Arbazal: iglesia de Santa María, Camino y el Meson del Císter al fondo |
El pueblo de Arbazal, en Pueyes, Villaviciosa, al sur del Monte Lloses y al norte de La Campa, en el paso secular de Villaviciosa a Sariegu y el valle del Nora, es un importantísimo hito caminero en el que hasta los monjes del Císter de Valdediós hicieron su mesón y hospedería de viajeros en 1640, al lado de la iglesia de Santa María, a pesar de su relativa distancia de su monasterio, apartado abajo en el valle, tal y como gustaban en los preceptos constructivos de sus fundaciones, dado que era este el Camino más transitado antaño hasta la construcción de las primeras carreteras de la zona a mediados del siglo XIX, con el cenobio ya desamortizado
Valdediós desde el Camino de Arbazal a La Campa, El Camín Rial |
Hoy en día se ha producido el efecto inverso, señalizadas ambas rutas como Camino de Santiago oficial desde Castiellu Ambás para los peregrinos que, a su vez, han escogido en Casquita el ramal del Camino Norte que se dirige a la catedral ovetense de San Salvador, en la capital asturiana, la inmensa mayoría de los peregrinos se dirige por el valle al monasterio de San Salvador atraídos por su albergue-hospedería y por el gran conjunto monumental de El Conventín o iglesia de San Salvador, consagrada en el año 893 y joya del Arte Asturiano y el gran monasterio de Santa María con su iglesia románica y 'pequeña ciudad' monástica de edificios añadidos entre los siglos XVI al XVIII (destacando el claustro)
Monasterio de Santa María de Valdediós y detrás, más pequeño, El Conventín o iglesia de San Salvador |
Estos son los edificios que destacan en medio del valle y los vemos desde lo alto "a vista de pájaro" si tomamos el camino de Arbazal, El Camín Rial, ahora apenas transitado por peregrinos en comparación con el que va por Valdediós pero, recalcamos, también camino oficial y como tal señalizado, al que también le dedicamos las oportunas entradas de blog, de la que esta es la tercera entrega
Subiendo a Arbazal por la ladera del Monte Lloses |
Tras tomar el camino a Arbazal en Castiellu, subimos a la iglesia de San Pedru Ambás para luego, por Villabona, subir la ladera del Monte Lloses en un suave y bastante cómodo ascenso, llaneando enseguida por este trazado caminero bastante bien conservado y ancho, lo que revela porqué fue el preferido antaño para subir o bajar el Altu La Campa
Abajo en el valle, el Camino a Valdediós desde Castiellu Ambás, aunque mayormente por asfalto es muy cómodo y bastante llano, pero todo lo que no se ha subido pausadamente antes toca hacerlo abrupta y repentinamente más allá del monasterio, a partir de las casas Santi, por los largos y duros repechos de Vallinaoscura y Villarrica hasta ganar La Campa, paso a Sariegu, donde se une al Camín Rial procedente de Arbaza
El Camín Rial, del 'reino', lo más equivalente a lo que hoy podríamos llamar "carreteras del Estado", de ahí que hubiese tantos con ese nombre, los cuales se basaban en sendas más antiguas, vías romana o, más bien romanizadas, de caminos mucho más antiguos, mismamente prehistóricos, que aprovechaban pasos seculares por montes y valles, los cuales se hicieron rutas de trashumancia, arriería, emigraciones estacionales y, por supuesto, también peregrinaciones
Así, en lo alto del monte pero ya llaneando, llegamos a Arbazal, que es como decir 'erbazal' por estos excelentes pastos aprovechados desde el neolítico, tal y como demuestran las necrópolis megalíticas existentes en estas montañas y pertenecientes, a lo que parece, a grupos pastoriles de unos 5.000 años de antigüedad. El paisaje es pues, netamente ganadero en estas zonas altas de la parroquia de Pueyes. Desde antiguo los pastizales estaban en estos altos y puertos de montaña, tierra de prados y brañas, pues mismamente el lugar aparece mencionado en un documento de 996 como Ervazare, topónimo relacionado con 'hierba'
Prácticamente no vemos Arbazal hasta darnos de bruces con él, oculto en los pliegues de estas laderas de pastizales y algunos bosquetes, a unos 370 metros de altitud y al pie de los altos de El Cuetu, de prados y arboledas
"La estrecha caleya que cruza la pequeña aldea fue durante la época medieval un paso obligado del Camino de Santiago para los peregrinos que venían por la ruta de la Costa y que, en el cruce de Casquita, decidían continuar su recorrido hacia Oviedo para enlazar con el Camino Primitivo. En consecuencias, Arbazal gozó de gran relevancia, tal y como señala Rebeca Meana, de la Fundación Cardín. “La importancia del paso del Camino de Santiago y de la aldea en sí viene dada por ser un lugar de paso y despedida de Villaviciosa, y también de recepción de los que volvían, porque siempre se habla del Camino de ida, pero en algún momento tenían que volver. Entonces, esos caminantes que regresaban, quizá para llegar hasta el puerto de Tazones para coger un barco, o para seguir por el itinerario de la Costa llegaban a Arbazal, convirtiéndolo en un lugar de paso importante. Desde el siglo XIII se tiene constancia de bastante movimiento en la aldea. Desde peregrinos, hasta los carruajes de las líneas de transporte de viajeros. Todos ello aportaría cierta riqueza”, subraya."
"En este paso natural entre dos concejos se concentran, en menos de veinte metros, varios vestigios de aquel ir y venir de gentes y de historias, aunque, a día de hoy, cueste imaginarse tal trasiego, ya que muchas de las viviendas se encuentran en un estado de avanzado deterioro."
"Una de las construcciones que mejor se conserva es la conocida como “el mesón de los cistercienses”, una casona que data de 1640 y que nació como venta o albergue de peregrinos, donde no sólo se refrescaban y reposaban los caminantes, sino también los animales de tiro que subían el puerto. Además de para reponer fuerzas, también servía para cambiar los tiros de los carruajes de pastores y arrieros tras la abrupta subida. En el siglo XVII, Arbazal se encontraba dentro del ratio de influencia de uno de los monasterios más importantes de la época, el de Santa María de Valdediós, en el cercano calle de Boides, perteneciente a la Orden del Císter, el cual, desde Arbazal, tutelaba el paso entre Villaviciosa y Sariego. Por ello, los monjes construyeron en la aldea este mesón “como lugar de descanso y recogimiento”, subraya Meana. Desde la Asociación Cultural Boides, de Puelles, coinciden en que “el mesón podía haber tenido una función de refugio o haber sido una especie de venta en el Camino, incluso se dice que fue una casa de convalecencias para los monjes enfermos o aquejados de las humedades de la parte baja del valle”. Añaden desde el colectivo que no existe mucha documentación al respecto, ya que se quemó durante un incendio en el monasterio de Valdediós, pero se presupone que el edificio constaba de dos plantas ya en su origen y que estaba habitada la superior, a la que se accede por una escalera frente a la iglesia. La parte trasera, más baja, aún conserva lo que parece ser un arco de medio punto en el muro, que sería, probablemente, la entrada a una caballeriza o a un almacén”. También se mantiene sobre el dintel de la puerta el escudo de los cistercienses, concretamente de la congregación de Castilla."
Y ahí tenemos el escudo, la obediencia a la Congregación de Castilla, si bien acabó con la relativa autonomía de muchos monasterios, cortó por lo sano cierta 'relajación de costumbres' y diversas anomalías, tanto en esta Orden como en otras, aplicándose las reformas administrativas y litúrgicas que ponían fin a la Edad Media eclesial
"Aparte la contigüidad entre San Román y Puelles, cabe recordar una vez más que San Román fue aneja a la parroquia de Pueyes hasta 1630 y que el término municipal de Sariego era más extenso que el actual. Entre los vecinos de uno y otro espacio existieron unas relaciones especiales. Una prueba se encuentra en que la "Obra Pía" de Arbazal fue fundada en 1668 por Dª Leonor Valvidares Vigil, mujer de Pedro Valvidares Vigil, vecino de Valvidares (San Román de Sariego), para costear la dote de doncellas pobres. El santuario de Arbazal, con sus orígenes en una capilla prerrománica, disponía de un rico patrimonio, asociado a esta zona de buenos pastos de montaña próximos al mar, lo que explica que en su Libro de Fábrica existían numerosas referencias a "comuñas" de ganado y que contara con censos. Se encuentran vecinos de San Román en la "comuñas" y en el pago anual de réditos por censos. Se celebraban en él dos fiestas al año, la primera el martes de Pascua del Espíritu Santo, y la segunda el 8 de septiembre. Tales festividades importaron, en el año 1770, unos gastos de 119 rs. y 22 mrs. en la primera, y de 140 rs. el día de la Patrona, cifras muy superiores a los costes que había en cualquiera de las festividades de las iglesias y capillas de Sariego".
"Nos llama la atención la cantidad de historia que se agolpa en tan pequeño espacio geográfico. La aldea de Arbazal pertenece a la parroquia de Pueyes (La Villa). Se encuentra a 380 m. sobre el nivel del mar y hay nueve viviendas donde viven doce personas. La primera cita que se conoce de este pequeño núcleo rural aparece con el nombre de Ervazare, posiblemente un fitotopónimo (herbazal).
Enclavada en pleno Camino de Santiago, entre San Pedro Ambás y el alto de La Campa, actualmente muchos peregrinos prefieren el paso por el fondo del valle, visitando Valdediós."
"El color azul en puertas y ventanas se lleva utilizando desde hace mucho tiempo en diferentes ámbitos culturales. En el Mediterráneo (Santorini, Ibiza, Túnez, Marruecos, etc.) forma parte de los colores icónicos de muchas aldeas costeras. Pero también en el Atlántico, desde Galicia hasta Irlanda se ha utilizado aunque probablemente con significados diferentes.
Y por el interior noroccidental ibérico, hubo un tiempo no muy lejano en que se pensaba que ahuyentaba a las moscas, razón por la que se utilizaba con profusión en cocinas y establos. Relacionado con esta función, mencionar que en Valderredible existe la creencia de que pintando el número 58 a la entrada de la casa no entran las moscas, aunque esté pintado en un papel.
