Caminamos en paralelo al ramal de acceso a la autopista, que nos separa de San Martiño de Galgao y su campo de romerías


Se perciben ya los tan característicos campos llanos del país chairego, aunque, de todas formas, veremos que la Terra Chá no parecerá tan llana como dice su nombre cuando la recorramos caminando


Estamos en la parroquia de Quende, donde nos aproximamos a dicha aldea de A Xesta, topónimo que viene de la planta de este nombre, científicamente Cytisius Scoparius, abundante en estos parajes


Este es el paso sobre el Rego Bañolas, afluente del Rego da Xesta


De frente otro de los viaductos de la A-8 que ha transformado el paisaje de la parroquia de Galgao pero a la vez tiene aquí su gran talón de Aquiles con las nieblas del Alto da Xesta que, nada más ser inaugurada, provocaron gravísimos accidentes, por lo que se optó, en esos casos, por cortar el acceso a la misma y encarrilar el tráfico a la N-634, formándose a veces atascos y cuellos de botella


Seguimos unos metros en paralelo a dicha autopista con la que tantísimas veces hemos coincidido a lo largo de nuestro periplo por el Camino de Santiago del Norte, prácticamente desde el principio, pues aprovecha los mismos pasos naturales que los caminos de la antigüedad, tal y como hizo en su momento la carretera y como hubiera hecho el ferrocarril de Mondoñedo aquel que nunca llegó


Este puente que tenemos enfrente de nosotros es el que podemos emplear si queremos acercarnos a la iglesia parroquial de San Martiño de Galgao


Para ello, lo tomaremos unos metros más adelante, tras bordear esta finca


Llegamos a una encrucijada y vamos de frente, hacia el mojón


Ahora, el Camino de Santiago sigue a la derecha, pero si quisiésemos acercarnos a visitar la parroquial de San Martiño de Galgao o de San Cosme da Montaña iríamos a la izquierda. A ello le dedicamos la oportuna entrada de blog


Nosotros en esta, continuamos el trazado caminero indicado por los mojones con su concha y flecha amarilla, hacia las casas de A Xesta


Es ahora desde aquí donde sí veremos asomar sobre autopista y árboles el santuario de San Martiño de Galgao, que el 27 de septiembre celebra la multitudinaria romería de San Cosme da Montaña, a la que acuden tempranísimo tanto personas de Mondoñedo como de Abadín, pero también de otros concellos de las dos zonas geográficas, principalmente Vilalba, Cospeito, Pastoriza, Xemade... , dando vueltas al santuario con velas e imágenes religiosas. Por eso se montan puestos de venta de cirios, aunque también de bebida y comida, ropa y artesanía popular


Se suele pedir por la curación de gente enferma, bien a título propio o por otra persona, acudiendo muchos con exvotos de cera, representaciones de la parte del cuerpo afectada. El ganado también se incluye en estas rogativas y se llevan figuras de cera. Otras peticiones comunes son el buen parto de las embarazadas, la casa, o el trabajo. Para ello se celebran también misas y procesiones y antaño el 26 de septiembre, San Damián (San Cosme y San Damián son la pareja de santos médicos), se bendecían los animales


Existen testimonios que avalan que ya en el siglo X se veneraba a San Cosme en Abadín, pero no en este campo sino en el monte de Os Samordás. Unos dicen que aquel santuario era pequeño y de difícil acceso, por lo que se decidió hacer uno nuevo en este lugar en el año 1925 (abierto al culto un 25 de septiembre), Anteriormente a ello el santo "desaparecía" de allí y era encontrado en este nuevo enclave, creyéndose que por deseo divino deseaba ser trasladado

No obstante existe otra versión relacionada, según la cual el deseo fue más bien de gentes bastante influyentes en la parroquia, quienes costearon este nuevo templo. Es entonces cuando empieza a ocurrir lo contrario, el santo desaparece de aquí, su nueva ermita, y aparece en en su anterior capilla, como si ahora se opusiese al cambio. Luego se descubrió que era un vecino de Samordás quien realizaba este "transporte"


Sea como sea lo cierto es que, pese a su cercanía, el venerado templo romero, ha quedado totalmente fuera del Camino. Nuestros pasos se alejan de él, rumbo a la carretera N-634


El paisaje es de llanuras con colinas a lo lejos y algunas matas de arbolado, algunas autóctonas pero otras son plantaciones de eucalipto


Las casas de la izquierda. Si nos fijamos, la tipología de los hórreos o cabazos va variando según zonas


Y ya estamos en la carretera N-634, hay que cruzar pero con muchísimo cuidado también aquí. Estamos en una recta con tráfico abundante y muy veloz que se incrementa notablemente cuando las nieblas hacen cortar el tránsito por la autopista


El camino es la pista recta que sigue al otro lado, entre una fila de árboles a cada lado, a la izquierda eucaliptos, a la derecha unos cipreses que hacen de cierre de una finca


Las largas rectas pueden indicar una concentración parcelaria, la cual es fácil haya variado el trazado original del Camino, si bien se supone este sería el más aproximado


El mojón y su flecha y concha siempre confirman la dirección a tomar. Hay ahora un poco de cuesta, muy liviana pero sí un tanto prolongada


A la derecha Arnoso y a lo lejos A Pena da Roca (758 m)


Estamos en Gontán de Abaixo


En el cruce vamos a la izquierda, haciendo un ángulo


Caminamos en dirección sur-suroeste


A nuestra izquierda, más allá de la carretera que acabamos de cruzar, varios lugares de la parroquia de Galgao: Porto Veiga, Someiro, Peixeira, Currás, Rego do Cal. A lo lejos la Serra de San Martiño con las cimas de Fonte Barreiros (722 m), Formigueiro (784 m), Alto de Lanzós (783 m), Montes de Neda (737 m) y Ventoso (768 m)


De frente a nosotros una bifurcación, seguimos recto por la derecha, dando vista a O Coto (641 m)


Y avanzamos recto entre más fincas todo recto, el trayecto es extraordinariamente llano en comparación con las montañosas etapas anteriores





En Gontán de Abaixo vemos ya a lo lejos el monte O Foro (626 m), a lo lejos a nuestra derecha, por allí, al otro lado va el otro camino, el que ha subido desde Mondoñedo por A Infesta, con el que nos uniremos a la entrada de Gontán, al final de dicho monte, no muy lejos pero que aún no vemos desde aquí



  
















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