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sábado, 30 de julio de 2016

FIGUERAS/AS FIGUEIRAS (CASTROPOL, ASTURIAS): CUANDO SE CRUZA LA RÍA EN LANCHA

Figueras/As Figueiras  y sus astilleros
Bifurcación en As Figueiras

El Camino Norte llega, viniendo de Barres por Lois, al casco urbano de la población de Figueras/As Figueiras, en el concejo asturiano de Castropol. Aquí el Camino señalizado sigue a la derecha, pues los peregrinos aprovechan el puente de A Ponte dos Santos para pasar directamente a la villa gallega de Ribadeo. No obstante quienes deseen revivir la sensación de cruzar la ría en lancha, tal y como se hacía antaño, han de dirigirse a la derecha para bajar al puerto. Esta opción, especialmente válida en verano, ha de ir acompañada de una buena información sobre condiciones y horarios de las embarcaciones que cruzan el estuario, mejor incluso informándose o contratando previamente sus servicios


Tomamos en este caso pues el camino de la izquierda, que de dirige al puerto


Es la Avenida de Trenor, con sus filas de árboles a los lados


A la derecha urbanizaciones, en torno a la calle A Lagúa, topónimo relativo a las lagunas y charcas que se formaban en lugares llanos, como es este el caso


La avenida es llana y recta, directa a los edificios del centro de la población


A la izquierda la campiña, cerca de El Cobo, y a lo lejos los cordales costeros


Vamos llegando a la farmacia


Llama aquí la atención esta construcción cilíndrica que llama poderosamente la atención


Pasamos a su lado... 


De la farmacia adelante la avenida sigue recta


Al fondo vemos ya las casas del centro urbano


Casa a la izquierda...


A la derecha quintas y jardines arbolados


Y ahora a la izquierda un edificio muy singular


Son las escuelas de la Fundación Villamil, fundadas por Florencio López Villamil, emigrante a Río de la Plata que, en su testamento del 24 de septiembre de 1904, lega a su pueblo el capital necesario para construir una fundación benéfico docente que lleve su sombre, y en cuyos estatutos puede leerse:
"La Fundación tiene por objeto proporcionar gratuitamente la enseñanza primaria y la de artes y oficios a los niños de Figueras y Barres" (...)

 "La actuación del personal y la enseñanza de la fundación, serán completamente ajenas a toda influencia política y a toda confesión religiosa"

El 10 de agosto de 1913, los albaceas testamentarios adjudican la construcción de este edifico, diseñado por el arquitecto Corujedo y sede de las escuelas de la fundación, a D. José López García y Cándido Méndez, con un presupuesto de 17.970 pesetas


Fueron estas escuelas inauguradas en 1917, siendo su primer maestro D. Cesáreo Hernández


Con los fondos e intereses de la fundación se sufragaron los salarios de los maestros y los costes de mantenimiento del edificio, hasta que los motivos económicos hicieron que se firmase un acuerdo con las autoridades educativas asturianas, que asumieron todos los gastos. En la actualidad es Colegio Rural Agrupado (CRA)


A la entrada, en el jardín, vemos el busto de su fundador



Enfrente, entrada a las cocheras y torre-mirador de la quinta La Perseverancia


Vamos a fijarnos en las filigranas de su decoración, principalmente los óculos de la torre


Arriba muestran cabezas


Un poco después a la derecha está el portón de esta quinta


La Perseverancia fue una de las antiguas fábricas de conservas de la población, fundada en el siglo XIX por José Antonio Castro, capitán de marina mercante que navegó por todo el mundo y capitaneó el velero Antonia y que también fue armador de buques


Como en casi todos los puertos pesqueros de cierta relevancia, la industria conservera fue muy importante aquí, llegando a existir en su momento hasta siete industrias, como La Rayana, de Leandro Marcelino López, La Amistad, de Plácido López Acevedo, La Idea, de Ramón Reigada, o Los Siete Hermanos, de Domingo Sanjurjo


La quinta es la casa del renombrado jurista y erudito bibliófilo José Luis Pérez de Castro, quien fuera director del Real Instituto de Estudios Asturianos, vecino y natural de Figueras, que posee la que es posiblemente la mayor biblioteca privada de Asturias (no abierta al público). De ello habla en la entrevista que le hizo el corresponsal J. Morán para La Nueva España y publicada el 5-9-2012
"...en la gasolinera de Tapia vi un camión cargado de manuscritos y volúmenes sobre Ribadeo, Castropol, Navia y Luarca; el camionero me dijo que todo ello iba camino de una papelera y que pedía 5.000 pesetas por el material. Me emocioné tanto al ver, por ejemplo, los 15 o 20 tomos de la documentación medieval del Navia al Eo que le pedí a mi abuela Ramona ese dinero, una cantidad respetable en los años cuarenta» (...)

