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La Fuente los Pelegrinos (Tornón, Villaviciosa)
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Justo antes de entrar en el casco urbano de Villaviciosa, La Villa, los peregrinos de antaño paraban en la fuente a la que dieron nombre, la Fuente los Pelegrinos, en
Tornón, donde, como era costumbre en estos manantiales, estos se refrescaban y acicalaban un poco antes de entrar en las poblaciones, contando además con una venta caminera, El Sellu, que era además parada de postas
Sin embargo, los romeros de antaño es posible prefiriesen acogerse en una piadosa fundación creada para ellos y pobres enfermos, el Hospital Sancti Spiritus, al lado de la antigua parroquial de Santa María del Conceyu, barrio de La Oliva, lugar que luego fue cárcel y donde luego se construyeron las célebres Escuelas Graduadas de Villaviciosa, Les Escuelones
Se sabe hubo además en El Sellu una capilla dedicada a Santiago, donde estos jacobitas venerarían al santo, así como un monte de viñas, Los Viñones, muy cerca del también desaparecido Molín de la Vega
El agua procede del cauce del Ríu Miyares, llamado también El Ríu los Pelegrinos, que estos vadeaban fácilmente pues no era de demasiado caudal
No sabemos qué aspecto tendría la fuente en los tiempos de las peregrinaciones históricas, pues su aspecto actual obedece a sucesivas reformas y restauraciones, pero sin duda habría de ser un lugar de parada y encuentro de relevancia, pues además de los romeros tomarían sus aguas arrieros, pastores, feriantes, artesanos ambulantes y todo transeúnte o viajero que por aquí pasase
Y es que no en vano fue este, el Camín Rial, como aquí se le conoce, la principal vía de comunicación hasta que, paulatinamente y muy poco a poco, fue abriéndose la Carretera de Colunga (luego Ribadesella, Ribadesella-Canero y más tarde la actual N-632), camino real costanero en el que, al llegar a Villaviciosa, irían además confluyendo varios de los ramales secundarios que, procedentes de Colunga (y Llastres), venían a La Villa, pues aparte del señalizado como Camino de Santiago oficial en nuestros días, que entra en Villaviciosa por La Llastra (en La Llera) y Priesca, estaban, en esta zona, el de Llue por La Venta'l Probe y el de Llastres por Lluces, La Busta, Santa Mera y Seloriu, que solían enlazar con este en Sebrayu, donde estaba La Venta de Marica Marta
Otro elemento que no estaría en los tiempos de las peregrinaciones históricas sería el lavadero, un gran adelanto en su tiempo pues evitaba el tener que ir a lavar la ropa al río, de rodillas en las piedras. Y si este tenía tejado aún mejor que mejor. Este ha sido restaurado, junto con la fuente, pues desde que hay agua corriente y potable en las casas estos elementos cayeron en desuso y en gran parte se vinieron abajo. Sin embargo vemos que el agua sigue siendo muy apreciada y se acude a recogerla en bidones, para cocinar
Aquí se hacía la colada, de una manera bastante más cómoda que en el sufrido río, una labor comúnmente a cargo de las mujeres, que muchas veces acudían acompañadas de sus hijos e hijas, formándose una alegre algarabía
En torno al lavadero que los chiquillos jugaban, ayudaban ( o "estorbaban") a las madres y estas, además de lavar y aclarar, hablaban, comentaban noticias (los lavaderos eran llamados "el periódicu del pueblu"), echaban cantaradas, y también en ocasiones discutían, entre ellas o con los molineros, especialmente cuando en verano apenas había agua para nada
Luego llegó la lavadora, "que sí que fue todo un adelanto, más que llegar a la Luna", nos dijeron más de una vez, lo que llevó a estos lugares a caer en desuso y en el abandono en su mayor parte. Sin embargo, algunos se han recuperado y restaurado, haciendo de ellos bellos rincones para el solaz de vecinos y visitantes, máxime en casos como este, de tanta significación histórica en relación con la ruta xacobea
