| El valle del Narcea desde el Camino: La Ponte o Las Casas del Puente, el río, los kiwis y Cornellana |
Saliendo de Doriga, en el concejo de Salas, el Camino de Santiago baja al valle del Narcea dando vista a Cornellana, dirigiéndose primeramente, por frondosos bosques, hacia La Ponte o Las Casas del Puente, en la veiga de este río, con sus plantaciones de kiwis. En este lugar hubo un viejo puente de piedra, acaso de origen romano, en el que se libró la llamada Batalla del Puente de Cornellana entre Nepociano, quien había accedido al trono del Asturorum Regnum tras la muerte de Alfonso II El Casto (al que se tiene por 'el primer peregrino', al menos de nombre conocido, según crónicas y tradiciones, pues bajo su reinado se habría descubierto la que se considera tumba de Santiago, peregrinando el mismo monarca a verificarlo) y Ramiro, quien confirmaría su sucesión al trono tras su victoria en este combate, reinando como Ramiro I, famoso, entre otras cosas, por la legendaria Batalla de Clavijo, origen del voto de Santiago, pues hasta este combatiría en ella, a lomos de su no menos legendario caballo blanco, naciendo así la versión bélica de este apóstol que en realidad nada había tenido que ver con la milicia
Dicho puente, del que se conservan cimientos que vamos a ver, se quedó 'en seco' tras una gran riada en 1511, la cual cambió el curso del río, por lo que hubo de establecerse un servicio de barquerías para cruzarlo hasta que se hizo un nuevo puente, de madera, aguas abajo, un kilómetro más al norte, el cual fue sustituido por otro de piedra en 1831, volado en la Guerra Civil y reconstruido en la posguerra. Por él cruzaremos a Cornellana tras llegar al valle
Desde el Camino, donde han confluido, cerca de Moratín (origen familiar del poeta y dramaturgo Leandro Fernández de Moratín), la ruta jacobea oficial que viene de Doriga con la alternativa que baja del albergue de Cabruñana, tenemos, en algún claro del bosque, una buena vista del valle del Narcea hacia Cornellana y el actual viaducto de la Autovía A-63 Oviedo-La Espina, inaugurado en diciembre de 2017 y cuyos pilares se yerguen muy cerca (unos 300 metros más al sur) del antiguo puente de La Ponte Vieya
En la vega del Narcea, cuyo curso fluvial vemos entre su arboleda ribereña, se extienden actualmente praderías y plantaciones de kiwis, siendo recorrida por la AS-15 o Corredor del Narcea, carretera que cruzaremos en dirección a dichas plantaciones y, posteriormente, tomar una pista paralela que nos evitará caminar por el sufrido asfalto y peligroso arcén, permitiéndonos disfrutar del trayecto hacia La Rodriga y de allí cruzar el actual puente hacia Cornellana
Cornellana, la villa de Cornelius, pudo haber nacido como un asentamiento agrícola, ganadero y caminero tras la reducción de la población castreña que poblaba los castros de los cercanos promontorios sobre el valle, una vez finalizadas las campañas de conquista de Augusto y cuando se empezaron a explotar en gran escala las minas de oro, algunas muy próximas, del occidente astur. Aquí se fundaría siglos después, en 1024, el primer monasterio de San Salvador, cuya advocación, como la catedral ovetense, evidencia su relación con las rutas jacobitas y salvadoranas, pues como se decía desde la Edad Media en toda Europa, "quien va a Santiago y no al Salvador, visita al criado y olvida al señor"
Dicho monasterio, tras diversos avatares, sería refundado casi un siglo después, en 1122 por los monjes cluniacenses. Arrieros, peregrinos y demás viajeros pararían en él, tanto yendo como viniendo, a través de La Ponte Vieya, y los romeros se acogerían a la hospitalidad de su hospital (alberguería) de peregrinos. Por ello, cuando ese puente quedó inservible, se dispuso una rápida comunicación en barcas de orilla a orilla, evitando el flujo de gentes por otras rutas, principalmente la llamada senda ribereña del Narcea, que seguiría el pasillo natural del valle hacia el sur, la cual hubo de ser bastante empleada, pues han quedado pervivencias de sus hospitales de acogidas en topónimos y antiguos documentos
El Camino que baja al valle en dirección a La Ponte o Las Casas del Puente es una hermosa senda de tierra y piedra que conserva, sobre todo un poco más abajo, algunos tramos de su viejo empedrado
El Camino pasa a la sombra de los árboles de bosquetes autóctonos que lo separan, linealmente, de los prados aledaños
Bifurcación y a la izquierda. El Camino va a zigzaguear continuamente para perder altura de forma rápida y llegar prontamente al valle
Aquí se conserva lo que fue un antiguo calero u horno de cocer piedra caliza para hacer cal, empleada como abono y para la construcción, además del encalado y otros usos
Hay algún corto tramo con algo de barro cuando llueve, pero no tengamos miedo de ensuciarnos las botas, demasiados caminos vírgenes han sido hormigonados y asfaltados sin necesidad en los caminos de Santiago
Llega ahora un tramo en el que el Camino, que sigue siendo un bello sendero de tierra, baja más suavemente y casi llanea, atravesando el bosque
Predominan los castaños y le vegetación crece exuberante, pero siempre se pasa bien. Únicamente en primavera puede tocar apartar una zarza o unas ortigas con nuestro bastón, prácticamente sin detenernos
A pesar de lo agreste, el itinerario está bien pisado y no da lugar a pérdida o extravío, pues fuera de él la vegetación forma una barrera selvática casi infranqueable
El Camino sigue la sinuosidad de la orografía montesina y su paisaje es, aquí, inmediato y próximo, el de los árboles y plantas que tenemos justo delante de nosotros
Paisaje introspectivo pues, que queremos disfrutar en toda su plenitud, pues ya no son demasiadas las sendas vírgenes tal que esta, al menos en las cercanías de las poblaciones
Esta introspección en lo inmediato nos sirve para ver bien dónde ponemos el pie y evitar tropezones o resbalones en esta senda terrera, que va a tornarse más pedregosa a partir de aquí...
Se han plantado además algunos ocalitos, los cuales al crecer aumentan esta 'pantalla vegetal' que cierra y guarda el Camino, pero en algunos lugares el paisaje se va abriendo a más vistas hacia el valle. Aquí tenemos los tejados de La Ponte o Las Casas del Puente, donde llegaremos al valle y cruzaremos el corredor del Narcea
Descubrimos también la larga cubierta de la nave de Trabajos Salense S.L., dedicada a las obras públicas, principalmente de carreteras, y donde siempre hay aparcados coches y maquinaria. Ahí está el corredor del Narcea, a partir del que se extienden por la vega del Narcea y hasta su orilla, las plantaciones de kiwis
Allí está la plantación llamada La Casona de Escandina. Justo a su entrada, unos metros más a la derecha, están los cimientos del viejo puente que dio nombre a este lugar, perteneciente a la parroquia de Doriga
Y ahí tenemos el Viaducto de Cornellana con su gran longitud y altísimos pilares. De la llamada Autovía de La Espina y su repercusión en el Camino de Santiago escribe así Antón Pombo, historiador y periodistas, en sus exitosas y tantas veces reeditadas guías del Camino Norte y otros caminos:
"El precio del "progreso"Las primeras etapas del Camino Primitivo han sufrido un fuerte impacto ambiental con la construcción de la A 63, autovía de Oviedo a La Espina. Sin aplicar las medidas correctoras de las que sería merecedor un itinerario histórico, reconocido por la Unesco como Patrimonio Mundial, los desmontes y viaductos han sustituido a los plácidos parajes de antaño, y todo ello por no querer buscar una alternativa que se hubiera alejado unos cientos de metros de la ruta. El destrozo ha sido mayor entre San Xuan de Villapañada y Cornellana, en la partida de Cornellana y al llegar a Salas."
En Cornellana, el trazado caminero ha variado y, desde el monasterio, el Camino de Santiago ya no sigue la vega del Nonaya, afluente del Narcea, para subir a Sobrerriba o Suburriba, sino que lo hace desde detrás del monasterio del Salvador, por una carretera local. Aquellas son las casas que la Avenida Prudencio Fernández Pelló, que es el tramo urbano de la N-634. Poco más arriba son las casas de La Novalle y, en lo alto, está La Llomba (282 m). en La Sierra Faxas o de La Folgueirina. Más arriba aún es el Monxagre o Muxagre (662 m), en la frontera de Salas con Pravia
Como acabamos de decir, el Camino se vuelve pedregoso, pues afloran las piedras del viejo empedrado. Aquí sí recomendaríamos mayor cuidado en atender a dónde y cómo pisamos, sobre todo si el firme se torna aún más resbaloso con la imperante humedad. No digamos ya cuando llueve
Y es que además, el Camino, va a zigzaguear más intensamente, acusando la bajada. No es para nada un buen lugar para una caída contra las piedras
Los 'escalones' pétreos ayudan en la bajada, pero se ven tan lisos, de pisar y pisar, que pueden dar ocasión a resbalar de lo pulidos que están
Este trecho serpenteante y pedregoso no es muy largo pero sí fragoso y, aunque en tiempos estaría antiguos tal vez estaría más 'alisado', nos sirve para hacernos una idea de cómo estaban los caminos en el pasado
Los lugares hábiles para carros han pasado a la toponimia como carreras, corredorias, estradas, carriles y otros similares. El término carretera, literalmente 'camino de carros', imperó a partir de finales del siglo XVIII, cuando se acometieron mejoras en algunos caminos reales ('real', de 'el reino', como la ahora 'red de carreteras del estado') que permitieron incluso el establecimiento de las primeras líneas regulares de carruajes de viajeros
De ahí que por estos 'caminos de herradura', circulasen las grandes recuas de mulas de los arrieros, los grandes transportistas de la antigüedad, realizando rutas muy largas comerciando con productos de aquí y allá, entre la costa del norte y el interior de la península, Castilla, como se decía genéricamente
Se sabe que a mediados del siglo XVIII, con Isidoro Gil de Jaz como regente de la Audiencia de Asturias, se acometieron importantes obras de mejora en puertos y caminos, a los que no debieron de ser ajenas estos hacia Galicia. Doscientos años atrás, el Inquisidor General Fernando Valdés-Salas, con importantes cargos en el reino, siempre mantuvo estrecha vinculación con este su concejo de origen, emprendiendo sensibles mejoras en sus comunicaciones, sobre todo hacia Castilla
Es muy posible que algunos empedrados, muros y diversos elementos que nos encontramos por estas antiguas vías tengan que ver con aquellas iniciativas. Pero pronto, con la Ilustración, se vería la necesidad de hacer carreteras de nuevo cuño, las cuales, aunque comenzadas, sobre el papel y en sus inicios, al final de la centuria dieciochesca, tardarían décadas en acabarse
Además de los habituales procedimientos burocráticos y equilibrios políticos, fue aquella una época convulsa de continuas guerras y sobresaltos, la francesada, la carlistada, el absolutismo, las reformas liberales, pronunciamientos varios, pérdida de las colonias americanas, etc., que pospusieron tantas cosas que, cuando las carreteras se acababan llegaba otro medio de comunicación terrestre que, durante mucho tiempo, convivió con ellas, si bien en el occidente astur no pasó de un tren costero que llegó bastante tardíamente, el Ferrol-Gijón
Existió un proyecto de un Ferrocarril de la Compañía Forestal y Minera de Asturias que comunicaría el bosque de Muniellos, el Cangas del Narcea, con el puerto de San Esteban en la Ría del Nalón, con trazado por Cornellana y la villa de Salas, pero no se llegó a realizar. Por lo que la carretera Oviedo-Villalba se quedó como el gran eje de comunicaciones del concejo
Los antiguos y varias veces milenarios caminos reales y otros se quedaron en el papel de vías pecuarias y de penosa comunicación local. La mecanización del campo reaprovechó muchos de ellos, ensanchándolos para permitir el acceso de maquinaria (tractores, camiones, etc.) a las fincas, lo que favoreció, con la llegada y generalización del uso del automóvil, su transformación en carreteras locales
Pero ello distó mucho de ser general, muchos viejos caminos desaparecieron y otros, milagrosamente, se mantuvieron más o menos inalterados, como sería este el caso, lo que permitió su recuperación efectiva cuando llegó el caso, tal que este, para rehabilitar el antiguo trazado de peregrinaciones desde Asturias a Santiago de Compostela por el interior
El Camín Real de Galicia fue también llamado Camín Francés, como todos los que procedían de Francia o por los que discurrían viajeros y peregrinos franceses o 'francos', denominación esta que abarcaba gentes centroeuropeas en general allende los Pirineos. Cuando se recuperaron las rutas xacobeas se decidió, contra todo criterio histórico, llamar Camino Francés a uno de ellos...