También es un color asociado a la creencia de que espantaba a demonios, brujas y otros seres malignos de la casa. La creencia de que ahuyenta y protege de las brujas está extendida por buena parte del globo, desde los Amish de Pennsylvania o los indios nativos de México hasta Grecia o el mundo musulmán… Tal vez algo haya de cierto, vista su extensión.
Hasta la Edad Moderna, la forma más barata de obtener el color azul era machacando azurita, un carbonato de cobre. Cuando se mezcla la azurita con aglutinantes oleosos, se produce oleato de cobre, un fungicida ligeramente tóxico para la vida salvaje. Tal vez de esta tradición venga las propiedades que se le presumen de ahuyentar a las moscas. En el siglo XVIII se inventó el azul de Prusia, que mezclado con blanco de titanio y petroleo dio origen a los brillantes azules que conocemos en la actualidad, un tono que se extendió a partir de entonces por toda Europa por su rareza y vistosidad. Los esmaltes sintéticos ya listos para usar datan de los años 30 del pasado siglo XX y fueron reemplazando a la preparación manual y casera que suponía el azul de Prusia hasta entonces.
Como curiosidad, señalar que ya en 1776 las Ordenanzas de Arsenales exponen unas condiciones de pintura de los buques de la Real Armada, especificándose que las habitaciones de los oficiales se pintasen de color blanco o azul. «Los navíos, fragatas y demás embarcaciones que lo necesitasen serían pintados igualmente de dos en dos años, se controlaría que no se emplease otro color en la talla exterior y galones que el amarillo y negro; en las cámaras, el de porcelana y azul; y en los entrepuentes y castillo la tierra roxa, excepto orden particular del Ingeniero General.»
En nuestra costa se solían utilizar las pinturas que sobraban de renovar las embarcaciones para pintar puertas y ventanas, con colores llamativos muy característicos, entre ellos el azul."
No sabemos si el reloj se repintaría varias veces también pero es muy posible que sí, así como que se repusiese la barra, estilete o gnomon cuya sombra proyectada da las horas sobre el cuadrante... salvo cuando no le da el sol o está nublado, como es este el caso. Pintado con vivos colores, consta de un círculo azul que cierra un disco amarillo pintado con trazos rojos y tres círculos concéntricos: en el interior se marcan las horas, en el intermedio se reflejan en números arábigos, de 6 de la mañana a 6 de la tarde; en el exterior unos triángulos representan a los rayos del sol
"Uno de los rincones más auténticos del concejo maliayés donde todo lo que podemos ver es único, como un antiguo reloj de sol, un hospital para peregrinos del año 1.640, pero hay mucho más (...) una de las aldeas más altas del concejo maliayés. Un pueblo singular en el Camino de Santiago, donde entre pocas casas podemos ver, una típica quintana con la iglesia de Santa María del siglo XVIII, un antiguo mesón y hospital para peregrinos fechado en 1.640, algún hórreo, o antiguas casas de piedra, entre las que destaca una pintada en azulete con un reloj de sol, tan antiguo como el pueblo. Todo esto hace que Arbazal merezca nuestra mirada en una visita y de paso disfrutar con el magnífico paisaje que desde aquí se divisa, el valle de Valdediós incluido."
Detalle de la de la izquierda, uno de cuyos 'cuadros' fue sustituido por un cristal
Lo cierto es que si bien estas iglesias, capillas y ermitas de la parroquia de Pueyes formaban parte del Coto de Valdediós, de directa dependencia de los monjes cistercienses, el cual no se integró en Villaviciosa hasta 1827, ocho años antes de la desamortización que puso fin a la vida monástica, los abades dejaban las funciones espirituales de los vecinos en manos de los párrocos
El templo es de nave única con sacristía adosada, bien nivelada respecto a la cuesta del terreno. El pórtico conforma un verdadero balcón sobre el Camino y ante esta parte del pueblo. Además de reuniones vecinales no resulta tampoco inverosímil que, como era costumbre, durmiesen en él quienes no tenían plaza en el mesón, y no es imposible que se hiciese por ello de tan enorme tamaño en relación con la pequeñez del pueblo, más diminuto antes incluso
Unos elementos decorativos que llaman la atención en este santuario son las bolas herrerianas, un recurso del estilo también llamado escurialense que el arquitecto Juan de Herrera aplicaría en la construcción del monasterio de San Lorenzo de El Escorial y que impregnaría la arquitectura española a partir del último tercio del siglo XVI (última etapa de la arquitectura renacentista española o manierismo clasicista) y durante los siglos XVII y XVIII, ya en pleno barroco y clasicismo, para renacer brevemente en la posguerra civil de mediados del XX
Tres de las bolas, en la fachada, sobre el tejado del pórtico y la portada, dos a los lados y una encima del pequeño ventanuco que da luz natural al interior de la nave
Y otras tres bolas en la espadaña del campanario
"La planta y el alzado son de notables proporciones" nos dicen en asturnatura.com, añadiendo que la cubierta de la nave es de madera. En contra de las iglesia medievales, cuya portada mira al oeste y su cabecera al este, aquí la estructura sigue el eje norte-sur
Aquí enlazamos con el camino del que nos separamos al entrar en Arbazal, frente a una casa de turismo rural
En el cruce y siguiendo camino iremos a la derecha
Ahora es cuando vemos, adosado a la iglesia en su flanco este, el primitivo santuario de Sanzadornín (San Saturnino), mencionado en el documento del año 968 que se refiere por primera vez a Arbazal y al que se le atribuye una cronología prerrománica entre siglos VIII y X, no sabiéndose más al carecerse de otra documentación
Era un pequeño oratorio que, extrañamente, fue totalmente respetado al construirse el templo barroco. Es de nave y cabecera y únicas, este sí orientado este-oeste y que pasó a ser sacristía. Compartimos lo que dicen de él en Románico Digital:
"Localizada en el lugar de Arbazal (Villaviciosa) se encuentra esta pequeña iglesia de una sola nave de 5,35 m de largo por 3,60 m de ancho, que se remata con una cabecera de sección cuadrangular, de 2,70 x 2,30 m, precedida, en el alzado, por un arco triunfal. La nave tendría originalmente una altura más elevada que la actual, próxima a los 3 m y cubierta en carpintería a dos aguas. La capilla conserva la bóveda original de cañón ligeramente apuntado. La construcción de la iglesia recurre a un aparejo de mampostería sin sillares escuadrados en las esquinas, lo que indicaría que se trataba de un templo modesto.
Único ejemplo hasta el momento de templo rural al servicio de una pequeña comunidad de campesinos, la pequeña edificación en la actualidad hace las funciones de almacén de la parroquia. Este tipo de construcciones, de pequeñas dimensiones, pertenecían a una red de oratorios y templos rurales altomedievales, que progresivamente irían desapareciendo o sufrieron substanciales remodelaciones a fin de servir a las nuevas necesidades de la sociedad. El ejemplo de Arbazal se ha mantenido sin apenas modificaciones en cuanto a su morfología arquitectónica. Únicamente podemos resaltar la apertura de un vano en la pared sur de la nave y el derribo del frontispicio occidental a consecuencia de su anexión a la iglesia moderna. Esta anexión ha permitido que la iglesia llegue hasta nosotros como sacristía del moderno templo de Santa María de Arbazal, cuya orientación N-S, no ha obligado a derruir el edificio altomedieval. Esta orientación, según García de Castro parece obedecer bien a las características topográficas del terreno sobre el que se cimenta, que facilita esta orientación, además de la posible presencia de cultos tradicionales en la capilla a la “Santina de Arbazal”.
No tenemos testimonio documental que pueda ayudar a datar la época de construcción, pero encontramos paralelos con otros templos prerrománicos del Pirineo catalán, de la región cántabra, y de la gallega, los cuales mantienen similitudes en cuanto a su concepción espacial, arquitectónica y de planimetría. Así, observamos afinidades estilísticas con la capilla de San Salvador del monasterio de San Julián de Samos (Lugo) o San Román de Moroso (Cantabria), que presentan soluciones decorativas muy similares. Asimismo tenemos la iglesia de San Juan de Riomiera, en Collanzo, la cual conserva una planimetría directamente vinculada con Arbazal. La fecha de construcción la podemos situar entre los siglos IX y X."
Antes de seguir camino vamos a inspeccionar este amplio y acogedor pórtico sostenido por una docena de columnas, toscanas como hemos dicho
Entre Santa María de Arbazal y El Mesón de los Cistercienses entra en Arbazal el camino que comunica directamente el pueblo con la carretera AS-380 y con los prados de La Cruz, en los que se celebra la romería de la Cincuesma
Accedemos al pórtico por esta portilla de madera que es su única entrada; si desde fuera advertíamos el tamaño del pórtico al pasar a él comprobamos in situ sus grandes proporciones interiores
Los muros del edificio son de mampostería pero se emplea piedra de sillería en las esquinas y en los vanos
Fijémonos arriba en la estructura que apoya el tejado del pórtico
Proseguimos por todo el lado norte del pórtico y pasamos al occidental
Un poco más altos podemos ver el tejado a cuatro aguas del Mesón de los Cistercienses, pues este es de planta cuadrada. Arriba hay una pequeña buhardilla o bufarda
Ante nosotros, la casa que hay a la entrada del pueblo para los automóviles que suben desde el principal acceso rodado que enlaza con la AS-380 por los prados de La Cruz, donde se celebra la fiesta
Se subía con las cestas de la comida y en Arbazal había misa y fiesta y se comía en el prau de la romería, cada grupo o familia con su cesta. Acudían también les carameleres, mujeres de La Villa que vendían caramelos y ablanes 'avellanas', así como algunos célebres gaiteros y tamboriteros. El día grande era el lunes de Pentecostés, sin embargo ahora, como tantas fiestas de los pueblos, se festeja en domingo por motivos laborales. Esta es una crónica de la Cincuesma del diario digital VillaviciosaHermosa del 5-6-2017:
"Alicia y Antonio (éste ya fallecido), vecinos de Pueyes, nos contaron así hace unos años el enigma de Cincuesma.
“Esta fiesta es oriunda de la parroquia de Pueyes, concretamente de la iglesia de Arbazal, donde se encuentra la Virgen de las Angustias. Ésta imagen quiso ser quemada, como tantas otras, cuando la guerra. Pero los mozos del pueblo fueron tan ocurrentes, que enroscándola en un saco la introdujeron dentro de una facina en un prau al lado de arriba de la iglesia, conocido como el “subiron”, de donde la fueron a rescatar una vez pasados los tiros, incendios y demás desastres.
