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viernes, 4 de septiembre de 2015

EL CAMÍN RIAL A ARBAZAL Y LA CAMPA (1): DE CASTIELLU A SAN PEDRU AMBÁS POR LA CASONA, LA BRIMERA Y LA VENTA (VILLAVICIOSA, ASTURIAS) EL CAMPU LA ROMERÍA LES RELIQUIES "LOS CENDALES DE SEDA ENCARNADA DE LA VIRGEN MARÍA"


Ambás y El Monte Lloses desde el Camino

Procedentes de Camoca, los peregrinos que, atravesando el concejo asturiano de Villaviciosa deciden, en el cruce de Casquita, tomar la ruta ovetense del Camino de Santiago del Norte, pronto llegarán a otra bifurcación en Castiellu, parroquia de San Pedru Ambás, viendo antes en lo alto, desde La Cuesta la Cruz, la cabeza de esta parroquia, Ambás, pueblo extendido a lo largo de la Carretera la Campa, antigua La Secada-Tazones y luego AS-267, AS-380, etc. Allí, a su derecha, la iglesia parroquial de San Pedro, que destaca en la lejanía con con sus paredes blancas y alta torre-campanario, marca uno de los dos caminos que puede escoger el caminante para subir a La Campa y pasar a Sariegu, El Camín Rial o Real, que sube por la falda del Monte Lloses (454 m) a Arbazal, que se dice fue la ruta más empleada antiguamente, mismamente los monjes del monasterio de Valdediós tuvieron su mesón y hospedaje arriba en Arbazal y no abajo en su cenobio del valle


Mismamente, el referido campanario de la iglesia parroquial de San Pedru Ambás, no esta, sino otra anterior, más antigua, figuraba en la demarcación del coto monástico de los cistercienses allí asentados, aunque sus propiedades se extendían por buena parte de Villaviciosa, Sariegu y otros lugares de Asturias

San Pedru Ambás en la subida a Arbazal y La Campa

El Camino que sube a La Campa o Altu la Campa por Arbazal, El Camín Rial, paso a Sariegu, llega desde Castiellu Ambás a esta iglesia y, tras seguir unos pocos metros por la carretera adelante, la dejará al entrar en Villabona, otro de los barrios de la parroquia, tomando la vieja senda monte arriba por las laderas del Picu Lloses que caen hacia el valle de Valdediós

Cruce de Castiellu: a la izquierda a San Pedru Ambás y Arbazal, a la derecha a Valdediós

Esta es la bifurcación de Castiellu, que para diferenciarlo de otros lugares con idéntico nombre da en llamársele Castiellu Ambás: el camino de la derecha va a Valdediós y el de la izquierda a San Pedru Ambás y a Arbazal, reuniéndose ambos arriba, en el Altu la Campa, en la cima de La Llomba, la alargada loma montañosa que separa del concejo de Villaviciosa del de Sariegu y el valle de Valdediós del valle del Nora, pasillo natural que va directo a la capital asturiana, la cual vemos a lo lejos


Puede decirse que, sin lugar a dudas, en la actualidad la inmensísima mayoría de los caminantes jacobitas optan por el camino de la derecha, dirigiéndose a Valdediós, pues además de un gran conjunto monumental visitable en el monasterio de Santa María y en la precedente iglesia de San Salvador (El Conventín), joya del arte asturiano (trescientos años más antigua), hay albergue de peregrinos y hospedería, los cuales pueden proporcionarnos un excelente final de etapa y la posibilidad de visitar tranquilamente esos monumentos


Al indiscutiblemente camino por Valdediós le dedicamos las pertinentes entradas de blog, y lo mismo ahora hacemos con este, el Camín Rial por Arbazal, por eso en este cruce de Castiellu, donde hay un triángulo de césped en medio del cruce de caminos, vamos a tomar el ramal de la izquierda para dirigirnos, primeramente, a San Pedru Ambás


Aquí hay una mesa con un banco de madera donde podemos descansar unos instantes antes antes de iniciar ruta. El Camín Rial empieza prontamente a subir, aunque lo hace escalonadamente, llegando ya en llano a Arbazal y en llano continúa a La Campa, el de Valdediós sigue hasta la cabecera del valle, pero todo lo que no sube hasta el monasterio lo hace abruptamente tras dejarlo atrás, desde Santi a Vallinaoscura y Villarrica


Desde el cruce a la izquierda pues tomamos camino bordeando la extensa finca de El Palaciu, dando vista, a lo lejos, al valle de Rozaes, río afluente del Valdediós que da nombre a la parroquia vecina, valle cerrado al sur por La Llomba y al oeste por el Monte Cañéu o Cordal de Pión con su serie de cimas



Aquí están las señales para ir a La Campa tanto por Arbazal como por Valdediós. estemos atentos pues es posible que algunas veces las flechas y nombres estén gastados y borrosos si no se han repintado oportunamente



En Castiellu la finca El Palaciu es llamada así por su gran caserón con capilla propia, quinta de recreo habitada sólo parte del año y en la que trabajaron vecinas y vecinos de la parroquia. Tiene una gran galería mirando al este, mirando a la capilla, dedicada al Ecce homo en 1928 "regentada por el virtuoso sacerdote y párroco don José Noriega Pertierra" , leemos en del libro Villaviciosa y su progreso, y un corredor corrido orientado al sur, sostenido sobre columnas y con cortafuegos a los lados


Casona y capilla son del siglo XVIII, si bien con evidentes reformas, entre ambas hay un texu y detrás de la segunda se yergue una monumental palmerona


En El Palaciu y su finca, como era habitual en las quintas de recreo, la familia propietaria organizaba grandes fiestas, siendo este el campo de las romerías y, además, se recuerda al famoso chigre o bar de Ángel y Ción, con sus bailes de los domingos, que abría sus puertas en el lugar. De sus dueños en 1928 nos cuentan así los autores del libro Villaviciosa y su progreso, Víctor Vallín Martínez y Gerardo Fernández Moreno, lo siguiente:
"don Fernando de la Guardia, Ingeniero de Caminos, Puertos y Montes, y don Jaime Sánchez, propietario, quienes casados con dos hijas de doña Lucía Miravalles, viuda de Quirós, poseen una hermosa posesión en el barrio de Castiello"

El la finca de El Palaciu quedan algunos elementos de su antigua explotación agropecuaria. Más al fondo, entre las últimas casas de Castiellu por esa parte, baja el otro Camino, en dirección a Valdediós, pasando al pie de otra altísima palmera que vemos desde aquí


Más a la izquierda La Corolla, el castro astur, o lo que queda de él entre los ocalitos, que dio nombre a este pueblo de Castiellu, catalogado por primera vez por el gran maestro de la investigación castreña y prehistórica asturiana José Manuel González y Fernández Valles en la década de 1960, siendo excavado por Jorge Camino Mayor en 1988


El camino a Valdediós pasa detrás de El Palaciu, por El Fundil, donde estuvo el chigre de Ángel y Ción, que además de bar tenía llagar y baile


Al oeste, Turbeñu, parroquia de Niévares, en la ladera del Monte Cañéu; por abajo, por L'Arbeyía y La Cerezalina, van los peregrinos que han escogido en Casquita optar por seguir el camino hacia la bahía gijonesa, quienes han de subir el cordal por el Altu la Cruz


El Altu la Cruz es este collado que vemos entre los altos de La Pescal o La Pesxcar (528 m) a la izquierda y El Picu la Curiella (534 m) a la derecha, el cual constituye el que llegó a ser el paso más empleado entre Villaviciosa y Gijón/Xixón antes de la construcción de las primeras carreteras a mediados del siglo XIX


El Camino era antes mucho más directo, pues desde Casquita y vía Grases y La Torre de Niévares subía directamente al Altu la Cruz, pero la construcción de la Autovía del Cantábrico cortó el Camino y obligó a buscar una alternativa, si bien dando un importante rodeo por el valle antes de acometer la subida al monte 


El Cordal de Pión es toda una sucesión de montes que separa la rasa litoral de Les Mariñes de Villaviciosa de este valle de Rozaes y Valdediós a lo largo de los aproximadamente 6 kilómetros que van entre La Fumarea en Sariegu y El Pedrosu en Villaviciosa. plantado de eucaliptos en sus laderas y de pinos en sus cotas más altas, estaba lleno de necrópolis megalíticas de 4.000-5.000 años de antigüedad en buena parte desaparecidas con estas plantaciones


Entre aquellos campos de túmulos discurría un antiquísimo camino, sin duda prehistórico, que comunicaba la ensenada de Tazones con el interior. Más abajo vemos algunas aldeas de la parroquia de Rozaes, así como los dos túneles por los que la Autovía del Cantábrico (A-8) atraviesa el monte


Rozaes es, por su riqueza agrícola, la llamada tierra de los figueros, donde se celebra en el otoño la animada Fiesta de los Figos, poniéndose higos a la venta y realizándose ricos postres con ellos. A la derecha de la foto reconocemos la capilla de Santu Medero. que hace las veces de parroquial tras la quema de la iglesia de Rozaes en la Guerra Civil. A la izquierda el barrio de Villanueva, donde hay una casa-torre medieval


Con La Corolla enfrente llegamos a uno de los accesos a la finca de El Palaciu, el de este portón que está enfrente de La Casona, este enorme caserón que tenemos a la izquierda


Desde aquí tenemos una hermosa vista de Castiellu, con El Palaciu en medio


A la derecha de El Palaciu está el monte de Casa Marcos (141 m), plantado de eucaliptos


Y, abajo en su ladera de la derecha, Los Riaños, uno de los barrios o lugares de este pueblo de Castiellu


Más allá, El Castañéu, otro monte plantado de eucaliptos, bajo el que discurre el arroyo de La Riega Camoca, que nace en La Forcona, casi al pie de La Llosuca, en el cercano pueblo de Ambás, baja, haciendo de frontera entre las parroquias de San Pedru Ambás y Camoca, a desembocar al Ríu Valdediós en El Mayorazu o El Molín de Mayorazu, este ya en Grases, a poco más de 300 metros de aquí, por donde va el Camino gijonés, es decir, pasa muy próximo en este punto


La Riega Camoca forma un pequeño desfiladero en este lugar y, al otro lado, está El Castillu Taloca (141 m) uno de tantos montes castreños que han sido plantados de eucaliptos u ocalitos, la estructura del castro propiamente dicho, localizado en su cima o corona, es ligeramente ovalada, perimetrado por un talud de más de diez metros con doble foso en su sector oriental


En él realizó prospecciones arqueológicas Jorge Camino Mayor y se dató en base a ello el castro en unos 2.600 años de antigüedad, en época prerromana. Del Castillu Taloca hemos hablado ampliamente en las entradas de blog dedicadas al paso del Camino de Santiago por dicha parroquia, es decir, las correspondientes al trayecto caminero inmediatamente precedente a este


Proseguimos camino por La Casona, pasando a su derecha


Y al pasar vemos este su pasillo de entrada


Al fondo, una vieja panera se desmorona



De frente, los castros como el de La Corolla no están situados en las alturas más prominentes pero sí en las más estratégicas, habitables y de dominio del entorno, en medio del que fuera en la Edad Media el valle de Boides, del que divisan y controlan sus accesos a través de las montañas, así como el camino o los caminos que, a través de estos pasos naturales, comunican la costa con el interior



Las cuadras de La Casona, a lo lejos el Monte Lluaria y Montes de Valdediós, estribaciones de La Llomba, con El Cantu Cabañín (606 m)


El Camino, de momento en llano, hace un poco de curva a la derecha bordeando toda la gran quintana de La Casona