"... fue mi primer salvamento, y después creo que he logrado evitar que obras de gran interés se hayan ido al extranjero, o poder recuperar de un librero londinense el manuscrito del Padre Carvallo de sus "Antigüedades y cosas memorables del Principado de Asturias"

En la misma entrevista también bromea un poco diciendo:
"Cuentan que a Luciano Castañón le preguntaron una vez cuál era la mejor biblioteca asturianista, si la suya o la del Padre Patac o la mía, y respondió: "Si yo tuviera la sotana de Patac y les perres de Pérez de Castro, iban a saber los dos lo que es bueno"

Llegando a la primera gran fila de casas, vamos a ir ahora a la derecha, hacia la Torre del Reloj


Pasamos al lado de la bella Torre del Reloj, uno de los edificios más significativos de Figueras/As Figueiras, inaugurada públicamente en 1927


Su edificación vino dada por disposición testamentaria de Domingo Gayol y Martínez Magadán, quien quiso que parte de sus bienes se invirtiesen en un reloj público que diese hora al pueblo. En 1925 se compraron los terrenos y se acometieron las obras, completadas por parte del Ayuntamiento de Castropol con las de unas escuelas que estuvieron funcionando hasta 1976 y que durante décadas impulsaron enseñanzas marítimas. Luego de ser empleadas con diversos fines los locales pasaron a ser en 2006 casa de cultura tras una profunda restauración


Domingo Gayol y Martínez Magadán emigró, como López Villamil y muchos naturales del concejo de Castropol, a Río de la Plata, haciendo fortuna en Uruguay, regresando a su población natal como otros muchos indianos o americanos, pasando a residir en una casa de la calle Dos de Mayo, antigua calle Princesa, donde fallecería en 1913, soltero y sin hijos ni herederos, pero en su testamento estipula la construcción de un panteón familiar y, en su cláusula décima, "el montaje de un reloj y su correspondiente torre en la plaza de San Feliz de la villa, para servir de horario a los vecinos, y que tenga siempre carácter público"


No obstante el Ayuntamiento no permitió instalar el reloj en dicha plaza, buscándose otro lugar, céntrico y visible, no sin gran debate en el lugar. Solo justo cuando el capital del benefactor estaba a punto de pasar al Estado, al no realizarse su mandato, el teniente de alcalde de Castropol, José Castro Valdés, tomó por propia iniciativa la decisión de comprar, por 2.000 pesetas, este solar a la entrada del pueblo a Amparo Parapar


 Así se inicia la construcción de esta torre del reloj, cuadrada, con proyecto de Marcelino Candaosa y obra adjudicada a José López García, Pepe da Viña, en 17.000 pesetas


El reloj y su maquinaria fueron comprados al fabricante palentino Moisés Díez en 5.575 pesetas en enero de 1925. El Ayuntamiento completa la obra añadiendo a la torre un edificio de escuela mixta y otro de biblioteca, adjudicadas en enero de 1927 por 7.000 pesetas, también a Pepe da Viña


El edificio fue inaugurado el 3 de julio de 1927 con presencia de la mayoría del vecindario y autoridades, tomando la palabra el citado Castro Valdés, así como José Rodríguez Fernández y varios maestros, cerrando el acto el alcalde, D. Francisco Campoamor Núñez


Las escuelas se especializaron en enseñanzas marítimas en los año 40 y 60 del siglo XX, siendo escuelas públicas hasta 1976, siendo dedicadas a otros fines por el Ayuntamiento. En 2006 se realiza una reforma integral para habilitar el edificio como casa de cultura, tal y como hemos dicho


Seguimos ahora por esta Avenida de Trenor, camino del puerto, donde antes embarcaban viajeros y peregrinos para cruzar a Ribadeo, donde hubo importantes hospitales de peregrinos, tanto es así que aún hoy en día alguna institución benéfica es descendiente directo de ellos, pero en estas poblaciones ribereñas asturianas, los peregrinos también disponían de estos albergues. En el caso concreto de Figueras/As Figueiras era propiedad del gremio de mareantes y estaba dedicado a Santiago, nombre de uno de los barrios de la población y advocación de la actual iglesia parroquial, posiblemente antigua capilla del hospital, reformada por este gremio en 1787


El hospital acogía a peregrinos, pobres o enfermos. En los Libros Sacramentales de San Esteban de Barres, a cuya parroquia dependía Figueras/As Figueiras por entonces, sabemos de dos pobres aquí fallecidos, uno en 1728, llamado Joseph Grandies, de Carmona, provincia de Sevilla, y otro un pobre enfermo de Utrilla, obispado de Sigüenza, en 1765. El hospital aparece citado en el Catastro de Ensenada a mediados de esa centuria dieciochesca y se supone desaparecería, como otros muchos, entre finales del siglo o principios del siguiente


Antiguas casas y edificios, unos restaurados y otros no, memoria de la historia de este puerto de pescadores, en el que también había agricultores, hojalateros, ebanistas, barberos, mesoneros, y hasta abogados y otros oficios


Y las mujeres, tal y como dice el citado José Luis Pérez de Castro:
"La mujer de Figueras era una clave insustituible en la vida de la villa. Iban vendiendo la pesca por los pueblos con la mercancía en la cabeza, acarreaban agua dos veces al día hasta aquellas casas todavía sin suministro, eran mariscadoras y rederas, iban a varear y lavar la lana de los colchones al río de Berbesa, recogían algas del mar para abono del campo" 
A lo que añade que, como en tantas poblaciones marineras y conserveras, había coros de cantoras

(Entrevista de Marcos Palicio publicada en La Nueva España dentro de la serie Viejas y Nuevas Polas)


