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domingo, 4 de mayo de 2014

EL CASTILLO DE SAN MARTÍN DE SOTO Y SU BARQUERÍA: LOS "MINEROS DEL AGUA", LA ANGULA Y "MARICUERNO" EN LA DESEMBOCADURA DEL NALÓN (ASTURIAS)

El Castillo de San Martín de Soto (La Torre)  y la Barquería del Castillo, antiguo paso del Nalón

Las rías constituían verdaderos desafíos para los viajeros y peregrinos de antaño, no existían los actuales puentes y su paso se efectuaba en barcas y chalanas, las cuales, aparte de su normalmente caro pasaje, no ofrecían garantías plenas en estas fuertes corrientes. Este era el caso de la Ría del Nalón, en cuya Barquería del Castillo, al pie de la torre que queda del antiguo Castillo de San Martín de Soto, se embarcaban los romeros que, procedentes de Avilés por el actual Camín Real de la Costa, llegaban aquí, bajando por el monte de  La Granda, para pasar a la otra orilla, en Muros, donde había otro embarcadero: El Forno


En el camino a la barquería y al pie de la fortaleza se extiende el pueblo de El Castillo, formando una calle. El Camino Norte sigue pasando por aquí, pero no ya señalizado hacia la barquería, sino hacia el cercano Puente la Portilla, un poco más al sur, cuya primera estructura data del año 1883


Llegamos a dar vista a El Castillo bajando desde El Monte la Granda, donde hemos dejado el concejo de Castrillón para entrar en el de Soto del Barco o Sotu'l Barcu


A partir de aquí, donde hay un poco de explanada, empieza el asfalto frente a la primera casa, la Casa Ramón Camino


Desde aquí, además de las casas, vemos otro par de detalles importantes


Un crucero en el jardín y más allá la capilla particular


También hay un hórreo


Visto el lugar, continuamos ruta, cuesta abajo...


En la tapia exterior de la casa, una concha nos confirma que vamos en buena dirección


Desde aquí tenemos una soberbia vista de El Castillo con la torre del castillo que le dio nombre, llamado Castillo de San Martín pues esa era la advocación de la capilla existente en su solar. De ella escribió el historiador Antonio Juan de Bances, escribe en sus Noticias Históricas del Concejo de Pravia, escritas en 1.805 (Sotu'l Barcu perteneció a Pravia hasta el 29 de diciembre de 1836):
"La capilla de San Martín, Obispo de Turón, que sería la Iglesia del Castillo, está como va dicho, en el zagúan o casa-puerta que a cielo descubierto unía la torre del homenaje con las habitaciones interiores. Ella es bastante reducida; y tiene su capilla mayor de. medio cañón. En el arco toral, al lado del Evangelio, hay unas letras que dicen Xartin y en la pilastra del frente, en un agujero redondo meten la cabeza los calenturientos para sanar"

El propio promontorio de El Castillo en sí mismo es ya una defensa natural. Abajo pasa el río Caseras o de La Canal, que vendría a hacer las veces de foso. Paralelo a él pasa en nuestros días La Carretera L'Arena (SB-3). Al otro lado está la Ría del Nalón


A lo lejos los montes de Pravia: Monte Agudu (337 m), El Picu Santa Catalina (462 m)  y más allá La Peñona (491 m), al otro lado de la ría y verdaderos miradores naturales sobre el estuario


La torre, o la parte que queda de la torre del homenaje, del desaparecido Castillo de San Martín de Soto, se halla en lo alto de la parte más elevada de este promontorio, en medio de una gran finca arbolada y cerrada por muralla o cerca, en la que hay una casona indiana, de grandes y luminosas galerías


Al pie de la muralla el río La Canal desemboca en la ría, que empezamos a ver parcialmente desde aquí, en una zona de marisma, protegida, al ser paso de aves migratorias


Aquí vemos cómo el río es perfectamente aprovechado como foso en la que sería la primera línea de defensa del castillo


El baluarte fue erigido, como otros de la costa, por el rey Alfonso III El Magno para defensa de la ría ante los ataques continuos de los normandos. Para ello se valió de una fortificación romana levantada a su vez sobre un castro astur, la cual es posible que estuviese cumpliendo su función también en los tiempos en los que Pravia fue capital de Asturias con Silo y Adosinda. Fortunato Selgas, historiador y arqueólogo, escribió de ello en su obra De Avilés a Cudillero:
"Celoso tanto aquel emperador, como sus sucesores de conservar en su poder esta fortaleza, encomendaban su custodia a caballeros vecinos generalmente del Concejo de Pravia, y a quienes-para llevar con decoro el cargo de comenderos reales-se daba en usufructo el inmediato coto de Ranón"

Por su parte, Juan Antonio de Bances, dentro de los conocimientos de su época, escribía así estos sus pareceres:
"La fecha del Castillo de San Nartín no me atreveré a fijarla, ni aun sobre poco más o menos, pues no hallamos noticia de él, como tal, aun en los siglos inmediatos al X. No creo que sea obra de romanos, y menos de los moros, como piensa el vulgo; porque éstos no es tuvieron en Pravia tan despacio ni sus obras son por este estilo. Mejor opinaría, que esta fortaleza se hizo para defender la entrada de Ia barra, quando la Corte estaba en Pravia; pero tenemos el inconveniente de que no se conserva castillo o palacio, ni apenas otra obra de aquel tiempo de semejante duración y circunstancias. Entonces será preciso fijar la época de su fábrica, cuando las murallas de Pravia, las de Avilés, Grado y las demás polas o pueblos de Asturias, de que va dicho: bastante, y que a la verdad tiene mucha relación con ellas"

Otro investigador, Félix González-Fierro y Ordóñez, autor del monográfico El Castillo de San Martín. Soto del Barco (Asturias), aporta lo siguiente:
"... discrepamos de algunas de las consecuencias que saca el señor Bances. Bien se ve que la fábrica que existía a principios del siglo pasado, y que es la misma que sigue ahora en pié, ni es de la época romana, ni siquiera de cuando las incursiones de los normandos. A juicio de algunos técnicos no parece que puede atribuírsele mayor antigüedad que la del siglo XIII o a lo sumo del XII. Pero bien pudo levantarse sobre las ruinas de las anteriores edificaciones, y, éstas, existir, dándole nombre a la finca, por lo :menos desde los tiempos de la dominación romana; y así lo creemos, sinceramente"

"Sobre la antigüedad que pueda atribuirse a esta fortaleza nada decisivo se deduce de cuanto ha escrito en la Historia general de Asturias, ni tampoco en las monografías de diferentes localidades, cuando, aunque Sea solo de pasada, hablan del Castillo, y es que todos al tratar de ello parten del supuesto erróneo de considerar solamente los restos de edificaciones que hoy quedan, no fijándose en que muy bien pudieran haberse levantado sobre los cimientos de otras anteriores. Y así unos creen que pueden ser de la época de los normandos, y, otros, no- las señalan fecha más antigua del siglo XII o XIII, y eso que conocían documentos escritos que mencionan el Castillo en el año 1.045. 

Nosotros, en cambio, creemos que aquí debió de existir fortaleza desde los tiempos más remotos, porque la situación dominante sobre la entrada de la ría, pedía esta defensa guerrera ante cualquier incursión que pudiera intentarse desde el mar. Ahora bien, las primeras noticias que hemos podido recoger son referentes a la época romana. 

Entre los papeles manuscritos que aún se conservan, inéditos, en la Academia de la Historia, reunidos, a principios del siglo pasado, por el sabio asturiano y director, entonces, de dicho centro, don Francisco Martínez Marina, hay uno en el que se afirma que en el recinto de esta posesión se hallaron monedas romanas de la época de Augusto. 

Y se da la circunstancia de que esto mismo se viene diciendo hasta ahora, por las personas doctas de aquellos alrededores, entre las que se conservaban algunas piezas de ese mismo tiempo y sus poseedores aseguraban que provenían del Castillo. Recientemente, y con motivo de los últimos sucesos, han desaparecido dichas monedas"

En esta antigüedad el emplazamiento se insiste por ejemplo en el Atlas de Asturias:

"La edad del hierro y el ámbito cultural de lo castreño cuentan con una problemática representación  en Soto del Barco. Sólo un emplazamiento -es posible que aparezcan más- se ha localizado en los términos concejiles, en virtud de las hipótesis que señalaban la muy probable existencia de una estructura castreña que dominase la desembocadura del Nalón en el lugar que más tarde ocuparía el castillo medieval de San Martín, Como prueba se cita el hallazgo de monedas romanas en el yacimiento, lo que implicaban una cronología para el emplazamiento que, al menos, alcanzaría la época de la romanización"

El arqueólogo Elías Carrocera realizó algunas excavaciones, de su ocupación prerromana leemos en la página Castros de Asturias:

"Fue excavado en casi toda su extensión entre 1992 y 1994 por Elías Carrocera Fernández y ofreció una secuencias de ocupación muy extensa. Sus horizontes más antiguos remiten a comienzos de la Edad del Hierro (VII-VI a.C.). 
Se identificaron varios fondos de cabañas prerromanas y una muralla de módulos que siguió vigente, con algunas reformas en época altoimperial, periodo durante el cual El Castillo mantiene su condición de lugar fortificado"


Se trataría por lo tanto más de una reedificación, o sucesivas reedificaciones, de una fortaleza que existió a lo largo de muchos siglos, la cual estaría también con el camino costero y su paso y defensa, vinculada sin duda en esta función con el Castillo de Gauzón, del que hablábamos en las etapas correspondientes a La Plata, Piedras Blancas, o el ramal de Raíces y Salinas. Antonio Juan de Bances escribió de él
"El plano de la obra del Castillo, es quasi redondo, menos lo que avanza al Oriente por la gran torre del homenaje. Es de bastante extensión y se compone, según se puede entender, de dicha torre, cuerpo de habitación, alcázar o palacio, plaza de armas al mediodía, y otra como de retén, por si se llegaba a tomar por la fuerza la principal, pues así se conoce por las troneras que caen a aquel lado"

Siglos después de aquella fundación o refundación de Alfonso III, el castillo, además de su defensa de la ría, verdadero paso marítimo al interior del país, guardaba este paso caminero y ejercía su poder señorial y feudal sobre el territorio, por ello fue tomado por Gonzalo Peláez "El Conde Rebelde" en sus guerras contra Alfonso VII El Emperador, volviendo a perderlo ante las huestes de Suero Vistrario


Tras ello, diversos señores, leales por lo general a la Corona se hacen con su control, como Pelayo de Albarida, que lo cede en 1.275 al monasterio de Cornellana, junto con la parte que había heredado en L'Arena, Ranón y Panizales Arena. En 1282 aparece en manos de Gonzalo Arias Valdés, si bien la cesión a los monjes es confirmada por otras de Pedro I, en 1360, y de Juan I, en 1380


Luego, a finales de ese siglo XIV, fue plaza fuerte de las revueltas de Alfonso Enríquez contra la dinastía Trastámara. Describe González Fierro y Ordóñez:
"Cuando el Conde de Gijón, don Alfonso, hijo natural de Enrique 11 se apoderó de casi todo el Principado, entre los Castillos de ,que se hizo dueño aparece el de San Martín, que dio en tenencia a un hijo natural suyo llamado Fernando. Este se defendió con energía de los ataques vigorosos que contra la fortaleza realizaron las tropas reales, viéndose obligado a la rendición, por falta de recursos, y, a tener que acogerse a la clemencia del monarca, quien le otorgó su perdón"