"El filólogo medieval Ricardo Polín, que lleva un cuarto de siglo dedicado al estudio del Camiño Primitivo, está «indignado» con la actuación de los políticos que ahora se «apuntan un tanto» con el reconocimiento de la Unesco cuando «non só non axudaron nada, senón que ata puxeron atrancos para a súa recuperación (...) Ata poñerlle nome foi unha loita sen cuartel contra a clase política». Y ese nombre llegó en noviembre de 1992, en una asamblea en Castroverde: «Eu propuxen chamarlle Camiño Primitivo e Xosé María Gómez Vilabella, Camiño Vello», recuerda Polín. Al final, ganó el Primitivo, un nombre «que se asumiu por todos os colectivos de Galicia, salvo pola clase política»; algo muy diferente a lo que ocurrió en Asturias: «A clase política de Oviedo asumiuno perfectamente porque os asturianos sempre tiveron moi claro que o Camiño de Santiago non se explica sen o labor xeoestratéxico que fixeron os reis asturianos en plena Idade Media para contrapoñer o poder musulmán. Iso está moi asumido no saber popular, e refráns como ?Quien va a Santiago y no al Salvador, sirve al criado y no al señor?, dan mostra diso». En Galicia, la cosa cambia: «Pasaron vinte anos e as poucas delimitacións que se fixeron desfixéronse porque non hai valentía política para facer prevalecer os valores de historicidade fronte aos da especulación turística, que está ben, pero que xa virá por engadidura»
En aquellos inicios de los noventa, con jornadas, la Asociación de Amigos do Camiño, las exposiciones, visitas guiadas... todas esas acciones que se organizaron desde A Fonsagrada, Castroverde y Asturias, «asentáronse as bases para que o Camiño tivese identidade propia incluso na denominación», continúa Polín.
Juanjo Molina recuerda que fueron «recoñecendo» el Camiño Primitivo poco a poco y desde la asociación se levantó una cartografía. Además, se rescató el Hospital de Montouto, un dolmen, un menhir que estaba derrumbado y se localizaron numerosos milladoiros donde los peregrinos colocaban pequeñas piedras a modo de ofrenda: «Na Pobra do Burón mesmo hai un barrio que se chama O Milladoiro en referencia a iso».
«Non vexo nin sequera agora ningún intento de coordinación. Cada alcalde fai no seu reino de taifas o que lle peta, e onde hai problemas co Camiño, desvíano pola estrada e non lles importa nada»
Ricardo Polín
«Se non é por nós, hoxe o Camiño non existiría»
No fue fácil llegar al reconocimiento de la Unesco. Lo saben bien en A Fonsagrada, pero sobre todo lo sabe bien Ricardo Polín, uno de los mayores expertos de esta ruta, a la que ha dedicado «millóns de horas de estudo e de traballo de campo». Este filólogo medieval opina que «este caso é para analizar», puesto que, según explica, el mayor obstáculo que han encontrado en este trabajo ha sido la clase política, cuando precisamente la Administración debería liderar ese proceso. Pero aún a día de hoy «non hai control, non hai labores de policía, aínda o ano pasado se cortou unha árbore emblemática na Ponte da Chanca, pechouse o campo da festa en Carballido por onde pasa o Camiño e a pesar de comunicalo ao Concello de Lugo nin nos responderon», dice. Juanjo Molina aguarda que la declaración de la Unesco «sirva para unha protección máis eficaz do Camiño».
Sin protección no hay futuro
Polín afirma que los políticos «nunca botaron unha man en protexer o Camiño, e iso é esencial para que teña futuro». Así que «se non é por nós, hoxe o Camiño non existiría». Sobre la declaración de la Unesco, Polín afirma que siempre lo tuvo claro: «Eu intuía desde o principio que ía acabar nisto (...) Só na Fonsagrada hai cinco hospitais, e en Castroverde localizamos o de San Gabriel de Vilabade, aínda que xa sabiamos da súa existencia».
En la ciudad de Lugo «non se fixo nada polo Camiño nos últimos vinte anos e agora enriba, sen traballalo nada, cáelle unha lotería coa declaración de Patrimonio Mundial da Catedral».
También critica Polín la delimitación oficial «falseada» diseñada por la Xunta, recurrida ante el TSXG."
Cuesta abajo a nuestra izquierda ya se acaba el bosque y vemos toda la nave de Trabajos Salense S.L. con sus vehículos en la explanada y actividad, al lado del corredor del Narcea y su casi siempre intenso tráfico, así como la verde vega del Narcea bajo el viaducto
Algunas de las casas de La Ponte o Las Casas del Puente a continuación de la nave de la empresa y los bosques de la ribera del Narcea donde antaño estaba La Ponte Vieya. Más allá algunas casas de Cornellana bajo La Sierra Faxas (368 m) y, a la izquierda en lo alto, el pueblo de Folgueirinas, en un extremo de la sierra y sobre el valle del Nonaya
Un vallado instalado sobre una vieja mura separa el Camino de la finca de una casería
Una buena mata de laurel crece en la roca vertical que delimita el Camino por la derecha
El Camino se estrecha entre el vallado y la sebe o seto natural, cuya vegetación forma un arco vegetal, pero se pasa bien
Estamos especialmente atentos pues nos acercamos a la carretera; la señal confirma que vamos por el camino correcto
Aquí hay un par de cancelas, una después de la otra; si acaso las encontrásemos cerradas no es para que no pasemos nosotros sino para que el ganado no salga a la carretera. En ese caso abramos, pasemos y volvamos a cerrar, como es norma en caminos con actividad ganadera
Es normal encontrarse bastante material desperdigado, tal como recipientes, partes de andamios, enseres, maquinaria, etc., para el trabajo
Cuadra o almacén de ladrillos; el Camino se torna en una estrecha callejuela al pasar entre las casas. Si bien La Ponte Vieya desapareció y el nuevo puente se hizo un kilómetro más al norte, el Camín Real siguió pasando por aquí, por lo que el núcleo de población, perteneciente, reiteramos, a la parroquia de Doriga, se mantuvo siempre habitado
Luego, aunque la antigua carretera Oviedo-Villalba sustituyó al Camín Real bajando a Cornellana por Cabruñana hacia La Rodriga, el eje de comunicación ribereña del valle se mantuvo, e incluso se potenció con la apertura del corredor del Narcea, al que vamos a salir ahora
Si bien con profundas reformas, algunas tienen traza de ser bastante antiguas. Al fondo, después del poste telefónico, saldremos ya a dicha carretera. Fijémonos al otro lado en las plantaciones de kiwis, que antes veíamos bajando...
Suele haber bastante tráfico y, aunque no, este suele pasar siempre a muchísima velocidad, por lo que tendremos que extremar al máximo las precauciones al cruzar
Delante de Las Casas del Puente hay una explanada que nos permite recorrer con seguridad un buen trecho antes de decidirnos a cruzar en el lugar que tengamos mayor visibilidad
En este rellano suelen aparcar bastantes vehículos, siendo una lástima que nunca se hayan instalado señales lumínicas mucho más visibles que los simples carteles de CAMINO DE SANTIAGO de la carretera, advirtiendo del paso continuo de peregrinos, no ya digamos habilitar un paso subterráneo o similar. Al menos al otro lado sí se ha habilitado, poco más adelante, una senda paralela que nos librará del peligro del arcén
La bodega de este hórreo se ha habilitado como garaje y vivienda. En la ventana hay un banco que invita a sentarse...
Encima hay un reloj, bajo una viga de la base del corredor del hórreo
En la pared, una concha caminera más y, más abajo, un cartel nos señala la existencia de una fuente de agua potable aquí mismo
La fuente, con grifo y sumidero, tiene su concesión artística en la figura de una ninfa con una jarra. Estamos en parajes de extraordinarios prodigios de las mitológicas xanas, como veremos cuando pasemos por La Rodriga, a escasos metros ya de aquí
Según la documentación técnica oficial del Gobierno del Principado de Asturias "La carretera AS-15, Cornellana-Puerto de Cerredo, comienza en la glorieta de la Rodriga, cerca de la localidad de Come/lana, donde enlaza con la carretera de la Red Nacional N-634, San Sebastián-Santiago de Compostela. Finaliza en el Puerto de Cerredo, límite con la provincia de León. Discurre por los concejos de Salas, Belmonte de Miranda, Tineo, Cangas del Narcea y Degaña. Conocida como el Corredor del Narcea, esta vía es el principal eje de comunicación del centro de la Comunidad con los concejos del suroeste asturiano". Salimos pues aquí a ella casi al principio de su recorrido, pues estamos a escasa distancia de La Rodriga
Las farolas, en una franja de acera que separa la vía de servicio a estas casas de la AS-15, confieren un cierto aire urbano a este enclave. A lo lejos vemos El Picu la Braña (347 m) en La Cruz de las Arenas, paso al concejo de Pravia. La segunda casa a nuestra derecha es La Casona de Escandina, construida a mediados del siglo XIX y dedicada al turismo rural
Y, a la izquierda, tenemos las plantaciones de kiwis de dicha casa, que pueden visitar quienes en ella se alojen. Tal y como nos cuenta J. M. Iglesias en el periódico La Nueva España del 29-6-2007, el cultivo del kiwi empezaría en Asturias experimentalmente de la mano del pionero Manuel Coque en la entonces Estación Pomológica de Villaviciosa, extendiéndose rápidamente su cultivo a estas fértiles vegas del Narcea, sobre todo en Pravia, pero también aquí, en Salas
Unos meses antes, el 29-6-2006 y en el mismo periódico, se nos explica cómo este cultivo llegó a este rincón de Salas, sustituyendo a caserías de leche, de la mano de uno de sus protagonistas:
"José Manuel González está orgulloso de su plantación de kiwis en la localidad salense de Casas del Puente, al lado de Cornellana. Su padre tenía vacas, y cuando se jubiló se planteó seguir adelante con la actividad agraria.
La vega del Narcea, al lado del río, rico en truchas y salmones, se ha revelado como un terreno fértil e idóneo para desarrollar los frutos oriundos de Nueva Zelanda, que han encontrado buen acomodo en Asturias.
González es un gran defensor del medio rural. Le duele ver cómo no se aprovechan mejor los recursos que flotan a su alrededor, como la propia pesca del salmón.
Los kiwis son un complemento a la renta familiar, y también una alegría para la vega del Narcea, con un microclima especial, en la que antaño se plantaron tabaco y naranjas. José Manuel González también considera imprescindible que los productores de kiwi en Asturias se unan para comercializar un producto apreciado en todo el mundo.
«Los kiwis asturianos son los mejores, junto a los de Nueva Zelanda, su sabor es peculiar», explica.
A la hora de poner ejemplos, no olvida la labor de Rafael Olivo, el principal cultivador de Asturias desde su finca de La Isla, en Soto del Barco."
De la misma manera que el agro astur se especializó, pasada la posguerra, en los grandes prados para sustento de grandes caserías de vacuno destinadas al suministro de lácteos y carne a los grandes y crecientes núcleos urbanos e industriales, abandonando otros cultivos, las reconversiones agrarias propiciaron la transformación de no pocos pastizales en campos de cultivos hortofrutícolas de gran demanda, destacando, entre otros, los frutos rojos y el kiwi, El oro verde asturiano, lo llama Jessica M. Puga en el periódico El Comercio del 20-11-2020:
"El interés por el kiwi en Asturias no deja de crecer. La región ya dedica más de 200 hectáreas a su cultivo, el doble de las que había a principios de la década, y todo apunta a que el techo aún no se ha alcanzado. El Bajo Nalón es la principal zona productora, si bien al empuje que suponen los concejos de Pravia, Soto del Barco y Muros de Nalón hay que sumar lo que sube por la vega del Narcea hasta Salas. Este conjunto aglutina más del 60% del terreno productivo regional total. Le siguen Piloña, Villaviciosa, Navia, Belmonte de Miranda y Ribadesella.
