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miércoles, 22 de junio de 2016

POR RAÍCES Y SALINAS (1): ENTRE AVILÉS Y CASTRILLÓN HACIA EL CASTILLO DE GAUZÓN Y EL MONASTERIO DE LA MERCED DE RAÍCES (ASTURIAS)

Salinas, con los marbellizantes edificios de Los Gauzones

Durante unos cuantos años, el trayecto oficial del Camino Norte en Asturias fue señalizado, tras salir de Avilés por San Cristóbal, hacia Raíces y Salinas, en el concejo de Castrillón, un trazado que constituía un importante rodeo respecto al primer camino oficial, que seguía directo por La Plata a lo largo del camino histórico, el Camín Real de la Costa, pero se conocían lugares tan interesantes como el antiguo monasterio de La Merced, El Peñón de Raíces o la gran playa de Salinas


Desconocemos el motivo exacto del porqué se señalizó, con sus mojones oficiales con su concha y todo, por Raíces y Salinas, pero es cierto y sabido existió un camino de peregrinación interior que desde Samartín de Podes en Gozón, cruzaba la Ría de Avilés en lancha y pasaría por aquí hacia San Martín de L'Aspra (pasado Salinas y antes de Piedras Blancas, capital de Castrillón) continuando a Samartín de Soto donde se cruzaba el Nalón: la Ruta de los Samartinos

El Campo'l Conde: a la izquierda el camino oficial por La Plata, a la derecha a Raíces y Salinas

Hace unos años, la señalización oficial volvió a ir, desde El Campo'l Conde, en San Cristóbal, hacia Piedras Blancas, por La Plata, pero a lo largo de Raíces, Salinas y Samartín de L'Aspra seguimos encontrando muchas de aquellas señales y este camino sigue apareciendo en muchas guías, por lo que estimamos oportuno tenerlo en cuenta dedicándole las oportunas entradas de blog


Llegados pues al Campo'l Conde, si quisiésemos tomar ese camino hacia Raíces y Salinas, dejaríamos la señalización oficial actual e iríamos a la derecha, viendo enfrente  La Tienda, Casa Maneiro, que tuvo chigre y baile. Fue fundada por un marino gallego, que desembarcado en el puerto de Avilés, conoció a una vecina de esta parroquia de San Cristóbal, Flora, asentándose aquí y abriendo con ella este establecimiento en 1904, si bien sobre otro anterior preexistente más antiguo, secular parada en el viejo camín real


En Casa Maneiro la tienda mixta o chigre-tienda estaba abajo, mientras la vivienda era arriba, donde antaño había un corredor. A la derecha estuvo el almacén de piensos y había salón de baile, donde los danzarines se movían al son de la pianola. Había también carbonería y lo mismo te comprabas unes madreñes que tomabas una pinta de vino. Durante la posguerra se suministraba el racionamiento y en el local prestó servicio el primer teléfono de esta parroquia de San Cristóbal


Casa Maneiro dejó, pasado ya el año 2000, el comercio y se centró en el apartado gastronómico, pasando por sucesivas etapas y nombres. Ahora es el afamado restaurante El Pez Burro antes que él estuvieron Afuegolento y El Tragaldabas


Y así, aunque el mojón nos diga ir a la izquierda, en este caso nosotros iríamos por la derecha. Volveríamos a reunirnos con el Camino Norte oficial en El Villar, justo al norte de Piedras Blancas y empezando la subida a La Sierra del Cordel


Aquí estarían pues el salón de baile y la antigua carbonería. El Campo'l Conde tal vez haga referencia al Conde de Canalejas, título nobiliario sucesorio fundado en 1692 por disposición testamentaria de Doña Isabel Porres Peña en favor de su marido, D. Gabriel Menéndez de Avilés, que pasaría a ser el primer Conde de Canalejas. Sus descendientes tuvieron residencia en Avilés hasta 1857 asentándose más tarde en Aldán, concello de Cangas de Morrazo, en Galicia. El 18-1-2021 el Faro de Vigo publica un artículo, Sin rastro de la nueva condesa, donde se repasa la historia de la estirpe:
"El título nobiliario de los Condes de Canalejas arranca en 1675 y es en 1883 cuando empieza a estar ligado a Aldán. El título fue otorgado hace más de cuatro siglos a Gabriel Menéndez de Avilés y Porres, adelantado de La Florida (que era un cargo de alto dignatario español de una empresa pública por designio real). Castellano de San Juan de la Nieva y de Avilés, fue regidor de esta villa y de la ciudad de Oviedo. Se casó en dos ocasiones y del primer matrimonio nacieron cinco hijos. Le sucedió en el título su primogénito Pedro José Menéndez de Avilés, señor de las casas de Avilés, Condado y Termiñón y VII adelantado de La Florida. Heredó el título su hija mayor Catalina Menéndez de Avilés que tuvo cinco hijos de su primer matrimonio. La mayor Ana Antonia Suárez de Góngora y Menéndez de Avilés fue la condesa de Canalejas en 1748. También se casó dos veces y del primer matrimonio tuvo ocho hijos, aunque los seis mayores murieron en edad infantil y heredó el título el séptimo Pedro Francisco de Luján. Sus dos hijos murieron y le sucedió su hermana Maria Rafaela de Góngora y a ésta su hija Gilaberta Carroz, que murió sin descendencia extinguiéndose la línea directa de los condes de Canalejas. 
Tras un pleito por la sucesión, llega la VIII condesa de Canalejas, Benita de Inclán Valdés, natural de Oviedo a quien sucedió en el título su hijo mayor Álvaro de Valdés y a éste su hija María del Rosario de Valdés siguiendo la línea sucesoria de sangre su hijo Álvaro José de Armada y Valdés. Fue éste quien en 1852 renunció a sus derechos a favor de su hermano Pedro de Armada y Valdés, convertido en el XI conde de Canalejas. Licenciado en Jurisprudencia por la Universidad de Santiago, se doctoró por la de Oviedo, donde fue catedrático de Historia y vicerrector. Fue magistrado de la Real Audiencia de la Habana y diputado en Cortes por Oviedo. Vivió en Madrid y se casó con una segunda tía suya, con la que tuvo dos hijos, el segundo de los cuales Ramón de Armada y Fernández de Heredia, por fallecimiento prematuro del primero, recibe el título en 1883 por Real Carta de Alfonso XII. 
Aquí es donde comienza la vinculación del linaje con la parroquia de Aldán al casarse Ramón de Armada con María del Carmen de Quiroga y Losada, que heredó de su padre los pazos de Vistalegre y de La Torre en Aldán. Tuvieron cuatro hijos (la pequeña María de los Dolores es de donde procede la saga de los Bela, de la nobleza austro-húngara). Le sucedió en el título a Ramón de Armada y Fernández de Heredia su hija mayor, María del Carmen de Armada y Quiroga, casada en 1919 con Julián Pérez Esteso, abogado de Santiago y uno de los fundadores de la Liga Católica Gallega. Procedía de una saga de banqueros que después sería el Banco Gallego. Tuvieron cinco hijos. El primero, Julián murió joven, el segundo Antonio Pérez de Armada heredó el título en 1956 y el pazo de La Torre. Fue el conde de Aldán hasta su fallecimiento en 1989. Contrajo matrimonio en dos ocasiones con María de las Nieves Delicado y de la Cuesta y con Fuencisla Roca de Togores, aunque no tuvo hijos, si bien adoptó a los dos de su segunda esposa. El título de conde pasó a su hermano Ramón el 5 de noviembre de 1991 que murió dos años más tarde también sin descendencia, y pasó a su segunda sobrina Paloma Bela"

Lo que en tiempos debió de ser un gran campo ha sido parcelado y lo que fue una parroquia rural del concejo avilesino se va transformando en residencial con la construcción de nuevas viviendas unifamiliares y chalets o reformando las antiguas casas campesinas


Las huertas son ahora jardines y únicamente un viejo carro de labranza, carru de rayos (de rueda de radios) delata el pasado rural de estos lugares


Pronto empezamos a ver las primeras flechas amarillas indicándonos el camino en los cruces


Seguimos en el concejo de Avilés, por la parroquia de San Cristóbal, ya en el barrio o lugar de Bastián


Los caminos, verdaderas calles, son anchos y largos, muy rectos, aprovechando bien la planicie de la rasa costera


Cruce y de frente, todo recto y hacia el mar. El topónimo Bastián procede de algún antiguo posesor (Sebastián). El nombre original tradicional es Ca Bastián (Casa de Bastián)



A la derecha el popular establecimiento hostelero de Casa Corredoria, con su renombrada parrilla entre otras especialidades



En el muro de la terraza descubrimos una de las antiguas conchas que indicaban, y siguen indicando, esta ruta hacia Raíces y Salinas


La corresponsal Myriam Mancisidor publica para La Nueva España el 13-3-2017 un artículo en el que destaca la buena gastronomía de la parroquia: Mesa, mantel y buenas vistas al mar:
"San Cristóbal es uno de los lugares predilectos de los avilesinos (y los no avilesinos) para disfrutar de la buena mesa. La parroquia avilesina se ha convertido en un imán para quienes buscan dónde pasar unas horas de asueto gracias a su oferta hostelera, que toca todos los palos: sidrerías, cachoperías, marisquerías y cocina de autor. "Es un lujo venir a San Cristóbal, disfrutar de una buena comida y, después, poder dar un paseo sin cruzarte con apenas coches", manifiesta Arturo Candás, un ovetense que en cuando sale un rayo de sol reserva mesa en San Cristóbal. Su caso es el de muchos asturianos que tienen en esta parroquia la atalaya perfecta para divisar el Cantábrico.
Los hosteleros están satisfechos. Por eso no dudan en afirmar que si se abrieran más establecimientos, más que competencia sería un beneficio. Francisco Javier Fernández lleva, por ejemplo, casi seis años al frente de A Fuego Lento. Este amante de la cocina nunca se imaginó regentando un local en San Cristóbal. "Pero tenía ganas de tener mi propio negocio, me hablaron de este sitio y comenzamos la aventura", dice. Entre sus clientes tiene a muchos paisanos del barrio, pero también, y cada vez más, a mucha gente de fuera. Sus platos son "de autor", pero a precio ajustado. "Los hosteleros que trabajamos en San Cristóbal no nos hacemos competencia, nos compenetramos. Por eso estoy seguro de que con más locales nos iría mejor a todos", dice este hombre que oferta servicio de taxi a sus clientes los fines de semana por aquello de no coger el coche para volver a casa. 
A Rubén Castresana nadie le conoce por su nombre sino como "Patxi", el hombre que "santificó" el cachopo. Llegó a Avilés en el año 1999 a colocar la grada del polideportivo del Quirinal y la ciudad le dejó buen sabor de boca. "Regresé a Bilbao, de donde soy, y decidí volver a Avilés para trabajar en la hostelería. Ya lo había hecho de chavalete", explica. En la comarca avilesina anduvo por un sitio y por otro, y en varias ocasiones tuvo las maletas hechas para regresar al País Vasco. Pero en 2008 decidió abrir "Casa Patxi" con un socio, del que se separó tiempo después. Así comenzó la aventura del cachopo. "Tenemos catorce diferentes y varios premios. Una vez al mes solemos organizar 'San cachopo' poniéndolos todos a diez euros", señala Castresana, que se ha hecho tan avilesino que ahora patrocina al Real Avilés y también al Bosco. ¿Sus clientes? "Tenemos familias de San Cristóbal, jóvenes de Avilés y gente foránea", precisa. 
"Casa Falo", en la calle La Garita, destaca por su oferta de pescados y mariscos con una vista de lujo a la bahía de Salinas. El restaurante "cuelga" de la atalaya de San Cristóbal, lo que atrae a numeroso público, sobre todo los fines de semana. Casa Corredoria es otro local de San Cristóbal, un bar con la esencia que tienen "los de toda la vida" y donde se pueden tomar unas sidras acompañadas de sardinas a la parrilla"

Efectivamente, desde Casa Corredoria aún no vemos el mar, pero dando un corto paseo, siguiendo nuestros pasos, lo tendremos enseguida delante de nuestros ojos


Bifurcación y a la derecha


Otro cruce y de frente. Fijémonos en la flecha amarilla en el poste telefónico de la izquierda


Un conjunto de hórreos, algunos con mandil de tablones cerrando los lados del corredor más expuestos a los vientos, languidecen en esta quintana


Los nuevos usos residenciales imperan en lo que fue parroquia campesina hasta hace unas décadas. La primera transformación vino de la mano de la industria, con la instalación de Cristalería Española y ENSIDESA mucha gente fue dejando el campo para trabajar allí. Más adelante incluso se mudaron a los crecientes núcleos urbanos del entorno 


Seguidamente, con la misma expansión urbana, esta parroquia fue haciéndose eminentemente residencial, pero sigue habiendo grandes prados de siega y pasto, como aquí, en La Garita, otro delos barrios de la parroquia


La Garita se extiende justo al borde de los acantilados y su nombre se debe a la existencia de una antigua garita de vigilancia. y es que cuando lleguemos allá tendremos una amplia vista de la costa en torno a la Ría de Avilés, importante enclave portuario desde tiempos remotos 


Un muy importante precedente industrial, el origen mismo de la industrialización de los concejos de la comarca de Avilés, fue la instalación de la Real Compañía Asturiana de Minas en 1833 con su explotación minera de carbón en el cercano Arnao, al lado de Salinas, luego diversificada y especializada en la producción de Zinc en su factoría también allí radicada desde 1853, pasando a ser Asturiana de Zinc


Muchos vecinos trabajaron en esa factoría, lo que facilitaría la emigración posterior de familias enteras a la poderosa industria del Zinc de Estados Unidos, donde se crearon importantes colonias asturianas en Virginia Occidental y Pennsylvania


Las casas de La Garita y sus hórreos se extienden linealmente formando una bella quintana. Son casas de labranza tradicionales, la mayor parte restauradas


En esta imagen, de hace unos años, el matu o sebe (seto silvestre) no estaba tan crecido y se veían mejor algunos detalles


Algo de actividad agraria, con el campo roturado y el tractor. El hórreo lleva mandiles, tablas  que cierran el espacio alrededor de las paredes, guardando mejor el corredor de los vientos


 Grandiosa y monumental panerona con altísimos pegollos

  
Apreciamos mejor la estructural lineal del barrio, extendido a lo largo del camino que comunicaba directamente con la Ría de Avilés por La Foyeca, La Talaya y Cantos


Y frente a las casa los hórreos: tienen corredor, mandil y hasta faldón que cierra de arriba abajo su lado oeste. El de la derecha tiene incluso bufarda o buhardilla


Más al este y en la distancia es posible reconocer las instalaciones del Real Club de Tenis de Avilés, fundado en 1960 aunque su acta fundacional es siete años posterior. De esta manera lo explica la Wikipedia:
"Se fundó el 19 de diciembre de 1960,​ aunque su acta fundacional se firmó 12 de mayo de 1967.​ Su primer presidente fue el juez decano de Avilés, Eduardo Pardo Unanua, al que sucedieron José María Fernández Miranda y Manuel Galé. Ocupaba inicialmente un terreno de veinte mil metros cuadrados, pero al poco tiempo se dobló su tamaño. En 1971 se inauguraron oficialmente sus instalaciones con un Campeonato de España que ganó Manuel Orantes. Ha sido sede de tres eliminatorias de la Copa Davis, en 19721981 y 1992.

En 2020 se incorpora al circuito La Liga MAPFRE de Tenis"

La parroquia de San Cristóbal tiene un sobrenombre: de Entreviñas, reflejado así en documentación desde el siglo XIII, siendo anteriormente del Tuluergo, nombre del río que, desembocando en el antiguo puerto de Avilés, actual Parque del Muelle, dividía la población en dos, La Villa y Sabugo


El cambio del sobrenombre a Entreviñas que se produce en la baja Edad Media parece deberse a la plantación intensa de viñedos en esa época en esta parroquia. Ello se debería a la prosperidad portuaria de Avilés, villa con la preciada Carta Puebla que regulaba derechos especiales a sus habitantes. Dos de las mercancías fundamentales de su comercio naval eran la sal y el vino, lo que llevaría a la plantación de vides aquí mismo


El investigador Román Antonio Álvarez López afirma que este cultivo vinícola que llegó a cambiar de nombre a todo un pueblo podría haber sido impulsado por la existencia de una colonia judía. Así lo expresa en su libro Avilés las huellas de Sefarad, que con motivo de su presentación, la periodista Elisa Campo le hace una entrevista para La Nueva España, en la que, entre otras cosas, dice:
"A lo largo del siglo XII San Cristóbal aparece en los escritos con el nombre de San Cristóbal del Tuluergo. Sin embargo a finales del siglo XII comienza a ser San Cristóbal de Entreviñas. Eso tiene que ver con la plantación de viñedos, desde Sabugo a San Cristóbal, una plantación masiva que cambió la toponimia. El cultivo del viñedo está relacionado en Asturias con la llegada de los judíos. En la Edad Media el vino se bebe casi por necesidad, el agua se contaminaba muy fácilmente. Aquí la alternativa era la sidra, pero dependía mucho de la cosecha de manzana. Y también se hacía algo de cerveza, pero requería destinarle mucho cereal y restarlo de otros usos. Con la vid, se aprovechaba prácticamente todo, y además era un símbolo importante del cristianismo"

El mismo autor explica en su artículo para el mismo periódico, El Cultivo del viñedo en Avilés, de fecha 17-5-2016:
"Las referencias escritas al cultivo de la viña en la zona de Avilés se remontan, según la documentación de que se dispone, a mediados del siglo XIII. En el año 1251 está fechado el primer documento en el que se hace referencia al cultivo de la vid en la zona avilesina. Se recoge en él la disposición del Obispo de Oviedo, muerto en el cerco de Sevilla, por la que deja en testamento al Cabildo de la Catedral las viñas y heredades que tenía en Avilés. Por otro lado, el primer documento que tenemos registrado en el que aparece reflejado el comercio específico de vino, entre Avilés y Oviedo, tiene fecha de 12 de noviembre de 1282. En él se establecen relaciones de buena vecindad especialmente referida al tránsito de mercancías desde Avilés a Oviedo, entre las cuales se citan expresamente el vino y la sal"

Como dato curioso hemos decir que en plena zona vinícola zamorana se encuentra un municipio de nombre idéntico: San Cristóbal de Entreviñas. Sin duda urge quizás pensar en celebrar algún tipo de hermanamiento, si bien cierto es que de las viñas de Avilés, que existían también en otros lugares alrededor de la villa y puerto, desaparecieron hace siglos y no queda de ellas ni memoria, salvo la del propio topónimo


Las galerías de las casas y sus fachadas principales suelen mirar siempre al sur, al sol, buscando el punto cardinal más luminoso. Si nos fijamos, en la pared lateral izquierda de esta casa, la que mira al Camino, hallaremos otra concha de la antigua señalización oficial


Concha que marca el trayecto de este itinerario hacia Raíces y Salinas que ahora estamos siguiendo



A nuestra izquierda una antigua quintana bellamente restaurada rescata la memoria del reciente pasado rural de San Cristóbal. El hórreo es de los de corredor, elemento que tiene también la casa en su piso alto


En en citado artículo de Román Antonio Álvarez sobre el viñedo de Avilés se nos informa de la estrecha relación de esta parroquia con el arrabal pescador y marinero de Sabugo, informándonos del camino que comunicaba ambos lugares, el antiguo camino de Pravia, uno de cuyos ramales se dirigía al Castillo de Gauzón, antiguo enclave administrativo y de defensa de una amplia comarca costera cuyo centro pasaría luego a la puebla avilesina, posiblemente este que estamos siguiendo o alguno muy aproximado...
"El arrabal de Sabugo fue, desde el siglo XII, un barrio de Avilés con un puerto de pescadores que se dedicaba también al comercio. No tenía comunicación más que por la parte de San Cristóbal, porque se encontraba rodeado de mar hasta Las Meanas, donde se hallaba el Campo de Caín, y también por la zona de la Ribera y la de Cantos. Solamente podía accederse a la villa por el llamado "puente viejo" que atravesaba el río Tuluergo en la zona de las Aceñas. La iglesia parroquial casi estaba sobre el mar y allí, en el campo de Bogad desembarcaban y traían al cay de la villa el fruto de sus faenas marineras los pescadores y atracaban los barcos con mercancías. Desde Sabugo partía el antiguo camino de Pravia, que atravesaba las campas de San Cristóbal, en la rasa litoral. Era desde ahí, donde podía accederse al antiguo castillo de Gauzón, en el peñón de Raíces, antes de que la trinchera excavada para dar paso de la carretera de Avilés a Salinas, eliminase el istmo que unía el peñón con las llanuras de San Cristóbal. Durante toda la Edad Media y bien entrada la Moderna, Sabugo y San Cristóbal no son cosas distintas, sino un mismo territorio, al norte del río Tuluergo, dependiente de la iglesia matriz de Santo Tomás de Cantorbery en Sabugo"

Pasamos ahora entre las casas del extremo oeste del barrio La Garita


Sobre la placa con la numeración del barrio, una imagen de la Santina de Covadonga. Existe también tradición de peregrinar andando a este emblemático santuario, para ello hay varios caminos, pero posiblemente lo más directo sería seguir el Camino Norte hasta Gijón/Xixón y enlazar allí con la Senda del río Peñafrancia y seguir el Camín Xixón-Cuadonga



Muchas casas siguen conservando el hórreo, no ya con su función originaria de almacenar el granoen alto para salvarlo de los roedores



Las mismas viviendas labriegas han sido reformadas, transformadas, ampliadas, si bien manteniendo su estructura básica, tal que esta con su corredor


Aquí hay un cruce: seguiremos de frente


Atentos a la concha existente en esta pared de la casa...