Pero solo hay un problema, aunque eso sí, sumamente importante, los peregrinos ya NO pasan por La Fuente los Pelegrinos, la Autovía del Cantábrico ha cortado el Camino de Santiago en este lugar desde que se inaugurase este tramo en el año 2001 y ha debido buscarse un trayecto alternativo por otro lugar, pues además, teniendo dos rotondas de enlace con la N-632 justo aquí, encima del lavadero, desviarse mismamente desde el Camino para conocer la fuente se hace prácticamente imposible
Y es que desde el Camino ya se ve, llegando a las inmediaciones de El Sellu por donde estuvo El Prau la Cruz, el maremagnum, a manera de Scalextric, de estas rotondas y la autovía, siempre con muchísimo tráfico y masivamente en verano, acceso directo a las muy turísticas playas de Rodiles y Misiegu, por lo que toda idea de recuperar el antiguo itinerario parece absolutamente irrealizable
Hasta aquí, no obstante, el Camino es, pese a su cercanía a la autovía, muy hermoso y placentero. Una senda de tierra que, procedente de La Cueña en Tornón y cerca de La Fuente Panizales, discurre entre sebes o setos silvestres y bastante arbolado, en buena parte autóctono, para cruzar en La Cuesta la carretera local entre Musllera (en la N-632) y Pandu (en la parte alta de Tornón, solar de la iglesia parroquial)
Luego, en un trazado similar y dando vista al Monte Cubera, llega prontamente aquí, enlazando con otro camino local, en el que seguiremos a la izquierda y cuesta abajo
Y por aquí, hoy como ayer, pasan los peregrinos que, sin embargo, ya no podrán cumplir el ritual de parar en la fuente a la que dieron nombre, la cual verdaderamente es, o fue,
la Lavacolla de Villaviciosa...
A causa de las obras de la Autovía del Cantábrico (A-8) con su enorme caja y, aquí además sus rotondas de enlace, todos los caminos a su alrededor quedaron un tanto trastocados, cambiados de trazado unos, ensanchados, asfaltados y encementados otros, para permitir el paso de vehículos y maquinaria
Sin embargo, y por suerte, a diferencia de las carreteras adyacentes, este Camino, flanqueado por altas y espesas sebes, no tiene tráfico, siendo muy ocasional el paso de algún vehículo, pues únicamente da servicio a una casa y algunas fincas, por lo que, a pesar de todo, aún disfrutaremos del paseo, corto ya, que nos aguarda hasta La Villa, cercanos, pero a la vez apartados, del agobiante barullo del constante trasiego de automóviles, camiones, autocares...
La rotonda va acabando según nos acercamos a la rotonda de enlace de la autovía, donde estaba El Prau la Cruz,
"que bien pudiera recordar el testigo que solía presidir los cruces de caminos", nos dice el investigador y filólogo
Ángel Valle Cuesta en su estudio
Apuntes para las rutas jacobeas de Villaviciosa, publicado en la revista
Cubera nº 23 (agosto 1993), refiriéndose a las cruces que solía haber en las encrucijada importantes
Es muy llamativo que los mismos cruces que fueron importantes en el pasado sigan siéndolo en el presente: ahí arriba tenemos, bien visibles, los guardarraíles de la autovía y, más abajo, los de una de las rotondas de enlace. La Fuente los peregrinos queda a la derecha, al otro lado
Allí arriba en la distancia tenemos una referencia muy importante, sobre todo para los peregrinos que vayan a escoger la ruta ovetense del Camino Norte desde la bifurcación de
Casquita, al sur de La Villa, el pueblo de Lluaria, en lo alto de la alta colina de La Llomba, al sur, límite de los concejos de Villaviciosa y Sariegu y paso del Valle de Boides o de Valdediós al del Nora o Ñora, paso directo hacia la capital asturiana