El interés de los asturianos por el kiwi no solo se traduce en más terreno e importantes infraestructuras. Ya se ha alcanzado un segundo nivel, que tiene que ver con crecer en variedad. Las opciones de mayor interés comercial se reducen a poco más de media docena, que pertenecen fundamentalmente a dos especies según el tipo de fruto: el kiwi verde (Actinidia deliciosa) y el kiwi amarillo (Actinidia chinensis). Ambas ya están presentes en muchas fincas del Principado, igual que el conocido como 'baby' o kiwiño, del que la mayoría de las variedades cultivadas pertenecen a las especies Actinidia arguta o Actinidia kolomikta, que atrae porque no necesita pelarse para su consumo. A corto plazo, pretenden sumar una variedad roja a su oferta, que en sabor destaca por su dulzor. (...)
El origen de esta fruta está en el valle del río Yang-Tse-Kiang, en China. Fue a principios del siglo pasado cuando su fama se extendió por Nueva Zelanda, y en los años 60 cuando su cultivo llegó a Europa, calando especialmente en Italia y Francia."
En la sección Pegados a la tierra del mismo periódico, y a fecha 19-10-2024, es Octavio Villa quien señala que "el curso bajo y medio del Narcea se ha ido adaptando a lo largo de los siglos a las diversas oportunidades que la historia y el clima, ambos cambiantes, le han ido dictando, siempre sobre la base de esas vegas que disfrutan de terrenos de hasta diez metros de profundidad de tierra fértil, ubérrima."
Y la historia cambiante que señala villa se hace palpable también aquí, frente a esta plantación de kiwis, en un montón de piedras que, al pie de un abeto ornamental a la entrada de la finca, es lo que queda de La Ponte Vieya, aquel puente que el Narcea dejó en seco cuando varió su curso tras la crecida de 1511:
"Recorrer Salas es ver oportunidades de desarrollo en todo su territorio. Como lo han hecho desde siempre todos los pueblos. Tierra en la que los castros proliferaron antes de la llegada de Roma, las varias vegas fluviales, en especial la del Narcea y la del Nonaya, fueron aprovechadas desde antiguo para producción agraria y ganadera, lo que dio soporte a villas y santuarios. A estructuras de dominación que derivarían en señoríos, en cotos y en dominios de monasterios como el de Cornellana, muy probablemente nacido hace más de mil años como continuación lógica de una antigua villa romana, al pie del puente más impresionante, con sus trece arcos, que Roma dejó en territorio astur.
Hoy, significativamente, apenas queda de él el inicio oriental de su traza, en medio de una plantación de kiwis, ese fruto llegado desde la ignota Oceanía que marca buena parte del futuro de la comarca."
En este tramo, y aunque hay relativamente buen arcén, además de contemplar el paisaje, las casas de La Escandina y el antiguo puente, vayamos muy pendientes del tráfico, que suele alcanzar, insistimos una vez más, grandes velocidades
La Ponte, donde se libró en el año 840 la batalla por la que Ramiro, con un ejército apoyado por los nobles gallegos, armado en Lugo y que vino por este mismo Camino Primitivo, derrotó a las fuerzas de Nepociano, quien ocupó el trono del Reino de Asturias unos tres meses, en los dramáticos momentos que siguieron al fallecimiento de Alfonso II El Casto
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| Alfonso II El Casto en el Tumbo A de la catedral de Santiago |
En líneas generales, la versión que nos han transmitido las crónicas es que Alfonso, al ser casto y sin descendencia, escogió a Ramiro, hijo de su antecesor Bermudo I El Diácono, como sucesor en el trono. Esto no pareció bien a parte de la nobleza palatina, pues según costumbre eran ellos en último término quienes escogían al rey. Por ello, eligieron como monarca a un cognatus de Alfonso (consanguíneo, no necesariamente cuñado), Nepociano, aprovechando además que Ramiro estaba en La Vardulia (Castilla), para contraer matrimonio con una dama llamada Paterna
Ramiro, quien había sido gobernador en Galicia, evitó entrar directamente en Asturias y se desplazó hacia tierras gallegas buscando ayuda entre leales conocidos, cosa que logró. En este paraje le esperaba Nepociano, pero la batalla se resolvió cuando parte de su ejército se pasó a las filas de Ramiro. Nepociano huyó pero fue atrapado y como castigo le sacaron los ojos, siendo recluido en un monasterio
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| Ramiro I por Isidoro Lozano. Museo del Prado, Madrid |
Ramiro I no reinaría demasiados (842 a 850), pero pasaría a las crónicas por la citada y legendaria Batalla de Clavijo, el rechazo de los nuevos invasores vikingos y los edificios del arte ramirense que, como Santa María del Naranco y San Miguel de Lliño, pudimos visitar en la capital asturiana. Sin embargo, a su oponente la historia le pierde el rastro. En La memoria borrada de Nepociano, artículo para La Nueva España del 5-2-2014, el historiador Javier Rodríguez Muñoz arroja un poco de luz sobre el tema:
"Siempre se ha dicho que la historia la escriben los vencedores y el caso de Nepociano es un buen ejemplo de esa afirmación. Sucesor de Alfonso II a su muerte, Nepociano fue desplazado del trono por Ramiro I, cuyo nieto Alfonso III es el promotor de las tres crónicas que nos transmiten la historia del Reino de Asturias.
La muerte de Alfonso II en el mes de marzo de 842 desencadenó en el Reino de Asturias un período de enfrentamientos civiles en el que estuvieron inmersas las dos familias o linajes descendientes del rey Pelayo y de Pedro, duque de Cantabria, pero del que sólo conocemos la versión del bando vencedor. Si la sucesión de Alfonso II por Nepociano fue legal, Alfonso III, el inspirador de las crónicas, habría recibido de su abuelo Ramiro I una herencia manchada por la ilegitimidad.
Sin embargo, las crónicas del ciclo de Alfonso III cambian las tornas y acusan de ilegitimidad a Nepociano. La "Sebastianense" cuenta que a la muerte de Alfonso "es elegido para el reino Ramiro, hijo del príncipe Vermudo". Estaba entonces ausente, en la provincia de Vardulia (norte de Castilla), en busca de esposa. Aprovechando su ausencia, "Nepociano, conde de palacio, usurpó ilegítimamente el reino. Y así Ramiro, cuando supo que su primo Alfonso había partido del mundo y que Nepociano se había hecho con el trono, se metió en la ciudad de Lugo, en Galicia, y se hizo con el ejército de toda la provincia. Más, después de un breve espacio de tiempo, hizo irrupción en Asturias. Nepociano le salió al paso junto al puente del río Narcea, tras reunir una tropa de asturianos y vascones. Y abandonado sin tardanza por los suyos, se dio a la fuga y fue apresado por dos condes, a saber, Escipión y Sonna, en el territorio de Primorias (zona de Cangas de Onís). Fue cegado en castigo y encerrado en un monasterio".
La "Rotense" ofrece una versión similar, sin la mención de la colaboración de los vascones, mientras la "Crónica Albeldense", más escueta, contiene unas variantes muy significativas, pues sitúa el acceso al trono de Ramiro con posterioridad a la derrota de Nepociano. "Primero venció a Nepociano junto al puente del Narcea, y así se hizo con el reino", dice la crónica.
Si en las dos versiones de la "Crónica de Alfonso III" se presentaba a Nepociano como un rebelde que se había levantado contra Ramiro I, la "Albeldense", sin dejar de considerarlo "rebelde", introduce el matiz de que Ramiro sólo fue rey tras derrotarle, lo que deja suponer que Nepociano reinó antes que Ramiro.
Esa realidad la confirman varias nóminas de los reyes asturianos y leoneses que se han conservado, fechadas en su mayoría en el siglo X, pero que beben en fuentes más antiguas. En una copiada en el códice "Emilianense", escrito a finales del siglo X, que recoge los reinados desde Pelayo hasta Ramiro II, Nepociano, calificado de "cognatus regis Adefonsi" ("cuñado o pariente del rey Alfonso II"), figura como rey entre Alfonso II y Ramiro I. También aparece con la misma indicación en el códice "Rotense", que incluye la duración de los reinados de cada rey, aunque deja en blanco los años que reinó Nepociano.
Hay otro testimonio epigráfico, no tenido en cuenta por los historiadores que se han ocupado de este período, que avala implícitamente la realidad del reinado de Nepociano. Se trata de una lápida que ahora se conserva en el muro norte del crucero de la catedral de Oviedo, aunque originalmente estuvo en una fortificación levantada por Alfonso III para proteger a la iglesia de San Salvador. Dice así el texto, en la parte que nos importa: "En nombre del Señor Dios y Salvador nuestro, Jesucristo (?), en cuyo honor fue edificado en este lugar de Ovetao (Oviedo) este templo por el entonces piadoso príncipe Alfonso; sucediéndole en el reino, desde su muerte hasta hoy, el cuarto de su estirpe, con similar nombre, el príncipe Alfonso, hijo del rey Hordoño (sic) de santa memoria?".
Si Alfonso III es el cuarto rey en la sucesión de Alfonso II, es porque se incluye en la cuenta a Nepociano, primer rey tras Alfonso II; Ramiro, el segundo, Ordoño, el tercero y Alfonso III, el cuarto. Y es el propio Alfonso III, el inspirador de las crónicas que condenan la memoria de Nepociano, quien mandó colocar esta inscripción hacia el año 872 u 873. En otro documento del cartulario de Santa María del Puerto (Santoña, Cantabria), fechado el 13 de diciembre de 863, se menciona el viaje que un tal Rebelio había hecho a Oviedo a reclamar unos bienes ante el rey don Nepociano, que le dio un mandato por escrito.
Pese a la condena de su memoria por parte de las crónicas del ciclo de Alfonso III, Nepociano sucedió a su "cognatus" Alfonso II en el trono a la muerte de éste. Cuál sea el significado de la palabra latina "cognatus" en ese momento es otra de las incógnitas de su reinado. A partir del siglo XI, "cognatus" designa al cuñado, pero con anterioridad a esa fecha tiene el sentido de "pariente". Pero, ¿qué parentela era la que tenía Nepociano con Alfonso II? Hay que rechazar que fuera cuñado, pues al haber muerto Fruela I en 768, una posible hermana de Alfonso II, mujer de Nepociano, tendría en esas fechas al menos 74 años, y otro tanto o más su marido. Cabe la explicación de que Nepociano perteneciera al tronco familiar de Munia, la princesa vasca madre de Alfonso II. El "Muqtabis" ("Crónica de los emires Al-Hakam I y Abd-al-Rahman II"), escrito por el historiador árabe Ibn Hayyan, menciona a un García hijo de Lope, y de la hermana de Bermudo, tío materno de Alfonso, muerto en una expedición que los árabes emprendieron contra Velasco el Gascón, señor de Pamplona, en 816. Algunos historiadores han identificado erróneamente al Bermudo citado por Ibn Hayyan con Vermudo I, lo que no se corresponde con lo dicho por el cronista árabe. Éste lo presenta como tío materno de Alfonso, luego hermano de Munia, su madre. Nos abre, pues, una parentela alavesa de Alfonso II, que tendría, al menos, un tío llamado Bermudo y otra tía casada con Lope y madre del García muerto en 816. A ese grupo de parientes pudo pertenecer Nepociano, al que Alfonso II habría acogido en su corte ovetense, en la que debió desempeñar el cargo de "conde de palacio", título que le atribuye la "Crónica de Alfonso III". La documentación conservada no permite ir más allá.
Tampoco sabemos cuánto tiempo reinó Nepociano, antes de ser destronado y recluido, tras ser cegado, en un monasterio. No lo especifica ninguna de las "Nóminas" de reyes asturianos y leoneses. La "Crónica Albeldense" cuenta que poco después de la batalla en la que Ramiro derrotó a Nepociano, vinieron a Asturias los primeros normandos (o vikingos). Y se sabe por otros textos cronísticos que éstos aparecieron en España por primera vez el 31 de julio de 844. Según esto, Nepociano habría sido nombrado rey a la muerte de Alfonso II, el 20 de marzo de 842, y ejercido como tal poco más de un año, posiblemente hasta comienzos del verano de 844, cuando resultó vencido por Ramiro junto a un puente del río Narcea.
