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sábado, 10 de enero de 2015

EL CAMÍN RIAL A ARBAZAL Y LA CAMPA (y 3): EL MESÓN CISTERCIENSE Y LA IGLESIA DE SANTA MARÍA "LA SANTINA DE ARBAZAL": LLEGANDO AL ALTU LA CAMPA POR SANTA MARIÑA (VILLAVICIOSA, ASTURIAS)


Arbazal: iglesia de Santa María, Camino y el Meson del Císter al fondo

El pueblo de Arbazal, en Pueyes, Villaviciosa, al sur del Monte Lloses y al norte de La Campa, en el paso secular de Villaviciosa a Sariegu y el valle del Nora, es un importantísimo hito caminero en el que hasta los monjes del Císter de Valdediós hicieron su mesón y hospedería de viajeros en 1640, al lado de la iglesia de Santa María, a pesar de su relativa distancia de su monasterio, apartado abajo en el valle, tal y como gustaban en los preceptos constructivos de sus fundaciones, dado que era este el Camino más transitado antaño hasta la construcción de las primeras carreteras de la zona a mediados del siglo XIX, con el cenobio ya desamortizado

Valdediós desde el Camino de Arbazal a La Campa, El Camín Rial

Hoy en día se ha producido el efecto inverso, señalizadas ambas rutas como Camino de Santiago oficial desde Castiellu Ambás para los peregrinos que, a su vez, han escogido en Casquita el ramal del Camino Norte que se dirige a la catedral ovetense de San Salvador, en la capital asturiana, la inmensa mayoría de los peregrinos se dirige por el valle al monasterio de San Salvador atraídos por su albergue-hospedería y por el gran conjunto monumental de El Conventín o iglesia de San Salvador, consagrada en el año 893 y joya del Arte Asturiano y el gran monasterio de Santa María con su iglesia románica y 'pequeña ciudad' monástica de edificios añadidos entre los siglos XVI al XVIII (destacando el claustro)

Monasterio de Santa María de Valdediós y detrás, más pequeño, El Conventín o iglesia de San Salvador

Estos son los edificios que destacan en medio del valle y los vemos desde lo alto "a vista de pájaro" si tomamos el camino de Arbazal, El Camín Rial, ahora apenas transitado por peregrinos en comparación con el que va por Valdediós pero, recalcamos, también camino oficial y como tal señalizado, al que también le dedicamos las oportunas entradas de blog, de la que esta es la tercera entrega

Subiendo a Arbazal por la ladera del Monte Lloses

Tras tomar el camino a Arbazal en Castiellu, subimos a la iglesia de San Pedru Ambás para luego, por Villabona, subir la ladera del Monte Lloses en un suave y bastante cómodo ascenso, llaneando enseguida por este trazado caminero bastante bien conservado y ancho, lo que revela porqué fue el preferido antaño para subir o bajar el Altu La Campa

Abajo en el valle, el Camino a Valdediós desde Castiellu Ambás, aunque mayormente por asfalto es muy cómodo y bastante llano, pero todo lo que no se ha subido pausadamente antes toca hacerlo abrupta y repentinamente más allá del monasterio, a partir de las casas Santi, por los largos y duros repechos de Vallinaoscura y Villarrica hasta ganar La Campa, paso a Sariegu, donde se une al Camín Rial procedente de Arbaza

El Camín Rial, del 'reino', lo más equivalente a lo que hoy podríamos llamar "carreteras del Estado", de ahí que hubiese tantos con ese nombre, los cuales se basaban en sendas más antiguas, vías romana o, más bien romanizadas, de caminos mucho más antiguos, mismamente prehistóricos, que aprovechaban pasos seculares por montes y valles, los cuales se hicieron rutas de trashumancia, arriería, emigraciones estacionales y, por supuesto, también peregrinaciones

Así, en lo alto del monte pero ya llaneando, llegamos a Arbazal, que es como decir 'erbazal' por estos excelentes pastos aprovechados  desde el neolítico, tal y como demuestran las necrópolis megalíticas existentes en estas montañas y pertenecientes, a lo que parece, a grupos pastoriles de unos 5.000 años de antigüedad. El paisaje es pues, netamente ganadero en estas zonas altas de la parroquia de Pueyes. Desde antiguo los pastizales estaban en estos altos y puertos de montaña, tierra de prados y brañas, pues mismamente el lugar aparece mencionado en un documento de 996 como Ervazare, topónimo relacionado con 'hierba'

Prácticamente no vemos Arbazal hasta darnos de bruces con él, oculto en los pliegues de estas laderas de pastizales y algunos bosquetes, a unos 370 metros de altitud y al pie de los altos de El Cuetu, de prados y arboledas


Más allá a la derecha, La Cruz, al fondo, por donde sube la carretera local que comunica con la AS-380 o Carretera la Campa. En uno de esos prados se celebra la romería de La Cincuesma, la de la Virgen de las Angustias, que antaño se bajaba andando en procesión desde la iglesia de Santa María de Arbazal hasta Valdediós por La Provincia y de allí a Pueyes, cabeza de la parroquia, en cuya parroquial de San Bartolomé se celebraba la Novena, nueve días, y al noveno volvía a subirse también en procesión de vuelta a Arbazal, cantando hombres y mujeres el Rosario, parándose en cinco sitios, donde se canta el Gloria, el Padre nuestro, el Dios te salve y la Santa María


El Camín Rial suele ser escogido, normalmente, por peregrinos que, conocedores de la ruta por Valdediós, optaron en la siguiente ocasión conocer esta para subir a La Campa, no se pasar por el conjunto monumental monacal del valle pero sí se ve hermoso desde lo alto y se conoce San Pedru Ambás y este importantísimo hito caminero y xacobeo que es Arbazal, rescatado del olvido del tiempo...


Al entrar en Arbazal, vemos su nombre escrito, a mano y con pintura, en una vieja piedra de cantería de una cuadra o cabaña arruinada


Arbazal concentra sus casas a lo largo del Camino: sin duda su origen, como el del cercano núcleo de La Campa, era una majada de pastores y una parada de la trashumancia, y con ella de la arriería, en un paso natural que se hizo vía de comunicación importantísima a lo largo del tiempo entre la costa y el interior, trasiego continuo de gentes y mercancías hasta la apertura de la Carretera la Campa, actual AS-380 y que en principio fue 'Carretera de la Secada a Tazones' en 1852


El Camino se bifurca al llegar a las primeras casas, el principal actualmente, hormigonado y más ancho, es el de la izquierda, pero antaño debería ser el de la derecha, pues va directamente al Mesón d'Arbazal, Mesón del Císter o Mesón Cisterciense, parada y fonda de los viajeros, arrieros, pastores y peregrinos de antaño


Ambos sin embargo vuelven a confluir justo allí, en la explanada enfrente del mesón y al lado de la iglesia de Santa María, cuyo pórtico empieza a asomar entre las casas


Vieja pared de piedra, en estos altos los inviernos son más duros, pese a estar cercanos a la costa y a que "ahora nieva menos" como nos suelen decir. Hasta hace pocos años no era extraño que además de nevar la nieve cuajase y llegase a tener metros de espesor, produciéndose tremendas heladas. Es por ello que la llegada al Mesón d'Arbazal fuese un alivio para los peregrinos y demás trotamundos de antaño


No llegamos a ver el fondo del valle, donde está el monasterio, pero sí los Montes de Valdediós, con Peñacalva (502 m) a la derecha y El Monte Lluaria a la izquierda, donde está el pueblo de ese nombre, perteneciente también a la parroquia de Pueyes, con los 606 metros del Altu Valloberu y los 602 m del Cantu Cabañín y del que se dice que el el más alto de la parroquia y posiblemente de todo el concejo de Villaviciosa


El Camino se estrecha encajado en esta callejuela entre casas, cuadras y cobertizos. Detrás de la casa del fondo asoman un poco la espadaña del campanario y el pórtico de la iglesia de Santa María. En Arbazal, la olvidada aldea del Císter, una joya para disfrutar de Villaviciosa, la corresponsal de La Nueva España Olaya Pena publica, a fecha 22-2-2022 un reportaje dedicado a este enclave del que compartiremos algunos fragmentos, tal que este que dice:
"La estrecha caleya que cruza la pequeña aldea fue durante la época medieval un paso obligado del Camino de Santiago para los peregrinos que venían por la ruta de la Costa y que, en el cruce de Casquita, decidían continuar su recorrido hacia Oviedo para enlazar con el Camino Primitivo. En consecuencias, Arbazal gozó de gran relevancia, tal y como señala Rebeca Meana, de la Fundación Cardín. “La importancia del paso del Camino de Santiago y de la aldea en sí viene dada por ser un lugar de paso y despedida de Villaviciosa, y también de recepción de los que volvían, porque siempre se habla del Camino de ida, pero en algún momento tenían que volver. Entonces, esos caminantes que regresaban, quizá para llegar hasta el puerto de Tazones para coger un barco, o para seguir por el itinerario de la Costa llegaban a Arbazal, convirtiéndolo en un lugar de paso importante. Desde el siglo XIII se tiene constancia de bastante movimiento en la aldea. Desde peregrinos, hasta los carruajes de las líneas de transporte de viajeros. Todos ello aportaría cierta riqueza”, subraya."

Tal vez aquí hubo en sus tiempos un llagar, dos pipas de sidra lo delatan...


Esta es la parte posterior de las casas que tienen entrada al otro lado por el otro camino. Seguimos leyendo a Olaya Pena cuando dice:
"En este paso natural entre dos concejos se concentran, en menos de veinte metros, varios vestigios de aquel ir y venir de gentes y de historias, aunque, a día de hoy, cueste imaginarse tal trasiego, ya que muchas de las viviendas se encuentran en un estado de avanzado deterioro."

Ropa en los tendales, secando sobre el Camino


A la derecha y en lo que pudo ser otra cuadra o llagar ahora hay este pequeño solar


Calas y rosales, pasamos ahora a una corrada o corralada, un rellano cuadrado entre las casas atravesado por la calleja


Al fondo se reconoce mejor el pórtico de la iglesia, hacia donde nos encaminamos


A nuestra izquierda, las casas que cierran esta pequeña explanada por el este, dando al otro lado con el otro camino


Empezamos a ver la nave de la iglesia, así como a la derecha el Mesón del Císter, Mesón d'Arbazal o Mesón Cisterciense, simplemente en el pueblo El Mesón


Esta es la fachada septentrional, la que mira al norte, la más umbría por tanto, la mitad tiene carga y la otra ha quedado en piedra vista, puede deberse a sus diferentes usos o a tema de propiedad. Con la desamortización de 1835 los bienes del monasterio fueron pasando a particulares


El terreno que hay detrás se llama también El Mesón, pues sería donde estaban sus huertas, llamado asimismo El Terreru. El topónimo El Mesón se repite, como hemos visto en el capítulo correspondiente al tramo anterior, en un prado de El Cantu, en la frontera de esta parroquia de Pueyes con la de San Pedru Ambás, puede esto deberse a que sus productos o sus rentas sirviesen a este mesón o a que fuese el solar de otro más antiguo anterior a este


Justo aquí abajo en el fondo del valle está Valdediós, que tampoco podemos ver desde aquí, aunque sí los prados de los antiguos viñedos en La Viña y, ladera arriba, el lugar de Palombares, por donde pasa El Caminón, antiguo camino a Valdediós, donde la tradición afirma que estuvo primeramente el pueblo de Lluaria antes de trasladarse y asentarse más arriba, según recoge la investigadora Marta Villazón González en su estudio sobre la toponimia de la parroquia de Pueyes. El nombre no solo hace referencia a palomares de palomas sino a casas edificadas en lugares altos y salientes


El Mesón de los Cistercienses fue fundado por estos monjes, asentados en Valdediós desde el siglo XIII, en 1640, es posible que sobre otro anterior sito en el lugar o en las inmediaciones, pues ya desde esa misma centuria se destaca documentalmente la importancia de Arbazal en el Camín Rial


Podría ser pues que en el lugar ya existiese, o hubiera existido, una antigua venta donde parasen los peregrinos, arrieros, pastores, nómadas y viajeros, y donde hubiese una parada de postas para el cambio de los tiros de los carros que subiesen al puerto o bajasen


Se aventura que aquí se albergasen incluso monjes cistercienses enfermos por culpa de la tremenda humedad del valle, máxime teniendo en cuenta que el mismo monasterio padeció gravísimas inundaciones, de las que hay constancia documental, una en 1522 que provocó la destrucción del cenobio a excepción de la iglesia, y su reconstrucción, y otra en 1691, al desbordarse el Ríu Asta o Valdediós, que había sido canalizado. Es indudable que hubo otras inmediaciones menores en todo ese tiempo. En el diario digital VillaviciosaHermosa llegan a afirmar que "servía a los monjes como valetudarium o enfermería y a los peregrinos como albergue ocasional."


Casi a la vez que se construye el mesón o en esa época, se edifica también la iglesia barroca de Santa María de Arbazal o "Ermita de Nuestra Señora de las Angustias", como la denomina el Diccionario de Madoz a mediados del siglo XIX, dentro de la parroquia de Pueyes, donde la parroquial de San Bartolomé, a la que se lleva y trae la Virgen de las Angustias en la Cincuesma, la Santina de Arbazal, está sensiblemente alejada del Camín Rial


La iglesia se construiría para sustituir a otra más antigua, del siglo VIII, mucho más pequeña y que se conservó al ser aprovechada como sacristía y que veremos más a la izquierda, por donde sigue el Camino


El Mesón de los Cistercienses se hizo tan a conciencia que se conserva relativamente intacto pese al tiempo que pasó a ser vivienda particular, "esta casona nació siendo una venta o albergue de peregrinos, pero donde no solamente se refrescaban los caminantes sino también los animales de tiro que subían por el puerto", nos dicen en el vídeo descriptivo del mesón de la Fundación José Cardín Fernández



"Esta casa, de planta rectangular, se construyó en el año 1640" destacan, así como que "su solidez se mantiene a día de hoy" en este lugar donde "el Císter tutelaba el paso natural entre Villaviciosa y Sariego". Como en el caso de las torres, castillos y casonas, los monasterios como institución tanto guardaban y protegían como aplicaban cargas y sojuzgaban lugares y territorios desde el medievo hasta las desamortizaciones decimonónicas. Proseguimos con el artículo de Olaya Pena de La Nueva España, que nos aporta datos de Rebeca Meana, de la Fundación Cardín:
"Una de las construcciones que mejor se conserva es la conocida como “el mesón de los cistercienses”, una casona que data de 1640 y que nació como venta o albergue de peregrinos, donde no sólo se refrescaban y reposaban los caminantes, sino también los animales de tiro que subían el puerto. Además de para reponer fuerzas, también servía para cambiar los tiros de los carruajes de pastores y arrieros tras la abrupta subida. En el siglo XVII, Arbazal se encontraba dentro del ratio de influencia de uno de los monasterios más importantes de la época, el de Santa María de Valdediós, en el cercano calle de Boides, perteneciente a la Orden del Císter, el cual, desde Arbazal, tutelaba el paso entre Villaviciosa y Sariego. Por ello, los monjes construyeron en la aldea este mesón “como lugar de descanso y recogimiento”, subraya Meana. Desde la Asociación Cultural Boides, de Puelles, coinciden en que “el mesón podía haber tenido una función de refugio o haber sido una especie de venta en el Camino, incluso se dice que fue una casa de convalecencias para los monjes enfermos o aquejados de las humedades de la parte baja del valle”. Añaden desde el colectivo que no existe mucha documentación al respecto, ya que se quemó durante un incendio en el monasterio de Valdediós, pero se presupone que el edificio constaba de dos plantas ya en su origen y que estaba habitada la superior, a la que se accede por una escalera frente a la iglesia. La parte trasera, más baja, aún conserva lo que parece ser un arco de medio punto en el muro, que sería, probablemente, la entrada a una caballeriza o a un almacén”. También se mantiene sobre el dintel de la puerta el escudo de los cistercienses, concretamente de la congregación de Castilla."

El escudo del Císter, en concreto el de dicha Congregación de Castilla a la que pasó a depender el monasterio en 1515 está sobre la puerta, pero puede pasarnos desapercibido por las ramas del limonero que crece al pie de la casona, así como las rosaledas que decoran su fachada


Una espléndida escalera llevaría a las estancias principales del mesón como ahora lo hace con las de la vivienda. De su historia poco se sabe al haberse perdido mucha documentación del monasterio con incendios, inundaciones, guerras, desalojos, desamortizaciones y otras circunstancias y, aunque buena parte de la historia monástica se conservó gracias a una copia del Libro Becerro de Valdediós, que incluía numerosos documentos, hecha en el siglo XVIII por encargo del ilustrado Jovellanos, existen numerosas lagunas y episodios perdidos, como la de la historia de este mesón-alberguería


Y ahí tenemos el escudo, la obediencia a la Congregación de Castilla, si bien acabó con la relativa autonomía de muchos monasterios, cortó por lo sano cierta 'relajación de costumbres' y diversas anomalías, tanto en esta Orden como en otras, aplicándose las reformas administrativas y litúrgicas que ponían fin a la Edad Media eclesial


Esta es una variante de las varias existentes del escudo cisterciense, con símbolos como la mitra, el báculo o la flor de lis, además de la franja banda jaquelada


A su alrededor una frase de San Bernardo de Claraval, el gran impulsor del Císter en toda Europa, y abajo la fecha de fundación, 1640, así como dos cruces de la Orden de Calatrava, de caballería, fundada por el abad Raimundo de Fitero, miembro del Císter


Esta es la fachada meridional, con con grandes puertas en la planta baja que pueden delatar su antiguo uso como como caballerizas, despensa, almacén, ¿cocinas? etc. La fachada occidental, al ser edificio particular, no es de libre acceso


En esta puerta nos llama atención este dintel de época, del que parecen haber desaparecido porciones a su derecha


Siendo la actual iglesia de Santa María de Arbazal del siglo XVII, no es descabellado suponer que su construcción barroca tenga que ver con la del mesón. Aquí se celebra la fiesta de Nuestra Señora de las Angustias, de gran tradición romera con la Cincuesma, como hemos dicho antes. Es de reseñar además que en 1685 Doña Leonor Valvidares, de la estirpe de los Valvidares en el cercano pueblo saregano de este nombre (al otro lado de La Campa, parroquia de San Román) fundó la Obra Pía de Nuestra Señora de Arbazal, de la que existe documentación diversa. Para Florencio Friera Suárez, cronista oficial de Sariegu, esto hace patente la intensa relación vecinal entre gentes de ambas parroquias, por lo que escribe en su libro Patrimonio histórico y cultural del concejo de Sariego (Asturias) lo siguiente:
"Aparte la contigüidad entre San Román y Puelles, cabe recordar una vez más que San Román fue aneja a la parroquia de Pueyes hasta 1630 y que el término municipal de Sariego era más extenso que el actual. Entre los vecinos de uno y otro espacio existieron unas relaciones especiales. Una prueba se encuentra en que la "Obra Pía" de Arbazal fue fundada en 1668 por Dª Leonor Valvidares Vigil, mujer de Pedro Valvidares Vigil, vecino de Valvidares (San Román de Sariego), para costear la dote de doncellas pobres. El santuario de Arbazal, con sus orígenes en una capilla prerrománica, disponía de un rico patrimonio, asociado a esta zona de buenos pastos de montaña próximos al mar, lo que explica que en su Libro de Fábrica existían numerosas referencias a "comuñas" de ganado y que contara con censos. Se encuentran vecinos de San Román en la "comuñas" y en el pago anual de réditos por censos. Se celebraban en él dos fiestas al año, la primera el martes de Pascua del Espíritu Santo, y la segunda el 8 de septiembre. Tales festividades importaron, en el año 1770, unos gastos de 119 rs. y 22 mrs. en la primera, y de 140 rs. el día de la Patrona, cifras muy superiores a los costes que había en cualquiera de las festividades de las iglesias y capillas de Sariego".