El cobertizo anexo, que solía emplearse como carbonera. Empezaron a hacerse cuando, al mejorar las comunicaciones, las carbonerías suministraban a cada casa, primero en carros, luego en motocarros o pequeños camiones


Allí estuvo antaño la tan recordada y concurrida sidrería de Casa Falo, con su buen mirador, por donde pronto habremos de pasar, iniciando la bajada de La Garita a La Cuesta


 Casa Falo cerró sus puertas en noviembre de 2020 por feliz jubilación, pero quedan para la historia sus buenos platos y las excelentes críticas gastronómicas, como la del suplemento Yantar de El Comercio, escrita por el historiador y gastrónomo Luis Antonio Alías y publicada el 25-1-2018: 
"Casa Falo se alza entre Raíces Nuevo y Salinas, carreterina arriba, con la ría de Avilés a su derecha y el Espartal de frente, que son las dunas y el mar ancho y gris si hay cielo de tormenta, y ancho y azul si el día va despejado. 
Y pues lucía el sol sin apenas nubes, cosa de estos extraños y cambiantes días invernales que vivimos, una vez bordeado el blanco muro del camino, entrado, aparcado y accedido a la amplia terraza mirador, las posibilidades de contemplación van, desde el murete frontal, a la rápida ladera y el plano campo lleno de chaletitos que rematan las altas torres de la fea modernidad, y luego la arena y el mar trazado horizonte. 
La terraza, mitad techada, mitad plazoleta con su quiosco de aprovisionamiento, permite estancias placenteras bien bajo tejadillo, bien a la sombra de una sombrilla de encaje y seda, que cantaban en la zarzuela de ‘Luisa Fernanda’, aunque aquí tan elegantes materiales se cambien por sombrillas de resistente rafia. 
Yéndonos a los interiores, tras el bar de la entrada, un comedor alargado y profundo queda perfectamente iluminado por la cristalera que abre el muro exterior, mientras dos filas de ordenadas mesas esperan, con sus manteles y servilletas de tela, la llegada siempre numerosa de los ictiófagos cantábricos, una legión en aumento proporcional al descenso de los recursos. 
Tales recursos no faltan aquí. Falo, el fundador, montó el restaurante hace dos décadas en un lugar con historia de chigres y discotecas previas, porque era pescador y de Verdiciu, lo que significa que nació a la vera del Cabu Peñes, xunto la mar, pero lo pescado no le daba para vivir. Incluso arriesgando la vida en las inaccesibles rompientes donde extraía los mejores percebes. Así que buscó otra salida profesional cocinando lo propio y lo ajeno conocido, y así cumplirá a finales del presente año dos décadas de patrón y cocinero, y el año que viene su primera década de jubilado. 
«Los clientes quieren que me quede, pero me apetece pasar todo mi tiempo libre pescando en la mar», afirma. 
¿Qué pescado nos recomienda? Todos los del día. ¿Y qué mariscos? Los que se pasean por su cetárea. Y sin muchos adornos, apenas un poco de vapor, una cocción justa, la plancha, la sartén y un chorrín de oliva o el horno. Además, sus frituras al ajillo andan muy solicitadas. 
Centollos, andariques, percebes, bugres, zamburiñas, pixines, virreyes, xargos, tiñosos, salmonetes, lubinas, besugos, bonito cuando el bonito, calamares frescos, percebes, oricios y, además, pulpo con patatines, bacalao a la vizcaína, callos caseros, paellas de bugre, mariscos o almejas… 
Y de vez en cuando hay música en vivo y en directo. Y bailes. Y alegría siempre. 
Marineros y mineros gustan vivir intensamente por los riesgos del oficio. Y a quien le gusta vivir, le gusta bien comer. Oen el presente caso también servir como si de mesas regias se tratara, aunque ya quisiera la realeza un pixín a la plancha así de fresco y sabroso"

Nos dirigimos a otro de los barrios de San Cristóbal, La Cuesta, que tenemos ya enfrente de nosotros, atalaya del mar y último de esta parroquia y del concejo de Avilés por el que pasaremos antes de entrar en el concejo de Castrillón. A lo lejos vemos un poco de la ría avilesina y, más allá, Zeluán y Llaviana, en Gozón


Pasado el primer cruce, llegamos seguidamente a un segundo, y en este iremos hacia delante, empezando a bajar ala derecha


En la tapa de registro una flecha amarilla nos lo indica. Al no ser ya camino oficial no sabemos si con el tiempo se repondrán o no


Bifurcación: nosotros seguimos de frente por la carretera, en dirección a la antigua sidrería de Casa Falo, tan ponderada también por sus vistas


Y es que desde aquí contemplamos un magnífico paisaje hacia la Ría de Avilés, en concreto de su desembocadura, la boca del estuario por La Punta del Gallo y entrada al puerto, con la península de Nieva, donde está el Faro de Avilés o Faro de San Juan o San Xuan, población situada en las inmediaciones y en la orilla de la ría


La península de Nieva se alarga en la zona más occidental de la Rasa de Peñes, el gran promontorio natural que se adentra en el Cantábrico hasta la punta de su cabo. La península se une a tierra por un estrecho brazo entre el estero de Zeluán, en la ría, hasta la Playa Xagón o Xagó, al este, en la parroquia gozoniega de Llaviana


Además de La Punta'l Gallo podemos ver la larga barra o dique que guarda esta bocana por su sector occidental, construido en 2004 con unos 400 metros de largo sustituyendo a otro de los años 1970 y, en la otra orilla, La Playa l'Arañón, testimonio del pasado preindustrial de la ría y de los que se tienen como más antiguos pobladores de esas riberas, datados en el Paleolítico Inferior, dado ue toda esta costa y máxime estos estuarios, debieron ser óptimos para los asentamientos humanos dada su riqueza piscícola. Además, el abrigo de esta desembocadura debió ser empleado como refugio y puerto natural desde los tiempos de las primeras navegaciones. De la playa dicen así en la Wikipedia:
"Está muy cerca del Faro de San Juan de Nieva y a unas instalaciones en forma de zona de pícnic muy pequeña y un bar cercano. Por todo ello es la playa más visitada de las tres que tiene el concejo de Avilés pero nunca de forma masiva ya que en el otro margen del río hay playas de muy buena calidad de arena. agua y extensión. A veces se encuentran restos arqueológicos del Paleolítico inferior
A los bañistas se les recomienda no adentrarse en la ría debido a las corrientes que hay en ella. La actividad más recomendada es la pesca recreativa a caña. Se han pescado, con barco o caña, un ejemplar de Pulpo gigante tipi Haliphron mediante la modalidad de arrastre, Un Architeuthis dux en el cladero de «Agudo de Tierra», frente a Avilés y un pixín demás de 50 kg el 18 de abril de 2008

El faro se construyó en 1861 y se inauguró en 1863, emplazado en La Punta del Castillo, donde estuvo el castillo que defendía la ría, el cual se supone se edificó en algún momento entre finales de la Edad Media y comienzos de la Edad Moderna, siendo oportunamente artillado. Más antiguamente y un poco más al sur guardaba la bocana un castro astur, El Cantu la Figal, del que leemos en la página  de Arqueoastur:

"Reconocido 27 de mayo de 1965 por José Manuel González y Fernández. Descrito por Jorge Camino Mayor en 1989 y durante la realización de la Carta Arqueológica del concejo de Gozón entre 1991 y 1994 por Bernardino Díaz Nosty y Gerardo Sierra Piedra. También es citado como castro por Alfonso Fanjul Peraza en 2004 (...)

 Se localiza en el extremo meridional de la península de San Xuan, a unos 73 metros de altitud, aprovechando el escarpe oriental de la ría como defensa natural. El recinto es de medianas dimensiones, unos 77 metros su eje E-W y en torno 52 el alineado de N a S. Ocupa una superficie de 3.600 m² presentando una forma en planta subrectangular y un espacio bastante apto para el hábitat 

El sistema de defensas se compone por un terraplén que rodea todo el recinto por todas sus vertientes salvo por la meridional, que se desploma con fuertes desniveles hacia la ría. Dicho terraplén tiene una longitud de 170 metros alcanzando su mayor altura en en ángulo NE donde alcanza los 5 metros. En el resto, su potencia es menor, mostrando una altura media de unos 3 metros. Está precedido por una berma o terraza perimetral perceptible en los lados N y E, con una anchura que llega hasta los 6 metros" 


El castillo que lo sustituyó llegó a ser tomado por los ingleses en 1762 cuando, a causa del llamado Pacto de Familia con Francia, se entró en guerra con Inglaterra, cuyos barcos perseguían a las naves españolas que hacían viajes con las Américas. Así, en el verano de 1762, el San José, galeón de la Compañía de Caracas, entraba en la ría cuando fue atacado por navíos ingleses, quienes desembarcaron y tomaron la fortaleza, siendo posteriormente expulsados por un ejército vecinal improvisado


De todas maneras la fortaleza ya estaba obsoleta y en 1818 se abandonó, más o menos a la vez que las murallas avilesinas, siendo paulatinamente demolidas ambas estructuras. Por entonces en estos casos  estas estructuras pétreas pasaban a ser consideradas algo parecido a canteras públicas por lo que su demolición podía durar décadas. Aún en 1860 se consta en un informe que su techo había cedido, por lo que solicitaba que la madera del derrumbe se aprovechase para hacer un refugio para los prácticos del puerto. Un año después comenzaban las obras del faro


Realmente el faro no iba a estar donde lo vemos hoy en día sino un poco más a su izquierda, en la Punta la Forcada, sobre los pétreos acantilados, para que los barcos pudiesen valerse de su haz luminoso como luz de costa enlazando con el Faro de Peñes, en la punta del cabo, en funcionamiento desde una década antes, pero este lugar se temió fuese demasiado expuesto a temporales y se decidió aprovechar el emplazamiento del arruinado castillo, más resguardado


La propia península de Nieva era y es además una atalaya natural y una referencia a la navegación. Antes del faro en su estructura actual en esos promontorios se prendían hogueras que hacían de tales, orientando a pescadores y marineros. Las rías, además de abrigos naturales y embarcaderos, eran vías rápidas de comunicación con el interior y por ello especialmente vulnerables


A este lado de la ría, y debajo de nosotros es L'Espartal, zona de dunas que fue plantada de pinos para asentar el terreno por la Real Compañía Asturiana de Minas a mediados del siglo XIX con la idea de pasar el trazado del ferrocarril que comunicaba con la mina de Arnao, en Castrillón, el precedente industrializador de la comarca


Antiguamente, aquí abajo estaba el Castillo de Gauzón, cuyo emplazamiento en El Peñón de Raíces pronto vamos a ver. En torno a esta fortaleza, reconstruida por Alfonso III El Magno obre otra más antigua, existente desde época romana y tal vez anterior, se articuló un extenso territorio, el del Alfoz de Gauzón, que avanzada la Edad Media pasó a ser regido desde la villa avilesina y que vendría a comprender los actuales concejos de Carreño Gozón, Avilés, Corvera, Illas y Castrillón. Del Alfoz de Avilés, aquel invento medieval, escribe así de bien Alberto del Río Legazpi en sus Episodios Avilesinos de El Comercio-La Voz de Avilés el 14-2-2016:
"... a la Villa de Avilés el relumbre le viene de tiempos medievales cuando en sus cercanías, en el lugar de Raíces, el Rey de Asturias Alfonso III construyó el castillo de Gauzón, al lado de la actual Salinas. Se ve que estas tierras castrillonenses han tenido desde antiguo vocación de solaz y recreo pues el castillo, a la par que misión defensiva contra vikingos y musulmanes que pudieran colarse por la Ría a rapiñar, fue lugar de descanso del monarca cuando necesitaba desconectar de su corte en Oviedo. 
Y como del rey abajo ninguno, el poder emanado del castillo de Gauzón dio origen a un Alfoz con ese nombre compuesto por los concejos de Avilés, Castrillón, Corvera, Illas, Gozón y Carreño. 
 Pero el caso es que uno de ellos, Avilés, no hacía más que crecer a medida que avanzaban los siglos, desarrollo directamente proporcional al aumento del comercio internacional que le procuraba su puerto tan cercano a Oviedo, capital del reino, y tan seguro y tranquilo como estaba allí al fondo de la Ría poniendo a buen recaudo, de temporales, a los cascarones de madera que eran las embarcaciones de entonces.
La Villa siguió aumentando su importancia, incluso una vez jubilada ya la monarquía asturiana. Y tanta fue que el rey de Castilla, Alfonso VI, le concedió a Avilés un Fuero (luego refrendado por Alfonso VII y otros reyes posteriores), signo de calidad ciudadana para aquellos tiempos pues contemplaba derechos impagables, entonces, para los vecinos de la Villa. En definitiva: avecindar oficialmente en Avilés era un privilegio. 
Y así, entre el Fuero y su condición de puerto líder en la costa norte peninsular, se convirtió en una población destacada y reforzada además por el poder tener el alfolí en sus predios. Una realidad tan insoslayable como para que el rey de Castilla –Fernando IV en el año 1309–concediese la capitalidad de aquel extenso Alfoz de Gauzón a «la mi Villa de Abilles» escribe el soberano. 
De esta forma Avilés, concejo que no llegaba a 27 Km2, pasó a controlar a los otros cinco concejos; un territorio de cerca de 300 Km2 en total, con el añadido de ser –el conjunto– el más poblado de la Asturias de entonces. 
En el privilegio (custodiado en el Archivo Municipal de Avilés) de la concesión del Alfoz se especifican las aporta­ciones con que tenía que ‘pechar’ cada territorio a Avilés: 1.200 maravedíes la tierra de Carreño; 660 la de Corvera; 600 Gozón; otros 600 Castrillón y 300 Illas, así como las penas, de considerable cuantía para quienes incumplieran el pago, concluyendo el Rey con la ritual frase de «Et los que non cumplan lo que mando ayan la yra de Dios et la mía por siempre jamas». 
Avilés, como capital del Alfoz, controló las funciones fiscales, judiciales y militares del conjunto de los concejos citados y cuyos habitantes pasaron a su vez a disfrutar de los privilegios, concedidos por el Fuero avilesino lo que no era moco de pavo por entonces pues significaba –entre otros derechos sociales– estar bajo custodia del Rey y por tanto a salvo de los caprichos guerreros de algunos nobles locales (me refiero a los verdaderamente dueños de las propiedades en los concejos que componían el Alfoz) que utilizaban a sus vecinos (siervos) como carne de cañón para sus batallas particulares. 
Los criterios de territorialidad que facilitaba el Alfoz de Avilés, sometiendo zonas extensas a las mismas normas forales, fue una forma de gobier­no que simplificaba y reducía procesos y permitía un mejor control de los recursos. 
Y así pasaron casi tres siglos de una administración más racional, aunque salpicados de arrebatos de poder de algunas poderosas familias de los concejos del Alfoz que consideraban humillante (sentimiento que fueron transmitiendo por herencia a sus descendientes durante generaciones) que la jurisdicción de Avilés se extendiese hasta sus dominios. 
Esto, pero sobre todo la decadencia y desgobierno de algunos reyes españoles (la monarquía castellana ya había sido jubilada) hizo que los caciques locales terminaran por hacer valer los intereses que les habían volado en beneficio común y el Alfoz comenzó a entrar en situación 3D (decadencia, desmembración, desaparición). 
La desunión comenzó en 1605 con la ‘independencia’ de Gozón que deja de pertenecer a Avilés y establece su ‘capital’ en Susacasa (cerca de Vioño) y posteriormente en Luanco. Además Gozón al separarse, sin que nadie moviera un dedo, se anexiona Valliniello con lo que de golpe la orilla derecha de la Ría deja de pertenecer a la Villa. 
En 1665, también Carreño se separa del Alfoz y establece su capitalidad en Guimarán y más tarde en Candás. 
Le sigue Corvera en 1670 que establece su gobernación en Cancienes y posteriormente en Nubledo. En 1812 es Castrillón quien se desmembra y, finalmente, en 1818 lo hace Illas que convierte a Callezuela en su centro administrativo. 
El derrumbe no vino solo y así vemos como la salida de Illas del Alfoz medieval coincide con el inicio del derribo de la muralla medieval de Avilés, donde los intereses inmobiliarios presionaban –al efecto– que se las pelaban. 
Y colorín colorado el Alfoz de Avilés así fue acabado, finalizando un formato administrativo de organización territorial mediante el cual un conjunto de diferentes pueblos dependían de otro principal y todos estaban sujetos a una misma ordenación. 
Luego vendría aquello de ‘Comarca’, nueva reordenación administrativa del territorio, sosa ella, sin la chicha del Alfoz. El caso es que en la Comarca no hay un epicentro político claro, no existe un centro que aglutine el poder y distribuya funciones y servicios"

L'Espartal debe su nombre a las plantaciones de esta hierba perenne, Macrochola tenacisima, plantada junto con el pinar para asentar las antiguas dunas móviles, la cuales tendían a cubrir la vía férrea que comunicaba las instalaciones mineras e industriales de Arnao con el puerto de Avilés. Este área, paso además del río Raíces para desembocar en la Ría de Avilés, tiene ahora una especial protección ambiental más o menos aplicada según la tremenda presión urbana constructiva en el entorno de Salinas


Parte de la estructura dunar se conserva, también en fase de recuperación, en la Playa L'Espartal, la parte más oriental del gran arenal de Salinas, que se extiende hasta la Playa San Xuan. al lado de la boca de la ría y es en realidad un solo arenal de varios kilómetros denominado Salinas ya en documentos de los siglos IX y X que aludían a la explotación de sal marina, fundamental para la conservación de alimentos, cuyo comercio estaba estrictamente regulado, disponiendo Avilés de su alfolí, almacén y derecho comercial en su puerto, lo que constituye, junto con el vino, que se elaboró en San Cristóbal y otros lugares cercanos, una importantísima base económica, tanto es así que muchos pagos se efectuaban en sal (salario) y algunos puertos y ensenadas que carecían de este privilegio lo introducían de contrabando, lo que provocó las protestas de Avilés en 1488 y 1490


Esta parte de la ría, de arenales, castros y castillos, podría ser el precedente portuario de Avilés. En Marinos, puertos y barcos en la antigua Asturias, Hernán del Frade y Rubén Figaredo afirman:
"En esta ría hallamos los castros de Raíces, con datación, al menos, romana, y del Cantu la Figar, además del topónimo del monte Recastrón.