En 1447 el príncipe don Enrique entrega la fortaleza a Pedro Suárez de Quiñones, poderosa familia a quien el Conde de Valencia de Don Juan, Juan de Acuña, le disputará en 1462 esta posesión, al recibirla en pago por sus servicios el rey Enrique IV, mientras su dueño y heredero Diego Fernández de Quiñones era partidario del rival del rey, el príncipe Alfonso. Diego recuperará el dominio del castillo para su linaje en 1466. Seguimos leyendo en la obra de González-Fierro y Ordóñez
"Hubo sangrientos disturbios en Asturias cuando la poderosa familia de los Quiñones se apoderó del gobierno de esta región, aprovechándose de que el Rey don Juan 11 tenía que atender a las ,continuas revueltas que asolaron a Castilla durante dicho reinado. Los asturianos no aceptaron la hegemonía que quería ejercer esa familia y reunidos en Junta, celebrada en Avilés el año 1.444, acordaron resistir, consiguiendo triunfar y devolver el poder al Rey, su verdadero señor 
En estos sucesos parece ser que el Castillo permaneció fiel al monarca y si bien los Quiñones hicieron grandes esfuerzos para tomarlo, poniéndole apretado cerco, viéronse obligados a levantarle gracias a la brillante defensa llevada a cabo por los alcaides de dicha fortaleza, don Gonzalo Cuervo de Arango y don Juan Sánchez de Calienes, nobles caballeros de Pravia. Estos mismos se ñores se sabe que .concurrieron, como tales alcaides, a la Junta de Avilés antes mencionada"

No mucho después los Reyes Católicos intentarán hacerse con el control para la corona de todas las fortalezas de sus reinos, delegando esta operación en sus representantes o corregidores, como es el caso aquí de Luis Mejía primero y después de Alonso de Valderrábano. Así en 1490 el Conde de Luna, de la saga de los Quiñones, se ve obligado a entregar la plaza junto con otras fortificaciones. Fortunato Selgas lo explica así.
"Con este glorioso hecho termina la historia del Castillo de San Nurtín, como la de todos los de Asturias, pues no transcurrido mucho tiempo de estas alteraciones, subieron al trono los Reyes Católicos que destruyeron para siempre los gérmenes de futuras rebeliones acabando coii aquella orgullosa aristocracia única causante de las guerras civiles que con tanta frecuencia ardían en la monarquía castellana. Por otra parte el renacimiento, con los cambios introducidos en el arte militar, hizo. perder su importancia a estos castillos que abandonados se convirtieron bien pronto en un montón de ruinas"

No es del todo cierto, si bien los nuevos castellanos lo tendrían cada vez más como prestigiosa residencia aristocrática que como defensa efectiva. Por ejemplo en 1495 el delegado real Hernando de la Vega lleva la tenencia del Castillo de San Martín y no volverá a haber luchas entre la nobleza por su pertenencia, que en 1543 será comprada por Gutierre González de Cienfuegos a los monjes de Cornellana. De este periodo de ocupa González-Fierro de esta manera
"Y así vemos que en 23 de Diciembre de 1.495 era su alcaide don Fernando de Vega, con 30.000 maravedises de salario, y que siendo también corregidor de Oviedo en 1.496, se le autorizó, por real cédula del Príncipe de Asturias, don Juan, hijo de los Reyes. Católicos, para que sacase 120.000 maravedises con destino a la reparación del castillo de Oviedo, y el de San Martín de Pravia. Así consta en el libro de Pragmáticas del Ayuntamiento de Oviedo. A don Fernando sucedió en el cargo su hijo don Juan de Vega, Comendador Mayor de Castilla, que lo era en 27 de Marzo de 1.526. También nos consta que lo ejercieron: en 1.521, don Alonso. González Casielles; en 1.564, don Juan Bernaldn de Quirós (2); y, en 1.565, don Sancho Fernández de la Bimeia, Sargento Mayor"

En el año 1.592 residía en la casa del Castillo de Soto el alcaide Cristóbal de Quirós, quien realiza de él esta descripción, llamándolo San Martín de Pravia pues a Pravia Pertenecía;
"Su fortaleza era antiquísima y tenía dentro iglesia, con ornamentos donde se decía misa; un pozo con agua abundante, grandes murallas y puerta, una torre grande de cuatro, suelos y otra más pequeña algo caída. Casa habitación donde residía el alcaide, capitán Cristóbal de Quirós. Estaba edificada sobre peña viva y cercábala un brazo de mar por todas partes menos por una que con facilidad se podía aislar. Era plaza muy fuerte y amparo de los navíos que entraban por aquella barra, porque surgían junto a ella
Sien embargo por la misma época los regidores de Pravia manifestaban que el castillo estaba cayéndose y que la casa del propio alcaide se hacía pedazos


De forma efectiva los reyes serán sus dueños últimos, al estar el baluarte dentro de su plena jurisdicción,  y de esta manera Felipe II otorgará a perpetuidad a finales del siglo XVI el título de "Castellano de San Martín" a Sancho de Miranda. Por entonces, con la completa extensión del uso de la pólvora la propia función original del castillo queda obsoleta, cambiándose esta por el emplazamiento de sendas baterías de costa a ambos lados de la desembocadura del Nalón. Seguimos leyendo de González-Fierro
"Al quedar vacante la alcaidía del Castillo, por muerte de Cristóbal de Quirós, ya mencionado, la solicitó don Diego Fernández de Miranda, hombre rico y poderoso (según se dice en documentos de aquella época); dueño, entre otras muchas propiedades de los cotos de Muros.y San Esteban, y del de Ranón y La Arena, con los que lindaba el Castillo. Y consiguió tal merced del Rey Felipe III en 11 de Mayo de 1.617, quien la concedió con el salario y derechos que hasta entonces habían llevado sus antecesores. Deseando, sin duda, que tal prebenda quedase vinculada a su casa, logró en 30 de Mayo de 1.630 cédula de Felipe IV por la que se le concedía dicha tenencia «por otra vida más, cesándole todo lo corrido y que corriere adelante del salario ni otro aprovechamiento alguno"
Por último, en 4 de Septiembre de 1.633, el mismo Felipe IV nombra alcaide perpetuo al hijo de don Diego, don Sancho Fernández de Miranda, quien poco después había de recibir también el título de Vizconde de Villanueva del Infantazgo como premio a su gran arrojo y merecimientos alcanzados, principalmente, en la lucha contra los franceses cuando éstos pusieron cerco a Fuenterrabía dirigidos por el Príncipe de Condé. D. Sancho se cubrió de gloria al frente de cien hidalgos asturianos .que armó, y sostuvo a su costa, durante esta campaña. El título de Marqués de Valdecárzana, que según Selgas fue concedido por estos hechos en 1.638 y según otros autores de genealogías, y entre ellos Berni Catalá, no fue otorgado sino en 1.672, he podido comprobar que lo obtuvo el año de 1.642 «en consideración de sus servicios y de los de sus Passados"

Con las reformas liberales, ya en 1811 fueron quitándose sus privilegios señoriales a la casa de Valdecarzana, en concreto el derecho que ejercían a cobrar el pasaje de la barquería, así como otros, por lo que los señores del lugar fueron abandonándolo, limitándose a cobrar las rentas y foros que aún tenían aquí, pues los descendientes de los primeros arrendatarios descuidaron también sus fincas, que a finales del siglo XIX eran prados y maizales. Mientras, el castillo, en una época en la que aún no se percibía de todo el concepto de monumento histórico ni se valoraba, era, como solía suceder en estos casos, cantera pública, lo que conllevó a su práctica desaparición, salvo parte de esta torre: una pared entera y parte de otras dos


Es entonces cuando se empieza a configurar la actual quinta tal y como la conocemos, fue cuando Ricardo García Trelles y Martínez Arcos, cuya madre era de El Castillo, restaura la vieja casa familiar y compra algunos terrenos


A su muerte de Ricardo García Trelles, su viuda, Paz Blanco Infanzón compra a Matilde Alvarez y Martinez Arcos, viuda de Cueto, la mayor parte de lo que rodeaba a las ruinas del castillo, reuniéndose todo lo que se había aforado en 1823, dividiéndolo en varias propiedades. Paz Blanco acometerá importantes y costosas obras, como su muro exterior, almenado en gran parte, el agua corriente, trazado de caminos, plantación de árboles. Para ello se tiraron las casas antiguas a excepción de la solariega de su marido y antepasados, dice González-Fierro
"Esta, si bien de poca apariencia, y desde luego no guardando relación con la suntuosidad de su emplazamiento, está provista de muchas comodidades, teniendo amplias habitaciones, extensa galería, (para aislarla de las humedades que tanto abundan en el país), oratorio, calefacción, agua, etc.; en fin, cuánto requieren las modernas exigencias de vida. Heredero de la finca y de las aficiones de su madre fue don Ricardo Carcía Trelles y Blanco, quien siguió cuidándola y mejorándola también hasta el año 1.918"

Ahora el lugar es una extensa finca con jardines y arbolado, La Torre, mas una casa con galería al pie del viejo torrexón, y otras dependencias, propiedad de la familia Fierro, pues en 1918 el empresario y benefactor del concejo, Ildefonso Fierro, compró la finca y la mejoró sustancialmente. Su hermano, González Fierro, explica lo que hizo:
"Fue constante preocupación de los últimos dueños liberar, la posesión, del foro que sobre ella pesaba, en el que además del canon a pagar, se señalaba como carga más onerosa, la de que los foristas no podrían poner el menor obstáculo o embarazo ya sea para construir o arrasar, introducir o extraer materiales y efectos (del Castillo, capilla de San Martín, plazuela de armas, almenado, etc.), usando para ello en todo tiempo y estación del paso O camino que de a pie o con carruajes se necesite por donde más cómodamente se puede acero guste S. E. y quien la represente.> Pero nunca lo consiguieron. 

Más afortunado mi hermano logró, por fin, según queda dicho, liberarla de todas sus cargas y, a la vez, hacerse dueño, también, de las ruinas históricas en ella enclavadas, con lo cual consiguió que se incrementase, en mucho, el valor de tan hermosa propiedad

Con ello pudo pensarse, .ya, en la restauración de aquellas ruinas, y encomendado el estudio al notable arquitecto don Enrique Rodríguez Bustelo de él son los planos a los que se ajustarán cuantas obras se proyecten en ese sentido

 Han sido ya ejecutadas algunas, sobresaliendo, entre ellas, las .que se efectuaron en la puerta Norte de las murallas, sobre la cual se ha conseguido una terraza espléndida desde la que contemplando, de frente, la entrada del Puerto de San Esteban de Pravia, permite, también, admirar todo el panorama delicioso que existe en aquellos alrededores. Esto, según ya dijimos al principio, da tal encanto a esta posesión, ya de por sí tan hermosa, que sin disputa alguna puede considerársela como una de las más bonitas de Asturias y tal vez de toda España"

Era Ildefonso natural de Lugueros, en León, pero fue a estudiar Comercio a Avilés a los 14 años, empezando pronto a trabajar en empresas familiares, pues su padre, antiguo arriero, había emprendido otras empresas al margen del tradicional oficio de la arriería. Su actividad abarcaría toda esta comarca del Bajo Nalón, casándose en 1910 con la sotobarquense Inés Viña Campa, quien moriría prematuramente a los pocos meses, casándose más tarde con su hermana Florentina. Además de la compra y restauración del antiguo castillo costeó la nueva iglesia y fundó la Biblioteca Municipal.