Llama la atención muy especialmente su grandioso pórtico o cabildo, en el que ha dormido más de un peregrino de los pocos que pasan por aquí en la actualidad, pues como bien dice Bernardo Busto en su blog Ría de La Villa...
"Nos llama la atención la cantidad de historia que se agolpa en tan pequeño espacio geográfico. La aldea de Arbazal pertenece a la parroquia de Pueyes (La Villa). Se encuentra a 380 m. sobre el nivel del mar y hay nueve viviendas donde viven doce personas. La primera cita que se conoce de este pequeño núcleo rural aparece con el nombre de Ervazare, posiblemente un fitotopónimo (herbazal). 
Enclavada en pleno Camino de Santiago, entre San Pedro Ambás y el alto de La Campa, actualmente muchos peregrinos prefieren el paso por el fondo del valle, visitando Valdediós."

El pórtico tiene forma de 'L' y cubre un muy amplio espacio en sus fachadas norte y sur, estando su gran tejado sostenido por numerosas columnas toscanas de piedra


En el muro del pórtico, que se eleva notablemente sobre el pórtico, un concha nos indica la continuidad del Camino de Santiago, que como hemos dicho, enlaza de nuevo con el de la bifurcación existente al entrar en Arbazal


A la izquierda hay un viejo edificio que se vincula a la fundación cisterciense del mesón o que puede ser incluso anterior; según las fuentes consultadas se dice que pudo ser una antigua rectoral o una casa de novenas, o mismamente incluso un mesón, alberguería, venta o posada más antigua


Además de la pérdida de la antigua documentación es que "El problema de Arbazal es que apenas vive gente ya y es muy difícil encontrar testimonios sobre el pasado del pueblo", afirma Rebeca Díaz a Olaya Pena en su artículo


Esta parte pueden haber sido también las cuadras, mientras que la siguiente, con carga para impermeabilizarla, es claramente la vivienda


Es la llamada Casa del Reló 'reloj' por la existencia de un reloj de sol en su fachada, que es muy original pues está pintado y no grabado ni esculpido, siendo muy antiguo, por lo que es especialmente extraordinario que se conserve


Está entre las dos ventanas del piso alto, de madera y cuya decoración recuerda a la de las puertas y otros elementos de algunos hórreos y paneras de la zona. La fachada presenta señales del antiguo color azulete que se empleó profusamente en siglos pasados. Aportamos al respecto este interesante artículo, El azul en puertas y ventanas, sacado de la web de Cantabria Burgalesa:
"El color azul en puertas y ventanas se lleva utilizando desde hace mucho tiempo en diferentes ámbitos culturales. En el Mediterráneo (Santorini, Ibiza, Túnez, Marruecos, etc.) forma parte de los colores icónicos de muchas aldeas costeras. Pero también en el Atlántico, desde Galicia hasta Irlanda se ha utilizado aunque probablemente con significados diferentes. 
Y por el interior noroccidental ibérico, hubo un tiempo no muy lejano en que se pensaba que ahuyentaba a las moscas, razón por la que se utilizaba con profusión en cocinas y establos. Relacionado con esta función, mencionar que en Valderredible existe la creencia de que pintando el número 58 a la entrada de la casa no entran las moscas, aunque esté pintado en un papel. 
También es un color asociado a la creencia de que espantaba a demonios, brujas y otros seres malignos de la casa. La creencia de que ahuyenta y protege de las brujas está extendida por buena parte del globo, desde los Amish de Pennsylvania o los indios nativos de México hasta Grecia o el mundo musulmán… Tal vez algo haya de cierto, vista su extensión. 
Hasta la Edad Moderna, la forma más barata de obtener el color azul era machacando azurita, un carbonato de cobre. Cuando se mezcla la azurita con aglutinantes oleosos, se produce oleato de cobre, un fungicida ligeramente tóxico para la vida salvaje. Tal vez de esta tradición venga las propiedades que se le presumen de ahuyentar a las moscas. En el siglo XVIII se inventó el azul de Prusia, que mezclado con blanco de titanio y petroleo dio origen a los brillantes azules que conocemos en la actualidad, un tono que se extendió a partir de entonces por toda Europa por su rareza y vistosidad. Los esmaltes sintéticos ya listos para usar datan de los años 30 del pasado siglo XX y fueron reemplazando a la preparación manual y casera que suponía el azul de Prusia hasta entonces. 
Como curiosidad, señalar que ya en 1776 las Ordenanzas de Arsenales exponen unas condiciones de pintura de los buques de la Real Armada, especificándose que las habitaciones de los oficiales se pintasen de color blanco o azul. «Los navíos, fragatas y demás embarcaciones que lo necesitasen serían pintados igualmente de dos en dos años, se controlaría que no se emplease otro color en la talla exterior y galones que el amarillo y negro; en las cámaras, el de porcelana y azul; y en los entrepuentes y castillo la tierra roxa, excepto orden particular del Ingeniero General.» 
En nuestra costa se solían utilizar las pinturas que sobraban de renovar las embarcaciones para pintar puertas y ventanas, con colores llamativos muy característicos, entre ellos el azul."

No sabemos si el reloj se repintaría varias veces también pero es muy posible que sí, así como que se repusiese la barra, estilete o gnomon cuya sombra proyectada da las horas sobre el cuadrante... salvo cuando no le da el sol o está nublado, como es este el caso. Pintado con vivos colores, consta de un círculo azul que cierra un disco amarillo pintado con trazos rojos y  tres círculos concéntricos: en el interior se marcan las horas, en el intermedio se reflejan en números arábigos, de 6 de la mañana a 6 de la tarde; en el exterior unos triángulos representan a los rayos del sol


"Un reloj del sol, tan antiguo como el pueblo", dicen asimismo en VillaviciosaHermosa, quizás no lo sea tanto porque del siglo XIII, primera mención documental de Arbazal, no es, pero sí nos encanta la descripción general que hace:
"Uno de los rincones más auténticos del concejo maliayés donde todo lo que podemos ver es único, como un antiguo reloj de sol, un hospital para peregrinos del año 1.640, pero hay mucho más (...) una de las aldeas más altas del concejo maliayés. Un  pueblo singular en el Camino de Santiago,  donde  entre  pocas  casas podemos ver,  una típica quintana con la iglesia de Santa María del siglo XVIII,  un antiguo  mesón y hospital para peregrinos fechado en 1.640,  algún  hórreo, o  antiguas casas de piedra, entre las que destaca una pintada en azulete con un reloj de sol, tan antiguo como el pueblo. Todo esto  hace que Arbazal   merezca nuestra mirada en una visita  y de paso disfrutar  con el magnífico paisaje que desde aquí se divisa,  el valle de  Valdediós  incluido."


Más arriba, detalle de la talla en la madera del listón que separa la fachada del alerón del tejado


Vemos diminutas bolas o apomados dentro de formas ovoidales en vertical con pequeñas incisiones arriba y debajo de dichas bolas y entre los ovoides


Dicho listón forma una franja que recorre toda la parte superior de la fachada y acaba en un canecillo, también de madera, a manera de soporte o apoyo


Detalle de la ventana de la derecha y sus formas geométricas de cuadrados rectángulos y 'eles' derechas e invertidas


Detalle de la de la izquierda, uno de cuyos 'cuadros' fue sustituido por un cristal



Lo cierto es que si bien estas iglesias, capillas y ermitas de la parroquia de Pueyes formaban parte del Coto de Valdediós, de directa dependencia de los monjes cistercienses, el cual no se integró en Villaviciosa hasta 1827, ocho años antes de la desamortización que puso fin a la vida monástica, los abades dejaban las funciones espirituales de los vecinos en manos de los párrocos


Acaso esta administración litúrgica-espiritual siguiese las pautas cistercienses de separar lo más estrictamente posible lo monacal de lo mundano, al menos aparentemente, y de la misma manera que buscaban mantener la ascética intimidad del recogimiento sus cenobios, amparando a los peregrinos, pero mejor en los caminos circundantes más transitados, tal que este, que haciéndolos pasar por el mismo monasterio )para lo que se valdrían de su 'personal de administración y mantenimiento' que diríamos ahora) delegarían las funciones pastorales del vecindario en los párrocos


El templo es de nave única con sacristía adosada, bien nivelada respecto a la cuesta del terreno. El pórtico conforma un verdadero balcón sobre el Camino y ante esta parte del pueblo. Además de reuniones vecinales no resulta tampoco inverosímil que, como era costumbre, durmiesen en él quienes no tenían plaza en el mesón, y no es imposible que se hiciese por ello de tan enorme tamaño en relación con la pequeñez del pueblo, más diminuto antes incluso

Unos elementos decorativos que llaman la atención en este santuario son las bolas herrerianas, un recurso del estilo también llamado escurialense que el arquitecto Juan de Herrera aplicaría en la construcción del monasterio de San Lorenzo de El Escorial y que impregnaría la arquitectura española a partir del último tercio del siglo XVI (última etapa de la arquitectura renacentista española o manierismo clasicista) y durante los siglos XVII y XVIII, ya en pleno barroco y clasicismo, para renacer brevemente en la posguerra civil de mediados del XX

Tres de las bolas, en la fachada, sobre el tejado del pórtico y la portada, dos a los lados y una encima del pequeño ventanuco que da luz natural al interior de la nave

Y otras tres bolas en la espadaña del campanario

"La planta y el alzado son de notables proporciones" nos dicen en asturnatura.com, añadiendo que la cubierta de la nave es de madera. En contra de las iglesia medievales, cuya portada mira al oeste y su cabecera al este, aquí la estructura sigue el eje norte-sur

Aquí enlazamos con el camino del que nos separamos al entrar en Arbazal, frente a una casa de turismo rural

En el cruce y siguiendo camino iremos a la derecha

Ahora es cuando vemos, adosado a la iglesia en su flanco este, el primitivo santuario de Sanzadornín (San Saturnino), mencionado en el documento del año 968 que se refiere por primera vez a Arbazal y al que se le atribuye una cronología prerrománica entre siglos VIII y X, no sabiéndose más al carecerse de otra documentación

Era un pequeño oratorio que, extrañamente, fue totalmente respetado al construirse el templo barroco. Es de nave y cabecera y únicas, este sí orientado este-oeste y que pasó a ser sacristía. Compartimos lo que dicen de él en Románico Digital:

"Localizada en el lugar de Arbazal (Villaviciosa) se encuentra esta pequeña iglesia de una sola nave de 5,35 m de largo por 3,60 m de ancho, que se remata con una cabecera de sección cuadrangular, de 2,70 x 2,30 m, precedida, en el alzado, por un arco triunfal. La nave tendría originalmente una altura más elevada que la actual, próxima a los 3 m y cubierta en carpintería a dos aguas. La capilla conserva la bóveda original de cañón ligeramente apuntado. La construcción de la iglesia recurre a un aparejo de mampostería sin sillares escuadrados en las esquinas, lo que indicaría que se trataba de un templo modesto. 

Único ejemplo hasta el momento de templo rural al servicio de una pequeña comunidad de campesinos, la pequeña edificación en la actualidad hace las funciones de almacén de la parroquia. Este tipo de construcciones, de pequeñas dimensiones, pertenecían a una red de oratorios y templos rurales altomedievales, que progresivamente irían desapareciendo o sufrieron substanciales remodelaciones a fin de servir a las nuevas necesidades de la sociedad. El ejemplo de Arbazal se ha mantenido sin apenas modificaciones en cuanto a su morfología arquitectónica. Únicamente podemos resaltar la apertura de un vano en la pared sur de la nave y el derribo del frontispicio occidental a consecuencia de su anexión a la iglesia moderna. Esta anexión ha permitido que la iglesia llegue hasta nosotros como sacristía del moderno templo de Santa María de Arbazal, cuya orientación N-S, no ha obligado a derruir el edificio altomedieval. Esta orientación, según García de Castro parece obedecer bien a las características topográficas del terreno sobre el que se cimenta, que facilita esta orientación, además de la posible presencia de cultos tradicionales en la capilla a la “Santina de Arbazal”. 

No tenemos testimonio documental que pueda ayudar a datar la época de construcción, pero encontramos paralelos con otros templos prerrománicos del Pirineo catalán, de la región cántabra, y de la gallega, los cuales mantienen similitudes en cuanto a su concepción espacial, arquitectónica y de planimetría. Así, observamos afinidades estilísticas con la capilla de San Salvador del monasterio de San Julián de Samos (Lugo) o San Román de Moroso (Cantabria), que presentan soluciones decorativas muy similares. Asimismo tenemos la iglesia de San Juan de Riomiera, en Collanzo, la cual conserva una planimetría directamente vinculada con Arbazal. La fecha de construcción la podemos situar entre los siglos IX y X."

Antes de seguir camino vamos a inspeccionar este amplio y acogedor pórtico sostenido por una docena de columnas, toscanas como hemos dicho

Entre Santa María de Arbazal y El Mesón de los Cistercienses entra en Arbazal el camino que comunica directamente el pueblo con la carretera AS-380 y con los prados de La Cruz, en los que se celebra la romería de la Cincuesma


Accedemos al pórtico por esta portilla de madera que es su única entrada; si desde fuera advertíamos el tamaño del pórtico al pasar a él comprobamos in situ sus grandes proporciones interiores


El suelo es de losas y hay un banco corrido de piedra a lo largo del muro exterior y dos en la pared a los lados de la portada 

Los muros del edificio son de mampostería pero se emplea piedra de sillería en las esquinas y en los vanos


 El tejado es a teya vana, de madera sin revestimiento interno y por fuera cubierto de tejas


La portada barroca es de arco de medio punto formado por cuatro dovelas (las piedras que lo constituyen) y clave resaltada arriba en medio de dicho arco, el cual descansa sobre imposta sin ornamentos labrados. Enmarcan esta portada dos pilastras con capiteles de influencia dórica

Fijémonos arriba en la estructura que apoya el tejado del pórtico

Proseguimos por todo el lado norte del pórtico y pasamos al occidental

Un poco más altos podemos ver el tejado a cuatro aguas del Mesón de los Cistercienses, pues este es de planta cuadrada. Arriba hay una pequeña buhardilla o bufarda

Ante nosotros, la casa que hay a la entrada del pueblo para los automóviles que suben desde el principal acceso rodado que enlaza con la AS-380 por los prados de La Cruz, donde se celebra la fiesta

Se subía con las cestas de la comida y en Arbazal había misa y fiesta y se comía en el prau de la romería, cada grupo o familia con su  cesta. Acudían también les carameleres, mujeres de La Villa que vendían caramelos y ablanes 'avellanas', así como algunos célebres gaiteros y tamboriteros. El día grande era el lunes de Pentecostés, sin embargo ahora, como tantas fiestas de los pueblos, se festeja en domingo por motivos laborales. Esta es una crónica de la Cincuesma del diario digital VillaviciosaHermosa del 5-6-2017:

"Alicia y Antonio (éste ya fallecido), vecinos de  Pueyes,   nos contaron así hace unos años el enigma  de Cincuesma. 
“Esta fiesta es oriunda de la parroquia de Pueyes, concretamente de la iglesia de Arbazal, donde se encuentra la Virgen de las Angustias.  Ésta imagen quiso ser quemada, como tantas otras, cuando la guerra. Pero los mozos del pueblo fueron tan ocurrentes, que enroscándola en un saco la introdujeron dentro de una facina en un prau al lado de arriba de la iglesia, conocido como el “subiron”, de donde la fueron a rescatar una vez pasados los tiros, incendios y demás desastres. 
La Virgen de las Angustias se baja desde la iglesia de Arbazal 9 días antes de la fiesta, hasta la iglesia parroquial de Pueyes, donde se reza diariamente la novena, el rosario y se canta la canción de los “Dolores a la Virgen de las Angustias” 
A las 11,00 horas, con los gaiteros los Figueros de Rozaes,  salía este domingo la procesión con la Virgen de las Angustias desde Pueyes,  acompañada de voladores. Seguidamente iban los hombres cantando y a continuación la Virgen  y el párroco. A continuación las mujeres, hombres y mujeres cantando y contestándose el rosario,  al antiguo son, como manda  tradición. Desde Pueyes se llega en procesión al Monasterio de Santa María de Valdediós. Se continúa por el ‘camín’ de Santi hasta Vallinaoscura y seguidamente por un ‘prau’ por debajo de Arbazal, pasando por la carretera general de Oviedo, para llegar al desvío que lleva a Arbazal. 
En esta procesión antiguamente, debido a la gran devoción que había hacia la Virgen de las Angustias, la gente subía ofrecida a ella descalza o con mortaja, incluso de esta última manera se podían ver todavía a algunas personas en los últimos años. 
Una vez en  la iglesia se cantan los (siete) dolores a la Virgen de las Angustias y a   continuación a las 13,00 horas tiene lugar  la misa. Seguidamente se realiza la ‘puya’ del ramu. 
La Fiesta de Cincuesma  organizada por la Asociación Cultural Boides,  finaliza con la tradicional costillada a las 15,00 horas en el prau de la fiesta, acompañada de banda gaites."

En la actualidad además la imagen de la Virgen de las Angustias se baja el sábado en furgoneta a Valdediós y de allí se lleva en procesión a la iglesia de San Bartolomé de Pueyes para luego repetir la operación a la inversa el día de la fiesta. Mariola Menéndez publica en La Nueva España del 14-5-2016 la noticia de la de ese año:
"La localidad de Arbazal, en Villaviciosa, celebra mañana su fiesta de "Cincuesma", en honor a la Virgen de los Dolores o de las Angustias. Después de que fuera trasladada en procesión desde la iglesia de Santa María de Arbazal hasta la de San Bartolomé de Puelles y la celebración estos días de la novena, el domingo, la imagen, realizada en terracota en torno al siglo XIV, regresará de nuevo a su templo cincuenta días después de la Resurrección de Cristo, según la tradición cristiana. Partirán a las once de la mañana.

Abrirán la procesión los hombres delante de la Virgen y las mujeres van detrás. El recorrido pasa por La Turé, Valdediós, Vallinaoscura, el Sol Valle y atraviesa la carretera AS-113. La imagen será recibida en Arbazal con repique de campanas y abundante pólvora. En el interior del templo se cantan "Los (Siete) Dolores" antes de comenzar la misa. La fiesta continuará con la puja del ramo y un comida."

Pasamos pues ahora al muro oeste de la iglesia, por donde sigue el pórtico


Sigue a la derecha el banco corrido y un peldaño da un poco más de altura al último tramo


Aquí está la portada occidental, también de arco de medio punto pero más sencilla que la septentrional y, de frente, la puerta a la casa de novenas


Desde aquí podemos asomarnos a ver el interior


En la actualidad parece se usa como almacén, esta estancia parece ser se trata de un añadido posterior


Llegados al final del pórtico volveremos por donde hemos venido...


