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jueves, 28 de octubre de 2021

POR RAÍCES Y SALINAS (2): EN LA PLAYA DE SALINAS Y LAS DUNAS DEL ESPARTAL (ASTURIAS)

Playa de Salinas (Castrillón). Al fondo las dunas

El Camino Norte de Santiago cuando sale de Avilés (Asturias) continúa por San Cristóbal para entrar en el concejo de Castrillón y seguir por La Plata hacia Piedras Blancas, su capital, pero existió durante unos años un camino, del que se conservan muchas señales, que dando un pequeño rodeo se dirigía hacia Raíces y Salinas. Este  camino sigue conservando, además de conchas jacobeas, mojones y flechas amarillas, su presencia en numerosas guías y blogs camineros, por lo que le dedicamos unas oportunas entradas de blog, siendo esta la segunda

En la primera, desde El Campo'l Conde bajábamos a Raíces por Ca Bastián, La Garita y La Cuesta, viendo El Peñón de Raíces, solar del Castillo de Gauzón y visitando lo que se ha recuperado del antiguo monasterio de La Merced. Luego, pasando el puente del río Raíces, entrábamos en Salinas...

Y al entrar en Salinas hay un gran cruce (en medio casi de la foto): la Avenida de Raíces sigue a la derecha, de frente hacia la playa. Pero el camino señalizado no va al arenal, sino que se dirige a la izquierda. Intuimos a que sería antaño el Camín de los Samartinos, una ruta costera de peregrinaciones que, aprovechando el brazo arenoso en dirección este-oeste de las dunas que separaban la antigua ría del río Raíces del mar, se dirigía a Samartín de L'Aspra, tal y como hacemos nosotros. De él encontramos esta información en la Gran Enciclopedia Asturiana  (voz Castrillón, tomo 4):

"Un dato para la historia de Castrillón lo constituye el paso por este concejo de un antiguo camino jacobeo conocido por "ruta de los San Martines"; seguía la costa asturiana, viniendo desde San Martín de Podes por San Martín de Laspra y llegaba a San Adriano, punto de reposo de peregrinos antes de abandonar las tierras de este concejo. San Martín de Tours fue el nombre que los francos vinieron dando a los hitos de su tránsito hacia Santiago de Compostela"

De todas maneras, entendemos que gran parte de la gracia de hacer el Camino por Raíces y Salinas está en acercarnos a la playa, ya que el trayecto por la calle Doctor Fleming es interior y, aunque si bien hay algún edificio relevante para la historia de la formación de Salinas como población y centro turístico, no nos deja ver la playa ni el mar. Por ello, al llegar al cruce, proponemos en este caso seguir de frente hacia el arenal por la Avenida de Raíces, yendo a la derecha


Cruzamos entonces el paso de peatones y seguimos de frente en dirección norte por la Avenida de Raíces 


El trayecto no ha de tener mayor inconveniente, bien marcado por la señalética playera


La avenida es un verdadero bulevar arbolado junto a las colonias de chalets de la parte más oriental de la población, nacida podríamos decir cuando la Real Compañía Asturiana de Minas, creada en 1833, consiguió ciertas concesiones en esta franja litoral, asentando las dunas con plantas y pinares para poder trazar una línea ferroviaria para comunicar su mina de carbón de Arnao, posteriormente también su planta de zinc, con las instalaciones portuarias de la Ría de Avilés


La Real Compañía Asturiana de Minas llega justo a la vez que es desamortizado el antiguo Coto de Raíces, propiedad del Monasterio de la Merced de Raíces que, aunque ya trasladado a Sabugo entre 1674 y 1699,seguía siendo su propietario y lo arrendaba a particulares. Dice en este aspecto también la Gran Enciclopedia Asturiana:
"La actual Salinas tuvo su origen en aquellas primeras casas que construyó la R.C.A. de Minas para los obreros, fraguas para preparar herramientas y cuadras para el ganado destinado al transporte de materiales"

Cruce y de frente, seguimos caminando entre las colonias de chalets y, a la derecha, los campos en los que la Real Compañía Asturiana plantó pinos y plantas corrigiendo las dunas y su movimiento. Entre esas plantas estaba el esparto, de ahí el nombre del lugar, L'Espartal, aplicado a las antiguas dunas y a las playas


La R.A.C. fue el primer precedente de la industrialización intensa de la comarca avilesina. Las mejores de las comunicaciones terrestres y del puerto favorecieron la llegada de gentes y otras empresas, un flujo que continuaría hasta muy avanzado el siglo XX, siendo un hito fundamental la llegada de Ensidesa, lo que ocasionó un cambio radical en la fisonomía poblacional de estos concejos, apareciendo barrios obreros, nuevas zonas residenciales y núcleos turísticos, siendo Salinas el más importante


A la derecha el Instituto de Enseñanza Secudaria de Salinas. A partir de aquí y hasta las industrias de la margen izquierda de la Ría de Avilés se extiende El Pinar, que junto con las dunas más o menos conservadas y recuperadas es objeto de especial protección ambiental, aplicada también con más o menos fortuna, después de décadas de industrialización


La instalación y el desarrollo de la Real Compañía Asturiana coincidió también con los comienzos de lo que hoy denominaríamos turismo de playa. Hasta aproximadamente 1830 los arenales marinos eran considerados popularmente lugares insalubres a espaldas de las poblaciones, aprovechados como cloaca natural de detritus. Los avances médicos tras las guerras napoleónicas y algunas epidemias descubrieron los efectos beneficiosos de los baños de ola y de sol, por lo que acudir a las playas empezó a popularizarse, primero entre los más pudientes, por lo que Salinas fue lugar de construcción de quintas de recreo, primero de los directivos de la Real Compañía, luego de la burguesía local, y a la vez de los primeros veraneantes


Incluso en los momentos más problemáticos de la industrialización avilesina a causa de vertidos, contaminación ambiental, etc. Salinas y la mayor parte del concejo de Castrillón (exceptuando la franja más cercana a la ría) se mantuvieron más limpios y salubres, lo que favoreció el asentamiento permanente de muchísimas familias en sus núcleos urbanos, que crecieron exponencialmente. En el caso de Salinas es necesaria decir que sus habitantes empadronados anda por los 4.500, si bien la cifra real de residentes sería algo mayor, multiplicándose varias veces en verano


La avenida es muy ancha y no suele tener excesivo tráfico. El acceso principal al arenal se configura más bien al otro extremo de la población, más cercano a la glorieta de enlace con la Ronda Sur y la Autovía del Cantábrico


Esta zona de chalets con terreno sería pues la más tranquila de Salinas, algo apartada del centro y sus calles más comerciales y hosteleras, que sin embargo en el largo invierno son también muy diferentes al bullicioso verano


Si quisiésemos acercarnos a las dunas podríamos ir a la derecha, pero para no alargar demasiado el trayecto en esta entrada de blog seguimos directamente hacia la playa, desde la que se pueden ver también las dunas y acercarnos a ella si lo deseamos


Paradójicamente es, al llegar a primera línea de costa, cuando empezamos a ver los primeros bloques de pisos, alguno descomunalmente alto e impactante


Son Los Gauzones, seis mastodónticos y marbellizantes bloques de pisos que, dentro del desarrollismo imperante, construyó Constructora de Castrillón S.A:, (Concasa), una de las filiales de Asturiana de Zinc (sucesora de la Real Compañía Asturiana de Minas), dentro del plan de urbanización de Salinas, cuando empezaron a proliferar las construcciones junto al mar en la década de 1960


Los Gauzones llevan en su nombre el del antiguo Territorio de Gauzón, gobernado en la alta Edad Media desde el castillo de este nombre, sito en le cercano Peñón de Raíces, del que hablamos ampliamente en el capítulo correspondiente al tramo anterior del Camino, en Raíces


En esos mismos tiempos y con ese mismo plan urbanístico, se hizo en 1965 el primer paseo marítimo, que destruyó un temporal en 1990 al estar frágilmente construido sobre la misma arena, siendo de todas maneras milagroso que aún así hubiese aguantado 25 años en pie


Por ello, el actual paseo de la playa, al que nos acercamos, se construyó en esos años de 1990 sustituyendo al anterior, arrasado. Pero los problemas de estabilidad al construirse sobre arena siguieron afectando a Los Gauzones. Paradójicamente y a pesar de estos problemas estructurales y de la recuperación y protección del espacio dunar, se ha seguido edificando en este sector más oriental de la playa y en primera línea litoral, como vemos a nuestra derecha


No son edificios mastodónticos y están rodeados de parque, fuera de los parámetros desarrollistas sesenteros, pero sí forman abigarrados bloques. Ello se debe a que en este lugar había unas fincas que daban fuera del área protegida del Monumento Natural del Espartal. Fue en 1992 cuando la promotora Urbanización y Desarrollo Playa del Espartal construyó estos bloques, con garajes y zonas verdes, en la calle Luis Hauzeur, no sin la oposición de los conservacionistas que planteaban una mejor conservación del espacio dunar, llevándose a cabo pese a ello. Más delante siguieron edificándose nuevos bloques más al este, por lo que la presión urbanística continúa sobre estos espacios naturales a preservar, a veces con gran polémica


Este es el aparcamiento un mediodía de agosto y en día de sol y playa. En días grises no hay tanto trasiego de gentes ni vehículos, e incluso en días de invierno es bastante solitario si bien siempre hallaremos a alguien paseando o corriendo, incluso cuando llueve y fuera de temporada de playa


Este último trecho de calle hasta la playa esta dedicada a Teodoro López Cuesta, Quien fuera muchos años rector de la Universidad de Oviedo, institución que, a partir de su creación entre 1892 y 1894, fomentó también el crecimiento de Salinas con sus colonias escolares dentro de la Institución Libre de Enseñanza promovida por Giner de los Ríos. Gracias a ella muchos estudiantes, principalmente hijos de mineros, pudieron pasar sus vacaciones en la creciente Salinas, muchos de ellos hijos de mineros


Las Colonias Escolares de Salinas, adaptándose y transformándose según los vaivenes políticos y sociales, a veces traumáticos, del siglo XX, mantuvieron su actividad hasta 1984. El Archivo de estas colonias fue recogido en 1990 y es así descrito en la página Archivos de Asturias del Gobierno del Principado de Asturias:
"Las Colonias Escolares Universitarias de Salinas surgen en lo que se ha denominado la "edad de oro" de la Universidad de Oviedo, que transcurre entre los años 1885 y 1910. Estas colonias, definidas en el Real Orden de 26 de julio de 1892, tenían como objetivo el cuidado del desarrollo corporal de los niños y de su educación moral, de acuerdo con el ambiente en el que hacían fortuna las ideas krausistas en un ambiente apropiado cercano a un pueblo de montaña o de mar, bajo la dirección de una persona con preparación pedagógica. A partir del curso escolar 1893-1894, la Universidad de Oviedo se inició en la andadura de las colonias escolares en su distrito, tanto de carácter costero, en Salinas, como de montaña, en Pajares, bajo la tutela de diversos profesores de la Universidad (el rector Aramburu, los catedráticos Fermín Canella, Anicelo Sela, Adolfo González Posada, Adolfo Álvarez Buylla...) y dirigidas por un maestro. 
Así, en la primavera de 1894 se funda la Junta de Colonias Escolares de la Universidad de Oviedo, en la que tomaron parte las primeras autoridades académicas, políticas y religiosas: la Diputación Provincial, el Ayuntamiento de Oviedo, el Cuerpo Médico Provincial, la Inspección de Primera Enseñanza, El Obispado y diversos miembros del Claustro Universitario. 
La Colonia Escolar Universitaria de Salinas era de carácter marítimo y fue la tercera en funcionar a nivel estatal, perdurando su actuación hasta 1984. Contaba con la asistencia de niños provenientes en gran medida de Oviedo, Laviana, Langreo, Mieres, Llanera y San Martín del Rey Aurelio, corriendo los Ayuntamientos con gran parte de la organización, vigilancia y financiación. Dirigidas a niños de zonas de interior, especialmente de las comarcas mineras. 
La colonia de Salinas funcionó sin interrupción hasta 1984, incluso durante la Guerra Civil, notándose los cambios ideológicos. A partir de 1940 pasan a depender de las Organizaciones Juveniles de Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S., recogiendo las orientaciones del nuevo Estado, cuidando que la enseñanza "responda a las conveniencias nacionales" y a "las orientaciones del nuevo Estado". A partir de este año se amplia la selección de los colonos a la zona industrial de Trubia, eligiéndose en las escuelas públicas de dichas localidades a niños que a la vez de ser alumnos de la Escuela Graduada de Trubia y pueblos limítrofes, reunían la condición de ser hijos de obreros de la Fábrica de Cañones de Trubia. 
Durante los sesenta y parte de los setenta el panorama educativo en las escuelas se vuelve combativo e inconformista, demostrando una gran inquietud y vitalidad. En las colonias, se vivió un régimen tradicional educativo hasta bien avanzados los años setenta, constituyendo uno de los fines a conseguir la formación cívico-social del niño mediante la convivencia, así como la forja de buenos cristianos y patriotas modelo, consignas recogidas de las memorias que el director presentaba anualmente a la Junta de Colonias, verdadera radiografía de la vida de la institución y, por otra parte, una de las series documentales más completas, junto con las fichas que recogen datos físicos y familiares de los colonos"

En el año 2009 un temporal dejó de nuevo al descubierto la base del paseo al arrastrar gran cantidad de arena enfrente de Los Gauzones y llevársela a otro sitio, lo que causó gran temor entre los vecinos afectados en este tramo, unos 400 metros, entre los edificios Miramar y Gauzón IV, este que vemos ante nosotros, saliendo incluso al descubierto restos del antiguo paseo, que hicieron de improvisada escollera. Existía el temor que el mar se filtrase y afectase a sus cimientos, llegando incluso los inquilinos del Miramar a encargar un estudio privado a la Universidad


Se acometieron entonces obras de consolidación y, si bien los estudios manifestaron que las construcciones están fuera de peligro, la continua pérdida de arena de la playa se teme pueda llegar a afectarlas


Playa a la que llegamos ahora, al paseo marítimo, denominado Paseo del Cantábrico. Ramón Alvargonzález Rodríguez , del Departamento de Geografía de la Universidad de Oviedo, escribe en su obra  Cambios en las periferias residenciales históricas de baja densidad en Asturias:
"El arenal del Espartal, o de Salinas, emplazado en la margen izquierda de la ría de Avilés, formó parte de los comunes del concejo de Castrillón hasta 1854, año en que fue enajenado a la Real Compañía Asturiana de Minas.», que «. trazó una línea de ferrocarril a través del campo de dunas de la playa de Salinas, y la necesidad de fijarlo para impedir el aterramiento de los raíles fue la causa de la citada compra y del posterior plantío de pinos.»

Cuando en la década de 1950 se experimentó un gran crecimiento demográfico esto supuso para Salinas pasar de ser un enclave vacacional y de segundas viviendas a una población de periferia urbana y residencia permanente. De las 46 casas existentes en 1887 se había pasado a 106 en 1900 y a 217 en 1920. Pero de las 396 de 1950 ya se pasó a 594 edificios en 1970:
"Este crecimiento se tradujo en una renovación del viario de la colonia. En 1961 se acometió la construcción de un paseo marítimo, previa cesión de terrenos por parte de la RCAM. Cesión no desinteresada, porque, en el marco de una demanda inmobiliaria creciente y de la formulación del primer Plan General de Ordenación del concejo, una filial de la RCAM, Constructora de Castrillón S. A. (CONCASA), levantó en el borde marítimo oriental seis bloques multifamiliares de entre 9 y 13 plantas, que supusieron la ruptura del modelo histórico de ciudad-jardín vigente hasta la fecha"


Este fue el origen del primer paseo costero de Salinas, si bien existen precedentes pues se sabe el primer chalet levantado en primera línea de costa se hizo en 1949 y ya antes, en 1916, se habían erigido sobre las dunas en Club Náutico y el Balneario, como nos informa Manuel Martín Ledesma en su artículo El paseo de Salinas y las dunasReflexiones sobre la pérdida de arena de la playa y ocupación de las dunas de El Espartal:
"Por lo que se ve, las alineaciones de estos muros sirvieron de base, en el año 1961, para trazar el paseo marítimo, cuyo muro de contención probablemente se estableció en el límite del dominio público marítimo-terrestre

Entonces estaba vigente la Ley de Puertos de 19 de enero de 1928, que definía como «.zona marítimo-terrestre... el espacio de las costas o fronteras marítimas del territorio español que baña el mar en su flujo y reflujo, en donde son sensibles las mareas, y las mayores olas en los temporales, en donde no lo sean...». Pero nada hay referente a las dunas.

Todas las anteriores a la vigente Ley de Costas de 1988, que después trataré con más detenimiento, definían el dominio público marítimo-terrestre de manera semejante a lo transcrito. Entonces, las leyes en general y la opinión pública eran menos exigentes en estos aspectos, incluso sobre dunas, marismas y demás accidentes de estas características, se tenía la idea de algo molesto a corregir: la Administración fomentaba su 'saneamiento', otorgando facilidades para ello.

Pero todo esto es historia y puede servir para explicar, que no justificar, lo que no debería haberse hecho: ni ese trazado del malecón y, mucho menos, la edificación de las torres a su abrigo"


Asomados al muro de la playa vemos la península de Nieva, que cierra por el este esta gran concha así como la desembocadura de la Ría de Avilés, acceso a su puerto. Allí reconocemos bien el faro, construido entre 1861 y 1863 sobre un castillo que, desde finales de la Edad Media, habría sustituido al de Gauzón en la defensa de la ría


El castillo fue tomado al asalto por una incursión inglesa en 1762, siendo arrojados sus cañones al mar antes de ser expulsado por un improvisado ejército vecinal. No obstante comenzó su decadencia y en 1818 se sabe ya estaba abandonado, existiendo la petición de hacer con sus restos un refugio para los prácticos portuarios


Pero por entonces, como en otros puertos, ya se estaba planteando la urgente necesidad de construir un faro en edificación permanente que sustituyese a las hogueras que desde tiempos ancestrales guiaban a los marinos y pescadores 


Ese faro se pensó instalarlo primeramente sobre los mismos acantilados de la punta del cabo, La Forcada, empleándolo como luz de costa enlazando con el Faro de Peñes, ya en funcionamiento desde 1852, de manera que los navegantes tuviesen tiempo bastante para su maniobra de entrada a puerto, pero el lugar se consideró demasiado expuesto a los temporales


Por ello se decidió al final hacerlo donde está ahora, La Punta del Castillo, aprovechando cimientos de la extinguida fortaleza y alguno de sus materiales


El edificio del faro, excelente mirador sobre la playa y la boca del estuario, dispone de una torre troncopiramidal en su cara norte, cuyo haz se ilumina en 1863 con apariencia de luz fija roja de un alcance de 10 millas y producida por lámpara de aceite de oliva, sustituida en 1882 por otra de parafina


Más adelante se añadió un juego de pantallas giratorias y un tambor dióptrico con pantalla de cristal rojo, dándole entonces una apariencia de luz blanca con sector rojo y ocultaciones cada 5 minutos. Este sistema fue sustituido por otro eléctrico en 1940, según datos que nos proporciona la Wikipedia:
"... y en 1944 fue dotado de una sirena electromagnética montada en la parte alta de la torre. En 1957 se instala una linterna aeromarítima y la reforma de la instalación luminosa, conservando la apariencia de ocultaciones blanca y roja en sectores, y alcanzando una distancia de 17 millas náuticas. Los amplios jardines que le rodean están cercados por un muro de mampostería. Forma un espléndido mirador sobre la ria en una zona que queda relativamente resguardada de la contaminación industrial por la influencia de los vientos dominantes del NO y NE.

En sus proximidades se encontraba una batería de artillería para defensa de la ría de los ataques de corsarios ingleses. En una incursión de éstos, los cañones fueron arrojados al agua. Parte del material de la batería se utilizó en la construcción del faro"

Por su parte, el espigón que separa la playa de la boca de la ría se adentra unos 400 metros en el mar. Se construyó en 2004 sustituyendo a otro más antiguo de la década de 1970, muy añorado por los amantes del surf que la conocieron, pues formaba la característica ola de Salinas, que desapareció al hacerse el nuevo dique


Y esta es la gran playa con sus dunas, todo el sector que se extiende desde Salinas a la bocana de la Ría de Avilés. Evidentemente es todo ello un solo y gran arenal y espacio dunar, pero según cada fuente o informante tiene varios nombres, aplicados sobre todo a cada sector de su costa, aunque luego estos nombre varían


Popularmente al decir Playa de Salinas es cuando la gente, sobre todo fuera de Castrillón y Avilés, mejor identifica al arenal, pero más bien referido a la zona más occidental, enfrente mismo de la población, la playa urbana


En documentos de la primera mitad del siglo XX aún aparece como Playón de Raíces, pero este nombre, tal vez el más antiguo al ser Raíces población de cierta relevancia, con solar fortificado y sede monacal, ha quedado prácticamente en desuso


Otros emplean la denominación del Espartal o L'Espartal para playa y dunas, dividiéndolo luego en la de Salinas y la de San Xuan, esta en la zona más oriental, separada de la ría avilesina por un espigón de 400 metros construido en 2004


Para otros L'Espartal sería el sector central, San Xuan el oriental y Salinas el central... también hay para quien  L'Espartal sería toda la zona este, un lío que nos explica así también la Wikipedia:
"Sus límites dependen de la fuente consultada. Según el ayuntamiento de Castrillón, incluiría las playas de Salinas y de San Juan de Nieva, aunque sería comúnmente denominada como Salinas. Tendría una longitud de 2 600 m, 2 100 m de la de Salinas y 500 m de la de San Juan.
La mancomunidad de la comarca de Avilés, a la que pertenece el concejo de Castrillón, en el documento Playas todo el año. Comarca Avilés, recoge la delimitación del ayuntamiento y, en el apartado dedicado a la práctica del surf en Salinas, la denominación de El Espartal para la zona centro del arenal, entre Salinas y San Juan.​ En este sentido, el inventario de playas del Plan de Salvamento en Playas del Principado de Asturias de 2009 incluye la playa de El Espartal como diferenciada de Salinas y San Juan de Nieva.​ Y según La Nueva España, en el año 2012, el puesto de salvamento de El Espartal fue atendido por seis socorristas, los mismos que en San Juan y tres o cuatro en Salinas.​

Según la guía de playas del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, El Espartal sería otro nombre por el que se conoce a la playa de San Juan,​ los 500 m del extremo oriental del arenal.