Y pasa frente a este hermoso hórreo de corredor, que antaño estaría lleno de riestres de panoyes 'ristras de mazorcas' colgando y curando al sol


Pasando La Casona ya tenemos una magnífica vista del Monte y Picu Lloses, por cuyas laderas pronto empezaremos a subir al Altu la Campa, que vemos a lo lejos, a la izquierda del Altu del Cabañín y Monte Lluaria, donde nos reuniremos con el camino que va por  el valle de Valdediós (abajo), el cual subirá todo de golpe en los últimos metros, como ya podemos percibir desde aquí


Esta dualidad de caminos dentro de Villaviciosa ha dado pie a no pocas controversias, cierto es que los cistercienses no gustaban de demasiado trasiego de gentes en sus preceptivamente apartados monasterios y que ellos mismos hicieron su mesón-hospedaje en Arbazal y no en su cenobio en 1640, pero otros autores manifiestan que el de Arbazal sería un camino de arriería, trashumancia, nomadismo y viajeros en general y los peregrinos, o al menos una parte significativa, sí iría hacia el monasterio, para luego acometer la subida a La Campa por los paredones de Vallinaoscura y Villarrica, en un ascenso solo apto para buenos andarines, pues carros, carruajes, carretas, recuas de mulas de la arriería, caballerías y rebaños preferirían la ruta de Arbazal, tanto para subir como para bajar


Cruce de caminos junto a La Corolla y seguimos todo de frente con el Picu Lloses en lontananza, nuestra referencia geográfica, visual y direccional más inmediata. En el libro Villaviciosa y su progreso, publicado en 1928, de Víctor Vallín Martínez y Gerardo Fernández Moreno, se menciona ya a estos montes y su vinculación con la parroquia:
"Formando una bella cordillera con los montes "Parea les Ballines", "Monte Lloses", "La Probida" y "Corolla" y disfrutando de un ameno y hermoso valle, se halla San Pedro Ambás limitando al Norte, por Camoca; al sur, por Puelles; al Este, por Valdebárcena, y al Oeste, por Niévares; de 6 kilómetros cuadrados de extensión, presenta panorámico conjunto con sus barrios y caseríos Ambás, Castiello, Lloses y Villabona, donde sus 300 habitantes dedicados a la agricultura y a la ganadería, le convierten en un emporio de riqueza."

Podemos perfilar perfectamente desde aquí el trayecto de los dos caminos, por el valle y por la montaña, así como su unión en La Campa, allí a lo lejos, al sur, el paso a Sariegu y el valle del Nora


En los Montes de Valdediós, Peñacalva (502 m) a la derecha de la foto. A su izquierda, una fila de casas en lo más alto de La Llomba es Lluaria, parroquia de Pueyes, del que se dice es el pueblo más alto del concejo de Villaviciosa, casi en la cima del Cantu Cabañín y los altos de Valloberu, al oeste de La Campa


Abajo, por La Ribera, en las vegas del Ríu Valdediós, va el otro camino, acercándose al monasterio, que no llegamos a ver por poco desde aquí


Sí vemos sin embargo algunas casas de Congares, parroquia de Pueyes, por donde pasa la carretera local que comunica la AS-380 con Valdediós por Villabona y San Pelayo


El mojón, con la concha y, en este caso pintada, la pertinente flecha amarilla direccional, nos confirman la dirección a seguir camino del Monte Lloses y las aldeas de sus faldas, Villabona y Ambás, pertenecientes a esta parroquia de San Pedru Ambás:
"Su situación topográfica es inmejorable, de un clima templado y benigno, sin llegar a los excesos atmosféricos, con una abundante humedad son sus campos ricos en pastos y arbolado. Sus gentes, adaptados agrícolas modernos, consiguen recolecciones selectas en granos, hortalizas, frutas y horticultura, pudiendo asegurar que su producción múltiple y varia permite una existencia sobrante susceptible a una exportación remuneradora"

San Pedru Ambás tiene como dos partes diferenciadas geográficamente, estas campiñas de pastos, huertas, frutales y pumaradas en el valle del Ríu Valdediós y sus afluentes y las boscosas laderas del Monte Lloses, que constituyen la característica geográfica de estos dos ramales:
"Sus montes cuajados de arbolado rinden una producción saneada de solicitados frutos, en especial nuez, castaña, higos, avellanas, peras, piescos, ciruelas y cerezas"

Prados y pumaradas, hasta 102 constataba Villaciciosa y su progreso en aquel año de 1928, "con una producción normal de 554 pipas, según lo acredita la elaboración de 249.187 litros de sidra"


Llagares como el que también había en la casería de La Casona, que vemos ya detrás nuestro, con sus cuadras, almacenes y viviendas


Nos llama la atención, al fondo junto a una casa de corredor, un enorme palomar


Y, sobre él, una artística veleta, con forma de paloma, precisamente


Más a lo lejos, un caserón de vistoso y llamativo color es La Corolla, pero otra corolla, la de Camoca. Más en la distancia y a la izquierda es El Reborión, también en Camoca, bajo el monte Bonizán (156 m), ambos lugares en las inmediaciones de la Carretera la Campa


A la derecha de La Coroña es el monte La Beleñada (233 m) con El Llanu Ferreru (428 m) en lontananza, asomando aún más allá algo de Peñacabrera, divisoria con Cabranes


La Corolla da vista también al este al Monte Rodiella (182 m), pero lo que más va a llamarnos la atención en la lejanía es la gran mole caliza del Sueve o El Puertu Sueve, con los 1.169 metros de altitud del Picu Pienzu, el más alto de dicha serranía, prominente sobre los demás, dominando el paisaje con su silueta


El segundo en altura en el Sueve es el Picu Mirueñu o Miruellu (1.136 m -las alturas pueden variar según la fuente empleada-). Otras cotas a destacar serían el Picu Fontanielles (1.063 m), La Espina Barbú (1.041 m) o El Picu la Múa o La Salgar (1.023 m), entre otros


Si bien en su nombre se han querido ver señales de asentamientos germánicos (a sus pies, en Caravia, existe el pueblo de Vandalisque), la etimología toponímica, basándose en el Sove de los documentos medievales se decanta por una evolución de Iovis, Júpiter, deidad romana padre de los dioses y, en el caso del Júpiter tonante, del trueno y el rayo


Del Sueve y sus picachos hablamos abundantemente a lo largo de muchas etapas del Camino de Santiago del Norte, especialmente en Caravia y Colunga, siendo como es una formidable sierra que se yergue sobre el mismo mar y es una referencia visual que se reconoce desde muy lejos, a muchos kilómetros



El topónimo Ambás parece hacer referencia a un Ambatus, nombre de un posesor del territorio en época romana o tal vez altomedieval. Debió ser bastante común pues existen varios topónimos similares en Asturias


Abajo, las pumaradas de La Brimera, otro de los lugares de la parroquia, por el que enseguida vamos a pasar, cuya etimología explica bien el filólogo Xosé Lluis García Arias en Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos:
"Una de las palabras asturianas con más variantes fonéticas quiza sea la que traduce la castellana mimbre; entre sus realizaciones cita mos las siempre femeninas bima, bimba, blima, blime, brima, bilma, blimba, brimbia, etc. 
En realidad, desde un punto de vista etimológico, el cast. mim bre parte del latín V¯IMEN ‘rama flexible’. Por su parte los resultados asturianos muestran una notable indecisión a la hora de inclinarse por una solución única para el grupo romance -M’N- dado que, al lado del resultado generalizado en buena parte del asturiano centro-occidental, bima, aparecen otros que muestran un proceso difícil donde se habría generado una líquida para favorecer la realización de -M’N- —> -mr- —> -ml- con metátesis posterior. 
También parece que podría haberse producido algún influjo foráneo dando lugar a la generalización del grupo -mbr- > -mbl- con metátesis posterior. La también palabra asturiana belime ‘Scilla Lilio-Hiacintus’ acaso guarde relación etimológica con expresiones citadas aunque no deja de llamar la atención que en vasco perviva un término que podría ser próximo, bilia ‘residuo del trigo’, bilimia ‘brizna’."


Ahí es la ladera está Lloses, otro de los barrios de la parroquia, una llosa, si bien en origen es una lápida o losa de piedra, puede hacer referencia a unidades de terreno agrícola. El Camino, el Camín Rial sube por el bosque unos metros más arriba


Ahí, entre Lloses y Villabona, enlaza con la Carretera la Campa la que comunica con Valdediós


Más a la derecha, en la Carretera la Campa, asoma parcialmente,  oculto por la vegetación, El Palaciu Lloses, construido para Salustiano Carrera, emigrante retornado de Cuba, por el arquitecto Colominas



Cuando murió su mujer, Blanca, Salustiano regresó a Cuba y vendió la casa a su vecino del mismo barrio Bernardo Vallines Fernández, también indiano en Cuba, casado con Elisa Solís


A la derecha, Casa Ánxel, famosa por su hórreo artísticamente restaurado con todos los ancestrales motivos decorativos labrados y pintados en él, digno de ver aunque el Camino no pase por él



En este trayecto desde La Casona hasta La Brimera esta parte de la parroquia de San Pedru Ambás se presenta ante nosotros como en un escenario, siendo el fondo las abruptas y hermosas camperas y bosquetes del Monte Lloses



A la derecha de la foto vemos una de las casas de La Venta, topónimo eminentemente caminero, detrás de la que sube el Camino. Más arriba es Villabona, 'villa buena', entendido villa como núcleo poblacional rural (como la villae romana) y bona, evidentemente como 'buena' en el sentido de fértil y hermosa, acogedora 


Más allá, una torre de la luz, muy visible por su intenso color blanco, como la iglesia, nos indica las inmediaciones de esta parroquial de San Pedro, a la que sube el Camino, que ahora no podemos ver oculta por el arbolado



Más abajo a la izquierda nace La Riega Camoca, la que luego hace de divisoria entre parroquias; más arriba, en la carretera, se extiende lineal, el pueblo de Ambás, a partir de la iglesia a la izquierda, durante un largo tramo


La Riega la Forcona nace al pie de La Llosuca, a la entrada de Ambás según se sube por la Carretera la Campa. Más arriba está Daxa, también en San Pedru Ambás pero ya lindando con la vecina parroquia de Valdebárcena por Valduera. Esta ladera es la llamada precisamente El Peñéu de Daxa, así como La Peña Escolar o El Picu les Vallines, que separa ambas parroquias


Arriba en el monte está La Fuente Espina, que daba agua al ganado de las majadas de la montaña, mientras que, abajo, en La Llosuca abría sus puertas el Marimar, otro célebre establecimiento que cerró sus puertas hace ya tiempo. Ahora hay algunas casas de turismo rural



El Camino bajo un poco ligeramente hacia La Brimera, en lo que es un poco una sensación de tobogán o montaña rusa, bajar para luego subir un buen repecho cuesta arriba, si bien no será todo de frente y recto, sino que será zigzagueando hasta la iglesia y luego, desde Villabona, seguir por la ladera a la derecha, cuesta arriba pero bastante suavemente



Un pumar en flor en primavera, el espectáculo de la floración del manzano, en el mes de mayo



Los prados de siega y pasto, de "diente y guadaña" son perfectamente compatibles con el cultivo y explotación del manzano de sidra, de ahí la abundancia de prados y pumaradas


Y aquí, a la altura de este cobertizo de la pumarada, acaba la bajada y puede decirse que empieza la subida a Arbazal y La Llomba, si bien al principio muy suavemente, casi de manera imperceptible...