Las condiciones de abordabilidad de esta ría debían ser amplias, sólo interrumpidas por las fuertes vagamares del oeste. Hemos de tener en cuenta el cambio que ha producido en la ría el proceso de colmatación y de desecación; baste saber que, hasta este siglo (XX), el peñón de Raíces era rodeado por el agua en las maras vivas

En la ría de Avilés, sobre la que se suceden comentarios afirmando la gran actividad náutica en la misma desde etapas muy antiguas, cabe ubicar dos posibles puertos. Quizá uno se hallase en la orilla oriental, cerca del faro o en la zona de la Curva de Pachico, cerca del citado castro del Cantu la Figar y de la villa que da nombre a la parroquia de Laviana, que procedería de Flavius. En las cercanías del faro se Nieva se localizó un triente suevo, que nos da una ocupación, al menos, tardía de esta zona (recordemos la presencia del castro del Cantu la Figar). También debió de existir un puerto al fondo de la ría, siendo éste el origen del puerto de Avilés. Determinados autores aluden a un tráfico minero romano desde esta ría. Puede que el nombre de Avilés provenga dela existencia de una villa de un possesor llamado Abilius. Hay que señalar la importancia que esta ría y su puerto irían tomando con el paso del tiempo hasta llegar a su cénit en la Edad Media"

Esta zona sería inundable pues con las pleamares, al menos las más acusadas, las célebres Mareas de San Agustín, entre finales de agosto y principios de septiembre. No sería tampoco toda entera: el río Raices formaría un pequeño estuario de este a oeste desembocando en la Ría de Avilés, por lo que se formaría, en la misma dirección y ante la mar un brazo arenoso por el que la Real Compañía Asturiana trazaría su ferrocarril, asentando el terreno con la plantación de hierbas y pinos


En la vega que antaño sería marisma se construirían algunas casas al pie del Peñón de Raíces y del antiguo convento de la Merced, pero sería a la orilla del mar donde se produciría una gran eclosión urbanística entre los siglos XIX y XX: Salinas. Justo por estas casas unifamiliares de abajo, en concreto entre las primeras, pasa este camino de Raíces a Salinas, ya en términos del vecino concejo de Castrillón, una vez cruzado el citado río Raíces


Si bien espacio protegido la presión urbanística sigue afectando a las playas, las dunas y El Pinar del Espartal. Ahora vemos, un poco a la izquierda de la foto, el camino que entra en Salinas. donde hay una bifurcación: un ramal, la Avenida Raíces, se dirige de frente hacia la playa y otro, la Avenida Doctor Fleming, va a la izquierda y es el señalizado. No sabemos tampoco aquí la razón de esta señalización, es posible que pueda ser más o menos el trazado del dicho Camino de los Samartinos, de Samartín de Podes a Samartín de L'Aspra o de los Pimientos y a Samartín de Soto, que se asentaría sobre el brazo arenoso no cubierto por las mareas. De todas maneras no es un secreto afirmar que gran parte de la gracia que puede tener este trayecto hacia Raíces y Salinas es recorrer la playa. Cuando llegemos a ese cruce decidiremos el rumbo a tomar


Por de pronto nosotros seguimos en Avilés, dirigiéndonos a La Cuesta mientras dejamos La Garita, cuya primera línea de casas dejamos ya a nuestra derecha...


Son las que veíamos antes, con sus hórreos y paneras, desde el otro lado, el sur: esta es su cara norte, mirando al mar. En el Diccionario Geográfico de Asturias leemos:
"Lugar de la parroquia de Entreviñas (Avilés).Está situado en la zona norte, a una altitud de 80 m, en una  estratégica posición con  extensas panorámicas sobre Salinas (Castrillón) y la entrada de la ría de Avilés. Su nombre puede proceder de haber sido antiguamente un puesto de observación para vigilar las entradas y salidas de los barcos al puerto avilesino...."

A Casa Falo de San Cristóbal le llega la hora de la jubilación es el título del artículo que, también en El Comercio-La Voz de Avilés, le dedica a esta añorada sidrería Alejando L.Jambrina el 22-10-2020 con motivo de su cierre:
"José Rafael Valdés, más conocido como Falo, lleva 23 años observando el mar Cantábrico desde el restaurante al que da nombre, Casa Falo, en lo más alto de San Cristóbal. La semana que viene se jubilará a los 67 años y eso es precisamente lo que más echará de menos, no poder ver el mar desde su cocina ni a los clientes que le han acompañado durante media vida. «Ha llegado el momento de descansar, este es un trabajo muy sacrificado y es hora de marcharme a pesar de que me duele en el corazón», confiesa Falo, que cerrará las puertas de su restaurante el 1 de diciembre.

Natural de Verdicio, donde sigue viviendo hoy en día junto a su mujer, Falo entró en el vasto mundo de la hostelería bastante tarde. Antes había dedicado toda su vida a sus dos pasiones: la mar y el fútbol. «Recogí percebes muchos años y se me daba muy bien, era muy ágil porque también jugaba de portero», recuerda el hostelero, que llegó a defender la meta de una decena de equipos asturianos hasta los cuarenta

Si el deporte le ayudó a ser mejor hostelero no puede decirlo con seguridad. Lo que sí tiene claro es que conoce los productos de la mar como nadie y eso es lo que le ha llevado a ser uno de los hosteleros más valorados de la comarca. «Mi negocio ha estado especializado en pescados y mariscos y yo siempre he dicho que no hay otro secreto que un producto fresco, bien cocinado y buen precio», asegura Falo, que en sus primeros años como hostelero regentó Casa Marcelino, en Heros"

Pasando junto al portón del que fue el almacén, recuerda ahora Jambrina con Falo la historia de cómo y porqué abrió aquí la nueva sidrería...
"Las casualidades hicieron que tuviese la oportunidad de adquirir su actual restaurante, anteriormente discoteca, y no lo dudó un momento cuando se asomó al acantilado sobre el que se asienta y vio el mar en todo su esplendor extenderse hasta donde alcanza la vista. «El local estaba hecho polvo y tuve que trabajar mucho, pero siempre he estado muy contento de los resultados que me ha dado este restaurante. Todo ha sido gracias a los clientes, aquí no ha habido crisis nunca, he de reconocerlo».

A partir de aquí la bajada se hace algo más pronunciada hacia La Cuesta. Al fondo y a lo lejos, al este, reconocemos una de las mayores concentraciones industriales de Asturias, en la ribera izquierda de la Ría de Avilés: Cristalería Española y Asturiana de Zinc


Asturiana de Zinc (AZSA) fue constituida en 1957 allí mismo, en San Xuan de Nieva, pues no en vano es la sucesora directa de la Real Compañía Asturiana de Minas, cuya instalación mediado el siglo XIX fue el antecedente industrial de la comarca avilesina, si bien existieron precedentes de empresas mineras y talleres metalúrgicos y de loza desde el siglo XVI en estos concejos


Toda esta zona comprendía la comunicación de la mina de carbón y factoría de zinc de Arnao con el puerto de Avilés. Por ello, además de plantar de arbolado y vegetación diversa las grandes dunas de L'Espartal y Salinas, hizo de ellas sus concesiones y adquisiciones para el trazado ferroviario, aprovechando estos terrenos, en gran parte recuperados, para su expansión física por toda esta franja litoral. Leemos en Wikipedia:
"La empresa se instala en Arnao, núcleo industrial y de población en la comarca de Avilés, la primera gran empresa de Asturias, fundada con capital belga y español. Además posee minas y centros de producción en Asturias —San Juan de Nieva— y Cantabria —Hinojedo y Reocín, ya cerrado—. También cuenta con presencia en AlemaniaAustralia y el Reino Unido"

Además de las instalaciones industriales propiamente dichas el tren integrará a Avilés en la red ferroviaria española y se crearán nuevos barrios obreros y nacerán nuevas poblaciones entre Arnao y la ría, que se incrementarán con la llegada de nuevas industrias que aprovecharán las transformación y comunicaciones portuarias de esta franja costera al oeste del estuario avilesino. Así leemos en la Wikipedia:
"En el siglo XX, hay una gran transformación industrial y económica pero destaca el cambio social producido. Se crea el poblado de Arnao, con la construcción de viviendas jerarquizadas: patronos, director, ingenieros, capataces obreros, y con hospitales, economatos y escuelas. 
También, la próxima playa de Salinas se convierte en el destino veraniego de la burguesía avilesina y asturiana"


La fundación de la siderurgia de Ensidesa en 1950 con su posterior puesta en marcha y desarrollo transformará aún más estos y otros concejos asturianos social, física y económicamente. La propia Asturiana de Zinc nacerá como filial de la Real Compañía de Minas y habrá un par de décadas de prosperidad hasta la crisis de la década de 1970, lo que conllevará a otras transformaciones productivas, salariales, contractuales, etc. si bien el boom turístico y residencial seguirán favoreciendo el desarrollo de Castrillón. Ahora la empresa es propiedad de la multinacional Glencore con sede en Suiza
"Sus principales actividades son la investigación, explotación y comercialización de toda clase de sustancias minerales, especialmente el zinc y los productos asociados a su explotación como el plomogermanio o ácido sulfúrico. Y desde 2006 comenzó la obtención de plata"

Por su parte Cristalería Española, de Saint Gobain, se instaló aquí en 1953 desde su sede primigenia de Arija, en las Merindades de Burgos, donde empezó a construirse en 1906 tras su constitución en Bilbao en noviembre del año anterior. Tras una dilatada e intensa historia, la construcción en 1955 del embalse del Ebro la dejó sin acceso a sus materias primas de grava, por lo que viene aquí, aprovechando los recursos del lugar

Su instalación traerá consigo también la creación de nuevos barrios, Jardín de Cantos y La Maruca, así como favorecerá el nacimiento y crecimiento de otros. En la década de 1960 se une al grupo Cristalería Industrial, hoy La Veneciana Iberiaglass. En plena crisis de los 1970 entra en el mercado portugués y dos décadas después en el latinoamericano 

Esta factoría, especializada en parabrisas de coches, vive intensamente la crisis del automóvil.El 13-9-2021 Saúl Fernández lo explica en esta noticia para La Nueva España:

"El mercado del automóvil, lejos de tomar aire, cada día que pasa se sumerge más en la sima de su propia crisis, de tal modo que su industria proveedora sufre las consecuencias en primera persona. Eso es lo que está sucediendo desde hace meses en el departamento de Sekurit (parabrisas) de la planta de Saint-Gobain Cristalería de La Maruca y eso mismo es lo que va a seguir sucediendo el año próximo según la previsión de la dirección del área comunicada a los representantes sindicales avilesinos hace pocos días. 
La plantilla al completo que fabrica parabrisas en Avilés está regulada de forma temporal desde esta pasada primavera. Lo previsto es que se mantenga de este modo hasta final de año. Esto supondrá que la fábrica de La Maruca cerrará el ejercicio con 85 días sin fabricar parabrisas. Se da la circunstancia de que este expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), el vigente, se sustentaba en que la demanda prevista iba a obligar a la multinacional a fabricar 1,04 millones de piezas este año. No podrá ser. Según comunicó la empresa a los representantes sindicales esta caída será más profunda, tanto que va a ir por debajo del millón de piezas en doce meses.En 2020, en el año de la crisis del coronavirus, salieron de Avilés 923.000 parabrisas cuando en 2017 la producción había alcanzado el número mágico de 1, 3 millones. 
La explicación de esta situación está en la crisis de los semiconductores: estas piezas de ingeniería han dejado de fabricarse en todo el mundo, primero, por la pandemia del año 2020, y, después, por accidentes consecutivos en las plantas principales que los producen (en Texas, en Estados Unidos, y en Japón). Esto ha creado la paradoja, dicen los expertos, de que la ausencia de semiconductores impide que se fabriquen máquinas que aceleren la producción de semiconductores. En el negocio de los coches esto se traduce en 300.000 vehículos menos salidos de las fábricas españolas. O sea, 300.000 parabrisas menos"


En ese margen de la ría y hasta el Puerto de Avilés se han instalado más empresas, Energy Fuel, Asturiana de Fertilizantes, Química del Nalón, etc., algunas altamente contaminantes por sus emisiones a la atmósfera y por vertidos a la ría, por lo que se han puesto en marcha medidas paliativas, veamos por ejemplo esta nota de la Federación de Polígonos Industriales de Asturias (Apia):
"Las empresas y viviendas del entorno de la Ría de Avilés están sufriendo los daños producidos por la contaminación atmosférica producida por el acopio de áridos y otros materiales en la zona del Puerto de Avilés. 
La Asociación de Empresarios de la Margen Izquierda de la Ría de Avilés (AMIRA), entre otros colectivos, están manifestando  quejas frecuentes por el perjuicio que ocasiona a las empresas de esta zona industrial.  
El Puerto de Avilés acaba de instalar algunas medidas para reducir este problema. Seis cañones atomizadores de agua están en fase de instalación y pruebas en la Travesía de la Industria así como un sistema de riego dentro del recinto portuario. Con ello se pretende mantener los áridos húmedos para que no se extiendan por la acción del aire evitando así la contaminación"

 

La contaminación que afecta especialmente a los núcleos urbanos de la ría ha favorecido el desplazamiento de población a las áreas residenciales de Castrillón, cercanas pero a la vez suficientemente apartadas de la actividad fabril, justo por supuesto con el turismo, principalmente de playas, las segundas residencias y otros alojamientos e industria de ocio y vacacionales

A nuestra izquierda hay un pequeño muro a la entrada de un chalet, donde vemos también una pequeña explanada. Es un buen mirador también sobre la ría y El Pinar

El Pinar es un gran bosque de ribera por donde discurre, oculto en la arboleda, el río Raíces, el cual habremos de pasar por un puente para entrar en Salinas por su zona este-sureste. En este bosque se excavaron trincheras durante la Guerra Civil, dentro de un programa de fortificación costera ante el temor de un desembarco nacional que nunca se produjo, quedando en este sector el frente estático en la Ría del Nalón todo un año. Tras ello, El Pinar de Raíces o de Salinas fue empleado como lugar de represalias y fusilamientos tras la caída de Asturias, existiendo una fosa común recordada en un monolito

En nuestros días constituye un espacio natural más o menos preservado y recuperado, con senda peatonal fluvial y área recreativa. Además de pinos hay acebos y madroños o borrachinales y alisedas. Una gran charca es lugar de paso, parada y nidificación de avifauna autóctona y de especies migratorias

Este bosque y paisaje se conformó con las intervenciones de la Real Compañía Asturiana de Minas, fundada en 1833 y que diversificó su producción al zinc en 1850, asentando las dunas con tierra, plantas y árboles y eliminando las marismas desecándolas, trazando línea férrea y también carretera. Un excelente trabajo sobre este tema es el de los especialistas J. López Peláez y G. Flor: Evolución ambiental del estuario de Avilés (1833-2006)

Un muy buen artículo sobre el día a día en el pinar, junto al que vamos a pasar enseguida, es el de la sección veraniega A Fondo de La Nueva España publicado el 17-8-2020, del que plasmamos algunos extractos:

"El pinar de Salinas acostumbra a recibir a los vecinos y veraneantes que se acercan a disfrutar de una rica comida, bajo la sombra de los pinos o el sol, dependiendo del gusto personal; y después, dado su situación (muy cerca de las playas), la gran mayoría aprovecha para trasladar el campamento del merendero a la arena y darse un chapuzón en las aguas cantábricas (...) 

El área recreativa de Salinas tiene merenderos, barbacoa, leña seca si fuese necesario -como alguno le pasó, que se olvidó las pastillas de encendido-; y como si todo eso fuera poco para pasar una tarde agradable junto buena compañía, las playas de Salinas y San Juan están muy cerca. Caminando escasos cinco minutos, uno toca arena (...) 