Más a la derecha de La Torre, seguimos viendo un pequeño tramo de la ría y, abajo, junto a la carretera, una senda peatonal comunica con el famoso puerto de pescadores de L'Arena, en la boca misma del estuario. A la derecha de la foto vemos Casa Elena'l Campón. Debajo de nosotros estuvo la carpintería de Claudio, donde trabajaban también Pepe y Octavio


Marismas entre El Cuernu y El Picu, al norte de El Castillo. Y al otro lado de la ría los altos de El Reguerón, Reboriu y El Monte, entre Muros y San Esteban


Si bajamos un poco más, las nozales o nogales van tapándonos la vista de El Castillo


Sin embargo, sólo con desplazarnos unos pocos metros, veremos desde aquí otra de las poblaciones de la ría


Un poco más al norte y semioculto, está San Esteban, oficialmente denominado aún San Esteban de Pravia pese a que hace siglo y medio al menos que no pertenece, como Muros y otros concejos de la zona del Bajo Nalón, al antaño extensísimo concejo de Pravia. Hace un tiempo hubo una iniciativa para recuperar su histórico nombre de San Esteban de Bocamar, topónimo relacionado con su cercanía inmediata a la desembocadura del Nalón, pero popularmente es llamado simplemente San Esteban. Fue importante puerto comercial y carbonero


Aquí hubo puerto comercial, del que se sabe se hacían ya en 1207, por referencias documentales, transacciones comerciales de cierta entidad. Luego, en tiempos de Jovellanos, ya se proyectaba hacer aquí un puerto carbonero de envergadura, el cual no se llevó a cabo, tras diversos fiascos con el transporte del mineral en barcazas desde la cuenca minera del Nalón hasta aquí,  hasta que el proyecto se retomase en 1868 con el proyecto del ingeniero de caminos Pedro Pérez de la Sala. Luego, en 1900, el Ministerio de Fomento autorizó el proyecto de construcción del nuevo puerto de San Esteban, volando la peña de El Llamparón y construyendo un largo muro-dique desde El Espigón a San Esteban, ya que un año después, en 1901 y por Real Orden, se otorga por fin la concesión del Ferrocarril Vasco-Asturiano tras varias tentativas y proyectos, inaugurado el 2 de agosto de 1904 y que permitirá traer aquí el carbón de la cuenca minera, especialmente de la del Caudal, embarcando ya en 1907 casi 77.000 toneladas


No será hasta la década de 1950 cuando San Esteban pierda, en favor de Avilés y El Musel, favorecidos por el tráfico de la industria pesada siderúrgica (Ensidesa y Uninsa), su interés como puerto comercial, que también tenía otros tráficos, pues se embarcaba madera para Cataluña, arena para la Cristealera de Sevilla, caolín para la Fábrica de Loza de Valencia, y se descargaba hierro para la Fábrica de Mieres, de la que se exportaban a la vez sus productos, así como de la Fábrica de Armas de Trubia, junto con madera con destino a Ferrol, para su arsenal, pero los problemas de dragado de la ría fueron determinantes, entre otras cuestiones, frente a los muelles avilesinos y gijoneses y en 1982, con el gobierno de Adolfo Suárez, se anunciaba el cierre del puerto comercial


Estas riberas están ahora protegidas por su relevancia ambiental y faunística, paisaje de junqueras y vegetación de estuario fluvial


A los lados del muy rebacheado camino, sendas murias de piedra, con sus portillas, cierran fincas y terrenos


Nos acercamos ahora a las antigua escuela, construida a expensas de su benefactor, Ramón Suárez Inclán, gracias al que fue inaugurada en el año 1860



La concentración escolar, aplicada a partir de los años 70, hizo desaparecer la inmensa mayoría de las escuelas rurales, tal que esta, donde coincidían todos los cursos y los mayores ayudaban a los más pequeños a aprender a leer y las reglas básicas, todo bajo la tutela de los maestros, por supuesto, recordándose con especial cariño a Doña Conchita, la última que hubo antes de la concentración escolar, llevando a los escolinos en autobús a L'Arena


Una placa en la fachada recuerda a su benefactor y el año de inauguración


Desde aquí vamos viendo, al otro lado de la carretera, el camino por el que subiremos a El Castillo, luego de cruzarla, por donde subían viajeros, arrieros y peregrinos de este viejo camino costero


Previamente cruzaremos el río de La Canal o de Caseras por el puente de La Güelga, de origen medieval


Es puente robusto, de tres ojos, muestra del intenso tráfico que habría aquí hacia o desde La Barquería del Castillo. Parece pudo ser utilizado después como parte de la vieja carretera Avilés-Praviao y con el antiguo camino de Sotu a L'Arena, anterior a la actual carretera


Con la vegetación, o con los contraluces, los ojos del puente desaparecen a la vista. Otras de sus características es el manto verde de hierba que recubre su paso


Según bajamos tenemos otra muy buena vista de El Castillo, donde antaño, como era lo normal en estos casos, había algún mesón, tal vez con posada o refugio, para los muchos usuarios de la barquería, así como casa del barquero y otras dependencias. Existe una referencia, datada en el año 1040, de la existencia de un hospital de peregrinos "junto al río Nalón, cerca del Castillo de San Martín de las Arenas y no lejos del mar", sin que podamos precisar más datos. es posible que fuese aquí, en las inmediatas proximidades del paso del río


Además de la agricultura, con grandes extensiones dedicadas al cultivo del maíz, y los pastos para el ganado, la actividad de la vecindad se centraba en la pesca, incluyendo una antigua conservera, en origen industria de salazón, la "minería del agua", recogiendo del fondo de la ría el carbón arrastrado por el río procedente de los lavaderos del mineral, y posteriormente, dentro de la pesca, la especialización en la codiciada y cara angula, un símbolo de estos concejos del bajo Nalón, como lo es también el salmón, cuyos derechos de pesca custodiaba con con celo el monasterio de Cornellana mientras ejerció su dominios por estas riberas


Acaba la bajada, que había comenzado en lo alto de La Granda, y cruzamos la carretera local que comunica con La Florida y Caseras , para dirigirnos al puente


Según leemos de Xosé Lluis García Arias en Toponimia Asturiana: el porqué de los nombre de nuestros pueblos, la palabra güelga tiene numerosas acepciones y procede del céltico olcam, campo fecundo y terreno laborable, si bien entre sus actuales significados es un camino abierto entre la vegetación, maleza o nieve, así como acequia o sitio muy húmedo


Por su parte Xulio Concepción Suárez en su Diccionario Toponímico de la Montaña Asturiana abunda en esta explicación:
"Una güelga es en asturiano "la senda estrecha abierta en la nieve por el paso humano o animal". También es "terreno malo, húmedo y fangoso"

"Raíz iberocelta olca, a partir del galo olca (vega, campo productivo), aplicada a depresiones del terreno que guardan humedad cuando otros pastos ya están agotados"

En el caso que nos ocupa, el topónimo de este puente y lugar, la filiación con "camino entre maleza o vegetación" no ofrece lugar a dudas, esta prácticamente tapa puente y río


Ahora vemos, al pie de la antigua escuela, por donde acabamos de pasar, el puente nuevo


Viendo el desnivel entre camino el camino y la carretera con el río nos preguntamos si esta función de foso es plenamente natural o en algún momento se hundió más su zanja adrede, o el escarpe del terreno de la ribera, o si intervino algo la construcción de la actual carretera


Al otro lado la pared del promontorio sobre el que se asienta el pueblo es también una perfecta defensa natural, como un acantilado


Es posible que en algún momento el puente tuviese un poco de muro a los lados, pero este ha desaparecido. Un poco más al sur asoman los tejados de la aldea de La Florida


Cruzado el puente llegamos a la Carretera L'Arena (SB-3), que habremos de cruzar en este lugar


El tráfico suele ser abundante, a veces intenso, L'Arena es una población con puerto, playa y buena hostelería que atrae a numerosos visitantes, y no de ahora, de siempre, entre ellos nada menos que el poeta nicaragüense Rubén Darío, donde veraneó en 1905. Después, entre 1908 y 1909, lo hizo bien cerca, en Riberas, unos kilómetros más al sur


Al menos, hay bastante buena visibilidad para cruzar. y hay alguna señal de tráfico advirtiendo a los automovilistas del paso de peregrinos


De todas maneras, dado el creciente trasiego de romeros, se va haciendo perentorio, como en otros lugares similares, la instalación de señales luminosas e incluso algún dispositivo de semáforos


El Camino parece labrado en la misma roca. Es estrecho, por lo que nos preguntamos si habría antaño algún camino de carros y desde donde. En este aspecto dicen en El Camino de Santiago pro Asturias. Topoguía 2.Ruta de la Costa:
"la carretera moderna (...) rompe el trayecto de el Camino que o bien superaría frontalmente las escasas decenas que le separan del cerro o rodearía ligeramente por el sur. Ya en el pueblo, transitaría hasta el collado que lo une al castillo y descendería hasta la orilla del Nalón..."

El paso está hormigonado, lo que evitará resbalones, y dispone además de una barandilla de madera


Según subimos vemos el cruce del puente nuevo con la Carretera L'Arena, así como la senda fluvial que comunica con esta población, a solo dos kilómetros escasos de aquí y donde hay, aparte de otros alojamientos, un albergue turístico privado: Los Nogales


Engalanando el camino, además de un par de palmeras, una hermosa mata de hortensias


Desde aquí vemos el camino por el que hemos bajado de La Granda. Arriba a la derecha la Casa Ramón Camino, un poco más abajo a su izquierda la escuela, abajo a la izquierda del puente Casa Octavio y arriba a la izquierda Casa Elena'l Campón


De frente a nosotros, en El Castillo, Casa Amor


En Casa Amor acaba la cuesta y nos dirigimos a la izquierda


De frente Casa Javier, donde estaba antaño el chigre, el bar del pueblo. Ahora es vivienda. Su última propietaria fue María Luisa, que lo cogió en 1980 a los antiguos dueños, sirviéndose por entonces la ya muy apreciada angula, el gran manjar del Nalón, que por entonces aún era "platu pa ricos y pa probes" pues no estaba a los precios astronómico de nuestros días. También se servían el cocido del día, el rollu bonito en temporada, mucho calamar, y pesca en general. Casa Javier cerró 18 años más tarde, en 1998, cuando se jubiló María Luisa


El Camino como tal sigue de frente, por la actual calle del Peregrino, llamada así en homenaje a los romeros, pero los viajeros de antaño no iban por aquí: el camín real realmente va a la izquierda, a La Barquería del Castillo, por lo que, dada su cercanía, proponemos al caminante sin prisa que haga una visita, pues el lugar tiene un gran encanto, además de paisaje e historia:

VISITA A LA BARQUERÍA DEL CASTILLO:


Y así, aquellos que, movidos por el afán de conocer el Camino histórico, quieran llegar a la famosa Barquería del Castillo, pueden realizar un pequeño paseo para desviarse unos pocos metros desde Casa Javier, donde acaba la cuesta que sube del puente y la carretera


Pasando Casa Javier el camino se estrecha formando una rúa. Esta parte del pueblo es totalmente lineal, aprovechando el escaso terreno llano a los lados de la calle



Es la calle de San Martín, secular acceso también al castillo, ahora extensa finca donde se enseñorea, aún orgullosa, su torre del homenaje, que volvemos a ver desde aquí y que da nombre al lugar en el que está enclavada


A la izquierda, Casa las Celinas, a la derecha Casa Cándida la Gallega, con su balcón-galería asomado a la rúa. Seguidamente Casa América la de Quico 


Seguidamente y también a la derecha, Casa Angelinos la de Paíno...