Jose Luis, añade en otra entrevista en el mismo periódico, esta firmada por J. Morán:
"Durante mi niñez, en Figueras venían las lecheras a traer la leche a casa, y las leñeras con la leña y las piñas para la cocina. Y una costumbre que se perdió y que se nota mucho es que en aquella época cada vecino salía a barrer su parte de calle y además cantaban desde por la mañana hasta el anochecer. Con cualquier trabajo que hacían cantaban al alto la lleva todo lo que fuese; hoy no canta nadie. Fui a la escuela de doña Clementina, un colegio privado, y ella era una señora muy preparada, porque incluso nos enseñaba francés ya de niños y nos daba clases lo mismo de ciencias que de letras. Aparte de doña Clementina había dos escuelas públicas: una situada en la torre del reloj y otra en lo que hoy es Fundación Villamil, que era laica. Antes de esas hubo otra en la calle de Campomanes, en unas naves que eran precisamente de mi bisabuelo Domingo Sanjurjo"

La primera presencia humana conocida en estos parajes es prehistórica, de bastantes milenios atrás, restos de la cultura achelense nada menos, si bien localizados un poco más al norte, en Arnao. En la Edad Media, en 1378, pese a pertenecer hasta entonces a los eclesiásticos dominios de la Tierra de Ribadeo, con capital en Castropol, el obispo Gutierre de Toledo cedió este enclave en encomienda al marqués de Astorga, Alvar Pérez Osorio. Tiempo después, en 1538, fue comprado por Arias Pardo de Donlebún


Esta jurisdicción señorial pudo ser adquirida por fin por la vecindad tras cuarenta años de pleitos y el pago de 680.000 maravedís en 1775 constituyéndose entonces en ayuntamiento, logro que no duraría demasiado tiempo, pues en diciembre de 1826 y por disposición de Fernando VII este y numerosos municipios pequeños habrán de pasar a sus vecinos más grandes, como fue aquí el caso de Castropol, al que As Figueiras/Figueras pertenece desde entonces

Y siguiendo la avenida podríamos llegar al puerto, si bien preferimos bajar por la callejuela de la derecha, la calle comercio, donde era Barrionovo, ahora Alameda, de preciosas casas populares y peatonal, pero antes vamos a hacer una visita a nuestra izquierda, subiendo las escaleras que vemos a ese lado


Es la plaza dedicada al ingeniero naval Manuel López Acevedo, más conocida como Plaza de San Feliz. A la izquierda está Casa Fundillón, comprada a principios del siglo XIX por los antepasados de los dueños de la popular tienda de Casa Alejandro, donde primeramente en una parte hubo casino y luego, pasado el tiempo, sus descendientes tuvieron tienda, que durante tiempo regentaron Isabel López y Ángel Díaz, siendo especialmente célebre con Alejandro Díaz (de ahí su nombre) e Isabel Ovejero


Se trataba de un bar-tienda que durante un tiempo tuvo además un local anexo para sala de baile, que luego sirvió para comedias teatrales y proyecciones de cine. El negocio, pasando por diferentes vicisitudes, pasó luego a Alejandro Díaz hijo, cerrando por jubilación a finales del año 2010


En medio de la plaza está el Monumento a la Pescantina (pescadera) con el balde del pescado en su cabeza, inaugurado el 14 de julio de 2004


As pescantinas llevaban el pescado a vender a diversos pueblos del interior, Moldes, Lantoiora, El Valín, Vilavedelle, o incluso especies determinadas, como abadejo, a otros puertos pesqueros, como Tapia. También eran mariscadoras de almejas, las célebres almejas del Eo. Además de atender la casa, ir a por agua, hacer la colada, etc. no pocas tenía huerta y algo de ganado, que estaba mayormente a su cargo, pues los hombres se pasaban la vida faenando en la mar...


Y ahora, desde esta plaza retomamos el camino...


Cruzamos la calle y tomamos la callejuela que baja a la izquierda


Es la bajada al puerto de Figueras/As Figueiras


Desde la apertura de A Ponte dos Santos en 1987 el comercio local ha ido desapareciendo, al concentrarse el sector servicios, y buena parte de la hostelería en la vecina Ribadeo, provocando también un éxodo de la población


Al mismo tiempo las embarcaciones pesqueras, sobre una docena aún en tiempos de Pérez de Castro, de artes mayor y menor, así como otros oficios, fueron languideciendo. Sin embargo es la localidad más poblada del concejo, más aún que la capital, Castropol, que pasó por un proceso semejante


Pero estas calles, empedradas, junto con las casas populares y marineras, siguen mantieniendo la esencia de la historia de todo un pueblo. Al caminar podemos imaginarnos la intensa vida que habría en ellas en tiempos pasados, con bastante más gente y oficios. Ahora se dice es "pueblo de veraneantes", pues no nos pocos los que acuden llamados por la tranquilidad del lugar, la cercanía a las playas y la belleza de todo el estuario donde desemboca el Eo, Ría del Eo para los asturianos, Ría de Ribadeo para los gallegos y a nivel oficial ministerial


Hemos de recordar además que, durante la francesada, cuando era este concejo independiente, se estableció aquí el gobierno de la Junta General del Principado, así como la Real Audiencia


La estructura del callejero de Figueras/As Figueiras no difiere mucho en apariencia a otras villas marineras del Cantábrico, un entramado de calles estrechas que se entrecruzan en la ladera de la bajada al puerto, asentándose en ella las casas aprovechando el terreno



Pero este pueblo existe un condicionante especial que hemos de recordar, formaba parte desde 1538 por compra de un coto señorial de la familia Pardo (cuyo muro de finca y palacio vemos ahora a la izquierda) ,el cual era realmente pequeño, pues en el Catastro de Ensenada de mediados del siglo XVIII se dice que medía "un tiro de escopeta de Oriente a Poniente y de Mediodía a Norte"