El pinar de Salinas es una de las zonas más recurrentes para los vecinos de Castrillón. El gobierno castrillonense sopesó el cierre del área recreativa ante los botellones de la población joven, pero mientras se respeten las medidas de seguridad, el pinar es una alternativa segura, agradable y económica. ¿Qué más se puede pedir? En un verano en que la masificación turística despierta recelo en algunos, son muchos los asturianos que optan por este tipo de planes, desconocidos para una amplia mayoría de los foráneos, y que permiten un respiro, un oasis de tranquilidad en medio de otros enclaves del litoral más atestados"

 

En La Cuesta donde acaba, de momento, la cuesta abajo, y comienza la cuesta arriba, hay una bifurcación: nosotros seguimos por la izquierda, subiendo un poco

De este barrio era oriunda la gran costurera Pepa la Cuesta, que trabajaba para muchas familias pudientes de la burguesía avilesina, quienes establecieron sus quintas de recreo en Salinas, y a veces sus residencias permanentes, así como otros visitantes 

Las Casas de La Cuesta forman una fila-bloque. Esta es su parte posterior, separada del camino por una tapia que cierra un poco de terreno de separación entre ellas y la calle

Justo enfrente de ellas y a la izquierda, en este recodo antes de llegar al promontorio del depósito de agua, empezaremos por fin a tener una buena vista por fin de Raíces y de Salinas, al menos si no han crecido muchos los ocalitos plantados regularmente en la misma pared del acantilado

Abajo Raíces, muy tapado por los citados árboles y de frente Salinas: allí, en los antiguos arenales en los que desembarcaban los vikingos y que hubieron de fortificar los reyes asturianos reconstruyendo el Castillo de Gauzón, cuyo solar veremos próximamente, nació en el siglo XIX una población que llegaría a ser un emblema del turismo en Asturias, Salinas, en terrenos adquiridos por la Real Compañía de Minas para levantar viviendas para sus directivos y empleados, los cuales trabajaban en la cercana Arnao, en la mina y luego también en la industria del zinc, viviendas que con el tiempo fueron pasando a particulares y compartieron espacio con nuevas residencias, quintas de verano, edificios y chalets, bailes, casas de comidas, cines, hoteles, tiendas y todo lo que necesita una población de unos 5.000 habitantes que se multiplican varias veces cuando llegan los veraneantes

Vemos desde aquí varias zonas diferenciadas. primeramente abajo y justo encima de los árboles, unas casas de origen campesino, si bien muy reformadas, en la vega del río Raíces; luego un cruce de calles en medio de la foto, a partir del cual se reconocen las colonias de chalets del este de la población, con El Pinar de Salinas a la derecha y al fondo los marbellizantes edificios de Los Gauzones en primera línea de costa, seis altos bloques de apartamentos que, dentro de la ola del desarrollismo urbanístico imperante en la época, construyó Constructora de Castrillón S.A. (Concasa), una de las filiales de Asturiana de Zinc, dentro del plan de urbanización de Salinas, cuando empezaron a proliferar las construcciones junto al mar, abriéndose un primer paseo marítimo en 1965 que hubo que reconstruir tras el gran temporal de 1990

El cruce es el citado de la Avenida de Raíces que se dirige, arbolada, de frente al paseo y la playa, mientras la otra es la calle del Doctor Fleming, que va a la izquierda y está señalizada. El proyecto de urbanización de Salinas fue sufragado por los propios vecinos pagando contribuciones especiales, más elevadas según la cercanía a la playa, pero el paseo se levantó sobre la misma arena

Subiendo un poco más y llegando al final de la cuesta pasaremos las casetas del depósito de agua

Al lado de esta tendremos nuevas vistas al este...

Bajo nosotros tenemos El Peñón de Raíces o La Peña Castiello, solar del mítico Castillo de Gauzón, donde se vienen realizando de un tiempo a esta parte numerosos estudios y excavaciones arqueológicas


Entre la peña y el acantilado está la Avenida del Campón, la antigua carretera de la Costa, que pasaba por el casco urbano de las poblaciones, comunicación interior entre Avilés, Raíces, Salinas y Piedras Blancas


En El Peñón de Raíces se edificó en la alta Edad Media una formidable defensa de la que hasta hace poco apenas sobresalían ni los cimientos, castillo guardián contra los ataques vikingos, en el que se cubrió de oro y piedras preciosas, en tiempos del monarca Alfonso III El Magno, la Cruz de la Victoria, estandarte cruciforme de madera que la tradición afirma fue enseña de Pelayo en la batalla de Covadonga, símbolo de Asturias


Se ha especulado con que la fortificación habría sido hecha reaprovechando una fortaleza romana en base a un anterior castro astur, lo que no sería difícil dada la abundancia de castros costeros, pero sin embargo de momento los hallazgos demostradamente más antiguos hallados son de los siglos VI y VII, esto es, dentro del largo periodo intermedio entre la caída de Roma y la formación del Asturorum Regnum, llamados muchas veces los siglos oscuros en la historiografía oficial dada la escasez de dato existente


De ese primer momento serían los muros de piedra y mortero de cal. los investigadores vislumbran la presencia de una clase dominante que protagonizaría buena parte del proceso de formación del nuevo reino, ya que entre los siglos VIII y X sus monarcas lo reedificarían con un sistema de cimentación más complejo en el que se empleaban hasta vigas de madera



Esencialmente el castillo protegería la costa y la entrada a la ría de incursiones por mar, dado que la playa sería además un excelente puerto natural de arribada, pero también protegería rutas marítimas, pues no olvidemos que la navegación cantábrica e incluso atlántica, era conocida desde la prehistoria y los caminos pro mar, a pesar de las galernas y temporales, fueron incluso tenidos por más seguros que los de tierra en muchos extensos tramos del abrupto litoral cantábrico. Recordemos que aún en 1502 el peregrino flamenco Antoine de Lalaing llegaba a Avilés con la idea de embarcarse para ir a A Coruña y desembarcar allí para ir a Santiago (no lo consiguió y hubo de ir a pie), y dos siglos después el viajero Luigi Salandra hacía lo mismo pero viniendo en Luarca-L.luarca, ambos para evitar los antaño sufridos y temidos pasos de Las Ballotas o de Las Palancas, de los que hablaremos al llegar allí


Las incursiones hostiles serían las de los vikingos o normandos que durante siglos asolaron estas costas, si bien a veces también se ejercería vigilancia y control sobre el propio territorio, ello explicaría que en la baja Edad Media fuese el centro del extenso Alfoz de Gauzón, hasta que este pasase a la aforada y creciente puebla de Avilés


En la época de los reyes asturianos se hizo una monumental puerta en forma de U, con dos muros salientes protegiendo su acceso, mientras que en el interior reproducían la organización de los palacios de las sedes regias: un espacio privado con sala central dispuesta de hogar o chimenea, y un posible baño con canales de desagüe y estanque con bordes de ladrillo. Sus pavimentos eran de hormigón (opus signum). Las paredes están pintadas y estos espacios son únicos en la arquitectura prerrománica. También habría una iglesia dedicada a San Salvador, como la catedral ovetense, consagrada por tres obispos acabando el siglo IX. En las campañas de excavaciones se han recuperado algunos de sus muros y la necrópolis del santuario


Junto a la puerta de acceso y superpuesta a construcciones preexistentes de los siglos VI y VII se erigió una torre de planta rectangular (8,7 x 4,5 m) hecha de piedra trabajada en el muro sur y pintada por dentro de color anaranjado, símbolo de la autoridad regia. Dice la Wikipedia:
"Un amplio callejón con suelos de arcilla permitía llegar desde la puerta hasta la zona privada del rey. En ese callejón trabajaron durante los siglos VIII-IX artesanos que fabricaban armas, herramientas y posiblemente joyas, disponiendo de una pequeña fragua y de otras infraestructuras. En el año 908 los reyes Alfonso III y Jimena ordenaron confeccionar en el castillo la Cruz de la Victoria, actual símbolo del Principado de Asturias  
A los pies del espacio real, en una plataforma de mayor tamaño, los indicios arqueológicos se relacionan con un asentamiento más modesto, dotado de suelos de arcilla y construcciones con postes de madera. Es probable que funcionara como alojamiento de siervos al servicio de los reyes o artesanos destinados a las obras del castillo. Los restos de herraduras y clavos de herraje indican que también se guardaban caballos"


Tras el traslado de la sede real y capital ovetense a León el Castillo de Gauzón pasa a ser la residencia del conde que representaba la autoridad del rey. Uno de estos condes, Gonzalo Peláez, se subleva en 1132 contra el monarca Alfonso VII y este fuerte es sitiado: en esta época se ensancha la puerta de acceso y se reorganizan los espacios interiores. Sofocadas las revueltas el castillo vuelve a la autoridad del reino


En 1155 el citado Alfonso VII confirma el Fuero de Avilés que ya otorgase en 1085 Alfonso VI y esta puebla con pujante puerto sustituiría al castillo en la dirección del Territorio de Gauzón, que pasaría a ser el Alfoz de Avilés. Perdido su poder político, en 1222 es cedido a la Orden de Santiago, comenzando a la vez su decadencia física, empezando a caerse sus muros. Entre los siglos XIV y XV, en medio de turbulentos conflictos como las guerras trastamaristas se desmantelan parte de la puerta y las murallas y la antaño poderosa fortificación pasa a ser cuadra de ganado. Un nuevo castillo se construye en la misma boca de la ría, donde ahora está el faro y el lugar va abandonándose paulatinamente dedicándose a huertas y establos


Entre los años 1972 y 1977 se emprenden las primeras excavaciones arqueológicas con José González García y en 2007 se pone en marcha todo un proyecto de investigación en sucesivas campañas patrocinadas por el Ayuntamiento de Castrillón apoyado por la Consejería de Cultura del Principado de Asturias:
"Los miles de objetos encontrados durante las excavaciones permiten conocer el día a día de la fortaleza. En la alimentación de los soldados despunta la importancia del marisco (ostras, berberechos) y hay también indicios de que practicaron la caza. Por otra parte, junto al instrumental bélico de la guarnición (puntas de flecha, cuadrillos de ballesta, dardos y restos de espadas) y otros utensilios (cuchillitos, afiladores...), resultan muy evocadores algunos hallazgos vinculados a los momentos de ocio (dados de hueso, tablero de alquerque, origen de nuestro tres en raya). Finalmente, cabe destacar la presencia de objetos de lujo propios del modo de vida aristocrático (alfileres y pendientes de bronce, acicates, cuentas de pasta vítrea, cerámicas francesas..) 
La fortaleza es objeto de trabajos de recuperación arqueológica​ que han dado sorprendentes datos relativos a la fecha de construcción del castillo. Los historiadores fechaban la construcción durante el siglo IX basándose en crónicas, pero las últimas pruebas con carbono 14 datan la construcción a mediados del siglo VII"

Como suele suceder habitualmente, este recinto fortificado está a la vista de otros cercanos, como el castro del Cantu la Figal o el castillo de San Xuan, a los que hemos aludido, al otro lado de la ría,donde va a desembocar, paralelo a la línea de costa, el río Raíces a desembocar a la ría tras atravesar el río Raíces. El biólogo Alberto López habla apropiadamente de su situación ambiental en su blog Naturaleza en Asturias con el artículo Pajareando en el río Raíces

"El río Raíces es corto y muy urbanizado. En su final es una cloaca, y además industrial y totalmente canalizado. 
Hace años recuerdo ver a los anguleros pescando en invierno con sus enormes cedazos en el final de canal en la Ría de Avilés. Nunca entendí como podía haber angulas en aquel tramo blanquecino por las cloacas de Salinas. 
Hoy canalizado en buena parte, está lleno de plumeros de las pampas, atraviesa las traseras de Raíces Viejo, Nuevo, Salinas, Piedras Blancas, Y serpentea entre Cristalería Española, las balsas de jarosita de AZSA, y los montones de carbón a granel del puerto de Avilés. 
Por todo ello parece increíble que haya nada interesante alrededor del Raíces. Pero queda un poco de bosque de ribera en el entorno del Peñón y algo más en la Vegona, entre Salinas y Piedras. En ese tramo, reconvertido en zona de paseo y esparcimiento entre las dos poblaciones, hay una pequeña mancha de humeros permanentemente encharcados, un retazo de aliseda pantanosa en lo que es un antiguo estuario colmatado cuando las dunas de Salinas cegaron la salida del río.  
Y con todo, en el propio río y el las charcas artificiales de su alrededor anidan gallinetas, ánades reales, zampullines, lavanderas....y encontramos garzas, martines pescadores, cormoranes, etc."

Vemos desde aquí El Pinar y restos de las dunas, removidas por la industrialización, balsas de residuos (jarosita) y antiguas canteras. En El Espartal 100 años de cuidados, Inés Montes publica en La Nueva España el 2-1-2022 el proceso de recuperación de este área:

"Las medidas para la defensa y mejora de las dunas de El Espartal y su entorno son centenarias. El segundo cordón dunar, el que actualmente se encuentra en la margen derecha de la carretera de Salinas a San Juan, conocidas como dunas grises, ya fueron objeto de acciones para estabilizar la duna desde hace décadas. La Real Compañía Asturiana de Minas (RCAM), comenzó en el año 1858 el sembrado de árboles y arbustos para fijar los terrenos arenosos e inestables en los que proyectaba construir una carretera y la red ferroviaria para poder transportar al Puerto de San Juan de Nieva los materiales y materias primas desde la mina de Arnao. 
Desde 1858 y durante los casi cinco años siguientes la RCAM ejecutó un ambicioso plan de siembra de árboles en el que invirtió más de 200.000 reales de los de entonces. El coste del plan está detallado en el conocido como «Libro mayor» que se conserva en el archivo histórico de Asturiana de Zinc (AZSA). Cien años después de que la RCAM se instalara en Arnao, se constituyó AZSA y la fábrica se levantó en San Juan de Nieva. Entonces en el ya conocido como el pinar de Salinas, corrían ardillas, zorros y otros animales que fueron poblando la zona. 
El desarrollo industrial de San Juan y zonas próximas con la instalación de AZSA y las balsas de jarosita y Cristalería Española fue minando el área verde en el que se habían desarrollado también comunidades de arbustos de madroño, laurel y aligustre. La fauna abandonó el hábitat y en el último cuarto del siglo XX la contaminación afectó a los árboles y arbustos que habían sobrevivido durante 100 años. El último cuarto del siglo XX, en el que se incrementó la conciencia medioambiental de los ciudadanos, las administraciones públicas y las empresas optaron por tomar medidas para salvar el pinar y las dunas de El Espartal. La impermeabilización de las balsas de jarosita por imposición del Ayuntamiento de Castrillón, fue el comienzo de las actuaciones que AZSA realizó en la zona. 
Los pinos que se habían plantado 100 años antes fueron muriendo, por lo que en el año 1998 la empresa acometió una plantación que no consiguió el éxito de la actuación de la RCAM pero que logró mejorar el entorno. Los sucesivos ministerios de Medio Ambiente a través de Costas acometieron la regeneración de las dunas de El Espartal. El primer cordón dunar, de dunas blancas y que limita con la playa, fue objeto de varias actuaciones medioambientales. La última hace casi una década. 
La intervención consistió en el derribo de unas naves municipales que se utilizaban como albergue de animales, la limpieza de la zona y la plantación de arbustos como madroño, laurel y aligustre. La fiebre urbanística también azotó el sistema dunar y aún hoy persiste la polémica por la construcción de nuevos edificios"

Al lado de El Peñón de Raíces, ya en el concejo de Castrillón, Raíces Nuevo, enclave urbano que creció a partir de una empresa, La Fundición, que trabajaba para la antigua Ensidesa, razón por la cual a veces se le da en llamar con este nombre, si bien para muchos vecinos suele identificarse con el núcleo originario alrededor de esta factoría, al otro extremo de la población y en la frontera con Avilés

Esta zona, la más occidental, sería El Puente, junto al Ferrocarril Ferrol-Gijón, que vemos a la izquierda, cuyo tramo Avilés-Pravia abrió al tráfico el 11-9-1956. Luego estarían La Plazoleta y El Semáforo, antes de lo que sería propiamente La Fundición, antigua factoría de Indusa, fundición nacida en 1955 para hacer lingoteras (moldes para hacer lingotes) destinadas a Ensidesa. En los años 1980 un cambio del sistema de producción de la gran empresa siderúrgica los hizo innecesarios, lo que hizo cerrar a Indusa tras un periodo de grave conflictividad laboral

Dada la existencia de otras muchas industrias y del desarrollo urbano de Avilés Raíces Nuevo no sufrió un despoblamiento manifiesto sino que continuó su evolución como uno de los enclaves urbanos de Castrillón pegados al área metropolitana de Avilés, que en la práctica vendrían a conformar un gran espacio poblacional donde cruzas la calle o cambias de acera y pasas de uno a otro concejo

Más allá de las factorías y de la ría, el concejo de Gozón, fuertemente vinculado a Avilés y más este su sector occidental, es el que conserva en su nombre la memoria del antiguo Gauzón, posiblemente un antropónimo procedente de un antiguo posesor germánico llamado Gaud, más posible que un latino Gaudium. Un documento de 1155 dice:
“hereditate mea propria qua abeo in territorio asturiense iusta flumen Neua et castro Gauzon, in ualle que uocitant Lauiana”
Llaviana (uilla Flaviana) es precisamente la parroquia gozoniega alguno de cuyos barrios divisamos desde aquí



La frontera administrativa no la hace exactamente la ría sino el flujo de mareas en la ribera oriental, por lo que la orilla sería realmente avilesina, así como el entrante de La Marisma, antigua zona inundable donde vemos parcialmente el Polígono de Maqua y la cúpula de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (Edar) de Avilés



Más arriba y en la distancia reconocemos algunas casas de Samartín de Podes, en cuya iglesia parroquial, que no vemos desde aquí, arrancaría la ruta de peregrinaciones de los Samartinos de la que hemos hablado antes, cruzando la estuario, donde se conserva el revelador topónimo de La Barquería, rumbo a Samartín de L'Aspra y Samartín de Soto


Samartín de Podes es bien reconocible gracias a la altísima torre blanca del depósito de agua, hecho en altura para abastecer con suficiente presión a las casas de la rasa costera

Más a la izquierda asoman los acantilados del Cabo Negro, cuyos acantilados de piedra oscura delatan el porqué de su topónimo. Allí estaba el antigua teleférico que vertía al mar desechos de mineral de Ensidesa, Más cerca las casas de Llodero


Más a la izquierda y sobre la ría los altos de El Buscón (75 m) y las casas de Nieva, también en la parroquia de Llaviana, sobre el Cantu la Figal y el pueblo de San Xuan o San Juan. se constata desde el siglo IX la existencia de una iglesia bajo la advocación de San Juan y Santa Colomba de Nieva, Ahora hay una ermita a la entrada de Nieva. Este topónimo de San Xuan de Nieva se repite en la ribera izquierda de la ría, en términos de Avilés, con una iglesia de esta misma advocación y en la parte más occidental de Castrillón, con la playa y lugar de este nombre


En el San Xuan de Castrillón, en las antiguas dunas donde se emplaza Azsa, destaca el color intenso azul de las balsas de jarosita, residuo industrial altamente contaminantes (derecha de la foto), para las que se aplican soluciones de clausura, traslado, sellado, impermeabilización, etc. más o menos exitosa. F.L. Jiménez informa de ello en La Nueva España el 21-7-2018:

"La jarosita formó parte intrínseca del proceso para producir cinc por el método electrolítico (el que logra la separación de los componentes de una mezcla con ayuda de electricidad) desde el descubrimiento a mediados de los años sesenta del pasado siglo de un procedimiento altamente eficaz para separar del cinc las impurezas de hierro en forma de precipitado de jarosita, un compuesto sintético cristalino que contiene, entre otras sustancias, hierro, plomo, sodio, potasio y amonio. La jarosita tiene la ventaja de separarse muy bien de la disolución rica en cinc y con su uso se logra la captura de más hierro, a la vez que se recupera el cinc de las ferritas minimizando así la pérdida del mineral que constituye el negocio de Azsa. 
Durante cuarenta años, la única solución para deshacerse de la jarosita (carente de valor comercial) fue su vertido a balsas. Colmatadas las número 1 y 2, Azsa construyó en 1995 una tercera, la más grande, la que ahora quiere clausurar. La razón de que ya no necesite esta balsa es que, fruto de la investigación, la empresa logró en 2002 transformar la jarosita en otra sustancia a la que bautizó como jarofix, un residuo sólido, estable e inerte. Y este material será precisamente el que Azsa utilizará para rellenar la balsa número 3; la previsión es aportar 754.000 toneladas, que corresponden aproximadamente a un volumen de 500.000 metros cúbicos. 
El jarofix que sale de la factoría de San Juan tiene como destino preferente las canteras de la margen derecha de la ría, donde es usado como relleno para la restauración paisajística. En el caso del aporte que se hará para el relleno y sellado de la balsa número 3 de jarosita, la empresa ha encargado un proyecto técnico a la empresa de ingeniería Incenersa y el mismo prevé multitud de salvaguardas ambientales para evitar en el futuro se produzcan filtraciones o contaminaciones del entorno. Así, la balsa sellada dispondrá de varios pozos drenantes para captar el lixiviado que se genere por efecto de la compresión, tendrá dos capas de geocompuesto drenante, habrá controles analíticos anuales de las aguas subterráneas y medidas contra la acción del agua de escorrentía, entre otras"