Un elegante balcón-corredor sobre la calle. Muchas de estas casas han sido restauradas


 Y a continuación Casa Juan el de Matías, con otro precioso balcón-galería asomado al camino


A la izquierda Casa Rosalía. Fijémonos en el suelo adoquinado


A la derecha, una casa de vecindad: abajo vivían Delsina y Paquito, en el primer piso, con sendos balcones cerrados por galería acristalada, era la Casa Ángeles la de Quico, donde vivían Lola y Paco


A la derecha, buen y largo corredor en Casa Angelinos la de Horacio. A la izquierda Las Casas de La Torre, antiguos caseros de la quinta que con Ricardo García Trelles, y sobre todo su viuda, Paz Blanco, hicieron en el solar del antiguo Castillo


A la derecha la Plaza de Francisco Javier Fernández Rodríguez, con otro bloque de viviendas de Las Casas de La Torre


Un monolito, con su nombre y un motivo marinero, le rinde homenaje



Plaza de Ignacio Fierro Viña, hijo de Ildefonso Fierro que restauró el monumento: aquí está la entrada a la quinta de La Torre, el antiguo Castillo de San Martín, con su torre superviviente casi tapada por los árboles del jardín. Fue allá por el año 1995 cuando se rehabilitó el conjunto, restaurando la torre, con varios niveles interiores, comunicados por ascensor y escalera de caracol, piscina climatizada con manantial propio, como todo el agua corriente de la finca. Así lo comentan en Guía Turismo Asturias:
"En la actualidad, hay que conformarse con ver la fortaleza de San Martín desde la verja (...) son detalles que corren de boca en boca, pues pocos han pisado la propiedad. Cuentan que no escatimó en la decoración y en el proyecto de reforma también entraron varias casas que rodean el castillo, entre ellas, la casona principal con una impresionante galería acristalada, fuente, balaustradas y área ajardinada"

Cuando, allá a mediados del siglo XVIII, el citado historiador Antonio Juan de Bances y Valdés visitó el castillo, este estaba aún entero, o casi. En su descripción dice que la primera línea de defensa estba formada por foso y barbacana de tres puertas. La puerta principal era llamada del Rastrillo y estaba frente a esta torre del homenaje. Dentro del castillo había patio de armas, con la casa del alcaide y los cuartos para la guarnición, además de la capilla de San Martín:

"Tenía tres 'puertas: la de rastrillo al mediodía, que mi padre había visto entera, la de la Mar al Norte, que aún lo está; y la chiquita de San Martín para el servicio de su capilla, que está en el revestimiento que une la torre del homenaje con el resto de la fortaleza

Tiene un castillo sobresaliente de la área exterior a la derecha de la puerta de la Mar, y otro en el espaldón corrido de Norte a Oriente, a cuya parte no tiene comunicación, ni claro alguno menos un pedrero en la torre del homenaje, y una especie de corredor alto o galería al Nordeste, en lo que parece servía de casa habitación"

Dado que no puede visitarse, bajaremos ahora directamente por aquí hacia la Barquería del Castillo, que sigue siendo un pequeño puerto local, completamente artesano, con un aspecto que no debe ser demasiado diferente al que tuvo en siglos pasados


Este es el histórico paso del Nalón, por aquí pasaba todo el tráfico, gentes, caballerías, equipajes, carros y ganado. antes de la construcción del Puente de la Portilla


Puente que ya vemos desde aquí, en esta grandiosa visión de este magnífico panorama de este sector de la ría, donde el Nalón hace un gran meandro...


El puente antiguo fue volado la noche del 8 de septiembre de 1936 para impedir el paso a las tropas nacionales, por lo que el río fue frente de guerra más de un año, hasta la caída definitiva de Asturias y de todo el Frente Norte en octubre de 1937. Fue reconstruido un año más tarde


Junto al puente hay también un islote herboso, El Yaín, Atrás, en la orilla sotobarquense es El Sablón, zona arenosa y de marisma. El propio nombre del concejo de Soto del Barco/Sotu'l Barcu es un topónimo referente al lugar: un sotu es un bosque junto al río y el barco hace referencia a los pequeños puertos naturales fluviales que comunicaban ambas riberas, como los embarcaderos de lanchas, antiguas barquerías, existentes también al lado sotobarquense del puente


Esas barquerías, muelles de troncos y maderos, no deben ser diferentes a las que habría en la Edad Media, por no aventurarnos demasiado y decir que incluso antes. Allí habría un paso para algunos caminos procedentes del interior hacia la costa, que se unirían a este en Muros. El propio río era una gran vía de comunicación fluvial, que aún en el siglo XVIII se planeó hacer navegable por barcazas hasta desde las minas de la Cuenca del Nalón hasta San Esteban, si bien los costes desbarataron el proyecto



Las barquerías se extiende por toda esta ribera del gran meandro naloniano, siendo muy posible que estos "muelles de palos" fuesen los puertos más antiguo de la desembocadura del Nalón, pues milenios atrás se sabe que las mareas vivas cubrían todo lo que hoy es L'Arena 



Y efectivamente, aquí está "el puerto de palos", de otro embarcadero, Las Escalieras. La actividad pesquera nunca se abandonó en los pueblos de este estuario, si bien ya no en el volumen de antiguamente, ni mucho menos. De ahí viene que el apodo de los habitantes de El Castillos sea el de caxilones, nombre de unos cajones de madera que se llevaban a la espalda, donde guardaban cebo vivo y artes de pesca



Más allá, donde hay un pecio, estaba La Cooperativa, una asociación de carboneros, "los mineros del agua", que extraían carbón del fondo de la ría, procedentes del arrastre del pasado por los lavaderos de las cuencas, recordamos, para proceder a su venta. Recordemos que en Nalón no es solo su cuenca minera, sino que el Caudal es también su afluente, y es más, el Trubia (minas de carbón de Quirós y Teberga), y el Narcea (Cuenca Minera de Cangas) también lo son, por lo que el volumen de minera sería más que considerable


Para extraer el carbón iban dos lanchas, una con el patrón y otra con el vetero o dispositivo de sacarlo del fondo. El patrón pinchaba el fondo con un largo palo, normalmente de eucalipto pero antes de álamo o de cualquier otra especie, y de esta manera comprobaba si había carbón o fango. Si había carbón se procedía a su extracción, totalmente artesana, pudiendo sacarse cada vez hasta tres toneladas


El camino, cual rampa, baja recto a la Barquería del Castillo a lo largo de unos 100 metros cuesta abajo, pasando al pie de la muralla almenada por iniciativa de Paz Blanco, la viuda de Trelles. Es posible que se erigiese sobre restos de la medieval, que conoció el recitado Bances:
"Tiene una muralla fuerte en todo su frente sobre el río, con un paseo o corta y un parapeto guarnecido de almenas que cada una tiene su saetera o tronera en medio. Súbese a la muralla con una escalera de dos tiros, que hace en el medio una profundidad como especie de almacén"

Una buena higuera, figar o figal, proporciona buena sombra a la mitad de la cuesta, así como sabrosos frutos en su tiempo. Si pasamos en otoño quizás podamos saborearlos


Desde aquí vemos, cuesta arriba a nuestra izquierda, la casa de la calle de los Peregrinos, por donde vamos a salir después, en dirección a la capital del concejo, acceso al Puente de la Portilla


Pasando la figar, empezamos a ver La Barquería del Castillo, el tan emblemático paso del Nalón en el Camín Real de la Costa durante tantísimos siglos. Ahora pocos son los peregrinos que se acercan aquí a descubrirlo, sólo unos pocos, atraídos por la secular importancia que tuvo este lugar en las peregrinaciones de antaño y en las comunicaciones por el litoral cantábrico en general


La muralla almenada de la quinta del  Castillo, La Torre de Sotu, hace de muro de contención de estas aguas. Esta ribera de El Castillo tiene incluso reminiscencias mitológicas, pues aquí, en el Cañu del Charcu, se dice vivía un cuélebre (gran serpiente alada de la mitología asturiana), con unas alas grandísimas, al que un día se llevó la marea


La cuesta abajo acaba en la misma barquería, donde tenemos un edificio muy importante, la antigua fábrica de salazón de Maricuerno, que era como se conocía su fundadora (El Cuerno es una franja ribereña al norte de El Castillo), a la que se estima una antigüedad de unos 200 años, por lo que fue contemporánea de las últimas décadas de la barquería


No es por ello infrecuente ver algunos de estos enseres en torno a este pequeño muelle vecinal. Hay un dicho popular referente este sitio:
"Nunca nadie discurrió lo que discurrió Maricuernos, llevar las lanchas en carro al puerto de Cudillero"

Efectivamente, unos días de mala mar, en los que las lanchas no podían salir a faenar por las corrientes en la bocana de la ría, ella propuso a los pescadores llevar sus lanchas hasta el puerto de Cudillero, donde sí se podía pescar en mejores condiciones, en carros de bueyes, lo que causó gran admiración en todos estos puertos marineros


En la actualidad están aquí Las Casinas de los Barcos, donde los pescadores guardan sus aperos de pesca. También están aquí el Club Náutico de La Barquería y el Club de Remeros de El Castillo. Este sería pues el embarcadero de antaño, que aún emplearía en 1845 el capitán inglés Samuel Cook Widdrington, plasmado en su obra Bosquejos de España


Como hemos dicho, tras la construcción del puente, el embarcadero quedó únicamente para servicio de los pescadores locales, incluso el de la otra orilla, El Forno, llegó a desaparecer totalmente. El derecho del pasaje, arrebatado a los Valdecarzana como "abolición de privilegios" en 1811 (aún en plena francesada), según nos sigue contado González-Fierro y Ordóñez:
"Valoraban entonces su rendimiento en dos mil reales anuales, poco más o menos; pero aún debía ser mayor antes, cuando todo el tráfico de la costa pasaba por aquí, y no se repartía, como ocurrió luego, con el pasaje del Forno. Durante el siglo XIX fue administrada y atendida esta Barquería, además de por los dueños del Castillo, por los pueblos de Soto del Barco y Muros, por el Gremio del Nalón, (que comprendía a los matriculados de San Estaban, la Arena y el Castillo), y, nuevamente por Muros y Soto; hasta que con la construcción de la carretera de la costa, e inauguración del Puente de La Portilla, resultó innecesaria su utilización"

Otro de los privilegios del señorío eran los derechos de pesca en los pozos salmoneros situados al pie del castillo, también eliminados en 1811:
"A pesar de la exclusiva sobre el derecho de pesca: «desde el sitio de las Mestas (donde se juntan las aguas del Narcea y las del Nalón), hasta la fuente de Espilonga, que confinaba con el mar y la barra», exclusiva que pertenecía a Pravia por transación habida con la Catedral de Oviedo y sentencias favorables, que consiguió, en varios pleitos que tuvo que sostener contra los que posteriormente quisieron discutirle sus derechos, siendo uno de ellos el Marqués de Valdecárzana en 1.659 (l), éste seguía cobrando sus derechos «por pescar en los pozos y nansas de pescar salmones, denominados El Horrio y La Barquería, situados debajo del Castillo, junto al embarcadero, como dueña que era de dichos pozos; hasta que en 1.81 1 también fue despojada de este derecho por los matriculados de Mar"


Del preciado salmón las pesquerías se especializaron en la angula, la cría de la anguila, que en principio no era especialmente apreciada, pescándose tanta que llegaba a emplearse como alimento para los animales e incluso como abono, hasta que de pronto alcanzó con el auge gastronómico del producto una gran cotización, llegando en 2020 a la cifra record de 2.890 euros el kilo, si bien suele andar entre los 500 y los 1.000 euros


De La angula y Soto del Barco escribe magníficamente el Cronista Oficial de Cudillero Juan Luiz Álvarez del Busto:
"La angula es la cría de la anguila y uno de los seres vivos más increíbles de la creación. Los miles de kilómetros que viene a recorrer este pez a lo largo de su vida es algo que no tiene parangón en la naturaleza. Pero aún hay más: ningún organismo en período de crecimiento reduce su tamaño, como lo hacen los alevines de la anguila  
El lugar para el desove, que se desconocía hasta el pasado siglo XX, se sitúa en el mar de los Sargazos, entre las Bermudas y Puerto Rico. Allí desovan en aguas profundas y, antes de morir, la hembra produce hasta 20 millones de huevos de flotación libre. Lo de «flotación libre» no quiere decir que se vayan flotando por libre, allende los mares de Dios; qué va. Estas larvas, llamadas leptocéfalas, se dejan arrastrar por la corriente del Golfo en forma de bolas, como si de pelotas de tenis se tratara, y tardan tres años en llegar a las costas europeas. Pero maravíllense, porque ese periplo a lo largo de un trienio le sirvió a la prole de las anguilas para convertirse en gallardas angulas de entre seis y ocho centímetros, que colonizarán los estuarios, en este caso el de nuestro siempre querido río Nalón y, si alguna sobrevive a la trampa de las redes, nadarán río arriba para convertirse en adultas y completar su ciclo vital. 
Además, la historia de la angula se puede relacionar a la perfección con la memoria histórica, tan de moda últimamente. Y es que la angula, junto con el salmón y el reo, son verdaderos seres con memoria histórica. Me explico: las anguilas, como antes señalé y todos sabemos, emprenden viajes de miles de kilómetros hasta llegar al mar de los Sargazos. Allí desovan, mueren y las crías retornan el viaje al río donde vivieron sus madres y no a otro. Es, sin duda, algo genético que esta especie lleva en sus cromosomas y que entiendo confirma lo dicho"

Y esta sería su historia en relación al Nalón, pasando de ser producto denostado a "elitista" como dice el cronista oficial:

 "La angula fue una especie más bien depreciada y despreciada, tanto que servía de comida para las gallinas. Los pescadores preferían salir a la mar, dejando el hoy denominado oro blanco para los aldeanos o terrestres. Hasta que una mujer de Fuenterrabía, conocida por «Maricuerno», se desplazó a Asturias para comprarla, precisamente en La Arena y en San Esteban de Pravia, y enviarla al País Vasco. 
Sucedía esto a finales del siglo XIX y principios del XX. A partir de entonces la fama de la angula fue a más y podemos decir sin temor a equivocarnos que la nuestra supera a todas las del Cantábrico, incluyendo la de Aguinaga, sin que con ello quiera decir que las restantes no tengan calidad. Todo lo contrario. 
Es un alimento muy completo y exquisito. Como alimento, tiene los mismos nutrientes que cualquier otro pescado azul, aportando además vitaminas A y B y de forma muy relevante D y B12, algo de lo que la mayoría de los pescados carecen. 
Fíjense si es nutriente que cuando se construía el ferrocarril vasco-asturiano -hablo de nuevo de últimos del XIX principios del XX- los trabajadores desplazados en San Esteban de Pravia comían al menos dos veces a la semana salmón y angulas. Y el trabajo era duro. 
Y es, sin duda alguna, uno de los platos mejores, de mayor prestigio y, si se quiere, más elitistas de la cocina española. Muy especialmente cuando se hace en cazuela de barro con aceite, ajo y guindilla. Una forma sencilla de cocinar, pero de excelentes resultados"

Conocemos así que la popular Maricuerno, la de los salazones cuya vieja fábrica vemos en medio del muelle, fue quien introdujo en este estuario el aprecio por la cara angula. De su pesca actual y vicisitudes extraemos de Mitología Asturiana estos retazos de un gran artículo sobre el tema, sacado a su vez de la Cofradía de la Angula: 
"Tanto el salmón como sobre todo las angulas son los pescados típicos de la zona.

Cuentan que cuando se estaba construyendo el ferrocarril (El Vasco, a San Esteban), la empresa que lo realizaba, tenía prohibido dar de comer a sus trabajadores más de dos días a la semana salmón y angulas.(...)
Se captura la angula con cedazos especiales y diversos, dependiendo de la zona de pesca (orilla, desde lancha, en rompiente etc.). De día la angula avanza hacia la boca del río y de noche descansa; por eso se captura con luz durante la noche, para engañarla y hacerla salir de su escondrijo. Se pesca desde lanchas dejándolas derivar hacia el mar y con los cedazos o tarrafas en dirección a la corriente. En Asturias se captura en Soto del barco, Villaviciosa, Navia, Ribadesella, y en Galicia en Ribadeo y sobre todo en el Miño. También en el delta del río Ebro hay angulas, etc.(...) 
Por un lado existe hoy en día una normativa seria por la que se permite la pesca entre unas ciertas horas y unos ciertos días. Indudablemente son las mareas las que verdaderamente informan de cuando es el mejor momento y eso lo saben bien los pescadores. 
Se puede efectuar durante las seis horas de subida de la marea nocturna, desde el quinto día anterior a la luna nueva hasta el quinto día posterior, esto es, 11 noches consecutivas. Y también en algunos sitios (delta del Ebro) sólo se permite desde la orilla con truel o cribo, con un diámetro máximo en la boca de 70 cm. No con embarcaciones a motor"

Con la gran demanda a pesar del elevado precio llegó la escasez, tal y como continuamos leyendo:
"Salir a la pesca de la angula, (...) hoy en día, es saber que se puede volver completamente frustrado. Lejos están aquellos tiempos en que la mujer decía: "Manuel vete a la angula, que se venden bien a 40 mil el kilo y así hacemos el mes" ¿Y entonces, por qué no está todo el mundo pescando angulas todo el día y por qué cuestan tan caras? Muy sencillo: porque hay pocas, poquísimas, cada vez menos; y, además, sólo se pueden pescar de noche, cuando la marea está subiendo; y no en todos los ríos ni en todos sus tramos, y ha de ser durante el invierno; y sobre todo, porque pescar angulas es muy cansado y muy aburrido. Esa imagen del pescador por la noche con su cedazo, su farol y un recipiente ..."por si caen", está desapareciendo"

Sobre la angula sus recetas, historia y desorbitados precios qué mejor que echar mano del gastrónomo, profesor y cronista José Antonio Fidalgo en su artículo  Angulas a ¡¡3.000 euros!!:

"¡Horror, terror y furor! 
O, como decía un viejo amigo mío un tanto «mal hablado» él (y perdonen la expresión): ¡Esto es cojonudo y a la vez chocante! 
En frase de la juventud actual todo se sintetizaría en una palabra: ¡¡FLIPANTE!! o en una frese muy «in»: ¡ALUCINO EN COLORES! 
En fin, los hechos son los hechos y ahí están en constancia documental: «las primeras angulas de la costera asturiana se cotizaron en la lonja riosellana a 3 000 euros/ kg.». 
Dicho en términos monetarios antiguos, a MEDIO MILLÓN DE PESETAS /kg. 
La ANGULA es la cría o alevín de la ANGUILA; el único alevín cuya pesca y comercialización está autorizada en determinadas fechas otoño-invernales. 
Pequeño, casi diminuto, pez de aspecto serpentiforme que, nacido en el mar de los Sargazos, allí donde fueron sus «madres» a desovar, retorna con instinto patrio, tras años de lucha contra las aguas y los depredadores, a estos ríos norteños que son su morada paterna. 
La angula es «manjar de mesa asturiana y gallega» muy reciente; tiene más antigüedad en la cocina vasca. 
Lo contaba Álvaro Cunqueiro en «A Cociña Galega» (Galaxia Ed. Vigo 1983):
«Como dixen, en Galicia non comíamos a cría da angula, que en galego decimos meixón. Se a collían, engrasaban as hortas con ela. Agora hai vascos nos ríos galegos, no inverno, mercando todo o meixón que poden… Agora ata os xaponeses veñen mercala, e, en verdade que máis parece o meixón, pola facha, cousa de cociña chinesa ou nipona que europea». 

Y así explica también Fidalgo la historia de la angula en el Nalón: 

Hasta bien entrado el siglo XX tampoco en Asturias fue la angula manjar estimado; su apreció surgió cuando una «revendedora vasca», apodada Maricuerno, venía a la zona del Nalón (Muros, Soto del Barco…) a comprar angula para revenderla en Fuenterrabía. 
Y, claro, si era manjar para los vascos, ¿ por qué no disfrutarlo también los asturianos ? .-La angula de nuestros ríos es solicitada también por el mercado japonés y sus precios alcanzan alturas de rascacielos; esto motivó hacia la «investigación y promoción de los sucedáneos», productos basados en un surimi de abadejo con aspecto, colorido y forma muy similares al pececillo auténtico. 
Más aún, hay quienes preparan unos fideos muy finos, ya cocidos, como si fueran angulas al ajillo o a la bilbaína y llaman a este plato: ANGULES PROBES. 

Y cómo no, como buen gastrónomo aporta su receta... 

Miren ustedes, las angulas nacieron para ser anguilas o para ser preparadas al ajillo (bilbaína, pil-pil). 
En una cazuela de barro con aceite, al fuego, doren unos dientes de ajo laminados y un poco de guindilla; retiren el ajo y la guindilla (reservándolos) y aparten la cazuela del fuego; cuando el aceite esté templado incorporen la angula, ya cocida en agua y sal y escurrida, y vuelvan la cazuela al fuego hasta que el aceite «chisporrotee haciendo burbujitas (pil-pil-pil…); remuevan con tenedor de palo para que toda la angula caliente por igual y sirvan de inmediato, distribuyendo por encima el ajo y la guindilla fritos, y cubriendo la cazuelita con un paño blanco pequeño. 
¡Ah! ¿Y qué hacer con estos precios de mercado tan altos? 
Pues nada, hombre. 

…A guisar PATATES VIUDES, que están riquísimas"


El muelle, de tablas y troncos, es uno de esos puertos de palos que siguen la estructura de los que debieron ser estos puertos locales, hechos a mano y artesanalmente, desde siglos pasados. Más allá de la antigua salazón de Maricuerno volvemos a ver la orilla de La Cooperativa, la de los mineros del agua, actividad ya tiempo hace desaparecida


Respecto del aún más antiguo oficio de los barqueros de El Castillo leemos en El Camino de Santiago por Asturias. Topoguía 2.Ruta de la Costa:
"La travesía en barca del Nalón, cuando era factible, representaba siempre un viaje lento y peligroso, tanto para los hombres como para sus cabalgaduras, que amedrentaría a más de un valeroso viajero.Una dificultad añadida sería la picaresca y el abuso en torno al importe delos pasajes a pagar; malas artes de los barqueros contra las que ya ponía en guardia, a mediados del siglo XII, Aymeric Picaud en su Guía del peregrino 

En  estos términos describía Aymeric a los futuros peregrinos la figura y proceder de los barqueros del Camino:
"Los barqueros merecen la más absoluta condena... por cada persona que pasan, sea rico o pobres, cobran de tarifa una moneda, y cuatro, que reclaman violenta y abusivamente, por la caballería. Además tienen barca pequeña, construida de tronco de árbol, en la que apenas caben los caballos, una vez montados, hay que andar con cuidado para no caerse al agua"

En La Barquería del Castillo, el Club Náutico


Esta es su placa


Al lado, el Club de Remeros del Castillo, actividad deportiva nacida del trabajo pesquero, con numerosos practicantes en todos los pueblos ribereños, no únicamente de esta ría, sino de todo el Cantábrico


Y de nuevo en la explanada de la barquería, frente a la antigua industria salazonera, emprendemos el regreso al camino señalizado


Volveremos por donde vinimos, por La Rampa del Castillo... solo que ahora cuesta arriba


También aquí, un muro cierra una de las fincas, si bien notan alto como la almenada pared de la quinta


Por allí sale de El Castillo el camino oficial 


Sobre las casas, un cueto boscoso: por allí va ahora el trayecto, balizado con los hitos jacobitas oficiales, a La Quintana y Los Carbayinos, ruta a la cercana capital sotobarquense


Los cien metros de bajada lo son pues ahora de subida, admirando de nuevo estos jardines...


La cuesta acaba en Las Casas de La Torre, Plaza Ignacio Fierro Viña


A la derecha la Plaza  de Francisco Javier Fernández Rodríguez


Y seguidamente de nuevo la calle de San Martín, con su aspecto de ciudadela. Sería interesante saber cómo sería esta calle antes de la construcción del puente del Nalón en 1883, con bastante trasiego de gentes y caballerías, carros y arrierías, y más antiguamente aún con las peregrinaciones, pues talvez estuviese aquí aquel hospital de romeros mencionado de pasada en un documento de 1040


Su origen como población tal vez estuviese en los servicios y suministros a la guarnición del castillo, que precisaría de panaderos, cocineros, herreros, herradores, artesanos y tenderos, así como a las gentes de paso a la barquería, donde habría sin duda un puesto de recaudación de pasajes y mercancías


De la guarnición se pasaría a los antiguos señores de La Torre, los Valdecarzana, quienes fomentarían el poblamiento por parte de colonos para mantenerse con sus rentas, hasta que esta casa languideció. Luego, los servicios de atención a los viajeros desaparecerían cuando estos de desviaron al puente. Una vez más es Antonio Juan Antonio Bances y Valdés quien nos habla de este camino: 
“Por el barco del Forno, ó por el del Castillo de San Martín pasa el camino Real de la costa, que sigue á Aviles, atravesando la parroquia de Soto; y por estos mismos barcos pasa también el camino Real más frecuentado de Galicia á Oviedo, separándose del de Aviles en la referida parroquia de Soto"

En el blog El Camino de Santiago por Asturias leemos que eran en realidad dos los caminos que confluían en El Castillo:
"Hasta el embarcadero del Castillo se llegaba desde Oviedo por dos rutas diferentes, la de mayor antigüedad lo hacía desde Grado por el puente de Peñaflor continuando por el valle de Candamo hasta Pravia, donde existió un hospital de Peregrin@s hasta principios del siglo XIX, para alcanzar Soto del Barco por la orilla derecha del Nalón.
La otra lo hacía por Avilés siguiendo un trazado similar al conocido en la actualidad como Camino de la Costa. 
El trazado actual por las tierras de Soto del Barco dista bastante del descrito anteriormente, pues debido a la falta de barqueros que realicen el servicio, l@s Peregrin@s se ven obligados a dar un considerable rodeo desde el barrio del Castillo hasta alcanzar el puente La Portilla, por el que en la actualidad se atraviesa el curso del Nalón..."