El Mesón y sus fachadas sur y este, con los prados de La Terrona y en la distancia los Montes de Valdediós


Un edificio "usado en su momento como hospital, lugar de reposo y conocido como el Mesón de los Cistercienses no Mesón Caminero" dice de él Bernardo Busto en Ría de La Villa, mientras que Olaya Pena remata su artículo con estas consideraciones sobre el patrimonio de Arbazal:
"Todas estas huellas del pasado constituyen un conjunto ambiental y arquitectónico de gran interés, que está incluido en el Inventario de Patrimonio Arquitectónico de Asturias, pero que apenas es conocido, ni siquiera por los vecinos del concejo."

El Camino, por donde hemos entrado en Arbazal hasta aquí, testimonio del paso de tantas gentes a lo largo de los siglos, yace ahora en quietud y reposo, incluso tras reactivarse las rutas jacobitas, al dirigirse casi todos los caminantes a Valdediós:
"Tras un pasado agitado, lleno de peripecias de viajeros, religiosos y gentes hospitalarias, Arbazal es hoy un pequeño reducto de historia que pocos conocen, un lugar con un encanto misterioso donde reina el silencio."

De nuevo ante la portada principal, si encontramos el lugar abierto no dejemos de visitar el interior


Accedemos a la nave, única y rectangular, y vemos la cabecera con el altar, de bóveda estrellada. A la izquierda una talla barroca de San Bernardo de Claraval y a la derecha de Nuestra Señora de la O


Imagen barroca de la Virgen de las Angustias, la que se lleva en procesión en la Cincuesma. Se conserva además un exvoto muy especial, una armadura de hierro con peto o coraza y espaldar que, junto con una pica lanza, fue ofrecido a la Virgen por un combatiente de la batalla de Lepanto


Cristo atado a una columna, imagen románica


Talla policromada románica de Santa María, la Virgen con el Niño, "con las características propias de la imaginería tardorrománica popular, hieratismo, inexpresividad y desproporción en las figuras", según leemos en el blog Asturgeographic


Y este es el interior del antiguo santuario primigenio prerrománico de Sanzadornín, con el arco triunfal de la cabecera, desornamentado y que recuerda a los arcos de herradura; el erudito del arte César García de Castro Valdés destaca en él lo siguiente:
“la morfología del arco triunfal de jambas adelantadas, es desconocida tanto en la arquitectura prerrománica asturiana como en la románica, postulando un primitivismo probablemente altomedieval, pues tal solución no se observa en la arquitectura de época hispanovisigótica, si es que de ésta puede hablarse aún en la Península Ibérica.”

Tras visitar el interior, salimos de la iglesia de nuevo al pórtico


Con la antigua rectoral o 'Casa del Reló' a nuestra izquierda salimos del pórtico por donde hemos entrado


Y regresando al cruce continuaremos a la derecha admirando esta casa restaurada para alojamientos turísticos


Fijémonos en el hórreo, sobre el mismo muro de la finca, el de la derecha presenta corredor cerrado, no de barras o tipo barandilla, lo que se llama un faldón



Volvemos así a pasar delante del oratorio primitivo, un ejemplo de santuario altomedieval de comunidades campesinas y cuya estructura se considera única dentro del prerrománico asturiano, existiendo alguno similar en Galicia y Cantabria



Es posible se trate de un modelo pronto superado en el Arte Asturiano y del que se han conservado muy escasos ejemplos, pues lo normal era que desapareciese al hacerse la iglesia nueva, aprovechando sus materiales o encajando su estructura dentro del nuevo edificio. El haber sido aprovechado como sacristía hizo que se conservase pues esta rara avis de la que nos cuentan así en la web Pre-Románico: cántabro-astur:
"Lo primero que llama la atención es la basílica de Santa María por sus  grandes dimensiones y visible  solidez. Uno  no espera encontrar un templo de tal tamaño en una aldea  recóndita.Y menos, encontrar una iglesia prerrománica cuya antigüedad se remonta al contexto histórico entre los siglos VIII y X. Si añadimos, además, que la referida fábrica se presenta en la actualidad sin añadidos -salvo la puerta abierta del muro septentrional, que desdice la armónica unidad del edificio-  resulta, entonces,  que estamos ante un edificio paradigmático de  iglesia de aldea altomedieval.  
El edificio se halla adosado al muro este del templo parroquial, siendo sus dimensiones - como es obvio- muy reducidas tanto en planta como en el alzado de los muros. Su orientación es la habitual:  de O-E . La disposición de los espacios interiores se distribuye  en nave rectangular y cabecera cuadrada. 
 El aparejo del perímetro murado es bastante pobre:  de mampuesto de caliza gris y carece de sillares en los esquinales.  Con ocasión de  trabajos de conservación recientes  la cubrición, a dos aguas, de toda la fábrica,  se realizó con teja lomada con soporte en carpintería de madera e, igualmente, se abrió, en el muro meridional, la referia puerta para acceder al interior del templo, utilizado actualmente como  almacén parroquial . 
La capilla se ilumina con dos vanos en aspillera en los muros sur y este. El que existe en el lado meridional de la nave, enmarcado con sillares, es de construcción tardía. (...). 
Del periodo altomedieval hay ejemplos muy  similares de este tipo de templos rurales  en el resto de la Península como: la capilla de San Salvador (monasterio de San Julián de Samos) en Lugo;  San Román de Moroso y Santa María de Helguera en Cantabria."


Además, el Camín Rial hace una curva para salvar bordeando el viejo oratorio, lo que nos lleva a pensar sino habría una querencia o apego espiritual, simbólico, comunitario, etc., especialmente intenso hacia el edificio que hizo que fuese extraordinariamente respetado al hacer el nuevo templo barroco



Luego del hórreo de faldón hay un hórreo de corredor digamos clásico; fijémonos en su espacio inferior, el solorru 'debajo del hórreo', que aprovecha como cierre el muro de la finca



Aquí empieza un poco de cuesta para salir de Arbazal por las últimas casas



Exterior de la cabecera, con uno de los ventanucos en aspillera que dan luz natural al interior de su nave, el del lado este



Observemos igualmente la flecha amarilla pintada abajo en una piedra situada al pie, en la esquina


La iglesia en su conjunto se adapta también al desnivel del suelo, reparemos en los contrafuertes de la estructura barroca, especialmente en el de la esquina de la cabecera


En la fábrica prerrománica de la cabecera de la actual sacristía otra de las aspilleras, la del lado sur, el siguiente, el de la nave, enmarcado con sillares, fue abierto muy posteriormente


El solorru del hórreo de corredor, al empezar la cuesta, empleado, hoy como ayer, como almacén de enseres, trastos, muebles, herramientas...


Miramos atrás para fijarnos en la decoración que muestra en la puerta su compañero el hórreo de los faldones


Imperan los motivos geométricos algunos de los cuales recuerdan a los de las ventanas de la Casa del Reló


Cruces, cuadros, rombos, curvas, rayas o barras diagonales


Motivos florales o solares, formas de pétalos y estrellas, más cuadros y 'eles'


Otro motivo similar a los de las ventanas de la casa


Seguimos caminando y empezamos a subir, es una cuesta muy corta, que acaba al llegar a los árboles que hay después de la siguiente casa


Miramos atrás y contemplamos el muro meridional del oratorio-sacristía, cuyo pequeño campo a los pies ha sido cerrado a la entrada de vehículos con una fila de mojones, preservando su entorno


Robusto contrafuerte de la cabecera, el cual forma parte de la estructura sostiene el peso de la bóveda estrellada que vimos en el interior


Según subimos podemos detenernos un instante delante de esta casa



Y mirando atrás tenemos una vista de la parte exterior de la cabecera del templo con sus dos contrafuertes


Vemos también el exterior de la casa de novenas por su lado sur con su tejado de una sola agua, como todo el pórtico



Y más allá el Mesón de los Cistercienses junto con la casa a la entrada de Arbazal desde la carretera



La antigua sujeción de las tejas, con piedras ejerciendo peso sobre ellas, sigue estando vigente en el tejado del mesón



Un detalle de cerca, no es en la actualidad muy habitual esta solución


La casa de al lado, con el mismo sistema de piedras a modo de lastre



Volviendo al Camino, la subida sigue pasando al lado de este cobertizo


Y luego, una casa tipo residencial construida más recientemente


En el suelo se han colocado varias conchas artísticamente, jalonando en Camín Rial según atraviesa esta aldea de Arbazal


El suelo, de cemento y guijarros...


El Camín Rial es ahora una vía local, casi sin tránsito, que comunica Arbazal con La Campa, estrecha para el paso de vehículos pero que apenas tiene tráfico, atención no obstante al ocasional paso de coches y tractores, pues a veces habrá poco espacio para hacerse a un lado...


Dado que la comunicación principal de Arbazal es la carretera local que hemos dejado atrás en el Mesón de los Cistercienses, de hallar algún vehículo lo común es que sea de servicio para el trabajo y cuidado de estas fincas


Prados abajo La Cruz y en la lejanía Lluaria, al oeste, el pueblo más alto de la parroquia de Pueyes y tal vez de todo el concejo de Villaviciosa, bajo El Cantu Cocañín (606 m) en el Monte Lluaria y Montes de Valdediós


Llegando al final de la cuesta tenemos, si volvemos al vista atrás, una hermosa vista del pueblo de Arbazal



Vemos que se han restaurado algunas casas y hórreos y se han construido algunas nuevas


La cuesta se suaviza al llegar a este rellano, donde hay un cobertizo


Bordeamos las ruinas de lo que parecen haber sido viejas cabañas, desmoronadas y cubiertas de hiedra y arbustos


Y empezamos a llanear al llegar a estas fincas de prados de pasto y siega


Estamos casi en lo alto del Monte Arbazal con sus preciosas campiñas, dando vista a los montes de Valdediós; ambos cordales cierran el valle por el este y el oeste respectivamente. Más a lo lejos en la distancia, a la derecha de la foto, la aldea de Pueyes, la cabeza de la parroquia, donde está la iglesia parroquial de San Bartolomé


Lluaria, dada la verticalidad de algunas laderas de estas serranías abundan los topónimos tipo Parea 'pared 'paredón', como La Parea d'Armón, allí por ejemplo, plantada de ocalitos o eucaliptos, debajo de Lluaria, también llamada Encima la Peña, según datos de la investigadora Marta Villazón González en su trabajo sobre la toponimia de la parroquia


En cuando a la cima del Monte Arbazal, a veces también denominado La Rasa Arbazal, tiene un aspecto relativamente amesetado, aunque no del todo llano, sino plagado de pequeños cuetos, cuestas, lomas, colinas, etc., abundando además de prados algunas matas de arbolado autóctono, arbustos y matorrales, y varias pumaradas, sobre todo en las cercanías del pueblo


Hermosura de prados de L'Alvarina, la deliciosa capilla de Arbazal que dice la leyenda que deleitó a todo un rey magnoAlfonso III, que exclamó por este Camín Rial camino de su palacio en Boides, luego Valdediós, "¡Oh fermosa campa de yerbazal!". Naturalmente es una tradición sin mayor fundamento, pero como todo lo legendario guarda su parte de realidad, el origen del pueblo y su topónimo en estos pastos naturales del puerto


Las vacas hay quien dice que le dieron también nombre al valle y su territorio, Boides, de bovis, boi, literalmente 'buey' pero que en origen se aplica al ganado bovino en general. Otros sin embargo, lo emparentan más con las fuentes, dado que en la roca madre caliza hay numerosos pozos y grutas, fenómenos cársticos, por donde se sumen las aguas que dan origen al Ríu Asta, que luego será conocido como Valdediós


Solamente vemos realmente, una parte del monte, cuya cota más alta llega a los 564 metros, ya que este llega a hacer de límite de Villaviciosa con Sariegu, Nava y Cabranes, extendiéndose del Picu Lloses a Piedrafita y El Picu Torres, llegando al este a la vecina parroquia villaviciosina de Valdebárcena, donde están los prados comunales llamados precisamente La Comuña y uno de esos pozos kársticos, un hoyo llamado El Foyu les Abeyes


Magnífico árbol en el límite de dos fincas, paisaje pastoril de brañas, pastos y vaquerías


Sigue el Camino llano, muy cómodo, un verdadero paseo hacia La Campa nos aguarda, rodeados de praderías y boscaje


Y excelentes vistas, con los prados de La Cruz ya atrás bajo nosotros, así como Lluaria con Peñacalva, en los Montes del Valdediós, al otro lado del estrecho y profundo valle del Asta, hidrónimo de debatida etimología pero vinculado a astur Asturias, el río que luego será el Valdediós a partir del monasterio y que recibiendo agua de numerosos afluentes, será de los que formen La Ría o Ría de Villaviciosa


Más allá de Pueyes, el valle de Rozaes, posiblemente el afluente principal del Valdediós, al menos en este su curso alto, río y parroquia cerrada a su vez al oeste por el Cordal de Cañéu o de Pión, importante barrera natural que han de subir los peregrinos que de Casquita deciden tomar el ramal gijonés del Camino de Santiago del Norte. Ante nosotros las alturas de La Pescar (527 m), La Llaguna (515 m) y La Utrera (528 m)


Más cerca, Lluaria, cuyas casas se extienden linealmente por el camino que recorre las campas cimeras del monte por La Foquera y Valloberu, donde hay también cuevas y pozos muy visitados por los espeleólogos, como los de La Quintona, La Quinta y Los Maderos, cada uno con su particular leyenda de ayalgues o tesoros escondidos. En uno de estos, el de Valloberu, área tumular megalítica, se dice caían los lobos que eran antaño espantados hacia él, de ahí su nombre y el del cercano lugar de La Montería


Fincas ganaderas y arbolado constituyen la esencia del paisaje en nuestro entorno más inmediato


El Camino serpentea levemente entre cuetos y hondonadas repletas de vegetación


Atravesamos ahora una zona de matorrales y bosquetes, sumamente bella


Entre los prados, bosquetes de arbolado autóctono, castaños, nogales, fresnos, abedules...


Puede haber alguna pequeña cuesta, casi inapreciable, pero el itinerario es mayormente llano al salir de Arbazal en dirección a La Campa, a un kilómetro y medio de aquí aproximadamente


Les sebes o setos silvestres forman altas paredes vegetales flanqueando el Camino, bastante más altas que una persona


Piedras y rocas se cubren de musgo, reiteramos que el trayecto es muy bello y agradable de caminar pese a que desde Arbazal pisamos asfalto u hormigón


El sol, eso sí, cuando sale, puede castigar con fuerza, pues aunque hay árboles están ligeramente apartados del Camino y no proyectan mucha sombra sobre él


Aquí hay una bifurcación: nosotros seguimos de frente y en recto por el camino asfaltado


Un poco más adelante, el mojón jacobita confirma la ruta a seguir


Lluaria, siempre a nuestra derecha, cuesta abajo seguimos sin ver Valdediós, en las profundidades del valle, bajo La Parea les Felgueres y La Parea la Fontina


Sí vemos, bastante más abajo de Lluaria, las casas de Villarrica, por donde suben a La Campa los peregrinos que han preferido hacer la ruta del valle por Valdediós


Si bien Villarrica la vemos allá abajo, los peregrinos que llegan allí ya han subido un buen trecho desde Santi y los duros repechos de Vallinaoscura


En Villarrica vemos cómo el camino que llega de Vallinaoscura, a la izquierda, llega casi en llano a las casas pero pronto empieza de nueva a subir. Ahí están La Carbayera Villarrica y una pequeña y coqueta vega, El Gorgoyu, por la que baja una riega desde los altos de Lluaria, La Riega la Vallina, que se sume, subterránea, hasta aflorar al pie de La Viña, tras un recorrido de unos 600 metros, dando sus aguas al Ríu Asta o Valdediós


Villarrica, a la derecha, y la cuesta que aún aguarda a los peregrinos para llegar a La Campa. La ruta por el valle es mayormente llana pero ha de subir, de golpe, todo el desnivel que el Camín Rial asciende más suavemente hasta llegar a Arbazal o, realmente, antes ya de llegar a Arbazal, razón por la que era el más empleado en la antigüedad


El Monte Lluaria, como el de Arbazal, presenta numerosos sumideros kársticos y grutas, pozos y hoyos, foyos, los ya mencionados de Los Maderos, La Quinta y La Quintona, estudiados por José Manuel Llana-Rivera en el artículo Puelles, tierra de Boides, publicado en Cubera, la revista de la Asociación de Amigos del Paisaje de Villaviciosa:
"El Monte de Lluaria que pertenece en la parte alta a terrenos del Jurásico con predominio de roca arenosa o areniscas tiene un suelo más impermeable, que conserva la humedad superficial y origina alumbramientos de alguno que otro manantial.

En el alto del Monte de Porciles existe una laguna, antaño más extensa, que dio origen a la formación de turba, haciendo especular a la gente sobre la existencia de carbón.

En cotas más inferiores, en el Palombar, existen pozos, no muchos, el más conocido "Pozu los Maderos" sima de gran profundidad de 1,50 a 2 mts. de diámetro, con chimeneas laterales de profundidad incalculable, pues el ruido de una piedra arrojada en ellas llega a hacerse imperceptible sin haber tocado fondo."

Resalta Llana Rivera que el lugar "tiene el aspecto de volcán ¿Volcán? ¿Se conoce la litología adyacente?", añadiendo que "Los estudios de esa zona tal vez sean muy superficiales debido al recubrimiento vegetal del terreno, no obstante, no se excluye el asomo de alguna roca, a veces exóticas, en zonas de erosión"


Una de las principales agrupaciones de casas de Lluaria, entre Casa Feli y la capilla de La Pilarica, esta oculta a nuestra vista por los árboles, la construida en 1914, que celebra fiesta el 12 de octubre con "misa cantada, procesión y subasta del ramu". Ahí está también La Fuente Lluaria y, más abajo, Castañales de El Fondalín, en los prados que caen hacia Villarrica y La Viña


La Iría, campos de labranza que en buena parte pasaron a ser pastos, como los de El Palón


Más abajo, Palombares, donde como hemos dicho afirma la tradición que estuvo antiguamente el pueblo de Lluaria. Precisamente una de las acepciones de palombar es, además de 'palomar' en castellano, es el de "casa edificada en lugar elevado y saliente, como es este el caso". Otro barrio de Lluaria se llama Los Palombos, sin duda con la misma acepción


Llana-Rivera revela en su artículo que este valle "parece ser el cauce de un antiguo glaciar del cuaternario con gran arrastre" el cual habría conformado su orografía, formando La Parea Vallinaoscura:
"La falda o ladera del monte de Lluaria en su descenso hacia Villarrica, La Viña y S. Zornín, sufre igualmente el mismo proceso de carstificación, pero debido a la pendiente, el fenómeno es menos profundo y la transgresión más superficial con degradación o rotura de bóvedas que hace difícil el acceso a cuevas o agujeros que se prodigan por todo el paraje".