La existencia de "tres sanjuanes" delata la gran relación de ambas riberas del estuario pero da lugar a equívocos, máxime cuando el núcleo de este nombre está a la vez dividido entre Avilés y Gozón. Es difícil de entender y complicado de explicar pero en el artículo Entre dos tierras lo hace muy bien otro Juan: Juan C. Galán, para La Nueva España el 14-9-2009:
"La arbitrariedad de las fronteras alcanza su culmen en la parroquia de San Juan de Nieva. El pueblo parece el escenario de una película del Neorrealismo italiano. La ría lo divide en dos. Como se dice en Avilés, el San Juan de Nieva «de aquí», en referencia a la zona que pertenece al concejo de Castrillón, y el San Juan de Nieva «de allá», para referirse al que se ubica a caballo entre Gozón y Avilés. Este último caso es el más singular.
Los caprichos de las administraciones han propiciado que el límite entre ambos concejos lo marque un mojón en el medio de una carretera. El resultado: una acera pertenece a Gozón, y la de enfrente, a Avilés. Para rematar el absurdo, el hito se movió en los años setenta para evitar los continuos accidentes de circulación que provocaba. Total: un lío que deja en el aire los límites reales. 
San Juan de Nieva es un cruce de caminos en toda regla. El mojón que marca el límite se sitúa en el medio de un pequeño parque infantil, con lo que se da la circunstancia de que un niño puede estar columpiándose en Gozón y otro próximo a él en Avilés. La disposición de las fronteras entre un concejo y otro propicia situaciones casi surrealistas. Una de las pocas papeleras con las que cuenta la parroquia, por ejemplo, se encuentra en la acera que pertenece a Avilés. Los vecinos de la parte gozoniega, usuarios, como los avilesinos, del contenedor, se quejan amargamente de la falta de diligencia de los equipos de limpieza del Ayuntamiento de Avilés. Toda una paradoja"

La península en la desembocadura de la Ría de Avilés es llamada de Nieva, de San Juan o San Xuan o de San Xuan de Nieva. El topónimo está claro en cuanto a la parte del santo por la existencia de una muy antigua iglesia, pero es más chocante la alusión a nieve en un lugar costero donde es rarísimo que caigan nevadas, es más posible que sea derivado del nombre de otro posesor del lugar, un Naevius 


La parte de la playa más cercana a la ría es también de San Xuan, junto con sus dunas, popularmente es llamada en general Playa de Salinas pero hay disparidad de criterios. Para unos la de Salinas sería solamente la que está frente a esa población  y la zona central sería L'Espartal, pero para otros esta última sería la denominación de todo el conjunto, que conforma una unidad natural y geográfica. La Wikipedia explica así esta situación:
"Sus límites dependen de la fuente consultada. Según el ayuntamiento de Castrillón, incluiría las playas de Salinas y de San Juan de Nieva, aunque sería comúnmente denominada como Salinas. Tendría una longitud de 2.600 m, 2 .100 m de la de Salinas y 500 m de la de San Juan
La mancomunidad de la comarca de Avilés, a la que pertenece el concejo de Castrillón, en el documento Playas todo el año. Comarca Avilés, recoge la delimitación del ayuntamiento y, en el apartado dedicado a la práctica del surf en Salinas, la denominación de El Espartal para la zona centro del arenal, entre Salinas y San Juan.​ En este sentido, el inventario de playas del Plan de Salvamento en Playas del Principado de Asturias de 2009 incluye la playa de El Espartal como diferenciada de Salinas y San Juan de Nieva.​ Y según La Nueva España, en el año 2012, el puesto de salvamento de El Espartal fue atendido por seis socorristas, los mismos que en San Juan y tres o cuatro en Salinas.

 Según la guía de playas del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, El Espartal sería otro nombre por el que se conoce a la playa de San Juan,​ los 500 m del extremo oriental del arenal. 
Esta delimitación coincidiría con la utilizada por el Principado de Asturias, en el inventario de playas recogido en las Directrices Subregionales de Ordenación del Territorio para la Franja Costera. Estas directrices son, según la parte dispositiva del decreto que las aprueba, «marco de referencia obligado para la actuación territorial de la Administración pública en la zona costera asturiana». De acuerdo a este documento, la playa de El Espartal, formada únicamente por arenas, tiene una longitud de 500 m y unas superficies de 50 000 y 105 000 m² en marea baja y alta, respectivamente. Está clasificada como playa urbana, con una importancia de los impactos muy alta, un interés de conservación alto y un uso predominante de baños. ​Así mismo, el documento establece, junto con el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales de Asturias, la necesidad de un área especial de protección para la playa de El Espartal, como monumento natural"


En la margen derecha de la ría están Les Cases del Arañón, en la carretera y paseo que va al faro, entre la playa de este nombre y la ensenada del Emballo


Siguiendo la orilla derecha Playa l'Arañón y Les Peñes de la Bogariza, y acá en la margen izquierda La Punta del Gallo, la Playa San Xuan y el espigón de la bocana. Vemos muy bien también el istmo de la península. Un arañón (Paromola Cuvieri) es una especie de araña de mar distinta al centollo por tener caparazón redondo y patas más largas que en tiempos debió de abundar aquí


La de l'Arañón no es playa muy frecuentada, se ha recuperado parcialmente pero los problemas de contaminación persisten y en la actualidad no se permite el baño aunque a veces se levanta la prohibición, por eso es más concurrida la de San Xuan y más aún la de Salinas. Al otro lado del istmo también se recurre a las de Xagó y Verdicio, entre otras 


La ría y su entrada fueron escenario de no pocos naufragios, uno de los más importantes por sus consecuencias fue el del Cabo de Palos en el verano de 1911, que taponó el acceso a puerto durante polémicas semanas, llegando a tener que ser hundido con explosivos, permaneciendo en el fondo, donde siguió siendo un obstáculo a tener en cuenta por la navegación hasta que en la década de 1950 se desguazó, junto con otros pecios existentes


Estos naufragios suelen tener muchísimas complicaciones administrativas, con sus vaivenes político-económicos y suelen acabar desguazados tras bastante tiempo de hondos malestares, extrañas negociaciones y arduos problemas. Un ejemplo reciente puede ser el del Grenland, cuya historia recogemos de El Comercio el 12-12-2012:
"... el 21 de febrero de 2006 (...) El buque con bandera de conveniencia Grenland encallaba aquella noche en la bocana de la ría de Avilés, en lo que fue el inicio de una larga historia de desencuentros entre el armador del barco y la Autoridad Portuaria de Avilés. El Grenland, con una tripulación de nueve miembros, todos ellos de nacionalidad rusa, venía en lastre, sin carga (...)

La primera intención de las autoridades fue, al igual que en el caso británico, la de remolcar el navío con la intención de devolverlo a aguas navegables y permitir su entrada a puerto. Pero, en aquella ocasión, no fue posible. El mal estado del buque, construido en el año 1970, unido a la difícil posición en la que había quedado encallado convirtió en imposible remolcarlo.

El origen del accidente había sido en aquel caso un fallo en la maquinaria. El buque había accedido al canal de la ría con la ayuda de un práctico del puerto de Avilés pero, después de que se parase el motor, y el viento y las olas se convirtieran en nuevos capitanes del navío, este acabó contra las rocas de la margen izquierda de la ría.

El accidente del Grenland dio paso a un largo periplo administrativo. Los responsables del buque sólo se hicieron cargo, no sin una larga pelea previa, de la tripulación del buque. No así de la nave, que finalmente fue desguazada por una empresa contratada por la Autoridad Portuaria de Avilés, que sólo ingresó el dinero procedente de la venta de la chatarra"

Como la mayor parte de las rías y bahías la Ría de Avilés fue mucho más grande en el pasado. La desecación de terrenos para ganarlos a las marismas y la canalización y dragado para acceder al Puerto de Avilés, que tuvo diversas localizaciones, así como a otros embarques relacionados con pesca e industria fueron cambiando su fisonomía hasta hacer una especie de gran canal bastante recto en dirección norte-sur, estando formada por ríos más bien pequeños como el Raíces, el de La Madalena o el de Vioño


El faro, construido como hemos dicho en el solar del antiguo castillo que sucedió al de Gauzón, empezó funcionando en 1863 con una lámpara de aceite de oliva, sustituida en 1882 por otra de parafina, a la que se le añadieron después un juego de pantallas giratorias y otros dispositivos que aumentaron su eficiencia. En 1940 fue electrificado y en 1944 se le puso una sirena electromagnética en lo alto de la torre


La torre, en la cara norte del edificio, es troncopiramidal, los restos del antiguo castillo sirvieron para construirlo. En 1957 se instalan otros dispositivos, alcanzando su haz de luz unas 17 millas náuticas. Su situación es un maravilloso mirador sobre la ría y un buen sector de la costa centro-occidental asturiana


En relación a la historia del castillo precedente Alberto del Río Legazpi cuenta en sus Episodios Avilesinos de El Comercio-La Voz de Avilés el 8-5-2016:
"El castillo de San Juan de Nieva jugó el papel de vigía y de  avanzadilla defensiva en la entrada de la Ría de Avilés, tal como lo había hecho antes el mítico Castillo de Gauzón, hoy en gloriosa fase de resurrección.

La intimidante silueta pétrea del Castillo de San Juan con certeza tuvo que persuadir a muchas naves enemigas obligándolas a virar en redondo. Pero no siempre acoquinó, como veremos.

Su construcción se calcula entre finales de la Edad Media e inicios de Edad Moderna, justo cuando España empezó a consolidarse como primera potencia mundial. Las primeras noticias como baluarte con cañones se tienen a mediados del siglo XVI.

Desde entonces fue siempre vigía y punta de lanza contra posibles ataques e invasiones entonces frecuentes en importantes villas marinas. Avilés, además, era poseedora de uno de los más destacados puertos del norte de la península ibérica, razón por la que ya había sido amurallada siglos antes. 

Siempre que surgieron amenazas guerreras la primera medida era reforzar armas y personal en el Castillo de San Juan. Y todo fue más menos bien hasta un día de agosto de 1762, año en que España e Inglaterra se las tuvieron tiesas una vez más"


Ya en julio de aquel año de 1762 se había espantado a cañonazos a un buque de guerra inglés que perseguía por estos mares a un barco francés aliado, pero el 27 de agosto aparecen huyendo de una flota inglesa los navíos españoles San Ignacio y San Joseph, cargados de cacao procedente de América. Intentan guardarse en el puerto pero la falta de calado de la ría, problema secular, les obliga a quedar en la boca, bajo la protección de los cañones del Castillo de San Juan


En esa maniobra el San Ignacio se vio tan acosado que salió a mar abierto con la idea de refugiarse en el cercano puerto de San Esteban, en la Ría del Nalón, pero al acercarse a ella naufragó en la Playa los Quebrantos. Mientras el San Joseph decide desembarcar su carga en lanchas que se dirigen a Avilés, siendo atacado tres días después por los ingleses, que lo incendian y hunden, asaltando seguidamente el castillo, que se vio impotente para evitarlo, siendo tomado, inutilizados sus cañones y otros arrojados al agua. Pocos días después lo ingleses abandonarían el baluarte acosados por un improvisado ejército de paisanos


Aquella incursión debió manifestar las carencias del castillo e inició su decadencia. En 1818 se ordenó su demolición y el resto de la historia ya la hemos contado. Tras una propuesta de emplear sus derrumbados materiales para hacer un refugio para los prácticos del puerto, se decidió construir con ellos el nuevo faro, que en principio se había planteado levantar en la mas saliente Punta la Forcada


Avanzamos un par de pasos y desde este mismo guardarraíl disfrutaremos de nuevas vistas, ahora mirando hacia el norteo-noroeste...


En la costa reconocemos algo del centro de Salinas, al oeste de Los Gauzones, hasta La Peñona, que cierra por el oeste esta gran playa y concha


La Peñona es un pequeño cabo que se alza unos 25 metros sobre el mar, a la derecha de la carretera que comunica Salinas con Arnao constituyendo un precioso mirador de la bahía y del litoral hasta los acantilados del Cabu Peñes


En su extremo hay un peñón rocoso a manera de islote comunicado por un puente de hierro que sustituye a otro anterior colgante. Para acceder a él hay que pasar primeramente por el Museo de las Anclas, homenaje al mar y sus gentes y dedicado al buceador, escritor, cineasta, investigador y explorador marino Philippe Cousteau, hijo del mediático Jacques Cousteau, fallecido en accidente de hidroavión en 1979 en el río Tajo


El museo fue construido en 1991 a iniciativa de la Cofradía de la Buena Mesa del Mar y dispone de muchos elementos, siendo el más visible en la distancia el de las seis grandes velas de metal sobre una gran plataforma de piedra a manera de cubierta, cada una con la cadena y ancla de un buque, diseñadas y pintadas por Lucio Marcos Pernia. En origen eran de vidrio pero fueron destruidas por el vandalismo


Hay otras estructuras, alegorías y motivos marinos, como el Templo de los Océanos con su Rosa de los Vientos, esculturas como la del hondero balear, composiciones y figuras etc. Esto dice la Wikipedia:
"Incluye, al aire libre, una serie de esculturas de acero llamadas Velas junto a cada ancla, están diseñadas y pintadas por su autor Lucio Marcos Pernia, las Velas muestran diferentes motivos marinos y náuticos (Llámpara, acero, sol, algas, banderines, mar). Estas Velas no fueron las originales, en un principio fueron unos grandes vidrios pero por causa del vandalismo estos vidrios fueron destruidos, de estas Velas de vidrio existen pocas imágenes. El artista Lucio Marcos Pernia preparó una intervención sobre los vidrios resquebrajados para el día de la inauguración del Museo por el rey Juan Carlos I. También hay un busto de Philippe Cousteau obra de Vicente Menéndez-Santarúa Prendes, un mural cerámico cuya autoría corresponde a Ramón Rodríguez y la Escuela Municipal de Cerámica de Avilés y una rosa de los vientos"

Por su parte en la punta de La Peñora hay un mirador circular con barandilla. En el tramo final de la pasarela que lo comunica está la escultura del busto de Philippe Cousteau hecha por Vicente Menéndez-Santarúa Prendes, que sin embargo desde esta distancia únicamente podremos reconocer con prismáticos o ni siquiera: es una pequeña mancha oscura que sale de lo alto de la arista de una roca clara en rampa lisa e inclinada justo detrás de dicha pasarela, en su extremo derecho. Llama la atención también el hueco del túnel natural en la parte inferior del islote, bajo el mirador


Según una tradición local, las primeras construcciones que hubo en lo que hoy es la turística Salinas fueron unas cuadras de mulas de la Real Compañía Asturiana de Minas, pues por allí pasaba el tren, o tranvía, minero e industrial que llevaba los materiales al puerto desde Arnao atravesando las dunas, el cual era al principio de tracción sangre


Pronto se descubrieron las maravillas del paraje, no ya para las mulas sino para los humanos. Justo por aquel entonces los avances médicos e higiénico-sanitarios habían descubierto los efectos salutíferos del mar, los baños de ola y el sol y el salitre, además del aire marino (hasta entonces la mentalidad popular veía las playas como lugares insalubres), por lo que se puso de moda, paulatinamente, visitar las costas y ensenadas, poniéndolo en práctica por lo común en principio las clases más pudientes. Así, se dice que primeramente algunos directivos de la Real Compañía o cargos principales empezaron a hacer las primeras viviendas y quintas de recreo, asentándose seguidamente los dueños y directivos de otras empresas, naciendo una colonia residencial de la burguesía industrial que a la vez crecería con otra de veraneantes. Más tarde llegarían las poblaciones más estables, las colonias escolares y la expansión turística y urbana a lo largo de este tramo de antiguo arenal


Más cerca, exactamente debajo de nosotros, está el gran edificio de las antiguas Escuelas de Raíces, actualmente centro de salud, fundadas gracias a dos indianos, los hermanos Bernardo y Antonio Álvarez Galán, emigrantes en Cuba a finales del siglo XIX. Construidas entre 1910 y 1920, destacan sus amplias fachadas de ladrillo rojo 


Podremos ver las escuelas desde aquí si los eucaliptos no han crecido muchos, sino las volveremos a ver abajo, pues pasaremos detrás de ellas después de cruzar la carretera y acercándonos a las casas en torno al antiguo convento de la Merced, que podremos visitar pues sus edificios han sido recuperados, delatando su presencia la espadaña del campanario de la iglesia monacal de este cenobio fundado en 
1413, año en el que, a fecha 11 de enero, el Papa Benedicto XIII, el Papa Luna, concedía indulgencias 
"a un vecino de Avilés y a cuantos le echen una mano en la construcción de la iglesia y casa para uso de flaires menores, en el eremitorio de Santa María de Raíces"


El vecino era Fernando Fernández de Oviedo, quien cedería su administración a los franciscanos. Paras su mantenimiento se les otorga todo el antiguo coto propiedad del ya decadente castillo de Guzón. En 1461 otro Papa, Pío II, lo otorga a los mercedarios de Valladolid, algo que no se hace efectivo hasta 1483, de ahí la advocación de la Merced. En 1674 los mercedarios se trasladan a Sabugo, abandonando el lugar, que arrendarán a campesinos, pues seguirá siendo de su propiedad hasta la Desamortización de 1836. Al irse, la iglesia deja de tener culto y es desconsagrada, pasando, como el convento, a ser casas y cuadras de labranza, antecesoras de las que vemos hoy en día 


Justo después del solar monacal estaba la orilla de la pequeña ría del río Raíces, la cual sería desecada dentro de las obras efectuadas en el antiguo coto por la Real Compañía Asturiana, asentada aquí a la vez que se producía la desamortización. Por allí va el camino que seguiremos hasta Salinas, pasando el actual puente. La recuperación y restauración del convento y su entorno se realizó entre 2007 y 2011


Conociendo así un poco más de la profunda historia de este tramo costero al que nos dirigimos seguimos el camino que baja el antiguo acantilado por el valle de La Folleca, que vemos ante nosotros


En La Folleca, o tal vez mejor La Foyeca, pues su topónimo hace referencia a fueya, hojas sueltas y los barrizales que ella forma, delata que hubo de haber en tiempos un bosque. En la actualidad hay un barrio de casas obreras unifamiliares construidas en 1957, siendo su principal problema la contaminación del aire a causa de la cantera de áridos del Grupo Mota que vemos un poco más allá


Este valle es un paso natural que comunicaría con la franja costera en el coto del Castillo de Gauzón, luego monacal y posteriormente zona de concesiones de la Real Compañía Asturiana donde se asntaron importantes poblaciones y se trazaron carretera y ferrocarril


En la actualidad buena parte de las fincas están también plantadas de eucaliptos: hacia ellos vamos, pero no llegaremos a La Folleca porque, atención, nos desviaremos antes para bajar directamente a Raíces Nuevo. Según el mapa en todo este tramo desde La Cuesta el camino marca la frontera entre Avilés, a la derecha y Castrillón, a la izquierda


Vamos pues despidiéndonos de Avilés mientras dejamos atrás La Cuesta y La Garita con sus excelentes paisajes entre la tierra y el mar


Nos metemos así, bajando, a la sombra de los ocalitos, por donde caminaremos unos metros


Estemos atentos pues enseguida dejaremos el asfalto. Primero pasamos esta curva a la izquierda...