Lluaria, en la parroquia de Pueyes, está a 12 kilómetros al sur de La Villa y, aunque el Camino (ruta ovetense insistimos) no pasa realmente por allí, sí lo hace un poco a su izquierda, por La Campa o Altu la Campa, para el que hay otras dos rutas, una por
Valdediós vía
Vallinaoscura y otra por
San Pedru Ambás hacia
Arbazal, las dos oficiales y señalizadas
Dejamos a nuestra derecha la entrada a la casa a la que da servicio este camino, muy trastocado sin duda respecto al trazado histórico por causas de fuerza mayor
Pasando la citada casa se acaba la bajada que veníamos siguiendo desde La Cuesta, lugar de Tornón que ya hemos dejado atrás, donde vivía
Manuel Busto Amandi, fundador de la famosa
Sidra Mayador y del que hablamos ampliamente en la entrada del tramo inmediatamente anterior a este, bajando de La Cueña
Seguida a la bajada nos aguarda una corta subida hacia la rotonda, es muy evidente el gran movimiento de tierras realizado si bien tras tantos años de aquella impresionante, epopéyica (en Villaviciosa ocasionó problema muy graves) y muy polémica obra (afectó al Camino de Santiago drásticamente pese a que supuestamente ya tenía serias medidas de protección, afectando además directamente a empresas), muchas de aquellas hondas heridas abiertas en la tierra parecen estar cicatrizando
Crecen los árboles en torno y hasta dentro de la rotonda. Llegados arriba iremos a la izquierda, por este ancho camino que bordea la glorieta sin necesidad de cruzarla ni salir a la calzada
Un vallado, una canalización de aguas sobrantes y un quitamiedos separan el Camino de la rotonda en este trecho
Justo detrás y a la izquierda de la foto quedan El Sellu y La Fuente los Pelegrinos, drástica y tristemente separados de la ruta jacobea
Tal es así que ni siquiera llegamos a ver desde aquí esos enclaves, al otro lado del puente bajo la A-8, donde hay otra rotonda más. Tampoco se nos ocurra querer ir a verlos pues aparte de muy peligroso nos metemos en zonas no aptas para viandantes
Dejamos la glorieta y comenzamos a subir, con la autovía a nuestra derecha. En lo alto la casería de Ayones, en lo alto de un cueto, ya en la parroquia de Carda, separada de la de Tornón por El Ríu los Pelegrinos, que ahora pasa subterráneo, agua que alimenta a la fuente de su nombre
El actual Camino sube todo directo por lo que hoy en día es esta ancha carretera local. Recalcamos que, a diferencia de la autovía y sus rotondas, no suele tener casi nada de tráfico, ni siquiera en verano. A nuestra izquierda vemos el picudo Monte Agüelle (336 m), que viene a ser la estribación del mítico Monte Cubera, montaña mágica y totémica de Villaviciosa por excelencia
No obstante a los cambios y transformaciones producidos, el trayecto caminero no habría de diferir mucho al original, pues entramos en Carda por "Ayones, que está del camino Real Francés abaxo", como reza la antigua documentación recopilada por Valle Cuesta
Bifurcación y de frente, cuesta arriba, una larga rampa toda recta que no terminará hasta La Torre Ayones, otro emblemático lugar, hito histórico del Camino, que empezaremos a ver en la distancia
A nuestra izquierda
La Estrada, topónimo que hace referencia a antiguos caminos, de
viam stratam, es decir,
vía estrada, mullida, pisada o empedrada, de ahí también la palabra asturiana
estrar, mullir, preparar la cama del ganado, así como el
estru es el rastrojo empleado para esta operación
La Estrada es una antigua casería ganadera, con cuadras y vivienda, sobre el pequeño valle del Ríu los Pelegrinos y en la ladera que cae de Pandu, en lo alto de Tornón, al otro lado de los eucaliptos
Más arriba Miyares, nombre que revela antiguas plantaciones de mijo, cereal que prácticamente desapareció de Asturias con la traída del maíz, al igual que, en lo alto, La Llinariega evoca cultivos de lino, tan necesarios siglos atrás, cuando hasta la ropa se hacía en casa
En Llinares nace El Ríu o La Riega los Pelegrinos, al pie también de Pandu,
