Doriga |
Entrando en Doriga |
El Camino es aquí una pista llana entre la orilla y la tapia de una finca
Bifurcación y a la derecha
Nos apartamos un poco del arroyo
Y vemos ya a la derecha la torre-campanario de la iglesia, hacia donde nos dirigimos
Junto al río, una pumarada
Y seguimos junto a casas y cuadras
Y bajo el hórreo
Salimos pues a un cruce
Del cruce se toma la dirección de la derecha
Hacia la iglesia
Siguiendo esta señal
Y caminando entre la huerta y las casas
A la derecha un hórreo, con bodega. Este es el camino a la iglesia
Hermosa corrada o espacio delantero de la casa
Un tendeyón
Y otro hórreo con bodega
Pasamos el puente
Y bajo él pasa el ya mencionado Regueiru Doriga o de El Freisnu, que baja de su nacimiento en las inmediaciones del santuario
Enfrente un caserón y unas paneras forman parte de la quinta del famoso Palacio de Doriga, cerrada por un alto muro
En la esquina de este muro una concha nos indica ir a la izquierda, hacia la iglesia
En la bifurcación hay una vieja fuente y abrevadero. Por allí subimos a la iglesia parroquial, dedicada a Santa Eulalia
Tras el ábside de la iglesia parroquial, vemos las grandes paneras de corredor que se yerguen sobre los muros de la citada quinta del Palacio de Doriga, construido entre los siglos XV y XVI como casona-fuerte, alrededor de una torre medieval más antigua. Por ella no pasa justamente el Camino pero si en un momento nos acercamos después a la entrada podremos verla
Llegamos pues a la iglesia, cuya gran sacristía se asoma al camino. la traza actual del edificio es fruto de las reformas del siglo XVIII pero se conservan porciones de un santuario más antiguo, del XII
Muchos peregrinos se cobijan en su gran y acogedor pórtico en días de intenso sol y al amparo de su tejado, también cuando hay fuerte lluvia
Es de suelo empedrado, columnas de piedra y tejado de madera y teja
Es la portada sur, arco de medio punto con una sencilla decoración estilo zigzag o dientes de sierra. Es por lo tanto de un estilo románico muy austero pero pertenece al templo original
Es llamativo el pasadizo que comunica ambas partes del pórtico, pues por aquí salimos al cruce del Camino con la carretera local.
Enfrente de la iglesia, al otro lado de la carretera local, tenemos Cá Pacita, el chigre, el bar del pueblo de toda la vida, que tuvo baile. A la derecha, cruzando la carretera, sigue el camino a Cornellana
Saliendo a la carretera, desde la iglesia y antes de proseguir camino, podemos acercarnos unos metros más atrás para ver el Palacio de Doriga
Tiene una apasionante historia basada en la biografía de sus antiguos moradores... y en la de algunos de sus "inquilinos", pues fue momentáneo cuartel general del mariscal Ney, el favorito de Napoleón, durante su campaña de ocupación de Asturias, partiendo desde Lugo y atravesando el occidente astur para subir a La Cabruñana y llegar a la capital ovetense, prácticamente por sorpresa y sin disparar un tiro, hasta encontrar seria resistencia en el pueblo y viejo puente medieval de Peñaflor, sobre las aguas del Nalón... donde se libró una enconada pero desigual batalla en la que los franceses arrollaron a los defensores. De todas maneras, su inquilino más famoso debió ser Valentín Andrés Álvarez, quien licenciado en Físicas por la Universidad de Madrid, pasó a ser estudiante de Mecánica Celeste en La Sorbona, donde vivió intensamente la "Belle Epoque" de París. Catedrático de Economía, escritor, miembro de la Generación del 27, amigo de Valle Inclán y de García Lorca (al que hospedó aquí cuando actuó en Asturias con la compañía La Barraca), pero que de lo que más orgulloso se sentía era de haber sido, en los felices años veinte, campeón nacional de tangos
Pacita quedó viuda, hubo de criar a su hija pequeña, un bebé, y seguir al frente del negocio ayudada por su hermana Esther. La vida hubo de seguir, para animar el establecimiento se organizaban bailes y festejos, así como bodas, aprovechando la cercanía de la iglesia. Venía a danzar la juventud de todos los alrededores, bailarines amenizados incluso por orquestas, como Jazz Bahía, de las más renombradas en aquel entonces