El no poder expandirse urbanísticamente más allá del coto, según disposición de los Pardo, limitó sensiblemente su crecimiento. Así en un pleito vecinal por este motivo se lee:
"... que por hallarse tan reducidas las casas viven dos o más en una y duermen en una corta pieza dos matrimonios... de forma que viven con tanta incomodidad que apenas puede recogerse por no alcanzar más hueco, y aunque confinante a la Jurisdicción hay términos donde puede hacerse edificios y ensanchar población, lo embaraza don Vicente Pardo"

Tras lograr la independencia municipal en 1778 la población logra crecer hacia arriba en su particular ensanche, por donde hemos entrado en el casco urbano, en la zona de la Torre del Reloj



En 1900 Laureano L. Acevedo publica un plano de la villa cuya traza difiere muy poco de la que actual


Pero dejando aparte las civilizaciones puramente prehistóricos se supone que el precedente de la población como entidad urbana serían los antiguos y numerosos castros existentes en torno a la ría, en torno a los cuales con la romanización se extenderían villae o asentamientos de villas agrícolas. De ese tiempo se supone el hallazgo por el Gremio de Mareantes en 1743 de una estela con inscripciones borrosas, de la que no ha vuelto a saberse


No hay ninguna señalización especial y sabemos que, bajando, llegaremos a buen puerto, y nunca mejor dicho. Nosotros por ejemplo, al llegar a esta bifurcación, optamos por seguir a la izquierda siempre por estas bellas calles adoquinadas


Estas calles recuerdan a célebres vecinos, entre ellos cómo no, al médico Martiniano Pérez Sanjurjo, padre de José Luis Pérez de Castro, del que también cuenta en su entrevista para J. Morán de La Nueva España, verdadero compendio de la historia local en el siglo XX
"Mi padre era médico de pueblo, lo que significaba salir a caballo para atender un parto, o a un moribundo, o tareas semejantes. Ya cuando yo era un poco mayor, salía hasta en bicicleta, y más tarde ya lo hacía en taxi o coche. Mi padre falleció muy joven, de una neumonía. Era médico de la Mutualidad del Mar y Accidentes de Trabajo y tenía mucho trato con los marineros. Salía a pescar y en una de esas salidas cuyo regreso se retrasó un par de días contrajo una bronconeumonía que lo llevó al sepulcro. Yo tenía entonces unos 10 años y por eso me crié entonces en manos de mi madre y mis abuelas materna y paterna. A las tres las tengo siempre muy presentes. Estas abuelas eran Ramona Sanjurjo y María Villamil..."

Estanco y librería, uno de los pocos comercios que podemos ver hoy en día en estas callejuelas de Figueras/As Figueiras


Seguimos así toda esta rampa en continuo descenso por las callejuelas del que también fue puerto ballenero hasta la práctica extinción de los cetáceos del Cantábrico en el siglo XVII


En estos pequeños espacios el vecindario crea pequeñas zonas verdes, con macetas de plantas y flores...


A la izquierda, uno de los portones al Palacio de los Pardo Donlebún o de los Condes de Trénor, cuyo edificio principal veremos cuando lleguemos al puerto


Desde aquí apenas vislumbramos una pequeña parte de su estructura


Aunque sí, sobre el portón, el escudo de la estirpe del antiguamente llamado Coto de Las Figueras



La calle realiza ahora un ángulo a la derecha


Por aquí bajamos, fijándonos en esta casa de gran chaflán, pared en forma totalmente curva para aprovechar el espacio


Incluso aquí la calle serpentea un poco...


Al fondo, a lo lejos, ya empezamos a ver un poco de la ría y de Ribadeo


José Luis Pérez de Castro informa en su entrevista a J. Morán que:
"Siendo yo niño, la ría del Eo era asturiana en todas sus márgenes, incluido el puerto de Ribadeo. Era exclusivamente de Asturias, y existe una sentencia de Juan de Grijalva, juez apoderado por Felipe II, a favor de Castropol, tras un pleito de los condes de Ribadeo, de la casa de Alba. Pleitearon por la propiedad de la ría y perdieron. Aun siendo yo niño, y ya mayor, los notarios de Castropol iban hasta la misma orilla del muelle del Ribadeo a levantar actas en los barcos porque era territorio de su competencia. Es decir, que era asturiana hasta el mismo muelle de Ribadeo, y en contra de lo que afirman los galleguistas, Galicia nunca pasó del núcleo de Ribadeo, lo mismo en la Edad Media que después. Lo que pasa que había interferencias entre Asturias y Galicia. Por ejemplo, el obispado de Oviedo tenía parroquias en la provincia de Lugo hasta que se ajustan los límites de la diócesis con los límites provinciales, a mediados del siglo XX"

Seguimos bajando y las casas nos tapan de nuevo el estuario, pero muy pronto estaremos en él


Seguimos toda esta fila de viviendas populares, muy posiblemente de antiguos marinos y pescadores...


Ahora a la izquierda


Llegamos a una pequeña explanada. Farolas isabelinas iluminan de noche estas rúas


Y es ya el tramo final de la bajada...


Tramo final que hacemos por estas escaleras


Hermoso pasear por este encantador pueblo marinero de gran historia


Y ya vemos de nuevo la ría y con ella empezamos a ver también el puerto


Estamos en A Ribeira, ante la misma orilla del estuario


A Ribeira viene a ser hoy en día la zona más animada de la población, con preciosas vistas hacia la ría y Ribadeo, bares, casas de comidas, terrazas...