Desde aquí tenemos un precioso paisaje de la pumarada y de parte de la cabecera del valle de Valdediós, en la parroquia de Pueyes, al sur, bajo la Llomba y Montes de Valdediós


Bajo Peñacalva, y también en una ladera, los barrios que vienen a constituir el centro de la parroquia, extendidos linealmente sobre la carretera local que comunica Valdediós con Rozaes por San Zornín


Valeri, donde está la iglesia de San Bartolomé, edificada en la Edad Media (s. XII) y en la que se emplearon elementos de una desaparecida capilla más antigua existente en la cercana aldea de Sanzornín


En esa zona, concretamente en el prado llamado El Requexu, fueron halladas monedas y cimientos de construcciones muy antiguas, tal vez una villa romana o altomedieval o, sin ser necesariamente excluyente de lo otro, el palacio del rey asturiano Alfonso III El Magno, del que se sabe tenía su residencia de recreo en el Valle de Boides, relacionado con este gran valle de Valdediós, el valle de Villaviciosa por excelencia


Allí excavó a primeros del siglo XX el sacerdote y profesor del Seminario de Valdediós, José Fernández Menéndez, quien descubrió baños y termas de tiempos de Roma, tal vez formando parte de una villa o palacio reaprovechado después para palacio de señores y monarcas. Luego fue tapado todo y jamás volvió a excavarse. Topónimos como La Villa y La Torre son absolutamente reveladores, al igual que la leyenda de la mora encantada enterrada en esos parajes legendarios



La relación de las villae, como la de Pueyes, con la cristianización del noroeste peninsular se ha escrito mucho, incluso de su relación con las comunidades priscilianistas, como escribe el arqueólogo Antonio Blanco Freijeiro en su artículo La villa romana en Gallaecia y su posible relación con la vita comunis del priscilianismo, publicado en Los Cuadernos del Norte, donde entre otras cosas dice:
"... los cánones del Concilio de Zaragoza citan las villae alienae (las casas de campo de sus amigos y simpatizantes) entre los lugares frecuentados por los presuntos herejes (cubicula, montes, villae alienae, domus); y en segundo lugar, porque quienes contemplan el priscilianismo como una forma de transición entre el ascetismo paleocristiano y el nuevo monacato, consideran que las villae eran aptísimas para que el priscilianismo se sirviese de ellas como sedes o células de su movimiento.

Una villa era, pues, ante todo, una residencia señorial. Había de reunir, por ende, comodidades como las del baño caliente y frío, y ofrecer elementos suntuarios como los porches columnados, las paredes revestidas de estuco y de pintura mural, los suelos de mosaico, las habitaciones calefactadas por el sistema de las suspensurae, etc., en suma, los elementos de que el arqueólogo se vale para afirmar que las ruinas de tal o cual edificio corresponden a una villa romana. Pero ahí no acaba todo: la villa ha de tener también las dependencias propias de una explotación agrícola: graneros (harrea), henares (fenaria), pajares (farraria), molinos (pistrina), fragua, talleres para confección y reparación de cestos y aperos de labranza, establos, etc. Estas dependencias pueden hallarse, al menos en parte, formando un conglomerado con la mansión dominical, o totalmente separadas de ésta, según recomienda Vitrubio en previsión de riesgos de incendio. 

Pero, ¿había en tiempos de Prisciliano villae romanas en Gallaecia? Es evidente que sí. Aun en el supuesto de que no lo fuesen todas las 118 registradas y puestas en el mapa de la doctora María Cruz Fernández Castro estar seguros de que además de las reseñadas y comprobadas, hubo muchísimas, incluso centenares de otras más . Un indicio importante, aunque no sea arqueológico, lo tenemos en la cantidad elevadísima de topónimos compuestos de «vila» y «Villa». No pretendemos con esto que todos ellos se remonten a época romana, puesto que como todo el mundo sabe, villa adquirió en la Edad Media un nuevo significado en las lenguas romances, el de aldea o el de pueblecito; pero aún así, en el subsuelo de muchas villas actuales subsisten los cimientos de la villa romana en que la posterior tuvo su origen. 

Cuando decimos la Gallaecia no sólo nos referimos, por supuesto, a la Galicia actual, sino a la provincia romana que desde la reforma de Diocleciano comprendía el norte de Portugal (o sea, las provincias de Minho, Douro litoral, y Tras-os-Montes-e-Alto Douro), y las provincias españolas de Asturias, León, norte de Zamora, hasta el Duero, y parte de Castilla, todo lo que hasta entonces había sido el conventus Cluniensis (capital Clunia, cerca de Peñalba de Castro, Burgos)."

Efectivamente, el que la villa romana sea una explotación agropecuaria y que siempre que se halla alguna se encuentran indicios de muy temprana cristianización, entronca con las reuniones que se dice celebraban en ellas los priscilianistas, cuyo papel en la evangelización de buena parte de Hispania para haber sido determinante:
"Los caminos por los que una villa romana, en buen uso o en ruinas, podía convertirse en monasterio, en cementerio o en ambas cosas a la vez, eran múltiples, y más en momentos críticos, incluso caóticos, como los que le tocó vivir al Occidente romano a raíz de las invasiones germánicas. 

Imaginamos a un religioso, sólo o en compañía de algún hermano, que vaga por el campo en busca de un lugar donde cobijarse y fundar monasterio. Al fin encuentra los muros de un edificio antiguo y grande, probablemente una villa; armándose de paciencia los limpia de escombros y los hace habitables. Encuentra asimismo una estancia que se le antoja oratorio; es más, las gentes de la comarca afirman que allí solía orar San Martín. Nuestro cenobita pone especial esmero en la reconstrucción de este aposento noble, llamado a ser la iglesia de su monasterio; levanta en él un altar; dispone un relicario para recibir las reliquias de los santos e invita a varios obispos a venir a bendecirlo... Todo esto, que pudiera parecer una reconstrucción imaginaria -y como tal la hemos anunciado-, puede convertirse en realidad histórica con sólo ver lo que a propósito de una fundación de San Senoque escribe Gregorio de Tours (Vitae Patrum 15, 1),  y que no vamos a traducir porque acabamos de hacerlo: 
Reperit enim ... parietes antiquos, quos eruderans a ruinis habitationes aptavit dignas; reperitque ibi oratorium, in
quo ferebatur celebre nostrum orasse Martinum.
Quod diligenti cura compositum, erecto altari, loculumque in eo ad recipiendas sanctorum reliquias praeparatum, ad benedicendum invitat
episcopos"

Y antes de las villae, pero que en buena parte siguieron habitados (otras no), están los castros, como este ya recitado de La Corolla de Castiellu Ambás. A sus pies y al otro lado de esas casas baja desde El Palaciu el otro camino, el que se dirige a Valdediós


Acercándonos a las casas de La Brimera y con ellas a los primeros repechos para ir a La Venta y de allí a la iglesia parroquial continuamos admirando los paisajes de la cabecera del Ríu Valdediós y sus afluentes que constituyen en conjunto el gran valle central Villaviciosino, en lo que fue el Territorio Maliayo de la alta Edad Media


Como en el caso de Boides, que pasó a ser Valdediós con la llegada de los cistercienses, Maliayo pasó a ser Villaviciosa tras la concesión de la preciada Carta Puebla por el rey Alfonso X El Sabio en 1270 para constituir una población, la Pola de Maliayo, con fueros y leyes propios, dependiendo directamente de la Corona y sin vasallajes de posesiones feudales de la nobleza y los monasterios. Fundada la puebla, autogobernada y aforada, con su territorio de influencia-dependencia o alfoz (el actual concejo), se estimó que renombrarla como Villaviciosa, con el significado por entonces de 'villa fértil', atraería la llegada de nuevos pobladores, incrementando su población


El ámbito jurisdiccional directo y qué era incumbencia y qué no del gobierno local villlaviciosino y qué de los señoríos feudales (como el de Poreñu) y de las posesiones monacales (Valdediós sobre todo, pero también los ovetenses de San Pelayo y San Vicente) fue siempre objeto de pleitos, desacuerdos y tiranteces que empezaron desde la misma fundación, sino antes, de la Puebla de Maliayo y duraron hasta las desamortizaciones y reformas administrativas liberales del siglo XIX, que eliminaron los cotos y, en el caso de Valdediós, supusieron la desaparición de su coto primero y del mismo monasterio como institución después, en 1835, integrándose estos términos en Villaviciosa ya en 1827


Aparte del coto monacal propiamente dicho, cuyos límites como hemos comentado llegaban al mismo campanario de la iglesia de San Pedru Ambás y abarcarían la actual parroquia de Pueyes y algo más, Valdediós poseía tierras y privilegios en otros lugares de Villaviciosa y fuera de ella, sobre todo en Sariegu, que solían arrendar a particulares, campesinos, en condiciones tremendamente favorables para el cenobio, tan abusivas que llegaron incluso a provocar una rebelión armada de los sareganos en 1413


En noviembre de dicho año, los sareganos entraron armados en el coto de Valdediós "con grande osadía, con lanzas, e escudos, e espadas, e con otras armas" y se llevaron mucho ganado propiedad directa del monasterio, "ovejas, carneros, cabras y cerdos", y de "Vasallos del dicho monasterio", calculados en 10.000 maravedís que, no obstante y celebrándose juicio tres años después, supuso el pago, a los diez acusados, de 32.000 maravedís


De la misma forma que sobre Boides tiene discutida etimología, para unos tierra de fuente y para otros tierra de ganados, boi 'buey', aplicado al ganado vacuno en general, otro tanto ocurre con Maliayo. Para unos una raíz prerromana 'mal' -piedra- con el 'aio' que hace de ello un antropónimo; para otros dos nombres latinos unidos "Mallus" + "Aius", para algunos un 'monte grande', etc.


Si bien ya no de uso común los nombres de Boides y Maliayo han pervivido de tal manera en la memoria popular gracias a la historia que, sobre todo en el segundo caso, se emplean como sinónimo de 'Villaviciosa' así como maliayos son los villaviciosinos. Mismamente en algún momento se planteó, con la recuperación toponímica, hacer del nombre de Maliayo el oficial o cooficial del concejo, que si bien la propuesta no prosperó en la práctica se usa, recalcamos, continua y reiteradamente, dando nombre además a diversas entidades e instituciones. En De Maliayo a Villaviciosa: los misterios aún sin resolver de un radical cambio toponímico de hace siete siglos, José A. Ordóñez escribe al respecto de ello en La Nueva España del 15-1-2023:
"Década de 1340. Hace casi setecientos años. Ese es el momento en el que el historiador Álvaro Solano Fernández-Sordo sitúa el momento en el que el topónimo Maliayo (o Pola de Maliayo) es sustituido con gran rapidez por el de Villaviciosa. Se trata de un cambio exprés y "radical", cuyas causas concretas siguen siendo una incógnita siete siglos después. En su monumental obra sobre la Edad Media en el concejo, el propio Solano apunta: "Desconocemos si se debe a una decisión expresada por el poder superior en que pudiera o no mediar una petición de los vecinos, pues, en principio, en el caso de una villa de realengo como es ésta, solo podría partir de la iniciativa regia". En consecuencia, para el historiador, no puede afirmarse que se trate de un cambio "espontáneo", aunque sí "radical" y "sumamente rápido", sin que apenas se registrase un periodo de convivencia entre los dos topónimos.
En todo caso, el experto apunta que en este proceso de cambio de denominación lo que se quiso tal vez fuera sustituir el nombre tradicional por "poco grato" y adoptar "otro más acertado, que permita una buena publicidad con solo evocarlo". Sería, de ser cierta esta hipótesis, la primera gran operación de marketing de la historia del concejo, por cuanto en la Edad Media el término Villaviciosa se refería a un terreno rico y fértil, ideal para la implantación de nuevos pobladores. 
Aunque resulta imposible fijar el momento exacto en que se produjo la sustitución de Maliayo por Villaviciosa, es en la documentación de mediados del siglo XIV donde Solano encuentra la primera y última mención escrita de ambas denominaciones. La forma tradicional se mantiene en diferentes acepciones hasta 1343-1344. Así, un documento fechado el 18 de febrero de 1343 se cita a a Pero Álvariz, como "notario público del rey enna Pobla de Maliayo". En otro de marzo de 1347 aparece un tal Pero Peláiz, "morador en Pinnera de Morvís, que ye en Maliayo". Sin embargo, en marzo de 1347, nos encontramos que en una venta al monasterio de San Bartolomé de Nava interviene "Andrés Périz, escussador por Alvar Rodríguez, de Villaviciossa". En otro documento, anterior al 24 de agosto de 1346, también hay ya una referencia en una manda testamentaria a una casa "enna puebla de Villaviciosa".