Y nada más pasarla y antes de la siguiente curva, tomaremos este sendero que sube un poco a la izquierda, adentrándose en la ocalital


Atención pues la vegetación y la umbría pueden ocultar el solitario mojón que nos indica este desvío. Además, al haber sido desoficializado es muy fácil que la señalización no sea repuesta



Este es el mismo lugar con algo más de luz, aún así el mismo mojón puede pasar desapercibido


Había perdido hace años ya parte de su concha, que alguien había pintado de amarillo para que, junto con la flecha, destacase un poco más


Luego la concha se perdió y la flecha se fue tornando pálida y descolorida. Al no ser ya camino oficial (y además dar un considerable rodeo), los peregrinos fueron optando por el de La Plata, que es el trazado original realmente del camín real y el primero que se balizó de forma oficial


Independientemente de cómo hubieron transcurrido aquellos avatares señalizadores y des-señalizadores, para seguir esta ruta hacia Raíces y Salinas tomamos el sendero de la izquierda


Primeramente subimos unos pocos metros de una corta cuesta de suelo de tierra y piedrecillas, una buena caleya


El Camino está bien pisado y parece que tiene cierto uso pues es un atajo para los viandantes


Al llegar arriba hay una bifurcación: en ella seguiremos de frente, empezando a bajar


Una buena caja caminera puede revelar la antigüedad del Camino o que este fuese ensanchado en alguna ocasión, tal vez con motivo de las prontas talas de los eucaliptos. Los felechos crecen en sus paredes terrosas. El suelo tiende a cubrirse de hojas rápidamente


Al comenzar esta bajada y atendiendo también al mapa entraríamos definitivamente en el concejo de Castrillón, cuyo topónimo tiene relación directa con el Castillo de Gauzón


El paisaje es selvático, no exactamente boscoso sino de plantación intensiva de esta especie que, llegada hace siglo y medio como árbol ornamental, empezó a usarse mucho para construcción y minería, posteriormente para la industria papelera


Algunos arbustos autóctonos como los lloreos o laureles y árboles como castañales o castaños crecen junto al Camino


El monte es tupido y umbrío, pero en época de cortas todo cambia: lo que ahora es un sendero sombriegu al día siguiente puede ser una rasa pelada y al sol


La senda tiende a estrecharse pero se pasa bien. A veces con los brotes verdes primaverales hay que apartar alguna rama o zarza pero de momento el tránsito sigue expedito


Estos trasiegos atravesando ocalitales son frecuentes a lo largo delos caminos del norte, sobre todo los más cercanos a la costa, donde se plantan por doquier


En otros trechos el camino tiende a ensancharse ligeramente, encajado como una trinchera


En principio no tendría de haber problemas de pérdida: yendo siempre en descanso por el trayecto más pisado y principal


Hojas de carbayu joven. Los árboles autóctonos sobreviven como pueden en la plantación


Varias clases de helechos, algunos realmente grandes, casi como sus antepasados del tiempo de los dinosaurios


Es un precioso paseo que antecede a los tramos urbanos que nos aguardan de camino a Piedras Blancas


Curva cerrada a la izquierda en el trecho final ya...


Curva en la que perdemos altura en esta bajada desde lo alto del antiguo acantilado sobre El Peñón de Raíces y L'Espartal


A partir de aquí y dependiendo de lo crecidos que estén los ocalitos podremos ver los edificios de Raíces Nuevo


Serían los edificios de la zona de El Puente, próximos al puente ferroviario


Así se ven con los árboles y la vegetación crecidos


Y así antes de que creciesen los eucaliptos. Cuando los talen volverán a verse las casas...


En este paraje nos situamos encima de los bloques que se alzan alrededor del campo de fútbol del equipo local, el Club Deportivo Raíces.  Esta es su historia, según su propia web:
"Entre los años 50 y 60 época de la industrialización, al lado de Peñón se construye un barrio nuevo, en 1955 se funda la empresa llamada “INDUSA” y gran parte de la población de este nuevo barrio, estaba formada por los empleados de esta empresa y de las empresas de la comarca de Avilés, como consecuencia de esta nueva construcción se denominaría Raíces Nuevo o La Fundición.   
En los años 70/80 los hijos de estos trabajadores forman varios equipos de futbol, como el Bar Peñacorada, El Bar Luna, y la Asociación de Vecinos el Peñón forma un equipo denominado el Huracán y otro de Futbol Sala. 
En esta época se juega en un terreno, que en la actualidad es el parque de Raíces. Había también un pequeño campo de futbol, dentro de una arboleda de eucaliptos, situado entre el apeadero del FEVE y el colegio Castillo de Gauzón. 
Años después los vecinos del barrio y la colaboración del Ayuntamiento construyen el campo de Futbol de arena de cantera, en una escombrera, que la empresa INDUSA cedió, al Ayuntamiento de Castrillon para área deportiva y éste construye la actual Pista Polideportiva 
Raíces Nuevo cuenta en la actualidad con una población aproximadamente de 2.500 habitantes"

Con la vegetación crecida solamente se ve la senda por la que andamos,..


Hay tramos ciertamente frescor, un buen alivio en los días de sol castigador


Bifurcación y de frente


Debe pasar bastante gente pues hay aquí un cartel que advierte que vamos a salir a una pista con frecuente paso de camiones


Esta es una foto del mismo lugar a finales del invierno y con menos espesura vegetal. Se ve el viejo mojón que nos indica ir a la izquierda y como referencia estamos ya a la altura del Peñón de Raíces, que vemos al fondo, el cual, mucho antes de su recuperación con criterios científicos era escenario de leyendas, como las de las riquezas del rey Paene, que figuraban incluso en gacetillas para localizar su tesoro, que fue buscado por ayalgueros como el famoso Emilio Fernández Cuervo


El entorno del antiguo Castillo de Gauzón fue destinado a campos y huertas cuando este fue abandonado y en parte aún sigue siéndolo, La memoria del pasado feudal sigue viva en leyendas como las de la cueva existente en este lado sur, que la vecindad dice fueron mazmorras subterráneas, si bien nada parece señalar su verosimilitud dado su pequeño tamaño. Otra leyenda dice que un largo pasadizo comunicaba con el avilesino Palacio de Camposagrado, por entonces enfrente del puerto viejo (hoy parque del Muelle) y erigido sobre las murallas de la villa


Veamos o no el mojón el itinerario no ha de tener tampoco mayor problema, continuamos por el bien marcado camino


Viene ahora una corta subida. Hay también algunos pinos en estas paredes de tierra donde proliferan felechos y zarzas


Y de esta manera, por aquí salimos ya de la ocalital...


La cuestecilla termina cuando llegamos a esta pista, que seguimos de frente hacia abajo


A cierta distancia, el centro de Salinas asoma entre el arbolado. Más allá son los edificios de la calle Luis Treillard y los acantilados de Pinos Altos, que separan Salinas de Arnao (poblaciones comunicadas por un túnel)


Según continuamos bajando vamos a mirar ahora un momento a la derecha


Y es que tenemos una muy buena vista del costado sur del Peñón de Raíces, cuyo castillo parece haber sido fundamental, según los descubrimientos realizados, para la formación del Reino de Asturias desde antes que este existiese, confirmando la existencia de un importante centro de poder y una clase dirigente regia desde antes incluso de Don Pelayo. Uno de los hallazgos más interesantes es el de la moneda de Recadero I, de la que uno de los arqueólogos de la campaña, Iván Muñiz, dice:
"El castillo de Gauzón es la fortaleza más célebre del Reino de Asturias. La moneda posee un valor incalculable como pieza histórica. Se trata de la acuñación visigoda más antigua que se conserva en el Principado de Asturias y forma parte de un tipo de monedas muy difíciles de encontrar, máxime en un contexto arqueológico. El enorme prestigio que suponía su disfrute hizo que uno de sus propietarios la utilizara como abalorio o colgante lo que explica la presencia de un orificio realizado con gran esmero"

Además de cuartos y habitaciones, muros, torres e iglesia, se han localizado en el castillo numerosos objetos, sobresaliendo principalmente la cerámica, alguna bajomedieval, vidriada y de importación. Así lo publica Teresa Cembranos en La Nueva España el 30-3-2012: 

"En el castillo de Gauzón, sus moradores vivían de lujo. Así lo demuestran algunas de las piezas encontradas en las excavaciones realizadas por el equipo liderado por Alejandro García e Iván Muñiz, como vasos, platos y cuencos realizados en cerámica vidriada y que se producían en la zona de la costa occidental de Francia, en torno a Saintonge. «Fue el gran centro alfarero durante los siglos XIII y XIV y se producía cerámica y vajillas de lujo destinada a la mesa de la aristocracia», explicó ayer Alejandro García, que esta tarde ofrecerá junto a Muñiz y a Noelia Fernández la conferencia «La importación de cerámica vidriada en la Asturias medieval a partir de las excavaciones arqueológicas en el castillo de Gauzón» y que está enmarcada en el programa de las IV jornadas de alfarería. Será a partir de las ocho de la tarde en el Centro municipal de Arte y Exposiciones del Arbolón (CMAE).

El hallazgo de ese tipo de cerámicas en el peñón de Raíces demuestra, además, el importante intercambio de mercancías que ya se producía en aquella época en la zona de la comarca de Avilés y donde el mar tuvo un papel trascendental. «Lo que descubrimos en las excavaciones nos dicen que a lo largo de la historia, desde la época romana y hasta siglo XV, hay una relación importante de las poblaciones del castillo y del área de Avilés con el comercio marítimo. El mar, con mayor o menor intensidad, siempre ha tenido un papel importantísimo como medio para hacer intercambios comerciales con el Arco Atlántico», explicó el arqueólogo.

Y así, por barco, llegó hasta Castrillón un importante grupo de cerámica vidriada en verde, muy demandada por la aristocracia del castillo de Gauzón «y que no tenía nada que ver con la cerámica que se producía entonces en Asturias, que era cerámica común». Estaban muy relacionadas con el consumo de vino.

«Llegaban a Avilés en barco desde La Rochelle (Francia) junto con otras mercancías. Esas cerámicas son interesantes porque nos denotan que por un lado esa aristocracia del castillo de Gauzón tenía capacidad para importar y, por otro, que en Asturias empieza la fabricación de ese tipo de objetos a partir de los siglos XIV y XV, aunque aún se está investigando. No estamos seguros al ciento por ciento, pero ya podrían darse entonces producciones propias de cerámica vidriada», comentó el arqueólogo. La ría de Avilés ya se marcó, entonces, como un puerto «de primera categoría» en la «vía de entrada para esos productos cerámicos de lujo que en Asturias no se producían».

Alejandro García explicó que ese tipo de cerámicas vidriadas además de en el castillo de Gauzón han aparecido en excavaciones realizadas en ciudades como Avilés y Oviedo y también en monasterios. Lo interesante de lo hallado en el Peñón de Raíces es que, según el arqueólogo, es un conjunto «bastante importante y de amplia tipología», formado por vasos, platos y cuencos.

«Nos dice que en los siglos XIII y XIV había una gran diferenciación social y jerarquía. Ya nos podemos imaginar cómo eran las mesas en la época medieval. Así, en la de los señores habría platos de cerámica vidriada, nada que ver con la de los campesinos, que, te imaginas, se cocinaba con cerámica común y en la mesa habría cuencos de madera», apuntó uno de los responsables de las excavaciones en Castrillón"

Con cada campaña de excavaciones aparecen nuevas sorpresas, una de ellas es un capitel prerrománico de la última fase del Arte Asturiano, labrado con sogueado en su piedra arenisca, algo muy usual en las iglesias pero que es la primera vez que se halla en un castillo, parece ser formaba parte de la monumental puerta principal del castillo, del que se han realizado reconstrucciones virtuales y maquetas

Ya los eruditos del pasado se fijaron en el castillo con criterios que en la Ilustración pasaban de lo legendario a lo científico, como Carlos Benito González Posada, quien hablando de Alfonso III en sus Memorias históricas del Principado de Asturias y Obispado de Oviedo' (Tarragona, 1794), dice:

«En la guerra fue animoso y afortunado. En la paz poblador, rehedificador, religiosísimo. Fortificó la costa de Asturias y la capital, y entre muchos castillos, cuyos cimientos y ruinas se ven en muchas partes de la marina, es famoso el llamad de Gozón que estaba en Raíces allende del río de Avilés y cerca de esta villa, y no en el cabo de Peñasalbas, como quiso insinuar mal informado el M. Risco. El mismo autor dice que le edificó don Alonso III, otros que le rehedificó, y esto es más verosímil». 
 «Tengo bien averiguado que esta celebrada fortaleza estubo en el lugar de Raíces, parroquia de San Martín de los Pimientos, concejo de Castrillón, jurisdición de Avilés, a tres quartos de legua de esta villa, y uno del mar, en el arciprestazgo de Pravia de aquende. De esta verdad espero dar luego al público unas pruebas bien claras»

Estamos ahora pasando sobre el túnel del Ferrocarril Ferrol-Gijón, con el que tanto coincidiremos y del que tantísimo hablaremos a lo largo de los tramos correspondientes al Camino Norte que coinciden con su trazado. Es decir, toda la costa occidental asturiana, dilatada obra que se aprobó en 1886 y no se culminó hasta 1972

Pensado inicialmente como ferrocarril estratégico para comunicar las fábricas de armas asturianas con los puestos artilleros de Ferrol, sufrió numerosos avatares y cuando se acabó la idea inicial no tenía ya cabida, pasando a línea de pasajeros y mercancías en un tiempo en el que ya triunfaban los trnsportes por carretera. Fue no obstante un intento de solucionar el ancestral problema de comunicaciones con el occidente asturiano y con Galicia

Siguiendo ruta pista abajo vemos de frente Salinas, a la derecha, y Raíces, a la izquierda. Ambos topónimos no parecen tener mayor misterio en su origen, Salinas el de antiguas explotaciones salineras de sal marina (officinis salinarum), que aquí no sería muy difícil de conseguir, y Raíces del latín radicem, raíz, si bien también se ha esgrimido un antropónimo Rodericus de algún antiguo posesor

El Raíces propiamente dicho es este, al lado de la Avenida del Campón, que para distinguirlo del Nuevo a veces se le añade Viejo pero históricamente jamás se le ha llamado así, tratándose  de un neologismo de época moderna. Su núcleo creció al amparo del convento de La Merced pero, antes de ello, el rey Fernando II de León, confirmando la posesión de sus aliados de la Orden de Santiago del antiguo coto del Castillo de Gauzón, ya informaba de una iglesia de Santa María de Raíces, un coto que en 1206 sería dote de doña Berenguela, hija de Alfonso VIII y mujer  de Alfonso IX. Es dentro de esta suerte de donaciones, premios a fidelidades y pactos, cuando en 1222 se concede a los Caballeros de Santiago el "Alfoz de Castrillón que está junto al Castillo de Gauzón"

Dentro de estas donaciones se vislumbra que en el territorio de Castrillón, el del Castillo de Gauzón tenían posesiones e intereses diferentes instituciones y particulares en la baja Edad Media, cuando la fortaleza ya estaba en decadencia física y política. El historiador Román Antonio Álvarez González lo transmite así en Raíces, en la encrucijada (La Nueva España 30-1-2018):

"Cuando el territorio de Castrillón es entregado como jurisdicción de Avilés, a comienzos del siglo XIV, se trataba de uno de los territorios más ruralizados de toda la comarca. En este territorio, tenían propiedades la Corona; órdenes religiosas, como el convento de San Vicente o la propia Catedral. Pero también nobles y burgueses, muchos de ellos de la ciudad de Avilés. Por tanto, ofrece muchas dificultades admitir, en este caso, un alto grado de desarrollo de la organización jurídico-política, es decir, concejil y autónoma de Castrillón, anterior a su anexión a Avilés como Alfoz. Es muy verosímil pensar que los diferentes territorios que componen lo que hoy conocemos como municipio de Castrillón tuviesen en ese momento de principio del siglo XIV instituciones diferentes desarrolladas en grado diverso. Incluso después de su anexión a Avilés, tenemos documentos que nos indican que Raíces y Pillarno parece que tenían su propio Alcalde Ordinario, igual que las rieras avilesinas de Miranda o del Vidriero. La propia denominación de Alfoz de Castrillón para referirse a determinados y concretos territorios de lo que hoy es el municipio, también parece indicarnos un grado de institucionalización en los mismos, diferente al resto pero que no podemos concretar. Lo que es evidente es que eran territorios rurales heterogéneos y diversos en cuanto a su organización y desarrollo institucional"

En 1413 llegamos a la fundación monástica franciscana auspiciada por Fernando González de Oviedo a la que ya nos hemos referido, explicándola así el mismo autor

 "Siguiendo específicamente con Raíces, tenemos un documento fechado en 1413, por el que Benedicto XIII, concede indulgencias a Fernando González de Oviedo, vecino de Avilés y a cuantos le echen una mano en la construcción de la iglesia y casa para uso de los Frailes Menores, en el Eremitorio de Santa María de Raíces. Posteriormente, en mayo de 1420, hay una cesión de don Enrique, Infante de Aragón a favor del mismo Fernando González de Oviedo, del lugar de Santa María de Raíces, con el objetivo de erigir un eremitorio en el que posteriormente se asentarán los franciscanos. Esta cesión del Infante contiene literalmente el siguiente texto "...cede el lugar de Santa María de Raíces, cerca del Castillo de Gozón, en el término de la dicha Villa de Avilés". En la cesión se le dan a Fernando González de Oviedo plenos poderes sobre la tierra propiedad del Castillo de Gauzón que circunda Raíces, para que los Frailes de San Francisco puedan vivir de ella, es decir, sobre la totalidad del Coto. El eremitorio Franciscano de Raíces tenía por Patrono a la familia de Las Alas, con la que estaba emparentado Fernando González de Oviedo, su promotor y patrono fundador, que era vecino de Avilés"

Tras la marcha de los franciscanos y la llegada de los mercedarios en 1483, esto nuevos frailes tienen un pleito con Juan Cuervo de Quirós, Regidor de Avilés, porque este no querían que los religiosos cerrasen el bosque aquí existente, pero el convento gana:

"También en este siglo, el convento tiene una especial relación con la parroquia de San Nicolás de Avilés. Las razones son de tipo religioso, con el deber de asistir a determinadas celebraciones en Avilés por parte de los frailes"