Esta delimitación coincidiría con la utilizada por el Principado de Asturias, en el inventario de playas recogido en las Directrices Subregionales de Ordenación del Territorio para la Franja Costera. Estas directrices son, según la parte dispositiva del decreto que las aprueba, «marco de referencia obligado para la actuación territorial de la Administración pública en la zona costera asturiana». De acuerdo a este documento, la playa de El Espartal, formada únicamente por arenas, tiene una longitud de 500 m y unas superficies de 50 000 y 105 000 m² en marea baja y alta, respectivamente. Está clasificada como playa urbana, con una importancia de los impactos muy alta, un interés de conservación alto y un uso predominante de baños.​Así mismo, el documento establece, junto con el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales de Asturias, la necesidad de un área especial de protección para la playa de El Espartal, como monumento natural"

Por su parte, la Gran Enciclopedia Asturiana, en su edición de 1970, parece llamar Espartal a todo...

"La Playa del Espartal, de fina arena, forma un arco de cerca de 4 km. entre la boca del puerto de San Juan de Nieva y el promontorio de Buenavista"

Y este es el frente costero de sus famosas dunas. Su extensión es actualmente de alrededor de una hectárea pero en sus tiempos fueron las mayores de Asturias. La expansión industrial y urbana provocaron un sensible retroceso, según atendemos a la explicación de Asturnatura:

"Antiguamente este el sistema dunar más amplio de Asturias, ocupando todo el conjunto de Salinas y el Espartal, y hacia el interior penetraba casi 1 km hasta los acantilados de Pinos Altos, formados en el jurásico. Actualmente la zona ocupada por el arenal es muchísimo menor. Los motivos de esta fuerte alteración han sido el crecimiento urbano de Salinas (por el oeste) y la creación del puerto de Avilés (en el este), así como el desarrollo de numerosas actividades industriales paralelas al puerto (en el sur), que ha rodeado y aislado completamente la playa; la creación del dique de la ría ha supuesto una alteración en la vía natural de aportes de arena al sistema, al igual que los numerosos dragados realizados en la costa adyacente, pero todavía resulto más dañino la extracción de arena para la construcción. Hoy día se encuentra protegida por numerosas vallas y pasarelas que han permitido el inicio de la recuperación del arenal. Anteriores intentos de recuperación han supuesto la maduración del suelo dunar que permitió el establecimiento de numerosas especies arbustivas"

Las dunas están diferenciadas en dos sectores, una es este muro dunar formado por dunas blancas, que en su parte más alta llega a los 15 metros, y detrás el resto de las dinas, dunas grises. Por todas ellas crece su característica vegetación, de la que se nos cuenta así también en Asturnatura:

"Las dunas presentan una vegetación llamada psammófila, que es capaz de vivir en suelos arenosos y también resistir la influencia salina del mar. En la playa no se aprecia vegetación, pero la primera duna blanca o semifija, que en algunos puntos puede medir hasta 15 m de altura, está colonizada por el barrón (Ammophila arenaria subsp. australis), que con sus rizomas y sus largas y profundas raíces es capaz de fijar estas dunas, aunque fuertes oleajes pueden movilizarlas ligeramente. Junto con ella aparecen otras plantas características de estas dunas, como son el nardo marítimo (Pancratium maritimum) y la correhuela de las dunas (Calystegia soldanella). Tras esta duna es difícil diferenciar los siguientes cordones dunares ya que se encuentran muy alterados, estando ocupados por numerosos matorrales, tojales, zarzales, donde hay trepadoras como la zarzaparrilla (Smilax aspera) o la raspalengua (Rubia peregrina); es posible encontrar aquí también madroños (Arbutus unedo), laureles (Laurus nobilis), aligustres (Ligustrum vulgare) y pinos marítimos (Pinus pinaster). La espigadilla de mar (Crucianella maritima), es una especie protegida y presente en muy escasas playas del Cantábrico"

Las dunas además siguen moviéndose, bien lo explica Martín Ledesma en su referido artículo a ellas dedicado:

"las arenas que la forman están en un equilibrio dinámico, no estático, es decir que aunque no sea perceptible por nuestra vista, por no distinguir unos de otros, los minúsculos granos que forman la playa, se mueven constantemente dentro de su ámbito. La ola rota y las corrientes mueven de un lado a otro los granos de arena. 
En el invierno, propicio a los fuertes temporales, el perfil de la playa sufre un retroceso: durante un temporal intenso, que suele coincidir con la bajada de la presión atmosférica y, por tanto, con una sobreelevación del nivel medio del mar, las olas más grandes en las mayores pleamares, alcanzan la defensa natural de la playa, la duna situada en la parte alta de la misma. Allí disipan su energía, erosionan el escarpe y, en el retroceso del caudal, arrastran la arena hasta la zona de rompientes del oleaje, donde se depositan formando un bajo arenoso, comúnmente llamado 'la barra'. Ésta, a su vez, constituye una autodefensa pues, considerando que la ola rompe al llegar a un calado poco mayor que su altura de onda, al disminuir el calado, se adelanta la rotura del oleaje, que reduce así su energía. 
En términos generales, durante la época veraniega los temporales son menos intensos en duración y fortaleza, entonces las olas rotas transportan las arenas de la barra hacia la orilla de la playa, que recupera su perfil anterior. 
También es sabido, que los muros verticales de los paseos marítimos, construidos en sustitución de los escarpes naturales de las dunas, ocasionan un efecto devastador, que es doble: por una parte causan las erosiones antes descritas; y por otra, al faltar el depósito de reserva de la duna, la arena erosionada y arrastrada no se repone, y no puede formarse 'la barra', aumentando el calado del perfil delantero de la playa, y a mayor fondo hay menos desgaste de energía en el avance de las olas, que se estrellan en el muro con más violencia, y multiplican su daño. 
Movimientos tan claros como los descritos, sólo se producen si los temporales al llegar a la orilla son perpendiculares a ella, pero no siempre ocurre así. Ya he dicho que esta playa está abierta al amplio sector comprendido entre Noroeste y Nordeste, especialmente fuertes los del NO. Una oblicuidad del oleaje, produce un movimiento en zigzag, en diente de sierra, es decir que, además del movimiento transversal antes descrito, también hay un arrastre longitudinal de la arena a lo largo de la playa. 
Por otro lado, también es sabido que en esta zona de Cantábrico, hay una corriente general de Oeste a Este, a la que se atribuye un importante transporte de arenas, procedentes de la desembocadura del río Nalón, por San Esteban de Pravia, y que ha formado las playas existentes hasta más allá del Cabo de Peñas"

La playa, o al menos cierta parte y sus correspondientes dunas, fue declarada monumento natural el 21 de julio de 2006, destacando en sus valores el sistema dunar y sus especies botánicas 

nardo marino y espigadilla de mar, incluidas en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de la Flora Asturiana. Además, se han descrito en El Espartal dos hábitats de interés comunitario, las dunas embrionarias (dunas móviles primarias) y los brezales mediterráneos y oromediterráneos primarios y secundarios con dominio de genisteas. 

Este espacio forma parte de la Red Natura 2000, dentro del Lugar de Interés Comunitario Cabo Busto-Luanco y de la Zona de Especial Protección para las Aves del mismo nombre." (Wikipedia)

Abundando en la múltiple y debatida ubicación geográfica y definición toponímica, la Enciclopedia del Paisaje de Asturias dice lo siguiente en ESPARTAL Playa de (Castrillón):

"También llamada playa de San Juan. Se trata en realidad del tramo central de la playa de Salinas (Castrillón). Su denominación procede de las plantaciones de esparto que se llevaron a cabo desde mediados del siglo XIX para fijar el sistema dunar móvil, que cubría con frecuencia la línea férrea San Juan-Arnao. La playa de San Juan corresponde al sector más oriental de la playa de Salinas, comprendiendo una longitud de 1.200 m junto con el tramo de El Espartal, división que procede para señalar ámbitos más concretos dentro del gran arenal de Salinas"

Dentro del mismo ámbito geográfico, la misma enciclopedia dice así en la entrada SALINAS, Playa de (Castrillón):

"La playa de Salinas se sitúa en el concejo de Castrillón, al oeste de la desembocadura de la ría de Avilés. Su nombre ya aparece en documentos de los siglos IX y X, que aludían a la explotación de la sal marina. Geológicamente queda delimitada por el sistema devónico de Arnao, a su izquierda, y la península de San Juan y el canal de la ría de Avilés, hacia el este. Tiene una longitud de unos 1.400 m en su sector más occidental. El desarrollo urbanístico operado desde el siglo XX ha hecho desaparecer parte del cordón dunar original del cual se conserva sólo una parte en la zona denominada El Espartal. Aunque se trate de una unidad geológicamente se suele dividir en tres zonas, que en realidad son una misma playa: Salinas la más occidental, El Espartal, el primer tramo de dunas, y la playa de San Juan, la más próxima a la ría de Avilés, formando una única playa de más de 2,4 km"

Como podemos comprobar, lo que aparentemente es una discusión bizantina entre diferentes nombres y a qué se refieren terminan afectando a consideraciones esenciales de este gran playón, como son su localización, tamaño, características geográficas y naturales, etc., que seguidamente pueden pasar a interferir en sus medidas de protección más concretas. Vamos a ver ahora lo que pone Asturias.com:
"De acuerdo con la Administración, la playa de “El Espartal” sería el nombre genérico de todo el arenal, incluyendo la playa de Salinas y la de San Juan de Nieva, colindante con la ría de Avilés. Pero la playa en su conjunto, sin marcar más límites ni nombres, es un continuo que en su parte urbana discurre por un paseo marítimo, desde la zona conocida como La Peñona, en el extremo más occidental, hasta el comienzo de las dunas de El Espartal (...)   
En marea baja descubrimos que la extensión playera supera los 500.000 metros cuadrados de superficie. Una gran sensación de amplitud, una concha inmensa de arenas finas y limpias. Sus espectaculares medidas y la manera franca de disfrutar con la vista del mar Cantábrico que, entre otras visiones, nos permite gozar de atardeceres insólitos, ayuda a comprender el hecho de que esta playa sea una de las más concurridas del verano astur. Ha atraído la atención de miles de visitantes desde finales del siglo pasado, cuando la localidad homónima de Salinas fue poco a poco apetecida por la burguesía nacional"

Pero también tenemos lo más entrañable, los recuerdos. El geógrafo Emilio J. Cepeda García habla así de esta playa y sus recuerdos de la niñez en La Voz de Asturias el 21-10-2021 con Aquellas infancias ovetenses: domingueros en Salinas:

"En aquellas infancias ovetenses no todos los veranos podíamos irnos de vacaciones a Jávea, Benidorm o a las Rías Baixas. Y, por mucho que algún alcalde iluminado, en algún proyecto faraónico, soñara con crearla, Oviedo no tiene playa. Aunque (ventajas del paraíso natural) no anda muy lejos, a unos 30 kilómetros. Y a esa distancia aproximada uno de los destinos más cómodos era y es la playa de Salinas, muy cerca de Avilés, a la que solíamos ir en verano muchos domingos.     
El primer asunto logístico, tratándose de Asturias, era obviamente el meteorológico y la primera pregunta el domingo al levantarse era obligada: en Oviedo hace buen día, despejado, pero ¿qué tiempo hará en la costa? Para ello estaban los informadores: bien dos tías abuelas paternas que solían veranear en la propia Salinas, cerca del restaurante La Gaspara; bien otra tía abuela materna que vivía en Avilés y que tenía un perro pekinés ya muy mayor, que se pasaba el día enrabietado persiguiéndose la cola.

Con la información positiva del tiempo, empezaba la planificación: llamadas a abuelos, tíos y demás familia: tú llevas esto, yo lo otro. Y todos al Seat 127 granate, en principio cuatro personas, aunque a veces podíamos encajarnos seis. Otros coches que se estilaron fueron un 127 Especial amarillo y un Simca 1200 color verde bosque. Ya no recuerdo si coincidieron o no en el tiempo, pero a Salinas seguro que fueron.  
Ya en el coche, salíamos de Oviedo dejando la ennegrecida San Julián de los Prados a mano izquierda y atravesando por en medio el Grupo Guillén Lafuerza, para mis ojos unas pequeñas casitas al lado de la autopista aunque años después supe que era una colonia de casas baratas de posguerra y que derribaron unas cuantas edificaciones porque a alguien se le ocurrió que ese era el mejor sitio para que pasara la Autopista, partiendo el barrio en dos. Y digo la Autopista, con mayúsculas, porque de aquella sólo había una. Hubo que esperar algún año a que se inaugurara la de León, aunque esa es otra historia.  
Se trata de una infraestructura de transporte fundamental en Asturias, pese a su actual congestión. Inaugurada en 1976, la también llamada Y parte de Oviedo y recorre de sur a norte el centro geográfico de Asturias bifurcándose a la altura de Serín hacia el NE (Gijón) y hacia el NO (Avilés). Es punto de unión en sus extremos de las tres principales ciudades asturianas y supuso una revolución en el transporte de la región, marcada por la difícil topografía.  
La Autopista era el canal por el que los ovetenses peregrinábamos hacia la playa acompañados por la estruendosa melodía con la que nos deleitaban los neumáticos al circular por ella. Es algo que llama la atención del que la recorre por primera vez y se produce porque el firme está formado, en realidad, por hormigón armado estriado en una serie de bandas paralelas (las descubrí en uno de los viajes, cuando tuvimos una avería y paramos en el arcén). Posteriormente, he sabido que la pavimentaron así para que durara más tiempo, lo que parece cierto dado que aún persiste en la mayoría de los tramos.  
El recorrido por la Autopista tenía una serie de hitos fundamentales para los niños de entonces. Por ejemplo, la visión del PRYCA, uno de los pocos centros comerciales de Asturias de aquella, con una incipiente Fresneda a su lado, aún en proyecto. O el viaducto de Serín y sus mangas de viento, otro de los informadores meteorológicos de los días de playa. Desde ahí, ya atravesando el centro de la Y, se pasaba por debajo del viaducto de Serín original, el ferroviario, con sus arcos almohadillados ennegrecidos que de aquella me sugerían vagamente el acueducto de Segovia.  
A partir del llamado nudo de Serín, la carretera enfilaba dirección NO hacia Avilés y el paisaje iba cambiando. A partir de cierto punto estaba marcado, en la margen derecha, por Ensidesa y la siderurgia. Todo un mundo metálico y gigante de hornos, chimeneas, fuegos, almacenes, naves industriales, montañas de carbón... un paisaje en tonos metálicos, negros, grises y ocres, entre los eucaliptos de repoblación y la vegetación autóctona. Justo antes de llegar a Avilés, había dos hitos infantiles más en el viaje, en la margen izquierda: lo que llamábamos ‘casa de los fantasmas’ que parecía más bien una pequeña iglesia o ermita en ruinas y cuyos últimos restos aún perviven, un poco más allá de lo que ahora es Parque Astur; y la casa del caracol, llamada así porque tenía una escalera exterior de ese tipo, de color verde.  
Por fin, atravesando el poblado de Llaranes, dejábamos la Autopista y llegábamos a Avilés. Se entraba a la ciudad por una calle paralela al puerto y la zona industrial y el ferrocarril. Desde allí había dos formas de llegar a Salinas: bien a través de la Avenida de Los Telares y la Avenida de Lugo, por el interior, bien circulando al lado de la ría, hacia San Juan de Nieva. La segunda opción siempre era la favorita. Si teníamos suerte, podíamos ver pasar el tren parados en el paso a nivel, justo antes de entrar al puerto. Desde allí, atravesando la zona portuaria, disfrutábamos de los barcos atracados y, en ocasiones, podíamos observar a alguno entrar o salir. Era fascinante ver los tamaños y los nombres de los barcos, industriales, y también su nacionalidad. De esa zona salíamos a San Juan de Nieva y a Salinas, sin solución de continuidad.  
Pequeña población de plano bastante regular y con una mayoría de casitas tipo ciudad-jardín, Salinas había crecido al amparo de la Real Compañía Asturiana de Minas y los veraneantes burgueses. Como la mayoría de las localidades costeras, se abría al turismo masivo desde los años 70, y de ello dan fe edificaciones en altura como los Gauzones, que desentonaban ya de aquella con el conjunto de la población.  Se entraba atravesando un extenso pinar de repoblación, con las dunas del Espartal hacia la derecha. Aún podían verse en el asfalto los raíles por los que había circulado el antiguo ferrocarril que unía la zona industrial de Arnao (más allá de Salinas, detrás de la Peñona y Pinos Altos) con la zona del puerto en San Juan de Nieva.  
Ya en la playa solíamos juntarnos fácilmente 12 ó 13 personas, entre abuelos, tíos, primos y demás familia. El montaje no tenía nada que envidiar a un Callejeros televisivo actual: sombrillas, mesas desplegadas y fiambreras con filetes empanados, tortilla de patata y ensaladilla rusa, sobre todo. Eran importantes los termos gigantes y con doble depósito: uno para el vino y otro para la gaseosa; otro para el café y otro para la leche; y también alguno de agua. Recuerdo también unas hamacas de color rojo con bandas verticales de colores, además de los consabidos cubos, palas, rastrillos y flotadores. Al núcleo familiar principal se le agregaban unos satélites a lo largo de la playa, que solía estar muy concurrida, con diferentes zonas donde se localizaban otros familiares y que solíamos ir visitando a lo largo del día obteniendo las consiguientes propinas (o quizás un helado).  
La playa, al ser muy abierta y extensa (casi 3 kilómetros hasta San Juan de Nieva), está a merced del viento y las corrientes. Por ello había varias zonas habilitadas para el baño, siempre vigiladas. Recuerdo la sensación del salitre en la piel, y las pequeñas partículas de hollín en el agua y el galipote negro que a veces se te pegaba en los pies, consecuencia de la industria cercana.  
Después de comer, durante el tiempo destinado a las dos horas clásicas de digestión para los niños, a veces iba con mi padre y algún tío a Casa Ramiro, un clásico que aún perdura, con sus azulejos naranjas, sus hortensias en la terraza y sus porrones de cerveza con casera acompañados de cacahuetes en las mesas de piedra. Allí vi mis primeras retransmisiones del Tour de Francia, con Perico Delgado y Ángel Arroyo conquistando puertos. Recuerdo de forma borrosa a Ramiro, a Oscar (con acento en la a, como palabra aguda) y a una tal Pergentina, quienes lo regentaban.  
Tras la vuelta a la playa, tocaba un baño final, recoger el campamento y quizá hacer una pequeña visita al parque de los patos (y cobayas) que había cerca del Náutico. Después, tocaba emprender el camino de vuelta a Oviedo no sin parar antes a acabar los restos de la comida en algún merendero de la carretera vieja de Avilés, algo que servía también para evitar las congestiones de tráfico que se solían formar a la entrada de la capital, con todos los domingueros ovetenses volviendo a la vez. De ahí, ducha, vaso de leche y a dormir.  
Hace tiempo ya de aquello y muchas cosas han cambiado, entre ellas yo mismo. En los años 90 estuve en Salinas alguna vez, incluso visité Casa Ramiro y el propio Ramiro seguía allí, atendiendo a los clientes. Y a principios de los 2000 aún comí en el restaurante La Gaspara. Pero he vuelto a Salinas en alguna visita reciente a Asturias y, ojos de adulto aparte, no es lo mismo. Casa Ramiro sigue manteniendo el tipo pero La Gaspara es ahora eso que llaman un gastrobar. El paseo no es el mismo, lo destrozó un temporal en 1990 y tuvo que ser reconstruido, ahora con vallas. Ya no están los clásicos maceteros de colores, ni el parque de los patos. La arena tampoco es la misma: el cambio climático, los dragados de la ría y diversos factores han afectado a las corrientes y ha hecho necesario añadir arena artificialmente, menos fina que la anterior.  
Sigue siendo un destino veraniego clásico y una playa con mucha afluencia, muy marcada también por el surf, pero me da la impresión de que los domingueros actuales, hijos y nietos de los de los 80, quizá prefieran ahora otras playas asturianas y destinos más exclusivos, cosa de las clases medias y de la modernidad. Y las autopistas y autovías asturianas, ahora sí en plural, ponen a nuestro alcance (y podría ser un lema turístico) tanto el oriente como el occidente en poco más de una hora.   
Pero Salinas y su playa, como otros tantos lugares, siguen allí, esperando a quien quiera conocerlos y disfrutar de los buenos momentos"

Estas playas del Cantábrico fueron escenario de diversas operaciones a lo largo de la Segunda Guerra Mundial y la de Salinas no iba a ser una excepción, a finales de 1942 aterrizó aquí un avión británico, pero dejemos que nos lo cuenten Ismael Juárez y Borja Pino en El día que la Segunda Guarra Mundial aterrizó en Salinas (El Comercio-La Voz de Avilés 21-5-2016):