La Virgen de las Angustias se baja desde la iglesia de Arbazal 9 días antes de la fiesta, hasta la iglesia parroquial de Pueyes, donde se reza diariamente la novena, el rosario y se canta la canción de los “Dolores a la Virgen de las Angustias”
A las 11,00 horas, con los gaiteros los Figueros de Rozaes, salía este domingo la procesión con la Virgen de las Angustias desde Pueyes, acompañada de voladores. Seguidamente iban los hombres cantando y a continuación la Virgen y el párroco. A continuación las mujeres, hombres y mujeres cantando y contestándose el rosario, al antiguo son, como manda tradición. Desde Pueyes se llega en procesión al Monasterio de Santa María de Valdediós. Se continúa por el ‘camín’ de Santi hasta Vallinaoscura y seguidamente por un ‘prau’ por debajo de Arbazal, pasando por la carretera general de Oviedo, para llegar al desvío que lleva a Arbazal.
En esta procesión antiguamente, debido a la gran devoción que había hacia la Virgen de las Angustias, la gente subía ofrecida a ella descalza o con mortaja, incluso de esta última manera se podían ver todavía a algunas personas en los últimos años.
Una vez en la iglesia se cantan los (siete) dolores a la Virgen de las Angustias y a continuación a las 13,00 horas tiene lugar la misa. Seguidamente se realiza la ‘puya’ del ramu.
La Fiesta de Cincuesma organizada por la Asociación Cultural Boides, finaliza con la tradicional costillada a las 15,00 horas en el prau de la fiesta, acompañada de banda gaites."
"La localidad de Arbazal, en Villaviciosa, celebra mañana su fiesta de "Cincuesma", en honor a la Virgen de los Dolores o de las Angustias. Después de que fuera trasladada en procesión desde la iglesia de Santa María de Arbazal hasta la de San Bartolomé de Puelles y la celebración estos días de la novena, el domingo, la imagen, realizada en terracota en torno al siglo XIV, regresará de nuevo a su templo cincuenta días después de la Resurrección de Cristo, según la tradición cristiana. Partirán a las once de la mañana.Abrirán la procesión los hombres delante de la Virgen y las mujeres van detrás. El recorrido pasa por La Turé, Valdediós, Vallinaoscura, el Sol Valle y atraviesa la carretera AS-113. La imagen será recibida en Arbazal con repique de campanas y abundante pólvora. En el interior del templo se cantan "Los (Siete) Dolores" antes de comenzar la misa. La fiesta continuará con la puja del ramo y un comida."
En la actualidad parece se usa como almacén, esta estancia parece ser se trata de un añadido posterior
El Mesón y sus fachadas sur y este, con los prados de La Terrona y en la distancia los Montes de Valdediós
"Todas estas huellas del pasado constituyen un conjunto ambiental y arquitectónico de gran interés, que está incluido en el Inventario de Patrimonio Arquitectónico de Asturias, pero que apenas es conocido, ni siquiera por los vecinos del concejo."
"Tras un pasado agitado, lleno de peripecias de viajeros, religiosos y gentes hospitalarias, Arbazal es hoy un pequeño reducto de historia que pocos conocen, un lugar con un encanto misterioso donde reina el silencio."
“la morfología del arco triunfal de jambas adelantadas, es desconocida tanto en la arquitectura prerrománica asturiana como en la románica, postulando un primitivismo probablemente altomedieval, pues tal solución no se observa en la arquitectura de época hispanovisigótica, si es que de ésta puede hablarse aún en la Península Ibérica.”
Y regresando al cruce continuaremos a la derecha admirando esta casa restaurada para alojamientos turísticos
Volvemos así a pasar delante del oratorio primitivo, un ejemplo de santuario altomedieval de comunidades campesinas y cuya estructura se considera única dentro del prerrománico asturiano, existiendo alguno similar en Galicia y Cantabria
Es posible se trate de un modelo pronto superado en el Arte Asturiano y del que se han conservado muy escasos ejemplos, pues lo normal era que desapareciese al hacerse la iglesia nueva, aprovechando sus materiales o encajando su estructura dentro del nuevo edificio. El haber sido aprovechado como sacristía hizo que se conservase pues esta rara avis de la que nos cuentan así en la web Pre-Románico: cántabro-astur:
"Lo primero que llama la atención es la basílica de Santa María por sus grandes dimensiones y visible solidez. Uno no espera encontrar un templo de tal tamaño en una aldea recóndita.Y menos, encontrar una iglesia prerrománica cuya antigüedad se remonta al contexto histórico entre los siglos VIII y X. Si añadimos, además, que la referida fábrica se presenta en la actualidad sin añadidos -salvo la puerta abierta del muro septentrional, que desdice la armónica unidad del edificio- resulta, entonces, que estamos ante un edificio paradigmático de iglesia de aldea altomedieval.
El edificio se halla adosado al muro este del templo parroquial, siendo sus dimensiones - como es obvio- muy reducidas tanto en planta como en el alzado de los muros. Su orientación es la habitual: de O-E . La disposición de los espacios interiores se distribuye en nave rectangular y cabecera cuadrada.
El aparejo del perímetro murado es bastante pobre: de mampuesto de caliza gris y carece de sillares en los esquinales. Con ocasión de trabajos de conservación recientes la cubrición, a dos aguas, de toda la fábrica, se realizó con teja lomada con soporte en carpintería de madera e, igualmente, se abrió, en el muro meridional, la referia puerta para acceder al interior del templo, utilizado actualmente como almacén parroquial .
La capilla se ilumina con dos vanos en aspillera en los muros sur y este. El que existe en el lado meridional de la nave, enmarcado con sillares, es de construcción tardía. (...).
Del periodo altomedieval hay ejemplos muy similares de este tipo de templos rurales en el resto de la Península como: la capilla de San Salvador (monasterio de San Julián de Samos) en Lugo; San Román de Moroso y Santa María de Helguera en Cantabria."
Además, el Camín Rial hace una curva para salvar bordeando el viejo oratorio, lo que nos lleva a pensar sino habría una querencia o apego espiritual, simbólico, comunitario, etc., especialmente intenso hacia el edificio que hizo que fuese extraordinariamente respetado al hacer el nuevo templo barroco
Luego del hórreo de faldón hay un hórreo de corredor digamos clásico; fijémonos en su espacio inferior, el solorru 'debajo del hórreo', que aprovecha como cierre el muro de la finca
Aquí empieza un poco de cuesta para salir de Arbazal por las últimas casas
Exterior de la cabecera, con uno de los ventanucos en aspillera que dan luz natural al interior de su nave, el del lado este
Observemos igualmente la flecha amarilla pintada abajo en una piedra situada al pie, en la esquina
Otro motivo similar a los de las ventanas de la casa
Robusto contrafuerte de la cabecera, el cual forma parte de la estructura sostiene el peso de la bóveda estrellada que vimos en el interior
Según subimos podemos detenernos un instante delante de esta casa
Y mirando atrás tenemos una vista de la parte exterior de la cabecera del templo con sus dos contrafuertes
Y más allá el Mesón de los Cistercienses junto con la casa a la entrada de Arbazal desde la carretera
La antigua sujeción de las tejas, con piedras ejerciendo peso sobre ellas, sigue estando vigente en el tejado del mesón
Un detalle de cerca, no es en la actualidad muy habitual esta solución
La casa de al lado, con el mismo sistema de piedras a modo de lastre
Volviendo al Camino, la subida sigue pasando al lado de este cobertizo
"El Monte de Lluaria que pertenece en la parte alta a terrenos del Jurásico con predominio de roca arenosa o areniscas tiene un suelo más impermeable, que conserva la humedad superficial y origina alumbramientos de alguno que otro manantial.En el alto del Monte de Porciles existe una laguna, antaño más extensa, que dio origen a la formación de turba, haciendo especular a la gente sobre la existencia de carbón.En cotas más inferiores, en el Palombar, existen pozos, no muchos, el más conocido "Pozu los Maderos" sima de gran profundidad de 1,50 a 2 mts. de diámetro, con chimeneas laterales de profundidad incalculable, pues el ruido de una piedra arrojada en ellas llega a hacerse imperceptible sin haber tocado fondo."
"La falda o ladera del monte de Lluaria en su descenso hacia Villarrica, La Viña y S. Zornín, sufre igualmente el mismo proceso de carstificación, pero debido a la pendiente, el fenómeno es menos profundo y la transgresión más superficial con degradación o rotura de bóvedas que hace difícil el acceso a cuevas o agujeros que se prodigan por todo el paraje".
Las alambradas delatan los usos ganaderos de estas campiñas, además de la especialización ganadera del agro astur acontecida entre los siglos XIX y, sobre todo, para abastecer de lácteos y carne a los crecientes núcleos urbanos e industriales, la tradición pastoril de estas montañas se sume en las profundidades del Neolítico
El Camín Rial recto y llano avanza hacia La Campa o Altu la Campa, collada y paso natural ahora oculto por otro bosquete, que tenemos enfrente, en el que destacan por su altura algunos pinos
"La cordillera de los sueños" llama la web paisaje de Asturias al Monte Arbazal, así como "Un Tesoro Narural en Villaviciosa", "Un Confín de Cuatro Concejos", "Un Mirador Natural" y "Un Rincón de Tranquilidad" dado que "es más que una simple formación geográfica; es un rincón de tranquilidad y belleza natural en Asturias. Sus prados ondulantes y su aire puro ofrecen un refugio para aquellos que buscan un escape de la vida urbana agitada"
Luego llega un buen tramo llano y recto; un mojón confirma que vamos en buena dirección
Arriba, uno de los pequeños cuetos que, sobre el Camino, jalonan nuestro recorrido hacia Arbazal
A la derecha, una vieja muria de piedras, seculares límites y cierres de fincas. El Camino sigue llano y recto
En este pasillo vegetal en el que se encaja este trecho caminero empezamos a bajar suavemente
El Camino zigzaguea y pierde un poco de altura; enfrente, otro de los cuetos en el camino a La Campa
La Campa, que empezamos a ver mejor desde aquí, al fondo a nuestra derecha
El Altu la Campa, en lo alto de La Llomba, la gran loma que, extendida de este a oeste hace de divisoria natural entre Villaviciosa y Sariegu y entre el valle de Valdediós y el valle del Nora, al que bajaremos a continuación, el gran pasillo, río abajo, hacia la capital asturiana
Vemos bien la Carretera la Campa o AS-380 que empezó siendo la de La Secada a Villaviciosa y luego fue AS-113 y AS-267 hasta su actual denominación oficial. Poco más arriba, a su izquierda y en paralelo, en la ladera, el Camín Rial: por ahí pasaremos dentro de poco
Justo allí, al otro lado de los árboles a la izquierda de la foto, nos uniremos al otro camino, que cruza la carretera tras llegar subiendo desde Valdediós
Ese camino procedente de Valdediós llega a La Campa por la derecha, donde ha enlazado con el camino de La Campa a Lluaria, y llanea tras el duro repecho final desde Villarrica
"constituida por brechas de agudas aristas, muchas formadas por las mismas deposiciones de carbonato cálcico. Al llegar a Ballinaoscura se ve que el pueblo está asentado sobre una potente masa formada por tobas o toscas que confirma el paso de aguas caudalosas, las mismas que hoy siguen curso subterráneo originado por el paso del tiempo milenario."