Al mirar atrás vamos apreciando ahora toda la enorme estructura del Palacio de Donlebún o de los Condes de Trénor, dominando puerto, ría y población con sus muros y almenas, cuya parte más antigua es una torre del siglo XVI que guardaba el estuario como vigía y defensa, conservándose un par de cañones.



De ella partieron dos alas, también almenadas, en una primera ampliación. En el siglo XIX fue totalmente renovado el conjunto y en 1931 de cerró todo con una cerca, siendo restaurado a finales del siglo XX. Uno de los antiguos señores, Sancho Pardo Donlebún, participó en la expedición de la Armada Invencible



En A Ribeira se concentran la mayor parte de los establecimientos de hostelería, hay aparcamientos y podremos contratar, principalmente en verano, los servicios de alguna empresa de pasajes para revivir el paso en lancha de la ría hacia Ribadeo de los antiguos peregrinos, lo cual será sin duda una experiencia inolvidable



También hay una antigua casona...


Con su escudo e inscripción, del año 1799


Aquí están ahora los dos cañones de la defensa de la ría, flanqueando al Monumento al Pescador. Hay otros 14 al menos hundidos en la ría, si bien parece ser pertenecían a galeones hundidos en 1719. Otra pieza artillera recuperada, del siglo XVII, está en A Ponte dos Santos, si bien se le busca otra ubicación, se trata de un gran cañón de unos tres metros y media de largo


El monumento a un pescador, con un pez en la mano, preside la explanada entre las casas y los diques portuarios, es el complemento del Monumento a la Pescatina, que vimos arriba


Desde aquí tenemos una muy buena vista de todas las casas de A Ribeira:


Estas las situadas justo al pie del palacio, por donde hemos bajando desde el ensanche


Ahí está precisamente el café de A Ribeira, por donde acabamos de llegar, bajando las escaleras


Y estas a nuestra izquierda, donde está el Restaurante Peñalba


Más allá la casa del blasón, bajo la zona de O Cotarelo, donde apareció en el siglo XVIII la estela, supuestamente romana, de la que da noticia el Gremio de Mareantes


Allí tenemos la entrada a la gran industria de Figueras/As Figueiras: los Astilleros Gondán, fundados  en 1925 por Francisco Díaz Martínez, hijo de  Francisco Díaz Fernández, de la cercana aldea de Berbeso, descendiente de una saga de carpinteros de ribera, quien ya construía embarcaciones de pesca a finales del siglo XIX, comenzando en 1969 a producir barcos de casco de acero, llegando a exportar fuera de España a partir de 1978


En 1995 se realizan profundas reformas tecnológicas para la moderna construcción naval y en el año 2009 se empiezan a hacer también embarcaciones de fibra de vidrio. En total más de 300 buques han salido fabricados de estos astilleros a lo largo de su historia


No obstante, la construcción aquí de barcos está documentada al menos desde el siglo XVII y, un poco más al sur, en A Lieira, aún desde más atrás, pues se sabe se fabricaron barcos para la Armada Invencible en su fracasada invasión de Inglaterra en 1588


En medio de la ría, en las bajamares, se forma un gran banco de arena: O Tesón, que en ocasiones es un serio inconveniente para la navegación, cerrando el canal de navegación entre las poblaciones ribereñas, por lo que ha de dragarse pero siempre con sumo cuidado al afectar a zonas marisqueras


Recordamos un artículo de la revista Entrambasauguas escrito por José Manuel Martínez Castro: As Figueiras. Ua hestoria del mar, que pone en boca de un pescador del cercano puerto de Figueras/As Figueiras, Costante, las diferentes visiones del mar entre los pescadores, los veraniantes y los escritores...
"Costante sabía dende nena el qu' era el mar. Sabíalo como cualquera das Figueiras: porque lo tía delantre todos os días y tamén porque xa dende mui rapacín tuvera que meterse a xeiras duras y amoladas inda pra os homes avezaos de cosrume al golpe de mar y al salseiro. 

Costante nun lera nunca aquelas hestorias mariñeiras de Pío Baroja ou de Melville, oin a poesía salitrosa de Rafael A1berti, peró ás veces atopaba nel periódico da Nueva España dalgún artículó escrito por periodistas da capital ou cuadrábaye ver na televisión en color del Peñalba dalgúa xarolada respeutive del mar na que xa nun crían nin os verariantes. Cómas fatedades dicían d'ela. Que se la procelosa mar, que se los bellos acantilados, que se los hombres esforzados que luchan a brazo partido con las olas, .. Nun había con quén falar. Someñaba qu'os periodistas, os poetas y os escritores, todos tuveran sempre de vacacióis, folgando en prayas d'arena fina y meténdose nel augua salada namáis que pra moyar os pes. El mar nun era guapo, ¿quén podería dicir que lo fose?, peró tampouco úa luita con xigantes nin úa disgracia. Era, por riba de todo, soledá, ter qu'erguerse ás tres da mañá, horas valeiras, el mesmo trabayo todos os días, a rutina, el vir ransido; y os pitos de Coronas y os gotas de café, ún tres d'outro, pr'acalmar el cansacio y el sono"

Vamos ahora pues a recorrer los muelles, con pequeñas lanchas de pesca y numerosas embarcaciones deportivas. La ría ha sido desde tiempo atrás todo un referente para los deportes náuticos, siendo especialmente famosos los remeros, sucesores inmediatos de los antiguos cazadores de ballenas, o la vela del Eo o vela mística, descendiente de los barcos de cabotaje de la antigüedad