Mismamente el caso de antiguos posesores parece imperar en toponimia, como sería el caso de Lluaria, en lo alto de La Llomba y Montes de Valdediós, que podrían haber sido de un tal Leovarios que le daría nombre a su tierra, pero no se descarta que tenga que ver con una luparia-llobaria, tierra de llobos 'lobos' pues en esas cumbres, también de campos de túmulos dólmenes y sendas prehistóricas que son ahora pistas forestales, se registra el topónimo Valloveru o Valloberu, 'valle lloberu', lobero, de lobos, que debieron de abundar en la antigüedad


Al pie de Lluaria, donde están algunas de las fuentes que dan nacimiento al Ríu Valdediós, llamado Asta en su curso alto (hidrónimo también de debatida etimología y vinculado a astur y Asturias) sube, en fortísimos repechos, por Vallinaoscura y Villarrica el otro Camino, aproximándose a La Campa, que no llegamos a ver aunque sí sus inmediaciones, los prados de El Fiensón, entre ella y Lluaria, frontera con Sariegu


Aquí entre prados y pumaradas tenemos esta primera y suavísima cuesta de La Brimera, con la que arranca la primera de una serie de subidas que nos llevarán a Arbazal


El Camino por Arbazal, que primeramente sube a la iglesia de San Pedro de Ambás, centro de la parroquia, fue incluso al principio la única ruta oficial, allá cuando se recuperaron estas viejas sendas xacobeas y se procedió a su señalización, en los años 1990, pero posteriormente, se enmendó y se señalizó y oficializó también, aunque algunas guías o autores no actualizados aún y pese al tiempo pasado desde entonces, publican la de Arbazal como única guía oficial, pese a que hace mucho que no es así


La trascendencia de Valdediós y su conjunto monumental, la existencia de un albergue de peregrinos (confirmad siempre si está abierto y si tienen plazas para evitar sorpresas), que es una ruta más llana hasta prácticamente la pared de La Llomba, y otras circunstancias, han hecho que, con gran diferencia, sea el de Valdediós el trayecto más empleado por los peregrinos actualmente. En este aspecto, el erudito investigador Víctor Guerra expone su opinión en Los caminos jacobeos por la comarca de la Sidra de su blog Gente del bordón. Por la vereda de los heterodoxos:
"Casquita con su pequeña ermita dedicada a San Blas, representa clara disyuntiva de los caminos Jacobeos, y en cuyo enclave se da un curioso paradigma, por un lado, aquí hay un Camino el del del Norte que va a Oviedo el cual en estos últimos años está pasando de ser un destino peregrino a ser una opción. 
El otro camino el que diverge al mismo pie de capilla de Casquita, este se va hacia Gijón subiendo al Alto de la Cruz. Trazado más tardío y que pudiera denominarse como Camino de la Costa, pues su vocación es ir de forma aledaña a la cornisa costera, y de cuyo recorrido trataré en otro apartado. 
El Camino del Norte o la Vereda de los San Salvadores, según Maria Josefa Sanz este trazado del Norte se realiza a través de un recorrido que atraviesa las dos Camocas, para ganar la altozana parroquia de San Pedro de Ambás a través de Castiello, quedando el Monasterio de Valdediós fuera de la arteria principal del Camino Jacobeo.
En este sentido llama la atención varias cuestiones, por un lado, que se eche el camino jacobeo por Camoca y San Pedro Ambás hacia Arbazal, pues parece que este Camino tiene por objetivo responder a la existencia en la pequeña aldea de Arbazal del Mesón de los Cistercienses. 
 Arbazal es una aldea con media docena de casas y una portentosa iglesia que algunos suponen anterior al siglo IX (Ciriaco de Miguel Vigil, la sitúa en un documento en el 996 año en que reinaba Vermudo II) aunque siendo más precisos «es una construcción del siglo XVI a la que sirve de sacristía un templo románico del siglo XIII» (Mª Josefa Sanz). 
Junto al templo hay una casa con escudo abacial, la cual se la conoce como Mesón de los Cistercienses, y se dice que fue abierto por los monjes en el siglo XVII. Pocas más noticias hay al respecto, y un poco tardía me paree la fundación, pues poco más adelante el ejercicio de la peregrinatio, terminaría por desaparecer durante un par de siglos. 
Resulta extraño que se eche contra toda lógica el Camino histórico por Arbazal, aunque lo achaco a que los historiadores que hicieron la recuperación del Camino Jacobeo, como María Josefa Sanz, desconocían la red viaria de estos valles, y se recuperó el trazado por las Camocas, en parte por una escritura que habla de Camoca y del Camino Frances, y por tal razón se supone que ha quedado como trazado histórico el que sube al citado Mesón de los cistercienses, dejando de lado no solo el Monasterio de Valdediós y su templo dedicado a Santa María, sino el propio jalón exponencial que supone la existencia de la iglesia prerrománica de Valdediós, o sea el «Conventín» que se encuentra bajo la advocación de San Salvador, datado en el 893, y consagrado por el obispo iriense-compostelano Sisnando I junto con los obispos de Coimbra Nausto, y Recadero de Lugo. 
Por tanto, creo que esto es cambiar la totalidad por la parcialidad, pues no es muy lógico «ir a visitar al criado y no al señor», primero porque al Monasterio de Valdediós fundado según carta privilegio expedida en Santiago por Alfonso IX y su mujer Berenguela y dotado de ricas heredades, se puede llegar por un trazado ancho y llano desde Villaviciosa tomando como referencia la bifurcación de Casquita, un poco más adelante de la Capilla de San Blas se toma el Camino de la Costa que va hacia Gijón, el cual va pegado al río y dejando en un momento el Camino costero se sigue al Oeste, lo cual permite llegar al cenobio sin tener que afrontar el recorrido que va la larga subida a las Camocas, aunque por medio esté la famosa filiación documental de que en Camoca había una «finca lindera con el Camino Francés». 
Cuando uno conoce la zona, y la ha andado de cabo a rabo, se da cuenta de que un cenobio de la importancia de Valdediós, «el más importante establecimiento cisterciense de tierras asturianas y unas de las principales instituciones monásticas de la Asturias medieval» (Solano Fez. Sordo) debe tener un peso notorio entre las gentes peregrinas, y por tanto que se encuentre un camino que va paralelo al río Valdediós, el cual no solo es amplio y sin apenas desniveles, sino que además está jalonado por diversas instalaciones molineras, como las de Grases: el Pico, o el del Mayorazu… 
Al tenor de lo expuesto habría que replantearse la situación, la llegada a Valdediós no podía ser por medio de una subida hasta Castiello a través de las Camocas para después bajar a Valdediós, o en cambio dejar de lado el monasterio más importante del todo el área por el hecho echar la ruta hacia el mesón de Arbazal. 
Valdediós siempre tuvo mucho peso y significación como para que este quedase al margen del Camino Jacobeo, cuando además su trayectoria histórica y peso ha sido tan importante para el desarrollo del Camino de la peregrinatio, cuyo tránsito siempre ha pasado por delante de su puerta. 
Mucho me auguro, que el famoso Camino Francés por las Camocas hacia San Pedro de Ambás, fuera un trazado más bien para uso de acémilas, (arrieros y trajineros) pues la subida es más suave que la presenta la salida del valle de Valdediós, que es mucho más empinada, me refiero a la que sale de Valdediós y se dirige a Vallinaoscura y Villarrica para ganar el Alto de la Campa, este sería un recorrido más idóneo para desplazamientos camineros, o sea a pie. 
Sin dejar de mencionar cierta contradicción, pues alguna cartografía marca como itinerario santiaguista un tramo más suave por las Camocas, pero no el oficializado sino el que sube a San Pedro de Ambás, pero desde Camoca de Arriba va pasando por encima de La Riega, yendo a la par del Barranco de Camoca para colocarse de formar travesera en el enclave de La Corolla, punto en donde se conexiona con el actual trazado sobre el que iría la carretera AS-113, y desde aquí supongo que virando al Suroeste llegaría al faro radiante que significa para la zona la iglesia de San Pedro de Ambás, y de ahí sí que tendría cierta lógica el trayecto que se encamina por encima de la AS-113 hacia la aldea de Arbazal. 
Esta variante, es un itinerario mucho menos empinado que el marcado desde Camoca de Arriba por Castiello hacia San Pedro de Ambás, que es el tramo oficial. En parte, es de suponer que se hizo así a la hora de marcar el camino oficializado como Camino Jacobeo por evitar que los romeros actuales fueran por la carretera AS-113 hasta San Pedro de Ambas. 
En cuanto a los que estoy exponiendo, el historiador Uría Ríu, se muestra más cauto, y nos dice que un «camino más antiguo que iba por Amandi, Grases, Ambás, antes de la actual carretera a ganar las alturas de la Campa de Arbazal por el camino del mismo nombre. Es de suponer la desviación por Valdediós dada la importancia de este «monasterio que gozó de la Bula de Gregorio XII por el cual se concedía un jubileo por 10 años a las personas que arribana al monacato el día de San Blas, y confesasen y comulgasen, concediendo indulgencias plenarias a todos los pecadores, estamos hablando del año 1583». 
Creo que todo esto está a medio estudiar, y es preciso darle unas cuantas vueltas antes de asentir una vez más, y en pleno siglo XXI que el Camino Jacobeo dejara al monasterio de Valdediós de lado para irse por Arbazal, es algo que resulta ilógico, y que a estas alturas sería necesario un buen panel que explicase estos términos.

Fuera como fuere el Camino del Norte, o sea nuestra Vereda de los San Salvadores, bien por la campa de Arbazal, o por los núcleos que jalonan el valle de Valdediós, como el propio Monasterio de Valdediós y los núcleos de Vallinaoscura o Villarrica, se alcanzaba el Alto de la Campa, divisoria entre los concejos de Villaviciosa y Sariego, que es el último concejo dentro de la Comarca de la Sidra."