Hay que decir que, si bien este fue el principal para ir a Santiago por la Costa, no debía ser el único, en el Catastro del Marqués de la Ensenada informa de otros hospitales de peregrinos que delatarían otros caminos, uno unos pocos kilómetros más al sur, en Riberas:

“ai dos hospitales baxo la protección y jurisdicción de el Ordinario, uno con título de San Antonio Abab para ospedaxe de pregrinos y pasaxeros que se mantiene de su renta la que regulan asciende en cada año a doszientos rs. vellón. Otro llamado de Riberas para ospedaxe  también de pobres pasaxeros que regulan tiene de renta en cada un año veinte y siete ducados vellón de que se mantiene.”

El hospital de Riberas vuelve a ser mencionado en las Respuestas de las parroquias del Principado de 1773

“ En Santa María de Riberas, un hospital para albergue de peregrinos. Recibía 350 reales, variables según el precio del grano, ya que recibía la renta en esta especie. Se pagaban anualmente 110 reales para mantener la luminaria del Santísimo en la iglesia parroquial, la misma cantidad a un maestro de primeras letras que enseñase a los niños de la parroquia, y con la cantidad sobrante, se daban 10 maravedíes a cada peregrino que pasase hacia Santiago de Compostela

Y otra vez en el antiguo chigre de Casa Javier, actual vivienda, pues el establecimiento lleva muchos años cerrado, retomamos la señalización del Camino Norte yendo a la derecha por la calle del Peregrino...

EL CAMINO SALE DE EL CASTILLO: POR LA QUINTANA Y LOS CARBAYINOS A SOTO DEL BARCO / SOTU'L BARCU


En el arranque de la calle del Peregrino hay una casa de vecindad, restaurada dejándole la piedra a loa vista, en ella vivieron Salomé (abajo) y luego Marisa y Francisco. Arriba Maruja la d'Alfredo y Marcelina la Vasca


Justo aquí empieza un poco de cuesta...


La concha nos guía...


Suelo adoquinado también este trecho...


Caminamos ahora al pie de Casa Miguel Ángel


La cuesta es corta y liviana, pero cierto es que el peregrino, que sin duda llevará a sus espaldas unos cuantos kilómetros, lo notará sin duda, máxime si ha bajado a la mítica barquería


A partir de aquí, continúa la calle, un poco más llana, junto a esta fila de casas


Las primeras, Casa Angelín de Lolo y Casa'l Botello. Coloristas y luminosas, nos recuerdan a las viviendas de pescadores


Bajo nosotros, al pie dela calle, Casa María Marino...


Empezamos a ver desde lo alto el gran meandro que hace aquí en Nalón en su estuario, entre El Sablón a la izquierda y El Cañón a la derecha 


La Ría del Nalón fue, como muchas del Cantábrico, un formidable obstáculo natural para las comunicaciones terrestres por el Camín Real de la Costa, y por ende para los peregrinos, que como todos los viajeros habían de cruzarlo con los servicios de barquerías o sino sortearlo subiendo bastante río arriba hasta encontrar los primeros puentes, como por ejemplo el de Peñaflor, ya en el Camino Primitivo


No sería hasta el siglo XIX cuando se fueron construyendo los primeros puentes del bajo Nalón, antecesores de los actuales, los cuales sustituyeron a los barqueros e hicieron variar el rumbos de los antiguos caminos reales y propiciaron el trazado de las nuevas carreteras


Este es el caso del Puente la Portilla, inaugurado, recordamos en fecha tan extraordinariamente tardía como 1883, que hizo que el servicio de los barqueros fuese innecesario, siendo además, algo hemos visto ya, uno de los oficios más detestados de la antigüedad por viajeros, arrieros y peregrinos, según leemos, mismamente, en el Codex Calixtinus se llega a decir nada menos que:
 “muchas veces meten tanta cantidad de peregrinos, tras cobrarles el precio, que vuelca la nave, y se ahogan los peregrinos en el río. Por lo que malignamente se alegran los barqueros, apoderándose de los despojos de los muertos”

Muy severo es, ya lo hemos visto, el tal Aymeric Picaud, autor del Libro V del Codex o Guía del peregrino, cuando escribe
 “No deben cobrar legalmente por el pasaje más que un óbolo por dos personas si son ricas y uno sólo por el caballo, y nada si son pobres. Y están obligados a tener barcas grandes en las que puedan caber ampliamente caballerías y personas”.

Los controles del paso de gentes, ganados y mercancías, tanto en tierra como por mar y fluviales eran sin duda constantes. Además de puestos de defensa contra ataques marítimos, torres y castillos como el de San Martín de Soto, eran, o se especializaron, en ser centros de dominio señorial sobre el territorio, disputándose su propiedad, rentas y privilegios nobles, monasterios y hasta los mismos reyes, tal y como hemos visto


Desde aquí tenemos la que es indudablemente una de las mejores vistas de La Torre y su promontorio, pues al estar rodeada de árboles, algunos tan altos o más que ella, no es plenamente observable salvo en determinando ángulos


Para saber cómo era realmente la torre del homenaje en su tiempo, así como todo el castillo, hay que leer, como no, la descripción tan detallada que dejó el tan mencionado Bances, quien llegó a conocerlo aún relativamente intacto  antes de su destrucción:
"La torre del homenaje es cuadrada, de 24 pies de hueco; dos varas de grueso, las paredes de tres pisos, de altura más que regular, almenada, una puerta que corresponde al lado de la espalda de la capilla, y otra en lo alto, que se dirigía a lo habitado de la fortaleza. Tiene muchas saeteras en todos sus frentes y pisos, los que solo se conocen por adentro, por el hueco que hay en las paredes; de las vigas y otr& maderas, pero bien se puede asegurar lo según bien trabajado, buen material y buena mezcla de esta obra, sin que se le conozcan el menor vicio ni rajadura en todas las cuatro paredes de que se compone, que está dispuesto a durar muchos más años que el día que se acabó"

Otra muy llamativa noticia de Bances es la del gran foso, o fosos que rodeaba la fortaleza:
"Todo el ruedo del Castillo tiene en redondo uno o más fosos. de circunvalación, y en la parte de! camino por donde se subía a la puerta principal. de rastrillo, hoy una portada de cal y canto a medio camino de la subida, de bastante solidez" 

Efectivamente, el foso era algo que le sorprendía especialmente, llegó a verlo bastante entero, pero años después ya había sido allanado para plantar maizal:
»El pozo es obra mayor por su profundidad y el firme y aseado revestimiento que tiene, como también por su brocal. La pared del frente de esta plaza, a la parte de lo habitado, toda estaba llena de troneras, según se dijo. La división y forma de piezas de la que era vivienda, casa, alcázar o palacio, en el día no se puede atinar. El año de 1.756 que fuí con mi padre a la romería de San Martín, y me explicaba todas estas menudencias por estar en pié quasi. todos los paredones intermedios, aun se podía calcular algo por las vigadas, paredes, encaladas y divisiones que de todo había mucho y de mucha extensión. En el día, todo lo anterior está aplanado y dando maíz"

También nos informa que la capilla de San Martín "Obispo de Turón" (Tours) era la "Iglesia del Castillo" y existía un ritual para beneficiarse de sus virtudes curativas:
"... sita en el zaguán o casa-puerta que a cielo descubierto unía la torre del homenaje con las habitaciones interiores. Ella es bastante reducida; y tiene su capilla mayor de. medio cañón. En el arco toral, al lado del Evangelio, hay unas letras que dicen Martín y en la pilastra del frente, en un agujero redondo meten la cabeza los calenturientos para sanar"

Y Félix González-Fierro y Ordóñez presenta de esta manera este pintoresco e histórico enclave:
"Casi en la desembocadura del río Nalón, en su margen derecha, y en términos del municipio de Soto del Barco (Asturias), se encuentra esta posesión, cercada por alto muro de mampostería que coronan simétricas almenas. En su parte cimera están las ruinas del Castillo y a sus pies se extiende el pueblecito que lleva también el nombre de esta fortaleza

La situación es en extremo privilegiada, tanto si se la considera desde el punto de vista de la configuración del terreno en que .está enclavada, cuanto en relación con el conjunto del paisaje que la circunda

Formando una pequeña península, (sus contornos están rodeados de agua por todos sus lados a excepción de una parte, al Sur, por la que se une a tierra) tiene la forma de un cono en cuyo vértice están emplazados: la torre del homenaje, aun enhiesta, y los restos de las edificaciones antiguas con su muralla y del ..Norte en relativo buen estado"

Una muy buena anécdota es la que cuenta el escritor Milio Mariño les sucedió aquí al caballero-peregrino Antoine de Lalaing, señor de Montigny, acompañado de otros dos nobles flamencos en el año 1502. Fue publicada en La Nueva España el 23-7-2012 con el título La sabiduría del barquero, de ella extraemos el centro del relato:
"... en 1502, llegaron a Avilés los señores Montigny, Saintzelles y Monceaux, tres nobles caballeros que venían de Flandes para asistir a la coronación, en Toledo, de Felipe I, El Hermoso, y quisieron aprovechar el viaje para ver las reliquias de la Catedral de Oviedo y hacer el Camino de Santiago.
En Avilés el señor Monceaux se sintió enfermo y pidió viajar en barco pero el estado de la mar le hizo desistir. Así fue que los tres señores, con sus caballos y su séquito de criados, siguieron viaje por tierra y fueron a pasar la noche al Castillo de San Martín, una fortaleza situada en Soto del Barco, al pie del Nalón. 
Amarrada a los muros del castillo había una barca como único medio para cruzar el río y cuando los señores pidieron precio quedaron asombrados de que el barquero les cobrara cuatro veces más por pasar un caballo que por pasar una persona. Y eso, ¿a qué se debe ?, preguntaron con sorna. 
Se debe, dijo el barquero, a que para no discutir quien de los dos, si usted o el caballo, es más importante, he decidido cobrarles al peso"

Y aquí se hace patente otra aventura con los antiguos barqueros, y es que no habría otra solución, salvo buscar río arriba otra barquería, como la de Riberas, si es que estaba operativa, o un puente, como el de Peñaflor, ya alejadísimo, y sin duda sujeto también a sus correspondiente arbitrios o peajes. Hacerlo les llevaría un tiempo precioso, tal vez una jornada o más, junto con el gasto correspondiente. Y así los señores, pese a ser principales, hubieron de someterse al abuso pecuniario del lanchero, continuando por este itinerario costanero actualmente llamado Camino Norte o del Norte, donde volveremos a encontrárnoslos más veces, sobre todo en lugares y pasos significativos como este


Ahora a la izquierda otro grupo de viviendas en fila: Casa Luisa, Luisina la de La Torre, y Casa Eloy


A la derecha, en los prados cuestos que caen hacia la orilla, encima de Las Escalieras y La Cooperativa, los vecinos de la calle tienen huertas y terrenos



Llegamos al Mirador del Castillo, precioso balcón sobre el estuario, donde merece la pena detenerse, sólo sea un instante


Otra buena panorámica del meandro del Nalón, con las marismas de El Cañón y La Xunquera justo enfrente, al otro lado, en la ribera del concejo de Muros


Este paisaje inspiró a numerosos artistas, existiendo una Escuela Artística de Muros y Colonia Pictórica La Pumariega entre 1884 (al poco de inaugurarse el puente) y 1890, fundada por la inspiración del pintor Casto Plasencia ante una invitación de su amigo, el también pintor Tomás Sampedro


No mucho después veranearía varios años (1905, 1908 y 1909) en las localidades del estuario el poeta nicaragüense Rubén Darío. De esta pléyade de artistas habla también González-Fierro en El Castillo de San Martín de Soto:
"Es este paisaje de los más renombrados de Asturias, donde tanto abundan sorprendentes y distintos y buen testimonio de ello lo han dado los más excelsos, entre nuestros pintores y escritores. Y así sucedió que, enamorados de este precioso rincón, no han podido sustraerse a su hechizo; y unos con sus pinceles, como Plasencia, Domínguez, Robles, Pla, Lhardy, Sorolla, García Sampedro, etcétera, y otros con su pluma maravillosa, como Aramburu, Clarín, Pérez Nieva, Serrano Fatigati, Pulido, etc., etc., todos han elevado el himno más sentido y más justo, a esta obra tan bella de la naturaleza, y que está pidiendo sea recogido, en edición lujosa, para honor de esta hermosa tierra y recreo de los espíritus amantes de tales exquisiteces."