El ostracismo al que la historia relegó a Nepociano ha hecho que no haya ninguna imagen, ya sea pintada o esculpida, del mismo. Para decorar la balaustrada del palacio de Oriente en Madrid, fueron encargadas las estatuas de 94 reyes, desde el godo Ataúlfo hasta Fernando VI, en cuyo reinado se produjo el encargo. La idea fue del padre Sarmiento y el diseño del conjunto escultórico fue obra de los escultores Juan Domingo Olivieri y Felipe de Castro, y realizado entre los años 1750-1753. Algunas de las esculturas se encuentran ahora en el jardín al lado del palacio y entre ellas la de Ramiro I, a cuyos pies aparece una cabeza que suponemos sea la del derrotado Nepociano."
Y esto es lo que queda pues, de aquel puente de trece arcos en el que se decidió el futuro de todo un reino...
Esta es la reconstrucción que nos ofrece del mismo la arqueóloga Otilia Requejo Pagés en su trabajo Antiguo puente sobre el Narcea en Casas del Puente (Cornellana, Salas, Asturias), publicado en la revista Excavaciones arqueológicas en Asturias 1999-2002:
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Efectivamente, se trataba de un puente formidable, de haberse conservado habría sido sin duda una de las grandes maravillas de Asturias y del Camino de Santiago, pues no olvidemos que vio el paso de numerosos peregrinos por este Camín Francés, Camín Real de Galicia o Camino Primitivo...
Comparamos el dibujo anterior con lo que hay ahora, unas pocas piedras en el acceso a la plantación de kiwis. Como hemos dicho, puente y Camino se dirigían directamente desde aquí al monasterio de San Salvador de Cornellana, por lo que, su 'parada en seco', valga la expresión, causó gran temor en el cenobio, según nos cuentan en el excelente blog Historias de Santueña, de Emilio de Vicente, citando al historiador Juan Uría Ríu, tantas veces mencionado también en nuestro blog:
"Antes de la construcción de la actual carretera entre Grado y Cornellana que transcurre a través de la Cabruñana, el viejo camino de Santiago, muy frecuentado en la actualidad, salía de la villa moscona, llegaba al Fresno, bajando después hasta Doriga y en la zona denominada Las Casas del Puente cruzaba el Narcea por un viejo puente de piedra hasta llegar al monasterio de San Salvador.
Una vez allí, los caminantes se alojaban en las instalaciones que los monjes benedictinos ponían a su disposición, incluido el viejo hospital de peregrinos. No olvidemos que nuestro monasterio de San Salvador de Cornellana era uno de los mas importantes de Asturias y lugar de paso obligado en la ruta jacobea que une Oviedo con Santiago de Compostela y que actualmente se denomina Camino Primitivo.
Pero en el año 1511 sucedió algo tan trascendente para el monasterio de Cornellana que hizo temer al abad de entonces, Fray Luis de Peñafiel - que fue también deán de la catedral de Oviedo y datario del Papa - que lo sucedido pudiese poner en riesgo la relevancia y hasta la propia continuidad del monasterio como punto de referencia en el camino de Santiago.
Como os supongo expectantes, paso a contaros el sucedido, que viene recogido en un documento del Archivo de Simancas que hace referencia a las grandes crecidas del río Narcea que en el año 1511 habían desviado su cauce en las proximidades de Cornellana, dejando el puente que unía ambas orillas en seco y que nos transcribe del propio documento simanquino, Juan Uria:
"Puente de piedra antygoa por la qual dys que siempre acostumbraron a pasar los caminantes e pelegrynos que ban en romeria a Santiago"
Sigue Uria, ante aquella situación, el abad del monasterio de San Salvador de Cornellana solicitó del Consejo Real tomase las medidas oportunas para que, además de los del coto del monasterio, los vecinos de los concejos limítrofes a él contribuyesen a remediar el problema urgentemente, a lo que accedió la reina Juana "La Loca" dirigiéndose al corregidor del Principado para que se informase de la situación y enviase la correspondiente ante el Consejo. No olvidemos que el monasterio estaba estrategicamente situado en la ruta a Santiago y si los peregrinos encontrasen dificultades para vadear el río por allí, podrían ir hacia Compostela por alguna ruta alternativa y esto pondría en grave peligro la economía de nuestros frailes.
El puente sobre el Narcea se situaría aguas arriba del actual, en el lugar denominado Casas del Puente, topónimo bien significativo al respecto. La topografía del lugar parece la más adecuada para para construir allí un puente.
Unos tres kilómetros más arriba de este punto se encuentra el lugar de Santiago de la Barca, topónimo a su vez también significativo al aludir al santo de la ruta, siendo más que probable que el río se vadease en barca en este lugar antes de construirse el puente sobre el Narcea que cruzaba a Cornellana en Las Casas del Puente, o que también en circunstancias como la transcrita en la que el puente quedó en seco no quedase más remedio que utilizar las barcas para cruzar el río."
No olvidemos que los monjes tenían, además derechos de portazgo, de pesca, y que el Narcea era navegable hasta el monasterio, por lo que cualquier variación del tránsito principal del flujo de gentes y viajeros entre el centro y el occidente de Asturias (y Galicia) era causa de gran quebranto. Curiosamente, en la actualidad el corredor del Narcea viene a seguir esa idea de la antigua senda ribereña alternativa
El puente y su sustitución por un servicio de barquerías hasta la construcción de uno nuevo fueron fundamentales para el desenvolvimiento del coto monacal del cenobio de Cornellana, el cual abarcaba una importante extensión y cuyo origen habríamos de buscarlo en la primitiva villa de Cornelius, que daría nombre a Cornellana, registrada documentalmente desde el 897 y que, a finales del año 1000, estaba a cargo del Infante Ordoño, hijo del rey Ramiro III de León, infante casado con su sobrina Cristina Bermúdez, hija a su vez de reyes: Bermudo II y Velasquita. Ordoño falleció en el 1012 y su viuda, la Infanta Cristina , hizo voto de consagración fundando una primer iglesia en ese lugar, para retirarse con su servidora, la monja Animia
Poco después la iglesia se hizo monasterio por solemne documento del 31 de mayo de 1024, dedicado a San Salvador, como la catedral capitalina de Oviedo/Uviéu y otros muchos templos del Camino Primitivo. La dotación para esta fundación era más bien escasa, lo necesario para vivir las dos mujeres y socorrer alguna vez a pobres y peregrinos en tránsito por estas tierras, los cuales emplearían este puente en su deambular por estos parajes, entonces mucho más feraces y deshabitados
Los herederos de Cristina se repartieron el viejo convento y las tierras, incluso con algún pleito entremedias. Por eso en el año 1122 Suario Bermúdez, bisnieto de Cristina, reunió las propiedades y cedió este monasterio junto con su mujer Enerquinda a los monjes de Cluny, grandes impulsores de las peregrinaciones a Compostela, quienes rehicieron todo el conjunto y acabaron de terminar de construir la iglesia, dándole vida conventual. Cuatro años más tarde, en 1126, Alfonso VII El Emperador concedió voto de impunidad a estas posesiones, en las que los vecinos quedaban bajo la jurisdicción del abad. No olvidemos que en la Edad Media un monasterio no era solo un centro de retiro y oración, sino una verdadera empresa de explotación agropecuaria y administración del territorio, sufragándose y sufragando a su orden de pertenencia con las rentas que abonaban sus colonos. Su historia posterior la aportamos de El coto de Cornellana (Siglos XII a XIX) de los archivos del Ministerio de Cultura:
Seguimos camino por el arcén, bien pendientes del tráfico en todo momento, pero también de admirar La Casona de Escandina, consultando su ficha en el Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Asturias (IPAA):
"Su planta es rectangular y la fachada se estructura en tres calles de marcada simetría. La central se compone de bajo y dos pisos, mientras que las calles laterales tienen un solo piso y el muro del espacio bajo cubierta levantado a media altura. Los vanos aparecen ordenados en cinco ejes, y reticulados por la división horizontal de las plantas mediante imposta lisa. En el bajo se abre un solo vano en forma de ventana en la calle central, mientras que en las laterales se repite en ambos casos ventana en los extremos y puerta adintelada al interior. El primer piso reproduce en todos los ejes el mismo modelo de balcón adintelado con repisa en voladizo, protegido por antepecho de hierro. En el tramo central el piso superior se acoge dos balcones unidos con voladizo, mientras que las calles laterales de menor altura se abren con un óculo en el eje del muro.
Las fachadas laterales repiten un esquema más simplificado en el que al igual que en la principal el tramo central se eleva por encima de la cubierta, y aparece flanqueado por óculos.
En el extremo norte hay una gran panera sobre camaranchón y la propiedad aparece cerrada con muro bajo de silería y verja de hierro, con pilares de sillería decorados con jarrones de hierro fundido en los tres accesos. La fábrica de la obra se realiza con aparejo de mampostería trabada con mortero, enlucida y pintada, dejando a la vista los sillares bien trabajados de los recercos de vanos de la fachada y cadenas de esquina. La cubierta es a cuatro aguas con alero de madera sustentado por canes, empleando armazón y viguería de madera. Sigue putas de la arquitectura ecléctica de influencia francesa con algún elemento de tradición regionalista (panera)."
Pasamos a la altura de esta lujosa panerona de ocho pegollos sobre bodega cuando vemos la larga 'S' que hace la AS-15 siguiendo la sinuosidad de la pared, casi vertical, de los montes de La Llomba, que caen sobre el valle
Siguen a nuestra izquierda las plantaciones de kiwis y, más allá, la franja arbolada revela el curso del Narcea, aproximándose ya a su unión con el Nalón frente a Forcinas, al sur de la villa de Pravia, donde empieza a formarse su ría, antiguo puerto natural, desde donde los barcos de poco calado llegaban hasta Cornellana
Kiwis maduros al sol, un fruto que se expandió con éxito por gran parte de las regiones templadas del mundo desde su zona de origen, como bien nos explica la Wikipedia:
"El kiwi, kivio quivi es la baya de la enredadera Actinidia deliciosa. Es originaria de una gran área de China, sobre todo de los bosques del valle del río Yangtsé. Las primeras variedades descubiertas y cultivadas en China se describieron en un catálogo de viveros de 1904 como "... frutos comestibles del tamaño de nueces y el sabor de grosellas maduras", lo que llevó al nombre de "grosella espinosa china". Introducida en Nueva Zelanda en 1904, fue cultivada desde entonces en muchas regiones templadas por su fruto comestible. Es una de las frutas con mayor concentración de vitamina C.
En 1959, se le empieza a denominar «kiwi» (kiwifruit en inglés) en Nueva Zelanda, nombre que es adoptado comercialmente en 1974. El nombre proviene del ave del mismo nombre, símbolo nacional de Nueva Zelanda y apodo con el que se denomina a sus habitantes en inglés. Anteriormente, la fruta había sido conocida como la grosella china ("Chinese gooseberry") por su sabor y color. Sus nombres originales en chino mandarín son yángtáo (melocotón de fresa o carambola), míhóutáo (melocotón del mono), qíyìguǒ y chángchǔ."