Las alambradas delatan los usos ganaderos de estas campiñas, además de la especialización ganadera del agro astur acontecida entre los siglos XIX y, sobre todo, para abastecer de lácteos y carne a los crecientes núcleos urbanos e industriales, la tradición pastoril de estas montañas se sume en las profundidades del Neolítico



El Camín Rial recto y llano avanza hacia La Campa o Altu la Campa, collada y paso natural ahora oculto por otro bosquete, que tenemos enfrente, en el que destacan por su altura algunos pinos


"La cordillera de los sueños" llama la web paisaje de Asturias al Monte Arbazal, así como "Un Tesoro Narural en Villaviciosa""Un Confín de Cuatro Concejos""Un Mirador Natural" y "Un Rincón de Tranquilidad" dado que "es más que una simple formación geográfica; es un rincón de tranquilidad y belleza natural en Asturias. Sus prados ondulantes y su aire puro ofrecen un refugio para aquellos que buscan un escape de la vida urbana agitada"


Camino tranquilo, sin trasiego de vehículos, ni siquiera casi paso de peregrinos pese a ser un itinerario jacobita oficial, pero una maravilla para la placidez del caminar pausado y sosegado disfrutando del paisaje


Una pequeña cuesta nos lleva hacia una pequeña plantación de ocalitos...



Luego llega un buen tramo llano y recto; un mojón confirma que vamos en buena dirección


Aunque no haya posibilidad de error o extravío, el ver alguna flecha amarilla o monolito xacobeo confirma a los peregrinos que siguen el itinerario correcto y no se han dejado ningún cruce con desvío atrás ni se lo han saltado



Arriba, uno de los pequeños cuetos que, sobre el Camino, jalonan nuestro recorrido hacia Arbazal



A la derecha, una vieja muria de piedras, seculares límites y cierres de fincas. El Camino sigue llano y recto


En este pasillo vegetal en el que se encaja este trecho caminero empezamos a bajar suavemente



El Camino zigzaguea y pierde un poco de altura; enfrente, otro de los cuetos en el camino a La Campa



La Campa, que empezamos a ver mejor desde aquí, al fondo a nuestra derecha



El Altu la Campa, en lo alto de La Llomba, la gran loma que, extendida de este a oeste hace de divisoria natural entre Villaviciosa y Sariegu y entre el valle de Valdediós y el valle del Nora, al que bajaremos a continuación, el gran pasillo, río abajo, hacia la capital asturiana



Vemos bien la Carretera la Campa o AS-380 que empezó siendo la de La Secada a Villaviciosa y luego fue AS-113 y AS-267 hasta su actual denominación oficial. Poco más arriba, a su izquierda y en paralelo, en la ladera, el Camín Rial: por ahí pasaremos dentro de poco



Justo allí, al otro lado de los árboles a la izquierda de la foto, nos uniremos al otro camino, que cruza la carretera tras llegar subiendo desde Valdediós



Ese camino procedente de Valdediós llega a La Campa por la derecha, donde ha enlazado con el camino de La Campa a Lluaria, y llanea tras el duro repecho final desde Villarrica


A la izquierda de la foto vemos Casa Aurelio: ahí acaba dicha cuesta, o cuestas, desde Villarrica. Vemos el Camino subiendo de izquierda a derecha hacia ella. Más atrás Casa Pepe


Desde aquí contemplamos esa gran última subida de Villarrica a La Campa; de este "hoy terreno recubierto por praderas" dice Llana-Rivera que "parece ser el cauce de un antiguo glacial del cuaternario con gran arrastre", formando la masa de La Parea Vallinaoscura:
"constituida por brechas de agudas aristas, muchas formadas por las mismas deposiciones de carbonato cálcico. Al llegar a Ballinaoscura se ve que el pueblo está asentado sobre una potente masa formada por tobas o toscas que confirma el paso de aguas caudalosas, las mismas que hoy siguen curso subterráneo originado por el paso del tiempo milenario."

Si bien ye dice que Villarica "ye'l pueblu de les dos mentires, porque nin ye villa nin ye rica", los topónimos villa hacen referencia en origen a antiguos poblamientos, una villae o una casería o quintana, fundaciones medievales o anteriores, incluso romanas. Estos parajes estuvieron habitados, como hemos visto, desde la más remota noche de los tiempos


Rica podría hacer referencia a la riqueza agraria del lugar o a un antropónimo Ricus de un antiguo posesor


Estas quintanas, restauradas, son pues las sucesoras de primitivos asentamientos que estuvieron desde el año 1200 y hasta 1827 dentro de la órbita jurisdiccional directa del Coto de Valdediós, de pertenencia directa del monasterio


Los Carretones, por ahí bajan La Riega la Vallina y La Riega Fondalín, otro afluente del Asta o Valdediós, de la que leemos en la Enciclopedia del paisaje de Asturias lo siguiente:
"Nace en el bosque de caducifolios y las praderías que le dan nombre en los montes de Valdediós, parroquia de Puelles, concejo de Villaviciosa, al este de la aldea de Lluaria. Baja regando los inclinados pastos que caen hacia Villarrica, los montes de La Cueva y los prados y tierras de cultivo de Los Carretones y Santi, por donde se une al río Asta tras recorrer aproximadamente 1,5 km por el paisaje siempre hermoso del valle de Valdediós"

En Los Carretones hay varias casas que se extienden a lo largo del camino entre Villarrica y La Viña, por la falda occidental del Monte Lluaria en los Montes de Valdediós, dado vista a Arbazal y al valle


En los prados, los pumares y otros frutales en flor anuncian la plenitud de la primavera, así como las siegas, tal cual la efectuada en las fincas de la derecha, bajo otra de las casas. Ahí el prado ya se ha agostado, tornado ocre o pardo, tostado por el sol


Estas casas, orientadas al este, tienen buenas galerías acristaladas para aprovechar la luz natural, sobre todo la de la mañana


Y sobre Villarrica y Los Carretones la gran ladera de La Parea'l Peñéu y El Gorgoyu


 Todo ello bajo Palombares y Lluaria



Más abajo está El Polléu, otra aldea de la parroquia de Puelles y antiguo Coto de Valdediós, sobre La Riega Fondalín



El Polléu, donde está la fuente de su nombre y el depósito de agua del castañéu o castañar de El Xardinal y los prados de Solafaya y La Güertina. Ahí está también la casa de José Meré, que era gaiteru, además de tamboriteru, tenía llagar de sidra y trabajaba como carpintero



Y a la derecha de El Polléu, La Viña, otra de las aldeas de la ladera occidental del Monte Lluaria en las inmediaciones de Valdediós, cruzada por La Riega'l Gorgoyu que va a desembocar más abajo, en Santi, al Ríu Asta o Valdediós



La Viña conserva en su nombre la memoria de los antiguos viñedos de los cistercienses, que ocuparían buena parte de estos campos y faldas de la montaña


Seguimos sin ver Valdediós, pero sí parte del fondo del valle a continuación del monasterio en La Vega, por donde va el otro Camino, saliendo del monasterio, que ha empezado a subir, después de La Vega, en Santi, por los campos de El Tempranu, Los Sucos, La Fontina, La Balonga y El Fabal en dirección a Vallinaoscura y Villarrica. A la derecha, en El Monte Arbazal, La Parea les Felgueres



Espléndido paisaje del valle de Valdediós, río que conforma el gran valle central de Villaviciosa con la línea de cumbres en lontananza del Cordal de Pion y Monte Cañéu, paso al oeste al valle del Ríu España y Les Mariñes, la costa occidental y azabachera del concejo


A la derecha del ya citado monte o cota de La Pescar está el Altu la Cruz, el que siguen los peregrinos que se dirigen a Gijón/Xixón desde Casquita, con el Picu la Curiella (535 m) a continuación



Aquí más cerca,  la AS-380 y el ramal que desde ella comunica con Arbazal, al que llega por los prados de La Cruz el Mesón de los Cistercienses. Por ahí están también La Riega'l Pingón y El Pinganón



En estas abruptas laderas que caen hacia la carretera y de ella al valle se encuentran asimismo La Parea, La Parea la Fontina, El Paréu, La Parea les Felgueres y demás arrimadas verticalidades


Allí en La Campa pues confluyen Villaviciosa y Sariegu dentro de la frontera lineal este-oeste que traza la cresta del monte La Llomba, así como la villaviciosina parroquia de Pueyes y la saregana de San Román, hijuela o anexa de la anterior hasta 1630. La Enciclopedia del paisaje de Asturias describe el lugar de esta manera:
"Monte entre La Llomba y El Fariu, cuyas cumbres son la divisoria de aguas que van a los ríos Ñora (Nora) y Valdediós y establecen el límite entre los concejos de Sariego y Villaviciosa. Es también una collada, atravesada por la carretera AS-113, que fue construida a mediados del siglo XIX y sustituyó al camino real, situado en una zona más arriba del actual trazado y que pasaba por el lugar de Arbazal. Acaso por este motivo recibía el nombre de La Campa de Arbazal, según acredita, por ejemplo, la denuncia que presentan en el juzgado de Villaviciosa varios vecinos de San Román, en 1847, a fin de ser indemnizados por los daños que les ocasiona la realización de la nueva carretera. Desde el Alto de La Campa (400 m) se accede también al lugar de Lluaria, AS-250"


En sus estudios sobre la Toponimia de Sariegu, recogidos en el libro Patrimonio histórico y cultural del concejo de Sariego (Asturias), el cronista oficial del concejo vecino Florencio Friera Suárez, junto con la investigadora  María Antonia Pedregal Montes en Toponimia de San Román, diferencian La Campa, un lugar, una casería en concreto, al lado de la carretera del Altu la Campa, que se refiere a todo el lugar y sus alrededores, parte en un concejo y parte en otro, incluida la carretera, cuya inauguración en 1852 motivó el abandono de los ancestrales y milenarios caminos reales, salvo como vías pecuarias y de comunicación local:
"Don Francisco Alonso y muchos vecinos de San Román, ante los perjuicios que les ha causado la carretera desde La Peña de Nieva hasta La Campa de Arabazal, dan poder a don Manuel Llana Ribera y a don José de la Fuente, procurador de número del juzgado de Villaviciosa, para ser indemnizados (...) La Llosa del Palón de 6 días de bueyes, pegada a la llosa de La Campa y al camino que va para Luaria; y un prado de 3 días de bueyes bajo la nueva carretera".


Llosa del Palón y Llosa de la Campa son estos terrenos por donde nos vamos acercando al collado que da paso al valle del Nora, famoso además antaño, al menos hasta el siglo XVIII, por celebrarse en él la romería de Santa Mariña en julio, en el campo de su nombre, que fue de la desaparecida capilla de esta advocación, muy vinculada a la ganadería y trashumancia, citada documentalmente por primera vez en 1526. Ahí había además otra antigua frontera, la del Coto de Valdediós con las posesiones de otro monasterio, el de Santa María de Villamayor, en el valle del Piloña, continuidad al este del valle del Nora


Ahora ya vemos por fin, abajo a la derecha, la aldea de Vallina oscura, otro importante hito para los peregrinos que emplean el camino por Valdediós para subir al Altu la Campa valle arriba. Si bien desde aquí nos parece que estuviese aún en el fondo del valle para llegar a Vallinaoscura ya se han subido fuertes repechos desde Santi, sobre todo en su tramo final de El Fabal al pueblo



Es Vallinaoscura un topónimo que revela la situación del lugar en la zona de más umbría de lo más angosto del valle que aquí se hace ya montaña, pues se afirma popularmente que durante seis meses al año no le da el sol. El hábitat es concentrado, aprovechando el escaso espacio disponible en esta ladera. Las viviendas se agrupan formando una quintana, extendidas a lo largo del Camino. Vallinaoscura tiene a gala producir las delicias de la huerta de Valdediós, siempre apreciadas en el mercado de Villaviciosa


En Vallinaoscura hubo un ponderado constructor de carros para bueyes, el célebre gaitero José Antonio Lozano, nacido en 1926, que acompañaba a la gaita misas y romerías en todo el concejo, a veces con su hermano Eladio, quien sería presidente de la Coral Capilla de la Torre de Villaviciosa. También realizaba la puya'l ramu, subasta para sufragar las fiestas, y era un ponderado constructor de carros para bueyes. Fallecido en 2010, se le han tributado merecidos homenajes. El nieto de José Antonio Lozano, Simón San José, sigue trabajando en el mismo taller de su abuelo fabricando y reparando tambores  y panderetas; en el artículo Tambores de antaño en Vallinaoscura la también corresponsal de La Nueva España publica, a fecha 24-9-2012, este reportaje a él dedicado:
"El maliayés Simón San José es uno de los pocos artesanos que construye y repara tambores asturianos y panderetas. Trabaja en el mismo taller de Vallinaoscura (Villaviciosa) en el que ya lo hacía su abuelo Antonio Lozano, conocido gaitero de la zona. San José no sólo produce para el público de la región, pues acaba de hacer cuatro tambores para una banda de gaitas de Gales. No obstante, reconoce que sus principales clientes son particulares, en su mayoría músicos profesionales. 
Simón San José se define como un autodidacta que poco a poco ha ido perfeccionando su técnica. Llegó al oficio casi por casualidad y de la mano de su profesor de percusión Orestes Barbachán. «Empezamos a investigar sin saber cómo iba a ser el resultado», reconoce. Logró que su gran vinculación con la música tradicional desembocara en el que hoy es su trabajo, además de la docencia musical. Su interés es que sus tambores, que cuestan unos 400 euros, «lleguen a la élite» de la música tradicional. 
San José mantiene el método de trabajo de antaño valiéndose de herramientas de ebanista -algunas de ellas antiguas- para dar forma a los elementos naturales con los que trabaja. Consiste en «mantener la esencia del instrumento, pero tratando de mejorarlo», defiende. Una de las ventajas de este artesano es que sus conocimientos musicales le permiten dominar el manejo de los tambores buscando su óptima sonoridad. «Es una satisfacción personal porque lo fabricas y lo tocas», señala. Imparte clases de percusión en las bandas de gaitas de Villaviciosa, «Llariegu» de Sariego y «Los Yerbatos» de Bimenes. También toca la batería en la «Tarrancha», un grupo cuyo estilo musical es el denominado «ska reggae», y en la banda «Asturiana Mining Company», de percusión tradicional. 
«El mecanismo del tambor es el mismo en todo el mundo», pero suelen variar en tamaño, pues, según San José, el asturiano ronda los 33 centímetros de ancho y otros tantos de alto. Mientras, el gallego, por ejemplo, es menor, o el zamorano, mayor. «Con el fallecimiento de Andrés de Insiestu (Mieres), Asturias quedó un poco huérfana de constructores», lamenta. 
El maliayés explica que el proceso de fabricación es artesanal y utiliza maderas que se dan en la zona como nogal, fresno y haya. «Requiere que sea dura, pero a la vez flexible», por eso la veta del roble o el castaño no permiten que sean aptas para este cometido. San José consigue darles forma introduciendo la pieza en agua hirviendo -aunque aspira a emplear vapor- y después colocarla en un molde. Con esta técnica consigue los dos aros y el casco, para el que ahora opta por madera de abedul al considerarla una «madera más compacta» que la chapa de okume que venía utilizando. 
Sobre las dos aberturas del casco se colocan los parches de piel curtida de cabra u oveja, que se encajan con la ayuda de unos anillos. Uno de los parches se denomina batidor y es en el que se percute con la baqueta. El otro es «el bordonero porque por ahí cruzan unos hilos de tripa de vaca que le dan la sonoridad». No obstante, muchos tambores -principalmente los de las bandas de gaitas, que exigen una mayor resistencia- llevan parches de plástico, para «un sonido más preciso». San José recurre a los típicos azul y rojo para los colores: «Eran colores muy comunes y recurridos en maquinaria y carros»."

Por allí baja La Riega Vallinaoscura, una de las que dan agua a la formación del Ríu Asta-Valdediós, por eso, la célebre frase "Reventó la Riega de Vallinaoscura" es una expresión popular referida a las aguas que bajan en tropel en temporada de lluvias, formando riadas que, favorecidas por la existencia de grandes grutas, El Pozu Poceru, que forman verdaderos lagos subterráneos, pueden bajar con inusitada fuerza y tropel ladera abajo, provocando por ejemplo la destrucción del monasterio de Valdediós en 1522, lo que obligó a su reconstrucción. Dice el investigador José Manuel Fernández Llana-Rivera en Puelles, Tierra de Boides, publicado en la revista Cubera:
"Muy popular y venida por tradición, es la creencia que bajo los montes de Arbazal y La Campa existe un inmenso lago de gran profundidad. (...) Cuando la lluvia es copiosa y persistente, por dos oquedades que existen en la peña,  se produce una gran surgencia de agua de gran consideración, saliendo con fuerte violencia y ruido. La riega o cauce bastante profundo, en varios tramos, cruza caudalosa y embravecida el barrio de Ballinaoscura, rompiendo el silencio del lugar. Es de fe suponer la existencia de un gran lago subterráneo que al aumentar la afluencia producida por la lluvia sea insuficiente el curso natural y subterráneo haciendo uso de este aliviadero natural y espectacular. El curso ordinario tomará la dirección hacia el fondo del Valle, siempre subterráneo, originando la primera surgencia en Santi, la segunda surgencia en la finca "La Xunclar" después de un salto escalonado una vez pasado el Conventín de Valdediós. La última salida visible se produce en el barrio de La Rivera "Fuente del Matu" gorgolito que procede de profundidad, ya que aquí, el recubrimiento del terreno de arrastre es importante, formado por toscas o turbas."

Ahí tenemos toda el recuesto, corto relativamente pero muy pronunciado, de Vallinaoscura a Villarrica, llamado precisamente La Cuesta, como los terrenos circundantes. Es esta la "penosa ascensión hasta el alto de La Campa, donde vuelve a confluir con el Camino Real", como la define el erudito José Ramón Menéndez de Luarca Navia Osorio en Los caminos de Santiago en Asturias: análisis, diagnóstico y propuestas:
"Tal desviación tiene por objetivo el muy importante enclave de Valdediós, con la famosa iglesia prerrománica y el monasterio cisterciense (...) Aunque la desviación descrita está perfectamente justificada por la importante presencia de Valdediós, debería señalarse como tal desviación y mantener la indicación en el camino principal, mucho más corto y cómodo." 

La cuesta se suaviza al ir llegando a Villarrica pero, antes de las primeras casas, donde casi llanea, comienza otro duro ascenso por las cercanías de Solafaya existió una fuente intermitente o vauclusiana "que dio origen a leyendas y tesoros escondidos", según nos informa Llana-Rivera en Puelles, tierra de Boides



Ahora contemplamos todo el fuerte ascenso de Vallinaoscura (donde, recalcamos, ya se ha subido un buen trecho desde Santi) al Altu la Campa. Sobre el pueblo de Villarrica existe un sumidero, el llamado Pozu Roma, "que más que un pozo es un zanjón largo y profundo que hace dudar si es natural o una explotación minera del tiempo de los romanos", estando pendiente su estudio para afirmarlo con rotundidad:
"Hay hechos o dichos curiosos cuando se escucha a las gentes del lugar: por la cueva de tal lugar sale aire caliente en invierno y frío en verano; yo creo que la lógica no llega más allá, la temperatura de los chorros del aire al venir de las profundidades es siempre la misma, lo que varía es la temperatura exterior"


Más arriba de La Campa y a la izquierda de Lluaria y El Cantu Cocañín con La Foquera son los altos de Valloberu ya mencionados por sus pozos kársticos y túmulos megalíticos. Son aquellos los prados y cuestas de El Bustiu, El Fiensón y El Camín de Valloberu



Abajo, las citadas Casa Aurelio y Casa Pepe, en el camino de Lluaria a La Campa, abierto por los propios vecinos trabajando a sextaferia o sestaferia, trabajo comunitario de los sábados, el sexto día de la semana o sexta feria



El Camín Rial, llaneando o en suave descenso serpentea al pie de estos cuetos al pie de un abrevadero...