A la derecha de la foto estaba El Forno, el embarcadero o barquería de la otra orilla, desde donde se subiría a Muros un poco más arriba, sobre la ribera. A Muros se sigue subiendo, pero desde el Puente de la Portilla, que vemos a la izquierda


Muros es. desde su escisión de Pravia en 1847, es la capital del concejo homónimo, villa donde también  confluían dos caminos reales e importantes rutas jacobitas, esta del actual Camino Norte y otra que, juntando otros caminos desde Avilés, Oviedo/Uviéu, Grado/Grau, Cornellana, etc. venía de Pravia. Dicen en El Camino de Santiago por Asturias. Topoguía 2. Ruta de la Costa...
"Una vez vadeado el Nalón, la barca de El Castillo fondeaba en el embarcadero del Forno, ya en la orilla izquierda perteneciente al concejo de Muros. Desde aquí el Camino inicia un ascenso que culmina en Era (izquierda de la foto), que actúa de eje vertebrador de la localidad"

En Muros reconocemos las casas por donde subirá el camino hacia la iglesia parroquial, cuyo campanario vemos desde aquí, en la misma plaza, donde se han localizado vestigios de construcciones se dice que de época romana, cuyos muros pudieron dar nombre a la villa, población que aparece mencionada en uno de esos falsos documentos del año 905 en el Liber Testamentorumque nos obstante demuestran su existencia, con este nombre, en la alta Edad Media

Más tarde, en el 1152, un tal Martín Vermúdiz cede "in territorio de Muros" una heredad a los monjes belmontinos de Santa María de Lapedo, y en 1172, la abadesa del ovetense convento de San Pelayo, Aldonza Fernandi, cede en usufructo a un particular, Marín Iohannis, la iglesia de Santa María de Muros, manifestando que había sido fundada por ella y consagrada posteriormente junto con el obispo Martín

Avanzada la Edad Media, Muros entra dentro de la órbita de la Puebla de Pravia pero, sin saberse muy bien cuando ni porqué, aunque se sospecha que en tiempos de Enrique de Trastámara y como premio a fidelidades, pasa a los dominios de la casa de Miranda, no volviendo hasta 1827 a la jurisdicción praviana, 20 años antes de su independencia


Un poco más a lo lejos, y algo más a la izquierda, hay un pueblo que, si bien no pasa por él el camino señalizado, sí lo hace muy cerca al salir de Muros, y bien merece una mención: Somao


Somao está ya en términos del concejo de Pravia, aunque pertenece a la parroquia de Muros, y destaca por sus buenas vistas, a unos 200 metros de altura, así como por su arquitectura, popular e indiana, dado que muchos vecinos emigraron a América, sobre todo a Cuba y a su regreso construyeron nuevas villas o reformaron la casa familiar


Además de casas, invirtieron en construcciones públicas, como la iglesia, que vemos desde aquí (izquierda de la foto), cine, escuelas y parque


La iglesia es del año 1901, a su derecha se reconocen muy bien en dos espléndidos palacios: La Casona (en medio), acabada en 1900 en estilo Sezesión por el arquitecto Francisco García Nava para el indiano Gabino Álvarez Menéndez, y La Torre o La Casa Amarilla (derecha de la foto), proyectada por el arquitecto Manuel del Busto Delgado para el también americanu Fermín Martínez García, posiblemente la más representativa del conjunto indiano de Somao por su peculiar torre.Volveremos a verla, recordamos, cuando salgamos de Muros



Y este es paisaje natural del Nalón, que en este cauce sube y baja de nivel como las mareas.La vegetación imperante es la de las marismas, sobre todo en La Xunquera. En el año 1992 se pretendió, dentro del proyecto denominado Puerto Norte, habilitar una línea de ferry, recordando los años que el estuario era surcado por chalanas. El 24-8-2015 La Nueva España publica el artículo de José A. Ordóñez, El sueño de un Nalón navegable, del que sacamos una parte de esta historia:
"El Bajo Nalón quiere navegar con comodidad desde la misma desembocadura de la ría hasta Pravia. El faraónico proyecto para habilitar un ferry fluvial presentado por el entonces presidente autonómico Juan Luis Rodríguez-Vigil en 1992, en plenos fastos de la Exposición Universal de Sevilla dentro del proyecto "Puerto Norte", se antoja hoy un sueño irrealizable, entre otras cosas porque obligaría a un costosísimo y casi inasumible dragado. Sin embargo, en La Arena y San Esteban hay pocas dudas de que una limpieza integral del cauce, necesaria para evitar esos problemas de inundaciones que un año sí y otro también se ceban con las fértiles huertas y plantaciones de kiwis de la zona, también facilitaría el tránsito de pequeñas embarcaciones de recreo hasta Pravia, sumando un aliciente más a un territorio con una potencialidad turística indudable, pero muy poco aprovechada"

Dentro de ese sueño de recuperar la navegación fluvial con pasajes, tal vez no estaría de más pensar en revivir puntualmente el paso de peregrinos, aunque fuese sólo en determinada época benigna, de un lado a otro de la ría, reviviendo aquella experiencia de siglos pasados pero con más seguridad que en las viejas barcas de los barqueros, tal y como se hace en todas las poblaciones cantábricas, aunque tal vez hubiese de pensarse en un embarcadero nuevo en una zona menos sensible ambientalmente que El Forno


Sigue describiendo el artículo las características de aquel proyecto, que a día de hoy, tal vez nos parezcan un tanto desmesuradas y que ocasionarían un fuerte impacto:
"El plan con el que Juan Luis Rodríguez-Vigil acudió a la Exposición Universal de Sevilla de 1992 para saldar la histórica deuda con La Arena y San Esteban, tras décadas y décadas de ver convertida su ría en un lodazal carbonero, convertiría a la zona en "La nueva Pompeya", en palabras del político socialista. Puerto Norte tenía un presupuesto de unos 10.000 millones de pesetas de las de hace un cuarto de siglo. Planteaba ese ferry fluvial que comunicara la desembocadura del Nalón con Pravia, un balneario de talasoterapia, un parque acuático, varias piscinas marinas, hoteles de cinco estrellas, medio millar de apartamentos en La Junquera (San Esteban), un campo de golf en El Praviano, un área residencial en la zona del palacio de La Magdalena, tres polígonos industriales, muelles deportivos y una escuela-taller para el desarrollo de la ría"

Comentábamos también en la entrada de blog correspondiente al tramo anterior, por La Granda, el fracasado proyecto de hacer el Nalón navegable para el transporte de carbón de las cuencas al puerto de San Esteban para su comercialización, algo en lo que también incide Ordóñez:

 "El objetivo de hacer navegable el Nalón no es nuevo. Es más, ya se hizo realidad en tiempos de Jovellanos, aunque, lógicamente, no para fines recreativos. El ingeniero de Marina Fernando Casado de Torre, amigo y colaborador del prócer gijonés, fue el impulsor de un proyecto para transportar el carbón de las minas de Langreo hasta el puerto de San Esteban de Pravia. Las obras, que se desarrollaron entre 1793 y 1796, consistieron en la ejecución de un canal fluvial de 11,2 metros de ancho para el tránsito de chalanas cargadas de mineral entre Sama y San Esteban. En un informe sobre la navegación del Nalón firmado en 1797, Jovellanos daba cuenta de que las embarcaciones descendían el río en tres días, pero que tardaban entre diez y quince en el retorno a Langreo. Este contratiempo y la gran cantidad de chalanas necesarias elevaron los costes mucho más de lo previsto. Además, una riada destruyó la mayor parte del canal en noviembre de 1801. Pronto la historia se llevó esta idea por delante: en 1842 estaba construida la carretera carbonera hasta Gijón, la alternativa defendida por Jovellanos para dar salida a los carbones de la cuenca langreana desde un primer momento, por encima de Casado de Torres"


También desde el mirador tenemos una muy buena vista de el pueblo de El Castillo con la torre y la barquería. González-Fierro y Ordóñez, verdadero entusiasta de la historia del monumento, escribe también así de las pesquisas de los investigadores que se ocuparon del origen del castillo:
"Sí sabemos, además, que en varios lugares de estos contornos, como son los de San Juan de la Arena, Muros, La Corrada, Fuente de la Portilla, etc., todos limítrofes al Castillo, se reconocieron restos de edificaciones romanas, según certifican los historiadores Bances y Selgas, probándose así que aquí estuvieron establecidos aquellos conquistadores, bien se puede asegurar que se instalasen forzosamente, en lugar de situación tan privilegiada, como la que nos ocupa, que no podía pasarles desapercibida a militares tan adiestrados

Por las razones expuestas, y por otras que daremos a continuación, es de presumir .la existencia, también, de tal fortaleza, cuando la Corte Real se instaló en Santianes (Pravia), porque para atalaya y defensa de este lugar era el más indicado el emplazamiento de aquélla. De los escritos de Bances y Selgas se saca esa misma consecuencia, aunque ellos no lleguen a afirmarlo. Así, por ejemplo, Bances, dice,-aunque en otros términos-, que si no lo desmintiera el estudio de los materiales de tal construcción; que son más modernos, bien podía suponerse que cuando el Rey Don Silo se estableció en Pravia tendría esa fortaleza para su defensa (1). Ya dijimos, antes, y con ello queda desvirtuada tal deducción, que pudo haber edificaciones anteriores, y, sobre sus ruinas, levantarse las actuales. Y don Fortunato de Selgas con sus amplios conocimientos de arqueóloga confirma lo mismo cuando escribe que las características que da Bances del ábside de la capilla de San Martín corresponden a las edificaciones primitivas asturianas, o sea de la misma época de la antigua iglesia de Santianes"

Y así plasma su convicción que la de Alfonso III El Magno habría de ser, como la del Castillo de Gauzón con la que este está vinculado, una reconstrucción de otra fortaleza anterior preexistente:
"Durante el siglo IX, especialmente en e1 reinado de Alfonso 111, el Magno, se levantaron varios castillos en Asturias, y aunque en las crónicas de aquel tiempo solo se cita, en el litoral, al famoso de GAUZON, hoy completamente desaparecido, y causa de muchas disquisiciones sobre su verdadero emplazamiento en los alrededores de Avilés, no puede dudarse que el de San Martín existiese o se reedificase entonces, porque como ya hemos dicho repetidamente, y es bien notorio, su situación en la desembocadura del río más caudaloso de Asturias, era la más indicada para defenderse < S incursiones, y por lo tanto contra las de los piratas normandos que tantas depredaciones hacían en esos tiempos por toda esta costa y la del Atlántico

 La escritura de donación de Alfonso 111, el Magno, a la Catedral de Oviedo, en el año 905, (1) menciona infinidad de santuarios que han servido a los historiadores para atestiguar la existencia, en aquella fecha, de muchos pueblos. Allí aparecen reseñados el Monasterio y la Iglesia de San Martín en estos términos: MONASTERIUM SANCTI MARTINI CUM SUA VILLA INTUS MARIS, ECCLESIAM SANCTI MARTINI CUM SUA VILLA, SITA IN ORA MARIS, y bien puede referirse a este lugar que reúne las características que se describen, y poseyó, con esa advocación, capilla o iglesia dentro del recinto de la fortaleza"