"Corría hacia el norte por El Sellu, hasta las casas de El Patiu, recorriendo aproximadamente 1 km antes de echarse a la ría. El enlace de la carretera N-632 con la autovía de el Cantábrico le afectó y modificó sustancialmente", leemos de él en la
Enciclopedia del paisaje de Asturias
Un surco en la ladera, donde crece linealmente la vegetación ribereña delata el curso de este río y, sobre él, La Barzaniella, otra casería de Ayones, en la ladera que baja del Monte Agüelle o Picu Carda, al que ya nos hemos referido, paso natural entre Villaviciosa (La Villa) y el gran valle de Miravalles por Carda de Riba, El Pinu y Agüelle, donde había una venta, La Venta Agüelle, paso de arrieros y demás viajeros, sin duda entre ellos algún peregrino procedente de La Llera y Priesca
Es realmente un pequeño puerto de montaña de 240 metros de altitud cuyas buenas condiciones de tránsito fueron aprovechadas para trazar por él la carretera Villaviciosa-Miravalles-Los Pandos, actualmente designada AS-330, que empezó a hacer el Ayuntamiento de Villaviciosa a partir de 1862 si bien las primeras gestiones se remontan a 1855. El tramo entre La Venta Agüelle y El Campu l'Obispu en Miravalles se aprobó en 1872 y en 1882 ya estaba terminado el de Miravalles a Bayones.
"Posteriormente fue unida esta carretera con la que iba desde Lliberdón a Colunga (Puente Agüera)
, quedando así terminada la conexión interior con el vecino concejo de Colunga" según dice en su citado libro Pedrayes Obaya
Esta condición de lugar de trasiego de gentes hizo de Agüelle un pueblo de cierta actividad, confluencia además de la divisoria de tres parroquias, Carda, Miravalles y Tornón, tanto es así que una casa, Casa Pepe'l d'Agüelle, se decía tenía parte en cada una de ellas, llegando a decirse popularmente que
"dormíen en Carda, comíen en Miravalles y cagaben en Tornón" (por supuesto el dicho varía según quien nos lo cuente). Tal vez sea la casa donde estaba antes una cruz que señalaba la frontera de las tres parroquias, La Cruz d'Agüelle, como también se denomina al lugar, o Altu la Cruz d'Agüelle, dice la
Enciclopedia del paisaje de Asturias:
"En el lugar donde se cree estaba situada la cruz se levantó una casa, en la que según el dicho popular comieron los curas de las tres parroquias que allí se unen en la misma mesa, y cada uno en su parroquia".
Sin duda esta tradición, bastante común a muchos lugares transmite una reminiscencia de rituales respecto a fijación de límites o lindes de pastos, tierras comunales, etc., que son el fundamento de la división parroquial actual
En Agüelle tenía su fragua Alejandro'l Ferreru, en Casa Delfa había molino eléctrico y en la carretera abría sus puertas la Casa'l Zapateru, uno de los chigres-tienda que había en la carretera, más antiguamente llamado Casa Manolete. En 2014 cerró el último, Casa Víctor, el portal de noticias VillaviciosaHermosa anunciaba la jubilación de su propietaria el 1 de julio anunciando que
Cierra uno de los últimos chigres y tienda de Villaviciosa, Casa Víctor de Elsa en Agüelle:
“Estoy contenta y a la vez no lo estoy”, explica con cierta tristeza Elsa, el alma de Casa Víctor, donde comenzó a trabajar a los 25 años en compañía de su padre, Víctor Bedriñana , en este chigre-bar-tienda en Agüelle, Miravalles, Villaviciosa
En sus 59 años en el bar, Elsa recuerda cuando era a la vez tienda y se vendía de todo, “desde pan a tornillos, cerilles, toda clase de comestibles, abonos y aperios para el campo, madreñes, fesories. Y vendíase mucho aceite, sal pa la matanza, sidra casera, chocolate, callos pa ferrar les vaques y caballos, y ya cuando llegó el cola-cao, esto si era una gran novedad, teníamos un poco de todo”. Y apunta, “cuando comenzaron las grandes superficies, ya dejamos de tener tienda, no compensaba”.