En alguno de estos muelles embarcaríamos si concertamos el paso de la ría hacia Ribadeo, que vamos viendo enfrente


Desde aquí, más allá de la grúa del puerto vemos, al pie de las murallas del Palacio de Donlebún, otro edificio singular



Es el Pósito de Pescadores, la cofradía, inaugurado en 1932, con sus ventanas y balcones mirando a estos muelles. Actualmente hay restaurante


Desde aquí tenemos otra muy buena vista del Palacio de Donlebún


Comprobamos cómo su primigenia base bélica fue transformándose en gran caserón familiar del linaje dueño de este su antiguo coto


La torre con las antiguas almenas inspiraron la traza del palacio añadido, que sigue conservando este elemento, más como ornamentación que con utilidad defensiva


Llama la atención la galería adosada entre la torre y el cuerpo lateral derecho, orientada al sur. Abajo un cabazo, donde antiguamente se almacenaban las cosechas, la renta que se aportaba al señorío



Y otra muy buena panorámica de A Ribeira. Miguel González, pescador que fue del lugar, contaba lo siguiente en el diario La Nueva España, en artículo firmado por Ignacio Pulido y publicado el 6 de marzo de 2009:
"Comencé a trabajar en la mar cuando tenía 13 años. Entonces varábamos las embarcaciones en la arena, donde las reparábamos y limpiábamos. Hoy en día, las lanchas se izan a tierra con la ayuda de una grúa, y la playa ha sido sustituida por un muelle de bloques de piedra y hormigón (,,,)"

"Los pescadores tenían que remar toda la noche desde Figueras hasta Navia. Eran unas condiciones de trabajo muy penosas"

 A lo lejos asoma A Ponte dos Santos, paso a Ribadeo, por donde van la mayor parte de los peregrinos, algunos por la parte alta de Figueras/As Figueiras, pero los más empleando la llamada Variante de Tapia

Con el paso del tiempo, al inaugurarse las carreteras, los vehículos podían ir de un lado a otro por A Veiga (Vegadeo), dando sin embargo a un buen rodeo, por lo que el transporte regular de pasajeros, ya con buenas embarcaciones funcionó hasta 1987, cuando se inauguró A Ponte dos Santos, que también vemos al norte de esta ría que unos llaman del Eo y otros de Ribadeo, polémica que se reabre de tiempo en tiempo en los medios de comunicación. Oficialmente, pese a que el Instituto Geográfico Nacional se manifestó en favor de la denominación Ría de Ribadeo, en sus mapas se ofrecen ambas versiones

En la actualidad el paso de la ría en verano adquiere gran interés turístico, con rutas acuáticas que la recorren, pero cuya singladura era especialmente temida por los viajeros de antaño, pues los precios de los barqueros, o sobre todo las condiciones de sus barcas siglos atrás, no eran de lo más aconsejable y, en esta ría, cuya travesía duraba de treinta a cincuenta minutos, el peligro era patente

Así el primero de marzo de 1502, según escribe Antoine de Lalaing, quien acompañando a Felipe el Hermoso en su viaje, se desplaza con otros caballeros a Santiago por esta costa, donde en esta ría se encontraron con...

"otro brazo de mar, el más grande y más peligroso de los tres, donde estuvieron en peligro, porque había tormenta y durmieron en Ribadeo, a nueve leguas de Navia"


Enfrente está el Puerto de Porcillán, actual muelle deportivo de Ribadeo, pero que fue su puerto histórico, a donde arribaban las lanchas y embarcaciones que comunicaban ambas riberas

En Porcillán el Camino Norte en Galicia tiene su señalización oficial, esto es, la que sigue lo más aproximadamente el itinerario original, ya que obviamente A Ponte dos Santos no existía y su paso está jalonado como camino complementario. Desde el puerto, viajeros y peregrinos subían por la Rúa Maior, donde a su comienzo la antigua aduana o Alfándega Vella fue construida en 1726 como casona señorial de Carlos Acevedo Pardo. El incremento de la actividad portuaria y económica de Ribadeo en esa centuria y la siguiente, con su puerto abierto al tráfico internacional hasta con América, fue la razón para crear aquí la aduana, con almacenes y dependencias de los oficiales que, por dibujos de época, estaba sobre la misma orilla de la ría, que aquí tenía fondeadero y refugio natural

En medio de la foto, sobre el puerto, vemos A Torre, A Casa Grande o Cuartel Vello, llamativamente pintado de blanco. Se construyó en 1701 como mansión de Francisco Sierra-Pambley imitando con sus almenas el aspecto de las torres señoriales antiguas, si bien es un claro exponente del estilo barroco propio de la época. La familia fundó aquí una escuela para "leer, escribir, contar, doctrina, gramática y otras ciencias, como se estila en los colegios de la Compañía de Jesús" en la que se impartiría clase hasta primeros del siglo XIX. Luego pasó a ser cuartel de la Milicia Nacional


Y también reconocemos la Casa o Pazo de Guimarán, junto a cuyos muros almenados hemos pasado hace un instante. Se trata de una mansión barroca del siglo XVIII que fue solar de los Arango y Mon, con jardín, capilla muro almenado y mirador

 La capilla (a su izquierda) está dedicada a la Virgen de Chiquinquirá y San Bernardo. La Virgen de Chiquinquirá es de gran devoción en parte de hispanoamérica, patrona y reina de Colombia, de la ciudad venezolana de Maracaibo, del también venezolano Estado Zulia y en Perú de la parroquia Bella Vista del Estado Trujillo, y de la ciudad de Caraz, lo que demuestra la relación internacional del puerto de Ribadeo y sus estirpes, ya que fue construida bajo los auspicios de Bernardo Rodríguez-Arango y Monel indiano, que hizo fortuna en Perú