"La cornisa cantábrica fue durante varios años una de las orillas de la Batalla del Atlántico, una de las más largas de la Segunda Guerra Mundial, donde fuerzas aeronavales de los Aliados y del Eje libraron combates sin tregua en el océano hasta prácticamente la finalización conflicto bélico más cruento conocido hasta ahora.  
Frente a las costas españolas, de Galicia al País Vasco, tuvieron lugar incontables combates por mar y cielo durante casi seis años. Como consecuencia de ello, no fueron pocos los buques, submarinos y aviones, averiados o dañados, que acabarían recalando en la cornisa cantábrica. Asturias no fue una excepción. La comarca de Avilés, tampoco  
El viernes 11 de diciembre de 1942 la playa de Salinas sería escenario del aterrizaje forzoso de un bombardero británico Amstrong Whitworth Whitley. A bordo iban 6 tripulantes neozelandeses. Tras averiarse uno de los motores durante una patrulla antisubmarina, y ante el peligro inminente de que aparecieran aparatos alemanes, encontraron en la playa de Salinas la mejor opción para escapar de tan crítica situación.  
«Yo estaba en la playa con una amiga», cuenta una vecina de Salinas, con 10 años entonces, que ha preferido no revelar su nombre. «Debía ser el mediodía y había marea alta. De repente, vimos aparecer por encima del monte Pinos Altos un avión. Y bajaba y bajaba. Iba derecho a donde estábamos nosotras. A la playa. Y nos fuimos corriendo. Menudo susto», recuerda.  
El aterrizaje no fue tranquilo. Antes de pararse, un poco más allá de donde ahora se sitúa la escalera 10 de la playa de Salinas, donde empiezan las dunas, el ala derecha golpeó al tomar suelo y quedó destrozada aunque la tripulación no sufrió daños. Mientras, por todo Salinas se corría la voz de los sucedido.  
«Empezaron a decir: 'Hay un avión en la playa, hay un avión en la playa', y casi todos en Salinas nos fuimos para allá», relata entre risas Nieves Verdín Álvarez, quien entonces tenía 8 años. «Fue todo un acontecimiento. Había mucha gente. Los niños jugaban alrededor y la Guardia Civil les gritaba que no se acercaran porque había combustible que se había salido y decían que podía explotar en cualquier momento».  
Pero no explotó. Al menos ese día. Los seis neozelandeses destruyeron toda la documentación pues, aun estando en territorio no beligerante, era manifiesta la amistad del régimen franquista con las potencias del Eje. No en vano, la guardia civil se presentó en el lugar sin tardanza y se los llevaría custodiados al Hotel La Serrana. Los nombres de los tripulantes eran F.L. Perres, W. Walpole, J. Clapperton, R.B Newton, J.F. White y F.J. Crowe. No se sabe con certeza cuánto tiempo permanecieron en Avilés. Lo que sí se sabe es que acabarían siendo internados en el campo de prisioneros de Alhama de Aragón.  
Aparato incendiado  
José María León, exalcalde de Castrillón, tenía 12 años cuando el suceso del Amstrong Whitley. «Me acuerdo perfectamente de aquel hecho. El avión había quedado destrozado después de golpearse al aterrizar. Todos los guajes fuimos a buscar algo, a llevarnos algún recuerdo. Luego, al día siguiente, el avión se quemó».  
Pero ante la teoría que sostienen algunas fuentes de que fueron los niños quienes prendieron fuego al aparato mientras jugaban con cerillas cerca del combustible que se había salido, José María León es rotundo. «Para nada. No fueron los niños, de ninguna manera. No sé quién lo quemó, pero no fueron los niños, yo creo que alguien lo quemó para que no se descubriera algo, pero no sé el qué. Lo que sí tengo claro es que si se quemó el avión fue porque alguien quiso quemarlo».  
El hecho es que el avión estuvo vigilado por la Guardia Civil, hasta que, al cabo de dos días, un camión con militares del ejército del aire se llevó el aparato y los restos del fuselaje desperdigados por la playa para Llanera, donde actualmente se levanta el aeropuerto de La Morgal.  
La incógnita de quién y por qué se quemó aquel avión inglés aún permanece sin resolver. Como también se desconoce exactamente el tiempo que aquellos seis neozelandeses estuvieron recluidos en el campo de prisioneros. Algunas fuentes hablan de una evasión al cabo de unas semanas. Otras señalan que fueron repatriados vía Gibraltar. Lo que sí parece probado es que algunos de los integrantes de aquella tripulación acabarían muriendo en combate al año siguiente.  
Han pasado casi 74 años desde aquel aterrizaje forzoso en Salinas. Un hecho casi olvidado en la comarca pero que puede rastrearse en libros, registros y webs anglosajones, tan dados a estudiar y revisitar los sucesos de la Segunda Guerra Mundial. Salinas, por un día, estuvo en esa guerra. Aunque aquí el hecho bélico se tornó entretenimiento. Sobre todo para los 'guajes'"

Y así caminamos rumbo oeste por el Paseo del Cantábrico, frente a los edificios de Los Gauzones y dando vista a lo que es propiamente la Playa de Salinas, enfrente de la población que, con una cierta épica triunfalista tan de aquella época, decía en 1970 la Gran Enciclopedia Asturiana:

"Familias avilesinas y otras del resto de la  provincia formaron la primera colonia veraniega. Por la suavidad del clima, el entorno paisajístico, la adecuada urbanización y los completos servicios públicos, aumenta de año en año su población permanente, así como la de la temporada estival"

 Al oeste los acantilados de Pinos Altos o Buenavista, en La Piñera, cierran la playa y su concha. Por allí va la carretera de Salinas a Arnao, atravesando la montaña por un túnel que en principio había hecho la Real Compañía Asturiana para comunicar las instalaciones de Arnao, sus poblados, mina y factoría de zinc, con la zona portuaria avilesina atravesando Salinas y L'Espartal


En los primeros tiempos, la RCAM transportaba en carros su carbón desde la mina de Arnao pero ello encarecía muchísimo el producto, optando más tarde por llevarlo en lanchas por mar. Por ello en 1853 y coincidiendo con importantes cambios en la empresa, que pasa a dedicarse plenamente a la producción de zinc, se decide acometer la obra del Ferrocarril del Espartal, horadando un primer túnel, más largo que el actual, y asentando las duna con pinares. Así nos lo explica la Wikipedia:
"En 1853 la española Real Compañía Asturiana de Minas de Carbón se convierte en la belga Compagnie Royale Asturienne des Mines, Société pour la production du Zinc en Espagne y al negocio minero de carbón se añade la minería y la fundición de zinc. Para este nuevo negocio contaba con minas de blenda y calamina en Guipúzcoa y construyó una fundición en Arnao, en «el valle y colinas llamadas del Cuerno». 
Con la puesta en marcha de la fundición de zinc, el carbón de la mina de Arnao deja de venderse y se utiliza para los hornos de la fundición. Debido a esto, se abandona el transporte de hulla al puerto de Avilés y el muelle de San Juan se utiliza para recibir las materias primas (calaminas y blendas, principalmente) y para el envío de los productos de zinc. Para ello, se acometió la construcción de dos ferrocarriles para comunicar las minas con la nueva fundición de zinc y esta con el embarcadero, conocidos como de «El Pical» y de «El Espartal», respectivamente"

Más tarde se haría el Túnel de San Martín, en sus tiempos el más largo de España con sus 615 metros de longitud, que recorrió, entre 1880 y 1959, cuando dejó de prestar servicio, la locomotora Eleonore, ahora expuesta en el Museo de la Mina de Arnao al pie del cantil y al lado mismo de la carretera. Mientras su compañero El Rojillín estaba a la boca del ese Túnel de Samartín,  haciendo de oficina de turismo local:
"En 1853 dieron comienzo las obras de la línea de El Espartal, que presentaba dos obstáculos: atravesar la loma de San Martín, que separa Arnao de Salinas y cruzar las dunas de El Espartal, entre Salinas y San Juan de Nieva.

La loma de San Martín fue atravesada mediante un túnel, de 615 m de longitud, excavado entre 1854 y 1855. A la salida del túnel, la Real Compañía había adquirido una franja de terreno de 25 varas de ancho y casi 4000 de largo hasta la ría, a través del conocido como Arenal del Espartal. Este comprendía tanto la playa como parte de las dunas costeras, alineadas formando cordones paralelos a la costa. En el surco (espacio entre cordones) más externo se dispuso la traza del ferrocarril.

Las medidas adoptadas para fijar las dunas se demostraron insuficientes por lo que la Real Compañía instó la expropiación del Arenal completo, entonces en la parroquia de Laspra, con una extensión de mil días de bueyes, por la cantidad de doce mil reales de vellón.

En el verano de 1858, la reina Isabel II de España, de viaje por Asturias, visita la fundición y la mina de Arnao.​ Desde la villa de Avilés, se desplazó en una falúa hasta el muelle de la compañía, en San Juan de Nieva, donde dos trenes trasladaron a toda la comitiva hasta Arnao.

En 1890, la Real Compañía solicita y obtiene del Estado el traslado a la dársena de San Juan de Nieva de su embarcadero, originalmente construido en el canal de entrada en madera y en 1967 sustituido por uno de piedra​. La incompatibilidad de uso del embarcadero y de la dársena motiva dicho cambio. En consecuencia, se le adjudica los 120 m próximos al canal en el muelle oeste de la dársena, construida entre 1870 y 1900, y 10 355,5 m² de terreno para almacenaje, oficinas, vías e instalaciones.

Con la llegada de la Compañía del Norte a la villa de Avilés y a San Juan de Nieva, la Real Compañía se planteó la conexión de la fundición en ancho de 1874 mm. Para ello se perfora un nuevo túnel, mucho más corto que el de San Martín y al norte de este. A dos carriles instalados se le añade un tercero para acoger los dos anchos. El nuevo trazado con tres carriles estuvo en funcionamiento en 1891​ y se mantuvieron hasta 1959, en que se levantó el carril correspondiente al ancho de 800 mm"

Más a la derecha, La Peñona se adentra en el mar y completa el cierre de esta concha. Al otro lado están el túnel de Arnao y la Playa del Cuerno, que nos vemos desde aquí. Un poco más allá sí vemos los acantilados de La Punta Pical

La Peñona es el solar del Museo de las Anclas, museo abierto y al aire libre construido en 1991 en el que se exponen las anclas de varios navíos así como otros objetos, motivos y alegorías marineras

En su extremo, hay un islote rocoso que da nombre a todo el promontorio, accesible por una pasarela metálica que sustituye a una anterior de madera, la cual comunica con el paseo marítimo en su prolongación por el museo y con la carretera de Arnao

Allí hay un buen mirador y, sobre la roca de La Peñona, se ha instalado el busto de Philippe Cousteau, cuyo nombre ostenta este museo, escritor, buceador y explorador del mar, fotógrafo, cineasta y piloto de aviación, hijo del gran investigador y divulgador del mundo marino Jacques Cousteau. En segundo plano el extremo de la Punta Pical

Más en la distancia vemos la clara roca del frente acantilado de la Punta Vidrias, también llamada por su color Punta Blanca, uno de los más destacado salientes entre Cabo Vidío y Cabo Peñas

Bajo esos acantilados, que llegan a los 100 metros de altura sobre el mar, están las playas de El Regueru y Muniellas, tranquilas y relativamente poco frecuentadas. A la derecha está  La Isla la Deva, la segunda isla en extensión del Cantábrico. Su nombre, similar al de numerosos topónimos europeos, hace referencia a la antigua diosa celta de la naturaleza, simbolizada principalmente en las aguas. Los peregrinos que realizaron el tramo gijonés del Camino Norte pasaron por una parroquia también llamada Deva, en el camino al camping municipal. Es el mismo origen que la Deba del País Vasco

En este litoral antes era costumbre decirles los críos "cuando preguntaban", que las niñas "venían de La Deva" mientras que los niños "venían de El Rebeón", peñasco del vecino concejo de Cudillero/Cuideiru, y eran traídos por los pescadores en sus lanchas, como cuando se dice que vienen de París

Por citar topónimos idénticos, en Asturias están el río Deva en la frontera con Cantabria, La Peña o Isla La Deva casi enfrente de la desembocadura del Nalón, o también el río Deva que nace en el Monte Auseva en Covadonga, pero hay muchos más desde Europa hasta la India y entre ellos destacamos Deba en el País Vasco que también denomina a un río y a una villa, el Deventer en Holanda, la ciudad de Devon y Devonshire en Inglaterra, las Divonna de Francia, Diviciacos, famoso druida galo; el Dvina, río de Rusia y Letonia, la Diva de los persas y un larguísimo etc. que sería harto prolijo enumerar. También este culto a Deva parece estar muy emparentado con las creencias en los seres femeninos del agua y las cuevas que existen en la mitología de todas las culturas y que en Asturias están representados en las xanas que se aparecen en fuentes, ríos y lagos

Aunque desde aquí no se aprecia, la isla, de 350.000 m2 está separada de la costa unos 400 metros (otras fuentes varían, nada menos que hasta los 700 m), formando geológicamente una unidad con la Punta Vidrias, con una altura de 90 m. Junto con el Playón de Bayas, al otro lado de la punta, es también monumento natural. Sus dimensiones en planta son de 800 x 400 m y de sus características botánicas y faunísticas dice esto la Wikipedia:

"En su cubierta vegetal, pueden diferenciarse las tres cinturas reconocibles en los acantilados del litoral cantábrico. Una primera banda, de muy escasa cobertura, formada por especies herbáceas que enraízan en las fisuras del acantilado; una segunda banda de praderas de Festuca rubra ssp. pruinosa; y una tercera banda, de matorrales, principalmente tojos y brezos.

La isla, es usada por multitud de aves marinas como lugar de nidificación o refugio. Cabe destacar las casi quinientas parejas de gaviotas patiamarillas (Larus michahellis) que anidan en la isla, siendo la única colonia que se reproduce con frecuencia en el litoral asturiano. También es utilizada como refugio por otras especies de gaviota, cormorán grande (Phalacrocorax carbo), e incluso garzas (Ardea cinerea)

Sin embargo, el aspecto más destacable es la nidificación de algunas especies legalmente protegidas y catalogadas como de interés especial: el cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis), el paíño europeo (Hydrobates pelagicus), y el halcón peregrino (Falco peregrinus). Además es destacable la presencia de una subespecie de la lagartija roquera (Podarcis muralis rasquinetti)"

El extremo de la Punta Vidrias más saliente es llamado Punta del Cogollu y el estrecho entre él y la isla solamente puede ser surcado por embarcaciones de poco calado dado que hay numerosos bajos rocosos. La forma de La Deva es peculiar, con un gran moño y detrás unos brazos acantilados más bajos y en forma de U que protegen una especie de cala rocosa con una cueva. Tiene otras dos cuevas, con una lancha pequeña tipo kayak puede llegar a entrarse por una y salirse por otra. En la página  Océanos de libertad podéis ver su singladura

Bailando con las olas, los surferos de Salinas, inconfundibles en la distancia con sus oscuros trajes de neopreno. En Salinas hay varias escuelas de surf y la historia de este deporte en este arenal la encontramos bien documentada en la página Mar Gruesa la web de surf:

"Los inicios del surf en Salinas se remontan a finales de los años 60’s con gente como Javier Verdejo, Carlos “el escayolista”, los hermanos Cueto o Amador Rodriguez. Gente, en su mayoría, que se acercaba desde Gijón o Avilés a probar aquel deporte nuevo que alguno había visto en las playas de Francia.

Luego vino la generación de Chukito y Pepe Hevia, entre otros, que aún siguen entrando al agua de manera constante y llevan vinculados a Salinas más de 30 años.

Hay que entender que por aquel entonces el surf no era algo que se tomaba tan a pecho como hoy en día y toda esta gente buscaba una pequeña dosis de aventura, sobre todo los días de verano.

Todo eso cambió en 1.991 con la celebración del campeonato “Gatorade”. Este campeonato, que hoy equivaldría a una prueba del ‘QS, supuso un antes y un después ya que por Salinas desfilaron algunos de los mejores surfers mundiales de la época. Esto hizo ver a la gente qué cosas se podían hacer sobre una tabla corta y hasta qué punto se podía uno ganar la vida gracias al surf de competición, lo que marcó una nueva etapa para la gente de la zona entre los que sobresalían Lucas García y Cocó Carril.

La década de los 90’s vendrá marcada por contests como el Circuito Ballantine´s, el Wet Dreams pro o todas las pruebas del circuito asturiano que congregaban no sólo a toda la gente de la región, sino también a otros grandes nombres del panorama nacional a nivel EPSA como Pablo Solar, Dani García, Petín…

Sin embargo el campeonato que situó definitivamente a Salinas en el mapa es el Festival de Longboard, y más concretamente el DucTape Invitacional celebrado en el año 2.011, que congregó a la flor y nata del mundo del tablón con figuras como Joel Tudor, Alex Knost, Chris del Moro o Tyler Warren.

Realmente las olas en Salinas suelen ser largas y fofas, por ello no es de extrañar que un campeonato de estas características haya crecido como lo ha hecho favoreciendo que los aficionados al longboard se hayan multiplicado y acudan cada año, en masa, a esta prueba ya mítica dentro del mundillo del surf clásico"


En el paseo, encontramos este panel con información del Monumento Natural del Espartal


Características, flora y normativa existente


Nuestra ubicación y los límites del espacio protegido. Como vemos hay aún, abajo a la izquierda unas fincas edificables. A la derecha son las zonas industriales con sus balsas de residuos


Vamos a recorrer este paseo hasta el Real Club Náutico, casi al otro extremo de la población, desde donde regresaremos al interior por la Avenida del Príncipe de Asturias para enlazar con el camino señalizado (que fue oficial, recordamos, durante unos años) para subir a Samartín de L'Aspra, en cuya Casa Rectoral, pegada a la iglesia, hay albergue de peregrinos. Naturalmente es solamente una idea pues cada peregrino podrá hacer lo que crea más conveniente, máxime si va a pernoctar aquí o en las cercanías. En ese caso puede optar, por poner un ejemplo, a conocer la vecina localidad de Arnao, su playa, el Museo de la Mina de Arnao, el primer pozo vertical de Asturias y el primero submarino de Europa, así como las escuelas del Ave María y los poblados obreros


Estamos en la Escalera 10. Las escaleras de la Playa de Salinas fueron numerada en 2015 por Demarcación de Costas para facilitar el trabajo de los servicios de emergencia, que frecuentemente tenían problemas para localizar el lugar exacto donde se precisaba su presencia


A lo largo del paseo hay diferentes filigranas y motivos marineros, como los nudos expuestos en pequeñas vitrinas


Las barandillas son otro icónico elemento del paseo, también con forma de cuerdas y nudos, su bien son enteramente metálicas


Y aquí estamos en pleno impacto visual de Los Gauzones. El primero que se construyó, anunciado ya en 1964, fue el edificio Miramar, al que le siguió, en una segunda fase, el edificio Espartal


Banco y respiradero de barco, más motivos marinos en el Paseo de Salinas. Más allá el bar La Luna con s terraza. Plasmamos parte de la glosa que le dedica la página gastronómica Fuego de Mortero:
"Hablar de Salinas en Asturias es hacerlo de una de las poblaciones con mayor raigambre y tradición playera. Su playa es conocida en toda la geografía nacional por los amantes del surf y casi me atrevo a decir que todos ellos habrán pasado por La Luna, pues desde sus comienzos como bar debemos remontarnos al menos 30 años atrás.Ya no se encuentra en el local de toda la vida pero no ha abandonado los alrededores del Espartal, la zona de altas torres, para los que nunca hayan ido (...) 
Exteriormente nada nos indica que estamos en la Luna, pero hasta Neil Amstrong sería capaz de pisarla. Una decoración muy fresca de ambiente surfero, y unos grandes ventanales que no necesitan mucho más, la decoración la pone la naturaleza privilegiada de Asturias y desde su interior podréis refugiaros en días recios, del calor cuando pocas veces llega, o disfrutar de increíbles puestas de sol....) Sencillamente, el ambiente que se respira es genial y transmite buen rollo, relax, un endless summer permanente"

El mantenimiento del paseo, muy expuesto a temporales y vientos del norte, sobre todo en invierno, requiere de continuos planes de mejora, que suelen arrancar antes de la temporada estival y abarcan desde el repintado de la barandilla a reponer losas que se mueven o faltan, reparar el firme, o quitar lo que las galernas arrojan a la playa

La playa, como las dunas, son organismos en constante movimiento. En La probeta del paisaje, Julio López Peláez, nos habla de sus características dentro del sistema de arenales junto a la Ría de Avilés:

"El de Avilés es un estuario, con tendencia al relleno (colmatación) y aceptor de sedimentos. Esto significa que los materiales (arenas de distintos tamaños) que conforman sus estructuras morfosedimentarias (playa expuesta, dunas eólicas, playas estuarinas, marismas…) proceden mayoritariamente del exterior del sistema (sedimentos alóctonos), concretamente del río Nalón (sistema Nalón-Narcea) y esto es así porque el estuario no se genera en torno un gran “río tronco” de extensa cuenca hidrográfica, como sucede en los estuarios de Navia, Nalón o Ribadesella, que permita aportar el sedimento necesario para su relleno o colmatación natural. Por el contrario la red hidrográfica drenante al estuario (nuestra ría) está constituida por ríos de corto recorrido, “ríos costeros”, y de escaso aporte sedimentario, en funcionamiento natural.