También recuerda con cierto pesar, “antes aquí había muchas partidas, este era lugar de reuníón, se hablaba más y de todo, se cantaba después de unes botelles de sidra. Ahora los tiempos cambiaron tanto… ya no hay partidas, la gente casi no se reúne, y casi solo se habla de fútbol, ye una pena”.
“Aunque ahora se habla de crisis, la vida ye más fácil, ahora se puede gastar, antes no se podía, no lo había, y siempre recuerdo un consejo que me dieron y que a veces recuerdo en conversaciones con los clientes, hay que aforrar cuando hay, cuando no hay no se puede”, explica Elsa.
Hablar sí habla y muy bien Elsa, muy querida por vecinos y clientes para los que siempre tiene una conversación, un detalle, una anécdota que contar a cada persona que llega al bar, forma parte de su manera de ser, aunque siempre “fui un poco tímida” confiesa. Y añade Elsa “siempre me gustó mi trabajo y el trato con la gente y tengo mucho que agradecer a los clientes, aunque fuí una mujer al frente de un bar, en más de medio siglo siempre fui muy respetada y de eso me siento muy orgullosa”.
Nacida en Buenos Aires, en 1,931 llegó a Miravalles a los 4 años y aunque pasó su vida en el bar, también conoció las labores del campo. “En verano iba a la yerba, en otres époques a pañar manzana, y otres tarées, pero llevo 59 años en el bar, donde pasé toda la juventud y mi vida entera. Fue un negociu familiar y agradezco la ayuda que tuve de de los mis hermanos Celia, Alicia y Víctor, y de mis sobrinos, Luis, Pedro, Horacio y Rosa”
Elsa se emociona y suelta alguna lágrima cuando le preguntamos si tiene ganas de cerrar, “tengo ganas y a la vez ganas de seguir, pero ya son 82 años, cuesta mucho estar tantas horas de pie, y eso que siempre me respetó mucho la salud, solo me operaron una vez hace 19 años de las dos caderas, pero los años pasan y pesan”.
También los clientes fieles de diario, del fin de semana, cazadores, los del verano… sienten que con el cierre de Casa Víctor, van a echar en falta este chigre y sobre todo a Elsa, como Jesús de Moriyón, cliente asiduo quien dice, “Era el único bar que quedaba abierto en varias parroquias a la redonda, y esti ye un lugar de muchu pasu, ye una pena, pero Elsa ya se tien ganáu un merecíu descansu”, afirma con resignación
“Aunque ahora el bar se cierre, como mi casa está enfrente, vendré cada día, no lo podré evitar”, nos dice Elsa, “y este lugar donde pasé 59 años, siempre estará abierto a una charla con cualquiera que pase a verme, seguiré ayudando a quien pueda como hice siempre”. Y eso es lo que entre todos tendremos que hacer, parar alguna vez a saludarla y que el cierre de Casa Víctor sea para ella, más alegre que triste
Hace unos días recibió el primer homenaje sorpresa de parte de vecinos y clientes, con una merienda preparada por ellos mismos. Nosotros nos sumamos con este recuerdo, al homenaje a Elsa, ejemplo de mujer trabajadora, luchadora, de saber estar, buena persona, y de amor por una profesión, de la que es ejemplo para todos"
"Elsa Bedriñana Madiedo nació en Buenos Aires en 1931 y con cuatro años llegó a Miravalles (Villaviciosa). Elsa se puso detrás de la barra de Casa Víctor –que regenteaba su padre– con 25 años y desde entonces su vida ha girado en torno al último chigre-tienda de Villaviciosa que ahora cierra sus puertas.