Una concha amarilla en fondo azul, es uno de los clásicos azulejos señaléticos que confirman el Camino de Santiago en Asturias. Esta colocada en la muria de cierre de la pumarada, aunque, para mejor ser, habría de ir acompañada de su pertinente flecha amarilla direccional si nos atenemos a las directrices y recomendaciones del Consejo Jacobeo (en contra de la creencia, ampliamente extendida, la posición de la concha no implica necesariamente dirección, sino que solo indica que esto es el Camino, el elemento direccional pleno es, insistimos, la flecha amarilla)

Una doble herradura es símbolo de buena suerte y buen augurio en la entrada a dicha pumarada



Ahora vamos a ver otra serie de hitos poblacionales e históricos entre el valle de Rozaes (a la derecha) y el de Valdediós (a la izquierda)



A la derecha, en una ladera del monte La Utrera y con el Cordal de Pión al fondo, la aldea de San Zornín, parroquia de Pueyes, es un hermoso mirador sobre ambos valles. De su antiquísima capilla de San Saturnino que dio nombre al lugar salieron materiales para construir, en el siglo XII, la parroquial de San Bartolomé de Pueyes, un dato que ya revela la honda historia de estos parajes


La parte más antigua del pueblo se dice es la de Los Corralones, ahí habría estado la primera capilla de San Zornín. Luego se hizo la actual, que pertenecía a la Casa de Ángela Hevia. En 1984, en el lugar de Solaermita, detrás de La Fuente Sanzornín, se hallaron unos sepulcros de origen medieval en el solar que, según la tradición y la misma toponimia, había estado aquel antiguo santuario


Pueblo pequeño, era también frecuentado lugar de paso y había dos chigres-tienda, El Barín de Trina, al lado de Casa Milio, y Casa Juan y Concha, en el camino de la fuente. Más a la izquierda, y junto a la Casa de Alicia y Juaco, tenía su potru ferrar Severino'l Ferrador, que herraba el ganado


Un poco más a la izquierda, bajo La Utrera, La Torre, un prado que linda con la carretera de Valdediós a Rozaes que por allí discurre, un topónimo que revela los muy antiguos asentamientos de Pueyes,  pues pudo haber algún torreón de vigilancia, dada a su cercanía a La Villa, solar de la antigua villa romana de Pueyes, excavada en 1928 por el sacerdote y profesor del Seminario de Valdediós, José Fernández Menéndez


Se descubrieron baños y termas de tiempos de Roma, tal vez formando parte de una villa o palacio reaprovechado después para palacio de señores y monarcas. Luego fue tapado todo y jamás volvió a excavarse. Topónimos como La Villa y La Torre son absolutamente reveladores, al igual que la leyenda de la mora encantada enterrada en esos parajes legendarios


La famosa villa de Pueyes, en la llamada Ería de la Villa, tras su excavación fue vuelta a tapar y jamás se reanudaron los trabajos arqueológicos, aunque ocasionalmente el tema parece retomarse y salta a los medios de comunicación. He aquí por ejemplo un artículo titulado Un paseo por la joya romana de villaviciosa: así era la villa de Puelles hace 2.000 años, firmado por José A. Ordóñez para La Nueva España y publicado el 4-12-2022:
"La joya romana de Villaviciosa duerme enterrada entre Puelles y San Zaornín, muy cerca del monasterio de Valdediós. Se trata de una villa rural erigida en el siglo I y que fue excavada parcialmente en 1928, sin que desde entonces se haya investigado más sobre el terreno. Lo único que se conoce sobre este emplazamiento es lo publicado hace más de noventa años en la revista “Covadonga” por J. Fernández Menéndez, responsable de aquella primera y única intervención, que se limitó a unos setenta metros cuadrados del área termal de un complejo cuyo cometido principal sería la explotación de la tierra. El resto sigue siendo una incógnita, aunque es de suponer que responda al modelo de villas romanas habituales en el territorio que hoy es Asturias, algunas de las cuales, como la de La Estaca, en Las Regueras, está siendo objeto ahora de una serie de campañas que deparan espectaculares resultados.
La Fundación Cardín organizó recientemente una conferencia a cargo de José Ignacio San Vicente González de Aspuru, profesor titular del Departamento de Historia de la Universidad de Oviedo, para rescatar del olvido la villa romana de Puelles, también conocida como de Boides, aunque esta última denominación ha perdido peso en las últimas décadas entre los expertos. 
La excavación de Fernández Menéndez en Puelles se centró en una zona conocida como la Ería de la Villa, muy cerca de la carretera que entonces estaba en construcción. El complejo se levantó en un terreno pendiente, como era habitual, para favorecer la evacuación de las aguas residuales. Uno de los primeros descubrimientos de aquella campaña fue una galería porticada, con el suelo pavimentado, que funcionaría como zona de comunicación entre la zona termal y el resto de la villa. 
Desde esa galería se pasaba al Apodytherium, que era el vestuario donde los usuarios del área termal dejaban las ropas al cuidado de los esclavos, y, luego, al Frigidarium. Esta era una sala de agua fría que fue excavada parcialmente por Fernández Menéndez, quien detectó al fondo una estancia de 2,90 por 3,10 metros en la que se conservaban pavimentos y pinturas. Sería la piscina de agua fría del Frigidarium. 
La siguiente estancia era el Tepidarium, una sala sin agua por la que circulaba aire caliente caldeado a una temperatura templada gracias a un horno cercano. Los usuarios pasaban después al Caldarium, la sala de agua caliente de la que en 1928 únicamente se conservaba una parte debido a un hundimiento. En su parte más oriental estaba el Alveolus, que era la piscina del enclave. 
La excavación de Fernández Menéndez permitió recuperar trozos de teja y ladrillo, cerámica decorada, cristales, una rueda de molino, clavos y monedas, de las que se conservan dos, posiblemente tardorromanas. También apareció un anillo de cobre con inscripciones, cuyo paradero actual es una incógnita. 
La villa romana de Puelles aún tiene mucho por descubrir, ya que solo hay conocimiento de una parte del complejo, la destinada a balneario. Sin embargo, no hay previsión alguna de retomar aquella histórica excavación ejecutada hace casi un siglo."

A su izquierda en el lugar de La Villa, camino de La Torre, habría estado la villa romana de Pueyes. Sobre la relación de estas villae con la cristianización del noroeste peninsular se ha escrito mucho, incluso de su relación con las comunidades priscilianistas, como escribe el arqueólogo Antonio Blanco Freijeiro en su artículo La villa romana en Gallaecia y su posible relación con la vita comunis del priscilianismo, publicado en Los Cuadernos del Norte, donde entre otras cosas dice:
"... los cánones del Concilio de Zaragoza citan las villae alienae (las casas de campo de sus amigos y simpatizantes) entre los lugares frecuentados por los presuntos herejes (cubicula, montes, villae alienae, domus); y en segundo lugar, porque quienes contemplan el priscilianismo como una forma de transición entre el ascetismo paleocristiano y el nuevo monacato, consideran que las villae eran aptísimas para que el priscilianismo se sirviese de ellas como sedes o células de su movimiento.

Una villa era, pues, ante todo, una residencia señorial. Había de reunir, por ende, comodidades como las del baño caliente y frío, y ofrecer elementos suntuarios como los porches columnados, las paredes revestidas de estuco y de pintura mural, los suelos de mosaico, las habitaciones calefactadas por el sistema de las suspensurae, etc., en suma, los elementos de que el arqueólogo se vale para afirmar que las ruinas de tal o cual edificio corresponden a una villa romana. Pero ahí no acaba todo: la villa ha de tener también las dependencias propias de una explotación agrícola: graneros (harrea), henares (fenaria), pajares (farraria), molinos (pistrina), fragua, talleres para confección y reparación de cestos y aperos de labranza, establos, etc. Estas dependencias pueden hallarse, al menos en parte, formando un conglomerado con la mansión dominical, o totalmente separadas de ésta, según recomienda Vitrubio en previsión de riesgos de incendio. 

Pero, ¿había en tiempos de Prisciliano villae romanas en Gallaecia? Es evidente que sí. Aun en el supuesto de que no lo fuesen todas las 118 registradas y puestas en el mapa de la doctora María Cruz Fernández Castro estar seguros de que además de las reseñadas y comprobadas, hubo muchísimas, incluso centenares de otras más . Un indicio importante, aunque no sea arqueológico, lo tenemos en la cantidad elevadísima de topónimos compuestos de «vila» y «Villa». No pretendemos con esto que todos ellos se remonten a época romana, puesto que como todo el mundo sabe, villa adquirió en la Edad Media un nuevo significado en las lenguas romances, el de aldea o el de pueblecito; pero aún así, en el subsuelo de muchas villas actuales subsisten los cimientos de la villa romana en que la posterior tuvo su origen. 

Cuando decimos la Gallaecia no sólo nos referimos, por supuesto, a la Galicia actual, sino a la provincia romana que desde la reforma de Diocleciano comprendía el norte de Portugal (o sea, las provincias de Minho, Douro litoral, y Tras-os-Montes-e-Alto Douro), y las provincias españolas de Asturias, León, norte de Zamora, hasta el Duero, y parte de Castilla, todo lo que hasta entonces había sido el conventus Cluniensis (capital Clunia, cerca de Peñalba de Castro, Burgos)."

Paisaje de caserías rodeadas de pastos y pumaradas, con huertas, más frutales y no pocos bosquetes, rememoran el origen rural de aquellas antiguas villae que pudieron ser los más primitivos orígenes de las primeras comunidades monásticas del valle, predecesoras de San Salvador de Valdediós, primero, y Santa María de Valdediós, después


Más a la izquierda asoman las casas de La Granda, también en Pueyes, entre los lugares de Los Valdicaones y Les Cabañes, hasta donde llega el camino que baja por La Torre desde la carretera de Rozaes a Valdediós. El río pasa más abajo, al igual que el camino que se dirige al monasterio, yendo de Castiellu a La Ribera


Nosotros nos apartamos del valle, nuestro itinerario busca ya la subida al Monte Lloses, empezaremos a subir antes pero, recalcamos, escalonadamente y de manera más suave salvo en contados tramos, llaneando ya, o casi, antes mismamente de llegar a Arbazal


Caminamos sobre asfalto pero lo compensa el bellísimo entorno rural que nos rodea, con estos paisajes que nunca nos cansamos de ver y describir


La Brimera son un muy pequeño grupo de casas a ambos lados del Camino, donde empieza esta primera y liviana cuesta


Sobre nosotros, La Parea les Vallines o Picu Escolar (255 m), otra gran atalaya y mirador natural sobre buena parte del concejo y La Ría. Por ahí pasa la carretera local a Mogoyu, ya en la parroquia de Valdebárcena, al otro lado del monte, lugar de legendarias historias de tesoros escondidos en sus cuevas por los míticos moros, con los correspondientes encantos, encantamientos y desencantamientos para hacerse con ellos mediante prodigios y rituales 



A nuestra izquierda Casa Santa, casi al empezar la cuesta


El nombre, a la entrada


A la derecha, La Caleya, donde está la casa más antigua y origen de La Brimera


Pasamos junto a ella según seguimos subiendo, aquí parece haber estado antaño el llagar


La casa se asienta sobre un pequeño rellano en esta pendiente, ha tenido reformas, añadidos y ampliaciones a lo largo del tiempo


La casa, con una gran corrada enfrente, queda a nuestra derecha. Al fondo hórreo y cuadras


El Camino continúa todo de frente, siempre subiendo, dejaremos el asfalto un poco más adelante


La carretilla del cuchu, el estiércol, para abonar los campos


Y es que aquí tenemos estas espléndidas huertas; un poco más abajo Villa Luz 


Un poco más arriba las casas de La Venta, cuyo nombre evoca la antigua existencia de una venta caminera, parada y fonda de los viajeros de antaño



A la izquierda, prados y bosques cerca del nacimiento de La Riega Camoca



Para subir a La Venta dejaremos este camino local asfaltado tomando una hermosa senda que encontraremos un poco más a la derecha, al pasar estos árboles



Aquí es donde tomamos dicho camino, el cual, al dirigirse tan directo a La Venta, seguiría el trazado del Camín Rial. Fijémonos en el mojón con la flecha pintada, a la derecha


Observémoslo bien pues en esta bifurcación, aunque está bien a la vista, no es difícil despistarse


El camino, bellísimo, sube directo pero no es un repecho demasiado fuerte, a la derecha, restos de una antigua construcción