Cruz Roja del Mar y Real Club Náutico de Ribadeo (izquierda de la foto). Sobre ellos en Faro de Señales de Obras Públicas y las casas del barrio de San Miguel, en la Estrada do Faro


Sobre Porcillán, está la capilla de San Miguel, una de las dos, junto a la de A Atalaya al norte de As Figueiras/Figueras que dieron nombre a la Ponte dos Santos (que no de Todos los Santos como a veces se vio escrito). Junto a ella pasan los peregrinos que, desde el puente (al lado del que está el albergue, continúan el camino señalizado, que baja primeramente a este puerto para luego, siguiendo el trazado original caminero, ir al Campo da Vila, actual corazón de Ribadeo, que era donde antaño estaba una de las puertas de la muralla ribadense

A su derecha y también sobre el Camino procedente de A Ponte dos Santos, las casas del Grupo de Pescadores, la Colonia Gibraltar

A Ponte dos Santos tiene a su vez dos entradas peatonales a ambos lados de la calzada: esta que vemos suele ser empleada por los peregrinos que pasan por la parte alta de Figueras/As Figueiras, mientras que al otro lado es el acceso directo para quienes realizan la llamada Variante de Tapia. Las dos rutas se unen bajo el puente: hacia la izquierda se entra en el casco urbano de Ribadeo, a la derecha se va al albergue de peregrinos o se sigue a Illa Pancha por la Variante Marítima y el Camiño do Mar, que siguen allí la Ruta do Cantábrico


El paso a Porcillán nos parece hoy en día seguro y fácil además de encantador, pero nada más lejos de lo que sentían quienes se aventuraban por estas aguas, como escribe el peregrino y sastre picardo de Charlepont Guillaume Manier, quien peregrinó a Santiago en 1726, quien lo recuerda como "uno de los sitios más peligrosos y temibles de toda España". Relatando además sus temores cuando la lancha, amenazada por mar tormentosa, era "como si fuera una pluma, como si bajase a un precipicio (...) que os causa miedos espantables que crees en todo momento que habéis perecido" 

En 1797 el viajero italiano Luigi Salandra, vio como su caballo se asustó en la barca y tiraba parte del equipaje que llevaba en la grupa, una maleta con ropa, mapas, reloj y brújula. Se trataba de una lancha de pesca pues al parecer no había de otra clase más óptima para el pasaje en ninguna de las dos márgenes de la ría, mostrándose un tanto escandalizado al relatar que

 "como no existe muelle, es necesario escorar las embarcaciones para que desciendan pasajeros y animales. Para ello las mujeres que ayudan a la descarga se montan sobre el carel de la lancha y así muestran sus pantorrillas y muslos (hasta más allá de lo que permite la decencia)" 
Actualmente puede revivirse la experiencia de surcar el estuario de una ribera a otra concertando los servicios de embarcaciones de pasajes, si bien con más garantías de seguridad que aquellas peripecias y epopeyas que se padecían antaño


A la izquierda de la aduana una gran torre oscura es el ascensor panorámico que une el centro histórico con el puerto. En lo alto a su derecha se encuentra A Atalaia, con mirador y capilla del siglo XII, hecha construir por Fernando II sobre las murallas y dedicada antaño a la Santísima Trinidad. Se dice es el edificio religioso más antiguo de la población y fue reformado en el siglo XIV, conservando puerta gótica. El promontorio ayudaba como referencia geográfica a los barcos a entrar a puerto. Fue fortificado como baluarte defensivo con troneras y cañones en el siglo XVI y en el lugar se reunía el Gremio de Mareantes, así como se celebraban los concellos abertos de la vecindad


En lo alto, uno de los edificios más significativos de Ribadeo, y que nos sirve de referencia, es la Torre dos Moreno, casa de vecindad construida por estos indianos. Los hermanos Moreno, Pedro María y Juan Moreno Ulloa nacieron en el barrio de Os Garitos y fueron bautizados en Ove, también concello de Ribadeo, a mediados del siglo XIX, el primero en 1840 y el segundo en 1845. Emigraron, como muchos de su generación a hacer las américas a Cuba y lograron hacer fortuna, invirtiendo buena parte de ella en diversas obras en beneficio de su tierra natal, como el camposanto o el instituto, entre otras, siendo nombrados estos indianos Hijos Predilectos de Ribadeo


Aquí, en 1911, encargarían esta mansión de estilo entre modernista y ecléctico, es decir, mezcla de corrientes artísticas y arquitectónicas, estando su diseño y proyecto en manos del arquitecto Julián García Núñez y del ingeniero Ángel Ardex. El solar había formado parte de las antiguas fortificaciones de la población, entre lo que fue la Plaza Mayor, ahora Praza de Abaixo y la nueva Plaza de España o do Campo, sin duda uno de los principales espacios de socialización de Ribadeo en la época. Su función era la de ser una casa de rentas, con inquilinos, resultando un extraordinario conjunto que es uno de los monumentos emblemáticos de la villa y que se ve desde varios kilómetros a la redonda


A su lado está la torre de la Casa do Concello, antiguo Pazo del Marqués de Sargadelos, pionero de la industrialización de esta comarca y cuyo nombre pervive en la afamada cerámica. Justo a su derecha sube la Rúa Maior hacia el Campo da Vila, actual Praza de España, camino de San Lázaro y Ove