Casa Víctor fue un referente durante años «vendíamos de todo, desde pan a tornillos, cerilles, toda clase de comestibles, abonos y aperos para el campo, madreñes, fesories. Y vendíase mucho aceite, sal pa la matanza, sidra casera, chocolate, callos pa ferrar les vaques y caballos. Recuerdo cuando llegó el Cola-Cao, aquello si fue una gran novedad. Pero cuando comenzaron las grandes superficies, dejamos de tener tanto porque ya no compensaba», rememora Elsa.
Casa Víctor fue durante décadas lugar de reunión, de echar la partida, de charlar «se cantaba después de tomar unes botelles de sidra. Pero los tiempos cambiaron, y de que manera, porque ya a penas hay quien eche la partida, la gente casi no se reúne y sólo hablan de fútbol, ye una pena».
Elsa va a echar de menos a la clientela de toda la vida, pero más la van a añorar estos, como Víctor Moriyón, «era el único bar que quedaba abierto en varias parroquias a la redonda, y esti ye un lugar de muchu pasu, ye una pena, pero Elsa ya se tien ganáu un merecíu descansu».
La “chigrera”, no obstante les tranquiliza «aunque ahora el bar se cierre, como mi casa está enfrente, vendré cada día, no lo podré evitar, y este lugar donde pasé 59 años siempre estará abierto a una charla con cualquiera que pase a verme, seguiré ayudando a quien pueda como hice siempre».
Vecinos y clientes de Casa Víctor obsequiaron a Elsa con una merienda sorpresa hace unos días, a modo de homenaje por su larga trayectoria."
A la derecha, la caja de la autovía ha dejado casi aislada la casería de Ayones, "que está del Camino Real Francés abaxo", leemos en las Constituciones para el régimen y gobierno del Hospital Sancti Spiritus, alberguería para pobres y peregrinos de Villaviciosa, redactadas en fecha tan tardía como 1818, cuando ya se estaba apagando el fenómeno de las emigraciones históricas. Fijémonos en el gran talud de rocas para asegurar la pared de la ladera y evitar corrimientos de tierra, un problema que arrastró esta autovía en muchos lugares desde su inauguración
A la izquierda, un peregrino saca una foto del valle del Ríu los Pelegrinos mirando a La Estrada: es muy posible que ni siquiera sepa la intensa relación de lugar con quienes le precedieron desde muchos siglos atrás en su romería a Santiago
Más arriba, los eucaliptos u
ocalitos no dejan ver las casas de Pandu, a donde se trasladó en el siglo XVIII la iglesia parroquial de
San Cosme de Tornón desde su primitivo emplazamiento en la ribera de La Ría, lo que ocasionó enfrentamientos vecinales entre los habitantes de los barrios de arriba y los de abajo, llegando incluso a apedrearse la residencia del párroco, que vivía en la casa familiar sita en La Cueña, en pleno Camín Rial, lo que se tenía por término medio entre ambas partes de la parroquia. Es una pena que no podamos tampoco verla pues era en sí misma un verdadero foco de orientación marina, el mismo Gremio de Mareantes de Tazones tenía a su cargo pintar de blanco sus altas paredes y torre del campanario, pues se veía nos solamente desde el estuario sino incluso también desde alta mar, siendo empleada como referencia por las embarcaciones para entrar en ese puerto y en el de El Puntal, este dentro de La Ría
Arriba, La Torre Ayones es también una perfecta atalaya que más que La Ría, domina perfectamente el que fue el camino principal de entrada y salida de Villaviciosa por el norte
Aquí dejamos el cruce de La Barzaniella y seguimos este ascenso, rápido y directo, a La Torre, en la ladera que baja de Agüelle, como muy bien explica Pedrayes Obaya en su libro
Y en la ladera y bajo La Torre, una hermosa pumarada, es llamativo que los Hevia, una de las influyentes familias nobiliarias de Villaviciosa, tenían otra torre más en el mismo puerto de Tazones, "al lado de su varadero. Construida tanto para defender la costa como para sojuzgar al pueblo". Es fácil que esta cumpliese la misma función
Si bien la fundación de pueblas aforadas por parte de la Corona se hizo con la intención de apartarlas del poder de la nobleza terrateniente y de los monasterios, dependiendo directamente de la misma como equivalencia por entonces del concepto de Estado, avanzada la Edad Media cayeron en la órbita de la nobleza local, compuesta por diversas familias muchas veces enfrentadas, según dice Obaya:
"Los textos de las cartas pueblas fundadas por Alfonso X hacen mención, siguiendo un mismo esquema a veces meramente formal)) a los abusos de caballeros sobre los pobladores de los diferentes lugares, situación que determina su demanda para fundar una nueva pola y evitar así desórdenes. Eso nos hace suponer que el grado de anarquía en toda Asturias debía de ser elevado.