Las arenas, de naturaleza siliciclástica (fundamentalmente granos de cuarzo), procedentes del río Nalón, son transportados por la corriente de deriva de costa, denominada de Rennel que, con sentido O-E y con una velocidad moderada de 1 nudo, se desplaza sobre la plataforma. A su vez, corrientes generadas por el viento y oleaje (de componente NO) introducen el sedimento en el sistema confinante (playa-dunas eólicas) configurando su geomorfología, con ayuda del viento. La corriente de deriva de playa (sentido O-E) redistribuye los sedimentos, transportando las arenas más gruesas hacia el borde oriental de la playa (San Juan de Nieva), donde se observa una mayor volumetría de sedimanto, disponiéndose las más finas en el borde occidental, zona de sombra o de menor energía (área de La Peñona). Esta corriente de deriva de playa es la que favorece el desplazamiento del sedimento hacia el paso de desembocadura (canal) del estuario, favoreciendo el efecto sumidero"

Así, a lo largo del año el sedimento playero se desplaza verticalmente a causa de dos corrientes opuestas, la del oleaje y la de la resaca o corriente de compensación. En otoño e invierno se manifiesta frecuentemente el oleaje de tormenta, que tiende a retirar arena de la playa y las dunas y llevarla a la zona sumergida o playa submareal o al llamado cañón de Avilés, gran valle submarino a 7,5 millas de la cosca, paraíso del coral y del calamar gigante, así como de ciertas especie de cetáceos

Por contra, en primavera y verano predomina el oleaje de calma, por el que las arenas de la playa sumergida son devueltas a la de superficie de arena seca, llegando hasta las dunas también gracias a la acción del viento:

"Es evidente que al completar los ciclos referidos anteriormente, si el aporte de sedimento a la playa supera al retirado (superávit sedimentario), el sistema playa expuesta-dunas eólicas crecerá. Si ocurre el fenómeno contrario (déficit sedimentario), playa y dunas perderán volumen de sedimento con el consiguiente retroceso del frente dunar y esto acurre porque el sistema tiende al equilibrio y, en su intento por conseguirlo, extrae la arena de su reservorio natural, los campos dunares"

El estudio del arenal y su oleaje tiene su razón de ser en la preocupante pérdida de arena, menos evidente en las vagamares veraniegas como esta pero que ha obligado a plantear reposiciones continuas de arena, una solución discutida y que no siempre ha dado resultado. En el apartado Obras y alteraciones de la web de surf Mar Gruesa lo explican así:

"A lo largo de los años Salinas ha ido sufriendo modificaciones, tanto en el paseo marítimo como en las edificaciones en primera línea de playa o las dunas, sin embargo hay una serie de obras que sí han influido de forma directa en la calidad y forma de las olas. 
A principios de los años 70 se construyó el antiguo espigón de San Juan que, durante tres décadas, dio lugar a la mítica ola de la que hablábamos antes, muy añorada por todos los que la conocieron dada su longitud y regularidad. 
En el año 2005 se llevaron a cabo las obras del actual espigón. En principio creó grandes expectativas ya que la ola de San Juan llegó incluso a mejorar a medida las máquinas trabajaban, sin embargo los resultados han sido totalmente decepcionantes pues la calidad de la ola actual es muy inferior. Ya no hay un pico concreto, como el de antes, capaz de aguantar tamaño y con un canal de entrada, sino que el estado actual de la playa te obliga a estar constantemente pendiente de los fondos, que varían casi cada día pues no hay elementos que contengan la arena. 
Posteriormente se vertieron en la playa 545.000 m3 de arena que resultaron ser un auténtico fiasco ya que desaparecieron en muy poco tiempo dando lugar a la imagen actual de la playa, donde la falta de arena es alarmante. 
La situación se agravó aún más tras los maretones del invierno pasado, que han dejado las dunas con un aspecto lamentable tras arrastrar consigo gran parte de éstas, y con ellas, los antiguos fondos del tramo central de la playa en los que hoy prácticamente no hay más que corrientes"

López Peláez apunta diversas causas para esta pérdida de superficie unas naturales, como el aumento del nivel del mar, manifestado en torno a los 3 milímetros al año y del que se tiene constancia desde el último tercio del siglo XX. También apunta al calentamiento global que afectan al régimen de circulación de vientos y el aumento de fenómenos meteorológicos extremos

"...en este escenario, al aumentar la frecuencia de los olajes de tormenta se producirá una mayor salida de la arena del reservorio natural, caso de la playa donde existan estructuras rígidas (paseo marítimo o escollera de protección) y del sistema playa-dunas, donde no existan estructuras rígidas, haciendo retroceder, en este caso concreto, el frente dunar limitante con la playa, con un resultado catastrófico si son coincidentes oleajes de tormenta y pleamares vivas"

Y luego, en las causas antrópicas apunta a los dragados del puerto, que no se hizo plenamente perceptible hasta la década de 1980; la construcción de embalses en el Nalón y Narcea, que han hecho disminuir el secular aporte de sedimentos a esta costa, o un error en la realimentación con nuevos aportes de arena:

"A principios del año 2005 se procedió a la realimentación (regeneración) de la playa de Salinas-El Espartal mediante el aporte de 545.000 m3 de arena. El árido fue extraído de un banco arenoso submarino localizado en la plataforma del área de cabo Vidío. Una elección inadecuada en la granulometría, facilitó la pérdida de sedimento de la playa. Fuentes del ministerio de Fomento afirmaban que en el año 2010 tan solo permanecía en el sistema el 30 % de la arena aportada"

También refleja en su estudio la influencia de la construcción de ciertas estructuras rígidas:

"...tiene una cierta repercusión en el transporte arenoso en la playa. Las estructuras rígidas, caso del paseo marítimo o la escollera de protección en el límite con el cordón dunar externo, generan una corriente de reflexión que aumenta la retirada de sedimento. En el caso del espigón del canal de desembocadura, actúa como trampa de arena, impidiendo su entrada, al menos en gran parte, al canal; por lo que cabe decir que no tiene influencia en la pérdida directa de arena de la playa; tan solo podría ser responsable de la variación de corrientes de deriva de playa y de retorno"

Y ya estamos en la Escalera 9. A la izquierda, en otro de los Gauzones, abre sus puertas el Restaurante Eleonore bajo la dirección de Cristina Arias Sopeña, Premio al Emprendedor del Año 2021: Así lo describe Paz Álvarez el 26 de septiembre de 2021 para El País:
"Frente al mar Cantábrico, en el paseo de la playa de Salinas, en Asturias. Este es el escenario exterior en el que se encuentra el restaurante Éleonore. El interior también es un espacio decorado con profusión de detalles –mármoles, terciopelos, tonos empolvados, fotografías, libros o ambientación musical– con una cocina a la vista del cliente, concebido por la cocinera y propietaria, Cristina Arias. Se trata de una propuesta diferente, refinada, con una cocina con mucha técnica y precisión, avalada por la trayectoria repostera de Arias.
De hecho, la cocina dulce es el germen de este restaurante, que ofrece como pan un brioche con mantequilla, y es en los postres donde se eleva considerablemente el nivel de la propuesta gastronómica. Ofrece dos menús degustación, que van cambiando en función de las estaciones (...)

A lo largo del paseo  hay unos pequeños balcones a los que nos podemos asomar contemplando el arenal como desde una atalaya, hacia el este y el oeste

Fijémonos en el detalle de la farola con el motivo del ancla rodeada por un nudo marinero

Otro de Los Gauzones. Este es el de la Cafetería La Pixueta, también con excelentes vistas hacia el playón, llamado por el folklorista Aurelio de Llano "La riente playa de Avilés", pese a estar realmente en Castrillón

Este es el Edificio Espartal, construido en 1965, el de la segunda fase constructiva en primer línea de costa. En sus bajos el restaurante Las Conchas. El siguiente edificio, más bajo y alargado en paralelo al paseo, es el del Miramar. A partir de aquí e inmediaciones del antiguo Estanque de los Patos, se hundió en enero 1990 el paseo viejo que hubo seguidamente que reponer, corregido y sustancialmente mejorado

Efectivamente, como playa urbana que es, la de Salinas cuenta con todos los servicios playeros en verano, duchas, salvamentos, botiquín, emergencias, etc. además de aparcamientos, hostelería, comercios, alojamientos, etc.

Algo más atrás del Miramar discurría la línea del Ferrocarril del Espartal, de la Real Compañía Asturiana de Minas, luego Asturiana de Zinc, si bien también se pensó podría ser la del antiguo tranvía, pero todo apunta a que esta era más exterior 

Es zona residencial pero de baja densidad, chalets y viviendas unifamiliares. Una parte importante de los terrenos a lo largo de la calle Pablo Laloux ha sido habilitada como aparcamientos 

Aquí vemos algunos de los chalets de antaño, antes del boom urbanístico experimentado en Salinas tras la llegada de Ensidesa


Los hay de diferentes épocas y estilos, algunos, con sus reformas, pueden haber sido de los primeros en construirse cuando esto era un enclave de veraneantes. Por esa zona, 
en la Avenida Marola esquina con la calle Luis Hauzeur  está el albergue Pez Escopión, orientado a los surfistas pero que aloja también turistas y peregrinos


Pinos Altos o Las Piñeras tienen también su historia. En su cima están las trincheras de los servidores de una pieza de artillería que, durante la Guerra Civil, mantenía un duelo a muerto con el crucero Almirante Cervera que bloqueaba Asturias y el Frente Norte por mar, razón por la que era llamado El Chulo del Cantábrico dada la impunidad con la que actuaba. En algún momento los submarinos republicanos quisieron darle caza, pero se interponía entre ellos el acorazado alemán Konigsberg, que aunque oficialmente de una nación no beligerante apoyaba activamente al bando del Cervera


Esta línea de costa también fue fortificada en previsión de un eventual desembarco, que finalmente no se produjo pero estuvo sobre la mesa, para forzar el frente en este sector, donde estuvo un año prácticamente paralizado en el línea del Nalón


Los altos edificios de la calle Luis Treillard, bloques en altura pero no tan impactantes visualmente como Los Gauzones, han dejado en segundo plano al del Real Club Náutico de Salinas, que es la referencia a la que hemos dicho que proponíamos llegar antes de dejar la playa para tomar el Camino hacia Samartín de L'Aspra. Esta es su historia, extrapolada de su propia página web:
"El Real Club Náutico de Salinas fue fundado en 1915, siendo su primer Presidente  D. Manuel Álvarez-Buylla. Se encuentra situado en la Plaza del Dr. Pérez de Salinas, Castrillón y ocupa una parcela de 11.899 m2. El Club goza de una privilegiada situación frente al mar con acceso directo a la playa. 
Consta de un edificio social de nueva construcción, un edificio infantil, La Casina, vestuarios de adultos e infantiles, dos piscinas de agua salada, dos pistas de pádel, dos pistas de tenis y gimnasio.  En la actualidad, cuenta con 3.500 socios entre fundadores y propietarios, no propietarios y familiares. 
Historia 
A principios del siglo pasado, los veraneantes de Madrid y Oviedo comenzaban a disfrutar tímidamente de la Playa de Salinas, y lo hacían en torno al antiguo Balneario de  madera creado por Treillard, el abuelo del que años más tarde sería Alcalde de Castrillón, Luis Treillard. En 1912, este Balneario sufre un importante incendio dejándolo en cenizas. 
Como consecuencia de dicho incendio y de la expiración del plazo para el que se había concedido la concesión, surge entre los veraneantes la necesidad de crear un Club que diera satisfactoria respuesta a sus inquietudes, por lo que en 1916 se inaugura, bajo la presidencia de D. Manuel Álvarez Buylla, el primer edificio social construido en madera de lo que entonces se llamó Club Nautico. El 24 de Enero de 1923 se otorga al Club Náutico, a través de escrito de la Mayordomía de Su Majestad, el título de Real. 
En 1959, siendo presidente Don Celestino Graiño Cors, se inició la construcción del segundo Edificio Social, finalizándolo en 1960. Posteriormente se llevaron a cabo la construcción de las dos piscinas y el frontón"

El Real Club Náutico, que celebró un siglo de existencia en 2015, es el protagonista de esta crónica de Sheyla González el 10 de agosto de aquel año en El Comercio, glosando el libro de Víctor Carreño dedicado a sus cien años de vida por entonces:
"El Real Club Náutico no podría ser entendido sin Salinas y viceversa, así lo recoge Víctor Carreño en su libro sobre el centenario del club social. En esta obra, editada por Ediciones Nieva, el historiador y escritor incluye más de trescientas fotografías acompañadas de una descripción histórica de la localidad y el club desde sus inicios en 1915 e incluso de la breve etapa anterior en la que Antonio Treillar regentaba el pequeño balneario de madera de la playa. 
 Un incendio acabó con ese pequeño balneario de madera, que hoy puede ser considerado como el germen del actual club. Las llamas hicieron que durante tres años Salinas se quedara sin centro de ocio para vecinos y turistas, que reclamaban la construcción de un nuevo centro. Así surge el primer Club Náutico en 1915, aunque no estuvo construido hasta el año siguiente.  
Su primer presidente, Manuel Álvarez Buylla, fue quien comenzó los tramites para la construcción del primer local social, que contaría con dos mil metros cuadrados en primera línea de playa. El Club crecerá espectacularmente durante los primeros años, convirtiéndose en una referencia del sector turístico en la región y parada obligada para visitantes y personalidades del ámbito artístico, militar, político e incluso la propia familia real. 
Uno de los objetivos del Club será la promoción de Salinas y su playa, además de «buscar el entretenimiento y socialización de los distinguidos veraneantes». Con este afán de promoción se organizaban todos los años un sinfín de actividades de carácter lúdico, cultural y festivo, dando continuidad a lo que se hacía años atrás en la colonia veraniega. 
Al finalizar la Guerra Civil llegan a Salinas más turistas y se produjo un incremento progresivo de socios que hizo necesaria una ampliación de las instalaciones de la sede social. Pero esta renovación completa de la sede no tuvo lugar hasta el año 1960, aunque en ese tiempo sí se vivieron ampliaciones y reformas. 
El nuevo edificio social fue construido en el mismo emplazamiento del antiguo pabellón de madera y aunque sufrirá diversas modificaciones y ampliaciones posteriores, inicialmente constaba de una superficie construida de 595 metros cuadrados en una sola planta. En los años posteriores, Juan Blas Sitges, presidente en esos momentos del Club, sería el encargado de realizar modificaciones en las instalaciones para albergar las necesidades de los nuevos socios, como una sala para el invierno o la modernización de los medios digitales. En 1969 es cuando el Náutico inaugura sus piscinas, para dar un nuevo servicio a sus socios. 
El Náutico experimentará también una progresiva ruptura con el modelo de club social de carácter elitista de los inicios, produciéndose cambios significativos, tanto en sus estructuras como en el ideario, que consolidarán un nuevo modelo de sociedad más moderna y familiar. 
Bajo la presidencia de Juan José Álvarez Folgueras se construyó la actual sede, inaugurada en el año 2006. El Náutico cuenta a día de hoy con alrededor de 3.500 socios, que pueden disfrutar de las actividades infantiles, juveniles y para adultos"

Un poco más a la derecha reconocemos el tejado del Real Balneario de Salinas, actualmente restauranteYa en 1887, en la incipiente colonización del arenal, hubo un primer proyecto para hacer un balneario con los auspicios de Ramón Ibarra y Bonifacio Bobes. Aquel primer edificio de madera tenía 30 cuartos de baño y disponía de casetas sobre ruedas para acercar a los bañistas a las olas pues el pudor imperante impedía estar muy a la vista. En 1906 sale a subasta y es adquirido por Antonio Treillard, que lo amplía y lo llama La Perla del Cantábrico, uno de los más grandes del norte de España, escribe Sheyla González en El Comercio el 31-7-2016:
"El futuro inmediato del Balneario no iba a ser bueno. Seis años después de su reapertura con Treillard, el edificio sufre un incendio y su reconstrucción no se produce hasta 1916, fecha que este año se conmemora. El recién estrenado Balneario ya no era de madera, sino un edificio levantado en hormigón y ladrillo con una superficie de 612 metros cuadrados y en el lugar más alejado de la playa. Según narra Leal, el solar fue adquirido a la Real Compañía de Minas. 
El Balneario tenía dos pisos, en el inferior se encontraban las dependencias propias del servicio de baños, mientras que en el superior se hallaba el hotel. Ese edificio fuerte y robusto ha llegado a nuestros días convertido en restaurante. Ese uso llegó años después, en 1954, de la mano de Juan Piris, que alquiló el edificio a la que por entonces era su dueña Covadonga Treillard, que en los años 80 lo puso en venta. 
Hoy el Real Balneario es un referente de la gastronomía nacional y camina de la mano de la familia Loya. Juntos celebraron en abril su primer cuarto de siglo en compañía. 25 años llenos de innovación en la cocina, que les ha llevado a conseguir la ansiada 'Estrella Michelín' y muchos más galardones, que no hacen sino que afianzar esta apuesta segura por la buena gastronomía en un lugar privilegiado de Salinas"

La Peñona, más cerca. En la inauguración del Museo de las Anclas Philippe Cousteau se unieron simbólicamente las aguas de los océanos del mundo, recogidas en sus respectivos recipientes, actualmente en la Casa de Colonias, sede de la Cofradía de la Buena Mesa de la Mar, auspiciadora de este monumento-homenaje. Luis Javier del Valle Vega, en su blog Dendecagüelu, repasa la historia d esta cofradía
"El 7 de mayo de 1986, se firma en Avilés el acta fundacional de la Cofradía Buena Mesa del Mar, pionera en la defensa de la cultura de la cocina marinera tradicional y segunda en constituirse de las quince Cofradías Enogastronómicas existentes en la actualidad en el Principado de Asturias. 
Su constitución se debe a la unión de un grupo de amigos y personas de buena voluntad y decidido amor a la gente y a los productos de la mar, cubriendo desde su creación diferentes etapas de su vida asociativa con brillantez y entusiasmo. Aunque creada en Avilés, desde prácticamente su fundación su sede y centro de actividades se encuentran en Salinas (Castrillón), en la finca denominada La Colonia, en el amplío recinto cerrado  cedido por la Universidad de Oviedo, que alberga el edificio social -edificación del siglo XIX rehabilitado con el esfuerzo de cofrades y colaboradores dotado de salas de exposiciones y oficinas-, el edificio anexo que alberga el pabellón gastronómico y que  complementa zonas ajardinadas con su importante pinar.
Su órgano de gestión es la “Mesa Mayor” compuesta por un presidente, tres vicepresidentes, secretario, tesorero y cinco vocales. El cargo de presidente ha sido desempeñado desde su fundación por: Ramón González, Agustín Santarúa, Pedro Piñera, José Luis Vigil y Vicente Quintanilla, quién la preside en la actualidad, siendo su secretario desde casi sus inicios Leopoldo Martínez (Polo). 
Aunque participa en actos de otras Cofradías, fue coofundadora de la Federación de Cofradías Enogastronómicas del Principado de Asturias (FECOASTUR) y su germen es la defensa gastronómica, desde sus inicios sus numerosas actividades culturales y lúdicas, así como sus premios y reconocimientos a personas e instituciones en torno a la mar,  la hacen en cierta manera atípica y la sitúen entre las asociaciones asturianas con más intensa vida cultural"

El Museo de las Anclas Philippe Cousteau fue idea del cofrade Agustín Santarúa apoyada por los demás socios y compañeros, siendo inaugurado por el rey D. Juan Carlos el 30 de septiembre de 1993, sigue diciendo del Valle Vega en la trayectoria de la entidad:
"Único en el mundo por su ubicación al aire libre, esta concebido como un conjunto monumental integrado en varios espacios: la cubierta de velas y anclas, con la plataforma que contiene la plataforma escultural con 6 velas y más de treinta anclas diseminadas por la península;  el templo de los Océanos, con su mirador sobre el mar Cantábrico y el arenal de Salinas;  el gran mural cerámico  en forma de ola y el busto en bronce del que toma nombre.  Su realización fue posible gracias al esfuerzo y colaboración de todos los cofrades y más de 40 empresas, dependiendo su administración y mantenimiento de un Patronato participado por el Ayuntamiento de Castrillón, el Principado de Asturias, la Universidad de Oviedo, la Demarcación de Costas del Estado y la propia Cofradía"

Según nos acercamos vemos mejor la pasarela de La Peñona que comunica con el mirador. No así aún el busto de Philippe Cousteau, para lo que habremos de andar un poco más


Bajo el mirador de La Peñona sí reconocemos ahora la gran oquedad de la roca sobre la que se asienta, lo que en determinados momentos ha hecho solicitar estudios sobre su estabilidad


En lo alto, el mirador, circular, hermosa atalaya sobre la mar, esférica como una copa o un plato hondo... como los de los guisos marineros de la Cofradía de la Buena Mesa de la Mar, de cuyos galardones da también buena cuenta del Valle Vega en Dendecagüelu:
"Ya en su primer año de vida se crea el premio del “Cucharón del Buen Guiso Marinero”, con el objeto de premiar la buena cocina marinera de los restaurantes asturianos, criterio que se modificó en la V edición (1990) para extenderlo a establecimientos de ámbito nacional y extranjero. Los acertados nombramiento y la trayectoria a la largo de sus XXVIII ediciones, han hecho que estén considerados como unas de las más prestigiosos del mundo de la gastronomía en España.  
También desde su año fundacional data el premio “Llámpara natural”, que año a año recaen sobre personas e instituciones nacionales e internacionales que tengan o hallan tenido una actuación sobresaliente por su buen hacer en cuestiones de la mar y sus gentes.  
El premio “Apareyu de la Buena Xente” es el más doméstico de cuantos se otorgan, fue creado para “premiar y distinguir a aquellas gentes o instituciones que presten o hayan prestado una sobresaliente colaboración, en cualquier importante cuestión, con la Cofradía”, y complementa con los dos anteriores la trilogía de sus distinciones.  
Las cuatro ediciones de la “Bienal internacional de arte de la mar”, creada en el año 2000; la “Quincena cultural de la mar” actividad creada en el año 2002; las exposiciones pictóricas y de grabados de diversos artistas –entre ellas obras de Goya y Miró-, la exposición permanente de su fondo pictórico  y conferencias en la sede social; los fondos de la “Buena biblioteca de la mar” –fondo bibliográfico monotemático de la mar- , el “Buen archivo internacional de cartas de restaurantes” ubicados ambos también en la sede social, unido todo ello con la recuperación de canciones marineras con edición de grabaciones, los viajes culturales y gastronómicos y los intercambios y relaciones con otras Cofradías y Asociaciones de filosofía similar , son buen ejemplo de su intensa vida cultural.  
Los almuerzos periódicos de confraternización el pabellón gastronómico; los cursos sobre “la buena cocina de la mar”; el certamen “buen pincho del mar” o la guía del “buen guiso marinero” o la colaboración anual con la organización de la “fiesta del asturcón” cada mes de agosto en la majada de Espineres (Piloña) son sólo un ejemplo de sus extensas actividades gastronómicas.  
Actividades gastronómicas en las que mucho tienen que ver dos establecimientos hosteleros de Salinas: el restaurante Real Balneario, en cuyas instalaciones se realizan los actos de entrega de las distinciones de los “Cucharones del Buen Guiso Marinero” y de la “Llámpara natural” y el restaurante Los Tres Monitos, colaborador y suministrador de gran parte de los almuerzos de confraternización"

También nosotros desde el Paseo del Cantábrico disfrutamos de inmejorables vistas dela gran concha de Salinas-Raíces-L'Espartal-San Xuan, hasta la península de Nieva y la Punta Furada, al este


Es fácil reconocer, en la distancia, a los componentes de las escuelas de surf, formando grandes grupos


Las tablas, perfectamente alineadas y la gente con ganas de danzar sobre las olas. En la página de Horizon dicen así de esta playa:
"En Salinas se surfea todos los días, la playa es una de las mejores del norte para surfear debido a su constante oleaje. Pertenece al concejo de Castrillón. Su arena dorada cuenta con una extensión de aproximadamente unos 2100 m, siendo una playa muy abierta, y orientada al noroeste. Son precisamente estas dos características, las que hacen que sea una playa en la que siempre haya olas. 
En marea alta las olas rompen más ordenadas, más lentas, y con menos pared. Es un buen momento para los surfistas que comienzan a surfear la pared de la ola.
El punto de marea óptimo depende de muchos factores como la fuerza del oleaje, dirección del mar, y como estén los bancos de arena situados. No obstante por norma general siempre aseguras más el baño surfeando de media marea para arriba. 
En Salinas puedes surfear buenas olas durante todo el año, siendo la mejor temporada desde primavera a otoño. Los vientos más favorables son sures y nordestes. Siendo estos últimos más frecuentes que los primeros 
Para las clases de surf en Salinasla playa nos ofrece distintas zonas para desarrollarlas con total garantía para un buen aprendizaje. Si el mar está fuerte, nos situamos en la parte más oeste, donde todo el saliente que comprende La Peñona, el museo de Las Anclas Philipphe Cousteau, y los trampolines, nos amortiguan el oleaje"

El Paseo del Cantábrico tiene una longitud total de unos dos kilómetros y las arenas de la playa son tostadas y finas. Su accesibilidad es tal que en verano llega a registrar hasta cerca de medio millón de visitantes a lo largo de la temporada, no obstante esto da lugar a uno de sus inconvenientes, la masificación


En el año 2015 el por entonces coordinador de los salvamentos, Ignacio Flórez, con 20 años de experiencia a sus espaldas manifestaba en La Nueva España que en realidad es la playa más peligrosa del concejo y que nadie debería bañarse sin la presencia de salvamentos aún cuando pareciese que hubiese  circunstancias óptimas para ello:
"El relieve arenoso sobre el que toman altura y rompen las olas no es uniforme y en las acanaladuras con menos arena se forman los temidos "chupaderos", zonas traicioneras con fuertes corrientes de resaca de las que resulta muy difícil salir incluso para los nadadores experimentados 
Para colmo, el proceso erosivo que sufre la playa de Salinas y que le hace perder volumen de arena desde hace años ha venido a agravar el problema de las corrientes (...) 
Otro factor que contribuye a incrementar la peligrosidad del arenal más visitado de Castrillón es su orientación hacia el noroeste, precisamente el punto cardinal de donde más habitualmente viene el oleaje. Esto significa que Salinas es una playa caracterizada por un oleaje directo y enérgico, a diferencia de playas situadas al este de Peñas que se benefician de un oleaje más amortiguado por el saliente más prominente de la costa asturiana. 
La playa de Salinas sólo tiene marcadas tres áreas autorizadas para el baño, una en cada ala (La Peñona y San Juan) y otra en el centro, a la altura de la escalera 9; esta última es la más "complicada", en palabras de Flórez, por la inestabilidad de los bancos de arena de la zona. El jefe de salvamento subraya la importancia de respetarlas; es decir, bañarse sólo dentro de las zonas balizadas porque son las más seguras y, además, están vigiladas en los horarios de salvamento de forma permanente por dos o tres socorristas"

Por ello, ni que decir tiene que si pasamos en verano y queremos darnos un chapuzón estemos atentos a las señales, las banderas y los avisos de megafonía respecto al estado del agua, así como a la presencia de socorristas. 
En el Cantábrico además el flujo de mareas es tal que mientras en bajamares puede contemplarse una ancha franja arenosa en pleamares llega desaparecer a veces la mayor parte de la playa


Contemplando cada vez más cerca La Peñona vamos reconociendo cada vez mejor todo el promontorio del Museo de la Anclas y su Templo de los Océanos. Un buen amigo de Santarúa, su inspirador, es José María Gorordo, que en su blog narra, a fecha 22-5-2011 algunos bellos recuerdos...
"Han pasado 20 años desde que conocí a Agustín  Santarúa (Agustín Menéndez Prendes), ilustre periodista asturiano, natural de Candás y residente en Salinas (concejo de Castrillón, Asturias) hasta su fallecimiento, en febrero de 2009.