Una pequeña parcela cuadrada y un bebederu o abrevadero del ganado


Desde un poco más arriba, otro maravilloso paisaje del valle de Rozaes, el valle formado por el principal afluente del Valdediós, abierto al norte y cerrado al este por La Utrera, al sur por La Llomba y al oeste por el Monte Cañéu y su línea de cumbres. De izquierda a derecha La Llaguna (448 m), El Llanu'l Toral (506 m), topónimo vinculado a toros o vaquerías en general, pues las montañas tuvieron desde hace milenios pastizales de altura y brañas, hasta que el éxodo rural y el abandono del campo ocasionaron que los terrenos fuesen aprovechados para plantar especies de crecimiento rápido como eucaliptos para las papeleras o plantaciones masivas de pinos, sobre todo a partir de los años 1970. Más allá El Pozu la Llomba, Les Piedres de Burneo (527 m), El Cuetu (625 m), El Monte l'Osil (recuerdo pretérito de la existencia de osos hace bastantes siglos) y El Cantón (643 m) con El Pozu los Llobos, antigua trampa para los lobos que antaño poblaban el monte, ya en La Llomba y fronterizo con Sariegu, otro campo de túmulos megalíticos localizados en estas montañas


Y ahí volvemos a ver, bajo La Llaguna, Villanueva, cabeza de la parroquia de Rozaes, la cual se extiende "Desde la confluencia de los ríos Rozaes y Valdediós, al este, hasta los montes que están en los límites del concejo de Sariego al oeste, y desde la rasa del Caleyu al norte, hasta El Barrial por el sur"


Villanueva extiende sus casas en la parte más baja de la ladera del monte, un poco por encima de la ribera del Ríu Rozaes; volvemos a ver también los túneles de la Autovía del Cantábrico


Y casi a sus pies volvemos a ver la capilla de Santu Medero, que es "el patrón de los huesos", y por eso es tradición que mucha gente acuda a su romería de Pascua en este santuario, por eso la periodista de La Nueva España Mariola Menéndez titulaba Rozaes devoto de Santumedero, el 7-4-2015, su crónica de fiesta:
"Rozaes, en Villaviciosa, rindió homenaje ayer a San Emeterio, "para sus vecinos Santumedero". Así lo explica Eladia Díaz, natural del pueblo aunque vive en Oviedo, que no quiso perderse la fiesta del lunes de Pascua. Forma parte de la banda de gaitas que han creado los alumnos de las clases de este instrumento que organiza la asociación de vecinos en la localidad y en la que colabora también la banda de gaitas de Villaviciosa.

"Ye la fiesta de Rozaes", tiene claro Eva Solares. Al menos, es la más popular. Ayer la celebraron por todo lo alto con una misa solemne, a la que sucedieron la procesión y la puja del ramo. También se pudo tomar algo y picotear en la barraca que colocaron en el prau próximo a la capilla. La soleada mañana invitaba a tomar el vermú. Solares agrega que es una fiesta que "va cogiendo auge" porque cada vez participan más romeros y "el día que te presta es éste", por ayer, culmen de tres días de festejos.

Encarnita Díaz destaca la colaboración y trabajo de los vecinos. "Estamos muy unidos y todos colaboran", insiste. Recuerda que Santumedero es "el santo de los huesos", al que se encomendaban muchos que habían sufrido algún mal o fractura en alguno. Por lo que, aunque ha ido decayendo la tradición, hace años era habitual llevarle algún exvoto o acudir en promesa el día de la fiesta para pedirle que intercediera después de haberse roto por accidente, por ejemplo, una pierna o un brazo.

Eva Solares agrega que sobre todo entre la gente mayor aún persiste esta devoción hacia al santo, a quien le atribuyen tales poderes milagreros. Tradicionalmente eran muchos los vecinos de Peón que acudían a visitar al santo por alguna promesa y en Oles también ha tenido siempre mucha aceptación."

Enfrente de la iglesia están la antigua rectoral y Casa Modesto y Cavafríu, donde hubo buenos ferradores (herradores) de ganado


Y más allá de Villanueva, en el barrio de Piñera, no hemos de olvidar Casa Eladia, templo de la gastronomía asturiana que abrió sus puertas en 1890. Entre sus muchas especialidades está la fabada hecha con fabes de la parroquia y productos de la zona, así como el arroz con pita, la carne guisao, el pulpu al ajillo, y otras muchas exquisiteces. Tiene además una pequeña tienda, el único comercio en bastantes kilómetros a la redonda


La sucesión de aldeas y lugares se alarga hacia el sur al pie del Monte Cañéu y La Llomba de Piñera a San Pedrín, Sopeñes, La Reboria y Fabares


En el valle trabajaron el Molín de la Iglesia, el Molín d'Areñes, el Molín de Barréu, el Molín de Xuan, otro molino llamado del Mayorazu (restaurado en 1985 por José Manuel Costales y en funcionamiento), el Molín de la Vega, o los Molinos de la Vega: el Molín de Riba o de los Ceñales, el Molín de Baxu, el Molín del Mediu. También hubo un batán


Más cerca, sobre una loma, el lugar de Les Cabañes, en Pueyes


Los ríos Rozaes y Valdediós se unen al pie de Conceyeru, en La Vega. Por Rozaes no pasa ninguno de los ramales oficiales del Camino de Santiago en Villaviciosa, sin embargo está relativamente próximo al que va a Gijón/Xixón, por lo que no es demasiado complicado para los caminantes de la misma, especialmente los bicigrinos, desviarse un corto trecho para conocerlo y, de paso, disfrutar de las excelencias gastronómicas de Casa Eladia


El Camino sube recto, encajado en el bocage de les sebes o setos silvestres, que constituían, y en gran parte siguen constituyendo, los cierres de los prados y de las fincas


Hojas caídas de laurel, el lloréu. A la sombra de unos árboles hay un tramo de umbría y extraordinario frescor que en verano es especialmente agradable, sobre todo si nos toca subir a pleno sol


Abajo han quedado ya La Brimera y La Corolla...


La Brimera con su casa, cuadras, almacenes, cobertizos y huertas, a su alrededor pacen las vacas de la casería


Y también las ovejas, el ganado menor o reciella, observemos al fondo La Casona


En esta hermosa caleya asturiana, la cuesta parece querer suavizarse un poco al acercarnos a las casas de La Venta


Y en La Venta salimos de nuevo al sol, hay también aquí varios frutales y huertas


Y estas son las fincas, otro maravilloso balcón natural, atalaya sobre estos hermosos valles cargados de historia, tradición y leyenda


Abajo, la vega, casi oculta por los bosques ribereños, del Ríu Valdediós entre San Pedru Ambás y Pueyes, bajo La Torre, antes de recibir las aguas del Rozaes


El Monte Cañéu y El Cordal de Pión son nombres que suelen superponerse en la sierra que constituye el límite occidental de estos valles, la Enciclopedia del paisaje de Asturias dice que el primero "es una continuación de pequeños montes" del oeste del segundo, "que van desde el Cierru Cañéu y el Llanu L'Altaraca, hasta peña Crespa y La Parea El Faéu", añadiendo además lo siguiente:
"En toda la sierra son abundantes las plantaciones de eucaliptos y pinos, con alguna pradería. Como en todo el cordal, fue lugar de enterramientos neolíticos, destruidos y perdidos en su mayor parte. Es un lugar de gran belleza paisajística, desde el que se pueden admirar los valles del interior del concejo, la rasa marina y esta parte de la costa centro oriental de Asturias"

En cuanto al Cordal de Pión o Peón la misma enciclopedia dice que es como se llama "la sucesión de montes que separa la rasa del litoral villaviciosino o Mariñes del valle de Valdediós", y que con una longitud aproximada de 6 km va desde la collada de La Fumarea, frontera con Sariegu, al sur, hasta El Pedrosu, estando aquí algunas de las alturas más prominentes del concejo de Villaviciosa:
"El paisaje de estas montañas, de seculares pastos y campos de túmulos, ha sufrido un espectacular cambio con las plantaciones incontroladas de pinos y eucaliptos y ha destruido y ocultado en gran parte ese patrimonio natural, cultural y arqueológico"

Si bien no son alturas demasiado prominentes recorren sus caminos numerosos montañeros y excursionistas, pues pueden hacerse amenas rutas dado que sus cumbres están bien comunicadas por sendas y pistas, enlazando a través de ellas con otros cordales como La Llomba, Fariu, Riosecu, Monte Deva, etc.


Tomando como referencia La Brimera y las casas a la derecha de La Corolla, vamos a ver la ladera por la que suben al Altu la Cruz los peregrinos que en Casquita han optado por seguir la ruta gijonesa


En la ladera del cordal y bajo El Picu la Curiella reconocemos algunas de las aldeas y lugares de la parroquia de Niévares: arriba Tresvilla y Tresvilla de Riba, un poco más abajo La Torre


Si nos fijamos y mejor con un zoom o unos prismáticos veremos que La Torre de Niévares es, en verdad, un auténtico castillo con torreones que se alza imponente sobre el valle


La Torre de Niévares es en realidad un conjunto palaciego edificado encima de un castillo medieval mucho más antiguo que el palacio propiamente dicho. Sus grandes dimensiones y fábrica  le confieren un aspecto más de castillo-fortaleza que de torre defensiva, con muralla hecha de mampostería. Como en casi todas las edificaciones de la antigüedad, torres y castillos, se dice de galerías y pasadizos subterráneos que comunicaban La Torre con el exterior. Al pie de ella están la gruta de La Cueva y una cantera, sin duda lugares relacionados con su construcción


Desde ella se domina todo este gran valle central villaviciosino, llamado Boides en la Edad Media  (de boi y bovis, ganado vacuno). No se conservan documentos que avalen la fecha exacta de fundación pero por todos sus elementos constructivos se trata de una construcción de la baja Edad Media, sin negar que pudiese estar levantada encima de otra fortaleza anterior mucho más antigua. Estas murallas que ahora observamos desde el camino están levantadas en considerable altura y con refuerzo de contrafuertes a manera de pequeños torreones semicirculares. Entre ellos se disponen las almenas


No falta tampoco quien esboza la posibilidad de que pudiese haber sido parte (una construcción anterior a la actual) de las dependencias palaciales del rey Alfonso III El Magno en el mítico Valle de Boides donde tuvo su retiro (Valdediós y El Conventín) o incluso que estuviese relacionada con un aún más antiguo castro astur o fortaleza romana. De todas las maneras, lo cierto es que la parte posterior de la muralla original fue derribada cuando se abrió la carretera de Niévares a El Pedrosu, que pasa por detrás


Acabado el medievo, el castillo perdió su utilidad defensiva, por lo que se erigió encima un palacio con varias dependencias, al igual que pasó en tantos casos, cuando los señores-guerreros feudales pasaron a convertirse en nobleza terrateniente. Esta fue la razón por la que muy a primeros del siglo XVI se dio en construir aquí estas edificaciones palaciegas que vemos ahora, en las que lo más notable viene a ser la casona solariega de planta rectangular con torre cuadrada de dos pisos (a la derecha de la foto)


Una escalera sube por afuera, a la derecha de la torre, hasta el primer piso, y en el otro lado, el que mira hacia el sur, se abre un corredor estilo asturiano popular. En los dinteles de piedra de las ventanas se esculpieron motivos decorativos de tipo tradicional. En la sobrepuerta de la entrada está labrada la fecha del año 1501, que seguramente es la que corresponde al momento en el que se levantó el edificio, así como otras construcciones exteriores como la capilla del palacio. Junto a ella se armó una monumental panerona de ocho pegollos