En la posguerra además Doriga fue lugar de paso para los contrabandistas, pues por este viejo camino eludían la carretera general y sus controles en La Cabruñana, lo que daba lugar a un intenso trueque de mercancías. No en vano el padre de Antonio, Evencio Arias, natural de Villablino, tenía una empresa de refrescos, Anaical, y compraban cerveza del Águila Negra en la fábrica de esta empresa en Colloto
Pacita y Esther se jubilaron en 1995 pero al frente del negocio siguió su nieto Antonio Arias, recientemente jubilado, respetando el antiguo mobiliario y haciendo del establecimiento un verdadero museo digno de visitar, con el viejo medidor de aceite, la caja registradora, la máquina de hacer embutidos, la báscula... y los retratos de los fundadores, Pacita y Sandalio, así como de sus hijos, Xuan y Carmen, siendo un buen lugar para pernoctar, pero también para comer, pues es famosa su cocina casera, aunque si vamos con más prisa, no dejarán de ofrecernos los suculentos bocadillos
Pacita y Esther se jubilaron en 1995 pero al frente del negocio sigue su nieto Antonio Arias, respetando el antiguo mobiliario y haciendo del establecimiento un verdadero museo digno de visitar, con el viejo medidor de aceite, la caja registradora, la máquina de hacer embutidos, la báscula... y los retratos de los fundadores, Pacita y Sandalio, así como de sus hijos, Xuan y Carmen, siendo un buen lugar para pernoctar, pero también para comer, pues es famosa su cocina casera, aunque si vamos con más prisa, no dejarán de ofrecernos los suculentos bocadillos
He aquí el mojón que nos lo señala, junto al buzón de Correos y el tablón de anuncios
Y llegamos a La Veiguina, bajo Las Casas de Pando, donde el Camino hace una gran curva a la izquierda
Zona de pastos
Por allí, por donde sube el Camino más allá de los pastizales, vemos pasar a algún peregrino
Seguimos sus pasos
Subiendo poco a poco
En un momento, nos despedimos de Doriga y este entrañable e idílico valle que tan bien nos recibe, dándonos la bienvenida como hemos dicho al concejo de Salas y a la cuenca del Narcea
Doriga desde el Camino, viendo atrás la bajada que hemos hecho desde El Freisnu, con El Picu Curueza o Curuoza (525 m) en lo alto y, más cerca y a la derecha, La Cutaniella (344 m)
Seguimos el muro de una quinta
Bifurcación y a la derecha
De frente Quintoños y El Picu la Siniella (368 m). A su izquierda más atrás El Menudeiro (620 m)
A su derecha El Picu Tien, también de 368 metros, que se alza sobre el valle del Narcea, río que aún no vemos desde aquí, pues está aún muy abajo
Pasamos al lado de esta llamativa panera con gran alerón sobre su escalera o subidoria
Preciosa quintana sobre el valle, ante El Monte Payón (316 m)
En la siguiente bifurcación también a la derecha
El perro nos ve pasar. Atrás el Pascualín con la hierba recién segada
Subimos un poco
Ya desde aquí y bajo Quintoños nos parece atisbar, en lo más profundo, algunas aldeas del valle: La Reguera
Quedando el cementerio a la izquierda nosotros seguimos a la derecha
Y seguimos esta recta al lado de El Pandón
En el siguiente cruce iremos a la izquierda, bajando
Aquí la Autovía de La Espina (A-63) ha trastocado unos metros el Camino original
Caminamos cerca del cementerio, que dejamos un poco a la izquierda, continuando hasta una gran cantera, ante la cual empezamos el descenso por una pista, viendo enfrente el pueblo de Suburriba, bajo los altos de Santufimia o Santa Eufemia y El Picu los Tayos, también al otro lado del Narcea, por donde habremos de subir después de llegar al antiguo monasterio de San Salvador de Cornellana, donde hay alberguería de peregrinos. Abajo las ansiadas vegas del valle del Narcea
En la bifurcación siguiente vamos a la derecha, para pasar bajo el viaducto de la autovía, pero antes nos asomaremos al balcón natural que se forma delante del quitamiedos
Más allá de Suburriba es Fulgueirinas, sobre el valle del río Nonaya, afluente del Narcea y al que va a unirse allí abajo, en Cornellana.
Y aquí está el valle del Narcea, con el río oculto entre los árboles de la ribera...