Santarúa, un hombre visionario, siempre pensando en nuevos proyectos, fue uno de esos personajes capaz de aglutinar en torno a sí y a sus ideas a personas muy diversas. Entre sus iniciativas, destaca la de haber sido el impulsor del “Museo de Anclas”, auténtico propósito cultural de unión de ciudades marítimas, situado al aire libre, en La Peñona de Salinas, al final de la playa, en el lado oeste.

Siempre estuvo empeñado en promover proyectos relacionados con la cultura, la mar, el desarrollo económico y el respecto al medio ambiente, desde un profundo sentimiento de amor a su tierra, Asturias.

La última semana de junio, convocados por Santarúa, solíamos acudir a participar en una Semana Cultural, que culminaba el 28 de junio, coincidiendo con el aniversario del accidente de aviación que en 1979, le costó la vida al hijo del comandante Cousteau, al que hacíamos una ofrenda floral desde la plataforma que se encuentra frente a su busto, en La Peñona"

Y así, en su libro La política de otra manera, dedica un lugar a aquellos acontecimientos de creación del museo, allá por 1989
" recuerdo que colaboramos en la feliz idea de un grupo de amigos de la localidad asturiana de Salinas….En efecto, la “Cofradía de la Buena Mesa de la Mar“, presidida por Pedro Piñera y el Vigía Mayor, el activo Agustín Santarúa, en estrecha colaboración con el ayuntamiento de Castrillón, han hecho realidad un viejo sueño, único en el mundo: “El Museo Philippe Cousteau del Ancla“.

Los bilbainos fuimos los primeros que les donamos un ancla, que se encuentra hoy situada en la Peñona de Salinas.

Las anclas, que sirven para sujetar las naves al fondo del mar, que se mantienen tal cual a pesar de los numerosos avances tecnológicos en otros campos de la navegación, simbolizan lo que se aferra, lo que nos sujeta, lo que nos fija a una referencia, lo que, en definitiva, nos da seguridad en nosotros mismos y en el futuro"

Y en la web del Museo de las Anclas se dice así:
“La idea de “El Museo de Anclas Philippe Cousteau” surge a finales de los años 80 en el seno de la “Cofradía de la Buena Mesa de la Mar”, para rendir homenaje continuo de amor a sus gentes, y a toda la cultura que esta representa a través de la unión de los mares y los océanos para lo que se pensó en la figura de Philippe Cousteau, ofreciendo así un homenaje eterno a las gentes que dieron su vida por ella.

El museo está concebido como un conjunto monumental al aire libre donde se resalta la belleza de las anclas, el Templo de los Océanos, o el busto de Philippe Cousteau.

Es idea original de Agustín SantarúaVigía Mayor, que La Cofradía hizo propia con tal entusiasmo, que pudiera afirmarse que ha servido de núcleo aglutinante y hasta de especial identificación de la propia Cofradía, traspasando una primera finalidad gastronómica con otras dedicaciones culturales. 

A los años 1989 y 1990 corresponde la maduración de la idea de creación de un Museo, su valoración, planificación y negociaciones con el Ayuntamiento de Castrillón…”

El museo y llegar al extremo de La Peñona, en el mirador, es una de las rutas o paseos que podemos realizar, si disponemos de tiempo y fuerzas, en nuestra visita a Salinas


El Camino Norte, con sus numerosas poblaciones, paisajes, playas, patrimonio, etc. es especialmente dado a hacer algunas etapas cortas para disponer de una tarde, o media tarde libre al menos para, aparte del necesario descanso, poder realizar alguna visita por las inmediaciones del lugar donde vayamos a pernoctar


Cierto es que, por holgado que vaya de tiempo y sin prisa en el reloj ni fecha en el calendario, el peregrino, dadas las características del Camino, no puede estar constantemente parando ni desviarse a verlo todo, pero aquí y allá, y siempre contando con su propio albedrío, gusto y preferencias, puede deleitarse detenidamente con estos lugares que jalonan su itinerario


Vamos alejándonos de la Ría de Avilés, uno de los posibles enclaves del Estuarium Magnum de la costa de los astures citado por los geógrafos de la Antigüedad, si bien podría estar en otro estuario, el Nalón, Aboño, Villaviciosa... 


Divisamos a lo lejos los barcos en alta mar, entrando y saliendo de puerto. Los caminos del mar, pese a galernas y naufragios, fueron durante siglos tenidos por más rápidos y seguros que por tierra, al menos en estos tramos, cercanos ya a las fragosidades de Las Ballotas, tan temidos por los viajeros y peregrinos de antaño. El mismo Antoine de Lalaing, noble Flamenco y señor de Montigny, contaba, allá por 1502, culminar su peregrinación a Santiago tomando un barco en Avilés para desembarcar el el puerto coruñés, pero los vientos no eran propicios y hubo de ir por tierra


Muy interesante es también lo que nos dice Manuel Martín Ledesma en su referido artículo de El Comercio el 9-5-2010 a propósito del paseo y del problema de las arenas de la playa, sobre todo en el invierno:
"... las arenas que la forman están en un equilibrio dinámico, no estático, es decir que aunque no sea perceptible por nuestra vista, por no distinguir unos de otros, los minúsculos granos que forman la playa, se mueven constantemente dentro de su ámbito. La ola rota y las corrientes mueven de un lado a otro los granos de arena. 
En el invierno, propicio a los fuertes temporales, el perfil de la playa sufre un retroceso: durante un temporal intenso, que suele coincidir con la bajada de la presión atmosférica y, por tanto, con una sobreelevación del nivel medio del mar, las olas más grandes en las mayores pleamares, alcanzan la defensa natural de la playa, la duna situada en la parte alta de la misma. Allí disipan su energía, erosionan el escarpe y, en el retroceso del caudal, arrastran la arena hasta la zona de rompientes del oleaje, donde se depositan formando un bajo arenoso, comúnmente llamado 'la barra'. Ésta, a su vez, constituye una autodefensa pues, considerando que la ola rompe al llegar a un calado poco mayor que su altura de onda, al disminuir el calado, se adelanta la rotura del oleaje, que reduce así su energía. 
En términos generales, durante la época veraniega los temporales son menos intensos en duración y fortaleza, entonces las olas rotas transportan las arenas de la barra hacia la orilla de la playa, que recupera su perfil anterior. 
También es sabido, que los muros verticales de los paseos marítimos, construidos en sustitución de los escarpes naturales de las dunas, ocasionan un efecto devastador, que es doble: por una parte causan las erosiones antes descritas; y por otra, al faltar el depósito de reserva de la duna, la arena erosionada y arrastrada no se repone, y no puede formarse 'la barra', aumentando el calado del perfil delantero de la playa, y a mayor fondo hay menos desgaste de energía en el avance de las olas, que se estrellan en el muro con más violencia, y multiplican su daño"

Más antiguamente esta magnífica ensenada aparece descrita en documentos de los siglos X y XI como lugar de obtención de sal marina, de ahí el nombre de Salinas, lo cual no debería ser difícil con los movimientos de las pleamares y bajamares y la existencia de la desaparecida ría del río Raíces, que desembocaba en la de Avilés, paralela a la playa y que bordearía el Castillo de Gauzón y la iglesia de Santa María de Raíces, precedente del convento franciscano fundado en el siglo XV, luego de la Merced


El lugar en sí mismo es un gran puerto natural de arribada arenosa al abrigo de La Peñona y al lado de la vulnerable Ría de Avilés, entonces muchísimo más grande. No es de extrañar que se levantasen castillos para su protección, como el citado de Gauzón, su precedente el castro del Cantu la Figal sobre la misma ría avilesina, y su sucesor el de la Punta del Castillo, que pasó a ser faro


Nos acercamos al extremo occidental de la concha, el más resguardado por La Peñona y el más cercano a lo que podríamos considerar el centro y avenidas principales de Salinas, donde surgiría laprimera población con las casas para algunos directivos y empleados de rango de la Real Compañía Asturiana de Minas


Adentrándose en las aguas, los alumnos de otra escuela de surf. Antes que los surfistas esta playa se dice vio a los pioneros del fútbol en Asturias. Así al menos lo leemos, en base a una leyenda, en las Crónicas Salineras blog de Castrillón Jalpri-Asturias:
 "Cuenta una leyenda que un barco carguero de origen nórdico con destino a San Esteban de Pravia no pudo hacer maniobra por estar anegada de arena la entrada al puerto, entonces viró y cambió rumbo hacia Avilés. Una vez atracado el barco en el muelle avilesino, los tripulantes dedicaron su tiempo libre a un juego que consistía en correr detrás de una pelota dándole puntapiés. Es posible que lo hicieran en las explanadas cercanas al embarcadero de San Juan y muy probablemente esos intrépidos peloteros corriesen tras el balón en la playa, esa gran concha que une el estuario avilesino y la península de La Peñona. De ser cierta esta bonita historia, el primer sitio en practicarse el balompié en nuestra región sería ese espacio próximo al primitivo embarcadero a caballo entre Avilés y Salinas"

No descartan pues que estos arenales fueron los primeros campos de fútbol de España...
 "Esta anécdota, imposible de demostrar, podría suscitar un nuevo interrogante sobre que región debe ser considerada la pionera en esto del fútbol, ya que siempre se ha dado por sentado que los onubenses fueron los primeros, gracias a los británicos afincados entorno a la explotaciones mineras de Ríotinto, pero ¿por qué no Asturias?. La relativa cercanía de nuestra región a las Islas Británicas y la actividad empresarial de la hispano-belga Real Compañía Asturiana de Minas, iniciada en 1833 con la explotación carbonífera y desde 1855 con la fábrica de zinc, podrían ser dos buenos argumentos para replantearse nuevamente la cuestión, aunque la ausencia de fuentes nos impidan contrastar esta hipótesis que, aunque algo tendenciosa y chauvinista, dejaría al extremo Este de nuestra playa como el primer lugar donde se vio rodar un balón de fútbol en España"

Y así comenzaba la historia del fútbol en Castrillón
"En los albores del siglo XX el nuevo sport llegaría a nuestra comarca para quedarse, convirtiéndose en uno de los principales entretenimientos de la juventud, aunque los primeros practicantes serían observados, casi seguro, con estupor por los viejos del lugar, siendo considerados unos auténticos desequilibrados o como poco unos snobs. Pronto los matchs se convertirán en noticia obligada en los escasos medios locales de comunicación, desde donde se citaba a los jugadores y se retaba a otros equipos para disputar encuentros. Todos los barrios y pueblos cercanos a Avilés lograban conjuntar a sus equipiers, especialmente durante las temporadas estivales, para enfrentarse de forma civilizada con los pueblos vecinos, lo que no quita que algún partido hubiese acabado en una auténtica batalla campal, ¡cosas de la edad!"

Y será la playa el escenario de aquellos primeros encuentro y el Club Náutico el organizador de los primeros campeonatos, que de la arena pasarían seguidamente al campo de El Praón:

"La playa se convertirá a principios del siglo XX en punto de encuentro para los intrépidos futboleros de la comarca. Hasta el playón llegaban jóvenes de Avilés, Arnao, Salinas y Piedras Blancas para disfrutar con el deporte de moda. Futbolistas de gran prestigio y reconocimiento en aquel tiempo como los hermanos Robés o los también hermanos Adolfo, Plácido y Vicente Álvarez-Buylla, entre otros, dieron sus primeras patadas al balón en el emblemático y, por entonces, paradisíaco lugar. Ya en la primera década del siglo XX encontramos información sobre algunos de los encuentros que la juventud de Salinas habría disputado en esos años, como el que les enfrentará a los jóvenes de la cercana villa marinera de Luanco, aunque posiblemente la mayoría de los participantes de ese partido fuesen veraneantes de Oviedo y Madrid, conocedores del nuevo sport y algo más duchos tanto técnica como tácticamente. En 1908 el equipo infantil que representaba a Salinas en sus encuentros con los equipos de la comarca estaba formado por: Bausili (portero); Ovies y Verdín (defensas); Peláez, García y Valenti (medios); Ovies, Oria, Pérez, Nadal y Peláez (delanteros).

Desde 1916 el foot-ball será, junto a otras disciplinas deportivas tan elitistas como el law tennis, una de las actividades veraniegas programadas por el Club Náutico y que más éxito tendrá, de tal forma que en agosto de 1919 el propio Club, principal sociedad dinamizadora de los veranos salineros, organizará la Copa Club Náutico[3] en la que Deportivo Ovetense, Unión Deportivo Racing de Gijón, Deportivo Avilesino y Salinas Football Club competirán en el campo de El Pradón por obtener once medallas encargadas a Suiza por el prestigioso joyero ovetense Pedro Álvarez. La anécdota de este campeonato la protagonizará la ausencia de balón al comienzo de uno de los encuentros, que retrasará su inicio treinta y cinco minutos hasta que un aficionado local puso a disposición de los contendientes"



Un chalet, levantado entre el paseo y la calle Pablo Laloux, antiguo alto directivo de la Compagnie Royale Asturienne des Mines, se dice es "la casa más cara de Castrillón", o al menos eso decía La Nueva España el 24-7-2020, valorada en 2.250.000 euros:
"La casa, anunciada en un conocido portal de compraventa de inmuebles, está compuesta por cuatro medias plantas. "La planta principal consta de amplio salón comedor con chimenea panorámica y salida a un porche y a las terrazas exteriores frente al mar, así como de cocina en isla. La planta intermedia cuenta con aseo de cortesía y dos habitaciones en suite con vestidor. La planta superior consta de dos dormitorios en suite con vestidor y con unas vistas panorámicas impresionantes a todo el paseo marítimo y playa. Por último, la planta baja cuenta con sala de lavado y plancha, habitación de servicio con baño completo, bodega y zona de garaje cubierto. El chalet dispone de piscina, solarium y zonas exteriores con vistas al mar", según relata el vendedor.
Con un estilo muy moderno que recuerda a las casas de los futbolistas en la famosa urbanización de "La Finca" en Madrid, la casa tiene 800 metros de parcela, 520 metros edificados, 5 habitaciones, 6 baños y cuenta con un garaje propio. Sin duda, una de las casas mejor situadas del concejo, con la playa a escasos metros y unas vistas que impresionan desde sus habitaciones"

A nuestra izquierda, por donde pasarían la línea del tren y la del tranvía, Villa Teresa, una de las casas más antiguas de Salinas, residencia veraniega de Don Rafael Cobos, quien tuvo uno de los primeros coches que transitó por la población. Se dice que cuando iba o venía de Madrid en él iban tanto él como el chófer parapetados con un buen abrigo de pieles y gafas de protección contra barro, mosquitos, etc. El viaje duraba unos tres días o tres y medio



Un poco más a la derecha había un puente para pasar a la playa pasando sobre las vías del ferrocarril de la Real Compañía hacia Arnao y un monumento (que no vemos desde aquí) dedicado al Doctor D. José María Pérez, médico en Salinas


Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, este precioso Paseo del Cantábrico, popularmente llamado El Paseo de Salinas o Paseo Marítimo de Salinas y Paseo de la Playa, se hizo en tres fases tras la destrucción del antiguo en el temporal de 1990:

"1º Fase – Año 1994: Consistieron en la reconstrucción del antiguo paseo demolido por los temporales, en una línea más retrasada, ganando superficie de playa. La longitud del paseo rehabilitado fue de 987 m., con un ancho mínimo de 9 metros, al que se dotó de mobiliario urbano necesario y un edificio de servicios.

2º Fase – Año 2000: Las obras ampliaron y dieron continuidad al paseo marítimo existente por delante de las instalaciones del Club Náutico.

3ª Fase  Año 2005: Consistió en prolongar el paseo marítimo hasta su entronque con La Peñona, mediante diseño y mobiliario similar al de resto del paseo, mejorando asimismo todo el entorno del museo de las anclas existente en La Peñona"

 

A nuestra izquierda la Casa de Baños, frente a la zona más concurrida del arenal 

Y uno de los nudos marineros expuestos jalonando el paseo, dentro de su vitrina de cristal

La Casa de Baños llama la atención por su intenso color azul celeste y su estructura de edificio de época. A la izquierda el local de Salvamentos

En medio, el acceso principal. Fijémonos en las cenefas de azulejos que recorren la fachada, de pequeños ventanucos cuadrados, así como en la claraboya en el tejado 

Y en ella un telón que tiene a los lados sendos escudos de Castrillón

Detrás, un grupo de antiguos chalets bien restaurados que casi tapan, un pco más atrás, el antiguo Colegio la Unión, histórica institución escolar en Salinas cuyo origen ha de ser buscado en el centro del mismo nombre de Madrid, cuyo antecedente es el Real Refugio fundado por Felipe V en 1713. Podemos encontrar su historia en la página de la Asociación de Huérfanos del Ejército, de la que presentamos esta parte:

"Un Real Decreto de 1870 refundió el Real Refugio con este Colegio recibiendo el conjunto el nombre de “COLE-GIO DE HUÉRFANAS DE LA UNIÓN“ con sede en Aranjuez, bajo la dependencia del Ministerio de la Gober-nación, que en 1887 confía la dirección interna e instrucción de las niñas huérfanas a las Hermanas Hijas de la Caridad.   
Este mismo año fallece el Marqués de Salamanca, y al incautarse el Estado de sus bienes, ordena el traslado del Colegio de la Unión a la finca de Vista Alegre, en donde permanece hasta su desaparición en el año 1987, justo cuando se cumplía el centenario de su incorporación a este Establecimiento. 
A Sor Soledad, mujer de gran empuje y coraje, siempre dispuesta a luchar por “sus niñas”, le apenaba ver que muchas de ellas tenían que permanecer los veranos en el colegio por carecer su familia de recursos económicos o tener que trabajar. Así que aprovechó la primera ocasión que se le presentó para llevarlas durante el verano a su querida tierra asturiana, aceptando la cesión de una casa que le ofreció una amiga de su familia. 
Aquel verano de 1942 fue memorable para las niñas, que regresaron a Madrid contando maravillosas aventuras y lo bonito que era el mar, desconocido hasta entonces para la mayoría. Tanto les impactó que al verano siguiente muchas fueron las que quisieron incorporarse a la Colonia de verano. Es entonces cuando Sor Soledad propone la venta del “Real Refugio” de Valencia, y la construcción de una “Casa Colonia de Verano” en la localidad asturiana de Salinas que recibe el nombre de “LA UNIÓN”, cuya inauguración tiene lugar en el año 1945. Mientras duró su construcción ocuparon la casa solariega que tan gentilmente habían ofrecido a Sor Soledad, y a la espera de su inauguración las niñas cantaban a coro este estribillo cada vez que se acercaban las vacaciones de verano: 
Se habla de una nueva casa 
que se pone en construcción. 
En la playa de Salinas 
"Pal" Colegio de la Unión"


Los preparativos de las huérfanas para venir a Salinas empezaban nada más acabarse las clases.Las monjas preparaban las ropas y uniformes de verano "con mangas en forma de globo" y un lazo detrás, las sandalias, las playeras y lo más importante; los bañadores"... siempre diseñados "dentro de la más estricta moralidad y decencia":
"Estos se componían de dos piezas : una cubría el cuerpo desde el cuello hasta un poco mas arriba de la rodilla, con mangas hasta medio brazo y botones en la parte delantera hasta el ombligo, y otra era una falda acampanada que llegaba hasta media pierna, cerrada también con botones. Al paso del tiempo estos bañadores fueron sustituidos por otros más modernos"

Disminuyendo el número de huérfanas el colegio empieza a acoger a niñas de sectores más débiles económicamente, fusionándose en 1973 con el Albergue de María Cristina, pasando a llamarse Las Acacias en el curso 1982/83. Las sucesivas transformaciones también llegaron a Asturias, donde pasó a ser el Centro la Unión de Apoyo a la Integración de Personas con Discapacidad. Las marchas de las monjas, las Hijas de la Caridad, se produce en septiembre de 1987 


En este sector de la playa empezaremos a ver también placas con fotos de época y textos explicativos de muchos de estos avatares


Es la Ruta de Eleonore, la locomotora belga de la Real Compañía. Aquí vemos estampas antiguas de viajes y estancias en Salinas, así como dedicadas ala llegada del cine en 1924