"Nace en el bosque de caducifolios y las praderías que le dan nombre en los montes de Valdediós, parroquia de Puelles, concejo de Villaviciosa, al este de la aldea de Lluaria. Baja regando los inclinados pastos que caen hacia Villarrica, los montes de La Cueva y los prados y tierras de cultivo de Los Carretones y Santi, por donde se une al río Asta tras recorrer aproximadamente 1,5 km por el paisaje siempre hermoso del valle de Valdediós"
En los prados, los pumares y otros frutales en flor anuncian la plenitud de la primavera, así como las siegas, tal cual la efectuada en las fincas de la derecha, bajo otra de las casas. Ahí el prado ya se ha agostado, tornado ocre o pardo, tostado por el sol
Estas casas, orientadas al este, tienen buenas galerías acristaladas para aprovechar la luz natural, sobre todo la de la mañana
Más abajo está El Polléu, otra aldea de la parroquia de Puelles y antiguo Coto de Valdediós, sobre La Riega Fondalín
El Polléu, donde está la fuente de su nombre y el depósito de agua del castañéu o castañar de El Xardinal y los prados de Solafaya y La Güertina. Ahí está también la casa de José Meré, que era gaiteru, además de tamboriteru, tenía llagar de sidra y trabajaba como carpintero
Y a la derecha de El Polléu, La Viña, otra de las aldeas de la ladera occidental del Monte Lluaria en las inmediaciones de Valdediós, cruzada por La Riega'l Gorgoyu que va a desembocar más abajo, en Santi, al Ríu Asta o Valdediós
Seguimos sin ver Valdediós, pero sí parte del fondo del valle a continuación del monasterio en La Vega, por donde va el otro Camino, saliendo del monasterio, que ha empezado a subir, después de La Vega, en Santi, por los campos de El Tempranu, Los Sucos, La Fontina, La Balonga y El Fabal en dirección a Vallinaoscura y Villarrica. A la derecha, en El Monte Arbazal, La Parea les Felgueres
Espléndido paisaje del valle de Valdediós, río que conforma el gran valle central de Villaviciosa con la línea de cumbres en lontananza del Cordal de Pion y Monte Cañéu, paso al oeste al valle del Ríu España y Les Mariñes, la costa occidental y azabachera del concejo
A la derecha del ya citado monte o cota de La Pescar está el Altu la Cruz, el que siguen los peregrinos que se dirigen a Gijón/Xixón desde Casquita, con el Picu la Curiella (535 m) a continuación
Aquí más cerca, la AS-380 y el ramal que desde ella comunica con Arbazal, al que llega por los prados de La Cruz el Mesón de los Cistercienses. Por ahí están también La Riega'l Pingón y El Pinganón
En estas abruptas laderas que caen hacia la carretera y de ella al valle se encuentran asimismo La Parea, La Parea la Fontina, El Paréu, La Parea les Felgueres y demás arrimadas verticalidades
"Monte entre La Llomba y El Fariu, cuyas cumbres son la divisoria de aguas que van a los ríos Ñora (Nora) y Valdediós y establecen el límite entre los concejos de Sariego y Villaviciosa. Es también una collada, atravesada por la carretera AS-113, que fue construida a mediados del siglo XIX y sustituyó al camino real, situado en una zona más arriba del actual trazado y que pasaba por el lugar de Arbazal. Acaso por este motivo recibía el nombre de La Campa de Arbazal, según acredita, por ejemplo, la denuncia que presentan en el juzgado de Villaviciosa varios vecinos de San Román, en 1847, a fin de ser indemnizados por los daños que les ocasiona la realización de la nueva carretera. Desde el Alto de La Campa (400 m) se accede también al lugar de Lluaria, AS-250"
En sus estudios sobre la Toponimia de Sariegu, recogidos en el libro Patrimonio histórico y cultural del concejo de Sariego (Asturias), el cronista oficial del concejo vecino Florencio Friera Suárez, junto con la investigadora María Antonia Pedregal Montes en Toponimia de San Román, diferencian La Campa, un lugar, una casería en concreto, al lado de la carretera del Altu la Campa, que se refiere a todo el lugar y sus alrededores, parte en un concejo y parte en otro, incluida la carretera, cuya inauguración en 1852 motivó el abandono de los ancestrales y milenarios caminos reales, salvo como vías pecuarias y de comunicación local:
"Don Francisco Alonso y muchos vecinos de San Román, ante los perjuicios que les ha causado la carretera desde La Peña de Nieva hasta La Campa de Arabazal, dan poder a don Manuel Llana Ribera y a don José de la Fuente, procurador de número del juzgado de Villaviciosa, para ser indemnizados (...) La Llosa del Palón de 6 días de bueyes, pegada a la llosa de La Campa y al camino que va para Luaria; y un prado de 3 días de bueyes bajo la nueva carretera".
Llosa del Palón y Llosa de la Campa son estos terrenos por donde nos vamos acercando al collado que da paso al valle del Nora, famoso además antaño, al menos hasta el siglo XVIII, por celebrarse en él la romería de Santa Mariña en julio, en el campo de su nombre, que fue de la desaparecida capilla de esta advocación, muy vinculada a la ganadería y trashumancia, citada documentalmente por primera vez en 1526. Ahí había además otra antigua frontera, la del Coto de Valdediós con las posesiones de otro monasterio, el de Santa María de Villamayor, en el valle del Piloña, continuidad al este del valle del Nora
Es Vallinaoscura un topónimo que revela la situación del lugar en la zona de más umbría de lo más angosto del valle que aquí se hace ya montaña, pues se afirma popularmente que durante seis meses al año no le da el sol. El hábitat es concentrado, aprovechando el escaso espacio disponible en esta ladera. Las viviendas se agrupan formando una quintana, extendidas a lo largo del Camino. Vallinaoscura tiene a gala producir las delicias de la huerta de Valdediós, siempre apreciadas en el mercado de Villaviciosa
"El maliayés Simón San José es uno de los pocos artesanos que construye y repara tambores asturianos y panderetas. Trabaja en el mismo taller de Vallinaoscura (Villaviciosa) en el que ya lo hacía su abuelo Antonio Lozano, conocido gaitero de la zona. San José no sólo produce para el público de la región, pues acaba de hacer cuatro tambores para una banda de gaitas de Gales. No obstante, reconoce que sus principales clientes son particulares, en su mayoría músicos profesionales.
Simón San José se define como un autodidacta que poco a poco ha ido perfeccionando su técnica. Llegó al oficio casi por casualidad y de la mano de su profesor de percusión Orestes Barbachán. «Empezamos a investigar sin saber cómo iba a ser el resultado», reconoce. Logró que su gran vinculación con la música tradicional desembocara en el que hoy es su trabajo, además de la docencia musical. Su interés es que sus tambores, que cuestan unos 400 euros, «lleguen a la élite» de la música tradicional.
San José mantiene el método de trabajo de antaño valiéndose de herramientas de ebanista -algunas de ellas antiguas- para dar forma a los elementos naturales con los que trabaja. Consiste en «mantener la esencia del instrumento, pero tratando de mejorarlo», defiende. Una de las ventajas de este artesano es que sus conocimientos musicales le permiten dominar el manejo de los tambores buscando su óptima sonoridad. «Es una satisfacción personal porque lo fabricas y lo tocas», señala. Imparte clases de percusión en las bandas de gaitas de Villaviciosa, «Llariegu» de Sariego y «Los Yerbatos» de Bimenes. También toca la batería en la «Tarrancha», un grupo cuyo estilo musical es el denominado «ska reggae», y en la banda «Asturiana Mining Company», de percusión tradicional.
«El mecanismo del tambor es el mismo en todo el mundo», pero suelen variar en tamaño, pues, según San José, el asturiano ronda los 33 centímetros de ancho y otros tantos de alto. Mientras, el gallego, por ejemplo, es menor, o el zamorano, mayor. «Con el fallecimiento de Andrés de Insiestu (Mieres), Asturias quedó un poco huérfana de constructores», lamenta.
El maliayés explica que el proceso de fabricación es artesanal y utiliza maderas que se dan en la zona como nogal, fresno y haya. «Requiere que sea dura, pero a la vez flexible», por eso la veta del roble o el castaño no permiten que sean aptas para este cometido. San José consigue darles forma introduciendo la pieza en agua hirviendo -aunque aspira a emplear vapor- y después colocarla en un molde. Con esta técnica consigue los dos aros y el casco, para el que ahora opta por madera de abedul al considerarla una «madera más compacta» que la chapa de okume que venía utilizando.
Sobre las dos aberturas del casco se colocan los parches de piel curtida de cabra u oveja, que se encajan con la ayuda de unos anillos. Uno de los parches se denomina batidor y es en el que se percute con la baqueta. El otro es «el bordonero porque por ahí cruzan unos hilos de tripa de vaca que le dan la sonoridad». No obstante, muchos tambores -principalmente los de las bandas de gaitas, que exigen una mayor resistencia- llevan parches de plástico, para «un sonido más preciso». San José recurre a los típicos azul y rojo para los colores: «Eran colores muy comunes y recurridos en maquinaria y carros»."