Sus frutos pues se asoman a la carretera, que es aquí el Camino. Sus hojas pueden llegar a rozarse con nosotros al pasar. Avanzamos con buena visibilidad de frente por este arcén izquierdo
Este es el cartel que advierte a los vehículos que vienen que entran en La Ponte o Las Casas del Puente. En ese lugar se pasa de la parroquia de Doriga a su hermana de San Antolín de las Dorigas o Santolín
Aquellos peregrinos siguen por el arcén, pero allí ya empieza a abrirse un cómodo sendero entre la hierba
Dejamos a nuestra izquierda la entrada a otra de las plantaciones de kiwis del valle
Realmente, como hemos visto, quien había dado este coto y monasterio había sido a Cluny por Suario o Suero Bermúdez, descendiente de la fundadora, quien había conseguido volver a reunir sus propiedades, repartidas entre los herederos, pero luego se arrepintió, al parecer porque los cluniacenses traían el ritual hispano de la liturgia, el cual sustituyó al visigodo, que era el tradicional en Asturias, lo que causó tan hondo malestar a su benefactor que intentó revocar la donación, pero la intervención del rey lo impidió, reforzando la presencia de los cluniacenses, al menos hasta su decadencia en el siglo XIV
Etimológicamente estaríamos ante un territorio cuyo topónimo es el de un antiguo posesor o posesora, de nombre Dorica que, como Cornelius, serían dueños de villas agrícolas y/o camineras que, según no pocos autores, habrían muy posiblemente jugado un papel importante en la cristianización de la actual Asturias y habrían sido el germen de las primeras comunidades cristianas, germen posterior de fundaciones monacales
Pasamos la plantación y el sendero se separa un poco más de la carretera, lo que sin duda supone un gran alivio para andar cómodos y no tan pendientes del tránsito de vehículos
Y así, y pese a nuestra proximidad al tráfico, caminaremos bastante apaciblemente durante prácticamente todo el tramo que nos queda hasta el puente de Cornellana, que es un kilómetro escaso
Esta amplia vega fue pues peligrosamente inundable en siglos pasados, tanto como para variar el curso del río del ímpetu y fuerza de las aguas del Narcea cuando se desbordan con lluvias y deshielos. S la izquierda el monte forma un verdadero acantilado fluvial, cubierto de vegetación
Justo detrás de esos árboles y, a continuación, Cornellana. No vemos la población pero sí los montes que están sobre ella, La Sierra Faxas, totalmente plantada de ocalitos, solar de la venerada capilla de Santueña o Santueñina
Las plantaciones de kiwis han dado paso en esta vega a grandes prados, llanísimos, de 'pasto y siega' o, como se decía comúnmente, 'de diente y guadaña'
Entre los prados, algunas matas de arbolado forman bosquetes que son una reserva de umbría y frescor en esta llanura fluvial entre la carretera y el río
Enlazamos con un camino de acceso a las fincas de la ribera y seguimos todo recto y siempre de frente, paralelos a la carretera
Los cierres de estacas y alambres revelan siempre los usos ganaderos de las fincas que, en muchos casos, sustituyeron a antiguas zonas de cultivo, sobre todo de cereales, maíz principalmente, pero también trigo, escanda, centeno, de antaño, pues con su grano se hacía el pan en casa tras llevarlo a moler a alguno de los molinos existentes
La mejora de las comunicaciones favoreció que pudiese llegar pan del día cotidianamente a las aldeas y ese espacio, tiempo y esfuerzo dedicado a los cereales se dedicase a la ganadería, más rentable, dada la reseñada creciente demanda de lácteos de las ciudades y áreas industriales y metropolitanas, fenómeno que aconteció coincidiendo con el gran éxodo rural del final de la posguerra española
Más tarde, con las crisis ganaderas, grandes espacios antes dedicados a pastos fueron dedicados a otros cultivos, el más intenso y extendido el de los eucaliptos u ocalitos que, como especie de crecimiento rápido, fue ampliamente empleada en construcción y, sobre todo, minería, destinada al entibado de las galerías
Pero otros terrenos, como hemos visto, han regresado a la agricultura, en esta vega principalmente al preciado y muy demandado kiwi, cuyas plantaciones seguiremos viendo en La Rodriga
La Rodriga, acaso la tierra de un Rodrigo o Rodericus, o tal vez un antropónimo femenino, sin más misterio o, pudiera ser también, un latinajo en base a rubrica, 'tierra roja', cuyas casas empezamos a ver ya muy cerca
La Rodriga, de todas maneras, es básicamente conocida por ser el gran cruce de carreteras entre el corredor del Narcea (AS-15) y la antigua carretera Oviedo-Villalba, hoy integrada en la Irún-Santiago y que desde 1939 pasó a ser oficialmente N-634
La Rodriga pertenece a otra de las parroquias de Las Dorigas históricas, la de San Esteban, mencionada en 1409 cuando un tal Diego Álvarez de Cornellana cede al monasterio de San Salvador una tierra que poseía "en la iglesia de San Estébano de las Dorigas", situada valle del Narcea abajo
Aquí veremos también grandes paneras y algunas antiguas caserías que trabajaban estas fértiles vegas y guardaban su producción y cosechas. Las palmeras denotarían asimismo la impronta indiana de los antiguos emigrantes que hicieron las Américas
"El monasterio de Cornellana forma un espléndido conjunto que ocupa un amplio terreno de la llanura aluvial formada por los ríos Nonaya y Narcea, que discurren el primero con una dirección Oeste-Este y el segundo de Sur a Norte, y se encuentran aguas abajo, muy cerca del centro monástico. En la actualidad, un pequeño puente salva el curso del Nonaya, por el que pasa un camino que une el monasterio con la villa de Cornellana. A la salida de ésta, un puente moderno franquea el paso sobre el amplio cauce del Narcea.
Mucho tiempo atrás existió cerca del monasterio otro puente, de origen romano, más al sur que el actual, formando parte del ramal costero de la vía de La Mesa que desde El Fresno (Grao) se allegaba hasta Pravia. Junto a este puente debió de tener lugar la batalla que enfrentó a Nepociano y a Ramiro I, a la muerte de Alfonso II. Vestigios de ese antiguo puente se localizan junto a Casas del Puente, lugar de la margen derecha del Narcea, frente a Cornellana, y cuyo nombre es bien expresivo. Este viejo puente, del que hay varias noticias documentales, estaba muy maltrecho ya al comenzar el siglo XVI y, según Juan Uría Ríu, se cayó de viejo en 1580. No hace mucho, al acometer obras de ampliación de la carretera AS-15 en el tramo de Cornellana a San Martín de Lodón, Otilia Requejo pudo reconocer algunos restos del puente enterrados en la orilla derecha y ha hecho una propuesta de construcción del mismo, con un perfil alomado y amplios arcos de medio punto.
El río Narcea fue en tiempos antiguos navegable hasta Cornellana. Así lo cuenta el P. Luis Alfonso de Carvallo en las páginas introductorias de su "Antigüedades y cosas memorables del Principado de Asturias", al hablar de las mudanzas que el tiempo había operado en la geografía asturiana: "Muy cierta cosa es, y recibida en Asturias, que los Barcos llegavan hasta Cornellana, por el río Narcea; y algunas personas de crédito me informaron, que avían visto cartas de flectar Navíos, por donde consta ser assí, y por el Río Nalón entravan los Barcos hasta el lugar de Santo Tirso, y ahora apenas llegan a Pravia". La noticia del jesuita cangués podía parecer una fantasía suya, pero en la intervención arqueológica llevada a cabo en el monasterio entre los años 1998 y 2001 por Gema Adán aparecieron dos tejas que muestran grabados unos barcos, que sin duda reproducen los que remontaban el río hasta el monasterio. En la actualidad, las tejas se exponen en el Museo Arqueológico de Asturias, en Oviedo..."
El antiguo monasterio de San Salvador fue definitivamente clausurado como tal con la desamortización de bienes eclesiásticos, popularmente la Desamortización de Mendizábal, en 1835, pero su renombre es tal que no todo el mundo sabe que su iglesia, que pasó a ser la parroquial de Cornellana, cambió su advocación por la de San Juan, patrón de la localidad. De todo ello hablaremos ampliamente cuando visitemos el convento, pues en sus dependencias existe, desde 1993, un albergue público de peregrinos
Salimos a la carretera en La Rodriga, caminando por su arcén a partir de ahora durante unos metros, viendo al fondo en gran cruce de carreteras en el que, aún hoy en día y con la autovía, puede haber mucho trasiego de vehículos, pues aunque la N-634 ha quedado relegada respecto a la autovía, el corredor del Narcea sigue siendo la principal vía de comunicación de Asturias con el suroccidente
Sobre nosotros se encuentra La Peña la Señora, llamativo topónimo que parece vinculado a los numerosos santuarios marianos existentes en la zona, sobre todo en los montes que guardan en valle y cercanos a los castros, lo que ha dado pie a vincularlos con cultos precristianos anteriores a deidades femeninas y a leyendas de los antiguos pobladores relacionadas con reinas de estos parajes
Una de esas 'reinas' podría haber sido la que guarda la memoria de la célebre Pelsina, que suele ser más conocida como de la hija de Talavo, pues así se la llama en una estela descubierta en las cercanías de otro castro, El Castiellu, situado un poco más al norte y también sobre el valle del Narcea, de la que escribe así en 1907 el cronista Álvaro Fernández de Miranda en su libro, publicado en 1907, Grado y su concejo (parte de Las Dorigas perteneció al concejo vecino algún tiempo), mencionando la leyenda de la reina y citando al gran epigrafista Ciriaco Miguel Vigil:
"... una antiquísima lápida, procedente de un Castro, sobre tierras de San Juan, hallada en parte en linderos del Concejo de Salas, habiendo quien supone, erróneamente, que el famoso “cipo” procede de otros sitios. El dibujo que de esta lápida hispano-romana presentamos, es copia exacta del que nos ha remitido el muy benemérito Sr. Ciriaco Vigil, diciéndonos:“Este cipo, la mitad próximamente de un enorme sillar de seis pies de alto, fue descubierto en un Castro llamado el Castiello, y formaba el dintel de la puerta de la casa de Pedro Álvarez, situada al comienzo de la cuesta de Cabruñana, en el Concejo de Grado. Fue posteriormente recogido por mi amigo D. Fortunato Selgas, y le colocó en su egregia posesión de “El Pito”, en el Concejo de Cudillero. Del dibujo, más correcto que el anotado en mi libro de Epigrafía asturiana, pág. 390, y tubo la fineza de remitirme aquel amigo, mandé copia al ilustre Sr. D. Emilio Hübner, miembro del Instituto arqueológico de Berlín, y célebre epigrafista, quien me participó en 19 de agosto de 1887 su muy probable interpretación, en los siguientes términos: “mucho me interesa el nuevo dibujo de la antigua lápida de Grado que me manda usted, calculando que el eje del semicírculo haya pasado aproximadamente en medio de la cabeza de la mujer, casi seis letra faltaran al lado izquierdo del título. Por supuesto, los nombres no se pueden adivina; sólo para dar una idea del total, propongo los siguientes suplementos, exempli causa:La gente de estos contornos ha forjado una novela respecto al cipo, diciendo cubría la tumba de la Reina de estos lugares, poderosa y buena, pero idólatra, por lo que Dios la castigó duramente, maldiciéndola, etc., y añaden que hace tiempo se hallaron en el sepulcro gran cantidad de alhajas y cosas de oro macizo. Lo que sí se deduce del hallazgo y de los restos de muy antiguas construcciones descubiertas en los mismos lugares, es que en los primeros siglos de nuestra era no estaba despoblado este territorio..."PELSINAE TALAVF“a Pelsina, hija de Talavo, RETVCENEA VXSORI y mujer de Retugeno”
RETVCENEA VXSORI
Pelsina y Tetugenus son nombres conocidos por inscripciones encontradas en Galicia y en Asturias. El carácter de las letreas es bastante antiguo: lo creo casi de fines del primer siglo de nuestra era. Lo mismo se infiere de la falta de las fórmulas consuetas SD. M. y de otras indicaciones, como los años de la vida, el H. S. E. y demás, Muy curiosos son los ornados del cipo; tenemos en él un monumento altamente interesante de los primitivos habitantes de aquella parte de la Península”
Y este el el cipo, como lo llama Fernández de Miranda, o estela de Pélsina, la reina de estos parajes. En relación con ello nos agrada compartir parte del artículo de Macarena López en La Nueva España del 15-8-2024 titulado Las mujeres celtas, donde arroja luz sobre este tema basándose en los estudios del gran etnógrafo y recopilador de la tradición oral Alberto Álvarez Peña:
"Investigando en la Biblioteca Pública Municipal de Salas, encontré lo que a veces llamamos “una pepita de oro”. Se trata de un librito muy bien documentado y ordenado, lleno de historias, editado por Editorial Picu Urriellu, Xixón 2002: “Celtas en Asturies”, de Alberto Álvarez Peña.
En él, deduce que algunas mujeres de entre los astures y los cántabros, al menos entre las élites, debían gozar de un elevado estatus, a juzgar por la importancia de la estela funeraria dedicada a la hija de Talavo, hallada en La Doriga (Salas, Asturies), en el caserío denominado El Castiellu, en las inmediaciones de un castro.
Nada sabemos de reinas entre los astures, pero sí que algunas mujeres prefirieron arrojarse al fuego con sus hijos y suicidarse antes que caer en el poder de los romanos y ser vendidas como esclavas. Es habitual hallar mujeres al mando de tribus celtas, principalmente en Britania. Como ejemplo, se conoce una Reina de brigantes, llamada Cartimandua. Lideró, por lo que parece, una tribu situada entre Liverpool y el Firth de Clyde.