Afuera, a la izquierda justo de La Torre, se reconocen las casas de los caseros, que por sus características y lo ancho de sus muros no sería raro que fuesen contemporáneas del palacio, del que se cuenta que fue donde vivió un tiempo Antonio de Borja, uno de los grandes maestros del arte Barroco en Asturias, y en épocas más recientes, esto ya totalmente seguro, el médico don Carlos de La Concha, familia esta a la que ya aparece vinculada La Torre desde el siglo XIX


Desde La Torre ese otro camino sube, en diagonal respecto a la foto, a la izquierda por la falda oriental del Picu la Curiella, casi en su totalidad plantada hoy día de eucaliptos


A la izquierda del Curiella, a unos 500 metros de altura está el Altu la Cruz, por donde los peregrinos hacia Gijón/Xixón bajan al valle del Ríu España. Ellos van pero en ese tramo otros peregrinos vienen, los del Camín Xixón-Cuadonga/Gijón-Covadonga, otra importante ruta de peregrinaciones en Asturias


La Venta es un topónimo que se repite mucho en los antiguos caminos, se refiere a la existencia de antiguas ventas donde había humildes posadas, a veces provistas y a veces solamente un sencillo refugio, para caminantes y arrieros, pastores y todo viajero que pasara


También los peregrinos, cómo no, usaban las ventas, si bien estos, dadas sus características, solían apetecer más de servicios asistenciales especializados, fundaciones hospitalarias y similares, donde tener lumbre, lecho y sopa caliente, con un poco de suerte y haciendo valer su condición, a poder ser con alguna carta de recomendación, por ejemplo de alguna orden religiosa, párroco, etc. de su lugar de origen


La existencia aquí del topónimo La Venta, el de El Mesón en un prado monte arriba más allá de Villabona llegando a Arbazal, y el mismo Mesón del Cister existente en dicho pueblo, reflejan la importancia del Camín Rial en el trasiego de gentes, mercancías y ganados hasta que se vio relegado por la carretera


En nuestros días La Venta son tres casas a lo largo del Camín Rial en este repecho que sube de Castiellu a la iglesia, la primera es esta, la más antigua y, aunque restaurada, es muy posible que sea la sucesora de aquella antigua venta caminera



A los lados del camino crecen preciosas matas de calas en estas veredas


El tejado tiene un buen alero bien saliente y a la entrada hay un pequeño portal. Más de un peregrino pudo cobijarse aquí si le sorprendió la tormenta


Por lo general, insistimos, son muy pocos los peregrinos que toman el camino de Arbazal en nuestros días, dada la significancia de Valdediós con sus monumentos y albergue, suelen ser caminantes ya avezados que en gran parte ya han hecho esa ruta y repiten para conocer esta


Un poco de cuesta ligera nos lleva ahora, siempre en recto, hasta las siguientes casas


Al llegar a ellas salimos a este cruce, en el que seguiremos de frente, siempre en subiendo



Aquí la pista está hormigonada y comienza un duro repecho en fuerte pendiente


Arriba en lo alto, el cementerio, allí volveros a salir al camino asfaltado que hemos dejado en La Brimera antes de llegar a la iglesia parroquial


Aquí sí que tenemos un buen recuesto, insistimos, si bien no demasiado largo, pues enseguida estaremos arriba


Viendo de nuevo el Monte Lloses, ahora a nuestra derecha, comprobamos que tampoco es mucha la cuesta que nos espera: El Camín Rial asciende de izquierda a derecha por la falda del monte, en su parte más boscosa, para salir, arriba a la derecha, a terrenos más despejados, de cotolles o tojos y praderías, ya casi en llano hasta Arbazal y, de allí, a La Campa


Observemos el resultado de las labores de ensanche del Camín Rial en este trayecto para permitir el paso de un vehículo holgadamente


La tapia del cementerio viene a ser nuestra referencia, ya casi estamos arriba


Florecen los pumares en el Camino, siempre hay tiempo de admirar este prodigio natural si venimos en primavera florida


Comprobamos que estamos ganando altura rápidamente, observemos dónde están ahora Pueyes y Rozaes


Si llegamos a finales del verano o principios del otoño hay tenemos las manzanas coloradas para hacer buena sidra


Arriba, a la izquierda de la foto, la puerta del cementerio; nosotros salimos a la carretera local unos metros más adelante


Y aquí, otra vez en el asfalto, seguimos a la derecha


Las flechas amarillas nos lo confirman, hay un poco más de cuesta toda en rampa antes de llegar a la carretera general



Desde la explanada de los aparcamientos seguimos teniendo magníficas panorámicas del valle, cada vez desde más alto y por tanto cada vez desde mayores y mejores perspectivas


Y volvemos a admirar Rozaes una vez más bajo El Llanucáu (521 m) y El Llanu'l Toral (505 m). Entre los dos La Llaguna. Todo el monte es rico en yacimientos megalíticos, campos de túmulos y dólmenes de unos 5 milenios de antigüedad, hallándose incluso ofrendas votivas como hachas de piedra. Los pastos de aquellas civilizaciones pastoriles de la Prehistoria que enterraron allí a sus difuntos, se mantuvieron como pastizales hasta bien avanzado el siglo XX, entonces el abandono del campo y la crisis ganadero hizo que se plantasen masivamente de eucaliptos para las papeleras o, en las cimas, de pinos


Al fondo Rozaes y aquí abajo, Les Cabañes La Cruz y, a la derecha, entre San Pedru Ambás, Niévares, Rozaes y Pueyes, las casas de Conceyeru



Conceyeru, sobre el río Valdediós, dos casas en la frontera de la parroquia de San Pedru Ambás con la de Rozaes, una pertenece a esta parroquia y otra a Pueyes. Justo al lado a la derecha, empieza también la de Niévares. Más atrás, al otro lado de la Autovía A-64, La Granda y El Respigu así como Santu Medero más arriba


Aquí en Conceyeru estaba el Palacio de los Hevia y de aquí era además la línea de autobuses que recorría los pueblos y parroquias del valle


Más abajo, La Vega es espacio secularmente aprovechado para pastos y cultivos, hay plantaciones e invernaderos


Dejamos el rellano de los aparcamientos del cementerio y continuamos subiendo hacia la ya muy cercana carretera general e iglesia


Una vez más y aunque caminamos por asfalto estamos inmersos en un lugar de extraordinaria belleza


Al fondo, un punto rojo es la señal de stop que anuncia que hemos llegado a la actualmente denominada carretera AS-380, antes AS-267, antes aún AS-113 y Carretera La Pola, Carretera Oviedo o primeramente Carretera La Secada-Tazones. y popularmente La Carretera la Campa. Su apertura a mediados del siglo XIX, no sin ciertos avatares, ocasionó que cayesen en desuso los viejos caminos reales, por los que apenas podían pasar carros sino en ciertos tramos...



A la izquierda empezamos a ver la iglesia parroquial de San Pedro, situada también en un rellano al pie de La Parea les Vallines y a medio camino entre los barrios de Ambás, que viene a ser la cabeza de la parroquia y Villabona


La iglesia fue totalmente remozada en época moderna pero se sabe que atraía a muchos peregrinos antaño, pues al decir de la tradición religiosa, albergaba importantes reliquias, en concreto "cendales de seda encarnada ya muy caída, trabajada según dicen por Nuestra Señora" tal y como aparece reflejado en los Papeles del historiador Martínez Marina


Por esta razón además de hacerse aquí la fiesta del patrón, San Pedro, se celebraba la de Les Reliquies, que por coincidir con las del Portal en la capital concejil únicamente tenía festejos por la mañana



La iglesia y su hermoso campo de romerías, en el libro Villaviciosa y su progreso leemos además de su antaño famoso Cristo:
"Cuenta con una iglesia parroquial donde se venera una de las imágenes más hermosas que se conocen, el Cristo de la Misericordia, donado por el benemérito hijo de este pueblo don Antonio Riaño. Es una verdadera obra de arte, muy digna de admirar. El presente año también se inauguró en la procesión donde se exhibe el mentado Cristo, un suntuoso estandarte con la figura de aquél, bordado en oro. Débese este donativo a otro benefactor de San Pedro Ambás, D. Vicente Fernández Riaño (...). Sus festivales religiosos y profanos se celebran con toda solemnidad por el Cristo de la Misericordia, Las Reliquias y San Pedro, viéndose todas muy concurridas, especialmente de gente de Villaviciosa"

El Camino sigue de frente por la carretera, pero dado que no hay acera ni arcén y hay que cruzar a la izquierda, aprovecharemos para visitar la iglesia y su entorno, pues merece la pena



La iglesia está en el cruce con la carretera local que va a Daxa, otro barrio de la parroquia y se asienta en uno de los pocos campos llanos que hallamos en esta ladera de La Parea les Vallines y El Picu Lloses


Pintada de blanco y con alta torre campanario, su silueta, como la de otras iglesias similares, como es la de Tornón, servía de referencia a las embarcaciones que entraban en La Ría o Ría de Villaviciosa, rumbo al puerto de El Puntal (actualmente deportivo pero que fue comercial) y al muelle de La Espuncia (El Gaitero)


La iglesia actual fue construida con los auspicios del párroco Don Carlos García Acevedo, nacido en esta misma parroquia y que en ella ejerció entre 1880 y 1897


Al entrar al campo de la iglesia una placa de mármol, mirando al santuario y colocada por los vecinos, le recuerda en el murete de cierre del recinto


En 1897 fue trasladado a la vecina de San Andrés de Valdebárcena, cinco años después que se integrase en ella la de Ternín, bajo la advocación de San Martín, que hasta el 1 de enero de 1892 había sido hijuela de esta de San Pedru Ambás 


En este lateral hay un acogedor pórtico sobre columnas metálicas en el que llegaron a celebrarse incluso banquetes de bodas, como la de los vecinos Ángel Sanz y Encarnación Roces en 1930


En Relatos de una cámara se nos dice que esta es "posiblemente una de las iglesias más modernas del concejo, además de ser de construcción más rara por allí, con su torre del campanario terminada en un ábside coronado por una cruz"


A la derecha, la antigua escuela. Las concentraciones escolares acabaron con las escuelas rurales. En 1928 daba en ellas clase doña Concepción Pérez Méndez, cuyo trabajo era calificado de "admirable y plausible" en 1928 por Víctor Vallín Martínez y Gerardo Fernández Moreno en el libro Villaviciosa y su progreso



Según avanzamos vemos la iglesia por todos sus lados, ahora el que mira al este, donde está la sacristía, así como la cabecera, mirando al norte. Tiene planta de cruz latina pero ya no sigue la disposición este-oeste de las iglesias medievales; grandes ventanas y óculos proporcionan luz natural al interior



El prau la romería se extiende detrás de ella y es un lugar amplio, a la vez que apartado y tranquilo, que puede ser un paraje excepcional para los peregrinos y caminantes, haciendo un alto en este bellísimo lugar con excelentes vistas del concejo de Villaviciosa


Primeramente, a nuestros pies y extendido por la carretera, que hace aquí una larga y pronunciada curva, el pueblo de Ambás, cabeza de la parroquia


La Carretera la Campa configuró su crecimiento actual a partir de mediados del siglo XIX en base a un núcleo originario más pequeño, existiendo antaño chigres-tienda y talleres que, además de dar servicio a la vecindad, eran parada y fonda de los numerosos viajeros que por aquí circularon durante alrededor de siglo y medio, relegando a los antiguos caminos reales, como este, a vías pecuarias y carreteras locales


A su vez, la apertura de la Autovía del Cantábrico (A-8) y su conexión con la A-64 en el tramo de Grases en 2003 relegó a esta carretera que, aunque aún con relativamente abundante paso de vehículos, sobre todo en verano, vio grandemente disminuido su tráfico y trasiego de gentes, por lo que aquellos establecimientos de antaño fueron cerrando