"Muy popular y venida por tradición, es la creencia que bajo los montes de Arbazal y La Campa existe un inmenso lago de gran profundidad. (...) Cuando la lluvia es copiosa y persistente, por dos oquedades que existen en la peña, se produce una gran surgencia de agua de gran consideración, saliendo con fuerte violencia y ruido. La riega o cauce bastante profundo, en varios tramos, cruza caudalosa y embravecida el barrio de Ballinaoscura, rompiendo el silencio del lugar. Es de fe suponer la existencia de un gran lago subterráneo que al aumentar la afluencia producida por la lluvia sea insuficiente el curso natural y subterráneo haciendo uso de este aliviadero natural y espectacular. El curso ordinario tomará la dirección hacia el fondo del Valle, siempre subterráneo, originando la primera surgencia en Santi, la segunda surgencia en la finca "La Xunclar" después de un salto escalonado una vez pasado el Conventín de Valdediós. La última salida visible se produce en el barrio de La Rivera "Fuente del Matu" gorgolito que procede de profundidad, ya que aquí, el recubrimiento del terreno de arrastre es importante, formado por toscas o turbas."
"Tal desviación tiene por objetivo el muy importante enclave de Valdediós, con la famosa iglesia prerrománica y el monasterio cisterciense (...) Aunque la desviación descrita está perfectamente justificada por la importante presencia de Valdediós, debería señalarse como tal desviación y mantener la indicación en el camino principal, mucho más corto y cómodo."
Ahora contemplamos todo el fuerte ascenso de Vallinaoscura (donde, recalcamos, ya se ha subido un buen trecho desde Santi) al Altu la Campa. Sobre el pueblo de Villarrica existe un sumidero, el llamado Pozu Roma, "que más que un pozo es un zanjón largo y profundo que hace dudar si es natural o una explotación minera del tiempo de los romanos", estando pendiente su estudio para afirmarlo con rotundidad:
"Hay hechos o dichos curiosos cuando se escucha a las gentes del lugar: por la cueva de tal lugar sale aire caliente en invierno y frío en verano; yo creo que la lógica no llega más allá, la temperatura de los chorros del aire al venir de las profundidades es siempre la misma, lo que varía es la temperatura exterior"
Más arriba de La Campa y a la izquierda de Lluaria y El Cantu Cocañín con La Foquera son los altos de Valloberu ya mencionados por sus pozos kársticos y túmulos megalíticos. Son aquellos los prados y cuestas de El Bustiu, El Fiensón y El Camín de Valloberu
Abajo, las citadas Casa Aurelio y Casa Pepe, en el camino de Lluaria a La Campa, abierto por los propios vecinos trabajando a sextaferia o sestaferia, trabajo comunitario de los sábados, el sexto día de la semana o sexta feria
El Camín Rial, llaneando o en suave descenso serpentea al pie de estos cuetos al pie de un abrevadero...
Y hace una curva más cerrada a la derecha para empezar a bajar de una manera más clara y evidente
Es el cruce con el ramal a La Casa'l Monte, viejo camino que se dirige por Mogoyu a la vecina parroquia de Valdebárcena, sendas pastoriles y ganaderas muy empleadas desde la más remota noche de los tiempos, incluso por las largas cañadas de la trashumancia, pues hay datos, por ejemplo de pastores casinos (de Casu, en la cordillera) que, como los vaqueros y vaqueiros, venían con sus rebaños a estos pastos de la marina o sus cercanías a pasar el invierno para, avanzada la primavera, regresar a los pastos comunales de las brañas altas de los puertos que separan Asturias de León
"... aquí donde cualquier lugareño, campesino o pastor, contemplaba al paso de un estridente carruaje, el trote de una cabalgadura, monjes que pasan o un viandante que se aleja en el horizonte, tal vez un peregrino camino de Santiago, acá junto a la ermita de Santa Mariña una persona piadosa se detiene a orar. La niebla del tiempo, igual que a veces pasa por esta campiña borró el paso de generaciones"
"Profunda dolina en el extremo oriental del cordal de Lluaria, en el límite de los concejos de Sariego y Villaviciosa. Las características originarias de este espacio -hoy bastante alterado- permiten suponer que fuera un cazadero utilizado por los hombres primitivos. El paraje de Valloberu conserva túmulos funerarios, de la Edad del Bronce."
"El monte de Arbazal es una importante formación calcárea, que aparte de su romanticismo bucólico, deja ver, en sus verdes praderas o apuntando entre los argomales, rocas blancas de marcadas aristas que originan un relieve muy característico (lenar o lapiaz) del proceso cárstico, que hace de esta montaña, con amplia zona receptora de lluvias, en paraje carente de aguas superficiales o alumbradas, circulando estas en profundidad por pozos o galerías dando origen a una red subterránea con formación de Torcas o dolinas por hundimiento de los estratos calizos de las bóvedas. Existen muchas grietas o pozos en todo el monte de relativa importancia ya que se desconoce su interior porque no han sido explorados."
"El "Pozu Poceru" dolina formada por el hundimiento de la bóveda de una gran caverna. Tiene en medidas aproximadas de 8 a 10 m. de diámetro y 25 m. de profundidad hasta el primer descanso o piso que sirve de antesala a una tenebrosa caverna (espelunca) de grandes proporciones que se sumerge en abismo SW que lanza hacia afuera un chorro de aire caliente y húmedo como salido de las fauces de un monstruo prehistórico, que da vida y movimiento a la vegetación de las paredes de la penumbrosa y solitaria dolina refugio de grajos y cuervos y temido lugar para los viandantes que miran con recelo al pasar cerca del gran y legendario pozo"
"Casquita con su pequeña ermita dedicada a San Blas, representa clara disyuntiva de los caminos Jacobeos, y en cuyo enclave se da un curioso paradigma, por un lado, aquí hay un Camino el del del Norte que va a Oviedo el cual en estos últimos años está pasando de ser un destino peregrino a ser una opción.
El otro camino el que diverge al mismo pie de capilla de Casquita, este se va hacia Gijón subiendo al Alto de la Cruz. Trazado más tardío y que pudiera denominarse como Camino de la Costa, pues su vocación es ir de forma aledaña a la cornisa costera, y de cuyo recorrido trataré en otro apartado.
El Camino del Norte o la Vereda de los San Salvadores, según Maria Josefa Sanz este trazado del Norte se realiza a través de un recorrido que atraviesa las dos Camocas, para ganar la altozana parroquia de San Pedro de Ambás a través de Castiello, quedando el Monasterio de Valdediós fuera de la arteria principal del Camino Jacobeo.
En este sentido llama la atención varias cuestiones, por un lado, que se eche el camino jacobeo por Camoca y San Pedro Ambás hacia Arbazal, pues parece que este Camino tiene por objetivo responder a la existencia en la pequeña aldea de Arbazal del Mesón de los Cistercienses.
Arbazal es una aldea con media docena de casas y una portentosa iglesia que algunos suponen anterior al siglo IX (Ciriaco de Miguel Vigil, la sitúa en un documento en el 996 año en que reinaba Vermudo II) aunque siendo más precisos «es una construcción del siglo XVI a la que sirve de sacristía un templo románico del siglo XIII» (Mª Josefa Sanz).
Junto al templo hay una casa con escudo abacial, la cual se la conoce como Mesón de los Cistercienses, y se dice que fue abierto por los monjes en el siglo XVII. Pocas más noticias hay al respecto, y un poco tardía me paree la fundación, pues poco más adelante el ejercicio de la peregrinatio, terminaría por desaparecer durante un par de siglos.
Resulta extraño que se eche contra toda lógica el Camino histórico por Arbazal, aunque lo achaco a que los historiadores que hicieron la recuperación del Camino Jacobeo, como María Josefa Sanz, desconocían la red viaria de estos valles, y se recuperó el trazado por las Camocas, en parte por una escritura que habla de Camoca y del Camino Frances, y por tal razón se supone que ha quedado como trazado histórico el que sube al citado Mesón de los cistercienses, dejando de lado no solo el Monasterio de Valdediós y su templo dedicado a Santa María, sino el propio jalón exponencial que supone la existencia de la iglesia prerrománica de Valdediós, o sea el «Conventín» que se encuentra bajo la advocación de San Salvador, datado en el 893, y consagrado por el obispo iriense-compostelano Sisnando I junto con los obispos de Coimbra Nausto, y Recadero de Lugo.
Por tanto, creo que esto es cambiar la totalidad por la parcialidad, pues no es muy lógico «ir a visitar al criado y no al señor», primero porque al Monasterio de Valdediós fundado según carta privilegio expedida en Santiago por Alfonso IX y su mujer Berenguela y dotado de ricas heredades, se puede llegar por un trazado ancho y llano desde Villaviciosa tomando como referencia la bifurcación de Casquita, un poco más adelante de la Capilla de San Blas se toma el Camino de la Costa que va hacia Gijón, el cual va pegado al río y dejando en un momento el Camino costero se sigue al Oeste, lo cual permite llegar al cenobio sin tener que afrontar el recorrido que va la larga subida a las Camocas, aunque por medio esté la famosa filiación documental de que en Camoca había una «finca lindera con el Camino Francés».
Cuando uno conoce la zona, y la ha andado de cabo a rabo, se da cuenta de que un cenobio de la importancia de Valdediós, «el más importante establecimiento cisterciense de tierras asturianas y unas de las principales instituciones monásticas de la Asturias medieval» (Solano Fez. Sordo) debe tener un peso notorio entre las gentes peregrinas, y por tanto que se encuentre un camino que va paralelo al río Valdediós, el cual no solo es amplio y sin apenas desniveles, sino que además está jalonado por diversas instalaciones molineras, como las de Grases: el Pico, o el del Mayorazu…
Al tenor de lo expuesto habría que replantearse la situación, la llegada a Valdediós no podía ser por medio de una subida hasta Castiello a través de las Camocas para después bajar a Valdediós, o en cambio dejar de lado el monasterio más importante del todo el área por el hecho echar la ruta hacia el mesón de Arbazal.