Un dato muy importante para conocer el actual deslinde entre Castrillón y Avilés por el que acabamos de pasar ocurre en el año 1615, cuando el Regidor de Avilés Pedro Menéndez Pumariño cede a los mercedarios una casería en la parroquia avilesina de San Cristóbal, la cual pasará a la jurisdicción del coto, por lo que al constituirse Castrillón como concejo independiente en el siglo XIX integra en sus términos esa parte que fue de la costa de dicha parroquia, si bien cuando eso sucedió los monjes ya se habían trasladado más de cien años atrás al nuevo convento de La Merced en el Campo Caín de Sabugo, donde ahora se alza la Iglesia Nueva:

"Como sabemos, en 1700 los mercedarios se trasladan a Avilés, a un nuevo convento construido en Sabugo, y el Coto pasa a ser un arriendo en manos de caseros. Los benefactores para que los mercedarios se estableciesen en Avilés, fueron nuevamente miembros descendientes de la familia de Las Alas. Como consecuencia del traslado de la Orden a Avilés, se desafecta par el culto"

Y, como ya sabemos lo que pasa: cuando surge un hueco de poder, otro lo ocupa, la parroquia de Samartín de L'Aspra, cuya iglesia está al otro lado de la colina, pronto visitaremos también, crea una filiar o hijuela en Salinas que incluye en su término  parroquial el coto de Raíces, aunque este será aún propiedad de los mercedarios, aunque la antigua iglesia, sin culto, será calificada de ruina por el ilustrado Jovellanos en 1794, sigue apuntando Álvarez González: 

"A finales del XVIII, ya Raíces era para Jovellanos unas ruinas, en lo referido a las antiguas instalaciones conventuales y eclesiásticas. En 1819, se hacen los últimos contratos de arrendamiento por parte de los mercedarios de las tierras del Coto de Raíces, ya que, en 1835, los frailes blancos son exclaustrados y sus posesiones, incluidas las tierras del Coto de Raíces, pasan al Estado. La exclaustración se produce de forma efectiva en 1836. Fechas coincidentes con las elecciones a Municipios Constitucionales la primera y la segunda con la constitución de dichos municipios"

Al final de la Avenida del Campón observamos la cuesta que nos llevará por Padre, La Campana y Alvaré a la iglesia de Samartín de L'Aspra o de los Pimientos, como decía Posada según una tradición local que vanagloriaba este producto de su huerta. Al otro lado bajaremos a Piedras Blancas, la capital de Castrillón, cerca ya de enlazar con el camino oficial que va por La Plata, un poco más al sur

Si nos fijamos llegaremos a ver, asomando sobre los tejados de las casas de la cima la cúpula abovedada de dicha iglesia parroquial, con muy importantes elementos históricos y arqueológicos y además, albergue de peregrinos, en la contigua Casa Rectoral

Más a la derecha y también en lo alto La Piñera con los acantilados de Pinos Altos, atalaya sobre Salinas y el mar, con un área recreativa situada justamente encima de La Peñona

En ese lugar hay trincheras de la Guerra Civil, donde se apostaba la dotación de un cañón de defensa costera, el cual mantenía un duelo con el buque de la   armada nacional Almirante Cervera, apodado El Chulo del Cantábrico, que participaba en el bloqueo de Asturias por mar. En la actualidad hay un cañon "puesto de adorno" pero no parece tener que ver con el modelo del original

Más cerca, los tejados de los edificios de Salinas, en la zona primigenia de la población. A la derecha destaca por su tamaño el Colegio Público Manuel Álvarez Iglesias

El Camino es aquí una pista que baja suavemente dirigiéndose directamente a Raíces rumbo al monasterio de la Merced, cuyo conjunto de casas en derredor seguimos viendo desde aquí

Hace un momento caminábamos por allí arriba, al borde de los arbolados acantilados en lo que fue El Bosque de los Mercedarios, explotado por ellos entre los siglos XVI a XVIII. Por estudios delpolen se sabe había un gran castañéu o castañar, zona de robles, alisos, avellanos y abedules

Pasamos junto a unos tendejones y cobertizos. Abajo volvemos a ver la vía férrea

A nuestra izquierda la boca del túnel cuyo muro va cubriéndose de hiedra

Un seto silvestre nos separa de la vía. El Camino va aligerando aún más la bajada, casi llaneando ya

A nuestra derecha una verja no muy alta cierra un terreno

Al llegar a las primeras casas el camino empieza a estar asfaltado y así seguirá a lo largo del recorrido urbano que nos aguarda por las calles de Raíces y Salinas

Será camino pues de asfalto pero sumamente bello con muchos lugares y paisajes que merecerá la pena conocer...

A la izquierda, vemos las estructuras de contención de la ladera del acantilado sobre la vía, siempre propensa a corrimientos o argayos

Tanto el ferrocarril como la carretera sustituyeron a los viejos caminos reales y ramales o sendas locales que comunicaban con esta antaño abrupta costa por los acantilados. Al desecarse las marismas y asentarse las  dunas se favoreció el trazado de la Carretera de Pravia en 1860, o de Ribadesella a Pravia, que ya vemos desde aquí, la cual en 1877 pasa a ser denominada de Ribadesella a Canero y en 1944 N-632, siendo acceso directo de Avilés a Raíces, Salinas y Piedras Blancas, la Carretera de la Costa que, además de atravesar los cada vez más atestados centros urbanos de las poblaciones, tenía un tan complicado tránsito hacia Galicia que fue llamada La TorturadoraLa construcción de la Ronda Sur de Avilés hizo que en 1984 pasase a ser una vía interior urbana que en este tramo se denominó Avenida del Campón, uno de los barrios aquí existentes entre Raíces y Salinas

Por la carretera pasó también el popular tranvía. En 1893, a la vez que la RACM o Real Compañía Asturiana de Minas implantaba su ferrocarril entre Arnao y San Xuan de Nieva, esta empresa y la financiación de los indianos apoyaron la creación de un tranvía de viajeros, constituyéndose la Compañía del Tranvía de Vapor del Litoral Asturiano (CTVLA). Un buen estudio de su origen e historia lo tenemos en Los Tranvías de Avilés, de Manuel Ángel Hidalgo Menéndez. Museo de la Historia Urbana de Avilés

"Del proyecto original de tranvía "a sangre" (tirado por animales) finalmente se decantó por la explotación mediante locomotoras de vapor. Disponía a tal efecto de dos pequeñas locomotoras denominadas "Avilés" y "Salinas", que por la humareda que desprendían dieron el nombre popular de "La Chocolatera" al tranvía. Como muchas de la época, eran de construcción inglesa y de reducidas dimensiones (...)

Discurría hacia Salinas por la entonces recién inaugurada carretera de Ribadesella a Canero, siempre por su margen derecho, lo que en nuestra ciudad se conocía como carretera de Pravia y Muros, y actualmente avenidas de Los Telares y Lugo respectivamente. Sobre esta plataforma pasaba delante de la estación del Norte, actual ADIF-RENFE, con la que tenía una conexión mediante vía de apartado para el poco tráfico de mercancías que tuvo y así hasta la salida del término municipal hacia Castrillón (,,,) 

En este municipio aprovecha también la traza de la carretera hasta el punto ahora conocido como Raíces Viejo desde donde, ya con plataforma ferroviaria independiente, construida por la compañía, llegaba hasta Salinas"

Fue este el primer tranvía a vapor de Asturias cuando aún el gijonés, unos años anterior, era de mulas. En 1921 llegó la Compañía del Tren eléctrico presidida por Juan Sitges Aranda. Prestó servicio hasta el 31 de diciembre de 1960, siendo sustituida por el autobús. Manuel Álvarez Sánchez glosa su recorrido en 1927 en su obra Avilés. Leyendas y apuntes de novela. Anécdotas. Hijos ilustres. Curiosidades históricas:

"El recorrido de Avilés a Salinas es lo más alegre y vistoso que puede imaginarse... (...) Desde el puente del río de la Texera se domina el extenso valle de la Magdalena, que sombrea la vistosa colina de La Luz, regresando luego por la calle de Rivero, deteniéndose, primero, en la plaza Mayor y después junto al frondoso Parque, frente al Gran Hotel, en donde evoluciona para emprender en seguida su rumbo, caminando cuatro kilómetros en línea recta por la carretera del Torno, paralela a la ría, hasta llegar a la dársena de San Juan de Nieva, en donde el golpe de vista es encantador por el gran movimiento, tanto industrial como mercantil, que se observa el puerto. Desde la dársena continúa su recorrido, atravesando en toda su longitud el espeso bosque de pinares hasta su término en Salinas, en donde está la playa alegre, despejada y magnífica, comparable a las aristocráticas de Santander y San Sebastián, y superior, por su fino recorte, a la francesa de Biarritz..."

Con muchísima atención, pues no hay paso de peatones ni semáforos, cruzaremos aquí la carretera al otro lado, viendo de nuevo a la izquierda las escuelas antiguas de Raíces, con su vistoso ladrillo rojo. Funcionaban a cargo del Patronato Antonio Álvarez Galán, uno de los dos hermanos fundadores sería de las escuelas de niños, su hermano Bernardo la de niñas), hasta que en 1979 sus bienes pasaron al Ayuntamiento de Castrillón


En el apartado La Escuela pública en Castrillón del libro El Castrillón de la República y la Guerra Civil, sus autores Pablo Martínez Corral y Rubén Chimeno Fernández informan de la situación de estas escuelas antes y después de la contienda:
"En Castrillón, en 1930, únicamente está implantada la enseñanza primaria. Para cursar estudios medios y superiores, los castrillonenses debían desplazarse a Avilés y Oviedo, respectivamente. Los centros públicos son de propiedad municipal. Esta red se complementa con la oferta privada de las Escuelas del Ave María de Arnao y de la “Fundación Álvarez Galán” de Salinas"

Posteriormente en un Plan de mejores, se acordó gestionar el traspaso al Estado de las escuelas de Patronato de la Fundación Antonio Álvarez Galán, ya que “en la situación económica que están, no pueden rendir el debido resultado”, pero sin embargo se llevaban a cabo actividades culturales, como publica  en 1933 La Voz de Avilés:

“El pasado domingo se celebró en el salón de actos de la Fundación Álvarez Galán la apertura del curso de Cultura que, con temas de Comercio, Ciencias Naturales, Derecho, Historia, Arte, Geografía, humana, Higiene y Cultura Física, continuará en domingos sucesivos. [...] el público, entre el que se encontraban varios señores y muchos obreros, era muy numeroso, llenando el amplio salón y tan nutrida la presidencia del acto que en ella tomaron asiento las siguientes autoridades y representaciones obreras de Castrillón: Teniente Alcalde, Sindicato obrero metalúrgico de Arnao, Juez municipal, Agrupación obrera El Alba Social, Sociedad de profesiones La Unión, Compañía Asturiana de Minas, Sociedad de obreros y empleados municipales, capellán de Salinas, Presidente del Centro Cultural de La Maruca, Club Náutico de Salinas, Juventud Socialista Asturiana y Director de la Fundación"

Después de la guerra un par de cartas plasmadas por estos investigadores pone de manifiesto la pobreza de los maestros:

"El tópico siempre ha identificado a los maestros de posguerra con unas pobrísimas condiciones de vida, rayanas en la miseria. Y no se equivoca un ápice. Desde 1938, asistimos a una retahíla de casos en que los docentes se hartan de pedir a los sucesivos gobiernos municipales ayudas económicas para hacer frente a sus más perentorias necesidades, sobre todo, el pago del alquiler de la vivienda. Incluimos algunas de esas solicitudes. La primera es de un maestro de la Fundación Galán: 

“Don Juan Fernández Martínez, Maestro de la Escuela de Raíces (Castrillón) Fundación de Don Antonio Álvarez Galán, con el debido respeto expone:

Que, encontrándome al frente de dicha Escuela y no pudiendo la Fundación asignarme mayor remuneración que la que vengo percibiendo porque no lo permiten los intereses que su capital fundacional produce, espero que, según acuerdo tomado por ese Ayuntamiento hace algún tiempo y comunicado a la Junta Provincial de Beneficencia, me sea asignada una ampliación al sueldo que vengo percibiendo y me permita poder atender con más desahogo a mis necesidades y a las de mi familia. Raíces, 17 de febrero de 1942 “ 

La segunda, de una maestra de San Juan de Nieva: 

“[...] María Josefa Bango Álvarez [...] expone a usted: Que tiene establecida en el barrio de San Juan de Nieva una Escuela de 1ª Enseñanza, a la que asisten 38 niños y niñas de este barrio y en el que reciben enseñanza gratuita. Que por este servicio percibe una gratificación de 100 pesetas del Ayuntamiento de Castrillón y 100 pesetas del Ayuntamiento de Avilés. Que esta gratificación que en tiempos normales podía considerarse suficiente es, en la actualidad, muy reducida, dada la enorme carestía de la vida. Y es lo que suplica: Que por la Corporación que usted tan dignamente preside se le aumente la gratificación que percibe en la cantidad que crea conveniente para mejor poder continuar prestando en San Juan de Nieva los servicios de enseñanza que tanto benefician aquella barriada. Es gracia que espera merecer de esa Corporación. Dios guarde a usted muchos años. Salinas, a 3 de marzo de 1942”

 Y la tercera, del mismísimo Antonio Álvarez Galán: 

“ Avilés, 10 de febrero de 1942 [...] La escuela de Raíces sólo tiene para su sostenimiento los intereses que produce una Lámina de la Deuda Perpetua Interior del 4 %, nº 2139, depositada en la sucursal del Banco de España en Oviedo por pesetas nominales

50.000 y cuya renta líquida asciende a 1600 pesetas anuales. De éstas, tiene de sueldo el maestro 1500, y sólo quedan 100 para reparaciones, menaje, seguro de incendios, etc.[..] Este saldo nunca alcanzó a cubrir sus necesidades y el déficit resultante lo cubría mi padre de su bolsillo; desde hace 35 años que yo le sustituyo en el Patronato, vengo yo haciendo lo mismo y ha pasado bastantes veces de las cien pesetas. [...] El Ayuntamiento de Castrillón, si se interesa por la institución y considera de utilidad para el concejo el funcionamiento de esta Escuela, hará muy bien en cumplir lo acordado, señalando en sus presupuestos una cantidad que por lo menos ayude a vivir sin miseria y con decoro al maestro que la desempeñe.”

Cruzando la Avenida del Campón entramos en el cogollo de Raíces frente a este gran caserón que es una muy buena referencia orientativa, además, por supuesto, de las flechas amarillas, como esta del poste telefónico

Debió ser en tiempos una buena casería: estamos en la Avenida de Raíces, camino del viejo monasterio, que ya tendría colonos a su alrededor cuando estaba en activo, pero cuya extinción y arrendamiento de su coto hacia 1700 favoreció el asentamiento de campesinos

Según pasamos admiramos el larguísimo corredor entre muros cortafuegos que protegen del viento y la lluvia tanto la antoxana o zaguán como el corredor

Y tanto el corredor como la antoxana, sobre todo esta, son un vergel de plantas y flores

Pasamos detrás de las escuelas de Arnao, la parte más transformada por las ampliaciones que se fueron añadiendo a lo largo del tiempo. Parece ser hay pocas fotos de su aspecto original 

Se conserva el viejo muro de piedra, que en su momento fue recrecido con ladrillo; se ha habilitado una rampa para mejorar el acceso y se ha añadido un cuerpo acristalado. Las reformas de esta parte trasera no afectan a la estructura principal del edificio, que mira a la Avenida del Campón

Es el actual Centro de Salud de Raíces y Salinas. Los escolinos van ahora a los centros de enseñanza creados posteriormente en ambas poblaciones

Mirando atrás, descubrimos el hórreo del caserón junto al que acabamos de pasar

Elevado sobre bodega, antiguo almacén de aperos, presenta dos lados, los del norte y noroeste, cerrados y protegidos por faldón enterizo de tablas de madera. Los otros dos muestran elclásicocorredor. Arrina en el tejado hay una bufarda o buhardilla

Más atrás, el lado occidental del Peñón de Raíces, cuya mole se alza sobre la vega del río. Allí estarían los soldados dela guarnición, que para entretenerse se sabe, a tenor de los hallazgos localizados, disponían de juegos de dados hechos con hueso y una especie de tres en raya. Asimismo las prospecciones arqueológicas han descubierto tuvo a sus pies un embarcadero

Siguiendo de frente por la Avenida de Raíces llegamos así al grupo de casas del entorno monacal, que también tiene sus leyendas, como la de los pescadores de Sabugo que pidieron ayuda a los monjes para que les librara de un devorador cuélebre, serpiente alada de la mitología asturiana, al que los frailes, conocedores de su gula, arrojaron una gran piedra forrada de carne y pieles, la cual hizo reventar al cuélebre, al que abrieron en canal y sacaron de nuevo la piedra, con la que se hizo la pila bautismal de la iglesia de San Nicolás de Bari 

Es naturalmente una leyenda pero tiene su trasfondo real: la intensa relación que tuvo de siempre con la villa de Avilés y sus instituciones religiosas, lo que sin duda favoreció el traslado del convento entre 1674 a 1700, en concreto al barrio de Sabugo precisamente

En la bifurcación de Casa Tista el camino sigue a la derecha. Por aquí ya estaríamos antaño al lado del mar, o en concreto de la ría del río raíces cuyas aguas lamerían prácticamente los muros del monasterio en pleamares

Ya estamos en el solar del monasterio propiamente dicho. El Camino sigue por la Avenida de Raíces pero en un momento podemos pasar a visitar sus partes recuperadas, pasando junto al hórreo y viendo la parte posterior de la antigua iglesia, donde lo primero que nos llamará la atención será la gran cristalera que nos permite ver la parte interior del templo, totalmente reformada 

Entre los siglos X y XII se consagra una primer iglesia dedicada a Santa María citada por primera vez en el año 905, concedida a la Orden de Santiago posteriormente junto con todo el antiguo coto del castillo. El asentamiento se hizo en un pequeño promontorio dunar al lado del mar que hasta finales del siglo XVIII llegaría en marea alta hasta casi sus muros, si bien estaría a salvo del oleaje por su ubicación en el pequeño estuario del río Raíces, cuyo brazo arenoso lo protegería

De la iglesia antigua nada queda, salvo los documentos que la citan, por los que se sabe que fue la base de la donación de Fernando II a la orden de Santiago en 1181 del coto del Castillo de Gauzón. No obstante tampoco queda nada de aquel periodo e incluso tras los estudios realizados parece descartarse una refundación en estilo románico, por lo que las partes más antiguas conservadas corresponderían al siglo XV con las obras acometidas por los González de Oviedo, linaje influyente en la baja Edad Media que favorecía a los franciscanos. Las obras arrancan en 1413 con Fernando González de Oviedo y al menos desde 1420 ya habrá demostradamente una primera comunidad de monjes. La piedra para la obra se sacó de canteras de los alrededores. La iglesia es de nave única y tejado a dos aguas con artesonado de madera policromada. El antiguo ábside era rectangular y estaba abovedado. A esa época por tanto responden las trazas arquitectónicas más antiguas conservadas, de gusto nobiliario, que se asemejan a una casona solariega

Por alguna razón la familia patrocinadora decidirá, expulsar a los franciscos y asentar mercedarios en 1461, con apoyo papal tras un acuerdo entre las órdenes implicadas, pero los franciscanos se resistirán nada menos que 20 años a marcharse, siendo instados a ello en 1481, sabiéndose de la presencia de los mercedarios de manera documentalmente probada en 1483. Ellos acometerían una gran reforma de las estructuras auspiciadas por el fundador y adoptarían la advocación a Nuestra Señora de la Merced para la iglesia monástica

Dentro de esas obras la antigua sacristía fue transformada en panteón de los de las Alas Pumariño, parientes y sucesores de los González de Oviedo en el patronazgo del monasterio, con la advocación de Nuestra Señora de la Luz, protectora de la maternidad, en concreto por un miembro de este linaje llamado Juan de Alún, tratándose de la primera advocación de un santuario en la comarca avilesina, que posteriormente pasará al actualmente conocido con esta veneración, primeramente llamado Nuestra Señora de Lluera, en el monte de La Luz (La Xungarosa), al sur de Avilés, al llevarse desde aquí por la familia de las Alas en el siglo XVIII con la marcha de los mercedarios

La capilla, ya derruida, es transformada en la década de 1960 en el patio de una de las viviendas que aprovechaba las estructuras de las antiguas dependencias de los monjes. Al lado, a la derecha, estaba el ábside rectangular, desaparecido hacia finales del siglo XIX, pues el historiador Fortunato Selgas aún lo ve en 1880

A la izquierda, en la pared de la parte posterior de la casa, están los escudos familiares de los patronos, que formaron parte del sepulcro de Fernando de las Alas, muerto en 1659 y que fue localizado por los propietarios de esta vivienda durante unas obras a mediados del siglo XX

La familia de las Alas Pumariño emparentó con los González de Oviedo cuando un nieto del fundador del convento, Martín González, se casó con María de las Alas. Se supone que a raíz de ello se buscaría un noble pasado y origen heráldico para su estirpe, naciendo la leyenda del ángel del castillo...