Se dice que a mediados del siglo XIX fue la época dorada del puerto de Ribadeo, con la llamada Marina Romántica de los grandes buques cargueros a manera de grandes veleros, con procedencia y destino al Báltico, Antillas, Río de la Plata, o Filipinas, creándose la Sociedad de Fomento Ribadense o la Escuela Náutica, además de instalarse armadores como los Bengoechea o los Casas


Ribadeo era entonces capital de provincia marítima y partido judicial, con la Aduana principal de la provincia de Lugo, Comandancia de Carabineros y consulados de países europeos y americanos. Un cierto declive posterior dará paso a un nuevo incremento del tráfico de cabotaje, como puerto de mercancías agrícolas y ganaderas en unos momentos en que las comunicaciones terrestres eran muy deficientes y triunfaban las marítimas 


Arriba, el Monte de Santa Cruz (192 m), con su capilla y área recreativa, otro gran mirador sobre la ría, por cuya ladera sur, a la izquierda, suben los peregrinos desde Ove hacia Covelas y Arante, en la ruta a O Val de Cabarcos, Vilanova de Lourenzá y Mondoñedo. Más arriba A Granda (339 m)


Luego de los malogrados proyectos de ferrocarriles mineros, a mediados del siglo XX hubo un importante tráfico de madera de pino y eucalipto para las galerías de las cuencas mineras asturianas, así como fertilizantes, madera de tabla para las cercanas industrias de muebles, y sal para salazones y conservas


Un poco al sur de Porcillán están los muelles de Mirasol el actual gran puerto comercial de Ribadeo, la gran pujanza portuaria ribadense disminuyó notablemente cuando se decidió hacer en Gijón/Xixón el gran puerto de El Musel, a finales del siglo XIX, si bien Mirasol sigue siendo el gran motor económico de Ribadeo, incrementado en 2004 concesión de un punto de inspección fronteriza, siendo el único puerto lucense que puede comerciar con países no comunitarios. Se exporta arena de mina, magnesia, aglomerado y celulosa principalmente y se descarga maíz, sal y pulpa de remolacha



También al sur, pero en la ribera asturiana, otra de las importantes poblaciones de la ría, Castropol, capital del concejo del mismo nombre, a donde llega también otro de los ramales oficiales del Camino Norte en Asturias, procedente de Tol y que pasa por As Campas y Piñeira hacia la ensenada de A Lieira, a la que nos hemos referido, por donde podemos llegar a la población, capital de este concejo, donde también había hospital de peregrinos y paso de lancheiros o barqueiros


Una de las características fotos paisajísticas del estuario es la torre de la iglesia de Santiago de Castropol, añadida al templo original en el siglo XIX, con una advocación plenamente jacobita y en el que se encuentra, en su estructura barroca, la Puerta Francisca, relacionada con las peregrinaciones, la de los peregrinos francos, procedentes de Europa, que sin duda entrarían por aquí al interior, directamente desde el Camino, para venerar al patrón del templo, Santiago Apóstol, existiendo además para ellos un hospìtal (en el sentido de alberguería imperante por entonces) de la misma advocación


Un poco más allá, a la izquierda de la iglesia, destaca el monumental edificio del Teatro-Casino de Castropol, fundado como institución a mediados del siglo XIX, siendo de los más antiguos de Asturias. El edificio es de finales de esa centuria y fue ampliado entre 1906 y 1911 por el arquitecto Juan Miguel de la Guardia, añadiéndosele otra planta. Está en el Campo del Tablado, antiguo lugar de reuniones vecinales, donde se hizo también por entonces en Parque Loriente, dedicado a Vicente Loriente Acevedo, indiano y benefactor



Existía y existe otra ruta, señalizada como camino oficial, que se dice sería la más antigua, muy anterior incluso a que estas poblaciones existiesen y hubiese por lo tanto en ellas fundaciones hospitalarias ni pasos regulares en embarcaciones, se trata de la llamada variante histórica o Camino histórico del Norte, que no entra ni en Figueras/As Figueiras ni en Castropol, y se dirige a Vegadeo/A Veiga por la ladera de los montes de la ribera asturiana, pasando por Lantoira, Vilavedelle y Seares...  luego, desde la villa veigueña, la otra villa importante del estuario, va por los montes de Sela de Murias a Abres, donde se cruzaba a Galicia por un puente existente en la Ría de Abres, nombre del estuario en su curso alto, cuando, aún siendo navegable, permitía la construcción de un puente en la antigüedad, A Ponte Vella, por donde los romeros continuaban a Trabada, O Val de Lourenzá y Mondoñedo, una de las antiguas capitales del Reino de Galicia, donde se unía al procedente de Ribadeo


Es corriente, sobre todo con buen tiempo, ver numerosas embarcaciones de pesca y de recreo, son populares las traineras y las típicas y tradicionales barcas de vela latina. La del medio es una de las que ofrecen viajes por la ría, sin duda será en la que nos embarquemos para ir a Ribadeo


Estamos sin duda en un muy buen lugar mientras esperamos por la hora de cruzar la ría hacia Ribadeo o volver arriba, al camino señalizado hasta A Ponte dos Santos, existiendo además una senda caminera que comunica con esta villa de Castropol. Todo un amplio abanico de posibilidades de abre ante nosotros para pasar de Asturias a Galicia...





















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