Valdediós siempre tuvo mucho peso y significación como para que este quedase al margen del Camino Jacobeo, cuando además su trayectoria histórica y peso ha sido tan importante para el desarrollo del Camino de la peregrinatio, cuyo tránsito siempre ha pasado por delante de su puerta.
Mucho me auguro, que el famoso Camino Francés por las Camocas hacia San Pedro de Ambás, fuera un trazado más bien para uso de acémilas, (arrieros y trajineros) pues la subida es más suave que la presenta la salida del valle de Valdediós, que es mucho más empinada, me refiero a la que sale de Valdediós y se dirige a Vallinaoscura y Villarrica para ganar el Alto de la Campa, este sería un recorrido más idóneo para desplazamientos camineros, o sea a pie.
Sin dejar de mencionar cierta contradicción, pues alguna cartografía marca como itinerario santiaguista un tramo más suave por las Camocas, pero no el oficializado sino el que sube a San Pedro de Ambás, pero desde Camoca de Arriba va pasando por encima de La Riega, yendo a la par del Barranco de Camoca para colocarse de formar travesera en el enclave de La Corolla, punto en donde se conexiona con el actual trazado sobre el que iría la carretera AS-113, y desde aquí supongo que virando al Suroeste llegaría al faro radiante que significa para la zona la iglesia de San Pedro de Ambás, y de ahí sí que tendría cierta lógica el trayecto que se encamina por encima de la AS-113 hacia la aldea de Arbazal.
Esta variante, es un itinerario mucho menos empinado que el marcado desde Camoca de Arriba por Castiello hacia San Pedro de Ambás, que es el tramo oficial. En parte, es de suponer que se hizo así a la hora de marcar el camino oficializado como Camino Jacobeo por evitar que los romeros actuales fueran por la carretera AS-113 hasta San Pedro de Ambas.
En cuanto a los que estoy exponiendo, el historiador Uría Ríu, se muestra más cauto, y nos dice que un «camino más antiguo que iba por Amandi, Grases, Ambás, antes de la actual carretera a ganar las alturas de la Campa de Arbazal por el camino del mismo nombre. Es de suponer la desviación por Valdediós dada la importancia de este «monasterio que gozó de la Bula de Gregorio XII por el cual se concedía un jubileo por 10 años a las personas que arribana al monacato el día de San Blas, y confesasen y comulgasen, concediendo indulgencias plenarias a todos los pecadores, estamos hablando del año 1583».
Creo que todo esto está a medio estudiar, y es preciso darle unas cuantas vueltas antes de asentir una vez más, y en pleno siglo XXI que el Camino Jacobeo dejara al monasterio de Valdediós de lado para irse por Arbazal, es algo que resulta ilógico, y que a estas alturas sería necesario un buen panel que explicase estos términos.
Fuera como fuere el Camino del Norte, o sea nuestra Vereda de los San Salvadores, bien por la campa de Arbazal, o por los núcleos que jalonan el valle de Valdediós, como el propio Monasterio de Valdediós y los núcleos de Vallinaoscura o Villarrica, se alcanzaba el Alto de la Campa, divisoria entre los concejos de Villaviciosa y Sariego, que es el último concejo dentro de la Comarca de la Sidra."
"Los itinerarios del Camino de Santiago continúan siendo un factor clave en el turismo asturiano, sobre todo, por el carácter históricamente peregrino de la ciudad de Oviedo. El experto Víctor Guerra, no obstante, aseguró en su ponencia de esta semana en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón que la nueva ruta "de moda" es el Camino del Norte y que, al bordear buena parte de la costa asturiana, hace que muchos peregrinos ignoren ahora la capital y prefieran quedar en albergues gijoneses.
La ruta jacobea citada, según Guerra, intenta bordear el mar y llegar a Santiago en línea recta, por lo que en muchas partes del recorrido los peregrinos deberán bajar y subir los valles de pequeños ríos costeros. "Muchos prefieren esta ruta porque en casi todo el recorrido se ve alguna playa, pero en época de lluvias provoca problemas. Hay repechos que acaban en unos cauces de agua que no se pueden cruzar de un simple salto", resumió. Al tener siempre los ojos puestos en el horizonte, esta versión del Camino de Santiago podría suponer, a la larga, un buen reclamo turístico para la gente de Gijón. Según el experto, el perfil del peregrino se centra ahora en "gente joven que prefiere ver el mar y tirarse medio mes como mochileros", por lo que la capital asturiana "ya no se ve como un destino ineludible". "Es comprensible que en la ruta del Norte Gijón empiece a atraer a los peregrinos que antes iban a Oviedo; cada vez los peregrinos, sobre todo los jóvenes, tienen una conciencia más turística que religiosa", aseguró."
"Es la parte alta del denominado río Valdediós. Nace de las fuentes de Vallinaoscura y Santi, en la parroquia de Puelles (Villaviciosa). Corre hacia el este hasta llegar al convento de Valdediós, donde toma el nombre del monasterio. Tiene una longitud de 1 km, aproximadamente, y en este trayecto riega la vega de Santi y se le une por su orilla izquierda la riega de Vallina, que baja de Lluaria. Su importancia deriva de la determinación de asentar en su orilla los conventos de San Salvador, El Conventín, y Santa María, fundaciones de Alfonso III y Alfonso IX, respectivamente, de los siglos IX y XIII. A pesar de su corto trayecto y escaso caudal, en ocasiones llega a inundar el convento de Santa María, hasta que en la reciente restauración del mismo se realizó un nuevo encauzamiento. Según José Manuel González, su nombre es un hidrónimo perteneciente a una lengua prerromana"
"Durante trece años el monasterio de Valdediós formó parte de sus vidas y con el paso del tiempo, lejos de romperse, el vínculo que alumnos y profesores de la escuela-taller que rehabilitó el edificio mantienen con el cenobio es cada vez más fuerte. «Tenemos unos recuerdos fantásticos porque fue una experiencia muy significativa, con muy buenos resultados y una inserción laboral muy alta», reconoció Gonzalo González Espina, presidente de la asociación Asta, para el desarrollo socioeconómico y cultural de Asturias, y exdirector de la escuela-taller, que ayer conmemoró el vigesimonoveno aniversario de su fundación.
La escuela-taller de Valdediós fue la segunda que se puso en marcha en Asturias. Corría el año 1986 y las inundaciones se habían cebado con el conjunto monástico, alcanzando el agua los 1,80 metros de altura. «Los primeros seis meses nos los pasamos desescombrando y limpiando los espacios», recordó Marcelino Barbés, profesor y último director. «Uno de los objetivos era recuperar oficios tradicionales y en riesgo de desaparición como el de cantero, forjador, restaurador paisajístico y albañil artesanal, técnicas indispensables para actuar en el patrimonio», añadió González.
Hasta 1993 en Valdediós se instalaron ventanas, se talló piedra, se repuso la cubierta y se acometieron cientos de trabajos más que aún pueden apreciarse recorriendo sus rincones."
"Sobre el valle de Valdediós, entre las parroquias de Puelles y Rozaes, concejo de Villaviciosa, se levanta este pequeño cordal que va de sur a norte por encima de la aldea de Lluaria, en los límites del concejo de Villaviciosa con Sariegu, desde el Foyu Valloveru a Porciles, siendo sus alturas más importantes el alto Valloveru 607 m y El Cabañín 601 m. Sus cimas están cubiertas de praderías de excelentes pastos y es un mirador inigualable sobre el valle."
"Hace tres semanas falleció en su casa de Oles, parroquia (...) del Concejo de Villaviciosa, Tomás Noval Barredo a los 87 años.
Como saben los lectores de EL CORREO, el azabache es la piedra-talismán del Camino de Santiago y durante cinco siglos la base de un importante oficio compostelano, sin rival en el mundo, que llegó a ocupar a más de 300 azabacheros en 30 talleres establecidos en el tramo urbano del Camino y que se convirtió en la rúa Azabachería, además de una capilla en la Catedral, una entrada de la misma y una importancia social reconocida en las complejas Ordenanzas de su Cofradía y en los impuestos que pagaban.
Todo el material bueno, que se utilizaba en los obradores compostelanos, provenía de esa zona de Asturias, donde existían numerosas minas. Las relaciones con Compostela fueron muy importantes, pues allí se hacían, por encargo, miles y miles de pequeñas piezas, que se vendían en Santiago, quedando las piezas grandes, que hoy se ven en los museos, para los importantes talleres de Compostela, pues la dificultad del oficio está en su dificilísimo tallado. De esa época, hay contratos de peticiones de cientos de miles de pequeñas piezas a Villaviciosa y también contratos de aprendizaje para que jóvenes de allí estuviesen en Compostela aprendiendo el oficio, quedando algunos apellidos asturianos, de la zona, en los archivos de maestros azabacheros compostelanos.
Pues bien, heredero directo y voluntarioso de esa larguísima tradición era Tomás Noval, guardando durante 40 años los mayores y mejores trozos de azabache para los maestros compostelanos y cobrando unas cantidades muy módicas por dicho material, a pesar de ser el único que lo tenía.
La mina que él explotaba estaba cerca del mar y era tradición decir que se metía bajo el mismo, lo cual es posible, pues las distintas galerías entraban varios kilómetros bajo tierra con una altura y una anchura que obligaban a ir encorvado.
En las décadas del hambre, la mina ayudó a Tomás a sacar adelante a su familia, pues él, que era campesino, se encerraba "8 ó 10 horas en la mina, hasta que el carburo empezaba a flojear y había que salir", y después de unos días intensos, sacaba dinero para comprar un ternero y aumentar su cuadra, que en los mejores tiempos tenía diez vacas. En las décadas de los sesenta y setenta estaba contento, porque en Santiago hubo un notable renacer del oficio, lo que aseguraba el futuro; y en Asturias empezaron nuevos artesanos, con trabajos distintos de los que hicieron, los últimos ochocientos años, los artesanos clásicos de allí ayudados por sus familias en el pulido y remate de las pequeñas piezas.
En Asturias solía salir, anualmente, algún artículo de prensa sobre el "último minero del azabache", en que se manejaban lugares comunes y poca documentación; no obstante, a Tomás le encantaba, porque hacían que en el verano le visitase gente de todas partes, a los que él enseñaba sus tesoros (un trozo grande de azabache, herramientas, recortes de periódico y algunos trabajos hechos por su familia ) y siempre regalaba algún trozo de material, porque todos los visitantes argüían que eran medio artistas, etc. Incluso alguna gente se aprovechaba de su buena fe para revender el material en España y fuera de ella.