Y hace una curva más cerrada a la derecha para empezar a bajar de una manera más clara y evidente


Es el cruce con el ramal a La Casa'l Monte, viejo camino que se dirige por Mogoyu a la vecina parroquia de Valdebárcena, sendas pastoriles y ganaderas muy empleadas desde la más remota noche de los tiempos, incluso por las largas cañadas de la trashumancia, pues hay datos, por ejemplo de pastores casinos (de Casu, en la cordillera) que, como los vaqueros y vaqueiros, venían con sus rebaños a estos pastos de la marina o sus cercanías a pasar el invierno para, avanzada la primavera, regresar a los pastos comunales de las brañas altas de los puertos que separan Asturias de León


En medio del cruce hay un 'triángulo' de hierba en el que crecen algunos árboles: lo dejamos a nuestra izquierda y seguimos toda la curva a la derecha


Hay pues un buen tramo de bajada que vemos casi entero desde aquí, el cual acaba en el Altu la Campa, desde donde se seguirá bajando hacia el pueblo de Figares, en Sariegu, en ruta ya hacia su capital, Vega, para luego dirigirnos a Siero y a la catedral ovetense de San Salvador, haciendo caso a aquella máxima medieval que resonaba en toda Europa y decía... "quien va a Santiago y no al Salvador, visita la criado y olvida al señor", dado que en la capital asturiana se guardaban las reliquias del Señor, la Virgen María y otros santos, consideradas entre las más importantes de la cristiandad


El pertinente mojón confirma, como siempre ha de ser, el camino a seguir


Seamos no obstante siempre precavidos, en ocasiones, como comprobamos en esta foto, puede quedar oculto o camuflado entre la hierba alta


Tanto a un lado como al otro de estos valles, tanto este Monte Arbazal como el Monte Lluaria, pasan abruptamente de las más o menos amesetadas cimas con sus brañas alomadas y pequeños cuetos a las paredes casi verticales de paredones montesinos como el de La Parea'l Peñéu, que constituye una de nuestras referencias visuales y geográficas en nuestro deambular por El Camín Rial


Y abajo La Cuesta, la dura rampa del camino de Valdediós por Vallinaoscura y Villarrica, , "dos pueblinos escondidos bajo la falda más oscura del Alto de la Campa", dice Jfcamina en Camino del Norte a El Salvador"en la ladera este que baja de los montes de Lluaria, una altitud de 275 m.", leemos en la Enciclopedia del paisaje de Asturias


Continuamos avanzando en bajada recta y directa por El Monte Arbazal, "testigo pétreo del ir y venir de una época marcada por la pobreza, la necesidad y el sacrificio", nos explica también Llana-Rivera:
"... aquí donde cualquier lugareño, campesino o pastor, contemplaba al paso de un estridente carruaje, el trote de una cabalgadura, monjes que pasan o un viandante que se aleja en el horizonte, tal vez un peregrino camino de Santiago, acá junto a la ermita de Santa Mariña una persona piadosa se detiene a orar. La niebla del tiempo, igual que a veces pasa por esta campiña borró el paso de generaciones"

Valloberu, "En la parroquia villaviciosina de Puelles, cerca de los límites de este concejo con el de Sariegu, de alza esta montaña de 606,90 m de altitud y que forma parte de los Montes de Valdediós", según nos informan en la Enciclopedia del paisaje de Asturias"En la cima está ubicado un vértice geodésico, sus laderas están de pradería y es una inmejorable atalaya de los valles de Valdediós y Sariegu". Por otra parte y en lo relativo al Pozu Valloberu dicen lo siguiente:
"Profunda dolina en el extremo oriental del cordal de Lluaria, en el límite de los concejos de Sariego y Villaviciosa. Las características originarias de este espacio -hoy bastante alterado- permiten suponer que fuera un cazadero utilizado por los hombres primitivos. El paraje de Valloberu conserva túmulos funerarios, de la Edad del Bronce."

En Puelles, tierra de Boides,  José Manuel Fernández Llana-Rivera dice lo siguiente relacionado con los pozos y acuíferos del valle y la montaña:
"El monte de Arbazal es una importante formación calcárea, que aparte de su romanticismo bucólico, deja ver, en sus verdes praderas o apuntando entre los argomales, rocas blancas de marcadas aristas que originan un relieve muy característico (lenar o lapiaz) del proceso cárstico, que hace de esta montaña, con amplia zona receptora de lluvias, en paraje carente de aguas superficiales o alumbradas, circulando estas en profundidad por pozos o galerías dando origen a una red subterránea con formación de Torcas o dolinas por hundimiento de los estratos calizos de las bóvedas. Existen muchas grietas o pozos en todo el monte de relativa importancia ya que se desconoce su interior porque no han sido explorados."

Como fenómeno geológico cabe destacar por su trascendencia, nos dice este erudito, "la depresión o serie se hoyos en forma arrosariada que sigue una línea más o menos sinuosa que parte de la "Parea de Faro" y sigue en dirección a Vallinaoscura", donde hay numerosas oquedades o pozos kársticos, entre ellos El Pozu Poceru antes mencionado:
"El "Pozu Poceru" dolina formada por el hundimiento de la bóveda de una gran caverna. Tiene en medidas aproximadas de 8 a 10 m. de diámetro y 25 m. de profundidad hasta el primer descanso o piso que sirve de antesala a una tenebrosa caverna (espelunca) de grandes proporciones que se sumerge en abismo SW que lanza hacia afuera un chorro de aire caliente y húmedo como salido de las fauces de un monstruo prehistórico, que da vida y movimiento a la vegetación de las paredes de la penumbrosa y solitaria dolina refugio de grajos y cuervos y temido lugar para los viandantes que miran con recelo al pasar cerca del gran y legendario pozo"

Continuamos bajando poco a poco hacia el Altu la Campa, que vuelve a ocultarse a nuestra vista más allá de la ladera del Monte Arbazal


Aquí, en el caso que pasase algún ocasional vehículo, sí tenemos buena vereda y espacio de sobra a la izquierda para dejarlo pasar sin problema


El Monte Lluaria nos orienta como un faro y nos sirve de referencia geográfica en los Montes de Valdediós en este nuestro tránsito de Villaviciosa a Sariegu por el Camín Rial, "en la línea de ascenso más lógica desde la antigua puebla de Maliayo (Villaviciosa) al alto de La Campa", leemos en el muy excelente blog El Camino de Santiago desde Asturias


De todas maneras, la trascendencia de Valdediós y su conjunto monumental, la existencia de un albergue de peregrinos (confirmad siempre si está abierto y si tienen plazas para evitar sorpresas), que es una ruta más llana hasta prácticamente la pared de La Llomba, y otras circunstancias, han hecho que, con gran diferencia, sea el de Valdediós el trayecto más empleado por los peregrinos actualmente. En este aspecto, el erudito investigador Víctor Guerra expone su opinión en Los caminos jacobeos por la comarca de la Sidra de su blog Gente del bordón. Por la vereda de los heterodoxos:
"Casquita con su pequeña ermita dedicada a San Blas, representa clara disyuntiva de los caminos Jacobeos, y en cuyo enclave se da un curioso paradigma, por un lado, aquí hay un Camino el del del Norte que va a Oviedo el cual en estos últimos años está pasando de ser un destino peregrino a ser una opción. 
El otro camino el que diverge al mismo pie de capilla de Casquita, este se va hacia Gijón subiendo al Alto de la Cruz. Trazado más tardío y que pudiera denominarse como Camino de la Costa, pues su vocación es ir de forma aledaña a la cornisa costera, y de cuyo recorrido trataré en otro apartado. 
El Camino del Norte o la Vereda de los San Salvadores, según Maria Josefa Sanz este trazado del Norte se realiza a través de un recorrido que atraviesa las dos Camocas, para ganar la altozana parroquia de San Pedro de Ambás a través de Castiello, quedando el Monasterio de Valdediós fuera de la arteria principal del Camino Jacobeo.
En este sentido llama la atención varias cuestiones, por un lado, que se eche el camino jacobeo por Camoca y San Pedro Ambás hacia Arbazal, pues parece que este Camino tiene por objetivo responder a la existencia en la pequeña aldea de Arbazal del Mesón de los Cistercienses. 
 Arbazal es una aldea con media docena de casas y una portentosa iglesia que algunos suponen anterior al siglo IX (Ciriaco de Miguel Vigil, la sitúa en un documento en el 996 año en que reinaba Vermudo II) aunque siendo más precisos «es una construcción del siglo XVI a la que sirve de sacristía un templo románico del siglo XIII» (Mª Josefa Sanz). 
Junto al templo hay una casa con escudo abacial, la cual se la conoce como Mesón de los Cistercienses, y se dice que fue abierto por los monjes en el siglo XVII. Pocas más noticias hay al respecto, y un poco tardía me paree la fundación, pues poco más adelante el ejercicio de la peregrinatio, terminaría por desaparecer durante un par de siglos. 
Resulta extraño que se eche contra toda lógica el Camino histórico por Arbazal, aunque lo achaco a que los historiadores que hicieron la recuperación del Camino Jacobeo, como María Josefa Sanz, desconocían la red viaria de estos valles, y se recuperó el trazado por las Camocas, en parte por una escritura que habla de Camoca y del Camino Frances, y por tal razón se supone que ha quedado como trazado histórico el que sube al citado Mesón de los cistercienses, dejando de lado no solo el Monasterio de Valdediós y su templo dedicado a Santa María, sino el propio jalón exponencial que supone la existencia de la iglesia prerrománica de Valdediós, o sea el «Conventín» que se encuentra bajo la advocación de San Salvador, datado en el 893, y consagrado por el obispo iriense-compostelano Sisnando I junto con los obispos de Coimbra Nausto, y Recadero de Lugo. 
Por tanto, creo que esto es cambiar la totalidad por la parcialidad, pues no es muy lógico «ir a visitar al criado y no al señor», primero porque al Monasterio de Valdediós fundado según carta privilegio expedida en Santiago por Alfonso IX y su mujer Berenguela y dotado de ricas heredades, se puede llegar por un trazado ancho y llano desde Villaviciosa tomando como referencia la bifurcación de Casquita, un poco más adelante de la Capilla de San Blas se toma el Camino de la Costa que va hacia Gijón, el cual va pegado al río y dejando en un momento el Camino costero se sigue al Oeste, lo cual permite llegar al cenobio sin tener que afrontar el recorrido que va la larga subida a las Camocas, aunque por medio esté la famosa filiación documental de que en Camoca había una «finca lindera con el Camino Francés». 
Cuando uno conoce la zona, y la ha andado de cabo a rabo, se da cuenta de que un cenobio de la importancia de Valdediós, «el más importante establecimiento cisterciense de tierras asturianas y unas de las principales instituciones monásticas de la Asturias medieval» (Solano Fez. Sordo) debe tener un peso notorio entre las gentes peregrinas, y por tanto que se encuentre un camino que va paralelo al río Valdediós, el cual no solo es amplio y sin apenas desniveles, sino que además está jalonado por diversas instalaciones molineras, como las de Grases: el Pico, o el del Mayorazu… 
Al tenor de lo expuesto habría que replantearse la situación, la llegada a Valdediós no podía ser por medio de una subida hasta Castiello a través de las Camocas para después bajar a Valdediós, o en cambio dejar de lado el monasterio más importante del todo el área por el hecho echar la ruta hacia el mesón de Arbazal. 
Valdediós siempre tuvo mucho peso y significación como para que este quedase al margen del Camino Jacobeo, cuando además su trayectoria histórica y peso ha sido tan importante para el desarrollo del Camino de la peregrinatio, cuyo tránsito siempre ha pasado por delante de su puerta. 
Mucho me auguro, que el famoso Camino Francés por las Camocas hacia San Pedro de Ambás, fuera un trazado más bien para uso de acémilas, (arrieros y trajineros) pues la subida es más suave que la presenta la salida del valle de Valdediós, que es mucho más empinada, me refiero a la que sale de Valdediós y se dirige a Vallinaoscura y Villarrica para ganar el Alto de la Campa, este sería un recorrido más idóneo para desplazamientos camineros, o sea a pie. 
Sin dejar de mencionar cierta contradicción, pues alguna cartografía marca como itinerario santiaguista un tramo más suave por las Camocas, pero no el oficializado sino el que sube a San Pedro de Ambás, pero desde Camoca de Arriba va pasando por encima de La Riega, yendo a la par del Barranco de Camoca para colocarse de formar travesera en el enclave de La Corolla, punto en donde se conexiona con el actual trazado sobre el que iría la carretera AS-113, y desde aquí supongo que virando al Suroeste llegaría al faro radiante que significa para la zona la iglesia de San Pedro de Ambás, y de ahí sí que tendría cierta lógica el trayecto que se encamina por encima de la AS-113 hacia la aldea de Arbazal. 
Esta variante, es un itinerario mucho menos empinado que el marcado desde Camoca de Arriba por Castiello hacia San Pedro de Ambás, que es el tramo oficial. En parte, es de suponer que se hizo así a la hora de marcar el camino oficializado como Camino Jacobeo por evitar que los romeros actuales fueran por la carretera AS-113 hasta San Pedro de Ambas. 
En cuanto a los que estoy exponiendo, el historiador Uría Ríu, se muestra más cauto, y nos dice que un «camino más antiguo que iba por Amandi, Grases, Ambás, antes de la actual carretera a ganar las alturas de la Campa de Arbazal por el camino del mismo nombre. Es de suponer la desviación por Valdediós dada la importancia de este «monasterio que gozó de la Bula de Gregorio XII por el cual se concedía un jubileo por 10 años a las personas que arribana al monacato el día de San Blas, y confesasen y comulgasen, concediendo indulgencias plenarias a todos los pecadores, estamos hablando del año 1583». 
Creo que todo esto está a medio estudiar, y es preciso darle unas cuantas vueltas antes de asentir una vez más, y en pleno siglo XXI que el Camino Jacobeo dejara al monasterio de Valdediós de lado para irse por Arbazal, es algo que resulta ilógico, y que a estas alturas sería necesario un buen panel que explicase estos términos.

Fuera como fuere el Camino del Norte, o sea nuestra Vereda de los San Salvadores, bien por la campa de Arbazal, o por los núcleos que jalonan el valle de Valdediós, como el propio Monasterio de Valdediós y los núcleos de Vallinaoscura o Villarrica, se alcanzaba el Alto de la Campa, divisoria entre los concejos de Villaviciosa y Sariego, que es el último concejo dentro de la Comarca de la Sidra."

Pero igualmente, de la misma manera que hoy en día la gran marea de peregrinos que se dirige a Oviedo/Uviéu escoge ir por Valdediós, la opción gijonesa va ganando adeptos entre los caminantes jacobitas, sobre todo el verano, pues acuden a la llamada de sus concurridas playas. Por eso, de igual forma que Víctor Guerra nos informa de la dicotomía entre el Camino por Valdediós o por Arbazal, también habla, en La Nueva España del 9-2-2019, de la aún mayor disyuntiva ente Oviedo/Uviéu y Gijón/Xixón:
"Los itinerarios del Camino de Santiago continúan siendo un factor clave en el turismo asturiano, sobre todo, por el carácter históricamente peregrino de la ciudad de Oviedo. El experto Víctor Guerra, no obstante, aseguró en su ponencia de esta semana en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón que la nueva ruta "de moda" es el Camino del Norte y que, al bordear buena parte de la costa asturiana, hace que muchos peregrinos ignoren ahora la capital y prefieran quedar en albergues gijoneses. 
La ruta jacobea citada, según Guerra, intenta bordear el mar y llegar a Santiago en línea recta, por lo que en muchas partes del recorrido los peregrinos deberán bajar y subir los valles de pequeños ríos costeros. "Muchos prefieren esta ruta porque en casi todo el recorrido se ve alguna playa, pero en época de lluvias provoca problemas. Hay repechos que acaban en unos cauces de agua que no se pueden cruzar de un simple salto", resumió. Al tener siempre los ojos puestos en el horizonte, esta versión del Camino de Santiago podría suponer, a la larga, un buen reclamo turístico para la gente de Gijón. Según el experto, el perfil del peregrino se centra ahora en "gente joven que prefiere ver el mar y tirarse medio mes como mochileros", por lo que la capital asturiana "ya no se ve como un destino ineludible". "Es comprensible que en la ruta del Norte Gijón empiece a atraer a los peregrinos que antes iban a Oviedo; cada vez los peregrinos, sobre todo los jóvenes, tienen una conciencia más turística que religiosa", aseguró."

Y de Valdediós seguimos sin ver todavía el monasterio, aunque sí Santi, donde el Camino del valle empieza a subir a Vallinaoscura desde La Vega, donde confluyen las riegas y las fuentes que dan nacimiento al río, apenas un arroyuelo la mayor parte del tiempo pero cuyas riadas llegaron a destruir el monasterio en 1522 y a inundarlo y afectarlo gravemente en 1691. De él dicen en la Enciclopedia del paisaje de Asturias:
"Es la parte alta del denominado río Valdediós. Nace de las fuentes de Vallinaoscura y Santi, en la parroquia de Puelles (Villaviciosa). Corre hacia el este hasta llegar al convento de Valdediós, donde toma el nombre del monasterio. Tiene una longitud de 1 km, aproximadamente, y en este trayecto riega la vega de Santi y se le une por su orilla izquierda la riega de Vallina, que baja de Lluaria. Su importancia deriva de la determinación de asentar en su orilla los conventos de San Salvador, El Conventín, y Santa María, fundaciones de Alfonso III y Alfonso IX, respectivamente, de los siglos IX y XIII. A pesar de su corto trayecto y escaso caudal, en ocasiones llega a inundar el convento de Santa María, hasta que en la reciente restauración del mismo se realizó un nuevo encauzamiento. Según José Manuel González, su nombre es un hidrónimo perteneciente a una lengua prerromana"

En Santi arranca además el camino que sube a El Polléu, como dice el Diccionario Geográfico de Asturias. Ciudades, Villas y Pueblos"cerca de la riega El Fondalín, que vierte al río Asta"


El río, como el Camino, discurren por el surco que separa las faldas de los montes de Arbazal y Lluaria o Valdediós, las arboledas nos los ocultan, en La Vega, salvo la parte más cercana al monasterio, atrás, en Les Pedreres


Les Pedreres y el Camino en La Vega, ahí están las antiguas escuelas de Pueyes, que fueron sede de la Escuela Taller de Valdediós que restauró el monasterio entre los años 80 y 90 del siglo XX, fueron, o son, Las huellas imborrables de Valdediós, como las tituló la corresponsal del periódico El Comercio Lydia Is en la noticia de la reunión de antiguos alumnos y profesores, publicada el 29-11-2015:
"Durante trece años el monasterio de Valdediós formó parte de sus vidas y con el paso del tiempo, lejos de romperse, el vínculo que alumnos y profesores de la escuela-taller que rehabilitó el edificio mantienen con el cenobio es cada vez más fuerte. «Tenemos unos recuerdos fantásticos porque fue una experiencia muy significativa, con muy buenos resultados y una inserción laboral muy alta», reconoció Gonzalo González Espina, presidente de la asociación Asta, para el desarrollo socioeconómico y cultural de Asturias, y exdirector de la escuela-taller, que ayer conmemoró el vigesimonoveno aniversario de su fundación. 
La escuela-taller de Valdediós fue la segunda que se puso en marcha en Asturias. Corría el año 1986 y las inundaciones se habían cebado con el conjunto monástico, alcanzando el agua los 1,80 metros de altura. «Los primeros seis meses nos los pasamos desescombrando y limpiando los espacios», recordó Marcelino Barbés, profesor y último director. «Uno de los objetivos era recuperar oficios tradicionales y en riesgo de desaparición como el de cantero, forjador, restaurador paisajístico y albañil artesanal, técnicas indispensables para actuar en el patrimonio», añadió González. 
Hasta 1993 en Valdediós se instalaron ventanas, se talló piedra, se repuso la cubierta y se acometieron cientos de trabajos más que aún pueden apreciarse recorriendo sus rincones."