El ángel alado sobre el castillo plasmaría el siempre buscado mítico origen de este linaje avilesino de las Alas: se dice según legendaria tradición que durante una batalla contra los moros que lo asediaban, su defensor, Martín Peláez, se hizo fuerte en una de sus torres, pues la otra ya había sido tomada. Entonces un ángel se apareció sobre la fortaleza y los enemigos fueron derrotados, concediéndosele a Martín llevar este blasón por el mismo Don Pelayo, escudo del que hay algunas variantes

Su gran interés radica en que se supone muestra el Castillo de Gauzón tal y como estaba en el siglo XVI, con sus tres torres y gran portada

El arco de medio punto sobre pilastras de la portada oeste sería el elemento más destacado de la capilla que ha llegado a nuestros días. De frente estaba la sala capitular y a la derecha veremos la portada sur del templo

La sala capitular de los franciscanos era de planta cuadrangular de una sola altura, más baja que la iglesia y posiblemente de tejado a cuatro aguas

Este espacio fue cubierto en algún momento antes de 1970. Con la Desamortización de 1836 el edificio de la iglesia, desacralizado, había pasado a ser cuadra, tenada o henar y cobertizo, y el de la sala capitular también cuadra

Esta es la portada sur, ojival, por donde entrarían los fieles

Seguidamente estaba el palacio de los patronos, que miraba a un patio o atrio. Los mercedarios construyeron una fachada monumental en el siglo XVI aprovechando una parte de este atrio y del muro sur de la sala  capitular

Sobre la portada del palacio, también monumental y de arco de medio punto, vemos la llamada Ventana del Comendador

Sobre ella en su dintel está el escudo de la Orden de la Merced, orden mendicante fundada en 1218 por el occitano San Pedro Nolasco. Con su clásica cruz patada, así llamada porque sus brazos parecen patas. Si estuviese pintada la cruz sería blanca, color de la inocencia y la pureza; sobre fondo rojo, alegoría de la sangre. Es la cruz de la catedral de Barcelona que el obispo Berenguer de Palou regaló a la Orden en señal de su apoyo, de ahí abajo las cuatro barras, cuyo significado nos revela Teresa Sedeño M.C. en la web del Centro Especial Padre Zegrí:

"Seguimos mirando el escudo.  Ahí se ven las barras.  Son rojas SANGRE, símbolo de amor y caridad y amarillas ORO, símbolo de nobleza. Estas últimas son las barras de la corona de Aragón.  El rey Jaime I el Conquistador entusiasta colaborador de la Orden de la Merced, que estuvo presente en la fundación de la Orden  en la catedral de Barcelona el 10 de agosto de 1218, regaló a la Orden su propio escudo como expresión de su apoyo a la obra redentora.  El escudo se convirtió para los mercedarios  como el pasaporte real cuando iban a hacer las redenciones de los cristianos que estaban  en poder de los sarracenos.  Por esta razón veréis algunas veces escudos de la Merced con la corona real. 
Veréis que hay cuatro barras color SANGRE en el escudo.  Provienen de la corona de Aragón.  Según la tradición Wilfredo el Velloso, fundador de la dinastía de los Condes de Barcelona, cayó gravemente herido luchando contra los normandos al servicio de Carlos el Calvo emperador de los franceses entre los años 875-877.  Este, para premiar su valor le concedió en su lecho de campaña las armas heráldicas a él y a sus descendientes.  Mojó los cuatro dedos de su mano derecha en la sangre que manaba de la herida y los imprimió sobre el escudo del Conde dejándole marcadas cuatro barras roja".

Normalmente el escudo habría de tener unas cadenas, símbolo de liberación, y es que además de los votos tradicionales de pobreza, obediencia y castidad los mercedarios tenían el de liberar o redimir cautivos

La vida tan cerca del mar y al pie del bosque y acantilado no debía ser fácil ni idílica. Ya mediado el siglo XVII los mercedarios se quejan a sus patronos de la insalubridad del lugar, cuyas dunas tendían a cubrir las huertas, deshaciendo sus cultivos y favoreciendo el despoblamiento de la pequeña aldea donde algunos colonos o vasallos suministrarían a los monjes. Por ello en 1674 (o algo antes, o algo después, en 1699 o 1700) y de la mano también de la familia de las Alas, sus protectores, se mudan al nuevo monasterio de Sabugo, esgrimiéndose también la vulnerabilidad de Raíces a un posible desembarco de los temidos turcos. Los mercedarios siguen siendo los propietarios y arriendan el lugar a particulares, siendo de aquel entonces un hórreo y dos paneras de las que se conservan hoy en día. otro es de mediados del siglo XIX

El monasterio se abandona y arruina y todas sus dependencias son desamortizadas en 1835, divididas en lotes y vendidas a varias familias, no sin el correspondiente pleito con los siete caseros arrendatarios que entonces había, que defenderían sus intereses con más o menos fortuna, según explica Alejandro García Busto, de la Universidad de Oviedo, en su trabajo sobre Santa María de Raíces

Los nuevos propietarios reformarían totalmente el lugar, en cada solar cada uno haría las obras que estimasen oportunas, se transformarían o destruirían muchas parte y elementos y se cegarían muchos vanos existentes. Las antiguos muros y paredes servirían de medianeras. Las celdas de los monjes serían la base sobre las que hacer las nuevas viviendas, así como el antiguo palacio monastico de los fundadores del convento

En aquellos tiempos, sin leyes aún ni apenas sensibilidad hacia el patrimonio, las antiguas fortalezas eran consideradas canteras públicas, y si no lo eran se acarreaban de ellas piedras igualmente. Este fue el caso del Castillo de Gauzón, del que se sacaron nada menos que 2.000 carrosa para esta obra, según testimonio de quien fue el alcalde de barrio en 1840. La situación no era nueva, se habría hecho lo mismo cuatro siglos atrás para edificar el convento mercedario

Por esta zona intentamos ver si podríamos rodear toda la manzana para entrar por aquí al claustro pero no nos fue posible, por lo que hubimos de volver sobre nuestros pasos

En una de estas casas restauradas de Raíces se ha habilitado un centro cultural destinado al Centro de Interpretación del Castillo de Gauzón. En verano se pone en marcha un pan de visitas guiadas y también se celebra una Semana Medieval

El núcleo rural de Raíces con sus casas campesinas, se mantuvo en relativamente buenas condiciones hasta mediados del siglo XIX cuando la industrialización degradó especialmente el lugar, llegando a abrirse en 1969 una fábrica de yesos baldosas en la llamada Casa de la Troya. El monasterio y las viviendas fueron restaurándose a partir del año 2001 cuando el Ayuntamiento de Castrillón puso en marcha el el Plan Especial de Protección de Raíces Viejo. En el año 2005 se iniciaron las excavaciones en el monasterio

Durante las excavaciones se localizaron también diecinueve enterramientos, gran parte de los cuales se supone eran de frailes, cuatro de ellos en la sala capitular y diez en la nave de la iglesia, simples fosas excavadas en la arena, cosa que ha contribuido a su mala conservación

 Entre los de la nave de la iglesia hay un enterramiento colectivo hecho muy apresuradamente de cinco personas que parecen haber sido víctimas de una muerte traumática, epidemia o naufragio tal vez, que obligó a una inhumación rápida en la que los cadáveres se dispusieron en línea sin mucho rigor, Entre los cuerpos se hallaron dos anillos de bronce, uno con diseño en espiral

Los otros cinco enterramientos estaban en la capilla de La Luz, por donde volvemos a pasar ahora, entre ellos, además del ya referido sepulcro de Fernando de las Alas, los de las dos únicas mujeres localizadas hasta el momento. Esto se debe sin duda a ser un panteón familiar, ya que además ambas están enterradas no en fosa sino en ataúd. Una de ellas era una mujer de entre sesenta y setenta años en cuya caja, rellenada con cal según costumbre de entonces, se introdujo posteriormente otra más pequeña con el cuerpo de una niña de dos o tres años, lo que delata un más que posible parentesco directo. La niña llevaba una medalla con la imagen de la Virgen María

Otros ajuares funerarios hallados en el viejo monasterio más bien exiguos, un ceitil o moneda de la Ceuta portuguesa y otra moneda muy gastada. Recordemos que la Virgen de la Luz llegó a tener, ya en su santuario en Lluera, tanta veneración que en 2012 es nombrada copatrona de Avilés, junto con el ya patrón San Nicolás 

En esta zona, prácticamente en la orilla, crecían antes juncos y vegetación dunar. Entre las razones esgrimidas por los monjes para construir un nuevo monasterio y trasladarse a Sabugo en 1674 se aludía a la vulnerabilidad del lugar a ataques por mar de los temidos turcos, también llamados otomanos y berberiscos, que ciertamente por entonces asolaban Galicia y llegaban incluso a Inglaterra, Irlanda y mismamente Islandia, tal y como hicieron los vikingos siglos antes pero en sentido inverso. Vigo Su principal botín consistía en apresar gente para venderla en los mercados de esclavos

Para acceder al claustro, salvo que estuviese abierto el acceso interior del edificio conventual, habremos de ir por el otro lado de la iglesia. Aparte de la desaparición de su ábside, el abandono del cenobio, pese a que llevó a su ruina, mantuvo las estructuras originales de los siglos XV y XVI sin reformas. Luego, las realizadas al transformarse en caserías, contribuyeron a su reaprovechamiento y conservación, volviendo a salir a la luz al quitarse la cargas y derribarse los tabiques, siendo el único santuario franciscano-mercedario que conserva en Asturias sus trazas originales

Este es el muro norte dela iglesia, el más umbrío y expuesto al mar y los temporales, en él podremos ver los apoyos de las vigas de madera de un antiguo pórtico que serviría de protección, Se sabe que en el interior además de el altar mayor el ábside había otros dos laterales y simétricos con imágenes. El suelo era de grandes losas de piedra arenisca. 

Arriba la espadaña de la campana, recrecido en mampostería por los mercedarios sobre la moldura del original franciscano

Por los restos óseos de animales hallados sabemos que imperaban en la dieta los productos locales, pues la carne que se comía sería bóvido, cerdo, oveja, pollo, criados en las posesiones monásticas o aldeas cercanas, y del mar saldrían ostras, berberechos y mejillones. La huerta también sería próxima

Y aquí estaba el claustro, en sus tiempos ajardinado y hoy patio trasero de las casas, llamado antaño la calostra, que era como se le denominaba en documentos antiguos y que pervivió en el nombre local hasta mediado el siglo XX, conserva únicamente, al lado de la iglesia, la fachada y acceso a la sala capitular. Las casas mantienen la primitiva estructura de las desaparecidas pandas o galerías porticadas que lo cerraban y es fácil que conserven estructuras de las mismas o de otros edificios monásticos sobre las que se construyeron

El suelo primigenio era de cantos y, contrariamente a lo habitual, la calostra se situaba ante la portada oeste de la iglesia, no en un lateral 

Esta portada frontal era de arco apuntado con trilóbulo, labrada en una sola piedra de arenisca, comunicando templo con claustro. Arriba había una ventana también trilobulada

A los pies de la iglesia había un coro alto desde el que podía asistir a misa la comunidad de frailes, este coro tendría acceso directo para los monjes desde sus celdas sin necesidad de que tuviesen bajar al claustro para entrar por esta portada

Y este es el único acceso de la sala capitular, ante el gótico tardío imperante a su triple arquería lisa, sin filigranas talladas, presenta un gusto arcaizante románico con sus arcos de medio punto. Podemos pensar que imitaría a los originales románicos conservados en otras iglesias cercanas, principalmente de Avilés

En documentación de 1528, se sabe que aún por entonces se estaban construyendo los corredores altos de estas pandas, elevándose un segundo piso encima de la sala capitular, que se conserva hoy en día.Un dato curioso que nos proporciona la Gran Enciclopedia Asturiana (voz Castrillón, tomo 4) es este:

"El viejo Raíces une su historia a la del castillo de Gauzón. Según algunos autores gozó de fama una antigua "falconería real", a cargo de una de aquellas comunidades religiosas establecidas en Santa María. Cada año se criaban magníficas aves de cetrería que los patronos del convento regalaban al rey o a los príncipes"

Saliendo del claustro y regresando al Camino, nos detenemos en el hórreo de la entrada, restaurado, que fue de los estudiados por el etnógrafo Francisco José Fernández Riestra dentro de la recuperación de estos elementos en el entorno del antiguo convento

Desde aquí vemos el puente del río Raíces, por donde seguiremos camino. Es más que posible que aquí hubiese habido un embarcadero, que sería simplemente alguna lancha soborodada, esto es arrastrada en seco por la duna, sin necesidad de más instalaciones 

El río Raíces fue canalizado tras la desecación de su marisma en el siglo XIX y los envites de la mar desaparecieron, pero en ocasiones el río desea recupera lo que un día fue suyo y se desborda inundando la ribera

Visitado el monasterio nos dirigimos de nuevo a la Avenida de Raíces, camino del puente, para llegar a Salinas

Donde antes habría dunas, arenas y fangos ahora crece profundamente la vegetación ribereña

Esta sería la zona del estuario que se inundaría en las pleamares y a veces aún lo hace con las lluvias torrenciales: las casas que tenemos delante son entonces las más afectadas

La vegetación acuática apenas deja ver el cauce, El puente es de barandillas metálicas. No suele haber demasiado tráfico por él, algo más en varano camino de la playa, pero el acceso principal se realiza más al oeste, viniendo del enlace con la Ronda Sur y la Autovía del Cantábrico

Una senda fluvial recorre la ribera. Las márgenes y todo su entorno han tenido un proceso de recuperación ambiental, como todo el pinar

El río, de corto trayecto y no muy gran caudal nace en la sierra de Pulide, pocos kilómetros más al sur, pero es el principal de Castrillón y configura su cuenca hidrográfica al recibir varios afluentes. Realmente en su curso alto es llamado El Cuadru y al unirse con El Regueru en Las Bárzanas empieza a ser el Raíces propiamente dicho 

Elucubrando, tal vez las raíces de los árboles y plantas de su ribera, o las que el río arrastraría en sus crecidas le diesen nombre a él y al pueblo...

Pasado el puente enlazamos con la senda del río Raíces: nosotros continuamos de frente por la avenida, en dirección a Salinas 

A nuestra izquierda la vega que se ganó al estuario al sur de Salinas, ahora parcelada. Hace un tiempo se han vuelto a ver nutrias tras muchos años de vertidos y contaminación

Más allá las casas dela calle Doctor Fleming por donde va el camino señalizado. Tal vez por ahí discurriese el Camín de los Samartinos, aprovechando el brazo arenoso de dunas que, paralelo al río, lo separaba del mar en este trayecto hasta la Ría de Avilés. De él leemos en la Gran Enciclopedia Asturiana (voz Castrillón, tomo 4):

"Un dato para la historia de Castrillón lo constituye el paso por este concejo de un antiguo camino jacobeo conocido por "ruta de los San Martines"; seguía la costa asturiana, viniendo desde San Martín de Podes por San Martín de Laspra y llegaba a San Adriano, punto de reposo de peregrinos antes de abandonar las tierras de este concejo. San Martín de Tours fue el nombre que los francos vinieron dando a los hitos de su tránsito hacia Santiago de Compostela"

Viviendas unifamiliares entre lo urbano y lo rural, En este número 103 de la Avenida de Raíces los vecinos hubieron de ser evacuados en 2013 durante una de las inundaciones, llegado el agua a 70 centímetros del suelo

Dos años antes, el 11-6-2010 la corresponsal Inés Montes escribía para La Nueva España la crónica Salinas, llena de barro y agua, dando cuenta de otra de las seculares inundaciones:

"El río Raíces se desbordó en varias zonas de su recorrido, pero, una vez más, como vienen sucediendo desde hace años cuando llueve mucho, el agua afectó a varias viviendas de Raíces Viejo. Los vecinos de los números 99 y 101 de la avenida de Raíces tuvieron que ser evacuados por la Policía Local y trasladados a un hotel de Salinas. El río también alcanzó, a última hora, la carretera, lo que obligó a cortar el tramo entre Raíces Viejo y Salinas"

El Camino empieza a subir poco a poco, todo recto. En principio este sería el lugar por donde emergían las dunas del brazo arenoso que cerraba la ría del río Raíces por el Norte

A la derecha un grupo de casas en medio de la vega. Algunas parecen haber sido viviendas campesinas que fueron reformadas. Se asentarían aquí al ganarse estos terrenos aprovechando la fertilidad del suelo aunque también sufren inundaciones, por eso vemos algunos muros

Algunos corredores delatan ese pasado rural, no tan lejano, de Raíces

Y también algunos hórreos. Esta suave subida acaba en la calle Doctor Fleming, donde podremos elegir entre seguir por ella a la izquierda o continuar de frente hacia la playa

Si bien entendemos que el de la izquierda sería el trayecto más o menos coincidente con el Camín de los Samartinos, también reconocemos que gran parte de la gracia de hacer esta ruta por Raíces y Salinas es acercarnos a su gran playa de Salinas y L'Espartal. A los dos itinerarios les dedicamos la pertinente entrada de blog para que cada cual elija según su criterio y preferencias































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