A raíz de uno de esos artículos, recibió en 1993 la visita de un joven inspector de Hacienda que le impuso una multa de 230.000 pts. por ingresos no declarados (no creo que en esas fechas sacase mucho más de esa cantidad en todo el año ). (¡En vez de subvencionarlo por conservar una mina de origen prehistórico -encontró muy adentro un hacha de piedra y otros materiales que pasó al museo- posterior explotación romana, continuado por los cinco siglos del Camino y los 50 años de la Reina Victoria que explotó a conciencia las minas de la zona¡). Su disgusto fue grande y desde ese momento, se negó a entrar más a la mina y se dedicó a revolver por las escombreras, para sacar algún pequeño material para sus amigos y angustiados clientes azabacheros.
Creo que fue cuando cumplió 75 años: sólo se acordaron de él los hippies de Gijón, que le regalaron un bastón con puño de plata, en reconocimiento a su generosidad, pues les pasaba saquitas de material pequeño para que se pudiesen ganar la vida.
En Santiago, afortunadamente, contaba con buenos amigos: Fernando Mayer, Moncho Requeixo, Ramón González, Ricardo Rivas, Eloy Gesto, los hermanos Tojo y otros azabacheros, y en reconocimiento a su dilatada amistad y fidelidad se le tributó un merecido homenaje el día 1 de noviembre de 1997, día de San Eloy, patrón de azabacheros y joyeros. El día antes tuve el gusto de enseñarles Compostela a él y a su familia, y el día siguiente fue el homenajeado en la misa corporativa en San Paio de Antealtares, así como en las fotos y en la multitudinaria comida de fraternidad celebrada en las afueras de Santiago.
En resumen: se fue una buena persona, defensor acérrimo del oficio de azabachero, de la mina y de toda la tradición compostelana del azabache. Tus amigos de Compostela no te olvidan."
Abajo, vemos cada vez más cerca la carretera AS-380, con la que nos encontraremos en el Altu la Campa, aunque no la pisaremos por escasos metros, pues antes de llegar a ella tomaremos el camino de La Caleyona que, entre las casas, nos llevará, bajando, al valle de Sariegu por Figares, parroquia saregana de San Román
El Camín Rial pasa a hacer una serie de curvas en las que sigue perdiendo altura dando vista a Lluaria
Y otra maravillosa vista del valle de Valdediós, poblado desde la remota prehistoria, en una cueva cercana y mezclados con huesos de animales, fueron hallados en mayo de 1878 los célebres cráneos de Valdediós, pertenecientes al individuos cromañones y estudiados por el historiador Juan Uría Ríu, leemos al respecto en Pueyes y sus orígenes, artículo del diario digital VillaviciosaHermosa del 10-11-2008:
"Historia y arte, arte e Historia forman un todo, un conjunto indivisible por el que nos sentimos unidos como cordón umbilical de nuestra propia madre, a nuestro valle de Valdediós. Historia como la que formó parte de nuestros antepasados muy lejanos ya incluso en la prehistoria, puesto que recordemos el descubrimiento de los cráneos prehistóricos de Valdedios, las gentes mayores lo recordarán perfectamente porque habrán oído los hechos de aquellos descubrimientos ocurridos en Mayo de 1878, tras quedar abierta por casualidad una oquedad en la parte superior de una bóveda o cueva muy cerca del Conventín, en una aldea que todos conocemos como “el Polleu”, la cueva tenía 14 m. de largo, 6 de ancho y 10 de alto aproximadamente, toda ella llena de estalactitas, se encontraron huesos de animales mezclados con los citados restos humanos."
En la lejanía llegamos a reconocer perfectamente las cicatrices hechas en el monte y el valle para la construcción de la caja de la Autovía del Cantábrico así como el nudo de Grases y su confluencia con la A-68, pues, de la misma manera que el antiguo Camino, esta moderna vía de comunicación se bifurca en dos ramales, un más costero y otro hacia el interior
Les Pedreres con la escuela, el Camino, La Vega de Valdediós y el monasterio. Salvo la iglesia de Santa María los demás edificios que vemos son resultado de obras posteriores, de entre los siglos XVI y XVIII, los cuales conforman una plaza a la entrada, dentro de la verdadera "ciudad de Dios" que era el monasterio con sus estancias y dependencias
La quintana de Llaneces
Esta es la cuesta que subían y bajaban las gentes de antaño entre Valdediós y Arbazal, ahora atravesada en la ladera por la Carretera la Campa. Por ahí están El Pinganón y El Prau Castro, además de la ya citada Parea les Felgueres, sobre la que acabamos de pasar por El Camín Rial viniendo de Arbazal
La Carretera la Campa y sus curvas, tan temidas y peligrosas antaño como las de El Pedrosu
Efectivamente, el monasterio de Santa María de Valdediós estaba realmente en un paraje un tanto aislado, como buscaban los cistercienses, cuyos primeros moradores aquí procedían del monasterio de Sobrado dos Monxes, que también podremos ver haciendo el Camino de Santiago del Norte, cuando ya estemos en el corazón de Galicia y a dos o tres jornadas de andadura de Santiago
Abajo, las profundidades de la cabecera del valle, ocultas de nuevo a nuestra vista por el boscaje
"Por lo que se refiere al latín PORCUM ‘cerdo doméstico’ (EM)6 la palabra se sigue en el adjetivo ast. puercu con la acepción de ‘sucio’; en la acepción de ‘cerdo’ o ‘cerdo salvaje’ en asturiano fue desplazado por gochu y gochu montés, palabra esta de origen onomatopéyico que no ha dejado continua dores toponímicos, acaso porque su presencia en nuestro dominio lingüístico no parece anterior al siglo XIII en que se documenta el término “cocho” como mote, así “Michaelis Cochon”, “Iohan Cocho”. Lo que aparentemente guarda relación con la palabra castellana cerdo, esto es, el nombre del barrio ovetense de Cerdeño, ha de entenderse simplemente como un antiguo nombre de persona.
El gochu montés es frecuentemente sustituido por el arabismo xabaril o xabalín aunque sin continuadores toponímicos mayores.
Parece que en relación con PORCUM, además de Rideporcos , a través de un derivado *PORC¯ILEM (similar a EQU¯ILEM de equum, OV¯ILE de ovem, etc.) debe explicarse Porciles"
Todos estos montes, recalcamos, vienen a formar parte de las estribaciones de la gran montaña que es La Llomba, la ancestral divisoria con Sariegu, que no obstante un topónimo que se repite extraordinariamente en estos cordales. Sin embargo, cuando se dice 'La Llomba' en esta zona la referencia es siempre esta montaña llena de prados de pasto y braña
"La vida monástica de los monjes se vivía dentro de la clausura. Su espiritualidad se ordenaba por la regla: silencio, disciplina, obediencia al abad, horario riguroso distribuido entre numerosos rezos en común, lecturas religiosas y trabajo manual.
Además, en la abadía vivía una segunda comunidad, la de los conversos. Vivían su entrega espiritual en el trabajo diario en el campo, fraguas y molinos, no sabían leer y no mantenían ningún contacto con la comunidad de monjes. Esto último se consiguió diseñando dos zonas en el monasterio estancas e incomunicadas entre sí. La zona de los conversos tenía la misma calidad constructiva que la de los monjes."
"... si es posible, duerman todos en un mismo local... en este dormitorio arda constantemente una lámpara hasta el amanecer... duerman vestidos, y ceñidos con cintos o cuerdas... los hermanos más jóvenes no tengan las camas contiguas, sino intercaladas con las de los ancianos.
(...) ... y levantémonos por la noche para darle gracias..."
"La necrópolis de Valloberu está formada por tres conjuntos de túmulos que se agrupan en torno a una gran dolina conocida como Foya de Valloberu. Está en el extremo E. del camino que recorre La Llomba, continuando hacia Lluaria y donde arranca el que baja a La Campa por Busto. Valloberu I está formada por tres túmulos al SE de la dolina. Valloberu II también tiene tres túmulos (uno de ellos dudoso) al W. de la dolina. Y Valloberu III tiene un túmulo sobre el camino a Lluaria y muy próximo al cruce con el que va por Busto. El túmulo de La Llosa'l Ferreru está al SW de ellos debajo del camino por Busto"
Ahora la tienda y centro de recepción para las visitas se encuentra en el edificio adosado a la izquierda de la iglesia, por el que se pasa a El Prau'l Conventu y se accede a El Conventín y a El Conventón
"con amonestación del Diablo, et con malos pensamientos que les vinieron a sus corazones, non temiendo a Dios, nin a las penas que los derechos ponen, nin a la justicia de nuestro señor el Rey, e con grande osadía, con lanzas, e con escudos, e espadas, e con otras armas a la hora de las Vísperas tomaron e levaron muchos ganados..."
"La Campa de un solitario pasto comunal, pasa a ser lugar de concurrencia de gentes que de paso hacen un alto en el camino para tomar un descanso, contemplar el paisaje o tomar un refrigerio en el bar-restaurante"
Del paso del antiguo Boides al actual Valdediós Xosé Lluis García Arias nos explica este proceso en Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos:
"Por influencia ultrapirenaica “en la época de las cruzadas, cuando alcanzan mayor pujanza las abadías benedictinas, era frecuente designar con el nombre de Dios a los monasterios establecidos en lugares retirados”.