Poco sabemos de la nobleza local del siglo XIII en la comarca de Maliayo. Está por hacer un inventario de las numerosas torres existentes en el concejo y un estudio cronológico de su construcción desarrollada a lo largo de varios siglos. Hasta la realización de ese estudio, poco se puede decir, salvo que los abusos de los poderosos es lógico que existieran en esta etapa, ya que en los siglos XV y XVI perduraron, al instalarse familias rivales en el interior del núcleo amurallado de Villaviciosa"
Así, en un fenómeno común al acontecido en otras polas, la pequeña nobleza rural que desde sus torres dominaba sus dominios territoriales, de donde procedían sus rentas, y acechaba a quien pasase exigiendo los correspondientes tributos, se estableció también en las nacientes villas con la idea de hacer valer sus intereses, llegando a copar los cargos públicos y de representación, juez, alcaide, regidor escribano, etc., etc., etc., continuando allí con sus enfrentamientos, a veces en las mismas calles:
"Un fenómeno tardío, aunque trascendental en la evolución de la pola medieval, es la aparición de las casas-torre tanto en su interior como en sus aledaños. La causa de la aparición de estos edificios en la ciudad fue general a toda la Corona de Castilla. Las luchas banderizas durante gran parte de los siglos XIV y XV supusieron un clima de inseguridad. Esta situación se agravó en la segunda mitad del siglo XV donde las noticias sobre estas torres se multiplican. Trabajos de ámbito más general que el nuestro han estudiado recientemente este fenómeno generalizado en todo el Norte peninsular, tanto en espacios rurales como urbanos."
Afirma también Obaya que, aunque se han hecho importantes estudios dedicados a estas torres en Asturias, citando al profesor
José Luis Avello Álvarez (por su libro
Las torres señoriales de la baja Edad Media asturiana), aún queda mucho por investigar sobre estas torres y su influencia en la estructura del poblamiento de Asturias, pues constituyeron una pervivencia medieval que duró hasta las reformas políticas, sociales y administrativas liberales del siglo XIX:
"... su implantación supuso una permanencia económica y social hasta el fin del Antiguo Régimen. Son necesarios exhaustivos estudios comarcales, donde la toponimia ha de jugar un papel importante, pues muchas de estas torres han sido totalmente arrasadas. Su desaparición física ha implicado en gran medida uno de los tópicos de la historiografía: la influencia cántabra de este fenómeno en Asturias."