Tenemos ganas de empezar a ver el monasterio, que irá apareciendo según avanzamos cuesta abajo y admiramos nuevas perspectiva del valle y sus montañas, así descritas el Diccionario Geográfico de Asturias. Ciudades, Villas y Pueblos:
"Sobre el valle de Valdediós, entre las parroquias de Puelles y Rozaes, concejo de Villaviciosa, se levanta este pequeño cordal que va de sur a norte por encima de la aldea de Lluaria, en los límites del concejo de Villaviciosa con Sariegu, desde el Foyu Valloveru a Porciles, siendo sus alturas más importantes el alto Valloveru 607 m y El Cabañín 601 m. Sus cimas están cubiertas de praderías de excelentes pastos y es un mirador inigualable sobre el valle."

Mirando atrás reconocemos La Rozona y los ocalitos de La Parea les Felgueres, bajo Arbazal, por ahí bajaba, y subía tras la novena, la procesión de Nuestra Señora de las Angustias, viejo camino que comunica con la parroquial de Pueyes vía La Provincia, Llaneces y Valdediós, cruzado desde 1852 por la Carretera la Campa


A la derecha, en los recitados prados de La Cruz, se celebra la romería de la Cincuesma; a lo lejos reconocemos otro importantísimo paso natural El Pedrosu, otro de los pasos seculares de Villaviciosa hacia el oeste, entre los altos de La Cobertoria con El Picu Llan, Illán o Illán (364 m) a su izquierda y El Picu la Curiella (535 m) a la derecha, este en El Monte Cañéu


Por El Pedrosu pasa la carretera conocida con el nombre del alto, La Carretera'l Pedrosu, que fue de las Cinco Villas, Ribadesella-Canero y otras denominaciones, actual N-632, que se inauguró más tardiamente que otras, hacia 1882, ocasionando también que los antiguos caminos reales de esas montañas pasasen a ser vías ganaderas y de tránsito local


A la vez, como en La Campa, la construcción de la Autovía del Cantábrico (A-8) provocó que la del Pedrosu quedase como carretera local de mucho menor trasiego de vehículos, cosa que realmente ya pasó años atrás con la llamada Carretera'l Gobernador (AS-256), que evitaba sus penosas y peligrosas curvas


En El Pedrosu, fueron cerrando a causa de ello, como pasó en La Campa, célebres establecimientos de parada y fonda de los viajeros, donde hubo hasta bailes aprovechando la antigua parada de carruajes, carros carreteros y diligencias, sustituidos por los autobuses


En la distancia vemos el Mar Cantábrico y una pequeña parte de Les Mariñes en algunos barrios de la parroquia de Oles, célebre por sus minas de azabache o acebache, cuya mayor parte se exportaba fuera, especialmente y durante siglos a Santiago de Compostela, cargado en las recuas de mulas de los arrieros por estos caminos norteños y puesto a la venta en la célebre rúa da Acibechería, antesala de la catedral


Las minas, en galerías subterráneas y explotadas artesanalmente desde época prerromana, llevan mucho tiempo abandonadas, si bien cada cierto tiempo resurge el proyecto de reabrir una de ellas, en la que trabajó Tomás Noval, el último minero del azabache, ahí en Oles precisamente. A su fallecimiento El Correo Gallego le dedica In memorian esta semblanza publicada el 1-9-2008:
"Hace tres semanas falleció en su casa de Oles, parroquia (...) del Concejo de Villaviciosa, Tomás Noval Barredo a los 87 años. 
Como saben los lectores de EL CORREO, el azabache es la piedra-talismán del Camino de Santiago y durante cinco siglos la base de un importante oficio compostelano, sin rival en el mundo, que llegó a ocupar a más de 300 azabacheros en 30 talleres establecidos en el tramo urbano del Camino y que se convirtió en la rúa Azabachería, además de una capilla en la Catedral, una entrada de la misma y una importancia social reconocida en las complejas Ordenanzas de su Cofradía y en los impuestos que pagaban. 
Todo el material bueno, que se utilizaba en los obradores compostelanos, provenía de esa zona de Asturias, donde existían numerosas minas. Las relaciones con Compostela fueron muy importantes, pues allí se hacían, por encargo, miles y miles de pequeñas piezas, que se vendían en Santiago, quedando las piezas grandes, que hoy se ven en los museos, para los importantes talleres de Compostela, pues la dificultad del oficio está en su dificilísimo tallado. De esa época, hay contratos de peticiones de cientos de miles de pequeñas piezas a Villaviciosa y también contratos de aprendizaje para que jóvenes de allí estuviesen en Compostela aprendiendo el oficio, quedando algunos apellidos asturianos, de la zona, en los archivos de maestros azabacheros compostelanos. 
Pues bien, heredero directo y voluntarioso de esa larguísima tradición era Tomás Noval, guardando durante 40 años los mayores y mejores trozos de azabache para los maestros compostelanos y cobrando unas cantidades muy módicas por dicho material, a pesar de ser el único que lo tenía. 
La mina que él explotaba estaba cerca del mar y era tradición decir que se metía bajo el mismo, lo cual es posible, pues las distintas galerías entraban varios kilómetros bajo tierra con una altura y una anchura que obligaban a ir encorvado. 
En las décadas del hambre, la mina ayudó a Tomás a sacar adelante a su familia, pues él, que era campesino, se encerraba "8 ó 10 horas en la mina, hasta que el carburo empezaba a flojear y había que salir", y después de unos días intensos, sacaba dinero para comprar un ternero y aumentar su cuadra, que en los mejores tiempos tenía diez vacas. En las décadas de los sesenta y setenta estaba contento, porque en Santiago hubo un notable renacer del oficio, lo que aseguraba el futuro; y en Asturias empezaron nuevos artesanos, con trabajos distintos de los que hicieron, los últimos ochocientos años, los artesanos clásicos de allí ayudados por sus familias en el pulido y remate de las pequeñas piezas. 
En Asturias solía salir, anualmente, algún artículo de prensa sobre el "último minero del azabache", en que se manejaban lugares comunes y poca documentación; no obstante, a Tomás le encantaba, porque hacían que en el verano le visitase gente de todas partes, a los que él enseñaba sus tesoros (un trozo grande de azabache, herramientas, recortes de periódico y algunos trabajos hechos por su familia ) y siempre regalaba algún trozo de material, porque todos los visitantes argüían que eran medio artistas, etc. Incluso alguna gente se aprovechaba de su buena fe para revender el material en España y fuera de ella. 
A raíz de uno de esos artículos, recibió en 1993 la visita de un joven inspector de Hacienda que le impuso una multa de 230.000 pts. por ingresos no declarados (no creo que en esas fechas sacase mucho más de esa cantidad en todo el año ). (¡En vez de subvencionarlo por conservar una mina de origen prehistórico -encontró muy adentro un hacha de piedra y otros materiales que pasó al museo- posterior explotación romana, continuado por los cinco siglos del Camino y los 50 años de la Reina Victoria que explotó a conciencia las minas de la zona¡). Su disgusto fue grande y desde ese momento, se negó a entrar más a la mina y se dedicó a revolver por las escombreras, para sacar algún pequeño material para sus amigos y angustiados clientes azabacheros. 
Creo que fue cuando cumplió 75 años: sólo se acordaron de él los hippies de Gijón, que le regalaron un bastón con puño de plata, en reconocimiento a su generosidad, pues les pasaba saquitas de material pequeño para que se pudiesen ganar la vida. 
En Santiago, afortunadamente, contaba con buenos amigos: Fernando Mayer, Moncho Requeixo, Ramón González, Ricardo Rivas, Eloy Gesto, los hermanos Tojo y otros azabacheros, y en reconocimiento a su dilatada amistad y fidelidad se le tributó un merecido homenaje el día 1 de noviembre de 1997, día de San Eloy, patrón de azabacheros y joyeros. El día antes tuve el gusto de enseñarles Compostela a él y a su familia, y el día siguiente fue el homenajeado en la misa corporativa en San Paio de Antealtares, así como en las fotos y en la multitudinaria comida de fraternidad celebrada en las afueras de Santiago. 
En resumen: se fue una buena persona, defensor acérrimo del oficio de azabachero, de la mina y de toda la tradición compostelana del azabache. Tus amigos de Compostela no te olvidan."

Más abajo de El Pedrosu, abajo a la izquierda de la foto, La Torre, parroquia de Niévares, pequeño castillo medieval con almenas y torreones a cuyos pies pasan, subiendo el cordal, los peregrinos que han decidido dirigirse a Gijón/Xixón desde el cruce de Casquita, donde se separan la vía gijonesa del Camino Norte y la ovetense


No tenemos documentos fidedignos que avalen una fecha de fundación si bien es seguro que su estructura actual es bajomedieval, independientemente que pudiese haber existido una fortaleza anterior. Sí sabemos, por la fecha esculpida en un dintel, que en 1501 el castillo se convirtió en torre-palacio al construirse sobre él una casona solariega con capilla y panera. 


El Camino de Santiago sube a su izquierda tras dar un gran rodeo al cortarse en Grases el trazado original caminero con el llamado nudo de Grases en la A-8 y, a sus pies pero en sentido contrario, pasan los peregrinos del Camín Xixón-Cuadonga/Gijón-Covadonga en dirección a Grases y Amandi; un ramal, el del Camín del Llivinque y La Peña, factible para emplear como atajo por los romeros jacobitas y al que también le dedicamos una entrada de blog



El Camino zigzaguea levemente y, aunque insistimos en que no es una bajada dura ni mucho menos, pierde altura bastante rápidamente según damos vita una vez más al Monte Lluaria, parte de los Montes de Valdediós y estos a la vez estribaciones septentrionales que se alargan desde La Llomba al norte, separando el valle de Valdediós del de su afluente el Rozaes, situado al oeste, al otro lado



Abajo, vemos cada vez más cerca la carretera AS-380, con la que nos encontraremos en el Altu la Campa, aunque no la pisaremos por escasos metros, pues antes de llegar a ella tomaremos el camino de La Caleyona que, entre las casas, nos llevará, bajando, al valle de Sariegu por Figares, parroquia saregana de San Román



El Camín Rial pasa a hacer una serie de curvas en las que sigue perdiendo altura dando vista a Lluaria


Es desde aquí, con Lluaria enfrente, cuando según bajamos, ahora en dirección oeste, y miramos a la derecha, al norte, empezamos a ver el monasterio



Y otra maravillosa vista del valle de Valdediós, poblado desde la remota prehistoria, en una cueva cercana y mezclados con huesos de animales, fueron hallados en mayo de 1878 los célebres cráneos de Valdediós, pertenecientes al individuos cromañones y estudiados por el historiador Juan Uría Ríu, leemos al respecto en Pueyes y sus orígenes, artículo del diario digital VillaviciosaHermosa del 10-11-2008:
"Historia y arte, arte e Historia forman un todo, un conjunto indivisible por el que nos sentimos unidos como cordón umbilical de nuestra propia madre, a nuestro valle de Valdediós. Historia como la que formó parte de nuestros antepasados muy lejanos ya incluso en la prehistoria, puesto que recordemos el descubrimiento de los cráneos prehistóricos de Valdedios, las gentes mayores lo recordarán perfectamente porque habrán oído los hechos de aquellos descubrimientos ocurridos en Mayo de 1878, tras quedar abierta por casualidad una oquedad en la parte superior de una bóveda o cueva muy cerca del Conventín, en una aldea que todos conocemos como “el Polleu”, la cueva tenía 14 m. de largo, 6 de ancho y 10 de alto aproximadamente, toda ella llena de estalactitas, se encontraron huesos de animales mezclados con los citados restos humanos."


En la lejanía llegamos a reconocer perfectamente las cicatrices hechas en el monte y el valle para la construcción de la caja de la Autovía del Cantábrico así como el nudo de Grases y su confluencia con la A-68, pues, de la misma manera que el antiguo Camino, esta moderna vía de comunicación se bifurca en dos ramales, un más costero y otro hacia el interior


Y ahí ya empezamos a ver el monasterio de San Salvador de Valdediós, fundado oficialmente el 27 de noviembre del año 1200 por iniciativa del rey Alfonso IX y su mujer Berenguela de Castilla, pero cuyas obras no comenzaron, por diversas vicisitudes en las que se incluyen un intento de traslado a Boñar (León), hasta 1218, no acabándose hasta 1225-26, aunque sin embargo algunos autores dicen que hasta incluso más allá, hacia 1250



Les Pedreres con la escuela, el Camino, La Vega de Valdediós y el monasterio. Salvo la iglesia de Santa María los demás edificios que vemos son resultado de obras posteriores, de entre los siglos XVI y XVIII, los cuales conforman una plaza a la entrada, dentro de la verdadera "ciudad de Dios" que era el monasterio con sus estancias y dependencias


La espadaña del campanario de la iglesia es enorme y ello obedece a los preceptos de sobriedad cistercienses que veían en las torres ostentosidad superflua; es original románico aunque se le añadió en el siglo XVIII un hueco más pequeño a los dos originales, para una tercera torre, arriba


Si nos adelantamos un poco más llegaremos a ver El Conventín o iglesia de San Salvador más atrás, consagrada en el año 893 (su construcción puede ser anterior) reinando Alfonso III El Magno siguiendo los cánones del Arte Asturiano, por lo que es tres siglos anterior al monasterio de Santa María. Se sabe formaba parte de un desaparecido complejo palacial del monarca donde acudía a retirarse del trasiego de la corte ovetense. Se dice que vino aquí al final de su reinado cuando fue depuesto por sus hijos y que pretendió estuviese aquí su panteón, pero por azares del destino ni murió ni fue enterrado aquí ni fueron trasladados sus restos a este su valle de Boides que tres siglos más tarde los cistercienses rebautizarán como valle de Dios 'Val de Dios'


Es extraordinario que los cistercienses no alterasen la estructura de El Conventín ni lo encajasen en su creciente monasterio ni durante su construcción románica ni durante sus sucesivas reformas ni ampliaciones. Más allá otras casas tuvieron también vinculación con el monasterio, así como antiguos molinos ocultos por el boscaje ribereño, hasta la desamortización de 1835. Tras un fallido intento de subasta de sus edificios pasó a ser seminario entre 1862 y 1951 y durante un tiempo tuvo colegio mayor o de segunda enseñanza, luego llegó su decadencia hasta las restauraciones de la Escuela Taller de Valdediós, a cargo del Principado de Asturias y auspiciadas por la Asociación de Amigos del Paisaje de Villaviciosa Cubera con su campaña Salvar Valdediós


Fruto de aquellos trabajos fue el regreso de una comunidad cisterciense a Valdediós en 1992, cuya marcha unos años después llegó a ser impactante dado el simbolismo que constituyó su regreso, luego hubo otras órdenes religiosas junto con intervalos vacíos. El funcionamiento y apertura del albergue de peregrinos y la hospedería se regían en función de ello, si bien se asentó un régimen regular de visitas a este magno conjunto monumental


Vista de Valdediós con el monasterio a la derecha, abajo Santi y arriba a la derecha El Polléu y La Viña; toda esa ladera es posible fuesen las viñas del convento, llamado también popularmente así, o El Conventín y El Conventón para distinguirlos, pese a que oficialmente el título conventual suele darse a los cenobios fundados en el medio rural. Más allá Valeri y Pueyes, la cabeza de la parroquia


Y encima Llaneces, arriba a la derecha en la ladera del monte, por donde subía y bajaba la procesión de la Virgen de las Angustias de Arbazal en la Cincuesma. En el bosque intermedio se encuentra la fosa de Valdediós, donde un monolito rememora la tragedia allí ocurrida a finales de octubre de 1937 con la cruel tortura y posterior ejecución de parte del personal del improvisado hospital psiquiátrico habilitado en el viejo monasterio, trasladado aquí desde el ovetense de La Cadellada al estar en plena línea del frente en la Guerra Civil 


El camino que de Valdediós a Llaneces y de allí a Arbazal por La Provincia sube monte arriba debió ser el empleado además por los monjes de Valdediós y su personal de servicio o conversos para ir y volver a su fundación mesonera en Arbazal



La quintana de Llaneces



Esta es la cuesta que subían y bajaban las gentes de antaño entre Valdediós y Arbazal, ahora atravesada en la ladera por la Carretera la Campa. Por ahí están El Pinganón y El Prau Castro, además de la ya citada Parea les Felgueres, sobre la que acabamos de pasar por El Camín Rial viniendo de Arbazal



La Carretera la Campa y sus curvas, tan temidas y peligrosas antaño como las de El Pedrosu



Efectivamente, el monasterio de Santa María de Valdediós estaba realmente en un paraje un tanto aislado, como buscaban los cistercienses, cuyos primeros moradores aquí procedían del monasterio de Sobrado dos Monxes, que también podremos ver haciendo el Camino de Santiago del Norte, cuando ya estemos en el corazón de Galicia y a dos o tres jornadas de andadura de Santiago


Pero, como estamos viendo, estar apartados no quiere decir estar lejanos, su inmediatez a las principales vías de comunicación de por entonces, tanto hacia la costa como hacia el interior, es evidente, pues era indispensable para acceder a sus tierras y posesiones, esparcidas no solamente en su coto sino por más lugares de Asturias, principalmente Villaviciosa y Sariegu, que solían arrendar beneficiosamente para sus intereses y privilegios


Vista hacia Pueyes y Rozaes, los peregrinos que prosigan por la ruta más costanera tienen también una cuesta formidable hacia el Altu la Cruz, no obstante y pese a ello, ese otro camín rial, al ser más corto, prevaleció sobre los de Les Mariñes por La Cobertoria para las comunicaciones hacia Gijón/Xixón y la costa occidental


Aquí El Camín Rial hace una curva cerrada a la izquierda en la que ya caminaremos en dirección sur, rectos ya hacia La Campa



Abajo, las profundidades de la cabecera del valle, ocultas de nuevo a nuestra vista por el boscaje


Pero no así el pueblo de Lluaria, con su larga fila de casas que en su altura, destacan siempre en la lejanía, Casa Canor, Casa Máximo, Casa Severo o de Marina, El Prau Baxu, El Palombar, Casa Ángel, Casa Costante'l Cesteru (hacía cestos)...


El Fontán, Casa Sandalio, Casa Vicente, Casa Joselín, Casa Juan, Casa la Perlora...