Al pasar bajo el viaducto subimos una cuesta
Y vemos, más allá del río y su boscosa ribera, los edificios de Cornellana
La cuesta acaba pronto
Ahora tomamos la senda que hay a la izquierda. Aquellos peregrinos que, desde El Freisnu hayan optado por dirigirse al Albergue de La Cabruñana, tienen desde allí un camino que baja hasta aquí, enlazando con este
Adentrándonos en el castañéu, el gran bosque de castaños
Castaños, carbayos y otras especies autóctonas
Empezamos a bajar
Hitos de piedras hechos por los peregrinos cuando la senda comienza una importante bajada al valle
Abajo a nuestra izquierda el Corredor del Narcea, carretera AS-15
Y al viaducto de la autovía
Y sigue el bosque
Un antiguo caleru, horno de cal, en el Camino
En esta nueva bifurcación seguimos bajando a la izquierda, junto a un prado
Aquí hay un mojón caminero
Baja por ahí el sendero de tierra
Luego unos metros más llanos
Se estrecha el paso entre rocas, troncos y helechos
Y el descenso continúa
Altas hierbas, zarzales, arbustos, naturaleza plena
Ya vemos mejor Cornellana en la vega formada por la unión de los ríos Narcea y Nonaya y bajo La Llomba (282 m)
También hay pintadas flechas amarillas
Las vegas del Narcea más cerca
En el tramo final de bajada hay suelo empedrado de la primitiva calzada
Tengamos cuidado, eso sí, ojo con no resbalar, pues el agua rezuma por todos los lados en días de lluvia o en sus inmediatos posteriores
Hay que ver bien donde ponemos el pie: curva a la izquierda
Poco más allá hay curva a la derecha
El Camino hace un zig-zag para perder altura rápidamente
Va desapareciendo el empedrado
Y vuelve el suelo de tierra y hojas sueltas
Las viejas murias se cubren de musgo
Entre la muria y la pared de la ladera
Y otra curva a la izquierda
Vuelve un poco de empedrado
Un tramo de bajada recta
Y más zig-zag
Al final, los árboles nos dejan ver el valle y el río Narcea, orillado a ambos lados por fértilísimas vegas, llanas y verdes, con matos o setos silvestres y praderías.
Vamos saliendo del bosque...
En el descenso final ya vemos debajo de nosotros un gran taller y alguna casería, dando vista al viaducto de la Autovía de La Espina.
Cabras y ovejas en el Camino. El "ganado menudo", la reciella
La oveja en el sendero
La cuesta va acabando junto al cierre de esta finca
Allí se ve el final de la bajada
Ya caminamos en llano por esta vía pecuaria
Señales de la ruta
Y llegamos a La Ponte, Las Casas del Puente
En ese cruce de calles iremos a la derecha
Y salimos a la carretera, el Corredor del Narcea (AS-15), que sigue el curso de este río hacia el suroccidente asturiano
Pasamos al pie de esta fila de viviendas
Hay una buena explanada entre las casas y el Corredor del Narcea
A la derecha una carpintería
Con un buen detalle xacobeo
Esta es la Casona de Escandina, del siglo XIX, con una panera al fondo, casa dedicada actualmente al turismo rural. Cruzaremos, con sumo cuidado, por dos razones: una es práctica, pues a la izquierda vamos a tener mejor paso hacia Cornellana
La otra es histórica, pues al otro lado hallaremos la razón del nombre del pueblo, pues fue este antaño el paso pontonero hacia Cornellana
Y otro porque tal vez podamos hallar debajo vamos lo que queda del viejo puente de piedra sobre el río Narcea, el cual desapareció hace muchísimo pero dio nombre a este enclave, La Ponte
La Ponte, donde se libró en el año 840 la batalla por la que Ramiro, con un ejército apoyado por los nobles gallegos, armado en Lugo y que vino por este mismo Camino Primitivo, derrotó a las fuerzas de Nepociano, quien ocupó el trono del Reino de Asturias unos tres meses, en los dramáticos momentos que siguieron al fallecimiento de Alfonso II El Casto. En líneas generales, la versión que nos han transmitido las crónicas es que Alfonso, al ser casto y sin descendencia, escogió a Ramiro, hijo de su antecesor Bermudo I El Diácono, como sucesor en el trono. Esto no pareció bien a parte de la nobleza palatina, pues según costumbre eran ellos en último término quienes escogían al rey
Ramiro, quien había sido gobernador en Galicia, evitó entrar directamente en Asturias y se desplazó hacia tierras gallegas buscando ayuda entre leales conocidos, cosa que logró. En este paraje le esperaba Nepociano, pero la batalla se resolvió cuando parte de su ejército se pasó a las filas de Ramiro. Nepociano huyó pero fue atrapado y como castigo le sacaron los ojos, siendo recluido en un monasterio.
Hacia ese nuevo puente, construido en Cornellana, nos dirigimos ahora nosotros, aprovechando un buen arcén a esta lado de la carretera
Caminamos así junto a estas grandes plantaciones de kiwis
Kiwis en el Camino, fruta con nombre de pájaro de Nueva Zelanda que con tanto éxito se ha plantado en Asturias
La gran producción de kiwis del valle del Narcea
Pasada la plantación dejamos el arcén pues hay una buena senda peatonal
El Camino está ahora un poco más bajo que la carretera
Praderías de pasto y siega
Antes del puente y de llegar a Cornellana aún pasaremos al lado de las casas de La Rodriga, importante nudo de comunicaciones viarias en el paso del Narcea, zona de pesca y enclave legendario con historias de xanas o hadas astures.
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