Las fotos están sacadas en el mismo lugar en el que se colocó cada panel de la ruta, unos diez entre este paseo y Arnao, por lo que puede ser un aliciente más, si lo deseamos, para visitar la cercana población, su museo y playa


J.F. Galán contaba así para El Comercio su instalación el 17-1-2016:
"El Ayuntamiento, en colaboración con el Museo de la Mina de Arnao, ha instalado a lo largo del recorrido diez paneles con imágenes y texto que reviven uno de los episodios clave de la historia moderna de Arnao y de la comarca. Dos de ellos, de mayor formato que el resto e ilustrados con infografías, se han colocado al inicio y al final de la ruta, a las puertas del Museo Mina de Arnao, junto a la locomotora 'Eleonore', y de las dunas de El Espartal, en Salinas. 
Hay un segundo panel en Arnao, junto al túnel Mugarón, y los siete restantes se distribuyen a lo largo del paseo de la playa de Salinas. Son paneles monográficos que ilustran con imágenes antiguas, acompañadas de una breve leyenda, la historia del antiguo ferrocarril y de la mina, y no están colocados al azar, sino en el lugar en el que en su día se tomaron las fotografías que reproducen. 
Con un coste de 6.000 euros, 1.800 aportados por el Principado y el resto por el Ayuntamiento, los diez panales pretenden ser el primer paso de un proyecto «que además de potenciar nuestro patrimonio industrial contribuya a impulsar el turismo», según manifestó la concejala del área, Mar Iglesias. 
La idea es instalar más paneles en otros puntos emblemáticos de Salinas, localidad que experimentó un notable impulso a raíz de la llegada de la Real Compañía Asturiana de Minas. Cedida por la Corona a la Real Compañía Asturiana de Minas, como el resto de la franja costera que se extiende entre las rías de Avilés y de San Esteban de Pravia, fue el lugar elegido por los altos cargos de la compañía para establecer su residencia"

Una carta llena de nostalgia... cuando Salinas despuntaba como gran enclave turístico


Cuando en enero de 1990 se hundió el viejo paseo de 1965 construido por Concasa sobre la antigua duna, con escasa cimentación y rellenado con la misma arena, su restitución no fue inmediata. Primeramente y para salir del paso cuanto antes, se colocaron grandes piedras de cantera. Las obras propiamente dichas no comenzarían hasta septiembre de 1993 al haber cierta oposición vecinal al deslinde propuesto por Demarcación de Costas


El nuevo paseo no tenía que ver con el anterior, se hizo una buena base de 2,5 metros de profundidad rellena de hormigón y el desnivel respecto a la playa es de unos cuatro metros de media en óptimas condiciones, cuando antes estaba a ras y las arenas invadían el suelo


Sin embargo, con marejadas, resacas y galernas suelen aparecer partes las piedras colocadas primeramente e incluso porciones del paseo antiguo, debido a que los antiguos materiales no fueron retirados en su totalidad sino enterrados bajo la playa, pues aún no se pensaba seriamente en el problema de la pérdida de arena pese a que aquel hundimiento del viejo paseo fue una especie de aviso. Una vez solventados los problemas legales el nuevo paseo se inauguró prontamente tras iniciarse los trabajos, en agosto de 1994, en plena temporada alta y menos de un año después


Pero no mucho después, en 1996, el mar derriba parte del muro del Club Náutico, en aquellos tiempos pegado a la misma playa, por lo que este acordó un convenio con Ayuntamiento y Costas para prolongar el paseo hasta el Real Balneario, donde conecta con la carretera de Arnao o Avenida de Juan Sitges llegando hasta la boca del Túnel de Arnao


Y así el paseo llega también a La Peñona con el Museo de las Anclas, homenaje al mar y sus gentes y dedicado como hemos dicho a Philippe Cousteau, fallecido en accidente de hidroavión en 1979 en el río Tajo


Tal vez ahora, incluso a simple vista, podamos reconocer el busto de Philippe hecho por Vicente Menéndez-Santarúa Prendes, que sin embargo desde esta distancia únicamente nos parecerá una pequeña mancha oscura que sale de lo alto de la arista de una roca clara en rampa lisa e inclinada justo detrás de la pasarela que une el promontorio del Museo de las Anclas con el peñón islote en el que está el mirador


Con un zoom, teleobjetivo o prismáticos es posible que apreciemos mejor los rasgos del busto


Fijémonos en la pasarela. Según desde la posición en que lo veamos allá está. Se perfilan los rasgos de la escultura...


Esta es su biografía, según la página Jean Michel Cousteau's Ocean Futures Society:
"El segundo hijo de Jacques-Yves Cousteau y Simone, Philippe fue uno de los primeros buceadores del mundo, además de fotógrafo, cineasta, escritor y piloto de aviones.

Recorrió el planeta siendo niño con su hermano mayor, Jean-Michel, y como adulto, trabajó en estrecha colaboración con su padre en las primeras expediciones y proyectos de Cousteau.

Philippe murió trágicamente en un accidente de hidroavión a los 38 años y le sobreviven su hija Alexandra, su hijo Philippe, y su esposa Jan, que continúan su misión de proteger al planeta océano"

Todos los que van al mirador pasan ante el bulto y su pedestal natural que es la roca. El lugar es muy visitado y fotografiado


Ahora reconocemos mucho mejor las demás estructuras del Museo de las Anclas, que se extienden por todo el promontorio


Son las más visibles en la distancia las seis grandes velas de metal sobre una gran plataforma de piedra a manera de cubierta, cada una con la cadena y ancla de un buque, diseñadas y pintadas por Lucio Marcos Pernia


En origen eran de vidrio pero fueron destruidas por el vandalismo y recompuestas en metalpara evitar nuevos disgustos


Hay otras estructuras, alegorías y motivos marinos, como el Templo de los Océanos con su Rosa de los Vientos, esculturas como la del hondero balear, composiciones y figuras etc. Esto dice la Wikipedia:
"Incluye, al aire libre, una serie de esculturas de acero llamadas Velas junto a cada ancla, están diseñadas y pintadas por su autor Lucio Marcos Pernia, las Velas muestran diferentes motivos marinos y náuticos (Llámpara, acero, sol, algas, banderines, mar). Estas Velas no fueron las originales, en un principio fueron unos grandes vidrios pero por causa del vandalismo estos vidrios fueron destruidos, de estas Velas de vidrio existen pocas imágenes. El artista Lucio Marcos Pernia preparó una intervención sobre los vidrios resquebrajados para el día de la inauguración del Museo por el rey Juan Carlos I. También hay un busto de Philippe Cousteau obra de Vicente Menéndez-Santarúa Prendes, un mural cerámico cuya autoría corresponde a Ramón Rodríguez y la Escuela Municipal de Cerámica de Avilés y una rosa de los vientos"

Más a la izquierda, los altos mástiles con banderas son otro elemento visible desde la distancia

También, toda la gran escollera sobre el acantilado, que asienta y protege el terreno de las olas, a veces enormes, que golpean en invierno incluso la parte más resguardada de la ensenada, forman una cenefa de piedra clara que identifica muy bien este conjunto de La Peñona

Tal y como dijimos al principio de esta entrada, sin duda la mayor gracia o aliciente de hacer este camino por Raíces y Salinas, a pesar que ya no es oficial y es sensiblemente más largo que el de La Plata, consiste en acercarnos a esta playa, llena de historia y belleza en cualquier época del año... pero más concurrida, a veces incluso bulliciosa, en verano


Estamos en la Escalera 5. Como todo lo relacionado con estas playas o playón y costas, las dimensiones de este paseo varían según la fuente consultada, dependiendo de de donde se considere también su principio y final tras arreglos y ampliaciones. Pero en todo camino lo importante son las vivencias y sentimientos, por eso compartimos lo que escribía en gran Alberto del Río Legazpi en El Comercio-La Voz de Avilés el 21 de julio de 2013:
"En asuntos playeros, es Castrillón quien tiene el protagonismo en la cosa comarcal avilesina. Y en su costa deslumbra Salinas, que parece un reportaje del National Geographic, sembrada de paseos, chalés, gauzones, anclas, surfistas y dunas. Salinas está en el centro de un aspa que va de La Peñona al Peñón de Raíces. Y de 'Las Conchas' (restaurante) a San Martín de los Pimientos.
Tantas veces mostrada fotográficamente desde el aire (Nardo Villaboy, mayormente) -que es desde donde mejor se aprecia su magnitud en la zona marítima asturiana- Salinas es como una enorme V, un vector, que se va afilando hacia el oeste hasta irse al Cuerno (playa) y terminar esfumándose por un túnel que la une con Arnao. 
Al otro lado del túnel está El Dólar (playa también) que es terreno capital de la Real Compañía Asturiana de Minas, histórica empresa pionera en la industrialización avilesina y quien hizo posible la gran población, al construir -en aquella pequeña aldea al lado del mar, llamada Salinas y no se sabe ciertamente el porqué- casas para sus directivos en la fabricación del zinc. 
Y si la Real Compañía la comenzó, luego vinieron los tranvías -el de vapor, o sea 'La Chocolatera', y el eléctrico, que incluso coincidieron años funcionando conjuntamente- que llevaban gente bien a los balnearios, bien a los que buscaban baños de ola, pecadores ellos, sin recato de techo alguno. Y también surgieron los hotelitos, de los profesores universitarios de Oviedo (¡Vade retro Gijón!) y su Colonia veraniega de estudiantes. Hasta que la llegada de ENSIDESA y compañía, la convirtió en privilegiada ciudad-dormitorio de Avilés. 
En este punto, su desarrollo fue meteórico y ahí resuena Treillard, restallante apellido histórico local, uno como hotelero fundador de balnearios y otro como alcalde. Y éste, en la segunda mitad del siglo XX, empezó a urbanizar a todo trapo y tanta marcha cogió que se pasó veinte estaciones con más de cuatro Gauzones. 
Por entonces, Salinas era el discreto encanto de la burguesía, pero sin la acidez de Luis Buñuel. Al otro extremo San Juan -con una contaminante factoría química del año catapún al lado- tenía acidez en el medio ambiente. Era playa de clases medias avilesinas y también bajas, que venían de Oviedo en trenes especiales. Apurando se podría decir que a San Juan, mayormente, iba la base y a Salinas los de lavase y peinase. Cosas de la coña marinera. 
Es famosa por su espectacular playa (la más concurrida de Asturias, junto con la de Gijón), su magnífico paseo marítimo o el Museo de las Anclas, ocurrencia de Agustín Santarua. Lo que ya no es de tanto conocimiento son sus cuidadas y arboladas calles, con profusión de espléndidas viviendas de variadas arquitecturas (es el Biarritz asturiano), ni tampoco su condición de pionera centenaria en el turismo regional con aquellos espectaculares Balnearios y Náutico. O la esforzada por preservar su imponente conjunto dunar de El Espartal, hoy declarado monumento natural. 
Cuando los técnicos juegan a los diques en San Juan de Nieva, la mar se cabrea y se lleva por delante el triunfal paseo marítimo de Salinas. Pero se repone. 
Y cuando no es el paseo, la mar rizada la deja calva de arena. Pero le termina creciendo o termina poniéndose una peluca alquilada en Cabo Vidio. 
Porque no hay quien pueda, no hay quien pueda, con Salinas marinera. Marinera y pecadora (sic), no hay quien pueda, por ahora. 
Corto y cambio, para citar a José M. Castañón en su obra 'Mi padre y Ramón González de la Serna': «Una nostalgia pasmosa me aprieta en estos momentos. Aquel Salinas, me inquieta al saber que sigue viviendo tan verde, tan marítimo...» 
Sabía que Salinas es la mar del verde"

Otro panel de la Ruta Eleonore que podemos detenernos un instante a estudiar


Este está dedicado a las primeras postales


Llama la atención la lancha en la playa... como era usual también se escribía sobre la misma foto...


Por esta zona más o menos y con acceso directo a la playa estaba el antiguo Club de Tenis y Club Social de los empleados de la RCAM, con sus dos canchas de tierra batida. Los vecinos afirman que, de haberse conservado, sería una joya arquitectónica, similar a otros edificios históricos de Salinas


Tal y como afirman especialistas en urbanismo como Leal Bóveda, Salinas "es un producto" de la Real Compañía Asturiana de Minas. De la misma manera que en Arnao construye los poblados obreros, las escuelas y hasta la casa del director, aquí estarán las casas de los encargados y otros especialistas, directivos, gerentes, etc. de la empresa y de sus especialidades, a veces agrupado en tramos de calles, como por ejemplo los químicos. Seguidamente llegarán otros industriales, burguesía local, indianos, e incluso maestros. Por ejemplo, si la Universidad de Oviedo crea aquí unas de sus colonias veraniegas se debe a que algunos profesores tenía chalet en Salinas. Como dice Leal Bóveda:
"Los profesores dan prestigio social y la burguesía avilesina que surge al abrigo del primer puerto carbonero de Asturias como las familias Fernández Ladreda, Maribona o Caso de los Cobos, recalan también en Salinas por el prestigio de los ilustrados. La localidad es a principios de los años 20 del siglo XX, la primera colonia vacacional de Asturias, incluso por delante de Ribadesella y de Gijón"

Posiblemente aquellos profesores fueron los que más divulgaron el valor ambiental de las dunas de L' Espartal  en unos tiempos en lo que estas no eran valoradas sino que se tenían como lugares a urbanizar, como en buena medida pasó, Realmente en el primer Plan de General de Ordenación Urbana de Salinas, de 1964, se preveía construir toda la superficie dunar hasta la Ría de Avilés, cosa que se echó atrás a excepción de Los Gauzones y otros más pequeños bloques construidos, como hemos visto, más recientemente. Seguimos leyendo a Leal Bóveda:
"Los cargos medios y directivos de esas compañías necesitan viviendas y la RCAM, en otro salto, reconvirtió a 800 operarios para crear Constructora de Castrillón (Concasa) para urbanizar la localidad. Al no poder seguir construyendo en El Espartal, Concasa comienza a realizar inmuebles en altura en El Campón y en la actual calle Luis Treillard"

Anteriormente, el profesorado y la burguesía promovieron la construcción del Balneario de Salinas, cuyos tejados vemos a lo lejos, pues buscaban un lugar de ocio elitista y constituyeron el Real Club Náutico. El primer balneario fue fundado en 1887 y reconstruido tras un incendio en 1912 y vuelto a abrir en 1916, constituyéndose el primer Club Náutico que con la visita de Alfonso XIII pasa a ser Real, ya hemos dado unas pinceladas sobre su historia. Ahora vamos a hacerlo sobre su faceta de restaurante desde 1991 con los Loya, y para ello echaremos mano de la revista gastronómica Origen que en octubre de 2016 (siglo exacto de su reconstrucción) publica este reportaje:
"El restaurante de Isaac Loya, situado en Castrillón (Asturias), está de aniversario. Hace ahora cien años este privilegiado lugar ubicado a orillas del Cantábrico, en plena playa de Salinas, abrió sus puertas como Balneario. Fue el primero de Asturias, construido en madera, y permitía tomar baños con agua marina, recetados incluso por el cercano Ayuntamiento de Avilés, quien subvencionaba a  personas sin recursos para que pudieran tratar sus dolencias. Y hace 25 años las curas físicas se convirtieron en espirituales gracias a la gastronomía. 
El Balneario de Salinas pronto se hizo un nombre como lugar donde disfrutar de pescados y mariscos capturados en la cercana costa. Miguel Loya emprendía su propia aventura tras haber trabajado  en el negocio familiar, el San Félix. De aquellos tiempos todavía pervive hoy en carta la “lubina al champagne”, enseña de la casa y uno de los platos más solicitados. Pero en estos 25 años que ahora celebran han pasado muchas cosas, entre ellas dos riesgos de derrumbe por temporales y varias inundaciones. En la actualidad el restaurante está regentado por su hijo Isaac Loya, quien hace balance y cree que “han cambiado muchas cosas, cocinamos diferente, seguimos respetando el producto al máximo pero la técnica nos ha ayudado a preservar sabores, y también hemos mejorado mucho en las presentaciones de los platos”. 
Isaac ha vivido de cerca los últimos veinte años de la casa. “Pasé diez años en sala, y tras el fallecimiento de nuestro jefe de cocina pasé adentro, prácticamente por necesidad, aunque siempre me habían atraído los fogones”. 
En 2005 consiguieron una estrella Michelín, que mantienen once años después. Algunos de sus productos fetiche son los percebes, quisquillas, oricios, salmonetes, mero y virrey. Han sido considerados entre los diez mejores restaurantes de pescado de España, aparecen en gran parte de los listados y rankings de restaurantes con encanto y con vistas, cuenta con una bodega con más de 500 referencias del mundo, y buscan cada día los mejores productos del mar. El Balneario de Salinas cumple 25 años, en buena forma y defendiendo la inagotable despensa asturiana"

Otra buena descripción la hallamos en la página Pescaderías Coruñesas:

"El Real Balneario se ubica en la misma playa de Salinas, ocupando un antiguo chalet que por el año 1916 fue inaugurado por S.M. el Rey Don Alfonso XIII. Éste daba servicio a los usuarios del balneario de aguas marinas situado también en la mencionada playa y desde el que pueden contemplarse unas vistas de gran belleza.  Pocos son los sitios en los que se puede disfrutar con todos los sentidos. El incomparable y siempre cambiante entorno que ofrece el Mar Cantábrico. Las dormidas historias que despiertan a nuestros ojos en el interior de un balneario de principios de siglo. Sus amplias cristaleras se abren para contemplar un paisaje inspirador donde el cielo, mar y arena acompañan al disfrute de los placeres de la mesa. Todo acompañado por el espacio interior del restaurante: diferentes salones concebidos para la máxima comodidad de sus comensales, pinceladas de aire moderno que conviven con el estilo clásico y conservador que son la esencia en su decoración, en la que priman la elegancia y la atención al detalle.  

Al servicio de quienes gustan de los sabores de la alta restauración sincera y comprometida, la cocina de Isaac Loya se caracteriza por la naturalidad y autenticidad de sus propuestas por la gastronomía asturiana. Una culinaria en la que priman los sabores genuinos, originales y versátiles, sin renunciar a las mejores esencias. Además, la carta es actualizada en función de cada estación, no permanece estática, para garantizar la máxima frescura y calidad de los productos.

Todo ello es posible gracias al equipo de profesionales que acompañan a Isaac. Su madre Eva del Río, pionera desde hace 25 años de la puesta en escena, además de otras 16 personas, que logran que la experiencia en el restaurante sea recordada con alegría por los comensales.

En reconocimiento a su esfuerzo continuado, el establecimiento ha sido distinguido con importantes galardones como una estrella Michelindos Soles RepsolPremio Nacional de Gastronomía, entre otros. Además, forma parte de agrupaciones como Jóvenes Restauradores, Eurotoques o Fomento de la Cocina Asturiana. En marzo de 2017 el Balneario de Salinas fue candidato al premio europeo "Eco-Friendly"


Más allá estuvo el Balneario Municipal, construido durante los años del desarrollismo, que contaba con aseos y duchas, bar, vestuarios y taquillas en las que la gente que iba a la playa podía dejar sus cosas. Fue demolido tras el temporal de 1990 que hundió el paseo por riesgo de derrumbe, ampliándose el paseo de la playa


Reconocemos también los grandes bloques de pisos de la calle Luis Treillard. Construidos dentro de la inspiración desarrollista que transformó Salinas de colonia de veraneantes a población de residencia permanente pero cuyo impacto no es tan acusados como los de Los Gauzones y otros edificados en el extremo oriental de la localidad, por donde acabamos de pasar


A nuestra izquierda Casa Larrea, de marcada impronta indiana, con sus galerías mirando a la playa. Cerca están los edificios de Los Hoteles, uno de los muchos que la RCAM poseía en Salinas


En el paseo, un nuevo panel de la Ruta de Eleonore


Este parece dedicado a noticias y anuncios de época, aparte de más fotos antiguas


La playa con el Real Balneario, único edificio por entonces en primera línea de costa


Los años de la I Guerra Mundial...


Accidente en una xarré, tirada por un caballo


La verbena de farolillos a la veneciana de Víctor Pumariega


Noticias...


Ropa para la burguesía veraneante...


Glosa de Salinas y su Club Náutico


A la izquierda el restaurante-terraza Ewan. y de frente el Real Club Náutico de Salinas, en lo que vienen a ser los accesos principales, o más transitados, a la playa


El edificio es totalmente diferente a aquel primer Club Náutico inaugurado en 1916 y Real desde siete años más tarde. Este fue inaugurado en 2006 sustituyendo al que en 1960 sucedió también al primero, de madera y del que se conservan abundantes fotos


El actual dispone de terrazas y grandes ventanas, perfectamente integrado en el paseo y en la importante encrucijada a la que llegamos ahora


A partir de aquí, si deseamos por ejemplo visitar La Peñona y 
conocer Arnao iríamos por la derecha, pero si queremos seguir trayecto directo a Piedras Blancas es un buen lugar para dejar el paseo de la playa e ir hacia la izquierda para reencontrarnos con el camino señalizado a Samartín de L'Aspra y su albergue


Y este es el Monumento al Surf, homenaje a Félix Cueto y los pioneros surfistas de Salinas, obra de Mario García con la que ganó el concurso convocado por el Ayuntamiento de Castrillón a este fin e inaugurada en 2019


Cruzando la plaza, en diagonal, admiramos estos hermosos parterres mientras nos dirigimos a la calle Doctor Pérez, a la izquierda del Real Club Náutico


Y como no podría ser de otra manera hallamos el correspondiente panel de fotos dedicado a esta institución de Salinas


Este es aquel bello e histórico nombre, La Perla del Cantábrico que denomina a esta otra ruta, complementada con la de Eleonore y dedicada a los orígenes del turismo en Asturias


Aquí vemos el antigua balneario. Aquí más o menos desde esta misma posición


Aquí desde la playa...


Veraneantes...