Antiguamente, estaban en Ambás los chigres o chigres-tienda (bar y comercio) de La Palma y La Madreña, que fue este primeramente la carpintería de José María Fernández. También hubo llagares de sidra, como el de María la Palma


Un taller de chapa y pintura es reminiscencia de la antigua actividad relacionada con la carretera que tanta vida dio a este pueblo cuando todo el tráfico del interior de Asturias (y de León) pasaba por aquí camino sobre todo de la multitudinaria Playa Rodiles, así como también a las de Misiegu, El Puntal, o las de La Griega en Colunga y La Espasa en Caravia. Ahora con la autovía ese tráfico ha disminuido drásticamente


De Ambás eran Milio'l Tamboriteru y Antón El Gaiteru, que amenizaban fiestas, espichas y esfoyaces aquí y en todos los pueblos del contorno. En 1928 el libro Villaviciosa y su progreso, de Víctor Vallín Martínez y Gerardo Fernández Moreno, dedicaba especial atención en Ambás a José Fernández Moreno, fundador del llagar de sidra La Palma, a Bernardo Cubillas Carrera, también llagareru de renombre, y a Robustiano Álvarez, propietario de un comercio mixto, con hijo, Salustiano Álvarez, que era además moliñeru, con molinos de trigo y maíz, exportador de manzana y transportista de viajeros y mercancías que contaba incluso con garaje


Contemplamos toda la campiña que se extiende en torno al nacimiento de La Riega Camoca en La Forcona, casi en el límite parroquial entre Camoca y San Pedru Ambás


La Llosuca, al final de Ambás según se va a La Villa (Villaviciosa capital)


En La Llosuca abría sus puertas el Marimar, otro célebre establecimiento que cerró sus puertas hace ya tiempo. Ahora hay algunas casas de turismo rural


Más arriba va el camino a Daxa Daxa, también en San Pedru Ambás pero ya lindando con la vecina parroquia de Valdebárcena por Valduera. Esta ladera es la llamada precisamente El Peñéu de Daxa, así como La Peña Escolar o El Picu les Vallines, que separa ambas parroquias


La Cuesta Llavares y más allá las estribaciones de Peñacabrera Peña Cabrera (468 m), que es a veces cómo se llama en general a toda serranía que separa Villaviciosa de Cabranes, al sur. En él está La Cueva la Xana, de mitológicas resonancias. Sus rocas tienen formas caprichosas, una en forma de arco ciego, diciéndose que es por donde entraron "los moros", nombre relativo en la tradición no a los naturales del norte de África, sino a los "xentiles", "antiguos", "paganos", que dejaron sus tesoros (a veces túmulos megalíticos con sus ofrendas), una especie de puerta entre dos mundos. Un cantar glosa las virtudes de los aires marinos que llegan a ella: 
Estando en Peña Cabrera
Que da el aire de la barra
Cría los mozos morenos
y graciosos de la cara

Y más allá el Sueve con el Picu Pienzu; esta pared norte, con La Parea Pienzu, es la más abrupta y directa, la cual puede acometerse desde Colunga y Caravia. Hay majadas y pastizales y en Espineres se celebra anualmente la Fiesta del Asturcón, con el marcaje de los potros


Más cerca y de nuevo en Villaviciosa, el Monte Tandión (500 m) hito del mencionado itinerario del Camín Xixón-Cuadonga/Gijón-Covadonga para pasar de Breceña a Sietes, en la montañosa zona oriental del concejo de Villaviciosa


Ahí delante del monte está Breceña, con su albergue El Colmado, para los peregrinos a la Santina, ya que para los de Santiago tal vez esté excesivamente apartado de su ruta, así como el bar-restaurante de Casa Piloña. Al otro lado, en Sietes, abre sus puertas Casa Prida, también bar-restaurante y hotel-rural


Más cerca y a la izquierda de La Llosuca divisamos la aldea de Peruyeru en Camoca, de la que cuentan en el Diccionario Geográfico de Asturias que es una "aldea de casas independientes y agrupadas", situada una pequeña altura (116 m) bajo el eucaliptalizado monte de La Rodiella, donde se unen las parroquias de Camoca, Valdebárcena y Amandi, rodeada por los arroyos de La Riega Peruyera, El Ríu de Sotu y La Riega los Llosos, resaltando el buen agua de su preciada fuente


En la lejanía en lontananza Los Pandos, con la parroquia de Santoxenia los Pandos, muy cerca de Villascusa y Pernús, por donde viene de Colunga a Villaviciosa el Camino de Santiago del Norte


Podemos llegar mismamente a distinguir la iglesia parroquial de Santa Eugenia, que da nombre a la parroquia, gracias a su elevada posición. Un poco más abajo son las casas de Vayones, parroquia de El Bustiu


Más a la izquierda y más cerca de Peruyeru La Corolla, también en Camoca, en la Carretera la Campa


Y más allá aún El Reborión, otra aldea de Camoca, en la ladera del monte Bonizán (156 m)


En La Corolla, que cuando se hizo la carretera pasó a ser el barrio mejor comunicado de Camoca, fue célebre el Llagar de Herminio, cuyo edificio es fácil de reconocer en la distancia


Y en la distancia, El Monte Cubera, con los 376 metros del Picu Altu, revela donde está La Villa, Villaviciosa capital, situada a sus pies


En primer término El Monte Ronzón y Peruyeru, en Camoca pero lindando con Bozanes (Amandi); más allá y bajo el Monte Cubera es la parroquia de Fuentes, con su gran cantera y, a la izquierda, San Vicenti, antigua parroquia de San Vicenti la Palma, suprimida en 1892 y dividida entre Fuentes y La Villa


La Villa y sus barrios que se desparraman hacia la parroquia de Carda, por donde llega el Camino de Santiago procedente de Sebrayu y bajo los montes de Tornón. Más al norte Cualmayor (324 m) y la parroquia de Seloriu


Espléndida vista de La Ría con Misiegu al fondo a la derecha bajo El Monte Rodiles (133 m), asentamiento castreño marítimo sobre la playa de este nombre, antigua ensenada y puerto natural que no llegamos a ver desde aquí por los árboles de su ocalital. A la izquierda está el puerto de El Puntal, en la parroquia de Samartín del Mar


El Puntal se reconoce perfectamente por su ocalital plantada en la que fue la antigua explanada portuaria. Las embarcaciones deportivas, predominantemente blancas, destacan también en la lejanía permitiendo ubicar bien este puerto del interior del estuario por que en su momento salió carbón de las minas de Viñón en Cabranes de Lieres en Nava, transportado en camiones. A la derecha, Misiegu con sus campings



Más aún destacan la chimenea y la extensa fábrica de Sidra El Gaitero en La Espuncia, uno de los porreos o terrenos ganados a la ría a partir del siglo XVIII, parroquia de Carda. En su momento exportaba su producción a través de La Ría llevándola en gabarras a barcos que fondeaban en alta mar


A su derecha La Villa, y encima de La Villa Pandu y Villar, pueblos de la parroquia de Tornón


Asoman parte de los edificios de El Pelambre, zona de expansión urbana de La Villa, cerca del viejo Puente Güetes o Buetes, en base al que se fundó la Pola de Maliayo en 1270


A la izquierda, El Cantu Cuetu (138 m), en Cazanes, que se dice fue en tiempos el lugar con más pomaradas de Villaviciosa, dedicándose gran parte de los vecinos a hacer sidra



Su fiesta de San Julián en enero era la primera romería del año y, como en muchos lugares, se festejaba con magüestos de castañes, que se ofrecían a los romeros. En las inmediaciones hubo un castro astur que dominaba valle y estuario, sobre el que se hizo una fortaleza en el medievo vigilando el paso del Puente Buetes y otros caminos. Bajo ella estaba pensado se fundase la Pola de Maliayo, pero al final esta se emplazó al lado derecho de la ría, tal vez por su mejor ubicación al sol, la existencia de fuentes, y posiblemente el no estar tan cercanamente vigilada desde el castillo, elemento de fuerza feudal


Vemos incluso la iglesia parroquial, ya citada su antigüedad en La España Sagrada  por el Padre Risco en el siglo XVIII. Donada por Afonso VII en 1128


Más abajo llegamos a ver parcialmente Casquita, donde el Camino Norte se bifurca en sus ramales ovetense y gijonés y, dentro del primero, el nuestro en estas entradas de blog, La Cuesta Valle, La Felguera y la campiña de Camoca 


Y subiendo de Camoca Riba, La Cruz, desde donde vemos bajar el Camino a La Riega por El Verxel


Más allá de Cazanes, los montes de Bedriñana y Oles, antesala de la gran rasa costera de Les Mariñes y paso al puerto marinero de Tazones, un territorio especialmente vinculado a Santiago de Compostela por sus exportaciones de azabache o acebache


Indudablemente un paisaje inolvidable que creemos necesario describir, solo sea por encima, al peregrino amante de descubrir lugares como estos sin demasiada prisa en reloj


Encantador descanso y paseo por este cuidado y bien mullido campo. Vamos a acercarnos asta el altarín de piedra situado al extremo del prado


Bajo la iglesia está la Fuente la Pasera, a la que venían gentes de todos los pueblos de alrededor cuando las demás se secaban, a hacer la colada o a llevarla para casa, antes que se dispusiese de agua corriente en las viviendas


Camoca, La Villa y La Ría, arriba a la derecha Tornón, otra vista de la parte central del concejo de Villaviciosa en la zona más cercana al estuario


Ahora, desde la altarina de las procesiones, un nuevo paisaje


Allí abajo al otro lado de la carretera, tenemos la torre de la luz que veíamos antes desde Castiellu y que nos servía de referencia para saber donde estaba la iglesia, oculta por estas arboledas


El Castillu Taloca y, a la derecha, Camoca Riba


Abajo Castiellu y al oeste La Cobertoria con El Picu Llan o Iyán


En sus laderas, Sariegumuertu a la izquierda y Caés a la derecha, parroquia de San Xusto, la cual se extiende al otro lado de la montaña hacia Les Mariñes


Conocido y recorrido este rincón tan sumamente bello, retomaremos el Camino carretera adelante hacia Villabona


Ahí a la derecha, en plena curva, sale el Camino, por el que hemos llegado subiendo desde Castiellu Ambás por La Brimera y La Venta


Allí, nada más entrar en Villabona, dejaremos la carretera y tomaremos un camino por el que entraremos en los bosques que se extienden por toda la falda del Monte Lloses

Va a ser por tanto un corto trecho por la carretera N-380 y en llano, pero extrememos la preocupación pues no hay no arcén ni vereda ni cuneta


En el monte, casi podemos reconocer el Camino, saliendo del arbolado a los campos de tojales de La Vallina y El Mesón, en El Cantu, divisoria de las parroquias de San Pedru Ambás y Pueyes


Arrimémonos pues lo más posible al matu de la izquierda; al menos el trecho de carretera hasta Villarrica es recto y tiene buena visibilidad, pudiendo ver los coches que vienen de frente


En el suelo, una flecha amarilla confirma que esta es la ruta correcta a seguir



Por suerte, esta circunstancia de falta de espacio para el peatón es de unos pocos metros, pues al llegar a la primera casa hay una buena franja de espacio para caminar delante de ella


Nada más pasarla y a la izquierda sale el camino por el que dejaremos ya la A-380 e iniciamos la que va a ser una muy bella senda montañera por El Monte Lloses hacia Arbazal y La Campa, en la que llegaremos a ver Valdediós a vista de pájaro, otro paisaje espectacular nos aguarda...








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