En la epopeya irlandesa de Cuchulainn también aparece una reina al frente de las gentes del Ulster, llamada Maeve. Dión Casio-historiador romano del siglo II de nuestra era- y Cornelio Tácito nos narran una secuela de la revuelta liderada por la reina de los iceni britanos Boudica para rebelarse contra los romanos que ocupaban su isla, en el año 61 de nuestra era: “... Boudica era de altísima estatura y apariencia severa, de feroz mirada y poseía una áspera voz. Una gran cabellera muy rubia le llegaba casi hasta las nalgas. Portaba un gran cetro de oro, vestía una túnica de variados colores y sobre el vestido se cubría con una gruesa clámide...”
Y continúa: “...Boudica, en un carro y llevando ante sí a sus hijas, iba pasando frente a cada pueblo, proclamando que ya era costumbre de los britanos luchar bajo el mando de las mujeres... En aquel combate había que vencer o morir, tal era su decisión de mujer, allá los hombres si querían vivir y ser esclavos... Proclamaba: Aquellos sobre los que reino son britanos, hombres que no saben cómo cultivar el suelo o ejercer el comercio pero que están profundamente versados en el arte de la guerra y todo lo que poseen en común, incluidos hijos y esposas..., de modo que estas últimas poseen el mismo valor que los hombres...”.
Volviendo a los astures, Trogo Pompeyo recoge de las obras de Justino y Silio Itálico el dato de que las mujeres trabajaban en los campos, mientras que los hombres se dedicaban a robar con las armas. Tácito decía que lo mismo ocurría entre los germanos. Para José María Blázquez Martínez, (“Los Astures y Roma”, 1983) el hecho de que la agricultura estuviese en manos de las mujeres era un rasgo del matriarcado antiguo, y era una muestra de un estadio primitivo de explotación agrícola. Esto sería herencia de los pueblos indoeuropeos preceltas. Parece ser que también llamó la atención de los romanos el que las mujeres de los astures y otros pueblos del norte peleasen al lado de los hombres.
Apiano y Antonio Diógenes describen la expedición de Bruto Galaico en el 138-136 antes de nuestra era y dicen: “...Para impedir el saqueo de las ciudades, las mujeres luchaban al lado de los hombres, manejando al igual que ellos las armas sin proferir un grito o una súplica en la refriega cuando eran degolladas...”. La familia indoeuropea tenía visible, al menos, una figura masculina, y entre los astures ocurre lo mismo. Los historiadores romanos anotaron una serie de rasgos referentes a la mujer que les llamaron la atención e incluso llegaron a denominar ginecokracia.
Estrabón comenta que la herencia pasaba a manos de las mujeres y que estas disponían el casamiento de sus hermanos y la dote era dada por el hombre a la mujer. Tácito atestigua algo semejante en Germania. Para Adolf Shulten (“Los cántabros y astures en su guerra con Roma, 1962) la costumbre de dar preferencia a la mujer derivaba del desconocimiento del padre, ya que las mujeres tenían relaciones con varios hombres, tal era el caso también de las tribus precélticas de Inglaterra. Así, entre los pictos, la sucesión se daba, no al hijo propio, sino al hijo de la hermana, costumbre que pasó de los pictos de Irlanda a las poblaciones célticas. Estrabón habla de cómo existía entre los astures la costumbre de la covada: después del parto, el marido se echaba en el lecho y era cuidado por ella.
Refiriéndose a que en las sociedades célticas la mujer gozaba de una libertad y un prestigio religioso social considerable, Mircea Elíade dice lo siguiente: “El rito de la covada atestiguado por lo que a Europa se refiere, a los celtas, sirve para poner de relieve la importancia mágico-religiosa de la mujer, junto a otras costumbres arcaicas (ciertos ritos funerarios, mitología de la muerte, etc). La covada indica la supervivencia de elementos indoeuropeos supervivientes con toda seguridad de las poblaciones autóctonas del Neolítico”. Se trata de una participación masculina en el acto de la procreación, pero además, es un acto para asegurar al recién nacido el derecho paterno. El elemento central de la covada es que el padre imita los efectos de parto, poniendo al niño entre sus piernas simulando el alumbramiento. Esto pervivió hasta época reciente como práctica ritual en Asturias y León.
Según Julio César, las tribus de la Galia establecían acuerdos de dote que proporcionaba las mujeres casadas los mismos derechos de propiedad que sus esposos: “...Cuando un hombre se casa, contribuye, de sus propiedades, con una cantidad calculada para que iguale cualquiera que haya recibido de su esposa como dote. Se lleva una cuenta conjunta de todas las propiedades y los beneficios de esa cuenta son puestos a un lado. Cualquiera de los dos que sobreviva al otro recibe ambas partes, junto con los beneficios que se vayan acumulando a lo largo de los años”.
Alberto Álvarez Peña, autor de este libro que ha llamado mi atención, ilumina una parte de la historia que nos explica nuestra evolución como sociedad. Hace que reflexionemos sobre las causas, el contexto y las consecuencias de los hechos que nos han traído hasta aquí. Con estas lecturas, podemos aprender de aquellos valores que una vez ya funcionaron; podemos reconquistar unos derechos que un día ya ejercimos, podemos recordar un respeto a las mujeres que no se cuestionaba y a alcanzar de nuevo el equilibrio, ocupando en toda regla nuestra posición en la sociedad."
Los invernaderos delatan la producción de otros productos hortofrutícolas de gran demanda, tomates, lechugas, etc. La cercanía al gran mercado dominical de Grado/Grau (y de los miércoles) hace que muchos campesinos comercialicen allí sus productos, entre ellos los de la huerta de estos concejos regados por el Nalón y su afluente el Narcea, junto a su vez con los afluentes de ambos
El mojón señala, inequívocamente, continuar por el arcén. Fijémonos en la profunda acequia hecha para canalizar las aguas sobrantes de las lluvias fuera de las carreteras que confluyen en esta encrucijada
Un poco más al norte, La Pena'l Pareíso tiene un sugerente nombre que nos recuerda a 'paraíso', pero también podría tener que ver con las paredes abruptas de sus laderas. Indagando en las leyendas sobre reinas, cultos marianos y creencias en divinidades precristianas relacionadas con la naturaleza, existen en La Rodriga leyendas de xanas, las ninfas asturianas
Estas tres xanas de La Rodriga se aparecían en El Regueiru la Tierra Bulse, el cual pasa bajo La Pena'l Pareísu, al otro extremo del pueblo, donde da sus aguas al Narcea. Allí, en El Molín de Paxina, se le aparecieron a un hombre, a quien le dijeron que, si echaba tres bollos de tres cuernos al agua del río, ellas quedarían desencantadas del hechizo que las hacía xanas y le harían rico
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| Fuente: David das Tebras. Fantasía Celta: Xanas: bellas y seductoras habitantes de las aguas puras |
El hombre, así lo hizo, fue a por los bollos de tres cuernos para obrar el desencantamiento pero, antes de regresar con ellos al regato, pasó por su casa y, aunque le advirtió a la mujer que no los tocase, ella, que tenía hambre y en un momento en que su marido no miraba, arrancó un cuerno, del que de pronto salió sangre. La mujer, asustada, volvió a poner el cuerno en su sitio y el bollo de pan dejó de sangrar. Luego el marido volvió, se llevó los tres panes y fue con ellos al río, donde los tiró. Salieron entonces las tres xanas montadas en tres caballos, dos al galope, pero el de la tercera cojeaba y la xana hubo de quedarse, entre lamentos, para siempre en el río, malográndose el desencanto y quedándose el hombre sin las ansiadas riquezas. Dicen que únicamente puede surgir de este fluvial hechizo durante la mañana del día de San Xuan, cuando se hace visible
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| David das Tebras. Fantasía Celta: Xanas: bellas y seductoras habitantes de las aguas puras |
Tal vez fuese esta xana la que protagonizó la leyenda de otro malogrado desencantamiento cuando, una mujer de La Rodriga, vio surgir del río un maravilloso hilo de seda, del que tiró. Vio que era largo, por lo que hizo un ovillo, siguió tirando y tirando hasta que se cansó y lo cortó, oyéndose una voz surgiendo del agua que decía ¡por bien poco lo perdiste!, refiriéndose a las riquezas que aún custodia la xana
Continuamos por el arcén mientras vemos, al norte y a lo lejos, la Sierra Sandamías, la cual empieza en el Muxagre y continúa hacia el norte hasta la misma villa de Pravia, guardando por el oeste el valle del Narcea. Destaca en Ella El Picón (557 m)
El concejo de Pravia llega prácticamente a los arrabales de Cornellana por la margen izquierda del Narcea, pues El Picu la Braña con Las Campas pertenecen ya al concejo vecino. La frontera se desplaza de ahí al norte, al Muxagre, que ya no vemos desde aquí
En alguno de esos montes estaría el escenario de la leyenda de la infanta Cristina, fundadora del monasterio de Cornellana, según la cual se habría perdido en ellos, de niña, pero una osa la cuidó y la amamantó, siendo esta la razón, quiere la tradición de la representación de la osa amantándola en varios lugares del cenobio, tanto en la parte románica como en la gótica. Pero mejor que nos lo cuente Javier Rodríguez Muñoz:
"Uno de los restos más interesantes del monasterio de San Salvador de Cornellana es la que se supone que fue portada del primitivo cenobio, que actualmente está colocada a la entrada de la llamada plazuela de la Leña. Debió de ser levantada a comienzos del XII, cuando se refunda el monasterio por los condes Suero Vermúdez y Enderquina. Se trata de un arco de medio punto con guardapolvo de flores tetrapétalas que descansa en impostas decoradas con lacerías vegetales y, bajo ellas, leones recostados. Sobre la clave del arco aparece en altorrelieve la figura de un animal, identificado como una osa, que acoge entre sus patas a una niña. Tal motivo iconográfico guarda relación con una leyenda, vinculada al origen del monasterio y que interfiere la realidad documental, pues ha llegado a convertirse en emblema de San Salvador de Cornellana, volviendo a figurar en el centro de la fachada barroca de la ampliación de las dependencias monásticas.
Según la fabulosa historia, siendo niña, la infanta Cristina estaba al cuidado de una sirviente o ama de cría. Un día, en un descuido de ésta, la niña fue arrebatada por una osa que cogió a la criatura por la ropa sujetándola con los dientes, y corrió ladera abajo, en dirección al Narcea, donde desapareció entre el frondoso bosque. Alertados los criados de la casa por el aya, iniciaron la búsqueda de la pequeña, que resultó infructuosa. Entonces un mozo atrevido cruzó a nado el río, hacia la orilla izquierda, y se adentró en el bosque. Tras internarse algunos metros, se detuvo a escuchar, percibiendo unos extraños ruidos. Aproximándose con sigilo, el mancebo observó una maravillosa escena: la osa, con la niña bajo el vientre, amamantaba a la pequeña, que sorbía ávidamente la leche del animal. Gritó valientemente el muchacho y espantó a la fiera, que en tan maternal escena se hallaba, y recuperó a la pequeña, que fue devuelta a brazos de sus padres. En agradecimiento por el rescate, se fundó una iglesia en honor de San Salvador que formará parte de la dotación fundacional del monasterio de Cornellana, años más tarde, por la propia infanta Cristina, hija del rey Vermudo, como se dijo, y casada con el infante Ordoño, hijo del rey Ramiro III."