Seguidamente, al salir a la calle Doctor Pérez, un mercadillo veraniego. Antaño en muchas localidades estos puestos eran llamados Las Tiendas del Aire


Aquí confluyen las calles de Pablo Laloux y Doctor Pérez, que es por la que vamos a seguir ahora hacia la cafetería La Toldilla, antiguamente La Cantina, donde estaba la estación del tranvía. En 1893 se puso en marcha la primera la primera línea de tranvía a vapor de Asturias, inaugurada el 20 de febrero, aunque según las fuentes las fechas también varían, la cual comunicaba Avilés con Salinas y más tarde lo haría con Arnao. Contaba con dos locomotoras llamadas Avilés y Salinas, pero popularmente eran La Chocolatera, por el humo que desprendían, color chocolate


El tranvía llegaba a Salinas por la calle Galán, dos calles al otro lado del cuartel de la Guardia Civil, precisamente donde se dice estuvieron las primeras casas que hizo la RCAM, compañía que auspició su puesta en marcha, así como posteriormente la del tranvía eléctrico. Así de bien lo explica Alberto del Río Legazpi el 30-9-2012 en sus Episodios Avilesinos de El Comercio-La Voz de Avilés:
"Era conocido popularmente como ‘La Chocolatera’ por la considerable cantidad de humo ‘achocolatado’ que arrojaba su diminuta máquina de vapor (marca ‘Stuart’ 9 Tm) y circuló hasta 1933, entre Avilés –actual calle del Muelle– siguiendo un trayecto lineal –eran5 Km. de vía, de un metro de ancho– que discurría por la de Los Telares, avenida de Lugo, La Maruca, desviándose en Raíces hacia el interior de Salinas, terminando en la calle Galán. 
Al principio prestaba servicios solamente domingo, festivos y días de mercado, circulando en verano diariamente, cosa que extendió –en 1903– a todos los días del año, llegando a establecer acuerdos con la Real Compañía para el transporte de sus trabajadores. 
El uso público iba en aumento. Y como quiera que las ciencias adelantaban que era una barbaridad, pues llegó la electricidad. Y de la nube se pasó al trole, pero no en un pispás, ya que convivieron ambos unos doce años. 
El trole, debido a la Compañía del Tranvía Eléctrico presidida Juan Sitges Aranda, fue inaugurado, con pompa y circunstancia, en El Parche avilesino, el domingo 20 de febrero de 1921, fecha en la que ya entró en funcionamiento el tramo Salinas-San Juan de Nieva-Avilés-La Texera.

Como era mucho bocado para una sola vez, el resto fueron entrando en servicio tal que el 15 de enero de 1922 lo hizo el de Salinas-Arnao y el 12 de febrero el que comunicaba La Texera a Villalegre. Y, finalmente el 19 de agosto de 1923, el de Arnao-Piedras Blancas. Desde aquí hasta el, entonces, barrio residencial de Villalegre el trazado de vía era de, cerca, de 15 km"

En 1933 desapareció el tranvía de vapor, quedando únicamente el eléctrico. Este medio de locomoción era especialmente importante para la Real Compañía y los portuarios, trabajadores con bono especial. Los domingos era muy empleado para ir al fútbol pues el campo del Real Avilés estuvo en Les Arobies (ahora en pleno centro) hasta mediados del siglo XX y por el verano para ir a las playas y los bailes. Fue sustituido por el autobús el 1 de enero de 1961, siendo su último viaje el día anterior, 31 de diciembre de 1960

Aquí en la antigua estación y cantina era Casa Nineta, que era como se llamaba a una señora venida de la Argentina famosa por sus aceites o ungüentos medicinales para curar quemaduras, golpes y cortes. Había también una sala de espera, ya que el tranvía se dice tardaba alrededor de una hora en cubrir el trayecto, ya que había un par de cruces en los que era obligado detenerse uno a esperar mientras venía y pasaba el otro 

En el libro El Castrillón de la II República y la Guerra Civil, sus autores Pablo Martínez Corral Rubén Chimeno Fernández, escriben del tranvía en el apartado Transportes:

"Ya desde finales del siglo XIX y principios del XX, Castrillón es un concejo bien comunicado con los de su entorno y, sobre todo, con el de Avilés. Porque, además de facilitar la exportación de la producción industrial a través de su puerto marítimo, Avilés va a nutrir de bañistas las playas castrillonenses, siendo la de Salinas el principal foco de esparcimiento y ocio

La implantación de los transportes públicos se inicia en 1893, con la creación de la compañía del “Tranvía del litoral asturiano”, que explotará el tranvía a vapor llamado, popularmente, La chocolatera. En 1921, hace el recorrido entre Avilés y Salinas el primer tranvía eléctrico (el tranvía desaparecerá en Castrillón en 1960). Será la Compañía del Tranvía Eléctrico de Avilés la que construya y explote la concesión de la línea que va de Villalegre a San Juan de Nieva, y de San Juan de Nieva a Piedras Blancas. Como señalaba el propio presidente del consejo de administración de la compañía (Juan Sitges y Aranda) en noviembre de 1931, en una carta dirigida al Ayuntamiento de Castrillón rogando se haga cargo de parte del aumento de jornales solicitado por los trabajadores de la compañía, 

“este medio de transporte ha originado el aumento del valor de todos los edificios comprendidos en su recorrido y, por tanto, una mayor riqueza inmueble que favorece y beneficia a ese Ayuntamiento. [...] También el servicio de tranvías ha contribuido a un mayor ornato de los pueblos, cambiando y modernizando su fisonomía, y contribuyendo, indudablemente, a fomentar el turismo. [...] La constitución de nuestra empresa la guió el móvil de dotar a los pueblos que atraviesa su recorrido de una mejora urbana de importancia indiscutible.”
 
La oferta se ampliará con la construcción, en los años cuarenta, de la línea de ferrocarril de vía estrecha El Ferrol Gijón..."

Cruzamos la Avenida Clarín, otro destacado veraneante en Salinas, Genaro García-Alas y Urueña, hermano de Leopoldo Alas, Clarín, autor de La Regenta). Juan de Lillo explica en La Nueva España del 28-8-2011 cómo se enamoró de Salinas cuando apenas habría cuatro casas...
"Ocurrió probablemente en el verano de 1881. Genaro Alas solía hacer el trayecto de Oviedo a Pravia para el encuentro estival con su hermano Marcelino, que ejercía allí como registrador de la propiedad. Era un largo viaje en carruaje de caballos cuya lentitud y monotonía exigían más de una parada para recuperar fuerzas, seguramente en comida campestre. Y en uno de aquellos altos en el camino el mayor de los Alas paseó hasta el arenal de Salinas, bordeado hasta la embocadura de la ría, en San Juan, por un borde de dunas vírgenes de gran belleza. La vista de aquel paisaje del espartal, tan apacible y sugerente, le fascinó y pensó que era un buen lugar para tomar las aguas de mar, rito medicinal en auge en aquellos días. Incluso un solar excelente para construir una casa, disfrutar sin prisas del idílico lugar y hacer estación en sus viajes a Pravia, donde su hermano había enraizado su vida"

Este cruce de calles conforma una buena explanada con una especie de glorieta ovalada en medio formando una plazoleta


Ahí hay un parterre de flores que guarda el estanque de la 
Fuente del niño, ante la que hay varias casas y calles de interés


A nuestra izquierda la calle Galán, por donde venía el tranvía, tan añorado también por José Ramón Cueva en La Nueva España del 17-7-2008:
"Los avilesinos sentimos desde hace años una cierta nostalgia por aquellos tranvías que circulaban desde Villalegre hasta Piedras Blancas, y viceversa, atravesando Los Canapés, la Texera, Rivero, El Parche, el parque del Muelle, la carretera del Torno, San Juan de Nieva, el pinar de Salinas, Arnao y Piedras Blancas, tripulados por aquellos honrados y esforzados avilesinos Constante, Guardado, Moreno, Luisín, el Meco, Favila, Tellera, etcétera, y antes y aun algo después, por otros trabajadores como aquellos.

Los tranvías avilesinos estaban pintados de amarillo canario, que es el color propio del tranvía que se precie de serlo. O sea, como los que aún circulan por Lisboa, subiendo y bajando las pronunciadas cuestas de la ciudad"

Enfrente de la fuente, la casa de la pintora María Galán
Esta es su biografía, extraída de la página de la Asociación de Pintores y Escultores, creada en 1910 y de la que fue una de sus primeras socias, escrita por Mª Dolores Barreda Pérez: 
"María Galán Carvajal nació el 9 de diciembre de 1880 en Avilés, Oviedo. De su puño y letra así lo escribió en su ficha de inscripción, contradiciendo la información que a este respecto publica Ramón Baragaño.Hija de José Galán Estrada y de Teodora Carvajal Zaldúa, hermana del marqués de Pinar del Río, ilustre filántropo que se había enriquecido en Cuba.

La familia gozaba de una buena posición social y económica, pero tras el fallecimiento de su padre, y cuando maría contaba con 10 años de edad, los hermanos y su madre se trasladan a Madrid.

Dotada de grandes condiciones para el dibujo, comenzó a pintar a la edad de 16 años.Cursó estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, siendo discípula de José Ramón Zaragoza, Alejandro Ferrant y Álvarez Sala.Fueron muy frecuentes también sus visitas al Museo del Prado, ejerciendo de copista de los grandes maestros y viviendo el ambiente artístico que reinaba en Madrid.

Animada por sus maestros, abrió un estudio en la calle Goya de la capital, dedicándose a la enseñanza. En 1915 concurrió a la Exposición Nacional de Bellas Artes con el cuadro titulado “Segoviano”En 1920 la familia regresó a Asturias y fijó su residencia en Oviedo, pasando los veranos en Salinas, entonces incipiente y tranquilo centro de turismo estival.

Participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1922, hecho que recogió el crítico J. Blanco Coris cuando destacó en la prensa de la época…”Haremos mención del retrato cabeza estucho de mujer de la señorita María Galán Carvajal”. En abril de 1924 aparece como maestra participante en el Congreso Nacional de Educación Católica, puesto que además de su actividad pictórica, María fue una mujer profundamente religiosa y muy preocupada por las clases desfavorecidas. De esta forma, en octubre de 1929 fue nombrada por el gobernador de Asturias, Concejala del Ayuntamiento de Oviedo, cargo que por distintas circunstancias políticas sólo desempeñó hasta febrero de 1930.

Su actividad pictórica continuó con su concurrencia a las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de 1930 y 1936. En 1932 participó en el XII Salón de Otoño, mereciendo la calificación de Socio de Mérito según recogió la prensa de la época. En 1933 la crítica señala sus obras como de “buenas pinturas” y un año después se reafirma cuando se mencionan sus “dos buenos retratos”. En 1935 realizó su primera exposición en Oviedo, en el Salón Peñalba.

Por enfermedad propia y por distintas desgracias de familia, tuvo algunos parones en su dedicación artística, que siempre lamentó pero fueron inevitables. Pintaba principalmente retratos, interiores y bodegones, y algunas flores y paisajes con la técnica del óleo, si bien también cultivaba la acuarela y el temple. Realizó distintos viajes a Florencia, Roma y París, para conocer y estudiar de primera mano el arte y los grandes maestros. 

La familia vivió la contienda española en la localidad asturiana de Salinas, donde veraneaban. De regreso a Madrid y, habiendo fallecido ya su madre, María Galán Carvajal regresó en 1943, a Salinas, donde residió y estableció su estudio en Villa Teodora, con la única compañía de su sobrina Mª del Carmen.

En 1938 el ingeniero Julio Martínez Hombre, Director de la Estación Experimental Agrícola de Nava, le encarga la realización de una serie de acuarelas para ilustrar las variedades de manzanas asturianas, trabajo interrumpido por el fallecimiento del agrónomo en 1945 pero que el Ministerio de Agricultura publicó en 1957 con 234 acuarelas ilustrativas que, desgraciadamente se han perdido. Entre 1939 y 1940 llevó a cabo los trabajos de restauración del retablo de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen de Salinas. Simultáneamente, continuaba su participación en todo tipo de certámenes, presentando obra a las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de 1945, 1948, 1954. También participó en varias exposiciones colectivas, entre las que destaca la que organizó el Automóvil Club de Oviedo en 1940 con el título de Exposición de Artistas Asturianos.

En 1947 realizó su segunda exposición individual, que tuvo lugar en la Universidad de Oviedo, en los bajos del antiguo Colegio de Recoletas (después rectorado), el mismo lugar en donde llevó a cabo su tercera muestra individual en 1953. En 1954 celebró una exposición en la Sociedad de Amigos del Arte, en Avilés, muestra que contó con 27 cuadros y con éxito de crítica y público. Ese mismo año, el Boletín Oficial de la Provincia de Oviedo hace público el acuerdo de compra, por una suma de 4.000 pesetas, de la obra titulada “Rincón de Estudio”, de la pintora María Galán Carvajal.

El 30 de agosto de 1960 María Galán Carvajal fallecía en su casa de Salinas. A pesar de ser soltera y no haber tenido hijos, lo hizo rodeada de sus familiares más íntimos.

Su obra está situada en el realismo académico de la época, siendo muy apreciados sus interiores y retratos, que reflejan una gran calidad, un especial dominio del dibujo y un muy personal empleo del color.

A la derecha está la residencia de los Menéndez Abascal, otra de las primeras casas de Salinas, que fue primeramente una fonda, la cual estaba a punto de abrirse cuando Genaro Alas inauguraba su quinta de Salinas 

Su espléndida galería, que vemos algo tapada por los árboles del paseo, fue añadida tiempo después, cuando de fonda pasó a vivienda vacacional


Fue esta pues en tiempos la gran arteria de la comunicaciones de Salinas en los tiempos del tranvía, del que se dice iba tan despacio, una hora duraba el trayecto desde Villalegre, que podía muchas veces cogerse en marcha, no sin riesgo, y que, para evitar el pago al revisor, al entrar ibas buscando sitio atrás. Si el revisor, cada cierto tiempo, iniciaba su ronda, te descolgabas por la parte posterior. Solía salir bien pero también ocurrieron algunos accidentes


La figura del niño que da nombre a la fuente dice que se hizo a imitación del famoso Manneken Pis de Brsuelas, el niño que orina, si bien esta más recatada, pues no muestra los genitales. Esta inspiración obedece a los orígenes belgas de los capitales iniciales de la RCAM y es obra de los años de la década de 1970 del artista Pío Morán 


Como hemos dicho, en lo que ahora es el cuartel de la Guardia Civil estuvieron algunas de las primeras casas de Salinas, en concreto una fila de cinco en la que residían encargados de la RCAM, como Sergio Balero, en la nº5


Esta es la foto que ilustra este panel: Primeras casas 1880-1900. A la izquierda los nombres de algunos d elos primeros residentes conocidos, empezando por Genaro Alas


A la derecha vemos las casas, actual cuartel, en medio La Cantina y a la izquierda el balneario y luego club náutico


El edificio, cedido posteriormente a la G. Civil, fue restaurado en el año 2012 por la sucesora de la Real Compañía: Asturiana de Zinc (AZSA)


Las aceras son anchas y en verano las hojas del arbolado de este bulevar proporcionan buena sombra

En un instante podremos acercarnos a la Fuente del Niño, el Manneken Pis de Salinas


La fuente y su estructura tuvieron varias reformas a lo largo de estos años, algunas también para el ahorro de agua


Su estanque forma una especie de pequeñas cascadas o salón, a modo de escalera...


Ciertamente más que un niño meón es más bien un niño con cubo de playa, pero la inspiración bruselense parece clara


Bajo él hay una ola sobre la que brota el agua, cual espumeru de la mitología. Por eso también lo llaman El Niño de la Ola


Atrás, La Toldilla, por donde acabamos de pasar, abrió sus puertas el 27 de julio de 1963 con José María Lamelas, Pepe el de La Toldilla, si bien él ya estaba allí antes, pues su madre estaba al frente de la antigua cantina del tranvía, allí existente. Allí se juntaban los trabajadores de la RCAM, donde Pepe trabajó 19 años, con los veraneantes y la burguesía local, en aquellos tiempos en los que Salinas pasaba a ser población de residentes permanente y no solo colona de turistas más o menos pudientes. A la izquierda están precisamente algunas de las que fueron casas de directivos de la Real Compañía Asturiana. Fallecido el día de Navidad de 2013, al día siguiente J.F. Galán le dedica esta semblanza en El Comercio-La Voz de Avilés:
"José María Lamelas Galán, 'Pepe el de La Toldilla', fundador y durante muchos años propietario de la cafetería-restaurante La Toldilla, emblemático establecimiento situado en la plaza de la fuente de 'El Niño' de Salinas, falleció ayer en Avilés. Estaba casado con María Teresa Moreno y tenía dos hijos, Belén y José Serafín, que regenta el negocio desde su jubilación. El funeral se celebrará a las 16.30 horas de hoy jueves en la iglesia de Nuestra Señora del Carmen de Salinas. 
Pepe llegó a lo que hoy es La Toldilla siendo un niño de la mano de su madre, que se hizo cargo del negocio. Entonces era la cantina del Tranvía Eléctrico. A los once años había comenzado a trabajar como soldador en la Real Compañía Asturiana de Minas, y tras el fallecimiento de su madre asumió las riendas del negocio, tarea que compaginó con su trabajo como soldador en la factoría de San Juan de Nieva primero, durante 19 años, y en oficina de Avilés del Banco Asturiano después. 
Un día tuvo que decidir, y se decantó por la hostelería. Fue entonces, tras contraer matrimonio con María Teresa Moreno, 'Tere', cuando acometió la reforma de la vieja cantina e inauguró La Toldilla, que abrió sus puertas el 27 de junio de 1963. Desde allí, siempre a pie de barra, primero como arrendatario y después como propietario, Pepe vivió el boom que a partir de los años setenta experimentó Salinas y de forma paralela La Toldilla. Eran los años dorados, los de la construcción desmedida, encarnada en los edificios Espartal y Gauzón. Salinas crecía y el negocio florecía. Allí había espacio para todo el mundo, desde vecinos de a pie que tomaban algo en La Toldilla antes de bajar a la playa hasta veraneantes de alto estánding, como Arias Navarro, que acostumbrarse a sentarse en la terraza a primera hora de la mañana. Después, llegados los noventa, Salinas entraría en la cuesta abajo. 
Pepe mantuvo vivo el negocio y una vez lo dejó en manos de su hijo, también conocido como Pepe, continuó dedicándole muchas horas a La Toldilla. Hasta hace bien poco era fácil encontrarlo allí a cualquier hora, disfrutando, ya como cliente, del negocio y del paisaje"


Un año antes, el 12-8-2012 su hijo José Serafín manifestaba su preocupación por el incierto futuro turístico de Salinas en El Comercio-La Voz de Avilés:
«Aquí no hay hoteles, ni campings, ni infraestructura, ni atractivos turísticos. Por no tener, ya no tenemos ni fiestas. Lo único que se organizan son botellones. Además de las del surf, teníamos que tener unas fiestas locales, como en cualquier otro pueblo, y más vigilancia. El otro día me robaron una mesa y cuatro sillas», 
«Antes, en la década de los setenta y ochenta, Salinas era una de las referencias del turismo en Asturias, pero se quedó estancada. Sólo hay que mirar cómo han evolucionado otras localidades, como Luanco, que está ahí al lado. Allí han abierto un montón de hoteles»

A los pies del estanque hay otro elemento que no ha de pasarnos desapercibido...


Un pez de marcado aspecto y detalles: su boca abierta delata que de él también manaba agua. A veces lo llaman El Pez Gordo


Desde esta Plaza de la Fuente del Niño, como se la suele llamar, volvemos al paseo dirigiéndonos a la derecha de la casa de los Menéndez Abascal, la de la antigua fonda


La calle hace un poco de curva al pasar entre estas casas con terreno, que han quedado como islas entre calles


Y por aquí saldremos a la calle Príncipe de Asturias, muy cerca ya de los altos edificios de la calle Alcalde Luis Treillard, ejemplo de lo que ya en 1970 el periodista Juan Antonio Cabezas llamó El Benidorm de la Costa Verde 



Esta calle es otro de los importantes accesos a la playa: nosotros iremos a la izquierda



Pero hemos de decir que a nuestra derecha estuvo antiguamente la tienda de Los Reconco, que luego se especializó en ropa y más tarde fue la del 0.95, porque todo costaba 95 céntimos

-Y muy importante: un poco más allá está, en el número 69 de esta calle Príncipe de Asturias, (no la llegamos a ver por poco, tapada por la casa naranja), el Albergue Alamar, especializado en peregrinos y turistas, sito en la casona con jardines donde llegó a alojarse uno de aquellos muy famosos veraneantes de Salinas el médico científico, y Premio Nobel Santiago Ramón y Cajal. Cuando se estaba rehabilitando para su actual uso, J.F. Galán le dedicó este artículo, Una casona con historia, en El Comercio-La Voz de Avilés el 13-5-2013:
 "Es una antigua casona construida en 1925 al amparo de la Real Compañía de Minas en la que llegó a alojarse el mismísimo doctor Santiago Ramón y Cajal, Nobel de Medicina en 1906 y amigo personal del también doctor José María Pérez Gutiérrez, exalcalde de Castrillón, abuelo del también exalcalde José María León Pérez y médico del Real Compañía. 
La vista de Ramón y Cajal se produjo poco después de que el Doctor Pérez perdiese la vida en un accidente de tráfico. Sucedió el 5 de junio de 1925. El coche, que formaba parte de la caravana que se aprestaba a despedir al presidente de la Real Compañía, Luis Hauzeur, se despeñó a la playa de Salinas desde la carretera de Arnao, a medio camino entre el Balneario y el túnel. 
Su viuda, Aurora González del Río Valdés, tuvo entonces que dejar la casa de empresa en la que residía el matrimonio. Las obras de construcción de la nueva casa concluyeron en 1927 y no mucho después Aurora se trasladó a Madrid, aunque todos los años regresaba a veranear a su casa de Salinas. Así hasta su muerte, en 1939, al terminar la contienda civil. Sus descendientes alquilaron entonces la casa a distintas familias ovetenses de abolengo que tenían en Salinas su segunda residencia y también, y durante muchos años, al Colegio La Unión de Huérfanas de Militares, regentado por Hermanas de la Caridad. Regresaban allí cada verano, de junio septiembre, hasta que ya entrados los años 40 el Ministerio de la Gobernación comenzó a construir en la actual Avenida Clarín un edificio con tal fin, el mismo que hoy en día se ha convertido en un centro de formación para personas con minusvalía psíquica. 
Los descendientes del doctor Pérez mantuvieron la titularidad del edificio, que también fue residencia geriátrica, hasta que en 2011 la vendieron a Garrido Feito, su actual propietario (y de la gasolinera de Salinas), que la adquirió con intención de habilitarla para hotel Al no prosperar el proyecto, por los motivos que fuera, se la ha alquilado a un grupo de jóvenes que ya se ha puesto manos a la obra. 
La intención es que el nuevo hotel-albergue abra sus puertas en verano. Además de las seis habitaciones dobles y la compartida, dispondrá de una terraza al aire libre abierta al público con servicio de cafetería, una escuela de surf y una tienda que comercializará productos de la marca de la que es copropietario Juan Luis Suárez, guitarrista de 'El Sueño de Morfeo' y vecino de Salinas"

Tomando pues a la izquierda la calle del Principe de Asturias, plasmamos lo que escribía, hace ya unos años, en la serie Viejas y viejas polas de La Nueva España, Marcos Palicio, dedicando a Salinas el artículo No sólo mar y playa:
"En Salinas, además, la peculiar distribución del suelo no deja que sobren solares y ha disparado los precios hasta situar a esta villa en las alturas de la clasificación que ordena las localidades de Asturias con la vivienda más cara. El dato publicado en enero por el Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria ha rebajado la media del metro cuadrado construido en Salinas de 6.000 a 4.800 euros, pero sigue siendo el doble del promedio de Oviedo y el más alto de las poblaciones costeras asturianas. Un resultado visible es que los jóvenes «se van a Piedras Blancas, que tiene más vivienda y más asequible», y que la población permanente de aquí se resiente mientras progresa el recuento global de la de Castrillón. La construcción se ha resentido de la crisis, pero hay aquí quien sostiene que el fenómeno está en proceso de reversión y que Salinas encajaba hace una década y media mejor que ahora en el paradigma de la «ciudad dormitorio» sin vida invernal. Victoria Suárez, «Vian», comerciante con tienda en el centro de la villa y presidenta de la asociación profesional del comercio castrillonense, observa en el entorno de la travesía de la carretera N-632, por aquí avenida del Campón, «cada vez más familias jóvenes con niños».