Esta casa-torre está hecha como es habitual de mampostería en sus muros y sillería en las esquinas y vanos. Su entrada principal mira al sur, donde hay una buena escalera de piedra. De ella se dice en la
Gran Enciclopedia Asturiana (tomo 4 voz
Carda):
"Situada en este término parroquial se halla la casa solariega de La Torre, que perteneció a la noble familia de los Hevia-Castro, con capilla aneja bajo la advocación de Santa Lucía; tanto sus heredades como sus dominios recuerdan el paso y hospedaje de los peregrinos a San Salvador y a Santiago"
En el campo de La Torre y mirando a esa entrada sur un hórreo era el granero y despensa de sus moradores, desconocemos su antigüedad pero parece tener bastantes años
Y entre sus elementos eminentemente defensivos, que le dan esa condición de torre o casa-torre, destaca una aspillera en la planta baja del muro que mira al Camino
Arriba, en el piso alto de esta misma pared, el blasón solariego familiar, entre las dos ventanas
Camino que, al llegar a sus pies, enlaza con el de Agüelle y la AS-330, que nosotros seguimos a la derecha, bajando un poco
Camino una vez más muy trastocado por la Autovía del Cantábrico, sobre la que pasamos en este puente, mientras vemos al fondo, al otro lado de La Ría, en monte Pelapotros (410 m) en la parroquia de Bedriñana y, más a su izquierda, el de la Cobertoria con el Picu Iyán (364 m), sobre Cazanes. Una línea de cumbres que sigue al Curiella (535 m), línea de cumbres que separa el gran valle central de Villaviciosa, el antiguo Valle del Boides, conformado por El Ríu Valdediós y sus afluentes, del del Ríu España, al oeste del concejo
Los peregrinos que, desde el cruce de
Casquita, la gran bifurcación del Camino Norte en Asturias, al sur de La Villa, tomen la ruta gijonesa subirán, vía
Grases y
Niévares, al Altu la Cruz, detrás del Curiella. Mientras, más a la izquierda, los que prefieran la ovetense según el dicho
"quien va a Santiago y no al Salvador visita al criado y olvida al señor", tomarán hacia el sur la ruta de
Camoca y subirán, bien por
Valdediós y
Vallinaoscura o bien por
San Pedru Ambás y
Arbazal, al
Altu la Campa, en lo alto de los montes de La Llomba, paso al valle del Nora en Sariegu y de ahí por Siero (con posible ramal por Noreña, tomarán el rumbo hacia la capital asturiana). Ambas rutas volverán a reunirse en Avilés, a no ser que desde la catedral de San Salvador decidan continuar a Santiago por el
Camino Primitivo
Al pasar el puente, comprobamos la anchísima caja de la autovía, reconociendo al fondo la iglesia parroquial de Carda por su intenso color blanco, que destaca respecto al entorno circundante. A su izquierda, en la ladera del monte, la casa de
La Payariega, quintana con hórreo habilitada para ser un célebre albergue de peregrinos inaugurado en 2017
La iglesia y La Retoral, la casa del párroco. En la lejanía vemos, a su derecha, la cabecera del valle de Valdediós con el Altu del Caballín (601 m) en La Llomba y sobre el pueblo de Lluaria. Más a la izquierda asoma un poco La Campa, donde se unen el camino que sube de Valdediós con el que sube a Arbazal por San Pedru Ambás, cuya iglesia tal vez reconozcamos, también intensamente blanca, por su alta torre-campanario, justo a la izquierda de la cruz que remata la espadaña de la de Carda. Más arriba y también a la izquierda El Picu Lloses (454 m ), a la izquierda también de La Campa
Más cerca es La Mesada, en Amandi, palacio que fue del vicealcalde de París, de origen asturiano,
Manuel Díaz Ron, exiliado en Francia tras la Guerra Civil (su padre era concejal en Oviedo/Uviéu por Izquierda Republicana, fue héroe de la Resistencia en la II Guerra Mundial, haciendo posteriormente carrera como político y empresario, siendo considerado como una de las
"ocho personas más influyentes de Francia" que dijo
"soy francés hasta el fondo de mi alma, pero he seguido siendo asturiana". Fallecido en París el 11 de noviembre de 2010, a los 86 años, el palacio y finca de
La Mesada (un millón de m²), fueron adquiridos posteriormente por el empresario
José Antonio Díaz Carbajosa como yeguada-criadero de caballos y casería de vacas Asturiana de los Valles, de ahí la gran nave de ganado que vemos a la derecha, la de la prestigiosa
Ganadería La Mesada, donde también se cría la autóctona Cabra Bermeya
Y pasado el puente y en bajada otra gran referencia en el Camino, en Villaviciosa, en Asturias, España y el mundo entero, la fábrica de sidra El Gaitero, en El Porréu de la Espuncia, que contemplamos, junto con su gran pumarada, según continuamos trayecto por esta parroquia de Carda,
antesala de Villaviciosa
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