Este sería el caso que se observa en los topónimos franceses del tipo Lieu-Dieu, Le Mont-Dieu, Port-Dieu, Valdieu, y ... de nuestro Valdediós ‘el valle de Dios’ (Vv) que se superpone a nombres anteriormente documentados debidos a la colonización romana como recuerda el consignado “Boides” del que queda recuerdo en el topónimo actual Buetes"
La carretera, La Vega, el monasterio, los bosques de El Peredal, La Ribera y arriba Llaneces; al fondo en medio del valle se unen las parroquias de Pueyes, Rozaes, San Pedru Ambás y Niévares. El lugar es a nuestros ojos sumamente bello y en sus tiempos debió de estar rodeado de huertas y viñedos, del que escriben así en Románico Digital:
"... un lugar donde las condiciones de humedad son casi insalubres y las horas del sol escasas, especialmente en invierno. Por lo tanto, puede extrañar la elección del emplazamiento del monasterio, aunque existen importantes factores que contribuyeron a ella, como es el caso de la presencia del río Asta, cuyo cauce fue desviado por los monjes para apartarlo del centro del valle y aprovechar su amplitud para la edificación de la abadía. En efecto, los monjes bernardos se instalaban preferentemente junto a las corrientes de agua, que precisaban para sus usos domésticos y agrícolas. La zona cuenta con otro elemento sustancial para la orden, la piedra, que se extraía de una cantera próxima al monasterio, y de otras situadas en terrenos cercanos al mismo. Además, el emplazamiento de esta abadía cisterciense, caracterizado por su aislamiento, cumple con el capítulo de 1134 en el que se establece que ningún monasterio puede fundarse en las ciudades, castillos o aldeas, sino en lugares apartados del camino de la gente."
"... y me mostró la Ciudad Santa de Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios...Su resplandor era como el de una piedra muy preciosa, como jaspe cristalino...Tenía una muralla grande y alta con doce puertas...la ciudad es un cuadrado: su largura es igual a su anchura.... Su largura, anchura y altura son iguales...el material de esta muralla es jaspe y la ciudad es de oro puro semejante al vidrio puro…"
Nos acercamos a "La Forca de Arbazal", entendida 'forca' como bifurcación o cruce, uno de los lugares que figuran como los límites del Coto de Valdediós en el Libro Becerro, el cual pasó a serlo del concejo de Villaviciosa al suprimirse los señoríos con las reformas administrativas de 1827, ocho años antes a la desamortización
"Yten es del dicho monesterio (de Villamayor) el hero e tierra que está a so Santa Maryña de la Nespra, que está enbaxo de La Vallina, que se dice Hero de Faro, que habrá en él dos días de bueys""Otros y dixo el dicho Diego de la Pumarada que el hero que dizen del Faro questá abaxo de la hermyta de Santa Maryna en que ay dos días de bueyes."
Montes de Valdediós con Peñacalva y a lo lejos el Cordal de Pión, ya perdemos de vista el gran valle de Valdediós y sus afluentes
"La capilla de Santa Marina se encontraba cerca del prado que todavía se conoce hoy con el nombre de Santa Mariña, a la izquierda de la carretera de La Campa a san Román (AS-250), muy próximo a La Campa. Estaba al lado del antiguo camino real hacia Villaviciosa, que transcurría por una ruta situada más arriba del trazado de la actual carretera de "La Campa" (AS-113), que sustituyó al antiguo camino real (...). En este tramo del también llamado camino de Santiago por la costa, la ermita de Santa Marina se encontraba hacia el medio del recorrido entre los pueblos de Figares (San Román) y Arbazal (Puelles). Se trata de una zona de montaña, próxima al mar, apreciada por sus buenos pastos. En esta ermita, situada en lo que los textos suelen denominar "Puerto de Santa Marina", se celebró hasta el siglo XVIII una fiesta, el 18 de julio, en honor de Santa Marina, Virgen y mártir del siglo III muy venerada en Orense. Allí vivió esta santa, hija del gobernador romano de Galicia, quien se vio obligado a expulsarla por no querer renunciar a la religión cristiana. A partir de entonces Santa Marina se dedicó a la mendicidad y al pastoreo, y luego entró de sirvienta en casa de unos labradores. Su bondad influyó en que muchos pastores se convirtieran al cristianismo. El sucesor de su padre en la gobernación de Galicia le dio muerte. Por ello la mártir Marina llegó a los altares, y recibió la veneración de pastores y labradores. Persiste un vago recuerdo sobre la celebración en este paraje de un ferial de ganado al que acudían pastores de Campo de Caso, en el que se hacían contratos "a la ganancia", y de aperos de labranza, según tradición que he recogido en diversas fuentes."
Llegados a dicha carretera, y con Santa Mariña enfrente, bajamos a la derecha. La existencia de una capilla o ermita dedicada a una santa tan relacionada con los campesinos y en concreto con los ganaderos y los pastores en una ruta de trashumancia y de campos de túmulos megalíticos de culturas pastoriles es muy significativo. Aquella renombrada romería de Santa Mariña decayó "a partir de la tercera década del siglo XVIII" y su ermita acabaría desapareciendo:
"Quizá en tal hecho incidiera la ampliación de la iglesia o santuario de Santa María de Arbazal, en el siglo XVI y la devoción a la Virgen de las Angustias, que venía de tiempo atrás. No obstante, todavía en 1850, un contrato de arriendo de una casería en La Campa menciona "llosa y pasto de 6 días de bueyes debajo de la hermita de Santa Marina" y otras fincas próximas a "la nueva carretera"
"... y el recuerdo de que allí hubo un terreno cercado (...) donde se concentraba el ganado -ovejas, cabras, ganado caballar y vacuno- para hacer contratos "a la ganancia", en los días de la festividad de una santa popular entre pastores y labradores, de la que tomaron su nombre numerosas parroquias, capillas y lugares. Pese al interés de la ermita de Santa Mariña, su influencia en la zona no era equiparable a la del santuario de Nuestra Señora de Arbazal, en la parroquia de Puelles, cuya Virgen de las Angustias fue muy venerada en la zona. Su proximidad a San Román y la historia de esta parroquia, aneja a la de Puelles y desde 1630 a la de Santiago de Sariego, implicó una relación especial entre los vecinos de San Román y los de Arbazal, según demuestran las fuentes escritas de la parroquia de Puelles, donde no hemos encontrado -como era de suponer- ninguna noticia relativa a la ermita de Santa Mariña."
Ahí más cerca y prominente tenemos también el largo espolón de la Sierra de Peñamayor por El Picu Oroxu (935 m) y El Picu Castiellu (759 m)
"... por sus laderas empinadas domina el matorral y bosques en sus laderas bajas, se accede bien desde la ruta de Les Foces del Pendón, bien desde el collado de Incosa (Piloña)"
"La Forca Arvazal, e a Santa Marina de Aspra, e a Santa María de Arbazal, e al canto de possadeiro, e sobrepena con era, e la penna ad noral, e al campanario de San Pedro de Ambás, e al riego del Camino de Arpoli, e al canto del Concellero, e al riego de Valleciellos, e a la hortillera del ataud, e a la penna de los perales, e a la peña del Cuervo, e a la penna de Gamonedi, e al Canto de las Vardas, e a las felgueras, e a las Arcas"
"Así me lo contaron vecinos de esta zona como Segismundo García Marcos. Así lo recoge José Manuel Fernández Llana-Riva en su estudio Toponimia de la parroquia de Puelles (Villaviciosa), Valdediós, 1993, donde incluye la voz "Santa Mariña de Aspra" dentro del barrio de Arbazal, afirmando que se conservan los cimientos de la ermita. Marta Villazón González no incluye Santa Mariña ni Santa Marina, pero sí La Parea, sin más, en Arbazal (Conceyu de Villaviciosa, parroquia de Puelles, Toponimia nº 30, Oviedo 1993. María Antonia Pedregal Montes Toponimia de la parroquia de San Román. Sariegu, 2, nº 16 Academia de la Llingua 1991) incluye Santa Mariña, mencionando esta capilla, así como los topónimos de Monte Fariu y Monte'l Puertu, perteneciendo a San Román la parea sur"
"Durante muchos años la forma de llegar a Villaviciosa, desde Oviedo, era hacerlo por la entonces AS-113 y hoy AS-267, hacia el alto de la Campa, carretera sinuosa y estrecha cuyas curvas y de niños nos marearon más de una vez en el coche familiar. Hoy, años después de la apertura de la Autovía del Cantábrico, por el alto de la Campa, además de los vecinos que viven en los pueblos que lo rodean, los que más transitan son los ciclistas, los peregrinos que realizan el Camino Primitivo hacia Santiago, los enamorados de conducir por carretas en medio de paisajes impresionantes y los que gustan de comer rico, bien, abundante y a buen precio, es decir, los que van al bar El Mariñán.
Rocío Monestina Martínez lleva ya 15 años tras los fogones primero y en los últimos tiempos tras la barra y en atención al cliente, haciendo realidad lo que aprendió al poco de llegar a este establecimiento tras casarse con Tino, el nieto de quien sería su principal maestra, la abuela Elvira, quien a su vez también se inició en la hostelería de mano de sus padres, los fundadores de este local en 1945. Hoy su fachada alicatada como muchos barinos de los pueblos asturianos se asoma pegada a una casa de azul intenso y a la izquierda o derecha, según se venga o vaya, de una gasolinera fuera de servicio hace años. «Siempre tuvimos miedo cuando abrieron la autovía de que nos afectase mucho, que cayésemos en el olvido de la gente, pero afortunadamente el que nos conoce y sabe cómo se cocina en El Mariñán sigue viniendo», dice con una sonrisa Rocío Monestina, quien al hilo de este comentario recuerda el paso de algunos peregrinos que, haciendo el Camino de Santiago, se detuvieron en su bar a comer y luego escribieron en internet recomendándolo.
El local, sencillo y limpio, luce ordenado a media mañana con todas sus mesas vestidas con mantel de papel de cuadros azules y blancos, pan y copas a la espera de que lleguen los primeros comensales a degustar un menú semanal con cuatro primeros, cuatro segundos y postres caseros a elegir. Entre su clientela buena parte son trabajadores que suben hasta el bar a comer, por lo que Marisol y Carmen, las cocineras, ultiman con rapidez los platos del día para que puedan sentarse pronto a la mesa.
Entre sus platos más destacados están los callos, las manos de cerdo, la fabada, el pote, el lenguado mariñán, el bombón de merluza, el cordero, las fabes con almejas, el hígado encebollado y los postres caseros como la tarta de turrón, la de naranja o el arroz con leche, sorprendiendo, además, la abundancia de todo ello. Y es que Rocío ha hecho suya una de las principales lecciones de la abuela Elvira: «No puede ser que la gente marche con fame y todavía menos los que están trabayando», dice con firmeza. Todo servido, además, con dos ingredientes muy importantes que el cliente agradecido nunca olvida: la cordialidad y la simpatía de quien les atiende tras la barra."
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