En este cruce seguimos viendo el componente originario de las casas de Salinas: encargados y cargos más o menos importantes, de la Real Compañía Asturiana, quintas y viviendas vacacionales de la burguesía local, casas de veraneantes...


Más atrás los altos bloques de pisos ya reflejan los nuevos usos residenciales de los vecinos permanentes tras la eclosión industrial del concejo de la comarca de Avilés en la calle Alcalde Luis Treillard, gran calle comercial en la actualidad


Esta es Casa Galán, inconfundible con sus columnas y galería, que tuvo tienda. Galán es un apellido de los más comunes en Salinas, de indianos, arquitectos industriales y artistas. Pioneros de la estirpe en Salinas debieron ser los hermanos Bernardo y Antonio Álvarez Galán, emigrantes en Cuba a finales del siglo XIX y fundadores las antiguas Escuelas de Raíces, actualmente centro de salud, construidas entre 1910 y 1920. Bernardo Álvarez Galán fue además el fundador de la celebérrima Escuela de Comercio de Salinas


Estas tapias y verjas cierran los terrenos de las casas de los Menéndez-Abascal y María Galán a nuestra izquierda. Las aceras siguen siendo bastante anchas y bien arboladas


Viejas quintas con sus señoriales portones que cierran el espacio anexo en torno a ellas. Sigue diciendo Marcos Palicio en No sólo sol y playas...
"Esta villa residencial abrazada para siempre al mar y al verano, al sol y a la sal, esta población de evidente monocultivo turístico tiene su caserío señorial inconfundible tendido a espaldas de una playa de más de dos kilómetros de longitud y expone en esa fachada marítima peculiar un potencial para la comercialización del verano que sobresale al primer vistazo"

Y así manifiesta su presente, al menos el que aquellos años en los que escribía su artículo, cuando ya estaba completamente perfilado su idiosincrasia actual, diferenciándola de la de otras villas veraniegas asturianas que conocimos o conoceremos en este Camino Norte:

"Hoy Salinas no es Benidorm, ni siquiera Llanes ni Tapia de Casariego. Ha labrado su propio modelo de explotación turística que tiene su público abundante y apenas encuentra en la costa asturiana analogías para su paisaje de chalets unifamiliares señoriales y nobles que comparten el espacio con algunos bloques de pisos muy altos y muy urbanos

Esta hermosa galería es la de Casa La Gaspara, célebre establecimiento en Salinas fundado en 1880, que actualmente son apartamentos y antes restaurante, pero en sus años de esplendor era el celebérrimo baile de invierno, cubierto, de la misma manera que el cercano Ideal, al descubierto, era el baile de verano, además de cine. La antigua pista donde bailaban  los danzarines pasó posteriormente a ser el también añorado comedor. En Adiós a 133 años de historia, J. F. Galán informa de su cierre para El Comercio-La Voz de Avilés el 11-3-2012:

"Desde 1880, el restaurante Casa Gaspara ha sido testigo de la evolución de Salinas, una pequeña localidad costera erigida sobre la arena que ya entonces comenzaba a transformarse con la llegada, pocos años antes, de la Real Compañía Asturiana de Minas. Su implantación, en Arnao, atrajo a mucha gente, deseosa de encontrar un futuro mejor al amparo de la riqueza que generaba la industrialización. 
Uno de ellos era un leonés de Bercianos del Páramo y de curioso nombre, Domingo Francisco Franco. Su idea no era trabajar en la industria, sino ofrecer a sus trabajadores un lugar donde comer y dormir, un bar restaurante con pensión situado apenas a un par de kilómetros de la bocamina. Don Domingo abrió el negocio junto a Gaspara García, vecina de Salinas de madre francesa con la que contrajo matrimonio poco después de su llegada. De ahí viene el nombre, La Gaspara. 
Ella era la que tenía la sartén por el mango, la fundadora de una empresa familiar que en los 100 años siguientes pasó de madres a hijas. Durante generaciones, la terraza de La Gaspara fue un balcón desde el que sus clientes vieron el auge y la decadencia de la mina de Arnao, la revolución del 34, los difíciles años de la guerra y la posguerra, el boom urbanístico y turístico de los años 60 y 70, el fin de la dictadura y la llegada de la democracia. Durante todo este tiempo, de sus hornos y fogones salieron pollos tomateros, longaniza con patatas, chipirones y paellas, comida tradicional servida en ambiente familiar. 
También fue sala de baile y guateques, escenario de veladas de boxeo y lugar de tertulia, en las que participaron ilustres personas, como los doctores Amérigo, que durante once años se alojó allí, y Resines, padre del actor, o el propio Vallejo Nájera, que acudían a descansar a Salinas, transformada en una localidad de veraneo de clase alta, pero sin perder su encanto de pueblo. 
La Gaspara también fue punto de encuentro de la juventud y de las patrullas de la Guardia Civil, que establecieron allí su segundo cuartelillo. En su comedor se sentaron muchos personajes ilustres, como Julio Iglesias, pero sobre todo, muchos fieles clientes de toda condición que año sí año también regresaban a La Gaspara a disfrutar de una buena comida al aire libre en buena compañía. 
Domingo y Gaspara regentaron el bar hasta 1931. Después lo heredaron su hija, María Francisco García, su nieta, Estrella Fernández Francisco, y su bisnieta, Estrella García Fernández, que se mantuvo al frente del negocio hasta 1982. 
Ahí se rompió la tradición. Los herederos, tres hermanos, tataranietos de Gaspara, decidieron alquilarlo, primero a un emigrante mexicano y muy poco después a Carlos Pérez, bajo cuya gestión La Gaspara vivió una nueva y prolongada juventud. Tras su fallecimiento, hace unos pocos años, pasó a manos de sus hijos, empresarios del sector hostelero que ya regentaban sus propios negocios. 
El lunes pasado La Gaspara cerró sus puertas, posiblemente para siempre. «Me da mucha pena, pero no creo que lo volvamos a alquilar. La casa necesita una rehabilitación, y tenemos que pensar qué hacer con ella», manifestó Natividad Caballero García, Mari Naty, copropietaria, junto con sus hermanos María Jesús y Carlos, de la finca. 
La Gaspara es, tras el de la Confitería Galán, el segundo establecimiento centenario de Salinas que cierra sus puertas en los últimos meses"

Seguidamente, Giovanna F. Bermúdez narra así, el 24-2-2020 y también para El Comercio-La Voz de Avilés su siguiente transformación en alojamiento:
"Un nuevo proyecto de alojamientos turísticos despegará próximamente en Salinas. El antiguo y emblemático restaurante La Gaspara volverá a abrir sus puertas, sumando esta vez a la oferta gastronómica el servicio de alojamiento con apartamentos vacacionales. La idea de la reconversión de este clásico negocio de la localidad, cerrado en el año 2012, pertenece a un joven matrimonio muy vinculado a Salinas, que pretenden «dar una oferta de pernoctación y explotar el potencial de turismo familiar que tiene el pueblo». 
A falta de los últimos trámites administrativos, si todo discurre según lo previsto, las obras del edificio, situado en la calle Príncipe de Asturias, comenzarán su primera fase de remodelación de en marzo, en ellas se incluirá el arreglo del espacio del restaurante y la adecuación de tres apartamentos, que según las previsiones podrían inaugurarse a finales de este año. Aunque sus propietarios, Pablo Rodríguez-Flor y Marina Cerredo, aún no saben el nombre que llevará el local ni el chef que va a dirigir, el restaurante, lo que sí tienen claro es que quieren «mantener la esencia de lo que era La Gaspara, con precios moderados y enfocado a un tipo de público familiar». De los tres apartamentos que se ofertarán a los turistas en esta primera fase, dos de ellos serán de un dormitorio y otro de dos habitaciones. 
Según explica el responsable del grupo Flor Cerredo, quien ya gestionó otro bar en la localidad, la idea surgió al percatarse de la necesidad de alojamientos para turistas en la localidad ya que, a pesar de que existe mucha oferta en torno al surf, no hay muchas más opciones profesionales para la pernoctación de otro tipo de visitantes que acuden a Salinas y se ven obligados a alojarse en otros núcleos como Avilés. Otro de los aspectos que quieren potenciar al dotar a Salinas de este servicio, es el paso del Camino de Santiago por la zona, ya que según explican, «si se consigue que Salinas sea una base para los peregrinos y no solo un sitio de paso, conseguiremos darle ingresos a la localidad». 
Aún no han estimado datos de los puestos de trabajo totales que generarán con esta iniciativa, pero la puesta en marcha de este proyecto promete ser beneficiosa para la localidad de Salinas. «Queremos dar movimiento a Salinas», aseguró el propietario del futuro edificio turístico, agradeciendo a la corporación municipal por su apoyo a que el proyecto. «Todos los grupos políticos que integran el Ayuntamiento nos han mostrado buena disposición para que esto salga adelante. Creemos que este proyecto va a ser algo bueno para el concejo de Castrillón"

El proyecto, con los avatares del Covid, hubo de esperar aún un año más a hacerse realidad. En abril de 2021, la misma corresponsal y en el mismo medio da noticia por fin de su reapertura:
"Las obras que comenzaron en febrero del 2020 están a punto de finalizar y los dueños del nuevo negocio, un joven matrimonio vinculado a la localidad de Salinas, ya trabajan en el desarrollo de la página web a través de la que podrán realizarse las reservas para cualquiera de los tres apartamentos que formarán 'La Casa de la Gaspara', un complejo que respetará el antiguo restaurante, en el que se intentará mantener la esencia de lo que fue este histórico local castrillonense. «Nuestra idea es que siga siendo lo que era La Gaspara, un sitio de tapeo, pero algo más actualizado», explicó el propietario, Pablo Rodríguez-Flor, apuntando que el servicio en este local estará abierto al público y no se limitará sólo a las personas que estén alojadas"

Pegando con Casa la Gaspara está el también histórico restaurante Los Tres Monitos, otro celebérrimo establecimiento de Salinas, con buena terraza. Justo detrás tenía su casa el famoso y polifacético Doctor Villalaín, D. José Villalaín Fernández, muy querido en todos los pueblos de Castrillón, zonas rurales y urbanas, siempre dispuesto a acudir donde se le necesitaba. Son muy renombradas y consultadas sus topografías médicas, sus obras en asturiano y castellano, siendo además un gran músico, concertista y primer violín de la Orquesta Nacional. Hablaremos más de él cuando lleguemos a su monumento en la Plaza de Europa de Piedras Blancas, capital de este concejo de Castrillón

Los Tres Monitos asimismo establecimiento glosado por el gran historiador y gastrónomo Luis Antonio Alías para el suplemente culinario Yantar de El Comercio el 27-8-2015:

"Haciendo caso omiso de los tres monos sabios, el ciego, el sordo y el mudo que en las religiones orientales marcan el camino de la pureza, la terraza previa, techada y acristalada, propone lo contrario: una sombra reconfortante para escapar de los últimos resoles veraniegos.  
Además de la sombra, el bienestar queda consagrado con un Rías Baixas y una tortilla de gambas antes de, camino del comedor, encontrar y saludar a Celso, que junto a Concha lleva treinta y tres años once por monito integrando su taberna y restaurante en la local historia gastronómica y sentimental.  
Celso, que nació en el remoto Illano, dirige desde 1983 este bajo con vivos colores, cuadros de bodegones y una gran bodega subterránea.  
¿La oferta? Hay bacalao de lascas perladas y salsas cordiales; bonito rubí y azabache en lomo, rodaja, ventrisca y rollo; pote de berzas a la occidentaliega; pescados a la cazuela o espalda recién desembarcados; calamares en tinta con patatinas o arroz; pitu de caleya, cordero, jabalí y gusto casero y cariñoso.  
«Tras terminar el bachillerato trabajé en la construcción» cuenta Celso «mientras mi mujer ayudaba aquí a Placeres, una cocinera que nos sirvió de maestra antes de traspasarnos el negocio». José Luis, el sobrino, asegura la apertura y la continuidad cuando en un par de años les llegue la edad de la jubilación. Una jubilación a la hostelera, o sea sólo a medias, que Celso y Concha ostentan el cargo de miembros fundadores y cocineros de la Cofradía de la Buena Mesa de la Mar. Un título para presumir que se gana por mérito"

A continuación, en este edificio estaba el Hotel La Agustina, emblemático en Salinas, pues se cuenta que en él se alojaba también el citado médico y Premio Nobel Ramón y Cajal, que pasaba asimismo muchos veranos en Llastres, pero que debía acudir con asiduidad a Salinas, pues se conservan fotografías suyas, ya casi octogenario, con Manuel A, Buylla, Presidente del Real Club Náutico, del año 1931 o 1932

Popularmente siempre lo hemos oído llamar Hotel Agustina, pero lo cierto es que en la propaganda le precede el artículo La, La Agustina. Fuese como fuese era en 1932 propiedad de Luisa Treillard, otro apellido de familia de raigambre salinera, tenía 27 habitaciones, baño y el precio oscilaba de 9 a 12 pesetas, según el libro anónimo de Playas y puertos de Asturias. Guía oficial de turismo, del año 1932

En toda época ha llamado la atención que Salinas, población turística por excelencia desde su mismo origen, nunca contase con un importante elenco hotelero salvo casos contados y solo en ciertas épocas. Se ha achacado a que gran parte de los veraneantes, la inmensa mayoría, son familias adineradas que tienen su propia quinta de recreo o vivienda vacacional. Volvemos a leer aquí el libro El Castrillón de la II República y la Guerra Civil:

"Los veraneantes que llegan a Salinas se encuentran entre las familias más adineradas de la comarca (y de toda Asturias). Esta burguesía acomodada dispone de residencia propia y no recurre a hoteles o casas de huéspedes, por lo que gran parte del potencial económico del turismo no se ve explotado. Así pues, la oferta está reducida a tres o cuatro hoteles de temporada, como el “Gran Hotel Esperanza”, el “Hotel Agustina”, el “Hotel Lola”, y algunos chalets de alquiler. Para el tiempo de recreo, varias salas de espectáculos compiten en el concejo en estos años: el “Pabellón Ideal” y “Casa Gaspara” en Salinas, y el cine “Divad”, en Piedras Blancas. En ellos, se organizan desde bailes hasta funciones de teatro, conferencias o mítines políticos"

Siguiendo por la calle Príncipe de Asturias y en dirección sur, la Farmacia de María Vázquez Provecho, que abrió sus puertas en 1970 

Viene ahora una fila de casas gemelas, todas con un pequeño espacio o zaguán cerrado con verja y portilla a la calle, piso alto y buhardilla. Es muy posible que se construyesen para encargados de la RCAM, pue siguiendo los cánones de la ´poca gustaban de diseñar espacios jerarquizados por cargos y agrupados por especialidades, directivos, cargos medios, químicos etc., mientras los barrios obreros propiamente dichos estaban en Arnao

A la vez, llegaban los veraneantes. Releemos de nuevo la citada guía turística de 1932 cuando dice... 

"El pueblecito se encuentra diseminado entre un frondoso bosque. Las casas, verdaderos chalets, están rodeadas de jardines y por sus enarenadas calles circulan soberbios automóviles que pertenecen a la multitud de familias que de todas partes de España acuden a disfrutar unas tranquilas y agradables vacaciones estivales. La playa es amplísima, enmarcada por bosques de pinos y amparada de los vientos del Oeste por los montes próximos. Más de mil quinientas personas veranearon en 1931 en Salinas y tan agradable resulta el ambiente que muchas de ellas acuden durante largos años, sin perder un solo verano"

Interesante es también la descripción de las comunicaciones de la época entre Avilés y Salinas, incluso con alguna carretera de peaje:

"...podemos seguir un empalme que nos llevaría a las proximidades del kilómetro 96 de la general o la carretera particular de la fábrica de Arnao que, entre pinares, nos lleva a Salinas. Para circular por ella hay que abonar una peseta por coche de turismo. Atraviesa el pueblecito, da vista a la extensa playa y continúa por Arnao a Piedras Blancas (kilómetro 100 de la general) o por Santa María del Mar se llega al kilómetro 106 de la misma carretera de Ribadesella a Canero"

Volviendo a la obra El Castrillón de la II República y la Guerra Civil, leemos:

"La Real Compañía destaca por su profundo espíritu paternalista. Sus obreros tienen una serie de ventajas. El economato, las escuelas o la posibilidad de habitar en una casa cedida por la empresa los separan del resto de la población del concejo. El director de la empresa, en los años 30, fue Juan Sitges. Este puesto acaparaba un enorme poder. En el concejo, la Real Compañía ejerce una influencia enorme en el Ayuntamiento, pues muchos de los puestos decisivos dentro de los poderes públicos son ocupados por miembros designados directamente por la empresa. Se confunden en muchos casos los intereses de las dos instituciones"

En este tramo de la avenida pasamos junto a estos jardines delante de un chalet. El geógrafo Rodrigo Álvarez Brecht, estudioso del urbanismo local,  dice:

"Los primeros jardines en Salinas son de propiedad privada, de los chalés de la burguesía que comenzó a llegar a la localidad en el siglo XIX. Eran empleados de la Real Compañía Asturiana de Minas (RCAM), profesores de la Universidad de Oviedo y también veraneantes" 

 «Salinas, desde finales del siglo XIX hasta la actualidad, ha ido ganando en superficies de zonas verdes, tanto públicas como privadas, y también en la calidad de las mismas. La localidad puede presumir de ello»,

Añade además el muy interesante dato que antaño muchos de los actuales jardines eran huertas: 

«Hace algunas décadas, algunos jardines privados eran tipo huertas que servían para abastecer a los propietarios de productos agrícolas. De esa vertiente agrícola, se paso a la ornamental, sobre todo en las zonas de chalés»

A nuestra izquierda la hermosa galería sostenida sobre columnas formando debajo un zaguán, de El Carmín, unode esos chalets que en su estructura presenta estos elementos de la arquitectura popular

Ahora llegamos al que fue el famoso Hotel Esperanza, de Luis Treillard, con sus grandes y luminosas galerías. Inaugurado en 1920, es otra de las nunca muy abundantes referencias hoteleras de Salinas que ya es también historia. Marcos Palicio habla también de él y de la sempiterna problemática de los alojamientos en Del hotel Esperanza a la esperanza de un hotel, apartado de su citado artículo No sólo sol y playa:

"El hotel se llamaba Esperanza y el nombre le viene bien. El edificio modernista sigue haciendo esquina entre la avenida Príncipe de Asturias y la calle Luis Muñiz, en el eje comercial de Salinas, y hace tiempo que no es un hotel. La propiedad del inmueble lo tiene en obras para transformarlo en apartamentos turísticos. Los contactos con las cadenas hoteleras no percibieron intereses en mantener el uso histórico del edificio, afirma la alcaldesa de Castrillón, y la empresa presentó hace algunos meses un estudio sobre el mercado de la comarca de Avilés en el que se sostenía que la dotación de Salinas es suficiente así. Con un solo hotel y un hostal y con voces que adivinan lo contrario. Miguel Loya, propietario del Real Balneario de Salinas, da por cierto que sólo con la clientela de alta gastronomía y banquetes «podría llenar un hotel y no sólo en verano, también los fines de semana de todo el año». Es en este ámbito de las plazas de alojamiento, le acompañan aquí, donde se hace especialmente evidente que a Salinas no se saca todo el partido que podría y Vicente Quintanilla rescata una imagen del último festival de longboard, a finales de julio, y de «los visitantes ingleses y alemanes preguntándome si había un hotel cerca»

Tras diversos proyectos, como hacer un edificio de apartamentos, que fracasó, y luego de correr peligro de ruina, con gran desasosiego vecinal, el edificio por fin fue restaurado tras muchos años de abandono, y abrió en abril de 2019 como Residencia Virgen del Coral

A la derecha, en la calle Luis Muñíz, vivía Xamín, encargado municipal que dicen "era una máquina de saber" pues no necesitaba planos para conocer donde estaba todo el saneamiento de la población, las acometidas de agua, las tuberías, etc.


y a la izquierda del hotel y siguiendo la avenida vemos Casa del Doctor Verdejo, que fue médico de la RCAM, empresa que tenía su propio hospitalillo en Arnao, para sus trabajadores


Un poco más adelante estaba el antiguo mercado, a donde acudían a vender sus productos las gentes de la zona rural, abasteciendo a la población, viniendo muchos de ellos andando, como andando también venía una muy recordada pescadera de Avilés, siempre con el mejor bonito...


Bajos comerciales y un poco más adelante el edificio de La Reguladora, que era como se conocía popularmente a La Reguladora Moderna, tienda y gran comercio que editaba y distribuía muchas de aquellas antiguas postales de Salinas, su playa y su Club Náutico


Y antes de La Reguladora, una de las casas que más llaman la atención en Salinas, con su gran galería abuhardillada orientada al norte, la Casa Joaquín El Pirulo, que también fue alcalde de Castrillón, además de maestro en la antigua Escuela de Comercio de Salinas


Aquí nos unimos al camino señalizado que viene desde la calle Doctor Fleming hasta la calle Doctor Ramón y Cajal Cajal que se cruza aquí con esta la del Príncipe de Asturias, por la que vamos a continuar, saliendo de Salinas rumbo a Samartín de L'Aspra o de los Pimientos y de allí a Piedras Blancas, uniéndonos al camino oficial, que viene por La Plata, en El Villar














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