Este es el lugar de Verdugos que en principio no tendría que ver con ejecutor alguno sino con 'lugar verde'. Un guardarraíles separa la carretera de la acequia que bordea la finca, carretera que hace una curva pronunciada a la izquierda para enfilar la dirección al Puente de Cornellana, saliendo así de la AS-15 a la N-634
A la derecha, el cruce entre ambas carreteras con sus respectivos enlaces de entrada y salida. En La Rodriga "hay notables casas y buenos ejemplares de hórreos y paneras", leemos en el Diccionario geográfico de Asturias. Ciudades, Villas y Pueblos
Subimos ligeramente al encaminarnos hacia la N-634. Al fondo en el monte reconocemos, en un claro entre eucaliptales, las casas e invernaderos de Las Campas que, como hemos dicho, pertenece a Pravia. En esa ladera el topónimo La Viña hace referencia a antiguos viñedos, sin duda relacionados con el monasterio de San Salvador
Más abajo están Las Campinas, El Bravo'l Pontón, Los Rebollales y La Llousa, hasta donde llegan términos pravianos, haciendo divisoria con los salenses
Este es el Centro de Información y Precintaje del Río Narcea-Nalón, vinculado especialmente al totémico salmón, y al Campanu, el primer salmón que se pesca en la temporada, todo un acontecimiento que salta, por unos días, a las primeras planas de los periódicos y con el que se abren informativos de radio y televisión, incluso a nivel internacional
Es el regreso del animal sabio que remonta los ríos buscando su propio origen, pues sin saberse cómo, localiza rápidamente aquel en el que nació, al que vuelve para desovar, exactamente en el lugar en el que vio la luz por vez primera, todo un portento y un misterio de la naturaleza. Nada extraño por lo tanto que los celtas lo considerasen emblema de la inteligencia y el conocimiento
No en vano Cornellana festeja el Campanu y la Feria del Salmón y esa es la razón por que se mire aquí tanto por este curso fluvial y por este pez cuya misma existencia se ve drásticamente amenazada, lo que siempre causa gran controversia
El nombre del Campanu viene de la tradición según la cual se anunciaba, al son de la campana tañida desde el campanario del monasterio que, recordamos, tenía derechos de pesca, que llegaban los primeros salmones, que entonces serían muchísimos, remontando el Narcea, lo cual causaría gran algarabía en aquellos siglos de penurias y escasez, alegrándose toda Cornellana y demás pueblos ribereños. Daniel Fernández lo explica de esta manera en el diario El Comercio del 13-3-2008 con La historia del campanu:
"Desde tiempos inmemoriables, el salmón ha ocupado un lugar privilegiado en la cultura asturiana. Sobre todo en las riberas del Narcea. En este valle, este pez, ha sido durante siglos un bien preciado, sustento y medio de vida de sus habitantes, generador de riqueza y modos de vida. Incluso fue, en ocasiones, moneda de cambio, origen de algunas leyes e, incluso, de conflictos territoriales.
Hoy, es diferente, aunque la pesca del salmón sigue arraigada en la tradición e historia asturiana. Así lo demostrarán el próximo domingo, cuando se abre la temporada de pesca fluvial, los miles de de ribereños que poblarán los ríos asturianos en busca, como no, de su bien más preciado: el campanu, el primer salmón de la temporada, el oro plateado que discurre por las aguas dulces y frías de los cauces asturianos.
El campanu es sin duda la seña de identidad de la pesca del salmón en Asturias. El domingo, todos los ojos estarán puestos en Cornellana, donde tendrá lugar una antiquísima tradición: la subasta pública (o remate) del primer salmón de la temporada. Como ocurrió el pasado año, la gran fiesta de la pesca asturiana, contará con el patrocinio de EL COMERCIO.
Origen de la tradición
El origen del término campanu y de su subasta es muy antigua. Sobre el primero, hay varias teorías, todas ellas relacionadas con el tañir de las campanas de las iglesias que jalonan las riberas del Narcea.
Según algunos historiadores, el término campanu se debe precisamente al sonido de las campanas con las que se convocaba a la población a la pesca colectiva de este pez. Otros, apuntan sin embargo, a que esta palabra deriva del tañir de las campanas que anunciaban la captura del primer salmón de cada temporada.
De lo que sí hay un origen concreto es del remate. En 1669 se reconoció formalmente la potestad municipal de Salas -que ya estaba consignada en los archivos en el siglo XVI- por la que el Ayuntamiento arrendaba cada año mediante subasta pública los derechos de propiedad sobre la mitad de las capturas que se realizaran en un determinado periodo y zona.
La adjudicación de esta subasta recibía el nombre de remate y la potestad se ejerció hasta 1926, cuando se abandonó al provocar más conflictos que beneficios.
La adjudicación de la «media pesca» se realizaba mediante un interesante ritual. Según la norma, el rematante debía de ser «persona lega, llana y abonada», es decir, no podía pertenecer al fuero eclesiástico ni a la nobleza, pero debía de tener hacienda.
Adaptación
A comienzos del siglo XX, con la irrupción de la pesca deportiva, la tradición del remate se adapta a las nuevas circunstancias. Es, a partir de entonces, cuando se subasta el campanu de cada río. La transacción se realizaba habitualmente en conocidos establecimientos, como Casa Grana o el Casino, ambos en Cornellana, donde acudían el pescador y los compradores.
Ahora, la subasta del campanu está regulada. Desde 2005, el Ayuntamiento de Salas organiza frente al monasterio de Cornellana una subasta pública en la que representantes de afamados restaurantes asturianos y de fuera de la región pujan por hacerse con el campanu. El ejemplar del pasado año, de 4,4 kilos, fue adquirido por el As de Picas por 18.000 euros.
La subasta del campanu está incluida en los actos de la feria Asturpesca, que arranca el sábado".
En el corredor de la panerona, emplazada más alta que las demás casas, se ven los carteles que lo anuncian, con una concha jacobea
Ahí está asimismo el gran caserón de Muebles La Rodriga, en la N-634 y al principio de la cuesta de Cabruñana. Atrás, la boscosa ladera de La Peña la Señora
Ya en la N-634 seguimos por el arcén, bastante ancho, en dirección al puente del Narcea, que aún no vemos desde aquí pero que está justo detrás de los árboles del fondo, donde la carretera hace una curva cerrada a la izquierda
Pasamos así la entrada al citado Centro de Información y Precintaje La Rodriga y seguimos todo de frente y sin pérdida
Aquí no obstante, y aunque hay buen arcén, podemos separarnos del borde de la N-634 durante unos metros en esta explanada
El mojón nos garantiza que continuamos por el trayecto correcto y hemos de seguir adelante
Desde este rellano volvemos a acercarnos a la N-634 al pie de este boscaje
Hitos kilométricos en la carretera general, que nos sirven para hacernos una idea de nuestro futuro recorrido, pues son más o menos parecidos a los que nos tocará hacer andando, siguiendo el Camino de Santiago
Aquí la vegetación nos corta el paso, por lo que no tendremos más remedio que pasar a la carretera
Aquí se ha hecho también sendero de tanto pisar los peregrinos, el cual llega a una explanada que nos permitirá continuar alejándonos prudencialmente del tráfico
Dado que es una curva bastante cerrada los vehículos surgen de repente ante nosotros, pero por aquí caminaremos bastante seguros en suave cuesta...
Al subir iremos viendo cómo el valle del Narcea se abre hacia el norte, al pie de La Sierra Sandamías por un lado y los montes de San Esteban y de Quinzanas, como El Castiellu y el Alto la Cogolla (337 m) por el otro
Aunque parece que la explanada tiende a acabarse al llegar a la curva, no nos preocupemos demasiado, seguiremos teniendo paso seguro hasta el puente
Bordeamos todo el denso bosque de ribera y continuamos todo de frente y sin problema
A nuestra izquierda, la gran plantación de Kiwis de La Rodriga, con las demás casas del pueblo extendidas linealmente por el camino que va al antiguo Molín de Paxina, el cual discurre al pie de la carretera, cuya recta vemos al pie del bosque de La Llomba
"Se ubica a 120 msnm, en un promontorio de forma elipsoidal delimitado por las vertientes N, E y S por laderas suaves y aterrazadas, frente a la occidental, definida por un pronunciado escarpe sobre el río Narcea.
García Díaz, según su reconocimiento realizado en 1989, refiere que el lugar también se denomina El Curión, describiendo un recinto de planta elipsoidal de 50 x 10 metros, ligeramente inclinado hacia el W, rodeado por un talud y una serie de tres anillos o plataformas concéntricas por todos sus frentes salvo el occidental. En la plataforma inferior reconoce los restos de un muro de contención de lajas de caliza sin argamasa (García Díaz, 1995).
Para los autores del Inventario Arqueológico se trata de un recinto de planta sub-ovalada de unos 90 x 75 metros con un sistema defensivo conformado por una posible muralla y una secuencia de dos fosos sucesivos y un parapeto intermedio en el S, un foso en el N y diversos aterrazamientos en la vertiente oriental. En la cabecera S del recinto, un gran amontonamiento pétreo de 9 metros de ancho, indicaría los restos de una muralla. A sus pies, se disponen en arco un primer foso de 16 metros de anchura y 5 de profundidad, un parapeto de 10 metros de ancho y un foso externo de 20 metros de ancho y 4 de profundidad. Ambos fosos, en su recorrido hacie el E, se transforman en uno solo. En la vertiente opuesta, la septentrional, a los pies del recinto se documentó otro foso, de 75 metros de longitud, 4 de profundidad y 15 metros de ancho en su sección central y hasta 30 en los extremos. En el flanco oriental se describe por un sistema de hasta 4 niveles de taludes y terrazas con desniveles entre 2 y 4 metros. En la vertiente occidental, sobre el escarpe y anexo al recinto se dispone un aterrazamiento de 8 metros de ancho (Camino Mayor y Rodriguez Otero, 1989). Otros autores has descrito el lugar de forma similiar (Álvarez Martínez et alli, 2006; Fanjul Peraza, 2005 y 2014).
A este lugar se vincula el hallazgo de un lápida romana que sirvió de dintel en una casa de Castiellu (González Fernández, 1951; Diego Santos, 1985)."
Más al este, un edificio blanco en la lejanía es el santuario de Santa Tecla de Eiros, pueblo de la parroquia de San Esteban donde existe el llamativo topónimo La Reina que, conocido el contexto histórico de la zona, no ha de pasarnos desapercibido. Está en la vistosa ladera de La Sierra Sollera (602 m), al norte de Cabruñana, otra de las serranías emblemáticas que separan los valles del Nalón y del Narcea y donde existen lugares tan reveladores como El Llanu las Ayalgas (ayalgas, 'tesoros escondidos') en una necrópolis tumular, así como el castro de El Castiellu'l Pedréu
A Santa Tecla de Eiros, a cuya venerada imagen llaman La Santina, acuden los romeros, muchos andando desde Cornellana o desde Cabruñana para festejar su fiesta. Esta es una crónica de Lorena Valdés para La Nueva España del 24-9-2010 titulada Salas, con fe en Santa Tecla:
"Como cada 23 de septiembre, el santuario de Santa Tecla en Eiros, en Salas, volvió a ser punto de unión de cientos de vecinos del concejo y de otros limítrofes como Grado. Ayer se celebró la misa solemne, seguida de una comida campestre, en la que las tortillas y empanadas volvieron a reinar sobre los manteles. Si bien el tiempo acompañó y la Virgen hizo para que aguantara sin llover, una gotas amenazaron con estropear el inicio de la procesión, la afluencia a la cita mariana menguó respecto a ediciones anteriores.
Los devotos más madrugadores iniciaron a las diez de la mañana en el monasterio de Cornellana la peregrinación hasta el santuario como muestra de la veneración que sienten por esta Virgen, protectora de los animales. «Hace unos cuantos años el santuario estaba este día rodeado de caballos y otros animales, ahora sólo se ven coches», recordó Adolfo Grana quien al igual que la mayoría de asistentes pidió a Santa Tecla salud. «Hacía falta que terminase la crisis, que no hay un duro, pero eso no lo arregla ni la Virgen», concluyó el salense.
Sobre las dos menos cuarto de la tarde comenzó la procesión y la Virgen acompañada por los sacerdotes y seguida por centenares de fieles recorrió los alrededores del templo, un momento que todos los asistentes siguieron en silencio y con absoluto respeto. Después de los rezos, los fieles devolvieron la imagen al interior del santuario."
Y este es un relato en Descubre Asturias del camino a Santa Tecla de Eiros desde Cabruñana, relacionándolo con la Ruta de la Plata/Camín Real de la Mesa, del que tanto hemos hablado en las oportunas entradas del blog correspondientes a los tramos anteriores del Camino Primitivo, y también con las áreas arqueológicas de La Sierra Sollera:
"La Ruta de La Plata, en su primer trazado, iba desde Astorga (aunque partía de Extremadura) hasta Gijón, por el puerto La Mesa. Y llegaba a la costa asturiana por varios ramales, aunque las principales vías de ese camino eran dos: La que iba por el cordal que le da nombre y seguía por Cueiro, Vicenturo, Marabio, Tameza, Trubia y Llanera a Gijón; y el que tras dejar el cordal de La Mesa y Biforcos de Cueiro, seguía a Porcabezas, La Corredoria, Dolia, Las Cruces y Cabruñana (y por Peñaflor a Pravia, o Llanera y Gijón). Esta última, en el alto de Cabruñana, bordeaba un castro romano (Castiello Pedréo) y una necrópolis tumular, ahora trasformados en área arqueológica, donde se cree había restos Prehistóricos (sin explorar totalmente).