Llegados al siglo XI, Ordóñez expone varios documentos que mencionan expresamente al Castillo de San Martín dentro del Cartulario de San Vicente de Oviedo:
"De entre ellos destacaremos aquí uno de fecha 13 de Abril de 1.045 (véase Apéndice número 1) por el que el presbítero Geboldo entrega a1 Monasterio de San Vicente, el de SAN PEDRO DE SOTO, que antes había sometido al de Caravia obligado por las amenazas del Conde Muño Rodríguez. Y se hace referencia al Castillo de San Martin de esta manera: 
«DO E T D O N O IBIDEN PER KARTA TESTAMENTI VILLA MEA PROPRIA CUM ECCLESIA SANCTORUM PETRI VOCITATA VEL SOCIORUM EIUS RELIQUIARUM MARTIRUM QUE IBIDEM SUNT RECONDITE ET EST FUNDATA TERRITORIO ASTURIENSE LOCUM QUI DICUNT SALTUM IUSTA ALBEUM NIRUM ET IN LATERE CASTELLUM SANCYI MARTINI IN LlTORE MARIS"

En el Cartulario de Pelayo de Oviedo aparece otra referencia al Castillo de San Martín justo de un siglo después, año de 1145, por el que el rey Alfonso VI1 cede mediante dicho documento a Fernando Gutiérrez y a María Ovequez, su mujer, el realengo de Ranón, que pertenecía al Castillo de San Martín, sin que se sepa de manera segura si este Fernando Gutiérrez era, por esta escritura, nombrado alcaide o ya lo era anteriormente


En invierno, con parte los árboles sin hojas, puede verse algo mejor la forma del promontorio de La Torre, que también describe en su libro González-Fierros y Ordóñez
"Aunque sobre base de peña tiene tierra bastante para que la exuberante vegetación asturiana la cubra, en su totalidad, con las más diversas especies arbóreas; desde las propias del país, hasta las más exóticas. Estas, fueron escogidas por manos de buenos arboricultores, los que, además, han sabido acrecentar la hermosura nativa de este lugar empleando sus conocimientos técnicos para proveerle de abundante agua, racional trazado de caminos, idílicos rincones y miradores tan estratégicamente escogidos que permiten contemplar, sin estorbo alguno, el variado y hermosísimo paisaje que existe en aquellos alrededores"

También se ven algo mejor algunos edificios y otras dependencias en el entorno de la vieja torre del homenaje restaurada, así como algunos de los caminos que recorren la finca


Incluso, si nos fijamos, es posible ver alguna de las antiguas troneras de disparo


En su mayor parte aparecen mirando hacia el camino a la barquería, que sería además del acceso al Nalón la antigua entrada principal del Castillo



Esta es una imagen, al caer la tarde, de la ría desde el Mirador del Castillo, con el sol enfrente pero ya ocultándose tras las montañas


Abajo, el cementerio de barcos en la zona de La Escaliera y La Cooperativa. Tal vez sea una de las últimas barcazas de cierto tamaño que surcaron esta zona de la ría


Predominan más bien las pequeñas lanchas de pesca, como las que vemos en las barquerías



Dejamos ya el mirador y continuamos camino cuesta arriba


Así llegamos a la Casa María Letra, con su hermoso corredor sobre el camino, que es asimismo un excelente mirador ante la ría


Salimos de El Castillo por la calle La Quintana cuesta arriba y todo recto por la ladera de este cueto


Desde el muro a nuestra derecha seguimos contemplando el Nalón con el Puente de la Portilla y la isla de El Yaín. Estas rías se sabe eran mencionadas ya por los geógrafos dela Antigüedad clásica, otra cosa es la discusión sobre a qué ría en concreto se referían en particular en cada ocasión: Todo el territorio parece estar vinculado a lo que pudo ser la capital de los astures pésicos, Flavionavia, de la que escribe así el historiador Francisco Santos Yanguas:
"Flavionavia: Centro de población existente en el territorio de los pésicos. que sólo hallamos mencionada en Ptolomeo. por lo que es posible pensar que se trataría de un núcleo vinculado con actividades marítimas y comerciales, posiblemente identificado con un asentamiento prerromano. Pudo corresponderse con uno de los puntos de salida utilizado en época romana para la evacuación de los productos auríferos (y mineros en general) del suroccidente de Asturias, debiendo ser localizada hacia el litoral, aunque un poco hacía el interior, de acuerdo can los grados ptolemaico"

Flavionavia, si bien sin total seguridad, viene siendo identificada con Pravia, que llegó a ser capital reinando Silo y Adosinda, con buena salida al mar y luego, ya en la baja Edad Media, cabeza de un extenso alfoz, tal vez antes gobernado desde el Castillo de San Martín, que abarcaba un gran territorio hasta que en el siglo XIX fue desgajado en los actuales concejos con las reformas liberales, políticas y administrativas, acaecidas en la primera mitad de esa centuria


La Quintana, donde por el nombre hubo antes una quintana asturiana, núcleo básico de población y explotación agropecuaria tradicional, acaba la cuesta, al menos la parte más empinada, al llegar a este grupo de casas, algunas dedicadas al turismo rural



A nuestra izquierda, Casa Cotarelo. Este lugar es llamado El Rial, tal vez vinculado a algún realengo relacionado con el castillo


Seguidamente La Quintana del Castillo, núcleo de turismo rural


Y Casa Ramón Mallada, por donde sigue la cuesta...


Un balcón galería se asoma sobre la calle La Quintana


Otro magnífico lugar para contemplar la ría del Nalón en todos su esplendor, en tiempos llamada Ría de Pravia, el más largo de Asturias, de unos 145 kilómetros y el que más caudal aporta. Su cuenca drena 3.016 Km2 sin contar la de su afluente el Narcea, que se une a él un poco más al sur de aquí


Nace en la Fuente la Nalona, al pie de la carretera del puerto de Tarna en la Cordillera Cantábrica, a 1440 metros de altitud y recibe numerosos afluentes. En su curso alto va por los concejos de Casu y Sobrescobiu (Parque Natural de Redes), llega luego a la cuenca minera a la que da nombre,la del Nalón, Llaviana, Samartín del Rei Aurelio, Langreo/Llangréu, entra en el concejo de Oviedo/Uviéu, donde en Olloniego (Camino del Salvador) recibe luego en La Ribera las aguas del Caudal (otro importante cuenca minera), luego las del Nora, las del Trubia, etc., pasa bajo el puente de Peñaflor (Camino Primitivo), entre Grado/Grau, Les Regueres y Candamo y Pravia para, uniéndose a él Narcea llega hasta aquí a desembocar, entre los concejos de Muros y Sotu'l Barcu


Xulio Concepción Suárez, en su Diccionario toponímico de la montaña asturiana, dice esto de la raíz etimológica de su nombre:
"Voz hidronímica con ese sufijo  en -ón ("río") presente en otras raíces de rtíos asturianos y europeos: Redón, Nervión, Valdeón, Urdón, Urbión, Arnón, Arbón, Roubión, Arçón..., en diversas toponimias regionales"

Y Xosé Lluis García Arias en Toponimia Asturiana: el porqué de los nombres de nuestros pueblos, opina así: 

"El río Nalón, el más caudaloso de nuestros ríos, nacido en La Nalona, fuente del Puertu Tarna, acaso documentada como “Anneliona, da nombre a algunos núcleos de población bien directamente bien como término de referencia; así Nalón en Llangréu, y barrio de Trubia. Caso distinto es Muros, capital del concejo del mismo nombre, que sólo aparece en la documentación, oficial y tardía, apodado “de Nalón”, innecesariamente pues no se confunde en nuestra geografía con otro homófono.

Estrabón es quien hace la primera mención de este río que con signa como Melsos; pero es muy probable, según opinión de José Manuel González, que tal Melsos no sea sino una helenización de Naelus o Nailos que es como aparece en Ptolomeo en un intento de transcribir el nombre del río que corre por tierras ástures, acaso *Náelo o *Nelo.

En los documentos del reino asturiano aparece como Nilo,-onis (constatación sin duda de influjo bíblico), con variantes del tipo Nalo, -onis que se acerca a la actual expresión Nalón. En ésta probablemente se entrecruzan varias influencias fonéticas entre las que habría que destacar la ejercida por el verbo asturiano nalar ‘nadar’, esnalar ‘mover las alas’.

El mismo González, sospecha que nos encontramos ante una base indoeuropea *NER, *NAR, con posibles variantes *NEL, *NAL, y significado de ‘agua’, que explicarían el nombre de algunos ríos asturianos..."


La Xunquera y Muros-A media ladera va la carretera a San Esteban, y poco más abajo el ferrocarril El Vasco, ambos ocultos por los árboles, principalmente eucaliptos u ocalitos


Y más atrás nos despedimos ya de El Castillo con La Torre y La Barquería, así como todas las magníficas arboledas de la quinta, cerrada con su muralla almenada. Del castillo, cómo no, escribiría, tal y como lo conoció al final del siglo XVIII, el prócer gijonés Gaspar Melchor de Jovellanos, al que nada se le escapaba en sus Diarios:
"Más internado en la ría, y sobre un cerrillo que domina la orilla oriental, está el castillo llamado de Muros, por la parroquia a que pertenece, y de San Martín por su iglesia, y de Pravia por la capital del concejo, que está cercana. Están enteras su torre y parte de sus cortinas, y representa muy bien. Dicen, no obstante, estar muy ruinosos y enteramente abandonado. Es de la casa de Valdecarzana. Al pie de él hay un barco que era de los vecinos, y que pidió y logró de la torre, porque sino -decía- no podía guardar el castillo"

Último repecho de esta subida hacia Los Carbayinos


Sigue a nuestra derecha el largo y ancho muro de piedra, aunque no muy alto, que cierra otra gran finca a nuestra derecha


Desde él nos fijamos en el importante rodeo que hay que hacer para ganar el Puente de la Portilla, pese a que este está muy próximo. Fue construido como dijimos en 1883, pero desde casi siglo y medio antes, ya en 1747, se solicitaba su construcción ante el "precio y tiranía que practicaban los barqueros" así como los continuos riesgos en "crecidas y avenidas"

Inocencio Cadiñanos Bardeci, Doctor en Historia, publica en Noticias de Algunos puentes asturianos en la Edad Moderna, que el lugar fue inspeccionado por Pedro Muñiz Somonte, que informó que el derecho del servicio de la barquería estaba a cargo del convento dominico de Nuestra Señora del Rosario, si bien antes (1518) era del obispo ovetense, y que rendía anualmente 137,5 ducados


Este informe fue completado con el plano y 21 condiciones para hacer un puente de piedra, el cual habría de medir 300 pies de largo y estar hecho en mampostería. Se haría ligeramente alomado con cinco ojos de medio punto que serían simétricos y de tamaño decreciente

Tras ello, se hizo un nuevo reconocimiento, en el que participaron también un representante del convento, José Morán; y del pueblo, Domingo Fernández Ferrero, manteniéndose las 21 condiciones, si bien al año siguiente se propuso hacerlos de madera para abaratar costes, siendo presupuestado en 4.000 reales, y así fue concedido hacerlo en 1753, pero dado que se estipuló que no se podría cobrar peaje por cruzarlo, el convento insistió en sus derechos sobre el paso: otras trabas como el mantenimiento y reconstrucción, fueron muy contestadas por los vecinos, por lo que no se hizo y hubo de esperarse por un nuevo proyecto que al fin salió adelante muy avanzada ya la siguiente centuria


La cuesta acaba ya en Los Carbayinos, donde el camino realiza una recta, viendo ya al sur y muy cerca los edificios de la capital del concejo: Soto del Barco/Sotu'l Barcu, por donde efectuaremos la bajada al puente de La Portilla, pasando al concejo de Muros y avanzando ya tras este hito fluvial, hacia la costa occidental asturiana


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