Casa Alfonso, Casa Albino, la capilla de Lluaria, "La Pilarica, que fizo Severo en 1914", al lado de La Fuente Lluaria. También Casa Pepe, donde trabajaba antaño Luis El Ferreru


A su altura, además de pastos seculares y huertas, crecen bien los frutales, como en el valle, y de ahí topónimos de lugares de Lluaria como Los Cerezales, existiendo además praderías llanas, no muy extensas pero significativas, como la de La Faya, otro fitónimo 'haya'


Otro topónimo del monte, Porciles, parece hacer referencia a puercos, pero salvajes o silvestres, es decir, jabalís, aunque no se descartaría un antropónimo Porcilius o similar para este nombre común a no pocos lugares. Dice al respecto el filólogo Xosé Lluis García Arias en Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos:
"Por lo que se refiere al latín PORCUM ‘cerdo doméstico’ (EM)6 la palabra se sigue en el adjetivo ast. puercu con la acepción de ‘sucio’; en la acepción de ‘cerdo’ o ‘cerdo salvaje’ en asturiano fue desplazado por gochu y gochu montés, palabra esta de origen onomatopéyico que no ha dejado continua dores toponímicos, acaso porque su presencia en nuestro dominio lingüístico no parece anterior al siglo XIII en que se documenta el término “cocho” como mote, así “Michaelis Cochon”, “Iohan Cocho”. Lo que aparentemente guarda relación con la palabra castellana cerdo, esto es, el nombre del barrio ovetense de Cerdeño, ha de entenderse simplemente como un antiguo nombre de persona. 
El gochu montés es frecuentemente sustituido por el arabismo xabaril o xabalín aunque sin continuadores toponímicos mayores. 
Parece que en relación con PORCUM, además de Rideporcos , a través de un derivado *PORC¯ILEM (similar a EQU¯ILEM de equum, OV¯ILE de ovem, etc.) debe explicarse Porciles"

En el pueblo y sus inmediaciones, la abundancia de fuentes fue fundamental para el establecimiento de una comunidad campesina estable en lo que debió ser muy antiguamente una majada, como fue el caso de La Campa y muy posiblemente también de Arbazal, además de La Fuente Lluaria ya citada cada barrio o lugar tenía la suya, Cancañosu, Los Palombos, La Foquera, La Fuente Nueva, etc.


Si bien es terreno ganadero desde la prehistoria, estos parajes conservan pequeños bosquetes acá y allá, como el de La Viesquina. Otras referencias son sus altozanos y picachos, como el de Peña Crespa



Pero sobre todo predominan las cuestas, como las del camino vecinal que comunica Lluaria con La Campa y la AS-380, que atraviesa los prados de La Güerta


Todos estos montes, recalcamos, vienen a formar parte de las estribaciones de la gran montaña que es La Llomba, la ancestral divisoria con Sariegu, que no obstante un topónimo que se repite extraordinariamente en estos cordales. Sin embargo, cuando se dice 'La Llomba' en esta zona la referencia es siempre esta montaña llena de prados de pasto y braña


Ganado caballar; además de vacuno es común encontrar buenas yeguadas en estos parajes de montaña, los caballos siguen siendo indispensables para ciertos trabajos como el acceso a lugares difíciles incluso para vehículos todo terreno, abundantes en estas cárcavas y quebradas


Existen aún atajos entre fincas, bosquetes y plantaciones de ocalitos diversos atajos para acceder rápidamente a fincas y propiedades, comunicando de paso valle y monte, no siempre no obstante de paso fácil ni siquiera andando, por lo que una buena montura puede ser indispensable para las labores ganaderas en los montes y majadas


Los tejados rojos de Valdediós destacan en medio de todo en las profundidades de este valle, de origen glaciar dicen los geólogos, con su clásica forma en 'V'. Un lugar tan apartado como comunicado a la vez que permitía la aplicación de las reglas de la Orden del Císter, reformadores de los benedictinos que pretendían volver a los ideales de pobreza de la Regla de San Benito, en oposición a los más 'extrovertidos' cluniacenses


Según las reglas estipuladas por San Bernardo de Claraval, no su fundador, pero sí gran impulsor del Císter, la vida monástica de los monjes se vivía dentro de la clausura y no debían salir de su claustro, que comunicaba con todas las dependencias del monasterio, salvo por mandato superior: leemos en Wikipedia:
"La vida monástica de los monjes se vivía dentro de la clausura. Su espiritualidad se ordenaba por la regla: silencio, disciplina, obediencia al abad, horario riguroso distribuido entre numerosos rezos en común, lecturas religiosas y trabajo manual. 
Además, en la abadía vivía una segunda comunidad, la de los conversos. Vivían su entrega espiritual en el trabajo diario en el campo, fraguas y molinos, no sabían leer y no mantenían ningún contacto con la comunidad de monjes. Esto último se consiguió diseñando dos zonas en el monasterio estancas e incomunicadas entre sí. La zona de los conversos tenía la misma calidad constructiva que la de los monjes."

Aunque con las pertinentes e inevitables variantes propias, las abadías cistercienses tienen un esquema constructivo muy similar. Cuando en 1521 el Ríu Asta se desbordó se aprovechó para además de reconstruir, reacondicionar todas las nuevas dependencias, empezando por el claustro. Si bien se piensa en la vida monacal en parámetros medievales, esta tuvo gran intensidad hasta el siglo XVIII, tras las crisis bajomedievales que obligaron a su dependencia directa de la Congregación de Castilla en 1515


El piso alto del claustro, por ejemplo, es una de las obras más tardías, al igual que otras estancias y edificios que son los que dan a Valdediós su configuración actual. Allí se hicieron por primera vez celdas individuales para los monjes dentro de los cambios acaecidos también internamente en la Orden en época barroca. Antes el dormitorio era comunitario, según la Regla de San Benito:
"... si es posible, duerman todos en un mismo local... en este dormitorio arda constantemente una lámpara hasta el amanecer... duerman vestidos, y ceñidos con cintos o cuerdas... los hermanos más jóvenes no tengan las camas contiguas, sino intercaladas con las de los ancianos.
(...) ... y levantémonos por la noche para darle gracias..."


Estos edificios añadidos camuflaron la estructura románica-tardorrománica de la iglesia con su planta basilical de tres naves y cruz latina con marcado crucero y triple cabecera. Su historia pudo transmitirse, pese a incendios, inundaciones y desamortizaciones gracias a una copia de su Libro Becerro, que contenía además noticia de documentos anteriores, a finales del siglo XVIII por encargo de Jovellanos


La decadencia comenzó en la siguiente centuria ya antes de la desamortización y exclaustración de 1835, pues desde 1809 con la francesada se sucedieron diversos desalojos, no dejando no obstante de ser milagroso cómo se conservó a pesar de todo su estructura y, más aún, la de El Conventín, aunque el supuesto palacio de Alfonso III no ha aparecido, lo que ha llevado a pensar si estaría realmente en este lugar o en las inmediaciones, en concreto en Pueyes la cabeza de la parroquia, donde se excavaron restos de una villae del tiempo de los romanos que pudo tener hábitat posterior, altomedieval


Con los altos de Valloberu, La Foquera y El Cantu Cabañín al sur seguimos apurando el paso por El Camín Rial, a un paso ya del Altu la Campa


Yegua y potro, al fondo Casa Aurelio, donde acaba la cuesta del Camino procedente de Valdediós


Prado abajo, la AS-380 con sus guardarraíles o quitamiedos que la separan del boscoso abismo, ya muy cerca, El Camín Real baja mientras ella sube si tomamos como referencia nuestro camino en dirección al Altu la Campa


Hasta 22 túmulos se han localizado en La Llomba, y antes habría muchos más, desaparecidos con la intensa explotación agroganadera desarrollada durante milenios en estas montañas, de los de Valloberu cuenta así Florencio Friera en su libro:
"La necrópolis de Valloberu está formada por tres conjuntos de túmulos que se agrupan en torno a una gran dolina conocida como Foya de Valloberu. Está en el extremo E. del camino que recorre La Llomba, continuando hacia Lluaria y donde arranca el que baja a La Campa por Busto. Valloberu I está formada por tres túmulos al SE de la dolina. Valloberu II también tiene tres túmulos (uno de ellos dudoso) al W. de la dolina. Y Valloberu III tiene un túmulo sobre el camino a Lluaria y muy próximo al cruce con el que va por Busto. El túmulo de La Llosa'l Ferreru está al SW de ellos debajo del camino por Busto"

Estos excepcionales parajes, tanto de monte como de valle, conocieron desde muy antiguo pues importantes comunidades humanas, mismamente otra línea de campos tumulares, gran parte arrasados por las plantaciones de pinos y eucaliptos, es la del cordal de Pión, por cuya cresta discurre además un antiquísimo camino entre la ensenada del actual puerto marinero de Tazones en dirección también al valle del Nora


Valdediós estaba pues en medio de una red de sendas de arriería y trashumancia que ofrecían una comunicación fácil para la época en todas direcciones, desde la costa al interior, desde los llamados 'puertos húmedos' de la mar a los 'puertos secos' de la Cordillera Cantábrica


Desde aquí reconocemos ahora además del claustro parte de un gran patio de servicio que se construyó a continuación sobre La Vega, que antaño estaría toda plantada de huertas. Poco más allá de El Conventín, entre los bosques, llega a Valdediós el otro Camino, procedente de Castiellu Ambás por La Ribera y El Peredal


Magnífica vista pues de Valdediós con todo su conjunto monumental. El albergue de peregrinos se encuentra justo en el edificio enfrente de la iglesia que cierra la plaza por el sur. La parte izquierda, que forma el palo vertical de la 'L', dispuso de cafetería y tienda de souvenirs


Ahora la tienda y centro de recepción para las visitas se encuentra en el edificio adosado a la izquierda de la iglesia, por el que se pasa a El Prau'l Conventu y se accede a El Conventín y a El Conventón



Como hemos dicho, gracias a el Libro Becerro de Valdediós, copiado, y otros archivos, pudo conservarse y transmitirse la historia del cenobio. Solo una década y pico tras la finalización de las obras padeció su primer incendio que devoró sus papeles originales fundaciones y de su primera época, otro en la centuria siguiente, en 1348, hizo lo propio con los siguientes. La decadencia, desalojos y desamortización culminó aquel desastre documental y bibliográfico


Valdediós tuvo grandísimo poder e influencia desde su origen en todo el territorio que dominaba... y también en el que no; se quejó de la competencia que significaba para el convento la continua fundación de nuevas pueblas libres del poder señorial en las cercanías, Maliayo, Colunga, Siero, etc., llegando a hacer revocar la decisión de Alfonso X El Sabio de fundar otra en Sariegu entre 1270 y 1272


La marcha atrás en la declaración de la puebla de Sariegu por parte del rey en 1272 debió ser impactante. En 1413 los sareganos, escarmentados por los abusos señoriales de los cistercienses, entraron en su coto por estos caminos, armados y con violencia, llevándose bastante ganado, tal vez parte el que acababan de pagar con los numerosos tributos con los les gravaban los frailes, hasta para que los hijos heredasen de sus padres del derecho a labrar la misma tierra, propiedad del monasterio. Las crónicas de la época, por supuestos favorables a los cistercienses, narran esta revuelta:
"con amonestación del Diablo, et con malos pensamientos que les vinieron a sus corazones, non temiendo a Dios, nin a las penas que los derechos ponen, nin a la justicia de nuestro señor el Rey, e con grande osadía, con lanzas, e con escudos, e espadas, e con otras armas a la hora de las Vísperas tomaron e levaron muchos ganados..."

La rebelión no tenía futuro, los culpables fueron condenados a pagar una muy fuerte multa. Así, gravosos tributos y condiciones abusivas no cesaron hasta las disposiciones de 1678, sin embargo las relaciones del cenobio con los poderes públicos locales nunca fueron óptimas y así continuaron hasta la desamortización de 1835; seguidamente se acometió la construcción de la Carretera la Campa, que atraviesa su antiguo coto cerca del solar de la antigua capilla de Santa Mariña


El Camino que ha subido por Villarrica viniendo de Valdediós llega a la carretera en El Mariñán, popular bar y restaurante fundado en 1945, cuando todo el tráfico rodado entre Villaviciosa y el interior pasaba por aquí, glosado así por Llana-Rivera:
"La Campa de un solitario pasto comunal, pasa a ser lugar de concurrencia de gentes que de paso hacen un alto en el camino para tomar un descanso, contemplar el paisaje o tomar un refrigerio en el bar-restaurante"

Pero la construcción de la Autovía del Cantábrico y de la A-64 propició que, al no pasar tantas gentes como antaño, El Mariñán cerrase sus puertas y no reabriese ni se fundase otro establecimiento similar, por lo que, de necesitar tomar algo, los peregrinos habrán de seguir a La Carcabá, ya en Sariegu y no demasiado lejos, o a Vega, la capital del concejo, donde hay además albergue de peregrinos, a no ser que llegue a abrirse algo antes en algún momento, naturalmente


La Campa o Altu la Campa "Es punto de partida de la carretera a Nava y la de Luaria de reciente factura", continúa diciendo Llana-Rivera, "arranque hacia el E. del monte de Arbazal de suave relieve y cuya cumbre más elevada es la Parea Faro (565 m)"



En este lugar podemos tal vez ya ir despidiéndonos del valle de Valdediós y de estos paisajes del concejo de Villaviciosa, tan importantes en el Camino de Santiago del Norte como que aquí en medio de sus vegas se encuentra una de las grandes bifurcaciones camineras, la de Casquita, continua referencia para dos rutas que confluirán de nuevo en Avilés, a no ser que los que vayamos hacia Oviedo/Uviéu tomemos el Camino Primitivo



Del paso del antiguo Boides al actual Valdediós Xosé Lluis García Arias nos explica este proceso en Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos:
"Por influencia ultrapirenaica “en la época de las cruzadas, cuando alcanzan mayor pujanza las abadías benedictinas, era frecuente designar con el nombre de Dios a los monasterios establecidos en lugares retirados”. 
Este sería el caso que se observa en los topónimos franceses del tipo Lieu-Dieu, Le Mont-Dieu, Port-Dieu, Valdieu, y ... de nuestro Valdediós ‘el valle de Dios’ (Vv) que se superpone a nombres anteriormente documentados debidos a la colonización romana como recuerda el consignado “Boides” del que queda recuerdo en el topónimo actual Buetes"


La carretera, La Vega, el monasterio, los bosques de El Peredal, La Ribera y arriba Llaneces; al fondo en medio del valle se unen las parroquias de Pueyes, Rozaes, San Pedru Ambás y Niévares. El lugar es a nuestros ojos sumamente bello y en sus tiempos debió de estar rodeado de huertas y viñedos, del que escriben así en Románico Digital
"... un lugar donde las condiciones de humedad son casi insalubres y las horas del sol escasas, especialmente en invierno. Por lo tanto, puede extrañar la elección del emplazamiento del monasterio, aunque existen importantes factores que contribuyeron a ella, como es el caso de la presencia del río Asta, cuyo cauce fue desviado por los monjes para apartarlo del centro del valle y aprovechar su amplitud para la edificación de la abadía. En efecto, los monjes bernardos se instalaban preferentemente junto a las corrientes de agua, que precisaban para sus usos domésticos y agrícolas. La zona cuenta con otro elemento sustancial para la orden, la piedra, que se extraía de una cantera próxima al monasterio, y de otras situadas en terrenos cercanos al mismo. Además, el emplazamiento de esta abadía cisterciense, caracterizado por su aislamiento, cumple con el capítulo de 1134 en el que se establece que ningún monasterio puede fundarse en las ciudades, castillos o aldeas, sino en lugares apartados del camino de la gente."

El monasterio con su patio de servicio, claustro iglesia y demás edificios auxiliares ocupando todo este tramo de vega entre uno y otro monte. Detrás, El Conventín sigue asomando su silueta; justo detrás a su vez la arbolada parea de El Bosque, bajo la que discurre El Ríu Asta o Valdediós, desviado como hemos dicho por los monjes para construir el cenobio. La arquitectura monacal buscaba evocar la descripción de la Jerusalén celestial del Apocalipsis de San Juan:
"... y me mostró la Ciudad Santa de Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios...Su resplandor era como el de una piedra muy preciosa, como jaspe cristalino...Tenía una muralla grande y alta con doce puertas...la ciudad es un cuadrado: su largura es igual a su anchura.... Su largura, anchura y altura son iguales...el material de esta muralla es jaspe y la ciudad es de oro puro semejante al vidrio puro…"

La simbología se plasmó en la construcción de los monasterios buscando hacer una ciudad de Dios ideal, basada en una organización por cuadros de las distintas zonas, tal y como podemos apreciar desde aquí, la cual se mantuvo a pesar de desalojos, abandonos y avatares. En la actualidad, la Hermandad de Valdediós agrupa a antiguos alumnos de su seminario, fundado en 1862 y en activo hasta 1951, mientras que el colegio de segunda enseñanza funcionó entre 1877 y 1923


Cientos de seminaristas, alumnos, profesores y demás personal le dieron nueva vida y en él trabajaba mucha gente de los pueblos de los alrededores, siendo durante otro buen periodo importante referencia cultural, social y económica, llegando incluso a celebrarse alguna fiesta como la del Corpus, una relevancia que desde su restauración en las dos últimas décadas del siglo XX se desea recuperar con diversas iniciativas. Un compendio de toda su historia lo hallaremos en las varias entradas de blog que dedicamos a Valdediós y su conjunto, la llegada y la historia, la iglesia de San Salvador o El Conventín, la iglesia de Santa María o El Conventón y el claustro


Nos acercamos a "La Forca de Arbazal", entendida 'forca' como bifurcación o cruce, uno de los lugares que figuran como los límites del Coto de Valdediós en el Libro Becerro, el cual pasó a serlo del concejo de Villaviciosa al suprimirse los señoríos con las reformas administrativas de 1827, ocho años antes a la desamortización


Nos cruzamos aquí con otro de los caminos del monte y seguimos de frente, viendo ya algunas de las casas de La Campa que pertenecen a San Román, en Sariegu, frente a las que está el prado de Santa Mariña, solar de la antigua capilla de esta advocación, documentalmente también Santa Marina, de cuya primera mención escrita sabemos en 1526 en delimitarse las posesiones del monasterio piloñés de Santa María de Villamayor:
"Yten es del dicho monesterio (de Villamayor) el hero e tierra que está a so Santa Maryña de la Nespra, que está enbaxo de La Vallina, que se dice Hero de Faro, que habrá en él dos días de bueys"

"Otros y dixo el dicho Diego de la Pumarada que el hero que dizen del Faro questá abaxo de la hermyta de Santa Maryna en que ay dos días de bueyes."