Una buena caminata, comenzando en Cabruñana y finalizando cerca de Cornellana, se puede hacer por esa zona, pasando además por el Santuario de Santa Tecla, en los límites de los concejos de Salas, Grado, Candamo y Pravia. La misma discurrirá por los montes y aldeas de Sollera, La Cueña, Castiello Pedréo, Eiros, Bulse y Rebollada. Será un fácil paseo de unas tres horas, entre dos vías históricas, dado que en Cabruñana (y Santuario del Fresno) la calzada de La Mesa entroncaba con otra vía interior, luego trasformada en Camino de Santiago.
Santa Tecla ("La Santina", para los lugareños) dicen que es muy "milagrera"; y está en una encrucijada de caminos y concejos (aunque se asienta en el de Salas). Para llegar a ella, desde Cabruñana, hay que ir desde la citada área arqueológica por "caleyas" en regular estado, hacia el Oeste. Después de la marcha a pie se podría visitar al Monasterio de San Salvador de Cornellana, situado en el Camino de Santiago (N-634); o San Román de Candamo (AS-236) con su famosa cueva de "La Peña" (y degustar las fresas y otros productos de la tierra en "El Llar de Viri") o ir al otro extremo del concejo de Salas, cerca ya de las tierras pravianas a probar el pastel de ortigas de "Al son del Indiano", en Malleza (AS-225), o al "Palacio Conde de Toreno, de la misma localidad monumental. Los montes que se visitarán en este caso están en los límites de las cuencas del Nalón y el Narcea.
Conviene aclarar que, del Castiello Pedréo, no queda casi nada, pues los necesarios estudios y excavaciones aún no se realizaron en profundidad. Y las necrópolis tumulares de La Cueña y Llano Las Ayalgas muestran actualmente algunos montículos, bajo los cuales se enterraba a los difuntos en la Prehistoria, dentro de dólmenes, tapándose luego con tierra (quedando así esas elevaciones del terreno). De la antigua iglesia parroquial de Santa María Magdalena de Cabruñana se conserva alguna pintura en el cementerio de la localidad. Está cerca el Santuario del Fresno, así como el de Santa Tecla. En esa zona abundan los bosques mixtos, campos de labor, pastizales y pomaradas. En lo alto está la Sierra de Sollera.
Un poco más cerca y sobre La Rodriga la boscosa Pena'l Pareíso. En cuanto a esta gran plantación, es la de Kiwis La Rodriga, de la que también Octavio Villa realiza un buen reportaje para Pegados a la tierra de El Comercio, en el que empieza hablando de su impulsor, Rafael Olivo, que "se ha pasado la vida entre kiwis. Desde hace cinco años tiene en marcha la plantación más vistosa de la vega de Cornellana, La Rodriga. 15 hectáreas a las que les falta muy poco para estar a pleno rendimiento. Para él, es el inicio de algo mayor"; y continúa...
"Rafael Olivo lo tiene claro: «Convencer a 80 propietarios de terrenos no es fácil. Y una concentración parcelaria, tampoco». Pero también es más que consciente de que «plantar algo de maíz y cuatro fabas» en las vegas asturianas «no es el futuro». Lo cuenta en la plantación de Kiwis La Rodriga, junto a Cornellana. Son quince hectáreas de tres variedades de kiwi (diez de Soreli, el conocido como kiwi amarillo; cuatro de kiwi verde, el tradicional o hayward, y una hectárea de una variedad pequeña que apenas se ve en España, el nergi. Probablemente pronto tendrá también una variedad aquí desconocida, el kiwi rojo) con vocación de crecer y con un criterio muy profesionalizado.
Empleo crea, sí. No mucho, de momento. «El equivalente a cinco trabajadores todo el año», aunque las cuentas salen de prorratear la mayor cantidad de manos durante los periodos de cosecha con los menos exigentes de mantenimiento de la plantación. Pero lo que está claro es que la vega de Cornellana es mucho más productiva con el criterio empresarial de Olivo, que trabaja de la mano de una multinacional francesa, Primland, que «apoya la iniciativa del agricultor de una forma que se puede considerar un matrimonio. Es trabajo para veinte o treinta años, con un intenso apoyo al principio, porque las plantaciones tardan tres años en estar en empezar a dar fruto, y seis o siete en estar en la máxima producción». Las plantas, luego, tienen una vida útil de unos 40 o 50 años de media, aunque «las he visto en plena producción en Nueva Zelanda con 80 o 90 años», cuenta Olivo.
Las vegas asturianas, sobre todo en los valles cercanos a la costa, están llamadas a este y otros cultivos similares. El kiwi, en particular, es un cultivo que agradece mucho el clima asturiano, nuestra temperatura, nuestra humedad y la calidad de las tierras de vega fluvial. La Consejería de Desarrollo Rural, de hecho, está tratando de recuperar para la producción agrícola esos terrenos. No es mucho, pero todavía en su gran mayoría las vegas del Principado siguen improductivas, bien por desuso, bien por problemáticas sobre la definición de la propiedad, bien por su atomización. Por eso iniciativas de concentración parcelaria o de cooperativismo se antojan imprescindibles.
Porque mercado existe. Primland, en el caso del kiwi, asegura la compra a precios competitivos para el productor. Así lo explica Rafael Olivo, que le pone números: «En 2019, en España se consumieron 120.000 toneladas de kiwi, y venimos a producir de 15 a 20.000 toneladas, así que aún nos falta por cubrir 100.000 toneladas. Hasta ahora, estamos comprando unas 50.000 a los países del hemisferio sur (por temporada) y el resto a Griegos, italianos, franceses y portugueses». Hoy, en Asturias hay algo más de 200 hectáreas plantadas y «no es exagerado llegar a 500».
Por ello, Olivo apuesta por «valorar más lo nacional, siempre que sea competitivo frente a lo importado». No se trata de que el kiwi asturiano (una de esas extrañas leyendas urbanas en positivo) sea mejor que el de fuera. Las variedades son las que son. Pero sí que va a haber sufrido menos en el transporte y, sobre todo, que habrá ayudado a generar empleo en Asturias, que el valor añadido por el consumo se quedará aquí. Que las vegas asturianas volverán a ser el centro de una producción agrícola potente. Con kiwi, fabes, aguacate (que también tiene grandes posibilidades aquí) u otros cultivos viables. Pero «sin hacer falsas economías, sin gastar poco para que todo se desmorone. Hay que atreverse e invertir»."
Kiwis La Rodriga recoge su primera cosecha, de gran calidad, así recogía la noticia, el 7-12-2020 de aquella gran cosechona la Sociedad Regional de Promoción del Principado de Asturias (SRP), explicando las características de esta iniciativa:
"En 2017 la multinacional francesa Primland apostó por el establecimiento de plantaciones de kiwi en Asturias. El lugar escogido fue la vega de La Rodriga, en Cornellana, al lado del río Narcea, donde el clima es templado y suave, con terrenos arenosos y ricos en materia orgánica.
En este entorno natural, excepcional para el cultivo del kiwi, crecen las plantas de tres variedades de kiwi- Oscar Gold, Oscar Green y Nergi – en la moderna plantación de 15 Ha de Kiwis La Rodriga. La plantación está certificada en GLOBALGAP, la norma mundial para las buenas prácticas agrícolas, lo que garantiza su compromiso con el medio ambiente y el consumidor.
La cosecha de 2020, recién recogida y de una calidad excelente, ha sido la primera con entidad suficiente para su comercialización desde su puesta en marcha en 2017, con un total de 125 Tm de dos de las variedades, amarilla y verde. Rafael Olivo, su gerente, confía en que en 2021 duplique dicha cantidad y en alcanzar la plena producción en 2022.
El proyecto de Primland en Asturias no se limita a Kiwis La Rodriga, pues también colabora y asesora a otros kiwicultores que se quieren implantar en la región y pertenecer al club de Primland. De este modo, pueden acceder a las últimas técnicas productivas y garantizar la venta del kiwi a través de la red comercial de la multinacional, que abarca 35 países. Actualmente hay dos empresas asociadas, una con 1,5 Ha y otra de 7 Ha de nueva plantación con proyecto hasta 15 Ha, de variedades verde y amarilla. Primland pondrá próximamente a disposición de sus kiwicultores una nueva variedad roja.
Cuatro trabajadores se ocupan del cuidado de la plantación de Kiwis La Rodriga durante todo el año, todos ellos vecinos de la zona, lo que contribuye al desarrollo sostenible de la comarca. Además, en los momentos de recolección y poda el volumen de horas trabajadas aumenta considerablemente, y se estima que cuando llegue a su máxima producción pueda dar trabajo al equivalente a 7 UTA al año.
Kiwis La Rodriga pertenece a la Asociación de Kiwicultores de Asturias (AKA), entidad que aglutina el 60% de la producción de kiwi de la región y representa a una docena de agricultores, principalmente, con grandes extensiones de terreno plantado.
Sociedad Regional de Promoción apoyó a Kiwis La Rodriga, S.A. en 2017 para la puesta en marcha de este proyecto, con un préstamo participativo de 300.000 euros."
Unos años antes, en La Voz del Trubia del 20-6-2018, en El kiwi sube el curso del Narcea se daba noticia de los comienzos de aquel proyecto, río arriba, que ha fructificado plenamente en esta vega que había estado destinada a acoger un polígono industrial:
La producción y cultivo de frutos en la comarca del Bajo Narcea sigue creciendo. Esta mañana, en la plantación de kiwis La Rodriga, ubicada en Cornellana, han comenzado las I Jornadas divulgativas del cultivo del kiwi en los valles del Nalón y Narcea, contando con la asistencia de representantes de la empresa y de las administraciones publicas, como el alcalde de Salas, Sergio Hidalgo, o Vidal Francisco Álvarez representando a la Consejería de Desarrollo Rural, además de François Lafitte y Jean Baptiste Pinel, del Grupo Primland, el gerente de Grupo Leader-Entre Cabos, Eloy Rodríguez Arrizabalaga y Pilar Martinez, directora de Caja Rural en Salas.
La jornada comenzó recorriendo la plantación y sus equipamientos, inaugurados el pasado octubre, que suma un total de 15 hectáreas y extiende Narcea arriba un cultivo que, desde hace más de 30 años, es referencia en Asturias a partir los primeros kiwis cosechados en Soto del Barco y Pravia. Posteriormente, la comitiva se desplazó hasta Láneo (Salas), para visitar una de las primeras plantaciones asociadas a La Rodriga, propiedad de José María Ibarbia, abriendo la modalidad de pequeña producción bajo el asesoramiento de la empresa veterana. Para Rafael Olivo, gerente de Kiwis La Rodriga, esta medida de expansión supone “potenciar la producción de esta fruta y extender nuestra ayuda y nuestro conocimiento sobre el cultivo a los propietarios de las vegas del Narcea”. Olivo asegura que “en esta zona abundan espacios aptos para cultivar kiwi, y asociándonos con pequeños propietarios podemos contribuir entre todos a generar más riqueza para la comarca”. Podría pensarse en un plan de extender el kiwi río arriba. “Se trata efectivamente de eso”, afirma Olivo. “Son inversiones a largo plazo, no de una o dos temporadas, porque este fruto se da bien en zonas húmedas y soleadas de entre 50 y 200 metros de altitud, y la climatología de la zona es idónea para ello”. Y aunque las riadas y granizadas de principios de año fueron serias y “se llevaron muchas plantas en floración”, en contrapartida “la mezcla de calor y agua que hemos tenido las últimas semanas es beneficiosa para los cultivos”, afirma".
Y con estas historias del 'oro verde de Asturias' que es el kiwi, las encantadas y encantadoras xanas de La Rodriga y de Pelsina, 'la reina de Las Dorigas' y de Cristina la infanta fundadora de monasterios a la que una osa amamantó en los montes de Cornellana, junto con La Ponte Vieya en la que se decidió el destino de Asturias, entre otras cosas, nos disponemos a cruzar el puente de Cornellana sobre el Narcea, del que ya vemos sus llamativas barandillas de color intensamente azul, disponiéndonos a entrar en esta población en la que el río Nonaya da sus aguas al Narcea...



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