Dice Florencio Friera Suárez que la capilla pertenecía a la parroquia de San Román de Sariegu, siendo sus patronos los mismos vecinos, "que celebraron la fiesta y cuidaron la ermita durante el siglo XVII" y plasma como prueba el Libro de Fábrica de San Román. A la vez, figura en el Coto de Valdediós en una relación que hace el monasterio de sus iglesias en 1737


A la derecha, de nuevo la Carretera la Campa o AS-380 en El Mariñán, la parte del Altu la Campa que pertenece a Villaviciosa


El Mariñán se fundó en 1945 en la casa de dos tejados a dos aguas que vemos de espaldas a este lado de la carretera, trasladándose posteriormente justo enfrente 


Echamos en falta este bar y casa de comidas donde la mano de Elvira, hija de los fundadores del negocio, hacía gala de su buen hacer con los pescados, el cordero, las fabadas, potes, arroces, hígado encebollao, callos, arroz con leche y tartas caseras, excelencias culinarias que satisfacían los paladares más exigentes y ayudaban a recuperar fuerzas para proseguir ruta, pues como decía Rocío Monestina, sucesora de Elvira luego de casarse con su nieto Tino, "No puede ser que la gente marche con fame y todavía menos los que trabajan"... a lo que añadiríamos nosotros "y los que caminan". No pocos peregrinos de todo el mundo recuerdan y añoran El Mariñán


A la derecha, el camino que comunica con Lluaria, el acondicionado por los vecinos para el paso de automóviles hace ya unos cuantos años, y por donde llegan y cruzan los peregrinos que han pasado por Valdediós


Más a la derecha, en el antiguo aparcamiento del restaurante es aprovechada su explanada por los madereros de las talas del ocalito


Detrás, Casa Aurelio, Casa Pepe y el final de la larga subida para los peregrinos de Valdediós


Las cuestas del Pozu Roma en la subida de Villarrica y, más atrás, La Parea'l Peñéu y Lluaria


Montes de Valdediós con Peñacalva y a lo lejos el Cordal de Pión, ya perdemos de vista el gran valle de Valdediós y sus afluentes



Aquí llegamos a la carretera de La Campa a San Román, AS-357 o Carretera l'Enguilu, en el lugar que antaño era denominado, al menos en la documentación oficial, Puerto de Santa Marina, según nos revela asimismo Florencio Friera Suárez en su libro del patrimonio saregano:
"La capilla de Santa Marina se encontraba cerca del prado que todavía se conoce hoy con el nombre de Santa Mariña, a la izquierda de la carretera de La Campa a san Román (AS-250), muy próximo a La Campa. Estaba al lado del antiguo camino real hacia Villaviciosa, que transcurría por una ruta situada más arriba del trazado de la actual carretera de "La Campa" (AS-113), que sustituyó al antiguo camino real (...). En este tramo del también llamado camino de Santiago por la costa, la ermita de Santa Marina se encontraba hacia el medio del recorrido entre los pueblos de Figares (San Román) y Arbazal (Puelles). Se trata de una zona de montaña, próxima al mar, apreciada por sus buenos pastos. En esta ermita, situada en lo que los textos suelen denominar "Puerto de Santa Marina", se celebró hasta el siglo XVIII una fiesta, el 18 de julio, en honor de Santa Marina, Virgen y mártir del siglo III muy venerada en Orense. Allí vivió esta santa, hija del gobernador romano de Galicia, quien se vio obligado a expulsarla por no querer renunciar a la religión cristiana. A partir de entonces Santa Marina se dedicó a la mendicidad y al pastoreo, y luego entró de sirvienta en casa de unos labradores. Su bondad influyó en que muchos pastores se convirtieran al cristianismo. El sucesor de su padre en la gobernación de Galicia le dio muerte. Por ello la mártir Marina llegó a los altares, y recibió la veneración de pastores y labradores. Persiste un vago recuerdo sobre la celebración en este paraje de un ferial de ganado al que acudían pastores de Campo de Caso, en el que se hacían contratos "a la ganancia", y de aperos de labranza, según tradición que he recogido en diversas fuentes."


Llegados a dicha carretera, y con Santa Mariña enfrente, bajamos a la derecha. La existencia de una capilla o ermita dedicada a una santa tan relacionada con los campesinos y en concreto con los ganaderos y los pastores en una ruta de trashumancia y de campos de túmulos megalíticos de culturas pastoriles es muy significativo. Aquella renombrada romería de Santa Mariña decayó "a partir de la tercera década del siglo XVIII" y su ermita acabaría desapareciendo:
"Quizá en tal hecho incidiera la ampliación de la iglesia o santuario de Santa María de Arbazal, en el siglo XVI y la devoción a la Virgen de las Angustias, que venía de tiempo atrás. No obstante, todavía en 1850, un contrato de arriendo de una casería en La Campa menciona "llosa y pasto de 6 días de bueyes debajo de la hermita de Santa Marina" y otras fincas próximas a "la nueva carretera"

La carretera sería la de La Campa o de La Secada a Tazones, entonces en construcción, con la que el eje poblacional se desplazaría hacia ella, como a ella pasó el camino principal, relegando a este Camín Rial


De Santa Mariña, su capilla y romería solo quedan vagos recuerdos en la memoria popular además de los correspondientes legajos y, muy importante, el topónimo en este prado por el que pasa la frontera de Villaviciosa y Sariegu:
"... y el recuerdo de que allí hubo un terreno cercado (...) donde se concentraba el ganado -ovejas, cabras, ganado caballar y vacuno- para hacer contratos "a la ganancia", en los días de la festividad de una santa popular entre pastores y labradores, de la que tomaron su nombre numerosas parroquias, capillas y lugares. Pese al interés de la ermita de Santa Mariña, su influencia en la zona no era equiparable a la del santuario de Nuestra Señora de Arbazal, en la parroquia de Puelles, cuya Virgen de las Angustias fue muy venerada en la zona. Su proximidad a San Román y la historia de esta parroquia, aneja a la de Puelles y desde 1630 a la de Santiago de Sariego, implicó una relación especial entre los vecinos de San Román y los de Arbazal, según demuestran las fuentes escritas de la parroquia de Puelles, donde no hemos encontrado -como era de suponer- ninguna noticia relativa a la ermita de Santa Mariña."

En el prau de Santa Mariña la frontera de concejos estaría aproximadamente a la altura de la primera alambrada. De ella hacia acá es Villaviciosa, seguidamente es Sariegu. al prado se le añadió un terreno llamado El Güertu la Portiella


El paisaje cambia, Villaviciosa, sus valles, estuarios y costa han quedado atrás; lo que tenemos ante nosotros es la caída al valle del Nora, río que nace en Fuente Ñora, en Valvidares, prados abajo y riega todo el valle que es un paso rápido y directo a la capital asturiana por Sariegu y Siero (y Noreña si tomamos esa variante)


Asoman prado abajo las cotas más altas del boscoso monte L'Enguilu que separa esta cabecera del valle al sur del concejo de Nava (Sariegu es un concejo relativamente pequeño) por la zona de Cantu Altu, su cumbre cimera roza los 400 metros


Seguidamente y también extendido de este a oeste es el Cordal de Nava, más al sur La Camperona (535 m) y los montes de Bimenes hacia la Faya los Llobos y otros puertos que comunican con el valle del Alto Nalón. En la lejanía los puertos de la Cordillera Cantábrica, paso a la meseta por León, por la zona del Cordal de Casomera y Sierra del Cuadru con El Picu Tres Conceyos (2.024 m), Bolero (2.043 m), Estorbín de Valverde (2.123 m), Pisones (1.170 m), etc. y el secular paso del Puertu Piedrafita (1.683 m)


Ahí más cerca y prominente tenemos también el largo espolón de la Sierra de Peñamayor por El Picu Oroxu (935 m) y El Picu Castiellu (759 m)


Más lejos, Peña Mea (1.557 m) entre los concejos de Llaviana y Aller/Ayer, mítica cumbre montañera de picachos calizos como El Picu la Llanza, El Picón del Mayaón, El Picón del Pedromoro, El Picón de la Boyica, El Picu l'Arcón de Finistra, o El Picu Dubil, la cumbre de la peña


Hay también cuevas naturales y covachos, La Iglesiona, La Cueva les Cabres, El Covayu los Palomos, El Covayón, secular refugio de ganados, como se desprende también en alguno de sus nombres, al igual que arcos naturales. Ahí en La Campa Mea hay un manantial del que se dice "hai una fuente en Mea y sal en Xixón", la cual, como la de La Boyica, da agua a los mayeos o majadas del monte 


Más cerca, La Sierra de Peñamayor hace de frontera en este sector entre Nava y Bimenes, a la izquierda está el picu de ese nombre, de 1.149 metros de altitud (otras fuentes dicen 1.151 m)


Más allá La Triguera (1.293 m), este ya más atrás, en la parte de la sierra que es de Llaviana, el picu más alto de La Peña, como la conocen en los pueblos de la redonda. Más abajo, Les Praeres, uno de los mayeos más empleados para subir a la sierra desde Nava


Peñamayor es una gran peña caliza cubierta en gran parte de praderías y bosques que se extiende en dirección SE-NO a lo largo de unos 8 kilómetros con una serie de prominentes picachos, entre los que destacan El Picu'l Texíu (1.259 m), El Picu la Mina (1.281 m), La Goleta Llagos (1.226 m) o El Picu'l Texíu (1.251 m), entre otros. Más bajo, El Picu los Llanos de Ortigal (1.902 m) es la confluencia dse Nava, Bimenes y Llaviana


Aquí abajo sí que vemos una pequeña parte del valle de Sariegu en alguna de las casas de San Román, la cabeza de esta parroquia, la más oriental de las tres que componen el concejo, donde tuvieron posesiones los monasterios de Valdediós, que tenía derecho a proponer el nombramiento del párroco y Villamayor, este hasta el siglo XVI, cuando al ser suprimido pasaron al ovetense de San Pelayo


Por San Román pasa otro camín real o rial, este de este a oeste procedente de Verdera, en Nava, comunicando el valle del Piloña con este del Nora y, con ello, el oriente con el centro de Asturias por el gran pasillo natural formado por estos ríos. A sur, L'Enguilu y otra soberbia vista de Peñamayor


A la izquierda, El Monte'l Perón, también como L'Enguilu fronterizo con Nava por la zona de Verdera y, al sur, las serranías de Les Foces del Pendón con las estribaciones de Peñamayor a la izquierda de La Triguera como El Picu Tablazu (1.242 m), Pandestébano (1.282 m), El Picu Resellón o Los Caspios (1.122 m) y, más atrás La Peña la Xamoca (1.288 m). Más abajo El Picu Redondu (916 m) y Varallonga (865 m)


Mucho más al sur sobresale el formidable murallón calizo de La Peña Xamoca (1.288 m), otro balcón natural sobre el Alto Nalón y donde se unen Llaviana, Sobrescobiu y Piloña. A su izquierda y más cerca El Picu Cerisco (926 m)


Más a la izquierda y justo encima de El Perón es El Picu la Múa (987 m), que "forma parte de las estribaciones orientales de la sierra de Peñamayor, en contacto con la sierra de Ques y la de Grandas Llanas, ambas situadas en Piloña", explican en la Enciclopedia del paisaje de Asturias, a lo que añaden:
"... por sus laderas empinadas domina el matorral y bosques en sus laderas bajas, se accede bien desde la ruta de Les Foces del Pendón, bien desde el collado de Incosa (Piloña)"

Más a su izquierda es La Peña Xanes (873 m) con el citado collado de Incosa entre ambos picos, por donde va la frontera Nava-Piloña, así como, más abajo, Les Crestes de Trapa, por donde va El Camín de los Pilones, vieja senda entre los dos concejos, "El pico cimero de estas crestas es el picu Trapa con 795 m de altitud"


Muy en la lejanía, en plena cordillera, las montañas del Alto Nalón, Alto Sella y los Beyos, concejos de Casu, Ponga y Amieva, donde están algunas de las cumbres más altas de ese sector de la Cordillera Cantábrica, justo al oeste de los Picos de Europa, que veremos según bajemos del Altu la Campa al valle de Sariegu por Figares


En esa zona destaca La Peña Fresnéu (962 m), que domina La Collada Moandi, paso de Parres a Ponga y, en la distancia, el Tiatordos (1.950 m) entre Ponga y Casu, entre otros como El Picu Vízcares (1.421 m), El Picu Maoñu (1.425 m), este entre Ponga, Piloña y Casu, o Xerra Trallán (1.257  m), en tierras casinas


La Forca d'Arbazal, límite concejil, por donde la Carretera L'Enguilu comunica con San Román y de allí con Nava por Cantu Altu, estos eran los límites del Coto de Valdediós, según la copia conservada de su Libro Becerro:
"La Forca Arvazal, e a Santa Marina de Aspra, e a Santa María de Arbazal, e al canto de possadeiro, e sobrepena con era, e la penna ad noral, e al campanario de San Pedro de Ambás, e al riego del Camino de Arpoli, e al canto del Concellero, e al riego de Valleciellos, e a la hortillera del ataud, e a la penna de los perales, e a la peña del Cuervo, e a la penna de Gamonedi, e al Canto de las Vardas, e a las felgueras, e a las Arcas"

Como podemos comprobar, muchos de estos topónimos perviven en la actualidad, otros son fáciles de identificar, como es Santa Marina de Aspra, que es Santa Mariña, la Santa Maryña de Nespra de las posesiones de Villamayor en 1526 y de este que fue histórico campo de feria y romería, escribe de ello Florencio Friera Suárez:
"Así me lo contaron vecinos de esta zona como Segismundo García Marcos. Así lo recoge José Manuel Fernández Llana-Riva en su estudio Toponimia de la parroquia de Puelles (Villaviciosa), Valdediós, 1993, donde incluye la voz "Santa Mariña de Aspra" dentro del barrio de Arbazal, afirmando que se conservan los cimientos de la ermita. Marta Villazón González no incluye Santa Mariña ni Santa Marina, pero sí La Parea, sin más, en Arbazal (Conceyu de Villaviciosa, parroquia de Puelles, Toponimia nº 30, Oviedo 1993. María Antonia Pedregal Montes Toponimia de la parroquia de San Román. Sariegu, 2, nº 16 Academia de la Llingua 1991) incluye Santa Mariña, mencionando esta capilla, así como los topónimos de Monte Fariu y Monte'l Puertu, perteneciendo a San Román la parea sur"

Como muchas alturas de cierta prominencia, sobre todo entre dos valles diferenciados tal que estos, existen dichos premonitorios de la meteorología, tal que el que dice que "Si de La Campa baxa a beber la borrina a la Fuente Mazagüé, ye señal que va a llover", pues cuando la niebla cubre La Campa hasta el valle se afirma que augura mal tiempo


Kilómetro 10 de la AS-357 o Carretera L'Enguilu, que es la distancia que nos separa de la villa de Nava, capital del concejo del mismo nombre, que con Bimenes, Sariegu, Villaviciosa, Cabranes y Colunga forman la Mancomunidad Comarca de la Sidra


A la derecha las casas de El Mariñán, en Villaviciosa, y al fondo las laderas de El Bustiu, El Fiensón y La Foguerada, en La Llomba, "Cordal que recorre todo el norte del concejo de Sariegu, desde Picu Fariu (parroquia de Narzana) hasta L'Altu la Campa (en la parroquia de San Román)", escribe María Antonia Pedregal Montes en su estudio toponímico de esta parroquia


A la izquierda las casas de La Caleya la Campa, en Sariegu, junto a las que pasaremos ahora mismo pero al otro lado, justo antes de empezar a bajar al valle por La Caleyona y Figares


Hay numerosas escrituras, durante el siglo XVII, que se hacen "en el puerto de Santa Marina, términos del concejo de Sariego", y similares, así a fecha 3-12-1668 se recoge "La Canpa de Santa Marina, términos de la parroquia de San Román", por lo que se revela que Santa Marina o Santa Mariña era una denominación usual, al menos documentalmente, antes que La Campa a secas o Altu la Campa, posiblemente la desaparición del santuario motivó el cambio de denominación, quedando Santa Mariña únicamente para los prados a nuestra izquierda, antiguo solar de la capilla


Atención en este tramo, pues en la Carretera L'Enguilu sí podemos encontrar algún paso más frecuente de vehículos y nos acercamos a una curva cerrada a la derecha, sin visibilidad


Allá al otro lado de la curva empieza La Caleya la Campa, que tomaremos a la izquierda antes de llegar a la carretera general



Desde aquí vemos de frente El Mariñan, tristemente cerrado y, al lado, la estación de servicio, también "sin servicio" desde el cierre del negocio


El 27-3-2012 la corresponsal Ana Paz Paredes publica en La Nueva España el reportaje Una de callos en el Camino, en la que explica el añorado ambiente de este bar, en el que paraban ya por entonces numerosos peregrinos:
"Durante muchos años la forma de llegar a Villaviciosa, desde Oviedo, era hacerlo por la entonces AS-113 y hoy AS-267, hacia el alto de la Campa, carretera sinuosa y estrecha cuyas curvas y de niños nos marearon más de una vez en el coche familiar. Hoy, años después de la apertura de la Autovía del Cantábrico, por el alto de la Campa, además de los vecinos que viven en los pueblos que lo rodean, los que más transitan son los ciclistas, los peregrinos que realizan el Camino Primitivo hacia Santiago, los enamorados de conducir por carretas en medio de paisajes impresionantes y los que gustan de comer rico, bien, abundante y a buen precio, es decir, los que van al bar El Mariñán.
Rocío Monestina Martínez lleva ya 15 años tras los fogones primero y en los últimos tiempos tras la barra y en atención al cliente, haciendo realidad lo que aprendió al poco de llegar a este establecimiento tras casarse con Tino, el nieto de quien sería su principal maestra, la abuela Elvira, quien a su vez también se inició en la hostelería de mano de sus padres, los fundadores de este local en 1945. Hoy su fachada alicatada como muchos barinos de los pueblos asturianos se asoma pegada a una casa de azul intenso y a la izquierda o derecha, según se venga o vaya, de una gasolinera fuera de servicio hace años. «Siempre tuvimos miedo cuando abrieron la autovía de que nos afectase mucho, que cayésemos en el olvido de la gente, pero afortunadamente el que nos conoce y sabe cómo se cocina en El Mariñán sigue viniendo», dice con una sonrisa Rocío Monestina, quien al hilo de este comentario recuerda el paso de algunos peregrinos que, haciendo el Camino de Santiago, se detuvieron en su bar a comer y luego escribieron en internet recomendándolo. 
El local, sencillo y limpio, luce ordenado a media mañana con todas sus mesas vestidas con mantel de papel de cuadros azules y blancos, pan y copas a la espera de que lleguen los primeros comensales a degustar un menú semanal con cuatro primeros, cuatro segundos y postres caseros a elegir. Entre su clientela buena parte son trabajadores que suben hasta el bar a comer, por lo que Marisol y Carmen, las cocineras, ultiman con rapidez los platos del día para que puedan sentarse pronto a la mesa. 
Entre sus platos más destacados están los callos, las manos de cerdo, la fabada, el pote, el lenguado mariñán, el bombón de merluza, el cordero, las fabes con almejas, el hígado encebollado y los postres caseros como la tarta de turrón, la de naranja o el arroz con leche, sorprendiendo, además, la abundancia de todo ello. Y es que Rocío ha hecho suya una de las principales lecciones de la abuela Elvira: «No puede ser que la gente marche con fame y todavía menos los que están trabayando», dice con firmeza. Todo servido, además, con dos ingredientes muy importantes que el cliente agradecido nunca olvida: la cordialidad y la simpatía de quien les atiende tras la barra."

Justo aquí, al dejar la carretera L'Enguilu para tomar a la izquierda La Caleya la Campa, nos unimos al camino que viene de Valdediós, que acaba de cruza la AS-380 enfrente de El Mariñán


Aquí pues, entrando definitivamente en Sariegu, los dos caminos, siendo ya solo uno, se juntan al entrar en La Caleya la Campa, la cual sube ligeramente hacia las siguientes casas, tal y como señalan las varias flechas amarillas pintadas por doquier


También allí un mojón y un cartel de bienvenida a Sariegu anuncian al peregrino su llegada a un nuevo concejo, dirigiéndonos de aquí a Vega, su capital, por Figares, al otro lado de La Llomba y ganando el valle por Pedrosa y La Carcabá, en dirección al histórico Pozu Saláu que dicen dio nombre a esta tierra en la que comienza el valle del Nora...







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